El Heraldo de Cristo 1942, n. 389
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EL HERALDO DE CRISTO

Año XXXV

Palma de Mallorca Marzo i942

PUNTOS DE HISTORIA FRANCISCANA-MALLORQUINA

£l l/enet&ú^le TV. ^unípeto

Núm. 389

Junípero Serra, ¿quién se acuerda hoy en España de Junípero Serra? Y sin embargo su obra, ahogada hoy en parte por la ola de materialismo que todo lo
invade, es más admirabley más gloriosa para la Religión y la Patria, que la obra misma de los Cortés, Pizarros, Almagros y Núñez de Balboa que nadie olvida. Desde San Francisco, en el Norte, hasta San Diego, en el Sur, el viajero que recorre la alta California en automóvil va encontrándose con las antiguas misio¬ nes, fundadas por Junípero Serra.
Algunas de ellas, como San Juan Caprisíano, en ruinas. Bellas, hermosísimas ruinas llenas de paz y de poesía. Otras, las más, perfectamente conservadas y abiertas al culto. Deliciosos oasis todas ellas, de espiritualidad y recogimiento. ¡Qué contraste el de estas humildes y gloriosas piedras y el de los soberbios,
atrafagados, ostentosos rascacielos de acero que sirven de refugio no ya a almas piadosas y sencillas, a corazones llenos de amor, a espíritus llenos de fe y se¬ dientos de ideal, sino a hombres de actividad febril, a hombres de empuje, a hombres de lucha, a hombres de cifras, a hombres de negocio!
Antaño las misiones se destacaban conspicuas y señeras, entre chozas, ran¬ chos y valles,- hogaño sus campanarios se hunden empequeñecidos entre una espesa selva de postes, troles, tinglados y chimeneas. Antaño la llamada a Misa y el toque de oración resonaba en los espacios; hogaño es el ruido de las boci¬
nas, el estruendo de los motores, la gritería de la urbe, lo que nos atruena los oídos. Ayer se asistía a la Misión; hoy se va al Banco. Ayer se llevaba el devo¬ cionario en el bolsillo,- hoy se lleva el libro de cheques. A esto le llamamos civi¬ lización Y con llamar a esto civilización vivimos tan contentos.
Todos, no. Hay quien no se da por satisfecho con una civilización sin mé¬ dula de virtudes cristianas y trata de consolarse de la inopia actual, soñando en el porvenir y recoriendo el pasado.
¡Qué glorioso éste para los españoles en todo lo que se refiere a la difusión de la fe cristiana en América! Recordemos a Serra y lamentemos que el país en donde él fundó tantas misiones impere hoy el protestantismo de un modo ver¬
daderamente desconsolador.
Nació Serra en Mallorca; en 1713. No fué, como Lulio, su ilustre compatriota, como San Agustín, y como tantos otros, un hombre de juventud disipada. No.
Junípero Serra no tuvo que llorar nunca un pasado de liviandades. Fué siempre
piadoso, Y desde niño formó el propósito de ser fraile, habiendo entrado en la
Orden franciscana a la edad de 17 años.
Desempeñó pronto una cátedra de Teología, y aun no tenía 20 años cuando ya gozaba fama de buen predicador. Con estos auspicios el porvenir se le pre¬ sentaba brillante sin necesidad de expatriarse,- pero hay almas inquietas que no han nacido para consumirse en la inacción y Serra era una de ellas. Serra nece¬ sitaba actuar y movido por la caridad e iluminado por la fe solicitó le dejaran marchar a Méjico.
Los indios necesitaban oirla palabra divina y Serra deseaba predicar el Evangelio a los salvajes. El estipendio que el Gobiernode entonces concedía a los misioneros no pasaba de 750 pesetas anuales. Era la miseria, era el hambre,
como cosa segura,- el martirio, como cosa probable. Sin embargo Serra se em¬ barcó para Méjico en compañía de otros frailes de la misma orden y muy ami¬
gos de él, Vergés, Crespí y Palou, al último de los cuales debemos su biografía. La travesía fué penosa; el viento amainó de tal modo que llegaron a estar
91 días en el mar. Por esta causa los víveres el escasearon y agua potable llegó a faltar casi par completo. Todos los pasajeros se quejaban,- únicamente Serra

171

£1 Heraldo de Cristo

permanecía callado, con semblante sereno, inalterable. Cuando le preguntaron
si a él la sed no le atormentaba respondió; «suprimo las quejas; esto supone un

gran ahorro de saliva y la sed se deja sentir menos.»

jAdmirable respuesía y notable ejemplo de mansa y suave resignación!

En Veracruz encontraron los frailes las cabalgaduras que las autoridades

les destinaban para su marcha a la capital; pero Serra persuadió a sus compañe¬

ros de que el mejor modo de prepararse para la vida durísima que habían de

llevar era comenzar por ir a pie desde el principio.

De su vida a la capital de Méjico no hay que decir más sino que fué ejem¬

plar. Allí, como en todas partes, fué Serra el hombre caritativo, dulce, que nun¬

ca murmuró de nadie, que nunca pensó en sí y siempre se acordó de los demás.

En 1767 con motivo de un triste suceso que da pena recordar, la expulsión

de los Jesuítas, Serra recibió el encargo de extender las misiones por la Alta

California.

Un hombre del siglo XX que no ha penetrado nunca en un pais salvaje no

puede figurarse fácilmente lo que significa tal encargo.

En Mallorca, y aun en Méjico, Serra podía predicar a gentes instruidas, ca¬

paces de comprenderle; podía hallar asistencia y amigos. En California le espe¬

raban los salvajes y las fieras. Nada de blandas plumas y de comidas bien ade¬

rezadas. Comería lo que pudiera: acaso yerbas, tal vez raíces, y dormiría sobre

la misma amorosa y dura tierra que podía servirle de sepultura, en el momento

menos pensado, si los indios le asesinaban. No más arrullo para conciliar el sue¬

ño que el aullido de los lobos coyotes que tanto abundaban y aun abundan en

California, el rugido de la pantera, el silbido y el cascabeleo de las serpientes.

No hay que creer que llegara Serra a la Alta California acompañado de

mucha gente y provisto de elementos de todas clases y en gran cantidad. Todo

lo contrario; le faltaron auxiliares y en el pais nada halló sino en el estado en

que se lo ofrecía la naturaleza. Ni bueyes, ni caballos. Ningún camino trazado.

Nada. Tenía que derribar los árboles a hachazos, aserrar los troncos, fabri¬

car los ladrillos, componérselo todo sin más ayuda que la que podían prestar

unos cuantos compañeros tan valerosos como él, pero en escaso número, y los

indios que él iba convirtiendo y a los cuales predicaba en su lengua pamié que

se esforzó en aprender como todos los demás frailes que le acompañaban, los

cuales, según cuenta el P. Palou, se reunían por las noches, después de sus duras

jornadas de trabajo para ayudarse unos a otros en el estudio de las lenguas ver¬

náculas, comunicándose cada cual las palabras que había podido aprender du¬

rante el día.

Los indios solían presentarse en actitud pacífica, gracias a la dulzura con

quefles trataban los frailes, especialmente Serra, que llegó a ser muy popular y

queridísimo; pero no siempre estaban del mismo humor y se daban casos en que

era preciso huir, o defenderse poniéndose a cubierto de sus piedras o de sus

flechas. En estos casos el Padre Serra no quería ni siquiera que se hiciera una

descarga de arcabucería al aire, porque decía que si los indios se asustaban no

acudirían a recibir el santo bautismo. Prefería meterse en algún refugio hasta

que los indios cambiaran de actitud, lo que siempre sucedía al cabo de algún

tiempo. Una noche, sin embargo, los compañeros de Serra fueron atacados, en

San Diego, con tanta ferocidad por los indios, que uno de los frailes, Fr. Luis

Jaime, apareció al día siguiente muerto en mitad de un arroyo. Su cuerpo esta¬

ba machacado por las piedras que habían caído sobre él.

Así fué entre tantos peligros, y sin elementos, como Serra y sus compañeros

construyeron estas misiones, que fueron en su día centros de civilización cristia¬

na y que hoy día aparecen como flores de bendición entre yerbajos que huelen

fuertemente a gasolina, cheques, cuentas corrientes, negocio, codicia, compe¬

tencia, egoísmo, lucha y desamor.

Junípero Serra murió de edad avanzada, y sus restos yacen en San Carlos del Carmelo, una de las misiones que fundó. Si los huesos, estando el alma en

la gloria, pudieran sufrir, ciertamente que los de Serra se estremecerían de dolor

cada vez que el eco de una palabra inglesa, o de un error luterano, llegara has¬

ta la tumba en donde reposan.

Adolfo JORDÁ

Profesor de la Universidad de California.

CARTELES APOLQGETICOMORALES DE "EL HERALDO DE CRISTO" POR P. PEDRO
J. CERDÁ,
T. O. R.
1

El Deber de oir misa

No se cumple; se deja la misa sin motivo
Muchísimos hombres no van a Misa.
Muchas mujeres no van a Misa.

Unos por indiferancia Unos por abandono
Unos por ignorancia Unos porque se levantan tarde

Otros por pereza manifiesta Oíros por mezquino interés Oíros por malicia Oíros porque madrugan y s®
van de excursión

Unos porque creen poco

Otros porque se desentienden
de lo que creen

No es por la ceguera de una pasión; no es por miseria o debi¬ lidad humana.

Es por la insensatez de no hacer caso de la orden del Señor; ni del precepto de la Iglesia. Dios ha dicho: Santificarás el día de fiestas.

La Iglesia ha dicho: Oirás Misa cumplida los domingos

Y fiestas de guardar. . El que no oye Misa, traspasa los dos preceptos

La santa isa as

[Dito ti

Dios quiso desde el principio de la humanidad q u e el
hombre le ofreciese sacrifi¬ cios.
Sacrificio es la ofrenda de una
cosa que se destruye o se consume en obsequio a Dios como Señor y Dueño de to¬
do.

Los ofrecieron Caín y Abel
Los ofreció Noó
Los ofreció Abraham
Los ofreció Jacob
Los mismos gentiles, extravia¬ dos, ofrecían sacrificios a
sus falsos dioses
Por orden expresa del Señor a Moisés, los israelitas ofre¬ cían por medio de sus sacer¬ dotes muchos y variados sa¬ crificios, cuyas circunstan¬ cias determinaba la ley.

[| latrlilLlo lie !i reüolün le Cristo es lo isa
Instituido por Jesucristo mismo; pues luego de haber con¬ vertido el pan en su cuerpo y el vino en su sangre, dijo a los Apostóles. Haced ESTO en memoria de mi.
Y ESTO, se hace con la Misa.
Muy superior a todos los antiguos sacrificios, p rque la
víctima es el mismo Jesucristo.
Víctima que se ofreció en la Cruz para salvar a los hombres. Víctima que se ofrece en la misa para seguir intercediendo por los hombres. Por esto dice San Leonardo: Si no fuera por la Misa a estas horas el mundo se habría hundido para siempre bajo el peso de sus crímenes.
ilEspañol de la Espada Inpeiialll llEatíIlco de la geaetaÉn tenovadotall
No dejes de ir a Misa, que lo quiere Dios.";: ? '1,.^ No dejes de ir a Misa, que lo ordena la Iglesia. No dejes de ir a Misa tú, ni tu esposa, ni tus hijos, ni las gentes puestas a tus órdenes, para merecer la bendición del Señor sobre vosotros y sobre vuestras
cosas.

ESTUDIOS
Jíaò JlaeeitïnQà ^ulian&ò en el 0on“
Siento de jSan 7tancióco de l^alma
«El Cenáculo del Beato Ramón Lull» por
el Rdo. P. Gabriel Seguí, MM. SS. CC. Doc¬ tor en Teología y en Historia Eclesiástica
Día 4 de febrero. Es la tercera lección y ésta a cargo del P. Gabriel Seguí, de la floreciente Congregación mallorquina de los MM. de los SS CC. que yatiene las alas más grandes que su nido, y es profundamente [devota del ¡'Beato. El P. Seguí está sólidamente preparado y desarrolla admirablemente su tema, un tema muy caro para él y los religiosos de su Congregación: El Monasterio de La Real en susmúltiples relaciones con el Beato. Toman asiento en la presidencia el Jefe Provincial del Mo¬ vimiento, Sr. D. Canuto Boioqui; el M. I. Sr. D. Andrés Caimari, Secretario-Canciller del Obispado, en representación del Prelado; el Rvdmo. P. Gaspar Munar, Superior General de los MM, de los SS. CC. y el M. Rdo. P. Rafael Ginard Amorós, Ministro
Provincial de los Franciscanos.
Empieza el orador ilustrando uno de los periodos más importantes de la vida del Beato Ramón Lull, y que contiene el germen de las múltiples actividades de sus 38 años de intensos trabajos apostólicos. Enumera los puntos de relieve de esta
fase de la existencia del Doctor Iluminado. Dicha fase se extiende desde el año 1263
a 1277, a saber; su conversión y penitencia, que le transformó en enamorado de
Cristo y de su Madre Stma.; e! triple propósito de escribir libros, fundar colegios y
verter la sangre por su Amado; su rormación intelectual en las lenguas árabe v lati¬ na y en las ciencias eclesiásticds; la composición de las mejores obras de su fecunda inteligencia, y la institución del Colegio de misioneros de Miramar, desde donde sa¬ lió, en vueio de águila, hacia la conquista del mundo.
Luego ”el P. Seguí demuestra que el Monasterio de La Rea! de Mallorca
fué el teatro donde desarrolláronse estos acontecimientos trascendentales de la vida del Beato Ramón Lull.
Describe primeramente su abadía a base de los documentos del archivo dis¬ perso del monasterio, y sobre todo, del «Libro de Blanquerna», utilizando unos 245 testimonios del mencionado libro, que, a juicio del P. Seguí, se refieren a la Real.
Después, con testimonios fidedignos sacados de las Obras de! Beato, de la Vida Coetánea, y de la tradición, demuestra que la soledad de La Rea! fué testigo de la transformación espiritual del antiguo «Senescal» de Jaime II, y de la aprobación di¬ vina de sus planes apostólicos; su escuela monacal procuróle al Beato dirección científica en sus estudios y dirección espiritual en sus ansiedades sobre su maestro
de árabe.
Recuerda además, la gloria del «Scriptorim» regálense, de haber sido monjes los amanuenses de las producciones fundamentales del sistema filosófico luliano. Prueba Qsimismo que los monjes del Monasterio de La Real fueron uno de los auxiliares más eficaces en la fundación del Colegio de misiones de Miramar.
El orador establece relaciones de procedencia de la devoción intensa de Ra¬ món Lull a María Santísima y el orden del Cister, a la que pertenecía La Real, y termina su inteligente disertación recordando la gratitud del Doctor Iluminado para con la hospitalaria Abadía de La Real, legando a la misma, en su testamento, un cofre de libros lulianos, cuya doctrina defendió uno de sus más acérrimos defenso¬ res, el Maestro Pascual, Abad de Le Real; augurando al vetusto Monasterio un glorioso futuro dentro de sus tradiciones lulianas.
Al terminar el P. Seguí, resuena en el aula una grande ovación, por cierto muX
merecida.

174

£1 Heraldo de Cristo

«Formación literaria de Ramón Lull», por el Rdo. Sr. D. Sebastián Gaya, Profesor del
Seminario 'Conciliar de Mallorca y ex-
Rector del Colegio de la Sapiencia

El venerable Colegio de la Sapiencia—uno de los pocos de la Edad Media que

perduran en Europa—de tan rancia y deliciosa tradición luliana, no podía menos

de ser representado en este Ciclo de Lecciones Lulianas y, precisamente, en uno de

sus Rectores más solícitos d e I sagrado esplendor juliano déla Casa, el

Rdo. Sr. D. Sebastián Gayó, y en uno de sus más esclarecidos alumnos el

Rdo. Sr. D. Sebastián Garcías, Cura-Ecónomo de Campos. Hoy, vamos a hablar so¬

lamente del Rdo. Sr. Gayá. Aunque sin pretender quitar nada como es natural, a los

que le precedieron antes en el usode la palabra, hay que confesar, en honor a la

verdad, que el Sr. Gayá es el que, hasta ahora, ha arrastrado un público más nume¬

roso a su Lección. ¿Será por sus admirables dotes oratorias? ¿Será por la seriedad

científica con sas a la vez.

PqrueesidseanbeelreJsepfeonPderor,visniceimalprdee, la

su cometido? Quizás por las dos co¬
Movimiento, Sr. D. Canuto Boloqui; el

Coronel de Infantería, Sr. D. Rafael de Lacy; el Teniente Coronel de la misma Arma, Sr. D. Pedro Muntaner, Conde de Peralada; el M. I. Sr. D. Andrés Caimari, Canciller-

Secretario del Obispado, en representación de S. E. I., y el M. Rdo. P. Pedro J. Cer-
dá. Custodio Provincial.

Empieza diciendo el Rdo. Sr. Gayá que Lull, tiene tres períodos: el uno de niño,
paje y caballero; el otro tras sus romería, del 1262 a 1275, de formación; e| tercero, de dinamismo y apostolado, pasando intencionadamente por París, Períodos que estudia el Sr. Gayá en relación a su tema.
La formación literaria de Lull, como hijo de caballero noble, sería la propia de mancebos de su condición y linaje, no excesivamente dilatada ni profunda, pues, con breves pinceladas, el P. Pascual nos dice que «licet in clautris florerent litterae,
in populis solum resonabant arma». Las letras tenían su refugio en los cenobios. Los pueblos eran un hervir de armas. ¿Qué estudiaría el hijo del caballero catalán. Lull? El libro «Doctrina Pueril» que es como una enciclopedia escolar, primer catecismo,

probablemente en romance, que Ramón Lull dedicó a su hijo, dice así: «Dios quiere
que cuidemos y nos afanemos en servirle; pues la vida es breve, y la muerte avanza
cada día, hacia nosotros; de ahí cjue la pérdida del tiempo se clebe aborrecer. Por eso el hombre debe enseñar a su hijo los principios generales». ¿Cuáles serán? Los

rudimentos de Doctrina Cristiana y las de las siete Artes: Gramática, Lógica y Retó¬ rica; Geometría, Aritmética, Música y Astronomía; Teología, Derecho, Ciencias na¬

turales, Medicina y Artes Mecánicas. ¿Ramón Lull estudió lo que él quería que estu¬
diara su hijo? En el «Libro de Blanquerna» cuenta: «Cuando Blanquerna tuvo ocho años, su padre Evasto le puso a estudiar e hízole enseñar, según se dice, en el libro
de «Doctrina Pueril».

Una vez que el senescal disoluto se ha rendido a la Gracia, y con la Gracia se ha armado Caballero de Cristo, quiere defenderlo y predicarlo por caminos de
ciencia, escribiendo libros unos buenos y otros mejores. Mas no se detendrá, como
tampoco aquel otro Apóstol de la segunda edad, Pablo, en las persuadibles pala¬ bras de la sabiduría humana; no profesa, menos y mucho menos que Dante,—-el

genio del otro lado del mar nuestro—el arte por el arte, ni la ciencia por la c.encia;
sino la ciencia y el arte por Dios. Prescindir ae ello es ahumar la figura del que así y sólo así, por eso, y casi por eso, es figura de coloso. Si fué algo más que apóstol —fué más, mucho más—lo fué para ser más y mejor apóstol. Para ser apóstol en¬

jaula la Lógica y la Ascética entre barrotes de versos; para apóstol se sienta—como
más tarde aquel otro guerrero vencido de Dios, Ignacio de Loyola—en los bancos de la Sorbona; para ser apóstol proyecta caminos de cruzada, y descubre en su mente el enigma de otra tierra cjue sirva de parapeto a las aguas cíe nuestro Océa¬ no; por apóstol es hombre de ciencia y de acción; filósofo y místico, literato y már¬
tir, que, si no fué mártir, bien lo quiso y lo mereció ser. Pasando al interesante punto de si fué la ilustración divina que covirtió a Lull
de literato .en sabio, dice el orador, que cree que no, recordando que el insigne P. Pascual—gloria de Mallorca, del Cister y de la Sapiencia—distingue entre el Arte

175

Ei Heraldo de Òrísto

© Ciencia general—que contiene los principios generales, las verdades supremas co¬ munes a todas las ciencias, dispuestas con un cierto método—y la Doctrina que con¬ siste en conclusiones o afirmaciones particulares, deducidas implícita o explíciitameníe de los principios generales, deducción que puede ser exacta o inexacta según sea legítimo o ilegítimo el proceso lógico seguido. Lull nunca atribuye a Dios esta Doctrina, sino aquella Arte. «No negamos—dice el Sr. Gayó-una cierta ilus¬ tración divina, no extraña en un contemplador del temple de Lull; pero creemos que más consistió en un influjo de Dios sobre la voluntad del Beato, mostrándole su complacencia en que escribiera libros, y libros precisamente fundados sobre anchos cimientos racionales y concretamente redactados con fines ascéticos y apologéticos, más bien que en una verdadera revelación de principios o doctrinas antes desco¬
nocidos».
Finalmente el Sr. Gayó, después de haber descrito ampliamente la Universidad de París, dice que Ramón Lull pudo oir en sus discípulos a Alejandro de Halés, a Pedro Hispano, Enrique de Gante, Guillermo de París, Duns Scoto, Alberto Magno, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino. ¿Qué influencias recibió Lull en París, donde estuvo cinco veces, en una de las cuales trató quizás personalmente con
Duns Scoto? Carreras ha escrito: Situado fundamentalmente dentro de la corriente
agustiniana, y existiendo influencias de San Anselmo y los Victorinos, hay en él rasgos de familia con los filósofos franciscanos. No obstante, ha dicho \\Mulf, ni Duns Scoto influye en él. Tiene vida, órbita y sistema propios. Escuchará la doctrina de los filósofos; aprenderá su léxico; secundará su orientación; pero no olvida hasta morir que su Arte es divina. Lull recogió muy poco en el granero de París.
Finalmente dice el Sr. Gayó; «No nos queda sino concluir¡ que'Ramón*Lull tuvo formación literaria; pero la influencia que sobre él se ejerció fué muy menguada:
es un autodidáctico.»
Esta es, en síntesis, la Lección del Rdo. Sr. Gayó, hecha día 11 de febrero, fiesta de Ntra. Señora de Lourdes, y por la que fué muy felicitado.
EXPECTATOR.
Palma, 15 febrero, 1942.

40-

de L&i SácueLaó

Tiempo hubo cuando-íu laboriosa vida creyera-pesada prosa,
sin. poesía; Y su elocueníe-lenguage mudo del duro pecho-quiíar no pudo
triste apatía.
Mas hoy, ¡cuál siento-vivo interés! Sartal de perlas-tu vida es.
Para mi oido
es tu silencio-grato concierto, lo que antes fuera-triste desierto,
jardín florido.
Huerto do el Agnus-Dei se pasea,
lirios de nieve-do se recrea: ¡tu vida eso es!
Gotas de sangre,-purpúreas flores, fragantes pomos,-ricos olores,
dulce embeleso.

¿No es la Belleza-fulgor ameno
del Bien? Gustoso-brillo sereno de la Verdad?
¿Y a quién mirada-más limpia cupo? Cual lince, cual águila-mirarla supo.
sin pestañear.

Y cada frase-, tu frase escueta,

es una estrofa.-|Tú eres poeta,

oh Sol, de Aquino!

Magna epopeya,-poema gigante

tu "Summa” es, donde — se inspiró el

Vate divino.

(Dante

Por eso el alma-siempre sedienta de puras aguas, - experimenta
tu simpatía. Luego... tu vida que humilde crece, cual violeta,—no, no carece
de poesía
Fr. Mateo Ramis, T. O. R.

n
«Bienaventurados son, Señor, aquellos que en este mundo vístense de rojo color y de vestiduras bermejas, semejantes de aquellas que vestísteis. Vos, el día de vuestra muerte. Esta bienaventu¬ ranza Y esta gracia espera vuestro siervo, todos los días, de Vos: que sus vestidos sean tintos en sangre, y mojados de lágrimas, el día de su muerte, si es que a vos os pluguiere que él muera por amor vuestro y por amor de aquellos que os aman».
• «¡Ah, Señor dulce y piadoso! ¡Y cuando será aquel día en que vuestro siervo se sentirá atar de manos, y sentirá atormentar su¡cuerpo, y morir por amor de su Señor y de su Salvador!»
(L. de Contemplación)
Bella pintura del Beato, existente en la Iglesia Pa¬ rroquial de San Nicolás,
de Palma de Mallorca.
Un Enamorado del Divino
Crucificado:
el Beato Ramón Lull

NOTA GRAFICA DE PORRERAS

Bello grupo de párvulos de las Escuelas de las Hermanas Fran¬

ciscanas, que, vestidos típicamente, y cantando villancicos

al son de tambores, panderos y castañuelas, en las pa¬ sadas Pascuas de Navidad, visitaron los pesebres

de la villa, felicitando las fiestas de Navidad

y Año Nuevo a los buenos artífices del

-

Misterio de Belén. ¡Nuestro parabién

a los pequeños pastorcillos de Po¬

rreras, y a sus Hermanas

Franciscanas!

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I II -

—— ■

NECROLÓGICAS

D. Antonio Frontera
Genovarí de Ariany.

D. Bruno Calafat Ca¬
nals, de Valldemosa.

D. Damián Ferretjans Seryera, de Lluchmayor.

úuesfionano t{eligioso

Pregunta 116: Rdo. P. Delgado: Por
favor me conlesíe a esa pregunta en su
cuestionario: Si estando oyendo Misa, Y durante ella sale el sacerdote a admi¬
nistrar la Sagrada Comunión, Y\_en el
tiempo que la da se empieza el Evan¬ gelio, ¿tienen los fieles que seguir arro¬
dillados o deben levantarse?. - Juan
Lladó. Palma.
Respuesta: Hay que levantarse y estar de pié cuando se lee el Santo Evangelio, pues el ritual de los fieles para oir la Misa así lo prescribe,- y no hay para que deba ser tomado como
irreverente ante el Santísimo un acto
prescrito por la liturgia. Aquel que hu¬ biere comulgado, atiéndase a la misma regla.
Pregunta 117: Mi Reverendo Pa¬ dre: Oí predicar que la devoción de
los Trece Martes de S. Antonio de Pa¬
dua, por concesión de la Santa Sede, puede cambiarse por trece domingos,Y quisiera preguntarle si la devoción de los Nueve Primeros Viernes de més,
consagrados al Corazón de Jesús puede trasladarse también a nueve primeros domingos.-Una Antoniana. Palma.
Respuesta No puede cambiarse. El Sagrado Corazón de Jesús no hizo la promesa de dar las mismas gracias a los que comulgan nueve domingos que nueve primeros viernes. Pero es de crer que, aunque no haya hecho las mismas promesas, atenderá sobre todo a la bue¬ na intención de quién hiciere tal cam¬
bio.
Pregunta 118: Estoy practicando los Trece Domingos en honor de San An¬ tonio de Padua, Y comulgo cada domin¬ go para ganar las indulgencias conce¬ didas. Mas, como que empiezan ahora los Siete Domingos de S. José, quisiera
saber si una misma comunión basta pa¬
ra ganar lambién las indulgencias de este segundo ejercicio. - Una Anto¬
niana. Palma.
Respuesta: Basta. Si, señora. Una
misma comunión sirve para ganar mu¬
chas indulgencias y para cumplir varias obligaciones.

Pregunta 119: Reverendo Padre* Sólo una pregunta, y breve. Dios creó
el mundo. Esto supuesto, ¿pudó haber¬
lo creado desde toda la eternidad?. -
Respuesta: Cuidado y no entremos
en difíciles cuestiones filosóficas. Dios
puede todo aquello que no envuelve
en sí contradicción de términos. Siendo
imposible dos cosas eternas, un Dios eteno y unmundo eterno es cosa inconcebible.Lo que bien puede armonizarse es Dios eterno, y desde toda la eterni¬ dad haber dispuesto que el mundo exis¬ tiera en tal tiempo. Santo Tomás ofrece un simil: Supongamos, dice, que un es¬ cultor pudiera con sólo el imperio de
su voluntad labrar una estatua, ¿no po¬
dría querer hoy que la estatua se hicie¬
ra mañana?
Pregunta 120: ¿Podría decirnos Vd. Reverendo Padre, si pierden las indul¬ gencias dos rosarios que cambiemos para mútuo recuerdo?.-M. V. Inca.
Respuesta: Sí, las pierden,- pero
pueden después obtenerlas reciísiendo
nueva bendición.
Pregunta 121: Rdo. Padre: ¿Me ha¬ rá el favor de explicarme el origen de la palabra "Don" que se pone ordina¬
riamente en las direcciones de las car¬
tas Y otros escritos? Se lo agradeceré en
el alma.-Chiribiribí. Palma.
Respuesta: Hijo mío,- acerca de esto hay varias opiniones. Hay quien dice que antiguamente para demostrar la
nobleza de una persona hacíase prece¬ der el nombre de ésta con la frase: "De origen noble". Con el andar del tiempo se hizo la abreviación: "D.O.N." sólo con las iniciales mayúsculas,- más tarde se puso "Don", y finalmente se llegó a una "D." Y hete ahí a todo el mundo "de origen noble". Otros, en cambio, dicen que "Don" es abreviación de la
palabra latina "Dominus", que quiere decir "Señor",-y así tenemos que todo el mundo es señor, y alguno lo es dos ve¬
ces, como cuando se le escribe "Señor
Don Fulano de Tal"...
P. Delgado

ÜN CUENTO MORAL PARA CADA MES
¡inundo vdiá. tLuÍQtan!
I
ENGQ ei gusto de presentarles a ustedes al tío Tanasio Viruta, corto de ta¬ lla, ancho de espalda, zambo de piernas, de pelo crespo, voz de cañón, alegre como unas castañuelas y trajinante carretero. Con decir que es trajinante carretero, casi queda dicho ya que el fio Viruta no axiste,- por que ese tipo, y el carro que iba siempre con él, como la soga tras el caldero, han desaparecido ya del mundo civilizado, barrido por el camión.Ya
no se ven carreteros en las carreteras.
Pero ¿qué sería de los fabricantes de cuentos, si no tuviésemos el privilegio descomunal de resucitar cuando nos diera la gana, a nuestros personajes ya fa¬ llecidos, y exhibirlos ante el lector con /os mismos cuerpos y almas que tuvieron?
]S[o existe hoy el tio Viruta, pero existía y bullía allá por el segundo tercio del siglo diez y nueve, en los tiempos de la hila y el candil, y se dedicaba a comprar vino en la ribera de Navarra, y venderlo en la montaña, llevándolo envasado en pipas y sobre un carro tirado por cinco mulas. Pero qué carro y qué mulas qué v/níco! El carro era flamante, de cuatro ruedas que se llamaban (y creo que todavía se llaman) galeras, las mulas, de poca alzada y negras de co¬ lor (¡perdón, señores físicos!) y finas como un coral; y ei vino, que lo cargaba, siempre entre Oliíe y Caparroso, tan negro como las muías, y de esos que hacen hablar el vasco a los castellanos, y el griego a los vascos, aunque no hayan leído a Demóstenes ni a Campión.
Oscilaba entre los quince y los diez y siete grados,- y cada taberna donde se vendía, y cada montañés que lo cataba era un surtidor de jolgorio, cantares y alegría.
l·iabía, sin embargo, montañés, qne, después de beberlo, no lo encontraba muy allá, y decía, mientras se tambeleaba, marchando trabajosamente de la ta¬ berna a su casa: «¡Yo no sé por qué, demonios, le llaman fuerte al vino del tío Viruta, cuando no puede sostenerlo a un hombre!»
Volviendo, pues, al héroe de mi cuento, digo que era un hombre honrado a carta cabal, de mediano ingenio y fidelísimo en sus tratos y contratos; y en cuanto a su carácter, advierto que le llamaban Viruta el cantador, por lo mucho que cantaba por los caminos, con eso está dicho todo.
Pero tenía un vicio enorme que afeaba todas esas bellezas, y era que al hos¬ tigar a sus mulas en los pasos difíciles, tomaba en su boca el Santo nombre de Dios, y no para bendecirlo.
Su Párroco,Dn. Martín, que lo había bautizado, no le dejaba sosegar en cuanto topaba con él o se le ponía a tiro. «¡Pero hombre^Atanasio, por Dios! ¡Esa lengua! ¡Esa maldita lengua! ¡No tienes otro defecto que ese, pero ese es garrafal!»
-¿Y qué le vamos a hacer'Dn. Martin? contestaba el, sonriente. ¡Bastante lo siento yo; pero las cosas vienen asi!
¿Con que las cosas, es decir, los pecados vienen así? ¡Los pecados no vienen, sino que los traemos nosotros, Atanasio!
-Mire usté, Dn. Martín ¿quiere usté que le diga toa la verdad?
-Dila.
-Pues si yo ¡uro, es porque no puedo menos.

Í8É

Él Heraldo de É!ristó

-Hombre, explícame eso. -Si señor; porqne en los casos de apuro, cuando hay que apretar ¿sabe usté? si no juro, las mulas no tiran, como deben.
-¿Con que no tiran? Y ¿porqué te parece a ti que no tiran?
-Pues por que no.
-Tú eres un majadero, un animal que debías estar atado al pesebre con ellas. -¿Atado al pesebre yo? ¿Por que? -Pues porque sí. -Esa no es razón, Dn. Martín.
-Como la tuya. ¿Crees tú que esos animalitos de Dios necesitan oir blasfemar de su santísimo nombre, si han de cumplir su destino, tirando del carro?
-Pues mire usté Dn. Martín, mañana o pasao, voy a salir de casa, con la ga¬ lera cargada hasta el toldo ¿a qne no les hace usté subir a las mulas la^cuesfa de la Posada, sin jurar?
-¡Y no subirán! Y ¡claro que no subirán!, replicó el Sr. Párroco, empezando a sulfurarse. Y quien tiene la culpa de eso, si no tú?
¿Yo? ¡Otra que rediez! Y ¿porqué? -Si cuando les pegas blasfemas, y cuando blasfemas les pegas ¿qué han de hacer los animales sino apretar el paso, cuando te oyen blasfemar? ' -No entiendo ese íinglao.
-Porque eres tonto. Si al decirte yo cierta palabra, te diera siempre un bo¬ fetón ¿qué harías tú, al oírmela?
-Pues es claro, escurrir el bulto.
-Pues eso es lo que hacen tus mulas,- apartarse de ti cuando te oyen insultar a Dios; y como están enganchadas a un carro, al escapar de ti, se llevan el carro consigo. Esa es toda la filosofía del caso, y no hay otra.
-De manera que usté cree...
-¿Qué voy a creer yo, hombre? Yo no creo, sino que veo. Y lo que veo es que si tú, para hacer tirar a tus mulas, eligieras, en vez de una blasfemia, una palabra inoceníe, y le pusieras su correspondiente acompañamiento de garro¬ tazos, las mulas, al oirla, arrastrarían la galera con tanto coraje como cuando te oyen decir esas barbaridades.
-¡Toma! Y puá que tenga usté razón! exclamó el bolonio, como si la obser¬ vación del Sr. Cura fuera de lo más nuevo e ingenioso.
—¡Nada! pruébalo y lo verás! -¡Pues lo hi de probar!
(Concluirá)
PEPITO REYES

CRONICA FRANCISCANA

Piredicándo la Cua- Esie año predica, los
resma en Mallorca, sermones de la Sania
Cuaresma, en nuestra Iglesia Catedral Basí¬ lica, con gran fruto y agrado de los fieles, el ilustre religioso capuchino Rdmo. P. Mel¬ chor de Benisa que, además de elevados cargos desempeñados en Roma, cerca de la Santa Sede, ha sido Rector del Colegio In¬ ternacional de San Lorenzo de Brindis, en la Ciudad eterna. Procurador General, y últi¬
mamente Ministro General de su Orden. Los
sermones se ven muy concurridos.
Predicando la Cua- Por deseo del
resma en Menorca. Excmo. y Rdmo. Sr. Obispo de Menorca, Ldo. Sr. Pascual, pre¬ dica diversas tandas de Conferencias Cua¬
resmales en la Santa Iglesia Catedral de Cin¬ dadela, y en Mahón, Alayor y Mercadal, respectivamente, nuestro benemérito reli-
ioso M. Rdo. P. Pedro J. Cerdá, Custodio rovincial y ex - Ministro Provincial de nuestra Seráfica Provincial Española. Su persona ha sido recibida con los mayores auspicios en la isla vecina, y su palabra es escuchada por muchísimos fieles, cosa que
no es de extrañar si se tienen en cuenta las
relevantes cualidades de orador sagrado, unidas a un gran prestigio personal, que
adornan al M. Rdo. P. Cerdá.

Otros Cuaresmeros Si bien nuestra Será-

de nuestra Seráfica fica Provincia está

Provincia

en gran parte dedi¬

cada a la enseñanza, no descuida, empero,

la predicación de la palabra de Dios, como

puede verse por la siguiente lista, no por

cierto menguada, de Cuaresmeros en Ma¬

llorca y en Madrid. En Petra: PP. Miguel

Salóm y Antonio Pericés; en Bañalbufar=

P. Rafael Ginard Bauzá; en Alaró: P. Franc.°

Company; en Felanitx*. P. Miguel Tous Coll,*

en Alcudia: P. Miguel Tous Gayá; en San¬

tanyí: P. Mateo RamiS; én Son Servera: P.

Rafael Nadal; en Capdepera: P. Jorge Coll;

en la Parroquia de San Diego en Madrid: PP. Francisco Fornés y Gabriel Tous; en la

Parroquia de San Francisco, de la misma

ciudad: P. Cristóbal Esteva

Ejercicios espirítua- Organizados por la

les para Terciarios V. Hermandad de

y Seráficos en Pal- Terciarios y Juven-

ma.

tud Seráfica, de Pal¬

ma, respectivamente, se han predicado si¬

multáneamente dos tandas d e Ejercicios Espirituales, en nuestro covento d e San Francisco de Palma. Los sermones para los Terciarios se dieron en la iglesia de San Francisco, y fueron predicados por el M. Rdo. P. Rafael Ginard Amorós, Provincial, y el Rdo. Sr. D. Valentín Herrero, Pbro., Discreto-Propagandista de la V. Hermandad de
Palma. Los sermones especiales para los jó¬
venes de la Juventud Seráfica tuvieron lu¬
gar en la Sala de Actos de la Hermandad, y corrieron a cargo del Rdo. Sr. D. Francisco
Sitjar 'Pbro. Día 1 de marzo hubo conclusión solemne de ambos ejercicios, con Misa de Comunión y plática por el M. Rdo. Sr. Dr. D. Andrés Caimari, Canciller-Secretario del Obispado, y Ministro de la Hermandad de Terciarios, Bendición Papal y solemne profesión de los Terciarios que habían cum¬ plido ya el año de noviciado.
Ambas tandas fueron muy concurri¬ das.

Nueva Prefectura La Santa Sede ha con-

conliada a los fiado últimamente a

Franciscanos

los Menores de la Se¬

ráfica Provincia de Portugal el régimen y sostén de la Prefectura Apostólica de la Guinea Portuguesa, o, lo que es igual, les ha confiado la evangelización y conversión da unos 4.000.000 de habitantes, esparcidos por un territorio de 40.000 kilómetros cuadra¬

dos. {Cuantas almas confiadas a sus desve¬

los que viene aumentar el número de las

copiosísimas, cuya evangelización

sostienen ya, en otras colonias, de Portu -

gal.

Enseñando en Semi- Varios son los Se¬
narios Eclesiásticos, minarlos Eclesiásti¬
cos, como los de Orense y Valencia, que cuentan en su profesorado, a varios religio¬
sos de la Orden de Menores. Ahora toca a
su vez al Seminario de Sevilla, en donde se
ha confiado la Cátedra de Historia Eclesiás¬
ticas al Rdo. P. Carlos G. Villacampa, miem. bro de varias sociedades científicas, tan co¬ nocido ya por sus obras históricas. Al P. Carlos se le ha señalado, como Profesor au¬ xiliar, el Rdo. P. José Torrejón, de la misma Orden, ex-Catedrático del Colegio de San Antonio, de Cáceres, elegido recientemente Director de nuestro amado colega "La Voz de San Antonio'^, de Sevilla.

NOTA DE LA ADMINISTRACION
Rogamos a nuestros corresponsales que aún no las hubieren mandado, que en¬ víen, cuanto antes, las listas de los suscriptores de su respectiva demarcación, según los modelos que oportunamente les mandamos; pues todo ello interesa para el mejor funcionamiento de nuestra Administración y servicio de nuestros corresponsales y lectoras. ¡Mil gracias!

Àiiúcélénea T^tancbcana

I

muetan

Procesos
Se siguen, en la actualidad, 60 proce¬ sos de canonización y 500 de beatifica¬ ción. Entre éstos los correspondientes a los Papas Benedicto XIII, Pío IX, Pío X; 4 Cardenales, 2 Patriarcas, 42 Obispos y
258 sacerdotes.
25 procesos corresponden a seglares y 3 de ellos se siguen a la reina Cónegunda de Polonia,- María Clotilde, hermana de Luis VI de Francia, reina de Cerdeña, y María Cristina de Saboya, reina de las dos Sicilias.
Entre los candidatos a los altares hay 51 franciscanos, 36 jesuítas, 22 dominicos 13 redentoristas y 2 paules.
Y estos eran los que no querían so¬
bresalir en la tierra.
|Los humildes!
Acción Católica junto a la
tumba do San Francisco
Los conciliarios diocesanos de Acción
Católica italiana, en número de 300, han celebrado una asamblea en Asís, junto a la tumba del proclamado Patrón de la misma, San Francisco de Asís. En la crip¬
ta donde descansa el venerado cuerpo,
Mons. Colli dirigió la palabra a los con¬ gregados.
Franciscano premiado por el Gobierno del Japón
Ahora en que el Imperio del Japón es¬ tá en boca de todos, con motivo de la presente guerra mundial, no queremos callar que en un Certamen organizado por la sección cultural del Gobierno Ja¬ ponés, ha obtenido un tercer premio el P. Doroteo Schilling, franciscano de la Provincia de Turingia, especializado en asuntos de Extremo Oriente, por un am¬
plio estudio sobre las
relaciones culturales
entre el Japón e Italia. El P. Schilling de la Orden de Menores, es actualmente profe¬ sor en el Ateneo Pon¬
tificio internacional de San Antonio, de Roma.
COLLECTOR

I en el ^eñot.
Aríany. - Dia 28 del pasado Diciembre falleció cristianamente nuestro buen amigo y ferviente Terciario de N. P. S. Francisco D. Antonio Frontera Genovard, piadoso, ca¬ ritativo y amigo de Dios y de los hombres.
Nuestro pésame a sus hijos, en especial al Rdo. P. Antonio Frontera, T. O. R., Coadjutor de la Parroquia hispano-lusitana de S. José de Newarch (Estados Unidos de América)
LIuchmayor.-El 3 del pasado enero, dur¬ mióse en la paz del Señor, después de larga enfermedad sufrida con santa resignación y confortado con los auxilios de la Religión, D. Damián Ferretjans Servera, de 89 años de edad. Terciario de N. P. San Francisco. No
podemos dar elogio mayor de este hombre que decir que era cristiano y católico a carta cabal, amigo de los pobres y muy solícito en acudir a las funciones sagradas de la Ca¬
sa de Dios. Era devotísimo del Pobrecillo
de Asís.
Nuestro pésame a su familia en especial a la hija del finado Sor Manuela, Hermana de la Caridad, y a su hijo político nuestro buen amigo D. Pedro Tous, hermano de nuestro P. Miguel Tous Coll, T. O. R.
Felanitx.- Día 4 del pasado més de di¬ ciembre entregó su espíritu al Señor, con¬ fortada con los auxilios de la religión y adornada de virtudes, la Terciaria de N. P. S. Francisco D.* rFarncisca Bordoy Beñnásar, cuya vida en la tiorra’era un® continuo sus¬ pirar para el cieló. La Virgen a la que tanto amó y cuyo Rosario rezaba muchas veces cada día, la habrá introducido, como espe¬ ramos, en la gloria de su Hijo.
Nuestro pésame a su familia, en eapecial
a la sobrina de la finada D." Gerónima Fiol
Bordoy, de Gelabert.
Valldemossa.- El pasado día 2 de no¬ viembre de 1941, y a los 75 años de edad, voló
al Señor el alma del devoto Terciario de N. P. S. Francisco D. Bruno Calafat Canals.
En vida fué buen esposo y buen padre, distinguiéndose, siempre, por su amor al trabajo, y por su devoción al Santísimo Sa¬ cramento del Altar, del que fué solícito
Obrero casi desde niño.
Nuestro pésame a su afligida esposa e hijos.
Consell.- Día 27 dal pasado enero cerró los ojos a la luz de este mundo nuestro suscriptor D. Bernardo Coll Fiol.
Su muerte fué muy sentida y sus funerales revistieron gran solemnidad.
Nuestro pésame a su familia.
Doscansen en paz. Amén.

Un\\tócaU ij

Una noche de Enero.
Unas aldabadas a la puerta de la casa parroquial y una voz que dice: -Un sacerdote! Un sacerdote! Que triste mo. rir así, sin un sacerdote! Sr. Párroco, tenga la bondad de venir enseguida para asistir a una pobre moribunda.
Unos minutos y el Párroco está ya de camino, llevan, do el santo Viático, acompañado de un viejeciío, el que
ha ido a llamarle.
-Aquí, Sr, Párroco, en esa casa... La puerta está cerrada. -¿Nos hemos equivocado?- dice el Párroco. -No, Padre. Aquí es,- esté seguro. Tocan a la puerta una, dos, tres veces y nadie contesta. Entonces el viejeciío empuja suavemente y, como por encanto, la puerta se abre, y se oye una voz lastimera que
dice:

-Aquí está el sacerdote. Hermana,- dice, entrando, elPárroco. -¿Cómo? ¿Posible? ¿Quién le ha llamado?* ¡Nadie en esta casa iría a llamar a un sacerdote!...
♦*♦

La mujer se ha confesado, ha recibido el santo Viático

y la Extrema Unción; está contenía...

-Ahora, dígame, hermana: En medio de su vida de pe.

cado, tuvo V. alguna devoción?

-Devoción? ¡Nada, Padre! Lo único que hice fué rogar

alguna vez a S. José para que me obtuviese una buena

muerte.

♦♦♦

El buen anciano había desaparecido. ¿Quién era?

Qué bueno es S. José! Invócale y verás que bueno, que

reíebueno...

Tarsicio

Concurso de 1942
Marzo
5. ¿Cuál es el colmo de un negro?
6. ¿En qué se parece el tranvía a la Transmedi¬ terránea?
7. ¿Cuál es el nombre de un rey de España que
se escribe con una letra
y dos notas musicales? 8. Decir una palabra en la
cual la vocal e entra
6 veces.

D

9.

iji

c

10. RA

RA

DQ

(Soluciones en el número de Mayo).

*27//..,

*27íV/. ,.

Ti Ti Ti

Atención,niños, Atención
Para ganar el premio del concurso, digo, del Con¬ curso, (así, con mayúscula), enviad las soluciones con esta dirección:
«Heraldo de Cristo»
Ramón Lull, 3 - PALMA

EPIGRAMA
El pobre don Maldonado después de mil averías, pasó más de cuatro días < sin probar ningún becado. El hambre no para mientes, roba una caja a un viajero, y, al abrirla, lastimero exclamaf.Son mondadientes!

CHISPA
Llevaba la tía Mónica desde la aldea al cortijo una recua de jumentos con sendas cargas de trigoCuatro estudiantes alegres que cruzaban el camino: -Vaya con Dios, le dijeron, la madre de los borricos, y la vieja contestóles: -Andad con Dios, hi/os míos.

Si así no le he gustado
mírame del otro lado.

LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Se¬
gún las Encíclicas «Rerum Novarum y Qua¬ dragesimo Anno». Por G. -C, RUTTEN, O. P. Traducción española del R. P. Cándido Fer¬ nández, O. P. Introducción del R. P. Luis Urbano, O. P. Segunda edición corregida y
aumentada con el «Códico Social de Mali¬
nas» Y prologada por el Excmo. Sr. D, Manuel Giménez Fernández, ex-ministro de Agricultura. -Un vol. t3x18 cm., de XVI 386 págs, más una lámina del autor. -Edito¬ rial Políglota^ Pefritxol, 8, Barcelona
Un libro que al gran e indiscutible mérito
intrínseco del autor une una buena traduc¬
ción y bellísima presentación, como sabe hacerlo la Editorial Políglota, de Barcelona. El autor es el P. Rutíen gran médico espe¬ cialista en enfermedades obreras, que, siem¬ pre iluminado por la luz inmortal de Roma, aprendió en las mismas minas de los obre ros la ruta da la cuestión social. Digo en las mismas minas de los obreros, porque quizás no de todos es sabido que el P. Rutten, mo¬ vido siempre por su amor a los obreros y el ansia de evangelizarlos y santificarlos, a ve¬ ces, con el permiso de sus Superiores, deja¬ ba el hábito blanco de Santo Domingo y se vestía los tiajes de minero para descender con ellos a las minas,|Y trabajar con ellos, y oir sus quejas,-y^ sus frases encendidas de coraje, de odio y de venganza. En nuestra Patria triunfó, gracias a Dios, la causa de Dios Y de España, contra el pernioloso mar¬
xismo. Pero en los corazones de no pocos
obreros queda^todavía algojde la pasada fiebre revolucionaria. Para'^que desaparezca del todo el virus marxista inyectemos en la sangre de patronos y de obreros la doctrina social de la Iglesia, " según la fórmula del gran médico especialista, como hemos dicho en enfermedades obretas, el P. Rutten. En verdad dijo alguien: que ««aunque afortu¬ nadamente se ha publicado'mucho en Espa¬ ña sobre las dos famosas Encíclicas, la «Rerum Novarum yi^ria «Quadragesimo Anno,» la glosa magnífica que de ellas hace
el P. Rutten en la «La Doctrina Social de la
Iglesia,» supera a todas las que hasta, hoy se han hecho en castellano, por la fidelidad en la interpretación, por la'jugosidad y sobrie¬ dad enérgica en el comentario, por^la^riquey sagacidad de los puntos de vista que su¬ braya, por la pureza de la doctrina, por la noble independencia de su actitud, por la valentía co que secunda las orientaciones
de Pío XI.»
Recomendárnoslo con interés.
Hemos recibido también de la mism Edito-
Mofcier, «VIDA INTERIOR»
Leseun, «CARTAS SOBRE EL SUFRIMIEN~
TO»
Figar, «VIRTUDES MILITARES» que reseñaremos en nuestra revista.

SANTA MARGARITA MARIA ALÀCOQUE,
la mística Esposa del Sagrado Corazón de
Jesús. Por Emilia Henrion. Traducción de la
3.® ed. italiana. Prólogo del P. Jaime Pons, S. J. -Un vol. de 11 x 15 ^¡2 cm., de 294 págs. En rústica, Ptas. 9¡ en tela Ptas. 11,50. (Por co¬ rreo, Ptas. 0,50 más; por correo, contra reem¬ bolsos, Ptas. 1,20.) -Luis Gili, editor, Córcega, 415, Barcelona.
En esta nueva biografía nos treza su autora el cuadro luminoso y bello de una niña can¬ dorosamente ingenua que a los cuatro abri¬ les consagra a Jesús con voto su castidad virginal cuando aun ignora lo que es el vo¬ to, que significa castidad y virginidad,- de una adolescente y una joven sencilla, reca¬ tada, pura, modesta, amable, sacrificada y realmente angelical; de una hija de familia edificantísima, piadosa, obediente y sumisa a sus padres, cariñosa con todos y que sabe soportar con invicta paciencia los malos tra¬ tos de ciertos parientes próximos con quie¬ nes tiene que convivir, y que se portan con ella Y con su queridísima madre con una dureza egoísta incalificable, haciéndole be¬ ber los tragos más amargos.
Después de abrazado el estado religioso
nos ofrece la autora la visión de la viaa de
claustro ejemplarísima en el ejercicio de to¬ das las virtudes, nutrida, como nos dice la misma biografiada, con el pan de la humi¬ llación Y de la mortificación, puesto que el Co-razón de Jesús quiso formar en ella como
un trasunto perfecto de su vida abatida, hu¬ millada Y dolorosa: nunca se la ve satisfecha de humillaciones y sufrimientos, anhelante de emular los de su divino modelo, a quien profesa un amor verdaderamente seráfico. Satisfecho de su obra, la escoge entonces Jesús para confiarle la misión sublime de implatar en su Iglesia la devoción y culto
de su sacratísimo Corazón; y a este efecto la constituye su confidente en sus magníficas revelaciones, la evangelista de su infinito amor a humanidad prevaricadora, y la após¬ tol de esta devoción,- tres cargos que Mar¬ garita M.® Alacoque desempeñó con perse¬
verante entusiasmo, siendo su ideal introdu¬ cir el culto y devoción al Corazón divino en toda la Iglesia, a fin de conseguir que es¬ te dulcísimo Corazón sea conocido, amado
e imitado en el mundo entero.
La autora da muestra de una erudición
mística nada común, de penetración psico¬ lógica muy notable y de naber sabido apro¬ vechar artísticamente las fuentes, siendo las principales los escritos originales de Santa Margarita M.® Alacoque, publicados por Monseñor Gauthey, sobre todo su preciosa
Autobiografía, y la Vida déla Santa escrita por Mons. Languet a raíz de su dichoso
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