El Heraldo de Cristo 1971, n. 738
HERALDO DE CRISTO
Septi embre 1071

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ALMANAQUES «HERALDO DE CRISTO»
1) Ya están a la venta los preciosos almanaques (de pared y bol¬
sillo) «HERALDO DE CRISTO» 1972.
2) Los Conventos de RR. Franciscanas y muchas de las Frater¬ nidades de la T. O. R. de Baleares poseen dichos almanaques para venderlos a nuestros suscriptores, terciarios franciscanos, amigos de la buena prensa, etc.
3) El precio (almanaque de pared más el de bolsillo) es de TRE¬ CE pesetas.
4) Ya saben nuestros lectores que adquiriendo dichos almanaques se entra en el sorteo de 50 maravillosos regalos. Por ejemplo, un Tele¬ visor, relojes de pulsera, planchas eléctricas, etc. etc.
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5) En nuestro número de MAYO 1971 —aportada interior— apare¬ ció la lista completa de los números premiados en el sorteo efectuado para los almanaques 1971.

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PALMA DE MALLORCA

revista mensual de los P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R.
SEPTIEMBRE 1971

Año LXII - Núm. 738

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REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA

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DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.
ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R.

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CON LICENCIA ECLESIASTICA

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IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
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PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:

ORDINARIA. . . . 75 PTAS

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DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958

NUESTRA PORTADA

ALCUDIA (MALLORCA). - CRUZ DE TÉRMINO Y PUERTA DE LAS AN¬

TIGUAS MURALLAS (restauradas)- La

cruz y detrás la muralla: la fe y el escepticismo:

o mejor, la materialización del mote ‘a Dios

regando y con el mazo dando*

V

J

le»

en este

númerot

La crisis vocacional

3

Armas o escudo de la Tercera Or¬

den Regular en su antigua Con¬

gregación española ...

4

El Beato Jeremías Lambertenghi, Fran¬

ciscano de la Tercera Orden

Regular -

7

Discurso del Papa Pablo VI. ., a los

terciarios

9

Impresiones de Roma .... 11

Fisonomía de San Francisco

.

.

13

Página literaria

14

Tomás Aguiló i Forteza; les seves

«Poesies filològiques» ... 16

Epigrames

17

Pensaments

17

Nuestras misiones

18

Nuestra pequeña historia ... 20
Una llamada urgente, importantísima a favor de nuestra Misión de

Poconé (Brasil) .... 21

¿Un Cristo nuevo?

23

Página del terciario

24

Nuevo Consejo General en dos Con¬

gregaciones mallorquinas . . 27

Chistes

28

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2

EDITORIAL
LA CRISIS VOCACIONAL
¡Faltan vocaciones sacerdotales! ¡Faltan vocaciones religiosas! Son éstos los lamentos que se oyen cada vez con mayor frecuencia por to¬
dos los ámbitos del mundo católico. Y se celebran semanas, asam¬
bleas, cursillos para estudiar la crisis, la aguda crisis vocacional. Se investiga, se discute, se señalan causas, se proponen remedios. Se dice si las estructuras demasiado anticuadas, si la falta de realismo, de en¬ carnación, de servicio a los demás, de comunión con el mundo, de autorrealización personal... y demás expresiones de la guardarropía de hoy.
Nosotros nos sonreímos, cuando no nos indignamos, al constatar cómo los nuevos dirigentes se andan por las ramas y no bajan a la verdadera raíz de Jos males actuales en el mundo religioso.
Para nosotros la causa principal, si no la única, reside —habla¬ mos sin ambages— en nuestra carencia de ideal religioso, en nuestra profunda crisis de fe, en definitiva.
¿Qué se le ofrece hoy al aspirante?
Unos magníficos edificios, los seminarios, con todo género de co¬ modidades, sus buenos campos de deporte, piscinas, salas de cine, de radio y televisión... ¡Ah! v unos estudios reconocidos oficialmente pa¬ ra que quede bien afirmada la vocación. Todo muy bien pensado, muy bien estructurado, pero todo a ras de tierra.
¿Y qué de los tres votos de obediencia, de pobreza y de castidad, hasta ahora los puntales de la vida religiosa, su síntesis, su razón de ser? La pobreza fuertemente desmochada, la obediencia condicionada por la «autorrealización», la castidad expuesta a todos los peligros de
la «comunión con el mundo».
¿Adónde y con qué lámpara de Diógenes tendrá que ir el joven as¬ pirante para hallar encarnado un ideal sacerdotal o religioso que valga la pena?
«La audacia en la creación de nuevos modos en la vida religiosa es el precio de la supervivencia», se dice. «Audentes fortuna juvat», enseña el proverbio latino. Ojalá Dios ayude a nuestros grandes inno¬ vadores de hoy.
Pero estos mismos días leíamos un artículo periodístico de un au¬ tor que no es ningún mojigato ni una antigualla. Se refiere dicho ar¬ ticulo a una comunidad de írapenses. Escribe el autor: «La primera sorpresa la recibí cuando me encontré ante una comunidad de más de
(Continua en la pág. siguiente)
3

ARMAS O ESCUDO DE LA TERCERA ORDEN RECULAR
EN SU ANTIGUA CONGREGACIÚN ESPAÑOLA

Las grandes casas y las ilustres familias; las corporaciones culturales, religiosas, etc., han hecho siempre gala y vanidad de sus armas y escudos.
Los de las primeras suelen tener por fun¬ damento hechos gloriosos, gestas realizadas por sus antepasados: los de las segundas son, más bien, símbolo o alegoría del blan¬ co a que tiran las actividades de sus miem¬ bros, a quienes muy frecuentemente da brío y coraje, una concisa y sutil divisa.
Cada Orden religiosa ha tenido, por tanto, sus armas o escudo distintivo por el que es reconocida y con el cual sella y señala sus
obras y empresas.
La TERCERA ORDEN REGULAR de San
Francisco, en su antigua Congregación es¬ pañola, gozaría, pues, de su propio y pe¬

culiar escudo. Dejemos en el tintero el gas¬ to de ojos y de hojas, hasta dar con la codi¬ ciada presa de dicho escudo, puesto que a
nuestros lectores no les va ni les viene, como no le viene ni le va a la bella, la serie
de prolijas manipulaciones practicadas en el bruto mineral para trocarlo en el brillante naife con que realza su hermosura.
Sin embargo de que Helyot (1) nos da un único escudo de las Religiosos de Peniten¬ cia de la Tercera Orden en España, nosotros creemos que cada una de las dos Provin¬ cias en que se hallaba dividida dicha Con-
(1) HISTOIRE DES ORDRES MONÀSTI¬ QUES, RELIGIEUX ET MILITAIRES..., por Fr. Pedro Hipólito HELYOT, Religioso Tercero de la Congregación Francesa. París, año 1721.

(Viene de la pág. anterior)

LA CRISIS VOCACIONAL

setenta monjes, jóvenes en su mayoría, alegres, expansivos y, sobre todo, respirando un equilibrio y una salud de cuerpo y espíritu a lo que la vida nos tiene poco acostumbrados... Ante mi pregunta de «¿por qué está usted aquí?», me respondían: «Ya ve usted; comprendí que lo único que vale la pena era buscar a Dios y entregarse a El, y las dos cosas he encontrado en la trapa». Sencillísimo, ¿verdad? Sí, pero con la sencillez de los grandes genios... Es sencilla una je que cree en el Dios vivo y no se embrolla con las polémicas del «Dios ha muerto». Y después es ya sencillo no comer nunca carne, levantarse a las tres de la madrugada, vivir en silencio, trabajar en el campo para ganarse el pan como labradores, salmodiar poniendo el alma en alabar a Dios, sin que nadie les escuche sino El; es sencillo cantar, como ellos lo ha¬ cen, aquella última oración de cada día, la Salve a la Virgen, contra cuya realidad y presencia se estrellarán siempre los destructores de
«mitos».

No queda espacio para comentarios. Ni hacen falta.

4

gregación (2) tenía su propio escudo, o di¬ gamos, su variante.
El que nos describe Helyot responde al que imaginamos propio de la Provincia de León, pues figura en la portada de su Regla y Constituciones, impresas en Zamora, 1828 (3). Véaselo aquí reproducido y su des¬ cripción:

cripción: VERA POENITENTIA EST AVRO
RUTILANTIOR SOLE SPLENDIDIOR CVNCTIS THESAVRIS MELIOR.
EI báculo o cetro, de oro en campo de gules; las llagas, que representan las de Ntro. Señor, según Helyot, y las del Pa¬ triarca S. Francisco, según Morgado (4), en campo de plata; las flores de lis, en campo azur, las tres de oro, según Helyot, y dos de oro y una de plata, según Salas (5), re¬ presentan las armas de Francia que «fueron concedidas por privilegio de sus antiguos re¬ yes a la Tercera Orden» (Morgado).

Sin duda influiría en la concesión real de
dicho privilegio, el alto patronazgo que el santo Rey Luis IX de Francia ejerció sobre la Tercera Orden a la que perteneció, ilus¬ trándola con sus virtudes y favoreciéndola en sus monasterios y hospitales.

Séanos permitido aducir como testimonio de la pertenencia de S. Luis a la Tercera Orden, las palabras que el también terciario Lope de Vega, en su comedia «LOS TERCE¬ ROS», pone en boca de Santa Isabel de Hungría, dirigidas a S. Luis:

Terceros somos los dos:

Báculo (cetro) de flor de lis, adiestrado de cinco llagas sangrantes, puestas en aspa; siniestrado de tres lises puestas 2 y 1; timbrado de una corona de espinas y su¬ mado de una corona real (Helyot dice «du¬ cal») cargada en su coronel de la divisa «Poenitentia coronat»; orlado por el cordón franciscano y encuadrado todo en la ins-

mí Hermano sois, Santo Real, pues la Regla PROFESAMOS de Francisco, y adornamos nuestro amor con su sayal.
(4) RECUERDOS DE LA ORDEN DE PP. TERCEROS DE LA PROVINCIA DE ANDA¬ LUCIA, contenidos en RECUERDOS DEL ANTIGUO SANTUARIO DE NTRA. SRA. DE CONSOLACION (PP. Terceros), Sevilla, por José Alonso Morgado, año 1888.

(2) La Congregación Española estaba formada por dos Provincias: la Bética-Granatense (Andalucía y antiguo Reino de Gra¬ nada), llamada de S. Miguel, y la de León, que comprendía los Conventos de Castilla, León y Galicia.
(3) REGULA ET VITA FRATRUM SACRI ORDlNiS DE POENITENTIA... PROVINCIAE LEGIONENSIS.

(5) MS. desgraciadamente mutilado de
HISTORIA DE LA TERCERA ORDEN REGU¬
LAR, por Fr. P. Joaquín Salas, Religioso Ter¬
cero del Convento de Alcalá la Real. Lo
posee y guarda celosamente nuestro buen amigo D. José M.^ Blázquez, de Antequera, a cuya amabilidad y cortesía debemos nues¬ tra consulta, así como también la fotocopia del escudo del segundo grabado. ¡Muchas gracias, D. José!

5

Viniendo ahora al escudo, o variante, de la Provincia Bético-Granatense, diremos que lo hemos visto, pero sin corona de espinas ni divisa y encuadrado en ia inscripción: ARMA MILITIAE FRATRUM TERTII ORDINIS DE POENITENTIA SERAPH. P. N. FRANCISCI PRO PROVINCIA BAETICA ET CRANAT.
RECNO, en un «sermón» del glorioso Padre S. Roque, predicado en el convento de S. Antón de Granada, por el P. Agustín de Velasco, año 1620, y también sin la divisa pero timbrado y sumado con corona de espinas y ducai, con la inscripción: STEMMATA SA¬
CRI ORDINIS DE POENITENTIA SERAPHICI PATRIS NOSTRI FRANCISCI, en ORACIO¬
NES VESPERTINAS, dei Vble. P. Cipriano de Sta. María, del año 1660, y en APOLOGIA POR EL DERECHO DE DAR ABITO..., del P. Juan de Solís Trujillo, 1677.
Finalmente, en la reseña del Capítulo
Provincial celebrado en el convento de Ma¬
dre de Dios y S. Rafael, de Córdoba, el año 1831, aparece este otro escudo, como verá el lector, cargado en su punta con una alu¬

r

^

«La prensa católica ha de flore¬
cer. Quisiéramos que su voz fue¬
se más fuerte».
(PABLO VI)
)

cen en la inscripción en que va encuadrado:
SUPER MONTEM CATHOLICAE SAC. HIC ORDO POENITENTIAE S. P. N. F. FUNDATUR EXULTATIONE VNIVERSAE TERRAE. Un
monte cuya falda lleva por cuerpo un sol radiante y por alma FIDEI, adonde apunta el
índice de una mano derecha vestida de
sayal. La corona es aquí ducal, como indi¬ cara Helyot.

Tal, pero sin la divisa, se usaba en las Cartas de Vestición y Profesión del Orden Tercero de Penitencia, del Convento de los
Remedios, de Antequera, «que es de Regu¬ lares de dicho Sagrado Orden»; con la di¬ visa y las flores de lis en vertical figura en el zócalo barroco de la pilastra marmórea de la iglesia del mismo Convento de los
Remedios.

De todo ello deducimos que las ARMAS verdaderas o esenciales del escudo de la
antigua Congregación española de la Terce¬ ra Orden Regular están constituidas por un cetro, las cinco llagas sangrantes y las tres lises, siendo más o menos arbitrarias las variantes o añadiduras con que dicho escu¬ do se ha cargado según los tiempos y los lugares.

P. Francisco AMENGUAL, T. O. R.

sión jeroglífica a la célebre Bula sobre la Tercera Orden, de Nicolás IV, agosto de 1289, cuyas primeras palabras se reprodu-
6

^^
Lo prensa católica - escribió
Juan XXIII - «es uno de los
medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y
amar »

HERALDO DE CRISTO

es prensa católica.

s

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ELi BEATO JEREMÍAS EAMBERTENCHI

Franciscano de la T^ercera Orden Hegutar

Perfil biográfico Jeremías Lambertenghi nació en Como (Italia), de una noble familia, en 1440. Después de una juventud ejemplar sin¬
tió el irresistible atractivo del ideal fran¬ ciscano. A los veinte años abandonó la
casa paterna y se retiró en el convento de San Donato, en la ladera del monte Brúñate, donde en 1460 profesó la Regla de la Tercera Orden, haciéndose después sacerdote. En este solitario lugar, suspen¬ dido entre tierra y cielo, que se espejea en las tersísimas aguas del maravilloso lago de Como y se abre a la contempla¬ ción del cielo, el Padre Jeremías hizo ad¬ mirables progresos en los caminos del Señor. Oración, trabajo y penitencia le
convirtieron en modelo de vida.
Sus excelsas virtudes religiosas y su celo sacerdotal le proporcionaron muy pronto una vasta fama popular. Para es¬ caparse de la peligrosa gloria terrena el P. Jeremías, en 1475, obtuvo el traslado
Cuadro que muestra al Beato Jeremías con uno de sus principales instrumentos da penitencia.
al convento de Montebello, cerca de Lodi Aquí, desconocido y no molestado, el Padre Lambertenghi pudo desahogar to¬ do su entusiasmo espiritual. Y fueron tales las penitencias que iba cada día

imaginando, que mereció el título de
«mártir de los claustros». Se azotaba con
cadenas de hierro, se maceraba con una estaca, dormía en una caja de madera con puntas de clavo como colchón.
Semejante tenor de vida, que renova¬ ba los heroísmos de los más grandes pe¬ nitentes de la Iglesia, no podía quedar mucho tiempo en el secreto. El aplauso estallaba ya incontenible por todas par¬ tes. El Padre Jeremías prefirió evadirse de aquel ambiente. La Providencia di¬ rigid sus pasos al Piratello a donde llegó
al acabar el año 1489.
El B. Jeremías y el Santuario
de Nuestra Señora del Piratello
En la localidad llamada después «Pi¬ ratello» (de un pequeño peral al cual es¬ taba apoyada la efigie milagrosa de la Virgen) el 27 de marzo de 1483 una devo¬ ta imagen de nuestra Señora habló al ermitaño Esteban Mangelli de Cremo¬
na, en perepinación al Santuario de Lo¬
reto. La Virgen Santísima pidió mayor devoción al pueblo cristiano del lugar. Abundantes gracias celestiales acompaña¬ ron el prodigio y el pueblo respondió
con entusiasmo a la invitación de María.
En 1484 el culto de nuestra Señora del Piratello fue confiado a los Terciarios
Regulares de San Francisco, que resi¬
dían en el convento de Valverde en For-
lí. En 1489, bajo el patronazgo de Cata¬ lina Sforza (viuda de Jerónimo Riario, Señor de Imola y usurpador de Forlí, asesinado el 14 de abril de 1488), fue programada la construcción de una igle¬ sia a nuestra Señora y de un convento para los frailes de la Tercera Orden que
celaban su culto.
Precisamente en tal coyuntura llegaba al Piratello el P. Jeremías Lambertenghi, ya de edad de cicuenta años. Sobre él cargaba el peso de llevar adelante la grandiosa obra programada. El fue ele¬ gido sucesivamente vicario, procurador, prior. Singular fue su laboriosidad, su entusiasmo, su amabilidad. Los frailes lo tenían por santo o, sin rodeos, como un ángel.
El grandioso convento renacentista y el digno santuario bramantesco, queridos por Catalina Sforza y ejecutados bajo la sabia dirección del P. Jeremías, fueron ultimados en pocos años, mientras la de¬ voción a la Virgen, alimentada por el ce-

7

lo de los Terciarios Regulares, se difun¬ día prodigiosamente.
En 1500 el Beato Jeremías se trasladó
en peregrinación penitencial a Roma pa¬ ra lucrar la indulgencia del jubileo; al retorno hizo devota visita al Santuario de Loreto. Todo el viaje lo hizo a pie y duró cerca de mes y medio.
Hacia la nueva vida
Después de diecinueve años de fecun¬
da laboriosidad en el Piratello, en 1508 le fue conferido el oficio de vicario en el convento de Valverde, en Forlí, don¬ de el Beato murió en 1513, a los 73 años
de edad y 53 de vida religiosa.
Este último período fue todo un ad¬ mirable crescendo de fervor y de santi¬ dad: perseverante en las obras de peni¬ tencia, ardiente en la oración, pródigo para con los pobres, luminoso en los consejos, persuasivo en las exhortaciones, lleno de misericordia en el confesona¬
rio. Todos corrían a él.
La veneración del pueblo cristiano cre¬ ció siempre más después de la muerte del Beato. Contribuyó a ello, además del vivo recuerdo de su santidad, la fama de gracias obtenidas por su intercesión. Consecuencia de esto, en 1525 su cuerpo, enterrado en la tumba común, fue saca¬ do del sepulcro. Y habiendo sido hallado incorrupto, fue encerrado en una urna de madera dorada y colocado en la sa¬ cristía. Comenzó el culto público de he¬ cho, culto que se acrecentó en el quinien¬ tos y más aún en el seiscientos y sete¬
cientos. El Padre Jeremías era llamado
«beato» por la voz del pueblo y esto era suficiente: ¡voz populi, vox Dei!
Sin embargo, era sumamente deseable una proclamación oficial por la autori¬
dad eclesiástica. La comunidad de los
Terciarios Regulares de Forlí y del Pira¬ tello presentaron petición oficial a la

Congregación General de la Orden, teni¬ da en Loreto el 13 de mayo de 1758, para que se introdujese la causa de beatifica¬
ción. Pero las dolorosas circunstancias
históricas que pronto siguieron no per¬ mitieron que este legítimo deseo tuvie¬ se el curso esperado. No obstante, nun¬ ca ha venido a menos la veneración del pueblo cristiano, que en el curso de los siglos ha atribuido numerosas y extraor¬ dinarias gracias a la poderosa interce¬
sión del Beato Jeremías.
Actualidad del Beato Jeremías
Los santos —dice la Escritura— res¬
plandecen como astros del firmamento y su luz se proyecta en los siglos. Pero, ¿qué puede decirnos a nosotros, hombres del siglo veinte, un Beato que vivió hace cinco siglos y en tan distintas circunstan¬
cias históricas?
¿Cómo pueden fijarse en un hombre de penitencia los hombres de hoy, inmer¬ sos en un contexto hedonístico? ¿Qué in¬ cidencia puede ejercer el Beato Jeremías sobre el pueblo cristiano de nuestro tiempo?
En los santos —afirma el Concilio Va¬ ticano II— Dios manifiesta a los hom¬
bres su rostro y su presencia a través de los siglos. El Beato Jeremías Lambertenghi —aunque no haya sido proclama¬
do oficialmente santo— ha ofrecido un
auténtico testimonio de fe y de amor. El creyó en los bienes futuros y orientó su propia existencia terrena hacia la luz de
Dios.
Su ejemplo no puede ser odvidado.
Aunque no nos sintamos llamados a macerar nuestro cuerpo con ásperas pe¬ nitencias como él, no podemos descono¬ cer la necesidad de la penitencia y de una continua conversión,- aunque no
(Continúa en la póg. 13)

El cuerpo incorrupto del Beato Jeremías Lambertenghi. 8

discurso del Vapa VaOlo VI en la audiencia ecctraordi'·
naria concedida a los terciarios de todo el mundo, la
tarde del 19 del pasado mes de maqo, con motioo del Congreso Onternacional de la O, T,

A-NLOTl A 1.A CRX7Z y FIDELIDikD A T.A IGLESIA.

Alimentamos por vosotros una triple confianza, cuyas razones no podemos ex¬ poner ahora extensamente, pero cuyos secretos ya conocéis.

orientan a aumentar las riquezas de for¬ ma ilimitada, a transformar las cosas en bienes útiles, a conquistar y distribuir recursos económicos siempre nuevos.

LA POBREZA EVANGELICA
En primer lugar, estamos seguro de que sabréis ser ejemplo de la pobreza predicada por Cristo, profesada por San Francisco, elegida por vosotros como vir¬ tud específica de vuestra pertenencia a la Orden Tercera. La «pobreza» es un término discutido, incluso en las páginas del Evangelio, en el sentido de que se proclama bienaventurados a los pobres y luego se obliga a todos los oyentes del Evangelio a socorrerlos y liberarlos de las angustias y sufrimientos de la pobre¬ za. Entonces, la pobreza, ¿es un bien o un mal? ¿Y quién no recuerda las con¬ troversias que, incluso en la familia fran¬ ciscana, han dividido opiniones y hom¬ bres a la hora de interpretar la pobreza y saber el modo y grado en que hay que observarla? También en nuestros días vemos cómo el mundo se divide a causa de la pobreza y de su enemiga, la rique¬ za. Se diría que las mayores y más fuer¬ tes corrientes ideológicas y sociales es¬ tán en favor de la pobreza, o mejor de los pobres, de los proletarios, de los in¬ digentes, y en contra de los que poseen, los ricos, los capitalistas; mientras tan¬ to, todo el progreso moderno, toda la organización de la sociedad moderna, se

Economía y sociología se han conver¬ tido en las dos finalidades prevalentes y
casi obsesivas de nuestra vida moderna.
¿Dónde colocar la pobreza, nuestra popreza evangélica? La lección resultaría larga y delicada; pero ya la conocéis. Sa¬ béis que la pobreza evangélica significa, ante todo, colocar nuestra concepción de la vida no en esta tierra, en sus ri¬ quezas, en sus satisfacciones, en sus pla¬ ceres, en lo que ella es y puede darnos, en su reino terreno, sino en el «reino de los cielos», en la búsqueda y posesión de Dios, en la libertad del espíritu con respecto a las ataduras de esta perpe¬ tua seducción que es la riqueza, en la capacidad de situar los bienes terrenos
en su propia esfera, que es la utilidad, el pan necesario para la existencia tempo¬ ral, el comercio, es decir, el trabajo y el
destino de sus resultados económicos en
beneficio de la vida, entendida en su sen¬ tido más amplio —o sea, como vida nuestra y de los demás—, en beneficio del bien común, de la caridad.
La pobreza es la filosofía del Evange¬ lio: «Buscad primero el reino de Dios» (Mt. 6, 33). Por eso, como dice el Conci¬ lio, «el espíritu de pobreza y de amor es la gloria y el signo de la Iglesia de Cristo» (Gaudium et Spes, número 88).

9

Por fortuna, esta idea evangélica se abre camino hoy en la Iglesia; y vosotros, alumnos e hijos del Poverello de Asís, no sólo debéis honrarla sino profesarla, pa¬ ra ejemplo y sostén de la Iglesia y como un aviso al mundo, al que tan frecuen¬ temente vemos engolfado en la búsqueda exclusiva o prevalente de la riqueza, en el conflicto social a propósito de la ri¬ queza, en el abuso alegre, egoísta y vi¬ cioso de la riqueza. También en el mun¬ do, bajo ciertas formas extrañas y discu¬ tibles, por desgracia no siempre inmunes de licenciosa amoralidad, y quizás sólo efímeras y caprichosas, se abre paso el repudio de este ídolo fascinante y opre¬ sor, que es la riqueza cubierta de lujo y
comodidad.
Corresponde a los cristianos, corres¬ ponde a vosotros. Terciarios, hacer la apología verdadera y vivida de la po¬ breza evangélica, que es afirmación del primado del amor a Dios y al prójimo, que es expresión de libertad y humildad, que es el estilo amable de una vida sen¬ cilla. Se trata de un ideal, de un progra¬ ma; impone renuncias y vigilancia, adap¬ tación al ambiente y al deber propio de cada uno, pero luego, en el fondo, es una fuente de alegría, de la alegría del pe¬ sebre, de la «perfecta alegría» francisca¬
na.

los hombres fuertes y pacientes de San Francisco, como en el típico y célebre fresco, seguirán sosteniendo a la Iglesia visible y humana, sujeta a las crisis de este mundo, en su amenazado edificio; sí, la Iglesia que Cristo quiso fundar y cons¬ truir para gloria suya, sobre el humilde pescador Simón hijo de Juan; la sosten¬ drá como es y como Cristo la quiere, aunque tiene tanta necesidad de indulgecia y comprensión; la sostendrá en este momento histórico, después del Con¬ cilio, en el que a veces parece que los que desean estropear y demoler el edifi¬ cio místico, pero temporal, son los hijos. Los hijos que se hospedan en ella, más aún, que son o deberían ser piedras vi¬ vas. Y lo hacen no menos que sus ad¬ versarios externos, quizá menos cons¬ cientes de la injusticia que cometen.
Pues bien, esperamos que todos voso¬ tros, hijos de San Francisco, seréis estos hombros poderosos que sostienen a la Iglesia; esperamos que con vuestro ca¬ llado y generoso servicio os mantendréis cerca de nosotros, convencidos de que ninguna infausta adversidad podrá pre¬ valecer contra la estabilidad perenne del edificio de Cristo, la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Con esta confianza
os bendecimos de corazón.

LA LEY DEL SACRIFICIO
Alimentamos hacia vosotros, queridos hijos, una segunda confianza. La de que sabréis amar la cruz, como San Francis¬ co. Vuestra espiritualidad no puede pres¬ cindir de la «pasión» que San Francisco tuvo por la Pasión de Cristo. Sus estig¬ mas son una predicación de la ley del morir para vivir, la ley del amor que se da y se inmola, la ley del sacrificio. San Francisco, reflejo de Cristo, nos la repi¬ te. Recordémosla juntos.
FIDELIDAD A LA IGLESIA
Por último, nuestra tercera confianza; la fidelidad a la Iglesia. Confiamos que
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IMPRESIONES DE ROMA

El que por primera vez penetra en la plaza de San Pedro se siente sobrecogido por una impresión de grandeza difícil de expresar al enfrentarse con una de las obras maestras del arte arquitectónico. El genio de Bernini creó una plaza be¬ llísima, consistente en una inmensa elip¬ se delimitada por galerías de columnas dóricas dispuestas en cuatro hileras que
rematan en una balustrada adornada con
estatuas de santos y de mártires. Al fon¬ do la elipse adquiere forma trapezoidal y de su base menor arranca la escalina¬ ta sobre la que se levanta la imponente basílica coronada por la gigantesca cú¬ pula que proyectó Miguel Angel.
Al pie de la escalinata hay dos enor¬ mes estatuas que representan a San Pe¬ dro y San Pablo, y en el vestíbulo que da acceso al templo a través de las cin¬ co puertas de la fachada principal, a la izquierda se ve una colosal estatua ecues¬ tre de Carlomagno y a la derecha, al pie de una amplia escalera, se encuentra la de Constantino, también ecuestre. Estas cuatro estatuas, separadas entre si en el conjunto monumental y unidas por la¬ zos imaginarios, evocaron en el ánimo del espectador, haciendo abstracción del brillante y fascinador espectáculo que te¬ nía ante los ojos, un tropel de recuerdos y representaciones que intentaremos ex¬ plicar, exponiendo en términos ordena¬ dos y precisos las ideas que en aquel mo¬ mento se agolparon en la mente en for¬ ma confusa y precipitada.
El primado papal tiene su fundamento en el conocido texto evangélico, «Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia». (San Mateo, 16, 18). El traslado de San Pedro de Jerusalen a Antioquia y su residencia y martirio en Roma son hechos históricos sólidamente apoyados, pero la cuestión de la primacía se cen¬ tra en el cuidado que le confió Jesucris¬ to de su único rebaño (San Juan, 21, 1523). El cristianismo representaba una

oposición radical al mundo antiguo. La solución que da al problema de la exis¬ tencia y del fin del hombre y la biena¬ venturanza que promete a los fieles eran ideas incomprensibles para los voluptuo¬ sos romanos que cifraban el ideal de su vida en el ocio y el placer. San Pedro, judío de nacimiento y extraño al ambien¬ te romano, fue el llamado a sembrar la semilla de la doctrina evangélica en un medio hostil y refractario, y la fermenta¬ ción resultante que había de transfor¬ mar al mundo es uno de los enigmas de más difícil explicación para la historia. La rápida propagación del cristianismo, como dice Balmes, es un hecho maravi¬ lloso que no es posible explicar por cau¬
sas naturales.
San Pedro y San Pablo, unidos en su apostolado, aparecen glorificados junta¬ mente por la posteridad. Asociados en la tradición, van fundidos sus nombres en la empresa apostólica de la conversión de los gentiles. San Pablo, judío de la diàspora, había nacido en Tarso, ciudad culta donde predominaban la cultura y la lengua griegas, circunstancias que no podían dejar de influir en su formación, a pesar de su educación judía y de la huella que recibiría de Gamaliel, venera¬
do maestro de la escuela rabínica de
Jerusalen. San Pablo es uno de los mᬠximos fundadores del Occidente cristia¬
no. Como dice uno de sus biógrafos mo¬ dernos, Holzner, la grandeza del hombre está en la vocación y entrega sin límites a una obra sobrehumana, y en esto está la importancia histórica del Apóstol de los gentiles. El llevó la buena nueva a Occidente valiéndose, sin duda, de su for¬ mación helenística, pero el impulso para llevar a cabo su grande obra transfor¬ madora del mundo antiguo lo recibió en el camino de Damasco por vocación so¬ brenatural. Por virtud de este llamamien¬
to pudo convertirse en lazo de unión en¬ tre dos edades y realizar para ello el ti¬ tánico esfuerzo de sus viajes de misión

11

y de sus fundaciones de iglesias a las que
comunicó el aliento de vida. En sus car¬
tas nos ha dejado una doctrina inmor¬ tal y un sólido fundamento para la teo¬ logía cristiana. Este es el simbolismo de
las dos estatuas de la escalinata.
Las del vestíbulo tienen otro sentido
diferente. Constantino es una de las gran¬
des figuras que dejan huella profunda en
la historia. La libertad concedida a los
cristianos al reconocerles el derecho a la
práctica de su religión, después de tres siglos de sangrientas persecuciones, es
un hecho de extraordinaria trascenden¬
cia. Sólo entonces la Iglesia pudo consa¬ grarse sin trabas al desarrollo de su vida interna, el culto religioso pudo celebrar¬ se sin limitaciones y la labor de cateque¬ sis y proselitismo pudo desenvolverse con mayor fruto. Dice a este propósito el fa¬ moso historiador belga Godofredo Kurth que es glorioso privilegio de la Iglesia Católica el no necesitar otra cosa que el derecho común para conquistar el uni¬ verso. Constantino no se limitó a permi¬ tir libremente el culto cristiano, sino que levantó los templos según el modelo de las basílicas profanas y un cierto matiz cristiano empezó a infiltrase en los edic¬ tos imperiales. En frase de Bossuet mu¬ rió bendecido por toda la Iglesia. Sin embargo, la implacable crítica moderna ha pretendido empañar su sinceridad, poniendo tacha de cálculo político sobre algunos de sus actos. Para nosotros, la evolución religiosa de Constantino, desde la victoria del puente Milvio hasta su bautismo, es manifiesta y puede seguir¬ se a través de sus cartas y edictos y del simbolismo de sus monedas, que en de¬
finitiva no hacen sino confirmar el tes¬ timonio de los historiadores cristianos
contemporáneos Eusebio y Lactancio.

cultura. Recibió del Papa la corona del Imperio como sucesor legítimo de los emperadores de Occidente, pero su le¬ gitimidad derivaba del hecho de haber re¬ cibido su dignidad de manos del Papa, y éste, a su vez, quedaba bajo su protec¬ ción en aquella edad de hierro en que las guerras eran casi constantes. Esta mutua relación entre los dos poderes dominó la alta política de la Edad Media y fue la fuente del derecho público. Los que sólo quieren ver los inconvenientes de la im¬ plicación pontificia en la vida política medieval olvidan el gran beneficio de la cristianización de Europa. La cultura me¬ dieval no se concibe prescindiendo de la influencia del pontificado y de la Iglesia.
Las estatuas de los dos emperadores colocadas a las puertas del primer tem¬ plo de Roma, montados a caballo en se¬ ñal de triunfo y poderío, significan el re¬ conocimiento de los grande servicios que prestaron a la cristiandad. La Iglesia, aunque de fundación divina, es una co¬ munidad humana en la que la dirección y gobierno espiritual corresponden al epis¬ copado y al primado papal; pero tam¬
bién se vale la Providencia de los héroes
conductores de los pueblos para dirigir
la marcha de la historia hacia el fin pre¬ visto en sus decisiones eternas.
Jaime Salvá
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Luuon-mér. zimB'Pnimñ

El cristianismo quedó asociado a la ci¬ vilización greco-romana y adquirió fuer¬ za y prestigio para contener y civilizar a los bárbaros. Carlomagno se nos presen¬ ta como un protector de la Iglesia. Sus
armas victoriosas abren el camino para
la propagación del cristianismo y en pos de sus victorias van la civilización y la

CALMA Y ANIMA la tableta que da bienestar <

12

FISONOMÍA DE SAN FRANCISCO

CÓMO CONDESCENDIÓ CON UN RELIGIOSO,
Y COMIÓ CON ÉL UN RACIMO DE UVAS
Sucedió, otra vez, que hallándose Francisco en el mismo lugar, ha¬ bía allí cierto religioso, muy espiritual y antiguo en la Orden, que se hallaba enfermo y sumamente débil. Al verlo así el Santo, se compa¬ deció de él; mas, como en aquel tiempo todos los frailes, tanto en¬ fermos como sanos, con gran gozo procuraban vivir muy ajustados a la pobreza, y apenas se medicinaban cuando estaban enfermos, ni bus¬ caban las medicinas, antes al contrario, aceptaban gustosos cuanto po¬ día mortificar el cuerpo, Francisco dijo para sí: Si este hermano en¬ fermo tomase de madrugada algunas uvas maduras, creo que expe¬ rimentaría algún alivio,Y como lo pensó, así lo hizo.
Cierto día se levantó muy temprano, llamó secretamente al enfer¬ mo, y con él salió a una viña próxima al lugar donde moraban. Llega¬ dos allí, escogió una cepa cargada de racimos muy en sazón, y, sen¬ tándose al pie de la cepa y al lado del religioso, tomó uno de los ra¬ cimos y comenzó a comer, animando con esto al fraile a que hiciese lo mismo, quitándole le vergüenza de comer solo. A medida que uno y otro iban comiendo, iba recobrando la salud el enfermo; con lo cual los dos alabaron y dieron gracias al Señor.
Recibido tan singular favor, aquel religioso tuvo presente duran¬ te toda su vida la gran benignidad y misericordia que con él había usado el seráfico Padre, y frecuentemente refería este hecho a los de¬ más religiosos, con no poca devoción y llenos de lágrimas los ojos.
ESPEJO DE PERFECCION, Capítulo XXVIII

USa Z^. O.

at seroicio tie la ügtesia

ACTIVIDADES DEL MTRO. P. MARTORELL EN ROMA

El Cardenal Vicario de Su Santidad ha
encargado al Maestro P. Antonio Marto¬ rell, mallorquín, hijo de nuestra Seráfica Provincia Española y Director de la Co¬
misión Diocesana de Música Sacra de
Roma, el trabajo de organizar y dirigir un Curso de «agiornamento» litúrgicomusical. Sabemos que a este fin una Ca¬
sa musical de Florencia está editando un

volumen de cantos del Mtro. Martorell
para el tiempo de Adviento y Período Na¬ talicio, cantos que constituirán los sub¬ sidios musicales para dicho curso.
En este importante trabajo y al frente de un tan grande y comprometedor en¬ cargo, deseamos al citado Mtro. P. Mar¬
torell, T.O.R., el mejor de los éxitos para bien de la Iglesia.

(Viene de la póg. 8)

EL BEATO JEREMÍAS LAMBERTENGHI...

estemos obligados a abandonar nuestra casa y nuestros bienes materiales como el Beato Jeremías, podemos, no obstante, empeñarnos más seriamente en realizar nuestra santificación y entregarnos con más amor a Dios; aun sin privarnos de lo necesario, podemos ser más solícitos en cuanto a las necesidades del prójimo.
El Beato Jeremías no es, por lo tanto, sólo una reminiscencia histórica, una simple pieza de museo, todo lo preciosa que se quiera, ni sencillamente un hom¬ bre del pasado, mudo ya en el mundo de hoy; sino un perenne mensaje de au¬ tenticidad a los hombres llamados a

apreciar los valores más profundos de la existencia y a vivirlos a la luz de Dios.
Lino Temperini, T. O. R.
El 13 de junio del presente año fueron trasladados, desde Forlí, al Santuario de
nuestra Señora de Piratello los venera¬
dos despojos, el cuerpo incorrupto, del Beato Jeremías Lamhertenghi. Al acto, además de muchos otros religiosos de la Orden, asistieron los Padres Capitulares, presididos por el P. Luis Secondo, Mi¬ nistro General, quienes unos días antes habían terminado las sesiones del Capí¬
tulo.

13

Per ser absolt no tene de pendre hulla, de ma petita casa som es baile, tan sois sa dona es meu poder anulla;
pero un sonet així com ella parla desig fer, consonant em manca en «ulla», i això és es feix que duc damunt s’espatla.

A UN QUI EM
DEMANAVA VERSOS
Tu que ets encara fort com una rafa de paret, que se'n riu d’es vent que bufa, més satisfet que un nin amb sa baldufa o un caçador qui bona llebre agafa;
tu, més sortat que un mariner qui es safa de gran perill de mort que Vescarrufa; més que un capverjo qui de nit etzufa son avorrit guerrer i es nas li esclafa;
més que un sultan que du capell sens cofa, i fuma recolzat damunt catifa, o menja rem i tira sa pellofa;
¿voldrias que ara, que ja és veia i bifa, sa meva musa et fes tota una estrofa? Ja hauries de Nadal tret tu sa rifa!

A UN VEI
ENAMORAT
Amb trenta anys de casat, ¿no estàs ben tou? De dues dones viudo, ¿i no en tens prou? Tu saps que basta un pic pagar s’alou, ¿i rompre encara vols un altre jou?
Ai, malanat!, que et tires dins un pou per pujar d’ase vei a ximple bou. «Arri», ct diu sa passió que tant te mou, i un dit tan. sols de seny te deia: «ou».
Disgusts i penes coiràs arreu; tu rius per ara, i prompte et sabrà greu haver-te fet esclau per tan poc preu.
Sa creu d’es morts, no vulgues altra creu; que tenint ja cobert es cap de neu, lo manco dins sa fossa hi tens un peu.

A PLER I NO
DEL TOT
Estic més bé que un monjo dins sa cella; jo no seguesc bandera ni vexilla, i es vespre sant que canten sa Sibilla tant me fa pa torrat com llet d’ametla.
Mai m’he cuidat de ball ni de revetla, tant m’és pendre cafè com camamilla, no duc plets, no dec cèntims a can Bitla, cap pena Ilepissosa me desvetla.
14

VEIURA
Ni piers ni festes m’umplen es gavatx, a ses glòries del món no les festeig, que és tot un poc de fum ben clar ho veig; si de paia o d’encens, no me n’empatx.
Es desembre té neus si flors té es maig, avui bufa es gargal, demà es Ilebeig. ¿Que m’importa amb sos anys que ja maneig que En Jordi sia batle o sia saig?
Un cabei blanc per dia es temps m’afig, i si bé és ver que això no dóna goig, tampoc puc dir que en senta gran enuig.

Però mentres per molts fa un sol que frig, darrera aquell nigul vermei i roig es sol que em dava Hum de pressa fuig.
A D. L. B.
N’Aines de sa Fontseca és tan miloca
que sovint amb ses mànegues s’amoca; tan grollera que no empra torcaboca, tan magra que ni ventre té ni moca.
Més bé que una polleta és una lloca,
ni basta es seu adot per una coca;
però, això sí, és precís tancar sa boca, perquè diuen que ve de bona soca.
I tu. Lluís, que has trescat la xeca i meca, ¿voldràs ser més beneit que monja lleca
i casar-te amb N’Ainès de sa Fontseca?
¿No n’has trobada cap de més xereca? Tu em dius avui: Qui això no creu no peca. Demà em diràs: L’he feta d’ase i seca.
REPLICA A SA SEVA
CONTESTACIÓ
Jo no en sabia res, i un bon atac m’has dat amb tota regla i cop en sec; m’agraden es qui diuen: Jo mai dec, perquè si es fa precís tot d’una pag.
An es meus versos, fets amb un xorrac, umb altres has respost, i bé conec que en trobar-te en es cós no tens sossec fins que corres i guanyes es tabac.
Per cert que no és aquest es primer pic que al «Parnaso» has pujat; veig que a poc poc d'afinar-hi ets capaç amb un ui cluc.
De llorers no diré que estiga ríc; però aquesta vegada..., com som Roc, que tu en es porxo m’has fermat es ruc.
Tomàs AGUILÓ i FORTEZA (1812-1884)
15

Tomàs Aguiló i Forteza
tes seoes «Voestes fitotògiques»
Després del pròleg que posà Josep Maria Llompai't a l’antologia poètica (en LES ILLES D’OR) d’aquest notable literat de la nostra Renaixença, quasi ja no sabem dir-hi res més. Per això ens fixam solament, ampliant conceptes del conegut crític literari, en les «Poesies filolò¬ giques)) del poeta ciutadà del segle denovè.
Les «Poesies filològiques)) són, en quant al fons, composicions de caràcter humorístic o sa¬ tíric. L’antologia de Llompart recull set sonets (sis dels quals els oferim en la nostra «Pàgina literària)); l’altre ja el publicàrem fa un cert temps) i sis epigrames.
Però, més que les idees humorístiques, admiram en els versos de Tomàs Aguiló —«versos)) en el present cas és paraula més adient que «poesies))— la manera com estan expressades. Di): més exactament: en aquelles composicions la sensació de l’humor s’hi aconsegueix, en gran part o totalment, mitjançant l’ús de mots més o menys estranys, de rima més o menys difícil, sem* pre resolta feliçment, o mitjançant els homògrafs i les acrobàcies que li permet fer l’especial fonètica de certs termes del dialecte mallorquí.
En referència a les rimes, el poeta fa una vertadera exhibició d’enginy, i de coneixement del nostre lèxic popular, posant-se obstaeles i saltant-los airosament. En el primer sonet, per exemple, juga amb els consonants, no molt freqüents, acabats en -afa, -ufa, -ofa, -ifa. En el se¬ gon fa els seus equilibris damunt mots en -el.la, -il.la, -ul.la, -al.la, recorrent, en aquest cas con¬ cret, a la realitat fonètiea de les paraules més que a la seva representació gràfica, rimant cel.la amb ametla, batle amb parla, on els dígrafs -tl- í -rl- es pronuncien normalment, a Mallorca, com -1.1-. I no trobant l’autor un tercer consonant acabat en -ul.la, bo per a rimar amb bul.la i anul.la (a nosaltres ens ocorren els verbs atxul.lar i rutlar), talla el nus gordià escrivint «con¬
sonant em manca en -ul.lay).
Eneara més difícil: en el sonet, de versos aguts, Rèplica a sa seva contestació, l’autor ha obtengut quasi una igualtat geomètrica perfecta en els dos tercets, acudint al.s monosíl.labs pic, poc, cluc, amb els quals fa rimar ric. Roc, ruc.
En altres sonets l’agudesa del versificador consisteix en l’entremaliadura de la o oberta i de la o tancada i de les tres e mallorquines (tòniques), oberta, tancada i neutraj. Vejau-ho en el sonet titulat A D. L. B. on s’hi troba l’alternància (accentuam gràficament per a entendre’ns millor) inilhca, amóca, torcabóca, moca, llòca, cóca, bóca, sòca; i en els tercets, meca, lleca, Fontseca,] xerèca, peca, seca. Diguem de passada que l’ortografia catalana vigent no posseeix signe especial per a indicar la e neutra tònica, so que no existeix en el català continental. Pro¬ bablement si dit fonema s’usàs en el dialecte barceloní, s'hauria excogiitat una apropiada repre¬ sentació gràfica per a emprar-la d’acord amb les normes generals de l’ortografia de la llengua catalana. Com es sap, usam la grafia è tant per la e oberta com per la neutra, essent això un petit motiu de confusió. Diguem també que a Mallorca mateix, en el triangle Binissalem-AlaróLloseta no tenen sentit les tres diferències d’obertura de la e, ja que, semblantment que a Cata¬ lunya, els fills d’aquells tres pobles pronuncien la e tònica neutra com oberta; ni tampoc té sentit aquella diferenciació a Felanitx on la e tònica oberta é.s prontmciada tancada.
L’exacta percepció de la rima en el nostre poeta mallorquí és més admirable eneara si se té en compte que els escriptors del seu temps atenen sovint més bé a la grafia dels mots que a la seva fonètica. Així, per exemple, Verdaguer, més jove que ell, rimava sense escrúpols saó amb jo, pobles amb dobles {A Barcelona), Pirineu amb adéu. Seu amb Déu {Uemigrant), etc. Es clar que això se justifica una mica pel fet de la menor obertura de la o i de la e continentals en relació a les respectives obertes de Mallorca.
Els homògrafs són la gràcia principal dels epigrames. Citem com exemples: ))es meu mèu)) («mèu)) = embriaguesa), «En Mateu que a Déu deu deu)), «amb tot es seu sèu hi seu)) (són dos jocs de paraules on a Catalunya, i en els tres pobles citats de Mallorca,, pronunciarien els dos darrers mots amb e oberta; i, en canvi, a Felanitx serien homòfons el primer i el darrer ter¬ mes de cada joc), «ara ja no sou ni sou)), «tot aquest pes duc p’es Duo), etc.
Així doncs, ultra l’humoristic, els versos de Tomàs Aguiló tendrán el valor de testimoni d’algun dels trets més caracteritzants de la fonètica del mallorquí, sobretot en quant a la e neutra tònica, so que és antic i similar a l’aràbic, com ho demostra la pronunciació de la locu» ció «a betzef)) o «a betzefs)), exclusiva de les illes i presa segurament de viVa veu, dels ma¬ teixos llavis dels pobladors mahometans que quedaren després de la conquesta catalana.
Fra M. C., T.O.R.
16

EPIGRikMES
Em veis tan magre i tan sec, més pobre que un frare 11ec, i quart vos deman p’es bec, ¿em deis si bec o no bec? De poc o de molt de preu, ¿qui és aquell que vi no beu?
Però a veure si mai in’heu
vist que escorxàs es meu méu.
***
Si no arriba a penitent, i per cada manament que romp En Mateu Fideu
u de deute amb Déu contreu,
quan vénga es darrer moment bé podrà exclamar la gent: Ja ha mester bon jubileu En Mateu que a Déu deu deu.
* **
Va sempre tot ple de sèu i de sèu fa sempre olor; en vert i en compra, ¿i creureu que el me feren regidor? I ara es bons dies de gala seu en es banc de la Seu,
i en es sillons de la Sala amb tot es seu sèu hi seu.
•kick
Tretze anys farà Vany qui ve que éreu reina de ses modes; germaneta, el món fa rodes i tants de fums no estan bé. De vós el món ja en té prou i us ha pegat betcollada, que si per «duro» heu passada ara ja no sou ni «sou».
Tomàs AGUILÓ I FORTEZA

La Moda és invencible. El dia que les dones no vagin de moda serà que és moda no anar-hi.
Si un dia triomfa el col.lectivisme, l’Estat determinarà cada any el nombre exacte de naixe¬ ments que hi ha d’haver. Aleshores els infants que vulguin néixer hauran de fer oposicions per a venir en aquest món.
L’home que viu de records és com si ja hagués viscut. L’home que viu d’esperances és com si encara no hagués començat a viure.

Tots els sistemes econòmics (socialisme, comunisme, capitalisme, etc.) no són més que com¬ plicacions de l’acte senzill d’allargar la mà i collir una fruita per a menjar-se-la, com ho feia l’home primitiu.

Any 1934.

Joaquim VERDAGUER

17

MISIONES

DE VUELTA...

Sí, de vuelta del país de una ilusión que no ha florecido en realidad.
Decíamos en el número del pasado mes de junio que era nuestro deseo ir a dar una mano a nuestros misioneros después de tanto hablar y escribir sobre nuestras Misiones, y por esto —si bien con cierta reserva— nos despedíamos de nuestros lectores. La Provi¬ dencia ha querido que continuásemos en el mismo sitio y cargo. Bendita sea siempre la
santa voluntad de Dios.

De vuelta, pues, de una esperanza no madurada continúo con amor y entusiasmo (¡quién no siente entusiasmo por la obra misional!) mi tarea de enlace entre nuestros misioneros y nuestros lectores, de nuestras Misiones. Y sé que no estoy solo. ¡Durante estos diez años he podido descubrir tanta generosidad en muchos corazones, y he recogido tanta ayuda de oraciones y comprensión para nuestros misioneros!
Unidos como siempre en nuestro amor afectivo hacia nuestros hermanos de vanguar¬ dia. continuemos nuestro apostolado de retaguardia, necesario para la eficacia de la labor
misional.

Roma, agosto de 1971.
'

P. Bartolomé Nicolau, T.O.R,
Secretario Gen. de Misiones

Deliciós viatge de Mons. Nicolau
El P. Maimó en la magnífica relación rhandada al Capítulo General dice tex¬ tualmente: «La actividad más digna de ponderación es la labor sacrificada de te¬ ner que atender comunidades cristianas decadentes, donde se carece de los más elementales servicios: Dormir en el suelo o en catres incomodísimos, falta total de servicios higiénicos, movilizarse en bes¬ tias «chuscas» y por caminitos terrible¬ mente peligrosos, etc.».
Si alguna vez se puede viajar en algún camión, no es más halagüeño el viaje. A confirmarlo basta el siguiente relato de Mons. Damián. Lo dejamos en mallor¬ quín, como ha llegado.
Fang, aigo a voler i calabruíx
«Avui t’envii un parell de fotografies del meu darrer viatge a Curgos, per la festa patronal de la Santa Creu.
A mitjan camí, i precisament quan el camí començava a esser dolent, amb unes ginyes de tres palms, i tot argila llenegadissa com a sabó, el chófer mos féu devallar perquè tenia por que mos n’a-

nassem cap al fondal. I mentres anàvem a peu, mos envestí una tempestat de calabruix i aigo de bambolla que mos dei¬ xà xops».
«No te fíeo de cielo serrano...»
«Com one ja feia una setmana que no plovia, anàvem segurs de que no plouria. Ja ho diuen bé per aquí: «No te fies de cielo serrano, palabra de chófer, cojera de perro ni lágrima de mujer». I no duiem ni ponxo ni paraigo ni res, i... ja ho cree que la vàrem haver d’aplegar to¬ ta. I no poríem sortir de sa carretera, hi havia un palm de fang i aigo, i no hi va haver més remei que passar aquell mar roig, no a peu eixut com els isrealites, sinó graponetjant i llenegant dins aquell fanquer».
Fang i més fang
«Hi havia uns clots tan grossos que
quatre vegades, durant vuit o nou kiló¬ metros, vàrem haver d’aturar-mos a fer una síquia davant ses rodes per poder sortir. El camí es de terra, sense gens d’esquerda, i per afegitó es tot terra rot-

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«Ni envant ni enrera*... El camión en un atolladero de
fango.

ja, argüenca. Ja faltava poc per arribar, quan trobàrem un camion en mig del ca¬ mí que pareixia que ja hi havia tretes arrels. I per passar haguérem de sortir del camí i passar dins sa terra molla. Jo no sé ses pedres que hi vàrem haver de posar amb s’ajuda dels atlots de s’escola de Curgos que havien sortit i s’en ana¬
ven a ca seva».
Desastres a causa de ies pluges
«Degut a ses pluges enguany tan abun¬ dants, els camins i carreteres estan ho¬ rribles. Els autos que solen fer el servici des de Huamachuco a Trujillo s’han donat de baixa fins que s’arregli sa ca¬ rretera. Lo mateix els camions de passat¬ gers. Ara feia una setmana que no venia el qui duu el correu.
Ses mateixes pluges han fet caure els pals del telèfons i telègrafs. Entre la Província de Huamachuco i Tayabamba s’única comunicació possible és estada
sa nostra emisoreta i sa dels Pares de Tayabamba, Cada dia mos fèiem passar
així els avisos, telegrames, etc.».
Treball apostòlic
«A Curgos, dia 3 de maig, després de sa missa primera, vaig començar a ano¬
tar batismes i matrimonis. A estones
vaig escoltar confessions de molta gent que després vingué a combregar. De ba¬ tismes en vaig fer 85, i una dotzena de matrimonis. Venien aquestes parelles ja amb els seus infants per batiar-los. Me vaig convèncer una vegada més de la bo¬
na "fe en què viuen molts que han ten^t
infants sense haver-se casat abans. Nin-
sú mai havia dit que no se pogués fer.
Únicament han sentit dir que en casar¬
se a Tesglésia, ja no poder separar-se. I m’he convençut també de que la gent

del camp es bona. Encara és s’hora que he de trobar un pagès que s’hagi casat i que després s’hagi separat de sa dona.
Són feels. Abans de casar-se ho tenen bo de fer fer tala o deixar sa dona amb sos
infants per anar-s’en amb una altra. I són molts els qui cada any, com los ho recomanam sempre, vénen a confessar-
se i a rebre la comunió.
Llàstima que no siguem més per po¬ der estar més dies en els poblets per do¬
nar-los una instrucció més abundant. Pas comptes tornar a Curgos en haver
acabat de ploure per fer sa Primera Co¬ munió de nins i nines, que són molts, i ja grans, que no l’han feta encara».
Mons. DAMIÀ NICOLAU, T.O.R. Bisbe de Huamachuco
t
PARTIERON HACIA LA CASA DEL PADRE
VALLDEMOSSA. — A los 88 años de
edad y 66 de matrimonio, D.^ Catalina Mas Mercant de Mercant, antigua suscriptora de nuestra revista.
LLORET DE VISTA ALEGRE. — Día
8 de julio. Sor María del N. Jesús Truyols, R. Franciscana Hija de la Miseri¬
cordia.
ARTA. — Día 20 de agosto, D. Rafael Terrassa, terciario franciscano y padre de nuestros hermanos de hábito, Fr. Ra¬ fael y Fr. Antonio Terrassa Lliteres; el primero, residente en nuestro Convento de Artà; el segundo. Vicario en una de nuestras parroquias de la ciudad de Mé¬
xico.

19

NUESTBA pequeña HISTORIA

Tfledio siglo atrás»,.

En las tres primeras páginas del número de esta revista correspondiente a septiem¬ bre de 1921 estaba la conclusión de las Le¬
tras Pontificias de Benedicto XV sobre la
extensión de la Indulgencia Plenaria lucradle en el Oratorio de la Porciúncula (Asís).
Septiembre es el mes en que la Iglesia recuerda el hecho de la impresión de las Divinas Llagas en nuestro Padre San Fran¬ cisco. Por eso se intercalaba un grabado so¬
bre este tema.
Y un trabajo de Costa y Llobera sobre el mismo asunto adornaba las siguientes pági¬ nas. El título era: «Un Pelegrinatge francis¬ ca.—Visita a l’Alvérnia» (1887). Del manojo de flores que recogió en aquella peregrina¬ ción el altísimo poeta pollencín, flores que no han perdido nada de su agradable per¬ fume, separamos ésta: «Allá, en aquell endret senyalat en terra per una lápida, l’Amador de Jesucrist vegé comparèixer com un serafí crucificat, i entre abismes de dolçor i de pena, sentí com a llamps d’amor traspassar-li mans i peus i costat..., i romangué viva imatge de la Víctima Divina, que li havia trasfús son esperit amb una plenitud que esglaia. Vertaderament allà fou el punt culminant de la prodigiosa vida de Sant
Francesc i la manifestació de la seva san¬
tedat altíssima».
Antonio Truyols, Pbro., proseguía su es¬
tudio histórico sobre «Sor Rosa Parera». Nos
describe ahora la muerte de la fundadora y
las vicisitudes de su Congregación en los agitados tiempos de la exclaustración y si¬ guientes.
El Protectorado Español del Norte de Afri¬ ca, en el sector de Melilla, bullía de revo¬ lución. Había aparecido el famoso cabecilla Abd-el-Krim. Varios grabados insertos en nuestra revista eran eco de aquella nueva
sublevación.
«Blanquerna» con su poesía «El veil con¬ vent» hizo impacto en los que entonces éramos sus condiscípulos. Las estrofas, con su deje romántico, nos sorprendían por su musicalidad y frescor de ideas. El autor se inspiraría en el Santuario de Cura y en nuestro Convento de Inca, en gran parte ruinosos en aquella sazón.
Se daba noticia sobre lo que había de ser

el «111 Congreso Nacional de Terciarios Franciscanos» que se celebraría en Madrid
desde el 28 de octubre al 1 de noviembre
de 1921, bajo la presidencia de S. M. el Rey. Ya nos hemos referido en otros resú¬ menes a dicho Congreso, cuyo motivo era
el VI! Centenario de la fundación de la Ter¬
cera Orden.
Se había aplazado la anunciada Peregri¬ nación valenciana a Mallorca. El aplazamien¬
to fue «sine die». Se daba como motivo «las
difíciles circunstancias por que actualmen¬ te atraviesa nuestra amada Patria», aludién¬ dose a la guerra del norte de Africa.
Y ya nos encontramos ahora en las dos largas páginas del «cuento» de Es vey de Son Alegre. La «contarella» era de carácter
social esta vez. Social en el sentido en que se entendj'a entonces entre los conservado¬
res a ultranza: que cada uno debía seguir toda la vida en el estado en que había na¬ cido, los pobres como pobres y los ricos como ricos. El título del trabajo era: «¿Tots iguals? Ja me’n guardarás un ou!»
En la «Necrología», una nota especial¬ mente triste para este cronista de ahora.
Que se nos permita insistir un poco sobre el lúgubre recuerdo: «Artà.—Fr. Guillermo Colom Mateu, T. O. R.—Cuando, terminado
el año de noviciado, se preparaba y dispo¬ nía para hacer su profesión, fue llamado por Dios, a la temprana edad de diez y seis años, el joven corista de nuestra Orden, Fr. Guillermo Colom». Y seguía la extensa nota (escrita por el P. Cerdà, Superior y Profe¬ sor de este cronista en aquel lejano tiem¬ po), con los datos biográficos y los detalles del fallecimiento (ocurrido el 19 de agosto) de nuestro queridísimo hermano carnal y de hábito. Era la primera vez que la hermana muerte desgajaba una lozana rama del ár¬ bol familiar. Sentimos, naturalmente, una muy honda aflicción. Joven como éramos, quisimos después expresar en verso aquel sentimiento. Pero estábamos muy lejos de
ser un Joan Alcover para componer una
elegía marcada con la imponente belleza del
dolor. Y nuestros versos salieron torpes, ramplones, impublicables. Los hemos olvi¬ dado.

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UNA LLAMADA URGENTE, IMPORTANTISIMA,
A FAVOR DE NUESTRA MISION DE POCONE
(BRASIL)

Hace ya muchos años que nuestra revista, y especialmente debido al celo del M. Rdo. P. Bar¬ tolomé Nicolau, Procurador General de las Mi¬ siones T.O.R., va publicando noticias de elevado
interés acerca de la vida de nuestros misioneros,
de las costumbres y necesidades de los habitan¬ tes de aquellas latitudes, etc. Y nunca nos ha¬ bíamos atrevido a poner un título con las carac¬ terísticas del que encabeza hoy esta sección mi¬
sional; nunca habíamos alargado la mano con un «S.O.S.» tan apremiante como lo hacemos en es¬ ta ocasión. Comprobarán, empero, nuestros lec¬ tores, cuando lean los fragmentos de la carta
que reproducimos a continuación, comprobarán, digo, cómo vale la pena acudir a la probada ge¬
nerosidad de nuestros lectores.
La carta —copiada, lo repetimos, sólo parcial¬ mente— llega del P. Joaquín Tébar Fernández, Superior de nuestra misión de Poconé (Brasil) y va dirigida a la Vocal de Misiones de la Fra¬ ternidad Seglar Franciscana de la Basílica de San Francisco (Palma de Mallorca).
«Tengo que confesar que su carta —la de la
Vocal de misiones— nos causó una grata sor¬
presa por cuanto es la primera vez que alguien se interesa por el misionero en el aspecto huma¬
no. Muchas veces hemos recibido cartas a las que
no hemos querido dar contestación, para no sa¬ tisfacer una curiosidad malsana que anida en las conciencias de muchos de los que piensan en las misiones como algo terriblemente heroico y dig¬ no de compasión. Casi siempre recibimos cartas de curiosos que quieren conocer «la vida de las tribus» —como si la vida de los hombres pudie¬ ra ser comparada con un parque zoológico—, «el aspecto de los indios» y cuáles son sus costum¬ bres referentes a la Religión, a la familia y al matrimonio»; cuáles son sus fiestas, etc. Otros preguntan «cómo son los animales con los (jue nos encontramos», «cuántas panteras hemos ca¬ zado», y otras cosas que ya pertenecen al pasado

y que, si los naturales lo supieran, nos tomarían por colonizadores y nos expulsarían automática¬ mente del pueblo».
«Las necesidades de Poconé (Mato-Grosso) na¬ cen todas de su situación histórico-geográfica.
Mato-Grosso es un Estado inmenso donde los
tentáculos de la política económica brasileña no han llegado aún. De ahí que el número de ha¬ bitantes por km2. sea mínimo en comparación de las aglomeraciones urbanas de Europa. Cuando sea posible el desarrollo de Mato-Grosso y el Go¬ bierno tome las riendas del progreso, la vida en esta gran selva y en todos sus municipios va a dar un giro de 180 grados. Es decir, pasará de la Edad de Piedra, donde se encuentra ahora, al siglo XX. Y ello, sin pasar por etapas interme¬
dias».
«Como Vd. sabe, sólo hace unos meses que yo estoy aquí. Así y todo, ya podría contarle cosas que dejan perplejos a los civilizados europeos. Me resisto a contarle anécdotas de tipo religio¬ so y folklórico por no herir el sentimiento na¬ cional de estas personas, según lo comunicaba a nuestro Procurador Provincial de Misiones, el es¬ timado P. Tugores. No obstante, quiero que se¬ pan que las necesidades de Poconé —mi parro¬ quia— no son las que se pueden ver en el pue¬ blo: éste es el error de aquellos que han estado por aquí algunos días de visita. Se creen fácil¬ mente que todo es como lo han visto ellos en el pueblo. Y de eso a estar totalmente equivocados, no hay más que el canto de una «filomatic». Pa¬ ra saber lo que es la parroquia de Poconé, de¬ bemos salir de aquí y adentrarnos en el Mato (en la selva), donde está el verdadero y urgente trabajo del sacerdote. Allí —en los territorios de la selva dependientes de mi parroquia— se encuentran los más deprimentes espectáculos que nunca pudieron pensar; desde la lepra, pasando por la miseria, la amoralidad y acabando por la muerte por cualquiér motivo. Aquí, por cierto.

21

los tres miembros de la T.O.R. encargados de esta parroquia) el PROBLEMA NUMERO UNO ES ESTE: NECESITAMOS CANOA, NECESI¬
TAMOS COCHE Y NECESITAMOS CABA¬
LLOS. Ya hemos hecho apelación y llamadas de socorro a los que tienen responsabilidades aquí, y a otros que se ofrecieron generosamente a co¬ laborar. Esperamos que con la ayuda de todos esta NECESIDAD PRIMARIA aquí, la de tener al menos un Jeep para atender las zonas más apartadas, será pronto satisfecha».

Indios y paisaje de algunos lugares de Poconé.
es muy difícil capturar un delincuente. Cuando ha cometido un crimen, se refugia en el Mato, y ya está seguro de que nadie es capaz de bus¬
carle. No hace muchos días aún se encontró una
mujer totalmente despedazada y desconocida. Y no piense, hermana, que fue despedazada por las fieras. No. Aquí las fieras tienen más sentido común que los hombres, o que algunos hombres. Nunca llegaremos a saber, por supuesto, quien fue el autor de semejante fechoría. El Mato lo oculta todo. ¿Y por qué no se pone remedio?, me preguntará Vd. Simplemente porque las enor¬ mes distancias impiden que el Gobierno pueda tener una buena red de policías para velar por la integridad de los ciudadanos».
«Ahora fíjese, hermana terciaria, con un de¬ talle importantísimo: yo no conozco aún debida¬ mente el campo de mi parroquia, porque no he podido conocerla eomo me toca, ni mucho me¬ nos. ¿Y por qué? A uno le tiembla la mano a la hora de dar la respuesta, pero considero que en conciencia debo de decirles la verdad, a Vds. las
terciarias franciscanas de la Basílica de San Fran¬
cisco, Vds. que tan amablemente os habéis pre¬ ocupado por nuestros problemas y nos ofrecéis la ayuda que esté en vuestras manos. NO CO¬ NOZCO, ni mucho menos, mi parroquia, debido
a la falta de medios de locomoción. Para noso¬
tros (P. Jordi Oliver, Fr. Gonzalo Ferrer y yo,

El novel Párroco, el citado P. Tébar, extiende su carta aportando otros muy interesantes da¬ tos. Por ejemplo, afirma que la parroquia de Poconé ocupa un área igual a CUATRO VECES Mallorca, mientras que los habitantes no aleanzan ni la octava parte de los habitantes de Pal¬
ma. Otro detalle es éste: «el termómetro se po¬
ne a 38 grados a las 9 de la mañana y se con¬ serva así hasta las 12 de la noehe, si cambia, y sin un átomo de aire para refrescar un poco el bochorno que se debe soportar. Y la temperatura citada ha de entenderse a la sombra, pues al sol —un sol tropical— sobrepasa los sesenta grados».
Lectores de nuestra revista, terciarios francis¬ canos, amigos de las misiones, ¿queréis ayudar¬ nos? ¿No creéis que vale muy bien la pena em¬ pezar una suscripción para que nuestros misio¬ neros de Poconé puedan disfrutar pronto del tan merecido Jeep? Les hacen falta también una ca¬ noa y unos caballos; pero empecemos por el Jeep.
Los donativos pueden ser entregados a:
Doña María Bauzá de Ordinas, T.F., Vocal de Misiones. Calle Luz, 12. Palma de Mallorca.
D. Juan Fallana Pocoví, Vocal Provincial de Misiones, T.O.R. Calle Nueva, 3. Manacor.
Fr. Jaume Tugares Mestre, Procurador Pro¬ vincial de Misiones, T.O.R. Convento San Fran¬
cisco. Palma de Mallorca. Hno. Ministro o Hna. Ministra de cualquiera
de las Fraternidades de la T.O.F. de Baleares.
En el próximo número, D.m., daremos cuenta
de los donativos recibidos.
Muchas gracias por anticipado.
Fr. Jaume Tugores, T.O.R.

22

«...realizar un tratamiento humano del
Hijo de Dios quitarle este sentido mís¬ tico y aureolado de ascetismo, para darle alegría y sentido de la vida actual».
Esta frase, leída hace unos días en las columnas de «Menorca», me ha dado mu¬ cho que pensar. Como se ha dicho pú¬ blicamente, me creo con derecho a co¬ mentarla. Realmente, creo que resultaría difícil decir tantas inexactitudes con me¬
nos palabras.

Hoy se pretende volver al Evangelio. Pues bien, seamos consecuentes y deje¬ mos a Cristo tal como el Evangelio nos lo presenta. No pretendamos hacer un
Cristo nuevo.

El Cristo auténtico es Dios y Hombre. Si fuera solo Dios, nos resultaría inac¬
cesible. Si fuera sólo hombre no nos hu¬
biera redimido. Necesitamos a Cristo tal
como el Padre nos lo dio: Hombre y Dios. Sin que le faltase ni le sobrase na¬ da.

¿Qué se entiende por misticismo y por ascetismo? Precisamente son términos
que en la literatura religiosa se suelen separar, y aquí nos los presentan inte¬ grado uno en el otro y en orden inver¬
so...

Jesucristo, según el Evangelio, no fue un místico, ni siquiera un asceta, en el sentido peyorativo que aquí parece darse a estas palabras. Fue un hombre como los demás, que seguía las costumbres co¬ rrientes en su momento histórico, sin
llamar la atención de nadie durante trein¬
ta años. En cambio, en el sentido más profundo y verdadero, fue un asceta, siempre olvidado de si y pendiente de la voluntad del Padre; y un místico, siem¬ pre sumergido en la contemplación de la Divinidad, a la que estaba unido hipostáticamente. Y nada de esto se le pue¬ de quitar sin desfigurarlo, sin hacer un Cristo nuevo, un Cristo falso.

Pretender dar ALEGRIA a Cristo... ¡Si

El es la fuente!

dicho estas cosas pa¬

ra que MI GOZO esté en ellos» (Juan

17,43).’«Yo volveré a vosotros, y vuestro

corazón se llenará de alegría, y nadie os

quitará vuestra alegría». (Juan 16,22).

SENTIDO DE VIDA ACTUAL ...¿Es que el Señor se ha quedado anticuado? ¿Es que hay algún otro personaje histó¬ rico que después de veinte siglos siga siendo tan umversalmente amado, odia¬
do, discutido ?«Cristo siempre el mismo, ayer, hoy y para siempre» (Hebreos 13,8)

Cristo todavía es noticia. Cristo todavía
ha de venir. Cuando los vuelos espacia¬ les sean algo pasado de moda, cuando el hombre haya llegado al extremo hoy inimaginable de la técnica. Cristo segui¬ rá siendo inédito, y su venida un suceso completamente desconocido e inaccesible a todo entendimiento humano, y sin em¬ bargo cierto, que ningún hombre podrá esquivar. Y cada uno de nosotros, creyen¬ te o ateo, fiel o rebelde, tendrá que pre¬ sentarse ante El y rendir cuenta de sus actos. Y si alguno no lo cree, esto no
cambia nada.
A este Cristo queremos. Al que el Pa¬
dre nos dio: No a un Cristo recortado a
la medida de unas ideas particulares. Al Jesús que pasó haciendo bien y sanando a todos, y que ahora está a la diestra del Padre, mostrándole sus llagas gloriosas como trofeo de vida y propiciación por nuestros pecados.
«Si alguno cree, espera y ama, entiende lo que digo» (San Agustín). Y si alguno no me entiende, no me importa. No es¬ cribo para él.
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23

pagina. <iel teroia.rio
VIH CONGRESO NACIONAL DE LA
FRATERNIDAD SEGLAR FRANCISCANA
EL ESCORIAL (MADRID) 19-21 de marzo de 1971
(Conclusión)
IV. La puesta al día de la Fraternidad
1. La Fraternidad es ante todo una escuela de continuo aprendizaje de la prác¬ tica del Evangelio y del Carisma franciscano; debe ser, por tanto, un servi¬ cio a los hermanos para una creciente formación.
— Esta formación ha de ser bíblica, litúrgica y sacramental auténtica, eclesial y conciliar, franciscana.
— La Fraternidad debe impulsar a sus miembros a vivir el Evangelio en un ambiente de conversión continua a nivel de grupo, para el crecimiento en el espíritu del amor y de la fraternidad.
— La Fraternidad debe adquirir un gran dinamismo espiritual, como res¬ puesta a los signos de los tiempos, para la transfiguración del hombre mediante el fermento del Evangelio.
—■ La Fraternidad debe, por último, abrir nuevos cauces para una auténtica comunicación de bienes y acciones de sus miembros.
2. Teniendo en cuenta las aspiraciones del hombre de hoy e incluso sus gustos, debe desaparecer de la Fraternidad todo lo que desfigure su rostro, par¬ ticularmente ciertos signos exteriores, algunas formas rituales y las estruc¬ turas que oprimen su espíritu.
— Por ello, la nueva Regla deberá ofrecer al seglar franciscano sobre todo orientaciones de vida evangélica que le ayuden a vivir en espíritu y en
verdad su auténtica vocación franciscana.
— Mientras no llegue la nueva Regla, el Congreso pide que el equipo nacio¬ nal redacte las «Orientaciones de vida» que, revisadas en el Consejo na¬ cional y aprobadas por los Padres Ministros Provinciales y el Consejo in¬ ternacional, entren en vigor como luz y guía de la renovación de las fra¬
ternidades.
3. Ante la situación real de muchas fraternidades que no han podido llegar a vivir la auténtica vida franciscana, y que luchan con graves dificultades e incluso con el abandono total por parte de sus responsables, el Congreso juzga que debemos esforzarnos por revitalizarlas.
— Esto podrá lograrse mediante una mayor formación y responsabilización de los dirigentes seglares y de los asistentes espirituales por medio de
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reuniones por zonas y constituyéndolos en equipos activos entregados ge¬
nerosamente a esta ardua labor de renovación.
— Enumeramos algunos de los medios más eficaces de que pueden valerse estos equipos de dirigentes seglares y asistentes espirituales:
1) la constitución de pequeñas células vivas, llamadas equipos, con exi¬ gencias bien concretas y acomodadas al nivel de vida espiritual de sus componentes,
2) la creación de «pequeñas fraternidades» dentro de las grandes, que gocen de cierta autonomía.
— en comunión fraterna con el Discretorio de la Fraternidad en cu¬
yas reuniones deben participar los Responsables de cada «peque¬
ña fraternidad».
— en comunión con la Fraternidad entera a cuyas Asambleas deben acudir periódicamente todos los miembros de cada una de las pe¬ queñas fraternidades filiales,
3) los Cursillos de Fraternidad y Jufra, que todos los hermanos deben practicar y a los que hay que llevar a las posibles futuras vocaciones,
— es necesario que los Dirigentes asuman su promoción como una de sus responsabilidades esenciales en el servicio que deben a sus hermanos para una profunda formación franciscana,
a —■ quienes no han practicado el Cursillo hay que prepararlos por medio de «fines de semana», «semanas de fraternidad» y otros medios,
4) el fomento de «equipos de matrimonios» con una vivencia netamente franciscana de su vocación matrimonial y familiar.
—■ así podrá desaparecer el bache de edades que se nota en muchas fraternidades por el escaso número de hermanos comprendidos entre los 25 y 45 años de edad,
5) la. atención a los hermanos ancianos formando en la fraternidad gru¬
pos de oración y sacrificio que den sentido cristiano y franciscano de perfecta alegría en el perfecto dolor a los azares de su vida y atrai¬ gan sobre toda la Fraternidad la gracia del Señor,
6) el mantenimiento de contactos frecuentes entre las diversas fraterni¬
dades de una misma zona.
4. Se debe poner mayor acento en el carácter seglar de la Fraternidad, ofre¬ ciendo a todos los hermanos una recta formación sobre su compromiso temporal.
— En la acción concreta para la inspiración evangélica de las realidades temporales, los seglares franciscanos —al estilo de los primeros tercia¬ rios— deben poner de relieve algunos valores evangélicos luminosamente testimoniados por Francisco de Asís: — frente a la ambición y la opulencia, la pobreza evangélica. — frente a las injusticias, las luchas y las violencias, el amor fraterno.
25

5.La — frente al desconcierto de las masas y a la falta de esperanza, la ilumi¬ nación del acontecimiento de la vida con la luz del Evangelio. — Así conseguiremos contagiar a los hombres la paz y la alegría de Francisco.
Fraternidad debe impulsar a sus miembros a una creciente formación que los capacite para una intrépida acción apostólica, variada y espontánea, tan¬ to a nivel personal como a nivel comunitario.
— medíante el testimonio de su vida, ofrecido como signo e instrumento de amor cristiano en la propia familia, en el ambiente profesional, entre las amistades y en la sociedad, manifestando así al mundo la visión francis¬ cana de la vida,
— sirviendo humildemente a los hombres para ayudarles a labrar con va¬ lentía la salvación integral, y participando con gozo en la realización de sus obras sociales, sobre todo para la promoción de las clases más hu¬
mildes.
— integrándose en las obras apostólicas de la Iglesia a través de la propia parroquia, dispuestos a realizar generosamente las más humildes y aban¬
donadas.
ACUERDOS
1. El plan de estudio para el curso 1971-72 tendrá como base los temas estu¬ diados en este Congreso.
2. Se urge a los Padres Asistentes y Dirigentes seglares provinciales la puesta en marcha de las respectivas Juntas Provinciales.
3. Cada Junta Provincial o de Zona nombrará un Responsable para promover la obra de los Cursillos de Fraternidad y Jufra en su territorio.
4. Se acuerda que la próxima reunión del Consejo Nacional se celebre los días 27 y 28 del próximo mes de junio, a no ser que las circunstancias obliguen
a cambiar esta fecha.
5. En correspondencia a la participación de los hermanos franciscanos de Por¬ tugal en este Congreso, se acuerda que una representación nuestra acuda a la Asamblea nacional de Portugal.
6. El Congreso acuerda escribir a los PP. Ministros Generales expresando su deseo que las reuniones de Asistentes espirituales y Dirigentes seglares que se celebren en Roma con motivo de la Peregrinación Internacional puedan
tener carácter interobediencial.
7. El Congreso acuerda expresar a los PP. Ministros provinciales su gratitud por el creciente interés con que miran la asistencia espiritual de la Frater¬ nidad seglar.
8. El Congreso acuerda exponer a los PP. Ministros Provinciales la convenien¬ cia de fundar un Instituto Nacional de Espiritualidad Franciscana al servi¬ cio de toda la Familia Franciscana de las siguientes características;
a) Un Instituto cuya finalidad primordial sea el estudio de la espiritualidad
26

franciscana y su difusión por medio de conferencias, libros, publicacio¬ nes, etc.
b) Que en el doble aspecto sea común a toda la Familia franciscana: cons¬ tituido por miembros escogidos en toda la Familia y puesto al servicio
de toda la Familia.
c) La publicación proyectada con el título de «Selecciones franciscanas» (por la Provincial O.F.M. de Valencia) podría ser su órgano oficial.
9. El Congreso acepta y se adhiere a las conclusiones publicadas por los Pa¬ dres Asistentes Nacionales O.F.M. Cap. después de sus reuniones de estudio
celebradas en Suiza.
10. Se acuerda publicar las Conclusiones y Acuerdos del VIII Congreso Nacio¬ nal de la Fraternidad seglar franciscana en el órgano nacional de la misma, revista FRATERNIDAD, y se pide a los Responsables su máxima difusión publicándolos en los boletines provinciales y exponiéndolos en las reunio¬ nes de los hermanos a todos los niveles, siempre con el objeto de que sean puestas en práctica.
El Escorial, 21 de marzo de 1971.
NUEVO CONSEJO GENERAL EN DOS CONGREGACIONES MALLORQUINAS
Las Hermanas de la Caridad y las Terciarias Franciscanas Hijas de la Misericordia, Congregaciones de origen mallorquín y con su Casa Madre en Palma de Mallorca, han celebrado recientemente su respectivo Capítulo General. Con tal motivo, eligieron el Consejo General.
Las Franciscanas lo hicieron el día 19 del pasado agosto, y quedó constituido así:
Superiora General: Sor Catalina Martí Cabot, que ejercía el cargo de Vicaria Ge¬
neral.
Vicaria General: Sor María Rigo Prohens (Superiora en Pl. Cuadrado).
Consiliarias Generales:
Sor María Luisa Rodríguez Melero (reelegida). Sor Eulalia Porras López (Superiora en Padilla. Bolivia). Sor Francisca Perelló Sastre (Superiora en Ferreries, Menorca). Procuradora General: Sor María Rotger Rullán (Superiora en «Mater Misericordiae»)
Las Hermanas de la Caridad eligieron su Consejo los dos últimos días del pasado julio. Los cargos fueron otorgados de la siguiente manera:
Superiora General: Sor Francisca Orell Pons (antes, 2.^ Cons.). Vicaria General: Sor Francisca Martorell Crespí (antes, 3.“ Cons.J. Consiliaria 2.": Sor Antonia Rosselló Sastre (Superiora en Colegio S. Rafael). Consiliarias.": Sor Ana M." Agudo Calzada (Maestra Júnioras). Consiliaria 4." y Secretaria; Sor M." del Carmen Fernández Bosc. Consiliaria 5." y Procuradora: Sor Antonia Bennàssar Tugores (Superiora y Maes¬ tra en La Soledad).
«HERALDO DE CRISTO», que tantos y tan señalados servicios ha recibido de las dos citadas Congregaciones, se complace en dar a conocer sus Curias Generalicias, augurándoles los mejores aciertos en el desempeño de su delicada misión.
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Comida superior
El reyezuelo. — ¿Qué tengo hoy pora co¬
mer?
El cocinero — Dos mujeres hebreas. El reyezuelo — ¡Estupendo! ¡Ya tenía yo ganas de comer judías blancas!
Una y bastante
— Anoche, en la fiestecita, estabas bas¬ tante alegre.
-¿Yo? ¡Pero si sólo tenía una copa! — Sí, una copa... pero la llenabas cons¬
tantemente.
Mirar y andar
Un bizco tropieza per la calle con un transeúnte y le grita:
— ¿Por qué no mira usted por dónde an¬
do?
El otro con la mayor frialdad -¿Y por qué no anda usted por donde
mira?

La moderna bebida que da
a la leche
el más delicioso sabor

NIÑO PESIMISTA
Un señor y su hijo van a visitar un parque zoológico. Al llegar a la jaula de los leones el chico pregunta a su padre:
Suponiendo que el león se escapara y te comiera, ¿qué autobús debería coger para llegar a casa?

cozx lecke es único!

Un cazador dice a otro:
—He tenido suerte no obstante ser mi primer día de caza. He matado a su pe¬ rro y no al mío.

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