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EL AVEMARIA, CANTO A LA ASUNCION
DE LA-VIRGEN
I* EXCELENCIA DEL AVEMARIA
/V SI como lo rosa es la reino de las flores, así, también, el Avemaria o salutación angélica es la más excelente de todas las oraciones marianas. Como todos saben, dicha oración consta de tres partes distintas: 1.°) La salu¬
tación angélica, es a saber: «Dios te salve [María], llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre [todas] las mujeres» (Luc. 1,28), parte que, por ser la más importante, ha dado a lo citada fórmula de oración el nombre de salutación angélica.-2.®) El saludo y felicitación de Santa Isabela la Virgen: «Bendito es el Fruto de tu vientre, [Jesús] (Luc. 1,42). 3.® La adjunta deprecación, añadida por la Iglesia: «Santa María, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.»
El más antiguo testimonio del uso uso de las dos primeras partes-del Avemaria, como fórmula de oración a la Virgen, aparece en las liturgias orientales, y, en Occidente, en ios antifónarios gregorianos y ambrosianos; más, hasta fines del siglo Xli no hallamos ley alguna que prescriba a los cristianos el rezo de esta ora¬ ción. El primero en imponerla a los fieles es el obispo Odón, de París, que, en el sínodo de 1198, ordena: «Los sacerdotes exhorten al pueblo a decir la oración do¬ minical, y el Credo, y la salutación angélica». Más exigente el concilio de Coven¬ try, 1237, dice: «Ordenamos que todo cristiano, sea hombre o mujer, rece, cada día, siete veces el Padrenuestro... y siete veces el Avemaria, y dos veces el Credo, y, a menudo, sean exortados los fieles acerca del particular, y les obliguen a saber de memoria estas fórmulas». Ordenaciones de este linaje se multiplican, y, a fines del siglo XIII, en Occidente, el rezo del Avemaria en sus dos primeras partes es común entre.el pueblo cristiano.
No es así cuanto a Ib tercera parte: «Santa María ruega por nosotros...» que, al menos en su fórmula completa, no la vemos extendida hasta fines del siglo XIV
o principios del siguiente. No es maravilla, pues, que en Ramón Llull la hallemos incompleta: «Santa María ruega por nosotros pecadores».
3.“. LA SALUTACION DEL ANGEL Y LA ASUNCION DE MARIA
Ahóra bien: ¿contiénese, de alguna manera, en la salutación del ángel a la
Virgen la afirmación de la asunción corporal de Maria a los cielos? Sí, ciertamente,
como lo vamos a ver:

208

Él Heraldo de 6risíó

El ángel Gabriel saluda a María de la siguiente manera: «Dios te salve, llena, de gracia, el Señor es contigo, bendita tú, entre todas las mujeres». Lo que, más literalmente, podría traducirse así: «Gózate, colmadamente agraciada; el Señor está contigo, bendecida [eres] tú, éntre [todas] las mujeres». María, pues:
aj «es saludada llena de gracia», es decir, como la colmadamente agraciada por Dios, aquella a quien Dios ha colmado de gracia y favóres, y con quien está, en amistad, y esto, no de una manera pasajera, sino habitual y permanentemente, que todo esto significa el participio pasivo «kecharitomene» (del verbo «charitoo»), que la Vulgata traduce rectamente por «gratia plena». Indícase, pues, ahí, la ple¬ nitud de la gracia o posesión total de la Virgen por parte de la gracia que Dios le otorga. Mas, en esa plenitud de la gracia, hay que ver el cúmulo y afluencia'de todas las gracias, desde la gracia inicial o concepción inmaculada, hasta la gracia final o glorificación total en el cielo.
b) «María es, además llamada, bendita entre Ids mujeres, más literal¬ mente, bendecida [eres] tú entre [todas] las mujeres», que vale tanto como decir: la más copiosamente bendecida entre todas y sobre todas las mujeres.
Mdría, pues, es llamada «bendita» o «bendecida» entre todas las mujeres, no sólo poi la bendición de tal y tan grande Hijo, sino, también, porque, al decir de los Santos Padres, esta bendición divina se contrapone a la común maldición de la culpa, de la concupiscencia, de la muerte. Luego, así como la Virgen Madre de Dios es llamada bendita por haber sido inmune del pecado y de la concupis¬ cencia, así, también debe ser llamada bendita por haber sido inmune de la muerte, en cuanto quebró sus cadenas por la resurrección anticipada- Y, a este propósito, dice el Angélico Doctor: «Porque tres fueron las maldiciones que se fulminaron contra los hombres por rozón del pecado... La tercera fué común a varones y mu¬ jeres, es a saber, que se convertirían en polvo. Y, también, de esta fué exenta la Virgen bienaventurada, puesto que fué llevada al cielo en cuerpo y alma. Porque creemos que, después de la muerte, fué resucitada y llevada al cielo» (Op. 6.)
4.° ARGUMENTO DE LLULL O PSEUDO LLULL
En confirmación de lo cual, bueno será recordar el siguiente argumento del «Llibre de «Benedicta tu in mulieribus», que muy pocos atribuyen al beato Ramón Llull, y los más a la escuela luliana de Valencia: «Si tú. Madre de santidad, estás en cuerpo y alma en el reino celestial, queda verificada cumplidámente la palabra del ángel Gabriel que te dijo, cuando te saludó: «Que tú eres bendita entre todas las mujeres»; porque d ninguna pertenece el horror y la bendición que a tí perte¬ necen; porque la maternidad inclina más a la parte de tu cuerpo virginal, que a la parte de tu alma, siendo así que el Hijo de Dios no tomó en ti de la naturaleza de tu alma, sino solamente de la naturaleza de tu cuerpo virginal. Luego, según razón natural y maternal, más cerca estás de tu Hijo Jesús por la naturaleza del cuerpo, que por la del alma; y, por esto, se sigue que Iq singular bendición maternal que tú tienes, más la tienes por la naturaleza del cuerpo, que por la naturaleza del alma, la cual considera el hombre en este mundo estar ya, sin duda, en la gloria celestial. Bien, pues, conviene así, por fuerza de razón natural y maternal, que tu cuerpo virginal sea considerado por el hombre ser ya en la gloria juntamente con el alma; en otra manera se haría injuria a la maternidad de tu cuerpo natural; y la palabra del ángel, en este paso no se verificaría en todo, sino en parte, y aún impropiamente. Y, como el ángel bueno no diga sino verdad, por esto queda probado que tú, virgen sin igual, en todo y por todo «eres bendita entre todas las mujeres»; de modo que ya estás en cuerpo y, alma en presencia de tu Hijo» (Psal. 7. Vers. cast. 1939).

mm PEREGRINACION FRANCISCANA AL SANTUARIO ÜE CURA
5.000 Terciarlas, presididos por el Prelado de Mallorca. Excelentísimo y Kvdmo. Dr. Hervds y el Provincial de la T. 0. R., M. Rdo. P. Antonio Bauza,
escalaron, entre rezas y cánticos, la montada santa de Randa.
Crdntca de los principales actos
EL CARTEL DE LA PEREGRINACION DE RADIO MALLORCA
En la noche del día 11 de octubre, el M. Rdo. P. Pedro J. Cerda, Custodio Provincial y Director Nacional de la V. O. T. pronunció, por Radio Mallorca, el siguiente discurso:
iTePciarlos de Mallorca! iCatólicos mallorquines conscientes de las exigencias del mpmento actual del
mundo!
El domingo, día 15, vamos a reunirnos a los pies de Nuestra Señora de Cura, ¡Contamos con vosotros! Y al contar con vosotros, no pensamos en lo atractivo de aquet lugar, desde el cual se domina un panorama incomparable; ni en el natural deseo de que podáis tener ocasión de ver personalmente las mejoras realizadas en eLSantuqrio con las nuevas construcciones, cuya (bendición e inauguración oficial se ha anunciodo; sino en vuestra preocupación por los difíciles problemas que agitan a los hombres, y en vuestra fidelidad al llamamiento del Papa para la oración y la penitencia. De la montaña de Randa hi?o ya nuestro Ramón Llull lugar de su oración y de su penitencia, recibiendo del cielo, en cambio, alientos inmensos y vivísima luz. Vamos.también nosotros a buscar alientos, para no desfallecer ante las calamidadés que agobian a los pueblos. Vamos a buscor luz que nos oriente entre las tinieblas que dominan la tierra. Y para eso vamos con espíritu de penitencia, de oración y de fé. Las incomodidades del viaje y del día serón penitente sacrificio. La misa de Medro Pontifical en que cantaréis (porque debéis cantar todos), y la Salve y los himnos y el Santo Rosario serón ferviente oración colectiva. El gran acto de afirmación cristiana de la tarde, seró decidida profesión y promesa de cristianismo próctico, sin convencionalismos ni atenuantes, frente a
una sociedad materializada.
Y todo este bello conjunto constituiró por mediación de María Santísima una ofrenda* propiciatoria,agradable al Omnipotente, imploradora de su misericordia.
Otra coja mas todavía...
San Francisco se presentó al inundo como Pregonero del Gran Rey, nosotros también ló seremos aquel día por todo lo que hemos dicho.
Pero, seremos también pregoneros de María ya que, recogiendo la pastoral del señor Obispo, desde las alturas de Randa haremos llegar a todos los rincones de Mallorca el anuncio de la inmediata declaración dogmatica de su Asunción a los Cielos en cuerpo y alma, privilegio sin igual en criatura humana.
¡Todos, pues, a Cura! Todos, como terciarios, como cristianos, como entusiastas de las glorias de la Virgen María. Con los brazos abiertós os espera Nuestra Madre.
Con los brazos abiertos os esperamos nosotros.
DOMINGO DIA 15 EN LA MONTAÑA DE RANDA
El santuario de Ntra. Señora de Cura viste de fiesta. Arcos de triunfo, guirnal¬ das de mirto y banderas de la Virgen, del Papa y de España. Entre rezos y cónticos, van subiendo los peregrinos, unos a pie, otros,en motos y bicicletas, y, los

2T0

El Heraldo de Cristo

más, en coches y autocares. La caprichosa carretera del sontuario, recientemente asfaltada ofrece un golpe de'vista magnífico con el largo y sinuoso hormigueo de vehículos, que escalan la montaña santificada por las lágrimas y los cilicios del Beato Ramón Llull. Quisimos contarlos, pero no nos fué posible. Solamente de La Puebla había 26 autocares. ¿Y los peregrinos? Un [total de unos 5.000, de Palma, Inca, Manacor, Lluchmayor, La Puebla, Buñola, Marratxí, Muro, Petra, Campos del Puerto, Costitx, Porreras, Capdepera, Sineu, Artá, Llubí, Lloseta, Pina, Ariany, Randa y Alquería Blanca, precedidos todos de sus respectivos estondortes, ondulantes ora hacia el levante y el poniente, ora hacia el mediodía y el norte, como si quisieran dibujar en aquel cielo luminoso y amoroso de otoño la figura de la santa cruz, señal adorada del Amado.
LLEGA EL EXCMO. Y RVDMO. DR. HERVÁS, OBISPO DE MALLORCA
Minutos despuét de las once, un alegre repique de campanas anunciaba la llegada del Prelado de la Diócesis, que venía acompañado de su capellán de ho¬ nor D. Bartolomé Miquel, siendo recibido a la puerta del santuario por el Rdo. P. Antonio Bauzá, Ministro Provincial, M. Rdo. P. Pedro Juan Cerdá, Custodio Provin¬ cial, M. litre. Sr. D. Juan Rotger, Deán, Rdo. D. Antonio Pou, Maestro de [Ceremo¬ nias de la S. I. C. B ; el Rdo. P. Francisco Company, Superior del Santuario; Co¬ munidad de PP. Franciscanos, Escolania de la Porciuncula, Directorios de la V. O. T. y los caballeros limo. Sr, D. Jorge Dezcallar, Delegado de Hacienda y Ministro de la V, O. T. de Palma, con el Teniente Coronel de Estado Mayor D. Juan Me¬ nor, D. Jaime Canudas, Jefe de Movimiento délos Ferrocarriles de Mallorca; D. Rofael Pomar, Jefe Superior de Administración Civil; el Arquitecto de la casa, D. José Ferragut y otros distinguidos señores que sentimos no recordar.
LA MISA MAYOR
No mucho después, empieza la Misa Mayor, que celebra el M. Rdo. P. Pro¬ vincial en un soberbio altar, levantado bajo los pórticos de la explanado del san¬ tuario. Sobre la cruz campea la imagen de Ntra. Señora de Cura, a la cual hacen guardia de honor decenas y decenas de estandartes franciscanos de todos Ibs pueblos de-Mallorca.
Asiste de Medio Pontifical el Dr. Hervás en su trono. Acompañan al M. Rdo. P. Provincial, como diácono, el Rdo. P. Miguel Tous Gayá, Superior del convento de Lluchmayor; como subdiácono, el Rdo. Sr. D, Juan Martí, Cura-Ecónorño de Randa, y, como presbítero as^stente, el Rdo. P. Francisco Company, Prior del San¬
tuario de Cura. Actúa de Mcfestro de Ceremonias D. Antonio Pou.
La Escolania de la Porciúncula canta lü Misa de Angelis, alternando con el pueblo fiel. Pulsa el armónium el Rdo. P. Antonio Riera, T. O. R. En bancos de honor, a la izquierda del altar, a más de las personalidades ya mencionadas y de los Directores de las Hermandades, asisten la distinguida dama D.” María CencÜlo de Pineda, esposa de D. Bartolomé March, con sus encantadores hijitos Leo¬ nor y Juan, nombrados padrinos para la bendición de la carretera asfaltada y de la nueva hospedería.
BENDICION DE LA CARRETERA ASFALTADA Y DE LA NUEVA HOSPEDERIA
Terminada la Misa Mayor, el Prelado de Mallorca con el celebrante, asisten¬ tes, Comunidad de Franciscanos, Escolania de la Porciúncula, Directores de la V. O, T. e invitados, acudieron procesionalmente, cantandb letanías, a la puerta dal Santuario, desde donde el Dr. Hervás bendijo la nueva carretera, y, desde allí, a la nueva hospedería para proceder a la bendición de los nuevos locales, siendo padrinos en ambos actos Leonor y Juanito March Cencillo.

El Heraldo de Cristo

211

Después, los peregrinos se desparraman animosamente por la montaña, aca¬ riciando sus cestas de provisiones. En verdad, es ya hora de comer.
El Dr. Hervás, Directores de la V. O. T. e invitados, se sientan a la mesa con¬
ventual.
ACTO DE AFIRMACION CRISTIANA
A las cuatro de la tarde, la campana convocaba a los peregrinos ol gran acto de afirmación cristiana, efectuado en el mismo lugar en que, por la mañana se había celebrado la santa misa. En la presidencia el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Mallorco, el M. Rdo. P. Provincial y e! M. ilustre Sr. Deán de la S. I. C. B. con otras conspicuas personalidades. La explanada del Santuario completamente atestada de peregrinos, ávidos de oir palabros de paz y bien.
DISCURSO DE D. MIGUEL SALVÁ MAS, ABOGADO
Primeramente se acercó a los micrófonos el abogado y terciario franciscano D. Miguel Salvó Mas, natural de Lluchmayor, el cual, en bellos párrafos, ponderó los incalculables males que el materialismo ha acarreado a la humanidad.
«El mundo —dice— está completamente desquiciado. Basta comprobarlo con un ligero examen del mapa. Desfilarán por nuestra mente virtudes esclavizadas por un poder terreno, tiránico, que no permite, siquiera, el ejercicio de las faculta¬ des con que Dios adornó al hombre para distinguirlo de los demás seres de la creación. Por otra parte, veremos gentes sin hogar, sumidas en la más espantosa de las miserias, alejadas por la ambición del hombre: luchas descomunales entre los pueblos, guiados sólo por la ambición y el afán de poderío...» ¿Remedios? El amor, la justicia y la caridad.
Al final, el Sr. Salvá es muy aplaudido.
DISCURSO DEL M. RDO. P. ANTONIO BAUZÁ, MINISTRO PROVINCIAL
«Hemos subido -dice el M. Rdo. P. Bauzá—a esta sagrada montaña para postrarnos devotamente a los pies de nuestra dulce y querida Madre, la Virgen
María, en peregrinación del Año Santo. Y es que, a fuerza de genuinos hijos de San Francisco, nos toca ir a la vanguardia en la cruzada de renovación espiritucl, promovida por el Papa y secundada por los obispos y prelados religiosos». El orador hace un sentido elogio del santuario de Cura «deseoso de que vuelva a su antiguó y merecido esplendor». Para ello la renovación de la bella carretera, la construcción de los nuevos edificios, según los planes regalados por el arquitecto Sr. Ferragut, y los proyectos existentes de establecer en la cima deí monte de Randa una escolania y una casa de noviciado. Finalmente el orador hace el elogio de San Francisco de Asís y de su Tercera Orden a la que califica de medio muy eficaz
para establecer la paz y el amor, que es armonía y progreso.
Una salva de aplausos coronó las últimas palabras del M. Rdo. P. Antonio
Bauzá.
DISCURSO DEL EXCMO. Y RVDMO. SR. D JUAN HERVAS, OBISPO DE MALLORCA
En tercer lugar habló nuestro muy amado Prelado-. Comentando un pasaje del libro franciscano «Espejo de perfección» inculcó a sus oyentes el amora la caridad, a la pobreza y a la humildad.
«¡El amor! Esto no es otra cosa que el mandato de Dios Nuestro Señor a San Francisco. Odio y rencor, divisiones y discordias, porque falta el amor entre los naciones, y, por eso, las guerras pasadas y las que se están preparando. Falta el amor entre las clases sociales. Hay odios y rencores entre ricos y pobres, y, por eso, las rebeliones en las naciones. Falta muchas veces el amor, amor de Dios y

212

£1 Heraldo de Cristo

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Se cuenta de San tenía más de los cien
amaos unos a otros».

Juan Evangelista, cucKido ya era un ancianito, años,— que siempre repetía estas palabras: Y volvía a repetir: «Mijitos míos, ornaos unos

—decían que «Mijitos míos, o otros». Y lo

repetía una y Y San Juan le
ya bastaría».

otra vez. contestó.

Alguien le pregunto: «Y ¿por qué decís esto, padre mío?». «Porque es el gran mandato del Señor y, si esto se hiciera,

Amadísimos torciariOs franciscanos: Maced el propósito, al descender de esto

dcmiosoncnodteaqñuhaeasytaaanndtodiv,eidsceióenqrc,uaevosasiglolíutrjdoóosnlapdsoenhhduaeréylliaassruednneiócnoN,ruivemosisttraoontrdoSoseñpaosorínJedelrséeuisscpraíirsm ittouo. rd;edeSaqnueFraanl¬lí

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Cuando S E. R. se alejó de los micrófonos, la multitud enardecida pió en vítores y aplausos ensordecedores que duraron largo tiempo.

prorrum¬

BAJAN LOS PEREGRINOS DEL MONTE DE RANDA

dMveeoeohnpMícoaDaurneallloosotsproraucym yéas.lada, TeesgoniNnrdatapringvaeíu.racfaSeollcne,atñceooenmrnoavtarriddayaeeocjeniróíG,adnlreaadsdcreeeiMagcepro.e. recmsrhoeaegnsardifnoluaodésecbsiuavdijmsaaidnatadrycroohanaproloolrsonslareasstapíspneuitccsutaiovrroieoscssappredrueecettbeiSvlroaoasn^,-

a

En resumen: una
Mil parabienes a
Cura.

jornada maravillosa de piedad y los organizadores de la magna

oración. peregrinación

franciscana

LA HOSPEDERIA y casa de Ejercicios Espirituales de Ntra. Señora, de Cura. Fachadas del ángulo de poniente des¬
de cuyas ventanas se domina la
encantadora bahía de Palma.
EL MUY RDO. P. ANTONIO BAUZA, Ministro Provincial, promotor de las
nuevas construcciones realizadas en el monte de Randa.

LOS SIMPATICOS hermanilos Leonor y
Juan March Cencillo que actuaron de padrinos en la bendición de la carretera y hospedería.

VISTA parcial de una celda del pasillo "Ave
María". Tiene íies al¬
cobas, comedor y
cocina.

GLORIA IN EXCELSIS DEO. Así rotula este
pasillo del piso supe¬ rior un precioso dibu¬ jo en mayólica del Papa Blanquerna con
quince Cardenales
examinando el
mapa mundi.

LECHO DE LA
VIRGEN DE LA
Basílica de San
Ftancisco
en
Palma de Mallorca

El monte de Randa y la musa popular

A Fray Juan Estela, con afecto de hermano y amigo.

^^ ONzadma oetniveol

de lo peregrinación franciscano a
pasado mes de octubre, tuvimos

Nuestra
empeño

Señora de
en conocer

Cura, reali-
el folklore

del monte de Randa. Por esta razón, sometimos a largo y enojoso interrogatorio

a muchas personas. (Para todas ellas, nuestras más rendidas gracias.) Y he aquí,

en la acostumbrada sección'folklórica, el resultado de nuestras laboriosas pesqui¬

sas, resultado que ofrecemos al respetable público como un humilde,pero sabroso,
fruto montaraz.

Gomo es sabido, las cosas folklóricas son verdaderos documentos, no escri¬ tos sino conservados por tradición ‘‘oral. Y, pues, son documentos, hay que trans¬ cribirlos al pie de la letra. El buen folklorista ha de ser una especie de taquígra¬ fo. Nosotros, como siempre, hemos procedido,[en esta ocasión, con la fidelidad de

un taquígrafo escrupuloso. Y podemos afirmarlo sin temor de ser desmentidos.

Es Puig de Randa du molts de noms. Cada redol está batiat d'una manera diferent. Hi ha «Es Coco d'Es Gorb», allá on beneeixen es fruits, es tercer diumenge davant
Pasco.

«Es Morro d'En Molí», es cap-serrat qui mira a llevant.

«Sa Cova d'Es Migdia», una cova an es penyalars d'Es Morro d'En Molí.

fEs quatre vents o s'antiga era de Cura», damunt es pía d’es puig, a ponent, tirant cap

o Sa Cova dei Beato Ramón. An es quatre vents, s'hi veuen, encara, ruines de ses barraques

o cetles d'es primers ermitans que hi hagué a Randa.

«Es Colomer» ses penyes de tramuntana on, per temps, hi ha hagut coloms seuvatges.

«Sant Ràmon Nou», sa cova on se retirava ei Beato Ramon i es tancat de sa cova on hí

ha sa mata escrita.

.

«Sant Ramon Vei», allà on intentaren edificar, primer, l'esglèsia de Randa. Només se
conserva una paret. Se drecera de Randa a Cura, en passa per devora. «Es Camí de ses processons» o «Sa Serra Mitjana», per on, segons diuen, pujaven ses

processons que se feien a Cura.

I, encara, molts d'altres noms.

Una contarella sobre ets estudiants de Cura.
Ets estudiants de Cura, de nit, per camins de'cabra i llocs de mala petja, anaven a Aubenya, a robar peres. I,'ja que hi eren, feien tala per s'hort.
L'amo se'n tem. I resol guardar s'hort i ses peres, armat d'escopeta. Com que ses no¬ tícies corren per tot, ets estudiants de Cura ho varen sebre.
Ets estudiants se presenten a Aubenya, abrigats amb llençols. Feia lluna clara. L'amo estava encamellat damunt una perera, escopeta en mà. Però, l'amo, ¡quina fere¬ dat, en veure aquell estol de fantasmes! No s'atreví a desparar de cap manera i, per pòc, s'escopeta li cau. Ets estudiants, afilerats, embolicats amb llençols, començaren a enrevoltar sa perera on l'amo d'Aubenya s'era amagat.
I deien amb una veu com a de l'altre món:

Com erem vius, anàvem per los rius. Ara, que som morts, anam per los horts-

I, a cada volta, cofen una pera i la se menjaven.

A l'amo sa camia no li tocava sa pell. Estava més retgirat qué un colom dins ses arpes

d'es falcó.

.

Ets estudiants, enllençolats, seguien fent voltes, repetint sempre lo mateix i coint peres.

I amb això, sa fantasma de davant, s'atura i diu a sa fantasma que anava a sa coa de

sa rotlada:

I tú, que vas darrera, agafa aqueix de damunt sa perera!

No importà que ho diqués dues vegades. L'amo d'Aubenya, perdut de tot, baixà de sa perera i, cametes amiguesi Cap a ses cases i s'hi tancà de dins.
Ets estudiants de Cura s'afartaren de peres i encara se'n dugueren un paner a caramull.

218

£1 Heraldo de Cristo

Las canciones populares que ofrecemos en este número giran todas alrededor del morvte de Randa. Unas son amorosas, otras burlescas; ya se refieren a| santuario de Cura, y a sus estudiantes, ya a los otros dos oratorios del mis¬
mo monte, San Honorato y Nuestra Señora de Gracia. Las hay que aluden a
Id antigua costumbre lluchmayorense de corrier sobrasoda por la fiesta de San Honorato y las hay que previenen, a los jóvenes trabajadores de Randa, sobre la parvedad de comida que se sirve en cierto predio.

¿Per qué no hi veniu, amor, 'a missa a Sont Honorat, qui cura de mql de cap i Sant Marçal de dolor?
De S'Aulet a S'Estorell
no me cansava es comí, per veure aquell serafí qué valia més, per mi, que es terme de Marratxí,
Puig de Randa i Es Casteil.
Si fos estat coronell, o comandant de vaixell, sa earn i sa meva pell tenia per donar*li.
A sa muntanya de Randa,
trobareu Sant Honorat. Jo no sé cap ase negre
qué pugui tornar gelat.
Ets estudionts de Cura
de lletra, no n'apendran, perque tots -davallaran
a veure vostra hermosura.
El dia del Ram, la Passi,' cada any, la solen cantar. A s'estimada Vaig dar oigo beneita dins Graci'í
An es Puig de Randa hi plou, i, per aquí, s'enfosqueix Vós passau i no deis res, qualque cosa hi ha de nou.
P'es Puig de Randa, ja hi plou, per aquí, qualque goteta. N'ós passada uno jaieta
enconada d'un blanc d'ou.
A's Puig de Randa, ja ht plou, i, per aquí, fa ramada. Si s'estimat m'ha deixada, és senya que no me vbl.
Si mon bé no cau soldat, una promesa faré: de genoions aniré a una Verge que sé abaix de Sant Honorat.
Oh Mare de Déu de Graci, ' de tot mal lliberau-mos! Si no cau soldat N'Ignasi,
anirem a veure-vos.

De Gràcia, vaig anar a Cura,
de Cura a Sant Honorat,
i vaig quedar elevat d'aquella santa figura.
Na Juanaina té es cor
com una figa madura.
La Mare de Déu de Cura
li darà un partit bo.
P'es Puig de Randa i Aubenya, s'hi fan d'aquests homonets petltons i gruixadets,
i són més forts que una penya.
Puig davant i puig darrera i puig a cada costat. Puig de Randa agraciat a on tenc s'amor primera,
Oh Mare de Déu de Cura, gloriós Sant Honoròt!
Guardau me s'enamorat
qui està malalt, per ventura.
A Algaida, es festetjadorr'
damunt sa caixa s'asseuen; i, a Randa, cadira treuen qui par que sien senyors.
Sant Honorat ha partit, aviat, perque frissava.
Ha deixat sa sobressada
damunt es capçal d'es llit.
Sant Honorat és passat p'es carrer de Ses Tafarres,
carregat de sobressades
i no n'ha deixada cap.
Alerta, fadrins de Randa,
si anau devers S'Heretatl
Venen es pan-cuit salat: si hi duis pa, poreu romandre.
Diuen que vos n'heu d'anar a's Puig de Randa, amor bona, a apendre d'estudiar,
i tot n'és causa una dona.
Qué ós de mal tornar veis: ni donen gust, ni fan planta! -Demà,que no heu de anar a Randa que diuen que han de fer els Reis?
R. G. B

SANTA CATALINA DE ALEJANDRIA
La Virgen
^^ATALINA de Alejandría, amiga y consejera de la dulce Juana de Arco (dulce, pero también terrible como un escuadrón en orden de batalla] es una santa excep¬ cional Y, tal vez, única. Fué un milagro de belleza, de sabiduría y de santidad. Sobre la frente de Catalina fulgen, como una tiara, las tres aureolas de 'Doctora, Virgen y Mártir. Catalina tuvo, además, el doloroso y glorioso privilegio de los escogidos: morir joven. Y la muerte prematura fijó para siempre la juventud de la intrépida Judit cristiana, pues, al cabo de tantos siglos, Catalina sigue, lozana e inmarcescible, en sus dieciocho años.
No puede, por tanto, causar extrañeza que, como a porfía, gremios, honvbres de ciencia, estudiantes y muchísimas mujeres se hayan puesto bajo el patronazgo de Cata¬ lina,-que su devoción haya calado tan honde en el alma popular y que los pintores, castamente enamorados,"tomen a la santa virgen como uno. de sus' temas predilectos. ¿Quién no se huelga de ser presidido, amparado o inspirado por una criatura hermosa como un sol> letrada como un santo padre y tan santa y tan humilde que desconoce su
propia sabiduría, belleza y santidad?
\_ No nos detengamos a discerr.ir hasta qué punto la leyenda se ha mezclado con la historia en la vida de Santa Catalina. Nuestro propósito no es hacer erudición o crítica sino arte y piedad. Y, por ello, más que interesarnos por la exactitud material de los hechos, vamos tras la belleza y la emoción y nos es indiferente alcanzar nuestro Objeto por el camino de la leyenda o déla historia. No todo se ha escrito ante notario en este mundo, ni puede corroborarse todo con documentos contemporáneos (y también saben mentir esta clase de documentos]; ni de precisión sola y de sólo datos, rigurosa¬
mente comprobados, vive el hombre de corazón.
Alejandría, corte *del Emperador Maximino, fué la ciudad natal de Catalina, por cuyas venas corría sangre de reyes. Llegó a las divinas riberas de la luz por los años de 289. Frecuentó la llamada «Escuela de Alejandría», famosa por sus maestros, y más fa¬ mosa aun por esta adolescente que, en sus verdes años, eclipsó, con su sabiduría, a los maestros más renombrados. Era cosa de pasmo: todos los ríos del saber de aquel tiempo habían volcado su caudal en el alma oceánica de Catalina. Y, por ventura, resultaba todavía más asombroso la gracia y la sencillez con que la tierna criatura llevaba la batumba de su ciencia, cual si fuera un ramo de flores. Los estudios tenaces de Catalina, su voracidad y su inquietud por saberlo todo, no ajaron, ni levemente siquiera, el lirio Y la rosa de su belleza juvenil.
Era una gloria oir la charla de Catalina. Fluían sus palabras límpidas y frescas. No era la suya una sabiduría plúmbea, con polvo y moho de farragosa erudición, sino algo sin pedantería, sin afectación,algo vivo y oon estremecimientos de árbol en primavera. El alma radiante de Catalina, traspasándose con todos sus hechizos a su ciencia, em* bellecía a esta ciencia y la comunicaba una avasalladora fuerza de convicción.
Catalina, por este tiempo, no pertenecía a Jesús. Amaba, eso sí, apasionadamente la verdad y, guiada por este amor, corría, sin pensarlo, hacia la luz de la religión cris¬ tiana, a través de la noche de sus errores. Las almas puras siguen, como por instinto, el rastro de la verdad religiosa Asi, las abejas van a las flores y las mariposas a la luz.
Catalina era un tesoro, y muchos la pretendieron por esposa. Ella daba libelo de repudio, urlo tras otro, a sus pretendientes,pues valían demasiado poco para que nuestra heroína les entregara el corazón. Supo de aquellos lances un santo ermitaño, por nom-

220

£1 Heraldo de Cristo

bre Ananias, y, noblemente ambicioso, quiso cristianizar a Catalina, arrebatarla al mun¬ do y ofrecerla a Jesús como la rosa más fragante de Alejandría. Trabó conocimiento con la doncella e ingenióse para ganar su confianza. En principio, el santo varón, aco¬
modándose al estado del alma de Catalina, le habló, misteriosamente, de alguien como de un excelente partido. Desde luego, la proposición intrigó a la muchacha, pero, antes
de soltar prenda, quiso conocer aP nuevo aspirante a su blanca niano. Y Ananias: le aconsejó: <pide a Nuestra Señora, que te conceda una entrevista con su precioso Hijo».
La muchacha oró a Nuestra Señora. Y, durante el sueño, le apareció la Virgen, lle¬ vando en sus brazos a Jesús. Catalina Iquedó prendada del Niño. Sin embargo, el celeste
Infante, con un mohin de fastidio, torció la carita al ver a la doncella pagana. Y, a la pregunta de la Virgen: «Hijo, la quieres por esposa»; cNo», respondió, desdeñosamente, el rapazuelo, sin mirar a Catalina, «es fea». Y desapareció la visión.
La enamorada doncella, deshecha en llanto, busca a Ananias y le cuenta lo suce¬ dido. El rostro del ermitaño se ilumina con beatifico gozo. En pocas horas, instruye a la
insigne catecúmena en los misterios de nuestra fe. «Y ahora», le dijo, «hazte bautizar». Una vez bautizada, aparecióle, de nuevo, la Virgen con el Niño en sus brazos. Y, enton¬ ces, ante Nuestra Señora y los ángeles por testigos, se celebraron los místicos desposo¬
rios de Catalina con Jesús.
La Doctora
El año 307, Maximino ordenó que se celebraran, en Alejandría, grandes fiestaa e inusitadas hecatombes en honor de los dioses del imperio y, apuntando a los cristianos,
dispuso que la concurrencia a aquellas solemnidades fuese obligatoria para todos, bajo pena de muerte. Los tiranos (y hay muchos tiranos y aprendices de tirano) gobiernen
con la razón de la fuerza ya que no con la fuerza da la razón. Irrumpen, violentamente, en el santuario de la conciencia. No toleran discrepancias, imponen sus desatinos y son
más exigentes que el mismo Dios que tantás cosas dejó a las disputas de los hombres.
Con uno de tales monstruos que ponen la autoridad al servicio de sus maldades, habla
de topar Catalina.
La ciudad estaba llena de reses destinadas a los holocaustos. El ambiente oliscaba de las victimas quemadas y el cielo se ensombrecía dél pegajoso y grasicnto humarazoSimultáneamente con las fiestas de los dioses del imperio, empezó la persecución con¬ tra los cristianos retraídos de aquellos cultos abominables. Catalina, intrépida, desobe¬
deció, también, al Emperador. Y odiando como odiaba, las absurdas divinidades del paganismo, inculcó a sus hermanos en la fe la santa desobediencia. Incluso, con su ca¬ racterística audacia, presentóse a Maximino, le echó en cara sus crueldades, hizo mofa
de los dioses del imperio y, sin titubear, afirmó que la única religión verdadera era la
de Jesucristo.
El Emperador, en vaz de enfurecerse con la atrevida muchacha quiso, chanceándose con ella, discutir de religión. Creyó vencerla con unas cuantas cuchufletas. Le salió al revés. Y Maximino, despechado, pronto ya no usó déla lengua sino para insultar a Ca¬ talina, pues las injurias son el acostumbrado reducto donde se hacen fuertes los que no
tienen razón.
La muchacha quedó detenida. El Emperador, queriendo confundirla a toda costa, ordenó que se concentraran, en su palacio, los cincuenta filósofos más sobresalientes de Egipto. Catalina quedarla aplastada en la disputa y, con ella, el cristianismo.

£l Heraldo de Cristo

221

Cómo se llevó la discusión Y qué dijo Catalina nunca lo supo la historia y ya lo tiene olvidado la leyenda. Mas, por los frutos, podemos colegir cuales fueron sus pala¬
bras. Catalina abrió camino a la verdad cristiana a través de la enmarañada selva de
razones de los filósofos gentiles. «Hágase la luz» suplicó Catalina a su divino Bsposo. Y
la luz fué hecha en la mente de sus cincuenta adversarios.
La Mártir
Catalina fué azotada. Su cuerpo de lirio y rosa quedó convertido en un sangrante andrajo. Fué puesta en la cárcel. Los 'ángeles, sus amigos, curaron las horrendas deso¬
lladuras de la doncella y una paloma, enviada por Dios, proveyó a su sustento. Después de los azotes, vino la máquina infernal de cuatro ruedas erizadas de navajas. Las ruedas, de dos en dos, se movían con movimiento contrario. Con el fin de triturarla, se ató a Catalina sobre el diabólico instrumento. Mas las ruedas, antes de ponerse en marcha, se desencajaron lanzándose, como fieras, sobre los que se regodeaban con el bárbaro espectáculo. Finalmente, el verdugo, con un poderoso golpe de espada, desmechó a la santa virgen y del dulce y blanco cuello cercenado, fluyeron, no -impetuosos borbollo¬ nes de sangre, sino mansos arroyuelos de leche. Y es que, la indomable amazona cris¬ tiana era, después de todo, cándida y láctea como una ovejuela.
En la relación de un viaje a Tierra Santa, escrito en catalán, el año 1323, hay algunas noticias curiosas referentes a Santa Catalina. (Modernizaremos por completo la ortografía y sólo algún tanto el lenguaje.)
«A vuit jornades de Jerusalem, hi ha la muntanya de Sinaí on jau lo sant cos de Santa Caterina qui fou portal aquí, per àngels. En aquest lloc, féu Jesucríst molts de mi¬ racles per amor de la santa Verge i la seva església és molt honorada. El seu cos jau en un bell monument de jaspi. Fer veure el sant cos, és menester tenir una carta del Soldà. De la seva sepultura, ne surt una licor que mai no cessa, així com hom qui sua. I d'aques¬ ta licor en posen dins ampolles petites i en donen als pelegrins a qui el Soldà ne fa gràcia amb la dita carta. D'Aleixandria fins a la muntanya de Sínaí, hi ha quinze jorna¬ des. La Verge Santa Caterina fou escapçada a Alexandria i, en lo lloc on fou escapçada, hi ha la columna on fou estacada i escapçada, la qual tothom pot veure-»
P. RAFAEL GINARD BAUÇÀ

TÓLICO

San Vicente Maria Strambi El Domigo
II de Peníe-
CÒSÍÓS de este Año Santo, 11 de junio, llegó el momento en que dentro de lae augustas ceremonias vaticanas, el Cardenal Micara, Procurador de la causa, suplicó al Santo Padre que incluyera en el católogo de los Santos al Beato Vicente María Strambi, Obispo de Macerata.
El Papa imploró la asistencia del Espíritu Santo, con el canto del «Veni Creatori. Re* zada la oración correspondiente, se dispo¬ ne' a ejercer una de las más augustas fun¬ ciones de su magisterio infalible. Ingente
muchedumbre cae como electrizada de
■rodillas. Los numerosísimos Obispos, Ar¬ zobispos, Patriarcas y Cardenales se ponen de pie, y como para solidarizarse con el Papa en tan solemnes momentos, se quitan reverentes la mitra e inclinan profunda¬ mente la cabza. Entonces pronuncia el Papa
en latín la solemne fórmula:
* A la honra de la santa e individua Tri¬
nidad/ para la exaltación de la fe católica y aumento de la religión cristiana; con la autoridad de Nuestro Señor Jesúciisto, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pa¬ blo y con la nuestra,- tras madura delibera¬ ción y repetida súplica de la divina asis¬ tencia, y con el consejo de nuestros vene¬
rables hermanos Cardenales de la Santa
Iglesia Romana, Patriarcas, Arzobispos y Obispos residentes en Roma, resolvemos y definimos que el Beato Vicente María Strambi, Confesor y Pontífice, es Santo, inscribiéndole en el catálogo de los San¬ tos, ordenando que la Iglesia universal
celebre devotamente su memoria cada año
el día de su nacimiento,'! de enero. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espí¬
ritu Santo.*
Lágrimas, aplausos, inquebrantable asen¬ timiento, fervientes plegarias al nuevo San¬ to, es la respuesta de toda aquella ingente representación del catolicismo en la solem¬ ne definición pontificia.

Siguó la Misa pontifical, en la cual pro¬
nunció Pío XII la acostumbrada homilía
después del Evangelio. Refiriéndose particularmente a los tur¬
bulentos tiempos en los que San Vicente reveló su temple de acero, hace a todos la siguiente recomendación: «Aquellos que por las angustias presentes —que en algu¬ nos lugares semejan ser más graves que las que acabamos de recordar - se sienten indecisos, débiles y temblorosos, apoyán¬ dose en las promesas de Jesucristo, refuer censu espíritu buscando reproducir en sí mismos la invicta fortaleza y demás virtu¬
des de este Santo».
La vida del P. Strambi, esclarecido pa*
sionista, Obispo de Macerata y Tolentino (1735-1823), es singularmente conocida por el episodio de su muerte, que lo vincula a la historia general de la Iglesia. Lo recoge
el Cardenal Wiseman en su obra «Recuer¬
dos de los cuatro últimos Papas: León XII», capituli II. Después de referir su visita a León XII, agonizante, y la casi intantánea curación del Pontífice, añade:
«Toda Roma atribuyó la inesperada cu¬ ración a las oraciones de un santo Obispo, que se hizo venir a instancia del Papa, de sü lejana silla de Macerata. Era éste mon¬ señor Strambi, de la Congregación de la Pasión. Acudió inmediatamente, vió al Pa¬
pa, y le aseguró que curaría, habiendo él ofrecido al cielo su despreciable vida por una vida tan preciosa. Y en efecto, como si
hubiese infundido su vitalidad en el lán¬
guido cuerpo del Papa él murió el día sisiguiente, 31 de diciembre, y el Pontífice se levantó como si fuera del sepulcro »
Hacia tiempo que el Santo Prelado sus¬ piraba por renunciar a su silla para reinte¬ grarse a la vida pasionista. León XII le au¬ torizó para lo primero, bien que reclemándole junto a su persona en el Vaticairo. Le tenía casi de continuo junto a su lecho, y desahogándose con él llegó a decirle: «Pa¬ dre Vicente, pensaba ser yo quien le in-

Él Heraldo de Crsito

m

cluyera en el católogo de los Santos,- pero
no dudo lo hará otro en mi lugar». Reunía todas las cualidades sobrenatura¬
les, intelectuales y aun físicas para ser un esclarecido apóstol de Jesucristo. Fueron singularmente los Papas Pío VI y Pío VII quienes mejor las reconocieion y más am¬ pliamente las utilizaron. Este último le nombró Obispo de Macerata y Tolentino.
Lo calamitoso de los tiempos sirvió al insigne Prelado de acicate para multipli¬
car sus actividades en favor da sus sacer¬
dotes y sus seminarios, de sus religiosos y de los pueblos empobrecidos y desespe¬
rados.
Apenas llevaba tres años consagrado ai ministerio pastoral cuando al apoderarse los ejércitos franceses de los Estados Pon¬ tificios, ocupó la ciudad de Macerata el genral Lemarois, exigiéndole un juramen¬ to de fidelidad a Napoleón y amenazán¬ dole con que «si engañado con pérfidas insinuaciones rehusareis obedecer, me ve¬ ré en la necesidad de aplicaros las seve¬ ras sanciones que me han sido encomen¬
dadas».
El juramento de fidelidad ilimitada que se exigía a los Obispos lo había prohibido Pió VIL Ante la negativa de monseñor Strambi a prestarlo, se presentó en su pa¬ lacio un agente gubernativo, entablándose el siguiente diálogo:
- En nombre de su majestad el empera¬ dor Napoleón y del virrey de Italia, os ordeno que firméis el contenido de estos pliegos.
—Conozco ese contenido, declarándoos
no estar dispuesto a firmarlos. Estoy pron¬ to a sufrir cualquier violencia antes que traicionar los derechos de la Iglesia, pres¬ tando un juramento prohibido por el Vi-
cario de Cristo.
—Si os negáis a obedecer ordenaré la incautación de todos los bienes ;de la mesa
episcopal.
- Podéis hacerlo.
— También debo advertiros que antes de

cuarenta y ocho horas seréis deportado a Milán, acompañado de un oficial de grado inferior, donde recibiréis el destino que se
os señale.
--Estoy a sus órdenes.
El destierro estaba decretado. Al aban¬
donar el Prelado su palacio, quedó des¬ concertado el agente viendo que lo hacía desprovisto de todo.
— Monseñor, ¿dónde tiene su coche? —¿Mi coche? Yo no tengo coche. Todos mis ingresos los absorbían mis^pobres Siga¬ mos adelante: me basta este crucifijo.
—No es posible. No conviene que un Obispo realice a pie tan largo viaje.
- No importa. Dios me ayudará.
Cumplió su destierro, primero en Nova¬ ra y luego en Milán, apareciendo durante aquellos largos años. Obispo y misionero.
También en esta última ciudad hubieron
de solicitar en alguna ocasión Obispos y Cardenales hiciera resonar su palabra en las plazas de la ciudad con el fin de cal¬ mar las pasiones populares excitadas con tantos y tan horrendos atropellos.
Cuando eclipsada la estrella de Napo¬ león y devuelta la paz a la Iglesia, pudie¬ ron reintegrarse el Papa y los Obispos a sus respectivas sedes, pensó Pío Vil en reavivar el espíritu del clero romano. Car¬ denales, Obispos, sacerdotes y religiosos, haciendo se predicaran a todos reunidos unos ejercicios generales. El encágrado de tan difícil misión fué el Obispo de Ma¬
cerata, universalmente mirado como maes¬
tro en todas las ciencias sagradas y' como
un Santo.
El afán con que su diócesis se aplicó a reparar los estragos producidos por tantos
acontecimientos adversos fué admirable.
Misiones, ejercicios, pastorales, visitas ca¬ nónicas,- de todo echó 'mano para hacer florecer la vida cristiana y fomentar las
vocaciones eclesiásticas. San Vicente Ma¬
ría Strambi es Uno de los más bellos orna¬
mentos de la Iglesia entre Ips siglos XVIII y XIX.

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San Miguel de Son Corrió.—Día 13 de septiembre, entregó su alma al Señor, des pués de larga enfermedad y confortada ton
los santos, sacramentos, la fervorosa tercia¬ ria de N. P. S. Francisco, D.° Margarita Fe¬ rrer Adrover, natural de Manacor, a los 60 años de edad. Era muy devota de la San¬ tísima Eucaristía que recibió varias veces
durante su enfermedad. La extraordinaria
concurrencia de fieles a sus funerales dió
muestra del aprecio en que todos la tenían. A su apenado esposo D. Antonio Duran Pa¬ rera, y a sus hijas Catalina y María, la ex¬ presión de nuesto pésame.
Son Froncisco (Son Sunyer).—Día 2 de septiembre, pasó a mejor vida, confortado
con los santos sacramentos nuestro suscriptor D. Guillermo Nicolau Garí, Contaba 77
años de edad. Era fiel cumplidor de sus de¬ beres religiosos y sociales y su muerte fuó muy sentida en todo el caserío en donde el finado gozoba de general estima. Nuestro pésame a su desconsolada esposa, hija y
demás familia.
Calonge.—El 27 de agosto entregó su espíritu al supremo Hacedor, recibidos los auxilios espirituales, el fervoroso terciario de N- P. S. Francisco, D. Miguel Adrover Vadell, de 77 años de edad. Nuestro pésame a su esposa e hijos.
Tuy.-Día 12 de septiembre falleció en esta ciudad, confortado con los santos sa¬
cramentos y la bendición de S. S., nuestro

suscriptor D. Modesto Rodríguez Conde, ter¬ ciario franciscano. Presidente de la Adora¬ ción Nocturna Diocesana y del Apostolado de la Oración. No más que elogios pode mos decir de este pundonoroso caballero, modelo de podres cristianos, amigo de Jesús y de los pobres y muy enamorado del Pcbrecillo de Asís. A su apenada esposa doña María Velasco García, hijas, hijos políticos, hermanos, hermanos políticos, nietos, sobri¬ nos y demás familia, nuestra condolencia.
Vaiidemosa.—Día 26 de septiembre, ex¬ piró santamente en el predio Son Viscos, la fervorosa terciaria franciscana Srta. María
Nadal Comas, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición de Su Santidad. Desempeñaba muy acertadamente el cargo de Presidenta de Acción Católica de aquella localidad, y era también Adoradora Nactur* na honoraria, por cuyo motivo tuvo la dicha de poder disfrutar del gran privilegio de que se celebrara el santo sacrificio de la misa y comulgar en ella, en su propio domi¬ cilio, durante el tiempo que estuvo imposibi¬ litada de asistir a la iglesia. Prueba bien patente del cariño y aprecio en que ella era tenida, lo demostró la gran asistencia de pue¬ blo a su entierro y funeral. Reciba toda su familia, en especial su apenada madre y hermanos, la expresión de nuestra más sen¬
tida condolencia.
DESCANSEN-: EN PAZ. AMEN

D.° Margarita Ferrer 15 D. Guillermo Ni- D. Modesto Rodríguez

Adrover, de Manacor coiau iGarí, cle|

Conde, de Tuy

Son [Sunyer

Srta. María Nadal Comas,
de Vaiidemosa

JUAN EST EL A
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