El Heraldo de Cristo 1972, n. 747
HERALDO DE CRISTO
JUNIO 19 7 2

r
VIAJE A LOURDES
PASANDO POR
ANDORRA, S. SEBASTIAN, PAMPLONA, ZARAGOZA, etc.
Tal como anunciamos en el pasado mes de mayo, la T.O.F. de Baleares organiza una interesante visita a Nuestra Señora de Lourdes.
El viaje se ha pensado así:
Día 2 de julio, alrededor de las 7,30 de la mañana, partida desde Bar¬ celona en autocar-pullman, después de desayunar.
Llegada a Andorra para el almuerzo. Tiempo libre. Cena y alojamiento. Día 3, después del desayuno, salida hacia Ax-les-Termes, donde se al¬ morzará. Continuación del viaje hacia Lourdes para llegar alrededor de las 6 tarde. Visita a la Cueva y Basílicas de Lourdes. Cena y alojamiento. Día 4, pensión completa en Lourdes. Misa en la mundialmente fam.osa Gruta y asistencia a la procesión de las antorchas, bendición de los en¬ fermos, etc. Día 5, después del desayuno, se parte hacia Biarritz, donde tendrá lu¬ gar el almuerzo. Continuación del viaje para llegar por la tarde a San Se¬ bastián. Cena y alojamiento. Día 6, toda la mañana en San Sebastián. Acabado el almuerzo, se pro¬ sigue el viaje hasta Lecumberri, donde se cenará y pernoctará. Día 7, SAN FERMIN, ya se desayunará en Pamplona, donde podrán ser contemplados los famosos encierros. Se almorzará en la misma capi¬ tal. Después, se proseguirá la ruta para llegar a Zaragoza la misma tarde. Cena y alojamiento. Día 8, desayuno y almuerzo en el mismo hotel de la Ciudad de la Virgen del Pilar. Mañana libre. Naturalmente, misa en la Basílica del Pilar. A principios de la tarde, se iniciará la última etapa del viaje, con parada en Lérida y en el Monasterio de Montserrat. Alrededor de las 20 horas, llegada a Barcelona. Punto de partida y llegada en Barcelona: el puerto, junto a la Esta¬
ción Marítima.
Precio del viaje: 4.500 pesetas.
Pueden ser solicitados programas a mano más detallados.
Informes y reservas:
P. Asistente Provincial de la T. O. F. — Convento de San Francisco. — Palma de Mallorca.
P. Antonio Pericás, Director T. O. F. Basílica de San Francisco. —
Palma de Mallorca.
En Parroquia de San Francisco de Asís (El Pil.larí): P. Antonio Riera Lliteras, T. O. R., Párroco.
En Inca y su zona: P. Miguel Colom, T. O. R., Director T. O. F. Conven¬
to de San Francisco. Tel. 11 — Inca.
En Muro y su zona: Rvdo. D. Gabriel Server, Párroco y Director de la
T. O. F. — Rectoría. — Muro.
En Llucmajor y su zona: P. Antonio Fiol, T. O. R., Director de la T. O. F. — Convento de San Buenaventura. — Llucmajor.
En Manacor y su zona: Rvdo. D. Ramón Riera, Pbro., Director de la T. O. F. — Pl. Rector Rubí, 12. — Manacor.
Dirección técnica: Viajes Aeromarítima, S. A. Avda. Generalísimo, 39. — Palma de Mallorca.

Obis

REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R
•
JUNIO 1972

Año LXIII - Núm. 747

•
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA

•
DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.

ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R.
• CON LICENCIA ECLESIASTICA
•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:

ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR

... 75 PTAS

100 ...

«

500 ...

«

•

DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958

NUESTRA PORTADA

TORRE DE CA'N CLAR, SANTANYÍ.
— Nosotros ignoramos el nombre deesa calleja, perezosa ahora de sol, donde parece haberse dor¬ mido el tiempo. Estuviese en tierras extremeñas o castellanas y ya no se librará de ser la calle
de la Torremocha. Buen motivo habría dado
para ello la del viejo molino del fondo, despor¬ tillada y destocada, sin el blanco penacho de las aspas gimiendo bajo el azote del viento.

L

y

lea en este ntimerot

Desacralizar, ¿por qué?

3

Anales de la Provincia Española de la In¬

maculada Concepción de la Tercera Or¬

den Regular de San Francisco.

.

.

4

San Antonio de Padua y su tiempo .

.

6

La educación y sus problemas

...

8

Nuestro Convento de Artà, noticia: hace 75

años la T. O. R quedó instalada en él . 10

Juny (poesia)

13

Pàgina Literària

14

«Cura» de llenguatge. - La fauç .

.

.16

En el Castell roquer

17

Fisonomía de San Francisco .

.

.

.18

La pedra de Roma

18

Bodas de Oro sacerdotales .

.

.

.19

Nuestras misiones

20

Nuestra pequeña historia

.

. 22

Página del terciario . .

.

.24

Cursillo de Juventud Franciscana .

.

. 25

La nieta de Tagore

27

Arquitectura defensiva de Mallorca . . 27

Chistes

........

28

/

^

RECTIFICACION

Por habérsenos saltado una línea quedó altera¬ do el sentido de un párrafo del artículo COMEN¬ TARIOS LEVES aparecido en el número del pasado mes de mayo. Dicho párrafo (en póg. 12) debe leerse completodo de este forma: Una de las ca¬
racterísticas de la actual creacción científica es
la especialización, que no puede negarse que
ha servido a los fines de la investigación, pero
que ofrece, en contrario, graves inconvenien¬
tes. Etc.

^

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—

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2

EDITORIAL
DESACRALIZAR, ¿i;>or qué?
Es un hecho, triste para nosotros, que el mundo, los hombres, van apartándose cada vez más de Dios. Se están produciendo los fenómenos de la secularización y de la desacralización. El hombre, que no analiza y que rehuye pensar en lo transcendente, vive deslumbrado bajo los focos de su innegable bienestar material, fruto del actual progreso cien¬ tífico y de la técnica, y se olvida de Dios; no siente su necesidad. No se atreverá, es cierto, a negarlo de una manera clara y rotunda; sólo prescinde de El.
Pero, ¿es ésta una situación normal, correcta, deseable? ¿Debían parar aquí todos los grandes esfuerzos que desde su inicio ha venido haciendo la Iglesia a fin de avivar la idea de Dios en el hombre, a fin de llenar las mentes y los corazones de espiritualidad cristiana?
Echemos una mirada sobre nuestro pueblo, el mallorquín, que es el que mejor conocemos. No se necesita haber vivido los cien años pa¬ ra poder haberle visto aún casi integralmente sacralizado. No se con¬ tentaba, no, con lo meramente prescrito. Pues no existía lugar, no había ocupación, tiempo u hora que no llevasen el sello o marca de la tras¬ cendencia, de lo ultraterreno, del sentimiento de Dios, en una palabra. Se rezaba al despertar y al acostarse, tres veces al día al toque de las avemarias, al dar las horas, al ponerse a la mesa y al quitarse de ella, al comenzar el trabajo, al enhornar el pan, al pasar por delante de la iglesia o del campo santo, ante una .cruz, al emprender un viaje, al ha¬ cer las campanas la señal de un viático o de una defunción y en mu¬ chísimas otras ocasiones que no podemos enumerar aquí. Sin contar las «devociones» de alguna mayor monta, como rosario, trisagio, coronita, novenas, meses, etc. Y las personas más piadosas todavía se las ingeniaban, muchas veces durante el día, para asaetear amorosamente el corazón de Dios con sus jaculatorias.
Todo esto habían conseguido introducir en nuestra gente los vo¬ ceadores de la palabra de Dios, celosos misioneros de Congregaciones religiosas nacidas o establecidas en la isla. ¿Era esto malo? ¿No era más bien una saludable concienciación del pensamiento paulino: «En El vivimos, nos movemos y somos»?
Una razón que suele aducirse para justificar que hoy se miren con indiferencia, si no con desprecio, dichas viejas prácticas religiosas, es la de haberse vuelto rutinarias, poco vividas. Pero, ¿y las blasfemias? ¿No son también con frecuencia meras interjecciones? ¿Habrá, por eso, que tolerarlas sin más? ¿No era muy laudable lo que hacían nuestros padres y abuelos quienes, al oirlas, respondían con un «alabat sia Déu», en voz más alta o más baja, como queriendo, con una alabanza, resar¬ cir a Dios de la ofensa que se le había inferido con el taco?
La rutina es un defecto que,desgraciadamente, vicia hasta las co¬ sas comenzadas y hechas con la más santa y pura de las intenciones. Pero no es un achaque que haya pervertido sólo las viejas prácticas
piadosas. ¿No ha disminuido también ya la vitalidad de expresiones como •Pa-
(Continúa en pág. siguiente)
3

ANALES
DELA
PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
DE LA
TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO
I
(Continuación)

1859.—Pasaban los años; encanecían los exclaustrados, muchos de los cuales can¬ taban ya Maitines en el Cielo, adelga¬ zándose para los otros el hilo de la es¬ peranza de volver a cantarlas en el coro de su Convento. Lo que no menoscababa ni se les caía a los supervivientes, era el amor y los desvelos para su iglesia. Así el P. Francisco Mir pagará de su dinero los siguientes efectos y paramentos que lucirá SU iglesia en las festividades más
solemnes:
«16 toallas (manteles) y 8 tapetes.
Más dos vestidos para el globo que pongo en las principales festividades.
Más un vestido y una sillita para el
Niño Jesús de Belén.
Más seis candeleros, catorce «brancas» (brazos) pequeñas y ocho grandes.
Más diez pequeñas y cuatro grandes que me están fabricando.
Más una araña y una «catifa» (alfom¬ bra) que pongo en la fiesta de S. Bue¬
naventura.
Más unas sacras doradas: otras más or¬
dinarias y un Santo Cristo que pongo en
la fiesta de S. Buenaventura.

Más una lámpara de latón.
Más dos cuadros que presentan dos pa¬ sos de S. Buenaventura, los cuales me
costaron seis onzas de oro.
En dicha iglesia tengo un incensario y el viril, y también un candelero mayor, que es propiedad de mi padre.
Tengo en mi casa una corona de plata, diez botones de oro y una cabellera, que todos los años he dejado poner a la Pu¬ rísima del tabernáculo, para las procesio¬
nes.
Más dos vestidos para el globo que pongo en las principales festividades.
Todo lo expresado en esta relación lo he pagado de mi dinero. Llucmayor, 24 mayo 1859. (Firmado) Francisco Mir,
Pbro.».
Capillero de la Purísima, Beato Rai¬ mundo Lulio, Nuestra Señora de los An¬ geles, Santo Cristo y San Buenaventura, cuidará de sus respectivas fiestas. En la de San Buenaventura, precedida de nove¬ nario, predicado este año de 1859 por el R. D. Gabriel Ribas (de Pina, Fundador de las Hermanas Franciscanas), se gastó 17 libras, 10 sueldos, habiendo recaudado

(Viene de la pág. anterior)

DESACRALIZARj ¿pOr qué?

labra de Dios», «Misterio pascual», etc.? ¿No se han hecho ya rutinarias las concelebraciones? ¿No van éstas convirtiéndose como en manifesta¬ ción de potencia, de nuevo triunfalismo, cuando se practican fuera de los casos previstos por la Constitución sobre Sagrada Liturgia?
Estos pensamientos se nos ocurren al constatar cómo, no sólo no se hace nada por conservar aquellas que nosotros conceptuamos bue¬
nas y santas costumbres, sino que parece como si constituyese un nuevo
ideal sagrado procurar eliminarlas como inútiles antiguallas, como res¬
tos de fanatismo e ignorancia. Y mientras tanto, como se destruye sin apenas edificar, el mundo
se nos va quedando a la intemperie de la irreligión. De verdad, no com¬ prendemos ciertas formas de «aggiornamento».

4

solamente 14 libras, 10 sueldos y 10 di¬
neros.

En cumplimiento de la voluntad del R. D. Juan Salvà y Calafat, Pbro., fallecido el 11 de febrero del año 1&54, sus albaceas ofrecen al Obispado una casa y cau¬ dal para el establecimiento, en Llucmayor, de ima «Casa de Hermanas de la Ca¬ ridad, para proporcionar alivio a los en¬ fermos e instrucción civil y religiosa a las niñas, al igual que lo hacen en Fela¬ nitx, Pollensa y otros pueblos».
Autorizada, por parte del Obispado, la fundación en 17 de enero de 1859, se lle¬ vó al cabo el 7 de mayo, en la casa «que
había servido al testador de morada du¬
rante los muchos años que residió en este pueblo, en la Placeta de’N Rancho», siendo nombrada Superiora, Sor María del Calvario Mestre Oliver, del convento, y natural, de Felanitx.
Esta fundación dará ocasión y comodi¬ dad al apostólico Miguel Maimó (BASSACOLL) para llegarse a Llucmayor, a ex¬ tender la simiente de sus piadosas REU¬ NIONES (Vide HERALDO, enero 1972).

1860.—Cedemos la mano al P. Antonio
Ripoll quien, en sus «DATOS HISTORICHS DE NOSTRA ORDE», con inge¬ nua sencillez nos dejó escrito: «Ten*a im servidor, cosa de 15 ò 16 anys quan va venir a Lluchmajor, de Felanitx, un ho¬ mo que’s deia Miquel Bassacoll: posà a ca ses Monges de S. Vicens de Paul, que sa Superiora era de Felanitx també: con¬ vidaren tots els homos devots i jo tam¬ bé hi vaig prende part: foren 9 ò 10: reu¬ nits a ca ses Monges, aqueix Miquel
Bassacoll i un altre homo també de Fe¬
lanitx mos comensaren a instruir el modo
de formà una REUNIO, baix la protec¬ ció de Jesús, Jusep y Maria: unes regletes de vida: confesa cada 8 dies, y com¬ bregar tots els diumenges y dies de festa: Oració y examen cada vespre: tení un Director, y demés coses espirituals. Tots lo aprovaren y determinats a seguir la marxa espiritual. Un dia determinaren dir-ho a un sacerdot, D. Juan Calafat, (a) Morlà, que era devot, y presentats, mos va rebre ab molta caritat y mos oferí ajudarnos en s’empresa. Cada diumenge mos reuniem a ca seva, fèiem ab ell la REU¬ NIO: oració y demés: mos feia un sermonet, y mos anava molt bé. Passat algun

Casa del R. Sr. D. Juan Calafat, cuya foto aparece en
el óvalo.
temps, el Bisbe el va nombrar Vicari des poble de Randa, y després tot se va aca¬ bà: ja no mos reunírem: un per un vent V s’altre pe s’altre, tot se va desfer. ADIOS
REUNIO!».
Imposible averiguar la fecha fija (An¬ tonio Ripoll tenía cosa de 15 ó 16 años)
ni la lista de socios de la REUNIO (fue¬ ron 9 ó 10 los reunidos). Sólo conoce¬
mos la partida de defunción dé la mis¬ ma, extendida con el nombramiento y toma de posesión de la Vicaría de Ran¬ da por parte de D. Juan Calafat y Mor¬ là, (a) Morlà, el 12 de junio de 1862. En¬ tre el septiembre, pues, del 1859 y el ju¬
nio de 1862 hemos de encerrar la vida y duración de la REUNION. Pero... «nada
se pierde...». La simiente NO MUERE... ¡DIOS NO MUERE!
(CONTINUARA)
P. Francisco AMENGUAD, T. O. R.

5

f iu tiemfÜ
CONSERVADORES Y PROGRESISTAS

El 25 de mayo de 1230 fue convocado capítulo general en Asís, entre otras co¬ sas, para la elección del ministro gene¬
ral. Ahora bien: las otras cosas no eran
menos importantes, porque debía de ha¬
ber en la Orden bastante revuelo.
Aunque siglos o milenios nos separen de los hombres que nos precedieron, si por las fuentes históricas podemos lle¬ gar a observar a esos hombres movién¬ dose en su propio ambiente, sacamos la conclusión de que a nosotros y a ellos nos mueven las mismas pasiones, nos in¬ quietan idénticos problemas, o, si distin¬ tos, es lo cierto que producen en unos y otros idénticas reacciones.
¡Cuántas veces escuchamos estériles y apasionadas discusiones sobre las que se
llaman maniobras conciliares de uno u
otro signo!... En definitiva, sucede lo que Dios permite o quiere y lo que el Papa determina. Claro está que todo esto es humano y perfectamente comprensible, y mientras el mundo sea mundo, seguirá produciéndose.
Esto mismo ocurrió en la Orden fran¬
ciscana en tiempo de Fr. Antonio: los
conservadores deseaban la observancia de
la Regla dada por Francisco, a la letra, sin mitigaciones ni laxas interpretacio¬ nes. Los progresistas querían introducir algunas modificaciones, sobre todo rela¬ tivas al voto de pobreza.
Fr. Juan Parente, doctor en derecho por la Universidad de Bolonia, capitanea¬ ba a los conservadores, y Fr. Elias acau¬ dillaba a los progresistas. Ambas corrien¬ tes habían de chocar por fuerza y el cho¬ que se produjo en el capítulo general del
año 1230.
Dos años antes había estado en Asís el
papa Gregorio IX para canonizar a San Francisco, y entonces encomendó a Fr. Elias la misión de levantar, en la colina de rinferno, una basílica que albergara el sepulcro del santo estigmatizado. Por cierto que aquí sí que podemos decir que todo en Asís es ideal, porque todo es rús¬ tico, primitivo, y pobre, hasta el punto

de que fue en este lugar donde compren¬ dimos la suma elegancia de la pobreza. Toda aquella sobriedad, lisa y desnuda, es digna de reyes. Y el sepulcro del Santo, de hierro y piedra, una auténtica belleza.
Fr. Elias tomó el encargo con tanto afán, que en la primavera del año 1230 es¬ taba terminada la iglesia inferior. Para
trasladar los restos a la nueva basílica
se había elepdo una fecha, en la que to¬ dos los capitulares estuvieran presentes en Asís. Pero Fray Elias, arrogándose unos derechos que no tenía, convocó a todos los frailes, quienes, contra la Re¬ gla, estuvieron presentes en el capítulo, al que, de suyo, sólo tenían acceso los provinciales y custodios.
Como era natural, Fr. Juan Parente re¬ vocó aquella orden, pero Fr. Elias, de acuerdo con las autoridades, adenlantó tres fechas la ceremonia, con lo cual, quienes no llegaron a tiempo fueron va¬ rios provinciales.
Muchos de los religiosos asistentes a este prematuro capítulo, enardecidos, fue¬
ron a buscar a Fr. Elias a su celda y,
cogiéndole a hombros, le colocaron en el puesto reservado al ministro general. Fr. Antonio, que había llegado de los primeros, presenció tan desaforada reu¬ nión y protestó enérgicamente. Pero sus protestas fueron sofocadas. La que fue hermosísima fue la reacción, llena de hu¬ mildad, de Fr. Juan Parente, que se qui¬ tó el hábito en presencia de todos los frailes, impresionando de tal modo a la concurrencia, que ésta se avergonzó de su impulsivo e imprudente proceder. El mismo Fr. Elias fue el más arrepentido, retirándose a un eremitorio, para hacer penitencia y dedicarse a la oración.
Lo inmediato fue que se nombró una comisión para exponer el caso al Papa, pidiéndole que dirimiera la cuestión, sien¬ do el mismo Pontífice quien expusiera claramente la Regla. Esta comisión es¬ taba integrada por Fr. Juan Parente; Fr. Antonio Martins; Fr. Gerardo Russiñol,

6

penitenciario del Papa; Fr. Haimón, que acabó siendo ministro general; Fr. León, que fue después arzobispo de Milán; Fr. Gerardo de Módena y Fr. Pedro de Bres¬ cia, enterando a Gregorio IX de lo suce¬
dido.
Algunas crónicas añaden que más tar¬ de el Papa llamó a Roma a todos los capitulares, incluyendo a Fr. Elias, y que
hubo una tortísima discusión entre el
Pontífice y el fraile vanguardista, en la que éste no estuvo humilde precisamen¬ te, sino violento. Y el Papa, en cambio, felicitó a los frailes que defendían la observancia de la Regla y en especial a Fr. Antonio, al que dijo: «Y tú, Fr. Anto¬ nio, verdadera arca del testamento, en la cual reposan las tablas de la Ley y los tesoros de la Sabiduría, quedas libre de todas las obligaciones de la Orden, invi¬ tándote a que te dediques sólo a la ora¬ ción y a la composición de tus sermo¬
nes».
Facchinetti da otra versión de estos he¬
chos. Parece probable que el Papa orde¬ nó a Fr. Antonio que predicara en su pre¬ sencia y en la de los cardenales. El P. Lopes sitúa este sermón en la iglesia de San Juan de Letrán y el año 122C, siendo provincial de Romaña y antes de ser des¬
tinado a Padua.
Fuera en una u otra ocasión, una cosa es cierta, el Santo predicaría con la mis¬ ma sencillez y el mismo fervor con que se dirigía a aquellas viejecillas ignoran¬ tes, rústicos y campesinos que tenía él por sus mejores oyentes. El no buscaba alabanzas, sino sólo dar en su palabra a
Dios a su auditorio.
Tiene de la palabra de Dios un con¬ cepto tan divino, que es difícil se mezcla¬
ra en su actuación la vanidad humana
que tantos sermones torna ineficaces. «Palabra del Señor —escribe—, palabra
de paz y de vida, de gracia y verdad, aquella palabra que conoció Isaías, hijo de Amós, en la visión que tuvo acerca de Judá y Jerusalén, es decir, acerca del amor. Palabra del Señor, que mora den¬ tro de sí, pacíficamente. ¡Oh palabra, no digo hiriente, sino embriagante, del cora¬ zón! ¡Oh dulce palabra de esperanza di¬ chosa, que conforta al pecador! ¡Oh pa¬ labra, refrigerante como el agua fresca para el alma sedienta, feliz mensajera que trae buenas nuevas de tierras leja¬
nas! Este es el blando susurro de aura
suave o, por mejor decir, la inspiración de Dios todopoderoso».
El P. Arnaldich cree muy fundadamen¬ te que, en la contienda entre vanguardis¬ tas y conservadores, Fr. Antonio no fue ni maximalista ni minimalista. Los faná¬
ticos conservadores acabaron declarándo¬
se contra los superiores y el Papa, y los excesivamente vanguardistas se relajaron.

No nos cuesta creer que Fr. Antonio se mantuviera en el justo medio por su psi¬ cología, que, reflejada en sus sermones, nos habla siempre de austeridad para consigo, pero tolerancia con los demás. En Padua vimos la piedra que el Santo usaba por cabezal y sus ensangrantadas disciplinas y cilicios. Ya sabemos que, en cuanto podía, escapaba a la soledad para hacer oración y dedicarse a la peniten¬ cia. Era su «hobby», como todos decimos hoy. Su ilusión y su descanso, orar. Pe¬ ro con los demás era todo comprensión y tolerancia. La penitencia no fue jamás en él un sadismo estéril y morboso. Fue sólo un medio para dominar la carne o un sacrificio que unía al de Cristo por el bien de la Iglesia. Pero él en lo que ha¬ cía hincapié era en la mortificación in¬ terna: «Debemos golpearnos sin miseri¬ cordia —escribe— por los indisplinados pensamientos, por las palabras desorde¬ nadas, por las obras irregulares, para que cuantos deleites tengamos en nosotros, otros tantos holocaustos hallemos. Y así
como son diez los dedos en la mano, de
la misma manera son diez las clases de
disciplina, es a saber: la mortificación de la propia voluntad, la abstinencia de comida y bebida, la guarda del silencio, el pasar la noche en oración, la efusión de lágrimas, la discreta ocupación en la lectura, el ejercicio corporal, la compa¬ sión de la necesidad ajena, la disciplina y, como salvajes, feroces y sin misericor¬ dia, herirnos a nosotros mismos, para que, en el día del azote que despedace los huesos, merezcamos alcanzar miseri¬
cordia».
De esta opinión de tolerancia y justo
medio fueron más tarde San Buenaven¬
tura, San Bernardino de Siena y otros santos. Es que todos los extremos son pe¬ ligrosos. El mismo Fr. Antonio tiene en sus escritos este delicioso párrafo sobre el equilibrio en la virtud, dado que nin¬ guna puede excluir otra: «Y así como los miembros reciben primero sus límites, signos, colores, dureza y blandura; así también todas las virtudes deben tener
sus límites, para que, caminando por la vía regia, no se desvíen ni a la derecha ni a la izquierda. No sea que, bajo pre¬ texto de justicia, usurpe su puesto la crueldad, y la remisa lentitud se cubra con la capa de la mansedumbre; y deben tener también las señales de la pasión del Señor, para que cuanto de virtuoso ejecutemos, lo consigamos todo ello, con el sello sangriento de la cruz del Señor y colores no fingidos, sino verdaderos, no sea que los vicios, teñidos de color de virtudes, engañen el alma».
PILAR DE CUADRA
(En SAN ANTONIO HOY)

7

LA

EDUCACION Y SUS PROBLEMAS
por GREGORIO MATEU, T. O. R.

Cuando estamos a punto de que las au¬ las se queden vacías y tanto educadores
como educandos inicien un merecido des¬
canso, queremos preguntarnos sobre la
eficacia formativa de nuestros esfuerzos.
Es una hora propicia. Una reflexión se¬ rena, objetiva nos hará ver el alcance de
los nuevos sistemas de educación que hemos estrenado en el curso recién ter¬
minado.
En un mundo dinámico como el nues¬
tro es necesario ver a tiempo la profun¬ didad del cambio para que nuestra ac¬
ción no sufra fallos ni retrocesos. Mu¬
chas veces nos hemos preguntado si la enseñanza, tal y como se programa hoy, era un verdadero apostolado. La Lumen Gentium nos dice: «Entréguense los fie¬ les con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo». Es idea termi¬ nante del Vaticano II, al dirigirse a los sacerdotes, que «dediquen particular di¬ ligencia a los jóvenes», notando especial¬ mente que «son los jóvenes los que van a formar la sociedad del mañana». La ju¬ ventud está llena de generosidad y bus¬ ca apasionadamente lo absoluto. Es la¬
bor de los educadores sembrar en ella
«razones para vivir y razones para espe¬ rar». Fenómenos tan ambiguos como el de la secularización, en el sentido de que el tema de Dios está en baja, y, por tan¬ to, ya no interesa a una sociedad permi¬ siva, están dejando poso en muchos jó¬ venes sin que, tal vez, el educador sepa a qué atenerse. Y la verdad es que el pro¬ blema religioso les interesa enormemen¬ te, si se trata de un modo inteligente e inteligible, haciéndole ver el significado exacto de un dogma cristiano y el alcan¬
ce del misterio.
Enseñar a participar
Vivimos en un mundo cada día más re¬
lacionado, más intercomunicado. La nue¬ va Ley aspira a crear una verdadera co¬ munidad: alumnos, padres, profesores, etc. Son todos los campos de fuerza que influyen en la formación del alumno. Lo específico de la participación es ser ac¬ tor, no espectador, responsable en diver¬ so grado o medida, del devenir del alum¬ no. Ahora bien; en la Educación, los pa¬ dres han de ser los primeros actores. Los estímulos que el niño recibe en el ho¬ gar son los que más huella dejan en ^él. Los profesores son los segundos actores, pero no en plan de suplencia de los pa¬

dres, sino de colaboración. Por ello se
hace cada vez más necesaria la interco¬
municación de los padres con la comuni¬ dad educativa del colegio. A este respec¬ to la Ley General de Educación sienta un principio de alcance incalculable: «Se establecerá una estrecha participación y coordinación entre los órganos de go¬ bierno de los centros docentes y los re¬ presentantes de las Asociaciones de Pa¬ dres de los alumnos, cuando se trate de centros de educación preescolar, general básica, educación especial, formación pro¬ fesional de primer grado y bachillerato; y de las asociaciones de padres y de los alumnos, si fuesen centros de formación profesional de segundo grado o de edu¬
cación universitaria».
La Ley ha creado una pieza clave de enlace entre el Centro y la familia: el llamado profesor tutor. Directamente y a través del cauce del tutor, los padres
llevarán al Centro sus conocimientos es¬
pecíficos, muchos o pocos, sobre el hijo. Los padres aportarán, también, las expe¬ riencias de la profesión, impresiones so¬ bre el adelanto, el acierto o desacierto en el proceso educativo de su hijo. Li¬
mitarse a recibir cada mes unas notas o
informes del Centro educativo o a pagar
una factura de gastos, no es participar. Como tampoco lo es ponerse en plan de simple observador o espectador de cine, que pagando su entrada tiene derecho a un asiento y a ver cómo se mueven en la pantalla unos personajes a cuya acción él es totalmente ajeno.
Misión del profesor
Plutarco nos brinda esta observación:
«Educar no equivale a vasos que hay que llenar, sino a fuegos que hay que encen¬ der». Frase que podríamos completar así: «No cabezas llenas, sino cabezas hechas».
El Vaticano II nos recuerda: «La educa¬
ción de los jóvenes, sea cual sea su ori¬ gen social, debe orientarse de tal modo, que forme hombres y mujeres que no sólo sean personas cultas, sino también generosas de corazón, de acuerdo con las exigencias perentorias de nuestra época».
No nos podemos resistir a publicar las acertadas palabras que Pablo VI dirigió
recientemente a la Unión Mundial de
Educadores Católicos: «¿Y qué es lo que

8

el mundo y la Iglesia esperan especial¬ mente de los profesores católicos? En primer lugar, una competencia profun¬ da, tanto en el orden del conocimientp como en el plano pedagógico. Hoy, en efecto, todos los órdenes del saber, en sus diferentes ramas y en los distintos niveles de la enseñanza, e incluso en el plano de la investigación pura, se en¬ cuentran muy a menudo solicitados por las ideologías ambientales, y corren el riesgo de encontrarse orientados, a ve¬ ces incluso canalizados, por un apriorismo perjudicial, en primer lugar para la
verdad misma».
«Creemos, pues, que los cristianos de¬ ben encontrarse en la primera fila entre quienes profundizan la verdad, libremen¬ te, objetivamente. Por otra parte, ¿cómo podrían permanecer indiferentes los pro¬
fesores católicos ante el hecho de que
los alumnos que les son confiados descu¬ bran o no la verdad, la causa y el fin de su existencia? ¿Pueden comprender estos jóvenes, por medio de la enseñanza y la vida de sus mayores, a través del clima educativo creado a su alrededor, aquella fuerza, aquella luz, aquella salvación, en una palabra, que Cristo otorga a quienes le dan su fe y su amor? Más aún, ¿quién les hará conocer explícitamente su voca¬ ción divina, quién les ayudará a respon¬ der libremente, si no es el conjunto de la comunidad cristiana, en cuyo primer orden es preciso mencionar, con los con¬ siliarios, a los padres y a los educado¬ res, a quienes ellos recurren con confian¬
za?».
El cambio de mentalidad en todos los
órdenes plantea notables traumas y en el campo educativo, particularmente, ha
creado situaciones conflictivas muy pro¬
fundas. En los largos años que habíamos

participado directamente en el campo de la enseñanza jamás nos habíamos en¬
contrado con situaciones conflictivas co¬
mo las actuales. Hemos asistido a pro¬
testas airadas, algaradas callejeras, soli¬ citando dimisiones, anulación de planes, etc., a cargo de aquellos que en otro tiempo carecían de voz y de voto en to¬ dos los órdenes. Aquel chico tradicional¬ mente callado y con un reverencial res¬ peto a sus profesores, deja fácilmente oír su voz, de protesta o aprobación se¬ gún los casos, sin importarle lo más mí¬ nimo las represalias o posibles castigos.

Quizás se hayan intentado llevar a la práctica las nuevas características de la Ley de una forma excesivamente precipi¬
tada. Se han cambiado las formas sin
que haya mediado un acertado cambio de mentalidad. Se han publicado, quizás con excesiva frecuencia, teóricas e impo¬ sibles promesas de gratuidad de la ense¬ ñanza que tardará mucho en llegar,
creando una notable desconfianza entre
la opinión pública.

Es hora de andar con una prudencia
extraordinaria. No es éste un tema cual¬
quiera en el que pueda admitirse la im¬ provisación. Estamos jugando con seres humanos, con personas, y no con obje¬ tos. Por todo ello tenemos que pedir a todos cuantos están implicados en la no¬
ble labor de la educación una toma de
conciencia ante los problemas planeados, un estudio serio de todo cuanto pueda hacer más efectiva y conveniente la edu¬ cación de los jóvenes que Dios ha pues¬
to en nuestro campo.

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«La prensa católica ha de florecer. Quisiéramos que su voz fuese más fuer¬
te».
(PABLO VI)

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9

NUESTRO CONVENTO DE ARTA, NOTICIA; HACE 75 AÑOS LA T. 0. R.
QUEDO INSTALADA EN ÉL

D. Andrés Espinosa (aj Siurell.
Frisando nuestra opinión con la sen¬ tencia que dice «ser verdadera y merito¬ ria la labor de acumular las briznas per¬ didas en la inmensa parva de las publi¬ caciones», nos ha parecido pertinente y justificada razón transcribir en las pági¬ nas del HERALDO la reseña de la fiesta
con que se celebró la instalación de los Terceros Regulares Franciscanos en el antiguo convento de la villa de Arta: HA¬ RA 75 AÑOS el 14 del próximo mes de julio. Era, por tanto, el año 1897.
Déjesenos antes consignar cómo la di¬ cha FUNDACION tuvo efecto gracias a las diligencias del R. D. Antonio Massanet y Verd, entonces Catedrático del Semina¬ rio, más tarde Obispo de Segorbe, siem¬ pre amigo, consejero y protector de nues¬ tros fundadores; y gracias también al mucho interés y empeño del R. P. Barto¬ lomé Salvá, Superior de la reducida Co¬ munidad de los Terciarios Regulares de Llucmayor y luego Ministro Provincial de la T. O. R. Atendiendo ambos a las peti¬ ciones y generosidad (1) de los hacenda¬ dos y nobles señores D. Monserrate Bla¬ nes y Juan («el beato Patró») y D.‘^ Petra
Marien, Vda. de D. Juan Amorós; y tam¬
bién a las ansias del «santo» MESTRE
ANDREU SIURELL (Andrés Espinosa), cuyos desvelos por el Convento le mere¬ cieron ser presentado al Obispo, en Vi-

sita Pastoral, como «es RECTOR D’ES CONVENT». Los tres figuran merecida¬ mente en la galería de MIEMBROS ILUS¬ TRES de la V. O. T. de Artá.
Y faltaríamos a la justicia si dejáse¬ mos de citar también con agradecimien¬ to la parte que tuvieron en el feliz suce¬ so las Autoridades civiles y eclesiásticas, representadas por D. Juan Sureda y San¬ cho, Alcalde, y R. D. Gabriel Salvá, Cura
Párroco de la villa.
En el número de agosto de 1897, de la REVISTA FRANCISCANA, de Barcelona, escribía su corresponsal en Mallorca: «De¬ terminado el día 14 de julio para la inau¬ guración solemne (del Convento de Ar¬ tá), los días 12 y 13 ya parecían de feria.
Las carreteras se veían llenas de carrua¬
jes que transportaban numerosos viaje¬ ros, ansiosos de presenciar la solemne en¬
trada de los PP. Franciscanos en Artá.
El pueblo, entusiasmado, se dirigía al Convento en numerosos grupos, y vito¬ reaba con gran satisfacción a los nuevos Religiosos que se hospedaban en su re¬ cinto para ser sus mejores vecinos y amigos.
Arcos de mirto y palmas engalanaban las calles del convento; y la iglesia se
D. Monserrate Blanes, (a) Patró.

(1) Son muestra de su generosidad la compra de cuatro casas y dos solares para edificación del Convento y escue¬ las, en las calles de San Francisco y An¬
tonio Blanes.

10

Día de imperecedera memoria será hoy para Artá, dice «EL ANCORA» (2), con
motivo de la instalación de los Frailes de
la Tercera Orden Regular de S. Francis¬ co. El entusiasmo que reina es indescrip¬ tible, y el gozo y alegría se ven retratados
en todos los semblantes. Todas las cla¬
ses sociales han tomado parte, y la fiesta resultó brillantísima bajo todos concep¬ tos, y superó las esperanzas de todos.
A las diez comenzó la Misa, después del canto de Tercia por el clero, presidido por su digno Párroco; asistió en corpora¬ ción el Magnífico Ayuntamiento, y cele¬ bró, con el ceremonial de rúbrica, el M. R. P. Provincial de Cataluña (3), desem¬
peñando el Secretario Provincial, P. Pe¬ dro Riera, el oficio de Presbítero asisten¬ te; de Diácono, el Rvdo. D. Rafael Sitjar, Vicario de S. Lorenzo; de Subdiácono, el Rvdo. Sr. D. Salvador Oliver, Vicario de Capdepera; y de Caperos, el R. P. An¬ tonio Vidal, de los PP. Ligorianos, el R. D. Bartolomé Domenge, Pbro., de Ma¬ nacor (4); y los Catedráticos del Semina¬ rio, D. Andrés Mas y D. Miguel Tomás.

Artà.—Capilla de S. Antonio de Padua con su vistosí¬
simo adorno en la fiesta de 1945.
hallaba decorada con preciosas colgadu¬ ras, profusión de luces, coronas de mirto y rosas, palmas y flores, como en los días de mayor solemnidad.
La instalación de los PP. Franciscanos
en esta villa ha sido un acontecimiento, y como tal lo han celebrado las Autori¬ dades eclesiásticas y civiles, con todas las clases sociales de la población y pueblos
circunvecinos.

(2) «EL ANCORA», diario católico po¬ pular, 15 de julio, 1897. Correspondencia
de Artá.
(3) M. R. P. Jerónimo Aguillo que, delegado por el Rdmo. Comisario Apostó¬ lico de los Observantes en España, aca¬ baba de recibir, en Llucmayor, el día 10, la profesión de votos simples a nuestros Fundadores, e imponer el hábito al joven subdiácono Francisco Fomés Femenías,
natural de Artá.
(4) R. D. Bartolomé Domenge Fullana, de Manacor, fundador de la Congre¬ gación diocesana de «Siervas de la Santa Familia» (Ses Monges Curioses), cuya
erección canónica no tuvo efecto hasta el
24 de octubre de 1907.

Artá.—Cabalgata de S. Anto¬
nio de Padua en el día de su
fiesta (13 de junio). El carácter retrospectivo de la foto queda patente por la indumentaria de
la gente ¡oven.

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12

La iglesia estaba llena de bote en bote; las gradas, los pasadizos, canceles y aun
los claustros del Convento se hallaban
ocupados, y mucha gente asistía a la fun¬ ción desde las calles, a pesar del sol abra¬ sador que lo caldeaba todo.
Un coro nutridísimo, dirigido por el P. Miguel Cardeli, de S. Felipe, venido de Palma, interpretó la Misa de Pacini, acom¬ pañada con piano y órgano. Entre los cantores figuraban los Rvdos. Lorenzo Llompart y Lorenzo Oliver, bajo y tenor de la Catedral, y el barítono Sr. Prohens, que llamaron la atención por la majes¬ tad, ajuste y gravedad con que interpre¬ taron sus papeles.
El Rvdo. D. Antonio Massanet, Cate¬ drático del Seminario, ocupó la cátedra sagrada. Hizo un completo panegírico de las Ordenes Religiosas... Descendiendo en particular a la Orden Franciscana, nos la presentó hermanada con el pueblo, y nos hizo ver los innumerables bienes de que le somos deudores, y cuánto puede pro¬ meterse el pueblo de Artá al abrir sus puertas a los humildes hijos del Serafín de Asís, cuyo objeto es llevar a las inteli¬ gencias la luz de la verdad y a los co¬ razones el bálsamo de la piedad y la práctica de las virtudes, que saca a los hombres de la esfera de lo terreno, y lo eleva a las regiones de lo celestial y di¬
vino.
El Sr. Prohens cantó, acompañado del piano por el Sr. Pou (5), una bellísima
(5) D. Guillermo Pou Terrades, Profe¬ sor de piano, que vino a ser maestro de los nuevos coristas franciscanos, entre
los cuales vale citar a «En Juan d’es
Frares», pronto Fr. Juan Rubí Barceló, conocido compositor y organista de va¬ rios de nuestros Conventos y de la Basí¬
lica de San Francisco de Palma.
D. Lorenzo PROHENS y Juan, célebre barítono natural de Felanitx. Los agudos «pinyols» de su sonora voz resonaron bri¬ llantes en varios teatros de la Península, y en sus últimos años (murió a los 62, de neumonía doble infecciosa, en Palma)
eran el atractivo de las funciones reli¬
giosas de la capital, donde ejercía tam¬ bién el magisterio del Canto.
Había estudiado en el seminario de
Palma hasta recibir la clerical tonsura. Y
de él se cuenta que, encontrándole el Rec¬ tor, en cierta ocasión, engullendo con gana una buena rebanada de pan con sobrasada, le dijo dicho Superior del Se¬ minario: Sr. Prohens, Sr. Prohens, «no de solo pan vive el hombre». A lo que él, rápido, contestó: Por eso añado la sobra¬ sada. Rióse entre dientes el Sr. Rector, y a carcajadas los compañeros. «Si non è
vero...».

pieza religiosa, cuya sentida interpreta¬ ción hubiera arrancado aplausos fuera del lugar sagrado. Fue también de mag¬ nífico efecto el Agnus Dei de Mercadante, cantado por el mismo señor y otro caballero, cuyo nombre ignoramos.
Terminada la Misa, se cantó solemne Te-Deum, en acción de gracias, y luego pasaron las Autoridades y pueblo, con los forasteros, a felicitar a la Comuni¬ dad, y augurarle feliz permanencia para el bien de la religión y utilidad del pue¬
blo.
Por la noche se cantó el precioso Trisagio del Maestro Torres, y fuera de la iglesia los Coros Clavé (querrá decir que estos Coros interpretaron algunas piezas de su repertorio) y algunas otras cancio¬ nes festivas, terminando con una sere¬ nata a los bienhechores que tanto se interesaron por la restauración del Con¬
vento.
Difícilmente se borrará de la memoria
de los artanenses día tan fausto, que se¬ rá principio de una nueva era de dicha para este devoto pueblo.
Dios sea bendito por todo, y su miseri¬ cordia se digne quitar la venda de los ojos a esos infelices, que tienen ojos y no ven, oídos y no oyen, y son enemigos de las Ordenes Religiosas porque no las
conocen.
Grata impresión hemos sentido al ver reunido tanto clero para solemnizar la en¬ trada de los Franciscanos en este pueblo; pues había unos cuarenta sacerdotes, y entre ellos algimos Catedráticos del Se¬ minario, un Padre Filipense, otro de S. Ligorio; tres Vicarios in capite, de S. Lo¬ renzo, Capdepera y Son Servera, y varios otros de Palma, Llucmayor, Manacor, Sineu y San Jorge (Sant Jordi).
Al comunicarle estas noticias, le salu¬ do al mismo tiempo que le felicito por la parte que le toca, ofreciéndome de V. afmo. s. s. q. s. m. b. «El Correspon¬
sal».
Para perpetua memoria... y también ayuda de los estudiosos de nuestro pasa¬ do, fundamento del presente, garantía y senda de lo por venir.
P. Francisco AMENGUAL, T. O. R.

JUN Y
Tot fastuós de sol i d’oronelles, pel net camí del cel venia juny. Al seu pas s'acalaven les gavelles; el rebia el pages, la falç al puny.
Llavors així ho manava l’ordenança; ho exigia així el vell protocol, en aquell temps blavós de ma enyorança on faig retorn cercant un nou gombol.
Mes ara ja del camp i de les messes no en sap ni els noms aquest món inquiet; la màquina, movent peces i peces, fins a la taula us porta el pa ja fet.
¿Qui ja coneix on té la tramuntana, si és a ponent el sol o és a llevant? Es menja, es beu, es dorm si se’n té gana, de jorn, de nit, més prop o més envant.
Bé en pot fer l’oronella d’acrobàcia, esgrafiant el cel amb l’art innat; a res d’això ja no li veu la gràcia la gent reclosa dins la gran ciutat.
Ara tothom posada té la vista damunt els «souvenirs», damunt l’hotel; ara tothom festeja la turista que beu el «gin», o el «whisky», o el «cocktail».
No anomeneu la «descansada vida», fraret errat, poeta castellà; és la sala de festes la que crida ara els molts «savis» que en el món hi ha.
Ja pot cantar i cantar el «Beatus ille...», el vell Horaei; no l’entén ningú; avui, servint el te, o la camamil.la, es sent només: «merci, madame», «thank you».
I així, veient tot aquest gran desori, un té fortes raons per a pensar que el juny també s’és fet un hiperbori i ve aquí solament a estiuejar.
Fra M. C., T.O.R.
1972

13

CANÇONS DE SEGAR*
Afica endins es fauçó, treu-lo prest, que no es rovei. ¿Tu que no veus En Vermei que se’n va en es ponedor?
Aficau sa fauç endins antes que Vamo no venga. Segau! que un raio us encenga! ¿Que us paguen de garrovins?
Aficau sa fauç endins que els altres ja seguen blat,
i noltros no hem acabat
un poc d’ordi que tenim.
Amb sa fauç m’he fet un tai, da’m un bocí de gonella. Bé va fer no segar ella; jo no n’haguera après mai!
Amb sa fauç m’he fet un tai, i un que en tenia, són dos. D’un ja no en curaré mai; de s’altre, és dificultós.
Ara sa llei d’es fauçó qui tot ho arreglarà. ¿Voleu que us diga, germà, que pens que serà pitjor?
Ara som en es racó
d’es capdamunt d’aquest lloc. Si trobau que he segat poc, tirau sa fauç i treis-m’hó.
A sa Vileta hi ha gent
que tenen s’anomenada que amb tres cops han fet falcada:
noltros n’hem de mester cent.
Devers les vuit o les nou,
ja direu a sa madona que m’entreg una fauç bona
amb un bon remònec nou.
14

En acabar de segar,
de sa fauç faré dos trossos, perque tenc tots los meus ossos qui no es poren doblegar.
En acabar de segar,
de sa fauç faré gangaies. He perdudes ses riaies i ben prest perdré es cantar.
En acabar de segar,
penj sa fauç a una estaca. Dic: ■—Dejuna aquí, vellaca, que ja no tens què menjar.
En acabar de segar,
tirare sa fauç a l’aire.
Voldria li tocàs aire
qui primer Vaixecarà.
En tenir sa fauç no deixa; al·lotes, iaiau-la avall;
l’amo nostro té un cavall
devot de paia de xeixa.
Es mati menjam. colada, horabaixa, formatjons. Cama-rotges i ugons vagi tot dins sa falcada.
Es segadors de faucella tots haurien d’esclatar, perque voldrien tomar cada toc una gavella.
Es segar vol anar-hí amb s’esquena ben trempada i sa fauç ben esmolada
i tot lo dia esser-hí.
Ets enagos que jo duc, los m’he guanyats fent falcades: saps que de moltes vegades de bon grat ’güera jagut!
Ja m’ho va dir el sen Pebre, quan me mostrà de segar, que entre sa terra i sa mà sols sa fauç hi ha de quebre.
Ja som arribats. Coloma, en es Pou d’En Cirineu, i, si sa xeixa iw jeu, un homo amb sa fauç la toma.
Jo arrosseg sa fauç per terra per veure si la rompré. Mal diantre de ferrer com la fé de tan bon ferro!
Jo faria una carrera tan bona com qualsevol de tirar sa fauç a’s sol i jo a s’ombra, a sa figuera.
Jo li peg amb so fauçó
i amb so davantal vermei.

]a ho veurem, en fer solei, debanar un segador!
Mal hagi sa ravenissa qui m’ha aturada sa fauç; m’ha fet pegar un cop fals; això és bo per un qui frissa.
Que ho són de grans es racons
d’es lloc de Son Macià! Jo tots los he de trescar
amb sa fauç i es canons.
Sa fauç dentada de nou, sega per ella mateixa; sega blat i sega seixa. Cantau i farem renou.
Sa meva fauç no té dents, emperò aiximateix taia. A baix. a baix, per sa paia, que es majoral vol fer fems.
¿Saps què voldria tenir? Una fauç llarga i taiant
i una mà de gegant
per escurçar aquest bocí.
Si dius que sa fauç no taia, l’haguesses duita a dentar ¿Tu que pensaves guanyar paia? ses messes a dins sa
Si l’hi vols dir, digue-le-hi; jo no gos, perque és fadrina: a sa fauç Na Catalina no li fa fugir es rovei.
Una fauç i dos canons són ses eines que tenim; com trobam un sembrat prim, desgraciats de ronyons.
Vaia, vaia, vuia, vaia, amb aquesta fauç que tens: de davant, no taia gens; de darrere, manco taia.

Vaig demanar a un bergant es punt d’es segar quin era: —Es dur una fauç geugera, falcades, i per envant!
¿Vols que et digui es meu cabal, d’aquí en envant, que he mester? Una fauç que segui bé, manegots i davantal.
De sa civada em queixava perque era curta d’un cap: blat, com vàrem esser en es sa meva fauç no taiava.
Elle sega amb una fauç que diu que li fa calor; diumenge tendrá frescor quan sortirà d’es sermó, que durà ets enagos blaus.
En es canons d’es segar,
lli tenc s’al.lota pintada; per això, qualque vegada, quan ve que faç sa falcada,
ve bé mirar-me sa mà.
Jo sempre li peg fauç plena, estil de bon segador. Allots, en veure es senyor, perque no som suador, tirau-me’n un gerricó d’aigo per damunt s’esquena.
Bé va fer es de ca es Frares qui mos mostrà de segar: ell sols no hem de safalcar; només heu d’anar a aplegar
es cappares, es cappares.
* Del CANÇONER POPULAR DE MA¬ LLORCA (Rafel Ginard Bauçà, T.O.R,), vol.
segon.

15

«CURA» DE LLENGUATGE. - LA FAXTÇ
Per manca d’un conreu adequat, i per altres raons, el llenguatge nostre està patini un greu proeés de depauperado. La nostra manera de parlar i d’escriure ja no treu fesomia; la llengua hi apareix raquitica, poagrosa i esblanqueïda com la cara d’un tuberculós. No són eficaces per a fer-li alçar l’ull les eoloraines dels cultismes, neologismes i mots estrangers. L’organisme de la llengua no està en condicions de poder assimilar degudament una tan grossa i precipitada barre¬ ja d’aliments massa nous i massa cruus. I necessita purgar-se.
Els millors remeis són els casolans: les cançons populars i les róndales. La nostra «Pàgina literària» ofereix avui una bona tisana de cançons. I en aquest mes de juny, que ens introdueix al temps de les messes i de l’estim, hem feta una selecció de gloses referents a la sega. Més concretament: cançons on hi entra el mot fauç —o els .:eus derivats—, la coneguda eina per a
segar.
La fauç! Tenim el caprici, en aquesta ocasió, d’usar la forma vulgar o popular. Tal volta perquè «falç» ens sona una mica a fals (perdoni’s el fàcil joc de paraules que la paronimia ens posa dins les mans). ¿Des de quan ençà emprava l’home aquest estri anomenat fauç? Si intentàssim voler-|ho aclarir, ens perdríem per dins l’espessa foscor dels segles més llunyans, sense poder comptar gens amb la guia de la història. Sabem, i això sí que eslà escrit, que Tubalcaín, que era fill d’un tal Lamec i d’una dona que nomia Seia, fou mestre de martell en tota obra de coure i de ferro. Si és així, ¿per què no havia d’esser ell mateix qui. després d’una bona calda a la fornal, no martellejàs el tros de ferro per a corbar-lo, donar-li forma i fer-Ji el tal! de la fauç? (Feim aquí literatura i no ciència). Que la fauç fou de molt bona hora una eina corrent bo advera aquell text d’Isaïes on es profetitza que «... dels glavis se’n faran relies d’arada i de les llances, fauç».
Ens hem referit abans a la fauç com a una «coneguda» eina per a segar. Però, ¿bo serà una eina coneguda dins un grapat d’anys? ¿No és ignorada ja dins amples ambients, .sobretot ciutadans? La màquina retirarà la fauç als museus etnològics. I d aquí a no molts de decennis, tal vegada més d’un pare es trobi en situació poc elegant quan el seu atlotet preguntador li digui, senyalant la fauç: ¿I per què servia allò?
El mot fauç, com tants i tants d’altres, anirà desfamiliaritzant-se cada vegada més dels es¬ criptors. I per a comprendre els nostres clàssics, els lectors hauran de con.sultar el diccionari: «FAUÇ. f. Antiga eina que s’emprava per a segar les messes, consistent en una fulla de ferro acerat, corba, fixada a un mànec de fusta». Perquè la fauç era un terme de cert privilegi dins la nostra literatura, enamorada del camp i del paisatge. Vejau-ho: aOh, benhaja la segada! /
Benhaja el bon sol de juny! / Com bull la gent animada / pel camp, amb la fauç al puny*; «Tall de fauç o podadora / en tres dies es curat; / qui es posa bàlsam no enyora / cap remei de la ciutaty) (Maria-Antònia Salvà, LES HERBES DE SANT JOAN); «... d’aquells mos somnis tan blaus, / tots coronats per espigues / qui se besen com amigues, / i se’n riuen de la fauçy) (L. Riber, L’AUFABEGUERA).
La fauç és xm estri suggeridor; i serà una agudíssima imatge per a significar la mitja lluna en quart creixent: «Entre estels la mitja lluna, / fina i lluenta, / a los ulls se representa / com una fauç / que sega somnis suaus» (Costa i Llobera, LA GERRETA DEL CATIU). Però no és Costa i Llobera, cal dir-ho, el vertader pare d’aquesta famosa imatge: abans ja l’havia usada Victor Hugo en son brillant poema BOOZ ENDORMI (1). L. Riber, qui fou traductor de la composició victor-hugoniana (2), explotará la mateixa imatge fins a les darreres conse-
(1) «... et Ruth se demandait, / immobile,ouvrant l'eeil à moitié sous ses voiles, / quel dieu, quel moissoneur de l’éternel été / avait, en s’en aliant, negligemment jeté / cette faucille d’or dans le champ des étoiles». No podem deixar d’expressar nostre agraïment al P. R. Ginard Bauçà qui ens facilita aquest text, juntament amb altres notícies de molt d’interés.
(2) Miquel Ferrà féu també una molt elegant versió (LES MUSES AMIGUES) del poema del gran romàntic francés. Vegi’s el passatge que ara ens ocupa: «... I Ruth, l’ull migdesclòs, / guaitava entre sos vels les altes meravelles, / tot consirant quin déu, quin segador del blat / de l’eternal estiu hauria abandonat / aquella falç d’argent pel camp de les estrelles». No gosa¬ ríem aquí dir que la rebaixa en la qualitat del metall, «faucille d’or» - «falç d’argent», simbo¬ litza també minva de valor des d’original a traducció.
16

qüències, com es sol dir; i es valdrà no solament del mot fauç. sinó també del diminntin faucella (certament enduit pel francès «faucille»; faucella, en mallorquí, significa «dalla» i la forma de la dalla ja no és tan escaient per a comparar-la amb la lluna): «Tothom dorm. La nit s’estimba / cap avall dels penvals blaus; / al caire dur d’una timba / la lluna esmola sa fauçy) (GALI¬ LEA, LLOC VENTOS...), «Al caire d’una timba, una bella lluna en creixent, esmolava sa falcella freda,y (LA MINYONIA D’UN INFANT ORAT, pàg. 139), «... / Ruth, amb llavi pur, / se demanava, obrint els ulls de meravelles / tot plens, quin segador d’aquell estiu en flor / devia safalear amb la faucella d’or / deixada per descuit, aquell sembrat d’estrelles...» (BOOZ ADORMIT).
Però no sempre la fauç ha estat un símbol de bells idil·lis i de pau patriarcal. Qualque vegada —bo eonta la història— la fauç fou eonvertida en arma de guerra. I la poesia es va veure mesclada amb els erits de la venjança —«bon cop de falç!»— i amb la sang de ferides i de mort: «... Sols tenies a mà l’arma de Ceres / i l’atacares amb la corba falç» (L. Riber, EL TREBALL DIVI).
I perquè res no li mancas, la fauç, feixada amb el martell, ha esdevengut darrerament signe dè noves ideologies, de reivindicaeions socials, de conflicte —treball contra capital—, essent di¬ fícil de pronosticar si en aquesta última expressió heràldica (no li és nou de tot l’ofici heràldic a la antiga eina) la fauç perllongarà eneara, artificialment, la vida que quasi ja ha perduda per complet dins el seu medi natural, el camp.
Fra M. C., T.O.R.
EN EL CASTELL ROQUER
UN REMORDIMENT
Castell d’Alaró. Cel farcit d’estrelles. Fou de jovencells això que ara dic. Baixàrem fins al peu de l’ampla penya, la senda encertant, quasi per instint,
di?is embulls de selva.
Tot per contemplar —lluna en quart creixent—
el brau muradal de la roca heroica
i, vers l’extrem nord, I’«alcàsser» aquell que el roec del temps va tornant menys noble,
i el cor ho deplora.
Del portal forà, la torre i els llenços de murs esponjats, oh el conjunt venust, fantàsticament! Ens entrà la dèria de fer-li llavors un estrany conjur
amb atrevidesa.
Llançam per l’espai desaforats crits —estúpid assalt de gran capbuitada— i s’esqueixà el vel de la fonda nit..., i la por guaità de per totes bandes,
la por desolada...
De nou per amunt. Ja a l’alcova vella, cap sobre el coixi, la son no me ve; me gir i me gir, no cloc les parpelles, que el cor va atupant el remordiment
d'una malifeta. B. Guasp, Pr.
17

Tisonomia de San Trancisco
Mientras muchas personas, según se ha referido, se sumaban a los religiosos, el bienaventurado Francisco andaba por el valle de Espoleto. Al llegar cerca de Bevagna vio reunida gran multitud de avecillas de todas clases: tórtolas, cornejillas y grajos. Advirtiólo Francisco, y como era hombre de fervor extraordinario y sentía afecto entrañable y natural compasión hacia las criaturas inferiores e irracionales, con visible alegría corrió hacia ellas, dejando atrás en el camino a sus compañeros. Como llegara junto a ellas y notase que le aguardaban sin te¬ mor alguno, las saludó con su acostumbrada frase. Admirándose grandemente de que no se diesen a la fuga, como acostumbran hacerlo, y que, por el contrario, se quedaran en tanta quietud, lleno de gozo inexplicable, rogóles con toda ter¬ nura que escucharan la palabra de Dios. Entre las varias cosas que les dijo son
notables éstas:
Aves, hermanitas mías: mucho debéis agradecer y alabar a vuestro Criador y amarle siempre, porque os dio plumaje con que cubriros, alas con que volar y todo lo que os ha sido necesario. Dios os ha distinguido sobremanera entre sus criaturas, señalándoos por habitación la pureza y transparencia del aire; porque sin sembrar ni recoger vosotras. Él os provee de todo y os gobierna sin que ha¬ yáis de sufrir inquietud alguna.
A esto, las cándidas avecillas, hermanitas del Santo y de los que le acom¬ pañaban, como él mismo acababa de llamarlas, mostraron de ingenioso modo
cuánta era su alexia, extendiendo el cuellecito, dando movimiento a sus alas,
abriendo sus boquitas y mirándole fijamente. Paseábase el Santo por medio de ellas, iba y venía, y con su hábito cubría sus cabecitas y cuerpecillos. Finalmente, las bendijo y, hecha la señal de la cruz, les dio licencia para volar a otros parajes.
CELANO, Vida 1.® de San Francisco, cap. 21
I.A. PEDBik DE BOMA.
«E appellam aquests .xiiij. articles flors, per ço car són les pus altes coses que hom pot creure de Déu, e la creença que hom ha d’ells és flor d’on neix lo fruyt qui és la sancta Esgleya, sustentada en les animes deis hómens justs, sants e catòlics qui són ovelles del papa, vicari de sent Pere qui en Roma fon crocificat; la qual Roma és seilla (càtedra) de la sua vicaria, e ella fon appellada pera (pedra), les condicions de la qual són que sia forts, viva e blanca. E per
açò fan mal aquells qui no garden la pera de mort, de frevoltat (debilitat) e
de inmundicia, com a ells sia comanada segons les sues condicions, les quals requeren hòmens vius e forts e nèdeus (nets) de peccats».
Llull, ARBRE DE SCIÈNCIA, De les flors de FArbre apostolical.
18

Estos dos queridos religiosos
nuestros acaban de conmemorar el 50.° aniversario de su ordenación sacerdotal. «HERALDO DE CRIS¬
TO», que no olvida la colaboración recibida en algún tiempo de ambos Padres, ahora, en esta feliz circuns¬
tancia de sus Bodas de Oro sacer¬
dotales, les felicita cariñosamente y se une a su hacimiento de gracias
al Altísimo.

El M. R. P. Rafael Ginard Amorós, na¬ tural de Artá, ex-Ministro Provincial, can¬ tó su primera Misa en Roma (donde re¬ sidía haciendo la licenciatura en Filoso¬
fía y Sagrada Teología) el 16 de abril de 1922, fiesta de Pascua de Resurrección. El domingo día 16 del último mes de abril, en fecha coincidente con la del men¬ cionado año, en el Santuario de Nuestra Señora de Cura, su actual residencia, ca¬ si en la intimidad, sin dejar por ello de verse rodeado de nuestras primeras au¬ toridades provinciales, el P. Ginard re¬ cordó aquel importante acontecimiento
con una solemne Misa concelebrada.

El R. P. Bartolomé Oliver Oliver, de Sencelles —que por haber prestado, du¬ rante muchos años, los servicios religio¬ sos a la tropa de Puntiró (polvorín de Aviación) es poseedor de una condeco¬ ración militar—, celebró su Misa nueva en la iglesia de San Francisco de Palma, el 25 de mayo de 1922, fiesta de la Ascen¬ sión del Señor. El domingo día 21 del pa¬ sado mes de mayo, en la misma iglesia de San Francisco, el P. Oliver revivió aquella memorable efemérides con otra Misa, ahora concelebrada, con solemnidad muy superior a la de hace cincuenta
años.

19

MISIONES

Otro bonito olaje a l^oLíoar

El P. Ramis ha sido nombrado Párroco de Bolívar, Provincia de Huamachuco,
lejana y sin caminos. Le acompañaron Mons. Damián y Fr. Paco. Copiamos algw nos párrafos de una carta de Monseñor, describiendo el viaje. En mallorquín, tci como nos han llegado.

VIATGE TRASDEPARTAMENTAL...
Partírem el P. Ramis, Fra Paco i jo en so «volquete», carregat d’aliments de la Caritas, dia 4 de març, a les quatre del
matí.
Va esser un viatge no trasatlántic, pe¬ ro trasdepartamental, ja que, per anar des de Huamachuco a Bolívar, hem de sortir d’es Departament de Llibertat, atravessar es de Cajamarca, passar p’es de Chachapoyas i entrar altra vegada
en es de Llibertat. Es camí no va anar
malament. Encara que fos es mes de març no tenguérem aigo. Devés les nou, passat ja Cajabamba, mos aturàrem a
berenar a sa vorera d’es camí. Es ca-
maiot que Na Catalina mos havia prepa¬
rat va esser de lo milloret... Passàrem
Cajamarca, que está dins una valí plana i plena de verdor, i seguírem per envant. Tornàrem pujar a s’altura per començar altra vegada a baixar cap a Celendín. Es camí pareix que no acaba mai. Puna, pu¬ na i puna..., un centenar de kilómetros. Actualment hi posen moltes vaques i hi comencen a sembrar patates que s’hi fan
una cosa de no dir.

Vaig recordar sa vega que fèiem de dor¬ mir a s’era, damunt sa paia, en s’estiu, en temps de batre. Es clima era igual. I com que es llit no era gaire blan, vàrem aca¬ bar sa son prestet; i a trenc d’auba li en¬ velàrem altra vegada per avall, cap al
Marañón.
CAMI DIFICIL...
Atravessàrem el Marañón, p’es pont de ferro de Balsas i passant, per mig d’horts de pruneres, papales, tarongers, llimone¬ res, plátanos, etc., etc., dins es Departa¬ ment de Chachapoyas. Arribàrem a es poblet de Huanabamba, que és sa partió de Chachapoyas i Bolívar. Sa partió és pròpiament un riu, i es pont estava espenyat. No mos hi deixaren passar. Man¬ co mal que a s’altra part hi havia un camionet que se va comprometre a durmos sa càrrega d’aliments fins a Pussac. Una partida d’homos mos ajudaren a passar es bagatge. Per cert que n’hi ha¬ via un que era com un gegant per sa

«BONA NIT, VERGE MARIA...»
A Celendín pegàrem una bocinada i se¬ guírem envant. Altra vegada una pujada ben amunt per començar sa devallada enorme cap a es riu Marañón. Sa carre¬ tera va de part a part de sa muntanya, fent voltes i més voltes, per no baixar massa aviat, per sa drecera. Ja vèiem el Marañón que brillava a baix, però ses ho¬ res anaven passant, i eren ja devés les deu d’es vespre quan vàrem decidir passar sa nit a la fresca. Cada un va cercar es seu jaç, «i Bona nit. Verge Ma¬ ria...»; i a dormir en terra, fresquets.

El P. Ramis, desde la altura de «las dos Cruces», con¬ templa a lo lejos su nuevo campo de apostolado:
Bolívar.

20

seva força; una vegada es va carregar i va passar tres sacs d’arròs que pesaven 50 kilos cada un. Deixàrem es «volquete» encarregat a una família, i seguírem amb
so camionet fins a Pussac. Es camí és di¬
fícil, atravessant colls i penyals, de què n’està ple.
PUSSAC
Pussac és petit, però té uns horts pre¬ ciosos. Per mig hi passa un riu que se forma en gran part d’una font que surt d’una penya. Hi ha molts de tarongers, llimoneres, plátanos, pruneres vermeies, papaies i altres fruites, i moltes plantes de coca, que és lo que los treu més de
tot.
En aquest poblet tan petit hi havia dues esglésies protestants, de diferents sectes. No hi havia església catòlica. I l’amo de la casa a on mos hospedam, juntament amb uns mestres —ahorno i dona—, no han estat a pier fins que han tengut feta una església, i a sa plaça. Ai¬ xò no ho porien sofrir es protestants i ho feren tot perquè no es fes. De nit los umplien ses síquies que havien fetes p’es fonaments o los tomaven los que havien fet; fins que donaren part i el Goberna¬ dor (Subprefecte) va ordenar que no los molestassen. I sa capella està feta. Falta únicament referir i posar-hi barreres. Com que fa calor, no hi posararr portes,
sino barreres de ferro.
SA PRIMERA MISSA
Es vespre vàrem celebrar (concelebrar) sa primera missa a s’església nova; hi va venir una gentada. Cree que molts eren protestants. Los vàrem predicar llargament, i després de sa missa, vàrem donar a tota sa gent gran una estampa de la Mare de Déu. No quedà ningú sen¬ se estampa. A es petits los donàrem caramel.los, que varen esser molt apreciats.
«¡ALA, MULA, CARAMBAS, HOMBRE!»
L’endemà dematí, devés les sis, posam ses alforges damunt es muls (tres per noltros i dos per dur part de sa càrrega) i partírem per amunt, cap a Uchuemarca, acompanyats d’es qui havia menades ses bísties, i que se cuidava de no deixar¬ ies dormir, pegant-los crits d’«Ala, muía, carambas, hombre!», i qualque verdancada, que entenien més que ses paraules.
Es camí de Pussac a Uchucmarca va
sempre devora d’un riu que devalla de
ses altures. Arribàrem a Uchucmarca.
L’endemà parteix altra vegada sa carava¬ na pujant i puiant s’aspra costa fins a s’altura, des d’on destriàrem es «Gallo del Campanario», pas obligat per anar a

Mons. Damián sube una de las muchas «graderías», camino de Bolívar.
Bolívar. Camina caminarás arribàrem a «Las dos cruces» des d’on se domina sa
valí de Bolívar; aquí es dos «arrieros», complint ordes rebudes de Bolívar, pe¬ garen foc per avisar a la gent de Bolívar
de sa nostra arribada. Faltaven encara unes tres hores de camí.
COMENÇA SA BAIXADA
D’allà començàrem a devallar per uns camins de pedres ben empinats i sense córrer per por de fer massa via. Es muls tenen seny de bístia veia i miren bé on
posen es peus. Fra Paco venia amb un cavall, manso i vei, i com que es cavalls no són per aquests camins, ja ho crec, caigué, i Fra Paco no quedà a l’aire.
Passàrem ben a prop d’es poblet d’Unamen. Sa gent mos veia i mos feia senyes i mos cridava perquè mos hi aturàssem; fins i tot, pegant una correguda, vengué «LA MUÑIDORA» de l’església (sa que se cuida de l’església), demanant que mos aturàssem. Li diguérem que el P. Ramis hi aniria a passar uns dies amb ells i quedà contenta.
Seguírem per envant, sempre baix d’uns penyals altíssims d’on baixaven rius d’aigo amb un renouer imponent.
NA JÜLIA
A’s cap d’una hora topàrem una nina. Na Júlia, que me devia conèixer d’altres vegades. Li vaig donar un caramel.lo i, a’s cap d’un poc, vengué sa mare amb una remesa de taronges que varen esser mel. Aquesta mateixa nina, amb sa mare, vengueren després a Bolívar i me dugue¬ ren un coní de rata. Li vaig donar una estampa de la Mare de Déu i me digué: «¡Entonses le traeré otro cuisitol». Li vaig dir que no, que ja bastava.
(Continua en la póg. siguiente)

21

NUESTRA pequeña
HISTORIA

Al cambiar, en junio, de pie de imprenta, esta revista, que, como hemos venido co¬ mentándolo en anteriores resúmenes, en
aquel año 1922 se editaba en Inca, y subs¬ tituirse el «Tip. Rieras» por «Tip. Llinás», mejoró sensiblemente la presentación. Este Sr. Llinás era el militar de quien ya diji¬ mos que, mejor conocedor del arte y tenien¬ do entonces su destino en el regimiento de aquella ciudad, podía echar una mano a di¬ cha tarea, de demasiado tomo para una mo¬ destísima tipografía.
Prueba del mejoramiento a que acaba¬ mos de referirnos era el grabado de la pri¬ mera plana, «Un milagro de San Antonio de Padua», en el cual ya podían apreciarse bas¬ tante limpios todos los perfiles.
Dijimos también en el número anterior que
Fr. Luis se había constituido en el colabo¬
rador más fecundo y asiduo de nuestra re¬ vista en aquellos meses. Ahora su trabajo, «Alteza de las divinas misericordias», sobre
la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, lle¬ naba generosamente dos grandes páginas.

fHectia siglo atrás...
Ponía como modelo de dicha devoción a nuestro Padre san Francisco, santo dado asi¬ mismo como guía y protector a santa M.»
Margarita de Álacoque, como lo recordaba
Fr. Luis. No se olvide que estábamos en junio, mes consagrado, entonces, a aquella devoción (palaora ésta que apenas si se usa ya hoy en los medios eclesiásticos).
Junio es también el mes de san Anto¬
nio. En nuestra iglesia de san Francisco de Palma estaba floreciente en aquella sazón
la «Pía Unión Eucarística Infantil de San An¬
tonio de Padua». Por eso Fra Jaume Rosse¬
lló, T. O. R., había compuesto las estrofas de una «Pregària» que, nos parece, hasta fue
musicada.
El 14 de mayo se había efectuado la Pere¬ grinación Franciscana. Aquel año, a Montesión de Porreres. Se publicaba la corres¬ pondiente crónica.
Según proyecto de A. Jiménez —cree¬ mos—, ejecutado por el escultor Miguel Vadell, la entrada al recinto murado del san¬
tuario de Ntra. Señora de Cura mostraba el

(Viene de la póg. ant-erior)
A LA FI, BOLIVAR
D’enfora ja vérem sa gent de Bolívar que, com tenen costum, mos esperaven
amb sa banda de música a sa. sortida de
Bolívar, a on los vaig presentar el P. Ra¬ mis, nou Párroco, que també va parlar oferint-se a trebaiar per ells, p’es bé de
tots.
(Deixam de copiar una bona part de la carta de Mons. Damià, per no esser massa llargs. Els dies que va estar a Bo¬ lívar foren realment meravellosos, per ell, per la gent i, especialment, pels nins. Transcrivim just uns detalls de la tor¬ nada).
TORNANT A HUAMACHUCO
Després de cinc dies, i d’haver-ho mos¬ trat tot al P. Ramis, li envelàrem Fra Pa¬ co i jo, de tornada. Per Bolívar havia plogut casi cada dia, i era provable que mos plogués durant es viatge. Anàvem proveïts de ponxos de goma i de plàstic, per si acàs. I ja ho crec. Quan feia dues hores que caminàvem, mos envesteix s’aigo i en tenguérem unes tres hores. Jo duia un costipat ben aferrat, i amb sa

NUESTRAS MISIONES
fresqueta de s’aigo se va aferrar més en¬ cara; i quan arribàrem a Uchucmarca, es pols me corria com un cavall dins es cós... I a pesar que fossen només les sis d’es capvespre, menjàrem un poc i a dor¬ mir s’ha dit. Gràcies a Déu vaig dormir i es demati estava a punt de tornar con¬ tinuar es viatge.
Per tornar passar es riu varen esser ses bones. Venia una aigada que feia por. Havien llevades ses posts i tothom passa¬ va per damunt dos rails de tren. Com que aquests rails eren llarguets i es pont ample, en posar un peu, es rail s’enfonyava casi un palm, i així, com a titere¬ ros, poc a poc, i vegent es riu que passa¬ va furiós per devall, passàrem.
Després de moltes peripècies, causades per ses pluges, a la fi arribàrem a sa ca¬ rretera de Trujillo a Huamachuco. A mit¬ jan camí, sa carretera va estar interrom¬ puda. Hi havia molts de «derrumbes» i no es poria passar. Havíem de tornar a Trujillo i... esperar. Tot sia per Déu i per ses ànimes.
Mons. Damià NICOLAU, T.O.R.
Bisbe de Huamachuco

22

imponente coronamiento de una estatua del Bto. Ramón Llull, de colosal tamaño, tal vez
algo desproporcionada. El haber sido ejecu¬ tada aquella obra con materiales poco resis¬ tentes a los agentes atmosféricos, más ac¬ tivos en aquella altura, motivó que, tras no muchos años y después de haber sufrido ya notable deterioro, hubiese de ser demolida a fin de que no constituyese una amenaza para los transeúntes. Un grabado reproducía la puerta de cuando el monumento aún es¬
taba nuevectto.
Nuestro P. Bartolomé Oliver Oliver, ya lo dijimos, había sido ordenado de sacerdote. Al celebrar ahora su misa nueva, Fra R. Gi-
nart Bauza, T. O. R. (así firmaba aún enton¬
ces) le dedicaba once grandes estrofas, de versos alejandrinos, cuajadas de menciones bíblicas, con un lenguaje robusto, gráfico, eficaz, pero escritas en un estilo que —es¬ tamos seguros de ello— no gusta actual¬ mente al P. Ginard Bauçà. La «endreça» que hacía el poeta al misacantano iba contenida en la siguiente estrofa:
Jo voldria teixir, fent-vos-ne gaia ofrena, amic volgut, un ram de flors de tota mena, que us fos per sempre més com un etern
[record; però lo meu verger és sec, de flors no en
cria, i vet aquí el present migrat, sia com sia
que amb gran afecte us port.
El domingo 7 de mayo se habría celebrado
la fiesta de la Titular del Santuario de Cura
y la bendición de los frutos. Se supone que dicha celebración fue establecida a princi¬ pios del siglo XVI. Se interrumpió en 1615. Reimplantada en 1914, ahora se efectúa to¬
dos los años. De todo eso se daba cuenta
en una reseña de la fiesta de aquel año en la que ofició el canónigo D. Antonio Canals, el bueno de D. Antonio, que escuchaba nuestras atropelladas confesiones, cuando niños, en nuestro convento de Palma.
Otro grabado del Santuario de Cura, mos¬ trándolo aún ruinoso y muy «poético», de antes, mucho antes de emprenderse las grandes reformas que han cambiado toda su fisonomía, iba insertado en la anterior rese¬ ña. El motivo principal era porque aparecía en dicho grabado el brocal de una gran cis¬ terna (610 metros cúbicos), obra realizada
por iniciativa del P. F. Fornés y bendecida aquel mismo día.
Como en el número pasado, se copiaba otra narración de carácter religioso-social, tomada posiblemente de la revista «La Hor¬ miga de Oro». Firmaba el trabajo El Cruzado Blanco. Su título era «El milagro de los hu¬
mildes».
Es Vey de Son Alegre, en «Un mitin molt especial», con la misma facilidad de siem¬ pre llevaba el agua a su molino, en esta ocasión «mitinejant» a favor del «Pan de los
Pobres de San Antonio de Padua».

La noticia más destacada en la «Crónica franciscana» la constituía la «Misa nueva» del P. Bartolomé Oliver, T.O.R., celebrada el
25 de mayo, fiesta de la Ascensión del Se¬ ñor, en la iglesia de San Francisco de Pal¬
ma. Todos los actuantes fueron francisca¬ nos: de asistentes, el M. R. P. Bartolomé
Salvá y el Rdo. P. Vidal; de diácono, el R. P. Pedro J. Cerdá, y de subdiácono, el R. P. Pablo Puigserver. De predicador, el R. P. Ga¬ briel Tous. De Director de la Misa Seráfica,
su autor el R. P. Mateo Amorós. Reciba el
P. Oliver que, cuando salga a la luz pública este número, ya habrá conmemorado solem¬ nemente sus Bodas de Oro sacerdotales,
nuestra más sincera felicitación. Otra noticia se refería a la ordenación sa¬
grada tenida el 21 de mayo por el Obispo Rdmo. P. Fr. Mateo Colom, en la que, ade¬ más del presbiterado al P. Oliver, fue
conferido el subdiaconado a nuestros Fr.
Miguel Munar Munar (fallecido), Fr. Anto¬ nio Rigo Mestre (fallecido) y Fr. Sebastián
Rubí Garau.
En «Necrología», el fallecimiento de dos
terciarias de Artá.
PARTIERON HACIA LA CASA DEL PADRE
Lloseta.—Día 17 de marzo, a los 59 años de edad, doña Coloma Bestard Ma¬ teu, terciaria franciscana.
Día 5 abril y cuando contaba 69 años, doña Antonia Salom Cánaves, suscripto-
ra de esta revista.
Día 11 del mismo mes,otra suscriptora: doña Magdalena Abrines Pons. Hacía 78 años que había visto la luz de este
mundo.
Manacor.—^Día 9 de abril. Sor Magda¬ lena Vidal, Franciscana Hija de la Mise¬
ricordia.
Gaimari.—D. Bartolomé Cerdá Seguí (18 abril).
San Francisco (El PiLlarí).— Dia 20 del citado mes de abril. Sor Bárbara Valles¬ pir Munar, igualmente Religiosa Francis¬ cana Hija de la Misericordia.
Muro.—^Día 22 del mismo mes, doña María Moragues Escalas, terciaria fran¬ ciscana, madre de nuestro hermano de hábito, el P. Baltasar Cloquell, Director de nuestro Colegio de Enseñanza Media en Llucmajor, y tío del otro Religioso de la T. O. R. el P. Esteban Cloquell, Direc¬ tor del Colegio de San Francisco de Pal¬ ma de Mallorca.
Villafranca de Bonay.—Día l.° de ma¬ yo, doña Francisca Sastre de Andreu, ma¬ dre de nuestro hermano en Religión, Fr. Jaime Andreu, T. O. R., residente en nues¬ tro Colegio de la Inmaculada Concepción (Roma).

23

^el teroia.rio
CURSET D'ESPIRITUALITAT FRANCISCANA
(LA PORCIÚNCULA, 7-10 D^ABRIL 1972)

A l’hora de començar a escriure aques¬ tes ratlles com a resum del que va ésser el Curset d’Espiritualitat Franciscana, ja resten un poc enrere les hores del fervor tumultuds —si és que n’hi va haver— i queden llunyanes moltes de coses que m'impressionaren i que he de tractar d’ex¬ plicar baix de la forma més senzilla i ob¬ jectiva possible.
El curset es va fer al Seminari Seràfic de La Porciúncula els dies 7, 8, 9 i 10 d’abril. La idea va sorgir a Son Bono, a una diada d’estudi i oració de la T.O.F. (27-28 nov. 71), on el Rector de l’esmen¬
tat Col.legi-Seminari va llançar a l’aire, quasi utòpicament, la conveniència de fer unes jornades del tipus que vull co¬ mentar. La idea fou acceptada totd’una per la Junta Provincial de la Fraternitat Seglar Franciscana de Balears; posaren fil a l’agulla i l’esmentada Junta, amb l’entusiasme del P. 'Tugores al davant, féu possible que el que només era una remota possibilitat fos una realitat; ven¬ gueren de Madrid els Pares Menors Jo¬ sep Agustí Elustondo i Antoni Bemabeu, i ens reunírem un bon grapat de francis¬ cans: religioses, religiosos, estudiants de Teologia, un postulant i qualcú que per ventura omet. Tots o ja érem de la T.O.R. o aspirants. Formàvem un grup hetero¬ geni, unit, però, en l’essencial: el cristia¬
nisme i Tesperit franciscà. Era nota prou
destacada que quasi tots érem joves.
El vespre del primer dia hi hagué les presentacions individuals.
A l’endemà començà la tasca ja amb profundidat. Els temes anaven sorgint —sempre seguits d’un diàleg molt profi¬ tós— i amaraven els nostres esperits. No es digueren en els tres dies coses sensa¬ cionalistes, sinó que les ens presentaren amb naturalitat, senzillesa i pau i no poc coratge.
Els temes més importants dels tres dies crec que foren els següents:
1) L’Espiritualitat Franciscana; 2) la Fraternitat com a: realitat sobrenatural, comunió d’ideals, comunió de béns, co¬ munió eclesial, etc.; 3) el Franciscanisme és essencialment pelegrinant; 4) la nos¬

Cursetistes en el Seminari Seràfic de La Porciún¬ cula durant la concelebració de la missa.
tra vida en comunió amb Crist; 5) el tre¬ ball i el seu significat; associació pel tre¬ ball a la Redempció (posant de relleu que un treball propi dels franciscans és el servei als germans, sobretot als més necessitats); 5) l’apostolat franciscà; 6) el testimoni de la unitat; etc., etc.
Sens dubte omet —sense voler— altres
temes considerats, per ventura, com im¬ portants. Tal volta, més importants.
Hem de parlar, necessàriament, de les reunions que fèiem cada vespre. Posàvem en comú les conclusions a què havíem arribat els grups, prèviament formats. Els temes més polèmics foren: la frater¬ nitat, on molts de religiosos es mostra¬ ren partidaris de comunitats o fraterni¬
tats més reduïdes. També es discutí la violència i la no-violència. Tots condem¬
naren la violència. Ara bé; hi havia una confrontació bastant marcada entre úns, que no admetien més que la no-violència, i altres que deien que a vegades s’ha d’es¬ collir entre una violència activa, tal volta un poc aparatosa, i l'altra violència, menys estrident, però sovint més inhu¬ mana i esclavitzadora de les persones.
I val la pena recordar els actes litúr¬ gics d’aquests dies: al matí, cant de Lau-

24

des; al migdia. Missa conceiebrada (me¬ reix menció especial la del darrer dia, molt sentida i emocionant); al final del dia. Vespres cantades. Sempre es donà una grandiosa importància a la Paraula de Déu. En primer terme, aquesta; lla¬ vors, la reflexió.
Arribam al moment de la darrera reu¬
nió (les 6 del capvespre del dia 10), on tots parlàrem dels aspectes que més ens havien impressionat d’allò que havíem es¬ coltat i viscut. A aquest darrer acte ens acompanyaren el P. Provincial de la T.O.R., la Mare General de les Francisca¬
nes Filles de la Misericòrdia i el Minis¬
tre Provincial dels seglars franciscans. A les nostres paraules, seguiren les seves. Podria recordar ara unes paraules de ca¬ da un d’ells. Preferesc ressenyar que allò que més m’agradà —i potser a tots— va
ésser la seva senzillesa.
El P. Bernabeu va fer notar que, per
ell, aquest havia estat el curset de la Pau. Sols manca, doncs, que pel nostre comp¬ te hi posem la resta: el Bé. Aleshores se¬ ríem portadors del lema franciscà per excel.lència: PAU I BÉ.
A la despedida, vérem que les cares anaven escampant alegria i germanor. Doncs bé; dins aquest món nostre angus¬ tiat i que camina cap a la neurosi, enga¬ biat dins gratacels i contaminació, això

ha d’ésser forçosament una retxillera d’esperança.
No m’arrisc a assegurar ara els fruits que pel nostre món pot haver suposat aquest curset (pot fer-ho qualcú?). Espe¬ rem —esperar no és el mateix que som¬ niar— que hagi servit almenys per ésser tots un poc més conseqüents amb els principis que deim professar. Les nos¬
tres vides no tenen ni tendrán mai el ma¬
teix camp de treball. Hem de procurar, doncs, que tot allò que ens va ésser do¬ nat i que nosaltres acceptàrem com a bo, ho duguem a terme, tenint en compte sempre les nostres limitacions i sense es¬ tridències, amb un respecte profund a les persones que viuen al nostre voltant.
Sentiria molt haver donat una imatge que no correspongués a la realitat; no podem deixar de tenir en compte que ca¬ da persona veu les coses des del seu subjectivisme, que sovint les informa i tam¬ bé —a vegades— les deforma. De totes maneres, si un altre ho hagués escrit, en¬ cara que ho hauria fet millor, tendría el
mateix risc.
El temps, historiador inexorable, pot¬ ser que digui qualque paraula sobre el que va ésser aquest curset.
Fra Antoni TUGORES MANRESA, T.O.R.

CURSILLO DE JUVENTUD FRANCISCANA
SON BONO (PALMA DE MALLORCA), 13-16 ABRIL 1972

Bajo la dirección del P. Antonio Berna¬ beu, O. F. M., Consiliario Nacional de las «JUFRAS» de España, y de los profeso¬ res P. José Agustín Elustondo, O. F. M., Asistente Nacional de la T. O. F. y de la señorita Nuria Ribes, Ministra Provincial de la T. O. F. de Cataluña, así como del organizador —en nombre de la Junta Pro¬
vincial de la T. O. F.—, Fray Jaume Tugores, T. O. R., se realizaron en Son Bo¬
no (CJénova) unos días de convivencia de «Jufra», que se desarrollaron durante el
13, 14, 15 y 16 del pasado mes de abril.
A este cursillo de Juventud Francis¬ cana asistieron chicos y chicas de Bun¬
yola, Inca, Palma y La Porciúncula, dos religiosas franciscanas y cuatro sacerdo¬ tes T. O. R., hasta un total de 34 cursi¬
llistas.
En medio de un ambiente de fraterni¬
dad se expuso, en el transcurso del cur-

Asistentes al Cursillo de Juventud Franciscana
tenido en Son Bono (Palmo).
25

sillo, el ideal franciscano, fiel siempre al mensaje evangélico.
Es manifiesta la actualidad de que go¬
za hoy día la espiritualidad franciscana. Muchos jóvenes encuentran, en esta es¬ piritualidad, un camino de vida, una re¬ novación de su existencia, que les llena y que se basa en el amor fraternal, en el descubrimiento del otro y en la sencillez
de la persona.
Pienso que es imposible expresar con palabras lo que una convivencia cristia¬ na consciente, como la del pasado cur¬ sillo de «Jufra», puede significar para nosotros, jóvenes, que deseamos algo nuevo y queremos vivir el Evangelio tal como nos lo enseña nuestro padre Fran¬ cisco. Fue precisamente en Son Bono, en donde por primera vez en mi vida, asistí
a un cursillo de Juventud Franciscana y
en donde por primera vez tuve la inmen¬ sa satisfacción de una experiencia mara¬ villosa, la satisfacción que produce el sen¬
tirse cerca de los demás el sentirse útil
a los otros y al mismo tiempo amado por
los otros.
En estos días comprendí, y espero de todo corazón que los demás compañeros también, cuál es nuestra misión de jóve¬ nes que deseamos militar en el campo
franciscano. El mundo nos espera, para
que lo libremos, aunque solamente sea un poco, de los males que hoy sufre. Co¬ mo se dijo en el cursillo, unidos debemos llevar a los hombres la alegría y la paz, fieles y obedientes siempre a nuestra ma¬

dre la Iglesia. Pero solamente unidos lo¬ graremos arrastrar en nuestro avance a todos los demás. Separados, serán los otros los que nos arrastrarán.
Creo que el éxito de estos coloquios es completísimo y ello se debe, a mi juicio, a que la figura de Francisco de Asís, em¬ papada de sencillez, humildad y amor ha¬ cia los hombres, y en suma, el ideario franciscano, encuentran gran simpatía y aceptación entre los jóvenes —yo parti¬
cularmente lo encuentro como la única
forma de vida capaz de dar la felici¬ dad—, que han descubierto que la vida vale mucho más, si la dedican al servicio
de los demás.
Como S.S. el Papa Pablo VI dijo en la alocución dirigida a la Peregrinación in¬ ternacional de la T. O. F., en Mayo de 1971, el mundo espera que todos noso¬ tros, hijos de San Francisco, seamos los pilares firmes que sostienen a la Iglesia, convencidos de que ninguna infausta ad¬ versidad podrá prevalecer contra la esta¬
bilidad del edificio de Cristo.
Finalmente, convencido de la gran la¬ bor de estos cursillos de «Jufra». quiero manifestar públicamente mi agradeci¬ miento al director P. Antonio Bernabeu, a los profesores señorita Nuria Ribes y P. J. Agustín Elustondo, al organizador, Fr. Jaume Tugores, y a todos los demás hermanos que hicieron posible este cur¬
sillo.
Eleuterio Merino

PENSikMIXENTOS
Engarza en oro las alas del pájaro y nunca más volará al cielo. El humo se jacta con el aire, y la ceniza con la tierra, de ser herma¬ nos del fuego. La gota de lluvia dijo bajito al jazmín: «¡Tenme en tu corazón para siempre!» El jazmín suspiró ¡ay! y se cayó al suelo. El canto del pájaro es el eco de la luz del alba en la tierra.
«¿Cómo te cantaré y te adoraré, sol?», le dijo la florecilla. Contestó
el sol: «Con el silencio humilde de tu pureza».
¡Mira cómo las nubes negras se hacen flores del cielo, al beso de la
luz!
El silencio de la noche arde, como una lámpara inmensa, con la luz
de su vía láctea.
¿No es esta sierra como una flor con hojas de montes, que está
bebiendo luz en el sol?
Busca tu belleza, corazón mío, en el movimiento del mundo, como la barca, que coge su gracia del viento y del agua.
RABINDRANATH TAGORE
26

LA NIETA DE TAGORE

TTENIA yo noticia de que una nieta
de Rabindranath Tagore había vi¬ vido en España en los últimos años cin¬
cuenta. Vivió en Valladolid —residencia
de las Hijas de María—, en Barcelona, en La Coruña. Y aquí, en España, a la que la nieta de Tagore amaba apasiona¬ damente, se convirtió al catolicismo. Creo
que es noticia inédita. Llegan ahora a mis manos tres cartas —en copia literal—
deliciosamente estremecedoras de María
Jesús Bran-Brahim Thákora (Tagore), dirigidas a la madre Asunción de la Vir¬
gen, desde La Coruña. Don Antonio Gon¬ zález Fraile, sacerdote, intelectual exigen¬ te, un espíritu selecto, me completa la
información de esta muchacha estudian¬
te, nieta de Tagore por línea materna, cuya personalidad singularísima habrá que estudiar algún día por mentes claras y preparadas. Era una chica altísima que tan sólo pesaba 37 kilos. Sale de La Co¬ ruña para Vigo el día 15 de enero de 1959. En Vigo embarca hacia Londres. Y en
Londres los análisis médicos ratifican las
dolencias de Chikestk —así se firmaba
ella—, ya diagnosticadas en España: una afección gástrica, un proceso fímico y una leucemia. Me limito a reflejar en esta nota de urgencia algunas frases de las
escalofriantes cartas de la nieta de Ta¬
gore: cartas en las que hay mucho aire de su abuelo, fundido con un lírico mis¬ ticismo teresiano: «Mi vida es una lágri¬ ma, un llanto sensible y húmedo en el recuerdo». Dice que a veces prefiere estar

sola, «aunque es terrible». Se escapa a la misa del Gallo y regresa tambaleándose a su pobre buhardilla. Llora y piensa en su madre, a la que no llegó a conocer. «A veces invoco la muerte con gran prisa y otras pido a Dios que complete mi salud y prolongue mi vida joven, que necesito». Alude a la dureza de andar por la vida tan sola, teniendo en cuenta el «difícil carácter oriental, sensible y melancólico». Y espera algo que sabe que vendrá: «Es¬ pero y amo lo desconocido, que vendrá en una cruz grande y dolorosa». Ya en la
última de estas tres cartas —cartas do¬
lientes y jubilosas al mismo tiempo— escribe: «Llevo un muy vivo presentimien¬ to de mi muerte. Seguramente el Señor
me lleva a morir donde he nacido».
La Embajada de su país en Londres
ofrece a María Jesús un avión para que retorne a su tierra. Un alto en la India.
Sus parientes le regalan flores, que la muchacha deshoja en honor de la Virgen. El avión, al fin, aterriza en el país de la nieta de Tagore. Una tía suya que la acom¬ paña en el viaje observa que Chikestk, envuelta en una manta, no se mueve de su asiento. Supone su tía que la niña está
dormida. Estaba muerta. Había dicho:
«Me voy con las estrellas errantes. Espe¬ ro llena de paz y sonriendo en mi so¬ ledad. Sé que la Iglesia invisible está con¬ migo y el cielo todo se baja a mis veinte
años».
F. Javier MARITN ABRIL

ARQUITECTURA DEFENSIVA DE MALLORCA

Fort( o Castellet de Porto-Pi (entre lo Torre de Paraires i la Seu).

BATERIA DE LA CORANTENA.—L’any 1830 se va acabar una batería provisio¬ nal en el lloc de la Corantena. Avui ja no
en resta res.
Se va començar abans que fos enderro¬ cada la Bateria del Moll, essent acabada en el mes d’octubre de dit any. Va esser

feta «con toda solidez y a gusto del Real Cuerpo de Ingenieros», per contracte amb particulars.
Dia 10 de novembre fou entregada als
artillers. Va signar el rebut el Tinent d’Artilleria, D. Joan de Morales, i de part del Cos d’Enginyers, entregadors de l’o-

27

bra, el Tinent D. Josep Caldés. L’acta d’entrega va acompanyada d’un inventari-descripció.
En l’anomenat «Plano del Proyecto del Ensanche de Palma, redactado por D. Bernardo Calvet Girona y aprobado por
Real D. del 22-2-1901» encara se veu dita
Bateria.
CASTELL DE PORTO-PI.—No se trac¬
ta ara de parlar del famós Castell de Sant Carles, sinó d’un altre fortí que va existir a la part de la Torre de Paraires, és a dir, a la banda oposada a Sant Car¬
les.
A un dibuix que representa Porto-Pi, traçat a finals del segle XVIII, se veu aquesta fortalesa. ¿Seria feta amb motiu
de la Guerra de Successió?
En Bover ens diu que; «Sobre la orilla oriental del canal de Porto-Pi hay frag¬ mentos de un pequeño Castillo, de aire arabesco, cuadrado y guarnecido de al¬ menas, que pudo ser de algún uso cuan¬ do no existia el de San Carlos». Segueix el Sr. Bover dient que, perduda la seva antiga traça i desfigurat amb obres pos¬ teriors, s’havia convertit un bocí d’ell en oratori, baix de l’advocació de Sant Ni¬ colau. La resta era de propietat particu¬
lar.
No sabent la data de construcció, no se pot assegurar que fos fet pocs anys abans d’esser dibuixat el Port; mes no crec tampoc que, malgrat lo que diu En Bover, d’esser «de aire arabesco, cuadra¬
do y guarnecido de almenas», fos d’èpo¬ ca sarraïna, ni tan sois medieval.
BATERIA DE PARAIRES.--Just devo¬
ra la Torre d’igual nom i començant en el mur més oriental de la mateixa, això és, el que «mira» cap a la Ciutat, se va fer, devés la meitat del segle passat, una
bateria.
Tal volta un precedent el trobaríem en el Retaule de Sant Jordi, pintat per En Pere Nisart entre 1468 i 1470, puix s’hi representa, al peu de la Torre, una me¬ na de murada amb merlets i sageteres; i esta pintada tan atracada a la Torre, que aquesta sembla esser com d’homenatge. No obstant, d’aquesta murada no ens queda més documentació que el dit Re¬ taule. ¿Seria fantasia del pintor o rea¬
litat?
La Bateria encara existia l’any 1912, ja que figura en el «Plano del Fondeadero de Porto Pi», traçat per l’Arxiduc Lluís Salvador, i, segons diuen, encara es po¬ dia veure no fa molts d’anys.
D’aquella Bateria avui no en queda més que un bocí de paret aferrat a la part per on s’obri la porta de la Torre.
(Continuarà)
Josep SEGURA I SALADO

ConfusiÓH
En casa del médico se recibe una llama¬
da telefónica y el doctor dice: -¡Pronto! ¡Mi sombrero y mi gabán! Aca¬
ba de üamar un hombre diciendo que no
podía vivir sin mí. Pero la hija del doctor replica: — No te preocupes, papó; la llamada era
para mí.
Difícil de saber
En una ocasión le preguntaron a Grou-
cho Marx.
— ¿Ha sufrido usted alguna vez un ataque
de «delirium tremens»?
— Pues no sé decirle. Es muy difícil de sa¬ ber dónde empieza el «delirium tremens» y acaba !a vida de Hollywood.
Discrepancia
El director de un teatro le dice a un joven outer que pretende estrenar:
— He leído su comedia y se I0 hecho leer al director de escena y al primer actor. No nos disguta, pero hemos llegado a la con¬ clusión de que hay que suprimir uno de los
tres actos.
— Eso es fácil — dice el autor, dispuesto a todo — ; dígame cuál.
— Ahí está la complicación. Resulta que después del acuerdo ha venido la discreponcia, y cada uno de nosotros quisiera suprimir
un acto distinto.
Conciencia
El matrimonio con sus cuatro pequeños está en camino para la casa de campo de unos amigos donde van a pasar el fin de se¬ mana, invitados por éstos.
— ¡Son tan buenos! -dice la señora-. A mí me da cargo de conciencia el haber acep¬
tado su invitación

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