El Heraldo de Cristo 1974, n. 766
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Todos hemos de ayudar a las misiones, según declaración expresa del Concilio Vaticano II. Al menos con nuestra oración y nuestros sacrificios ofrecidos por la dilatación del Reino de Dios. Y a más de un lector puede su conciencia dictarle la necesidad de ayudar también con alguna limosna. Si quieres que sea a favor de las misiones que regenta la Provincia Espa¬ ñola de la T. O. R., envía tu donativo al P. Procurador Provincial de Misio¬ nes, Fr. Jaume Tugores, T. O. R. (Convento de San Francisco. Palma de Ma¬ llorca). Si avisas al teléfono 21-12-12, pasará a recoger tu donativo el citado P. Procurador. Muchas gracias.
y

REVISTA MENSUAL DE LOS f P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R
ENERO 1974
Affo LXV • Núm. 766
REDACCIÓN Y AOMÓN;
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA
• DIRECTOR:
P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. «. VICE-DIRECTOR Y ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R
•
CON LICENCIA ECLESIASTICA
•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNE2

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lea en este
númerot

El desquite

3

Anales de la Provincia Española de la In¬ maculada Concepción de la Tercera Or¬

den Regular de San Francisco . .

4

Fisonomía de San Francisco .

...

6

Los nuevos profetas

7

Corona poética luliana

,

.

.

8

Mallorca y sus Pintores

.10

La flor de un recuerdo

.

.12

Judici de l'any

13

Página literària ....

.14

En el cinquantenari del traspàs de Barto¬

meu Ferrà i Perelló

.

.

.

.16

Nuestras misiones

17

Curia General de la T. O. R. de San Fran¬

cisco.

18

Nuestras Hermanas Franciscanas.

.

. 20

Página del terciario

22

Nuestra pequeña historia .

.23

El P. Sebastián Rubí conmemora sus Bodas

Fí^de Oro Sacerdotoles en el Santuorio de

P I^Ntra. Señora de Cara

.24

Y el P. Sebastián Rosselló Horrach T. O. R , celebra sus Bodas de Plata Sacerdotales

en Huamachuco (Perú) .

.

.

.24

Una opinión

25

Arquitectura defensiva de Mallorca . Bibliografía

. 26 28

IV B S T R A PORTARA

SAN ANTONIO ABAD (xilografía de la antigua Imprenta Guasp, de Palma de Mallorca. - En este revuelto mundo del postconcilio donde, bajo pretexto de renovación, se va dando incesante batería a hermosas y laudaubles tradiciones, la fiesta del anacoreta de la Tebaida (17 de enero) se mantiene per ahora indemne, al menos en la mayoría de los pueblos de la payesía mallor¬ quína. Con mayor vitalidad en el aspecto folklórico-cívico que religioso, esto es cierto.

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EDITORIAt
EL DESQXTZTE
El desquite... o el arma del petróleo. Como tú quieras, lector. El hecho es que el mundo no puede estar en paz. Por eso nos sonreímos, un poco sarcásticamente en este caso, ante ciertos pacifistas a ultran¬ za, poco realistas, que creen que todos los conflictos internacionales podrían arreglarse con largos diálogos y con muchas y buenas razones, no teniendo en cuenta que todas éstas se vienen al suelo ante el «veto», o ante los tanques y aviones, de cualquiera de los «grandes». Como lo observas, lector amable, estamos reincidiendo en el mismo tema de
nuestro editorial anterior.
El pueblo árabe, a raíz de su última guerra con Israel, aún no del todo resuelta, reparó en que tenía a mano un arma poderosísima: la de su petróleo. Y comenzó a utilizarla. Con buen éxito, al parecer. Es un arma incruenta, que no derrama sangre. Pero, a la larga, sin derra¬ marla, iría quitándola si hubiese de continuar por mucho tiempo el empleo de tal artillería. Pues hoy sin petróleo no se vive. Mueren las industrias, muere el desarrollo, mueren las comodidades, mueren mu¬ chísimas cosas y sus usuarios. De frío o de asco. No le falta al mundo nada más que esto para ponerse más feo, más huraño, más inhabita¬ ble de lo que ya lo es.
Pero es otro el punto sobre el cual queremos nosotros llamar la atención, aleccionados por la actual guerra del petróleo. (Cuando es¬ cribimos esas líneas aún no se ha reunido la problemática conferencia de la problemática paz entre árabes e israelíes, anunciada para el 21 de diciembre). Es sobre la fuerte voluntad de desquite, venganza, o simple resarcimiento, que acucia a muchas comunidades nacionales, esperando sólo que se ofrezca una oportunidad. Prescindiendo del ac¬ tual conflicto árabe-judío, recórrase con el pensamiento la geografía de Asia, de Africa, de América, y hasta de la misma Europa, y se pi¬ sarán muchas zonas dolientes, se verán focos enfermos, más o menos irritados, se topará con pueblos o naciones que están o se consideran oprimidos, vejados en sus derechos, donde la paz, si la hay, es sólo epidérmica, únicamente sostenida por la propia impotencia, donde no hace falta más que algún día las cañas se conviertan en lanzas para que se produzca la erupción del volcán aparentemente apagado.
Y aún queda por hacer otra consideración al respecto. Relativa ésta a la endeblez de los tratados, a la extraordinaria facilidad con que se deshacen los compromisos contraídos y firmiados con todo el protocolo entre nación y nación. Efectivamente, ha bastado la amena¬ za del corte del petróleo para que a los árabes les saliesen nuevos ami¬ gos de todos los vientos, con la correspondiente ruptura de la amistad con el pueblo judío. Pero ése no es un caso aislado. A uno en seguida le viene a la mente el comportamiento de las naciones respecto de la China continental y Formosa. En verdad resulta demasiado cómodo dejar diplomáticamente acorralada a una nación. No sin motivo la pa¬ labra «diplomático» ha llegado a ser sinónima de astuto, sagaz, poco estable o falso.
(Continúa en lo pág. siguiente)
3

ANALES
DE LA
PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCION
DE LA
TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO
I
( Continuación )

1880.—El primer «novicio». Licenciado, por cumplido, del servicio al rey terre¬ nal, no sin haber merecido ser condeco¬
rado con la Cruz del Mérito Militar pen¬
sionada (7’50 ptas. mensuales), el valero¬ so BARTOLOMÉ CLAB y BARCELÓ en¬
tró a servir de criado a un señor de Pal¬
ma, cuya buena gracia ignoramos, al que pronto ganó la voluntad en tal punto, que éste pasó a acariciarlo, no como a criado, sino como a deudo y familiar. Mas, tocado de la gracia divina, trocará este servicio por el de otro más alto Se¬ ñor, que no se le podrá morir. Así que, en 22 de febrero, escribe al R. Sr. D. Ga¬ briel Mir, Custos del Convento de Llucmayor y mentor y guía de los «Tercia¬ rios de S. Francisco e Hijos de la Inma¬ culada Concepción de María»;
«Mi respetable D. Gabriel: Paso a decirle que yo he consultado el asunto a mi señor, con muy buenos modos le he hablado, y le he dicho mis deseos, y me ha salido muy bien. Me ha dicho que por esto no sentía que lo dejase: si fuera para irme a otra Casa, se habría disgustado mu¬ cho; pero que eso era cosa de pensar mucho, y

más que dejaba un señor que me apreciaba co¬ mo un hermano, y que mientras él hubiese vivido no me habría abandonado; y que si después de estar en el Convento, no me gustaba, o si yo no les gustaba a Vdes., y tenía que marcharme,
Dios sabe si volvería a encontrar tan buena Casa.
Con esto tiene parte de razón: y más me ha preguntado: ¿Qué es esto? Si es Congregación o qué título tiene: a ver si esto es cosa al aire, y que mañana que haya contradicción, que no se quede abolido. Por fin, me ha puesto mil dificul¬ tades, que yo ya las había pensado; pero, no creo que pase nada de todo esto; a mí me pa¬ rece que todo ha de seguir bien.
También me ha dicho, y no creo sean para hacerlo, si podría suceder que los dós que estu¬ dian, si llegan a ser curas, si cuando tendrán la carrera, se marchan cada uno por su lado y nos dejan a nosotros. Esto sería una cosa muy es¬ candalosa para ellos; yo no creo que pase nada de todo esto, mas que todo crecerá y que una vez que nos hayamos juntado, que la estimación será más grande, y que viviremos en paz hasta morir. Dios lo bendecirá, y buenos seamos noso¬ tros. Yo estoy resuelto a marcharme: tengo mu¬ chos contrarios que me ponen dificultades, di-

(Viene de la pág. anterior)

Eí X< DSSQXJITEI

Nosotros somos pacíficos por temperamento, o más paladinamen¬ te, por egoísmo. Preferimos paz y tranquilidad, aun en el caso de que éstas hayan de sostenerse por medio de difíciles equilibrios, a cual¬ quier guerra. No tenemos ninguna ojeriza ni a árabes ni a judíos. Franciscanamente deseamos paz y bien para todos los hombres, para todos los pueblos y naciones de la tierra. Pero, desgraciadamente, no nos queda más remedio que ratificarnos en el triste presentimiento de que, si la paz ha de ser obra de la justicia, habrá guerras por los
siglos de los siglos.

4

ciéndome que es una cosa muy floja, y que no me fíe, que cuando habremos pasado nuestras juventudes, sin ganar nada, nos darán un punta¬ pié de! Convento...
Todo esto es lo mismo de nada para mí: confío en Dios que todo seguirá como deseamos.
Sin más de particular, ya les volveré a escribir más tarde: desearía que me contestasen, o si V. tenga gusto de leer la carta a los Hermanos y tanto V. como ellos me podrán contestar. Mis deseos serían de pasar en Lluchmayor el domin¬ go después de Pascua, para quedárme. Encomen¬ dadlo a Dios, que si conviene, que nos anime, y si no conviene, que lo desbarate antes de entrar.
Muchas memorias a todos los dél Convento y
al Sr. Ecónomo, y si tiene gusto de decirle lo que ha pasado, que se lo diga, y V. recibirá mis finos afectos de su servidor, que sus manos besa, que soy Bartolomé Ciar».
i Con qué ingenuidad y llaneza expone Bartolomé, las sempiternas y vulgares
sinrazones de los adversarios de las vo¬
caciones religiosas! Pero, todo es lo mis. mo de nada para el valiente que ha sen¬ tido la llamada del alférez de Cristo,
nuestro bienaventurado Padre San Fran¬ cisco. Y recordemos una vez más aque¬
llo de «fraile que fue soldado, sale más
acertado».
20, abril.—«Hoy día veinte abril de mil ochocientos ochenta, después de haber leído la anterior Escriptura (el Regla¬
mento de nobre. 1878) ante el nuevo her¬
mano y compañero nuestro BARTOLO¬ MÉ CLAR Y BARCELÓ, y estar confor¬

me con todo su contenido, queda admi¬ tido por todos (en clase noviciado), de lo que doy fe. Gabriel Mir, Pbro.». Hay también la firma del interesado (Véase la Escritura en Arch, de la Provincia).
27 y 28 de septiembre.—La clase de Latinidad que el Custos, durante el cur¬ so 1879-80, autorizara en una dependen¬ cia del Convento, de Llucmayor, viose
también aumentada con un nuevo esco¬ lar: un chaval de unos 13 años, tan des¬
pegado como despejado, y al que se le pegó tal afición y querencia a la Musa latina que, con el tiempo, llegaría a ser Maestro de ella entre los muy buenos. Hemos indicado a nuestro Muy Rdo. P. Bartolomé Salvà y Salvà.
El día 27 de septiembre se verificaron exámenes de l.° de Latín y Castellano en el Seminario Diocesano de Palma, sien¬ do aprobado, entre otros, BARTOLOME SALVA Y SALVA, 13 años, n. en Lluc¬
mayor.
Y el 28 se examinaron por escrito de 2° de Latín, siendo aprobados, Antonio Ripoll y Salvà, y Matías Cardeli y To¬ más (Arch. Seminario Dioc.).
Digamos, de pasada, como el l.° de no¬ viembre se posesiona del Economato de la Parroquia de Llucmayor, el Rdo. D. Guillermo Sala, por haber renunciado a dicho cargo el R. D. Tomás Mut, quien desde ahora seguirá ejerciendo de sim¬ ple Vicario de la misma.
(Continuará)
P. Francisco AMENGUAL, T. O. R.

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«Tú o cualquiera de tus familiares podéis precisar una transfusión de sangre. Y no sólo en caso de accidentes o en operaciones aparatosas, sino en muchos otros tratamientos es utilizada la sangre por la medicina moderna.
Confiarás entonces en que el Banco de Sangre habrá sido previsor y tendrá suficiente cantidad del grupo que a ti o a los tuyos conviene.
Pero no basta confiar; es preciso estar seguros. Y el único procedimien¬ to para acertar en esta seguridad es la donación periódica. Sólo así habrá siempre sangre disponible. La sangre debe esperar a los enfermos, y no los enfermos a la sangre». Sé donante de sangre.
J

5

TisoHomia die San Trancisco
// COMENCEMOS, HERMANOS, A SERVIR
A DIOS, PORQUE HASTA EL PRESENTE
POCO 0 NADA HEMOS ADELANTADO
«Aunque el bienaventurado Padre Francisco fuera en la presencia del Señor un hombre consumado en gracia y perfección, y resplandeciera con
sus santas obras sobre los demás esclarecidos varones de este mundo,
con todo, creíase siempre en el deber de principiar la vida perfecta, y,
como diestrísimo soldado en las batallas del Señor, anhelaba, con provo¬ caciones al enemigo, conquistarse nuevos laureles.
Con la inspiración de Cristo proponíase llevar a cabo grandes empre¬ sas, y, sin fuerza en su cuerpo y con un pie en la sepultura, esperaba señalarse con nuevos triunfos en las lides empeñadas con el enemigo.
La verdadera virtud no suspira por el fin, porque sabe que la recom¬ pensa debe ser eterna.
Ardía en vehementísimo deseo de hallarse en las primeras pruebas de los principios, y, rebosando dulce esperanza por la inmensidad de su afecto, hasta discurría la manera de poder sujetar su cuerpo a la primi¬ tiva esclavitud, por más que le veía tan extremadamente postrado.
Removía los obstáculos de cuidados terrenales en lo posible, y vigo¬ rosamente ponía freno a la excesiva solicitud por las cosas materiales, y, porque necesariamente tenía que mitigar el rigor primitivo a causa de
la enfermedad, exclamaba: COMENCEMOS, HERMANOS, A SERVIR A DIOS, POROUE HASTA EL
PRESENTE POCO O NADA HEMOS ADELANTADO.
No se figuraba haber llegado a la perfección, y, resuelto e infatigable en su empeño, anhelaba siempre comenzar de nuevo.
Deseaba con vivas ansias dedicarse otra vez al servicio de los lepro¬ sos y hallar ocasiones, como en tiempos anteriores, de ser despreciado.
Proponíase huir del trato de los hombres y ocultarse en lugares dis¬ tantes e ignorados para que, libre del cuidado terrenal y rechazada la car¬ ga de velar por otros, únicamente se interpusiera entre Dios y él la leve
muralla del cuerpo».
CELANO, Vida primera de San Francisco, lib. 11, cap. 6.
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LOS NUEVOS PROFETAS

Cl carisma profético, en el estricto
sentido de predecir el futuro, es¬ tá casi apagado en los tiempos actuales. Pero hay un modo de profetizar no reli¬ gioso ni carismático, reservado a los pen¬ sadores, a los sabios, a los artistas, cuya inteligencia para los primeros y sensi¬ bilidad intuitiva para los últimos les sir¬ ven de antena para captar esas ondas sutiles que sin duda están en el ambiente, pronosticando el futuro. Sus apreciacio¬
nes o avisos no debieran ser menospre¬
ciados, porque, por suerte o por desgra¬ cia, aciertan muchas más veces que
yerran.
Y para nuestra enseñanza, la coinciden¬ cia de sus predicciones es signo de ma¬ yor garantía de acierto, no sólo porque ellos lo dicen, sino porque todos pode¬ mos comprobar que los fundamentos de
sus avisos están a la vista. Sin buscar
testimonios en libros especiales, voy a co¬ piar tres afirmaciones aparecidas recien¬ temente en la prensa semanal. Arnold J. Toynbee decía en «A B C»: «La búsqueda antisocial del beneficio material, tanto en un plano individual como colectivo, es el objetivo último q,ue tenemos hoy. Ya que ésta es una posición abominable, no es de extrañar que nos sintamos infelices y arriesguemos la supervivencia de la hu¬ manidad. Afortunadamente, hay gente que, siendo consciente de nuestro empe¬ ño, trata de elaborar propuestas prácti¬ cas para la creación de una sociedad nue¬ va. Estos pioneros merecen apoyo. Teñe
mos las horas contadas». Konrad Lorenz,
reciente premio Nobel: «La agresividad necesaria para la vida y el progreso se ha
desarrollado demasiado. El hombre ha
perdido el contacto con la naturaleza... Desde hace algún tiempo hay una cosa que me molesta terriblemente. Si obser¬ vo a las gentes que viven a mi lado, no puedo evitar pensar en «El mundo feliz», de Huxley. Es una civilización de com¬ bate. No obstante, espero que aún no sea
demasiado tarde» («Gaceta Ilustrada»).
En el mismo número de esta revista, di¬ ce Ingmar Bergman: «Soy verdaderamen¬ te muy, muy pesimista. Hemos ido de¬ masiado deprisa en todo. Rodamos en una pendiente. Los intentos reales, las verda¬
deras tentativas de cambiar las cosas han
llegado demasiado tarde y ya están co¬ rrompidos... Si me obligan a reflexionar les diré que el futuro me parece muy som¬ brío. Y me parece muy difícil, puede que imposible, volver a subir la pendiente». Podrían acumularse más citas, pero no

es necesario para mi propósito. Un histo¬ riador, un médico naturalista, un gran
director de cine.
Los tres coinciden en señalar que el
camino de la humanidad lleva al desas¬
tre. Y los tres también están de acuerdo
en que, o ya no hay posibilidad de dete¬ ner la caída o todavía es posible, pero queda muy poco tiempo. Nuestra civili¬ zación parece estar retratada en aquella estatua colosal que Nabucodonosor soñó con la cabeza de oro, el pecho de plata, de hierro las piernas y los pies de ba¬ rro. Una pequeña piedra desprendida de una montaña chocó con el barro y todo se deshizo. Ya es algo parecido, o por lo
menos un indicio de las debilidades escon¬
didas en el gran complejo de nuestra ci¬ vilización, ver las consecuencias que pue¬ de tener que unos cuantos países relati¬ vamente débiles cierren el grifo del pe¬ tróleo. Todo se conmueve, y si las cosas no se remedian pronto, habría que vol¬ ver a pasar frío y hambre y a suprimir el ritmo de vida cómodo y confortable de los países fuertes y ricos. Pero este detalle es solamente un pequeño ejemplo.
Donde reside la esencia de la alarma an¬
te el futuro es en el cambio que se está produciendo en el hombre mismo, en el auge de su agresividad indisciplinada, tan sólo reprimida por otra agresividad de la sociedad que se defiende.
No hay que fijarse únicamente en la agresividad convertida en la violencia de los robos, secuestros y violaciones de la ley, sino en la más suave, pero no me¬ nos peligrosa de las ideas, de las actitu¬ des y de las multiples formas de rebel¬ día y disconformidad con cuanto existe. Hemos reflexionado poco en la violencia oculta, en las protestas contra la autori¬ dad familiar, en la disfrazada con la exi¬ gencia de libertad de cualquier tipo, pa¬ ra ser empleada en meras negaciones, sin atisbo de construcción alguna, en la expresada, en la pérdida de la educación personal y colectiva, en la que quiere coronarse como emulación profesional o competencia por «búsqueda antisocial del beneficio material»; en una palabra, la violencia que late dentro de la vida cotidiana de los hombres, que clama con¬ tinuamente por la paz, por el diálogo y por la convivencia pacífica, precisamen¬ te porque perciben que se hallan «en estado de guerra» contra sus semejan¬
tes.
(Continúa en la pág. siguiente)

7

CORONA POETICA LULIANA *

por L. Pérez Martínez

Conocemos bastante bien el lugar que ocupa Ramón Llull como poeta en la Literatura uni¬
versal. Muchas veces hemos leído sus versos, tan
sencillos de forma como profimdos de ciencia teológica o filosófica, tan profundos que a veces hasta resulta difícil entender su significado. Pe¬ ro cuando el poeta supera al pensador, Ramón Llull es sublime. ¿Quién podrá negar el inmen¬ so fondo poético que se encierra, por ejemplo, en los versos del Plant de Nostra Dona, en El desconort, o en la prosa del Libre del Amich y del Amat, o en muchas páginas del enciclopédi¬ co Libre de Contemplació?
Pero, ¿qué han dicho los poetas del gran Após¬ tol mallorquín? En esta revista, tan vinculada desde su nacimiento, al Beato y al Lulismo, queremos presentar de una manera sencilla y periódica, lo que han dicho los poetas de todos los tiempos y latitudes del Maestro de Randa,
del humilde terciario franciscano, del incansable apóstol de barba florida, del teólogo en la Uni¬ versidad de París, del misionero de la unidad cristiana en Roma y en Oriente, del mártir en las calcinadas playas de Bugía.
Mientras sea posible seguiremos el orden cro¬ nológico. Las poesías, si no son excesivamente largas, irán completas en su versión original, sa¬ cándolas de las ediciones impresas o de las co¬ pias manuscritas mejores, si son inéditas, acom¬ pañándolas con una breve biografía de sus au¬ tores y la bibliografía complementaria.
1. - FRANCISCO XIMENEZ
Todos los autores que hemos consultado lo ha¬ cen natural de Mallorca, pero probablemente era valenciano, pues así consta en la Consueta de la Sacristía de la Catedral de Mallorca, ordenada y

escrita, respectivamente, por los Rdos. Eloy Ga¬ rriga y Julián Font y Roig, en 1511, coetáneos
de Ximénez. Era doctor en ambos derechos y
canónigo de la Catedral. Villanueva afirma qpie poseyó además la rectoría de Muro. No sabemos cuando llegó a Mallorca, pero el haber ocupado el cargo de Vicario general en el pontificado de don Gil Sánchez Muñoz, célebre antipapa con el nombre de Clemente VIII, hace concebir la idea de que debió venir a Mallorca jtmto con aquel prelado, esto es, alrededor de 1434. De su numen poético quedan tres poesías latinas todas ellas grabadas en mármol, dos en la Catedral y una, la que nos interesa, en la Basílica de San Fran¬
cisco.
En la capilla de Nuestra Señora de la Conso¬ lación, antes llamada de Nostra Dona de la Puritat, junto al precioso e inacabado sepulcro gó¬ tico de Ramón Llull, a la altura del sarcófago pero fuera del nicho, se encuentra esculpida en mármol en bellísimos y menudos caracteres gó¬ ticos la lauda sepulcral del gran Apóstol mallor¬ quín. El catalán, Juan Llobet, profesor de lulis¬ mo en Mallorca y fervoroso devoto del Maestro, ideó el sepulcro que no pudo ver acabado al sor¬ prenderle la muerte el 9 de mayo de 1460. En 1492 se terminó de trabajar en él quedando tal
como se encuentra actualmente. Pero los versos
originales de Ximénez, si no colocados, sí al me¬
nos debieron ser escritos anteriormente a esa fe¬
cha. Tengamos en cuenta que son también de Ximénez los versos que se encuentran en el se¬ pulcro del Obispo Gil Sánchez Muñoz en la Ca¬ tedral, muerto en 1448. Prohablemeste los versos
en honor de Ramón Llull debieron ser escritos
el mismo año de la muerte del Obispo, fecha en que se terminó la capilla de San Francisco, pa¬ gada a sus expensas por Llobet, y adonde tras¬ ladaron los jurados de Palma los sagrados restos

(Viene de la póg. anterior)
No se equivocan los nuevos profetas al pronosticar tiempos difíciles para el futuro próximo si no cambian las direc¬
trices de nuestra civilización. Pero ellos mismos carecen de recetas adecuadas
para el mal, y porque un cambio profun¬ do de los hombres no se ha producido

LOS NUEVOS PROFETAS
nunca en la Historia, sino después de haber sufrido grandes males, es posible que tengamos que padecerlos para apren¬ der lo que nuestra pertinacia se niega a aceptar: que la paz no se alcanza más que sometiéndose a Dios.
César VACA

8

del Beato en espera del sepulcro que en aquella fecha debió empezar a hacerse. Sabemos que al menos en 1460 la parte inferior estaba ya escul¬ pida.
Tlic nitidum tumulus retinens est corpus ad intra, Raymundi magni fulgentis nomine Lulli, Moribus insignis sunt nuncia climata mundi, Et sua scripta ferunt, ¿fuerit quis clarior illo? Maioricis ortigue domus testantur et omnes, Urbs fuit et domina Balearum Regia magna. Hunc tres aetates, primae tenuere lascivum; Verum postremae perfectum constituerunt; Cum Christus lectum cunctis patefecerat illum.
A vanis mundi convertens ad sua sancta.
Atque docens prompte natura, quod exigit omnis. Et quae secreto naturaque mira creavit. Hic bonus electus Christum ferventer amando. Barbarus ex illo tractus pergendo popellus, Demonstransque Deum Cristumque virumque
[/uisse Atque Redemptorem, lapsi primique, parentis Barbarus obaudit, insultans surgit in illum. Et feriunt lapide, fit vitae terminus illi. Cernite Raymundum, patres, hunc recolite ves-
\\\_trum. Vestrum concivem, decus et praenobile vestrum
Franciscus Ximinus canonicus Maioricen.
Aunque nadie lo afirme, tal vez sean de Ximénez los versos que se encuentran en el sepul¬ cro del ya mencionado lulista Llobet colocado en una de las paredes de la capilla del Sagrado Co¬ razón de la Catedral, pero que antes estuvo de¬ dicada a San Vicente Ferrer y en 1460, cuando fue enterrado el maestro lulista, al Angel Cus¬ todio del Reino bajo el patronato de los Jurados
de Mallorca:
Terrea lohannis tenet hic lapis ossa Lupeti. Arte mira Llulli nodo iamque aenigmata solvit, Hac eadem, mostrante Polo, Christumque Deum-
\\\_que. Atque docens liberam conceptam crimine Matrem. Ivit ad extremum solvens quodeumque tributum. Quem nos, o superi, nil iam coelestibus ullis
Debentem scimus. Tua numirui sancta praecamur.

O Pater omnipotens cum sanctis vivat. Arnen.
MCCCCLX
Las dos inscripciones han sido publicadas va¬ rias veces, copiando todos los autores la edición que de las mismas hizo Custurer. Habiendo co¬ tejado el texto de éste con los originales hemos notado algunas diferencias que hemos corregido aquí. Tampoco se incluyen en los originales los signos ortográficos.
Bibl: Avinyó 244 y ss.; Bover II, n. 1380; Carreras II, 64 y ss.; Custurer II y 68; RD, n. 218, 219, 283, 291, 292 y 324; Jaime Villanueva, Viage literario a las Iglesias de España) (Viage a Mallorca), tomo XXII (Madrid 1852) 70
( Continuará)
* Bibliografía más frecuentemente usada:
Alberti = Diccionari Biogràfic, Alberti editor, Barce¬
lona 1966-70 . 4 vols.
Avinyó = Joan Avinyó, Història del Lulisme, [Vilanova i Geltrú] 1925.
Bover = Joaquin Maria Bover, Biblioteca de Escritores Baleares, Palma 1868. 2 vols.
BPP = Biblioteca Pública de Palma. Jesús Garda Pas¬ tor — J. N. Hillgarth — Lorenzo Pérez Martínez, Manuscritos lulianos de la Biblioteca Pública de Palma, Barcelona, Biblioteca Balmes, 1965.
Carreras = T. y J. Carreras Artau, Historia de la Filosofía Española, Filosofía Cristiana de los siglos XIII al XV, 2 tomos, Madrid 1939-43.
Custurer = [Jaime Custurer], Disertaciones históricas del culto inmemorial del Beato Raymundo Lulio..., [Mallorca 1700].
Espasa = Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Ame¬ ricana, Espasa - Calpe.
Pérez, FM = Lorenzo Pérez Martínez, Los fondos ma¬ nuscritos lulianos de Mallorca, en «Estudios Lulia¬ nos». Citamos por los números que corresponden a los fondos siguientes: 1 — 677, Causa Pía Luliana; 678 — 715, Archivo Diocesano; 716 — 781, Biblio¬ teca de la Sociedad Arqueológica Luliana; 782 — 794, Bibl. Municipal de Palma; 795 — 1112, Bibl. del Convento de San Francisco; 1113 — 1168, Ar¬ chivo Histórico de Mallorca; 1169 — 1335, Bibl. de La Sapiencia; 1336 — 1427, Bibl. de La Real; 1428 — 1470, Bibl. Bartolomé March.
Rlquer = M. de Riquer, Historia de la Literatura Cata¬ lana. Barcelona 1964 —. Vols. I-III (Part antiga) por M. de Riquer; IV (Part moderna) por Antoni Comas. Los tomos siguientes sin publicar.
RD = E. Rogent y E. Duran, Bibliografia de les im¬ pressions luí.lianes, Barcelona 1927.

^

NO TIRES LOS SELLOS USADOS. Con ellos puedes prestar un buen servicio a las misiones. Puedes enviar los sellos usados que tengas a: Pro¬
curaduría Provincial Misiones T. O. R. ■ Convento de San Francisco. ■ Telé¬
fono 2112 12. ■ Palma de Mallorca.

V.

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MALLORCA Y SUS ESCULTORES

MIGUEL MORELL
per Gregorio Mateu, T. O. R.

Una noche nos acercamos al hogar del escultor Miguel Morell. La lluvia azota los cristales de una habitación acogedo¬ ra, sencilla y llena de recuerdos entra¬ ñables. Miguel es el hombre tranquilo, sosegado que, aparentemente, no sufre cambios en su ánimo. Habla pausada¬ mente, midiendo sus palabras y como queriendo escuchar el eco de su propia
voz. Una nutrida barba cubre su rostro,
dándole un aire de hombre bueno, capaz de alegrar los ánimos más alterados.
Queremos saber cosas de su vida, de su obra artística, de sus inquietudes. Có¬ modamente sentados, al calor de una es¬ tufa, se desarrolla nuestra conversación.
—¿Cómo fueron tus comienzos en el
arte?
—A los ocho años iba ya a la Escuela de Artes y Oficios como oyente. A pesar de que estoy totalmente en contra de las Academias de Arte. Decía muy acertada¬
mente S. Rusmol: «Las Academias de
Bellas Artes sirven para enseñar, en nin¬ gún caso para aprender».
A los 12 años comencé a trabajar con
Tomás Vila. Pero mi única labor consis¬
tió en picar piedra. Nos señalaba al de¬ talle lo que debíamos hacer, quitándo¬ nos toda posibilidad creativa. Yo no ten¬ go estudios de ninguna clase. Lo que sé, lo he ido aprendiendo con mi esfuerzo personal, a través de la continua lectu¬ ra, mediante mi propio trabajo. En el
año 1948 comencé a realizar una obra
personal y creo conseguí algo positivo
al cabo de unos ocho años de continua
labor. En el año 1956 conseguí un pre¬ mio en el Salón de Otoño.
En el año 1959, un grupo de artistas, aglutinados por el crítico de arte Rafafel Jaume, formamos el GRUPO TAGO que intentó por todos los medios a su alcan¬ ce, promocionar el verdadero arte en nuestra ciudad. Logramos que los mejo¬ res críticos de arte españoles pasaran por Palma, organizamos exposiciones y otras manifestaciones artísticas que tu¬
vieron su trascendencia.
He realizado exposiciones en varias sa¬ las de Palma y de Barcelona con la fre¬ cuencia limitada que permite mi trabajo. El hecho de tener que preparar 25 ó 30 esculturas para una exposición impiden que uno pueda prodigar excesivamente las exposiciones.

(De Morell no se ha dicho todo. Su
obra posee bastante más enjundia de la que, vista con ojos superficiales, aparen¬ ta tener. Hay en su obra un dramatismo hondo y bien administrado. Sus figuras estilizadas nos hablan de profundas re¬ sonancias líricas y sugieren sentimientos
estéticos de la más alta calidad. Talla la
madera con una ternura cuidadosa, lo¬ grando unas figuras de rica armonía. Le pedimos al escultor que nos describa su obra.)
—He buscado por todos los medios ha¬ cer una obra diferente, con una definida personalidad. Ello me ha acarreado se¬ rias dificultades ya que el fracaso eco¬ nómico me ha acompañado permanente¬ mente. No me duele afirmar que en mi última exposición en «4 Gats» no vendí
ni una sola de mis esculturas. No sé si
mi obra es buena, pero puedo afirmar honradamente que es plenamente since¬ ra y abierta a una visión del arte como creación permanente. El comprador, en muchos casos, carece de xma educación artística adecuada. Compran obras de
vanguardia no por su calidad intrínseca
sino como inversión rentable o por sno¬ bismo.
En este momento estoy pensando en Van Gog, cuyas obras son realmente maravillosas. En París sentí ganas de arrodillarme ante sus cuadros; aquello fue para mí una emoción indescriptible. No obstante, en vida, no entendieron su arte y supo muy bien lo que era pasar

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hambre. Los escultores que triunfan por aquí no ofrecen nada nuevo. Mira estos recortes de futuros monumentos, esta¬ tuas que van a ser colocadas en nuestra ciudad. Parecen adecuadas para colocar
en un mausoleo de un cementerio.
(Efectivamente, contemplamos unas obras sin personalidad, faltas de la vida que necesita una obra de arte. Algo ya pasado. Pero, comercial. Desgraciada¬ mente, las nuevas corrientes del arte no han llegado hasta nosotros. También pone en nuestras manos las mejores obras de arte que se publican en el mun¬ do y uno nota el doloroso contraste de una escultura que triunfa aquí y otra de calidad que sigue unas nuevas corrien¬ tes que se imponen en el mundo. Mien¬ tras Miguel sigue hablando, contempla¬ mos en las paredes obras de Rivera Bagur, Juli Ramis, Brunet, todas ellas de una estupenda calidad. A nuestro lado vemos una cama pequeña sobre la que descansa una guitarra silenciosa que pa¬ rece escuchar religiosamente nuestra conversación. El escultor sigue con el te¬ ma de su obra).
—^Yo no me siento escultor de van¬
guardia. Simplemente puedo afirmar que mi obra tiene una personalidad, una ori¬ ginalidad, pues se conoce sin mi firma. Me he creado muchos enemigos por de¬
fender con todas mis fuerzas el verda¬
dero arte. El arte ha sufrido una enorme
evolución y muchos no se han dado
cuenta de ello todavía. En mi vida el ar¬
te lo ha sido todo y por ello sigo traba¬ jando en lo que me gusta a pesar de no encontrar en ello una compensación eco¬
nómica. Sería maravilloso llevar el arte
a los pueblos, a las barriadas, pero, des¬ graciadamente, falta preparación. Y te¬ nemos que vender a una pequeña mi¬
noría.
(El escultor se ha puesto triste. Se le nota una contenida amargura al haber
luchado toda una vida contra corriente.
Nos cuenta que ha corrido todos los rin¬
cones de Mallorca en busca del motivo
lírico oculto, plasmando imágenes evo¬ cadoras, sorbiendo recuerdos pasados.)
—¿Te sientes defraudado en el momen¬
to actual?
—^Me siento feliz por lo que he reali¬ zado; pero, me siento frustrado al con¬ templar que uno no llega a imponerse a pesar de estar ya algo viejo. Los escul¬ tores sentimos el cansancio por la dure¬ za de nuestra labor. Tenemos que traba¬ jar materiales duros, cosa que supone un esfuerzo físico evidente. Además, la
obra escultórica debe tener una armonía
por todos los lados, no tan fácil de con¬ seguir como parece. Hace cierto tiempo me rompí el brazo en dos sitios mientras trabajaba en una escultura de grandes

dimensiones. Temí seriamente por mi fu¬ turo trabajo, pero todo ha pasado, ven¬
turosamente.
—¿Qué artistas mallorquines admiras?
—A Brunet, Rivera Bagur, Mercant, Roca Fuster y algimos jóvenes que pro¬
meten enormemente. Entre estos últimos
Damià Jaume. Temo que el éxito fácil de muchos jóvenes frustre su vocación.
El éxito fácil tiene dos inconvenientes:
la envidia que despierta en los amigos y lo tonto que se vuelve el interesado.
—¿A dónde va la humanidad actual?
—Soy al respecto bastante pesimista. Amo apasionadamente al hombre, pero me siento deprimido al ver cómo actúan los hombres. No juzgo por estudios, de los que carezco, sino por mi sensibili¬ dad. La gente se ha labrado una vida falsa con el coche, el pisito, el televisor.
Los medios de comunicación social bus¬
can consumidores a través de una desca¬
rada propaganda. Tal como es el hombre hoy, el lobo del que hablaba Francisco de Asís ya no da miedo a nadie. Mira
la contradicción monstruosa de dar un
premio Nobel de la Paz a los que duran¬
te años han hecho la guerra.
(Ante nuestra vista contemplamos una estatua en la que un niño queda prote¬ gido cariñosamente por los brazos de su madre. Uno piensa que el hombre se rerugia de unas ocultas amenazas en bus¬ ca de protección y ayuda. Nuestra huma¬ nidad necesita cariño, amor, fraternidad.
La humanidad actual necesita una espe¬ ranza.)
—^Tranquilidad, cosa harto difícil ac¬
tualmente. Sé que he se^ido un camino
difícil, pero deseo seguir adelante. No me siento un mártir, pero veo ahora que mi obra no ha sido aceptada como in¬ genuamente llegué a creer cuando era jo¬ ven. A mis cincuenta años ya no puedo esperar mucho de la vida. Me siento ale¬ jado del público porque no entiende mi arte y, por otra parte, no puedo traicio¬ nar mi vocación. Lo único que deseo es poder seguir trabajando y tener lo ne¬ cesario para comer y vestir.
Hace unas horas que estamos hablan¬ do. Nos levantamos y contemplamos la estupenda colección de obras de los me¬ jores pintores mallorquines. Observamos unos paisajes mallorquines que evocan una nostalgia sin límites al pensar en esa Mallorca destrozada por los bloques de cemento, esa Mallorca que hemos perdi¬ do para siempre. Nos despedimos del ar¬ tista con un sincero y sentido apretón de manos. Fuera, la lluvia es intensa y uno piensa en ese hombre bueno, artista de primera línea, que lucha y que sufre por hacer algo personal, que deje huella, que valga la pena.

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LA FLOR DE UN RECUERDO

Tengo una deuda antigua. Cuando en el lejano 1933 canté mi primera misa, en Roma, un joven estudiante religioso, Fr. Antonio Martorell, me obsequió con un motete eucarístico, compuesto por él mismo, homenaje a mi reciente sacer¬ docio. Es el «O memoriale» que tanto se cantó en Mallorca. El entonces Superior del convento romano, P. Juan Garda, músico' y compositor también, quedó ad¬ mirado de esta primera composición mu¬ sical del joven estudiante. Lo ensayamos y lo estrenamos en la iglesia de Santa Susana, que es el templo católico de los
norteamericanos.
El P. Martorell me entregó el motete, autógrafo, encerrado en una cubierta adornada con un dibujo a pluma en co¬ lores verde y viola que, como emblema eucarístico, reproducían una combina¬ ción de pámpanos y uvas. En honor a la verdad hemos de confesar que el dibujo, cargado de buena voluntad, no estaba a
la altura de la música.
Con mis propias manos, como quien se desprende de ima joya amada, deposité este original en el archivo musical de La Porciúncula. ¿Se conservará aún? Sería una pena se hubiera perdido,- es digno de figurar en una vitrina de museo. ¡La primera obra del ahora mundialmente

famoso P. Martorell, autor de innumera¬ bles obras publicadas, discos, etc., y Pre¬ sidente de la Comisión Litúrgica —Sec¬ ción Música Sacra— de la Diócesis de
Roma!
La idea de decir algo —^por fin— sobre el P. Martorell, me vino el pasado día 17 de noviembre, cuando en la Basílica de San Juan de Letrán, a la presencia del Papa, le vi, vestido con impecable túnica blanca y brazos en alto, emergien¬ do entre un mar de gente y dirigiendo magistralmente el canto del coro, en la solemnísima función inaugural de la pre¬ paración del Año Santo.
Ya estamos acostumbrados a ver al P.
Martorell en todas las ocasiones en que
el Santo Padre se traslada a su catedral, San Juan de Letrán, o a otros sitios en ocasiones solemnes. Y nos hemos ya ha¬
bituado a leer en las crónicas del día si¬
guiente el nombre y los elogios a su di¬ rección y a su música.
P. Martorell, reciba esta pobre flor de recuerdo y de gratitud.
Sabe cuánto me gusta su música, sus siempre nuevas inconfundibles creaciones. Pero aquel «O memoriale»...
P. Bartolomé Nicolau, T. O. R.
Roma, nov. 1973.

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jroici Di:
Y
C coi:idexxina.t a. xxiort)

Sota un cel ciar, o boirós —no és un presagi cert bo de fer—, vendrà al món un nou any; tal volta farà fred o neu hi hagi dalt dels cims; no, no és segur Vaverany!
Vendrà el nou any... Gener, qui Vapadrina i que és un mes com toca, un mes complit, pels Reis li portarà alguna joguina i, més tard, branques d’ametler florit.

Més esquerp és febrer. A ell li agrada causar-li a Vany infant algun ensurt; no debades té mala anomenada, entre els pagesos, el febreret curt.

Llavors arriba març, venta que venta,
esns tenir en compte que encara fa fred; mes qualcuna, entre fredes, de calenta ja en dóna a Vany, que va tornant grandet.

Incessantment el temps avança, avança;
ara està Vany ja en plena joventut. Abril i maig, duent ansa per ansa coves de flors, li ofrenen bell tribut.

Juny és el mes que té Vingrat ofici d’avisar Vany que es troba a mig camí: li queda encara temps, no cal que frissi; Vestiu és llarg, es pot bé divertir.

Passen, no obstant, els seixanta-dos dies que juliol i agost, indulgentment, lliuren per a disbauxes i follies; mes, dels abusos Vany ja se’n ressent.

Fineix Vestiu envant ja del setembre. L’any envelleix, patint algun fatic; li dol i no endevina bé a quin membre; però el malalt no morirà aquest pic.

Amb bona fruita dolça, ben madura, pomes i reim, octubre el nodrirà; i abrigat, vora el foc, i amb molta cura, viurà dos mesos més, Vany ancià.

Mes correran lleugeres les setmanes
i vendrà de desembre el trenta-u;
llavores les metgies seran vanes; i farà Vany, per sempre, capirii.

Desembre de 1973.

Fra M. C., T. 0. R.

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Això era i no era,
fa temps enrere, una donzella filla
del rei d’una illa.
Fada ne fou sa mare,
mes no viu ara. Dins lo castell tothora
plora que plora, brodant prop de sa dida,
molt esmarrida, que el rei no vol que surta
a collir murta.
El rei les hores passa
caça que caça,
per entre boscs d’alzines
sonant botzines.
Sa filla el veia córrer
de dalt la torre,
i mentre que corria
la nit venia.
Per davallar a la sala
baixa l’escala, quan ou lo cant en l’aire
d’un bon trovaire.
—Dama de la finestra, per un sol vespre,
vullau dar-me posada,
i la vetlada
vos cantaré les gloses
de les Set Roses.
—Bé pot pujar sens triga, benvingut siga!
Mon pare alberg no nega a qui me prega,
si bé no vol que surta a collir murta.
Lo jovencell li parla jurant aimar-la;
l’escolta la donzella tornant vermella.
—¿Quin present me faríeu
si amb mi us uníeu?
—Mon harpa del so lliure que fa reviure.
—Trovaire, aqueixa hisenda treu poca renda.
—Dama, prou vos valdria eixa harpa mia...
El rei parteix sens patge a l’ermitatge;
cada any hi va una volta a fer l’absolta
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LA RONDALLA
DELS
TRES HO STE S
on sa esposa estimada
n’és soterrada.
Del mirador, sa filla, esguardant l’illa,
veu que una nau lleugera ve a la ribera,
i un mariner ne corre
cap a la torre.
—Dama de la finestra, per un sol vespre,
vullau donar-me hostatge, i mon viatge
vos contaré, si agrada,
eixa vetlada.
—Bé pot pujar sens triga benvingut siga!
Mon pare alberg no nega a qui me prega,
si bé no vol que surta a collir murta.
Lo mariner li parla jurant aimar-la;
l’escolta la donzella tornant vermella.
—¿Quin present me faríeu
si amb mi us uníeu?
~Ma nau que el mar navega tal com llampega.
—Mariner, vostra hisenda treu poca renda.
—Dama, prou vos valdria
eixa nau mia...
Lo rei parteix i als pobres fa bones obres,
que la vila ha esfondrada
la torrentada.
De lo castell dins l’horta, s’obri una porta;
un mercader la passa
i entra a la plaça. La donzella cosia,
dins gelosia de daurades esquerdes,
percintes verdes.
—Dama de la finestra, per un sol vespre,
de que romanga us plàcia; jo us deman gràcia
per mostrar-vos mes toies de riques joies.
—Bé pot pujar sens triga, benvingut siga!

Mon pare alberg no nega a qui me prega,
si bé no vol que surta a collir murta.
Lo mercader li parla jurant aimar-la;
Vescolta la donzella
tornant vermella.
—¿Quin present me faríeu
si amb mi us uníeu
—Lo mirall de l’absència
que en fou ma herència. —Oh mercader, ta hisenda
treu poca renda. —Dama, prou vos valdria
la joia mia.
Cada hoste va i s’afanya
dins terra estranya,
pensant sempre en la filla del rei de l’illa,
que, plena d’enyorança, n’ha fet mudança:
els tres hostes somnia
de nit i dia; no va pus delitosa,
sinó plorosa, i és per demés que surta
a collir murta.
¿Què direm? Que els tres hostes,
baix d’unes costes,
un bell jorn compareixen
i se coneixen.
Lo mercader repara i veu ben clara
al mirall la donzella, per meravella,
del tot esblanqueïda, que perd la vida.
Als companys ho fa veure:
no ho volen creure.
¿Qué direm? Lo paratge n’era una platja,
i el mariner, sens triga.

la nau deslliga
—Anem! Dins una estona,
ona per ona,
a l’illa desitjada
n’haurà arribada.—
Los dos companys s’hi junten
i a la nau munten.
I, hala envant! sense témer,
rema que rema.
¿Què direm? Que a la roca
de l’illa toca.
Tots pugen la drecera sens gens d’espera.
Tantost lo pont s’acala, van a la sala,
i arribant a la porta senten: «Ja és morta!».
Llavors, de lo trovaire l’harpa mou l’aire,
i al punt, per meravella,
viu la donzella.

Ara, els que oiu la glosa, digau quin sia
dels tres que mereixia fer-ne sa esposa:
lo mirall diu sens falta que està malalta;
la nau s’hi és tramesa
per vinentesa;; i l’harpa del so lliure
la fa reviure...

1871

VIDA MIA
Jo vos crit cada estoneta din.s la fosca de mon cor: «Vida mia! vida mia!» I a ma veu ningú respon.
Quantes hores he passades desvetlat i sens repòs!
Vida mia! vida mia!
¿Qui us enyora tant com jo? D’ençà que us he somniada,
res del món me dóna goig.
Vida mia! vida mia!
¿Sereu vós la meva mort?
LES TRES PLAGUES
Quan del cel no baixa l’aigua
lo sembrat se mor de set; sens collita hi ha misèria...
Déu comanda; ¿què hi farem? Quan la pesta acaramulla
los cadàvers a betzef,
la ciutat roman deserta...
Déu comanda; ¿què hi farem? Quan d’un poble es fan la- guerra
los germans, sens cor ni fre. Déu no ho vol... i aquesta plaga és la pitjor de les tres.
Bartomeu Ferrà i Perelló (1843-1924)

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En el einqnaiitenari del trasípásí
de Bartomeu Ferrà i Perelld
En el peregrinatge pels diferents santuaris de la poesia mallorquina retrospectiva no ens hem introduït cap vegada en el de Bartomeu Ferrà. Volem dir, més bé, que no n’hem portat encara relíquies a la nostra «Pàgina literària». Avui en tenim l’avinentesa.
Possiblement sigui el fet d’haver contemplat una mica, en el mes anterior, la interessant i simpàtica figura de Pere d’Alcántara Penya, que ens ha suggerit la idea de pegar també una ullada a la de Bartomeu Ferrà. Efectivament, Penya i Ferrà són dos autors que no es fasti¬ guegen de presentar-se encollats. I això no tant per motius d’edat —Pere d’A. Penya li gua¬ nyava de vint anys a Bartomeu Ferrà—, com per certes afinitats literàries, o dit més explíci¬ tament, per una idèntica actitud de cara a la llengua i a la mateixa vida del nostre poble ma¬ llorquí. Amb algima important diferència, com veurem més avall. Un i altre s’igualegen també per l’amabilíssima bonhomia que traspua dels escrits respectius.
Bartomeu Ferrà i Perelló va néixer a Ciutat l’any 1843, vint anys més tard que Pere d’Alcàntara Penya, com ja hem dit més amunt, i onze anys més prest que Mn. Costa i Llobera i que Joan Alcover. (Traspassà d’aquest món l’any 1924; fa, doncs, ara cinquanta anys). Les desigualtats d’anys expliquen, almenys en part, les d’estil.
Retornant a les similituds, diguem totd’una que ambdós escriptors. Penya i Ferrà, desem¬ pallegant-se del romanticisme caduc, dins el qual encara havien nascut i mamat la primera llet, portaren als seus versos —no solament a les seves comèdies— la vida, l’actualitat, l’existencialitat diríem avui, juntament amb el llenguatge del poble entre el qual ells vivien i es belluga¬ ven. I així esdevengueren, doncs, excel.lents cultivadors d’un interessantíssim realisme nostrat. Es aquí certament on radica la seva simpatia i popularitat, popularitat encara no extingida (en Ferrà més pel seu teatre que per la poesia).
Aquesta assumpció de l’esperit del poble suposà per a Penya i per a Ferrà la necessitat d’abandonar, no solament les idees, sinó també el llenguatge floralesc, trobadoresc, arcaïtzant, ar¬ tificial, en el qual algun dels seus immediats predecessors hi havien trobat una complacència quasi morbosa, i que a ells mateixos els seria encara una forta temptació. D’aquesta malaltia arqueològica de la llengua, tret característic del romanticisme català, Pere d’A. Penya, malgrat tot el seu popularisme, no en fou completament escàpol. Basta llegir, per exemple, entre les seves poesies líriques, la titulada Lo palau enchantaf. En canvi, Ferrà ja se’ns presenta de tot guarit de l’esmentada fal .lera.
Anant ara a les dessemblances ens trobam, en primer lloc, que Ferrà és... més poeta que Penya. Com no pot esser d’altra manera, la nostra afirmació es basa només damunt l’obra es¬ crita d’ambdós literats. Deim poeta i no versificador. A nosaltres Penya el versifieador, ens resulta particularment atraient. Penya no abusa tant com Ferrà de la versificació fàcil, com és la del romanç, amb els versos parells assonantats. Penya, sense desdenyar dita rima, s’enfronta més sovint, i coratjosament, amb la rima consonant, sempre més difícil i, en conseqüència, més mascle —perdoni’s la vulgaritat del mot—. Ja es sap que avui tota faisó de rima i de mesura està en descrèdit. Pot esser, no obstant, que aquest generalitzat menyspreu envers la norma, en totes les arts, no sigui sempre un mer signe de llibertat, sinó que argüesqui també inhabilitat o peresa in tel .lectiva i imaginativa.
Sembla igualment que, tot i essent Penya i Ferrà els creadors del nostre teatre, el segon, dins aquesta mena de teatre costumista, hagi deixat obres més acabades que el primer. Aques¬ ta és l’opinió de Josep M.” Llompart (La literatura moderna a les Balears). Però nosaltres, aquest aspecte literari dels dos autors aquí no el tocam.
Per acabar diguem solament uns pocs mots sobre les composicions de Ferrà duites avui a la nostra «Pàgina». D’acord amb el nostre gust. La rondalla dels tres hostes és una vertadera Ilepoba. Té tot l’encant d’aquest gènere literari mallorquí, la rondaia, i damtmt això, encara la bella musicalitat del vers, aquí amb la rima perfecta. S’hi conserven les expressions consa¬ grades, «Això era i no era», i les repeticions rondallístiques, de caient tan infantil. Es par¬ ticularment graciós el ritornello «el rei no vol que surta / a collir murta», on resideix espe¬ cialment l’humor realista i picardiós, al.ludit per Josep M.‘ Llompart (en l’obra citada). L’au¬ tor sentenciós —bo eren molts dels nostres poetes— apareix en la breu composició Les tres pla¬ gues. I el poeta fi i elegant es mostra en les tres petites estrofes amoroses de Vida mia. Es massa òbvia l’observació per a deixar de fer-la: la finura, l’elegància, la distinció, el bon endreç seran precisament les notes que caracteritzaran la poesia del fill de l’autor comentat. Senyalam En Miquel Ferrà i Juan.
Fra M. C., T. O. R.
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MUESTRAS HIISIOMES

* SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE EL "STEWARDSHIP"
* IMPORTANTE CARTA DEL CONGRESO MISIONERO DE LA T. 0. R. A TODA LA ORDEN

Ya. el mes casado ocurrió lo de esta vez: la sección mensual «Nuestras Mi¬
siones» fue ocupada por noticias que no procedían precisamente de nuestras mi¬ siones del Perú o Brasil, como es habiíual desde hace muchos años. Mas, en realidad, lo dicho en el número anterioi (páginas 18, 19 y 20) y cuanto publica¬ remos este mes y el siguiente en este antiguo espacio del «Heraldo de Cristo», supone hablar más que nunca de «nues¬ tras misiones», con la interesante dife¬ rencia de que el concepto de misión que¬ da ampliado y sale de los límites geogrᬠficos de aquellas porciones de la viña del Señor confiadas por la Santa Sede a nues¬ tra Provincia Española o a toda la T.
O. R.
Creemos sinceramente que cuantos asis¬ timos al Seminario Internacional sobre el
«STEWARDSHIP», organizado por la Co¬
misión Pontificia «Justitia et Pax» y por
la Sagrada Congregación antes llamada «de Propaganda Pide», pudimos examinar el concepto moderno de Misión y enten¬ dimos la universalidad de esta palabra. La universalidad y sus fuertes exigencias. Los oradores, católicos y protestantes, lai¬ cos, religiosas, sacerdotes y obispos, pro¬ venientes de todo el mundo, trataron de

ello con conceptos claros e interpelantes. Especialmente cuando se refirieron a la educación de la gente de los países sub¬ desarrollados, a los que se debe instruir para un desarrollo y sostenimiento de sí mismos en la Iglesia local.
Fuimos más de 400 los asistentes al ci¬ tado Seminario internacional. De ello da
una idea el grabado que insertamos al pie de esta página. La T. O. R. fue el Insti¬ tuto Religioso que más representantes tuvo en dicho Seminario, celebrado en el nuevo Colegio Filosófico de «Propaganda Fidet», desde el 1 al 5 de octubre 1973.
Mas, dejando aparte los datos estadís¬ ticos, consideramos de interés para nues¬ tros lectores la carta que dirigimos, des¬ de Roma, a todos los hermanos de mi Orden. Es una carta que no podremos
transcribir totalmente de una vez; pero
no importa, pues, como se verá, se trata de unos conceptos que pueden separarse.
Acabada la publicación del documento que ahora sigue, daremos a conocer una entrevista sostenida con el P. Antonio Riutord Palau, T. O. R., Vicario General
en nuestra Prelatura de Huamachuco.
Fr. J. Tugores, T. O. R.

CURIA GENERAL DE LA T. O. R. DE SAN FRANCISCO

Roma, 16 de octubre de 1973.
A los Ministros Provinciales y a todos
los hermanos de nuestra Orden.
Queridos hermanos:
Del 1 al 12 de octubre se han tenido en Roma dos semanas de intenso estudio
sobre el concepto de misión en la Iglesia y su relación con los problemas mundia¬
les.

Esta carta pretende poneros a todos
al corriente de los resultados de nuestra
labor. Nuestras propuestas para una ac¬ ción posterior tienen por objeto servir no solamente a las curias provinciales y a los dirigentes, sino a todos nuestros her¬ manos, unidos con nosotros en el esfuer¬ zo para el bien común de la Iglesia. Cree¬ mos que esta declaración de objetivos puede dar un nuevo empuje a los empe¬
ños de nuestros terciarios franciscanos
en todas partes.

Por varios motivos creemos que estas reuniones son históricas. Por primera vez nos hemos reunido misioneros francisca¬ nos de nuestra Orden, provenientes de di¬ ferentes partes del mundo, para compar¬ tir experiencias y estudiar problemas co¬ munes. Muchos misioneros nos hemos co¬ nocido por primera vez.
Además, sin descuidar nuestros asuntos internos, hemos utilizado la mayor parte de este tiempo relacionando la actividad misionera de la Orden con la de la Igle¬ sia universal y estudiando nuestros es¬
fuerzos a la luz de tendencias nacionales e internacionales que directamente o in¬ directamente afectan nuestro trabajo mi¬ sional.
Este último punto se centró principal¬ mente sobre problemas de justicia social y del reconocimiento de los derechos hu¬
manos. Durante el seminario sobre
«Stewardship» cristiano («Stewardship» significa el buen uso del tiempo, de los talentos y de los bienes materiales del cristianismo en favor del prójimo) he¬
mos convivido con misioneros de todos
los continentes, investigando los métodos para promover más la independencia o auto-suficiencia de la Iglesia local sin ol¬ vidar jamás la necesidad de continuar compartiendo personal y bienes dentro de la Iglesia global.

En nuestras reuniones aprendimos muy pronto, si es que no lo sabíamos antes, que no hay dos áreas misioneras iguales. Los problemas no son totalmente idén¬
ticos.
Pero sí, nos impresionó la cantidad de objetivos y problemas comunes a todos. Como misioneros y Procuradores de mi¬ siones, juntamente con la Curia General, hemos querido dar expresión a nuestras aspiraciones comunes en este documento.
JUSTICIA Y PAZ
1. Meditando las palabras del Evange¬ lio con que Jesús responde a los discí¬ pulos de Juan respecto de su mesianismo: «los ciegos ven, los cojos caminan, los sordos oyen y los pobres escuchan la buena nueva», nosotros, miembros de la Tercera Orden Regular de San Francisco, i'eunidos como representantes de todos nuestros misioneros, y en unión con el principal organismo dirigente de la Or¬ den, confirmamos la íntima conexión en¬ tre promoción humana y evangelización.
De nuevo nos comprometemos a la predicación del Evangelio juntamente con el desarrollo de la comunidad cristiana, y dedicarnos asiduamente a la promo¬ ción de la dignidad humana y al recono¬
cimiento de los derechos civiles entre

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nuestra gente, sin olvidar su educación
sobre estos derechos en el ambiente en
que vivimos y trabajamos.
2. Mientras que reconocemos la actual
existencia de dificultades en las esferas
políticas y económicas, nos compromete¬ mos a la labor de liberar nuestra gente
de las ataduras de dominación de cual¬
quier forma, porque la libertad es un
derecho básico de todos los hombres frente a su Creador. Sin odio contra na¬
die y con amor a todos los hombres, nos dedicaremos a realizar los objetivos de la Iglesia en cuanto a la justicia social.
Los principios de la justicia social han
sido claramente enunciados en el Conci¬
lio Vaticano II, en la «Populorum pro¬ gressio» del Papa Pablo VI, en el Sínodo Mundial de Obispos en 1971, y en las re¬ soluciones de nuestras respectivas Confe¬ rencias nacionales de Obispos y Superio¬ res Mayores. A la vez expresamos nuestra solidaridad con otros misioneros y mi¬ sioneras de todo el mundo que trabajan por la realización de los derechos huma¬ nos y cristianos de sus gentes, a través de medios pacíficos, sobre todo cuando su postura evangélica puede originar fal¬ ta de comprensión, rechazo, expulsión o persecución.
3. Al dirigirnos a nuestros hermanos de las distintas Provincias de la Orden, queremos hacer hincapié en la importan¬ cia de la educación respecto de la jus¬ ticia social, tanto en nuestra pedicación y catequesis como en nuestros semina¬ rios y centros de enseñanza. Las gentes en todas partes deben ser educadas a ver más allá de los estrechos confines de sus propias situaciones, y a darse cuenta de que son parte de la entera fa¬
milia humana.
Es especialmente necesario que la gen¬
te tome conciencia cada vez más de la actual distribución desigual de los recur¬
sos y bienes naturales del mundo. Puesto que el futuro liderazgo del mimdo esta¬ rá en las manos de la juventud en for¬

mación hoy, nuestros misioneros desean
unirse con nuestros hermanos de los
4.Hapaíses más desarrollados en esta tarea
de ayudar a la gente a considerarse par¬
te de la comunidad mundial. Solamente
de esta manera podrán realizarse las im¬ portantes iniciativas tomadas en estos tiempos (p. e. ciertos beneñcios de co¬ mercio y tarifas para los países en desa¬ rrollo en el mercado mundial, y la con¬ tribución de im porcentaje de los ingre¬ sos nacionales brutos de parte de los países desarrollados en favor de los paí¬ ses sub-desarrollados).
sido claramente demostrado
que ciertas empresas grandes, sobre to¬ do las de carácter multinacional, a ve¬ ces son culpables de prácticas injustas en la explotación de los pueblos.
Otras veces están envueltas en políti¬ cas de comercio con gobiernos represi¬ vos. Nosotros expresamos la necesidad de parte de la Orden de una cuidadosa valutación de inversiones, para nuestro propio bien y para la educación del laicado con que trabajamos. Durante esta reunión hemos conseguido la necesaria
documentación sobre tales empresas, que
están obrando injustamente o colaboran¬ do con aquellos gobiernos cuyas políti¬
cas son reconocidas como claramente
injustas. Pedimos que esta información sea enviada a las respectivas Provincias.
(Continuará)

Haciendo para un amigo o familiar una suscripción a

«HERALDO DE CRISTO»

/Hace un regalo de su onomástico que dura todo el ano.

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19

NUESTRAS HERMANAS FRANCISCANAS

« APROBADAS LAS NUEVAS CONSTITUCIONES PARA LAS MONJAS DE LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO
* Monasterios de la T. O. R. femenina en España.

Hace exactamente un año, esta revista
estrenaba una nueva sección: «NUES¬ TRAS HERMANAS FRANCISCANAS».
Queríamos, así, hacernos eco —tal como había ocurrido ya en tiempos anteriores— de las principales actividades de las Fran¬ ciscanas Hijas de la Misericordia, corres¬ pondiendo, en justa reciprocidad, a los múltiples desvelos que dichas hermanas han demostrado siempre a favor del «HERALDO DE CRISTO», cuya corres¬ ponsalía ostentan meritoriamente en to¬ dos los pueblos donde tienen Convento.
A lo largo del año 1973, mensualmente hemos llenado este rincón aportando da¬ tos y noticias sobre la citada Congrega¬ ción. Fue siempre una grata tarea por nuestra parte. Y, Dios mediante, prose¬ guiremos con el mismo trabajo en meses
venideros.
Ocurre, empero, que consideramos de importancia el informar a nuestros lec¬
tores sobre un hecho de trascendencia
espiritual en la historia de otras herma¬
nas nuestras. Son también terciarias fran¬
ciscanas, pero de votos solemnes. Dedica¬ das, por tanto, a la vida contemplativa.
Me refiero —como habrá adivinado el
lector— a las Monjas de la T. O. R. de S. Francisco, establecidas en varias na¬ ciones de Europa.
Siguiendo orientaciones del Concilio Vaticano II y para poner en práctica unas indicaciones concretas hechas por la Sagrada Congregación de Religiosos e Ins¬ titutos Seculares a nuestro General, Re¬ verendísimo P. Luigi Secondo, éste encar¬ gó la puesta al día de las Constituciones de dichas Monjas. Recibidas las nume¬ rosas sugerencias, propuestas y observa¬ ciones que las Religiosas enviaron a nues¬ tra Curia Generalicia, fueron preparadas las mencionadas Constituciones por los siguientes religiosos: P. Francesco Provenzano. Definidor General y Delegado del

P. General para todas nuestras herma¬ nas de la T. O. R.; P. Antonio Barceló Mora, Comisario Nacional de las Frater¬ nidades Seglares Franciscanas y Delega¬ do del mismo P. General para las Monjas de la T. O. R. en España; P. Lino Temperini, también hijo de nuestra Orden y estudioso de historia y espiritualidad
franciscanas.
Revisadas oportunamente las susodi¬ chas Constituciones por el ya referido Dicasterio de Religiosos e Institutos Secu¬ lares, merecieron el siguiente DECRETO DE APROBACION, enviado a nuestra Cu¬
ria General:
«Las Monjas de la Tercera Orden Re¬ gular de San Francisco de Asís, para lo¬ grar la adecuada renovación promovida por el Concilio Vaticano II, suplicaron a la Sede Apostólica que las Constituciones —redactadas según las normas del Motu Proprio «Ecclesiae Sanctae» II—, fueran examinadas y debidamente aprobadas.
La Sagrada Congregación de Religiosos e Institutos Seculares, teniendo en cuen¬ ta lo expuesto y examinado cuanto a es¬ te asunto se refiere, por el presente De¬ creto aprueba dichas Constituciones —es¬ critas en lengua italiana y de las cuales guarda un ejemplar en su archivo—, por el tiempo de siete años y como experien¬ cia para los Monasterios cuyas Monjas las acepten al menos por dos tercios de vo¬ tos, guardados los demás requisitos del
Derecho.
No obstante cualquier cosa en contra.
Dado en Roma, el día 5 de noviembre
de 1973.
Arturo, Cardenal Tabera, Prefecto.
Agustín Mayer, Secretario».

20

Felicitamos cordialmente a las Monjas
Terciarias Franciscanas de vida contem¬
plativa por el nuevo y necesario paso de renovación que han dado dentro de la Iglesia posconciliar, nos imimos a su le¬ gítimo gozo y pedimos al Señor recom¬ pense con creces los esfuerzos que han hecho ellas y los tres citados hermanos nuestros por conseguir el «aggiomamento» solicitado por el último Concilio.
A petición de no pocos lectores, damos
cuenta de los distintos Monasterios que
las Terciarias Regulares Franciscanas po¬ seen actualmente en España:
Monasterio de Santa Isabel.—Alba de Tormes (Salamanca).
Monasterio de Santa Magdalena.—Alca¬ raz (Albacete).
Monasterio de «Sancti Spiritus».—Astorga (León).
Monasterio de Santa María de la Cruz
(vulgo de «Santa Juana»).—Cubas (Ma¬ drid).

Monasterio de la Madre de Dios.—Co¬ ria (Cáceres),
Monasterio de «Porta Coeli».—El Zarzo¬ so de la Sierra (Salamanca).
Monasterio de «Sancti Spiritus».—^Fuensalida (Toledo).
Monasterio de la Purísima Concepción.
—Granada.
Monasterio de la Madre de Dios—C./ Prado, 10.—Salamanca.
Monasterio de la Anunciación (vulgo «Ursulas»).—C,/ Sorias, 2.—Salamanca.
Monasterio de San Antonio de Padua.— Toledo.
Monasterio de San Francisco el Real.—
Trujillo (Cáceres).
Monasterio de San Juan de Dios.—Se¬
govia.
Monasterio de la Purísima Concepción. —Siruela (Badajoz).
Fr. Jaume Tugores Mestre, T. O. R.

LLAMADOS A LA CASA DEL PADRE

Muro.—En lo que va de año (27-10-73) han entregado su espíritu al Señor las siguientes hermanas de nuestra Fraterni¬
dad de Terciarios de San Francisco:
Francisca Torrandell Sastre
Catalina Vidal Ballester
Margarita Boyeras Seguí Serra. Esta última, vocal y antigua Hna. Mi¬
nistra de la Fraternidad.
Palma.—Día 30 de octubre de 1973 exha¬
ló su último suspiro, a la edad de 66 años, el Rdo. Sr. D. Juan Gaya Nigorra, Pbro. Después de haber ejercido el ministerio sacerdotal en diferentes parroquias de Mallorca, finalmente había sido destina¬ do a regir la de Santa Teresa del Niño Jesús, Palma. Esta iglesia, que sólo esta¬ ba a medio hacer cuando el Sr. Gaya se posesionó del cargo, merced a la activi¬ dad y desvelos de su nuevo rector que¬

dó pronto terminada. Atacado por la en¬ fermedad, D. Juan hubo de dejar el cui¬ dado de aquella parroquia.
D. Juan Gaya era terciario franciscano, siscriptor de esta revista y buen amigo y bienhechor nuestro.
A sus hermanos y demás familiares, especialmente a su primo Fr. Francisco Oliver Gayá, T. O. R., nuestro más sentidoi pésame.
Palma de Mallorca.—El día de la In¬
maculada Concepción de María Santísi¬ ma, Patrona celestial de toda la Familia Franciscana, Sor Cecilia Pons Vicens, contando 89 años de edad y 62 de vida religiosa en la Orden de Santa Clara. La
difunta era tía de nuestros buenos ami¬
gos D.^ María Pons y D. Gregorio Gimé¬ nez, el impresor de esta revista.
¡Concédeles, Señor, el descanso eterno!

21

piigiiia> ^el teyoia>rio

RETIRO TRIl^ESTRA.!.

El penúltimo domingo del Año Litúr¬ gico, día 18 del pasado noviembre, tuvie¬ ron los seglares franciscanos un emotivo
encuentro fraternal en el Santuario de San Salvador de Felanitx.
Fue el primer retiro espiritual dirigi¬ do por el Rdo. P. José Luis López, nue¬
vo Asistente Provincial de la T. O. F. de
Baleares. Bienvenido sea y que sea fe¬
cunda su labor en el nuevo campo que el Divino Sembrador le ha confiado
A las diez de la mañana ascendían la
empinada cumbre del Santuario nume¬ rosos autocares y turismos procedentes de las hermandades de Arta, Caimari, Inca, Lloseta, Llucmajor, Manacor, Pal¬ ma (capital) y Es Pil.larí (San Francis¬ co).
Fue un auténtico día de noviembre en
que el cielo vistió sayal de tonos grises como para asociarse al ambiente de pe¬ nitencia que lleva consigo un retiro es¬ piritual.
Los jornadistas, a su llegada, intercam¬ biaron saludos y poco después, a las 11, reuniéronse en el templo, en donde el P. José Luis dirigió su mensaje de salu¬ tación, enlazando admirablemente el le¬ ma «Paz y Bien» con la alegría de la vida
auténticamente franciscana que emana
ael Evangelio tamizado por el Santo del amor, como fue Francisco de Asís.
A las 11,30, con el canto de «Qué ale¬ gría cuando me dijeron...» empezó la concelebración eucarística por el P. Asis¬

tente, el P. J. Fe Corró y el Rdo. D. Ra¬ món Riera, Director de la Hermandad
de Manacor.
La homilía predicada por el P. José Luis fue como una brillante trilogía sobre el discurso escatológico de Jesús, el dogma del Purgatorio y el aspecto positivo de
la muerte. Presentada la hermana muer¬
te con el ropaje teológico de suprema unión con Dios, lejos de producir inquie¬ tud, llenó de paz el espíritu de los oyen¬
tes.
Repleto el templo de fieles, fue la san¬ ta misa un verdadero banquete de Euca¬ ristía, pues la totalidad de terciarios se
acercó a recibir el Pan de vida.
Terminada la acción de gracias, cele¬ brantes y fieles desfilaron ante la Virgen, mientras se cantaba la Salve Regina.
En la sobremesa o «bulla de germa¬
nor», como la llamamos, el P. Asistente y varios jornadistas con sus rasgos de buen humor alegraron la asamblea.
A las tres de la tarde hubo la despedi¬ da de la Virgen, y los diferentes grupos emprendieron, cada uno por la ruta pre¬ viamente escogida, el retorno a sus ho¬ gares, con el deseo de repetir tales en¬ cuentros, ya que en ellos resplandece la noble sencillez y la alegría franciscanas que tanto contrastan con la ambición e insaciable sed de placeres tan a menudo sentidas en el mundo de hoy.
I. Ferretjans,
Secretaria Provincial T. O. F.

NUESTBA pequeña
HISTORIA

^ atrás,,.

Lo que avisa el adagio mallorquín sobre
novedad de vida al comienzo de un nuevo
año, sólo se cumplía medianamente en EL HERALDO DE CRISTO del primer mes de 1924. No se advertían más que leves inten¬
tos de remozamiento. Estos tal vez serán al¬
go mayores en el transcurso de la etapa
iniciada.
Aquel número de enero estaba casi total¬ mente dedicado, directa o indirectamente, al viaje que, en el mes de noviembre anterior, habían realizado los Reyes de España a la
Ciudad Eterna.
Por eso en primera plana figuraba sólo un grabado del Papa reinante. La justificación estaba en el pie: «S. S. Pío XI, quien reci¬ bió solemnemente a los Reyes de España».
Se leía a continuación el texto del «Dis¬
curso de S. M. el Rey de España ante el
Solio Pontificio». En su discurso Alfonso XIII
hacía notar que era «el primer Monarca es¬ pañol que en el decurso de las centurias» visitaba «al Vicegerente de Dios en la tie¬ rra». Dicho texto ocupaba dos páginas, más otra adornada con el fotograbado de «S. M. el Rey Don Alfonso XIII».
Se insertaba igualmente el «Discurso de Su Santidad contestando al Rey de España». Decía el Papa: «Doble alegría sentimos al ver a vuestro lado, saludándola y bendiciéndola al mismo tiempo que a vos, a la au¬ gusta compañera vuestra, a la graciosa Rei¬ na, a quien enviamos nuestra Rosa de Oro, hecho que vuestra majestad, con filial gen¬ tileza, ha querido recordar, y que venía a significar precisamente cuán especial be¬ nevolencia le reserva nuestro corazón de
padre». Nosotros ignoramos si, en este tiem¬ po de vulgaridad y democracia, se practica aún el galante gesto de enviar Rosas de Oro. Intercalado en las mismas páginas iba un clisé que llevaba este pie: «El Soberano abriéndose paso para poder penetrar en la Catedral», de Palma de Mallorca. (Como ya se dijo en el resumen anterior y lo repe¬ tiremos más adelante, al regreso de Roma, los Reyes hicieron escala en Mallorca).
Ahora, en la media página siguiente, unos versos navideños con el título de «Compatiu-lo». Lleó d’lran (P. Miguel Ouetglas), cu¬
yos eran los versos, estaba dotado de buen gusto, pero se aferraba demasiado a lo fá¬
cil, a lo cómodo.
Otro grabado, referente al paso de los Reyes por Mallorca, ocupaba la otra media

página. Véase cómo era el pie: «Los Reyes, con Primo de Rivera, se dirigen al palacio de la Excma. Marquesa viuda de Vivot».
Nos encontramos ahora ya en las pági¬ nas centrales. Las llenaban unas ampulosas estrofas de versos endecasílabos, firmadas por Fr. J. Caldentey, T. O. R., siempre muy encandilado por el españolismo y el monar¬ quismo. El título del altisonante poema era «A S. M. el Rey Alfonso XIII». Dos nuevos grabados relativos a la estancia de los Re¬ yes en Mallorca rellenaban el vacío entre columna y columna de los anteriores versos. Los pies eran: «Paso de los Reyes por la calle de Palacio», «D. Alfonso en el patio del
cuartel de Inca».
El artículo serio corría a cargo de la plu¬ ma de Fr. P. J. C. (así sucedió casi todo el
tiempo de su vida). El epígrafe era: «¡Luz!, ¡Luz!». Despojándolo de todo lo coyuntural, dictadura de Primo de Rivera, que intentó poner orden en la casa, y visita de los Mo¬ narcas españoles al Papa, aquel trabajo del P. Cerdá podría servir aun hoy de medita¬ ción para los desmemoriados que sienten nostalgia de ciertos pasados tiempos o para los jóvenes que no los vivieron. Sólo un pedacito: «En el orden político se ha com¬ prendido que aquellas famosas libertades, exhibidas siglo y medio, como conquista de los tiempos modernos y resumen de los de¬ rechos del hombre, no eran en el fondo, sino recurso para que pudieran obrar sobre seguro los malvados de todo género: am¬ paro de todos los crímenes, y refugio de todas las malas doctrinas. —Se ha visto que el parlamentarismo es fuente envenenada que mata toda iniciativa recta y noble...». Está claro que tales palabras harán sonreír a los espíritus fuertes de ahora. Más an¬
chamente nos sonreímos nosotros ante sus
infantiles optimismos.
Dentro del mismo trabajo hab a aún otro grabado sobre el tema tantas veces repetido: «El Rey en el palacio de Vivot».
No sabemos descorrer el velo del seudó¬
nimo Fr. Francisco (¿sería el mismo Fr. Luis —Fr. Miguel Llompart— que adoptaba un segundo seudónimo? Nos inclinamos a creerlo así). Fr. Francisco, abundando en los mismos razonamientos del P. Cerdá, añadía
que, al empezar el nuevo año, pasada y desvanecida «la aciaga noche secular del li¬
beralismo: la noche de la inacción, la iner-
(Continúa en la pág. siguiente)

23

£1 P. Sebastián Rubí conmemora sus Bodas de Oro Sacerdotales en el Santuario de Ntra. Señora de Cura

El P. Sebastián Rubí Garau, T. O. R., natural de Llucmajor, que desde hace muchos años reside en América, primero en Estados Unidos del Norte y actualmen¬ te en Méjico, estuvo en Mallorca, de vi¬
sita a su familia. Y siendo el de 1973 el
50.° año de su odenación sacerdotal, he¬ cho ya solemnizado, el último mes de febrero, con su feligresía de la capital az¬ teca, quiso repetir la conmemoración ro¬ deado de sus familiares, eligiendo para
ello el Santuario de Nuestra Señora de
Cura, lugar donde hace asimismo cin¬
cuenta años, casi recién ordenado, había empezado a ejercer su sagrado ministerio con el cargo de Superior. A este fin, día l.° de diciembre próximo pasado, al me¬ diodía, se tuvo en la iglesia del Santuario una solemne concelebración eucarística,
presidida por el mismo P. Rubí, quien pronunció igualmente una breve homilía

de circunstancias. Al final de la misa, el M. R. P. Miguel Tous Gaya, Ministro Provincial, uno de los concelebrantes, quiso también decir unas palabras de me¬ recido elogio a la persona de nuestro re¬ ligioso, modelo de sencillez franciscana y siempre fiel cumplidor de cuanto la obe¬ diencia le ha impuesto a lo largo de su
vida.
Además de los hermanos y restantes parientes y amistades del P. Rubí, estu¬ vieron presentes en aquel acto, represen¬
taciones de los diversos conventos de la
Orden en la isla. Unos y otros acompa¬ ñaron después al homenajeado en una magnífica comida servida en el bar-res¬
taurante del mismo Santuario.
Esta revista que, a raíz de la primera celebración de las Bodas de Oro, en Mé¬ jico, ya lo había hecho, reitera ahora su
cariñosa felicitación al estimado P. Rubí.

$^ $

Y el P. Sebastián Rosselló Horrach T. 0. R, celebra sus Bodas de Plata Sacerdotales en Huamachuco (Perú)

Por la tarjeta de invitación y por la estampita repartida como recordatorio de la solemne fiesta celebrada, que nos re¬ mitió el mismo P. Rosselló, nos entéra¬ meos del importante acontecimiento. Dice así el primero de dichos escritos: «La Co¬
munidad de Padres Franciscanos de Hua¬
machuco, con motivo de las BODAS DE PLATA del P. Sebastián Rosselló Horrach, invita a agradecer a Dios sus veinticinco años de sacerdocio y a rogar al Señor por las vocaciones sacerdotales y religio¬ sas, en la misa solemne que se celebrará el 28 del presente, a las 7’30 P. M., en la

Catedral. — Roma, 23-XI-1943. — Huama¬ chuco, 23-XI-1973».
El P. Sebastián Rosselló, que ya lleva bastante tiempo de residencia en nues¬ tra Misión del Perú, después de haber realizado un excelente trabajo pastoral en diferentes poblados de la sierra, ahora tiene su campo de acción en Huamachu¬ co y ostenta, entre otros, el cargo de Can¬
ciller-Secretario .
Felicitamos sinceramente al apreciado religioso que acaba de dar gracias al Seyor por haber alcanzado el señalado hito del 25.° aniversario de la ordenación sa¬
cerdotal.

(Viene de lo pág. anterior)
cia y la apatía para todo lo bueno y grande, para todo lo bello y sublime; la noche del desacierto, del desorden y de la revolución; la noche de los grandes infortunios, que¬ brantos y calamidades...», vislumbrábase en lontananza la rosada aurora, «mensajera fe¬ liz del esplendoroso día». El título del ar¬ tículo era «Hermoso alborear». En él se alu¬ día al monumento al Sagrado Corazón de Jesús, erigido en el Cerro de los Angeles, y al discurso pronunciado por Alfonso XIII
ante el Vicario de Cristo.
Venía después una minuciosa reseña de la estancia de ios Reyes de España, con

Tlueaira "Pequeña historia
todo su séquito, en Mallorca, el 30 del pa¬
sado mes de noviembre. En «Crónica franciscana» se daba cuenta
de la celebración, en nuestro Convento de Inca, los días 16, 17 y 18 de diciembre an¬ terior, de las cuarenta horas en honor de Ntra. Señora de la Esperanza, con sermones por el P. Jaime Rosselló, T. O. R. Y de Pina se comunicaba la vestición y profesión de un copioso número de religiosas francisca¬ nas. No hay para qué decir que las que sobreviven habrán celebrado, en el último mes de octubre, las Bodas de Oro, unas de la vestición y otras de la profesión.

24

lina opinión
AL DIOS Y A LA IGLESIA QUE ALEGRARON MI JUVENTUD
Gustosamente damos cabida en nuestra revista al siguiente artículo (aparecido en El Pensamiento Navarro), remitido por uno de nues¬ tros apreciados lectores y amigo.

Siempre me admiró la forma có<
mo la Iglesia Católica se entraña ba en la vida de los pueblos; y de las familias. Cómo sostenía sus costumbres, haciéndose carne de ellas, y cómo a la
vez las santificaba.
¡Qué obra de arte, de armonía y de profundidad fue la civilización cristiana! Las plegarias cotidianas y los toques de
oración señalaban las horas del día. Las
fiestas y el año litúrgico marcaban los tiempos, las faenas y el descanso.
Cristianas eran las alegrías y cristianos los dolores del pueblo cristiano. Santo el nombre de cada humano, y su fiesta
era la de un santo. Un sacramento alum¬
braba la vida del que nacía; otro conso¬ laba al que se iba de este mundo.
¡Qué fácil era al cura de pueblo, des¬ de la dignidad de su sotana, mantener el respeto reverencial y a la vez el gesto afable y paternal! ¡Qué figura venerable la del párroco de nuestra juventud! Có¬
mo acudían a él los niños a besarle la
mano pronunciando el Ave María Purí¬
sima. Y a escuchar de sus labios siem¬
pre ima palabra de padre. El era ine¬ quívocamente pastor, y a él acudían para consuelo y consejo las tribulaciones de la juventud y las penas de la vejez. Y aquellas gentes tenían como mayor hon¬ ra de su vida ver a un hijo suyo sacer¬
dote.
¡Qué grandeza la de los templos que nuestra fe levantó! En cualquiera de nues¬ tras aldeas su templo parroquial vale más que todo el pueblo junto.
Y qué dignidad y belleza la del culto divino, aun con los medios más modes¬ tos... El latín, el canto gregoriano, la so¬ lemnidad de la misa de Angelis, obras
de una tradición milenaria. Y en el fu¬
neral por el que se nos fue, qué estreme¬ cimiento íntimo en el oficio de difuntos, en el dies irae, en el responso final...
Las devociones sinceras de la Virgen del lugar, las procesiones de santos, la romería anual... Apostolado sencillo, re¬ ligión entrañada y de verdad, que nos hizo llegar pujante y consoladora la fe de nuestros mayores, la del mismo Cris¬
to...
Pero llegó el postconcilio, y con él, el
«nuevo cura».
Ya todo terminó. El sabe más que vein¬ te siglos de catolicidad. En su inmenso

portafolios lleva un nuevo culto, casi nueva religión, que aprendió de maes¬ tros holandeses. Y un inmenso desprecio
por la fe de aquel lugar. Ya no vestirá sotana, vestirá como cual¬
quiera, y con torpe desenvoltura tratará de hablar y de reír como los demás. Con él viene «la Iglesia de los pobres», pero él será el primer párroco con coche («instrumento de trabajo» para no estar nunca en el pueblo).
Para reconocer en él al cura es preciso apelar a nociones abstractas, porque lo que se ve es su antítesis, su negación misma. ¡Qué afrenta a la fe, qué despre¬ cio al pueblo fiel!
Ya no hay unción, ni respeto, ni de¬ voción, ni fervor. Sólo ruido, innovación, petulancia e impiedad. Ya los niños no acuden al paso del sacerdote. ¿A qué
fin?
Todo cuanto ha existido debe ser cam¬
biado por «preconciliar». Ya no suenan las campanas del Angelus ni el pueblo se reúne en una Misa Mayor. Fiestas y pro¬ cesiones han sido alteradas o suprimidas sin el menor respeto; incluso el santoral
ha cambiado.
El culto divino se ha extenuado hasta
su extremo. Ya no existe el latín, ni el
gregoriano de la liturgia católica; toda la polifonía clásica ha sido retirada. Salmos con ritmo protestante y ritmos irreve¬ rentes han ocupado su lugar.
Y la estridencia, la improvisación cons¬ tante, el mal gusto. Altavoces por todas partes con su resonancia metálica, alta¬ voces de feria en el templo, hasta en los entierros. (Sordo debe ser su Dios, o no les quiere escuchar). El silencio, el re¬ conocimiento, la oración personal, no tie¬ nen ya cabida en el templo.
Y como sustancia de toda esta sinies¬
tra algarabía, la prédica «social». ¡Que todos la escuchen callados, y nue nadie se arrodille al comulgar...! Violencia a las almas, violencia a las consciencias y
a la sensibilidad... Todo en nombre de
la libertad y del «hombre moderno». Mientras tanto, las costumbres se co¬
rrompen en los pueblos y la fe se pierde en las almas. ¿Quién enderezará ya todo esto, quién sembrará de nuevo la fe?
¡Danos. Señor, paciencia y fortaleza para tantos males aguantar!
Rafael GAMBRA

25

ARQUITECTURA

DEFENSIVA

DE MALLORCA

XVII

TORRE DE SA PORRASSA

Pasadas las playas de Palma Nova, en el extremo de la lengua de tierra de Sa Porrassa encontramos la conocida por la historia como «Torre Nova», por ser la más moderna de aquel sector de la cos¬ ta, «de Sa Punta Nadala» —si bien hay que advertir que esto es incierto, pues
la Punta de este nombre es una más re¬
ducida que se halla inmediatamente an¬ tes que ésta; aunque es verdad que en ella hay asimismo una cantera también llamada «Nadala», de la cual se sacase quizás la piedra para construir la torre de «Sa Punta de Pascual Martí» y de «Sa
Punta de sa Torre».
Actualmente la torre se halla completa¬ mente remozada, si bien su estructura no ha sido cambiada más que para abrir¬ le un pequeño portillo en su «espalda».
Una porción de Sa Porrassa perteneció a Guillem Bassa, el héroe del Castell d’Alaró. Sus hijos y herederos se quere¬ llaron contra Juanote Horn (¿Nom?) de Déu, porque él o su padre invadieron por 14 años o más, o sea, desde la con¬ quista por Alfonso de Aragón, dichas po¬ sesiones (1).
Según se dice, a mediados del s. XIV Pedro IV pagó las obras de varias to¬ rres de la costa de Calvià, una de las cuales se alzaba en este mismo lugar (2). Pero no se trata de ésta, puesto que consta que fue ultimada en 1616.
Vimos en los capítulos XIV y XVI que «más adelante se dispuso reforzar la guarnición de Cabrera y construir allí una torre. Se votaron 150 libras para la de nietas, 1.500 para la de la Porrassa y 300 para otra torre en Punta negra». Las 1.500 para la de la Porrassa fueron las votadas más tardíamente, como vere¬
mos a continuación.
Dicha torre se edificó como defensa, para salvaguardar las extensas playas ve¬ cinas, tanto a uno como a otro lado, to¬ das ellas de fácil desembarco, en virtud de lo dispuesto por el G. G. C. en 9 de enero de 1595 (3).
El 15 de abril de 1615 los «Defenedors de la Mercaderia» hacen saber al «Gran

e General Consell que han determinado dar 100 libras para «una volta... de la torre se fa en lo port de la porrassa» y les piden que «se servesquen abonar y provar dita determinatió». Pero el acta está incompleta, no transcribiéndose
exactamente la solicitud de los Mercade¬
res, ni indicándose qué decidieron los Jurados (4).
El 20 de junio del siguiente año «Juan Torres picapedrer diu que...» cuando se acordó hacer aquella torre, dijo que no la haría por menos de 1.100 libras y q.ue el Virrey, que se halló presente, le dijo de palabra «que fes la dita torre y que en lo acte de concert se posassen mil y cent lliures, que no obstant assò la Uni¬
versitat no li llevaria res...». Añade To¬
rres que las 1.100 han sido insuficientes y que, por lo tanto, ha sido perjudicado en su patrimonio. Por eso suplica que los Jurados nombren peritos estimado¬ res para que, junto con los nombrados por él, valoren la obra; que él se com¬ promete a no reclamar si se la valoran en 1.100 y si en menos, restituirá lo que sobre; pero que si la valoran en más, «se servescan ferli mersé que se li pach pues no és just que... s'aie perdut sos treballs ab los quals sustenta sa casa y familia».
ERRATA DE IMPRENTA.—Aunque su¬ ponemos que el lector ya la corregiría por su propia cuenta, queremos llamar la
atención sobre una errata que se nos pa¬
só en el cap. XVI del presente trabajo. En la quinta línea del texto se lee: «Sa Junta d’es Carabiners»; y debe leerse: «Sa
Punta d’es Carabiners».

26

El Consejo, después de votar dos veces,
accedió a su solicitud (5).
En 27 de julio de 1616 se resolvió que se pagasen 400 libras más, pues se esti¬ mó que no podía hacerse por menos de 1.500, y ya había recibido antes las 1.100 prometidas por el contrato (6).
Por todo lo que antecede no compren¬ do de dónde saca Mn. Rafael Caldentey que en 21 de julio de 1616 se mandó pa¬ gar 400 libras al albañil que la edificó «y que fue el maestro Truyols, de Mana-
cor» (7).
En las actas del Consejo y Universi¬ dad de Calvià, de 1617 —ya terminada la torre en el año anterior—, se lee que el Grande G. C. condenó a la Parroquia de Calviá al pago de 50 libras por los gas¬
tos de construcción de la fortaleza (8).
«S’Arxiduc», que en lo referente a las fechas solía seguir a D. Fernando Wey1er, nos dejó esta descripción: «no lejos de esta atalaya se descubren las ruinas de algunas casitas... Fue reconstruida en 1691. Su planta circular tiene un diᬠmetro de 14 varas; la torre es ligeramen¬ te cónica, cortada por dos cordones en su parte alta y otro cordón en su base. Tiene parapeto orientado hacia el mar. La puerta cuadrada, situada a mucha al¬ tura, tiene un matacán sobre su dintel; por su apariencia parece ser moderno. A su alrededor algunos «roters» cultivan
cereales...».
Weyler, que se equivoca en el costo de la obra, dice que en 1669 se la dotó con dos guardas, por no tener más que uno (9). Parece que D. Fernando no debió visitar las torres, y que, si lo hizo, no es¬ taba muy al tanto de su número ni si¬ tuación, pues en páginas anteriores la cita llamándola de «Calvía», y no es po¬ sible que se refiera a otra torre cual¬ quiera de este término, pues indica que está construida «después de 1597».
Es más que probable que la menciona¬ da torre se reconstruyese en 1691, pues en 7 de septiembre de 1687 se pagaron a Guillermo Cladera diez libras por «10 dietas a ocupadas en anar a regonaxer las ruinas (desperfectos) de las torres da...». Torre Nova y otras cinco. A su hijo, también llamado Guillermo, y a sus compañeros se Ies pagó 7 libras 10 suel¬ dos para «visurar» (justipreciar lo que pudieran costar los arreglos) (10).
El 1 de agosto de 1691, a eso de las 9 de la mañana, se vio, junto a la «Punta de la Porrassa», una escuadra francesa de 23 galeras, 2 galeotas, varios galeones y otras naves diversas. Con este motivo cundió el pánico en la Ciudad, siendo desalojados incluso los conventos de
clausura. La escuadra se limitó a mero¬

dear por la costa durante 3 o 4 días; vi¬ sitó la Dragonera.
Por lo que toca a las partidas de en¬ tradas y salidas de materiales tenemos los datos siguientes: En 1701, siendo los guardias de la torre Pedro Cañellas y Miguel Amengual, tenían para defender¬ se dos cañones, tres espingardas, cuatro arcabuces, un «botavant», cinco libras de pólvora, 12 balas para los cañones, otras tantas de espingarda y 8 docenas de ar¬ cabuz. En 3 de mayo de 1703 se dispara¬ ron dos cañonazos contra una galeota de Ibiza que traía un barco de moros, por¬ que «no volgueren donar llengua» (izar la bandera para decir de dónde eran). En agosto de 1711 se dispararon dos ti¬ ros de cañón contra una fragata mora que costeaba (11).
El manuscrito R. F. M. (véase cap. XIV) dice: «En la Torre de la Porrassa
ay dos sentinelas, q. son Pedro Cañellas, y Miguel Amengual tienen de salario ca¬ da mes 8 L 3ss 4dn, y el año 98 L».
En la relación de 1769 se expone que
tenía dos torreros y dos cañones de a ocho. Estaba en terrenos del predio «Sa Porrassa», del Marqués de Bellpuig (7).
En 1793, en la relación del Brigadier Reynaldo, se dice que su explanada es mala y con el declive al revés; que tiene taluz hasta el primer cuerpo, en donde duermen los torreros, im caracol para subir a la batería, en la cual hay un tin¬ glado para efectos y repuesto de pólvo¬ ra, que sería conveniente mudar, pues el
cañón de la chimenea está inmediato y
podría ocurrir una desgracia. Necesitaba la torre tapar las goteras del tinglado y del piso, y renovar los tabiques de la chimenea. Entre otros muchos objetos
había 2 cañones de hierro con sus cure¬
ñas y demás efectos, algunos inservibles, 47 balas de artillería, 2 espingardas con 5 balas, dos fusiles antiguos con 16 ba¬ las, dos sables de Dragones, 6 libras de mecha y 90 de pólvora mala. La llama
«Torre del Recó de la Porrassa».
En 1867 aún conservaba los dos caño¬
nes de hierro de a 6 (8).
La torre fue subastada el 16 de febre¬
ro de 1867. En mal estado, de superficie de 37 m2, y 12 de altura. Tasada en 259,50 ptas.
Hoy día está incluida en un chalet, si bien exenta, rodeada de modernas resi¬ dencias. ¡Qué diferencia de cuando la vio el Archiduque!
Está señalada en el mapa de Mut, de 1683, y en el del Cardenal Despuig.
(Continuará)
Josep S. SALADO
(Continúa en la póg. siguiente)

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bibliografía

Andreu Caimari. - TRES ENGLANTINES I UN HOMENATGE. - Pal¬
ma de Mallorca, MCMLXXIII.
Mn. Andreu Caimari sembla infatiga¬
ble. Ha doblegat ja els vuitanta anys i viu encara en plena activitat. El seu cap i la seva ploma continuen treballant sen¬ se parar. Com aquell altre poeta sacer¬ dot ja extint, Mn. Riber, podria Mn. Cai¬ mari també declarar que en Texecució de les seves múltiples tasques els anys li han col.laborat, fins aqui, amb els me¬ sos, les nits amb els dies, les hores capvesprals amb les de Talba. Ell sap tam¬
bé d’escriure «sota l’amic silenci de la lluna o sota les estrelles tremoloses». Ho sentíem dels seus mateixos llavis no fa molt; l’hora habitual de colgar-se es a Tentorn de mitjanit.
Ara Mn. Caimari acaba de publicar un novell llibre. El pretext és haver volgut reunir en un sol ramell tres Englantines, els tres premis concedits pel Consistori dels Jocs Florals de Barcelona que li han valgut Talt honor d’esser declarat
«Mestre en Gai Saber». Recordem els tí¬
tols dels tres poemes i les dates d’ator¬ gament de les tres Englantines: l.er. L’incendi de Ca-Na Vaquera, any 1918; segon. L’aplega de les ovelles, any 1922; i tercer. De les terres germanes: Nova Oda a Barcelona, any 1972.
El llibre, a més dels tres poemes, por¬
ta com a Proemi un resum de les notí¬
cies que donaren els periòdics barcelo¬ nins sobre la personalitat literària de
Mn. Caimai i la celebració dels Jocs Flo¬
rals on el nostre poeta fou proclamat

«Mestre en Gai Saber». Insereix igual¬
ment els diferents discursos que es pro¬
nunciaren en l’homenatge que Inca oferí al seu fill il·lustre, pel Dijous-bo de 1972, per l’esmentat motiu, juntament amb unes copiosíssimes «Notes bio-bliogràfiques de l’homenatjat. Com hem escrit més amunt, Mn. Caimari, com a sacer¬ dot i com a literat, té un pleníssim «cu¬
rriculum vitae».
Cada poema va precedit de la respec¬ tiva introducció, molt il·lustrativa per a una més fàcil comprensió de les idees de l’autor. En quant a judici crític nos¬ altres donam per bo l’emès pels dife¬ rents jurats qualificadors. Del primer dels tres poemes fou dit: «Poesia riquís-
sima en lèxic comarcal...». En el segon
els Mantenedors hi veren «imatges es¬
plèndides, i uns versos treballadíssims,
amb una flaire de farigola i romaní, que ens recorda Tagredolç de l·Illa d’or». I
del tercer en diu el Veredicte: «El poe¬
ma, ambiciós, denuncia una veu sàvia i alçada».
Arrodonint la seva personalitat, a les qualitats literàries hi afegeix encara Mn. Caimari la d’excl.lent dibuixant. Així, doncs, ha pogut embellir la portada del novell llibre amb un dibuix propi, fet a ploma, de la darrera Englantina.
Felicitam cordialment Mn. Caimari ner
la publicació d’aqueixa nova obra (publi¬ cació patrocinada pel Magnífic Ajunta¬ ment d’Inca) i, im poc tardanament, tam¬ bé per Tobtenció del seu mestratge en
«Gai Saber».
Fra M. C.

(Viene de la póg. anterior)

ARQUITECTURA DEFENSIVA DE MALLORCA

(1) Sant Cabrit y Sant Bassa, To¬ más Aguiló, Biblioteca Balear, vol. XXXVIII, pp. 122-133.
(2) Historia de la Baronia de los Se¬ ñores Obispos de Barcelona, t. I, p. 148. Dice don «Juanillo» que lo toma del «Lli¬
bre de Letres y privile^s Reals de 1345-
1346, folio 10, disposición 22. La verdad es que en el A. H. M., Lletres Reals de 1345-1346, ni en el folio 10 ni en la dis¬
posición 22 hemos podido hallar nada sobre esto. Quizás no hayamos sabido
buscar.
(3) Miscelánea Bover, Manuscrito de la Biblioteca March, tomo VIII, fol. 96 v.

(4) A. H. M., A. G. C., n.o 53, fol. 12 v.
(5) Id., fol. 83-84.
(6) Miscelánea Bover, VIII, 107 v.
(7) Diario de Mallorca, 7 enero 1965.
(8) Historia de la Baronia..., Juan
Enseñat.
(9) Historia Militar de Mallorca, p.
246.
(10) A. H. M., R. P., n.'’ 2561.
(11) Corpus de Toponimia, José Mas¬ caró Pasarius, articulo «Torres y Atala¬ yas», por don Juan Muntaner Bujosa, p. 2152.

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