A B»I 19 6 9 2 CANA « CREMADILLO Calidades insuperables Destilerías VALLS CREMADILLO CAÑA VALLS (Copa de fuego) £¿e£/a estas dos marcas, únicas en calidad REVISTA MENSUAL DE LOS I' P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R • ABRIL 1969 Año LX - Núm. 709 • REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: i P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R. ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R. • CON LICENCIA ECLESIASTICA • IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ • PRECIOS DE SUSCRIPCION: (A partir de enero 1969) ORDINARIA. . . . 65 PTAS. BIENHECHOR 100 ... € PROTECTOR 500 ... « • DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958 NUESTRA PORTADA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR,-Pin¬ tura sobre tabla (Mallorca) del siglo XV. La mallorquinldad de este cuadro nos su¬ giere los versos de una poetisa mallorquina: El dol que la Verge duia —en blau mantell s'és mudat: — las campanas han mudat, — els arbres han treta fuia... —Companys, cantem Al leluial —Jesús ha ressuscitat! (Maria-Antònia Sal¬ và). V —y lea en este nümerot La voz de todo un pueblo . . 3 La Tercera Orden Regular de San Francisco en Mallorca ... 4 No está aquí 5 Ser laico es ser Iglesia .... 6 Pisada humana (poesía) .... 7 Sacerdotes en crisis . ‘ . . . 8 El segundo frente 10 ..... Fisonomía de San Francisco ... 11 L'oreneta i el Rei En Jaume ... 12 Pàgina Literària 14 ... Flace 50 años España se consagró al Corazón de Jesús .... 16 Nuestras misiones .... 18 Nuestra pequeña historia 20 ... Jornada trimestral de fraternidad fran¬ ciscana 21 Habla el Papa 22 Página del terciario 24 Libros nuevos 27 • • (FRENTE A LA DIPUTACION)•PALMA CRECIMIENTOS ACELERADOS ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS Bi«ií piEi ptomm Honderos, 95 Teléfono 222072 PALMA DE MALLORCA —\_— ^ CDtscoieca JeTslIaios, 2 y 4-Pelaires, 32 Telétono 223933 PALMA DE MALLORCA RIEGO POR ASPERSION proyectos y presupuestos GRATIS a LOMPART IEEebO PALMA MANACOR LA PUEBLA TALLER DE TAPICERÍA l/icente ^^atnande^ Especiolidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo Arquitecto Reynés, 3 Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA 2 LA VOZ DE TODO UN PUEBLO ■I""'/nte las divisiones que se perfilan actualmente en la Iglesia, muchos cristianos tienen el corazón oprimido. Saben bien que la unidad es un valor precioso al que se recuerda con gran nostalgia cuando se ha perdido. Saben también que sólo se da la unidad en la verdad y no admiten un equilibrio que consista en corregir los errores de los unos con los errores de los otros y en enfrentar progresistas con integristas. Ellos no se interesan ni por los unos ni por los otros. Y acaban por no reconocerse en ningún bando. ¿No es un error conceder una importancia desproporcionada a ciertas manifestaciones, ya sean reuniones de sacerdotes «contesta¬ tarios» o diálogos integristas? Porque, en verdad, estos grupos no representan casi a nadie. ¿No sería mejor escuchar la voz de este inmenso pueblo cristiano, de la multitud de sacerdotes y de simples creyentes? Esta es la voz que se hace oír en este comienzo de 1969 en los millares y millares de cristianos que se dirigen a Pablo VI para manifestarle su confianza. El eco extraordinario que ha encontrado la carta en la cual se afirma esta confianza es, a este respecto, un acontecimiento que en estos inicios de 1969 tiene un significado muy distinto de la agitación provocada por algunos sacerdotes «contestatarios» o por algunos cristianos revolucionarios. Casi cien mil firmas se han recogido ya. Y el movimiento acaba de comenzar. Estas firmas provienen de todos los ambientes, de todas las clases sociales y de todas las eda¬ des. Es conmovedor ver el gran número de sacerdotes, de semina¬ ristas, de religiosos que han querido asociarse a esta manifestación que ha partido esencialmente de los seglares. Es la voz de todo un pueblo que se expresa, la de aquellos que, de ordinario, callan y trabajan, de aquellos «que no tienen audien¬ cia», como escribe uno de ellos. No se sientan ni en las antecámaras de los arzobispados ni en las salas de redacción. Son pacientes. Con tal que no se toque lo esencial, ellos dejan hablar. Porque no tienen mucha fe en los bellos discursos. Pero cuando se toca aquello a lo que han entregado su vida, entonces despiertan. Jean DANIELOU (A pesar de los meses transcurridos no ha perdido actualidad el anterior artículo, aparecido en «La France Catholique» del 31-1-1969). 3 LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO EN MALLORCA RECTIFICANDO: En el cuadre LXXV ANIVERSARIO de Graduados inserto en el último 23145..——LLEEaoallssNotasestadísticas número se colaron de rondón «7 Doctores en Filosofía por la Gregoriana». No hay tales... Doc¬ tores. La borla y birrete sólo ('erroris causa» les pertenece. Val¬ ga la rectificación. LA T. O. R. y RAMON LLUL. — Cuando el 20 de julio de 1906 el Excmo. Sr. Obispo de Mallorca, Dr. Campins, cedía a nuestra recién constituida Pro¬ vincia Española de la Inmaculada de la T.O.R. de S. Francisco, la iglesia del mismo nombre, en Palma de Mallorca, se reservó para sí «las facultades que tenemos respecto del sepulcro del Bto. Ramón Llull, todo lo cual encomendamo al religioso celo de los TERCIARIOS REGULARES, para que sean coope¬ radores nuestros en difundir y propagar la devoción del ínclito Mallorquín» (Vide Acta de cesión, 20 de julio de 1906, en nuestro Archivo). Esparce a pregones nuestra más cumplida fidelidad a la confiada enco¬ mienda del celoso Pastor de la grey mallorquina y ardiente enamorado del Ilu¬ minado Maestro: multitud de fiestas religiosas y actos de culto celebrados en nuestras iglesias, y los muchos promovidos en muchas parroquias de Mallorca, en ho¬ nor de nuestro Beato. numerosos actos culturales, veladas, certámenes, etc., organizados para difundi,r y enseñar las doctrinas lulianas. incontable número de escritos (artículos, discursos, poesías, himnos, etc. y hasta varios libros), debidos a la pluma de nuestros religiosos, y los sugeridos a publicistas y poetas de nuestra tierra, algunos de cuyos originales guardamos celosamente en nuestro Archivo (Costa, Riber, Maria A. Salvà, para nombrar sólo a los señeros). concurridas peregrinaciones populares al sepulcro glorioso del in¬ victo Mártir, y al Tabor luliano de Randa, testigo de la penitencia e ilumina¬ ción del Doctor Iluminado. solo título de nuestros centros de enseñanza (Colegio BTO. RA¬ MON LLULL, Inca, Residencia Universitaria «RAMON LLULL», Madrid, Co¬ legio RAIMUNDO LULIO, Madrid) publican nuestra devoción al Beato. Por el cuadro con que la Tercera Orden Franciscana mallorquina obsequió a S. S. Pío XI, cuadro que se exhibe en el Museo Lateranense, hablamos a sus visi¬ tantes del sabio mallorquín; y con la estatua puesta en la fachada del primer templo levantado por nuestros misioneros en Texas, ponemos ante los ojos de los emigrantes mexicanos las inquietudes del gran misionero, el «Fill major de nostra raça». Era lógico y natural que, al fundarse en 1943 la MAIORICENSIS SCHOLA LULLISTICA (ESCUELA MALORQUINA DE LULISMO) encontrara en nosotros toda clase de apoyo y colaboración. Más aún; podemos decir, sin faltar a la verdad, que sin el concurso, calor y entusiasmo de nuestro P. Salvá por todo lo referente al Bto. Ramón Llull, quizá tan bella idea se hubiese quedado en mero proyecto. Hasta la fecha, de nuestro septuagésimo quinto aniversario han ostentado el título de MAGISTER (MAESTRO) de dicha Escuela: M. R. P. Ministro Provincial de la T.O.R. (Ad honorem). M. R. P. Bartolomé Salvà y Salvà, Maestro. M. R. P. Bartolomé Nicolau, Roig, Maestro. R. P. Miguel Caldentey Vidal, Maestro. R. P. Miguel Tous Gayá, Maestro. R. P. Rafael Ginard Bauçà, Maestro. R. P. Miguel Colom Mateu, Maestro. La ejecutoria lulística de nuestros Maestros es notoria. Quiera Dios suscitar de entre nuestra juventud nuevos oficiales que, recogiendo de manos de estos Maestros, la antorcha del Lulismo. lleven a, feliz término la empezada y en mal hora paralizada edición de las «Obres originals», cuyas fotocopias descansan en nuestro silencioso Archivo. P. Francisco AMENGUAL, T.O.R. 4 MO KSTA AQUI o había aún nacido el sol del día que para nosotros es el domingo, cuando las mujeres se encaminaron al huerto. Pero sobre las co¬ linas de Oriente, una esperanza blanca, ligera como el reflejo remoto de una tierra vestida de lirios y plata, se elevaba lentamente entre el palpitar de las constelaciones, venciendo el tenue fulgor y el centelleo de la noche. Era una de esas albas serenas que hacen pensar en los inocentes que duermen y en la belleza de las promesas, y en que el aire limpio y benigno parece haber sido conmovido un momento antes por un vuelo de ángeles. Días virginales que se preparan con lúcidas pali¬ deces, con alegre verecundia, con frescos estremecimientos, con alenta¬ doras candideces. Iban las mujeres abstraídas por la tristeza, en el crepúsculo perfu¬ mado, como hechizadas por una inspiración que no sabían explicar. ¿Volvían a llorar sobre la roca? ¿O a ver una vez más a quien supo ganar sus corazones sin maltratarlos? ¿O a deponer en torno al cadᬠver del inmolado aromas más fuertes que los de Nicodemus? Y hablan¬ do para sí, decían; —¿Quién nos apartará la piedra del sepulcro? Eran cuatro, porque a María de Magdala y María de Betania se ha¬ bían unido Juana de Cusa y Salomé; pero eran mujeres débiles y debi¬ litadas por el dolor. Pero cuando llegaron allá, el estupor las detuvo. La lóbrega boca de la gruta se abría en la oscuridad. No creyendo en sus ojos, la más atrevida tanteó el umbral con mano temblorosa. A la luz del día, que aumentaba a cada instante, vieron la piedra allí al lado, apoyada en las peñas. La mujeres, mudas de espanto, volviéronse a mirar en torno, como esperando que alguien llegase a decirles qué había sucedido en aquellas dos noches que habían estado lejos de allí. María de Magdala pensó al punto que los Judíos habían hecho robar entretanto el cuerpo de Cristo, no satisfechos aún de lo que le habían hecho sufrir estando vivo. O que, tal vez, despechados por aquella sepultura que les parecía harto hon¬ rosa para un ajusticiado, le hubieran arrojado a la IFosa infame de los lapidados y los crucificados. Pero no era más que un presentimiento. ¿No descansaría tal vez Jesús todavía allí dentro, en sus fajas olorosas? A entrar no se atrevían; pero tampoco podían decidirse a volver sin haber sabido algo de cierto. Y apenas el sol, emergiendo por entre las crestas de las colinas, alum¬ bró la abertura de la gruta, cobraron ánimos y entraron. Al pronto no vieron nada; pero un nuevo espanto las estremeció. A la derecha, sentado, un jovencito vestido de blanco —sus vestiduras, en aquella oscuridad, eran cándidas y resplandecientes como la nieve— parecía esperarlas. —No os asustéis. El que buscáis no está aquí. ¡Ha resucitado! Giovanni PAPINI, Historia de Cristo 5 ÍÚCÚ Ú id^ ¿Qué es la Iglesia? Acaso muchos cris¬ tianos todavía responderían: La Iglesia es... el Papa, el Obispo; la Iglesia es... el sacerdote, el religioso... el clero, en defi¬ nitiva. Esto sería la errónea compren¬ sión clericalista de la Iglesia, su identifi¬ cación con el clero. Pero la Iglesia no es solamente el clero, la jerarquía, porque ella es Pueblo de Dios, Misterio de uni¬ dad, y por esa razón nunca es Iglesia una sola clase o casta dentro de la co- mimidad de creyentes. No; todos los creyentes son Iglesia, fundamentalmente iguales, es decir, todos han sido llama¬ dos por Dios, justificados por Cristo y santificados por el Espíritu Santo, to¬ dos invitados, por consiguiente, a la fe, a la obediencia, al amor, a la esperanza. Todos son elegidos, santos, discípulos, hermanos. Todos son profetas, reyes, sa¬ cerdotes. Esta igualdad fundamental es muy importante para comprender el misterio de la Iglesia y formarse un recto con¬ cepto de ella. Es verdad que la Iglesia no es una masa igualataria, que existen en ella di¬ ferencias, diversidad de ministerios y de funciones, instituidas por Cristo y orde¬ nadas al bien de todo el Cuerpo. Es ver¬ dad que ella goza de una estructura or¬ gánica con unos pastores, que se desta¬ can del rebaño, no para dominar sino para servir. Pero por importantes que sean estas diferencias son de orden se¬ cundario frente a la igualdad fundamen¬ tal. No identifiquemos la Iglesia con el clero. No distingamos a la «Iglesia» de los «laicos» como si éstos no fuesen realmente Iglesia. Ser laico quiere decir ser Iglesia por¬ que por el Bautismo entra a formar par¬ te del Pueblo de Dios, se incorpora a Cristo, a su Cuerpo, y así es de Cristo y vive para El. Pero no se puede ser Cristo, sin par¬ ticipar en aquello que Cristo es y posee. Y como Cristo es al mismo tiempo Sa¬ cerdote, Rey y Profeta, también el cris¬ tiano, a su manera, es sacerdote, profe¬ ta y rey. San Pedro en su primera carta, cap. 2, 5-9, dice taxativamente: «Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo aquirido, para anunciar las maravillas del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable». Ya el pue¬ blo de Israel, que prefiguraba nuestra Iglesia, era un «reino de sacerdotes y una nación santa» (Ex. 19,5-6). Era un pueblo consagrado al culto de Dios y testigo permanente, en el mimdo paga¬ no, de la santidad de Dios. Con mayor razón el nuevo pueblo de Dios, el nuevo Israel, es un pueblo sacerdotal, un pue¬ blo consagrado al culto, llamado a la alabanza y a la acción de gracias. Toda la Iglesia, por lo tanto, es sacer¬ dotal, porque todos por el bautismo par¬ ticipan en el único sacerdocio de Cristo, todos son miembros de Jesucristo Sa¬ cerdote: esto no implica que dicha par¬ ticipación sea uniforme, igualatoria. La Iglesia es un cuerpo, un pueblo, un edi¬ ficio: esto supone estructura, organiza¬ ción, arquitectura, una jerarquía, una desigualdad. Unicamente el sacerdote je¬ rárquico o ministerial, aquel que llama¬ mos «sacerdote», es capaz de represen¬ tar a Cristo personalmente, de efectuar el sacrificio eucarístio y de absolver los necados. La diferencia entre ambos sa¬ cerdocios es esencial, no sólo gradual. (LG n. 10). Todos los creyentes pueden ofrecer sa¬ crificios espirituales: la oración, la ala¬ banza a Dios, la ofrenda de sí mismos como hostia grata y santa a Dios, el sa¬ crificio de la fe (Fil. 2, 17), el sacrificio de la caridad (Fil. 4, 18). Este sacerdo¬ cio lo ejercen los cristianos en la recep¬ ción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, con el testimonio de ima vida santa, con la abnegación y cari¬ dad operante (LG n. 10). Pero Cristo no es solamente sacerdo¬ te. Es también Rey. Para él fueron crea¬ das todas las cosas. Es el Señor. El cen¬ tro del universo y de la historia. El cristiano, por e’ bautismo, entra a for¬ mar parte de un pueblo de reyes. Parti- 6 cipar del poder real de Cristo significa que el pecado no reina ya en sus m'emfiros. Es libre. Porque para la libertad ros ha liberado Cristo (Gal. 5, 1), pues¬ to que hemos sido llamados a la libert'·d por el Espíritu del Señor, fuente de libertad (Gal. 5, 13 y 2 Cor. 3, 17). El cristiano ejerce esta realeza haciendo partícipes de esta libertad de espíritu a los demás hombres y a la creación ente¬ ra, ya que «la creación entera espera ser liberada de la servidumbre de la co- rrunción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rom. 8, 21). Finalmente, Cristo es Profeta, lleno del Espíritu, para evangelizar a los pobres, testigo y revelador definitivo de su Pa¬ dre. El laico es también profeta porque es testigo de Cristo con su palabra, pe¬ ro sobre todo con su vida, con la que da testimonio de la fuerza y del signifi¬ cado del evangelio. Para esto recib'ó la Confirmación. Por consiguiente, profetizar es ser testigo de Cristo, testigo de rear de'i es sobrenatu¬ rales e invisibles. El profeta es un hom¬ bre lleno del Espíritu de Dios, alguien que proclama las grandezas y las exi¬ gencias de Dios frente a un mundo no creyente. ¿Qué es entonces un laico? La Consti¬ tución Dogmática sobre la Iglesia, del Vaticano II, nos responde: «El fiel cris¬ tiano que, por estar incorporado a Cris¬ to mediante el bautismo, constituido en pueblo de Dios y hecho partícipe a su manera de la función sacerdotal, profè¬ tica y real de Jesucristo, ejerce, por su parte, la misión de todo el pueblo cris¬ tiano en la Iglesia y en el mundo» (LG n. 13). P. Bernardo NEBOT, T. O. R. AJy A HÍXJl/LAN A r Esa huella no es beso. No es tampoco un gemido, un sollozo, una huida, un testimonio vivo que alguien deja. Es la huella de un pie: ¡pisada humana! El pie o la flor, el pie o la espuma, el pie o la gravitación total que pesa y cruje. Allá en la huella, la suavidad de la planta. Allí la finísima estructura calcárea, la delicadeza del pétalo, los cinco dedos que un momento reunidos compusieron la flor, volaron. Ahí se miran. Allí la rosa carne que tembló en la arena, pulsó: vibró el mundo; alejóse. Allí todavía el pie desnudo, impreso como un beso a la tierra. Allí la forma esbelta que se levantó con raíz instantánea, y un momento se abrió un cuerpo y dio su olor y se desvaneció. Brilló con flor arriba, con locura suave... Allí cabeceó, criatura justa que hubo nacido, crecido, brillado, desaparecido, en el momento irrepetible de la pisada. Vicente ALEIXANDRE 7 s a.cs:iii>ote:s en crisis Por Gregorio Mateu, T. O. R. I aguda crisis religiosa de nuestro tiempo va cristalizando en numero- ^sos problemas cada vez más profundos e inquietantes. Uno de los que más preocupa e inquieta es el de las repetidas deserciones sacerdotales. Cada caso es un drama, que entraña sentidas repercusiones personales y sociales. Uno va escuchando con vivo dolor las continuas quejas, la sentida desilusión de aquellos que han contemplado con cierto escándalo como el sacerdote en quién habian confiado plenamente, haciéndole partícipe de sus problemas, deja¬ ba el estado clerical y volvía al mundo. Por todo ello creemos necesarias unas precisiones, un diálogo sincero sobre un tema de tanta transcendencia. Es difícil encontrar el eje de la crisis sacerdotal. Qu zás ocurra que el sacerdote se siente como extraño en la sociedad actual. Una revista canadiense escribía, hace poco: «Los sacerdotes están simplemente pidiendo que se les reconozca como seres humanos, más que como espíritus descarnados que exis¬ ten en ima especie de mundo a medio camino entre éste y el cielo». Para mu¬ chos, los sacerdotes son como una especie de biujos o druidas. Existe, como no, la clásica crisis del celibato, de la castidad. Pero, no tanto como se ha querido ver. Se trata, más bien, de un profundo problema psicológico, senti¬ mental, de una falta de ambientación. El sacerdote no renuncia simplemente a un mujer, a unos hijos, a una profesión civil, sino que ;se entrega a im ideal superior que implica necesariamente, por ahora, dichas renuncias. Cuando falla este ideal, queda herido en su base el motivo de la renuncia. De ahí, que el sacerdote quiera ser testigo de Cristo y ministro de su palabra y no un sim¬ ple funcionario eclesiástico. La burocracia le ata a unas formas en desacuer¬ do con su vocación, cosa que implica en sí misma ima desilusión. Parecía que con el Concilio se reconocería la «mayoría de edad» del sacerdote. Es lo que afirmaba José María de Burgos: «Creo que cunde por momentos una crisis de desilusión. El Concilio encendió muchas esperanzas. La mayoría de los saeCTdotes tomaron en serio y al pie de la letra el discurso de apertura de Juan XXIII, sus constantes profecías sobre una nueva primavera en la Iglesia, su iniciativa de abrir puertas y ventanas para que entrase en ella el aire fresco... A fuerza de golpes, muchos están viendo alejarse cada vez más aouellas metas, al menos así lo parece. Aquel gozo va cediendo terreno a pasos agigantados, ante el desaliento y la amargura». Hechos recientes. La cifra global de las deserciones sacerdotales en Estados Unidos, durante el año 1968, ha aumentado notablemente. Han sido 463 los sacerdotes que han abandonado el estado eclesiástico y han vuelto al mundo. Todo ello no ha asustado a los Obispos de EE. UU. y quieren conocer a fondo las causas que motivan la deserción de tantos sacerdotes. Para ello, van realizando una gran encuesta, intentando aclarar los problemas profesionales, actitud hacia las mujeres, estilo de mando, etc. En enero del presente año, 621 sacerdotes franceses, integrados en el gru¬ po «Echanges et Dialogue», tuvieron una reunión «ilegal», planteándose en términos claros y precisos: ¿Sacerdotes, de quién?, ¿Sacerdotes, para qué?, ¿Sacerdotes, cómo?». Una identidad difícil, muy difícil de encontrar en sus más puras esencias. El Obispo de Bois, Mons. Goupy, expresaba por Radio Luxemburgo la actitud del Episcopado francés: Respeto a las razones de voluntad de diálogo y firmeza ante las exageraciones: «Toda contestación revela por ima parts un sufrimiento y por otra una súplica. Los 621 sacerdotes presentes en esta reunión sufren ciertamente por el hecho de que Cristo no sea suficiente¬ mente conocido en el mundo moderno industrializado. Piden la búsqueda de medios para dar a conocer a Cristo y a la Iglesia. Que los medios que propo¬ nen sean rechazados en más de un caso es otra cosa, pero esto no justifica la condena en bloque». Es evidente que sólo los débiles rehuyen el diálogo y temen el planteamiento del problema. Recientemente, 4 jesuítas capellanes de estudiantes en la Universidad de Amsterdam, dirigieron un ultimatum a las autoridades religiosas, en el sentido de que romperían con la Iglesia católica romana «oficial» si no se permitía a uno de ellos seguir ejerciendo el ministerio sacerdotal, a pesar de contraer matrimonio. La reacción en Holanda ha sido francamente de total desaproba- 8 cion por parte de estudiantes, periódicos y autoridades. Ellos, no obstante, si¬ guen en su obstinada actitud. La respuesta de los obispos ha sido clara: «Aunque los obispos prosiguen el estudio de un campo más amplio de activi¬ dades pastorales para los sacerdotes que han de contraer matrimonio o que lo han contraído, continúan pensando que no pueden permitir a estos sacerdo¬ tes que participen en las celebraciones eucarísticas». En el año 1967, fueron 145 los sacerdotes que dejaron el estado clerical en Holanda. En 1968 la cifra ha subido a 189. Todo ello repercute notablemente en la disminución de la fe en el pueblo, hasta ahora plenamente fiel. A este respecto son claras y termi¬ nantes las palabras del Cardenal Alfrink: «En este momnto en que la revuelta ha estallado, provocada sobre todo por los capellanes de la Universidad de Amsterdam, nos encontramos ante una desaparición progresiva de los princi¬ pios fundamentales de la fe y de la moral. Ha llegado ya el tiempo de tomar medidas para la salvaguardia de la Iglesia, medidas que deben reforzar la fi¬ delidad a Roma». En Francia se ha tomado muy en serio la reforma de las estructuras cle¬ ricales actuales. A tal propósito se han publicado seis cuestionarios para que los 50.000 sacerdotes franceses vayan aportando datos últiles para que puedan ser estudiados en las próximas asambleas plenarias del episcopado. Deberá ser elegido un sacerdote en cada diócesis para que presente los resultados de la encuesta. En estos custionarios, figuran, entre otras cuestiones, las caracterís¬ ticas de la vida sacerdotal, la remuneración del trabajo, la especialización, las relaciones con los obispos y los laicos, etc. Habla el Papa. En su tradicional discurso a los predicadores cuaresmales ha abordado el Santa Padre dos problemas cruciales: el de la figura del sacerdote y el de reforma de las estructuras de la Iglesia. Referente al primero ha señalado que su espíritu misionero «le lleva por las plazas y calles de las ciudades» a bus¬ car invitados para «las iglesias que han quedado desiertas». Existe la necesi¬ dad, el deber eficaz de no «desvalorizar el ministerio sacramental y litúrgico como si fuera un freno o un obstáculo nara la evangelización del mundo mo¬ derno; o bien el que está hoy más difundido, de querer hacer del sacerdote un hombre como los demás, en el vestido, en la profesión profana, en la asisten¬ cia a. los espectáculos, en la experiencia mundana^ en el compromiso social y político, en la formación de una familia propia con el abandono del sagra¬ do celibato». «Tratemos —sigue el Papa— de no perder esta específica fun‘**ón por un malentendido propósito de asimilación, de democratización, como hoy se dice, de la sociedad ambiental». Es vital para la Iglesia resolver las crisis planteadas. No creemos se arre¬ gle todo con la severa aplicación de duras medidas disciplinarias que tiendan por sus efectos a convertir en apóstatas a todos los sacerdotes que quieran buscar imas nuevas formas de adaptación a su vocación. Debe quedar claro que, por inmerso que esté en las condiciones sociales del mundo, por desclericalizado que se le quiera, sigue siendo ministro sagrado de la Palabra de Dios. A pesar de que en unas pequeñas minorías el sacerdocio adquiera carácteres de aguda crisis, no hay que olvidar que son muchos los sacerdotes que van adaptándose a los nuevos modos de vida con auténtica y sincera sereni¬ dad. Esto no se puede olvidar ante tanta confusión. EXCURSIÓN A ROMA ORGANIZADA POR LOS PP. FRANCISCANOS FECHAS: DURACIÓN: Del 24 de junio oN de julio (solida de Palmo el día anterior y re¬ greso el día posterior a dichas fechas). Doce días completos. VIAJE: En autocar-pullman. HOTELES: De 2 ° y 3.° categoría. ITINERARIO: Barcelona, La Junquera, Montpellier, Marsella, Connes, Niza, (Cos¬ ta Azul), Mónaco, San Remo (Riviera italiana), Génova, Pisa, Floren¬ cia, ROMA, Asís, Padua Venecia, Milán, Turin, Gap, Nimes, Perpig¬ nan, Barcelona. PRECIO: (Todo incluido): 8.975 pesetas. INSCRIPCIÓN : En Palma, Viajes Aeromarítima (Grmo. Franco, 39); Inca, PP. Fran¬ ciscanos; Manacor, Rdo. D. Ramón Riera, Vicario. Por César VACA En uno de m^s últimos artículos ha¬ blaba del «comienzo de una guerra», sis¬ temática e inteligentemente dirigida, en¬ tre y contra la juventud. Desatada la videncia, en forma de protesta, alagaradas y huelgas, se paralizan las universi¬ dades, que así se ven privadas de ;mpartir sus ensrñanzas y, sobre todo, de formar a los estudiantes, labor esta úl¬ tima de mayor importancia y trascen¬ dencia que la primera. En, las universi¬ dades cerradas o en aquellas que sufren repetidas interrupciones en sus tareas docentes es imposible que las potencias intelectuales adquieran criterios equili¬ brados y que los sentimientos se canali¬ cen hacia objetivos nobles; cuando se vive en im clima de lucha contra la au¬ toridad, de oposición con otras ideolo¬ gías, contradictorias en sí mismas, pre¬ domina el sentido crítico frente a todo magisterio formativo de la inteligencia y de la personalidad. Uno se pregunta cómo puede llegar a entenderse ima juventud que, en nombre de la libertad, ensalza a unos regímenes que la niegan, como el ruso o el chino. No dudo que la mayor parte de los jó¬ venes universitarios de hoy, tanto como los de ayer y los de mañana, no están deformados y pretenden sinceramente un ideal bueno y recto, y que cuando protestan contra la tiranía lo hacen por¬ que sienten surgir la repulsa dentro de sí mismos ante el menosprecio de la dignidad humana. Pero siendo así, ¿no les choca a ellos, como nos choca a quienes ya no somos estudiantes, que no haya ningún signo de solidaridad y com¬ pañerismo con los estudiantes checoslo¬ vacos, que llegan al holocausto volunta¬ rio por defender su libertad aim confe¬ sándose ccmunistas? El juego, la tram¬ pa y la organización rectora de los mo¬ vimientos estudiantiles quedan aquí cla¬ ramente al descubierto. Hay simpatía para aquellos jóvenes patriotas, pero nadie «organiza», ni dejaría organizar, manifestaciones o actos que les diesen fuerzas, publicidad y alientos. Este es el primer síntoma delator del «segundo frente»; la confusión ideológi¬ ca, que paraliza cualquier posible acuer¬ do de defensa. «Divide y vencerás» es un ajcioma estratégico muy antiguo y siem¬ pre eñcaz. Y si a la confusión ideológica se añade todo aquello que pueda ener¬ var a la personalidad, confundir el sen¬ tido moral y religioso y favorecer la atrofia mental, habrán conseguido, quie¬ nes dirigen la guerra, una victoria que no precisará siquiera de grandes ejérci¬ tos para, ocupe.r los pueblos convertidos en rebaños sumisos. La táctica de la enervación es mucho más compleja que la de las revoluciones callejeras y sabe utilizar medios que no despiertan tan fácilmente la alarma ni las medidas defensivvas, con la enorme ventaja de que no sólo no cuesta dmero, smo que proporciona fabulosas e·^nancias. Y puesto que el punto de partida de estas reflexiones fue una medida inglesa contra el tráfico de drogas, comencemos por ellas. Es bien sabido lo sencillo que resulta convertir en «adictos» a ciertos jóvenes, que por afán de experimentar nuevas formas de placer, por «snobismo o por inducción de algún «amigo», prueban la mariguana, la L. S. D. o cualquiera de las drogras viejas o nuevas en el mundo de los «paraísos artificiales». La costum¬ bre y la necesidad que los estupefacien¬ tes traen consigo les vence muy pronto, produciéndose un efecto doble: la pérdi¬ da de sus capacidades mentales —sobre todo de la volunta!— y la esclavitud an¬ te quienes les exiian un precio, en dine¬ ro o en colaboración, a cambio de nue¬ vas dosis de narcóticos. A este propósito, no parece casual que sea Inglaterra el país más castigado y 10 explotado por los traficantes de drogas. A los ingleses se les culpó de haber mantenido en China durante mucho tiempo, por medio de la , «^erra del opio», una situación de pasividad y de «adormecimiento» de aquel pueblo. Y de China provienen en gran medida las drogas. ¿No se tratará de poner en prác¬ tica, pero en sentido inverso, unos mé¬ todos que tan buenos dividendos de to¬ do tipo produjeron? La suposición no es mera conjetura mía, puesto que, no ha¬ ce mucho tiempo, estas ideas se han di¬ fundido en la propia televisión inglesa. Las drogas arruinan el cuerpo y, sobre todo, el alma, porque quienes las consu¬ men se hacen insensibles a cualquier clase de reacción e incluso de interés por altos ideales que exijan esfuerzos, y la curación de los «adictos» es larga y costosa, con el riesgo de reincidir ape¬ nas se presente la menor oportunidad. La policía de todo el mundo se muestra incapaz de cortar el tráfico nefasto de una plaga que, como una epidemia mor¬ tal, se extiende más y más. Al lado de las drogas genuinas existen una serie de sustitutivos o equivalentes que provocan menor alarma ,a pesar de sus maléficos efectos: el abuso del alcohol, la frecuentación de tu^rios in¬ sanos y ruidosos, los bailes agitados se¬ mejantes a las danzas salvajes, en los que, a fuerza de saltos y contorsiones violentas se produce una especie de em¬ briaguez adormecedora, y las continuas y cada vez más procaces formas de ex¬ citación sexual. Este último punto exige capítulo aparte; pero el cuadro general muestra que el «segundo frente de gue¬ rra» no es de menospreciar y que se está infiltrando en nuestro mundo, con ries¬ gos y consecuencias de alcance incalcu¬ lable. De «Ya» Tisonotnia tie San Trancisco LAS PARLERAS GOLONDRINAS Cierto día, como llegase (Francisco) al pueblo de Albiano para predicar la palabra de Dios, subióse a un sitio más elevado, donde pudiese ser visto de todos, y solicitó silencio. Enmudecieron y per¬ manecieron quedos cuantos allí había; sólo algunas golondrinas que anidaban por los contornos movían estrepitosa algarabía con sus atiplados trinos. Al observar Francisco que era imposible que se oyera su predi¬ cación, dirigióse a las inquietas avecillas y les dijo: —Golondrinas, hermanitas mías, tiempo ha que estáis charlan¬ do; hora es ya de que yo hahle. Escuchad la palabra de Dios, guar¬ dad silencio y estaos quietas Imsta tanto que yo acabe. Entonces las avecillas, con admiración y pasmo de los asistentes callaron al instante y no se movieron de su lugar hasta terminar el sermón. Al ver semejante prodigio, aquellos rectos varones, poseídos de profunda veneración, exclamaban: «En verdad que este hombre es santo y amigo de Dios». Y con humilde respeto se acercaban al San¬ to para poder siquiera tocar sus vestiduras, con alabanzas al Señor. Y no es esto de maravillar, por cuanto aun las mismas criatu¬ ras irracionales reconocían el piadoso afecto y presentían el ingenuo cariño que les profesaba. CELANO, Vida primera de San Franciscc, 1. I, cap. XXI. 11 L'ORENETA I EL REI EN JAUME L’abril duu la Pasqua en les aures flonges, alè embaumat de la primavera adolescent; uns jorns abans d’abril, arri¬ ben xiscladores i àgils, les orenetes, vius dardells pennats, que a vols obscurs en- tenebreixen el sol. Per Sant Macià l’oreneta ve i el tord se’n va No hi té res a fer el tord germànic, feréstec i voraç, en aquestes amables te¬ rres que amb besades daurades escalfa el sol, en el temps gentil d’amor i de no¬ ces, que els nostres clàssics, el Rei En Jaume i Ramon Llull, «temps de pas¬ cor», o «pascor» solament, amb bell mot anomenaven; i que devia ésser el temps que lli ha entre les dues Pasqües, la de les flors i la de les espigues, la de les promeses i la de la plenitud. Ocell simpàtic, ocell inerme, armat només d’un gemec breu i d’unes ales àgils, ocell filàntrop, en el sentit origi¬ nari de la paraula grega, «amic de l’ho¬ me», amb el qual no t’esfereeixes de compartir la teulada i penges en la biga tutelar el niu de tes amors errants, a sobre mateix del bressol atàvic; i el crit de tos fills famolencs s’ajunta a l’infantívol plor dels fills dels homes! L’oreneta és una cosa santa per a totes les religions. I la Grècia somnia¬ dora, de veure-li una mica vermell el pit, aquell pit estret que talla espais tan amples, imaginà el mite vindicatiu de Progne, filla d’un Rei atenès, trasmuda¬ da en oreneta. No mullà en sang de crim ses mans de lliri la princesa d’Atenes. Fou en sang incestuosa, que tenyi¬ ren llurs mans Progne i sa germana Fi¬ lomena, convertida en rossinyol. Venja¬ ren la santedat del tàlem, la violada cas¬ tedat domèstica. D’antic li ve, doncs, al vagarós ocell, l’amor a les algorfes fe¬ cundes i a les santes teulades pairals. Elegia planyent i vaga, ¿qui no t’esti¬ maria? Fugitiva debilitat, ¿qui et nega¬ ria alberg? Aquell qui et foragiti, temoregi la venjança divinal, promesa a l’ho¬ me sense entranyes que no admeté l’hoste freturós i nu! Un dels més bells passatges de la «Crònica o Comentaris del gloriosíssim Rei En Jaume primer» és aquell on se reconta el fet que li ocorregué amb xma oreneta que en sa tenda bèl.lica anà a cercar sopluig. Més que a una crònica, ferrenya i aspra, com aquella del Con¬ queridor, eriçada amb ferros de llança, escauria aquest idil.li entre aquelles flors de suavitat i de miracle que sdn les «Fioretti» de Sant Francesc. De lluny i per etapes, amb cautela len¬ ta, com és propi dels grans cabdills, ana¬ va estrenyent el Conqueridor el setge de la ciutat de València. La presa era bella i valia la pena d’assegurar-la no compro- 12 metent amb les impaciències de la frisor la fermesa de l’èxit. Temptadores i gen¬ tils eren aquestes sarraïnes dels negres ulls. Però eren esquerpes i difícils d’ha¬ ver. En boca de Carlemany, qui de retre belles ciutats moresques en sabia una mica, posa l’autor de La Légende des Siecles aquests versos —que fan referèn¬ cia a Narbona, conquerida per aquell Aymerillot gentil com ima donzella: Narbcne est belle, dit le roi; et je l’aurai; je n’ai jamais va, sur ma [foi, ces belles filles-là sans leur rire au pas- [sage et me piquer un peu lesi doigts à leur [corsage. Per picar-se el menys possible amb les agulles del gipó era que el Rei En Jau¬ me tan cautament avençava. El fruit ar¬ mat d’espines, el ramell de taronges d’or, que és València, per graus s’anava fent madur i estava a punt de caure. Per collir l’esplet, calia acostar-se una mica més, encara un pas, a la presa pròxima. Convenia alçar el camp de Burriana, on s’era atendat el Rei, espe¬ rant que la victòria fos madura. I fou llavors que ço que he volgut contar s’es¬ devingué. Però deixem que sia ell ma¬ teix, el protagonista de la gesta gran i de l’idil.li fràgil, el qui ho conti: «E fórem a Burriana, e quan vengué que’n volgueren llevar la host, una ore¬ neta havia fet niu prop de l’escudella en lo tendal; e manam que no’n llevassen la tenda fins que ella se’n fos anada amb sos fills, puix en nostra fe era vin¬ guda». (1) Llorenç RIBER (1882-1958), Per l'altar y per la llar. (1) Riber al.ludeix a aquest fet al¬ menys en dos altres llocs: en la po sia «A l’alt En Jaume» (A SOL IXENT) i en «El naixement del Rei En Jaume» (PER L’ALTAR I PER LA LLAR). LIBRERIA NELECTA Libros religiosos escogidos y libros en general San Felipe NerI, 34 - Apartado 419 - Tel. 222522 PALMA DE MALLORCA 1S 0 R D 0 S / Presenta el sensacionol y revo¬ lucionario audífono microtímpano ’’0RAV0X18” , Todo dentro del oído Ei aparato más pequeño del mundo Potente, seguro, liviano, invisible y sin averías Admírelo y I q .4 compruébelo sin ? \_jÇj^otuï(^.oXI4^ compromiso en: Pje. Maneu, 38 (Jjinto Pza. San Antonio) reí. 222951 PALMA 13 PÀGINA. L·ITERÀRIA EL PUIG DE RANDA EN LA POESIA DE MARIA ANTONIA SALVA EI. ROSER DE CXTRA Pobre feix de troncs i espines, modest avui com antany, floreix entre les ruines un roseret de tot l’any. La muntanya assoleiada aixeca a la llum del cel l’humil església tancada i el xiprer, l’amic feel. La teulada cau malmesa, les parets se van desfent, amb la son de la vellesa que capfica lentament. 0 Mare de Déu de Cura, com vos plau la soledat, que així us quedau a l’altura dins un clos esbaldregat! Com aimau les velles coses que es perfumen de l’oblit, i el roseret que fa roses) pel brancatge arrevel^f (1) Darrer músic de eapella, el petit roser gentil tot l’any repeteix novei la cançó del mes d’abril. LA BENEDICCIÓ DELS FBXJITS Oh blat verd espigat! Oh primavera! L’aire es perfuma de la vinya en flor, verola entre el fullatge la cirera, blanqueja la parella en l’olivera prometent la unció de l’oli d’or. Ubérrima verdor cobreix les fites i fresqueja la sínia dins cada hort; davallarà virtut de les ermites i donarà la maina a les collii que en madurança arribaran'à La Creu de Maig que als vents comanda vindrà tot bé de Déu a be; des del cim alterós del p Ja tota la muntanya s’etiglU^di aquell immens altar per a guarnir. Eixint d’entre les seques pedriíscó^^ floreix la- gentilesa dels auhons fi Vestepar cobreix amb flors rosàà^J . quimèriques gerretes emmelades, ' eercades amb deñcnWfes minyons} | \\or atapeida enramen la 'essam i fan glatir joiosament ma vida collir la branca més fl Ijombriu de l’alzinar. Si les pluges no el rèniullen. pateix sol i pateix set, i se baden i s’esfullen ses flors dins un alt secret. L’aridesa de l’altura fila somnis de verger... La Mare de Déu de Cura beneeix l’humil roser. ’anima d’una angèlica ^la llargament a dins Vanti atge^fh^s d’aucell del sacerdot amb la sagrada vesta Segueix la muniàk^^ca processó;, ^ ^ jj:ada feel porta un raí^ll de festaj^ i damunt tota humiliada testa s’alça la : Creu amb benedicció. (1) Quan el roseret de Cura, sensible a la terra nova que li era estat acostada en una de les primeres reformes de Tedifici, posà tanyades novelles que el desparençaven, Na Maria Antò¬ Adora el sol pujat a son migdia. Lluint com els litúrgics ornaments miroteja la mar en llunyania: l’aire, callant, apar que s’extasia, i monts i plans adoren reverents. nia en sentí desgrat i ho manifestà als frares. Maig de 1939 14 OXZ FONT DE RANDA! Oh font de Randa amb molsa i penjarelles que eres el més poètic dels racons quan les randines joves i les velles baixant la rustiquesa dels graons anaven a omplir els gerricons del clar tresor d’aquelles aigües belles. Al caire de la pobra graonada un grop en el rocal feria l’ull i el poble deia que era la petjada va deixar, en vida. Ramon Llull. Xiprers ' aiq¡^„^errats. polls centenaris, no hi és ja vòst?a,^fulla tremolant, banderejant amb falaguers desvaris que encomanàreu at^ meus jorns d’infant. Oh Randa d’altre temps! \\No em veig d aquell ends de ma primera edat,.., M i en parlar-me ^ÍBiifiíí tqíTïélíesa, Im A’enyor sezlí:J·í^77^èu\\cGr emyíegq^^fr Oh font avui dahi^da Tf %orrer soterrada, : som l’au assedegada, que mai no en prer Quin- dol deixa ton 'I meu reci DIÀLEG —Ciclamen duit de Cura, ¿per què no poses rels? —Enyor la penya dura i el bes de l’aire excels. —¿Què hi feies a l’altura sens por de sol ni gels? —Petita flor d’albura, retreia la figura d'aquella imatge pura que adoren els feels. 1938 UNA OVELLA DEL PUIG DE SANDA la muntanya santa, florint l’abril, ■sta, blanca ovella, que amb gest humil turaves l’herba, sinó les flors í curulles d’alba que és mel i plors. yLa melgue allà gustaves jo la gustí ■fruïcions, diabella que no sé dir—, Ue . mes cam antigues fini l’esplet i el cor batei ía Secrets de cara d’algun secret, tura que em parla en tot, jo us guara gelosia, de mot en mot. Abril de 1940 j - pàisatge de Mílort illromandrà perennement revelat en les bellís- simes plaques fotogràSiqu^ lie la poesia de^ Maria Antònia Salvà. Quina destresa era la seva ^r a saber-se escollir els temes, els llocs, l’hora i la cla^r més favorables per a la cámara, no gens complicada, del seu esperit! Quaía: lafcera més precisa; ^e copsarf els petits detalls i el color natural de 1^-A^i^enia el seu objectiu! Creim que aquest, el d’haver aconseguit traslladm iB^Lvers, amb\_to^ Ja seva individualització, el paisatge mallor^ quí, és tiiv-5^^ aspePfe^*tor* Maria Antònia Salvà no ha estat superada, ni " igualada, per cap altre poeta de l’illa. Mirada des d’aquest punt, la poesia de Maria Antònia és la més nostra entre les nostres. Quan deim paisatge, empram el mot en el més ample dels seus signi¬ ficats. Un paisatge viu, de garriga i conradís, de mates i revellar, de la matinera terrola i de les perdius que corren a esbarts pels rostolls, de nius d’oronelles i de polls venturers, de l’aiguera colrada i de la vella que fila a l’ombra... Un paisatge lluminós, sense cap mixtificació, no gens sofisti¬ cat, inconfusible, irreductiblement nostre. 15 El puig de Randa fou un motiu poètic adequat per a la sensibilitat de Maria Antònia. El se va fer seu, amb pacífica apropiació literària, des del capdamimt fins al capdavall; des del santuari de la Mare de Déu fins al llogaret homònim, idíl.licament estrebat al pendís de la famosa muntanya. Els cinc poemets encabits dins nostra «Pàgina literària» ho testifiquen cla¬ rament. Maria Antònia Salvà va delir-se sempre per la bellesa de les coses humils. Es aquest un altre tret característic de la seva personalitat. La be¬ llesa, gràcies a Déu, no és patrimoni exclusiu dels grans o dels rics de la te¬ rra. Paradoxalment la de Randa ho és una mimtanya humil. Ni té els arbres alterosos ni les puntes inaccessibles. Només garriga baixa i secallosa, caminois i dreceres codolenques. I en el poblet de subaix, uns breus carrers, de cases antigues amb portal d’arc de mig punt, quatre marjades d’hortalissa i arbres fruitals i una font murmuradora, com ho solen esser totes les fonts públiques. Ja es sap que, posteriorment a la poesia de Maria Antònia Salvà, al puig de Randa li ha sortit certes excrescències, menys poètiques, de modernitat. Però seríem exagerats si gosàssim dir que la mimtanya ha perduda tota la seva coneguda fesomia austera i fran¬ ciscana. Fra M. C., T.O.R. HACE 50 AÑOS ESPAÑA SE CONSAGRÓ AL CORAZÓN DE JESÚS El día 30 del próximo mes de mayo se cum¬ plen cincuenta años de la consagración de Es¬ paña al Sagrado Corazón de Jesús. Ante un mundo materialista, liberal y racio¬ nalista, y en circunstancias muy difíciles para España, el Jefe del Estado, Su Majestad el Rey Don Alfonso XII1, acompañado del Gobierno de la Nación y en presencia del Nuncio Apostólico en España y de la Jerarquía eclesiástica espa¬ ñola, realizó este acto que el insigne historiador eclesiástico P. García Villada calificó como «el hecho más trascendental de la historia religiosa contemporánea de nuestra Patria». Además del valor intrínseco que tiene la con¬ sagración de España al Corazón de Jesús, al tratar de medir la importancia de este acto tam¬ bién cuenta la opinión de los que a sí mismos se consideraban enemigos de la Iglesia. Estos, entre otras cosas, dijeron que era «un reto para el liberalismo», «una vergüenza para España», «un escándalo para Europa», «dogmáticamente una herejía y estéticamente una aberración». De uno de ellos es la ha hecho presa en bernantes». frase siguiente: «La locura la cabeza de nuestros go¬ La profanación del Monumento del Cerro de los Angeles en el año 1936 es otra prueba de la importancia del acto realizado por el Rey, de su hondo significado religioso, y del simbolismo de la catolicidad de España que tiene el Monu¬ mento Nacional al Sagrado Corazón de Jesús ante el cual se hizo la consagración. Consagración y profanación, en este caso, son dos actos íntimamente relacionados entre sí: la consagración fue la respuesta pública del Jefe del Estado a la invitación de ingresar en la ma¬ sonería, y la profanación fue la réplica y quizás el cumplimiento de un propósito hecho el mismo día de la consagración. El Cardenal Gomá, Pri¬ mado de España, calificó la profanación de «sa¬ crilegio sintético de nuestra Cruzada de libera¬ ción nacional», acaso porque para quienes la co¬ metieron, fusilar la imagen del Corazón de Jesús y volar con dinamita su Monumento, era 16 —al mismo tiempo que una ofensa a Cristo— un signo externo de sus propósitos de matar realmente a Dios en la nación, en sus institu¬ ciones y en las almas de los españoles. Para desagraviar al Sagrado Corazón de Jesús por la ofensa de la profanación, España subió en dos ocasiones al Cerro de los Angeles, —presi¬ dida por sus autoridades eclesiásticas y civiles: el día 30 de mayo de 1944 (XXV aniversario de la consagración) y el día 25 de junio de 1965— (inauguración del nuevo Monumento). Por la misma razón que en esas dos fechas, aunque el motivo sea distinto, el día 30 de mayo de 1969 España se congregará de nuevo en torno al Monumento Nacional al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Angeles, para conme¬ morar y ratificar la consagración hecha en la misma fecha el año 1919. Existe, además, una razón de carácter exclu¬ sivamente religioso y pastoral para celebrar a lo largo de todo un año la conmemoración de la consagración de España al Corazón de Jesús. Por un lado, la devoción y culto al Corazón de Cristo hoy, desgraciadamente, está subestimada, y, por otro lado, es ésta una ocasión propicia para hacer reflexionar al Pueblo de Dios que vive en España y a las comunidades cristianas que en ella existen sobre la idea de que esta devoción debe estimarse —son palabras de Pa¬ blo VI— «como excelente y segura forma de ge¬ nuina piedad». Y también de Pablo VI son las siguientes palabras, muy dignas de ser tenidas en cuenta: «Puesto que el Concilio universal re¬ comienda en gran manera los ejercicios de pie¬ dad cristiana, especialmente cuando son reali¬ zados por voluntad de la Sede Apostólica, parece que éste ante todos hay que inculcar». A la celebración del cincuentenario de la con¬ sagración de España al Sagrado Corazón de Je¬ sús puede aplicarse, con toda propiedad, lo que Pablo VI dijo sobre la celebración del cen¬ tenario de la institución de la fiesta litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús; «Estamos segu¬ ros —dijo el Papa— que esta piadosa conme¬ moración ha de ayudar a investigar y entender las riquezas de este divino amor, y confiamos, también, que de ahí han de sacar todos los fieles mayores fuerzas para conformar su vida a las enseñanzas del Evangelio, corregir sus costum¬ bres y cumplir perfectamente toda la Ley Di¬ vina». Madrid, 11 de febrero de 1969. Signo De Calidad La moderna bebida que da a la leche el más delicioso sabor con leche es único! 17 MISIONES PIN’CELA.DA.S Espigando entre la numerosa corres¬ pondencia de nuestros misioneros de Perú, hemos sacado los siguientes párra¬ fos; pinceladas que dan color no sólo al paisaje misional sino también a la figu¬ ra del misionero que en él se mueve. Oía feliz «Escribo aún desde la parroquia de Marcabalito. Estoy aquí con mucho gus¬ to, porque se puede ejercer im fecimdo apostolado. Hoy ha sido para mí un día feliz, porque he tenido en la iglesia un público numeroso, que deseaba se les hablara sobre los protestantes evan¬ gelistas que han invadido este pueblecito. He hablado una hora, y han escuchado atentamente todo el tiempo. Me han en¬ tregado sus biblias protestantes, y yo les he dado libros católicos del Nuevo Testamento. Como entre el público ha¬ bía una docena de jóvenes muy valien¬ tes, han quedado muy contentos y bien dispuestos a no dejar entrar a tales pas¬ tores disfrazados con piel de oveja. Les he prometido que el próximo jueves vol¬ veré a Puramarca (ellos viven cerca de este pueblecito) y que allí hablaríamos de nuevo sobre este asunto. Examen de religión «He visitado varias escuelitas de estos pueblecitos, haciendo a niños y a niñas preguntas sobre puntos de religión. —¿Cómo se llamaba el pueblo donde vivía San José con María Santísima y el Niño Jesús? —¡Marcabalito!— han contestado mu¬ chas. Pobrecitas, no conocen nada más. —¿Dónde murió Jesús? —En Lima, contesta imo. —En Huamachuco, corrige otro. —¿De qué murió Jesús? —De sarampión, asegura uno. Al oir tales respuestas, uno no sabe si ponerse a reir o a llorar.. Este niñito iba cubierto de hara¬ pos el día anterior. Le he dedo este vestido de CARITAS y ha quedado más contento que unas Pascuas. El aguac«rO| única solución..■ «Casi toda la tarde ha llovido. A pesar de tanta agua, muchos prefieren beber otras cosas, y no han faltado riñas san¬ grientas entre borrachos. Marcabalito es un pueblecito muy pequeño; pero muv visitado por tener el famoso Cruci¬ fijo llamado EL AMITO DE LA MISE¬ RICORDIA. Con el gentío que viene y la carencia absoluta de retretes, las calles están llenas de suciedad. Desde el jardín de nuestra casa se siente el hedor. Por tanto estos aguaceros son en gran ma¬ nera oportimos, ya que son la única ma¬ nera de hacer limpieza. Durante la pro¬ cesión, era tal el hedor, que uno se da cuenta de que está caminando por un auténtico estercolero. En alguna calle apenas se podía caminar, resbalando a cada momento, y no precisamente a causa del barro... Mucha agua y muchos «regalitos» «Esta noche ha llovido muchísimo y dentro de mi cuarto caía también el agua, dejándome en un lago. Se ha des¬ prendido un trozo de techo. Menos mal que ha caído algo lejos de la cama. 18 Parece mentira, y no lo es. Estos son los bancos donde se sientan los niños en la escue- lita. Continúo visitando pueblecitos o al¬ deas. La gente se muestra encantada de recibir la visita del misionero, y gratis... En estas aldeas no hay iglesia, y nos reunimos en la escuelita, si la hay, o dé¬ balo de algún porche; allí les hablo, les confieso, empezando por los pequeños y acabando por los mayores. Y luego en la misa, todos o casi todos comulgan. En el último pueblecito que visité me cargaron de fruta: limas, nísperos, mem¬ brillos, melocotones, además de huevos. No hice una tortilla por el camino, por¬ que el cholo que me acompañaba para volver el caballo, buscó una cesta y me los trajo a Marcabalito». Un problema muy serio... «Vienen, además, a Marcabalito a ver¬ me, y muchos traen su «regalito». Una mujercita, al verme, me dijo: ¡Mi confe¬ sor! (supongo se habría confesado con¬ migo), y me dio una gallina. Era para que me la comiera; pero tendría que matarla yo, cosa que jamás había he¬ cho. i Un serio conflicto! No tenía ningún cuchillo que cortara. Al fin, revistiéndo¬ me de valor, cogí la gallina, la até, le puse el cuchillo sobre el cuello en un punto que había dejado sin plumas, y con un martillo le di un tremendo gol¬ pe. La gallina, que no esperaba aquello, dio tal sacudida, que me echó por tierra el plato que tenía preparado con la co¬ mida sobre la mesa; el plato quedó he¬ cho añicos, como puede suponerse. Y no sé las veces que tuve que repetir la ma¬ niobra para llegar a matarla. He hecho el firme propósito de no volver jamás a intentar matar una gallina». El eterno problema de la borrachera «Ya se ha empezado a hacer la «chi¬ cha» en Marcabalito, en vistas a las pró¬ ximas fiestas. No sé si era la primera vez que estuve aquí, que uno de los guardias estaba bien borracho durante l"^, procesión. El teniente, avergonzado, le hizo encerrar en un cuarto; el guardia tenía el fusil, y dentro del mismo cuar¬ to, al acabar la procesión, se suicidó. Cada año hay heridos, sangre y riñas. En este momento, las dos y media, se han oído unos truenos que presagian «el aguacero»... Ahora mismo empieza a llo¬ ver en abundancia. Para los borrachos es muy oportuna la lluvia. Los que se quedan tendidos en el suelo reviven y se espabilan un poco conim buen remojón. Ha venido un borracho a comprar un rosario. ¡Para qué quiere el rosario! Pe¬ ro se lo he vendido. Quería confesarse. Como siempre en tales casos, le he di¬ cho que otro día. Ayer otro borracho no sé si porque le pesaba ya demasiado la vida o porque tenía aún más sed, ha bebido un insecticida y ha muerto. Y de¬ ja ocho hijos. La borrachera es una de las grandes plagas de esta pobre gente». «Basta una vaca» «Después de la misa he hallado ya preparado un caballo, muy flaco por cierto, como el de D. Quijote, para ir a visitar un pueblecito que se llama San Miguel, donde hay una escuelita. Ya co¬ nocía a la Maestra, que aunque no está casada, tiene un hijo de contrabando. Y conocía también a las niñas, que habían venido a Marcabalito para asistir a una conferencia con proyecciones de diapo¬ sitivas. Estas niñas se han confesado en San Miguel, como también muchas mu¬ jeres y varios hombres. Las no casadas, con su hijito en brazos, no se han con¬ fesado, porque primero quiero regulari¬ cen su matrimonio. Les he hablado cla¬ ro, y muchas me han dicho que vendrían a casarse. Pero en seguida la pregimtita: «¿Y cuánto me va a sacar?» (cuánto tendré qué pagar). «No quiero que pa¬ guéis nada, basta me traigáis una va¬ ca...» Han reído mucho. He añadido: Ya veis que el Padresito no tiene nada, y que todo lo ha de comprar. Regaladle una gallinita, y en paz. ’Una gallinita sí, han contestado, y huevecitos...’» Un misionero en Perú 19 NUESTEA pequeña HISTORIA THectio siglo atrás.,. Jntroito del número de abril de 1919, el si¬ guiente anuncio: «A LOS TERCIARIOS. PEREGRINACION FRANCISCANA A SINEU». Ha¬ bía de celebrarse el domingo, día 1.° de junio, para «implorar la misericordia de Dios y la pro¬ tección de la Virgen Santísima (Nuestra Señora de los Angeles que se venera en la iglesia pa¬ rroquial de Sineu) para que nos libren de los males que se ciernen sobre nosotros y que tan¬ tos estragos causan en otras naciones». Lo que es la bandera para la nación, lo es, y mucho más aún, la cruz para los cristianos y, sobre todo, para los misioneros que la iban plan¬ tando detrás de los descubridores o conquista¬ dores. Eso venía a decir F. Torrens, Pbro. T. en «La Cruz y las Ordenes religiosas». No faltaba la oportuna alusión a Fr. Junípero Serra. Lugares, que desde entonces permanecen, sin interrupción, bajo la custodia espiritual de la primera Orden Franciscana. Recordaba estos he¬ chos, en un documentado estudio, Fr. Eduardo Faus, O. M. Aquel número saldría por las vecindades de Semana Santa. Por eso uno de los artículos era «El Beat Ramon i la Passió de Jesucrist». Estaba formado por un entretejido de textos lulianos donde el Amigo expande poéticamente sus fer¬ vores amorosos para su Amado en el misterio de su pasión y muerte en cruz. Como se sabe, es éste uno de los temas favoritos para Llull. Bajo el título de «Pagines de l’Antigor» y el subtítulo de «Utilitat de legir la vida de Jesús» se copiaba un fragmento del clásico catalán J. R. de C., iniciales que corresponden a Joan Rois de Corella, autor de la traducción de la Vita Christi, de Lqdolfo de Sajonia, el Cartu¬ jano, de la cual es, seguramente, la página co¬ piada, aunque no se diga. «Amor y sacrificio» era el epígrafe del trabajo de Fr. Juan de Alvernia, donde se ponderaba el valor de «la vida oculta y admirable que llevan esas vírgenes esposas del Cordero sin mancilla que, a la sombra del santuario y juntito a su Amado, fabrican el nido de sus castos y purí¬ simos amores». Está dando su natural resultado la guerra del silencio que se hace a dicho estado, por parte de los que antes lo estimulaban. Se conmemoraba el séptimo centenario de la visita de San Francisco, en 1219, a los Santos World Reg Trode Mark Made in Spain Producida* por INDUSTRIA éSPaÑOLA DE PERLAS, S A MANACOR (Mallorca) Distribuidores mundiales industrias heusch reunidas, S. a Numancla, AS ac. BARCELONA (España) 20 Un bello pensamiento, expresado en cinco versos, dedicaba A. García Rover, como «Recor¬ datori», a una niña conocida, en su Primera Co¬ munión. Y ya las «Noticias y variedades». Lo primero, «Gorrión», un cuento ejemplar de un niño huér¬ fano, sin mona, sin mona de Pascua; luego «Wilson y el Catecismo». Escribía el Presidente norteamericano: «...Es preciso que los niños se¬ pan rezar y comprendan lo que rezan y a quién rezan antes de aprender el alfabeto»; y, por úl¬ timo, «Contra el socialismo», reciente pastoral de los obispos holandeses en la que se conde¬ naba dicho sistema y se amenazaba con penas canónicas a los católicos que se adhiriesen a aquella doctrina. ¡Cómo han cambiado los tiem¬ pos! Ahora el socialismo es lo mejor de lo mejor para ciertos católicos de nuestros días. En «Juventud Seráfica» Sellarim (Miralles, Buenaventura), en plan catequístico, enseñaba qué es «Santiguarse». No es, desde luego, «eje- c;.!tar con los dedos un movimiento gr^te'^co, por no decir insultante y diabólico, acompañado de una genuflexión ridicula de minué, lo cual para ellos equivale, según he llegado a enten¬ der, a santiguarse». El autor se refiere a lo que solía hacerse (mal del que aún no nos he¬ mos curado) al entrar en la iglesia. El otro tra¬ bajo, sin firma, era «Un episodio conmovedo”» (nos ha conmovido aún al releerlo ahora), rela¬ to sobre la actuación heroica de una Hija de la Caridad en los puestos de socorro del frente de batalla, condecorada por el General francés con su propia Cruz de la Legión de Honor. JORNADA TRIMESTRAL DE FRATERNIDAD FRANCISCANA Aviso a las Hermandades de la T. O. F. de Mallorca La Junta Provincial de la T.O.F. ha organizado la segunda JOR¬ NADA TRIMESTRAL DE FRATERNIDAD FRANCISCANA para este año. Vamos a vivirla, Dios mediante, el 20 de abril, domingo, en Pe¬ tra, Santuario de Bonany y Ariany, en recuerdo de Fr. Junípero Se¬ rra. Se ha preparado el siguiente programa; A las 11, visita a la iglesia de San Bernardino de Sena. A continuación, nuestros terciarios podrán deleitar su espíritu franciscano contemplando la casa natal e interesante museo del gran misionero y colonizador de California, P. Serra, así como la iglesia parroquial donde fue bautizado. A las 12,30, subida al Santuario de Ntra. Sra. de Bonany. Saludo a la Virgen. Tiempo libre para el almuerzo y para la sincera convi¬ vencia fraternal. Rapsodas, cantores y otros artistas pondrán sus habilidades al servicio de los hermanos para hacerles felices. A las 4’30 tarde, partida hacia la iglesia parroquial de Ariany. A las 5, meditación platicada. Seguidamente, misa comunitaria con homilía por el Rdo. P. An¬ tonio Fiol, Director de la T.O.F. de Llucmajor. Alrededor de las 6, regreso a las respectivas Hermandades. 21 ^aOla el Vapa LA LIBERTAD, IMPRESCINDIBLE AL HOMBRE, EXIGE EL RESPETO A LA LIBERTAD DE LOS DEMAS Deformación de la libertad «Otra deformación, tan^^bién de moda, es la que hace consistir la libertad en asumir a propósito «a priori» una posi¬ ción de enfrentamiento con el orden existente o incluso con la opinión de los demás. La libertad encontraría su verda¬ dera expresión en la «contestación» (= protesta), sea ésta razonable o no. Es éste un camino, y desgraciadamente bastante breve, para perder la libertad, tanto por la irracionalidad que intro¬ duce como elemento sistemático en la lógica del espíritu, cuanto por las reacciones ambientales que puede fácil¬ mente provocar: las «contracontestacio¬ nes». Na es libertad negársela a los demás Y sobre todo, debemos precavemos contra la locura que entiende como li¬ bertad propia la ofensa a la libertad de los demás. Luchas de todo género han surgido y surgen cada día por el mal espíritu de esta desenfrenada libertad: la llamaremos más bien licencia, prepo¬ tencia, ma,la educación, incivilización, pero no libertad. La libertad, precisa¬ mente porque es emanación de una luz divina sobre el rostro humano y porque deriva de la razón y res'de en la real fa¬ cultad humana que es la voluntad, tiem el sentido de sus auténticas expresiones, es decir, de sus límites, los cuales luego le abren y le custodian el campo de sus afirmaciones: la verdad antes de todo, como nos enseña Cristo: «La verdad os liberará» del pecado, del erro"-, de ’o ig norancia, del prejuicio. La ley, la ley justa, se entiende. La autoridad, aouella especialmente que se define «madre y maestra», el Estado, también conceb do como institución organizada, garant'zadora y tutora de los derechos de la per¬ sona humana e integradora de su ejerci¬ cio en la armonía del bien común; no como fuente única y síntesis totaUtaria y arbitraria de la convivencia social». (De un discurso en la audiencia gene¬ ral de 5-II-1969). SOLA LA CONCIENCIA RECTA Y VERDADERA ES NORMA VALIDA DEL OBRAR HUMANO LA CONCIENCIA NO ES EL ARBITRO SUPREMO DE LA MORALIDAD «Pero es necesario, ante todo, desta¬ car que la conciencia, por sí misma, no es el árbitro del valor moral de las ac¬ ciones que ella sugiere. La conciencia es intérprete de una norma interior y su¬ perior; no la crea por sí misma. Ella está iluminada por la intuición de deter¬ minados principios normativos, conna¬ turales a la razón humana; la conciencia no es la fuente del bien y del mal; es el aviso, es escuchar una voz, que se llama precisamente la voz de la conciencia, es el recuerdo de la conformidad que una acción debe tener con una exigencia in- INDUSTRIAS TITAN, S. A. Tábrica de Pinturas, Esmaltes if 'Qarnices Delegado de venta en Mallorca: GABRIEL VERGER ALCOBER Padre Bartolomé Pou, 71-praI.-2.“ Tel. 252401 PALMA DE MALLORCA 22 trínseca al hombre, para que el hombre sea verdadero y perfecto. Es la intima¬ ción subjetiva e inmediata de ima ley que debemos llamar natural, a pesar de que muchos hoy ya no quieren oír ha¬ blar de ley natural. ¿No es en relación con esta ley, enten¬ dida en su auténtico significado, como nace en el hombre el sentido de respon¬ sabilidad? ¿Y con el sentido de respon¬ sabilidad, el de la buena conciencia y del mérito, o, por el contrario, del re¬ mordimiento y de la culpa? Conciencia y responsabilidad son dos términos recí¬ procamente relacionados. En segimdo lugar debemos observar que la conciencia, para ser norma válida del obrar humano, debe ser recta, esto es, debe estar segura de sí misma, y ver¬ dadera, no incierta, ni culpablemente errónea. Lo cual, desgraciadamente, es muy fácil que suceda, supuesta la de¬ bilidad de la razón humana abandonada a sí misma, cuando no está instruida. NECESIDAD DE INSTRUIR Y FORMAR LA CONCIENCIA La conciencia tiene necesidad de for¬ marse. La pedagogía de la conciencia es necesaria, como es necesario para todo el hombre el ir desarrollándose interior¬ mente, ya que realiza su vida en un mar¬ co exterior por demás complejo y exi¬ gente. La conciencia no es la única voz que puede guiar la actividad humana; su voz se hace más clara y más fuerte cuando a ésta se une la de la ley y la de la legítima autoridad. La voz de la con¬ ciencia no es siempre infalible, ni obje¬ tivamente suprema. Y esto es especial¬ mente verdad en el campo de la acción sobrenatural, en el que la razón no pue¬ de por sí misma interpretar el camino del bien, y debe acudir a la fe para dic¬ tar al hombre la norma de la justicia querida por Dios mediante la revela¬ ción». (De una alocución en la audiencia ge¬ neral del 12-11-69). PARTIERON HACIA LA CASA DEL PADRE Montuiri. — El 15 de diciembre 1968, a los 73 años de edad, el limo. Monse¬ ñor Honorato Ribas Manera, Terciario franciscano. Canónigo Arcediano de la Catedral de Valencia y Prelado Domés¬ tico de Su Santidad. Vilafranca de Bonany. — Día 25 de enero, doña Magdalena Barceló, madre de nuestro estimado hermano en reli¬ gión, el Rdo. P. Jaime Garí, residente en Madrid. Día 28 de febrero, D. Jaime Nicolau Roig, terciario franciscano y hermano del Excmo. y Rdmo. Mons. Damián, Obispo de la T.O.R. en Huamachuco (Pe¬ rú) y del M. Rdo. P. Bartolomé, Defini¬ dor General de nuestra Orden. San Juan Bautista (Ibiza). — Día 15 de febrero, a los 82 años de edad, D. Vi¬ cente Ripoll, Campanet. — Día 16 del mismo mes, doña Isabel María Rebassa Bisquerra, madre del querido religioso de nuestra Orden, Fr. Jaime Morell, residente en el Seminario Menor de Ntra. Sra. de Vico (Logroño). Ciutadella (Menorca). — Sor María Angelina Parera, Terciaria Franciscana Hija de la Misericordia, día 27 febrero. Sencelles. - D. Juan y D. Julián Oliver Oliver, hermanos del Rdo. P. Bartolomé, miembro del Convento de San Francisco (Palma). Son Garrió. — Sor Antonia de la In¬ maculada, de la citada Congregación franciscana, día 1 de marzo. Mons. Honorato Ribos Mtinero Artá. — Doña Catalina Pujadas (2 de marzo), madre del Vocal Provincial de la T.O.F., D. Juan Sard. Inca. — D.^ Catalina Riusech Seguí (15 febrero), y D.'* Herminia Moyá Alo¬ mar (26 febrero), de la Fraternidad Se¬ glar Franciscana. S’Horta (Felanitx). — Día 6 de marzo y a los 83 años de edad, la Religiosa Franciscana Sor María Fernanda, insig¬ ne bienhechora de esta revista. Es de justicia hagamos constar nuestra pro¬ funda gratitud por los múltiples desve¬ los que se tomó a favor de esta publi¬ cación franciscana. «Dales, Señor, el descanso eterno, y brille sobre ellos la luz eterna». 23 pagina ^el teroia>rio (Continuación) ITINERARIO EVANGELICO FRANCISCO, A TODOS LOS HOMBRES En el camino de la vida, el Hermano Francisco tiende a todos los hombres una mano fraternal: se pone a su servicio para comu¬ nicarles la «Palabra que hace vivir», la de Jesucristo. A todos los cristianos, religiosos, clérigos y laicos, así hombres como mujeres, y a todos los que habitan en el universo mundo, fray Francisco, su siervo y súbdito, saluda con reverencia y desea la verdadera paz del Cielo y la sincera caridad en el Señor. Siendo yo siervo de todos, estoy obligado a servir a todos y a enseñarles las odoríferas palabras de mi Señor. Por lo cual, considerando que no puedo visitar a cada uno de vosotros personalmente, a causa de la enfermedad y debilidad de mi cuerpo, he determinado manifestaros por las presentes letras las palabras de Nuestro Señor Jesucristo, que es el Verbo del Padre, y las palabras del Espíritu Santo, que son espíritu y vida (Jo., 6, 63). (Carta a todos los fieles) i. LA RUTA DEL EVANGELIO La Palabra de Dios transmitida por Cristo, difundida por el Espíritu Santo, nos revela un maravilloso plan de Amor de Dios, que ilumina y da nombre a toda la Historia. Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, Padre santo y justo. Señor Rey del Cielo y de la tierra, te damos gracias por Ti mismo y porque has criado todas las cosas espirituales y corporales por tu santa voluntad y por medio de tu único Hijo y del Espíritu Santo; y, criados a tu imagsn y semejanza, nos pusiste en el Paraíso de donde por nuestra culpa caímos. También te damos gracias porque así como nos criaste por medio de tu Hijo, así por el afecto con que nos amaste hiciste nacer de la beatísima, santa, gloriosa y siempre Virgen María a este mismo Dios y Hombre verda¬ dero, y quisiste con su cruz, y sangre, y muerte, rescatarnos a nosotros cautivos. Y te damos gracias porque ese mismo Hijo tuyo ha de venir luego en la gloria de su majestad a lanzar en el fuego eterno todos los malditos que no hicieron penitencia y no te conocieron, y a decir a todos los que te cono¬ cieron, y te adoraron y en penitencia te sirvieron; Venid, benditos de mi Padre; recibid el reino que os está preparado desde el origen del mundo (Mt., 25, 34). (I Regla. 2311-8) 24 Maravilla d&l plan de Dios. Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas, Tú eres fuerte. Tú eres grande. Tú eres altísimo. Tú eres Rey omnipotente. Tú eres. Padre santo. Rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno. Señor Dios todo bien. Tú eres el bien, todo bien, sumo bien. Señor Dios, vivo y verdadero. Tú eres caridad y amor. Tú eres sabiduría. Tú eres humildad. Tú eres paciencia. Tú eres seguridad. Tú eres quietud. Tú eres gozo y alegría. Tú eres justicia y templanza. Tú eres todas nuestras riquezas a satisfacción. Tú eres hermosura. Tú eres mansedumbre. Tú eres protector. Tú eres custodio y defensor. Tú eres fortaleza. Tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra. Tú eres fe nuestra. Tú eres la vida eterna nuestra, grande y admirable Señor, Dios omni¬ potente, misericordioso Salvador. (Alabanzas ) Considera, oh hombre, en cuán alta dignidad te puso Dios, pues te crió y formó a imagen de su muy amado Hijo según el cuerpo, y a semejanza suya, según el espíritu. Y todas las criaturas que están debajo del cielo, según su naturaleza, sirven, conocen y obedecen al Creador mejor que tú, y ni los mismos demo¬ nios le crucificaron; mas tú, con tus pecados, le crucificaste y todavía lo crucificas, deleitándote en los vicios y pecados. (Avisos, VJ Y firmemente sepamos que nada tenemos nuestro, sino vicios y pecados. (I Regla. 17, 8) De nuestra miseria a la grandeza de Dios, existe un solo camino: Cristo. En El se nos revela Dios. El Señor Jesús dice a sus discípulos: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, sino por mí. Si me hubierais conocido a mí, hubierais sin duda conocido a mi Padre, y de hoy en adelante le conoceréis, y le habréis visto. Dícele Felipe: Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta. Jesús le responde: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y no me habéis conocido? Felipe, quien me ve a mí, ve también a mi Padre (Jo., 14, 6). Mi Padre habita en luz inaccesible (1 Tim., 6, 16). Y Dios es espíritu, y a Dios nadie le ha visto nunca (Jo., 1, 18; 4, 24). (Avisos, 1/1-4) En El encontramos al Padre. Y porque todos nosotros, pecadores y miserables, no somos dignos de pronunciar tu nombre, pedimos con humildad que Nuestro Señor Jesucristo, 25 tu Hijo amado con quien te complaces, en unión del Espíritu Santo Pará dito, te den gracias todos, como a Ti y a ellos agrade, ya que Jesús basta para todo y por su mediación nos hiciste tantos beneficios. Aleluya. (I Regla, 23 f 9-11) Cristo se hace nuestro camino; en la pobreza. El muy alto Padre nos anunció desde el cielo por medio de San Gabriel Arcángel a este su Verbo, el cual, siendo tan digno, descendió al seno de la gloriosa Virgen María, de cuyas entrañas tomó la verdadera carne de nuestra humanidad y frágil naturaleza: El mismo, siendo rico, quiso, juntamente con su Madre dichosísima, abrazar, sobre todas las cosas que hay en el mundo, la pobreza (2 Cor., 8, 9). En la Pascua: «paso al Padre; en la Eucaristía. Y cerca de su Pasión, celebró la Pascua con sus discípulos y tomando el pan dio gracias y lo bendijo y lo partió diciendo: Tomad y comed, éste es mi Cuerpo. Y tomando el cáliz, dijo: Esta es mi sangre del Nuevo Testa¬ mento, la cual será derramada por vosotros y por otros muchos, para remi¬ sión de los pecados (Mt., 26, 26-28). Después oró al Padre, diciendo: Padre, si es posible, pase de mí este cáliz (Mt., 26, 39). Y tuvo un sudor como de gotas de sangre, que corrían por la sobrehaz de la tierra (Le., 22, 44). Sin embargo, sujetó su voluntad a la del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad, no como yo quiero, sino como Tú quieras. (Mt., 26, 39 y 42). Ahora bien: el Padre quiso que el Hijo bendito y glorioso, que nos en¬ tregó y nació por nosotros, por su propia sangre se ofreciese en sacrificio y holocausto en el ara de la cruz, no por El, por quien fueron hechas todas las cosas (Jo., 1, 3), sino por nuestros pecados, dándonos ejemplo para que sigamos sus huellas (1 Petr., 2, 21). Y quiere que todos seamos salvos por El y le recibamos con corazón sencillo y cuerpo casto. Mas son pocos los que quieren recibirle y ser sal¬ vados por El, aunque su yugo sea suave y su carga ligera (Mt., 11, 30). (Carta a todos los fieles, 4-15) Vivir el Evangelio de Jesucristo. La regla y vida de los hermanos es ésta: seguir la doctrina y vida de Nuestro Señor Jesucristo, el cual dice: Si quieres ser perfecto, ve y vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo, y ven y sígueme (Mt., 19, 21). Y: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame (Mt., 16, 24; Le., 9, 23). Y en otra parte: Si alguien quiere venir en pos de mí y no aborrece a su padre y mujer, e hijos, y hermanos, aun su propia vida, no puede ser mi discipulo (Le., 14, 26). Y cualquiera que dejare padre o madre, hermanos o hermanas, o hijos, y casas, y campos, por amor de mí, recibirá cien veces más y alcanzará la vida eterna (Mt., 19, 29). (I Regla, 1) La regla y vida de los Hermanos Menores consiste en observar el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. 26 LIBROS NUEVOS Mn. Bartomeu Guasp, Prevere. NUESTRA SEÑORA DEL REFU¬ GIO EN EL CASTILLO DE ALA- RO. Tercera edición. Palma de Ma¬ llorca. Hemos leído con agrado el volumen de la tercera edición sobre la antigua imagen de la Virgen del Refugio, vene¬ rada en el Castillo de la villa de Alaró, cumbre se yergue un típico oratorio, ese castillo, famoso, en cuya «altiva uno de los muchos de que está salpica¬ da la extensa campiña mallorquina». El hecho de que esta obra —^salida de la incansable pluma de Mn. Bartomeu Guasp— haya alcanzado en Mallorca los honores de una tercera edición, nos ha¬ bla de cónio anteriormente mereció el interés de muchos estudiosos y devotos de la Reina de los alaronenses. Vaya, pues, nuestra fervorosa reco¬ mendación. H. C. Roger Verneaux HISTORIA DE LA FILOSOFIA MODERNA. Versión castellana de Montserrat Kirchner. 14,1 x 21, 6 cms. 240 págs. Rústica, Ptas. 160,—, U.S. $ 2,28. Colección CURSO DE FILOSOFIA TOMISTA. Editorial Herder, Barcelona 1968. El presente volumen forma parte del «Curso de filosofía tomista», para el que ya ha escrito este autor varios tratados, entre ellos la HISTORIA DE LA FILO¬ SOFIA CONTEMPORANEA. Se trata, pues, de un volumen orientado realmen¬ te a lo fundamental. Cualquiera de los filósofos que estudia, exigiría ima am¬ plia monografía; es más, algunos de ellos cuenta ya con una bibliografía es¬ pecializada, verdaderamente ingente. Ver¬ neaux no se dirige a los especialistas, ni ha querido escribir una obra de consul¬ ta, sino de iniciación, una orientación al servicio de los que —dentro de este Curso de filosofía— han de emprender el estudio de los filósofos modernos. Y en este sentido lo ha hecho de forma tal, que en ella se ve ante todo al pro¬ fesor, atento siempre a facilitar en for¬ mulaciones claras y asequibles, el resul¬ tado de muchos años de estudio, para encaminar y guiar al alumno a un estu¬ dio más pormenorizado. H. C. F. M. Genuyt Colección El Misterio Cristiano. EL MISTERIO DE DIOS. Teología dogmática. Versión castellana de Daniel Ruíz Bueno. 14,1 x 21,6 cm. 228 páginas. Rústica, 150,— pesetas. U.S. $ 2.14. Editorial Herder, Barcelona 1968. Advierte el autor al comienzo de su su obra, que se trata de una exposición teológica, y esto quiere decir que sus presupuestos están contenidos en la re¬ velación divina, es decir,en la Sagrada Escritura. La historia de la teología occidental es la historia de un pensamiento que, en impulso de ascensión, se esfuerza por desentrañar el contenido de la revela¬ ción, por medir y precisar su alcance y conocer su proyección en la vida del hombre; es la fe que busca la razón. El hombre se instala en la fe y desde ella llama a la razón para llegar al conoci¬ miento pleno. De esta forma se resuel¬ ven estas antinomias entre la fe y la ra¬ zón, que tantas páginas ocupan ya en la historia del pensamiento occidental. He aquí, pues, el plano en que se instala el autor en su deseo de ascender con la razón hasta Dios e iluminar la razón con las verdades reveladas por Dios. Es otro libro que recomendamos. H. C. Ch. Davis LITURGIA Y DOCTRINA Fundamento doctrinal del movi¬ miento litúrgico. Versión castellana de J. Vallverdú. 14 X 10 cm. 80 páginas. Rústica, 70 pesetas. U.S. $ 1,—. Biblioteca Ca¬ tequística (CELAM-CLAF). Sobre¬ cubierta de A. Tierz. Editorial Her¬ der, Barcelona, 1968. Ha aparecido im nuevo título de «Bi¬ blioteca Catequística», colección que es¬ tá integrada por textos de suma utilidad para el catequista. Es asombroso como el autor logra profundizar en el tema con tan reduci¬ do espacio. En opinión de un crítico in¬ glés este libro podría hacer un inmenso bien si fuera objeto de una meditada lectura no sólo por parte de los católi¬ cos. sino también de los cristianos no católicos. H. C. • • MUEBLES ROMÀR EXPOSICIÓN; TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICIÓN Conquistador, 24 - Tel. 503 Paz, 97,101 y 103-Tel. 468 MANACOR (Mallorca) • •• GRANDES ALMACENES PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURAS ^— (vasa Pomar Flores S. Miguel^ 187 Telófano 221483 PALMA DE MALLORCA Pañería - Lencería-Tapicería-Modistería - Sas¬ trería - Poñeria - Comisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje P.Cort, S al 12 y GeaeralGodad, 6y 8. Tais. 224200-224201 PALMA DE MALLORCA -• «'• •' EL CALZADO DE MAYOR DURACION v<. Venta exclusiva en: Velazquez, 35 '• DIRIGENTE SEGLAR FRANCISCANO: ¿Te has suscrito ya a «FRATERNIDAD»? Es la revista nacional escrita para ti. 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