&L Soberano Pontífice
encarna las ideas de
paz, de justicia y de
amor. Está colocado por encima de la lucha san¬
grienta, como un faro de salvación para que la
humanidad no se deses¬
pere y nose hunda en el odio y la sangre.
El Heraldo de Cristo
ANO XXXVli - ABRIL 1944 - NUM. 413

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EL HERALDO DE CRISTO

Año XXXVll

Palma de Mallorc& Abril 1944

Ñúm. 413

DEL MOMENTO

0‘ia.cíón u penitencia

^lEMPOS ac/agos de tempestad y de tragedial Y, felices nosotros que, por pura

misericordia de Dios, podemos contemplar la terrible’desofación del mundo

desde uno de los pocos bastiones de paz que quedan al margen de tierras in¬

mensas y ensangrentadas.

¿Será en castigo de nuestros pecados, y de todos los del género humano,

que se suceden tales desmanes en el mUndo? Quizá sí, porque algo de eso ya

habían previsto, y para estos mismos tietnpos, los.amigos de Jesús, que son los

santos. P r e c i s a m e n t e acabamos de leer que en un folleto escrito por el

Cardenal lafontaine. Patriarca de Venecia, editado en 1886, se recogen varias

profecías,'Una de las cuales, una profecía escalofriante del venerable Bernardo

Clausi, parece referirse a nuestros días, anunciando, empero, el castigo de los

impíos y la paz de los,justos. Termina dicho opúsculo {editado en 1886, cosa que

debe tenerse en cuenta) con la siguiente observación: «En la Iglesia de Ober-

meth, cerca de Tréveris (Prusia Renqna) hay una lápida con estos versos escri-'

tos hacia 1360.

.

«Quurri divus Màrcus pascabit-^Et Antonius ponté¬ eos t a b i t—A tque Joannes Corpus dabi t—T otus mundus lacrimabit.» Que significan: Cuando San Marcos caiga en Pascua—Y San Antonio en Pentecostés—Y San Juan Bautistá en el Corpus-^Todo el mundo
llorará.

/

,

y

Y continuamos leyendo en el citado folleto del Cardenal Lafontaine, escrito en

1886: «Una tal coincidencia no se dará sino el año 1943, es decir de hoy a

cincuenta y siete años, y también se dará el año 2.018, esto es, de aquí a ciento

treinta y dos años, si el mundo llega d esta fecha».
En una de las recientes revelaciones de Nuestra Señora de Fá+ima, se qnun- \\

cia el próximo fin de todas estas calamidades que azotan el mundo, si los hom¬

bres hacen oración y penitencia; y hasta se,predice, aunque no inminente, la

conversión de Rusia. Esta noticia no es una de tanta? sino que procede de fuente autorizada.

Fué, en efecto, el obispo de Leira (Portugal), diócesis donde radica el famoso, santuario mariano de Fátima, quien envió recientemente una carta al Carde¬

nal Segura, en ^.V cual manifestaba que, una de las videntes de Fátima, que se encuentra en un convento dé religicysas españolas, escribió una carta al Supe¬

rior de los misioneros de Portugal, en la que decía, que Dios le había revelado

que la guerra actual,terminará muy pronto, si se hacen oraciones y penitencias.

66

El Heraldo de Zrisío

La carta añade que la conversión de Rusia tardará todavíq algún tiempo, pero

que podría acelerarse por la contrición, Iq penitencia y la oración. El Cardenal

Segura ha glosado la carta, primero en la Asamblea de Acción Católica, y,

después, en la primera conferencia cuaresmal dada en la Catedral de Sevilla.

Si para desarmar el brazo de la ¡ust/cia de Dios es necesaria la oración y la

penitencia, que para ser verdadera ha de ir acompañada de la contrición, ello

significa que los pecados dé los hombres tuvieron grqn porté en este tremendo

desencadenamiento de males que padecemos. Hagamos, pues, oraciones y

penitencias para aplacar la irq del Dios de justicia, y procurar la paz de las

almas y del mundo entero, sumido en la más sangrienta de las guerras que re¬

gistran lo^ anales humanos.

Al anuncio del profeta Jonós de que Nínive sería destruida, el Rey de Ni¬

nive levantóse del trono, y despojándose de sus ricos vestidos reales, vistióse

de saco, y, sentóse sobre la ceniza, y publicó la siguiente orden; «Ni hombres,

ni bestias coman nada; no salgan a pacer ni a beber los-bueyes ,y ganados;

hombres y bestias cúbranse con sacos; y clamen aqi/ellos con toda ahinco al

Señor, convirtiéndose cada uno de su mala vida e inicuo proceder.-iQuién

sabe si de esta manera m.u'dará el Señor su designio y nos perdonará; y

aplaçarà el furor de su-ira, de suerte que no perezcamos?»

Y así fué en verdad. Vie.ndo Dios- las obras de penitencio que hacían,

y comose habían'convertido de su mold vida, movióse a misericordia, y no/les

envió los males anunciadoSi ,

'<

Imitemos los ejemplos de los ninivitas. Vistámonos de saco, es decir, vistq-

' mos con modestia; sentémonos sobre la ceniza, que vale tanto como decir, hd-

gamos obras de penitencia; y clamemos al Señor para que tenga piedad de no¬

sotros y del mundo entero. La .oración siempre ha sido la. llave de oro que abre

las puertas de los tesoros de Dios. En los días de San Gregorio Magno, una terri¬

ble peste asoló la ciudad de Roma, y por este motivo, el Papa ordenó una pro¬

cesión general de Rogativas, confiando en el auxilio de la Virgen Santísima, y

mandando sacar par les calles la célebre imagen de Nuestra Señora de laS Nie¬

ves, muy venérada en la Ciudad Eterna. Cuando llegó Ja procesión al puente,

del Tiber, oyéronse de repente, sobre la estatua del Angel del Castillo de

Sant Angelo, unas voces que cantaban:

^

«¡Alégrate, oh reina del ciqlo: jAlleluya!

,

Quién tu mereciste llevar, ¡Alleluya!

^

El mismo.ha resucitado, jalleluya!»

AquíjCallaron las voces angélicas, y el Pontífice santo, lleno de entusiasmo'
y regocijo, añadió las sig,uientes palabras:

«Ruega por nosotros ante el Señor ¡Alleluya!»

Cuando el Papa alzó los ojos, vio que el ángel de la muerte que estaba

sobre el sepulcro de Adriano, limpiaba su espada teñida en sangre y la envai¬

naba, queriendo significar que la peste había cesado.

Se acerca el tiempo pascual, y de él es bella expresión la citada antífona

de la Virgen: Re d'dina coeli loe ta re, ¡Alleluya! Alégrate, oh Reina

-

de los cielos, ¡alleluya! '

"

Cuando sintamos resonar en nuestras igleskis el eco jubiloso dé su canto,

elevemos la mente y el ¡corazón a la bendita Madre de Dios y de los hombres, y,

señalándole el mTindo a Ellg consagrado, lleno de odios, de muerte y de ruinas,

^ • clamemos con todas las fuerzas:

«Ruega por nosotros ante el señor ¡Alleluya! Ora pro nobis Deum !Alleluyal»
Fr. M. C., T. O. R.

Día 30 de Abril: Festividad de Ntra. Se¬
ñora de Cura. ¡Acudid a su Santuario!

TEMAS HISTÓRICO - FRANCISCANOS

^

21 Ai^

don (fabtUl AtcLtiiino JQilbaó (^aUaldf

"^undíidor do íaó /Qeli^ioá^ó ^ranclòcanaò

•l·líja.5 da la Aílóeticotdia, de AíalLotca (lBí14-1873)

'
1. A guisa de introducción

VnrOMO un sol que Dios puso en las montanas de Umbría fué el glorioso Francis¬ co de Asís. Desde* su patria italiana ha comunicado a todo el orbe, a,
través de largos siglos, luz y calor. En Iq escuela del Evangelio había aprendido la práctica de todas las virtudes y fué camo una reertcarríación de Jesucristo. Por eso' todo el mundo va en pos de ese hombre singular. .
Nuestra patria chica es también franciscana, cósa que no precisa demostrar
Una de sus exhuberantes marfifestaciones de adhesión al sublime ideal del Poverello
fué en el-siglo anterior^ la fundación del lnstituto de Hijas de la Misericordia por el M. Rdo. don Gabriel Mariano Ribas y Góllard, figura relevante del clero mallor¬ quín. En memoria de tan piadoso varón y en obsequio a sus hijas espirituales que por Mallorca y allende el mar van esparciendo el buen qlor dé la caridad en la enseñanza de la juverftudyen la asistencia a los enfermos, escribimós estasJínéas que no constituyen propiamente ni siquierp un ensayo biográfico. Recuerdos única¬ mente del sacerdote piadoso y ejemplar...

2. Su nacimiento

Nos place dejar aquí, copiada en toda su integridad la piartida tal como figura en el «Libro de Bautismos de la Iglesia Parroquial de Sta. Eulalia de esta Ciudad,

desde 1813 hasta 1816», folio 79, custodiado en el archivo de la Curia Episcopal:
«A los cuatro días del mes de Noviembre del año mil ochocientos catorce el Doc¬

tor. Dn. Bartholomé Suau, Pbro. y Beneficiado en esta Sta. Iglesia (con licencia)

bautizó un "Niño nac^ido a las siete de la mañana del día antecedente, hijo legítimo de Miguel Mariano Ribas de Pina, Capitán de Milicias Urbanas de este.Reino, y Dña. Juana''Gallard del Cbñar, consortes, ambos de esta Ciudad. Abuelos paternos:

On. Gabriel Ribcfs de,Pina y Dñq. Margarita Ord/nbs de Almedrá, consortes / mater¬ nos: Dn. Pedro Antonio Gallard del Cañar, Capitán del Regimientd Provincial de

Milicias dé Mallorca, y Dña. Catalina Suau, consortes. Fué su nombre Gabriel, Ma¬

riano,, Buenaventura, Josef, Melchor, Bruno, Fausto y Felipe Nerí. Fueron pádrinos

Dn. Pedro Antonio. Ordinas y Dña. Catalina Buau, y flrmo.=Dr. Barthomeu'Suau,

Pre.»

'

,

'

Casa noble era aquella donde aparecía tan digno\\astago el referido 3 de noviembre de 1814. Un árbol genealógico, que hemos tenidó a la vista, nos descucubre títulos y grandezas en la rama délos Ribas de Pina y en la délos Gallard del Cañar. La fortuna no ‘había dejado de soñreirle^ y acariciarles. Pero ya dijo

alguien que sólo nobleza es virtud, y ésta había sido siempre acendrada en tan

distinguidas familias. E| niño Gabriel, por ende, tan pronto se dió cuenta de la vida,

ya empezó a respirar ambiente sólidamente cristiano. ^Sus padres Je amaban en

Dios y por Dios.

■

A los dos años enfermó de gravedad. Ante el peligro de una muerte inminente,

una nube de tristeza vino a obscujecer la alegria de los que le habían dado la exis¬

tencia. Pero lejos de desmayar, acuden a la que es Omnipotencia Suplicante ante

el trono de la Trinidad Beatísima, y en aquel mismo momento inicióse en forma

ocentuada I», mejoría, cuyo curso fué rápido ciertamente. Lç Reina Celestial había
lanzado, desde lo alto, una mirada de cariño sobte el lecho del pequeño y curábale

porque-estaba destinado a hacer bien, mucho bien entre las almas. El en toda su vida no olvidará el beneficio, sintiéndose así más particularmente hijo de la Virgen

Santísima, hijo de milagro:

(Continuará)

^ueótíonatio }Q.elíaíoi<y

Pregunta 196: Reverendo Padre ¿Có-,

mo puede sostenerse que haya pecados,

mortales de mayor y menor.,gravedad, si

se dice que el pecado tiene una malicia

infinita,—Sebastián Socías. Palma.

Respuesta: La gravedpd del pecado

rhortal puede considerarse bajo dos as¬

pectos diferentes: primeramente, bajo el

aspecto de Ip persona ofendida; y en se¬

gundo lugar, bajo el aspecto <del ofensor.

-En el primer caso el pecadó tiene una

malicia infinita, porque se ofende a Dios

que es infinitó. Pero, si se atiende al

ofensor, puede haber mayor y menor
gravedad, tanto por parte de la materia,

como por parte de las circunstancias que

concurran.

^

Pregunta 197: Reverendo Padre: Le¬ yendo la historia de Israel veo con fre¬ cuencia que se habla de profetas mayo¬ res y de menores. ¿Qué diferencia hay entre unos y otros?.—V. C. San Lo¬
renzo.
• Respuesta: Los profetas del Antiguo
Testamento divídense en mayores y nle-
nores, no por razón de su autoridad, pues que todos ellos eran legadas divi¬
nos que hablaban en nombre del Señor, sino por la extensión de sus escritos. Los profetas mayores son cuatro: Isaías, Je¬ remías, Ezequiel y David. Los profetas menores son doce: Oseas, Joel, Amos,
Abdías,-Joñas, Miqueas, Nahum, Habacuch, Sofonías, Aggeo, Zacai;ías y’ Ma-,
laquías.

Pregunta 198: Rdo. Padre: somos dos amigos. Yo me llamo Jorge, para servir a Vd. y mi compañero, Ginésl Deseamos saber por qué pintan a S. Jorge luchando con un dragón monstruoso, y qué se sa¬
be de San Ginés. Aütónell y Cifuen¬
tes. Inca.
Respuesta: Mucho se ha escrito sobre S. Jorge, pero ya en las antiguas actas del Santo, abunda rnucho la leyenda. Y leyenda es, si no es un símbolo, la lucha con el dragón. Ltn manuscrito del si¬ glo XIII atribuye a San Jorge la siguien¬
te hazaña. En Libia, y en un pantano cerca de la ciudad dé Silene, tenía su
guaridg un enorme dragón, ai cual, para que no devastara la ciudad, llevábanle
cada día, dos ovejas; y como estos ani'i

males empezaban a ser escasos, mandó el rey de aquel lugar que, en vez de dos
ovejas, le echasen una oveja y una don¬ cella, aquella a quien caía en suerte. Un día que cayó la suerte ó la hija del rey, sabedor Jorge; de la suerte que co¬
rría la infeliz princesa, hace la señal de la cruz y arremete valeroso contra el

monstruo enfurecido, atravesándole de

parte a parte con su lanza,- en vista de
lo cual los habitantes de la ciudad pro¬
metieron creer en Jesucristo y se bauti¬

zaron.

*

Y ahora vengamos a San Gjnés. Léese

que San Ginés era escribano y notario

público. Siendo aún catecúmeno le pre¬

vino el \_

juez

para

que

escribiese una

provisión sacrilega, ipandando que to¬

dos Tos cristianos fuésen muertos donde¬

quiera que se hallasen. Ginés no sólo no

quiso obedecer escribiéndola, sino que
rompiendo y arrojando la pluma se fué de,allí. Enojado el juez, mandó a sus mi¬ nistros que le siguiesen y le quitasen la^ vida; lo que se cumplió, recibiendo Gi-* nés eLbautismo de sangre antes del bau¬ tismo de agua, que había pedido al Obis¬

po de Arlés de Francia. Su fiesta se cele¬ bra el 25 de Agosto.

Pregunta 199: Reverendo Padre: Su¬ plico a V. R. tenga la ampbilidad de
çontestarme a esta pregunta: ¿Qué eran
y cuántos eran y cuando vivían, los así
llamados «Sabios de Grecia»?-Uno que le admira. Palma.
Respuesta: Los sabios de Grecia eran unos filósofos y políticos quienes,' sqgún sus contemporáneos, llegaron al máximo de lo que,humanamente se puede saber. No solían escribir estos sabios; de vez
en cuando salía de sus labios uñó sen¬
tencia, fácil de reter\\er en la memoria y de transmitir a la posteridad, que se grababa en placas de mármol y se ex¬ ponía en los templos. Vivieron en el sigló VI antes de Jesucristo y, según Só¬ crates, fueron siete que se llamaron: Ta¬ les de Mileto, Kilón de Esparta, Pitaco de Mitilene, Bias de Priene, Solón de Ate,nas, Cleóbulo dé Lindos y Misón de Khen . Este último es substituido, según la tradición, por Periandro de Corinto y y por Anacarsis.
P. DELGADO

CIELO SERÁFICO
¿l ^ÍQ5tto Meitcádet
**/3e&io ^ui^ueóio da ^lotancia,, (?-124l)

li

\_

.

'

' , «¡Dichoso el humilde estado

del sabio que se relira ,

de aqueste mundo malvado!'

y con pobre mesa y casa en el campo deleitoso
a solas su vida pasa,
con solo. Dios se acompasa ni envidiado ni envidioso».

' (Ruis de León(

Atinada paráfrasis de las palabras del Eclesiástico: «Feliz el hombre que no corre tras el oro ni busca la hartui'a del dinero. ¿Quién es éste, para que le ala¬
mos?» (31, 8-9)

La filosofía de la pobreza evangélica bien alcanzó a comprenderla-'el afamado

ágenciador Luquesio de Etruria,

^

,

De regreso de una de aquellas correrías mercantiles, bolsillos ahitos de mone-

das, paso decidido y generoso, y a flor de labios una sonrisa de satisfacción, tras¬ pone el dintel de su casa. Volcando en Id alacena el caudal ganqnciado en su

viaje de ventas, apilando el dinero, pasa cautelosamente la cuenta de todo lo re¬ cogido. Pero esta vez, los destellos de aquel amarillo metal no le ciegan, como en

otras ocasiones. No le subyuga el alma el brillo fascinante del óro y de la plata.

Algo así como un aburrido hastío, le provoca aquel tesoro deslumbrante.

—No me sacian estas bajezas—le dice a Bonadona, su esposa, mujer asaz co¬

diciosa.—Mejor sería deshacernos d^ este r,uín tráfago de riquezas; para abrazar
tina vida más bonancible.

La gracia iba golpeándola las puertas de aquel corazón. Por fin, un buen día,

acarreando en un montón/ todo su dinero y joyeles, con equiescencia de su con¬

sorte, distribuye a los pobres su opulenta fortuna. Resérvase solamente urta pequeña

quinta que, regada con los sudores de sus trabajos, les proporcionará el necesario
sustento, cercenando todo cuanto sepa a superfluidad,

—Danos una celda en tu Convento—, le suplica Luquesio al Pobrecillo de Asís,

cuya fama de santidad cruzaba todas las comarcas. En viendo el Seráfico Estigma¬ tizado el afán de perfección del buen Lucas, percatándose con todo, de la difícil renuncia a causa deKestado matrimonial^ brota de su pecho aquel sublime proyecto

de una legislación espiritual que, «sin romper los matrimonios, ni desppblar el país, brindaba a todos, en medio del mundo, la paz de la vida religiosa. (Róhrbacher)

El primer alumno de la Orden Tercera fué Luquesio, quien cubierto de paño

ceniciento y ceñido con cuerda, recibió oralmente dé nuestro Padre San'Francisco los estatutos de la naciente agrupación. Despojado del hombre viejo, se

entregó denodadamente al cultivo de heroicas virtudes, llevando una vida tan

íntegra y, entretejida de penitencias, que no tardó en alcanzar el ápice dé la

más augusta santidad.

Oración incesante y caridad que sé prodiga a todos, son el más preciado or¬ nato del alma de aquel asceta seráfico, El pan no lo prueba, si antes no se conven¬

ce que lo tendrá su hernnano el mendigo pordiosero. En <un bosque de enebros,

alzadas las manos al cielo, saludado por el murmullo de un regato cristalino que corre delante de él, se le ve arrebatado en éxtasis, aureolado de luz.^.

Colmado de méritos y de años. Lucos parte para la otra vida en un risueño

omanecer. de abril, mientras los canoras avecillas enhilan un rosario de laudes y

trinos para su bendita alma^ que &ube más gallarda que el lucero, al^descanso pe¬ renne de la gloria.

Diestro mercader que deshaciéndose del oro viscoso, a trueque mis mismo,

compró la herencia del cieJo. Sabio de veras que «no esp.erando en los tesoros ni

en las riquezas» que perecen, huyendo del mundanal ruido, fué del número de «los

pocos sabios qite én el mundo han sido». (Luis de León)
Fr. A. Martorell, T. O. R.

À/ueótta. J^atto^ula dei San

fAiadtidj

y^ENDECIDA largameYite por Dios Ntro. Señor, sigue prosperando eh el orden temporal y en el orden espiritual esta importante parroquia del suburbio det- ^ Puente de Vallecas (Madrid).

Terminado, en lo esencial, el espacioso templo, e inaugurado en junio de 1943,

prosiguieron las obras para residencia de nuestros religiosos y oficinas parroquia¬

les; construcciones tan urgentes e indispensables, que, sin ellas, ni Ja vida ni el tra¬

bajo podían desarrollarse convenientemente.

Sobrevinieron numerosas y graves dificultades que retrasaron no poco la con¬ clusión de las obras; pero, superado todo con la ayuda de Dios, quedaron terrninadas el pasado enero, y el domingo, día 30 de dicho mes, pudieron instalarse los

religiosos en la nueva vivienda.

r

Bendijo la casa el M. Rdo. P. Pedro J. Cerda, Custodio Provincial, que se ha/ cx^ ba accidentalmente en la parroquia; asistieron representaciones de las dos restantes

comunidades que tienen nuestros religiosos en Madrid, y (después de recorrer las

distintas habitaciones y dependencias de la residencia se congregaron todos en lo

iglesia y ante el Santísimo para decir el Te-Deum en acción de gracias.

'

Aquel mismo día se reunieron por primera vez, en las nuevas oficinas parro¬

quiales y despacho del Párroco, las entidades de /V\\adrid que trabajan en San Die¬

go en obras de caridad y apostolado, la Acción Católica , las Conferencias de San Vicente de Paúl y otras beneméritas congregaciones de seglares.

También aquel día empezó en las nuevas oficinas el despacho y trámite de los

asuntos parroquiales.

El lunes 31 de enero, de conformidad con las órdenes recibidas los días ante¬

riores, se reanudaron las obras en el Dispensario Parroquial, Escuela y Salón de

actos; única parte del proyecto de Grupo Pürroquial que faltaba construir, y que,, con ellas quedará realizado.

Al mismo tiempo que avanzan en esta forjna las mejoras materiales, prospera '' también rápidamente la parroquia en sus organizaciones y actividades de carácter

espiritual.

\_

El día 9 de enero quedó constituido el Centro de Mu/eres de Acción Católica^

con elementos preparados desde mucho tiempo, que recibieron con entusiasmo la

insignia; empezando desde aquel día su actuación reglamentaria. Ocho días más tarde, el domingo 16, se constituyó también el Centro de las '
Jóvenes de A. C., organizándose inmediatamente los «Círculos de estudios» sema¬

nales y las reuniones mensúales de reglamento.

.

Asistieron a estos actos representaciones de los correspondientes Consejos Dio¬

cesanos, que animaron mucho a las nuevas socias; y una vez extendidas las debi¬ das «Actas de Constitución», se, reunieron en la iglesia para recibir la bendición con

el Santísimo.

,

•^

También el 12 de enero, fecha en que se cumplió el tercer aniversario de la\_

inauguración de la parroquia, hubo por la tarde exposición del Santísimo ysolemne Te-Deum en accióiT'de gracias al Señor por sus favores y bendiciones durante
estos tres años.

Conmueve realmente el cortiparar el estado actual de la Parroquia con su tem- '

plo(, habitaciones y dependencias, cón la modestísima habitación en que se celebró la l.° misa el día 12 de enero de 1941; y comparar la muchedumbre de feligreses

que llena la nueva iglesia en ciertas solemnidades, y la frecuenta de un modo re¬

gular en las fiestas ordinarias, con las contadísimas personas de la parroquia que

asistieron a aquella primera misa, celebrada por el actual Obispo Auxiliar de la

Diócesis.

' ,

'

<

Dios sea alabado por todo,- y pidámosle que continúe derrarnando sus gracias sobre cuantos trabajan en esta obra y sobre las almas de los feligreses de San,

Diego.

^

•••

XI
De cómo el Bienaventurado Raimundo predicó
un sermón a los frailes menores del Monasterio de Miramar

vez, después que aquel fraile menor, que era sacerdote, hubo cantado misa,

reunió el Bienaventurado Raimundo a los restantes frailes menores en el coro y

predicóles estersermón;

,

Santos caballeros religiosos, oidme, si os place, y poned atención a mis palabras.

Muchas veces yo, durante mi estancia en Roma, estuve delante del altar del Bienaven¬

turado señor San Pedro, y le vi mny adornado y tachonado con\_una gran profusión

de luces, y vi al señor Papa, asistido de muchos cardenales, celebrar misa pontifical,,

y oí un grande coro que-cantaba en dita voz las glorias de nuestro Señor Jesucristo.

Ld pompa y solemnidad que había-én estas sagradas funciones, ¿quién os las pudiera

narrar? Y el fervor y consuelo que sentían los fieles que a ellas acudían, ¿quién os los

pudiera referir? Mas oidme, si ós place, santos caballeros religiosos, y pçned atención a

^mis palabras. Hay otro altor, que es.el santo Sepulcro de Tierra Santa de Ultramar,

prototipo dé todos los otros altares, y, cuando yo lo vi, delante de él ardían sólo dos

lámparas, y una de ellas estaba rota.

Lloraba el Bienaventurado Raimundo en demasía, mientras decía estas palabras,

y lloraban también los frailes menores viéndole llorar por tan justa causa. La tristeza

y amargura que había en el Bienaventurado Raimundo y en los trece frailes menores,

¿quién ia pudiera imaginar? Y la confusión y vergüenza que sentían del olvido en que

estaba el Santo Sepulcro de Tierra Santa de Ultramar, ¿quién os las pudiera decir?

Santos caballeros religiosos, prosiguió diciendo el Bienaventurado Raimundo.

Muchos caballeros veo que van a Tierra Santa de Ultramar, y se afanari por ganarla

a fuerza de armas. Mas, citando se llega a la postre, todos allí desfallecen, sin conse¬

guir el.fin por qué se tomaron tantos afanes. Por esto, paréceme, santos caballeros

religiosos, que la conquista de Tierra Santa de Ultramar no se hó de llevar a térhiino

sino por aquella manera misma con que la conquistó nuestro Señor JesucYisto y sus

bienaventurados apóstoles, es a saber, con amor, y con devociones, y cop oraciones, y

derramamiento de sqn^re.-Y como Sea que el Santo Sepulcro y la Tierra Santa de Ultra¬

mar deban adquirirse más por la predicación qup por la fuerza,de armas, lea santos

caballeros religiosos, marchad, sin más armasxiue la señal de la cruz, y sin más bagaje

que la plenitud .de las gracias del Espíritu Santo, marchad a predicar Ig verdad de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo a los infieles, y verted por amor de Él, toda el ogua

de vuestros ojos, y toda la sangre de vuestro cuerpo, así como lo hizo el Salvador

por amor de ellos. Tanto caballero y tanto príncipe noble han ido ya a Tierra Santa

de Ultramar para conquistarla, que, si hubiera placido a nuestro Señor Jesucristo la,

manera de hacerlo, muy cierto me parece que la hubieran quitado a los sarracenos

que la poseen para nuestra confusión y vergüenza. Tenéd, pues, entendido, santos

caballeros religiosos, que la manera más práctica de conquistar el Santo Sepulcro de

Tierra Santa de Ultramar es que vayáis allí con Id bendición mía y la licencia de vues¬

tro Ministro General, y bagáis por amor de rruestro Señor Jesucristo aquello mismo

que el Salvador hi:^o por amor nuestro, y estad ciertos y seguros que, si vosotros os

entregáis al martirio por amor de Jesús, Él os oirá y asistirá en todo aquello que que¬

réis cumplir en este mundo para dilatar su gloria y su reino. Amén. Así sea.

• Fr. Miguel Caldentey, V. T. O. R.

Fuentes;. L. de Fine (Palmae Balearium, 1693), 69; L. de Contemplqció
O R L,/V, 58-59.

GRA.NOS DE SA.L
4. El martirio
L amor exptica el martirio. Quien ama de veras, se da por entero. El, amor humano sabe llegar hasta la inmo¬ lación de la vida. Con mayor razón, el amor divino. Nada puede inspirar una pasión amorosa tan fuerte como Dios
que concentra, en eminente grado,^los
motivos de amor que hay en lós criaturas. Los incendios más voraces de los afectos humanos no pueden compararse con la llama viva de amor que liierve en el co¬ razón de los santos. Y, bajo la influencia de este amor, se llega al martirio.
El’amOr es exigente y reclama fidelidad
a toda costa. Los. mártires son hombres
leales y mantienen su palabra hasta la muerte. Aquella palabra que empeñaron al ser baiitizados y armados caballeros
de Cristo.
5. Corazones gene¬
rosos
O íomos tan egoistas^ Lo mejor y más belto es la virtud, el cumplimien¬ to del deber, el sacrificio por Dios y por el prójimo. Y esto lo queremos para los demás. En cambio, el vicio', la rnanga ancha, la vida 'regalona^lo peor y más feo-para nosotros. Hacemos de la virtud género de exportación. Todo en beneficio de nuestros queridos hermanos.
6. Amor y cálculo

7.Dol rbondad, el arte, el dmor,tienen, al me¬
nos, tanta importancia como las cuatro operaciones fundamentales déla aritmé¬
tica.
Las grandes empresas las llevan a cabo los santos, los enamorados e idealistas. Los fríos y prácticos solamente calculan y, calculando, se les arruga el corazón en la esterilidad.

y arle

I tus creaciones, hasta aquí, no han

sido dolorosas, todavía el arte no te

ha revelado sus secretos. No eres aun de

los elegidos si no hqs dado de cabeza

contra tus propias limitaciones y no has in¬ tentado abatirlas, en un esfuerzo heroico,

como quien está resuelto o abatir un

muro que le aprisiona. Si lo encontrdste todo fácil es porque no fuiste exigente. Si la materia nunca se te rebeló, ello indica

que trabajaste siempre en yeso, no en bronce y en mármol.
Toda creación viva es como un parto^.
Un exprimirse, dolorosamente, para dar

nuestro zumo vital. Es subyugar lü mate¬

ria, a fuerza de golpes, e infundirle nués-

tro espíritu. Lo fácil es lo plebeyo'. Hay

que vaciar las obras de arte en moldesincandescentes. Para crear es preciso or¬

derly no se arde sin dolor. Solamente así,

nuestras ideas saldrán disparadas cqmo

pájaros impetuosos y vibrantes, como fle¬ chas ígneas del orco en tensión de nuestro

espíritu.

.

.

BLANQUERNA.

OS fríos y calculadores se ufanan de ver, las cosas con exactitud y se lla¬ man espíritus prácticos. Para ellos, los
\\
santos, enamorados e idealistas dicen y hacen sandeces, como personas sin seso.
No obstante, ¿puede haber algo tan' in¬
sensato como el vivir sin amor? El amor
aguza el entendimiento, espolea la vo¬ luntad, engendra á los héroes. Y la llama del genio es fuego de amor.
Esto que llaman locuras son las flores más perfumadas y los frutos más sabro¬ sos del árbol de la vida. La belleza, la

CICLO DB LECCIONES LULIANAS EN
SAN í
FRANCISCO DE
f PALMA ■

Ei Rdo. P. Miguel Caldentey, T. O. R. habla sobre "María Reina y Señora de las Misiones según ei Iluminado Doctor y
Procurador de infieles Bto. Ramón Lull".

Una vista de la "Exposición del movimiento científico-luliano en las principales

revistas españolas de nuestros días", abierta en la Sala de la Hermandad del

Convento de San Francisco, de Palma.

"

OTRO BOMBARDEO DÉ LA CIUDAD DEL VATICANO
a Ciudad del Vaticano, silla y cátedra de! Vicario de Jesucristo en la tierra, ha sido nuevamente bombardeada. Una bomba cayó a quinientos metros de las habitaciones par¬ ticulares del Papa, y además de importantes destrozos materiales^hubo que lamentar alguna víctima. A la noticia de estos atentados contra la ciudad más santa y sagrada que hay en el mundo, se ha estremecido todo el orbe cristiano
como a golpe de una gran sacudida sísmica. ¿A qué vienen estos bombardeos? ¿Se repetirán tales bombardeos? ¡Dios no lo quiera! Re¬ guemos por S. S. Pío XII. Reguemos por el Papa.
Iluminación exterior de la Basílica de San Pedro,
de Roma,

Una estampa de la Capilla del Colegio Etiópico, encla¬
vado en la Ciudad
del Vaticano (La Sagrada Familia, San Esteban y San
Francisco de Asís.

La Basílica Vaticana en el esplendor y magnificencia de sus funciones litúrgicas.

NOTAS NECROLOGICAS

D.° Margarita Sansó García, madre del Rdo.
P. M. Salom, T. O R.

D.° Inés Oliver Barceló, de Lluchmayor.

D.° Margarita Antich, Vda. de Sampol.

D.° Lucía Monserrat Font madre del M. Rdo. P. M.
Vidal, T. O. R.

Rdo. Sr. D. Amoldo
■ Mir, Pbro. Vicario de:
Caimari.

D. Guillermo Gayó Gayó, de San Juan

D. Damián Palmer
Pujol, de Capdellá.

D.° María Morro Pons de Moscari.

D.° Antonia Nadal,
de Els Llombarts.

Sta. D.° Isabel Ramis Ver-
dera, de Lluchmayor, cuya necrología publicamos en
el número de marzo.

El Heraldo de Cristo

77

la J^otciíncíila

piezas se pusieron en escena: San Herme negildo y Príncipe a Ip fuerza.

Y fué algo extraordinario.

Y no me pidan ustedes quien de entre

ellos debutó mejor, pues me veré en un

FEBRERO 1944

grandísimo apuro por contestar porque

3.—nuestros amiguitos de Quintanar

la actuación de Leovigildo, Hermenegildo, Teodoro, el obispo arriano y otro peç^sona-

Que erais unos «pilleíesa ya lo sabíamos je de quien no recuerdo el nombre, fué

( nosotros; pero tanto como eso... ni pensarlo algo sorprendente y extraordinario. Todo

siquiera. ¡Robarnos a nuestro xauy querido «1 público quedó tan emocionado que mu¬

P. Riuíort, en compañía del cual estábamos chos tuvieron qrte «pedir prestados» los

tan a gusto, y nos sentíamos tan félices!... pañuelos de bolsillo...

jVamos! que no nos parece bien la que nos

En Príncipe a la fuerza, este buen prín¬

jugasteis!...

cipe que no era tal sino un simple peón

Os diremos de él que es muy bueno, muy de albañil, se superó como no lo había

músico, y laborioso cien por cien. Es lo hecho otra vez. ¡Qué payaso «cuando se

que necesitabais para este vuestro Quin¬ mete en los calzones de otro!... Al terminar

tanar, que muy en, breve va a ser una la función,.la garganta, la cabeza, las ma¬

«segunda» Porciúncula.

nos .. todo nos dolía de tanto reir y aplau¬

dir...

19.—Un injerto prodigioso -
Viajando en tren por la línea de San" tanyí, o bien pnséando por esta nuestra deliciosa playa de El Arenal, habrás con¬ templado, lector, nuestro megnífico Cole¬

Sentimos, mucho que este «príncipe» se nos escape como actor; si bien nos con¬ suela el pensar que quizás le recobremos
pronto como director de escena y tal vez también como comediógrafo...

gio enclavado en el centro dél inmenso
pinar de Verdor ppremne, que' le sirve de

rico manto.

Pues bien: este nuestro bendito bosque

gracias a una magnífica idea de dos seño¬

res de Ariany, padres de nuestros colegia¬

les Antonio y Francisco Mestre, y de Fer¬

nando Mayol, en adelante no va a produ¬

cir «piñas» solamente; sino también naran¬

jas, manzanas y otras fruías ricas y varia¬

das.

•

Y no acaba aquí la cosa, lector.

Por una segunda idea de esíps mismos

señores, tan grandiosa como la priméra,

acaban de transformarse las «matas» en

22. —¡Perdón, perdón Jesús...!

Hora santa predicada en desagravio al

Sagrado Corazón de Jesús por tantos peca¬ dos como se cometen en el mutido espe¬

cialmente durante estos tristes días de Car¬

naval. Te repetimos lo que te dijimos an¬

tes, Jesús:

^

¿Por los Judas y sacrilegos de nuestros

días? ¡Perdón, perdón, Jesús!

¿Por tantas blasfemias contra tu santo

nombre? ¡Perdón, perdón, Jesús!

¿Por tantas azucenas arrastradas por el

fango? ¡Perdón, perdón, Jesús!..-.

vides que nos proporcionarán uvas' sabro¬
sas de toda clase y ;color...
¿Qué como ha sido posible todo eso? Mediante un prodigioso injerto del que guardan la patente estos buenos señores de

Entrefilete.
En el Colegio se nos presentó un... «An-
íoñito»...
¿Lo quieres para ti, lector?

Ariai\\y. En tanto vamos buscando una, manera
con que pagarles tanto favor, desde esta paginilla De ¡a Porciúncula les mandamos nuestro más sincero agradecimiento a es¬ tos buenos amigos, grandes bienhechores de nuestro Seráfico Colegio... ¡Qué Dios se

La Porciúncula, 1 de Marzo 1944.'
/
'
UN COLEGIAL.

lo pague!

17.—Uñó que se nos escapa.
Si tuviéramos que calificarlo, lo haría. mos diciendo que fué un éxito rotundo y ruidoso. Me refiero a la gran función de teatro que tuvo lugar en nuestro Colegio por la noche del día 17 de febrero. Dos

UN CUENTO MORAL PARA CADA MES

¿l óuefio

^^^QUELLA noche Pepito,tuvo un sueño extraordinario.

Jugaba con su globo y lo tiró muy alto, tan alto que al globo desaparecip.

Pepito (cuando sueña) es muy paciente. Se sentó sobre una piedra, encima de la

que puso previamente'su pañuelo para no ensuciarse los pantalones y esperó oque

el globo quisiera bajar. Habiendo contado hasta cien, y no viendo aparecer nada,

decidtó ir en busca del ingrato, hasta las nubes. '

Tenía tiempo suficiente para ello, porque su papó y su mamó no se sentaban a

Ip mesa antes de las siete. Una montaña se presentó providencialmente a su paso,

para servir de escalera a Pepito. Después de haber subido durante un largo rato, se

encontró frente a un grPn muro en el que advirtió und puertecita, con esta inscrip-'.

ción en letras mayúsculas: «Paraiso».

A

—«Aquí está lo que yo necesitaba» —se dijo Pepito—Vo.y a llamar: pueden ser

que hayan visto mi globo; en todo caso pediré permiso para visitar este sitio, del

que tanto he oído hablar.

'

Llamó., algo emocionado. Al cabo de un instante Ja puerta se entreabrió, apa¬

reciendo la ceñuda cara de San Pedro.

— ¿Quién es usted? ¿Qué quiere u^ted?

. —Soy Pepito y vengo en busca de mi globo. -¿Pepito? No le conozco. ¿Tiene usted su boleto?
— ¿Qué boleto?

^

.

— EJ de entrada.'

•

.

— No.

■^¡Carambal ¿Entonces cree usted^^que íjnc^ puede entrar de esa manera en e{

Paraiso?

' .

''

—No lo sabía—dijo Pepito desolado. — Si no tiene usted boleto, ¡buenas nochesj

Y San Pedro iba a cerrar la puerta, cuando sonó una dulce voz. —Vamos San Pedro, déjele entrar... para darme ese gusto, vamos, San Pedro.
— Pero, señorita...

—Déme ese gusto.

,

Es decir, que siempre hay que hcrcer lo que usted quiere...

La puerta se abrió para dejar paso a. Pepito, que se encontró en presencia.,

¿adivinad de quién? de su hermanita Zezette, muerta hacía dos años y a la que en¬

contraba más linda aún con su. traje blanco adornado con dos alitas.

Ya os podéis imaginar, como se abrazarían. Zezette abrumó a preguntas a Pee

pito. ¿Cómo están papá y mamá? ¿La cocinera Clementina seguía haciendo siemprY

tan buenas confituras? ¿Y la perra Cora continuaba ladrando y mordiendo? ¿y.

Laura? ¿Y Juanita? ¿Qué había sido de ellos?

Pepito respondió del mejor modo que pudo. — í ú te vas a quedar conmigo—dijo Zazette —, verás que bien se está aquí, y
después tendrás dos hermosas alas en la espalda, iguales a las mías. — Yo bien querría suspiró Pepito, encantado con la proposición-; pero no
puedO; papá y mamá me esperan para comer y estarían inquietos si no me viesen
volver.

— jQu4 lástima!'Pero, al menos, antes de tu partida te horé visitar el Paraíso.

Y tomándole de la mano, le guió a través de las blancqs praderas del cielo.

De cuando en cuando Zezette se bajaba para recoger estrellas y la dió una a Pe¬

pito que la metió en su blusa, cuidadosamente envuelta en el pañuelo para no per

derla.

(

1

.

'.

El Heraldo de Cristo

v> - 79

De pronto encontráronse ante la Virgen María, que hiloba en un trono de oro mientras un ángel ponía bajo sus pies un cojín de nubes. La virgen sonrió a Zezette y dió una palmadita en la mejilla a Pepito, encargándole recuerdos para su papá y

mamá, y diciéndole luego que se fuesen a jugar. No lejos vieron,al Niño Jesús, que dormia bajo el ojo vigilante de su nodriza: Zezette y Pepito cruzaron en puntillas

para no despertarle.

.

—Ahora, dijo Pepito—me gustaría ver a Dios. ,

Hallábanse frente d una preciosa casa cuyo vestíbulo estaba lleno de ángefes

con todo el aspecto de gente muy atareada.

.

'

Zezette se dirigió a uno de ellos y le preguntó si el Señor éstaba visible. «Voy a

enterorme», dijo el ángel, y volvió rápidamente dicJéndoles que Dios les esperaba.

Pepito se sentía tan, turbado que se sonó equivocadamente las narices con su estre¬

lla. El Supremo Ser les recibió. El ángel que les había conducido a la presencia del

Señor de todo ló creado, saludó a,Este con una grari reverencia y,salió andando

hacia atrás, en señal de respeto.^

Bueinos días, Zezette. Buenos^ías, amigo Pepito; ¿vienes a pasar una fempora·^

dita entre nosotros?

,

,

—No, Padre eterno, me esperan en casa a comer. Yo desearía solamente saber dónde está mi globo.

— Aquí lo tienes, hijo mío. ¿No necesitas, además, alguna otra cosa? ^ En aquel momento. Pepito se despertó y pudo comprobar, lleno dé confusóin,.

que todo no fué más que un sueño.

H. Gerba

r

Tal vez la luna, casta y reverente, por entre ramas de callado olivo llegar hiciera un beso compasivo a vuestra triste, ensangrentada frente..,
¡Mi buen Jesús! Así, tan recia e ingente era la angustia, y el dolor tan vivo, que hubisteis de exhalar un sedativo clamor: «Quita de mi. Padre clemente»
«este cáliz de hiel, si es hacedero, y un dulce y resignado eco añadía: «tu santa,voluntad cúmplase, empero.»
\\
¡Dios mío! yo en las horas de agonía, con sudores y llanto también quiero hacer tu voluntad y no la mía.
Fr. Miguel Colom. T. O. R.

^etáeméLní

NOTA:
, '

Suplicamos encarecidamente a nuestros lectores que
no coleccionen «El Heraldo de Cristo» que.tengan d
bien mandarnos los pdsados núrneros de enero y febrero, que quedaron del todo agotados. jDios se lo
pagará! Pueden servirse de nuestros corresponsales.

^ibtoó A/u evo5

Angel de Abárzuza. - ¿Por qué pa¬ deces?. Consideracfones sobre el 'dolor bumano. Un tomito en 15X10,50, pegs. 164. Precio: ptas. 5. Imprentade Capuchinos. Pam¬
plona, 1943.
En veintiún capítulos va recorriendo el au¬ tor las causas principales del dolor, tanto las del cuerpo como las del alma, las perso¬ nales y las sociales, y en estilo sencillo y vivo, va acompañando en el dolor, va desenga¬ ñando el corazón, va trayendo los motivos de consuelo, y parece que en ellos, en cada capítulo, va subiendo con él alma de la mira¬ da natural a las alturas de la vida espiritual más intensa. En el capítulo final, Jesucristo, que'iba apareciendo en cada dolor, se pre¬ senta solo hecho varón de dolores pdr el hombre, en párrafos llenos de viveza tran¬ quila, de amor de unción. ,Este librito vale bien para monual de sacerdotes donde ha¬ llarán a mano los consuelos más propios pa¬ ra cada alma atribulada, en doctrina sólida y valiente.
M. Ramls Alonso. - A Propósito de Examen de Ingenios del Dr. Huarte. Un tomito en 15X10, págs. 120. Precio: ptas. 5'.
Editorial Pelitécnica.Palmó de Mallorca. 1943.
Ramis Alonso eS un caso interesante en la
república de las letras. Su campo espiritual,
labrado con constancia y amor, produce ca-
dq^año su cosecha. Aun tenemos en el pala¬
dar del alma e( gusto sabroso de su libro Ecos del Criticón, publicado hace un año, y ya nos sorprende con otfo nuevo libro que es casi hermano gemelo del anterior, pues tiene las mismas características y está escrito según el mismo procedimiento, tan caro al
Sr. Ramis Alonso..
Aquí, vuelve a aparecer el pensador recio,
original y decidido que no se arredra dn4:e problema alguno de índole psicológica,

por arduo que sea. El sabe adentrarse, con
gran desembarazo, por los misteriosos e in¬ trincados vericuetos de nuestros paisajes in¬ teriores, donde proyecta valientemente el foco de luz de su poderosa inteligencia.
Esta obra no es extensa, pero sí, muy in¬ tensa. El autor nos habla con un estilo lapi¬ dario y contundente y que se quiebra dé tonfa substancia. No es libro de palabras,
sino de ideas que saltan, llameando, de la
fragua de sus meditaciones. Libros como este
hay que leerlos lápiz en ristre, con atención
muy otada al texto para seguir al autor^en sus audaces lucubraciones. Muy a medudo, hay que pararse .a reflexionar sobre loque dice, como se para el viajero al objeto de saborearse en la contemplación dé los pai¬ sajes maravillosos que encuentra a su paso. Y esto muchas veces. Porque no son algunos pensamientos los que este libro contiene, sino un vei'dadero desfile de ideas que dejan al lector atónito y suspenso. En esta obra Ramis Alanso ha exprimido su espíritu hasta el dolor, pero sin agotarse, ni mucho menos,
pues nos consta que esfá trabajando, activa¬ mente, en la preparación de otros libros. Bajo la acción de su esfuerzo constante y fecundó, su alma chisporrotea como un hie¬ rro candente batido con vigor sobre el yun-. que sonoro. De aquí, expresiones felicísimas, pensamientos insospechados y cosas dichas con mucho garbo y primor literario sin que el autor se haya propuesto hacer una obra literaria, sino de filosofía y psicología. Los. pequeñas cosas y las contadas afirmaciones
con que uno no sabe ponerse de acuerdo, no
quitan a la obra mérito alguno. Será tal vez porque el autor no se ha expresado bien. La más probable, porque nosotros lo hayamos entendido mal a pesar de la claridad del texto. De todos modos, es un libro excelente
que honra al autor y así nos complacemos en reconocerlo.—P. R. G. B,,. T. O. R.

óñtca TtanciòcàncL

Concli^sión dél III Ci- En la tarde de día cío de Lecciones lu- 24 del pasado mes lianas. La delRdo. P. cerróse el III Ciclo
Miguel Caldentey, T. de Lecciones luliaO. R., «María Reina y ñas habido en la
Señora de las Misio- Sala de la Her-'
nes, según el Ilumina- mandad del Con¬ nado Doctor y Procu-‘ vento de S. Fran-
rador de infieles Bto. ,cisco de Palma de

misioneros; 3.° dobla el entendimiento del
los infieles a la luz de la verdad; 4.° El flo¬
recimiento de los Colegios orientales de Mi¬ siones está eh manos de María. (Aquí hizo el orador una alusión a Humberto de Ropianis
y q Rogelio Bocón); 5.° María es la limosnera de la fe, que la da a quien quiere, como quiere, y cuando quiere, porque—son pala¬ bras de) Beato—«la fe sólo la podéis dar

Ramón Lull».

Mallorca. La últi¬ vuestro-Hijo y Vos» y:

ma lección fué leí¬
da por el Rdo. P. Miguel Caldentey Vidal, Doctor en Teología y Miembro de la Socie¬ dad Maríológica Española, especializado en
temos ^mariano-iulianos. Versó sobre «Ma¬
ría Reina y Señora de las Misiones, según el
Doctor Iluminado y Procurador de infieles,
Bto.Ramón Lull.
A pesar de que hubo que desafiar una llu¬ via copiosa y tenaz, reunióse en la Sala de
ló Hermandad una selecta concurrencia, a la cabeza de la-cual el M. litre. Sr. D. Andrés
Caimari, Canónigo, Secretario-Canciller del i Obispado, en representación del Excmo. y Rvmo. Sr. Arzobispo-Obispo de Mallorca.
Primeramente el P. Caldentey demostró ía realeza y señorío de la Virgen María, procla¬ mados en general por el Doctor Iluminado, haciendo notar que, en este punto, Ramón Lull no hace sino ponerse al lado de Eadmero, San Bernardo y de los grandes Doctores de su siglo: San Bnet;iaventura y Santo Tomás de Aquino, y aún de los mariólogos de hoy.

«...qui Ja fe vol mantener
deis articles e’| sagrament, será en lo manteniment
de la Verge...»
Finalmente el orador leyó un delicioso pasaje del Libro de Ave María, en que se pone de manifiesto como en el pensamiento misionero y divinamente exaltado de aquel Procurador de infieles aparecen los coros de
los ángeles alternando con los justos y pecó-
dqres y también con los cismáticos e infieles en proclamar esta sublime realeza y señorío
de María.
Según manifestó el P. Caldentey, este estu¬ dio tsológico-mariano misional estaba com¬ prendido en un artículo que aparecerá en el primer número de la revistó-rhisional «España Misionera», editada por el Consejo Superior de Misiones, bajo el noble mecenazgo del
Ge^neralísimo Franco. Al acabar su labor, el orador ,fué muy
aplaudida.

Después de haber hablado de la extensión de esta realeza y señorío de María demos¬ trando que, según el Doctor lluniinado, Ma¬ ría es Reina del mundo material. Reina de los hombres y de los ángeles, Reinó del ciélo y
aún del mismo Dios, entró de lleno en lo que
constituía propiamente el tema de la lección, o sea que María es„de una manera especial. Reina y Señora de las Misiones, tanto entre cismáticos como entre fieles en general' no sólo porque siendo María Medianera uni¬ versal de la gracia, lo es de uña manera especial de la fe que abre las puertas a las demás virtudes, sino también, porque, en el
pensamientó juliano, la amorosísima Madre de Dios y de los hombres es Reina del cora¬
zón de su divino Hijo en todo aquello que dice reldción con las Misiones, haciendo hin¬
capié en los siguientes puntos, reforzados con copiosos textos de los varios-escritos del
Bienaventurado Maestro: l.° María es luz que ' ilumina a todos los hombres, cristianos y
paganos, y «sin Ella, ninguno puede estar
fuera de tinieblas»; 2.° Ella es la que suscita

La Exposición del mo- De paso nos place
vimiento científico- mencionar- la «Ex-
luliano en las princi- posición del movípales revistas españo- miento cíentíficolas de nuestros días. I u I i a n o en las
principales revis-
tasespañolas de nuestros días», que se abrió y cerró aquella misma noche en la mencio¬
nada Sala de la Hermandad, y en la cual des¬
collaban las siguientes revistas de renombje científico: «Boletín de la Sociedad Arqueoló¬ gica Luliana», «Revista Española de Teolo¬ gía», «Revista de Filosofía», «Verdad y Vida», «Razón y Fe», «Las Ciencias», «Revista de Espiritualidad», «Analecta Sacra-Tarraconensia», «Estudios Eclesiásticos», «Manresa» y otras; figurando también como prolongacidr»
y apéndice de dicha Exposición varias revis¬ tos extranjeras, entre las cuales, «Broteria^ de Portugal, «Analécta Tertii Ordinis Regu¬
laris Sancti Francisci» y «Collectanea Franoincana» de Italia, y «Wissenschaft und W.eis-
heit», alemana.,

El Heraldo de Cristo

muetQn
en el Señot.
D.^ Lucía Monserrat
Llucmayor. - Día 3 del pasado mes de febrero cerró sus ojos a la luz de este mundo, llena de méritos y de virtudes, la devotísima Terciaria^de N.,P. San Francisco y ejemplarísima madre de familia D.° Lucía Monserrat. 'Mucho podríamos decir en alabanza de esta
ferviente enamorada del Pobrecillo de Asís,
que se orgullecía muy sobremanera en poder contar entre sus hijos a un ministro del Señor e hijo espiritual de San Francisco, el M. Rdo. P. Miguel Vidal, ex-Provincial de nuestra Se¬ ráfica Provincia española y, actualmente.
Comisario Provincial de nuestras Misiones de América. En sus últimos momentos no tenía
n\\ás pesadilla que no gozar de Iq^ presencia
y auxilio de su carísimo hijo Miguel. Una prueba dura para su bondadoso corazón de madre,'mas que le habrá servido para au¬ mentarle sus grados de gloria en el cielo. Pero tampoco en aquel día, y a muchos kiló¬ metros de distancia de ella, po lefaltaron las oraciones del ¿hijo misionero, al pie del altar. ¿Por ventura puede darse un hijo sa¬ cerdote que se olvide de sus padres, en la celebración de la santa rtvisa, máxime si es¬ tán ya en edad avanzada, y, como quien ■dice,' a las puertas de la muerte?
A sus funerales asistió una representació*^
de todos los conventos de la isla.
A sus atribulados hijo M-. Rdo. P. Miguel, T. O. R., e hija y demás familia, el testimonio de nuestro más sentido Jpósame.
D.° Margarita Sansó TGarcía
Villairanca de Bonany.—Día 9 de fe¬ brero, rodeada de süs hijos, entregó su alma al supremo'Hacedor, la piadosa terciaria de N. P. San Francisco D.°Margarita Sansó Gar¬ cía, a la edad de 75 años. Madre ejemplar de un hogar cristiano, supo educar a todos sus,hijos en el santo temor de Dios, y con generoso desprendimiento entregó a nuestra Orden a uno de ellos: el Rdo. P. Miguel Salom, Definidor Provincial. Llena do méritos y virtudes que la hacían ser respetada y ama¬ da de todos aquellos que la trataban. Doña Margarita tuvo el consuelo de entregar su espíritu al Señor en manos de su amqdísimo hijo Miguel, ministro del Señor, hijo espiritual
del Pobrecillo de Asís, Su muerte fué muy llorada en todo el pueblo y a sus funerales
asistió una gran muchedumbre de pueblo, na faltando nutridas representaciones de reli¬

giosos de todas las Comunidades Francis-
canas de la isla.
Al afligido esposo D. Rafael, a sus atribu¬ lados hijos, en especial al Rdo. P. Miguel Sal om, T. O. R., la expresión de nuestro sen¬ tido pésame.
D ® Margarita Antich Amengual
Palma de Mallorca. - Llena dé días y
purificada por las molestias y sufrimientos de prolija dolencia,- falleció en, esta ciudad, el día 4 de febrero, la antigua terciaria y ma¬ dre de terciarios’de N. P. San Francisco D,.° Margarito Antich Amengua!. Recibió el hábito
dé la Tercera Orden en Inca el 20/de febrero
de 1910, un mes después de haberse estable¬ cido en el convento de aquella ciudad nues¬ tros religiosos. Con ella ingresaron en la Hermandad sus dos hijas, María AAagdalena" y María Antonia; y un año más tarde, en 19 abril de 1911, su esposo D. Miguel Sampol y sus hijos Jaime y Miguel. De modo que la familia de D.° Margarita fué plenamente de terciarios/y la Hermandad inquense fué tes¬ tigo durante mnchos años de la ejemplar puntualidad de todos en la asistencia a los actos de la Tercera Orden; y el Discretorio de Hermanas pudo contar siempre con sus hijas para los cargos de mayor actividad y
tra&ajo, hasta que fas circunstancias de
la vida exigieron- sl traslado de la familia Sampol-Antich a Palma. D.° Margarita corta¬ da según el patrón de las esposas y madres cristianas y españolas, vivió consagrada a su familia y al cuidado y educación de sus hijos; y el Señor le concedió la satisfacción de poder contemplar el fruto de sus desvelos en la aureola eje prestigio social y prestigio de catolicismo práctico de que todos están
rodeados.
Reciba su afligida familiay y muy especial¬ mente sus hijos D. José, Teniente Coronel de Infantería; Rdo. D. Jaime, Pbro. Secretario de Estudios del Seminario de Mallorca; D. Miguel,
médico de la Armada; b. Bartolomé, Coman¬
dante de Intendencia; D. Júan, médico; sus L|ijas María Magdalena y María Antonia; su hijo politico D. Enrique Esquiviqs, Corone! ele Infantería; hijas políticas, nietos y*demás pa¬ rientes nuestro más sentido pésame.
Lluchmayor-.EI día 23 de febrero último,
durmióse en el Señor a la avanzada edad de
92 años, la tervorosa terciaria D.° Inés Oliver Barceló. Era muy devota y fiél cumplidora
de sus obligaciones, dejando edificados por sus virtudes y buenos ejemplos a cuantos lo ■
conocían.
Dios nuestro Señor le conceda el reposo de los justos y a todos sus familiares, la resigna¬ ción cristiana en tan dolorosa prueba.
San Juan.—Como ave que cae 'abatida en el largo curso de su vuelo, así, a la avan¬ zadísima edad de 98 años cumplidos, acabó

El Heraldo de Cristo

83

el curso de su mortal carrera el venera¬

ble anciano D. Guillermo Gayó Gayó. La

nueva de su muerte, máxime por lo inespe¬

rado cuando se presurhía verle alcanzarla

fecha, a pocos concedida, del centenario,

causó en sus relaciones y-pueblo gran sen¬

sación y pesar. De carácter sencillo, de fe

arraigd y de acrisolada, honradez, era un verdadero ejempl'^r de los .payeses patriar¬

cales del promedio dal pasado siglo, en

quieties las virkides cívicas tenían por com¬

pañía y fundamento las virtudes del Evdnge-'

lio, asistiendo todos los días a misa, y fre¬

cuentando ios sacramentos.

La concurrencia que asistió al entierro y

funeral celebrado por el alma del venerable

anciano ha correspondido a la estima que

tenían del finado todas las clases de la ve¬

cindad. A su familia, én especial a sus hijos,

D. Ramón, Pbro., D, Rafael, propietario, hija

política, nietos y demás consanguíneos, la

expresión de nuestro pésame.

,

Caimari.-Día 26 de noviembre del pasado
año bajó al sepulcro el Rdo. Sr. D. Amoldo Mir, Pbro. y Vicario de esta parroquia, a la
edad de 72 años, confortado con ios santos saeramentos y la Bendición Apostólica. Sa¬
cerdote ejemplar y laborioso, desde muy jo¬ ven tuvo a grande honor vestir el escapula¬ rio y cordón de N. P. San Francisco del cual fué siempre muy devoto. .Nuestro pésame a sus desconsoladas hermanas y demás familia.

Moscari.-Día 2 de enero del dño en cur¬
so, confortada con todos los auxilios de la Religión, durmióse plácidamente en el ósculo
del Señor D.° María Morro Pons, dé "45 añas,
dé arraigadas convicciones religiosaá/ fiel' cumplidora de los deberes de esposa y ma¬ dre ejemplar, rhuy amante de los pobres, y muy entusiasta de nuestra Revista. A su es¬ poso, hijas, hermana y demás familia, la ex¬ presión de tíueslro pésarpe.
Els Llombats. - Día 30 del . pasado mes
de enero cerró sus ojos a la luz de este mun¬ do, a la edad de 52 años, D.° Antonia Nadal. Muy enamorada del celastial esposo de las almas, Jesucristo, renunció por él casa y po¬ sición, ingrésando en la Congregación de Religiosas Franciscanas de Mallorca. Pero no pudiendo continuar en el claustro a causa de su precaria salud, volvióse con gran ^esar al siglo, en el cual continuó viviendo como una roligiosa, entregada completamente a los actos de piedad y mortificación. Devotisíma de N. P. San Francisco, al morir quiso
que le pusieran el hábito que no pudo vestir
en vida, expirando plácidarnente, después de haber recibido con gran fervor los sacra¬
mentos y lo'Bendición Apostójica. Nuestro pé¬
same a su familia.

Capdellá..—Día 27 del pasado febrero, confortado con los santos sacramentos y la Bendición Apostólica, expiró nuestro suscriptor D. Darhián Palmer Pujol, de 66 años de edad, católico práctico, ejemplar padre de familia, afable y generoso con todos. Si es verdad que la muerte es el eco de la vida, muy buena sería la vid<á que llevó quien tan santamente falleciera. Nuestro pésame a su esposa D.° Francisca e hijos.
Campos del ÍPuerto.-Día 2 de febréro
de este año durmióse en el ósculo del Señor la Religiosa Franciscana Sor Mar/g del Amor Divino Darder, de 30 años de- edad y 3 de profesión religiosa. Distinguióse en la Reli¬ gión por su exacto cumplimiento de las Re¬ glas y Constitucionés y amor al silencio y a la resignación religiosa, virtud de aue dió
grandes pruebas en la largó enfermedad que le llevó al sepulcro. Recibió con singular de¬ voción los sacramentos y la Bendición Apos¬ tólica. Nuestro pésame a sus doloridos pa¬ dres, 'hermanqs, en especial a su también hermana.en Religión Sor Catalina María de la’Eucaristía y a la Comunidad de Religiosos
Franciscanas de dicha villa.
Calonge.—Día l6,del pasado mes de fe
brero falleció D.° Margarita Más Gayó, viu¬ da de García, confortada con los auxilios de nuestra sacrosanta Religión. Terciaria muy devota de N. P. San Francisco, a pesar de su avanzada edad y poca salud, desempeñó
con celo y constancia el cargo de Celadora,
y cumplía con todos los actos de la Regla. A su afligida hija, hijos políticos y nietos, la expresión de nuestro pésame.
- Dia 28 del pasado febrero murió cristia¬ namente, después de recibir los santos sa¬ cramentos y la Bendición Apostólica, la fer¬
vorosa terciaria de N. P. San Francisco D.°
Ana María Rigo, de 74 años de edad, muy devota del Sogrado Corazón y de la Sarita Eucaristía, que recibía todas los días, si se lo permitía su achacosá salud. Nuestro pé-same a,sus hijos, hijas políticas y demás
familia.
Villafranca de Bonany. - Día 21 de ene- * ro del aña en curso murió en la paz del Señor el cristianísimo padre y bondadoso esposo D. Nadal Noguera, a la temprana edad de 32 años. En su larga enfermedad cLió siempre señaladas pruebas de resigna¬ ción y acato a la voluntad de .Dios, y en sus últimos días aún tenía fuerzas para animar a su esposa e hijftos a seguir caminando por
la senda del Señor. Nuestro pésame a. su
atribulada esposa y demás familia.
• Descansen en paz Amén. #

J^á^ina D(íntíl

¿Quá eó eóto ele loó ^uanitoó^^?

Me han hablado de ello...

Me ha hecho llorar...

Allá por las playas^el Arenad, en rnedio de pinos como un nido de jilgueros existe un Colegio llamado LA PORCIÚNCULA, dirigido por los P. P. Francisca¬
nos. En él hay muchos niños que estudian, y cuando ya grandec/tos, llegan a ser sacerdotes. Para poder sustentar el Colegio y para pagar en parte los gastos de libros, comida, jabón, betún, lápices etc..., esos niños

págan un «tanto» cada mes, aunque reducidísimo. Pues, has de saber, lectorcillo, que no hace mucho

tiempo todavía, hubo en un pueblecito un hiño que era bueno y muy aplicado. Se llamaba Juanito. Que¬ ría también él irse a LA PORCIÚNCULA pero sus pa-

pás le dijeron que no podían pagarle las gastos,
¡Pobre Juanito! ¿Qué hacer?

Un día llega al Colegio una cartita. Escrita en el

sobre una dirección. «P. P, FranciscanosL.-d porcíúncu-

la.-S'Aranjassa.» Décía la carta:

«Padre: Yo soy pobre y mis padres me dicen que

no pueden pagar: Así que si Vd. me admitiera en LA PORCIÚNCULA por amor de Dios...»

Y termina:

«Feliz d© mí si hallara alguna persona que quisie¬

ra ayudarme a hacerme sacerdote... Padre, ¿me admite? Conteste pronto y, por Dios, que su costestación sea

un «jSÍ».» El P. Prior, el buenísimo P. Damián, «no puede»

contestar a la cartita de Juan, porque «no puede» dar¬

le el «sí». Los recursos pe ra alimentar al crecido

número de niños de la Porciúncula están agotados ya...

¡Pobre Juan! ¡Pobre Juanito!

...Pasó algún tiempo, y... ¡¡¡Juanito ya tiene" el «Sí»!!! Se trata de una piadosa señora que se compro¬

metió a abonar en su fgvor la cuota anual de 720 ptas.

Juanito está yd en. La Porciúncula. Un día, D., M.,

cuando ya mayorcito, subirá las gradas del áltar. Y lo que es más, el hermoso ejemplo de esta Señora, según dicen, va a ser imitado por otras personas. Porque hay. otros «Juanitos» que esperan también el «sí».
No hace muchos días, todavía, el P. Prior de La

Porciúncula me mostró una hermosa cartita de otro ni¬

ño que se encuentra en las mismas circunstancias de
nuestro «Juan». No viene a La Porciúncula porque

«no puede». Las personas *que protegen a estos niños, o bien
fundan una beca perpetva y entonces entregan 15.000

ptas. o también pagan a plazos de la siguiente manera.
Media, beca. . . 7.500

Cuota anual . , 720

Cuota rnensuai. .

65

¡Qué bello ideal ser «papá, ser mamá» de un «Jua¬ nito». |Y qué hermoso es poderle decir a Jesús: Yo te
he da'^oün''cicerdote!..,—BOSCO

Estampa de misiones

Se presentó un fervoro¬
so cristiano del Sur de
Africa al Santuario pidien-
ser admitido entre los can¬
didatos al sacerdocio.

Por fortuna o por'desgracia,^ todo estaba ocu¬ pado,-: las rentas del Semi¬ nario 6o daban ya más. Faltaban becas para ad¬ mitir mayor número. Con unas‘o0 libras esterlinas
podría ser admitido mas en tanto que aguardaie.
El ioven se marchó... a
ocultarse en las minas, a ganarse su, beca con el tra’baj.o y sacrificio sin¬
cuento.

Al año se presentó de

nuevo con su ganancia.
Antes le mandcwon que le
viese el médico. Este in¬

formó que el joven estaba tísico, por lo que de nue¬ vo tuvo que desistir el mu¬ chacho de su noble errí-

peño.

'

E[ ioven se marchó... de
nuevp a las minas, a ga¬
nar otras 60 libras esterli¬
nas. La enfermédad le
agotaba... hasta que mu¬ rió, dejando dos becas al
Seminario.

¿QUIEN NO HARÁ LO
MISMO CON MENOS
TRABÁJO?

Epigrama
— ¿Qué hacías?dijo
Beltrán a su mozo,Juan Retana.
— Nadó, señor. —¿Y tú, Paco? -Yo estaba ayudando
a Juan.

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