El Heraldo de Cristo 1974, n. 767
HERALDO DE CRISTO
FEBRERO 1974

r
¡IMPORTANTE NOVEDAD!
MALLORCA MOSICAL Y RELIGIOSA EH OISCO
«GOXG DE CANTAR*^
Longplay de himnos litúrgicos sobre motivos del folklore mallorquín.
Autor: A. Martorell, T. O. R.
La espera de este disco ha sido casi espasmódica. Por fin saludamos la apirición del disco «GOIG DE CANTAR» sobre el mercado nacional. En páginas interiores pueden ser leídas —lo recomendamos— las preguntas y respuestas que nos ofrece la interesante entrevista mantenida entre nuestro estimado P. Martorell y el buen periodista y querido amigo Bartolomé Suau. Como, por otra parte, dicha entrevista no es exhaustiva, nosotros podemos asegurar que el disco que hoy anunciamos se trata de una secuencia sugestiva de melodías de nuestro folklore con textos adecuados al uso litúrgico. Un aire fresco de tonalidades populares viene a remozar nuestro ánimo aridecido por esa ola de música exótica que todo lo invade. Es por ello que decimos gozosamente: ¡bienvenido ese nuevo disco del Maestro P. A. Martorell! Nuestro hermano ha demos¬ trado una vez más su amor a Mallorca y, por ende, cómo se puede solazar el alma y alabar a Dios con el lenguaje musical de nuestra tierra y de nuestra gente. Se trata de un L. P. que contiene 12 himnos —con texto mallorquín y de eruditos poetas de la isla—, todos ellos inspirados en motivos populares de Mallorca e interpre¬ tados por la «Coral Cantiga», de Barcelona, acompañados por una orquesta moderna. Ciertos himnos propenden al ritmo y al júbilo juvenil. Otros se conservan en la línea de un moderado clasicismo: pero, todos pletóricos de vida, gracia, autenticidad y sabor
de la tierra.
Es una dicha poder cantar a Dios con voces y acentos del alma popular. ¡Cuánto tiempo hemos gastado expresándonos con lengua prestada! Y hoy un autor de gran fuerza y personalidad nos demuestra cómo en lenguaje solariego es también intensa la canción y la plegaria.
«GOIG DE CANTAR» es eso: un mensaje de gracia popular, una acuarela musical, una oración en paisaje, un tributo a Mallorca.
Casa discogràfica: PAX. Madrid.
Información y venta: Además de los lugares de costumbre, en la Administración de
esta revista.

REVISTA MENSUAL DE LOS f P. PRANCiSCANOS DE LA T. O. R
•
FEBRERO 1974
ARo LXV - Núm. 767
•
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA
•
DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R. VICE-DIRECTOR Y ADMINISTRADOR: Fr, JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R
• CON LICENCIA ECLESIASTICA
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IMPRESIÓN: \\RTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

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JEPÓSITO LEGAL P. M. 340 1958

lea

en efiite número:

Terrorismo

Anales de la Provincia Española de la In¬

maculada Concepción déla Tercera Or¬

den Regular de San Francisco .

4

La iglesia en el orden temporal.

5

Mallorca y sus Pintores

7

El P. Gabriel Ferrer Llabrés, T. O. R., Nue¬

vo Vicario Provincial

9

Corona poética luliana

10

Fisonomía de San Francisco

12

Bells ametlers, merces! .

13

Pàgina literària

14

¿Un poeta menor?, ¿Un poeta mediocre? . 16

Después de la inesperada muerte de nues¬

tro Ministro Provincial, P. Miguel Tous

Gayá

17

Enjundiosa homilía del Sr. Obispo de Ma¬ llorca, Mons. Teodoro Ubeda, durante

el funeral en sufragio del M Rdo. P.

Miguel Tous Gayá, Ministro Provincial

de la T. O. R.

20

El Rdo. P. Juon Llabrés Ramis, T. O. R.,

Premiado.

22

El Maestro Martorell, T. O. R-, otra vez

noticia

23

Nuestras misiones

25

Nuestras Hermanas Franciscanas.

27

Nuestra pequeña historia

28
....

NBSTRA PORTADA
M. R. P. Miguel Tous Gayá, Ministro Provincial de la T. O. R., fallecido día 30 de diciembre de \\975. — Antt el rostro de un difunto reciente, sería casi irreverencia el comenta¬ rio leve habitual en este lugar. Sencillamente: “Concédale el Señor el descanso eterno". Y con el poeta: “Aunque la vida murió, — nos dejó harto consuelo — su memoria".

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PALMA DE MALLORCA

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*

2

(FRENTE A LA DIPUTACION )*PALIV1A

EDITORIAL
TERRORISMO
Terrorismo es la palabra fatídica que hoy espeluzna nuestra sensi¬ bilidad. La pronuncian los gobernantes al señalar uno de los peores males que afligen a la humanidad de nuestro tiempo. Aparece escrita diariamente en los periódicos al presentar la relación de sucesos que calibraríamos como obra de bestias si éstas fuesen capaces de las téc¬ nicas y refinamientos que usan los terroristas para perpetrar sus abo¬
minables crímenes.
No seremos nosotros quienes queramos minimizar los enormes males de las guerras, enormes tanto por la intensidad como por su extensión y duración. Pero para las guerras existen unas leyes interna¬ cionales, mejor o peor observadas. Las guerras, más o menos, pueden preverse 3’ hasta tal vez prevenirse. Paradójicamente, al león de la guerra le quedan aún vestigios de nobleza. En cambio el terror no conoce ninguna ley, da golpes imprevisibles, no respeta ni cosas ni per¬ sonas, no considera ni edad ni sexo, destruye y mata sin piedad, imbécil¬ mente, sin provecho propio, sólo por odio o por venganza. La hiena del terror sólo respira alevosía y crueldad.
Con frecuencia alardeamos del progreso de nuestra civiliza.ción; co¬ mo si el hombre hubiese alcanzado ya un perfecto estado de madurez social, una plena aptitud para la convivencia pacífica. Pero, ¿están bien consolidadas tan hermosas conquistas? Desgraciadamente vemos que no tanto para que, cuando se pone por en medio alguna pasión, una mera pasión política, no se retroceda a la barbarie de los tiempos troglo¬ díticos. Con la importantísima diferencia de que, si el hombre de las cavernas salía armado con un garrote o un simple pedrusco, el terro¬ rista de hoy maneja los explosivos de trilita o de T. N. L., los «rockets» o misiles Sam. Es' ésta una idea que ya hemos emitido en otras oca¬
siones.
Por su particular gravedad están aún frescos en la memoria de
todos ciertos atentados terrorísticos realizados en nuestra nación y en otras partes de Europa. Pero actos de la misma índole, aunque por su
mucha frecuencia ya no tan espectaculares, vienen registrados diaria¬ mente en la prensa. Los secuestros de aviones y de personas, los sabo¬ tajes, los incendios, las explosiones de artefactos en coches y edificios, los asaltos de bancos a mano armada, los asesinatos ofrecen todos los días material abundante para la crónica negra de los periódicos.
Nosotros nos sentimos francamente pesimistas. Vemos el horizonte completamente cerrado. No hay, para nuestros ojos, resquicio por donde se filtre algún rayo de luz anunciadora de una inmediata mejoría en la aguda crisis que está padeciendo el mundo actualmente. Cualquier con¬ ciencia noble, con una mediana capacidad para la reflexión, ha de sentir necesariamente hastío ante una situación de tanta precariedad e incer¬ tidumbre. En nombre de la libertad, o para ganar una falsa libertad, se comete cualquier tropelía, toda clase de violencias; se cohonestan todas las injusticias. El crimen más repugnante se disculpa, se encubre o se
protege. Para ello basta con que se le cuelgue, como sea, la etiqueta de social o político. Contra un principio de la moral tradicional, ahora todos los medios son buenos si sirven para lograr el objetivo deseado. Aunque este objetivo sea tal vez la anarquía o el nihilismo.
3

ANALES

DELA

PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCION

DE LA

TERCERA

ORDEN

REGULAR DE
I
(Continuación)

SAN

FRANCISCO

1881.—Cuando los dos congregantes, Antonio Ripoll y Matías Cardeli, con el «santo bueno» del tercero, Juan Garau, tomaron la resolución de seguir la ca¬ rrera eclesiástica, no alcanzaban a pesar
y medir los riscos y breñas de dificulta¬ des por donde deberían trepar antes de
tocar la alta cima del sacerdocio.
Aparte de la valla de la edad, ya poco propicia para entretenerse con las «mu¬ sas» del Lacio (Cardeli tenía ya 21 años y Ripoll frisaba los 35), se presentarían otras de mayor crestería. En efecto; a partir del tercer año de latinidad los as¬ pirantes al sacerdocio venían obligados a
cursar los estudios en el Seminario Con¬
ciliar Diocesano, en Palma. Ello suponía
la residencia de esta ciudad y unos gas¬ tos inaccesibles a débiles economías.
Nuestros estudiantes, aprobados ya los dos primeros cursos, preparados en el mismo Llucmayor, ¿deberán dejar su vi¬ lla y acobijar la semilla verdeante de su vida comunitaria durante el largo plazo de unos cinco años, aun aplicándose a la carrera abreviada? ¿Talarán el arboli11o de su escuela ELS LLUÏSSONS, tan concurrida y bienquista de sus conveci¬ nos? Otrosí, ¿cómo y de dónde brotará el caudal para subvenir a los gastos de los dos estudiantes en Palma? Dios, ¡no ahoga! Por las arideces del desierto con¬ duce a su pueblo a la prometida tierra, fontanar de leche y miel.
La entrada providencial de Bartolomé Ciar en la Congregación (abril de 1880) hará innecesario el acobijamiento de la semilla y permitirá que la indispensable poda pueda hacerse dejando horca y pen¬ dón, como se dice en agricultura: la ab¬ negada solicitud, a una con el sacrificado trabajo del hermano Ciar y del «Maes¬ tro» Garau, procurarán los dineros ne¬ cesarios para la pensión, matrículas y de¬ más de los DOS estudiantes; que si és¬ tos arriman el hombro al estudio, aqué¬ llos lo pondrán al trabajo material, lle¬ gando, en su afán apostólico, a concer¬ tarse a destajo para la arrancasiega de algún habar, al rayar el alba, antes de
meter mano a la tarea escolar diurna.
¡Maravilloso celo y santa hermandad la de nuestros mayores!

Para los estudiantes foráneos de débil
economía había a la sazón, en Palma, va¬ rias casas de pupilaje o residencias, las renombradas CASAS DE LA TROYA, en¬ juiciadas no muy favorablemente por la nada pazguata Condesa de Pardo Bazán, en su «Pascual López», y no llegamos a comprender, en nuestra torpeza, cómo se haya pretendido resucitarlas o remedar¬ las en los «pisos para Seminaristas», juz¬ gando que son éstos a propósito para la formación responsable de la personali¬ dad individual. Para nosotros, la voca¬ ción sacerdotal y religiosa es semilla fe¬ cunda, graciosamente depositada en el co¬ razón del adolescente, que necesita de me¬ dio y ambiente adecuados; hasta el mis¬ mo virus séptico precisa de su caldo de cultivo para arraigar y desarrollarse. Y que se nos sufra el impertinente parén¬ tesis (*).
Para poner a salvo a los estudiantes y redimirlos de los peligros denunciados por la Pardo Bazán, los Hermanos de S. Alfonso M.^ de Ligorio, nacidos en Fela¬ nitx, establecieron, ya en 1875, una Casa o Residencia para Estudiantes, primero en calle Duzay, pasando luego a Apuntado¬ res, para definitivamente parar en la ca¬ lle «del Vi». Por su procedencia eran co¬ nocidos por ELS FELANITXERS. Su lar¬
ga y fecunda labor docente apostólica merecería la ocupación de mejor corta¬ da pluma.
También el celoso y dinámico D. Ma¬ gín Vidal, Custos que fue de Montesión, Profesor del Seminario, siendo aún sólo Diácono, y más tarde Canónigo Peniten¬ ciario de la Seo mallorquina, puso en su casa, calle del Viento, n.° 1, una Casa-re¬ sidencia para estudiantes del Instituto Balear y del Seminario. En ésta fueron acogidos benignamente nuestros llucma-
yorenses, siendo su padrino y protector
el mismo Penitenciario. No será ésta la
sola y última intervención amistosa y protectora para con la naciente Congragación de Terciarios.
Junio, 21 y 22.—En el Seminario Con¬ ciliar de Palma se efectúan los exáme¬ nes de fin de curso. APRUEBAN 3.° de
Latinidad, Retórica y Geografía: D. An¬ tonio Ripoll y Salvá, externo, de Lluc-

4

LA IGLESIA EN EL ORDEN TEMPORAL
Refiriéndose a la situación de la iglesia en el mundo y a sus relaciones con el poder temporal se ha insistido mucho en la caducidad de la llamada era constantiniana. Lo que proclamó el Edicto de Milán fue una libertad religiosa favorable a los cristianos. Al declarar que los súbditos del Imperio podrían adorar a Dios cada uno como quisiera, se reconocía implícitamente al cristianismo, que hasta entonces había sido una religión proscrita. El resultado fue que en menos de un siglo pasó el cristianismo de minoría perseguida a ser mayoría en el mundo romano. Pero la evolución no se detuvo en su reconocimiento como religión autorizada por la ley y en la libertad de los fieles para profesarla: la evolución continuó hasta vincular la religión con el Estado. Esta unión hizo posible, no sólo la organización pública de la Iglesia como sociedad y la construc¬ ción de suntuosos templos para celebrar el culto divino antes recluido en las cata¬ cumbas, sino también la convocatoria del primer concilio ecuménico, pues sólo bajo la protección de Constantino pudieron reunirse en Nicea de Bitinia los obispos de todo ei
orbe en asamblea universal.
La política de Constantino inició la penetración de las ideas cristianas en las leyes romanas y sentó las bases de lo que después de la conversión de los bárbaros consti¬ tuyó el derecho público de la Edad Media. La libertad religiosa fue un principio funda¬ mental de la política constantiniana. El Emperador rechazó siempre el uso de la violencia en defensa de la fe y ante los brotes de rebeldía que no tardaron en surgir del choque del credo cristiano con la filosofía antigua, como donatistas y arríanos, se mantuvo tolerante y conciliador. Su pensamiento político era que la Iglesia y el Estado debían permanecer estrechamente unidos; y ésta ha sido la parte más discutida del imperia¬ lismo constantiniano, pues por un lado podemos considerar las ventajas de que el Estado esté de acuerdo con la Iglesia y por otro valorar las intromisiones de aquél en los asuntos eclesiásticos y los inconvenientes de que los clérig^os ejerzan tareas esta¬ tales. Las grandes figuras de la Iglesia se dieron cuenta del peligro de mundanización que la amenazaba desde que se unió al Estado y de las ingerencias a que estaba ex¬ puesta por parte de los gobernantes. El anciano Osio advertía al Emperador Constancio que no se mezclase en asuntos eclesiásticos cuando estaba candente la cuestión
arriana.
En momentos decisivos la Iglesia ha adoptado una estrategia audaz, inspirada en el propósito de hallar soluciones para los problemas que se le han planteado. En el siglo V, apartando su causa del carcomido Imperio, se convirtió sin embargo en depositaría de la civilización greco-romana, que pudo transmitir a las sociedades nacientes al tiempo de conquistarlas para la fe de Cristo. El bautismo de Clodoveo marca una nueva fase
en la historia
En la memorable noche de Navidad del año 800, el Papa León II! aparece como res¬ taurador del Imperio al coronar a Carlomagno. Resurge entonces un Imperio, cristiano

mayor, y D. Matías Cardeli y Tomás, id., id. (Este aprueba la Geografía en sep¬
tiembre).
Septiembre.—^APRUEBAN 2.° curso: D. Bartolomé Salvà y Salvà, interno, de Llucmayor, y D. Agustín Puigserver y Jamne, interno, de Llorito (Lloret de Vista Ale¬ gre).
Noviembre, 6.—Por fallecimiento del ex¬ claustrado D. Bartolomé Pons (74 años). Encargado de la Beneficencia Municipal, el Ayuntamiento de Llucmayor, «acor¬ des todos los Concejales», nombró Jus¬ tos (sic) o Prior del Hospicio a D. Ga¬ briel Mir y Tomas, Custos que era del
Convento.
Diciembre, 18.—El 13 de diciembre del año anterior, 1880, se convocó un con¬ curso para la obtención de Beca en el
Seminario. El 3 de febrero de este año
de 1881, más de un centenar de aspiran¬ tes a este beneficio «debían encontrarse, en el Seminario, provistos de recado de

escribir» (EL COMERCIO, 25 enero). Se creyó conveniente esperar el resultado
de los exámenes ordinarios de curso
«con objeto de que el resultado pudiese servir de norma para apreciar mejor el
mérito: visto el cual se concedió: l.° A
D. Bartolomé Salvà y Salvà, de Llucma¬ yor, MEDIA BECA. 7.“ A D. Agustín Puig¬ server V Jaume, de Llorito, un TERCIO
de BECA. (B. O. de Mallorca).
CONTINUARÁ
P. Francisco AMENGUAD, T.O.R.
(*) «El «aggiomamento» de los méto¬ dos educativos (en los Seminarios) no justifica la actitud de los que querrían se suprimiese toda estructura, fuese abo¬ lido todo reglamento, se dejasen en ple¬ na libertad las iniciativas personales, conñados en una bondad natural, que ignora el pecado original y sus conse¬ cuencias» (Pablo VI, 21 nbre., 1973).

5

en su constitución íntima, que desempeña el papel de instrumento del sacerdocio, sin excluir de él un aspecto secular soberano e independiente. El poder espiritual de la Iglesia obra indirectamente sobre las cosas temporales en defensa de las realidades espirituales comprometidas en el mundo. El Emperador, en el pensamiento medieval, era el defensor nato de la Iglesia, protector de la persona y autoridad del Papa y mantenedor de la paz entre los principes de la comunidad cristiana, reforzando de este modo la unidad de civilización. Esta idea grandiosa no siempre se logró, pero tuvo un profundo significado para los hombres de la Edad Media. Los monasterios y catedrales se con¬ virtieron en grandes propietarios porque la gran propiedad estaba entonces unida al poder social y era necesaria a la Iglesia para realizar su obra civilizadora. Recuérdense las roturaciones y faenas agrícolas de los benedictinos, la actividad intelectual y artís¬ tica de sus escritorios, la repoblación rural y la fundación de municipios. De ahí vino la investidura laica de obispados y abadías, causa de grandes disturbios hasta que por
el concordato de Worms se reconoció la libertad de las elecciones canónicas.
Con Bonifacio VIH llega el Pontificado a su mayor esplendor. En el año santo de 1300 pudo el Papa contemplar desde su palacio de Letrán el desfile multitudinario que se dirigía a la tumba de San Pedro para ganar el jubileo. Poco después era sorprendido en Amagni y moría vencido y humillado. El terrible enemigo que le acosaba y que había de trastornar la cristiandad, estaba representado por Felipe el Hermoso de Francia y puede expresarse en estos términos: Estado laico. Esta idea era la que había de destruir la obra del Pontificado y cambiar ei derecho público entonces admitido. En sus diversas manifestaciones a través de la historia, como el estatismo renacentista, el regalismo y el actual secularismo, está viva todavía y representa uno de los grandes problemas hu¬ manos que permanecen sin resolver. El cesarismo, la voluntad del soberano, sea un autócrata o una asamblea, como único fundamento de la ley, se impone con fuerza no menguada y es doctrina conservada por la revolución moderna, que, como dice Duguit, se ha limitado a sustituir el derecho divino de los reyes por el derecho divino de los pueblos.
Los derechos de la persona humana no pueden fundamentarse en la doctrina del contrato social, porque sólo hallan fuerte apoyo en la ley natural que emana de la sabi¬ duría creadora y jamás podrán derivarse sólidamente de la negación de toda ley ante¬ rior y superior al Estado y de la proclamación de la voluntad ilimitada y la libertad abso¬ luta. Por eso el Estado laico, puramente profano, es incapaz de asegurar al hombre el goce de sus derechos esenciales. Esta insuficiencia no existe en la concepción de un régimen temporal autónomo en su orden que al mismo tiempo acepte los principios de la revelación cristiana. La secularización implica la negación de toda dependencia vital del hombre de fuerzas superiores a las simplemente naturales. La exacerbación del secularismo suele conducir a una opresión de la Iglesia, vulnerando la libertad religiosa, como ha ocurrido con la llamada Iglesia de! silencio en los países socialistas del Este de Europa.
El gran escritor francés Jacques Maritain, imaginó lo que él llama Estado laico cristiano, que sin perjuicio de su independencia política y puramente civil está llamado a experimentar una impregnación cristiana. El Estado laico cristiano se distingue del confesional en que en vez de imponer desde arriba sus soluciones por ser éstas cató¬ licas, las impulsa desde abajo por ser conformes a la sana razón y al bien común. Esta teoría nos parece ecléctica y contradictoria y adolece del error de atribuir al régimen laico unos fines que sólo pueden ser accesibles al Estado confesional en cuanto actúa de acuerdo con el ministerio eclesiástico en las cosas espirtuales. Admitir el Estado laico y querer infundirle de nuevo substancia cristiana no es, a nuestro parecer, más que iniciar un camino para volver al punto de partida que de antemano se ha abando¬ nado, convirtiendo el proceso histórico en algo parecido a la tela de Penélope
En cualquier asunto temporal los fieles deben guiarse por la conciencia cristiana, declara la constitución Lumen Gentium (L G, 36). Deben, por tanto, dar en cuanto sea posible un sentido cristiano a la cosa pública. Integrada la Iglesia por el pueblo fiel, en los países en que se halla en mayoría sería absurdo que el Estado tuviera signo anti¬ cristiano, si admitimos, de acuerdo con el derecho público moderno, la ley de las mayo¬ rías. Existe un bien común temporal que es fundamento del Estado, como agente desti¬ nado a su consecución. Pero, además, existe un bien común espiritual ordenado a Dios que afecta a la Iglesia, sociedad visible y jurídicamente perfecta. La primacía del bien común no es, pues, sólo política y temporal, sino también espiritual y religiosa, y en él está fundado el poder espiritual sobre la sociedad de los fieles, porque si se tratase de un bien exclusivamente personal y privado, ni la Iglesia sería visible ni podría calificarse como sociedad perfecta, y en definitiva sería absorbida por el Estado como único agente
del bien común.
La conclusión que podemos sacar de lo expuesto es que los gobernantes de la
(Continúa en la póg 19)
6

MALLORCA Y SUS PINTORES

JOHM

IJLBRICHT
por Gregorio Mateu, T. 0. R.

John es un extraordinario pintor y una excelente persona. Le conocimos el pa¬ sado año en su casita de Galilea y pudi¬ mos adivinar en él una amplísima cultu¬ ra y unos conocimientos nada comunes. Da gusto encontrar personas así, cuya exquisita sensibilidad se torna en ama¬ ble convivencia y cuyo trato deja en el alma esa delicada sensación que produce
la verdadera amistad.
Con ocasión de su exposición en la prestigiosa Galería Pelaires hemos ido a su casa de Palma. Nos abre la puerta uno de sus hijos, vivaracho y simpático,
mientras oímos la fuerte voz del artista
que nos invita a pasar. Sentados frente a frente iniciamos una larga conversa¬ ción. Habla muy bien el castellano, in¬ cluso en sus matices más profundos.
Ulbricht nació en La Habana, Cuba, en 1926. Estudió en el Art Institute of
Chicago desde 1946 hasta 1950 y fue be¬ cado para continuar sus estudios en el extranjero. Durante los dos años siguien¬ tes vivió en Ciudad de México, pasando después a ser asistente del director del Denver Art Museum. En 1954, se trasla¬ dó a Europa, con su esposa, la pintora Angela Von Newmann y sus dos hijos. Ha realizado exposiciones individuales en Londres, Nueva York, París. Edimbur¬ go, Los Angeles, Ciudad de México, Ma¬ drid, Palma de Mallorca y otras ciuda¬ des. Sus pinturas figuran en numerosas colecciones privadas así como en un nú¬ mero de instituciones públicas, incluyen¬ do el Dallas Art Museum, el Denver Art Museum, la Columbus Gallery of Fine Arts, la State University de Nueva York, la London National Portrait Gallery y
muchas otras.
Mallorquín de adopción, amante de nuestra isla, de la que es defensor acé¬ rrimo, nos cuenta su llegada a Mallorca:
—Llegados a Europa, unos amigos nos recomendaron visitáramos Mallorca. Ape¬ nas llegamos aquí, nos dimos cuenta de Que esto era algo fuera de serie y deci¬ dimos quedamos definitivamente. Aquí encontramos una gente maravillosa, aco¬ gedora y sencilla. Nos fascinaba igual¬ mente el campo mallorquín y por ello escogimos la idílica localidad de Galilea. Era, entonces, un pueblecito virgen, se¬ parado de las avalanchas turísticas. Allá mi esposa y yo vivíamos una vida deli¬

ciosa sin vender nuestras obras, apren¬ diendo y trabajando intensamente.
—¿Qué es lo que quiere pintar?
—A mí mismo me he planteado mu¬ chas veces esta pregunta sin obtener una adecuada respuesta. La pintura es para mí algo así como un parto, es como en¬ gendrar algo de mí mismo. Un cuadro no es un objeto solidario para colgar en la pared, sino algo que brota de mí mismo y tiene un valor muy superior al de im objeto cualquiera. Es lo que yo soy. Pin¬ tando quiero llegar al ser mío. Pintar es una permanente lucha moral y metafísi¬ ca, es mi forma de ser.
—¿Qué opinión le merece el arte abs¬
tracto?
—Es muy fácil afirmar que es una ton¬ tería al contemplar una obra que no aca¬ bamos de entender. Pero, la verdad es que obras que aparentan ser un ataque a nuestra sensibilidad poseen calidades in¬ dudables. La mayoría de pintores van¬ guardistas son enormemente sinceros. Intentan buscar nuevas formas, abrir arriesgados caminos. El arte pictórico evoluciona a un ritmo más rápido que el pensamiento de la gran masa y por ello resulta difícil entenderlo y juzgarlo. Ello ha abierto un gran abismo entre el público y los artistas serios. Yo intento •—quizás inútilmente— tender un puente entre unos y otros. Puede que resulte im¬ posible cruzar este puente. Me encanta¬ ría que todo el mundo supiera captar el verdadero arte. No le quepa la menor du¬ da que el arte tenía que evolucionar o
estaba condenado a morir.
(El pintor se ha lanzado. Cerca de no¬ sotros observamos cómo el hijo del pin¬ tor escucha ensimismado las palabras de su padre con verdadera devoción. John
fuma constantemente. Se le apaga nu¬
merosas veces el cigarrillo y con una par¬ simonia litúrgica vuelve a encenderlo. Si¬ gue hablando:)
—Yo he sido abstracto. Lo he dejado porque me llevaba a un callejón sin sa¬
lida. Era como un torbellino en el que me revolvía sobre mí mismo. Kierke¬
gaard afirma que el hombre tiene que respirar hacia fuera y hacia dentro. El arte abstracto era para mí un respirar hacia dentro, un encerrarme dentro de mí mismo. Yo no quiero vivir en total liber-

7

tad, en el sentido de que quiero estar en¬ carcelado dentro de la vida, deseo viva¬ mente aceptar la comunicación con los demás. Ello fue lo que motivó que cam¬ biase la abstracción por el figurativismo. Pero, ello no significa en absoluto, que
intente atacar el arte abstracto. El ar¬
te es algo tan misterioso que nadie pue¬ de juzgarlo plenamente. Tenemos que quedar abiertos a todo, aunque no lo en¬ tendamos. Si nos dice algo, entonces es bueno. Picasso, al ser preguntado por qué pintaba, respondía que era lo mismo que preguntar a un pájaro por qué canta.
(Ante nosotros hay im enorme cuadro con un motivo vegetal. Se trata de un manojo de membrillos. Los motivos ve¬ getales se repiten constantemente en las obras del artista: el higo chumbo, los pi¬ mientos secos o puestos a secar, los ajos y la rosa. Se lo decimos al pintor y nos responde:)
—Siento una enorme admiración hacia
el mundo orgánico circundante, como puede ser la tierra, las raíces, las plan¬ tas... Nosotros somos orgánicos, igual que una alcarehofa, en distintos niveles, claro. Veo a Dios en cualquier cosa, en una planta, en ima simple hierba del
campo.
—¿A dónde va la sociedad actual?
—^Yo creo en un futuro mucho mejor. Con los nuevos adelantos hemos ganado muchísimo y también hemos perdido bastante. Hoy vivimos con más angustia, más prisa, más vértigo. Creo que esta¬
mos en una fase de crecimiento incon¬
trolado. A veces se me ocurre pensar que
la actual sociedad vive una etapa de ado¬ lescencia. Pero, por otra, parte, posible¬ mente nos entendamos más que en otras épocas. Siempre el hombre ha sufrido

mucho. La evolución que hoy experimen¬
tamos en Mallorca la viví hace años en
Chicago y de allí huimos para encontrar este paraíso que es Mallorca y que des¬ graciadamente, se está perdienndo.
(Ulbricht parece un hombre muy feliz y contento, muy amante de su hogar, un estupendo padre de familia. Nos dice que admira al pintor mallorquín Rivera Bagur y que lamenta con nosotros que no exponga sus obras en Mallorca y que, in¬ dudablemente, serían muy apreciadas. Pa¬ samos a su estudio, muy ordenado, con
mucha luz. En una mesa observamos una
obra, a medio acabar, de su esposa An¬ gela. Angela es una gran pintora, exqui¬ sita, de una sensibilidad superior. Nos dice que esta obra servirá para fabricar un enorme tapiz, cosa que hace mucha ilusión a la pintora.)
—¿Se siente satisfecho de su obra?
—La verdad es que siempre busco algo nuevo, que jamás me conformo con lo
hecho. No creo en los ideales. El arte soy
yo, pobre y sencillo, que evoluciona y crece conmigo cada día un poco.
Nos despedimos del artista a quien ad¬
miramos de corazón. Ulbricht pone un sello de realismo bien entendido en un
arte sin angaños y sin ofrecer gato por liebre, cosa a la que desgraciadamente hemos tenido que acostumbrarnos. Los
cuadro de Ulbrich son una fiesta en la
que lo bello y lo verdadero hacen per¬ manentemente acto de presencia.
Bajamos las escaleras de la casa del pintor situada en el centro álgido de la ciudad. Mientras caminamos por las ca¬ lles vamos pensando en este tandem de extraordinarios artistas (John y Angela) que predican con sus telas un mundo ma-
rsivilloso de líricas resonancias.

8

EL P. GABRIEL FERRER
LLABRES, T. 0. R.
NIEVO VICARIO PROVINCIAl

Como ya saben nuestros lectores, la Provincia Española de la T. O. R. sufrió recientemente la irreparable pérdida de su Ministro Provincial, P. Miguel Tous Gaya. Como consecuencia de ello, y a tenor del artículo 378 de nuestras Cons¬
tituciones, asumía automáticamente la
responsabilidad de la misma Provincia el P, Gabriel Ferrer Llabrés, Custodio
Provincial al sobrevenir la muerte del
llorado P. Tous.
El nuevo Superior Mayor de la Provin¬ cia de la Inmaculada Concepción de Es¬ paña nació en la ciudad de Inca (Ma¬ llorca) el 21 de enero de 1933. Ingresado
en nuestra Orden —mediante la emisión
de los primeros votos— el 18 de agosto de 1949, era ordenado sacerdote de Cris¬ to, en Palma de Mallorca, día 16 de mar¬
zo de 1957.
Enviado a Roma aquel mismo año, se

licenció en Derecho Canónico, asignatura que enseñó después, durante 10 años, a nuestros religiosos estudiantes, de los cuales fue también Director espiritual durante un trienio. Secretario Provincial
por espacio de nueve años y Administra¬
dor de esta revista desde el 13 de abril
1964 hasta el l.“ de enero 1965, en el ve¬ rano de 1970 quedaba elegido Custodio Provincial, siendo reelegido —^para un cuatrienio— en junio del pasado año. Desde 1970 era asimismo Director del
Colegio de Enseñanza Media «Ramón
Llull» (Inca).
«HERALDO DE CRISTO» se pone in¬ condicionalmente a la disposición del nuevo Vicario Provincial (1) y ruega al Señor le otorgue las gracias convenien¬
tes para el fiel desempeño del difícil car¬ go que acaba de estrenar.

«

Día 22 de enero del año en curso, nuestro (jleneral, Rdmo. P. Luigi Secondo, presidió una reunión de la Curia Provincial. Como fruto de dicha reunión —ce¬ lebrada en el Convento de San Francisco, Palma de Mallorca—, quedó constitui¬ da la Curia que, D. m., regirá los destinos de la Provincia hasta el verano de 1977. Día 3 fue proclamada oficial y públicamente así:
Vicario Provincial: Fr. Gabriel Ferrer Llabrés.

Custodio Provincial: Fr. Francisco Batle Pons.

Definidores:

Fr. Evelio de Lamo Fernández.
Fr. José Angulo Quilis. Fr. Corpus Izquierdo Barrero.

(Continúa en lo pág. siguiente)

9

CORONA

POETICA
por L. Pérez M.arttnez
(Continuación)

LULI AN A

2.—ANTONIO GERALDINI
Bover lo hace natural de Mallorca y afirma
(jue debía llamarse Antonio Garau. Nicolás An¬ tonio cree que era catalán y Villanueva al citarlf> junto con su hermano Alejandro los llama
«Geraldino Amerinos Italianos, acaso catalanes, naturales de Amer». Italiano lo hace igualmente el P. Andrés de Palma de Mallorca. Tanto él co¬ mo su hermano estuvieron mucho tiempo en Esl)aña. Alejandro murió en 1488 a los treinta y un años de edad. Fue fecundo poeta latino y co¬ mo tal fue coronado en el Capitolio a los veinti¬ dós años. Inocencio VIII le protegió y le nom¬ bró protonotario confiándole una importante misión diplomática en España. Debió ser amigo del erudito e historiador catalán Pedro Miguel Carbonell (1434-].'Í17), quien por espacio de cua¬ renta años rigió el Archivo de la Corona de Aragón.

Inventa et sordes: tuneque est divinitus illi Infusum ingenium, naturae arcana resolvens:
Perque omnes errans artes, coelique recessus
Edidit in toto celebranda volumina mundo.
Ipse quoque imw.enso solers erravit in orbe Ut Christi leges alio sub sole locatos
Funderet in populos, paganaque pectora nostrae
Verteret ad cultum fidei, Christumque doceret Esse Deum atque hominem genitrice e virgine
[natum
Quapropter quando hunc dyris gens barbara saxis Aggressa est cessit Lybitis detrusus ab oris,
Dumque solum natale petit, Balearica Regna, In patriae serdor prospectu fessus obivit.
Bibi.: Bover I, núm. 530; Avinyó 245; Fray Andrés de Palma de Mallorca, Hacia las pruebas documentales del martirio del Beato Ramón Lull.
en «Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana»
27 (1937-8) 272.

La poesía que presentamos se encuentra en el Registro 2609 del Archivo de la Corona de Ara¬ gón, fol. 169 V., al final del códice (Diversorium I de Alfonso IV), copiada de mano del archive¬ ro que antes citamos, quien antepuso a la misma el sigmente epígrafe: ccAccípe hos versus in lau¬ dem divi Raimuiidi LuUii Balearici quos Anto¬ nius Geraldinus poeta egregius edidit et quos mihi P. M. Carbonello Regio Archivario hic inserere libuit». Publicaron la poesía Bover y Avinyó, éste copiándola del primero. El P. An¬ dres, que afirma que la transcribió del original, con todo no la publica. Como hemos notado algu¬
nos errores en las ediciones de los mencionados
eruditos, hem<>s copiado la poesía directamente del original manuscrito.
Clauditur hac Lulii Raimundi corpus in arca Egregia quem t stirpe tulit Gymnesia tellus.
Mollis amator erat primaevo in flore juventae Mortali implicitus cura: mox pectora mutans
In coelum tollensque oculos, peritura reliquit

3.—ARNALDO DESCOS
Nació en Palma a mediados del siglo XV de ilustre familia. Estudió humanidades en Ñápe¬ les. Fue un fervoroso discípulo del catalán Pedro
Daguí (•!■ 1500), maestro de doctrina luliana en Mallorca, a quien sucedió en la cátedra. Estuvo relacionado con muchos sabios y personalidades de su época, entre los cuales cabe mencionar a Fray Bernardo Boil, primer Patriarca de las In¬ dias, que acompañó a Cristóbal Colón en uno de sus viajes al frente de doce misioneros escogidos. Puede ser que a través de éste conociera a los
hermanos Geraldini. Descós era un entusiasta pro¬
pagador de la doctrina de Ramón Llull a quien
no se cansa de darle el título de santo: divus. La poesía que insertamos es una respuesta a un
tal Pompilio, que impugnaba la sentencia luliana del sexto sentido o potencia locutiva (affatus).
Amaldus Cossus ad Reprehensorem
Divi Raymmidi

I Viene de la pág. anterior)
Fr. Sebastián Taberner Adrover. Secretario: Fr. Jaime Fe Corró.
Para todos, nuestros mejores deseos. Y la cordial enhorabuena, aunque sea en un clima de luto por la muerte temporal del que fue nuestro estimado P. Pro¬
vincial.
Fr. J. T. M., T.O.R.
(1) Spflún nuestras Constituciones, es con este título y no con el de Ministro Provincial co.no ha de ser llamado quien sustituye a éste
en un caso como el que nos ocupa.
10

Quúl tibi sevitiae est? an te unquam laeserit ille, In quem tam falsas objicis ipse notas?
i\\‘on ex Pegaseo gustavit fonte liquores, Sed Christi lateris jam satiatur aquis.
Mortales numquam visum est habuisse Magistros:
Hunc Deus edocuit solus in orbe virum. Hinc statuere nefas tam sacrum carpere vatem
Quem docuit tanta nunc pietate coli
Inter doctores divina claruit arte.
Qua coeli nobis edidit ipse viam. Maurorum intrepidus cunctos qui respuit enses.
Ut culicis morsus despicit ipse tuos.
liibL: Bover I, núm. 355; Avinyó 295; Carre¬ ras II, 65 y ss.; Fidel Fita: Cartas inéditas da D. Amoldo Deseos en la colección Pascual, en
cfBoletín de la Real Academia de la Historia» 19
(1891) 377-446; J M. Quadrado: Amoldo Descós y Fray Bernardo Boyl, en Id. 20 (1892) 113122; Antonio Raymundo Pasqual; Descubrimien¬ to de la aguja náutica, Madrid 1789, p. 174 v ss.; Jaime Villanueva: Viaje literario, XXII,
251 y ss.

Obiit namque secunda et vicesima novembris die salutis humanae quadringentesimo octuagesimo quarto supra millesimum.
Bibi.; Avinyó 306; Custurer 93; Antonio Pons: Fra Mario de Passa lullista i bibliòfil, en «Estu¬ dis Universitaris Catalans» 22 (1936) 317-337.
5.—JAIME DE OLEZA
Era hijo de Rafael de Oleza y Pont, que fue embajador de Mallorca en la corte de Nápoles, y de doña Isabel Zanglada y Sureda. Debió mo¬ rir a principios del XVI. Además de buen poeta en latín y en lengua vulgar, fue un entusiasta defensor de Ramón Llull. En una de sus obras, el Líber de lege christiana et de ejus excellentia, impreso en Valencia en 1515, da el título de san¬
to al Maestro:
Aut per Aristotelis summas ascende reales Aut divi Lulii dogmata sancta lege

4.—ANONIMO
Junto a su sepulcro en la capilla del Sagrado Corazón de la Catedral y frente al del Maestro Juan Llobet, del cual hablamos en el primer nú¬ mero, se encuentra la lauda sepulcral de doña
Beatriz de Pinós. El nombre de esta ilustre da¬
ma, esposa del infortunado Francisco Galceran de Pinós, antiguo camarlengo del Príncipe de \\ iana, es conocido en la historia del lulismo por su protección al fomento de la doctrina del Doc¬ tor Iluminado. El 23 de septiembre de 1478 hi¬ zo, desde Barcelona, a las autoridades mallorqui¬ nes ima espléndida donación con este fin. En su testamento ante el notario Miguel Litrá el 11
de noviembre de 1484 abundaba en los mismos
sentimientos de esplendidez. En Mallorca, adon¬ de había acudido desde tierras catalanas, deseosa de seguir las huellas del solitario de Randa, m: rió once días más tarde. Un año antes, el 30 de agosto de 1483, Fernando el Católico otorgaba a los Jurados de Mallorca el competente permiso para erigir un Estudio General, que, aunque tardaría algunos años en funcionar, era la ilu¬ sionada satisfacción para la noble dama catalana de ver cumplidos sus deseos.
Dum colit aethereas sedes Pinosa Beatrix
Hoc habet in tumulo m'ombra soluta brevi.
Francisco-, teneris. Pinoso nupserat, annis; Debet uterque uni, nobile nomen, avo.
Ille ubi decessit sacris pia pectora votis Haec dicat atque animam conciliare Deo.
Foverat inque artem Lulii studiosa Ramundi. Casta voluptatum dum fugit omne genus
lam gravis huc patriis tandem concessit ab oris Nec mora supremos explicuitque dies.
Pars una ex opibus nostros respexit egentes Et cessit Luliis altera pars studiis.
Si meruit coelos aequum quid laudibus addo Pyramide et longo carmine digna fuit.

Llevó hasta tal punto su fervor por el Doctor Iluminado, que acusó al Maestro Pedro Daguí de fa’so lulista, escribiendo con este fin una obra que se conserva inédita: «Fornax Jacobi Olesie
civis Balearici constructa in examinationem non
omnium sed aliquorum errorum Petri Deguini pseudo lulliste». Actualmente se encuentra en la Biblioteca Pública de Palma. En esta obra, que mandó a Roma para su corrección cuando ocu¬ paba la sede pontificia Alejandro VI, se incluye la siguiente poesía, que aunque no hable del Maestre, pero por encontrarse dentro de una obra estrechamente unida al lulismo, no dudamos en
transcribir:
Jacobus Olesia ad libellum suum quem Romae misit
I liber haud timeas latios spectare triumphos Veste licet vili poeneque nudus eas.
Nam tibi verborum cultus si et comptio desit Tu tam.en interius quod venerentur habes.
Sint igitur Romae censores sintque severi Te tamen ex illis qui tueatur erit,
Nam si poma placent vario depicta colore Cortice deposito; quod sapit intus habent;
Et si turba omnis te contra in prelia surgat. Non ideo trepidus conde per antra caput
Sed mediis populis clamato et dicito nudus
Non timeo dentes turba proterva tuos
Dummodo sit dexter Petri qui in sede beatus Magnus Alexander sextus in Urbe sedet
Collata est mundi merito cui tota potestas
Imperiumque simul urbis et orbis habet Quisque tenet claves terra coeloque potentes
Et tenet imperium de Phlegetonte simul.
Bibi.: Avinyó 278; Bover II, 828; BPP, ms. 1.080, núm. 47;
(Continuará)

11

Tisonomia de San Trancisco
AYER COMO HOY
\\
...«Porque esta perniciosa teoría y pésima costumbre de educar con dema¬ siada flojedad, y aun disolutamente, a los hijos desde su tierna infancia ha cun¬ dido de tal forma entre los que se llaman cristianos, que pasa en todas partes como cosa establecida e indiscutible. Apenas nacidos, y antes de poder hablar o balbucear, se les enseña con signos y palabras indecorosas lo torpe y execra¬ ble; desprendidos ya del pecho de sus madres, se les fuerza no sólo a decir, sino a obrar cosas disolutas y lascivas. Ninguno de esos padres se atreve a condu¬ cirse honestamente, conforme a su edad, por temor a una vida austera. Por esto bien dijo el antiguo poeta: «Porque crecimos entre las debilidades de nuestros padres, desde la infancia nos cercan todos los males».
Verdad certísima, porque tanto más perjudiciales son para los hijos las con¬ descendencias de los padres, cuanto éstos son más fáciles en ellas. Pero después, cuando avanzan algún tanto en la edad, empujándose ellos mismos, se deslizan siempre hacia lo peor. De la dañada raíz crece el árbol viciado, y lo que una vez ha sufrido desvío, difícilmente puede reducirse a la debida dirección.
Y cuando llegaren a los umbrales de la juventud, ¿qué piensan serán esos tales? Entonces, sin duda alguna, toda vez que les es permitido y fácil ejecutar todo lo que les viene en deseo, se lanzarán a toda suerte de disoluciones y con tesón se entregarán a satisfacer sus malos instintos. Así, hechos esclavos volun¬ tarios del pecado, entregan sus cuerpos a la iniquidad, y aun con el nombre de cristianos, nada tienen de tales en su vida y costumbres.
Fingen muchas veces, los desgraciados, haber hecho cosas mucho peores que las ejecutadas, para no ser tenidos por más despreciables cuanto son más inocentes. Estas son las tristes lecciones en que este hombre (Francisco), a quien al presente veneramos como santo, porque en verdad lo fue, se vio edu¬ cado desde su infancia, pues hasta muy cerca de los veinticinco años de su edad perdió y consumió miserablemente el tiempo.
Y no sólo esto, sino que, al superar en mucho a sus conciudadanos en la vanidad, presentábase como organizador de francachelas y ganoso de aplauso. Esforzábase en sobrepujar a los demás en fausto de la gloria mundana, para ser la admiración de todos. Sobresalía en los juegos, en los pasatiempos, en las ri¬ sas y palabras vanas, en los cantares, en los vestidos muelles y lujosos; porque poseía muchas riquezas, mostrábase no avaro y sí pródigo; no acumulador de bienes, sino disipador de fortuna; cauto negociante, mas vanísimo malbaratador; hombre que obraba en todo por humanos respetos, hábil y afable en extremo, mas para su ruina y perdición.
Por eso le rodeaban y seguían obradores de maldad e incitadores de críme¬ nes, y él, cautivo en la compañía de los malos, seguía altanero y magnánimo,
Señor! interesándose por los caminos de la Babilonia del mundo, hasta que el
desde lo alto del cielo, fijó en él su mirada compasiva y aplacó por su nombre la ira contra él acumulada, y para su gloria puso como un freno a su boca, a fin de que no pereciese».
CELANO, Vida primera de San Francisco, Lib. I, c. I.
12

BELLS
AMETLERS,
MERCES!

Cremades les edats de la virtut,
entre la cendra visc la senectut.
Mes el llarg temps no ha fet erosió a la fidelitat del meu amor.
¿Des de quin any remot, des de quin mes d’antic febrer us estim, bells ametlers?
No té de dates Vànima. memòria, però dels fets en sap tota la història.
¿No us recordau que us deia ja cert dia que vostra alba florida pareixia
neta bugada estesa en les marjades, com si haguessin, de nit, rentat les fades?
¿I que us parlava, en altra ocasió, de vostra efusió de goig i amor,
dubtant si les floretes eren neu flairosa o si, mudades en un breu
espill durant la nit, hagués quiscuna volgut dins ella emmirallar la lluna?
I ara farà una quarentena d’anys, glatint sempre d’aquests dolços afanys,
us saludava uixi' «Bells ametlers, que veniu com impàvids missatgers,
duent alçats blancs estendards de pau. i anunciau amb flors i olor suau,
des de l’enfredorida llunyania, l’abril i el maig a aquesta terra mia...!»
Galantejant sobre vostre perfum l’imaginava tot banyat de llum
i que l’embegués l’ànima com una lleu escalfor, emblanquint-la si era bruna...
I de la ment, en dits joiosos dies, se’n deslliuraven altres mil follies
rodant entorn de vostres flors i aroma, flors com «aucclls minúsculs d’alba ploma».

Bells ametlers! Jo som encara aquell mateix que ja us amà de jovencell;
que us ha guardat tants d’anys l’amor promès —en té ja de complits setanta~tres—.
Nascut entre vosaltres, vostra albor ja em va corprendre quan era infantó.
Mes, ¿quan es féu, molts i molts d’anys enrere, la declaració d’amor primera?
No ho sé; però l’any mil nou-cents devuit del connubi en grillava ja algun fruit.
Cada gener i febrer, des de llavors, bells ametlers, heu tret les vostres flors.
No arribà tot esplet a salvament —sovint les flors les arrabassa el vent—;
mes us sent grat perquè de vostre amor
n’he rebut tanta benedicció!

Gener de 1974.

Fra M. C., T. O. R.

13

Comenc de noves meravelles
misteriosa ve la nit, i, al parpelleig de les estrelles, los grins contesten tot seguit amb cant planyívol, repetit.

LA FLOR DE L'AMETLER
Amh un mantell de neu ben abrigada enyorava, en el cor de la hivernada, la terra, l’hermosura de les flors.
Déu del cel escoltà la terra en plors
i un borralló de blanca neu prenent
i un lt.ambreig vermellenc de sol ixent, formà una flor petita i encisera que en temps d’hivern parlàs de primavera.
Així creà, del cel lo Jardiner, la primerenca flor de Vametler.
1903
RECORDS DEL TEIX
D’escambuixades carritxeres
sa grisa testa enrevoltant, tot claps de bosc i rossegueres,
s’aixeca el Teix com un gegant,
l’Illa daurada vigilant.
Quan el sol, fred, corre a la posta fent jaç del mar dins les blavors, envia un raig per a ell aposta, brufant de pàl.lids resplendors
els cims on nien els voltors.
Llavors la boira somniosa amb una onada colossal
les timbes puja silenciosa... com per dins vella Catedral l’encens que aroma el cant triomfal.
La serra aixís embolcallada
sembla fantàstica visió... Fent escomesa a la vesprada mouen, al fons de l’horitzó, rebolls i pins creixent remor.
14

Quan no hi ha boires per Valtura, al fondre’s ja tota claror, com ull de llop dins Vespessura o de lluerna el respltndor, la sitja brilla en la foscor.
1 la barraca s’endevina on s’arredossa el carboner
qui allà la pau té per veïna, i el goig hi troba vertader, del món alluny, sempre fener.
Sovint, al ple de la diada, el cop se sent de lu destral per dins el bosc espès brandada; i gemegant cau el cimal que no pogué esqueixar el mestral.
I quan de pressa l’any avança la cançó hi vibra del roter,
mescla de dubte i esperança,
quan la llavor fia al terrer
dins lo rocós i alt sementer.
***
De dalt el caire d’eixa serra,
de dalt el front d’aquest gegant me plau guaitar la nostra terra, jardí de flors de dolç encant que van les ones bressolant.
Més pur és l’aire que es respira aquí damunt, i més suau: quan molt avall el món se mira, l’esperit gosa dolça pau prop de la volta del cel blau.
El pensament tot s’extasia dalt aquest cim esglaiador, i a volar aprèn la fantasia veient amunt fer-se el voltor,
de l’aire vell dominador.

Silenci etern de la muntanya
fondo i sublim recolliment! Sentir aquí remor estranya és un sarcasme! I fins el vent passa pels cims calladament.
Acinglerada i forta serra, que ho és de dolç el record teu!
Alt mirador de nostra terra,
tos aspres cingles i ta neu la majestat canten de Déu!

Les muntanyoles ajupides des d'aquí semblen formiguers: les que s’aixequen més ardides apar que sien vells clapers dels que bastiren forts guerrers.
I el Puig Major, que el front rabeja dins lo boirat que el va voltant, amb l’esvelt Teix, quan se’l coteja, bé es veu que n’és son consemblant: és un germà un poc més gegant.
**
Quan la primera nigulada d’hivern, que empeny el vent gelat, damunt el Teix queda ajaçada, de neu li deixa tot brufat
el seu mantell, llavors morat.
Neu transparent, immaculada, on l’endemà des d’un cel gris lli reflecteix la blanca ullada del sol que brilla malaltís i es va aclucant amb trist somrís...
Del bestiar orat l’esquella ja no ressona en l’alta nit:
se sent tan sols la cantarella
de qualque font rajant seguit, 0 un tord piular quan ve rendit.

AUGURI
Vendrà prest la primavera, vendrà prest, que a Déu li plau:
callarà la torrentera,
el cel gris tornarà blau. Dels camins per la vorera s’obrirà la flor suau de corola joguinera on la flaire bé hi escau. Mentre tebi i clar lluïa, així el sol aquest migdia
ho contava a un ametler
que, florint a dins la tanca, la bandera de pau blanca ja desplega rioler.
MAIG
Llurs càntigues t’endrecen els rosers en un himne de roses, oh Maria: una ona de perfum el món t’envia i són jardins i valls los encensers.
Baix del satí bíanquíssim dels dossers ta blancor sense màcula irradia, i hi volen nostres precs de cada dia com arpegis d’una arpa matiners.
Els dies són més lluminosos ara.
Se sent a l’hora de la posta clara, u dalt dels vells cloquers, un chor vibrant.
I en el llarg finestral de la capella
toca amb l’ala amorosa l’oronella
quan en vol brunzidor passa giscant.
Josep M.’ TOUS I MAROTO (1870-1949).
15

POETA MENOR?, ¿ON POETA MEDIOCRE?
Provablement serien molts els entesos que, pregats o obligáis a donar el seu judici, classifica¬ rien Josep M.“ Tous i Maroto com a poeta menor. I pot esser que n’hi hagués encara d’altres que, descendint un grau més per l’escala dels valors literaris, no duhtassin en qualificar-lo de poeta mediocre. Convenguem, emperò, que senya’ar ima partió segura, que tothom admeti, entre mediocritat i superioritat (el terme «superioritat» s’ha de prendre aquí en el sentit de mer oponent a mediocritat, quasi com si diguéssim «no mediocriat») literària és una tasca no gens fàcil. Malauradament no existeix un sistema decimal, un regle de càlcul, un nonius per a mesurar exac¬
tament una tal mena de valors.
No ohstant, i prescindint de tota subjectivitat, sempre serà apreciable, per als no cecs, la diferència entre la claror d’una espelma i la d’una bombeta elèctrica de cent vats. O, passant del símil a la nostra realitat, entre un poeta literàriament normal i el que és un geni. Així, doncs, feta aquesta prèvia clarificació respecte del significat dels mots, ens resultarà més faedor, i menys injust i ofensiu per a l’al.ludit, l’encasellament: Tous i Maroto seria, per a nosaltres, un poeta, un vertader poeta, però un poeta normal, no precisament un geni.
Mes l’encasellament, cal que també això quedi ben clar, no obsta perquè el poeta normal, el poeta sense cap especial qualificatiu, no tengui les seves belles agudeses, les seves prò¬ pies genialitats literàries. El poeta que es mogués contínuament dins la vulgaritat, dins les com¬ posicions del qual no hi aparegués mai una palleta àuria, on no s’hi pogués collir ni una esca¬ dussera flor, no mereixeria portar aquell honorífic nom de poeta; en tendría prou amb el de
versaire.
Tous i Maroto és un vertader poeta. Basta llegir, sense prejudicis, les poques composicions que oferim en la nostra «Pàgina literària». Es veurà totd’una que l’autor no camina per un terreny ja massa trespolejat; que vol dir coses que els altres encara no han dit, que intenta pre¬ sentar temes nous, no tocats de mans, encara no mostosos; que Fagullona sempre seguit la preocupació de la bellesa i de l’elegància. Naturalment, ell és fill del seu temps i, per això, comet o admet certes imperfeccions formals i de lèxic pròpies del temps en què ell visqué i
escriví.
Per altra banda En Tous i Maroto és un poeta consagrat. Bill pot exhibir les credencials esteses per un tribunal d’ofici: del consistori dels Jocs Florals de Barcelona. L’any 190^, amb l’aplec de petits poemes reunits sota l’epígraf de Salabroses, obtenia la primera Englantina. Altra cop fou per a ell l’Englantina l’any 1919, amb la composició Davant d’un antic pergamí. I l’any següent, 1920, guanyava la Viola d’or amb el poema La lletania dels rosers (publicat en el número de juny de 1920 d’aquesta revista). Obtenguts els tres premis ordinaris, li fou acordat el prestigiós títol de «Mestre en gai saber». Respectem el criteri dels tres diferents jurats que concediren les altes distincions. No neguem un seient en el nostre petit parnàs a un guanyador de Violes i Englantines.
Sembla que Tous i Maroto, essent un senyor de Ciutat, s’esforçava per a no ciutadanejar. Sense excluir la temàtica religiosa i, sobretot, la del mar, pareix que el nostre poeta sentia una forta dèria pel bosc i per la muntanya. L’any 1906, en l’enyorada revista, literària «Mitjorn», publicava una sèrie d’articles (impressions) sota la designació, ben significativa, de Trescant per la serra. En el primer de dits treballs ja eonfessa: «L’he trescada, arreu, moltes vegades a la serra blavosa qui s’aixeca lluny. La muntanya que solament recorren els pastors i els carritxers; la que coneix el carboner que hi habita solitari». I en el curs dels cinc articles es manifesta un perfecte coneixedor no solament de la topografia i de la fauna i flora de la serra, sinó també de la vida, feina i costums dels seus més freqüents habitadors humans: guardians de bestiar, sega¬ dors de càrritx i els que s’ocupen en fer carbó per l’antiquíssim procediment de les sitges. Esguar¬ dant-ho tot, com és natural, a través de la seva lent literària.
Revela també la mateixa estimació del nostre literat per a la muntanya el fet d’haver pres com a tema de dues notables composicions seves la serra del Toix: Records del Teix (poesia pre¬ miada en els Jocs Florals d’Olot), que publicam, i, anteriorment. Lo teix del Puig dels Teixos, que figura en el seu primer llibre de poesies, FLORS D’AMETLER (any 1903).
Fra M. C., T. O. R.
16

Después de la
inesperada muerte
de nuestro Ministro
Provincial,
P. MIGUEL TOUS GAYA

«Ahora, vuelta la paz y recobrada la se¬ renidad, sólo queda levantar los ojos al Cielo y, al contemplar, tras el horizonte de esta vida, la mano providente del Pa¬ dre bondadoso, clamar con el autor sa¬ grado: «El Señor nos lo dio. El nos lo ha quitado; bendito sea su santo nom¬
bre».
Considero que las precedentes palabras,
tomadas textualmente del breve discurso
que nos dirigió a sus religiosos el nue¬ vo Vicario Provincial, al ser confirmado oficialmente en el cargo (día 3 de enero), han de ser el reflejo exacto de la cris¬ tiana postura que debemos adoptar cuan¬ tos hemos sentido profundamente el trán¬ sito inopinado del querido P. Tous.
No obstante, creeríamos caer en lamen¬ table error de cortesía y considerable in¬ gratitud si no intentáramos dejar cons¬
tancia de unos hechos concretos que se adhieren indiscutiblemente a la gran per¬
sonalidad adquirida por el P. Provincial perdido el día 30 de diciembre pasado.
En el suelto que dolorosa y precipi¬
tadamente hubimos de insertar en el nú¬ mero del «Heraldo de Cristo» del mes
pasado, prometíamos ocuparnos de algu¬ nos otros aspectos biográficos del difun¬

to. En la medida de nuestras posibilida¬ des, cumpliremos la promesa.
Aquella reseña, escrita con las prisas y el dolor propios del caso, no especifi¬ caba dos fechas de interés: que en el verano del año 1970, El P. Tous había sido elegido nuestro Ministro Provincial para tres años; que en junio de 1973, ha¬ bía sido reelegido para im cuatrienio. Añadamos ahora que en la votación to¬ mábamos parte todos sus hermanos de
votos solemnes.
Indicábamos en la misma relación de
datos biográficos que en otra ocasión
hablaríamos sobre el lulismo del suso¬
dicho P. Tous. Era «Magister» de la Es¬ cuela Lulística Mayoricense. Pronto, D. m., un lulista de renombre internacional nos hará conocer los méritos que le hi¬
cieron acreedor a tal distinción.
Hoy, por otra parte, invitamos cordial¬ mente a cuantos nos lean quieran re¬
flexionar sobre la interesante homilía
pronunciada por el Sr. Obispo de Mallor¬ ca, al presidir las exequias de mi antiguo Superior Mayor. Hizo de él un certero resumen, una sucinta y clara descripción de la ejemplar figura humano-religiosa del difunto (Véase pág. 20).

EXEQUIAS Y FUNERAL
A las 17’30 del 31 de diciembre, en nuestra Basílica de S. Francisco, tuvie¬ ron lugar las exequias. Concelebramos la Eucaristía 53 sacerdotes. Presidieron la solemne y emotiva Concelebración: el Obispo de Mallorca, Mons. Teodoro Ubeda; el de Ibiza, Mons. Francisco Planas; el Ministro General de la T. O. R., P. Lui¬ gi Secondo, llegado expresamente de Ro¬ ma; el P. Gabriel Ferrer Llabrés, que ha¬ bía asumido la responsabilidad de nues¬ tra Provincia con el nombre de Vicario Provincial; el P. Bartolomé Nicolau Roig, primer Definidor General de la Orden, ex-Ministro Provincial de España y veni¬ do igualmente de Roma.
Organizó el canto y demás detalles de la liturgia el P. Francisco Batle Pons, Su¬ perior del Convento de San Francisco y actual Custodio Provincial. Cantó, con la maestría y belleza de siempre, el Coro de «Pueri Cantores» del Colegio San Fran¬ cisco, bajo la experta batuta del Direc¬ tor Fr. Antonio Riera Moreno, T. O. R. Dirigió con exquisita pulcritud el canto gregoriano el Maestro P. Antonio Marto¬ rell, T. O. R., también llegado de la Ciu¬ dad Eterna acompañando al P. General.
La Basílica se encontraba totalmente
abarrotada de fieles, entre los que figura¬
ban todos los estamentos sociales de la
isla. Fue muy numerosa la representa¬ ción de Religiosas (especialmente Fran¬ ciscanas), Religiosos de las distintas Or¬ denes y Congregaciones con Casa en Ma¬ llorca, Cabildo Catedralicio, Clero dioce¬ sano y seglares franciscanos. Estaban presentes —obvio resulta el decirlo— her¬ manos nuestros procedentes de todas las Fraternidades que la Provincia tiene en España.
Presidieron el duelo: los dos Obispos citados, el P. General, la Curia Provin¬ cial y los familiares del difunto.
OTROS FUNERALES
Aparte de los que han sido celebrados en cada una de las iglesias de nuestra Se¬ ráfica Provincia, queremos consignar los siguientes: el de Artà (2 enero), pueblo donde nació el P. Tous y residencia de la familia. Presidió el P. General, al que acompañaban en la Concelebración casi 30 presbíteros. Pronunció la homilía el Secretario General de nuestras misiones, el ya referido P. Bartolomé Nicolau, quien destacó precisamente delicadezas

concretas que había tenido el Provincial
con sus misiones.
Otra Concelebración Eucarística solem¬
ne fue la que tuvo lugar en la Parroquia
de San Francisco de Asís (Puente Valle-
cas, Madrid), de donde había sido tres años Párroco el P. Miguel. Predicó el P. Cosme Muñoz, T. O. R., Párroco actual.
Día 7 de enero, a las 20’30, en nuestra ya citada Basílica de S. Francisco, fue
cantada otra Misa Concelebrada. La or¬
ganizó la Jimta Provincial de la T. O. F. d6‘ Baleares. Su Asistente, el P. José Luis López, T. O. R., cuidó de la homilía. Con la elegante hondura en él característica, señaló ejemplos concretos de vida fran¬ ciscana que el P. Tous legó a los tercia¬
rios.
Tenemos noticias también de que an¬
tes, el 4 de enero, fue celebrado otro solemne fimeral en nuestra iglesia de In¬ ca. A la Concelebración asistieron sacer¬ dotes, religiosas y numerosos francisca¬ nos seglares.
LA PRENSA
La prensa mallorquina, y de manera especial los dos diarios matutinos de Pal¬ ma de Mallorca, publicó en lugar desta¬
cado la infausta noticia del fallecimien¬ to del P. Provincial de la T. O. R. Es un gesto amistoso que no queremos ni
podemos silenciar y es una deferencia que agradecemos con toda el alma.
MAS TESTIMONIOS DE CONDOLENCIA
Resulta imposible hacer ni siquiera una aceptable síntesis de los testimonios de pésame recibidos. Por la Capilla ardien¬ te —instalada, como siempre, en la sala de la Fraternidad Seglar Franciscana— desfiló una multitud de amigos del P. Tous, de sus familiares o de nuestra Or¬ den. Fueron muchas las lágrimas que vi¬ mos derramar ante el cadáver aquellos dos días (30 y 31 diciembre). Las esce¬ nas de hondo pesar y profunda emoción se repitieron constantemente, haciéndose muy palpable y notoria la estima general de que gozaba el finado.
Después, y provenientes de España y del Extranjero, llegaron a este Convento
de S. Francisco o al Vicario Provincial
telegramas, cartas y otras demostracio¬ nes de sentido pésame.
Ahora mismo, cuando me encuentro escribiendo estas líneas, recibo carta del

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Comisario Provincial de la T. O. R. en
Perú, P. José Maria Rodríguez. Hablán¬ dome de la consternación que experimen¬
taron nuestros hermanos de allá y ex¬
plicándome una reunión de pastoral te¬ nida en Huamachuco, me dice textual¬ mente: «En esta reunión conjimta —^Fran¬ ciscanas y nosotros— hemos podido orar comunitariamente por nuestro buen P. Tous, que nos ha dejado de una manera demasiado imprevista. La noticia de su fallecimiento nos ha dejado turbados y difícíimente creemos que ya no esté con nosotros. Descanse en paz y que Dios le premie todos sus trabajos y esfuerzos».
Ya el mismo día del tremendo desenla¬
ce, el Comisario de nuestros religiosos en Estados Unidos y Puerto Rico hacía llegar a la Curia Provincial un emotivo telegrama de pésame y promesa de ora¬
ciones.
El P. Miguel Pascual Negre, actual Co¬ misario de la T. O. R. en México y ante¬
cesor inmediato al P. Tous en el cargo
de Ministro Provincial, escribió al Secre¬
tario Provincial: «Sentimos mucho la
muerte del M. Rdo. P. Miguel Tous. Sin duda ha sido una gran pérdida para toda
la Provincia. Pedimos al Señor le con¬
ceda al P. Miguel la recompensa de sus trabajos. Nosotros, los del Comisariado, nos hemos reunido para celebrar una Misa, en la que casi todos hemos con¬ celebrado. ... Uno casi no puede salir del asombro. El Señor tiene sus designios, que nosotros no podemos escrutar».
La Conferencia de Ministros Provin¬
ciales Franciscanos en España, en carta del 3 de enero, le escribía así al Vicario Provincial: ...«El hecho de que le hubié¬

ramos tenido (al P. Tous) entre nosotros hace tan poco —el 19 pasado—, con su habitual euforia de interés por todo lo franciscano, hace que sintamos más su
partida, y hará que le recordemos por más tiempo».
Y en ima circular dirigida por la Se¬
cretaría de dicha Conferencia a todos los
Provinciales Franciscanos Españoles —más las Superioras Mayores de las Con¬ gregaciones Franciscanas de vida acti¬ va—, al dar cuenta de los asistentes a la referida reunión del día 19 de diciembre, se escribió literalmente: «Por la T. O. R., su Ministro Provincial, el P. Miguel Tous Gaya (en un paréntesis dolorido hay que comunicar que a ese Padre le dio, diez días después, un ataque de embolia en su residencia de Palma de Mallorca, fa¬
lleciendo el 30 de diciembre. Dios habrá
premiado el entusiasmo y la disponibi¬
lidad de ese Ministro Provincial Francis¬
cano. Nosotros guardaremos con gozo y como ejemplo su memoria)».
Las citas podrían alargarse en gran manera. Más, no queremos cansar al lec¬
tor.
Nos permitimos acabar esta crónica re¬ produciendo la oración que cierra tam¬ bién los recordatorios editados en me¬ moria del tan mencionado P. Tous Gayá:
"Te pedimos, Señor, por nuestro hermano Miguel, que nos ha dejado para ir a tu encuentro. Premia sus buenas obras, su buen ejemplo. Ten en cuenta sus sufrimientos, para que viva feliz junto a Ti. Y a no¬ sotros, danos el saber aceptar el dolor de su ausencia".
Fr. Jaume Tugores Mestre, T. O. R.

(Viene de lo pág 6)

LA IGLESIA EN EL ORDEN TEMPORAL

comunidad civil deben respetar los derechos de otra comunidad y reconocer la existencia de otro bien común. La Iglesia, con su intrepidez clarividente para vencer los obstáculos que se oponen a su desenvolvimiento, contrapone a las teorías que afirman la omnipo¬ tencia estatal la tesis de que la comunidad religiosa no debe confundirse con la política y que ambas son independientes y autónomas (G S, 76), pero mantiene íntegra la doc¬ trina del deber moral de las sociedades para con la única Iglesia de Cristo (D H, 1). Estos deberes se resumen en favorecer la vida religiosa de los ciudadanos, respetar las leyes de la moral cristiana y reconocer los derechos de la Iglesia. En el cumpli¬ miento de estos deberes se cifra la confesionalidad del Estado, que en esencia no es otra cosa que someter sus actos a un orden superior de valores.
JAIME SALVA

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ENJUNDiOSA HOMILIA
DEL SR. OBISPO DE MALLORCA, MONS. TEODORO UBEDA,
DURANTE EL FUNERAL EN SUFRAGIO
DEL M. RDO. P. MIGUEL TOUS GAYA,
MINISTRO PROVINCIAL DE LA T.O.R.
(Basílica de San Francisco, 31 de diciembre 1973).

® «ESTUVO CAMINANDO Y ORIENTANDO EL CAMINO DE
MUCHOS OTROS».
• «FUE SENCILLO, PORQUE NO NECESITABA ALARDEAR DE
NADA».
* «Le bastaba el espíritu de Francisco de Asís y el seguimien¬ to fiel de Jesucristo, el Señor, en quien creía y a quien
servía».
Tal como queda indicado en la crónica de los actos celebrados después del fa¬ llecimiento del P. Miguel Tous Gaya (q.e.g.e.), el Sr. Obispo de Mallorca presidió la solemne Eucaristía celebrada en sufragio del citado y distinguido hermano. El Prelado de nuestra Diócesis —que se encontraba guardando cama, afecto de gripe, levantándose expresamente para las exequias del P. Tous—, improvisó la homilía que nos honramos en reproducir hoy, después de haberla recogido aquel día en cinta magnetofónica.

«Mi querido y venerado D. Francisco Pla¬ nas, Obispo de Ibiza; querido P. General; queridos Padres Franciscanos; familiares del P. Tous; queridos hermanos sacerdotes; que¬ ridos hijos todos:
Nos hemos reunido aquí conmovidos por el dolor de la pérdida de este hermano nues¬ tro; sobrecogidos por lo inesperado de la separación. Dolor legítimo que sentimos to¬ dos, y que particularmente sentís vosotros, quienes más directaniente habéis convivido

con él, quienes habéis estado orientados por él en estos últimos años, vosotros, sus her¬ manos en la Orden Franciscana. Y particu¬
larmente lo sentís también ios familiares del difunto.
El dolor, legítimo, digo, es consecuencia necesaria de la separación y de la muerte. Pero, para nosotros, los creyentes, la muerte
no es sólo dolor. Creemos en Jesucristo que
murió y resucitó. Esperamos nucVstra propia muerte como una presencia en el mundo de

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la misma muerte de Jesucristo, y porque es¬ tamos unidos a Él, a su muerte, como una premisa de la resurrección futura.
En realidad, el tránsito de los creyentes en Jesucristo, de los fieles a Jesucristo, de ios justos, es un momento de gloria y de gozo. El P. Miguel Tous vivió entre nosotros como un verdadero creyente. Quizá muchos de ios que estáis aquí le habéis tratado más larga y más íntimamente que yo. Pero yo me sien¬ to obligado a dar testimonio, en este mo¬ mento, de la actitud de verdadero creyente en Jesucristo, de verdadero enamorado de Jesucristo, y, por lo tanto, de la actitud de serenidad, de paz, de inquietud constructiva, de esfuerzo por aportar lo mejor de su vida la Iglesia, de apertura a la luz del Evange¬ lio, a la doctrina del Papa.
Yo he podido ser testigo de cómo este hombre, que en los últimos tiempos llevaba sobre sus hombros la responsabilidad de es¬ ta Provincia Franciscana, vivía con los pies pisando bien el suelo y con los ojos bien puestos en el cielo, como un auténtico cre¬ yente. Y, por lo tanto, con ese equilibrio in¬ terior, con esa paz profunda, con esa mira¬ da esperanzada que es propia de ios cre¬
yentes.
Era un hombre, y un hombre de Dios. Y estuvo preparado para este momento durante
toda su vida. Estuvo caminando a la espera
de que llegara el momento del gran paso, de la Pascua, del encuentro con el Señor. Y
estuvo caminando mientras animaba a otros
a caminar. Estuvo caminando y orientando el camino de otros muchos. Con discreción,
con modestia, sin grandes alardes, con sen¬ cillez, pero con exactitud. Con esa sabidu¬ ría suprema que da el vivir creyendo firme¬ mente en el Señor Resucitado, y lealmente
enamorado de Él.
Cuando pase tiempo y alguien intente eva¬ luar lo que ha sido su paso por la iglesia en esta Provincia Franciscana y en esta Dió¬ cesis de Mallorca, sin duda alguna su figura dará un saldo ampliamente positivo.
Fue hombre de visión de futuro. Fue hom¬
bre que, iluminado por la fe, no encontró dificultades. No le arredraron los riesgos. Se movió eficaz, aunque prudentemente, ha¬ ciendo caminar a la Iglesia hacia la mejor identificación con lo que Jesucristo quiere que Ella sea. Y así, no sólo el interior de la
Orden Franciscana. También el exterior, en la relación con la misma Diócesis mallorqui¬ na. Yo recuerdo ahora su contribución, ex-
cepcionaimente valiosa, a la creación del
Centro de Estudios Eclesiásticos que, con
la Diócesis y otras Ordenes Religiosas, se ha logrado sea una de las mejores realida¬
des de nuestra Mallorca.
Fue adelante, con visión de futuro, porque creía en Jesucristo, el Señor. Estuvo sereno

en medio de las dificultades, porque su co¬ razón estaba fijo en El. Fue sencillo, porque
no necesitaba alardear de nada. Le bastaba
el espíritu de Francisco de Asís y el segui¬ miento fiel de Jesucristo, el Señor, en quien creía y a quien servía. Por eso digo que estuvo siempre preparado.
El Señor quiso llevárselo de momento, im¬ previstamente. Es, quizá, la manera como se lleva a los mejores; aquellos que, tal vez, no necesitan de una larga preparación, por¬ que toda su vida fue esta preparación.
Y hoy, sin duda ninguna, en estas Navida¬ des todavía vivas, él está presente en este encuentro con el Señor Todopoderoso. Na¬ cido definitivamente para El, gozoso se ha encontrado con Su rostro, sin ninguna limi¬
tación.
Nosotros nos alegramos con su gloria y con su gozo. Nosotros nos confortamos y nos animamos con su ejemplo. Y al propio tiempo, sintiendo el dolor de la separación, nos sentimos también un poco partícipes de su gozo. Es una parte más de nuestra Iglesia la que entra en esa situación triunfante, si¬ tuación a la que todos hemos de tratar de llegar.
El hueco que el P. Miguel deja entre nosotre vosotros, queridos franciscanos, no es tros, el hueco que deja particularmente en¬ tan grande, porque él lo continuará llenando
desde allá arriba. El continuará iluminándoos.
Percibiréis todavía sus palabras serenas, su sonrisa amistosa, su gran comprensión. Es¬ cucharéis su juicio certero. Porque ésta es
la maravilla de la comunión de ios santos en
la iglesia: no muere; empieza a vivir. No desaparece; continúa presente. Y más cerca dei Señor. Identificado plenamente con El,
vosotros continuaréis sintiendo su presen¬
cia. Continuaréis sintiendo su influjo benéfi¬ co. El, que tantas veces presidió la celebra¬ ción de la Eucaristía en este mismo templo y junto a este mismo altar, él ahora está con nosotros, mientras ofrecemos, todavía peregrinos, la Eucaristía desde aquí abajo. El alcanza ya toda la profundidad del Miste¬
rio de Cristo, que se entrega y muere por
nosotros.
Vamos a ofrecer esta Eucaristía en sufra¬
gio del alma del P. Tous, a fin de que el Señor perdone, si hay algo que perdonar en su vida, y para que le conceda el encuentro total, sin limitaciones. Y para que nosotros, sintiéndonos unidos al difunto y a toda la iglesia triunfante, caminemos con mayor fe. Mirando hacia arriba, como él; como verda¬ deros creyentes; esperanzados; caminando nosotros y haciendo caminar toda la Iglesia hasta que nos encontremos definitivamente con el Padre y con el P. Miguel en la Casa
de todos».

21

EL RDO. P. JUAN [LABRES RAMIS, T. 0. R., PREMIADO

Toda la prensa de la isla se ha hecho eco de ello: nuestro religioso P. Juan Llahrés ha sido galardonado con un pre¬ mio de 50.000 pesetas por un trabajo de arqueología. Uno de los periódicos daba cuenta del hecho en los siguientes tér¬
minos:
«La Junta de Gobierno de la Sociedad
Arqueológica Luliana, en su última se¬ sión, presidida por el Dr. D. Jaime Sal¬ va, Presidente, acordó conceder el Pre¬ mio «Luis R. Amorós», de Arqueología Balear, correspondiente al año 1973, al Rvdo. P. Juan Llabrés Ramis, T. O. R., Director del Museo de La Porciúncula, por su trabajo «Excavación de la Ne¬ crópolis del Primer Bronce Balear de Ca
Na Vidriera».
El P. Llabrés Ramis es un humilde y
diligente investigador de nuestra Prehis¬ toria, cuya dedicación a ella es conocida por todos cuantos se entregan al estudio de esta apasionante parcela del remoto pasado de nuestras islas. Ha fundado el Museo de La Porciúncula, al que ha de¬ dicado toda su ilusión; no hay duda que
este centro es actualmente uno de los
más notables conjuntos de arqueología

mallorquína, al que para todo estudioso de nuestro pasado se hace necesario vi¬ sitar y conocer. Destaca especialmente el nutrido ajuar de los varios hipogeos de «Ca Na Vidriera», uno de los más impor¬ tantes en su género de toda la Isla.
El trabajo ahora premiado es una me¬
moria de excavaciones de la estación ar¬
queológica, perteneciente al Primer Bron¬ ce Balear, con descripción de los mate¬ riales recogidos en estas cuevas del Pía de Sant Jordi, halladas en buen estado. Por ser investigación directa y de pri¬
mera mano ofrece el interés de una obra
de consulta para los que se dedican a
esta rama científica.
Felicitamos al P. Llabrés Ramis y a la
Junta de Gobierno de la Sociedad Ar¬
queológica Luliana por el acierto de la concesión del Premio, dotado por Mr. William J. Bryant con 50.000 pesetas».
También HERALDO DE CRISTO trans¬ mite al P. Juan Llabrés Ramis su since¬
ra felicitación por el trabajo científico que ha realizado, oficialmente reconoci¬ do, como lo dice el importante galardón que acaba de concedérsele.

—^
NO TIRES LOS SELLOS USADOS. Con ellos puedes prestar un buen servicio a las misiones. Puedes enviar los sellos usados que tengas a: Pro¬
curaduría Provincial Misiones T. O. R. ■ Convento de San Francisco. ■ Telé¬ fono 211212. - Palma de Mallorca.
J
22

EL MAESTRO
MARTORELL, T. O. R.,
OTRA VEZ NOTICIA

« "DIEZ HIMNOS DEL P. ANTONIO MARTORELL BASADOS EN EL FOLKLORE DE MALLORCA".
» "Un disco prometido o Cataluña y Boleares".
« "GOIG DE CANTAR" 0 LA CANCION CONVERTIDA EN PLEGARIA.
(Así, con los tres títulos anteriores y la entrevista que sigue, «DIARIO DE MALLORCA» del 13 de enero de 1974, daba a conocer a sus lectores la nueva aportación del P. Martorell a la música religiosa moderna. Nos permitimos copiar textualmente el interesante trabajo salido de la fecunda y ágil pluma de nuestro estimado amigo el periodista Bartolomé Suau Tugores).

«Otra vez el P. Antonio Martorell. En
términos profanos, el «revolucionario» de la música litúrgica. En términos más exactos —recuérdese «Pau ais homes», entre otras—, un meritorio innovador
del cantar a Dios. El franciscano mallor¬
quín, situado tan prominentemente en Roma, no descansa en su tarea de com¬ posición y renovación de la música sa¬ cra. Ahora mismo. Discoteca Pax de Ma¬
drid ha lanzado el disco GOIG DE CAN¬
TAR, que él había prometido a la gente de Mallorca y de Catalunya. Con ese mo¬ tivo, el Maestro A. Martorell, T.O.R., ha pasado unos días en Palma y ha contes¬ tado a nuestras preguntas...
—¿Contenido de «Goig de cantar»?
—^Diez himnos litúrgicos con textos de poetas de Mallorca y motivos del folklo¬ re musical de Baleares con acompaña¬ miento de orquesta moderna.
—Esos himnos, uno por uno...
—«On hi reina la pau i Tamor», «Qua¬ resma», «Himne a la Mare de Déu», «El

camí que féu Jesús», «Pastors, Pastorets», «L’Advent», «Eucaristia», «Què us dona¬ ria, Déu de ma vida?», «Pentecosta» y «Pasqua». Todos ellos con letra de Pere Orpí, menos uno, original del P. Ginard Bauçà. Los motivos musicales son popu¬ lares: Copeo, sa ximbomha, l’Hereu Pie¬ ria, ses ninetes quan són petitetes, can¬ çó de collir oliva, etc., etc.
—¿Ejecutantes del disco?
—La Coral Cantiga de Barcelona, diiigida por el M. Massó y la parte instru¬ mental a cargo de una Orquesta de Ro¬ ma bajo mi dirección.
—¿Tiene categoría nuestro folklore pa¬ ra este aprovechamiento?
—Todo canto popular ofrece elemen¬ tos abundantes de inspiración. En el fol¬ klore musical de Mallorca aparece el oro de ley mezclado con escorias y el secreto del aprovechamiento está en saber selec¬ cionar y discernir estos materiales.
—¿Técnica y criterios a seguir en la
elaboración en esos himnos?

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—^Un doble camino. Cuando la melodia
popular conserva intacta su transparen¬ cia, basta una transcripción con sólo li¬ geros retoques cuando los requieren el ritmo o la agilidad del canto, así como unos adornos a base de un ropaje ins¬
trumental adecuado. Cuando la melodía
ha sido alterada, contrahecha o prostitui¬ da, hay que recrearla buscando los re¬ flejos de su aire popular.
—Esos son sus criterios. ¿La técnica a emplear?
—En el repertorio popular existen me¬ lodías de tipo instrumental, otras jugue¬ tonas y algunas monótonas o cansadas.
La técnica consiste en ahondar en su es¬
píritu y captar su fisonomía modal, su aire y su ritmo, y con todo ello lograr
una auténtica recreación.
—¿Influjo de esos cantos en el pueblo
de Dios?
—Estoy convencido que han de resul¬ tar altamente beneficiosos. Mi experien¬ cia es, desde luego, pionera en Europa. Sin pretender ser profeta —y menos en mi tierra— intuyo que el éxito puede resultar redondo. ¿Razón de ello? El pue¬ blo, al reconocerse a sí mismo en su canto, participa con más interés y mayor sentido de responsabilidad. El canto de¬

viene en algo que se identifica con su alma, con su carácter, con su historia...
—¿No puede degradarse el canto sacro con esa inspiración popular profana?
—Esos materiales populares y profanos no son buenos ni malos en sí mismos, sino que la maldad o la bondad depen¬ den del uso que se haga de ellos. Cuan¬ do el artista los dignifica con una téc¬ nica y espíritu elevados, el canto queda dignificado, con la ventaja de que el pue¬ blo percibe en él algo de su propio ser. Ya sé que circula la especie de que lo popular no puede convertirse en sacro. Yo creo que sí y con mucha dignidad. Más aún: con mucho provecho para el espíritu...
—¿Algo más, P. Martorell? —Reafirme mi convicción de que el pueblo, cantando esos himnos, se libera de la rutina y del peligro de no reco¬ nocerse a sí mismo. Estoy convencido de que por ese camino —y por eso mismo yo lo sigo en mis pasos— el arte popu¬ lar se transforma en plegaria viva, au¬ téntico ideal de la Liturgia.
***
Gozo de cantar. Y cantar a Dios es no-
tenciar el diálogo entre Creador y cria¬
tura».

LLAMADOS A LA CASA DEL PADRE

Lloseta.—A la edad de 70 años, D. Fran¬ cisco Comas Fiol, suscriptor de esta re¬
vista.
Art&.—^Día 20 de octubre 1973, la ter¬ ciaria franciscana D.® Margarita Bisbal Gelabert. Contaba 66 años de edad.
El 23 de diciembre del mismo año, do¬ ña Margarita Alzina Gili, también fran¬ ciscana seglar y nacida hacía 76 años.
D. Guillermo Serra Bordoy, igualmente miembro de la T.O.F., fallecido día 28 del citado mes y contando 68 años.
Día 8 de enero del año en curso, la terciaria franciscana D.® Isabel Servera
Cifre, Vda. de Tous. Tenía 67 años de edad y era hermana política del que fue nuestro P. Provincial, Fr. Miguel Tous Gaya (f 28 die. 73). .
Ariany.—Día 22 de diciembre. Sor Ca¬ talina Seguí Cantallops. Había celebrado ya las Bodas de Oro de vida religiosa en la Congregación de las Hnas. Francisca¬ nas Hijas de la Misericordia, y había na¬
cido en Sa Pobla hacía 79 años.
Día 3 de enero, D.“ Margarita Bauza Domenge, Vda. de Tugores, suscriptora de esta revista y tía de nuestro Vice-Di¬

rector, Fr. Jaume Tugores, y de Sor Mar¬ garita Tugores, Franciscana Hija de la
Misericordia.
Villa de Don Fadrique.—Día 21 de di¬ ciembre, D. Francisco Aroco, padre de nuestro religioso el P. Ángel Aroco Va¬ quero, Párroco de la parroquia que re¬ genta nuestra Seráfica Provincia en Bar-
celoneta (Puerto Rico).
Inca.—La terciaria Franciscana D.“ Ca¬ talina Serra Bennàssar (26 de diciembre de 1973).
Día 6 de enero, la señorita Francisca Corró Mateu. Tenía 86 años, era ter¬ ciaria franciscana, suscriptora de esta pu¬ blicación y tía de nuestro Secretario Pro¬ vincial, el P. Jaime Fe Corró, T. O. R.
Día 11 del mismo mes, D. Pablo Ferrer Saurina, terciario franciscano y padre de dos religiosos de la T.O.R.; Fr. Anto¬ nio Ferrer Pujades, Párroco de nuestra parroquia del Sagrado Corazón (Waco, Texas), y Fr. Gonzalo, residente en la misma parroquia.
¡Dales, Señor, el descanso eterno. Bri¬ lle para ellos la Luz eterna!

24

ftuesiras Tfíisionea

SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE EL "STEWARDSHIP" Y
CONGRESO MISIONERO DE LA T. 0. R.
II
« Sií «
Tal como indicamos en el número pasado, seguimos hoy la publicación de la carta firmada por todos los asistentes al primer congreso' misionero de la T.O.R. (Véanse páginas 17, 18 y 19 de esta revista de enero ppdo.), carta dirigida a los Ministros Provinciales y demás hermanos de nuestra Orden.

LA IGLESIA LOCAL
5. Nuestras reuniones en Roma centra¬
ron repetidamente su atención en un pun¬ to principal: la importancia de la igle¬ sia local. Aunque está unida a la Iglesia universal en la Palabra, en los Sacramen¬ tos y en la fe, la iglesia local es, según la enseñanza del Vaticano II, la Iglesia entera en miniatura. ¿No fue el mismo San Pablo que llegó a un conocimiento más profundo de la Iglesia universal a través de la comprensión de la iglesia local? La iglesia local posee sus propias características nacidas en un pueblo con¬ creto con su propia herencia cultural, su propio idioma y psicología, sus propias alegrías, tristezas y esperanzas. Por con¬ siguiente, en nuestros esfuerzos misio¬ neros, nos comprometemos a promover en todos los sentidos la iglesia local, con la predisposición de tomar el segundo o tercer lugar, mientras que el pueblo de esta misma iglesia va asumiendo más responsabilidad en su marcha hacia el
futuro.
Tanto los religiosos que trabajan en sus propios países como los que lo hacen en las misiones deben darse cuenta de que debemos ayudar a la Iglesia local a tomar sus propias decisiones, sin dejar¬ nos caer en la tentación de imponer so¬ luciones importadas de fuera, aunque cre¬ yéramos que son mejores.
6. Este principio sobre la edificación de la iglesia local tiene sus consecuencias

en la práctica. Por ejemplo, nos compro¬ metemos a dirigir todos nuestros esfuer¬ zos a este fin, «es decir, que nuestra co¬
munidad cristiana crezca hasta conver¬
tirse en iglesia local, que a su tiempo sea regida por su propio pastor con su clero» (Ad Gentes, Vat. II, n. 32). Creemos que
en nuestras misiones ésta es una res¬
ponsabilidad tanto del Obispo como de la Orden. Nuestra disponibilidad e inin¬ terrumpido apoyo a la diócesis o prela¬ tura y a su pastor deben ir unidos a los mismos esfuerzos del Obispo para la for¬
mación de una comunidad eclesial con su
propio clero diocesano y la ayuda de otras comunidades religiosas.
7. Además, hay ocasiones en que las responsabilidades diocesanas y las de nuestros religiosos respecto de los segla¬
res no están claramente delimitadas. En
estos casos nosotros apoyamos la adver¬
tencia del Concilio Vaticano II: Será útil «establecer de común acuerdo normas
que regulen las relaciones entre los Or¬ dinarios de Lugar y dichos Institutos».
8. En nuestras circunstancias actuales
es imposible hablar de la iglesia local sin hablar de ayuda económica. Los po¬ bres siempre los tendremos entre noso¬ tros, y la ayuda económica de nuestras
misiones es claramente necesaria por ra¬
zón de nuestro compromiso apostólico, a causa de las necesidades legítimas de aquellas iglesias jóvenes que han sido en¬
comendadas a nuestro cuidado. Sin em-

25

bargo, queremos que esta aportación va¬ ya combinada con nuestros propios es¬ fuerzos, como misioneros, para educar y guiarlas hacia un auto-desarrollo y hacia un auto-ayuda a la iglesia local, de modo que lleguen a ver su «Stevvardship» cris¬ tiano como un acto de culto, compartien¬ do su tiempo, sus talentos y sus bienes
materiales con sus hermanos.
AYUDA MUTUA
9. Cuando hablamos de compartir, po¬ nemos el acento sobre la responsabilidad mutua. Recordamos en seguida nuestras obligaciones ecuménicas. Nuestros herma¬
nos cristianos de diferentes confesiones
trabajan codo a codo con nosotros en
todas nuestras áreas misioneras. Tene¬
mos los mismos problemas, y creemos que debemos afrontarlos juntos. Los que llevamos el nombre de cristianos, aun¬ que separados todavía en la mesa del Señor, seguramente podemos unirnos en la búsqueda de soluciones en innumera¬ bles necesidades de los pobres y necesi¬ tados. Por esto, queremos unir nuestros esfuerzos y trabajar juntamente con nues¬
tros hermanos cristianos lo más eficaz¬
mente posible.

11.Nosotros felicitamos al Secretario
General de misiones por sus esfuerzos in¬ fatigables para la unificación de nuestras actividades misioneras; y a la vez nos comprometemos a colaborar más eficaz¬ mente y con mas asiduidad con él, por¬ que mediante este servicio se nos pro¬ porciona un modo de compartir nuevas prácticas y nuevos métodos que pueden ponerse en acción en nuestras misiones. También pedimos al delegado de la Curia General en la Comisión Pontificia de «Justicia y Paz» nos comunique, a tra¬ vés del Secretario General de misiones, los materiales que interesan a nuestras misiones.
(Concluirá)

En Asia nos encontramos con una cul¬
tura que no es cristiana, pero que tiene arraigadas creencias sagradas muy anti¬ guas que el Concilio Vaticano II no de¬ jó de admirar. Allí también queremos compartir más intensamente nuestra preo¬ cupación por una humanidad sufrida me¬
diante la colaboración con todos los hom¬ bres de buena voluntad.

10. Si hoy día el mundo entero está llamado por la Iglesia a ser consciente de las necesidades de todos los hombres, la llamada debe ser atendida primero dentro de nuestras propias filas como terciarios franciscanos. Por consiguiente, apoyamos toda iniciativa de promover un espíritu de ayuda mutua en personal y bienes materiales dentro de la Orden, so¬
bre todo en cuanto a las necesidades de nuestras misiones.
26

El P. Bartolomé Nicolau Roig, dinámico Secretario
General de las Misiones T. O. R.

ftuemtr·as hermanas Tranciscanas

L· A €01V«RE€}A€10]% EM EE PERE

La promesa quedó hecha. Y no quedó cumplida. Concreto: al dar cuenta —ha¬
ce casi un año— de las actividades de
nuestras hermanas en Bolivia, ya anun¬ ciamos que después nos ocuparíamos de las Fraternidades que la Congregación de Franciscanas Hijas de la Misericordia tie¬ ne en el Perú. No obstante, circunstan¬ cias de distinta índole me obligaron a aplazar hasta hoy la información que, de buen grado, paso a ofrecer por medio de las líneas que siguen.
Con motivo de la visita que ha efec¬
tuado a sus familiares de Mallorca Sor
Magdalena Arbona Frau, hemos dialoga¬ do largamente para inquirir noticias so¬ bre las hermanas con las que comparte ilusiones, responsabilidades y tareas apos¬ tólicas en el lejano y bello Perú.
Nuestra entrevistada nos habla con ver¬
dadero entusiasmo y gran cariño acerca de aquel país y del trabajo que desarro¬ llan en él las Franciscanas, las nativas y las españolas. Notamos rápidamente lo mucho que conoce y ama cuanto ha de¬ jado por allá. Mas, retrocedamos un po¬ co. Y lleguemos hasta el l.° de octubre de 1968. Una misionera seglar, por nom¬ bre Magdalena Arbona, jovencita ella,par¬
tía voluntariamente desde Palma de Ma¬
llorca hacia tierras peruanas. Llegada allá, se ponía a trabajar inmediatamente al lado de las que hoy son justamente
sus hermanas de hábito. Vivió muchas y
variadas experiencias apostólicas, incluso la de consagrarse al Señor mediante la vida religiosa y franciscana. Con otra mu¬ chacha, ingresa en la Congregación cita¬ da y se convierten —las dos jovencitas—
en las fundadoras del noviciado que se
estrenó en La Perla. Hecha la profesión religiosa y reanudadas ciertas tareas apostólicas, recibía el permiso para vol¬ ver a su Mallorca, llegando a Palma a mediados de diciembre. Ahora, muy go¬
zosa, se prepara para reincorporarse a su Fraternidad. Es decir, no tardará, si Dios quiere, en estar metida de nuevo en
sus andanzas misioneras. Se las desea¬
mos muy fructíferas. Mientras, empero, le suplicamos res¬
ponda a las prguntas concretas que le hemos disparado. Sor Magdalena, ama¬
ble, contesta como sabe y, dicho sea de paso, sabe cómo contesta.

Sor Magdalena Arbona, cuando aún era novicia, en una de sus andanzas apostólicas por tierras de Tayabamba a Urpai (Prelatura de Huamachuco).
—Sor Magdalena, ¿cuántas son las fun¬ daciones que ha hecho su Congregación
en el Perú?
—Tres.
—¿Dónde? —^En Huamachuco, capital de la pro¬ vincia del mismo nombre; en Tayabam¬ ba, también capital de otra Provincia, Pataz, perteneciente a la Prelatura de Hua¬ machuco, y en La Perla, Distrito del Ca¬
llao.
—¿En qué fechas tuvieron lugar dichas
fundaciones?
—La de Huamachuco, en marzo de 1962, a poco de haber tomado posesión de la Prelatura la Provincia Española de la T. O. R. Al frente de dicha Prelatura
estaba, y sigue. Monseñor Damián Nico¬ lau, T. O. R., como bien sabe usted. La de Tayabamba, el 6 de junio de 1965. La de La Perla, en 1968.
—¿Puede citarme los nombres de las primeras religiosas destinadas a aquellas
tres Fraternidades?
—A Huamachuco fueron: Sor Joaquina Torrente (natural de Madrid), como Su¬ periora; Sor María 'Ramis (Llubí, Ma¬ llorca), Sor María Genovard Ferrer (Aríany, Mallorca) y Sor Gregorià Colla¬ do (Corral de Almaguer, Toledo).
Las primeras que llegaron a Tayabam¬ ba: Sor Juana Andreu (Ferreries, Menor¬ ca), como Superiora; Sor Catalina Deyá (Deià, Mallorca); Sor Josefa Ruiz (Puer¬ to Llano, Madrid) y Sor Mercedes Megía (Montiel, Ciudad Real).
Fundadoras en La Perla: Sor Ana Se¬
rra (Sa Pobla, Mallorca), Superiora; Sor Micaela Socías (Sa Pobla, Mallorca), Sor María Espases (La Real, Palma de Ma¬ llorca) y Sor Margarita Ameller (Ferre¬ ries, Menorca). Ya medio año más tarde, llegaba esta servidora, todavía como mi¬ sionera seglar.
(Continuará)
Fr. Jaume Tugores Mestre, T. O. R.

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NUBSGTBA pequeña Tftedio siglo
mSTOKIA

El 26 de noviembre de 1923 —ya lo anotamos— habían salido de Palma, pa¬ ra dirigirse al Colegio-Seminario de Lo¬ reto, Pensilvània (Estados Unidos), los PP. Miguel Vidal y Gabriel Tous. Era aquél un primer intento de misión que hacía nuestra joven Provincia francisca¬ na mallorquina, pues los dos Padres iban a trabajar para el servicio espiritual de los indios mejicanos establecidos en aquellos estados de América del Norte.
Dos artículos debidos a la pluma de aquellos pioneros llenaban las primeras páginas de EL HERALDO de febrero de 1924. El primero, el del P. Vidal, que fir¬ maba Fr. Silvestre, se titulaba «El adiós a mi patria». El autor hacía resaltar, se¬ guramente con sinceridad, el desgarro que sufría en el corazón al abandonar familia, amistades y su misma tierra, di¬ ciendo que cuanto vayan descubriendo sus ojos le recordará algo de lo que ha quedado en su amada isla.
El trabajo de Fr. G. Tous, escrito «a bordo del paquebot ’’Paris”» y que lleva por título «Rápida», tiene más carácter turístico: la ida a París, la visita a la ciudad, sus monumentos, Notre Dame, la Sainte-Chapelle, la Sorbona, los Invᬠlidos, el Louvre, la torre Eiffel, Mont¬ martre, etc. Después el embarque en el puerto del Havre. Ya en el barco, la año¬ ranza poética: «Nunca fueron con tanta
emoción sentidas las delicadas estrofas
del Emigrant, ni nunca sonó tan dulce al corazón la melodía... «Quina terra tan bella que n’es Mallorca!».

va diciendo se consuena con lo que co¬
mentábamos sobre el trabajo del mes
anterior. Con el advenimiento de la dic¬ tadura de Primo de Rivera se creyó ver
en España como un hermoso impulso de resurgimiento religioso, político, eco¬ nómico, social, etc.
Es Vey de Son Alegre explicaba «Lo que és un ball». Aquellos conceptos ex¬ presados en bronco mallorquín, tan poco favorables a la popular diversión, aun hoy pueden ser válidos para juzgar de
la moralidad del baile.
Fr. Luis (el seudónimo habitual de Fr. Miguel Llompart), en un breve escrito, decía dónde se encontraba «La felici¬ dad»: «En la práctica de la virtud, en el
santo amor y temor de Dios, en la abne¬ gación y sacrificio de sí mismos...».
La «Crónica Franciscana» sólo se refe¬ ría a la bendición —el 26 del pasado mes
de diciembre— de las imágenes de la In¬ maculada Concepción y de San Francis¬ co de Asís, en el Convento de las Her¬ manas Franciscanas de Capdepera.
En «Necrología» los nombres de falle¬ cidos más conocidos son: en Artà, el de D. Jaime Cantó Casellas, abuelo de Fr. Rafael Nadal, y el de la terciaria, gran bienhechora de nuestra Comunidad, do¬ ña Concepción Baamonde Estelrich; y en Palma, el de D.® María Valls Forteza. bue¬ na terciaria y miembro de la Cofradía de la Inmaculada y de la del Beato Ra¬
mon Llull.

Fr. J. Gelabert, T. O. R., era el cople¬ ro, no, el poeta de aquella actualidad.
«Amel.lers florits» se titulaban sus ver¬
sos, que empezaban así: «Amb gentil i blanca vesta / s’engalana l’Illa d’or / quan alça el febrer sa testa / i l’amel.ler
està amb flor». Todo archisabido. Nin¬
guna idea, ningún vocablo que no tenga ya los cantos gastados de puro rozarse
entre sí mismos.
De nuevo Fr, Francisco, El epígrafe es
ahora «Grandeza de la Patria». Lo que

En la «Bibliografía», entre otras obras, se recensionaba «Enterraments y obits del Real Convent de Sant Domingo de la Ciutat de Mallorca, Copia de un ma¬
nuscrito del Donado Ramón Calafat. Año
de 1787. Continuado con un apéndice aue contiene copia de las nartidas orisrinales
desde 21 de Juilo de 1788 hasta 31 de Ju¬
lio de 1835. Por Jaime de Oleza y de Es¬ paña». Recuérdese, como se hace en la
recensión, que el Convento de Santo Do¬ mingo, con su magnífica iglesia, fue de¬ molido por la piqueta revolucionaria a mediados del pasado siglo.

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NOTA INF ORT ANTE

Impresa la página 9, observamos que se nos metió en ella el
duende del error involuntario.

Al hablar de la constitución de la nueva Curia Provincial, quedó
escrito: «Día 22 de enero»...

Tocaba decir: Día 2 de enero...

Suplicamos al lector quiera tomar buena nota de la rectificación.
Gracias.

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