El Heraldo de Cristo 1964, n. 650
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EL HERALDO
DE CRISTO
REVISTA MENSUAL DE LOS P. P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R.
MAYO 1964
Año LV - Núm. 650
•
REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 12695
PALMA DE MALLORCA
• DIRECTOR:
P. L. GARÍ-JAUME, T. O. R.
VICE-DIRECTOR: P. JAIME TUGORES, T. O. R.
ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA: P. F, BATLE. T. O. R. Y GORO
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:
ORDINARIA. ... 50 PTAS. BIENHECHOR ... 75 PTAS. PROTECTOR ... 100 PTAS.
•
DEPÓSITO LEGAL P. M. 340- 1958

NUESTRA PORTADA

Típica estampa mallorqui¬

na.
•

(Foto Truyols)

V

y

en
r
numero:

Cartas al Director

2

Los cimientos de la verdadera paz

(Editorial)

5

¿Qué pasa en el Sudán? .... 6

Florecillas de Juan XXIII ... 8

¿El hombre más antiguo sobre la tierra? 10

A la Reina de la paz

12

¿Va a desaparecer el río Jordán? . . 14

Canço trista (Poesia)

16

Bendición de la nueva iglesia de Ntra.

Sra. de Guadalupe . 17 ...

Cuestiones Lulianas

18

Y bajo el Espíritu Santo .... 19

Paso a la juventud

21

«Sinaí»

22

Página del Terciario

23

Preguntas y respuestas .... 25

Página de humor

27

—
DIRECTOR-PROPIETARIO;
NELSON B. CRAMER

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TALLERES Y OFICINAS: Pasoje Ca'n Faixina, 68-70 y 72 -15012 y 22273 TIENDA: Plaza Olivar, 22 -11104 SUCURSAL DEL TERRENO: Calvo Sotelo, 198 - 30221 SUCURSAL EN PALMA: Borón Santa M.° Sepulcro, 20

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2

¡ cartas al director
De un tiempo a esta parte, —exacta¬ mente, desde que nuestra revista muestra mayor abertura e inquietud en alguna de
sus secciones— la Dirección viene reci¬ biendo bastantes cartas de los lectores, lo que no puede menos de alegrar a todos los que hacemos la revista. Es indicio cla¬ ro de que se nos lee. Bien o mal, natural¬
mente. Porque hay quienes saben leernos en la mejor de nuestras intenciones, y quienes van má sallá de lo que pretende¬
mos decir. De estos últimos hemos recibi¬ do una serie de cartas insultantes que ellos mismos no se han atrevido a firmar.
Es una lástima, porque así se cierra toda puerta al diálogo. Y nosotros queremos dialogar, conocer las opiniones de nues¬
tros lectores.
Por fortuna, son más los que, como no¬ sotros, estiman que ya es hora de afron¬ tar la realidad de una manera más obje¬ tiva y valiente, sin tapujos ni cortapisas
de farisaicos servilismos. Reconocemos
que no es ésta una tarea fácil. Es mucho más fácil hablar claro cuando no se dice toda la verdad. Sólo que así no se consi¬ gue gran cosa. La verdad no necesita de mucha propaganda. Se impone por sí mis¬ ma, se presenta desnuda; aunque después sangra por debajo de la piel. Oficio del buen servidor de la verdad será pre¬ sentarla con gran espíritu de caridad. Este es nuestro propósito.
Queda abierta, pues, esta nueva sec¬ ción de «Cartas al Director» para todos los amantes de la verdad, del fructífero diálogo. Huelga decir que sólo se tendrán
en cuenta las cartas debidamente firma¬ das.
Rdo. P. Director:
Rdo. Padre: Hace algún tiempo deseaba es¬ cribirle. Pero después de habsr leído el núme¬ ro de abril del presente año no puedo menos
de manifestarle mi más sentida enhorabuena
por la amplitud de criterios, por la dilatada abertura al mundo de hoy que demuestra su revista. Muchas de las revistas religiosas espa¬
ñolas adolecen de una falta tremenda de in¬
quietud. Están encerradas en unos moldes fa¬ bricados en la ya lejana edad media. Es por ello que no puedo ocultar mi satisfacción al ver que su revista sigue las huellas del llorado Juan XXIII trazadas en su magistral «Pacem
in Terris».
Creo que somos muchos los lectores que he¬ mos tenido que reflexionar seriamente ante las insinuaciones aparentemente chistosas de Don
Cándido. No estamos acostumbrados a que se
llamen las cosas por su verdadero nombre. ¿Por

cartas al director
qué Don Cándido ha desaparecido con su blok de notas bajo el brazo? De verdad que lo eeho
de menos.
Quisiera, empero, puntualizar un poquito so¬ bre un artículo, presentado sin gran aparato tipográfico, que aborda el problema de la ac tualización de la Iglesia y concretamente en nuestra patria. Con mucho ardor, sin matizar demasiado y con una pizca de hilaridad, el
autor va trazando el cambio radical que se
está realizando en las estructuras de la Iglesia. Algunos tacharán al autor de derrotista, parcial y pesimista. A mí me parece que todavía se dejó muchas cosas en el tintero que sería con¬
veniente decir.
Hoy sabemos muy poeo de la realidad de nuestra nación. Los periódicos sólo cuidan de dar grandes elogios a nuestra prosperidad y a nuestra paz que harán creer a uno, que no palpe la realidad social, que vivimos en un pa¬ raíso. Hace poco escribía J. L. Aranguren: «Circunstancias políticas, junto a ellas la orien¬ tación abstracta, irrealista de la Universidad y, por debajo de todo, una curiosa voluntad de no saber, de no enterarse, con el fin de poder dormir tranquilos sobre viejos prejuicios, aun a riesgo de dormir sobre un volcán, ha dado lugar a una extraña situación por virtud de la cual no sabemos casi nada, con cierto rigor, sobre nosotros mismos, sobre la realidad espa¬ ñola. Creo que debemos abordar los problemas con claridad y calibrar la realidad de nuestro catolicismo. «Entre tanto —sigue Aranguren— seguimos sumidos en la más completa ignoran¬ cia respecto de la medida cuantitiva en que España es hoy católica. Se prefiiere descansar
sobre la confortable afirmaeión de un catolicis¬
mo nominal a enfrentarse con la realidad para
ver, de verdad, cómo es». No creo sea necesa¬ rio perderse en panegíricos inútiles y naciona¬ lismos tontos. Hay que ver las cosas con sin¬ ceridad. El P. J. Aparicio PELLIN, S. C. J.
matiza de una forma clara la situación que
impera en nuestra patria ante las exigencias del Concilio: «Se impone un estudio adecuado y sincero de nuestra realidad religioso-social; fi¬ jarse, más que en los aciertos, en los posibles
fallos de nuestro catolicismo: carencia de con¬
tenido social, el alejamiento de las masas obre¬ ras y campesinas, el peso excesivo del ambiente en la vida religiosa, la falta de cultura y con¬ vicciones, la ausencia de diálogo, el abuso de autoritarismo, el agobio de devocionismo, la ca¬ rencia de previsión... Son problemas que preo¬ cupan de una manera especial después de haber
escuchado a los Padres del Concilio».
Sigan, P. Director, diciendo la verdad aunque duela a los que viven encasillados en unos ab¬ surdos privilegios de donde les duele tener que apearse en aras de una mayor justicia. Es evi-

| «MEDICUS MUNDI»
Institución para el envío de mé¬ dicos católicos a países subde¬
sarrollados

«Medicus Mundi» es una institución,
creada en Bélgica en 1961, cuya misión con¬ siste en enviar médicos católicos a los paí¬ ses en o vías de desarrollo.

Uno de sus primeros objetivos es el de asegurar el relevo y mantener los efectivos en personal médico de las numerosas fun¬ daciones médicas creadas y asumidas por las
misiones.

Desde su nacimiento, «Medicus Mundi» ha desbordado las fronteras de Bélgica, Paí¬ ses como Alemania, Holanda y Francia se han interesado por su acción y juntas han colaborado en el planteamiento de las bases de la organización, de dimensiones euro¬ peas, si no internaeionales, cuyos más im¬ portantes puntos se trataron el pasado 8 de diciembre en Aquisgrán, en la sede de «Mi¬ sereor», en el curso de una interesante reu¬
nión.

Estas necesidades pueden concretarse en los aprtados siguientes:

1) Constituir una gencia de reclutamien¬ to de médicos misioneros, a fin de garanti¬ zarles ciertas ventajas, tales como sueldo, se¬ guro de vida, vacciones y, en su caso, capi¬ tal para volver a clasificarlos.

2) Asegurarles, antes de su partida, una formación profesional adecuada y un per¬
feccionamiento durante sus vacaciones.

j 3) FacEitaHes en el momento necesa-

rio su colocación en Europa.

¡

4) Promover la formación y la promo¬ ción de médicos autóctonos católicos, sus¬ ceptibles de tomar el relevo.

5) Preparar los cuadros para las escuelas médieas o paramédicas que se desarrollen
sobre el terreno.

6) Difundir las informaciones relativas
a la acción médica católica en las misiones
y favorecer los intercambios técnicos.
Una religiosa-médico de la «Medical Missionary Sisters» estará encargada de la
recomendación.

La primera reunión del Comité técnico se celebrará en París próximamente.

3

mo
4

cartas al director

(lente que quien pone se expone. Pero también es evidente que el camino de Cristo por este
mundo no estuvo sembrado de rosas, precisa¬

mente; y todo por decir la verdad. La obliga¬
ción de hablar cuando de la verdad se trata o

cuando la injusticia se comete, es algo ineludi

ble y que debiera pesar sobre nuestras con¬ ciencias. Los silencios culpables necesitan re¬

medio de hombres libres, formados y vivifica¬

dos en la verdad. Si todos callamos, si callan

los que tienen que hablar, algún día hablarán

las piedras. Un cordial saludo,

E. M. G. (Palma)

(Esta documentada carta no precisa de co¬

mentario. Compartimos plenamente las ideas

de nuestro amigo comunicante, a quien invita¬

mos a colaborar en nuestra revista.)

•
Barcelona, 11 d’abril del 1964 Rnd. Pare Director de «El Heraldo de
Cristo»

Reverent Pare: Segueixo rebent la seva re¬ vista i els haig de felicitar per l’article del P. J. M. Vidal en aquest n.° d’abril, sobretot per
el paràgraf final ¿Y España? realment d’actua¬
litat.
I prenent peu precisament d’aquest mateix article, em permeto preguntar-li: Quan esperen per fer la revista en català o en mallorquí? No és l’esperit de l’Església, des de sempre, i més manifestat en el Concili, el què les coses de Déu arrivin al Poble en la seva llengua? No va
ésser Pius XII que va dir que una de les con¬ dicions precises per la Pau era el respecte a la llengua i la cultura de cada Poble? I, sobretot, no va ésser ja l’Esperit Sant qui va fer parlar als Apòstols en la llengua de cada u dels qui
els escoltaven?
J. M. Arderiu PAYEROLS

En primer lloc moltes gràcies per la seva
atenta carta.
En quant al que diu de fer la revista en la nostra llengua estam totalment d’acord amb vostè i ja fa temps que ho pensàvem. Si no surt en mallorquí es deu a les circumstàncies
actuals. La nostra revista compta en molts de
suscriptors de parla castellana no sols a Es¬ panya, sinó també a Amèrica. Just a Nova-York, per exemple, són més de cent els qui la reben.
Però la raó principal és que pensam que —per
desgràcia— els nostres lectors no estan capaci¬ tats per llegir en la seva llengua. Creim que es fa necessària i imprescindible una educació del poble en aquest sentit i que no és labor d’una revista religiosa. Això no vol dir que no desit¬ gem i alabem qualsevol iniciativa que vaja di¬ rigida a conseguir-ho. I no dubti que, si can¬ vien aqueixes circumstàncies, dia vindrà en què llegiren ccEl Heraldo de Cristo» en mallorquí.

EDITORIAL
JLos cimientos de la Terdadera paz
un año de distancia de la publicación de la «Pacem in terris», será bueno recordar los principios dados por el hombre que tanto amó a los hombres, el inolvidable Papa Juan XXIII, para una pacífica convivencia entre los pueblos fundada en los cuatro ele¬ mentos de la dignidad humana, es decir, en la verdad, la justicia, el amor y la libertad. Y no estará de más, sobre todo, confrontar estos principios básicos con nuestras realizaciones, ahora que los espa¬
ñoles estamos celebrando veinticinco años de paz. Nunca como ahora los hombres se han mostrado tan ansiosos
de paz; señal, diríamos, de que se les escapa. Es que no aciertan con la verdadera paz. Aún no se ha encontrado una frase mejor para defi¬ nir la paz, que la dada por San Agustín: «tranquilidad en el orden». Dejad que cada cual y cada cosa tengan su lugar apropiado y en¬ tonces aparecerá la paz en el mundo de Dios, la tranquilidad que viene del orden. Factor de quietud, la paz implica la eliminación de toda clase de perturbaciones venidas de fuera y la unificación de los espíritus en una acción común. Y esto sólo puede ser obra del res¬ peto mutuo y del amor en y a la verdad, la justicia y la libertad.
Sí, libertad. El hombre debe responsabilizarse de sus actos por los cauces abiertos de una sana libertad, que constituye el medio de
toda convivencia humana. Basta leer la encíclica: «De la intrínseca sociabilidad de los seres humanos se deriva el derecho de reunión y
de asociación, como también el derecho de dar a las asociaciones la estructura de libre movimiento dentro de ellas, bajo la propia ini¬ ciativa y responsabilidad, para el logro concreto de estos objetivos». De todo ello, a su vez, se deriva «el poder de elegir a sus gobernan¬ tes, de elegir la forma del Estado o de imponer reglas % límites al ejercicio de la autoridad», «el derecho a la libertad en la búsqueda de la verdad, en la expresión y la difusión del pensamiento..., el de¬ recho a una información objetiva». En esta perspectiva hay que si¬ tuar también el inalienable derecho de las minorías a ser respetadas y favorecidas por los poderes públicos, sobre todo en su cultura, lengua, tradiciones y recursos económicos. Para Juan XXIII la paz está en
la armonía total.
Verdad, justicia, amor y libertad, he aquí los pilares para cons¬ truir ese mundo mejor que todos deseamos. He aquí las cuatro co¬
lumnas de la nueva «Ciudad de Dios» esbozada en la «Pacem iú
terris», la encíclica de los tiempos nuevos, la encíclica de la libertad y de la convivencia. Un sereno examen de su doctrina nos advertirá de lo mucho que queda todavía por hacer para que nuestra «paz es¬ pañola» sea verdaderamente estable. ¡Cuánta barricada y resenti¬ miento y desigualdad existe entre nosotros! Se impone una nueva
reestructuración. Y en esta tarea estamos llamados todos los espa¬
ñoles. Juan XXIII lo dice claramente: «Es una exigencia de la dig¬ nidad personal el que los seres humanos tomen parte activa en la vida pública...»
5

¿Qué pa>sa> en el SudLún?

Persecución en el Sudán
«Estamos dispuestos a degollar a las
tres cuartas partes de la población con tal de que la otra cuarta parte quede su¬ jeta a nosotros». Estas palabras en boca
de un miembro de la Oficina de Educa¬
ción en Juba, capital de la provincia Ecuatoria, me han parecido las más apro¬ piadas para encabezar este artículo de
análisis sobre los últimos acontecimientos
del Sudán. Porque tiene que quedar clara una cosa: entre los móviles que han
empujado a las autoridades de Khartum, capital de la nación, a la masiva expul¬ sión de misioneros católicos y protestan¬ tes, cuentan más, infinitamente más, los de orden económico, político, estratégico, que los de un fanatismo nacional-religio¬ so o islámico. Sencillamente, los nordistas del Sudán, árabes en su totalidad y formando la élite directora del país, han visto con necesidad de primer orden la inmediata expulsión de los misioneros, si querían mantener en lo sucesivo su do¬ minio político, económico, étnico, cultu¬ ral..., sobre los negros del sur. Es ésta una verdad incontestable, si nos atenemos a la cruda realidad de los hechos, aunque duela tener que aplicársela a un miem¬ bro de las Naciones Unidas que ha firma¬ do la «Carta de los Derechos del Hom¬
bre», y aunque allí, en el Sudán, se la quiera revestir de los más altisonantes sofiamas: «Una sola religión, una sola pa¬ tria», «La unidad del país no se realizará hasta que la lengua árabe y el culto del Libro (el Corán) sean comunes a todos».
En el fondo de la cuestión late esta rea¬
lidad: el blanco del norte quiere conser¬ var la hegemonía de clase sobre el negro del sur, y no quiere perder de ningún modo su exclusiva explotación sobre las riquezas naturales del Sudán meridional, de las que se alimentan en materia pri¬ ma todas las industrias del norte, en ma¬
nos exclusivamente árabes.

Es, pues, a la luz de estas verdades,
cómo hemos de entender los sofiamas de
«unidad», «patria», «única religión», que con tanto artilugio manejan las autorida¬ des de Khartum. Y es, también, partien¬ do de aquellos intereses económico-polí¬ ticos, cómo se ha de comprender la drás¬ tica persecución contra la Iglesia Católi¬ ca. Sencillamente, «las misiones son el cáncer del sur», «las misiones han enve¬ nenado al pueblo», como decía un perió¬ dico de la capital, el «Sudan El Geid».
Es decir, los misioneros, distribuyendo el pan de la cultura, han contribuido pode¬
rosamente a abrir los ojos de la raza ne¬
gra oprimida. Pero, analicemos los he¬
chos.
Dos pueblos contrapuestos
Entre los numerosos países de fronte¬ ras absurdas, fruto de una colonización interesada, nos encontramos en el Sudán con uno de los más genuinos exponentes: el norte de la nación está ocupado por los árabes y el sur por diversas tribus
—hasta quinientas setenta y dos— de di¬
versos matices y color. Sin embargo, no es siquiera la pigmentación de la piel la única diferencia de una y otra raza. Existen, además, y como consecuencia de ella, muchas otras de más honda reper¬ cusión: las diferencias religiosas, cultu¬ rales, lingüísticas económicas... Al aislamismo de los blancos se opone el cristia¬ nismo o las religiones tribales de los ne¬ gros; el árabe, como lengua, el inglés de la colonización y los demás dialectos de la jungla... Y, como si todo esto no fue¬ ra bastante, hay que añadir los tremen¬ dos contrastes geográficos: en el norte sólo existe una estación, calurosa, y dos contrapuestas en el sur; selvas vírgenes, proliferación inmensa de vegetación, ex-

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CREACIONES DE PARÍS ARTICULOS CRHISTIAN DIOR: GUANTES Y MEDIAS, BORDADOS DE TODAS CLASES. LENCERIA FINA, REGALOS DISTINGUIDOS
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6

sola religión, una sola patria». Y esto
aunque haya que pisotear los más sagra¬ dos derechos de la persona humana.

cesiva precipitación pluvial, pantanos, en una parte, y páramos, desiertos re¬ calcitrados, estepas descarnadas, sequía en la otra, en el Norte. Hasta los dos in¬ mensos brazos del Nilo —el Nilo Blanco y el Nilo Azul—, que nacen en el sur y noreste de la nación, son opuestos entre sí, con aguas pantanosas el primero y caudalosas el segundo.
Nos encontramos, pues, en el Sudán,
con una nación cortada más bien a la
medida de los intereses de las potencias colonizadoras, Egipto e Inglaterra, que a sus propias razones e intereses.
Ahora bien, ni siquiera estos tremen¬ dos contrastes étnicos, culturales, religio¬ sos, geográficos, serían insalvables de no haberse propuesto el norte la coloniza¬ ción del sur en el pleno e integral sen¬ tido de la palabra. La consigna de Khar¬ tum es clara, y hasta sería patriótica de
no encerrar en sí el tremendo drama de
una raza oprimida: «una sola lengua, una

La dictadura del General Abbud
En 1821 el virrey otomano de Egipto, Mohammed Alí, conquistaba parte del Sudán. Iba a la búsqueda del oro relu¬ ciente que el mismo nombre de Nubia —tierra de oro— preconiza, como antaño el emperador Nerón cuando mandó a dos de sus centuriones para inspeccionar la
zona de Nubia. Pero en esta ocasión el
virrey de Egipto tuvo que contentarse con dejar emplazadas en la capital de Khartum, que él mismo fundó, unas cuan¬ tas tropas para la defensa del país con¬ quistado. Sin embargo, las hordas del profeta-caudillo islamita Mahdi dieron al traste con los primeros intentos de colonización por parte de Egipto. Mata¬ ron al gobernador de la capital, el inglés Charles George Gordon, elegido por el entonces virrey de Egipto Ismail Pashá, y conquistaron para el islam toda la re¬ gión. Ocurría esto en 1885. Hasta que Inglaterra, veinte años después, más para posesionarse del Sudán que para vengar la muerte del Gobernador inglés, decidía conquistar la nación. En la batalla de Omdurmán el general Kitcherner disper¬ saba con cañones y ametralladoras las tro¬ pas vandálicas del islam. Egipto reclamó sus anteriores derechos sobre el país y nos encontramos ya con el «modus impe¬ randi» ideado por Inglaterra para hacer del Sudán un condominio egipcio sajón.
Toda la política inglesa posterior, en lo que se refiere a la parte administrativa, ha consistido en distinguir al norte del sur. En 1938, al surgir los primeros mo¬ vimientos políticos en el Sudán, se for¬ maron dos partidos netamente opuestos, el «National Unionist Party» y el «Inde¬ pendence Party», pero únicamente mili¬
taban en sus filas árabes del norte. Las
tres provincias del sur permanecieron al margen de toda organización política.
Sólo había unos cuantos estudiantes ne¬
gros que se veían obligados a pasar la frontera para estudiar en las universida¬ des de Uganda. Faltaba, por lo tanto,
élite directora en el mundo de color.
Por otra parte, Inglaterra era intransi¬ gente en todo lo que se refiriese a una
7

I FLORECILLAS
j DE JUAN XXIII

i lln Papa bueno,.,

I

(Continuación)

I

El abrazo al asesino

'i Entre los detenidos que Juan XXIII en-

, contró, en sus frecuentes visitas a la cárcel,

'labia dos asesinos. Uno de ellos, después de

besar el anillo del Papa, alzó hacia él sus

ojos llenos de desesperación. «¿Las pala¬

bras de esperanza que Vd. ha pronunciado

valen también para un grandísimo pecador

como yo?»— pidió el preso. Y Juan XXIII,

como única respuesta, se inclinó sobre el

asesino y lo abrazó.

«Mi misión es la de sufrir»
I Algunas semanas antes de la apertura del
I Concilio, Juan XXIII hizo esta confidencia ; profètica al Cardenal Suenens, arzobispo de
Bruselas: «Una vez que el Concilio haya comenzado, conozco perfectamente la misión que se me ha sido reservada: sufrir».

ji

Ser siempre bueno con todos

ií «No me importa lo que piensan y dicen
i de mí, que si llego tarde o que si no llego

!a punto. Yo debo permanecer fiel a mi santo propósito, pase lo que pase: quiero ser siem¬ pre bueno con todos».

K

La cruz llevada en silencio

I A veces sucedíale a Juan XXIII leer so-
I bre los periódicos juicios que le dolían, de-

I talles manifiestos de una incomprensión de
I su obra. Pero él lo aceptaba todo sin la-

I mentarse siquiera. Prefería llevar la «cruz»

I en silencio.

8

desmembración de las dos opuestas zonas del país. Su política era absurdamente unionista. Tan sólo, como medida de pru¬ dencia, para evitar choques entre árabes y negros, se procedió a la creación de
los famosos «distritos cerrados» o zonas
meridionales a las que estaba prohibido entrar todo comerciante y persona civil árabe.
En 1938 el Gobernador General preside unas conversaciones para discutir las conveniencias de la administración unifi¬ cada: las regiones sudistas, las únicas interesadas, ni siquiera tuvieron repre¬ sentantes. Un año más tarde, hay una conferencia en Juba para discutir el mis¬ mo problema, pero las juiciosas deman¬ das de los representantes sudistas no son
escuchadas.
Situación actual
Vinieron después los distintos pasos impuestos en 1953 por Inglaterra antes de dar al Sudán su total independencia. La elección de un Parlamento Nacional para un autogobierno provisional fracasa en el sur por no encontrarse con líderes capacitados: sus 22 miembros, de un to¬ tal de 97 representantes en el Parlamen¬ to, se fraccionan entre sí. De los 800 car¬ gos estatales confiados a los sudaneses, en el proceso de transmisión de poderes iniciado por las potencias colonizadoras, sólo cuatro se dan a hombres de color. Por una y otra parte se grita la federa¬ ción. En 1955 ocurre un levantamiento en la provincia de Ecuatoria, exigién¬ dola del Gobierno, y es acallado en san¬ gre... Es en este estado de cosas cuando llega, el 1 de enero de 1956, la indepen¬ dencia total. El poder pasa, pues, a los partidos del norte, los únicos organizados, y con ello la promesa de tomar en cuen¬
ta la federación de estados va a parar
al cubo de los papales.
En julio de 1956 cae el Gobierno Azhari y sube al poder el partido «Independen¬ ce Party», con Abdalla como primer mi¬
nistro. Se trata de un Gobierno sostenido
por las dos principales ramas islámicas de la nación, por lo que se nota su polí¬ tica de represión contra la Iglesia. En
1957 son confiscadas las escuelas católi¬ cas del sur, suscitando el natural descon¬ tento en los cristianos y paganos.

A raíz de las elecciones de 1958, en las que los candidatos sudistas adquie¬ ren 46 escaños, con representantes cató¬ licos en sú mayoría, empieza a tomar cuerpo la tan cacareada federación. In¬ cluso, en el norte, la gran tribu Beja se pronuncia por ella, como las provincias de Darfur y del Kordofán. El primer ministro Abdalla, absolutamente opuesto a ella, no encuentra otra solución que solicitar del general Adbud un golpe de
estado.
Ya apuntamos en un principio que la persecución religiosa desencadenada en el Sudán respondía más bien a estrate¬ gias políticas que a ideología virulenta de fanatismo religioso. Al desmembrar a la Iglesia católica se desbaratan todos los focos de futuros líderes «antiguber¬ namentales». Y esto no porque la ense¬ ñanza misionera persiga fines políticos, sino porque, al formar hombres íntegros, éstos no podrían nunca tolerar las injus¬ ticias que hasta ahora se han venido co¬ metiendo. Aparte de que, en un país de contrastes, el cristianismo frente al islam no podría ser uno de los menos explosi¬
vos.
Y ésta es la línea que ha seguido hasta ahora el general Abbud: poner en manos
de árabes toda la enseñanza del sur para
formar desde un principio hombres ne¬ gros con mentalidad mahometana; decla¬ rar religión obligatoria al islam y al ára¬ be la lengua nacional.
Y, claro, en estas líneas de consecuen¬ cias, los misioneros no sólo no hacen falta, sino que estorban. De ahí la leydogal del 1962 por la que se paraliza to¬ da actividad misionera, al depender ésta de un permiso gubernativo que en conta-
dísimas ocasiones es concedido. De ahí
la expulsión en masa de misioneros —unos 330 en total— «porque ya no hay trabajo para ellos», quedando desarticu¬ lada la gran cristiandad de medio millón largo de católicos en manos únicamente de un puñado de sacerdotes nativos.
Con razón el semanario americano de
Brooklyn «The Tablet» ha afirm.ado que «desde que el ejército subió al poder en 1958 la Iglesia ha sido sometida a una presión más severa, sin duda, que en cualquier otro lugar fuera de China y de algunos satélites de la Unión Soviética».
Adolfo Pérez, T. O. R.

%Ln Vapa bueno,..
| «No me entristezco por estas cosas» —ha
escrito en su diario íntimo—, ni de aquello que se escribe o se dice de mí. Es demasia¬ do poco si se compara a la angustia de Jesús, Hijo de Dios, durante su vida y sobre i
la cruz».

Una medida antigua del dinero
El Papa tenía una medida antigua del dinero. Para él, cinco mil liras era una
suma grande, fabulosa, todavía en los últi¬ mos años. No daba, personalmente, ninguna ; importancia al dinero, pero aun una pequeña ¡ suma le parecía enorme .

«Este lecho es un altar»

«Este lecho es un altar. El altar pide una víctima. Yo estoy ya pronto. Tengo delante de mí la clara visión de mi alma, de mi sa¬
cerdocio, del Concilio, de la Iglesia univer¬
sal».

Elogio a la simplicidad I

Juan XXIII era decididamente contrario ;

a toda forma de adulación, y prefería man- ¡
tener en toda circunstancia una clara "sim-

plicidad. «De querer seguir la costumbre», decía, «de la que se abusa no poco en los discursos, convendría responder a cada cum¬ plimiento con otras tantas alabanzas. Pero

yo, por naturaleza y por gracia especial del Señor, me siento completamente ajeno a cuanto podría mover a complacencia o sus¬
citar una nota de vanidad. Prefiero expre¬

sarme con gran simplicidad, como se hace en el hogar doméstico con los propios hi¬

jos».
Los dos hijos de la campiña

Monseñor Roncalli responde al alcalde de Fleury-sur-Loire quien, dándole la bienve¬ nida a su llegada al pueblo, se ha excusa¬ do por la pobreza de su lenguaje, debida a la humildad de origen: «Ninguna mortifi¬ cación para mí, señor alcalde, al recibir el saludo de un hijo de la campiña, a quien la i voluntad popular ha puesto a la dirección de la comunidad. Ninguna mortificación, al j contrario, es un gran honor. Porque aquel a I quien Vd. pretende rendir homenaje, que | , está aquí en representación de la más alta dignidad de la tierra, se alegra y hasta se J enorgullece de ser hijo también de un hu- í

í milde pero robusto y honesto hombre del

« campo. Podemos, pues, darnos la mano y

I agradecer juntos al buen Dios por lo que

j somos y por lo que representamos».

i

«Me he sentido como de casa» i

[i «En los primeros días de este servicio I pontifical, no me daba cuenta de todo eso
que quiere decir el ser Obispo de Roma,

9

A Dios pox* la. Ciencia

¿EL. HOMBRE

AIVTIOEO

SOBRE EA TIERRA?

A propósito de un artículo publicado en el
número de febrero último de la Revista «Selec¬
ciones», tan difundida por todo el mundo, se han hecho comentarios muy dispares alrededor de este tema, sobre el cual vamos a dar nuestra modesta opinión, para orientación de nuestros lec¬
tores.
En dicho artículo se cuenta cómo el Dr. Leakey y su esposa han explorado, durante treinta años, los lechos de lagos prehistóricos, abundantes en fósiles, en las llanuras de Serengeti, del Sureste africano (Tanganika), «en busca de la génesis del hombre», en la región en que Darwin, cien años antes, pensara se encontraría la cuna del género humano.
Por fin, en el estrato más profundo de los cuatro que aparecen en Olduvai, encuentran, in¬ crustado en la superficie de la roca, un hueso temporal «humano» (¿?), unos «colosales dien¬ tes de color gris», y más de cuatrocientos frag¬ mentos, que los Leakey fueron encajando y pegando, hasta reconstruir una calavera semi¬ humana, pero sin mandíbula inferior, bauti
zando su descubrimiento con el nombre de
Zinjanthropus (que quiere decir «hombre del Africa oriental»), que sería —si fuera realmen¬ te humano— sin duda alguna, el hombre más antiguo sobre la tierra, que habría vivido hace unos dos millones de años! (Cómputo verifica¬ do por medio de unas pruebas con potasio y argón).

Por el P. Rafael Genestar, T. O. R. Doctor en Ciencias Biológicas
mm. (Estos datos están tomados de la obra de Overhage «El problema del origen del hombre», editada por la B. A. C. —Madrid 1963— cuya edición española viene preparada y revisada por D. Bermudo Meléndez, Catedrático de Pelentologia de la Universidad de Madrid).
Los rasgos faciales del Zinjanthropus boisei son más bien bestiales que homínidos, a pesar de los esfuerzos en representarlo con facciones humanas, como puede verse en el dibujo ad¬ junto, tomado del número ya citado de «Selec¬ ciones», donde se le representa disfrazado de hombre y con visos de persona inteligente y pensativa.
El mismo articulista presupone en el Zinjanth¬ ropus cierta inteligencia, pues le atribuye «cu¬ chillos de piedra y pequeños martillos del mismo material» encontrados en otra zona, a la orilla del lago...
Recordemos, a este respecto, que ciertas for¬ mas de piedras, consideradas como retocadas y «trabajadas», llamadas «eolitos», —utensilios de piedra de la «aurora de la Humanidad»—, pue¬ den ser obra natural debido a presiones («eolitos de presión»), o a roces fluviales, lacustres, ma-

La arquitectura de este cráneo, de grande mandíbula superior, (falta la inferior que, se¬ gún Drake, sería anormalmente maciza), con la cresta craneal, frente inclinada hacia atrás, de capacidad encefálica menos que la mitad de la del hombre, la desproporción entre la den¬ tición anterior, pequeña y reducida, y la pos¬ terior con colosales molares, salta a la vista, y recuerda más al Paranthropus que al Homo sapiens.
Los premolares y molares del Zinjanthropus abarcan una longitud de 72 mm., mientras que la medida de los del hombre es sólo de 42,5
10

El Zinjanthropus «crea¬ do» por un dibujante «opti¬
mista».

rinos, o glaciares, como se ha demostrado expe¬ rimentalmente en molinos de creta, dando por resultado la obtención de «eolitos experimen¬
tales».
No queremos con esto afirmar que en tiem¬ pos remotos no haya habido industrias «eolíti¬ cas» humanas pero sí advertir que en este punto pisamos un terreno movedizo, donde se hace muy difícil distinguir cuando los hallaz¬ gos son obras casuales de la Naturaleza o crea¬ ciones voluntarias del hombre; y, por tanto, no se puede probar por la presencia de «eolitos»
la existencia del hombre terciario.

Por otra parte, resulta curioso que autores
de reconocida autoridad en la materia como
Obermaier, Catedrático de la Universidad de
Friburgo (Suiza), García y Bellido, Catedrátitico de la Universidad de Madrid, y Pericot, Catedrático de la Universidad de Barcelona, hayan dudado de otros descubrimientos de Leakey en Kanam y Kanjera, cerca del lago Victoria. (Véase su libro titulado «El hombre prehistórico y los orígenes de la humanidad» en su sexta edición, —^Madrid 1957—, donde dicen lo siguiente: «Estos hallazgos han sido muy combatidos, y algunos geólogos, tras visi¬ tar los lugares, han puesto en duda los infor¬ mes y resultados de Leakey»).

•

•

•

A partir de Darwin, ofuscado en su preten¬
dida visión de la «evolución de la moral en
los animales», levantóse tremenda polvareda que dividió a filósofos y naturalistas, que se en¬ frentaron a veces con plena ofuscación por am¬
bas partes.

Los últimos 25 años, las aguas van volviendo lentamente a sus cauces, y la ciencia prosigue su camino de investigación.

Ojalá se siga siempre la ruta señalada por Pío XII, que en septiembre de 1953 invitaba a los científicos «a activar las investigaciones con la esperanza de registrar quizás un día re¬ sultados seguros, procurando proceder siempre con la esperanza de registrar quizás un día rela gran importancia de estas cuestiones y que aconsejan los mismos especialistas en genética!

Y ojalá también que la ciencia prosiga estas investigaciones, libre de todo prejuicio, evi¬ tando las «interpretaciones» demasiado persona¬ les y especulativas, y que nunca más se repitan los fraudes científicos de Dubois, Moulin Quignon, Glozel y Pildown!

%Ln Paffa bueno,,,
y por lo tanto el Pastor de la Iglesia uni¬ versal. Después, semana tras semana, me he
ido dando cuenta. Y me he sentido como
de casa, como si no hubiese hecho otra cosa
durante toda mi vida».
«¡Viva Pío X!»
En el año 1957 el cardenal Roncalli inau¬
guraba el busto de otro cardenal de Riese,
la localidad donde nació Pío X. Una muche¬
dumbre entusiasmada se le acercó para
aplaudirle. En medio de las aclamaciones, se alza una voz: «¡Es Pío X que ha vuelto! ¡Viva Pío X!». Pero el Patriarca de Vene¬ cia rebate: «¡Dejémonos de Pío X! ¡Gordo como soy, yo ni siquiera me le parezco fí¬ sicamente! ¡Además... aquél era un san¬
to!».
«Se cansarán de esperar»
Durante una audiencia general, el Papa quiso dirigirse a un grupo de fieles ingle¬ ses en su propia lengua, que él conocía bastante poco. Trató de enfilar seguidas al¬ gunas palabras, pero pronto terminó embro¬ llándose. Entonces encargó a un prelado que lo excusase y que dijera al auditorio que, precisamente, aquella semana había empezado a aprender el inglés y que en otra ocasión lo hablaría seguramente mejor. Después, creyendo que sus palabras no eran registradas por el micrófono, el Papa le dice
a uno de sus vecinos: «Si creen que apren¬
deré el inglés, terminarán por cansarse de esperar». No obstante, Juan XXIII empezó a aprender lecciones de inglés.
Pesamientos
«Salido de la pobreza y pequeñez de Soto il Monte, he procurado no apartarme nunca de ellas, sea cualquiera la gracia que me haya concedido el Señor... Una pobreza fe¬ liz y tranquila. Quiero morir sin saber si¬ quiera si tengo algo que me pertenezca. La pobreza me ha causado a diario dolores. Especialmente cuando no podía sostener a los míos que eran tan pobres, y también a algún que otro hermano. Pero yo jamás me he lamentado. Beati pauperes!». Las alas de la verdad y de la bondad
«En el bosque de noticias, cada uno quie¬ re que el mundo esté organizado según su propia opinión. Así se ha hablado de un Papa poKtico, de un Papa estudioso, de un Papa diplomático, cuando el Papa es el Papa. Es únicamente el buen pastor que busca de juntar a las almas y llevarlas por los senderos de la verdad. La verdad y la
bondad son como dos alas. No es necesario
construir alPapa según los propios deseos».
(Continuará)
11

LETANIAS A LA REINA DE LA PAZ
(Geriudis Von Lefori)
Oremos por la paz, pues la paz de la tierra agoniza. Ven en nuestra ayuda, dulce Virgen María, ayúdanos a decir: paz, a la paz de nuestro pobre mundo.
Por la angustia de los humanos, ¡te pedimos la paz! Por los niños que duermen en su cuna, ¡te pedimos la paz! Por los ancianos deseosos de morir en su cama, ¡te pedimos la paz! Tú que asistes a los moribundos cuando con su sangre riegan los campos de batalla, ¡ten piedad de la paz! Tú que desciendes hacia nosotros en los refugios cuando silban las bombas, ¡ten piedad de la paz! Tú que acoges a las pobres mujeres que fueron deshonradas, ¡ten piedad! ¡ten piedad de la paz!
Por los cristianos que ya desesperan de la paz de la cristiandad, ¡salva nuestra paz! Por los paganos que ya se burlan de la cristian¬ dad, ¡salva nuestra paz!
Por todo el género humano donde se ensombrece la semejanza de Dios, ¡salva, oh Madre, salva la paz!
Sálvala por tu Hijo, para que no haya sido crucificado por nos¬
otros en vano.
Madre, Madre de todas las criaturas, la más rica en dolores, ¡toma en tus brazos este mundo de perdición!
Reina un espanto en torno a nosotros, como jamás lo ha habido. Se creería que mil tinieblas meditan sangre y matanza. Madre, Madre, nuestra paz está ya muerta. La paz no está más que en los cielos. Tú eres la Esposa del Dios vivo.
Tú eres la Madre del Dios Resucitado. Tú eres la Reina del Reino del Dios eterno.
Amén, amén. Sí, será así. Será la Pascua para la paz muerta. Paz será para la paz de'este pobre mundo.

OraiCión
ael
paicificaidoz*
(San Francisco de Asís)
Señor, haz de mí mi instrumento de tu paz. Que donde hay odio, yo ponga el amor. Que donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que donde hay discordia, yo ponga la unión. Que donde hay duda, yo ponga la fe. Que donde hay error, yo ponga la verdad. Que donde hay desesperación, yo ponga la es¬
peranza.
Que donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que donde hay tristeza, yo ponga la alegria. Oh Señor, haz que yo no busque tanto el ser consolado, como el consolar; el ser comprendido, como el comprender; el ser amdo, como el amar. Pues, dando se recibe,
olvidando se encuentra,
perdonando se logra el perdón y muriendo se resucita a la vida eterna.
Amén.
Jíaó /SianúLVQntutan’filó del kom^te de kotf
“Bienaventurados seremos, si pobres de espíritu, sabemos librarnos de la enga¬ ñosa confianza en las riquezas materiales y colocar nuestros deseos, ante todo, en los bienes espirituales y religiosos y si tenemos respeto y amor para con los pobres como para hermanos vivientes de Cristo.
—‘Bienaventurados Seremos, si formados en la dulzura de los fuertes, sabemos renunciar al funesto poder del odio y de la venganza y tenemos la sabiduría de pre¬ ferir al terror que inspiran las armas la generosidad del perdón, la alianza en la li¬ bertad y el trabajo, la conquista por la bondad y la paz.
“Bienaventurados seremos, si no hacemos del egoísmo el principio director de la vida y el placer su fin, sino, al contrario, sabemos descubrir en la templanza una fuente de energía; en el dolor, un instrumento de redención; en el sacrificio, la cum¬ bre de la grandeza.
—Bienaventurados seremos, si preferimos ser oprimidos que ser opresores y si te¬ nemos siempre hambre de la justicia y del progreso.
—Bienaventurados seremos, si por el Reino de Dios sabemos en el tiempo y en la eternidad perdonar y luchar, obrar y servir, sufrir y amar.
Pablo VI — (Homilía en Nazaret)
13

¿^a a desaparecer el rio /Jordán?
El agua sigue siendo la «gran misericordia de
Dios» en las tierras calcinadas del Oriente Me¬
dio. Por eso el joven Estado de Israel está em¬ peñado en una verdadera batalla para utilizar lo mejor posible los pobres recursos existentes. Ba¬ jo el suelo del pequeño país judío corre toda una inmensa red de plomería que está transfor¬ mando en jardín y huerta lo que antes fue seco erial abandondo por los árabes. Pero resulta que, desde 1948, cuando la vergonzosa guerra de Pa¬ lestina, Israel se ha quintuplicado y tiene nece¬ sidad de mayor extensión agraria para dar de comer a sus dos millones y pico de habitantes. Al sur, le queda gran parte de la zona desértica del Negeb todavía sin explotar. ¿Dónde está el agua fertilizante? Sólo el Jordán puede darla.
En ios fotos de esta página: Obreros inmigrados de los cuatro puntos del globo trabajan febrilmente en la construcción y colocación de enormes conductos {2'7 metros de diámetro) oara transportar las dos terceras partes del caudal del fomoso río bíblico. El importe de las obras se cifra en más de ciento diez millones de
dólares.
14

El río Jordán
El río Jordán atraviesa Palestina en toda su longitud, de norte a sur, lo mism i que inunda toda su historia milenaria. Ciento noventa y oeho veces viene citado en la Biblia. Nace de tres riachuelos, procedentes de tierra libanesa, siria e israelí, a más de 300 metros sobre el nivel del mar; se remansa en el pantanoso lago el-Hule para precipitarse en la hondanada del lago de Tiberíades, a más de 200 m. bajo el nivel del mar. De aquí se desborda impetuosamente y recorre, culebreando, una pro¬ funda garganta (el Gór) que constituye la más grande falla de la corteza terrestre, y vierte sus aguas en el Mar Muerto al ritmo de 95 metros cúbicos por segundo. En el mar Asfaltites, el Jordán ha descendido casi 400 m. bajo el nivel del Mediterráneo.
Hasta ahora han fracasado los. muchos planes trazados para resolver el conflicto que plantea entre árabes y judíos cualquier intento de aprovechar las aguas del Jor¬ dán. Hoy sólo se aprovecha un 14 por 100, aproximadamente, de su caudal por am¬ bas partes. Pero, parece que los judíos están resueltos a llevar a cabo su plan gene¬ ral de irrigación, que supone el aprovechamiento de las dos terceras partes del río Jordán. Si esto sucede así, ¿no verá el Jordán —el río de nuestras vidas regeneradas
por la gracia bautismal— enrojecer sus aguas con sangre humana? La pretensión judía entraña, sin duda, una grave amenaza para la seguridad en Oriente Medio, ya que es muy probable que los árabes respondan con el lenguaje de las armas.
15

NUEVOS SACERDOTES FRANCISCANOS

El día 14 de marzo recibieron la Sagrada
Orden del Presbiterado de manos del Carde¬
nal Traglia, Vicario de Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, Fr. J. Antonio Marto¬ rell (foto lateral) y Fr. Bernardo Nebot (foto superior). A la ceremonia asistieron los pa¬ dres y alguno familiares de los dos noveles
sacerdotes. Enhorabuena!

CAIVÇO
Gessamí, bell gessamí, enardit d'amor novella, que, evadint-te del jardí per damunt la paret vella,
degotes, a petit raig, dins el carrer que s’enjoia, albor i aroma de maig amb ta flor tan garridoia!
Ai, si com el gessamí, abajís que de tot t’esbravis, cor meu, poguessis sortir, per la finestra dels llavis,
a abocar flors de bells mots

TRlíSTA
per dins ma deserta via,
la tendror d’uns novells brots
fulgurants de poesia,
que fossin fanals de llum per ma nit que ja devalla, revenguda de perfum de ma vida en Vacaballa,
una escomesa i un adéu
a tota amistat ignota, el meu íntim himne breu,
la meva darrera nota!
P. Miquel COLOM, T. 0. R

16

BENDICION DE LA NUEVA IGLESIA PARROQUIAL
DE NTRA. SRA. DE GUADALUPE (TEMPLE, TEXAS)
Hacía tiempo que se dejaba sentir la necesidad de construir en Temple una iglesia
más grande, espaciosa y sólida, para la creciente colonia mexicana confiada a los Padres de la T.O.R. La que se inauguró, provisionalmente, en junio de 1945, cuan¬ do la regentaba el Muy Rdo. P. Juan Domenge, T.O.R., además de pequeña, estaba ya amenazando ruina. Como alguien ha dieho, «la grieta que tiene en la fachada principal no fue causada por el tiempo; creció tan rápidamente la Parroquia que el edifieio no pudo contener el impacto».
El pasado día 12 de abril fue un día de fiesta mayor en la eiudad de Temple: por la tarde, una ingente multitud se congregaba en la Calle Sexta para asistir a la bendición de la nueva iglesia. Según refereneias y la foto que publicamos, se trata de una moderna iglesia funcional, de líneas sencillamente majestuosas, con una torre rematada por una gigantesea cruz de hierro. Presidió el acto el Excmo. y Rdmo. Sr. Luis J Reicher, Obispo de Austin, al que acompañaban numerosos Monseñores, saeerdotes, diocesanos y Padres de la T.O.R. El Muy Rdo. P. Rafael Nadal, párroeo desde 1959, ofició Misa Solemne, asistido por los PP. Rigo y Greenwell, T.O.R., en ealidad de diácono y subdiácano, respectivamente. Mitad en inglés y mitad en castellano, el P. Jorge Coll tejió bello sermón de circunstancias. Se interpretó la Missa Pontifiealis de Perosi eomo nunca se había oído en la diócesis, a juicio de muchos asistentes. Para tan gloriosa efemérides se recibieron telegramas del Papa, del Rdmo. P. General de la T.O.R. y de nuestro Muy Rdo. P. A. Bauzá, Ministro Provincial de la T.O.R- en Es¬ paña y América. En la pared de la faehada principal de la nueva parroquia se ha co¬ locado una lápida de mármol con una inscripción en latín que, tradueida al castellano,
reza así:
«En el primer año del Pontificado del Papa Pablo VI, el Obispo de Austin,
Ludovico José Reicher, con toda solemnidad dedicaba a Dios Omnipotente, bajo el titulo de la Madre de Dios, la Virgen de Guadalupe, este sagrado templo, construido con la limosna de los fieles, siendo Párroco el P. Rafael Nadal, T.O.R. Abril 12, 1964».
17

cnesítiones Inlianasí

MOLINOS

No conozco toda la historia de los molinos
(1). Por otra parte no entra en mi plan pre¬ sentar trabajo de erudición o que vaya a elu¬ cidar alguna cuestión de importancia. Modes¬ tamente, como siempre, no haré sino ofrecer reunidos los escasos datos que, acerca de esas antiguas máquinas, ha dejado Llull esparcidos
en el vasto dominio de sus obras en catalán.
Ya dije en otra ocasión (2) que, si no lo asegurase Quadrado (3), indirectamente po¬ dríamos deducirlo por Llull, que en su tiempo
no existían aún en Mallorca los molinos de
viento. Tal vez ese Quijote a lo divino que fue nuestro Maestro, no habría arremetido con su lanza a esos desaforados gigantes, de los bra¬ zos largos, pero sí habría sacado de «nostres molins que foren uns dels ormeigs més espec¬ taculars i més serens de Pavior» (4), algún símil o comparación para explicar o acla¬ rar una idea, una proposición, una teoria de
las suyas.
Pero si no había molinos de viento (5), los había en cambio, y muy niunerosos, de agua (6) y de sangre.
El propietario o el que maneja el molí (tam¬ bién mulí) es el moliner (también muliner) y el molino se emprea principalmente para molre
el blat: «lo molí mol lo blat per anar entonr»
(Contemplació II, pág. 12).
De casta le viene al molinero el ser poco
escrupuloso. Nos cuenta Riber —y se refiere paladinamente a esta ciudad de Inca— que de «una graciosa taringa de set molins que coro¬ nen una muntanyola verda, la gent deis pobles veïnats en deia «els set lladres» (7). Y el P. Ginard Bauçà, con su lenguaje cáustico, de

aguafuerte, nos dice a su vez: «Els moliners tenien mala anomenada. Tothom deia a plena veu que eren ims ungles llargues, uns subjectes de pocs escrúpols que se regien per aquesta norma: «Qui no roba, no du roba» (8).
Ramón Llull es el más viejo de los testigos que deponen en contra de los molineros: «Guár¬ date de llevar el blat al molí, donde se emplea el pan y el vino» (Proverbis, pág. 385). Ya citamos en otra ocasión el siguiente texto: «Un. moliner cebaba un cerdo al que daba de comer el blat que quitaba a los dueños del mismo»
(Arbre de Scienda II, pág. 433). Ese moUner obraba más torcidamente aún que el de la can¬ ción popular que copia el P. Ginard Bauçà:

«El moliner, ¿saps què fa com el posa a sa tremutja? si és ordi, el vol per sa trutja, i, si s blat, per ell menjar» (9).

Hemos ya dicho antes que los molinos de

Llull son o de agua o de sangre. Más de los

primeros: «Dijo el agua que ella movía el molí»

(Arbre de Scienda II, pág. 358). «A ti. Señor,

que eres el primer motor y el más lejano de

mi ser, así como el agua es el más lejano mo¬

tor del molí»(Contemplado I, pág. 156). «Las

tres potencias... serían así movidas por otro

poder aprehender el objeto que aprehenden,

igual que lo es tu mulí por tu caballo» (L. de

Demostracions, pág. 326). «Tal como si el molí

girase hacia atrás e hiciese mover al animal

hacia atrás y que el animal fuese el movido y

el molí fuese motor del animal» (Contemplado

VI, pág. 127).

(CONTINUARA)

P. Miguel Colom, T. O. R.

(1) Referente a los molinos de viento de las Baleares existe, entre otra, la siguiente bi¬ bliografía: Moll, Vocabulari tècnic dels molins de vent de les Balears (Butlletí de Dialectolo¬ gia Catalana, vol XXII); Sanchis Guarner, Els molins de vent de Mallorca, Barcelona, 1955; Rosselló Verger, Molinos y norias, Palma, 1961. Con el título de «Molins i moliners» el P. Gi¬ nard Bauçà tiene en el periódico BELLPUIG (núms. 13-17), cinco interesantes artículos so¬ bre los molinos de viento, de agua y de sangre, de Artá. Por lo que tiene de común el voca¬ bulario de las norias con el de los molinos, puede interesar Nomenclatura de les sínies del País Valencià i les liles Balears, de Moll (Butlletí de Dialectologia Catalana, vol. XXIV).
(2) El Heraldo de Cristo, mayo 1963, nota. (3) Quadrado, Historia de la Conquista
de Mallorca, pág. 522. (4) BELLPUIG, núm. 15. (5) En un documento de pocas decenas de años después de la muerte de Llull, fechado
en 21 de abril de 1359, copiado en el Boletín de la SociedadArqueológica Luliana, VII, pág. 90, se lee ya «a Postal den truyols al moli de vent». Citan este texto el DCVB (art. MOLI) y Sanchis Guarner (Molins de vent de Mallorca, pág. 46). Pero hace notar este último autor (en el lugar citado) que en los Capítols de moliners e de traginers, de 1436, no se hace aún ninguna mención de los niolinos de viento.
(6) Sólo en las afueras de Palma, según consta en el Libre del Repartiment (Quadrado, Historia de la Conquista de Mallorca, pág. 522) había sesenta molinos de agua. El historiador Binimelis (Nueva Historia de Mallorca, I, pág. 23), que escribe en 1593, habla también de los muchos molinos que había en las acequias que llevaban el agua a la ciudad de Palma.
(7) La minyonia d’un infant orat, págs. 108-109. (8) BELLPUIG, núm. 15. (9) Ib.

18

^ baia el €spiritu Santo

Nació Jesús y nada. Sólo unos pastores y tres magos —la excepción— que le
adoran.
Huye a Egipto y mueren unos pocos
niños por orden de Herodes. Una noticia
sin importancia.
Se esconde en el Templo y da un dis¬ gusto a sus padres.
Trabaja 18 años, sierra en mano, in¬
clinado sobre el banco y no pasa de ser un vulgar carpintero.
De los 30 a los 33 años con sus mila¬
gros, sermones, alborotos y discípulos, no consigue más que una cruz dada de mala gana por Pilato, y la traición de sus ami¬
gos.
Ya puesto a utilizar todos los recursos resucita, consigue reunir de nuevo a los más fieles y confiarles su misión. Pero al subir al cielo no deja sino doce miedosos acompañados por unas mujeres que se
encierran en el Cenáculo.
Total: nada. Su vida sólo ha servido
para amargar la de María, la Virgen de
Nazaret.
Pasan los dias... hasta nueve. Ya hay
quien piensa en dejarlo todo y volver a las barcas, «cuando se produjo un es¬ truendo como de viento y llenó la casa donde estaban y vieron aparecer lenguas como de fuego que repartiéndose se po¬
saban sobre cada uno de ellos. Y se lle¬ naron todos del Espíritu Santo...»
Esta vez sí que acertó Jesús. Mandó al Espíritu Santo.
¿Quién es el Espíritu Santo?
La tercera Persona de la Santísima Tri¬ nidad, reza el Catecismo. También se le denomina Paráclito, Consolador, Espíritu

de Dios... A estos nombres podemos añadir otro que, a pesar de no estar muy de acuerdo con las definiciones clásicas, se acomoda muy bien a su oficio sobre la tierra. Es el Divino revolucionador o al¬ borotador. No, no es una irreverencia. Basta fijarse en sus hazañas para com¬
prender que el nombre no está tan mal
aplicado.
¿Qué ha hecho el Espíritu Santo?
Hasta su llegada, las cosas iban muy
bien. Dios había hecho la alianza con
Abraham y el pueblo vivía confiado. Les sabía sacado del destierro y su protec¬
ción era de sobra conocida por todos. Israel seguía con sus doce tribus, sus leyes, sus sacerdotes, su rutina en el culto y su circuncisión. De momento, tampoco los romanos eran un peligro. Con Cristo no pasó nada. Tenía que fun¬ dar su reino y buscó doce circuncisos, uno por tribu; siguió yendo al templo y la sinagoga, no dejó de cumplir la ley mientras vivió. Fue un judío corriente de ideas avanzadas y peligrosas que acabó donde merecía.
Pero, nada más llegar el Espíritu Santo, las cosas toman otro cariz. Pedro, el traidor, el orgulloso, el paleto, se levanta y en el primer sermón convierte a tres mil personas. A los pocos días, después de la curación del paralítico, ya son cin¬
co mil. Más tarde se atreverá a comer
con los paganos y recibirá incircuncisos en la causa. El número de doce, tan clᬠsico y sagrado, se ecumeniza y se nom¬ bran más obispos y sacerdotes.
Por aquel entonces se posa el Espíritu Paráclito en San Pablo y consigue la re¬ volución universal: han caído, mejor, se han ecumenízado las viejas estructuras judías y Pablo se encarga de echar abajo

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las paganas. Y el Espíritu Santo que no se cansa de obsequiarnos con lenguas de fuego.
Ahora, a veinte siglos, ya podemos ca¬ librar su obra: se ha cargado la ley, la letra que mata, el particularismo de Is¬ rael y ha inventado el ecumenismo. Ha conseguido poner en práctica lo que Cristo predicó.
Actualidad del Espíritu Santo
El autor de «Dios es noticia» hubiera acertado mejor titulando su libro «El
Espíritu Santo es Noticia». Y una noti¬
cia eternamente fascinante. Desde su lle¬
gada no ha cesado de hacer de las suyas.
La Iglesia por ser humana deberia es¬ tructurarse, envejecer y morir con los hombres. Pero cada vez que esto ha ido a suceder ha llegado nuestro Divino Revolucionador con su fuego inacabable y ha dejado otra vez nuevo y sin estrenar el Evangelio. Y es precisamente en estos años de Concilio que se hace más noticia que nunca. Está empleándose a fondo. Está rompiendo unas estructuras dema¬ siado antiguas para fabricarnos una igle¬ sia moderna, cosmonáutica, la misma del siglo primero. Ha venido a destruir de nuevo la letra que mata, la mentira. Sí, pronto veremos florecer de nuevo el Cris¬
tianismo en el mundo. Las costumbres
cambiarán, en la prensa no podremos leer tantas mentiras o semiverdades, los co¬ munistas podrán retirarse porque les ha¬ remos la competencia. Todos gozaremos de una verdadera libertad... Y todo por culpa del Espíritu Santo.
¡Ah! se me olvidaba un detalle: día 17 de este mes nuestro Santo Espíritu tiene
vacaciones. Es su santo. Creo que no es¬
taría mal que fuésemos todos a felicitar¬ le. Y si por la noche vemos unas como lenguas de fuego que se reparten por el mundo, que nadie se asuste.
J. M. Vidal, T. O. R.

CONTIENE VITAMINA LA tableta que da BIENESTAR Y TONIFIGk IOS NERVIOS
20

Papá es un hombre de ayer. Muy tranquilo y reposado. Comprensivo hasta cierto pun¬ to. Hace tiempo quería am¬ pliar el pequeño hotel que he¬ redó de su padre, pero no se
atreve. Le asusta el hacer cosas
nuevas.
A propósito, la otra noche nos fumamos un cigarro jun¬ tos. Hacía tiempo que no ha¬
bía hablado con él a solas.
—Eres demasiado impulsivo,
Luis.
—¿A qué te refieres, papá?
—A tus artículos. No debe¬
rías haber escrito en ninguna parte. No tienes aún edad pa¬ ra juzgar. La juventud es siempre irreflexiva. Y todos vosotros unos irresponsables.
—Te olvidas, papá, que tambin tú fuiste joven.
—Y tú serás un día mayor,
y tendrás sobre tus hombros la responsabilidad de unos hijos.
—Por eso, papá. No quisie¬ ra ser responsable de los erro¬ res del futuro por no haber aprovechado el momento pre¬
sente.
—¿Qué insinúas? Me dan
escalofríos tus afirmaciones...
—No. Nada.
—Pero, bueno, ¿tú no com¬ prendes que aún no estás pre¬ parado para decir estas cosas?
—Andando se aprende a an¬ dar, papá.
—Mira, Luis. La juventud

es bella. Yo también fui joven, y me sentí incomprendido. Pe¬ ro todo esto que pretendéis os lleva muy lejos. Como nos lle¬
vó a nosotros...
—Lo de siempre. ¡ Claro
está!
—Sí, quieras o no, enjuiciáis las cosas sin tener estudios, ca¬ rrera, títulos ni experiencia suficiente, y os ponéis al borde
del abismo.
Eso es lo que tratamos de
evitar.
—Así se cortan las ilusio¬
nes... y se pone resistencia a los mejores impulsos de reno¬
vación.
—¡ Estáis jugando con pól¬
vora!
—Lo que pasa es que voso¬ tros tenéis miedo.
—¡ Eres un impertinente! —¿Lo ves? Ya estás enfa¬ dado, papá. —No estoy enfadado. Lo que
pasa es que me estremece vues¬
tra manera de pensar. Habláis a voces, y decís las cosas sin
medir las consecuencias.
—Porque vemos demasiados prejuicios en todas vuestras reacciones. Es que no sabéis tender la mirada al futuro, si¬
no a través de la cosecha reco¬
gida. —Si quisierais agradecer a
los mayores todo lo que les debéis, no os quedaría tiempo para quejaros de nada. De eso

adolecéis. De haberlo encontra¬
do todo hecho. Y buscáis un
escape, la aventura, lo desco¬
nocido... El meteros en cosas
de mayores.
—Y esta presencia nuestra os inquieta, os molesta. Os preocupa, porque tenéis miedo a la verdad. Y preferís dejar¬ lo como está para seguir ju¬ gando al dominó. Creo, papá, que la tranquilidad de vuestra generación, al menos de mu¬ chos de ellos, es el peor ene¬ migo de nuestro futuro.
—Tal vez no acabáis de con¬
venceros de que muchas cosas no son para vosotros. Criticáis a los mayores lo que deberíais aprender preguntando.
—Preferimos hallar la ver¬
dad sin preguntar, que no ha¬ llarla preguntando.
—¡Es inútil! Todos vosotros
sois así de irreflexivos.
¿Sabes lo que os pasa a la juventud? Que hacéis daño sin
daros cuenta.
—¿Y vosotros? ¿Os dais cuenta de que nos cerráis las puertas?
—Teníais que haber vivido lo pasado.
—^¡ Es una salida muy fácil, papá!
—Lo siento.
—¡ Buenas noches! Salgo rumiando estas frases,
mientras subo la escalera.
LUIS

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''SINAÍ“

una obra nacida para redoblar la eficacia del periodismo católico

• Sus miembros son enfermos graves de toda España.
• Los postulados de acción se reúnen en uno: Oración por el mundo de la prensa a través del dolor.

^inaí» nació en España a principios
de 1959. Es una obra pensada y fundada por Propaganda Popular Católi¬ ca (órgano ejecutivo del Instituto de Pas¬ toral de la Universidad de Salamanca) para redoblar la eficacia de la prensa a través de la oración y el sacrificio de cuantos sufren una grave enfermedad. Recuerda y resume así todo aquello que un día se encerró en el esfuerzo operante de Moisés por elevar al pueblo judío.
Sus postulados de acción son claros y sencillos: oración por los period'stas, por sus necesidades e inspiración; oración por los lectores, por su santificación ante to¬ do, y súplica por la creación de nuevos caminos para la evangelización escrita de la sociedad. Todo brotado del corazón de unos seres casi anónimos —sus socios—, cuya misión consiste fundamentalmente en ofrecer los dolores de su enfermedad por la consecución de dichos objetivos.
Organización simple y funcional
La organización de «Sinaí» es simple y funcional. Nutrida preferentemente de enfermos con males de larga duración, a

los incorporados se les asigna el nombre de una publicación católica hacia la cual canalizará, en lo sucesivo, sus plegarias. Cuando un grupo de orantes encuadrados en la misma publicación completa la ci¬ fra de doce, se procede a tutelar otra re¬ vista o periódico, de idéntica forma. Fue¬ ra de esto, apenas nada más. Los votos y exclusivismos de ofrecimientos quedan al margen de la obra.
Actualmente unos 90 miembros consti¬
tuyen esta pía unión. Con su oración atienden a una Escuela de periodismo, un diario, seis revistas, un centro de docu¬ mentación católica y una importante en¬ tidad de propaganda. Entre sus miembros los hay inválidos, ciegos, sordos, con afec¬ ciones pulmonares, de corazón y digesti¬ vas; jóvenes, hombres y mujeres; médi¬ cos, maestros, modistillas, obreros y me¬ canógrafas. Unos y otros, repartidos en¬ tre las provincias de Lérida, Bilbao, As¬ turias, Salamanca, Canarias, Mallorca, Barcelona y demás puntos de España.
Acogida desde el principio a la protec¬ ción del prelado de Jaén, la obra tiene su residencia en esta provincia, aunque con carácter nacional, y su dirección es: «Si¬ naí», Apartado 112, Linares.

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vrciarto

Hermandad de Alayor
(Menorca)
14 de octubre de 1962. La iglesia arciprestal, abarrotada de fieles. Mu¬ chos, terciarios franciscanos. Es recibido el P. Comisario de la T.O.F. en Baleares, Rdo. P. Jaime Tugores Mestre, T.O.R. Le dirige unas cálidas palabras de bienveni¬ da y presentación el M. Itre. Sr. D. Fran¬ cisco Anglada, Canónimo y Arcipreste. A continuación, brillante saludo del P. Tu¬ gores. Enaltece las glorias de la T .0. se¬ glar de San Francisco, demuestra que
nuestro mundo tiene necesidad de la vi¬
sión franciscana de la vida (apela a pala¬ bras de Pío XII) y nos anima para la re¬ organización de esta antigua Hermandad.
Ya fuera del templo, terciarios y ter¬ ciarias cambiamos impresiones —en el
transcurso de una interesante reunión—
con el citado P. Comisario, el cual supli¬ ca al Sr. Ecónomo quiera aceptar la di¬ rección espiritual de esta porción de hi¬ jos del Pobre de Asís. Con el sí del señor Anglada, nuevo e importante punto de partida.
25 de abril de 1963. Otra visita del P.
Comisario, nuevos cambios de impresio¬ nes, un avance más. De acuerdo con el referido Sr. Anglada, queda nombrado Director provisional de la Hermandad el Rdo. D. Juan Pons Carreras. Desde aquel día ha trabajado con entusiasmo, habién¬ donos beneficiado de su celo y sabias orientaciones, especialmente a través de las periódicas reuniones que tenemos
con él las Terciarias. De entre éstas se
formó, a su debido tiempo, el Discretorio.
Los Hermanos todavía no han reanuda¬
do sus reuniones, ni han aumentado el número de profesos, ni han formado Dis¬ cretorio. Mas, conociendo el franciscanismo que muchos de ellos han vivido, po¬ demos esperar que no tardarán en poner¬ se pronto en nueva y animada marcha. Por cierto, a la hora de referirnos a los Terciarios de Alayor no podemos menos de pedir una oración por el eterno des¬ canso del alma de D. Juan Pellicer, re¬
cientemente fallecido. Durante muchos
años fue digno y activo Ministro de la Hermandad. Que el Señor y N. Seráfico Padre le hayan premiado ya el franciscanismo que tan ejemplarmente supo vivir.
28 de febrero de 1964. Recibimos la vi¬ sita canónica del Rdo. P. Jaime Tugores. Con mucho ardor y con fe grande en la V.O.T. nos habla a las Terciarias y nos confirma en la necesidad de trabajar in-

íóía 7 ¡unió 196U

ANUAL PEREGRINACION DE LOS TERCIA¬ RIOS FRANCISCANOS DE MALLORCA.

Avance del programa:
Concentración en el Sontuario de Lluc, donde se celebrará una misa re¬
zada y se distribuirá la Sagrada Co¬
munión.

Desde Lluc, visita a Sóller, Deyà y Valldemoso.

• .

I

Rdos Directores y Terciarios:

Todas las Hermandades de Mallor¬

ca recibirán la correspondiente invita¬

ción y el programa detallado del iti¬
nerario y de los distintos actos o cele-
I brar. Mientras, empiecen a desplegar
I nuevamente el estandarte de cada i Hermandad para vivir pronto otra

i grata ¡ornada de franciscanismo.

cansablemente para la Iglesia siguiendo el bello programa —eminentemente evan¬ gélico— de nuestras Constituciones. Por otra parte, hace entrega del nombramien¬ to oficial de Director al ya mentado Rdo. Sr. Pons. El diploma viene extendido por el Muy Rdo. P. Antonio Bauzá Gayá, Mi¬ nistro Provincial de la T.O.R. en España,
y lleva el V.'^ B.*? de nuestro querido Sr.
Obispo. En esa misma ocasión acordamos en¬
cargar la confección de un artístico pen¬ dón para la Hermandad, así como también quedó decidido organizar una peregrina¬
ción al Santuario Mariano de Monte-Toro.
Iremos en compañía de los demás Tercia¬ rios de Menorca, tanto los dependientes de la Obediencia Capuchina como los de la T.O.R. La peregrinación se llevará a término, D. m., el último domingo de sep¬
tiembre de este año.
No podemos acabar estas líneas sin agradecer muy sinceramente al nuevo Ecónomo, Rdo. Sr. D. Antonio Smtes, y a las RR. Franciscanas Hijas de la Miseri¬ cordia, la valiosísima ayuda que nos vie¬ nen prestando para la buena marcha de
nuestra Hermandad.
Aguedita Andreu, Secretaria
Tesoro espiritual del Terciarios
Absolución general: Días 7, 17, 24 y 28 de
mayo.
Indulgencia plenario: Dias 14, 18, 19, 20 y
30 de mayo.

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preguntas y respuestas

Huelga de médicos en Bruselas
R. P. Marcelino: A raíz de las muertes que ha causado en Bruselas la huelga de médicos se suscitó en nuestro taller una
discusión. Unos decían que la huelga en
2134.“^)sínoesmala.¿Nobastanestoshechos
para probarlo?
P. L. C. (Lloseta)
La huelga a que usted alude plantea un pro blema demasiado extenso para ser solucionado en unas líneas. Pero, de un caso así no se puede deducir que la huelga sea ilícita. Es como si se prohibiera la venta de coches porque cada día se producen muchos accidentes. Respecto a la huelga hay que decir:
En sí no es inmoral. Es una arma de defensa
para los obreros, trabajdores y todos aquellos que están sindicalizados. Claro que es un arma im¬ perfecta y de dos filos que nunca puede recomen¬ darse, porque, además de perjudicar al que la hace, produce desequilibrios en la misma vida de la nación. Así que siempre debe usarse en casos extremos y como último remedio. De todos mo¬ dos hay que admitir que la mayoría de las re¬ formas sociales se han obtenido por este camino.
Lo que no puede hacerse es valerse de ella por fines políticos o para fomentar la lucha de clases, sino sólo para mnifestar el descontento ante una injusticia que no se quiere arreglar. Lo ideal sería que se legislara y se regulara su uso, como sucede ya en algunas naciones.
Pero, claro, para que sea justa deben darse al¬ gunas condiciones:
que las pretensiones sean justificadas,
que no haya otros medios para obtenerlas,
que no haya violencias ni sufran ino¬
centes,
que haya seguridad de ganarla.
Esto es lo que piensa la Iglesia y puede Vd. encontrar en cualquier manual de Sociología Ca¬
tólica.

Predicación más actual
Fr. Marcelino: Me he enterado que aho¬ ra es obligación la asistencia al sermón para la validez de la misa los domingos. Pero, mientras los sermones sigan como hasta ahora, opino que se perderá el tiempo. El único fruto que sacamos de un sermón es decir al predicador: «lo hace muy bien» o «¡qué soso!» Me hace el efecto que los predicadores se hablan a sí mismos y se van por las nubes. ¿No pue¬ de arreglarse esto?
J. R. H. (Artá)
Eso de tener que asistir al sermón para la
validez de la misa no sé de dónde lo saca. Lo
único que se ha impuesto es la obligación de ha¬ cer homilía los domingos y fiestas. De todos mo¬ dos se supone que se llegará a tiempo para es¬
cucharla.
En cuanto a los sermones no se puede negar su poco fruto y muchas veces por culpa del oyente. Si sólo se preocupa del modo cómo le di¬ cen las cosas y no de lo que le dicen, pierde el tiempo y más le valdría escuchar un serial radio¬ fónico. Y si lo escucha y no se lo aplica, ni lo practica, ni lo vive, hace realmente inútil la pre¬
dicación.
Que a veces la culpa es de los sermones ya lo hemos oído de sobra y es cierto. En general, la predicación está pasada de moda, o no toca pro¬ blemas vitales, o no es evangélica. Pero lo orde¬ nado es la homilía, el comentario al Evangelio, con lo cual la predicación en adelante será más evangélica y vital.
Pregunta que si se arreglará esto. Depende. Si los católicos aprenden el verdadero sentido del catolicismo y buscan el trato directo con Dios y sitúan sus creencias en el plano práctico de la vida dejándose de frases bonitas, no hay duda que la predicación les será provechosa. De lo
contrario Vd. mismo ha dado la solución.
FRAY MARCELINO

NUESTROS DIFUNTOS
INCA.-Murieron cristianamente las siguientes Terciarias: Día 24 de febrero. Doña Catalina Aloy Sastre. Día 15 de marzo, Doña Magdalena Melià Ferrer. Día 19 del mismo mes. Doña Catalina Janer Pons.
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Mejor situación
El papá quiere dar a sus hijos una lección
de sana moral.
- Cuando yo era de vuestra edad pasa¬
ba muchas necesidades. Mi familia era muy
pobre y no teníamos muchas cosas que co¬
mer.
— Entonces —dijo una de las pequeñas-, estarás muy contento de vivir ahora con
nosotros.

Previsión
Una muchacha valerosa, decidida y atlé¬ tica, se las arregla de modo que logra derri¬ bar en tierra a tres gamberros.
Enterado de ello, un periodista la visita: — Señorita, quisiera publicar una entre¬
vista con usted. Su acción le hará famosa.
-jAh! ¡Por favor! No publique nada acer¬ ca de mí y sobre todo mi nombre.
—¿Por qué? -Porque... si se divulga, ¿quién querrá casarse conmigo?

—¡Cielo santo! ¡Nos dejamos olvidodo ol Hermano Junípero!
Se explica
La novia está ante el altar. El sacerdote
oparece Pero el novio no.
Rumores en la concurrencia. Extrañeza en el sacerdote.
— ¿Y el novio? -Ahora llega. No se preocupe nadie.
Está buscando dónde estacionar el coche.

Trabajo penoso
Un aristócrata oriental en viaje por los Estados Unidos acude a una recepción y ve
como los concurrentes bailan el twist.
AI cesar el baile, pregunta al dueño de la
casa:
— ¿Y por qué hacen ustedes personalmen¬ te un trabajo tan penoso y no se lo encargan
a sus servidores?

Matiz importante
El jefe de la empresa le dice a uno de sus modestos empleados:
- jEnhorabuena! Ya me he enterado que
ha tenido usted un heredero.
— Por desgracia no es cierto, señor. -¿Cómo? -Mis medios no me permiten tener here¬ deros; yo solamente tengo hijos.

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