“ ** . HERALDO DE CRIS T O » —— 2 CAÑA * CREMADILLO Calidades insuperables Destilepias VALLS CREMADILLO CAÑA VALLS (Copa de fuego) \\ &eeiia estas des marcas, vuticas e*t calidad ! m -■ — —— • MIJ B B L BM UBCORACI4>.^ tapicbrIa ifíijos de *^08é Alabrés Contratistas de obras Santiago Rusiñol, 4 Tel. 211342 FALMA DE MALLORCA V-» , . ^ , Sindicato, 26 al 32 ^ Tel. 251213 1 I PALMA DE MALLORCA j c REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R. • FEBRERO 1969 Año LX - Núm. 707 • REDACCIÓN Y ADMÓN; CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R. ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R • CON LICENCIA ECLESIASTICA • IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ • PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: (A partir de enero 1969) ORDINARIA. BIENHECHOR PROTECTOR . . . ... ... 65 PTAS 100 € 500 c • DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958 NUESTRA PORTADA Para ese bellísimo retazo del paisaje del pueblo de Bunyola, tan entrañable al que escribe la nota, sólo el siguiente pie: Allò de •Febrer curt, pitjor que turc·,— serà per la natura forastera:— febrer és per Mallorca primavera,— és joia i llum arreu, al camp i al burg. (Maria Antonia Salvà) > lea en este números Internacionalización de los Santos Lugares 3 La Tercera Orden Regular de San Francisco en Mallorca ... 4 Fisonomía de San Francisco ... 5 Una oración del Papa por la paz . . 6 Oración de un seglar por los sacer¬ dotes 7 La Iglesia, ¿cambia? La más fabulosa odisea espacial . Nuestras misiones 8 . 10 12 Página Literària . . 14 Suite sobre els ametlers (poesia) . . 16 Fray Rojo entrevista..., al rencor . . 17 Después del vuelo a la luna ... 19 Nuestra pequeña historia 21 ... Página del terciario ... .23 Imposición del crucifijo de misionero al Rdo P Pablo Luis Cañas Fier- náez, T. O. R 25 Palos de ciego 26 Humor 27 (FRENTE A LA DIPUTACION) -PALMA CRECIMIENTOS ACELERADOS ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS con iscoieca Honderos, 95 Teléfono 222072 PALMA DE MALLORCA ^ • Jevellanos, 2 y 4-PeIaiTes, 32 Talétono 223933 PALMA DE MALLORCA RIEGO POR ASPERSION proyeclos y presupuestos GRATIS a LOMPART PALMA - MANACOR LA PUEBLA TALLER DE TAPICERÍA l/icente 4'latnanda'^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo Arquitecto Reynés, 3 Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA 2 EDITORIAL INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS SANTOS LUGARES A nadie se le oculta que, por parte de los católicos, y más con¬ cretamente de la Santa Sede, se viene desarrollando una insistente labor en el seno de las Naciones Unidas en pro de la internacionali¬ zación de los Santos Lugares. Mas el problema de Oriente Medio no parece despejarse: Palestina sigue siendo un peligroso polvorín. Un sabotaje de las guerrillas jordanas provoca una réplica violenta de las israelíes. De día en día surgen nuevas dificultades que retrasan la anhelada internacionalización. Las tres partes interesadas, cristianos, judíos y árabes, tienen buena voluntad y desean conservar la Ciudad Santa, relicario de tantos recuerdos. Para los cristianos, Jerusalén encierra un valor es¬ piritual inestimable. Sus Santuarios y lugares no pueden compararse con cualesquiera otros de la tierra. Parece que a los musulmanes Jerusalén no les interesa políticamente y que en un tiempo enaje¬ naron, por fines de lucro, sus mejores zonas, pero les importa en el aspecto religioso por cuanto allí radica la mezquita de Ornar, consi¬ derado el segundo santuario musulmán (después de La Meca). Para los judíos, Jerusalén tiene una importancia capital, tanto desde el punto de vista político como del religioso. El Estado de Israel no está completo sin esta Ciudad Santa; queda acéfalo. En la guerra de los «seis días» de 1967, el triunfo más estimable para ellos fue la conquista de Jerusalén. Soldados y paisanos acudieron a orar ante el «Muro de Lamentaciones». Hoy, Jerusalén, es el centro de grave¬ dad de los judíos. Posiblemente, la solución del problema de los Santos Lugares podría buscarse en las Naciones Unidas que, al decir de Pablo VI, «desarrollan una labor paciente y generosa con el fin de conducir a los contendientes a una aproximación, con la intervención del Vati¬ cano y los jefes interesados de las otras comunidades religiosas». La internacionalización de los Santos Lugares sería un buen paso para esa tan deseada paz que no llega a enraizarse en Palestina y quedaría garantizada la integridad de la Ciudad Santa, «el monte de la casa de Jahvé, cabeza de los montes, donde acudirá la muchedum¬ bre de los pueblos». 3 LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO EN MALLORCA LXXV ANIVERSARIO Notas estadísticas Pía Unión Eucarístico Infantil de San Antonio de Padua. «Para fomentar entre los niños la devoción al Smo. Sacramento y la Comunión frecuente y diaria, correspondiendo así a los deseos del Pontífice Pío X», se establece, en enero de 1914 en la iglesia de S. Francisco de Palma, la PIA UNION EUCARÍSTICA INFANTIL. Años más tarde la implantará y dirigirá en Inca, el difunto P. Miguel Tous Coll. Cofradía del Beato Ramón Llull. El año 1915 se celebra el Vil Centenario del martirio de nuestro ínclito e Iluminado Maestro, Beato RAMON LLULL. Para promover, extender y hacer perdurar, entre los mallorquines princi¬ palmente, su culto y devoción, se erige en nuestra iglesia, donde se guardan sus venerandas reliquias, la COFRADIA de su nombre. Cofradía de San Pancracío. Creciendo por días el culto y devoción al santo abogado de SALUD y TRABAJO, principal¬ mente después de instalarse su imagen en la nueva Capilla de S. Francisco, el año 1930, se pensó y llevó a efecto la erección de la COFRADIA DE SAN PANCRACIO (*). El esplendor de sus cultos y los numerosos ex-votos de su capilla atestiguan la pujanza y vitalidad de dicha Cofradía. Archicofradía de la Inmaculada Concepción de Lourdes. Agregada a la Archicofradía de la Basílica de Lourdes, se establece en el Convento de Llucmajor, la Archicofradía de la Virgen Blanca, con motivo de la bendición de su nueva Capilla, que le dedica la piedad de los fieles llucmayorenses. Era el febrero de 1934. Su Reglamento es aprobado por el Arzobispo-Obispo, Dr. Miralles, en marzo del mismo año. Compañía de la Inmaculada. - Centro Interno de Acción Católica. Siempre esperando mejor coyuntura, se perdieron varias ocasiones de ordenar en nuestro Colegio del Bto. Ramón Llull de Inca, una como Congregación de selectos para levadura de toda la masa estudiantil. Por fin pudimos dejar instituida, en diciembre de 1940, la COMPAÑIA DE LA INMACULADA, que transformada luego en CENTRO INTERNO DE A. C., había de cosechar ópimos frutos de piedad y apostolado en el citado Colegio. Cofradía de Ntra. Sra. de Cura. Rigiendo este Santuario, en abril de 1942 el P. Francisco Company funda la COFRADIA de Ntra. Sra. de CURA, cuya finalidad es «renovar y extender la devoción a la MARE DE DEU DE CURA, y allegar fondos para la restauración y ampliación de su Santuario. Pueden pertenecer a ella «todos los devotos de la Virgen y de su dulce trovador el Bto. Ramón Llull». Cofradía de Santa Marta. A imitación de los antiguos Gremios mallorquines, que tenían sus Abogados celestiales, tam¬ bién la «Agrupación de Hosteleros y similares de Mallorca» elige por su Patrona a la afanosa hospedera del Maestro Divino, SANTA MARTA, y para dar esplendor y perpetuidad a su culto instituyen, en nuestra Basílica de S. Francisco de Palma, la COFRADIA DE SANTA MARTA (marzo 1949). «Su Director, por nombramiento episcopal, será siempre el Padre indicado por el Superior del Convento». Como entenderá el paciente lector, solamente hemos querido hacer mención de las Asocia¬ ciones cuya fundación o establecimiento en Mallorca, es obra de nuestros mayores, sin que ello signifique que estimemos en menos las otras en cuya dirección y sostenimiento hayan podido gastar los Padres de nuestra Provincia, sus energías, sus luces, su tiempo y su celo. Se nos escapa por los puntos de la pluma la Asociación de ias Hijas de María del Convento de Llucmayor. Las dichas Asociaciones, en el transcurso del infatigable tiempo, han experimentado los altibajos e interferencias, el flujo y el reflujo de las mudables cosas humanas. Algunas han desaparecido... Deber nuestro es recoger este florido legado del fecundo celo de nuestros ma¬ yores, y no copiando servilmente, o asentando el pie sin discreción, sobre sus mismas pisadas, sino embebiéndonos en su espíritu franciscano, que es decir evangélico, hacer brotar de él y con él, nuevas formas de apostolado, adaptado a las condiciones de estos inquietos tiempos: sin olvidar, hermanos, que «toda acomodación no surtirá efecto sin una renovación de nuestra vida interior.» P. Francisco AMENGUAL, T. O. R. (*) No nos ha sido posible dar con la fecha de erección de la Cofradía, pero sí, nos consta, que ya en 1936 funcionaba regularmente. 4 Tisonomía ¿Le San Trancisco COMO SAN FRANCISCO PASO UNA CUARESMA EN EL LAGO DE PERUSA CON LA MITAD DE UN PANECILLO / or cuanto el venerable siervo de Dios San Francisco en algunas co¬ sas fue otro Cristo, dado al mundo para la salvación de las gentes, Dios Padre lo quiso hacer en muchos actos semejante y conforme a su Hijo Jesucristo, como se ve en el venerable colegio de los doce compañe¬ ros, en el hecho admirable de las sagradas llagas y en el ayuno continuado de la santa Cuaresma, que hizo de este modo: Una vez pasaba San Francisco, el día de carnaval, cerca del lago de Perusa, en casa de un devoto que lo había hospedado aquella noche y se sintió inspirado por Dios para ir a pasar la Cuaresma en una isla del lago; rogó, pues, a su devoto, por amor de Dios, que lo pasase en su bar¬ quilla a ima isla que no estuviese habitada, y que lo hiciese la noche del Miércoles de Ceniza, de modo que nadie los viese; y aquel hombre, por la grande devoción que le tenía, le cumplió cuidadosamente el deseo. San Francisco no llevó más que dos panecillos. Cuando llegaron a la isla, y aquel amigo se marchaba para volver a su casa, San Francisco le rogó afectuosamente que no descubriese a nadie que estaba allí, y que no vinie¬ se a buscarlo hasta el Jueves Santo; y con esto partió, quedando solo San Francisco. Como no había habitación donde guarecerse, entró en una espesura de pinos y arbustos, que formaban como una pequeña cabaña o covacha, y se puso en oración entregándose a la contemplación de las cosas celes¬ tiales. Allí estuvo toda la Cuaresma sin comer ni beber, si no es la mitad de uno de los panecillos, según observó aquel devoto suyo el Jueves Santo cuando fue a buscarlo, pues de los dos panecillos encontró uno entero y la mitad del otro. La otra mitad se cree que la comió el Santo por reve¬ rencia, para no igualarse a Cristo bendito, que pasó cuarenta días y cua¬ renta noches sin tomar ningún alimento material; de este modo, con aquel medio pan, apartó de sí San Francisco el veneno de la vanagloria y, a ejemplo de Cristo, ayunó cuarenta días y cuarenta noches. Después en el lugar en que San Francisco había hecho tan maravillo¬ sa abstinencia, obró Dios muchos milagros por los méritos del Santo, por lo cual comenzaron los hombres a fabricar casas y habitarlas, y en poco tiempo se formó en aquel sitio un pueblo bueno y grande. Allí está el convento de nuestros frailes llamado de la isla, y aun hoy día los vecinos de aquel pueblo tienen grande reverencia y devoción al lugar en que San Francisco ayunó la dicha Cuaresma. En alabanza de Cristo. Amén. De las Floréenlas de San Francisco, obra compilada, probablemente, a fines del s. XIII y comienzo del XIV). 5 UNA ORACION DEL PAPA POR LA PAZ Señor, Dios de la paz, que has creado a los hombres, objeto de tu benevolencia, para ser los familiares de tu gloria: nosotros te bendecimos y te damos gracias, porque nos has enviado a Jesús, tu Hijo amadisimo: has hecho de él, en el misterio de su Pascua, el artífice de toda salvación, la fuente de toda paz. el vínculo de toda fraternidad. Te damos gracias por los deseos, los esfuerzos, las realizaciones que tu espíritu de paz ha suscitado en nuestro tiempo para sustituir el odio con el amor. la desconfianza con la comprensión, la indiferencia con la solidaridad. Abre aún más nuestros espíritus y nuestros corazones a las exigencias concretas del amor de todos nuestros hermanos con el fin de que podamos ser cada vez más los constructores de la paz. Acuérdate, Pudre de misericordia, de todos los que están apenados, sufren y mueren en el nacimiento de un mundo más fraterno. Que para los hombres de toda raza y de toda lengua llegue tu reino de justicia. de paz y de amor y que la tierra esté repleta de tu gloria. «Todos deseamos que los conflictos entre los pueblos, entre las naciones, entre los estados, entre los nuevos organismos internbcionales y supernacionales se solucionen, no ya con prue¬ bas de fuerza brutal y mortifera, ciega y ruinosa, sino con pro¬ cedimientos racionales que sepan tutelar el derecho, el interés, el honor de las colectividades humanas con equilibrio, con tem¬ planza, con ecuanimidad; quizás, no sin algún recíproco sacrifi¬ cio, pero sin sacrificio de vidas humanas, frecuentemente ino¬ centes e ignorantes de los motivos de contraste, y al mismo tiempo sin derroche de energías y de medios, cuando a la ma¬ yor parte de la humanidad le falta todavía una justa suficien¬ cia de vida. La paz adquiere hoy un sentido universal. Su ambición es abrazar toda la humanidad. Cualquier violación local o parcial de la misma hiere al mundo en su sensibilidad general, porque la paz quiere ser en adelan te el alma del mundo, orientado hacia su unificación orgánica y viviente.» PABLO VI 6 ORACION DE UN SEGLAR POR LOS SACERDOTES Por Juan Barra nte todo, Señor, os damos gracias porque estos hombres han aceptado el hacerse * ^ sacerdotes y representantes nuestros. Si hubieran preferido las zapatillas, una mu¬ jer y un hogar, no hubiera sido ciertamente una ventaja para nosotros. ¿Y si en todas partes acaeciese algo semejante? Gracias, Dios mío, por haberles dado el valor del sacrificio. Por medio de ellos nosotros podemos nutrirnos con el Pan de Vida, formar familias sólidas, purificar nuestras almas y morir en paz. Gracias, Señor, también por los defectos de nuestros sacerdotes. Si fueran perfectos, tal vez no soportarían la debilidad. La gente siempre recta desprecia a los pobres diablos. Señor, vos habéis tenido mejor ojo que nosotros. Os rogamos. Señor, por el ministerio que los sacerdotes ejercen. Haced que, cuando triunfan, no se enorgullezcan, y cuando fracasan, no se desanimen. Vuestro reino no está en el éxito, ni en el fracaso: está en el amor. Estos sacerdotes son un fenómeno. Deben ser pedagogos y niños, especialistas de psicología entre la juventud, maestros de doctrina y de delicadeza en el confesionario. Deben, en las reuniones de los hombres, tratar ios problemas de la Iglesia como profeso¬ res: en las reuniones de mujeres explicar el Evangelio como exegetas. En las visitas a las familias cultas deben discutir sobre la última novela de moda so pena de pasar por ignorantes, y, con el comunista simpático, tratar del conflicto entre el capital y el trabajo en los mínimos detalles. Con los protestantes o no católicos deben ser teólogos al mismo tiempo rigurosos y abiertos, e historiadores agudos. Con la Acción Católica... ¡Pero no terminaría nunca! Se me olvidaba que deben responder por las calles a todos los saludos, conservando, claro está, la modestia en el mirar. Cuando nos reciben deben mostrarse sonrientes, aunque estén muertos de cansancio. Señor, haced que a estos «especialistas universales» les juzguemos con indulgencia, con la Indulgencia que exige un tal programa complejo y sobrehumano. Hacednos comprender que, si entre catorce especializaciones nuestro sacerdote triun¬ fase por una mitad o por un cuarto, podemos darnos por satisfechos. Nosotros que nos sentiríamos en el derecho de tratar de idiota y enviar al diablo a un médico que en su tarjeta de visita anotase una docena de especializaciones, haced, oh Señor, que compren¬ damos la dificultad del ministerio sacerdotal. Señor, haced que tengamos caridad para con los sacerdotes, en los pensamientos y principalmente en las palabras. Si el sacerdote tiene reuniones con las mujeres, haced que no se vaya a murmurar en casa del carnicero o en la droguería que la parroquia está gobernada por el llamado sexo débil. Si el sacerdote sabe tratar con los niños, que yo no concluya con mis vecinos que tiene una religión de chicos. Si el párroco está gordo, oh Señor, que no piense yo que de nada se priva, y si está delgado, que se porta mal, que está atormentado por los remordimientos o riñe con la criada o el vicario. Concededme, Señor, que sepa perdonar sus impaciencias y sus errores. Hacedme entender que yo tengo un solo párroco a quien soportar, mientras él lleva sobre sus hombros a todos sus feligreses. En fin, oh Señor, que yo pueda darle de vez en cuando, con mi delicadeza, la alegría de sentir que no está rodeado de indiferencia y hostilidad. Y concededme, por último, oh Señor, la perseverancia en mi oración por los sacerdotes. Esta es sin duda la cosa mejor. Por la traducción del italiano P. Bartolomé Nicolau, T. O. R. P. Bernardo NEBOT, T.O.R. X l/ o puede discutirse porque es un hecho. El Concilio Vaticano II ha provocado en muchos católicos, aun dentro del clero, una profunda admira¬ ción, inquietud y hasta consternación. Algunos se han inquietado profimdamente y hasta quizás habrán pensado que este Concilio ha sembrado por do¬ quier confusión, libertinaje, desorden y que, por lo tanto, ha hecho más mal que bien. Un síntoma de dicha mentali¬ dad es la frase que se atribuyó a un car¬ denal conservador de que quería morir aún católico. Otros, en cambio, han recibido la obra del Concilio, como un abrir las ventanas de la Iglesia, como un derrum¬ bamiento de viejos muros. Saludan a una Iglesia con grandes paredes de cristal, por las que pueda mirar al mimdo. Para éstos, los resultados del Concilio son harto modestos, están ya superados. Los primeros siempre habían visto ima Iglesia inconmovible, inmutable. con sus axiomas nítidos, fiel a la vene¬ rable tradición, vivida sin discusión pe sible, del unívoco sí o no. Ahora, en cambio, tienen la impresión de que se discute sobre todo, de que todo se pone en tela de Juicio, de que los no católicos «te¬ nían la razón». A todo esto hay que aña¬ dir, como contrapartida, que entre los mismos católicos, algunos piensan que todo lo nuevo por el mero hecho de ser nuevo es lo mejor y, por consiguiente, desearían más inquietud, más reformas radicales y más rápidas. Naturalmente dicha situación es reflejada después, unilateral y exageradamente, por cierta clase de prensa, sensacionalista a ultran¬ za, que solamente va en busca de lo pi¬ cante, de lo anecdótico, de lo superficial. ¿Qué decir sobre esta situación? Hay que distinguir entre la doctrina, dogmᬠticamente definida ,y el Derecho Canó¬ nico. También es conveniente recordar la distinción entre derecho divino y de¬ recho positivo eclesiástico. El primero es inmutable, el segimdo fundamental¬ mente variable, y la Iglesia lo cambia. 8 cuando así lo exige una nueva situación histórica. El no tener claros estos pun¬ tos ha podido dar lugar a mucha con¬ fusión y polémica que carecen totalmen¬ te de base. Sobre esto la Iglesia ha te¬ nido siempre ideas precisas y nada im¬ porta que un cristiano en particular no sepa esto y tenga las normas del dere¬ cho positivo eclesiástico por principios inmutables y se haga cruces cuando la Iglesia las cambia. Naturalmente la Iglesia no pone y qui¬ ta por capricho y al arbitrio. En cues¬ tión de cambios ella está obligada a ser casi excesivamente prudente y procede siempre con extrema cautela y lentitud. Un ejemplo claro lo tenemos en los cambios y reformas litúrgicas. Estos cambios, aunque sean muy le¬ gítimos y normales en la Iglesia, pueden originar, sobre todo en los laicos, inquie¬ tud e inseguridad. Algimos de ellos, gente buena y sencilla pero con muy po¬ ca formación religiosa, llegan a creer que lo que realmente ha cambiado ha sido Dios y la misma esencia de la Igle¬ sia. Hasta se ha oído decir: «Si el Papa se quiere condenar que se condene, pe¬ ro yo...» ¿Solución? Comprender que también la Iglesia está bajo la ley de la historia: tiempos nuevos exigen otro obrar que los tiempos pasados. El Concilio se propuso dicha tarea de «aggiornamento» y era inevitable que hubiera sorpresas, era inevitable que se sacrificaran cosas queridas y de antiguo probadas. Era muy natural que se aventurasen experi¬ mentos, que se iniciasen novedades. Naturalmente este tiempo de cambio significa siempre para la jerarquía y pueblo, un período incómodo de transi¬ ción: lo antiguo, acreditado, ya no exis¬ te, lo nuevo no se ha aclimatado aún. El espíritu ecuménico, por ejemplo, que la Iglesia ha adoptado, es un imperativo sagrado de nuestro tiempo, aimque lleve consigo sus dificultades y riesgos. Nos encontramos en tiempos de tran¬ sición. En tiempos así son inevitables oscuridades, vacilaciones ensayos. Pa¬ ciencia, ánimo y sobre otdo, proceder sin exagerados nerviosismos. El cambio El cambio en la Iglesia es signo de vi¬ talidad, porque la Iglesia es una reali¬ dad viva que ha tenido su historia y que aún la tiene. Por eso hay realmen¬ te cambio en la Iglesia. Y estos cambios exigen sacrificio, no hay duda, sobre to¬ do si se ha recibido en la juventud una formación religiosa de estructura fija. Sin embargo, hay que esforzarse en sentir el peso de los nuevos problemas. No se debe pensar que todo sea ya para siempre claro, ni se ha de tener algo por falso, por el mero hecho de ser nuevo. Es preciso admitir que también hoy día se pregunta en serio y se busca concienzudamente y que son unos va^ lientos esos cristianos que se atreven a un diálogo real con el mimdo, y con sus problemas, diálogo en el que no sólo se enseña, sino que también se aprende. I LABORATORIO "MIRÓ" I, Colón, la-PALMA DE MALLORCA 9 Los astronautas Anders, Lovell y Borman. LA MAS FABULOSA ODISEA ESPACIAL por Gregorio MATEU, T. O. R. I odos hemos seguido estas pasa¬ das navidades con espectante aten¬ ción la fabulosa hazaña del «Apolo VIII» en su viaje alrededor de la luna. La conquista del espacio ha entrado en su fase más interesante. Los cálculos de los físicos han sido impecables, perfec¬ tos. Las seis mil personas invitadas por la NASA, así como millones de telees¬ pectadores de todo el mundo, pudieron comtemplar como el «Saturno V» levan¬ tó el vuelo en medio de im infierno de llamas. Después de cierta vacilación, el cuerpo monstruoso fue soltando en el espacio a dos de sus cuerpos propulsosores. Había comenzado ya la arriesgada aventura espacial. Los hombres del cApolo VIII» Los tres astronautas americanos que pilotaron la nave espacial «Apolo VIII» pertenecen ya a la historia del siglo XX. Frank Bormar de 40 años, es padre de dos niños. Posee rma formación cientí¬ fica extraordinaria. Debido a una dolo- rosa enfermedad en el tímpano izquier¬ do, se le tuvo que prohibir incluso utili¬ zar ascensores demasiado rápidos. Aquel joven piloto enfermo, al que estaban ve¬ dados los edificios de más de 15 pisos, ha sido hoy el gran conquistador del espacio lunar. Por sus distintas interven¬ ciones en los viajes espaciales, Borman recibió la medalla de servicios excepcio¬ nales, máxima condecoración que con¬ cede la NASA. James A. Lovell, nació el 25 de marzo de 1928. Es casado y padre de dos niños y dos niñas. Posee numerosos títulos y condecoraciones. Actuó como piloto reserva en el vuelo de la «Geminis IV», tripuló la «Geminis VII» y fue reserva en la misión «IX». Es el segundo astro¬ nauta que ha vuelto por tercera vez al espacio. El más joven de los tres astronautas se llama William A. Anders. Nació en Hong Kong, donde su padre era coman¬ dante de marina, destacado en una base americana. Sus cinco hijos han vivido con ansiedad la proeza de su padre. Este viaje ha sido su bautismo en el espacio. No se puede olvidar al equipo de mi¬ les de técnicos que silenciosamente, en los laboratorios, en Houston, Cabo Krn- 10 nedy, etc. han estado y siguen trabajan¬ do para que pronto sea conquistada la Luna. Características de la nave La cápsula del «Apolo VIII» es un ma¬ ravilloso laberinto de luces, equipos y controles. Tiene un volumen total de seis metros cúbicos. Los astronautas go¬ zan de una amplia libertad de movi¬ mientos. Los tres asientos se encuentran en fila, imo al lado del otro, suspendi¬ dos por un sistema de amorti^adores. Sobre el brazo derecho del asiento del comandante y a la altura de su mano se encuentra una palanca mediante la cual es posible hacer girar sobre sí mis¬ ma la nave en todos los sentidos. Cual¬ quiera de los astronautas puede hacerse cargo de los controles sin cambiar de asiento. El «Apolo VIII» es como un enorme reloj compuesto de más de dos millones de piezas y 25 millones de ca¬ bles eléctricos. Y todo ello debía estar en perfectas condiciones para que los astronautas pudieran regresar a la tie¬ rra. Con esta aventura espacial se consi¬ guieron éxitos sin precedentes. Se con¬ siguió la mayor velocidad soportada por seres humanos. En el momento del dis¬ paro hacia la órbita terrestre se alcan¬ zaron los 36.673 kilómetros por hora. Por vez primera en la historia los hom¬ bres circundaron la luna alcanzando la mayor distancia de la tierra (unos 372.800 kilómetros). Se libraron de la es¬ fera predominante de la atracción te¬ rrestre, entrando en el campo de gravi¬ tación lunar predominante. Son los pri¬ meros hombres que pierden el contacto con la tierra al pasar su órbita limar por la parte invisible de la Luna. El nieto del escritor francés Julio Verne, ha manifestado que su abuelo le había dicho que comparase la hazaña espacial con lo que él predecía. Julio Verne escribió en 1865 su novela «Un viaje a la luna». «Antes de morir su abuelo, le dijo: «Guárdalo preciosamentete, porque sé que verás ir a los hom¬ bres a la luna, y podrás comparar la precisión de las imágenes que he crea¬ do». Julio Verne «realizó» el vuelo en una nave que pesaba aproximadamente lo mismo que el «Apolo VIII», e incluía varias similitudes, entre ellas la fecha de lanzamiento y la órbita. ¿Qué se ha conseguido? Mucha gente se pregunta si no sería mejor aportar las ingentes sumas de di¬ nero que se invierten en los viajes in¬ terplanetarios en remediar el hambre, las enfermedades y la ignorancia de la humanidad. El tiempo dirá quién tiene razón. Pero, no se puede olvidar que cuando comenzaron a estudiarse las co¬ rrientes eléctricas nadie sospechaba que un día nos proporcionarían luz y fuer¬ za. La historia del hombre está matizada por una lucha titánica por alcanzar lo desconocido. La luna está ya al alcance de^ la mano. Cuando Borman colocó la nave a una altura constante de 111 kilómetros de la lima, afirmó: La luna es esencialmente gris. No tiene color. Parece como de ye¬ so gris». Más tarde precisaba: «Podemos ver todo con mucho detalle. Parece tener una superficie de arena fina, grisácea. Sin embargo el mar de la fertilidad no aparece desde aquí como nos aparece desde la tierra. No existe demasiado contraste entre esta zona lunar y el res¬ to de los cráteres cercanos. Todos los cráteres son redondos y parecen produ¬ cidos por la caída de meteoritos u otra clase de proyectiles. Las paredes de los cráteres lunares tienen forma escalona- na, de seis o siete escalones». En los es¬ pacios se dispusieron a celebrar la Na¬ vidad cristiana. Recitaron los versículos del Sagrado Texto: «En el principio creó los cielos y la tierra», comenzó a recitar Anders. «Y Dios dividió la luz de la os¬ curidad...», prosiguió Lovell. «Y Dios llamó a la luz día y a la oscuridad la llamó noche»..., concluyó Borman. Al cabo de diez vueltas en tomo a la luna, el «Apolo VIII» abandonó el «cie¬ lo» lunar. Comenzó a descender a una velocidad de 39.428 kilómetros a la hora. «Estamos contentos de informar a la tierra que la vemos cada vez más gran¬ de», transmitió Borman. Entre el temor, la emoción y el miedo iba concluyendo la prodigiosa hazaña. Todo terminó fe¬ lizmente y ahora es ya historia pasada lo aue parecía un sueño totalmente irrealizable. t DIRIGENTE SEGLAR FRANCISCANO: ¿Te has suscrito ya a «FRATERNIDAD»? Es la revista nacional escrita para ti. Precio: 75 ptas. ♦ DIRECCION! Apartado de correos: 5084 MADRID ^ y n MISIONES EL IDIOMA «KECHWA» Es sabido que no todos los habitantes de Pe¬ rú hablan el idioma castellano sino que muchos hablan el «Kechwa». El Padre Sebastián Rosselló tiene dos centros misionales en que se habla el Kechwa. Y ha em¬ pezado el estudio de dicho idioma. Con gusto reproducimos las siguientes notas que dicho Pa¬ dre nos ha enviado, y que encuentran ciertamen¬ te su sitio en esta sección. Edad de oro del kechwa El idioma KECHWA, llamado también «RUNA SIMI», está íntimamente vincu¬ lado al nacimiento, crecimiento y es¬ plendor del Imperio de los Incas. El kechwa tuvo su edad de oro a fines del siglo XVI y durante el siglo XVII hasta comienzos del XVIII, producto del gran interés que mostraron los espa¬ ñoles en aprender el idioma de sus con¬ quistados. Existen abundantes pruebas: la mayor parte de los catecismos se es¬ cribieron en kechwa, pues era necesario que la enseñanza religiosa de los indí¬ genas se diera en su propio idioma. En las ciudades de Quito, Cusco y La Pla¬ ta se crearon colegios en donde se ense¬ ñaba la lengua general de los indios. El Rey de España, en 1581, impuso a los Ar¬ zobispos y Obispos que no ordenasen a ningún clérigo de sacerdote, si no cono¬ cía perfectamente el kechwa. El Papa Gregorio III dispuso que los Obispos pudiesen ordenar a los mestizos y bas¬ tardos nacidos en Indias, con tal de que supiesen la len^a indígena (además de la vocación y ciencia requerida, natural¬ mente). Finalmente el Virrey Toledo, en el año 1579, creó la Cátedra de kechwa en la Universidad Mayor de S. Marcos y d’O la orden de que ningún bachiller pu¬ diese recibir el título si no conocía am¬ pliamente el kechwa. Decadencia del kechwa Por fines políticos —se dice que los mensajes de los rebeldes se hacían uti¬ lizando el idioma de sus antepasados— se prohibió la enseñanza del kechwa. En San Marcos se clausuró la Cátedra que se creara con dicho fin. Y así finalizó la importancia del kechwa, como repre¬ salia por la sublevación de Túpac Ama¬ ru. Actualmente es hablado por más de quince millones de personas en Perú, Bolivia. Argentina, Chile y Ecuador. Por tanto se puede decir que el kechwa per¬ tenece al grupo de lenguas vivas. Particularidades del kechwa El kechwa es un idioma aglutinante y muy flexible. No hay sílabas que sírvan de raíces, sino -palabras bisílabas, que vienen a ser madres. Estas, frente al gran número de palabras que se pueden formar, añadiéndoles las partículas, de¬ sinencias y sufijos correspondientes, son poco numerosas. La riqueza de este 12 idioma y su flexibilidad se deben a es¬ tas partículas, desinencias y sufijos aglutinativos o yuxtapositivos que se usan en el kechwa para las declinacio¬ nes, las variaciones verbales y adver¬ biales, los giros y la formación de nue¬ vas palabras, en número tan considera¬ ble que mediante ellos se pueden for¬ mar CENTENARES de palabras par¬ tiendo de una sola. e)Es inmensa la cantidad de partí¬ culas, desinencias, posposiciones y sufi¬ jos que tiene el Kechwa. Las hay pro¬ pias de los nombres, propias de los ver¬ bos, y otras que son comunes, tanto pa¬ ra los nombres como para los verbos. A mano tengo im libro, no muy ex¬ tenso, para estudiar y aprender el kech¬ wa, y he contado más de ciento cincuen¬ ta de estas partículas aglutinativas. También lleva una aplicación de estos sufijos o partículas aglutinativas em¬ pleando la palabra WASI (casa), y su¬ ben a más de ciento cincuenta las nue- vae palabras formadas con dichos sufi¬ jos. Una «mojiganga» peruana. Debemos notar: a) Que el kechvra desconoce la escri¬ tura. Al llegar los españoles se encon¬ traron con la dificultad de escribir las palabras, voces glotizadas y explosivas de los indígenas, porque desconocían la escritura. Así se adulteraron las pala¬ bras y sus significados. Durante siglos se escribió en la misma forma que lo hicieron los españoles, hasta que los americanistas, reunidos en un Congreso (Lima 1939), aprobaron un alfabeto que fue hecho oficial en 1946. De muy poco uso fue este alfabeto, pues no satisfizo plenamente. En el año 1954 el III Congreso Indigenista Interamericano aprobó otro alfabeto. b) Las palabras son todas graves o llanas, salvo contadas excepciones de palabras agudas. No conoce el empleo de palabras esdrújulas ni sobresdrúju¬ las. Así podemos decir aue no hay nece¬ sidad de acento ortográfico para repre¬ sentar el prosódico. c) Desconoce el uso de los artículos y de las preposiciones. Las partes de la gramática del Ke¬ chwa son siete: sustantivo, adjetivo, pronombre, verbo, adverbio, conjunción e interjección. d) Tiene un solo modelo para la conjugación de los verbos. Pero ¡vaya conjugación rara! Catecismo en kechwa Se ha publicado im Catecismo bilin¬ güe, castellano-kechwa, con el objeto de facilitar el adoctrinamiento de los cam¬ pesinos, que necesitan aún la ayuda del idioma nativo —el kechwa— para una mayor comprensión de la doctrina cris¬ tiana. Desde el 24 de noviembre de 1965 te¬ nemos, aprobados por el «Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia», el Ordinario de la Misa, con el Prefacio común, y las fórmulas de los sacramentos del bautismo, peniten¬ cia y confirmación, eucaristía y imción de los enfermos en kechwa, o sea el Ri¬ tual kechwa-español. Tal vez no vea yo coronados mis es¬ fuerzos en el estudio de e°te idioma... Deposito mi trabajo en manos de María Madre de la Iglesia, rogándole que ELLA lo haga fructificar para provecho de es¬ ta gente humilde de los centros de Macania y de Huayo, que hablan el kechwa, y que son también hijos de la Iglesia. P. SEBASTIAN ROSSELLO, T.O.R misionero en Perú Zapatos nuevos para el cabello del P. Rosselló 13 PAGINA FLOR DE GENER Està el capvespre de gener tot mut i ennuvolat damunt els camps. Alades i blanques, han florit unes taruyades en l’apagada quietud. Guaitarbt al caire d’uns llenyers mullats i el decrèpit hrancam d’unes figueres, com s’ohri dins els aires estranyats aquest misteri de les flors primeres! Aquest misteri blanc que s’il.lumina sobre horitzons de gèlides blavors, i beneeix els freds torturadors amb un alè de suavitat divina! FINESTRES EN LA BOIRA ...I una nit de delícies primerenques va retornar la il.lusió gentil, vestida amb vel d’aïbures hivernenques i de silencis embaumats d’abril. Me somrigué, allunyant-se, l’infortuni. Tornant del riu, s’era extingit el jorn, i una claror flotant de pleniluni amarava les boires a l’entorn. I Vametler pels caminals floria; i l’aire tebi era poblat d’encants; i amunt la nostra ruta se perdia sota un desmai de branques odorants. 14 LA CANDELERA PLORA La Candelera plora damunt els camps mullats; a cada raig de pluja s’alegren els sembrats. Les boires i tristeses de l’hivernada són una claror de núvol qui blanament se fon. Se fon per l’aire càndid, pels ametlers en flors, joiosos canelobres enllumenats de plors. IDIL·LI DE L'HORT DEL MOLI Cor endormiscat qui ja no somnies! Vametler floreix; en les llunyanies, la blavor dels cims, l’aire transparent, la verdor rient de la sementera, tot parla d’amor i de la sementera, tot parla d’amor i de primavera com en aquells anys de pressentiment. ¿Te’n recordes? Fou un dia de festa, una hora d’encant dolça com aquesta. Estenent sos vels de frescor, morats, dels penyals veins l’hora-baixa queia; l’últim raig de sol en l’espai somreia dins primaverals diafanitats. L’aigua del molí de la rodalia, blanca com la neu, sota l’arc bullia dins una negror de boca de forn. Vinclava l’aubó sa florida vara sobre la corrent remorosa i clara que un alè fresca! difonia entorn. LITERARIA Tot era brogit i verda esponeru; tot cantava entorn de la molinera, d'ull color de cel i de cabell ros. Ng hi ha rosa al maig com la rosa fina d ’una adolescent galta carmesina enfarinolada d’un or polsinós. L’hort dels tarongers era allà a la vora; s’obria en l’herbei la menuda flora com dins un verger que l’Amor plantà: odorant tapís de sentor exquisida feien el narcís i la margarida, la viola blava, el lliri boscà. Ella era gentil com una princesa; l’avior marcà d’un cuny de noblesa son hel·lènic tall de jonc vincladís, son perfil serè de finors patrícies, sos ulls llampegants de jocs i malícies i sa parla fresca com un degotis. Damunt el torrent d’argentades ones, l’ametler florit, ram de papallones, graciosament s’anava esfullant. De pètals de neu tota constel.lada, l aigua de l’estany floria encantada, reflectint la llum del dia expirant. l a l’hora de pau en què el jorn moria ella em da la clau d’aquella harmonia: dins sos ulls, per un lluminós esqueix, viu els camps, els cels, la muntanya blava i la boira d’or qui se sonrosava damunt el caliu vermellenc del Teix. L’ona de sa veu, musical i plena, inundava l’hort de frescor serena: Vhnima es ban/yava en pler delitós. Destil·lant pel cor un licor de vida, la taronja d’or per sos dits partida esquitxava, obrint-se, els ulls de tots dos... Miquel FERRA (1885-1947) Seria una pretensió gairebé ridícula voler afegir encara qualque cosa més, re¬ ferent a l’obra poètica de Miquel Ferrà, després de Tanàlisi exhaustiva que n’han fet Joan Pons i Marquès i Josep Maria Llompart, el primer en el pròleg de Poe¬ sies completes i el segon dins La literatura moderna a les Balears. Coneixent la intenció o finalitat d’aqueixa «Pàgina», n’hi haurà prou, doncs, si el comentari que sol acompanyar-la es redueix a extreure només qualcun dels conceptes que aquells dos bons crítics expressen. Es Llompart qui ens recorda que Miquel Ferrà fou el que principalment du¬ gué la direcció intel·lectual de l’«Esco]a mallorquina» i que en pot esser consi¬ derat el teoritzador. I Joan Pons retreu els següents mots, escrits pel mateix Ferrà, on el poeta ens declara quina era la seva teoria o fe literària, fe que es pot dir que l’wEscola» professava quasi imán'mement: «fidelitat a la tradició i joventut d’ideals, catalanitat i efusió humana, hel·lenisme nadiu i cultura clàssica, forma depurada i naturalitat patrícia». Detestant r«afectació retòrica, l’absència d’emoció vital, evaporada a través de mil complicacions cerebrals abstruses, l’obs¬ curitat fatigosa del llenguatge», Miquel Ferrà ens fa sabedors de quines eren les seves aspiracions estètiques: «No aspiram al frisson nouveau (estremiment no¬ vell) per dia i a ultrança. Aspiram només a expressar amb simplicitat i bellament les coses simples i eternes». No cal més que la lectura dels seus versos per a certificar-nos de la plenitud amb què va aconseguir aquest bell ideal. 15 S’ha dit també que Miquel Ferrà és el poeta dels petits matisos. Es aquest un tret, no l’únic, que el distingeix dels altres dos poetes mallorquins, contem¬ poranis seus, Maria Antònia Salvà i Llorenç Riber. No fa molt, escrivint imes ratlles sobre la poesia de Miquel Ferrà, ja cridàvem l’atenciò sobre aquesta dèria seva de matisar els conceptes. Dins els mateixos poemets amb què avui volem enllepolir el paladar dels lectors de bon gust, es troben arreu arreu pinzellades que tenen com a fi climatitzar els colors («apagada quietud», «aire càndid», «si¬ lencis embaumats d’abril», «vels de frescor» etc.). Com Maria Antònia Salvà, com Llorenç Riber, sent. En Ferrà, una mallorquinitat que mai no desmenteix: pren quasi sempre els elements de la seva poesia, del paissatge mallorquí, urbà (ell es ciutadà) o rural. Però, mentre que els altres dos, sobretot Maria Antònia, re¬ tallen el paisatge i transporten tais com són, els fragments als seus poemes, fent com im bellíssim —això sí— collage. En Ferrà alambina, mescla, fon dits elements per tal de poder expressar millor la intimitat del seu sentiment, per a poder liriquitzar —^perdoni’ns el mot— més intensament allò que els seus ulls han copsat. Un aspecte concret de la mallorquinitat de Miquel Ferrà en les seves poe¬ sies és el del freqüent recurs a l’ametler florit (1), l’arbre tan entranyablement paisatgístic de la nostra illa. Les quatre composicions seleccionades per a aquest mes de febrer, quan la florida dels ametlerars sol estar a la plena, tenen aquest denominador comú: l’ametler florit hi és un important decor. Fra M. C., T. O. R. (1) Hi és al.ludit almenys dins onze de les Poesies completes. SUITE SOBRE PETIT Si no ho dic enguany, si enguany no ho escric, tem, mon vell amic. no et diguis: M’ho plany! Si ara que ve el mes de febrer, no ho dic i ho escric, mon vell ametler, no em seràs amic. No em seràs amic. mon vell ametler, si ara que ve el mes de febrer, no dic altre pic que, malgrat els anys que portes ja fets, presums amb afanys de jove, i no ho ets! i quan ve el febrer et poses disfrès ELS AMETLERS SCHERZO —ets un poc vaiver i no ho tens per res. Et vests de novia, tota pulcritud. i ningú ho diria que ets un vell garrut. Mostrant la blancor femenívolment enganyes, traidor, sol, núvols i vent. 1 quan ja has encès el dolcíssim mal, tires el disfrès del teu carnaval. I els tuls ja desfets i l’engany passat, et veuen com ets: un verd esquinçat! P. Miquel Colom, T. 0. R. 16 ftat/ rojo entreoisia,,,. A'L· RENCOR / ue muy difícil entrevistarte, ami¬ go rencor. Muy difícil... ¿Recuerdas? Nos encontramos allí, en aquel lugar, donde había varías perso¬ nas... Tú entraste. Yo ya estaba allí y fui a saludarte. Tú volviste la vista a otra parte, haciendo un gesto de desprecio. ¿Por qué, amigo rencor? Nos sentamos. Aunque estabas lejos de mí, te miré varias veces con la son¬ risa en los labios; pero tú seguías hu¬ yéndome. Me levanté y fui derecho hacia ti. Te pusiste a mirar hacia el suelo y aparen¬ taste no darte cuenta de mi presencia. Ya no intenté nada más. ¿Para qué? Me puse detrás de ti y, en el silencio de mi pena, entrevisté al silencio de tu rencor. —¿Por qué esto, amigo rencor? —Porque tú, en aquella ocasión... —¿Cuándo? —^Hace años... —¿Estás seguro? —^Me lo dijeron... —¿Lo comprobaste? —¿Cómo lo podía hacer? —Hablando conmigo. —¡Eso, jamás! —Comprendo. «Aquello» que te con¬ taron no fue más que una excusa. —No entiendo... —Tú me odiabas antes. Me odiabas, me envidiabas, me despreciabas o lo que fuere. El caso es que ya estabas apartado de mí. «Aquello» fue únicamen¬ te la oportimidad que la vida te brindó para poder tomar tus posiciones sin que tu conciencia te pudiese acusar. —¡Mientes! Has mentido siempre. In¬ tentas engañarme, como has hecho con otros. —¿De veras? Lo que te ocurre es que tienes miedo a dialogar. Tú no sabes lo que es eso. —^Yo dialogo con quien me interesa. —Efectivamente; con quien piensa lo mismo que tú. Pero eso es en realidad un monólogo. Pero no me interesa per¬ sonalizar. No quiero centrar esta entre¬ vista en nosotros dos. Al fin y al cabo, lo que nos haya podido ocurrir no tie¬ ne ninguna importancia. —Eso será para ti, que has sido siem¬ pre im irresponsable. —De acuerdo, amigo rencor. Pero di¬ me, ¿desde cuándo existes? —^Me engendró Caín. —Te engendró la envidia. Sigue por favor. —¡Yo no tengo envidia a nadie! No confundas el odio con la envidia. —No confundo nada. Solamente seña¬ lo la causa del efecto. Continúa, conti¬ núa. Por ejemplo, ¿qué opinas de Cris¬ to? —¡Cristo fue im imbécil! Presumía de ser Dios y era im pobre diablo. Si real¬ mente hubiese tenido la fuerza que creía tener, la hubiese lanzado contra sus enemigos cuando fue apresado, conde¬ nado y crucificado. Por eso afirmo que tan sólo fue xm iluso. —¿Qué opinas de la Navidad? —Que es la fiesta de los tontos. —¿Y del amor? —Que no existe. Es el sueño de los poetas y de las mujeres sin amante. —¿Tienes fe? —Sí; pero sólo en mí mismo. —¿Y esperanza? —También. «Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo». —¿Y caridad? 17 —¡Eso no existe, idiota! —¿Has llorado alguna vez? —Sí. De rabia. —¿Qué sientes cuando ves que dos seres humanos se aman? —Procuro enemistarlos. Y casi siem¬ pre lo consigo. —Eres muy pobre y muy desgraciado, rencor. —¡No digas eso, maldito! Soy feliz. Infinitamente más feliz que tú, puesto que casi siempre consigo lo que me propongo. —¿Y para qué te sirve eso? Como no sea para agrandar un poco más ese in¬ finito vacío que existe en tu vida... —¡Cállate, desgraciado! ¿Y para qué te sirve a ti el dártelas de bueno? —Te equivocas, rencor. Yo no preten¬ do eso. Unicamente lucho por serlo. Unas veces lo consigo y otras no; pero no me importa. —¿Por qué? —Muy sencillo: sé que Dios me ama. Siempre. Cuando le sirvo y cuando me aparto de El. —¡Dios no existe! Dios es sólo el opio del pueblo, el refugio de los inútiles, la esperanza de los apaleados, la luz de los ciegos, la música de los sordos y el pa¬ raíso de los estúpidos como tú. —¿Y los astronautas americanos, re¬ citando la Biblia desde la atmósfera de la Luna la noche de Navidad? —¡Mentira! ¡Mentira! Fueron obliga¬ dos por su gobierno. A los capitalistas les interesa mucho que la gente crea en cosas así para que vivan a costa de esperanza mientras ellos lo hacen a cos¬ ta de su trabajo y de su dinero. —Tienes el defecto de afirmarlo todo sin probar absolutamente nada. —Porque estoy seguro de todo lo que digo. —Porque no sabes dialogar. Porque sabes muy bien que si un día lo hicie¬ ses, quedarías barrido como las hojas en otoño. Dentro de ti no hay ideas. —Entonces, ¿qué hay? —Lo que tu nombre indica: rencor. —Soy más feliz que tú. —Según lo que tú entiendas por fe¬ licidad. Piensa que FE-LICIDAD comien¬ za por FE. Y tú sólo confías en ti mis¬ mo, que es tanto como confiar en na¬ die. Vives la peor de las miserias: la de no creer en la bondad de las personas que te rodean. Y, si no crees en eso, ¿para qué te importa poseer el mundo entero? Tu envidia te ha empobrecido. Tu odio ha matado la alegría en ti. Tu sed ha secado la redención de Cristo en tu vida. Por eso continuarás siempre tu peregrinar —como tu antecesor Caín—, para buscar esa paz que nunca llegarás a encontrar. —¡Vete! ¡Aléjate de mí! —No hace falta, rencor. Aunque pa^ rezca que estamos muy cerca, la verdad es que ambos estamos muy lejos. De¬ masiado lejos... —¡Márchate! O... —O..., ¿qué? —Déjame entrar en tu alma. —^¡Jamás! Antes la muerte que eso, rencor. —Tengo frío... —Caliéntate en el fuego del Evangelio. —Tengo hambre... —Tu estómago no admite mis ideas. Tendrías que vomitarlas. Lo siento, ren¬ cor; pero no puedo dejarte pasar. ¿No eres inmensamente feliz? Entonces, nar da necesitas de un pobre diablo como yo. Cogiste tu abrigo y te marchaste. Estabas de espaldas a mí y no te vol¬ viste. De esta forma te evitaste el te¬ nerme que saludar. Fue una pena. Tu¬ viste una oportunidad y no la supiste aprovechar. Qu’zá si hubieses visto mi sonrisa hubieses muerto de una vez. Pe¬ ro a pesar de tu frío y de tu hambre, preferiste continuar errante. Pero no te olvides: Cristo no puede redimirte. Necesitas morir. De no hacer¬ lo así, te presentarán vivo ante Dios. Vivo, pero con las manos vacías. Pién¬ salo, amigo rencor, piénsalo. Merece la pena..., por tu propio bien. r ^ Difundir la lectura y suscripciones de «HERALDO DE CRISTO» Es un medio fácil de llenar de MENSAJE FRANCISCANO el mundo de hoy. y 18 DESPUES DEL VUELO A LA LUNA Primeros síntomas interplanetarios... Parece ser que la astronáutica está sir¬ viendo para algo más que la pura cien¬ cia o la estricta técnica. El audaz vue^ lo a la Luna de Borman, Lowell y An¬ ders ha revelado palpablemente lo que algtmos irreductibles escépticos no que¬ rían admitir: el sentimiento de solidari¬ dad, de hermandad entre los hombres. Mientras los astronautas norteameri¬ canos —mejor, terrestres— han cruzado los espacios, todos, quien más quien menos, hemos estado pendientes de su extraordinario vuelo. Y no ha sido sólo por mezquina curiosidad. Hombres de todas las razas, de todas las opiniones, de todas las creencias, hemos vivido en vilo la planetaria experiencia. Todos he¬ mos hecho votos por el éxito de la sin par aventura. Todos hemos querido y deseado que los navegantes espaciales vuelvan sanos y salvos. Y si, por trágica desgracia, todo hubiera salido mal; si por im fallo imprevisible. Borman Lo¬ well y Anders fuesen hoy náufragos del espacio, estoy por afirmar que en la Tierra toda sería un día de luto univer¬ sal. Como hoy es día de júbilo mundial por im éxito humano; de alegría since¬ ra por la vuelta a casa de irnos valerosos navegantes interplanetarios. Y que dispensen los eternos aguafies¬ tas del «homo homini lupus». Utilidad de lo inútil Pero el escéptico, disfrazado de rea¬ lista y con resabios de amargo pragma¬ tismo, nos dirá que «para qué sirve todo esto». ¿Qué sacamos en limpio —se pre¬ guntan algunos— de todas estas expe¬ riencias extraterrestres, aparte de los miles y miles de millones malgastados en tan poco prácticos intentos...? De¬ mostrado está —suele decirse— que la Luna es un astro muerto. Un astro don¬ de no hay agua ni atmósfera; donde la vida humana es imposible; donde las di¬ ferencias de temperatura entre el día y la noche se miden por cientos de gra¬ dos; donde ni siquiera hay tierra fir¬ me, sino puras cenizas volcánicas... Mientras tanto —argumenta el pragma¬ tista—, mientras se despilfarran esfuer¬ zos y dinero en estos vuelos, en la Tie¬ rra aún malviven millones y millones de seres humanos que padecen hambre, que vegetan prácticamente a la intempe¬ rie, que enferman y mueren sin asisten¬ cia médica... A lo que escuetamente podría contes¬ tarse que acaso ese sentimiento demos¬ trado de solidaridad universal por la suerte de los astronautas baste para justicar y defender los vuelos interplaneta¬ rios. Sin contar, claro está el indudable alcance científico de la cósmica aven¬ tura. Se dice, por ejemplo, que la atmós¬ fera terrestre —con sus nubes, sus nie¬ blas y sus humos— perturba la visión de los astrónomos. Pensemos ahora en la posibilidad de instalar en la Luna un observatorio astronómico. Desde allí, sin el estorbo del aire terrestre, ¿no podría estudiarse mejor el universo? Y ese me¬ jor conocimiento del Macrocosmos, ¿no podrá acaso aportarnos tantas ventajas como nos aportó el estudio del átomo? Quién sabe los avances biológicos, físi¬ cos y hasta médicos que se ocultan en los espacios interestelares... Y aun sin ventaja práctica alguna, la experiencia se defiende por sí misma. Tan importante como el resultado es el esfuerzo. Participar en la Olimpíada Cós¬ mica es más que suficiente. Lo aparentemente inútil suele ser hu¬ manamente necesario. Tal la poesía y la belleza. Y el grandioso placer deportivo y humano de navegar entre los astros. Donde la edad cuenta poco Pequeña lección, no despreciable, de este vuelo a la Luna sería la poca im- 19 portancia de la edad del astronauta. Cuarenta años cumplidos tienen Frank Borman y James Lowell. William An¬ ders cumplió los treinta y cinco. Nuestros abuelos, socarrones y medro¬ sos, solían argumentar; «De los cuaren¬ ta para arriba no te mojes la barriga». Sentencia fisiológicamente inmovilista, afortunadam.ente desmentida hoy. Y por si aún hay quien dude, valga el heroico ejemplo de estos jóvenes cuarentones astronautas bañándose, por así decirlo, en los espacios astrales, flotando en un extraño medio ingrávido. A la edad en que nuestros abuelos se consideraban poco menos que proyec¬ tos, arrinconados e inútiles, viejos tras¬ tos humanos arrastrados por la inercia vegetativa, a esa edad, entonces ya «ma¬ dura», Borman, Lowell y Anders le han dado varias vueltas a la Luna; han re¬ corrido sus buenos 800,000 kilómetros en menos de una semana; han sometido sus cuerpos al impacto de los 40.000 ki¬ lómetros por hora. Y es de suponer que habrán sufrido más de una sacudida psíquica. Todo ello, hasta el momento, sin mayores consecuencias. Lo cual viene a recordarnos lo que desde Alexis -Carrel es ya reconocido axioma: que lo importante no es la edad del calendario, sino la edad de nuestras células, de nuestras arterias, de nuestras visceras, de nuestras neuronas y —¿por qué no?— de nuestro espíritu. Son la edad fisiológica y psicológica las que verdaderamente cuentan. De donde se deduce que, a no tardar mucho, la edad —cualquier edad— no será impedimento mayor para obtener billete con destino a la Luna, a Marte o a cualquier otro astro visitable. La Luna, ¿«res nullius»? Finalmente, una última observación sobre lo que pudiera ser inmediato problema, motivo de enconadas polémi¬ cas: el de la propiedad, tras la toma de posesión, de las tierras «allende la es¬ tratosfera». Cedo aquí la palabra a los juristas, que ya tendrán su dictamen pensado y preparado. No sin antes recordar al lec¬ tor profano en filosofías jurídicas la an¬ tiquísima teoría de la ocupación, según la cual el derecho de propiedad sobre las cosas sin dueño —«res nullius»— se fundamenta en la simple ocupación de tales cosas de nadie. Y uno, mirando ingenuamente al fir¬ mamento, se pregunta: ¿Puede decirse que la Luna, nuestro satélite, sea una «res nullius»...? Discutan los teorizantes del Derecho; adelante jurisprudencia el Tribimal Internacional de La Haya... Mientras tanto, nosotros los habitantes de la Tierra queremos seguir pensando que la Luna es de todos. A todos nos alumbra por las noches; su tópica luz plateada pertenece por derecho propio a todos los poetas; sus misterios eflu¬ vios los quieren para sí los jóvenes ena¬ morados de cualquier rincón terrestre. Y así cuando los primeros «selenautas» pongan pie en la Luna y se dispongan a clavar en su basáltica ceniza una ban¬ dera, no lo duden: junto a la bandera de su país, claven la bandera de la Tierra. Que muy bien podría ser una bandera blanca, astronáutico símbolo de la paz y la hermandad entre todos los hom¬ bres. De lo contrario, si nos dejamos arras¬ trar por pequeños chauvinismos terrᬠqueos, si llevamos a otros mundos nues¬ tras minúsculas diferencias nacionales, podría resultar algo d'fícilmente digeri¬ ble. Y es ello que, im día cualquiera del mañana próximo, al mirar a la Luna en ima noche clara -y estrellada, sintiéra¬ mos de pronto la extraña sensación de estar mirando a hurtadillas algo que estando ahí brillando para todos ya no era nuestro... Gonzalo MARTIN VIVALDI (De «YA») *1S 0 R D 0 S f Presenta el sensacionol y revo¬ lucionario audífono microtímpono ’’0RAV0X18” r Todo dentro del oído El aparato más pequeño del mundo V Potente, seguro, —! liviano, invisible y sin averías / compruébelo sin J compromiso en: Pje. Moneu, 38 (Junto Pza. San Antonio) Tel. 222951 PALMA NUESTEA pequeña HISTORIA fHedio siglo atrás,,. José María Quadrado había venido al mundo en Ciutadella (Menorca), en 1819. Se estaba cele¬ brando, por lo tanto, en 1919 el primer cente¬ nario del nacimiento del famoso historiador y erudito, archivero general de estas islas, autor de Forenses y ciudadanos, Historia de la con¬ quista de Mallorca y de muchas otras obras. Nuestra revista se hacía eco de esta «Conme¬ moración centenaria» en su número de febrero de aquel año (y hará lo mismo en otros meses). El P. Eduardo Faus, O. F. M., que no recorda¬ mos por qué motivos residió unas semanas en nuestro Convento de Palma, hacía resaltar en el artículo delantero de aquel número, el gran te¬ són que había puesto Quadrado para redimir y sacar de la abyección en que se encontraba, el claustro de San Francisco, «joya inapreciable», que «no tiene rival en todos los dominios espa¬ ñoles y aun en todo el orbe franciscano». Fruto de los desvelos de Quadrado fue la declaración de Monumento Nacional a favor de nuestra be¬ llísima obra arquitectónica. Un regionalista, con excesivo celo, con mucho aire de suficiencia y con deficiente información, había criticado desde el periódico, en tono joco¬ so, la nueva capilla del Sagrario de la iglesia de San Francisco de Palma y la apertura de la puerta que, a la altura de donde está el presbi¬ terio, da a la calle Troncoso (esta puerta venía a sustituir otra muy pequeñita que había en la capilla de Santa Ana) e igualmente la nueva en¬ trada al Santuario de Cura con la gran estatua de Ramon Llull, en pòrtland, encima de dicha puerta. A dentelladas le contestaba Daniel en «Coses de certs... regionalistes», demostrando la falsedad o endeblez de aquellas apreciaciones. Ahora fríamente, al cabo de medio siglo, con¬ vengamos en que el atropellado regionalista sólo tenía un poquitín de razón en lo del cancel de la nueva puerta de nuestra iglesia procedente del Círculo Mallorquín, más que nada porque conservaba grabado el nombre de aquella socie¬ dad (no andaba sobrada de dinero nuestra igle¬ sia para cambios innecesarios de cristales), y también en lo de la estatua de Ramon Llull, destruida, no por un rayo, como pronosticaba el articulista, sino por otros agentes atmosféricos y por defectuosa construcción. Hermosa idea en los versos de «Tres visions», de A. García Rover; desmaña en su expresión. Es na «Historia que se repite» la de los fami¬ liares que con inconsciente crueldad ocultan al enfermo la realidad de su estado. En el hermoso cuadro de Céfiro Blandó es la inocencia de una hijita la que descubre la verdad a su padre. Una extensa nota sobre el fallecimiento del Rdo. Sr. D. Miguel Salvà y Llompart, Pbro. y terciario, de Llucmajor, notable por sus conoci¬ mientos arquitectónicos. Eran interesantes los relatos y anécdotas de la sección «Noticias y variedades». No dispone¬ mos de espacio para resumirlas. En «Necrología» algunos nombres conocidos: el del padre de Fr. Bartolomé Rigo, fallecido re¬ pentinamente en Alquería Blanca, igual que nuestro hermano religioso, muchos años des¬ pués, en Madrid; el de D.^ Isabel Amengual, en Costitx, hermana del que fue por tantos años médico de nuestra Comunidad de Inca, el popu¬ lar «Metge de Costitx». Murió también en Cos¬ titx, víctima de la epidemia de la grippe, el jo¬ ven Terciario D. Bartolomé Gili. Y se hace notar que tuvo la dicha de oir, en el momento de su muerte, de la virtuosísima y conocida joven Margarita Cativa (de cuya muerte estamos tam¬ bién conmemorando el cincuentenario), palabras de animación y esperanza que dulcificaron toda¬ vía más su preciosa y santa muerte. Se da el caso que cuatro días después, víctima de la misma epidemia, murió su joven esposa. Escasas colaboraciones en «Juventud Seráfica». Una titulada «Heroico comportamiento». Se trata de un joven que en la fonda de la estación se santigua antes de tomar el café del desayuno, promoviendo las burlas de otros jóvenes clien¬ tes. El joven aludido con valentía singular hace la apología de la cruz. Qtra es una «Rondaya», en mallorquín, que la abuelita no cuenta a sus nietos porque se ha ido haciendo hora de ir a la cama. La primera colaboración va sin firma y la otra va signada con una M. 21 Signo L)e Calidad La moderna bebida que da a la leche el más delicioso sabor NUESTROS DIFUNTOS FRAY BARTOLOME BONET BONET, T. 0. F. El día 28 del último mes de diciem¬ bre la hermana muerte le jugó la defi¬ nitiva inocentada a nuestro estimado hermano en religión. Fray Bartolomé Bonet Bonet, llevándoselo inopinada¬ mente al cielo para ir en seguimiento del Cordero. Fray Bartolomé Bonet había nacido en Santanyí (Mallorca), en 1904. Siendo ya mayor sintióse llamado al estado re¬ ligioso. Admitido en nuestra Orden vis¬ tió el hábito en 1930. Dotado de singular habilidad para la cocina, casi toda su vida desempeñó, en diferentes casas de nuestra Provincia franciscana, este sacrificado oficio. Fue siempre un religioso piadoso y ejemplar, muy apreciado de cuantos le trataban. Al morir residía en nuestro Convento de Quintanar de la Orden (To¬ ledo). El Superior de dicha casa nos cuenta que al retirar el pesebre, pasada la última Navidad, se encontró debajo del mismo una tarjetita de Fray Bar¬ tolomé con la siguiente súplica al Niño Jesús: Bendecid a los bienhechores. Fray Bartolomé era ima verdadera Marta, solícita para todos. Su oficio de cocinero le daba frecuentes ocasiones para poder tener, con el que fuese, de¬ licadezas casi maternales. Descanse en paz. A sus hermanos y demás familiares, nuestra más sentida condolencia. con leche es úinicot INCA —D. Antonio Figuerola Figueiolo, (IS die.) delaT. O. F. S'HORTA (Felanitx).—Día 18 diciembre, a los 81 años, D. Bartolomé Julià, terciario franciscano. 22 pagina» dlel terciario ITINERARIO EVANGELICO DE FRANCISCO DE ASIS Sabéis muy bien, queridos terciarios, que una y otra vez he¬ mos ido solicitando vuestra importante colaboración en la urgente tarea de poner al día nuestra legislación y nuestros espíritus. Y sabéis asimismo que los seglares franciscanos de España tenéis el encargo de revisar el primer proyecto de Regla de la T. O. F. Con el deseo, pues, de que vuestra aportación a las oportunas enmiendas de dicha Regla se haga con criterios genuinamente fran¬ ciscanos, os ofrecemos una síntesis de lo que fue el ITINERARIO EVANGELICO de nuestro Seráfico Padre. Meditad con fe y fre¬ cuentemente este Itinerario. Sobre todo, poned en práctica estas palabras, esta vida de nuestro P. Fundador. El P. Comisario Provincial de la T. O. F. de Baleares. ITINERARIO EVANGELICO Acontecimiento 1.° Dios llama a Abrahám... Hace miles de años. Le llama para hacerle Padre de una descen¬ dencia innumerable. Guía de un nuevo Pueblo: «Pueblo de Dios, debe ponerse en marcha. Debe seguir un camino: el camino que Dios le señala y que le conducirá a la Tierra de la Promesa. Es el primer itinerario de Dios, que Abrahám debe seguir con confianza. Dios Padre le asistirá con maravillas y grandes hazañas. Con Abrahám. Padre de una descendencia innumerable, comienza la Historia Santa del Pueblo de Dios. Un Pueblo siempre en marcha y peregrino. Acontecimiento 2.° Dios envía al arcángel San Gabriel a Nazaret, a la casa de una Virgen, llamada María y desposada con José. Anuncia la Encarnación del Hijo de Dios, Dios verdadero, para que sea Luz de los Pueblos y Salvador del mundo. Dios se hace Hombre en Cristo y habita con los hombres, y permanece en medio de hombres hasta el fin del mundo. Cristo es Padre y Buen Pastor del nuevo Pueblo de Dios, del designio de Amor del Padre Celestial. Hecho pobre por nosotros. Cristo recorre paso a paso el camino de los hombres: predica la Buena Nueva: que sean hijos de Dios, sufre la pasión y pasa de este mundo al Padre por la muerte dolorosa y resurrección gloriosa. Cristo marca el nuevo itinerario del hombre, del Nuevo Pueblo: el paso de este mundo al Padre. Es el itinerario evangélico. En Cristo, «Verdad, Camino y Vida», nace el Pueblo Sacerdotal del Nuevo Testamento, alimentado por El en la Eucaristía que es su carne y su sangre de la Nueva Alianza. 23 Acontecimiento 3.° El Pueblo de la Nueva Alianza, que marchará siempre, porque las fuerzas de! mal no podrán contra él, está construido sobre el fundamento de los Apóstoles, que son los buenos pastores. Estos Pastores son los guías espirítales del Nuevo Pueblo: Papa, Obispos y Sacerdotes, asistidos por el Espíritu Santo, que ha sido enviado y permanece siempre en la Iglesia. El mismo Espíritu Santo derrama su amor y manifiesta su fuerza en la Iglesia por medio de los santos, a quienes concede dones extraordinarios: maravillas y grandes hazañas; carismas para bien de todo el Pueblo. La Jerarquía y los hombres del carisma, unidos en el mismo Espíritu Santo, marcan día a día el nuevo itinerario evangélico del Pueblo de Dios: el paso dé este mundo al Padre. Acontecimiento 4.° Francisco de Asís es un santo, poseído por el Espíritu Santo y lleno de sus carismas. La iglesia reconoce en él la presencia del Espíritu Santo: reconoce en él un guía espiritual y al Padre de una nueva familia espiritual: la Familia de los Menores. Recorría el incansable soldado de Cristo, Francisco, las ciudades y pueblos, anunciaba el reino de Dios, proclamaba la paz y predicaba la salvación y peniten¬ cia con el perdón de los pecados, no con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con la doctrina y gracia del Espíritu Santo. En virtud de la autorización apostólica de que había sido favorecido, obraba en todo con entera libertad. Hombres y mujeres, clérigos y religiosos, corrían presurosos a ver y escuchar al Santo de Dios. De toda edad y todo sexo acudían con diligencia para ser testigos de las ma¬ ravillas que Dios, por su siervo, obraba de nuevo en el mundo. Muchos, al abandonar los cuidados de la tierra, deseaban llegar al conocimien¬ to de sí mismos y al amor y gloria de Jesucristo por la perfecta imitación de la vida y práctica de la doctrina del beatísimo Padre San Francisco. Movidas de celestial impulso, muchas personas del pueblo, nobles y plebeyos, clérigos y laicos, llegábanse al Santo deseosos de ponerse perpetuamente bajo su magisterio En ellas, el santo fundador, como caudaloso río de gracia celestial, derramaba copiosa lluvia de especiales dones y hacía brotar en el campo de su corazón flores de virtud, cual consumado artista que presentaba la forma, regla y enseñanza según las cuales la Iglesia de Cristo se rejuvenecería en uno y otro sexo, y triun¬ faba la triple familia de los que deben salvarse. A todos daba su conveniente género de vida y señalaba con exactitud el car¬ mino de la salvación. (I Celano, 36-37) Así nació en la Iglesia la Familia franciscana. Francisco de Asís es su Padre y Guía espiritual. Itinerario franciscano. Francisco interpretó, con la gracia del Espíritu Santo que le fue concedida, el Evangelio eterno de Cristo. «Primero, después del único» (P. Congar], es Maestro más bien con su vivencia del Evangelio. Sin embargo, también sus palabras valen para hoy. En estas líneas se recogen ordenadamente algunas de sus acertadas palabras. Ellas expresan los ideales y el carisma de San Francisco. El franciscano, sacerdote, religioso o seglar, encuentra en ellas su ruta evangélica segura. Cierto que las habrá de entender a la luz de los hechos luminosos de la vida de Francisco. Las palabras y los hechos se complementan mutuamente. ¡Vive el Evangelio de Jesucristo tras las huellas y enseñanzas de su fiel imitador Francisco de Asís! (Continuará) 24 IMPOSICION DEL CRUCIFIJO DE MISIONERO Al RDO. P. PABLO LUIS CAÑAS HERNAEZ, T. 0. R. En breve partirá rumbo a nuestras Misiones del Perú. 1“ n el bello y espacioso recinto sagrado de la Parroquia de S. Francisco, Ma¬ drid, a las siete y tres cuartos de la tarde del 15 de diciembre de 1968, se desarrolló un emocionante acto: el de imponer el crucifijo a un nuevo misio¬ nero. Las tres naves del templo albergaban a centenares de asistentes, aunque to¬ do el acto tuviera la tónica de la sencillez franciscana. Acompañaban al misionero un grupo de religiosos de la misma Orden, resi¬ dentes en Madrid, intentando llenar el vacío que supone la ausencia total de far miliares, imposibilitados, por la distancia, de asistir a tan íntimo momento. Nos imaginamos lo que sentiría en su corazón el neomisíonero: alegría por sentirse llamado por la Iglesia a la ardua labor de evangelizar entre gente y en tierra extrañas; y, al mismo tiempo, el lógico dolor humano por arrancarse de algo tan entrañable como es la familia y la patria. Leída una carta del M. Rdo. P. Miguel Pascual. Ministro Provincial, dirigida al P. Miguel Tous, Superior y Párroco de S. Francisco, en la que se le delegaba para aquel acto, ya que las muchas ocupaciones impedían al P. Provincial estar presente, se procedió, según el ceremonial, a la bendición e imposición del cru¬ cifijo. Inmediatamente se impartió la Bendición Seráfica, los religiosos dieron un fuerte abrazo al futuro misionero y se entonó el «Magníficat». Después el P. Cañas, revestido con los ornamentos sagrados, celebró el Santo Sacrificio y pronunció una sentida homilía. Desde estas páginas felicitamos al nuevo misionero, deseando pueda conse¬ guir toda clase de frutos apostólicos en esa parcela de la viña del Señor, de la que hace sólo unos pocos años se hizo cargo nuestra Provincia Española de la Inmaculada. F. E. T. Madrid, diciembre de 1968 EXCURSION A ROMA ORGANIZADA POR LOS PP. FRANCISCANOS 1 TIEMPO: Segunda quincena del próximo mes de junio. DURACION: Doce días completos TRANSPORTE: Autocar-pullman. HOTELES: 2 ® y 3.° categoría. ITINERARIO: Barcelona, La Junquera, Montpellier, Marsella, Connes, Niza (Costa Azul), Mónaco, San Remo (Riviera), Génovo, Piso, Floren¬ cia, ROMA, Asís, Padua, Venecia, Milán, Turin, Gap, Nimes, Perpignan, Barcelona. PRECIO (todo incluido): 8.975 pesetas- INSCRIPCION: En Palma, Viajes Aeromarítima (Grmo. Franco, 39); Inca, PP. Franciscanos; Manacor, Rdo. D. Ramón Riera, Vicario. 25 Vatos de cieg^,«AGGIORNAMENTO» DE LA LENGUA r~,n esta maravillosa era espacial, de incesante progreso y de libertad ultrarreligiosa, la lengua, la sufrida len¬ gua, no podía quedar por más tiempo detenida en su infantil beabá de hace siglos. Por eso la vemos ahora bullir y colear, alegre, entre jergas y más jergas de nuevo cuño, que es una gloria. Y no podía faltar la aportación eclesiástica. De tal manera que estamos asistiendo ahora a una verdadera neoclericalización (también nosotros nos ponemos a la altura de las circunstancias) del idio¬ ma. Y así contemplamos cómo con ace¬ lerado ritmo van introduciéndose nue¬ vas voces, a lo mejor no muy bien afi¬ nadas, nuevos derivados, tal vez sin pa¬ rentela conocida, nuevas prefijaciones, etc. etc. Intentar una lista completa de tanto neologismo sería tarea muy difí¬ cil y en nuestra revista no habría espa¬ cio que la resistiese. Por lo tanto no ofreceremos a los lectores más que un minúsculo florilegio. Para seguir un or¬ den, en el actual desorden, adoptaremos el alfabético que es el único al cual, de momento, no se le ponen muchos pe¬ ros. Tratándose de palabras ya conoci¬ das, no daremos definiciones completas. ANTIJERARQUICO: voz de uso muy frecuente. El prefijo anti—, que signifi¬ ca «contra», ha creado modernamente una gran familia de palabras. Alguna vez anti— no es prefijo, sino parte de la misma raíz, como en el adjetivo an¬ tiguo. Debido a esa confusión son mu¬ chos los que hacen encarnizada ^erra a lo que aquella antipática palabreja sig¬ nifica. AUTORITARISMO: cualidad que los súbditos atribuyen a los superiores cuan¬ do éstos mandan lo que a ellos no les hace tilín. CONCILIAR (línea): significa ima lí¬ nea imaginaria que siguen los que la siguen y no la siguen los demás. CONFUSIONISMO: estado en que que¬ da uno después de leídos ciertos artícu¬ los publicados en determinadas revis¬ tas católicas. DESACRALIZACION: acción de quitar todo lo sagrado que pueda tener una cosa, a fuerza de agua jabón y lejía. DESCLERICALIZACION (reciente tra balenguas; respírese fuerte hacia la mi¬ tad de la palabra): voz formada sobre un hipotético desclericalizar. No tan hi¬ potético que no se le vea usado reflexi¬ vamente casi a diario en este tiempo. DESMITOLOGIZADORES (más difícil aún; otro trabalenguas): se dice de los individuos dedicados a obtener una re¬ ligión químicamente pura. LIBERALISMO: sistema económico- político-religioso que antes era pecado y ahora es virtud, al contrario de conser¬ vadurismo, que antes era virtud y aho¬ ra es pecado. POSTCONCILIAR: aplícase a lo que hacen los que hacen los que se les anto¬ ja. Se usan asimismo bastantes grecis¬ mos. Remmciamos a su enumeración en gracia a la brevedad y porque igno¬ ramos su significado (hay que decirlo todo), igual que la mayoría de los que emplean. Como en la vieja Gramática del P. Al¬ varos o en la de Raimundo de Miguel, vemos también usado algún que otro término grecolatino, como ANTROPO CENTRICO, epíteto que se aplica a una ¡religión en que se retira a Dios del centro para poner al hombre en su lu¬ gar (esta religión t^ene en la actualidad numerosos adeptos), «Marginar» es el verbo qeu significa hacer tal operación. Dios, en aquella religión, es un ser «marginado». CLERGYMAN es un anglicismo trans¬ formado por arte de birlibirloque en clerman. El nombre tuvo una temporada de mucho auge, pero ahora apenas se le oye. Será, probablemente, porque la prenda que designaba ha sido sustituida por otras más conciliares (?) y expedi¬ tas. A veces no se crean palabras nuevas, sino que simplemente se amplía o se restringe el significado de las ya exis¬ tentes. Citamos sólo dos ejemplos: DIALOGO: además del significado nor¬ mal tiene el de panacea que recetan los súbditos a los superiores cuando éstos regañan u ordenan a aquéllos algo que no les sienta bien. POBREZA: situación en que desgracia¬ damente se encuentra aún la mayoría de la humanidad. Pero en el ámbito ecle¬ siástico la palabra suele designar un es¬ tado exigido a los de arriba y tolerado por los de abajo cuando no queda más remedio. Digamos, finalmente, que hay im gru¬ po de palabras, relativamente numero¬ so, que van cayendo rápidamente en desuso, tales como CUARENTA HORAS, DISCIPLINA NOVENA, OBEDIENCIA, ORACION, SAGRARIO, SANTIDAD, etc. Significan cosas pasadas de moda, ya superadas. 26 27 • • • • MUEBLES ROMAR EXPOSICIÓN; TALLER Y ALMACEN CON EXPOSICION Conquistador, 24*Tel. 503 Poz, 97,101 y 103 - Tel. 468 MANACOR (Mallorca) • •• PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURAS GRANDES ALMACENES Casa Pomar Flores S. Miguel^ 187 Teléfono 221483 PALMA DE MALLORCA Pañería - Lencería-Tapicería- Modistería - Sas¬ trería - Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje P.Cort, 5 al 12 y GeneralGodsd, iy8. Tels. 224200-224201 PALMA DE MALLORCA EL CALZADO DE MAYOR DURACION CAIL^AOOS (Ol fl iLa ^enta exclusiva en: Velázquez, 35 PALMA DE MALLORCA CenteiveLrío Terry DECOR / C. 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