El Heraldo de Cristo 1970, n. 729
0¿6I

3118111131310

OISIIIO

30

OOltrUHH

SEGUNDO SORTEO DE LOS ALMANAQUES 1970

El día 30 de septiembre se efectuó el segundo sorteo de los magníficos pre¬ mios que quedaban pendientes del sor¬ teo del 18 de marzo de 1970, sorteo del que dimos ya cuenta en la portada inte¬

rior del número de mayo 1970 de esta
misma revista. El resultado del sorteo efectuado día
30 de septiembre último hadado los siguien¬
tes números:

1.— 197.891 5.— 017.963 6.— 073.671 7.— 083.324 8,— 182.359 9.— 099.178 10.— 049.030 11.— 027.137 ^2 — 035.245 13.— 079.611 14,- 194.284 15.— 215.704 16.— 167.317 17.— 097.917

18.— 206.991 19.— 130.456 20.— 174.220 22.— 110.917 23.— 096.601 25.— 212.509 26.— 206.408 28.— 026.607 29.— 056.504 30.— 173.033 31.— 054.638 32.— 069.481 33.— 022.250 34.— 128.422

35.— 141.228 36.— 160.978 37.— 208.286 38.— 029.120 39.— 213.512 40.— 181.435 47.— 170.162 43.— 023.741 44.— 112.613 45.— 012.513 46.— 206.528 47.— 027.787 48.— 214.084 49.— 155.754

Nos hemos referido, claro, a los almanaques «HERALDO DE CRISTO 1970».
Vean, pues nuestros lectores, si el al-

manaque 1970 que adquirieron el año pasado tiene uno de los números anteriores y avise a esta administración.

C. CRUZ. 18

TEL. 168

INCA (MALLORCA)

REVISTA MENSUAL DE LOS t- P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R
•
DICIEMBRE 1970

Año LXI - Núm. 729

•
REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA
•
DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.

ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R

•
CON LICENCIA ECLESIASTICA

•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:

(A partir de enero 1969)

ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR

... 65 PTAS

100 ...

.

500 ...

«

•

DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958

NUESTRA PORTADA

(FOTO VIDAL)

PASTOR .ADMIRADO» DEL VIEJO BELÉN DE SAN FRANCISCO
(PALMA)

Se dice, y es cierto, que la humanidad ha per¬
dido el sentido de la admiración. Por eso el

hombre ya no se admira ante el 'misterio» del nacimiento de su Redentor. Y va abandonando,

como antiguallas, al Niño... v a sus Pastores.

:

y

lea

en este

nümero:

Jesús infante

3

Galería de Terceros ilustres (España).

4

Disc de la Míssa »Pau ais homes» .

5

La mujer: promoción necesaria . .

7

La Navidad desacralizada ...

9

De la historia del nacimiento de Cris¬

to

10

Egloga quarta de Virgili . .

11

En el primer Centenario de la

muerte de Gustavo Adolfo Béc-

quer (1836 - 1870). ... 12

Bécquer

13

Página literària.

.

.

.14

Era Anselm Turmeda, el primer poe¬

ta que canta Mallorca .

. 16

Maces Pérez, el organista (Fragmento) 18

P. Antonio Nicolau, T. O. R. «Profe¬

sional de la Enseñanza distin¬

guido» .

.

■

.

.

19

Toda hermosa (poesía) .... 21

Emmanuel

21

Fisonomía de San Francisco .

.

21

Nuestras misiones

22

Nuestra pequeña historia ... 24

Página del terciario

25

¡¡Plouü

26

Chistes

28

MAYOR Y DETALL SERVICIO A DOMICILIO
© ©©ILOIMI
Teléfonos 2111 59 - 225631 - Palma de Mallorca

(FRENTE A LA DIPUTACION) ’PALMA

CRECIMIENTOS ACELERADOS
ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS
con

Honderos, 95

Teléfono 222072

PALMA DE MALLORCA

,

»

CDiscoieca

Joveitenos, 2 y 4-Pelaires. 32

TelAtono 223933

PALMA DE MALLORCA

I91IJE:B1.RS - DE¡COiftAClOl« - tai>icbrIa
HIJOS DE JOSÉ LLABRÉS

Sindicato, 26 al 32 - Tel. 221213 - PALMA DE MALLORCA

♦

»

TALLER OE TAPICERÍA
l/icente 4^Qtnan
íspecíalidad en cortinajes, sillones gron confort, salones y muebles de encargo

Arquitecto Reynés, 3

Teléfono 211451

PALMA DE MALLORCA

2

EDITORIAL
^esàs infante
¿Están en decadencia ciertos misterios? La pregunta es dura, des¬ concertante tal vez. Pero es el hecho que, desde unos pocos años a esta parte, para no pocos: de los libros y revistas de carácter católico que van apareciendo, diríase como si la mayoría de los pasos de la vida de nuestro Señor Jesucristo, empezando por los de la encarnación y del nacimiento, hubiesen entrado en una casi obligada penumbra de silencio. Conformes en que se establezcan categorias, en que se jerar¬ quicen los misterios. Pero no tan conformes en que se acentúe tanto uno solo, que pierdan toda resonancia los demás, aunque aquél sea el de la muerte y resurrección de Cristo, el llamado misterio pascual, el que, desde luego, viene a ser la cúspide de todos los misterios de la vida de nuestro divino Salvador. La sagrada liturgia no procede asi, sino que continúa reconociendo y conmemorando «tiempos» y fe¬
chas del año en relación con los momentos culminantes de la vida total de Jesús.
Un misterio que para las publicaciones a que antes nos hemos refe¬ rido parece haber perdido relevancia es el del nacimiento de Cristo. Claro que en su aspecto religioso-litúrgico y tradicional, la Natividad del Señor, la «Navidad» o «Navidades» continúan manteniendo todo su vigor y la misma importancia de siempre. El nacimiento de Cristo es, sin duda alguna, el acontecimiento religioso más entrañado en las gentes del mundo cristiano, aunque muchas de estas gentes tal vez ya no capten o desconozcan por completo el profundísimo significado que para su vida debería tener aquel hecho.
Nosotros entendemos que, a pesar de la mayoría de edad de que tanto se jacta el hombre de hoy, hace falta volver al hermoso recuer¬ do de un Dios hecho niño pequeñín, reclinado en un mísero pesebre, cobijado en la rudeza y desmantelamiento de un establo. Hace falta rememorar con frecuencia aquel «día en que apareció la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por la humanidad». Hace falta el retorno al misterio ante el cuál «enloquecía» Francisco de Asis (y no era dudoso, por otro lado, el amor del que «estuvo crucificado con Cristo» al gran misterio pascual), genial iniciador de la representación plástica del «nacimiento» o «belén,», de un valor tan positivo para el fomento de la piedad del pueblo. Pensamos que tales recuerdos pue¬ den ser muy saludables en un mundo tan áspero, tan esquinado, tan desapacible como es éste en que vivimos.
3

GALERÍA DE TERCEROS ILUSTRES (ESPAÑA]
R. P. DR. FR. FRANCISCO SOlfS HERRERA*
R. P. Dr. Fr. FRANCISCO SOLIS HERRERA. Nacido en Cañete la Real en 1804, fue orde¬ nado de sacerdote en 1824. Sirvió de Prelado, Lector de Teología y Regente de Estudios en el Convento de Madre de Dios y San Rafael, de PP. TERCEROS de Córdoba.
Exclaustrado, gracias a la famosa supresión de Ordenes Religiosas del 183.5, sus raras cuali¬ dades de ciencia y virtud le valieron el cargo de Cura propio de San Nicolás de la Ajerquía (Córdoba) y las dignidades de Arcipreste de la Santa Iglesia de Guadix, Maestrescuela y Arce¬ diano de la de Córdoba; renunciando al Decanato de la Arzobispal de Granada.
Por su celo y caridad para con los pobres fue nombrado, en 1845, Director de la Casa-Hospi¬ cio de Jesús Nazareno, cuyo gobierno y administración llevó durante diecinueve años, perfeccio¬ nando y mejorando el funcionamiento y capacidad de dicho establecimiento, fundado en 1673 por el Vble. P. Cristóbal de Santa Catalina, Terciario secular que fue de la Hermandad del Con¬ vento de Madre de Dios, de PP. TERCEROS.
Famoso por su elocuencia, sus sermones han podido ser propuestos como modelo de oratoria sagrada (Hemos podido recrearnos con la lectura del sermón célebre que predicó en la fiesta que los Franciscanos exclaustrados de Córdoba celebraron en acción de gracias por la proclamación del Dogma de la Inmaculada en 1855, del cual tenemos copia en nuestra modesto archivo).
Murió a los 59 años de edad, el 10 de enero de 1863. Y con ésta damos por clausurada, por ahora, la galería en estampas de TERCEROS españo¬
les ilustres.
P. Francisco AMENGUAL, T.O.R. * De xma foto cedida graciosamente por la Madre Teresa del Niño Jesús Castro, Superiora de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, Franciscanas, a cuyo cargo corre el Hospital de Jesús Nazareno, de Córdoba.
4

2Sisc ¿Le la IHissa
«PAU ALS HOMES»

Notes llegides per l'autor en oca¬
sió de l'oudició comentada del disc
de la Missa kRAU ALS HOMES».

P. ANTONI MARTORELl, T. O. R.

Fa dos anys, a 1 església de santa Marga¬ lida de la nostra ciutat, es va estrenar la Missa «Pau als homes», polifònica i amb participació del poble, amb acompanyament d’instruments musicals moderns, de la qual és autor el P. Antoni Martorell, T. O. R.
Aquesta estrena, rubricada de gran expec¬ tació i assistència nombrosa, que es va re¬ petir pocs dies després a la basílica de Sant Francesc, va recollir una amplissima aprovació tant en el cercle del crítics musi¬ cals, com entre el poble feel, jove i no tan jove, que, segons moltes confessions es¬ pontànies, trobà en les noves melodies un nou camí d’alabança i acció de gràcies, d'o¬ ració fervent, dins la participació a l’acció
eucarística.
Avui, en presentar el disc d’aquesta com¬ posició musical litúrgica, gravada per l’Orfeó Gracienc de Barcelona, hauríem d’aprofitar l’avinentesa per aprofondir en el significat autènticament litúrgic d’aquesta innovació, en la seva legimitació des del punt de vista
fonamental del culte cristià.
Després del Concili Vaticà segon, hi ha hagut, com prou sabem, no pocs canvis en l’Església, i especialment en la Litúrgia, que han sorprès fins i tot negativament bona part del nostre poble. Les discussions que n’han sortit, dictades per posicions immovilistes 0 excessivament progressistes, no han aclarit gaire el sentit de la reforma conci¬ liar. La causa de tot això és que moltes ve¬ gades les innovacions no s’han recolzat damunt principis fonamentals del cristianis¬ me per esser presentades als feels. I això

ha compromès seriosament el seu èxit, el seu fruit, dins la renovació que a tots ens ha imposat el Concili, que part damunt tot, ha volgut transmetre el missatge cristià al món d’avui i realitzar-ne el contingut a tra¬ vés dels sagraments i de la vida.
Per això, ara, abans d’escoltar aquesta pe¬ ça de música litúrgica, per descobrir encara més la transcendència exacta que pot tenir dins l’actual moment de renovació postcon¬ ciliar, cal que per uns moments recordem els principis fonamentals que han de guiar l’expressió musical dins les celebracions sa¬ gramentals de l’Església.
La música, al servei de la Litúrgia, sobre¬ surt per damunt de les expressions de les altres arts. íntimament lligada a l’acció cul¬ tural, dóna a la pregària una expressió més suau, afovoreix la unanimitat de l'assemblea, fa més solemne els ritus sagrats. Són aques¬ tes paraules del Concili, que considera el cant com a part integrant de les celebra¬ cions litúrgiques.
Si és part integrant del culte cristià, la música litúrgica haurà de servir, abans de tot, l’esperit en què s’expressa i es realitza aquest culte del Nou Testament: culte en esperit i veritat, com diu Jesús a l’Evangeli
de sant Joan.
¿Què vol dir exactament aquesta expres¬ sió de «culte espiritual»? Vol dir que abans de tot es realitza en l’esperit de l’home: i en primer lloc, com en la seva font, en l’in¬ terior de Jesucrist, que per l’Esperit s’oferí una vegada per sempre al Pare, duent a ter-

5

me la plenitud del culte diví. El culte cristià
es fonomenta sobre tot en la persona que,
empeltada pel baptisme amb Jesucrist, mo¬ guda per l’Esperit que ens dóna la nova vi¬ da, s'ofereix com a víctima viva, d’alaban-
ça i d'acció de gràcies al Pare, per difondre
i continuar l’obra de la salvació.
Per això el culte cristià, que arrenca del misteri de la Resurrecció de Crist, té sem¬
pre el sentit festiu de l’alliberació i del triumf. És sobretot, com ja hem dit, alabança i acció de gràcies: exultant, plena de goig, perquè hem estat redimits per la sang del Fill de Déu i som el poble del Senyor, peregrí cap a la pàtria definitiva. L’acció d’aquest poble que celebra i canta la seva alliberació, la trobam magníficament descri¬ ta en el llibre de l’Apocalipsi, on els esta-
dans de la Jerusalem celestial entonen un
càntic nou: el càntic litúrgic de la Nova Aliança.
Tot el cant sagrat té com a finalitat ex¬ pressar gojosament la realitat de la nostra salvació. Això és lo que explica sant Jeroni: «Hem de cantar, salmejar i lloar el Senyor més amb l’esperit que amb la veu. Que ho sentin tots els qui canten a l’església: no hem de cantar a Déu amb la veu, sinó amb el cor; hem de cantar a Déu amb temor,
amb les obres i amb el coneixement de les
Escriptures. Encara que qualcú tengui mala veu, com deim vulgarment, si té bones obres, per a Déu és un bon cantor. El ser¬
vent de Crist ha de cantar de tal manera
que no es complagui en la veu, sinó en les paraules que canta».
Aquest és el càntic litúrgic perfecte: el que és expressió de tota una vida, d’una fe, i que es converteix en aquell sacrifici espi¬ ritual, que és l’ideal de tot el culte del nou
testament.
L’instrument d’aquest càntic nou és l’home creient, tocat per l’Esperit Sant. Eusebi de
Cesarea escriu: «Nosaltres cantam un him¬
ne amb un salteri vivent, amb una cítara
que té ànima, amb càntics espirituals. Més agradable i acceptable que qualsevol instru¬ ment és per a Déu el càntic dels pobles de Crist, quan en totes les esglésies de Déu cantam els salms amb vera concòrdia, amb sentiments de fe i de pietat, amb una sola
veu».
Els Pares antics, per subratllar el caràcter espiritual del cant cristià, rebutjaven la in¬
tervenció d’instruments materials a les ce¬
lebracions. Més endavant, l’Església donà en¬ trada també als instruments per sostenir el cant dels feels. Però sempre hagué de vigi¬ lar que la part instrumental no absorbís la paraula, que havia de servir; ni convertís l’acompanyament musical de les celebra¬ cions en concerts, on el poble es sentís
passiu i estrany.
L’admissió d’instruments i, per conseqüèn¬ cia, la discriminació envers d’alguns d’ells.

ha estat sotmesa a criteris més aviat disci¬
plinara. És una opinió cada vegada més ge¬ neral entre liturgistes i compositors eclasiàstics, que cap instrument, per la seva na¬ turalesa, és sagrat o profà. Aleshores el cri¬ teri de la seva funcionalitat en la litúrgia depèn de l’ajuda que presta a l’assemblea per entonar el seu càntic espiritual, que més
amunt hem descrit.
Que un instrument servesqui o impedesqui el cant de l’assemblea litúrgica, ho ha
de determinar la sensibilitat d aquesta as¬ semblea, la seva formació, els seus cos¬
tums, la seva capacitat d’assumir noves ex¬ pressions musicals o el seu caire més aviat conservador. Es difícil, ara més que mai, quan ens obrim a un pluralime de formes i d’expressions, en el si de l’Església uni¬ versal, determinar amb lleis fixes l’admissió d’instruments músics a la litúrgia. No crec que sigui qüestió jurídica de rúbriques, sinó més aviat una qüestió que s’ha de resoldre pels camins de la Pastoral.
Així, doncs, que entrin a l’església els ins¬
truments de la música moderna si sostenen
i enalteixen, alimenten i embelleixen el cant de l’assemblea cristiana: si aquesta, acom¬ panyant el seu cant amb la bateria i els tim¬ bals, les guiterres elèctriques i els clarins entona més íntimament la seva fe i celebra
amb més entusiasme la seva salvació. Si
l’assemblea cristiana troba així l’expressió
exultant de la seva fe i de la seva eucaris¬
tia, la nova música serà el càntic espiritual, el sacrifici espiritual, característic de la Li¬ túrgia del nou testament.
Un altre judici mereixeria aquesta música
si no servís la seva última finalitat.
I, per acabar, resaltem especialment el servei que la Missa del P. Martorell ha pres¬ tat ja a les celebracions de joventut, i a la introducció de la nostra entranyable llengua en la Litúrgia. Li ho hem d’agraïr tots els mallorquins. Al fi i al cap, tota la renovació litúrgica impulsada pel Concili es mou baix del signe de la participació activa i cons¬ cient del poble. Per aidar aquesta participa¬ ció, per promoure-la autènticament dins el nostre poble i dins el nostre jovent, s’ha escrit aquesta Missa. Per això, en nom de tots els qui estimam el nostre poble, dels qui amb alegria de joventut anam cap a l’al¬ tar de Déu, dels qui creim en la renovació de l’Església per a salvar el món d’avui, di¬ guem ben fort un «gràcies» al P. Antoni Martorell, i un «coratge i endavant» perquè continuï donant a la nostra Església i al nos¬ tre poble unes composicions inspirades i nobles, per enaltir l’himne espiritual que a
l’Eucaristia i a les celebracions sagramen¬ tals entonam al Pare, com a sacerdoci reial,
poble redimit i nació santa.
Pere Llabrés
Llegiu en lo plana anterior (2.° col., Ifn. 18) cultual i no «cultural», solemnes (lln. 20) i no «solemne».

6

T. A MUJER:
PROMOCION NECESARIA
Por Gregorio Moteo, T. O. R.

Estamos ante una espectacular evoluci<5n social en todos los órdenes. Pero,
uno de los fenómenos más característi¬
cos y peculiares de nuestro tiempo es el de la evolución social de la mujer.
Hace siglos se reunía im Concilio para decidir este grave problema, el saber si la mujer tenía alma. Habiendo obtenido una respuesta afirmativa por una mayo¬ ría de tres votos, la mujer fue declara¬ da por el santo Concilio como «compa¬ ñera y el igual del hombre». Sin embar¬ go, la valoración que la religión ha he¬ cho de la mujer no siempre ha sido po¬ sitiva. Tertuliano aseguraba que «la mu¬ jer es la puerta del infierno». San Cle¬ mente de Alejandría en su libro «El pe¬ dagogo», que todas «las mujeres debe¬ rían sentirse agobiadas de vergüenza al pensar que son mujeres». «No hay cala¬ midad mayor para el hombre que la mu¬ jer», afirmaba Mahoma. «La mujer es
una mala borrica —añadía san Juan Da¬
masceno—, hija de la mentira, centine¬ la avanzado del infierno...» Y san Grego¬ rio Magno creía que «la mujer no tiene el sentido del bien». Para otros, «esa so¬ berana peste de mujer» (San Juan Crisótomo) era «una especie peligrosa» (San Jerónimo). Las tres civilizaciones más
antifeministas de la historia del mundo
han sido la romana, la Iglesia primitiva y la islámica. Evidentemente ninguna de
las frases anteriormente citadas tenia
nada que ver con la doctrina original cristiana que había abolido la condición de esclavitud para la mujer y le habia dado idéntica dignidad que al hombre.
El ser humano, para el autor sagrado, no es el hombre sino el hombre y la mu¬ jer. Pero, desgraciadamente, esta concep¬ ción fue falseada por uno u otro tabú, que provenía sobre todo del paganismo y de las religiones o filosofías no cristia¬ nas que influyeron profundamente en la historia de la Iglesia.
Crisis actual
Hoy han quedado venturosamente des¬ fasadas las condiciones físicas y tecnoló¬ gicas que habían dado la supremacía al
hombre. La creciente movilidad del tra¬
bajo y de la vivienda; la creciente meca¬ nización de las tareas hogareñas, que

han disminuido su dureza; la escolarización que hace que el cuidado de los ni¬ ños se reparta entre la familia y la so¬ ciedad, etc. Ni que decir tiene que el ca¬ rácter de ser condicionado por el peca¬
do cae tanto sobre el hombre como so¬
bre la mujer.
Hasta comienzos de nuestro siglo, las condiciones de la mujer, tanto en su as¬ pecto jurídico, como laboral, como so¬ cial, eran a menudo plenamente inhuma¬
nas. La burguesía oponía una 'barrera
feroz al acceso de la mujer a las carre¬ ras liberales. Hoy tres revoluciones —la técnica, la jurídica y la biológica— están modelando una nueva imagen de mujer. Las formas de vida de la mujer han cam¬ biado profundamente, sus actividades no son ya las mismas de otros tiempos. Pe¬ ro, paradójicamente, la evolución de los espíritus no ha seguido el mismo cauce. A la mujer actual se la juzga con los modos y normas de ayer. Cada uno de
nosotros lleva en su interior ima ima¬
gen de mujer que no corresponde a la real. Seguimos aferrados casi indefecti¬ blemente a la pésima nominación de «se¬ xo débil». Es lo que podríamos llamar la «crisis de identidad de la mujer ac¬
tual».
Largo camino
Vivir como mujer consiste en saber dirigir los instintos, los reflejos para de¬ jar actuar una libertad personal, según sus dones, según la calidad de su amor. El movimiento feminista es un acto ple¬ namente humanitario para la mujer, una apremiante necesidad para la sociedad.
Nos queda todavía un largo camino a recorrer para llegar a la perfecta promo¬ ción de la mujer. En la sociedad del consumo, la mujer está considerada co¬ mo la que compra y la que permite ven¬ der. Sólo participa indirectamente en la
marcha de esta sociedad. Parece como si
la mujer que trabaja fuera del hogar lo hiciese como un castigo por el mero he¬ cho de ser mujer. Falta promocionar ima verdadera política del trabajo femenino, solucionándose el problema de los hijos, las tareas domésticas, etc.
En los planos sociales, políticos, sindi-

7

cales ocurre algo parecido. La mujer en¬
cuentra numerosas barreras levantadas
por los hombres. Muchos creen que la sociedad estará bien organizada si son los hombres quienes la dirigen. Es cierto que unas pocas mujeres han triunfado en estos campos. Pero, desgraciadamente, siguen siendo la excepción. Hay muchos estamentos sociales donde la mujer po¬ dría desarrollar una actividad, quizás con más acierto que el hombre: asisten¬ cia pública, muchas administraciones...
Incluso en la Iglesia permanecen mu¬ chos tabús. Hoy ya se nos urge a pre¬ guntar a la mujer sus opiniones sobre la fe, la pedagogía religiosa, las estructu¬ ras eclesiales, etc. Es plenamente nece¬ sario que abramos un campo a la par¬ ticipación activa de la mujer en la vida litúrgica de la Iglesia.
Todo el Evangelio conduce a la plena liberación de la mujer. La actitud de Je¬ sús con las mujeres merece una especial atención. Algimos episodios, los más se¬ ñalados de su predicación de la salva¬ ción, ponen en escena a las mujeres: la Samaritana, la adúletra a quien la mul¬ titud quería lapidar, la Cananea, la pe¬ cadora de Betania. Mujeres le siguen, mujeres le acompañan, tiene como ami¬ gas a Marta y María. Santifica con su presencia las bodas de Caná. En la ma¬ ñana de Pascua María Magdalena es la primer testigo de su resurrección.
También ellas deben tomar conciencia
de su situación intentando agudizar su espíritu crítico. Deben dejar su apego a las viejas estructuras y salir del peque¬ ño mundo de sus problemas personales para participar activamente de las viven¬ cias de una sociedad en plena ebullición.
La angustia vital, como realidad de nuestro mundo, alcanza niveles que van más allá del sexo. No es la mujer quien tiene problemas. Es el hombre, como realidad compleja, quien es un proble¬ ma. Luego existe el peligro de que la mu¬ jer acoja como típicamente suyos irnos problemas que son meramente humanos, sin distinción de sexos.
Nosotros abogamos por una mejor y mayor participación de la mujer en to¬ dos los ámbitos y niveles de nuestra sociedad. Creemos que la mujer sirve para mucho más que un instrumento pa¬ ra atrapar al consumidor en el engrana¬ je de la propaganda capitalista. Mientras la mujer no sienta en lo más íntimo de su corazón la dignidad de ser plenamente persona, no habrá alcanzado el verdade¬
ro nivel de su necesaria evolución.
8

La moderna bebida que da
a la leche
el más delicioso sabor
con lecbe es único!

LA NAVIDAD DES ACRA LIZA DA

tras año se siente crecer la de-
sacralización de la Navidad, que va convirtiéndose en fiesta y orgía semipagana. Las iluminaciones esplendo¬ rosas de las luces artificiales, la publici¬ dad invitadora a comprar turrones, re¬
galos y bebidas, y el ruido agobiante del tráfico embotellado, impiden escuchar las armonías celestes —aunque los ángeles tocasen «más fuerte», como, con gran oportunidad y gracia, apuntaba Dátile— y contemplar las verdaderas estrellas he¬ chas por Dios para guiar a las almas sen¬ cillas hasta el portal humilde de Belén.
Para colmo, lo único que se roba a la naturaleza son los pinos, que han ido sus¬ tituyendo a los «belenes» familiares y
evocadores, que adornaban los salones cristianos y hacían la delicia de nuestros pequeños. Yo no sé si el Instituto de Re¬ población Forestal habrá calculado el montante de la «razzia» producida por la Navidad; es posible que supere los daños causados por cualquier incendio veranie¬ go, porque probablemente son millones las familias que, aprovechando una sali¬ da al campo, vuelven muy contentas con un pino, o una rama, arrancada fraudu¬ lentamente, para desplazar la imagen del nacimiento de Cristo, poniendo en su lu¬ gar el símbolo, cargado de papeles dora¬ dos, bolas de cristal y luces de colores, del mito del Papá Noel. Un mundo que se enorgullece por desmitizar lo que fue realidad, se complace en crear otro sin contenido alguno.
Y la Navidad debe ser otra cosa, no un
mito, sino un misterio, presentado a los hombres en la forma más poética, mara¬ villosa y sencilla que caracteriza a las obras de Dios, y sobre todo a la obra por excelencia, que es su venida entre los hombres, su introducción en nuestra pobre y triste historia.
El Verbo del Padre se hizo carne en
el seno de una Virgen humilde, que sien¬ do proclamada Madre de Dios y Reina
universal, se llama «sierva del Señor».
Es un arcángel quien se lo anuncia, el mismo que ha de avisar a José que no tema recibir por esposa ni piense que existe pecado alguno en la que, por mara¬ villosa discreción, deja en manos de Dios la guarda de su fama y de su honor. En el rincón más apartado, sin que los hom¬ bres le presten atención y hospedaje, en¬ tra Cristo en el mundo, teniendo que verse reclinado en un pesebre porque «no hay otro lugar para él». Como un

extraño aparece entre los hombres tími¬ damente quien viene a redimirlos, a dar¬ les la Vida, la Verdad la Paz y la Resu¬ rrección, encendiendo la luz de la Espe¬ ranza, que consolará, hasta el final de los tiempos, a cuantos se sientan angus¬ tiados y culpables.
Como si el Padre no pudiese soportar tanta humillación, envía legiones de án¬ geles a los pastores con el canto de la Paz; enciende una nueva estrella en los cielos para que guíe a los sabios de bue¬ na volimtad y alma creyente, mientras deja que los hombres ambiciosos inicien
una persecución que durará hasta siem¬
pre.
La Navidad es el comienzo de la pleni¬
tud del contacto histórico entre Dios y
los hombres, cuando El se viste de nues¬ tra mortalidad y a nosotros se nos con¬
firma la inmortalidad. El se hace pe¬
queño para que nosotros seamos gran¬ des. El asume nuestra pobreza para en¬ riquecemos con sus tesoros inagotables.
Tomar conciencia de la profundidad de estos misterios, hacernos nuevamente ni¬ ños para adorar a quien «siendo Dios se vistió de siervo»,naciendo como im niño, ¿no debiera ser el tema que invadiese un mundo que sigue pretendiendo ser cris¬ tiano? La contemplación de la pobreza voluntaria del dueño y Señor de cuanto existe, ¿no nos obliga a comprender el valor del desprendimiento, a sentirnos pobres y a formar una hermandad de
generosidades y una comunión de senti¬ mientos con quienes son pobres por su, falta verdadera de recursos? La pobreza del Hijo de Dios no está meramente en
nacer en un. pesebre, sino en haber ele¬ gido voluntariamente el pesebre, siendo el creador de cuanta riqueza hay en el mundo. Sin embargo, hemos convertido la Navidad en un alarde de riqueza, de glotonería, de griterío atolondrado, de paganismo, en una palabra; pecado del que pretendemos liberarnos dejando caer unas migajas en las «bolsRS de Na¬ vidad» que regalamos a quienes por cau¬ sa del hambre y el frío son incapaces de percibir su Gran Fiesta en la celebra¬ ción del nacimiento de Dios, que se hizo
como ellos.
Cabe una cierta disculpa para el jol¬ gorio de la Nochevieja, que parece un sus¬
piro y una victoria de quienes «todavía
están vivos» al finalizar un año que no
•estaban seguros de contemplar. Pero en la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo,

9

¡qué lástima que las luces, el ruido y ios
arbolitos cursilmente iluminados formen
un muro impenetrable para percibir el tenue resplandor de la hoguera de los pas¬

tores, la luz celestial de los ángeles y el parpadeo invitador de la estrella de los Magos!
César VACA

DE LA HISTORIA DEL NACIMIENTO DE CRISTO

...No tomó el hijo de Dios, para unirla consigo, la naturaleza angélica, sino la hiunana .Y el decir que allí había de que¬ brantar sus olas, fue decir que en la na¬ turaleza humana de Cristo, habían de desbravar todas las olas de la justicia de Dios. Según aquello que dijo David, ha¬ blando en persona de Cristo: «Sobre mí, oh PaSre eterno, parece que se ha con¬ firmado vuestro enojo; y que todas las olas de vuestra divina justicia han veni¬ do a dar sobre mí. Olas fueron de la di¬
vina justicia el desterrar a nuestros pri¬ meros padres del paraíso: el diluvio uni¬ versal que inundó la tierra; el fuego que abrasó Sodoma y a las demás ciudades; las plagas de Egipto con que aterró a Faraón: y otros semejantes castigos que refiere la sagrada Escritura. Pues, ¿có¬ mo no vemos ahora semejantes borras¬ cas, siendo los pecados de nuestros tiem¬
pos tan graves y por ventura mayores?
Cierto, la principal razón es haber desbravado las olas de la justicia di¬
vina sobre la flaca arena de la humani¬
dad de Cristo: y haber quebrantado allí sus ímpetus y debates. El día que la di¬ vina justicia descargó el golpe de su di¬ vino brazo sobre las espaldas del Verbo encamado; y vio la paciencia con que él recibió sobre sí la disculpa de nuestra paz, para que con las ronchas de sus azotes quedásemos sanos, como dice Isaías, ese día se dio por satisfecho y aplacado; y ahí después acá no se veen
las borrascas antiguas .En el nacimiento, pues, de Cristo Redentor nuestro se nos representa el día en que aquel mar in¬ menso del divino Verbo encarnado, sa¬ liendo de las entrañas de su madre, sa¬
lió de madre. Y como si no estuviera em¬
pañado en mantillas de humanidad que tomó en su vientre, y cercado de térmi¬ nos, y cerrado con puertas, y con cerro¬ jo; le empaña de nuevo su madre con pa¬ ñales de lienzo y con mantillas de lana; que como el mar estaba ya puesto en
pretina, todo lo sufre, hasta verse en¬ cerrado en un estrecho pesebre; con ser verdad que el cielo y la tierra eran es¬ trechos cuando en otro tiempo quería
extender sus inmensos brazos. La histo¬

ria de su nacimiento refiere el evangelis¬ ta San Lucas por estas palabras:
Exiit edictum a Caesare Augusto,
ut describeretur universus orbis.
Los años antes del nacimiento de Cris¬
to, dice el divino Jerónimo, toda la redon¬
dez de la tierra estaba abrasándose en
guerras, todo estaba lleno de sangre: pe¬ leaban pueblos con pueblos, reyes con re¬ yes, y unas gentes con otras: en tanto gra¬ do, que aun hasta la república romana se hacía pedazos por la división de sus ciu¬ dadanos, entre los cuales había sangrien¬ tas guerrras civiles: como consta por las que hubo entre Sila y Mario, Antonio y Catilina, César y Pompeyo, Augusto y Bruto, y otras semejantes a éstas, de quien escriben largamente los historiado¬ res profanos. Pero cuando llegaron los años en que Cristo había de nacer, rei¬ nando César Augusto, gozó Roma del más pacífico y quieto imperio que había gozado jamás. Cerrándose las puertas del templo de Jano, que no se hacía sino en tiempo de suma paz; y finalmente se echó de ver que había llegado el tiempo de quien dijo Isaías, y casi las mismas palabras el profeta Miqueas: «Será la paz tan grande y tan universal en aquellos días (cuando el Mesías prometido vendrá al mundo), que de las espadas harán re¬ jas para arar la tierra; y de las lanzas, hoces para segar las mieses; y tendrán por tan segura la paz, que no se curarán de ejercicios de guerra. Esto dice el pro¬ feta Isaías: y la Sibila Cumea al mismo propósito dijo:
Cum Deus ex alto Regen demittet olympo, nec gladios metuet; nec belli tumultus; verum florebit pax terris omnibus alba.
«Cuando la majestad de Dios enviará de lo alto del cielo al Rey deseado; en¬ tonces ni temerá la tierra las armas del enemigo, ni los alborotos de la guerra, antes florecerá en toda la redondez de la
tierra tma profunda paz».
Fray Diego MURILLO, Vida y ex¬ celencias de la Madre de Dios, edi¬
ción de 1610.

10

EGLOGA QUARTA DE VIRGILI*
(FRAGMENTS)

Muses Sicilianes, cantem coses una mica majors; no a tothom plauen les ginestes humils ni les garrigues. Si les selves cantem, sien les selves dignes d’ésser oïdes per un Cónsul. Ja Vedat darrerena és arribada de l’oracle de Cumas: un gran orde de novells segles ara pren naixença. Ja retorna la Verge i ja retorna el regne de Saturn; i ja davalla del cel empirial nova progenie. Vulles afavorir, casta Jjucina, l’infantó qui ara naix; pel qual la fèrria
edat acabarà i una daurada edat s’aixecarà en tota la terra.
Vida de Déus rebrà l’infant, i els herois veurà entremig de Déus, i qualque dia hi serà vist per ells: haurà el reialme del món en pau amb les virtuts paternes. I a tu, o infant, infantarà la terra sense conreu, primícies gracioses, bells nards, fidels i enfiladisses cures
i acant rient mesclat amb colocàsia. Tornaran volenteres les cabrides
amb l’ubra de la llet tota tibanta; no haurà el ramat dels grans lleons paüra, i fins la llenya del bressol, intensa esclatarà per tu en bella florida; la serpent morirà; l’herba enganyosa del verí morirà; i a cada passa germinarà el cinamom d’Assíria. Temps serà temps que les llaors dels herois podràs llegir, i les paternes gestes i ço que sia la virtut conèixer. Llavors el camp rossejarà d’espigues blanes a poc a poc; de gavarreres incultes el rdim que s’enrojóla serà pendent, i les alzines dures seran regalimants de melrosada.
Comença ja des d’ara honrades gestes, que és arribada l’hora —prole cara de Déus, creixença singular de Júpiter! Contempla tremolant la rodonesa del món, les terres i les mars extenses

i el cel pregon: com vibren d’enyorança
de les centúries esdevenidores!
Comença, o Nadaló petit, amb ton somriure a conèixer ta mare: deu llargs mesos a ta mare causaren greus angoixes. Comença, amable Nadaló, des d’ara...
Llorenç RIBER trad.

* En la bella égloga quarta de Virgili s’hi han volgut veure lluentors de profecia messiàni¬ ca. El mateix traductor, Riber, quan en dóna l’argument, ens dirà que el cant de Virgili «anun¬ cia el retorn d’una edat d’or ja que està a punt de nàixer un Déu infant» i que el gran petit poe¬
ma «està tot ell embolcallat d’ombres i misteri».
Nosaltres no negarem que no es puguin trobar punts de paral.lelisme entre l’ègloga i la profe¬ cia d’Isaïes. Com, per exemple, allò: Vitulus, el leo et ovis simul morabuntur (Isaïes) i «no haurà el ramat dels grans lleons paüra (Virgili». Malgrat això, es necessita una gran dosi de hona voluntat per poder adreçar-se a Virgili, dient: «Tu en fores nunci d’aquella ixent estrella tre¬ molosa» (Riber, Eneida, A Virgili), fent al.lusió a l’estrella de Jacob.

f

^

PAZ Y BIEN

A SUS REDACTORES Y COLABORA¬ DORES, A SUS SUSCRIPTORES Y
ANUNCIANTES, A ESTILO FRAN¬
CISCANO: FELICES NAVIDADES EN
LA PAZ Y EL BIEN DEL SEÑOR.

«HERALDO DE CRISTO»

c

>

11

EN EL PRIMER CENTENARIO DE LA MUERTE DE
1870 - 1970

COMO EN UN LIBRO ABIERTO
Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo; ¿a qué fingir el labio risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüesces de confesar que me quisiste un poco. ¡Llora! Nadie nos mira. Ya ves; yo soy un hombre ...¡y también lloro!
ALGUNA VEZ LA ENCUENTRO
POR EL MUNDO
Alguna vez la encuentro por el mundo y pasa junto a mí; y pasa sonriéndose, y yo digo: ¿Cómo puede sonreír?
Luego asoma a mi labio otra sonrisa,
máscara del dolor,
y entonces pienso: —¡Acaso ella se ríe
como me río yo!
(Rimas XLIV y XLIX)

pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡ no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
(Rima LUI)

VOLVERAN LAS OBSCURAS GOLONDRINAS
Volverán las obscuras golodrinas en tu balcón sus nidos a colgar,
y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán;
12

B E C Q XT E R

Para nosotros el nombre era sólo así:
Bécquer. Y nosotros éramos, hace cincuen¬ ta años, unos menguados estudiantes de fi¬ losofía que, robándoles tiempo a las asig¬ naturas prescritas o llenando inútiles vacíos, íbamos haciendo nuestros primeros palotes literarios, con mayor o menor torpeza, se¬ gún el tino o caletre de cada quisque. Junto con Gabriel y Galán —al cual ya en otra ocasión nos referimos—, también Bécquer alimentaba, más o menos subrepticiamente, nuestro inevitable bilingüismo. Decimos subrepticiamente porque las Rimas, casi siempre de carácter amoroso, y las Leyen¬ das del famoso literato sevillano no se con¬ sideraban la más apropiada comida para aspirantes al sacerdocio en el estado reli¬
gioso, de acuerdo con los rígidos criterios de entonces, desde luego preferibles —eso opinamos nosotros— a la laxitud o total desatadura hoy admitida. Esta es la prin¬ cipal razón para que le demos alguna ma¬ yor importancia, en esta revista, a la con¬ memoración del primer centenario de la muerte de Bécquer: nuestra vinculación a su magisterio literario, conforme con lo que
acabamos de narrar.
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836. Su fallecimiento
ocurrió en Madrid el 22 de diciembre de
1870. Sus dos obras principales son las Rimas y las Leyendas. A nosotros nos en¬ cantaba la sencillez y difícil facilidad de las Rimas. «La mayoría de los versos de Béc¬ quer dan una sensación de gracia alada, de desligamiento de la materia. De música suave y delicadísima, de ensueño y de tem¬ blor de notas», escribe un comentarista.
Eran pura delicia para nuestra joven imagi¬ nación las Leyendas. Es poco menos que imposible decir más con menos palabras en las Rimas. Son un prodigio de conden¬ sación, entre otras, la XXI (—¿Qué es poe¬ sía?...) y la XXIII (Por una mirada...). «De cada cuatro versos suyos puede hacerse una larga poesía descriptiva, pero herir las
cuerdas de la idea o del sentimiento en
menos palabras, es casi imposible. La idea, pues, sin más adorno que el necesario, como él decía, para poderse presentar de¬ cente en el mundo, tiene una importancia real y sólida en sus composiciones» (R. RO¬ DRÍGUEZ CORREA, en el prólogo de una de las primeras ediciones de las obras de Béc¬
quer). Engolosinaban nuestro paladar títulos como Maese Pérez, el organista, El Cristo de la Calavera, El Monte de las Animas, de las Leyendas.

impacto en nuestro espíritu por lo que tenía de romántico. «Gustavo Adolfo Bécquer es el más puro poeta del Romanticismo espa¬ ñol», nos dice un excelente crítico literario
actual. Hace cincuenta años todos los no¬ vicios en literatura llevábamos aún —hemos
escrito algo parecido alguna otra vez— san¬ gre romántica en nuestras venas. Y ello sin estar ni siquiera enterados de lo que pro¬ piamente era romanticismo. Nos pasaba algo semejante a lo del célebre personaje de Molière (Le bourgeois gentilhomme), que hacía más de cuarenta años que estaba ha¬ blando en prosa sin él saberlo. La Historia de la Literatura no figuraba todavía en nues¬ tro plan de estudios vigente en aquel tiem¬ po. Ignoramos si el fenómeno del Roman¬
ticismo venía tratado —creemos que no—
en la Retórica y Poética de Coll y Vehí, libro de texto que tuvimos en el curso 1916-1917. En todo caso, si a su tiempo habíamos sabido cantar la lección, tres o cuatro años después ya se nos había olvi¬
dado.
Nosotros pensamos que el Romanticismo no es tan malo. Que tiene aspectos positi¬ vos muy merecedores de estima. Entre ellos, el culto a la historia patria, a las venerandas ruinas y monumentos, a la pro¬ pia lengua: el amor a todo lo vernáculo. No para que se vaya a reintroducir lo que ya fue, sino para conocerlo y valorarlo: para
sentirnos estimulados a la conservación y
custodia de todo aquello que no debe cadu¬ car con el tiempo. Sin ser uno inmovilista puede no ser iconoclasta. La literatura ro¬ mántica es también óptima como respiro en medio del alienante apresuramiento ac¬ tual, como lenitivo o emoliente para el duro materialismo hodierno, como contraposición al pragmatismo existencial tan en boga en
nuestros días.
Fr. M. C., T. O. R.

Suponemos que Bécquer causaba tanto

13

Si em lleví un bon matí,
temps era de primavera, e vai pendre mon camí per una estreta sendera; trescant per cella carrera fins que eu fui arribat en un graciós prat, ja lo sol declarat era.
Lo jorn era declarat e lo sol qui s’espandia per aquell delitós prat qui tot de flors se cobria, en mig del qual aparia un palau molt alt, murat,
de torres environat;
feites són per maestría.
D’un gran vall és vallejat, e tot de pera picada és construït e fundat. Tal obra, ni tan presada en alguna encontrada jamai viu, ne tan plasent; ple era d’aiga lluzent: paria fos distil.lada.
Muioles e estorions
sobre l’aiga gint saltaven; anguiles qui, jus lo fons, barbs hi viu qui pasturaven, llampreses qui encalçaven savogues per a xuclar;
aucells viu acabussar
qui vives les se’n portaven.
Devallí de mon cavall, Ileixí’l dins lo prat en destre; e anant entorn lo vall
per la via, a mà destra, e sus alt d’una finestra una donzella parlà;
humilment mi saludà:
—Bé sia vengut lo mestre!—,
Van mi pendre per la mà; dins lo palais mi metien. Veus la porta qui es tancà; ja lo pont llevat havien.
14

PAGI NA LIT E R À R I A

Cobles de Ija dioisió del regne de Tftattorca (Fragments)

Donzelles viu qui corrien solaçant per un jardí; esvergonyant-se de mi entre los arbres fugien.
En celi jardí los fruiters
eren de totes maneres:
dàtils, pomers, presseguers, codonys, albercocs, cireres,
massanes, prunes e peres,
taronges, poncís, llimons,
avellanes e lledons, rdims moscatells e figueres.
Ab aitant fom aplegats
en una bella verdura.
Fruiters qui afrenellats
eren, per gran espessura;
e feien contra natura, cald d’hivem, frescor d’estiu.
De ma vida mai no viu
d’arbres tan gentil clausura.
Sots los arbres són les flors, qui reflorint florejaven; gitant llurs flagrants odors, per l’aire variejaven;
aucellets hi xantaven
llurs versets e llurs xançós; a quintes e a bordós
musicalment biscantaven.
E aquí (?) vérets violers blaves, grogues e vermelles; qui se’n pugen pels noguers roses blanques e vermelles, e d’altres floretes belles, e flors de llis e clavells giroflés, safrans novells, e poms d’amors e murtelles.
Enmig d’ells és la Reial Fontana, qui cinc flums gita.
Bé és cosa divinal
lo fet de l’aiga condita: per set canals se congita per lo verger verdejant, e puis va-se’n retornant a la font d’on és eixida.

Una sala excel.lent

I

sus la font edificada;

bé són les colones cent,

sobre les quals és fundada.

Tota quanta és murada

de jaspis verds e vermells;

de marbre los capitells.

Tot és obra florejada.

Les portes són de bresil, a la morisca obrodes, molt sobtilment esmaltades, fetes per novell estil. Donzelles viu ajustades;
tantost van mi saludar, —Mestre, plàcia-us intrar— dient, ab les mans plegades.

Can més gard e puis remir més la sala mi plasia. No ho pot creure qui ho ou dir,
si ell mateix no ho vesia:
aitant de nit com de dia
l’aire vérets clarejar.
En cadira assentar
mi fan, per llur corteria,

prop la cadira reial, tota ella entretallada, d’una peça de coral mestrívolment laborada; en la qual viu assentada una dona molt plasent;
segons son capteniment regina és coronada.

E la seu faç blanxa, plasent, graciosa per natura era; lo seu vestiment, de fina seda escura. En la sua gardadura demostrà gran marriment, e sospirant e planyent
dix: —Eu sui en gran pressura—.
Espès e molt sovent per plorar los ulls se torca. —¿Qui sóts, vós, dona plasent a qui el cor se desconorta?— —Vei enveja qui aporta mos fills a perdició.

Si volets saber qui só, són la illa de Mallorca.
No em sé per quina raó los meus fills m’han avorrida, ne per què divisió
entre ells és establida. Si ma gent era unida viurien segurament. Lloar me puix a la gent
que de tots béns són fornida.
De tots béns en general io fui tostemps abundada; ha sabor especial de tota fruita en mi nada; e la carn qui és portada de fora altre regnat, pus en mi han pasturat toma con si fos nostrada.
En mi gran abundament de peix ha tota vegada; d’oli, llegums e forment convinentment só bastada; de nobles vinyes ornada, rdims moscatells e parrells;
de viles e de castells molt honradament dotada.
En mi nobles cavallers
se són trobats tota via, burgeses e mercaders faents gran mercaderia en Flandes e en Suria, en terra del genovès, en Pisa, qui prop nos és, e en tota Berbería.
Los meus valents mariners
per tot lo món se nomenen, savis, trempats e lleugers: per llur art al món floregen; dels navilis qui naveguen, són patrons e gardians,
e naus estranyes endrecen.
De molt honrat menestral
io són bé acompanyada; là llur obra tan lleial, sobtilment e gint obrada.

15

Per tot lo món és portada; e per ço con és plasent, ah gentil laborament, pels mercaders és comprada.
Mos pagesses, ah falcons
a cavall van a la caça; ah filats e ah furons cascú son delit percaça.
E passen llur vida grassa, així con los ciutadans; no direts fossen vilans. Llur fet dir seria massa.
Jo prec Volta deitat qui el món féu per sa semblança que en vosaltres caritat meta, e gran amistança. E la Verge d’alegrança pregarem que en prec son Fill; e per un novell estil
xantar li n’he una dansa:
«¡0 Verge molt excel·lent qui de vostre Fill sots filla!
Tot lo llur mal pensament

refrenats ah vostra brilla, enveja, qui entre ells grilla, vullats lleu foragitar,
e lo vostre Fill pregar
per Mallorques, vostra illa.
De bon cor e honradament
ells tostemps vos han amada; la Seu noble, excel·lent, per Vós l’han edificada;
Vos sots la llur advocada
per la terra e per la mar. No ens vullats desemparar, o Verge glorificada!».
Escrita dins lo palau,
mil tres cents vuit e noranta.
D’on suplic lo rei de pau que ens abric en la seu manta. Jesús qui la mort escampa ab sa gràcia de ça, aprés paradís de lla, nos dó, ab sa Maire santa.
FRARE ANSELM TURMEDA (1352 ? - 14...)

FRíSl ANSELM: TXTRACEDiV
eí primer poeta que canta ÍHatlorca
Prometérem retornar a Frare Anselm Turmeda («Heraldo», octubre d’enguany) i complim ara la paraula. Volem dir qualque cosa més sobre les interesantíssimes Cobles de la divisió del regne de Mallorca, del fraret franciscà mallorquí renegat, Cobles que en aquella primera ocasió no fèiem més que citar.
Aquest bell poema del final del segle catorzè (a. 1398), consta de cent vint-i-tres estrofes de vuit versos octosíl.labs, amb rima ABABBCCB. El títol d’aquest llarg poema tal volta podria induir qualcú a error. Tenint dins la memòria aquell altre epígraf, Libre de repartiment de Mallorca, un es sent fàcilment temptat a relacionar el primer amb el segon. Però el fet és que no tenen res que veure un amb l’altre. La «divisió» al .ludida per Turmeda significa simplement manca d’unió. Per això fa dir a la regina al·legòrica que en, la composició personi¬ fica «la Illa de Mallorca», tot queixant-se amb Frare Anselm: No em sé per quina raó / los meus fills m’han avorrida, / ne per què divisió / entre ells és establida. / Si ma gent era unida /
viurien segurament...
Amb aquest poema Turmeda ve a constituir-se en el primer poeta que canta Mallorca en vers. En vers, no en prosa. Perquè en prosa l’havien cantada abans d’ells els nostres primers cro¬ nistes. Vejau uns petits retalls de la crònica del dominic Fra Pere Marsili, crònica que sembla que Turmeda havia de conèixer (;,en seria també el traductor del llatí al català?): ...en les quals —montanyes— ha pobles e viles (alteram lleugerament l’ortografia) delectables: aquí ha olive¬ res fructuoses, aquí ha abundància de vinyes e abundància de diverses fruytes, vergers molt
agradables, fonts de cascuna part corrents; e là on hom se pensa que montanyes molt altes s’ajus¬ ten e que no sia sinó soledat degastable, aquí se amaguen vals molt delitables, de arbres fruc¬
tuoses, bé assegudes e plenes d’aigües de fonts, en tot delit e puritat d’aer donades... Mes la ciutat és asseguda e sitiada prop la mar..., de val ample e pregon revironada, garnida e defesa de espessa (¿espessea?) de torres e de mur..., ab tres portals ab portes de ferre, edificada e feta
16

de casteyl molt beyl dins sí prop de la mar e en pía.,., enriquehida... de font per mitj corrent delitahle, de beylea d’orts axí dins com defores acompanyada; ha mirador molt beyl de mar... L’aer hi és molt temprat, com d’ivern apenes o quays nul temps no gita neu; e si algunes vegades s’esdevé, les gents ho han per joch: glas nul temps quays hi appar; e era temps de estiu de tercia e d’aquí avant del vent embat és temprada (c. I, ap. Quadrado, Hist. Conquista de Ma¬ llorca). ¿No és ver que retiren una mica a aquests texts alguns versos de Frare Anselm, com «un palau molt alt, murat, / de torres environat», «d’un gran vall és vallejat», «Enmig d’ells és la Reial / Fontana», «de nobles vinyes ornada», etc.
Quan parlam del primer poeta que canta Mallorca, el pensament se trasllada immediatament a Ramon Llull. Llull certament és un poeta, tm gran poeta, i mallorquí, el mallorquí de més anomenada. Però Llull en les seves composicions en vers no canta expressament Mallorca. Sembla que no es sabia resignar a aquest fet el nostre primer gran lul.lista de la Renaixença, Jeroni Rosselló, arribant la seva audàcia, en el zel malentès per l'bonor del Mestre, a inventar un poema lul·lià, com si fos estat compost per Llull, titulat Lo conqueriment de Mallorca. Fiant-se de les seves dèbils forces i del seu migrat coneixement del llenguatge aprovençalat que empra Llull en els seus rims, es llançà a escriure estrofes en un idioma que és una horrible mescladissa de mots de tota mena, mallorquins o catalans, llatins, provençals, portuguesos (sovintegen els muyt, muyta, muyts, muytes) i, sobretot, de creació pròpia, on s’hi conculquen, per ignorància, totes les lleis de la fonètica, morfologia i sintaxi del català i del provençal. No se necessiten coneixe¬ ments gaire profunds per a donar-se’n compte d’això. Per altra banda, Llull no té necessitat de plomes d’artifici, d’un artifici barroer, per a vestir-se i esser famós. En té prou amb les seves
naturals.
Les Cobles de la divisió del regne de Mallorca tenen aspectes tant o més importants que el de la poesia. Són, abans que tot, un gran depòsit de lèxic: quin bell tresor de noms de peixos, d’arbres fruiters i de flors! Els mallorquins, tal vegada amb un piquet de «xauvinisme», solem dir que la nostra fruita té una dolçor «especial». La mateixa observació ja la feia Frare Anselm per boca de Mallorca personificada: ha sabor especial / de tota fruita en mi nada.
No solament la geografia de Mallorca hi està enganxada a les Cobles, sinó també la histò¬ ria. No es tracta només de les incursions tòpiques i obligades per dins la Sagrada Escriptura i l’antiguitat grega i romana; se’ns fa passar també per davant els ulls tma bella teringa de fra¬ res que pels seus «sebres», com diu la gent, honraven les ordes religioses establertes a Mallorca en aquell temps: mestre Nicolau Rossell, Fra P. March, Fra Corretger, mestre Joan Ballester, mestre Joan de Fornells, Fra P. Cima, gran doctor, frare Nicolau Martí, mestre Nicolau Sacosta, mestre Joan Xemenó, frare Antoni Sentoliva, Fra Bonaquist i Fra Poncet...
Hi ha en les «Cobles» referències als cavallers, als burgesos, als mercaders mallorquins que fan grans mercaderies per Flandes, per Suria (Síria), per terra del genovès, per Pisa i per tota la Berbería; als valents mariners que «per tot lo món se nomenen», als honrats menestrals i als
pagesos que són bons caçadors i «passen llur vida grassa, així con los ciutadans».
Entre la gran varietat de coses que el poema de Fra Anselm ens reconta, no hi manca, cap al final, la invocació a la Verge, a qui s’adreça així: ¡Oh Verge molt excel·lent / qui del vostre Fill sots filla!... vullats... lo vostre fill pregar / per Mallorques, vostra illa. I li recorda que per
ella han edificat «la Seu noble, excel·lent».
Per acabar, una constatació una mica banal. Comentant el CANÇONER del P. Ginard Bauçà diguérem, ja no recordam on ni quan, que el glosador sol fracassar en la cerca de mots per a fer rimar amb «Mallorca» i acudeix a la falsa rima, a l’equivalència acústica. Es veu que això ja ve d’antic: Frare Anselm travela a la mateixa pedra (també trabuca el peu en altres ri¬ mes). Necessitava tres mots per avenir-se amb «Mallorca», segons l’esquema que s’havia imposat. Només en troba un de vàlid, «torca»; pels altres dos, talla el nus gordià mitjançant «desconorta» i «aporta». Recordem que els sons t ï k són ambdós oclusius i sords, i que solament se diferencien pel punt d’articulació. La similitud acústica entre un i altre és tanta, que els infants, quan apre¬ nen de parlar, emeten t en lloc de k («Mitel» per Miquel») i no és estrany sentir, fins i tot, persones majors que «s’etivoquen» pronunciant «etivocar-se» per «equivocar-se». Un cas extrem d’un error acústic igual és el d’aquell que per anomenar el famós General de nostra darrera guerra civil pronunciava, de bona fe, «En Tipo de Llano» (històric).
Fra M. C., T.O.R.
17

MülESE PÉREZ,
eL organista (fragmento)

Había transcurrido un año más. La
abadesa del convento de Santa Inés y la hija de maese Pérez hablaron en voz ba¬ ja, medio ocultas entre las sombras del coro de la iglesia. El esquilón llamaba a voz herida a los fieles desde la torre,
y alguna que otra rara persona atrave¬ saba el atrio silencioso y desierto esta vez, y después de tomar el agua bendita en la puerta, escogía un puesto en im rincón de las naves, donde unos cuantos vecinós del barrio esperaban tranquila¬ mente que comenzara la Misa del Gallo.
—Ya lo veis —decía la superiora—;
vuestro temor es sobremanera pueril; na¬ die hay en el templo; toda Sevilla acude
en tropel a la catedral esta noche. Tocad vos el órgano y tocadle sin desconfianza de ninguna clase, estaremos en comuni¬ dad... Pero... proseguís callando, sin que cesen vuestros suspiros. ¿Qué os pasa? ¿Qué tenéis?
—Tengo miedo... miedo —exclamó la joven con un acento profundamente con¬
movido—.
—¡Miedo! ¿De qué? —No sé..., de una cosa sobrenatural... Anoche, mirad, yo os había oído decir que teníais empeño en que tocase el ór¬ gano de la misa, y, ufana con esta distin¬ ción, pensé arreglar sus registros y tem¬ plarle, a fin de que hoy os sorprendie¬ se... Vine al coro... sola..., abrí la puer¬ ta que conduce a la tribuna... En el reloj de la catedral sonaba en aquel momento una hora..., no sé cuál... Pero las campa¬ nadas eran tristísimas y muchas..., mu¬ chas...; estuvieron sonando todo el tiem¬ po que yo permanecí como clavada en el dintel, y aquel tiempo me pareció un
siglo. La iglesia estaba desierta y obscura...
Allá lejos, en el fondo brillaba, como una estrella perdida en el cielo de la no¬ che, una luz moribunda..., la luz de la lámpara que arde en el altar mayor... A sus reflejos débilísimos, que sólo con¬
tribuían a hacer más visible todo el pro¬
fundo horror de las sombras, vi..., le vi,
madre, no lo dudéis, vi im hombre que en silencio y vuelto de espaldas hacia el sitio en que yo estaba, recorría con una mano las teclas del órgano mientras to¬ caba con la otra a sus registros... y el
órgano sonaba, pero de una manera in¬ descriptible. Cada una de sus notas pa¬ recía un sollozo ahogado dentro del tu¬

bo de metal, que vibraba con el aire com¬ primido en su hueco, y reproducía el to¬ no sordo, casi imperceptible, pero justo.
Y el reloj de la catedral continuaba dando la hora y el hombre aquel prose¬ guía recorriendo las teclas. Yo oía hasta su respiración.
El horror había helado la sangre de mis venas; sentía en mi cuerpo como un frío glacial, y en mis sienes, fuego... En¬ tonces quise gritar, pero no pude. El hombre aquel había vuelto la cara y me había mirado...; digo mal, no me ha¬ bía mirado, porque era ciego... ¡Era mi padre!
—¡Bah!, hermana, desechad esas fan¬ tasías con que el enemigo malo procura turbar las imaginaciones débiles... Rezad un Paternóster y un Ave María al Arcán¬ gel San Miguel, jefe de las milicias ce¬ lestiales, para que os asista contra los malos espíritus. Llevad al cuello un es¬ capulario tocado en la reliquia de San Pacomio, abogado contra las tentaciones, y marchad, marchad a ocupar la tribu¬ na del órgano: la Misa va a comenzar, y ya esperan con impaciencia los fieles. Vuestro padre está en el cielo, y desde allí antes que a daros sustos, bajará a inspirar a su hija en esta ceremonia so¬ lemne, para él objeto de tan especial de¬
voción.
La priora fue a ocupar su sillón en el coro, en medio de la comunidad. La hija
de maese Pérez abrió con mano temblo¬
rosa la puerta de la tribuna para sentar¬ se en el banquillo del órgano, y comenzó
la Misa.
Comenzó la Misa y prosiguió sin que ocurriese nada notable hasta que llegó la consagración. En aquel momento sonó el órgano y al mismo tiempo que el órga¬ no im grito de la hija de maese Pérez...
La superiora, las monjas y algunos de
los fieles corrieron a la tribuna.
—¡Miradle, miradle! —decía la joven fijando sus desencajados ojos en el ban¬ quillo, de donde se había levantado
asombrada para agarrarse con sus ma¬ nos convulsas al barandal de la tribuna.
Todo el mundo fijó sus miradas en aquel punto. El órgano estaba solo, y, no obstante, el órgano seguía sonando... so¬ nando como sólo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico albo¬
rozo.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

18

P. ANTONIO NICOLAU, T. 0. R.
«PROFESIONAL OE lA ENSEÜANZA OISTINOÜIOO»

Baj» tales titulares apareeió reseña¬ do, en «Diario die Mallorca» del 8 del pa¬ sado mes de noviembre, el acto en que le fue entregado el mencionado diploma a nuestro P. Antonio, con motivo de su reciente jubilación, después de cuarenta y tres años de dedicación total y fecun¬
da a las tareas de la enseñanza. Dicho
acto había tenido lugar el día anterior, en la Gasa Sindical, presidido por el Se¬
cretario Provincial de Sindicatos y por los miembros del Sindicato de Enseñan^
za. Entre el muneroso público podían verse bastantes directores y profesores de colegios de Palma. Se pronunciaron diferentes discursos y después de recibi¬ do el diploma, también el P. Nicolau to¬ mó la palabra para agradecer el homena¬ je, haciendo un breve recorrido por lo que ha sido su vida en lo referente a la labor pedagógica. Nuestra sincera felici¬ tación a nuestro querido P. Antonio Ni¬
colau.
Gustosamente reproducimos la entre¬ vista al P. A. Nicolau publicada en aquel mismo periódico dos días después.
*
EL ALUMNO DE HOY, A TRAVES DEL P. NICOLAO, T. 0. R.
(43 AÑOS DEDICADO A LA ENSEÑANZA)
ALUMNO Y PROFESOR: COLABORACION
Lo siento mucho, P. Nicolau —de esta forma tendría que haber empezado la en¬ trevista con el reciente premiado «Profe¬ sional de la Enseñanza Distinguido 1970»,
pero yo no he sido alumno suyo. Quizá sea yo —seguiría excusándome— de los

pocos estudiantes que no haya gozado de sus enseñanzas. ¿Me equivoco? Y si no, un número por favor...
Digamos que siete generaciones y al¬
rededor de los nueve mil alumnos.
VOCACION
Venido de Africa, se instaló en el Cole¬ gio de Franciscanos de Inca en 1927. El P. Nicolau, a sus trece años inició sus contactos con la orden franciscana, au¬ sente (con harta pena del entrevistado) todavía de estructuras educacionales, has¬ ta el punto de sentir un poco de envidia más adelante por otras instituciones en cuya labor pedagógica hacían converger uno de sus principales fines. El Colegio de Inca sirvió al P. Nicolau para adies¬ trarse con autoridad y eficiencia en ma¬ terias como Matemáticas, Filosofía, His¬ toria, además de experimentarle en las de índole administrativa. ¿Recuerdo inol¬ vidable, Padre?
—Cuando nuestra orden franciscana
irnunpió en el campo de la enseñanza, me sentí loco de alegría, realmente, pues lo de la enseñanza, creo yo, nació con¬ migo, y al poder llevar a la práctica esta ilusión de toda mi vida, pareció como si mi corazón quisiera desbordarse. Cla¬ ro que en el colegio de Inca, mis fimciones tocaron el pórtico administrativo, precisamente en tres ocasiones en que el
balance acusaba déficit. Menos mal —se
le adivina el gésto de satisfacción— que supe hacerle" frente por partida triple.
—No hay mal que cien años dure. Pa¬ dre. —Es verdad. Después las cosas ro-

19

daron bastante bien. En 1940 fundé la re¬ sidencia Ramón Llull en Madrid donde
residi dos meses, para luego ser destina¬ do a Inca, otra vez, pero como Director del Centro, por un período de doce años. Y ya en el año 52, al inaugurarse oficial¬ mente el Colegio de Palma, continué aquí mi cargo de Director durante dieciocho años. Sí —advierte—, el tiempo pasa vo¬ lando. El pasado día 30 —incide nostál¬ gico— crucé la frontera de la jubilación. Traspasé mi ministerio al P. Esteban Cloquell, actual y novísimo director del Cen¬
tro.
EDUCACION
El P. Nicolau me inspira im nuevo de¬ rrotero: el alumno, moral y socialmente
hablando.
—Yo diría —contesta a mi primera ob¬ jeción— que mis mejores alumnos han sido los últimos. Baso mi afirmación por cuestión más de conducta que de sabidu¬ ría quizá... Hoy el alumno sabe menos que el de antes pero le gana en educa¬ ción cívica, en sociabilidad.
—¿Y eso. Padre?
—Pues le diré. Los tiempos nuevos, el ambiente que rodea actualmente al jo¬ ven de hoy, le han beneficiado sobrema¬ nera. La enseñanza, al modo antiguo, fue siempre una equivocación. Esa libertad —viene a decirme— es algo positivo para la juventud.
—¿Incluso en el ámbito religioso?
—Entiéndame —conviene—, esa libertad debe ir acondicionada a una enseñanza,
a unas directrices lo suficiente claras y
concisas para que el alumno pueda asi¬ milarlas y beneficiarse de esa libertad que disfruta. Los métodos han cambiado también. Hasta el castigo, que antes se traducía en verdadera humillación.

pronunciará clara y valientemente cuan¬ do la edad del alumno lo aconseje.
►—¿Se refiere al tema sexual? ¿Qué edad le parece a Vd. la más indicada?
—A los doce años. La iniciativa debe
partir desde el colegio, y después los pa¬ dres afianzarán la cuestión. Pero no al
revés.
—¿Cree Vd. inconveniente la libertad hoy imperante en este punto?
—^Ya traté de explicárselo anteriormen¬
te. La libertad debe ser conducida a tra¬ vés de la enseñanza.
CRISIS
—¿Nos encontramos, pues, ante el summun de la metodología pedagógica?
—Ni mucho menos. Reconozco la crisis en que se desenvuelve, pero reconozco
también que va por buen camino, y que dentro de un tiempo prudencial, las aguas correrán por el cauce soñado.
—¿Se refiere a la nueva Ley de la En¬
señanza?
—Pues sí. Es ima ley que no acabo de entender, pero que sin duda dará sus fru¬ tos. Es lo que dije.
Dieron las dos de la tarde. Las clases
cercanas al despacho donde había discu¬ rrido el diálogo, y ya ausente el alumna¬ do, despedían ese halo característico que deja cada alumno, tras unas horas dedi¬ cadas al estudio. Recordé a mi paso, por entre las aulas, una lejana sensación, dis¬ tinta, ciertamente, a la de ahora y profe¬ tizada por el P. Nicolau. Un profesor de quien tuve por unos momentos mágica impresión, de haber sido siempre su alumno,o. si Vds. prefieren, su discípulo ideológico...
AGUILO DE CACERES

DEFINICION

r

^

—Entonces, pregunto, defíname al pro¬
fesor ideal...

«La prensa católica ha de florecer. Quisié¬

—El profesor que se precie tiene que ser paciente y constante. Su clase debe¬
rá convertirse en xma continuación de la
vida familiar, en que el diálogo profesor

ramos que su voz fue¬
se más fuerte».

y alumno jamás se abandonará. Antes, el alumno era el único que trabajaba. Aho¬

CPablo VI)

ra, profesor y alumno se reparten el tra¬ bajo durante la clase. Y el profesor se V

J

20

TODA HERMOSA
R—ostro de nieve, labios de corales, O—jos más puros que el azul del cielo. S—US manos son palomas celestiales
A—biertas como rosas de consuelo.
M—ás bella aún, su alma preservada I—nmune de la culpa más ligera, S—e refleja serena en su mirada. T—oda Ella, benigna y agraciada,
I—nvita a la alabanza más sincera. C—antando está la creación entera
A María, la Rosa inmaculada.
Sor María de Gracia, Concepcionista
Mahón

EMMANUEL
(D'un Christmas) No té igual el delit de la ait de Nadal: Eternal,
tan petit, tot garrit
al coval
betlemita; humà el rostre, germà nostre, que infinita dolça pau ens portan!
Josep MORRO
TisoHomia dLe San francisco

CLARA VA A MAITINES
4 \\]\\
Hallábase una vez Santa Clara gravemente enferma, de modo que no podía ir con las otras monjas a rezar el Oficio en la iglesia; y lle¬ gando la fiesta de la Natividad del Señor, todas las demás fueron a maitines y quedó ella sola en cama, disgustada de no poder acompa¬ ñarlas y recibir con ellas aquel consuelo espiritual. Pero no queriendo su esposo Jesucristo dejarla desconsolada, la hizo llevar milagrosa¬ mente por ministerio de ángeles, a la iglesia de San Francisco, y después que asistió allí al Oficio de maitines y a la misa de media noche y recibió la sagrada comunión, hizo que la volviesen a su ca¬ ma. Las monjas, luego que terminaron el Oficio divino, vinieron a ver a Santa Clara y le dijeron:
—¡Ay, madre nuestra, sor Clara! ¡Qué gran consuelo hemos teni¬ do en esta santa noche de la Natividad del Señor! ¡Pluguiera a Dios que hubieras estado con nosotras!
—Hermanas e hijas mías carísimas —les respondió—: doy gra¬ cias y alabanzas a mi bendito Señor Jesucristo, que con mucho con¬ suelo de mi alma estuve a toda la función de esta santísima noche, y mayor aún que la vuestra, y esto por intercesión de mi santo Padre fray Francisco, y por gracia de Dios; pues estuve en la iglesia del san¬ to Padre Francisco, y con los oídos de mi cuerpo y de mi alma escu¬ ché todo el canto y el sonido del órgano y allí recibí la santa comu¬ nión. Alegraos, pues, de tan gran favor y dad gracias a Nuestro Señor
j0SiJLCPist/O Aiïlén
FTXJRECILLAS DE SAN FRANCISCO, Parte I, cap. XXXIV.
21

IMUE^rAs MISIONES

PRIMERAS IMPRESIONES Y EXPERIENCIAS DE UN NUEVO
MISIONERO

Nos escribe cosas muy interesantes el nuevo misionero de Perú, P. Sebastián Ramis. En el poco tiempo que lleva en su nuevo campo de apostolado, ya ha tenido muchas y variadas experiencias, desde el contacto directo con la pobre gente de los veintidós pueblos a él confiados, has¬
ta la tragadla del terremoto del pasado mayo, qué destruyó la iglesia de Urpay,
uno de los principales pueblos que él cuida. Leed algunos párrafos de su rela¬
ción.
La plaga de la coca
«La gente de aquí es sobre todo cam¬ pesina. Son muy individualistas, no se fían los unos de los otros; del único que
se fían es del Padresito. Son muy su¬
persticiosos, acuden al hechicero para que los libre de los malos espíritus y de las brujerías de que se creen víctimas continuamente. Gran cantidad de gente está enferma a consecuencia del coquismo, ya que por lo general todo cholo campesino toma coca; no sólo los cholos, sino también gran número de cholas; las hay que incluso cuando tienen hijitos pe¬ queños la toman, cosa que sin duda los deforma y los deja secos. Un hombre que toma coca, a los cuarenta años ya parece un viejo de ochenta, no exagero lo más mínimo. Además de la coca, hay el alcohol; los cholos por lo general se em¬ borrachan cada día. El día de la fiesta,
no queda un solo cholo sin emborrachar¬ se. Ha,y mujeres que siguen el ejemplo
de los cholos».
Pobreza
«La pobreza es muy grande; la base de
la alimentación es el maíz. He observado
el mismo caso en todas partes, los niños no suelen comer al mediodía, porque son muy pobres y el maíz que recogen en el campo que cultivan no les permite co¬ mer sino dos veces al día. Los jornales, cuando encuentran trabajo, son de quin¬

ce a veinte soles; prácticamente no les basta para comprar lo necesario .La ro¬ pa se la hacen ellos mismos; las mujeres suelen estar todo el día hilando, al mis¬ mo tiempo que pastorean ; después hay ciertos cholos que se dedican a tejer la tela a su manera, y asi se defienden».
Pobreza de noche también
«Las casas son pobrísimas, hechas de caña y barro; dentro de ella suelen gui¬ sar o cocinar, guardar sus cosas y dor¬ mir. La mayor parte duermen en el sue¬ lo, ya que no hay dinero para comprar-
Con 60 kilos de café a lo espalda, y cami¬ nando horas y horas por caminos pésimos, el pobre hombre de lo selva recibirá una mezquina cantidad de soles como precio de
su mercancía

22

Estas dos torres de la iglesia de Tayabamba han sido destruidos por el terremoto.
se un catre. Otros duermen en catre he¬
cho por ellos mismos con cuatro palos, mal dispuestos con frecuencia. En mu¬ chos pueblos me presentan catres de és¬ tos, pero lo que hago yo es que al mar¬ charse los que me han preparado la ca¬ ma, cierro la puerta y preparo la cama en el suelo a mi manera; así duermo mejor, de lo contrario me levanto con
los huesos molidos».
Como en el arca de Noé...
«Es cosa corriente en estas casas que
estén invadidas de pulgas. Es natural, ya que por temor de que les roben durante la noche los cerdos, conejitos de Indias, patos... etc., los meten en la casita. Y hay pulgas para todos.
Continuos viajes
«Continuamente voy viajando a los pueblecitos, y de un modo especial visito las escuelas para ver cuáles son sus ideas en cuanto a la religión, ya que se van in¬ filtrando las sectas, la de los evangelis¬ tas y adventistas principalmente. Prepa¬ ro a niños y niñas para la Primera Co¬
munión y confirmación. He corfirmado ya ochentidós niños. Me esfuerzo tam¬ bién en conseguir la comunión frecuente

de los niños que han hecho la primera, pues ocurría que casi nunca hacían la
segunda...»

En la selva
«Ya he viajado a la selva. Me ha gusta¬
do mucho. Todo es una novedad: la ve¬
getación, el clima, el ambiente. La gente de la selva es mucho mejor que la de la sierra; no se emborrachan tanto, todos acuden a la iglesia. En la selva aún no ha entrado la desconfianza que existe en la sierra, ni roban, ni mienten. Pobres lo son tanto como los de la sierra, ya que los serranos se van a la selva por negocio y les cambian el café con trigo. Hemos podido comprobar que hay serra¬ nos que van a la selva con trigo y cam¬ bian arroba de trigo por arroba de café.
El café se lo compran a los de la sel¬ va a 80 soles la arroba, para venderlo luego en Huamachuco y en Trujillo a
trescientos soles la arroba. Así se van
quedando siempre pobres los de la sel¬
va».

Para evitar esta injusticia
«Ahora el P. Miguel Ramón ha reunido en Ongón a los productores de café y han organizado una cooperativa; si surte resultado, será un bien inmenso para la gente de la selva, ya que el café se va a depositar en dos centros que tendrá la cooperativa, y en vez de vender el ca¬ fé a los comerciantes de Tayabamba se venderá directamente en Trujillo, y en vez de que se lo paguen a ochenta soles la arroba, se lo pagarán a unos doscien¬
tos soles».

El terremoto

«Supongo se enteraría del terrible te¬ rremoto que el día 31 de mayo hubo en Perú. En uno de mis pueblos, Urpay, se
cayó el techo de la iglesia, y por cierto solo hacía diez años que la iglesia estaba construida, pues otro terremoto la ha¬ bía destruido completamente. Ahora ten¬ dré que trabajar para recoger dinero; costará mucho dejarla como estaba an¬
tes...».

P. SEBASTIAN RAMIS, T. O. R.,

misionero en Perú

r

^

Haciendo para un amigo o fomilior una suscripción a

«HERALDO DE CRISTO»

HACE UN REGALO DE NAVIDAD
QUE DURA TODO EL AÑO.

V

J

23

NUESTEA pequeña
HISTOKIA

fHedio siglo atrás,,,

Hacía poco Benedicto XV, el Papa en¬ tonces reinante, había declarado a San Efrén Doctor de la Iglesia. Era esto mo¬ tivo para que el «Heraldo» de diciembre de 1920 llenase sus dos primeras páginas con una bellísima «Plegaria a la Santísi¬ ma Virgen María», compuesta por el nue¬
vo santo Doctor.
Y abundando en lo que decíamos el mes pasado en esta misma sección, la tercera página ostentaba un gran clisé de «La Inmaculada Concepción».
Sobre el mismo misterio y bajo el tí¬ tulo de «Salve, llena de gracia» escribía la brillante pluma de Fr. C. S., T. O. R.
María Josefa Amer y Penya, en sencillo verso mallorquín, ligeramente verdague-
riano, dedicaba a sus sobrinitos el relato
histórico «La Creu de Malta»: Veniu, in¬ fants. veniu, vos contaré una historia que és vera i fa commoure les fibres del
meu cor...». La noesía es de bastante
extensión, ocupando más de dos páginas.
Un nuevo cuadro del natural debido
al pincel de Daniel. Para que se apre¬ cien las calidades de la pintura, que en cincuenta años no ha perdido su color, lo reproducimos en otro lugar de este mis¬ mo número. El epígrafe es «¡¡Plouü».
Otro gran grabado de página, éste de te¬
ma indiferente: «Salamanca. Vista de la Catedral».

nacimiento del bienaventurado Francis¬
co».
A continuación iba la «Crónica francis¬ cana». Merece ser destacada la noticia de la salida para Roma, el 17 del mes de noviembre anterior, de los coristas Fr. Rafael Ginard Amorós y Fr. Cristóbal Su¬ rada Espinosa, pues con ello se inaugura¬ ba la promoción de nuestra Provincia Franciscana a una cultura eclesiástica su¬
perior en Universidades e Institutos ro¬ manos. Con aquellos dos coristas mar¬ chó también a la ciudad de los Papas el hermano lego de Inca, Fr. Rafael Fe.
Se insertaban las reseñas de la celebra^ ción de la fiesta de N. P. S. Francisco
por los Tercisrios de Fomells (Menorca), Sineu, Llubí y Santanyí. 'Se reseñaba igualmente una excursión de la «Juven¬ tud Seráfica» de Llucmajor al Santuario de Lluc. La formaban treinta y cinco jó¬ venes presididos por el Rdo .P. Antonio to XV que al ser visitado por el P. GeneMójer, su Director. Tuvieron im día llu¬ vioso. Al regreso pararon en Inca donde visitaron el Círculo de Obreros Católicos de aquella ciudad.
En la «Necrología» tres Terciarias di¬ funtas, de ellas una de veintitrés años y
otra de veinticuatro.
Las dos últimas páginas las llenaba el
«Indice» del año.

Y seguía la sección «Noticias y varie¬
dades». Un título era «Si buscas mila¬
gros. mira...», donde se relataba larga¬ mente un hecho milagroso atribuido a San Antonio, consistente en la curación instantánea de una joven italiana de 22 años, al ser trasladada a la Basílica del Santo, de Padua, y colocarse junto al ar¬ ca que contiene las reliquias del glorioso Taumaturgo.
Otra noticia se refería al Papa Benedic-. ral de los Frailes Menores, con su Definltorio, y al dirigirles el Santo Padre la acostumbrada alocución, les declaró: «Soy de vuestra familia y soy vuestro herma¬ no, pues di mi nombre a la Tercera Orden en la Congregación de Araceli, el año 1882, corriendo el séptimo centenario del

CORIZA (ratlriado natal). ESTADOS DE AGOTAMIENTO, DOLOR DE CABEZA Y DE MUELAS

tabletas
LABORATORIO "MIRÓ"
Colón, IS-P ALMA DE MALLORCA

Sobre 2 tabletas — P. V. P. 1'90 Ptas.

Caja 10 »

— P. V. P. 9'80 Ptas.

24

pagina, Ael teroia»rio

750 ANIVERSARIO DE LA T. O. F.

El hecho histórico y sus enseñanzas
Pastorales
Estamos ante un hecho de suma im¬
portancia para la renovación de la Fra¬ ternidad seglar franciscana. El princi¬ pio renovado proclamado por el Concilio
Vaticano II: «retomo a las fuentes», nos
impone un nuevo esfuerzo para encauzar recatadamente la renovación de la Fra¬ ternidad en la situación concreta de hoy.
1. ¿Cómo surgió la T. O. F.?
En la alborada del siglo XIII florecen diversos movimientos de vida evangéli¬ ca. Se nota en los laicos una gran ten¬ dencia a asociarse bajo la dirección es¬ piritual de los religiosos, permaneciendo en el mundo, comprometidos en la fami¬ lia, en el trabajo, y en la vida social y política. Este movimiento se fija, sobre todo, en torno a los monasterios. La his¬
toria conserva los nombres de estas y otras asociaciones, entre las cuales des¬
cuellan los Humillados de Lombardia, los Valdenses y los Cátaros, los Pobres de Lyón, los Pobres Católicos, etc. Se trata, sin duda, de xm nuevvo movimien¬ to «carismático», que de una u otra for¬ ma colaborará a la renovación de la Igle¬
sia.
Una mayor autenticidad evangélica y cristiana en la fidelidad a los orígenes, una práctica más asidua de la religión, una mayor justicia social e igualdad de clases, la lucha contra el lujo, la relaja¬ ción y los excesos, la reconquista de los Santos Lugares, el establecimiento de la Cristiandad, etc., son los puntos de esta renovación, aprobada también y alenta¬ da por la Jerarquía y sobre todo por el Papa Inocencio III, aunque de diversas
formas.
En este contexto aparece en la historia la figura de Francisco de Asís, saludada por los historiadores como inequívoca¬ mente principal. Es un laico iluminado por el Espíritu Santo, como pudieron
ser muchos otros homíjres carismáticos de su tiempo, pero con una adhesión to¬
tal a la Iglesia Romana y a los Obispos que le distingue de otros.
Su predicación del Evangelio atrae a las muchedumbres; pero es sobre todo su ejemplo de pobreza y humildad y el

de sus seguidores la base de una profun¬

da renovación y de un nuevo movimien¬

to evangélico de retorno a la vida de los

apóstoles, al que la liturgia calificará de

inaudito. Se fundan la Orden de los Her

manos Menores y la Orden de las Damas

pobres.

Pero muchos de los que escuchaban la

predicación de Francisco de Asís y sus

compañeros y eran tocados por la gra¬

cia del Espíritu Santo no podían romper

los lazos familiares y abrazar plenamen¬

te el nuevo movimiento evangélico. Fran¬

cisco de Asís tiene el mérito de haber

buscado y obtenido la primera Regla y

norma de vida para estos laicos que vi¬

viendo en sus casas podrán desde ahora

practicar el Evangelio en su genuina pu¬

reza. Las «Florecillas» (cap. XV) nos ha¬ bla de este hecho: «No tengáis prisa ni

os marchéis, y yo dispondré lo que de¬ béis hacer para la salvación de vuestras
almas». Wadding© amplía estas mismas
noticias.

(Continuará)

iDe Fraternidad»

♦

#

25

n P L o U 1!

Dia 12 de novembre i a mitjan capvespre.
Un xubasco fenomenal fa córrer es carrers
com si fossen saragais i torrents. La gent s'arredossa així com pot. No veuen una àni¬ ma per mig i m’afín madò Clara amb un paraigo vermei, de conxes gruixades, de bastó revengut i de grossària bastanta per arribar de part a part de carrer.
—Madò Clara, ¿què anau a prende es sol?
—¿Què no trobes que és bona hora?
—Ja ho crec; me pareix que no haureu de menester sombrilla amb aqueixa envelada que duis: deveu pagar una contribució per impedir es carrer amb es vostro paraigo.
—No te'n rigues, que és millor que es teu paraiguetxo, que sera tan fi com tu vulgues, però que només serveix perque s’aigo que t’hauria de caure damunt es cap, te caiga damunt ses espatles i damunt s’esquena; i així te banyi sense fer-te profit.
—No digueu que això sia cosa de bon gust, tan amplot i tan feixuc; com el veuen d’un tros enfora pareix que duen un com¬ bregar.
—Deixa’t de rondaies; es paraigos són per no banyar-se; i per no banyar-se es meu ser¬ veix deu vegades més que això que s’usa avui en dia, que no més tapa la mitat de lo

'

N

La prensa católica - escribió
Juan XXIII - «es uno de los
medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y
amar »

EL HERALDO DE CRISTO

que hauria de tapar, com es vestits que
duen ses dones ara.
—I ja deu esser ben antic.
—Si fa; sa meva padrina el va regalar a mon pare quan se casà; ell se’n serví tota la vida; després d’ell me n’he servida jo; i encara queda pasta per fer-ne un hereu. Ha¬ via pensat que s’hereu fosses tu.
—Mil gràcies per s’atenció i bona volun¬ tat. Bono, i encara no m’heu dit perque sou venguda.
—Res teñe de particular; havia venguda per feines i no me’n volia tornar sense veu¬
re’t.
—¿Què ha plogut molt per allà?
—¿Si ha plogut? Es torrents van grossos que no en poren dur més; sa terra amarada que no en vol pus; es conradors apurats perque no poren sembrar, i la gent de feina, cansada de perde jornals.
—Qualque dia s’aclarirà.
—Si Déu ho vol, sí.
—¿No heu sentit a dir que ha de ploure nou llunes seguides?
—No.
—Idò diuen això. i altres diuen que ha de ploure dos mesos; perque si plou es dia de... no sé quina santa, que va esser aquests dies passats, llavors plou dos me¬ sos seguits.
—Jo me’n ric de totes aqueixes coses. No crec que el Bon Jesús haja firmada cap es¬ criptura perque ploga tantes llunes o tants de dies.* ¡Plou quan Déu vol! i res més.
—Teniu raó; i això són beneitures; no és lo mateix que els pronòstics que fa sa cièn¬
cia.

es prensa católica.
s

—Saps que hi ha de poc! ; —No, santa dona; no és igual. Sa naturale-

26

sa té ses seves lleis, que Déu mateix li ha posades; i segons aqueixes lleis sa ciència pot preveure o endevinar lo que ha de suc¬ ceir respecte d’es temps.
—¿I no pot fer res pus?
—¿Què trobau que és poc?
—Ja està clar. Jo tenc un calendari que
mai ment; i és que dic: Com plou... senya! d’aigo. I la teva ciència ve a esser casi igual, només que en lloc de dir-ho just a l’acte, com es meu calendari, ho diu uns quants
dies abans.
—¿I que voldríeu que fessen?
—Voldria, per exemple, que, quan plou massa temps, sa ciència pogués dir: Ara ja basta; sembrarem, i llavors que torni plou¬
re...
Voldria que, quan fa estona que no ha plo¬ gut, sa ciència pogués dir: Es hora de regar es sembrats; idò que ploga. I que en segui¬ da plogués.
Voldria que en haver de menester oratge fresc, 0 sol, 0 aigo, o bon temps, sa cièn¬

cia se pogués enginyar per donar-mos-ho.
—Això es demanar massa...
—Idò, fiet; si lo que sap fer sa ciència es que, quan veu la cosa malparada mos diu abrigau-vos, jo no trob que venga a servir per molt gran cosa. Segur que sempre és millor estar preparats que no saber-ne res; però, vamos! en moltes ocasions no és un gran remei...
—¿Què voleu que vos diga? A sa ciència no li poren demanar pus; perque en això del temps, com en totes ses altres coses. Déu
és sobre tot.
—Idò, si Déu és sobre tot, jo seguiré d’a¬ quí en envant com d’aquí en enrere: creuré més en Déu que en la ciència; perque, com ve a la fi, sempre és Déu qui regeix les co¬ ses, i sa ciència lo més que pot fer és co¬ nèixer un poc les disposicions de Déu, i encara s’erra la mitat de vegades.
—Que és de pobra la ciència humana!
DANIEL (P. P. J. Cerdà)
Any 1920

PARTIERON HACIA LA CASA DEL PADRE

INCA.—Margarita Pons Moranta, día 25 de octubre; D.^ Magdalena Piol Amer, día 30 de octubre; D.* Mercedes Barber Mus, día 11 de noviembre; y D.” Catalina Mulet Llinás, día 14 de noviem¬
bre.
Todas pertenecientes a la Fraternidad de Terciarios Seglares de aquella ciudad.
PALM A.-D.“ Juana A. Amengual Niell, terciaria y suscripíora de esta revista.
SON SERVERA.—Día 2 julio 1970, Sor

Margarita Mayol, Franciscana Hija de la
Misericordia.
BUNYOLA.—Día 18 agosto, a muy avanzada edad. Sor Celestina Catalá, tam¬ bién Franciscana Hija de la Misericor¬
dia.
-Día 27 de noviembre, D.® Antonia Co¬ lom Mateu, terciaria, suscriptora de esta re¬ vista Y hermana de su director.
A sus respectivos familiares, nuestra
más sentida condolencia.

27

-¿Y cómo se llama aquí el mandamás del lugar?
-Pues le llamamos preboste.
- ¿Y qué distintivo usa? ¿Un collor? ¿Una
cadena?
—Ni collar, ni cadena: es inofensivo.

Paracaidismo
El alumno novel de paracaidismo no ha entendido apenas nada de las explicaciones
teóricas.
Llega el primer día de prácticas y se lan za al espacio
Cierra los ojos, y a poco se encuentra de¬ positado suavemente en un campo de trigo.
El instructor se acerca:
— ¿Muy bien, muchacho! Esto ha salido muy bien.
-Me alegro. De todos modos, quiero de¬ cirle que ese paquete que me pusieron a la espalda se ha desliado solo ¿eh? Yo no lo
he tocado.
Distinción
Visitando un lugar pintoresco, el viajero
pregunta:

No es igual El violinista del quinteto del restaurante se aproxima a una mesa y pregunta:
— ¿El señor ha pedido la se serenata de Grieg?
— He pedido un solomillo.
Distanciados
En una reunión, uno de los concurrentes le dice a un amigo:
— Me tengo que ir.Acaba de entrar Bertóldez y no quiero verle.
Pero... ¿no erais muy amigos? ¿Estáis dis¬
tanciados?
— Algo. Hace un par de meses le pedí prestadas diez mil pesetas.
—Comprendo. Te las negó.
- Al contrario: me las dio.

28

Distribuidor: 0. JAIME ESTAFÉ MARQUÉS

Mistral, 30-36

PALMA DE MALLORCA

MUEBLES ROMAR

EXPOSICION:

TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICIÓN

Conquístodcr, 24 -Tel 503

Paz, 97,101 y 103 - Tel 468

MANACOR (Mallorca)

PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS
MARCOS Y MOLDURAS

GRANDES ALMACENES

Casa Pomar Flores

S. Miguel^ 187

Teléfono 221483

PALMA DE MALLORCA

Pañería - Lencería-Tapicería-Modistería - Sas¬ trería - Pañería - Camisería - Géneros de punte
Novedades -Bordados - Perfumerío
Artículos de Viaje

P.Ctrt, 5 aM2 y General Goded, 6 y 8. Tele. 224200-224201

PALMA DE MALLORCA

»—

•

«••>\\#

EL CALZADO DE MAYOR DURACION

(SAIL^AOOS
Vento exclusiva en: Velázquez, 35

^OIRDILA
PALMA DE MALLORCA

DIRIGENTE SEGLAR FRANCISCANO:

¿Te has suscrito ya a
«FRATERNIDAD»?

LEA Y PROPAGUE

EL
Es la revista nacional escrita para ti.

Precio: 90 ptas

HERALDO

»
DIRECCION Apartado de correos: 5084

DE CRISTO

MADRID

—

t

RADIO • PHILIPS

- TELEVISION

i
f

distribuidor etecíusioo desde 19S.8

ZeL 205748

Ciecirodomésticos en general
FACILIDADES DE PAGO
RECUPERE SU EQUILIBRIO

Eliminará tus dolores o molestias proporcionándole bienestar y optimismo

A. 0. GIMÉNEZ-LULIO, 12- PALMA