El Heraldo de Cristo 1973, n. 757
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El giro postal puede ir dirigido a:
Administrador del «Heraldo de Cristo». Pl. San Francisco.-Palma de Mallorca. Baleares.

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REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R.
•
ABRIL 1973

Año LXIV - Núm. 757

REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA

• DIRECTOR:
P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.

ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R
• CON LICENCIA ECLESIASTICA
•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

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númerot

Sinceridad e hipocresía

3

Anales de la Provincia Española de la In¬

maculada Concepción de la Tercera Or¬

den Regular de San Francisco.

4

Religiosas hoy

6

Eucaristía (poesía)

8

Las procesionés de Semana Santa

10

Fisonomía de San Francisco .

.

.

. 11

Ramon Llull

11

Admiración por la naturaleza

12

Estudios sobre la Sábana Santa de Turin . 12

Pasqua (poesia)

13

Pàgina literària

14

L'alegria de Pasqua

16

Goigs a Sant Jordi, patró d'Orient (Bunyo-

lo) (poesia)

17

Nuestras misiones

18

Nuestra pequeña historia .

.

.

19
.

Nuestras Hermanas Franciscanas.

20

«Nuestros mayores»
Página del terciario ¡Murió Fray Juan Estela! . . . Arquitectura defensiva de Mallorca Bibliografía
Humor

22 24 25
.
26 28 28

NUESTRA PORTA DA.-SANTIAGO DORMIDO EN GETSEMANI.-Detalle de un
grupo escultórico existente en el antiguo Monasterio de San jBurkard (Würzburg, Alema¬ nia) — Todos los desaguisados se cargan sobre las anchas espaldas del buenazo e ingenuo San Pedro (con tales rasgos pinta nuestro folklore al Príncipe de los Apóstoles). Pero en Getsemaní no sólo ca¬ beceó Pedro; también se les pegaron los ojos a Santiago, a Juan y... a los otros. Y durante los veinte siglos de cristianismo, ¡cuántos durmientes entre los discípulos del divino Maestro! Y como Pedro, y hoy más que nunca, ¡cuántos ^negantes)) y hasta trenegantes* de Cristo!

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2

(FRENTE A LA DIPUTACION )'PALMA

EDITORIAL
SINCERIDAD E HIPDCRESIA
La sinceridad, en cuanto se opone a la hipocresía o a la mentira, no presenta ninguna cara obscura. Es luminosa por todos los lados. Sólo en alguna determinada circunstancia, en algún caso concreto, la prudencia, el respeto, la cortesía y hasta la caridad pueden moderar el uso de la sinceridad y, sin incurrirse en mentira, permitir la reticencia no maliciosa, el no culpable silencio, un amable disimulo. «El varón circunspecto disimula la injuria», se lee en los Proverbios (i2, 16), y hasta de Dios se afirma que disimula los pecados de los hombres, a fin de que hagan penitencia fSap., 11, 24). De manera que la sinceridad no siempre obliga a cantarle las cuarenta a todo quisque, y un cierto disimulo puede ser no sólo prudente, sino hasta virtuoso. Pues si está bien que al pan lo llamemos pan y al vino, vino, no estamos obligados a hacerlo a trochemoche. Sólo los locos y los niños dicen las verdades a destiempo.
La sinceridad es, ciertamente, una muy laudable cualidad; una hermosísima virtud. Pero, ¿existe la sinceridad, químicamente pura, en el hombre terreno? Nosotros creemos que no. Y hasta pensamos que si alguien, no siendo un mochales, se declarase integralmente sin¬ cero, caería en la más monstruosa de las hipocresías. La sabiduría popular ha enriquecido los idiomas con multitud de frases, dichos y refranes que aluden a la general insiceridad que por todas partes se halla en la vida. Sería largo el recorrido si hubiésemos de empezar por aquello de «las apariencias engañan», pasar por «una buena capa todo lo tapa» o «debajo del buen sayo, está el hombre malo»,... hasta llegar a lo veladamente picaresco del Arcipreste de Hita: «So mal tabardo yace el Buen Amor».
Así, pues, la sinceridad resulta ser la más rara de las virtudes. O dicho al revés: la hipocresía es el más común de los defectos. No que¬
remos introducirnos en la interesante doctrina de las dos intenciones,
primera y segunda, que nuestro Ramón Llull explana tan por menudo; pero, ¡cuán cierto es que de aquello que, a lo más, debiera ser segunda intención, frecuentemente hacemos primera! Para no salimos dema¬ siado del propio campo, como acostumbramos, ¡cuánto apostolado y cuántos celos apostólicos no son en el fondo más que meras evasiones, sólo un medio para cohonestar las expansiones que se toma nuestro espíritu indisciplinado! ¡Cuánto incienso aparentemente quemado para la divinidad no sube arriba, sino que se queda apelotanado en torno de nuestras propias personas! ¡Cuánto franco tirador dispara hoy disi¬
mulado bajo un disfraz de Evangelio! ¡Cuántas cosas hacemos todos
«so capa de»... lo que no es! Hemos dicho m.ás arriba que los niños dicen las verdades; pero.,
también dicen mentiras. Apenas sabrá el pequeño juntar las palabras aprendidas para manifestar sus necesidades y deseos, y ya querrá tejer el embuste. Y la mentirilla deteriorará por primera vez el vivo carmín de sus labios. Pero la mentira no se cree. La descubren los padres.
(Continúa en la pág siguiente)
3

ANALES
DELA
PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCION
DE LA
TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO

I
(Continuación)

1875-77.—TRASPLANTE.—Si los Congre¬ gantes de Jesús, María y José tenían le¬ vantados los ánimos, decaídas estaban sus bolsas, pasando sus apurillos a la ho¬ ra de hacer el pago de la renta de su «conventillo» o Centro, ES CELLER
D’EN SARD: catorce duros anuales era
la cantidad estipulada.
Mas, como Dios mejora las horas, he aquí que uno de los Congregantes, Miguel Cardeli, puede ofrecer una casa de su propiedad ,entonces desocupada, bastan¬ te capaz y con acomodo para las necesi¬ dades de la REUNIÓN. ¿Renta? Confor¬

me a las disponibilidades de los inquili¬ nos, y, además, sin los apremios de plazo perentorio y fatal. No se gastó mucho tiempo en la resolución: se lían bártulos y enseres, y ES LLUÏSSONS se trasla¬ dan a la calle del Monte (CAP-PUIG), ac¬ tual Pelaires, n.” 16, CA ELS ALEGRIES,
donde abren Escuela Nocturna (HERAL¬ DO, mayo 1972).
CUADRO DE LA PURÍSIMA.—Ocupan¬ do puesto de honor en la sala principal, «Sala de ses Ratjoles», del Convento de Llucmayor, guardamos celosamente un cuadro de la PURÍSIMA, de r40 x 0’90

(Viene de la pág. anterior)

SINCERIDAD E HIPOCRESIA

Pase el tiempo y el niño descubrirá también que la mentira envuelta en similor de verdad es... más tragable. Creciendo en edad el niño se convertirá en un pequeño hipócrita.
Se sostiene que el joven de hoy es más sincero que el de antes. Creemos que sería muy difícil probar el aserto. Es de siempre que el joven ha sido menos hipócrita que las personas mayores. Podemos, sin embargo, conceder que buen número de padres, formados más inteli¬ gentemente que los de antes y alarmados, con razón, ante los peligros de todo género a que han de verse expuestos sus hijitos, dan a éstos más lugar a que les hagan sus confidencias. Pero, aparte de no ser exactamente lo mismo confianza que sinceridad, hay también que reco¬ nocer que habían de llegar los calamitosos tiempos actuales para ser testigos del descaro y desfachatez con que tratan los mimados hijos a
sus mayores.
Otra vez se chismoseará sobre nuestro excesivo pesimismo. Pero nosotros no intentamos más que exponer, sinceramente, la realidad. ¡Palabra!

4

ms., sin el marco, que, si bien no es de un alto mérito artístico, tiene para nosotros el imponderable valor emotivo de haber sido encargado por nuestros Fundadores, ya sea para ornamento piadoso del CE¬ LLER, ya para sencillo retablo de la capillita que montaron en la nueva residen¬
cia de CAP-PUIG. Seis duros cobró el
pintor D. Miguel Bordoy, de Felanitx, de la factura del preciado lienzo.

—¿Estuvo ya el cuadro de la PURISI¬
MA en el CELLER D’EN SARD?

El P. Antonio, en sus «Datos», nos dejó escrito que, una vez instalados en CAPPUIG, «férem una capelleta y mos feren un cuadro de la PURISSIMA, y fèiem
ses nostres devocions». Pero es el caso
que en los «Datos», recogidos de viva voz del P. Antonio y con asentimiento del también protagonista Fr. Juan Garau, lee¬ mos: «El cuadro fou pintat pe’n Bordoy y el col.locaren ab una vaseta petita a la primera casa llogada per fer la REUNIÓ,
o sia al CELLER».

Lo mismo acredita nuestro primer Cro¬ nista, P. Francisco Fornés, en la «Histo¬ rieta que dictó a los Estudiantes de Hu¬ manidades, en el curso 1917-18. «La nece¬ sidad —dice— de satisfacer su devoción, y para adornar aquella santa casa (ES CELLER), hizo que ordenaran pintar un lienzo de la INMACULADA CONCEP¬ CIÓN, lienzo que desde entonces presi¬ dió todos los actos que allí se organiza¬
ban».
Sea de ello lo que fuere, aquí hemos de encarecer y resaltar que el primer
cuadro fue de la INMACULADA (LA PU¬
RISIMA), «NOTAU-HO BÉ», dice el P.
Fornés en sus «Datos histórichs». Y el
P. Cerdá no pudo menos de consignar el encargo del P. Antonio Ripoll: «NOTI QUE EL PRIMER CUADRO ES DE LA
IMMACULADA».
El dicho cuadro es el testimonio de la ferviente devoción de nuestros mayores
al. misterio de la Virgen sin mancha, pre¬ sagio y paraninfo de la cobertura que su

azul celeste manto dará a la semilla, hu¬ milde grano de mostaza, que plantado en un 8 de diciembre (fiesta de la INMA¬ CULADA) de 1878, se convertirá en el ár¬ bol frondoso de la Provincia Española de la INMACULADA, CONCEPCIÓN, de la T. O. R. (año 1906), no sin haber pasado por el estadio de «Consagración de Ter¬ ciarios de San Francisco, e HIJOS DE LA CONCEPCIÓN INMACULADA». ¡Muy grande obligación nos corre de mostrar agradecimiento, devoción y amor a la MA¬ DRE INMACULADA que meció nuestra
cuna!
P. Francisco AMENGUAL, T. O, R.

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5

REL·IGIOSi^S HOY

por GREGORIO MATEU, T. O. R

Hoy, como ayer y como siempre, Dios sigue llamando a aquellos que quieran seguir el camino de la generosidad, de la entrega sin reservas, del Amor sin fron¬ teras. Es una historia vieja, pero no por
ello menos hermosa. Se trata de un ca¬
pricho de Dios, de una respuesta del
hombre.
Un buen día sintieron dentro de sí el
puyazo de Dios. Nunca se sabe en qué consiste, pero se tiene, se siente. Y al¬ gunas dijeron Sí. Y allá, fuera, se que¬ dó todo, para cambiarlo por el TODO. No nos gusta la palabra renuncia; pre¬
ferimos la total donación.
Hoy no tiene buena prensa eso de «me¬ terse monja». El mundo no acepta esto. Resulta muy difícil eso de meter en la cabeza de la gente que «Dios puede ena¬ morar». A pesar de que el Concilio diga que « ya desde los comienzos de la Igle¬ sia hubo hombres y mujeres que, por la práctica de los consejos evangélicos, se propusieron seguir a Cristo con más li¬
bertad e imitarlo más de cerca, y, cada uno a su manera llevaron una vida con¬
sagrada a Dios».
Se barajan muchas excusas para man¬
tener esta actitud de recelo:
Que en el mundo hay muchas cosas que
hacer.
Que es mejor amar a la gente eh su propio ambiente.
Que su vida, así, en patios enormes, alejada del mundo, no tiene sentido.
Que en otros tiempos era explicable,
pero ahora... Que están muy anticuadas, que si no se
han renovado, etc...
Mientras tanto, nosotros seguimos cre¬ yendo que son necesarias, imprescindi¬ bles. El Concilio también: «Como un ár¬
bol que se ramifica espléndido y pujan¬ te en el campo del Señor partiendo de una semilla puesta por Dios, se han de¬
sarrollado formas diversas de vida soli¬
taria y variedad de familias que acre¬ cientan los recursos ya para provecho de los propios miembros, ya para el bien de todo el Cuerpo de Cristo».
Las religiosas merecen ser respetadas,
bien entendidas. Son libres. Son perso¬
nas con una maravillosa responsabilidad. Igual que los demás tienen derecho a sus propias decisiones. Como grupo huma¬ no tienen los mismos derechos que cual¬ quier otro grupo social. Como seres ple¬ namente conscientes han creído que su destino tenía que seguir el ritmo marca-

do por Dios. Y eso nos parece estupen¬
do.
Cuando una chica, con hatillo de ilu¬
siones bajo el brazo, anuncia su deter¬ minación de entregarse a Dios, comien¬ za a vivir una aventura de incompren¬
sión, de sonrisitas burlonas, de gestos despectivos. Y uno piensa que sería con¬ veniente que todos cuantos toman estado tuvieran la misma ilusión, idéntica res¬ ponsabilidad y parecida entrega que es¬ tos seres que saben perfectamente a dón¬ de van y qué quieren. Nadie tiene dere¬ cho a desviar el camino, la vocación que
se ha marcado libremente un ser hu¬
mano.
Vivimos un humanismo arrasador que,
de tanto que ha querido actualizarse, ba llegado, en muchos casos, a ser inhuma¬ no. Estas mujeres «escondidas en Cris¬ to» han aceptado plenamente el amor, el trabajo, la oración. No se han alejado
cobardemente eludiendo la aventura de
la vida. Afrontan una aventura vital, com¬ prometiendo en ella toda su existencia.
Estas mujeres están puestas entre no¬ sotros por Dios. Quizás todos somos un poco mejores gracias a ellas. Quizás un

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6

día pasemos por el convento para decir¬ la: «Hermana, ruegue usted por mí». Ella lo hará, lo ha hecho millones de veces por vocación, por entrega, por amor. Sus pasitos, sus alegrías, sus silencios, sus sonrisas, sus rezos son para los hombres que andamos inquietos, apresurados, sin apenas tiempo para nada.
Estoy plenamente seguro que cuando
hablamos mal de ellas, no lo hacemos por convicción. En el fondo se trata de una
excusa personal. Al no ser capaces de ha¬ cer ciertas cosas, de vivir con cierta ge¬ nerosidad, acudimos a la crítica sin con¬
vicción. Venturosamente los valores del
espíritu no han muerto, al menos para
estas chicas encantadoras de sonrisa per¬
manente, encerradas en los conventos, que viven, trabajan y sufren las angustias humanas sin dejarse aplastar por ellas.
Yo les recomendaría una vueltecita por
un Convento. Y que se fijaran en aque¬ llas sonrisas luminosas, en aquellas palapras reconfortantes, en aquella ayuda ale¬ gre. Vivimos en un mundo materialista, encerrado en su egoísmo feroz, que sólo entiende de máquinas, de comodidad, de activismo, de técnica. Pero, este mundo no vive feliz, no termina de encontrar su
razón de ser.
Hablamos de cambio de estructuras,
sin entender plenamente lo que ello pue¬ da significar. No son las cosas, sino las personas quienes tienen que vivir una aventura vital y responsable. Es el hom¬ bre quien tiene que dominar las cosas,
sin sentirse esclavo de ellas. Mucho nos
podrían enseñar al respecto estas encan-

tadoras mujeres que guardan lo mejor de un pasado glorioso y viven lanzadas hacia un futuro más humano, más entra¬ ñable, menos egoista.
Son ideas que han ido saliendo desor¬ denadamente. Muy sinceras. No escritas inicialmente, para ser publicadas. Pero, uno es así y le gusta pensar en voz alta, decir lo que siente, aunque a veces no suene a «moderno». Por ello, no dudo en decir a estos muy queridos seres de deli¬ cada y siempre estimuladora presencia que sigan su camino valientemente, sin frustraciones, sin complejos.
Uno desea ardientemente: Que las puer¬ tas de los conventos no se cierren.
Que sigáis, hermanas, amando sin tre¬
gua.
Que sigáis pensando que los hombres
en esta tierra son Cristos.
Que los enfermos, los niños, todos los
hombres os necesitan.
Que esta juventud actual, que es gene¬ rosa sin saberlo, encuentre en vosotras verdaderos modelos de entrega.
Que, cuando se cierren ante nosotros los caminos de la esperanza, adivinemos en vuestras vidas caudales de alegrírs
sinceras.
Que actualicéis vuestras normas, de¬ jando siempre intactas vuestra generosi¬ dad, vuestra donación sin reservas, vues¬ tra entrega sin límites.
Seguid amando a un prójimo cercano, a través de un Dios que un día os llamó y a quien no supisteis negaros.
Todo ello nos servirá a todos para ser
un poco mejores.

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INSCRIPCIONES: AEROMARITIMA (Generalísimo Franco, 39, Palma) o Conven¬ tos de PP. FRANCISCANOS.
Pueden pedirse programas detallados.

V

Un trazo sin estela, como un dedo que resbala por encima del agua; como el vuelo de un pájaro o la tenue caída de una hoja, o tal vez como la luz de un astro que, horadando la noche, dulcemente gotea: así Tú, Cristo nuestro, pasando por la vida, pasando de la vida a la muerte; recorriendo los años asignados a tu vida mortal, atravesando el tiempo, tu tiempo humano de alentar, de estar vivo, de acariciar el mundo con los ojos,
de sentir la ternura
y reclinar la frente sobre un pecho de amigo; caminando sin tregua desde Belén al Gólgota por trochas y veredas que iban a detenerse, verbigracia, en Betania
o a morir en la orilla del mar de Tiberíades.
Treinta y tres años: los mismos que separan aquella noche antigua con pastores y reyes
de este abrasador mediodía de ahora
donde la Cruz levanta su perfil implacable. (Definitivamente campesino, su ropa trascendía a heno fresco, a tomillo, a cantueso: había en sus talones rasguños de cardencha y en su retina el bulto, ya desvaído y malva, de unas colinas últimas).
A veces se paraba al borde de un camino a arrancar una espiga donde el grano instalaba sus tiernos almidones, o mirar al trasluz una uva desgranada, con su sombra minúscula en el centro, como la de esas conchas cogidas en la playa que revelan el íntimo y secreto esqueleto del mundo.
Treinta años de andar a nuestro lado sembrando
de palabras el aire, sin que, a pesar de todo, nos quedara un vestigio tangible de su paso, la huella de su pie, por ejemplo, impresa sobre el polvo, o todavía menos, un girón de su túnica inconsútil, cardado, como un vellón de oveja, por los pinchos de una pala de nópalo.
Pasaste por la vida, como digo, sin un rastro aparente, así el vuelo de un ave, una hoja caída o un dedo sobre el agua; por eso hacía falta, para dar testimonio de Ti mismo, de tu verdad de amor, que nos dejases algo de Ti, una pista, una señal cualquiera donde reconocerte;
con eso nos hubiéramos
8

conformado, con eso solamente; ya sabes: una ligera impronta como la que en la almohada imprime una mejilla o la uña en la corteza de un pimpollo de pino. Pero llegaste a más, llegaste a todo: redundabas de amor, te rebosaba, y era poco ir marcando los árboles a punta de navaja para indicar la senda] que condujera a Ti; necesitabas entregarte a Ti mismo, no huellas, no señales, sino tu propia carne de gozo y de dolor, sino tu propia sangre, que ya, como la nuestra, había conocido el murmullo del pulso en las arterias y ese panal del pecho henchido de rumores. De aquí que, aquella tarde, al terminar la cena... (pan y vino: las viñas, los trigales tan recorridos, que ahora volvían de pronto a tu memoria. La muerte estaba próxima; la tristeza ponía un cerco de melancólico silencio a aquella sobremesa que sería la última...).
De aquí que, aquella tarde, al terminar la cena, nos dieras, en milagro, unas simples palabras: Esto es mi Cuerpo; esto, mi Sangre. Y fueron desde entonces humilde pan —trigales—, humilde vino —vides—, ese claro signo que nos faltaba: tu presencia, tu permanencia viva y cotidiana... ¡Oh certeza, consuelo, compañía! ¡Oh luz de eternidad multiplicada, cruzando como un rayo de sol inextinguible las edades, los siglos. Cristo nuestro, definitivamente nuestro!
Manuel Alonso Alcalde

^^

«Considero que la donación de sangre no sólo es una de las manifestaciones de la hermandad y de la caridad en este mundo moderno, sino que quizá sea la manifestación más característica. Efectivamente, «donar sangre» es mucho más que «donar dinero»; es darse uno al hermano que lo precisa. Y generalmente, además, sin saber quién se beneficiará de la donación».
Dr. Vicente Enrique y Tarancón, Cardenal Arzobispo de Madrid.
Lector: ¿Te animas a dar sangre para los demás? Si dudas sobre las posibili¬ dades que tienes, si no sabes si tu organismo está en condiciones de dar sangre dos veces (quizá menos) al año, telefonea al número 230946 (Residencia Sanitaria de la Seguridad Social, Son Dureta. Palma de Mallorca).

^

y

9

LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA

Hubo un tiempo en que vestirse un sambenito, prender una candela y reco¬ rrer las calles en pos de una madera re¬ presentando al Señor doliente era im sín¬ toma de arrepentimiento y de contri¬ ción. Luego, con el tiempo, pasó a ser una pía tradición más, un acto social, cuando no una pieza de cambio en el mercantilismo que preside incluso nues¬ tras relaciones con Dios. Como que El no acepta ya borregos ni sangre de bueyes cebados y nosotros necesitamos algún fa¬ vor especial de su bondad, le cambiamos este favor por un cirio, una obra buena o un paseo descalzos y encapuchados. Esta¬ mos mirando por un canuto, pero nues¬ tra inteligencia no da para más. Precisa¬ mos tener «fetiches» a quienes adorar, y transformamos lo que podemos de nues¬ tra religión en fetichismo.
Luego, y sin perder en muchos casos
las dos características anteriores, las pro¬ cesiones se han convertido, bajo el signo
de «penitente», en un pasatiempo, en una diversión para los días en que no hay cine. Yo mismo me he puesto un capu¬ chón y he recorrido las calles de Palma con la faltriquera bien provista de con¬ fites, caramelos, habas y cebollas para repartir a las niñas guapas del público espectador, y un buen bocadillo para me¬ terme entre pecho y espalda al pasar por las callejas de detrás de la Catedral. Y puedo asegurar que este motivo era el que impulsaba al 80 % de los «peniten¬ tes», algunos de los cuales usaban de la impunidad del antifaz para dedicarse a toda suerte de gamberradas de palabra y
hasta a veces de obra.
No creo en las procesiones. No creo en absoluto. Para mí la Semana Santa no
tiene nada que ver con ellas, porque las procesiones no son sino una tradición histórica desfasada y mantenida por el poder civil, que se beneficia de ella, o, a lo sumo, una de esas prácticas situa¬ das en la frontera con la superstición, que las limitaciones de nuestra mente
terrena ha introducido en nuestra reli¬
gión.

El espíritu de Semana Santa no con¬ siste en pasearse por las calles encapu¬
chados ni luciendo medallas o claveles
reventones, ni siquiera en regodearse, con un placer rayano en sadismo, en los tor¬ mentos que el Señor padeció.
Más bien consiste en preguntarse por
qué y para qué padeció el Señor aque¬ llos tormentos. Para ello, ¿qué medios mejores que la lectura meditada del Evan¬ gelio y la participación, libre en estas fechas de todo tipo de coacción moral —no peca quien no asiste— o social, en los actos que la Liturgia celebra en las tardes del Jueves y Viernes Santos?
Luego viene el momento de acompa¬ ñar a Jesús en su camino al Calvario, pero realmente, no detrás de una obra de arte; realmente, porque Cristo estuvo solo y desamparado, y padeció solo. Nues¬ tros hospitales, nuestras cárceles y nues¬ tros asilos están llenos de gentes que están también solas, que sufren solas, y que son víctimas de la sociedad en que
vivimos. En cada una de esas personas es¬ tá el mismo Cristo.
De este modo, acompañando a nues¬ tros hermanos, acompañaremos a Cristo sufriente, y podremos, con todo derecho, acompañar también al Cristo triunfante
del día de Pascua.
FRA PEPET

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NOTA DE LA REDACCION.—Una vez más hacemos constar que las opiniones vertidas en los trabajos que se publican en esta revista, representan sólo las de sus respectivos autores.

10

Tisonomia de San Trancisco

CUAN EN POCO TENIA SUS ENFERMEDADES,
POR SU ARDIENTE AMOR A LA PASION DE CRISTO

Eran tan grandes y ardientes el amor y la compasión del bienaventurado Fran¬ cisco a la pasión y dolores de Cristo, y se afligia de tal modo interior y exterior-
mente todos los días a vista de la mis¬
ma pasión dolorosa, que no hacía caso de las propias enfermedades.
De donde, aun cuando por mucho tiem¬ po, esto es, hasta su muerte, estuvo pa¬
deciendo continuas enfermedades del es¬
tómago, del hígado y del bazo, y después que regresó de Siria sufrió también con¬ tinuamente grandes dolores en los ojos, sin embargo, nunca tuvo mucho empeño en que se atendiese a su curación.
Por lo cual, al ver el señor Ostiense
que siempre había sido Francisco, y lo era, austero con su cuerpo y que comen¬ zaba a perder ya la vista de los ojos, y que rehusaba ponerse en cura, le amo¬ nestó con gran piedad y compasión di-
ciéndole:

«Hermano mío, haces mal en no permi¬ tir que te curen, ya que tu salud y tu vi¬ da son de gran provecho, no sólo para tus religiosos, sino también para los se¬ glares y aun para toda la Iglesia. Pues si tanto te compadeces de tus frailes en¬ fermos y siempre fuiste para ellos cari¬ tativo y misericordioso, es muy justo que, al verte ahora tan enfermo, no seas para ti cruel. Te mando, pues, que te ha¬ gas cuidar y medicinar, por ver si consi¬ gues la salud».
En erdad, al mismo seráfico Padre todo cuanto era amargo le parecía dul¬ ce, por el inmenso consuelo que experi¬ mentaba continuamente al contemplar la humildad y las sangrientas huellas del Hijo de Dios.
ESPEJO DE PERFECCIÓN,
Cap. VII, XCI.

"Ramón RluU

COM NOSTRE SENYOR JESUCRIST FOU HUMIL

EN LA DIGNA

SANTA PASSIO

«A la vostra passió. Senyor, no hi ha¬ gué hòmens que el vostre beneit cos rentassen ni qui I’envolupassen en draps d’or i de seda, ni hi hagué qui I’encensàs, ni qui torxes i ciris hi encenés, ni hi fou qui ajustas los prohòmens perquè us tessen honrament al soterrar, ni hi ha-

gué clergues que us fessen professó. I doncs. Senyor, ¿la vostra mort com po-
ria ésser més humil ni més vil ni més
avergonyidora?».
CONTEMPLACIÓ, Cap. XC, V. 6.

ADMIRACION POR LA NATURALEZA

El escenario del mundo presenta he¬ chos y problemas muy interesantes e in¬ quietantes. Existe también un hecho, muy conocido, pero siempre nuevo, ante el cual no puede permanecer insensible nuestra atención; y es la primavera, este despertar, ahora evidente, de la natura¬ leza; la vegetación florece de nuevo, lle¬ na de fuerza, de belleza y de poesía. La
vida renace.
¿Cómo no insertarnos en el coro de las cosas, que parecen cantar el himno de la vida, y convertimos nosotros, criatu¬ ras que piensan, en voz consciente y oran¬ te, exclamado con ellas, como nos ense¬ ñan los libros santos: «Bendecid al Señor, obras todas del Señor, alabadlo y ensal¬ zadlo por todos los siglos».
Sí, también debemos hacer esto: ob¬ servar, estudiar, admirar el cuadro in¬ menso y estupendo en el que se desarro¬ lla nuestra existencia: los cielos, con sus silenciosas y temerosas profundidades, la atmósfera, con su respiración vital, sus vientos y sus tempestades; el agua, tam¬ bién ella amiga y terrible, y sus océanos ilimitados; y la tierra, esta tierra, madre dulce y dura, ahora toda vestida de fies¬ ta, y toda poblada de animales vivos y atareados, fecunda para nosotros en in¬ mensas fatigas y riquezas.

Que nuestros ojos no permanezcan in¬ diferentes ante tanto esplendor. Nuestra época vuelve a enamorarse de la prima¬ vera; es la obra de Dios confiada al hom¬ bre, la cual es cosa buena. Pero esta ad¬ miración nuestra por la naturaleza no debe ser miope y materialista. La natura¬ leza, podemos decir, es una revelación es¬ piritualista para quien sabe contemplarla con inteligencia penetrante y es capaz de descubrir en ella una mano creadora, un pensamiento operante, un secreto digno de adoración, y para nosotros, discípulos del Verbo hecho carne, digno además de amor y de poesía.
San Francisco nos enseña a asociar
nuestra voz a su cántico de «hermano
sol»; y antes que él, el coro de los Sal¬ mos, que no cesa de invitarnos: «Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha.
hecho maravillas».
Este aliento de la naturaleza, transpa¬ rentada por el sentido religioso, introdu¬ cido en nuestro espíritu lo hace más pia¬ doso, más feliz y más bueno. Nos ayuda a trabajar con amor y con confianza; y la «Rosa mística» consuela nuestra pro¬ saica y amarga fatiga. («O. R.», 23-5-72).
PABLO VI

ESTUDIOS SOBRE LA SABANA SANTA DE TURIN

«El crucificado de la Sábana Santa es
el mismo Jesús de quien hablan los Evan¬ gelios». A esta conclusión ha llegado, tras más de veinte años de investigación, mon¬ señor GIULIO RICCI, oficial de la Con¬ gregación de Obispos y uno de los más expertos estudiosos de la reliquia llama¬ da Sábana Santa, que se conserva en la Catedral de Turin. Monseñor RICCI ha
hecho públicas sus conclusiones y apor¬ ta pruebas excepcionales de la autentici¬ dad de la reliquia. Las señales impresas en la Sábana —dice— revelan particula¬ res que confirman el relato evangélico, sobre todo, que el azotado no era un ciu¬ dadano romano, porque los romanos eran azotados con vergajos y aquí se recurrió al flagelo. El número de golpes, que RIC¬ CI dice fueron más de 121, demuestra que los ejecutores fueron romanos, por¬ que los hebreos jamás superaban los 39 golpes. Las huellas de la coronación de espinas confirman lo que refiere San Juan, es decir, que la corona fue coloca¬

da sobre la cabeza y no en torno a la frente. Se confirma también que el título de la condena no fue colocado a los pies.
«Le colocaron a la cabecera de la cruz
el título de la condena». Las huellas de
la Sábana revelan que los pies fueron clavados superpuestos.
¿Estamos ante la prueba definitiva de
la autenticidad de la Sábana? A esta pre¬
gunta, monseñor RICCI responde: «Cier¬
tamente estamos ante el hecho de tener
que excluir, del modo más absoluto, que
se trate de la obra de un falsificador. Se
trata de una verdadera flagelación, de una verdadera coronación de espinas, de una verdadera lanzada en el cuerpo y de aquel tiempo. Y si a todo esto se añaden las pruebas ya conocidas, se puede ex¬ cluir cualquier otro crucificado famoso de la historia y, por tanto, concluir que
se debe tratar de Jesucristo».
De YA (7-III-1973)

12

PASQUA
La bella Pasqua del Ressuscitat: la dels repicaments i l’al.leluia; perquè ha deixat la Mare el dol que duia i en el carrer amb el Fill ja s’ha encontrat.
Pasqua florida: amb flors de violer, blanques o grogues o color de rosa;
tota la casa embaumen si un en posa
tres branquillons dins l’aigua d’un pitxer.
Pasqua: d’un cel tot júbilos i clar, tot estirat i sense cap tavella; eel on folleja, alegra, l’oionella,
escrivint i borrant sense parar.
Pasqua amb la flaire del rostit d’anyeP; dels suculents i venerats pastissos; dc la panada amb rojos degotissos; del robiol daurat i el dolç crespell.
La Pasqua nostra, la que sempre hem vist
—car les forasteries son molestes—;
la Pasqua de donar les bones festes perquè ha ressuscitat el nostre Crist.
La Pasqua antiga i del fàcil conhort; quan no arribava mai el punt del fàstic; quan ningú estava encara obsès pel plàstic, per l’electrodomèstic i el confort.
La Pasqua antiga... que no tornarà! Perquè enrere no torna mai la vida; perquè ara corre el món sens fre ni brida, llançat cap a un incògnit més enllà!
Març de 1973.
Fra M. C., T. O. R.
13

PASCUA FLORIDA
Deixem lo dol! Cantem amb alegria i anirem a donar los Paseos a Maria.
De Sant Gabriel rebéreu Vambaixada del Rei del cel
que havíeu de ser Mare.
Humiliada, vet-mé’t aquí serventa; pariré contenta
per fer lo que Ell vol.
Deixem lo dol...
A mitjanit en punt paríreu, oh Regina, dins una establia,
vostro Jesús amat
qui el cel ha creat,
la lluna i el sol.
Deixem lo dol...
Quan de VOrient de lluny Vestrella veren i rOmnipotent
a adorar vengueren,
present li feren de mirra, encens i or a lo bon Senyor qui fa tot quan vol.
Deixem lo dol...
Quan Vhortolà anà a la Magdalena,
la va trobar
de greu dolor plena.
Però la pena
en goig se tramudà quan se mostrà més resplendent que el sol.
Deixem lo dol...
Quan va traspassar del món la Senyoria,
14

al cel la pujà son Fill per Maria. Oh, Emperadora del cel preelegida, rosa florida més resplendent que el sol.
Deixem lo dol...
Vostros goigs havem cantat Regina celestial; dau-mos goig i alegria i bones festes enguany. Rones Paseos, bones Paseos, bones Paseos mos do Déu; aquestes i moltes altres les vegem amb favor seu.
PANADES
A sa branca
hi ha dues peli
això deu esser
de que han fet
Al.lotetes: Va\\ si tornen cantar no heu de ser ía1 heu de voler es b
A casa som deu
nhi ha de petits i
No la mos doneu am\\
que Vhaurem de dar
A sa casa d’es veim també la mos han don
¿i vós sereu tan ingraaa·^ que no haureu posat lleva^?
Damunt es puig d’Orient una santa hi han posada. Si no mos dau sa panada, no vos darem aigordent.
De lo que tenim desig, que no la mos deu lleugera,
i que tenga sa vorera
un pam enfora d’enmig.
D’esta bona casa honrada
no se’n va ningú felló; antany mos daren panada; enguany, panada i flaó.

saluts,
madonmm/üiñ^Hfmda.
Hala, » ens dau sa panada d’es coHtií de tres aumuds!
D’im^t^ de coranta sous no fafe^S tantes panades
que avui mos han dades, imptar es robiols.
En queixa casa honrada hi ( imença a sortir fum;
n encendre es llum
ar-mos sa panada.
lue no heu fetes panades,
o és (Me no me’n voleu dar? Es xomque vàreu matar, tornarm ressuscitar i vos iiatarà a sucades.
Es W icari General
una cpi 'ta m’ha enviada; que, ç no mos dau panada,
caureu en pecat mortal.
Ets eriçons tenen pues i vénen de mala casta.
Lna panada mos basta
si només en teniu dues.
Fadrina qui donarà panada grossa bastant, ^ la farem seure davant en es ball que se farà.
Fadrina qui donarà panada o robiol,
ja pot dir quin fadrí vol; de tots noltros pot triqr.
Grosses les mos heu de dar, de taiades atapides; i, si no són beneides, noltros menam s’escolà.
Invoquem Sant Julià, que és es sant de ses panades; no hi som per fer berenades: una perhom per menjar.
Ja tenc es billet escrit
i ja puc menjar panades;
si voleu moltes taiades, no mateu es mè petit.
Jo m’he comprat un capell per venir a fer-vos visita. Si sa panada és petita, m’afegireu un crespell.

La mos heu de fer fineta, que noltros també som fins: amb pocs ossos a dedins, que sa carn sia tenreta.
Madona, aquesta vegada, si faltam, poreu dir-hó; vos demanam per favor que mos doneu sa panada.
Madona, si estau colgada, pegau coça an es llençol, que ara vénen un estol a prendre-nos sa panada.
Madoneta, madoneta, per sa panada venim; dau-la-mos carregadeta
de taiades i saïm.
Madoneta, sa panada jo sempre l’alabaré; no vos diré quin gust té fins que la m’hauré menjada.
Oh joveneta estimada! No vulguis desairar-mós! Vine, vine a donar-mós robiol, coca o panada.
Per a Pasco fan panades i per a Nadal torrons... Quines noves més passades dus amb aquestes cançons!
Quantes n’hi ha de casades que haurien mester garrot!
Per a Pasco volen xot
i no saben fer panades.
Sa panada que ens heu dada, sia per bona amistat; que molts d’anys i amb sanitat puguem veure tal diada!
¿Ses panades teniu cuites
i no mos ne voleu dar?
Jo voldria que demà quan n’anireu a cercar, que totes vos ’guessen fuites.
NOTA.—Aquesta «Pàgina literària» ha estat
confeccionada amb materials extrets del CAN¬
ÇONER POPULAR, del P. R. Ginard Bauçà,
volum tercer.
Anunciam la imminent aparició del quart i líltim volum d’aquesta monumental compilació de folklore literari mallorquí.
15

L‘ALEGRIA DE PASQUA
Les festes de Pasqua han estat sempre alegres. Alegres tant en el seu aspecte litúrgic* com en relació al poble, religiós i cristià, que fins ara havia viscut identificat de tot amb l’esperit de l’Església. De tal manera que les festes de l’Església eren les seves úniques i exclusives festes. Fins i tot certes manifstacions, diguem-ne festives, com les dels darrers dies o carnaval, de signe tan oposat al religiós, el poble, ignorant del possible origen pagà d’aquell csbargiment, sovint indecorós, encara les relacionava, convençudament, amb la litúrgia. Prenia aquells dies com un convenient «relax», com una necessària esbravadura de la inevitable bestialitat que tots portam dedins, per tal d’estar més en forma, com ara es diu, en haver de començar l’in¬ grat exercici quaresmal, abans no gens fàcil, del dejuni i l’abstinència.
Passades, doncs, les set llargues setmanes de la Quaresma i commemorats espectacularment els colpidors misteris de la passió i mort del Bon Jesús, es produïa el gran desbordament de l’alegria pasqual. L’Església no estalviava cap recurs per demostrar el goig i exultació que la inundava: el cant del Glòria, els repicaments de les campanes, el jubilós crit d’al.leluya llan¬ çat en orri, de vegades tallant fins i tot el curs i e! sentit de la pregària. Mes per al poble l’acte més alegre era naturalment la processó de l’encontre de la Mare de Jesús amb el seu Fill ressuscitat, el matí del dia de Pasqua. Els sofriments de la Mare de Jesús, durant les hores de passió i mort del Fill diví, havien excitat intensament la compassió de la gent, exemp¬ ta de complexitats. Per això ara també participava, amb la mateixa intensitat, de l’alegria de la Verge Maria, indemnitzada de tots els passats dolors.
Si dins l’orde espiritual l’alegria tenia aquelles belles exterioritzacions, dins cl material, des¬ prés de la diüturna abstinència, es sentirà també com una forta necessitat d’expressar la gaubança. I la manera més òbvia serà la d’acudir a la qüestió de la menjua. D’aquí, doncs, el frit i el rostit de Pasqua, tan saborosos, i, més peculiarment encara, les exquisides panades,
ensems amb els crespells i els robiols. El nostre cançoner popular ha estat també sensible a l’alegria de Pasqua florida. En la
grandiosa replega feta pel P. Ginard Bauçà hi trobam cent cinquanta-vuit cançons sobre el tema pasqual. I cal dir-ho: la major part d’elles toquen no l’aspecte espiritual sinó el material, al qual abans hem al.ludit, sobretot l’assumpte de les panades. La religió resulta massa complicada per a poder posar-la en cançons. I els glosadors, fins i tot els més destres en l’ofici, sovint no en surten gaire airosos quan es volen ficar dins aquest terreny. Mots com «eternitat» i «tri¬ nitat» són excessivament embulladors per a ells i per a la mentalitat popular. El poble quasi no aconsegueix percebre més que la clovella o l’escorça de la vida religiosa, i aquesta part ex¬ terior és la que es sol trascolar a les seves cançons.
En la «Pàgina literària» dedicada, com es veu, a Pasqua florida, hi reproduïm només una cançó de caire pròpiament religiós. Deixem lo dol. La cançó tracta dels set goigs de la Mare de Déu, mancant-hi el cinquè i el sisè, com bo fa observar Moll en la Introducció al volum ter¬ cer del CANÇONER del P. Ginard Bauçà. Es possible que l’omissió sigui deguda a una inter¬ ferència dels cinc goigs dels misteris del rosari en els set dels misteris de la corona franciscana, devoció en altre temps molt popular a Mallorca. De pasqual aquella cançó quasi no en té més que la tornada i l’estrofa final. Creim que no és obra d’un autor illetrat, però no gosaríem dir si aquest fou illenc o català continental. Ens sembla una cançó sortida de l’església, popularitzada a través de l'església. «Los Paseos» delata un «Les pasqües», amb adaptació al mallorquí «Pasco» que és masculí («més content que un Pasco»). Els mallorquins solem usar el mot
«Pasco» sense article.
Les cançons curtes que hem desglossat de la secció «Panades» del CANÇONER, són, li¬ teràriament, bastant millors que Deixem lo dol. Els autors anònims es troben, dins el tema de les panades, plenament desembarassats, tant en el llenguatge, ben seu i, per tant, molt ex¬ pressiu i pintoresc, com en l’ús de l’enginy, dels contrasts, de les exageracions, de la ironia, del sarcasme i de tota mena de tropologia, amfibologia i figures retòriques. Es en això preci¬ sament que consisteix tota la gràcia de la glosa o cançó popular. «A sa branca d’es portal / hi ha dues pells penjades»..., ¿hi pot haver res més gràfic, que tengui més plasticitat, que parli més clar a l’enteniment del nostre poble pagès que, de? dels dos primers mots de la glosa, ja endevina tota la intenció del qui la se treu. «Hala, si ens dau sa panada / d’es comú de tres aumuds!» Quin efecte més contundent no produeix la hipèrbole cn aquest cas! Una panada com tres aumuds; i l’aumud, una mesura de fusta que tothom coneix. Una figura sem¬ blant, causadora també d’impacte, es troba igualment allà on es diu que la panada ... «tenga sa vorera / un pam enfora d’enmig». Llegesquin-se totes les cançons seleccionades i es veurà com quiscuna d’elles presenta algun tret graciós, té una especial saboreta, cosa que, afegida a una versificació perfecta, fa de cada una de les cancona una vertadera... panada literària!
Fra M. C., T. O. R.
16

nits«sm jtHi.

Ja que al món fóreu famós i ara amb Déu al cel reinau,
damunt Orient vetlau
oh Sant Jordi gloriós!
Quan ferest drac destrossàreu a Beiruth, fóreu ben- vist i de glòria us coronàreu. Servent i Màrtir del Crist d’un Drac molt més furiós nos guard vostre valor brau.
Damunt...
Nostra església se destria en tenir-vos per Patró. Antiga Cavalleria aquí ja prenia honor
del vostre nom bel·licós i al mateix temps nom suau.
Damunt...
Jordi «agricultor» vol dir i els qui viuen de la terra en eixa vall de la Serra, del començ d’any a la fi —senyors, amos, conradors— d’invocar-vos sempre els plau.
Damunt...
Lloc de grans possessioirs i possessions petites, tothom respecta ses fites fora bregues ni raons, ü’aquest procedir honrós
en brota concòrdia i pau.
Damunt...
Majestat de pins i alzines i olivars pel pla i costers, gra i llegums pels sementers, horts, vinyets, fonts d’aigües fines —vast paradís fructuós— aire pur i cel molt blau.
Damunt...

Els bons vesins d’Orient
i els externs que hi compareixen
ran del vostre altar s’uneixen
Cavaller de Crist, ardent, i pel culte que us fan. Vós
els benéiu i escoltan.

Damunt...

Amb la salut conservada
i amb feina estarem a pier si conseguim bona anyada de caritat i de fe.
Del millor viure abundós
l’Evangeli n’és la clau.

Damunt...

De la nostra present vida dolç esplai n’és l’humil cant, cosa de flaire odorant, cosa d’almoina florida. Rebeu-ho amb cor bondadós, si de ver vos n’agradan.
Damunt...

Flor de la cavalleria.
Sant Jordi, per bona sort, siau-nos defensa i guia a les portes de la mort.
Si el trànsit és perillós
l’esperança no decau.

Damunt...

B. Guasp, Pr.

17

fluestras misiones
Con su;t;o gjsto reproducimos del «DIARIO DE MALLORCA» (3 marzo 1373) ía inte?e3snte entrevista sostenida entre el buen periodista D. Barto¬ lomé Suau Turgores y Monseñor Damián Nicolau, T. O. R.

EN LOS A.NDES

LA. PRELATURA DE RUAI^ACIIUCO, CON 170.000 HARZTANTES, CONFIADA
A LOS FRANCISCANOS MALLORQUINES

El Perú. Un país muy ligado a Mallorca. No por razones de ya superada emigración — como Argentina, Uruguay, Méjico, Puerto Rico — , sino por la de una presencia actual,
reducida en número, pero operante.
El Perú sabe de esfuerzos de sacerdotes y religiosos mallorquines, que van y vienen de aquellas altiplanicies andinas. Y que, por otra parte, han puesto a prueba vocaciones, que¬ brando. torciendo clarificando más de una.

Una extensa parcela peruana está a cargo, en lo religioso, de la T.O.R. Y más concretamente, de los franciscanos ma¬ llorquines. Se constituye en una prelatu¬ ra o diócesis misionera que rige como obispo Monseñor Damián Nicolau Roig. El franciscano obispo mallorquín, ha pasado unas semanas de vacaciones en su Mallorca. Hace dos días, desde su Vi¬ lafranca natal, regresó a su Huamachu-
co residencial. Antes de subir al avión
pudimos dialogar con él, sin prisas ni pausa. El tiempo justo para que nos con¬
tara cosas tan sabrosas como revelado¬
ras. Y algunas, espeluznantes.
ïk ❖ *
—¿Huamachuco? Una pequeña ciudad, de unos siete mil habitantes, en el frago¬ so corazón de los Andes. Es la capital de la Prelatura. Esta se compone de tres provincias: Huamachuco, Pataz y Bolí¬ var. Entre las tres, unos 170.000 habitan¬ tes. Aunque no oficialmente, es una au¬
téntica tierra de Misión. Y en lo econó¬
mico-social, una región que todavía no
ha entrado en el desarrollo. Podría con¬
tar muchas cosas...
Instamos al obispo mallorquín a que nos las cuente. Lo hace resumidamente,
sin entrar en «mucho detalle».
—Menos que subdesarrollo, sí. Carece
de comunicaciones mínimamente confor¬
tables. En Bolívar, para concretar, no se ha visto circular todavía ningún automó¬ vil. En Huamachuco y Pataz, las carrete¬ ras no son tales, sino caminos. Esa falta de comunicaciones produce un aislamien¬ to que retarda o impide un progreso aco¬ modado a la evolución general de los tiempos.
Hay miseria, sí. Mucha, inconcebible desde esta Mallorca de nuestros días; ar¬ quetipo de sociedad de consumo.
Las casas constan de una sola pieza.

en la que se amontona toda la familia. En esa habitación se come, se duerme, se
desarrolla toda la vida familiar y aun matrimonial. Hacinamiento, promiscui¬ dad. Se duerme, casi, sobre el santo suelo.
No existen pueblos entendidos como entes agrupados. Una iglesiuca, una es¬ cuela de mísero continente y casuchas de adobe, diseminadas.
¿Analfabetismo? Se ha hecho algo para remediarlo. El presidente Belaunde, de¬ rrocado, sembró los Andes de escuelitas. En la juventud se ha medio superado el problema. La gente madura conjunta la
miseria física con la de cultura. El P. An¬
tonio Riutord ha montado en Huama¬
chuco una imprenta y edita unas hojas periódicas que contienen una síntesis in¬ formativa —religiosa, instructiva, recrea¬ tiva— que empieza a ser «de'mrada» por la gente no analfabeta. Es toda una es¬
peranza...
Insistimos para que deje «caer» algu¬ nos «detalles» más. El obispo de Huama¬ chuco prosigue...
—El estado sanitario deja mucho que desear. Un dato: no disponemos más que de un médico para las tres provincias. Nuestras religiosas —franciscanas mallor¬ quínas también—, entre sus cometidos, desarrollan el de enfermeras. Abnegada¬ mente. Se las quiere y se las admira. El curanderismo y los brujos están a la or¬
den del día.
❖«❖
Insinuamos el tema de lo sccial. La Re¬
forma Agraria... —Está en marcha, sí. La gente no aca¬
ba de entrar en ella. No la comprende, desconfía. El campesinado de la región está integrado por los «quinceneros».
(Continúa en la pág. 23)

18

NUESTEA pequeña
HISTOKIA

THedio siglo atrás,.,

Otra vez un grabado, «La vuelta del reba¬ ño», formaba la cancela del número de abril
de 1923.
Y se iniciaba un tema que daría materia para diferentes trabajos en números sucesi¬ vos: el primer centenario del limo, y Rdmo. P. Fr. Raimundo Strauch y Vidal, Francisca¬ no, víctima del liberalismo, por defender los derechos de la Iglesia. Ahora se han trocado los papeles; la Iglesia defiende los derechos del liberalismo. ¡Signos de los tiempos!
Era Fr. G. Tous quien, bajo el título de «Alrededor de un Centenario», hacía la sem¬ blanza del P. Strauch, «víctima del furor libe¬ ral y de las sociedades secretas, enemigas eternas de Dios y de la Patria». Nacido el P. Strauch en Tarragona, en 1760, Mallorca le cobijó desde su infancia, tomando el hᬠbito religioso en el Convento de San Fran¬
cisco de Palma. Fue catedrático de nuestra
Universidad luliana y escritor y periodista valiente. Siendo Obispo de Vic, que le cuen¬ ta como a uno de sus preclaros Pastores, hubo de sufrir largo cautiverio en la Cinda¬ dela de Barcelona, cuyo suelo regó con su
sangre generosa.
En «Gaudeamus omnes», Blanquerna que¬ maba su puñadito de incienso literario en honor de los noveles presbíteros, P. Antonio Rigo, P. Miguel Munar y P. Sebastián Rubí, sacerdotes eternos en el cielo los dos pri¬ meros, operario aún en activo, en la ciudad de México, el tercero. El P. S. Rubí celebra,
pues, en el presente año, sus Bodas de Oro sacerdotales. Desde aquí le adelanta¬
mos nuestra afectuosa felicitación.
El M. 1. Sr. D. Mateo Garau, Penitenciario,
era uno de los Canónigos con cuya amistad
se honraba nuestra Provincia. Era terciario
de nuestro Padre San Francisco. Fallecido el
18 del pasado mes de febrero, esta revista dedicaba al extinto una página necrológica como recuerdo y agradecimiento.
Tirant lo Blanch, este actual desenterrador
de viejas noticias, se había liado la manta a la cabeza y escribía a todo trapo. Aficio¬
nado al catalán medieval de Ramón Llull y
de otros, y a algún moderno prosista arcai¬ zante, en el trabajo «Lo Bon Pastor» hacía gala de toda su retórica mal digerida.
Se anunciaba la Peregrinación franciscana anual que aquel año había de tener por meta Artá, con su Santuario de la Mare de

Déu de Sant Salvador, y lugar de nacimiento
del venerable P. Antonio Llinás. La fecha
sería el 17 de junio.
El tercer domingo, día 22 de abril, se ce¬
lebraría la fiesta de Ntra. Señora de Cura, con la tradicional bendición de los frutos de
Mallorca. Se insertaba un grabado de la Vir¬ gen, con los «Goigs» de la misma, no tan detestables como podría hacer pensar la mala prensa que ha tenido esa clase de literatura destinada al pueblo creyente y
sencillo.
El título siguiente era; «Pío XI condena el
modernismo social». Ahora se condena el
antimodernismo social de la iglesia. ¡Signos de los tiempos!
Fra Miguel Llompart había pronunciado una de aquellas famosas conferencias que, en cada temporada de invierno, organizaban los hermanos Alcover, D. Antonio, el Canó¬ nigo, y el P. Miguel, el Jesuíta. Se daban en el Museo Diocesano, lugar incomodísimo, como puede suponerse. El tema de la con¬ ferencia de Fra Llompart fue «El vestit del Bon Jesús». Se publicaba una parte de aque¬ lla conferencia. Lo restante iría apareciendo en los números sucesivos, hasta diciembre.
Es Vey de Son Alegre se las ha ahora, según ya dijimos, con su chifladura, lauda¬ ble en este caso, de propagar la devoción a
la Mare de Déu de Cura. En «Sa malaltia de
mestre Llamuga» hace alusión a otro mila¬ gro atribuido a la Virgen bajo aquella advo¬ cación. Como se sabe. Es Vey (P. B. Pons) dejó publicada una Novena de la Mare de
Déu de Cura.
En «Crónica franciscana», la reseña de la inauquración del nuevo Convento de RR.
Franciscanas en Son Sunyer (hoy San Fran¬ cisco) .
Destacado en «Necrología» el fallecimien¬ to del Rdo. D. Pablo Mir, Párroco de San
Miguel, que había trabajado mucho en la
enseñanza del catecismo a los niños y por el saneamiento de las costumbres de su
feligresía. Y en «Bibliografía», la recensión de Aplech
de Rondayes Mallorquines d’En Jordi des Recó (Mn. Antoni M.° Alcover, t. IV. La
recensión no va firmada. Pero no hace falta.
El estilo jugoso y brillante, y el trato deli¬ cado de nuestra lengua delatan bien a las claras la pluma de Fra Ginard Bauçà.

19

NUESTRAS HERMANAS FRANCISCANAS

LABOR APOSTOLICA EN BOLIVIA

MAS DATOS DE INTERES

II

Tal como prometimos en el número an¬ terior, proseguimos hoy con la publica¬ ción de la segunda parte de una entre¬
vista sostenida con Sor Manuela Villaver-
de, Franciscana Hija de la Misericordia y Misionera en Bolivia.
—^Me ha dicho, Hermana, que son on¬ ce las Religiosas de su Instituto traba¬
jando apostólicamente en Bolivia. ¿Por qué no me dice los nombres de ellas, el lugar donde residen, el trabajo que tie¬ nen encomendado y el pueblo o la ciudad
donde nacieron?
—Pues, tome nota.
En SUCRE:
Sor Catalina Villalonga, natural de Pal¬ ma de Mallorca, Superiora de la Casa-Semúnario S. Cristóbal y Profesora de Re¬ ligión en el «Colegio Mugía».
Sor Franciscana Moragues, Directora de la cocina y con muy eficiente labor es¬ piritual con las chicas que tiene a su cui¬ dado. Es paisana del gran Apóstol de California, Fr. Junípero Serra, francisca¬
no de Petra.
Sor Juana Pons Ferragut, nacida en Lloseta (Mallorca), tiene, entre otras res¬
ponsabilidades, la de preparar a las ni¬ ñas para confesar y comulgar por vez primera. Es un trabajo arduo y delicado.
También da clases de Religión en el Se¬
minario Diocesano.
PADILLA.—Chicas de Primaria, alumnos de Sor María Llull. Con motivo de las Fiestas Patrias, bailan graciosa¬ mente el bolero mallorquín. ¡Bien por esos bolivianas!

En PADILLA:
Sor Joaquina Torrente Pedrajos, Dele¬ gada de la M. General, Superiora y Jefe de las Enfermeras del Hospital que hay en Padilla. Nació en la Capital de España.
Sor María Rodríguez, natural de Co¬ rral de Almaguer (Toledo). Es la sacris¬ tana —con mucho trabajo— y la ayudan¬ te para los enfermos. Unos asisten al dis¬ pensario que tenemos en el Convento y otros son atendidos en sus propios do¬
micilios.
Sor Margarita Amengual Artigues. Na¬ cida en la ciudad de Manacor (Mallorca); es la más reciente de nuestras misione¬
ras en Bolivia. Está al frente de la Direc¬
ción del Liceo de señoritas de Segunda Enseñanza (secundaria), si bien gasta asi¬ mismo sus energías para otros meneste¬ res apostólicos.
Sor María Llull Zarallo, de la misma ciudad que la anterior. Tiene a su cargo un curso de la Enseñanza Primaria. Da
las clases de Religión en dos Escuelas
Fiscales (Nacionales). Alfabetiza (con
una señorita) a los presos, alfabetización muy interesante —y difícil—, pues resul¬ ta una manera realmente práctica para llevar a dichos presos el mensaje de
Cristo.
—¿Y no está Vd. también en Padilla?
—Sí.
—¿Y qué es lo que hace? —No se preocupe. No tiene interés al¬ guno. Vivo feliz con mis Hermanas y ayu¬ do en lo que puedo. Después, el entrevistador tuvo que apa¬ ñarse para conseguir por otros cauces la información que necesitaba para no dejar
un vacío en esta enumeración de datos sobre nuestras Hermanas de Padilla. Los
informes recibidos son:
Sor Manuela Villaverde, natural de Al¬ magro (como ya se dijo en el número anterior), lleva la dirección del Internado, que tiene por fin acoger a las niñas. Da
clases de música en la citada Escuela. Di¬
rige también una escuela legalizada de corte y confección, regida antes por la fallecida y muy recordada Sor Margarita Genovard Ferrer, de Ariany. Por otra par¬ te, con su acordeón, ameniza giras apos

20

tólicas y otros actos para la expansión y alegría cristianas.
Además, se nos informa que, como fru¬ to de los primeros cuidados espirituales que llevó a cabo como asesora de los movimientos apostólicos que encontró, la Congregación cuenta con una Religiosa que ya ha regresado (después de tres años de Profesa en Mallorca) recientemente
a Serrano para trabajar entre sus com¬ patriotas. Nos referimos a Sor Felicia Apa¬ ricio, la cual vibra en ardor apostólico especialmente por la juventud obrera.
—¿Y cuáles son las componentes de la
Fraternidad de SERRANO?
—Antes le diré que allá nos ha sido con¬ fiado el Internado de la Normal Rural.
El Centro se llama «Normal Rural Frans
Tamaño». Tiene por fin formar a las jó¬ venes futuras maestras rurales, las cua¬ les trabajan en las comunidades campe¬
sinas.
Sor Bárbara Genovard Mestre, de Ariany (Mallorca), es la Superiora. Ade¬ más es la Inspectora (con título del Es¬ tado) de las Normalistas. Cuida de ellas, las forma espiritual y científicamente, sa¬ biéndolo hacer más como madre que co¬ mo Inspectora.
Sor Margarita Andreu Allès, natural de Ferreries (Menorca), es la Ecónoma o Administradora del Internado-Rural. De¬
bido a sus cualidades humanas y reli¬ giosas es muy querida por toda la juven¬ tud de dicho Internado. Lleva una ad¬
ministración con un gran sentido de la justicia social. Le interesa en gran mane¬ ra el bien de todos los componentes del Internado.
Sor Joaquina Teatino Leal, de Albaladejo (Ciudad Real), ayuda a Sor Bárba¬
ra Genovard en la formación de las mu¬
chachas y da clases de Religión en la Es¬ cuela de Aplicación, es decir, en la Es¬ cuela de prácticas para las y los estudian¬
tes normalistas.
Sor Bárbara y Sor Joaquina preparan igualmente para la Confesión y la Prime¬
ra Comunión.
Ahora se ha incorporado a muchos de los trabajos antedichos la citada Sor Fe¬ licia Aparicio, natural de Padilla.
—¿Dónde trabajaba y qué hacía la ac¬ tual Secretaria General, Sor Eulalia Po¬ rras López, cuando tuvo que dejar Bo¬ livia para incorporarse al Consejo Gene¬ ral de la Congregación?
—Trabajaba en Padilla. Tenía el cargo que ocupa actualmente la mencionada Sor
Margarita Amengual. A Sor Eulalia la re¬
cuerdan con mucho cariño cuantas per¬ sonas la trataron.
—¿Cuántos habitantes tiene Padilla? —En el núcleo de la ciudad, sólo 3.000. Pero hemos de contar los anexos, es de¬

Liceo San Pío X (Padilla). Ejercicios de Educación física por los alumnas.
cir, los habitantes que forman la parro¬ quia. Suman 20.000.
—Usted habla con mucho entusiasmo
de cuanto se refiere a Bolivia, y de ma¬ nera especial cuando cita Padilla. Es de alabar la alegría que refleja, y me en¬ cantan las muchas cosas buenas que ha
sabido contar sobre los tres centros de
misión que les ha encomendado la Igle¬ sia. Por otra parte, comprendo su predi¬ lección por Padilla, lugar de entrega apos¬ tólica para Vd. Con todo, ¿por qué me dice que la referida ciudad ha dado nom¬
bres de relieve a la nación?
—Pues, mire: últimamente han sido nombrados dos Obispos precisamente na¬
turales de Padilla. Y es de la misma ciu¬
dad el actual Ministro del Interior. jYa
ve Vd.!
—^Finalmente, Hermana, ¿cuántas voca¬ ciones ha dado Bolivia a la Congregación
de Vd.?
—Le cito los nombres: Sor Corina, Sor Victoria, Sor Felicia, Sor María Nelly, Sor Cristiana y Sor Paulina. Además, la pos¬ tulante María Lourdes.
—Muchas gracias. Sor Manuela, por el detallado informe que me ha facilitado para nuestros lectores. Creo que muchos se lo agradecerán.
****
Desde 1961, tres Fraternidades de las Hijas de la Misericordia en Bolivia han dado el fruto esperanzador de 7 vocacio¬ nes para dicha Congregación. Si cada tres Fraternidades de España hubiesen reco¬ gido la misma cosecha,/cuán pequeño re¬ sultaría el vetusto Noviciado de Pina!
Aceptemos, con todo, los planes de Dios;
arrimemos el hombro en la medida de
nuestras posibilidades, y, llenos de con¬ fianza en el Divino Dueño de la mies, si¬ gamos valientemente —reconociendo, sí, nuestra limitación, pero sin derrotismos do ninguna especie— la senda luminosa que nos ha trazado la Iglesia por medio
del Vaticano II.
Fr. Jaume Tugores, T. O. R.

21

«MUK:$$TR0S SlAYORRli»

El tema de «nuestros mayores», o de la ancianidad, está hoy de moda, al igual que muchos otros.
Artículos al respecto en periódicos, re¬ vistas, congresos, los modernos estudios
de gerontología y geriatría, cuyo objeti¬ vo es la ancianidad, nos manifiestan a las claras la actualidad palpitante del problem.a. Digo problema, y es que no es para menos, pues, el número de ancia¬ nos, de jubilados, aumenta a un ritmo
acelerado.
La población española se encuentra en vías de un envejecimiento progresivo o
de un descenso de las tasas de natalidad
y aumento de la esperanza de vida al na¬ cer, con lo cual aumenta la proporción de individuos inactivos que origina problem.as de tipo económico, social y sanita¬
rio.
Hoy vivimos más años, por término medio; la esperanza de vida del español al nacer es hoy de 69,5 años para los va¬ rones y de 74,5 para las mujeres. El gru¬ po que más ha aumentado, proporcio¬ nalmente, en este decenio ha sido el de los mayores de setenta y cuatro años pa¬
ra arriba.
Mientras que en 1930 en España había 1.250.000 personas con edades superiores a los sesenta y cinco años, en 1971 la po¬ blación de ancianos llega a 3.860.000, lo cual representa un porcentaje del 11,2 % sobre el total de la población española.
Ahora bien, ante este hecho, real y evi¬ dente, podemos preguntarnos: ¿qué lugar ocupan hoy nuestros mayores en la so¬
ciedad?
Es posible que todos nosotros conoz¬
camos casos concretos de situaciones in¬
humanas e injustas de vida de ancianos. Unos que viven en la más estricta po¬ breza, o totalmente solos, o bien obliga¬
dos al más absoluto silencio porque na¬
die les escucha o, si hablan, parece que todo el mundo tiene derecho a reirse de ellos por las cosas que dicen. En fin, que

su situación social es la del arrincona-
miento o marginación.
Ante la sociedad ésas figuran ser per¬ sonas que ya han exprimido todo su ju¬ go y que no pueden competir con la ju¬ ventud; como consecuencia, lo mejor es no contar con ellas dejándolas de lado. Es uno de los casos en el que cuenta más lO' que se rinde que la persona en sí
misma.
Existen una serie de prejuicios e ideas preconcebidas sobre la ancianidad, de las cuales todos nosotros somos en alguna forma partícipes.
Estos prejuicios e injusticias, juntamen¬ te con una real y progresiva debilitación física, pérdida paulatina del sentido de la vista y del oído, disminución de la memoria y una cierta propensión a les achaques propios de la edad, lo mism.o que la relativa proximidad al final de la vida, hace que veamos esta «tercera edad» como algo temido e indeseado, al¬ go muy lejano y que parece que nunca ha de llegar.
De la misma forma que idealizamos la juventud, tratamos de ignorar la vejez.
Pero, ¿hemos tratado de reflexionar al¬ guna vez seriamente sobre esta tercera etapa de nuestra vida? Es posible que no. Sin embargo, hay muchas razones que nos inclinan a ver la ancianidad, no como un ocaso con un final oscuro, sino por el contrario, como un radiante ama¬ necer: «La vejez es tan sólo el primer instante de una mañana» (Joubert). ¿Qué hay más alegre, más esperanzador que
una mañana?
San Pablo compara la vida cristiana a un atleta que corre en el estadio.- cada paso que se da, cada día que transcurre, es un acercarnos más a la meta, meta o final que para el cristiano es el en¬ cuentro definitivo y personal con Cristo.
¿No resulta acaso suficiente esta idea para llenarnos de consuelo al pensar en

22

el final de nuestros días?
Y también, el progreso y bienestar que disfrutamos, ¿no es herencia de nuestros mayores?
¿Por qué, pues, desentendemos de los problemas que lleva anejos la anciani¬
dad?
¿Cuál es la respuesta o el comporta¬ miento de la sociedad para con los an¬ cianos? Hasta el presente, hay que re¬ conocerlo, les ha tenido olvidados y mar¬ ginados. Sólo han existido —me refiero a España— instituciones de tipo bené¬ fico y caritativo, especialmente Congre¬ gaciones de religiosas, que han acogido y cuidado de muchos ancianos, bajo cuyo cobijo y amparo han pasado sus últimos
días.
Actualmente la sociedad, el Estado, es¬ tá interesado en este asunto; podemos decir que ya era hora que esto llegara.
Pero el problema no es solucionable por los propios afectados en el momento actual —en muchísimos casos impotentes e incapaces— ni tampoco en un próximo futuro. (Palabras de D. Licinio de la Fuen¬ te, ministro de Trabajo).
Por otra parte nos dice Pablo VI en

la «Octogessima Adveniens»: «La atención de la Iglesia se dirige hacia estos nuevos <(pobres» —los minusválidos, los inadap¬ tados, ancianos, marginados de diverso origen—, para conocerlos, ayudarlos, de¬ fender su puesto y su dignidad en una sociedad endurecida por la competencia y el atractivo del éxito», (n." 15).
Es un buen programa: «Conocer para poder ayudar y defender».
Se están dando pasos agigantados, pero aún podemos comprobar que es muy lar¬ go el camino que falta por recorrer.
Es de desear que con el esfuerzo de todos: médicos, sicólogos, organismos ofi¬ ciales, sacerdotes, religiosos, religiosas y toda la sociedad en general, se tome con¬
ciencia clara de esta nueva clase social
de «pobres» a fin de que intentemos crear un ambiente propicio de bienestar, ale¬ gría y aceptación de nuestros mayores pa¬ ra que se sientan plenamente integrados
en la marcha de la sociedad.
Pensemos que «hoy son ellos, pero ma¬ ñana seremos nosotros»; y hoy nos piden nuestra ayuda, estima e interés.
Fr. Blas Gómez, T. O. R. Quintanar de la Orden (Toledo)

(viene de la pág. 8)

NUESTRAS MISIONES

Quince días cada mes de trabajar gra¬ tuitamente para el dueño de la tierra. Aparte de la entrega de bastantes frutos del trabajo propio. La Reforma ha con¬ sistido en expropiar latifundios, median¬ te indemnización, y entregar parcelas a «quinceneros», que tienen que ir pagando al Estado, en plazo largo, el valor de la expropiación. Cuesta mucho convencer a aquella pobre gente. Una finca nuestra, procedente de una manda pía, ha entra¬ do en la Reforma y nos estamos esfor¬
zando en instruirles sobre el valor del
cooperativismo y de los recursos técni¬ cos que dulcifican y hacen más rentable e] trabajo del hombre.
:ie :»: *
Monseñor Nicolau, antes de despedirse, nos proporciona los datos mallorquines
de su Prelatura.
—Somos diez franciscanos. Regentamos

también una parroquia en Lima y otra en Trujillo. Tenemos un incipiente Semina¬ rio en Huamachuco. Las monjas mallor¬ quínas franciscanas son ocho.
He aprovechado mi estancia en Mallor¬
ca para solicitar ayuda. Necesitamos con
urgencia una camioneta para nuestras re¬ ligiosas, construir una cisterna en una aldea sedienta y unos «refugios» para que nosotros mismos podamos pernoctar en nuestras correrías evangélicas por aque¬ llos andurriales de Dios sin tener que hacerlo en las ya repletas y únicas habi¬ taciones de las «casas» de aquella pobre gente.
He recogido en Mallorca generosas ayu¬
das.
Aquellas personas que quieran colabo¬ rar con nosotros pueden dirigirse al P. Jaime Tugores, en el Convento de San
Francisco, de Palma, que es Procurador
de las Misiones Franciscanas».

23

ENCUENTRO FRATERNAL EN MARRATXINET

El 25 del pasado mes de febrero, do¬ mingo, un grupo de terciarios de las Her¬ mandades de Palma e Inca se reunie¬ ron, en número de 38, en la casa de Ejer¬ cicios de las Religiosas Franciscanas, de Marratxinet, para tener un día de refle¬ xión y fraternidad. Dirigieron la jornada D Lorenzo Tous, Canónigo, y el P. Fran¬
cisco Batle, T.O.R.
Después de los mutuos saludos, a las 9,30 de la mañana empezaron los actos
del día con el canto de los Laudes. D. Lo renzo Tous centró en la homilía la fina lidad de la reunión, y dispuso los áninios
para el encuentro con la Palabra de Dios y la acción del Espíritu. Luego, a lo largo de la mañana y en dos conferencias, Don
Lorenzo habló de la introducción al Evan¬
gelio y a las cartas de San Pablo, expo¬ niendo con claridad y sencillez las ideas fundamentales para poder penetrar me¬ jor y más fácilmente en la lectura y me¬
ditación del Nuevo Testamento.
Antes de la comida se tuvo un diálogo en común sobre los principales proble¬ mas que tienen planteados nuestras Fra¬ ternidades seglares, y se buscaron solu¬ ciones para poder vivir mejor y más au¬ ténticamente el espíritu fransci~can'>. .‘='e habló de los grupos de oración, estudio
y apostolado, y se manifestaron los resul¬ tados de interesantes experiencias.
Después de la comida, exquisitamente preparada por las Religiosas Francisca¬ nas y que transcurrió en un clima de franca alegría, hubo tiempo libre para poder pasear y admirar la serena belleza del campo, lleno de almendros en flor.
El P. Miguel Colom, Director de la Hermnadad de Inca, y el P. Jaime Puigserver, junto con otro grupito de terciarios, se unieron por la tarde a los jornadistas.
A las 4 de la tarde, reunidos de nuevo, D. Lorenzo nos habló sobre la oración
en el mismo tono de sencillez y claridad que lo hiciera por la mañana, entusias¬
mando a los asistentes.

donde todos los asistentes pudieron pre¬ sentar sus intenciones para rogar todos juntos por ellas. Al contacto de la Euca¬ ristía se reforzaron propósitos y se to¬ maron nuevos alientos para seguir más
fielmente la ruta franciscana.
Después de la misa, al despedirse frater¬ nalmente unos de otros, todos expresa¬ ban el deseo de que estas jornadas se repitan periódicamente, para ahondar así m.ás en la propia vocación y animarse mutuamente a vivir con más plenitud la vida evangélica.
DESDE ROMA.—NOMBRAMIENTO Recientemente el Hermano Nicolás Dameto Squella, Ministro Provincial de la T O. F., ha sido nombrado Vice Presi dente del nuevo Discretorio Internacio¬ nal de la, T. O. F. En el Discretorio Inter nacional hay cuatro Vice Presidentes, uno por cada una de las cuatro Familias Fran¬ ciscanas. Hemos de hacer notar que el Hermano Nicolás Dameto es el único es¬ pañol que forma parte del antedicho Dis¬ cretorio.
Nuestra enhorabuena por tal distinción, al mismo tiempo que nos congratulamos de que precisamente un terciario mallor¬ quín sea el representante de nuestra obe¬ diencia en el máximo organismo de la
T. O. F.
SEGUNDA JORNADA TRIMESTRAL DE FRATERNIDAD.—^Tendrá lugar el do¬ mingo, día 1.® de abril, en nuestro Co¬ legio de La Porciúncula. Los actos empe¬ zarán a las 4 de la tarde. Terminarán con la Celebración Eucarística. Tomen nota las Fraternidades interesadas.
^
Difundir la lectura y suscripciones de

A las 5’30, como acto final del día. se tuvo una Celebración Eucarística, cele¬ bración verdaderamente vivida y parti¬ cipada por todos. Todos en torno al al¬ tar cantaron y oraron como un solo co¬ razón y una sola alma. Singularmente emotiva resultó la oración de los fieles, V

'HERALDO DE CRISTO»
Es un mensaje fócil de llenar de
MENSAJE FRANCISCANO
el mundo de hoy.
J

¡MURIO FRAY JUAN ESTELA!

¡Otro queridísimo hermano nuestro en religión que se nos ha ido al cielo! En un tiempo relativamente corto, solo ocho meses, han desaparecido cuatro relevan¬ tes figuras de nuestra Provincia religiosa: primero, Fr. Antonio Juan, y luego, el P. Antonio Nicolau y el P. Miguel Salom; ahora, últimamente, Fr. Juan Estela. Son éstos unos vacíos que ya no se llenan, unos modelos que ya no se reproducen.
Fr. Juan Estela Ginard había nacido en
Palma de Mallorca día 18 de julio de 1896. Ingresó en el noviciado de nuestra Provincia el 29 de agosto de 1917. Emitió la profesión simple el 17 de septiembre de 1918 y la solemne, el 19 de septiembre
de 1922.
Acabado el año de noviciado, fue des¬ tinado al Santuario de Ntra. Señora de
Cura, donde permaneció hasta su muerte,
dedicado a todos los menesteres de la
casa. Recorrió los pueblos y predios de Mallorca recogiendo limosnas para el San¬ tuario, y con su propio trabajo ayudó a reparar el estado ruinoso en que se en¬ contraba. Entre los años 1921-1924 pasó varias temporadas en La Porciúncula, pa¬

ra trabajar como albañil en la construc¬ ción del primer cuerpo del nuevo Semi¬
nario.
De carácter afable y bondadoso, vivía profundamente el espíritu de la sencillez franciscana. Enamorado de la Virgen de Cura, la honraba con filial ternura y sa¬
bía comunicar a los visitantes del San¬
tuario, más con el ejemplo que con las palabras, ese mismo familiar amor a la Madre de Dios. De una caridad exquisita, supo granjearse el aprecio y estima de
cuantos le trataron.
Dios quiso probarlo con una larga y penosa enfermedad que supo, desde el primer momento, llevar con plena acep¬ tación y perfecta alegría franciscana.
Día 25 del pasado mes de febrero, con¬
fortado con los santos sacramentos de la
Iglesia y en la paz del Señor, moría Fr.
Juan en el mismo Santuario de Ntra. Se¬
ñora de Cura.
La Misa exequial, presidida por el Pa¬ dre Provincial —quien pronunció una bellísima homilía de circunstancias—, fue concelebrada por hermanos repre¬
sentantes de todos nuestros conventos de
Mallorca y participada por gran número de fieles. Después de la Misa, los restos
mortales de Fr. Juan fueron trasladados
al cementerio del Santuario, donde, cer¬ ca de la Virgen que tanto amó, esperarán
la resurrección final. Mientras tanto es¬
tará ya su alma disfrutando, en el cielo, del premio que concede el Señor a los justos.

PARTIERON HACIA LA CASA
DEL PADRE
Manacor.—Recientemente, y en el cor¬ to plazo de unos meses, los consortes do¬ ña María Frau Mas y Sebastián Artigues Estelrich, ambos del Discretorio de la T.
O. F.
Día 2 de enero, D. Bartolomé Galmés Girard, seglar franciscano.
Búger.—Día 1 de febrero y a la edad de 88 años, D.^ Margarita Alemany Villalonga, madre de nuestro amigo el Cura Párroco de Sa Cabaneta, Rdo. D. Juan
Ferrer.
Inca.—Día 8 de marzo, el terciario fran¬ ciscano D. Jaime Genestar Morro, natu¬
ral de Moscari. Contaba 90 años de edad
y era el padre de nuestro estimado her¬ mano de hábito, Rdo. P. Rafael Genestar Serra, Secretario del Colegio San Fran¬ cisco (Palma de Mallorca) y Doctor en ciencias Biológicas.

D.^ Catalina Seguí Fiol (28 febrero),
terciaria franciscana.
Palma de Mallorca.—^Día 26 de febre¬
ro, D. Bartolomé Oliver Morey, hermano de la terciaria franciscana Margarita
Oliver.
Son Espanyol (Palma de Mallorca).—
Día 14 de marzo a los 94 años de edad y
71 de vida religiosa. Sor Francisca Su sana Morro Crespí, natural de Bunyola y Franciscana Hija de la Misericordia.
Calviá.—Cuando ya llevaba 50 años de profesa también como Franciscana Hija de la Misericordia, Sor Francisca Bonet Bonet, natural de S’Alqueria Blanca. Mu¬
rió día 15 de marzo.
Manacor.—^Día 16 de marzo y a los 79 años de edad, D. Juan Cubells, padre de Sor María Cubells (Franciscana Hija de la Misericordia), Superiora en el Conven¬ to de la C/ Antillón, 80 (Palma de Ma¬ llorca).

25

ARQUITECTURA
DEFENSIVA DE MALLORCA

Plànol del Castell. (Amb aut. de Cap. General)

CASTELL DE SANT CARLES (III).—
Fodem dir que, de fet, en 1715 s’inicia una nova época en tota Espanya, degut a la pujada al tron del primer Borbó. En aquest any és suprimida la Companyia d’Artilleria Reial, que comptava amb 78 artillers i 14 oficials, dels quals 25 esta¬
ven destinats a Sant Carles i Punta Ga¬
lera.
A finals del s. XVIII l’alcaid va esser substituït per un Governador o Coman¬ dant, amb categoria, de vegades, de capi¬ tà, si bé solia esser un tinent.

se desmuntaven cartutxos que procedien dels que quedaren de la desgracia del re¬ vellí, anomenat del Rei Don Jaume —no del de Sant Ferran, que va rebentar Tany 1895—, hi va haver una explosió, rebent greus cremadures Tartiller de Consell, Josep Bernat.
En aquesta època va fer de presó polí¬ tica, i així veim que dia 7 d’octubre de 1869 els presoners republicans que hi ha¬ via foren traslladats a Bellver, ja que aquest reunia unes condicions més hu¬
manitàries.

A l’any 1821 se va declarar la pesta gro¬ ga. A la nit del 21 al 22 d’octubre se pro¬ duí un esvalot, que se va suposar polític.
Va esser dominat i els més exaltats fo¬ ren tancats a Sant Carles. La realitat era
que se sospitava que «els cataliners», que tenien fama de contrabandistes, havien
introduït la malaltia.
L’any 1823, el Castell va esser despos¬ seït de la bandera: «Palma, 23 de mayo de 1823. Al Gobernador Militar plaza de
Alcudia. He ordenado se efectúe la ex¬
tracción de la bandera que entregará el guarda-almacén del Castillo de San Car¬ los y (que) sea remitida a Alcudia, dada la mayor falta que hace en esa plaza que en el Castillo, por lo inmediato que está
de Palma».
El 21 d’abril de 1869, al matí, mentre

El 26 i el 27 d’octubre de 1870 hi va
haver casos de tifus. La major part se donaren en el barri de Santa Catalina, Castell de Sant Carles i Bellver. Degut a aquesta malaltia se va improvisar un hospital al Castell, i a finals de novem¬ bre l’Ajímtament repartia diàriament, per aquest concepte, 275 raccions als ma¬
lalts acollits a Sant Carles.
A l’estiu de 1872 la Ciutat va tornar a
patir el tifus. En el Castell se refugiaren famílies dels carrers del Guix, Verge de Lluc, Moral i Bosch, en total 336 perso¬ nes, que no tengueren cap novetat entre
elles.
L’any 1896 se varen instal·lar nous ca¬ nons a Sant Carles, concretament dels models «Ordóñez». Varen esser provats el matí del 22 de juliol de dit any.

2é

L’Arxiduc Lluís Salvador ens diu: «Es¬ tá rodeado (el Castillo) de foso con puen¬
te levadizo, hay una pequeña vivienda para el Gobernador, cuartel para 200 hombres, y una casamata para cien, ade¬ más hay una cisterna».
El darrer dia de juliol de l’any 1920 la
bateria de salves de Sant Caries va con¬ testar al salut del navili italià «Americo
Vespuccio» i es va produir un incendi a la pólvora, causant cremadures impor¬ tants als soldats Joan Serra i Llorenç
Solivelles.
Pel juny de 1921 el soldat Llorenç So¬ livelles Nadal, ferit per l’explosió d’un canó de Sant Carles, va ingressar al cos
d’«Invàlidos».
Al ple de 3 de maig de 1965 el Batle de Palma, Ilm. Sr. D. Màxim Alomar Josa, en vistes que la fortalesa, que tengué im¬ portància militar fins a començaments de segle, ara ja l’havia perduda —degut als avanços de les armes ofensives-defensives—, va proposar sol·licitar al Govern la cessió del Castell a la Ciutat, per po¬ der destinar-lo a parc (igual que el de Montjuic, a Barcelona; Santa Bàrbara i Sant Ferran, a Alacant; la Concepció, a Cartagena; Paso Alto, a Santa Cruz de Tenerife; l’Alcazaba, a Màlaga; San An¬ tón, a la Corunya, etc.) i museu militar. La Corporació Municipal ho va aprovar per unanimitat.
A la proposta que se va enviar a l’Estat se demanava lo anterior, indicant que, en cas contrari, la bateria de salves podria coexistir amb els jardins i el mu¬ seu. Mes no va esser aprovada la cessió pel Ministeri de l’Exèrcit.
Anys després, el 10 de maig de 1968, un grup de directius d’«Amigos de los Castillos» varen visitar el Sr. Batle per a
la mateixa cosa. Hi anaren el President Provincial, Sr. Comte d’Olocau; el Presi¬ dent Honorari, Sr. Cerdó; el Secretari, Sr. Reinés; el Directiu, Sr. Esteve; i el representant de l’Ajuntament en l’Asso¬ ciació, Sr. Tous. Se va acordar gestionar la cessió de la propietat del Castell a fa¬ vor de la Ciutat, però restant el domini

Portal de l'ampliació. (Amb. aut. de Cap. General)
Útil a l’Exèrcit. No va fructificar tampoc aquest intent.
A finals de 1970 el Batle, Don Gabriel Alzamora López, va manifestar el seu de¬ sig de fer arribar personalment la soLlicitut al Cap de l’Estat.
Dia 30 de juny de 1971 va tenir lloc la tan ansiada audiència de la Corporació Municipal amb el Gm. Franco, assistint-
hi també el Governador Civil. Se tracta¬
ren, en un clima de gran cordialitat, molts i importants afers de la Ciutat. Re¬ ferent al que ara ens ocupa se va obte¬ nir la promesa d’ajuda per part de la més alta autoritat espanyola.
Malgrat lo que s’acaba de dir, algun temps després va arribar la notícia de la no cessió per raons d’utilitat militar.
(CONTINUARÀ)
Josep Segura i S.

27

BIBLIOCRAFIA

IMMACULATE HEART OF MARY CHURCH
SILVER ANNIVERSARY, 1947-1972 ELIZABETH, N. J., USA

Como ya se vio en una crónica apare¬ cida en el número pasado, nuestra Pa¬ rroquia del Inmaculado Corazón de Ma¬ ría, de Elizabeth (New Jersey, Estados
Unidos de Norteamérica) celebró en 1972 las Bodas de Plata de su fundación. Co¬ mo recuerdo de la importante efeméri¬
des aquella comunidad parroquial de la T. O. R., perteneciente a esta Provincia franciscana española, ha editado, a todo lujo, un hermoso folleto donde, en in¬ glés, castellano y portugués, se ofrece una pequeña historia de la fundación y sus vi¬ cisitudes, así como un cuadro completo de las diversas actividades religiosas, cultu¬ rales y sociales de la mencionada Parro¬ quia durante sus veinticinco primeros años de existencia. Una gran profusión de grabados (autoridades eclesiásticas, per¬ sonas que intervinieron o intervienen ac¬ tualmente en la Parroquia, edificios, etc.), algunos en tricromía, adornan la peque¬ ña publicación.
Agradecemos vivamente el ejemplar que
nos fue remitido.
Fr. M. C.
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♦

*

El borrador
El profesor de Biología se esfuerza por probar la superioridad del hombre so¬ bre la mujer. Una alumna le discutía.
—En fin, no me negará usted que Dios hizo primero al hombre, dijo el profesor.
—Sí, doctor. También nosotras hace¬ mos un borrador aquí en la clase.
Mercancías
Un diario de Lisboa escribe:
«Ha llegado a Oporto el vapor «Aveiraes», que entre otras mercancios irae taba¬ co, plantas de ornamentación y vorios pa¬ sajeros».
Por amor
La romántica muchacha replica; —Sí; le amo por encima de todos los obstáculos, y aunque sea usted millonario
me casaré con usted.
Retraso justificado
El ¡efe le dice al empleado: —Llega usted tarde. — Es que en la cola del tranvía se le ha perdido a un señor una moneda de cincuen¬ ta pesetas y ha estado buscándola mucho tiempo. - Eso no es motivo. Usted pudo tomar su tranvía y el señor que siguiera buscando
su moneda.
— Es que... yo le tenía puesto el pie
encima.

28

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