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BATLE, T. O. R. Y GORO IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ • PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: ORDINARIA. ... 50 PTAS. BIENHECHOR ... 75 PTAS. PROTECTOR . . .100 PTAS. • DEPÓSITO LEGAL P. M. 340-1958 NUESTRA PORTADA El limo, y Rdmo. l·Aons. Damián Nicolau, T. O. R., Prelado de Huamachuco (Perú). Vea en páginas inte¬ riores un amplio reportaje de su visita Mallorca. en r numero: «El primero de todos los derechos» . 3 Los Hermanos separados de Oriente . 4 Arabes y judíos se disputan la Tierra de Jesús 7 El limo, y Rdmo. Mons. Damián Ni¬ colau, Prelado de Huamachuco en Mallorca 10 Méjico reza por la canonización de Fray Junípero Serra . . 14 Impresiones de un viaje a la Califor¬ nia del Padre Junípero Serra. . 16 Visitadores o Minitros Generales de la T. O. R 19 Cuestiones Lulianas 20 [...Tres tiros a la pesetas...! ... 21 Página del Terciario 23 .... Página de humor 27 BIRECTOR-PROPIETARIO; NELSON B. CRAMER iimnaÍILena menmna LAVADO EN SECO Y HUMEDO NUESTROS TELÉFONOS: TALLERES Y OFICINAS: Posoje Ca'n Faixina, 68-70 y 72-15012 y 22273 TIENDA: Plaza Olivar, 22 -11104 sucursal DFL TERRENO: Calvo Sotelo, 198 - 30221 SUCURSAL EN PALMA: Barón Santa M.‘Sepulcro, 20 SERVICIO DE 8 HORAS 1 V V D ^ <ü) m CRECIMIENTOS ACELERADOS Indices de consumo ínfimos con Honderos, 95 Teléfono 22072 PALMA DE MALLORCA • Gran Via José Antonio, sjn. PALMA DE MALLORCA LORENZO RIPOLL 7iíl^ticacíone5 -^ttículoi da ]^iaL PRENDAS ANTE Y NAPA SEÑORA, CABALLERO Y NIÑO CARTERAS - BOLSOS - GUANTES Y TODA CLASE DE ARTICULOS DE PIEL Joquotot, 2 y Capuchinas, 24 PALMA DE MALLORCA 2 EDITORIAL «El primero ele tocios los derechos» vTodo ser humano tiene derecho a la existencia, a la inte¬ gridad física, a los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digno, especialmente en cuanto se refiere a la alimentación, el vestido, a la habitación, el descanso, a la atención médica, a los servicios sociales» (Pacem in Terris) Esta doctrina de derecho natural es tan clara, tan irrebatible, que ni siquiera, tal nos parace, haría falta formularla. Sin embar¬ go, lo cierto es que muchos hombres, las dos terceras partes de la humanidad según las estadísticas, carecen de estos elementales y primarios derechos, y la sociedad, si bien hace esfuerzos por re¬ mediar este lamentable estado de injusticia, no ha hecho lo su¬ ficiente, ni siquiera lo que cabría esperar, cuando el problema planteado es tan grave que atañe a la dignidad de esas tres cuar¬ tas partes de seres humanos. Porque el subdesarrollo, tanto de los pueblos como de los individuos, es la negación del derecho a existir, ya que ese derecho lleva implícito el que esa existencia pueda desarrollarse normal y armónicamente. Esos millones de seres famélicos, subalimentados, analfabe¬ tos, son seres condenados al fracaso. Vidas que nunca podrán al¬ canzar su pleno desarrollo ni física ni moralmente. Multitud de posibilidades perdidas. Ante estas dolorosas realidades no podemos contentarnos con remedios ocasionales que servirían únicamente para ir alargando esas miserables existencias. Es fácil, cuando del problema del hambre se trata, desviar éste hacia su lado fácil y sentimental, pe¬ ro su verdadera solución está, no tanto en la escudilla de arroz, cuanto en poner al hambriento en condiciones de salir de su mi¬ seria. Proporcionar aperos de labranza; semillas adecuadas; ense¬ ñar métodos de cultivo; abrir pozos en las tierras áridas; ofrecer becas de estudio y capacitación profesional y agrícola; incorpo¬ rar a la mujer a todas estas enseñanzas, al núsmo tiempo que se la enseña una técnica más racionalizada del consumo y la alimen¬ tación, es mucho más eficaz para remediar el hambre que alar¬ gar un pedazo de pan al hambriento. Es además el único camino para que los pueblos y los individuos salgan del subdesarrollo y empiecen a vivir con la dignidad que su naturaleza humana re¬ clama. 3 IjOísí HermanoiSí Separadois de Oriente Fr. Adolfo Pérez, T. O. R. Pablo VI se tenía guardada la noticia entre los pliegues más recónditos de su corazón. Y el día 4 del diciembre pasado, en el discurso trascendental que clausu¬ raba la segunda etapa conciliar, la gran sorpresa. Anuncia su deseo que es vo¬ luntad de visitar, como un peregrino más, las tierras y santos lugares donde nació y vivió el Señor. Y, según él, para pedir al cielo por los frutos del Concilio y la paz del mundo. Un viaje, pues, de peni¬ tencia y oración... Pero, ¿nada más? ¿No querrá ser, también, una prueba concre¬ ta, palpable de buena voluntad por par¬ te de la Iglesia Católica ante los Her¬ manos Separados de Oriente? Como todos sabemos, la cristiandad excindida que no comulga con la Iglesia Católica se halla agrupada en dos enor¬ mes bloques. El de los Occidentales, co¬ munmente llamados protestantes por su postura rebelde en la Dieta de Worms, y el otro grupo Oriental, cuya separación política empieza en el siglo octavo para consumarse en separación religiosa en el siglo once con Miguel Cerulario. Pues bien, el recelo hacia la Iglesia Madre, la Católica, de los primeros, que congelaba toda clase de contactos religiosos en los siglos posteriores a la ruptura, parece ahora totalmente derretido. Quizá, gracias al don de gentes del llorado Juan XXIII que supo presentar a la Iglesia Católica por su lado más católico y más concilia¬ dor, el de Madre. Quizá, gracias al ma¬ terialismo corrosivo que devora al mundo protestante en general, y ha punzado la responsabilidad de su élite directora en busca de otras estructuras religiosas, de otra mentalidad... Lo cierto, lo palpable es su acercamiento acelerado a la verda¬ dera Iglesia de Cristo. Pero no ha ocurrido así con los Her¬ manos Orientales. Su postura ha sido de abstención, negativa, ante el aconteci¬ miento, que los mismos protestantes han calificado de trascendental, del Concilio Ecuménico. ¿Qué ocurre? Tal vez, si pensamos mucho en esto, encontraremos con facilidad la clave para entender esta decisión, inesperada por una parte, pero urgente y necesaria por otra, de Pablo VI que lo colocará en este mismo mes de enero como un peregrino más a Tierra Santa. Tres grandes bloques Las Iglesias Orientales, en su genera¬ lidad,, poseen algunos elementos que propiamente pertenecen a la heredad de la Iglesia Católica y que fueron conser¬ vados por los disidentes al separarse del tronco madre. Por eso podemos decir que religiosamente, doctrinalmente, es¬ tán más cercanos a nosotros que los Her¬ manos Protestantes. La justa interpreta¬ ción de la Biblia, los Sacramentos válida¬ mente administrados, la Eucaristía como centro y pivote de toda la vida religiosa, la misma devoción a la Virgen..., son auténticos elementos de reenganche que harían una fácil recuperación al seno de la Iglesia de esas comunidades disidentes. Máxime teniendo en cuenta que los ava¬ lares políticos que empujaron la sepa¬ ración hoy están totalmente eliminados. Claro que la historia se ha encargado du¬ ramente de demostrar que una ruptura jerárquica encierra en sí, más pronto o más tarde, una desviación doctrinal. Cosa de la que no se ha visto libre la Iglesia paradógicamente llamada Ortodoxa, Pero analicemos cada uno de sus tres grandes grupos en particular. El nestorianismo De las tres familias, la monofisita, la bizantina y la nestoriana, es ésta la más antigua y, por haberse formado en disi¬ dencia con los primeros Concilios Ecu¬ ménicos, es también la más lejana de la verdad. He aquí el principio puntal de Nestorio, su fundador: Cristo es un hombre 4 perfecto y, por tanto, su naturaleza hu¬ mana tiene su propia personalidad a igual que la divina. Niega, pues, la unici¬ dad de personas, y distingue una doble personalidad en Cristo, la de hombre y la de Dios. Y, como consecuencia lógica de esta tesis, todos los demás errores. La unión entre estas dos personas ha de ser a la fuerza accidental. La Redención no tendrá valor infinito porque ocurrirá únicamente en la persona humana. La Virgen no será Madre de Dios. El pecado original se relegará a un puro mito... En fin, que hoy en día, al examinar las comunidades de sus adeptos, se halla por doquier una general ignorancia religiosa y una confusión doctrinal enorme que viene además aumentada por el papeleo propagandístico e influjo protestante. Residen sobre todo en el Irak, en Si¬ ria, en Persia, en la India. Y, entre todas las comunidades ortodoxas, es también la única que posee menos fieles que su homónima unida a Roma, la llamada Igle¬ sia Caldea. ¡Que todos formemos un solo rebaño bajo un solo Pastori El monofisismo Tres Iglesias diversas, componentes del grupo monofisista, tuvieron origen en la negativa de quinientos obispos de los Patriarcados de Alejandría, Antioquia y Jerusalén, a suscribir la definición cristológica del Concilio de Calcedonia en el ano 451. Son la Copta de Egipto y de Etiopía, la Jacobita de Siria y la Grego¬ riana de Armenia. Para estas tres Igle¬ sias en Cristo sólo hay una naturaleza, la divina. Cristo no es hombre, por tanto. Los Coptos de Egipto ocupan el puesto principal entre los monofisitas, aunque su monofisismo hodierno es más aparen¬ te que real. Admiten la existencia del purgatorio, creen en la presencia de Cristo en la Eucaristía... Pero rechazan violentamente la autoridad del Papa, per¬ miten el divorcio en caso de incompeten¬ cia de carácter o de adulterio, mantienen que el Sacramento del Orden no imprime carácter, etc. Estas mismas doctrinas, en síntesis, las defiende la Iglesia de Armenia con dife¬ rencias accidentales de prácticas judaicas, como la circuncisión, la observancia del sábado, la escrupulosidad en distinción de alimentos... ¡ Los jacobitas de Siria, otro de los miembros de la Iglesia monofisita, reci¬ ben su nombre de un monje —Jaime Baradía— hecho consagrar secretamente obispo, para tener así la validez del sacra¬ mento, por la reina Teodora. A excepción de la herejía crístológica, los jacobitas profesan la misma doctrina que los grie¬ gos disidentes y se acercan a la doctrina de la Iglesia Católica por la importancia que le dan a la fórmula consacratoria de la Eucaristía. 5 La Iglesia armenia, la hija mayor del cristianismo, por avalares de la historia y por su posición geográfica, sufrió gra¬ ves desgarros en su fidelidad a la doctri¬ na cristiana. Al convocarse el Concilio que condenaria las doctrinas de Eutiques, el monofisismo, los obispos de Ar¬ menia no pudieron asistir. Como conse¬ cuencia, condenaron a Eutiques por una parte y mantuvieron la unicidad de natu¬ raleza en Cristo, que fue precisamente la tesis de Eutiques. Después, por el influ¬ jo griego, negaron la procedencia del Espíritu Santo del Padre y del Hijo. Nie¬ gan el Purgatorio pero rezan por sus di¬ funtos, admiten también el divorcio, nie¬ gan la Tradición... Esta es, en síntesis, la posición de la comunidad monofisita en relación con la doctrina de la Iglesia Católica. Los bizantinos Durante los primeros siglos de herejías y disidencias, la Iglesia bizantina gozó, como otro Enrique VIII más tarde, del titulo de «ortodoxa», es decir, secuaz de la verdadera doctrina. Y eso por aceptar en bloque la doctrina cristológica definida en el Concilio calcedenense, doctrina que, por otra parte, ha venido manteniendo hasta nuestros días. Pero en el siglo XI con Miguel Cerulario, Patriarca de Constantinopla, se llegó a la ruptura definitiva. Sus ataques a la Iglesia Católica tuvieron como respuesta la excomunión fulminan¬ te, pero él, secundado por los demás obispos del patriarcado, mantuvo la pos¬ tura rebelde. La uniformidad de su doctrina com¬ prende substancialmente los siguientes puntos: Jesús no delegó a nadie como ca¬ beza visible de su Iglesia. De los dogmas aceptan solamente los definidos hasta el séptimo concilio. El Espíritu Santo pro¬ cede únicamente del Padre. Niegan el Purgatorio. Más divergencias incompati¬ bles con la doctrina del católico sobre los sacramentos... Están extendidos sobre todo en Grecia. Este es, pues, el panorama con que se encontrará Pablo VI en su visita a Tierra Santa. Un panorama duro para el que ve sobre sus hombros la responsabilidad de la frase de Cristo: «Que todos sean uno, como Tú, Padre, estás en Mí y Yo Un observador de la Iglesia Oriental a su salida de las sesiones del Concilio. en Ti». Porque hay que confesarlo, el diálogo entre Oriente y Occidente toda¬ vía no ha empezado. Las relaciones son frías. Y no hemos de olvidar nosotros que la Iglesia nació precisamente allí, donde ellos están. Y que en el momento de la ruptura también tuvo culpa el her¬ mano mayor. Quizás así comprendere¬ mos mejor a Pablo VI, como un peregri¬ no más hacia la Tierra de Jesús. 6 Impresiones del II Gran Itinerario de la Fe a TIERRA SANTA, organizado por «El Heraldo de Cristo». Escribe: L. GARI-JAUME, T. O. R (IV) «Todos los caminos llevan a Roma, y el de Roma pasa por Jerusalén» —escribíamos en la primera entrega de impresiones, para dar a en¬ tender que fue en Jerusalén y no en Roma donde nació el cristianismo. Y comentábamos: «...Occidente no debiera haberlo olvidado nun¬ ca. Quizá, ahora, en ese ambiente ecuménico que respiramos, no nos sería tan difícil poner¬ nos en camino hacia la Casa del Padre». En Roma estuvimos, de paso para Jerusalén, cuando la elección de Paulo VI. ¡Qué tremen¬ damente significativa nos parece la decisión del Papa Montini de hacerse también él peregrino en la Tierra de Jesús! No hay nadie que no vea la gran trascendencia de esta espiritual pe¬ regrinación, primera en la historia, del 263 su¬ cesor del Pescador de Galilea. Se comenta por sí sola. Pero no es menos significativo y con¬ movedor el pensar que con Paulo VI toda la cristiandad va a sentirse también peregrina por los caminos del Señor. Lo que equivale a decir que, en ese «retorno a las fuentes» que busca el Vaticano II, este viaje de Roma a Jerusalén señalará un paso impresionante. Porque pere¬ grinar es renovarse. En mis anteriores escritos dejé apuntada la honda amargura que experimenta el peregrino por la actual división político-religiosa de Pales¬ tina. Es una triste situación que debiera preocu¬ par más vivamente a todos los hombres de bue¬ na voluntad. Para este fin hemos escrito estas líneas. Dos pueblos en tensión El nombre de Palestina, que le viene de los antiguos filisteos —los Pelishtim— que se ins¬ talaron en esta zona costera en el s. XII a. C., ha sido borrado de los mapas.' Nuestro tiempo ha visto nacer sobre las ruinas de civilizacio¬ nes milenarias a dos estados nuevos: Israel y Jordania. Dos pueblos nacidos de la más ver¬ gonzosa de las guerras que todavía ensombrece los horizontes de esta mitad de nuestro siglo XX. Hay que remontarse un poco en el tiempo y recordar algunas fechas y hechos, para poder enjuiciar el problema político que enfrenta a estos dos países del Cercano Oriente. La histo¬ ria siempre opera a distancia. La cosa empezó con la célebre Declaración Balfour de 1917, que favorecía el estableci¬ miento de un Hogar Nacional en Palestina pa¬ ra los 17 millones de judíos dispersos por el mundo. Pero ya antes, desde que Teodoro Herzl publicó en 1896 su libro El Estado judío —que hizo época—, se había originado una corriente migratoria judía hacia el país de sus mayores, estimulada por el multimillonario barón de Rotschild. Los árabes palestineses, naturalmente, protestaron contra ese favoritismo de Inglaterra que conseguía de la Sociedad de Naciones, una vez terminada la primera guerra mundial, un mandato sobre Palestina. Durante los treinta años de su mandato, el Gobierno de su Majestad mantuvo una política de intereses y de fuerza en este nudo estratégi¬ co de Oriente. Los pobres árabes llevaron siem¬ pre las de perder. Mientras tanto, los judíos se¬ guían emigrando y adquiriendo tierras de cul¬ tivo. En 1936, después de haber llegado los primeros contingentes de fugitivos, procedentes de Alemania, fue cuando los árabes se inquieta¬ ron de veras y respondieron con actos agresi¬ vos y violentos. En vista de ello, Inglaterra convocó en 1939 una conferencia de mesa re¬ donda que fracasó por mala voluntad de los irri¬ tados árabes. Siguió la publicación de un libro blanco que preveía la creación de un Estado in¬ dependiente de Palestina en el plazo de diez años, y limitaba la ulterior inmigraeión judía a un total de 75.000 personas. Con serles muy favorable, la proposieión fue rechazada en blo¬ que por los árabes. No hace falta decir que para los judíos la proposición suponía un duro golpe a sus aspiraciones nacionalistas. Con su fuctuante política de intereses Inglaterra no aeertaba a contentar a ninguna de las dos par¬ tes. Durante la segunda guerra mundial, empe zaron a darse las tristemente célebres inmigra¬ ciones elandestinas de judíos escapados de los «progroms» rusos y de la Alemania nazista. Más de un viejo buque, inadecuado para navegar, naufragó en ruta. Otros, como el Struma que se hundió a la vista de la costa turca, fueron obli¬ gados a volver al punto de partida por las auto¬ ridades británicas Todos recordarán el grotesco viaje sin rumbo del Exodus, en 1947, que no 7 consiguió desembarcar a sus pasajeros ni en Pa¬ lestina ni en otros puertos, y que tuvo por fin que regresar con ellos a Alemania. Estos hechos no hicieron más que exacerbar el terrorismo ju¬ dío contra la potencia mandataria. Sin saber qué hacer y harta de su respon¬ sabilidad en la cuestión de Palestina, Inglate¬ rra planteó el asunto ante las Naciones Unidas. Estas, ateniéndose a la vieja máxima divide et vinces, se pronunciaron, en abril de 1947, por la división de Palestina en dos Estados inde¬ pendientes, la creación de una zona internacio¬ nal en Jerusalén y la unión económica de las tres entidades. Como era de esperar, este juicio salomónico de partición no satisfizo a ninguna de las dos partes. Los árabes alegaron sus defechos de posesión sobre toda Palestina conquis¬ tada por el Califa Ornar en el año 637. «Nos¬ otros —decían los judíos— tenemos el mismo derecho que los demás hombres a formar una nación libre, y los seis millones de judíos ex¬ terminados por los nazis en los hornos cremato¬ rios, nos dan derecho a formar una patria don¬ de nadie nos pueda perseguir». El terrorismo no cedió por ninguna de amhas partes. Durante él invierno de 1947-48 tuvo lugar una verdadera guerra civil entre judíos y árabes. Se destruye¬ ron puentes y carreteras. Los terroristas judíos volaron un día el hotel «Rey David, de Jerusa lén, en el que estaban instaladas diversas ofi¬ cinas británicas, lanzando contra él un camión cargado de explosivos. Reinaba un caos general. Gran Bretaña, impotente para mantener el orden, tuvo que retirar sus tropas el 15 de ma¬ yo de 1948, dejando a los dos pueblos en un peligroso cara a cara. El mismo día fue procla- pado el Estado de Israel, reconocido de facto dos horas más tarde por el presidente Truman. Fue el grito de guerra para los árabes. Al día Siguiente penetraban en Palestina tropas jordahas, egipcias e iraquíes. Había estallado la «vergüenza de la guerra» que ya todos conoce¬ mos y que todavía no se ha apagado. A pesar de los esfuerzos y armisticios concertados por la ONU, se oyen tiros todavía en las fronteras. La tensión continúa. Como consecuencias inme¬ diatas de la guerra podemos señalar la tragedia de casi un millón de refugiados árabes que abandonaron las tierras ocupadas hoy por Israel, el ensanchamiento de las fronteras judías en un 37 por 100 más de la extensión asignada por la ONU en 1947 y el boicot económico con que los árabes tienen al joven Estado de Israel, acompañado de un cierre hermético de fronte¬ ras. Israel ha tenido que pagar cara su victo¬ ria, pero hoy ya conoce un increíble progreso en todos los órdenes, en contraste vivo con el atraso de los árabes. La antigua frase bíblica de «un país que mana leche y miel», aplicada a Israel, no está lejos de convertirse en reali¬ dad, gracias -á su enorme esfuerzo y a la pró¬ diga ayuda norteamericana. Sólo cabe temer por sus malos vecinos los árabes que, si ineptos un día —unos cuarenta millones de árabes fueron 8 Palestina es una tierra de contrastes. Encru» cijada en el ansia de muchos pueblas, aún hoy día al peregrino le es dado contemplorestompos de tiempos de los patriarcas; la estampa, por ejemplo, de las típicas aguadoras que se di¬ rigen a la fuente, balanceando el ánfora sobre su cabeza al ritmo armonioso de todo su cuerpo. incapaces de vencer a menos de un millón de judíos—, hoy, mejor preparados, podrían cam¬ biar el curso de la historia a su favor. El mun¬ do árabe es un barril de pólvora que cualquier día puede estallar. Esperemos que las Naciones Unidas, en gran medida responsables de la do¬ lorosa situación actual, sabrán encontrar el ca¬ mino de una paz satisfactoria para ambas par¬ tes. La internacionalización de Jerusalén A lo largo de la historia cristiana, Jerusalén y los Santos Lugares fueron motivo de discor¬ dias entre Oriente y Occidente, entre mujui manes y cristianos, entre Roma y Bizancio, en¬ tre católicos y ortodoxos, entre el imperio ruso y las potencias occidentales, entre árabes y ju¬ díos. Actualmente, Jerusglén, siempre crucifica¬ da, es un punto nurálgico de la tensión inter¬ nacional. Y es que loo intereses de la Ciudad Santa atañen más a los pueblos y a los indivi¬ duos que a los gobiernos de ciertas potencias; si ello no fuese así no se podría encontrar una explicación sincera de su actual situación. No son sólo los árabes y judíos que tienen intereses creados; también los cristianos poseen 'unos de¬ rechos y una tradición arraigada en Jerusalén. Para las tres más grandes religiones monoteístas —la cristiana, judía y musulmana— Jerusalén es la Ciudad Santa por antonomasia. Al acordar la partición de Palestina, en no¬ viembre de 1947, la ONU decretaba también la internacionalización de una zona que compren¬ día a Belén y Jerusalén. Sobrevino después la «vergüenza de la guerra de Palestina» y, en contra de esa decisión, árabes y judíos se apre¬ suraron a ocupar la Ciudad Santa. La parte nue¬ va, es decir, la mayor parte de Jerusalén, que¬ dó en poder de los judíos, miemtras que la ciu¬ dad vieja, amurallada, rica y rebosante de san¬ tuarios, vino a manos jordanas. Esta forma de posesión violenta quedó sancionada por el ar¬ misticio de 1948. Desde entonces Jerusalén está desgarrada en dos, al estilo de Berlín. A todo visitante de la Ciudad Santa le pare¬ ce un tanto o un mucho grotesca la actual di¬ visión. Resulta, por ejemplo, que los judíos ya no pueden acudir a llorar al famoso Muro de las Lamentaciones, y que la Universidad He¬ brea, con su valiosa biblioteca, y el gran hospi¬ tal judío de Hadessa están hoy cerrados por encontrarse en zona árabe. Pero, además de ar¬ bitraria y absurda, la actual línea divisoria es indignante y molesta. Una calle —la puerta de Mandelbaum— está bloqueada para servir de único puesto de tránsito entre Israel y los paí¬ ses árabes que lo cercan, Jordania, Siria, Líba¬ no y Egipto. Y éstos, ya se sabe, niegan la en¬ trada a todo viajero que tenga en su pasapor¬ te un visado israelita, lo que obliga a proveer¬ se de un salvoconducto especial para franquear la puerta de Mandelbaum. El estado de sitio (Sigue en pág. 22) El nuevo Estado de Israel busco en el viejo rótu¬ lo de la Tora las eternas prescripciones de Yavé. Cabe ningún otro pueblo y ninguna otra religión se encuentra oigo semejante al inmenso estudio prac¬ ticado por los hebreos en torno o la Ley. Aquí ve¬ mos ol viejo rótulo elevarse ai cielo, mientras el Su¬ mo Sacerdote lee devotamente, versículo tras versí¬ culo. ¿Encontrará Israel el comino de su antigua fideiidad al Dios de sus padres? 9 El limo, y Rdmo. Mons. DAMIAN NICOLAU, Prelado de Huamachuco, en Mallorca • Villafranca de Bonany, su pueblo natal, y Arfó le tributaron un caluroso recibimiento. • De cómo a Mons. Nicolau le robaron sus pri¬ meros ornamentos prelaticios. • Interesantes declaraciones para nuestra re¬ vista. A pesar del aire frío, cortante, nutrida era la representación que esperaba al limo, y Rdmo. Mons. Damián Nicolau en el puerto de Palma, al amanecer del día 17 de diciembre. Allí esta¬ ba el Muy Rdo. P. Rafael Ginard Amorós, Cus¬ todio Provincial, el Rdo. P. Miguel Tous, Prior del Convento de San Francisco de Palma, jun¬ to con otros muchos Padres; allí estaban sus nu¬ merosos familiares y amigos de Villafranca, Palma y Artá. A pesar del frío y de la lloviz¬ na, algo cálido y expectante se comunicaba a los corazones, a medida que el barco recalaba: el cordial saludo y la amplia sonrisa que el bueno del P. Damián desde proa a todos diri¬ gía. Después, ¡ con qué gozosa emoción fue ca¬ da uno besando el anillo pastoral del primer Prelado de Huamachuco. El misionero que dos anos antes saliera, desde el mismo muelle, ha¬ cia las inhóspitas tierras de los Andes perua¬ nos, estaba otra vez entre nosotros, revestido ahora de la dignidad prelaticia. Mons. Nicolau dirigiendo sentidas palabras de gra¬ titud al pueblo de Villafranca por el apoteósico recibi¬ miento que le dispensó. Aquel 17 de diciembre fue dia de fiesta ma¬ yor en el Convento de Palma. Altamente emo¬ tiva fue la misa que rezó Mons. Nicolau en la espaciosa nave de San Francisco, en presencia de toda la comunidad y de gran afluencia de gente. Sus hermanos en religión no podían disi¬ mular la inmensa satisfacción que les cabía de felicitar y rodear a su primer Prelado. Y Mons, Nicolau —el buen P. Damián en el recuerdo agradecido de todos— supo agradecer con pa¬ labras sencillas tan entrañables pruebas de ca¬ riño y veneración hacia su humilde persona. Júbilo popular en Villafranca y Artá Caracteres de verdadera y desbordante apo¬ teosis popular revistió el recibimiento tribúta¬ lo Mons. Nicolau rodeado de algunos familiares en su casa natal. do a Mons. Nicolau por su pueblo de Villafran¬ ca. A las 7’30 de la tarde del mismo día de su llegada a Mallorca, el limo, y Rdmo. Prelado de Huamachuco, acompañado del Muy Rdo. P. Rafael Ginard, los RR. PP. Tous, Garí, Tugores y Soler, era recibido oficialmente por el Sr. Ecónomo, Alcalde y Ayuntamiento en cor¬ poración, frente a la escalinata de la Iglesia pa¬ rroquial, entre incesantes aclamaciones de júbi¬ lo, repique de campanas y estrépito de cohetes. Ya dentro del recinto sagrado, el Rdo. Sr. D. Mateo Bauzá, que ejerce funciones de Vica¬ rio en el pueblo, dirigió en nombre de todos unas vibrantes palabras de bienvenida y enho¬ rabuena, a las que Mons. Nicolau, revestido de sus ornamentos prelaticios, no pudo menos que contestar con sentidas palabras de gratitud. Después,Su Ilustrísima entonó solemne Te Deum, durante el cual dio a besar su anillo a la en¬ fervorizada multitud que llenaba hasta rebosar el amplio templo de Villafranca. Las mi.smas entusiastas manifestaciones de júbilo se repitie¬ ron, cuando Mons. Nicolau, escoltado por las Autoridades y el pueblo en masa, se dirigió a su casa natal. Villafranca —cantera siempre viva de voca¬ ciones sacerdotales y religiosas— prepara para el primer día de 1964 relevantes actos en honor de su primer hijo que ha sido elevado a la dig¬ nidad prelaticia: solemne Pontifical y dedica¬ ción a Mons. Damián Nicolau, T.O.R., de la calle donde se encuentra la casa que le vio na¬ cer. Con los mismos elogiosos términos cabe re¬ señar el caluroso recibimiento que el pueblo de Arta tributó, la tarde del 18 de diciembre, al Prelado de Huamachuco. Mons. Nicolau pasó aquí largos años, como Maestro de Novicios pri¬ mero y después como Prior del Convento de Padres Franciscanos, dejando recuerdos indele¬ bles de su bondad y abnegación en favor de todos. Medio centenar de coches y motos escol¬ taron, desde el «Coll d’Artá», a Su Ilustrísima en su recorrido triunfal, a la luz de bengalas, por las principales calles del pueblo hasta la Iglesia del Convento. Y en ésta, lo mismo que en Villafranca, el Prelado, visiblemente emo¬ cionado, agradeció el homenaje con sencillas palabras, dando a besar su anillo pastoral du¬ rante un solemne Te Deum de acción de gra¬ cias. De cómo a Mons. Nicolau le robaron los primeros or¬ namentos prelaticios. De una larga y familiar conversación con Mons. Nicolau hemos sacado y ordenado estas preguntas y respuestas para beneficio de nues¬ tros lectores. 11 Había oído hablar de la desaparición miste¬ riosa de los primeros vestidos prelaticios de Mons. Nicolau, y empezó preguntando: —¿Podría contarnos Su Ilustrísima cómo fue todo esto? —Pues, muy sencillo. Mis primeros vestidos de Prelado, expedidos desde Mallorca, llegaron al Perú, pero no a Huamachuco. El P. Genovard, acompañado del Director del Hospital de Huamachuco y su señora, fue a recogerlos en El Callao. De regreso a Huamachuco los tres tuvieron que pasar la noche en Trujillo, y mien¬ tras el Director del Hospital y su señora hacían las gestiones necesarias paar dormir en un ho¬ tel, alguien forzó la puerta del coche que se había quedado fuera y se llevó los vestidos, el báculo (regalo de Villafranca), algunos obje¬ tos comprados en Lima por el P. Genovard y una flamante máquina fotográfica de 14.000 ptas. que acababa de comprar a plazos el Di¬ rector del Hospital. Inútilmente se avisó a la policía. Todavía, después de un año, no se ha encontrado a nadie. —Insisto: ¿Se dan con frecuencia semejan¬ tes actos de sabotaje? —En Huamachuco, propiamente, no. Alguna vez hemos visto desaparecer ollas, platos y otros utensilios de cocina. Pero, nada, una broma. En el fondo, son gente honrada los «cholitos de la Sierra». En todas partes siempre nos re¬ ciben bien. A mí me han prodigado honores ex¬ cesivos. Por ejemplo, con motivo de mi nom¬ bramiento de Prelado y de mis visitas apostó¬ licas he tenido que oír a más de una autoridad excederse en el tratamiento que me daba en medio del ardor del discurso, al saludarme con el mismo título de Su Santidad. Había para ru¬ borizarse. —A lo que parece, sus feligreses son gente bastante ignorante que vive al margen de la ci¬ vilización. —Ignorante y un mucho supersticiosa, —aña¬ dió Monseñor. La falta de sacerdotes, de maes¬ tros y de la consiguiente instrucción, hizo que se llenara la Sierra peruana de curanderos y brujos que explotan la ignorancia de los po¬ bres campesinos. En toda la Prelatura sólo te¬ nemos el Hospital de Huamachuco con cuatro médicos y cuatro abnegadas Religiosas francis¬ canas de Mallorca, en calidad de enfermeras. En estos últimos años el Gobierno peruano ha trabajado mucho en el plan de la instruc¬ ción, dotando a cada pueblo de una escuela. Sin embargo, queda mucho todavía por hacer. Hace unos pocos meses, en Bambamarca (Bolivar), fallecieron 90 niños por falta de medicinas. Me¬ nos mal que uno de nuestros Padres, en un reciente viaje de tres días a caballo, había vi¬ sitado este lugar y había bautizado todos los niños. Merece destaear la preciosa ayuda que nos prestan las Maestras, en general, óptimas cató¬ licas. En cambio los Maestros que pasaron por la Universidad de Trujillo son indiferentes, cuando no filocomunistas. —¿Difícil la vocación sacerdotal entre los ni¬ ños de su comarca? Hay que luchar, como primer paso necesario, contra el ambiente familiar, hostil en muchos de los casos a esta vocación. Los padres tienen miedo de dejar partir a sus hijos para cursar la carrera sacerdotal. Después, está la parte pe¬ cuniaria, cosa ésta difícil de solventar dada la estrechez económica y pobreza de nuestros pe¬ ruanos. De hecho, nos hemos encontrado con niños decididos ya a ingresar en el seminario a los que después sus familiares disuadieron de lo contrario. Por otra parte hay que contar con el bajo ni¬ vel de preparación intelectual de la juventud peruana y con que la absoluta mayoría de ma¬ trimonios —el 80% a nuestra llegada— están amancebados; si bien esto último supone un grave impedimento, el Señor Arzobispo de Tru¬ jillo ha dado permiso para recibir en el semi¬ nario a hijos de matrimonios sin legitimar. En la actualidad son cuatro los niños prepa¬ rados para ingresar en el Seminario menor de Trujillo, entresacados de los «Petits Chanteurs» de nuestro coro que dirige el P. Genovard. —¿Podría resumirnos. Monseñor, la labor realizada por nuestros misioneros en estos dos años de trabajo? Antes de la erección de la Prelatura sabemos que asistían a misa unas quince personas, to¬ das adultas. Actualmente, como hemos compro¬ bado el último domingo de Octubre, asisten más de 1.700 personas, entre ellas unos 700 niños y niñas. Solían repartirse antes unas doce hostias men¬ suales. Ahora, sólo en la Capital de Huamachu¬ co, se reparten más de 2.000 mensualmente. Las Primeras Comuniones han ascendido a 4.000, así como los matrimonios legitimados que supu¬ sieron la cifra de 496 sólo en Huamachuco el primer año de nuestra llegada. P. P. C. - librería "Religiosa Selecta Libros escogidos^ material escolar y objetos religiosos San Felipe Neri, 34 - Teléf. 22522 PALMA DE MALLORCA 12 —¿Algún detalle curioso, Ilustrísima? —El de aquella señora, ya entrada en edad y con un fuerte hinchazón de cara por el dolor de muelas, que preguntaba, al ir a casarse pa¬ ra legitimar su vida conyugal, si el Sacramen¬ to le quitaría el dolor de la cara. Y únicamente accedió a casarse cuando le dije que sí. Con¬ funden fácilmente los auténticos Sacramentos de Vida con sus supercherías. 0 el de aquel otro buen cholo, quien, al pe¬ dirle yo cómo es que no se casaba de una vez con la mujer con quien vivía hacía años y de la que ya había tenido hijos, me respondió to¬ do serio: «Es que todavía sólo tengo dos. Dé¬ jeme que lo piense mejor». Gentes, como ve, de buena voluntad a las que basta únicamente con empujarles un poco para que sigan el camino del bien. ¡Lástima que su ignorancia haga a veces demasiado efi¬ caz la propaganda protestante! Estos vienen equipados de proyectores de cine, grupos elec¬ trógenos, libros, biblias, etc. Hasta dan de co¬ mer a todos los que asisten a sus reuniones... Varias veces hemos podido constatar que la pro¬ paganda protestante va unida a la comunista. El Pastor que reparte biblias reparte también hojas comunistas, como hemos visto en el dis¬ trito de Pataz... Y en todo esto apoyados por las cuantiosas sumas de dinero de sus correli¬ gionarios. El obispo Fulton Sheen escribía en un artículo que los católicos han contribuido a la expansión de su fe con la suma de 18.500.000 dólares en 1962, mientras que los protestan¬ tes dieron para el mismo ideal 272.000.000. Es¬ ta es quizás una de las causas por la que en vanguardia vamos tan despacio. Y hasta aquí las interesantes declaraciones de Mons. Nicolau. Un hombre bueno, como ven, que contagia su amor hacia las pobres gentes del Perú, sus «cholitos» de Huamachuco. Pero que necesita de nosotros, de ti y de mí, amigo lector, en ese su afán misionero. Para ello está aquí, en Mallorca Para ello ha recorrido Ale¬ mania, consiguiendo que un pueblo de Austria, Listanau, adopte a su misión y envíe a ella to¬ das sus limosnas. Para ello fue a París, a la Obra Misional Pontificia de la Santa Infancia, para conseguir la ayuda anual de 300.000 ptas. para sus niños necesitados. La Prelatura, por lo visto, nos es meramen¬ te un honor, es también una grave, una abru¬ madora responsabilidad. Diferentes momentos del homenaje tributado a Mons. Nicolau en el día de su llegada a Mallorca ya su pueblo natal. 13 MÉJICO REZA POR LA CANONIZACIÓN de Tratj ^funipero Serra Ofrenda de flores a los pies de la estatua de Fray Junípero Serra, que se levanto en el pórtico del templo de San Fernando (Méjico-Capital). Del 21 al 24 del noviembre último se eele- braron en Méjico, capital, una serie de ceremo¬ nias religiosas y actos culturales en honor a la prestigiosa figura de nuestro hijo preclaro y apóstol de California, Fray Junípero Serra. La nación de Méjico no ha olvidado, por lo visto, que fue precisamente allí, donde nuestro Apóstol estrenó sus armas para la conquista es piritual de California. Y ha querido desente¬ rrar aquella mañana histórica del 1 de enero de 1750, cuando Fray Junípero llegaba, con su pierna ensangrentada, al colegio de San Fer¬ nando, uniéndose así, con un homenaje nacio¬ nal, a la serie de actos celebrados en España y California para festejar el CCL aniversario del nacimiento de nuestro compatriota. La multitud de fieles que asistieron a las di¬ versas manifestaciones se congregaron unas ve¬ ces en el templo de San Fernando, otras en el de San Francisco, o en la misma Catedral de la ciudad, pero siempre para oir, bajo diferen¬ tes enfoques y aspectos, la exaltación de esa ex¬ traordinaria figura humana en el apostolado que se llama y se apellida con acento de núes tra tierra. Ni faltó siquiera en la efemérides el rostro sonriente de tres guapas señoritas que, entron¬ cadas en su abolengo con sangre de Mallorca, se tocaban en la ofrenda de flores ante el mo¬ numento de Méjico a nuestro Santo con el típi¬ co atuendo mallorquín. Hemos querido hacernos eco aquí de la noticia, porque nos gusta que, si siete ciudades se disputan la cuna de Homero, competan tam¬ bién en nuestros días una y otra nación en ese certamen sublime que es la glorificación de un Apóstol. Sí, nos gusta que California y Méjico entero se hayan citado en un templo para rezar jun¬ tos por la canonización de un hombre que ya es santo en la veneración de nuestro pueblo. A continuación reproducimos el cálido pane¬ gírico que dedicó a Fray Junípero Serra uno de nuestros Padres de Méjico, el P. Juan Domenge, otro continuador más de la obra apostólica que empezara años atrás el Apóstol mallorquín de California. Hace cincuenta años... Algunos de los aquí presentes os cantábamos, oh P. Junípero Serra, con nuestras voces infantiles y en nuestra y vuestra lengua vernácula, un himno cuyos pri¬ meros versos eran: «Vos que fuisteis a plantar en el nombre de la Cruz Santa . » Era en Pe¬ tra, vuestro pueblo natal, en el bicentenario de vuestro nacimiento. Pero nuestras inteligencias juveniles no alcanzaban a comprender todo el alcance de lo que os cantábamos, ni la razón de la presencia en vuestras fiestas centellarías e inauguración del monumento que Petra y 14 Los KR. PP. Juan Domenge y Rafael Sastre, T. o. R., en compañía de lastres muchachas de origen mallorquín que ofrecieron las simbólicas flores. Mallorca os dedicaban, de catedráticos de las universidades y autoridades de las ciudades de la lejana California. No entendíamos que, si a Ramón Llull lo lla¬ mamos «Hijo Mayor de Nuestra Raza», vos que os inspirasteis en sus libros y sustentasteis cᬠtedra en la Universidad Luliana de Mallorca, habíais sido en verdad uno de aquellos heroicos misioneros en que él soñó, para cuya formación fundó el Colegio de Miramar y recorrió Euro¬ pa, tocando a las puertas de reyes e instando a Papas y Concilios para que la obra de la Propagación de la Fe fuera la empresa cumbre de la Iglesia. Recogisteis el anhelo del Amigo para llevar al Amado las almas de los infieles y, renun¬ ciando a la cátedra universitaria, cuando más os sonreían vuestros triunfos, os encaminasteis, no al Africa, objeto de sus afanes, sino a un Nuevo Continente, que él no conociera. Y fuisteis a plantar en la Sierra Gorda de México, y más tarde en California, la cruz de Cristo. Pero la plantasteis a vuestro modo, que era diferente de los otros, porque os guiaba el sentido práctico de hijo del campo mallorquín, que cultivaba vuestro padre. Y al partir de las costas de España, en compañía de otros dieci¬ siete franciscanos de Mallorca, llevabais en vuestras alforjas plantones de cepas y semi¬ llas. . semillas que pediríais en todas vuestras cartas: pan y vino con que saciar el hambre de los cuerpos de aquellos cuyas almas queríais sa¬ ciar con el Pan bajado del cielo. Plantasteis la fe en las almas de aquellos in¬ dios que huían de los soldados españoles, pero regresaban al tañido irresistible de vuestras cam¬ panas. Plantasteis toda una corona franciscana de misiones que, a lo largo del Camino Real Ca¬ liforniana, recuerdan vuestra obra y cantan vuestro nombre. Plantasteis rosas para la reina de los Ange¬ les, plantasteis cepas y árboles frutales; y hoy California es famosa por sus frutas y sus flo¬ res .. Plantasteis misiones... y de ellas nacieron las grandes ciudades californianas. y donde pusisteis vuestro pie llagado, han surgido múltiples diócesis católicas, y la cruz que plantasteis campea en las torres de catedra¬ les e iglesias, en cuyos altares el pan y el vi¬ no, pan y vino que vos trajisteis a California, se transubstancian todos los días en el Cuerpo y Sangre del Cordero Inmaculado. Por esto Mallorca os considera como uno de sus hijos más preclaros, España os honra, Mé¬ xico os recuerda y California os escoge como el héroe más representativo de su Estado y en¬ vía vuestra estatua al Salón de la Fama de Washington. Por esto nosotros que desde niños aprendi¬ mos vuestro nombre, nos sentimos orgullosos de ofreceros, por mano de estas jovencitas nacidas en Mallorca, estos ramos de flores que quere¬ mos sean símbolo de cuanto nos vinisteis a plantar, en el nombre de la Cruz Santa, en este México y más aun en California». 15 IMPRESIONES DE UN VIAJE A LA CALIFORNIA DEL PADRE JUNÍPERO SERRA Todo' ello tíos paTece todavía un sueño. Tan rápida fue nuestra visita a California para ver tantas cosas en muy contados días. El objetivo de la Comisión mallorquina era la Misión de San Carlos Borromeo del río Car¬ melo que guarda las reliquias de su Venerable Fundador, para ofrendar en ella una lápida conmemorativa el día mismo, 24 de noviembre, en que se cumplía el 250 aniversario del na¬ cimiento, en Petra, del Apóstol de California. Salimos del aeropuerto de Palma, el lunes, día 18 de noviembre, a las 8,20 de la mañana. El itinerario señalado era Palma, Madrid, Lis¬ boa, Nueva York, Los Angeles. En esta ciudad californiana, fuimos recibidos y agasajados en el aeropuerto. Nos estaban es¬ perando las Autoridades locales, el Cónsul espa¬ ñol y distinguidas personalidades e invitados. Durante nuestra estancia de tres días fuimos atendidos por las Autoridades y diversas enti¬ dades culturales y por el Cónsul D. Eduardo Toba, quien nos acompañó en todas nuestras salidas y en las recepciones, que en honor nues¬ tro se hicieron. Salíamos todos los días a visitar alguna de las Misiones cercanas y otros lugares de inte¬ rés. Al dirigirnos a San Gabriel, pasamos por la «Placita» que conserva su nombre antiguo es¬ pañol, en la que se levanta una estatua de bron¬ ce del Padre Junípero Serra. La Misión de San Gabriel está a cargo de los Padres Claretianos. Es muy típica por su cam¬ panario y las palmeras que la rodean. Nos es¬ peraban el Padre Rector, el Sr Alcalde de la ciudad con otras personalidades y un guía muy experto en su cometido, quien nos estuvo ex¬ plicando abundancia de detalles artísticos e his¬ tóricos. En el presbiterio es venerada la antigua pintura de la Virgen Dolorosa que amansó a los belicosos indios gentiles que se oponían a la fundación de la Misión. Al píe del presbite¬ rio hay una lápida sepulcral, en la que figuran, entre otros, los nombres de dos misioneros ma llorquines, el Padre Dumetz, de Palma, y el Padre Jerónimo Boscana, notable etnólogo, na¬ tural de Lluchmayor. Rezamos un «Pare nostro» así, en mallorquín, por aquellos misioneros y por la pronta glorificación del Padre Junípero Serra. En el patio, hay una estatua, no muy grande, del Padre Junípero, en mármol blan co, y un museo muy interesante. Y una parra silvestre, muy grande y extendida, pero tam¬ bién muy vieja, de la época de los misioneros españoles. Llevábamos prisa, no nosotros, pero sí núes tros guías. Nos estaban esperando, en Upland, los Srs. Whitney. Nos obsequiaron con una co¬ mida y mucha cordialidad y afecto Entre los invitados, tuvimos el gozo de saludar al Padre Juan Alzamora, natural de Petra, Párroco de Ntra. Sra. del Carmen, no muy lejos de la ca¬ 16 sa de los Sres.. Whitney, La Misión de San Juan Capistranw, célebre por la leyenda de las golondrinas, es muy bo¬ nita, y se dice que es la más hermosa de to¬ das. Fuimos recibidos también muy afectuosa¬ mente. Se conserva la capilla tal como estaba en los días del Padre Junípero Serra. En ella rezamos también un «Pare nostro». Se visitan las ruinas de la esbelta iglesia de piedra des¬ truida por mi fuerte terremoto. En el patio hay árboles, flores y palomas que se posan en los hombros y en las manos de los visitantes para picotear la comida. Sobre una fuente hay una estatua del Padre Junípero con un indio, erigi¬ da en 1914; detejo de ella, se lee una inscrip¬ ción en español, redactada por nuestro inolvida¬ ble Rdo. Francisco Torrens, apóstol del Padre Serra en Mallorca. En el patio interior, las alumnas de la Escuela de la Misión, nos obse¬ quiaron con unos cánticos en español. En el mismo patio hay un museo en el que figuran unos cuadros plásticos de la vida de la antigua Misión. La Misión de San Buenaventura, en la ciu¬ dad de Ventura, fue visitada por nosotros el día 22. Su Rector, el Rdo. O’Reilly nos reconoció de seguida, pues estuvo en Petra hace unos años para visitar la Casa y lugares juniperianos. Se mostro muy afectuoso y deferente con nosotros. Le dije como habíamos rezado un pa¬ dre nuestro en mallorquín y que lo hiciera constar en la crónica. Una joven del coro pa¬ rroquial quiso obsequiarnos con unos cánticos en español, entre ellos el «Madre Divina, Ma¬ dre de amor», de nuestro clásico «Mes de Ma¬ ría». Allí fuimos informados de que había sido herido mortalmente el Presidente Kenedy. No¬ ticia algo confusa aún, pero que más tarde se confirmó con la noticia de su fallecimiento. Ro¬ gamos por él en la iglesia de la Misión. Mrs. Hoffman, gran bienhechora de la Cau¬ sa del Padre Serra y de nuestro Museo Junipe¬ riano de Petra, nos invitaba a una recepción y comida en su casa; una mesa con muchos y distinguidos comensales. Era viernes, día de abstinencia, y la comida fue de vigilia: langos¬ ta por supuesto. A la salida de la señorial man¬ sión de Mrs. Hoffman, pasamos por delante del Ayuntamiento y vimos la recia y artística esta¬ tua del Padre Junípero Serra que se yergue an¬ te aquel edificio de la ciudad. A nuestra llegada a la Misión de Santa Bár¬ bara, aquella tarde de día 22, las campanas es¬ taban doblando a muerte por el Presidente Ken¬ nedy. Los Padres Franciscanos celebraron un servicio religioso, cantaron un «Requiem» y luego un «Responso» con otras oraciones. Lue¬ go, una breve y rápida visita a la Misión: su iglesia, su museo, sus jardines. Después, al mag¬ nífico edificio del Ayuntamiento, mezcla de cas¬ tillo español y estilo colonial, con unas pintu- ras -muy interesanles. Salida en auto para el aeTopuerto y un vuelo para Monterrey, «El hermoso puerto de Monterrey» como le llamaba el Padre Junípero Serra, y la bella ba¬ hía del río Carmelo. El Mar Pacífico, no tanto como su nombre parece indicar, sino muy al¬ borotado. Carmel es la ciudad hermana de Pe¬ tra. En su Council House, nos recibe el Sr, Al¬ calde con su Concejo en pleno que celebra una sesión histórica, en la cual, los Alcaldes de las dos ciudades hermanas y el de Palma se salu¬ dan y se abrazan afectuosamente y pronuncian sendos discursos La mutua amistad se corrobo¬ ra con finos obsequios. La Srta, Debora, hija del Mayor de Carmel, viste el rico traje regional mallorquín, con que fue obsequiada en las pa¬ sadas fiestas de mayo en Mallorca. La Misión de San Carlos del río Carmelo, la Carmel Mission, como se la llama ahora. Era el objetivo de nuestra visita a California . Ella guarda los restos mortales del Padre Junípero Serra. Nos están aguardando en ella Mr. Harry Downie, el inteligente arquitecto restaurador de las Misiones de California, y el Padre Juan Oronoz, de origen español. Visita detenida a la Misión, dirigida por el Sr. Downie. Nuestra emoción, no sólo personal mía sino de todo el grupo mallorquín, fue muy intensa, muy difícil de explicar, al postrarnos sobre el sepulcro del santo Misionero y besar la losa que cubre los restos mortales de nuestro hermano mayor. Numerosos pensamientos se agolparon en nuestra mente y del fondo del corazón bro¬ taron férvidas oraciones por todas las intencio¬ nes que pudiéramos tener personalmente y por los «encargos» que nos habían hecho, y un «Pa¬ re nostro» en mallorquín, con más fervor que en las otras Misiones por la glorificación del Siervo de Dios. Visita a todo el edificio. Al monumento fu¬ nerario del Padre Serra y Misioneros enterra¬ dos junto a él; Padre Juan Crespí, Padre Fer¬ mín de Lasuén, y Padre Julián López. La cel¬ da, muy humilde, en donde murió; el sitio don¬ de recibió el Santo Viático, con la estera en que se arrodilló al recibirlo; el cáliz que usaba el Siervo de Dios, que besamos con mucha re¬ verencia y emoción; la Custodia que le envió el Sr. Virrey de Nueva España, y tantos otros objetos de la antigua Misión, recuerdos y reli¬ quias de nuestro Santo Misionero. Visita a la antigua biblioteca, comenzada por el Padre Se¬ rra y que antes de la secularización de las Mi¬ siones llegó a contar con más de dos mil volú¬ menes. Allí besamos el «Misal» que usaba el Padre Junípero, precisamente en la página del Domingo de Pentecostés, fecha en la fundación de la Misión de San Carlos. Día 24 era el día cumbre de nuestra estancia en California, el 250 aniversario del nacimien¬ to, en Petra, del Venerable Misionero y Após¬ tol de California. Desgraciadamente no pudo re¬ vestir de solemnidad que quiso dársele desde un principio, debido al luto oficial por la trágica muerte del Presidente Kennedy. A la Misa Mayor asistió muchísima gente, presidida por las Autoridades y distinguidos in¬ vitados. Fuimos recibidos en la Basílica, a los acordes del órgano. En honor nuestro el ser¬ món fue en español; una pieza magnífica y muy sentida, pronunciada por el Padre Juan Oronoz, gran admirador de Junípero y de su obra en California. Después de la misa, en el patio jardín de la Misión, se hizo la entrega de la lápida que traía¬ mos de Mallorca y que recordará la visita de una Comisión mallorquina en este 250 aniver¬ sario del nacimiento del eximio hijo de Petra. El acto resultó muy solemne y de gran cordia¬ lidad. Al mismo se juntó otro mallorquín, el Padre Miguel Pascual, de los Clérigos Regula res Teatinos, con residencia en el Colorado. An¬ te el micro, rezamos el Padre Nuestro en ma¬ llorquín por la misma intención de todos los días anteriores. Rápida visita a Monterrey, el antiguo «Presi¬ dio», o Cuartel de la tropa española, tantas ve¬ ces visitado por el Padre Serra, y, de paso, vi¬ sita a la bahía y al extenso bosque de cedros de California. San ■ Francisco, la bella ciudad cosmopolita del Pacífico, con su inmensa bahía y su puente de En el jardín de San Juan Capis¬ trano, la Comi¬ sión mallorqui¬ na, con el Cónsu I en Los Ange¬ les y las niñas que cantaron en español. 17 fNCOMPARABLE POR SU CALIDAD 18 hierro. Su Alcalde, Mr. Cristopher, muy aten¬ to con todos nosotros, nos recibe en su despacho del Ayuntamiento. Debido al luto nacional, se suprime el acto oficial y solemne que tenía que celebrarse en el Capitolio de la ciudad. Visita a algunos museos, parques y lugares pintores¬ cos. En el Golden Gate Park, pregunto a nues¬ tra guía por la estatua del Padre Junípero Se¬ rra y mientras la Srta. Fusco se orienta para darme la respuesta, me dice alborozada: ¡«Aquí está su amigo»! En efecto, la ingente estatua de bronce, se hace visible a nuestros ojos, en ade¬ mán de adelantarse hacia nosotros y abrazarnos efusivamente. Unas fotografías ante la artísti¬ ca estatua y una mirada al monumento a Cer¬ vantes, que parece que se está burlando de D. Quijote y de Sancho Panza, arrodillados y em¬ pequeñecidos delante de su genial creador. La visita más emocionante es la que hacemos a la antigua Misión Dolores. Nos aguardaba su Pastor, Msgr. Thompson, quien nos dio intere¬ santes detalles de aquella antigua iglesia y su cementerio antiguo. En «Dolores» hicimos la última ofrenda de «Tierra de la Casa del Padre Serra» y del Título de Miembro de Honor de «Amigos de Fray Junípero Serra», cosa que he¬ mos hecho en todas las Misiones que hemos vi¬ sitado. Y no faltó, naturalmente, el «Pare nos- tro» para la glorificación del Padre Junípero Se¬ rra. Interesantísima fue la visita a la «Historical Society of California». Fuimos recibidos cordial y efusivamente por el Dr. Shumate que nos ha¬ bía visitado anteriormente en Petra. De igual modo nos recibieron y agasajaron los señores de la Junta y numerosos Miembros de la Sociedad y distinguidos invitados. Y luego recepción y cena en casa del Cónsul General de España. Co¬ mo despedida oficial, el Sr. Alcalde Cristopher nos invita, en la noche de dia 26, a una cena cordialísima, y al final de ella nos obsequia con un tranvía miniatura. Para las diez de la mañana del miércoles 27, señalaba nuestro itinerario oficial el fin de nues¬ tra visita a California. Invitado por el Padre Moholy, Vice Postulador de la Causa, me quedo unos días más para visitar otras Misiones y re¬ correr más trecho de «El Camino Real». Día primero de diciembre, otra vez en Santa Bárbara, la Reina de las Misiones. Saludo al Padre Provincial, Terence Cronin, quien estu¬ vo en Petra, el pasado junio, el día mismo de la elección del nuevo Papa, Paulo VI. Saludo también al Padre Roberto Pfisterer que en dos ocasiones distintas estuvo en Petra, acompañan¬ do en una de ellas al entonces Provincial Pa¬ dre David Temple. En dicha Misión soy objeto de delicadas aten¬ ciones. Los Coristas cantan unas canciones es¬ pañolas. El Padre Noel y el Padre Geiger, que acababa de llegar, pronuncian unas breves pa¬ labras, y el Padre Provincial me hace el obse¬ quio de un fino recuerdo de «El Camino Real» que nunca podré dignamente agradecer. Miguel Ramis i/iòítadotQò o Aílníòtloò (fQn^taleí deU z.a./Q. (CONGREGACION ESPAÑOLA) La Tercera Orden Regular de Penitencia de S. Francisco, al igual que toda Institución de densa y dilatada ejecutoria, ha tenido que co¬ nocer y superar muchas vicisitudes y desatar no pocas dificultades. Y no fue pequeña ni cor¬ ta la de llegar a reunir bajo un solo mando y dirección única todos los Monasterios o Con¬ ventos de un mismo Reino o Nación, y la de exentarse de la visitación y obediencia de los superiores de la Primera Orden. A fines del siglo XIV, apuntan ya las pri¬ meras Congregaciones de Terciarios Regulares, que en los siglos XV y siguientes hallamos en plena y exuberante granazón. La primera de estas Congregaciones que ob¬ tuvo de la Sede Apostólica poder regirse y go¬ bernarse por Visitador o Ministro General de su propio Instituto fue la de Utrech, en 1401; le sigue Flandes, en 1414; ANDALUCIA-GRANADA, en 1423; Treveris, en 1430; Portugal, en 1439; LEON-CASTILLA (que se une a Andalucía-Granada) en 1442; Italia, 1447; etc. etc. Por lo que respecta a la Congregación Espa¬ ñola, objeto de nuestras investigaciones y estu¬ dio, podemos especificar y nombrar por su nom¬ bre los siguientes Visitadores o Ministros Gene¬ rales que la gobernaron: Fr. Fernando González de Alcázar, 1423 1427. (Sólo de la Provincia de Sevilla) Fr. Lope del Espíritu Santo, 1451. (De LeónCastilla, ya unidas a Andalucía). Fr. Pedro de Palomeque, 1466. Fr. Fernando de Valenzuela, 1496, elegido en Sta. María del Valle (Astorga) Fr. Lope de Bolaños, 1502-1516, id. Fr. ANTONIO DE TABLADA, 1517-1522, elegido en Sta. Catalina (Montefaro); 152215 , elegido en Sta. M.* la Nueva (Santia¬ go) (1). (1) De la elección, o mejor, reelección del P. Tablada, en Santa María la Nueva, de San¬ tiago, poseemos copia del Acta que hallamos en el Archivo de PP. Franciscanos de Santiago. Fr. Jacobo Rebellón, 1552-1558. Fr. Domingo de Oporto, 1558-1568. El año de 1568 fue aciago para la Tercera Orden Regular. Inexactas y especiosas, cuando no aviesas informaciones, y Soberanas presio¬ nes hicieron efecto en el ánimo del celoso y santo Pontífice Pío V, el cual por Breve «Ea est Officii nostri ratio» de 3 de julio de 1568 abrogó y suprimió la dignidad de Visitador o Ministro General de toda la Tercera Orden Re¬ gular, sometiéndola, una vez más, a la obedien¬ cia del General y Provinciales de los frailes me¬ nores. Los Terceros españoles trabaron porfía sobre aquella determinación del Pontífice, por creer¬ la forzada, subrepticia e injusta. Fue osado y valeroso campeón de la causa de los Terceros, el M. R. P. Miguel Gordillo, Pro¬ vincial de Andalucía, cuya denodada actuación le valió persecuciones y cárcel. Todo fue inútil. El Pontífice se estuvo firme en su decisión. En 1586, muerto Pío V, y ocupando la Se¬ de Apostólica Sixto V, los Terciarios Italianos alcanzaron otra vez la autonomía, por reconocer el Papa que bajo la obediencia de los Menores los Terciarios nada habían aprovechado, sino más bien atrasado. Los españoles, menos afortunados, no pudie¬ ron obtener más que librarse de la jurisdicción a los Provinciales minoríticos, formando Pro¬ vincias de Terceros en el seno de la Orden Se¬ ráfica, pero siempre sujetos al Ministro Gene¬ ral de la Observancia Andalucía se constituía en Provincia, en 1606, no consiguiéndolo León y Castilla hasta 1664. La supresión general de Ordenes Religiosas del año 1835 extinguió para siempre en Espa¬ ña la Congregación Española de Terciarios Re¬ gulares. Fr. Francisco Amengual, T. O. R. enceua aiem CREACIONES DE PARÍS ARTICULOS CRHISTIAN DIORi GUANTES Y MEDIAS, BORDADOS DE TODAS GLASES, LENCERIA FINA, REGALOS DISTINGUIDOS ^a·n qÀ^Íco/óA, Zy- 'Z^ ^Zyys ^a¿ma. de- oyí{a/¿o\\t 19 cuestiones lulianas Referencia a la matanza del cerdo El verbo matar apenas si se registra en los textos lulianos. Para Llull matar es auciure (con las variantes alciure, ouciure). No se ha¬ lla ni una sola vez el término matança o ma¬ tances. Parece ser, no obstante, que en tiem¬ pos de Llull se acostumbraba, en las casas par¬ ticulares, «fer matances» y salar la carne del cerdo para comerla durante el año. La referencia la encontramos en Arbre de Scienda (t. II, pág. 433). Pero, para proceder con orden, iremos a buscar el agua un poco más lejos. Y diremos antes que el cerdo tuvo una madre, la truja (cerda): «Fuéronse a estar en las cerezas que habían caído al suelo y se las comían una truja y sus hijos» (Ib., pág. 410). Al cerdo se le tiene de ordinario en un pe¬ queño local, la solí (pocilga), que es prototipo de suciedad: «Vino un porc que era feo y ne¬ gro y apestaba, pues de un gran solí había sa¬ lido» (Arbre de Scienda II, pág. 410). La pa¬ labra solí la emplea Llull con frecuencia para significar gran suciedad moral: «En el solí y en el hedor de lujuria» (Contemplado Ill, pág. 11). «Como porc que se solla y se revuelca (embolca) en los estercoleros y en las balsas y en los soils malolientes y sucios» (Ib., pág. 260). Se cree que al cerdo no le molesta el hedor y la suciedad: «Como el porc que no siente el hedor del estiércol en el cual mete su jeta» (Contemplado I, pág. 195). La castración es operáción conveniente para el engorde del cerdo: «Y el asno dijo al porc que mal veía la amistad y el honramiento de su amo, pues éste le había crestat para que no tuviese hijos y no trabajase con objeto de que estuviese gordo (gras)» (Arbre de Scienda II pág. 433). Oído lo cual, el cerdo quiso escapar¬ se de su amo «que le había hecho gran afrenta y mucho daño porque lo había crestaty) (Ib., pág. 434). Los cereales son un pasto excelente para los cerdos. El molinero, como que lo robaba (es ya antigua la mala fama de los molineros), podía permitirse el lujo de cebar el suyo con trigo: «El molinero alimentaba un porc al que daba del trigo (blat) que robaba a los hombres cuyo era el trigo» (Ib., pág. 433). «Y el amo dába¬ le trigo cuanto quería» (Ib.). También los hi¬ gos son un alimento que desde antiguo viene dándose a los cerdos para su engorde: «No que¬ ría el rey comer higos porque los porcs los co¬ mían» (Ib., pág. 369). Y una vez engordado, el sacrificio: «¿Por qué está la muerte más cerca del porc gras que del magre?» (Arbre de Scienda III, pág. 49). «Y cuando hubiese comido mucho trigo y es¬ tuviese gordo, le daría (el amo) con una maza en la cabeza y mataríalo» (Arbre de Scienda II, pág. 433). Así, de una manera tan expeditiva, se mataba el cerdo. En Doctrina Pueril (pág. 195) leemos que también se sacrificaban de la misma manera los bueyes: «Cuando estés en la carnicería y veas los carniceros que con grandes mazas matan los bous». Pero los borregos se de¬ güellan: «Cuando veas que los carniceros con grandes cuchillos degollaran los moltons...» (Ib.). De la elaboración subsiguiente del cerdo sólo se nos dice que el amo «lo pondría en sal» (Ar¬ bre de Scienda II, pág. 433). No vemos en los escritos lulianos ninguno de los términos que empleamos hoy para designar los productos de nuestras típicas «matances». Nos encontramos, no obstante, con la expresión earn salada (As¬ tronomía, I, 5.“, inédito) que puede ser el to¬ cino, si la palabra tenía entonces el mismo sig¬ nificado que actualmente en catalán: «Merca¬ der de pimienta y de earn salada y de vino». Una vez salado el cerdo, el amo comeríalo «pega a peça» (pieza a pieza), tal como lo ha¬ cemos todavía ahora, pero elaboradas dichas piezas con variada exquisitez y designadas tam¬ bién con variados y sonoros nombres. P. Miguel Colom, T.O.R. SORDOS!! OIR BIEN ES FELICIDAD DISPONEMOS DE 35 MODELOS EN APARATOS AUDITIVOS, CONFIE SU OIDO A UNA CASA ESPECIALIZADA. Pje. Mancu, 38 • Tal. 15034 Palma 20 es ^ rt^eset^^ Cuando yo era pequeño me enseñaron en la escuela que un kilo tenía mil gramos. Pe¬ ro ahora, modernamente, no es así. En vez de subir, que es lo que pasa con todas estas cosas de la tienda, resulta que baja. Al menos eso dice mi mujer, que los kilos de ahora pesan novecientos gramos (en el me¬ jor de los casos). Pero le digo que con estas grandes elecciones de conceja¬ les seguramente se arreglará todo, y se queda tan contenta. • Me han dicho mis niños que tienen miedo a la campaña antimonoplio, digo antipolio. Bueno, para el caso da lo mis¬ mo: un terroncito de azúcar y glú, glú, glú, desaparece. • Se lo tengo dicho a mi mu¬ jer: Cualquier día nos caemos de debilidad. No te fijes en la propaganda. Ni te fíes de los envoltorios modernos, porque tienen que disimular por fuera lo que no alimentan por den¬ tro. Es verdad, mujer, que los anuncios de la televisión son muy graciosos, y por eso se llevan muchos premios inter¬ nacionales. Pero no me hace tanta gracia que no tengan ga¬ rantía de su potencial alimen¬ ticio. 0 de que contenga lo que dice la propagandan, que es lo mismo, eomo hace poco recha¬ zó el Tribunal Supremo. • Esta mañana han venido dos señores para hablar con¬ migo. —¿Que qué actividades po¬ líticas había desarrollado du¬ rante la guerra? Me sorprendí mucho, en se¬ rio. Y les estuve contando lo de la pandilla que rompíamos los cristales de los ricos a pe¬ dradas... Les pregunté que si era para una película. Ellos se miraron extrañados. Después les dije que por entonces tenía yo diez años. Se pusieron muy serios y se marcharon dando un bu¬ fido. ¡Qué visita más rara! • Siempre que pasa igual su¬ cede lo mismo. Lo digo porque ya hace dos meses que estoy esperando «Cuadernos para el diálogo». Me parece a mí que le te¬ nían que haber titulado «Diálo¬ go para besugos». A lo mejor se hubiesen creído que era de risa. Cuestión de disimular. • Otro Plan. Se piensa hacer el de Carreteras. Lo leí en Vida Nueva. Que en cuatro años se harán doscientos kilómetros de autopistas. No es que entienda mucho de estas cosas, pero, ¡ vamos! ¡ Un Plan para cuarenta le¬ guas de camino...! Lo mejor será que cada espa¬ ñol se haga su plan. Y con un poquito cada uno tendremos los Planes resueltos. Pero, cuan¬ do salgo de paseo con mi mu¬ jer (que si nunca salimos, que si me tienes siempre encerra¬ da), me chocan estos letreros: «Mejores no hay». —Mira, que hablar así de nuestras carreteras... —le digo. • Le he leído a mi mujer la respuesta de los periódicos contra Dom. Escarré. La pobre está tan despistada como yo. Porque dicen que ya se ha aca¬ bado la distinción de vencedo¬ res y vencidos, y yo veo que todos les decimos «separatis¬ tas». Dice ella que nadie niega al Abad el derecho de expresar sus ideas políticas como ciuda¬ dano privado. Pero yo sigo viendo que el que asoma un poco la cabeza... ¡estacazo! Le digo a mi mujer que es una imprudente, que lo mejor es no definirse uno. • El otro día me encontré con un amigo que había sido elegi¬ do concejal. —¡ Hola, Cándido! Ya he encontrado sueldo... DON CANDIDO IGNIS Distribuidor exclusivoi El campeón de los FRIOORIFICOS UnA marm-rill» itAlijtnik, «hor» en E!MpAm« Genera/ Ricardo Ortega, 11 - Teléfono 26238 PALMA DE MALLORCA 21 ^^yiodas ^^iteíglas Sto. Domingo, 17 PALMA DE MALLORCA (Viene de pàg. 9) y de guerra subsiste. Y es necesario que haya paz en el lugar donde el Hijo del Hombre mu¬ rió en cruz para mejor abrazar y redemir a los hombres, ¿Dónde está la «visión de paz» que sugiere el nombre de Jerusalén? El problema de internacionalización se ha lle¬ vado varias veces a la ONU, pero cada vez han surgido largas discusiones y nuevos aplazamien¬ tos. No hay manera de contentar a las dos par¬ tes ocupantes. Están en juego intereses antagó¬ nicos y rivalidades de siglos. El problema no podrá ser resuelto por árabes ni por judíos, porque unos y otros quieren hacer de Jerusalén la capital de su respectivo estado. De hecho, los israelíes procedieron, ya en diciembre de 1949. a trasladar la sede de su Gobierno en la Ciudad Santa. Cabría culpar a las Naciones Unidas por su falta de interés y energía en llevar a cabo sus resoluciones, pues, en toda la cuestión de Pa¬ lestina se ha puesto en evidencia su incapaci¬ dad e ineficacia. Pero yo me pregunto: ¿Qué hemos hecho los católicos por esta causa? En Jerusalén y los Santos Lugares también nosotros tenemos unos derechos sagrados e inalienables. No se trata de razones puramente sentimenta¬ les. Desde hace siete siglos los franciscanos —los cruzados de la cuerda, como los llaman en Palestina— montan guardia en Jerusalén de¬ fendiendo, pulgada a pulgada y a costa de san¬ gre, los derechos de la Iglesia Católica. Es ver¬ dad que los últimos Papas, especialmente. Pío XII, reivindicaron estos derechos y clamaron por un régimen internacional que garantizara la preservación de los Santos Lugares. Pero, ¿no es verdad también que la mayoría de los cató¬ licos han demostrado escasa inquietud y preocu pación por la suerte de los Santos Lugares, co¬ mo si les tuviese sin cuidado que Jerusalén esté en manos judías o árabes o que continúe la ac¬ tual división y sigan luchando y matándose en¬ tre sí las gentes en la Ciudad Santa? El viaje de Paulo VI a Palestina puede ser el principio de un mejor entendimiento con los pueblos del Cercano Oriente, como base pre via para unas negociaciones fructuosas sobre la internacionalización de Jerusalén, que es la única forma de salvaguardar los intereses de todos Así se convertiría la Ciudad Santa en lo que siempre debiera haber sido: un centro in¬ ternacional de peregrinación, la ciudad de la plegaria para la unión de todos los hombres. L. Garí-Jaume, T.O.R. 22 página del tepciario LOS DISCRETORIOS DE LAS HERMANDADES DE INCA Y ARTA Con gusto publicamos hoy la relación de los Terciarios y Terciarias que compo¬ nen los Discretorios de las citadas Her¬ mandades. Antes, empero, cuantos mili¬ tan en la T.O.F. recuerden el artículo 120 de las Constituciones: «En la Tercera Orden, el gobierno de la Hermandad como persona moral com¬ pete al Discretorio de la misma, que está formado por el Ministro y los Discretos, y constituye al mismo tiempo el Consejo del Director. Los discretos sean por lo menos cua¬ tro, para desempeñar los oficios necesa¬ rios; pueden ser elegidos más, según el número de terciarios». Hermandad de Inca Discretorio de Hermanos: Ministro, D. Guillermo Rayó Ferragut; Viceministro, D. Antonio Ramis Tortellà; Maestro de novicios, D. Bernardo Caldentey Vidal; Vicemaestro, D. Juan Lladó Espinosa; Secretario, D. Antonio Ramis Rosselló; Vicesecretario, D. Sebastián Alomar Llompart; Vocales, D. Mateo Gauar Pascual, D. Bartolomé Payeras Mu¬ lct, D. Nadal Nicolau Figuerola, D. An¬ tonio Socias Riusech y D. Jaime Reinés Mateu. Discretorio de Hermanas: Ministra, doña Catalina Obrador; Vice¬ ministra, doña Francisca Gilabert; Maes¬ tra de novicias, doña Magdalena Ordinas; Vicemaestra, Srta. Bárbara Corró; Secre¬ taria, Srta. Antonia Garau; Vicesecreta¬ ria, Srta. Antonia Rosselló; Tesorera, doña Jerónima Payeras; Vicetesorera, Srta. María Figuerola; Enfermeras, Srta. María Campins, Srta. Catalina Serra, do¬ ña Margarita Ferrer, Srta. Juana A. Grau; Tesorera de caridad, Srta. María Aguiló; Secretaria de caridad, Srta. Ga¬ briela Adrover. Hermandad de Arta Discretorio de Hermanos: Ministro, D. Jorge Llull Riera;Viceministro, D. Bartolomé Amorós Tous; Maes¬ tro de novicios, D. Lorenzo Terrasa Lliteras; Secretario, D. Juan Sard Pujades; Vicesecretario, D. Pedro Ginard Ferrer; Tesorero, D. Francisco Tous Llinás; Vice¬ tesorero, D. Antonio Ginard Cantó; Vo¬ cales, D. Antonio Amorós Móger, D. Juan Arrom Sancho, D. Antonio Cursac Ferra¬ gut, D. Lpic Femenías Massanet, D. Jor¬ ge Morey Cabrer y D. Juan Terrasa Sancho. Discretorio de Hermanas: Ministra, doña María Morey Moyá; Vícemínistra, doña Juana Ana Esteva Lliteras; Tesorera, doña Josefa Sullá Ramoních; Vicetesorera, doña Francisca Este¬ va Lliteras; Maestra de novicias, doña Angela Ginard Amorós; Vicemaestra, doña María Ferrer Lliteras; Secretaria, doña Catalina Payeras Nadal; Enferme¬ ras, doña Bárbara Servera Sancho y doña Aurora Tous Alemany. Tesoro espiritual del Terciario Absolución general: Días 1 y 6. Indulgencia plenaria: Días 1, 2, 6, 14, 16, 19, 23, 30 y 31. NUESTRDS DIFUNTDS Campos del Puerto.—D. Damián Bennàsser Vanrell, Médico, Vice-Minístro de lo Hertnandcd de Terciarios, falleció d(a 24 de octubre 1963. Nuestro pésame a sus fomiliares, especialmente a su hijo Rdo. D. Guillermo, Ecónomo de Ca's Concos, y a sus hermanos el Rdo. D. Benito, Director de los Terciarios, y Rdo. D. Guillermo. S'Horta (Felanitx).—El Terciario franciscano D. Miguel Binimelis, entregó su alma al Creador día 10 de julio 1963, a los 69 anos de edad Descanse en poz. Inca.—Entregaron su alma a Dios los siguientes Terciarios: D. Jaime Oliver Pujol (10 octubre). Ministro de la Hermandad; Dña. Juana A. Ramis Alzina (12 octubre). Maestra de novicias; Doña Catalina Ferrer Roig (8 octubre); Dña. Rosa Serra Garcia (11 septiembre); Dña. Juana Coll Gual (26 octubre); D . Gabriel Flores Horrach (26 octubre). Sineu.— Día 25 de octubre era llamada por Dios a la otra vida la Terciaria franciscana Dña. Mag¬ dalena Amengual Vallès. PARA NUESTRAS MISIONES: S'Horta.—La familia del difunto D Miguel Binimelis entrega una limosna de 10 ptas. para el bautizo de un Juan Miguel. Manacor.—Del Colegio de Hermanas Franciscanas recibimos 75 ptas. para un bautizo de un Do¬ mingo y de una Juana. Madrid.—Dolores Medina Agudo, envía 25 ptas. para el bautizo, en Brasil, de un Diego Jesús. 23 BANCA MARCH, S. A. Capital: 225.000.000 de pesetas totalmente desembolsado Reservas: 358.000.000 de pesetas Domicilio Social: PALMA DE MALLORCA SAN MIGUEL, 17 - TELÉF. 24805 (5 líneas) Agencias Urbanas: PUERTA SAN ANTONIO y PLAZA PIO XI! Sucursales: FELANITX, INCA, LLUCHMAYOR, MANACOR, LA PUEBLA Y TARRASA (BARCELONA) Realiza toda clase de Operaciones de BANCA - BOLSA - CAMBIO CÁMARA ACORAZADA CON COMPARTIMIENTOS DE ALQUILER Aprobado por el Banco de España con el n.* 5.042 24 GRANDES ALMACENES Pañería - Lencerío-Tapiceria- Modistería - Sas¬ trería - Pañería - Camisería - Géneros de putrto Novedades -Bordados - Perfumería Artículos de Viaje r. Cut, 5 aM2 y General Goded, 6 y 8. 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Le he cura¬ do completamente de su tartamudez, ¿no es así? — Es admirable, doctor -responde el cliente-, le quedaré reconocido toda mi vi¬ da. -Muchas gracias Sólo una cosa debo re¬ comendarle. Evite las sorpresas, las emocio¬ nes... De lo contrario, me sería imposible volverle a poner tratamiento. — Pondré el mayor cuidado, doctor. Mu¬ chísimas gracias... ¿Cuánto le debo? — Tres mil pesetas, pero la curación está garantizada. — Cu. . cu... cu... an... to... to... to... ha .. ha... ha... di... di .. di .. chchchchchchooo... u... u... u . sté? Oiga, ¡nada de autorretratos! Chiste escocés El cartero - Buenos días señor Francis, le deseo muy feliz año y sobre todo buena sa¬ lud. Tengo una carta de su hijo, expedida en Africa. Mr. Francis. — Muchas gracias, y lo mismo le deseo. El cartero.-Aquí la tiene, pero viene sin franqueo. Mr. Francis.-Sí, es de mi hijo. Me escri¬ be para desearme un feliz año, sin duda; es¬ to me basta. No ha muerto, ya que me es¬ cribe Puede quedarse Vd. con la carta. Histórico Paquito y Pepito juegan a canicas en la plaza. El reloj de la iglesia maraa la l'SO. En ese momento, Paquito dice: -Adiós, Pepito, voy al cine. -Pero, ¡si no empieza hasta las tres! Tie¬ nes tiempo de sombra — ¿Que te crees tú eso? Por lo menos ten¬ go que llorar hora y media para que mi ma¬ má me dé el dinero para ir al cine. 27 ESPECIALIDAD EN ARTICULOS DE ANTE Y PIEL para señora y caballero Esmerado servicio en trajes o medida Entrega en 24 horas San Felipe Neri, 28-30 - Tel. 22440 PALMA DE Teléfono particular 22584 MALLORCA ■ii CASA FRAU MUEBLES CARPINTERIA PERSIAMAS EMROIiTABLES -S—Esclaramunda. <? ni 17 TftI-t V 17619 PALMA DE MALLORCA • TALLER DE TAPICERÍA trícente -f!atnandQ'^ Especialidad en cortinajes, sillones gran confort, salones y muebles de encargo ,, Arquitecto Revnés, 3 - Teléfono 11451 • • PALMA DE MALLORCA CASA CABOT Electricidad - Saneamiento - Calefacción RADIO—DISCOS-AMPLIFICACIÓN Plaza Reina, 9 - Tels. 21418 - 13483 PALMA DE MALLORCA • MUEBLES ROMAR EXPOSICIÓN: Conquistador, 24-Tel. 503 TALLER Y ALMACÉN CON EXPOSICIÓN: Paz, 97,101 y 103-Tel 468 MANACOR (Mallorca) RECUPERE SU EQUILIBRIO .i Eliminará sus dolores o molestias proporcionándole bienestar y optimismo *\_ —— — .% • • FOTO-CINE ! 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