El Heraldo de Cristo 1972, n. 743
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(FRENTE A LA DIPUTACION) -PALMA

lea eu este
numero:

FEBRERO 1972

Año LXIII - Núm. 743

•

REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA

•
DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.

ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R.
• CON LICENCIA ECLESIASTICA
•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:

ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR

. . . 75 PTAS.

100 ...

.

500 ...

«

•

DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958

La hermosa utopía de la paz

La poz y sus exigencias

Anales de la Provincia Española de la In¬

maculada Concepción de la Tercera Or¬

den Regular de San Francisco.

Religión: Nueva perspectiva.

El nuevo Presidente de la República Italia-

na, terciario franciscano .

. 10

Dios no está de modo .

. 11

Fisonomía de San Francisco .

. 12

Matines de Galilea (poesia).

. 13

Pàgina Literària .

.

.

.

La Sibil'la

....

. 14 . 16

Texts antics de la SibiNa

. 18

Nuestros misiones .

. 19

Desde Tayabamba.

. 21

Nuestra pequeña historia

. 23

Página del terciario

. 25

Bibliografía ....
Chistes

. 27 . 28

NUESTRA PORTADA.-MONTE-SION DE PORRERES (fachada de la iglesia y claus¬
tro).—Otra de las atalayas de la orografía religiosa de Mallorca .Díganos los datos, con su
castellano bronco, nuestro historiador Binimelis (1538-1616): tA distancia de 1500 pasos, a
¡a parte de poniente, tiene (Porreres) una sufragánea de una iglesia y casa muy grande de sobre un monte, bajo la invocación de Nuestra Señora de Monte Sion, y está a disposición y protección de los jurados de aquella villa, los que allí mantienen perpetuamente escuelas de
Gramática...*

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2

—

*

EDITORIAL
LA HERMOSA UTOPÍA DE LA PAZ
Los jefes de estado en sus mensajes de fin de año hablaron de la paz. Anteriormente Pablo VI, en el suyo de la «Jornada de la paz 1912», como es natural, había abordado el mismo tema. Hablar de la paz se ha convertido en tópico, pues la paz no reina nunca con pleno dominio por todos los ámbitos de la tierra. Y fá.cilmente viene a la memoria aquel conocido grito de Jeremías y de Ezequiel: «¡Paz, paz; y tal paz no existe!»
Pero, ¿puede haber paz en el mundo de una manera permanente? Nosotros creemos que no. Parece como si la guerra tuviese algo de azote telúrico, como un terremoto, como una erupción volcánica, como un tornado. La Iglesia en sus preces litánicas asocia en una misma petición la preservación de los tres grandes males, peste, hambre y guerra. Pero sin duda alguna, y ahora más que nunca, el más horrible y el más sin remedio de los tres es el de la guerra. La peste, y todas las epidemias en general, con convenientes medidas profilácticas, con vacunas, antibió¬ ticos y con toda clase de específicos puede dominarse; el hambre se combate con ayudas económicas, con la promoción industrial y agrícola, con el intercambio de productos; y en los casos extremos, con la apela¬ ción a la caridad o a la filantropía de los demás hombres. Pero la gue¬ rra... Hay en el corazón humano demasiado orgullo, demasiada ambi¬ ción, demasiado odio y sed de venganza para poder evitarla en todos
los casos.
Existe, sí, un remedio contra la guerra; pero, por ser utópico, no podemos más que mencionarlo. Nos referimos a aquel consejo evangé¬ lico: «Si alguien te pega en la mejilla derecha, preséntale también la otra; y al que quiera llevarte a juicio por quitarte la túnica, déjale tam¬ bién el manto». Los hombres no entienden esa clase de lenguaje que, desde luego, no es ciertamente el de la simple justicia. Pablo VI se queda corto al proponer, como segura panacea para la paz, trabajar por la justicia. En todo conflicto, cuando no los dos, por lo menos uno de los contendientes dice, y tal vez cree, luchar por la justicia. En la práctica lo que mantiene la paz es, desgraciadamente, sólo el miedo o la pruden¬ cia, la prudencia que también es virtud evangélica: «¿Qué rey, teniendo que salir a campaña contra otro rey, no se sienta antes a reflexionar si será capaz de enfrentarse con diez mil hombres al que viene contra él con veinte mil? De lo contrario, mientras el otro está todavía lejos, le envía una embajada para, pedirle condiciones de paz». Por triste que sea constatarlo, ésos, miedo y prudencia, son los verdaderos cimientos don¬ de, cuando la hay, descansa, la paz hoy en la tierra. Pues ganas de repre¬ salia y de desquite, ganas de hacer valer SU propia justicia no faltan, sobre todo en las naciones pequeñas y débiles, con demasiada frecuencia víctimas de la avidez de las grandes o de los «grandes», como ahora
se dice.
Está claro que, a pesar de todo, debe trabajarse por la justicia, de
(Continúa en pág siguiente)
3

£,a paa tf SUS ezcigencias

^ ^UANDO día 1 de enero millones de
católicos y de hombres de buena
voluntad reflexionen sobre la paz y sus
exigencias y pidan a Dios un nuevo año, 1972, en progresivo caminar hacia la fra¬ ternidad universal, ¿podrá alguien contar el número de víctimas producidas por la
guerra y la injusticia? ¿Podrá, sobre to¬ do, alguien asegurar que el futuro va a ser mejor que el presente o el pasado? ¿No es, pues, una celeste utopía celebrar
una Jornada de la Paz en un mundo béli¬
co e injusto? Admitamos que la duda es, por lo menos, honesta y justificable.
La paz; he aquí el reto decisivo para la humanidad. Pero quizá debamos pre¬
guntarnos qué entienden por paz los que, al mismo tiempo que llenan sus bocas con esta palabra mil veces voceada, tien¬ den sus manos a la guerra y a la injusti¬ cia. Hay una sucia manipulación de esta palabra que significa en el corazón de los hombres justos una aspiración inde¬ clinable; se ha llegado a una inversión tan violenta de conceptos que se utili¬ zan lemas pacíficos para empujar a los hombres a la guerra o para mantener un estado de injusticia.
Señala Pablo VI en su mensaje la ur¬ gente necesidad de despojar de la idea de paz una serie de «seudo-concepciones» que la deforman y alteran; son las «fal¬ sas naces». No se puede, en primer lugar, confundir paz con inmovilismo —«estan¬ camiento», dice el Papa—, cuando es to¬
do lo contrario: «una idea central y mo¬
tora de la fo.gosidad más activa». Pero más grave sería identificar la paz con la «impuesta por la sola superioridad del poder y de la fuerza». Estas falsificacio¬ nes van minando la capacidad de res¬
puesta de los sectores más sanos y res¬ ponsables de la sociedad.
Más sutil quizá y, por tanto, más pe¬ netrante. es la adulteración de la paz reducida a un orden aparente, a un pre-

fabricado exterior, suntuoso e incluso atractivo, visto desde fuera, pero que oculta en su interior el peor de los de¬ sórdenes, que es la injusticia organizada. Pablo VI ha querido por eso unir indiso¬ lublemente estos dos conceptos en una consigna: «si quieres la paz, trabaja por la justicia», actualización de una afirma¬ ción de le Escritura: «la justicia produ¬ cirá la paz». Todo lo que se haga al mar¬ gen de esa exigencia esencial e indecli¬ nable será convertir la paz en una insi¬ dia, en un engaño sistemático. Y, a la lar¬ ga, es preparar un futuro de violencias y
reivindicaciones. Es entrar de lleno en
esa ya tristemente típica «espiral de vio¬ lencia», fenómeno de nuestro tiempo de¬ nunciado por tantos líderes pacifistas,
cristianos o no.
La paz es, pues, un compromiso de jus¬ ticia, una tarea que se nos impone a cada uno de los ciudadanos del mundo, «una nueva e inagotable posesión». Es deber nuestro —de todos y cada uno— son¬ dear nuestra realidad personal y social para ver hasta donde llega nuestra parti¬ cipación en la injusticia o nuestra con¬ temporización con ella. Aún más, hay que luchar por descubrir las raíces de cada situación injusta, intentando sobre todo
el desmantelamiento de estados perma¬
nentes de injusticia. No podríamos acabar este comentario
sin resaltar un último deber: la esperan¬ za. Si el año 1971 acaba en sombras en
el mundo, desde una perspectiva de justi¬ cia tenemos derecho a esperar que el año entrante conocerá una mejora sustancial
de la situación. Pero sería ilusoria esa
esperanza si no es activa y el 1 de enero no nos sorprende a cada uno entregado existencialmente a la doble tarea de paci¬ ficar las almas y hacer le justicia en las
sociedades.
(De «Ya»)

(Viene de la pág. anterior)
LA HERMOSA UTOPÍA DE LA PAZ
acuerdo con la invitación de Pablo VI; hay que tratar de mentalizar a los hombres en el respeto a todo derecho ajeno, a fin de que vaya aban¬ donándose cada vez m.ás el viejo y horroroso recurso a la guerra para dirimir los pleitos y, mucho menos aún, para satisfacer orgullos o ambi¬ ciones. Debe trabajarse por la justicia, aunque las organizaciones mun¬ diales creadas a tal efecto, hasta ahora hayan fracasado en su cometido —están en la mente de todos los fallos más recientes—, bastando el veto de uno de los «grandes» para ocasionar graves trastornos en el fiel de la balanza de la justicia humana.

4

ANALES
DE LA
PROVINCIA ESPAÑOLA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
DE LA
TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO
PROLEGOMENOS

(Continuación)

Porque la semilla de nuestra Provin¬ cia religiosa, aunque conoció diversos plantarios, donde definitivamente arraigó, creció y se fortificó fue en una parcela (porciúncula) del antiguo Convento de Observantes de Llucmayor, hoy nuestra casa primaria, nos ha parecido oportuno y pertinente que, antes de entrar en la parte cronológica de estos ANALES, es¬ tampemos las siguientes nuevas por la re¬ lación que tienen con dicho Convento y su iglesia.
Estamos en 1C44. En el edificio ex-Con-
vento, el Ayuntamiento Constitucional de Llucmayor, cuyo alcalde de primer voto es D. Francisco Socias y el de 2.°, D. Da¬ mián Catany, ha instalado un Hospital Municipal o Casa de Beneficencia, de la que fue nombrado Prior, en 1842, el ex¬ claustrado D. Lorenzo Roig, Pbro. (del que diremos luego, más abajo), que se acomodará en la celda que fue del P. Guardián y que él mismo, como tal, ha¬ bía ocupado tres trienios consecutivos an¬ tes de la exclaustración. En el que fue
refectorio de los frailes se han estable¬
cido Escuelas de primeras letras, siendo lo demás destinado a Cárcel, a Cuartel de Tropas transeúntes: (locales que lue¬ go serán para la Benemérita Guardia Ci¬ vil), etc.
El 8 de marzo del año anterior (1843)
se vendió en pública subasta el huerto del Convento, con su noria, aljibe y cercadito o patio, de una cuarterada, 182 destres de extensión, habiendo sido la postura más alta la de 212.000 reales de vellón, por cuya cantidad se remató, de¬

biendo el licitador respetar el contrato de arrendamiento que termina el 5 de sep¬ tiembre de 1845 (los compradores fueron Juan García y Juliá, Mateo Oliver y Monserrat, Sebastián Rubí Salas y Guillermo Romaguera Garcías).
La iglesia conventual, bajo la advoca¬ ción del S. Buenaventura, al cuidado de un Custos —Dr. D. Honorato Salvá, que regirá también en calidad de Ecónomo la parroquial de S. Miguel hasta el 7 de febrero de aquel año (1844)—, sigue abierta al culto *, reducido a la celebra¬ ción de misas rezadas que dicen algunos exclaustrados residentes en el pueblo y que, naturalmente, desean y añoran aque¬ llas funciones y aquel culto que en algu¬ nas ocasiones «dejaban muy en zaga el de la parroquia», conforme leemos en
Talladas.
Entre los dichos exclaustrados citare¬
mos a D. Juan Pastor, Guardián que ha¬ bía sido del Convento de Alcudia y luego de Sóller, y Predicador general en la Or¬ den. En 1847 le encontraremos predican¬ do la Cuaresma en Randa y después, en Pentecostés, un quinario a su «Pastor y Titular B. Ramón Llull, de la Tercera Or-
* En mayo de 1843 el Gobernador eclesiástico pregunta al Ayuntamiento si conviene o no la enajenación de la igle¬ sia del ex-Convento, y en su vista el Ayuntamiento acuerda que «es necesa¬ rio y conveniente que dicha iglesia se mantenga abierta como oratorio públi¬ co» (Libro de actas).

5

den; y sabiendo que estaban sin tener reliquia de dicho Mártir», entregará al Vi¬ cario de dicha iglesia, D. Gabriel Tauler, una reliquia del Beato que, en los mo¬ mentos confusos de la exclaustración, le
fue dado retirar del relicario de su con¬
vento de Sóller, donde se veneraba.
D. Bartolomé Pons y Vidal, Maestro de Gramática también en Sóller, que, retira¬ do a su pueblo natal, debido a sus «emi¬ nentes servicios en la enseñanza prima¬ ria», será nombrado por el Ayuntamiento, Maestro de primeras letras y propuesto
como alumno externo de la Escuela Nor¬ mal. En 1856 el Gobernador de la Mitra
le nombrará Gustos segundo o auxiliar del Convento, en cuya sacristía aún hoy sigue usándose su cáliz de plata, recién restaurado por el actual Prior de nuestro
Convento.
D. Francisco Mir, Maestro de Gramᬠtica en éste de Llucmayor, «sujeto muy instruido para el confesionario y el pul¬ pito ».
D. Antonio Catany, Predicador conven¬ tual en los de Petra y Palma; Maestro de Novicios y Lector de Filosofía tam¬ bién en Palma; y, últimamente. Lector de Teología en Llucmayor. Predicador asi¬ duo y solicitado, nos ha llamado la aten¬ ción en la lista de sus sermones predi¬ cados en Randa los años 1830, 1831 y 1834, el de «la 3.^ Dominica de las Fa¬
drínas».
Y hemos dejado para el último lugar a D. Lorenzo Roig, Predicador general en la Orden y, como hemos dicho antes. Guardián por tres veces de este Con¬

vento de Llucmayor, etc. ¿Fue por su ce¬ lo?, por su inquietud? (No estará demás recordar que estuvo confinado en Menor¬ ca por sus ideas políticas). Lo cierto es que con sus caramillos e intrigas se las arreglará para ser presentado, de parte del Ayuntamiento, para Custos del Con¬ vento con el fin de poder restablecer así las antiguas fuciones que acostumbraban celebrarse antes de la supresión de di¬ cho Convento. Y luego, cubriéndose con capa de coro, dirá que «le obliga a ad¬ mitir dicho oficio el amor que profesa a la referida iglesia y la necesidad que hay de que se hagan funciones con so¬ lemnidad, pues ésta es la voluntad ge¬ neral» (Carta de aceptación del cargo).
¿A sus instancias? El caso es que el 2 de febrero de 1844 el Ayuntamiento se dirige al M. I. Sr. Gobernador ecle¬ siástico de la Mitra, D. Juan Muntaner y García, haciéndole presente «la insufi¬ ciencia de esta iglesia parroquial para llenar cumplidamente el vacío que de¬ jó en este pueblo la cesación de toda clase de funciones que antes existían en el suprimido Convento, con que se ali¬ mentaban la piedad y devoción de estos feligreses: y si bien es verdad que el R. Sr. Ecónomo de esta parroquia es a la vez Custos de la iglesia del indicado Con¬ vento y cuida de la misma en concepto de tal, no deben de permitirle las ocu¬ paciones inherentes a su cargo de Ecó¬ nomo aquel desahogo que fuera de de¬ sear para que quede completamente sa¬ tisfecha la eminente religiosidad de esta población. En consideración a todo esto se atreve esta Corporación a PROPO¬ NER a V. I., a D. LORENZO ROIG, ex¬ claustrado de dicho Convento, para Custos de la propia iglesia, o bien adjunto del Ecónomo, con facultad de hacer toda clase de funciones que requieran las ne¬
cesidades de estos fieles».

«Vista esta instancia —comunica el Go¬ bernador de la Mitra al Sr. Ecónomo de
Llucmayor, con fecha 7 del mismo mes—, he venido en autorizar que ahora y hasta nueva disposición, se celebren en la iglesia del suprimido Convento de Ob-
6

servantes, las funciones de iglesia que, de común acuerdo, V. y el Ayuntamien¬ to estimasen conveniente permitir, a ex¬ cepción de las funerarias y otras cuales¬ quiera mandadas celebrar como Manda Pía, sin especial licencia de este Gobier¬ no eclesiástico, y he nombrado interina¬ mente Gustos a D. Lorenzo Roig, exclaus¬ trado residente en esta villa, el cual de¬ berá atenerse a lo que el Ayuntamiento y V. le prevengan en cuanto al número y solemnidad de las funciones que hayan de celebrarse».

tiempo que los frailes estaban en el Con¬ vento jamás dieron señal a muerto con las campanas, que no tuviesen antes el permiso del Cura; ni hacian mandas pías, que inmediatamente no las presen¬ tasen al Párroco para el V.° B.°; pero
ahora el Sr. Custos hace todo lo contra¬
rio, hace lo que le parece, como si no hu¬
biese Párroco».
Luego será verdad que las cosas son según el color del cristal con que se mi¬ ran, y también según el punto de mira...

Ello le olió a intriguilla al Sr. Ecóno¬ mo cuando dice en carta confidencial al
Secretario del Gobernador; «Me la pega¬
ron ahunque (sic) nada se me da; sólo siento los medios de que se han vali¬
do...».
Por lo que respecta al número de fun¬ ciones hubo completo y pronto acuerdo: «las haya todos los días a excepción de aquellos siete u ocho días de más solem¬ nidad en la parroquia».

Si sacamos a volar estas especies, es por creer que su noticia y conocimiento nos han de valer para ilustrar, esclare¬ cer y comprender ocurrencias que sal¬ drán a lo largo de estos ANALES.
(Continuará)
P. Francisco AMENGUAL, T.O.R,

En lo referente a la solemnidad, más claro, al número de asistentes o partici¬ pantes en dichas funciones, ahí sí que hubo encuentro de opiniones, dares y to¬ mares. Se acuerda pasar por lo que re¬ suelva el Superior Eclesiástico; pero la impaciencia de los exclaustrados no tie¬ ne espera y el 18 de febrero empieza la restauración de las antiguas funciones que sufragaban las poderosas cofradías de la Purísima, Almas y S. José, que en¬ contramos enumeradas en la Visita pas¬ toral de 1861 y que llegaron hasta nos¬
otros.

t PACRATSIEARODNELHPAACDIARELA
Aríany. — Día 50 de diciembre del año pasado, la susoriptora D.° Juana Barceló
FioL
Palma de Mallorca.—Día 24 de diciem¬ bre 1971, doña Antonia Bennássar Massip,
T. F. y madre de Sor María Luisa Font, Franciscana Hija de la Misericordia, resi¬
dente en Els Llombards.

Quizá entre bien aquí el recordar que aquel mismo Párroco, que parece no autoriza funciones en el Convento; cuan¬ do él era sólo Custos de su iglesia, allá por el año 1839, citó a juicio verbal ante el Alcalde de 2.“ voto, al heredero de una difunta para que cumpliese en dicha igle¬ sia las exequias que aquélla mandó en su testamento. De lo que tuvo que doler¬ se el Párroco de entonces, llegando a de¬ cir al Gobernador eclesiástico: «En el

Sa Cabaneta.—A los 88 años de edad, doña Margarita Garau Mas, suscriptora
de esta revista.
Inca.—^Doña Catalina Estrany Nadal (20 diciembre de 1971); doña Bárbara Riera Bauzá (3 enero), terciarias fran¬
ciscanas.
Dales, Señor, el descanso eterno. Bri¬ lle para ellas la Luz perpetua.

7

RELIGIÓN:

U ueoa perspeciioa
por Gregorio Mateu, T. O. R.

Hemos visto a jóvenes «hippies» re¬ tratados con inscripciones de gran evi¬ dencia en sus rudimentarias indumenta¬ rias: «Love Jesús». Ello nos ha hecho caer en la cuenta de la profunda exigen¬ cia religiosa del hombre de hoy. Aunque muchos intenten tenerla al margen de la zona concreta y positiva de la cultura moderna, la necesidad religiosa es insus¬ tituible. No podemos cerrar al hombre en la celda angosta de un ateísmo que no explica nada y que, por el contrario, hace de todo el cosmos un pavoroso mis¬ terio. En la medida que el hombre se se¬ para de Dios va cayendo en una situación desesperante y llena de angustia. El hom¬ bre tiene necesidad de Dios y va buscán¬ dolo a tientas en medio de agudas crisis, de arriesgados descubrimientos, de ideo¬ logías variadas. El encuadre sociológico actual condiciona la mentalidad religiosa de los hombres. Son muchos los estudios que van realizándose para intentar dar una respuesta concreta y válida a los tre¬ mendos interrogantes que se hace el
hombre.
Proceso de liberación
En los últimos años ha crecido el in¬
terés por lo económico. Se puede mani¬ pular indirectamente al hombre, a través de las empresas o por medio de numero¬ sos medios de producción. El colonialis¬ mo económico, casi invisible, es cada vez más peligroso, aunque aporta tecnología y organización, aspectos muy positivos. El derecho de propiedad ya no es absolu¬ to, sino que es una tenencia en adminis¬ tración para bien de la sociedad. Se tien¬
de a una economía social de mercado. El hombre es el centro de la creación y no
puede, en forma alguna, estar subyugado por leyes económicas inflexibles que le aprisionen y le quiten la libertad. La teo¬ logía moral sobre la economía obliga a la Iglesia a marcar orientaciones bien

concretas que eleven a la persona huma¬ na a un plano superior y no a víctima de una manipulación económica fundamen¬ tada en la mayor ganancia.
En una sociedad fuertemente manipu¬ lada es preciso luchar, en primer lugar, por una democratización de la cultura a través de un proceso de concienciación. Para ello es preciso despertar en el hom¬ bre una actitud activa que le permita comprenderse a sí mismo, sin evadir res¬ ponsabilidades. Toda situación alienante es de efectos perniciosos por no dejar op¬ ciones en la persona humana que hagan posible el verdadero ejercicio de la liber¬
tad conveniente.
Teología de la libertad
No puede existir oposición entre liber¬ tad y autoridad. Por ello es más necesa¬ ria que nunca una verdadera teología de
la libertad. Sólo con un recurso total a
su sentido crítico puede el hombre de hoy defenderse de tantas presiones como se ejercen contra la libertad. Tal como la conocemos hoy, la libertad humana no tiene perspectivas de supervivencia. Ni legalismos, ni publicidades, ni nacionalis¬ mos absurdos pueden ahogar el Evange¬ lio. La misma Iglesia debe liberarse aho¬
ra de las limitaciones de la libertad ori¬
ginadas por las circunstancias de tiem¬ pos pasados cuando un cierto paternalismo era hasta apreciado.
Existe hoy un nuevo estilo de autori¬
dad. Buscar una verdadera síntesis entre
autoridad y libertad entra en la línea pe¬ dida por el Concilio, que fue una ver¬ dadera explosión de libertad y pluralis¬ mo. La libertad puede alcanzar una ma¬ yor autoridad, sin detrimento de la uni¬ dad. Lograr este equilibrio, aparte de ser apasionante, es la piedra de toque que decidirá la supervivencia del espíritu del

8

Vaticano II. No basta una pasión des¬ medida por la libertad al estilo del exis¬ tencialisme. El respeto a la verdad obli¬ ga, humildemente, a no ofrecer solucio¬ nes mágicas y en un único sentido, cuan¬ do los problemas son realmente com¬ plejos. En la práctica el equilibrio difí¬ cilmente podrá darse sin riesgos ni ten¬ siones; pero no por esto hay que de¬ jarlo.
Responsabilidad y opinión
Una cosa es sometimiento pasivo y otra obediencia madura, como una cosa es el vicio de la crítica y otra, la virtud de la crítica. La autoridad igual que la liber¬ tad son dones del espíritu... El espíritu de solidaridad permite una mayor liber¬ tad y una mayor subsidiariedad. El desa¬ rrollo armónico y progresivo de la per¬ sona humana es el verdadero proceso de liberación, en el cual deberán entrar co¬ mo características primordiales la humil¬ dad y la fraternidad. Las leyes de la Igle¬ sia para los hombres de hoy deben poner
mucho más el énfasis en la libertad au¬
téntica que en el control aprisionante.
Otro problema importante para el hom bre de hoy es el de la opinión pública. La opinión pública es la atmósfera en

que debe vivir el hombre. Desgraciada¬
mente esta atmósfera —como la otra—
está contaminada. Hay que distinguir en¬ tre doctrina cierta y evidente, y opinio¬ nes públicas. Una cosa es el depósito de la fe y otra, el modo de exponerlo. Por ello debemos saber leer en la expresión sincera y válida de los hombres sus ne¬ cesidades concretas, sus más íntimos de¬ seos insatisfechos. Para una opinión pú¬ blica sana, se necesita un esfuerzo común permanente. Esfuerzos ingentes son mal¬ gastados en tonterías legalistas y moralizadoras, en vez de ser volcados en pro¬ blemas como los de la justicia social, la no-violencia, los derechos humanos.
El hombre necesita a Dios. El hombre busca a Dios. Es deber ineludible de la
Iglesia ofrecer respuestas válidas a los grandes interrogantes que se plantea el
hombre. Por ello creemos necesario mos¬ trar unas nuevas perspectivas, de acuer¬
do con los tiempos que nos ha tocado vi¬ vir, para que el hombre se encuentre a sí mismo y a Dios a través de la doctrina evangélica predicada nítidamente. Un tra¬ dicionalismo a ultranza, que no busque un entronque en la cambiante actualidad, se quedará en los teóricos límites de utópicas realizaciones.

DE JXTSTIClik
Si ames amb amor esser jutjat, ama justicia. Per justicia tendrás pau, i per injúria (injustícia), treball. Qui vol justícia, compra injúria. Justícia és riquesa d'home pobre, i injúria és riquesa d'home ric. Qui és enemic de justícia és enemic de totes coses. Lo millor amic que hi ha en ton graner i en ton celler és justícia. Qui ama justícia, ama rei. Justícia té major parentesc amb bondat que amb diners. Justícia i injúria tots temps tenen guerra. Qui guerreja injúria amb justícia. Déu li ajuda. Molt fals nom té jutge injuriós! Vivifica justícia amb caritat, i mortifica (mata) injúria amb paor.
PROVERBIS de Ra.xnon Llull
9

El nuevo Presidente de la República Ita-
liana Giovanni Leone.

El día de Navidad, siguiente al de la elección, el nuevo Jefe de Estado, con su familia, asistió a misa en la iglesia parroquial de San¬ ta Francisca Romana. (De izquierdo a derecha; el hijo Juan-Carlos,
la señora Victoria, el Presidente, los hijos Mauro y Pablo.

EL NUEVO PRESIDENTE DE LA REPUBLICA ITALIANA, TERCIARIO FRANCISCANO.
EN EL CONGRESO INTERNACIONAL DE TERCIARIOS FRANCISCANOS CELEBRADO EN ROMA EN 1350, GIOVANNI LEONE, EL NUEVO JEFE DEL ESTADO ITALIANO, PRONUNCIO UNO DE LOS
DISCURSOS OFICIALES.

Juan Leone, de quien se ha dicho que «no busca nunca los cargos; son los cargos que a menudo le buscan a él», después de mu¬ chos días de tensión política, el 24 del pasa¬ do mes de diciembre fue elegido nuevo Pre¬ sidente de la República italiana.
El senador Leone es un militante de la Democracia Cristiana. En 1946 estuvo ya en
la Constituyente, cuando no había cumplido
aún los cuarenta años, y no como uno cual¬ quiera sino formando parte de la «Comisión de los 75», encargada de elaborar la Carta Constitucional, siendo relator a título de la
Magistratura, en atención a su vasta prepa¬ ración jurídica. El es abogado y, además, tiene la cátedra de Derecho procesal en Roma. En 1948 fue vice-presidente de la Cᬠmara y en 1955 sucedió a Gronchi en la presidencia de la misma.
Ha sido dos veces jefe de gobierno, la última en 1968, siempre en circunstancias difíciles. En 1964 fue ya candidato a la pre¬ sidencia del Estado para suceder a Segni en el Quirinal. Ganó la elección Saragat y éste, tres años después, le nombra senador vita¬
licio.
Aparece otra vez en la escena política activa en 1970 cuando, con motivo del borras¬ coso debate parlamentario sobre la ley del divorcio, se solicita su consejo de jurista para ver de sacar aquella ley de un callejón sin salida y salvar al gobierno y al centroizquierda. Acepta: y esta vez le cuesta más
que en otras ocasiones pues él es católico y sabe que facilitando el camino de la ley, para evitar úna crisis de gobierno (y tal vez del régimen), corre el riesgo de atraerse críticas de parte de quienes no creen en el

divorcio y lo juzgan un mal. La elección para Jefe de Estado le ha
venido a Leone como coronamiento de su
carrera política rectilínea. El es un hombre
que en un partido pluralista como es la De¬ mocracia Cristiana, no se ha dejado nunca pegar etiquetas. Y sin etiquetas. Presidente de todos los italianos, ha llegado al Quirinal.
Juan Leone es napolitano. Casó en 1946
con Victoria Michitto. Es veinte años mayor
que ella. De la unión nacieron cuatro hijos. El segundo murió de difteria a los cinco años. Su hijo mayor, Mauro, estuvo atacado de poliomielitis. Curó y su padre, para cum¬ plir una promesa, fue a pie al santuario de nuestra Señora de Pompeya, distante de Ñᬠpeles unos veinticinco kilómetros.
Este año la familia Leone no pudo montar, como acostumbra, su belén y árbol de Na¬ vidad. Las circunstancias se lo impidieron. «Realmente no hemos tenido tiempo —ex¬ plica la señora Victoria. Siempre la vigilia de Navidad estaba dedicada al pesebre y al árbol. Será el próximo año, en el Quirinal».
Por las mismas circunstancias la señora de
Leone se ha quedado este año sin el regalo que solía hacerle su marido el 23 de diciem¬ bre (Santa Victoria), día de su onomástico. Su esposo, con el agobio de las votaciones, no había tenido tiempo para comprárselo. Por eso, en seguida después de la elección, le telefoneó para decirle: «¿Te basta con
esto?»
Hemos querido ofrecer a los lectores esos
apuntes que descubren la fisonomía política, humana y familiar del nuevo Jefe de Estado italiano, terciario de nuestro Padre San Fran¬
cisco.

10

DIOS NO ESTA DE MODA
Hasta en los países que consideramos baluartes del cristianismo, hay una crisis de fe. Las prácticas religiosas están siendo reemplazadas por otros ritos, impuestos por el más furibundo materialismo, que hace del «culto al placer» la meta de las nuevas generaciones.
Ciencia y técnica fabrican los nuevos dioses y es significativo el que los ingenios espacia¬ les, la mayor conquista del hombre, tengan casi una categoría de símbolos de su poder y de su fuerza. Ha quedado, como un reto, la frase del astrrnauta soviético, que afirmaba, victorioso, no haber encontrado a Dios en los espacios. Palabras no sorprendentes en quien fue educado en un ambiente de ateísmo, creciendo en una sociedad sin fe; lo extraño y paradójico es que, precisa¬ mente en el mismo ámbito, haya surgido alguien capaz de escribir hoy estas estrofas, que parecen nacidas de la inspiración de un místico primitivo:
«¡Cómo me complace vivir contigo. Señor! ¡Cómo me resulta fácil creer en Ti! Cuando mi espirita cede y ya nada comprende; cuando los hombres más inteligentes no ven más allá del término de cada día, ignorando lo que deben hacer mañana. Tú mandas la espléndida afirmación de Tu existencia y de Tu preocupación para que las puertas del bien no sean cerradas. Arribado a la cumbre de la gloria terrestre, pienso con estupor en el camino recorrido, que nunca habría descubierto por mí mismo. Un sorprendente camino, que me ha conducido,
a través de un vacío de esperanza,
a este lugar, de donde he podido devolver a la Humanidad, el reflejo de tus rayos. Y Tú continuarás dejándome reflejarlos en la medida en que será necesario. Y si no me quedase ya tiempo, Tú encargarás
a otros de hacerlo».
El autor de esta plegaria, Alexandri Soljenitsyn, Premio Nobel de literatura 1970, es paisano de Stalin y de Gagarin; un ruso que, en el vuelo de su propio espíritu, se eleva de las ataduras
que lo circundan, en el más sorprendente lanzamiento. Para Alexandri Soljenitsyn, Dios sí se
encuentra en lo alto. Dios sí está de moda (OFIM).
11

TisoHomia d,e San Tranclaco
PREDICA EL SANTO
EVANGELIO Y ANUNCIA
LA PAZ
Pénese (Francisco) al instante a predicar en público la peniten¬ cia, con gran fervor de espíritu y alegría de su alma, y causa la mayor edificación en los oyentes con su lenguaje sencillo y grandeza de áni¬
mo.
Era su palabra como dardo encendido y agudo que penetraba lo más hondo del corazón, y llenaba de pasmo las inteligencias. Todo él parecía como transformado y su espíritu, fijo en el cielo, tenía a me¬
nos mirar la tierra.
Y fue en verdad providencial que comenzara su predicación en el lugar donde creciera y estudiara las primeras letras, y donde también fue sepultado con gran honor; así, el próspero principio anunciaba un término más feliz. Donde aprendió, allí enseñó, y donde había comen¬ zado su obra, allí la terminó.
Al principiar todas sus predicaciones demandaba la paz para to¬ dos los asistentes, con estas evangélicas palabras: El Señor os dé su paz, A todos la deseaba de lo íntimo de su corazón: a hombres y mu¬ jeres, a los que salían al camino y a los que hallaba en él.
A la voz de este nuevo apóstol, y también por la eficacia del auxi¬ lio del Señor, muchos de los que habían descuidado su salvación eter¬ na y perdido la paz verdadera, abrazábanla de nuevo con todo afecto y se hacían hijos de la paz y ganosos del bienestar eterno.
CELANO, Vida primera, Lib. I, c. 10.
12

MATINES DE GALILEA

Galilea mallorquina —vaga una tendror de bel— anit tota s’il.lumina jenl-li Vullet cada estel.

Prest, al temple, la Sibila —rústic atlot camperol— sobre el «Judici» refila amb accents de rossinyol.

Sa contrada encimbellada, presa de desvetlament, va a reviure, altra vegada,
son Nadal tan suggerent.

A Faltar, novell pessebre, Jesús, a Betlem nascut, es fa present: qui el vol rebre, combrega el Pa de salut.

Desembre es fa primavera quan el vint-i-cin-c desclou; la Flor brota i, pie d'espera, el món de goig se commou.

Arpegis Forgue regala —temple i chor plens com un oui el públic rep un frec d’ala,
ala de vou-veri-vou.

Nadal té sempre resposta
pel qui de Déu sent enyor i és, amb ànima disposta,
recte i humil amb senzillor.

Mentre la missa he cantada, tot degustant son encís, fluixejava ma tonada com si la veu me fugis.

Els cotxes se multipliquen dels externs que arriben ja; i les campanes repiquen, que un Jubileu semblarà.

Per més que la vida mia tengui ombretes de f,onent, he copsat la poesia d’un moment i altre mo^yient.

Per camins de la muntanya
XICS i xiques, de pastors, compareixen en companya de flabiols i tambors.

Poesia muntanyana, d’un encanteri suau, que lleument vos encomana la dolcesa de la pau.

Va davant la xeremia, que aquí no pot faltar mai, i és grata Falgaravia amb coets creuant l’espai.

Cosa de pau betlemita puis que, elevant Fesperit, a lloar al bon Déu concita por sobre l’humà delit.

Galilea mallorq uina... Perquè, encar fos més divina la nit de FEmmanuel, no tregüé ni una boirina la volta blava del cel,
volta de seda llustrina
amb l’amor de cada estel.
B. Guasp, Pr.
1971

13

PÀGINA. L·ITEXtÀRIA

TEXTS ANTICS DE LA SIBILLA

COBLES DE LA SIBIL.LA O DEL JORN DEL JUDICI, les quals tot crestià deu saber per tal com ha a venir al judici de resurreeeió. Les canta cascun any en les matines de Nadal un fadrí vestit com a dona ab una spasa nua a les mans. (Es cl cant en català més voltes esp tampat) *.
AL JORN DEL JUDICI
PARRA QUI AURÀ FET SERVICI

Un Rey vendrà perpetual
vestit de nostra carn mortal: del cel vendrà tot certament
per jer del segle jutjament.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Ans que el judici no serà, un gran senyal se mostrarà: lo sol perdrà la resplandor,
la terra tremirà de por.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Los arbres suaran de sanch, semblant cas no fonch vist anch: tot lo món serà en tristor, no y aurà negú que no plor.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Aprés serà un fort senyal d’un terratrèmol general: les pedres pel mig se rompran e les muntanyes se fenran.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
La luna no darà claror,
ans mostrarà molt gran negror e les esteles saltaran e del cel caure monstraran.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Del cel gran foch devallarà, com a soffre molt podirà: la terra cremarà ab furor, la gent aurà molt gran terror.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
La mar molt alt se’n pujarà e prestament se baxarà: los peys sentran fortment cridar
e los hòmens molt entristar.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Los hòmens qui prop mar seran a les muntanyes fugiran:
iran cridant molt congoxats,
semblaran folls e desolats.
AL JORN DEL JUDICI, etc.

Mostrar-se an ab crits e trons
les infernals confusions: una gran trompa sonarà que.ls morts e vius despertarà.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Los morts e.ls vius generalment
comparexeran prestament
esperant tots quina serà la sentència que.s darà.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Lavors no aurà hom talent
de or, de riqueses, d’argent: de res no haurà hom desyr,
mas tan solament de morir.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
De morir serà lurs talents, sclafir los an les dents: no y aurà home qui no plor,
tot lo món será en tristor.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Los puigs e plans seran egual’; aquí seran los bons e.ls mals: los reys, duchs, comtes e barons qui de lurs fets retran rahons.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Après vendrà terriblement lo Fill de Déu omnipotent: a morts e vius judicarà, qui bé aurà fet allí.s parrà.
AL .ÏORN DEL JUDICI, etc.
Los infants qui nats no seran
dedins los ventres cridaran
e diran tots plorosament: Ajuda.ns, Déu omnipotent.
AL JORN DEL JUDICI, etc.
Lo Fill de Déu qui jutjarà, a tots les plagues mostrarà: darà ’Is bons vida eternal, als mals infern perpetual.
AL JORN DEL JUDICI, etc.

* Versió del CANÇONERET DE NADAL, de Marian Aguiló. Opinam que Marian Aguiló tengué a la vista diferents versions i que la que dóna és el resultat de la confrontació.

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Mare de Déu, pregan per nós, pus sou mare dels peccadós, que bona sentencia ajam e paradís possehiam.
AL JORN DEL JUDICI, etc.

Vosaltres tots qui escoltau
devotament a Déu pregau
de cor ab gran devoció que.ns aport a salvació.
AL JORN DEL JUDICI, etc.

VERSIÓ DE 1847*
El jorn del judici serà per qui no haurà fet servid (1).
Ans del judici Anticrist vendrà i farà lo món trist; i fent-se com a Déu servir, qui no.l creurà el farà morir (2).
El seu reinat serà molt breu, i baix del cruel poder seu màrtirs moriran tots a un lloc
aquells dos sants Elies i Enoc (3).
El sol perdrà la claredat mostrant-se fosc i obscurat (4),
la lluna no darà claror i tot lo món serà tristor.
Gran foc del cel devallarà; mar, fonts i rius, tot cremarà; los peixos donaran grans crits, perdent sos naturals delits.
Los cossos morts s’alçaran; sos esperits recobraran: i el so de trompeta breu dirà: Veniu al jui de Déu (5).
Aprés del cel venir veureu ttb gran cort al Fill de Déu, brillant ab sa majestat (6) de lo seu cos glorificat.
Jesucrist, Rei universal, Homo L ver Déu eternal, del cel vindrà per a jutjar i a cada u lo just darà.
Als botis dirà: Fills meus, veniu, benaventurats, posseïu el reine que està aparellat des de que el món va ser creat.
Als mals dirà terriblement:
Anau, maleits, en el turment; anau, anau al foc etern ah vostron príncep de lo infern.
Humil Verge que haveu parit a Jesús infant en esta nit, vullau a Déu per nós pregar que de l’infern nos vulla salvar (7).
Al jorn del judici serà per qui n’haurà fet servid.
- Versió inserida dins REPRESENTACIÓ DEL REY HERODES Y LA SIBILA PER LA
MT SANTA DE NADAL (Palma: Imprenta y Líbreria de Trias, 1847).

VERSIÓ DE «DIE BALEAREN» (1871)

El jorn del judici parrà qui no ha fet (sic) servid.
Jesucrist, Rei universal, home i ver Déu eternal, del cel vindrà per a jutjar i a cada u lo just darà.
Gran foc del cel devallarà; mars, fonts i rius, tot cremarà; los pexos donaran gran crit, perdent son natural delit.
El sol perdrà sa claredat monstrant-se fosc i alterat (4);
la lluna no darà claror i tot lo món serà tristor.

Als bons dirà: «Fills meus,
benaventurats posseïu
el regne que us he aparellat des que lo món va esser creat.

veniu,

Als mals dirà molt agrament: «Anau, maleits, en el turment;
anau, anau al foc etern ab vostron príncep de l’infern».

Humil Verge que haveu parit Jesús infant aquesta nit,
vullau a vostre Fill pregar
que de l’infern vulga’ns lliurar.

(1) En aquesta versió «parrà» ja semblà obs¬ cur i la paràfrasi no deixa d’alterar un poc el
sentit.
(2) Es curiós que en aquesta estrofa, que
coincideix amb una de la versió de la Seu
(DCVB, art. SIBIL .LA), els dos primers versos en una i altra usin rimes distintes. En el pri¬
mer vers o manca l’article davant «Anticrist» o
no s’ha de fer sinalefa.
(3) Cal fer bisíl.lab «Elies». (4) «Obscurat», «entelat» (DCVB), «alterat»: perquè és més lògic ens sembla que el darrer
mot ha d’esser l’autèntic.
(5) Als versos primer i tercer els manca una síl.laba: en el primer, potser «tots» darrera «morts» i en el tercer, «la» davant «trompeta». Aquesta estrofa, ara abandonada, ja figurava, substancialment, en les versions més primitives.
(6) Torna mancar una síl.laba en els versos segon i tercer d’aquesta estrofa, tal volta «sa» després d’«ab» en el segon, i «gran» després de
«sa» en el tercer.
(7) Cal suprimir «a» del segon vers i can¬ viar «nos vulla» per «vulla’ns» en el quart.

15

LA SIBIL-LA
ELS SEUS TEXTS LITERARIS
III
¿Qui fou l’autor de la primitiva lletra catalana de la Sibil.la? ens preguntàvem en la se¬ gona part d’aquest comentari, no podent donar-nos cap contestació satisfactòria i insinuant no¬ més la possibilitat —fonamentant-nos en el fet de l’existència del llibre al qual al·ludíem en el número passat— de que el franciscà mallorquí renegat, frare Anselm Turmeda, s’hagués fet seva una versió, plagiant-ne alguna altra preexistent.
Ignoram igualment qui fou, millor dit, qui foren, ja que ha d’haver estat obra de més d’un, els que reelaboraren aquella lletra primigènia fins a donar-li la fesomia actual, la de la versió que encara es canta la nit de Nadal en quasi totes les esglésies mallorquines.
Certament, la lletra de la Sibil.la que s’usa avui és en substància —estructura i contengut— la de les antigues versions de l’edat mitjana. El lector mateix se’n pot cerciorar com¬
parant els texts que donam en aquest número, amb els més antics que reproduírem en la «Pà¬
gina literària» dels dos anteriors.
En primer lloc, l’indument exterior, la forma, és el mateix: idèntica la mesura del vers, idèntica l’estrofa, idèntiques totes les particularitats.
Allà on la Sibil.la ha sofert capgiraments importants os en el fons. Es per això que abans hem parlat de reelaboració. La primera diferència que en dit aspecte hi descobrim és la rela¬ tiva a l’extensió de la composició poètica: les devuit estrofes —sense comptar el dístic— de la versió provençal (HERALDO, gener 1972) queden rebaixades a sis en la de «Die Balearen» i solament a cinc en «Album musical de compositores mallorquines», versió de B. Torres. Natu¬ ralment, això més bé que reelaborar s’ha de dir suprimir. T el fet pot significar que de la Si¬ bil.la anava interessant més l’espectacle que el contengut religiós.
Com és bo de veure, la reducció d’estrofes suposava també la de conceptes. Evidenciem-ho confrontant, per exemple, la vfersió provençal amb la de «Die Balearen», que és la més usada en les nostres esglésies.
Diguem, abans de tot, que el dístic, amb el seu arcaisme «parrà» (salvat darrerament grଠcies a la defensa dels filòlegs), és arribat indemne fins als nostres dies. I, amb no molt greus alteracions, ha persistit també la primera estrofa.
Un i altre text enumeren tot seguit els signes que han de precedir al judici. En el mallor¬ quí solament, en dues estrofes: gran foc del cel que cremarà mars, fons í rius; el sol i la llu¬ na que no donaran claror; tristor del món; i, un element que no existeix en el text occità, els peixos que cridaran, perdent son natural delit.
En canvi, el text provençal dedica vuit o nou estrofes a l’enumeració de dits signes (no en va una de les fonts principals de la Sibil.la són «Les quinze signes de la fin du monde»): la suor i la paor de la terra (1); el seu badament, mostrant amb crits i amb trons les infernals confusions; un corn trist que ressonarà (2); l’obscuriment del sol, de la lluna i les estrelles; la resurrecció dels cossos (3); el foc del cel, amb sofre pudent, i l’anihilació del cel, terra, mar i de tota cosa; la igualació de puigs i plans i el terratrèmol que derrocarà les torres; en els homes, la manca de desig de riqueses, la voluntat de morir, el plor i el glatir de les dents; els infants que cridarán dins els ventres de les mares, etc.
(1) Aquests dos signes o «senyals» apareixen en una estrofa que cantàvem a Sant Fransesc de Palma —nosaltres fórem «sibil.ler» els anys 1913, 1911 i 1915—, estrofa que, poc ça poc lla, deia així: «Ans que el judici no serà / un gran senyal se mostrarà: / la terra gitarà suor / i tremirà de gran paor».
(2) El «corn» ha esdevengut una «trompeta» en la versió de 1817.
(3) Tamhé en la versió dc 1847, estrofa 5, «los cossos morts s’alçaran; / sos esperits re¬
cobraran».
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Es clara la similitud entre una i altra versió en quant a les dues estrofes on Déu fixa l’últim destí dels mals i dels bons —en orde invers en el text mallorquí—.
Després el text oecità s’allarga més encara i, curiosament, sobre la trista sort dels usu¬ rers,, sobre les seves desesperades súpliques, etc., mancant la invocació final a la Verge (invo¬ cació que es troba, emperò, en la versió catalana coetània) amb què sol acabar la Sibil.la en quasi totes les versions que hem vistes, fins i tot en les castellanes. Amb la diferència que en la invocació de la Sibil.la mallorquina es ve a fer menció expressa, com ja bo va fer observar Milà i Fontanals, del temps en què es canta: «Humil Verge que haveu parit / Jesús infant aquesta nit...
Cal dir, no obstant, que en les versions actuals mallorquines no tot ha estat simple reelaboració. Hi ha hagut també, en part, obra creativa (si les estrofes a les quals anam a referir¬ nos no existien ja en alguna antiga versió desconeguda). Les estrofes primera, segona i sisena de la versió mallorquina de 1847, que donam en la «Pàgina literària», no s’inclouen en cap de les lletres antigues que coneixem. La venguda de l’Anticrist i l’aparició dels dos profetes Elies i Enoc, no morts i que, segons una vella tradició de l’Església, han de combatre contra el pri¬ mer,. l’Anticrist, seran també signes del judiei final. L’estrofa sisena no ve a esser més que l’amplificació de la setena (primera de la versió mallorquina més freqüent. Diguem de passada que en la versió de 1847 els fets hi són exposats amb un orde més lògic i real): l’acompanya¬ ment i majestat del Fill de Déu en la seva baixada del cel a la terra per al jutjament.
Continuant la nostra informació .sobre la Sibil.la, direm que existeix una versió valenciana (la porta Milà i Fontanals en l’article ja citat i la treu de Villanueva, Viaje literario a las iglesias de España) que presenta la particularitat d’estar composta d’octosíl.labs en lloc de ver¬ sos de nou síl.labes. No obstant, el fons és el mateix o consemblant al de les altres versions ja esmentades, i ofereix alguna notable similitud amb els texts més antics. En aquesta versió el «parrà» hi ha estat substituït per «veuràs» i hi surt «lo vall de Josaphat» com a lloc del judici. 1533 és la data d’aquest text, que es publica en un altre lloc d’aquest mateix número.
En la Sibil.la que es troba en la darrera edició del llibre de frare Anselm Turmeda (si és la darrera edició la feta a Cervera l’any 1818; Lluïs Ripoll ens facilita una fotocòpia de dita Sibil.la i diu que el llibret va sense data d’impressió i que és d’avançat el s. XVIII) s’hi ha transformat el dístic Al jorn del judici en la següent quarteta: «Mira, fill, ab gran cobdici’ (per l’apòcope d’aquest mot sembla que l’autor de la quarteta liavia d’esser mallorquí o rossello¬ nès) / los versos de la Sibil.la: / també al Jom del Judici / perà (sic) qui haurà fet servici». Però, mirada de conjunt, la versió és bastant fidel a la impresa l’any 1527 (inserida en el nú¬ mero de desembre de 1971), un poc modernitzada, i un poc deturpada, corregint algun defecte i reproduint-ne d’altres d’aquella edició més antiga.
Facem encara menció d’una versió castellana (es pot veure dins aquest mateix número), potser transcrita defectuosament, on hi trobam, emperò, el dístic de les versions catalanes tra¬ duït literalment: El dia del / juicio parescerá quien habrá fecho servicio.
¿Valor del text de la Sibil.la? Poèticament, md. Es una simple metrificació, exempta de lirisme. La poesia li ve a la Sibil.la, per una part, del candor medieval deis conceptes i, per altra, extraliteràriament, del fet d’esser una vella i bella tradició, i del temps i lloc on es canta. Formalment, quan no s’hi han introduït evidents corrupteles, la lletra de la Sibil.la no trenca les normes ni en el vers ni en l’estrofa. El llenguatge conserva, en general, el saborós encant de l’antiguitat; a voltes l’han afollat una mica esperits poc escrupulosos que volien esmenar allò que no entenien. Diguem de passada que no hi ha motiu perquè els nostres escriptors excluesquin sistemàticament un cultisme tan antic i acreditat com «servici» (que no registra el Dic. Fabra), substituint-lo sempre per «servei». Equivocadament, com ho palesen els texts més vells, qualcú ha imaginat que en lloc de «servici» calia dir «sevici’» (sevicia).
Les qüestions sohre el cant de la Sibil.la les han de resoldre els músics i musicòlegs. Mes nosaltres, tenint en compte l’existència de la melodia gregoriana, ja amb lletra mallorquina, del monestir de la Concepció, de la qual en donàrem un espècimen en la portada del passat mes de desembre, demanaríem, amb una certa temor d’escp.udalitzar els entesos, si dita melodia grego¬ riana, tot suposant una forta intervenció reformadora de successius musicadors, pot o no pot esser la base primitiva de la Sibil.la actual. Ja sabem que Mn. Higini Anglès, en El cant de la Sibil.la (LA MUSICA A CATALUNYA..., p. 288), nota, escriu que «les versions mallorquines... publicades primer per l’arxidue Lluïs Salvador d’Austria i l’altra provinent de Manacor, que do¬ nà a conèixer A. Noguera..., són ja cosa nova i s’allunye.n del cant tradicional». Però nosaltres, que encara hem estat testimoni de com s’havien allunyat del seu origen gregorià el responsori
17

final de la missa de difunts, la salve que també es eantava en les exequies, el responsori de sant Antoni de Padua, etc., insistim en la pregunta sobre si el nostre cant de la Sibil.la es només un allunyament del punt de partida gregorià (la melodia procedent del monestir de la Concepció) o si ja no té res que veure amb aquell punt de partida.
(Redactades les línies precedents ens enteram de l’exislència d’altres versions de la Sibil.la que han escapat al nostre comentari Per això notificam que, si Déu ho vol, en alguna altra
ocasió retornarem al mateix tema).
Fra M. C., T.O.R.

TEXTS ANTICS DE LA SIBILLA

VERSIÓ DE VALENCIA*
En lo jorn del judici veuràs qui ha jet servid.
ITuna verge naxerà Déu i hom qui jutjarà de cascú lo bé y lo mal al jorn del juhí final.
Mostrar s^an quince senyals per lo món molt generals:
los morts ressucitaran, de hon tots tremolaran.
D^alt dels cels devallarà
Jesiicrist y.s mostrarà en lo vall de Josaphat hon- serà tot hom jutjat.
Portarà cascú escrit
en lo fron a son despit les obres que haurà fet,
d'on aurà cascú son dret.
Als bons darà goig etern e als mals lo foch d’infern
a hon sempre penaran
puix a Déu offés hauran.

VERSIÓ CASTELLANA*
Juicio fuerte será dado y muy cruel
de muerte.
Quantos aquí estades por servir aquesta fiesta, ruégovos que me entendades cómo se Dios manifiesta.
Si oyésedes lo que dijo Sibila,
no sé tal que non se espantase,
ni corazón que non quebrase, porque el mundo amase.
El Rey de los cielos verná, que todos tiempos reinará; en carne se demostrará, y el siglo juzgará.
El día del Juicio parescerá quien habrá fecho servicio.
Las ánimas venirán, y a sus cuerpos tornarán: ¡ Ay Dios! ¡ tan gran duelo harán los que este siglo amarán!
Una reina se levantará, que por todos rogará: «¡Fijo mío, la vuestra figura non vaya en tal ardura!»
«Pues vos los criastes, y después los comprastes, vuestra sangre derramando, y el cristianismo comprando».
Esta es nuestra Señora, que por nos ruega a toda hora, también la noche como el día,
dícenle: SANTA MARIA.

* Aquesta lletra va precedida de les se¬ güents paraules: «La sybil.la deu estar aparella¬ da en la trona y vestida com a dona».
Com es veu, aquesta versió es breu, tal volta perque l’autor es contenta imprimint solament le.s primeres estrofes (Milà i Fontanals).

* Sibil.la segons un Cantoral de les Benedic¬
tines de Cuenca (s. XV) que es conserva en el monestir de Santo Domingo de Silos.
Tenim la còpia d’una altra Sibil.la de Madrid, d’un manuscrit del s. XIII, conservat en la Bi¬
blioteca Nacional, escrita en llenguatge galaic1 leones, ens sembla. No publicam aquesta versió perquè en el fons, i també en la forma, s’aparta molt de les Sibil .les catalanes i perqué el text resultaria incomprensible a quasi tots els nostres
lectors.

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MISIONES

Ünesperado regalo

El P. Dante con «Josecito*

El P. José Catini, ahora Ministro Provincial de la Provincia italiana de San
Francisco, fue misionero en Paraguay por mucho tiempo. Nuestros lectores le re¬ cordarán seguramente. Tiene muchas historias para contar. He aquí una. Nos la
escribe él mismo.

Un padre desolado
«Eran cerca de las diez de un domingo de agosto. Salía yo de la iglesia. Se me acerca un hombre, un pobre campesino de unos cincuenta años, muy preocu¬ pado.
—Padre, tengo necesidad de Vd. Me en¬ vía el médico para decirle si podría trans¬ portar a mi esposa al hospital en su jeep.
El hospital en cuestión dista unos 100 kilómetros de San Estanislao, donde tie¬ ne lugar la escena.
—¿Qué tiene su mujer? —Pierde sangre, mucha sangre. El mé¬ dico dice que él nada puede hacer. Yo no tengo ni un céntimo en el bolsillo. Pero si Vd. me ayuda... Hablando con él, llegué a saber que aquella pobre mujer tenía que dar a luz al hijo número diecisiete y que había llegado a San Estanislao desde más de 40 kilómetros sobre un camión cargado
de enormes troncos de árboles. Desde ha¬
cía dos días iba perdiendo sangre con¬
tinuamente.
En casa del médico
En compañía del triste campesino co¬ rrí a casa del médico para ver de dar solución al caso. ¿Era humano dejar mo¬ rir a una madre de 16 hijos sin antes intentar lo imposible para salvarla?
El doctor explicó que era urgente una operación cesárea para tratar de salvar a la madre por lo menos; para el hijo no había ya esperanza alguna. Por caren¬ cia de medios él no podía hacer tal ope¬ ración. Unica alternativa era transportar¬ la al hospital de Coronel Oviedo, distan¬

te, como hemos dicho, unos 100 kilóme¬
tros.
Pero...
—Pero, doctor, pregunté, ¿es posible llevar en jeep a esta pobre mujer?
—No, responde el médico, pues la pér¬ dida de sangre se acentuaría enorme¬ mente con el movimiento. Debe quedar¬
se absolutamente inmóvil.
—Entonces, ¿por qué me ha enviado
Vd. este hombre?
—Para quitármelo de delante, porque me da pena y no sé qué hacer.
Hay que intentar...
El médico llega a esta conclusión: el transporte es imposible. Sin la operación la mujer muere ciertamente. La opera¬ ción, con los medios a disposición, tiene solamente un diez por ciento de probabi¬ lidades de éxito; es poco, pero es algo. Hay, pues, que intentar. Es preciso inten¬ tar, porque no se puede dejar morir así a una madre de 16 hijos.
Manos a la obra
Para el personal técnico se recurre a las excelentes enfermeras españolas de nuestra clínica que tienen mucha prácti¬ ca adquirida en salas de Maternidad. Y se pone en marcha la organización: trans¬ fusiones de sangre preparatorias, esteri¬ lización de los instrumentos quirúrgicos, preparación de una sumaria «sala de ope¬ raciones» con un mínimo de higiene, luz y tranquilidad. Inyecciones preliminares. Anestesia. Finalmente la operación ver¬ dadera y propia, que dura más de una hora. El que firma estas líneas tuvo el encargo de iluminar el «campo opera-

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tivo» con una simple pila eléctrica. Viene extraída la criatura que el médico sin muchos miramientos (era un feto sin vi¬
da) lanza a una enfermera que con una sábana extendida la recoge al vuelo.
¡Salva la madre!
Extraído el cuerpo extraño, todo es ya fácil. La operación ha tenido un éxito feliz. La madre podrá volver sana y sal¬ va a tomarse el cuidado de los dieciséis
hijos. La alegría de todos, empero, está velada por el pensamiento de que para el neonato nada hay que hacer. Así pen¬ saban. Todos, también la enfermera Jo¬ sefina que había recogido al vuelo la cria¬ tura lanzada por el doctor.
Enorme sorpresa
En un ángulo de la sala operatoria Jo¬
sefina había librado a la criatura de la
sutil membrana que la envolvía: era un niño magnífico, pero inerte. Como por instinto, porque así, supongo, lo había hecho tantas veces, coge las manecitas y los piececitos del niño, y empieza a sacu¬
dirlo levantando alternativamente ora las
manos ora los pies del niñito, intentando la respiración artificial. ¡Cuál no sería la felicidad de todos cuando, después de unos diez minutos de aquel ejercicio, se oyó el primer vagido! ¡El niño estaba vi¬ vo! La obra de caridad podía ahora lla¬ marse verdaderamente completa: madre e hijo estaban vivos, sanos y salvos, con la ayuda de Dios y nuestra cooperación. Costó casi un día de trabajo, pero la sa¬ tisfacción del bien cumplido fue ;f)ara to¬ dos un premio mucho mayor que el sa¬ crificio soportado.
¡Inesperado regalo!
El día después se me presenta de nuevo el campesino, esta vez radiante de ale¬ gría:
—Padre, si mi hijo está vivo lo debo a Vd. Con mi mujer hemos decidido re¬ galárselo. Lo acepte como hijo suyo.
Fue así que «Josecito» quedó con noso¬ tros en la Casa Parroquial. Las buenas señoritas españolas se hicieron cargo de él con grande amor y sacrificios. Estuvo entre la vida y la muerte durante muchos meses. Pero por fin las fuerzas de la na¬
turaleza triunfaron.
Y ahora.r.
Y ahora «Josecito» ha cumplido seis años y se ha hecho un magnífico niño, vivaz e inteligente, la envidia de todas las madres que lo ven y conocen su his¬
toria.
Muy Rdo. P. JOSE CATINI, T.O,R.
Ministro Provincial de la Provincia de San Francisco (Italia)

DESDE TAYABA BA

El P. Pedro Ribot ÍÁestre, T. O, R., llegó a nuestra misión de Tayabamba a últimos de noviembre ppdo. Desde allá escribió prontamente a sus padres. Para ellos y para nuestros lectores tiene *miga* la carta, muy detallada, llena de inte¬
rés. Recogemos —con el consentimiento de los padres de nuestro misionero — algunos párrafos de dicha misiva.

MI LLEGADA
«Por fin, escribo ya desde mi destino. Llegué aquí el día 24, a las 5 de la tarde.
Había salido de Huamachuco el mismo
día, miércoles, a las 5 de la mañana. Des¬ de Huamachuco a Tayabamba —mi nue¬ vo puesto de trabajo apostólico— hay
280 kilómetros. Y los hicimos en sólo do¬
ce horas porque el P. Miquel Ramón, mi Superior, es buen conductor y un exce¬ lente «brusquer» del volante. Todo lo re¬
corrido es camino de montaña. Ya no me acuerdo del color del asfalto.
El viaje fue maravilloso, pues los An¬ des Peruanos son inmensos; recuerdan la omnipotencia y la sabiduría infinitas
de Dios.
DIVISION DEL PERU
El Perú está dividido en tres grandes
zonas:
a) Zona de la Costa. En ella están Li¬ ma, Trujillo, etc. Es donde vive la gen¬ te más acomodada de esta nación que acaba de recibirme;
b) Zona de los Andes. Está compues¬
ta por tres inmensas cordilleras, en cu¬ yas cumbres más altas hay nieve todo el año. Nuestra misión, por cierto, está situada en esta Zona que os describo y contiene una franja desde la primera cor¬ dillera hasta el principio de la selva;
c) Zona de la Selva, la cual queda
unida con la del Brasil.
OTRAS IMPRESIONES DEL VIAJE
Cuando fui desde Lima a Trujillo, re¬ corrí una gran parte de la costa. Al ir de Trujillo hasta Huamachuco atravesé la costa hasta el interior de la primera cordillera, mientras que de Huamachuco a esta ciudad de Tayabamba me salté hasta la tercera cordillera. Para ello, tuve que descender hasta el río Marañón, uno de los más importantes que van a de¬
sembocar al interminable Amazonas. En el valle del Marañón vi una gran
cantidad de periquitos, loros y toda clase de pájaros exóticos. Y, extrañaos, lo que más vi fueron burros salvajes; muy sim¬ páticos los animalitos, tenían un correr muy chulito.

Entre las montañas hay también in¬ mensas lagunas. Me recordaban las en¬ cantadoras «caletas» de nuestra querida Mallorca. En ellas y en muchos ríos que corren por acá hay gran cantidad de tru¬ chas, el pescado que se come por estas tierras. Yo lo como con verdadero placer.
¿COMO ES TAYABAMBA?
Tayabamba tiene unos 3.000 (tres mil) habitantes. Es la capital de Pataz, una de las provincias que componen el De¬ partamento de La Libertad (el Perú está dividido en Departamentos, y éstos en provincias).
El resto de la provincia de Pataz, de la cual nos encargamos sólo los religiosos franciscanos mallorquines que residimos habitualmente en Tayabamba, tiene 70.000 habitantes. Todos ellos quedan es¬ parcidos por los Andes y parte del prin¬ cipio de la selva. Como detalle interesan¬ te, por cierto, os diré que para todos es¬ tos habitantes no hay más que un solo médico, con residencia en Tayabamba, la capital, como os he dicho. Un solo mé¬ dico, y lo curioso es que no tiene exce¬ sivo trabajo, pues mucha gente prefiere ir a los curanderos o brujos. Algo increí¬ ble para vosotros, pero muy cierto en
estas tierras.
En Tayabamba no hay ninguna casa embaldosada («enrajolada» como deci¬ mos en Mallorca); el suelo es de tierra. Sólo algún ricachón se permite el lujo de
tener el suelo de su casa hecho de ce¬
mento, pero muy pocos. Los comercios más importantes (y no olvidéis que sigo dando detalles de la Capital) tienen el suelo de madera. Por ejemplo, el Ayunta¬ miento (llamado aquí «municipalidad») y alguna otra casa de alto rango.
De cuartos de baño, aquí no se puede 'hablar. Tanto el water como el lavabo
son objetos no identificados. «Bruts i tot
a Taire», y todos tan felices. Sus ante¬ pasados, los indios, ya lo hacían así, y así se sigue. Y están sanotes y fuertes.
Conste, desde luego (y no lo toméis por inmodestia), que nuestros religio¬ sos, a fuerza de hacer trabajar y mentalizar a la gente de esta ciudad, han con¬ seguido que se instalara la luz eléctrica

21

y el agua corriente, algo desconocido, completamente insospechado, cuando lle¬ garon (hace unos diez años) los francis¬
canos de la T. O. R. de Mallorca.
En cuanto a comunicaciones, mal, muy mal, si lo comparamos con lo que tenía yo visto por donde había estado o vivi¬ do. Pero el P. M. Ramón ha conseguido que los hombres de aquí se animaran a
construir una carretera hacia la selva. El
citado P. Ramón pone su ingenio, su gran voluntad, su fuerza, sus brazos y los de¬ más trabajan según les manda el impro¬ visado y óptimo «ingeniero» de Lloseta. Por cierto que hoy mismo ha venido —y se ha hospedado en nuestro convento— un ingeniero de verdad para ver qué tal está la mencionada carretera que esta¬ mos haciendo. Bueno, al decir «carretera»
entended sencillamente un camino por
donde pueda pasar un camión.
LA GENTE DE AQUI, MUY
BUENA PARA CON NOSOTROS
Sí, queridos padres. A nosotros, a los «padresitos», que no los toque nadie. No saben qué hacerse por nosotros. Nos dan lo mejor que tienen y al final, muy com¬ pungidos, dicen: «Disculpe la pequeñés, padresito». ¿Queréis una explicación? La he pedido y la he encontrado. Aparte de la bondad que llevan en sí, se han dado plena cuenta de que NO hemos venido para sacarles la plata ni para hacerles trabajar enriqueciéndonos nosotros so¬ bre su esfuerzo, sino que ven muy a las claras que estamos aquí, con ellos, para ayudarlos y promocionarlos. Esto lo re¬ conocen ahora totalmente y nos lo de¬ muestran con no pocas pruebas de gra¬ titud. No así, al principio de llegar nues¬ tros primeros religiosos. Os aseguro que éstos tuvieron que sufrir (al principio) muchas incomprensiones y disgustos que ya no habré de vivir yo. Y es porque mis predecesores en el apostolado despejaron prontamente las incógnitas y malenten¬ didos con que fueron recibidos. Hoy, re¬ pito, se nos quiere mucho y «a los pa¬ dresitos, que no los toque nadie».
YA CONDUZCO
Sabed que ya conduzco —o manejo, co¬ mo dicen por acá—. Ya estoy hecho una
fiera con el Land Rover. Todos se extra¬
ñan de que ya conduzca, pues los demás aprendieron por acá, después de mucho tiempo de permanencia en estas tierras. Yo les digo que me he dado tanta prisa porque tengo un padre que vale un cie¬ lo y que ya hace muchos años se preo¬ cupó de que en la Colonia de Sant Jor¬ di yo aprendiese a conducir la Lube y la Bultaco. Así aprendí a tener reflejos, y no me costó más que dar unos sustos a

los que venían conmigo para aprender a «manejar carro» en Mallorca. Recuerdo que cuando fui al Noviciado, vosotros, padres, me dijisteis: «Un carnet de con¬ ducir en una Comunidad religiosa puede llegar a ser muy útil». Tuvisteis razón.
Gracias.
MI PRIMERA SALIDA
Mañana he de hacer mi primera salida. D.m., será montado a caballo. Espero que me vaya bien, pues he encontrado aquí
unos buenos maestros. Las salidas a las
distintas y lejanas localidades confiadas a nosotros, las hacemos casi siempre a lomo de bestia. El «jeep» lo podemos usar poco, debido a que no hay carrete¬ ras. Pero, vamos, montando una bestia estad seguros que la cosa tiene mucha más gracia.
ARIANY, CUNA QUE...
En Tayabamba he encontrado una Re¬ ligiosa Franciscana, natural también de nuestro estimado pueblecito de Ariany. Se llama Sor Margarita Caldentey Darder. Cada día me doy más cuenta de que nuestra humilde y bella aldea es una cu¬ na que reparte gente por todos los rin¬ cones del mundo. «Sera petit, però de bona llavor». No lo dudéis.
MI MEJOR NAVIDAD
Este año, por primera vez en nuestras vidas, no podremos celebrar juntos las fiestas de Navidad. Pero, no os importe. Sabéis que estaremos muy unidos espi¬
ritualmente. Y sabed asimismo que yo no
dudo de que la Navidad de este año será
MI MEJOR NAVIDAD. Por ella Cristo vino a salvarnos y, ¿qué intento yo sino
que estos indios conozcan el mensaje de
SALVACION? Para ello consentí en de¬
jaros incluso a vosotros, que ya es decir
muchísimo».
Fr. Pedro Ribot Mestre, T. O. R.
^
La prensa católico - escribió
Juan XXIII - «es uno de los
medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y
amar >
HERALDO DE CRISTO
es prensa católica.
s

22

NUESTRA pequeña
HISTORIA

fítedio siglo atrás.,.

Una noticia, una triste noticia necrológica, venía especialmente relevada en el número de febrero de 1922: el fallecimiento del Papa Benedicto XV. La primera página estaba en¬ marcada con una orla negra y dentro, la si¬ guiente esquela: «Nuestro Santísimo Padre el PAPA BENEDICTO XV, Terciario Francisca¬ no, falleció en Roma el 22 de enero a las
6 de la mañana.—Subió al Pontificado supre¬
mo cuando la guerra europea incendiaba el mundo: y fue el Angel de la Paz que exten¬ dió el iris sobre la guerra y esparció lluvia
de divinas misericordias sobre todos los
pueblos, especialmente sobre las víctimas que gimen en los escombros de Rusia y sobre ia niñez hambrienta de los imperios centrales. Dio impulso a la Propagación de la Fe, multiplicando las misiones y dilatando los horizontes a la luz del Evangelio.—In Pace requiescat. Amén».

nocimiento claro de la poderosa influencia
de esta obra de S. Francisco».
Un hermoso dibujo a pluma de A. Jiménez, con el retrato del Papa en el centro, ador¬ nado con el escudo y las armas pontificias, llenaba toda una página de dicho artículo. En el mismo dibujo se leía el título de la mencionada encíclica: SACRA PROPEDIEM, y los años del nacimiento, 1854, y de la muerte, 1922, de Benedicto XV (coincidentes con los de nuestro poeta Costa y Llobera).
Un fragmento de aquella misma encíclica,
aludiendo a los esfuerzos de Benedicto XV
en pro de la paz, podía leerse al final del
artículo del P. Cerdá.
En la siguiente página se insertaba: «Ulti¬ mos momentos del Pontífice» y una breve «Biografía de nuestro Santísimo Padre».

En «El Papa de la Orden Tercera» Fr. P. J.
Cerdá resaltaba el franciscanismo de Bene¬
dicto XV, terciario igual que sus antecesores León XIII, Pío X y Pío XI. Su afecto a las
cosas franciscanas se había manifestado: extendiendo a todos los días del año la in¬
dulgencia toties quoties concedida a la peque¬ ña iglesia de la Porciúncula (Asís); canoni¬
zando a la terciaria Juana de Arco; reco¬ mendando la Orden Tercera como medio de
regeneración social y de santificación indivi¬ dual; y, sobre todo, publicando la famosa
encíclica SACRA PROPEDIEM, «monumento de su amor a la Tercera Orden y de su co¬

En el Ayuntamiento de Llucmayor había sido entronizada solemnemente la imagen del Sagrado Corazón de Jesús (lo que va de ayer a hoy; ahora, hasta en ciertos medios eclesiásticos, se consideraría aquello como ofensivo para la libertad religiosa del pue¬ blo) y aparecían dos grabados alusivos.
En las mismas páginas se publicaba un trabajo de Soto Espírteo (Fr. Cristóbal Sureda), enviado desde Roma y titulado «Cente¬
narios». Comentaba la alocución de Bene¬ dicto XV a los Cardenales con motivo de las
pasadas fiestas de Navidad (el escrito era

23

del 15 del mes de enero), en la cual el Papa, después de recordar los centenarios ocurri¬ dos en el finido año, de San Francisco, de Sto. Domingo de Guzmán y del Dante, hacía referencia a los que se celebrarían en. 1922: de los santos españoles San Isidro, Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola; y asimismo, de San Felipe Neri y de San Francisco de Sales, igual que de la funda¬ ción de Propaganda Fide.
No sabemos por qué esta revista, después
de haberse editado el número de enero en
Tip. Fieras, de Inca, vuelve a Palma e impri¬ me los números de febrero y marzo en Tip. «Nueva Balear». Bueno, pues; la «Nueva Ba¬ lear» tenía en su fondo, de otras publicacio¬ nes, una serie de pequeños grabados con artísticas vistas de Mallorca (empezaba en¬
tonces a tomarse conciencia del valor de lo nuestro, de momento sin intenciones crema¬
tísticas de turismo) y seis de dichos clisés,
entre ellos uno de nuestro claustro de San Francisco, adornaban las páginas centrales
de aquel número.

baile de carnaval, «sa fira on se daspatxa tot lo que té tara i a ca seva no tendría
sortida». El cuento viene a ser como una
larga paráfrasis o comentario de aquel cono¬ cido refrán castellano: «El buen paño en el
arca se vende».
En la «Necrología», dos personas de relie¬ ve: D. Mateo Jaume, Secretario del Colegio de Abogados, fallecido el 26 del último di¬ ciembre, y el padre de nuestro antiguo cola¬ borador artístico y literario, D. Antonio, D. Jaime Jiménez, fallecido el 5 del transcu¬
rrido enero.

r

^

Difundir la lecturo y suscripciones de

«HERALDO DE CRISTO»

Es un medio fácil de llenar de MENSAJE FRANCISCANO el mundo de hoy.

En el trabajo sobre «Sor Rosa Parera» se V.

y

iniciaba ahora el catálogo de las Superioras

de aquella fundación.

Fr. Luis (Fr. M. Llompart) en «Por vía de amor», con su estilo fundido en moldes clᬠsicos, razonaba para que, frente al «frío indi¬ vidualismo y glacial egoísmo sociales», tu¬ viesen los cristianos, sobre todo los tercia¬ rios, espíritu de amor y de concordia, de abnegación y sacrificio que, por vía de cari¬ dad, paz y unión, quiere allegarlo todo a
Jesucristo».
Y nos topamos ahora ya con «Cada cosa a son temps i s’hivern no vol quedar al cel», el cuento del inefable «Es Vey de Son Ale¬ gre» que, con buen estilo mallorquín, hace dialogar a sus personajes esta vez sobre el
24

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PALMA DE MALLORCA

dLel terciario

FRATERNIDAD SEGLAR FRANCISCANA
DE LA BASÍLICA DE SAN FRANCISCO (PALMA)

Como cada año, celebró su asamblea anual la tarde del domingo después de la Epifanía. En el transcurso del acto, el P. Antonio Pericás Melis, T.O.R., Direc¬ tor de la Fraternidad, leyó un resumen- de las principales actividades llevadas a cabo durante 1971 por la citada Fraternidad. De dicho resumen ofrecemos algunos fragmentos.

«En tiempo de Cuaresma, esta Frater¬ nidad organizó la acostumbrada semana de Ejercicios espirituales abiertos. Fueron predicados por el M. Rdo. P. Miguel Tous Gayá, Ministro Provincial de la T. O. R., y el P. Antonio Riera Lliteras, T. O. R.
Un crecido número de miembros de nuestra Hermandad asistió a todas las Jornadas trimestrales de Fraternidad, or¬
ganizadas por la Junta Provincial de la
T. O. F. Y el número fue mucho mayor en
la Jornada anual que el primer domingo de junio reunió a las Hermandades de Ma¬ llorca en la iglesia parroquial de Alcudia.
Nuestro Hermano Ministro, también Ministro Provincial, D. Nicolás Dameto, asistió al Congreso Nacional de la T. O.
F. celebrado en El Escorial.
Un nutrido grupo de terciarios de nues¬
tra Hermandad también fue a Roma con
motivo del Congreso internacional de la T. O. F. Y nos place recordar que en la Audiencia que nos concedió el Papa Pa¬ blo VI, fue elegido D. Jaime Salvá y Rie¬ ra, Vocal de esta Hermandad, para be¬
sar la mano al Santo Padre como repre¬
sentante de los terciarios dependientes
de la T. O. R.
Ultimamente (27 y 28 noviembre ppdo.), también estuvo muy representada nues¬
tra Fraternidad en la interesante y pro¬ vechosa Convivencia Fraternal de ora¬
ción y estudio celebrada en Son Bono.
Por otro lado nuestra Hermandad ha
prestado su colaboración en las Celebra¬ ciones Eucarísticas, especialmente en las grandes Festividades Litúrgicas celebra¬

das en esta Basílica. Se ha tomado parte en las lecturas, oración de los fieles, pre¬ sentación de ofrendas y recogida de li¬ mosnas. Igualmente ha colaborado en otros actos religiosos, organizando turnos de vela ante el Santísimo Sacramento, etc., etc.
Los lunes l.°, 2.° y 5." de cada mes, a las 20 horas, tiene lugar una conferen¬
cia sobre la oración. Para hacer más ins¬
tructivas y provechosas esas charlas, han sido varios los conferenciantes que han desfilado por la Sala de nuestra Herman¬ dad a lo largo del año 1971: Mons. D. Va¬ lentín Herrero, T. F. y Prelado Domés¬ tico de S. S.; M. I. D. Andrés Caimari, T. F. y Canónigo Arcipreste: Reverendo D. Bartolomé March, Cura Párroco de San Miguel; Reverendo D. Sebastián Miralles, T. F. y entonces Vicario de la Parroquia de Santa Eulalia; PP. Franciscanos de la T. O. R., Jaume Tugores (Comisario Pro¬ vincial de la T. O. F.), Antonio Riera Lli¬ teras, Bernardo Nebot, Jaime Fe y Cor¬ pus Izquierdo. Todos ellos nos dejaron grandes y muy prácticas enseñanzas so¬ bre la vida espiritual y sobre la natura¬ leza y necesidad de la oración.
El tercer lunes de cada mes, a las 19,30, se ha celebrado la Misa mensual regla¬ mentaria. Y el 4.° lunes, a las 20 horas, en la Capilla del Santísimo, ha tenido lu¬ gar un acto eucarístico: exposición de su Divina Majestad, lecturas bíblicas, homi¬ lía, oración de los fieles y reserva. Ha sido un acto siempre muy concurrido.
El 2.? jueves, todos los meses, se ha
reunido el Discretorio de las Hermanas.

25

Al día siguiente, han tenido su reunión
mensual las Presidentas de Coro con su
Delegada, la que les transmite las con¬ signas y acuerdos tomados en el Discre¬ torio de las terciarias, para que las Pre¬ sidentas, a su vez, las hagan llegar a los
terciarios o terciarias de sus coros res¬
pectivos.
Todos los demás jueves tiene lugar la reunión del Equipo de Estudio. Asiste un grupo de terciarias. Siguiendo las nor¬ mas dadas por la Junta Nacional son estudiadas las lecciones propuestas por la misma para cada curso.
La Sección de Caridad ha desarrollado
una mayor y más eficaz ayuda en favor de los pobres, enfermos y ancianos asis¬ tidos por nuestra Hermandad. Reduci¬ do a cifras, éste ha sido el movimien¬
to; INGRESOS; Donativos del «Pan de San Antonio» entregados por el P. Supe¬
rior (al que hemos de agradecer éste y muchos otros detalles de auténtica fra¬ ternidad), 16.000 pesetas. Limosnas re¬ caudadas en la Misa mensual, 3.146,50 pesetas. Donativos particulares, 2.125 pe¬ setas. Saldo del año 1970, 1.870,75 pesetas. Total de ingresos; 23.142,75 pesetas. En metálico, especies y ropa han sido distri¬ buidas 21.226 pesetas.
La Sección de las Misiones, además de sostener correspondencia con nuestros misioneros de Poconé (Brasil) para co¬ nocer sus necesidades y mejor ayudar¬ les a solucionarlas, ha enviado a dicha misión 2.800 pesetas, 10 discos L. P. de música solicitada por los misioneros, ob¬ sequio de unas hermanas terciarias. Y si¬ guiendo indicaciones de los citados mi¬ sioneros, nuestra Fraternidad les ha sus¬ crito a varias publicaciones periódicas (diarios y revistas) de nuestra nación.
Para los ventanales de la Catedral de Humachuco (Perú) fueron recogidas 4.450
pesetas entre los distintos miembros de
nuestra Fraternidad.
Las terciarias que visitan a los enfer¬ mos y ancianos imposibilitados han rea¬ lizado periódicamente sus visitas.
Han sido celebradas las misas regla¬ mentarias en sufragio de los hermanos

difuntos. Cuando el fallecido había pres¬ tado relevantes servicios a la Herman¬
dad, celebró la Misa con homilía el P.
Comisario Provincial de la T. O. F.
(Añadió el P. Director algunos detalles más todos ellos de interés, como el es¬ tado actual de la tesorería, y acabó
con el párrafo que sigue)
«Ahí tenéis resumidas las más impor¬
tantes actividades de nuestra Herman¬
dad. Pero antes de terminar, permitidme que, como Director de esta Fraternidad Seglar Franciscana, exprese públicamen¬ te un vivo deseo; que nuestros terciarios, sí, nuestros hombres, se incorporen mu¬
cho más a la vida de nuestra Herman¬
dad. Esta no puede ser obra solamente de las terciarias, sino que no podemos echar en olvido que en la lista de cuan¬ tos un día emitieron el compromiso de la profesión franciscana, figuran muchos hombres, mientras que a la hora de cum¬ plir normas e instrucciones de la Junta Provincial, de la Nacional o de las Cons¬ tituciones, son casi siempre sólo las ter¬ ciarias las que cumplen. Creo, por tanto, que se impone una revisión sincera o, dicho de otra manera, es preciso un fir¬ me propósito de cumplir mejor como seglares franciscanos. Me permito con cretar tres puntos a los hombres;
a) que no pase ni un solo mes sin la leunión del Discretorio;
b) que entre los directivos y no direc¬ tivos se forme cuanto antes un equipo para estudiar las lecciones mensuales, según vienen haciéndolo las terciarias
cada semana;
c) que los hermanos enfermeros-visi¬ tadores cumplan con su misión de vi¬
sitar a los terciarios enfermos o an¬ cianos.
Finalmente, pidamos al Señor, por in¬ tercesión de N. P. S. Francisco, que nos dé su ayuda y bendición, para que sea¬ mos constantes en nuestros trabajos y demos siempre testimonio de verdadero cristianismo, para mayor gloria de Dios y servicio a la Iglesia.
A todos, PAZ Y BIEN en el Señor».

26

bibliografía

Francesc Pomar, POESIES. - Llucma¬ jor, 1971.
Llucmajor, encertadament, volgué re¬ tre un homenatge pòstum —vint-i-un any després del traspàs— a un distingit fill seu, mestre d’escola i literat, i un dels actes de més transcendència fou la publi¬ cació de les seves poesies en un bell tomet. Es el que ara estam recensionant.
La poesia de Francesc Pomar, quasi no cal dir-ho, és oberta i lluminosa. Em¬ prant una imatge vulgar, diríem que pot esser recorreguda d'un cap fins a l’altre amb els farols sempre apagats. Es aquei¬ xa una qualitat inherent al temps en què va escriure l’autor, el de l’wEscola mallor¬ quina».
Així és que la poesia de Francesc Po¬ mar, si més no, és poesia-testimoni. I ho és, sobretot, perquè dins ella s’hi regis¬ tra, esplèndidament, tot Llucmajor, el dels seus anys, contemplat amb els ulls enamorats de poeta: sants, festes i devo¬ cions, esglésies i santuaris, feines i cos¬ tums, història gran i petita i, natural¬ ment, el paisatge.
Encara és poesia-testimoni, la de F. Po¬ mar, des d’un altre caire: perquè recull, i abundosament, el lèxic i la fraseologia —locals i insulars— i fins i tot els tòpics que usaren, amb més o menys constàn¬ cia, els escriptors mallorquins durant els dos darrers decennis del segle passat i els tres i mig primers de l’actual, poc ça poc lla. Però les generacions, sense deixar de parlar la mateixa llengua, van renovellant l’utillatge i cauen quasi en

desús paraules i expressions abans molt freqüents. Mots com «galana» i «gala¬ nia», «xalest» i «xalesta» sovintejats dins els versos de Pomar, a penes surten ja dins la poesia d’avui. Per Francesc Po¬ mar l’àguila ha d’esser quasi necessària¬ ment «cabdal», el blat, «rovelló», la faç d’una persona de camp, «colrada», tòpics ara ja abandonats. La imatge més gra¬ ciosa per a descriure la bellesa d’una jo¬ ve cara era dir que tenia «una rosa a ca¬ da galta». La literatura social que ara s’estila ja no cerca aquestes finures.
Mes retornem a la nostra recensió. Es
pot preguntar: prescindint de temporali¬ tats, ¿és o no és vàlida la poesia de
Francesc Pomar? Nosaltres contestaríem
dient, com ja ho escrivírem en una altra ocasió, que Francesc Pomar és poeta, pe¬ rò poeta menor, en qui, més bé que crea¬ ció pròpiament dita, s’hi troba imitació (Maria-Antònia Salvà, Verdaguer, Costa i Llobera, Riber...). I ara afegirem que la producció seva que acaba d’editar-se, mirada globalment, dóna certa impres¬ sió de cosa inacabada, a la qual mancàs
l’últim retoc.
Aquest darrer fet té, segons nosaltres, la seva explicació. Francesc Pomar escri¬ ví molta poesia de circumstàncies: poe¬ sia d’encàrrec, poesia per esser musica¬ da, endreces, misses noves, festes de no¬ ces, primeres comunions, etc. En gene¬ ral, poesia destinada a lectors de poques exigències, no prevenguda per a poder sofrir la severitat de la crítica. Opinam que si el mateix Francesc Pomar hagués hagut de disposar-ne l’edició, hauria re¬ butjat un bon nombre de les composi-

27

cions o hauria volgut sotmetre-les abans a un nou adesament. No es pot deduir que ell les consideras totes publicadores
del fet de conservar-les dins les seves
carpetes. Una mare estima els seus tills fins i tot els subnormals, però aquests certament no els presenta a cap concurs de bellesa o d’intel.ligència.
¿Vol esser això que acabam d’escriure un retret que posi en dubte la solvència dels homes de lletres que han fet la tria i han preparat l’edició de les poesies de Francesc Pomar? De cap manera. Ells han procedit com devien procedir; han honorat com devien honorar el poeta llucmajorer. Nosaltres no hauríem obrat
de manera distinta. Francesc Pomar era, ho repetim, poeta. No se’n pot dubtar
de qui sap escriure quartetes com aques¬ ta: «Si estava en la meva mà / el blat de cada masia, / el vostre escambell seria / un munt d’or del nostre gra» (A la Mare de Déu de la Bona Pau) o allò altre de «i dret, a l’angle, el bellveure / que alça les puntes per veure / la Verge morta en son llit» (A l’Assumpta). Belles troballes i agudeses com aquestes n’hi ha arreu
dins l’obra de Francesc Pomar. Per això
i pels motius que hem adduït més amunt dita poesia mereixia els honors de la pu¬
blicació. I felicitam sincerament tant els
que realitzaren la selecció com l’Ajunta¬ ment de Llucmajor i l’entitat bancària que amb l’ajut econòmic en feren l’edi¬ ció possible.

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Obsequie a sus familiares y amigos

con una suscripción anual a

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Es una manera cordial de repetir 12 veces «ME ACUERDO DE TI»
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Caza mayor
Es proverbial que los cazadores cuen¬ tan mentiras y ha de considerarse lógico que cuando se trate de caza mayor las
mentiras sean mayores.
Así, un cazador les decía a sus amigos, mostrándoles una hermosa piel de oso
blanco.
— Esto pertenece a un oso gigantesco
que yo mismo maté en África — ¿Cómo es posible, si no puede haber
osos blancos en África?.
— Sí; pero este oso no lo sabía.
Por fin, el color
El dependiente, derrengado, sudoroso y tembloroso, detrás de una montaña de piezas de tela, dice:
— Señora: decídase, por el amor de Dios. ¿Qué tono de verde es el que quie¬
re usted? Le he mostrado centenares de
matices; el verde esmeralda, el verde oli¬
va, el verde mar... ¡No puedo más! ¿Qué es lo que quiere usted exactamente?
La señora da un grito de júbilo; — ¡Eso! ¡Mírese al espejo! Quiero exac¬ tamente el tono verde que se le ha pues¬
to a usted en la cara.
En serio
El muchacho le dice al padre: — Papá: vamos a examinaren serio la
cuestión de mis estudios. Tú estás des¬
contento porque dices que entre matrí¬ culas y libros te gastas un capital; yo es¬ toy descontento porque estudiar es una cosa que me revienta; los profesores es¬ tán descontentos porque dicen que no sé una palabra .. ¿Para qué insistiren lo que se hace a disgusto de todos?

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