HERALDO DE CRISTO OCTUBRE 1973 GRANDES ALMACENES Pañería - Lencería- Tapicería - Modisrería - Sastrerío - Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje r.Cort, $ ol 12 y SentiráI Goded, 6 y 8. Tels. 224200-724201 PALMA DE MALLORCA PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURAS Casa Pomar Flores — « S. Miguel, 187 Teléfono 221483 PALMA DE MALLORCA EL CALZADO DE MAYOR DURACION Venta exclusivo en: Velázquez, 35 PALMA DE MALLORCA ► MUEBLES R O M A R EXPOSICION; Conquistador, 24 -Tel. 503 N/1 AN ACOR TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICION Paz, 97,101 y 103-Te!. 468 (Mallorca) A Todos hemos de ayudar a las misiones, según declaración expresa del Concilio Vaticano II. Al menos con nuestra oración y nuestros sacrificios ofrecidos por la dilatación del Reino de Dios. Y a más de un lector puede su conciencia dictarle la necesidad de ayudar también con alguna limosna. Si quieres que sea a favor de las misiones que regenta la Provincia Española de la T.O.R., envía tu donativo al P. Pro¬ curador Provincial de Misiones, Fr. Jaume Tugores, T.O.R. (Convento de San Francisco. Palma de Mallorca). Si avisas al teléfono 21-12-12, pasará a recoger tu donativo el citado P. Procurador. Muchas gracias. J REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O, R. lea en este ntimerot OCTUBRE 1973 Año LXIV - Núm. 763 REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R • CON LICENCIA ECLESIASTICA IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNE7 • Precios de suscripción PARA EL AÑO 1973: Ordinaria Bienhechor Protector .... 100 ptas, .... 300 » 1.000 » San Francisco... Ayer 3 Anales de la Provincia Española de la In¬ maculada Concepción de la Tercera Or¬ den Regular de San Francisco ... 4 Fisonomía de San Francisco .... 6 Ramon Llull 6 La voz del Papa 7 Mallorca y sus Pintores .... 9 Santidad, Perdón 11 San Francisco (Fragmento) . 12 ... Octubre 13 Página literària 14 La Poesia de Pere Orlandis . . .16 Nuestras misiones 17 Nuestra pequeña historia . .19 Nuestras Hermanas Franciscanas. . . 20 Centenario de la Fundación de las Francis¬ canas Hijas de la Misericordia en Ariany 21 Página del Terciario . . . . .22 El Frailuco dijo "No" 23 Pensamientos 24 Arquitectura defensiva de Mallorca . Bibliografía Chistes . 25 27 28 DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958 V. MUBSTRA PORTADA SAN FRANCISCO DE ASÍS, de Cimabue (1240-1303, probablemente). — Ignoramas/a capacidad para el retrato que poseerían los pintores medievales Pero si se tiene en cuenta que el Poverello murió en 1226 y que Cimabue no vino al mundo hasta 1240, estará claro que el floren- tino no pudo pintar al Santo del natural. A pesar de sus pormenores, la semblanza hecha por Celano (Vida lA, 1. I, c. 30), que convivió con el seráfico Padre, dista mucho de ser un retrato. La da- guerreotipia es un invento moderno (1839). Por consiguiente, Cimabue, a lo más, pude informarse con personas que habían conocido al Santo, pero no captar su exacta fisonomía. Hubo de "concebirla" y soplarle su propio "espíritu". El espíritu eminentemente religioso de la Edad Media. L J 1 MVBBL·ICS - Dfi!CORA€l0iV > TAPICBBIA HIJOS DE JOSE LLABRES Sindicato, 26 al 32 - Tel. 221213 - PALMA DE MALLORCA *# TALLER DE TAPICERIA l/ícQntQ ‘l·fQtnàndQ"^ Especialidad en cortinajes, sillones gron confort, Mionas y muebles de encarga Arquitecto Reynés, 3 Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA CDtscoièca JnallUM, 2 T 4-Palairai, 32 Talilaia 223*33 SBcnnal: Enriqna AIz8mora,l3 PALMA DE MALLORCA 2 (FRENTE A LA DIPUTACION)-PALMA EDITORIAL SA29 FRANCISCO... AYKR Sí, ayer. Estamos ya un poco hartos de tanto «San Francisco hoy». Lo cual no significa que Francisco no haya de ser, a la vez, un santo para nuestro tiempo. Pero quizá no el santo que algunos nos presen¬ tan: libremente interpretado, rehecho según el propio talante, acomo¬ dado a los gustos particulares, desfigurado. En nuestros viajes por algunas naciones de Europa hemos tenido ocasión de poder visitar un cierto número de las más importantes pinacotecas existentes en el mundo. Y no ha sido cosa extraña encon¬ trarnos en ellas con uno o más pintores ocupados en trasladar a su respectivo lienzo alguno de los famosos cuadros que allí se conservan y exhiben: un «Greco» o un «Velázquez», un «Leonardo de Vinci» o un «Rafael», un «Rubens» o un «Rembrandt», etc. Bueno, pues; a todos los hemos visto muy interesados en aprehender con su pincel lo más exactamente posible, en todos los aspectos, el modelo escogido. Y no, desde luego, según los métodos de la desgarrada pintura que hoy se estila, intentando sólo extraer el «espíritu» de lo representado en el cuadro. Creemos que este mismo procedimiento, y no otro, debería se¬ guirse al presentar a los hombres de nuestro tiempo la figura de Cristo, la de San Francisco o la de cualquier otro santo: tales como fueron según nos consta históricamente, documentalmente. Que el modelo re¬ sulta de muy difícil imitación, que se trata de ideales inalcanzables en el mundo en que hoy se vive, paciencia. Tampoco los pintores antes aludidos logran identificar sus copias con el original. Busque cada uno el parecido según su propia habilidad, según sus propias fuerzas y conforme a la. ayuda que le otorgue Dios. Pero que de ninguna manera se intente desproveer de dificultades al modelo —la vida cristiana es difícil, se decía en nuestro editorial anterior—, que no se le presente simplificado, rehecho a la medida de nuestra molicie, de nuestro afeminamiento espiritual. En última ins¬ tancia, si de ningún modo queremos decidirnos a sacar una buena co¬ pia, contemplemos, admiremos las obras maestras del arte y de la gracia, saboreémoslas con la vista, con el entendimiento y con el cora¬ zón. Seguramente algo se nos pegará de buen gusto, algo de espiritua¬ lidad auténtica. Pero no, no falseemos los arquetipos; no ofrezcamos en su lugar extractos, copias mal dibujadas, inexactas, sofisticadas. Cristo permanece siempre idéntico a sí mismo. Como tampoco no hay más que un solo San Francisco: el de ayer. 3 ANALES DE LA PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCION DE LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO I ( C ontinuación) Habida cuenta de la formal dirección y decisiva intervención del R. Sr. D. Ga¬ briel Mir en el ensayo o experiencia de vida común de nuestros Fundadores, y de la flaca preparación literaria de los mis¬ mos, a pesar de su magisterio en los «LLUISSONS», no nos parece ligera la conjetura de creer que dicho Sr. Mir, quien, además de Custos del Convento, era Comisario de la V. O. T., establecida en el mismo Convento, aderezaría por su mano el Reglamento de la naciente Co¬ munidad de Terciarios Franciscanos, Re¬ glamento que, dado por bueno por el Sr. Ecónomo, ambos a dos. Custos y Ecóno¬ mo, presentarían a la discusión y apro¬ bación de los tres primeros NOVICIOS, cuya conformidad y voluntad de guar¬ darlo y cumplirlo confirmarían con sus nombres al pie de la Escritura-Regla¬ mento. Dice así: 2°—El reglamento que se ha de guar¬ dar es el que ha determinado la Junta de los Congregantes con aprobación del Superior externo. Y todo lo que se que¬ rrá variar en adelante, ya sea respecto al reglamento de vida, ya sobre los de¬ más asuntos de grande importancia de la casa y religión, se hará por votación de los congregantes y aprobación de los superiores externos. 3.°—Formar un inventario de todo lo que pertenezca a la comunidad, indicán¬ dose en él su procedencia. 4.°—Elegir un superior de entre los in¬ frascritos, a quien deberán tener todos el respeto que los buenos hijos tienen a su buen padre. Tendrá lugar la renovación del mismo todos los años por medio de votación de los internos, con aprobación del superior externo. «En la villa de Lluchmayor, día treinta Noviembre de mil ochocientos setenta y ocho, estando reunidos los infrascritos en la casa nueva del convento de S. Bue¬ naventura, a ciencia y presencia de D. To¬ más Mut, Ecónomo de esta Parroquia, y D. Gabriel Mir, Custos del convento, al objeto de tratar y resolver los puntos principales que los congregantes deben guardar para vivir en comunidad: des¬ pués de haber manifestado que se han reimido voluntariamente y sin ninguna clase de coacción para tratar el objeto propuesto, se resolvió por unanimidad lo siguiente: l.°—Pertenecer a la Tercera Orden de S. Francisco y observar su reglamento, teniendo el superior interno (con apro¬ bación del superior externo) potestad pa¬ ra dispensar en todo lo que juzgare con¬ veniente al bien de la comunidad. 5.°—Si alguno infringiese la regla o re¬ glamento o faltase a la obediencia, será avisado tres veces secretamente por el superior de la casa. Si con estos tres avi¬ sos no corrige su falta, el superior le avisará y reprenderá delante de la comu¬ nidad. Si con estos avisos todavía no se corrige, será denunciado ante el Sr. Ecó¬ nomo y Gustos, quienes le reprenderán y avisarán por última vez, y si no se en¬ mienda a pesar de estos avisos, será ex¬ pulsado de la casa. 6.°—Si alguno durante el año del Novi¬ ciado resolviese separarse buenamente, o de otra parte, si la comimidad no le apro¬ base, o después del Noviciado se marcha¬ se, o la comunidad tuviese que despedir¬ le según el reglamento: no tendrá derecho (y renuncia todo lo que las leyes le puedan dar ante cualquier tribunal) de reclamar cosa alguna que pertenezca a la comuni- 4 dad, ya sea por los servicios prestados a la misma, ya sea de los bienes, muebles o alajas (sic) que pertenezcan a la co¬ munidad, y tan sólo podrá exigir las ala¬ jas y prendas que no se hayan consumi¬ do, que al ingresar llevó consigo y están anotadas en el inventario. 1°—Cuando se haya de recibir algún nuevo congregante para la Comunidad, se le tomarán informes y será elegido por votación de los demás congregantes y con aprobación de los superiores ex¬ ternos: se le hará presente esta escriptu¬ ra, y, él satisfecho de cumplir su conte¬ nido, se le anotará en ella: y firmada, se hará su ingreso. (Siguen las firmas de) Antonio Ripoll. - Juan Garau. - Matías Cardeli. - Gabriel Mir, Pbro. Custos. - Tomás Mut, Pbro. y Ecónomo. ¿Pertenecían ya los tres Congregantes a la Tercera Orden de San Francisco o recibieron luego el hábito, en cumpli¬ miento del artículo primero del Regla¬ mento? Escondido de nuestros ojos, debajo de la tierra, andará el Libro de Vesticiones y Profesiones de la V. O. T. de Llucma¬ jor, anteriores al año 1886. 8.“—Será obligación del superior llevar un libro abierto con cargo y data de to¬ do lo que entre y salga de los bienes que pertenezcan a la comunidad. Esta es la voluntad de los congregan¬ tes que a la actualidad son el Maestro Antonio Ripoll, Maestro Juan Garau, y el Maestro Matías Cardeli, quienes vo¬ luntariamente se obligan a cumplir con la puntualidad posible todo lo anterior¬ mente acordado, a fin de llevar un modo de vida que les santifique a sí mismos y sirvan de modelo a todos los que a ellos se acerquen. Con todo, por la «CRÓNICA de la 3.“ Orden» de la Hermandad (Arch. conv. Llucmajor) sabemos que al proceder, el 4 de julio de 1886, al nombramiento de Oficiales de la Orden, por vez primera, según la Constitución y Ceremonial de León XIII (1833), fueron elegidos SE¬ CRETARIO y TESORERO, respectiva¬ mente, D. Antonio Ripoll y Salvá, y D. Juan Garau y Puig, y que ESTE, junta¬ mente con D. MATÍAS CARDELL Y TO¬ MÁS, y BARTOLOMÉ CLAR BARCELÓ, el día 12 de agosto del mismo año eran recibidos a la PROFESIÓN de la Terce¬ ra Orden de Penitencia (cuya hábito ha¬ bían ya vestido años anteriores) «por el sacerdote competentemente autorizado, D. Antonio Ripoll». Y para que conste se ha extendido la presente escriptura que firman los tres congregantes ante el Sr. Ecónomo y Custos que, como testigos al efecto requeri¬ dos, firman también, de todo lo que da¬ mos fe». Por ahora, más no podemos precisar sobre la fecha de ingreso de nuestros congregantes en la T. O. (Continuará) P. Francisco AMENGUAL, T. O. R. ¥ ♦ ♦ Haciendo para un amigo o familiar una suscripción a Jk ARTES GRÁFICAS m GIMÉNEZ «HERALDO DE CRISTO» Hace un regalo de su onomástica FOLLETOS - CATALOGOS - REVISTAS - CARTAS SOBRES - FACTURAS -TARJETAS - ETIQUETAS PUBLICIDAD COMERCIAL - CREACION DE DIBUJOS Y MARCAS. que dura todo el año. Lulio, 12 — Teléfono 211708 — PALMA ♦ » ★ # 5 Tisonomia de San francisco EN SU TRANSITO «Acercándose, por fin, la hora de su muerte, hizo que llamasen a su presencia todos los religiosos que se encontraban en aquella santa casa (de Santa María de los Angeles o de la Porciúncula, Italia), y, consolándolos con palabras amorosas por el sentimiento que les ocasionaba su muerte, los exhortó, como padre cariño¬ so, al divino amor. Les habló después largamente de la paciencia, de la pobreza, por él tan amada, y de la fidelidad que debían guardar hacia la Santa Iglesia Ro¬ mana, recomendándoles, sobre todo, la observancia del santo Evangelio. Sentados alrededor suyo todos los religiosos, extendió sobre ellos las manos, poniendo uno sobre otro los brazos, en forma de cruz, por el singular amor que profesó siempre a esta señal sacrosanta, y bendijo, en nombre y virtud del Cru¬ cificado, a todos sus religiosos, tanto presentes como ausentes, y añadió: Temed al Señor, amados hijos míos, y permaneced siempre unidos a EL Y porque se aproxima una fuerte tentación y una grande prueba, sabed que serán dichosos aquellos que perseveraren en el bien comenzado. Yo, por mi parte, me vuelvo a mi Dios y os dejo muy de veras encomendados a su gracia. Concluida esta hermosa y suave exhortación, mandó el siervo de Dios que le trajesen el libro de los Santos Evangelios, y pidió que le leyesen aquel pasaje del de San Juan, que comienza: El día antes de la fiesta de Pascua. Luego, reunien¬ do sus escasas fuerzas, comenzó a recitar el salmo que principia: Alcé mi voz para clamar al Señor; al Señor dirigí los clamores de mi plegaria, y lo continuó hasta las últimas palabras, que dicen: Los justos están esperando que me des la recompensa. Cumplidos, por fin, en Francisco todos los designios divinos, su alma santí¬ sima, libre ya de las ligaduras de la carne y abism.ada en el piélago de la clari¬ dad divina, se durmió tranquilamente en el Señor» (3-4 de octubre de 1226). S. BUENAVENTURA, Leyenda de San Francisco, c. 14. Hamon £,luU ASSOCIA EL NOM DE SANT FRANCESC AMB EL DE SANT DOMINGO «Després, quan hom haurà nomenats aquests més excel·lents vocables, si vol nomenar bells vocables que són molt bells per a nomenar, nomèn ma dona Santa Anna i mon senyor Sant Joaquim i mon senyor Sant Joan i Sant Jaume i Sant Pere i Sant Andreu i Sant Paul i los apòstols, i Sant Francesc i Sant Domingo i Sant Bernat, i Santa Magdalena i Santa Caterina i tots los sants de glòria». (Contemplació, cap. 359, 18). «Al Fill del Pare celestial qui en tu és, coman mon fill Blanquerna; la regina del cel i de la terra nostra dona Santa Maria, Sant Miquel i tots els àngels, Abraham, Isaac, Jacob, Sant Joaquim i tots els patriarques. Sant Pere i Sant Pau i tots los apòstols. Sant Llorenç i San Vicenç i tots los màrtirs. Sant Bernat, Sant Francesc, Sant Domingo i tots los confessors, tots sien en guarda i en adjuda de mon fill Blanquerna» (Blanquerna, cap. 8, 1). «Estant Fèlix en esta opinió, ell remembrà sant Benet, sant Agustí, sant Bernat, sant Francesc, i sant Domingo, i molts d’altres sants qui són, en gràcia de Déu, ocasió com tants bòrnens són salvats i fuits als inferns» L. de Merave¬ lles, 11. X, cap. CXXI). 6 £a del Papa LA CONCIENCIA NECESITA DE UNA LEY NO A UN CRISTIANISMO SIMPLIFICA¬ DO, REDUCIDO A EXPRESIONES SECULARIZADAS «Un ideal mueve y moverá siempre a la Iglesia de Dios: es el de realizar en sí misma y anunciar a su alrededor, al mundo que la circimda y en el que ella se encuentra prácticamente inmersa, el mensaje cristiano, la vida cristiana au¬ téntica, según se deriva del Evangelio y de la tradición que surge fielmente del Evangelio, como la planta de la semilla. Este ideal toma caracteres de compro¬ miso y de urgencia después del Concilio, como superación positiva de las múlti¬ ples manifestaciones frecuentemente des¬ ordenadas que han estallado en el seno de la misma Iglesia en estos últimos años, aunque incubadas desde hace tiem¬ po en el interior de algún cenáculo más receptor de las degradantes corrientes culturales exteriores, que presentan un cristianismo simplificado y reducido a expresiones secularizadas, que no de los impulsos siempre vivos y estimulantes de las propias fuentes interiores; y este ideal adopta un especial compromiso y una más fuerte urgencia ante la proximi¬ dad del Año Santo, que quisiéramos de¬ volviese al pueblo de Dios un sentido de plenitud y de satisfacción en la concien¬ cia y en la profesión de su genuina vo¬ cación. ¿ES FACIL LA VIDA MORAL CRISTIANA HOY? Pero esta estimulante aspiración hace surgir en nosotros el sentido y casi la experiencia de las dificultades que una anhelada vida cristiana auténtica encuen¬ tra en la época histórico-espi ritual en que la Providencia ha colocado nuestra pre¬ sente existencia. El cristianismo, decía¬ mos en otra ocasión, no es fácil, especial¬ mente en nuestros días. Está en marcha todo un movimiento de pensamiento y de acción más arriesgado que verdadera¬ mente sabio, que presenta a la opinión pública fórmulas cristianas de fácil apli¬ cación, despojadas de sus intrínsecas exigencias e insensiblemente asimilables a aquellas histórico-sociológicas dominan¬ tes en el mundo. Debemos decir análoga¬ mente la misma cosa acerca de la moral. No, hermanos e hijos queridos, no es fácil. El cumplimiento de aquella moral que nosotros creemos puede calificarse cristiana constituye ima de las principa¬ les dificultades para mantener aquella fuerte y genuina afirmación de vida éti¬ co-religiosa moderna que nosotros esta¬ mos deseando. Decimos que no es fácil, no para asus¬ taros y para quitaros la esperanza de im resultado victorioso en la tarea, que con¬ fiamos es participado por tantos y tan¬ tos miembros de la Iglesia renaciente, si¬ no que os lo decimos por un deber de sinceridad y para dar ánimo a vuestras conciencias en las contingencias actuales. SEGUIR A CRISTO SIEMPRE HA EXIGIDO ESFUERZO INTERIOR Y en primer lugar porque siempre se¬ guir a Cristo ha exigido esta visión rea¬ lista y este esfuerzo interior. «No todos aquellos que dicen Señor, Señor, entra¬ rán en el reino de los cielos, sino aqué¬ llos que hacen la voluntad de mi Padre que está en los cielos; éstos entrarán en el reino de los cielos»; «Entrad por la puerta estrecha..., ¡qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida...!». «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la hallará». Son palabras de Je¬ sús. Y no hay duda que los Apóstoles, con la primera generación cristiana, in¬ mediatamente interpretaron la forma ac¬ tiva de su nueva religión como un rigu¬ roso y ascético cumplimiento de la nue¬ va ley moral cristiana. La constante lla¬ mada al desprendimiento de los valores exteriores y temporales, la exaltación de la pobreza de espíritu, el seguimiento de las bienaventuranzas que hacen exha¬ lar como embriagadores perfumes del sufrimiento y de las virtudes heroicas de nuestra escondida existencia, la pureza del corazón que impele hasta librarse de toda mirada deshonesta, etc., son el en¬ tramado del Evangelio, que, superando una moralidad legalista y exterior, vuel¬ ve a colocar en lo íntimo del corazón la verdad humana del bien y del mal; y es¬ to hace ciertamente ardua la conquista 7 de las virtudes cristianas; pero sabemos que este género de dificultad se compen¬ sa con la síntesis de los deberes cristia¬ nos en aquel supremo del amor de Dios y en el que inmediatamente le sigue, el amor al prójimo, y, además, con la libe¬ ración del pecado; no, pues, con el cum¬ plimiento de las prescripciones legales de la antigua ley, hoy superada como todos saben, sino con la economía de la fe y con la ayuda de la gracia, siempre dis¬ puesta a quien humilde y confiadamente la implora. Pero no es de esta dura pero feliz lu¬ cha por la virtud cristiana, aunque sea digna de nuestro vivísimo interés, de lo que queremos ahora disertar. Es más bién del decaimiento del sentido moral que caracteriza nuestro tiempo. Disertar propiamente, no; el tema se¬ ría demasiado largo; nos bastará hacer una breve relación con algunas pocas observaciones. EL SENTIDO DEL PECADO ¿Podemos, por ejemplo, excluir de nuestra mentalidad moral el sentido del pecado? No podemos, porque el pecado incide en nuestra relación con Dios. Es una de las verdades básicas de nuestra concepción ético-religiosa; todas nuestras acciones terminan, positiva o negativa¬ mente, en el orden querido por Dios pa¬ ra nosotros. Sin embargo, la mentalidad radicalmente laica de nuestro tiempo anula la primera y más fundamental res¬ ponsabilidad moral, negando u olvidando la referencia de nuestras acciones a la mirada de Dios, la referencia negativa es¬ pecialmente; esto es, la ofensa hecha a Dios, que es el pecado. El cristiano no puede adscribirse a esta quiebra funda¬ mental del sistema moral. Aquí está im¬ plicada toda la economía de la Reden¬ ción. pías o de instintos; y, como hoy aconte¬ ce, es una vida moral doblegada a las circunstancias exteriores, a las situacio¬ nes, con todas las consecuencias de rela¬ tivismo y de servilismo que se derivan, hasta comprometer la rectitud de con¬ ciencia, que llamamos carácter, y hacer de los hombres una masa de «cañas agi¬ tadas por el viento». UNA GRAN TEMPESTAD AVANZA SOBRE EL MUNDO Oiréis decir que es necesario dar a la propia vida un carácter de sinceridad, y por sinceridad se entiende conceder la propia libertad autónoma y personal a los impulsos de la propia animalidad, de la propia obsesión de placer sin superio¬ res y lógicos frenos al propio mezquino egoísmo. Escucharéis decir que hoy todo el castillo de la moralidad tradicional es¬ tá en ruinas a causa de las transforma¬ ciones de la vida moderna y que el cri¬ terio directivo de nuestra conducta debe ser antropológico-social, es decir, debe ser el conformismo a las costumbres do¬ minantes, sin que tenga que correspon¬ der a criterios superiores del bien o del mal. Y oiréis, quizá, incluso en ambien¬ tes cristianos, polemizar contra la fide¬ lidad tradicional tanto a la «ley natural», de la que se contesta hasta la existencia, como al Magisterio de la Iglesia, cuando ésta se pronuncia en defensa de los de¬ rechos fundamentales y sagrados de la vida y de las costumbres que aún mere¬ cen el nombre de humanas y cristianas. Vosotros comprended a qué fenóme¬ nos éticos, sociales, políticos puede atri¬ buirse esta contradicción entre la firme moralidad cristiana y la permisividad amoral o la inestabilidad ética hoy de moda. Qué gran tempestad avanza sobre el mundo, qué posible naufragio de la ci¬ vilización se puede prever! ¿Y será suficiente mantenerse respon¬ sables ante la propia conciencia? La conciencia moral es, ciertamente, el cri¬ terio próximo e indispensable de la ho¬ nestidad de nuestras acciones; y quiera Dios que en la educación de la persona¬ lidad humana siempre sea ella tenida en honor; pero la conciencia tiene necesidad de ser instruida, informada, orientada acerca de la bondad objetiva de la ac¬ ción a llevar a cabo; su juicio instintivo e intuitivo no es suficiente; ha menester de una norma, ha menester de una ley; de otro modo, su juicio puede alterarse bajo el impulso de las pasiones, de los intereses o de los ejemplos ajenos. De esta manera, la vida moral vive de uto¬ Y comprended cómo una imitación de Cristo, más inteligente y profunda que la rutinaria y rebelde de tantos que se di¬ cen cristianos, debe orientar de nuevo la dirección de nuestras conciencias y debe tomar del bautismo, por el cual hemos sido regenerados como hijos del Dios vi¬ viente, su original estatuto y su energía sobrenatural para una vida nueva, a la cual hemos sido llamados y comprome¬ tidos». PABLO VI (Audiencia general de 8-8-1973). 8 MALLORCA Y SUS PINTORES JOSE COLL BARDOLE! por Gregorio Mateu, T. O. R. Siempre hemos admirado a José Coll Bardolet. Sus extraordinarias virtudes hu¬ manas y su arte hecho de pintura le han granjeado numerosas amistades. Nació en Campdevànol, cerca de Ripoll y a las puer¬ tas del majestuoso Pirineo catalán. De joven siente el atractivo del arte y de la aventura. Marcha a Francia. Des¬ pués irá a Bélgica donde trabaja de ca¬ jero en un restaurante para poder cos¬ tearse su formación artística. Estudia en la Academia de Bellas Artes de Bruse¬ las. Cuando regresa a la Península mar¬ cha a Madrid para seguir estudiando en la Academia de San Fernando y los gran¬ des Maestros del Museo del Prado. Final¬ mente, la imperiosa necesidad de un am¬ biente adecuado para su arte le impulsa a viajar a Mallorca, de la que queda ple¬ namente prendado. Este mallorquín de adopción ha sabido asimilar plenamente el alma vibrante y luminosa de nuestro paisaje, así como el vivo aleteo de nuestra danza popular. Sus telas nos han hecho sentir la honda emo¬ ción de lo nuestro, de aquello que más entrañablemente amamos y que sabemos quedará inmortalizado gracias a los pri¬ vilegiados pinceles de este catalán univer¬ sal. Se sintió atraído por la variada geo¬ grafía balear y lo que tenía que ser un viaje rápido se ha convertido en una lar¬ ga estancia que dura ya treinta y tres años. Actualmente, el pintor reside en Vall¬ demossa, hermosa localidad situada en el corazón de la montaña. La residencia de Coll Bardolet es el mismo Monasterio de los cartujos donde vivieron Jorge Sand y Federico Chopin. Es un rincón mágico, recoleto y retirado donde no llega el ner¬ vioso ajetreo de tantos turistas que a dia¬ rio visitan aquellos parajes. Llegamos a Valldemossa un caluroso día de verano. El pintor nos recibe ama¬ blemente como es en él habitual. La puer¬ ta de su estudio está abierta, como su corazón, grande y acogedor. Acaba de lle¬ gar de vacaciones y está ordenando los apuntes que ha realizado durante los días de descanso. Preferimos hacer la entre¬ vista en un estudio, no tan cómodo co¬ mo su hogar, pero más evocador y con más ambiente. Es un museo digno de ser admirado. Por las paredes cuelgan nu¬ merosas telas, algunas copias de los Maes¬ tros del Museo del Prado. Vemos muchas cerámicas de todos los estilos, alguna es¬ tatuilla barroca e, incluso, un brazo-re¬ liquia de algún santo medieval. Mientras charlamos con el pintor nuestra mirada se pasea plácidamente por la estancia. Coll Bardolet es un hombre hablador, muy simpático y cordial. Viste con una miarcada sencillez: un niki azul pálido y unos pantalones a rayas. Su mirada es muy penetrante y viva que resalta enor¬ memente en un rostro que evidencia la huella del fuerte sol de verano. Apenas tomamos asiento, el pintor comienza a hablar: —En la vida hay algo importante y fundamental: el amor. Yo amo las cosas bellas, los seres necesitados, a esta isla encantadora (se refiere a Mallorca) que tan hospitalariamente me ha acogido. Desconfío de los teorizantes que muy po¬ co aportan a la construcción de un mun¬ do cada vez mejor. El amor auténtico y sincero es la base de la vida. Escuchamos con agrado a este hom¬ bre de una amplísima cultura y de una memoria privilegiada que, al hablar, nos recuerda a los sabios de otros tiempos, verdaderas enciclopedias vivientes. Se ha 9 lanzado y su boca es una cascada de sen¬ tencias, versos, hechos de vida, citas de grandes autores... Su filosofía es positi¬ va y llena de vitalidad. Sigue: —Tenemos que amar profundamente el mundo donde vivimos y el corazón que Dios nos ha dado. Es una pena que nues¬ tra sociedad se haya salido de madre, que se haya como desquiciado. Hace unos momentos he llegado de mis vacaciones en el Pirineo catalán. He sentido un gozo inmenso, allá a dos mil metros de altura, cerca de las nubes y lejos de tantas con¬ taminaciones absurdas. La gente está in¬ toxicada, material y espiritualmente. To¬ do lo que significa destruir es negativo. —¿No le parece que a la gente se la engaña ofreciéndole mercancía barata a precio de oro? En otras palabras: ¿No cree que la contaminación espiritual la hace la propaganda? —La gente es buena y tiene un gran corazón. Cuando se le ofrece algo bueno lo sabe apreciar. Fíjese en el Concierto que la Capella Mallorquina ha dado en el incomparable marco del Torrent de Paréis. Aquello fue algo indescriptible. Cinco mil personas de todas las clases sociales, perfectamente hermanadas al conjuro de una música de calidad. Ya mucha gente está harta de ritmos desa¬ forados, de guitarras eléctricas a todo vo¬ lumen. Mire las cartas que refiriéndose a dicho concierto, he recibido. El pintor pone en nuestras manos in¬ finidad de cartas, todas ellas laudatorias, animando a seguir estas manifestaciones artísticas. Algimas son emocionantes. No¬ sotros estuvimos allá y estamos plena¬ mente de acuerdo que fue una manifesta¬ ción artística de primera calidad. La afi¬ ción por la música es ima característica peculiar de este hombre, por ello nos in¬ teresamos por sus relaciones con el gran violinista Philip Nevrman, fundador de los Festivales de Pollença. —Conocí a Newman en Bruselas cuan¬ do estudiaba Bellas Artes. La guerra me obligó a salir hacia Inglaterra y nos se¬ paramos. Pasado mucho tiempo, me lla¬ mó desde el hotel «Maricel», en Mallor¬ ca. Fui al hotel y el portero, con un gesto sumamente expresivo, me indicó que un hombre algo «chalado» me estaba espe¬ rando en el bosque cercano. Le encon¬ tré, efectivamente, tocando el violín de¬ bajo de irnos pinos. Le preparé unos con¬ ciertos en el Teatro Principal. Falló el ambiente y no se comprendió al artista. Un día tocó en Pollença y allá el público vibró emocionado ante la calidad del ar¬ tista. Entonces nacieron los mundialmen¬ te famosos Festivales de Pollença. Al hablar del violinista, el pintor se emo¬ ciona. El tiene el único disco que impre¬ sionó y lo guarda como oro en paño. Sa¬ bemos, también, que le unía una profun¬ da amistad con Juan María Thomas, fun¬ dador de la Capella Clásica, del que guar¬ da recuerdos imborrables. Son muchas las amistades de este hombre. A nosotros nos llama la atención una, en especial. Se trata de Albert Schweitzer, conocido mé¬ dico del Tercer Mundo. Se lo decimos y nos contesta: —^Mire, leí todas las obras de este gran hombre y me emocionaron de verdad. Sentí la apremiante necesidad de ayudar¬ le en la medida de mis posibilidades. Luego le escribí ofreciéndole algunas obras mías para el hospital de Lamba- rené. Me contestó con una amabilidad desbordante, diciéndome que no podía aceptar mi ofrecimiento ya que los cua¬ dros sufrirían un evidente deterioro de¬ bido al clima. A partir de este momento hemos seguido manteniendo nuestras re¬ laciones amistosas. En estos momentos saca de su bien ordenado archivo las cartas del renom¬ brado doctor, fotos dedicadas, libros, etc... En una de las cartas dice el Dr. Al¬ bert que en Barcelona veía cómo los bar¬ cos salían hacia Mallorca y él sentía de¬ seos de visitar la isla. Mientras vamos hablando, dejamos el estudio del pintor y vamos hacia la casa. Allá todo está escrupulosamente bien ordenado. Vemos un cuadro de Antonio Ribas y otros de incalculable valor. Muebles de todos los estilos, antiguos y muy selectos. Hace más de una hora que estamos hablan¬ do y todavía no ha salido el tema de la pintura. Por ello comenzamos a profun¬ dizar en el tema. —¿Cuál es su ideal como artista? —^Deseo hacer ima obra sincera, autén¬ tica... Plasmar en las telas todo lo bonito y bello que Dios ha puesto en la Crea¬ ción. La verdad es que casi nunca llego a hacer lo que realmente deseo. Lo que me compensa es el trabajo hecho con seriedad y honradez. —^En Mallorca vemos pocas exposicio¬ nes de Coll Bardolet. ¿A qué es debido? —Aquí he hecho siete u ocho exposicio¬ nes, siempre con un éxito evidente. To¬ do se ha vendido rápidamente. Pero, no me gusta exponer ya que en el momento de abrir la muestra quitaría la mitad dé¬ los cuadros, pues creo se pueden supe¬ rar... Además, Vd. ha visto cómo viene mucha gente aquí, a mí estudio, a com¬ prar cuadros. Ahora mismo estoy espe¬ rando a unos americanos. También expor¬ to muchas obras al extranjero. (Continúa en la pág. 12) 10 SAMTIRAR 9 PERDOM Estoy avergonzado. Con mi conducta he dado lugar a que nada menos que Su Santidad haya tenido que pararle los pies al señor Jens Thorsen. Es verdad que yo no sabía nada de su proyecto de película bestial, pero ahora me doy cuenta de que eso no me disculpa. Es verdad que soy una millonésima parte, pero eso es aritmética y no me justifica. La salvajada empezó hace una docena larga de años, y sólo ahora comprendo que mi silencio ha colaborado, aunque sea en tan mínima proporción. ¿Cómo empezó? No lo sé, pero lo imagino de la manera siguiente (y me disculpo, si ye¬ rro). Un productor tenía que hacer una pe¬ lícula. Bien. Elección de tema. Las pelí¬ culas del Oeste daban poco dinero. El cine negro estaba ya muy visto. Las pe¬ lículas «rositas» eran acogidas con cier¬ ta guasa por un público recién salido de la guerra mundial. Pero el cine de verda¬ dera categoría intelectual es difícil, por¬ que los autores escasean. No, en realidad buscamos temas fáciles, baratos, de éxi¬ to seguro. Idea: vamos a intentar forzar a la censura; y a la crítica; si el negocio es difícil dentro de los límites estableci¬ dos, desbordémosles. Acciones ofensivas: explotar las pasiones elementales del es¬ pectador, acercándose a la pornografía tanto como sea posible y un poco más. Acciones defensivas: que el departamen¬ to de propaganda imponga las justifica¬ ciones que se le ocurran, por ejemplo, adulterando hasta más allá del camelo frases como «la libertad de expresión», a las que tan sensible se muestra la masa gregaria, y porque, después de todo, los verdaderos argumentos van a quedar en el secreto bancario y pueden ser convin¬ centes. Los espectadores acogimos la falaz idea con verdadero entusiasmo crematís¬ tico. La película dio beneficios muy fuer¬ tes y produjo una legión de imitadores. Pero el mercado se saturaba y fue nece¬ sario dar un paso más. Ahora más por¬ nografía y mucha más violencia. Nada de puñetazos ni de tiros fingidos: ahora se filmará al protagonista con las tripas fuera. Si los españoles no se quejan de eso para los caballos y durante las corri¬ das de toros, veamos qué sucede en los restantes países que tanto se escandalizan por la agonía de los animales, pero se gozan con la muerte de los hombres. Otra vez en marcha el departamento de propaganda, cuya tarea es más fácil porque se puede aprovechar toda la la¬ bor de desprestigio (contra la censura y contra cierta crítica honesta) que se rea¬ lizó en la etapa anterior. Más argumen¬ tos de cuentacorrentista, pero ahora no tan caros. Una escala de etapas cada vez más pe¬ liagudas. Y se acude a las perversiones (mentales, sexuales, las que existen, por desgracia) y se va estragando nuestro paladar insaciable con platos cada vez más fuertes, porque lo que se busca es nuestro dinero. Y así hasta el señor Thor¬ sen. Todo un proceso de audacias, del que no salimos quizá más malvados, aun¬ que sí más torpes. Seamos sinceros: el señor Thorsen tie¬ ne «su» razón, la que le hemos dado con el dinero que dejamos en las taquillas de los cines. Antes que ver la viga en su ojo, debemos ver nuestra paja. El puede ser condenado por muchas razones, pero nosotros somos sus cómplices. Complicidad, cuando menos por silen¬ cio, por nuestro silencio ante la escalada de aberraciones en el cine y en casi to¬ dos los espectáculos conocidos. Tenemos miedo a ser tildados de anticuados, de hombres «del siglo pasado». Pero a quie¬ nes me digan tal cosa quiero preguntar¬ les: ¿en qué se diferencian ciertos espec¬ táculos actuales del circo romano, del vi¬ lipendiado circo romano? Allí existía pornografía y violencia, exactamente igual que ahora, porque entonces, como ahora, se acudía a explotar las pasiones más elementales del macho llamado hom¬ bre y de la hembra llamada mujer. Con una ventaja para aquellos espectadores: ellos lo veían «en directo» y nosotros en visión plana, sin relieve, sin realidad y con efectos fotográficos especiales. Dife¬ rente técnica sobre la misma explotación pasional. Santidad, perdón. Nuestra conducta timorata y vergonzosa, nuestro silencio y nuestra borreguil sumisión a la moda, le han obligado a emplear su preciosa autoridad en un tema tan nuestro, tan a nuestro alcance, tan de nuestra obliga¬ ción y responsabilidad. Perdón. Salvador REBES 11 SikN FRikNCZSCO CFragmento) ...Llegado al fin de su descenso, vio su raiz entreverada con las otras. Y distinguió las ligaduras que lo hermanaban con los seres y las cosas. Examinó con ojos nuevos todas aquellas criaturas misteriosas. Los animales, las montañas, los grandes ríos, las estrellas y las rosas. Todas las formas que veía le recordaban la belleza de una sola. Y en sus gemidos diferentes reconocia sin esfuerzo un solo idioma. Todos los seres eran gotas del mismo mar que llena el mundo con sus olas. Todas las cosas eran rayos de sol que nos conduce entre sombras. El corazón de San Francisco se fue llenando de una luz deslumbradora. Y descubrió que el dulce Obrero le sonreía con amor desde sus obras. Con la emoción de descubrirlo, su ser notó que rebasaba sus fronteras. Y que, sin peso ni amargura, se levantaba poco a poco de la tierra. Mientras ganaba el firmamento se redimía de sus últimas tinieblas. Y recobraba lentamente la plenitud original de su inocencia. Así traspuso el aire limpio, las nubes cándidas, el sol y las estrellas. Y entró desnudo en las regiones donde la luz es más profunda y más perfecta. En el umbral definitivo, la eternidad lo libertó de sus cadenas. Y algo entre música y aroma fue penetrando con ternura en sus potencias. Luego sintió la fuerza enorme y el dulce ardor de la divina primavera. Y dio su flor entre las flores de la floresta innumerable y sempiterna. Francisco L. Bernárdez (Viene de la pág. 10) IHallorca tf sus Pintores JOSE COLL BARDOLET Mientras estamos hablando interrum¬ pe nuestra conversación una señora in¬ glesa que habla con el pintor sobre sus obras y su trabajo. Coll Bardolet habla perfectamente el inglés y el francés: es un hombre polifacético. —¿Qué opina del arte llamado moder¬ no, del arte abstracto, del arte informal? —Hay mucha cosa bastarda y barata, pero que se valora por la propaganda, por la moda imperante. El arte autén¬ tico se impone por sí mismo, sin presio¬ nes absurdas. El arte bueno permanece en el tiempo. El tiempo no perdona nada de lo que se ha hecho prescindiendo de él. O mejor: el arte que prescinde del tiempo, el tiempo prescinde de él. Tengo aquí un libro titulado: «40.000 años de arte moderno», donde podemos encon¬ trar muchas de las cosas que algunos creen descubrir y ya están inventadas ha¬ ce miles de años. El arte es olvidar, pero Vd. sabe muy bien que para olvidar, an¬ tes hay que saber. No puedo entender cómo sin saber dibujar unas figuras, un paisaje, unos árboles, algunos pintan cua¬ tro mamarrachos y a aquello le llaman obra de arte. Mientras el pintor habla, se anima. Le gusta asesorar sus palabras con hechos. Por ello pone en nuestras manos apimtes, libros, fichas, etc. Nos detenemos un momento mirando las páginas del li¬ bro del que acaba de hablarnos. Sorpren¬ dentemente, allá vemos dibujos de hace miles de años, copiados por pintores que se llaman modernos... Han pasado varias horas casi sin darnos cuenta. Prendidos en el hilo de la charla amigable hemos olvidado las preocupa¬ ciones de la vida de cada día. Después de conocer al hombre, uno siente más res¬ peto hacia el pintor. En sus pinturas flui¬ das, repletas de colorido y de vida, aflora el espíritu selecto de este catalán univer¬ sal, mallorquín de adopción, embajador permanente de selectas resonancias artís¬ ticas en todo el planeta. Nos despedimos con un «hasta pronto», ya que a veces sentimos la necesidad de buscar un re¬ manso de paz para nuestro espíritu. Y el estudio de Coll Bardolet semeja un oasis, un jardín donde florecen las más variadas flores del arte pictórico, regadas por un jardinero casi mítico, que ha lo¬ grado crear ese espacio de tranquilidad, de ese divino sosiego del que hablaban los clásicos. 12 OCTUBRE Octubre, groc de codonys; i en el cel, els bonys i enfonys de la blanca cotonada... Però els núvols són borrers; banderegen i només al camp sec li fan beguera, qui se’ls mira trist i mut perquè encara no ha rebut el sagrat do de la pluja... També està mon esperit com a eixut i esgrogueït, espremut de tota essència... I debades prec al cel amb neguit i fort anhel que la poesia en baixi d’on se n’amari el meu cor perquè alguna rara flor en brosti, de tardania... Mes, ¿la terra que ja sent el mal de l’exhauriment pot treure florida encara? Jo no ignor. Déu poderós, que miracles obrau vós contra les lleis de natura; que sabeu rejovenir i els ventres tancats obrir fent fecunda l’eixorquia... Per això, amb submissió, us diu ma ánima: Senyor, vet ací la vostra esclava!... Setembre de 1973. Fra M. C., T. O. R, 13 FLORS I —Nina, la dels cabells d’or, la de cara esblanqueïda, amb la cistelleta al braç, ¿qué passeges per la vida? —Floretes de cent colors, obertes a trenc del dia. Comprau-mc’n, lo cavaller, comprau-me’n-, que són boniques. ¿De quin color les voleu? ¿De quin color les voldrieu. Si us plauen color de foc, duc enceses clavellines; si les voleu com la neu, blanquegen les margalides; si us agrada el color blau, preniu lliris de garriga. —No vull floretes, no en vull, que de tristor m’omplirien, veient-les nàixer al mati i morir com mor lo dia. —Koses del jardí d’amor tal vegada vos plaurien. L’amor m’han dit que és etern: les flors potser també ho sien. —Joveneta, aquest verger altre temps m’embadalia... Les roses tomaren pols, les poncelles se marciren. Cap en vaig poder collir: dels rosers sols guard espines. Des de llavors ja no cerc floretes que un jorn mustia. II Si era el jardi delitós, més trista fou la sortida. D’enyorança lo meu cor tirà llarga malaltia... Caminant per roquissars, pels roquissars de la vida, portava feixuga creu; sovint son pes m’ajupia. 14 Ningú me donà consol, dels meus mals no se planyien; si m’encontraven caigut reien fent la seva via. No trobant conhort pel món, al cel aixiquí la vista; i, oh Déu meu! des de llavors mai m’ha faltat companyia. Angels me daren la mà, amb ses ales me cobriren, guiant-me per nous camins on s’obrin flors beneïdes, santes flors de Pa.ssió, nades de llavor divina, remei per qualsevol mal, bàlsam, qui clou les ferides. Des que sent sa bona olor, trob me creu enlleugerida; des que ses fulles contempl, no vull flor que un jorn mustia. Març de 1894. AMOR I Alens de primavera, cantars i llum; les roses exhalaven més dolç perfum. Fugint l’hivern, se’n duia sos vels de dol, i dins un cel purissim brillava el sol. Ombrívoles arbredes, blancs jessamins; vergers eren les serres; les valls, jardins. Remoreig d’aigües pures, dolçor de mel; p’en terra se sentien cançons del cel. Llavors digui a la terra i a lo cel blau: ¿Per qué us vestiu de festa? ¿Per qué cantau? / els perfumáis oratges dins la verdor rient me responien: —Amor!... Amor!... II Sentint Uaments i queixes, mirí el meu cor. Quan pens lo que semblava, tremol de por: nàufrag de nit que troba Vabisme obert, donzella abandonada peí el desert, entre befa i cadenes vençut cabdill, mareta viuda i jove plorant son fill, pantaixar d’agonia, suplid etern, dolor sens esperança, turments d’infern... Llavors digui a la terra i a lo cel blau: —¿Per què mon cor s’esbrella quan tots cantau? I dins les aigües pures, veus de tristor plorant me responien: —A mor!... Amor!-.. 25 de setembre de 1894. FREDOR DE COR L’oratge sols movia remor de fulles seques, i entre les veus del bosc, confús sonava lo cant adormidor de la peresa. Mos ulls s’enterboliren entre la boira freda; dormint el cor no bategava;... pura aigua de gel corria per mes venes. Com lo sospir dels ecos quo es fon per dins les penyes; com en la nit dels Morts, pel vent mogudes, en lo fossar s’apaguen les candeles: morien calitjosos records de jovenesa, turments d’amor, vesllums de poesia i el sant anhel de recollida cel.la. Des de llavors, sens forces, pel món tresca qui tresca, res enyor, res desig... Tan sols m’agrada jaure i dormir en la molsuda arena. Com degotis dijis l’ombra, pausat mon cor batega sempre en repòs. Mes, ai! són prou feixugues d avorriment forjades les cadenes. A voltes sent dins l’ànima cruixits de gel qui es trenca: cobr forces per lluitar... i, ai Déu! lo cant adormidor de la peresa. m’encisa 24 de juny 1896. ENTRE L‘ANY (De picat) Pobre Catalina de Son Alberti! Plora qui te plora des que ell se morí. Na Catalineta ja no és d’aquest món: plora qui te plora, de pena se fon. Na Catalineta no vol veure gent: s’ha de fer mongeta, monja del convent. Son pare i sa mare la fan passejar: —Ma mareta meva, passem pel fossar! Que ho són de gustoses les vetles d’estiu! Na Catalineta no va tan coc-piu. Amb la pols de l’era fugen trists records; Na Catalineta ja té por dels morts. Fila qui te fila damunt el portal. Na Catalineta cura de son mal. Quan vengué la festa de Sant Agustí, balla qui te balla... Totes són així! 29 de setembre 1896. Pere ORLANDIS I DESPUIG (1864-1897) 15 LA POESIA DE PERE ORLANDIS Un segon retorn a la claredat del cel mallorquí, a la nostra diafanitat mediterrània. Des de les cançons populars, vertaders petits focus lluminosos i sovint preciosos escapolons literaris, a la poesia transparentíssima d’un autor no innominat, En Pere Orlandis. D’ell escrivia —en la presentació del seu llibret de poemes, any 1898— Miquel dels Sants Oliver: «Triat com el seu caràcter, és el llenguatge mallorquí a què sempre rendí tribut; no forastereja una mica en l’estil; és clar, llampant, intel·ligible de tothom; per damunt això resulta senyorívol i distingit». Ja es sap que la qualitat d’«esser intel·ligible de tothom» no es pot ni es deu requerir a tota ultrança. Certes finors o subtileses literàries no són degustables per a paladars qualsevols; un moderat preciocisme pot esser admisible i ben llegítim encara que no tothom estigui en condicions de comprendre’l. La novetat és un terme o meta vers la qual deu sentir-se estimulat tot autor mereixedor d’aquest nom. Però la noveat no deu donar patent de cors a les monstruositats. Novetat, sens dubte, no deu esser l’hermetisme, l’opacitat, l’absència absoluta de claror. La novetat esdevé simplement odiosa quan no consisteix més que en un extremós gongorisme, en una desconcer¬ tant juxtaposició dc mots que exigeix un extraordinari esforç mental per a desllatigar-ne una mica ei sentit. Ah! i si almenys s’ho pagàs copsar la idea que l’autor ha volgut comunicar per un camí tan entrebancat, tan laboriós d’obstacles! Més freqüent és encara el fet de trobar-se amb la barrera de l’intimisme subjectiu que fa literalment impenetrable molta poesia actual. Es per això que, davant certes novetats, nosaltres preferim rellegir coses com «Alegre cant d’aucellada ■— ressonava dins el bosc — un matí de primavera — a la sortida de sol» (Orlan¬ dis) o «Nina, la dels cabells d’or» (id.), per ràncies que siguin aquestes idees i la manera d’expressar-les. Ens estimam més els vins rancis que alguns productes novells, baldament sigui tan i tan intensa la propaganda periodística que s’arma a favor dels respectius fabricants. Pere Orlandis i Despuig visqué una vida breu (1864-1897), en temps de la dels dos consi¬ derats millors mestres de r«Escola mallorquina». Costa i Alcover. Aquests li guanyaven de deu anys i ambdós li’n sobrevisqueren vàries desenes. Tota l’obra poètica d’Orlandis es redueix a onze poemets. Tal vegada sigui una asseveració massa absoluta dir que «no imità ningú» (M. S. Oliver). Per a nosaltres és evident una certa similitud entre la poesia del nostre autor i la de Costa i Llobera. D’àquest darrer li vendria probablement a Orlandis l’impuls cap al gai saber. Un i altre beurien potser en les mateixes fonts, la literatura de moda en aquell temps, essent quasi inevitable alguna imitació dels autors llegits. De l’afinitat literària en la formació en podria provenir també la similitud d’es¬ til a la qual ens hem referit anteriorment. Cal tenir en compte que la imitació d’escola, de sistema, d’estil i fins i tot de forma, pot no afectar ni mínimament l’originalitat de les idees o del pensament poètic. Miquel dels Sants Oliver es desfà en càlids elogis de l’obra poètica d’Orlandis. Opinam que amb tota justícia. «Tot era en ell —escriu— triat i sense porguera». «S’hi va veure —el prolo¬ guista al·ludeix a la lectura d’un dels poemes— una gran i espiritual consició, finesa de perfil, i certa transparència o puresa de versificació que naixia del mateix contingut poètic». Efecti¬ vament, Orlandis posseeix un llenguatge d’una immaculada puresa mallorquina, i les seves idees poètiques són sempre claríssimes, no gens entelades per «les ufanies de l’expressió asiàtica i abundosa». I no contradiu el juidici de Sants Oliver el crític de La literatura moderna a les Balears qui, amb una perspectiva de més de seixanta anys, afirma encara: «Té (Pere Orlandis) un instint admirable per trobar la musicalitat dels versos i l’estructura escaient del poema. Es concís i intens, i poques vegades traeix la mà insegura d’un principiant». Pere Orlandis és un neoromàntic. La nostàlgia o enyorança és la nota quasi semjjre domi¬ nant dins els seus versos. Els prologuista precisa més i ens diu: «Cant de sofriment i resigna¬ ció són les onze joies d’aquest tomet; història d’una sensibilitat finíssima i noble, expressada molt noblement». Mes, per justes que siguin les lloances, no s’ha d’anar a creure que Orlandis plani a la mateixa altura que un Costa i Llobera. Costa s’enlaira a regions certament inaccessibles per a Pere Orlandis. Costa crea versos immortals, definitius. El poeta de Ciutat iguala només el de Pollença en la puresa del llenguatge i en la perfecció formal. Ni més ni menys. Pensam que els espècimens presentats en la «Pàgina literària» no desmenteixin les afir¬ macions emeses en aquest comentari nostre. Fra M. C., T. O. R. 16 ftuestras misiones SOLEMNE BENDICION DE LA NUEVA CATEDRAL DE HUAMACHUCO PROFUNDA GRATITUD DE MONS. DAMIAN NICOLAU, T. O. R. Recientes cambios de personal en nuestro Comisariado del Perú y Brasil. Ahí está. Bonita, funcional, recién ben¬ decida y estrenada. Me refiero —lo ha¬ béis adivinado— a la nueva catedral de nuestra Prelatura de Huamachuco. El fo¬ tograbado que va al pie de esta página nos da una ligera idea de cómo ha que¬ dado exteriormente la nueva sede del Obispo de dicha Prelatura. Dios mediante, ofreceremos a nuestros lectores un amplio reportaje sobre los actos de la bendición, llevada a cabo la tarde del 14 de agosto por el Arzobispo de Trujillo. En este número nos limitamso a publicar la fotografía de la senci¬ lla catedral, mientras añadimos que los actos programados para los días 14 y 15 del citado agosto, resultaron brillantes y con numerosísima concurrencia. Asistie¬ ron varios Obispos, bastantes sacerdotes, RR. Franciscanas Hijas de la Misericor¬ dia y una multitud de huamachuquinos, llenos de satisfacción ante el hecho con¬ creto de ver terminada e inaugurada la iglesia en la que tanto colaboraron mu¬ chos de ellos. Por otra parte, hemos de cumplir —^y lo hacemos con sumo gusto— con un honroso y reiterado encargo que nos ha transmitido nuestro paisano y distingui¬ do hermano de hábito. Monseñor Damián Nicolau, Prelado de Huamachuco: hacer llegar el testimonio de su más rendido agradecimiento a los muchos bienhecho¬ res que, especialmente en Mallorca, ha tenido la mencionada catedral. Monseñor Damián, T.O.R., quiso empezarla tan pronto como se hizo cargo de la Prela¬ tura (1961). Y no tardó, desde luego, en poner manos a la obra. Para ello, contó con el sacrificado esfuerzo de nuestros 17 religiosos residentes en Huamachuco. Tu¬ vo asimismo la ajnida de autoridades y otros miembros de la Iglesia Huamachuquina; pero el Sr. Obispo tuvo que alar¬ gar su mano reiteradamente a sus ami¬ gos de Mallorca, España, Estados Unidos de América, México, etc. Y encontró tan valiosas ayudas entre los amigos de nuestras misiones, que la catedral ha po¬ dido ser terminada en un plazo relativa¬ mente corto. Pues bien; ante la imposibilidad de agradecer a cada uno de los bienhecho¬ res su rasgo de generosa amistad y hon¬ do cristianismo, el Sr. Obispo de Hua¬ machuco me encarga que aproveche las páginas de esta revista para decir a to¬ dos los colaboradores del mencionado Obispo: ¡Muchísimas gracias por la im¬ portante y necesaria ayuda prestada! ¡Que el Señor, por medio de la Virgen de Altagracia, Patrona de Huamachuco, les premie la generosidad demostrada a favor de una muy necesitada porción de la Iglesia! Para los familiares y amigos de nues¬ tros misioneros, creemos de interés el publicar también los distintos cambios que ha habido recientemente (setiembre ppdo.), en el Comisariado del Perú y Brasil. Con motivo del último Capítulo Pro¬ vincial, acabado en Mallorca a principios de agosto, hecho el escrutinio de los vo¬ tos emitidos por los misioneros, fueron nombrados: Comisario Provincial: P. José María Rodríguez ípola (natural de Madrid). Consejeros: PP. Antonio Riutord Palau (Muro, Mallorca) y Miguel Ramón Puigrós (Lloseta, Mallorca). Después, reunidos el Comisario y sus consejeros, presididos por Monseñor Da¬ mián Nicolau, Delegado especial del Re¬ verendísimo P. General de la T.O.R., se procedió a la siguiente distribución de nuestros hermanos: Fraternidad de Huamachuco: P. Rafael Sastre Servera (Porreres, Mallorca), Su¬ perior. PP. Antonio Riutord Palau, Sebastián Rosselló Horrach (Biniamar, Mallorca), Justo Salvador Oliver-Frontera (Palma de Mallorca) y Fr. Francisco Andreu Juan (Pina, Mallorca). El P. Sebastián Ramis Tugores (Llubí, Mallorca), miembro también de la mis¬ ma Fraternidad, sigue como encargado de la zona pastoral que abarca toda la provincia de Bolívar. Fraternidad de Tayabamba: PP. Pablo Luís Cañas Hernáez (Matute, Logroño), Superior, Miguel Fornés Perelló (Muro, Mallorca), Francisco Coll Bucher (Palma de Mallorca) y Leandro Rubert Roca (Gè¬ nova, Mallorca). Fraternidad de Poconé (Mato Grosso, Brasil): PP. Joaquín Tébar Fernández (Miguel Esteban, Toledo), Superior, y Pedro Ribot Mestre (Ariany, Mallorca). Fraternidad de Trujillo: P. Nadal Flui¬ xa Caldentey (Ariany, Mallorca), Supe¬ rior y Párroco. Fraternidad de Lima: PP. José María Rodríguez ípola (Superior y Párroco) y Miguel Ramón Puigròs. Son misioneros nuevos en la Prelatura los PP. Rafael Sastre y Francisco Coll. El primero trabajaba apostólicamente en una de nuestras parroquias de México; el segundo, en el Colegio que tenemos en Artà (Mallorca). El P. Pedro Ribot Mestre pasa desde Tayabamba (Perú) a Poconé (Brasil). El P. Jorge Oliver Cañellas (Muro, Ma¬ llorca), misionero durante muchos años en Poconé, ha sido destinado a México. El P. Sebastián Maimó (Petra, Mallorca), residente en el Perú, desde 1961, ha cam¬ biado el lugar de trabajo y ya se encuen¬ tra en EE.UU. Deseamos muy cordialmente que todos reciban abundantes luces del Altísimo pa¬ ra que fructifique en bien de las almas el trabajo que ha encomendado la Igle¬ sia a cada uno de los hermanos arriba citados. Fr. Jaume Tugores Mestre, T.O.R. Procurador Provincial de Misiones 18 NUEOTEA pequeña HISTORIA Tfledio siglo atrás Octubre. Y dos temas particularmente destacados: San Francisco y el rosario. De Gabriela Mistral (1889-1957) se copia¬ ba «La muerte de Francisco». «También sen¬ tiste la muerte como una suavidad, Francis¬ co: al tocar tu cuerpo dócil todas las cosas tenían que serte suavidad». Tal era el introi¬ to del texto de la famosa poetisa chilena, terciaria franciscana, como es sabido. Y de una revista franciscana se reproducía otro pequeño artículo, firmado por Fr. C. de Riezu. «Adiós al Alvernia» era su epígrafe; el adiós del Poverello a la montaña sagrada, conforme a una tradición franciscana. Un grabado de «N. P. S. Francisco de Asís» (de una estatua) llenaba toda la ter¬ cera página. El 2 de septiembre anterior la «Associació per la cultura de Mallorca» había celebrado en Felanitx unos «Jocs florals». En los mis¬ mos Fra Jaume Rosselló, T. O. R., felanigense, había sido galardonado con la «Viola d’or». Se insertaba su pequeño poema, que llevaba por título «A Fra Lleó». Ahora un trabajo de henchimiento: «El último día de Pompeya, tradición». Una her¬ mosa tradición, ciertamente. Al pie las in¬ cógnitas P. M. Y a continuación un nuevo grabado con la invocación de «Virgen del Rosario, ruega por nosotros». Retorno a la copia: un artículo de la revis¬ ta franciscana «El Plata Seráfico». El 25 del mes de febrero de aquel año el Santo Padre había recibido, en solemne audiencia, a los terciarios franciscanos de la Congregación de Araceli, de Roma. Se comentaba el dis¬ curso del Papa bajo el título de «El verda¬ dero concepto de la Tercera Orden ilustrado por S. S. Pío XI». Recuérdese que aquel Papa era terciario franciscano. Dos clisés del fondo de la «Nueva Balear» ¡lustraban las dos páginas del trabajo ante¬ riormente aludido. Caían simpáticos los versos de Carlos Luis de Cuenca, como ya lo hemos hecho constar en alguna otra ocasión. En las dos páginas centrales de aquel número aparecía, pues, una de las «fruslerías» del poeta fes¬ tivo. El epígrafe era: «Siempre se exagera». Un gran grabado, referente también al calen¬ dario de octubre, «Santo Angel Custodio», se interponía entre las dos columnas de versos. Y otro fragmento de la documentada con¬ ferencia sobre «El vestit del Bon Jesús», de Fr. Miguel Llompart, T. O. R. El «sudari» es la pieza que se estudia en dicho fragmento. Fr. J. Gelabert, T. O. R., joven corista, construía (empleamos el verbo intenciona¬ damente) versos, recogiendo palabras e ideas (apareciendo tal vez alguna que otra propia) de los pocos poetas que estaban entonces a nuestro alcance (Verdaguer y Costa y Llobera); y con ellas montaba pa¬ cientemente sus estrofas. Como es natural, éstas resultaban inmaduras, propias de un principiante. «Corona franciscana» era el tí¬ tulo de los versos ofrecidos. De nuevo el relleno: una breve anécdota. La defensa o apología del rosario, como era de esperar en octubre, corría a cargo de Es Vey de Son Alegre. Como siempre el título, «El senyor de Son Burdissot» y los apodos de los personajes, «madó Bielina», «na Gangaia», «en Gastat», eran todo un poema. Reaparecía una breve sección de «Noti¬ cias y variedades». En ellas, un episodio de la conquista de Argel; unas apreciaciones de un médico americano sobre ingestión de determinados alimentos; y una anécdota re¬ lacionada con el poder de la prensa católica. Algunas interesantes noticias venían en «Crónica franciscana». Véanlas: partida del P. Arnaldo Rigo, Ministro General, acompa¬ ñado de su Secretario, P. Juan A. García, y de Fr. Julián Niell, hacia su residencia de Roma; en Artá, el 26 del pasado mes de agosto, imposición del hábito, por manos del Ministro General, a los aspirantes Antonio Fiol, de Santa María, Juan Server, de La Puebla, Miguel Caldentey (fallecido), de Vi¬ lafranca, Jaime Garau (salido), de Artá, Juan Mulet (fallecido), de Lluchmajor, y Francis¬ co Pastor, de Artá; y día 27 del mismo mes, la profesión simple de Fr. Antonio Pericás, Fr. Matías Horrach, Fr. Lorenzo Salvá (falle¬ cido), Fr. José Morro (salido y fallecido), Fr. Antonio Moll (salido y fallecido), Fr. Gui¬ llermo Buades (salido), Fr. Antonio Juan (fa¬ llecido) y Fr. Jaime Ferrer (fallecido); el 11 del pasado mes de septiembre, la bendición, por el Rdmo. P. A. Rigo, del primer cuerpo de edificio del estudiantado de La Porciúncula, cuya primera piedra había sido colocada el 23 de febrero de 1922; y la noticia de haber sido premiado en los «Jocs Florals» de Fe¬ lanitx, Fra J. Rosselló. En «Necrología» se destacaba con mucho relieve el fallecimiento de D. Guillermo Ra¬ mis, Vicario de Sineu, celosísimo ministro del Señor, entusiasta miembro y propagador de la Tercera Orden Franciscana y activísi¬ mo Director de la Hermandad de aquella villa. 19 NUESTRAS HERMANAS FRANCISCANAS CENTENARIO DE LA MUERTE DEL P. FUNDADOR Solemne concelebración Eucarística, Presidida por el Sr. Obispo de Mallorca, en la iglesia de Santa Eulalia. Fervoroso homenaje de la T. O. R. y de la T. O. F. en la Basílica de San Francisco Bautizado en la iglesia parroquial de Santa Eulalia. Párroco de la misma. Ejemplar sacerdote de la diócesis ma¬ llorquina. Ferviente seguidor, en las filas de la Tercera Orden, de nuestro P. San Francisco. He aquí unos aspectos más de la vida del Rdo. D. Gabriel Mariano Ri¬ bas de Pina. Y he aquí también unas le¬ gítimas motivaciones para que los sacer¬ dotes de Mallorca y los terciarios fran¬ ciscanos (religiosos y seglares) no dejᬠsemos transcurrir el centenario de la muerte del referido presbítero sin ren¬ dirle muy merecido homenaje. Se llevó a término así: Día 14 de septiembre, CXVII aniversa¬ rio de la fundación de las Hijas de la Mi¬ sericordia, fue la fecha escogida por el Clero secular de Mallorca para reunirse junto al Altar Santo con el fin de conce¬ lebrar solemnemente la Eucaristía. A las 19’30 y en el templo de Santa Eulalia, lleno de seglares, religiosas y sacerdotes, el Sr. Obispo de la Diócesis, rodeado de más de 20 hermanos en el Sacerdocio mi¬ nisterial de Cristo, presidió la solemne concelebración y predicó muy enjundiosa y estimulante homilía. Ensalzó las pre¬ claras virtudes del sacerdote Gabriel M. Ribas de Pina y Gallard, puntualizó có¬ mo deben de interpelarnos a todos (so¬ bre todo a los sacerdotes) dichas virtu¬ des, y alentó a las Franciscanas a seguir con fidelidad animosa el camino que les dejó magistralmente trazado el P. Fun¬ dador. 16 de setiembre. Tarde del domingo. Basílica de San Francisco. Su amplia na¬ ve acoge a una gran multitud. En el Al¬ tar Mayor, el M. Rdo. P. Miguel Tous Ga¬ ya, Ministro Provincial de la T.O.R. en España, preside la Concelebración Euca¬ rística. Le acompañamos representantes de todos nuestros conventos en Mallorca, un sacerdote del clero secular —terciario franciscano— y el Superior de la O.F.M. en Petra. Nuestro P. Provincial explica, en su vi¬ brante homilía, el por qué del homenaje que los religiosos y los seglares de la Ter¬ cera Orden Franciscana residentes en es¬ ta isla, han querido tributar al esclareci¬ do hermano de ideales seráficos; ideales vividos realmente según las evangélicas exigencias del carisma franciscano, e ideales que cuajaron especialmente en una entrega amorosa al pobre, al desva¬ lido, al enfermo, al ignorante, y en la fundación del Instituto de Hijas de la Misericordia Terciarias Franciscanas, las cuales recibirían el encargo reiterado de establecerse y servir preferentemente en pueblos y lugares pequeños, pues era donde más se dejaba sentir la necesidad de la acción caritativa de dichas Religio¬ sas. Recuerda asimismo el mencionado P. Provincial cómo Mn. Gabriel Mariano Ribas de Pina —de noble familia palme¬ sana— nació, vivió y murió a muy pocos pasos de la iglesia en la que se le recor¬ daba tan gratamente en aquellos momen¬ tos de la brillante función. 20 Obvio resulta el decir que la asistencia de nuestras hermanas franciscanas Me masiva, tanto en la parroquia de Santa Eulalia como en nuestra Basilica. Por otra parte, en cada ima de las citadas Concelebraciones ocuparon lugar de pre¬ ferencia el Consejo General de la Con¬ gregación y los familiares del ya referi¬ do Mn. Gabriel Mariano. En el templo de S. Francisco presidió asimismo la Junta Provincial de la T.O.F. en Baleares. Sea todo en alabanza de Jesucristo y de su humilde siervo Francisco. Fr. Jaume Tugores Mestre, T.O,R. Centenario de la Fundación de las Franciscanas Hijas de la Misericordia en Ariany Ariany (Mallorca).—^Día 20 de julio de 1873, las Franciscanas Hijas de la Mise¬ ricordia fundaban en ese pueblo imo de los primeros conventos de la Congrega¬ ción. Hoy, a la distancia de 100 años, esa Fraternidad de Hijas de San Francisco sigue prodigando sus favores —de orden espiritual y temporal— a los habitantes de la Entidad Local Menor de Ariany. Es por ello que éstos, invitados por su ce¬ loso Pastor, el Rdo. D. Mateo Amorós, quisieron hacer patente su gratitud al Da¬ dor de todo bien y a las citadas Francis¬ canas. De forma sencilla, pero imprimien¬ do un marcado carácter espiritual al re¬ cuerdo entrañable de tan fausta efemè¬ ride, los ariañenses celebraron el impor¬ tante centenario. Así, día 22 de julio, do¬ mingo, el templo parroquial vistió sus mejores galas. Quedaron también muy adornados los alrededores de la iglesia. A las 11, empezó una solemne Concele¬ bración Eucarística. Los sacerdotes ac¬ tuantes fueron: el ya citado D. Mateo Amorós, Ecónomo, y los franciscanos de la T. O. R. Jaime Genovard Font y Jau¬ me Tugores Mestre, ambos hijos de la localidad. Fr. Tugores hizo la homilía, ad¬ virtiendo, ya al empezar, que no inten¬ taba aportar datos históricos —^pues pue¬ den leerse en el boletín mensual que la parroquia envía gentilmente a todos—, si¬ no que tan sólo deseaba que, como toca a toda celebración eucarística, el acto re¬ sultase un fervoroso himno de acción de gracias y un momento de seria reflexión para sacar provechosas consecuencias. Tuvo un emocionado recuerdo para las muchas franciscanas, para los francisca¬ nos y para los sacerdotes hijos de Ariany que, trabajando lejos de Mallorca, e in¬ cluso de España, por la dilatación del Reino de Dios, no habían podido estar presentes físicamente en aquel acto, al que sí asistieron todas las Hijas de la Misericordia nacidas en Ariany y residen¬ tes en nuestra isla. Presidieron dos Con¬ siliarias Generales de la citada Congre¬ gación, junto con la Superiora local. Sor Margarita Torrens. Nuestra sincera enhorabuena a la co¬ munidad eclesial de Ariany, a la cual de¬ seamos cordialmente pueda seguir bene¬ ficiándose —siempre en mutua correspon¬ dencia— de la fructífera labor apostóli¬ ca de nuestras hermanas en el Seráfico Padre. \\ No tires los sellos usados. Con ellos puedes prestar un buen servicio a las misiones. Puedes enviar los sellos usados que tengas a; Procuraduría Provincial Misiones T. O. R. - Convento de San Francisco. - Tel. 211212, - Palma de Mallorca. J 21 pagina ^el teroia>rio CARTA ABIERTA DEL NUEVO ASISTENTE PROVINCIAL <'> A TODA LA TERCERA ORDEN FRANCISCANA DE BALEARES Estimados hermanos en San Francis¬ co, Paz y Bien: to máximo de su doctrina y la doctrina máxima de su pensamiento. Aunque sé que es un «clisé» muy usa¬ do, quiero empezar diciendo lo difícil que va a ser sustituir, en la tarea de Asisten¬ te Provincial, al incansable padre Jaume Tugores, o al P. Francisco Batle. Quienes van a leer esta carta saben que es ver¬ dad. No estoy exagerando. Pero también sé que en los caminos del futuro, la T.O.F sigue contando con ellos. Lo que sí ha descubierto el mundo es que la palabra es una sorprendente dro¬ ga; por eso se pretende tecnificarla. In¬ tentaremos que en la T.O.F. las obras vayan más lejos que las palabras. Sólo así el mundo nos mirará como algo inte¬ resante, como un ideario, el de San Fran¬ cisco, que, ojalá sea el punto de partida para muchos, de una renovación más hu¬ mana, más cristiana, más evangélica. Ahí están asimismo con su amor a la T.O.F. el P. Antonio Barceló Mora, Asis¬ tente Nacional, la Junta Provincial de Baleares, los Discretorios locales, los Di¬ rectores pertenecientes al clero secular o a la T.O.R., las Franciscanas Hijas de la Misericordia, el bloque de los tercia¬ rios, muchos en el anonimato, pero todos preocupados por una T.O.F. más crecida, más verdadera, más comprometida, más santa. Puestos así, ningún esfuerzo quedará aislado. Será una tarea de todos. El mun¬ do aún nos necesita porque aún no ha descubierto que todos somos HERMA¬ NOS, y en la T.O.F. ése es el pensamien¬ Situados ante este esquema, nos queda mucho por hacer. En una cultura atemo¬ rizada por sus propios inventos, cansada de su propio ritmo, el terciario debe ser una brecha en el cemento que deje paso a la luz. Finalmente, desde este momento, acep¬ tadme como uno más en vuestra Frater¬ nidad, como un hermano que llega con el mejor de los deseos. Fraternalmente, P. José Luís López, T.OJl. (1) Nos resulta muy grato presentar al nuevo Asis¬ tente Provincial: joven sacerdote y brillante orador, ha ejercido el ministerio sacerdotal —durante varios años— en México y EE. UU. En México actuó repetidamente por la televisión en un programa religioso. Ya es conocido en Mallorca, pues aquí estrenó su sacerdocio y aquí recorrió pueblos y ciudades para predicar la Palabra de Dios. Dejó una estela de simpatías por doquier. Ha sido nombrado Asistente Provincial después de ser consultados los seglares franciscanos, los cuales, nos consta, han recibido con gran alegría la noticia de dicho nombramiento. El P. José Luis viene a sustituir al P. Francisco Batle, quien actuó acertadamente como Vice-Asistente Provincial durante dos años, y al P. J. Tugores, el cual, en octubre de 1972, se vio obligado —por prescripción médica— a presentar la dimisión de Asistente Provincial, cargo que había desempeñado durante más de 11 años. 22 EL FRAILUCO DIJO “NO“ Ahora que todos vivimos tan preocupa¬ dos por buscar nuevas comodidades den¬ tro de un mundo que se nos va ponien¬ do cada día más incómodo, resulta salu¬ dable poder meditar en lo poco que ne¬ cesitaron para pasar la vida algunos se¬ res cuyo ejemplo sigue iluminando la tierra. (edificado por los propios franciscanos en la alquería que les cedió el hacendado don Rodrigo de Chaves), unos emisarios del emperador Carlos V— que a la sazón se hallaba en Jarandina preparando su retiro de Yuste— vinieron a llamar a fray Pedro diciéndole que el emperador quería hablar con él. Esto lo vi y lo palpé hace unos días en el rincón extremeño desde donde aquel humilde fraile llamado Pedro de Alcántara emprendió la reforma de los franciscanos de la época y supo decir «no» al hombre más poderoso del mundo. No hay en toda España, ni hubo nun¬ ca, un monasterio más pobrecito que el llamado del Palancar —entre Plasència y Coria—, aunque, ciertamente, su huer¬ ta y sus alrededores más que lugar de penitencia nos parece lugar de recreo a quienes vivimos —sin ningún provecho para el espíritu— la penitencia pestilen¬ te de las ciudades populosas. —Aquí dormía San Pedro —nos dijo uno de los frailes que actualmente viven en la ermita, mostrándonos una celda del tamaño de un cajón de embalaje co¬ mo los que se emplean ahora para trans¬ portar una lavadora o un refrigerador. Sabido es que —según nos cuenta Te¬ resa de Avila— su confesor, fray Pedro, nunca se acostó para dormir. Dormía sentado en una piedra, con la frente apo¬ yada en un madero clavado en la pared de enfrente. Por eso su celda del Palan¬ car tiene unas dimensiones justas para que en ella cupiera un hombre de pocas carnes sentado o de rodillas. Por la puer¬ ta entraba San Pedro agachado, y así sa¬ lía, una vez terminada la hora y media de sueño que se concedía de vez en cuan¬ do y los rezos arrodillados, que eran mucho más largos. Estando en este monasterio del Palan¬ car, que entonces se llamaba del Pedroso Acudió el penitente a pie, como era su costumbre, por muy poderosos que fue¬ ran quienes le esperaban. No he encon¬ trado más detalles de la entrevista que los consignados en la biografía de San Pedro de Alcántara escrita por fray Fran¬ cisco de San Bernardo en 1783, es decir, más de dos siglos después de la entre¬ vista del santo de Alcántara y de Car¬ los V, que tenían aproximadamente la misma edad. Fray Alonso de San Bernardo trata con sumo respeto a lo largo del libro a los poderosos de la época, bienhechores de conventos y admiradores de peniten¬ tes, en cuya santidad confiaban como rescate de los pecados de todos. Porque, sin duda alguna, la principal diferencia entre los pecadores antiguos y los peca¬ dores modernos consiste en que aquéllos —sin dejar de pecar, como se peca ac¬ tualmente— vivían angustiados por el pecado y eran conscientes de que un día u otro tendrían que hacer im gran sacriñcio si querían escapar a las llamas eter¬ nas del infierno. Pero, a pesar del gran respeto hacia el emperador con que aborda fray Alonso de San Bernardo aquella ejemplar entre¬ vista entre el hombre más poderoso de Europa y el más humilde, se ve bien cla¬ ro que el humilde no vaciló en arrostrar la ira del poderoso con tal de seguir el camino escondido para el cual le había llamado Dios. —Padre —dijo el emperador—, me han hablado tanto de vuestras virtudes, que es mi deseo que os encarguéis de mi al¬ ma. 23 Fray Pedro de Alcántara, sin levantar los ojos del suelo, como era su costum¬ bre, respondió en el acto: —Señor; para ese oficio otro debe bus¬ car vuestra majestad más digno que yo. No tengo fuerzas para cumplir con las obligaciones de ese cargo tan grave. majestad por respuesta que no vale pa¬ ra ello. Por aquellas fechas, fray Pedro había conocido ya a Teresa de Jesús, de cuya alma hermosa no vaciló en encargarse. Ella ha trazado en sus escritos el retra¬ to más fiel del penitente extremeño. Entonces el emperador se irritó, por¬ que el hábito de mandar no se suelta así como así, por firme que sea la resolu¬ ción de retirarse del mundo, y «habló al fraile con gran severidad». —Haced lo que os mando, que yo sé muy bien lo que me conviene. Pero San Pedro no se arredró. Siem¬ pre con la vista baja y besando la mano del soberano, se despidió diciendo: —Señor; en este negocio, como en to¬ do, se hará la voluntad de Dios. Si un ser¬ vidor no vuelve por aquí, tenga vuestra —o— Había fundado también fray Pedro en tierras de Avila, otro humilde convento, muy semejante al del Palancar, en un rin¬ cón poblado igualmente de castaños, no¬ gales, avellanos y heléchos. Allí quiso Dios que muriese el día 19 de octubre de 1562, y allí se venera su sepulcro, a media legua de la que entonces se llama¬ ba villa de Arenas, pero que desde en¬ tonces se honra llamándose Arenas de San Pedro. Josefina CARABIAS pkmsahiumtos ¡No temáis, tímidos pensamientos, que soy poeta! Este silencio vago de mi pensamiento parece todo lleno del canto del grillo, crepúsculo gris del sonido. ¡Cohetes, insulto de las estrellas, cómo se revuelve contra vosotros vuestro insulto! El río de la verdad va por cauces de mentiras. El hombre, cuando es animal, es peor que el animal. La mentira es la verdad mal leída y mal acentuada. Los ojos no se enorgullecen de su vista, sino de sus lentes. Día y noche, la canción sin fin de la muerte se levanta, como un mar, en tomo de la isla soleada de la vida. ¡Qué anhelo, corazón, de lamer con las ondas de tus canciones este mundo verde del día de sol! RABINDRANATH TAGORE 24 ARQUITECTURA DEFENSIVA DE MALLORCA XIV TORRE DE SES ILLETES.—La prime¬ ra torre que hallamos del tipo de las descritas en el capítulo anterior en ésta. Su construcción constituyó un largo y enfadoso asunto. El jueves, 29 de mayo de 1343, llegó a este lugar el invasor D. Pedro de Ara¬ gón. Recibió una embajada y mandó que el ejército se retirase a Porto-Pi. En 1512 los moros entraron en la ba¬ hía y apresaron algunos mercantes. Se guarnecían en Ses Illetes, fuera del tiro de cañón, pues no existía ni la Torre ni el Castillo de San Carlos; sólo una bate¬ ría en Porto Pí, junto a Paraires. Dice el Archiduque que la Torre «se asienta sobre el mayor de los islotes de este grupo, y fue edificada en 1580. Su planta circular tiene 7 varas de diáme¬ tro (5 metros y medio); su base, muros y barbacana son de mampostería. En su interior hay dos cuartos, una habitación del torrero y otro destinado a almacén». En lo único que difiero es en la fecha de 1580, pues si bien Weyler, a quien «S’Arxiduc» sigue siempre en lo de las fechas de edificación, dice que fue edificada en dicho año y que la Universidad ayudó con 85 libras, en 1575 ya se hablaba de hacerla, como veremos a continuación. En abril de 1575 llegó a Mallorca el In¬ fante don Juan, con poderes de Vicario y «otro yo» del Emperador. Trató de las nuevas murallas de Palma (pues al mismo tiempo que él, había llegado Jacobo Fratin), de los Castillos Roqueros y de construir seis torres en la bahía, tres a la parte de poniente y otras tantas a la de levante, que costarían, según cálcu¬ lo, 600 libras entre las seis. En noviembre de 1577 se dice que el plazo «que prengué mestre Planes, pi¬ capedrer, per fer i acabar les torres..., ço és en les illetes i rafal baix» había expirado y no se habían concluido. Por lo que deberían enviarles, por orden del Virrey, más trabaj adorees, a expensas de mossèn Joanot Santacília. En 29 de noviembre de 1584, Juan Ca¬ selles manifiesta al G. G. Consejo que es necesario «se acaban de fer les torres». Se refería a diez, ninguna de las cuales TORRE DE ILLETES EN 1971 es la que nos ocupa; pero, más adelante, se votaron 150 libras para la Torre de Illetes. En 28 de marzo de 1587 se dice que para acabarla «amb prestesa» es «neces¬ sari que mestre Joan Torres o son fill (albañiles) sien ací fer haver d’ajudar a acabar dita torre». Tenían que llevar «les armes i eines i pa». Algo más tarde, 12 de diciembre del mismo año, se ordena a los «defenedors de la Mercaderia» que den «encontinent (a cuenta) a Rafel Torres, picapedrer, cinquanta sis lliures i cinc sous», resto de las 300 libras en que se había ajustado el precio de la Torre de Illetas; y las seis libras, cinco sueldos, eran por una ga¬ rita. Esto no obstante, en el acta del Gran de y G. C. correspondiente al 10 de mayo de 1617 se lee; «que per acabar de edi¬ ficar la torre qui está a las Illetes si (s’hi) ajude de cent lliures». Pero se añade: «si totes cent hi seran menester», lo cual indica que, si aún no estaba completa¬ mente acabada, se consideraba que tal vez cien libras fuesen más que suficien¬ tes. Día 3 de julio de 1597 visitó la Torre, Benito Verger. Era el guarda Domingo Forteza, de 50 años; su compañero, Agus¬ tín Calafat, estaba ausente. Había en la Torre un cañón de bronce de 12 quinta¬ les de peso, con todos los utensilios y 13 25 Dalas. Un mosquete, sin aparejos, y 40 balas. Veinte libras de pólvora, la pieza cargada, 5 canas de cuerda mecha y un «íester» (tedero) para los fuegos. Esto nos indica que en dicho año ya estaba en servicio. En 1625 era el alcaide Lorenzo Ripoll. Se le entregaron varios pertrechos. En 8 de junio de 1628 pasaron cinco galeras del Papa, siendo saludadas por la artillería de la Torre, con un cañonazo. No contestaron al saludo. En 5 de octubre de 1629 era el guarda Martín Ferragut. Al igual que en 21 de agostoi de 1625, fue pertrechada. En 1684 se pagó a Jaime Ciar y José Cladera 2 libras en cumplimiento de las 12 que se les debían por «el destajo de cubrir un pedaso del plano superior de la Torre de las Isletas y aderesar la fuente», ya que las otras 10 libras ya las recibieron el año anterior (A. H. M., R. P. n.° 2.709, 1684, fol. 3). En 1691, durante la guerra con Luis XIV, fue visitada la costa de Calviá por una escuadra francesa de más de 25 bu¬ ques. No se desembarcó. Cada día paga¬ ba la Universidad, a cada soldado, un pan de cuatro cuartos y un sou. Alrededor de 1700 hallamos un manus¬ crito, inédito, y que me ha sido facilita¬ do por mi buen amigo don Rafael Fe¬ rrer Massanet (nos referiremos a él por «Manustrito R. F. M.). En lo tocante a la Torre dice: «Ay dos sentinelas, que son Joseph Mayans y Sancho y Juan Moragues; tienen de salario, cada mes, 6 L., 10 ss. y al año 78 L.» (la libra, moneda de Mallorca, tenía 20 sueldos). En la relación de 1769 se advierte que la Torre tenía dos torreros. Poco después se la señala como del predio de Bendinat, del Sr. Marqués de la Romana. Otra interesante relación es la que efec¬ tuó, en dos salidas, el Brigadier Rey¬ naldo. La primera no lleva fecha, pero la segunda se inició el 3 de septiembre de 1793. Entre otras cosas, se dice en ella que «Está toda cuarteada y fuera del aplomo, por lo cual y ser su pie y muro de ima mampostería al parecer de barro, amenaza ruina y es preciso repa¬ rarla». Había en la Torre dos fusiles, que necesitaban reparar; dos espingardas, que también lo necesitaban: dos pistolas, en igual estado; 30 balas de espingarda, 80 de fusil y pistola; 4 libras de buena pól¬ vora y dos sables; 10 piedras y 2 fogari¬ les. Añade que toma los fuegos de avi¬ so de la de Cala Figuera y los transmi¬ te a la Ciudad. Asimismo dice que sería conveninente sustituir la Torre por otra mejor y más capaz, que pudiese tener cuatro cañones que cruzasen los fuegos de artillería con la batería avanzada de San Carlos, pues la costa entre ambas fortificaciones tiene algunos atracaderos en que pueden desembarcar lanchas, y en tierra firme hay pequeñas, continuadas y desiguales alturas, haciendo fácil conte¬ ner a los enemigos desembarcados. En «La Almudaina» del 8 de agosto de 1892 se comunica que, al parecer, se tra¬ taba de construir un fuerte en aquel punto. El 13 de marzo de 1898 se anunció, pa¬ ra el 16 de abril, la subasta de las obras de desmonte de la batería que existió en Ses Illetes. Se sube al piso de la Torre por una es¬ calera de hierro. No tiene más abertura que el portal; sus paredes son muy grue¬ sas. En el centro del piso tiene la boca de la cisterna, nivelada con el suelo. El tabique divisorio del piso ha desapare¬ cido. Se cubre con cúpula de media na¬ ranja. A la plataforma, que conserva res¬ tos del enlosado de piedra y carece de matacanes, se sube por una escalera si¬ milar a la antes mencionada. (Continuará) Josep S. SALADO \\ LA CASA HCC PADRC Palma de Mallorca.—^Día 31 de agosto, la piadosa suscriptora D.® Francisca Bo¬ net y Bonet, esposa de nuestro buen ami¬ go D. Jaime Lladó Ferragut. Inca.—Día 16 de julio, D.“ Juana Ana Salas Janer, antiguo miembro del Discre¬ torio y Presidenta de Coro; día 22 de agosto, D.“ María Pons Seguí; día 17 de setiembre, D. Bernardo Oliver Morro; y el mismo día, D.“ Antonia Payeras Puja¬ das. Todos pertenecían a la Fraternidad seglar de Terciarios de San Francisco de la ciudad de Inca. 26 bibliografía M. Ramis Alonso. - ANGULO DEL MEDITADOR. - Dos voúmenes, el primero de los cuales lleva como subtítulo COSAS OLVIDADAS y el segundo, LUZ DE IDEAS. - Edita¬ dos por el Teleclub Sineu (Mallor¬ ca), año 1972. M. Ramis Alonso es un pensador, un «meditador», como él mismo se define. Hoy van siendo muy pocos los hombres que todos los días hagan un breve alto para pensar, para meditar. Viven de con¬ tinuo arrastrados por el torbellino de la vida actual. Un torbellino incontrolado, que no se sabe —ni nadie se detiene a pensarlo o a meditarlo— hacia qué nue¬ vas situaciones va empujando a la hu¬ manidad. La mayoría de las ideas o pensamien¬ tos de los dos volúmenes de Ramis Alon¬ so son de índole filosóñco-moral. Son pa¬ cientes y atinadas auscultaciones del co¬ razón del hombre, exploraciones por to¬ dos los recovecos de su inteligencia. Y son válidos para todo tiempo, para toda circunstancia. El nombre «ángulo» del título no tiene ninguna relación ideológica con el conte¬ nido de los libritos. Hace sólo referencia al lugar del periódico donde primero aparecieron los pensamientos. Felicitamos sinceramente al autor de los dos interesantísimos volúmenes. Nuestro autor sí piensa, sí medita. Y lo hace en voz alta, ofreciendo a los lec¬ tores la substancia de su pensamiento, de sus meditaciones. La ofrece, conden¬ sada, en forma de pequeños comprimi¬ dos, al hombre de hoy cuyo cerebro está como esclerotizado por el abuso de lo ba¬ lad!, de lo intrascendente, de lo que va pasando sin apenas dejar estela. Ramis Alonso usa garbosamente el gé¬ nero literario de los pensamientos, mᬠximas, sentencias, consejos, etc. No es nuevo el género. Viene cultivándose des¬ de la más remota antigüedad literaria. En la Biblia es un título muy conocido el de Libro de los Proverbios, título que, ligeramente modificado, adoptó nuestro Ramón Llull para una de sus obras. Son famosos los «aforismos» de Hipócrates, padre de la medicina. En la edad media los escolásticos comentaban Libros de sentencias. Son hoy numerosas las colec¬ ciones de pensamientos, sobre todo de carácter ascético o moral. Una moderní¬ sima forma, puramente literaria, de pen¬ samientos serían las ingeniosas «gregue¬ rías» de Gómez de la Serna. Hemos leído para Vd. los siguientes li¬ bros editados recientemente por la acre¬ ditada Editorial Herder, S. A., Barcelona. MANUAL DE HISTORIA DE LA IGLESIA. Tomo IV. 1.012 páginas de 14,4 X 22,2 cm. Autor: Hubert Jedin. Traductor: Daniel Ruíz Bue¬ no. Es un volumen que se inicia con la con¬ clusión de las investiduras y el final de la reforma gregoriana, y queda cerrado hablando eruditamente acerca de los pa¬ pas del renacimiento. De los ocho volúmenes previstos, ya han aparecido los siguientes: I, III, IV y V. Ya hicimos la recensión de los to¬ mos I, III y V. Hoy podemos asegurar de nuevo que los estudiosos y amantes de la historia de la Iglesia encontrarán, al leer este tomo IV, una óptima ocasión para profundizar en muchos e interesan¬ tes puntos de la historia eclesiástica. 27 FORMA Y PROPÓSITO DEL NUE¬ VO TESTAMENTO. Autores: Josef Schroiner y otros. Versión castella¬ na: Alejandro E. Lator Ros. For¬ mato: 14,4 X 22,2 cm. Páginas: 476 y 1 pliego de mapas. Un cuadro brillantísimo de colaborado¬ res exponen la formación y la sustancia de los escritos neotestamentarios, las fuerzas que determinan su estructura y los elementos determinantes que se inte¬ graron en ella. Análogamente queda per¬ filado el mensaje evangélico, con sus ob¬ jetivos y sus exigencias. Es por ello que se toma como fundamento el punto de vista histórico en una línea tradicional, pero destacando la composición interna del texto, los géneros literarios, los mo¬ dos de dicción, etc. Desarrollo Un curioso viajero gran observador de hechos y costumbres, decía: — ¿Sabe usted la primera cosa que noto en los países muy desarrollados? - Si no lo dice usted... — Pues que los hijos y la mujer obedecen menos al padre y al marido que en los países de desarrollo algo más inferior. EL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS («El Nuevo Testamento i y su mensaje»). Dos tomos. Autor: ^ Rudolf Schnackenburg. Ha traduci- j do al castellano: Claudio Gancho. ¡ Primer tomo: 224 págs. Segundo to- I mo: 348 págs. | El ilustre profesor de la Universidad i de Wurzburgo, famoso por sus lumino- i sos comentarios de alta critica en torno ? a las epístolas y al evangelio de San Juan, ha logrado, a través de los dos tomos que comentamos, poner al alcance del lector no especializado los resultados de la exégesis bíblica moderna. Los dos li¬ bros se leen con fruición. El fruto puede ser abundante. Aspectos El niño preguntó cómo es su obligación: — Papá, ¿qué quiere decir aspecto serio y aspecto cómico de una misma cosa? — Pues., no sé cómo explicártelo, pero acaso lo comprenderás con un ejemplo. Cuando mamá se compra un sombrero nue¬ vo, yo veo el aspecto serio del asunto y las amigas de mamá ven el aspecto cómico. Explicación difícil — El empresario por menesteres de su profesión, acompaña a una vistosa actriz. En la acera opuesta una señora se de¬ tiene, mirándolos fijamente. LO QUE CREEMOS. La versión castellana es de Manuel Tasada. El autor, Ferdinand Krenzer. Esta obra, de 312 páginas (14,1 x 21,6 cm.), va dirigida especialmente a quie¬ nes, habiendo formado parte de la Igle¬ sia, ya no se sienten vinculados a ella. Escrita en estilo epistolar, ayudará a eli¬ minar vaguedades y equívocos, y a des¬ cubrir de nuevo el camino de la fe. Se puede afirmar que ninguna de las cues¬ tiones doctrinales más discutidas hoy quedan soslayadas en este libro. Por tan¬ to, puede ser de gran utilidad para cual¬ quier clase de lectores. Fr. J. T. M., T.O.R. -¿Quién es aquella señora?— pregunta la actriz. -No me complique la vida con pregun¬ tas, amiga mía. Ya es bastante que tenga luego que explicarle a ella quién es usted. Una interrupción El conferenciante está llegando a las conclusiones de disertación; — En resumen, señores — dice —, el que cede y se calla cuando no tiene razón es un hombre prudente; pero el que cede y se calla cuando la razón está de su parte es... -Un hombre — le interrumpe desde el público una voz. 28 r BANCA/MMARCH CAPITAL DESEMBOLSADO RESERVAS 800.000.000 2.399.700.000 CASA CENTRAL: PALMA DE MALLORCA - Calle San Miguel, 17-19 Apartado de Correos, 672 - Dirección Telegráfica: MARCH Teléfono 22.48.05 (10 líneas)-Telex: 68.611 -68.661 Agencias Urbanas: Puerta San Antonio Plaza Pío XII El Terreno 31 Diciembre Plaza Pedro Garau Plaza Madrid Ca’n Pastilla Sant lordi BALEARES Sucursales: Binisalem Mahón S. Antonio Abad Capdepera Urb. C. Ratjada Felanitx Manacor Urb. P. Cristo Montuiri S. Feo. 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