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El Heraldo de Cristo 1967, n. 692

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EL HERALDO
D E CRISTO
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REVISTA MENSUAL DE LOS P P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R.
NOVIEMBRE 1967

Año LVIII - Núm. 692
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 212695
PALMA DE MALLORCA
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IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:

ORDINARIA. . . . 50 PTAS

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NUESTRA PORTADA

TORRE DE SANT MIQUEL fARTA). —Restaurada por los ‘Amigos de los castillos’. Restauración material, restauración espiritual: porque Arta, porque Almudaina (diminutivo
árabe del árabe almedlna = la ciudad), por¬ que Sant Miquel y Sant Salvador son voces que cuentan o cantan la historia de un pueblo.

lea en este número:

Monumento a Ramón Llull ... 3

Humanismo reprobable .... 4 Després de la tempestat (poesía) . . 6 Parroquia de Nuestra Señora de la Es¬

peranza, de Lima (Perú). . . 7

Nuestras misiones

Después del verano

Página Literària
Una florecilla de San Francisco .

14
. 16

Al compás de nuestro tiempo .

Fray Rojo entrevista a... una lágrima . 18

El ciprés de Silos

Página del terciario

Nuestra pequeña historia 23 ...

Bodas de Plata de vida religiosa .

Lo que los otros escriben 25 ...

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EDITORIAL
MONUMENTO A RAMON LLULL
Escribimos estas líneas en la noche del 18 de octubre, pocas horas después de haber asistido a la inauguración oficial del monu¬ mento a Ramón Llull, emplazado en el punto donde la recién estre¬
llada y todavía no terminada autopista y la Avenida de Antonio Maura desembocan en el Paseo de Sagrera. La efigie en bronce de nuestro Beato es una bien lograda obra de Horacio Egida, rematando el proyecto general del arquitecto Sr. Ferragut. Todo nos ha parecido acertado y de buen gusto. Ciertas discutidas deficiencias de detalle no bastan para disminuir la grata impresión del conjunto. Personal¬ mente nos gusta la posición de Ramón Llull mirando la inmensidad del mar de nuestra historia. No sabríamos imaginar a ese mallorquín
universal de otra manera.
Dejando para los cronistas la reseña del acto inaugural —senci¬ llamente solemne, sin más elogios— queremos tan sólo dejar con¬ signada la emotiva significación que tuvo para nosotros. Mientras los oradores se deshacían en frases rebuscadas en torno al motivo y significado de este monumento al «fill major de nostra raça», no pudimos menos de evocar lo que debió repetirse, siglos atrás, en este mismo lugar, y que fue el origen del monumento que hoy
admiramos.
Perdidos en la masa del público que rodeaba esta tarde al mo¬ numento recién inaugurado, nos sorprendimos pensando qué pensa¬ ría la gente de los tiempos de Llull, al verle partir tantas veces de los muelles de Palma. ¿Qué pensaría de aquel anciano de barba blanca, que en la vigilia de la Asunción de 1314 meditaba en la proa de una nave, dispuesto a darse a la mar por última vez? ¿Qué extraña ambición movía a aquel hombre vestido con la estameña franciscana? Desde luego, de él se decían cosas extrañas: que había escrito muchos y diversos libros, que había recorrido el mundo entero, llamando a la puerta de reyes y de papas, y que una loca prisa le empujaba hacia esos ariscos musulmanes del Norte de Africa que iban a matarlo a pedradas. Un aura, mezcla de verdad y de le¬ yenda, rodeaba su figura trovadoresca.
La voz emocionada del Alcalde de Palma, exponiendo las frus¬ tradas tentativas de erigir un monumento a Ramón Llull en el pasado y los realizados deseos de «saldar cuanto antes la deuda moral contraída», nos hizo volver la pregunta a la cruda realidad de nues¬ tros tiempos. ¿Qué piensan de Ran-ión Llull las gentes de ahora, esos miles y miles de paisanos suyos que ni siquiera le conocen por nombre? Es verdad que nunca como ahora se había reconocido y apreciado tanto en los centros intelectuales del mundo el valor uni¬ versal de la ciencia y propósitos del Doctor Iluminado, pero esta admiración y reconocimiento se han hecho a costa de lo que el anti¬ guo senescal de la Corte de Mallorca más se esforzó en ser, a saber, santo. Las miles de páginas que nos dejó escritas no tienen otro fin que el de amar y hacer amar al Amado de su corazón. La ciudad ha erigido un bello monumento al más ilustre de sus ciudadanos, pero el pueblo sigue sin amar e invocar al más santo de sus hijos.
3

HUMANISMO REPROBABLE

Desarrollo solidario de la humanidad
I J n pasaje de la encíclica Populorum
progressio que quizá no ha sido bastante inculcado por sus comentaris¬ tas es aquel en que llama la atención so¬ bre los peligros de «un humanismo ce¬ rrado, impenetrable a los valores del es¬ píritu y a Dios que es la fuente de ellos».
La idea fundamental del notable docu¬
mento pontificio consiste, como es sabi¬ do, en la necesidad del desarrollo soli¬ dario de la humanidad, para lo que pre¬ coniza una acción de conjunto que abar¬ que los aspectos económicos, sociales, culturales y espirituales de todos los pueblos, porque este desarrollo no pue¬
de encerrarse en límites meramente eco¬
nómicos, sino que debe abarcar todas las fases del crecimiento humano. Por desig¬
nio divino todos los hombres están lla¬
mados a desenvolverse según sus respec¬ tivas aptitudes, de tal modo que cada uno sea el principal artífice de su éxito
o de su fracaso. Esta vocación al creci¬
miento, regida por el libre albedrío, lle¬
va a sentar las bases de un humanismo
trascendental porque cada hombre es miembro de la sociedad y la humanidad entera está llamada a beneficiarse así de la herencia de las generaciones pre¬ cedentes como del trabajo de los con¬ temporáneos.
Peligro en el desarrollo exclusivo de los bienes temporales
El peligro está en la inversión de la escala de valores que lleva consigo el
desarrollo exclusivo de los bienes tem¬
porales, porque el tener más, lo mismo para los pueblos que para los indivi¬ duos, no es el fin último, y puede suceder que la búsqueda exclusiva del poseer se convierta en obstáculo para el creci¬ miento del ser. El Papa condena por igual un capitalismo que considera el provecho como motor esencial del pro¬

greso económico y la concurrencia como ley suprema de la economía, y una mís¬ tica exagerada del trabajo que invita a unos al egoísmo y a otros a la revuelta. Esta posición igualmente alejada de los partidismos dominantes explica ciertas reticencias y estudiados silencios con que fue recibida la encíclica, tanto en ambientes capitalistas como en los so¬
cialistas.
El trabajo factor de la producción^ pero no único
Los panegiristas del socialismo le atri¬ buyen la pretensión de reemplazar el me¬ canismo económico del provecho por una perspectiva de solidaridad humanís¬
tica. En realidad las doctrinas socialistas
y comunistas, so color de abolir la de¬ sigualdad cuantitativa, van contra la pro¬ piedad privada de los medios de pro¬ ducción, aunque en diferente grado se¬ gún el radicalismo o moderación de ca¬
da tendencia. Es nota común de todas
estas corrientes ideológicas proclamar el trabajo como único origen del valor,
tanto si se trata de un colectivísimo ab¬
soluto como de una simple redistribu¬ ción de la riqueza realizada por órga¬ nos y con medios estatales, que se pre¬ tende habría de ser más justa que la ac¬
tual.
Esta teoría se desploma con sólo ob¬ servar que el trabajo no es el único fac¬ tor de la producción, sino que concurre con los agentes naturales y el capital. Ni siquiera vale decir que es agente prepon¬ derante, porque la moderna teoría de la utilidad final ha demostrado la produc¬ tividad no proporcional del trabajo más allá de cierto límite, no porque de¬ crezca la de este factor sino porque de¬
cae la de los otros dos al permanecer invariables.
Otros factores de producción
La creación de una empresa requiere
con frecuencia el consumo de bienes eco-

nómicos producidos con anterioridad y conservados por la acción de personas o instituciones que no han colaborado di¬ rectamente en la producción de que se trata; y sin embargo, estos elementos son fuente de trabajo y sostén de los tra¬ bajadores y constituyen una energía tan indispensable como el trabajo en orden a los factores esenciales de ima produc¬ ción eficaz. Por consiguiente, si los bie¬ nes económicos preexistentes son condi¬ ción indispensable de producción, no puede negarse la productividad del capi¬ tal ni desconocerse la legitimidad de las utilidades que toman la forma de réditos del mismo ni la renta que es producto
neto del suelo cultivado.
Un desarrollo integral
Para huir del escollo de un materia¬
lismo sofocante, defiende la Populorum progressio un desarrollo integral que no se aplique exclusivamente a la conquis¬ ta de la prosperidad material. Este des¬ arrollo integral ha de comprender «a to¬ dos los hombres y a todo hombre» para ir hacia un humanismo pleno, porque todo programa concebido para aumen¬ tar la producción tiene por única razón de ser el servicio del hombre; y no debe
detenerse en la satisfacción de las nece¬
sidades materiales sino que debe com¬ prender también los valores de orden espiritual. Las mismas razones de pri¬ macía de lo espiritual conducen a la con¬ clusión de que la propiedad privada de los medios de producción no puede con¬
siderarse como un derecho absoluto sin
límites ni obligaciones correlativas. Muy lejos de esta posición doctrinal quedan, de una parte el socialismo, creador de una mística materialista del trabajo, y de otra el capitalismo liberal, fautor del imperialismo internacional del dinero.
Irenismo desorientador
No es bueno disimular o atenuar, por un mal entendido irenismo, las diferen¬ cias doctrinales con el adversario, sem¬

brando de este modo la desorientación
entre las gentes sencillas. La intuición
maravillosa de Donoso Cortés vaticinó ya
en 1851 que el socialismo y el catolicis¬
mo se enfrentarían en la historia de Oc¬
cidente como principios de organización
social fimdados en creencias contradic¬ torias: los católicos afirmamos el mal
del hombre y la Redención por Dios;
los socialistas afirman el mal de la
sociedad y la redención por el hom¬ bre. El profundo pensador español antes
citado sintetizó la médula doctrinal del
socialismo con esta rápida y valiente pin¬
celada: «Todas las escuelas socialistas
son, desde el punto de vista filosófico, ra¬ cionalistas; desde el punto de vista políti¬ co, republicanas; desde el punto de vista religioso, ateas». Más de treinta años des¬ pués, probablemente sin haber leído a Donoso, el socialista alemán Bebel decla¬ raba ante el parlamento de Berlín: «En política somos republicanos, en economía socialistas y en lo que vosotros llamáis religión somos ateos». He aquí por qué Pío XI en su encíclica Quadragesimo anno, lamentando las infiltraciones so¬ cialistas entre católicos, exclamaba: «So¬ cialismo y catolicismo son términos con¬ tradictorios; nadie puede al mismo tiem¬ po ser católico y socialista verdadero». Y Paulo VI en la Populorum progressio afirma que «el cristiano no puede admi¬ tir una acción social que esté fundada en una filosofía materialista y atea».
El comunismo ateo busca
la apostasia social
La derivación extrema del socialismo
es el comunismo, calificado por Pío XI de «intrínsicamente perverso» en la en¬ cíclica Divini Redemptoris. El comunisnismo no busca la apostasia individual sino social y por esto intenta que las normas que rigen el orden social sean totalmente ateas. No hay que esforzarse en buscar un sentido positivo en la men¬ talidad comunista. La experiencia suele arrojar resultados poco favorables a las empresas colectivizadas, pero aimque se demostrase que en determinadas circuns-

trtncias pueden alcanzarse efectos eco¬ nómicos beneficiosos, éstos no podrían compensar nunca el detrimento para la libertad humana que se deriva indefecti¬
blemente de estos sistemas. Nadie ha
demostrado que el régimen de la escla¬ vitud fuese perjudicial al desarrollo eco¬ nómico de los pueblos de la antigüedad, y sin embargo, ¿quién osará defender, desde el punto de vista de la dignidad humana, ese oprobioso sistema tan con¬ trario al espíritu del cristianismo?
Apostilla final
Los estrechos límites de este artículo
nos impiden pasar revista a todas las tendencias que tienen por denominador común eliminar la espiritualidad cris¬ tiana de la vida pública y del orden so¬ cial, las cuales quedan globalmente re¬ probadas en la encíclica Populorum progressio. Sólo añadiremos como apos¬ tilla que el positivismo materialista.

cualquiera que sea su forma de expre¬ sión, puede engendrar las mayores abe¬ rraciones. La prensa mundial ha divul¬ gado el proyecto tomado en considera¬ ción en la India, de combatir el pavo¬ roso problema del hambre que azota aquel vastísimo y superpoblado país, li¬ mitando el desarrollo de su población por medio de la esterilización voluntaria
de los hombres. Como si saliera al pa¬ so de esta tentativa criminal contra la
humanidad, la encíclica de Paulo VI afir¬
ma terminantemente: «Sin derecho ina¬
lienable al matrimonio y a la procrea¬ ción no hay dignidad humana». Conocía¬ mos hasta ahora muchas planificaciones de inspiración socialista referentes a la industria, el trabajo o el consumo; lo que aún estaba por ver era el descabe¬ llado y temerario intento de planificar la
vida humana.
Jaime SALVA Y RIERA

DESPRÉS DE LA TEMPESTAT
La llarga tempestat de pluja i vent minvants minvant ¡a s'és asserenada. Es veu qualque olivera coronada £ un marge esbaldregat novellamenl.
La terra sedejanl, golafrement, s’ha volgut empassar tota l’aiguada. Tant ha begut, que s’és embriagada i ara ho vomita tot cap al torrent.
Fent salts i escumejant amb estabor se’n va torrent avall l’aigua rogenca. I quant la nit ja ha pres possessió
total del paisatge, llenca a llenca, és bell llavors sentir aquella remor que el gran silenci de la lluna trenca.
Any 1923.
P. Miquel Colom, T. 0. R.
6

PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DE
LA ESPERANZA, DE LIMA (PERÚ)

Rdo. P. Bartolomé Vanrell, T. O. R. e hijo de Petra (Mallorca); que está al frente de la parroquia de Ntra. Sra. de la Esperan¬ za en Lima (Perú).

Así es nuestra parroquia
Qeorges Bernanos describe maravil,osamen,e la eterna quietud de la parroquia de an¬ tes, en la que nada cambiaba, todo estaba he¬ cho. No había inquietud de doctrina y así la fe se hacía arte, ciencia, cultura..., vida.

tructuras, en un salto brusco han colocado al hombre frente a sí mismo y le han exigido renovadas normas de conducta. Y la Iglesia misma se ve obligada a abandonar viejos moldes y tiende a aceptar una síntesis de maravillosos alcances en la dialéctica de los valores huma¬
nos y divinos.

Nuestra parroquia es muy diferente. Nació bajo el signo de un mundo cambiante e inesta¬ ble, un mundo que quiere tomar un nuevo rum¬ bo bien definido, pero que no alcanza a ver la forma de lograrlo. Un mundo surgido no sólo de una tremenda explosión demográfica, sino de una verdadera revolución de ideas y de sen¬
timientos nuevos.

Nuestra parroquia es una extensa zona de la periferia de la ciudad de Lima en donde los campos, hasta hace poco destinados al cultivo, son ahora surcados por modernas autopistas e invadidos por novísimas edificaciones, Y así a la par que se ven trabajar las impresionantes máquinas del ramo de construcción, puede verse también aún al capataz de la hacienda que reco¬ rre a cabalio las plantaciones de maíz o de al¬ godón. El sonar hogareño de la vieja campana de la hacienda, que llama a los trabajadores a sus faenas, se ahoga en el estruendo de los
monstruos metálicos. Todo se desarrolia a un
ritmo febril y el hombre, con poderosas técnicas en sus manos, busca en nuevos lugares la so¬ lución a sus inquietudes y viejos problemas.

Este paso hacia lo desconocido y lo incierto es un fiel reflejo del hombre de nuestra parro¬ quia, Las instituciones civiles, con nuevas es¬

El P. Vanrell dirigiendo una de las principa¬ les dependencias de la parroquia.

Y mientras la vieja y rota campana lanza sus últimos sonidos, el hombre desprecia su voz porque no suena al compás de su paso actual.
Así es nuestra parroquia. Gente que lleva a bendecir una imagen leyendo el periódico que ridiculiza a la Iglesia. Gente que siente a Cristo palpitante y muy cerca, y gente que ve en el comunismo la panacea para todos los males. Gente que cree y que no cree al mismo tiem¬ po, gente que ama y odia, gente que anhela y desespera. Son personas como las demás, pe¬ ro que luchan denodadamente para un futuro mejor; personas con la inquietud de su situación actual y con la prisa del tiempo. Personas que viven de la esperanza, que no están satisfechas con la quietud de la meta conseguida.

Y en medio de todo el hombre siente la
angustia de su pequeñez y de su limitación y
busca salidas de sí mismo tan diferentes como en la bebida convirtiéndola en artificial escape de la realidad; en las diversiones incontroladas
y sin sentido; en los paseos y viajes al campo sin fronteras ni prohibiciones; en los placeres del cuerpo; en el deleite intelectual de la re¬ flexión; en la religión de alcances infinitos... Todo lo que tiene a mano, lo intenta el hombre en su ansia ilimitada de felicidad: religión, pla¬ cer, investigación, amistad...
¿Qué función ejerce la parroquia frente a los graves problemas que aquejan a la comunidad
cristiana?

A nuestros feligreses les molesta el anacrónico compás de la campana de la hacienda.
Nuestra parroquia es una unidad con extraor¬ dinaria diversidad. Existen lugares donde el pol¬ vo del camino, la suciedad y los insectos forman el triste marco de unas habitaciones que más bien parecen chozas. Hay asfixiantes corralones en que un mínimo espacio alberga al máximo de seres. Pero también hay zonas donde el hom¬ bre ha roto la estrechez de la vivienda, hacién¬ dola más adecuada para el descanso y sosiego de su persona. Hermosas urbanizaciones de atrayente verdor, parques bien cuidados y pistas asfaltadas. Así es nuestra parroquia: variada co¬ mo variado es el esfuerzo del hombre para al¬ canzar su bienestar.

El campo donde tiene que actuar el sacerdote es, ante todo, el del espíritu con toda su com¬ pleja gama de valores. Los feligreses a veces exigen del pastor de almas que se ponga al frente de instituciones de carácter social, mé¬ dico, escolar..., desplazándolo del verdadero cen¬ tro de sus actividades espirituales. La parroquia tiene esta función específica: las almas. Su na¬ turaleza íntima y su comunicación con la divi¬ nidad, su estructura y sus reacciones, su alcance y su limitación. El deber del sacerdote es solu¬ cionar los problemas del alma y dejar a otras instituciones la tarea de resolver las otras exi¬ gencias de la vida humana.
P. Bartolomé Vanrell, T. O. R.
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o olvidaremos fácilmente aquella magnífica función del 25 del pa¬ sado julio en la Basílica de San Fran¬ cisco de Palma de Mallorca, visibles expectadores de la invisible bajada del Es¬ píritu Santo, en la plenitud del sacerdo¬ cio, sobre un Obispo misionero. Monse¬ ñor Damián Nicolau, hijo de nuestra Provincia religiosa española.
Y me ha parecido justo añadir unas
breves notas a la información que ya ofreció nuestra revista en su último nú¬
mero.
Así comunicó la noticia el
nuevo Obispo
«Ya sabrás que he sido nombrado Obispo. Ahora sí que voy a necesitar más de vuestras oraciones. Voy a conti¬ nuar mi trabajo de albañil entre los
obreros. Ya me falta una uña»...

—dice uno de ellos— he tenido la más grande alegría desde que estoy en Huamachuco. Le felicito a V. de modo espe¬
cial y a toda su familia por esa predi¬ lección que el Señor ha tenido para con
Vdes.»
Un juicio autorizado
Me refiero al Nuncio de Su Santidad en Perú. Sus elogios al trabajo de nues¬ tros misioneros, son múltiples y encen¬ didos. A raíz del nombramiento de Mons. Damián escribe:

Uno piensa en las manos de San Pa¬ blo, que con su trabajo procurábanle el sustento de cada día a él y a los que con él dividían las tareas del apostolado.

Y también en las manos de Jesús, sangrantes en el Calvario...

Los misioneros de HuamachucOy felices con su Obispo
Las cartas de nuestros Padres en Pe¬
rú, eran un grito de filial alborozo. «Hoy

Maqueta de la Catedral de Huamachuco
en construcción. Interior.
9

Mons. Nicolau bautizando en pleno cam¬ po, en uno de sus difíciles viajes apostó¬
licos.
«Su hermano ha merecido la promo¬
ción al Episcopado por sus virtudes hu¬ manas, cristianas, sacerdotales, apostó¬ licas y por su labor, con la cual ha trans¬ formado y continúa transformando el
territorio de la Prelatura en una de las
mejores Circunscripciones Eclesiásticas
del Perú».

¿Exageraciones benévolas?
Sencillamente, no. El Nuncio compro¬ bó personalmente la realidad, y se le es¬ capó la frase: «Esto es un milagro».
En cuanto a la parte material, lean algimos datos. En Huamachuco se ha construido un edificio grande, con ima parte para la Comunidad, otra para el Prelado y Oficinas de la Prelatura, y otra para el Preseminario. Está a punto de terminarse la cuarta parte con unas siete salas destinadas a Oficina Parroquial, Juventudes masculina y femenina, UNEC, FAC, Matrimonios, Niños, etc. Y se ha empezado la construcción de la gran Catedral de 50 metros de longitud por 19 de anchura. Y no hablamos del Convento de las Franciscanas y de su Colegio de la Inmaculada.
En Bolívar se ha construido una igle¬ sia grande y bonita, y se está constru¬ yendo la Casa Parroquial, Salón para Movimiento Familiar, Convento para Re¬ ligiosas y Colegio de Media para chicas.

«Su hermano —sigue diciendo— tiene el espíritu sobrenatural, el espíritu de sacrificio. Su vida, su actividad y su conducta son una verdadera inspiración, edificación, im verdadero ejemplo. Que su Episcopado sea largo y cada día más benéfico».

En Tayabamba se ha construido la Ca¬ sa Parroquial, se ha arreglado la igle¬ sia, y se ha levantado el gran Colegio de Santa Teresa, etc., etc.
El Obispo está orgulloso de sus misio¬ neros, que no cesan en su empeño de elevar el nivel moral y material de la población, y son en todo momento sus abnegados cooperadores.

Un aspecto de la nueva Casa de la Prela¬
tura en Huamachuco,
10

Confirmación de lo de la
encíclica «Populorum progresio»
«En muchas regiones —dice Pablo VI, refiriéndose a los misioneros— supieron colocarse entre los precursores del pro¬ greso material no menos que de la ele vación cultural». El retraso material en Huamachuco era casi increíble antes de la llegada de nuestros Padres. Ni chime¬ neas ni retretes, ni casas que no fueran construidas simplemente de tierra. Nues¬
tros Padres no sólo han construido con
ladrillos, sino que los han fabricado ellos mismos, han sido ellos los ingenieros, maestros de obras, albañiles. Y ahora

va cambiando el aspecto de Huamachuco: son ya muchas las casas hechas con ladrillos, provistas de servicios higiéni¬ cos y de chimenea... Es sólo im botón
de muestra.
En el aspecto moral
En seis años escasos se han legitima¬
do unos 5.000 matrimonios de amance¬ bados. Los niños bautizados eran antes
en un 85 % hijos naturales. Ahora este tanto por ciento ha bajado a un 20 %; y éstos son los hijos de mujeres aban¬ donadas o viudas.
«En Huamachuco se distribuían antes una docena de comuniones mensuales;
ahora se cuentan por millares cada mes, tanto en Huamachuco como en Tayabamba. En los pueblos por donde pasa¬ mos son ya numerosos los que se con¬ fiesan y comulgan. En Huamachuco, además de los Cursillistas, tenemos la Legión de María, Oasis, FAC, UNEC...»
(De una relación de Mons. Nicolau).
El último consuelo de Mons. Nicolau en Mallorca
Son también palabras del nuevo Obis¬
po:
«En el momento de las despedidas, en el aeropuerto de Palma, Dios quiso dar¬
nos un consuelo.
Las señoritas Catalina Riutord y An¬ tonia Fluixá, cuyos experimentos misio¬ nales pudimos presenciar y admirar en Huamachuco, me entregaron un sobre con una cantidad considerable de pese¬ tas, diciendo: Hemos decidido pagar la pensión de imo de sus seminaristas; ahí va la primera entrega.
Seguramente que se lo inspiró ol Se¬ ñor. Era el mejor regalo que podían
ofrecerme».
Roma 27 de Sept. 1967
P. Bartolomé Nicolau T. O. R. See. Gen. de Misiones

La moderna bebida que da
a la leche
el más delicioso sabor
cozi leche es 'úinico! 11

por Gregorio Mofeu, T. O. R.

Crisis en el campo

j\\/| *

onseñor

Añoveros,

obispo de

diócesis de Cádiz-Ceuta, ha publi¬

cado una Pastoral en la que aborda los

grandes problemas del campo, cuyo pa¬

norama es presentado como «socialmen¬

te sombrío». Señala el desprecio a la dig¬

nidad humana de los trabajadores, el

tajísimo nivel cultural, social y religio¬

so, las lamentables condiciones de vida y

de trabajo, verdaderamente indignas de

seres humanos.

Como era de esperar, la instrucción pas¬
toral ha levantado un violento revuelo
en los sectores de la opinión pública na¬ cional. Mientras el periódico «YA» ha apoyado las afirmaciones de Monseñor Añoveros, no han faltado, por desgra¬ cia, firmas —a veces prestigiosas— que
han contribuido a la defensa de situa¬ ciones totalmente indefendibles desde
todos los puntos de vista.
La respuesta del columnista de «ABC» resulta, a la par que divertida, escalo¬
friante. Ante la añrmación del Sr. Obis¬
po, de que las condiciones de vivienda del trabajador son ínfimas, responde aquel señor que los que viven en cho¬ zas con techos de jimco es porque en verano resulta más fresco, o para osten¬ tar motivos de queja. ¡Ironías de la vi¬
da!

Desde luego, siguiendo al citado perio¬ dista, ten j remos que hablar muy pronto de los «pobrecitos» empresarios, de los sacrificados patronos. Alguien ha pro¬ puesto, con cruel humor, que uno de es¬ tos días los ricos desfilen por nuestras calles, pacíficamente, con un mar de pancartas que digan: «Queremos otro yate», «Queremos más caviar para nues¬ tros hijos». A pesar de todo, bienvenidas sean estas pastorales que huyen de la fácil y nada comprometida adulación y

que abordan les problemas en carne vi¬ va, en nuestra sociedad.
Peligro del tabaco
Parece claro que el tabaco perjudica la salud. Al menos eso se desprende de los últimos experimentos realizados. Un pe¬
rro fumaba desde hacía más o menos un
mes. Después de haber fumado el ciga¬ rrillo número 73, apareció muerto. La autopsia demostró varios infartos en ambos pulmones que medían de 5 a 2 mm. El doctor Auerbach, de USA, reali¬ zó el experimento con diez perros. Du¬ rante los 223 días que duró el experi¬ mento, fueron acostumbrándose al ta¬ baco. Cuando se llegó al final del expe¬ rimento, sólo sobrevivían cinco perros.
Los otros habian muerto de afecciones
pulmonares, embolias, etc. Se sacrifica¬ ron los cinco supervivientes y sus pul¬ mones presentaron efisemas, fibrosis es¬ pesa y dilataciones de los sacos aéreos, etc. Por otra parte, otros perros-control que habían estado con los experimenta¬ dos, pero sin fumar, no habían sufrido ningún cambio en su estado general.
En España, parece que los antitaba¬ quistas llevan las de perder. Nadie quie¬ re perderse el regusto de un pitillo de
cuando en cuando. Cada mes se consu¬ men más de 90 millones de «Celtas». Y,
al año, se fuman 27.560 millones de pe¬
setas.
Polémica de las drogas
Si bien en principio las causas de la muerte de Brian Epstein, manager de los Beatles, parecieron un tanto miste¬ riosas, se ha demostrado que se debió a una intoxicación de drogas a las que, al parecer, era aficionado. Al mismo tiem¬ po, corren rumores de que los Beatles nuieren hacer una campaña para pedir

al Gobierno que levante la prohibición de fumar marihuana, haciéndose solida¬ rios con los Rolling Stones, varios de cu¬ yos componentes fueron detenidos por la policia por drogarse. Una página en¬ tera de publicidad del «TIMES» cuesta 280.000 pesetas. Los defensores de la ma¬ rihuana pagaron una página entera y en
ella anunciaron su defensa. Más de se¬ senta personas, muchas de ellas conoci¬
dísimas, firmaban la página. Entre ellas, había los Beatles, Graban Greene, David Baily, etc.
Los argumentos o tesis de defensa di¬ cen que «la ley que prohibe la marihua¬ na es inmoral en su principio, e impo¬ sible de aplicar en la práctica». O que «el que intenta sancionar cada posible acto humano por medio de una ley, fomen¬ tará el crimen en vez de atenuarlo». Y un poeta ya ha escrito el poema de la marihuana, que tiene nombre de mujer. De mujer prohibida, naturalmente.
«Y en tus brazos desnudos recostado vivo dos vidas a la vez,
profundamente, la mía, mi vida viva, y la vida uniforme de todos los probrecitos
insatisfechos de la Tierra»
Uno piensa que, al estar tranquilos de conciencia, no se necesita para nada de las drogas. El mismo estado de eufo¬ ria mental y de alucinación que algunos se proporcionan con las drogas, se lo puede proporcionar uno con un simple acto de voluntad y de aceptación de la voluntad de un Dios que es Padre.

su autonomía. De lo contrario, «la clase obrera verá confirmada su convicción de
que la. Iglesia española está comprome¬ tida con las potencias económicas y po¬ líticas en el poder».
El cardenal Bueno Monreal ha afirma¬
do; «Es necesario pensar especialmente en los obreros, no sólo porque son más numerosos, sino también porque la Igle¬ sia quiere ser la Iglesia de todos y par¬ ticularmente de los pobres». El aleja¬ miento del mundo obrero hay que atribuirlo en buena parte al gran escán¬
dalo masivo de muchos cristianos en su
conducta, social. Nuestro primer testi¬
monio debe ser el de una vida de cari¬
dad y de justicia consecuentes con nuestra fe. «Hace falta, por tanto, recha¬ zar todo lujo, todo derroche «que son un duro contrasentido si el que despilfa¬ rra es públicamente creyente». Y refirién¬ dose al sacerdote, ha afirmado: «Debe tener una valentía profètica para denun¬ ciar con prudencia las injusticias de nuestro mundo, rechazando las relacio¬ nes con aquellas personas cuya conducta está fundamentalmente manchada con faltas de caridad y de justicia».
Por su parte, el obispo de Málaga, Monseñor Benavent, ha dicho: A los ’ obreros, «un vivo sentimiento de la jus¬
ticia les hace totalmente inconformes con una sociedad que pretende ser cris¬
tiana y que está lejos de serlo en sus estructuras y relaciones económico-so¬ ciales. Nuestra inconsecuencia personal y colectiva es la que ha elevado la ba¬ rrera que separa, dolorosamente por un'^ y otra parte, a los pobres y a la Iglesia».

Hablan los Obispos españoles
«Los católicos españoles perderán la fe, si España no conoce en los años veni¬ deros una mayor justicia social», han afirmado los Obispos españoles, después de la asamblea plenaria. Si las herman¬ dades obreras (HOAC) han rehusado participar en las jornadas nacionales de Acción Católica ha sido para mantener
13

PÀGINA
EX. CIPRÉS
Quizá nació en Judea, pero se ha hecho ciudadano en todos
los cementerios de la tierra.
Parece un grito que ha cuajado en árbol o un padrenuestro hecho ramaje quieto. No ampara ni cobija. Siempre clama
por los muertos.
Y si a veces se enrosca por su tronco
un rosal que florece en los veranos, como un trapense extático no siente la brasa de la flor sobre sus gajos.
Tiene pasta de asceta, el solitario.
O pasta de abstraído.
Pero si uno está hastiado o está triste, le hace bien recostarse contra el tronco
recto y liso.
Se siente algo sedante en la mejilla,
como si dentro del leñoso tallo una intuición ardiente y sensitiva
compadeciera el gesto de cansancio.
Nunca el ciprés comprenderá la risa, la plenitud, la primavera, el alba. Sólo se da a la angustia de los hombres y arrulla el sueño eterno como un aya.
Es un gran dedo vegetal que siempre está indicando al ruido: ¡calla!
Juana DE IBARBOUROU (n. 1895)
EX. CIPRÉS DEL CLAUSTRO DE
SANTO DOMINGO DE SILOS
Silencioso ciprés que en la limpia tersura del estanque, retratas tu severa figura; que levantas la cresta, por la luna argentada, al magnífico enigma de la noche azulada, y besas con tu sombra larga los capiteles, que labraron antaño prodigiosos cinceles; algo grande hay en ti, que me invita a pensar y a soñar, y a sentir, y a morir, y a cantar; algo grande, muy grande, que endulza el sufrimiento, que, en las horas de angustia y de aniquilamiento, aquel lácteo camino me señala del cielo, y levanta mis ansias y despierta mi anhelo; bajo el serio ropaje, se diría que siente, que medita y que sueña algún alma doliente...
Silencioso ciprés, cuya negra silueta, como un dedo gigante, me señala una meta allá lejos, muy lejos...: un palacio de bruma,
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L·ITERÀRZA
una isla de oro, una ilusión de espuma, la sombra imperceptible de una forma querida que sin cesar persigue al alma dolorida...
¡Oh, galán de la noche! Arbol dulce y amigo, compañero del monje, de sus luchas testigo: tú recoges sus rezos y sus cálidos cantos; te envuelven sus miradas, sus anhelos de santos y te asocias muy grave a sus mil postraciones si el viento te combate cuando sus oraciones.
Tú compartes sus éxtasis, con sus pesares lloras, y en la esfera estrellada enumeras sus horas; desgarras los cendales de la desesperanza,
el corazón le llenas de una dulce añoranza
y el sueño le vigilas, quieto, inimitable y fuerte: el sueño de la vida y el sueño de la muerte.
—¡Oh, ciprés, que en la página de la noche infinita
deletreas la «Summa» con luceros escrita...!
Grave seor teólogo, árbol dulce y amigo, de los monjes hermano, de sus dichas testigo: tal vez roza la gracia divina tu espesura, y comprendes lo cuerdo de su excelsa locura, el orgullo celeste que vibra en su humildad, el ardor de sus frías llamas de castidad, la gloria de su ayuno, su coro y su cilicio, la cumbre de deleite que hay en su sacrificio. Y un día dedujiste, ciprés meditabundo, que eran los aristócratas del amor en el mundo. A unos pálidos príncipes, por amor encantados, guardas, como el dragón de los cuentos dorados.
Ciprés fuerte, a las furias indeleble y extático, como la verdad santa, santo ciprés dogmático, nuestro hermano más viejo, con ese gran sayal y con su puntiaguda capucha monacal... En tu espesura cónica y alargada, maestro, ¿no hay un secreto oculto, que es el secreto nuestro? No es secreto de miedo, de tristeza o de llanto, de vana podredumbre, de olvido y camposanto. Ciprés de la esperanza, pocos han comprendido, por no saber oírte, tu profundo sentido, tu profundo sentido de un vago más allá en el que la alegría no se marchitará.
¡Oh, ciprés misterioso, alto, noble y austero, compañero del monje, dulce y fiel compañero! Viejo ciprés del claustro, que en los días de oro, llenos de luz, de alas y de salmos de coro, esponjas el ramaje, vibras como un salterio y eres el corazón del viejo monasterio...
¡ Oh, ciprés misterioso! Gigantesco ciprés, tu cabeza en el cielo y en la tierra los pies... Yo te adoro por grande, por piadoso y por bueno, por tu grave semblante, por tu aspecto sereno, porque huyes de la vida en tu recta ascensión, V te das al ensueño y a la contemplación; te quiero por poeta, por altivo te quiero, compañero del monje, dulce y fiel compañero...
Fray Justo PEREZ DE URBEL (n. 1895)
15

%Lna ftoreciUa de San Trancisco

FRAY CONRADO

pray Conrado de Offida, celador de la pobreza evangélica y de la Regla de San Francisco, fue por su piadosa vi¬ da y grandes méritos tan acepto de Dios que Cristo bendito lo honró en vi¬ da y muerte con muchos milagros.
Llegó una vez como forastero al con¬ vento de Offida y le rogaron los frailes, por amor de Dios y por caridad, que amonestase a im fraile que allí había, el cual se portaba tan pueril, licenciosa y desordenadamente, que a toda la comu¬ nidad perturbaba, lo mismo a los viejos que a los jóvenes, y del Oficio divino y demás observancias regulares poco o na¬
da se cuidaba.

dad, así después tenía a todos contentos y edificados, y le amaban entrañable¬
mente.
Fue Dios servido que, a poco de su conversión, muriese este joven, de lo que se dolieron mucho los frailes; y, al¬ gunos días después de la muerte, su al¬ ma se apareció a fray Conrado, que es¬ taba orando devotamente delante del al¬ tar de dicho convento, y le saludó re¬ verentemente como a padre.
—¿Quién eres tú? —preguntó fray Con¬
rado.
—Soy —respondió— el alma del fraile joven que murió estos días.

Fray Conrado, por compasión hacia el joven y por la súplica de aquellos frai¬ les, le llamó aparte y con ferviente cari¬ dad le dijo tan eficaces y devotas pala¬ bras que, obrando la divina gracia, cam¬ bió repentinamente, transformándose en viejo por las costumbres el que era ni¬ ño; y se hizo tan obediente, benigno, so¬ lícito, devoto, y tan pacífico, obsequioso y aplicado a las obras de virtud que, co¬ mo antes perturbaba a toda la comuni¬

—^¿Qué es de ti, hijo carísimo? —pre¬ guntó de nuevo fray Conrado.
—Padre carísimo —contestó—, por la gracia de Dios y por tu doctrina estoy bien, porque no estoy condenado; pero por mis pecados, que no tuve tiempo de purgar bastante, sufro grandísimas pe¬ nas en el purgatorio. Te ruego, padre, que, como por tu piedad me socorriste en vida, me socorras también ahora en

mis penas, rezando por mí algunos pa¬ drenuestros, porque tu oración es muy
acenta a Dios.
Rezó fray Conrado un padrenuestro y réquiem, y le dijo aquella alma;
—¡Oh padre carísimo, cuánto bien y refrigerio siento! Ahora te pido que lo
reces otra vez.

Viendo fray Conrado que con su or.ación recibía tanto alivio esta alma, re¬ zó cien padrenuestros, y cuando los hu¬ bo concluido, le dijo ella:
—Te doy las gracias de parte de Dios, carísimo padre, por la caridad que has tenido conmigo; pues por tu oración es¬ toy libre de todas las penas y me voy al
reino de los cielos.

Y habiéndolo hecho fray Conrado, di¬ jo el alma;
—Santo Padre, cuando rezas por mí, me siento toda aliviada; te ruego que no ceses de orar por mí.

—Y dicho esto, desapareció.
Entonces Fray Conrado, con grandísi¬ ma alegría, consoló a los frailes, refi¬
riéndoles detalladamente toda esta vi¬ sión.

AL COMPAS DE NUESTRO TIEMPO

VOCACION AL CRECIMIENTO

«En los designios de Dios cada honnbre está llamado a desarrollarse, porque toda vi¬ da es una vocación. Desde su nacimiento, ha sido dado a todos, como en germen, un con¬ junto de aptitudes y de cualidades para ha¬ cerlas fructificar: su floración, fruto de la educación recibida en el propio ambiente y del esfuerzo personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el destino, que le ha sido propuesto por el Creador. Dotado de inteli¬ gencia y de libertad, el hombre es respon¬ sable de su crecimiento, lo mismo que de su salvación. Ayudado, y a veces estorbado, por los que lo educan o rodean, cada uno permanece siempre, sean los que sean los influjos que sobre él se ejercen, el artífice principal de su éxito o de su fracaso: por sólo el esfuerzo de su inteligencia y de su voluntad cada hombre puede crecer en hu¬

manidad, valer más, ser más.
Por otra parte, este crecimiento no es fa¬ cultativo. De la misma manera que la crea¬ ción entera está ordenada a su Creador, la creatura espiritual está obligada a orientar espontáneamente su vida hacia Dios, verdad primera y bien soberano. Resulta así que el crecimiento humano constituye como un re¬ sumen de nuestros deberes. Más aún, esta armonía de la naturaleza, enriquecida por el esfuerzo personal y responsable, está llama¬ da a superarse a sí misma. Por su inserción en el Cristo vivo, el hombre tiene el camino abierto hacia un progreso nuevo, hacia un humanismo trascendental, que le da su mayor plenitud; tal es la finalidad suprema del des¬ arrollo personal».
Pablo VI, «POPULORUM PROGRESSIO»

fratf rojo enireoisia a...

Algo nuevo estaba ocurriendo en mí. Una experiencia nueva y, como tal, inex¬ plicable, indefinible, como la visión del primer jardín o como para el adoles¬ cente el primer amor o el primer beso...
Necesité mirarme al espejo. ¡Era cier¬ to! No me lo quería creer. Me había parecido un sueño... Pero no. Mis ojos estaban húmedos aún y, sobre mi meji¬ lla, una lágrima...
¡Una lágrima..., mía! Como una dimi¬
nuta caracola de cristal iba resbalando lentamente sobre mi rostro, dejando
tras de sí una estela de arco iris peniten¬
cial...

—No te comprendo...
—Las cartas y tarjetas postales suelen tener dos destinos. El primero, es el buzón de correos. El segundo, la direc¬ ción que ha escrito el remitente. Noso¬ tras I—las lágrimas—, como las cartas y tarjetas postales, también. Nuestro pri¬ mer destino suele ser la tierra, la cami¬ sa o el vestido. Vamos resbalando, res¬
balando...
- ¿Y después? —Eso ya depende de la dirección que pongáis. Podemos ir a Dios, o volver de nuevo a estar prisioneras en vuestros corazones, o quedar olvidadas como bo¬ nitas postales sin dirección ni sello de
correos...

—¿Tu nombre, por favor? —Las lágrimas no tenemos nombre. —Entonces, ¿cómo os distinguís unas
de otras?
—Por nuestro mayor o menor grado de amor, de penitencia, de dolor...
—¿De dónde vienes? —De tu corazón. ¿No te has dado cuenta? Por fin me has dejado salir... —Lo dices en un tono... Como si te hubiese tenido prisionera por largo tiempo. —Y en efecto, fray Rojo, así era. Tú no lo sabías, pero así era...
—¿Dónde vas?
Insinúa una sonrisa...
—Donde tú quieras.

Mi diminuta caracola de cristal sigue avanzando lenta, pero inexorablemente. Sonríe con una sonrisa triste, como la de La Gioconda. Con una de esas sonri¬ sas que, sin decirte nada, te están acu¬ sando de no sabes qué...
—¿Por qué saliste de mí? ¿Quién te dio permiso para ello?
—¡Qué soberbios sois los hombres! Y, al mismo tiempo, cuánta timidez hay en vosotros. Aunque os creáis «duros», ne¬
cesitáis llorar. Al fin un día os enfrenta¬
réis con vosotros mismos y nos permi¬
tís salir del arca de vuestro corazón co¬
mo si fuésemos palomas mensajeras en busca de vuestra perdida paz. Un mun¬ do nuevo se abre ante vuestros ojos, aunque sea tan viejo como la misma creación: amor, comprensión, libertad...

Pero ese mundo llega de nuevo a vuestro corazón y, como estrellas que indican esa llegada, nos encendemos nosotras en vuestras mejillas; por más que, en vues¬ tra tontería, tratéis de disimularnos.
—Es que el llorar es de mujeres...
—Te equivocas, fray Rojo. El llorar es de personas con sentimientos. Te lo repito: cuando los hombres nos des¬ preciáis es porque tenéis vuestros cora¬ zones duros, leñosos y retorcidos.
—¿Qué quisieras dejar en mí durante tu recorrido por mi mejilla?
—Dulzura.
—¿Y quitarme?
—Presunción. Supervaloración de ti mismo...
—¿Qué mensaje dejas escrito en tu
estela de arco iris?
—El de que se cogen más moscas con una gota de miel que con un barril de

vinagre. ¡Pero jamás lo llegaréis a com¬ prender, aunque pasen diez mil años?
—¿Tu última palabra?
No pudo decírmela. Mi diminuta cara¬ cola de cristal resbaló y mi torpeza no supo recogerla a tiempo. Miré mis ma¬ nos. Estaban vacías mientras, a mis pies, comenzaban a nacer pequeñas flo¬ res con toda la gama de los colores del
arco iris.
Aún sigo triste. Mi diminuta caracola de cristal —mi lágrima—, llegó a su pri¬ mer destino, como las cartas al buzón. Pero mi corazón duro, leñoso y retorci¬ do como los árboles salvajes, no quiere
escribir la dirección definitiva. Mientras
tanto, esperando, unas flores, mustias ya, con toda la gama de los colores del arco iris, se asemejan a una triste y abandonada tarjeta postal...

EL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño: flecha de fe, saeta de esperanza. Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza, peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce, firme, qué ansiedades sentí de diluirme y ascender como tú. vuelto en cristales.
como tú, negra torre de arduos filos, ejemplo de delirios verticales, mudo ciprés en el fervor de Silos.
Gerardo DIEGO (ii. 1896)
19

íigína del 'CTcrcIarto

4.”

II.—.—NVTAELROCSAMBIOSCONCENTRACIÓN
FRANCISCANA EN MENORCA

«El franciscanismo está
vivo y floreciente » [Pablo VI)

Grupo de terciarios mallorquines que asistieron a la concentración de la T. O. F. menorquina (24-X-67).

I.—RECORDANDO QUE ES GERUNDIO
Es ya un nuevo retazo de historia en la T. O. F. de Baleares la magna asamblea cele¬ brada día 24 de septiembre, en la pintoresca villa menorquina de San Cristóbal (Migjorn).
En años consecutivos, y concretamente cada cuarto domingo de septiembre, la T. O. F. de Menorca se ha reunido para vivir una jornada de fraternidad franciscana, y para recordar exi¬ gencias evangélicas.
En los años 1964, 65 y 66, subimos al San¬ tuario de Nuestra Señora de Monte-El Toro,
donde los terciarios hicimos unas horas de ora¬

presencia del P. Comisario Provincials de la T. O. F. de la Obediencia Capuchina, puesto que el enecuentro anual que comentamos siem¬ pre ha sido organizado con carácter interobe¬
diencial.
DE «EMBAJADAS».
A la hora, por cierto, de recordar anteceden¬ tes y realidades de esas jubilosas y espirituales peregrinaciones, nos resulta grato consignar el hecho de que en las tres últimas ha habido una numerosa representación de la T. O. F. de Ma¬ llorca, como también debemos señalar que al¬ gunas Hermandades de nuestra isla «blanca y

ción, nos tratamos y nos conocimos, y juntos azul» han enviado un grupo a la jornada fran¬

revisamos obligaciones especiales que nos acom¬ ciscana que se celebra en Mallorca el primer

pañan en la hora presente.

domingo de junio.

Este año, empero, razones de fuerza mayor impidieron nuestra subida al Trono de la Pa¬ trona de nuestra Diócesis. Entonces se pensó en MIGJORN, como escenario principal para el día de fraternidad que debíamos celebrar otra vez los franciscanos seglares de Menorca.
Al igual qfue en años anterdores, nuestra concentración fue presidida por xm representan¬ te del Sr. Obispo y por el P. Comisario Provin¬ cial do la T. 0. F., Fr, Jaime Tugores, T. O. R. En 1964, también nos vimos honrados con la

ELEMENTOS
Igualmente es de justicia hacer constar que la Fraternidad menorquina que siempre ha en¬ viado mayor número de miembros a las concen¬ traciones celebradas en las dos islas, ha sido la que radica en la iglesia de San Franeisco de Asís, Cindadela. Esos grupos han ido acompa¬ ñados en toda ocasión, por el dinámico Direc¬ tor de la citada Hermandad, Rdo. don Fernan¬ do Cortés Benejam, alma, por otra parte, jun-

to con el P. Tugores, de la organización de las citadas jornadas, vividas estos últimos años por
los terciarios franciscanos de la diócesis. Y pe¬
VIV.—.—MCIOGLJOABRNR,CIONcaríamosdeingratossinodestacásemoslasbri¬
llantes intervenciones que ha tenido, cada año,
el Ministro de la referida Hermandad de Cin¬
dadela, el Hno. Domingo Marqués. ¡ Cómo ha hecho vibrar nuestro espíritu por los bellos idea¬ les franciscanos cada vez que nos ha hablado en el Santuario de Monte-Toro, o en Muro o en Migjorn!
Valiosa ha sido asimismo la ayuda que han prestado las Religiosas Franciscanas Hijas de la Misericordia. Han colaborado bajo no pocos aspectos, y su presencia entre nosotros, ha dejado un vivo testimonio de sincera «germanor» fran¬ ciscana, animándonos a los terciarios.
CUALIFICADA
Pero, mientras cumplo un encargo, recibido para los lectores de EL HERALDO DE CRISTO, encargo que supone —se me dijo— brindar al¬ gunos datos históricos de las citadas concen¬ traciones de la T. O. F. en Menorca, se impone un emocionado recuerdo hacia nuestro difunto Obispo, Exemo. y Rdmo. Dr. don Bartolomé Pascual (q. s. g. h.). El y su Vicario General, limo. Sr. don Juan Jaume, dieron todas las facilidades posibles y demostraron sumo interés por la celebración de unas jomadas que hacen Iglesia, por el programa que se desarrolla y por el espíritu que se infunde.
24 SEPTIEMBRE 1967
El encuentro de este año en Migjorn, fue así. Después de haber llegado varios autocares de peregrinos de Cindadela, otro con los ter¬ ciarios mallorquines, y varios más procedentes do Alayor, Mercadal y Ferreries, empezó, a las 11 y en el templo parroquial, la Misa concele¬ brada por el Delegado de nuestro Administra¬ dor Apostólico, el citado Rdo. Sr. Cortés, por el Comisario Provincial, Fr. Jaume Tugores, T. O. R., y por el Encargado de la parroquia, Rdo. Subirats. Fueron ayudados por los religio¬ sos franciscanos, Fr. Justo Salvador, Fr. Damián Coll —hijo de Migjorn— y Fr. Lorenzo Serve¬
ra. Pronunció muy interesante homilía el ya referido Sr. Cortés. Destacó cómo el francisvanismo se nutre del Evangelio, y especificó al¬ gunos elementos característicos del carisma de

Francisco de Asís, invitándonos, lógicamente, a vivir la versión seglar de dicho carisma.
VI.—ACTO DE AFIRMACION APOSTOLICOFRANCISCANA
Tuvo lugar, a las 12 en punto, en el Teatro Principal. El local estuvo hasta los topes.
El popular Fr. Damián actuó de magnífico presentador. Cedió la palabra, en primer lugar, al seglar franciscano de Artá, Hno. Antonio Ginard, el cual, con gracejo y no poca maña, nos deleitó a todos a través de sus anécdotas, y nos aconsejó sobre la formalidad con que hemos
de vivir nuestra condición de terciarios.
Habló seguidamente el ya citado Ministro de Cindadela, Hno. Domingo Marqués. Otra vez acaparó nuestra entusiasta atención, porque otra vez supo decirnos la mar de bien aquellas ver¬ dades que nos hacen falta.
A continuación, fue el susodicho Comisario Provincial, Fr. Jaume Tugores, quien tomó la palabra. Con el fuego que sabe poner en ella, nos relató, breve y ardorosamente, las bellas realidades que se están palpando nuevamente
dentro de la T. 0. F. de España, añadiendo que en el Comisariado de las Baleares se trabaja muy activamente para que todas las Hermanda¬ des se pongan en ejemplar línea posconciliar. Agradeció la interesante colaboración que ha re¬
cibido la Junta Provincial de la T. O. F. por parte de Menorca, y nos invitó a que trimes¬ tralmente organicemos unas jornadas de fra¬ ternidad entre los terciarios de las dos Obebiencias, al igual que ya se está haciendo en Ma-
^
OBSEQUIE A SUS FAMILIARES Y AMIGOS CON UNA SUSCRIPCION
ANUAL A

«EL HERALDO DE CRISTO»

Es una manera cordial de
repetir por 12 meses:

«ME ACUERDO DE TI»

Horca. Después dio lectura a una carta oportu¬ nísima de su P. Provincial, Muy Rdo. P. Miguel Pascual, T. O. R., el cual, en los primeros días de su cargo, hacía constar que aquellas líneas constituían el primer contacto oficial con la
T. 0. F. de Baleares. Fueron unas amables le¬
tras, muy llenas de calor franciscano y eclesial, a los que correspondimos con una fuerte salva de aplausos.
Finalmente, el Rdo. don Fernando Cortés, que, como, se ha dicho, ostentaba la representación de nuestro Administrador Apostólico, cerró los distintos parlamentos con verdadero broche de oro. insistió en la idea de que debemos seguir fielmente las huellas del gran Francisco de Asís., hizo precisas indicaciones y recibió el merecido aplauso de todos los asistentes.

Nota destacada del acto que estamos comen¬ tando fue la brillante actuación del renombrado
conjunto de baile folklórico de la villa de San Cristóbal. Actuando por pura cortesía y amabili¬ dad para con T. O. F., dieron una extraordinaria
exhibición de las danzas menorquinas con tanto acierto, con tanta gracia y justeza, que se pro¬ longaron enormemente las ovaciones del público.
Gustosamente cumplo con el encargo de ha¬ cerles llegar cordial felicitación y la más pro¬ funda gratitud de parte de la Junta Provincial
de la T. 0. F.
Sea todo en alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.
P. T. F.

NUESTROS DIFUNTOS
SA POBLA.—Día 17 de julio, D. Miguel Martorell, padre de la Religiosa Franciscana,
Sor Bárbara de Sania Teresa.
CAMPOS DEL PUERTO.—La terciaria franciscana, D.°,Lucía Mesquida Perelló (12 setiembre).
INCA.—D ° Catalina Llompart Prats (17 mayo), de la T. O. F.

EJERCICIOS ESPIRITUALES PARA TERCIARIAS
Lugar: Casa de Ejercicios de las MM. Reparadoras. Calle: Rosa, 11 - Palma de Mallorca.
Fechas: Desde las 8 de la tarde del día 25 de noviembre hasta las 19 horas del día 28 del mismo mes.
Modalidad: En completo retiro. Predicador: Rdo. P. José Isorna, Franciscano, Comisario Provin¬
cial de la T. O. F. de Galicia.
Organiza: Junta Provincial de la T. O. F. de Baleares. Inscripciones: Director de la T. O. F., o Secretaria Provincial de
la T. O. F., Srta. Isabel Ferretjans Sastre. Calle Santo Espíritu, 26, 2.'-’ - Palma de Mallorca.
Limosna: 300 pesetas.
Plazo de inscripción: Hasta el 19 de noviembre. Terciarias, casadas o solteras: Aprovechad esa magnífica ocasión
para la renovación de vuestro espíritu.
22

NUESTRA pequeña
HISTORIA

Vtedio siglo atrás,,.

Mes de noviembre y un tema obligado; los
difuntos. Véanse epígrafes de aquel nú¬ mero de 1917; «Los Santos y los Difuntos», «Lux aeterna luceat eis», «Veniu els qui plorau», «Beati mortui!...», «El dia dels morts», «El día de los Difuntos». Ya está bien. Y nosotros no reprobamos que las cosas vistan el color de la temporada.
Recorramos más despacio aquellas páginas, sembradas de ideas ya patinadas por sus cin¬
cuenta años.
Como las agrupa la Iglesia, agrupadas comen¬ ta Fr. Luquesio, un novel colaborador o un novel seudónimo, las dos solemnidades, destacando su totalidad innominada; todos los Santos, todos los Difuntos.
El sonetillo de Era. J. R., T. O. R., «Lux aeterna luceat eis», es perfecto en su sencillez. Podría ir firmado por María Antonia Salvá, según nues¬ tro modesto parecer.
Hacía ya más de cinco décadas que el ro¬ manticismo había hecho crisis. Pero quedaban todavía esparcidos algunos rescoldos. Era una literatura que aún cautivaba fuertemente las plumas juveniles. Lleó d’Iran, en su artículo «Veniu els qui plorau», en un catalán no muy bien digerido, se va de la mano en cuestión de tópicos románticos: «Era la tarda d’un d'aquells dies lleigs i aborronadors de les darreries de l'autumne», «les negroses ales deis niguls», «el vent udolava més que mai esqueixant-se pla-

nyívol a l'atupar el nuu brancam de les arbre¬ des», «les veïnes serralades... xisclaven amb feresa de monstres esclavitzats; formant el con¬ junt una estranya simfonia de funeral salvatge», «per viarany a penes transitat que porta al fossar», «per la seva faç emmagrida i tenyida d’una grisor cadavèrica», «la pobra titubeja un moment a l'entrada d’aquells camins sepulcrals». Y así todo lo demás; una verdadera exhibición de palabras, ideas e imágenes... románticas.
Sobre una trama casi idéntica, pero en un tono de más contención y comedimiento, hacía también literatura, Veremundo, en su «Beati
mortui!...»
El 7 del pasado octubre la entidad «Nostra Parla» había celebrado unos «Jocs florals». Nues¬ tra revista felicitaba efusivamente a una serie de Terciarios que habían ganado lauros en aque¬ llos «Jocs». Y decía EL HERALDO; «De veras suplicamos al Seráfico Padre S. Francisco, el humilde y al mismo tiempo sublime Poeta de Umbría, que se digne conservarles la inspira¬ ción para gloria de la religión y de la patria y enaltecimiento de la no menos hermosa que poco ha vilipendiada lengua catalana». Los poe¬ tas terciarios premiados eran: Lorenzo Riber, María Antonia Salvà, Miguel Duran, Guillermo Colom, Sebastián Guasp y, en música, por su «Cançó del glosar», José Massot. Y se trans¬ cribía la poesía galardonada con la «Flor natu¬ ral», de Juan Ramis d'Ayreflor (cuyas «Claria¬ nes» y demás poemas dispersos quisiéramos ver

reeditados), «Sor Angelina», de fondo y de forma
tan franciscanos.
Santiago Vilella, Terciario, iniciaba un cuento, «La rueca de la abuela», cuento de damas y caballeros, de frailes, de guerreros y princesas, con nombres de cuño medieval y estilo también ya «démodé» actualmente.

Como siempre, interesante material llenaba la sección «Noticias y variedades». Del título «Efec¬ tos del alcoholismo», cuyo contenido no ha per¬
dido actualidad, entresacamos la siguiente perla;
«El borracho, primero es mono, porque hace monadas, después es toro, porque acomete; y por último es cerdo, porque cae, ronca y se revuelca».

Daniel, siempre fresco y agudo, con su estilo directo y no pocas veces castizo, hilvana tam¬ bién un cuento, «jVaja unes coses...!», que es un verdadero cuadro de costumbres mallorquinas de hace... medio siglo.
Seguía la «Sección catequística» franciscana de Fr. Simón, esta vez sobre naturaleza, insti¬ tución y otros pormenores de la Tercera Orden.
En 3>Crónica franciscana» iba la reseña de las Cuarenta Horas en honor de N. P. S. Francisco, en. el Convento de Inca, celebrados con gran
esplendor y concurrencia, y sermones predicados por el P. Gabriel Tous, T. O. R.
Y también de inca, una peregrinación de jóveneSi >presididas por las Religiosas Franciscanas, al Santuario de nuestra Señora de Cura, con sermones o pláticas del P. Mateo Amorós y el P. Cérdá.

En «Bibliografía» se recensions un opúsculo de de D. Pedro de Alcántara Mulet donde «en ver¬ sos heptasílabos asonatados, y en lenguaje fácil y netamente mallorquín», se compendia la vida del Beato Ramon Llull.
En «Juventud Seráfica» prosigue aún Jiménez, su estudio o ensayo sobre «Influencia de Cisneros en el Arte». Bonaventura Miralles ofrece unos versos: «El día deis morts». A pesar de estar construidos a base de lugares comunes y con un mallorquín mal ahechado, el aprendiz de poeta acierta en alguna estrofa. Citando pa¬ sajes de la biografía del Poverello, Francisco Pons escribe un trabajo que responde al título «San Francisco y la Juventud». Unas breves líneas de Jiménez sobre «El día de Difuntos» cierran la parte literaria de aquel número. Sólo dos grabados de tema religioso lo ilustran.

BODAS DE PLATA DE VIDA RELIGIOSA

Día 7 de agosto, en nuestra iglesia de S. Antonio de Padua de la villa de Arta, celebró las Bodas de Plata de su vida religiosa. Fray Antonio Payeras Jordá,
T. O. R.
Con tal motivo, tuvo lugar la celebra¬ ción de una solemne misa, durante la
cual hubo una homilía sobre las excelen¬
cias y dignidad de la vida religiosa.
Ocupó puesto de honor en el presbi¬ terio el Excmo. y Rdmo. P. Damián Ni¬ colau, T. O. R., Obispo en Huamachuco,

y antiguo Prior de nuestro convento de
Artá.
Los Rdos. P. Bartolomé Nicolau, Defidor General, R. Ginard Amorós, ]VÍ. Tous Gayá y J. Rullán, junto con muchos hijos del pueblo artanense, se unieron gozosa¬ mente a la brillante función religiosa, durante la cual pulsó el órgano el Rdo. P. Rafael Ginard Bauça.
A las muchas felicitaciones recibidas
por Fray Antonio, unimos la nuestra muy cordial.

l£o que Los otros escriben

BIENAVENTURANZAS DEL DEPORTISTA

En 1564 nació en Gordejuela (Vizcaya) fray Francisco de Baráscola, que a los treinta y tres años de edad fue martirizado por los indios de Gualé, en Asao (Georgia). Fray Francisco se distinguió por su afán evangelizador y por su gran afición al deporte. Hasta tal punto aunó el de Gordejuela esas dos face¬ tas, que ahora abogan en Bilbao para que sea «nombrado» patrono de los que practican algún deporte. El asunto ha tenido buena acogida y mañana (decía el periódico «YA», de donde copiamos esas líneas) será inaugurado en las cumbres ¡de Gordejuela un monumento en memoria del mártir atleta. De todo esto se ocupa extensamente el diario «Hierro», que inserta, como home¬ naje al fraile Baráscola, «las bienaventuranzas del deportista». Helas aquí:

Bienaventurados los que cultivan su cuerpo, porque es obra del Espí¬

ritu Santo

II. III.

Bienaventurados los que luchan por ganar un trofeo, porque se esfor¬ zarán más por el premio que no perece. Bienaventurados los que al aire se divierten, porque no pudren el co¬

razón.

IV. Bienaventurados los que juegan con coraje y sin ira, porque se están

haciendo hombres.

V. Bienaventurados los que aceptan la derrota sin venganza, porque se están

haciendo cristianos,

V.I Bienaventurados los que saben jugar en equipo, porque a la vida hemos de ir juntos.

VII. Bienaventurados los que disciplinan su cuerpo en el deporte, porque a

la vez templan su espíritu contra la tentación.

VIII. Bienaventurados los que en el juego y en la vida se consideran espec-

tácrdo de los hombres y de Dios.

ORACIÓN PARA QUITAR EL EGOÍSMO
SEÑOR:
Cuando tenga hambre, que haya alguien a quien tenga que alimentar.
Cuando tenga sed, que haya alguien a quien tenga que dar de beber.
Cuando tenga frío, que haya alguien a quien tenga que vestir.
Cuando tenga tristeza, que haya alguien a quien tenga que consolar.
Cuando me pese mi cruz, que tenga que cargar con la de algún otro.
Cuando sea pobre, que haya alguien a quien tenga que dar limosna.
Cuando no tenga tiempo,
que haya alguien a quien tenga que entregar parte del mío.
Cuando esté humillado,
que haya alguien a quien tenga que alabar.
Cuando esté herido, que haya alguien a quien tenga que curar.
Cuando esté caído y desanimado, que haya alguien a quien tenga que levantar.
Cuando necesite comprensión,
que líaya alguien a quien tenga que dar la mía.
Cuando necesite que se preocupen de mí, que tenga yo que preocuparme por los demás.
De «MISIONES»
25

El P. José M.® Vidal Ro¬
ca, que día 17 del pasado mes de septiembre cele¬
bró la Primera Misa en la Basílica de San Francisco de Palma.
Reciba nuestra cordial enhorabuena.
TAMBIEN USTED PUEDE TENER UN HIJO MISIONERO
ALARMA: Están disminuyendo los MISIONEROS. En seis años, en Africa y Asia han disminuido 3 000 misioneros Mientras que, en seis
años, han aumentado los cristianos en 12 millones.
ADOPTA UN ASPIRANTE A MISIONERO
Necesita tu ayuda, tu colaboración. Tú no puedes ir a las MISIONES, pero puedes ayudar a los que van. ¿Cómo puede realizarse la adopción? En oraciones y sacrificios: Todo lo que puedas. En dinero: Pagando el vestido, los alimentos, etc. Te ponemos una ayuda mínima, para que adoptes un MISIONERO:
Por un año: 2.000 pesetas. Por toda la carrera: 15.000 pesetas. Dirige tu correspondencia o: Secretario Provincial de Misiones. Pza. San Francisco, 1 Palma.
26

PREGUNTA OPORTUNA
Un turista norteamericano está reco¬
rriendo un museo de pinturas y se de¬
tiene a observar a im estudiante que se
halla copiando imo de los cuadros. La obra está ya casi terminada. El tu¬
rista la contempla y le dice al copista: —¿Qué hará usted con el cuadro vie¬
jo cuando termine de pintar el nuevo?

NUEVA UNIDAD MONETARIA
En la joyería, el cliente examina al¬ gunas joyas valiosas y pregunta:
—¿Cuánto vale este broche de diaman¬
tes? '—^Un millón.
'—¡Diablo! Sigue mirando joyas e inquiere: —Y este collar, ¿qué vale?
—Pues... dos diablos.

EDUCACION
La señora va conduciendo el coche y a
su lado lleva una hija suya de ocho
años.
La niña, de vez en cuando lanza una risa muy sonora y alegre.
Y la mamá le dice:
I—^Nena, no debes reirte así cada vez que estoy a punto de atropellar a al¬ guien.

MATEMATICAS
En una reunión, uno de los concurren¬ tes le dice a su interlocutor, respondien¬ do a una pregunta suya:
—Pues... empecé en 1938 y estamos ahora en 1962, lo que supone dos más diez, más otros diez más otros dos, lo que en total significa...
Queda un momento pensativo y con¬ cluye:
Eso es; eso quiere decir que hace veinticuatro años que soy profesor de
matemáticas.

PARA HACER JUEGO
La señorita va a comprarse zapatos.
Y dice:
}—-Los quiero con el tacón lo más bajo posible; prácticamente, sin tacón.
—Si me permite, señorita —dice el za¬ patero—, usted desea esos zapatos para llevarlos... ¿con qué?
—Pues... para llevarlos con un mucha¬ cho muy bajito de estatura al lado.
DESASTRE
Un comerciante, cuyos asuntos van de mal en peor, dice:
—Si esto sigue así la cifra de ingresos que declaro para el impuesto va a ter¬ minar por ser exacta.

ENVENENADO
Un aristócrata francés, el marqués de Crequi, tenía justa reputación de mur¬ murador y mal hablado.
Hace poco se corrió la voz de que es¬
taba enfermo a consecuencia de haber
ingerido veneno involuntariamente. Será que se ha mordido la lengua-
dijo uno de los conocidos.

MUSICA MODERNA
En un festival de la canción un es¬
pectador le pregimta a su vecino: —¿Por qué ese sujeto que está ante el
micrófono chilla, llora y se mesa los ca¬
bellos?
—Se desespera porque le gustaría sa¬
ber cantar.

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La prensa católica - escribió
Juan XXIIt - «es uno de los ^
medios más poderosos de que se puede servir la palabra de Dios para llegar a los hoga¬ res y hacerse comprender y
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