A NUESTROS SUSCRIPTORES Y CORRESPONSALES Lo sabéis, estimados y valiosísimos colaboradores; no obstante, se impone recordarlo. Por una parte, la administración de esta revista ha mantenido los mismos precios de suscripción desde diciembre de 1964. Por otro lado, empero, las facturas que hemos de satisfacer para la edición y envío de «EL HERALDO DE CRISTO» ascienden a un total de pesetas muy superior al que necesitábamos en las fechas indicadas. Desde entonces, hemos callado las reiteradas y notables subidas de precios en las artes gráficas, papelerías, mano de obra, correos, etc., etc. Hemos resistido hasta no poder más. Es por todo ello que nos vemos obligados a establecer unas nuevas tarifas de suscripción: Ordinaria: Bienechor: Protector: 65 100 500 ptas. ptas. ptas. Muchas gracias a nuestros estimulados suscriptores y corresponsales por la comprensión que, estamos ciertos, sabrán tener para aceptar esta obligada molestia en su interesante colaboración. Con ella, podremos se¬ guir adelante en el empeño de llevar a cabo, aunque sea muy humilde¬ mente, el apostolado de la prensa católica y franciscana. V Benévolo lector; Cambia en el avisa qoe (acabas leer, bitneehor por bienhechor, estimmlados por es¬ timados ¡Gracias! UFACTURAS a - TEL. laa INCA (MALLORCA) 2 CANA < CREMADILLO Calidades insuperables Destilerías VALLS CREMADILLO CAÑA VALLS fCopo de fuego) Cteiia eaiaa etom itu^rcaa, únicas sh eatictaU IL HERALDO DE CRISTO REVISTA MENSUAL DELOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R. • DICIEMBRE 1968 Año LIX - Núm. 675 • REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 212695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. MIGUEL COLOM MATEU, T. O. R. ADMINISTRADOR: Fr. JAUME TUGORES MESTRE, T. O. R. • CON LICENCIA ECLESIASTICA • IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ • PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: (A partir de enero 1969) ordinaria BIENHECHOR PROTECTOR 65 ptas .100 . 500 . • DEPÓSITO LEGAL P. M. 340 -1958 NUESTRA PORTADA «galilea, lloc ventós.. » El campanario de Galilea (Mallorca) sabe mucho de esto. Dia y noche y to¬ do el año, cuando las campanas callan, por sus cuatro caras y esquinas tara¬ rea: Llevant, xaloc i migjorn, — lle- beig, ponent i mestral, - tramunta¬ na i guergal. . lea en este número* ¿Amor a la Iglesia? .... 3 La Tercera Orden Regular de San Francisco en Mallorca . 4 Toma de conciencia social ... 6 Canción de las doce estrellas. 7 Na Margarida 'Cativa», molt devota de l'Eucaristia ..... 8 Nuestras misiones .... 10 Fisonomía de San Francisco .12 Port d'Andratx (poesia) .... 13 Pàgina Literària 14 Fray Rojo entrevista a . , Cristina Me¬ dina . . ... 16 Grandioso estreno de la Misa «Pau ais homes» del P. Martorell, T. O. R . .18 Nuestra pequeña historia Habla el Papa 20 ... 22 Página del terciario ... .24 Bibliografia . ..... 26 Chistes 27 (FRENTE A LA DIPUTACION (•PALMA CRECIMIENTOS ACELERADOS ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS con Honderos, 95 Teléfono 222072 PALMA DE MALLORCA CDiscoieea JtTellaiios, 2 y 4-Pelaires, 32 Teléfono 223953 PALMA DE MALLORCA RIEGO POR ASPERSION proyectos y presupuestos GRATIS (2LOMPART PALMA - MANACOR LA PUEBLA TALLER DE TAPICERÍA Vicente -1^QtnanJ.Q'^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo Arquitecto Reynés, 3 Teléfono 211451 PALMA DE MALLORCA 2 EDITORIAL ¿AMOR A LA IGLESIA? En nuestra editorial de marzo del presente año, bajo el titulo «Actual tentación de crítica», lamentábamos profundamente cierta ligereza y falta de amor en muchas críticas sobre la Iglesia y sus instituciones, que aparecen en revistas y libros. Y nos preguntába¬ mos: ¿No se entremezcla en la actual crítica no sé qué falta de segu¬ ridad intima, no sé qué secreto hastío de la tradición de la Iglesia? ¿No habrá que ver en ello una trágica manifestación de la crisis de fe que sufren muchos hijos de la Iglesia? Ultimamente, de la pluma se ha pasado al gesto de protesta: ocu¬ paciones de iglesias o seminarios, manifestaciones contra la jerar quía, desconcertantes celebraciones litúrgicas, etc. ¿Qué pensar de todo esto? ¿Qué vamos a decirles a nuestras gentes sencillas, al que¬ rer justificar, por ejemplo, la actitud demasiado sospechosa de los sacerdotes de Derio? ¿Qué podemos decir. Evangelio en mano, de estos o semejantes gestos de protesta? A esta pregunta, que hubié¬ ramos querido no tener que formular, responde «La Civittá Cattolica» en su editorial del pasado día 5 de octubre: «No ponemos, ciertamente, en duda la buena fe y la sinceridad de aquellos que los hacen, pero debemos decir con franqueza que no es éste el espíritu del Evangelio, no es éste el estilo del cristiano. Justamente frente a tales gestos, Pablo VI se pregunta: «¿Dónde es¬ tán la coherencia y la dignidad propias de los verdaderos cristianos? ¿Dónde el sentido de responsabilidad hacia la profesión católica y la de los otros? ¿Dónde está el amor a la Iglesia?» Pues el espíritu evangélico es espíritu de humildad y de obediencia a aquellos que Cristo ha colocado a la cabeza de su Iglesia; es espíritu de docilidad filial a la Iglesia y a sus pastores. Sabemos que, diciendo esto, nos arriesgamos a pasar hoy por personas anticuadas, preconciliares; mas la fidelidad al Evangelio nos obliga a correr este riesgo. En cuanto al Concilio, debemos poner de relieve que se apela injustamente al tema del «Pueblo de Dios», para justificar ciertas re¬ beliones contra la jerarquía; es como si el acento puesto por el Con¬ cilio sobre la Iglesia como «Pueblo de Dios», autorizase ciertas sedi¬ ciones contra el Papa y sus obispos. Se olvida, además, con dema¬ siada frecuencia que, en la constitución dogmática «Lumen Gentium», al capítulo segundo consagrado al pueblo de Dios sigue inmediata¬ mente el capítulo tercero dedicado a la constitución jerárquica de la Iglesia y, en particular, al episcopado; ese capítulo refuerza la plena validez de la enseñanza del Concilio Vaticano I acerca del primado y la infalibilidad del Sumo Pontífice, integrándolo con la doctrina de la colegialidad episcopal, y expresa con fuerza la autoridad que los obispos tienen en la Iglesia y la obediencia que les deben los cris¬ tianos. 3 LA TERCERA ORDEN REGULAR DE SAN FRANCISCO EN MALLORCA LXXV ANIVERSARIO MINISTERIO DE LA PALABRA Y ASOCIACIONES RELIGIOSAS bien nuestros Fundadores, «pos¬ puestos los demás fines (léase se¬ cundarios) de la Orden, optaron por de¬ dicarse a la enseñanza cristiana de la juventud», no podían olvidar el fin pri¬ mordial de toda Orden religiosa, como es la propia santificación de sus miem¬ bros. Y como que ésta la consiguen los sacerdotes «ejerciendo sincera e infati¬ gablemente su función de anunciar a todos los hombres el misterio de la sal¬ vación, mediante la predicación de la palabra de Cristo (la fe viene por la pre¬ dicación), de ahí el celo y la codicia con que nuestros Fundadores se emplearon en dicho ministerio de la palabra. Pero, como no les interesaba que sus traba¬ jos apostólicos constaran en el libro de la historia (en esta revista, sobre todo en sus primeros tiempos, viene registra¬ da una pequeña parte de las grandes actividades desplegadas por nuestros Padres en estas tareas), quedan anota¬ dos en el de la Vida. No se les ocurrió llevar tabla ni registro alguno, no sién¬ donos, por tanto, posible ni tan siquiera rastrear el número incalculable de plᬠticas, sermones, conferencias. Ejerci¬ cios espirituales. Cuaresmas, etc., predi¬ cados por nuestros Fundadores y segui¬ dores que, a ejemplo de los primeros, tampoco llevaron cuenta ni razón de sus predicaciones. Pero sí podemos asegurar con toda verdad, que no habrá púlpito en Mallor¬ ca y Menorca, desde el de sus Catedra¬ les hasta el del más humilde lugar, don¬ de no haya resonado una y más veces, sencilla o elocuente, según los casos y circunstancias, la voz de un Tercero Re¬ gular, «invitando a la conversión y a la santidad». Muchos de los sermones de más autoridad y opinión de Mallorca los han predicado nuestros Padres. Permítasenos consignar que hasta nuestro Fundador, el P. ANTONIO RI¬ POLL, ordenado sacerdote a sus cua¬ renta y un años, a pesar de su natural simplicidad y escasa ciencia humana, fue requerido para que dejara oir su voz, llena de unción y energía, (¡Santo Cura de Ars, Terciario!) en Novenarios y Cuaresmas, en poblaciones de la cate¬ goría de Binisalem y Manacor. En esta última ciudad predicó las Cuaresmas de los años 1899 y 1903. La parte que nuestros predicadores tuvieron en las grandes y generales Mi¬ siones de Palma de Mallorca, en 1927 y 1949, y en Argentina y Barcelona, 1960 y 1961, respectivamente, es exponente de la calidad y valía de los mismos. Si es verdad que la conversión y la santidad nacen de la predicación, no lo es menos que aquéllas se nutren, crecen y se expanden por medio de las Asocia¬ ciones Religiosas, a las cuales —dice el Vaticano II— «han de apreciar sobre¬ manera los sacerdotes, religiosos y se- r ^ PA.Z V BISN* A SUS REDACTORES Y COLABORADORES, A SUS SUSCRIPTORES Y ANUNCIANTES, FELICES NAVIDADES EN LA PAZ Y BIEN DEL SEÑOR. ize:iia.ldo de: cristo L J 4 glares, y han de promoverlas cada cual a su modo». Según el Derecho Canóni¬ co, entre las distintas Asociaciones se llevan la palma las TERCERAS ORDE¬ NES. Siendo esto así, a nadie ha de ma¬ ravillar el celo de neófitos con que nues¬ tros hermanos Fimdadores, ya desde el principio, se entregaron al restableci¬ miento (o reorganización donde ya las había) y fundación de HERMANDADES de la V. O. T. (hoy T. O. P.) de San Francisco, en los distintos pueblos don¬ de eran requeridos para la predicación; de tal manera que ya en 1909 eran en número de veinticuatro las Hermanda¬ des existentes. Contribuyó grandemente a la difusión y fomento de la Tercera Orden, esta revista «El Heraldo de Cris¬ to» y, sobre todo, el movimiento popu¬ lar de las grandes PEREGRINACIONES FRANCISCANAS anuales a diversos san¬ tuarios marianos y a otros lugares nota¬ bles de Mallorca. Actualmente son cin- cuenticuatro las Hermandades de las Ba¬ leares. La labor varia y fecunda de la T. O. F., llevada a cabo a lo largo de estos se¬ tenta y cinco años, merece y... espera una oportunidad. Brindamos nuestra ayuda, archivos y cooperación, a alguien que quiera apechugar con tamaña em¬ presa. A fines de 1913 venía a comunicar nuevo vigor a la V. O. T. secular, la simpática JUVENTUD SERAFICA, agru¬ pación de jóvenes terciarios, activos, generosos y emprendedores, que, ape¬ nas nacida, contaba ya con numerosos miembros. Digna copia de la de Palma serán las que se organicen en nuestros Conventos de Llucmajor, Artá e Inca, donde ha dejado reguero de simpatía, el trabajo formatívo y apostólico de los jó¬ venes terciarios que se alistaron bajo la bandera de PE Y AMOR, según reza su primitivo Himno. En diciembre de 1928 se organizará en Palma la J. S. FEMENINA, para dar nuevos bríos y alientos a las HEP.MA- NAS TERCIARIAS. — Continuará. P. Francisco AMENGUAL, T. O. R. Signo De Calidad La moderna bebida que da a la leche el más delicioso sabor coni leche es único! 5 PENSANDO. TOMA DE CONCIENCIA SOCIAL por GREGORIO MATEU, T. O. R. Y ivimos un tiempo de confusión, de angustiosa ansiedad, de aguda inqmetud. Nuestra época está atravesada de tensiones profundas y en muchos ca¬ sos dolorosas. Un gran cambio se ha operado en el mundo, provocado por la nueva venida del Espíritu Santo en for¬ ma de Concilio, de Esquema XIII, de «Populorum Progressio». Este viento hu¬ racanado ha recorrido la infecunda tranquilidad de los mares de la sensibi¬ lidad humana, golpeando violentamente las puertas de nuestra inconciencia so¬ cial. Todos vamos sintiendo el embate impetuoso de ideas nuevas que agitan los cimientos de nuestra apoltronada mentalidad. Nos hallamos ante un período nuevo de la historia. El maravilloso Esquema XIII retrata con visión profètica el es¬ tado de impaciencia y de rebeldía, mez¬ clado de temor y de intranquilidad, que invade nuestro mimdo. La turbación ac¬ tual de los espíritus implica una revo¬ lución de inconmensurable amplitud, que exige la transformación radical de una cultura, y ima concepción de la vi¬ da más en consonancia con el momento actual. La Iglesia está inmersa en el mundo y participa de sus aspiraciones e intere¬ ses. En plena juventud, es ella quien quiere acelerar el movimiento de esta sociedad, en vez de jugar el papel de freno o retardador. Testimonio de la Iglesia En este momento nuevo de la histo¬ ria hay que saber captar inteligentemen¬ te los «si^os de los tiempos». Los Obis¬ pos brasileños, reunidos en Medellín, han aprobado por 125 votos contra 5 un valiente documento en el que se denun¬ cian violentos abusos sociales, situacio¬ nes de privilegio, la inconciencia social de muchos católicos. «La Iglesia presta¬ rá su ayuda a los desválidos para que conozcan sus derechos, los protejan y estén capacitados para su uso. La po¬ breza no significa desprecio de la crea¬ ción material ni del progreso; debe la Iglesia presentar ante el mxmdo un tes¬ timonio de pobreza, no tratándose de un desprendimiento estéril, carente de sentido, sino de un reconocimiento vivo de los valores del Reino de Dios». Entre las conclusiones de la citada conferen¬ cia episcopal cabe señalar algunas: 1) La Iglesia debe dar testimonio de po¬ breza. 2) No habrá paz sin justicia so¬ cial. 3) El sacerdote debe defender a los pobres y a los débiles. 4) Las empresas no son patrimonios privados. Los em¬ presarios deben adoptar una política co¬ munitaria. Y es el Padre Arrupe, Prepó¬ sito General de los Jesuítas, quien afir¬ ma en un conocido documento reparti¬ do entre los superiores de la Compañía de Jesús: «No se satisface a la justicia social meramente con la concesión de esporádicas limosnas ni con tranquili¬ zantes mejoras de salarios. La verdade¬ ra reforma social tiene a dar a cada uno ocasión de realizar la perfección y ple¬ nitud de la persona humana». Es triste que entre los católicos se dé tanta falta de sentido social. Es eviden¬ te que el clamor de una humanidad sub desarrollada material, humana y cultu¬ ralmente, está clamando a nuestras puertas, exigiéndonos un poco más de sentido evangélico. Es la Iglesia de los pobres, la que con su vivo y vivificante testimonio debe levantar los ánimos ha¬ cia una reforma social de la humanidad. Pensando en España España participa vitalmente de la nue¬ va situación histórica. Debido a los cam¬ bios profundos y acelerados, se puede hablar de una verdadera metamorfosis social y cultural. Jamás tuvo nuestro país a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder econó¬ mico. Sin embargo, nos encontramos con dolorosos contrastes sociales. «La quiebra más honda del catolicismo his¬ pano es la deficiente formación de la conciencia social, que viene de antiguo. Nuestras clases altas parecen atravesar un período de aguda inconsciencia co¬ lectiva. Es, pues, tarea urgente, urgenti- sima, la de restaurar y consolidar con el catolicismo español una conciencia social ajustada a las exigencias de la moral cristiana y a los imperativos de la época» (Mons. Riberi, citando a don Angel Herrera). No cabe la menor duda de que sin una. adecuada y conveniente reforma so¬ ci 1, nuestro catolicismo carecerá de vi¬ talidad. El cambio de mentalidad pro¬ voca eotre nosotros un planteamiento nuevo de las ideas recibidas que se bar ce notar particularmente entre los jó¬ venes, cuya impaciencia, e incluso a vec^s angustia, les lleva a rebelarse, de suerte que los padres v educadores ex¬ perimentan dificultades cada día mayo¬ res en el cumplimiento de sus tareas. Es una. nueva situación que requiere plan¬ teamientos totalmente nuevos. Una fe que no vaya acompañada de una viva acción caritativa no puede resultar fe¬ cunda. «La caridad debe comportar un F;'ifuerzo permanente de progreso en la dignidad de los que sufren carencias, un proyecto permanente de realizar una so¬ ciedad en la cual la justicia sea una rea¬ lidad y una acción caritativa permanen¬ te que busca sin descanso el desarrollo integral de la persona del que está en nece~idad. Esta acción caritativa nos impone a los fieles la obligación ineludi¬ ble de una comunicación solidaria de nuestros bienes materiales y espiritua¬ les, con los necesitados. Se exige de nuestras comunidades cristianas un tes¬ timonio comunitario de amor a los ne¬ cesitados». (Monseñor Morcillo, Arzo¬ bispo de Madrid). Es preciso subrayar la necesidad de que la Iglesia, gracias a la acción de sus pastores y de sus fieles, aparezca efecti¬ vamente preocupada para que la justi¬ cia social reine en las estructuras de nuestro país. Hemos visto con sumo agrado la declaración episcopal de los obispos españoles sobre el sindicalismo, así como numerosas pastorales inten¬ tando crear ima nueva conciencia social. 0 ^ ^ Durante los pasados meses el mundo se ha encontrado agitado por grandes tensiones y forcejeos. Cuando todos creíamos que ima invasión estaba sólo en los libros de historia, Rusia ha des¬ plegado sus armas aplastando cobarde¬ mente al noble pueblo checo. El comu¬ nismo en su ridículo afán imperialista y dominador se ha labrado su propia tumba, demostrando su incapacidad pa¬ ra dirigir el mundo. Todavía recordamos la tremenda agi¬ tación veraniega de nuestra vecina na¬ ción franecesa. Apagadas las pistolas y retiradas las fuerzas armadas, llega el tiempo de la reflexión y del examen de conciencia. Recordemos, también, las continuas agitaciones de la América La¬ tina, sin olvidar los tradicionales proble¬ mas de Biafra y Vietnam. No podemos olvidar que la paz no puede llegar sin una adecuada reforma social de las es¬ tructuras. Por todo ello creemos llega¬ da la hora de hacer una seria reflexión sobre nuestra mentalidad social, sabien¬ do medir los hechos y ajustarlos al Evangelio de todos los tiempos. CANCION DE LAS DOCE ESTRELLAS Doce doncellas son las doce estrellas y en su vergel están. Y cada aurora el Señor las recuenta y se enamora contándolas. Suspira el ángel: —De ellas cuál Señor, si son huella de tus huellas las doce por igual? ¿Cuál vencedora? ¿Cuál la gala, la flor de mi Señora? ...Las doce estrellas son doce centellas de escarcha viva. Una a una, al vuelo de su ala sutil, las encendía el ángel y eran ascuas en el hielo del alba... Y dijo Dios: —Amada mía, mi vergel para ti. Y del alto cielo prendió las doce y coronó a María Genaro XAVIER VALLEJOS 7 NA MARGARIDA «CATIVA», molt deoota de l’Eucaristía N'hi ha que troben ossos en el lleu. Visita de la T. O. F. de Mallorca a Costitx. Setmana de renovació cristiana. I T± alment com havíem anunciat, tornam apro¬ fitar !es pàgines de «EL HERALDO DE CRISTO» per continuar amb l’ofrena de noves, recollides sobre la vida d’una bona seglar fran¬ ciscana, l’esmentada Margarida de Costitx. Abans, emperò, ens sembla convenient tenir la sinceritat de manifestar que les notícies ja publicades han creat —entre els lectors nos¬ tres— com a dues corrents ben distintes una de l’altra: La primera, de grandiosa i renovada simpa¬ tia cap a la famosa «vident» de Costitx, i de no poca gratitud a la nostra revista, que recorda o dóna a conèixer alguns aspectes d’una vida que sempre ha estat tinguda com a molt exem¬ plar baix del punt de vista cristià i franciscà. Hem rebut molts de testimonis —de paraula i per escrit— agraint aquesta col·laboració i de¬ manant que no ens cansem d’escampar notí¬ cies d’aquesta mena. La segona, de menyspreu o de burla absoluta cap als fets històrics contats sobre Na Mar¬ garida, si els tais fets volien suposar just que fos una micoia de l’orde sobrenatural o alaban¬ ces de caràcter extraordinari, Creim sincerament que no val la pena de fer cas a un grupet de persones que, en qüestions religioses, s’assusten sense motiu o que totd’una troben ossos en el lleu. Els nostres lectors saben que al primer ar¬ ticle referent a Na Margarida Amengual (pàg. 4 i 5 de «EL HERALDO DE CRISTO», set. 1968) vaig escriure ben clar i llampant —i, endemés, en la llengua oficial d’Espanya— que no prete¬ níem atribuir cap altra autoritat més que la hu¬ mana a les lloances, títols o prodigis que trans¬ criuríem. Com també recorden, tots aquells que llegiren amb ulls de bona fe i de senzillesa evangèlica, que mai no hem emprat la paraula miracle quan havem considerat qualsevol caire de la vida d’aqueixa al.Iota morta a Costitx — dia 30 de gener farà 50 anys justs—, i morta, és ben cert, en fama de santa. ¿Ho era? ¿No ho era? Tal volta l’Església ens ho dirà algún dia. Els terciaris franciscans de Mallorca, que solen fer un aplec de germanor cada tres mesos, si Déu ho vol, aniran a Costitx el tercer diu¬ menge de gener. El Sr. Rector i el poble ja esperen aquesta visita amb il.lusió, i sé que volen tractar la mar de bé l’estol franciscà. Per això es prepara l’escenificació de la vida de Na Margarida, com també un film molt interessant. Tant la comèdia com la pel·lícula seran repre¬ sentades als nostres franciscans seglars, que, per altra banda, podran visitar la casa, tomba, etc. de Na «Cativa». El mateix diumenge, és a dir, vuit dies abans de que sien traslladades al temple parroquial les despulles mortals de la seva estimada pai¬ sana, tota la vila de Costitx començarà una set- 8 mana de renovació cristiana amb adequada predicació de la Paraula de Déu. Ara, anem altra vegada a agafar el fil de la conversa tallada fa dos mesos. ¿On ens trobà- vern? Les germanes Catalina i Francisca Amengual havien encetat el tema de la devoció de la seva germana envers de l’Eucaristia. Vegem com segueix i acaba la conversa sobre tan important qüestió. —Bono, Catalina i Francisca; si no podeu es¬ capçar molt, per ventura n'estaran més contents els lectors de la nostra revista; però, tampoc no heu d’allargar massa, que avui n'hi ha que sem¬ pre frissen quan es tracta d’escoltar sermons o de llegir articles que facin un poc d’oloreta de pietat. Començau, per favor. —Recordam, per exemple, que l’Hòstia Sa¬ grada li tornà dues vegades sang dins la boca, si bé això ho sabem del Sr. Rector de llavors. Ella no ens ho va dir mai. Parlava moltíssim de l’Eucaristia, i deia que hauria volgut combregar amb totes les Hòsties consagrades del món. Aquestes paraules els repetia molt. Cada dia es passava al manco una hora {de les 10 a les 11) davant el Sagrari. En aquell temps en què les 40 Hores eren 40 Hores, va demanar al Sr. Rector que fundàs les dels darrers dies (Carnaval), en reparació de les ofenses que el Bon-Jesús rebia aquests dies d’abans de començar la corema, i deia al ma¬ teix Rector que era el Bon-Jesús qui li havia demanat aqueixes 40 Hores i qui li havia dit que n'estaria prou content si es feien. Com vostè sap, en aquell temps era molt so¬ vint, per desgràcia, el sentir flastomar o sebre que hi havia flastomadors a balquena. A Na Margarida això la contristava mo t, i lligava sem¬ pre la blasfèmia amb l’ofensa al Déu del Sa¬ grari. Es per mor d’això que en aquests moments en què parlam de la devoció que tenia la nos¬ tra germana cap a Jesús Eucaristia, recordam lo dels flastomadors. Fins i tot, quan, per qual¬ sevol circunstància, es trobava davant un home flastomador, totd’una coneixia que ho era, en¬ cara que no l’hagués vist ni sentit ma). A ve¬ gades li vàrem sentir a dir: «Oh flastomadors! ¿Què vos ha fet Déu? Li ompliu de Magues el seu cos. Si teniu ràbia contra Ell, veniu aquí i feis-me a bocins amb una destral!». Ho deia i repetia amb molta de força. En certa ocasió, varen venir el Batle i el Jutge de Primera Instància d’Inca. La visita no havia estat anunciada, i a Na Margarida ningú no li havia dit qui eren aquells dos senyors. No ho sabíem ni el Sr. Rector ni noltros. Però, de cop i resposta, i com a salutació, la nostra germana va dir al senyor Batle: «Vostè, com a Batle d’In¬ ca, podria fer ben molt per que als darrers dies no pecassin tant i els homes d’Inca no flasto- massin mai!». Per altra banda, creim que també és una mostra de la devoció a Jesús Sagramentat (i a la Purissima) la jaculatòria que repetia molt so¬ vint: «Nostra Senyora del Santíssim Sagrament, pregau per nosaltres!». Emperò, tal volta el fet que ens parla amb més força de l’amor sobrenatural de Na Mar¬ garida a Jesús Sagramentat sia aquest: per es¬ pai de sis mesos i vuit dies (precisament els darrers de la seva vida mortal) només va pren¬ dre la Comunió. D’aliment material, gens ni mi¬ ca, D’aigua o altra beguda, ni una gota. Tan sols prenia un poquet de neu, quan n’hi duien (qualque dia) des d’Inca. Si vostè vol, encara li porem afegir més co¬ ses. Damunt aquest tema en recordam més. —No, no importa. Crec que així ja ens po¬ dem fer una idea bastant clara de com bate¬ gava el cor de la vostra germana en vers o'e l’august Sagrament de l’Eucaristia. I crec també que així cobra més sentit aquella estrofa que, referint-se a Na Margarida vostra, he sentit cantar als costitxers: «El Bon-Jesús vos deixà des del Sagrari «Cativa», i fou vostra fe tan viva que el vàreu encativar». (Continuarà). Fra Jaume TUGORES MESTRE, T.O R. 9 MISIONES 1ÍH Obispo acaparador de beneficios Lo hemos dicho otras veces. Nos pa¬ rece justo que nuestros lectores, que acompañan con su afecto y sus oracio¬ nes a nuestros misioneros, sepan algo de su vida íntima. Hoy les presentamos a un Obispo en funciones de Vicario rural. La palabra a Mons. Nicolau. Novena de tres meses.■■ Te escribo, como ves, desde Marcaba- lito. Como durante estos tres meses tiene que estar aquí un sacerdote, y el que antes había se ha dado de baja, tenemos que cuidar nosotros de la pa¬ rroquia. Ya sabes que en este pueblo hay un Santo Cristo muy venerado y muy conocido por los habitantes de muchas Provincias de Perú. Y le dedican una novena que, este año, dura desde el primero de septiembre hasta día cin¬ co de diciembre. O sea más de tres me¬ ses. «Vigilia» cada día Cada día, por la noche, tenemos vigi¬ lia con rosario explicado y cantando canciones después de cada misterio, y bendición con el Santísimo. La gente que asiste, disfruta de cantar con acom¬ pañamiento de armonium las canciones que ellos saben, como «Salve, salve, can¬ taba, María», «El trece de Mayo», etc. En la explicación de los misterios pro¬ curamos siempre tocar el tema de la necesidad de que las fa^milias sean ben¬ decidas por Dios por medio del sacra¬ mento del matrimonio, y de la obliga¬ ción de evitar la borrachera, vicio bien arraigado aquí. Cada día son familias diferentes las que encargan el rosario, y a veces vienen de muy lejos, caminan¬ do hasta dos días. Acumulación de beneficios... Por la mañana cantamos misa cada día, con acompañamiento de armonium. Yo aquí hago de párroco, de campane¬ ro y sacristán, de cantor y de organista. El sacristán abre la iglesia, y como el publicano del Evangelio se queda a la puerta y no se acerca para nada al al¬ tar. Hasta los cirios tengo que encen¬ derlos yo. El abre la iglesia, toca la campana, y basta. Hay que subir al cam¬ panario y por cierto que para llegar a las campanas hay que pasar por algún sitio muy estrecho. Y muchos días soy yo el campanero. Canto yo solo las mi¬ ras. A veces hay un pequeño grupo de niñas y dos maestras que cantan. Des¬ pues del introito, desde el ambón, mr siento al armonium que está cerca, y así contamos los kiries muy solemnemente. Hago un serm.ón cada día, que suele se" como un resumen de lo que un buen cristiano ha de hacer para salvarse, ex¬ plicando los mandamientos, la confesión y comunión. «La Novedad» El sacristán estuvo escondido duran¬ te una semana. ¿Sabes por qué? Por te¬ mnor de la NOVEDAD. Yo no sabía que era la Novedad, hasta que a. fuerza de pedir explicaciones supe que llaman No¬ vedad a los días que cazan a los jóve¬ nes para el servicio militar. ¡Una verda¬ dera cacería! Los jóvenes se esconden. Y los policías cogen a cuantos encuen¬ tran y no los sueltan hasta que saben que no han llegado a la edad de hacer el servicio militar, o que ya lo han he¬ cho. A veces detienen a jóvenes de quin¬ ce años, que luego tienen que poner en libertad; y por el contrario cogen a otros que han cumplido los veintiséis y más años, y si no han hecho el servicio, a hacerlo tocan. Más beneficios Aquí no tengo ni cocinero ni cocine¬ ra, y aprovecho la ocasión para ejercer mis habilidades culinarias. Menos mal 10 que estoy solo y nadie se queja si la comida sale insípida o salada... Ah, y hago también de hortelano. Hace poco sembré habas mallorquínas, guisantes, patatas, etc. Y además he de limpiar los platos; no es realmente el trabajo más agradable para mí; y no sé cómo me las arreglo para ensuciar tantos platos. Y en las horas libres hago de lavandera: servilletas, pañuelos, toallas, etc. etc. Y además... Pero, aun así, me sobraba demasiado tiempo. Y voy cada día, por la tarde, una hora a la escuela de las niñas y les hago doctrina cristiana. Han aprendido muchas cosas. Tienen, gracias a Dios, buenas maestras que les ayudan con su buen ejemplo, que es lo que más ense¬ ña. Hemos dicho ya algunas misas para ellas, y se confesaron y comulgaron jun¬ tamente con las maestras. Por las ma¬ ñanas voy dos horas a la escuela de los niños con el mismo fin. Los domingos no venía ninguno a misa. Hay que de¬ cir que todos, o la mayor parte, viven lejos del pueblo, en casas desparrama¬ das por el campo, o en pequeñas aldeas que rodean el pueblecito de Marcabalito. Hoy han asistido a la misa domini¬ cal unos cincuenta, entre niños y niñas. Muchas de éstas han hecho la comu¬ nión. A Pupumarca y San Miguel Como alrededor de Marcabalito (500 habitantes) hay grupos de casas que tie¬ nen escuela, voy a visitar estas escuelas después de avisar a la maestra, y allá digo la misa, confieso, bautizo, etc. Son días muy agradables, porque la gente de estos sitios, gente campesina completa¬ mente, son de corazón sencillo y dócil, en medio de su ignorancia. Si han for¬ mado su familia sin casarse es porque no sabían que fuera necesario, o a veves, porque les hacían pagar mucho. He visitado ya dos grupos: Purumarca y San Miguel. He quedado muy contento de ambos. Esta semana tengo avisada ya a la maestra de Abazorco y la de Na- Mons, Nicolau parte a tocar la campana para reunir a ios fieles (pueblo de Unamen). ranj opampa; dos visitas más que creo van a ser muy interesantes; en ninguno de estos sitios hay iglesia; celebraremos la misa en la escuela. Naturalmente es¬ tas visitas se hacen a caballo, ima hora u hora y media de cabalgar. Dulce recuerdo. «Un present» Hoy he recordado aquellos desayunos que nos preparaba nuestra madre, que en paz descanse, los domingos: chori¬ zos, longaniza, tocino frito... Nuestra sobrina Catalina ayer me envió desde Huamachuco «un present de matances» de cosas de éstas; le ha salido muy bien. Noticia fresca ¿Quiéres una noticia fresca? Pues aho¬ ra se ha desencadenado ima tremenda tempestad de granizo del tamaño de un garbanzo. Ya tengo la canal preparada para recoger agua, pues al mismo tiem¬ po que graniza, llueve de lo lindo. Así tendré agua buena para beber, para co¬ cinar, para lavarme y para lavar la ro- (Pasa o la pág. 21^ II FISONOMIA DE SAN FRANCISCO «Ciertamente es digno de piadosa y eterna memoria lo que tres años antes de su gloriosa muerte, llevó a cabo (Francisco) el día de Navidad en honra de nuestro Señor Jesucristo, en un pue¬ blo por nombre Greccio. Moraba en aquel lugar un digno señor llamado Juan, de buena reputación y mejor vi¬ da, a quien Francisco profesaba amis¬ tad singular, porque si era en aquella tierra noble y muy honrado, desprecia¬ ba la nobleza de la carne y sólo atendía a conseguir la nobleza del espíritu. Quince días antes de Navidad llamóle Francisco, como hacía otras veces, y le dijo: Si deseas que celebremos en Grec¬ cio la próxima fiesta del natalicio divi¬ no, adelántate y prepara con diligencia lo que voy a indicarte. Por hacer memo¬ ria con mayor naturalidad de aquel di¬ vino Niño y de las incomodidades que sufrió reclinado en im pesebre y puesto sobre húmedi paja junto a un buey y un asno, quisiera hacerme de ello cargo de ima manera palpable y como si lo presenciara con mis propios ojos. Oyó esto el buen hombre y apresuróse a pre¬ parar en aquel lugar todo lo que había dado a entender Francisco. Llegó por fin el día de la alegría y la hora de la satisfacción apetecida. Fue¬ ron convidados religiosos de varias par¬ tes, los hombres y mujeres del lugar, se¬ gún su posibilidad, y con íntimo gozo, con luces y hachas, se dispusieron a ilu¬ minar aquella noche que, con inmensa claridad, cual astro refulgente, irradia sobre los días y los años. Llega en úl¬ timo lugar el siervo de Dios, y hallán¬ dolo todo a punto, según lo deseara, alégrase en extremo. Dispónese luego el pesebre, acomódase la paja y se trae el buey y el asno. Hónrase allí la sencillez, se elogia la pobreza, se celebra la hu¬ mildad, y Greccio se convierte en otra ciudad de Belén. Queda la noche ilumi¬ nada como claro día y da placer a los hombres y a los animales. Llegan los pueblos y animan con nue¬ vo entusiasmo y fervor aquel admirable misterio. Resuenan en el valle las vo¬ ces, y los ecos responden con estreme¬ cimiento. Cantan los religiosos y ento¬ nan divinas alabanzas y transcurre la noche en santa alegría. Contempla ex¬ tático el siervo de Dios el pesebre, sus¬ pira tiernamente y se le adivina rebo¬ sante de ternura, anegado en mar de celestiales goces. Celébrase el santo sa¬ crificio de la misa junto al pesebre, y el sacerdote disfruta de inusitado consue¬ lo. Viste Francisco los ornamentos sagra¬ dos propios del grado de diácono, a cuyo orden estaba elevado, y con voz conmo¬ vida entona el santo Evangelio. Y aque¬ lla voz, insinuante y dulce, clara y sonora<, convida a todos a los premios eternos. Predica después al pueblo que le rodea, y de sus labios brotan dulcísi¬ mas palabras sobre el nacimiento del Rey-pobre y de la insignificante ciudad de Belén. Cuando ha de pronunciar el dulce nombre de Jesús, ardiendo en fiagrantísimo amor, llámale, con sin igual ternura, el Niño de Belén; y esta pa¬ labra, a causa del estremecimiento y emoción, percíbese como tierno balido de oveja, y su boca llénase, más que con el nombre, con el dulce afecto que al pronunciarlo experimenta. Su lengua, cuando ha de nombrar al Niño de Be- 12 lén o el nombre tiernísimo de Jesús, muévese alrededor de los labios cual si lamiese y saborease algo dulcísimo y gus¬ tase el grato sabor de aquella divina pa¬ labra. El Altísimo multiplicó sus maravillas, pues un hombre piadoso de los que allí había, contempló ima admirable visión. Vio un niño exánime reclinado en el pesebre, al cual se acercó el santo va¬ rón de Dios y lo resucitó tan suavemen¬ te cual si le despertara del sopor del sueño. Tuvo esta visión particular senti¬ do, y ciertamente muy adecuado, porque significaba que habiendo sido echado en olvido el divino Jesús y arrojado de mu¬ chos corazones, resucitó por su siervo Francisco, con el auxilio de la divina gracia, y quedó impreso en los corazo¬ nes deseosos de verdad. Cesaron, por fin, los solemnes cultos, y cada cual volvió a su casa lleno de gozo y alegría.» CELANO, Vida primera, libro I, cap. 30 PORT D'ANDRATX I Des del bell Far, que mica d'ombra em dona —encar el sol d’octubre és inclement—, m’estic girat al Port. L’aigua acarona moguda brisa. Passa un bastiment. Puigs i puigs desiguals li fan corona: tots hi semblen composts expressament. Blanc escampall de xalets s’abandona al remoreig de l’ona transparent. Té l’aspecte d’un llac, que al bany atreu; pinars pol.lents, verds, hi aboquen arreu aroma i sanitat a la vegada. Jo no el vull veure en temporal desfet. El preferesc, com ara, pla, quiet i tan blavenc. No hi diu la torbonada. II Del port bonic de la mar andritxola l’entrada se mereix sonet apart. S'obri solemne entre el Puig de la Mola i altre ribatge altiu. Puig de l’Espart. Freu, de canvis magnífics no mai fard, —dues llegües d’amplària empególa—, a voltes qualque estona se desola sobretot quan el jorn ja es cap al tard. Mes avui d’ambdós cims per ben al mig, al lluny, a l’horitzó ¡quin regosig de fantasia! En son propi naufraig el sol morent dava l’adéu a Andratx desplegant sota núvols, encisera, —tota llum, grana i or—, una bandera. 23-X-68. B. Guasp, Pr. 13 I* À G Z N A ENTRADA D'HIVERN ]a cau la Tardor pàl·lida i esfulla sa corona de pàmpols, que Voratge, marcits i llagrimosos, arrossega com esperances mortes. El dia es va arrufant. Legions de núvols, escabellats i atropellant-se, vénen vénen del nord amb un poder ombrívol, com invasió de barbres. Plau-me mirar de la segura costa cavalls marins qui desbocats encrespen les blanques crins heroiques en la lluita del Rei de les grans aigües. Plau-me l’horror sublim de la tormenta... i quan s'allunya a l’horitzó, daurant-se, veure el cúmul nimbós, com trono olímpic de majestat i glòria. Entre el fangós terror, la mar plomissa i les muntanyes moradenques, sura consirosa tristor, que les imatges evoca de la tomba. Benvingut el temps aspre! Amb ell revénen les energies de l’esforç, que importen per enaltir tot ideal en lluita, que és llei de nostra vida. Mes ah! ben lluny d’abominar tais dies, el meu cor s’hi complau. Es bell trobar-se fera la pols, l’agotament, el tedi d’una estació caduca. ¿Què hi fa si puja el fred? Serà més dolça la foguerada dins la llar dels avis, que amb son caliu volgut mantén i eleva el culte de la pàtria. Plau-me el torrent que bramulant erissa sa cabellera de lleó rogenca, a on abans el sol hi calcinava un pedregam de còdols. ¿Què hi fa si creix la nit tan Així a la llàntia vigilant d’estudi veuré passar les visions dels genis com en sagrada pompa. llargaruda? Oh festivals del pensament! Mon íntim racó d’hivern no n’afretara d’altres... Dins aqueix bres de solitud i somnis, tot Tunivers palpita! M. COSTA I LLOBERA (1854-1922) TT LTRA la curolla de la mallorquinitat, li pruu una mica sempre, a aqueixa «Pàgina literària», la de la seva sincronització amb el temps de l’any. No eal dir que el magnífic poema horacià de Costa i Llobera respon molt bé a la nostra incorregible debi¬ litat. Un mot només sobre això d’horacià. Ho és el poema: forma, com es sap, un dels setze joieUs encastats dins el tomet de les Horacianes. I bo és per la noblesa del metre i pel senyorívol endiumenjament de l’estrofa on, tal vegada, s’hi senten ressonàncies del famosíssim líric venusí, com allò de «Ver proterit aestas interitura, simul pomifer autum¬ nus fruges effuderit: et mox bruma recurrit iners», i encara: «Dissolve frigus, Rgna super foco large reponens». Però espiritualment el nostre eximi poeta de Pollença, està en el pol oposat del «Príncep afable de la docta lira» que en les seves odes fa roll quasi seguit d’epicureisme. Es conegut, al contrari, el rigorós ascetisme de Costa i Llobera. Referint-se a ell, Maria Antònia Salvà testimonieja: «Pur com l’aigua que el cel emmiralla, —^fort i sà com el roure del bosc —, el teu cant generós encomana — fortitud, esperança, repòs». El mes de desembre, en el seu darrer dia, ens evoca la imponent figura del nostre Rei En Jaume. Per això en reproduïm el quadre que, amb colors una mica primitius, va deixar pintat el cronista Bernat Desclot. En fa com una paràfrasi, amb colors més del nostre temps, Maria Antònia Salvà en els versos també inserits. 14 T E R A. R I A. De les faiçons del rei En Jaume que pres Malloiques e València «Aquest rei En Jacme d’Aragó fo lo pus bell hom del món; que ell era major que altre hom un palm, e era molt bé format e cumplit de tots so^, membres, que ell havia molt gran cara e vermella e flamenca, e el nas long e ben dret, e gran boca e ben feita, e grans dents belles e blanques que semblaven perles, e els ulls vairs, e bells cabells rossos semblants de fil d’aur, e grans espades, e long cors e delgat, e els braces grossos e ben feits, e belles mans, e longs dits, e les cuixes grosses, e les cames longues e dretes e grosses per lur mesura, e els peus longs e ben feits e gint cauçants. E fo molt ardit, e prous de ses armes, e forts, e valent, e larg de donar, e agradable a tota gent e molt misericordiós; e hac tot son cor e tota sa volentat de guerrejar ab sarraïns». jj Bernat DESCLOT, Crònica (1283-1284) MALEORCAaI I Mallorca plora sang viva entre cadenes d’error: per deslliurar-te, oh captiva, calia un llibertador. Un amador te calia tal com Déu te l’escollí, per tornar-te amb l’alegria la ventura que et fugi. Dels valents ell du la pauma, del jovent és ell la flor; ton amant és l’Alt En Jaume, fort de braç i dolç de cor, que abrusa com la centella del moro el poder altiu i respecta l’oronella que a sa tenda va fer niu. el rei en JAUME II Somni d’infantesa pura dins una alba de claror, jo hi veia, antany, la figura d’En Jaume el Conqueridor. Vestit de lluentes malles, alat dragó a son capell, el llampec de les batalles, com me semblava de beW Ja el veia en ses grans empreses valerós com un gegant, retent sempre fortaleses, nous reialmes ajuntant. I el veia, ric d’heroisme, sempre altiu i generós. Ell, espant de la morisma! Ell alt, ben plantat i ros! Mallorca, per ell guanyada, somreia, com una flor... \\ I l’illa em semblà daurada al raig d’aquell astre d’or. r f ^i Maria Antònia SALVA (1869-1958) !í «E plau-me ço que els pobladors de Mallorques ordenaren, qne tots anys lo jom de sant Silvestre e de sancta Coloma, en que fo presa Mallorques per lo dit senyor rei (En Jaume), se fa professó en la ciutat ab la senyera del dit senyor rei» (Muntaner, Crònica, cap. XXVIII). Era, i és, cosa ben justa: commemorar solemnialment el dia en què, arrabassada la ciutat i tota la illa de Mallorca al poder dels sarraïns, hi fou instaurada, o reinstaurada, la doble romanitat de la fe i de la llengua. Fra M. C., T. O. R. 15 fi^aii rajo enireaista a,,,. CRISTINA MEDINA I j ia 11 de noviembre. Tres de la tarde. Un religioso franciscano, un amigo —ante todo un verdadero hermano—, está luchando desesperadamente por sobrevivir desde hace tres días. A su lado, su madre. Lleva ya dos no¬ ches sin dormir. —Animo, hijo. Otra inyección más. Déjate tomar la tensión. No muevas el brazo. No hables. Hazlo por mí. Hazlo por Dios. Hazlo por las almas que te esperan. Tienes un derrame, Jesús Ma¬ nuel. Es grave, ¿sabes? Una carta. Es de nuestro director. «Acostumbrado a su ejemplalr puntuali¬ dad, no comprendo cómo para estas fe¬ chas no ha enviado el artículo para nuestra revista...» ¡Para artículos estoy yo! Con seis ho¬ ras de sueño en tres días y el dolor an¬ te un amigo —un hermano—, que ha estado cuatro veces ya a punto de mo¬ rir está uno como para pensar en artí¬ culos y entrevistas. Pero no me debo únicamente a Jesús Manuel. Hay que hacer un esfuerzo y contentar a nuestro director. Hay que entrevistar a alguien...; pero, ¿a quién? No tengo dentro más que dolor y a ése ya lo entrevisté hace algunos meses. El tubo de oxígeno, las inyecciones, el le¬ cho y el «gota a gota» no me dicen ab¬ solutamente nada. Es lógico. Saben muy bien que de buena gana los arrojaría a todos por la ventana si no fuese por¬ que algo están haciendo por Jesús Ma¬ nuel. Entra una monja; pero tiene pri¬ sa. Un médico toma el pulso a mi her¬ mano y sale rápidamente de la habita¬ ción para ordenar no sé qué a una en¬ fermera. Todo el mundo corre. Todo el munda.., menos mi hermano, claro. Con su derrame cerebral tampoco está él para muchas entrevistas. —¿Entonces...? Se hace el silencio. Las monjas, en¬ fermeras y médicos corren hacia otra habitación. Jesús Manuel —Chusma pa¬ ra los amigos—, queda aletargado por los efectos de un calmante . —¿Cree usted que vivirá, fray Rojo? —Cualquiera sabe, Cristina. Y lo ma¬ lo es que no sé qué decirla a fin de pa derla consolar. —No lo necesito, gracias. Al fin y al cabo, era para Dios. Es lógico que él se lo lleve cuando quiera. Se había consar grado a El y, por tanto... —Quién acaba de hablar, ¿la madre o la cristiana? —La madre cristiana. Está muy ma¬ nto, ¿verdad? —Ahora sí que pregunta la madre. Y yo no puedo responderla más que con el Evangelio. ¿Recuerda la Misa de ayer? «Cualquier cosa que pidiéreis, tened fe y la conseguiréis». —Tengo fe. Sé que el Señor puede sal¬ var a mi hijo. «Pero que no se haga mi voluntad, sino la Tuya». Es suyo más que mío. El sabe mejor que nadie —que yo misma—, lo que conviene a mi Jesús Manuel. Que se haga, pues, su voluntad. —¿Qué se siente en estos momentos, Cristina? —^Nada. No queda tiempo para sen¬ tir. Quisiera cambiarme por él. Yo ya he hecho en la vida cuanto tenía que hacer. Pero él, no. Sólo tiene veinticua¬ tro años. Quisiera darle mi aliento, mis latidos, mi sangre, mi respiración... —No tiene tiempo para sentir. ¿Y para rezar? —A cada instante. ¡Es mi hijo! —¿Qué le dice al Señor? —Nada. —Entonces, ¿qué es lo que reza? —No lo sé. Mis entrañas de madre se rebelan. ¡Le vi tan sano y tan gua¬ po la última vez, hace apenas im mes! ¡Se sentía tan orgulloso de mí y yo de él! Y ahora, ya lo ve. Sin poder hablar apenas, con medio cuerpo paralizado, vomitando. ¡Y es mi hijo. Padre! —Entonces, no reza... —¡Sí! ¡Constantemente! Pero en mí hay una lucha terrible. Como madre, quiero que viva, que viva mucho, que sea muy feliz, que haga mucho bien. Pero, por encima de mis instintos de madre, está mi vocación de cristiana. Pienso en la Virgen. También ella de¬ searía que su Hijo no muriese, que se bajase de la Cruz, que enviase a paseo a todos los judíos y se fuese con ella a 16 Nazaret, a vivir tranquilamente. Y, sin embargo, aguantó al pie del lecho de madera y clavos de su Hijo basta el fin. Toda mi oración se convierte, pues, en una lucha titánica entre dos sentimien¬ tos buenos: el amor de madre y la fe de cristiana. He llegado a ver a mi hijo con vida y eso me consuela. Cuando me avisaron, ni siquiera eso esperaba. Pero ahora una parte de mi ser no se con¬ forma con eso. ¡Pero soy cristiana y tengo que vivir mi fe! «Padre nuestro que estás en los Cielos..., hágase tu vo¬ luntad así en la tierra como en el Cie¬ lo...» —Aparte de esta lucha y de este do¬ lor, ¿le consuela alguna alegría? —Sí. ¡Y dígalo bien fuerte! ¡A los cuatro vientos! Una alegría más pura que el agua del manantial: la de ver có¬ mo se desviven por mi hijo todos. Frai¬ les, médicos, amigos seglares... Aquí tendrían que venir los que dicen que el amor cristiano ha muerto ya. Estoy se¬ gura que muchas personas habrán repe¬ tido ya aquella famosa frase de los pa¬ ganos de los primeros siglos: «Mirad cómo se aman los unos a los otrosí...» Ese pobre hermano lego que se pasó veinticuatro horas al lado de mi hijo, llorando en silencio, con ese gesto de andaluz que lo dice todo sin exclamar nada. Esa pobre muchacha, con 39’800 de peso que le vela todas las noches aguantando su dolor físico y su debili¬ dad. Su madre que llora porque ama a mi hijo y ante todo se pone en mi lu¬ gar. Esa pobre monja que vela por las noches y que, no pudiendo hacer nada, viene silenciosamente y se pone a mi lado como otra María Magdalena. Yo no sé si mi hijo vivirá; pero, aunque el Señor se lo lleve —^para eso es suyo—, siempre me quedará el recuerdo de ha¬ ber vivido unos días con unos cristianos que amaban y que no tenían miedo de llorar aunque se riese de ellos el mundo entero. Esas personas que se desplazan desde Artá sólo para mirarme y decir¬ me que están a mi disposición, que una vez pasado esto —como Dios quiera—, vaya con ellas a reponerme... —^Cálmese, Cristina. A lo mejor la emoción la va a traicionar, y... —No es emoción, sino agradecimien¬ to. Y éste nunca puede traicionar. ¿Y las conferencias desde Madrid? ¡Todo el mundo comunicándose para saber noticias de mi Jesús Manuel! Alejandro sin saJir de casa ayer domingo para es¬ perar alguna comunicación. Miguel Me¬ nor, desde la torre central de Paracue¬ llos, llamando a Mallorca para que co¬ muniquen con la clínica desde el aero¬ puerto. ¿No es para agradecer todo es¬ to? Esos primos de Paguera que lo de¬ jan todo para acompañarme. Esos fami¬ liares de Asturias, de Pamplona... ¡Aún hay amor. Padre! Cristina, en silencio, llora. Jesús Ma¬ nuel está quieto. Seguro que ha escu¬ chado todo. Sus finos oídos de enfermo no se habrán perdido ni una sílaba. No quiero pregimtar más, ¿Para qué? Jesús Manuel me hace una seña. —Me acerco a éí... —En mi cajón..., están mis cuader¬ nos de oración escrita..., cógelos..., son para ti... —^Aún no, Chusma. Aún son tuyos. —Pero yo..., me voy..., a morir. —Aún no. Chusma. Lucha por vivir. Te necesitamos aquí. —Di..,, que siempre nos hemos ama¬ do. Que esto no es más que..., una demostración más. ¿Te acuerdas del «club de la ginebrilla»? ¿Y cuando tu hermano venía a cenar a casa? —¡Calla, Chusma, calla! No puedes hablar,... —¿Qué más..., da? ¿Y en Vico.,.? —¡Calla! —Eso que dice mi madre..., ha sido únicamente,.., la traca final. Pero los cohetes de nuestro amor han estado iluminando al mundo desde hace mu¬ cho tiempo. El amor cristiano es... po¬ sible. ¡Y maravilloso! Merece, la pena morir... por él. Entra una monja. Hay que ponerle nuevas inyecciones. Y tomarle la ten¬ sión. Y repetirle de nuevo que no ha¬ ble. Y animar a su madre. Y hacerle la cama... Me ordenan salir. Aprovecho para escribir lo que acabo de escuchar. Lo meto en un sobre y se lo doy a un botones. Yo, perdonen ustedes, no sé qué aña¬ dir. Pero, ¿es que acaso se puede añadir algo? P. D. — Perdone, P. Director, que mi artículo no haya llegado a tiempo este mes. Ahora ya sabe usted la causa del retraso. Gracias por habérmelo recor¬ dado. Sin usted, este testimonio autén¬ tico de cristanismo se hubiese quedado sólo para unos cuantos. Afectuosamen¬ te, fray Rojo. 17 Interpretación de la Misa «Pau ais homes» en la Basí¬ lica de San Francis¬ co de Palma. grandioso estreno de La fHisa <cPAU ALS HOMES» del V, TflartorelL, 2^. O, 5a;o este título «Diario de Mallorca», en su edición del 29 del pasado mes de octubre, daba cuenta del estreno, con acom¬ pañamiento de instrumental moderno (sin éste se había cantado ya en la parroquia de Bunyola), de la nueva misa del P. A. Mar¬ torell. Lo hacía con los siguientes términos, tan elogiosos para nuestro gran compositor: r“l domingo en la iglesia de Santa ■“^Margarita del Hospital Militar, se estrenó la Misa «Pau ais homes», ori¬ ginal de P, Antonio Martorell T.O.R. La expectación que esta obra había levan¬ tado era enorme. Un público numero¬ sísimo invadió el templo llenándose igualmente el coro en donde estuvimos para poder apreciar mejor la audición total, formada por un numeroso conjun- 18 to de actuantes. Centenares de personas no pudieron entrar en el templo por fal¬ ta de capacidad. Muchas personalidades rotaban presentes, citando solamente la nresencia del Excmo. Capitán General, Sr. Duque del Infantado, y la del Sr. Vicario General. La misa fue oficiada por D. Bruno Morey, canónigo Doctocal, que pronun¬ ció una breve plática. Abundaban los espectadores con mag¬ netofón. Si en un principio se presentía un espíritu profano, ávido de admirar un acontecimiento musical, en cuanto se inició la Santa Misa, el recogimiento y la devoción invadieren el espíritu de los nresentes y la participación religiosa fue total durante todo el acto. Pese a lo numeroso de los actuantes, coros parroquiales de varios pueblos, «Pueri cantores» de San Francisco, gru¬ pos de numerosas instituciones y cole¬ gios, además de una orquesta formada por tres trompetas, tres saxofones, tres guitarras eléctricas, batería y órgano eléctrico expresivo, toda la parte musi¬ cal se desarrolló sin estridencia alguna, con gran perfección y equilibrio por parte de todos, y verdadero espíritu de rozo, más que de concierto. La partitura del P. Martorell que, si bien respira modernidad en sus ritmos y clima de la llamada música ligera que ha invadido con su género y estilo des¬ de la intimidad de la familia hasta la vida pública de la calle, tiene sin em¬ bargo, todas las características que el Vaticano II autoriza, resueltas con la so¬ lidez, seriedad y clara inteligencia que un maestro como este autor sabe com¬ poner, incluso a base de música rítmica y con el lenguaje, nuevo para estos ca¬ ses. de instrumentos creados para otros fines. Los acentos de la guitarra grave, a manera de pedal, contribuyen mucho en la perfección del ritmo. El propósito del P. Martorell de uni¬ ficar el sentir musical de la juventud de hoy, con lo apostólico al servicio de Dios, pareció haber triunfado ya que multitud de elementos juveniles que me rodeaban, sentíanse impelidos, cuando se repetía alguna estrofa, a sumarse con el coro y convertirse en actuantes. Porque todas las melodías de las par¬ tes de la misa cantadas, eran atractivas como coros populares que ayudados en su emotividad por el acompañamiento instrumental, aumentaban su potencia fascinante. El canto de entrada es de un ritmo suave, mecido por un balanceo rítmico de las guitarras, mostrando el gozo de quien se acerca a la casa de Dios. El «Piedad, Señor», es de estilo poli¬ fónico contrapuntístico con solo acom¬ pañamiento de órgano, de positivo en¬ canto. Entusiasta alegría rebosa el «Gloria», iniciado por un coro de trompetas y cantado por Coro y Asamblea, al que se asocia toda la parte instrumental. En la Darte central, la más expresiva, se es¬ boza el esquema de un «spiritual» típico del jazz clásico, con alguna expansión Dluritonal. El gozo desbordante de este himno reaparece triunfante al final. Una plegaria cantada a base de «Sa m.ateixa d’es figueral», es la Meditación que un aire de fiesta, con trompetas y batería subrayan. Bellísimo es el Ofer¬ torio, que el coro polifónico, con el ór¬ gano entonan. Grandiosa aclamación es el Sant, sent, sant que con esplendor entonan todos con gran riqueza de rib mos y sonoridades. El Agnus Del, Anyell de Déu, es alegre y suplicante, penetrado de suave espe¬ ranza. Guitarras y batería, así como trompetas con sordina, acompañan la plegaria. Durante la Comunión, el gran organista Sr. Mateu interpretó un Coral de Bach. El Himno de gracias y el canto de despedida es otra exaltación gozosa can¬ tada por todos al unísono, acompañados per todo el instrumental, con grandio¬ sidad solemne y entusiasta. El respeto al templo impidió que una gran ovación coronara la terminación de esta obra que el P. Martorell creara con gran espíritu apostólico y compu¬ siera musicalmente con magnificencia, así como su labor de concertalor y di¬ rector que con todos los actuantes inter¬ pretaron con tanto esplendor. P. B. Para satisfacer los deseos de las mu¬ chísimas personas que no habían podi¬ do asistir a la primera audición, la misa se reestrenó día l.° de noviembre, esta vez en la Basílica de San Francisco que, a pesar de su mucha capacidad, resul¬ tó insuficiente para poder acoger a la gran riada de gente que acudió. 19 NUESTR4 pequeña HISTORIA Tftedio siglo atrás.». I a primera página de «El Heraldo» simu¬ laba un tarjetón donde se albriciaban las próximas Navidades así: «La Redacción del «He¬ raldo de Cristo» saluda a todos los suscriptores y lectores, deseándoles que la paz que anunciaron los Angeles en el portal de Belén se convierta para todos en manantial perenne de dicha y felicidad». Y el primer artículo de fondo iba firmado por Fr. Juan de Alvernia, que entonces venía a ser, de hecho, como el redactor-jefe de la revista. El título era «Satisfaciendo una deuda», la deu¬ da de hablar sobre la Tercera Orden del Santo de Umbría, contraída al haber publicado ante¬ riormente un artículo [octubre de aquel año) so¬ bre Santo Domingo y el rosario. Ya lo denunciaba «El Heraldo» en sus albri¬ cias: el mes de diciembre, el de la Natividad del Señor. Y ahora otra manifestación: una poe¬ sía, «Lo betiem», primicia o fruto, aún no bien maduro, de J. M.° C. M. (José M.^ Cerdà Mon¬ taner) . A continuación, un piadoso desahogo bíblicolírico de Lleó d’Iran. «Venite, adoremus». Una invitación a la adoración del recién Nacido. Otros versos natalicios del Niño Jesús, «En¬ tre flors», de J. Verdaguer. Se cantan esos ver¬ sos con una delicadísima melodía del gran mú¬ sico catalán A. Nicolau. Fr, Gil del R. derramaba las impresiones sen¬ tidas «En una profesión religiosa», habida en la iglesia de San Francisco de Palma, en la cual él mismo era parte, aunque no lo diga. Mencio¬ namos esa profesión más adelante. Francisco Torrens, Pbro. T., glosaba, con cier¬ ta donosura, un episodio de la vida de nuestro P. S, Francisco: su visita a Jerusalén y su en¬ trevista con el Walí, episodio que daría origen al cargo de custodios de los Santos Lugares que vienen desempeñando los Franciscanos de ia primera Orden. hora de un solo día en que la tierra no enviara rían el último día y la última hora del Universo», al cielo oración ninguna, ese día y esa hora se- En «Noticias y variedades» podían leerse esos títulos: «Rasgo de caridad», del Sr. Obispo de Tortosa a favor de los atacados de la terrible epidemia de la grippe. Se podía acudir al pala¬ cio episcopal para sacar las cantidades necesa¬ rias a fin de que no faltasen a nadie ni medi¬ cinas ni alimentos; «Triunfo forense de un sa¬ cerdote», D. Gabriel Palmer, mallorquín, que fue, en París, abogado defensor de un compatriota, librándole de cinco años de cárcel por causa de una falsa denuncia: «El culto al Corazón de Jesús en la Basílica Vaticana» (se refiere a un cuadro colocado con motivo de la canonización de la Beata Margarita María Alacoque); «Un triunfo de los Católicos en el Ejército Yanqui»; «El Catolicismo en China» y «Los Franciscanos en Marruecos». En «Crónica Franciscana» el corresponsal de Algaida reseñaba los cultos dedicados por los Terciarios a nuestro P. S. Francisco, el domingo, día 13 de octubre. Fue el actuante principal el General de los Teatinos, Rdmo. P. Miguel J. Cerdá, hijo de aquella villa. Aquel mismo do¬ mingo fue bendecida en Sineu, en solemnísima fiesta, una imagen del Bto. Ramón Llull, talla en madera del escultor D. Guillermo Galmés. Era donativo «del noble y piadoso prócer D. Nico¬ lás Dameto y Cotoner». Se daba cuenta de la profesión solemne, en San Francisco de Palma, de nuestros religiosos Fr. Bartolomé Oliver, Fr. Jaime Rosselló, Fr. Miguel Quetglas y Fr. Gre¬ gorio Amengual. E igualmente, de la primera tonsura clerical y cuatro Ordenes Menores, con¬ feridas por el Obispo de Mallorca, Dr. Domenech, a Fr. Bartolomé Oliver, Fr. Jaime Rosselló, Fr. Miguel Ouetglas y Fr. Rafael Ginard. Se registraban todavía, en la «Necrología», al¬ gunas víctimas de la epidemia que había azo¬ tado a Mallorca. En Sencelles había fallecido asimismo el anciano padre de nuestro religioso Fr. Gregorio, D. Bernardo Amengual. En un largo entrefilete se citaban unas her¬ mosas palabras del Marqués de Valdegamas so¬ bre la oración. «...Creo que si hubiera una sola Las cuatro últimas páginas, las habituales de la sección «Juventud Seráfica», las llenaba el índice de todo el año. , i.' 20 NUESTRAS MISIONES (Viene de la póg. 11) pa. El agua canalizada que tenemos, en este tiempo parece chocolate. Por aquí la llaman «mazamorra», que es una cosa que se prepara con maíz negro, y sale una pasta morada. Y oigo las ranas que se han alegrado con el agua que está cayendo. He de ver si las atrapo, porque me dan cada concierto por la noche que no me deja dormir. Triunfo por fin... (De otra permanencia en Marcabalito) Durante casi toda una semana, luché con un ratón. Cada día le veía, le perse¬ guía, y cuando él estaba cansado de ha¬ cerme correr, se escondía en un aguje¬ ro. Le tapaba el agujero y al cabo de unas horas, ya había un montoncito de tierra cerca, y otro agujero. Era el último día, y no podía yo con¬ sentir que el ratón se quedara el amo de la rectoría. Tenía yo que faltar algunos días. Compré una ratonera de hierro, la preparé, y cuando estaba ya a punto, el ratón salió a dar un paseíto aún varias veces. Yo estaba ocupado en la preparación de la comida (ya sabes que soy buen cocinero), y el ratón de tanto en tanto me hacía dejar la ollita. Por fin me siento para saborear mi paella (te aseguro que era buena) y ¡trac! se dispara la ratonera. Y el ratón dentro, bien cogido. Casi aplaudí. ¡Ha¬ bía triunfado! Ya podía regresar tran¬ quilo a Huamachuco. Algún día desde la cama oía ruido y todo me parecían ra¬ tones. Tal vez lo fueran... Sopas aguadas... Un día para cenar, quise hacer sopas mallorquínas. Envié un niño a comprar cebollas tiernas. Al cabo de media hora regresó sin cebollas y sin el dinero que le había dado, diez soles... Tres por siete... En rm paseíto que hice un día por los alrededores de Marcabalito, vi una viejecita sentada junto a la puerta de su casita. Me dijo que no se podía mover a causa de un fuerte reumatismo. Es la primera persona enferma de reuma que he encontrado en Huamachuco. La con¬ vencí para que se confesara y al día si¬ guiente recibiría la comimión. Le pedí cuantos años tenía. —¿Cuántos tendré, Padresito? —Más o menos... —^Tendré... treinta. Yo pensé en aquel que desean¬ do vender su asno, y fingiendo tarta¬ mudear decía que el animal tenía siete, siete, siete años (total vintiuno). Si la jviejecita me hubiera dicho que tenía treinta, treinta, treinta años, lo hubie¬ ra creído. Al día siguiente le llevé la comunión. Estaba sentada a la misma mesita; una mesita baja, vieja, con un trozo de pa¬ pel sucio. Se ve que ponía la olla enci¬ ma para la comida. Allí mismo, sentado junto a ella, la confesé, le di la comu¬ nión y le impuse el escapulario del Car¬ men. Así es nuestra vida esta temporadi- ta... Mons. Damián Nicolau T.O.R, Obispo de Huamachuco (Perú) Presento el sensacional y revo¬ lucionario audífono microtímpano "ORAVOXIS" Todo dentro del oído El aparato más pequeño del mundo Potente, seguro, liviano, invisible y sin averías Admírelo y 1 compruébelo sin > compromiso en: j Pje. Maneu, 38 {Junto Pza. Son Antonio) ifli- 222951 PALMA 21 ^aOía el Papa Kn pQli^to contta la ¿a: LA RELIGION ANTROPOCENTRICÀ «Diremos más bien una palabra, una sola y rápida, sobre el otro fenómeno —el primero es el ateísmo^—, que tiene lugar también en los ambientes que se consideran religiosos y cristianos: el fe¬ nómeno de la religión antropocéntrica, es decir, orientada hacia el hombre co¬ mo su principal objeto de interés, mien¬ tras que la religión debe ser, por su natuarleza, teocéntrica, es decir, orientada hacia Dios, como su primer principio y su último fin (Cfr. S. Th., II-II, 82), y después hacia el hombre considerado, buscado, amado en función de su ori¬ gen divino y de sus relaciones y debe¬ res que de aquél derivan. Se ha hablado de religión vertical y de religión hori¬ zontal; esta segunda, filantrópica y so¬ cial, es la que prevalece hoy en el que no tenga la visión soberana del orden ontológico, es decir, real y objetivo, de la religión. ¿Queremos acaso negar la importancia y la fuerza que la fe católi¬ ca atribuye al interés que se debe al hombre? En absoluto no. Ni tampoco queremos atenuar este interés, que pa¬ ra nosotros, cristianos, debe ser en su¬ mo grado y continuamente obligatorio: bien recordamos que seremos juzgados según el amor efectivo que habremos tenido a nuestro prójimo, especialmente al necesitado, al que sufre, al que está caído (Cfr. Mat., 25, 31 y siguientes). No tenemos ninguna reserva que hacer so¬ bre este punto. Pero debemos recon¬ dar siempre que el principio del amor al prójimo es el amor a Dios. Quien ol¬ vidase la razón por la cual debemos lla¬ mamos hermanos de los hombres, a sa¬ ber, la común paternidad de Dios, po¬ dría, en un momento dado, olvidarse de los deberes gravísimos de tal fraterni¬ dad, y podría descubrir en el propio se¬ mejante, no ya a un hermano, sino a im extraño, un rival, un enemigo. Dar en la religión la primacía a la tendencia hu¬ manitaria lleva al peligro de transfor¬ mar la teología en sociología y de olvi¬ dar la fundamental jerarquía de los se¬ res y de los valores: «Yo soy el Señor tu Dios..., no tendrás otro Dios fuera de mí» (Cfr. Ex., 20, 1 y ss.); así en el Antiguo Testamento, y en el Nue¬ vo, Cristo nos enseña: «Ama a Dios..., éste es el más grande y el primer man¬ damiento. El segundo es semejante a és¬ te: Amarás a tu prójimo como a ti mis¬ mo» (Mat. 22, 37, 39)». «Y no se debe olvidar que la primacía concedida al interés sociológico sobre el teológico propiamente dicho puede dar lugar a otro inconveniente peligro¬ so, que consiste en adaptar la doctrina de la Iglesia a criterios humanos, pos¬ tergando los criterios intangibles de la revelación y del magisterio oficial ecle¬ siástico. Que el celo pastoral conceda preferencia práctica a la consideración de las necesidades humanas, frecuente¬ mente tan graves y urgentes, se puede admitir y aconsejar, siempre que tal consideración no comporte una devalua¬ ción y una degradación de la preeminen¬ cia y de la autenticidad de la ortodoxia teológica». PLABO VI (De la alocución de 10 de julio de 1968) 22 NUESTROS DIFUNTOS FRAY JESUS MANUEL RODRIGUEZ MEDINA, T. 0. R. Nació en Madrid el 18 de junio de 1944 y falleció en el se¬ minario seráfico de La Porciúncula el 15 de noviembre de 1968, a los 24 años de edad. Era una vocación tardía. Durante su juventud perteneció a la comimidad parroquial de San Francisco de Asís, en la popu¬ losa barriada madrileña del Puente de Vallecas. En abril de 1964 ingresó en el CULDI, club cultural parroquial, donde ejer¬ ció el cargo de bibliotecario. Su indomable espíritu apostólico le llevó a conquistar multitud de almas para Cristo. Pese a su entrega total, debió abandonar el club a la fuerza: Dios le lla¬ maba para algo más importante. En octubre de 1965 ingresó en nuestro seminario de Vico, en Logroño, pasando después a La Porciúncula. Su gran experiencia en todo lo referente a cultura popu¬ lar le llevó a dar bastantes conferencias sobre este tema en Mallorca y, fruto de ellas, fue la creación, entre otros, del Club «Llevant» de Artá. Dio la dolorosa coincidencia de que, haciendo el novicia¬ do, tuvo que interrumpirlo para asistir en sus últimos días a su padre, fallecido por la mismo causa que él: derrame cere¬ bral. Por eso era el último religioso que había profesado en nuestra orden, concretamente el 12 de septiembre de este mis¬ mo año. Reciban su madre, hermano, familiares y amigos nuestro más sentido pésame. Descanse en paz. P. ANTONIO RIGO MESTRE, T. O- R- Nació en Ariany el 11 de agosto de 1898 y falleció en Llucmajor el 16 de noviembre del presente año. Vivió durante 42 años en el convento de san Buenaventura de esta ciudad, donde deja un recuerdo imborrable. Sus actividades en Llucmajor fueron múltiples: enseñanza, dirección de almas y de religiosas, confesonario, asistencia a enfermos y moribundos... ¡Cuántas personas que jamás se acercaron durante su vida por la iglesia acudían en sus últimos momentos al P. Rigo! Durante muchos años, sin fallar una sola semana, se desr plazaba a nuestro seminario de La Porciúncula para confesar a nuestros religiosos y alumnos. Esta dilatada y ejemplar vida hizo que la noticia de su muerte conmoviese a toda la ciudad. Incalculables fueron las personas que acudieron a despedirse de sus despojos mortales en señal de póstumo homenaje a quien tanto debían. Las exe¬ quias —celebradas el día 17—, y el funeral —día 18—, llenaron a rebosar nuestro templo. El Seminario Seráfico de La Por¬ ciúncula, reconocido a los desvelos del P. Rigo, quiso tomar parte en el funeral y se desplazaron a tal efecto más de sesenta religiosos y estudiantes corriendo a su cuenta toda la parte túrgioa del fúnebre acto, presidido por el M. Rdo. P. Provin¬ cial y en el que concelebraron con él varios superios de nues¬ tros conventos de la isla y algunos sacerdotes franciscanos de Ariany. Descanse en paz. A todos sus familiares, nuestra sentida condolencia. CIUTADELLA (Menorca).—Día 17 setiembre D.° Antonia Juaneda Camps, terciaria franciscana y madre de los Muy litres. D. José y D. Francisco Anglada, Canónigos de la Catedral menorquina. PALMA.—Día 14 noviembre, a los 61 años de edad, D. Miguel Fiol Borràs, hermano del Rdo. P. Antonio Fiol, T. O. R., Director de la Fraternidad Seglar Franciscana de Llucmajor. 23 pAe?iiia> ^el terciario JORNADAS FRANCISCANAS DE ORACION Y ESTUDIO //^Lagnífica realidad fueron las Jorna¬ das de Oración y Estudio que los Terciarios de San Francisco de Mallorca tuvieron en la Casa de Ejercicios Son Bono-Génova, los días 1, 2 y 3 del pasa¬ do mes de noviembre. A las diez de la mañana, festividad de Todos los Santos, los cuarenta y cinco terciarios llegados de Palma, Artà, Inca, La Porciúncula, Manacor, Muro, Lloseta y Lluchmayor intercambiaron un saludo fraterno antes de empezar los primeros actos de las Jornadas. Ya en la capilla, dirigidos por nues¬ tro Comisario Fray Jaime Tugores, re¬ zamos Laudes de Ntro. Padre San Fran¬ cisco, rezo que tiene la sencillez de las flores silvestres y un perfume suave y pe¬ netrante que estimula el hambre de Dios. No cabe en esta pequeña crónica la doctrina profunda y evangélica cien por cien, desarrollada por el citado Padre que hizo hincapié, como San Pablo, en el mandato de la caridad que es la virtud reina y debe ser el distintivo de todos los seguidores de Francisco de Asís. La primera reunión de estudio estuvo precedida de la salutación del P. Comi¬ sario que, en sentidas frases, dio la bien¬ venida a los hermanos de los pueblos, quienes, dejando el recuerdo de sus di¬ funtos, han venido a estas Jornadas. Co¬ municó los afanes del Discretorio Pro¬ vincial y las gestiones realizadas para que viniera a dirigirnos la palabra la Vi¬ cepresidenta Nacional de las Jufras. Aña¬ dió que no fue posible porque también ella debía asistir a un Cursillo en San Sebastián. El Rvdo. P. Gabriel Genovard, nos ha¬ ce la primera meditación. Es un rato de contacto con Cristo que será el punto de partida. En este encuentro y convivencia con Jesús, nos dice, la postura de los ter¬ ciarios debe ser admitir un plan de Dios sobre cada uno de nosotros, y un plan de Dios proyectado sobre nuestros herma¬ nos y el mundo. El P. Tugores nos transmitió el calor y el entusiasmo de la T. O. F. que recibie¬ ra en el Congreso Nacional de Avila, el pasado septiembre. El trabajo de revisar y actualizar la Sta. Regla conforme a las exigencias de la vida moderna. San Fran¬ cisco de Asís es el santo que mejor supo adaptarse a su época en tiempos difíci¬ les y cruciales. Estudia lo que debe entenderse por conversión, que no siempre será el paso de una vida pecaminosa al estado de gracia, sino de éste al estado de perfec¬ ción. Y la santidad no consiste en estar¬ nos quietecitos en casa desentendidos de nuestros hermanos. La vida de Cristo y Francisco de Asís fue vida de entrega y nosotros debemos imitar a tan preclaros Maestros. 24 Nos cabe la satisfacción de que la T. O. F. de España ha llevado a cabo el pri¬ mer Congreso de renovación después del Vaticano II. El Concilio desea la puesta al día de la Fraternidad Seglar Francis¬ cana, que es como la llaman actualmente en la vecina Francia y en algunas otras naciones. Las Jornadas de Oración y Estudio transcurrieron en un clima de singular fraternidad entre los hermanos. El amor, la alegría y el trato afable es algo que no captan los mundanos, hoy en que los valores del espíritu están de baja. La es¬ piritualidad franciscana es la palanca que puede y debe levantarlos. Se trabajó ¡en equipo-, se estudiaron conclusiones, se tomaron acuerdos para la buena marcha de las Hermandades. Principalmente se abogó para una mayor formación entre los terciarios de nuevo ingreso. Se destacó el papel del Hno. Ministro, pues la T.O.F. es orden de se¬ glares y son éstos que asumen la respon¬ sabilidad. —Que están muy bien. En mi pueblo existe una nevera; pero yo me voy entu¬ siasmado. Os pido oraciones porque sin oración jamás he conseguido- nada. —Voces: ¡Muy bien! —^Otro: Me ha gustado mucho esta apertura y fraternidad. —Muro: Que con este salvavidas, no nos ahogaremos. —Artá: ¡Muy bien todo! No quitaría ni añadiría nada. —¿Qué dice Inca? Parte del grupo de Jornadistas. Hay que intensificar el estudio y que las reuniones sean semanales o quincena¬ les a fin de convertir en realidad uno de los ideales más franciscanos que es el co¬ nocerse, estimarse y ayudarse. De ahí que la Junta Nacional encarece la necesidad de repetir los Cursillos de Fraternidad —de ubérrimos frutos— por toda la geo¬ grafía española. Cuando, el domingo por la tarde, se daban las últimas consignas, el P. Comi¬ sario recabó públicamente opiniones de los Jornadistas. —¿Qué concepto te merecen estas Jor¬ nadas? —Que los que bebamos en esta fuente saldremos renovados. —Lloseta: Nos llevamos magnífica im¬ presión. Nos ha gustado la fraternidad reinante y los temas de estudio. —Palma: Ha sido espléndido el enlace del estudio y la oración. ¡Que se repita! Unos aplausos sinceros fueron el pun¬ to- final. ¡Que se repitan para gloria de Dios y bien de la Fraternidad Seglar francisca¬ na! I. Ferretjans, Secretaria Provincial de la T.O.F. 25 ibilograf ía ÇaOriet Cortès. PEL CAMÍ DEL VENT Palma de Mallorca - Editorial Moll 1968 PEL CAMI DEL VENT, obra pòstuma de Gabriel Cortès, Premi «Mossèn Llo¬ renç Riber» (Lluc, 1966), és per a nos¬ altres una joia literària dins el seu es¬ til. I l’estil literari de Gabriel Cortès és àgil, clar, agut, incisiu quan hi importa, d’una mallorquinitat, d’una catalanitat, no tarada. Com dins totes les precedents, dins aqueixa darrera obra Gabriel Cortès es manté fidel als bells ideals de la seva vida. El món ha donat voltes, i moltes coses han fet crisi. Gabriel Cortès, em¬ però, no claudica. I no és que no se n’adoni de la present realitat. El fet de lluitar contra ella, o contra alguna de les seves seqüeles, n’és una palpable de¬ mostració. No és el seu, doncs, un ate¬ rrament inconscient a un estat de coses ja preterit. Ell sap què vol i per què ho vol. No és, no, com la Bàrbara de la seva novel.leta, que «havia estat sempre model de fidelitat» «p. 14». Cortès, home de gran cultura, està sempre «à la pa¬ ge» (expressió que li és grata) en el co¬ neixement de les inquietuds literàries —i de tota mena— que agitem el món. Per això pot al .ludir tant a Tolstoi i a Dostoievski com als films surrealistes de Buñuel (p. 34). Cortès no és, no vol esser im rellotge aturat, com la tia Bel o la vella Bàrbara, «prototipus d’aquella societat tancada. immòbil, d’una beatería ancestral» (p. 37.) Ell té, vol tenir l’esperit obert. «Quan sortim de les quatre parets de sempre i guaitam el món, ens resulta més fàcil veure les nostres limitacions. Mallorca és molt petita, massa i tot» (p. 79). «A tots els qui volen viure reclo¬ sos dins els seus privilegis els convin¬ dria una mica d’aigua amarga» (ib.) Això sí. Cortès és de les dretes i el seu «dretanisme» (mot que crea l’exqui¬ sit prologuista) transcendeix en les pଠgines de la novel.la. Diu, per exemple, del protagonista: «Potser no quedà del tot satisfet perquè era un home de bona fe i la incrustació del comunisme en la maquinària del règim «lleial» d’Espanya començava a decepcionar-lo» (p. 78). I un poc més envant, referint-se a un altre personatge, escriurà: «Era un perfecte demòcrata i un gran amic dels soviets. I encara que Descartes hagués tomat al món, no li hauria fet entendre que aquestes doctrines eren absolutament incompatibles» (p. 80). El seu ideal polític ve també clara¬ ment manifestat dins els següents parଠgrafs: «La democràcia no podria subsis¬ tir en un ambient on predominàs la téc¬ nica que posaria fatalment tot el poder, o almenys tota la pressió, en les mans dels savis, dels enginyers, o dels trusts que dominarien amb Tinmens poder de 26 la ciencia. Per això el bramular deis motors (de l’avió) i la presencia de la cambrera li parlen d’imes novelles for¬ mes de vida amb les quals no s’avindrà mai, no per la seva modernitat —que això és, a la fi, accidental i relatiu—, sinó perquè volen substituir el pensa¬ ment per l’acció» (p. 134-135). Per a nosaltres Cortès està allunyat del temps i dels corrents actuals. Però no per allò que escriu o descriu (al cap i a la fi lés seves obres literàries no són més que un testimoni honest d’allò que els seus ulls no al.lucinats han pogut con¬ templar al pas dels anys), sinó per la manera com ho escriu o descriu (d’acord encara amb els cànons artístics i ètics de la difunta, evolucionada per a altres, ((Escola mallorquina» que, de totes for¬ mes, té molt honorables epígons). Un antic alumne meu, avui jove i molt in¬ tel·ligent periodista peninsular, me deia fa pocs anys, referint-se a cert escriptor, que el seu art no era d’ara perquè «es¬ tava massa bé». Creim que aquest és el retret que es pot fer a Gabriel Cortès: el seu art «està massa bé», és massa bo o massa fi pels paladars «estragats» d’avui en dia. Esquitada de mots gruixats i amb quatre mestrívols tocs, ençà i enllà, de verd ben pujat, probable¬ ment la novel·la no provocaria la forta intolerància de nostre jovent. Ah! i que s’hi cancel.làs també tot allò que fa mi¬ ca de tuf de dretes! Sigui com sigui, és cert que hi ha en¬ cara un sector del minúscul món que llegeix nostra literatura mallorquina, que no se sap adondar a la moda de les «melenes» i de les guitarres elèctri¬ ques. Aqueix grupet prefereix produc¬ cions a l’estil de la de Cortès. Per això és convenient que hi hagi im poc de tot a plaça. Els estómacs tenen les seves exigències. No tots estan proveïts dels sucs gàstrics apropiats per a digerir macs de torrent. Volen poder seguir el règim dietètic al qual estan habituats. La Biblioteca «Les illes d’or» presta, en aquest aspecte, un excel·lent servei, molt digne d’esser lloat. La hora La preocupacl(3n por la hora, aunque sea para saber lo tarde que llega uno, es corrlen- tísima. El ascensorista de un rascacielos, cansado de que todo el mundo le preguntase: «¿Qué hora es?», puso un reloj en el ascensor. Y ahora todos le preguntan: c¿ Va bien esereloj?» Eeonomfa Entre maridos. — Mi mujer se ha comprado un libro en el que estudia las economías que pueden intro¬ ducirse en el hogar. — ¿Y da buen resultado? — De momento hemos prescindido de todo lo que me gusta a mi. 27 P>D I^IMSO 1 DULA Distribuidor: D. JAIME ESTAFE MARQUES Mistral, 30-36 PALMA DE MALLORCA MUEBLES ROMÀR EXPOSICIÓN: TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICIÓN; Conquistador, 24-Tel. 503 Paz, 97,101 y 103 - Tel 468 •• • •—^ MANACOR (Mallorca) PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURAS Casa Pomar Flores S. Miguel, 187 Teléfono 221483 PALMA DE MALLORCA ' GRANDES ALMACENES Pañería - Lencería-Tapicería - Modistería - Sas¬ trería - Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje P. Cort, 5 al 12 y General Goded, 6 y 8. 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