El Heraldo de Cristo 1965, n. 667
EL HERALDO DE CRISTO
OCTXTBRE: 1965
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PALMA DE MALLORCA

EL HERALDO DE CRISTO

REVISTA MENSUAL DE LOS P. P. FRANCISCANOS DE LA T. O R
OCTUBRE 1965

Año LVI - Núm. 667
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 12695 PALMA DE MALLORCA
•
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ

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NUESTRA PORTADA

Ha empezado la última Sesión del Concilio Vaticano 11. Los Obispos en¬ tran procesionalmente en el Aula Con¬
ciliar. Mientras tanto nosotros perma¬
neceremos «en estado de espera, de fer¬ vor operativo' para captar mejor el fruto del Concilio.

V

>

numero:

Dümund de la Asamblea Cristiana . 3

Ha empezado la última Sesión del

Concilio Vaticano II

...

4

Una política sabia de ayuda a los
Conventos de Clausura ... 6

Estitueig (poesia)

7

A Santiago de Compostela con el

IV Itinerario de la Fe .

.

.

8

Nuestra pequeña historia 10 ...
La fecha de la muerte de Ramón Llull. 11

Nuestras misiones

13

Bodas de plata sacerdotales

.

16

Congreso nacional de la T. O. F en

Santiago de Compostela ... 17

El Centro Mater Misericordiae una

obra de palpitante actualidad
Cuestiones Lulianas

. 19
21

Bibliografía

23

Página de humor . , . . .27

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2

EDITORIAL
Domund de la Asamblea Cristiana
Para quienes el DOMUND no es más que un día de colectas por los «negritos», deberá resultarles extraña la consigna de este año: «Domund de la Asamblea Cristiana». La pintoresca avalancha de hu¬ chas por las calles, asediando los bolsillos, puede que haya hecho ol¬ vidar a muchos la profunda dimensión de este día. Más que a nues¬ tros bolsillos, el DOMUND de todos los años quiere interesar, sacu¬ dir nuestras conciencias, señalando a todo el pueblo de Dios el deber primario de la Iglesia, a saber, la dilatación del reino de Cristo por
el mundo entero.
En la linea de la saludable renovación litúrgica presente, la con¬ signa de este año quiere que todos los que formamos la «Asamblea Cristiana» nos sintamos miembros vivos de una Iglesia puesta por orden divina en permanente estado de misión.
La universalidad cristiana no es una suma artificial de interme¬ diarios especializados y yuxtapuestos. Es una unidad ecuménica cuya más viva significación se nos da en la liturgia. Cuando la comunidad cristiana se reúne y constituye en torno al altar, todas las clases y razas y diferencias desaparecen para fundirse en la gran unidad que
es Cristo.
Hasta la natural discriminación de los sexos queda suprimida por la presencia 3^ la redención de Cristo. El texto de San Pablo es definitivo: «Todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. No hay judío, ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer. Porque todos sois una sola cosa en Cristo lesús» (Gál. III, 27-28).
El DOMUND, al ser la jornada de la catolicidad, es la gran jor¬ nada de la otra justicia social: la justicia social sobrenatural. El pue¬ blo, que tiene un fino instinto para la percepción de las exigencias primarias del Evangelio, respalda siempre al DOMUND con una co¬ laboración elemental, si se quiere, sencilla, pero enormemente ma¬ siva y popular. El DOMUND contribuye a la. redención de todos y es
en cierto sentido una recriminación saludable contra nuestro instin¬
tivo capitalismo espiritual.
El aldabonazo de las Misiones o de la Misión, como hoy se dice, nos llama a un diálogo con el mundo, que no es un coloquio técnico, económico, cultural y ni siquiera humanista, como ha insistido rei¬ teradamente el Papa en su encíclica «Ecclesiam suam»: es un diᬠlogo de salvación, un diálogo misionero, que en primer lugar se orien¬ ta a distribuir entre iodos los hombres las riquezas sobrenaturales de Cristo, llevándoles la fe, la gracia, la incorporación a la gran uni¬ dad social y definitiva, que es el Cuerpo Místico de Cristo.
3

HA

EMPEZADO

LA

ULTIMA

SESION

DEL

CONCILIO

m

VATICANO II

as tinieblas de esta noche del 14 sep¬
tiembre cubren ya la ciudad santa. Lle¬ vamos aún intensamente impresa la emoción de

la insigne reliquia de la Santa Cruz, que tiñó con la púrpura de su Sangre divina nuestro Redentor. ¡ Esa Cruz que continúa siendo la

la grandiosa jornada que ha vuelto a llenar de vida y de luz las enormes graderías del aula conciliar de San Pedro. La entrada del Papa, la

«spes unica», la única esperanza de la Huma¬
nidad!

concelebración, símbolo de unidad, los observa¬ dores no católicos en fraternal contacto con los católicos, la palabra del Vicario de Cristo, im¬ pregnada de deseos de unión de todos en la ver¬ dad, el gentío inmenso cantando en activa par¬ ticipación al rito sagrado, todo hace adivinar una nueva primavera espiritual del mundo en¬
tero.
Y la tarde nos ha regalado un espectáculo
inolvidable. En el marco de una multitud in¬

Todos tenemos un puesto
en el Concilio
Sabemos muy bien, por haberlo repetido tan¬ tas veces el Papa, que el Concilio es de todos. Avivemos más que nunca nuestra conciencia conciliar, el sentido de responsabilidad que to¬
dos llevamos inherente a nuestra condición de
miembros de la Iglesia en esta hora grande pa¬ ra el mundo entero. No podemos contentarnos
con leer las crónicas de cada día sobre las dis¬

contable que llenaba la avenida que va desde
la Basílica Sesoriana hasta la Basílica de San

cusiones y deliberaciones conciliares. No pode¬ mos actuar ya como extraños al Concilio. El

.Juan de Letrán, hemos visto repetirse el im¬ presionante desfile procesional del Episcopado universal, presidido por el Vicario de Cristo, que con profundo espíritu de adoración llevaba

Papa ha dicho: «El Concilio no debe ser pen¬ samiento exclusivo del Papa y de los Obispos, sino que debe interesar a todo el pueblo de Dios, a toda la Iglesia». Por esto añade el Santo Pa-

En la fotografía que ilustra esta página Paulo VI habré la 1 Sesión General de la última fase del Concilio. {El Papa está en la mesa de la Presidencia).

4

dre que se ha de producir «en los ánimos de los buenos hijos de la iglesia un estado de es¬ pera, de suspensión, de apertura y de fervor ope¬ rativo, del cual dependerá después, en gran par¬ te, el fruto del Concilio».
Tremendos problemas a resolver
En la Exhortación Apostólica del 28 de agos¬ to, el Papa hace un elenco de estos problemas que pesan sobre la humanidad. Y entre otros, se refiere a «la incertidumbre angustiosa de in¬ terrogativos sin respuesta, a la erosión de la desconfianza recíproca, a las tristes realidades, nunca vencidas hasta ahora, del sufrimiento, de la enfermedad, del hambre, de la guerra...»
, ¿Va a resolver estos problemas el Concilio? Cntinúa el Santo Padre: «Oh cierto, debemos ser realistas; y no pretendemos por tanto ofre¬
cer con la celebración del Concilio la solución
única e inmediata de estos graves problemas. No obstante es mucha verdad que en el mundo reina una viva expectativa por cuanto va a de¬ cidir el Concilio... y es verdad que el Concilio tendrá un influjo de incalculable eficacia, so¬ bre todo en la vida de la Iglesia».
¿Qué nos toca hacer en esta grande hora?
Es el mismo Pablo VI quien responde a es¬ ta pregunta. Hay que orar intensamente ante
todo:
«Es la oración el medio indispensable que ase¬ gura el éxito del Concilio, y que el Señor suave¬ mente nos enseña para otorgarnos sus favores: «Todo cuanto con fe pidiereis en la oración, lo obtendréis». Y aludiendo a las palabras de Juan XXIII, añade cómo ha de ser la oración para que sea más eficaz: «Y como el Concilio ha de ser un nuevo Pentecostés, la Iglesia entera, una¬ nimiter perseverans, esté unida en oración con el Sucesor de Pedro y con los Sucesores de los Apóstoles, como lo estuvieron en el Cenáculo los

discípulos, en torno de María, Madre de Jesús y Madre nuestra, en los días de espera del Di¬
vino Paráclito».
Continua exposición del
Smo. Sacramento en el Vaticano
Por disposición del Papa, el Santísimo Sacra¬ mento de la Eucaristía quedará expuesto solem¬ nemente durante todo el tiempo de esta última Sesión del Concilio en la Capilla Paulina del Palacio Vaticano, «a fin de que —son palabras de Paulo VI— hacia Jesucristo Eucarístico, cen¬ tro de caridad y vínculo de unidad en la Igle¬ sia, estén continuamente orientados los corazo¬ nes y las oraciones de los Padres Conciliares, de cuantos trabajan en el Concilio, y de aquellos —sacerdotes, almas consagradas, fieles seglares— que prestan sus servicios en Nuestra Casa». Be¬ llo ejemplo a imitar en la medida de lo posible.
El Padre Común quiere verse rodeado de todos sus hijos en
esta hora decisiva
Desea el Santo Padre que en todas las iglesias so levante un coro impresionante de súplicas pa¬ ra el éxito del Concilio, y no quiere que falte
nadie en esta inmensa oración universal: invita
a «los niños inocentes, a los jóvenes generosos y buenos, a los padres y madres de familia»; pide se unan los «amadísimos enfermos», «las Comunidades religiosas masculinas y femeni¬ nas». Todos debemos impetrar del Corazón de Dios el éxito del Concilio, cuyos frutos con tan¬ ta ansia espera el mundo.
Noche del 14 de septiembre... Hemos visto empezar la última Sesión del Concilio Vaticano II. Boguemos para que brille una aurora de paz, de unidad, de vida auténticamente cristia¬
na en el mundo.
Roma ,14 sept. 1965.
P. Bartolomé Nicolau T.O.R-

5

Una. política sabia de ayuda
a los Conventos de Clausura

Las monjas de clausura han pasado años muy malos en el aspecto económico. La Señora Pobre¬ za. que profesaron tan generosamente, siguien¬ do la divina vocación, se ha convertido para mu¬ chas, según frase del inmortal Juan XXIII en
la Señora Miseria. En muchas ocasiones no han
tenido más remedio que implorar la caridad, men¬ digar lo más necesario para la vida.
Las cosas van cambiando. La mayoría de ios
Conventos han triunfado victoriosamente median
te un trabajo penoso, muy conforme, por cierto, con su vocación de sacrificio y de probeza.
Pero todavía existe un buen número de Con¬
ventos, que no terminan de nivelar su balanza de pagos, si es lícito usar una frase altisonan¬ te. Un temporal de lluvias que les cuartea una pared o deja en peligro un techo; la enfermedad de dos o tres Monjas, que ha de curarse con me¬ dicinas caras, las desnivela.
Esta situación de las Monjas que, en ocasio¬ nes, como decíamos, ha sido angustiosa, ha sus¬ citado en muchos corazones, de aquellos que son capaces de comprender la grandeza de esta vida, un sentimiento de compasión, de solidaridad, de
caridad cristiana. Normalmente las iniciativas
inspiradas por este sentimiento, se han orio itado a dar de los propios bienes y recoger de la generosidad de otros las limosnas que han podi¬ do y enviarlas religiosamente, libres de cargas, por decirlo así, a los Conventos más necisitados, o a los que más han podido.
Estas obras de caridad sson admirables y el Se¬ ñor tiene que recompensarlas a la fuerza.
Con todo, este modo de ayudar a las Monjas nos parece menos adaptado a las circunstancias actuales; económicas, sociales, religiosas. Ha sido sin duda de un valor incomparable en circunstan¬ cias que pudieran considerarse de eniergencia. Cuantas Monjitas habrán comido muchas veces gracias a esta magnífica generosidad.
Cuando las cosas se van poniendo más norma¬ les, no puede continuar este modo de ayudar a las Monjas, que es la limosna. Hay un medio mucho más sabio, mucho más eficaz. Hay una po¬ lítica más certera y previsora. Consiste en ayu¬ dar a las Monjas a que cada Convento se cree una

fuente autónoma de ingresos, a base de lo que hoy constituye el verdadero capital de todos, ri¬ cos y pobres: el trabajo.
En los Conventos existe una mano de obra ge¬
nerosa porque está impulsada por un grande es¬ píritu de sacrificio, que no reconoce cansancio.
Si esa mano de obra fuera tan sabia como gene¬
rosa, tan técnica como constante, una Comuni¬
dad se convertiría fácilmente en una fuente
de producción no despreciable. Produciría no sólo para alimentar a los miembros de la Comu¬ nidad, sino también para hacer la Caridad con los hermanos. Hay ya muchos conventos así: viven holgadamente, según la pobreza religiosa, envían periódicamente cantidades para el Semi¬ nario y para otros Conventos pobres.
Existen en todos los Conventos huertas y lo¬ cales amplios donde es fácil instalar granjas e industrias. Bien aprovechados estos medios, sin
convertir el Convento en una fábrica o en una
granja modelo, se tendrían fácilmente recursos sobrantes después de satisfacer las necesidades
de la Comunidad.
Esto es el punto de vista que inspira la polí¬ tica de ayuda a los Conventos de Clausura a la
Comisión Nacional Pro Claustros Necesitados.
—CLAUNE— política que viene actuando ha¬ ce ya dos años.
Se han celebrado ya con este fin cuatro cur¬ sos en la Casa de ejercicios de las MM. Repa¬ radoras de Madrid. Tres de ellos, han durado dos meses y en ellos se ha tratado de capacitar a las Monjas para el punto, bordado a máqui¬ na y a mano; corte y confección de ornamen¬ tos, dibujo, cria de abejas y gallinas. El cuarto ha sido de 20 días, dedicado todo él a capacitar para el aprovechamiento de las granjas: abejas, gallinas, conejos, codornices.
De este modo se ha logrado que algunos Con¬ ventos, antes necesitados, hayan convertido en fuente de ingresos el trabajo de casi todas y las posibilidades de su finca. Mientras unas bor¬ dan o confeccionan, otras cuidan técnicamente las abejas de donde sacan miel para alimento —y por cierto muy bueno— de la Comunidad y para vender algunos kilos; las gallinas de donde consiguen a buen precio huevos para la comunidad y para vender algunas docenas, o bien, pollos gordos que se colocan con buena ganancia.
Indudablemente este es el camino que hay que seguir. Sería de grande utilidad, si se ca¬ nalizaran hacia este objetivo todos los esfuerzos en favor de los Conventos pobres.
La Comisión Nacional Pro Claustros Necesi¬ tados —CLAUNE— tiene sus oficinas centrales
en Calle Segre, 21 con el Tel.: 2597625. MA¬ DRID (2).

6

ESTITXTEIG
Aquesta poesia fou premiada amb l'Englantina en el Certamen celebrat, a Pollença, dia 30 de juliol 1965, com homenatge al Fill Il·lustre d'aquella villa Ramon Picó i Campamar.

obri els braços de roques i arenals. Lu mar tota és de tots. Nua i deserta, Llambreja al sol d’estiu. I és tan lliberta que no admet fites, ni camins, ni guals.

Que ella és voluble i fa forat i tapa, d’un glop s’envia un port o una ciutat! I tot seguit s’allisa i va de capa magna, i somriu, com si res fos estat.

Se deixa ripuntar d’homes i peixos i, amb un gest ample i fresc, tothom acull, i apedaça amb escuma els llargs esqueixos que hi fa la gent en posar-s’hi en remull.

S’ajaça amb un ronquet de placidesa i digereix les barques que ha engolit, i posa farbalans d’escuma encesa entorn dels farallons, fent l’adormit.

La mar és encaradissa. S’afitora, com un banyarriquer, per entre els pins, i, amb la seva saliva acre, llavora els esculls negres i els desfà a bocins.

I cada cala és una llengua viva que llepa les unglades del rompent, i els penyals desinfecta amb sa saliva
o els ensabona delicadament.

La terra és avarícia i mans estretes:
pany i clau, garriguers i partions; i sigui a conradissos, sigui a pletes, arreu apunta una arma amb dos canons.

Fulgeix, llavors, la mar en estat de gràcia i alça banderes i penons de blau!
Vaixells i mariners cobren audàcia
i les barquetes surten del seu cau.

Però la mar és de tots. Quines butxaques més plenes de misteri, sal i peix! Les messes de la mar mai no són flaques, com més ne treuen, més recapte hi neix!

I igual que a un jubileu que hi fan taringa i és obligat anar-hi i de bon to, ara, vora la mar, el poble dringa, perqué la mar d’estiu és tot això:

Igual de vidre mòlt, tota s’abeure de llum i netedat, vigor i salut; i els jorns caniculars —repòs i lleure— l’airet s’aflca de tan primcernut.

Un ventall gros per gent acalorada, fira d’atreviments i batibull; una gran pica de fer-hi bugada i una caldera —amb molta carn— que bull.

I si la mar, al galop, feta una bruixa,
remou l’arena i se n’embruta el cos,
i al puat de les costes s’escambuixa... és cada penya un esclator de plors.

I sobre les graelles de l’arena, quan bat el sol i cau més emplomat, se bescuiten els braços, pit i esquena, fins que, aixanguers, la pell ha bofegat.

Les ones són un camp tot joc i espira i, en aquest camp, no hi ha ni teu ni meu, i un vent de llibertat aquí transpira perqué lu mar és de tots, igual de Déu.

P. Rafel Ginard Bauçà, T. O. R.
7

Santiago tie Compostela
con el IV Otinerario de la Te

Las páginas de nuestra revista que hemos de¬ dicado a la preparación del IV Itinerario de la Fe a Santiago de Compostela, a lo largo del presente año jubilar, cobran todo su sentido con el fervoroso peregrinaje que acaba de realizar medio centenar de mallorquines al sepulcro del Apóstol en la remota Galicia.
A Roma se puede ir por muchos caminos, como asegura la voz popular. A Santiago sólo se va por un camino, esa ruta abierta en la tie¬ rra por la prisa de miles de pasos y señalada en el cielo por la luz de miles de estrellas. Impo¬ sible llegar a las costas cantábricas sin poner los pasos en los pasos de millones de peregrinos que en Compostela encontraron amor para todas sus esperanzas y perdón para todas sus faltas. San¬ tiago se hace camino para todo y para todos. El premio de quien se postra ante la tumba del

Apóstol Peregrino es, precisamente, el de no sentirse ya más solo en la difícil andadura por los caminos de la vida. Santiago y los «jacobitas» de todos los tiempos le acompañarán siem¬
pre.
De las múltiples y variadas impresiones re¬ cibidas a lo largo y a través de nuestro intere¬ sante recorrido por la geografía ibérica —Mont¬ serrat, El Pilar, Pamplona y toda esa «ruta del románico» que anuncia la plenitud exultante del Pórtico de la Gloria, las Rías Bajas, Coimbra, Fátima. Lisboa Guadalupe etc.— de todas mis fuertes impresiones, repito, la que recordaré siem¬ pre con emoción es el simbólico abrazo que to¬ do peregrino da al Señor Santiago. Sentí en mi carne la quemadura del Hijo del Trueno. Me refiero al tradicional abrazo de la imagen se¬ dente del Apóstol que asoma medio cuerpo por

8

encima del magnífico altar de la basílica compostelana. Hay otras dos estatuas superpuestas: una de Santiago a caballo, rematando el soberbio retablo barroco, y otra, a media altura, de San¬ tiago peregrino con su bordón y esclavina y la concha prendida del ala levantada de su som¬ brero. La referida imagen sedente viene a cen¬
trar todo el culto de la basílica. En su mano
derecha tiene una tira de pergamino donde se constata la gran verdad: Aquí está el cuerpo del Apóstol Patrono de España. Es una bella es¬ tatua de los tiempos del maestro Mateo, labra¬ da en el más puro estilo románico. Dícese que,
antes de ser revestida toda ella del actual re¬
pujado barroco de plata, los peregrinos, para mejor abrazarse con Santiago, ponían familiar¬
mente su sombrero en la cabeza de la estatua.
¡ Cómo debía sonreírse el santo Apóstol, tocado con los sombreros de cada peregrino! El simple abrazo de hoy nada ha perdido de la tierna emo¬ tividad de entonces. Hoy como ayer, Santiago se deja abrazar una y otra vez por todos los romeros del mundo, que ya desde la puerta le
saludan con los cinco dedos de la mano exten¬
dida sobre los cinco agujeros del parteluz del incomparable Pórtico de la Gloria. Desde su trono granítico acepta sonriente, entre el incien¬ so aromado del botafumeiro y el sudor alegre de quienes le imprimen la gracia de sus espec¬ taculares «vuelos», el homenaje fervoroso de las multitudes llegadas de todos los caminos. En la mañana de nuestra partida de Compostela, vi a muchos de nuestros «itinerantes» dirigirse a la basílica para dar el último abrazo al Apóstol evangelizador de nuestras tierras. Pienso que también para ellos debió ser ésta la más fuerte e íntima de sus impresiones.
Las tres fotos que enmarcan estas líneas evo¬
can otros tantos momentos inolvidables del via¬
je: el grupo posando frente a la puerta prineipal de la catedral de Burgos, y las dos instan¬ táneas recogiendo la emotiva entrega a Santia¬ go del banderín conmemorativo de este IV Iti¬ nerario de la Fe y la cordial entrevista con el Príncipe D. Juan de Borbón en su casa veranie¬ ga de El Estoril. Ahí están las tres históricas fotos para el recuerdo emocionado de cincuenta mallorquines que un buen día del Año Compostelano de 1965 —exactamente, el 29 de agosto— se fundieron para siempre en un fraternal abra¬ zo con el Apóstol de la unión y de la esperan¬
za.
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NUESTRA PEQUEÑA HISTORIA
Mace eincuenia años »
I j el fuerte oleaje luliano, levantado con motivo del sexto centenario, en
el «HERALDO» del mes de octubre de
1915 casi ya no queda más que la resaca. Todavía el anuncio de una gran Peregri¬
nación de los Terciarios de Palma al San¬
tuario de nuestra Señora de Cura, (para el 24 de aquel mismo mes. Todavía la
reseña de la ñesta en honor del Doctor
Iluminado celebrada co» gran entusias¬ mo, el 9 de septiembre pasado, en el pueblo de Ruñóla; por la mañana, solem¬ nísima Misa mayor y por la tarde, pere¬ grinación muy concurrida al sepulcro del
Beato.
Fr. Jinebró (P. G. Tous Sancho, T. O. R.) hace unos pinitos literarios en catalán con sus «Anyorances», escritas con ortografía muy poco académica, co¬ sa natural en aquel tiempo. El tema es randino-luliano: «Estam an el Puig de Randa. Hem acabat de resar Matines...
¡Quin espectacle tan bell i encisador! El sol ja’s a la posta... Enfora, es veu la mar brumosa tenyida d’una claror sanguino¬ lenta...» «Dins les ruines de Cura, plenes de la pols vergonyosa de l’oblit sembla encara sentirhi la resor de Blanquerna
i veure-lo obrir les finestres de la cel.la esguardiant lo cel e les estelles ab ulls
ploroses e ab cor devot, consirós en los
honraments de Den e en los falliñients
que los homens fan en est mon contra
Deu».
Y vayamos ahora al capítulo de las no¬
ticias.
En la sección Pan de San Antonio
(Palma) se lee que por quinientos kilos de pan se pagaron 184,35 ptas. Menos de 0,40 ptas. por kilo, si no fallan nuestras
débiles Matemáticas.
Y en la Crónica vemos anotado; «Día
9 de Septiembre próximo pasado, en el Santuario de Ntra. Sra. de Cura, hicieron su profesión solemne nuestros hermanos coristas Fr. Antonio Mójer, Fr. Guiller¬ mo Rigo, Fr. Mateo Amorós y Fr. Gabriel
Tous.
Los mismos religiosos día 18 de sep¬ tiembre pasado recibieron de manos del limo, y Rdmo. Sr. Obispo de Menorca Dr. Torres el sagrado Orden del Subdiaconado». Como se sabe, sólo sobrevive (y que sea por muchos años) el de más edad, el P. A. Mójer. Los tres restantes fallecieron, con largos intervalos de tiem¬ po entre uno y otro, por el mismo orden en que se nombran. La muerte tiene su almanaque propio, que no siempre va de
acuerdo con las edades.

LA FECHA DE LA MUERTE DE RAMON LLULL
¿No fue mártir Ramón Llull?
(Continuación)

/1/esotros apenas si intentamos otra cosa más que poner ante los ojos
de los lectores de «EL HERALDO DE
CRISTO», el estado de la cuestión o, si se quiere de las cuestiones, pues, confor¬
me al encabezamiento de esas notas y a
lo que venimos en ellas exponiendo, es doble el punto debatido: la fecha y el hecho mismo del martirio de Ramón
Llull. Por otra parte era casi obligado decir algo sobre estas dos cuestiones, en esa revista de los Terciarios Regulares Franciscanos de Mallorca, habiendo sido éstos los que, hace cincuenta años, toma¬ ron más a pecho la celebración del cen¬ tenario. Y por razones bien conocidas: por regentar ellos la iglesia de San Fran¬ cisco de Palma donde, desde su muerte, se guardan los restos de Llull; por estar
instalados en el Santuario de Ntra. Seño¬
ra de Cura, Randa, lugar también luliano; y por haber sido Llull, según la tra¬ dición, terciario franciscano secular. Y ya lo dijimos al principio, «EL HERAL¬ DO DE CRISTO» fue principalísimo por¬
tavoz de todo cuanto se hizo en la prepa¬
ración y ejecución de los actos de aquel
memorable centenario.

Insistimos, para que quede bien claro: no es nuestra intención, en ese trabajo,
ir a favor o en contra de nadie. Allá ca¬
da uno con la opinión que le parezca más probable, apoyada en las razones o en la autoridad que más le convenzan. Pero esto no quita que no queramos también nosotros, modestamente, traer aquí nues¬ tros puntos de vista.
Creemos, ante todo, que para echar al suelo una tradición secular, se precisan pruebas evidentes, que no tengan vuelta de hoja, como suele decirse. No basta sólo la autoridad o la comp-etencia pro¬ fesional para poder lanzar añrm,aciones, o negaciones, si éstas no van bien res¬ paldadas por aquellas pruebas.
Hasta ahora no hemos visto destruida o desmentida la explicación que propone el P. Salvá (6) para resolver, sin ir con¬ tra la tradición, la dificultad de la fecha del martirio o de la muerte de Llull (ya hemos dicho más arriba que no hemos
seguido toda la literatura luliana de es¬ tos últimos tiempos).
(6) y (7) Opúsculo ya citado.

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/JP4^/\\rOS /¡UDITlVOS IÑVISIBLES
DE TOD/jS PASAJE MAIUEU , 38 •/°d//na *t£l..16a34-22951
11

Opinamos que siguiendo la explicación del P. Salvá, la cuestión de fechas en lo
referente a los últimos años de la vida y
a la muerte de Llull, queda resuelta de
manera satisfactoria. Basta con que se
admita la cronología pisana que, según demuestra el P. Salvá (7) y lo asegura también Peers, como hemos visto, estaba en uso, junto con la florentina y a la Nativitaite Domini, en Cataluña y en Ma¬ llorca ipor aquellos tiempos.
Recordemos brevemente en qué se di¬ ferenciaban estos tres cómputos. Lo ha¬
remos refiriéndonos a un año de la era
común o vulgar, al que empezaba el día 1'9 de enero, fiesta de la Circuncisión del Señor. Sirva de ejemplo el mismo año 1315. Este año, según la cronología pisa¬ na había comenzado nueve meses y siete días antes, o sea, el 25 de marzo, fiesta
de la Encarnación del Señor o de la
Anunciación de Ntra. Señora; según el cómputo a Nativitate Domini había prin¬ cipiado sólo siete días antes, el 25 de di¬ ciembre, fiesta del Nacimiento del Señor; y conforme a la cronología florentina no había de iniciarse, dicho año 1315, hasta el 25 de marzo siguiente, fecha en que terminaría según el cómputo pisano (la diferencia entre el cómputo pisano y el florentino consistía en que los písanos contaban el año en curso, igual que lo hacemos nosotros, y los florentinos por años cumplidos, tal como lo hacemos al referirnos a la edad). Coincidían con la era común: el cómputo pisano desde el 1"? de enero hasta el siguiente 25 de mar¬ zo; el a Nativitate Domini, desde el 19
de enero hasta el 25 de diciembre si¬
guiente; y el florentino, desde el 25 de marzo hasta el 19 de enero siguientes.
Ahora bien; la fecha tradicional del
martirio de Ramón Llull no ofrece difi¬
cultad si se admite, como puede hacerse con to'do derecho, que las cartas de Jai¬ me II y los dos opúsculos lulianos son de 1315 de la cronología pisana, pero de 1314 de la cronología a Nativitate Domini (o florentina). En cambio la fecha tradi¬ cional del martirio, 29 de junio, sería de 1315 de la cronología a Nativitate Domi¬ ni (o florentina), pero del año 1316 del cómputo pisano.
(Continuará)
12

nuestra.s
xnisiox&es

DE COAi^p EL P. CATINI, CON LA AYUDA DEL P. CARLOS CCffrrO-96-^ÉÍROS de rabo al diablo

Estos misioneros le juegan cada pasa¬
da tremenda al diablo. Ng>es de extrañar que el maligno se vengue luego^ traman¬ do dificultades, líos y persecuciones. ¡Se las buscan! Pero nunca se dan por venci¬
dos.
Leed el relato del P. Catini. Hay de¬ talles para todos los gustos: Indios, agua a granel, emocionantes momentos por la selva, dos tigres, etc. Pero, sobre todo,
esto de cortarle al demonio 96 metros de
cola. Verdad que le queda aun mucho que cortar, pero 96 metros son un seg¬ mento no despreciable. Leed,
A modo de prólogo
«Le voy a decir que este año me co¬ rrespondió a mí, juntamente con el Padre Carlos, hacer la visita anual a la zona norte de nuestra misión: Dos Compañías de Indios, Río Corrientes, Curuguaty y unos otros cuantos pequeños centros po¬ blados, todos perdidos en un territorio inmenso que nos costó, para recorrerlo,
trece días de caballo».

Armados de cuchillo y cartuchos calibre 12
«Salimos el 19 de noviembre, el P. Car¬ los, yo y un joven baqueano. Nos habían dicho que la floresta estaba infestada de animales feroces (para mi era la primera vez que hacia este recorrido); puede imaginar entonces sí estábamos bien equipados para cualquier eventualidad:
el P. Carlos lucia en su cinto un ñaman¬ te cuchillo de cazador con puño pulcra¬
mente tallado y bien puntiagudo (un verdaro Tarzán del Paraguay); yo tenía
mi cinto bien forrado de cartuchos cali¬
bre 12, cargados con balas, suficientes para acribillarle la cabeza a cualquier ti¬ gre mal educado».
Los primeros metros de cola..*
«En la primera etapa, la primera sa¬ tisfacción pastoral: mucha gente esperán¬ donos, bautismos, confirmaciones, confe¬ siones, y... un casamiento de aquellos con varios metros de cola (un merto de cola = un año de concubinato). Ni decir que

13

nos soi-prendió la lluvia: tanto llovió du¬ rante la tarde, la noche y el día siguien¬ te, que estuvimos a ¡punto de interrum¬ pir nuestra gira pastoral. Sin embargo, cuando Dios quiso, volvió el sol y fuimos
adelante! Cambiamos el joven baqueano con otro más baqueano, el joven ancia¬ no Juan Segovia (joven porque es solte¬ ro; anciano porque ya pasó de los 50), y nos adentramos en la floresta virgen, yo al frente como responsable de la defensa común, los demás detrás.
Recorridos unos kilómetros, ya estaba harto de pelear, no con tigres por cierto, pero sí con moscas, mosquitos, tábanos y Dios sabe cuántas otras clases más de bichos que no nos dejaban en paz un solo segundo! Los caballos, los pobres ya están acostumbrados a sentir su sangre de tal manera malograda; pero noso¬
tros... no somos caballos!...»
Renace la concordia entre dos
bandos enemigos. Fruto de
ella un nuevo Oratorio
«En Río Corrientes, un pueblecito a

quince leguas de San Estanislao, tenía¬ mos programado quedarnos dos días y medio, apenas suficientes para atender a todas las necesidades espirituales de los fieles. Tuvimos que prometerles otra vi¬ sita, dentro de una semana, en el viaje
de vuelta de Curuguaty. Fue en esta Compañía donde comprobamos la profun¬
didad de la fe de nuestros fieles. Encon¬
tramos a la población de Río Corrientes dividida en dos bandos por cuestiones políticas. Tan apartados estaban los unos de los otros, que al llegar tuvimos que saludar primero a un grupo, luego al otro, en lugares distintos. Y siendo el rencor para con nuestros semejantes lo que aleja también de Dios, los fieles río-
correntinos no se animaban a acercarse
al sacerdote para recibir los santos sacra¬ mentos. Sin embargo, fue suficiente re¬ cordarles que, por ser hijos de Dios, Pa¬ dre de todos, somos también hermanos entre nosotros e hijos de la misma Ma¬ dre celestial, para que depusieran sus rencores y se acercaran a recibir los san¬
tos sacramentos casi en su totalidad. Es¬
to fue una verdadera fiesta espiritual!...

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CREACIONES DE PARÍS ARTICULOS CHRISTIAN DIOR: GUANTES Y MEDIAS, BORDADOS DE TODAS GLASES, LENCERIA FINA, REGALOS DISTINGUIDOS

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14

Y para sellar la paz recuperada, en nues¬ tra vuelta de Curuguaty, justito una se¬ mana después, los buenos fieles nos ofre¬ cieron, casi terminado de construir, su
oratorio. Para darse cuenta de lo que fueron capaces de hacer durante estos
siete días, piense que en estos siete años de trabajo pro Oratorio, no se había conseguido otra cosa más que levantar cuatro hoi-icones de madera y dos vigas.
Dos cuentos de miedo, con sendos tigres...
De Río-Corrientes pasamos a Curugua¬ ty: nueve leguas de fioresta. A nosotros se juntó una anciana señora que quiso aprovechar nuestra compañía para ir a visitar a su hija. Siendo la señora muy conocedora del camino, quise entrevis¬
tarla:
—^¿Conoce bien el camino?
—Sí, muy bien; pues a menudo visito a mi hija.
—¿Se animaría a viajar sola?
—No, ¡eso no! ¡Este trecho de monte es muy peligroso!...
—^En sus viajes, ¿le cupo alguna vez la oportunidad de encontrarse con algún tigre?
— ¡Sí me cupo!... ¡Y qué sustos! Una vez le encontramos que estaba tranquila¬
mente sentado en medio del camino. Tu¬
vimos que gritarle para que nos dejara pasar. Otra vez fue peor. Viajaba yo con mi hija, y nos sorprendió la noche. Afor¬

tunadamente estábamos bien equipadas y con carpa (Tienda de campaña), por esto pudimos arreglarnos debajo de un gran árbol con objeto de des¬ cansar y esperar el nuevo día. Había ya pasado una media hora o poco más cuando empezamos a oir no muy lejos un
ruido como de conversación de hombres.
«Ya no vamos a dormir», le dije a mi hija. Pasaban las horas, y los tipos no se callaban. «¡Caramba! —seguí diciendo a mi hija— los señores también tienen miedo, pues parece que no quieren dorníirse». Amaneció por fin; salimos de nuestra carpa para seguir el viaje, y... encontrarnos la explicación del ruido: ¡sobre el árbol debajo del cual estaba tendida nuestra carpa, había un tremen¬ do tigre!... que roncó toda la noche por¬ que nuestra tienda no le dejaba bajar... Seguramente la Santísima Virgen, a quien pedimos durante la noche que nos guardara de todo peligro, nos había escu¬
chado favorablemente.
Estos cuentos no eran como para darle ánimos a cualquiera... En nuestro viaje, sin embargo, no pasó nada, muy a pesar mío; pues ¡no me hubiera desagradado meterle una bala entre ceja y ceja a este «tremendo tigre»! Si no por otro motivo, para fotografiamos juntos, y... hacerle la competencia al P. Bombera...»
¡Otros 67 metros de cola!
«En Curuguaty, gran fiesta por la lle¬ gada de dos sacerdotes. Mucho trabajo

15

de confesiones, bautizos y matrimonios. Arreglamos la situación irregular de nue¬ ve matrimonios: en conjunto sumaban 67 metros de cola! Cuando llegó la hora de la partida, la gente nos despedía con las lágrimas en los ojos y gritando: ¡Vuelvan pronto! ¡Qué Dios oiga el grito de aque¬ llas ovejitas suyas y les envíe cuanto an¬ tes un buen pastor!...»
«¡Ahora ya no somos salvajes!»
«En el viaje de vuelta comenzaron de nuevo los tropiezos: el tiempo, que hasta entonces se había portado bien, comenzó otra vez a regalarnos lluvia en abundan¬ cia. Durante los cuatro días que duró nuestro regreso nos mojamos como pececillos. Visitamos dos Compañías de Indios,
en donde administramos el bautismo a pe¬
queños y a adultos. Nuestro guia, que a la vez es catequista de estos Indios, los había preparado muy bien, así que cose¬ chó satisfacciones a granel. Tuvimos el placer de bendecir los tres primeros hoga¬ res cristianos entre estos aborígenes. ¡Hu¬ biera visto cómo se sentían orgullosos los nuevos esposos cristianos! Decía uno de ellos a sus compañeros: «Ahora ya no somos salvajes, ya somos hombres, y como hombres, nos corresponde vivir honrada¬ mente, nosotros y nuestros hijos». ¿Qué le parece, Padre, el trabajo de la gracia
en estas almas sencillas? Es realmente
cierto que Dios resiste a los soberbios, mientras que a los humildes los llena de
su sabiduría!»
En síntesis...
«En síntesis, el fruto espirituad de

tiodas de fjLata
sacerdotales
El pesado domingo día 15 de agosto, fes¬
tividad de la Asunción de Nuestra Señora, en la Basílica de San Francisco, celebró su XXV aniversario sacerdotal el P. Rafael Genestar Serra, T. O. R. con una solemne Misa comunitaria.
Tegíó emotivo panegírico de circunstan¬ cias el Rdo. P. Antonio Rlutord, Prior del
Real Convento de San Francisco de Palma. Al final cantóse un Te-Deum de Acción
de Gracias, durante cuyo canto tuvo lugar
el besamanos de ritual. Terminada la cere¬ monia religiosa, la numerosa concurrencia
fue obsequiada con un vino español. Reciba el P. Genestar y. familia, especial¬
mente su padre ya octogenario, nuestra
sincera felicitación.
nuestra gira pastoral: Varios centenares de eomuniones, 157 bautizos, 20 conñrmaciones, y 17 casamientos (96 metros de co¬
la arrebatados al demonio)».
¿Y el cuchillo? ¿Y los cartuchos?
, «¿y el cuchillo del P. Carlos? Pues fue
muy provechoso para cortar ramas que le
molestaban en el camino. ¿Y mi escopeta? Para que no crea que me la llevara sola¬ mente de paseo, le voy a decir que gracias a ella todos los días algún animal silves¬ tre tenía el honor de sentarse sobre nues¬ tra mesa... El tigre... tuvo miedo de pre¬ sentarse; esto y nada más!
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PAGINA DEL TERCIARIO

CONGRESO NACIONAL DE LA T. 0. F. EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

(5-8 agosto 1965)

El testimonio gráfico que encabeza estas lí¬ neas no dice, ni mucho menos, todo lo que fue la extraordinaria asamblea nacional que la T. O. F. de España celebró recientemente junto a la tumba del Apóstol Santiago. Ni tampoco po¬ dré decirlo yo a los lectores de «EL HERALDO DE CRISTO». Hay realidades que se meten en lo más hondo de uno y de muchos, que recon¬ fortan el espíritu, que se viven deliciosamente, y, no obstante, resisten el ser vertidas en la sen¬
cillez de unas líneas.
Adelantemos, con todo, esta rotunda afirma¬ ción: - fue un congreso lleno del más alto inte¬ rés y cuajado de provechosas enseñanzas.
Se había programado con un lema de plena ac¬
tualidad: «PREPAREMOS UNA T. O. F. POST-
CONCILIAR». Y en las diferentes sesiones de
estudio tenidas en el Convento de San Francisco, un millar de terciarios —presididos por los PP. Comisarios Nacionales y Provinciales y muchos Directores locales con la Junta Nacional— de¬
mostraron haber captado bien la trascendencia de
dicho lema. Escucharon atentamente las distin¬
tas ponencias, contestaron a las correspondientes encuestas, discutieron con franqueza y santa li¬ bertad, formularon conclusiones concretas, expre¬ saron justos deseos y tomaron acuerdos también legítimos y loables. Trabajaron, en difinitiva, con
verdadero ahinco.
El primer día, después de la misa oficiada por Monseñor Arroyo, ohispo franciscano, se trató el tema «LA T. O. F., ORDEN SEGLAR», y se concluyó:

1. El Congreso hace resaltar la necesidad de que la T. O. F. se presente al mundo de hoy co¬ mo una institución religiosa de promoción a la vida de perfección evangélica entre los seglares, en la línea que marca el Concilio Vaticano II y según el estilo en que fue realizada por nuestro
Padre San Francisco.
2. El terciario debe tener conciencia de que
su profesión es el compromiso personal de desa¬ rrollar esta perfección por el ejercicio de las vir¬ tudes propias de los consejos evangélicos, con¬ sagrando su vida para ser testimonio fiel de Cris¬
to.
3. Dentro del carácter seglar, representa la 7'. O. F. una comunidad fraternal que vive in¬
tensamente el amor mutuo entre sus miembros
y proyecta la caridad social a todos los hom¬
bres e instituciones en el abrazo redentor de
Cristo.
4. Como consecuencia, espera el ¡Congreso que los que están al frente de la T. O. F. proprocionen a sus miembros una formación pro¬ funda, adecuada a estos fines, utilizando cur¬ sillos, lecciones, etc., siendo de desear que ca¬ da Comisario tenga su escuela de dirigentes.
Nota simpática del día 5 fue la marcha a pie
a la ermita del monte Pedroso. Subimos allí to¬
dos los asambleístas para recordar la hospitali¬ dad que en aquel lugar dio el carbonero Cotolay a N. P. S. Francisco cuando éste, en 1214, pere¬ grinó a Santiago.
La segunda jornada se abrió eon una misa
concelebrada. Fuimos ocho los franciscanos que

17

acompañamos al celebrante principal, M, Rdo. P. L. Castro, Ministro Provincial de los Conven¬
tuales.
Acto seguido, conferencia, encuesta y delibe¬
raciones sobre «LA LITURGIA DE LA T. O.
F.» Fueron conferenciantes y moderadores los PP. Conventuales y sus terciarios. Por la tarde, continuamos con el mismo tema de la mañana,
y las conclusiones fueron:
1. La vida del terciario ha de ser una au¬
téntica y progresiva incorporación a Cristo por
1.ElmediodelaLiturgia, en laquesereproduce su
misterio pascual. 2. Uno de los medios para lograr esta in¬
corporación es el unirse al rezo público de la Iglesia recitando, el Oficio Divino como ejercicio del sacerdocio seglar que eleva con Cristo y su Iglesia las alabanzas al Altísimo.
3. Acto fundamental comunitario de este ejercicio es la celebración de la reunión men¬ sual, dándole este sentido litúrgico, por una par¬ te, y de convivencia fraterna, por otra.
4. Para llevarlo a la práctica, se aconseja la digna celebración y participacón del Sacrificio Eucarístico , la conveniente instrucción del es¬
píritu ascético-franciscano y una efectiva con¬
vivencia de todos los hermanos.
5. Para el logro de todo lo relacionado con la Liturgia de la T. O. F. el Congreso nombra una Comisión de especialistas que estudien su adaptación a las nuevas normas del Concilio.
A las 19, tuvo lugar una Celebración de la Pa¬ labra de Dios. Estuvo a cargo de nuestra T.O.R. y actuó de Presidente, haciendo muy bella ho¬ milía, el Rdo. P. Antonio Barceló Mora, Co¬
misario Nacional de la T. O. F.
«La ACCION DE LA T. O. F.» fue la mate¬
ria tratada el tercer dia bajo la dirección de la Obdeiencia Capuchina, después que hubimos con¬
celebrado 17 sacerdotes.
La encuesta fue prolija y la discusión acalo¬ rada para llegar a las 3 afirmaciones unánimes que siguen:
apostolado es esencial a la T. O. F. por ser institución de promoción evangélica y porque encarna los ideales franciscanos.
1. Se debe manifestar por el testimonio ejemplar, por el ejercicio de obras sociales y por la dignificación y educación del ambiente, así como por la congregación de las estructuras de la sociedad, etc.
3. En el Discretorio Nacional, Provincial y
local debe existir un Delegado de información
y coordinación de apostolado. Son, pues, DOCE importantes CONCLUSIO¬
NES las que se llevaron a cabo. Además, constaron en acta estos ACUERDOS: 1. Encargar a los PP. Comisarios Samuel de
Yuelgo, Capuchino, José Agustín Elustondo y José M. Isorna, O. F. M., presenten a la Junta Nacional tres esquemas que sirvan para elaborar un anteproyecto de la Regla.
2. Formar otra Comisión integrada por los PP. Jaime Gufrado, O. F. M. Conv., José Angu¬ lo, T. O. R. y Bueaventura de Carrocera, O. F. M. Cap., para la revisión del Ritual.

3. Que los PP. Comisarios celebren dos reu¬ niones durante el próximo curso para mover y coordinar los anteproyectos de la Regla y Ritual.
4. Agradecer a los PP. Franciscanos y Her¬ mandad de Santiago la hospitalidad y atenciones qjie han tenido con todos durante el Congreso.
Oportunamente fueron recibidas sendas comu¬
nicaciones de los Ministros Generales de las 4
Ordenes Franciscanas. El Rdmo. P. Luigi Secondo. General de la T. O. R., envió este telegrama:
«Espiritualmente presente Congreso Nacional Terciarios bendigo cordialmente directores con¬ gresistas auspicando magníficos frutos paz y bien. Padre Secando, Ministro General».
DIA DE HOMENAJE AL SANTO APOSTOL Y DE EXALTACION PUBLICA DE LA T. O.
F., decía el programa refiriéndose al día 8, do¬ mingo. ¡Y vaya si lo fue!.
Ocurrió por la mañana. En los jardines de la Alameda, concentración de una inmensa multi¬
tud franciscana de las distintas Obediencias. Se¬
guidamente, cinco, o seis, o siete mil terciarios dirigiéndose en marcha animosa y espectacular hacia la Catedral; ganando allí el jubileo; y pre¬
senciando la ofrenda —tres albas de hilo puro y
tres casullas— de la T.O.F. al Apóstol; y escu¬ chando la oración magistral del Ministro Nacio¬ nal, y la homilía enjudiosa del P. J. M. Isorna, Comisario Provincial T. O. F. Galicia, y saborean¬ do asimismo la vibrante respuesta del Sr. Obispo Auxiliar. Sobre todo —destaquémoslo— varios millares de peregrinos acercándose a la Sagrada
Mesa durante la Misa comunitaria.
Asistí al Congreso, y a lo largo de todo él vi una vez más que vale la pena amar mucho nues¬ tra Orden Tercera. Fui testigo de que la T.O.F. de nuestra nación también pretende seriamente ser «escuadrón... puesto siempre en orden de bata¬ lla para difundir el Reino de Cristo y dilatarlo por el mundo entero» (Pío XII). Comprobé que la multitud de terciarios produjo un fuerte impac¬ to por las calles de Santiago. Oi cómo el Sr. Obis¬ po nos manifestaba a los PP. Comisarios que, lle¬ no de gozo, había visto las calles sembradas de insignias congresistas, e igualmente escuché de labios del Sr. Cardenal (cuando, día 7, nos recibió a la Junta Nacional y a los PP. Comisarios) esta pregunta del todo inquietante: «¿Por qué la T. O. F. no sale a la calle, como lo está haciendo estos días en Santiago?» A continuación, volcaba los más cálidos elogios sobre la maravillosa insti¬ tución seglar de nuestro Seráfico Padre.
En la jacobea ciudad de Galicia, acaba de ser escrito un nuevo y bello capítulo de la historia franciscana. Yo lo resumiría así: miles y miles de hijos de la Iglesia enrolados en la milicia se¬ glar del gran Patriarca de Asis, después de revi¬ sar, bajo la dirección de los Religiosos francisca¬ nos y siempre en compacta fraternidad, estruc¬ turas básicas y accidentales de la T.O.F., han quedado prestos para andar los aminos trazados por el Concilio Vaticano II.
Fr. Jaime Tugores Mestre, T. O. F.,
Comisario T. O. F. Baleares.

18

EL CENTRO MATER MISERICORDIAE ONA OBRA DE PALPITANTE
ACTUALIDAD

Esta pequeña, telé¬ fono en mano, dedica una sonrisa limpia y
diáfana a todos los
amigos del Centro.

'— on enorme confianza se abre el
nuevo curso para la incipiente vi¬ da del Centro. Quisiéramos ofrecer a
nuestros amables lectores una visión de¬
tallada del abnegado trabajo que realizan las buenas Hermanas Franciscanas y de¬ más servicios médicos y docentes.
Siendo las incapacidades en sus múlti¬ ples vertientes tan antiguas como la mis¬ ma humanidad, paradójicamente la Reha¬ bilitación es una de las más recientes
actividades creadas por la medicina hu¬ mana. En realidad, la Rehabilitación es un proceso pluridimensional que rebasa las fronteras del quehacer médico y qire aúna a las actividades sanitarias un am¬ plio contenido pedagógico, social y labo¬
ral. (
Sistema pedagógica
Todo tratamiento de disminuidas, aun¬ que se trate de ayudarles a movilizar sus miembros, es, en definitiva, una forma de pedagogía y de psicoterapia. Las ne¬

cesidades educativas son muy acuciantes en la infancia. Y las niñas disminuidas, como las normales, tienen iguales dere¬
chos de ser educadas. La infancia dismi¬
nuida, por razón de su impedimento y por las circunstancias que la rodean, tiene una escolaridad irregular que conduce al fracaso pedagógico. Por ello vemos con gusto como en el Centro se solventa esta dificultad con una enseñanza más educa¬
da, eliminando los sentimientos de fnis-
taeión. Se tiende más a una enseñanza
personal que colectiva.
¡Cuántas veces hemos observado como las Hermanas Especializadas intentaban no sólo conocer su naturaleza física, sino su estructura psicológica, sus tendencias, sus necesidades y aspiraciones! Esas pe¬ queñas, en su ambiente familiar se sen¬ tían desencajadas ya que la noción de in¬ capacidad sólo se aquiere por compara¬
ción con la validez de los sanos. En el
Centro todo está a su medida, incorpo¬ rándolas poco a poco a la vida normal.

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Todo a punto
Una detallada visita al pabellón de pa¬ ralíticas nos hace ver como ya nada se improvisa. Todas las pequeñas, bajo el cuidado de las hermanas, realizan sus ejercicios con un interés singular. Los modernísimos aparatos gimnásticos pres¬ tan un servicio inmejorable para la per¬
fecta rehabilitación de unos miembros
disminuidos.
Una perfecta sincronizadón domina todos los aspectos del trabajo que se rea¬ liza en el amplio gimnasio. De una forma casi mágica estas niñas se encuentran atendidas con toda ciencia y cuidado por esos ángeles de paz que son los médicos y las Hermanas franciscanas.
Poco a poco han ido poniéndose a pun¬ to todas las salas de operaciones... El instrumental a punto de descansar en las manos ágiles y seguras de los doctores para lograr ese milagro de la curación, que tanto representa para esas niñas.
Para afrontar la responsabilidad de la recuperación del minusvalente, en cual¬ quier aspecto o dimensión, se requiere una preparadón técnica, una vocación, una entrega y unos medios adecuados. Todo esto lo podemos ver quienes vivi¬ mos diariamente la esperanzadora mar¬
cha del Centro.
Efemérides
El pasado 22 de agosto fue una fecha singular para el Centro. En un ambiente de intimidad y de fervor se llevó a cabo
la bendición del nuevo Convento que com¬
prende pabellones para las postulantes, júnioras y comunidad. Efectuó la bendi¬ ción el Sr. Obispo de Mallorca, quien con palabras llenas de unción glosó las cir¬ cunstancias singulares que rodeaban aquel
acto.
Además del Dr. Rafael Alvarez Lara, asistieron el P. Visitador de las Herma¬
nas Franciscanas, algunos sacerdotes y representantes de casi todos los conven¬ tos de la Congregación. Desde estas pᬠginas damos la más sincera enhorabuena a las Hermanas Franciscanas por lo mu¬ cho que representa para el futuro glo¬ rioso de la Congregación esta nueva mo¬ rada que servirá para albergar a tantas almas generosas que desean entregarse a Dios y vivir el espíritu de Francisco de
Asís.
Queremos reseñar, por lo mucho que representa, que la nueva iglesia, de for¬ mas funcionales y modernas, está a pun¬
to de terminarse. Pronto la nueva Casa
del Señor, situada en el centro de todos los pabellones, será el punto álgido al que podremos acudir todos para dar gra¬ cias al Señor por la realización de este

Niñas realizando ejercicios gimnásticos para desentumecer sus miembros enfermos.
Sanatorio-Escuela «Mater Misericordiae», obra de todos y para todos los mallorqui¬
nes.
Nuestra aportación
Ante las perspectivas del nuevo curso hemos podido ver como todos los que trabajan en el Centro están muy anima¬ dos para no defraudar a tantas personas que confían en ellos. No cabe la menor duda que. con su espíritu de sacrificio y su abnegación, darán cumplida satisfac¬ ción a todas las necesidades de las niñas. Pero esto no basta. Es necesario que to¬ dos los mallorquines nos demos perfecta cuenta que el Centro necesita de nuestra ayuda y cooperación. No podremos estar allá, pero sí dar nuestra ayuda económi¬ ca, para ayudar a solventar los ;cuantiosos gastos que reporta la asistencia mé¬ dica y la alimentación de tantas niñas.
Desde luego, sólo caben elogios para tantas personas que, desinteresadamente, han prestado su ayuda y han hecho posi¬ ble que Mallorca cuente hoy, con uno de los Centros especializados de más cate¬ goría de España. Para todos ellos cada
día suben al cielo las fervorosas oracio¬ nes de agradecimiento de esas inocentes criaturas que sufren en sus carnes un agudo dolor, sin .ser ellas culpables.
P. GREGORIO

20

cuLestiozies

SENT JACME» III
(Conclusion)

C<y a citamos uno de los textos lulianos en
y que sale el nombre de «Sent Jacme» co¬ mo lugar de peregrinación. Tenemos recogidos otros tres. Veámoslos y acompañémoslos de al¬ gún comentario.
«Esdevenc se un dia que lo canonge exia de la ciutat e anava s en una altra, e atroba en lo
camí gran re de bómens qui venien de Sent Jacme e anaven vestits en semblança dels apòs¬ tols» (Blanquerna, pág. 278). Es totalmente imposible identificar la ciudad que tendría Llull en la mente, de entre las situadas en el camino de Santiago, si sería del mediodía de Francia o de las de la península ibérica. Y por otra parte apenas se concibe que la ficción no tuviese en este caso una base geográfica real.
A Llull, literato casi «malgré lui», no le im¬ portaba mucho emplear en sus relatos, una y otra vez, el mismo molde: «Esdevenc-se que
per aquella ciutat passà .1. dona, muller de .1. noble comte, la qual dona anava en romaria a sent Jacme. En lo hostal de aquella dona eren .II. bómens qui..s contrestaven de joch, e deien peraules vilanes e leges de Jhesuxrist e de nos¬ tra Dona; e ten leges eren les peraules, que la comtessa ne hac molt gran vergonya con les oyí, e dix denant son oste que molt gran meraveylla se donava del rey de aquella ciutat, com soste¬ nia que tan vilanes peraules hom digués de Déu e de nostra Dona» (L. de Meravelles IV, pág.
34).
Porque eran así los mesones públicos que se bailaban por las carreteras, aconsejaba Llull, ya lo hemos visto anteriormente, que los romeros fuesen a las iglesias, a las casas de los religio¬ sos y a los «hospitals» (asilos no exclusivos pa¬ ra enfermos), que allí oirían hablar de Dios. Estos «hospitals» eran fundación o manda pía de personas bienhechoras y solían estar regidos por religiosos, franciscanos con mucha frecuen¬
cia. Llull se refiere a tales fundaciones en di¬
versos pasajes. Por ejemplo: «Per les grans angoxes, Senyer, e per los grans treballs que Is

bómens veen que vós sostengués per ells, edifi¬ quen espitáis ais pobres, e van en romeries» (Contemplació I, pág. 286). Más claro y más significativo aún es el siguiente texto, si bien se refiere a los peregrinos que iban a Jerusalén: «Aquell macip fo en volentat que venés tot quant havia, e que.s faés .1. spital e .1. pont. L’espital preposa fer per ço que.y albergassen los pelegrins qui per aquella ciutat passaven con venien de Ultamar» (L. de Mera¬ velles II, pág. 134).
El camino era largo y fatigoso. Una honesta facecia, un ejemplo, una historia eran buen renjedio para distraer del cansancio. Por eso Llull, si no reproduce algún episodio concreto de su peregrinación a «sent Jacme», finge y escribe (1): «Esdevenc se un dia que un deis recontadors exia de una vila e anava a un castell, e atrobà en la carrera gran re de romeus qui ana¬ ven a Sent Jacme, e mes se en lud companyia e anà ab ells tro a Sent Jacme; e dementre ana¬
ven per lo camí, ell los recontava exemplis e bones paraules e devotes, e deïa les estòries del vell Testament e del novell, e reontava Is los fts qui són passats dels apostolis e dels empe¬ radors segons que són escrits en les cròniques. Tant era lo plaer que los romeus havien en ses bones paraules, que major devoció n avien en lur romeria, e menys de treball sostenien en lur anar e en lurs treballs; e per açò foren molts hòmens qui prengueren aquell ufici per ço que aleujassen als romeus lur camí e que Is tenguessen en devoció» (Blanquerna, pág. 346).
Aimque lo que se dice en esta última cita sea una idealización, puede descubrirnos algo de lo que realmente sucedía entre aquellas sencillas personas que, henchidas de fe y anhelosas de perdones, recorrían agrupadas y a pie, mojadas o polvorientas, bajo el sol o bajo la lluvia, con frío o con calor, la implacable ruta que sólo se volvería alegre y suave al divisarse la esta¬ ción terminal: «la esglesia de sent Jacme».
P. Miguel Colom, T. O. R.

(1) El editorialista de ECCLESIA (22 de marzo de 1947, pág. 4) dio demasiada fe a lo que escribe el P. M. Caldentey, T. 0. R. en Florecillas lulianos (Palma de Mallorca, 1946,
págs. 44-45) al creer que Llull dice en sus es¬ critos que en su peregrinación a Santiago con¬ taba la fábula de los monos y la luciérnaga.

Llull trae en tres lugares distintos (Blanquerna, cap. 52; L. de Meravelles, cap. XLII; y Arbre de Scienda, De les branques del Arbre exem¬ plifical) el conocido apólogo tomado de Calila y Dimna; pero en ninguno lo relaciona con su viaje a Santiago.

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de S. Em. Rdma. Dr. D. José M. Bueno Monreal, Cardenal-Arzobispo de Sevilla. — Prefacio, introducciones y revisión general sobre los tex¬
tos originales, del R. P. Serafín de Ausejo, Ca¬ puchino, Profesor de Sda. Escritura. Edit. Her¬ der. — Barcelona, 196.3.
La Editorial Herder, que tantos libros buenos viene publicando para la formación integral del cristiano de habla española, está otra vez de en¬ horabuena al presentar esta edición popular de las Sagradas Escrituras. Decimos popular, por¬ que esta edición pretende ser, por su estilo, su tamaño, sus tendencias y aún su precio, asequi¬ ble a todo cristiano de España y de América
Latina.
La presente edición, aunque sin pretensiones de alta crítica, satisface plenamente el espíritu de nuestros tiempos y recoge los actuales pro¬ gresos de la ciencia bíblica en torno a los tex¬ tos primitivos.
Muy notables son las instrucciones; y las no¬ tas al pie de página, sobrias, claras y muy ajus¬
tadas.
Cabe augurar sinceramente a la Biblia popu¬ lar Herder una rápida difusión en todo el ám¬ bito de nuestra lengua. — H.C.
EN LA ESCUELA DE SAN FRANCISCO.
G. Aeby-H. Delesty-B. Chaignat. Versión caste¬ llana del P. Samuel de Yudego, Capuchino, Co¬ misario Provincial T.O.F. 13,4 x 18,2 cm. 208 pág. — Rtca. 55 pts. Edit. Herder. — Barcelo¬ na, 1965.
He aquí otro libro que recomendamos con el mayor interés. Y especialmente a los tercia¬ rios franciscanos, puesto que está pensado sobre todo para ellos. Los autores de este libro ofre¬ cen muy sabrosas lecciones de espiritualidad

franciscana a los novicios terciarios, a los pro¬ fesos y a todos aquellos que simpaticen con N. P.S. Francisco. No es un tratado de vida espi¬ ritual o de ascética cristiana, pero quedan ilu¬ minados aquellos temas fundamentales del es¬ píritu franciscano sin los cuales las prescripcio¬ nes de la Santa Regla o de las Constituciones de la T.O.F. pierden su sentido y su razón de ser.
Partiendo de los ejemplos de vida de nuestro Seráfico Padre, de sus palabras, de sus escritos, es como se llega al corazón mismo de su ideal. Es preciso mirar y escuchar al maestro con hu¬ mildad y amor para adentrarse en el camino re¬ gio de la caridad que ofrece a los que quieren seguirle.
Este lihro no puede faltar en ninguna de las bibliotecas de los hijos del gran Patriarca de
Asís. — H.C.
•9iif
Hans Küng. PARA QUE EL MUNDO CREA. Cartar a un joven. — Versión castellana de Ale¬ jandro Ros. — 11,6 X 18,2 cm. 128 pág. Rús¬ tica: 50 pts. Editorial Herder. — Barcelona,
1965.
El reputado teólogo de Tubinga, Hans Küng, cuya intervención en las sesiones del concilio Vaticano II es bien conocida, adopta en el libro «PARA QUE EL MUNDO CREA» un estilo llano, como conviene al modo epistolar. Estilo que le permite desarrollar temas de candente ac¬ tualidad relativos a los hermanos separados, li¬ turgia, cidto, etc., y lo hace con claridad me¬
ridiana.
A los jóvenes principalmente, el libro de Küng les hablará familiarmente sobre temas que pueden llegar a constituir una preocupación pa¬
ra ellos.
No dudamos de que «PARA QUE EL MUN¬ DO CREA» tendrá la magnífica acogida que se
merece. — H.C.

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J. Vimort. — NUESTROS HIJOS Y LA VI¬ DA DE FAMILIA. — 144 pág. 11,4 x 17,8 cm. Rta.: 60 pts. Versión castellana de José Olives. —Editorial Herder. Barcelc .a, 1965.
La obra de Vimort puede ser una valiosa ayu¬ da para los padres que sienten su responsabili¬ dad, y para todo educador consciente de su ta¬ rea y de las dificultades que entraña.
He aquí un extracto del índice: Vivir en paz y serenamente — ¡ Cuidado con la televisión! — ¡Vacaciones! ¡Vacaciones! — Enseñar el ar¬ te del diálogo — Las madres retenidas siempre en casa — Un escándalo: no hay cines para ni¬ ños — La clase, siempre la clase — La alegría
de vivir.
Es mía obra que recomendamos a padres y
educadores. — H. C.

SAGRADA BIBLIA
Edición popular Herder, al alcance de todos: encuadernada en tela, con letras doradas y cinta guía, papel bi¬ blia, formato 10,3 X 15,9 em. 1528 pᬠginas, 10 mapas a dos tintas, 3 índices y 2 apéndices.
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Se ofrece el texto íntegro de toda la Biblia. El prefacio, las introduccio¬ nes y la revisión general sobre los tex¬ tos originales, se deben al Rvdo. P. Serafín de Ausejo, O. F. M., Cap., Profesor de Sagrada Escritura.
£a edición que por su reducido tamaño, puede usted Ueoar siempre consigo.

☆

NUESTROS DIFUNTOS
LLUCMAJOR.—Día 8 de agosto falleció la ter¬
ciaria franciscana Doña Francisca Sastre Monserrat. En la misma ciudad, el 26 del citado agosto, pasó
también a mejor vida Doña Jerónima Llambias Sas¬ tre, igualmente de la T. O. F.
INCA.—Día 5 de agosto entregó su alma al Crea¬ dor Doña Antonia Cual Martorell, y día 9 del mismo mes lo hacía Doña Juana Amengual Pascual, ambas
de la T, O. F.
PORTOL.—Doña Benita Canyelles Bestard, ma¬ dre de la Religiosa Franciscana, Sor Antonia del Salva¬ dor, murió día 12 de julio, a los 82 años de edad.
CIUDADELA. —Cuando contaba 74 años de edad, fue llamada por el Divino Hacedor Doño Florentina Casesnoves, Vda. de Sastre y madre de la Franciscana Sor María Asunción.
Acompañamos en su dolor a los familiares délas finadas, y suplicamos una fervorosa oración por su
alma.

CATECISMO CATÓLICO
Versión española del famoso Ca¬
tecismo único de las diócesis alema¬
nas, adoptado en el mundo entero. Esta traducción y adaptación se deben al limo. Sr. Dr. Francisco Rayeras.
19.® ed. Formato 14,4 x 22,2 cm. 272 páginas con profusión de ilustra¬ ciones: en rústica, 50 ptas , en tela, 75 ptas.
Edición catalana con las mismas
características: 95 ptas. El CATECISMO CATÓLICO es un
auténtico libro de familia, al propio tiempo que un excelente texto para la
enseñanza de la doctrina cristiana
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No falta nada
Un colegial le enseña a otro su cua¬ derno con los trabajos de vacaciones
—¿Los has hecho todos?
—Todos absolutamente.
— Pues aquí veo una página en
blanco.
— Es la que corresponde al cálculo
mental.
Los padres terribles
El pollito ve llegar a su novia, des¬
consolada:
—¿Qué ocurre?
--'Papá se ha declarado en quiebra.
Está arruinado.
—¿Lo ves? Ya te dije yo que tu pa¬ dre haría lo que pudiese por impedir
nuestra boda.

Uno de escoceses
Todos felicitan a Mac Gregor por¬ que le ha tocado el «gordo» de la lote¬
ría.
Sin embargo, Mac Gregor no parece estar muy satisfecho.
—¿Por qué tienes ese aíre de des¬ contento? — le preguntan — . Has tenido
mucha suerte
— No tanta —responde Mac Gregor — Jugaba dos números y si en uno de ellos me ha tocado el «gordo», en cam¬
bio en el otro no me ha tocado nada.
Esta bien pero...
Dos damiselas pasean lentamente por la Gran Vía.
Una de ellas dice:
— Sí, comprendo que el campo tiene
muchos atractivos y es muy sano; pero sin escaparates.
Silencio difícil
- Para tomar parte en una conferen¬ cia internacional —decía un diplomáti¬ co— hay que saber callarse en varios
idiomas.

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