seA>caA;bM«o H Movieintope ALMANAQUES ^'HERALDO DE CRISTO- Comunicamos a todos los poseedores de nuestro almanaque 1973 que en esta misma página del mes de diciembre próximo podrán leer los nú¬ meros premiados en el segundo sorteo de este año. Es un sorteo que ha¬ cemos para que no quede regalo alguno sin repartir, puesto que siempre existen personas que no leen en esta página del mes de mayo la relación de los 50 magníficos premios sorteados. Y al no leerla, se quedan sin en¬ terarse del premio que les ha correspondido. Por otro lado, sepan nuestros lectores que ya quedan pocos almana^ ques de los editados para 1974. Quien quiera adquirirlos, acuda al lugar de costumbre. .J r ^ NO TIRES LOS SELLOS USADOS. Con ellos puedes prestar un buen servicio a las misiones. Puedes enviar los sellos usados que tengas a: Pro¬ curaduría Provincial Misiones T.O.R. - Convento de San Francisco. - Telé¬ fono 211212. - Palma de Mallorca. r Todos hemos de ayudar a las misiones, según declaración expresa del Concilio Vaticano II. Al menos con nuestra oración y nuestros sacrificios ofrecidos por ia dilatación del Reino de Dios. Y a más de un lector puede su conciencia dictarle la necesidad de ayudar también con alguna limosna. Si quieres que sea a favor de las misiones que regenta la Proríncia Espa¬ ñola de la T,O.R., envía tu donativo al P. Procurador Provincial de Misio¬ nes, Fr. Jaume Tugores, T.O.R. (Convento de San Francisco. Palma de Mar Horca). Si avisas al teléfono 21-12-12, pasará a recoger tu donativo el citado P, Procurador, Muchas gracias. .y «Tú o cualquiera de tus familiares podéis precisar una transfusión de sangre. Y no sólo en caso de accidentes o en operaciones aparatosas, sino en muchos otros tratamientos es utilizada la sangre por la medicina mo¬ derna. Confiarás entonces en que el Banco de Sangre habrá sido previsor y tendrá suficiente cantidad del grupo que a ti o a los tuyos conviene. Pero no basta confiar; es preciso estar seguros. Y el único procedi¬ miento para acertar en esta seguridad es la donación periódica. Sólo así habrá siempre sangre disponible. La sangre debe esperar a los enfermos, y no los enfermos a la sangre». Sé donante de sangre. .y lea en eiste nümerot NOVIEMBRE 1973 Afto LXiV - Núm. 764 REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R • CON LICENCIA ECLESIASTICA • IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNE7 Precios de suscripción PARA EL AÑO 1973: Ordinaria Bienhechor Protector .... 100 ptas. .... 300 > 1.000 > DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958 "Cristo tiene que Reinar" . . . . 3 Anales de la Provincia Española de la In¬ maculada Concepción de la Tercera Or¬ den Regular de San Francisco . 4 La voz del Papa 6 Fisonomía de San Francisco . . . . 7 Petits fragments literaris de Joan Alcover sobre Ramon Llull 8 Mallorca y sus Pintores . . . 9 . Falleció un Premio Nobel de Literatura Castellana: Pablo Neruda n La Ponderación 12 El dubte 13 Pàgina literària 14 Les elegies de Joan Alcover .... 16 Grimaniel: Un campesino que amó mucho a Jesucristo 17 Nuestras misiones 19 Cosas nuestras 21 Nuestras Hermanas Franciscanas. 22 Nuestra pequeña historia 23 .... Carta del Obispo de Mallorca . 24 Arquitectura defensiva de Mallorca 2^ Bibliografía 28 . 1VUB0TRA PORTADA CIPRÉS EN EL CLAUSTRO DE SAN FRANCISCO DE PALMA. - ¿Qué no se habrá ya dicho del ciprés? Que “se ha hecho ciudadano en todos los cementerios de la tierra", que es “grito cuajado en árbol", un “padrenuestro hecho ramaje quieto", que “siempre clama por los muertos", “trapense extático" que "tiene pasta de asceta", que "es un gran dedo vegetal que siempre está indi¬ cando al ruido: ¡calla!" (Juana de Ibarbourou). ¿Y qué si nosotros, en este noviembre, añadiésemos por nuestra cuenta que es enhiesto semáforo mostrando siempre luz verde a los que van por el ama¬ rillo paso de cebra de la vida, camino de la eternidad? V. 1 MVBBlinS ~ nOOOBAClOJV - TAPlCBBlA HIJOS DE JOSE LLABRES Sindicato, 26 al 32 - Tel. 221213 - PALMA DE MALLORCA ■# TALLER OE TAPICERIA ficante -l·lQtnandQ'^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo Arquitecto Rsynés, 3 ♦♦ Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA 2 EDITORIAL "CRISTO TIENE QUE REINAR" Nosotros no sabemos ver —perdónesenos la ignorancia— cómo a partir del Vaticano II haya podido dejar de ser un hermosísimo ideal sagrado que los Estados civiles reconozcan públicamente, y hasta ofi¬ cialmente, a Cristo como Rey de toda la creación. Se nos podrá objetar que nos situamos en el terreno de la utopía. De acuerdo. Pero, ¿no es utopía casi todo el Evangelio? ¿No es utópica, por ejemplo, la exigencia de «sed, pues, perfectos, como perfecto es vues¬ tro Padre celestial» (Mateo, 5, 48)? ¿No parece utópica la predicción de «ellas (las ovejas) oirán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo pastor» (Juan, 10, 16)? Con demasiada frecuencia se dan hoy como buenos los hechos, sin importar si son consecuencia de derechos conculcados o de obligaciones preteridas; con un exagerado conformismo se acepta hoy lo que «es», sin parar mientes en si ello es lo que «debería ser». Nosotros, en cam¬ bio, seguimos creyendo que todo cuanto se haga por acercar las cosas hacia lo que deberían ser y no son, es empresa siempre merecedora de aprobación y de aplauso. La fiesta de Cristo Rey, se dice, fue instituida en un contexto histó¬ rico y social ahora finiquitado. Sólo desde la fe se puede afirmar que Cristo es Señor del mundo, se concluye. Bien. Pero, ¿no continuará siendo un nobilísimo ideal, proclamado por el Evangelio, que todo el mundo tenga la fe de Cristo y que todos los hombres, así individual¬ mente como colectivamente, se sometan al imperio de su santa ley? Si así no fuese, no vendría a cuento recordar, en la segunda lectura de la actual liturgia de la núsa de Cristo Rey, las palabras de San Pablo, es¬ critas ciertamente en un contexto histórico muy distinto del de hoy: «Cristo tiene que reinar, hasta que Dios «haga de sus enemigos estrado de sus pies» (1 Corintios, 15, 25). «Todos los hombres son llamados a formar parte del Pueblo de Dios... Para ello envió Dios a su Hijo, a quien constituyó heredero uni¬ versal, para que fuera Maestro, Rey y Sacerdote nuestro. Cabeza del nuevo y universal pueblo de los hijos de Dios» (Const, dog. sobre la Iglesia, 13, del Vaticano II). ¿No será, pues, una aspiración digna del máximo encomio que el Pueblo de Dios, organizado en Estados civiles, reconozca y acate en conjunto y públicamente aquel reinado espiritual de Cristo? Desgraciadamente, muy poco favorable para el reinado espiritual de Cristo en el mundo es el absorbente y avasallador materialismo que hoy todo lo domina. Muy poco beneficiado se ve aquel reinado, según pen¬ samos nosotros, por el rápido proceso de secularización y desacralización que en nuestros días se está operando entre el pueblo que aún se dice cristiano. Y todavía es más de doler que dicho proceso sea a veces promovido desde revistas y periódicos tenidos por católicos, o que sean precisamente clérigos quienes, directa o indirectamente, se constituyan también en sus cualificados propulsores o defensores. (Continúa en la pág. siguiente) 3 ANALES DE LA PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCION DELA TERCERA ORDEN REGULAR DE I ( Continuación ) SAN FRANCISCO 1878 (sigue), 7 de julio.—A las tres de la tarde de este día, en S’HOSTAL D’ALFÀBIA, (a) CA’N PAU, en la carretera de Palma a Sóller, término mimicipal de Bimyola, hay gozo y fiesta por los vagi¬ dos del primer fruto del amor cristiano de los esposos Antonio Cerdà Mateu y Francisca Colom Creus, arrendatarios de SA SERRA D’ALFÀBIA. No sabemos si el recién nacido viene con el consabido pan debajo del brazo; pero, de empuesta, veremos cómo trajo a su familia renom¬ bre y honra. A este niño, con el tiempo el P. CERDA, el Ayuntamiento de su pue¬ blo, a raíz de su muerte, acaecida el 30 de marzo de 1952, proclamará HIJO ILUSTRE de Bunyola, «como Religioso, Sociólogo, Publicista, Predicador y Con¬ ferencista», omitiendo, seguramente por descuido, su aspecto de Pedagogo. Y este mismo año de 1973, acabamos de asistir (el 21 de septiembre) al descubrimiento de una lápida que da el nombre de «PA¬ RE CERDA» a una de las céntricas ca¬ lles de su pueblo. El mismo día de su entrada a esta vi¬ da terrenal recibirá la de la gracia, me¬ diante el BAUTISMO, que le administra¬ rá el Vicario de la Parroquia, R. D. Gui¬ llermo Nadal. Se le puso por nombre PE¬ DRO JUAN, siendo sus padrinos D. An¬ tonio Colom y D.a Margarita Mateu, abue¬ los materno y paterno, respectivamente. Hallándose de Visita Pastoral en Bimyo¬ la, el limo. Sr. Obispo de Mallorca, Don Mateo Jaume y Garau, día 24 de octubre CONFIRMA en la fe de Cristo a varios niños, entre los cuales se cuenta PEDRO JUAN CERDA COLOM, hijo de Antonio y Francisca. Asiste de padrino el Vicario de la Parroquia que le bautizara, D. Guiller¬ mo Nadal. 1879, 22 de enero a 10 de febrero.— En Llucmayor se celebra SANTA MISION, predicada por los PP. Dionisio Luis Mar¬ tín (como director), Joaquín Rosselló, Filipense (futuro fundador de los Misio¬ neros de los Sagrados Corazones) y los sacerdotes seculares Sres. Maura (Mi¬ guel), Parera y Bosch. La elocuencia y erudición y, sobre to¬ do, el celo de los Misioneros levantará del sueño del abandono e indiferencia religiosa, a buena parte de los llucmayorenses, quebrará la hostilidad de no pocos y servirá de providencial sedante a un pueblo enconado por el inaudito cri¬ men perpetrado, hace sólo unos días, na- (Viene de la pág anterior) «CRISTO TIENE QUE REINAR« «A mi parecer, en nuestros días se insiste tal vez demasiado exclu¬ sivamente en la misión y compromiso temporal de la Iglesia y de todos sus miembros... El prestar esa insistente atención a los problemas del orden temporal —problemas de estructuras sociales, económicas o po¬ líticas—, fácilmente nos puede llevar a la falsa idea de que la religión se reduce a un puro humanismo, centrado en la promoción natural de los valores y de los derechos de la persona humana» (Dadaglio, Nuncio de S. S. en España, en una homilía del 6 de febrero de 1912). Por consiguiente, ¿no sería mejor que aquellos que no deben ser del mundo, antes que meterse a bisoños revolucionarios, se dedicasen a pre¬ dicar el reino de Cristo, «el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz»? Para vociferar «liberté, égalité, fraternité» no hace falta la Iglesia. Para un tal menester basta cualquier revolución francesa, en la cual, en la histórica, a no ser para el papel de víctimas, no intervinieron muchos eclesiásticos, que nosotros sepamos. 4 da menos que por unos ofuscados miem¬ bros del Cuerpo de la Guardia Civil. No tema, empero, el Benemérito Cuerpo: Per una estrella del cel blau despresa no perd sa resplendor ni sa puresa Faltíssim firmament. (Costa y Llobera) El 9 de febrero se efectúa solemne y apoteòsica procesión de clausura de la MISION. Preside el Obispo de la Dióce¬ sis, Sr. Jaume, natural de Llucmayor, a quien acompañan cuatro ilustres Canó¬ nigos y el Ayuntamiento en pleno. Asis¬ ten unos treinta sacerdotes foráneos, die¬ ciséis del Clero Parroquial y con éstos —nos vino de nuevo que el cronista se¬ ñalara—, DOS FRAILES DEL CONVEN¬ TO. ¿Apellidarían ya así, el pueblo y el cronista, a los TERCIARIOS «encerra¬ dos» en el Convento? No repetiremos aquí lo que ya dijimos en HERALDO de septiembre del 72, co¬ mo durante dicha MISION el Obispo vi¬ sitó a nuestros fundadores, augurándo¬ les su empresa colma y llena de frutos espirituales para sus almas y las de sus convecinos. 24 de febrero.—Reanimado por la San¬ ta Misión el espíritu cristiano y la pie¬ dad de los «parroquianos» de su iglesia, sintióse el CUSTOS del Convento más que nunca incapaz de atenderlos debi¬ damente si seguía simultaneando dicho cargo con el de Vicario de la Parroquia. Por eso, con fecha de 24 de febrero, se dirige al Sr. Obispo diciéndole: «En va¬ rias ocasiones he suplicado a V. E. se dig¬ nara exonerarme, a su elección, al me¬ nos de uno de los cargos, de CUSTOS y de VICARIO, que tiempo ha vengo re¬ gentando: pero hoy, más convencido por experiencia propia de que me es impo¬ sible satisfacer cual corresponde las mu¬ chas atenciones y ocupaciones de ambos cargos, me considero en el deber de di¬ mitir, como lo hago, el de Vicario de es¬ te pueblo, esperando confiadamente que por ser más fácil encontrar quien lo re¬ gente, aceptará V. E. esta dimisión, que hago en descargo de mi conciencia y pa¬ ra el mejor bien espiritual de estos fie¬ les... Gabriel Mir». Tan confiado y esperanzado está el CUSTOS de su dimisión de Vicario, que, inquieto y celoso, acomete por todos los medios el plan que quizá acariciara des¬ de un principio: asegurarse no sólo ayu¬ da y asistencia material para su iglesia, sino también MINISTERIAL. No era infrecuente, por aquellas calen¬ das, la ORDENACION SACERDOTAL de algunos varones de sólida piedad, proba¬ da y reconocida honradez, después de ha¬ ber efectuado los estudios de la llamada CARRERA ECLESIASTICA ABREVIADA, previstos y aprobados en el Plan de Es¬ tudios Eclesiásticos del año 1852. Eran los llamados «Curas de misa y olla» o también de «carrera curta». Será bien di¬ gamos que en pocos de ellos el celo, pie¬ dad y sabiduría divina suplían la falta de ciencia humana, como en San Juan ■María Vianney. Sería a principios de marzo («devers tres mesos de haver entrat») que el CUSTOS representa a sus Terciarios: «Si dos de vostès estudiaven, voríem si vos porien ORDENAR DE SACERDOTS, i me podríeu ajudar en el treball del Convent» (Datos, PP. Ripoll i Cerdà). Dos de los Terciarios «conventuales» no pusieron mal rostro a la proposición, si¬ no que vinieron en el parecer del Custos, y rompiendo con todo inconveniente de edad, escasa preparación, etc., se arro¬ jan voluntariosamente al estudio de La¬ tín: al principio, en casa del sacerdote D. Miguel Tomás Contestí, (a) «Vilá», luego en el mismo Convento, probable¬ mente sirviéndoles de aula el corredor alto del claustro que el Custos acababa de arreglar, según el Libro de Cuentas: «19 Marzo me son data nueve libras al albañil por jornales y material de la obra del corredor que va al Coro». Sospecha¬ mos, no sin razones, que el dicho corre¬ dor-aula fue ocupado por las buenas, por el valeroso Custos. 7 de julio.—Se nombra al R. Sr. D. Bar¬ tolomé Puigserver, Vicario de la Parro¬ quia de Llucmayor, en sustitución del R. D. Gabriel Mir, que así «podrá dedi¬ car su total actividad, como Custos, a la iglesia y fieles del barrio del Convento». 25 de septiembre.—En este día, en el Seminario Conciliar de Mallorca, «fueron aprobados de Latín y Castellano: D. An¬ tonio Ripoll y Salvà, de 35 años, n. de Llummayor» y «D. Matías Cardeli y To¬ más, 21 id., n. id.» (Libro Matric., Arch. Semin. Diocesano). 8 de noviembre.—Experimentada la vi¬ da común, por espacio de casi un año, con las normas de su primer Reglamen¬ to o Directorio (HERALDO del mes an¬ terior), nuestros Fundadores se ofrecen a cumplir, firmándolo de sus nombres, los nuevos, repensados y concertados ESTA¬ TUTOS por los que se ha de regir la asociación que se funda debaio del nom¬ bre de CONGREGACION DE TERCIA¬ RIOS DEL P. S. FRANCISCO E HIJOS DE LA INMACULADA. Para conocimiento de nuestros lecto¬ res, y más, como custodia y guarda de siempre posibles desapariciones o extra¬ víos, irán dichos ESTATUTOS en núme¬ ros siguientes. CONTINUARA. P. Francisco AMENGUAL, T. O. R. 5 0osi det Papa lESTRU CRISTIMISHO DEBE DEIIOSTBAR BETENTIEIBA» ï MLIDAD EL SENTIDO MORAL ...¿Qué entendemos por sentido moral? Pregunta importante. Es la conciencia innata del bien y del mal; confirmada por el juicio orientado no solamente a lo que es bueno y a lo que es malo, sino también a lo que debe ser bueno para nosotros y lo que debe ser evitado porque es malo para noso¬ tros. Es un concepto fundamental, que implica inteligencia y voluntad sobre las cosas que deben hacerse y no hacerse; implica el juego decisivo de la libertad, por tanto, el del deber, y aquel otro su¬ cesivo de la ley, de la norma directiva de nuestras acciones y, en consecuencia, del de la autoridad de que emana la ley. Po¬ demos decir (prescindiendo de las exi¬ gencias verbales filosóficas) que es la consideración, es decir, la conciencia del orden a cumplir dentro y fuera de no¬ sotros. Este instinto, esta orientación espon¬ tánea en primer lugar, pensada y que¬ rida luego, de la obligación moral, rati¬ ficada por un magisterio extrínseco y so¬ cial, o bien por el religioso, y orientada a la acción según im plan natural, intui¬ do éste mismo como reflejo de una in¬ tención trascendente, también nosotros lo llamamos moralidad. ¿Cuáles son las fuerzas, los estímulos, que entran en jue¬ go? ¿El deber? ¿Las pasiones? ¿Los inte¬ reses? ¿Las costumbres? ¿El ejemplo? ¿El precepto? ¿El temor...? Es toda una gama que el educador conoce perfecta¬ mente y que la conciencia, es decir, la reflexión personal, está llamada a valorar en su honestidad y a dosificar con op¬ ción voluntaria en la eficiencia de sus influjos ejecutivos. POSIBILIDAD DEL HOMBRE NUEVO Aludimos solamente a este complejo enredo operativo para que podamos dar¬ nos cuenta de la densidad de significado de la muy común y estupenda expresión: «Ser buenos», que quiere decir ser posi¬ tivamente morales; y para que no nos sorprenda el hecho de fácil desorden que puede introducirse en el complicado me¬ canismo psicológico del obrar humano; desorden, ¡ay!, que existe ya en el estado potencial del hombre, tras el trastorno causado por el pecado original, con efi¬ cacia más o menos contenida y conte- nible. Y, entonces, nos preguntamos: ¿Es po¬ sible ser buenos? ¿Conformes a la ley del bien y victoriosos ante las tentacio¬ nes del mal? Este es el drama cotidiano de todo ser humano; ésta es la prueba a la que está sometida nuestra vida pre¬ sente. Pero nosotros debemos ser opti¬ mistas y debemos responder que sí, es posible; el hombre, por su naturaleza, está orientado hacia el bien; además con¬ tamos con un apoyo prodigioso que nos hace buenos y nos ayuda cada vez más; es la gracia, la efusión interior del Espí¬ ritu Santo; con tal de que le abramos la puerta del corazón, con la adhesión sin¬ cera y la aceptación profunda del Evan¬ gelio, como la Iglesia nos enseña y nos ayuda a hacer. Es éste, en el fondo, el sentido global de la vida cristiana y de la salvación que lleva consigo; ser hom¬ bres buenos, justos, firmes, libres y ver¬ daderos, vivientes en Cristo. El hombre «nuevo» es así. Conseguir formar una generación, una sociedad de hombres semejantes: éste es el propósito, ésta es la esperanza. EL PELIGRO DEL REUATIVISMO ¿Dónde está el peligro? Y, si existe, ¿dónde está el remedio? Hablemos del sentido moral y limité¬ monos ahora a indicar dos peligros, ya apremiantes sobre las conciencias de tantas personas de nuestra época. El primer peligro es el de desviar el sentido moral del eje deontológico del obrar humano, es decir, de privar al sen¬ tido moral de su imperativo absoluto, que procede de la referencia de nuestro obrar a Dios. Somos responsables ante Dios. El temor de Dios es el fundamento de la vida moral, dice la Biblia. Elimi¬ nado del ánimo el temor de Dios no tie¬ ne sentido la palabra pecado, que es una violación absurda de la ley divina. Hoy la norma de la moralidad se inclina hacia las costumbres, es decir, hacia el uso corriente, hacia la moda del compor¬ tamiento ético: ayer eran las costumbres las que buscaban adaptarse a la norma moral, hoy sucede lo contrario. Si las costumbres hacen leyes, la ley en reali¬ dad no existe en su vigor intrínseco; y (Continúa en la pág. 25) 6 Tisonomia de San Trancisco DE UN DEVOTO EJEMPLO Y MILAGRO DE SAN FRANCISCO Por los años de 1343 hubo en España, en Ciudad Rodrigo, del reino de Castilla, un Obispo llamado Pedro, el cual, aunque pecador, era muy devoto de San Fran¬ cisco. Y como enfermase, bien que no de gravedad, un familiar suyo tuvo esta visión: Estaba el Obispo sentado en su cátedra, y salían de la tierra unos perros ne¬ gros^ que se lanzaban contra él y le rasgaban las vestiduras; pero salía de d^etrás de la cátedra un fraile Menor que apartaba y ahuyentaba los perros, y después dijo al familiar: «Ve y dile al Obispa que se confiese y haga penitencia, porque estos animales son demonios, que tienen potestad sobre él a causa de sus pecados». Cuando despertó fue a referir secretamente toda la visión al Obis¬ po; pero éste se turbó y dijo que no estaba tan enfermo que necesitase confe¬ sión. De allí a tres días tuvo dicho familiar otra visión. Veía dos perros grandísi¬ mos, negros y horribles, que querían devorar al Obispo, y un fraile Menor se lo estorbó y los echó de allí, diciendo luego al familiar: «Vete a decir al Obispo que se confiese y haga penitencia, porque morirá presto de esta enfermedad». Habiéndoselo referido todo detalladamente, se turbó el Obispo y se airó con¬ tra él, porque le había dicho que moriría; y de la penitencia y confesión no se cuidó. Pasados otros tres días vio el familiar una hoguera grandísima, y en ella ima caldera llena de pez hirviente, y los demonios asían al Obispo para echarlo den¬ tro; pero aquel fraile Menor lo impidió y dijo al familiar: «Dile al Obispo que sin remedio tiene que morir de esta enfermedad, que se confiese sin tardanza». —Ya se lo he dicho —respondió—, y de ninguna manera me lo quiere creer; dame alguna señal para que me crea y se confiese. —^Mete el dedo en esta pez —le dijo el fraile—, y dile: San Francisco, de quien sois devoto, me ha dicho esto, y en prueba de la verdad mira el dedo tiz¬ nado de la pez, y seco. Refirió, pues, todo eso al Prelado, el cual quedó estupefacto al ver el dedo seco, y se compungió, por su devoción a San Francisco. Se confesó inmediata^ mente, y, agravándose la enfermedad, murió a los pocos días. Los sobrinos y hermanos ocultaron su muerte tres días para poder llevarse sus cosas y las del Obispado. El 4 de mayo de 1343 fue conducido su cadáver al convento de los frailes Menorese, y haciéndole éstos las exequias, se levantó el Obispo en el féretro, a vista de todo el pueblo. Sus parientes, que sabían estaba muerto de cuatro días, echaron a huir, y el Obispo les gritaba: —¡No huyáis! He muerto de verdad, pero ahora no estoy muerto. Fui lleva¬ do al juicio de Cristo: dio contra mí sentencia de eterna condenación, porque al confesarme de mis pecados no tuve contrición verdadera ni propósito de de¬ jar definitivamente la ocasión en que siempre había estado, aunque la aparté por el momento. Pero intercedió por mí San Francisco, alegó la grande devoción que siempre le tuve, la limosna que por su amor hice siempre a los frailes Menores, pues mi casa y cuanto yo tenía era más de ellos que de mi familia, y la gran fe de que por sus méritos no había de morir mal. Y rogó él por mí a Cristo, me alcanzó la gracia de volver al cuerpo por espacio de veinte días para hacer peni¬ tencia de mis pecados, y, transcurrido ese plazo, moriré otra vez. En este término recobró lo que sus parientes le habían llevado, y de todo dis¬ puso discreta y santamente, e hizo condigna penitencia de sus pecados... FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO. — Apéndice, cap. V 7 PETITS FRAGMENTS LITERARIS DE JOAN ALCOVER SOBRE RAMON LLULL «Figures podrà haver-hi de més positiva utilitat dins cascuna de les rames de Tarbre al·legòric que amb tan admirable intuïció de la unitat de totes les ciències va concebre; però jo no conec altre conjunt de meravelles dins una sola criatura, que puga encisar les imaginacions amb tal imperi. Deixem a un costat la mun¬ tanya de llibres; considerem-lo, no com home d’enteniment i d’enginy, sinó com home de voluntat d’acció, i digueu-me si no dóna rodament de cap l’espectacle, només de la part externa, plàsticament representable, d’aquella vida. No és un home: és un fibló de caritat i amor qui udola eternament damunt les aigües de l’ànima d’un segle que ell creia mortes i presoneres de l’egoisme». (En Jeroni Rosselló, 1900). V «Els devots de Ramon Llull no abunden ni a Mallorca ni a fora Mallorca. I em sembla que si la nostra terra no reaccionés contra aquesta aparent indiferèn¬ cia filla de la distracció —suposo—, hi hauria entre els panegírics i les ofrenes d’amor un desnivell inexplicable» (Discurs presidencial dels Jocs Florals de Bar¬ celona. 1916). «Les obres rimades de Ramon Llull amb tot i esser escorrims de la vena d’En Llull, més poeta en certs llibres en prosa que en ses composicions en vers, dic¬ tades quasi totes per la devoció humil i solitària o escrites com a auxiliars de la propaganda apostòlica, amb absolut despreniment de tota finalitat artística, les obres rimades ofereixen, dins l’aspror de la forma, pel qui sap esclovellar-les, més aliment poètic del que podria creure una crítica superficial i llaminera, i sobretot ofereixen documents preciosos per a la coneixença intima de l’autor í son caràcter. Proven una vegada més que el nàutic, l’orientalista, el químic, el botànic, el matemàtic, el metafísic, el teòleg, el poeta, grans com eren, estaven al servei del missioner, i els llibres eren baules d’una immensa cadena d’argu¬ ments per a endur-se’n a remolc totes les forces de la cristiandat a la conquesta de l’ideal que predicava». (En Jeroni Rosselló. 1900). «Aquella vida que sembla haver xopat tota la saba d’una raça, concentració bullenta, dins una sola, de la potència física, intel·lectual i moral de cent vides heroiques: Ramon Llull». (Ibid.). (Del llibre de, Joan Pons i Marquès, IDEARI DE JOAN ALCOVER.) 8 MALLORCA V SUS PINTORES BERNARDO RIBOT por Gregorio Mateu, T. O. R Bernardo Ribot ocupa un ático situado en la plaza mayor de Palma. Allá llegan los ensordecedores ruidos de los com¬ presores que atormentan el suelo de la nueva plaza en reformas que, por su rit¬ mo, llevan un camino de nunca acabar. Teníamos concertada la entrevista ha¬ ce tiempo. Pero, por causas ajenas a nuestra voluntad, no llegábamos a poner¬ nos de acuerdo. Ribot es im hombre su¬ mamente amable, abierto y cordial. Su palabra fácil y su simpatía a raudales hacen que nuestra conversación se con¬ vierta en una amena tertulia de amigos. Mientras habla entrecruza nerviosamente los dedos, apoyando los codos entre sus rodillas. Sus cabellos luminosamente blancos ondean sobre su amplia frente, dando al pintor un aire sumamente inte¬ resante y algo bohemio. Hay un notable desorden en su estu¬ dio. Muchos cuadros sin terminar, anár¬ quicamente distribuidos por la estancia, semejan niños que se resisten a nacer en espera de mejor fortuna para sus ros¬ tros descompuestos. Ribot es uno de los representantes más característicos de la línea figurativa post impresionista en Mallorca. El paisaje ha sido siempre su caballo de batalla. Es un lírico que nos habla un lenguaje que gusta y deleita, im lírico que sabe mos¬ trarnos el valor de un tono, de una lí¬ nea, de un ambiente. Sus paisajes mues¬ tran la seguridad, la maestría y la garra de im hombre que conoce muy bien el oficio. Ha mantenido, a través de los tiempos, una línea académica con la ca¬ tegoría de un maestro, cosa harto difícil en los actuales tiempos. El pintor nos invita a sentarnos y con un expresivo gesto nos avisa de que pue¬ den comenzar las preguntas. —¿Cuándo comenzó en Vd. la afición hacia la pintura? —A los cinco años ya pintaba. Relle^ naba de dibujos los espacios libres de los libros de texto. Pintaba todo lo que se ponía a mi alcance: los gatos que di¬ visaba desde la ventana, las caras de mis maestros, todo lo que de algima manera llamaba mi atención. Todo esto me oca¬ sionaba frecuentes castigos de mi profe¬ sor. La afición en plan algo más serio, surgió cuando, en cierta ocasión, vi al P. Antonio Frontera, T. O. R., que pinta¬ ba al natural un paisaje. Me acerqué a él, me gustó lo que estaba pintando y le pregunté qué tenía que hacer para ser pintor. Me indicó donde vendían pintu¬ ras en Palma (en casa Vila) y que pro¬ base. Era cosa fácil. A la mañana siguien¬ te ya pedía mis pinturas... —¿Le fue todo fácil a partir de este momento? y —No crea. En casa no querían oír ha¬ blar de pintura, pues pensaban que esto no era rentable ni productivo o, mejor, que era una afición para señoritos. Un día me ofrecieron ir a Roma para estu¬ diar Bellas Artes, pero mi madre se negó rotundamente. Mientras el pintor responde a nuestras preguntas, frecuentemente mezcla en sus respuestas anécdotas curiosas, sucedidas durante su infancia, en Ariany, pueblecito simpático de la ruralia mallorquina. Nos cuenta que también quería estudiar piano, pero pronto se dio cuenta de que no era lo suyo. Ha intentado hacer algu¬ nos pinitos en el campo de la literatura, pero él mismo confiesa carecer de ima formación adecuada para ello. Seguimos preguntando: —¿Qué formación académica ha reci¬ bido? —No he ido jamás a ninguna Acade¬ mia de Bellas Artes. Mi único maestro ha sido el Museo del Prado. Allá he pa¬ sado días, horas, meses estudiando a los grandes Maestros —Goya, El Greco, Ve¬ lázquez...— observando sus técnicas, ma¬ tices, pinceladas, todo lo que de algima manera me pudiera servir. También me han ayudado enormemente las visitas a los grandes museos de todo el mundo. Mire, es muy conveniente, para un ar¬ tista, el cambiar de aires. Para los ma¬ llorquines es mucho más fácil pintar fue¬ ra que aquí. La luz de Mallorca y, so¬ bre todo, la de Menorca es muy difícil de captar. El pintor se entusiasma hablando de la luz. Hace comparaciones, apunta ma¬ tices. Se nota que es un hombre muy observador al que no le pasa detalle. En sus obras hemos adivinado esta preocu¬ pación constante de vida y luminosidad. —Mi ideal ha sido siempre plasmar la luz. Esa es mi preocupación constante como pintor. Lo ideal sería poder plas¬ mar sobre la tela la luz sin pintura. Es¬ toy dando muchas vueltas a esta idea. Puede creerme que jamás llego a estar plenamente satisfecho de mis obras. So¬ lamente me han dejado complacido dos obras en mi larga vida de pintor. Una de éstas, «Nit de lluna», la vendí y a la ma¬ ñana siguiente volví a comprarla pagan¬ do cinco mil pesetas más. No había pe¬ gado un ojo en toda la noche. La pintura no se hace sola. Supone para mí un gran esfuerzo, pues cada día se nos exige más, mucho más. Y los demás no me exigen tanto como me exijo yo mismo. —¿Qué opinión le merece el arte abs¬ tracto? —Hay mucha moda por ahí. Y la mo¬ da pasa, ésta es la verdad. La pintura abstracta, pienso que está en baja, salvo la de algunos grandes maestros... Hace ya bastantes años que en París había enormes cantidades de cuadros que no tenían salida. Vea como ya casi nadie quiere los muebles cubistas, que tuvieron ya su momento. A mí me pasó un caso curioso y sintomático. Se presentaron unos alemanes a mi estudio para adqui¬ rir alguna de mis obras. Estuvieron ob¬ servando detenidamente y se entusias¬ maron con un cartón que me servía de paleta. Y me lo compraron. Imagínese Vd. Resulta muy difícil ordenar los pensa¬ mientos del pintor. Habla animadamente y pasa rápidamente de un tema a otro. Nos dice que en su carrera ha tenido que sufrir muchas incomprensiones por su manera de ser y de actuar. La inspi¬ ración no tiene horarios. Ribot no es pin¬ tor de estudio, le gusta correr los pai¬ sajes mallorquines y dejar constancia de ellos eri sus telas con colores y entonacio¬ nes de mágicos efectos. Le duele en el alma la destrucción de la Mallorca de antes, lamenta profundamente la pérdi¬ da de la belleza del paisaje, catástrofe inevitable de la que todos somos un poco responsables. —¿A dónde va la sociedad actual? —La situación de nuestro mundo es muy triste. Urge una gran reforma. Es¬ tamos todos excesivamente imbuidos de un marcado materialismo y nos falta ur¬ gentemente una mayor espiritualidad. So¬ lamente se piensa en diversiones y se matan paulatinamente los grandes valo¬ res del espíritu. Y paradójicamente esta sociedad adquiere mucha pintura; no lo entiendo. Quizás muchos no compran por gusto, sino porque ello representa una rentable inversión. Ha pasado el tiempo. El pintor nos in¬ vita a comer en un pueblo de la monta¬ ña. Nuestro apretado horario no nos per¬ mite aceptar su invitación. Quedamos en salir otro día. Tras despedirnos, baja¬ mos las escaleras. En la calle hay mucho ruido, un tráfico endiablado y mucha gen¬ te que corre apresuradamente. Uno pien¬ sa en el contraste doloroso entre esta pintura trabajada, delicada y luminosa que hemos contemplado y ese ajetreo ner¬ vioso de un mundo que no sabe adónde va. 10 FALLECIO UN PREMIO NOBEL DE LITERATURA CASTELLANA; PABLO NERUDA A pesar de su izquierdismo político y social, de las inquinas y del comunismo (un comu¬ nista con casa propia, seguramente no de las «baratas», en la Isla Negra; los literatos revolucio¬ narios montan, de ordinario, en grandes caballos de cartón, caballos de «pose» como los de la foto para los nenes; igualmente, los poetas «sociales» suelen ser exigentes usuarios de todas las como¬ didades creadas para la aborrecida sociedad de consumo), decimos que, a despecho de todo esto, Pablo Neruda, fallecido el 24 del pasado mes de septiembre, era un extraordinario poeta, fuera de serie, con una inagotable inventiva, que sabia sacar material poético de lo más casero y vulgar, con un estilo siempre chorreante de imágenes fresquísimas e inéditas, a menudo eróticas, un in¬ discutible premio Nobel. Nosotros, como pequeño homenaje al famoso literato chileno desaparecido, insertamos dos composiciones que muestran rasgos de los que caracterizan el variadísimo hacer poético neru- diano. ENTIERRO EN EL ESTE Yo trabajo de noche, rodeado de ciudad, de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados con azafrán y frutas, envueltos en muselina escarlata: bajo mi balcón esos muertos terribles pasan sonando cadenas y flautas de cobre; estridentes y finas y lúgubres silban entre el color de las pesadas flores envenenadas y el grito de los cenicientos danzarines y el creciente monótono de los tamtam y el humo de las maderas que arden y huelen. Porque una vez doblado el camino, junto al turbio río, sus corazones, detenidos e iniciando un mayor movimiento, rodarán quemados, con la pierna y el pie hechos fuego, y la trémula ceniza caerá sobre el agua, flotará como ramo de flores calcinadas o como extinto fuego dejado por tan poderosos viajeros que hicieron arder algo sobre negras aguas, y devoraron un aliento desaparecido y un licor extremo. (De Residencia en la tierra) ODA A LA CEBOLLA Cebolla, luminosa redoma, pétalo a pétalo, se formó tu hermosura, escamas de cristal te acrecentaron y en el secreto de la tierra oscura se redondeó tu vientre de rocío. Bajo la tierra fue el milagro y cuando apareció tu torpe tallo verde, y nacieron tus hojas como espadas en el huerto, la tierra acumuló su poderío mostrando tu desnuda transparencia, y como en Afrodita el mar remoto duplicó la magnolia levantando sus senos, la tierra así te hizo, cebolla, clara como un planeta, y destinada a relucir, constelación constante, redonda rosa de agua, sobre la mesa de las pobres gentes. Generosa deshaces tu globo de frescura en la consumación ferviente de la olla, y el jirón de cristal al calor encendido del aceite se transforma en rizada pluma de oro. (Continúa en lo pág. siguiente) n I^A POM» K RACION Se va perdiendo la ponderación, aun¬ que todavía queden en el mundo, a Dios gracias, personas y entidades pon¬ deradas. Nos excedemos a menudo en los elogios, como nos excedemos en los vi¬ tuperios. De pronto, ríos de papel en honor de tal artista o de tal literato. Que tienen su valor, claro que lo tienen, pero que lo desbordamos. Nos salimos del tiesto, quizá por miedo de no quedar bien, aunque por dentro pensemos otra cosa. No somos sinceros. No nos atreve¬ mos a serlo. Es posible que a los que no somos ex¬ tremistas ni extremosos, sino que tene¬ mos la costumbre de conservarnos en la zona templada de la ponderación —que es paciencia sonriente y tradición con esperanza—, se nos considere por no po¬ cas gentes, si no tontos del todo, medio tontos, lo cual a mí, y lo digo con la mano en el corazón, me tiene completa¬ mente sin cuidado. ¿Es que todo nos sa¬ le por una friolera? Pues no, ni mucho menos. Diríase que hoy no están bien vistas estas posturas que me place llamar de centro y que yo creo que darán su resultado en el mundo del futuro, un fruto que tal vez no está tan lejos como nos imaginamos, si Dios ayuda— y Dios siem¬ pre ayuda— y nosotros ponemos algo de nuestra parte. Se ensalza, pongo por caso, una litera¬ tura que nosotros no entendemos, un ci¬ ne que nos da cien patadas, una pintura en la que nosotros no vemos nada o casi nada. Se sacan las cosas de quicio y la fuerza de la corriente nos acobarda. ¿Es que de verdad seremos medio tontos? ¿Es que no sabremos leer, ver, mirar? En cierta ocasión le decía yo a un famoso pintor español que yo no comprendía ca¬ si nada de lo que se exhibía en una ex¬ posición de escultura. «Te lo digo sólo a ti porque eres amigo mío. Pero no me atrevo a decirlo en público». «Pues atré¬ vete, porque a mí me pasa lo mismo. Ahí, en todo eso que vemos, en casi todo, hay mucho camelo. Y yo no me canso de pro¬ clamarlo a los cuatro vientos». Me quedé tranquilo y contento. Si yo dijera ahora que no me gustan, sino que me repelen, algunos cuadros de un pintor recientemente fallecido, me pondrían en seguida un sambenito o ima coraza. Si yo me aventurase a escribir que no acaban de gustarme algunos poe¬ mas de un poeta excepcional, también fallecido hace poco, no sé lo que sucede¬ ría. No sucedería nada, porque ya sé yo que no soy nadie. Pero pienso que tengo derecho a opinar y a defender la muni¬ ción humana y cultura legada por mis mayores: por mis padres, por mis con¬ sejeros, por mis maestros. Una voz que no sé de dónde viene me dice: «Así te lucirá el pelo. Con la sua¬ vidad, con el humor amable, con la pon¬ deración, no harás carrera». No me im¬ porta un comino. Yo soy así, «si así os parece», y aunque no os parezca. Lo que pasa es que muchas veces no me decido a decir todo lo que creo, pienso y siento. Y en el fondo, lo siento mucho. F. Javier MARTIN ABRIL ODA A LA También recordaré como fecunda tu influencia el amor de la ensalada, y parece que el cielo contribuye dándote fina forma de granizo a celebrar tu claridad picada sobre los hemisferios de un tomate. Pero al alcance de las manos del pueblo, regada con aceite, espolvoreada con un poco de sal, matas el hambre del jornalero en el duro camino. Estrella de los pobres, hada madrina envuelta en delicado papel, sales del suelo. 12 (Viene de la pág. anterior) CEBOLLA eterna, intacta, pura como semilla de astro, y al cortarte el cuchillo en la cocina sube la única lágrima sin pena. Nos hiciste llorar sin afligirnos. Yo cuanto existe celebré, cebolla, pero para mí eres más hermosa que un ave de plumas cegadoras, eres para mis ojos globo celeste, copa de platino, baile inmóvil de anémona nevada y vive la fragancia de la tierra en tu naturaleza cristalina. (De Odas elementales) EL DUBTE La vall es torna trista quan el sol es colga i compareix la nit obscura; s’entristeix Vesperit també amb el dol del dubte ombrívol, de la fe obscura. Era fins ara tot ben net i ciar; fluïa llum fins del pregon misteri... ¿Quin vent mestral és vengut a posar en Víntim cel, mals núvols i desveri? Abans eren la rosa i el clavell tot vívids tons, ubriagants aromes; ma orella omplia amb son dolç cant Vaucell, mon ull amb els reflexos de ses plomes. Mes, tot s’és esvaït, flaire i color; sec el clavell, esfullada la rosa; Vau presa entre les ungles del falcó; la ploma en terra com a vana cosa... Bellesa i joia, tot s’és fet absent: ni un rossinyol ni una branca florida; gisquen de set els còdols del torrent; és com un bosc cremat la meva vida'. Ma vida que ara ja no té sentit! Quin amarg desencís el teu si cuides mar, terra i cel haver ja aconseguit i et trobes, finalment, amb les mans buides! I l’esperit tempteja com un llosc, temorec de topar onsevulla i caure, car l’intern paisatge és sempre fosc; no hi passa el sol; amb els seus raigs no el daura. Quin patiment haver de gambejar dins tenebra llotosa, on s’hi llenega! Quin desesper de no poder abastar la corda provident, té qui s’anega! Ai! Dau-me un sòl estable per al peu; un faralló que endura i no s’afona per més que, bruelant per dins el freu, hòrridament sigui escomes per l’ona! Es trist no veure ja ni far ni port; només les aigües llòbregues i fluixes; no poder trepitjar mai terreny fort; sentir l’enfangament fins a les cuixes! Allunya’t, incertesa, que em fas mal; cessa d’irrogar al cor tan gran destrossa! Retorna, fe que salves, fe vital; que el dubte és cementiri; oberta fossa! Retorna, fe, amb els focs més resplendents; vessa dins mi llum nova, llum més pura; reintegra’m en la terra dels vivents; treu-me d’aquesta sepulcral foscura! Octubre de 1973, Fra M. C., T. O. R. 13 LA RELÍQUIA Faune mutilat, brollador eixut, jardí desolat de ma joventut... Beneïda Vhora que m’ha duit aquí. La font que no vessa, la font que no piara me fa plorar a mi. Sembla que era ahir, que dins el misteri de l’ombra florida, tombats a la molsa, passàvem les hores millors de la vida. De l’aigua sentíem la música dolça; dintre la piscina guaitàvem els peixos, collíem poncelles, caçàvem bestioles, i ens fèiem esqueixos muntant a la branca de les atzeroles. Ningú sap com era que entre l’esponera de l’hort senyorívol, fent-lo més ombrívol, creixia la rama d’antiga olivera. Arbre centenari, amorós pontava la soca torçuda, perquè sens ajuda poguéssim pujar-hi. Al forc de la branca senyora i majora penjàvem la corda de l’engronsadora, i, venta qui venta, folgàvem i rèiem fins que la vesprada la llum esvdia de l’hora roenta, de l’hora encantada. 14 Somni semblaria el temps que ha volat de la vida mia, sense les ferides que al cor ha deixat; sense les ferides que es tornen obrir quan veig que no vessa ni canta ni plora la font del jardí. Trenta anys de ma vida volaren depressa, i encara no manca, penjat a la branca, un tros de la corda de l’engronsadora, com trista penyora, despulla podrida d’un món esbucat... Faune mutilat, brollador eixut, jardí desolat de ma joventut. DOL I Sé d’una vella consirosa a qui sos fills varen deixar per la fortuna fabulosa de l’altra banda de la mar. Com la grisor d’un ull d’oracle, mira la fonda solitud, esperant l’hora del miracle que li retorni el bé perdut. Com ella guaita la marina, mon pensament vetla, abocat; mes la finestra on s’inclina s’obre davant l’eternitat... Arriba un jorn que nostra vida ja no veu res en l’avenir; mes a l’hivern, rejovenida, en la dels fills torna a florir. Tèbia dolcesa els ulls amoixa de pressentir la tendra mà que, en acabant l’última angoixa, piadosament els tancarà. I de llur vida l’aureola ens sembla veure en lo futur, qua nostres cendres agombola assoleiant el vas obscur. Però si cau llur jovenesa i se’ns acluca l’ideal, ¿què n’ha de fer de sa vellesa l’àrida soca paternal? Cap a l’abisme que ens espera, mon pensament amolla el fruit cor.i el brancain d’una figuera tota penjada sobre el buit. Llum de records passa allà enfora, pluja d’estels en la negror. No me’n sé anar, no, de la vora de mon terrible mirador. Com en el fons d’un vell retaule llisquen els dos adolescents; passen, ulls clucs, sense paraula, com a sonàmbuls somrients. Passa la flor de l’amor mia; passen en creu aquelles mans que ma tendresa cobdicia per a besar-les com abans. De la foscor mai explorada munten alens d’oratge fred que ma existència amenaçada fan tremolar com un llum.et. ¿Cal defensar la flama incerta d’aquest llumet feble i morent? Per a tancar la porta oberta, ¿cal que forcegi contra el vent? Entri la ratxa que em perfuma amb la fetor d’un món podrit! Munti l’oreig que du l’escuma de les rompents de l’infinit! II Ombra divina, protectora de l’aliança dels dos móns, jo torn a tu; mon cor enyora les oblidades oracions. Aqui tot parla de l’imperi a on sojornen els difunts; aquí batega el gran misteri que vius i morts escalfa jimts. Sols la fredor d’aquestes lloses calma la febre de mon front, davant les úlceres descloses de l’enclavat en creu d’afront. Els qui duim l’ànima ferida, com els captaires afollats, entre el tumulte de la vida ens hi trobam desemparats. Mes en el temple que il.lumina com un estel la llàntia d’or, l’eternitat s’hi sent veïna afalagant el nostre cor. I els endolats, al peu de l’ara, sentim els morts més avinent; i a eixugar el plor de nostra cara ve la carícia de l’ausent. Joan ALCOVER I MASPONS (1854-1926) 15 LES ELEGIES DE JOAN ALCOVER Tothom està d’acord que Joan Alcover comparteix amb Mn. Miquel Costa la capdavantera literària de l’ccEscola mallorquina». Però, naturalment, l’un no és l’altre.. I quasi gosaríem dir que els punts de divergència són més nombrosos que els de convergència. A més de les diferèn¬ cies temperamentals i ideològiques existents entre els dos excepcionals homes de lletres mallor¬ quins, hi ha encara el factor diferencial del temps: el temps, no en quant a l’edat, ja que ambdós eren nats l’any 1854, sinó de composició de la respectiva obra poètica catalana. Mentre que Costa i Llobera abans de 1900 ja havia escrit els poemes que més l’han immortalitzat (llevat dels d’HORACIANES, enllestits tots aquests, emperò, no començada encara la segona meitat de 1906), Alcover i Maspons no publica el seu llibre CAP AL TARD fins l’any 1909; mentre que el poeta de Pollença l’any 1875, als vint-i-un anys, ja escriu El pi de ribera o El pi de Formentor, el poeta de Ciutat l’any 1901 edita encara el tom de poesia castellana METEOROS, havent més tard de complànyer-se així: A la musa castellana — jnos anys millors he donat, — d’una altra musa ger¬ mana — fondament enamorat. — ¿Què podré donar-li ara, — per la tardor ensopit? (La llengua pàtria). I quan hagi de posar la introducció a l’esmentat llibre CAP AL TARD, farà també re¬ ferència a l’ccedat madura» en què fou escrit. Indicaríem nosaltres, doncs, que durant el lapse de més de trenta anys que hi ha entre l’introit d’un i el de l’altre poeta dins el cenacle de les lletres catalanes, el món de l’art, en constant ebullició i moviment,ha sofert un remarcable capgirell: la novetat i frescor de la poesia moderna de Rubén Dario ha arribat a la península ibèrica, rebent-ne també Catalunya i Mallorca la bene¬ ficiosa influència. I creuríem igualment que Joan Alcover, sense perdre ni un sol punt de l’equilibri i ponde¬ ració tan peculiars de la idiosincràsia del poble mallorquí, no intentaria mantenir-se estancat con¬ tra aquella benefactora simbiosi. Al contrari, són prou reveladores de la seva actitud les estrofes del seu poema L’hoste, qui és el mateix Rubén Dario, on, entre altres coses, diu d’ell: ...a terra hivernenca porta un alè jove del país del foc; ...és com una pluja que refresca l’arhre de la poe¬ sia; ...L’illa a on reposa del pelegrinatge ja el coneix per mestre de la poesia. ,¿Será massa gosa¬ dia suposar que l’autor d’aquests versos o fragments de vers no ignorava el mestratge del poeta nicaragüenc? Hem volgut mostrar un només dels que poden esser motius diferenciadors entre la poesia dels dos estimats prínceps de l’«Escola mallorquina». Més classicista i més imposat en l’estil de Lamartine i de Victor Hugo, Mn. Costa i Llobera; més alliberat del classicisme retòric i del ro¬ manticisme, i més modern. En Joan Alcover. En el llibre CAP AL TARD, ja mencionat més amunt, hi ha una petita secció titulada ELEGIES. Per al judici que mereixen als crítics aquesta mitja dotzena de poemes, citarem només les paraules de J. M.“ Llompart (LA LITERATURA MODERNA A LES BALEARS): «On la poesia alcoveriana arriba a la més poderosa expsessió és a les famoses Elegies incloses a Cap al tard, consagrades pel poeta a la memòria dels seus morts entranyables. Són sis poemes palpitants de dolor i de bellesa, d’acceptació noble i resignada de la dissort, mereixedor cada un d’ells de figurar en qualsevol antologia». Així, doncs, la gènesi de les Elegies es troba en el fet d’haver-se-li morí a Fautor, successi¬ vament, l’esposa i quatre dels seus fills. Es tracta, per tant, d’un dolor sentit no per un ésser estrany, sinó per ell mateix, en el propi cor. Bellament ens bo conta en una de dites elegies (Desolació): Era ell un arbre esponerós, però la tempestat li ha anat rompent, una a una, les branques; i ara, fins i tot l’arrel xucla l’amargor de viure; i si viu, sols és per a plànyer allò que d’ell s’és mort. Aquest infortuni, real, fou la llecor on pogueren néixer les Elegies. Vejau-ho expressat en la introducció de CAP AL TARD. S’ha atribuït també a la mateixa circumstància el canvi idiomଠtic, del castellà al català, operat en aquell temps, eom si l’autor hagués experimentat la necessi¬ tat d’una expressió més autèntica, més consonant amb el sentiment, amb la seva tristesa. Malgrat la seva fortor, el de les Elegies de Joan Alcover és un dolor asserenat, sense esga¬ rips romàntics o teatrals. Es un dolor viu, present en el record, però ja sedimentat, lliure de tumult o turbulència. L’home, en el vèrtex del dolor, sigui físic sigui moral, o crida o calla; no està en condicions de discórrer per entrellaçar versos, per encalçar bellesa, per crear poesia. El fingiment és aliè a les Elegies del nostre poeta. Perquè les escriví en el temps degut. Fra M. C., T. O. R. 16 GRIMANIEL: un campesino que amó mucho a JESUCRISTO La vida misionera es maravillosa. En¬ cierra tantas sorpresas e íntimas satis¬ facciones que uno da por muy bien su¬ fridas las privaciones y molestias que es¬ ta forma de vida lleva consigo. La historia que vamos a referir es ima de aquellas satisfacciones que DIOS re¬ serva a los que trabajamos en su Viña. Esta historia es real, verídica. Puedo dar fe de ello porque he tenido la suerte de ser su testigo presencial. Si tengo tanto interés por darla a co¬ nocer por todos los medios es porque quiero manifestar lo maravilloso que es el CORAZON de JESUS cuando nos de¬ jamos amar por EL. —o— El protagonista de esta historia es GRI¬ MANIEL. Mejor dicho, el protagonista es doble: EL CORAZON DE JESUS y GRI¬ MANIEL. Grimaniel fue un campesino de poncho y sombrero. Un hombre trabajador. Un padre de familia y miembro del Aposto¬ lado de la Oración. Si quisiéramos definir su personalidad con pocas palabras, lo podríamos hacer así: Un campesino sencillo y humilde, muy amigo de CRISTO. Su instrucción era elemental o prima¬ ria. No conocía muchas teologías, pero sí vivía intensamente la espiritualidad del Apostolado de la Oración. Esto explica el que llegara tan lejos en el camino de la santidad, a la que todos estamos llama¬ dos. Su casa estaba un tanto lejos de la iglesia parroquial. Todos los domingos y fiestas, lloviera o no, (en los Andes caen verdaderos diluvios y se forman unos ba¬ rrizales de campeonato) subía la empi¬ nada y dura cuesta que lleva hasta el pueblo en donde se encuentra la iglesia. Y para colmo tenía que atravesar el río que, aunque pequeño, a veces es peli¬ groso por causa de las lluvias torrencia¬ les que caen con no poca frecuencia por estos lugares. Todo esto lo sufría con gusto porque su AMOR a CRISTO era inmensamente más poderoso que todos los obstáculos que tenía que vencer para poder satisfa¬ cer su deseo más querido: escuchar la Palabra de Dios y recibir la Sagrada Co¬ munión. No pocos se reían y burlaban de su «necedad» (bendita necedad que ojalá se nos contagiara a todos), pero él seguía firme, sin amedrentarse por nada ni por nadie. Un buen día, el AMIGO le quiso ase¬ mejar más a su imagen, permitiendo que brotara en el cuerpo de Grimaniel una extraña y muy dolorosa enfermedad. Tanto sufría, que el más mínimo mo¬ vimiento de la ropa de la cama le produ¬ cía dolores indecibles, mientras él, con una paciencia envidiable, ofrecía al Se¬ ñor todos sus dolores hasta que El qui¬ siera. Desde el primer día que le conocí (fue durante su enfermedad) advertí que es¬ taba frente a un fervoroso cristiano, un verdadero amigo del CORAZON DE JE¬ SUS. Tal era su gozo de poder comulgar en las Misas que celebré en su domicilio, que ya no sabía qué frases emplear pa¬ ra manifestar su contento y gratitud. Viendo que la enfermedad iba minan¬ do su naturaleza mortal, le avisé, con claridad, que su vida terrena podía llegar a su fin en cualquier momento. ¡Cuál no sería mi sorpresa cuando le oía repetir, una y otra vez: «Padrecito, no hay pro¬ blema. JESUCRISTO en persona vendrá a buscarme y llevarme consigo»! Estas palabras, dichas con una natura¬ lidad y convencimiento verdaderamente admirables, calaron tan profxmdamente 17 en mí, que creo que no las podré olvidar jamás. Por más empeño que puse por con¬ vencerle que no se moviera de la cama —su estado era muy delicado—, ya que yo le llevaba la Sagrada Comunión a su casa, nadie logró que, ya en vísperas de su partida a la Patria definitiva, se vi¬ niera a la iglesia sosteniéndose en las paredes porque sus piernas no le podían mantener de pie, ya que anhelaba partici¬ par, por última vez, en el Sacrificio de la Santa Misa con todos los hermanos del Apostolado de la Oración, que se ha¬ bían congregado en la Casa de los hijos de DIOS por ser aquél un día muy gran¬ de y señalado en el calendario litúrgico. Y... llegó el GRAN DIA. CRISTO cum¬ plió fiel y amorosamente con lo que GRIMANIEL tan ardientemente esperaba. Con una serenidad tremenda y con la sonrisa en los labios, quedó dormido en los brazos de su GRAN AMIGO, que ha¬ bía venido a buscarle para llevarle con¬ sigo a su REINO. Todo su rostro quedó transfigurado y radiante con la luz y resplandor de DIOS. Los que acompañaron a GRIMANIEL en aquellos memorables momentos ase¬ guraban este estado de cosas, quedando ediñcados y admirados sobremanera de la forma cómo el CORAZON DE JESUS había cumplido su Promesa con su fer¬ voroso amigo y discípulo. Sin exagerar nada, hay que decir que si la vida de este campesino fue tan ca¬ llada como fervorosa, su muerte fue la rúbrica a todo lo que había dicho y he¬ cho. Su ejemplo entró muy hondo en todos los que le conocieron, sobre todo, cuan¬ do vieron el modo tan admirable como había muerto. Su apostolado fue muy sencillo. Aconsejaba con una dulzura ex¬ traordinaria. Rezaba mucho y bien. Sin embargo, el apostolado más extraordi¬ nario lo hizo cuando murió con tanta paz, con tanta seguridad de que el CO¬ RAZON DE JESUS se lo llevaría al Cielo. Su entierro fue todo un sermón muy elocuente. Todos los que le acompaña¬ ron a su descanso provisional, estaban de acuerdo en que GRIMANIEL había sido un buen cristiano, porque había amado mucho al CORAZON DE JESUS, que él había conocido y amado por ese medio tan fenomenal como es el Aposto¬ lado de la Oración. Y si bien es verdad que su muerte ad¬ mirable llegó hasta los oídos de perso¬ nas que distaban muchos kilómetros, los que más supieron comprender el men¬ saje de GRIMANIEL fueron, como era de suponer, los hermanos del Apostola¬ do de la Oración, pues vieron con sus propios ojos el cumplimiento de la gran¬ diosa PROMESA del CORAZON DE JE¬ SUS, por lo que se animaron más y más a amar siempre y con todo el corazón a tan maravilloso AMIGO como es CRIS¬ TO. —o— Como este caso susodicho, podría con¬ tar otros muchos más, que yo mismo he presenciado en los pocos años que llevo sirviendo a las comimidades del Aposto¬ lado de la Oración, espiritualidad que es¬ tá resultando estupenda por estos lugares del PERU. Y son tantas las maravillas y las co¬ sas admirables que CRISTO realiza a través de este humilde medio (Aposto¬ lado de la Oración) que no tengo más remedio que reconocer: JESUS, ERES MARAVILLOSO. Haz que te amemos siempre más y más* que nunca nos can¬ semos de amarte, de animar a todos a que te amen. Es lo único que vale la pena en la vida. Fr. Luis Alonso, Agustino Recoleto, Misionero en Cajamarca (Perú) 18 ftuesiras misiones MAS DETALLES SOBRE LA BENDICION DE LA NUEVA CATEDRAL DE HUAMACHUCO Lo prometimos el mes pasado. Lo cum¬ plimos ahora con sumo agrado. Ofrece¬ mos un poco más de información gráfica y algunas otras noticias de interés acer¬ ca de la hendición de la Catedral de Hua-; machuco, acontecimiento de gran relieve religioso en los anales de la Prelatura que la Santa Sede nos confió en 1961. La hendición la llevó a cabo Mons. Car¬ los María Jurgens, Arzobispo de Trujillo. Fue asistido por el Obispo de Huamachuco, Mons. Damián Nicolau, T. O. R., Mons. Luis Baldo, Obispo Auxiliar de la referida Archidiócesis de Trujillo, Mons. Ignacio Oteiza, Prelado Doméstico de S. S., el M. I. Sr. D. Tarsicio Solano, Canó¬ nigo de Trujillo, el P. Sebastián Maimó, entonces Comisario Provincial de la T. O. R. en el Perú, todos los sacerdotes de nuestra Prelatura y algunos otros llega¬ dos de distintos lugares. Tal como diji¬ mos ya en el número anterior, la Cate¬ dral fue bendecida la tarde del 14 de agosto. Acabado el acto, fue descubierta una lápida de bronce, colocada a la derecha de la parte interior del atrio, lápida que dice textualmente así: ESTA CATEDRAL, DEDICADA A LA VIRGEN DE ALTA GRACIA, PATRO¬ NA DE LA MUY ILUSTRE Y FIEL CIUDAD DE HUAMACHUCO, FUE CONSTRUIDA CON EL APORTE GENEROSO DEL GOBIERNO PERUANO, PUEBLO DE HUAMACHUCO, COLONIAS HUAMACHUQUINAS EN EL PAIS Y ENTIDADES CATÓLICAS EXTRANJERAS, MEDIANTE LA GESTIÓN, DIRECCIÓN Y EJECUCIÓN DEL COMITÉ PRO CATEDRAL, Y FUE CONSAGRADA SOLEMNEMENTE POR EL EXCMO. Y RDMO. MONS. CARLOS MARÍA JURGENS, ARZOBISPO DE TRUJILLO, SIENDO PADRINOS: EL EXCMO. SR. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, GRAL. DIV. E. P. JUAN VELAZCO ALVARADO Y SRA. CONSUELO GONZÁLEZ DE V. MERECIDO HOMENAJE TRIBUTADO POR EL PUEBLO DE HUAMA¬ CHUCO A SU PRIMER OBISPO-PRELADO, MONS. DAMIAN NICOLAU ROIG Y RELIGIOSOS FRANCISCANOS DE LA T.O.R. HUAMACHUCO, 14 DE AGOSTO 1973. 19 El Presidente de la República y señora fueron representados por el Prefecto (Go¬ bernador civil) del Departamento de La Libertad y señora: Coronel D. Jorge Ruiz Lombardi y D.“ Betty de Ruiz. Representaron al pueblo de Huamachuco los niños Víctor Manuel Sotomayor Paredes y Rosario de Fátima Morales Ca¬ brera. Día 15, fiesta patronal de la Virgen de Alta Gracia, tuvo lugar una solemne Con¬ celebración presidida por el ya referido Mons. Damián Nicolau. Al igual que ha¬ bía ocurrido en la tarde anterior, con mo¬ tivo de la bendición, cantó magníficamen¬ te el Coro de chicas del Colegio de Flo¬ rencia de Mora, dirigido por nuestras hermanas las Franciscanas Hijas de la Misericordia, las cuales se desvivieron unánimemente para el canto y para tan¬ tos otros importantes detalles que so¬ lemnizarían los dos actos que estamos re¬ señando. El mismo lía 15, acabada la Concele¬ bración Eucarística, fue descubierta otra lápida de bronce. De dimensiones más reducidas que la ya referida, también queda instalada en la parte interior del atrio, pero a la izquierda. Dice exacta¬ mente: EN GRATITUD A MONS. DAMIAN NICOLAU ROIG, RR. PP. FRANCISCANOS T.O.R., FRAY PACO ANDREU POR ESTA OBRA. La Cámara de Comercio, Industrias y Transportes, Huamachuco, XIV Agosto 1973. Fíjese el lector en la estima con que es tenido Fray Paco Andreu (natural de Pina, Mallorca), un religioso nuestro no sacerdote. Es citado expresamente en la placa porque todos tienen muy presente que Fr. Francisco ha sido un incansable obrero y un gran amigo de todos en Hua¬ machuco. contentísima y se siente orgullosa de contar con una Catedral moderna, espa¬ ciosa, sencilla, bella y acogedora. Ya he¬ mos observado que ahora vienen más fe¬ ligreses que nunca para oir Misa, confe¬ sar, comulgar, etc. Incluso ocurre en los días laborables». Hasta aquí la crónica. Ahora podemos y debemos añadir algo mucho más im¬ portante. Es lo que me escribía literal¬ mente Monseñor Damián: «La gente está Que redunde todo para bien de la Igle¬ sia y para la mayor gloria de Dios. Fr. Jaume Tugores Mestre, T. O. R. 20 Cosas nuestras PROFESION Y VESTICION DE CUATRO NOVICIOS DE V LA T. 0. R. En nuestra parroquia de San Diego, Madrid, el domingo día 9 de septiembre del presente año se efectuó una muy importante y emotiva ceremonia: la profe¬ sión y vestición de cuatro novicios de la Tercera Orden Regular. A las 13 horas del mencionado día, en ima solemnísima concelebración de diez sacerdotes, fina¬ lizado el año de noviciado, emitieron sus votos simples de pobreza, castidad y obediencia, Fr. Ramiro Subirán Soto, Fr. Nicolás Sastre Palmer, Fr. Bartolomé Sans Balaguer y Fr. Santiago Martín Rodríguez. Recibió la profesión —y efec¬ tuó después la vestición— el M. R. P. Miguel Tous Gayá, Ministro Provincial, que presidía la concelebración y pronunció la homilía alusiva al acto. La iglesia estaba repleta de fieles, ocupando lugares destacados las repre^ sentaciones de nuestras Comunidades de Madrid y Quintanar de la Orden, y los familiares de los novicios que emitían la profesión. A los nuevos profesos, nuestra sincera felicitación, con el deseo de que el Señor les otorgue el don de la santa perseverancia en la forma de vida que han abrazado. En el grabado adjunto figuran, entre los recién profesos, el P. Provincial y el Maestro de Novicios, P. Corpus Izquierdo. EN BUNYOLA, SU LUGAR DE NACIMIENTO, UNA CALLE DEDICADA AL ^'PARE CÈRDA'' El magnífico Ayuntamiento de Bunyola, que, a raíz de su muerte en 1952, ya había declarado al M. R. P. Pedro J. Cerdà Colom, T. O. R., Hijo Ilustre y había colocado en el salón de sesiones un gran retrato al óleo del homenajeado, ahora, veintiún años después, ha querido completar aquel homenaje, dedicando a su Hi¬ jo Ilustre una de las céntricas calles de la villa. Efectivamente, día 21 del pasa¬ do mes de septiembre, fiesta de San Mateo, Patrón de la localidad, como un acto del programa de festejos, a las diez de la mañana fue descubierta una hermosa lápida donde figura la inscripción de «Calle del Pare Cerdà». Con tal motivo pro¬ nunciaron brillantes discursos de circunstancias, el M. R. P. Miguel Tous Gayá, Ministro Provincial de la Tercera Orden Regular —Orden de la cual, como es sa¬ bido, el P. Cerdà fue un destacadísimo miembro—, el Rdo. Sr. D. Antonio Cerdà, Capellán Castrense, sobrino del homenajeado, y el Alcalde, Sr. D. Andrés Cabot, que cerró el acto. 21 Ttuestras hermanas Tranciscanas "GEOGRAFIA DE LAS FUNDACIONES" Desde 1856 hasta, 1972 Sigue el Centenario de la muerte del P. Fundador. Y prosiguen los homenajes que, en un sentido u otro, se le tributan por doquier. Más exactamente, en los lugares donde hay alguna Fraternidad del Instituto franciscano fundado por Mn. Gabriel Mariano Ribas de Pina, insigne terciario franciscano. De algunos de dichos actos hemos dado ya cuenta en meses anteriores. Lo que no hemos concretado, empero, en estas páginas ha sidó la difusión que ha tenido el citado htïtituto, aunque aportásemos algunos datos en este sentido cuando publicamos la entre¬ vista sostenida con la Superiora General de la Congregación, Sor Catalina Martí Cabot. Hoy reproducimos con mucho gusto —y a título de nuevo homenaje— la relación detallada de las fundaciones habidas desde el año en que nació la referida Congregación (1856) hasta el año pasado. El trabajo, por cierto, me ha resultado muy fácil, pues ha bastado copiar parte de<l interesante programa editado por las Hijas de la Misericordia con motivo del Centenario ante¬ dicho. — Fr. J. T. M., T. O. R. MALLORCA Pina Costitx Muro Calonge Santa Eugènia Maria de la Salut Santanyí Ses Salines Campos Alqueria Bianca Lloseta Palma (C/ Moral) Llubí Selva Deià Lloret Bunyola Sa Pobla Ariany Caimari Inca Capdellà Son Servera Biniali Palma (C/ Mir) Calvià Porreres * S’Horta (Felanitx) Valldemossa Sa Cabaneta Manacor Petra Capdepera La Real (Palma) Biniamar Palma (C/ Salas) Son Carrió Moscari Pòrtol Sant Jordi (Palma) Es Llombarts Es Carritxó * Marratxí Cala Ratjada Palma (C/ Mazagán) Son Sunyer (Palma) 1856 1857 1857 1857 1857 1857 1859 1860 1860 1860 1861 1862 1863 1864 1866 1866 1869 1872 1873 1875 1879 1880 1881 1883 1885 1885 1886 1886 1887 1887 1887 1887 1887 1892 1894 1896 1899 1903 1903 1904 1905 1916 1921 1921 1923 1923 Son Espanyol (Palma) Palma (Clin. Valdés) * Sa Pobla [Casa Cuna) Colonia Sant Jordi Palma (C/ Antillón) Palma (C/ Despuig) Sa Pobla (Clí. Serra) * Palma (Pl. Cuadrado) Lluc Sant Agustí (Palma) Randa Palma (Creu Rotja) S'Aranjassa (Palma) Sa Pobla (Cl. Tugores) Paguera 1923 1924 1924 1924 1925 1928 1930 1930 1934 1935 1935 1936 1936 1945 1971 MENORCA Ferreries 1921 Ciutadella (Seminario) 1922 Mercadal 1926 Ciutadella (C/ Cervan¬ tes) 1927 Maó 1941 Alaior 1943 Maó (Clínica) * 1944 Sant Lluís * 1945 Sant Climent 1952 Maó (Res. Sanitaria) 1956 Monte Toro 1969 ESPAÑA CUENCA Villamayor de Santiago 1927 Corral de Almaguer 1929 Horcajo de Santiago 1944 TOLEDO Quero * 1929 Villanueva de Alcardete 1935 Puebla de Almoradiel 1943 Tembleque 1954 Sta. Cruz de la Zarza 1957 Barrax 1957 CIUDAD REAL Montiel 1943 Albadalejo 1946 Ciudad Real (P. Ayala) 1959 MADRID Madrid Madrid no) Madrid (C/ Serrano) * 1946 (Guzmán el Bue¬ 1953 (Palomeras) 1968 BARCELONA Barcelona (Resid.) * 1943 Vinyoles de Cris 1943 Barcelona (Pl. Flandes) 1944 VALENCIA Valencia (Card. Payá) 1951 ITALIA ASIS Asís (V. Dei Priori) Petrignano (Asilo) Bastia (Clínica) * Bastia (V. San Rocco) 1926 1928 1954 1955 SANSEPOLCRO Sansepolcro 1928 ROMA Roma (V. Roma Libera) 1957 Roma (Bufalotta) * 1964 BOLIVIA Sucre (Seminario) Padilla Cochabamba * Villaserrano 1961 1962 1969 1969 PERU Huamachuco Tayabamba Lima (Callao) 1962 1965 1968 ESTADOS UNIDOS AUSTIN Waco Austin 1962 1972 COLOMBIA Medellín * 1971 El asterisco (*) indica Con¬ vento suprimido. 22 NUESTBA pequeña HISTOKIA füedio siglo atras,,. Noviembre de 1923. En su inicio, entonces como hoy, la fiesta de Todos los Santos...; la Conmemoración de los Fieles Difuntos... Este segundo era el tema fuerte en aquel «Mes de ses animes» de hace cincuenta años. Por eso, de la revista La Familia, una sim¬ pática publicación mensual barcelonesa, muy bien presentada —ignoramos si aún vive—, tomaba EL HERALDO DE CRISTO su primer artículo, cuyo epígrafe era «Los consuelos de la muerte», con la firma de Fausto. Un niño que acude a San Antonio de Pa¬ dua en demanda de la curación para su pa¬ dre desahuciado de los médicos. Muere el enfermo, pero con el consuelo de los últi¬ mos sacramentos. La gracia se atribuye a la intercesión del Paduano. Se copiaba el relato de la Voz de San Antonio. Suscribía Fr. An¬ gel Ortega, O. F. M. Unos breves versos castellanos, «María, auxilio de los cristianos», signados por otro minorita, Fr. Juan de Dios León, llenaba un tercio de la cuarta página de aquel número. «Los desposorios del Niño Jesús con San¬ ta Catalina» (noviembre es, o era, el mes de Santa Catalina), cuadro de Murillo, se leía como pie de un grabado que figuraba en la media página quinta superior. ¿Quién sería nuestro compañero corista que en el trabajo «Oremos» ocultaba su ver¬ dadero nombre bajo el de Fr. Bernardo de Quintaval? ¿Sería Fr. Miguel Llompart? Que era de un asiduo lector de los clásicos cas¬ tellanos, bien patente queda en el estilo. Apostamos a que algún superviviente de aquella generación de los años veinte podría sacarnos de la duda. Seguía una «Florecilla» franciscana. El epi¬ sodio donde San Francisco ordena a las go¬ londrinas cerrar el pico a fin de que no es¬ torben su predicación. Abajo, en la misma página, un entrecomi¬ llado con unas frases del Cardenal Almaraz sobre el fecundo y silencioso apostolado de la Tercera Orden en la sociedad. Y entre los dos textos anteriores, un gra¬ bado del «Claustro de San Francisco». Está hecho sobre una foto que por aquellos años sacaron unos alemanes, profesionales —esto nos parece recordar—, y que tuvieron la gen¬ tileza de, casi en el mismo punto del claus¬ tro, tirarle una también a este compendiador, quien la guarda aún entre sus recuerdos. Las dos páginas centrales y siguientes es¬ taban ocupadas por un largo fragmento de la tan citada conferencia de Fr. M. Ll., T. Q. R., sobre «El vestit del Bon Jesús». Como hemos indicado en resúmenes an¬ teriores, pequeños grabados sobre vistas de Mallorca, del fondo de la imprenta «Nueva Balear», adornaban ahora esta revista. Des¬ pués de cincuenta años muchos de ellos re¬ sultan ya muy evocadores por mostrar co¬ sas, bien totalmente desaparecidas, bien muy transformadas debido a la invasión de las modernas construcciones. En aquel nú¬ mero se veía: «S’Aigo dolça» (desapareci¬ do), «Calamayor» y «Molinos de Sta. Cata¬ lina» (hoy casi irreconocibles). Menos mu¬ taciones ha sufrido la desembocadura de «Torrente de Pareys». En «Ses matances de Mestre Climent» Es Vey de Son Alegre hace un buen acopio de la terminología referente a la materia. Como siempre, por los pelos y pasando por el to¬ que de las campanas de la noche de Todos los Santos, el autor del cuento lleva al lec¬ tor a la moraleja de la devoción a las áni¬ mas del purgatorio. En la sección de «Noticias y Variedades», los siguientes títulos: «Colosal estatua en honor de Fr. Junípero Serra» (en San Fran¬ cisco de California): «Qtro monumento» (a San Francisco, en Milán); «Congreso Eucarístico en Génova; y unos chistes. En «Crónica franciscana»: en Campos del Puerto, la fiesta de nuestro P. S. Francisco, los días 21, 22 y 23 de septiembre, con ser¬ mones por el P. Fornés; en Santa Catalina, pero en su propio día, la misma fiesta con sermones por D. Jaime Sastre; en Son Servera, con retraso, la reseña del Jubileo de la Porciúncula, con sermones por el P. Pons y vestición de Terciarios: y en Esporlas, el 14 de octubre, la fiesta de San Francisco, con sermones también por el P. Pons, y una numerosa vestición de Terciarios. Nada especialmente relevante en las sec¬ ciones de «Necrología» y «Bibliografía». 23 Carta del Obispo de Mallorca EN EL 175 ANIVERSARIO DE LA FÜNDACION DE LAS HERMANAS DE LA CARIDAD^^ Queridos Diocesanos: El dia 29 de este mes de septiembre, las Hermanas de la Caridad, que todos conocemos en nuestra Diócesis, van a cumplir los 175 años de su fundación. Era el año 1798, terminando aquel siglo XVIII en el que con la Revolución Francesa el ambiente social europeo iniciaría un ver¬ dadero cambio de sus mismas estructu¬ ras sociales. Fue entonces, cuando el Pᬠrroco de Felanitx don Antonio Roig y Rexach junto con doña María Ana Nebot, viuda de Maymó, pusieron al servicio de la vida parroquial la primera comunidad de Hermanas de la Caridad. Sobre todo, su deseo de servir a la promoción huma¬ na y espiritual de los fieles más necesi¬ tados del pueblo, según el espíritu de San Vicente de Paúl. El Obispo don Bernardo Nadal, al apro¬ bar la naciente Congregación, abría imas perspectivas totalmente nuevas para la mujer en la Iglesia Mallorquina, ya que hasta entonces quienes deseaban la vida religiosa sólo la podían realizar como contemplativas y desde esta fecha nuestra Diócesis ha visto surgir numerosas co¬ munidades apostólicas, al servicio del Reino de Dios. Toda celebración histórica en la Igle¬ sia, debe ser confrontación exigente con la realidad que hoy vivimos; por ello su¬ giero estas líneas de reflexión, a propó¬ sito del aniversario que conmemoramos: 1) Las numerosas comunidades apos¬ tólicas de religiosas que Mallorca posee, han surgido como respuesta a la nece¬ sidad de la promoción integral del cre¬ yente en nuestra Diócesis; por eso debe¬ mos revisar a fondo su servicio en el momento actual ya que, ciertamente, la fidelida a la acción del Espíritu Santo, fomentando e iluminando la vida religio¬ sa diocesana, nos pide una serena y co¬ herente adaptación al hombre actual y a la evangelización que hoy necesitamos. 2) Las comunidades apostólicas —de las diversas congregaciones— fueron aco¬ gidas por el Pueblo de Dios como una esperanza, porque en ellas se intuía la radicalidad cristiana al servicio del Evan¬ gelio, como un eco estimulante de la vi¬ vencia de las primitivas comunidades cristianas que los Hechos de los Apos¬ tóles nos describen. Si en realidad los comienzos de la vida religiosa en el si¬ glo IV querían ser un testimonio de aque¬ llas primeras comunidades y en su ori¬ gen, la misma vida religiosa, fue senci¬ llamente llamada «vida apostólica»: ¿po¬ demos hoy prescindir de esta sincera vuelta a las fuentes?; ¿por qué el tener¬ lo todo en común, con un mismo espíri¬ tu, partiendo el Pan, alabando a Dios y dando testimonio de la Resurrección del Señor Jesús, no suscita muchas veces aquella «gran simpatía» (Hech. 4, 33), que hacía de la primera comunidad cris¬ tiana un signo de gozosa esperanza? Si las comunidades religiosas quieren ser acogidas, como lo han sido muchas ve¬ ces a lo largo de los dieciséis siglos de su historia, tienen que situarse en esta dinámica, que tan bien comprendieron sus fundadores. Queridas Hermanas de la Caridad: de¬ seo que la celebración de los 175 años de vuestra fundación, os anime a una reno¬ vación espiritual profunda, que se traduz¬ ca en actividades en las que la perspec¬ tiva fundamental de la caridad os haga ser testigos constantes de que «quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor». (1 Jn. 4, 8). El pequeño grano de mostaza sembra¬ do hace ya tantos años, desde Mallorca * Por no haber podido ya alcanzar nuestra edición de octubre al publicarse este importante documento episcopal, con retraso lo insertamos ahora adhiriéndo¬ nos así a la conmemoración de la gloriosa efémerides de la Congregación de nuestras estimadas Hermanas de la Caridad. 24 se ha extendido a diversas regiones es¬ pañolas, hasta Italia, Bolivia y Perú, y este año aniversario os ha abierto unos horizontes nuevos al ir algunas de voso¬ tras «en misión» a Burundi. Que todos los niveles humanos necesitados de fra¬ ternidad sean el objeto de vuestra soli¬ citud. Sobre todo los grupos humanos en los que la explotación, la injusticia, la incomprensión o la marginación des¬ humanizan al hombre; en medio de los más pequeños, sed sencillas servidoras, capaces de estar disponibles al Espíritu de Jesús, hasta «dar fruto, y un fruto que permanezca» (Jn. 15, 16). Que la Virgen María, visitando a Isabel llena de Jesús, sea vuestro modelo de disponibilidad to¬ tal. Queridos hijos de la Iglesia de Mallor¬ ca; que esta celebración nos ayude a va¬ lorar la vida religiosa femenina, a apo¬ yar su renovación y a compartir las ilu¬ siones de tantas hermanas nuestras que han optado por ella; que las ayudemos con nuestra comprensión y nuestra exi¬ gencia, hasta el punto que sus gestos al servicio del Reino de Dios sean para to¬ dos vosotros motivo de revisión, de bús¬ queda personal y comunitaria de uná mayor vivencia de los Hechos de los Após¬ toles y del espíritu de las Bienaventu¬ ranzas en el ambiente de hoy y de con¬ fianza en la acción de Espíritu Santo en la Iglesia, que camina entre «sombras y luces», según nos dice el Concilio Vati¬ cano II, y como Pueblo Santo de Dios participa también de la función profètica de Cristo, difundiendo su testimonio vi¬ vo principalmente con la vida de la fe y caridad y ofreciendo a Dios el sacrificio de alabanza, que es fruto de los labios que confiesan su Nombre» (L. G. 12). Os bendice con gran afecto, Teodoro Ubeda, Obispo de Mallorca (De «Diario de Mallorca») (Viene de la pág. ó) £a O0» del Papa la costumbre se corrompe de suyo. Se hace mudable y provisional. De esta for¬ ma, la corrupción puede encontrar ca¬ mino libre en la vida social. Esta menta¬ lidad relativista que parece justificarse por la libertad propia de una sociedad que se dice madura, puede degenerar fᬠcilmente en libertinaje y ser la ruina de la comunidad y de las personas que la componen. No sería difícil aducir ejem¬ plos históricos elocuentes a este respec¬ to. La ecología de las costumbres, en to¬ do orden de actividades, deberá ser, por ello, para nosotros uno de los cometi¬ dos primeros de la renovación cristiana a la que aspiramos. EL PELIGRO DEL HEDONISMO El otro peligro del sentido moral está, motivado por el hedonismo, es decir, por el sistema ético que coloca el placer en el puesto del bien; sistema éste al que hoy nos sentimos tan inclinados. Se quie¬ re la vida fácil, cómoda, llena de goces. Se trata de eliminar todo esfuerzo, todo sacrificio. El imperativo moral, el deber, está casi olvidado; se exalta solamente el derecho. Se teoriza sobre la licitud de dar a las pasiones de los sentidos to¬ da posible satisfacción. El erotismo se convierte en una moda, el placer en un derecho, el vicio en una bagatela. No se calcula la disipación de todo valor hu¬ mano con semejante relajación moral. La fe, la religiosidad, la fuerza de la volun¬ tad, la grandeza de ánimo se diluyen. «El hombre animal, advierte San Pablo, no puede comprender las cosas del Espíritu de Dios». Nosotros que tenemos la suerte y la responsabilidad de estar bautizados, sa¬ bremos deducir de este hecho decisivo y maravilloso el estilo y la energía de la vida fuerte y nueva. La austeridad de la cruz no deberá apartarnos de un com¬ promiso cristiano, valiente, sino atraer¬ nos a él. Ajustemos de nuevo nuestra conducta al carácter escueto y viril del discípulo de Cristo; de este modo, im¬ primiremos autenticidad y vitalidad a nuestra profesión cristiana, y nos hare¬ mos idóneos, con la ayuda de Dios, para llevar a nuestro mundo el mensaje re¬ novador y benéfico del Reino de (Cristo. PABLO VI (Audiencia general de 19-IX-73) 25 ARQUITECTURA DEFENSIVA DE MALLORCA XV GUARDAS DE PONIENTE DE PALMA. —Vimos en capítulos anteriores algo so¬ bre la Batería «deis Grells», o Avanzada de San Carlos (cap. XII), y la Torre de «Illetes», ambas señaladas en el mapa del Cardenal Despuig. Ahora bien, desde Palma hasta la fortaleza últimamente ci¬ tada el Cardenal no sitúa ninguna de las guardas de las que hablaremos a conti¬ nuación. Se trataba de puestos de vigi¬ lancia eventuales, instalados en virtud «del nou Reglament, y Orde de S. Exce¬ l·lència de 17 y 22 9bre (noviembre) 1720», con motivo «de resguardarse del Contagi de Marcella», es decir: para evitar que enfermos de Marsella o de otro punto apestado pudieran introducir el contagio en Mallorca, en el término de la Ciudad, a la parte de Poniente, se instalaron cin¬ co puestos, de dos hombres cada uno, en los lugares simientes: 1 en el Jonquet, 2 en Torre Teñidora (ésta es otra prueba más de la existencia de la Torre d’En Carroç; véase cap. II de la serie), 3 en Torrent del Mal-Pas (Cala de ca’N Bar¬ bará), 4 en Calamayor, 5 en Cala Fornatge (Cala Formatge, en les inmediaciones de Ca’s Catalá). Dos de las guardias antedichas debían cubrirse así: «Los Vicins, y Habitants en el Viñet (zona entre la Ciudad y Son Serra-La Vileta), qui formaven antiga¬ ment la Compañía de Ponent, han de sub¬ ministrar en la matexa forma (como se cubrían once de las catorce guardas de Levante), quatre hòmens al dia, per fer la guàrdia de Cala-mayor número 4 y la de Cala Fornatge número 5 guardant també el tom, y método, que més avant se dirá». Las otras guardas de Poniente, así co¬ mo las de Levante —exceptuadas la del Cap del Romaní (Ciudad Jardín), Caló Gran (inmediaciones de Cala Blava) y Cap Enderrocat— debían cubrirse con los hombres suministrados por las parro¬ quias de la Ciudad: «la Cathedral, o Almudayna 1 home, Santa Eulalia 11, San¬ ta Creu 5, Sant Jaume 3, Sant Nicolau 4, Sant Miquel 4». «Las guardias se han de fer per tom de tots los Habitants en ditas Parro¬ quias, y districtes, cade hu de tres dias essent mayor de 16 anys, y menor de 65 ILLOT D’EN SALES.—^La flecha señala un amontonamiento de piedras que no son una torre, sino una «conillera». no malat, ni viciat de eos; y ningú (si no és los qui tengan Ofici, o Empleo públich, y personal) se ha de excusar, en¬ care que sie de qualsevol grau, o condi¬ ció; però sí se permetrà fer la guàrdia per substitut àbil, y suficient, ab qui se podrà compòndrer el principal, en quant a la satisfacció del treball, com no se excedesca de tres sous al dia». Era obligación de los Regidors de la Ciudad cuidar de que cada tres días es¬ tuviesen preparados los hombres corres¬ pondientes a cada parroquia o distri¬ to, formando una relación de todos los obligados para que se supiese a quien correspondía ir. Cada tres días los veintiocho hombres de las 6 parroquias se debían presentar al salir el sol al encargado del servicio, en la plaza del Mercado (hoy Pl. de San¬ ta Catalina Thomás) «ahont seis señala¬ ran las guárdias que hauran de fer, sorteantse per medi de la matexa persona, entre tots, entregant a cada hu una tar¬ ja, o señal ab lo número de la guàrdia que haje sorteat, e immediatament par¬ tirà a ocupar el puesto, aportantsen pro¬ visió competent per tres dias»; y así, su¬ cesivamente, los relevados, al llegar a la Ciudad« entregaran las tarjas o señáis a la persona diputada, qui per medi del Oficial Militar destinat per est efecte, da¬ rá noticia a S. Excelléncia de haverse mu¬ dat las gulárdias». A. los primeros en el servicio se les da¬ rían armas y municiones, entregándolas éstos a sus suplentes y así sucesivamen¬ te. Si gastasen toda o porción de la mu¬ nición, darían parte. Todas las noches una ronda debía vis- tar los puestos, tanto de Poniente como de Levante. Naturalmente, las obligaciones de es¬ tos centinelas eran las mismas que las de los demás. En caso de que no pudie¬ sen evitar el desembarco, por el siste¬ ma de relevos darían cuenta al Cabo Mi¬ litar situado a la puerta de la Mura¬ lla. El reglamento entraba en vigor el 1.° de diciembre, y estaba otorgado en la Ca- 26 sa del Ayuntamiento de la Ciudad el 27 de noviembre de 1720 (1). Esta defensa no se refiere propiamen¬ te a los ataque de piratas y enemigos, pero he creído conveniente hablar de ella. Además, una de las obligaciones en todo tiempo de los torreros era el impedir el desembarco de naves procedentes de lu¬ gares sospechosos de epidemia, por lo que, en cierto modo, una cosa guarda relación con la otra. Por otra parte, co¬ mo hemos visto, los torreros estaban ar¬ mados y preparados para rechazar los desembarcos. Este servicio no se montó únicamente en esta ocasión, sino que se instalaba cada vez que había peligro. Así vemos que en 1821, al declararse la peste ama¬ rilla, para contener el contrabando, vehí¬ culo importantísimo de todo contagio, el Jefe Político, en 14 de agosto, manifestó conveniente establecer rondas volantes por toda la costa, si bien ello fue impo¬ sible por falta de fondos. No obstante, se destinaron cuatro hombres a cada una de las torres de este distrito, para la vigi¬ lancia costera. ILLOT D’EN SALES.—Hecha la ante¬ rior salvedad geográfica, reemprendamos la excursión desde donde la dejamos en el anterior capítulo: «Sa Torre dTlletes» (Calviá). Dice textualmente el Archiduque: «Se llega después (de Cala Brogí y Sa Ca¬ leta) a la Illa d’En Salas, extenso islote cuyos acantilados domina una antigua torre en ruinas» (2). Parece, de estas pa¬ labras, que S’Arxiduc trata de decir que en este islote, situado frente a Portals Nous, hay una torre. Sin embargo no es así, y para evitar que alguna persona que lea las citadas líneas pueda creerlo cierto, permítasenos aducir otras palabras del mismo autor, quien, en la misma página y a continua¬ ción, añade que es «ésta la primera to¬ rre costera que encontramos en nuestra circunnavegación». Como vimos, la prime¬ ra es la de Illetes, que está a im kilóme¬ tro escaso de este islote. A renglón seguido S. A. R. e I. descri¬ be «La Torre de nietas», indicando que desde ella se ve «la pequeña y desnuda nieta d’En Salas», la que «avanza hacia el mar, como una proa, una punta bas¬ tante larga». Tal vez se deba esta confusión a un error de interpretación de las palabras del Archiduque, o quizás fuese él mismo quien se confundiese, pues sobre el islote hay, en su parte más elevada, im amon¬ tonamiento de piedras que, según me di¬ cen los encargados del oratorio de Por¬ tals, no es más que una «conillera», es decir, un escondite para conejos. En «Baleares» de 4 de agosto de 1971 se decía que estaba en proyecto un puer¬ to deportivo en el mencionado islote. CONTINUARA. Josep S. SALADO (1) Documento propiedad del autor. Para más detalles véase Archivo Munici¬ pal de Palma (A. M. P.), Actes Municipals de Ciutat, 1720, fols. 171 v, 176, 177 v, 180, 182 V y 186 v. (2) «Die Balearen». Traducción de D. José Sureda, t. V., pg. 12. RECTIFICACION.—En el capítulo an¬ terior, el XIV, donde dice «10 de mayo de 1617» debe decir «15 de abril de 1615» (A. H. M., A. G. C., 53, fol. 13). L·LiAMADOfS A liA CAISA PADRE: Costitx.—^Día 19 de agosto, D.^ María Vallespir Amengual, terciaria francisca¬ na. Contaba 82 años de edad. Campos del Puerto.—Cuando llevaba 53 años de vida franciscana y religiosa, y a los 75 años de su nacimiento, Sor Ma¬ ría Serra, Hija de la Misericordia, fue llamada a la Casa del Padre el 26 de agosto. Inca.—Día 21 de septiembre, el tercia¬ rio franciscano D. José Pons Moranta. Palma de Mallorca.—A los noventa años de edad y día 23 de septiembre, el fer¬ voroso terciario franciscano D. Francis¬ co Sacanell Pou, padre de nuestros bue¬ nos amigos D. Francisco de Paula, D. Jo¬ sé (Canónigo, Secretario del Obispado) y Srta. Margarita, todos ellos también miembros de la Fraternidad de la T. O. F. de la Basílica de San Francisco. La Real (Palma de Mallorca).—Día 28 de septiembre, D.^ Francisca Llinás Ca¬ nyelles, madre de nuestra suscriptora D.a Juana Llinás. Concédeles, Señor, el descanso eterno. Que la Luz perpetua les ilumine. 27 bibliografía LOS INDIGENAS DE CALIFORNIA, del P. Fr. Jerónimo Boscana, O. F. M. (1775-1831).—Introducción y transcripción por Batolomé Font Obrador.—Octubre MCMLXXIII. La Corporación municipal llucmaj óren¬ se, con notable ejemplaridad, vela no sólo por los intereses materiales de la ciudad, sino que dedica también una especial atención a todo lo que atañe a la cul¬ tura. Demostración de ello es la serie de libros o folletos relacionados con Lluc¬ major, escritos o preparados por hijos de la misma localidad, cuya edición vie¬ ne, desde hace algún tiempo, patrocinan¬ do o realizando a sus expensas. Tanto es así, que el año pasado el Ayuntamien¬ to de Llucmajor mereció ser galardona¬ do con el honorífico «Premio de los Pre¬ mios Ciudad de Palma». El último trabajo cuyos gastos de pu¬ blicación han corrido a cuenta de aquel Mimicipio es el titulado LOS INDIGE¬ NAS DE CALIFORNIA, del P. Jerónimo Boscana, hijo y legítima gloria de Lluc¬ major. La preparación, introducción y trans¬ cripción del texto del Misionero francis¬ cano ha sido obra del joven historiador, llucmaj órense también, Dr. Font Obrador, bien conocido y acreditado en meneste¬ res de esta índole. Nosotros hemos leído con el mayor in¬ terés el opúsculo del P. Boscana. Y he¬ mos podido constatar que, efectivamente, nos hallamos ante un excelente «tratado sobre los usos, creencias y costumbres indígenas», pareciéndonos justo que los etnólogos norteamericanos lo consideren «de alto valor científico». El P. Boscana no presenta una «historia fabulosa», sino el producto de sus indagaciones perso¬ nales entre los mismos indios. Y lo hace con finalidad misionera o apostólica, por «estar persuadido de que ignorando la creencia que tienen los Indios, en sus usos y costumbres, es muy difícil sacar del error en que viven, y darles a enten¬ der la verdadera Religión». Para el filólogo el libro ofrece también especial interés. En efecto, además de comprobarse que «la lengua castellana con los modismos mejicanos y luego las na¬ tivas de la Alta California, no le fueron ajenas» al Misionero franciscano, si, con una lectura detenida del texto, se des¬ ciende a los detalles, se van descubrien¬ do curiosas particularidades. Bajo este aspecto lo primero que salta a la vista es el casi total «seseo» gráfico del autor. Grafías como moso, mosetón, rasa, ra¬ resa, aparecen por todas partes. Este he¬ cho da lugar a confusiones tales como «cociendo» (p. 30) por «cosiendo» y, al revés, «coserlas» (p. 31) por «cocerlas». Llama la atención la palabra «tuseros» (que no vemos en los diccionarios) en la expresión «caerse en los tuseros» (pp. 23 y 36) que parece significar «tropezar con los tocones», y en este caso dicha pala¬ bra estaría probablemente relacionada con «toza» y debería escribirse «tuceros». Aunque el «seseo» fónico sea un rasgo general americano, en el P. Boscana bien pudiera asimismo estar influido por su mallorquinismo. Este mallorquinismo, fo¬ nético, morfológico o lexical, nos parece también probable en palabras como «ge¬ losia» (p. 24) por «celosía», «pacienta» (pp. 24 y 25) por «paciente», «embicados» (p. 40) por «embijados» («embijado» co¬ rrectamente en p. 32), «hiervacos», (p. 55) probablemente por «hiervajos», «embetumadas» (p. 40) por «embetunadas», etc. No sabríamos decidir si son mallorqui- nismos o arcaísmos castellanos conserva¬ dos en Méjico el nombre «pisca» («pisca de semillas», p. 34) y el verbo «piscar» («de las semillas de toda especie de las que se piscavan», p. 34; «de piscar se¬ millas», p. 35; «para piscar las semillas», p. 46), con el sentido de «busca, buscar», completados siempre por «semillas». No¬ sotros decimos que «qui no s’arrisca no pisca». Nos llevaría muy lejos tocar to¬ das las cuestiones que en ei aspecto lin¬ güístico sugiere la lectura del libro del P. Boscana. Así, pues, para concluir, permí¬ tasenos sólo hacer observar que tal vez habría sido preferible, para la claridad, haber transcrito «naguitas» (palabra mu¬ chas veces repetida) por «nagüitas», con diéresis, ya que está por «enagüitas», con aféresis de la a. Creemos igualmente que «cosita de atole» (p. 49) debería leerse «casita de atole», estando «casita» por «cacita», diminutivo de «cazo», malí, «cassa», vasija metálica con mango. Fr. M. C., T. O. R. 28 GRANDES ALMACENES S) S-1- Pañería - Lencería-Tapicería - Modistería - Sas¬ trería - Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumerío Artículos de Viaje P.Csrt, 5 al 12 y 6eneral6oded, 6y 8. Tels. 224200-22420) PALMA DE MALLORCA CONSTRUCCIONES MUT, S. A. Contratistas de obras PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURA? Casa Pomar Flores Santiago Rusiñol, 4 Tel. 211342 PALMA DE MALLORCA S. 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