El Heraldo de Cristo 1951, n. 502
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EL HERALDO DE CRISTO

Año L

Palma de Mallorca, Septiembre 1951

Núm. 502

El Congreso Eucorístico Internacional
de Barcelona
Excmo. Sr. D. Gregorio Modrego, Obispo de Barcelona, ha publicado una vi¬ brante proclama anunciando la celebración del.XXXV Congreso Eucorístico Internacional en la ciudad de Barcelona, por Ivoluntad del Papa Pío XII, felizmen¬
te reinante.
Han empezado ya las tareas más urgentes encaminadas a preparar la recep¬ ción y alojamiento de los congresistas de todo el mundo, que se espera serán en número muy crecido.
EL TEMA DEL CONGRESO
El tema que ha de constituir el asunto a tratar en las sesiones del gran Cer¬ tamen, propuesto por el Prelado barcelonés y aceptado por el Sumo Pontífice, es; «La Eucaristía y la Paz».
«La elección de este tema venía aconsejada por las circunstancias actuales, de una postguerra que, a pesar de tanta sangre y de tantas lágrimas, no ha acer¬ tado a elaborar la paz, sino que ha engendrado serios temores de conflictos ar¬ mados mucho más graves. Se quiere llegar a la paz por caminos que no son trazados por Dios. A lo largo de su pontificado, el Papa ha enseñado, en repeti¬ dos mensajes y discursos, la doctrina de la verdadera paz». «Hoy mismo—conti¬ núa diciendo él Prelado—, cuando esto escribimos, resuenan todavía las palabres del Papa en el día solemne de la Pascua de Resurrección, dirigiendo al mundo su voz de Maestro y al cielo su plegaria de Pontífice, por la paz justa, la caridad universalizada y la hermandad entre todos los hombres. Doctrina, plegaria y acción: todo lo ha puesto Pío XII al servicio de la paz y concordia entre las na¬ ciones, realizando el símbolo y la leyenda de su escudo papal: «Opus justiae
pax».
Gobernando la Iglesia un Pontífice de tales características, las circunstan¬ cias que envuelven al mundo en un ambiente de intranquilidad y zozobra, pe¬ dían que el próximo Congreso Eucorístico Internacional tomara y desarrollara el lema: «La Eucaristía y la Paz».
GRATAS IMPRESIONES EN EL EXTRANJERO
El Excmo. Sr. Alejandro Vachon, Arzobispo de Otawa y Presidente del Co¬ mité permanente de los Congresos Eucarísticos, en carta del 14 de febrero decía: «Me alegro vivamente de la decisión déla Santa Sede, porque yo estimo que (Barcelona) la ciedad episcopal de V. E. es el lugar ideal para la celebración de un Congreso Eucorístico Internacional».
El Rvdmo. P. Misseglia, Secretario general de dicho Comité, en 22 del mismo mes: «He sabido simultáneamente por la Secretaría de Estado y por el «Obsservatore Romano» la grata noticia, de la que vivamente me alegro con V. E., con esta noble ciudad y con la generosa nación española. A ustedes ha correspon¬ dido el alto honor de reanudar la gloriosa serie de triunfos Internacionales de
Jesús Sacramentado».
A pesar de que sólo había publicado lo noticia el «Obsservotore Romano»,

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Ei Heraldo de Cristo

de Italia, Suiza, Bélgica, Francia, Argentina, Chile y otras repúblicas sudameri¬ canas se van recibiendo impresiones del entusiasmo que ha suscitado la desig¬ nación de España, y concretqmente la ciudad de Barcelona, para sede del pró¬ ximo Congreso Eucarístico Internacional.
ESPERANZA EN EL EXITO Y MOTIVOS QUE LA ALIENTAN
A raíz de! Congreso Eucarístico Internacional de Madrid, el año 1911, el en¬ tonces Obispo de Namur, Mons. Heilen, después de elogiar los Congresos prece¬
dentes celebrados en Colonia, Londres, etc., añadía: «El que acaba de celebrarse
en Madrid no es menos memorable, por su esplendor y por su utilidad». Se trata¬ ba, en efecto, de empresa en la que España no podía ser inferior a ninguna otra
nación.»
Después de cuarenta años vuelve a celebrarse el Congreso Eucarístico Inter¬ nacional en España, que no ha dejado de ser católica, sino que ha reafirmado y rubricado con sangre de mártires su fe religiosa y su amor a Jesucristo; y esta vez se celebra en la espléndida Barcelona, que a ninguna otra ciudad quiere ceder el primer puesto en la firmeza y fecundidad de su fe y en su devoción y amor a
la Santísima Eucaristía-
Barcelona, la de las famosas procesiones del Corpus, la segunda ciudad del mundo en que se celebró esa procesión; Barcelona, que en 1944 celebró un Con¬ greso Eucarístico Diocesano que pareció adquirir volumen e importancia de Con¬ greso Internacional; Barcelona, que el pasado mes de febrero, durante quince días, vivió pendiente de la palabra de quinientos misioneros, llenando más de cuatrocientos centros misionales, escuchando con recogimiento por la radio, en en sus casas, en las calles y plazas, alrededor de los altavoces.
FRUTOS QUE HA DE PRODUCIR EL CONGRESO
Después de manifestar que se ha dado comienzo a los trabajos de organiza¬ ción, el señor Obispo viene a concretar los resultados positivos que ha de rendir el magno Certamen. Desea que cada uno, desde‘su lugar, trabaje con interés y miras elevadas, no sólo para que resulte brillante la glorificación de Jesús Sacra¬ mentado —que es uno de los fines del Congreso—, sino que cada uno aquilate e intensifique su vida sobrenatural, a fin de que el Congreso Eucarístico Internacio¬ nal de Barcelona produzca el fruto precioso de una verdadera renovación y ele¬ vación espiritual de los individuos y de los pueblos; «Hemos de decir con obras, a| mundo, de qué es capaz esta ciudad cuando se trata de glorificar a Jesucristo Sacramentado y de laborar por la poz».
EL PATRONATO DEL CONGRESO
«Hay una santa tarea. Debe ya acometerse desde ahora y con fervor, espe¬ cialmente por las almas piadosas: la oración y el ofrecimiento de sacrificios y obras buenas. Pongamos, sí, en juegos todos los recursos humanos; organización, propaganda, etc., pero depositemos nuestra máxima confianza en la oración, sin la que nada se lograría, con la que podemos lograrlo todo, especialmente si ade¬ más de invocar a San Pascual, declarado por León XIII celestial Patrono de las obras eucarísticas, ponemos nuestras plegarias en manos de la Santísima Virgen, a cuyo efecto, así como recientemente proclamamos Patrona de la Santa Misión de Barcelona a la que lo es de la ciudad, la Santísima Virgen de la Merced, así ahora ponemos el Congreso Eucarístico Internacional bajo el Patronato de la Santísima Virgen de Monserrat, de tanta veneración en nuestra Diócesis, en Ca¬ taluña, en España y en gran parte del mundo católico».
Fiado en este maternal patronato, suplica el venerable Prelado que se eleven copiosas plegarias al trono de María para que sean devueltas desde la santa montaña convertidas en abundante lluvia de gracias y bendiciones fecundantes en favor del Congreso Eucarístico.

GLOSAS DE HISPANIDAD
Isabel la Católica, Cristóbal Colón
y Fr. Junípero Serra
I
CN la Capilla Real de ^Granada, ¡unto al sepulcro de Isabel la Católica, ha sido encendida una vela. Es la mano de fuego de la musa de la historia que
señala en el calendario del tiempo una fecha gloriosa. Día 22 de obril de 1451, «lili horas y II tercios de hora después del medio día... nasció la Santa Reina Ca¬ tólica Doña Isabel, fija del rey Don Juan II e de la reina Isabel, su mugen...», como
anotaba en su «Cronicón» el físico doctor Toledo.
Después de la bendita Madre de Dios, cuyo nacimiento, según conta lo Li¬ turgia, anunció el gozo al universo mundo, ninguna hija de Evo ha sido saludada por los historiadores con tan bella música de ministriles, trompetos y otcbales. Ya lo ha advertido Pérez Agudo en una letanía lauretana, florida y bien oliente como una guirnalda de rosas frescas: Colón, el P. Las Casas y otros muchos la han llamado «santa»; Fray Andrés de Miranda, «la elegida de Dios»; Pedro Már¬ tir de Anglería, «caída del cielo»; Tomás Walhs, «el último cruzado de Occiden¬ te», Cartagena decía con hipérbole que era «en la tierra la primera y en el cielo la segunda»; y Palafox la comparaba con Santa Teresa, que cuales fueron, tales hubieran sido, ésta en el trono y aquélla en el claustro. Más oún. Según José M.® Pemán, «doña Isabel se adelantó a pensar teresionomente )o que, luego, lo otra gran castellana, la Santa, había de escribir: «También anda Dios entre los puche¬ ros». A la verdad, también Isabel supo acometer con vehemencia la política del aceite y del pan.JSlo pocas preocupaciones de lós sociólogos modernos, tales como la jornada de siete horas,'el descanso dominical, la regulación de salarios tuvieron ya asombrosa previsión en aquellos tan sabios como humonas leyes en
que Isabel se preocupaba por el bien y la igualdad de los indios de América. ¡Reina santa! «Quiera Dios—diremos con el que fué Ministro de Educación
Nacional, señor Ibáñez Martín—enaltecer con el honor supremo de sus sontos a esta Reina inagualable. España tendría una aureola más sobre los sienes de una mujer coronada y la Iglesia católica una corona más sóbrela cobeza de una mujer aureolada de santidad. ¡Isabel de Castilla, Reina católica, qué bien sonarío llamarla Santa Isabel, Reina de España!»
España entera celebra con santo alborozo la gloriosa efemérides. Y no sola¬ mente España. También Hispano-América, con sus veintidós nocicnes y sus cin¬ cuenta millones de hijos, desfilará espiritualmente, en vuelo místico de paloma, ante la tumba de aquella mujer egregia que, más que su reina y señora, fué su amantísima madre. Ya es mucho que Isabel y Fernando prestaran oídos atentos y cariñosos a las teorías de Colón. Ya es mucho que, a fuerza de privaciones y con el sacrificio de sus propias joyas, lograran armar tres naos, la «Sonta María,» la «Niña» y la «Pinta», que habían de completar el globo y traer a la civilización un nuevo hemisferio. Ya es mucho que el amigo y confidente de la Reina, fray Juan

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El Heraldo de Cristo

Pérez de Marchena venciera la oposición de los marineros de Palos que se nega¬ ban a embarcarse por temor de los ilimitados océanos y de las tan lejanas como inciertas regiones nuevas. Porque, si bien es verdad que, en la Edad Media, llega¬ ron a alcanzar gran fama las carrascas de Venecia, y, especialmente, las cara¬ belas de España y de Portugal, no es menos cierto que aún éstas, en cuanto a comodidades no distaban mucho de las naves que se usaban en tiempos de las Cruzadas. Y se sabe que de las ochocientas personas que conducía el navio de San Luís, las dos terceras partes estaban amontonadas en los entrepuentes, y se veían forzados a dormir dos en el lecho de uno, uno a la cabeza y el otro a los pies, «uno tenente pedes versus caput alterius», a dos pasos de los caballos, a los cuales, suspendidos por cinchas y con sólo veintisiete pulgadas de largo para cada uno, había que dar friegas dé tiempo en tiempo, para desentumecerles los miembros. ¿No sabéis, además, que hubo que emplear órdenes despóticas con los marineros de Palos, que no veían en aquella arriesgada expedición marítima más que un artificio de los reyes para castigarles por una pasada rebelión, en pena de
la cual habían sido condenados a suministrar anualmente a la corona dos carabe¬
las, las dos que precisamente, aquel año, se destinaban a Colón, y si se armó un tercer bajel gracia fué y gloria de los Pinzones?
Ya es mucho —repito- que, con todos estos exquisitos dolores de parto, la Realeza Católica de Isabel y Fernando y Fernando e Isabel — «tanto monta» — diera a luz felizmente un nuevo mundo, pero todo esto sería muy poco—repitosi a esas nuevas tierras Isabel y Fernando y Fernando e Isabel no les hubieran dado su fe, el habla de Castilla y su sangre hidalga y generosa. ¿Es que será pre¬ ciso comparar la civilización de estas veintidós naciones gemelas —parto múltiplo y prodigioso de España cuando era solamente una doncella como noción moder¬ na- con la de quinientos millones de indios, que viven en la secular lucha de cas¬ tas; y con la de otros tantos millones de almas que en China habitan en la barbarie milenaria, no pasando por alto al Islam, ni aún a la semisalvaje Rusia, hundida en el comunismo, para apreciar en su justo valor la gran epopeya nacional española del descubrimiento de América, de la que si Colón fué cabeza y cerebro, Isabel " fué toda entrañas y corazón?
Que en la gesta heroica del Almirante genovés puso la Santa Reina sus deli¬ cadas manos femeninas bien lo ponen de manifiesto los historiadores, al prego¬ nar que el fin principal de aventurarse en aquella arriesgada empresa no era otro que dilatar el Evangelio hasta los últimos confines del orbe. Mas aun; con el oro de aquellos fabulosos países indianos podría armarse una Cruzada y rescatar los lugares de Jesucristo, en Tierra Santa y subyugar la Media Luna. ¿No sabéis que a los votos de los primeros días añadió Colón, más adelante, un nuevo voto, esa saber, que con las riquezas que adquiriese en siete años, alistaría cuatro mil ca¬ ballos y cinco mil peones, y otros tantos en los cinco años sucesivos, para rescatar el Santo Sepulcro?
M. CALDENTEY, T. O. R.

BREVIARIO POPULAR

A D. Miguel Forteza, poefa de una clásica
sobriedad, colaborador de nuestro iCançoner Popular de Mallorca».

Cançons amoroses.-IV

Ia poesía popular es el triunfo de la sencillez. En sentido moral, donde hay sencillez e intención recta, los actos humanes son buenos. Esto mismo puede
afirmarse, en^sentido artístico,de las producciones poéticas.Si, en lascanciones po¬
pulares, hay frescor y lozanía, es porque son sencillas, directas y claras. Los lim¬
pios de corazón, ios que aman la belleza por la belleza (esto, en el fondo, es
amar a Dios, hermosura esencial) sin preocupaciones utilitarias, producen, si son artistas, obras de vida imperecedera. Así, el pueblo cuando hace de poeta.
El amar a Dios, por puro amor, es el amor teológico más perfecto. El amar la belleza por la belleza, es el amor estético más limpio y esta limpieza, cuando
uno es artista, queda siempre reflejada en sus obras de arte. AAas si el artista, en vez de moverse por amor a la belleza, se mueve por vanidad personal, por ava¬
ricia, estas intenciones impuras, irremisiblemente, se proyectan, afeándolas, en
sus creaciones.
Si la poesía popular, en medio de su rustiquez, es tan linda es porque no sa¬ be de intenciones bastardas y se guía, únicamente, por el instinto de la belleza. La poesía popular es hija del sentimiento y de la necesidad vital de cantar. Así, un rosal florece, no para ofrecerse en espectáculo, sino porque se lo exige la savia. La poesía popular (arte en estado de infancia) es tan humilde que se igno¬ ra a ella misma. ¿Pero existe algo más hermoso que la despreocupada humildad y el gracioso desaliño de la infancia?
Estas consideraciones, inspiradas, sobretodo, en los cantares amorosos del «Cançoner Popular de Mallorca», se pueden referir, hechas las debidas salveda¬ des, a los poemas del amigo y distinguido colaborador D. Miguel Forteza, Jefe de Obras Públicas de Baleares. (D. Miguel y su inolvidable hermano Guillermo, reunieron, en sus verdes años, una importante colección de cantos populares. D. Miguel, con gesto de gran señor, los ha puesto a disposición nuestra.)
La poesía de D. Miguel es límpida y tiene la infalsificabie sencillez y belleza de las cosas elementales: el agua, la luz, las flores, el canto de un ruiseñor. Poeta
fino, sobrio, recatado iY con qué maestría sabe armonizar o comentar, en verso, las canciones popularesl
A este sensitivo artista que traza caminos con la gracia de un poeta y escribe
poemas con la exactitud y precisión de un ingeniero, nuestras más rendidas
gracias.

Francisqueta d'es meu cor, tu éts sa meva alegria. Per tu, sa vida daria; què faries, tu, per jo?
Vós sou estrella de Malta
o sirena de la mar.
Vós sou qui me poreu dar alegría més que una altra.
A Algaida, es festetjadors damunt sa caixa s'asseuen, i, a Randa, cadira treuen
i seuen com a senyors.
A Algaida, nines hi ha qui, brodant, se deverteixen, i es fadrins qui les coneixen vies troben cares p'es pa.

A Andraitx i a Cauvià, ■ ses aigos fresques són poques,
però hi ha unes atlotes qui ets uis fan espiretjar.
A aplegar busques, Mateu, que ja ve sa primavera. Tü, seras colomí meu i, jo, colomina teva.
A Aubarca, devora mar, hi teñe sa meva alegria: un jo ve qui em fa passar molt de turment, nit i dia.
Abantes (abans) de fer es fiol, es eoínpare bó em volia; però, ara, de cada dia, com més va, manco me vol.

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El Heraldo de Cristo

A Bellpuig, teñe s'alegria, i, a Sa Jordana, tristor; a Sa Resclò, hi tene s'amor qui em turmenta, nit i dia.
A eada eap, hi ha fita, an es eap, sa partió. Jo no deixaré s'amor, maldament siga petita.
A Cala Figuera, pesca
el tresor de mon amor.
Voldria que fes maror perque prest acabàs s'esca,
A ca-nostra, sempre ve
un sonador de guitarra.
Jo me'n ric si no té terra:
si no tenc pa, ballaré.
A Ciutat, fóreu ahir, bona amor, i no us vaig veure! Ja poreu pensar i creure de tristor, si en vaig tenir!
A ca-vostra, hi sou de més i, a ca-nostra, hi feis falta. Vós sou la prenda més alta que compraria amb diners.
A Ciutat, hi ha un om
atracat a sa vorera.
Ja diràs a sa guerrera
que, per ella, no'm recon.
A Ciutat, me'n aniré a llogar-me per criada, sense paga ni soldada, per servir un artiller.
A dalt un puig, vaig filar un fil de llarga esperança. Juan, sa teva enyorança
m'ha d'arribar a matar!
A damunt Sant Salvador, me seguí una passada: que vaig veure s'estimada i la Mare de Déu, no.
A damunt Sant Salvador, jo no m'hi enyoraria; però més m'estimaria es cor d'En Miquel Tascó.
A darrera una paret,
vaig trobar una xiqueta, i ílavonces. En Jaumet qui festeíjava sa teta.
A devora ca'N Frasquel, mos dàrem sa despedida. Ramell de murta florida,
estona estaré a veuret!

Adins poc temps, me veuràs dins un hospital, tancada, i tu, sa cupa tendrás, perque estic enamorada.
Adins So'n Net, deixaré espines per recordança. A mi em basta s'enyorança per tot temps que viuré.
Adins una olla cruiada, ja no hi cuinen caragols. Tu, t'estufes que no em vols i jo no t'he demanada.
A dins un passa-volants, no n'hi caben més que dos: garridela, jo i vós mos hi camparem, guilants.
A dins un vas del Roser,
està enterrat mon compare.
Jo sempre dic a mu mare que hi voldria estar, també.
Adiós, adiós, tu, adiós, altra vegada; adiós, ma enamorada, tu no fas cas de ningú.
Adiós! Així passau? I jo tan enamorada! Quina vida tan penada, estimat meu, me donau!
Adiós, amor passada, adiós, amor volguda, com més pena m'éts causada, més voluntat t'he tenguda!
Adiós, amor passada, an el cel, me faràs lloc.
Et recordaràs un poc
d'es temps que t'he festetjada?
Adiós, amor passada, que ja no us entreteniu? Tanta amor com me teniu, tota ja l'heu olvidada?
Adiós a sa paret,
adiós a sa teulada, adiós, amor amada,
estona estaré a veure't!
Adiós, carrer, carrer,carrer, carrer, adiós! A casa que hi van senyors, un pobre què hi ha de fer?
Ala, curro, mira-t' hi a bailar aquesta mateixa! Ai, quina polla és aqueixa per fer penar un fadrí!
R. G. B.

EL VIA CRUCIS DE P. BARCELÓ ILUSTRA UNA — IGLESIA DE —
WACO-TEXAS (U. S. A.)
Por referirse a nuestra iglesia parroquial de Waco-Texas, copiamos del diario "El avance criollo" de La Habana las siguientes líneas.

(P. BARCELO;

^OS turistas cubanos que, en gran número, como todas las temporadas veraniegas, se están dirigiendo hacia el Sur de los Estados Unidos de Norte-América, vienen maravillados de los grandes murales que, tenien¬ do como tema el «Vía Crucis», ha confeccionado con destino a la iglesia de San Francisco, en Waco-Texas, el notabilísimo pintor Pedro J. Barceló Director de la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca,
en España.
En efecto, según nos informan muchos compatriotas de calidad que los han visto, en esas decoraciones el eminente artista español ha con¬ cretado un realismo desbordante que hace del calvario del Salvador del Mundo una visión tangible que penetra hasta lo más íntimo del especta¬ dor, subyugándolo y aprisionándolo para siempre. Se asegura en la pro¬ pia iglesia de Waco, nos han dicho, que el propio Maestro Barceló dijo
en relación con su obra en cuestión:—«Yo no puedo pintar las pasiones
de Cristo y las de los santos y los mártires sino en plena realidad. Me es necesario, pues, humanizarles. Y humanizados, su efecto, sobre el públi¬ co, se ejercerá todavía más». Como consecuencia, en aquella ciudad se estima que más ha hecho esa pintura por la propaganda de la fe cristia¬
na que cien misioneros juntos. Es indiscutible que, por lo general, la pintura en las iglesias se dirige
siempre a las muchedumbres, a la conquista de ellas, particularmenteLos mentores de la Iglesia de San Francisco de Waco, por eso, han teni¬ do el acierto indudable de saber escoger el lenguaje adecuado para hacer esa conquista, seleccionando al ilustre Profesor Barceló para tal metido. jUue lección humana y cristiana más útil y más preciosa, pues, se desprende de ese «Vía Crucis» albergado en un templo hocia el cual
se dirigen ahora centenares de viajeros cubanos con ánimo profono y turista pero del cual salen aprisionados por la fe, recuperodos por sus
creencias religiosas...!
Pedro J. Barceló ha merecido bien, con su genial creación, del cris¬
tianismo en nuestra América.

Rilo. P. Lorenzo Soler Jaume. T.Ol
natural de Villafranea de Bonany (IVlallorea)
Alumno de la Universidad Católica de Washington
Fué ungido sacerdote en Washington (U S. A.) día 5 de junio de 1951. Celebró su primera misa día 10 del mismo mes en nuestra iglesia parroquial de S. José de Newark (N. J.) Cantó su primera misa solemne en la pa¬ rroquia de su villa natal, día 15 del mismo mes de junio, teniendo de diᬠcono y subdiácono, respectivamente, a los Rdos. PP, Lorenzo Garí, primo del nuevo sacerdote, y Jerónimo Genovard, T. O. R. y, de capas, al Rdo P. Damián Nicolau T. O. R. y Rdo. Sr. D. Mateo Bauzá, Pbro. Ocupó la sagrada cátedra el Rdo, Sr. D. Miguel Siquier, CuraÉcónomo de Villafranea de Bonany, cuidando del canto la Capilla de La
Porciúncula.

Rdo. P. Rafael Sastre ServEra,
de Porreras (Mallorca)
Alumno del "Angélico" de Roma
eni^ Recibió la ordenación sacerdotal
Ciudad Eterna día 1 de julio de 1951 Di¬ jo su primera misa, al día siguiente,~'en^ la Capilla del Pesebre de la Basílica de' Santa María la Mayor, de Roma. Ofició su primera misa solemne día 22 del mis-' mo mes de julio, en la iglesia parro¬ quial de la villa de Porreras, asistido como capas, por el Rdo Sr. D. Gabriel Adrover, Cura-Ecónomo de la villa, y el Rdo. P. José Roig, Prior del Colegio de La Porciúncula, y teniendo de diᬠcono al Rdo. P. Meliá, C. O , y de sub¬
diácono al Rdo. P. Antonio Barceló, Secretario Provincial. Predicó el Rdo.
Sr. D, Juan Juliá, Pbro. pariente del misacantano. La Capilla de La Porciúncu¬ la interpretó una misa a voces del Mtro.
Perosi.

NUEVOS LEVITAS

Mo. P. Juan Garau Crespí,
de Sonta Eugenia (IVlallorea)
Licenciado en Teología por el "Angélico" de Roma
Fué ordenado sacerdote en Roma día 1
de julio de 1951. Un día después celebraba su primera misa en la Capilla del
Pesebre de la Basílica romana de Santa
María la Mayor. Cantó su primera misa día 25 del mismo mes de julio, en el templo parroquial de su pueblo, teniendo de capas al Rdo. Sr. D Bernardo Orell, Cura^Párroco, y al Rdo. P. Rafael Sastre, T. O. R , y de diácono y subdiácono, respectivamente, al Rdo. P. Antonio Mas, T. O R. y al Rdo. P. Jorge Oliver, T. O. R. Pregonó las ex'
celencias del sacerdocio el Rdo. P. Mi¬
guel Tous, Superior del Convento de San Buenaventura de Lluchmayor. El canto corrió a cargo de la Capilla de La
Porciúncula.

"ÜREMUS PRÜ REATISSÍ MO PAPA NOSTRO PIO

ITINERARIO DEL MONTE DE RANDA

III (1)

Monte de Dios

2|iEMPRE que he hablado en las fiestas del monte de Randa, lo hice con cierto temor. Temor revei-encial. Son estos unos parajes tan empapados de historia,- de una belle¬ za llana y sencilla, pero tan señoril,- unos parajes tan ennoblecidos por la presencia de Ramón Hull y las miradas insistentes de Nuestra Señora, que, francamente, hablar aquí,
me produce cierto escalofrío. Y si, en todas ocasiones, resulta un compromiso hablar, adecuadamente, en el
monte de Randa, hoy, lo es, todavía, más que otras veces. Pues, hoy, se trata de una fiesta litúrgica y casera, religiosa y familiar y esto exige la máxima delicadeza en los pensamientos y en las palabras y que, unos y otras, concuerden con el sitio donde la fiesta tiene lugar.
No es que yo intente, guárdeme Dios, decir cosas altisonantes. No. Aquí, ante la pureza lineal del paisaje, todo énfasis sería inoportuno. Los acontecimientos íntimos han de ser comentados con palabras sencillas. Pero, ahí está la dificultad, conseguir esta
desnudez y simplicidad de estilo,
Ningiín sitio más indicado que el oratorio mariano-luliano de Cura para la fiesta eucarística de unaé bodas de plata con el sacerdocio. El monte de Randa es como un monte bíblico, «com un enorme primitiu altar», según cantó Costa y Llobera.
Ya lo hemos indicado, otras veces. Esta montaña es el Tabor de Ramón Llull, donde, el Penitente, en el Pentecostés de su iluminación, se transfiguró en el Doctor Iluminado. En Randa, un ángel, disfrazado de pastor, amplificó las luces que el Maestro había re¬ cibido en la celeste ilustración primera. Finalmente, en Randa, hay el famoso lentisco, escrito por el dedo de Dios, como un divino certificado de los arrobos, sabiduría y
santidad de Ramón Llull.
Muchos textos de la Biblia tienen conexión con las cosas de este monte. El rebaño
silencioso de las nieblas, al lamer los peñascos, abre el sentido tangible de pasajes escriturísticos como estos: «Nubes y calina en torno suyo. El que da la nieve como lana y esparce la niebla como ceniza». (Ps. 96, 2; 147,16.) «Dios marcha en el torbellino y la tempestad, y las nieblas son el polvo de sus pies » (Nah. 1, 3.J La niebla recuerda el Sinaí. «Descendió Dios sobre el Sinaí y el monte humeaba por todas partes.» (Exod. 19,18 20.)
El viento sopla, casi sin interrupción, en el monte de Randa. Sintiendo su furia o sus caricias, uno piensa en el paraíso terrenal, donde «Dios andaba al fresco, después del mediodía». (Gen. 3, 8.) Y en aquello: «He aquí que pasa el Señor en el viento huraca¬ nado y sacude las montañas. Y Elias, por reverencia, se cubrió lacera con sumante». (III Reg. 19,11.) «Tiemblan los árboles del monte ante la faz del viento.» Isai. 7, 2.)
Los cuervos, amigos y despenseros de Profetas (III Reg. 17, 4-6) y anacoretas; estos cuervos bíblicos, argumento perenne de la Providencia de iDios (Ps. 146, 9¡ Luc. 12, 24)
son las aves más características del monte de Randa.
Dice David: «Dios hace brotar el heno y la hierba para los jumentos». (Ps 146, 8). Y, si derramáis los ojos por el monte, veréis las asnas de la aldehuela de Randa, paciendo.
Las fuentes nunca faltan en los paisajes literarios lulianos. Ni tampoco en los luga¬ res que el Maestro santificó con su presencia: Randa y Miramar. ¿Quién, pensando en

(1) Discurso pronunciado en el Santuario de Cura, día 1 agosto, 1951, con motivo de las bodas de plata sacerdotales del Rdo. P. Francisco Company.

£1 Heraldo de Cristo

185

los numerosos caños naturales por donde el monte vierte su sangre, no repite aque¬ llo de los salmos: «El que puede convertir las piedras en lago de aguas y las rocas en fuentes de aguas?» (Ps. 113; 8;)
La montaña, al norte y a levante, es abrupta. Si lanzáis un grito o una piedra. Iosabismos se sobresaltan con estrépito. Ya lo dijo un profeta (Hab. 3,10); «A la vista del Señor tiemblan las montañas y el abismo dió su voz».
Y, ahora, que, con piedras vivas y escogidas, labradas con muchos golpes de esco¬ plo y martillo, se restaura el santuario de Cura, ¿no descubrís, en el siguiente texto, la futura historia de este lugar, tal como nos la ofrecen el deseo y la fantasía? «El monte de la casa de Dios estará fundado en la cumbre de los otros montes, y se elevará sobre los collados, y correrán a él los pueblos y dirán; venid,'subamos al monte del Señor.^
(Isai. 2, 2 3; Mich- 4,1-2.)
Teniendo, pues, en cuenta la prestancia bíblica del monte de Randa, ¿es extraño si uno, al hablar aquí, se sienta algo cohibido y, más aun, en una fiesta como la de hoy?
Las bodas de plata
Celebrar unas bodas de plata, es como hacer un alto en la vida, volver los ojos sobre el camino andado y reanudarlo, inmediatamente, con más brío. Creo que el P. Company puede, complacido, detener su mirada sobre el panorama de estos veinti¬
cinco años-
El P. Company es Doctor en Filosofía y Licenciado en Teología. Regentó la cátedra de Filosofía en Aríá y en la Porciúncula. Fué Ecónomo y Secretario Provincial;‘Prior del convento de Palma y, actualmente, lo es de Cura, donde ha establecido la cofradía de Nuestra Señora de Cura y el Beato Ramón Llull. En estos altos cargos, el P. Company ha sido cumplidor de sus deberes y ha amado el decoro de la casa de Dios. Nuestro amigo se ha especializado en los estudios de mística y ha sobresalido en el campo de la predicación.
Para atajarme en mis elogios, se me podría objetar esta sentencia de la Escritura^ «No encomies, antes de su muerte, a hombre alguno» (Eccli. 11, 30.) «Por dos motivos dice San Maximino, es preferible alabar a un hombre después de su muerte, a hacer¬ lo durante su vida. De esta manera, al publicar sus méritos, no interviene la adulación en el que alaba ni se pone, en peligro de vanagloria, al alabado.» (Brev. Comm. .ConL Pont. lect. VI.)
En primer lugar, he procurado que mi panegírico sea austero y como hecho con sordina, pues, así, incluso, suena mejor. Aquel texto; «las palabras del Señor son pala¬ bras castas, sinceras; plata purificada en el crisol y refinada siete veces» {Ps. 11, 7), mo
ha servido de norma.
Esto, por una parte. Pero importa decir que, si los loores constituyen un peligro pues, fácilmente, suben a la cabeza, el silencio hostil que crea un clima inhospitalaria en torno de los que trabajan no es la actitud más recomendable ^para fomentar la unión y estimular las actividades nobles. Peligro por peligro, es preferible una colectividad donde se alaben, discretamente, las cosas que se lo merecen, a una grey de gente ceñu¬
da que sólo tiene ojos y lengua para very hablar de las tachas del prójimo. Si quere¬ mos que los talentos personales frutifiquen, rodeemos a nuestros hermanos de un am¬
biente de cordialidad.
Nuestras felicitaciones al P. Company significan, sencillamente, que nos hemos dado cuenta de su laboriosidad y la hemos seguido con interés. Si ahora, después da veinticinco años, se lo decimos, estamos seguros de que nuestros castos parabienes na afenderán ni siquiera a los oídos de las personas más reacias a los elogios.

186

El Heraldo de Cristo

Sacramento de unión
La Eucaristía es un sacramento de unión y cordialidad. Nosotros, hoy, estamos cele* Jurando las bodas de plata con el sacerdocio del P. Company y estas bodas son, precisa¬ mente, una fiesta eucarística. Por tanto, todo aquello que contribuye a la fraternidad, armoniza con la presente fiesta.
Para convencerse de que la Eucaristía es un sacramento de unión, basta recordar -cómo se instituyó. Jesucristo lava los pies a los apóstoles. Los reúne, en acto íntimo, en torno de la mesa. Toma un pan en sus santas y venerables manos (el pan, hecho con muchos granos de trigo, ya significa enlace, unión), Consagra el pan y, una vez partido, da un mendrugo a cada uno de los apóstoles. Los apóstoles, con manos temblorosas, introducen, en su boca, aquel pan vivo y vital que palpita con el ritmo de la sangre y el corazón del Maestro. Y los apóstoles se sienten despojados de sí mismos y transfor¬ mados en otros tantos dioses (esto es, unidos a Dios por caridad) hasta donde lo permite la miseria y limitación humanas.
Consagrado el vino, Jesucristo da a beber a los apóstoles un sorbo en la misma copa. (Beber en la misma copa es propio de los que se aman.) Y aquellos rústicos pes¬ cadores, vaciados de sangre plebeya, sienten borbollear en sus venas, sangre divina, sangre que engendra vírgenes y produce, por doquiera, flores de unión y heroismo .
Con esta liturgia tan casera, y para que los suyos fueran, con El y entre sí, una mis¬ ma cosa por caridad, Jesucristo instituyó la Eucaristia, donde, como una madre, nos ali¬ menta con su propia substancia; nos hace una transfusión de sangre y renueva, en cada Tino, el misterio de la Encarnación. Ved, desde luego, cómo la Eucaristía nos incita a la iráternidad y cómo está indicado, en una fiesta eucarística, hablar de aquellas cosas que
a la fraternidad conducen.
Nos habéis reunido, P. Company, en torno del altar que es una mesa divina. Nos llamaréis, después, en torno de la mesa familiar que es un altar doméstico. Los dos actos se completan y, uno y otro, son actos de cordialidad que piden, para vos, nuestras felicitaciones. Por consiguiente, yo, desde ahora y anticipándome al acto efusivo en qué vos nos daréis el pan de cada día y el vino que alegra el corazón del hombre (el vino y el pan, símbolo de unidad y materia remota de la Santa Ecaristía) yo, desde ahora, y sin esperar las expansiones propias de la mesa familiar, ya os doy mi enhora¬ buena de hermano y amigo.
P. RAFAEL GINARD.BAUÇÀ

OCIOS Y SOLACES
LECCIONES MORALES
LA MARIPOSA Y LOS PLACERES
Fn un hermoso día de mayo salieron al campo Pablo y Clarita. Esta cogía flo^ res; aquel cazaba mariposas. De repente exclomó Poblo;
—Clarita, ven, mira; aquí encima de esas hojas verdes hay alguna cosa rara y maravillosa; mira como bate sus matizadas alas; voy a cogerla.
Fué Pablo acercándose poco a poco para echarle su sombrero de paja enci¬ ma, pero el pintado animalejo escapó remontándose por ios aires. Irguióse cuan¬ to pudo Pablo, fijos siempre los ojos en la mariposa; pero Clarita le gritó con toda
su fuerza.
— iCuidado, hermanito; mira que hay aquí un hoyo muy profundo y podrías caer en él. Viólo Pablo; pero no desistió de su gran deseo de cazar la linda ma¬ riposa, y... izas! dió consigo en el hoyo.
Sumergióse en el cieno hasta el cuello y luchaba fuertemente por hacer pie y alcanzar terreno firme; entonces, compadecida su hermana, alargóle la mano, ayudóle a salir y le dijo:
-¿Ves? esto es lo que sucede al que va con demasiado anhelo detrás de los placeres: no presta oído a los consejos y muchas veces no ve el abismo que tiene
^abierto a sus pies.
«El que es en demasía codicioso
Tiene un fin con frecuencia desastroso.»
LAS MALAS COMPAÑIAS
Hubo un padre que tenía seis hijos de una conducta intachable, bien educa¬ dos y más hermosos que seis rosas de un vergel. Otro muchacho que había tam¬ bién, en sus buenos tiempos, sido hermoso, pero que después poco a poco se babía tornado su rostro pálido y demacrado, fué un día a visitarlos. El prudente
padre, que fácilmente comprendió que era un muchacho malo y depravado, dijo
o sus hijos: No quiero que os juntéis con él; mucho me temo que sea malo, y podría
-corromperos
Respondieron los hijos: — No; antes al contrario, quizó volverá a ser bueno andando en nuestra
compañía.
Tomó el padre una pequeña y aseada caja, metió en ella seis hermosas y coloradas manzanas; entre ellas puso tamb'én una podrida y cerró la coja.
— Veremos ahora —murmuró—si las manzanas buenas hacen buena la mola.
Los hijos no veían la hora en que su padre iba a abrir la caja. Hízolo al fin, -y todos los ojos se fueron curiosamente a mirara la caja, y he aquí que vieron con gran pena que todas las hermosas manzanas habían sido inficionodas por la túnica mala, y que, como ella, estaban también podridas. Entoces dijo el padre:
Huid lejos del malvado; Cuanto toca, lo deja inficionado.

188

£1 Heraldo de Crisío

LA MAS NOBLE ACCION
Un padre de familia reparfió entre sus tres hijos sus riquezas, pero reservóse una preciosa sortija con un magnífico diamante.
—Esta sortija—dijo el padre—la daré a aquel de vosotros que dentro de un año haya llevado a cabo la más noble acción-
Transcurrido el año, fueron a ver a su padre los tres hiíos, y dijo el mayor: —Un amigo que se iba a viajar me dejó, sin recibo ninguno, para que se los guardara, mil talentos, y a su vuelta se los devolví fielmente. —Muy bien, hijo mío, respondióle el padre — ; has obrado y hecho muy bien lo que debías; quien lo contrario hiciera, sería un bribón. El hijo segundo dijo: — Un padre con muchos hijos perdió su casó sin ninguna culpa suya, por ha¬ bérsele quemado, y quedó por lo mismo en gran miseria. Yo, al saber esto, le di cien talentos como ayuda para hacerla nueva. — Bien, hijo mío —respondió el padre-; fuieste un insigne bienhechor, y con¬ fieso que fué muy buena acciónVino por fin el más joven y dijo: —Vi a un enemigo mío, de quien había recibido muchos sinsabores, caerse en un río, y saquéle del agua y le salvé no sin gran peligro de mi vida. El padre; entusiasmado, exclamó: —¡Oh hijo de mi alma, tú has sido el que has llevado a cabo la más noble acción; tuya es la sortija!
«Grande es y heroico valor hacer al enemigo algún favor.»

UNA DEMANDA HEROICA
t
Díjole un día a su madre una pequeña criatura de nueve años: —Madre, tengo que dirigiros un ruego. Me lo concederéis, ¿no es así? Es muy difícil decirlo, pero yo creo, estoy firmemente segura de que es el buen Dios quien lo quiere. Si el buen Dios esquien lo quiere, hija mía, ¿cómo podría rehusártelo tu
madre?
—Es que .. es muy difícil. — No; nada es muy difícil desde que,el buen Dios lo quiere. —¡Oh! para mí nada; ¡pero para vos!
¡Ah!—dijo sonriéndose la madre - la señorita me considera menos fuerte que ella. Bueno, veamos qué es eso tan difícil que el buen Dios quiere de mí.
—Es que tengáis la bondad, pues es menester que me améis mucho para esola bondad de contrariarme alguna vez en mis gustos, reprendiéndome delante de mis hermanas, aunque no lo haya merecido y, además, de... rechazarme algu¬ nas veces cuando corra a abrazaros... pero no con frecuencia.
—¿Y por qué eso, hija mía? —dijo la madre emocionada. —Soy demasiado dichosa; nada sufro par el buen Dios, y siento la necesidad de sufrir algo. ¿Por qué? No lo sé... Y, además, como quiero hacerme una santa, es preciso que yo no me enfade, que no me queje,que esté contenta de todo. ¿No es, pues necesario para esto que aprenda a ser contrariada y a soportarlo? Usted accederá a lo que digo, ¿es así, mamá? Verá usted, la querré más. La madre tomó las dos manos de su hija; la besó cariñosamente en la frente, y levantando hacia su crucifijo los ojos bañados en lágrimas, dijo en voz baja: IGracias, Dios mío!

DE LA
ORCIÚNCULA

MES DE JULIO
Calores y brisas
Inútil pensar, en julio, en las nives de los Alpes o en las barbas de papó Noel... Muy al contrario, uno se derrite sudando la gota gorda. ¡Vaya calor! No obstante tras ios ardores del día estival, se llegan a nuestra casa por su contigüidad al mar, las plácidas brisas que ya, al caer de la tarde, atempe¬ ran la ^efervescencia solar. ¡Veladas delei¬
tosas las transcurridas en los asientos de
nuestros jardines! ¡Noches serenas, frescorosos, las que se gustan a la vera de la playaj
Día 3.—Hemos honrado en su fiesta anual al ínclito mártir B. Ramón Lull.
Día 4. —Por el médico del “colegio Dr. DBlas Llopis y en conformidad a las vigentes disposiciones del Instituto de Sanidad, nos
ha sido inoculada la vacuna antitífica.
Día 6. - Víctima de sensible accidente en inevitable colisión con el tren descendente
de la línea de Artá, ha fallecido en Manacor el inspector veterinario D. Jaime Femenías, padre de nuestro alumno Bartomé Femenías. Ha asistido a sus funerales el Rdo. P. G. Carbonell, de nuestra Comunidad. El finado era secretario de la floreciente Her¬
mandad Terciaria de Manacor. Reciban su
señora viuda e hijos, en especial nuestro colegial Bartolomé, el testimonio de nuestro pésame.
— Muy lucidos han resultado los cultos en honor del Santo de Bagnorea.
-Ha celebrado su onomástico el Rdo.
P. Buenaventura Ballester, prefecto de la sección mayor y Ecónomo de esta Comuni¬ dad. Por la tarde, en el campo da deportes, no ha faltado ni jolgorio ni entusiasmo.
A Cala-Ratjada
Invitados por nuestra distinguida bienhe¬ chora D.” Leonor Servera de March, los alumnos de La Porciúncula acompañados de sus profesores han realizado uno mag¬ nífica excursión a Cqla-Ratjada, visitando la residencia veraniega de los señores de casa March, donde fueron obsequiados con una espléndida comida.
Al paso por la población artanense, pu¬

dieron dar e! alegrón de un saludo de her¬ mandad y compañerismo a los novicios
residentes en el convento de San Antonio
de aquella villa.
Presentaba el día bellísimo aspecto y, en
aquellos pintorescos paisajes del levante mallorquín, pudo embeberse el espíritu en la contemplación de tanta hermosura con qué Dio^ vistió nuestra región balear.
Llegáronse también los excursionistas a las famosas cuevas de Artá, para admirar el poema en piedra de su dantesca visión.
Desde estas columnas agradecemos viva¬ mente, en nombre de los superiores y de los colegiales, la gentileza de la bienhechora ilustre a cuya generosidad debemos el re¬ gocijo de tan placentero día»
Nuevos misacantanos
Conmemoraron en la intimidad de nuestro
colegio su reciente ordenación sagrada y Primera Misa, respectivamente, los días 3, 10, 13 y 14 los nuevos presbíteros Rdo. P. Lorenzo Soler, ordenado en Washington y losRR. P. Florentino Saínz, P. Juan Garau y P. Rafael Sastre, ordenados en la Ciudad Eterna. ¡At multos annos!
La escolania de tiples
En Inca, Villafranca de Bonany, casa March de Cala Ratjada, Porreras, Santa cugenia y
Palma intervino nuestra escolania de voces
blancas en varias ceremonias de primeras misas y otros festivales sacros y profanos, en acoplamiento, algunas de las veces, con los componentes de |la capilla coral de la Basílica de San Francisco, ejecutando frag¬ mentos de autores clásicos y distintas com¬ posiciones de los maestros de nuestra T.O.R. Rdos. P. A. Martorell y P. A. Riera.
Diversos Padres de nuestras parroquias y residencias de la península y del comisariado de América del Norte, al venirse de va¬ caciones a la isla mallorquina, su tierra natal, permanecieron entre nosotros, en La Porciúncula, algunos días, y hasta no pocos de ellos alguna breve temporada.
Hasta el próximo mes, si Dios quiere.
Wadínguez
La Porciúncula,! Agosto, 1951.

Devoción del Papa Sin duda alguna Su

a la Virgen

Santidad Pío XII, es
una de las almas ác'

luales más devotas de la Virgen María,

Desde niño, sintió en su corazón Eugenio María José Juan (con estos cuatro nombres fué bautizado el Papa), una devoción ex.
íraordinaria hacia la bendita Madre de

Dios.

Un signo mariano ha presidido de conti¬

nuo las principales etapas de la vida de S. S. Pío XII, desde su bautismo hasta su

elevación al trono pontificio. Pío XII es un
un alma medularmente mariana.

Su primera misa la celebró el lunes de Pascua de 1899, en la Basílica de Sta. María

la Mayor de Roma, en el altar de la Virgen llamada por los italianos «Salus popuH

Romani», lo cual es considerado como un

claro símbolo de sus futuras empresas ma-
rianas y como fuña sincera expresión de

piedad a la Madre de Dios. En la vida sacerdotal del joven Paccelli,
empiezan singularmente a resaltar, como luz de alborada, sus excepcionales cuali¬ dades de orador sagrado y, concretamente de orador mariano. Sus discursos, sus ser¬

mones en honor de la Virgen Santísima son modelo acabado de perfección acadé' mica. Pero, más que nada, sus sermone® resultan admirables por la unción, por la

piedad que rezuma cual licor y perfume sagrado, de cada una de sus palabras-
El día 13 de mayo de 1917, S- S. Benedic¬

to XV, en su capilla particular, consagraba

Obispo de la Iglesia al joven Eugenio Pac¬

celli, a fin de destinarlo en calidad de Nuncio Apostólico a Baviera. Paccelli, jo¬

ven, inteligente y cordial, marcharía en breve a Alemania, como una blanca palo¬

ma, como un ángel del Vaticao, con el

mensaje de la Paz pontificia. El mismo Kaiser de Alemania, admirado

de las dotes espiiituales y diplomáticas

del enviado ponificio, exclamó; «¡Este Paccelli, más que un Nuncio es un ejér¬
cito!»
El día 13 de mayo de 1917, el Papa Bene¬ dicto XV, consagró Obispo a Paccelli para
luchar en el mundo en favor de la Paz. Y
ese mismo día la Virgen Santísima se apa¬
rece en Fátima a tres pastorciíos—Lucía^
Jacinta y Francisco-, haciéndoles en el mundo nuncios, de un nuevo mensaje mariano de paz y perdón.
Pasarán los años. Los hombres se mos¬
trarán sordos a las invitaciones de María
y del Vicario da Cristo. Habrá guerras. El mundo, '‘por desechar el amor y la paz» gemirá de dolor ahogado en sangre y en lágrimas.
Entretanto en el Vaticano se alza la fi¬
gura blanca y angélica del nuevo Papa. ¡El Papa de la Paz! Del propio, que antes —el 13 de mayo de 1917—, fué consagrado Obispo, para ser embajador de [la paz en Europa. Ahora es el mismo que, en la Ba¬ sílica de San Pedro-recogiendo los de¬ seos de la Virgen de Fátima-, consagra
el mundo entero al Inmaculado Corazón
de María.
El corazón de Fío XII sigue ensayando nuevos ¡latidos de amor a María. Y todo para mayor gloria de Cristo, y bien de la Iglesia, y por la salvación de las almas.
Por fin, llega el-día l.° de noviembre de 1950. El día de la proclamación del Dogma de la Asunción de María en cuerpo y al¬ ma al Cielo. Esta es, indudablemente, la fecha más grande, más solemne y más su¬ blime del pontificado de Su Santidad Pío XII. Es algo así como apoteosis y corona de su actividad pontificia. Es la estrofa más divina del poema de su extraordina¬
ria devoción a la madre de Cristo.
Con el corazón conmovido, exclamó en esto día S. S. Pío XII: «Nos, que hemos puesto nuestro pontificado bajo el espe-

El Heraldo de Cristo

191

cíal patrocinio de la Virgen Santísima, a la que nos hemos dirigido en tantas y dolorosas contingencias,- Nos, que con rito público hemos consagrado todo el género humano a su Inmaculado Corazón y hemos experimentado repetidas veces su eficaz protección, tenemos firme confianza de que esta proclamación y definición solem¬ ne de la Asunción, será de gran provecho para la Humanidad entera, porque dará gloria a la Santísima Trinidad, a la que, la Virgen Madre de Dios está ligada por vínculos singulares».
fEsto nos permite adornar la frente de la Virgen, con una nueva y fúlgida perla y dejar un monumento perenne de «nues¬ tra ardiente piedad» hacia la Madre de
Dios».
¡Indiscutiblemente el alma de Su San¬ tidad Pío II, es una de las almas más emi¬ nentemente marianas del siglo actual!
¡Qué hermoso modelo de devoción a la Virgen tenemos todos los católicos en la augusta persona de S. S. Pío XII!
El Papa Y el niño negro Hace poco. Su
Santidad el Pa¬
pa recibió en audiencia especial a una

peregrinación de católicos negros. En pri¬ mera fila se hallaba ün niñito senegalès de dos años. Como quiera que el niño veía a los peregrinos tender sus manos para besar el anillo del Pontífice, el pe¬ queño alzó también sus brazos. El Santo Padre, con un gesto paternal, levantó el niño en vilo, y como el niño prosiguiera en la búsqueda del anillo, el Papa se lo dió a besar. Bendijo al negrito, y con él en lo alto dijo estas hermosas palabras: «Bendigo en este niño a toda el África ne¬
gra».
Ahora los hombses del continente tene¬
broso se sienten felices. Un hombre que
propiamente ni es blanco ni es negro, ni amarillo ni cobrizo,- un hombre que es luz de Dios, como la luz de las estrellas en las noches africanas, ha tenido , un gesto sim¬
bólico y expresivo. Todos los negros de^
mundo, aun aquellos que no han conocido la verdad todavía, sienten sobre su cora¬ zón la dulce bendición del mejor hombre
de la tierrra. Y el Africa entera se ha sen¬
tido levantada a una cima de optimismo
y de esperanza en este niño senegalès, que
sonreía al mundo colocado venturosamen¬
te junto al corazón del Papa.

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NECROLOGIA

Pina-Día 1.° de ¡ulio durmióse dulce¬
mente en el Señor, recibidos los santos sa¬
cramentos, D.''Jaimeta Suñer Sagrera. Distin¬ guióse por su caridad para con los pobres, su devoción a la Virgen de Lluch y su encen¬
dido amor al Pobrecillo de Asís, a cuyas
hijas, las religiosas Franciscanas de su pue¬ blo, ayudó abundantemente en todas sus
necesidades. El vecindario la apreciaba
en gran manera y su muerte fué muy sentida. Nuestro pésame a su atribulada familia, en especial a las Religiosas Franciscanas Sor María Digna y Sor María del Sagrario y Sor
Francisca de María Inmaculada, tas dos pri¬
meras hermanas y la última hija de la di¬
funta.
Binisalem. - Día 18 de junio pasó a me¬ jar vida, después de larga enfermedad su¬ frida con cristiana resignación y confortada
con los santos sacra¬
mentos, nuestra sus-
criptoro D.° Catalina Nicolau Villalonga,
de 82 años de edad.
Fué modelo de ma¬
dres cristianas, muy devota de la Santa
Eucaristía y de la San¬ tísima Virgen, cuyo ro¬
sario rezaba todos los
días, aun estando en cama. Singular fué también su caridad silenciosa para con los pobres. Murió con la muerte de los justos, bajo la mirada de la Virgen Milagrosa que siempre quiso tener a su vista. A todos sus parientes, en especial a sus primas D ° Ca¬ talina, D° Margarita y D.° Francisca la ex¬ presión de nuestro pésame.
-Día 29 de junio cerró sus ojos a la luz de este mundo, confortada con los santos sacramentos, D.° María Pascual Ferrer, a la
edad de 67 años. Su muerte fué tan santa
como su vida. Los que la conocieron saben que los años de su juventnd y de su edad madura se deslizaron plácidamente, cual corriente de agua pura y mansa, en el cauce de una piedad admirable. Singularmente devota del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen Santísima, no omitía medio alguno

de manifestarles su acendrado amor, asis¬ tiendo diariamente a la misa y alimentando su alma con el Pan de la Eucaristía, que vi¬ sitaba todas las tardes. Nuestro . pésame a su distinguida familia, en especial a D.° Ca¬ talina y L).° María Vich Pascual, sobrinas de
la difunta.
Santa Eugenia,- Día 23 de junio murió cristianamente, recibidos los santos sacra¬ mentos, el fervoroso terciario de S. Francis¬
co, D. Felipe Jaume Jaume, a la edad de 65 años. Era dechado de cristianos, manifes¬ tando con obras que son amores su arraigo da fe. Así, por ejemplo, nunca dejó de asis¬ tir los domingos al santo sacrificio déla rhisa, a pesar de que, para cumplir con esta devoción, tuviera que andar una hora a pie, a veces bojo los rigores del sol más ardoro¬ so, a veces azotado por el viento y la lluvia.
Sus devociones favoritas eran el Santo Ro¬
sario y el Mes de las Flores. A su atribulada esposa, hermanos y demás familia, nuestro
pésame. María de la Salud.—Día 29 de junio
durmióse en el Señor la Religiosa Francisca¬
na Sor Moría Rosa Alorda Pons, a los 68
años de edad y 34 de profesión religiosa. Era la finada de carácter afable y jovial, captándose las simpatías de los pequeñitos a quienes enseñaba con amor y esmero. Era muy devota de la Pasión del Señor y del Taumaturgo franciscano. Nuestro pésame a la Comunidad de Religiosas Franciscanas de
esta villa.
Villafranca de Bonany.-Día 30 de julio yola edad de 30 años, durmióse plácida¬ mente en el Señor, en Villafranca de Bonony, su pueblo natal, la joven y ejemplar madre de familia D.° Margarita Andreu Sastre.
Fortalecida con los sacramentos de nuestra
santa Religión y la Bendición apostólica, y con envidiable resignación cristiana, recibió
de la mano de Dios los dolores de su enfer¬
medad, que le abrió las puertas de la gloria. A su apenada familia, esposo e hijos y en especial a nuestro hermano en Religión, Fray Jaime Andreu, enviamos la más sentida
condolencia.
DESCANSEN EN PAZ. AMEN

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