El Heraldo de Cristo 1969, n. 711
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CATÁLOGOS
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FOTOTiPOGRAFfA

REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R
•
JUNIO 1969

Año LX - Núm. 711
•
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA
•
DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R.

ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R

•
CON LICENCIA ECLESIASTICA

•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: (A partir de enero 1969)

ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR

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•

DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958

NUESTRA PORTADA
CAMPOS, UNA CALLE. - Calle de una villa mallorquina. Auténtica aún. Sólo su¬
perpuesta la civilización de nuestros días: elec¬ tricidad, teléfono, asfalto.-. Mallorca tiene mu¬ cho aún de la vieja Mallorca. Y Campos conserva un nombre, extraño algemo del catalán, que tal
vez revele mucho cuando se ahonde en el estudio del mozárabe que háblaron nuestros antecesores isleños.
L

lea en este número:

La Iglesia y la justicia social . .

3

La Tercera Orden Regular de San

Francisco en Mallorca .

.

4

Transignificación y transfinalizacíón 5

La Iglesia, actualidad .... 7

San Antonio de Padua, «Generalísi¬

mo»

.

9

Fisonomía de San Francisco ... 11

¿Apertura a la deshonestidad? .

12

Página Literària

.14

Els animalets de Maria Antonia Salvà 16

Juventud actual y

17

Confusionismo ideológico 19 ...

Viajará una representación de Mallor¬

ca a California

....

20

Nuestra pequeña historia
Dos ciudades

21 ...
22

Página del terciario

24

Una opinión más

26

Chistes

27

(FRENTE A LA DIPUTACION) -PALMA

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2

EDITORIAL
íR,a Ogtesia 7 la justicia social
Ese primer espacio de nuestra revista quiere ser normalmente espejo donde se reflejen las principales inquietudes de la Iglesia. Inquietud constante es la de la justicia social. La fiesta de San José Obrero del pasado día l.° de mayo dio ocasión * a Pablo VI para retornar al siempre acuciante problema. De su discurso en la con¬ celebración con los nuevos Cardenales separamos los siguientes párrafos:
«Todos los hombres deben sentirse comprometidos en esta tarea
(de la justicia social); sus funciones son diferentes, sus competen¬ cias distintas, y sus cometidos específicos. Desgraciadamente, el ger¬ men de la división que ha irrumpido en el mundo por el pecado continúa su perniciosa actividad, y especialmetite en este campo, con manifiesta iniquidad. De estas naturales divisiones que deberían ha¬ ber sido una fuente de equilibrio, de desarrollo y de mutua cooreración, surgieron, es triste decirlo, penosas desigualdades: así, por ejemplo, las diversas clases, que en algún tiempo vivieron juntas en concordia bajo el signo vital de la civilización cristiana, en la actua¬ lidad se encuentran en oposición unas contra otras; así también, la clase trabajadora es menos afortunada, e incluso, en algunas situa¬ ciones, se encuentra oprimida y humillada. De aquí surgieron estos disturbios, que han hecho su impacto de profunda discrepancia en nuestra época, y de los cuales son características las luchas que, si han producido reales ■ progresos, todavía dividen con frecuencia el pensamiento de los hombres, con un detrimento real del bien común.
En tal estado de cosas, la Iglesia ha adoptado su posición que es perfectamente conocida: las encíclicas sociales de los Papas de los últimos tiempos, desde la Rerum novarum hasta el momento actual, están ahí para dar prueba de la defensa que ella ha tomado siempre y toma de los trabajadores, para asegurar una mayor jus¬ ticia social. Esta defensa del trabajo, emprendida en nombre de la dignidad de la persona humana, todavía necesita de nuestra ayuda. Los motivos son bien conocidos; actualmente existen demasiados pueblos que no están aún suficientemente desarrollados; las clases trabajadoras quedan en su mayoría excluidas del bienestar y la se¬ guridad sociales; las desigualdades económicas que ya han sido su¬ peradas empiezan a resurgir de nuevo con efecto alarmante; el hom¬ bre sigue siendo utilizado como una mera máquina, de acuerdo con los fríos cálculos de la Economía».
3

LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO EN MALLORCA
LXXV ANIVERSARIO
Notas estadísticas — Premios y Galardones {sigue] Año 1959.—En el CERTAMEN celebrado en Petra para la inauguración del MUSEO y CENTRO DE ESTUDIOS «JUNIPERO SERRA», obtiene el Premio de Poesía, por la suya titulada «El diví sembrador», el P. Rafael Ginard Bauçà.
Año 1962.—En el II CONCURSO «HERALDO DE CRISTO», organizado por nuestra revista, se otorga el Premio Cala Murta al tantas veces nombrado P. Rafael Ginard Bauçà, por su trabajo «Aspecte folklòric i popular de la poesia
de Costa i Llobera». Año 1964.—Nuestra revista convoca el IV CONCURSO «HERALDO DE
CRISTO» en el que consigue el Primer accessit al Premio S. Francisco, el co¬ rista Fr. Adolfo Pérez Giménez, por su trabajo «Vos estis sal terrae».
El mismo año 1964, la Caja de Pensiones de Pollença celebra ^1 I CERTA¬ MEN MUSICAL «CAPLLONCH», en el que se concede el Primer Premio al P. Antonio Martorell, por su motete «Eucaristía». Y obtiene el Primer accessit la composición «Dos suspirs», del P. Francisco Batle.
Año 1965.—Pollença celebra un CERTAMEN HOMENAJE A RAMON PICÓ CAMPAMAR, y otra vez es premiado nuestro P. Rafael Ginard Bauçà. L’Englantina es el galardón de su «Estiueig».
Año 1966.—Organizado por las JJ. MM. de Mallorca, se celebra, en el Claus¬ tro de S. Francisco de Palma, el I CERTAMEN CORAL DE MALLORCA. En oposición al fallo del Jurado, los críticos de la Prensa acuerdan crear el Premioi de la Crítica, que otorgan al P. Antonio Martorell por su coral «Vola, vola, rossinyol».
En el II CERTAMEN MUSICAL «CAPLLONCH», de Pollença, adjudican al Mtro. Martorell un II Premio, dotado con 10.000 ptas., por su composición
«Retomo de la Primavera».
La Pontificia Universidad GREGORIANA, de Roma, organizó durante va¬ rios años, un CONCURSO DE DIBUJOS para Christmas. El año 1961 obtuvo el
Primer Premio el corista Fr. Juan Fernández Cursach. Y el año anterior había
ganado el mismo Premio Fr. Francisco Batle. De la misma Universidad, y por su aprovechamiento en los estudios, refle¬
jado en las mejores notas, ostentan sendas Medallas de Oro v Plata, en Filo¬ sofía, los coristas Fr. Bernardo Nebot (1958) y Fr. Jorge Llompart (1965), respec¬ tivamente; y la de Oro, en Teología Fr. Nebot (1962).
En el VIII CONCURSO NACIONAL ESCOLAR DE REDACCION, año 1968, organizado por COCA-COLA y patrocinado por la Dirección General de E. M., obtiene el Primer Puesto de Baleares, el estudiante de catorce años de nuestro Seminario Seráfico «La Porciúncula», Pedro Pablo Novillo, por su cuento «Mi abuelo, el reloj y yo». Finalista nacional, queda en el 6.“ puesto entre los repre¬ sentantes de toda España.
Como no figurar un Santo en el catálogo oficial de la Iglesia en nada rebaja su heroísmo y santidad, así tampoco el no estar en la anterior relación de pre¬ miados oficialmente no marchita lo más mínimo ni enflaquece los méritos lite¬ rarios, artísticos, científicos y apostólicos de los no contados en ella. Ya lo dijo aquél: «No están todos los que son».
Sea todo para ornamento de nuestra amada provincia religiosa, estímulo de los jóvenes y alabanza de Cristo. Amén.
P. Francisco AMENGUAD, T. O. R.
AL FINALIZAR EL AÑO JUBILAR DE LA FUNDACION DE LA TERCERA ORDEN REGULAR EN MALLORCA
«En la Villa de Lluchmayor, a diezinueve días del mes de Junio de 1894, fueron admitidos a la PROFESION de la Regla de la ORDEN TERCERA REGULAR por el M. R. P. Jerónimo Aguillo López de Turiso. Comisario Provincial de los Menores Observantes de Cataluña, Delegado especial del Rdmo. P. Comisario Apostólico de España, para la instalación y RESTAURACION de la Orden Tercera Regular de N. S. P. S. Francisco, los novicios: Fr. Antonio Ripoll, Fr Bartolomé Salvà y Fr. Agustín Puigserver, sacerdotes; y Fr. Juan Garau y Fr. Bartolomé Ciar, hermanos legos». Libro de Documentos oficiales de Llucmayor.
4

TRANSIGNIFICACION Y
TRANSFINALIZACION

l\\ ecientemente, ha tenidc lugar en
la-Iglesia, sobre todo en Holanda, una nueva interpretación de la formula¬ ción de la' fe, en particular del Dogma
de la Transustanciación.
Se intenta, en algunos círculos teoló¬ gicos, no una mejor definición del Dog¬ ma, sino una mejor presentación del mismo; por eso se sitúan en un ángulo de perspectiva distinto: es decir, tomado de la antropología y fenomenología hu¬ manas y no de la filosofía de la naturale¬ za. Lo que quieren estos teólogos no es destruir sino salvaguardar el dogma, pe¬ ro de tal manera que el pueblo de Dios, sobre todo el clero, pueda vivirlo más in¬ tensamente, de una manera más existen¬ cial. Para conseguir esto, nos presentan una concepción del dogma, diferente de la concepción medieval y tomista, y dis¬ tinguen entre la afirmación propiamente dicha del dogma, perenne y que trascien¬ de el tiempo, y el aspecto de revesti¬ miento, la representación del mismo dogma, condicionada a ima situación
histórica determinada.
Lo que se pretende, por consiguiente,
no es sustituir la noción de transustan¬
ciación, sino explicarla con las nociones de transignificación y transfinalización. Todo esto no tiene que atemorizar a la conciencia católica, ya que acercarse a una expresión dogmática para entender¬ la mejor, nunca ha sido una falta con¬
tra la fe.
La fórmula dogmática de antaño con¬ serva todo su significado y todo su va¬ lor, pero necesita explicación y traduc¬ ción. Por ejemplo: cuando el hombre moderno oye hablar de sustancia entien¬ de todo lo contrario de lo que antigua¬ mente se entendía. El hombre actual, no piensa en una realidad metafísica, sino en algo que puede verse y tocarse, jun¬ tarse o romperse, precisamente aquello que los antiguos entendían por acciden¬ te. Por consiguiente, desde el punto de vista de las ciencias naturales, una trans¬ formación de la sustancia significaría un cambio de aquello que, según el dogma

católico, permanece invariable, es decir, lo que aparece, lo palpable.
La fórmula dogmática conserva todo su valor, repito, pero necesita explica¬ ción, traducción. De esta manera, las no¬ ciones de transignificación y transfinali¬ zación completan la noción de transus¬ tanciación, porque nos dan una mejor presentación de la misma, esclareciendo el misterio eucarístico para vivirlo más
intensamente.
Veamos, ahora, el contenido de dichas expresiones. En primer lugar, estos teó¬ logos nos dicen: hay muchas presencias «reales», cada una con su modo propio
de realidad. El Concilio de Trento no
dijo que solamente en la eucaristía se dé una presencia real de Cristo, porque también hay presencia real de Cristo (aunque no eucarística) en el servicio de la palabra, y hay presencial real de Cristo en la comunidad de la fe, cuando ésta se encuentra reunida, según lo ha declarado expresamente la constitución del Vaticano II acerca de la liturgia y también la Mysterium fidei de Pablo VI. Se trata, por lo tanto, de determinar y valorar el modo propio y peculiar de la presencia real propiamente eucarísti¬
ca.
Por otra parte, continúan, la presen cia real eucarística no se puede separar de la presencial real de Cristo en el mis¬ terio litúrgico y en el alma de los fie¬ les. Más aún, la presencia eucarística es¬ tá ordenada a producir esa presencia in¬
terior de Cristo en cada uno de los fie¬
les y en toda la comunidad. Cristo, nos dicen, no «está ahí» objetivamente, sin más, sino de una manera interpersonal,
mutua. Los sacramentos no son cosas,
son encuentros interpersonales entre los fieles y Cristo. En otras palabras: Cris¬ to no viene primariamente para estable¬ cer su trono en la sagrada hostia, sino que, como dice Trento, «se instituye pa¬ ra ser comido», para que, comiendo a Cristo eucarístico, viva en nuestro cora¬ zón y espíritu, en nuestros sentidos y en nuestro cuerpo santificado.

5

—¿Qué se entiende, pues, por transignific ación y transfinalización?
Sencillamente esto: los dones eucarís-
ticos, pero bajo el punto de vista de que han recibido un nuevo sentido, ima nue¬ va finalidad. La «transustanciación» po¬ ne en primer plano un cambio real-ontológico: algo ha sido cambiado en su ser, pero no expresa la novedad de la relación de la realidad cambiada con
respecto al hombre. Transfinalización y transignificación anuncian directamente que la transustanciación de los dones eucarísticos se hace para el hombre. Los
dones eucarísticos tienen una nueva sig¬ nificación, una nueva finalidad.
Estos teólogos aceptan (¡no faltaría más!) la presencia real eucarística, acep¬ tan la legitimidad de la adoración de Cristo en el sacramento, pero pretenden desplazar el acento a la celebración euca¬ rística y a la participación activa de los fieles que culmina en la comunión. En otras palabras: el acento se coloca, no en la presencia eucarística, sino en el fin de esta presencia; la presencia de Cristo
en nosotros. Para este fin ha sido insti¬
tuido dicho sacramento por el mismo Cristo: se instituye para ser comido. La teología postridentina desplazó este
acento: acentuaba de tal forma la pre¬
sencia real en la hostia que parecía un
fin en sí misma. La consecuencia de
ello fue que se adoraba el Santísimo sa¬ cramento, pero no se le comía.

La presencia real de Cristo queda, por lo tanto, colocada al nivel de la inter¬ personalidad: de la presencia de persona a persona, de una manera personal: los dones son signo de una persona presen¬ te, signos de su amor.
La Mysterium fidei nos dice: «Cristo, por las palabrp.s de la consagración, co¬
mienza a estar sacramentalmente pre¬
sente como alimento espiritual de los fieles». Ahora bien, presencia «sacramen¬ tal» significa presencia por medio de signos, o sea, en virtud de la transignifi¬ cación; presencia «como alimento espi¬ ritual de los fieles» significa presencia
debida a una nueva finalidad, o sea, en virtud de la transfinalización.
Termino con unas palabras del gran teólogo holandés E. Schillebeeckx: «En la eucaristía, nos dice, nos encontramos en la categoría de la relación interper¬ sonal entre Cristo y nosotros, una ínterpersonalidad en la cual Cristo se da al hombre mediante el pan y el vino, que
en virtud de este mismo don, han su¬
frido una transfinalización y una tran¬ significación ontològica y por consi¬ guiente radical: se han convertido en la presencia real ofrecida por Cristo... La Mysterium fidei, en ningún modo conde¬ na la transfinalización y la transignifica¬ ción, con la condición de que... se les dé una densidad profunda y ontològica».
P. Bernardo Nebot, T, O. R.

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INSCRIPCIÓN ; En Palma, Viajes Aeromarítima (Grmo. Frcnco, 39); Inca, PP. Fran¬ ciscanos; Manacor, Rdo. D. Ramón Riera, Vicario.

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LA
IGLESIA,
ACTUALIDAD

por Gregorio Mateu, T. O. R.

Itimamente venimos observando un
marcado interés en la divulgación de noticias que tienen directa relación con el mundo eclesiástico, tanto en su
nivel nacional como internacional. Es
nuestro más vivo deseo que los lectores palpiten al mismo ritmo que la Iglesia, haciendo suyas todas las preocupaciones que ,a ella atañen. El juicio sereno, la acertada crítica, la visión clara y precisa de las realidades temporales que conti nuamente tiene que vivir la Iglesia en su diario peregrinar, son los propósitos de nuestros artículos. Que de hecho lo¬ gremos plenamente nuestro empeño, es ya otra cosa.
Aires nuevos vaticanos
Con ocasión de la imposición de la bi¬
rreta cardenalicia a 30 nuevos purpura¬
dos, Pablo VI hizo im anuncio importan¬ te: la aceptación de la renuncia del se¬ cretario de Estado, cardenal Amleto Ci cognani (85 años) y el nombramiento
del cardenal francés Jean Villot (64
años) para este cargo. El nuevo secreta¬ rio de Estado es hombre discreto, hábil, eficaz y buen organizador. Cuenta, ade¬ más, con una experiencia muy amplia en los más variados campos de la acción ministerial. El detalle más significativo de este nombramiento es la presencia

francesa en la Curia vaticana. Puede
que, en este nombramiento, haya influi¬ do notablemente la esplendorosa reali¬ dad de la Iglesia en Francia. Uno que vi¬ ve pendiente de los medios de informa ción del vecino país, puede fác lmente notar la aguda y acertada sensibilidad de los franceses para toda clase de pro¬ blemas. Es digna de notar su m-aravillosa práctica del diálogo, la valentía para afrontar a tiempo los cambios, y la au¬ dacia para ensayar soluciones nuevas, la búsqueda de un difícil eouil'brio entre la marcha hacia adelante y el respeto a
los valores tradicionales. No cabe duda
de que el espíritu democrático y el in¬ sobornable espíritu crítico de este sacer¬ dote francés, darán aires nuevos y reno¬
vadores a la criticada curia romana.
¿Cambian los aantosT
Recientemente, se ha elaborado una nueva estructurac'ón del calendario tra¬ dicional de los santos. La, en muchos
casos, deficiente información ha hecho creer que se había realizado ima impla¬ cable «poda» en la lista de los santos. En ningún caso puede hablarse de «can¬ celación» o de haber «borrado de un plu¬
mazo» a varios santos. Es indudsble que no ha habido víctimas, ni mucho menos una estructuración de santos menores y

7

santos de postín, salvo en la ignorancia religiosa de algún periodista. En el Osservatore Romano, ha publicado el P. Bugnini los cinco criterios que se han seguido para realizar la selección. Son: l.'^: Universalidad católica, puesto que «el calendario litúrgico ya no es propia¬ mente hablando, el calendario romano, sino el calendario de la Iglesia universal y todas las regiones de la tierra tienen que estar representadas de algún modo».
2°: La universalidad de la vida cristiana,
ya que la santidad vivida por el pueblo de Dios, el tipo ideal que encama o per¬ sonifica cada estado de la vida cristiana,
encuentra puesto en el calendario. 3.°: La representatividad en la expresión de san¬
tidad en las más variadas formas de ca¬
ridad, misiones, apostolado seglar, po¬ breza voluntaria y ascética heroica. 4.°: El testimonio de la historia plurisecular de la Iglesia, incluyéndose santos de to¬ dos los tiempos. 5.°: La actualidad en sus formas más expresivas y más adaptadas
a las recientes formas de pensar.
España y sus problemas
«La Santa Sede tiene la impresión de que los españoles no nos sentimos com¬ prendidos por Roma y yo puedo asegu¬ rar que no es así. He podido observar que hay un interés, una preocupación y un aprecio realmente impresionante de nuestro catolicismo español», ha dicho hace unos días el Cardenal Primado, an¬
te unos 100 sacerdotes de su diócesis.
«Si en algunos puntos no estamos sin¬ cronizados, es porque quizás miramos nuestros problemas con visión localista, nacional, olvidando que, hoy más que nunca, hay que mirar a la Iglesia desde una perspectiva universal». Dijo también que la Santa Sede está realmente preo¬ cupada por la designación de los nuevos obispo?, cuyos nombres no llegan a Ro¬ ma. «Expulsemos de nosotros todo loca¬ lismo que nos puede perjudicar en una visión total de la Iglesia en su realidad actual... Hoy más que nunca necesita¬ mos todos dos cosas: no desconfiar ni
hacer desconfiar de las orientaciones
que se den. Todos podemos tener fallos,
ñero ello no debe minar la confianza en
las personas y en las instituciones debi¬
damente constituidas». Cansados de leer
más y más declaraciones protocolarias y sin vitalidad, xmo se alegra profunda¬ mente al observar las atinadas palabras de nuestro Primado, hombre profunda¬ mente preocupado por los problemas más vitales del catolicismo español. Re¬ firiéndose a la salud del Papa ha dicho: «En el Papa no hay cansancio físico ni

pesimismo moral, como algunos han que¬ rido conjeturar de algunos de sus dis¬ cursos leídos. Su aspecto se presenta en ocasicnes físicamente agotado tras la in¬ tensidad de alguna de sus jornadas, pero en otras ocasiones se le puede ob"ervar lleno de vitalidad y juventud. Puede exis¬ tir actualmente algún peligro de escisión —que nunca faltó en determinadas épo¬ cas de la Iglesia— lo que hace que el Papa aparezca para muchos prudente¬ mente prevenido. Pero yo le he encon¬ trado más optim'sta de lo que yo mis¬ mo creía. Preocupado, pero esperanza¬ do... El Papa está dispuesto a decir algo más sobre la «Humanae Vitae»; sólo está esperando la oportunidad de decir¬
lo».
Sacerdotes procesados
Es indisimulable el afán sensacionalis¬
ta de algunos periódicos en recoger y jalear noticias que tienden a presentar a curas y religiosos como rebeldes, re¬ volucionarios o cosas parecidas. Alguien ha escrito que esto sería admirable «si el mismo criterio se aplicara valiente¬ mente a criticar problemas y abusos que en el campo político, de lo social, de lo económico, están cometiendo hombres
de la misma contextura física de los que
son sacerdotes». Los sacerdotes pueden fallar y de hecho fallan. Pero todo este
afán sensacionalista va más allá de la
simple intención informativa, pasando a revelar un espíritu desorientador y anár¬ quico.
Carecen, por ejemplo, de fundamento las maliciosas críticas y las reticencias, implícitas y explícitas, que se han verti¬
do acerca do la conducta del Administra¬
dor Apostólico de Bilbao, a quien no ha dejado de presentarse, en algunos con¬ textos informativos, como im aparente obstáculo para la buena marcha de las actuaciones judiciales. El propio Obispo
ha declarado inocente al Vicario de Pas¬
toral y ha hablado claramente de «infor7 maciones perturbadoras».
Más de 300 sacerdotes reunidos en
Vich han hecho una declaración en la
que expresan su alegría por haber se¬ guido su vocación. «Renovamos —dicen—
la ofrenda de nuestro celibato eclesiás¬
tico, convencidos de ser muestra supre¬ ma de nuestro amor a Dios, una libera¬ ción de las mil ataduras materiales que impiden la libre entrega a las almas». Y de este hecho, apenas se ha hecho eco nuestra prensa, insensible casi siempre a lo que a buen ejemplo puede sonar y pendiente, por otra parte, de todo lo que
huele mal.

8

SAN ANTONIO DE PADOA,
«GENERALÍSIMO »

Tela de San Antonio de Padua, con otuendo de Generalísimo, colo¬ cada en la clave de su capilla en la Basílica de Son Froncisco de Palma.

f^or ahí se corre la hablilla de que el inolvidable Juan XXIII contes¬
tó, con su bondadoso humorismo, a un grupo de religiosas cuya Superiora le dijeron llamarse «Madre de la Santísima
Trinidad» «Pues ahí donde ustedes me
ven, yo no soy más que el Vicario del Hijo» (Jesucristo).
Ello nos trae a la memoria cuán corto
se quedó el clásico (Lope o Cervantes) cuando, para ensalzar a San Francisco, le puso «Alférez», no pudiendo sospe¬ char por ningún camino que, andando el tiempo, alguien había de dar a su humilde seguidor, San Antonio de Pa¬ dua, el título de «GENERALISIMO».
Que ello fue así no lo decimos de gracia, sino que... ahí van unas «telas» (en los grabados adjuntos) que nadie nos va a rechazar por argumentos me¬ nos fuertes que los consabidos papeles del refrán: «cantan papeles...»
Fue el caso que, trasegando escondri¬ jos en pos de noticias de nuestro pasa¬ do (¿mejor o peor?), cayó en nuestras manos el «Llibre de Antiguatats...» del Donado Calafat en el que, cuando des¬ cribe la capilla nueva de S. Antonio del Convento de San Francisco de Palma,

estampa: «En la clave —hay— la figura
del dicho S. Antonio a manera de «Te¬
niente General» con bastón de mando y sombrero de tres picos».
Nos cogió de nuevo tan singular de¬ talle y, curiosos, empezamos a traer y a examinar notas y documentos del nues¬ tro y de otros archivos, para ver de dar en el clavo de aquella clave, si se nos da por bueno el poco ingenioso jue¬ go de palabras.
Casi se nos había pasado de la me¬
moria lo del sombrero tricorne del
santo Abogado de las cosas perdidas, cuando, estando de visita al Convento de Inca (que no debía tener para nos¬ otros secreto alguno dada nuestra lar¬ ga permanencia en él) se nos puso al ojo, restaurado por manos de hábil ar¬ tista, un cuadro de S. Antonio... ¡con sombrero de tres picos, banda y bastón
de mando!
Sorprendió a nuestro interlocutor nuestra admiración y, comentando el caso, subió de punto nuestra curiosidad e interés por descubrir el enigma. Co¬ giendo otra vez el hilo dç nuestras pesouisas, tornamos al revolver de papelo¬ rios y, como el que no se cansa alcanza y al fin se canta el Gloria, acabó por

9

Otra tàla, con el mismo motivo, de trazos un poco más torpes, pero interesante porsu fondo (tal vez la ciudad de Orón) que antes servía para cubrir el nicho de la capilla de San Antonio del Convento de Inca, en tiem¬ po de Pasión. Actualmente se conservo fue¬
ra de la iglesia, con un marco moderno.

rendirse a nuestras inquisiciones el jero¬ glífico.
En la «Memoria de la obra de la Is-
glesia de St. Franch, escrita per N. P.
Pere Barceló>' (MS. que se conserva en nuestro Archivo), leimos: «A 28 Mars
1745, en la Capella Nova de St. Antoni que sa fabr que, sa ha posat en la clau de dita Capellq. la figura de St. Antoni
com a «generalíssim» perque quant anaren los Spañols a Conquistar Orà el General de lo exercit que era Montemar per tanir bona expedició eligí a St. An¬ te de Padua per «GENERALÍSSIM» y en las banderas o estandarts lo feu pin¬ tar de la forma que ésta figura» (1).
Ya lo saben pues, nuestros lectores: S. Antonio de Padua, no sólo es Aboga¬ do y protector de bienes y objetos per¬ didos, como reza su Responso; de no¬ vios por hallar, según antigua devoción juvenil; de los que bregan por arran¬
car al mar su sustento («el mar sosie¬
ga sus iras»), sino que también fue pro¬ tector y «GENERALISIMO» de aquellos que por el líquido elemento fueron en busca de nuevas tierras para España y de almas para el cielo.
P. Francisco AMENGUAL, T. O. R.
(1) Repasando el «Libre de Antigua^ tats» del Donado Calafat, publicado por D. Jaime de Oleza en 1928, vimos tam¬ bién, como apéndice, la transcripción de dicha Memoria en la que, por distrac¬ ción, se puso traje por trasa.

La lámpara de cristal riñe a la de arcilla porque le dice: «Prima» Y la lu¬

na se levanta, y la lámpara de cristal, sonriendo blandamente, le dice: «¡Her¬

mana mía!»

•

•

•

Da gracias a la llama por su luz, mas no te olvides de la lámpara paciente,

siempre en pie la sombra.

4

•

•

Tengo encendidas mis estrellas en el cielo, y ¡ay! de la lamparíta apagada

en mi casa.

•

•

•

El sol poniente preguntó: «¿No hay quién pueda relevarme?»

«Se hará lo que se pueda. Maestro», dijo la lámpara de barro.

•

•

•

Dios ama la luz de las lamparillas de los hombres más que sus grandes

estrellas.

e

•

e

Apaga, si quieres, tu lámpara; yo conoceré tu oscuridad y la amaré.

RABINDRANAZ TAGORi

10

FISONOMÍA DE SAN FRANCISCO

Con los hermanos pajaritlos

...Y tomando por compañeros a fray Maseo y a fray Angel, hom¬ bres santos, marcharon a impulso del espíritu, sin escoger camino ni senda, y al llegar a un pueblo que se llamaba Cannario, se puso el Santo (Francisco) a predicar; mas antes ordenó a unas golondrinas que cantaban, que guardasen silencio mientras él predicaba, y obe¬ deciéndole ellas, habló allí con tanto fervor, que todos los hombres y las mujeres, movidos de devoción, querían abandonar el pueblo y marcharse con él. San Francisco no se lo permitió, sino que les dijo.

—^No tengáis prisa ni os marchéis, y yo dispondré lo que debáis hacer para la salvación de vuestras ahnas.
Y entonces pensó en fundar la Tercera Orden, para salvación de todos. Y dejándolos muy consolados y bien dispuestos -a penitencia, marchó de allí y pasó entre Cannario y Bevagna. Prosiguió más ade¬ lante con aquel fervor y al levantar la vista vio en algunos árboles que había a un lado del camino, innumerable multitud de pajarillos. Maravillado el Santo, dijo a los compañeros:

—^Esperadme aquí, en el camino, que voy a predicar a mis hermanitos los pájaros.
Y entrándose por el campo comenzó a predicar a los que había en el suelo. Inmediatamente acudieron los que estaban en los ár¬ boles, y permanecieron quietos todos juntos mientras San Francisco hablaba, y no se marcharon hasta aue les dio su bendición. Y según refirió después fray Maseo a fray Santiago de la Masa, andando San Francisco por entre ellos, tocábales con el hábito y ninguno se mo¬ vía. La plática de San Francisco, en resumen, fue ésta:

—Avecitas, hermanas mías, muy obligadas estáis a bendecir a vuestro Dios y Criador, que os vistió de tan rico plumaje y os dio alas para volar; os señaló para morada la región pura de los aires, y, sin que vosotras tengáis que cuidaros de ello. El os sustenta y gobierna con admirable providencia.

Al decir San Franci^'co estes palabras, todos aquellos pájaros

comenzaron a abrir los picos, alargar los cuellos, extender las alas,

inclinar reverentemente la cabeza, mostrando con las actitudes y el

canto, que las palabras del santo Padre les daban grandísimo pla¬

cer. Y San Francisco se alegraba y recreaba juntamente con ellos,
maravillándose mucho de tanta multitud de pájaros, de su belleza y

variedad y de la atención y familiaridad que mostraban. Por lo cual,

juntamente con ellos alababa devotamente al Creador.

—

Finalmente, terminada la nlática, San Francisco hizo sobre ellos la señal de la cruz y les dio licencia para marchar. Al instante se le¬
vantaron todos ordenadamente en el ahe, cantando admirablemente,
y luego, según la dirección aue San Francisco les había hecho, se di¬ vidieron en cuatro partes, volando una hacia el Q-^iente, otra al Oc¬
cidente, la tercera al Mediodía y la cuarta hacia el Norte, y cada ban¬ dada partía cantando maravillosamente. En lo r·u·^l se significaba que, como San Francisco portador de la cruz de Cristo, les había
predicado y hecho la señal de la cruz, según la cual se dividían hacia las cuatro partes del mundo, así la predicación de la cruz de Cristo, renovada por San Francisco, debía ser llevada a tolo el mundo por él y sus frailes, los cuales, a manera de avecTlas, sin poseer nada propio en este mundo, fiaban su vida en la sola Providencia de Dios.

En alabanza de Cristo. Amén.

FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO, narte I, c. 15 S. Buenaventura, LEYENDA DE SAN FRANCISCO, c. 12.

n

¿APERTURA A LA DESHONESTIDAD?

//
ivimos en la época de las aper¬ turas. Pero si éstas pueden ser de¬ seables y laudables en muchos puntos en que antes reinaba una com¬
pleta e inmotivada cerrazón, no sucede
lo mismo en otros donde parece que
hubiese sido mejor que al menos hu¬ bieran quedado inamovibles las esque¬ máticas hojas de parra. Nos referimos
concretamente a cuestiones más o me¬ nos relacionadas con el sexo.
Llevábamos unos años en que se ha¬ bían dejado como de lado las censuras o condenas de ciertas modas femeninas, de ciertos espectáculos, de ciertos atre¬ vimientos en la calle, de ciertas liberta¬ des en la playa, etc., que antes tanto se prodigaban en púlpitos y en revistas y periódicos católicos, tal vez con su po¬ co de oratoria exhibicionista o mojigate¬ ría y candidez de beata. Pero última¬
mente ha sobrevenido un recrudeci¬ miento tan enorme de inmoralidad en materia sexual, que se ha tenido que levantar otra vez el grito de alarma.
Llenaba el primer espacio del número anterior de esta revista, una declara¬ ción de los Padres de Familia de Méjico que se sienten, con mucho motivo, se¬ riamente preocupados ante la invasión de fango y vulgaridad de la que sus hi¬ jos no pueden encontrarse a salvo en ninguno de los sitios donde se desarro¬ lla su vida cotidiana, ni en el hogar ni en la calle, pues la televisión, el cine y el teatro, así como los puestos de pe¬ riódicos y revistas, con sus desnudos o semidesnudos femeninos, ofrecen una

fuerte y continua incitación al desbor¬ damiento de las pasiones y a la corrup¬
ción de las costumbres.
En otro trabajo, escrito con gran sen¬ satez y contimdencia, que se insertaba también en el pasado número, el autor se preguntaba: «¿Cómo es posible que la sociedad entera, los Estados, las jun¬ tas de censura de espectáculos y de pu¬ blicaciones colaboren tan ciegamente a la campaña de sexualización y corrup¬ ción de la juventud?». Y añadía: «Una juventud sin control de la sexualidad es imposible que cree familias estables, es¬ píritu de disciplina y de trabajo, que lleguen a ser padres y madres fieles y decentes». Creemos que esto es poner el dedo en la llaga.
Ocupados en la ordenación de esas líneas, leemos en el periódico que el presidente de los Estados Unidos, Ni¬ xon, se ha visto obligado a pedir al Se¬ nado que tome medidas legislativas pa¬ ra impedir el uso del correo para enviar anuncios obscenos, pues las casas norte¬ americanas, decía, están siendo bombar-
La prensa católica — escribió
Juan XXIII — «es uno de los
medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y
amar »
EL HERALDO DE CRISTO
es prensa católica.
^;

12

deadas con el volumen más grande en la historia, de correo con orientación se¬
xual.
Y, por último, en una crónica de Roma aparecida hace poco en una revis¬ ta católica española, bajo el título de
«Las causas de la carrera a la obsceni¬
dad», se nos informaba de que en el
«Osservatore Romano» se había publi¬ cado tm editorial en que se enumeraban las manifestaciones donde más descue¬ lla el hecho, de la obscenidad, tomando los datos de los periódicos italianos y franceses. La tinta más negra se reser¬ vaba para la reprobación de los excesos fílmicos en materia erótica y sexual. Só¬ lo los títulos de las películas que se citaban eran ya de por sí tan villana¬ mente expresivos, que escribirlos aquí sería provocación innecesaria.
Analizando las causas de la ola erótica
actual, aquel cronista, sacándolo del
mencionado editorial del diario vatica¬
no, señalaba como principales: la falta de reacción o protesta del público ante
el derrumbamiento de las murallas de
la decencia; la explosión del materialis¬ mo freudiano y «una filosofía práctica consistente en barrer los «tabús» del sexo en busca de la «liberación»; y el subjetivismo y relativismo moral, «ol¬ vidando que para los cristianos el or¬
den moral no está confiado al arbitrio de cada uno, sino que tiene su norma en el orden natural y en la ley positiva divina». Otra causa, ésta de carácter so¬
cial, es la dispersión de la familia, ce¬ sando así de ejercer su fxmción defen¬ siva y protectora sobre los hijos. Y de ahí la precoz autonomía de los jóvenes con lo cual se ven multiplicadas las ocasiones y los incentivos para la liber¬

tad de las costumbres. Esto viene a de¬ cir, en resumen, el cronista de Roma.
Hasta hace pocos años para extremo¬ sas procacidades sexuales se tenía que acudir a algún «Moulin rouge» o «Chat noir» de alguna capital europea, cosa que sólo podían permitirse los viciosos
más o menos acaudalados. Ahora el ero¬
tismo más crudo, el desnudismo inte¬ gral se van introduciendo, más o menos a hurtadillas, en el cine, cine cochon (cine puerco o cochino, en castellano) en este caso. Y el cine es el espetáculo de masas por exelencia. ¿Se piensa en las consecuencias que puede esto tener para el futuro, no ya religioso, sino cí¬ vico y hasta material de una sociedad tan violentamente sacudida por el estí¬ mulo del sexo? Los países comimistas demuestran ver más claro que los occi¬
dentales en ese asunto de la decencia
pública. Fr. M. C., T. O. R.
PARTIERON HACIA LA CASA DEL PADRE
CORRAL DE ALMAGUER (Toledo). — Día 18 da febrero, D ^ Andrea Sánchez, Vda. de López, madre de Sor María del Buen Pastor. Franciscana,
FERRERIES (Menorca). — Día 14 de marzo, a los 72 años de edad, D. Juan Florii Mascaró, padre de Sor Juana de Cristo Rey, Religiosa Franciscana.
ARIANY.—Día 5 de mayo, a los 49 años de edad y víctima de accidente, D. Juan Dalmau Moragues, suscriptor de esta revista y esposo de D.® Antonia Tugores Mestre.
INCA.—D.® María Prats Saurina, terciaria, falle¬ cida el 7 de mayo, madre de D.® Jerónima Payaras, Te¬ sorera de la Hermandad de aquella ciudad, y madre política de D. Antonio Ramis, Secretario del Discreto¬ rio de Hermanos.
Dales, piadosísimo Jesús, el descanso eterno.

13

PA GINA

I. I T E R A H I A

DR P A. S S A D A. *

Pujols i comes d’aquell endret, tot ho domina l’humil poblet de la pujada de l’aspra costa. Un ramat sembla que al puig s’acosta: sembla una boira que el puig atreu, i emperesida, roman al peu.
Com m’agomboles, dolça peresa d’un lloc tot calma, tot placidesa, on en silenci l’hora s’esmuny i el cor enyora l’amic de lluny!
L’església, oberta de matinada, resta a gran-dia porta tancada, el sant de pedra sobre el portal: —aquella església allunya el mal—.
Per tot s’escampa la poesia, i un bell desordre ple d’harmonia riu per les cases i els horts fruiters: fresques bardisses de romaguers, marges i tàpies mig derruides, síquies que corren, branques florides, parres que ombregen casa i pedrís, tot té somriures de paradís.
Els molins roden al bes del vent,
i el vent alena, tan indolent... A dins les saques cau la farina, cobreix les moles blanca polsina, i arbre i antenes van gemegant si el buf de l’aire se va encalmant.
La creu del terme guarda l’eixida, prop d’on fresqueja la font humida que fa a qui passa pel llogaret desig de beure sens tenir set. La font trascola de la muntanya: la gent hi conta llegenda estranya
14

de remors fondes, columnes d’or i aigua estil.lada que en surt del cor.
Per la muntanya de la Comuna tallen la llenya de bona lluna; tothom n'hi talla, tothom fa feix: com més la tallen, més verda creix.
Per la muntanya de la Comuna pugen les bísties d’en una en una...
Van totes soles a pasturar;
l’herba que mengen torna brostar. Per molt que pugin, per lluny que sien, els nins del poble bé les destrien; la del vicari, la del padrí! De les esquelles se fa sentir l’alegra nota que escampa el vent, el vent que passa, tan indolent...
Com m’enamora la rustiquesa d’aquest paratge tot placidesa, sa gent tan bona, son cel tan blau! Cantar volia sa dolça pau, font solitària de poesia; però, cantant-la, dins mi sentia com un somriure brufat de plor...
—Boires que passen a frec de cor—.
Maria Antònia Salvà
* Dins la «Pàgina literària» dels dos mesos anteriors hi hem fet passar els poemes on Maria
A. Salvà fa clara menció de Randa o de les coses
del seu Puig. Heus ací un altre poema on Pautora, sense dir-ho, ens retrata ben al viu aquell mateix lloc. S adjunti encara aqueixa al bell ram
de flors randines de nostra gran poetessa.

PRIACAVRRAL

l

D’un roser entre les branques

un rossinyol penjà el niu;

-s

ramell de poncelles blanques

li feien redòs ombriu.

L’oratge s’embalsamava

d’aromes de taronger;

cel i terra, tot callava;

la lluna son raig filtrava

pel fullatge del roser.

I el rossinyol nit i dia

cantava sa melodia,

plany d’amor que els aires fer.

Cantau, cantau, cors que estimau,
cantant s’adorm la pena; cantau, cantau... cantant reviu la pau.

Cercant borrallons de llana
per espinals i ravells, els buscarets de la plana fan llurs nius d’amor novells.
Sota els cards d’una vorera
troben l’ignorat redol,
sense esment de la barrera
que allà prop gisca, sorrera, com un gemec de condol. I el buscaret d’ales fines, vivint d’amor entre espines, no té enveja al rossinyol.

Arnau, amau,
cors que penau
pel cor l’amor és vida,
vida suau, rosada del cel blau.

Un jom, quan la garriga es deixondia a l’eclosió fecunda de l’estiu, dins un brot de vidauba que floria, per un ravell, hi vaig trobar un niu.
Amb les ales obertes l’abrigava Vaucella- mare amb exquisit esment; només a estones els fillets deixava, volant, per a cercar-los aliment.
Falaguera després tornar solia al niu de ses amors portant menjar, i amb son béc els petits ella peixia i altra volta els tornava agombolar.
Mes un capvespre, a l’acostar-m’hi, a l’hora que es fa dolça la pau de l’ombradís, m’estranyà que l’aucella de la vora, sobtada per ma petja no fugis.
Pobra mesquina! la trobí sens vida, ales esteses i el capet penjant, les plomes sanguejant d’una ferida que li robà la vida palpitant.
Covant encara els fills amb tendra cura, s’era extingida la calor del pit, i els pobrets, ignorant tal desventura, obrien, plens de fam, llur béc petit...
D’aquell niuet l’escena desolada amb sa tristesa penetrà el meu cor. —No moriran! —vaig dir, i la niuada vaig emportar-me’n, com cullida flor.
Ai! qui al perdre una mare en l’infantesa, va trobar tant d’esment, tanta bondat, ¿deixaria morir en l’orfanesa
els aucellets del niu desventurat?

Maria Antònia Salvà

Maria Antònia Salvà

15

u M in amina

aria

nía

I
Més exactament hauríem d’epigrafiar «Els animalets en la poesia de...», títol que rebutjam per massa llarguer. I ens decidim per «animalets» i no per altres possibles formes de diminutiu perquè la que hem triada és tan entranyablement acollidora, tan comprensiva, que abraça animals de tota mena, fins i tot aquells que deurien esser classificats entre el bestiar més gros.. No ens anava tampoc bé, per a Na Maria Antònia, el simple «animals», com sigui que els que surten dins la seva poesia, ho acabam de mig dir, van gairebé sempre enrevoltats d’una atmosfera tot carregada de tant d’afecte i, fins i tot, de tendressa que, si no hagués de parèixer una certa profanació de l’epítet, en diríem maternal.
Dins la poesia, de Maria Antònia Salvà els animals s’hi belluguen tais com són en la realitat. Més bé modestament, franciscanament, d’acord amb el capteniment tan conegut i tan simpàtic de la poetessa. Lliures, per tant, de tot guarniment postís o de mots massa retoricats. No hi tro¬ barem res semblant a «bous potents», a «olímpiques eugues vencedores» o a altres expressions encarcarades, de regust virgilià. Solament això: «I contemplant les eugues, na Bufona / i na Perla i na Clenxa i na Betlem,...» o «ni el bouet ni la mula perpellejaven», quasi amb un to de llenguatge pla i familiar.
Raríssimes vegades el nom d’animal hi compareix, d’ns la poesia de Maria Antònia, com un objecte balder, per a omplir un buid o per a remei d’ima consonància esquerpa. No, l’animal hi és un ésser necessari, viu i eficient, rm «personatge» que hi té una funció específica. Si escriu que «per l’estesa de gavelles / fugen guàtleres i grins» és perquè aquests ani¬ malons són realment en aquell lloc i es senten pertorbats en el seu hàbitat ordinari pel trontoll o talabastaix de la segada; «la matinera terrola» no és im mer recurs literari, sinó quelcom d’existencial i constitutiu dins el bocí de paisatge que l’autora emmarca dins la vasa fina dels seus versos; en la quarteta «Per l’ombra de la cisterna ,/ es belluga un llumet viu... / Es la primera lluerna, / llumenaret de l’estiu», els mots cisterna i lluerna hi tenen vida pròpia, no són com a dues germanes siameses, lluerna no de¬ pèn de cisterna. I així quasi sempre.
Maria Antònia Salvà no escriví cap tractat de fauna mallorquina o llucmajorera. Ni tan sols una secció de «fauna humil», així com la té de «flora humil». Animals freqüentíssims dins l’illa, de nomenclatura ben ca¬ solana, no figuren dins la seva poesia. Cap vegada no anomena el «ruc», el «moix» (però sí «gatet» i, dins la prosa, «moixets», «moixeta»), l’«òliba», el «pinsà», la «taranta», la «gramanera», etc. I el motiu és aquest: no ha descoberts aquests estadans dins el fragment de camp o de ciutat vers on s’ha adreçat el màgic objectiu de la seva especial sensibilitat poètica.
No obstant, és riquíssima la poesia de Maria Antònia en denomina¬ cions populars de nostra fauna. Són molts els seus poemes on hi surt un o altre animal i aquest hi és tractat sempre amb l’amor i delicadesa, qua¬ si caritat, que hem dit al principi. Vegi’s una mica això en els tres poemes reproduïts en nostra «Pàgina literària», que no són els més significatius. Però dins el titulat «Orfanesa» sí que hi aboca tot l’exquisit contingut d’afectuosa compassió del seu cor. El fet de la primerenca orfandat pròpia, de la qual la poetessa en fa evocació, ha comunicat als versós un to i un estremiment de veres impressionants.
Fra M. C., T. O. R.

T6

JUVENTUD ACTUAL Y...

II
¿QUÉ ES EL GAMBERRISMO?
Escribe: fray ro¡o

y ecuerdan la encuesta de que les
^
hablábamos el mes anterior. De
1.157 personas consultadas, 168 respon¬ dían con la palabra «gamberro» o «gam¬ berrismo» a nuestra pregunta sobre la JUVENTUD ACTUAL. El que un 14’5 por ciento de contestaciones espontá¬
neas se centren sobre el tema del gam¬
berrismo, significa que, cuando el río
suena...
Pero, ¿qué es un gamberro? Mi tío Eu¬ genio siente una imperiosa necesidad de contarme batallitas de su juventud cada vez que me ve. El y sus compañeros se saltaban, uno a uro, todos los bancos de la calle de Alcalá; hundieron un puente sobre no sé qué río de las inme¬ diaciones de Madrid, procuraban no pa¬ gar en los autobuses y tranvías, de vez
en cuando no encontraban la calle don¬
de vivían, o la casa, o la cerradura del portal...
Es decir; esencialmente la juventud de todos les tiempos y de todas las épocas ha sido igual: alocada, irrespon¬ sable, sexual y divertida. Nadie mejor que leer a nuestros clásicos para cono¬ cer cómo fueron los jóvenes de los si¬ glos XVI, XVII y XVIII.

sona que ha ido creciendo sin cariño porque es hijo natural, porque sus pa¬ dres se han separado, porque éstos tra¬ bajan todo el día o porque, conviviendo con él, son incapaces de darle ternura.
El gamberro es un ser con un enor¬ me complejo de inferioridad ante la vi¬ da. En su trabajo, en el colegio, dentro de su familia, es un pobre diablo. In¬ cluso será motejado de cobarde, de tí¬ mido, de miedoso...
Yo he seguido a auténticos gamberros durante horas. De su casa al trabajo, del trabajo a su casa...
¡Jamás podré olvidarme de uno de
ellos! Se llamaba P. A. D. Cuando se
metía en el metro parecía que se trans¬ formaba en sello de correos. ¡Daba la impresión de que se pegaba material¬ mente a las paredes del coche! Su si¬ lueta no abultaba más que el filo de un papel. Incluso su color era blanco, como
el reverso de todos los sellos...
El gamberro es un ser sin ilusiones ante la vida. No aspira a un puesto más elevado. No aspira a saber más para ser más. No aspira a un amor normal. No aspira a tener una familia...

Sin embargo, hay algo fundamental que distingue a nuestra juventud de las generaciones pasadas: la falta de ale¬ gría. Nuestra juventud será una juven¬ tud ruidosa, melenuda, bailante, rítmica, mimètica, solidaria, poco elegante, pro¬ miscua..., pero no es alegre.
Y de esta falta de alegría nace el gam¬
berro.
El gamberro es un ser joven espiri¬ tualmente apaleado por la sociedad a cada instante. El gamberro es una per¬

Siempre ha existido este tipo de per¬ sonas. Sólo que, en tiempos pasados,
era más fácil deshacerse de ellas. Se
enrolaban en los ejércitos como volun¬ tarios, desaparecían de sus domicilios y se presentaban en América o se hacían salteadores de caminos para terminar ahorcados en cualquier plaza pública.
Apenas ha quedado huella en la lite¬ ratura universal de ese tipo de aventu¬ rero triste y sin horizontes. Y, sin em¬ bargo, ha existido. Hoy, no. Hoy apenas existen ejércitos de mercenarios —gra-

17

Cias a Dios, claro—■, ni hay bandas de corsarios con capitanes de pata de pa¬ lo. Hoy todo se ha tecnificado hasta tal punto, que el ser desarraigado no puede mpverse de donde está. Primero, porque la sociedad no se lo permite, pues para cambiar de país hay que te¬ ner una especialidad, dominar algo..., y el gamberro, con su complejo de infe¬ rioridad a cuestas, se cree incapaz de todo. Segundo, porque las fuerzas del mal —los piratas modernos— necesitan a estas gentes tal y como son y en su propio ambiente, porque sólo así resul¬ ta rentable el gamberro.
Este ser, como es lógico, no tiene fe. El único fin que concede a su vida es poder saciar sus instintos... cuando pue¬ de. Otra varíente muy importante del gamberro es que no busca el bien sen¬ sible — el placer, de cualquier clase que sea^—, para gozar de él. No, en abso¬
luto. En su animalidad busca únicamen¬ te saciar un instinto.
El gamberro es un ser que está en regresión. Nos demuestra que los estu¬
dios de Darwin sobre la evolución de
las especies es, cuando menos, incom¬ pleto. No solamente existe una evolu¬ ción «positiva» animal-antropoide-hombre. Es también posible la evolución «negativa», al menos síquicamente ha¬
blando.
El gamberro es un ser que, por falta de optimismo y alegría ante la vida, mata dentro de sí una gran parte de sus virtudes humanas y planta en su lugar o deja crecer más los instintos de puro animal que todos llevamos dentro.

dos esos instintos de fiereza, de anima¬ lidad, reprimidos durante horas, días o semanas, van saliendo a relucir. Poco a poco. Lentamente. Necesitan la interco¬ municación, ir pasando de unos a otros... Necesitarán música, una música que les aglutine, unos ruidos o unas ac¬ ciones que les unan, que les vayan dan¬ do confianza en sí mismos; pero dentro del grupo... Y los instintos irán afloran¬ do, irán saliendo los más fuertes, los más poderosos. Vendrá la sexualidad sin amor; la droga sin búsqueda de paz física, sino de alucinación: el crimen sin defender a nadie; la destrucción sin enemigos! la huelga sin derechos que defender; el fuego que encienda sin ca¬
lentar...
Ahora, ya tienen Vds. una idea de lo que son «unos gamberros». Y decimos «unos gamberros», porque «un gambe¬
rro» no existe. Necesita la manada. De
ahí que sea necesario, hoy más que nun¬ ca, vigilar las compañías de nuestros hi¬ jos. Pero vigilarlas actuando «en mana¬ da». Quizá se lleven más de dos de Vds. sorpresas muy desagradables. Porque ese chico o esa chiquita tan tímida, tan po¬ ca cosa, tan tontita... vayan a saber de lo que es capaz cuando actúa en función de animal envalentonado por la compa¬
ñía de los demás.
Y perdonen que nos dejemos muchas facetas importantes ; pero resumir li¬ bros enteros o años de experiencia en dos páginas, comprendan que es mate¬ rialmente imposible. Nos daríamos por muy contentos si las ideas expresadas fuesen claras..., y acertadas.

Por eso el gamberro necesita de la «manada». SolOj, es un cero a la izquier¬ da, un inútil, un hombre incapaz de cualquier acto antisocial. Necesita del grupo para sentirse seguro. Pero nece¬ sita no un grupo cualquiera, sino «su» grupo, «su» manada, compuesta de seres que sufran como él y, como él, se sien¬ tan seguros al reunirse. Entonces, to¬

18

CONFUSIONISMO IDEOLÓGICO

por César VACA

El terreno de las ideas ha sido siem¬
pre un campo de batalla, menospreciado con frecuencia por quienes piensan que lo único importante son los hechos, y
que las teorías son poco menos que juegos para intelectuales. Se olvidan que la relación entre las ideas y los hechos es tan estrecha y vigorosa, como lo es la existente entre un explosivo y la des¬ trucción que provoca cuando estalla. No ha existido revolución alguna que no ha¬ ya comenzado por una nueva filosofía, la cual va de la mente de su creador a
encarnarse en las masas, que la convier¬ ten en historia y en realidad.
Unas ideas confusas producirán con¬ fusión, como unas ideas claras determi¬
nan situaciones claras también. La filo¬
sofía se hace pronto política. Este pro¬ ceso vale para la vida civil y para la re¬ ligiosa. Hoy andan las ideas demasiado enrevesadas y faltas de claridad en to¬ dos los terrenos, y nos conviene apor¬
tar el máximo esfuerzo en aclarar con¬
ceptos, discurrir con lucidez y expresar¬ nos sin ambigüedades.

yor parte viven todavía?» (1.“* Cor. 15,6). Porque el hecho de la desaparición del cuerpo de Cristo podría haber obedeci¬ do a diferentes causas, incapaces de en¬ gendrar la fe en su resurrección. Lo que constituye la prueba irrefutable es ha¬ berle visto vivo después de su muerte. Esto es lo que «testifican» los apóstoles, desde Pedro a Pablo, lo que engendra esa fe que les hace cambiar de actitud, lo que la Iglesia, desde entonces, defien¬ de «como el hecho histórico», sin el cual «sería vana nuestra fe; y aún seguiría¬ mos en nuestros pecados». Si la resu¬ rrección de Cristo no es rigurosamente histórica «también los que durmieron en Cristo están perdidos» (Ib. 15, 17-18).
Las fuentes documentales de los hechos
citados son las mismas: los evangelios, los hechos de los apóstoles y las cartas de San Pablo, dan la doble referencia de la desaparición del cuerpo de Cristo, con el sepulcro vacío, y las apariciones. O lo aceptamos todo o lo rechazamos en bloque.
La cuestión no es baladí, porque se

Hace irnos días, poniendo un ejemplo • reciente, y a mi parecer bastante claro, leí en un periódico un artículo titulado «Una teología al día». En él se habla¬ ba de un curso para universitarios, da¬ do por un teólogo bien conocido. Como no asistí a las clases, ignoro cómo se explicó el tema, pero donde está el con¬
fusionismo es en la referencia del artí¬
culo, en el que se dice: «Un ejemplo: el de la Resurrección de Cristo. ¿Qué es aquí lo absoluta y rigurosamente histó¬ rico? Dos cosas. Que el cuerpo de Cristo ha desaparecido, y la fe inquebrantable de la primera comunidad en la Resu¬ rrección. Tanto así, que esa fe motivó
un cambio radical en la actitud de aque¬ llos hombres medrosos y cohibidos, que
a partir de la Resurrección se volvieron actuantes e intrépidos.»

—

•

Los dos hechos citados son ciertos,
pero el modo de expresarlos deja unas lagunas muy serias sobre otro «hecho», que constituye la clave de la fe en Cris¬ to. ¿Por qué no se afirma que es tam¬ bién «absoluto y rigurosamente históri¬ co» que Cristo se apareció muchas veces y fue «visto» por los apóstoles y «más tarde se apareció a más de quinientos hermanos juntos, de los cuales, la ma¬

World Reg Trado Mark Mado in Spain
Producidas por INDUSTRIA española DE PERLAS, S. A.
MANACOR (Malloroo)
Distribuidoras mundiales INDUSTRIAS HEUSCH REUNIDAS, S. A.
Numonclo, AS oo.
BARCELONA (Eepano)

• ■■■

■

19

trata de una de las numerosas confusio¬
nes que están insinuándose subrepticia¬ mente en la enseñanza religiosa, sin lle¬ gar a comprender muchos fieles de bue¬ na voluntad su alcance y consecuencias,
que es, nada más ni nada menos, que la destrucción de la fe en lo dicho por el Evangelio y, por consiguiente, en el pun¬ to de apoyo más firme sobre el que se sustenta toda la creencia religiosa.
La desdichada distinción entre el
«Cristo histórico» y el «Cristo predica¬ do», divulgada por Bultman, socava y enturbia por entero el mensaje de Cris¬ to, poniendo en tela de juicio la auten¬
ticidad histórica del testimonio de los
apóstoles, a quienes se convierte, de «testigos» auténticos de la verdad, en
creadores de un mito. Hácese así pasar el punto de gravedad de la fe cristiana,
desde la creencia en una palabra trans¬ mitida directamente desde Cristo, a fiar¬
se solamente en un testimonio apoya¬
do en la investigación histórica, cuyas interpretaciones v cambios todos sabe¬ mos cuánta es su inestabilidad y falta de consistencia. El mayor enemigo de la fe, en una doctrina que engendra cer¬ teza, no es la fe en otro credo distinto

o contrario, aunque sea erróneo, sino la pérdida de esa certeza y la inseguri¬ dad en la verdad de lo que se venía cre¬ yendo, es decir, en la duda, sobre la cual no es posible apoyarse nunca pa¬ ra dirigir la vida.
Podrían aducirse otros ejemplos, den¬ tro y fuera del ámbito religioso: en las ideas sobre la patria, sobre el honor, sobre la rectitud, sobre la distinción en¬ tres el bien y el mal, entre el pecado y
la virtud. Malo es cambiar un credo
verdadero por otro falso, pero es más grave quedarse sin mnguno. Vivir a la luz del sel, o con iluminación en la no¬ che es viable, pero es imposible caminar metidos en una niebla espesa, Y cierta¬ mente llamar a esto poner la «teología al día», deja en lugar muy desairado a los verdaderos y sacrificados teólogos que hoy se esfuerzan, con su mejor bue¬ na voluntad, en tratar, como siempre lo han hecho los pensadores honrados, de iluminar a los hombres con la verdad, aprovechándose de la Historia, avanzan¬ do y ahondando en el misterio, pero ju¬ gando siempre limpio.
De «Ya», 26-111-1969

VIAJARA UNA REPRESENTACION DE MALLORCA A CALIFORNIA

Los mallorquines estarán presentes en la celebración del 200 aniversario de la fundación de la misión de San Diego — California.

Por invitación del Comité Directivo
«San Diego 200th Anniversary, Inc.» de los festejos que deben celebrarse en San Diego, en el próximo mes de Julio, la Asociación «Amigos de Fray Junípero
Serra» con la colaboración de la Sec¬
ción Juniperiana del Círulo de Bellas Artes, están organizando un viaje a los EE. UU. de América, para asistir una nutrida representación de Mallorca a las fiestas del 200 Aniversario que se cele¬
brarán en honor del Gran Fraile ma¬
llorquín Fray Junípero Serra.
Además de efectuarse la ruta y visita de las Misiones de California, siendo recibidos por altas personalidades, se vi¬

sitarán las importantes ciudades de Nueva York, Washington, Los Angeles, San Francisco, Chicago, Búfalo y Cata¬ ratas del Niágara. La duración del viaje
será del 10 al 31 de Julio.
La Asociación Amigos de Fray Junípe¬ ro Serra, desde estas líneas, se compla¬ ce en invitar para que se unan a dicho viaje, a todos los mallorquines y simpa¬ tizantes de la Causa Junípero Serra.
Gustosamente facilitarán toda clase de
información, la Asociación de Fray Jimípero Serra de Petra, la Sección Juniperiana del Círculo de Bellas Artes, y la Cia. Hispanoamericana de Turismo.

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NUESTEA pequeña H18T0KIA

Tfletlio siglo atrás,,.

I los pueblos vecinos habían honrado cum-
plidamente a sendos Franciscanos, pre¬ claros hijos suyos; primero Petra, en 1913, al gran apóstol y civilizador de California, Fr. Juní¬ pero Serra; luego San Juan, en 1917, al primer mártir de aquellas tierras americanas, Fr. Luis Jaume. Completando el triángulo, ahora también la vecina villa de Sineu, el 29 de mayo de 1919, había rendido su «Tributo merecido» (primer epí¬ grafe del número de junio de aquel año) a su igualmente hijo Franciscano, Fr. Juan Riera, cé¬ lebre lulista y defensor en Roma de la causa luliana. Firmaba el trabajo el benemérito histo¬ riador petrense, Francisco Torrens, Pbro. T.
A continuación podía leerse en aquel número una bella poesía, de marcado sabor verdagueriano, firmada por Tarsici. Se titulaba «Des del Sagrari». Esta poesía se reproduce en la re¬ ciente publicación de Juan Bta. Munar, Pbro., Margarita de Costitx, y por una nota inserta en p. 98, descubrimos que el autor de dichos ver¬ sos es el «malogrado Juan Salom».
Ocupando seis páginas y media, con tres gra¬ bados intercalados, venía después la reseña de la peregrinación franciscana a Sineu, efectuada el domingo, día 29 del mes de mayo anterior. Estaba tomada del periódico «La Almudaina». Probablemente la había escrito D. A. García Ro¬ ver. Los actos habían sido los de siempre: por la mañana, la Misa de Comunión y la Misa ma¬ yor; por la tarde, el descubrimiento de la lᬠpida dedicada al P. Juan Riera y la gran pro¬ cesión. El pueblo engalanado. Peregrinos por todas partes. Autoridades, comisiones, banderas o estandartes de todas las Flermandades de Ma¬ llorca. Algunas Hermandades entonces exube¬ rantes de vida y ahora... Terciarios de Palma, La Puebla (unos 70), San Juan (300), Ariany (30), Campos (70), Campanet (120), Artá (60), Llucmajor (400), Pina (30), Inca (250), María (todo el pueblo en masa), Bunyola, Costitx (160), Algaida (100), Porreras (60), Lloseta (60), Petra (70), Muro, Santanyí, Alquería Blanca, Es Carritxó, Mancor, etc.
Otros versos, éstos de A. García Rover. Títu¬ lo; «Capvespral».

Se ponía la primera parte de la biografía de «El Rdo. P. Fr. Juan Riera». Se supone que este
famoso Franciscano sineuense nació en 1579 y se sabe que «Ais 1 Juny 1633 morí en Roma el
P. Fr. Juan Riera essent allí per negocis del Beato Ramon Lull». Aunque el documentado tra¬
bajo va sin firma, en el número siguiente, el del mes de julio, donde se termina el bosquejo biográfico, suscribe Fr. Eduardo Faus, O. F. M, de Valencia.

De entre las «Noticias y variedades» mos destacar las siguientes:

pode¬

1.a La del Santo Cristo de la Agonía, de Limpias, que «abría y cerraba los ojos, y se cubría de sudor copioso». Aquello, que parecía sobrenatural, era presenciado por centenares de
personas: hombres y mujeres, gentes doctas e ignorantes, fervorosas, indiferentes, frías y ale¬ jadas de toda práctica religiosa. La devoción al Santo Cristo de Limpias ha durado hasta ahora.

2.3 Se aseguraba que el Papa entonces rei¬ nante, Benedicto XV, iba a reanudar las sesiones del Concilio Vaticano, convocado por Pío IX e interrumpido a causa de la ocupación de Roma por las tropas de Víctor Manuel.

3.a La inauguración del monumento • al Sagra¬ do Corazón de Jesús en el Cerro de los Ange¬ les, el pasado 30 de mayo. Asistían el Rey con toda la familia real, el Gobierno en pleno, el Nuncio de Su Santidad, el Cardenal Primado, veintidós Obispos, los Grandes de España, Ge¬ nerales y representaciones de todas las clases sociales en número de unas 20 000 almas, dando el hermoso espectáculo de consagrar España al Sacratísimo Corazón de Jesús.

En «Crónica franciscana» se publicaba la de la fiesta de la Asociación de las Josefinas de Artá, celebrada el domingo, día 4 de mayo an¬ terior. Predicó el P. Gabriel Tous, T.O.R. En la reunión de la tarde se dio el estado de cuentas
y hubo un discurso por el mismo P. Tous. Se
insertaba también la nueva Junta Directiva.

Y esto era todo.

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DOS CIUDi^DES

yi/i chimeneas, ni ruidos, ni prisas.
Es una ciudad diferente. Una ciu¬
dad en la que todo es paz y poesía. Don¬ de los niños pueden jugar sin temor, los ciudadanos trabajar con alegría y donde los jardines recrean la vista con el fulgor de sus flores. Amor y sosiego
toda ella.
—Buenos días, señor Juan.
—También los tenga usted, «señá» Pepa. ¡Vaya madrugadas de verano! ¿Y el señor Antonio?
—Ahí va tirandojo. Ya sabe usted, el
reuma...

dadera belleza. Todas bajitas, de una planta, con su pequeño jardín, su roja
valla y su diminuta piscina. Todas idén¬
ticas.

Es la hora del at9.rdecer, del paseo fortalecedor. La hora del reir de los jó¬ venes enamorados. La hora de la alegría en familia. La hora en que se goza del hogar, del amor, de la ilusión... Anoche¬
ce.

La ciudad se duerme poco
Quedan escasas luces en las
Todo calla...

a poco.
ventanas.

Escenas como ésta se repiten cada mañana en los balcones vecinos al mío. Existe entre todos el cariño y la com¬ prensión.
El sol se abre camino. El viento ba¬ rre las nubes. Una dulce calma reina en
el paisaje. La ciudad despierta.
Suena la hora del trabajo. : Como marionetas hábilmente dirigidas, todos los hombres salen a im tiempo, con la misma sonrisa, con idéntica canción en
sus labios.
Así, felizmente, comienza la jomada.
No hay coches. La alegría acorta las distancias y, si alguien se retrasa, no hay reproches.

Pero sé de otra ciudad corriente. Fan¬
go, suciedad, ruido, prisas.
Es la ciudad del semáforo, de la velo¬ cidad, de los negocios, del vicio.
La urbe de los grandes contrastes. En el centro, muy bella, aunque también muy superficial. Grandes edificios que se pierden en las nubes, bellos comer¬ cios, luminosos escaparates, anchas ca¬ lles, neones multicolores.
Mas, aléjate del centro. Entrate en la miseria. Mánchate de cieno. Contempla
las chabolas. Escucha el ruido estriden¬ te de esa moto, el desacordado sonido de
un receptor a todo volumen. Vive codo a codo Junto a estas gentes diariamen-

No hay guardias. ¿Para qué? No se necesitan. ¡Ah, hay uno! El Estado obli¬ ga a tener «policía mimicipal».

Y allí está el abuelo Pedro, con su uniforme impecable y su gorra un poco ancha. Es la alegría de los chiquillos. Siempre tiene un cuento, un chuchería, un consejo para darles. ¿Quién lo diría de un celoso guardián del deber?

A la tarde todo el mundo va a su casa, a unas casas que son una ver¬

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te. Te aseguro que sabrás lo que es una
ciudad.
Sin embargo, esos seres, personas co¬ mo tú, merecen algo mejor. Tienen de¬
recho a vivir. Se dan cuenta de todo y la ciudad no hace sino estimular su en¬ vidia.
Un céntrico hotel. Señoras cargadas de alhajas y con abrigos de pieles. Hi¬ pócritas camareros que se rebajan a to¬ do por una propina. Derroche, embria¬ guez, falsas sonrisas...
Una chabola de los arróbales. Una
madre que lava, un niño que llora por¬ que tiene hambre mientras sus hermanitos juegan desnudos en el barro de la
calle.
Taxis, descapotables, despampanantes automóviles por las grandes avenidas. Gente que marcha tan aprisa, que olvi¬ da que hay cosas más bellas que las que
se buscan con tanto afán.
En los suburbios, una destartalada camioneta y, a lo más, alguna que otra moto con el tubo de escape estropeado adrede para así poder experimentar la sensación de aue se es alguien.
Para todos llega la hora del atardecer.
La alta sociedad se divierte a su mo¬ do.
Los pobres obreros, al suyo. Han lle¬ gado del trabajo cansados, deshechos. Han arrojado a un rincón la bolsa don¬

de se llevan la comida del día. Ni si¬
quiera ven a sus hijos que a esas horas vagan por las calles. Y se van.
Van a una tabernucha infecta, malo¬ liente, de atmósfera cargada, donde en¬ tre blasfemias, palabras soeces, insultos y riñas, chato tras chato, pitillo tras pitillo, consumen el pobre jornal que han ganado con su sudor. Y todo en unas horas. Salen medio borrachos, y, al volver a su casa, discusiones con la mujer, peleas, malos tratos...
Mientras, la juventud se pudre aban¬
donada. Carencia de alumbrado. Pasiones
desenfrenadas, cines que esparcen basu¬ ra, salas de baile, cabarets...
Allí desahoga la falta de amor de sus padres, las palizas recibidas, los (des¬ precios del patrono, las humillaciones del compañero, su falta de cultura, y hasta su sed de justicia.
Y así un día y otro día. Toda la vi¬ da. Una vida destruida por la ciudad. Una vida que pudo haber sido, pero que no fue. Una vida de tanto valor como la tuya o como la mía que se ha perdido entre el humo de la ciudad por falta de... AMOR.
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PAGINA DEL TERCIARIO

JORNADA TRIMESTRAL DE FRATERNIDAD FRANCISCANA

Tue celebrada en Petra, Santuario de ^onanif tf caserío de cdriantf.

Sí. Me resulta grato el encargo recibi¬ do en el sentido de que cuente a los lec¬
tores de «HERALDO DE CRISTO» lo
que fue la JORNADA TRIMESTRAL DE FRATERNIDAD FRANCISCANA, vivida
el 20 de abril.
Ya sé que me objetarán que si jorna¬ das de esa índole se prodigasen demasiado, no se verían concurridas y que pronto conocerían el fracaso. No obs¬ tante, me permito insinuar a la dinámi¬
ca Junta Provincial de la T. O. F. que
piense en la posibilidad de repetir algo más dichas Jornadas. Ahora bien; como no es éste el favor que se me ha pedi¬ do, ahí tienes, lector, unas notas con las que he hilvanado rápidamente una bre¬ ve crónica para ti.

Más de 200, los más puntuales, eran
recibidos en Petra, a las 11 de la maña¬
na, en el Museo del Apóstol de Califor¬ nia. Nos atendieron con exquisita ama¬ bilidad: la Srta. Plora Riera, T. F. y Vice-Representante Honoraria de la So¬ ciedad de Pioneros de California; el Dr. D .Antonio Bauzá, Presidente de la Aso¬ ciación «Amigos de Fr. Junipero Serra»; D. Miguel Ramis, Ministro de la T. O. F.
y directivo de la citada Asociación; Rdo. D. Jorge Pascual, Párroco, quien nos acompañó en la visita ^ue giramos a la iglesia de S. Bernardino de Sena y al templo parroquial, donde se conserva la pila bautismal del insigne misionero pe¬
trense. El Rdo. Sr. Pascual nos dio muy
interesantes explicaciones en cada uno de los templos citados.

La convivencia fraternal se llevó a ca¬
bo entre los terciarios de Ariany, Artá, Inca, Lloseta, Llucmajor, Manacor, Mu¬ ro, Palma (Basílica de S. Francisco) y Petra, la villa donde nació el gran fran¬ ciscano Fr. Junípero Serra.
No podemos precisar con exactitud el número de seglares franciscanos que tomaron parte en los distintos actos de la Jornada, pero podemos asegurar que la representación de las Fraternidades citadas alcanzó muy bien, a no dudarlo,
un total de 300 terciarios.

A las 12,30, iniciamos la subida al San¬ tuario de Ntra. Sra. de Bonany. Tras la visita a la bella capilla, hubo tiempo li¬ bre para contemplar la incomparable panorámica que se divisa desde aquellas alturas; tiempo asimismo para el al¬ muerzo y para intensificar la conviven¬ cia fraternal. Esta se hizo más patente y formidablemente grata cuando, for¬ mando el familiar círculo que puede
apreciarse en el grabado adjunto, tercia¬ rios y terciarias pusieron algunas de sus
-habilidades artísticas al servicio de sus

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hermanos. Cito, por ejemplo, el humor largo que derrochó con sus chistes el franciscano de Artá, Antonio Ginard. Y
lamento no haberme hecho con los nom¬
bres de los graciosísimos niños (hijos o
sobrinos de terciarios de Palma) que nos
demostraron su encantadora capacidad como rapsodas y humoristas. Y fue tam¬ bién aplaudidísima la intervención de las tres terciarias de Lloseta, sin que podamos olvidar el gracejo artístico de
la recitadora de Inca. Nuestro Comisa¬
rio, el P. Tugores, con el fin de hacernos muy grata la reunión, tuvo la diplomᬠtica maña de encontrar espontáneas y
valiosas colaboraciones.

Alrededor de las 4'30, partimos hacia el muy risueño pueblo de Ariany. Nos
dio cordial bienvenida el Rdo. D. Mateo Amorós Párroco. En el bien cortado
templo parroquial escuchamos, segui¬ damente, la enjundiosa meditación que dirigió la hermana Isabel Ferretjans Sastre, Secretaria Provincial de la T. O. F. Nos obligó a recapacitar seriamente sobre la necesidad de vivir y testimo¬ niar nuestro saludo de «Paz y Bien».
Acabada la meditación,, empezó la mi¬ sa. Fue concelebrada por nuestro P. Co¬ misario y por los Rdos. PP. Antonio Pericás y Gabriel Genovard, T. O. R., Director y Vice-Director, respectivamen¬ te, de la Fraternidad de la Basílica de S. Francisco. Actuó de diácono, pronun¬ ciando acertada homilía, el Rdo. P. An¬ tonio Fiol, T. O. R., Director de los fran¬ ciscanos seglares de Llucmajor.
En definitiva, un día haciendo Igle¬ sia por medio de la acción de gracias y de nuevos esfuerzos por la vivencia del
amor fraterno.

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tina opinión más

Pulula a sus anchas una gran multitud de «profetas» en nuestros días. Es claro que no todos llevan el signo de la misión divina. Pero no hay «profetismo» sin su correspondiente papanatismo. Personas que, bien por pereza mental, bien por ofus¬ cación causada por los prejuicios, bien por ambas cosas a la vez, creen sin más en las vociferaciones de tales modernos «profetas». «No creáis a todo espíritu, sino examinad si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo» (1 Juan, 4, 1). Publicamos unos párrafos de una carta aparecida hace unos meses en una revista española. Están escritos por alguien que sí se ve que examina y que
piensa con su cabeza propia. Nosotros no concedemos ningún especial valor a lo que dice el autor de la carta. Sólo ése: el de «una opinión más». Sin aprobación del léxico, algo intemperante para un escrito serio, que usa el remitente.

«No cabe duda que la cantidad de es¬ pacio dedicado por las revistas a temas
religiosos, y en particular concernientes a la Iglesia Católica, ha crecido consi¬ derablemente en los últimos pocos años, y, en verdad, la materia se presta a hacer periodismo por las muchas acti¬
tudes espectaculares, violentas... y a ve¬ ces teatrales, diría yo, que sustentan no pocos teólogos e «intelectuales compro¬ metidos» del momento. ¿Profetas?, ¿in¬ sensatos? En muchas ocasiones es difí¬ cil decidir porque los ingredientes se mezclan de una manera confusa. Diríase
que de hablar tanto de la «alienación» de los otros, producen ellos mismos la impresión de «alienados». A fuerza de
tanto destruir «mitos» han acabado por crearse y crecerse el terrible «mito» de su autosuficiencia (hasta tal punto que
el obispo anglicano Robinson ya no ne¬ cesita ni a Dios). Con tanto empeño en
dinamitar el «triunfalismo» de la Igle¬
sia, prefabricado al margen de la histo¬ ria y de la vida para ser «endilgado» lue¬ go al cristianismo con caracteres a
creerse ellos mismos, sin que quepa lu¬
gar a ninguna duda en sus mentes cla¬ rividentes, que su triunfo es inevitable,
la marcha de los acontecimientos es
irreversible. ¡Qué bien les vendría a mu¬ chos conocer un poco mejor la historia para saber que la Iglesia ha pasado por otros momentos tan graves como éste! Chesterton en «The everlasting man» se¬
ñala el carácter único del verdadero
cristianismo que ha mantenido su im¬
pronta de mensajero de algo nuevo —una Buena Nueva para todos los hom¬ bres^ sin llegar nunca a negociar, y a acomodarse a las distintas exigencias en¬

contradas de los otros mensajeros fu¬ gaces (surgen, triimfan... y se pierden luego en la noche del olvido) que ha
encontrado en su camino.
Cuando la situación es confusa, como la de hoy, lo mejor es llamar a las co¬ sas por su nombre. Jesucristo dijo: «No se puede servir a dos señores» y «el que no está conmigo está contra mí». Hoy, sin embargo, tenemos bastantes teólogos «pasteleros» (Küng, Háring, etcétera) que al parecer se esfuerzan tanto en conformar la ley de Cristo con el mun¬ do —en el sentido ambivalente de esta palabra— que les resulta un pastel con¬ tradictorio en sí mismo, tan amorfo, que a la larga no satisfará a nadie. Lo curioso de estos «pasteleros» en lo doc¬ trinal es que en sus actitudes prácticas y públicas son insolentes e intransigen¬ tes con quien menos deberían serlo, por¬ que tiene el derecho y el deber de de¬
fender el mensaje recibido para que no se corrompa. No faltan tampoco los teólogos «malabaristas» (Rahner, Schi-
llebeeck, Congar), generalmente mucho más inteligentes y respetables que los anteriores, quienes —triste es decirlo—
apoyados en su prestigio personal o dis¬ cutido, se muestran tan celosos por ha¬ cer manifiesta su «independencia» res¬
pecto de la jerarquía, que contribuyen a debilitar ante mucha gente sencilla la autoridad de la misma. Gracias a Dios,
hay también hombres de primera fila (como Journet, de Lubac, Danielou, von Balthasar, etcétera) que no han conside¬
rado deshonesto aparecer como desfasa¬ dos ante muchas miradas superficiales

26

ellos una tónica de moderación que hoy, desafortunadamente, no veo por ningu¬ na parte. Pero en aquella ocasión tam¬ bién decía que algunas veces hay que hablar claro para que podamos enten¬ dernos. Esto es lo que pretendo hacer en la presente carta...

el alimento de la juventud
por mantener ima actitud clara y res¬ ponsable.
No soy partidario de que se hagan ataques injustos a nadie. Prueba de ello es que rompí una lanza hace unos años en un semanario hispano en favor de los militantes españoles con tendencias «avanzadas», creyendo entonces ver en

No soy ningún investigador en Teolo¬ gía. Pero no creo que eso sea óbice para que diga en alta voz lo que veo con mis propios ojos. Llevo trabajando como dirigente en la Acción Católica (Espa¬ ña) y en Cursillos de Cristiandad (Puer¬
to Rico) desde hace casi veinte años. Y me he mantenido en contacto con re¬
vistas y libros «católicos» (no estoy se¬ guro de que la palabra sea apropiada) progresistas desde hace bastante tiem¬ po. Mi trabajo profesional es la inves¬ tigación, no en Teología, sino en Físi¬ ca del Estado Sólido. Mis publicaciones en «Physical Review» y «Phys. Rev. Let¬ ters» demuestran que no lo hago del todo mal. Y estoy convencido que si se aplicara un poco más de rigor científico (aparte del sentido común práctico) al
análisis de muchas teorías «neocatólicas»
en boga, se llegaría a la conclusión de que, o carecen de consistencia lógica in¬ terna, o no son realmente católicas».
Julio A. Gonzalo, Universidad de Puerto Rico. Mayaguez (Puerto Rico).

Bueno
-¿Porqué le regateas tanto al sastre si no piensas pagarle?
— Para que no pierda tanto.
Cualquier motivo es bueno La señora se presenta en casa de la ami¬
ga luciendo un abrigo de visón estupendo.
La amiga pregunta: — ¿Cumpleaños? - No; bronca.

El mejor método
La recién casoda luce un precioso anillo de pedida de platino y diamantes
Anhelosa de cuidarlo le pregunta a un
viejo y experimentado joyero que le dice: — La mejor manera de proteger y dar du¬
ración a un anillo nupcial es mojarlo dos veces al día en agua de fregar platos y una vez por semana en la colada.
Lo auténtico es difícil
En la casa de un ricacho hay una galería de cuadros de antepasados de las mejores
firmas.
Un amigo visitante pregunta: -¿Todas las firmas son auténticas? - Temo que no; pero eso no importa por¬ que tampoco son auténticos los antepasa¬
dos ..

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