El Heraldo de Cristo 1964, n. 649
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REVISTA MENSUAL DE LOS P. P. FRANCISCANOS DE LA T. O. «.

ABRIL 1964
Año LV - Núm. 649
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REDACCIÓN Y ADMÓN:
CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 12695
PALMA DE MALLORCA
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DIRECTOR:
P. L. GARÍ-JAUME, T. O. R.
VICE-DIRECTORt
P. JAIME TUGORES, T. O. R. ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA:
P. F. BATLE, T. O. R. Y GORO IMPRESIÓN:
ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
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PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:
ORDINARIA. ... 50 PTAS. BIENHECHOR ... 75 PTAS. PROTECTOR ... 100 PTAS.
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DEPÓSITO LEGAL P. M. 340-1958

NUESTRA PORTADA

David, de Miguel Angel Buonatroti (Detalle). Vea en páginas interiores amplio reportaje sobre Miguel Angel
en el IV centenario de su muerte.

\\

J

en
/
este numero:

Hacia una pastoral del turismo , . 3

Florecillas de Juan XXIII

...

4

Michelangelo, genio universal . . 7

Los anglicanos viven y promueven el

espíritu de S. Francisco de Asís , 12

Católica, apostólica y

. .16

Cuestiones Lulianas

18

Paso a la juventud

19

Mater Misericordiae

20

Página del Terciario 21 ....

La primera monja gitana .... 23

Preguntas y respuestas .... 25

Página de humor

27

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EDITORIAL
ACIA UNA PASTORAL DEL TURISMO
de sobra por todos conocido que el turismo, como fenóme¬ no social masivo, ha llegado en estos últimos tiempos a su mayoría de edad, favorecido y favorecedor a la vez de toda corriente democrática y de un desarrollo positivo en las relaciones internacio¬ nales postbélicas, tanto en el plano humano y cultural como en el campo político-económico. Esta ^masificación» del turismo se ha extendido además a to¬ dos los sectores de la sociedad, hasta el punto de que, gracias a Dios, hoy en día el «cruzar la frontera» ha dejado de ser monopolio de la clase aristocrática o burguesa para pasar a ser también pa¬ trimonio del pueblo y de la clase obrera. El turismo es, pues, hoy, una realidad tangible con la impronta de su amplio aumento y desarrollo a ritmos acelerados en todos los países. Raro es el gobierno que no cuente ya con un ministerio para encauzar la red de asuntos relacionados con este hecho sociológico Y los problemas de todo orden que plantea el llamado «fenómeno social del siglo veinte» rebasan las modestas intenciones de estas líneas. Problemas y derivaciones de tipo económico, político, cultu¬ ral, religioso... Fijándonos en España, son de sobra conocidas las repercusio¬ nes favorables en nuestra balanza de pagos por parte de la inmi[gración extranjera. Según dato aireado por el Ministerio, ascendía a tres mil millones de pesetas en divisas extranjeras la cifra econó¬ mica aportada en 1962 únicamente por nuestra isla de Mallorca. A la que hay que añadir las cifras de San Sebastián, Canarias, Costa Brava, Costa del sol, etc. Ahora bien, a parte de esta derivación crematística, franca¬ mente positiva, y como consecuencia muchas veces de ella, se le plantean a la España católica y, concretamente, a nuestra isla, otros problemas de orden moral y cristiano frente al turismo. La repercusión positiva e inevitable del turista en nuestras fi¬ nanzas particulares no puede presentarnos a éste únicamente por :su flanco económico «explotable», sino más bien debe situarnos a nosotros en el plano de servicio a todas sus necesidades humanas, que lo serán a la fuerza de orden material v religioso. Es decir: todo extranjero que llegue a nuestra tierra al reclamo del «slogan» pu¬ blicitario «sol y calma, en la isla de Mallorca», será qué duda cabe, un fiel admirador de nuestro tipismo y de nuestro folklore; pero también un escrupuloso observador de nuestros modos y costum¬ bres humanas y cristianas. ¿Cuál ha de ser, pues, nuestra postura <a la luz de las enseñanzas de la Iglesia? Por otra parte, el turismo, como fenómeno masivo y estacio¬ nario, plantea no sólo problemas de alojamiento, sino también de lA-rgente asistencia religiosa. Pensemos que el turista, que hace a la fuerza de su veranear una tesitura de evasión de cuanto supone el' servilismo cuotidiano al trabajo, al reglamento, a la sirena de la
3

FLORECILLAS
^ DE JUAN XXIII

1ÍH Papa rie„.

(Continuación)

I

«Quitaremos el latin»

I Después de una función solemne el

I Papa dice, volviéndose a los fieles: «¿Ela5 fiéis encontrado un poco larga esta misa,
i verdad? Ciertamente hafiía demasiado la-

I tin. Pero ya veréis como después del Con-
i cilio fiaremos que la Liturgia corresponda
I mejor a las intenciones pastorales. Qui-
i taremos el latín». En el resumen de este I fireve discurso, referido por «L’OfiservaI tore Romano», fue omitida esta última
l frase. La cosa llegó a conocerse y se di¿ jo que el periódico «atenuafia» a propó-

I sito las palafiras del Pontífice. Esta críti-
■ ca disgustó al Papa.

Prontas las maletas

I Algunos meses antes de la muerte el I Papa dice a su médico. Profesor Gas-
I fiarrini: «Querido profesor, no se inquiete. Mis maletas están siempre prontas. Cuando llegue el momento de partir no
perderé el tiempo».

Basta de superlativos
i Al día siguiente después de su elección Juan XXIII llama al conde De la
Torre, director de «L’Osservatore Romano». El Papa le manifiesta su vivo in¬ terés por todos y cada uno de los pro1 filemas referentes a la prensa, y le promete su apoyo. Pero insiste en un pun-
I to: que desde aquel momento el Osser-
vatore evite, al hafilar del Papa, los superlativos acostumfirados o las fórmulas

4

fábrica, no puede adoptar tal postura en lo que se refiere a sus obligaciones espirituales. ¿Cuáles deben ser, pues, los deberes y quehaceres de la pasto¬ ral cristiana de la Isla, que faciliten al turista el cumplimiento de sus obli¬
gaciones religiosas?

Doctrina y preocupación

de la Iglesia

Juan XXIII, el Papa del corazón en la mano y la sonrisa maliciosa y bona¬

chona, llamó no con leve ironía «difí¬ ciles ovejas» a los turistas en general.

Difíciles, sobre manera, los que hacen del turismo una profesión de su vida,

pero difíciles también para el cuidado

y asistencia religiosa necesaria los que sólo dejan sus hogares por una tem¬

porada. Y es que, en definitiva y como consecuencia de un hecho colectivo,

el relajamiento de la vida cuotidiana

suponen para el turista una alegre im¬

provisación de todo lo que respecta a sus deberes religiosos.

Y, sin embargo, el turismo, en cuan¬

to supone enriquecimiento de expe¬
riencias humanas e intercambio de

cultura y mentalidad de los pueblos,

es un paso adelante en los valores del

espíritu. Por otra parte, el contacto vital con la montaña y el paisaje, el

mar y el sol, el descanso merecido y

un mayor tiempo para la lectura, la

introspección, el análisis interior..., de¬

berían dar ocasión al veraneante a un

vasto enriquecimiento espiritual y
acercamiento a Dios.

Es por aquí por donde la Iglesia

quisiera encauzar las corrientes masi¬

vas del turismo. Pío XII, el pionero y

| más moderno de los Papas con una
extraordinaria visión del futuro, pro¬

[ nunció ya a este respecto, el 30 de

¡
|
!
!
|

marzo de 1952, su primer discurso so¬ bre la materia. Y se fijaba, sobre todo, en los beneficios morales que éste pue¬ de reportar. El encuentro con los hom¬ bres es, en su mente, una coyuntura

j favorable para todo encuentro con

< Dios.

|

Juan XXIII, en su corto y fecundo

¡ período de pontificado, habló en cua¬

tro diferentes ocasiones sobre el tema

j
j j

y la pastoral del turismo. Su último discurso, el más importante, lo pro¬

nunció con ocasión de la clausura del

i

| primer Congreso promovido por la Sa¬

j grada Congregación del Concilio sobre

«Turismo y Pastoral». La mente de la

Iglesia aparecía aquí clara y lumino¬ sa. Transido de una genuina orienta¬ ción pastoral, recomienda a los pas¬
tores de almas su total dedicación al
cuidado de las «difíciles ovejas» que son el turismo en general, y, por otra parte, sintetiza toda la trayectoria del pensamiento de Pío XII en lo refe¬ rente a las obligaciones y deberes mo¬ rales del propio turista.
La vacación y veraneo ha de ser una ocasión propicia de acercamiento a Dios, a través de la naturaleza. Aquí, precisamente, es donde radica toda y la difícil misión del sacerdote en el
campo de la pastoral del turismo: «Hacer comprender que en el tiempo de vacaciones, de honesto y legítimo descanso, los hombres deben y pue¬ den injertarse en la naturaleza para reencontrar la serenidad, la calma, la armonía interior, y disponerse tam¬ bién para un coloquio espiritual que
abra los horizontes de la vida sobre¬
natural de la gracia. Esta es la fina¬ lidad última del ver, del gozar, del recorrer las bellezas que la mano del Padre Celestial ha sembrado por la
Creación».
Y, ¿cuál es el papel o la forma con¬ creta del trabajo del seglar en este
acercamiento masivo del turismo a
Dios? La respuesta nos la da también el propio Papa: «El decoro de la casa de Dios, las funciones bien prepara¬ das, las comunidades parroquiales fervorosas, que con la oración y el
canto comunitario parecen mantener al sacerdote en el altar... han contri¬
buido a que muchos, alejados o dis¬ traídos, recuperen el significado de la vida cristiana, la gracia y la bendición de pertenecer a la Iglesia».
Lo que queda por hacer
Mallorca, la isla privilegiada escogi¬ da por el turismo de nuestros días, ha sentido de lleno toda la problemática planteada por un conglomerado masi¬ vo de gentes y razas diversas.
Y es gozoso comprobar que los pri¬ meros tanteos de una pastoral turís¬ tica en España, tal cual ha sido el de¬ seo de la Santa Sede, se hayan dado precisamente en Mallorca.
Ya en 1961, el Boletín Oficial del
Obispado, publicaba una extensa pas¬ toral del Sr. Obispo, enfrentándose con el problema y trazando una solu-

lin Papa ríe

tales como «augustos labios», «iluminado de la gracia», etc. «Escribid simplemen¬ te», dice: «El Papa ha dicho... el Papa
ha hecho...»

«Yo no escandalizo a nadie»
Antes del Papa Juan XXIII estaba prohibido el acceso de los fieles a la cú¬ pula de San Pedro durante las horas que el Papa paseaba por los jardines del Vaticano. Juan XXIII hizo suprimir es¬ ta restricción diciendo: «¿Y por qué los fieles no han de poder verme? Yo no
escandalizo a nadie».

Los caballos y los burros

En su gran humildad Monseñor Roncalli no podía creerse digno de un pues¬ to de tanta importancia y que requería tal sutil sagacidad diplomática, como la nunciatura apostólica de una Francia apenas liberada. Por eso escribiendo al
obispo de Bérgamo le recordaba, aplicán¬ doselo a sí mismo, un verso de Merlin
Cocai: «Donde faltan los caballos tro¬
tan los burros».

«¡Jacqueline!»

En los instantes precisos antes de reci¬ bir al Presidente Kennedy y a su mujer, el Papa, vagamente inquieto, se informa sobre el modo de tratar a la mujer del hombre de estado. «Santidad», le respon¬ de el prelado encargado del protocolo, «puede escoger entre «Señora presiden¬ ta» o más simplemente, «Señora».
«¡Ah!», dice el Papa, apenado. Pero al entrar en la sala de audiencias, ahre es¬
pontáneamente los brazos y dice con una amplia sonrisa: «¡Jacqueline!».

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El Papa y el pequeño ciego

S

En la «Croix» del 9 de Junio de 1963,

I George Huber contó este maravilloso
I episodio: Juan XXIII iba de cuarto en

j cuarto, a la cabecera de los niños enferí mos del hospital del «Bambino Gesú» en

í el Gianicolo. El sonreía a aquel pequeño

I mundo enfermo y aquel pequeño mundo
í le devolvía la sonrisa... Entre los ni-

I ños, algunos gritaban: «¡Papa Juan, ven

I aquí!», o más simplemente: «¡Juan,
I Juan!».
j El Santo Padre se paró a la cabecera

I de un niño llamado Angel: «Pero, ¡ có-
1 mo! ¿Te llamas Angel? También yo an! tes me llamaba así. Pero después me han

hecho cambiar. Me han obligado a tomar

otro nombre».

Al encontrarse delante del pequeño

Carmine Lemma, ciego de resultas de

5

Vapa ríe
una meningitis, el Papa no pudo eontener las lágrimas.
«Tú eres el Papa», dice el pequeño, «lo sé, pero no te veo». Una inmensa tristeza se apoderó de todo su cuerpo. El Papa se sentó sobre el lecho para acari¬ ciar durante largo tiempo al pequeño ciego.
El secreto bien conservado
Se le pidió una vez en Francia a Mon¬
señor Roncalli cuál era el secreto de su
extraordinaria cordialidad y de la simpa¬ tía que emanaba por todas partes. El Nuncio respondió amablemente: «Permi¬ tidme que lo guarde. Un buen diplomᬠtico no frece nunca la llave para abrir • la caja-fuerte en la que están escondidos los documentos que conserva más celosa¬
mente».
Noviciado breve
Pío XII recibe a Monseñor Roncalli a
punto de partir para su misión en Fran¬ cia. «Tengo sólo cinco minutos de tiem¬ po a su disposición», dice. El Nuncio Roncalli responde agudamente: «¿Cinco minutos? A decir verdad, Santo Padre, es un noviciado un poco breve para la
misión que me espera».
Las hijas de Eva
Un grupo de mujeres de Acción Ca¬ tólica se presentan en el Vaticano para ser recibidas por Juan XXIII. Ni siquie¬ ra la presencia del Papa en el salón de las audiencias basta para acallar el finí¬ simo murmullo de las reunidas. El Papa Juan comenta: «Se da cuenta uno pron¬ to- que aquí hay muchas hijas de Eva y que no son capaces de poner freno a su propia lengua. No habrá otro remedio que alzar la voz, si quiero que se me oi¬
ga».
«¡Oh| los niñosy qué bendición!»
El Papa amó siempre a los niños tier¬ namente. En el testamento espiritual es¬ cribe: «¡Oh, los niños, los niños.,, qué riqueza y qué bendición!».
La tarde de la abertura del Concilio,
dice a los fieles: «Al volver a vuestras
casas encontraréis a vuestros hijos. Aeariciadlos y decidles: Esta es la caricia del Papa. Encontraréis, tal vez, alguna lágrima que secar. Tened también para el que sufra una palabra de consuelo. Sepan los afligidos que el Papa está con sus hijos, especialmente en las horas de
dolor y amargura». (Continuará)
6

cíón: frente al turismo arrollador ha¬ bía que oponer el dique de nuestrascristianas costumbres, el tesoro de
nuestra tradición. De ella se hicieron
eco diferentes revistas españolas.
Antes de la aparición de esta pasto¬ ral, allá por el año 1960, un clarivi¬ dente sacerdote de arranque evangé¬ lico, Rdo. señor don Bartolomé Bosch, Catedrático de Latín del Insti¬ tuto de Palma de Mallorca, destinaba al servicio religioso de los turistas la moderna Capilla del Colegio «La In¬ maculada» de El Terreno (Palma), construida a sus propias expensas. En ella, desde entonces, se viene predi¬ cando en inglés en las dos misas de cada domingo y se oyen confesiones en inglés, francés y alemán. En el ad¬ junto colegio «La Inmaculada» se ha formado también una especie de Cen¬ tro Internacional, organizándose con¬ ciertos sacros, excursiones, cursos de español, etc. Es lo único positivo que
hasta ahora se ha hecho en Mallorca
para el turismo.
El año pasado, como respuesta al deseo del Sr. Obispo, se instituyó el Secretariado Diocesano del Turismo, con el P. Gabriel Llompart a la cabeza, con una misión conjuntiva y encauzadora de todos los esfuerzos comu¬
nes.
Precisan-iente en estos días se ha ce¬
lebrado la primera Asamblea Diocesa¬ na de Pastoral del Turismo, con po¬ nencias y propuestas tan interesantes como la de parroquias personales pa¬ ra el turista extranjero, intercambio veraniego de seminaristas con parro¬ quias alemanas, formación de grupos
ambientales selectos dentro del cam¬
po de la Hostelería...
Sabemos también del proyecto para el próximo verano de unas placas me¬ tálicas en todas las carreteras isleñas
en las que se indicará breve y sobria¬
mente el horario de misas a celebrar
en las iglesias próximas al cruce de
caminos.
De todos modos, hemos de recono¬ cer, con el corazón en la mano, que es poco todo lo realizado hasta ahora. Al servicio de primer orden en el mundo hotelero no corresponde hoy por hoy un servicio pastoral de tal calidad para
el turista.

MICHELANGELO
genic unicersal

En el IV centenario de su muerte

Escribe: L GARI-JAUME, T. O. R.

L>^ e lejos, desde cualquier punto de las siete colinas romanas, y de
cerca, entrando ya en la columnata de Bernini, uno se siente atraído por la gran mole de la cúpula vaticana, er cuppolone, como la llaman las gentes de la Ciudad Eterna. En la cúpula de Mi¬ guel Angel se resume y potencia el vi¬ gor del catolicismo y del arte, como el más grandioso de los hosannas que los hombres han dirigido al Creador.
Muchas veces —sólo Dios sabe cuán¬ tas— visité la basílica de los papas du¬ rante mis cinco años en Roma. A veces
lo hice, según aconsejaba Milizia, pene¬ trando en el sagrado recinto sin mirar cosa alguna, hasta situarme en uno de
los dos extremos de los brazos laterales. Desdeallí uno se da cuenta del error de
Maderno —imperdonable para Milizia hasta el punto de llamarle el más grande reo de lesa arquitectura— al convertir en cruz latina la armoniosa cruz griega ideada por el genio de Buonarroti. Efec¬ tivamente, desde la entrada principal, no se percibe ni mucho menos la estremecedora sensación de grandeza y vastedad que produce el arranque majestuoso de la inmensa cúpula.
No recuerdo haber abandonado nunca
la basílica vaticana, —a no ser cuando

era sacado a empujones por el flujo de la marea humana en los días de aglome¬ ración—, sin antes contemplar el grupo de la «Pietá», obra ejecutada por Miguel Angel en plena juventud. ¿Y serán ocho o diez las veces que habré recorrido los museos vaticanos para ir a parar en la Capilla Sixtina y allí, con el cuello dolo¬ rido de tanto mirar, pasmarme una vez más ante el fabuloso techo y estremecer¬ me ante el terror apocalíptico del Juicio Final? ¿Y el aliento de vida que recorre
el mármol bmñido de su Moisés en San
Pedro ad Vincula, y la soberbia sencillez de su David de Florencia —el gigante como se le llamaba—, y el dolor desespe¬
rado de las simbólicas estatuas que ve¬
lan el sepulcro de los Médicis, de una de las cuales —la Noche— dijo en sus versos Carlos Strozi que bien pudiera despertarse y hablar? «No me despertéis, hablad bajo» —dicen que repuso el ar¬ tista florentino—, frase que la estatua todavía nos repite.
Recordar a Miguel Angel Buonarroti
en el IV centenario de su muerte no es
simplemente evocar un gran personaje desaparecido, sino encontrarse con un hombre todavía viviente en sus obras, puesto cual piedra miliaria en la histo¬ ria de la humanidad. Es lo que pretenden hacer estas líneas, en fervoroso home¬ naje de gratitud y admiración .

7

El hombre
Michelangelo Buonarroti nació en Caprese, ciudad de Toscana, el 6 de marzo de 1475. Su padre quiso hacer de él un hombre de letras, pero el hijo natural de Ludovico Buonarroti había nacido artista.
Contaba tan sólo trece años, cuando entró en la bottega de Ghirlandaio como aprendiz de pintor. Dos años más tarde, atraído por la plástica, acude a los jar¬ dines de Lorenzo de Médicis, su ilustre Mecenas, quien intuyó el gran escultor que asomaba en los ojos apasionados del joven Buonarroti. Su aprendizaje es cor¬ to. Muerto su protector y tras breve estancia en Bolonia, pasó la mayor parte de su vida en Roma, con largas tempora¬
das en Florencia. Fue florentino de san¬
gre y educación.
Desde pequeño vio trabajar en la ciu¬ dad del Arno a Ghirlandaio y a Lúea della Robbia, a Verrocchio Botticelli, Pollaiolo, Michelozo y a Sangallo. Se midió con Leonardo da Vinci y se enardeció con
Savonarola. En Roma rivalizó con Ra¬
fael y Bramante y vio morir a seis papas a lo largo de su dilatada vida.
Tenía casi noventa años cuando murió en Roma (18 de febrero de 1576). Su ca¬
dáver fue trasladado, en secreto y noc¬ turna procesión, a Florencia, en donde
reposa.
Escultor, pintor, arquitecto y poeta, Miguel Angel es el hombre universal que quiere abarcarlo todo con la fuerza demiurga de su genio. Hombre renacen¬ tista siente ese gusto por la línea clásica y las concepciones grandiosas que carac¬ terizan al Quatrocento y que en él se ex¬ presan con estilo vigoroso, desconcer¬ tante, trágicamente humano, preludiando ya el barroco. Más que la forma le in¬ teresa, sobre todo, expresar la realidad íntima y dramática del hombre zaran¬ deado por fuerzas contrarias.
Miguel Angel es de los pocos de su tiempo que aún trabaja para la eterni¬ dad. Y es que nunca dejó de ser profun¬ damente creyente, en lucha constante contra el mundo de bajezas, egoísmos y humillaciones que le rodea. A pesar de

SU carácter iracundo, y si se quiere, or¬ gulloso, violento, que le llevó más de una vez a enfrentarse con los papas, el genio de Buonarroti buscó febrilmente a Cris¬ to y junto a él se transfiguró en la
«Pietá» florentina.
Escultor
Miguel Angel, antes que nada, fue es¬
cultor. Así lo suscribía él mismo cuando firmaba sus cartas: Miguel Angel, escultor. Es en la masa informe de piedra donde
se agiganta su espíritu creador. Arranca del mármol esas formas perfectas e in¬ quietantes que son el David, el Moisés y los Esclavos, prodigios de anatomía y de fuerza, junto con las incomparables figuras de la Capilla de los Médicis.
Obra de su juventud es la célebre «Pietá» del Vaticano, donde aparece un Misuel Ansel demasiado preocupado por la forma cláss'ca pero donde vemos tam¬
bién los trazos inmortales de un estilo
jamás has+a él superado. No exageraba el joven artista de veinticinco años cuando, al firmar el contrato, prometió que «se-

Cristo Juez, Juicio Final (Capillo Sixtino). Es el Rex fremendae maiestatis que fulmina sentencias de condenación, mientras la Virgen se acurruca, impoten¬ te, a su lado.

Condenado en el Juicio Final de la Sixtina, 9

ría tal que ningún otro maestro de la época podría hacerlo mejor». Pero don¬ de el proceso de espiritualización del arte miguelangelesca llega a su cúspide es en la «Pietá» Rondanini, ejecutada
al final de su vida.
Pintor
El visitante de la Galería degli Uffici (Florencia) puede admirar uno de los dos cuadros auténticos al óleo de Miguel Angel: la Sagrada Familia. Es un apre¬ tado grupo heroico, genialmente com¬ puesto, que podría haber sido esculpido en un bloque de piedra. Miguel Angel, cuando pinta, no puede olvidar que ante todo es escultor. El otro cuadro, la De¬ posición, que dejó sin concluir, se con¬ serva en la National Gallery de Lon¬
dres.
Como Masaccio y Giotto, el Buonarroti limpia la escena de todo lo que no es esencial. No le interesa el paisaje, ni el claroscuro y sfumato de Leonardo. Miguel Angel es el pintor del hombre, del cuer¬ po desnudo. Los ropajes le estorban. Pe¬ ro su hombre no es un hombre cualquie¬

ra, sino el superhombre de Nietzche, un semidiós. En el fondo, no es más que el hombre que Miguel Angel quería ser.
Sin apenas conocer la técnica del fres¬ co y contra su voluntad, en 1508 acepta el encargo del papa Julio II para deco¬ rar la inmensa bóveda de cañón seguidode la Capilla Sixtina. En posición con¬ traída y dolorosa, obligado a mirar hacia arriba y a mancharse la cara de color, Miguel Angel cubre con grandiosos mo¬ tivo bíblicos el gran techo de la Six¬ tina (40 por 13 metros). Es una empresa de titán. Subido a su andamio, el genio florentino se multiplica y se abandona por completo a su poder creador. A me¬ dida que avanza en su trabajo, que duró cuatro años consecutivos, el diseño se hace cada vez más firme y grandioso con un sentido de la forma y de la composi¬ ción realmente inimitable. El gran pin¬ tor no tendrá verdaderos discípulos, a lo más torpes imitadores de lo que en él parece exceso de gesticulación y muscu¬
latura.
Toda la decoración de la Sixtina de-

«P¡etó» de San Pe¬ dro (Vaticano). De¬ talle del Cristo muerto,apoyado so¬ bre las rodillas de
lo Virgen. Obra eje¬ cutada por Miguel Angel cuando sólo
tenia 25 años. El fa¬
moso grupo escultó¬ rico estaró expuesto
en la Feria Mundial de New York.
10

Creación de Adán, bóveda de la Síxtina (detolle) El dedo de Dios, sin necesidad de tocarlo, comunica el hálito vital a Adán que levanta lánguidamente su brazo.

pende de una concepción plástico-dinámi¬ ca en torno a una idea que se va desa¬
rrollando en las distintas escenas. De la Sixtina saldrá Buonarroti consagrado maestro de la pintura de todos los tiem¬
pos.

por imprimir a la inmensa fábrica la im¬ pronta de su genio. Suprime, modifica,
corrige y da a la cúpula ese alto tambor de sostén que tiene el impulso audaz y elegante de una torre gótica disparada
al cielo de Roma.

Veinte años más tarde, Paulo III le en¬ cargó el grandioso Juicio Final de la Sixtina, en el que invirtió siete años (1535 1541). Igualmente acepta el en¬ cargo contra su voluntad y de mala gana. «Lo haré de mal humor, y así saldrá la
obra de un descontento» escribe a un so¬
brino suyo. En este Juicio se ha querido ver una censura del artista a su propio pueblo y a sus gobernantes. En él se maniñesta a gritos lo que se llamaba la terribilitá de Miguel Angel. Uno se sien¬ te hasta torturado por aquella agitación de cuerpos desnudos que suben, caen y se atropellan en inútil rebelión contra su
destino. Verdaderamente es una pavoro¬
sa interpretación del «Dies irae». Arri¬ ba, sobre fondo claro, se destaca el ges¬ to fulminante de Cristo Juez, el Rex tremendae maiestatis, mientras la Vir¬ gen se acurruca, impotente, a su lado.
Arquitecto y poeta
A los setenta y dos años es nombrado arquitecto superior de la Basílica de San Pedro. En el proyecto de la basílica ha¬ bían trabajado Donato Bramante, Rafael Sanzio y otros reconocidos artistas. Mi¬ guel Angel, en un principio, quiso res¬ petar el diseño de Bramante, pero acabó

Escultor, pintor, orfebre, arquitecto y también poeta. Sí, Miguel Angel fue tam¬ bién poeta, un gran pulidor de versos, aunque sea más estimado y conocido co¬ mo escultor y pintor. Ciertamente, sus poesías no tienen la perfección formal y maestría de sus esculturas y pinturas, pero están tocadas también del genio del
Renacimiento. En ellas escuchamos los
gemidos de un alma dolorida y ator¬ mentada que anhela la unión con Dios. «No sólo he olvidado tus gracias, es con ellas con las que he pecado». ¿No nos parece oir a la gran mística de Avila, contemporánea suya, quejándose tras las rejas de su convento?
Solitario toda su vida, Miguel Angel ya viejo encontró en Vittoria Colonna la espiritual amada con la que cambia so¬ netos y que le estimula en su mística ascensión. Al final de sus días pudo decir: «Yo soy el hombre que más ha buscado el amor jamás existido en algún tiempo». Pero sus admiradores han visto en él
uno de los grandes poetas del dolor hu¬ mano. Y es por este motivo que Miguel Angel, después de cuatro siglos, sigue siendo tan verdadero y tan actual a
través de su obra henchida de una emo¬
ción humana inigualable.

n

£,os anglicanos oioen g promueoen
el espíritu de San Tranciseo de cdsis
La Sociedad de San Francisco (S. S. F.) cuenta con miembros pertenecientes a las tres Ordenes franciscanas regulares y a la Tercera Orden secular.

través de unos folletos que me
facilitó mi buen amigo el Rdo. E. M. H. Capper 0, B. E., pastor anglicano residente en El Terreno (Palma), me enteré de la existencia organizada de las Tres Ordenes franciscanas entre los
anglicanos. Debo confesar, ante todo, que fue ésta una sorprendente y a la vez con movedora noticia para mí. Había oído hablar de cierto movimiento franciscano
en la Iglesia de Inglaterra, pero no sos¬ pechaba, ni mucho menos, que fuera tan vasto e influyente. ¿Síntomas de nuestro tiempo? Sin duda alguna. Dejo para el Anal toda reflexión sobre tan signiflcati vo hecho. Vayamos, primero, a la sim¬ ple noticia histórica.
Al hablar de Tres Ordenes francisca¬
nas, me reflero a una Primera de hom¬ bres, a una Segunda de mujeres y a una
Tercera Orden también de hombres que
viven en comunidad el espíritu del «Poverello» de Asís y visten el caracte¬
rístico hábito marrón franciscano. Ade¬
más de éstas, hay una Tercera Orden para seglares, la más numerosa, que re¬ cluta hombres y mujeres para vivir el espíritu de San Francisco en medio del
mundo.
La cuna de este movimiento, llamado en Inglaterra «The Society of Saint Fran¬ cis», es la Comunidad de San Francisco, cerca de Cerne Abbas, Dorset, que se considera la casa-madre. Esta comuni¬
dad se dedicó, primero, a la rehabilita¬ ción, física y espiritual, de los muchos vagabundos que merodeaban por aque¬ llos parajes allá por los años de 1921. El inspirador de esta obra social pidió la valiosa ayuda de Douglas Downes, Cape¬ llán de la Universidad de Oxford y ad¬ mirador de San Francisco. La pequeña comunidad fue creciendo a trueque de no pocas diflcultades. La oración era el se¬ guro refugio para aquellos aventureros de la fe. Douglas solía llamar, tanto a
los miembros de su comunidad como a
los mismos vagabundos, con el nombre de «hermanos». La obra, poco a poco, se extendió a todo el país, fundándose la primera casa en Sherborne (1928), dedi¬ cada a la memoria del Obispo Temple Gairdner, amigo del hermano Douglas.
Nace la «Sociedad de San Francisco»
En 1937, la comunidad fundada por Algy Robertson para mandar gente espe¬

cializada a la conquista espiritual de la India se unió a la del hermano Douglas, y así nació la «Sociedad de San Francis¬ co» con residencia y vida religiosa en
común en Cerne Abbas.
Al solucionarse con la guerra de 1939 el problema de los vagabundos, la comu¬ nidad de Cerne Abbas se dedicó al apos¬ tolado entre los jóvenes, volviendo el hermano Douglas a su antiguo oflcio de capellán en Westminster.
Después de la segunda guerra mun¬ dial, el número de miembros de la «So¬ ciedad» ha ido siempre en aumento. Los postulantes, después de un noviciado de dos o tres años, se preparan durante tres años más para su futuro apostolado, an¬ tes de emitir los votos perpetuos. La comunidad recibe innumerables peticio¬ nes de ayuda en parroquias, escuelas, pri¬ siones, fábricas y en grupos juveniles. Algunos hermanos han sido enviados al Canadá, Estados Unidos, Africa Central, Australia y al lejano Oriente. Otros han tenido la oportunidad de intervenir en programas de Radio y de Televisión.
Aparte del trabajo en el huerto de Cerne Abbas, cuyos productos se desti¬
nan al sustento de la comunidad, se
cuenta con una imprenta, una granja de gallinas y abejas, una carpintería, una sastrería, etc. Mas todo esto sería poco e insuficiente, si no se contase con la ge¬
nerosidad de los bienhechores.
Nuevos horizontes
En Hooke, cerca de Beaminster, a ocho millas de Dorset, se abrió una es¬ cuela para prevenir la delincuencia ju¬ venil, como resultas de la segunda gue¬ rra; escuela que todavía continúa dando óptimos resultados. En Cambridge, la
«Sociedad de San Francisco» tiene a su
cargo la parroquia de San Benito y rea¬ liza un buen trabajo entre los universi¬ tarios. Cuenta también con varias casas
en Londres, sobre todo, en los barrios más corrompidos. Una de ellas es un club para los negros.
Desde 1959 la «Sociedad» envía misio¬
neros a Nueva Guinea, donde tiene dos casas y un noviciado para las vocacio¬ nes nativas. En 1962, el obispo de New¬
castle bendecía un nuevo convento en
Alnmouth, aldea del mar del Norte, el cual lleva una vida semejante a la de
Cerne Abbas.

12

Arriba.—Uno de los pabellones pertenecientes a lo comunidad anglicana en Cerne Abbas, Dorset,
casa madre de la «Sociedad de San Francisco».
Aba/o.— Capilla destinada a la comunidad en Cerne Abbas, en cuyas paredes laterales, ademós de las cruces para el Via-Crucis, pueden apreciarse un cuadro y una estatua de la Virgen
con el Niño Jesús.
13

Arriba.—Frailes y aspirantes de la «Sociedad de San Francisco» tomando un pequeño refrigerio al
aire libre.
Abajo.— Refectorio de la comunidad anglicana de S. Francisco, en Cerne Abbas, Dorset. La pobre, za y austeridad informa la vida y apostolado de la «Sociedod de San Francisco».
14

Alma de ese gran movimiento francis¬ cano fueron el Padre Algy, muerto en
1955, y el hermano Douglas, muerto en 1957. Mientras tanto la «Sociedad de San
Francisco» continúa su pujante vida re¬ gulada por los tres votos de Pobreza, Castidad y Obediencia, que emiten todos los profesos. Aunque la abnegación y sa¬ crificio tengan máxima importancia en la vida de la comunidad, no se prohibe a
sus miembros el contacto con el mundo.
La vida retirada está permitida a todos los que se sienten llamados a tan alta vocación, mas el fin principal de la «So¬
ciedad» es ir allá donde se les necesita.
Así las monjas que integran la Segunda
Orden observan una vida de oración y
clausura en el convento de Sta. María en
Oxfordshire.
Oración^ estudio y trabajo
Este es el lema que rige la vida de los miembros pertenecientes a la Tercera
Orden Secular. Sus estatutos son muy
parecidos a los de nuestra Venerable Or¬ den Tercera, y están inspirados en el más genuino espíritu franciscano. Como quería nuestro Seráfico Padre, a la Ter¬ cera Orden pertenecen aquellas perso¬ nas, hombres y mujeres, casadas y sol¬ teras, que buscan la perfección evangéli¬ ca en medio del mundo. La Regla de Vida señalada por la «Sociedad» a cada
terciario es verdaderamente admirable
y nos recuerda el fervor de los primeros seguidores del Santo de Umbría, Se les invita a una vida de pobreza, austeridad, amor y fraternidad entre los hombres. Antes de profesar, se les exige seis me¬ ses de postulantado y dos o tres años de noviciado, a fin de que se preparen a vivir según el espíritu de San Fran¬
cisco.
La «Sociedad de San Francisco» edita
una revista «The Franciscan», cuatrimes¬ tral, destinada a todos sus miembros y simpatizantes. He leído sus dos últimos números y me he podido dar cuenta del alto espíritu de servicio a la causa de Dios que anima las múltiples activida¬ des de la «Sociedad».
No sé qué pensarán los lectores cató¬
licos de ese actual movimientto francis¬
cano en la Iglesia de Inglaterra. Yo sólo sé decirles que he quedado fuertemente impresionado. Si, a propósito del triste¬ mente célebre «caso Profumo», denuncia¬ mos en una de las editoriales de nuestra
revista los bajos fondos en que se re¬ volcaba la sociedad londinense, ahora queremos airear a los cuatro vientos la estupenda obra de renovación espiritual que realiza la «Sociedad de San Francis¬ co» en el seno del anglicanismo. Este he¬ cho se presta a muchas refiexiones en esta hora ecuménica que vivimos. Báste¬

Oesde 1959, La «Sociedad de Son Francisco» envfa misio¬ neros a Nueva Guinea donde tienen dos casos y un no¬ viciado para vocaciones nativas. Aquí vemos a un indí¬
gena emitiendo sus votos religiosos.
nos recordar que San Francisco abrió una nueva era de espiritualidad en un momento de la historia cristiana, en que la naciente burguesía, embriagada por la pasión del dinero, se disponía a trasto¬ car los verdaderos valores del espíritu. ¿No atravesamos un momento semejante? ¿No habrá sonado otra vez la hora de San Francisco? Esta impresionante vüelta a las «fuentes» que se da en la Iglesia de hoy, ¿no responde a una visión más franciscana de la vida? Así, ese movi¬ miento anglicano nos viene a recordar la gran necesidad que tiene ese pobre mun¬ do que hemos construido con manos im¬ pías de la lección de pobreza y frater¬ nidad de aqued «Poverello» que tanto amó a los hombres... y también a las
aves.

15

CATOLICA, APOSTOLICA Y . ..

El siglo XX dejará en la Historia una pro¬ funda huella de progreso. Esta huella puede buscarse en todas partes, a veces con distintos nombres, a veces disfrazada y a veces dema¬ siado cruda, pero siempre se encontrará en to¬ do aquello que quiera presumir de moderno.
Este progreso en las relaciones humanas se llama diálogo. Diálogo que en política deno¬ minamos democracia, en cultura, intercambio, en eeonomía. Mercado Común... en la Iglesia, Concilio y en el mundo cristiano, Ecumenismo.
La Iglesia se democratiza
El Concilio ha asustado, admirado y sor¬ prendido de veras. Nadie pensaba que se ha¬ blara tanto ni tan claro. Nadie soñaba en ver dos cardenales defendiendo, en público y ofi¬ cialmente, puntos de vista totalmente opuestos. Nadie imaginó la formación entre los obispos de «partidos».
Todos, o casi todos, creían en un Concilio uniforme, vulgar, sin altos ni bajos, sin dis¬ cusiones, que se dedicaría a aprobar unos es¬ quemas «prefabricados», apenas comentándolos.

Todos creían en una Iglesia clásica, célebre por sus santos de purpurina y vida cristiana¬ mente boba. En una Iglesia formada de unos miembros raros, pasados de moda, que no tie¬
nen ni la más remota idea del estado actual
del mundo. En una Iglesia digna de admira¬ ción, pero nada más, que se mantiene gracias al dinero de los «capitalistas católicos». Es de¬ cir, todos creían en una santa, católica, apos¬ tólica, y sobre todo Romana Iglesia.
Pero la Iglesia ha puesto sus cartas boca arriba y ha armado un alboroto difícil de ex¬ plicar. Los no católicos han vislumbrado una vitalidad antes desconocida en esa también des¬ conocida organización. Los hermanos separa¬ dos han intuido la existencia de algún puente desconocido que nos une en un país todavía inexplorado. Los ricos han oído hablar de «la Iglesia de los pobres» y no les ha hecho mu¬ cha gracia. Los pobres han oído la frasecita y no se han convencido. Los grandes enemigos del catolicismo han reconocido que la Iglesia
en sí no es tan mala y que «no nos separa tanta diferencia».

NUEVO SACERDOTE

FR. GREGORIO MATEO, T.O.R.
Ordenado sacerdote, el día 16 de de marzo de 1964, por el Excmo. y Rdmo. Dr. D. Francisco Planas, Obispo de Ibiza, el Rdo. P. Gregorio Mateu Estarellas, T. O. R , cantó su Primera
Misa Solemne en Buñola en la inme¬
diata festividad de San José Fue asis¬
tido por el Rdo. Sr. D. Bartolomé Bosch, Ecónomo de Buñola, y por el Rdo. P. José de Calasanz, O. M Cap , en cali¬ dad de capas de honor, y por los Rdos. PP. Gaspar Mulet y Bernardo Nicolau, como Diácono y Subdiácono respecti¬
vamente. Glosó las excelencias del
sacerdocio el Rdo P. L. Garí-Jaume, T. O. R., Licenciado en Sagrada Escri¬ tura Actuaron de padrinos de mano sus hermanos Bartolomé y Margarita. El misacantano obsequió con un abun¬ dante refresco al pueblo que acudió en masa a la Misa y con una exquisita comida a sus numerosos invitados.
Nuestra más cordial enhorabuena al
novel sacerdote, a sus padres, herma¬ nos y demás familiares.
16

En lo que todos han estado de acuerdo ha sido en afirmar que la Iglesia católica, apostó¬ lica y romana vive, que no es tan romana como decían y que es más católica y apostólica de lo que creían.
Pero lo que de veras ha llamado la atención ha sido ese ambiente que ha creado de ecumenismo, ese abrirse a todos y a todo, esa demo¬ cratización que ha sufrido, en una palabra: la Iglesia Católica ha empezado a dialogar al es¬ tilo del siglo XX.

¿Y España?
Nuestra nación tiene fama en Europa de ser más papista que el Papa y de no parecerse en nada, en lo que al progreso se refiere, a su
vecina de más allá de los Pirineos. Es una
fama que nos viene de antiguo, algo asi como tradicional, murmuraciones de la gente... pero ahí está el escudero de Don Quijote para de¬ cirnos aquello de «cuando el río suena...». Y así no es extraño oirle a algún turista despis¬ tado con el que pueda hablarse de este asun¬ to: «En España miráis más la parte externa del catolicismo; no os interesáis por su espíritu,
sois unos anticuados». Y dicen esto sin cono¬
cerlo, porque sería curioso saber qué opinarían después de asistir a una de esas funciones tan «monas» que infunden muchísima devoción a las poquísimas personas que las resisten.

Y es una pena ver que realmente seguimos
como antes del Concilio en muchísimas cosas y
que siguen cultivándose y conservándose tantas capillitas en perjuicio de la Iglesia misma y que seguimos siendo «la Nación Católica». Y asusta pensar que, si seguimos monopolizando este título y las cosas siguen como hasta ahora, pronto seremos «La Nación Católica que ni va
a Misa».

Es muy fácil criticar, se dirá, pero por aquí hemos de empezar. Si no fuéramos tan «cató¬ licos» seríamos mucho mejores, y es una lás¬
tima.

Actualicemos, pues, ya de una vez, en nues¬ tras obras la doctrina de la Iglesia de hoy. Aunque con ello nos juguemos el cargo o el pescuezo o el ser tildados de comunistas, por¬ que al fin y al cabo sólo se nos pide «andar en verdad». Es lo mismo que predicó hace 2.000 años el «Hijo del Carpintero». Sí, en cada si¬ glo se descubre varias veces el Mediterráneo...
Y aún no nos hemos enterado que es nave¬
gable!

/.

VIDAL, T. O. R.

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17

cuestíonesí lulianais

«PRODUCTOS DE BELLEZilL»

I A los afeites del rostro se juntaban los ade¬ rezos de la cabeza, los atavíos del busto y los
yestidos nobles I y preciosos. Pero no encontra¬ mos ninguna invectiva de Llull contra los des¬ nudos y ello parece indicar que la mujer, en este aspecto, se contenía mejor que ahora den¬ tro de las exigencias de la modestia. Ya hemos visto algo sobre la materia en los textos citados
anteriormente. Véanse otros pasajes:

«Una mujer era muy bonita y se pintava la

cara y adornaba con pasamanería (fresava) sus

vestidos y llevaba en la cabeza una corona de

perles y de piedras preciosas» (Arbre de Scien¬

da II, pág. 389). «En presencia de la cruz... van las mujeres con la cara y los cabellos y

las cejas pintadas, y se vienen, Señor, con velos

’{sàvenes) dorados y con vestiduras de pasama¬ nería (fresadas)» (Contemplació II, pág. 175).

«Si las mujeres adornan sus costados y su pe¬

cho con seda y pasamanería (fres) y con oro y

íplata...» (Contemplació III, pág. 113). «Pues

iel alma que ama que... la cara de la mujer

sea bonita y que su cintura sea delgada y ce-

jñida con cordones...» (Contemplació VI, pág. 150). «Se pinta y se ciñe con cordones (se cor¬

da) y se adorna de pasamanería (se fresa) y se;

mantiene lo más atractiva posible...» (Ib., pág..

N7).

Ï

! Armü! indispensable de la mujer para atender

p su acicalamiento ha sido siempre el espejo. Eos escritos de Llull prueban que en aquellosj

tiempos eran ya corrientes los espejos de vi¬ drio, siendo éste un dato interesante para la

historia de dicho instrumento. Como se sabe,

los espejos eran antes de metal bruñido. No se )ienen noticias de la existencia de espejos deí vidrio de más allá del siglo XIII. Llull emplea

dos nombres para designar el espejo: espill y;
mirall. Con más frecuencia este último. Parece

como si Llull tuviese una especial predilección

por las comparaciones a base del espejo. Textos:

(Conclusión)
«Sucedió un día que aquella mujer se mira¬ ba en un mirall y viose muy bonita y bien adornada» (Arbre de Scienda II, pág. 389). «Así como el mirall representa a la bonita mu¬ jer la figura de su cara» (Contemplació VII, pág. 210). «Así como la mujer que se mira en el espill, que por su gran diafanidad recibe o la fealdad de su cara y de sus facciones» (Contemplació III, pág. 13). «Así como parece en el spill, que por su gran diafanidad recibe las semejanzas de las cosas de fuera» (.4rí amativa, pág. 41). «Si así como representación de dos espils contrapuestos, es representada por el sol la figura de la tierra en la obscuridad de la luna» (Art demostrativa, pág. 258).
A veces el espejo no está bien hecho y re¬ fleja las figuras deformadas: «Así como el hombre que se mira en dos miralls, uno veraz (vertader) y el otro mentiroso (mentider); el mirall torcido (tort) muestra una figura y el mirall veraz muestra otra» (Contemplació V, pág. 133).
Ya hemos dicho anteriormente que los espe¬ jos a que se refiere Llull son los de vidrio. Lo prueban muy bien los dos siguientes textos: «Después que la mujer hubo dicho estas pala¬ bras, rompió el mirall del vidre y dijo que ya
no se miraría más en él... Y entonces la mu¬
jer se hizo un mirall de bondad en el cual se miraba a menudo» (Arbre de Scienda II, pág. 390). «Así como sensualmente de la virtud del vidre y del plom se compone más noble virtud que la virtud que tiene cada uno de éstos por sí mismo, y aquella virtud más noble es la virtud del mirall...»(L. de Demostracions, pág. 129). Este último texto corrobora el de Juan Pisano (a. 1279), que se suele citar en la his¬ toria del espejo: Specula vitrea plumbo sub¬
ducta.
P. Miguel Colom, T. O. R.

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18

PASO A LA JUVENTUD

Formación social La gran resonancia que ha tenido la «Pacem in terris» en
el mundo, y lo poco que de ella se ha escrito en España,
muestra irreversiblemente la
escasa conciencia social de
nuestro país. Siempre se ha oído decir
que los españoles somos los más católicos del mundo, pero
este trascendental documento
ha venido a demostrarnos
(cualquiera que lo lea se dará cuenta en seguida) que esta¬ mos muy lejos de cumplir las exigencias que hoy día trae consigo un auténtico catolicis¬
mo.
Así, pues, la reciente implan¬ tación como asignatura oficial
de la Doctrina Social de la
Iglesia para nosotros, los pre¬ universitarios, responde a esa
acuciante llamada del llorado
Papa Juan a que se proceda a
una sistemática enseñanza en
todos los niveles sociales. Im¬
plantación que hemos cogido con impaciencia y entusiasmo, porque queremos ser conscien¬ tes de la realidad en que vi¬ vimos. Deseamos trabajar. Y trabajar por una España más concorde con el Evangelio. Por eso no debería ser una asigna¬ tura más, al margen de la vida, sino que ha de ser el centro
activo de nuestra vida misma.
Los «beatles»
«Cucarachas». «Escarabajos».
«Leones melenudos». Y en mú¬
sica, «bárbaros», «geniales».

«fordenes». Y todo lo que us¬
tedes quieran.
Yo deseo hacerles ver que
no todo es risible, bárbaro o ri¬
diculo en este fenómeno de la
juventud inglesa. Cada cosa hay que juzgarla en su propio
ambiente. Estos muchachos
provienen de Liverpool donde
muchos como ellos carecen de
trabajo a causa de la mala ad¬
ministración. Por eso no es de
extrañar que su canto sea un ruidoso clamor, en señal de pro¬
testa, para unir a toda la ju¬
ventud de su nación.
También en América se en¬
contraron con un ambiente pro¬
picio, debido a ciertos factores sociales que garantizaban plena¬ mente el éxito y la populari¬
dad de estos cuatro muchachos
que ni ellos mismos aciertan a explicar. Cosa demostrable por el hecho de que, cuando iban a cantar a cualquier salón, se
desencadenaba una oleada de
chillidos, todavía más estentó¬ reos, de una masa gigante que les seguía electrizada, repleta de histerismo juvenil.
Cucarachas. Escarabajos. Leo¬
nes melenudos. Bárbaros.
Quien haya hecho algo posi¬ tivo para remediarlo, juzgue si hay culpa en ello.
Política sfy política no
Estoy seguro que no tarda¬ réis mucho en aplicarme aque¬ llo del refrán de que nadie es abogado de su propia causa. Ciertamente que ninguna cau¬ sa tendrá valor jurídico cuan¬

do es uno mismo el que la der

fienda. Sin embargo, en la

práctica, si tú nó defiendes

tus propios derechos, ¿quién los

defenderá?

.

La gente mayor, la adulta, ésta que a veces piensa bien, tratan de explicar esta inevita¬ ble vocación política de Ja ju¬ ventud. Y dicen que, cuando
actuamos sanamente, tenemos
un fino tacto para señalar las injusticias. Que vemos que las
cosas no marchan del todo

bien, y queremos arreglarlas rápidamente. Pero que esta in¬
tervención tiende necesaria¬

mente, por lo juvenil que es,
a una forma de desorden que
se llama bullicio. No se equi¬
vocan del todo. Y por eso se,
preparan las cosas tan hábil¬ mente para que la juventud se desinterese de la política. Pa¬ rece que en la actualidad hay
miedo a hablar de este asunto

tan vital.

El joven de hoy, sin em¬

bargo, ha encontrado en la

enseñanza de la Iglesia

una sana directriz

y un

apoyo insoslayable para seguir

sus ideales en una activa

participación en la vida públi¬ ca. Y si España quiere una juventud dispuesta a actuar, tiene que plantearse seriamen¬
te un método de formación po¬ lítica más concorde con el pen¬
samiento de los Papas y de nuestro propio catolicismo.
Política, sí. Pero... genuina.

LUIS

19

«MATER MISERICORDIAE»
Mientras esperamos
la apertura, próxima ya.» En nuestra pasada entrevista, a través de estas páginas, prometíamos indicar a los padres de nuestras alumnas que leerán estas líneas la manera de ayudarnos en la recuperación de sus hijas. Os decíamos: No evitéis, no ahorréis ningún esfuerzo que eüa pueda realizar. Hoy os deci¬
mos:
«Ayudad a vuestras hijas a ayudarse, que es lo mismo que decir:
establecer en ellas hábitos higiénicos, ayudarle a mantenerse limpia, enseñarle la rutina de vestirse y desnudarse,
establecer un ritmo adecuado de descanso
y sueño. Este trabajo «de enseñar a ayudarse» es des¬ alentador, debido a la lentitud con que apren¬ den; pero no olvidéis:
• necesita muchas repeticiones, muchas; • alabarle los progresos que baga,
• enseñarle una sola habilidad a la vez.
• Una habilidad debe ser enseñada cuando
la niña siente necesidad de adquirirla. • Hablad a vuestra hija mientras la enseñáis.
No exijáis de la niña lo que no pueda dar.
Para que se ctimpla este último punto, os quiero hacer dos observaciones:
1) Aceptad el estado de vuestra hija; no guardéis para vosotros solos el problema (esto, en parte, os lo decía el día pasado).
2) Tened en cuenta el grado de retraso de
la niña.
Una de las causas o razones por las que los padres han tratado de ocultar el retraso mental, es debido a la creencia general de que es hereditario. Aunque en algunos casos lo sea, en la mayoría es otra la verdadera etiología, la verdadera causa, siendo ésta a veces:
intoxicaciones, lesiones cerebrales, que pueden darse, antes, durante o después del nacimiento, hidrocefalia (agua en el cerebro), cretinismo,
mongolismo, etc. etc.

Otras causas pueden serr • hipoacusia (duros de oído), • defecto en la vista,
• ambiente familiar desunido,

desordenada,

etc. etc.

El grado de retraso nos dirá que hemos deexigir, que no nos hemos de desanimar.
Describimos tres grados de retraso a tres gra¬ dos de «oligofrenia», dicho con terminología;
psicológica: 1. «Oligofrenia leve», o mentalidad retarda¬
da «instruible». Es el niño que debido a su lento desarrollo es incapaz de aprovechar en un colegio normal, pero en clases particulares y en un centro adecuado, como el que nos ocu¬ pa, es capaz de adquirir instrucción. Su voca¬ bulario es limitado, su lenguaje es adecuado a la mayoría de las situaciones ordinarias.
2. «Oligofrenia media» o mentalidad retar¬ dada EDUCABLE. Es menos recuperable queel anterior, pero puede educarse, puede apren¬
der:

cuidados personales, adaptación social familiar y de los vecinos,
utilidad económica en casa o talleres. Nece¬

sita vigilancia y cuidados constantes. 3. «Oligofrenia profunda» o mentalidad re¬ tardada total. Necesita ayuda constante para solucionar sus necesidades personales. No reac¬ ciona al ambiente que le rodea.

Sigue la lista de donativos

Colegio «San Francisco de Asís de

Santanyí» (de una representación

teatral)

2.035,10

Varios, de Mahón

400,—

De «El Cojudo» Anónimo, de Sta. Catalina
Pueblo de Calvià

3.000,— 50,—
2.000 —

D. Juan Perelló Cerdà

1.000,—

Anónimo, de Alquería Blanca
Anónimo

50,—
100,—

Varios de Capdella Doña Elisa Pujol, Vda de Forteza Rvdo. Sr. D. Jaime Alzina

255,— 1.000,—
500,—

Banca March

5.000,—

Varias Antiguas Alumnas del Cole¬ gio S. Francisco de Asís de Sta. Eugenia
Colegio de Sta. Eugenia (de un festival)

410,— 1.100,—

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General Ricardo Ortega, 11 - Teléfono 26238 • PALMA DE MALLORCA
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c:0agina del

erciario

HERMANDAD DE QUINTANAR
DE LA ORDEN
<TOLEOO)
Fueron los Franciscanos Menores qnieJies fundaron esta Hermandad, acto segui¬ do de haberse instalado en nuestra Ciu¬ dad los Religiosos citados.
Cuando, el año 1936, sobrevino el Mo¬ vimiento Nacional, era Director de la Hermandad el Rdo. P. Mariano Camuñas, •O. F. M., vilmente asesinado aquel mis¬ mo año por las hordas marxistas.
Durante la dominación roja, el Con¬
vento de los PP. Menores Observantes
quedó muy destrozado, después de haber sido usado como polvorín, hospital, etc. Mientras tanto, los Terciarios no pudie¬ ron ser atendidos; ni hasta incluso des¬ pués de la Guerra de Liberación, senci¬ llamente por falta de un Franciscano que pudiese dedicar su atención a esta
actividad.
El año 1942, el antiguo Convento de los Menores quedaba ocupado por los
PP. Franciscanbs de la T. O. R. Fue mo¬
tivo de gran regocijo para toda la villa 'de Quintanar. Nuestra Hermandad pronto recibió los mejores cuidados por parte
de los citados Padres. El Rdo. P. Juan
Server, T. O. R., fue el alma de la reor¬ ganización. y el primer Director de entre los Terciarios Regulares. Las Terciarias,
al frente de las cuales estaba la Herma¬
na Ministra Flor Dupuy (q. e. p. d.), no tan sólo empezaron las actividades espi¬ rituales propias de la Hermandad, sino que también ayudaron eficazmente a la nueva Comunidad Franciscana especial¬ mente en lo que se refiere al culto de la iglesia: confección de ornamentos, piso nuevo. Altar mayor, etc.
Se empezaron a celebrar las reuniones mensuales cada tercer domingo, teniendo lugar la Misa de Comunión por la ma¬ ñana y un ejercicio por la tarde. Se rea¬ nudó asimismo el Quinario anual en ho¬ nor de las Llagas de N. P. S. Francisco y la novena preparatoria para la festivi¬
dad del 4 de octubre. Nuestras Terciarias fundaron una Ca¬
tequesis que llegó a alcanzar un gran fiorecimiento. Mas, por causas ajenas a nuestra voluntad, tuvo que suspenderse
esa instrucción de la doctrina cristiana
a la infancia.
Desde el año 1945, un grupo de Her¬ manas hace gratuitamente las hostias (unas 60.000 cada año), que se consumen

L'HORA BREU
Feble llum de llanterna
esfumada amb esponja; claror que no enlluerna, d’orxata de taronja.
Nucli de sang espessa, embrió del nou dia
que ja comença a ésser. Ends que s’inicia.
(Es Vhora breu, sens ona, matinet en poncella, no enasprit de llimona, sens gust de vinagrella).
Surt de sa casa oculta, com un ou de la closca,
el sol. La terra exulta
en ple gaudi, sens osca.
La resplendor imprecisa ara ja és neta i blanca;
lluu el rou i s’irisa damunt el bri i a la branca.
Glateix, tota aucellívola i alta de cant, l’arbreda; i tot té una agradívola gerdor suau de seda.
Es descinyeix la rosa i deslliura la flaire i, maternal, la posa
dins el bressol de l’aire.
El cor també s’engresca, s’expan i s’enrióla, vessant de joia fresca, com una siquiola.
I, optimista, un pa tendre es feny, malgrat no ignori que s’haurà tornat cendra quan el dia s’esflori.
Perquè la vida ens mena a un joc que mai s’atura: nit, fosca que et tortura, jorn, cum que t’asserena.
P. Migxiel Colom, T. O. R.
21

para la Sagrada Comunión en la iglesia
del Convento.
Cuando el Rdo Padre Juan Bustos,
T. O. R., hijo de esta ciudad, fue desti¬ nado a Misiones (año 1961), nuestras Terciarias cuidaron de regalarle numero¬ sos ornamentos y otros objetos de cul¬
to.
Se ha procurado siempre con mucho interés que nuestras Hermanas falleci¬ das reciban el obsequio de nuestros su¬ fragios. Oficialmente se les aplica una Misa de «Requiem» y un Rosario con responso final.
No hace muchos años se acostumbra¬
ba que las Hermanas fuesen en corpora¬ ción a acompañar a las Hermanas difun¬ tas hasta su última morada, costumbre que ha sido sustituida por el Rosario vespertino con el susodicho responso.
En setiembre de 1952 estrenábamos
otro Director: el Rdo. P. Antonio Mojer,
Superior de la Comunidad. Durante nue¬
ve años ha estado al frente de la Her¬
mandad y todas nos aprovechamos de su celo e interés.
Ahora, desde setiembre de 1961, es el Rdo. P. Vicente Ortiz, también Superior, quien dirige los destinos de la V. O. T. Gracias al dinamismo y solicitud que es¬ tá desplegando, todas hemos notado un
verdadero florecimiento en la Herman¬
dad. Por ejemplo, son muchas ya las jóvenes que han recibido el hábito de la T. O., y todas se muestran muy deseosas de adquirir el espíritu que impera den¬
tro del franciscanismo.
El Discretorio actual lleva ya muchos años de actividad, por lo que, sin duda, va envejeciendo. Se impone, por tanto, una renovación por la causaíántes apun¬
tada y para dar cumplimiento al artícu¬ lo 127 de las Constitucioné's. Y sobre to¬
do para que las muchachas jóvenes parti¬ cipen pronto en el gobierno y adminis¬
tración de la Hermandad.
En la cancela de la iglesia del Con¬

vento se han empezado a publicar unas hojas en las que, además de dar una consigna mensual, se recuerdan los días de Indulgencia o Absolución general, así como los anuncios correspondientes a la marcha de la Hermandad en el mes
en curso.
La reunión mensual de toda la Her¬
mandad estuvo dirigida, día 15 de marzo 1964, por el Rdo. P. Jaime Tugores, T. O. R., Comisario de la V. O. T. en Balea¬ res y Director de la Hermandad de la Ba¬
sílica de San Francisco de Palma de Ma¬
llorca. Con su cálida palabra nos alentó a seguir el camino trazado por N. S. Pa¬ dre, y nos puso al corriente de las activi¬ dades modernas que florecen en la T. O.
F.
En la actualidad, el Discretorio de Her¬ manas es como sigue:
Ministra: Vicenta García Villajes; Vice-Ministra: Gloria Justo Dupuy; Secre¬ taria: Filomena Fernández Meco; Vice Se cretaria: Vicenta Moreno Villaseñor; Ma¬ estra novicias: Francisca Nieto Serrano; Tesorera: Rosa Rojo Justo; Vice-Tesorera: Isabel Quilis Arquero; Vocales: Gua¬ dalupe González, Isabel García y Amparo Gallego.
Filomena Fernández, Secretaria.
Tesoro espiritual del Terciario
Absolución general: Día 6 de abril. Indulgencia plenaria: Días 6,16, 24, 28 y 29 abril.

22

PRIMERA. MONJA GITANA

Durante el Primer Congreso Internacional de los Gitanos, celebrado en Roma desde el 25 al 27 del pasado febrero, se dio esta inesperada no¬ ticia: Sor María Verónica del Sagrado Rostro, primera monja perteneciente al mundo de los gitanos, el 11 de febrero del año en curso ha¬
bía emitido los votos en el Monasterio de Be¬
nedictinas de Roma.
El hecho revistió particular relieve, en cuan¬ to que el Congreso se proponía estudiar la ma¬ nera eficaz para una acción misionera de la Iglesia entre los gitanos. Estos últimos años se ha dejado sentir más la necesidad de trabajar en este sentido, puesto que hemos visto reunir¬ se a los gitanos de varios países en grandes pe¬ regrinaciones y manifestaciones religiosas. He¬ mos visto, además, surgir en el seno mismo de la Iglesia vocaciones específicas para el aposto¬ lado entre los gitanos. Es preciso, por tanto, encauzar esta clase de movimiento. ¿Cómo? —se ha preguntado en el Congreso.
Los trabajos y ponencias presididas por Su Excelencia Monsr. Bernardino Collin, Obispo de Digne y encargado de la asistencia a los pue¬ blos nómadas de Francia, han concluido con algunas propuestas prácticas: crear un comité jurídico internacional, dependiente de la Sagra¬ da Congregación Consistorial, que unifique los varias iniciativas ya existentes y, sobre la base de las experiencias hechas, dirija y oriente la necesaria acción misionera; grupos de sacerdo¬ tes, expresamente designados y ayudados por re¬ ligiosos y catequistas laieos, deberían actuar di¬ rectamente en el mundo gitano, promoviendo su desarrollo social y económico, indispensable fun¬
damento de una vida cristiana. La acción mi-
sioenera —se ha repetido muchas veces— dehe fundarse en las formas de religiosidad propias de los gitanos, a saher: la devoción a la Vir^ gen, el peregrinaje, el voto, la oferta, el ayuno, etc., de tal modo que los gitanos se sientan ver¬ daderos hijos de la Iglesia, comprendidos y
amados.

Monjas austríacos, sin sus hábitos talares, te disponen o practicar el esquí. El 22 del posado mes de febrero se clausuró en Mitterbach, Austria, una asamblea de monjas de diversas Ordenes, cosí to¬ das ellas Profesoras de gimnasia, con el fin de adiestrarse en el esquí, que es el deporte más prac¬ ticado por sus alumnas.
¿Está derrotado el divismo...?
En el festival de San Remo y en el de la Eurovisión de este año ha vencido la ingenuidad y can¬ dor de Gigliola Cinquetti, joven cantante ita¬ liana de dieciseis años. La prensa ha subrayado con particular insistencia que la joven ganadora ama sólo a su papá y mamá y que le gusta el colegio; que va a dormir temprano y que no bebe ni fuma. ¿Ha muerto ya el divismo? El hecho es que por to¬ das partes se está cantando *Non ho l'etá per amarti...* ¿Es nostalgia o deseo de pureza?

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preguntas espuestas

Prejuicios conciliares

Rdo. Padre: un Concilio no es cosa de cada día y merece ser
vivido. Y más, las sesiones de un Cnocilio merecen ser estudiadas por su trascendencia. Mis dudas están en el Vaticano II. Para mi

algo de fracaso ha habido en éste. Yo me digo: ¿Ha habido alguna innovación real en el esquema de Liturgia? ¿Para eso se reúnen tres mil hombres ilustres por su ciencia? ¿No podía haber hecho lo mismo con menos pérdida de tiempo una comisión de diez o veinte obispos? A todos ha admirado el Papa diciendo que

pensaba acabar este año el Concilio. A mí no. ¿No habrá visto

poca efectividad en sus reuniones y fuerte tirantez entre unos obispos demasiado avanzados y otros excesivamente retrógra¬
dos?. .

M. F. (Lluchmayor)

Creo, amigo, que su dificultad quedará
solucionada con una anécdota que unos

obispos, para prepararse. No interesan las innovaciones que to

atribuyen a Pío XII, otros a Juan XXIII dos esperábamos, radicales, sensacionales,

y que a lo mejor no es de ninguno de los dos. Se dice que el Pontífice respon¬ dió a un alto dignatario de la Curia Romana que le sugirió hiciese algunas reformas de tipo eminentemente prácti¬ co: «Podría publicar una Encíclica dic¬ tando las oportunas innovaciones que hoy necesita o parece necesitar la Iglesia ¿Sabe Ud. qué pasaría? Recibiría felicitaciones y enhorabuenas de todas las partes del

aplaudidas .frenéticamente por todos y olvidadas con el eco de la última palma
da.
Interesa la renovación de espíritu que ha tenido la Iglesia (no dudo que usted también la habrá notado) con el diálogo de estos tres mil obispos de todo el mun¬
do.
Interesa este ambiente que se ha crea¬ do de necesidad de la reforma, ese deseo

mundo, pero luego las cosas seguirían
como antes».

inmenso, hambre ya general, de vivir evangélicamente el Cristianismo, que hará

Es que el éxito de una reforma no de¬ pende sólo del reformador. Necesita tam¬ bién de un ambiente previo en la parte reformada que haga sentir su necesidad
y desear sus conclusiones. Sucede como con la levadura que por sí sola no hace el pan. Así se explica que algunas «mu¬

aceptar todas las innovac ones, reformas y deseos que dictarán ahora las respecti¬ vas comisiones particulares.
Por eso no ha de admirarle a usted que
Pablo VI haya manifestado, casi anun¬
ciado, el final del Concilio para este año. Ya tiene el campo abonado.

jeres de Iglesia» rezarán por la conver¬ sión del Papa cuando éste, Pío XII, hi¬ ciera algunas concesiones respecto al ayuno eucarístico (histórico, en un pue¬ blo de nuestra isla y con la mejor fe del mundo). Claro, no estaban preparadas.

¿Y cree usted que ésta no es suficiente actividad para unas sesiones que por ser discusión y aposición, casi confusión, da¬ rán la fórmula que armonizará los obis¬ pos avanzados con los retrógrados, la que nos llevará al Evangelio?

Y para esto se han reunido tres mil

Fray Marcelino

NUESTROS DIFUNTOS
La Puebla—Pasó a mejor vida la terciaria y suscriptora de «El Heraldo», D.° Margarita
Serre Torrens, a la edad de 77 años. Nuestro péseme a toda la familia y de un modo especial a sus hijas RR. Franciscanas, Sor Francisca del Salvador y Sor Catalina ae Jesús Agonizante, ya
H J. M.“ de la Stma. Trinidad, Carmelita Descalza Palma.—A la edad de 72 años, entregó su alma al Señor D. Bernardo Sureda, suscriptor
de nuestra revisto Nuestro más sentido pésame a toda su familia. Llucmajor.—Día 15 de febrero falleció cristianamente la terciaria D." Margarita Ciar To¬
más. Nuestra más sentida condolencia a su esposo e hijo.
Llubí. —Durmióse en la paz del Señor, día 29 de febrero del\_ año en curso, D. Bartolomé
Llabrés Ramis, a la edad de 86 años. El difunto era terciario franciscano y suscriptor de nuestro revista, y fue amortajado con el hábito de Son Francisco. Nuestra más profunda condolencia o sus dos hijos. RR. PP. Antonio y Juan de la T. O. R.
Santanyí.— El día 15 ae enero de 1964 volvió a su Creador el olmo de D. Gregorio Suau Rigo, a los 73 años de edad. Nuestra más profunda condolencia .
Muro.—El pasado día 19 de marzo murió a los 81 oños, la Terciaria y suscriptora 0.° Anto¬ nia Genovard Miquel. Nuestro mós sentido pésame a su familia, especialmente, a su hija Sor An¬ tonia de Sta. Clara, religiosa franciscana. Superiora franciscano. Superiora del Convento de
Moscari.
PARA NUESTRAS MISIONES.—D.° Isabel Rosselló envía, en acción de un Enrique y una Isabel. Será
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moda.
— Esta.
— Muy bien señora. — ¿Cuánto se necesita para un vestido?
— Psé! Unos siete metros. — No es para mí — Ah! Entonces con la mitad basta.

Hollywood
Durante un proceso el ¡uez interroga a
cierta famosa estrella de cine:
-¿Cuánto tiempo ha estado usted ca¬
sada?
— ¿La última vez o sumándolas todas?

—¡Sople ahora!

Lógico
La madre, cumpliendo con su deber, inte¬ rroga a su hija:
-¿Qué te decía aquel joven mientras
bailabais?
- Pues nada de particular. Decía que des¬ pués de haberme conocido, el mundo no le parecía ya, como hasta ahora, un desierto.
— Es lógico que hable así — dice la madre,
sentenciosamente— Le he observado mien¬
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