EL HERALDO DE CRISTO JULIO - AG0ST01964 COKIZA (rsairiido nasti). ESTADOS DE AGOTAMIENTO, DOLOR DE CABEZA Y DE A ^ !|. *|Á1. MUELAS . tabletas PRECIO Pita. LABORATORIO "MIRÓ" Colón, It-PALMA DE MALLORCA aBjPWWL CBdena, 6 Tel. 11770 EL HERALDO DE CRISTO REVISTA MENSUAL DE LOS P. P. FRANCISCANOS DE LA T. O, R JULIO-AGOSTO 1964 Año LV - Núm. 652 653 • REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO TELÉFONO 12695 PALMA DE MALLORCA • DIRECTOR: P. L. GARÍ-JAUME, T. O. R. VICE-DIRECTOR: P. JAIME TUGORES, T. O. R. ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA: P. F. BATLE. T. O. R. Y GORO IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: ORDINARIA. ... 50 PTAS. BIENHECHOR ... 75 PTAS. PROTECTOR ... 100 PTAS. • DEPÓSITO LEGAL P. M. 340-1958 NUESTRA PORTADA Vista de la Catedral de Palma de Mallorca a través de un juego de rede's, puestas a secar al sol del mar de nues~ tra historia. (Cortesía de CASA PLANAS) V y ea en esie numero: El campo, un problema de fondo de nuestros días 5 Iglesia y Estado .... 7 ¿Crisis de obediencia o crisis de con¬ fianza? . 8 El derecho a la información . 9 El uso del fuego y el Sinántropo de Pekín 11 Festival gimnástico-artístíco . 13 Magna concentración franciscana en Lluc 14 Estrofa matutina .... 17 Cuestiones Lulianas . 18 Stop-Paralelos ..... 19 Problemas españoles; el trabajo . 21 Sanatorio «Mater Misericordiae» 23 . Anuncio destinado al olvido . 25 Página de humor .... 27 tiRECTOR-PROriETAItlO: NELSON B. CRAMER merímna LAVADO €N SECO Y HÚMEDO NUESTROS TELÉFONOS: TAllERES Y OFICINAS: Posaje Ca'n Faixino, 68-70 y 72 -15012 y 22273 TIENDA: Plazo Olivar, 22 -11104 SUCURSAL DEL TERRENO: Calvo Sotelo, 198 - 30221 SUCURSAL EN PALMA: Barón Santa M.‘ Sepulcro, 20 SERVICIO DE 8 HORAS 1 INCOMPARABLE POR SU CALIDAD 2 La hora de la verdad Palma de Mallorca, 15- Vl-64 Rdo. P. Director: Hemos estado comentando con xmos ami¬ gos la nueva orientación que va tomando su revista, y de una manera especial la res¬ puesta de la dirección a la carta titulada «Paz Española», donde hemos podido leer la, al pa¬ recer, atrevida frase: «el creciente triunfo del comunismo se debe a algún fallo de la cris tiandad». Todo ello me ha movido a comuni¬ carle nuestro punto de vista. Es evidente que la cristiandad actual tiene muchos fallos que son coreados a voz en grito por los enemigos de la Iglesia. Esto debe im¬ pulsarnos a perfeccionar las estructuras cadu¬ cas y desteñidas de nuestra «católica» manera de ser. Hoy la sociedad comunista nos da algu¬ nos ejemplos. Hace poco lei unos testimonios sobradamente elocuentes sobre la manera de ser de las gentes que viven en Rusia. El gran apóstol de la juventud, M. Quoist, después de visitar Rusia afirmaba: «Estuve en Moscú. Fuimos directamente desde el Havre en una furgoneta. Me sorprendió la juventud rusa: saiui, honesta...» (V. Vida Nueva, núm. 413). Ape¬ nas descendió del avión que le había traído desde Moscú, Monseñor Charrier, Obispo de Lausanne, fue entrevistado por un enviado de La Croix: «Los fieles rusos... Yo he quedado ad¬ mirado ante ellos. Su piedad es admirable; su fe es una roca. Su Iglesia, que vive en condi¬ ciones precarias, tiene una vitalidad extraordi¬ naria... El clero ruso que he tratado me ha parecido notable. He visto muchos sacerdotes jóvenes totalmente entregados... En todas par¬ tes he quedado impresionado por lo que llama¬ ría salud moral de las calles. Jamás he visto reclamos o anuncios provocativos, por ejemplo. Esto cede en honor de Rusia. Por lo demás, la mirada pura y leal de la juventud rusa podria servir de modelo...» (V. El Ciervo, núm. 118). Es evidente que estos ejemplos son dignos de admirar. Y sobre todo deben movernos a una autocrítica sincera y constructiva. Un viaje¬ ro que visite nuestra ciudad dificilmente podrá hablar de «salud moral de las calles» y hacer afirmaciones por el estilo. A pesar de ser «ofi¬ cialmente católica», el espectáculo moral de nuestra ciudad en muchas ocasiones tiene muy poco de católico y de moral. Creo que ha llegado el momento de hablar claro sobre tantas realidades por mucho tiem¬ po veladas no sé por qué inconfesables moti¬ vos. Hace poco decía el Papa: «El periódico es un espejo. Y debe ser un espejo amplio y director fiel. Obedece a su fundamental exigencia: in¬ formar, dar noticias, decir las cosas como son, servir la verdad, podríamos decir de forma fo¬ tográfica, la verdad de los acontecimientos, de los hechos, de la crónica; la verdad objetiva sobre el mundo que nos rodea y se mueve en torno nuestro. Es ésta una ley esencial para un diario, a la que no puede faltar so pena de perder su razón de ser». (Pablo VI, Ecclesia 16 mayo, 1964 pág. 9). Enhorabuena por la labor de su revista. Si¬ gan en su noble empeño de ser fieles a las doc¬ trinas pontificias que son las que nos guían en estos agitados tiempos. Desde luego se nota que sus colaboradores conocen a la perfección la «Pacem in Terris», hecho digno del mayor encomio. Sin más le saluda atentamente su servidor, C. PERELLO Como punto final a las discusiones que hemos le¬ vantado por nuestra manera de ver y enjuiciar ciertas cosas tratadas en los últimos números de la revista, recurrimos a una frase que hace tiempo leimos en el volumen de las Obras Completas de Rabindranath Tagore y que hará reflexionar sin duda a los de bue¬ nas entendederas: «Si cierras la puerta a todos los errores, dejarás fuera la verdad». ♦♦♦ V ^I^TDOy)IL©3 VD^ ^ Gran Vía José Antonio, sin PALMA DE MALLORCA Biblia y evolucionismo Palma, 10 de junio 1964 Rdo. Sr. Director: ...A propósito del articulo «Hipótesis genea¬ lógicas humanas», aparecido en el último núme¬ ro, quisiera hacerle una pregunta. Es la siguien¬ te: ¿Hasta qué punto la ciencia es libre en la investigación de la evolución humana, teniendo en cuenta las primeras páginas de la Biblia que nos hablan de la formación de Adán del barro y de Eva de una costilla de Adán? Ai decir en un círculo de estudios que no hay que tomar estos datos bíblicos al pie de la letra. Está bien, pero no acabo de ver cómo podrían compaginarse estos datos con la investigación científica, en el caso de que ésta confirmará un día algunas de sus hipótesis. Tengo entendido que Vd. es especia¬ lista en Sagrada Escritura, ¿podría aclararme esta duda? Con mis mejores augurios para Vd. y su revista, le saluda J. M."" Barceló Después de agradecer sinceramente sus pala¬ bras de elogio a nuestra revista —que por falta de espacio no transcribimos— y antes de res- 3 Contratista de Obras Santiago Rusiñol, 4 Tel. 11342 PALMA DE MALLORCA FABRICACIÓN PROPIA - MIJEiBCRS TAPICERIA - OECORACIÓM Plaza San Antonio, 25-27 PALMA DE MALLORCA 4 ponder a su inquietante pregunta, permíta¬ nos, amigo comunicante, unas aclaraciones in¬ troductorias que ya dimos con ocasión de una pregunta semejante, en el número de junio de 1962, pág. 4. Al hablar de evolucionismo, no nos referimos a la antigua teoría expuesta por Darwin o Haeckel, inadmisible por muchos conceptos, si¬ no a otra forma de evolucionismo parcial y tcístico, es decir, que reconoce y exige una espe¬ cial intervención de Dios en la formación del cuerpo de nuestros primeros padres. En este sentido, nosotros también estamos dispuestos a admitir la evolución, si la ciencia un día llega a demostrárnosla; pues, por ahora, es sólo una hipótesis de trabajo. No estará de más recordar que la Biblia es un libro sagrado, cuya finalidad es llevar las almas al cielo. No busquemos, pues, en ella verdades de tipo científico o histórico por sí mismas, a no ser que estén en relación con la doctrina religiosa o moral. Para dar con el sentido verdadero de algún pasaje bíblico es necesario, ante todo, descubrir el género literario a que pertenece, no sea que admitamos como realmente acaecido lo que tan sólo es fruto de una invención poética o de una elaboración de datos históricos con el único fin de inculcar una enseñanza moral. Ahora bien, ¿cómo hay que tomar el «barro» y la «costilla»: en sentido real o metafórico? El estilo pintoresco de todo el pasaje aconseja el metafórico. El «barro» es exigido por la con¬ cepción antropomòrfica de Dios, presentado co¬ mo un alfarero que modela el cuerpo de Adán. Lo mismo cabe decir de la «costilla». Se trata de dos figuras literarias que sirven al hagiógrafo, como medio de expresión, para inculcar ver¬ dades de tipo religioso-moral, a saber, que tan¬ to el hombre como la mujer tienen a Dios por autor, y que existe entre ellos un igualdad sus¬ tancial de naturaleza simbolizada por la «cos¬ tilla». Es posible, por tanto, una perfecta concilia¬ ción entre la ciencia y la Biblia, ya que nadie —ni la Iglesia, única intérprete oficial de la Sagrada Escritura— nos obliga a tomar al pie de la letra estos detalles de la narración. No es¬ taba en la mente del autor sagrado decirnos có¬ mo, en concreto, sucedió; seguramente, porque él mismo lo ignoraba. La Biblia, pues, no está ni a favor ni en contra de la evolución del cuer¬ po humano. Es ésta una cuestión sobre la que la ciencia tiene la última palabra. Nota de la dirección Avisamos a los lectores que deseen mandar cartas para su publicación en esta sección, que lo hagan antes del día 15 de cada mes. Después de esta fecha, ya no po demos asegurar su inserción en nuestras columnas. GUION EX. un f3roHema de fondo de nuestros días J o III que vamo$ a decir o a insinuar en estas lineas no es algo nuevo, ni nuestro: está en la letra y en el espíritu de la encíclica «Mater et Magistra»^ dictada, por el corazón y la mente de un papa campesino —el inolvidable Juan XXIII—, ter¬ cero de los trece hijos de unos labradores italianos de Sotto il Monte. Nadie como él podía hablar del campo con ese amor y comprensión de quien se sabe y se siente per¬ didamente vinculado a su terruño. Angelo Roncalli pertenecía a la raza de los hom¬ bres «mesurados» que otean el horizonte antes de predecir el viento o la lluvia. Su¬ cedió a un papa «ferviente», el angélico Pío Xll que un día, mientras paseaba, vio al sol hacer tres veces la señal de la cruz y que, al hablar a los hombres del campo, lo hizo a veces con acentos de égloga virgiliana. El papa Juan —campesino él aun cuan¬ do ceñía la triple corona— vivió más de cerca el problema agrario. Por eso pudo ha¬ blar más fuerte y más claro. No es la primera vez que tratamos ese problema en nuestra revista. En el núme¬ ro de junio de 1962 —en el mes en que el candeal está a punto, según el refrán—, escribimos unas breves acotaciones a la encíclima. Ahora, dos años más tarde y en ju¬ lio —cuando el labrador dice a su trigo: «Para julio te espero, buen amigo», como asegura también el refrán—, vamos a plantearlo de nuevo. Y lo hacemos con las mis¬ mas palabras del que nunca dejó de ser, a pesar de las suntuosas vestiduras, el her¬ mano mayor de una familia de trabajadores. En la página siguiente, a un lado de las nuestras, respaldándolas, están las palabras del Papa Roncalli, Ahí están para nuestra meditación. Nosotros también conocemos el campo. Nacimos en una aldea mallorquina —Vi¬ llafranca de Bonany—, que suena por el nombre y es de hecho «buena» tierra de pan llevar. Pues bien, a mis paisanos les resulta ya demasiado pesada la tierra y no saben qué hacer con ella. «El campo se hunde» —se oye decir a los jóvenes—, gue fácil¬ mente ceden a la tentación de la ciudad o del turisrrío. Y la «buena» tierra se va quedando sin brazos, ante la indiferencia de los hombres de la ciudad, que sólo se acuerdan de mi pueblo cuando saborean sus ricos melones. ¡Ironía de la vida! Con esta simple reflexión tratamos de ilustrar un problema que se agrava y se multiplica, considerado a escala nacional o mundial. No nos asusta que el campo se quede con menos brazos, si tiene más máquinas. Así tendría que ser, al menos en España. Al agro español le sobran brazos y le fal¬ tan máquinas. El tanto por ciento de la población agrícola de un país suele ser el Índice del grado de su atraso. Así, por ejemplo, mientras en EE.UU., el país prós¬ pero por excelencia, tan sólo el 12 por ciento de los ciudadanos trabaja en el campo, (en España encontramos casi la mitad de su población activa empleada en la agricul¬ tura (un 40 por ciento). El fondo del problema aparece a la hora del reparto de la renta nacional: ¡los labradores tan sólo perciben el 29 por ciento del total! El resto, es decir, el 11 por ciento más (o lo que falta para llegar a este 40 por ciento de nuestra población agrícola) se lo llevan los que se dedican a la industria y a los ser¬ vicios. Y no creemos que pueda invocarse ningún derecho o principio ético que justi¬ fique esta desigual distribución. ¿Acaso no son de la misma condición los hombres del campo y de la ciudad? El desorden, mejor dicho, la injusticia social, no termina aquí. Resulta que, a pesar de todo, la agricultura —este «sector deprimido», al decir de Juan XXIIl— sigue siendo la principal y más segura fuente de ingresos del Estado 5 PALABRAS DE JUAN XXIII Un problema de fondo se plantea en casi todos los Estados: cómo pro¬ ceder para que venga a reducirse el desequilibrio de eficiencia pro¬ ductiva entre el sector agrícola, por una parte, y, por la otra, el sector de la industria y los servicios; y para que el tenor de vida de la po¬ blación agrícolo-rural se distancie lo menos posible del tenor de vida de los ciudadanos que obtienen su retribución del sector de la indus¬ tria y los servicios, y cuantos traba¬ jan la tierra no padezcan un com¬ plejo de inferioridad, antes al con¬ trario, estén presuadidos de que también dentro del ambiente agrí¬ colo-rural pueden afirmar y perfec¬ cionar su persona mediante su tra¬ bajo y mirar confiados al porvenir. En caso de que en los ambientes agrícolo-rurales falten los servicios, que hoy son elementos constitutivos de un tenor de vida digno, el des¬ arrollo económico y el progreso so¬ cial vienen a ser ahí casi imposibles o avanzan demasiado lentamente. Y esto tiene la consecuencia de que llega a ser casi incontenible y difí¬ cilmente controlable el que la po¬ blación huya de los campos. Se requiere además que el des¬ arrollo económico de las comunida¬ des políticas sea realizado en mane¬ ra gradual y con armónica propor¬ ción entre todos los sectores pro¬ ductivos. Es decir, se necesita que en el sector agrícola se efectúen las innovaciones concernientes a las técnicas productivas, la selección de los cultivos y las estructuras admi¬ nistrativas que el sistema económi¬ co, mirado en su conjunto, permite o pide; y que lo más que sea posi¬ ble, se efectúen en las debidas pro¬ porciones respecto al sector de la industria y de los servicios. La agricultura viene así a absor¬ ber una mayor cantidad de bienes industriales y pide una más califica¬ da prestación de servicios; a su vez, ofrece a los otros dos sectores y a la comunidad entera los productos que responden mejor, en cantidad y calidad, a las exigencias del consu¬ mo, contribuyendo a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda: elemento positivo para el desarrollo ordenado de todo el sistema econó¬ mico. «MATER ET MAGISTRA» 6 español. Volviendo a la elocuencia de los por¬ centajes, tiene uno que constatar que tan sólo el 11 por ciento de la inversión española va a la agricultura, habiendo contribuido ella —la ce¬ nicienta— con un 29 por ciento a la formación de la renta nacional. Más aun, para colmo de males, sólo recibe un 7 por ciento de su propia renta, mientras la industria goza de un 23 por ciento de la suya. Uno no puede menos de preguntarse, después de todo, con amarga iro¬ nía: ¿Qué mal ha hecho el campo para que la moderna civilización no dé por él dos higas, cuando a todos nos gusta —al menos por aquí— comer sus sabrosos higos, ya secos o maduros? Nos hemos limitado a plantear un grave pro¬ blema de fondo de nuestros días: el desequili¬ brio agrario-industrial, subrayado por la «Mater et Magistra», que con razón ha sido calificada como la Carta Magna de la Agricultura. Es un problema sumamente complejo que afecta a casi todas las naciones, ya que más de la mitad de la población mundial es agrícola. Es aquí don¬ de se hace más patente el fracaso del comunis¬ mo como sistema económico social. Para el ca¬ so de España, país de irrenunciable vocación agrícola, han sido suficientes unas cuantas ci¬ fras para poner el problema al desnudo, en to¬ da su flagrante subestructura, sin necesidad de más comentarios. Las necesarias soluciones, en el orden de ur¬ gencia, se siguen del simple planteamiento del problema. Pero, para que nadie pudiera igno¬ rarlas, están expuestas en la enseñanza, precisa y orientadora, de un Papa que se complacía en llamarse hijo de labradores. Juan XXIII abrió el surco de la reforma agraria. A nosotros toca continuarla. Es ésta una tarea que no admite demora, amenazada como está por la revolución marxista. Mañana podría ser tarde. Es urgente que nosotros, los que tenemos la luz, desperte¬ mos y comprendamos que ha llegado ya la ho¬ ra de las realizaciones concretas en favor de los hombres del campo. No sea que tengamos que lamentar su pérdida con una frase similar a la pronunciada por Pío XI ante los primeros resultados de la civilización industrial: «La gran desgracia de la Iglesia en el siglo XIX es haber perdido la clase obrera». %Ln tama an discusión. TG1.1ESTA ir ESTA.DO r* V jristo fundó en este mundo un reino — la Iglesia— que no es de este mundo. Por no serlo no puede meterse en los asuntos mundanos, pero tampoco puede prescindir de ellos porque vive en esta tierra. El problema está en saber hasta qué punto es de este mun¬ do este reino que no lo es; hasta qué punto ha de sujetarse la Iglesia a los poderes de este mundo, o hasta qué punto han de someterse a ella. Dos sociedades perfectas Es un problema de convivencia de dos so¬ ciedades perfectas —la civil y la religiosa— que, aunque diferentes en su autoridad, sus fines y sus medios, están formadas por los mismos individuos. Difieren principalmente en dos cosas: el Estado viene del hombre y se di¬ rige al bien del hombre; la Iglesia viene de Dios al hombre y le lleva a Dios. Antes de Cristo no había problema para lle¬ gar a una armonía total entre ambos poderes, pues la autoridad civil y religiosa eran una sola cosa, y al pertenecer a una se era automática¬ mente miembro de la otra. Eran los tiempos de los dioses-estado. Pero cuando Jesús dice «dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», separa los dos poderes. De ahora en delante tendre¬ mos dos cabe/as —Dios y el César— a las que deberemos dar lo suyo. Sin embargo, la fórmu¬ la no soluciona el problema, lo plantea: ¿Qué es del César?, ¿qué es de Dios? Durante veinte siglos la Iglesia ha buscado la fórmula que la lleve a una solución definitiva. Estados confesionales Una de las soluciones a que se llegó fue la de los estados confesionales. Son aquellos que tienen una religión oficial. Los hay de varias clases. Hay unos teocráticos, clericales, exage¬ radamente intolerantes, en los que el Estado se sujeta a la Iglesia. En ellos se da a Dios lo que es del César. En una categoría más abierta podemos si¬ tuar aquellos que, aunque no toleran injeren¬ cia directa del poder religioso, sólo admiten una religión —la suya— y no permiten ningu¬ na manifestación religiosa fuera de la oficial. Tambin esta forma de confesionalismo debe desecharse, pues va contra el derecho natural: «Honrar a Dios en privado y en público según la propia coneiencia». Se da también el Estado confesional abierto y tolerante que admite y reconoce otras reli¬ giones a pesr de la suya oficial. Si hubiera que admitir alguna forma de confesionalidad sería ésta. Pero se ha llegado a la conclusión que la confesionalidad de un Estado no es conforme al bien común de sus ciudadanos. Escribe J. M.° VIDAL, T. O. R. Confesionalidad, no Fundándonos en que el Estado está en fun¬ ción del individuo y no al revés, podemos afir¬ mar que cuando un gobierno acepta una religión como oficial falta al respeto debido a aquellos ciudadanos que, aún siendo minoría, no la pro¬ fesan, pues ante ellos la suya propia es sub¬ estimada y relegada a segundo término, siendo, como son, ciudadanos como los demás. Esto por parte del Estado, pues por parte de la Iglesia se dan también grandes inconve¬ nientes. Así lo hace notar el capuchino P. Jordi Llimona en su libro «L’Església i PEstat»: Del simple confesionalismo se pasa muchas veces al sistema de tutelaje. Unas veces es la Iglesia que quiere aconsejar al Estado y otras el Estado que quiere hacerse patrón de la Iglesia. «¿No lo atestiguan veinte siglos de historia?» dice el P. Henri de Lubac aludiendo al mismo problema en su libro «Meditación sobre la Iglesia». Por otra parte, existe el gran peligro de caer en el estancamiento y aburguesamiento reli¬ gioso. Los períodos de lucha en la Iglesia han sido siempre los de más vitalidad, los de pro¬ tección estatal los de menos. Cierto que con el Estado confesional se gana en el campo de lo externo: manifestaciones, congresos, discursos y funciones. Pero el testimonio y el espíritu se pierden. O sea: se adquiere follaje y se pierde el grano. No es que nceesariamente haya de ser siempre así, pero la historia lo demuestra. Dice Aranguren en su libro «Catolicismo día tras día» que España nunca fue tan católica como en tiempo de la república y durante la guerra. Añadamos que el Estado confesional nos lleva al tipo de creyente intolerante, integrista y perseguidor de los que no piensan como él. De ahí que ese clericalismo estatal sea tam¬ bién fuente de anticlericalismo. Además, la ac¬ tuación de la Iglesia queda comprometida al menos de hecho: con la confesionalidad se une a una política que por buena que sea no deja de ser terrena. Es mejor una iglesia perseguida pero libre de compromisos terrenos, que una iglesia respetada y protegida, pero atada. Tefsmoi sí Tan pernicioso como el clericalismo exagerado es el ateísmo estatal. Lo mejor en la práctica parece ser el Estado teístico que reconoce a Dios y a todas las sociedades religiosas que le honran según la ley natural. Es el caso de Norteamérica, por ejemplo. Desde luego, lo ideal sería una unión perfec¬ ta entre la Iglesia y el Estado, pero esto no puede exigirse mientras existan varias religio¬ nes, aun minoritarias, en un país o en el mun- 7 ¿CRISIS DE OBEDIENCIA O CRISIS DE CONFIANZA? No es un fenómeno de hoy, sino de todos los tiempos, que quienes ejercen algún tipo de autoridad —eclesiástica o civil, doméstica o política— se quejen de las actitudes de rebeldía que los jó¬ venes —seglares o sacerdotes, estudiantes u obreros, hijos de familia o simple¬ mente ciudadanos— adoptan ante las estructuras de convivencia en que tienen que moverse. Mas, aunque el problema sea de todas las épocas y latitudes, es cierto que en nuestros días adquiere una mayor tensión y acritud. ¿A qué se debe realmente esta, así llamada, «crisis de obediencia»? Hay quienes la atribuyen simplista¬ mente al influjo de lecturas disolventes, de filosofías individualistas o anarqui¬ zantes, a los espectáculos inmorales o a un clima de desgarrado existencialismo. Para otros, hay en esa crisis un fondo de resentimiento individual o colectivo, fruto de las conmociones cruentas de los últimos lustros: sistemas totalitarios, re¬ presiones cruentas, guerra mundial, de¬ rrotas bélicas, penuria y angustia de la postguerra, etc. Todas estas son explicaciones verdade¬ ras, pero parciales o penúltimas de la realidad. Hay una raíz más honda y que sirve como de dominador común a los diversos síntomas de esa actitud de «des¬ obediencia» y rebeldía, registrable no só¬ lo en los ambientes profanos —el hogar, la Universidad y sus Colegios Mayores, las Instituciones de formación profesio¬ nal, etc.—, sino también en los eclesiás¬ ticos, Universidades pontificias. Casas de estudio de las Ordenes religiosas, sacer¬ dotes jóvenes y en ejercicio pastoral, etc. Esa raíz tal vez esté en una crisis de con¬ fianza entre los que obedecen y los que mandan. Importa, en efecto, ver claro que mu¬ chas de esas rebeldías del espíritu no se deben siempre a impulsos pasionales, sino a la falta de sensibilidad, compren¬ sión y capacidad creadora por parte de quienes ejercen autoridad. Para obedecer 8 do. Esto se dará cuando «todas las gentes se sienten en la misma mesa del Padre». Es el momento que Teilhard de Chardin ha llamado «punto Omega». Mientras tanto debe haber independencia total entre las diversas religio¬ nes y el Estado, entendiendo por independen¬ cia, no oposición, ni siquiera desconocimiento mutuo. En esta independencia puede y debe haber relaciones que favorezcan tanto a unas como al otro, sin que esto implique confesionalidad, pues para el Estado antes se es súbdito que religioso. Esta parece ser la solución del problema Iglesia-Estado a la que nos ha lleva¬ do el siglo XX. Concordatos Por concordato no entendemos un intercam¬ bio de privilegios y concesiones por parte de ambas sociedades. Concordato es el reconoci¬ miento de la recíproca libertad absoluta, que procura articularse jurídicamente, respetando las dos autoridades en los puntos de fricción. Hoy a la Iglesia ya no le interesan esos con¬ cordatos basados en un intercambio de conce¬ siones y privilegios. Así lo dijo Juan Bautista Montini en su discurso de clausura del 250 aniversario de la fundación de la Academia de Nobles Eclesiásticos en 1951: «Al compás del tiempo en los últimos siglos la concepción ge¬ neral del mundo, de nuestra civilización, ha variado también su formulación jurídica.» «Por el desarrollo del derecho civil, político y eclesiástico moderno, las dos sociedades, el Estado y la Iglesia, se han separado, se han desunido». «La Iglesia ha marcado con más claridad el ejercicio de sus funciones en la esfera espiri¬ tual, aún conservando el poder indirecto sobre una serie de campos pertenecientes al poder temporal: en el contacto oficial con la sociedad civil ha restringido su acción a la defensa de los intereses religiosos y de los medios nece¬ sarios para el cumplimiento de su misión es¬ pecífica». «La Iglesia actual no debe sacar su fuerza y su prosperidad del favor de los poderes esta¬ tales, sino de la palabra y la virtud propia...; no necesita vínculos, sino libertad, no ha de buscar fortuna en el exterior, sino en el inte¬ rior». Por eso el concordato debe dirigirse a evitar posibles roces y no puede ir más allá de un afianzamiento de los mutuos derechos. Además, ha de ser del Estado con cada una de las reli¬ giones de sus súbditos, pues así lo exige su dig¬ nidad de hombres. El concordato español En España tenemos un concordato con la Santa Sede firmado en 193. Cuando se firmó posiblemente era de plena actualidad, pero hoy adolece ser anticuado en el sentido de estar formado más por privilegios y concesiones que por acuerdos en los puntos de fricción. Es por esto que se ha hablado tanto contra él, y mu- chos piden que se disuelva. El punto más es¬ candaloso para los que así piensan es el privi¬ legio de representación de obispos otorgado al Estado el 7 de junio del año 41 y renovado en el concordato. Privilegio de «presentación» Cuando queda sin obispo una diócesis, o cuando se ha de nombrar un obispo coadjutor con derecho a sucesión, el Gobierno por me¬ dio del Nuncio y de modo confidencial, manda una lista de seis sacerdotes a la Santa Sede. De entre ellos el Papa escoge tres, de los cuales el Jefe del Estado elige el definitivo. Si al Papa no le gustan los presentados por el Jefe del Estado, puede cambiar la lista o añadir otros, que si no agradan al Gobierno no son elegidos y siguen las negociaciones hasta llegar a un acuerdo. El privilegio consiste en que no llegan a obispos aquellos que el Jefe del Estado no quiere. Pero aquí está también el inconvenien¬ te: la mayoría de los obispos son políticamente adeptos a un partido o régimen determinado, y no saben ver sus fallos. Es por esto que se ha dicho que uno de los pilares del régimen espa¬ ñol actual es el clero. Pero parece que este privilegio está llegando a su fin. Desde hace cosa de un año no ha sido elegido ninguno de los obispos presentados. Hay que reconocer que es un privilegio que com¬ promete en parte la libertad de la Iglesia y que sólo ayuda al Estado políticamente. Puede comprobarse también que cuando se ha perdido en otros países, las protestas han sido del poder civil, no de los católicos, y que en los únicos sitios donde se protesta es donde todavía se conserva. La mentalidad de los obispos al tratar este punto en el Concilio se ha manifestado en el mismo sentido. Qué ha dicho el Vaticano II En el comunicado oficial de la oficina de prensa del Concilio del 7 de noviembre de 1964, publicado en la revista «Ecclesia» el 16 del mismo mes, se dice sobre la elección de los obispos: «Monseñor Ferreira, obispo de Oporto: ...An¬ te todo debería hablarse sobre la elección de los obispos. Hay que evitar el abuso de la potestad secular en el nombramiento de los obispos». «Monseñor Méndez, obispo de Cuernavaca, en nombre de numerosos obispos de Hispanoamériea, dice que el Concilio debe hablar de la elección de los obispos, que es un tema impor¬ tantísimo para la salud de las almas. Se debe evitar toda intervención de los gobernantes en el nombramiento de los obispos. La interven¬ ción estatal es cosa de otros tiempos ya supera¬ dos. Esa intervención, como la intervención de los poderes civiles en la partición de las dióce¬ sis y en la erección de parroquias, ha traído muchos males a la Iglesia, y alguna vez algún bien, como todas las cosas humanas. No puede callar el Concilio sobre ese problema referente no basta simplemente un temperamento sumiso o una actitud de gregario silen¬ cio. Ese tipo de obediencia es bien poco humana. La verdadera obediencia, en todos los órdenes, pero muy especial¬ mente en el plano político, entraña con¬ fianza en la previsión, en la rectitud y en la eficacia de quien ejerce el poder. Las gentes jóvenes tienen cada vez más conciencia de las nuevas responsa¬ bilidades que les plantea la transforma¬ ción del mundo, y aspiran a que las es¬ tructuras sociales y políticas hagan posi¬ ble la decisiva esperanza de la libertad en la solidaridad. Si la nueva generación encuentra en sus padres, en sus superiores, en sus maestros y en sus gobernantes apertura a la reahdad histórica cambiante, previsión del futuro, capacidad de sacrificio para enterrar las formas caducas y adentrarse por caminos nuevos, fructificará en la juventud un nuevo estilo de obediencia: la entrañable obediencia de quien ha recuperado la confianza. (Tomado de «Cuadernos para el diálogo», noviembre 1963, pág. 5) 3^ ★ + l>ecip las cosas como son «El periódico es un espejo. Y debe ser un espejo amplio y fiel. Obedece a su fundamental exi¬ gencia: informar, dar noticias, decir las cosas como son, servir la verdad, podríamos decir, de forma fotográfica, la verdad de los acontecimientos, de los hechos, de la crónica; la verdad objetiva sobre el mundo que nos rodea y se mueve en torno nuestro. Es ésta una ley esen¬ cial para un diario, a la que no puede faltar, so pena de perder su razón de ser». (Pablo VI en «Ecclesia 16 mayo 1964 pag. 9) 9 El derecho a la información ...«Dado que se trata de un derecho basa¬ do en la naturaleza del hombre, no basta, evidentemente, que sea proclamado en teoría, es preciso también reconocerlo en la práctica, defenderlo, servirlo, dirigir su reabzación, para que sea conforme a su finalidad natural. Es un derecho a la vez activo y pasivo, buscar la informa¬ ción y la posibilidad de que todos la re¬ ciban. En este punto aparece con toda clari¬ dad la importancia de la función del in¬ formador; permite a todos, por las in¬ formaciones que suministra, conocer me¬ jor las situaciones y poder tomar, con mejor conocimiento de causa, sus deci¬ siones de hombre solidariamente respon¬ sable del grupo humano al que perte¬ nece. La actividad del informador va, pues, no sólo en beneficio de los individuos, sino también de todo el cuerpo social. Hablando a los delegados de las Asocia¬ ciones Americanas de Prensa y Radio, el 21 de julio de 1945, nuestro precedesor Pío XII no dudaba en afirmar: «Vues¬ tra profesión rinde un servicio inapre¬ ciable a la sociedad». De esta finalidad de la información — ayudar a los hombres a mejor asumir su destino y el de la comunidad humana— se deducen las leyes morales, cuyo res¬ peto es la más segura garantía de su sano ejercicio. La información debe ser verí¬ dica y honrada por la fidelidad a los acon¬ tecimientos, si quiere desempeñar su pa¬ pel social, y solamente lo será si el in¬ formador tiene preocupación constante por lo objetivo. La Iglesia, sabéis, se preocupa tam¬ bién de un problema algo diferente, pe¬ ro que tiene cierta afinidad con el obje¬ tivo actual de vuestras investigaciones: la libertad religiosa. Es un problema de importancia y ampbtud tal, que el Conci¬ lio Ecuménico lo está tratando. Sobre es¬ te punto se puede esperar la promulga¬ ción de un texto que será de gran impor¬ tancia no sólo para la Iglesia, sino tam¬ bién para todos aquellos —innumerables — que se sientan afectados por una de¬ claración autorizada en esta materia». (Del discurso de Pablo VI, 17 abril de 1964. «L’Osservatore Romano» del 18). 10 al nombramiento de los obispos residenciales, auxiliares o coadjutores. Hay que hablar en el Concilio con la libertad propia de los hijos de Dios...» «Monseñor Attipety, Arzobispo de Verapoly (India): Pide que el esquema empiece hablando sobre el nombramiento de los obispos. Hay que exponer claramente el principio fundamental: el Papa goza de absoluta libertad en la elec¬ ción de los obispos, salvo los privilegiados de las Iglesias Orientales. El Sacrosanto Concilio declare que deben cesar toda clase de privile¬ gios o intervenciones de la autoridad civil en el nombramiento de los obispos. Ha de ponerse definitivamente fin al derecho de presenta¬ ción de candidatos al episcopado, que renun¬ cien espontáneamente a este privilegio de tiempos pasados para bien de la Iglesia». (Hace notar Ecclesia que estos párrafos fue¬ ron suprimidos o redactados diferentemente en los periódicos españoles firmados por la Agen¬ cia EFE. El aquí expuesto es el auténtico. Este cambio no es de extrañar. No es la primera vez que sucede lo mismo con documentos de la Santa Sede). Esto es lo que se dijo. No hubo intervencio¬ nes en contra. ¿Qué pasará? Como este privilegio es reconocido en el concordato lo más probable es que, si el Estado no renuncia a su derecho de presentación — cosa que ,no , dudará en hacer si es auténtica¬ mente católico—, se revise todo el concordato, y tanto la Iglesia como el Estado renuncien a sus privilegios. Hay quienes aluden como máxima dificultad al cese de este privilegio el factor dinero, ya que la Iglesia deberá renunciar a la subvención económica estatal. El ejemplo de Francia basta para demostrar que la Iglesia no se desmorona por falta de tal ayuda; hasta se dice que ésta es la causa de que el clero francés sea tan ad¬ mirado. Pero, además, hay que tener en cuenta otra cosa: los súbditos del Estado tienen derecho a la asistencia religiosa, y si las religiones para subsistir necesitan de él tiene obligación de ayudarlas. Tenemos el ejemplo de Alemania: existe el impuesto de Religión que el Estado cobra a todos los ciudadanos, y luego entrega a cada sociedad religiosa, limitándose a hacer de recaudador. Esta es a los ojos de muchos la solución ideal, pero la de independencia económica no es menos atrayente: recuerda mucho la «Igle¬ sia de los Pobres», ese slogan tan oído hoy al que Francisco de Asís llamó «Dama Pobreza» y que la Didajé invita a observar cuando dice: «Si un apóstol no se conforma con pan y pide dienoro es seudoapóstol, seudoprofeta». Es posible que cuando la Iglesia sea «de los Pobres», no encuentre problemas para dar al César todo lo del César y a Dios todo lo de Dios». A Dios por la ciencia EL USO DEL FUEGO Y EL SINANTROPO DE PEKIN I Por el P. Rafael Genesiar, T. O. R. Doctor en Ciencias Biológicas Parece que el uso del fuego estuvo al servicio del hombre desde los albores de la humanidad. No solamente le servía co¬ mo fuente de calor para la preparación de la comida, y para endurecer puntas de lanzas de madera, sino también para defenderse de las fieras, valiéndose del miedo instintivo que éstas tienen del mismo. El uso del fuego, arguye además un grado de conocimiento igual que la fa¬ bricación de utensilios. El hombre pri¬ mitivo obtendría el fuego por frotamien¬ to de dos maderos, o por el procedimien¬ to del taladro, o por rotación de un madero a mano, etc. Los vestigios del fuego son difíciles de conservarse a no ser en circunstancias muy favorables, al abrigo de los agentes atmosféricos. Pero como las estaciones humanas más antiguas no se hallan en cuevas sino en campo abierto, donde ac¬ túan sin obstáculo estos agentes meteóricos, de ahí la dificultad de poderse de- mostrar su existencia, más que en casos especiales, como son los recientes descu¬ brimientos de Torralba y Ambrona (So¬ ria) donde se encuentran muestras de carbón y ceniza, maderas con señales de quemaduras, y verdaderos hogares, en yacimientos de superficie bien conserva¬ dos. A estos depósitos se atribuye la edad de Mindel (Butzer, 1936). De ser correc¬ ta esta datación, se trataría de los más antiguos vestigios del fuego en campo abierto; ¡cerca de 300.000 años! Quizás el indicio de fuego más remoto se halla en la gruta de Chu-Ku-Tien, a unos 40 Km. al suroeste de Pekín, donde el uso del fuego por los hogares, y ade¬ más los utensilios encontrados, demues¬ tran la presencia del hombre en aquel lugar. Se trata de la más primitiva habi¬ tación troglodita conocida que sin duda sirvió al hombre como lugar de morada. En la base de este yacimiento, a unos 50 metros de profundidad, existen gran¬ des brechas inferiores sobre las cuales Cráneo de Sinanthopus pekinensis (en el centro), comparado con uno de gorila (a la izquierda) y de un hombre del Norte de China (a la derecha). Aproximadamente, 1/5 del tamaño natural 11 se extiende una capa arenosa de unos 7 metros de grosor, rica en cenizas. La fauna que se encuentra aqui corres¬ ponde a una serie de animales extingui¬ dos del cuaternario antiguo: (elefante namádico, rinoceronte sinensis, un felino del tamaño de una pantera, hienas, osos, puercoespines, ciervos gigantes, bisontes, búfalos, macacos, etc...) y restos de un ser antropomorfo, llamado «Sinanthropus pekinensis», cuya capacidad craneana oscila entre 850 y 1.200 c. c., cifras bas¬ tante bajas, en proporción a su corpu¬ lencia, comparado con el hombre. Junto al Sinántropo se encuentran tos¬ cos útiles de cuarzo, pertenecientes al paleolítico inferior; pero en estratos su¬ periores hay fauna del pleistocene medio e industria paleolítica avanzada, con res¬ tos de carbón vegetal y materias calcina¬ das, lascas de cuarzo, raederas, puntas, perforadoras y piezas de hueso abundan¬ tes; y varios cráneos pertenecientes al «Homo sapiens», que coexistiría con el Sinántropo, y que le daría caza, tal como actualmente los negros persiguen al go¬ rila. Esta es la opinión de varios antro¬ pólogos como Obermaier, Boule, y Le Gros Clark. Para el Dr. Black, gran investigador de los fósiles de Chu-Ku-Tien, el Sinán¬ tropo representa un eslabón entre los antropomorfos y el hombre. Compárese, por ejemplo, su cráneo con el del gorila y el del hombre, en la fotografía, obte¬ nida por Weidenreich (1938): El profesor Boule opina que el Sinán¬ tropo es demasiado primitivo, por la for¬ ma del cráneo, para poder afirmar que perteneció a un hombre. Pero mientras este antropoformo aparece ya al princi¬ pio del cuaternario (500.000 a 600.000 años), los cráneos del tipo Cro-Magnon, parecidos al de los esquimales o papúes actuales, encontrados en los estratos su¬ periores y clasificados por Weidenreich como prototipos de las razas mongoloide, melanosoide y esquimoide, no aparecie¬ ron hasta unos 250.000 años después de aquél. Esto ha hecho pensar a algunos espe¬ cialistas como H. Breuil, que el Sinán¬ tropo fue quien utilizó el fuego y talló la piedra, declarando gratuito el negarle facultades «humanas», y atribuye a dicho antropoformo la facultad de poder fabri¬ car utensilios, como los del paleolítico inferior, encontrados en los estratos más profundos de Chu-Ku-Tien. El P. Teilhard de Chardin califica al Sinántropo con frase sabia y prudente, colocándolo en los umbrales de la huma¬ nidad, o mejor, según sus propias pala¬ bras «sur le versant humain». Según Cristiani, no podemos afirmar con toda seguridad que el Sinántropo es hombre, pero tampoco le podemos colo¬ car simplemente entre las bestias. Este es uno de los puntos sobre los que la prehistoria está vacilante y no ha dado todavía su veredicto definitivo. NECROLOGICA BUÑOLA. - Día 7 de junio del pre¬ sente año entregó su alma al Señor D. Bartolomé Mateu Cabot, a la edad de 67 años, suscriptor de nuestra revis¬ ta y padre de nuestro estimado cola¬ borador, Rdo. P. Gregorio Mafeu, T. O. R. Nuestro más sentido pésame a toda su familia. O 09 PINGÜINO es ^ MARCAS EN o >* LAVADORAS DE o o MAXIMA CALIDAD W O Y RENDIMIENTO < —i Cfl Ul < u CASA SASTRE 3 o. z P. España, 98 - PALMA COLEGIO «BEATO RAMON LLULL» (INCA) Celebración de los 25 Años de Paz con un brillante festival gimnástico- artístico Nuestro Colegio «Beato Ramón Llull» de Inca siempre ha vibrado al unísono con las efemérides de la Patria. Los 25 años de paz. que toda España está celebrando, no podían pasar sin mención notable en nuestro Colegio. Para conmemorar tal acontecimiento el Co¬ legio celebró un brillante festival gimnástico artístico, que resultó espléndido y muy del agrado del numerosísimo público que asistió. Dio principio con un breve parlamento de presentación a cargo del Rdo. P. Antonio Rie¬ ra, Director. A continuación el Coro de niños, que dirige el Mtro. D. Manuel Vitaller, acom¬ pañado por la naciente rondalla de guitarras, interpretó varias canciones a voces, siendo muy aplaudido. Siguió en su actuación un cuarteto, com¬ puesto por alumnos, interpretando canciones modernas, que fueron aplaudidas a pesar de la inseguridad en su ejecución, debido a la poca experiencia y sobre todo al miedo que im¬ pone todo público numeroso aunque benévolo. A continuación todos los alumnos de bachi¬ llerato, salvo los impedidos, en número de 182, ejecutaron una vistosa y espectacular tabla de gimnasia, que resultó brillantísima tanto por la variedad de los mismos, demostrando los alum¬ nos gran espíritu de disciplina y el Profesor, don Franicsco Homar excepcionales dotes de organización y de mando. El espectáculo es más para ser visto que descrito. Una leve idea de él pueden dar las fotos que publicamos. Presidieron el acto el Muy Rdo. P. Antonio Bauza, Mtro. Provincial de la T. O. R., el limo. Sr. D. Eduardo Haro, Tte. Coronel de la Guardia Civil, el limo. Sr. D. Luis Vicén, Juez de Primera Instancia e Instrucción, D. Gabriel Tortellà, Concejal, en representación del limo. Sr. Alcalde, Rdo. P. Miguel Colom, Prior, Rdo. P. Director y Claustro de Profesores. Desde estas columnas enviamos nuestra sin¬ cera enhorabuena a la Dirección de nuestro Colegio de Inca y al Profesorado por el solem¬ ne acto celebrado, que no sólo honra al Cole¬ gio sino también a la ciudad que le cobija. 13 Los Terciarios son recibidos en la plaza del Santuario por el Prior, Rdo. P. Román Fortuny, M. SS. CC. MAGNA CONCENTRACION FRANCISCANA EN LLUC con asistencia de mas de un millar de T^erciarios El díonísta desea afirmarlo ya desde un prin¬ cipio: más de mil tefciarios y amigos de San EraneiScO de Asís vivieron *—día 7 de junio del año en curso“ una muy singular jornada. Bella de verdad y llena de interés bajo multiples as¬ pectos. Fue el favor del Cielo derramado una Vez más sobre las huestes del Seráfico Patriar¬ ca, sin duda; pero, citemos también el poder que tiene la alegre animosidad del espíritu franciscano, máxime si coincide con la modé¬ lica organización que existió ese domingo. A las nueve y media de la mañana, habían llegado a la amplia plaza del Santuario Ma¬ riano de Lluc 34 grandes autocares y otros muchos vehículos de menor capacidad. Proce¬ dían de Palma y de otras ciudades y villas donde está erigida la T. 0. F., tanto de la Obe¬ diencia de la T. 0. R, como de la Capuchina. El Rdo. P. Román Fortuny, M. SS. CC., Prior del Santuario, en la puerta del mismo recibió, acompañado de la escolania, a los ter¬ ciarios. Iban presididos por el limo. Sr. Vica¬ rio General de la Diócesis, don Francisco Ra¬ yeras Mulct, Terciario Franciscano, por el Muy Rdo. P. Antonio Bauzá Gayá, Ministro Provin¬ cial de la T. O, R., y por el Rdo. P. Jaime Tugores Mestre, T. O. R., Comisario de la T. O, F. en Baleares. Ya en la Basílica lucana, totalmente atestada de peregrinos, el Prior les dirigió cordiales pa¬ labras de bienvenida. Seguidamente, cantada la Salve por la escolania, se empezó la solemne misa comunitaria. La celebró el citado Vicario General, asistido por el Rdo. P. Gabriel Genovard Mestre, T. O. R., Vice-Director de la Hermandad de la Basílica de San Francisco (Palma). Es para ser destacada la enjundiosa homilía del celebrante. Durante el Santo Sacrificio, ocupó un lugar de preferencia en el presbiterio el mencionado P. Provincial de la T. 0. R., acompañándole el M. R. P. Bernardino Rotllán, 0. F M., Comi¬ sario Provincial de la T. O. F. en Cataluña, y el referido P. J. Tugores. Asimismo ocuparon asiento en el presbite- 14 rio el Rdo. P. Emilio de Sollaiia, Capucliiiló, Comisario Provincial de la T. O. F. en Va¬ lencia, el Rdo. P. Diego de Aguilas, Comisario districtual de los Terciarios de Mallorca y Me¬ norca, y otros sacerdotes del clero regular y Se¬ cular, Directores de Hermandades. El Rdo. P. Joaquín Ribes, O, F. M., Comi¬ sario Provincial de la T. O. F. en Valencia, di¬ rigió muy acertadamente la misa comunitaria. Pidió que se ofreciera especialmente: por la sa¬ lud y pronto retorno de nuestro querido Obis¬ po, por las intenciones del Sr. Obispo de Me¬ norca y de los Superiores Mayores de la Fami¬ lia Franciscana y por el éxito espiritual del Concilio. También pidió una oración a favor de tres Presidentas de Coro de la Hermandad de la Basílica de San Francisco, quienes durante 50 años ininterrumpidos han servido a dicha Her¬ mandad. Fueron numerosísimos los terciarios que co¬ mulgaron. Cuatro Sacerdotes distribuyeron la Sagrada Forma durante largo rato. Arriba.—El Rdo. P. Emilio de Sollono, Capuchino, di¬ rigiendo su cálido palabra a la muchedumbre. Abajo.—La presidencia del acto de afirmación apos- tól ico-franciscana. Reunión de directores y dirigentes Tuvo lugar a las 11, en una de las salas del Santuario. Fue presidida por el ya mentado Co¬ misario de la T. O. F. de Baleares, P. TugoreS. Asistieron los Franciscanos y Capuchinos más arriba indicados, otros Padres Menores y de la T. O. R. y ocho sacerdotes del clero secular, Directores de alguna Hermandad, y numerosísi¬ ma representación de los dirigentes Seglares. 15 El ilustre poeta mallorquín, D. Guillermo Colom Ferró, Doctor en Filosofía y Letras y Terciario Franciscano, desorrollando su tema; «L'alegria franciscana de l'apostoiat». Acto do afirmación apostólico-franciscana Tuvo por marco la gran plaza ubicada delan¬ te del Santuario. Fue a las 12. Hizo la presentación de los que iban a inter¬ venir el P. J. Tugores, quien, por otra parte, agradeció vivamente la asistencia de todos y tuvo acertadas palabras de reconocimiento pa¬ ra cuantos habían hecho posible la magna pe¬ regrinación y aquel brillante acto. Expresó asi¬ mismo su satisfacción por la representación me¬ norquina, presidida por el Rdo. Sr. D. Fernan¬ do Cortés, Beneficiado de la Catedral de Cin¬ dadela y Director de la T. O. F. A continuación hablaron: D. Guillermo Colom Ferrà, doctor en Filo¬ sofía y Letras y Terciario Franciscano, versan¬ do admirablemente sobre el tema «L’alegria franciscana de l’apostoiat»; el Rdo. P. Antonio Alvarez, O. F. M., de Valencia, el Rdo. P. Emi¬ lio de Sollana y el M. Rdo. P. Bernardino Rotllán, trataron brevemente muy interesantes pa¬ sajes de la vida y obra de San Francisco. Luego, el susodicho P. J. Tugores, después de ammciar que la peregrinación franciscana del ano 965 tendrá lugar, D. m., también el primer domingo de junio, leyó varios telegra¬ mas que bahía recibido con motivo de esa con¬ centración. En primero, venía firmado por el Rdo. P. Antonio Barceló, T. O. R., Comisario Nacional de la T. O. F., y decía así: «Saludo terciarios reunidos Lluc. Pido amorosísima Madre les conceda sentir que todos somos her- SORDOS!! OIR BIEN ES FELICIDAD DISPONEMOS DE 35 MODELOS EN APARATOS AUDITIVOS, CONFIE SU OIDO A UNA CASA ESPECIALIZADA. Pje. Maitcu, 38 Tal. 15034 Palma 16 ¿nanos y ser constantemente pregoneros del amor». El segundo, procedía de Nueva York y era un cordialísimo saludo y muy afectuosa bendición del Rdmo. P. Juan E. Boccella, Mi¬ nistro General de la T. 0. R. Venía expresado en estos términos: «Feliz ocasión grande y be¬ llísima peregrinación terciarios Baleares estoy presente en espíritu. Envío paternal y afectuosa bendición seráfica para provechoso trabajo y siempre mayores conquistas bien Iglesia y Or¬ den Franciscana». El tercero, fue escuchado igualmente con viva emoción por parte de todos los asistentes, puesto que se trataba de una gran delicadeza de nuestro estimado Sr. Obispo, enfermo en una clínica de Madrid. Textualmente decía: «Al iniciar peregrinación Lluc envío terciarios franciscanos efusiva ben- fidición pternal deseando Dios premie sus bue¬ nos deseos y oración». Finalmente, clausuró el acto con brillantísi¬ mo parlamento el M. Rdo. P. Antonio Bauzá, Ministro Provincial de la T. 0. R. Continuación del viaje A las 4 de la tarde, después de haber des¬ pedido a la Virgen de Lluc con el canto de una salve, entonada por el P. Tugores, y con una visita de todos los terciarios al camerino de la Patrona de Mallorca, se continuó el viaje hacia Sóller, Deyà, Miramar y Valldemosa. En esa villa se visitó la casa natal de Santa Catalina Thomás y la Cartuja. Los peregrinos mostraron en todo momento su satisfacción por la bella jornada vivida estre¬ chando lazos de cristiana amistad en un am¬ biente de alegre franciscanismo. Felicitamos a la comisión organizadora y a toda la familia seráfica, mientras intenta este cro¬ nista alentarles para la repetición de semejan¬ tes jornadas.—C. VM VA t ín ^ Amb son viu dring ferreny el timbre espolsa nquella son darrera, la mes dolça; la que damunt cada parpella hi posa com una mena de petita llosa; la que baix-baix diu: fes-te el no enterat i dorm un poquet més d’altre costat. Mes, no; és Vhora de saltar del Hit, •en nom del Pare, Fill, Sant Esperit; l’hora de rabejar-se amb Valegria iel jorn tot nou, i de l’Avemaria penjada als llavis com un cant d’auceïl; l’hora de posar tensos cor i pell per rexigencia àrdua o compromesa; l’hora de riure als planys de la peresa, i em llev d’òptim humor. Quan vaig a obrir, m’espera a la finestra ja el matí. Em diu «bon dia!» delicadament, fregant-me els ulls amb fresc amoixamenL -El cel s’està assajant ja el color blau. Encara no ben presa, la llum cau hlana i es quadreja dins els antics murs ■del claustre, sense fer-hi clarobscurs. .L’alta palmera, amb gràcia femenina, <es banya en claror verda i se pentina. 1 la valzia amb llapis negre escriu <al cel un nou rondo pú temps d’estiu, > La llum es tonifica mes. I ara el sol ja arriba. No li veig la cara; mes posa, com a un reim, una pellofa daurada a aqueixa matutina estrofa. P. Miquel Colom, T. O. R. 17 cneíitionesi lulianáis MOLINOS (Conclusión) El movimiento de rotación entre la rueda hi- drá idica, que está colocada verticalmente, y las muelas, que están en posición horizontal, se co¬ munica por medio del engranaje de una pieza llamada en Mallorca (en los molinos de vien¬ (14)Comto) llanterna. Para Llull esta pieza es el roder o reder (14). Parece ser que los copistas de los códices lulianos, y hasta tal vez los editores de las obras catalanas de Llull, vacilaron en la lectura de dicha palabra y por eso nos encon¬ tramos con esa pequeña serie de variantes: ro¬ der, reder, redec, redee, rodeu (15). Si no supiésemos, y no lo hubiésemos visto anteriormente, que la roda es la impulsora del molino, los textos que vamos a citar podrían hacernos pensar que es el roder la pieza que re¬ cibe el empuje del agua y que, por lo tanto, vendría a ser sinónimo de roda. Entendemos, no obstante, que hemos de proceder con pru¬ dencia, pues existiendo la rueda hidráulica ver¬ tical y la horizontal, para Llull y la ro¬ da podría ser la vertical y el roder, la horizon¬ tal. «Así como el roder se mueve por la fuerza del agua y la mola se mueve por la fuerza del roder» (Contemplació VII, pág. 84). «Pues así como el roder que por la fuerza del agua tiene fuerza para mover la mola... Y así como el ro¬ der que por su fuerza, sin la fuerza del agua, no basta para mover la mola» (Ib., pág. 86). «Así, Señor, como el agua mueve el roder y el roder mueve la mola y la mola mol la farina...: pues así como el roder no podría moverse sin el movimiento del agua ni la mola sin el movi¬ miento del roder ni la farina sin el movimien¬ to de la mola...» (Ib., pág. 372). «Así como elredec del molí se hace girar pa¬ ra hacer girar el molí» (Contemplació I, pág. 74). «Así como la final razón por la que el redee es movido por el agua y la mola por el redee es la fariña» (Contemplació VII, pág. 465). «El agua mueve el redee y el redee mueve la mola del molí» (Ib., 618). La forma reder figura como variante de re¬ dee (Contemplació VII, pág. 645, nota) y ro¬ deu como variante de redec (Contemplació I, pág. 74, nota). Ya hemos dicho antes que el molino es la máquina destinada a reducir los granos de tri¬ go a harina: «Así como por el movimiento de la mola el gra es triturado y corre menuda¬ mente la farina...» (Contemplació II, pág. 11). «Es posible que aquel grano esté agorgojado o que se mola y que la espiga no venga a acto» (Contemplació V, pág. 368). El verbo molre puede significar, por analo¬ gía, reducir a pequeñas partículas, pulverizar otras materias que no sean el trigo: «Es seme¬ jante al gra de la mostalla (16), que se multi¬ plica en calor cuanto más mòlta está (Contem¬ plació I, pág. 75). «Aquel hombre hubo meti¬ do oro mòlt en tres cajas (bústies)» (L. de Me¬ ravelles II, pág. 82). Y por último puede emplearse el verbo molre en sentido metafórico, equivaliendo a oprimir, maltratar: «Vuestro cuerpo precioso fue todo mòlt y triturado de dolores y penas y de amar¬ ga muerte» (Contemplació III, pág. 127). P. Miguel COLOM, T.O.R. se ve, el nombre «roder» es un derivado del latín «rota». Existe este deri¬ vado en el catalán «roder» y «rodera»./- portu¬ gués «rodeira», italiano «rodaia», aunque con distinto significado. Y aun parece que en Ba¬ rros (Portugal) la palabra «rodeiro» tiene la significación de «eje con rayos», significación muy próxima a la del «roder» luliano. (15) Consultada por mí mismo la fotocopia del códice de Milán, señalado en la edición del «L. de Contemplació» con la letra E, leí las dos formas, «roder» y «reder». (16) Véase la nota (13). IGNIS Distribuidor exclusivo» El campeón de los FRIOORIFICOSI Una maravilla italiana, altnra en ESepaña Géñéraí Ricardo OltéQOt II - Teléfono 26238 18 PALMA DE MALLORCA Sr. D. Cándido: Por de pronto no puedo menos de felicitarle por la labor tan eficaz que está usted realizando al servicio de su partido. Y después me gusta¬ ría saber qué es lo que pretende con su crítica antiespañola. ¿No tiene usted acaso el pan asegurado? ¿Qué le parece si volviéramos a los tiem¬ pos de la República? Personalmente, me hace usted mucha gracia. Pero le advierto que yo también sé hacer reir. Verá. De lo que usted dice de que no podemos pensar todos de la misma manera, estoy totalmente de acuerdo. Ahora bien, por razones inversas. Si yo, por ejemplo, quisiera pensar lo mismo que usted, y por otra parte usted quisiera pensar lo mismo que yo, enton¬ ces, al irme yo a su parte, usted se vendría a la mía. Y por tanto, nos estaríamos cruzando a cada instante. ¿Verdad que es muy gracioso? ¡Ya se lo decía yo! No sé, pero me parece a mí que va a ir usted con «su gracia» a dor¬ mir en sitio duro. Por lo demás, no se preocupe ni se impaciente, amigo Cándido. Los ma¬ yores ya pensarán por usted. Ellos saben muy bien lo que se tiene que hacer, o lo que tienen que dejar de hacer. Lo mismo da. Le saluda, cándidamente, C. VILLAJOS (Madrid) Don Cándido se define HONORABLE SR. C. VILLAJOS: Por el remite he podido ver que es usted también de Madrid. Pero ignoro en ab¬ soluto su domicilio. Por eso agradezco al Sr. Director de EL HERALDO de CRISTO la amabilidad que ha tenido de enviarme su carta, para que, si yo juzgase conveniente y oportuno, le dirigiera unas líneas. Lo hago con mucho gusto. Amigo mió, ha demostrado usted no tener muy buena voluntad al encontrar en mis razones «una labor eficaz al servicio de mi partido». Soy neutral en estas cosas. Y he de decirle que prefiero el partido que sea, con tal que respete los derechos de la persona humana. Y esto es lo que pretendo, Sr. VILLAJOS: llevar a la práctica lo que Juan XXIII nos dejó escrito en la «Pacem in terris». Yo tengo el deber de luchar —opportune et importune— porque el mismo Papm me lo manda: «Cuando en un hombre aflora la conciencia de los derechos propios, es imprescindible que aflore también la conciencia de las propias obligaciones: de ma¬ nera que aquel que tiene algún derecho tiene asimismo, como expresión de su digni¬ dad, la obligación de exigirlo, y los demás hombres tienen la obligación de recono¬ cerlo y respetarlo» (PT, 44). Comprendo que usted, si ha vivido aquellos tiempos, tenga ahora miedo de volver al desorden y a la anarquía. Pero no puedo comprender que siendo usted católico no confíe en el Papa, ni aún crea en sus palabras cuando habla de una democracia cris¬ tiana basada en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. Me pregunta con interés si tengo el pan asegurado. Gracias a Dios, trabajando un poco, no me falta nada. Pero, usted se olvida, amigo mío, que los otros derechos que, también enumera el Papa son tan necesarios y fundamentales como el pan de cada día. Porque todos están innatos en la persona humana. Y no porque el Papa lo diga serán de ley natural, sino que precisamente lo dice, porque dimanan de la misma na¬ turaleza. Y por eso pienso yo, que tan natural es decir las cosas como son, y expresar lo que se piensa, como comer cada día. Y por otra parte, tan criminal sería quitarle al 19 otro el bocado, como no dejarle exponer y defender sus propias ideas. El Papa Juan ya lo dijo en su última encíclica: «Todo ser humano tiene el derecho natural... a ma¬ nifestar y defender sus ideas», (PT, 12). Ya sé que usted me dirá que esto nadie lo niega. Tampoco yo dudo de que alguien lo discuta. Pero, sin embargo, es cierto que de hecho se birla. La simpatía y la gracia es, sin duda, un don de Dios que no a todos concede., Y me alegro que usted lo posea, porque hay cosas y casos en esta vida que es preciso afrontar con humor. Al llegar a este punto me ha venido la impresión de que está usted un poco mo¬ lesto por la manera de expresarme. Créame que lo siento de veras. Usted comprende¬ rá que hace años estoy entre niños, y esto influye forzosamente en el carácter de uno. Más adelante, por lo que puedo entrever en algunas de sus expresiones, parece quiere usted decir que es posible me lleven a la cárcel. No crea que esto me coja de sorpresa. He leído en varios libros que a muchos santos, y hasta a Cristo mismo lo llevaron a los tribunales, acusado por falsos testigos, cuando lo único que hizo fue predicar la verdad y exigir que se cumpla. Acabo de leer en la prensa diaria de que los patronos brasileños tratan de «comunista» al arzobispo de Sao Paulo por haber autori¬ zado la difusión de la encíclica «Mater et Magistra». Ya ve, D. Celestino, a qué lle¬ gamos... Sin embargo, le diré, que si ha leído la «Pacem in terris», que algunos pe¬ riódicos nos trasmitieron, no encontrará nada extraño que usted no sepa en realidad lo que en efecto el Papa dice. Pero, si compra un folleto de esos que tanto se venden, podrá leer concretamente lo que, acerca de este punto, el Papa dice: «Por eso, los go¬ bernantes que no reconozcan los derechos del hombre o los violen, faltan a su propio deber y carecen, además, de toda obligatoriedad las disposiciones que dicten» (PT, 61). Y no me diga, Sr. VILLAJOS, que soy más papista que el Papa por querer interpre¬ tar al pie de la letra el texto de la encíclica. Está todo tan claro que no le es posible a un hombre de buena voluntad dar una interpretación distinta de la que tiene en realidad. Por lo demás, no crea D. Celestino, que para mí es algo agradable la preocupa¬ ción que me trae el querer llevar a la práctica estas enseñanzas. De buena gana de¬ jaría estas cosas, porque bastante dolor de cabezxi me trae ya consigo el sacar cuatro crios adelante. Pero el Papa me manda, como antes le he dicho, a exigir y reclamar los derechos innatos que todos los hombres tienen. Y la conciencia me dice, amigo Celestino, que no hacer lo que el Papa manda o hacer lo contrario, simplemente, no sería de cristianos. Por otra parte, no se trata, digo yo, de que los «mayores» tengan que hacer lo que los «menores» digan, sino de que, como todos somos hermanos, nos podamos de¬ cir unos a otros las cosas que nos gustaría hacer. Y que, si decimos (siguiendo las enseñanzas de los Papas) que queremos elegir nuestros propios gobernantes, no sea¬ mos por eso tildados de comunistas. Por lo tanto, D. Celestino, hay que quitarse esa manía de ver una turbia con¬ jura en todo tema de libre opinión, y esa torpe obsesión de que haya gente que se sirva de las palabras de un Pontífice bonachón para sembrar el descontento en nues¬ tra nación. Yo soy español. Mayor de edad. ¡Viva el Papa! ¡Arriba España! De corazón, le saluda Don Cándido MUEBLES BECORACIÓIV TAPICERIA HIJOS DE JOSE LLABRES Sindicato, 26 al 32 20 Tel. 21213 PALMA DE MALLORCA Problemas españoles: EL TRABAJO • España precisa la incorporación de 80 000 trabajadores cualificados. • Los alumnos laborales matriculados este curso superan en poco los 6.000. Informe del Plan C. C. 6. (Comunicación Cristiana de Bienes). y ,as cinco universidades laborales españolas no dan abasto a las necesidades de especialistas. España pre¬ cisa anualmente la incorporación de 80.000 trabajadores cualificados. Los alum¬ nos laborales matriculados este curso son 6.013. Se incorporan a la vida activa, des¬ provistos en general de especialización laboral, más de 250.000 trabajadores, de los que cada año son readaptados profe¬ sionalmente unos 40.000. El informe sectorial de Trabajo pone de manifiesto que éstos son casos típicos del problema de no cualificación profe¬ sional, planteado a nivel de individuo. Otros dos sistemas inadecuados de preparación y acceso al trabajo son la orientación profesional y laboral insufi¬ ciente y la inadecuación de los sistemas de acceso al trabajo. El primer caso es evidente que afecta a toda la población laboral española, que llega normalmente al trabajo sin conocer suficientemente sus cualidades y aptitudes personales, lo que ocasiona multitud de casos de des¬ centrados, no adaptados, improductivos, etc. En el segundo caso, parece evidente la inadecuación de acceso al trabajo en cualquier plan laboral, donde los siste¬ mas de oposiciones y concursos —basa¬ 2".enceua dos en pruebas memorísticas más que en verdaderos juicios personales— originan no pocos trastornos psicomáticos, cuando no vitales. En un segundo grupo, las formas ina¬ decuadas de ejercicio en el trabajo se manifiestan por la dureza, las relaciones impropias y la multiplicación ocupacional, laboralmente hablando. Por instalaciones impropias, por la naturaleza misma del trabajo, por defi¬ ciente organización o por descansos o vacaciones insuficientes o inadecuados, resulta palpable en ramas de trabajo im¬ portantes de nuestro país. La minería, por poner un ejemplo de duro bregar, empleaba hace dos años a 141.200 perso¬ nas, y en el actual 1963 la población ac¬ tiva agraria asciende a los cuatro millo¬ nes y cuarto, lo que representa el 47 por 100 de la población total activa española. También en los trabajos agrícolas, más que en los industriales, por la falta de contratos sobre todo, se dan unas rela¬ ciones laborales impropias, por el hora¬ rio inadecuado, retribuciones insuficien¬ tes, política social defectuosa de la em¬ presa u otros factores. (Sigue en pág. 24j • a^í/eeui. CREACIONES DE PARÍS ARTICULOS CRHISTIAN DIOR: GUANTES Y MEDIAS, BORDADOS DE TODAS CLASES. LENCERIA FINA, REGALOS DISTINGUIDOS í^an. oÁ^co-Zái; ^e/é^n.o- a €¿e 21 CRECIMIENTOS ACELERADOS ÍNDICES DE CONSUMO ÍNFIMOS con Honderos, 95 Teléfono 22072 PALMA DE MALLORCA • • World Reg Trode Mark Made in Spain Producidas por INDUSTRIA española DE PERLAS, S. A. MANACOR (Mallorca) Distribuidores mundiales INDUSTRIAS HEUSCH REUNIDAS, S. A. Numanclay <45 ac BARCELONA (España) Desde ahora, antes de adquirir su TELEVISOR FRIGORIFICO ACONDICIONADOR piense en PHILC o Vea sus productos en: TELE-FRIG, S. A. C. Arturo Rizzi, 1 y 3 y Aragón, 2 y 4 PALMA DE MALLORCA 22 UN PADRE DE FAMILIA VISITA EL SANATORID-ESGUELA «MATER MISERICORDIAE» (Continuación) —Y... ¿qué es esto? —Una terraza de cinco metros que se ex¬ tiende hasta el gimnasio. —Ideal para tomar el sol. Como veo que cada dormitorio comunica con la misma, les será fácil sacar las camas al aire libre. —Este es nuestro propósito, conscientes de lo que para las niñas supone esto. —¿Qué ventaja tienen los dormitorios redu¬ cidos? —Varias y trascendentales. Me explicaré. Antes, cuando la niña sufría una enfermedad que le obligaba a permanecer largo tiempo hospitalizada e inactiva, sufría un retraso no¬ table en su desarrollo mental y social. Aunque las atenciones médicas de esas niñas eran bue¬ nas, se daba poca importancia y apenas se de¬ dicaba atención a sus necesidades mentales y a proporcionarles los medios de satisfacer sus deseos de adquirir conocimientos. —Ahora comprendo por qué lo llaman Sa¬ natorio-Escuela. .. —Aunque durante algunos períodos de tra¬ tamiento, los cuidados médicos han de tener toda la importancia, a menudo se sacrifica sin necesidad la educación y la instrucción de la niña. —Por lo que veo ustedes aspiran atender todas las necesidades de sus futuras pacientes: tratamiento, educación, distracción... —Eso es; se procurará distribuir adecuada¬ mente su tiempo en un plan de actividades diarias que les permitan seguir una vida más normal y útil. —Me explico que el estar las niñas hospita¬ lizadas, mezcladas con las adultas, resulta ser un obstáculo grande para la educación. —Desde luego la separación es esencial, pero además es preciso tener en cuenta que las ni¬ ñas serán de edades diversas, con necesidades psíquicas y educativas muy distintas. —Perfecto. ¿Ustedes distribuirán las niñas en salas por edades escolares? —Así será, siempre que las incapacidades físicas lo permitan. —Pero, ¿todavía quedan más dependencias por ver? —Pase Vd. Este es el gimnasio, donde se aplicará el tratamiento fisioterapéutico que el médico percriba. —¿En qué consiste tal tratamiento? —Sencillamente, en la aplicación del agua, calor, electricidad y otros medios físicos. —Le agradecería una explicación sobre ló que llama usted piscina terapéutica. —Es uno de los tratamientos más valiosos para los poliomielíticos. El paciente se sumerge en el agua haciendo movimientos dentro dé ella. —¿Cuáles son las bases de ese tratamiento? —El calentamiento, por la imersión en agua caliente, produce relajación, disminuye las contracturas. Las extremidades paralíticas, generalmente frías, se calientan mejorando sU nutrición. —No dudo que esto proporcionará gran be¬ neficio psíquico. —En efecto. Como el paciente puede reali¬ zar con una fuerza mínima movimientos que no puede realizar fuera del agua, esto lo ani¬ ma considerablemente y disminuye su depre¬ sión. —Muy bien. Hermana; lo visto es el pabe¬ llón para niñas paralíticas, ¿no? Siento no po¬ der continuar nuestra interesante intervención, pero con lo visto me doy perfecta cuenta de la labor que tienen entre manos. —Si puede Vd. repita otro día la visita para ver la parte destinada a las niñas retrasadas mentales; verá lo que preparamos para esas ni¬ ñas, que ya tanto queremos. —Gracias, Hermana, complacido lo haré. An¬ tes de dejar estos corredores, esta hermosa te¬ rraza donde los pies retorcidos de mi bijita van a pisar... tome Hermana un pequeño donativo para ayudar a la obra que tantos padres espe¬ ramos con ansia para alivio y remedio de nues¬ tros hijos, pedazo de nuestro corazón. —¡Ah, señor! ¿Es qué tiene Vd. una hija que tiene que ser alumna de nuestro sanatorio? —Sí, Hermana; ¡Rosita...! Tiene ahora cin¬ co añitos... Dios quiera bendecir y acelerar esta (sfora pa¬ ra bien de todos. —Tenga confianza, señor, ya ve cómo se ade¬ lantan las obras. Tendremos mucha ilusión en tratar a su hija. Quizá el próximo octubre... ¡Ah!, por favor, ¿quiere darme su nombre? —Mi nombre, ¿para qué. Hermana? —Para la lista de donativos que publicamos por Radio Popular. —¡Ah, ya! Mi nombre... José... Nada, 25.000 pesetas de vuestro hermano José... —Dios se lo pague, señor. Sigue la lista de donativos D.'' Anita Mestre D." Isabel Cantallops Anónimo D." Margarita Ordinas Sr. Gornés (Menorca) Anónimo Señora Carter, San Agustín Anónimo Sr. D. Juan Pol 100.— 50,— 100,— 500,— 125,— 260,— 500,— 1.200,— 100.— 23 • • TALLER DE TAPICERÍA Vicente -l-lQtnand.Q'^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo Arquitecto Reynés, 3 - Teléfono 11451 PALMA DE MALLORCA PAPELES PINTADOS Y PINTURAS ÓLEOS Y ACUARELAS PARA ARTISTAS MARCOS Y MOLDURAS Casa Pomar Flores S. Miguel, 187 Teléfono 21483 PALMA DE MALLORCA Sto, Domingo, 11 PALMA DE MALLORCA • IT"»——»11 M„T , , - -a (Viene de pdg. 21) En cambio, el caso de la multiplicidad ocupacional es típico de las áreas urba¬ nas por la razón inmediata de la falta de ingresos con un solo trabajo. Derivados de la edad y el sexo hay una serie de problemas que se observan en la edad en el trabajo, por ser a veces pre¬ maturo —aunque legalmente no se pueda trabajar hasta los catorce años— o por una jubilación temprana, retardada o ina¬ decuada. (En la actualidad un hombre de sesenta años tiene una expectación de vida de quince o dieciséis años, que de no ocuparlos en algo —como señalaba el doctor Blanco Soler— serán fuente de ocio y de trastornos patológicos. La cien¬ cia sigue su ritmo, pero las leyes actuales se basan en datos científicos de hace un siglo). En cuanto a los problemas laborales de la mujer, se ha comprobado una tenden¬ cia inversa al nivel social afectado: a es¬ trato social más elevado, menor impor¬ tancia del trabajo de la mujer y vice¬ versa. El estudio del Plan C. C. B., en su in¬ forme sectorial de Trabajo, ha puesto de manifiesto también una serie de proble¬ mas planteados a nivel de familia, es de¬ cir, que repercuten de forma directa en su vida psicológica, moral y material. En los sectores más aislados geográfi¬ camente y culturalmente se dan de ma¬ nera especial los ingresos familiares in¬ suficientes, y, por el contrario, afectan más a las zonas urbanas los horarios inadecuados, producidos por una mala jornada laboral, las múltiples ocupacio¬ nes o los desplazamientos excesivos. El hecho de que la cifra de 183.000 pa¬ rados puede darse permanentemente en España, origina problemas psicológicos con inestabilidad, pobreza, subalimenta¬ ción, emigración... Y aunque sean Anda¬ lucía y Extremadura las zonas más afec¬ tadas, en cualquier parte se da el paro to¬ tal, estacional, subempleo o paro encu¬ bierto, con una preponderancia del 40 por 100 para la agricultura y pesca. 24 : . para ul'iCir., n'to.'I ■ arivs. Lianuir al niT* ante Eri -¿a. Edad. 15 i j; de 8 a 1 y dc 3*15 a 6'30 FALTA PERSONAL NO CUALIFICADO de 1 ANUNCIO s. I ba' URGE.M'H CUBRIR PLAZAS para uomal peón Convenio Siderometalúrgico. mAs prima semanal Presentarse; Sr. núm. 167 DESTINADO AL OLVIDO I desgraciadamente, no ignoramos que to¬ davía se necesitan peones «sin cualifi¬ car», mano de obra física que sólo ha sabido, hasta hace unos años, de las posibilidades del esfuerzo humano, de las rutinas laborales he¬ redadas y del imperio de unas necesidades im¬ puestas por el instinto de supervivencia. Sabemos que no todo puede cambiar de la noche a la mañana y que, no obstante el es¬ fuerzo que se ha venido realizando y la gran tarea soeial que el Estado se ha impuesto llevar a buen fin, la mutación será pausada (dentro de la situación de emergencia que impone la evolución económica y social de España), y ha¬ llará los frenos de las rutinas, los intereses, los egoísmos y, tal vez el más grave entre ellos, la apatía de los contingentes adultos, poco dis¬ puestos y un tanto escépticos, tanto más cuan¬ to más cerca estén del relevo laboral. Con grandes titulares hay que divulgar, pa¬ ra que se grabe en todas las mentes, que no importa la edad, la profesión, el lugar de resi¬ dencia, ni las circunstancias. Que para cada caso existe la solución adecuada a todos los pro¬ blemas de la «cualificación laboral», no impor¬ ta la categoría de cada uno. Que no todos po¬ drán ser especialistas de primera pero sí po¬ demos ser, con los medios que han sido pues¬ tos en vigencia y un poco de esa voluntad y te¬ sonería que tenemos los espawoles, buenos ope¬ rarios o excelentes mandos intermedios, para lograr el justo nivel de vida que el Estado quiere para todos y los principios fundamen¬ tales del cristianismo exigen categóricamente. El Estado nos ofrece más de 200 Centros ' - tre Institutos Laborales y Escuelas de Forma¬ ción Industrial y Agrícola. La Iglesia, contribuye con 204 Centros se¬ gún Memoria que acaba de publicarse («Acti¬ vidades de la Iglesia en España») por , el Se¬ cretariado del Episcopado Español. Tiene 75 Centros de enseñanza profesional (44 recono¬ cidas por el Ministerio de Educación Nacional, y 8 titulados como autorizados). Tiene tam¬ bién otros 129 Centros donde se pueden cursar bachilleratos laboral y administrativo La Organización Sindical dispone de 5 Cen¬ tros dedicados a la Formación Profesional Ace¬ lerada (FPA), en pleno funcionamiento y 6 más en urgente período de puesta en marcha. Dispone además de 19 Centros específicamente dedicados a la función formativa industrial Las Universidades Laborales, feliz creación del Ministerio de Trabajo, imparten en los cin¬ co centros existentes, las enseñanzas correspon¬ dientes a los dos grados de formación profesio¬ nal industrial (aprendizaje y maestría) y las de bachillerato laboral elemental y superior. En estos momentos el Ministerio de Trabajo acaba de poner en marcha el Plan de Promoción Pro¬ fesional Obrera, con una asignación de 3.000 millones de pesetas y el firme propósito de transformar 800.000 peones en especialistas, en el plazo de cuatro años. La Formación Profesional por Correo, (FPC) debidamente regulada y autorizada por el Mi¬ nisterio de Educación Nacional, ofrece desta¬ cada aportación, representada por más de 120 Instituciones privadas que imparten enseñan¬ zas varias. Existen tres muy especialmente de¬ dicadas a la Formación Profesional y Técnica, que en la actualidad representan una matriculación permanente, cercana a los 90.000 Alum¬ nos. Con tantos y tan útiles medios es de espe¬ rar que dentro de poco y para siempre, dejen de publicarse demandas de personal «no cuali¬ ficado» y que si alguno se desliza de vez én cuando, sea acogido por una creciente reduc¬ ción de aspirantes. JOSE M.“ DEL CUETO Servicio de Orientación Profesional de CEAC 25 GRANDES X ^ ALMACENES i Pañería - lancería-lapicería- Modistería - Sas trería Pañería - Camisería - Géneros de punto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje P. Celt, 5 oM2 y General Goded, 6 y 8. 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El director — Estoy muy descontento de su trabajo No hace caso de lo que se le di¬ ce, responde siempre una cosa por otra, a veces es hasta insolente; en una palabra, us¬ ted se cree que es el director. Diplomático Antonio tiene que repetir el curso y ha encontrado la manera elegante de anunciár¬ selo a su padre. - Papá, eres un hombre de suerte. - ¿Pues? -Porque este año no tienes que gastar¬ te dinero en libros nuevos. Sacristía y tabaco En confianza Juanita confía a Consuelo: - He soñado una cosa terrible. Veía cómo mi nuevo abri¬ go de pieles se animaba, y de repente la bes¬ tia resucitaba y se abalanzaba sobre mí pa¬ ra devorarme. -¡Por Dios! No había por qué. Todo el mundo sabe que el conejo no es carnívoro. El y ella El, ga/ante. — Señorita, me parece que nos hemos visto en alguna parte. Ella. —En efecto, en el tren Madrid-Irún, yo de pie y usted sentado, y así durante do¬ ce horas. 27 Distribuidor: D. JAIME ESTAFÉ MARQUÉS Mistral, 30-36 PALMA DE MALLORCA i CASA FRAU MUEBLES. 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