H9 —^ MARZO 1969 2 CAÍ4A * CREMADILLO Calidades insuperables Destilerías VALLS CREMADILLO CAÑA VALLS (Copa de fuego) Saetfa eaiaa dos mareéis, únicas stt calidad in V BBL BS DBCO RACIÓM TAPICBRÍA díijos de ^0sé Alabrés CONSTRUCCIONES MUT, S. A. CoHfrafísfas de ObrCiS Santiago Rusiñol, 4 Tel. 21134Í PALMA DE MALLORCA Siftdícóto, 26 al 32 ^ fel. 221213 PALMA DE MALLORCA RtVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R. • MARZO 1969 Año LX - Núm. 708 • REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R. ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R • CON LICENCIA ECLESIASTICA • IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ • PRECIOS DE SUSCRIPCION: (A partir de enero 19G9) ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR . . . ... . 65 PTAS 100 . 500 . • DEPOSITO LEGAL P. M. 340 -1958 NUESTRA PORTADA JESÚS, REY DE BURLAS — Cuadre al óleo de Breughel, pintor flamenco, existente en el antiguo Palacio del Marqués de Viuot (Pal¬ ma). Impresionan por su realismo los ^jueus- de los dos esbirros, sobre todo el del que está en primer término. V. y lea en esite nümero: El espíritu del Señor ... 3 La Tercera Orden Regular de San Francisco en Mallorca ... 4 El control de la natalidad ... 5 Teología, acción y libertad ... 7 Elogio del olivo en el Domingo de Ramos 9 Fisonomía de San Francisco ... 12 Nuestra pequeña historia 12 ... En Tactual commemoració de la poe¬ tessa Maria-Antonia Salvà . . 13 Pàgina Literària 14 Nuestras misiones 17 Habla Pablo VI 19 Mens. Miguel Moneadas Noguera, Obispo de Menorca. . . . 20 ele Por una .... . . 21 Día 26 de gener Diada trimestral de fraternitat franciscana . . 23 Bodas de plata episcopales del Exemo Mons, Leonardo Rodríguez Ba¬ ilón, O. F. M. Arzobispo de Arequipa . Bibliograha 26 .... 28 'ySimimoemu J0sujma^ FDTDEIffiflAC* (FRENTE A U DIPUTACION) •PALMA CRECIMIENTOS ACELERADOS ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS con Honderos, 95 Teléfono 222072 PALMA DE MALLORCA tscoieca JoTslIanos, 2 y 4-Pelaires, 32 Tatéfono 223933 PALMA DE MALLORCA RIEGO POR ASPERSION proyectos y presupuestos GRATIS PALMA - MANACOR LA PUEBLA TALLER DE TAPICERÍA l/icente 4^QtnanJ.Q':^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, solones y muebles de encargo Arquitecto Reynés, 3 Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA 2 EDITORIAL EL ESPIRITU DEL SEÑOR La imagen de la vida de Cristo debe estar siempre ante los ojos de sus hermanos; en su vida personal deberán dejarse transformar por ella. El espíritu de Cristo se hará vivo en quienes caminen fielmente sobre sus huellas, y sin sutilezas imiten con simplicidad su vida. Como en el mismo Francisco, en su vida resplandecerá, como en una nueva imagen, la vida y la acción de Jesús. Por esto el santo se esfuerza sin descanso en mantener vivo en to¬ dos los suyos este espíritu de Cristo, «spiritus Domini». Esta idea del «Espíritu del Señor», coronamiento, y fruto precioso de la vida de imitación de Cristo, es el núcleo central del pensamiento y del compromiso cristiano de San Francisco. En sus Reglas, cartas y avisos espirituales, habla de este «espíritu del Señor» que debe vencer al «espíritu de la carne», o, en lenguaje moderno, «¿l espíritu del propio yo». Esta antítesis (spiritus Domini-spiritus carnis) es clave importantí¬ sima para la comprensión de la naturaleza y de la espiritualidad de la orden franciscana. En todo imitador de Cristo, como lo pretende Francisco, debe reinar un espíritu nuevo. El espíritu que el santo llamaba «spiritus Domini»; el espíritu del Señor, y tal vez también «el espíritu de la palabra divina». En la imitación incondicional de Cristo, en la victoria sobre el «espíritu de la carne», a través de un comportamiento típicamente evangélico, el cristiano une el ser interiormente poseído por el espíritu de Cristo. Si recordamos todas las expresiones del Santo sobre «el spiritus Domini», podremos comprender la riqueza de este concepto: Quien tiene el espíritu del Señor y su santa operación, no mira los acontecimientos al modo humano entre los hombres. No mira ni da valor a la realidad de la vida según el espíritu del mundo, o con los ojos del «yo». En el espíritu del Señor todos los acontecimientos y las circunstan¬ cias se transforman siempre más según el espíritu del Evangelio; es decir, son vistos y valorados con ojos de Jesús. «En esta perspectiva se comprende mejor la portada de la «peniten¬ cia» franciscana, entendida en el sentido profundo de conversión evan¬ gélica. Aquí los valores de un humanismo puramente natural y egoísta, al que frecuentemente los cristianos tributan grandes elogios, a pesar del Evangelio y del Discurso de la montaña, son radicalmente puestos en entredicho. Aquí se busca la realización radical, sin compromisos, de todo lo que de absoluto, se diría de deshumano, el Evangelio contiene. En lugar de la egoísta y pretenciosa señoría del «yo», se ponen el pen¬ samiento, la vida y la acción según la forma del Evangelio. PAC. 3 LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO EN MALLORCA LXXV ANIVERSARIO ♦ Notas estadísticas Con gran sentido de la realidad y captando certeramente el signo (alguien diría la «circunstancia») de su tiempo, que «con razón o sin ella —afir¬ ma Manjón— tenía la manía de la escuela», nuestros fundadores, con preferen¬ cia a las otras obras de misericordia, fin específico de la Orden, escogieron la de la enseñanza para redimir, mediante ella, a la juventud no sólo de la igno¬ rancia, sino también de la impiedad e indiferencia religiosa. Dado el estado de la Literatura y de las Ciencias, y las corrientes políticas del momento, entendieron que para ejercer con ventaja aquel apostolado era necesaria ima profunda y esmerada preparación científica y literaria, difícil de conseguir fuera de las centros superiores de enseñanza (Normales, Universidad des, etc.) de la Iglesia o del Estado. Por ello, tan pronto como lo permitieron las circimstancias, un número apropiado de nuestros estudiantes empezó a fre¬ cuentar aquellos centros, graduándose en las varias disciplinas más en conso¬ nancia con su futuro apostolado. Ahí van, en el siguiente cuadro, los grados obtenidos durante los LXXV años de existencia de nuestra Provincia religiosa: CENTROS DEL ESTADO Maestros de Enseñanza . . . . . Licenciados en Filosofía y Letras .... 10 DOCTOR en Filosofía (U. de Viena) 1 Licenciado en Ciencias Físicas . . . . 1 Licenciado en Ciencias Naturales (Madrid) 1 DOCTOR en Ciencias Biológicas (Madrid) . 1 Profesor e Intendente Mercantil .... 1 Licenciados en Música (Conservatorio) 6 CENTROS DE LA IGLESIA Licenciados en Filosofía («ANGELICUM» de Roma) ..... 12 Licenciados en Filosofía («GREGORIANA» Roma) ..... 7 DOCTORES en Filosofía («GREGORIANA» de Roma) .... 7 DOCTORES en Filosofía (PENSILVANIA) 1 Licenciados en Teología («ANGELICUM») ....... 21 Licenciados en Teología («GREGORIANA») ...... 19 Licenciados en Teología («UNIV. CAT. WASHINGTON) .... 1 DOCTORES en Teología («ANGELICUM») 6 DOCTORES en Teología («GREGORIANA») 3 Licenciados en Derecho Canónico («ANGELICUM») ..... 3 Licenciados en Derecho Canónico («GREGORIANA») ..... 1 Licenciados en Historia Eclesiástica («GREGORIANA») .... 1 Licenciados en Sagrada Escritura («INSTITUTO BIBLICO») .... 1 Diplomados en Ciencias Sociales («GREGORIANA») ..... 1 Diplomados en Teología Moral («ALFONSIANO») .... 1 Maestros en Canto Gregoriano y Composición Sacra («PONTIFICIA SCUOLA di MUSICA SACRA», Roma) 3 Como es uso y práctica en otras Ordenes Religiosas, también nuestra Or¬ den premio los méritos contraídos en la enseñanza eclesiástica a tres de nues¬ tros primeros Padres, condecorando con el Lectorado en Filosofía, al R. P. Pedro J. Cerdá. Lectorado en Teología Moral, al R. P. Arnaldo Rigo. Lectorado en Teología Dogmática, el R. P. Bartolomé Salvá. Este último, con motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales, fue investido con el título de MAESTRO de la Orden en Sagrada Teología. Los resultados altamente satisfactorios conseguidos por los alumnos de nuestros Colegios en los exámenes y demás pruebas de suficiencia; el éxito y aplauso obtenido en el ejercicio de sus profesiones liberales y mecánicas, en la Industria, Comercio, Milicia, etc., muestran a la clara que los títulos de sus Maestros no fueron mero oropel o flores de cantueso, como quien dice, sino de aromática y fina canela con la que sazonaron su apostolado docente. Por eso un Inspector, nada afecto por cierto a la enseñanza mal llamada par¬ ticular^ o privada, y menos a la sostenida por Religiosos, pudo estampar en el «Libro de Visita» de uno de nuestros Colegios. «LA ENSEÑANZA ES TODO LO SATISFACTORIA QUE PUEDE DESEARSE». P. Francisco Amengual, T. O R. EL CONTROL DE LA NATALIDAD La ancíclica Humana Vitaa y la conciencia cristiana P C—1 25 de julio del año pasado publi¬ có Pablo VI la encíclica más es¬ perada y lógicamente la más discutida, de su pontificado: acerca del recto or¬ den que debe observarse en la transmi¬ sión de la vida. El retraso con que apa¬ reció y las especulaciones durante el in¬ tervalo de espera favorecieron un clima de tormenta en las semanas siguientes a su publicación. Adhesiones y oposiciones se sucedieron a escala mundial. A varios meses de distancia si^en las publicaciones hablando de ella, sin tanta pasión como en los primeros momentos. Una encíclica no es una definición in¬ falible, ni tiene porque serlo. La Iglesia no puede estar siempre en la dura al¬ ternativa de callar o pronunciarse ha¬ ciendo uso de su prerrogativa de la infa¬ libilidad. Son imas normas de carácter dogmático o pastoral a las que hay que prestar «una religiosa sumisión de la vo¬ luntad y de entendimiento», se^n el concilio Vaticano II en su Constitución sobre la Iglesia, núm. 25. Un católico «debe reconocer con re¬ verencia el supremo magisterio y adhe rirse con sinceridad al parecer expresa¬ do por el mismo» (L. G. 25). Está obli¬ gado a tomar en serio la encíclica, por¬ que es palabra del Papa. Ha sido pre¬ parada cuidadosamente. Está sostenida por una tradición doctrinal. No se pue¬ de reaccionar contra ella a la ligera, a base de emociones, o atribuyendo al Pa¬ pa motivos que hagan inaceptable su pa¬ labra. Valores positivos Hay que aplaudir con decisión la va¬ lentía del Papa. Pablo VI conocía la im¬ popularidad de su enseñanza. Estreme¬ cen, todavía hoy, los discursos pronun¬ ciados después de la publicación de este importante documento. Su Santidad pide comprensión: «Jamás habíamos sentido tanto el peso de nuestro cargo» «Hemos estudiado, leído, discutido cuanto podía¬ mos, y hemos rezado también mucho». «Muchas veces hemos temblado ante el dilema de una fácil condescendencia a las opiniones corrientes y de una senten¬ cia mal soportada por la moderna so¬ ciedad o que fuese arbitrariamente de masiado grave para la vida conyugal» (Del discurso pronunciado en Castelgandolfo ,el 31 de Julio). Pablo VI defiende en este documento la dignidad y la grandeza del matrimo¬ nio cristiano. El amor plenamente hu¬ mano, total, fiel, exclusivo y fecundo queda avalado contra posibles desviacio¬ nes. La doctrina conciliar de la paterni¬ dad responsable dentro del respeto del acto matrimonial por la inseparabilidad de los fines unitivo y procreativo, está claramente sancionada en los núms. 8 y siguientes. Sale igualmente al paso contra los abusos que amenazan esta institución pocreadora: una moral de placer, o me¬ jor dicho, una conducta que no tiene nada de moral al romper todas sus nor¬ mas bajo el pretexto de que se está liberando de viejos tabúes. Pide respeto a la mujer frente al egoísmo y la infide¬ lidad conyugal (núm. 17). Ante las exageraciones del «boom» de¬ mográfico, el documento pontificio de¬ fiende «el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal» frente a los poderes públicos (núms. 17 y 23). No será inútil recordar que una encíclica va dirigida a todo el mundo. El problema de la conciencia personal He dicho antes que no se trata de una decisión infalible. Es, en principio, una doctrina reformable. Lo cual no quiere decir que en el futuro tenga que revisarse, sino simplemente que podría ocurrir. Un caso de evolución de una enseñanza lo hemos visto recientemen te en la doctrina de la libertad religiosa. En nuestro mismo tema hemos visto un desarrollo doctrinal en el determinar el número de hijos. Hemos pasado de «los que Dios quiera» a «paternidad respon sable». La doctrina del derecho canóni¬ co (c. 1. 113) sobre los fines primarios y secundarios fue siendo de cada día más abandonada por los teólogos y más tar¬ de lo fue por el Concilio. Por tanto hay evolución. Desde este punto de vista cabe la posibilidad de una conciencia personal disconforme con la enseñanza papal. Posibilidad muy difícil en el te¬ rreno de los principios, como si no fue se objetivamente válida la norma del documento. Posibilidad dramática en casos concretos por un conflicto de de¬ beres entre el amor mutuo y la imposi bilidad de una nueva concepción. Siendo el problema delicado oigamos las conferencias episcopales: 5 THOMY mayonesa Tan buena co^o la mejor hecha en casa ahora en dos sabores! AL NATURAL etiqueta verde CONDIMENTADA etiqueta amarilla —La Conferencia episcopal italiana ad¬ vierte a los confesores; «Manifiesten es¬ ta evangélica benignidad especialmente en los cónyuges cuyas faltas no deri¬ van de una negación egoísta de la fecun¬ didad sino más bien de la dificultad, a veces muy seria, en que se encuentran de conciliar las exigencias de la pater¬ nidad responsable con las de su amor recíproco... En este caso, en efecto, su conducta, aun sin conformarse a la nor¬ ma cristiana, no se puede valorar cier¬ tamente en su gravedad como cuando proviene únicamente del egoísmo y del hedonismo» (B, II). —Por su parte la conferencia episco¬ pal alemana, en el núm. 12 de su de¬ claración: «Muchos creen que no pueden aceptar las prescripiones dadas por la encíclica... Quien está convencido de que debe pensar de este modo tiene que pre¬ guntarse con plena conciencia si —in¬ mune de todo orgullo subjetivo y de to¬ da precipitada presunción—, está verda¬ deramente en grado de cargarse con la responsabilidad plena de este su com¬ portamiento delante del juicio de Dios. Al sostener este punto de vista deberá guardar el máximo respeto a las leyes del diálogo intraeclesial, tratando de evi¬ tar todo escándalo». —Más claramente la conferencia epis¬ copal belga (II, núm. 4): «Si alguien competente en la materia y capaz de formarse un juicio personal bien funda¬ do —lo cual supone necesariamente una form.ación suficiente—, después de un serio examen ante Dios llega en ciertos pimtos a conclusiones diversas en tal sector, tiene el derecho de seguir su con¬ vicción con tal que esté dispuesto a con tinuar lealmente sus investigaciones». Los obispos apoyan su teoría en Santo Tomás y en el decreto conciliar sobre Libertad religiosa, núm. 5: «Puede suce¬ der, cuando se trata de aplicar concre¬ tamente ciertas prescripciones de orden moral, que algunos fieles, a causa de las circunstancias particulares que se les presentan como conflictos de deberes, se vean sinceramente en la imposibilidad de conformarse con tales prescripcio¬ nes. En este caso la Iglesia les pide que busquen con toda lealtad la manera de obrar que les permita ajustarse a las normas impartidas. Si no lo consiguen desde el primer momento, no se consi¬ deren por ello separados del amor de Dios». Razones de espacio obligan a concluir. Pero, ¿no les parece a Vds. bastante claro? Fr. S. TABERNER, T.O.R. TEOLOGIA, ACCION Y LIBERTAD Por Gregorio Mateu, T. O. R. ( Asistimos con marcada curiosidad a las numerosas discusiones sobre materia religiosa que a diario aparecen en revistas y periódicos. Mientras, por una parte, disminuye en muchos secto¬ res el fervor religioso, notamos, por otra, como va aumentando la inquietud intelectual sobre lo religioso. En estos últimos tiempos han sido dados a cono¬ cer dos escritos muy interesantes, cuyo contenido está destinado al Papa. Uno de ellos está firmado por unos cuarenta teólogos, entre los cuales figuran nom¬ bres muy conocidos (Aubert, Benoit, Chenu, Küng, Metx, Rahner, Schillebeeck). No cabe la menor duda, afirman, que existe una autoridad doctrinal ecle sial, obligatoria, el magisterio del Papa y de los obispos pero también una le¬ gítima libertad para que los teólogos puedan realizar su trabajo. Dicen que esta libertad de los teólo¬ gos y de la teología «significa al mismo tiempo la pesada responsabilidad de no poner en peligro la verdadera unidad y la paz verdadera de todos sus miem bros». A pesar de ser teólogos del máxi¬ mo prestigio, son verdaderamente hu¬ mildes: «Somos bien conscientes del he cho de que nosotros, los teólogos, nos podemos equivocar en nuestra teología». En unos puntos concretos hacen ima se¬ rie de sugerencias para ser tenidas en cuenta en la nueva redacción del Dere¬ cho Canónico. Terminan su escrito con prudentes frases: «Afirmamos con con vicción la existencia de un magisterio del Papa y de los obispos, el cual, bajo la Palabra de Dios, está al servicio de la Iglesia y su predicación. Reivindica¬ mos la misión de la enseñanza científica, deseando poder efectuar nuestra tarea de investigar la verdad y anunciaria, sin ser molestados por medidas y sanciones administrativas». Apoyo al Papa El otro escrito fue firmado por 16 personalidades francesas (hombres pú¬ blicos, académicos, profesores de Uni¬ versidad, periodistas). Entre ellos S. Mi¬ chelet, E. Gilson, François Mauriac, Ga¬ briel Marcel. Esta carta, según afirma «Le Monde», ha recibido por ahora ad¬ hesiones de ciento veinte mil firmas. «Al final de este año 1968 queremos ex¬ presaros nuestro agradecimiento por la profesión de fe, como también por to¬ das las enseñanzas a través de las cua¬ les habéis afirmado los principios de la fe y de las disciplinas católicas. Os hablamos de nuestra tristeza y de nuestro escándalo ante los ataques de que vuestra persona y vuestra enseñan¬ za son objeto, y también ante todos los que afectan a la jerarquía católica. Fren¬ te a la proliferación de errores relativos al culto de Dios, la historicidad de los Evangelios, la presencia real, el minis terio eclesiástico, nosotros deseamos que la jerarquía de la Iglesia ejerza ple¬ namente su función, que es la de man¬ tener intacto el depósito de la fe. Nos otros protestamos contra las acusacio¬ nes de riqueza y de triunfalismo que hu¬ bieran estado justificadas en la época ae la Reforma hechas a una Iglesia cuya pobreza actual conocemos... Os habla mos de la angustia del pueblo cristiano al ver el admirable esfuerzo de renova¬ ción de la Iglesia, inauguado por el Con¬ cilio y valientemente continuado des pués, comprometido por una pequeña minoría de agitadores, clérigos y laicos, que pretenden regentar la Iglesia y siem¬ bran por todas partes la turbación y la duda». Pablo VI, en su Mensaje de Navidad, alude a la dolorosa crisis de esperanza: «Hoy todo se mueve y se cambia en el signo y con la fuerza de la esperanza. No se cree ya en los valores estables de la fe, de la cultura, de, las instituciones; y se mira al futuro no bajo un aspecto cronológico, coherente con una tradición en vía de desarrollo orgánico, sino bajo un aspecto rebelde, por sorpresa e in¬ definible, con la confianza casi fatalista y mesiánica de una renovación radical y general y de una felicidad finalmente li¬ bre y completa». Holanda y su Concilio Cuando se habla de progresismo reli¬ gioso no podemos menos que pensar en Holanda. Desde el 5 al 8 de enero ha tenido lugar la tercera asamblea plena¬ ria del llamado Concilio pastoral holan¬ dés. Han participado ciento nueve per- 7 sonas con derecho a voto. Varios obis¬ pos, varios religiosos y religiosas, mu¬ chos laicos y varias personas invitadas. La discusión se centró sobre la vida, el matrimonio y la juventud. Hubo acuerdo casi imánime en el primer te¬ ma. Se dice en él, que «el amor de Cristo que se da y que se ofrece es para el cristiano la única regla absoluta. La Iglesia que proclama el camino de Cris¬ to, debe, en terreno moral, evitar dos extremos: no debe dejarse conducir por evoluciones de hecho, ya que no hay nin¬ guna garantía de que estas evoluciones de hecho sean buenas; y la Iglesia no ha de pretender tampoco determinar estas evoluciones, puesto que las decisiones morales dependen también de muchos factores que tienen relación con la evo¬ lución de la vida». El segundo tema fue el más debatido, ya que se trataba de tomar posiciones ante la encíclica «Hu¬ mane Vitae». El proyecto de documento sobre la juventud fue rehazado por pa¬ ternalista y por considerar a los jóve¬ nes como una categoría aparte. Hubo un apoyo total al nuevo catecis¬ mo holandés. En realidad, los acuerdos de este concilio no son verdaderas deci¬ siones, sino sólo orientaciones. Son como imas manifestaciones de franqueza con la que los holandeses afrontan sus pro¬ blemas. Es realmente exagerada la reac¬ ción sensacionalista de buena parte de la prensa, hablándonos de un inicio de cisma. Es una posibilidad que siempre han desmentido los holandeses. Para nosotros es esta una crisis de crecimien¬ to, de vitalidad digna del mayor aprecio. Hombres valientes Estos pasados días, el Cardenal Suennens se ha sometido a las preguntas de la R. T. Luxemburgo, en una emisión se- r— La prensa católica — escribió Juan XXIII - «es uno de los I medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y amar » EL HERALDO DE CRISTO es prensa católica. j ♦4* manal en la que intervienen conocidas personalidades de la Iglesia. A una cues¬ tión que se le propuso sobre la crisis que atraviesa actualmente la Iglesia, respondió: «Adoptando el lenguaje po¬ litico, diré que en el sector de la extre¬ ma izquerda, tma cierta falta de fe po¬ dría ser peligrosa en el plano doctrinal. Por el contrario, la extrema derecha cree que el Espíritu Santo animaba a la Iglesia solamente ayer. Yo, por mi par¬ te, creo en el Espíritu Santo de ayer, de hoy, de mañana y de siempre. Y con to¬ da la fe de una Iglesia que tiene sus raices en veinte siglos de historia, creo en la continuidad de hoy y hago frente al futuro». A otra pregunta sobre la actitud del Papa, respondió el Cardenal: «Lo que hace extremadamente difícil la situación del Papa es que se dirige a los cinco continentes, y la misma palabra tiene resonancias muy diferentes en función de situaciones locales... Pablo VI es un hombre muy abierto en el campo social. Es muy sencillo, sensible, y de una psi¬ cología extremadamente delicada». Los obispos yugoslavos han elevado una enérgica y sentida protesta al Go¬ bierno por el intento de legislar un «planning» familiar en el que está inclui do el aborto organizado. A pesar de la respuesta negativa del Gobierno, siguen su lucha a favor de los derechos de los católicos. Todos estos hombres decidi¬ dos y valientes, que luchan incansable¬ mente por implantar la paz y la justi¬ cia, nos están dando la medida exacta de como debe ser hoy nuestro cristia¬ nismo. No puede reducirse a ima mera aceptación pasiva de tmas «verdades» teológicas ancestrales, sino que en aras de una bien entendida libertad, se bus¬ que una eficaz acción unificada, en fa¬ vor de todos los hombres. ELOGIO DEL OLIVO EN EL DOMINGO DE RAMOS Por LUIS ORTIZ /MUÑOZ O por griega O por remana O simplemente por mediterránea también Mallorca se glorio, aunque no lo diga el outor del presente trabajo, de sus oli¬ vos milenarios, con troncos enormes, monstruosos, torturados como Laocoontes sin serpientes. / fiesta del Domingo de Ramos o de las Palmas rememora la en¬ trada de Cristo en Jerusalén, antes de su Pasión, y se representa simbólica¬ mente por las palmas y ramas de olivo con que los judíos rindieron a Jesús cla¬ moroso y triunfal recibimiento. Sólo San Juan habla concretamente de ramos de palmera, ya que los demás evangelistas aluden a indeterminado ramaje arbóreo. Pero la tradición ha elegido desde los primeros siglos estas dos especies vege¬ tales para la conmemoración del suceso evangélico. LOA BIBLICA DEL OLIVO Todo el mundo sabe que el olivo es la tercera planta mencionada en los libros más antiguos de la Escritura, después del misterioso árbol de la ciencia del bien y del mal, que la tradición ha supuesto un manzano, y de la higuera, con cuyas hojas cubrieron su desnudez nuestros primeros padres. Tal mención procede del Génesis y se refiere a la ramita ver¬ de que trajo la paloma en el pico cuando retornó al arca de Noé, como testimonio de que había cesado el Diluvio. Desde los tiempos patriarcales el olivo ha constituido una de las principales ri¬ quezas de la tierra prometida, y se ha hecho tan familiar en la vida del pueblo hebreo que a cada paso surge su refe¬ rencia en los sagrados libros. Cuando Yahvé promete a los israelitas la tierra buena, después de promulgar el Decálo¬ go, esa tierra es «de olivos, de aceite y de miel». El óleo es, con el mosto y el trigo, el símbolo de la bendición divina sobre los hebreos. Dios anunció a su pue- 9 bio abundanciífc de olivares, pues crece¬ rían hasta en. las piedras. Pero si era in¬ fiel, el olivo no produciría fruto. Antes de que madurasen por completo las olivas, los judíos verificaban la reco¬ lección a mano o golpeando el árbol con una larga vara. Quedaban siempre en las copas de los árboles algunas aceitunas, y éstas se dejaban para que las recogie¬ ran los huérfanos y menesterosos. David y Salomón excitaron a sus súbditos a la plantación de olivos, y el aceite se usó para la alimentación, para los sacrificios y también para combustible, unciones y pomadas. También se empleó la madera para diferentes usos. Algunos comenta¬ ristas afirman que los querubines y las puertas del santuario en el templo de Salomón eran de madera de olivo. Pa¬ rece, sin embargo, que la preferida para tales menesteres fue la variedad salvaje o acebuche. La abundancia de olivares llegó a ser tal en Palestina, que constituyó elemen¬ to esencial de su comercio. En los libros sagrados se alude al tráfico de aceitunas y aceites de Israel con Egipto, lo que hace suponer que el cultivo se propagó notablemente por este país, como lo atestiguan las coronas oliváceas encon¬ tradas en las tumbas, si bien no son an tericres a la XX dinastía. El olivo, además, aparece en la litera¬ tura sálmica, sapiencial y profètica, co¬ mo emblema de hermosura y fecundi dad. Así, la sabiduría creció «como be¬ llo olivo en la planicie». El mejor elo¬ gio de Simón, hijo del gran sacerdote Onías, es llamarle «verde olivo cargado de frutos». «Olivo, siempre verde y her¬ moso, te quiso Yahvé», dice Jeremías. «Crecerán las ramas de Israel y será su copa como la del olivo», afirma Oseas. «Yo estaré en la casa de Dios como fruc¬ tífero olivo, siempre confiado en su mi¬ sericordia», canta David. El olivo, siem¬ pre verde, constituye un ejemplo de pros¬ peridad y un emblema de protección pa¬ cífica. En el libro de Job, Elifaz compa¬ ra al hombre malo y al impío con el olivo cuyas flores caen al suelo antes de que produzcan madurados frutos, y en los Salmos se establece la semejanza de los hijos, sentados a la mesa del padre, con los retoños del olivo que se agrupan a los lados del tronco. Durante las fiestas de los Tabernácu¬ los, los judíos recogían del monte abun¬ dantes ramas de olivo y con ellas cons¬ truían sus tiendas y cabañas. No deja, en fin, de ser significativamente bella la imagen paulina del olivo salvaje o ace¬ buche, en la que, aparte de su profimdo sentido, se refleja el tratamiento agríco¬ la del árbol por el pueblo de Israel. EL OLIVO EN GRECIA Mas también fuera de Palestina per¬ vive otro gran poema histórico, que des¬ de remotos tiempos constituyó también el cultivo clásico del Mediterráneo. Mu¬ chos siglos antes de Cristo, Grecia explo¬ taba los olivares. La diosa Atenea fue protectora del Atica en lucha con Poseidón, y Atenea triunfó, porque había pro¬ metido a los helenos la abimdancia de olivos, y ellos lo prefirieron al don del caballo ofrecido por el numen del Océano. Mas frente a Minerva, creadora del olivo ateniense, se alzó la paternidad de Heracles. Son muchos los que piensan que el corpulento héroe importó el árbol de la costa septentrional africana y lo trasplantó desde allí a los huertos del Olimpo. Por lo menos consta que en la época homérica ya se cultivaba el olivar en la Hélade y que las figuras épicas del aedo de Chios le sacaban gran rendi¬ miento. Con la madera del acebuche fa¬ bricaron no pocos mangos de hachas, así como utensilios domésticos, y el aceite sirvió a maravilla para las lociones cor¬ porales. Sin embargo, prevaleció contra el tes timonio de la epopeya la primacía de Atica en cuanto a la invención del árbol y la atribución a la madre Atenea. La historia nos dice que Solón legisló sobre la higuera y el olivo, y hasta acepta co- 10 mo verosímil la fábula de los olivos sa¬ grados de la Academia, retoños ñeles del árbol de la diosa. Es más, se consideró símbolo supremo de la paz y de la victo¬ ria al arbusto sagrado, custodiado en el Erecteón, cerca de la lámpara de Cali¬ maco. Cuando peligraba la ciudad se congregaban los guerreros alrededor del árbol de Palas y allí deliberaban sobre el mejor medio de librarla de los ene¬ migos. El día en que la armada griega vio arder desde Salamina los olivos de la Acrópolis, incendiados sacrilegamente por las hordas persas, se creyó para siempre perdida. Pero de olivo también se coronaban las sienes de los eminentes servidores de la patria, y coronas trenzadas con las hojas del árbol sacro de la Acrópolis lu¬ cieron los vencedores en los juegos olím¬ picos. La propia Laconia honró a Temístocles, después de Salamina, con una fla¬ mante corona olivácea. EL OLIVO EN ROMA Si de Grecia pasó a Roma el olivo, ig¬ noramos la época y el momento. A lo menos pudo ser más allá del siglo VI antes de Cristo. También el olivo encajó en el clima itálico y en las fértiles cam¬ piñas del Po, del Tiber y de la Campa¬ nia. Todo el respeto sagrado que inspi¬ raba el árbol de Minerva trascendió a la mentalidad romana en su afán mimético de los griegos. Roma tributó honores al olivo. Plinio nos asegura que llegó a prohibirse destinarlo a usos profanos, y que su madera sólo podía quemarse en los altares de los dioses. Seguramente por eso abvmdaron las importaciones de aceite, en especial del que se fabricaba en Iberia, donde también fue trasplan¬ tado el olivo en época remota. EL OLIVO EN LA BETICA La Bética, sobre todo, exportó a Ro¬ ma cantidades tan colosales, que sólo con los pedazos de los recipientes em¬ pleados en el transporte se llegó a for¬ mar la colina llamada Testaccio... La más antigua mención del olivo español per¬ tenece a un libro que durante muchos siglos fue tenido por obra de Julio César. Se trata del «De Bello hispánico», donde se alude a un olivar cercano a Sevilla, en el que sufrió un descalabro la caba¬ llería de César, que luchaba con la pompeyana. En el mismo libro se consigna otro testimonio semejante. En el siglo I cantó en Roma Marcial al olivo cordobés, así como al olivífero Betis, y seguramente del poeta bilbilitano aprendió a ver Estacio la Bética revesti¬ da de olivos. Por su parte, San Isidoro exaltó la riqueza del aceite hispano, que glosó en términos líricos en su historia de los godos, vándalos y suevos, alabanza que reiteraron en términos menos poé¬ ticos, pero ampliñcada, don Rodrigo de Rada y luego Alfonso el Sabio. EVOCACION DE LOS OLIVOS DE GETSEMANI Resta, para terminar, una última evo¬ cación: la de aquellos venerables olivos de Getsemaní que contemplaron la ago¬ nía y el sudor de sangre del Salvador. No son únicamente los más hermosos de tierra santa, sino los más ilustres testi¬ gos de la Pasión. Después del árbol de la cruz no hay otro más digno de culto. El primero lo bañó Cristo con su sangre. Estos otros los regó con sus lágrimas. Las partículas de la madera en que se apoyó la humanidad de Cristo deben contarse entre las reliquias más caras al corazón de los hombres. (Extracto de Ya, 7-IV-1968) 11 Tisonomia de San Trancisco Su devoción a la pasión de Cristo «Buscaba (Francisco) lugares solitarios, donde con más faci¬ lidad podía entregarse al llanto y al fervor de la oración, acompa¬ ñada de gemidos inenarrables, mereciendo con esto, y después de largas e instantes súplicas, ser oído benignamente por el Señor. Oraba así cierto día en un lugar solitario, y absorto todo en Dios, a impulsos de su ardiente fervor, apareciósele Cristo Jesús clava¬ do en el afrentoso madero de la cruz. Con esta visión quedó su alma abrasada en incendios de amor, y tan suavemente impresa en lo más íntimo de su corazón la memoria de la pasión de Cristo, que desde entonces, siempre que recordaba los tormentos del Sal¬ vador, le era del todo imposible contener las lágrimas y los sus¬ piros, que se patentizaban al exterior, como el mismo Santo lo manifestó después familiarmente al acercarse el ñn de su vida. Comprendió con esto que el Señor quería inculcarle, para que lo pusiese en práctica, aquello del Evangelio: Si quieres venir en pos de mí, niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme». SAN BUENAVENTURA, Leyenda de San Francisco (hacia 1261), cap. I, 5. NUESTRA PEQUEÑA HISTORIA IHedio siglo atrás,,, Margarita Amengual Campaner, (a) «Cativa» o «Na Margalida de Costitx», había fallecido el 30 del último mes de enero. Las cosas extraordi¬ narias observadas en la vida, sobre todo en sus últimos meses, de esta sencilla y candorosa mu¬ chacha, ferviente terciaria franciscana, habían puesto en conmoción a toda la isla. En las se¬ manas que precedieron y siguieron a la santa muerte de aquella joven payesa (estuvo diez días sin enterrar) puede decirse que Mallorca entera pasó por su pintoresca y venturosa aldea adoptiva. Miguel Duran, nuestro famoso «Mestre Miquel Durán», dueño de la Imprenta de la calle de la Murta, Inca, cristiano integérrimo y acérrimo, buen terciario y gran enamorado del Pobrecillo de Asís, promotor y alma de asociaciones de seglares católicos y de agrupaciones artísticas, poeta (autor de Flors de Roella) y fundador y director de periódicos locales, etc., Miguel Du¬ rán, decimos, a raíz de aquella muerte publicó, en su periódico CA-NOSTRA, un extenso y muy interesante reportaje en mallorquín, sobre la ya entonces llamada «Vidente de Costitx». Este mis¬ mo reportaje se reproducía en el número de marzo de nuestra revista, ocupando sus cinco primeras páginas. Se daba cuenta, en aquel número de marzo, de la publicación de una «Nueva revista», bajo el título de VIDA FRANCISCANA, dirigida por el P. Juan de Legísima, O. F. M., y destinada a ser órgano oficial de la Venerable Orden Ter¬ cera. Aunque hubiese terminado ya la primera gran guerra europea o mundial, se padecían sus fu¬ nestísimas consecuencias, sobre todo la del des¬ enfreno y desquiciamiento moral de la sociedad. En lo material la falta o escasez de productos alimenticios era motivo de huelgas, saqueos y otros desórdenes. Y esto aún en Mallorca. El buenísimo terciario que era D Bartolomé Miralles comentaba todo esto en su artículo «La actualidad», dando como causas principales del malestar reinante la predicación de falsas doc¬ trinas sociales y la ausencia de caridad cris¬ tiana. Una brevísima poesía, de solo cinco versos, «Al Patriarca Sant Jusep», iba firmada por Fra J. R., T. O. R. Fra Gil del Roseret, en un hermoso artículo en 12 mallorquín, hacía reflexiones sober la grandiosa estatua de Ramón Llull que se estaba constru¬ yendo sobre la puerta de entrada al Santuario de Nuestra Señora de Cura. Así iba a ser verdad material aquello de los versos de Costa y Llo¬ bera: «Noble peanya de tai figura / que te ve¬ neri tot mallorquí». En Palma acababan de ser condenadas por el Obispado —se daba cuenta de ello bajo el epí¬ grafe «Periódicos condenados»— las publicacio¬ nes El Obrero Balear, Voz del Pueblo, Foch y Fum y Xerrim. Eran realmente periódicos escan¬ dalosos, dedicados a recoger basura de donde fuese, inventándola cuando no se la encontraba auténtica. Claro que en este tiempo de libertad irreligiosa, mucho de lo que no pasaba por el cedazo de entonces, se colaría fácilmente por el de ahora. En la «Crónica franciscana» se reseñaban unos Ejercicios Espirituales practicados por la Her¬ mandad de Terciarios de Palma, en la iglesia de San Francisco, del 16 al 23 de febrero. Los diri¬ gió el P. José Crespí, de la Misión, orador que atraía siempre a mucho público y cosechaba fru¬ tos copiosos. También en Artá, y en la misma semana, hi¬ cieron los Ejercicios los Terciarios de aquella Hermandad. Los predicó el Rdo. D. Miguel Po¬ mar, de Campos. El que escribe esas notas, novicio entonces en Artá, recuerda aún —y lo mismo les pasará seguramente a los demás com¬ pañeros de noviciado— que D. Miguel puso por tema de su conferencia preparatoria, aquellas palabras del Exodo: «Qui est, misit me ad vos». Tres narraciones, dos históricas y una de fic¬ ción, formaban el contenido de la sección «No¬ ticias y variedades». En «Necrología» la noticia, por extenso, del fa¬ llecimiento de D.“ Catalina Pujol Pujol, en Lluc¬ major, madre del entonces corista Fr. Miguel Quetglas. No recordamos si ya lo dijimos: parece como si la sección «Juventud Seráfica», a partir del mes de febrero, hubiese sufrido una «diminutio capitis». La sufrió al menos en cuanto al espa¬ cio destinado a ella: dos páginas en lugar de las cuatro de antes. Es que toda la revista fue alcanzada por aquella mengua: de veinte páginas pasó a salir con solo dieciséis. S,dría por mo¬ tivos económicos. Ya lo hemos dicho anterior¬ mente: con la guerra del catorce los precios comenzaron su aventura espacial, que continúa, y no parece que vayan a detenerse en la luna, si Dios no lo remedia. Sólo dos títulos se leían, pues, en dicha sec¬ ción de la Juventud Seráfica: «La devoción a S. José», de F. Muntaner, devoción venida a menos, como tantas otras, y «Un Prelado celo¬ sísimo», una gacetilla en que se cuenta que un Prelado de Canadá dispuso que en todas las parroquias se estableciese la Tercera Orden de Penitencia como medio para promover el me¬ joramiento espiritual. En factual comineinoració de la poeteasa llaria-iintónia Ealtd Mallorca viva s’és exultada de ta naixença pel centenar, i veim com nimba llum d’estelada, oh benamada Maria-Antonia! ton nom preciar. De Ciutat filla, te vols pagesa. Gest senyorívol en viure llis, molt t’abellia la plana estesa captant, corpresa, de tota cosa l’humil encís. De la teva obra sempre perenne en flueix nectar del millor gust, i ta memòria segueix indemne —un cant alcem-ne— malgrat els canvis del temps injust. Mil pics benhaja la Poesia que així polires amb tos dits d’or. Benhaja el numen que fou ton guia: art i armonía; puresa i gràcia en seny i cor. Com de marina llucmajorera vulgars floretes duites pel vent, caiguen mos versos —-dolça quimera!-— a la vorera del llac on s’alça ton monument: « L’Espigolera». B. Guasp, Pr. 13 PÀGINA LITE EL NIU D^ORONELLES Quan els rosers esclaten en poncelles, al temps que fuig Vhivern i ve Vestiu, i el camp se vest d'espigues i roselles un parell d’oronelles al porxo de ma casa feren niu. ¿On fugiran l’hivern? I a l’altra terra, ¿viuran —pensava— al camp o bé en poblat? ¿Trobaran pau o guerra, o bé cors amorosos on aferra, com en son terrer propi, la bondat? Penjat aquell niuet ran d’una biga i estatge d’una amor sense fatiga, era un redol de vida i de cançons: un cor novell que abriga l’esbart de voladores il·lusions. Jo els penjaré un billet, on faré quebre quatre motets de lletra del meu puny; Vany que ve la resposta podré rebre... Mes, ¿qui és capaç de sebre la llengua que se parla allà, tan lluny? Ja fa molts d’anys, quan la claror per la finestra oberta entrava els hora-baixes i matins, la mateuxa teulada per coberta, ens dormíem en pau, aucells i nins. incerta Nosaltres, amb la son de minyonia, dormíem fins gran dia: mes el sol, a l’estiu tan matiner, cantar les oronelles ja sentia tan bon punt aguaitava en el carrer. Sempre i per tot la boira del misteri, i el cor en captiveri sense trobar resposta a sos afanys! I han passat, com la llum per l’hemisferi, com l’aigua pel torrent, anys i mes anys. Han passat amb ses fondes harmonies de penes i alegries... Dels somnis d’altre temps, no en resta brot; i mon cor, que és tan nin com altres dies, somnia encara, de despert i tot! Grans mudances he vistes dins la vila, A tothora les veia que volaven d un cap a l’altre cap, i s’encalçaven, Q, cercant el menjar pels seus petits, ja la terra fregaven, i el pobre niu d’argila immòbil en son lloc encara està: fugen aucells i somnis, com s’estila, i en neixen d’altres, per tornar volar. ja s’alçaven amunt com esperits. Niu d’oronelles d’una edat passada Perquè mai del niuet no les fes moure ni el fred de la tardor ni el temps de ploure. no sé què hauria dat! No les volia en gàbia, sinó a lloure, que omplí de flors i estels dies i nits, amb quin goig, ta niuada contempl, fent caramull, cada vetlada d’aletes llargues i capets dormits! a soil niu, però amb tota llibertat. Faltaria una nota, la primera, .Me contaven que al niu les oronelles per mi, a la primavera, ■. duien pedretes belles faltant el niu que per tants d’anys he vist: que llevaven les busques de dins l’ui. ell, qui ma casa ha fet tan riolera, Jo escoltava amb delit les cantarelles quin buit faria, més gelat i trist! ‘ i el niu mirava, sens gosar fer trui. Les oronelles volen per la vila ÏN 1 la pedreta llisa somniava, pensant trobar-la allà, passat l’estiu. —Si a les altes banquetes m’enfilava, i amb elles volen mos records en flor. Les mir per les canals fent llarga fila, i llur cantet destila de cert, jo l’abastava... un raig de poesia dins mon cor. Mes podria, amb la mà. fer caure el niu! Maria Antònia Salvà (1869-1958) 14 «Per sant Macià, l’oronella ve i el tord se’n va». Sant Macià ens cau dia vint-i-qnatre de febrer. L’oronella és, doncs, notícia —així es diu ara— en aquests darrers dies de febreret curt, quan escrivim aqueixa nota. L’oronella és un animaló simpàtic de nom i de fets. No us sabríem dir què té el sufix —ell, —ella que, malgrat es pugui enganxar a mots de tota mena, nobles i innobles, vulgars i literaris, ens fa sentir sempre un gust fort i agradabilíssim de cosa autèntica i ben nostra. L’oronella és la missatgera del bon temps. Es la més antiga de les turistes que ve aquí a passar-hi l’estiu. Si bé, més que en pla de turista, s’hauria de dir tal volta que acudeix a la nostra terra en viatge de negocis. I al final de la temporada, si no hi ha augment de capital, almenys n’hi sol haver de família. Així allò que no és a un cap, és a l’altre. A mes, dalt un vell porxo, penjada a una biga, o sota el ràfec d’una teulada hi deixa la casa parada per a l’any vinent. L’oronella s’estima més la pagesia que la ciutat. Li fa molt més l’aire net i el cel clar dels pobles petits que l’atmosfera fumosa i espessa de les grans urbs. Ella deixa aquests llocs francs per a les falzies, més massificades i menys primcernudes. Maria Antònia Salvà devia sentir una mica de debilitat per les oronelles (en sentia per tot allò que és nostre i bell). La poesia seva que avui publicam, n’és im indici ben clar. I són un petit esbart les oronelles que volen pels seus versos. Ho veureu. Maria Antònia Salvà coneix fil per randa tots els usos i costums de la Hirundo rustica (però no fa cap erudita refe¬ rència al mite de Procne (1), separant-se així de Riber, sempre classicitzant). A quantes coses d’ella al.ludeix dins el poema transcrit! Al temps de la seva venguda, al seu vol, al seu cant matiner, al niu de fang i a les seves cries, a la pedreta bona per a treure busques de dins l’ull que deixa l’oronella dins el niu en fer l’any setè que hi cova els ous, a la seva emigració quan s’acosta l’hivem, etc. De clarícies semblants en trobam d’espargides dins un cert nombre de composicions de Maria Antònia. Les oronelles vénen pels volts del començament de la primavera: «O el bon temps de primavera... Van volant les oronelles... —la verdor encar no és or—» (Remembrança, ESPI¬ GUES EN FLOR); «La claror és més daurada / l’oronella és arribada» (Les campanes del roser. (1) Procne, o Progne, filla de Pandió, segons la mitologia, fou trasmudada en oronella. «I Procne, que el pit s’envermellí amb les mans cruentes», diu Virgili (Geòrgiques, 11. quart) «TTih el bell catalanesc que li ha prestat Ll. Riber. 15 CEL D’HORABAIXA). Passen Festinada sota el nostre sol: «Oh sol daurat, espigues, oronelles / i camí blane de pan a l’esperit!» (Temps que tornen, IB.); cf.Hi ha garbes a les eres, / oronelles pels teulats» (No tot fa mudança, LLUNETA DEL PAGES). Van per les cases pageses: «Tens estormies de figues, / tens pa damunt el reel, / tens oronelles amigues...» (Casa pagesa, ESPI¬ GUES EN FLOR). Ens diu (dues vegades) que les oronelles amen el bany: «Les oronelles vo¬ laven frec a frec de l’aigua» (El torrent de Sóller, ENTRE EL RECORD I L’ENYORANÇA). Són aus de pas, que emigren abans del fred de l’hivern: «Les oronelles fugen del poblat» (Octu¬ bre, CEL D’HORABAIXA); «Quan vinc, ja t’he de deixar; / som de pas, com l’oronella» (L’eterna campana, IB.). Emprant ima acomodació, molt estesa, d’un proverbi castellà (en mallorquí: Una flor no fa estiu) escriurà: «—T’ets errat, però ja et dic, / no fa estiu una oronella» (Cap o punta?, LLEPOLIES I JOGUINES). Fa Maria Antònia dues al·lusions al fet de Foronella que bastí son niu dins la tenda del Rei En Jaume, segons conta ell mateix en la seva Crònica (2): «I respecta Foronella / que a sa tenda va fer niu» (Mallorca i el Rei En Jaume, LLUNETA DEL PAGES); «Déu te guard. València bella, / dolça com un cant d’amor; / la terra de Foronella / que em¬ parà el Conqueridor» (Salutació a València, IB.). Que el mateix nom d’oronella la devia abellir molt, a Maria Antònia, bo acredita el fet que, fins i tot després de la manifesta catalanització (català continental) sofrida a partir del seu llibre EL RETORN, segueix fidel al mot oronella, no usant mai oreneta, forma molt més freqüent que oronella dins els autors de Catalunya i fins i tot de Mallorca. La masculinitzaçió oronell surt una sola vegada dins els següents versos: «D’un vol tot creuant Fespai / —oronell o bé falzia— / a l’Esbart m’ajuntaria» (Per la festa de «L’Esbart de Vic». LLUNETA DEL PA¬ GES). Cercant ara motivacions de la poesia El niu d’oronelles, tal volta en podria esser una, que actuàs almenys des del subconscient, allò qxxe Maria Antònia ens reconta (ENTRE EL RECORD I L’ENYORANÇA) sobre una oronella, amb un llacet blau al coll (L’oreneta amb vol suau / vingué de terra africana / portant un collaret blau.... Costa), que entrà per una finestra, al ple de Festiu, dins el casal de ca’N Costa, a Pollença, mentre ella. encara molt jovençana, hi era de visita, acompanyada de son pare i dels seus germans. Escrivint sobre la gran influència de Costa i Llobera en la seva vida literària, Maria An¬ tònia ens fa saber que, a títol de consulta, li enviava les poesies de la seva primera època, i concretament sobre aqueixa de què estam parlant, l’excels poeta pollencí U contestava amb uns elogis tan explícits com aquests: «La composició Un niu d’oronelles és de lo més gentil i agradosa. No hi fa res que les estrofes no sien perfectament idèntiques en la distribució de les consonàncies ni en la situació del vers quebrat. Així el conjunt resulta més espontani, més llibert i irregular, com el vol de les oronelles precisament. Res he trobat que esmenar en aquesta poesia». La inserció del poema El niu d’oronelles dins la «Pàgina literària», amb les ratlles inevita¬ blement malgarbades que acabau de llegir, volen esser el començament de la modesta aportació d’aqueixa revista a l’homenatge que Llucmajor i tota Mallorca dediquen a la seva incomparable poetesa, Maria Antònia Salvà, en el primer centenari del seu naixement (4 de novembre de 1869). Fra M. C.. T. 0. R. (2) Com veurem tal vegada en el pròxim número d’H. de C., Riber glossa el mateix fet o hi al·ludeix almenys a tres llocs distints. 1é IMUE^TrAs MISIONES Colorido SH una fiesta peruana Nos cuenta el P. Sebastián Rosselló: La fiesta de Urpay «El primer domingo de octubre XJrpay celebra las fiestas dedicadas a su Patro¬ na, Ntra. Sra. del Rosario. Su clima «abrigado» —así dicen ellos— por ser cᬠlido, invita a ir a estas fiestas, pues aun¬ que empiecen las lluvias por estas fe¬ chas, no se siente el frío. Gente de todos los ANEXOS y de toda la comarca acuden a solemnizar estas fiestas: hasta de Quiches (departamen¬ to de Ancash), a la otra parte de Marañón, vienen con típicas arpas, quenas rústicas de carrizo y violines que acom¬ pañan con su música incaica el baile de una «mojiganga» de la Hacienda de Macania, los «Antis» (nombre de una tri¬ bu). El Padr«sito «se divierte» La vida del Padresito es muy activa te¬ niendo que celebrar los actos religiosos que abundan en el programa: «Misa del Alba», «Misa de Vísperas», «Misa Solem¬ ne con panegírico», «Misa de procesión», «Misa de colocación»,... bautismos, ma¬ trimonios, confesiones, y... bendiciones y más bendiciones...; bendición de chompas (camisas de deportes), bendi¬ ción del balón, bendición de candela¬ bros, bendición de un manto para la Vir¬ gen, etc... Rosario y Celestina Se presentó Rosario, un cholo de la Hacienda de Huayo para casarse con su cholita Celestina, de la Hacienda de Macania, ataviada con polleras de colores. Como hablaban el idioma Kechwa, a du¬ ras penas nos entendimos; pero se hizo el matrimonio. Lamenté no tener a ma¬ no el ritual Kechwa; hice la ceremonia en castellano. Les hablé alguna palabra en Kechwa y su contestación era «Ari, Taitito» (Sí, Padresito) y una sonrisa. Es gente tímida, apocada, humilde. Luna de miel de Rosario «Mojiganga* con sus típicos atavíos. Después de la «misa de Vísperas», en la plaza, se armó la fiesta: la banda de música tocando «Marineras» que baila la gente, los grupos folklóricos, Tropitas, las mojigangas «Los Diablos», «Las Pa¬ llas», «Los Antis», «Las Remangadoras», «Los Cuzqueños» con su banda o sus ca¬ jas roncadoras... Los chicos gritando y divirtiéndose en los columpios y en el «Sube y baja», y los fuegos artificiales con sus humaredas, iluminaciones de distintos colores y estrepitosas detona¬ ciones... Era luna llena; yo me paseaba por la grandiosa plaza (tiene más de 4.000 metros cuadrados) y... llegué a un «Sube y baja», y gran sorpresa fue la mía al reconocer a uno de los chicos que «subían y bajaban»...; era Rosario, el cholo que hacía tres horas se había ca¬ sado. Así pasaba la luna de miel, sin su esposa que estaba, según me dijo, con sus vecinas. 17 «Las nubes» La procesión fue muy concurrida, muy devota. En la fiesta no faltaron ni las avella¬ nas, ni las «nubes» con sus quemaduras correspondientes y los pétalos de flores. Llaman «nubes» a una bolsa de papel atada con mecha, conteniendo pétalos de flores, que por un hilo,, impulsada por un cohete va hasta la im.agen del San¬ to, colocada bajo el final del hilo; y an¬ te o sobre la imagen caen los pétalos de las flores que contiene la bolsa al que¬ marse la mecha con que estaba atada, regresando otra vez impulsada por otro cohete. Las «Bullas» (Riñas) Espectacular la riña entre cholos y cholas de Macanaia. Lo que uno lamenta de veras es el ver que nadie les separa; al contrario, parece que disfrutan enor- Pequaños descendientes de antiguos españoles. memente de presenciar aquellas luchas, peleas sangrientas. El «bullero» número uno es Matiaco. Todos le conocen. Es un cholo de Maca- nia, casado y padre de 5 hijos. Habla Kechv^ra como todos los de Macania, pe¬ ro entiende algo de castellano. No sabe leer ni escribir. En toda fiesta que va arma «bulla»; provoca e incita a la pe lea, aunque nadie se meta con él, por el gusto de pegarse. Apenas mide l’SS; su presencia en verdad no asusta. Matiacu toraroi pero sobre todo «bullero» En la fiesta de Urpay, como espontᬠneo, saltó el primero a la plaza para to¬ rear, sin poncho ni casaca a manera de capa, con el sombrero típico de Mecania (de paño blanco); provocó al toro que le hizo rodar por el suelo de una cornada, con las correspondientes risotadas y ayes del público. Esto fue la chispa para que empezara la «bulla» con otro cholo de detrás de la barrera. Empezó la pelea entre Matiaco dentro la plaza y el anó¬ nimo desde la barrera. También el Padresite salta a la plaza.ir En vista de esto, el Padresito saltó a la plaza y aprovechando unos momentos en que otro espontáneo entretenía el to¬ ro, se llevó a Matiaco hasta la puerta de la habitación del misionero, que da a la misma plaza. Matiaco obedeció con un «sí, Padresito». El Padre iba con el hᬠbito religioso a propósito; así es más respetado. Acudió la esposa del bullero cargada con el quinto hijo. Le hablaba en keclwa; le diría que obedeciera al Taitito y quietecito se sentara. Así lo hi¬ zo Matiaco, que no se cansaba de repe¬ tir: «Padresito, yo no li ofendido». «No, hijo», le respondía yo. «Padresito, yo no li faltado»... Buen final Más de tres horas estuvo Matiaco sen¬ tado a la puerta del Padresito, hasta que su mujer le insinuó que era ya hora de regresar a su casa para cuidar a los cua¬ tro hijos. Eran las seis de la tarde. Para que no volviera atrás a la fiesta a armar más «bulla», les acompañé; en el cami¬ no, al pasar ante una casa donde se ven¬ día fruta, compré mangos para sus hijitos. Con esto Matiaco quedó desarmado y vencido, y empezó a invitar al Padresito a que fuera a su casa: —Padresito, venga si pué, a mi casa, si pobre pué, pero sí encontraraste cariño. —¿Y qué más va a encontrar el Padre? —Padresito, si pué una gallinita para comer, Taitito. —Ya, ya, gallina vieja para el Padresi¬ to, y gallinita tierna para Matiaco... La respuesta fue una carcajada fuerte. Dialogando así llegamos a las afueras de Urpay. La despedida fue un abrazo de Matia¬ co y el Padresito. ¡Y cómo olía a chicha, a vaca, a sudor, el famoso bullero Ma¬ tiaco! P. SEBASTIAN ROSSELLO, T. O. R. Misionero en Perú 18 fítabla Pablo Vi ¿EN QUÉ CONSISTE LA VERDADERA RENOVACIÓN? «Que la finalidad general del Concilio haya sido y siga siendo todavía la de una renovación de toda la Iglesia, así como de toda actividad humana. Incluso en la esfera profana, es verdad que se trasluce en todo documento conciliar y en el hecho mismo del Concilio. De ahí que sea precisamente oportuna la pregunta de sí hemos reflexionado bien sobre este ob/etlvo principal del gran aconteci¬ miento. También el Concillo se inscribe en la gran línea del movimiento transformador moderno,del dinamismo propio de nuestro período histórico. También tiende a producir una renovación, pero, ¿en qué consiste? La respuesta es compleja, porque son muchos los sectores a que quisiera aplicarse la renova¬ ción. Y esta multiplicidad ha dado pretexto también a arbitrarias intenciones, que algunos quieren atribuir al Concilio. Así, por ejemplo, la asimilación de la vida cristiana al estilo profano y mundano, la orientación denominada horizontal, de la religión que no se dirigiría ya al primer y supremo amor y culto de Dios, sino al amor y culto del hombre, la sociología como criterio principal y determinan¬ te del pensamiento teológico y de la acción pastoral, la promoción de una presunta e inconcebible «república conciliar», y así sucesivamente. Con esto, se ha dado ocasión a tentativas de «aggiornamento» sobre diversos puntos de la vi¬ da católica, en torno a los cuales permanece todavía abierta la discusión y está en vía expe¬ rimental la aplicación Especialmente, se ha hablado y se habla de las «estructuras» de la Iglesia, con intenciones no siemore conscientes de los motivos que las justifican y de los peligros que aca¬ rrearían su alteración o su demolición. Hay que hacer notar que el interés por la renovación ha sido dirigida por muchos hacia la transformación exterior e impersonal del edificio eclesiástico y a la aceptación de las formas y del es¬ píritu de la reforma protestante, más bien que hacia aquella renovación, primera y principal, que quería el Concilio: la renovación moral, la personal, la interior. Es decir, la que debe rejuvenecer la Iglesia en la conciencia de su misterio, de su adhesión a Cristo, de su animación por virtud del Espíritu Santo, de su conjunto fraterno y jerárquico, de su misión en el mundo, de su finalidad ultraterrena, que la hace peregrina, pobre y buena en su paso a través del tiempo». (Audiencia general del 15 de enero de 1969) L·IBRRRIA ÉURLRCTA Libros religiosos escogidos y libros en general San Felipe Neri, 34 - Apartado 419 • Tel 222522 PALMA DE MALLORCA \\S 0 RD 0 Sí Presenta el sensaciónol y revo¬ lucionario audífono mícrotímpano "ORAVOX 18" C Todo dentro del oído — Ei aparato más pequeño del mundo Potente, seguro, liviano, invisible y sin overías v !! / Admírelo y 1 compruébelo sin 7 compromiso en: J /2-^ o j . Pje. Moneu, 38 (Junto Pza. San Antonio) t»l. 1Q2951 PALMA 19 OBISPO DE MENORCA Día 2 de febrero 1969 fue consagrado Obispo de Menorca el Excmo. y Rdmo. Dr. D. Miguel Moneadas Noguera, sacerdote de la diócesis ma¬ llorquína y natural de Muro. Actuó de Consagrante principal el Nuncio de Su Santidad en España (primero, de izquierda a derecha, en el grabado). La ceremonia tuvo lugar en la Catedral de la vecina isla. Fue nota muy destacada la extraordi¬ naria asistencia de menorquines y mallorquines. Entre ellos, una representación de la Junta Pro¬ vincial de la T. O. F. de Baleares, presidida por el P. Comisario, Fr. J. Tugores, T. O. R. Nuestra revista recibida por toda la geogra¬ fía de la bella «Isla Blanca»— se une al gozo vi¬ vido por los menorquines, felicita al nuevo Pastor de la antiquísima Sede del Obispo Severo y se le ofrece incondicionalmente para cuanto pueda ser de interés a favor del Reino de Dios. E X CURSIÓM A ROMA ORGANIZADA POR LOS PP. FRANCISCANOS FECHAS: DURACIÓN: Del 24 de ¡unió al 4 de julio (salida de Palma el día anterior y re¬ greso el día posterior a dichas fechas). Doce días completos. VIAJE: En autocar-pullman. HOTELES: De 2.° y 3.° categoría. ITINERARIO: Barcelono, La Junquera, Montpellier, Marsella, Cannes, Niza, (Costa Azul), Monaco, San Remo (Riviera italiana), Génovo, Pisa, Florencia, ROMA, Asís, Padua, Venecia, Milán, Turin, Gap, Mi¬ mes, Perpignan, Barcelona. PRECIO: (Todo iucluído): 8.975 pesetas. INSCRIPCIÓN: En Palma, Viajes Aeromarítima (Grmo. Franco, 39); Inca, PP. Franciscanos; Manacor, Rdo. D. Ramón Riera, Vicario NUESTROS DIFUNTOS CAMPOS DEL PUERTO.—Día 2 da enero, Sor Agradable Julià, Religiosa Fronciscona, Hija de lo Mise¬ ricordia. SANTANYÍ.—El 21 del mismo mes, Sor María del Coraaón de Jesús, de la citada Congregación. INCA.—Las seglares franciscanas D.° Francisca Llabrós Pallicer (30 enero) y D.° María Valriu Bauaá (ó febrero . 20 POR TJNA ELE Por Marieta Ruiz de Rodríguez Los dos hombres eran bajitos, rechon¬ chos y alcaldes de pueblo. Sentados uno en cada barca se encontraron en el cen¬ tro del río, lugar neutral en donde acos¬ tumbraban a celebrar las reuniones ofi¬ ciales. —Hola, compadre Luis—'dijo el que, a más de gordo, era tuerto. —Hola, compadre Juan —dijo el otro, que era calvo, a más de obeso. Las barcas se balancearon, no sabe¬ mos si a efecto de la corriente, o en señal de protesta por la excesiva carga soportada. Sudando y resoplando, por¬ que era pleno agosto y el sol caía de plano, el compadre Luis volvió a hablar. —Tengo el hígado muy malo —dijo. El otro se enfadó. —Me has citado aquí, a esta hora, para hablar de tu hígado? —rugió, lu¬ chando con los dos remos. —No —dijo el otro—. Te he citado para hablar del puente. —¿El puente? ¿Qué puente? —El que vamos a construir sobre el Ilimani. —Querrás decir Hlimani. —^No. Quise decir lo que he dicho. El compadre Juan volvió a enfurecer¬ se porque aunque era el otro quien pa¬ decía del hígado, a él sobrábale siempre bilis. —Mira, compadre —dijo mordiendo las palabras—, yo tenía hoy que espigar el rastrojo. Si has elegido este día para hacerme suprimir esa ele, no has sabido elegir. —¿Qué escribimos? —gritó en este momento imo de los secretarias, porque desde donde estaban ninguno de los dos oía bien tma sola palabra. —¡Nada! —gritaron al unísono los gordos alcaldes. Y los secretarios, tendidos sobre el suelo, cada uno en su respectiva orilla, continuaron gozando de la holganza, que era su principal ocupación. Ambos estaban allí, como otras veces, para levantar acta de la reunión y, co¬ mo siempre, alegando mareo, se habían quedado en tierra y mientras esperaban que hubiese algo que anotar, se baña¬ ban en el río o descansaban en su ori lia, sin impórtales un comino que se lla¬ mase Hlimani o Ilimani. No así ocurría a sus orondos Jefes, quienes a los once años, edad en la cual lo que más abundaba en ellos era la falta de principios educativos, las ganas de zurrarse y los cardenales como con¬ secuencia de esas ganas satisfechas, a esa edad, repetimos, habían tenido ya su primera disputa a propósito del nombrecito del río, en la que, como en todas las posteriores, no llegaron nunca a nin¬ gún acuerdo, pasando a las manos pri¬ mero y a las piedras después, y sacando en conclusión: el uno la oreja partida «per saecula», y el otro un ojo de menos, por el que sus familiares tuvieron que indemnizar con un cerdo bien cebado y media arroba de semilla de alficoces. Nadie supo mmca el por qué de aque¬ lla furia en la disputa a propósito de una inofensiva ele. Quizá fue suficiente el hecho de ser el uno nacido en el pue¬ blo de Cabral de Arriba y el otro perte¬ neciente al de Cabral de Abajo, los cua¬ les, divididos y limitados por las aguas del tantas veces mencionado río, habían sostenido a través de los años las más diversas y peregrinas disputas, basadas simplemente en una de esas inexplica¬ bles rivalidades de que a veces hacen gala los pueblos entre sí. Pero fuese eso o no, lo cierto es que desde el momento de lo del ojo y la oreja, la disputa de nuestros dos personajes se hizo eterna y prosiguiendo durante la pubertad, la muchachada y la madurez, había llegado a constituir un hecho famoso en muchas leguas a la redonda, y cuestión de rechi¬ flas y sabrosos comentarios. Pero nuestros protagonistas, ignoran¬ tes al parecer de éstos, o despreciándo¬ los quizá, continuaron en sus trece, y cuando ambos fueron nombrados alcal¬ des de sus respectivos pueblos, ese tre- 21 ce llegó a convertirse en trece mil y aun en trece millones. Como los pueblos Cabral (el de Arriba y el de Abajo) tenían muchos asuntos comunes debido a su proximidad (dista¬ ban escasos tres kilómetros), las mu¬ chas veces que sus alcaldes tenían que rermirse para tratarlos eran otras tantas ocasiones de renovar, crear, criar y re¬ criar nuevas discusiones, las cuales, apar¬ te de otros varios, tenían siempre un tema fijo e inagotable: el río. Y así, du¬ rante ellas tratáronse asuntos tales co¬ mo, por ejemplo, el de la pesca de las anguilas, muy abundantes por cierto en sus aguas. ¡Santo Dios, qué problema ése! Siendo el río, como ya dijimos, el que dividía las tierras, determinando cuáles pertenecían al de Abajo, y cuáles al de Arriba, y siendo las anguilas unos animalillos ignorantes de que hay una ele en el abecedario, e incluso de que éste existe, ¿cómo hacerles comprender que debían elegir y dividirse en dos filas, marchando unas por la mitad del río perteneciente a Cabral de Arriba y las otras por la restante mitad? Aunque ustedes no lo crean, el asunto fue peliagudo. Y en resumidas cuentas la única solución que se encontró fue la de dictar una disposición prohibiendo la pesca de las anguilas, con lo que éstas fueron las únicas beneficiadas. —Tal vez no lo dijo a propósito del puente —meditó el otro—. Además —ru¬ gió, dándose cuenta de pronto—, ¿es que piensa el Gobernador que escribiéndote a ti va a arreglarse? ¿Acaso yo soy un cero a la izquierda? —¿Escribimos algo? —volvió a gritar uno de los secretarios. —¡Nada! —volvió a rugir el que había recibido la ofensa gubernamental. Y los chupatintas se sumergieron en las aguas tranquilamente, nadaron boca arriba y boca abajo, se tendieron sobre el césped de sus respectivas orillas y am¬ bos a una sacaron de su morral sendos trozos de pan y cerdo, comenzando a comer filosóficamente. —A mí no me hace eso ningún Gober¬ nador —proseguía mientras tanto el com¬ padre Juan. —Se trata del puente. Eso no negarás que es una cosa necesaria... —Sí, pero el Gobernador... —Pero, compadrito, el puente... Y así hasta el infinito. Al llegar la noche suspendieron la se¬ sión, decidiendo continuarla tres días más tarde. Y consecuencia de esas dos reuniones y de otras cien que precedie¬ ron a la construcción, fue un puente úni¬ co en su género, con las siguientes carac terísticas; Pero volvamos al centro de aquel lu¬ gar neutral en el que nuestros dos hom bres se hallan reunidos. —¿Qué puente? —repitió el compadre Juan. Y acto seguido, deseoso de deslum¬ brar al adversario, añadió—: No será el de Waterloo, ¿verdad? —No empieces a insultarme —rugió el otro. —¿Que yo te insulto? —bramó el an¬ terior. Una mitad de hierro, la otra mitad de piedra y cemento. En un extremo un letrero diciendo: Puente del Illimani, en el extremo opues¬ to un nuevo cartel con esta frase: Puente del Ilimani. Y en el centro de la pasarela un círcu¬ lo dividido en dos mitades exactamente iguales y otro letrerito en el que podía leerse: Sala de Reuniones de los Ayunta¬ mientos de Cabral de Abajo y de Arriba. —Sí —añadió el tuerto—. Eso que has dicho me suena a cosa fea. —Bueno, al grano, que tengo que ir a espigar. ¿Para qué me has citado? —Para lo del puente, ya te digo. Me parece una cuestión de honor. —¡Qué honor ni qué zarandajas! —Pues sí, aimque tú no lo admitas. Todos los pueblos que hay a lo largo del Ilimani lo han construido ya para facili¬ tar el paso. Y además el Gobernador me ha escrito diciéndome que es convenien¬ te que tú y yo lleguemos a un acuerdo. 22 CINQUANTENARI DE LA MORT DE NA MARGALIDA DE COSTITX DIA 26 DE GENER DIADA TRIMESTRAL DE FRATERNITAT FRANCISCANA Més de 500 seglars franciscans a Costilx Es tan humil com garrida la vila on visque i morí la virtuosa terciaria fran¬ ciscana Margalida Amengual Campaner (a) Cativa. Endemés, i sobretot, dóna proves d’im cristianisme d’arrels fondes i antigues. El franciscanisme, per altra banda, hi ha tingut vida próspera, almanco els darrers cent anys. Dia 2 de febrer de 1857, s’hi establien les benvolgudes «Monges Blaves», que en¬ cara segueixen abocant a mans plenes els tresors de la seráfica caritat damimt aqueix poble. Des de 1866 fins a 1916 hi florí la Con¬ gregació dels «Germans de la Caritat, Terciaris de Sant Francesc». I d’ençà de l’any 1909 ha tingut temporades esplen¬ doroses la Fraternitat de franciscans se¬ glars. Just per això, Costitx ja hauria meres¬ cut la visita fervorosa dels terciaris de Mallorca. Però enguany hi havia un mo¬ tiu més, de gran relleu religiós: el cinquantenari de la mort d’ima terciària exemplar, l’esmentada Margalida, que tants i tants de records de santedat ha¬ via deixat dins tota la nostra illa i fora d’ella. Són fets que no podien passar per alt a la Junta Provincial de la T. O. F. de Balears a l’hora d’organitzar la primera diada trimestral de fraternitat francis¬ cana d’aquest curs. Per això, ben d’acord amb el Sr. Rec¬ tor de la parròquia, Mn. Llorenç Galmés, es va triar el darrer diumenge de gener —dia 26— per encetar el programa d'ac¬ tes commemoratius dins la comunitat cristiana de Costitx; per viure imes ho¬ res d’agradosa germanor; per retre hu¬ mil homenatge de devoció a una senzilla camperola, honra també de les files de nostre P. St. Francesc; per conèixer as¬ pectes importants d’una vida que va em baumar la vila costitxera i tot Mallorca amb el perfum delitós de la virtut. Més de 500 seglars franciscans, arribats de les Fraternitats d’Ariany, Artà, Cam¬ pos, Inca, Lloseta, Llucmajor, Muro, Pal¬ ma, Sencelles i Vilafranca, ompliren de gom en gom l’església parroquial, on, a les deu i mitja, va donar encertada ben vinguda el susdit Mossèn Galmés. Va seguir una estona de meditació pla- Na Margalida en plaent visió des del llit de la se¬ va mort. 23 ticada, i, a les onze i un quart, concelebràrem el Memorial del Senyor Jesús dos sacerdots franciscans. Acabada la missa, visitàrem la casa, pobre, pobríssima, on hi passà la vida i mori en fama de santa Na Margalida. La coa de visitants fou llarguíssima; du¬ rà quasi dues hores. Després de dinar tots plegats a les afores del poble, atesos molt amable¬ ment per algims costitxers, anàrem al¬ tra volta a l’església. Eren les tres del capvespre, i es va començar totd’una la processó per anar al cementeri, que va romandre tot ple de gent. Presidien el Vicari General de la Diò¬ cesi, el Sr. Ecònom i l’Ajímtament de la vila i el Ministre Provincial de la T. O. F. de Balears, germà Nicolau Dameto Sque- 11a. El Cor parroquial cantà magníficament im respons davant les despulles de l’ad¬ mirada «Cativa». Acte seguit, dos terciaris franciscans, en nom de la T. O. F. mallorquina, li feren l’ofrena d’ima corona grandiosa de llorer i sempreviva. La Secretària Provincial de la T, O. F., germana Isabel Ferretjans Sastre, fetes les salutacions oportunes, pronuncià aquest bell i ben sucós parlament: «Han passat cinquanta anys des d’aquells dies en que la mort d'una terciària plena de carismes commovia tota Mallorca, principalment els darrers mesos de la seva vida, acompanyats de fets extraordinaris. ¿Com era Na Margalida? Una terciària humil i senzilla com les violetes amagades dins l'herbatge que perfumen els peus dels qui les trepitgen. La seva contínua i fervorosa oració, la íntima unió amb Déu i els estigmes de mans i peus, em recorden aquella estrofa del poeta rvífetint-se al bon Pare Sant Francesc: «De pregar de nit i dia son cos està malaltís. Medicina no en vol prendre si no és la de l’esperit i a Déu demana una gota dels plaers del Paradís». Sí! Na Margalida s’alimentava dels amors del Cel, i el baf impur de les coses mun¬ danes, l'orgull, la vanitat, l’aferrament a les riqueses, no feren, no, presonera la seva ànima. Els seus grans amors foren: l’Eucaristia, la contemplació de la Passió i Mort del Bon Jesús i la devoció a la Verge Immaculada, la que ella anomenava «Mumareta del Cel». Les tres devocions són autènticament franciscanes. Quin mirall de perfecció pels terciaris i per tots els qui caminam en l’Església pere¬ grina cap a l’Eternitat! Després de mitja centúria no s’ha esborrat el nom de Na Margalida de Costitx, ni s’han marcides les seves heroiques virtuts. La família franciscana de Mallorca ve avui. Margalida, a retre’t l’homenatge merescut per la teva vida cremada i consumida en l’amor de Déu. En l’Edat Antiga, coronaven de llorer els capdills i soldats que es distingien pel seu coratge i valentia. Noitros volem també honrar-re, seguint el consell de l’Eclesiàstic quan diu: «Honrem aquells varons que deixaren gran nom per la seva pietat i el Senyor els conferí gran glòria». «Els seus cossos foren sepultats, però el seu nom no morirà». Aquí tens. Margalida, la corona de llorer com a tribut per les teves virtuts, que són moltes. Amb la sempreviva que l’adorna volem simbolitzar el reviure de la teva santedat i el desig d’imitar-te. Beneeix, des del Cel, Ja Fraternitat Seglar Franciscana de Mallorca, i escolta la nostra súplica perquè refloresqui en aquest poble. Prega a Déu perquè els fills de Francesc tornem emprendre la tasca d’una vida autèn¬ ticament evangèlica, talment com ho va fer el Serafí d’Assís. I així, despresos de les coses materials, amb l’exemple que ens deixares, poguem nodrir aquells sentiments que expressa l’estrofa brollada del cor d’aquella altra seglar franciscana: «Amador noble de la pobresa, parlau-nos d’ella com d’un tresor. Caiga una espira d’amor encesa de vostres Llagues al nostre cor». 24 Blanques flors d'ametler cobreixen l'arqueta que conté les mortals despulles de la floreta més bella de Costitx. Dites despulles foren traslladades i dipositadas solemnement dins l'església parroquial, día 9 de febrer de 1969, La paraula enfervorida de la nostra Se¬ cretària Provincial deixà enlairats els cors dels qui Tescoltàrem i, malgrat tro¬ bar-nos dins un lloc silenciós i sant, arrancà de tots un esclafit fort de mam- balletes. Després de tomar a l’església, es van desfer les files llargues de la processó. Llavors, els nostres terciaris passaren a la Sala Parroquial, on va tenir lloc la re¬ presentació del drama, en tres actes, «Na Margalida de Costitx», original de Mossèn Pere Orpí. Es just que li facem arribar la més completa enhorabona. Acabada la comèdia, hi hagué interes¬ sant exhibició de balls mallorquins a càrrec d’uns nins i nines de Costitx, molt aguts i artistes. L’obra de Mn. Orpí va agradar extraor¬ dinàriament, i la interpretació, duita a terme per uns aficionats de la vila, meresqué un caramull tan gros d’alabances que tothom va romandre amb ganes de tomar-la veure. Tant és així, que de per totes bandes em demanen on í quant es repetirà l’esmentada representació. I que consti, per cert, que els nostres elogis no son perquè els terciaris foren afavorits veient de franc el drama esmentat. Agraim sincerament tan bon detall, però, prescindint ara d’ell, afirmam que el quadre escènic va estar a l’altura ar¬ tística de bons professionals. Suplicam als novells artistes i a son Director, el ja citat Mossèn Galmés, que acceptin la nostre cordial felicitació. Seria prou interessant contar-te, lec¬ tor, com vàrem trobar d’enramellat el pujol on s’hi asseu Costitx; dir-te que els carrers i les places semblaven ta¬ pats per immenses catifes verdes, i afe¬ gir que la murta, les plantes de cossiol, els arcs aixecats airosament, tot parla¬ va de festa major dins im poble de bon gust. Però no podem robar espai a al¬ tres notícies que vol servir-te aquesta revista. Per acabar, em permet fer-me propis els sentiments que escriví un terciari franciscà, quan compongué els «Goigs de Na Margalida de Costitx»; «Vulgui Déu, si aixi convé, que d’aquesta fior l’aroma, al seu Vicari de Roma arribi prest, dreturer. I, a l’altar ja col.locada, diguem en to confiat: Siau la nostra advocada a prop del vostre Estimat». Fra Jaume Tugores Mestre, T.O.R. 25 BODAS DE PLATA EPISCOPALES DEL EXCMO. MONS. LEONARDO R0DRI6ÜEZ BALLON, 0. F. M. ARZOBISPO DE AREÇUIPA Escribe: Fr Fernando Domínguez, O. F. M La celebración de las bodas de plata episcopales del Excmo. Arzobispo de Are¬ quipa, Mons. Leonardo José Rodríguez Bailón, ha sido en esta ciudad uno de los acontecimientos principales del año, con repercusión en el resto del Perú. Se ve esto último en el hecho de haber par¬ ticipado su Eminencia el Cardenal Pri¬ mado Juan Landázuri Ricketts como también el Nuncio de S. S. Rómolo Car¬ boni, fuera de dos arzobispos más, nue¬ ve obispos y diversos prelados mayores de otras tanttis órdenes y congregaciones religiosas, del centro, sur y norte del Perú. La celebración de estas bodas epis¬ copales ha hecho ver el ascendiente de que goza la primera autoridad eclesiás¬ tica de la segunda ciudad de la nación. Ya antes de comenzar el desarrollo del programa oficial hubo diversos actos en homenaje al prelado arequipeño. Entre estos actos sobresalieron dos: el ofre¬ cido por la juventud en el Coliseo el 26, día onomástico del arzobispo, y el ofre¬ cido por las instituciones religiosas fe¬ meninas en la capilla de los Sagrados Corazones el 27 de Noviembre. De apoteòsica fue calificada por la prensa arequipeña la manifestación ju¬ venil en el Coliseo, consistente en la cele¬ bración por el mismo arzobispo de una Misa. Durante esta m’sa, una monjita española, la Rvda. Madre María Merce¬ des Ayerra, hizo vibrar de entusiasmo las seis mil gargantas de otros tantos jóvenes de ambos sexos, que allí asis¬ tían. Era de ver cuando tantos jóvenes entonaban las canciones, dirigidos por la hábil monjita. Eran los cantos de la nueca ola religiosa, como éstos: «Caminan¬ do juntos» «Canción del testigo», «Cari¬ dad y comprensión», y otros más, todos ellos dentro de los nuevos rumbos que ya se han impuesto. El prelado, en la magnífica alocución que les dirigió, fue trazando los caminos que la juventud hoy debe seguir para responder al lla¬ mado de Cristo. Entre otras cosas, les decía: «No tratéis de distinguiros por usar una camisa de color exótico por una cabellera o un peinado... o por una exagerada minifalda». Exhortó a los jó¬ venes diciéndoles: «Haced de vuestra vi¬ da ima creación propia, perfeccionando en vo''otros lo que D os os entregó al venir al mundo... que vuestros ojos pu- Dia 2 diciembre de 1968. - Emmo. Cardenal Juan Landázuri, 0. F M. Excmo. Arzobispo de Arequipa, Leonardo Rodríguez Bailón, 0. F. M. Excmos. Vicarios Apostólicos: Luís Arroyo, 0. F. M., Buenaventura Criarte, 0. F. M. en el interior del Convento La Recoleta, Arequipa (Perú). ros y penetrantes, como los del águila, descubran el camino, ahora velado, de un porvenir mejor... Sabed decir «no» cuando lo dicte así vuestra conciencia y rebeldía a todas las claudicaciones de moda; y sabed decir «sí» al sacrificio y al heroísmo, que es vocación de unos pocos que quisieron segregarse de la masa». Con la llegada a Arequipa, el día 30 de Noviembre, del Emm. Cardenal y del Nuncio de S. S., comenzó el desarrollo del programa oficial confeccionado para los tres días que comprendía la celebra¬ ción de las bodas de plata episcopales del Excmo. arzobispo Rodríguez Bailón: treinta de Noviembre, imo y dos de Di¬ ciembre. Los actos principales eran: So¬ lemne recepción en la Municipalidad, Mi¬ sa concelebrada en el atrio de la Cate¬ dral el día primero y la bendición de las obras últimas en la Universidad Católica y en el Seminario San Jerónimo. Primero fue la solemne sesión en la Municipalidad del Consejo Provincial, en la noche del 30 de Noviembre, en que el alcalde de Arequipa, señor Alfredo Corso Masías, luego de ponderar en un buen discurso la labor fecunda del pre¬ lado arequipeño durante sus 25 años de vida episcopal, a nombre del Consejo y de la ciudadanía, le impuso la medalla de Oro de la Ciudad y le entregó un ar¬ tístico pergamino. El ilustre Prelado, Mons. Rodríguez, 26 agradeció con palabras llenas de emo¬ ción; pero añadió en seguida que esos homenajes los entregaba a Dios y a la Iglesia, por quienes siempre había tra¬ bajado. También, refiriéndose a su labor pastoral, dijo estas palabras, muy apro¬ piadas en labios de un obispo francisca¬ no cual es el arzobispo de Arequipa: que comparaba los años de su trabajo du¬ rante los 25 años al avance de una bar¬ quilla. «Temí —siguió diciendo— tomar el mando de la nave, pero luego sostuve con fuerza el timón... Muchas veces esta nave no sólo surcó el mar Pacífico sino que llegamos a los Cabos de las Tormen¬ tas. Al llegar al puerto de los 25 años, la encontramos crecida y fervorosa». La recepción en la Mimicipalidad tuvo re¬ lieves históricos de imborrable recuerdo para Arequipa. Y llegó el día céntrico de la celebra¬ ción de las bodas de plata episcopales, el primero de Diciembre. En la mañana de este día el Emmo. Cardenal Landázu- ri bendijo solemnemente las últimas obras del nuevo Seminario San Jeróni¬ mo, en una ceremonia a la que asistieron todos los purpurados, arzobispos y obis¬ pos, más el Nuncio del Santo Padre, lle¬ gados a Arequipa para estos días. Tam¬ bién asistieron autoridades civiles, mili¬ tares, educacionales y gran número de sacerdotes, clero menor, elementos re¬ ligiosos y público en general. Tuvo gran relieve esta ceremonia, tanto por lo que representaba como por las personas que a ella asistían y en ella actuaban. La construcción del Seminario de Are¬ quipa es una de las obras cumbres del gobierno de Mons. Leonardo José Rodrí¬ guez Bailón. En ella ha puesto gran par¬ te de sus energías; es como la niña de sus ojos. Quizás también porque le ha costado muchos desvelos: él la concibió, él gestionó los medios económicos, él la ha llevado a cabo, cierto que con la va liosa cooperación de muchos, hasta verla hoy como ima mansión digna para los que allí se preparan al sacerdocio y los que vendrán en el futuro. No menos de seis millones se han invertido en ella. En la tarde del 1." de Diciembre, a las 4.30, en el atrio de la Santa Iglesia Car tedral ,fue el acto cumbre del aconteci¬ miento que estamos reseñando, las bodas de plata episcopales del arzobispo de Arequipa Mons. Leonardo José Rodrí¬ guez Bailón. Fue, sin duda, la Misa con¬ celebrada este día delante de la Cate¬ dral, la iglesia del obispo, el acto más importante de cuantos tuvieron lugar en torno a este acontecimiento. Presidió el Cardenal Landázuri, acompañándole Mons. Rodríguez, a un lado y el Nuncio de S. S. al otro, los arzobispos y obispos venidos de afuera, más los Provinciales de nuestra Provincia de San Francisco Solano, M. R. P. Luis M.^ Maestu y de la Provincia de los XII Apóstoles Federico Richter y los Superiores Mayores de la Orden de la Merced y de Santo Domingo en el Perú y otros, hasta el número de 25, que fueron los concelebrantes en es¬ ta solemne ocasión. A la hora del evan¬ gelio, El Vicario Apostólico de Requena, Mons. Luis Arroyo, Obispo franciscano también, tuvo la oración gratulatoria, que por cierto también en su día tuvo el panegírico en la primera misa que Mons. Rodríguez celebró en Arequipa, en su convento de La Recoleta. Supo cantar bien Mons. Arroyo en amplia vista pa¬ norámica la trayectoria gloriosa del arzo¬ bispo de Arequipa, Mons. Rodríguez, des¬ de que éste, aún niño, con mucha fre¬ cuencia acudía al convento de La Reco¬ leta, su convento desde entonces, o iba a la capilla de las Madres Franciscanas Misioneras de María, no lejos de La Re¬ coleta, hasta el momento en que se en¬ contraba, en la cumbre de los 25 años de episcopado. Y llegó el tercer día, último del pro¬ grama oficial, de la celebración del vigé¬ simo quinto aniversario episcopal. En la mañana tuvo lugar la bendición de im tercer pabellón recién construido en la Universidad Católica, otra de las realiza¬ ciones del episcopado de Mons Rodrí¬ guez, presente en el acto. La ceremonia de bendición estuvo a cargo del Sr. Nun¬ cio Mons. Carboni. Acompañaron no só¬ lo el Cardenal sino también la casi to¬ talidad de arzobispos y obispos venidos estos días a Arequipa, dando lustre al acto que se realizaba. Mons. Carboni, dirigiéndose a todos, y tal vez aludiendo a manifestaciones durante la misa con celebrada el día anterior y después de ella, por elementos de la UNEC de Are¬ quipa un poco fuera de oportunidad, di¬ jo estas palabras: «Necesitamos un mun¬ do más justo con una mejor producción y distribución de bienes espirituales, materiales, eternos y temporales». Tam¬ bién habló el arzobispo franciscano, y habló bien cuando dijo: Esta Universi¬ dad «es uno de los resultados del traba¬ jo en sociedad con Dios en favor de los intereses de la juventud». «Cristo debe ser siempre la inspiración de vuestra enseñanza», dijo también al estudianta¬ do. Finalmente, tuvo palabras de agra decimiento para el Rector Magnífico de la Universidad desde su creación, el Pa¬ dre William Morris, lo mismo que para la Congregación Mariam sta, por lo que en la misma Universidad ha trabajado. Este acto fue el último del programa oficial de las bodas de plata episcopales. 27 bibliografia MARGARITA DE COSTITX. Da¬ tos biográficos de la Sierva de Dios Margarita Amengual Campaner (a) Cativa, 1888-1919. Por Juan Bta. Mimar Ramis, Pbro. Palma de Mallorca, 1969. Muy oportunamente, en el año de la conmemoración cincuentenaria de la muerte (30 de enero, 1919) de NA MAR¬ GALIDA DE COSTITX, el Rdo. Sr. D. Juan Bta. Mimar ha publicado una exce¬ lente biografía de tu paisana, la famosa vidente, terciaria de nuestro Padre S. Francisco. Amorosamente y concienzu¬ damente, el Sr. Munar recoge en su li¬ bro de 176 páginas, todo cuanto se sabe, se ha dicho o escrito sobre la joven Margalida. Después de haberla situado en su contexto geográfico, social y reli¬ gioso, el autor va narrando lo más rele¬ vante, virtudes y hechos, de la vida simplicísima y corta de la biografiada, ex tendiéndose más en la descripción de los fenómenos extraordinarios que apa¬ recen en la humilde doncella el año an¬ terior a su muerte. Consciente de que la raya entre lo natural y lo sobrenatu¬ ral se muestra siempre un poco borro¬ sa, el autor no aventura juicios, sino que, como hemos indicado anteriormen¬ te, se limita a reproducir lo que en su día dejaron anotado tanto los médicos que exploraron a Margalida, como los teólogos de la comisión encargada por el Obispado. La lectura de la biografía de Na Mar¬ galida de Costitx puede obrar como sa ludable revulsivo en tantas almas cris¬ tianas como existen hoy, víctimas de la reinante frivolidad y paganismo. católicos y protestantes que, bajo la di¬ rección del Padre Serafín de Ausejo, pre¬ paró en mesa redonda una nueva ver¬ sión castellana del texto griego original. Después de tres años de ininterrumpi¬ dos trabajos, durante los cuales la ver¬ sión primitiva fue sujetada a dos suce¬ sivas revisiones, con intervención activa de todos los miembros del equipo, pudo Editorial Herder encargarse de editar y distribuir, por cuenta de la Comunidad de Taizé, un millón de ejemplares. Presentada esta versión ecuménica a S. S. Paulo VI por Frére Roger Schütz con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional de Bogotá (agosto de 1968) y elogiada pública y privadamen¬ te por muchos de los prelados ibero¬ americanos reunidos en Medellín para la asamblea plenaria del CELAM, era urgente publicar una edición enteramen¬ te revisada que pusiera la obra al alcan¬ ce de todos aquellos que desearan ad¬ quirirla y utilizarla. A esta necesidad hondamente sentida, responde la edición que Editorial Her¬ der presenta y que, a pesar de ofrecerse como popular, importa mucho señalar que es una versión directa y ofrece una fidelidad absoluta al griego original. El equipo de colaboradores y su emi¬ nente director, el Padre Serafín de Au¬ sejo, Capuchino, han logrado un Nuevo Testamento castellano en lenguaje ac¬ tual, cuya clara dicción permite reducir las notas a un mínimo, por innecesarias. Las jugosas introducciones que prece¬ den a cada libro, los dos índices de ma¬ terias, y dos mapas de Palestina y del Mediterráneo oriental, completan admi¬ rablemente la obra y brindan con ello al lector, en muy poco espacio, unos instru¬ mentos de estudio tan inapreciables co¬ mo seguros. NUEVO TESTAMENTO. Versión ecuménica, dirigida por el Padre Serafín de Ausejo, O.F.M. Cap. 10,5 X 16 cm., 380 págs. y 2 ma¬ pas. Edit. Herder, Barcelona, 1968. La versión ecuménica del NT que pre¬ senta Editorial Herder nació de una ini¬ ciativa de la Comunidad de Taizé (Fran¬ cia), cuyo prior, Frére Roger Schütz, ha¬ llándose en Roma con ocasión del con¬ cilio Vaticano II, el año 1964 concibió la idea de publicarla y regalar a todos los miembros de las distintas confesio¬ nes cristianas los ejemplares que solici¬ taran. Para realizar el proyecto de Taizé, se constituyó un equipo de escrituristas 28 •• MUEBLES ROM AR EXPOSICIÓN: TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICIÓN: Conquistador, 24-Tel. 503 Paz, 97,101 y 103 - Tel. 468 MANACOR (Mallorca) PAPELES pintados Y PINTURAS Óteos Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y molduras GRANDES ALMACENES Casa Pomar Flores S. Miguel^ 187 Teléfono 221483 PALMA DE MALLORCA Pañería - Lencería - Tapicería - Modistería - Sos- l trería - Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedodes -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje f. Ctrl, S «112 y Gtnarol 6*dtd, t y >. Ttit. 224200-224201 PALMA DE MALLORCA • „ p I ... - ——.— — 1 EL CALZADO DE MAYOR DURACION SAIL^AD©3 ®OP:flLA V^nto exclusivo ere Velázquez. 33 r- DIRIGENTE SEGLAR FRANCISCANO: ¿Te has suscrito ya a «FRATERNIDAD»? Es la revista nacional escrita para ti. 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