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Año XLiV
Palma de Mallorca, Mayo 1953
PARA UN MUNDO NUEVO
Núm. 522
estoy aquí para pronunciar discursos, sino para entregar a vuestra patria un mensaje, una proclama del Papa” dijo el padre Lombardi en Barcelona. La exaltación de un catolicismo entusiasta y fervoroso ha vuelto a abrirse paso
en medio del estridor de la vida ciudadana de Barcelona. Durante tres días, al decli¬
nar el pasado febrero, el padre Lombardi—un «monje medieval» de nuestros tiempos —echó a Barcelona y España el pregón de una cruzada: la cruzada del siglo XX.
Para «EL HERALDO DE CRISTO» voy a delinear, a modo de esbozo, el ma¬ jestuoso busto de la obra lombardiana que, en sus discursos y charlas, nos dibujó en Barcelona el insigne orador italiano.
Un apóstol internacional
El padre Lombardi esgrimía en Roma las primeras armas de su sacerdocio cuan¬ do vió que, al querer dirigir su palabra a los fieles, se le abrían como por encanto, las puertas de los cines 5^ teatros, de los estadios y plazas. A las muchedumbres que, atraídas por su verbo, sencillo y elocuente, acudieron a oirle, el padre empezó a hablarles de Jesús, como único arquitecto en la reconstrucción del mundo en ruinas. Y, mientras repartía el agua de su doctrina—la doctrina de Jesús—por lofe caños de los altavoces y emisoras, observó que el chorro de su palabra evangélica calmaba la sed—sed de Dios—que experimentaban las masas.
Ante la visión de un mundo hambriento de la vida del espíritu, el padre Lombar¬ di voló a otras ciudades italianas. Y en Milán, Venecia, Turin, Ñapóles, Palermo... se arracimaron otra vez las multitudes para beber del agua salvadora del mensaje lombardiano. Y desde todos los estrados el apóstol repetía: «Hermanos míos, la hu¬ manidad ha caído por fin en la cuenta de que en la lejanía del hogar paterno se vive solamente, como el hijo pródigo, de las bellotas de los placeres inmundos de esta vi¬ da. Volvamos a la casa de nuestro Padre! El espía ya nuestra llegada; El nos reci¬ birá de nuevo como hijos».
En todas partes—en un mundo con la herida todavía abierta por una guerra atroz, en un mundo extraviado por la falsa brújula de filosofías ateas—el religioso
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El Heraldo de Cristo
italiano tomaba puerto con franca acogida. El padre Lombardi—el jesuíta volante, el
micrófono de Dios—sale en 1949 de Italia y hace saber a las naciones europeas—Fran¬
cia, Alemania, Bélgica, Austria. Holanda...—que Dios nos espera^todavía en el dintel
de su misericordia para abrazarnos y olvidar los pecados y escándalos del siglo XX.
En su veloz carrera la Cruzada de la Bondad atraviesa los océanos y el calor del
mensaje prende fuego también en el corazón de los católicos de Nueva York, Chica¬
go, San Francisco, Otawa, Río dé Janeiro, Buenos Aires...
Después de este recorrido penitencial por el mundo, el padre Lombardi levanta
ante el orbe católico la bandera de un pensamiento audaz, atrevido: el mundo del si¬
glo XX, tirado a vivir por las circunstancias en medio de la piara de soeces pasiones,
confiesa su pecado 3' ansia dar la vuelta a la-Casa de Dios.
,
Urge por lo tanto una santa revolución para levantar a esa humanidad caída y
llevarla al hogar del Padre. Urge implantar en la tierra un MUNDO NUEVO.
Pío XII a! frente de la cruzada
Su Santidad el Papa ha seguido paso a paso el camino triunfal de esa universal
predicación por la renovación del mundo. Y el 10 de febrero de 1952 se hace eco de
las campañas del padre Lombardi, se las apropia, y se proclama «heraldo de un mun¬
do mejor».
«Es necesario que cada hombre de buena voluntad examine... qué es lo que puer
de y debe hacer como aportación su3"a... en auxilio del mundo de hoy, abocado a la
ruina... Ha llegado el tiempo de realizar los pasos definitivos... Es la hora de que to¬
dos los buenos que se preocupan de los destinos del mundo se unan y aprieten sus
filas... Es todo un mundo lo que ha}^ que rehacer desde sus cimientos... Como acepta¬
mos un día hoy 3m lejano la pesada cruz dél Pontificado, así ahora nos sometemos al
arduo deber de ser, en cuanto lo permitan nuestras débiles fuerzas, heraldo de un
mundo mejor,chal Dios lo quiere... Nos deseamos gustoso que este potente despertar
al cual hoy os exhortamos, promovido sin tardanza y continuado tenazmente según
el plan trazado que otros podrán ilustrar más particularmente, sea imitado ensegui¬
da por las diócesis vecinas 3Uejanas... Despertar que obligue a todos sin distinción
de estados, al clero 3^ al pueblo, autoridades, familias y asociaciones, a todas y a cada
una de las personas •.
, Desde aquella fecha, once veces en sus documentos y discursos el Papa ha hecho
mención explícita del programa de renovación expuesto el 10 de febrero. Y a las pa¬
labras del Vicario de Cristo han venido a unirse las primeras paletadas de la nueva
construcción La nueva constitución apostólica sobre el ayuno eucarístico, el decreto
de la nueva acomodación a nuestros tiempos d’el hábito de los cardenales ¿no pueden
considerarse como primeros pasos dados por Pío XII para una pronta consecución
del mundo nuevo que todos ansiamos?
.
He aquí, pues, que lo que históricamente pertenecía al padre Lombardi—escribe
el P. Pascual—desde el 10 de febrero de 1952 pasa a ser patrimonio del Papa, de la
Iglesia universal. El jesuíta italiano desde este instante no es voz de su pensamiento,
es voz del pensamiento pontificio. Por esto el mismo padre Lombardi ha confesado
públicamente que la Cruzada de la Bondad ha dejado ya de existir 3" se ha convertido
en un glorioso movimiento para dar a conocer a los pueblos el pensamiento del Papa.
El Papa, pues, es quien echa al vuelo las campanas de esa cruzada del siglo XX.
El Papa es quien sé proclama el primer revolucionario de nuestra generación.
El padre Lombardi en España
Tocó, por fin, tierra española el aire del movimiento lombardiano-pontificio. Una racha'de ese viento apostólico había soplado 3m en Barcelona aquella noche inolvida¬ ble del Congreso Eucarístico. Pero ahora el Mensaje del padre Lombardi arribaba a
las costas de Cataluña con fuerza avasalladora.
, Y Barcelona—y Madrid y España entera—recibió con inusitado gozo la misión
El Heraldo de Cristo
85
del popular jesuíta, Vocero del Papa, El padre Lombardi, por ptra parte, sencillo,
amable, bondadoso, expuso a los españoles los planes pontificios de conquista, de re¬
volución, de reforma. Y el Sacerdote de la Era de Jesús salió otra vez de España
acariciando la esperanza de que en esa reconstrucción del mundo el pueblo español
iba a ser, como siempre, un intrépido maestro de obras.
«Madrid—dijo el padre Lombardi en la madrileña plaza de la Armería—es la ca¬
pital de un continente, reserva del mundo. El Mensaje del Papa tiene por eso en Ma¬
drid una trascendencia especialísima. España, madre de santos y la nación católica
de historia más gloriosa, debe figurar al frente de esta Cruzada que el Papa ha pro¬
clamado para llegar a un mundo mejor».
Casi a dos meses de distancia de aquellas jornadas de febrero, la semilla sembra¬
da por el padre Lombardi ya muestra esperanzador su fruto. El Sr. Arzobispo-Obispo
de Barcelona, en una. Circular, promete que en breve escribirá una Pastoral en la
que va a recoger una total revisión, como se viene haciendo en Bolonia y otras dió¬
cesis italianas, a fin de que Barcelona sea la primera diócesis española que responda
a las obras y urgentemente al apremiante llamamiento del Santo Padre. Nos consta
también que muchos grupos de entidades católicas se han reunido para exponer sus
inquietudes y ofrecerse al Prelado con objeto de colaborar en la edificación del mun¬
do nuevo y mejor.
'
■
'
Tpdos, artífices del mundo nuevo
España—pueblos y ciudades—escuchó con emoción las alocuciones del apóstol del siglo XX y midió por ellas la magnitud y la trascendencia del deseo pontificio.
Todos, por tanto - padres de familia, dirigentes católicos, obreros de la ciudad y del campo—prometimos ser artífices de ese mundo nuevo que el Vicario de Cristo tiene proyectado levantar. Todos unidos y todos en nuestro campo de acción hemos de construir palmo a palmo la gran fachada de ese mundo nuevo que el padre Lom¬ bardi nos diseñó en el mes de febrero. Es voluntó del Papa; luego, es voluntad de
Dios.
Los Terciarios Franciscanos no pueden quedar al margen en ese victorioso ca¬ minar hacia la implantación de un mundo mejor. «El espíritu franciscano—ha dicho Pío XII—renovará y dará la paz al mundo». Por vocación deben, pues, los terciarios
arrimar el hombro en la construcción del mundo nuevo. Muévales también a ello el
recordar que San Francisco de Asís fue el Gran Capitán y Abanderado en la apoteò¬ sica revolución cristiana que se forjó en la Edad Media en pro también de un mundo
mejor.
Demos fin a estas líneas con un párrafo que leemos en el libro, «PARA UN MUN¬ DO NUEVO» en cuyas páginas resume el padre Lombardi un programa a seguir pa¬
ra la creación del mundo mejor ansiado por el Papa.
«Es necesario construir un mundo nuevm en el nombre de Jesús: una ciudad cris¬ tiana terrena, preludio de la celestial. La historia exige que nuestra generación co¬ mience: Dios lo quiere... La Iglesia es la obra viviente de Jesús y, mejor aún, es la misma continuación de su misma vida, y tiene que empeñarse en esta empresa más que ninguna otra fuerza. Pero no solamente los sacerdotes; es necesario que también los seglares trabajen en la que hay que hacer de característico y de nuevo. Al lado, pues, de la Iglesia, y juntamente con ella, vengan todos los hombres de buena volun¬
tad que quieran colaborar» Ha sonando, pués, la hora de Dios. Sobre el fondo azul de los deseos pontificios el edificio del mundo nuevo empieza
a perfilar su mole gigantesca Pero en el andamiaje del nuevo edificio faltan todavía
manos obreras...
¡Que éstas, lector amigo, no sean las tuyas!
NICO PONCE
Barcelona, abril-1953
' »'
PENTECOSTÉS
observará ^ n dtnd|cm qceea“eoooeouslne Nrjtm enm oéedeam afsl;obzYi.ummarólrsim noPaeqenuaodd.eun,éslnpooanrYetieadoroscmilieoqzosststreeue,,ieivmoenlneenoaosmqaanítslusaeauYc,splonaooeeymoootqflbreñse:uoníd.amaagaeosdirDr,gYrm.doiáam nosieyPMaojrotio.,eínoaaanaahodOdJsnaohlaoersoímdoeedPyishnerloúayoaaaellssCddeb,hnPnoruollaaaaaesaoMdnabnrsdasmdyéétruípreoeoiesscarsqldcyma,aorudeqoádscqueiqucaro,stucdiuqoecrchecqa,yeumíaopuureoEoámusmesvmsucleveoppocoichlnoselseíundeodhy:rdaioraltpacvndaeuc«aeo,oitemtCclarrnsSndthiasuoneoPvaaloasonatincar:fale.iooqtedanqdMozss]uruoY,acée,ideee.smal,qepr.lyvumEaopauoqoeMsonsherudyqrtqdaatmeaquoehousry,suecneai.e,etgmvPccrammvNuoouianoieseaefoeadsaialdnnlnnrvssiedmaPeqcdoedomohuaaaeeestaaedduasnnlsohqru,svrhvP.ebe.ucoiaióraLeeese(bídnJrnaodséiácvuctcidieorumpsahioeepnraenoensaonoezs,.,íyztetdmr1drocsoSoooo4¬seasrii,
23-31j.
ENTECOSTÉS o día quincuagésimo, <No fueron cincuenta los días que
transcurrieron entre la salida de Egipto del pueblo israelita y la pro¬
clamación de la Nueva Ley, en las cimas centelleantes del Sinaí? Pen¬
tecostés o fiesta de la siega. ¡Cuantas canciones amorosas duermen aun
entre las gavillas de trigo, que salpican de oro los campos! Pentecostés o día de'
las primicias. ¿Quién sabe el número de peregrinos que han subido hoy a Jeru¬ salem para presentar en el templo los primeros panes de la nueva cosecha?
Pentecostés, una de las tres grandes solemnidades de la liturgia-hebrea. Pero,
¿a qué viene comparar el esplendor de la fiesta tradicional judaica con la gran¬
deza de la nueva fiesta de Pentecostés? ¿La proclamación de la Ley del temor
con la promulgación de la Ley dfel amor? ¿El acercamiento de Dios a los hom¬
bres con la penetración de Dios en lo íntimo de las almas, por medio del Espíritu
Santo, que inunda los corazones, ilumina las inteligencias y vuela sobre la cabeza
de los elegidos en la figura de lenguas de fuego? Y, como señal precédente, un
ruido como el soplo de un viento huracanado, 3-, como signo subsiguiente, un
celo devorador de una elocuencia arrebatadora, para predicar el Evangelio, pri¬
mero en Jerusalem, en donde cerca de tres mil hombres se agregan, aquel día,
a la naciente Iglesia, y, después, - por todo el mundo, que, con la venida del Es¬
píritu Santo, quedará transformado y renovado
«Cuando llegó el día de Pentecostés, estando
en suá
todos
(cliomsieanptóosst.oles)
juntos
en
un lugar (el cenáculo), se produjo de repente un ruido del cielo, así como el de
un viento impetuoso que invadió toda la casa en que residían. Y aparecieron
como divididas lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, que¬
dando todos llenos del Espíritu Santo. Y comenzaron a hablar en lenguas extra¬
ñas, según que el Espíritu les daba. Residían en Jerusalén, judíos, varones pia¬
dosos de cuantas naciones hay bajo el cielo, y, habiéndose corrido la vo·z, se
El Heraldo de Cristo
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juntó una muchedumbre que se quedó confusa al oirles hablar cada uno en su propia lengua. Estupefactos de admiración, decían: Y todos estos que hablan, ¿no son galileos? Pues ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra propia lengua, en la que hemos nacido? ¿Sómos partos, medos, elamitas, los que habitan la Mesopotamia, la Judea, la Capadocia, el Ponto y el Asia, la Frigia y la Pamfilia, el Egipto y las partes de Libia que están contra Cirene, y los forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes los oímos hablar en nuestras propias lenguas las grandezas de Dios? Y todos^ atónitos y fuera de sí, se decían unos a otros: ¿Qué es esto?...» (Act. 2, 1-13).
No pretendamos ver en el Evangelio de hoy el relato de la venida del Espíri¬ tu Santo porque es un hecho posterior a la vida mortal de Jesús en este mundo. La fiesta de Pentecostés es la fiesta del Amor. Jesús en el evangelio de hoy nos da una señal por la que conoceremos si de verdad amamos a Dios: «Todo el que me ama ha de guardar mis palabras... El que no me ama no guarda mis pala¬ bras...» Si guardas sus palabras, amas a Jesucristo; sinolas guardas, no le amas. ¿Y qué es guardar la palabra de Jesucristo, sino observar sus mandamien¬ tos? ¿No ha dicho poco antes Jesús: «el que recibe mis preceptos y los guarda, éste es el que me ama?» (Juan 14 21).
Mas los efectos del verdadero amor a Jesucristo no pueden ser más incompa¬
rables: «Todo el que me ama ha de guardar mis palabras, y mi Padre lo ama¬ rá, y vendremos a él haciendo en él nuestra morada» El amor de Dios nos cons¬
tituye, pues, en templos vivos de la Santísima Trinidad. ¿Y qué es ser el alma templo vivo de la Santísima Trinidad, sino que toda la Santísima Trinidad viene a morar en ella y la asocia a su vida divina: el Padre, a su poder; el Hijo, a su sabiduría; el Espíritu Santo a su-amor? Y esta comunicación de vida divina no
es pasajera, sino permanente. La Santísima Trinidady el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no están de paso en el alma sino que permanecen en ella estable¬ ciendo en ella su morada. ¡La Santísima Trinidad, amiga del hombre, morando en él, departiendo con él!
Con la gracia de Pentecostés viene el amor. Y, con el amor, la paz: «La paz os dejo; os doy mi paz, y no os la doy como la da el mundo... «No la paz del mundo que no es paz sino desorden, inquietud. ¿Es que es posible cifrar la paz en los placeres, en las riquezas, en los honores, en la ambición? Sino la paz de Jesucristo, que es la que proporciona una conciencia tranquila, alegre y feliz en la esperanza del cielo.
M. Calpentey, T. o. R.
Snér^ica actitud de Monseñor Stepinac
El prelado mártir de yu^oslavia íllonseñor Stepinac manifestó que rehusaba salir de su pri¬ sión para ir a Roma a recibir el capelq cardenalicio, con que Su Santidad tuvo a bien honrarle, por temor a que no se le permitiera volver a su diócesis. «ÍRi puesto - dijo • es aquí, vivo o muerto». Se teme fundadamente que sea expulsado del pais. Desde que fué designado para la púrpura cardenalicia, se ejerce sobre él una estrecha vigilancia.
Corona poètica
0 la libare de Déu de la IRosa. ^ íBan^albufar,
IRomanç dcdícaf al p. JBarfomeu TlDanrell, díaca, amíc í defensoj: del "Cançoner popular de JlDallorca”.
portan, la 'gentil Donsella, en una mà el Bon Jesiís i, en l’altra, una rosa vera. Sobre els graons del coster, estanys rasos d’aigua verda, barboteig de regarons, arbres de fruita, horts i cepes. , Quina ànima incandescent rajarà de la verema! Él terrer absorbeix pels ulls dels estanys, vostra bellesa. Sols d’haver-vos reflectit l’aigua és més gustosa i fresca.
' Una cascada de blau
marges avall se desplega amb botonades d’or viu, ramells de sang feta gleves.
La rosa de tots els vents .vós ha enreüllat les trenes.
El ulls, plens de cel i mar, com dos estels espiregen i, on girau els vostres ulls, s'aboldrona la verdesca, engreixa el roi de les fonts,
s’humilien i asserenen
les tempestes i el peix cau dins les xarxes a balquena.
Cada ona és un bes d’amor
que a vostres peus escumeja. Cada peix, un ric joiell,,
un lliri obert cada vela.
La mar, en dormir, fa per Vós com unes aigües de seda.
A la vorera de mar
tota enflacada d’esteles, llambrejant de salabror. Déu vos guard, gentil Donsella!
P. R. GINARD BAUÇÀ
Los Seráficos de Artá en el IV Manda¬
miento, interpretado magistralmente.
Una escena de «Princesa Africana» repre¬ sentada con verdadero primor por las Jose¬ finas Angela Riera, María Angela Sancho,
Magd. Ferrer, Cat. Sureda y Ant. Flaquer.
• En el beílo salóri de las Josefinas^ se han
celebrado una serie de veladas misionales de
mucha aceptación entre el público artanense.
• La primera fué el 15 de febrero con la pro¬ yección impecable de unas interesantísimas pe¬ liculas misionales sobre los trabajos de los PP. Blancos en Africa. El Rdo. P. Nicolás Borst, misionero, dió una breve conferencia, manifes¬ tando al final su sorpresa de haber encontrado un pueblo que sentía vivamente y comprendía, muy bien el problema misional. Pelicitamos a la Srta. María Ignacia Morell, alma de esa primera velada misional.
• El 19 de marzo, festividad de San José, tuvo lugar otra velada en la que además de un pe¬ queño concierto por la Rondalla Josefina, otro de cantos polifónicos por la Capilla Seráfica, y una larga y bien documentada Conferencia por el Rdo. P. Damián Nicolau sobre nuestras misiones de Mato-Grosso, las jóvenes Josefinas representaron con aires de verdaderas artistas el bello drama misional <Princesa Africana^.
• Dia 22 de Marso se llenó complétamente el espacioso salón para admirar otra ves la <Princesa Africana^, escuchar otro concierto variado de la Rondalla, unas composiciones polifónicas de Victoria por la Capilla Seráfica, una conferencia sobre las Reliquias de la Pa¬ sión de N. S. J. y admirar una exposición de vestidos de niño y de niña, los 22 primeros de un gran lote, que el generoso pueblo de Artá quiere regalar a su misionero el Rdo. P. Jeró¬
nimo Genovard.
Algunos vestidos de ñiño y de niña que los buenos artanenses envían al P. Genovard, Misionero de Mato-Grosso, para sus indios.
HUMEDAD TROPICAL
M/smts
'díMATú GkúSSÚ
mal no recuerdo, creo que en una de mis anteriores iníormaciones os decía que en este país tropical llueve torrencialmente casi todos los días, a lo largo de los tres meses que allá en Europa llamamos de invierno, o sea diciembre, enero y febrero, meses que,
aquí, forman la temporada de la más rigurosa canícula. Pues bien: lo interesante y curioso del caso a que quiero referir¬
me ahora no es precisamente ver como ese azul del cielo tan nítido y despejado, por la redondez de cuya bóveda se pasea majestuoso el rey de los astros, vertiendo a raudales sus rayos casi perpendicula¬ res sobre esta zona, se oculta súbitamente detrás del tupido velo de alguna nube que luego descarga como un diluvio de aguas que hacen brotar una vida tan exuberante y vigorosa como es la de esta región tropical. Ni es tampoco curiosidad que hoy me ocupa la de contem¬ plar crecido en siete u ocho metros, y en sólo dos o tres días, el pa¬ voroso caudal de esos ríos, que por aquí corren en tanta profusión, fertilizando constantemente la inmensa selva virgen, conviniendo enormes extensiones en lúgubres pantanos, tan propicios para la ma¬ laria y demás fiebres palúdicas, y arrastrando en pos de sí grandes bloques de terreno desprendido que todos los indígenas del país co¬ nocen con el nombre de «taroupas», y que constituyen un peligro constante para las embarcaciones.
Si todo cuanto hasta aquí acabo de apuntar son cosas —pueden decirme mis lectores-muy dignas de tenerse en cuenta, porque tam¬ bién ellas revisten su especial interés, sin embargo, para los que aquí vivimos otra cosa es lo que más particularmente nos llama la atención y de la que quiero hacer especial mención aquí: La hume¬ dad tropical.
Al hablar de lá^umedad, no es mi intención referirme a ella di¬
rectamente, cosa por demás de no fácil definición, sino más bien a sus efectos, el camino el más expedito para venir en conocimiento de aquella.
Por-eje^nplo, una de las cosas que me traje con más ilusión de Es¬ paña fuéla tna.quinilla fotográfica, con el fin de poder dar, de vez en cuando, un poco de «vida» y colorido a nuestros reportajes, mediante las ilusta·tfcïòftes fotográficas. Pues bien, cuando se la enseñé a mis buen^'de amigos que allá, en Sao Paulo, me prevenían acerca de las condiciones climatológicas de este terreno, me dijeron sin ro¬ deos: «Nao presta», es decir, no podrá utilizarla mucho tiempo. Era un aparato 6x9, marca alemana, con fuelle, disparador automático, regulador de la velocidad y de la luz, etc., etc. «Nao presta»,.. ¿Por qué?... Porque la humedad se la va a estropear muy pronto Y para que me convenciera de lo que me estaban diciendo, pusieron ante mí vista uno de los que ellos utilizaron en otro tiempo, y francamente,
La casa del Chispo de Guajará-AHriut.
Los misioneros PP. Dolç y Cenevard, junio al brocal del poso de la residencia episcopal de Guajard-Mirini.
el único servicio que ahora puede prestar es el ir a ocupar, como recuerdo, la vitrina de algún museo misional... Siguiendo su con¬ sejo, y, gracias a la generosidad de muchos que esto podrán leer, dícidíme a adquirir el aparato que aquí actualmente tengo, todo de metal, por no ser tan fácilmente vulnerable a la acción destructora
de la humedad.
Ahora comprendo que fué un acierto no pequeño dejarme en Es¬ paña, casi en su totalidad, los libros que allá me prestaban un servi¬ cio estupendo en el ministerio sacerdotal, pero que aquí, por razón del clima, tan radicalmente distinto, hubiera tenido que resignarme a verlos reducidos a una verdadera lástima, incluso extremando el
cuidado de ellos.
Los cuatro días que me ausenté de Cuajará para ir a conocer mi «feligresía» de Yata, fueron suficientes para que, al regreso, tuviera que ocuparme un largo rato en efectuar la limpieza general de mi celda que estaba invadida por el moho u orín que 'cría la extremada humedad de esta zona tropical. Es un caso serio y de cuidado la enorme acción pegajosa y corrosiva de dicho factor, que no se puede
echar en olvido ni un solo instante.
Con la mayor precaución guardáis en el baúl o armario aquello que en mayor estima tenéis y, al cabo de los cuatro o cinco días, una capa mohosa verde pardusca, habrá sentado sus reales, sin el más ligero escrúpulo y sin reparos ni miramientos de ninguna clase, sea o no de valor aquello en que ella establece su dominio.
Maletas y baúles, guardarropas y armarios, libros, maquinaria, etc., etc., nada se escapa de la huella terrible que en todas partes de¬ ja esta humedad tropical. Para contrarrestar un poquito su acción fulminante, el único remedio de que se puede echar mano, y que no debe creerse en modo alguno, totalmente eficaz, es sacar al sol, perió¬ dicamente, todo cuanto sea de interés, y esmerar hasta el extremo la limpieza de todo lo concerniente al uso personal.
Si a los mil peligros y dificultades que encierran la selva y los
ríos añadimos los inconvenientes no pequeños de este factor hume¬ dad, podremos sacar la conclusión de que el Señor, en su justa y sa¬ bía providencia, ha dispuesto que la labor del misionero sea verda¬ deramente dura y sacrificada.
P, FRANCISCO DOLÇ, T. O. R, Misionero en el Giiaporé (Brasil)
Monseñor Rey, Obispo de Gnajará-Mirim, fusil en mano conlempla una serpiente que acaba de casar en la selva..
I A gran revista brasileña «O Cru¬ zeiro» ha publicado reciente¬
mente un reportaje profusamente ilustrado sobre nuestro querido Pre¬ lado Misionero. Vamos a traducirlo,
en obsequio a nuestros lectores en¬ tusiastas por nuestras Misiones:
Voy a contarte, amigo lector, la historia de Monseñor Francisco Ja¬ vier Rey, el Obispo sin sotana. Y digo, sin sotana, porque en sus via¬ jes a través de la gran selva, el Obis¬ po, no tiene más remedio que sim¬ plificar su hábito. Es la historia de un Sacerdote que no es solamente
un hombre, sino un santo.
Si un día llegas a los inmensos bosques del Guaporé, no dejes de ir a Guajará-Mirim, capital de la selva, que duerme sobre la ribera del río
Mamore. En sus calles sin movi¬
miento encontrarás a Dom Rey, co¬ mo se le designa allí. Es inútil preguntar quién es. Tu verás, amigo, un hombre pobre¬ mente vestido, tal vez en mangas de camisa, montado en bicicleta, conduciendo un ca¬ mión, cargando o descargando en el puerto del río, construyendo un tejado, manejando el remo en la proa de una barca o, en una sala del hospital, consolando a un enfermo, escuchando a un moribundo, infundiendo esperanza a los que ya no la tienen, o acari¬ ciando a un niño y dando, de paso, algún saludable aviso. Este hombre de barba negra, de cuerpo atlético, de voz dulce, no preguntes quién es; todos te dirán: «He ahí a Dora Rey». Nadie hay que no le conozca, y que conociéndole no le admire. Católicos y no creyentes, protestantes y comunistas, excépticos e indiferentes, todos hallan en Dom Rey un amigo, un consejero, un hermano, un apoyo y, en sus palabras, refrigerio y con¬ fianza. Si tú tienes necesidad, de esto o de otras cosas, llama a su puerta. El comparti¬ rá contigo su pan y su casa. Más aun, él te abrirá su alma y su corazón, porque Dom Rey, buen amigo, es el soldado fiel de Cristo y del Pobrecillo de Asís.
Jamás ha osado sacar provechos materiales de su alta posición eclesiástica. No, él está siempre en el frente de combate, como simple soldado. El se arremanga y trabaja por la fe. Su supremo ideal es llevarlos a todos a Cristo.
Dom Rey vive la vida tal como es. No la embellece ni la rodea de fantasmas; por eso ha triunfado; por eso ha hecho salir de la nada un mundo nuevo; por eso es aclamado con entusiasmo por las multitudes como un taumaturgo; por eso ha hecho, puede de¬ cirse, milagros,
El ha sabido levantar iglesias, pero al lado de cada iglesia, ha puesto escuelas, hos¬ pitales, casas-cunas, colegios y dispensarios. Es un realizador. El no da órdenes, hace. El no solamente enseña, da ejemplo. No se contenta con rogar, trabaja. El tiene callo¬ sas sus manos, fatigado su cuerpo, pero su alma joven y desbordante de amor.
La desanimación es un sentimiento que no conoce. Pregúntale, amigo, cuántas ve¬ ces se ha encontrado solo en las profundidades de la selva, cuántas veces se ha ensan¬ grentado en los espinares, cuántas veces ha afrontado la ferocidad de los indianos, su¬ frido la incomprensión de los hombres, cuántas veces, en fio, ha visto desplomarse, co¬ mo bajo de una tormenta, lo que él había edificado a fuerza de incalculables sacrificios.
El Heraldo de Cristo
93
Pregúntale también dónde ha podido cobrar nuevas fuerzas para empezar de nuevo, llegar hasta el final,
«Cristo es mi vida —te contestará — , en El encuenrto alientos y nuevas fuerzas». Monseñor Rey nació en Francia, cerca de Albí. Apenas ordenado sacerdote en la T, O. R., pide para ir a las Misiones del Brasil. Fué enviado a Cáceres de Mato-Grosso, En 1932 fué nombrado, por la Santa Sede, administrador de la nueva Prefectura Apostólica de Guajará-Mirim, El penetró selva adentro con un solo Padre y un Her¬ mano lego. En una región donde nada había, surgieron, apesar de la falta de todo, es¬ cuelas, hospitales e iglesias. El suplió la falta de medios, convirtiéndose en carpintero, albañil, /iserrador, mecánico, chaufer, marinero, etc. Ha sufrido fiebres palúdicas con todas sus consecuencias: ictericia, erisipela, ecze¬ mas, llagas horribles, Pero Monseñor Rey ha trabajado siempre: constructor, médico, enfermero, curando, los cuerpos y las almas. Cada año recorre, en todas direcciones, su inmenso territorio en barca, a pie y a caballo. Para ir a visitar las tribus indianas
ha hecho recorridos de dos mil kilómetros.
En 1945, como merecida recompensa de sus trabajos apostólicos, la Santa Sede le confirió la dignidad episcopal, siendo consagrado día 9 de septiembre».
Por la traducción,
P. JERONIMO GENO VARO, T. O. R. Misionero en el Guaporé
^ara nuestras misiones de Mato Grosso
LO QUE DICEN LOS LECTORES:
Rdo. P. Director de «El Heraldo de Cristo». - Palma de Mallorca
...Además le incluyo 50 pesetas para que las mande a los misioneros francis¬ canos de Guaporé, Mato Grosso, para adquirir el material necesario para poder revelar las fotos de sus indios. Bien veo que es sólo un granito de arena, pero que, unido a otros, podrá formar un pequeño bloque. Estas pesetas son fruto de los sacrificios de nuestras pequeñas, que sienten gran entusiasmo por todo lo que se refiere a Misiones y, más en particular, por las de Mateo Grosso, encomenda- '
das a nuestros Pdres...
Colegio de Religiosas Franciscanas de Ferrerias (Menorca)
Antonio Villalonga o
Bartolomé Femenias 20
Antonio Botellas
10
Bay eras, (Jaime)
8
Miguel Veny
10
Bernardo Nicolau
10
Francisco Company 5
Antonio Mestre
5
Juan Cerdo
5
Bartolomé Gii^ard 10
Miguel Pujol
8
Bartolomé Riera
10
Bernardo Reus
5
Jaime Bennassar Antonio Morey Miguel Ramón
Antonio Feliu
Antonio Campins
Salvador Bauzá
Anónimo
Mateo Sansó
. Francisco Sánchez^ Gregorio Mateu Juan Cabot
Nadal Vidal
Juan Borras
10 José Quetglas
20
8 Salvador Sans
11
.
5 Juan Bauzá
10
5 Pedro Marqués
25
5 Jaime Oliver
10
10 Anónimo
7
7 Colegio franciscanas
6 de Llubí
10
20 F. Cardeli (Llubí) 15
10 1-Jompart (Llubí)
15
1q ' Col. Fr. Ferrerias 50
■*
25
5
Total. . 415^00
la «Cançó de les veritats»
I, A «Cançó de les veritats» es ün sartal de perogrulladas que se recita en todos los
pueblos de Mallorca. Yo siento una verdadera predilección por esta «codolada»
que ha sido la primera piedra de mi cancionero mallorquín.
.Estábamos en el año 1915. Yo vivía, entonces, en Lluchmayor, estudiando Huma¬
nidades. Desconocía en absoluto qué cosa fuese el folklore, ni tenía la más remota
idea del renacimiento catalán, una de cu3ms bases fué precisamente el folklore. El
folklore contriburm de un modo muy eficaz a la resurrección de una lengua, litera¬
riamente extinguida.
No obstante, como procedo del campo de Mallorca y había pasado mi infancia en
un ambiente saturado de esencias 5:^ canciones populares, por instinto, ya en 1915, es¬
cribía casi siempre en nuestro idioma natal. (Con ortografía de cafre, eso sí). Y sin
saber bien por qué, ya en aquella lejaPa fecha, había empezado a tomar nota de las
frases, refranes y sentencias que se cafan de la boca de los pocos labriegos con quie¬
nes yo trataba. Éra una pura delicia, recoger una frase nueva. Una delicia semejante
a la del cazador cuando cobra una pieza valiosa. Con la data de 1915, guardo una li¬
breta escolar repleta de fraseología indígena, escrita en tinta roja. Desde entonces
no he cesado en mis anotaciones lexicográficas.
Pues bien, en la última página de esta libreta, transcribí la «Cançó de Ies veritats»,
la primera canción que he copiado en mi vida de folk'orista. Aquí, también, el instin¬
to se anticipó a la refiexión.
''
La memoria en los años juveniles es fiel y tenaz 3^ por esto recuerdo perfectamen¬
te quien me dijo, en 1915, la canción susodicha. ’
Fué el bondadoso 3" humilde lego franciscano,Fray Julián Niell Vanrell que nació,
en Sineu, el 6 febrero 18/0 y murió el 19 agosto 1948, en el santuario de Cura. Aun
estoy viéndolo. Pequeño, rechoncho, cabeza esférica con una calvicie prematura, grue¬
sos lentes, carrillos abultados, labios prominentes, cuellicorto, papada colgante, ma¬
nos carnosas. Tenía el título de maestro 3" regentó, durante bastantes años, en el con¬
vento de Lluchma3mr, la escuela de primera enseñanza.
»
. Este ha sido el colaborador oral número uno del «Cançoner Popular de Mallorca».
Al presente, las personas que han intervenido ya se elevan a varios millares, pues,
desde aquellos 3m remotos tiempos, nunca he perdido de vista las canciones del pue¬
blo mallorquín.
Sin Fray Julián Niell,'¿habría orientado mi vida hacia el folklore? La respuesta
afirmativa es la más probable, pues lo llevaba en el alma. Pero quien despertó mi
afición, hasta entonces inconsciente, al cancionero mallorquín, fué el querido Fray
Julián, al recitarme, con infantiles explosiones de risa, la «Cançó de les veritats».
A Nadal, íorrons i a Pasco, panades.
Un aucell sense ales
no poí volar.
A una casa sense pa
no están contents,
A una jaia sense dents dau-li pa itíoll.
Una gerra sense coll
no està acabada.
A una bota buidada
no hi que ponyir.
Es nostro morir
s'acosta cada hora.
A ses parts d'enfora no sé què s'hi fa.
I per haver-hi d'anar,
me sap com a greu.
Qui pledeíja amb Déu
mai guanya.
Ses regles d'Espanya
s'usen així.
Qui s'aixeca dematí
va allà on vol.
Val més dur dol
que morir-sè. Qui jura ver no jura fals. An ets llocs alts,
bones mirades.
Ses torrentades
van cap avall.
El Heraldo de Cristo
95
Es fadrins, dins un ball,
van arugats. Eís homes gats caminen tort.
No hi ha com la morí
per fer plorar.
En el món no hi ha
com sa riquesa, perque sa pobresa
ningú la vol. Un llum an es sol.
no fa claror.
Un homo traidor
fa dues cares.
S'Hort de Ca's Frares
ja està pagat. Un gat escaldat
aigo freda tem. Ja ès hora de ,que acabem
es cuento de ses veritats.
Si t'ha agradat, menja-í'ho salat.
.Quatre baícollades
a tots es qui han escoltat!
Voces de aliento
El buen amigo y colaborador Baltasar Coll, estudiante de Filología clásica, me ha
escrito una extensa carta desde Barcelona. Creo un deber informar de ella a los lecto-’
res de esta sección pues la carta se refiere al «Cançoner Popular de Mallorca». Como es
bastante larga, me ha sido forzoso el extractarla para poderla incluir en este apartado. En mi camino de folklorista, he oído palabras adversas, he topado con seres ridí¬
culos y venenosos que se propusieron descalabrarme con las pedradas de sus desde¬
nes, pero no han faltado, en compensación, voces de aliento, como las .siguientes del
amigo Baltasar.
.
Benvolgut Pare Ginard: Tot i essent pròximes les vacances de Pasqua i, en Conseqüèn¬ cia, imminent el meu retorn a Lluchmajor, no vull passar sense donar-li compte, per escrit, d'un acte celebrat dia. 20 del març que correm, al Seminari de Filologia Romànica de la
nostra Facultat. Aquest acte fou un bon testimoni de que les recerques folklòriques s'han atret la simpatia dels estudiosos i erudits i endemés que el «Cançoner Popular de Mallor¬ ca», que vosíé prepara, té fervorosos amics i deyots entusiastes.
Doncs bé, el passat 20 de març, un estudiant de IV Curs, fill ,de Campos i de nom Joan
Veny Clar, que estima les nostres coses i entreten, a l'estiu, els seus ocis cercant cançons,
llegí una comunicació amb el títol «Notes sobre cançons populars mallorquines». Nombroses vegades esmentà el nom de vosté a lo llarg de la disertació i en tota ella
feu patent l'extraordinària importància del cançoner de vosíé, màxim monument del folk¬ lore balear junt amb les «Rondaies» de Mn. Alcover.
Al final, eí Dr. Badia inicià l'acostumat diàleg i fou llavors quan plogueren les pre¬
guntes sobre el cançoner de vosté, preguntes que, per indicació de Joan Veny i donada la meva condició de col·laborador de l'obra, jo vaig contestar en la mida dels meus co-"
neixements d'ella.
Mai haguessin somniat que el «Cançoner Popular de Mallorca» sia superior en mateíerials a la çol-lecció «Cantos Populares Españoles» de Rodríguez Marín que se refereix a
tota Espanya (Sevilla, 1882); que hi hagi reunits al cançoner de vosíé prop de 300 roman¬
ços i coniengui coses tan interessants com una versió folklòrica de «El Misteri d'Elche». «Quina font de tesis doctorals!» fou l'exclamació dels universitaris. Si «La Cançó del
Comíe Arnau», una sola cançó, ha donat matèria per un treball tan extraordinari com el
de Josep Romeu Figueras, publicat pel «Consejo Superior de Investigaciones Científicas»,
què serà en estampar-se el cançoner de vosíé, interessant í copiós per les cançons curtes,
peró molí més interessant, encara, en la parí del romancer que ofereix tants de temes in¬
explorats i dignes d'estudis?
■.
Li he escrit aquests mots amb immensa satisfacció personal i per estimular-lo, si fos ne¬
cessari, a enllestir, com més prest millor, el seu cançoner, glòria del poble mallorquí i
tresor del folklore romànic.
Coyipíi sempre amb la devota admiració i sincera amistat de
Barcelona, 24:111-53.
BALTASAR COLL THOMÁS
A Baltasar Coll, que sabe muy bien cómo le aprecio por su bondad y talento, no quiero, en esta ocasión, hacerle cumplidos y devolverle los elogios, pues, ahora estos elogios y cumplidos no parecerían completamente desinteresados. Pero viendo como escribe de mi obra predilecta, el «Cançoner Popular de Mallorca», no puedo menos de decir, con emocionada sencillez, al amigo y colaborador Baltasar; «muchas gracias».
R. G. B.
FRANCISCANISMO
(^/
V. de ía
enceta
Ti A Tercera Orden es, en la Iglesia de Dios, como un ejército bien disciplinado, una milicia espiritual que lucha siempre por los eternos derechos de Dios y del santo Evangelio. Tiene por Rey al mismo Señor Jesucristo y por Caudillo al Santo Funda¬ dor, el Serafín de Asis.
Y así como todo ejército tiene su uniforme y bandera, también lo tiene la milicia terciaria Es el escapülarió y el cordón. La Regla obliga a llevarlos; es la librea que adorna, embellece y defiende a los hijos de la Familia Seráfica.
Este bendito escapulario ha cubierto miles \_v miles de veces el pecho generoso de pontífices, obispos, sacerdotes, reyes, magistrados, santos. Esta cuerda blanca ha ce¬ ñido innumerables cuerpos de penitentes que han hecho de ella el instrumento de su
santificación. Todo terciario, pues, debe apreciarlos y estimarlos en mucho.
Cuando el Santo de Asís tuvo la genial idea de fundar la Orden Tercera, con la
cual también en el mundo se podría ser franciscano, dió un hábito talar con una cuer¬
da a los terciarios, como lo había prescrito a la primera y segunda Orden. Pero, an¬
dando los tiempos, este hábito se ha ido acortando hasta quedar reducido al escapu¬
lario y cordón sin que, no obstante, perdiese nada de su excelencia y dignidad ni nin¬
guno de sus privilegios.
•
La excelencia del hábito franciscano bien se puede colegir de las palabras y cere¬ monias que usa la Iglesia al imponerlo: «Despójete el Señor del hombre viejo..,.»—di¬ ce el sacerdote al cantJidato —. E imponiéndole el escapulario añade: «Vístate el Se¬ ñor del nuevo hombre que fué creado según Dios en justicia y santidad de verdad».
Hermosas y significativas también son las palabras que pronuncia el sacerdote al imponer el cordón: «Cíñate el Señor con cingulo de pureza y apague en tí los afectos libidinosos para que permanezca en ti la virtud de la continencia y castidad».
De todo ello bien claro se desprende el alto aprecio que él terciario debe hacer de
su escapulario y su cordón; son los distintivos tr.-izados por N. P. San Francisco, ben
decidos por ia Iglesia, impuestos en devotas ceremonias y santificados por tantos ilus¬
tres varones que los han llevado. No pueden menos de ser, pues, unas prendas riquí¬ simas, joyas de vilor inestimable, dignas por consiguiente de la más sincera estima¬ ción y profundo respeto.
El hábito de la Orden recuerda al terciario su consagración a Dios, su alistamien¬
to a la milicia franciscana y los deberes de su santa y excelsa vocación. Estima el mi¬ litar su uniforme, el magistrado su toga, el noble sus blasones y escudos, la autoridad sus insignias de mando; el terciario con más razón tendrá en gran aprecio y estima la cuerda seráfica y el santo escapulario que tanto le analtecen ante Dios y lo acredi¬
tan ante el mundo como imitador de Cristo e hijo del Seráfico Padré San Francisco.
^Soldados de Cristo y nuevos Macabeos^ los llamó el Pontífice Gregorio IX a los terciarios franciscanos de su tiempo, por su valentía y denuedo en defender los dere¬ chos de la santa Iglesia.
Hoy día hay terciarios que no quieren llevar el santo escapulario. Hombres de poca fe y menos espíritu religioso, por ridículos respetos humanos, por motivos que no tienen explicación racional alguna, no llevan el hábito precioso de su Orden. El Santo Patriarca a estos tales no los reconocerá por hijos.
Lleven siempre los terciarios su santo hábito, lo amen y aprecien de suerte
que les ayude y mueva a vivir con mayor pureza y perfección, temiendo profanarlo
con algún desorden o con obras menos dignas de la santidad del mismo: Que la cuer¬
da seráfica y el escapulario sea recuerdo perenne de su excelsa vocación como hijos del padre San Francisco,’que es lo mismo que amadores selectos del mismo Jesucris¬
to, Nuestro Señor.
'
Fe. Antonio.
Favores de una Terfiaría Franciscana, la Sierva de Dios
SOR FRANCISCA-ANA CIRER y CARBONELL, Fundadora de
la Congregación de Hermanas de la Caridad de Sansellas.
|SI en vida de Sor Francisca-Ana eran muchos los que acudían a ella para que se interesara por sus necesidades, no son pocos los que hoy se encomiendan a su poderosa intercesión, para obtener de Dios la satis¬
facción de ver colmados sus deseos.
El joven D. Jaime Canudas Martínez se había preparado para tomar parte en las siempre reñidas oposiciones de ingreso en el Cuerpo Pericial
de Aduanas.
Comó el primer ejercicio empezaba el día diez de Marzo del pasado año 1952, y los opositores eran más de quinientos, para solo veinticinco
gloarzaFsraqnuceisdceab-Aíannac, uvbisriirtsaero, nlospocrriasqtiaunelolosspdaídarseseldseelpCualcnruoddaes,ladeSvieortovsa ddee
Dios y empezaron una novena, que continuaron en familia con sus hijas, para pedir la intercesión de aquella a favor de Jaime.
Habiendo obtenido éste una buena calificación en el primer ejercicio de las oposiciones, se enfervorizó más y más la familia Canudas en sus piadosas súplicas y terminada una novena, empezaban otra el siguiente día, de modo que, mientras duraban las oposiciones, las novenas se suce¬ dían una a otra continuamente, empezándolas siempre ante el sepulcro
de Sor Francisca-Ana.
Al dar principio a una de estas novenas, los padres del opositor invi¬ taron al P. Fornés a que les acompañara desde Palma a Sancellas, como amigo de su hijo. Ante el sepulcro de la Sierva de Dios, rezaron juntos el santísimo Rosario y, cumplidas sus devociones, entraron en el convento, donde las buenas Hermanas los acompañaron a la salita donde conservan multitud de venerados objetos que fueron del uso de la siempre apreciada y bien recordada «Madre Superiora» que fundó su Congregación en aque¬ lla bendita casa testigo de sus excelentes virtudes.
Durante la devota y venturosa visita, la señora D.^ María Martínez
de Canudas tomó una media, de. lana burda, que había usado la Sierva
de Dios, y se la aplicó un rato, con sincera devoción, sobre el ojo izquierdo.
Al P. Fornc^ no le interesó, de momento, aquel acto de D.‘^ María,
ignorando lo qu'e ésta pretendía con ello; pero se alegró de veras cuando, a la mañana siguiente, el señor .Canudas le telefoneaba, rebosando alegre satisfacción y diciendo: .«Mi esposa está curada de la fístula^ no le supura
ni la incomoda».
Efectivamente D.^ María Martínez, desde hacía unos diez años, pade¬ cía una rija o fístula, bajo del lagrimal del ojo izquierdo, que le manaba pus e incomodaba siempre, a pesar de la asistencia de los médicos y no
obstante las medicinas.
La fístula desapareció repentinamente, y la curación hizo entender a la familia Canudas que Sor Francisca-Ana atendía a sus oraciones y por
tanto, que Jaime su hijo, triunfante en las oposiciones, obtendría la plaza
apetecida: Y no se engañaron en sus esperanzas. Siguieron fervorosos con las novenas, confiados en la intercesión de
su Protectora. Las oposiciones terminaron el día 22 de Junio y, el día 24, supieron que Canudas había sido aprobado y que ingresaba en el Cuerpo de Aduanas, con el número trece de la oposición y, como tenemos dicho', eran veinticinco las plazas que iban a cubrirse.
No es para ponderar la justificada alegría de la familia Canudas, ni tampoco es decible el sumo agradecimiento que siente toda ella a la Ter¬ ciaria Franciscana, la Fundadora de Hermanas de la Caridad SOR
FRANCISCA-ANA CIRER.
¡Gloria a la humilde y siempre bondadosa Hermana de la Caridad!
Fr. Francisco
MES DE MA¡\\ZO
IMPOSICION DE TUNICAS.—El domingo, día 15, ante las gradas del altar reci¬
bieron de manos del Rdo. P. Prior la túnica y el cordón como aspirantes a hermanos
legos los siguientes jóvenes:
,
.
Antonió Ramírez Castillo, deCastil de Campos (Córdoba), José Muñoz T.ópez, de
El Toboso (Toledo) y Jaime Campins Pons de Lloseta (Mallorca).
Dichos aspirantes, después de haber cumplido el semestre reglamentario de pos-
tulantado, serán admitidos en caso de aprobación a la vestición del Santo hábito,
el próximo verano.
Por la tarde el M. Rdo. P. Bartolomé Nicolau, Ministro Provincial, dirijió una
Hora Santa para todos los colegiales seráficos y Comunidad.
FESTIVIDAD DE SAN JOSE.-^La fiesta del Patriarca San José fué celebrada con Misa Solemne que ofició el Rdo. P. Prior, asistido por los RR. P. J. Mut y P. V. Ortiz, en calidad de ministros sagrados. Fué interpretada por la «Sellóla» la 1.^ Pon¬
tificalis de L. Perosi, a tres voces mixtas.
Después de la función religiosa de la noche fue proyectado ql film «Fuego en la Nieve» alusivo a la II guerra mundial.
EJERCICIOS ESPIRITUALES. —Concluidas las pruebas del segundo trimestfe del año escolar tenidas en Religión, Preceptiva Literaria, Ciencias Exactas, Latín, Geografía e Historia, los colegiales seráficos practicaron el retiro anual de los Santos Ejercicios. Fueron predicados por el M. Rdo. P, Bartolomé Nicolau, Ministro Provin¬ cial. La tanda empezó el miércoles de la Semana de Pasión, día 25, finalizando en la madrugada del domingo, día 29, con el rosario de la aurora, en el que fué llevada en andas la imagén de Ntra. Señora; después de la predicación de unos fervorines se' acercaron los ejercitantes a la Mesa Eucarística: antes de terminar el santo retiro tuvo también lugar la consagración a la Virgen Inmaculada seguida de bellísimos
cantos marianos.
SEMANA SANTA;—El domingo de Ramos, después de la bendición y procesión de las Palmas, hubo Misa Mayor que celebró el Rdo. P. M. Tou$ y Gayá, Prior, en la que se interpretó una partitura a 3 voces del Mtro. Pardós Arrúe. Fué entonado el «Passio» por los RR. P. Miguel Ferrer, P. Guillermo Carbonell y P., Gabriel Fernán¬ dez como Christus, Synagoga y Chronista, respectivamente.
El miércoles santo los colegiales, a excepción de los peninsulares, marcharon como de costumbre a sus poblaciones de donde regresaran después de concluidas las vacaciones de Pascua de Resurrección. Los Padres y restante personal de la Comu¬ nidad tomaron parte activa en las ceremonias del Triduo Sacro en diversos templos, singularmente en nuestra Basílica de San Francisco de Palma.
ONOMASTICO.-Celebró su onomástico el día 24, festividad del Arcángel San Gabriel, el Rdo, P. G. Fernández, profesor de nuestro colegio. Nuestra felicitación.
PALMA.—Día 27 de febrero durmióse en
el Señor la fervorosa terciaria franciscana
Dña. Josefa Cabrer Gayá. Devotísima del Serafín de Asís y muy amante de todo lo franciscano, asistía a las funciones religiosas de nuestra Basílica y nos ayudaba con sus limosnas en las obras piadosas. Nuestro pé¬ same a su hija Esperanza, Presidenta de Co¬ ro de la V. O. T., y demás familiares.
SON FERRIOL (Palma) —Confortada con los santos sacramentos y la Bendición Apos¬ tólica, día 14 de marzo falleció Dña. Antonia Parera Llompart, terciaria franciscana, mo¬ delo de esposas y madres cristianas. A su
’familia, en especial a Sor Rosa de la Euraristía, religiosa de los Sagrados Corazones,
nuestro pósame más sentido.
MANACOR.—Día 6 de abril entregó su espíritu al Señor la Religiosa Franciscana Sor Catalina de Serra Cuart, natural de Mu¬ ro, a los 70 años de edad y 46 de profesión religiosa. Fué muy amante de la pobreza,
de la obediencia y de la paciencia. Nues¬ tro pésame a las Religiosas Franciscanas y
familia de la difunta.
LA PUEBLA.— Día 2 de febrero murió en
el Señor, rica de méritos y de virtudes, la Religiosa Franciscana Sor Margarita del Sa¬ grario Perelló, natural de Muro. Pasó los me¬ jores años de su vida dedicada a la ense¬ ñanza, y, los últimos a la vera de la cruz,
víctima de una dolorosa enfermedad en la
que dió pruebas de la más sublime pacien¬ cia. Contaba 52 años de edad. Nuestro pésa¬ me a las Religiosas Franciscanas y familia
de la difunta.
MURO.^Día 4 de marzo bajó al sepulcro, confortada con los santos sacramentos y la Bendición Apostólica, la Religiosa Francis¬ cana Sor Agustina Gelabert, a los 81 años de edad y 63 de profesión religiosa. Cum¬ plió con la mayor solicitud el cargo de enfermera, curando no solamente los. males del cuerpo sino también los del alma. Nues¬ tro pésame a las Religiosas Franciscanas y íamiAia de la difur^ta.
ARTA.—Día 31 de marzo entregó su alma
a Dios D. Ginés Ayaía Tudela, de 64 años
de edad. Fervoroso terciario de N. P. S.
Francisco, asistía a todas las reuniones men¬ suales. Recibió con especial devoción ios
santos sacramentos y en su última enferme¬ dad dió pruebas de una fe muy viva y una caridad muy ardiente Por su carácter ale¬ gre y pacífico se había granjeado numero¬ sos amigos. Nuestro pésame a su esposa Dña. Francisca Massanet y sus hijos Sor María del Roser, Ginés, Miguel, Pedro y Francisca.
MOSCARI.—El día 27 del pasado enero durmióse en la paz del Señor, confortado con los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica, a la avanzada edad de 95 años, nuestro suscriptor D. Jaime Martorell Beltrán, colono del predio «Torrenteres de Son Fuster». Fué un ejemplar padre de familia. Devotísimo del Santo Rosario, hacía de esta oración su pan cotidiano con que alimenta¬ ba su espíritu. Nuestra más sentida condo¬
lencia a su familia.
VILLAFRANCA DE BONANY.-Día 4 de
noviembre del pasado año bajó al sepulcro el terciario y devoto de San Francisco D. Gabriel Mayo! Lladó, de 52 años de edad, 28 de los cuales pasó clavado en el lecho del dolor, uniendo sus sufrimientos a los de su Maestro Jesús, unas veces por la paz del mundo, otras por la conversión de los peca¬ dores, otras por las necesidades de la Parro¬ quia, o del Nuevo Seminario etc. «Dos ale-, grías grandes he tenido en mi vida —decía
poco antes de expirar — : la primera fué en
las Bodas de Plata dé mi Cruz, cuando acompañado de todos mis parientes pude asistir a la misa solemne y comunión en que nos unimos todos, después de oir el sermón que predicó mi primo P. J. Font, C. O. y la segunda, ahora, cuando he seguido paso a paso, con la boca y el corazón, las ceremo¬ nias del viático y de la extrema unción y he aceptado en mí la muerte que se aveci¬ na, como expiación de mis pecados.» A to¬ da la familia, especialmente a su hermana nuestro más sentido pésame.
D. Gabriel Mayol,' de Villafranca de Bonany
Sor Margarita del Sa¬ grario, R Franciscana.
D. Ginés Ayala Tudela,
de Artá
D.® Antonia Perera, de Palma
PAGINA
PARA NIÑOS
DE 5 A 95 AÑOS
La señora.—He encontrado tus guantes con las puntas de los dedos cortadas. ¿Cómo se explica eso?
El marido—¡Caramba! Se conoce que
me olvidé de sacarlos cuando me corté las uñas.
Una mujer le pregunta a su marido
trincador:
—Pero ¿por qué bebes tanto, Juan? —¡Calla, mujer!... Es para ahogar mis
penas.
—¿Acaso lo consigues? —¡Ca, mujé!' Las condenas saben nadar.
Había en un pueblo un embustero in¬ corregible.
Un día le dijo el alcalde ante varios amigos:
—Vamos, díganos usted una mentira. —Enseguida, señor alcalde. Es usted
una excelente persona.
Entran un andaluz y un valenciano en un café y piden un té cada uno. Cuando están servidos, le dice el andaluz en alta
voz:
—Ahora haces tu de madre, de modo que echa té.
El valenciano lo sirvió y se levantó di¬
ciendo al andaluz:
—Ahora haz tu de padre y págalo.
8756342.^3ACERTIJOS3
M. Pou Bel Colón I Artá
Con las letras de la tarjeta componer el
nombre de un Padre T. O. R. conocido de nuestros lectores.
2) Tiene hojas y no es planta, tiene lomo y no es comestible, tiene pastas y no es pastelero,
nada sabe y mucho enseña,
3)
1
621
75375
545
5
565
23762
8668818
La línea vertical, eje de la figura,' es el nombre dé un pueblo de Mallorca.
Horizontales: 1.^ Consonante Lleno
Instrumento músico
Organo del cuerpo
Vocal
Metal
Ensenada
Dos consonantes con-
[secutivas.
Soluciones de.Marzo.
1. Las aves tienen más de dos patas y me¬ nos de tres,’pues tienen dos patas y pico.
2. El mes de febrero, pues es el más cor¬
to, es el mes en qué menos hablan las
mujeres. '
■
3. María.
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