El Heraldo de Cristo Año XXXV • Agosto 1942 • Núm 393 r AB RI C AS DE («erJtts, Alparqal4if y Loaa» y , S. L. OBRAS DE PALMITO Almacenes— = \\ I - CAN BOU rTejidos y noveda¬ des para Señora Lencería, Lanería^ Pañería y toda clase de géneros para caballero • . ■ A , CASA DE CONFIANZA Lonjeta, 14 /Teléfono 1761 PALMA DE MALLORCA Precios limifados ^ W Sietp Esquinas. 14 PALMA El E i p e I o orqiíín LUNAS, VIDRIOS. 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Un Patrón, según la liturgia, es un santo a quien una iglesio, una parroquia, una nación escoge como protector, con con¬ sentimiento de la autoridad eclesiástica. Es el mediador, el abogado que presenta a Dios las súplicas de sus protejidos. A veces el mismo Sumo Pontífice da como protector de una asociación a un Santo por él escogido y entonces el santo viene a ser como el tipo y modelo de esa obra. Es el conductor tanto en el orden temporal como en el espiritual de las almas hacia Dios. Un Patrón de una asociación es, por tanto, un santo escogido por la Iglesia entre todos los demás como tipo de acción, protector, abogado y mediador para con Dios. Características y papeles que desempeñan,— El Patrón debe sen -Un modelo a quien es bueno y útil imitar y cuyas acciones puedan servir de norma y ejemplo a causa de su excelencia. —Un tipo... La palabra indica algo más que modelo. Es un sello dispuesto siempre a reproducir idénticos sellos. Reproduce los rasgos generales de la obra. Habrá variaciones en el individuo, pero el santo siempre será un símbolo destinado a ser imitado, copiado, reproducido. —Un protector, que sea amparo contra los peligros, defensor contra los énemigos de dentro y de fuera, que vele por los intereses de la obra, impida los extravías, ayude, socorra. -Un abogado, que defienda la causa de su cliente. —Un mediador, que se interponga para aplacar las iras de una jus¬ ticia irritada y obtenga las gracias y necesarios favores. El Papel del Patrón, es, por tanto, servir de modelo de virtud de ti¬ po de acción, de protector, de abogado y mediador. Su poder.— Es cierto que no aumentan el poder o virtud, de un santo por el decreto de la Iglesia declarándole Patrón de una Asocia¬ ción Católica. Pero muévanse los corazones a invocarle y se amplía el El Heraldo ne Cristo 8AS campo de acción con el mayor número de devotos que ante el Santo se postran, siendo por tanto mayores los efectos saludables que de este patronato resultan. El silencio.— No es conveniente que los fieles ignoren ios patro¬ nos correspondientes a las asociaciones a que ellos pertenecen. Es privar a los fieles de muchas gracias, que conseguirían invocando al Patrón oficial de la Iglesia; es ocultarles un modelo y su poderoso protector, es privar al Santo de una gloria exterior que la Iglesia le quiere dar. «Documentos del nombramiento.»... No procede la Iglesia de la misma manera al nombrar el Patrón de alguna obra u acción. Reviste el nombramiento de mayor o menor solemnidad según la universalidad de la decisión. Unas veces se dirige a los fieles por un breve, por una constitución, por unas letras apostólicas. Son éstas los documentos mds solemnes con que la Iglesia se dirige al mundo entero. — «Cartas Credenciales».—Todo embajador para ser reconocido por otro gobierno debe presentar sus cartas credenciales. Es esta con¬ dición precisa para ejercer su cargo. S. Francisco, como Patrón de la Acción Cotólica, puede presentar las suyas. Es una Encíclica. Comienza por las palabras: «Rite expiatis.» Fué promulgada por Pío XI el 30 de Abril de 1936. «El Texto».- No ponemos más que las palabras que fijan el Patro¬ nato de S. Francisco: «Dios le dió al mundo para renovar y enmendar no solamente en la sociedad de aquel tiempo, sino de todos los tiempos: Nuestro antecesor le había declarado Patrón celeste de la Acción Católica. Que nuestros hijos dedicados a esta obra y fieles a Nuestros preceptos unan por consiguiente su voz a la de los numerosos hijos de Sen Francisco para recordar y glorificar sus actos, sus virtudes, su es¬ píritu...» Es, pues, S. Francisco, sin duda alguna. Patrón de la Acción Católica y, como a tal, deben todos reconocer y honrar. LOS TEMAS FRANCISCANOS EN LOS POETAS DE HOY En el sacro esplendorado un jueves santo baja de su castillo a la hurgada a socorrer la turba desolada Isabel reina, de corona y manto. Resplandeciente va de pedrerías, que, aunque buscando viene al pordiosero sabe, según la fe de aquellos días que todo pobre es Cristo verdadero. El Heraldo de Cristo S64 Avanza sola, y avanzando en la horda que le tiende las manos amarillas su caridad es río c|ue desborda para sembrar de lirios las orillas. Le abre paso al andar un clamoreo y deja el paralítico su casa y al ciego, de mirarla en el deseo le abre el llanto los ojqs cuando pasa. YZaórpcialllooss,dpeecrloarsa, l,amgeam tisatasse, xotrraoñ. as todo lo da a sabor; nodo conserva de su real tesoro; sólo un rubí que lleva en las entrañas —su corazón-a Dios se lo reserva. La romería de piedad termina y ella vuelve al castillo entre oraciones y da gracias a Dios mientras camina, porque si va sin jovas, imagina que resplandecen más las bendiciones. Pero en esto un anciano que tiene humilde y lejos la vivienda prosternado a sus pies, tiende la mano y le pide una ofrenda. Y ella al verlo delante enfermo, viejo, pobre y sin abrigo ya sin joyas que dar descalza un guante y lo pone en la mano del mendigo: —Llega con él, mañana hasta mi camarín, tranquilamente, que no ha de haber quien no haga entre mi gente honor al guante de su soberana! No fué preciso Estaba un caballero a admirar a su Reina detenido y pidiéndole el guante al pordiosero I o cambió por el cinto de su acero todo de oro y carbunclos embutidos. Y el caballero se votó a cruzada y ardiendo todo en ideal quimera al casco le arrancó la penachada y plantó en la celada . el guante de su Reina por cimera. Y es fama que en un día de victoria cuando en Jerusalén entró el primero con la espada en la mano un.caballero envuelto ya en los nimbos de la Historia no llevaba otro signo, otra bandera de 3ueeélunsegaudainctheo y dmeusjuerReeninalaecnimgeloraria! Eduardo Marquina TEMAS LULIAN#S (?oj^ta.día da Á/ueóita, Cañota, da ^uta y al /3aato ]Q.afnón Jlull Saluda a laó amantaú da laó ttadlcianeó pattiaá y deaataó da la \\/h^an da Sata y al Sluminada Para que la Virgen de Cura si digne curar las almas y los entendimientos de los cristianos. (Deprecación de los Jurados del Reino de Mallor¬ ca, siglo XVI), Con la sencillez peculiar de los humildes hijos de San Francisco de Asís, la T. O. R. franciscana de Mallorca ha impetrado y obtenido de la bondad de nues¬ tro Prelado el Excmo. Sr. ArzobisporÓbispo Dr. Miralles, la aprobación de la Cofradía de Nuestra Señora de Cura y el Beato Ramón Lull, con sede en el San¬ tuario que corona el monte de Randa, que viene a reanudar y emular los servi¬ cios y méritos de la que desde antiguo estuvo erigida en Cura, Lon ser claro y concreto el cometido de esta Cofradía según sus estatutos,— el fomento de la devoción a sus Titulares, la exaltación de la memoria del Dr. Iluminado, y la restauración y engrandecimiento del Santuario—, y sus altos ob¬ jetivos continuar unidos el alma mallorquina amante de las tradiciones patrias, en el momento de reemprender la interrumpida labor parece adecuado dedicar un racuQrdo a los méritos acumulados por nuestros mayores en la «montaña santa» de Randa, rindiendo así un tributo filial a las gestas v glorias de nuestra tierra. La humildad y pequenez de la renovada Cofraaía se enfrenta con la ingente labor de restaurar y engrandecer ese monumento que la naturaleza formó en el centró de Mallorca y el propio Ramón Lull hubo de elegir como centro de su lOa bcriam;aeldeeclcimónonateprdoebaRdaandpao, ryDaicoespatal dilaumpionrarlasla mente del Maestro estando en generaciones mallorquinas que se sucedieron desde los siglos XIII a XIX al acudir a Randa para ejercitar su pie¬ dad y formar su inteligencia. Lo cual implica que la Cofradía, aparte de la labor material, tiene ante sí en la espiritual campos tan extensos y varios como los panoramas que los ojos perciben hacia todos los horizontes de aquellas cumbres. Sin embargo, por ser así, representando en el conjunto de ese monumento patrio que es Cura, más los valores espirituales que los materiales, la labor de la Cofradía se suaviza pensando y creyendo que no ha de faltarle el calor de cora¬ zón de todos los buenos mallorquines dispuestos a reparar las depredaciones, ruinas y olvidos consumados durante una época que ya pasó y que no pudo me¬ llar el tesoro espiritual de Randa ni su histórica grandeza. Y así la Cofradía, coadyuvando los deseos de la T. O. R. de San Francisco, confiadamente aspira a hacer de Cura una joya digna de la eminente figura del Bto. Ramón Lull, de los ascetas que siguiendo sus huellas profesaron en aquellas soledades amores santos, y de los maesrros y discípuloe que en Cura formaron una cultura luliana que es tanto como decir española y mallorquina con peso de universalidad. Ramón Lull en la montaña de Randa I Refiere el autor de la Vida coetánea de Ramón Lull que, unos diez años des* pués de haberse obrado en el almade aauel varón extraordinario la conversión de Dios, cuando había visitado en humilcie peregrinación los Santuarios de Santa María de Roquemador en las Vascongadas, de la Virgen de Monserrat en Cataleña, el sepulcro de Santiago en Galicia, y otros lugares para impetrar los auxi¬ lios del cielo, ocupado en preparar y robustecer su espíritu enardecido en ei £1 Heraldo de Cristo 266 deseo vehemente de trabajar en la conversión de los infieles hasta morir por Cristo en medio de ellos si fuese necesario, subió al monte de Randa. Contaba untonces unos cuarenta años de edad. Y aun no habían pasado ocho días desde que se había dado Ramón con más sosiego a la contemplación en aquella altura, cuando al mirar un día atentamente el cielo, le ilustró Dios de repente su enten¬ dimiento, dándole el modo y forma con que había de hacer el libro que deseaba éscribir contra ios errores de los infieles. Acabado el libro (durante su estancia en la Abadía de La Real)—que tituló Arte Mayor y después Arte General—, vol¬ vió ai monte y en el lugar en que estaba cuando Dios le mostró el modo con que haía de hacer su Arte, hizo edificar una ermita. Confirma la existencie de un ermitorio en Randa el decreto de Pedro Caldés Gobernador de este Reino, dado a petición de Blanca Picany esposa de Ramón Lull, en 7 de los idus de marzo de 1275, proveyendo el nombramiento de curador de las bienes de éste, que había resuelto retirarse del mundo y morar en el ermi¬ torio de Randa. Y consta !a edificación de una capilla con campana y demás oficinas, con privilegio de altar portátil, por instrumento autorizado por Juan Riera, Notario, y acta obrante en el libro de colaciones de beneficios eclesiás¬ ticos de esta diócesis, en el año 1394. El culto a Ramón Lull en la montaña de Randa es inveterado, y su persona¬ lidad y doctrina llenan todos los aspectos de la vida de aquel lugar, dando oca¬ sión a que los historiadores (Rotger, Furió, etc.), expresen que aquella montaña tuvo el atractivo de una morada santa, inspiradora de hermosas ideas cual la del noble dolcel Juan de Tagamanent, consignada en su testamento de 7 de marzo de 1468, de fundar y dotar en ella un convento de Frailes Menores y un hospital para veinticinco pobres. La devoción popular atribuye al Bto. Ramón Lull una constante protección a su amada montaña, y toma’pié del hecho consignado por el Dr. Antonio Serra al referir como el estudiante de Randa Tomás Reus hubo de presenciar que un misterioso penitente, en año de gran esterilidad y de decadencia de Cura, subía silenciosamente por el camino de! Santuario llevando una cruz de madera sobre sus hombros,, desapareciendo de la vista del estudiante después de depositarla en e! desierto oratorio. Esta cruz, llamada creu de Mesfre Ramón, fué reputada de obsequio del Maestro a Cura, cual el que a él hizo Jesús al paarecérsele y de¬ jar en sus brazos la cruz como prenda de amor al sufrimiento y a la penitencia. Los asce&as pobladores del monie santo El ascetismo floreció en Randa en los siglos XIII, XIV y XV. La vida monástica de ios cenobitas aparece atestiguada en numerosps lugares de la montaña por los vestigios de sus aposentos individuales humildísimos cual correspondía a los ermitaños do lo Tebaida mallorquina. Numerosos instrumentos públicos obrantes en los Archivos notariales ponen de manifiesto que aquellos ascetas y místicos vivían unidos y obedientes a un Superior que, a la jerarquía de su cargo, unía la calidad de dueño de las pertenencias de los ermitaños. Evoca esta organización la vida cenobítica de los primeros tiempos de! cristianismo.- votos de pobreza, castidad y obediencia, traje distinto del seglar, extensos rezos, trabajo manual y ejercicios de penitencia; los monjes vivían en chozas agrupadas forreando así el monasterio; sus asambleas, visitas—a la manera de la de San Antonio o San Pa¬ blo ermitaño-, e instrucciones de los ancianos a sus discípulos para conseguir caminos de perfección. Aquellos instrumentos contienen sucesivas designaciones hereditarias de Superiores de los ermitaños de Randa a favor del que había de seguirles en la propiedad. Los nombres de Amoldo Desbruil, Mateo Callar,\_ Fr. Antonio Catalá, Fr. Antonio Arbona, Fr. Bernardo Juan, Fr. Rairnundo Pujol, confirman dichas sucesiones y prioratos, hasta alcanzar el de Fr. Mario de Passa en quien apare¬ cen simultaneados los conceptos de Superior de los ermitaños. Maestro de Medi¬ cina y lulisto con Llobet. Por ebediencia al Rector de Cura (Continuará) Juan Mulet, Abogado CARTELES APOLOQÉTICO- MORALES DE «EL HERALDO DE CRISTO» POR / P. PEDRO J. CERDÁ T. O. R. 4 ^Cenemoá una Aíadte en el (2ielo ANTE EL JUBILEO DE NTRA. SRA. DE LOS ANGELES MARÍA SANTÍSIMA ES CONSUELO Y ESPE¬ RANZA Y ALEGRÍA DE LA HUMANIDAD Jeüristo 00$ eoieiíii o iofocar n Podre a ooestri Bloi Cuando oréis, diréis: Padre nuestro que estás en los cielos... (Mat. VI. 9) Jesiniito 10! Mtrii o la Hirgoi Saiiia»oioitra Raure VE AHI A TU MADRE (Joan VIX, 27) Y la humanidad ha cantado eti mil modos diversos el mismo peiisamiento ¡Vida, dulzura y esperanza nuestra! Dios te salve! PORQUE MARÍA HIZO GERMINAR Y CRECER LA SEMILLA DE LA FE CRISTIANA SEMBRADA POR EL APOSTOL SANTIAGO Y SUS PRIMEROS DISCIPULOS ESPAÑA LE CONSAGRÓ SUS REGIONES Y LAS PUSO BAJO LA PROTECCIÓN DE ELLA El Pilar, Covadonga; Roncesvalles... Nustra Señora de las Angustias, de los Reyes, de los Desam¬ parados. Begoña, Guadalupe, Monserraí, etc. , MALLORCA LE ESTA ESPECIALMENTE CONSAGRADA pues sus imágenes bajo distintas advocaciones coronan las mon¬ tañas de la isla, o reciben en los pueblos el testimonio de la devoción general. £1 primer libro impreso en España fué dedicado a María ESPAÑA LE CONSAGRÓ SU ARTE María inspiró á sus mejores pintores. Y a sus mejores poetas. Y a sus geniales arquitectos. MAS DE DOS MIL TEMPLOS DEDICÓ A MARÍA EL REY SAN FERANNDO.-CASI DOS MIL, EL SIEMPRE VICTORIOSO JAIME EL CONQUISTADOR ESPAÑA LE CONSAGRÓ SUS EMPRESAS La reconquista empezó a los pies de Nuestra Señora de Cova¬ donga. £1 Ejército que la terminó en Granada iba presidido por la imagen de María. La gesta de las naves fué realizada por un Ejercito que llevaba en sus banderas la imagen de María i El Romniento SaHr ie España sp tealiii bala la ptatatciñi la laila Nuestros heroicos soldados llevaban sobre su pecho la Imagen de la Virgen nuestros invencibles mari¬ nos ostentaban su escapulario. En trincheras y para¬ petos se rezaba con fervor el rosario NO OLVIDEMOS AHORA! DEBEMOS ÀGRADECIM1ENTOA MARÍA No sólo los niños/ no sólo los ancianos y las madres. Todos, todosi Y en particular los hombres y las juventudes que representan la energía, la fuerza y el porvenir. Los que perdieron a España no amaban a María Santísima. Los que la han salvado se encomendaron a Ella DEMOSLE GRACIAS! AMEMOSLA! ¡ES NUESTRA PROTECTORA! ¡ES NUESTRA MADRE! La Catedral Sepulcro del Bto. Ramón Lull BELLEZAS DE MALLORCA La Lonja Castillo de Bellver Olivo milenario el presente verano la isla de Mallorca es Continuamente visitada por turistas de toda España y aún del extranjero, que no saben co¬ mo ponderar sus bailesas de naturaleza, de arte Y de lolklore. Al llegar a sus tierras enseñarán a los seres que más aman estas o parecidas ESTAMPAS Y dirán: «Esto es Mallorca». ióMMscMHiteMneaeúHStt El encantador niño Onofre Verdera, de Campos del Puerto. El simpático niño Juan Habrás Ferrer, de Inca. vu cuepta^ miftsí mes ú ccitce*c>co co^i€cceitcí.a ^AN Medarcjo era un buen monje que retirado del mundo vivía en soledad orando constantemente a Dios y alimentándose pobre¬ mente. Para su alimento, además de los dátiles y hierbas del campo, tenía una vaquita, que le daba alguna leche, a la cual acariciaba y trataba bien. Le había puesto un cencerro al cuello para saber dónde estaba. Y la vaquita, sonando ¡tolong!... jtolong!... ¡tolong!... se alejaba, pero jamás se perdía. Y un aldeano que se llamaba Roberto la vió, la codició y un día que San Medardo estaba distraído dando de comer a un cuervo que le visitaba diariamente, fuéy la desató y se la llevó. Mas el cencerro... jtolong!... jtolong!... ¡tolong!... sonaba... y y sonaba... y sonnba... y e! monje se daba cuenta de que su vaca se alejaba. Roberto cogió el cencerro y lo llenó de hierba para que no sonara. Pero el cencerro... jtoipng!... jtolong!... ¡tolong!... sonaba... y sonaba... y sonaba... y Medardo conocía que su vaquita se se alejaba, y miraba. Y .Roberto cogió el cencerro y para que no sonase lo metió en su cesto. Pero el cencerro... ¡tolong!... jtolon!... jtolong!... sona¬ ba... y sonaba... y sonaba... Y Medardo dándose cuenta de que su vaquita se alejaba, miraYbRaoybelartobucsocgaióba.el cencerro y sacándolo del cesto hizo un hoyo en la tierra y lo enterró en el hoyo. Pero el cencerro ente¬ rrado y todo... ¡tolong!... jtolon!... ¡tolong!... sonaba... y sonaba... y sonaba... jPobre Roberto! No sabía qué hacer. Lleno de terror desente¬ rró el cencerro, se lo colgó a la vaquita, cogió al animal, y se volvió compungido a San Medardo y le dijo:—Santo monje, aquí tenéis vuestra vaquita que yo criminal os he robado, y este mal¬ dito cencerro que ni con hierba, ni metido en el cesto, ni ente¬ rrado en el campo quiere dejar de sonar. ¡Roberto!, le dijo el monje, este ^encerró no es maldito; este cencerro es bendito; este cencerro es tu conciencia, que cuando cometas un miento, sin pecado sonará dejarte sosegar siempre con el sonido del remordi¬ hasta que deshagas el pecado. Açuér- date, oh amigo mío, y ni robes, ni cometas pecado ninguno; mas sí lo cometes, no dejes de confesarte en seguida, hasta que callo el cencerro de tu remordimiento. ¿Entiendes?... Y ¿entendéis vosotros, lectores?... Vuestra conciencia ¿os dice tolong... tolong... tolong? Fray Gerundio. NOTAS DE ARTE J^íntataá ma·i&L·à pc.ta Á/&tt@amética i·iKi·i·iiiii·ii·iii I iini^TtmTffwtiir!rriiriiiiwMiiMMmrwi'iniinr'‘^iTf»mmriiHiaBBaaBBiawH Con destino a la iglesia parroquial de San Fran¬ cisco de ¥/aco ■ Texas, yegeniada por religio¬ sos de nueslra Seráfica Provinaia de Mallorca Y expuestas temporalmenlé en el Salón - Mu¬ seo del convenio de San Francisco de Palma. AÜTO-CRÏTÏCA Confieso,de la igelnespiarimdeerSlaungaFr,raqnuceisecloendcearWgoacpoarsaobprinetcaorgtioódmaelatjndepcoocroa,cieósnpedceiall¬a mente al fijarme en las dimensiones del ábside. Una superficie de trece me¬ tros por diez, á base de composiciones originales con figuras de tamaño natural, tie¬ ne muchas dificultades, pero, entusiasta de los maestros del Renacimiento, y con el deseo de emularlos, si no en el mérito por lo menos en el atrevimiento de la empre¬ sa, pronto me decidí, procediendo al instante a su estudio con todo entusiasmo. Como dichas pinturas no podían hacerse en el propio sitio, sino por medio de telas para pegarlas en él, lo primero que tuve que resolver fué la cúpula esférica que forma Id parte superior dél ábside; su desarrollo y la formación de los corres¬ pondientes husos esféricos resolvieron la superficie acoplable. La forma y dimensiones del citado ábside mostraron la conveniencia de dividir su decoración en dos zonás separadas por fajas de enmarcamiento, dedicando la superior esférica a la glorificación de San Francisco, y la inferior a escenas misiona¬ les. En la primera el Santo recibe la inspiración de la Santísima Trinidad, elevándose sobre nubes sostenidas por ángeles, rodeándole en su parte inferior Santos y perso¬ najes de la Familia Seráfica, sin olvidar a nuestro Beato Ramón Lull. Los cuadros de Misiones forman tres escenas, siendo la primera la llegada de las misiones a Texas en 1690, dirigida por el P. Massanet y patrocinada por el capi¬ tán D. Alonso de León. El movimiento reina en el lugar: se montan las tiendas de campaña; se descargan las acémilas; una gran cruz se levanta en el sitio más ele¬ vado de la llanura, mientras llega el cacique indio con los suyos, en són de paz, y ofrecen la pobreza de sus frutos, haciendo el capitán la presentación. En el segundo cuadro se desarrolla una escena descrita por si P. Junípero Serra en una de sus cartas. Unos indios comanches se presentaron en la pequeña Misión de San Saba el día 16 de Marzo de 1758, en donde residían los PP. Giraldo, Santisteva y Molina, solicitando les hiciesen cristianos. Ai asegurarse de que éstos y los Misioneros se hallaban indefensos, arremetiendo contra el P. Perreros, le dieron un fusilazo y le cortaron la cabeza: después fueron al padre Santisteva, que hincado de rodillas rogaba con un Crucifijo en la mano, lo hirieron con lanzas y le cortaron la cabeza y después hirieron al P. Molina, que con algún seglar pudo escapar mila¬ grosamente de la muerte. En el tercer cuadro. Las Misiones están en su esplendor. Sobre la línea infinita de aquella inmensa llanura se levanta la espléndida Misión de San José, cuya igle¬ sia, hoy abandonada y en ruinas, sirvió de modelo a la de Waco a la que estas pinturas se destinan. Un misionero abrazado al Signo redentor predica la palabra de Dios, rodeado de indios, que simbólicamente aun no entraron en el recinto de la Misión. Tratándose de pinturas murales y por tanto para un sitio determinado y único, lo primero que naturalmente se tuvo en cuenta fué las condiciones en que han de verse y la unidad en cuanto a su entonación, ya que la armonía en el cónjunto de¬ be presidir. Tratándose de una iglesia, si bien de concepto constructivo americano. El Heraldo de Cristo »70 con estructura arquitectónica renacentista, se ha buscado tranquilo equilibrio en su composición, que en la bóveda pudo desarrollarse sin dificultades gracias al ritmo vertical de sus figuras, prestando el mayor interés en su despiezo para evitar posibles errores en su colocación. En las escenas misionales fué conveniente, en la central, procurar que lo más importante estuviera a los lados del cuadro, ya que el altar que se levanta en medio del ábside, le oculta en parte. La luz que irradia en la bóveda desde su centro en que figura el Espíritu Santo, proporciona motivos de rico claro obcuro y vigoroso relieve en las figuras, habien¬ do notas de exaltado colorido en el hábito cardenalicio de San Buenaventura, las vestiduras regias de Santa Isabel de Hungría y de la de Portugal, de San Luis de Francia y la capa de un Santo Papa. La iluminación de las escenas misionales se hizo procurando evitar grandes contrastes para que fueran perfectamente inteligi¬ bles para los menos iniciados en pintura, ya que estas pinturas, como las de toda obra religiosa, han de ser lo más claras posible con el fin de explicar fácilmente los asuntos. La instalación tal como ahora se ha hecho no puede dar idea exacta del con¬ junto. Sus dimensiones no permitieron colocar en la sala la cúpula sobre los cuadros como corresponde, sino una frente a los otros. En el desarrollo de la cúpula el es¬ trechamiento de los husos a medida que se elevan deja una porción de fondo que destruye su efecto. Por esto, junto a dichas telas, se ha expuesto su maqueta o boce¬ to para ayudar a la imaginación a formar idea del conjunto. Como su sitio definitivo carece de luz directa, también se tuvo en cuenta que su coloración obedeciera a la luz artificial qne ha de iluminarlas. Para la coloración y deiciile de las fajas decorativas que circundan los motivos se tuvo en cuenta que enmarcándolos no distrajeran, dándoles por tanto sobriedad. En su decoración los motivos ornamentales españoles se entrelazan con los indí¬ genas. Del resultado conseguido quedo satisfecho. Amigos competentes a quienes pedí opinión sincera me la dieron favorable. De todas maneras la empresa era difícil y las exigencias de mi conciencia artística severas. Como tuve que hacerlo por partes y por cálculo, pues no había local suficiente, cuando pude unirlos y aco¬ plar sus partes, al ver el conjunto respiré tranquilo y di gracias a Dios. Sin embargo el público que se digne visitarlas juzgará, si bien hasta que se co¬ loquen en su sitio definitivo no podrá verse su efecto verdadero. Pedro Barceló Director de la Escuela de Arfes y Oficios de Palma de Mallorca UNA COPITA D s— ANIS TUNEL ES UN SORBETE DE RICA MIEL ESTUDIOS JltL ^etc^túL 0tden 7tanciócana La Fraternidad de Penitencia, nombre inicial de !a T. Orden, inicióse con la mis¬ ma predicación pública de S. Francisco. Los Cronistas primitivos, entre los cuales Celano, S. Buenaventura y Espira-autoridades máximas—, observan que desde el retorno ds Roma con la eprobación de la Regla (1209) la agitación evangélica pro¬ vocada por sus palabras./ sus ejemplos se extendió por Umbría, como ondas de gran marejada, a personas de toda condición y sexo. Y a todas daba el Sdnto normas de vida; mostrábales el camino de salud, en cualquier situación en que viviesen. No exageran lo más mínimo los Acíus y las Florecillas cuando, antes de la celebérrima predicación a las aves, presentan a los moradores de Cannara, hombres y mujeres, dispuestos a movilizarsp y correr tras él, abandonando sus casas: «No os apuréis—díjoles el Seráfico—yd os diré lo que debéis hacer para salvar vuestras almas». Rasgo corriente de su apostolado fué verse circundado de clamores al través de los pueblos por donde pasaba. En trances parecidos al de Cannara debió hallarse más de una vez por la enorme impresión que sus palabras y gestas des¬ ploesrtcaobnatnribeuníalna conciencia de las multitudes. a esta evangélica agitación Y como el Padre, también los discípu¬ de los pueblos italianos. El Anonymus Pesusinus y los Tres tes prendidas en las Croemplpeatañserroesdatrdaansscfrribaenncisacavneaces:s los clamores de aquellas gen¬ «Tenemos mujeres, de quienes no podemos separarnos. Enseñadnos, pues, lo que hemos de hacer para marchar por el camino de la salud». «Y los hombres y las mujeres, por consejo de los frailes, empeñábanse en sus propias casas en una más estrecha vieja de penitencia.» El mismo movimiento de ascensión espiritual y de emulación claustral produ¬ cíase en todas las esferas sociales al considerar y contemplar el heroísmo y la otrevida abnegación de Sta. Clara y de sus santas compañeras. El tenor de vida que S. Francisco inculcaba a tales pretendientes moldeábase en el ideal cristiano, evangélico: despego de bienes y placeres terrenos, conducta honesta, sencillez de vestidos, frugalidad de manjares, amor a Cristo bendito, cari¬ dad y misericordia con los hermanos menesterosos, etc. Es decir, observancia inte¬ gral del Evangelio, indicada aún a los que viven en el mundo con obligaciones de familia, de negocios, de estado. Quizás la expresión más auténtica del pensamiento del Seráfico con relación a la fraternidad laica franciscana sea su EPISTOLA A TO¬ DOS LOS FIELES, especie de mensaje universal de vida esencialmente evangélica. Se ha dicho, creo que con verdad, «que después del coloquio de Jesús con la Sa¬ maritana en el brocal del pozo de Jacob, pocas veces ha sonado el mensaje evan¬ gélico con tan emocionante plenitud de sentido rélioso». Y esa gran corriente evangélica desatada por S. Francisco en toda Italia, prin¬ cipalmente en Umbría y Toscana, canaliza definitivamente por cauces orgánicos y jurídicos con la Regla de 1221, en cuya redacción cábele tanta parte al Cdrdenal Hugolino, luego Gregorio IX. Es Indiscutible que la Fraternidad Franciscana de Penitencia es uno de, los In^" trumentos más eficaces de religiosidad y de grandeza espiritual cristiana que ha conocido la Iglesia católica. Fué el núcleo religioso más potente de las organiza- Cl Heraldo de Crigio' a7S clones corporativas de la Edad Media, el antemural más firme contra la paganización de la vida en la Europa del Renacimiento, el gran difusor de la persona y del Evangelio de Cristo en el alma colectiva del pueblo cristiano con sus amores y culto ardiente a la humanidad del Señor, de su Pasión y Eucaristía, adoración a Dios en espíritu y en verdad y caridades con los prójimos. A través de los siglos, aunque con algunas modificaciones circunstanciales que no cambian su substancia, la regla primitiva informa la vida espiritual de la Frater¬ nidad. En el siglo pasado un Papa, formado en la espiritualidad franciscana, con su sabiduría y su autoridad apostólico, puso de manifiesto el valor social déla Tercera Orden Franciscana. Cuatro años después de su coronación, en ocasión del séptimo centenario del nacimiento de S. Francisco, en la famosa Encíclica «Auspi¬ cato concessum» en aue evoca a la par de su personal afecto al Patriarca, la per¬ fecta adaptabilidad ele la institucióh por él ideada a las necesidades de las moder¬ nas sociedades, diciendo: «Nadie dudará que las instituciones franciscanas reporta¬ rán grandes beneficios en nuestra edad». Al año siguiente (1883) el mismo Pontífice se decide en vista de los positivos resultados obtenidos, a reformar la Regla en lo accidental, para hacer más fácil su observancia y para remover los obstáculos que podrían oponerse a su mayor difusión, porpue el inmortal Papa cifraba grandes esperanzas en esta Institución, a! punto de manifestar: «Mi reforma es la de de la T. O. F.» Es necesario confesar, aunque con pena, que el apremiante llamado León Xlil, que con visión anticipada, veía perfectamente la urgencia de adelantarse y encauzar los movimientos sociales, no fué suficientemente oído y secundado, y la consecuencia fué que en pleno siglo XX no se han podido canalizar cristianamente * esas corrientes sociales y se ha perdido mucho tiempo en arbitrios secundarios. Ciertamente, un mundo a lo franciscano, formado por legiones de Terciarios en todos los órdenes sociales, sería un mundo rhás ordenado, menos egoísta, más evangélico, y por consiguiente más dichoso. El Santo Padre Pío X, en carta al General de Menores, de 25 de Abril de 1909, dice: «Os exhortamos con amor a que trabajéis por la mayor difusión de la T. Or¬ den». El gran Pontífice, como que había experimentado la influencia divina de esa institución, sabía perfectamente lo que poaría esperarse de la difusión del espíritu de S. Francisco en los individuos y en las colectividades. Más cerca de nosotros, en la Encíclica «Sacra Propediem» Benedicto XV, con¬ memorando el séptimo centenario de la T. Orden Franciscana, entre otras cosas, decía: «... No dudamos. Venerables Hermanos—y se dirigía a los Obispos de todo el mundo—que juntamente con los demás pastores de almas, desplegaréis grandes esfuerzos para nacer reflorecer las hermandades terciarias, donde existen y para crearlas donde sea posiblé, haciéndolas florecientes para la observancia de la Re¬ gla y por el número de sus miembros». Más cerca aún, en múltiples ocasiones, pero principalmente en la «Rite expia¬ tis», de 30 de Abril de 1926, Pío XI decía: «Los deseos que nuestros Predecesores León XIII y Benedicto XV manifestaron. Nosotros esperamos verlos cumplidos por vuestro celo pasloral—y habla otra vez a los Obispo—sabiendo que favoreceréis con todo vuestro poder a la T. O. F., enseñando a vuestros fieles en qué consiste y como se puede vivir en ella...» Los testimonios pontificios son, pues, concluyentes en afirmar la rigurosa ac¬ tualidad de la Tercera Orden en el mundo moderno. (Conduirà) BEMAAR. v· • iz tornea 7taneiáeana Catecismo de S. Fran- Día 29 de junio, cisco de Palma. Repar- festividad del lición de premios. apósfol S. Pedro, tuvo lugar en el salón-teatro de la Juventud Seráfica, de Palma, la repartición de premios a los niños que frecuentan el Catecismo de San Fran¬ cisco. Asistieron al acto el Director y cate¬ quistas del mismo, la mayoría de los niños inscritos y sus familiares. H-ubo premios para todos, desde el más lindo vestido has¬ ta el más vistoso juguete. ¡Gracias a Dios y a la liberalidad de sus bienhechores! Un parlamento del P. Director, algunas cancio¬ nes rítmicas, algún juguete escénico, origi¬ nal de una de las catequistas y muy apro¬ piado al acto y algunas poesías, dieron más realce al acto, de por si ya muy simpático, y que fueron coronados con vivos aplausos. Frecuentan dicho Catecismo unos 100 ni¬ ños y lo rigen los Padres Franciscanos de Palma con la benemérita ayuda de algunas señoritas catequistas y Religiosas Francis¬ canas. La Fiesta del Caiecis- T a.m b i én en mo en San Diego, de nuestras parro- Madrid. quias de S. Die¬ go y S. Francis¬ co, de Madrid, se celebraron sendas Fiestas del Catecismo. Hoy sólo reseñaremos la de San Diego por carecer de datos precisos de la de San Francisco. Tuvo lugar día 19 de julio y se solemnizó con Misa Mayor con adecuado sermón, por la mañana,- y velada literario-musioal} por la tarde. Dichos actos se celebraron, por concesión especial del Sr. Obispo de Ma¬ drid-Alcalá, en la nueva iglesia parroquial aun sin terminar, pues hubiera resultado del todo incapaz el templo provisional de la Parroquia. A todas las funciones concurrió extraor¬ dinaria concurrencia de feligreses, desco- liarido, como es natural, el elemento infan¬ til. Se repartieron más de 500 premios, al¬ gunos de calidad y de máxima utilidad en¬ tre aquellas gentes humildes. Los premios procedían, en su mayor parte, de la Parro¬ quia de las Angustias, de Madrid, de la cual la de San Diego es ahijada, por dispo¬ sición del Sr; Obispó. Otra noticia de S Die- Día 3 de julio, go: La Fiesta del Beato en la Parroquia Ramón Lull (Raimundo de San Diego del Lulio) Puente de Valle- cas de Madrid, se celebraron, por primera vez en la Villa de Madrid, cultos públicos en honor del gran polígrafo mallorquín Bto- Ramón Lull. La fiesta consistió en una solemne Misa cantada en la que ofició el Cura-Párroco, P. Francisco Fornés, T. O. R., pronunciando elocuente plática el Vicario-Cooperador de Ja misma P. Gabriel Tous, T. O. R., e interbreíando el Coro de la Parroquia la Misa /.e Pío X. Los actos fueron vistos con gran simpatía en las altas esferas oficiales intelectuales de Madri '., y los periódicos «Ya», «A B C» e «Inforiuaciones», de la Capital, tomaron no¬ ta de ellos. Nuestros religiosos que están al frente de la mencionada Parroquia se proponen ce¬ lebrar, todos los años, el 3 de julio, esta fiesta que bien se merece el Bieitaveníurado Maestro y Mártir de Jesucristo. Por si no lo supieren los lectores, cabe anotar que, aunque el culto público al Beato sea permitido solamente en la Dió¬ cesis de Mallorca, nuestra Orden puede dárselo en todas sus iglesias y oratorios públicos y semipúblicos de todo el orbe. Exposición de pinturas Día 17 de julio, murales iranciscanas en el Salón-Mu¬ de D. Pedro Bareeló seo d e nuestro convento de San Francisco de Palma, y con motivo de la visita del Rvdmo. P. Ministro General de la Orden, inauguróse la exposición de unas pinturas murales de grandes dimensiones, pintadas por nuestro amigo y eximio pintor D. Pedro Bareeló, con destino al ábside de nuestra iglesia de San Francisco de Waco- Texas, en los Estados Unidos. £1 lector ha¬ llará relación completa de estas pinturas en las «Notas de Arte» de este número. Asistieron al acto el Examo. y Rdmo. se¬ ñor Arzopispo-Obispo de Mallorca, el se¬ ñor Alcalde de la ciudad y otras distingui¬ das personas, entre las cuales figuraban muchos sacerdotes y religiosos. Todos ellos admiraron y elogiaron calurosamente la magna obra realizada por el Sr. Bareeló, a quien felicitaron por ella, lo mismo que a los PP. Franciscanos de la Seráfica Provin¬ cia de Mallorca, que habían hecho posible la realización. El nombre de Junípero La provincia de Serra. Santa Bárbiara de la Orden de Frailes Menores, acaba de comprar 25 acres de tierra cerca de la bahía Malibu, Estados Unidos para un Seminario mayor, que lle¬ vará el nombre de Junípero Serra. ¿Qué caòo ka.ca5 d& la Santa Miia? Érase una vez un devoto caballero à quien venía molestando desde hacia mucho tiempo la tQntación de ahorcarse. Su confesor le aconsejó oyese cada día la Santa Misa. ¡Cosa maravillosa! Desde que empezó a prac¬ ticar esta preciosa devoción la tentación no le mo¬ lestó más. Mas un día, al llegar a un pueblo para oír la Santa Misa, se enteró por un campesino, con gran tristeza de su alma, de que las misas habían terminado. Ai verle el campesino con tanto penar, le dice: —No se fatigue por esto, buen caballero, que de mil amores le cedo vo la que he oído si usted me cede la capa. -Convenido. Tome la capa. ♦ Concurso de 1942 ¡Discurre cabeza! 25. ¿En qué se parece un espejo al firmamento? 26. ¿Y el firmamento a los bosques de la India? 27. ¿Y la India al diablo? 28. Y el diablo a... Alcu¬ dia? Soluciones de Junio 19. Corazón divino Corazón sagrado etc.. Pasó una hora. El caballero que había llegado al pueblo para visitar al Santíaimo, veía horrorizado, al pasar, ahorcado de un árbol al hombre que le había cedido la misa, permitiéndolo así Dios para castigar el desprecio que había hecho el campesino del San¬ to Sacrificio. ♦ 20. No más peregrino llamando a mi puerta etc. etc. 21. ¿No lo entiendes? Números obtenidos ¡Niños! Oigamos bien y con frecuencia el Santo Cr. Dolç 3 Sacrificie de la Misa. J. Centella 3 Tarsicio. G. Ramis 3 Gr. Sabater 3 P. Arlanzón 2 ue muaten B. Cloquell 2 J. Flaquer 2 en el jSeñot. M. Gual 2 B. Galmés 2 P. González 2 Francisco 1 Selva.—Día 5 de diciembre de 1941 durmióse dul¬ % cemente en el Señor la Terciaria de N. P. S. Francis¬ Tonentiel 1 co D." Magdalena Rotger Calafat, confortada con Pedro Rigo 2 los auxilios de la Religión. Era la difunta piadosa y ejemplar madre de familia, de misa cotidiana y muy Del mes de Mayo solícifa del esplendor del culto parroquial. Nuestro pésame a su familia. -Día 17 de abril entregó su alma a Dios la señorita Francisca Fuster 3 Pedro Rigo 2 María del Carmen Llabrés y Sancho de la Jordana. Pertenecía a diferentes asociaciones religiosas. Ama¬ ble Y caritativa con todos, oía misa diariamente y favorecía con sus limosnas el culto sagrado. Nuestro ¿Saben ustedes noticias de Santiago y Capó? pésame a su familia. ¿Qué les habrá pasado? MUTUA BALEAR Seguros de: Incendios Accidentes Patronal Enfermedades Responsabilidad Civil VtA ROMA, 45 ïeiEFONO :2803 Tintoreria SOTO Calle Sta. Eulolio, 13 teñidos colores lavado a seco lutos Tiníorería lEconómica Colle Peletería, 29 teñidos colores lavado a seco lutos Fabricación de Metales Preciosos Cubiertos, Cuchillos, Bandejos y otros objetos de plots y oro Ferretería Hijo de J. 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