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El Heraldo de Cristo 1962, n. 626

1962mayo-HDCERRIASELTOO
EL

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lo oltura de lo

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r
EL HERALDO
D E CRISTO
..j
REVÍSTA MENSUAL DE LOS r. P. FRANCISCANOS DE LA T. O. R.

MAYO 1962
Año un - Núm. 626
•
REDACCIÓN Y ADMÓN: CONVENTO DE SAN FRANCISCO
TELÉFONO 12695
PALMA DE MALLORCA
•
DIRECTOR:
P. L. GAR(-JAUME, t. o. R.
VICE-DIRECTOR: P. JAIME TUGORES, T. O. R.
ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA: P. F. BATLE, T. O. R. Y GORO
IMPRESIÓN: ARTES GRÁFICAS GIMÉNEZ
•
PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN:
ORDINARIA. ... 40 PTAS. BIENHECHOR ... 75 PTAS. PROTECTOR ... 100 PTAS.
•
DEPÓSITO LEGAL P. M. 340-1958

NUESTRA PORTADA

Estatua de la Virgen ^Regina

Racis', obra de Kurt Zimmerman. Se

conserva en la iglesia de la Exposición

Universal de Bruselas.

cyQea e n

i este numero:

Editorial: Como una nueva mañana de

Pascua

8.972 proposiciones para el Concilio . 4

Promoción de la mujer .

Una nueva vocación?

....

‘Regalan un año de vida» ... 9

Atención al «monstruo de un solo

ojo»

! . 10

«Sor Sonrisa* la estrella de la can¬

ción que jamás aparecerá ante los

públicos

Nuevo cántico de las criaturas .

. 12

Luz roja. La hora de la familia . . 14

Homenaje de una madre a la Reina de

las madres

Religiosas Francisc.jnas al Perú . . 18

Fiesta de la poesía .

. 19

Excursión a Andraitx

....

Cuestiones lulianas

Cristo en el banquillo de Fidel . . 21

Punto y seguido

Preguntas y respuestas .... 24

Nuestros Difuntos

Nosotras

De la Porcíúncula

Página de humor . . . . .29

——
DIRECTOR-PROPIETARIO:
NELSON B. CRAMER

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PALMA DE MALLORCA

EDITORIAL
como una nueva
mañana de pascua
n el Mensaje Pascual de este, año Su Santidad Juan XXIII dirigió un cálido lamamiento para un tgran despertar* de la cristiandad, a fin de ofrecer al
mundo *una nueva mañana de Pascua*, con motivo del Concilio Ecuménico.
fEste año miráis al Papa con una expresión especialmente go¬ zosa — dijo—. Deseáis acompañarle hasta el umbral del Concilio Ecuménico que promete ser —como la Pascua— un gran despertar^ un fuerte incen¬ tivo para caminar con más confianza por los caminos de Dios».
Declaró Su Santidad que así como los Apóstoles experimentaron un despertar después de la Resurrección y Pentecostés, así hoy una nueva pulsación de vida cristiana bajo la ardiente inspiración del Espíritu Santo está a punto de empujar las almas a nuevas conquistas y a un compromiso generoso en el servicio del Señor.
*El Comienzo del Concilio será como una nueva mañana de Pas¬
cua, iluminada por las dulces palabras del Señor: La paz sea con vosotros». En vísperas del gran acontecimiento de este año que constituirá el
Concilio, estas palabras de Juan XXIII son un mensaje de gozo y esperanza para el mundo torturado de hoy. Son eco del inmenso pregón de la Resurrec¬ ción de Cristo, anunciando una nueva era de la humanidad. Hay hechos que se presentan como privilegiados testimonios de su tiempo. El Concilio es esa flor de insperada primavera en la que se abrirá nuestra época.
Nunca como ahora el mundo miró a Roma con tanta ansia de
unidad. Ninguna generación sintió tan dolorosamente como la nuestra el escándalo de la división de la Iglesia. Mostrar una Iglesia pura, unida, es el deseo del Papa. Y en esta tarea están comprometidos todos los cristianos.
En el pensamiento de Juan XXIII la renovación de la Iglesia está ligada a la unión de los cristianos separados. Para una y otra cosa es pre¬ ciso, ante todo, orar. El Papa ora y manda orar. Sin oración todo intento de unión o de reforma terminaría en agua de borrajas.
* Deseamos —dijo el Santo Padre— que nuestra invocación celes¬ tial alcance a todos aquellos que, aunque reunidos todavía en otras formas, están ennoblecidos por el glorioso signo de la Cruz de Cristo...; que alcance a todos los hombres sin excepción, ya que todos los hombres son a imagen y semejanza de Dios, su Creador, y todos son redimidos por Cristo*.

$ .9 7 2 proposiciones para el
Concilio Ecuménico

el— n silencio, las comisiones y secre¬ tariados preparatorios del Concilio
Vaticano II han desarrollado una labor
ingente durante los últimos meses. El propio Papa Juan XXIII impulsa y diri¬ ge personalmente los trabajos.
Nada menos que 2.050 prelados de to¬ do el mundo han enviado sugerencias y proposiciones para la magna Asamblea
de la cristiandad. Son Padres del Conci¬
lio los Obispos y los Superiores Genera¬ les de Ordenes religiosas. Toda la docu¬
mentación llegada a Roma se ha resunii-
do en 8.972 proposiciones, ordenadas en un cuerpo único para su ulterior estudio.
La importancia y universalidad del Concilio de nuestros tiempos queda re¬ saltada, si se compara con los límites de
otros Concilios Ecuménicos de la Histo¬
ria. Al Concilio de Nicea (325) asistieron sólo 318 Padres procedentes del Norte de Africa, Egipto, Asia, Arabia, Armenia y Siria. Tan sólo seis eran europeos. Al Concilio de Trento (1542) asistieron Pa¬ dres exclusivamente originarios de Italia, Francia, España y Portugal. En fin, el

Concilio Vaticano (1870) congregó a 700 Padres, que representaban a todos los continentes, pero casi en su totalidad ha¬ bían nacido en Europa.
Esta vez la universalidad de la Iglesia
quedará maravillosamente refiejada en la diversidad de países y colores de los Pa¬
dres reunidos en Concilio. Baste conside¬
rar que los documentos procedentes de los continentes típicamente misionales (Africa, Asia y Oceania) alcanzan la ci¬ fra de 521, algo más del 25 por ciento de la aportación global.
Es también muy considerable la apor¬ tación de las ochenta y seis Universida¬ des y Facultades Católicas.
Monseñor Felici, secretario de la Comi¬ sión Central del Concilio, ha presentado ya al Papa el último de los quince grue¬
sos tomos donde se reúne toda la docu¬
mentación presentada. En conjunto, la recopilación consta de 9.520 páginas.
Todo se va poniendo a punto para la gran hora de la Iglesia que va a ser el
Concilio Vaticano II.

NOVEDAD EDITORIAL
EL CONCILIO Y LA UNIÓN DE LOS CRISTIANOS
Autor. Hans Küng
Versión de Daniel Ruiz Bueno
12,4x20,2 cm. 208 páginas Rústica, 85 pesetas Editorial Herder, Barcelona, 1962
La presente obra de Küng. profesor de Teología Fundamental en la Universidad de Tubinga, es una de las aportaciones mejores realizadas hasta el presente en orden a la creación de un ambiente propicio y franco ante el próximo Concilio Ecuménico. Küng ha sabido hacerse eco del rumor de esperanza que hoy sacude a tantos católicos, que ven en el Concilio que se prepara no un mero freno de errores, sino un impulso positivo hacia adc' lante, para seguir encarnando nuestra Iglesia en la historia que hoy avanza revuelta y rápida.
Títulos de algunos capítulos; — Necesidad de renovación constante en la Iglesia. — El Concilio y la unión. — ¿Desengaño o cumplimiento?. — Síntesis de los veinte
Concilios Ecuménicos
4

promoción de la
mujer

IÍ^P87Í

/ oco a poco la mujer va ocupando puestos de importancia en la vida
social. Una mujer es médico del Presi¬ dente Kennedy; otra es Procurador en Cortes; una tercera es Director de Or¬ questa Sinfónica. Porque aquello de que la mujer sea inferior al hombre en inte¬ ligencia es bien difícil de defender en los momentos actuales. Es posible que haya algunos que sigan creyéndolo, pero no les resulta nada cómodo probarlo con ar¬ gumentos convincentes. Y, en cambio, re¬ sulta francamente fácil probar con sóli¬ das pruebas las indiscutibles cualidades del sexo femenino. Alegra a todos los faltos de prejuicios ver que se está ha¬ ciendo justicia con las cualidades de la mujer. La Iglesia nada tiene que oponer a una equilibrada promoción de la mu¬ jer, porque merece una completa aproba¬ ción todo cuanto eleva al bello sexo a
una mayor espiritualidad y hace apreciar más su personalidad.
UN HECHO INDISCUTIBLE
Existen numerosas mujeres de excep¬ cionales dotes de inteligencia, de indis¬ cutibles posibilidades de gobierno, de estupendas cualidades artísticas. El sexo femenino no está formado únicamente

por esa serie de frívolas princesas y es¬ trellas del gran mundo, que llenan cada día el anecdotario estúpido y a menudo escabroso de las grandes revistas. Ade¬ más de las intimidades azarosas de las
artistas más famosas y de los escándalos de las comparsas de la «dolce vita», exis¬ ten mujeres cuyo más preciado blasón es la honradez y el trabajo.
Hace pocos años pasó por España, cau¬ sando enorme sensación en todas partes, Sakúntala Devi, una joven india que re¬ suelve los más difíciles problemas ma¬ temáticos por intuición. En Italia de¬ mostró el error de una máquina calcu¬ ladora y en Nueva York resolvió intrin¬ cados problemas antes que una máquina electrónica. De pequeña, a los 6 años, resolvió a uno de sus tíos, estudiante de
ingeniería, un complicado problema de raíz cuadrada, en cuya resolución lleva¬ ba aquél mucho tiempo empleado sin lograrlo. Además de saber bastantes len¬ guas, pinta, toca la flauta y ha escrito un
libro sobre temas sociales. Otra gran
mujer de los tiempos modernos es la embajadora de EE. UU. en el Vaticano, Clara B. Luce, que en repetidas ocasio¬ nes ha dado muestra de su singular va¬ lía política. Una mujer es primer Minis-

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PALMA DE MALLORCA
tro en Ceilán. Podríamos continuar una
larga lista de representantes del sexo dé¬ bil —apelación inadecuada— que ocupan cargos de importancia en el mundo ac¬
tual.
Una mujer, preparada para el traba¬ jo, se desenvuelve cómodamente en cualquier ambiente y en cualquier ta¬ rea. Aún en el hogar, la esposa ha ido saliendo de bajo la tutela de su marido, quien la consideró excesivamente como «hija mayor». Se le va reconociendo, gra¬ cias a Dios, el derecho de administrar sus propios bienes, etc.
DESORBITACION INJUSTA
La periodista Howard, que visitó la URSS en 1959, dice que el 45 por cien¬ to de la mano de obra de aquel país está representado por mujeres. Ellas mane¬ jan camiones pesados y grúas, extraen carbón, funden acero, mezclan cemento, escoplan asfalto y cemento armado, co¬ locan raíles y perforan pozos... Son muy pocas las que pueden disponer de un departamente particular. Las artistas y de¬ portistas reciben grandes agasajos de los periódicos; pero las trabajadoras tienen que conformarse en vivir en departa¬ mentos comunes. Esto es ya una desorbitación injusta del trabajo de la mujer. No hay que olvidar que antes que nada

es esposa y madre, labores primordiales a las que debe dedicar su tiempo.
Por otra parte es digna de lamentar la conducta de aquellas jóvenes a quie¬ nes sobran horas y horas, que sólo in¬ vierten en el continuo trajín de cam¬ biarse de vestido, en aburrirse a chorros y en buscar medios de matar el tiempo. Aquellas a quienes ha sonreído la fortu¬ na deberían intentar poner sus cualida¬ des al servicio de los demás. Es cues¬ tión de voluntad conseguir hacer relucir las cualidades que adornan a las muje¬
res.
¿QUE HACEN LAS MUJERES?
El desempeño de las tareas domésti¬ cas normales y tradicionales se ha visto facilitado por la producción en masa de aparatos electro-domésticos, de vestidos
confeccionados y alimentos ya prepara¬
dos; cosa que mueve a muchas mujeres a trabajar fuera del hogar. Aunque la causa primordial no está en tener tiem¬ po de sobra, sino que la gran mayoría buscan un jornal para poder aumentar los ingresos y poder sacar la familia adelante. Una encuesta, realizada en Ita¬ lia, nos da unos datos muy significativos a este respecto. Un 67 por ciento de las mujeres trabajan por extrema necesidad; un 13 por ciento por enriquecimiento de la personalidad; un 11 por ciento por prestigio social; y sólo un 3 por ciento por seguir la vocación profesional.
Sus trabajos preferidos consisten en servicios domésticos, artesanía, agricul¬ tura y ganadería; administración y ofici¬ nas; profesiones técnicas, servicios de protección y otros. En Italia hay un 22 por ciento de la población femenina que trabaja fuera del hogar; en Francia se llega a un 29 por ciento, y en Alemania sobrepasa el 31 por ciento. La tendencia actual se muestra progresiva a este res¬ pecto. En EE.UU. el número de traba¬ jadoras asciende anualmente a más de medio millón. Sobre todo aumenta el nú¬
mero en servicios técnicos, que exigen de la mujer una especial preparación in¬
telectual.
ELLAS EN ESPAÑA
En España hay actualmente más de 1.800.000 mujeres económicamente acti¬ vas. Teniendo en cuenta que la población total femenina española es de unos 15 millones, el número de las mujeres que trabajan significa el 12 por ciento del to¬ tal. Naturalmente que esta cifra es baja si se compara con otras naciones euro¬ peas. Es debido esto a que las mujeres casadas, y principalmente las que tienen hijos, están dedicadas al hogar, mientras que en el extranjero son numerosísimas

las mujeres casadas que permanecen en ei empleo y en la profesión. Hay que te¬ ner en cuenta, además, que casi dos mi¬ llones están estudiando.
A todos les parece muy natural que una mujer se agote sobre la aguja o en la cocina, o fregando o planchando..., en
cambio no encuentran tan natural que
una mujer sea periodista, médico, aboga¬ do. Y yo creo que la mujer española está bien capacitada para triunfar en todas es¬ tas delicadas profesiones. En el «Bole¬ tín Oficial de las Cortes», del 1 de enero
de 1962, entró en vigor una Ley que igualaba los derechos políticos, laborales y profesionales del hombre y la mujer,
salvo el acceso a los servicios armados y
la administración de justicia. Algún día caerá también esta excepción. El enri¬ quecimiento intelectual y cultural de la mujer española contribuirá eficacísimamente a la prosperidad siempre crecien¬
te de nuestra nación.

Yo creo que si una mujer es culta, in¬ dependiente, buena y libre, se acrecienta
en ella enormemente el encanto de ser
joven, bonita y atractiva. Además el por¬ venir incierto debe preocuparlas seria¬ mente. Escribe una célebre artista, bue¬ na esposa y mejor madre; «La ex-emperatriz que se asocia a un negocio de co¬ ches, la duquesa que pinta, o la herede¬ ra multimilionària que se emplea en una casa de modas, no lo hace por extrava¬ gancia, sino por el futuro que presiente catastrófico, un futuro espiritual que pue¬ de ser esperanzador». La mujer de hoy debe saber mandar, educar al niño, dia¬ logar sobre problemas morales, discutir cuestiones sociales. Su papel es impor¬ tantísimo en la vida moderna; debe evi¬ tar, sin embargo, a través de una preocu¬ pación excesiva en la vida profesional, desfeminarse en demasía. Sería una lás¬
tima.
Fr. Gregorio Mateu, T.O.R.

Avui he vist els pins florits vora la mar enyorosa i blava;
els pins cantaven, estremits, la cançó verda dels delits; la mar escoltava.
Avui he vist els pins florits vora la mar silenciosa; els pins estaven esllanguits
de passió amorosa.
Avui he vist els pins florit<; de grogues flors de gelosia,
he vist els pins esgrogueïts; la mar es dormia
Avui he vist els pins florits;
un vent terral els engrescava;
de sol i forta essència ungits,
tiraven besos amb els dits
cap a la mar que somniava.
Avui he vist els pins florits; es despertava la mar a estones; i els pins volien, enardits, anar a palpar, entre els esquits,
la randa de les ones.
Avui he vist els pins florits, la blava mar, la blanca arena; i ara ja tenc ben apeixits
d'aroma i llum els cinc sentits i l'ànima serena.
P. Miquel Colom, T. O. R.
7

Una nueva vocación?

La «maternidad social» no es un
desperdicio de la vida, sino una generosa elección.
(Extracto de un artículo de Fulton J. Sheen)

urante demasiado tiempo la mujer no casada, la misionera laica, ha sido considerada, frente a los otros tipos de maternidad, algo así como una defor¬ mación, un desperdicio. ¿No había, según San Juan, tres muje¬ res al pie de la cruz, que se llamaban las tres Marías? ¿No tenía cada una una misión específica en el plan de la Reden¬ ción? ¿No era María Magdalena también madre como la Virgen y María Cleofás? Jesús dijo que aquel que cumple la vo¬
luntad de su Padre es su «Madre». Por
otra parte, ¿cuál es la esencia de la ma¬ ternidad? Es el don de sí mismo. Consi¬
guientemente se convierte en madre so¬ cial en el instante en que se da a sí mis¬ ma a la sociedad, como cuando se ofrece
a sí misma a las misiones se convierte
en misionera laica.
María Magdalena estaba al pie de la
cruz en nombre de la maternidad social
y como misionera laica. Ella se había puesta al servicio de la jerarquía.
Jesús sabía que necesitaban compasión los enfermos, los que sufren, los abando¬ nados, y por eso dio a María una espe¬ cial vocación para estos deberes. Ella es¬ taba al pie de la cruz para ayudar a en¬ volver el cuerpo del Maestro. Ella esta¬ ba, sola, con los aromas aquella mañana de Pascua. Ella poseía dotes especiales de fortaleza necesarias para engendrar a la sociedad. Por eso el Señor «apareció en primer lugar a María Magdalena» (Me. 16, 9). Precisamente, cuando Jesús deseaba derrochar esperanza y miseri¬ cordia para los pecadores, cogió una ma¬

dre social para proclamar la Resurrec¬
ción .
Quiera Dios que toda mujer se dé cuenta que tiene una función importan¬
te en la sociedad. Las madres espiritua¬
les no pueden abandonar sus celdas, la
maternidad física exige una concentra¬ ción de energías en el centro familiar. Y existen, sin embargo, otras muchas ne¬ cesidades, como la enseñanza en las es¬ cuelas parroquiales, las empleadas en las instituciones católicas de caridad, en las obras misionales, etc., etc. ¿Quién llevará a Cristo hacia esas nuevas dimen¬
siones de la sociedad? Tiene que existir una vocación especial para mujeres que, como Maria Magdalena, ayuden a la Je¬ rarquía, conservándose al pie de la Cruz, y llevando los aromas de la esperanza a quien se encuentre en la muerte del pe¬ cado y empujen a la acción cuando se esparce la alegria pascual.
Pío XII el 21 de octubre de 1945 ha¬
bló de una «misteriosa vocación». Hoy
podemos afirmar que se ha revelado. Se
trata de una misión multiforme que exi¬ ge el derroche de todas sus energías, que pueden cumplir más fácilmente que sus hermanas ocupadas en cuidar una fa¬ milia o restringidas por una regla reli¬
giosa.
Una madre social o una misionera lai¬
ca obedece a la voluntad de Dios ya que,
como dice la Sagrada Escritura de María «el Maestro está aquí y te llama» (Jo. 11, 28). La maternidad social no es un des¬
perdicio de la vida, sino una generosa
eleción.

Una segunda característica de esta ma¬ ternidad es que estas madres están dota¬ das de unas excepcionales energías. No siendo casadas, todas aquellas faculta¬ des que se consumirían en la maternidad física viençn orientadas hacia otro fin.
Una tercera característica consiste en
el hecho que se asemeja al sacerdote. Atienden a todas las familias, las aman a todas convirtiéndose en «madres» en el mismo sentido en que el sacerdote es «padre» .De ese tipo de mujer San Pablo
ha hablado como de los sacerdotes:
«También la mujer no casada y la virgen sólo tienen que preocuparse de las cosas del Señor, de ser santa en cuerpo y en espíritu»... De ellas podemos cantar con Isaías (54, 1): «Regocíjate estéril, la sin hijos, entona un canto de alegría, tú que no conoces los dolores del parto, porque tu descendencia poseerá las naciones y poblará las ciudades desiertas».
Las madres sociales, como María Mag¬ dalena, cuidan todo este dolor de muerte para convertirlo en perfume de santidad.
Necesitamos dedicar una corona hacia
aquellas que resuelven los nuevos proble¬ mas misionales. Quiera Dios que se mul¬ tipliquen y las saludaremos, no como una mujer moderna, sino como una ma¬ dre social, que está junto a la Cruz en el Viernes Santo del mundo y llega la primera al Sepulcro en su Pascua glorio¬
sa .
M

«Regalan
un año de vida»
Hace pocos años, un profesor de religión de la capital del carbón y del acero, Essen (Alemania), invitaba a sus alumnas a sustituir, un domingo al menos, a las enfermeras de la ciudad. Muchas respondieron y la experiencia llamó muy pronto la atención por la no¬ vedad y por los halagüeños resultados. El Episcopado alemán decidió hacer suya la iniciativa e instituyó en todas las diócesis un centro de formación para las € enfermeras voluntarias por un año». Bajo la consigna*un año para el prójimo», son invitadas las jóvenes, de edad superior a los 18 años, a *regalar» doce meses de su juventud para esa no¬
bilísima labor al servicio de los otros.
Las 250 muchachas, actualmente
en servicio, se sienten muy contentas de poder ayudar a los enfermos en los hos¬ pitales y cuidar de los niños en los jar¬ dines de infancia. Ejercen su abnegada labor alegre y gratuitamente:sóloreciben comida y alojamiento en el lugar donde trabajan y un poco td'argent de poche» para sus necesidades diarias.
Este año al servicio del prójimo
constituye para ellas, según confesión propia, un gran robustecimiento de su vida espiritual, pues el conocer las pe¬ nas y las ansias de los otros da fuerzas para superar las dificultades de la pro¬ pia vida, estimula al bien, enciende el corazón para nuevas conquistas en fa¬
vor de los necesitados.
Estas jóvenes * enfermeras volun¬ tarias» están dando un ejemplo aleccio¬ nador a la juventud descaminada de nuestros días. Ellas están seguras de poner sus pasos en los pasos de Jesús.
9

ATENCION AL «MONSTRUO DE UN SOLO OJO»
Por L. Gari-Jaume, T. O. R.

o, no me refiero al cíclope de la le^ yenda griega al que Ulises acabó por emborrachar y cegar. El «monstruo de un solo ojo» es un huésped preferido en muchos de nuestros hogares. Miles de
antenas, disparadas contra el azul de nuestro cielo, denuncian su presencia. Con solo el giro de un botón, ahí está. Hablo de la televisión, ese ojo magnéti¬
co que encandila las miradas de peque¬ ños y grandes.
No voy a desflorar la margarita del sí y no o medir el pro y contra de la peque¬ ña pantalla que tan pacífica y consenti¬
damente se ha instalado en cualquier
rincón de la casa. Yo no la considero una
intrusa, ni mucho menos: ha traspasado el umbral sin tomar agua bendita y has¬ ta se la ha recibido con fiesta. ¡Si es una
primorosa criatura salida de la mano del Dios que creó la luz! Seguramente, Fran¬ cisco de Asís, el hombre que amó a Dios en cada rayo de luz, hubiera cantado: Loado seas, mi Señor, por nuestra her¬ mana la «tele», que nos recrea y adoc¬ trina con tantos juegos de luces...
No creo necesario hacer el recuento de
las excepcionales cualidades de esa hermanita menor de la pantalla grande. La televisión, rectamente dirigida, quizá sea

el más poderoso medio de formación e información que se haya ideado jamás. Se ha comprobado que el sentido de la vista contribuye en un 90 % a la educa¬ ción, mientras que los otros cuatro sen¬ tidos combinados no contribuyen más que en un 10 %.
Este predominio de la vista puede, no obstante, resultar nocivo a la formación integral del hombre. Efectivamente, se achaca a nuestra época la de ser una «ci¬ vilización de la imagen». Sólo se acepta lo que se ve e impresiona nuestra retina. No hay duda que la televisión, ese cho¬ rro continuo de imágenes, viene a ali¬ mentar esta desorbitada apetencia de nuestros días. Mi llamada de atención
se dirige en este sentido. Vivimos en el reino de la publicidad,
de la propaganda, de la luz fluorescente. Lo que nos atrae no es el texto, sino la imagen que lo acompaña. La palabra nos invita a pensar y hoy no se tiene tiempo para ello. En cambio, basta abrir los ojos para captar el mensaje de la imagen. El compás del mundo se mueve hoy a un ritmo de vértigo y de celuloide. Se admi¬ ra más a las «vedettes» que a los guio¬ nistas de las películas, la imagen más que la idea. Los «blousons noirs» son el

producto espontáneo de una generación que no va más allá de lo que hiere nues¬ tros ojos. De ahí el vacío, la banalidad
de la vida moderna. La misión de la ima¬
gen es ilustrar, servir al pensamiento.
Para muchos la TV no es más que un
espectáculo, un desfile de imágenes, una divertida manera de pasar o «matar» el tiempo, como decimos los españoles. ¿No será mejor decir que el tiempo nos mata sin darnos cuenta? Porque el «monstruo de un solo ojo», además de divertir con seductores guiños, sabe también devorar. La televisión, si no se sabe aprovechar bien, se convierte en espada de dos filos: halaga el cuerpo a la vez que adormece el espíritu, fomentando una exasperante pereza mental. Por algo será que los in¬
telectuales se resisten a la televisión. De
mi parte confieso que, después de una larga sesión en la que me dejé llevar por la luz fascinadora, siempre me he levan¬ tado con la amarga sensación de haber perdido el tiempo. Se impone, por tanto, una prudente dosificación para no ser do¬ minados por la imagen televisada. Nunca
el televidente debe colocarse ante el te¬
levisor como un mero receptor pasivo.
A nuestra hermana la «tele» se la acu¬
sa de destruir la intimidad de la vida fa¬
miliar, de aumentar la delincuencia juve¬ nil y la tensión nerviosa, de ser foco de enfermedades físicas sobre todo de la
vista, etc. En todo esto hay parte de ver¬ dad, pero no toda la culpa es de la tele¬ visión. Muchos padres se quejan de un menor rendimiento de sus hijos en los estudios, pero tal vez ellos serán los pri¬ meros en abrir el conmutador para te¬ nerlos quietecitos, pegados a la pantalla, para que no estorben. Una encuesta rea¬
lizada en EE.UU. ha hecho conocer que los americanos pasan por término medio cinco horas delante del televisor. Es de¬
masiado. Sé de una familia norteamerica¬
na que ha escogido el sol y aire de Ma¬ llorca, para librar a sus hijos de la obse¬ sión del recuadro iluminado. El juego al
aire libre cuenta mucho en el desarrollo físico-moral del niño. Es un grave deber
de los padres la selección juiciosa de los programas. ¿No es, ciertamente, un cri¬
men esa morbosa reincidencia de la tele¬
visión en escenas de muertes y crímenes violentos? ¿No hay otra manera de des¬ ahogar los instintos animales y agresivos de la adolescencia?
Atención, pues, al «monstruo de un so¬ lo ojo». Habrá que domesticarlo para no
ser sus víctimas. Bienvenida sea la tele¬
visión en casa, con tal de que se porte como un huésped educado y educador.

”SIIR SOIISA", la estrella de la eaaciÉ
que jamás aparecerá ante los públicos
Ella canta con una guitarra, pero no se conoce el color de sus cabellos: están ocultos
bajo sus tocas de religiosa. La nueva bomba de la canción pertenece al mismo estilo que el
Padre Duval.
“Sor Sonrisa", en el convento Sor Ga¬ briela, tiene 21 años. Hace tres que está en el convento de las Dominicas de Fichermont, a 20 kilómetros de Bruselas. Llegó allí con su fe y su guitarra. La Madre Superiora consideró que una y otra no eran incompatibles.
Las canciones de Sor Gabriela ("Domi¬ nique", "Aleluya", "Entre las estrellas" y unas 30 más) son tan pegadizas que han tras¬ pasado las paredes del convento y han llegado hasta el Congo, ya que Eichermont es el lugar donde se forman las misioneras belgas y su
centro de operaciones.
Así las composiciones pudieron ser escu¬ chadas por un hábil director de cierta firma
de discos.
Sor Gabriela se ha convertido, comercial¬ mente, en "Sor Sonrisa". Su primer disco acaba de ser radiado por las antenas de Radio Luxemburgo.
Los especialistas creen que igualará los
récords de venta del Padre Duval. Pero " Son Sonrisa" no aparecerá jamás en un escenario
y su carrera durará sólo algunos años. — Porque ante todo —dice — , soy misio¬
nera.
11

Primavera.
Florecitas, pajaritos... luz, mucha luz...
Fray Francisco pasea sonriendo. Carraspea ün poco y unos novios se ponen colorados al verse descubiertos en su primer beso.
Silencio.
Fray Francisco se sienta junto a un árbol. A su alrededor, luz, mucha luz... Con naturalidad; con esa naturalidad propia de los hombres sencillos y amigos de Dios, comienza a escribir...
Loado seas, mi Señor, por la hermana Primavera. Al menos aún queda algo capaz de alegrarnos periódicamente.
Loado seas, mi Señor, por esos dos novios que acaban de darse el primer beso. ¡Ojalá sea el último antes de su matrimonio!
Loado seas, mi Señor, por los pajarillos, y por los árboles, y por el aguo, y por la tierra, y por el viento, y por el fuego...
Fray Francisco deja de escribir. Primavera, besos, pajarillos, árboles, agua, tierra, viento, fuego... ¡Qué fácil es hacer poesía con todo esto...!
Y comenzó a pensar en los moribundos, en los presos, en los hambrientos, en los que no saben reir, en los que no...
Loado seas, mi Señor, por esa paralítica que siempre sonríe y responde "¿Por qué?" cuando oye que dicen: "¡Pobrecita, con lo joven que es...!"
Loado seas, mi Señor, por mi hermano el comunista, que abofetea mi alma cobarde cuando hace, sin fe en Ti, lo que sólo a mí debiera corresponder.
Loado seas, mi Señor, por ese "Biscuter" que acaba de pasar. También él, como la hermana agua, es muy útil y humilde...
Loado seas, mi Señor, por el albañil que está ahí arriba.
12

Notable pintura de Mariano Villalta representando
S. Froncisco de Asís

azotado por el aire y la miseriaj dudando entre bajar, o...
Loado seas, mi Señor, por ese hombre que no sabe amar; que no ve más que carne; que no sabe descubrirte en las criaturas.,.
Loado seas, mi Señor, por esos ricos ciegos que, como el del
[Evangelio, siguen viendo a los hombrescomo árboles: sólo seres capaces de darles algún fruto.
Loado seas, mi Señor, por el pobre que odia; que no cree en sus hermanos los hombres y, por culpa de ellos, tampoco cree en su
[Padre Dios... Loado seas, mi Señor, por los que se comprometieron a ello y ahora están cansados, vacíos, sin alabanza... y sin Señor.
Repasó lo escrito.
Se asustó.
Demasiada realidad para que el primer
verso de-cada estrofa no sonara a falso.
Y en Primavera, a pesar de las florecitas, de los pajaritos y de la luz, a Fray Francisco se le saltaron las lágrimas.
Loado seas, mi Señor, por mi hermana la Muerte violenta. Al menos ella me permitirá desmostrarte
que aún hay quien te ama... a pesar de [todo.
Con su último verso. Fray Francisco con¬ siguió hacer sonreir a Dios.
Y los paralíticos de cuerpo y de alma, y los comunistas, y los "Biscuter", y los albañi¬ les, y los ricos, y los pobres, y los que se comprometieron a alabar al Señor, necestaron la vida de Fray Francisco.
Dios, también... Pasaron por allí unos novios, cogidos de la mano.
Habían prometido no volver a besarse
antes del matrimonio. Ella dio un grito.
Un hombre-el que había garraspeado unos minutos antes-estaba muerto.
En una mano, la pluma En la otra, una cuartilla. Comenzaba así:"Loado seas, mi Señor..."
Fr. Eduardo 'Rojo, S. O. R.
13

Mujeres al espacio
^al como suena, amigo lector. La prensa se ocupa de dos flamantes
cosmonautas que, en breve, nos van a contar una aventura espacial.
La noticia que, a primera vista, pare¬ ce normal y puede encuadrar perfecta¬ mente en el marco de lo diario, -tiene es¬ ta vez un matiz particular. El comenta¬ rista aclaraba que dos jóvenes mucha¬ chas se entrenaban para un próximo lanzamiento. Y añadía; «La mujer irrum¬ pe en la sociedad con los mismos dere¬ chos que el hombre».
Ante esta ineludible realidad que es la
revalorización de los derechos de la mu¬
jer, hay quien se ha atrevido a rasgarse las vestiduras farisaicamente. Nosotros, sinceramente, opinamos que la mujer es una persona humana como el hombre y, por lo tanto, es justo que se le otorguen
ios mismos derechos.
El lanzamiento al espacio de dos re¬ presentantes del sexo débil es una muestra de que hay sectores de la vida social, civil y política, en que la mujer puede correr a la par con el hombre.

a ella dimos los primeros pasos. En sus brazos caíamos cuando nuestras débiles
piernecitas se resistían a sostenernos. En ella nos escondíamos cuando nos veía¬
mos amenazados por algún peligro. Al
contacto de sus labios cálidos nos hemos
dormido muchas veces, a pesar de la fie¬
bre. Con ella nos hemos sentido seguros,
defendidos y valientes. Somos honrados porque junto a nosotros estuvo ella. Sa¬ bemos amar porque la vimos a ella. Reí¬ mos porque ella nos hizo adquirir con¬ ciencia de lo bueno y de lo bello.

Vocación de la mujer
Eoncedemos a la mujer todos los de¬ rechos que le corresponden; es justo que así sea. Pero con esto no queremos justi¬ ficar la renuncia al destino que Dios im¬ primió en el corazón femenino: el hogar y los hijos.
Siempre nos hemos sentido dominados y atraídos por esa mujer que incansable¬
mente vivió a nuestro lado durante los años más felices de nuestra vida. Junto

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Todos los que hemos podido mirar a una madre de cerca y ver el brillo de sus ojos, no podemos olvidar que ella nos hi¬ zo felices. Por lo tanto, si queremos dis¬ frutar de una vida alegre y luminosa, debemos reconocer que el lugar de la mujer es, primordialmente, el hogar.
Sentimos profundamente la situación
de esos niños materialmente abandona¬
dos, mientras la madre se ve obligada a pasar el día fuera de su casa. Nos due¬ len esos niños que van creciendo ceñu¬ dos, egoístas, misántropos, tristones, sin sonrisa en sus labios, sin luz en sus ojos, sin fuerza para mirar hacia arriba. ¡Pobrecitos! Y tienen madre, pero no la po¬ seen. No juegan, ni ríen con ella. No aprenden a querer, no reciben el impac¬ to síquico de un beso. Se sienten inde¬ fensos, amenazados, a veces realmente amenazados por personas ajenas. Seres decrépitos, sin amor a la vida.
Un hogar en que la mujer no vive es una prisión de destinados a la pena ca¬ pital. Es una selva de ñeras, un cuerpo sin alma en el que pronto se cebará la corrupción.
Por eso, ante el canto de tantas sire¬ nas que intentan arrancar a la mujer del hogar, para introducirla en el vértigo de la vida moderna, se levanta la voz de
tantos niños desventurados que van
arrastrando desgajada existencia por fal¬
ta de amor.
La acción más bella y trascendente de toda mujer se desarrrolla inclinada junto a la cuna de su pequeño. Al abandonar su hogar traiciona impunemente su vo-
caeión de madre.
Alguien pudiera pensar, al leer esto que llevamos escrito, que queremos atar la mujer en los reducidos límites de su casa. Muy al contrario. Somos de la opi¬ nión de los que creen que la mujer, al
contacto con otros movimientos e insti¬
tuciones, enriquecerá los sentimientos de SU corazón y el de sus hijos.
La vida de relación es muy convenien¬ te y necesaria para alimentar el fuego sagrado que arde continuamente en toda madre .Tiene que saber que existen otros problemas además de los suyos, y que al sufrimiento de los demás no puede ce¬ rrarse egoísticamente en el estrecho cír¬ culo de sus relaciones hogareñas. Hasta sería conveniente que las dependencias estuvieran adornadas con algún trofeo deportivo, cultural o artístico.
De este sentido más universal del amor
y del sufrimiento se beneñciarán los hi¬ jos, que verán en su madre la manera de sentir compasión por el débil, de amar

al que sufre, de ayudar al necesitado. En una palabra habrá conseguido formar en sus hijos una responsabilidad cristiana y un corazón abierto a las alegrías y las tristezas de los demás.
Estamos muy lejos de esas ancestrales civilizaciones que consideraban a la mu¬ jer como «un objeto» particular del hom bre, reduciéndola a la categoría de es¬ clava. El cristianismo la eleva y la pone al mismo nivel del hombre, en calidad de compañera. Así canta la Iglesia en su ritual del matrimonio: «Compañera os doy y no sierva»...
El cristianismo hace de la mujer la reina del hogar. Una reina suave, cariño¬ sa, incansable, fuerte, inagotable. En es¬ ta aparente paradoja ha querido Dios que se desenvuelva la vida de la mujer. Fuerte e incansable para el sacriñcio; ca¬ riñosa y suave para el amor y la entrega.
Un corazón cristiano ha sido el que ha pronunciado estas palabras desde la cá¬ tedra de una universidad: «Si yo no fue¬ ra honrado conmigo mismo, no podría mirar a los ojos de mi madre».
Fr. Joaquín Tébar, T.O.R.

HOMENAJE DE UNA MADRE
A LA REINA DE LAS MADRES
Por Louise André Deiast»e
o te saludo, María, niña pequeña que, por amor a la virginidad,
habías renunciado a la felicidad futura de ser madre.
¡Cuántas veces en el Templo, a una con tus compañeras, viste lle¬ gar a las jóvenes parejas que venían a ofrendar al Eterno, según lo mandaba la Ley, a su primer nacido!
Todas las doncellitas, como tú, miraban de lejos, con ternura, a esos pequeños bebés hermosos, arropaditos en un trozo de velo ma
terno.
Y cada una de ellas pensaba: «Yo también, dentro de unos años, acunaré a un querido bebé. Y será, quién sabe, un hijo... y de su raza, tal vez, nacerá algún día el Deseado de las Naciones».
Y tú, María, tú no decías nada. Tú suspirabas un poquito porque el entusiasmo de un corazón generoso no quita nada a la grandeza del sacriñcio, y rehacías en tu corazón tu hermoso voto de virginidad.
¡Ah, pequeñita «virgen en flor», que un día nos ibas a regalar el más hermoso de los Frutos, tú que no sabías aun nada...!
Yo te saludo, con mi hijito en mis brazos.
Yo te saludo, María, joven mamá, que recibes ahora las prime¬
ras visitas.
Yo te saludo con los pastores, palurdos y sinceros, con sus muje¬ res que te traen regalos y los preciosos consejos de su experiencia.
Y yo quisiera ver tu niño... y tú me lo levantas con ese gesto que tan bien conocemos todas las mamás: una mano debajo de la cabeza que se esconde en ella como un fruto, otra mano debajo del cuerpo tibio que se dobla. Y dentro de unos meses tú le dirás a ese precioso Jesús las mismas palabras incoherentes y tiernas que decimos las ma¬ más para obtener de nuestros niños una risita.
¡Oh joven mamá, tan cercana a nosotras y que no nos desdeñas! Yo te saludo, con mi hijito en mis brazos...
Yo te saludo, María, oh Madre destrozada de dolor. Tu sangre sal¬ ta de las heridas de tu Hijo sobre nuestra tierra.
Ahora, ya no acunas a aquel tierno bebé recién nacido; sino a un pobre cuerpo de hombre que nosotros hemos triturado.
16

Tus dedos juegan con esos sucios cabellos y tus manos recogen esa mano que ya no puede apretar tu mano.
Y tus recuerdos de mamá suben a tu garganta, suben a tus ojos... Madre anegada en llanto, no mires a los hombres ingratos. Sino a estos pequeñitos que tienen necesidad de la sangre de tu Hijo. Deja correr tus lágrimas con amor, déjalas correr mezcladas con la sangre redentora, para que laven nuestras manchas. Madre sublime que has formado la sangre de Jesús y que no nos
la has escatimado ahora.
Yo te saludo con mi hijito bautizado en mis brazos.
Y no te enfades. Virgen de vírgenes, porque mi corazón te pre¬
fiera como mamá.
Virgen Madre, Reina de las madres: Yo te saludo mientras sostienes al divino Bebé en tus brazos.
17

m\\mm FMICISCMiS M nu

uatro meses escasos hace que sa¬
lieron para Bolivia dos expediciones de Franciscanas Hijas de la Miseri¬ cordia, y siguiendo nueva expansión, rumbo a Huamachuco (Perú), volaron a
últimos de abril, otras cuatro Religiosas para hacerse cargo de la dirección del recién inaugurado Hospital del Ministe¬
rio de la Salud.

Sr. D. Juan Enseñat, Canónigo Chantre de la S. I. C. B. y Visitador Diocesano de la Congregación. Ocppaba puesto de ho¬ nor en el presbiterio el M. Rdo. P. An¬ tonio Bauzá, Ministro Provincial de los Franciscanos de la T. O. R. Acompaña¬ ban a las misioneras, en asientos prefe¬ rentes ,1a Rdma. M. General y Consejo de la Congregación.

En atención a la paternal benevolencia del Ecónomo de Sta. Eulalia, Sr. Cirer, la ceremonia de imposición de Crucifijos tuvo lugar en nuestra primera Iglesia Parroquial de Palma el 31 del pasado marzo a cargo del Excmo. Sr. Obispo, quien al final dirigió su cálida palabra a
las misioneras exhortándolas a la urgen¬
te labor cristiana en Hispanoamérica.
Actuó de presbítero asistente el M. I.

Las Religiosas a quienes se impuso el Crucifijo son las siguientes: Sor Joaqui¬ na de M.^ Auxiliadora, Sor M.^ Mediado¬ ra, Sor M.?' del Corazón Inmaculado y Sor Gregorià de la Inmaculada.
Felicitamos a las nuevas misioneras y
deseamos puedan realizar con amplitud su doble intento; curar los cuerpos y lle-
llevar a Cristo a tantas almas necesitadas del continente hermano.

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CENTRAL: Arco de la Merced, 17 y 19

SUCURSAL; Sindicato, 188-Tel. 23587

ADJUDICACIÓN DE PREMIOS

del II COlimiiO LITEimiilO organizado por
EL HERALDO DE CRISTO

*}ueoes, 24 de matfo, f‘30 de la tarde Salón de cdctes del Colegio de S. Trancisco

Programa:

I
-Breve parlamento de D. Gabriel Cortés,
Mantenedor.
Trío Op. 40(en mi bemol) de BRAHMS Violín: María Gayó
Cello: Juan Vicens
Piano; P. S. Taberner, T. O. R.
II
— Lectura de la Memoria y Veredicto del
11 Concurso literario.

— Recital de Gertrud HAUNSCHILD, '«liede-
rista», acompañada al piano por el P. Francisco Batle, T. O. R , Organista
de la Basílica de San Francisco.

Die Mainacht
Meine Liebe ist griin.
Tristesse
Aü bord de l'eau. ... Guitarra Damunt tu només les flors . Polo

BRAHMS
».
FAURÉ
»
THOMAS MOMPOU FALLA

JSa V^irecciÓH de la üeoisia se complace en inoitar a todos sus lectores a esta
simbólica Tiesta de la Poesia.

EXCURSIÓN A ANDRAITX
con motivo del V Congreso Eucorístico Comorcot, organizado por «CICUREHC» (Círculo Cultural
Recreativo de EL HERALDO DE CRISTO)
Domingo, día 3 de Junio

ITINERARIO A:

Foguera (donde se celebrará Misa), Camp de Mar (desayuno), Puerto de Andraitx y San Telmo, donde habrá tiempo suficiente para bañarse, admirar el maravilloso paisaje y almorzar. Por la tarde, sin prisas, empren¬ deremos la marcha hacia Andraitx, para asistir a los actos religiosos del
Congreso Eucarístico. Precio por persona: 68 ptas.

ITINERARIO B:

Esporlas, Bañalbufor (asistencia a Misa) Estallenchs (tiempo libre
para almorzar etc . ) Por la tarde, proseguiremos el viaje por la reciente ruta costera hacia Andraitx, donde llegaremos a tiempo de asistir a los diferen¬ tes actos del Congreso Eucarlstico. Precio por persona: 92 ptas.

OBSERVACIONES: — Estos precios incluyen la plaza en un cómodo auto pullman. — Los Sres. participantes deberán llevor el desayuno y almuerzo en frío. Aquellos que deseen almorzaren un Restaurante podrán proveerse del ticket correspondiente mediante el pago de 65 ptas. por persono.
—lugar de concentración y salida; Plaza de San Francisco, a losS'SOde la mañana.
—Informes y reservas: Dirección de El Heraldo de Cristo, Tel. 12695. y Aeromorítima S. A.,Tel. 259^0.

IX
£'1 granado es un árbol que le sienta bien a Mallorca, isla de sol y de luz. Nuestro clima, poco frió, le es propicio. No tiene grandes exigencias en cuanto al terreno. En estado silvestre es amigo frecuente de nuestros viejos caminos. Sus grandes flores, de un hermoso rojo vivo, son como
farolillos encendidos.

Berceo coloca el granado entre los árboles de más apreciados frutos: "Avie hi ahon¬ do de buenas arboledas, - milgranos e figueras, peros e mazanedas". Y Carner, en su delicioso "Els fruits saborosos", canta: "Tos temples ornaria de flamejants magranes que, ben ferides, Heneen un xàfec de robins". Al rojo de la granada se compara la rubi¬ cundez del sol al salir, en nuestra tan conocida canción popular: "Madona de Sa Cabana, — aixecau-vos dematí - i veureu es sol sortir - vermei com una magrana". "Na Magraneta" es el título de una de las famosas "Rondaies" alcoverianas. ("Tant m'agrada aquesta magrana, que, si tenia una fia, li posaria nom Magraneta"). Las palabras magrana y magra¬ ner salen en otras frases y canciones folklóricas menos cortesanas.
Les viene de antiguo a las varas de granado la fama que tienen de ser excelentes para levantar ronchas en el cuerpo, aplicadas a manera de castigo: "Entonces el gallo dijo que, si él estu¬ viese en lugar de su señor, cortaría cinco varas de un magraner que había en el huerto y que daría tanto a su mujer hasta haberlas roto todas" (L. de Meravelles II, pág 150).
Alude a los granos de la granada el siguiente texto: "Entonces se predica de la forma que los granos tiene dentro de la corteza, los cuales están ausentes a la vista sensual, así como el gra
de la magrana" (Contemplació V pág. 57).

Hay mucha variedad de granadas, pero las fundamentales son la dulce y la agria: "Pues así como por la potencia vegetable se hace diversidad dentro de una especie de árboles por la diversi¬ dad de individuos, así como de magrana douca y magrana agra..." (Contemplació V, pág. 346) Y, según la vieja teoría de las compleccíones, nos dice LLull que: "La magrana douca es de complección caliente y húmeda, y la agria, de complección fría y seca" (Proverbis' pág. 171).

Hemos visto en el texto de Berceo la forma milgranos por granados. En los códices lu'

líanos también se encuentra la forma melgrana (Contemplació V, pág. 57, nota) por magra-

ña, palabra en la que han influido las voces latinas malum, melum y mille.

El nogal no es un árbol tan nuestro como el granado. Pero no faltan ejemplares por toda la isla, sobre todo en terrenos más o menos frescos. La madera es particularmente apreciada para
trabajos de carpintería fina: "Sensualmente sentimos e íntelectualmente entendemos que el carpintero, con franco albedrío, duela (dola) la madera del pino o del noguer, y, con franco albedrío, hace cualquier figura, o de caja o de nave" (Contemplació V, pág. 344).

Las nueces suelen figurar en la larga lista de nuestros tradicionales manjares navideños. "Así como primeramente conviene sacar la nou para llegar después al grano, que es dulce..." (Con¬
templació VII, pág. 44).

Por el texto que ponemos a continuación se ve que es ya antigua la sencilla metáfora mediante la cual se designa con la palabra nou (nuez) la prominencia que forma la laringe en^ la gar¬ ganta: "Las mujeres no tienen nou en la garganta así como los hombres" (Arbre de Sciencia
III, pág. 253),

P. Miguel Colom, T. O. R.

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20

evf

/ / a llegado a mis manos una carta
inesperada. Unas líneas de presen¬ tación y unos folios densos de un mara¬
villoso contenido.
¡Atención! Apunten.. ¡¡¡Fuego!!!
Y entre el tableteo de los fusiles ame¬
tralladores, alimentados con plomo ruso, se oyen las voces heroicas de los márti¬
res.
— ¡Viva Cuba libre! — ¡Viva Cristo Rey! Uno... dos... tres... quince... Ya sobrepasan el millar los cubanos que han caído ante la metralla rusa. ¡Y aun se dice que la «humanista» Revolu¬ ción Cubana es incapaz de matar! No son los latifundistas del antiguo ré¬ gimen los que luchan y mueren por Cu¬ ba. Ellos, con sus riquezas, fruto de su¬ dores ajenos, viven tranquilamente en otros lugares. Los que luchan y mueren en Cuba son los humildes, las gentes sen¬ cillas, que prefieren la libertad al pan manchado por la imposición de ideolo¬ gías.
«El sistema Marxista-Leninista se basa
en la materia y construye la materia, nie¬ ga a Dios y pretende convertir a los cu¬ banos en autómatas y en hombres sin
Dios».
Pobre, obrero, campesino, negro, blan¬ co, soldado, civil, no importa. Si no acep¬ ta las ideas del régimen es un contrarre¬ volucionario, un enemigo del pueblo.
Inmoral, mal padre, mal hijo, mal es¬ poso, mal ciudadano, si aplaude las deci¬ siones de Castro y repite sus consignas y directrices, es bueno y pertenece al pueblo.
Los tribunales de Castro
Han caído en manos de los sicarios de
Fidel dieciocho muchachos, jóvenes va¬ lientes dispuestos a todo menos a renun¬ ciar a su Dios y a su Patria.

De entre los diez mil que salieron en su persecución aquella noche han sido elegidos cuatro para formar un tribunal «imparcial». Tal vez son estos cuatro los que tienen el corazón más sediento de odio y de venganza.
Para ser breves vamos a fijarnos úni¬ camente en dos de los dieciocho jóvenes asesinados, no ajusticiados, por las hor¬
das de Castro.
Aun no han cumplido los veinticuatro años. Humildes. Hijos de obreros y obre¬ ros ellos mismos. «Cristianos integrales».
— ¡Acusado Norberto Camacho! Y Norberto, destinado desde este mo¬ mento al martirio, se levanta. Es de pe¬ queña estatura. Digno representante de
David.
—¿Por qué Vd. se alzó? A lo que responde Camacho con aplo¬
mo;
— ¡Porque no soy comunista! —¿Y sabe Vd. lo que es el comunis¬
mo?
— ¡¡¡Sí!!! Comunismo es hacer esclavo a usted, a mí y a todo el pueblo de Cuba.
La valentía y el acierto de la respuesta dejaron en silencio al sicario de Moscú, pero otro toma la palabra en su lugar, desgarrando con su acento preñado de odio las graciosas flexiones del español
de Cuba.
— ¡Usted es un contrarrevolucionario! — ¡No, yo soy revolucionario, porque me alcé contra Batista y ahora lucho
contra el comunismo!
—Si usted luchó a favor de la Revolu¬
ción, ¿cómo es que ahora está en contra
de ella?
—Porque Fidel, traidoramente, se echó a la extrema izquierda, negadora de la libertad, y yo seguí con mis ideales por
el centro.
—¿Tú eres católico? Uamacho sabe que va a firmar su sen¬ tencia de muerte, pero la sangre que co-

RNCOMPARABLE POR SU CALIDAD
22

rre por sus venas no le permite negar a Cristo y dice:
— ¡Sí, señor, soy católico, y como cató¬ lico estoy dispuesto a morir!
Camacho, aprovechando el desconcier¬ to que sus palabras han causado en aque¬ llos sabuesos, se gira hacia uno de los jó¬ venes marxistas, amigo suyo y le dice:
—Tú crees que si me fusilan... —^^Chico, yo no sé si te van a fusilar. —No. Déjame terminar, no pienses que tengo miedo. Te decía que si me fusilan, ¿crees que también podrán fusilar mis ideales y el grito de libertad, que se es¬ cucha ya en toda Cuba? Las ideas de li¬ bertad nunca podrán fusilarlas.
Camacho se sentó.
—¡Acusado Julio García! Poniéndose de pie, el valiente joven
dice:
—^Después de todo lo que ha dicho mi hermano Camacho, ¿cree usted que pue¬ do agregar algo? Solamente le diré que me solidarizo plenamente con todos sus pronunciamientos. No tengo miedo a mo¬ rir. En cuanto muera iré junto a Cristo-. Por lo único que lo siento es por mi ma¬ dre y por mi familia, que van a sufrir mucho, pero ellos saben que muero por los ideales cristianos y por la justa cau¬ sa de la patria.
Y así uno tras otro hasta dieciocho co¬
razones jóvenes, auténticamente cubanos, confiesan a Cristo y a su patria valerosa¬
mente.
Al paredátt
La sentencia fue la que se esperaba. La que imj)one el sistema: pena de fusi¬ lamiento para todos.
El primero en ir al paredón: Norberto
Camacho.
Uno de sus fríos asesinos le dice con
ironía:
—Bueno, ya sabes que te vamos a fu¬ silar y que vas para el «hueco».
—No, no voy para el «hueco», voy pa¬ ra el cielo, porque estoy en gracia de Dios. Lástima me da usted, porque no sé cuando muera para dónde irá.
Y las balas asesinas, como una tormen¬ ta de odio y de maldición, cortaron, en plena lozanía, pero ya maduras para el cielo y para el sacrificio patrio, aquellas vidas jóvenes.
La juventud cubana tiene una meta, tiene un fin a que tender y una larga
serie de intercesores en el cielo. Tiene
también una frase que repetir: ¡Norberto, Julio, Mártires del Central
Adela, Mártires todos de Cuba. Vuestros hermanos no os defraudaremos: ¡seguire¬
mos adelante!
Fray Emilio Morales Gallego, T.O.R.

Respuesta a «Nosotras»
/ unto y Seguido» agradece a M. L.
el interesante cuestionario que nos
facilitó el mes pasado en su sección «No¬ sotras» para ser aprobados «nosotros» en la difícil asignatura del matrimonio. Gracias. Y como M. L. no sólo respondió, sino que también preguntó... ahí va nues¬ tra respuesta.
D. Serafín había abierto despacho en una céntrica calle. En la puerta brillaba una placa de metal: «Serafín Platón, téc¬ nico en matrimonios». A diario, en su antesala, se formaba una larga cola, co¬ mo la de los consumidores de petróleo en tiempos de escasez. D. Serafín son¬ reía, al decir: Que pase el primero.
Entró un joven, ni muy alto ni muy bajo, mediano. —¿En qué puedo servir¬ le? —^le espetó D. Serafín, frotándose las manos como quien dice «negocio, nego¬
cio».
—Deseo contraer matrimonio... necesi¬ to esposa.
— ¡Bien, bien, bien! —repitió tres ve¬ ces el técnico—. ¿Y cómo la desea, ru¬ bia, morena, alta o chiquita, decente o ligera de cascos?
—Se trata de casarme, no de hacer un plan —interrumpió el joven. Verá, yo la he soñado así: femenina, que no vista de costumbre a lo hombre, pareciendo un chico afeminado. No la deseo frívola, ni exhibicionista ante todo el mundo, si¬ no lo bastante inteligente para que pue¬

da comprender lo que significa dar el co¬
razón a un solo hombre. Que no sea un producto standard más, pero tampoco
que esté chapada a la antigua. Piadosa, sin beaterías; abnegada. ¡Ah! y que sea buena cocinera, o al menos que supla con ternura sus deficiencias. Eso, la quiei'o muy tierna siempre.
D. Serafín sonrió, después de fruncir el ceño y estirar su bigote, diciendo:
— ¡Ah, pillastre, tú sí que sabes lo que quieres!
Carta abierta a los
señores comerciantes
Distinguidos señores: Viendo que de cada día se vuelven Vds. más piadosos y menos prácticos, al emplear a los santos como slogans publicitarios, o dicho en términos de caza, como «reclamos», pues ya tenemos a San Valentín metido en líos para que los novios compren en los establecimientos del ramo un regalo a su novia, o viceversa; a San José para el día del padre, a la Inmaculada para el día de la madre, a San Joaquín y a San¬ ta Ana para los abuelos; viendo, digo, que para Vdes. les resulta fácil arreglar esos asuntos, me he permitido sugerirles señalen el «día del tío», pues hasta la fecha estamos olvidados. ¿Verdad que lo harán? ¡Tengo tantos sobrinos... y andan tantos «tíos» por ese mundo de Dios!...
En espera de ser complacido, les salu¬ da un tío mallorquín
J. Guerra

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23

I preguntas respuestas

¿Es pecado alegrarse de un mal aje¬ no, en el que no hemos intervenido?
L. M. — Palma.
¿Se. refiere usted, amable consultante, al mismo mal, o a las consecuencias agra¬ dables que de él se han derivado?
Alegrarse de un mal es pecado aun¬ que en él no hayamos tenido parte, ya que, querido o no querido, es actualmen¬ te objeto del agrado de la voluntad .
Entendida la pregunta en el segundo sentido, no hay pecado. Cabe perfecta-
m.ente en situaciones similares lamentar con toda el alma lo malo de donde han
procedido unos bienes, y al mismo tiem¬ po alegrarse de las consecuencias agra¬ dables en que ha venido todo a parar.
¿Tuvo la Virgen más hijos?
Segundo argumento

Y es que, en los tiempos de Cristo, esta expresión era la ordinaria para llamar al primer hijo. Para los antiguos, el pri¬ mogénito no era el primero entre va¬ rios, sino el que abría el útero de la ma¬
dre.
Además, entre los hebreos, la palabra primogénito era un término legal. Dios había ordenado en el Levítico que todos los primogénitos fueran presentados al templo a los cuarenta días de su naci¬ miento. Por eso dice San Lucas (2, 22): «Así que se cumpileron los días de la purificación, conforme a la ley de Moi¬ sés, le llevaron a Jerusalén para presen¬ tarle al Señor, según está escrito en la 'ley del Señor que «todo varón primogé¬ nito sea consagrado al Señor»...» Y uste¬ des comprenderán que, en cuarenta días, no le había dado tiempo a la Santísima Virgen a tener más crios para que su hijo primogénito significase el primero
entre varios.

Dice San Lucas (2, 6): «Estando allí

se cumplieron los días de su parto y dio 'f. Y, com.o colofón, he aquí un documen-

luz a su hijo primogénito...» Luego, si Jesús fue el hijo primogéni¬

^ to que
' blicado

data
por

del año 5 a.
C .C. Edgar

de
en

Cristo, pu-
los «Anales

to de María, es señal de que ésta tuvo du Service des Antiquités de l’Egypte»,

más hijos.

tomo 22, págs. 7-16: «El Destino me con¬

dujo al término de la vida entre el llan¬

Respuesta:

to del hijo primogénito». Y si la pobre mujer se murió durante el parto de su

Ante todo, hagamos una aclaración de primer hijo, difícil es que tuviera más

tipo histórico. Sólo a Elvidio —en pleno criaturas. Luego su primogénito fue a la

siglo IV— se le ocurrió probar con este vez su unigénito, como en el caso de la

texto que María había tenido más hijos. Virgen María y Jesús.

Nuestros Difuntos
IncB. - D." María de Montaner Gual, fallecida el 28 de enero, a los 82 años, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica. Nuestro pésame a sus hijos y dem.ós familiares.— D.“ Isabel Gual, suscriptoro, se durmió en el Señor dio 3 de febrero.
Palma. - Día 21 de febrero, murió cristianamente D. Andrés Barceló Bauza. Nuestro
pésame a Sor Antonia de Jesús Resucitodo, Religiosa Franciscana. Barcelona. - Día 3 de abril, entregó plácidamente su alma al Señor la Madre M.° Isabel
Ros, ex-Abadesa del Monasterio de Santa Isabel.
Qauiiaos fiara fHaio-Çrosso
Cabaneta. • Las niñas del Colegio de RR. Franciscanas entregan 10 ptas. para el bautizo de una María Teresa. Los niños Andresín y Paulita Vicens mandaron 60 ptas. para el bautizo de seis negritos. Un ¡oven, en acción de gracias por un favor recibido, entrega 100 ptas. para nuestras misiones.
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nosotras

Moda «Primavera-Verano 1962»
I 'unque el tiempo no nos invite a
comentar la moda de «PrimaveraVerano 1962», pues no es muy benigno
este año, será conveniente apuntar los cambios que, en ella y en la próxima estación veraniega, presenta la moda fe^
menina.
Una de las cualidades que debe inten¬ tar poseer toda mujer es la de ser previ¬ sora y ordenada; y una muestra de am¬ bas cosas es ocuparse, a su debido tiem¬ po, de preparar nuestra ropa cuando es¬ tamos a punto de cambiar de estación. Es muy conveniente hacerlo porque pue¬ de darse el caso de que el calor, ponga¬ mos por ejemplo, nos coja desprevenidas y no tengamos nuestro guardarropa en condiciones, ni las ideas claras en cuan¬ to a lo que se va a llevar en la presente temporada.
La moda se nos presenta con un verda¬
dero derroche de nuevas ideas.

Los trajes «tres piezas» han sustituido ai traje de chaqueta con blusa conjunta¬ da, tan de moda el año anterior.
Otra novedad, que salta a la vista, y que han adoptado todos los modistos es la nueva linea «evasée» que ha causado
sensación.
Y por último la nota original de las colecciones de 1962 la constituyen, en forma muy importante, los detalles, los adornos que nos presentan con verdade¬
ra profusión. Destacaremos, entre los más usados, los que han bautizado como «románticos» y que están formados por blusas vaporosas de cuellos totalmente
plisados,* las chaquetillas-bolero con cue¬ llos de piqué bordado, los chales, iasi en su totalidad bicolores, en combinación con los trajes, etc.
En cuanto a los tejidos se adopta el pi¬ qué, más que nada como complemento o adorno; el shantung es, sin duda alguna, el tejido preferido en las coleciones, así como el tergal y el hilo.
Los colores serán, preferiblemente, el palo rosa, el verde brillante, el rojo y el
azul fuerte.
Y bien, creo que, en síntesis, ésas son las ideas necesarias para conocer la mo¬ da actual y que pueden ser de utilidad a las lectoras de «Nosotras». Esperamos haber podido aclarar, al menos un poqui¬ to, ese tremendo conglomerado de nove¬ dades que nos presentan los modistos en cada estación y que no acabamos de co¬ nocer todavía cuando ya han surgido las
nuevas colecciones.
M. L.

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ARTICULOS CRHISTIAN DIOR: GUANTES Y MEDIAS, BORDADOS DB TODAS CLASES, LENCERIA FINA, REGALOS DISTINGUIDOS

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/ uestro boletín mensual, órgano de este Seminario Seráfico y suple¬
mento de la revista «El Heraldo de Cris¬
to», es ya una bella realidad. El próximo mes de junio va a cumplir ya el primer semestre de su aparición. Vaya nuestra más férvida enhorabuena a quienes lan¬ zaron la idea y a quienes la secundaron.
Las calurosas felicitaciones, hasta el presente recibidas, demuestran satisfacto¬ riamente que no han sido defraudadas
nuestras esperanzas.
Bien lo proclamó el P. Rector: Hacía tiempo sentíamos la necesidad de alguna pequeña publicación periódica, como la tienen otros seminarios de otras provin¬ cias. Y se quiso bautizar a nuestro hu¬
milde boletín con el nombre LA POR-
CIUNCULA porque ésta es la palabra más expresiva para nuestros Seminaris¬ tas, Bienhechores, Antiguos Alumnos y amigos todos. Para ellos —para todos nosotros— LA PORCIUNCULA significa:
amor, recuerdo, gratitud. A los cinco meses cumplidos de la cir¬
culación de nuestro boletín de correspon¬
dencia, hoy podemos afirmar como una
realización que:
«La Porciúncula» ES PUENTE que une nuestros SEMINARISTAS seráficos

con sus familias, afirmado sobre los pila¬ res del reconocimiento y de la amistad.
«La Porciúncula» REPITE a nuestros
queridos BIENHECHORES nuestra más profunda gratitud. Más de uno de ellos soñó un día en tener un hijo sacerdote,
y ya que el Señor no les daba este hijo quisieron apadrinar a un seminarista po¬ bre. Mil gracias a estas almas generosas, que pueden llamarse así padres de un
sacerdote.
«La Porciúncula» es RECUERDO, be¬ néfico y simpático a la vez, para nuestros antiguos alumnos. Ellos creyeron oir la llamada de Cristo, pero vieron un día que Dios les llamaba a la santidad por otros caminos. ¡Cuánto deben a nuestro Seminario Seráfico!
«La Porciúncula», en fin, sirve de con¬ tacto con nuestros buenos amigos, para
que conozcan mejor nuestra vida, nues¬ tros anhelos apostólicos, y puedan ellos despertar en sus hijos y el corazón de
otros niños el deseo auténtico de ser sa¬
cerdotes y misioneros franciscanos.

f^eca "Trail junípero Serra"

Suma anterior

985 ptas.

D. Miguel Ramis Un joven
Anónimo

100 » 100 »
50 »

Total

1.235 »

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(Desde el de del editando mes enero presente año, se viene ^ mensualmente un suplemento ilustrado de nuestro Semina- ^

rio Seráfico, que lleva por título “La Porciúncula^. Para ^

suscripciones, dirigirse al Padre Rector, La cuota es de ^

TRES pesetas mensuales.

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Dos amigos se abandonan a sus
recuerdos.
— El primer cigarrillo que fumé me
causó fuerte dolor de estómago. A — mí, me dio dolor de oídos.
— ¿De oídos? — Sí, me vio mi padre y casi me
arranca las orejas.
El bebé rezando en voz alta:
—"... El pan nuestro de cada día dánoslo hoy..." Mamá, ¿digo también que con un poco de miel encima?

Debe de ser la hora de ordeñar.
Uno de borrachos
Dos borrachos pasan por una vía. A cierto punto exclama uno de ellos:
—Te juro, Alberto, que jamás había
subido tantas escaleras.
El otro le responde: —A mí lo que me sorprende es que el pasamanos esté tan bajo.

No, gracias. Sólo quería oler.

Aplastante
El yerno a la suegra:
— Debe ser Vd. razonable. Ya sabe¬
mos que D. Arttonio no es médico; pero debe tener en cuenta que el buen señor se ha gastado muchas pesetas en apara¬ tos para operarla del riñón, y no vamos a decirle que no ahora.
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