El Heraldo de Cristo 1946, n. 443
La Cruz de término del
pueblecito de Randa.

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ANO XXXIX

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SEPTIEMBRE 1946

NUM. 443

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LA CONMEMORACION DEL CONCILIO DE TRENTO
UN FRANCISCANO MALLORQUIN £N TRENTO
EL OBISPO FRAY JUAN JUBI
Gloria actual centenario ¡ncüscufible de la orden franciscana Mal orca el en —que tridentino tiene que revalorizar— es el obispo Jubí, único, entre los nacidos en este reino, que tomó parte en las congregaciones generales de los padres conciliares y en las sesiones solemnes de los obispos, como prelado titular que era de Constantina, en el norte
de Africa.
A pesar de la escasez de documentos anteriores a la fecha de su consagración episcocopal, sabemos con absoluta certeza que era mallorquín, y, con muy fundada probabilidad, natural de esta ciudad de Palma —entonces simplemente «Ciutat de Mallorca» -, donde ven¬
dría al mundo a fines del cuatrocientos, entre 1490 y 1500.
Se sabe también que entró en la familia conventual de Iq orden franciscana, en la que desempeñaba el cargo de provincial de toda la Corona de Aragón el año de 1542. Eran los tiempos en qué las ansias reformatorias, como reacción contra la decaden¬ cia religiosa del siglo antecedente, desembocaban en un mayor auge de los conven¬ tos que seguían la primitiva observancia, y en una decadencia de los claustrales, que aun vivían con los privilegios otorgados por los pontífices en las llamadas bulas de relajación. El impulso reformista de san Bernardino de Sena, proyectado hacia España por su discípulo el beato Mateo de Agrigento, obtuvo el máximo apoyo jerárquico en el sumo pontífice León X y, aquí, en los reyes católicos y en Cisneros. El papa Médicis en 1517 reconoce que los verdade¬ ros representantes de la primigenia orden de los menores no son los conventuales, aunque posean los más históricos y tradicionales conventos de Italia —Asís, Padua, Roma—, sino los observantes; y, por lo que respecta a nuestra antigua corona, se erige en provincia aparte la que hasta entonces sólo era vicaría observante de Aragón, de la que fueron desprendiéndose, como provincias independiendientes, primero Mallorca, en 1543, y muy pronto, el año de
1559, Cataluña y Valencia.
Al mismo tiempo perduraba la antigua provincia claustral de Aragón, con los conventos más ricos y prepotentes de nuestras regiones levantinas: los de San Francisco de Palma y Barcelona - mientras los de Jesús, extramuros de ambas poblaciones, eran de los observan¬ tes desde su misma erección-, los de Vilafranca del Penedès, Zoragoza, Valencia y otros ^muchos. Lo más probable es que Juan Jubí entrase en el convento de San Francisco de Palma,

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El Heraldo de Cristo

pues los frecuentes modalidades moilorquinas de süs cartas catalanas demuestran una larga permanencia en esta isla, a pesar deque el apellido de su familia, desconocido en el reino de Mallorca, indica claramente que era oriundo del principado.
En Barcelona fué predicador del virrey de Cataluña don Fadrique de Portugal, arzobispode Zaragoza, que ocupó la lugartenencia real del principado de Catdluña y de los condados de Rosellón y Cerdaña desde 1534 hasta su muerte, acaecida en Barcelona el 5 de enero de 1539. En aquella fecha —siendo ya virrey'san Francisco de Borja— cuando en 1542 ray Juan Jubí desempeñaba el cargo de provincial de su orden, el señor de Granvela don Nicolás Perrenot, padre del célebre cardenal, aconsejó a Jubí que, dejando el gobierno de su provincia regular, consintiese en su consagración episcopal, para ayudar como obispo coadjutor —sufragáneo se decía entonces— al obispo electo de Barcelona, don Juan de
Cardona.
Apenas Consagrado obispo titular de Constantina de Numidia, comenzó fray Juan Jubí -«lo bisbe Jubí», como se firmaba en las cartas- a desempeñar con gran celo su cargo de obispo sufragáneo, confiriendo los sacramentos de la confirmación y del orden, y recorriendo infatigablemente los pueblos de la diócesis en frecuentes visitas pastorales. El 30 de agosto
de 1545 fué uno de los tres obispos que consagraron a don Juan de Cardona, siendo los dos
restantes el de Vich, don Juan de Tormo, y el de Gerona, don Juan de Margarit. Pocos meses más tarde, a principios de 1546, moría Cardona de improviso, precisam.ente cuando los prela¬ dos españoles, instados por el emperador, se dirigían al concilio de Trento, solemnemente inaugurado el 13 de diciembre anterior. Como el nuevo prelado de Barcelona, el dignísimo don Jaime Caçador, no hizo su entrada solemne en la capital de la diócesis hasta el 19 de agosto de 1546, no pudo Jubí acudir ahora al sacro sínodo, y el 17 de may® excusó su asis¬ tencia y nombró procurador suyo a don Pedro Agustín, obispo de Huesca, hermano del fa¬ moso don Antpnio, a la sazón prelado de Lérida.
Durante ellargo y fecundo episcopado de don Jaime Caçador -1546-1561-, período inicial de la restauración, y antítesis perfecta de los calamitosos tiempos del obispo Cardona, orosiguió Jubí desempeñando contantemente el cargo de sufragáneo, tanto en Barcelona
a^ como en las comarcas vecinas y aun, durante las sedes vacantes, en las diócesis limítrofes;
propio tiempo que se dedicaba, como antaño, a la predicación de la divina palabra y a sus predilectos estudios teológicos y humanísticos.
A fines de 1550 el emperador Carlos V puso todo su empeño en el buen éxito de la nuevo etapa del concilio, que había sido convocado para el siguiente año en la misma ciudad de Trento, donde con tanto contentamiento de todo el mundo católico se había inaugurado cinco años antes. El 21 de diciembre escribía desde Augsburgo al obispo de Gerona don Juan Mar¬ garit, rogándole su participación en la sagrada asamblea; pero añadía: «habiendo respecto a que por vuestra edad teméis suficiente excusa, nos ha parecido todavía avisaros del estado en que está el negocio, para que, siendo de la importancia que es, miréis de hacer luego
elección de una persona docta para enviarla a Trento, y que parta en tiempo que pueda ser allá a principio de abril o mediado el mes, con poder tan bastante Como se requiere para no solamente excusar vuestra venida por el impedimiento susodicho, mas aun para comparecer
en vuestro nombre en caso de admitir en concilio los votos de los legítimamente impedidos»* La lentitud de los antiguos correos hizo que esta carta, enviada al virrey de Cataluña
marqués de Aguilar, no llegase a manos del obispo Margarit hasta'principios de la cuaresma del año siguiente, cuando fray Juan Jubí había comenzado ya Ja predicación cuadragesimal en'el la seo de Barcelona. El prelado gerundense puso inmediatamente en él los ojos paro representante suyo en el concilio, mas hubo de advertir al emperador el 29 de febrero: «No podrá ser su partida antes de la pasca, porque queda obligado a predicar cada'l día en la iglesia catedral de esta ciudad toda esta coresma, y tiene ya empezado del primer día que que se ha entrado en ella.'Bien hallara yo algún otro doctor, teólogo o jurista, el qual se pornía en camino a tiempo que pudiese llegar allá para el término que me tiene mandado

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vuestra majestad; pero que fuese tanto a propósito como éste, no le he hallado hasta aquí, ni tengo esperanza de le poder hallar en adelante, porque es muy buen teólogo, y muy docto en otras facultades, y buen religioso de la orden de san Francisco. El poder llevará tan bas¬ tante como manda vuestra majestad, y podrá ser que en él, por ser obispo.Japrovechará más que en otro que no lo fuese».
No se equivocaba en estas apreciaciones el anciano don Juan de Margarit: si su repre¬ sentante en Trento no hubiera sido obispo, en modo alguno hubiera podido participar tan activamente en las deliberaciones conciliares,- y, por otra parte, fué Jubí uno de los primeros obispos que llegaron a la ciudad del sínodo, ya que la mayor parte fueron llegando mucho después del primero de mayo de 1551, en que se celebró la sesión undécima, primera del pontificado de Julio 111. Nuestro obispo Jubí entraba en Trento el 16 del mismo mes de mayo, al mismo tiempo que el obispo de Mallorca Gian Battista Campeggio, y que el célebre teó¬ logo'don Martín Pérez de Ayala, obispo de Guadix.
Poco se adelantó en aquellos cuatro primeros meses, hasta que el primero’de septiembre se tuvo la sesión duodécima: el escaso múmero de padres congregados, y la tirantez de rela¬ ciones entre Enrique II de Francia y el papa, fueron demorando de día en día los trabajos conciliares. Sólo la llegada del príncipe don Felipe de España - más tarde Felipe II-, el 6 de junio, de paso hacia los Países Bajos, vino a lanzar una piedra sobre esa monotonía inactiva. Entre los festejos con que los legados pontificios Crescenzi, Pighino y Lipómano, y el carde nal de Trento Cristoforo Madruzzo, obsequiaron al príncipe de España y al heredero de Saboya Manuel Filiberto, el futuro vencedor de San Quitín, hay que mencionar, por la estre¬ cha relación que guarda con nuestro Juan Jubí, el suntuoso convite y los juegos ariostescos tenidos en una isla sobre el Adige, a trescientos pasos de la ciudad, el domingo día 7 de junio.
El príncipe, después de oir misa en el mismo castillo de Trento, fué a visitar al primer legado, que le recibió humanísimamente a la puerta de sus habitaciones; y al poco rato ambos, acompañados por el cardenal Madruzzo, se dirigieron a aquella isla, dispuesto con toda suntuosidad para celebrar en ella un lauto convite, en el que participaron los princi¬ pales padres del concilio y 1a más "alta nobleza tridentina. Terminada la fiesta, tuviéronse vistosos torneos, en los que se fingió agüella lucha cantada por Ludovico Ariosto, del Irey Rodomonte que, a la entrada de un puente por él defendido, vencía y sometía a duro cauti¬ verio a cuantos se atrevían a medir con él sus armas; hasta que llegó una estrenua mujerMarfisa, que le venció y esclavizó. Mas no le duró mucho su triunfo, porque otra mujer de viril fortaleza, Brandimarte, cuya asta tenía la virtud de echar por tierra a cuantos tocaba venció a Marfisa y la sometió a oprobiosa cautividad.
Nuestro fray Juan Jubí, fino humanista y fácil poeta latino, que probablemente había conocido al cardenal Madruzzo en Barcelona cuando en agosto de 1548 desembarcara en lo ciudad condal acompañando al archiduque Maximiliano, fué el designado para dar la bien¬ venida a don Felipe en aquella fiesta acogedora, leyendo en efecto cincos onoros dísticos: en los que canta toda la magnitud del imperio que su padre le tenía reservado.
Non gerit indignata rotas: sub iudice lis est Sit fortuna tibi maior, an imperium.
Mas la actuación de Jubí en Trento no fué brillante sólo en lo humanístico, sino tanto o más en lo teológico. La sesión duodécima, celebrada el primero de septiembre de 1551, se limitó a proyectar las discusiones preparatorias de la próxima sesión, que había de celebrar¬ se el 11 de octubre, una de las más importantes de todo el concilio por haberse de aprobor en ellas el decreto doctrinal y los cánones del sacramento de la eucarislía, tema iniciado yo reinando Paulo III. En el tiempo que media entre el l.° de septiembre y el 11 de octubre vemos al obispo Jubí tomar parte muy activa en las congregaciones generales de 24 de septiembre y de los días 6, 9 y 10 de octubre.
En la primera de estas asambleas de obispos habló Jubí por vez primera en una reunión netamente conciliar, rechazando en un largo discurso las razones escriturísticas alegadas por

368

El Heraldo de Cristo

los protestantes para exigir la comunión bajo ambas especies. Los días 6 y 9 de octubre pro¬ puso algunas enmiendas a los cánones que habían de definir el dogmq católico y condenar las tesis prótestantes; y el 10 sobre el decreto doctrinal acerca del santísimo sacramento.
Aprobados los cánones y la 'doctrina eucarísticos en la solemne sesión duodócima, co¬
menzaron las discusiones sobre los sacramentos de la penitencia y de la extremaunción. For¬ mada una lista de los artículos heréticos más en boga entre los novadores, y discutidos previa¬ mente por las congregaciones de teólogos, pasaron a las congregaciones de los padres. Fray Juan Jubí —«episcopus constantinensis», como lo apellidan siempre las actas oficiales—expuso
su parecer sobre los artículos el 10 de noviembre, y sobre los cánones esbozados, el 20,. siendo especialmente notable su intervención por revelarnos las predilecciones más tomistas, que escotistas en la cuestión de la materia y forma del sacramento de la penintencia.
Después de la décimocuarta sesión solemne —25 de noviembre—comenzaron las deli¬ beraciones sobre el santo sacrificio de la misa y sobre el sacramento del orden, en las cuales intervino también el obispo Jubí, quien permaneció en Trento hasta que la sesión décimosexta,^
del 28 de abril’de 1552, decretó de nuevo la suspensión del sínodo.
Echando una mirada de conjunto a toda la actuación de «lubinus Maioricensis» en et concilio tridentino, hemos de afirmar que, si bien no fué uno de aquellos grandes padres y teólogos que llevaban sobre sus hombros el peso gigantesco de aquella espléndida construc¬ ción dogmática y teológica, tampoco fué una simple figura decorativa: la frecuencia, la extensión, la sutileza de sus intervenciones, demuestran una sólida preparación doctrinal
preferentemente escolástica,- la fuerza de sus argumentos llevó a la modificación del canon séptimo sobre la eucaristía y del décimocuarto sobre la penitencia; sus muchas advertencias a los primeros esbozos de la doctrica acerca de la eucaristía, penitencia y extremaunción, hubieron de influir en las modificaciones que se introdujeron en el texto definitivo; su ciencia
teológica, en fin, le Valió, entre los demás obispos, admiración, respecto y deseo de ayudarle^ los obispos de Orense y de Lérida —don Francisco Manrique de Lara y don Fernando de Loaces- escribieron desde Trento al cardenal Granvela ponderando la sabiduría y la suma
pobreza del obispo franciscano, y pidiendolpara él algún obispado de Cataluña, para cuando
se ofreciese ocasión.
No lo consiguió Jubí, a pesar de las palabras prometedoras que recibió del omnipotente obispo de Arrás: de vuelta en Barcelona, continuó su insignificante tarea de obispo sufragáneo de don Jaime y de don Guillermo Caçador, interviniendo activamente en la reforma de las
monjas — llevada tan a pechos por aquellos celosísimos prelados-, dedicándose también a sus aficiones humanísticas. Estas se concretaron en un largo poema sáfico sobre la eucaristía, dedicado a don Felipa II y al virrey de Cataluña don Diego Hurtado de Mendoza, príncipe de Mélito y duque de Francavilla. Publicado primero en 1568, fué reeditado dos años más tarde con un gran cortejo de otros poemas latinos, ocasionales unos y políticos —a la abdi¬ cación y a la muerte de Carlos V, a la entrada de don Felipe en Barcelona como rey, a per¬ sonajes de la más alta nobleza,—otros de fondo filosófico y humanístico- «De vita aulica non spernenda», «Ad lectorem», «Ad monums—, que son sin duda los más finos e interesan¬ tes de todo el opúsculo.
La censura y el elogio del canónigo Vileta -vindicador de Ramón Llull en Trento —con
que se cierra el pequeño volumen, explican el lulismo del auténtico mallorquín que era fray Juan Jubí: en su testamento de 1556, modificado en los codicilos de 30 de junio de 1571# año de su muerte, dejaba una fundación de tres mil libras para las escuelas lulianas de Randa. Si había tenido que pasar casi toda su vida fuera de Mallorca, su sincero amor hacia el doctor iluminado le conectó de nuevo, poco antes de morir, con esta su isla natal, que tark dignamenle repres,entó en el santo concilio de Trento.
MIGUEL BATLLORI, S. I.

POEMAS LULIANOS
EL GENIO
POR EL P. RAFAEL GiNARD BAUCÁ, T. O. R.
Al Magnífico Señor Rector de ;ia Escuela Luliana de Mallorca, Rdo. D. Francisco Su-
reda Blanes. Afectuosamente.
Saepius ventis agitatur ingens pinus ^ ^t celsae graviore casu decidunt turres, feriuntque summos
fulgura montes. (Horacio, Odas, L. II, X.)
Los vientos se embravecen en las cumbres
y dicen su canción con furor lírico.
Se alborotan las selvas azuladas
ante la faz del viento. Como un órgano salvaje/truena el huracán. El viento es la voz múltiple de la naturaleza. Peina el viento sus cabellos infinitos, silbantes, desgreñados, en la arista mellada de las rocas, al borde de la sima fascinante, y el bosque de pavor transido, pugna por arrancarse de aquel monstruo invisible, que le acosa:
el bosque'se retuerce enloquecido. La tempestad se ensaña con las cumbres
Et factus est repente de coelo sonus, tam¬ quam advenientis Spiritus vehementis.[Act. 2, 2).
Los genios son los picos más enhiestos de la humana orografía. Los flagela el huracán de las ideas, los envuelve un gran rumor de tempestad
con sus centellas deslumbrantes
y sus truenos hórridos.

Su vida es un camino de amargura
que enrojecen con su sangre, y mueren crucificados sobre la cruz de su propia grandeza.
Su vivir es lucha a muerte
para descifrar los enigmas de la naturaleza, y hallar nuevos caminos a la ciencia y al arte; infundir vida inmortal a la palabra, a los colores, al sonido y a la piedra, y redimir at hombre de su vulgaridad. Conciben mundos y los dan a luz; su norte es la Verdad y la Belleza. Se agitan como viento de cumbres sus ideas y los nimba una gloria de tempestad.
Ascendit Raymundus in montem quemdam de Randa... causa Deum ibidem tranquillius contemplandi... Quadam die dum ibi staret coelos attente respiciens, quam subito Dominus illustravit mentem suam (Vida coetánea).
Como el vendabal de las alturas,
se abate sobre el monte de Randa
el Espíritu del Señor.
Se hmche la mente de Ramón Lull, incendio y fragua, de luz y amor.
Dios mismo le concede en su alta escuela la láurea de Doctor
y, antes, le arranca, de cuajo, el viejo yo.
Le marca la frente con el signo de la cruz y le predestina a la grandeza y al dolor. Ramón empieza a hablar con su lengua de fuego, y escribe ya, sin tregua: un libro bueno y otro mejor, pues desde que ha descendido de Randa, su Tabor, inagotable, fluye la fuente del pensamiento brotada al toque vivo de Dios. Y esparce ideas huracanadas
este divino Sembrador.
Será su vida viento de cumbres
y, entre los pueblos, como un ciclón.

^0
La Permanente del Consejo Superior de Misiones de Madrid en su reciente visita al Generalísimo Franco a quien ofreció las poblicaciones del Consejó. (A la derecha el Reverendo Padre
GABRIEL TOUS SANCHO, T. O. R.)
Teólogos que tomaron parte en la VI Asamblea Nacional de Mariología, celebrada en el Monasterio de Montserrat, Entre ellos figura el Rdo. P. MIGUEL CALDENTEY VIDAL, T. O. R., a quien fué encomendado desarrollar el siguiente trabajo; "La Asunción de la Santísima Virgen en los escritores catalanes medievos". El Mis
terio de la Asunción de María fué el tema general de ía asamblea.

Proyecto de perspectiva de la Cap'lla Real de la Catedral Ma¬ llorquina con los sepulcros de los Reyes Jaime ll ’ylll de Mallorca.
Fragmento de la estatua del Rey D, Jaime III,

La capilla de la Trinidad, panteón
de los Reyes de Mallorca
Por GABRIEL ALOMAR ESTEVE
EnLolarecnizuodaPdladseetiPciear,peiñlá6n, dceapFitaelbrdeerlo Cdoen1d3a0d6o, Jdaeiml eRoIIssdeel ónM, aallnotrecaelotNoorgtaarbioa esta cláusula testamentaria; «Otrosí queremos y mandamanos que en la Iglesia de la Bienaventurada Virgen María de la Seo de Mallorca se construya una Capilla que será dedicada a la Santa e Individua Trinidad y haya en ella espacio suficiente para sepulturas en donde queremos que se nos entierre si aconteciese que murié¬ ramos en el Reyno de Mallorca o en otras partes de ultramar y que puedan ser se¬ pultados nuestros sucesores que en ella hubiesen escogido sepultura; ...y para dar cumplimiento a esta disposición testamentaria, si acaso Nos no pudiéramos cumplir¬ la en vida, obligamos a ello a nuestro heredero universal».
Más de seis siglos después de dictar el egregio Rey de Mallorca su testamento
y de ser llamado por el todopoderoso al eterno descanso, lo regia voluntad se
halla todavía incumplida.
No pudieron estar terminadas en los días de su muerte las obras de la Capilla por él ordenada y sus despojos fueron depositados provisionalmente en un sepulcro de madera, junto a las gradas del presbiterio cerrado con verja de hierro, que en los días ordinarios se cubría con un paño de lana azul y en las galas y fiestas con
un damasco carmesí.
Este enterramiento provisional duró hasta que en 1779 el Rey Carlos III, por petición del Intendente don Manuel de Banuelos, decidió costear un sarcófago de mármol del país en forma de urna, con las insignias reales, el cual estuvo colocado en el pasillo que unía el coro al presbiterio, hasta que fué retirado al Museo Dioce¬ sano al realizarse, a principios del siglo actual, la reforma de la Catedral, mientras los restos reales se colocaban en la Capilla de la Trinidad en donde han perma¬ necido, indignamente depositados hasta hace poco tiempo, esperándose una oca¬ sión propicia en que fuera posíible construir los enterramientos definitivos. Esta
ocasión la ha brindado la iniciativa del Gobernador Civil que rige la Provincia Balear en la actualidad, el Excmo. Sr. don José Manuel Pardo Suárez, a quien el
pueblo mallorquín no podrá nunca agradecer como merece, no ya el apoyo incon¬ dicional a todo lo que significa algo en favor de la cultura sino un verdadero me¬ cenazgo artístico que está cristalizando en una serie de instituciones culturales y de restauraciones, el cual tuvo a bien ordenarnos la redacción de un proyecto para la Capilla fundada por Jaime ll y erecció.n dentro de la misma de los monu¬
mentos sepulcrales para los restos de aquellos de los antiguos Monarcas de la di-
' nastía mallorquina que no se hallan fuera del territorio español. De momento, no son éstos más que dos; en efecto, el hijo de Jaime II y here¬
dero de su corona, por renuncia a la misma del primogénito Jaime, Sancho de Mallorca en su testamento había dispuesto: «Si por ventura aconteciera que Nos muriésemos en el Reyno de Mallorca, en este caso elegimos sepultura para nuestro cuerpo en la Iglesia de la Bienaventurada Virgen de la Seo de Mallorca, en el mo¬ numento que el señor Don Jaime, de buena memoria. Rey de Mallorca, nuestro padre, mandó construir en la dicha Iglesia de la Seo Mallorquina, en el cual monu¬ mento mandamos que sean colocados nuestros huesos una vez consumida la carne». Pero el Rey Sancho, persiguiendo un clima que aliviara su dolencia asmática, fué a morir en el pueblo de Santa María de Formiguera del Condado de Cerdaña y sus restos fueron solemnemente trasladados a Perpiñán y sepultados en la Iglesia

S24

£l Heraldo de Cristo

Mayor de San Juan de dicha ciudad. Quien sabe si algún día podrán ser traídos sus huesos, «ya consumida la carne», a reposar dignamente bajo las bóvedas que él
mismo, por disposición de su padre, mandara fabricar. Frente al sarcófago que guarda los restos de Jaime II podremos contruir en
cambio el que guarde los del ilustre y desgraciado Jaime III, hijo del Infante Fer¬ nando de JsAallorca, sobrino de Sancho y biznieto del Conquistador, los cuales, mandados trasladar a Valencia después de la Batalla de Lluchmayor por orden de su cuñado Pedro IV de Aragón, el Rey ceremonioso,' cruel y fratricida, fueron colocados en la Catedral de aquella ciudad en su sarcófago de madera que'pintó Simón Despuig y estaba colocado sobre cuatro leones de piedra. A fines del siglo XVIII, este sepulcro fué sustituido por otro en el que descansaron hasta el año 1899, en que fueron llevados a la Sala Capitular antigua y en 1905 trasladados, con
los debidos honores reales, a nuestra catedral.
En cuanto a Jaime IV, el hijo de Jaime III y pretendiente a la corona de Mallor¬ ca, Rey de Ñapóles por su esposa Juana, ha desaparecido toda posibilidad de recuperar sus restos. Aliado del Rey de Castilla en la lucha para recuperar su reino, entró con sus tropas en el territorio catalán y al volver a salir murió envenenado, tal vez por orden del propio Pedro VI-quien escribe en su crónica estas gravísimas palabras: «Isqué per la via de la valí d’Aran, e encontinént mori ab herbade que ii fou dada», su cadáver fué enterrado en el convento de frdnciscanos de Soria,
que hace mucho fué demolido.
Más difícil aun sería recuperar los restos de nuestras reinas. Esclaramunda hija de los Condes de Foix y esposa de Jaime III parece que murió en Perpiñán en 1318. No es seguro que sean sus despojos los que descansan bajo la losa situada detrás del Altar Mayor de nuestra seo, y que antes estuvo próxima al sepulcro de Jaime II, que probablemente pertenecen a Esclaramunda hija de Sancho de Mallorca, que fué hijo natural del infante Fernando y hermanastro de Jaime III, la cual casó con Artal, Conde de Foix y llevaba por lo tanto el título de Condesa de Foix como
reza la lápida. María de Anjou, de la Casa real de Sicilia y Nápoles, fué la esposa del Rey
Sancho de Mallorca y no tenemos noticia del lugar de su fallecimiento ni de su
• sepultura. Tampoco la tenemos de la segunda esposa de Jaime III, la reina Violante, la que le acompañaba en la luctuosa jornada de Lluchmayor. Sabemos en cambio,
queja primera, Constanza de Aragón, hermana de su primo y enemigo Pedro IV,
murió en Montpelier en el año 1346 y fué sepultada en la iglesia de franciscanos
de la misma ciudad.
De este obituario de los reyes de la Casa de Mallorca, se deduce que Solo dos sarcófogos se pueden construir, al menos por el momento, los destinados a Jaime 11 y Jaime III que son, por otra parte, los más ilustres entre los soberanos de nuestra
efímera dinastía.
Es de esperar que en el plazo de unos pocos meses, sean una realidad, estos
monumentos y podamos los mallorquines enorgullecemos de conservar los despo¬ jos reales en un digno relicario.
El cincel del gran escultor Federico Marés, que ha asombrdo d toda España con sus magníficas i^estauraciones de los reyes y reinas del Panteón populetano, está acabando la labra en alabastro de Gerona de la efigie dé nuestro Jaime II y en cuanto a la de Jaime III, está ultimado ya el boceto a tamaño natural.
Estos trabajos, se simultanean con los de restauración de la Capilla cuyos tra¬
bajos sumamente laboriosos y que incluyen la consolidación y puesta en Valor del. estupendo pavimento de azulejos mudéjares, una de las joyas arqueológicas más notables de nuestra Catedral, están a punto de terminarse, habiéndose procurado no destruir en absoluto el carácter que la maravillosa luz catedralicia y las patinas seculares prestan al augusto recinto.

(

EL HECHIZO DE UNA ROSA
(SANTA ROSA DE VITERBO)

PÓRTICO

¡Rosa! De las flores la reina. ¡Rosa! Cuajo de arreboles del crespúsculo. ¡Rosaj Divina flor del rito de amar. Beso de Dios a la naturaleza. Poema de luz y gallardia Boca de mujer. Salmo de amor. ¡Rosal, que traes unos deseos de llorar suave, que tienes pasaporte en todos los pechos, que haces enfermar de nostalgia, que sabes más secretos e historias que las crónicas y archivos, que viertes un reguero de cari¬ ño en el alma, que sabes casarte con todos los corazones, que eres el himeneo de
^a tierra con el cielo...
IMPLORACIÓN

¡Oh tú. Rosal La pudibunda, la virgen, la embalsamadora, Rosa de la fértil

Umbría; ¡Rosa!, que brotaste en medio de los huracanes de un siglo tormentoso; que

a los tres años resucitaste a tu abuela difunta que reintegraste a su ser un cántaro

hecho menudos pedazos que a una mujerzuela que, te negaba el hurto de una

gallina, le hiciste salir las plumas en el rostro, que hallaste en tu faldilla trocados en

rosas los mendrugos de pan para los pobres;

Tú, que a los siete años en una arrinconada estancia de casa llevabas vida

cenobítica, levantándote al piar de los gorriones mañaneros para cantar salmos^

acuartelando tus sentidos, sembrando de cilicios tus carnecitas de grana, empañan¬

do con frecuentes lágrimas el rosicler de tus ojos;

Tú, que en fuerza de tanta penitencia estuviste con el alma entre los dientes^

pero luego convaleciste rápidamente porque privabas mucho ante-la Virgen San¬

tísima, y con inaudita ciencia confundías a los herejes y latigueabas los desmanes

del tirano Barbarroja, loque te acarreó un draconiano destierro;

Tú, que enamorada de las austeridades del Serafín de Asís, acudiste a la por¬

tería de Clarisas de Viterbo para ingresar y no fuiste admitida, y tuviste que apurar

aquella copa de ajenjo de la repulsa por el rostro;

Tú, que vaticinaste que, mal que les pesara a las renuentes clarisas, si no te

querían viva te tendrían muerta, por lo que, a los diez y ocho abriles, enferma de

amor por Cristo, doblegando tu del¡/:ado tallo, ¡Rosa gentil!, fuiste a parar bajo las

bóvedas de su templo, para dormir el sueño de la paz;

Tú, ¡Rosa del rosal franciscano y embeleso de los cielos!, [rompe el alabastrón

de tu virgínea fragancia y derrama en nuestro pecho el suave ungüento de la cas¬

tidad, lava con tu niveo candor la tacha de nuestra impureza, y paga con la mo¬

neda de tu balsámica integridad la deuda de nuestra lascivia. ¡Rosa!, la de carne y

coral, rubescente y púdica, llévanos tras tí, en las vaporosas nubes del aroma de

tus virtudes.

Fr. A. MARTORELL, 7. O. R.

Los gnigos deSM FRANCISCO ^-
COMO FR. GIL Y TRES COMPAÑEROS SUYOS
FUERON RECIBIDOS EN LA ORDEN DE MENORES
MORQUE el ejemplo de los santos varones mueve a los devotos lectores al desprecio de los placeres transitorios, y excita el deseo
de la salvación eterna, diré a honra de Dios y de su santísima Madre la Virgen María, y para utilidad de todos los lectores, algunas palabras acerca de las gracias que el Espíritu Santo obró en nuestro santísimo Padre Fr. Gil, el cual, siendo aun seglar, tocado por el Espíritu Santo,^
comenzó a pensar cómo podría en todos sus actos ser grato o Dios. En este tiempo, San Francisco, como pregonero enviado por Dios, con el ejem¬
plo de su vidO/ penitencia y santa humildad, atrajo, dos años después de su con¬ versión, a un hombre de admirable prudencia y muy rico de bienes temporales,.
Ilomado Bernardo, y a Pedro Cotoneo, y los indujo a la observancia evangélica y
de la pureza; de suerte que por su consejo distribuyeron, por amor de Dios, todos
sus bienes a los pobres, y abrazaron la gloria de la paciencia y la perfección evan¬
gélica y el hábito de los frailes Menores, prometiendo con grandísimo fervor per¬
severar durante todo el tiempo de su vida en la observancia de sus promesas; y asf
lo cumplieron con alta perfección. Ocho días después de la referida conversión y distribución de bienes, Fr. Gil, que aun iba en traje seglar, viendo el desprendi¬
miento de tan nobles caballeros de Asís, que había causado la admiración en todo'
el país, se sintió inflamado de divino amor, y al día siguiente, que era la fiesta de San Jorge, en el año del Señor 1209, muy temprano, y como muy solícito de su sal¬ vación, se'fué a la iglesia de San Jorge, donde estaba el monasterio de Santa Cla¬ ra, y después de hacer oración, como tuviese gran deseo de ver a San Francisco, se dirigió al hospital de los leprosos, pues cerca de él habitaba, en compañía de FrayBernardo y Fr. Pedro Cotoneo, retirado en una choza, con suma humildad. Al llegar
a una encrucijada, no sabiendo qué camino tomar, invocó a Jesucristo, precioso^ guiador, y le llevó derechamente a la sobredicha choza.
Estaba pensando en el objeto de su venida, cuando le salió al encuentro San Francisco, que volvía de orar en el bosque. Fr. Gil inmediatamente se arrodilló a sus pies, y le pidió con humildad que le recibiese, por amor de Dios, en su compa¬ ñía. Reparando el Santo en el aspecto devoto de Fr. Gil, respondió diciéndole:
—Hermano carísimo. Dios fe ha concedido una gracia muy singular. Si viniese
un Emperador a Asís, y quisiese hacer caballero o camarero suyo a alguno de sus ciudadanos, ¿no debería alegrarse mucho el favorecido? Pues, incomparablemente más debes alegrarte tú, de que Dios te haya escogido por caballero suyo y servidor
amadísimo de la observancia de la perfección del Santo Evangelio. Por esto, ten
firmeza y constancia en la vocación con que Dios te ha favorecido. Y tomándole de la mano, le levantó del suelo y le introdujo en la mencionada choza, y llaman¬
do a Fr. Bernardo, dijo:
Dios nuestro Señor nos ha enviado un buen hermano, por lo cual alegrémonos y comamos en caridad.
Después de la comida, San Francisco con Fr. Gil se fue a Asís para procurarse paño con que hacerle el hábito. Encontraron por el camino a una pobrecita que les pidió limosna por amor de Dios; y no sabiendo cómo socorrerla, San Francisco,
se volvió a Fr. Gil, y con cara angelical le dijo: —Por amor de Dios, hermano carísimo, dérnosle tu capa a la pobrecita.
Fr. Gil, que deseaba sólo que San Francisco se lo dijese, obedeció con tal' prontitud de corazón, que le pareció al Santo ver volar aquella limosna al cielo, y
a Fr. Gil derechamente con ella; de lo que sintió dentro de sí indecible gozo y nue¬ va mudanza del alma. Habiendo logrado San Francisco el paño, y hecho el hábito recibió a Fr. Gil en la Orden, en la cual [por su vida contemplativa fué uno de los.

El Heralao de Cristo

377

más gloriosos religiosos que tuvo el mundo en aquel tiempo. Inmediatamente des¬ pués de recibido en la Orden, San Francisco se fué con él a la Marca de Ancona,, cantando con él y magnificando los dos al Señor del cielo y de la tierra. Y dijo San
Francisco a Fr. Gil:
-Hijo, nuestra Religión será como el pescador que echa sus redes en el agua, y saca multitud de peces; los grandes se quedan dentro, y echa los pequeños al
agua.
Maravillóse Fr. Gil de esta profecía, porque no había aún en la Orden más que tres frailes y San Francisco; y aunque éste no predicaba todavía publicamente al pueblo, al pasar por los caminos amonestaba y advertía a los hombres y a los mujeres, diciéndoles sencillamente con amor:
—Amad y temed a Dios, y haced penitencia de vuestros pecados.
Y Fr. Gil decía:
— Haced lo que os dice mi Padre espiritual, pues sus palabras son muy buenas. En albanza de Cristo y del pobrecillo Francico. Amén.

LA ROSA QUE FLORI
A les monjes del petit convent
de San Francesc on cada matí celebr la santa missa

Ja't veig mig desclosa purpurina rosa bella, encesa flor... tu'm fas recordança del Pit que la llança
li feu mostró el Cor!
Oh rosa vermella: t'ha desfet l'abella
per xuclar-te mel?
o t'ha esbadellada
la pura besada d'un ángel del cel?

Ab fervor divina
ja ve Sor Faustina com cada matí;
resant el rosari
cull i du al Sagrari la «flor que florí».
Oh rosa preclara! Jesús qui es Déu, ara, t'arriba ab e! braç... Qui sap si en la Missa
com l'hemorroïssa també el tocaràs...!
P. GUILLEM CARBONELL, T. O. R.

JULIO
I
Día 13. — La Comunidad termina el
retiro de-los santos ejercicios. Regresan los colegiales, después de
haber pasado una semana con sus fa-
mi•1ll^as.
Día 14.-SOLEMNIDAD DE S. BUEN-
AVENTURA, Patrono de las Escuelas Se¬ ráficas. Misa Mayor. Ha predicado el sermón panegírico el Rdo. P. Francisco Company, Doctor en Filosofía.
Celebra su onomástico el P. B. Ballester
Administrador, e Inspector de la Sec¬
ción Mayof.
Misa de Réquiem Día 15.—Por el alma de la noble Srta.
D.° Ana Moragues Morell, a quien de¬ bemos una beca perpetua, se cantó Misa de Réquiem con asistencia de la madre, hermanos y demás familiares de
la finada. A- E. R. I. P. A.
Día 18. — Fiesta del Trabajo. Vacat. Ondea en la pequeña torre del colegio
la bandera nacional.
Día 19-21.— Ha pasado unos días en nuestra compañía el joven seminarista madrileño Justo Hernando, hermano de
nuestro corista Fray Vicente.
—Igualmente nos ha visitado el Rdo*
P. Sebastián Ginard, Mtro. y compositor musical, coadjutor de la Parroquia de San Francisco de Puente Vallecas.
Día 23.—De paso en su excursión por la bella Isla Dorada, una sección de gui¬ tarras laúdes y bandurrias de la Acción Católica Femenina de la Parroquia de San Diego de Puente Vallecas, nos ha recreado con diversas piezas de su re¬
pertorio. Hizo la presentación el Rdo.
P. Gabriel Tous, su Consiliario. Hemos podido comprobcrr la abnega¬
da lobor de apostolado en favor de la

gente humilde de aquellos suburbios, por parte de los religiosos mallorauines
allí residentes.
AGOSTO
Solemnidad
de Ntra. Sra. de los Angeles Día 2.—El Colegio celebra su festivi¬ dad patronal. Ayer a medio día empezó el santo Jubileo, anunciado por repique de campanas al izarse la bandera na¬
cional.
— Esta mañana el M. Rdo.P. Cerdá,Custodio" Pral. ha cantado Misa Pontifical asistido de prebsítero por el P. M. Tous
y Coll, de Diácono por el P. Mut y de Subdiácono por el P. G. Carbonell.
Numerosos veraneantes de las vecinas
playas han visitado durante el día nues¬ tra capilla para el lucro del Perdón de
la Porciúncula.
Donativos recibidos
El Rdo. P. Prior, en nombre de la Co¬ munidad, agradece los donativos recibi¬ dos de parte de las familias de D. Bar¬ tolomé Binimeíis, D. Jaime Cloquell, D. Gabriel Riutort, D. Guillermo Ribot, D. Juan Nicolau, D.° Magdalena Nico¬ lau, D. Antonio Mestre, D. Jaime Nico¬ lau, D. Sebastáin Andreu, D. Juan Vi¬ cens, D. Juan Sastre, D.° Magdalena Comas, D. Jaime Garí, D. Miguel Barceló, D. Pablo Ferrer, D. Jaime Juan, D. Miguel Carbonell, y D. Pedro Miralles.
«Dígnate, Señor, conceder la eterna Vida a los que por el honor de tu Nom¬
bre nos benefician».
EL CRONISTA
La Porciúncula, 10 de Agosto de 1946.

Denuncia "L'Osservatore E1 Gobierno

Romano" la enconada per- de Albania

secución en Albania

alienta «un

ve r dader o

odio para iodo espíritu religioso, en espe¬ cial enderezado contra el catolicismo»,

concluye «L'Osservatore Romano» al pasa^
revista a los acontecimientos que marcan
la persecución de la Iglesia en Albania. Con el pretexto de la política se expulsó
a todos los misioneros y religiosas italianos y se han violado todos los derechos huma¬

nos y cívicos más elementales, dice enér¬

gicamente «L'Osservatore» al calificar de
"reino de terror" la situación interna de

Albania.

Al referirse al proceso de Scutari, que ordenó la ejecución de tres sacerdotes y un seminarista, «L'Osservatore» señala que
el único crimen de dos de las víctimas- el

R. P. Giovanni Fausti, S, J., Provincial de los Jesuítas de Albania, y el R. P. Daniel Dejani, S. J., Rector del Seminario Jesuíta de Scutari-coHsistió en ignorar que seis seminaristas hacían circular hojas sueltas

en que exaltaban la libertad y la democra¬ cia; y atacaban al comunismo.

Aun cuando los estudiantes actuaron sin

el conocimiento de sus superiores, los Pa¬ dres Fausti y Dejani fueron arrestados con

ellos; a pesar de las torturas de sus carcele¬

ros, los seminaristas se negaron a compro¬

meter a sus superiores, y mantuvieron in¬

quebrantablemente que los sacerdotes no
sabían nada de sus actividades.

El proceso mismo fuó "una grotesca far¬

sa", explica el diario vaticano, al recordar

que el consejo defensor tuvo que acallar una turba organizada que pedía la muerte inmediata de los sacerdotes,- que manifes¬ taciones deliberadamente organizadas re" corrieron las calles para preparar al pueblo a recibir la sentencia de la ejecución; y

que la prensa de Albania publicó informa¬
ciones falsas haciéndose cómplice de la

violación contra la justicia.

Además de la pena de muerte a que fue¬ ron condenados los dos jesuítas y un se¬ minarista, se condenó a muerte al R. P. Giovanui Shaplaku, O. F. M.; cuatro semi¬
naristas recibieron condenas pepetuas, y
uno fué confinado por diez años a trabajos forzados. Las sentencias fueron ejecutadas en la noche del 5 al 6 de marzo, y los ca¬ dáveres sepultados en una fosa común en el lugar de las ejecuciones.
«L'Osservatore» informa que los templos católicos han sido confiscados por el Go¬ bierno de Albania, y entregados al uso de diversas dependencia oficiales,- recuerda el diario que Monseñor Leone Nigris, De¬ legado Apostólico de Albania, fué expul¬ sado en julio de 1945. La prensa del país asevera que los misioneros siguieron fal ejército italiano y a los colonos que llega¬
ron a Albania en la invasión de 1939,-es
cierto que algunos capellanes italianos acompañaron a los colonos, contesta «L'Os¬ servatore» refiriéndose a la expulsión sumarísima de monjas y misioneros italianos,pero estos capellanes no eran misioneros. Los verdaderos misioneros llegaron a Al¬ bania durante el último siglo, siguiendo una tradicción secular de la Iglesia; los Franciscanos se establecieron fcasi ¡desde . los días de San Francisco, los jesuítas lle¬ garon en 1841, los Vicentinos en 1919. Las Hijas de la Caridad de Zagreb, en parte italianas, y muchas otras monjas adminis¬ traron escuelas, hospitales y talleres de artes y oficios para el pueblo de Albania.
«L'Osservatore» hace notar que los Je¬ suítas abrieron su seminario en Scutari ha¬
ce casi un siglo. La ¡Compañía de Jesús fundó además el primer colegio, la primera escuela de comercio, la primera editorial y
el primer periódico del país'

Alumnas de la Catequesis À mediados Parroquial de San Diego del pasado
(Madrid) en Mallorca mes de julio llegaron a
Mallorca 16 alumnas de la Catequesis de nuestra iglesia parroquial de S.an Diego (Pte. Vallecas), las cuales pasaron en nues¬ tra isla breve temporada de descanso y vacaciones como premio a sus trabajos, piedad y buen comportamiento. Dirigía la excursión el Rdo- P. Gabriel Tous Sancho, coadjutor de la mencionada parroquia.
Durante su estancia en Mallorca en la
que las colmaron de atenciones, visitaron las famosas Cuevas de Artá y de Manacor, Valldemosa, Deyá y Sóller, visitando tam¬
bién cuanto de notable encierra la ciudad
de Palma y sus alrededores.
Con el P. Tous vinieron también los
Rdos. Sres. D. Luis Enamorado, Capellán de honor del Excmo. y Rdmo- Sr. Obispo au¬ xiliar de Madrid-Alcalá; D. Eloy de Vega, Inspector General de los Catecismos de la mencionada Diócesis, y D. Alejandro Me¬ dina, capellán de la R. E. M. F. E.

Llegada del M. Rdo. P. Pro- Día 31 del

vincial a España

pasado mes

llegó a Ma¬ llorca, procedente de su visita pastoral a

nuestras casas y misiones de América del

Norte, el M. Rdo. P. Rafael Ginard Amorós,
Ministro Provincial de la T. O. R. de San

Francisco en España.

Asamblea Franciscana en Del 30 de

Madrid lebróse en Madrid

mayo al 9. de junio ce¬ magna Asamblea de

Terciarios promovida por la Provincia Ca*

puchina de Castilla y a la que asistieron

representantes de las diferentes familias

franciscanas. En ella se tomaron las siguien¬

3421....®®®“tesconclusionesquepuedenservirdenor¬
ma también a nuestras Hermandades:
Se ratifican los acuerdos tomados en
Valladolid el 24 de febrero del año actual, aprobando el proyecto presentado de fun¬ dar el «Hogar o Casa del Terciario», auto¬ rizando para llevar a cabo las gestiones a la Comisión nombrada al efecto, a fin de
que cuanto antes funcione el citado Ho¬
gar.
La Asamblea considera preciso, pa¬ ra la recristianización d9 la sociedad actual, la propagación intensa y constante de la Orden Tercera en el hogar doméstico, for¬ mando grupos selectos de Cordígeros fran¬ ciscanos, que aprenderán ya desde los pri¬
meros años a vivir fervorosamente la vida
cristiana, mediante las orientaciones evan¬ gélicas del espíritu seráfico de la Orden Tercera, favoreciendo en todo lo posible el impulso juvenil de las Juventudes Serᬠficas, que son hoy una garantía segura de franciscanismo y de vida cristiana.
Siendo notorio el ambiente de fri¬
volidad reinante, la Asamblea cree opor¬ tuno acordar que por las respectivas Juntas directivas de las Orci®ites Terceras se pro¬ pague entre sus miembros, con objeto de contrarrestar tan perniciosas influencias, al enseñar con el propio ejemplo la aver¬
sión a cuanto se halle fuera del molde cris¬
tiano, tantO'en su aspecto público como en relaciones particulares y de familia, renun¬ ciando a todo gasto superfluo que no esté en armonía con la posición social que cada
uno ocupa.
Igualmente se acuerda procurar di¬ fundir cuán agradable es a Dios la supre¬ sión de algunos gastos, que aun tratándose de cosas permitidas, pudiera hacerse, si con este dinero se acude al ejercicio de la

El Heraldo de Cristo!

381

caridad en la persona de sus hermanos-po¬
bres.
5.® Tratar de conocerse con mayor es¬
píritu de fraternidad y llegar así a tomar acuerdos eficaces para ,contrarresíar la co¬ rriente de un paganismo como el actual, alejando de todo hogar terciario las revis¬ tas, aun de modas, cuyos grabados son muchas veces incentivo de bajas pasiones y fomento de vanidad siempre perniciosa/ constituyéndose en celosos vigías en esca‘ parales por los libros que se anuncian, gra bados, iluminaciones, etc., de que tengan conocimiento, asistencia a bailes e incluso a reuniones que, aun llamándose familiares,
no lo son de verdadero sentido cristiano.
6.® Ejercerla caridad desde susmáspró¬
ximos hasta la asistencia en nuestra propia
hermandad o -en otras Asociaciones esta¬
blecidas por la Iglesia, que con finalidad análoga lleve a tanto indigente el consue¬ lo espiritual acompañado de la limosna, que con [su presencia es el mejor impulso de amor, sin olvidar a los enfermos, de modo principal en los últimos momentos, para serles administrados los Santos Sacra¬
mentos.
78..® Losquetenganvocación paraello
■pueden ios domingos u otro día semanal adoctrinar a los niños en el Catecismo, re¬
®cabando de los pudientes la aportación de

BIBLIOGRAFÍA
Jóvenes sin rumbo—-Por el R. P. Grati-
niano F. de Labastidà, Redentorista. - Un volumen de 174 páginas de 18x14 centí¬
metros, con una emotiva portada en trico¬ rnia y una viñeta en cada encabezamiento de los diversos capítulos. En rústica, .10 ptas. En tela, 15 ptas. Editorial El Perpetuo Socorro, Manuel Silvela, 14. Madrid.
En esta nueva obra el P. Labasiida vuel¬
ve a poner al servicio de la juventud sus
dotes indiscutibles de orientador del alma
juvenil. Por todas las páginas de su libro se trasluce el amor que tiene a ese enjam¬ bre de jóvenes que sin rumbo bogan por el mar de la vida sin un norte que les sirva de hito alentador. ¡Pobrecitos!; a veces no tienen ellos la culpa... No es más que la ignorancia de los principios religiosos la que los hace zozobrar. Salieron del puerto de la niñez, cantando una barcarola, sin formación ninguna ,religiosa, y ahora de pronto, se encuentran en alta mar sin saber donde volver sus ojos cegados por la más densa de las nieblas. Jamás oyeron hablar de Dios, de la Iglesia, de la educación mo¬ ral, del más allá que se hunde en la bruma de la eternidad. Esto es, joven, lo que en
primer lugar pone ante tus ojos el autor, la luz de los principios básicos de nuestra
religión, su moral Otra de las causas de naufragio de la
juventud son las "pasiones"; sobretodo la pasión del amor. ¡Ay!, el amor tan pareci¬ do al mar, qué galernas más catastróficas suscita en el corazón del joven. Todo en este momento es sangre en ebullición, vida,

un fondo que sirva de estímulo, con algún despertar de deseos jamás soñadoa... todo

es nuevo.

obsequio a la terminación del curso cele¬

Sin un caudal de valores religiosos en la

brado.

mente y en el alma el joven será juguete

Acuerda asimismo ía Asamblea la de su corazón. Y hace después hincapié el

creación de bibliotecas circulantes por
todas las Juntas directivas, en la medida de su alcance, con lecturas religioso-popu¬

autor en el momento de formar un nuevo
hogar. ¡Ay! de los esposos que se unen na¬ da más que con el hilo azucarado del placer; son ya navecillas lanzadas a la de¬

lares, con las que se procurará, a la par que una sólida educación; cristiana, la de una amena recreación, y que por la canti¬ dad apenas apreciable permita la lectura

riva Amor verdadero, el sacrificio heroico
del injerto en el rosal es lo que precisa para
formar uua nueva familia.
En los últimos capítulos es donde te coge el autor por la mano, joven despistado, y

en los domicilios particulares.

te da los remedios, las orientaciones que
debes seguir para arribar al puerto. Son

indicaciones de piloto amaestrado, haces

de luz de un faro luminoso, síguelas v lle¬

garás incólume a la playa.

En conjunto, un libro bien pensedo, mag¬

níficamente realizado, y que debe estar en

manos de todos los jóvenes. Al autor nues¬

tro parabién más sincero..., y que siga

orientando a nuestra juventud con nuevos

trabajos.

Necrología

Inca.—Día 4 de junio pasó a mejor vida en Inca, su ciudad natal, el fervoroso Ter¬
ciario de N. P. S. Francisco Rdo. D. José
Aguiló Pomar, Pbro. a los 53 años de edad
y 83 de laboriosa vida sacerdotal. Sencillo de carácter, de corazón bondadoso y des¬ prendido de todo humano afecto, Jenamorado del estudio y de las bellas letras, fué el Rdo. D. José Aquiló un sacerdote mode¬ lo. Ejerció con gran celo y abnegación los oficios de primicerio, organista suplente. Director y Capillero de Nta. Señora del Carmen,|en la Parroquia de Inca, alcanzando de Roma la concesión del jubileo carmeli¬ tano. Ejercició también por varios años y con general aplauso el cargo de Director de la Congregación Mariana. Pero lo que hay que destacar más es que por más de

25 años estuvo al frente de la Iglesia de Santo Domingo de Inca, en la que realizó importantes mejoras materiales y en la que hizo revivir con sumo esplendor toda la
tradición dominicana.
Devotísifino de San Francisco de Asís, ese mismo amor y cariño al Pobrecillo y a
las cosas franciacanas las hizo prestar con noble desinterés sus servicios como sacer¬
dote y organista en nuestra iglesia de San Francisco de Inca, principalmente cuando el número de religiosos de aquel convento era muy limitado. Nuestro más sentido pé¬
same a su familia.
Muro. - Día 11 del pesado julio murió en la paz del Señor la Sta. Margarita Cloquell Moragues, de 29 años de edad, recibidos

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El Heraldo de Cristo

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los últimos sacramentos y la IBendición Apostólica. Modelo de jóvenes cristianas, dejó por doquier el ejemplo de sus virtudes, y su muerte ha sido muy sentida en todo la villa en la que la difunta contaba con nu¬ merosas amistades. Nuestro pésame a sus desconsolados padres y hermanos, en es¬ pecial a nuestro hermano en religión Fr. Baltasar Cloquell, corista.
Campos del Puerto.—Día 7 de julio bajó al sepulcro nuestra suscritora y fervorosa
terciaria de N. P. S. Francisco D.“ Isabel
Fullana Cáffaro, después de recibir los san¬
tos sacramentos. En su enfermedad fué un
modelo de paciencia, ofreciendo continua¬
mente sus dolores al Señor. Su muerte fué
muy llorada. Nuestro pésame a sus afligidos hijos y nietos.
La Puebla.^—Día 25 de marzo murió
cristianamente nuestro suscriptor Juan Pe¬ relló Amer, a la edad de 40 años. Esposo y padre amantísimo gustaba de complacer en todo lo que era justo a su esposa e hijas y era muy devoto del santo Rosario, que re¬ zaba en familia, y de la Sla, Efigie de la Sangre y el Santo Cristo del Nogal de Pah ma. Nuestro pésame a su desconsolada es¬ posa e hijas.
Santa Catalina.—En la Casa-Cuna pasó a mejor vida, después de rápida enferme¬ dad y recibidos los santos sacramentos, la Religiosa Franciscana Sor Fructuosa Quetglas Pol, natural de Consell, de 71 años de edad y 49 de profesión religiosa. Sus virtu¬ des preferidas eran la santa obediencia y la devoción al Santísimo Sacramento, ante el cual pasaba en oración sus mejores ratos. Nuestro pésame a la Comunidad de Reli¬

giosas Franciscanas, y a la familia de la
difunta.
Lloseta. - Tras larga y penosa enferme¬ dad sufrida con grande resignación y pa¬ ciencia y confortada con los santos sacra¬
mentos subió al cielo día 28 de Julio la
religiosa Franciscana Sor Ana-Catalina Bibiloni Santandreu, a la edad de 51 años de edad. Durante su vida de religión fué muy devota de la Regla, y muy amante del Sa¬ grado Corazón de Jesús y de la Santísima Virgen. Al ocurrir su muerte ejercía el cargo de sacristana. Nuestro pésame a sus hermanas en especial a Sor Magdalena M., del Rosario, Religiosa de la Caridad.
— Día 3 de abril entregó su alma al Crea¬ dor, después de recibir los santos sacra¬ mentos, D. Bartolomé Coll Villalonga, de 72 años de edad. Fiel cumplidor de sus de¬ beres de padre de familia hizo el sacrificio de ofrendar ál Señor a dos de sus hijas que vistieron el hábito de Religiosas Francis¬
canas.
Son Espanyolet (Palma).—El día 7 del pasado mes de junio y a la edad de 25 años,'durmióse en la paz del Señor, la Sta. D.“ Paquita Roca Tomás. Bien podía de¬ cirse de ella lo que de Job: «Era la alegría y el consuelo de los suyos; la bondad e ino¬ cencia de su corazón le habían captado el afecto y estimación de los que la conocie¬ ron». Por su carácter bondadoso, jovial y alegre se granjeó muchas amistades que se pusieron de'manifiesto al ser conducida a su última morada. Nuestro pésame a sus apenados padres, hermanas y demás fa¬
milia.
DESCANSEN EN PAZ AMÉN.

Rdo. S. D. José Agui ló, Fbro., de Inca

Sta. D.“ Margarita

D' Juan Perelló Amer,

Sti^. D‘“ Paquita Roca Tomás, de Son Espa¬

Cloquell, de Muro

de La Puebla

nyolet, (Palma)

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