El Heraldo de Cristo

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Denodado apóstol de la paz, podemos apellidar al Seráfico Padre, y ahí están preclaros argumentos que confirman este aserto. San Francisco con su afable
Y sana diplomacia consigue restablecer la paz entre el Obispo y el Podestá de
Asís. Pasa orden a todos sus frailes que no usen jamás armas ni instrumento
cualquiera agresivo y que traten con suma dulzura y mansedumbre a todo el mundo. Es un discípulo del Serafín de Umbria, muy enamorado del ideal de paz de su Maesitró quien deja escapar en una obra suya esta delicada observación: «Ea, pues, caballero, sé ambidiestro y fuerte, para que pueda aplicársete aquella palabra angélica del libro de los Jueces: La paz sea contigo, oh tu, el más valien¬ te de los varones... si peleas «legítimamente», se te concederá para este mundo la «paz del corazón, y se te reservará para el otro la paz eterna.» El Pobrefcillo es quien resuelve pacíficamente mil inconvenientes sociales, creador por el sistema feudal de la Edad Media. ¿Quien duda de la parte importantísima que cabe a Francisco en el pacífico triunfo final de la deuiocracia da Asís en la lucha político-social entre esta ciudad y Perusa? Que horrorosos derramamientos de sangre no evitó entre numerosas familias feudales de Bolonia la misión, dé paz de Francisco? Como laboró el Angel de Umbría por ía paz y prosperidad de la Iglesia cuando la guerra sin cuartel entre Güelíos y Cibelinos, los dos emi¬ nentes Pontífices Honorio III y Gregorio IX pueden dar un elocuente testimonio
de ello'.
Este era el amplísimo e incomparable plan del Poverel-lo: evitar y hacer imposible toda guerra ofensiva, afianzar el reinado de la paz en todos los pue¬ blos Y laborar en calidad de caballero de Cristo por el triunfo del amor y de la
fraternidad.
Hoy que el mundo gimte extenuado y aplanado por una guerra fraticida, ¿que nos queda sino dirigir nuestras miradas a ese arco refulgente que en el oro
de su fulgurante brillo ostenta esa divisa, Paz y Bien! Paz a todos, bien a todos? Este es el espíritu del bienestar y felicidad de los pueblos: Paz en el bien.
Para conseguir esta paz que radica en el bien y en la santidad de vida y costumbres del individuo, urge hacer revivir doquiera el espíritu francis¬ cano que es espíritu de fraternidad y amor,- de franco y puro altruismo y filan¬ tropía. Un fervoroso renacimiento franciscano significaría en nuestra época, una garantía de paz, y un sensible^acercamiento de los corazones, un gaje infa¬
lible de común bienestar^Porque el espíritu de Francisco es caridad, mi¬
sericordia Y reconciliación, y donde reina la caridad no impera la^discusión ni la lucha ni el sobresalto. Inyectad en los pueblos el espíritu del puro e integral franciscanismo y veréis disiparse esas nubes tupidas y funestas de humareda que levantan tantas máquinas de guerra; veréis como esa fiera sonata de batalla se trueca felizmente en cántico de gloria y sosiego perdurables. Acogeos a las banderas de Francisco y mermaréis las filas de los enemigos de la paz. Vivid en casa y fuera, a Cristo en San Francisco y por él, y amad de veras, no en ficción y embuste, la paz, la paz de los corazones, la paz con Dios y con los hombres; la paz con todos sus gloriosos retoños que son la caridad, la toleran¬ cia mútua, la fraternidad e indulgente paciencia, y experimentaréis cuan bueno es el Señor que dice: Bienaventurados los pacíficos porque serán apellidados hijos de Dios, glorioso sobrenombre en el que se halla cristalizada y luminosa, irradiando destellos peregrinos, la cifra de nuestra dicha mas cabal.
Fr. A. Martorell, T. O. R.

(1) Hilarino de Lucerna, - Ideales - il, 14.

ARCHIVO LULIANO
ALTORRELIEVES POÉTICOS P.ARA UN
RETABLO DE RAIMUNDO LULIO
Esta sed, este fuego que caldea
la entraña del isleño í’enerahle
es luz de amor mirífica, insaciable, que enciende el fanal sumo de la Idea.
Erente a la claridad partenopea de su nidal ciudad, duelo insondable \\ alzó desde la tierra deleznable hastp donde el Amado brilla y crea.
Cóntemplación seráfica es la escala por donde la razón penetra el cielo con áurea pluma y prepotente ala;
y su gris barba patriarcal de asceta, como un volcán que recubriera el hielo^ teologizó en palabras de poeta.
it A-
} a vienen de arribada galeones desde los africanos arenales, con tesoro de púupuras mortales, a la isla de piníferos jalones.
íá calló el eco de predicaciones de exaltados acentos' doctrinales, y', como en una arqueta de corales,
son cenizas los místicos carbone^
«En piélago de amor^ van navegando^ con profético rumbo, los despojos del que vivió rimando y suspirando
de Su patria en los bellos miradores; y Mallorca, y el mundo, ante sus ojos, tendrán siempre sus libros pensadores.
Andrés Sobejano
Catedrático de Universidad de Murcia
it
Sesión lulíana celebrada en^el Palacio Quint Zaíorteza de Palma
eljlO de julio del presente, año, con asistencia de las primeras Auto' ridades religiosas, civiles y militares de la Provincia.

ARCHIVO DE LA V. O. T.DE

SAN FRANCISCO^^= Ecos dtt |a Peregrinación

A‘

111

l’xtracto del discurso pronunciado por el Rdó. Sr. D. Pedro Domenge, Pbro. Direc¬ tor. de Los Terciarios de Manacor^ alma del
movimiento franciscano en aquella Ciudad^ in¬ cansable organizador del recibimiento apoleósicoy' fraternal alojamiento de los peregrinos.
y
«Terciarios franciscanos:
Con lenguaje auténticamente franciscano, a todos vosotros dirijo mi cordial saludo: Paz y bien. Un júbilo impregnado de celeáltes esperanzas hoy embarga mi corazón, por la dicha de ver ante mí esa ingente multitud de secuaces delPobrecillo, para quiénes todos los benévolos terciarios manacorenses abren su
pecho generoso para brindarles la más tierna acogida. Conocidos, de sobra, os son los lines propulsores de esta grandiosa peregri¬
nación. En primer término, agradecer al Santo Cristo la páz obtenida en la pró¬ xima pasada lucha contra la mesnada asiática, que en mal ¡hora abordara a nues¬
tra costa, a nuestro puerto bendito que santificara, siglos l\\ace, la presencia del Santo Cristo, y que por lo mismo viene denominado ac^él; Porto-Cristo. En
segundo término, habéis acudido ante nuestro prodigioso Cristo, para implorar esta misma paz sobre las naciones hoy día dilaceradas por el azote dç la guerra; Europa se halla convertida en un lúgubre y vasto osario. Ni el Ebro en España, ni el Rin en Alemania, ni el Volga en Rusia arrastran tanta agua, como sangre inunda los campos de Europa. Hoy el mundo á^ñorá con ansia indecible aquella palomita die paz con su pimpollo de olivo, que le anuncie tiempos mejores de calma y prosperidad. Esta mensajera paloma de paz, es el humilde San Francis¬ co con su lema y saludo: ¡PAZ y BIEN!
Dividen los astrónomos el mundo en dos hemisferios que separa la línea ecuatorial, y para que' no se resquebrajé aquél, parece quieren sujetarle con infinidad de paralelos y meridianos; así, pues, hermanos terciarios, si queremos que el mundo no se hunda y se demuela, tenéis que sujetarlo con numerosos y sólid'os meridianos y paralelos de cordones franciscanos. Que se impregne el mundo de fraternidad y hermandad franciscanas y seremos salvos en medio de la ruinosa catástrofe de la presente conflagración. No faltan caudillos en filas de Francisco para que, en pos de ellos, trabajemos incansablemente por el bien y la prosperidad de la patria y de toda la humanidad. Es un Cristóbal Colón, tercia¬ rio, que bajo la égida de la gran Reina Isabel la Católica, embarca, rumbo des¬ conocido, para dar a España un nuevo mundo que pudiera participar de la paz y progreso de una civilización hispana floridísima. Es un Cardenal Cisneros, franciscano, que no ceja un ápice en sus múltiples faenas ministeriales para procurar la unidad nacional y desparramar doquiera el bienestar'común y social. Ahí va un genial Lope de Vega, que derrama versos cantando las glorias del Serafín de Umbría, e ilustrando los dogmas de nuestra religión y celebrando las proezas de nuestros adalide:, Y tantos y, tantos otros várones de Dios que, cual radiantes astros, brillan en el cielo franciscano en perpetuas eternidades; todos ellos nos muestran la. ruta a seguir en medio del turbulento mar de esta vida en pos, siempre, del ínclito Padre San Francisco, doquier sembrando el bien y la paz.
Terciarios: hoy os aguarda una altísima misión en pro de la sociedad asolaladg: laborar incansablemente,; con el ejemplo y la palabra, por la paz y la tran-

108

El Heraldo de Cristo

quilidad universal,.inoculando a todo ser viviente el amor á Cristo f a todos los hombres recabando de cuantos os rodeen el más fiel cumplimiento de los
deberes del propio estado, y rindiendo en todo momento el homenaje de vues-^
tra filial obedierLcia a vuestras jerarquías, sometiéndoos y conformándoos sin reserva al glorioso lema: Fervor y Disciplina.
Y ahora invitándoos a que sigáis mi ejemplo, al supremo jeje de los tercia¬ rios de San Francisco de esta Isla, mi bien amado Padre Provincial, digo con todo el ardor y fé de mi alma: ¡¡Mi General, a sus órdenes!I»

IV
Palabras de! fervorosa tefcdario D., Andrés Válls Soler, l icepresidente de ¡a Junta Dioce¬
sana de los Jóvenes de A. C. y ex-Presidente
de la Juventud Seráfica de Palma. — — — —
«Nos reunimos hoy en este fjitio recordando aquel huracán heterodoxo que rugió en nuestra patria, creando héroes y mártires sin fin al arrancar vidas de cuajo, así como un vendaval troncha una flor. La sangre heroica y nuu tirial se derramó copiosamente sobre el recinto del solar hispano. Era el reinado glorioso del Rey de Reyes y Señor de los quç gobiernan que se cernía sobre las cabezas de todos los españoles, anunciándose con cantos de guerra y explosiones de
jubilo. Y estos cantos eran de guerra por ser de paz, porque era el amor que
desterraba del misnio corazón de España la podredumbre asiática que intentaba sentar sus reales en nuestro suelo. Y hoy la bestia impía, aquella misma que dejó sentir la plenitud de su acometividad a pocos kilómetros de esta noble, heroica y católica ciudad de Manacor —y que recibió mortal herida de manos de un puñado de héroes de esta tierra —aquella misma bestia se debate hoy en le¬ janos continentes, con los espasmos de su agonía, llevando en su pecho el odio a la humanidad y en la punta de sus bayonetas el odio a Dios y a su iglesia por
ser suya». «Es el odio encarnado en esos hombres orientales sin moral y con perpetuas
tinieblas, que odian porque no anida en sus pechos el noble amor hacia lo divino ni humano. Son legión doliente que no parece sino que hace su aparición pro¬ cediendo del mismo Averno, para ser cantada con tercetos dantescos y volcar sus sentimientos inconfesables sobre la tierra, según enseñanzas del mismo Satán, a quien Santa Teresa definió con frase tan certera como sublime, llamán¬
dole: el que no ama».
«En nuestros corazones de Terciarios debiéramos todos estigmatizar este rasgo de aquel serafín inflamado que se llamó Francisco de Asís. El fué un ver¬ dadero apóstol del Amor, que cambió materialmente la faz de la tierra en plena Edad Media, infundiendo a los hombres —según expresión de un santo Pontífice-
la santidad evangélica y el amor a la cruz».. Aquí el orador dedica un canto lírico al amor que nos nfuestra en infinidad
de pasajes la Sagrada Escritura, con lágrimas, tormentos, ternura conyugal y virtudes heroicas, k continuación habla de la venida fie San Francisco a España, y señala el sello franciscano de todas nuestras grandes empresas.
«Llega el santo a nuestra Patria; penetra por Navarra, y se postra ante el
Sepulcro donde reposan las cenizas urentes del apóstol Santiago. ¡Momento his¬
tórico el de allá, cerca de los cantiles de Occidente! Se encuentran junto al
Finisterre de lo conocido, frente a frente dos personajes:^ el mayestático y pode¬ roso Hijo del Trueno y el humilde Desposado con la Dama Pobreza. Hincadas

El Heraldo de Cristo

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sus rodillas, ora Francisco de Asís fervorosamente ante el Sepulcro del Apóstol. Y al levantarse y transponer de nuevo el pórtico de la Gloria ya se ha verificado el milagroso injerto en el alma nacional. Todos los españoles, Hijos del Trueno también que actúan impelidos por el último afán de grandeza que rebosa desús
pechos, se verán desde ahora movidos por la dulcedumbre ineïable del franeiscanismo que ha prendido en sus corazones, en una feliz coyuntura bajo las bóvedas románicas del templo compostelano^.
El orador pone de manifiesto la participación activa y directa que el reli¬
gioso franciscano tuvo en nuestras empresas trascendentales, citando a Cisneros, ios frailes de la Rábida y otros, así como al terciario franciscano Cristóbal Colón. Recuerda la empresa fabulosa de laxionquista del nuevo mundo.
«Tres carabelas forman la flota que conduce la espada del conquistador y la cruz del misionero. Y desde la nave capitana el rostro bronceado del descu¬ bridor clava sus ojos febriles sobre las primeras crestas del soberbio continente que se otea en la lejanía. Y allí—sin más testigos que el cielo y jlas olas —el cora¬ zón amoroso de la’Aladre España y el corazón de América quedan atados, estre¬ chados y ceñidos por el cordón franciscano que lleva el Almirante terciario que
dirige aquella gesta de gloriav.
«Al nombre de San Francisco vá uñido el de América. Pero también van
unidos los de qt.ias muchas epopeyas: Granada, Lepante, Argel, la Invencible, la Independencia y la Cruzada española del siglo XX». Y finaliza glosando la ruta que nos señalaron el incontable número de terciarios que nos precedieron en el signo de la fe, dando la sangre por la Patria y legándonos su impulso.

PalabrcLs del M. Rdo. P- Rafael Ginar4
Amorós, .l///n’.57/’o Provincial restaurador de'
las peregrinaciones franciscanas anuales.
«Terciarios; inmensa alegría causa en el alma el fervor y entusiasmo con que, secundando nuestra invitáción, habéis acudido a Manacor para depositar a las plantas del Santo Cristo vuestro agradecimiento y vuestras súplicas, y al mismo tiempo, para renovar vuestros amores a San Francisco y a la Tejcera Orden por
él fundada.
Muy grandes han sido las dificultades que hemos luillado en la organización de esta romería; pero todas han sido superadas, merced a la ayuda de San Fran¬ cisco y a vuestra buena voluntad y espíritu de sacrificio: de esta buena voluntad y espíritu de sacrificio, han dado altísimo ejemplo a Mallorca entera los pue¬ blos de Llubí, Ariany, Muro y Santa María que han venido aquí en larga hilera de carros de labranza, como lo hicieran los romeros franciscanos en.tiempos que,
ya pasaron. Para ellós mi admiración y mi enhorabuenaí... que hago extensiva a
todas las Hermandades de Terciarios de nuestra isla que, como soldados bien disciplinados, han obedecido las órdenes que les dimos para conseguir esta mag¬ na concentración de las numerosas y valerosas huestes fránciscanas...
Terciarios: bien sabía yo que Manaeor era una ciudad franciscana: pero nunca pensara que tuviera el franciscanisnio tan metido çn sus entrañas. Las autoridades eclesiásticas, civiles y militares y el pueblo todo no han perdonado sacrificio alguno para prepararnos una recepción triunfal, apoteòsica .. han abierto sus brazos y su corazón para abrazarnos^y amarnos como hermanos, por seiytodos hijos del Serafín de Asís... Una ciudad ta’n hospitalaria, tan generosa, tan noble, tan franciscana y unas autoridades tan deferentes y obsequiosas bien merecen nuestro agradecimiento y nuestras felicitaciones...

no

El Heraldo de Cristo

Terciarios: para encender el fuego del entusiasmo en los corazones de todos los manacorenses y preparar, hasta el último detalle, los actos celebrados, en esta jornada inolvidable, se requería un genio organizador, un hombre de pres¬ tigio, incansable en el trabajo, tenaz en su voluntad y que con toda el alma amara a San Francisco; este hombre, este genio no ha faltado, porque plugo a
Dios'regalárnoslo en la persona del Rdp. Sr. D. Pedro Domenge, Pbro. Director
de la Hermandad de Manacor... Bien se merece este sacerdote, franciscano cien

por cien, nuestros aplausos y parabienes que con toda jlisticia y razón deben compartir con él el Discretorio de Hermanos y Hermanas de Manacor que, a las órdenes de su valiente y bizarro capitán^ han trabajado con todas sus fuerzas para asegurar el éxito de la peregrinación y conseguir que nuestra estancia en esta ciudad nos fuera agradable y placentera.....
, Terciarios: ¡arriba los corazones! Que esté día de intenso franciscanismo sea
el principio de una perfecta reorganización de la Tercera Orden en Mallorca: que cada día sean más numerosos y fervorosos los terciarios mallorquines: que vuelvan los tiempos gloriosos en que con toda verdad se decía: «Qui per fra qui per germà, tot lo mon és franciscà».

Terciarios:

/

¡Viva la Tercera Orden Franciscana!

¡Viva la franciscana ciudad dé Manacor!

¡Viva nuestro Padre San Francisco!

.

¡Viva el Santo Cristo de Manacor!

'

VI

Extracto del discurso del represen ¡.an le del

Exemo. Y Rdmo. Sr. Dr. D José Miralles

Sbert, Arzobispo- Ohispo de Mallorca Muy

I. Sr. Dr. D Andrés Caímari, (l'a nón igo,

ferviente terciario v ' enamorado del Serafín

de Asis. — — — — — — —

■\_\_\_

Se encontraron dos ’barones apostólicos. Y se abrazaron y comprendieron.

Fray Angélico pintó este abrazo fecundo, armónico y fraternal, como un iris de

paz. El uno fué todo seráfico en su ardor, y el otro un resplandor de querúbica

luz (Dante). Eran Francisco de Asís y Domingo de Guzmán. Los dos se comple¬

taban. El Po6/-m‘ío c?e

opuso al falso misticismo amargo de los herejes el

amor alegre y triunfal. In fuoco amor mi mise. Domingo, a la fiebre de la falsa

ciencia, la disciplina de las escuelas evangélicas. Ambos a‘dos heraldos deMarí^.

Salterio de Rosario y \\sl Corona franciscana

on, con vínculos de amor,

la cristiandad.

Acabamos de honrar esta fraternidad con la visita y Salve a I3 Y'irgen Domi¬
nicana. y ahora os saludo con el lema que florecía en la cuna y en los labios
del Serafín: Fax et Bonum! De todos los rincones de la Isla hemos venido a dar

gracias al Santo Cristo de Manacor, cuya presencia llenaba todo el escenario de la pasada guerra, para el beneficio de la paz; y no en el fácil y propicio ambiente del Año mismo de la Ybetoria, cuando la emocionante presencia de las Vírgenes

congregó en la Ciudad a lá Payesía en pleno, para que mejor se conociesen payeses y ciudadanos, y mejor se amaran; sino en esta grave coyuntura, cuando, pasados los primeros fervores, el conflicto mundial ha venido a retrasar el resurgir
patrio y a poner a priieba el temple del pueblo español y cristiano.
Venimos a dar un sentido franciscano a la Faz que nos ganó la espada in¬
victa del providencial Generalísimo, que Dios guarde muchos años. Contra ios

El de Heraldo Cristo

espíritus apocados y desencantados; contra los bien hallados que repugnan el

perfil, castrense todavía, de nuestra vida presente; contra ios cobardes que culti¬ van el nialestar de los otros, y provocan la protesta irresponsable contra todos y

contra todo; afirmem os el Pax et bonum.

Jja paz no es la .caima del cementerio; sino el equilibrio de energías morales,

una victoria continuada, en todo momento, sobre aquellas causas que engen¬ draron la rotura lamentable. El Papa Pío Xí, de santa recordación (1932), señaló,

con clarividencia impresionante, las causas de la calamidad más profunda y universal que tal vez ha áfligido a la Humanidad, «-La codicié de |os bienes

terrenos, el sórdido egoísmo, la desconfianza nuestra, el cruel individualismo y

nacionalismo exacerbado» y todo ello aprovechado «pW los enemigos de todo

orden social, hostigados por las sociedades secretas que despliegan las satánicas

banderas contra Dios y contra la Religión, en una campaña de ateísmo organi¬

zado y militante, pretendiendo, y no sin éxito, juntar la guerra contra Dios con

la lucha por el pan cotidiano.

,

> «Hay que defender los derechos de Dios. ¡Por Dios o contra Dios! Es el

problema fundamental que ha de decidir de la Humanidad». -La primera etapa

de esta batalla descomunal la ganó España. El episodio de Manacor fue decÍ6Í\\ o.

Los mallorquines aquí templaron sus armas y sus pechos para servir al Caudillo én las trincheras heladas de Guadalajara, en los ardores sofocantes de Extrema¬

dura, en los martirios de Teruel, en las brisas mediterráneas de Vinaroz y

Castellón, en el yunque formidable del Ebro y en el empuje torrencial dé Cata¬

luña fraticida.

■

/

n

'

Ahora sigue la hicha gigantesca en todo el mundo. Pero no es una lucha de armas solamente. Si así fuera nosotros ya hubiéramos ganado la partida, Es una lucha moral. Ahora nos falta gánar y asegurar cada día la Paz en la batalla enta¬
blada de la moralidad, de la justicia y de la honradez. Una paz franciscana;
Pax et bonum. Los Prelados de la Provincia eclesiástica de Valladolid acaban de

publicar una terminante carta colectiva sobre Justicia y Castidad. En ella pro¬ claman grandes principios que frenan la codicia exacerbada de los hombres en esta hora de prueba para la Patria. Los ciudadanos y los payeses, y cada uno entre sí se recelan, se defraudan, y se ocultan los graneros con siete cerrojos. Una sed insaciable de ganancias ilícitas. El terciario franciscano no puede hacer eso. San Francisco vino en un ambiente parecido al nuestro: Lujo oriental, nue¬ vos ricos, avaricia, crueldad: -banderías civiles, guerras de ciudad contra ciudad, señores contra vasallos. Ah! esclava Italia, de dolor albergue, nave .dn. timonel en
.gran borrasca (Dante). • Las almas sensibles— cátaros, «selectos».-maldecían v protesíaban, bollan¬
do con pies fangosos la vanidad provenzal y veneciana. Pero Francisco no mal¬
dijo. «Heraldo del gran R^y» tremoló su bandera alegre y triunfal de Pmz y bien! Ya condena justamente la ricjueza tomando por esposa a la Dama Pobreza. El curará la fiebre de ideal con llamaradas e amor, Jn foco amor mi mise! Echa
su manto y su tónica a los pies de su padre Rernardone, avaro mercader, que le ha denunciado al Obispo por sus generosas lirnosnas-, y desde entonces podrá exclamar: Padre nuestro que estás en los cielos! convirtiéndose en «el más ardien¬
te, el más trasportado, el más desesperado.amante de la pobreza que'tal vez haya existido en la Iglesia» (Bossuet) El concepto Franciscano de la «pobreza volun¬ taria» ha mitigado en millares de proletarios las punzantes humillaciónes de/la miseria y ha minado en millares de ricos la exagerada estima de lo que poseen; ha desacreditado en unos y otros el objeto de la contienda y ha devuelto el honor al trabajo y a la honestidad a la liberación personal del hambre execrable del oro. Su influencia es todavía muy fuerte e inevitable en el proceso vital de
la sociedad.

Augustas adhesiones
Radiograma dirigido al
Sumo Pontífice con motivo de
la Peregrinación Franciscana
SANTÍSIMO PADRE
Vaticano - Roma
Cuatro mil terciarios francis¬
canos mallorquines reunidos
Ciudad Manacor peregrina¬
ción implorando paz Europa renuevan obediencia implo¬ ran Apostólica bendición.
GINÀRD, Provincial.
Bendición apostólica que S. S. Pío XII se ha dignado conceder a los Peregrinos por medio del Cardenal Secretario de Estado,
PADRE PROVINCIAL —TERCIARIOS FRANCISCANOS
Palma-Mallorca
Augusto Pontífice alabando piadosos sentimientos otorga de corazón implorada bendición Apostólica.
CARDENAL MAGLIONE
El Excmo. Y Rdmo.
Sr. Dr. D. José Mi-
ralles Sbert, Arzo¬ bispo - Obispo de Mallorca y Visita¬
dor Honorario de todas las Herman¬ dades de la Isla
que bendijo la pe¬ regrinación Y estuV o representado por el M. I. Sr. Cai¬
rn a r i SecretarioCanciller del Obis¬
pado.

Grandioso recibimiento
GRAFICOS de la

Las Hermandades de Sineu y de S, Juan al pasar por la Plaza
Calvo Soíelo.

El M. Hire. Sr. Caimari, Delegado del Sr. Arzobispo-Obispo, el M, Rdo. P. Provincial y demás autoridades
eclesiásticas, civiles yjmilitares pre¬
sidiendo la solemne entrada.

Los Vbles. Discretorios de Manacor y
Palma, en el grandioso recibimiento:
(Fotos Vila)

Magna Peregrinación
Franciscana

a Manacor

Solemnísima

Apofeósico acto de afirmación

procesión

Los abnegados peregrinos de Llubí y los ter¬
ciarios de Inca en correctísima formación.

franciscana
La Vble. Hermandad establecida
en nuestra Iglesia de Palma or¬ ganizadora de la peregrinación.

El Clero de Manacor
y Autoridades, du¬ rante la espléndida
manifestación de fe
de la tarde.

Las 28 Hermandades de Terciarios en la Plaza del Rector Ru¬ bí escuchando a los oradores.

Recuerdo
de la
Peregrinación Franciscana
al
Santo Cristo de Manacor
28 SEPTIEMBRE 1941
Las Hermandades de Tercia¬ rios de San Francisco en Ma¬
llorca, renovando hogaño glo¬ riosas tradiciones, se reunieron en devota romería, en la noble Y franciscana ciudad de Manacor, para agradecer la paz de España, pedir la del mundo y
aumentar sus entusiasmos por la Tercera Orden del seráfico
Patriarca, y arite la muy vene¬ rada imagen del Santo Cristo prometieron ser apóstoles de una vida más cristiana, que es fe Y piedad, y de una vida más franciscana, que es paz y amor.

D.® Juana Ribas Canet de Palma.

D.® Lucía Veny Mas de Campos.

nsen
en Paz

D. Juan Beltrán de Inca.

D. Martín Alcover Sureda de Manacor.

D. Juan Ordinas Durán de Manacor.

~^tattcL^Cíitda iOà-a

f l^et^ca*cLH(ician

STO^ CRISTO DE MANACOR

I

L tener que trazar un su¬ cinto relato histórico de
la magna y espléndida
manifestación de fran-
ciscanismo el más efu¬
sivo, cual resultó ser la 'nutrida Peregrinación-al , Sto. Cristo de Manacor, confesamos carecer de oportunos encomios para hacer destacar, cual merece, el sober¬ bio relieve Y la apoteosis de esta gran con¬ centración de hijos de San Francisco. El acontecimiento que celebramos, ha sido como el alegre despertar de un letargo for¬ zoso, de una como soñolencia involuntaria de fervor franciscano. Al renovar, después dte ocho abriles, la tradicional costumbre
de acudir anualmente en devota romería
los terciarios de las distintas Hermandades
de San Francisco, a algún punto o lugar más venerado de esta Isla, sentimos por tan fausto suceso, verdadero júbilo en el espí¬ ritu, Y damos fervientes, gracias al Dios todopoderoso.
Manifiesto es para todos eí triple objeto de esta magnífica asamblea franciscana. Rendir un filial tributo de agradecimiento al Santo. Cristo de Manacor por la paz que nos otorgó y POJ" la íari divina provi¬ dencia con qué vela en todo momento por la prosperidad y bienandanza de nuestra tierra; implorar, luego, la paz y tranquilidad en favor de las naciones fustigadas por la cruel guerra actual; y finalmente reavivar en nuestros pechos el amor y devoción hacia nuestro ínclito Padre, el Patriarca San
Francisco.
De soslayo hacemos notar que con mu¬ cha anterioridad al día predicho se habían agotado en absoluto los pasajes, quedando, muy a pesar nuestro, írustados los planes y esperanzas de muchos.
Tren Oficial
A las 7 la locomotora, bellamente ador¬ nada, arranca de las Estaciones de Palma conduciendo los peregrinos de laCiu4ad, St. Francesc, Sta. Catalina y Capdellá y arras¬ trando la serie interminable de coches que
han de recoger los peregrinos de los dife¬ rentes pueblos de la línéa.
Toman puesto en el coche-salón, for¬

mando la presidencia, el Muy Rdo. P. Ra¬ fael Ginard Amorós, Ministro Provincial,
D. Jaime (^nudas. Jefe de Movimiento de
la Compama de los Ferrocarriles de Ma¬ llorca,- los ^miembros del Discretorio de Palma: R. P. Antonia Barceló, Director; don Joaquín Gual de Torrella, Ministro y Maestrante de Valencia, D; Lorenzo Llompart, Pbro. Maestro de Novicios, D. José Picor-' nell. Secretario, D. Jorge Decallar Montis, Síndico Y Gestor del Ayuntamiento de Palma, y los Vocales D. Pedro Morrell For¬ tuny, Caballero de la Orden de Malta, don Salvador Morell de Oleza, D. Nj^colás Dᬠmete Rossinyol, Maestrante de Valencia, y D. Mateo Palmer,- D. Andrés Valls Soler, Vice-Preeidente de la Junta Diocesana de
Jóvenes de A. C., D. Rafael Bonnín, Pre¬
sidente de la Juventud Seráfica de Pal¬
ma, los representantes de la Prensa y los Ministros y Directores de las Hermanda¬ des de los pueblos del irayecto. Ocupan¬ do lugar de preferencia había, también, del Discretorio de Hermanas de Palma, D.^ Eugenia Vanrell de Mir, Vice-Ministra, D.“ Margarita Puig, Tesorera, D.“ María An¬ tonia Sbert de Ramis d'Aireflor,. Secretaria, Y la Vocal D.® Juana Ga’tau y numerosas
Presidentas de Coro. Los himnos de la pere¬
grinación y franciscanos^e repiten sin cesar,
Y a cada estación una nueva multitud y un
nuevo entusiasmo se une a la gran ca¬
ravana.
Misa de Comunión
Peregrinos de Artá
A las 7'30 llegan a Manacor los peregri¬
nos numerosísimos de la línea de Artá que
son recibidos en la estación por diferentes comisiones manacorenses. Puestos en co¬
rrecta formación se dirigen a la Iglesia Pa-rroquial donde el Rdo. Sr. D. Francisco Mas, Arcipreste de Manacor, empieza la Misa de Comunión que resultó brillantísima. El vas¬ to templo está lleno de pereginos y mana¬ corenses; el R. P. Juan Server, Director de la Juventud Seráfica de Artá, con su palabra cᬠlida y llena de unción enfervoriza los corazo¬ nes,- centenares de personas se acercan a re¬ cibir el Pan de los fuertes, quedes distribuido, durante más de tres cuartos de hora, por tres Rdos. Sacerdotes, mientras los cantos vibran-

El Heraldo de Cristo

117

tes de los asistentes exteriorizan el fervor y
entusiasmo que anida en sus almas.
Solemne Entrada
Acaeció la puntual llegada del tren ofi¬
cial a Manacor a las 9'30. Mucho antes de
la hora se había congregado una gran mul¬ titud de gente en los andenes de la esta¬ ción,- los peregrinos al bajar del tren fueron recibidós por el Muy litre. Sr. D. Andrés Caimari, que llevaba la representación del Excmo. y Rdmo. Sr. Arzobispo-Obispo de Mallorca, por las Autoridades Eclesiásticas, Civiles y Militares de la localidad y por el Discretorio de Hermanos y Hermanas de Manacor, mientras la banda municipal lan¬ za a los espacios sus acordes victoriosos y triunfales. A los romeros que acaban de lle¬ gar se unen los Jerciarips de Manacor y de otros mtíchos pueblos, y agrupándose alre¬ dedor de sus propios estandartes se dirigen en larguísima procesión al templo Parro¬ quial, Al pasar por las calles de la Ciudad, que está cuajada de banderas rojas y gual¬ das, vibran en el espacio los acentos de los
himnos franciscaiios cantados con fervoro¬
so entusiasmo y acompañados por la banda municipal.
Luego que los romeros hubieron lle¬ gado al vasto templo, desde el púlpto el Rdo. Cura-Ecónomo, Sr. Binimelis, da la
más cariñosa bienvenida á todos los tercia¬
rios, ofreciéndoles incondicionalmente sus humildes servicios. Aquella inmensa multi¬ tud de secuaces del Pobrecillo, rinde su ho¬ menaje de adoración'y afecto al Sto. Cristo, y de todos los labios brotan acendradas plegarias.
Misa Mayor y desfile
anie ¿1 Stú. Cristo
Con inusitada magnificencia celébrase la Misa Mayor en la que actuó de cele¬ brante el M. I, Dr. Andrés Caimari, canóni¬ go, Delegado del Sr. Arzobispo-Obispo, ayudándole en calidad de Presbítero Asis¬ tente el Rdo. P. Damián Nicolau, T. O. R., y de diácono y sirfadmcopo los Rdos. Señores D. Juan Durán y D. Guillermo Griínalt, Rec¬ tor de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (Fartarití^); respectivamente. Dirigió su cálida palabra a los piadosos romeros, que ocupaban completamente la amplia na¬ ve central y crucero, el Rdo.P. Antonio Pericás T. Q. R., presentando al gran Padre San Francisco como el trasunto y copia fiel del
Santo Cristo; ALTER CHRISTUS. Sensación
profundamente estética y emocional, ^aquel unánime canto de la multitud que se resol¬
vía en oleadas sonoras y etereas de súpli¬
cas y hacimiento de gracias. Miles y miles dt voces resonaban e« el dilatado espacie

al ritmo y acordes del órgano, haciendo estremecer de júbilo las bóvedas del tem¬ plo, con las suaves y dulces melodías de la «misa de Angelis». Concluidos los cultos, incontables peregrinos desfilan ante el Sto. Cristo depositando a sus plantas su óbolo material y su ruego y adoración espirilual.
No podemos menos de consignar la mara¬ villa y estupor que sentimos al admirar por vez primera, la riqueza y valía de infinidad de preciosas túnicas de fina seda, de ter¬ ciopelo, de raso de lama de oró y plata, galoneadas y enjoyadas con vistosísimas bordaduras y encajes, que adamascaban la veranda capilla. «Cada túnica es una rosa o
un clavel o una flor de lirio brotada de un
corazón agradecido que, cumple una pro¬ mesa: es un recuerdo que guarda la memo¬ ria perenne de un beneficio, de una gracia recibida del Santo Cristo.» (Poeta, Juan Aguiló).-Con entrañable cariño le rezamos también a la cenfenaria y muy garrida ima¬ gen de Santa María de las Nieves, y besa¬ mos la divina planta de la graciosa y gentil Morenita de Manacor, la donosísima escul¬ tura de la Purísima Concepción, de la XVI
centuria.
Visita a las Cuevas y
fraternal alojamiento
Numerosos peregrinos, aprovechando el tiempo libre de qtie disponen, se 'dirmen a visitar la maravilla de piedra de las Grutas de Manacor. Los restantes son alojados con caridad eminentemente franciscana por dis¬ tinguidas y generosas familias de la Ciudad, Con profundo reconocimiento hacemos constar la fraternal y obsequiosísima aco¬ gida con que nos regalaron y agasajaron los buenos y complacientes de terciarios
manacorenses.
Magna Procesión
Anunciada por un repique general de campanas se organiza la magna Procesión de la tarde formada por todas las Herman¬
dades de la Tercera Orden Secular de San
Francisco y Asociaciones religiosas de Ma¬ nacor precedidas de sus respectivos estan¬ dartes. Marchaba en primer término el «ter¬ cio franciscano» manacorense, y a conti¬ nuación seguían las Hermandades de Ariany, Petra, Sineu, Buñola, Sai)ta Catalina, S. Francisco, Capdellá, San Miguel, Capde¬ pera, Randa, Santa María, Algaida, Costix, Son Servera, San Lorenzo, Muro, Llubí, Artá, Lloseta, La Puebla, Villafranca, Felanitx, Banyalbufar, Montuiri, Porreras, Inca, Lluch-
mayor y Palma, dirigiéndose todos en com¬
pactas hileras a la Iglesia de Dominicos, cantando con febril pasión y entusiasmó los himnos de la Peregrinación. Era llevada en andas la imagen de N. P. S. Francisco, ac-

118

El Heraldo de Cristo

tuando de preste el Rdo. Sr. Cura Ecónomo seguido del clero parroquial.
Formaban la presidencia el M. I. Sr D, À. Caimari, terciario, en representación del Excmo. Sr. Arzobispo-Obispo,- el Ministro Provincial de la T. O. R. de S. Francisco, M. R. P. Ginard Amorós,- el Arcipreste de Manacor Rdo. Sr. D. Francisco Más,- el Se¬ ñor Alcalde,- Comandadte Militar,- El Jefe de Falange E. T. y de las J.O.N.S.,- el Jefe de la Guardia Civil,- los Discretorios de Pal¬ ma Y Manacor,- y los Ministros de todas las
Hermandades de Mallorca.
Al llegar a la Iglesia de los Dominicos cantóse una Salve a la Virgen del Rosario marchando seguidamente la Procesión hacia
la Plaza del Rector Rubí.
Acto de afirmación
franciscana
¡Qué lindo e imponente espectáculo ofrecía aquel verdadero bosque de estan¬ dartes e insignias en medio de aquel mar de gentío que invadía totalmente la sober¬ bia plaza en número superior a 5.000 per¬
sonas!
Una vez congregados todos los peregri¬ nos en el lugar citado tuvo lugar el solemne anuiiciado acto de afirmación franciscana, en el'que pronunciaron sentidos parlamentos los Sres Terciarios: D Pedro Domenge, pbro., Director de la Hermandad de Manacor,- D. Andrés Valls Soler, Vicepresidente de la Junta Diocesana de A. C.,- M. R. P. Gi¬ nard Amorós, Ministro Provincial, y el M. I. Dr. D. Andrés Caimari, Canónigo Se¬ cretario del Obispado, siendo todos ellos calurosamente ovacionados. En gracia a la brevedad omitimos el reproducir los más de'stacados conceptos de sus discursos, que podrán hallar transcritos, nuestros lectores, en otras páginas de esta publicación.
Finalizado este acto de sincero y pro¬
fundo latir franciscano, se trasladan los .pe¬ regrinos a la inmediata Iglesia parroquial en donde con fervor y frenesí cantaron to¬ dos, ante el Santo Cristo, el Credo de Ro¬ meu, mientras, desfilaban de nuevo por el Camarín de la Sagrada Imagen, dándole un cordial adiós y un entrañable beso de amor.

Seguidamente emprendíase el viaje de re¬

greso, llevando todos ahita el alma de san¬

tos recuerdos y de soberanas esperanzas.

La magna jornada penitencial había ter¬

minado.

'

Felicitación y agra¬
decimiento
Mención especial y una muy sentida'enhqrabuena merecen los peregrinos de Ariany, de Llubí, de Muro y algunos de Santa María que, no teniendo cabida en los trenes, se trasladaron a Manacor en número muy crecido, a la antigua usanza es de¬ cir, en carros de labranza que formaban una larga hilera, dando con ello a toda Mallorca un ejemplo magnífico de asuteridad Y espíritu de penitencia y sacrificio.
No queremos finalizar esta crónica sin dar las más expresivas gracias y mil para¬ bienes a los Directores de las Hermandades
Y a todos los que tomaron parte en la orga¬ nización de esta gran romería franciscana, Y de un modo particular se los damos al Discretorio de Hermanos y Hermanas de Manacor Y a-toda la Ciudad por sus sacri¬ ficios y generosidad en atender Y agasajar a los peregrinos, al Rdo. Sr. D. Pedro Do¬ menge, Pbro. que tomó sobre sí la penosa y difícil tarea de, preparar la recepción de los romeros en Manacor y a D. Jaime Canudas,
Jefe de movimiento de ios Ferrocarriles de
IVIallorca, porque gracias a su labor inteli¬ gente Y sacrificada, se hizo la milagrosa ha¬
zaña de trasladar muchos centenares de pe¬
regrinos a Manacor y de llegar con puntua¬
lidad a la hora señalada en los programas.
En la lejanía vislumbrábase en el firma¬
mento una verdadera incubación de tem¬
pestad. El espacio se incendiaba con espe¬ sos rayos abrasando en voraz hoguera las densas nubes. Aguel ígneo fulgor del vivaz meteoro, evocaba en nuestro espíritu una genuina y preciosa imagen de la impetuosa llama de amor a Cristo y al otro Cristo, que había prendido en nuestros pechos, y con¬
sumía nuestro corazón.
En alabaeza de Jesucristo y del pobreci-
11o Francisco. Amen.
A. M.

Y

Estudios lulianos

iitíu evo-cianc^ ii4.ucma.á^
II, EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

APÉNDICE
Florecilla de la «Vida Coetania»-
Castigo de un moro que había blas¬
femado el nombre de Jesús

L Reverendo Maes^

íro. Ramón, de vuelta

de su larga romería a
San Jaime de Com¬

postela, a Nuestra Se¬
ñora de Monserrat y

a otros santuaríospia-

dosos, compró un mo¬

ro para poder apren¬ der de él la lengua arábiga o morisca. Y habiendo sido, no, pocos años dis¬ cípulo, sucedió un día que en ausen¬ cia del Reverendo Maestro, el dicho

moro blasfemó el santísimo Nombre de

Jesús. La cual cosa habiendo sabido el

Reverendo Maestro, movido de un in¬ terior celo de Nuestro Señor Jesús,

nombre divino al sonido del cual hin¬

can su rodilla todas las criaturas del~

cielo, y de la tierra, y del infierno, hirió al dicho moro en la boca, y en la cara,
y en otras partes de su cuerpo, si bien
más tarde, el Reverendo Maestro dolió¬

se muy mucho de no haber sido más, humilde y manso con el referido moro, a ejemplo de su Amado, cuya justicia castiga a los blasfemadores y su pacienr cia espérales a contrición y a arrepen¬
timiento como se lee en el Libro del

Amigo y del Amado: «Oía el amigo blasfemar de su Ama¬
do, en cuyas blasfemias el entendi¬
miento veía la justicia y la paciencia . de su Amado, porque la justicia casti¬

gaba a los blasfemadores y la paciencia

los esperaba a contrición y arrepenti-,

miento».

,

Mas como el dicho moro fuése muy
altivo de corazón, y hubiese sido como
Maestro de su Señor en mostrarle la len¬

gua morisca, concibió harta ira por aquellos golpes, y desde entonces, em^ pezó a pensar y a discurrir de que ma¬ nera matar podría a su Señor. Y lenienV do, un día, a la mano un cuchillo muy

agudo, y viendo a su Señor solo, y sen' tado en una silla arremetió contra é^
con el cuchillo, gritando a grandes vo* ces:-¡Ahora morirás} Y aunque el Re¬
verendo Maestro desviase el hierro con
todas sus fuerzas, recibió empero, una herida grave, aunque no mortal, sobre el estómago; más luchando con el es¬ clavo, derribóle por tierra y arrancóle
el cuchillo. Acudiendo la familia del
Reverendo Maestro bien deseaba ma¬
tar al infiel esclavo mas el Reve¬
rendo Maestro no lo consintió, mas bien contentóse en que fuera me¬ tido en la cárcel, hasta que deliberado hubiese lo que debía hacerse de él.
Y como, por una parte, pensase que
de aquel moro había recibido el gran¬ de beneficio de la lengua morisca, la cual muy mucho había deseado saber para honoi^ de Nuestro Señor Dios, por tanto, parecíale que no debía darle la
muerte; pero, como, por otra parte, pen¬
sara que el moro intentaría de nuevo matarle,, estaba en gran duda sobre lo que había de hacer de dicho moro. Con gran perplejidad de su ánimo fuése al
cercano monasterio cisterciense de
Nuestra Señora de la Real; para supli¬ car a Nuestro Señor Dios que le inspi¬ rase lo que debía hacer con el dicho moro. Y habiendo prolongado, aquí su oración por espacio de tres días, admi¬ rado de que su espíritu no se resolvie¬
se a dar muerte o vida al' esclavo sino
que estaba en la misma perplejidad de antes, cón gran tristeza volvióse a su casa. Mas, ved ahí que al pasar por la
cárcel en donde estaba el esclavo re¬
cluido, hallóse con que el cautivo mis¬ mo habiase ahorcado, con la cuerda que le sujetaba. Y el Reverendo Maes¬ tro hizo gracias a Nuestro Señor que le había sacado de aquella perplejidad por la que tanto le había suplicado, y había perdonado que sus manos se ti-
ñiesen de sangre. A honor de Nuestro Santísimo Señor
Jesús y del Reverendo Maestro. Amen.
Fr. Miguel Caldenley T. O. R.

Quesiionario Religioso

PtegíUnta 91: Rdo. Padre: Entre amigos muévese la siguiente cuestión y le agradecería mucho rae la pusiese en claro: Cierto indivi¬
duo deja escrito en su testamento que \_sus herederos, después ,d® cuarenta años de su muerte, inviertan en misas para su alma la cantidad de cuatro mil pesetas. ¿Si dicha alma está destinada para arder en las llamas del Purgatorio, permanecerá allí hasta que hayan rezado las misas, por lo menos cuarenta años, o quedará libre seguidamente después de su muerte, por la voluntad que ya tuvo de que selas rezasen. B.S. M.-Un escrupuloso' Aríany.
Respuesta: Sin que queramo.s penetrar en los inescrutables juicios de Dios y hacien¬ do notar que el cielo se gana propiamente con los méritos de obras buenas, y no solamente
con misas, en el caso propuesto parece que
el alma ha de poder recibir la recompensa de su buena voluutad antes de que se celebren los sufragios que ya ha ordenado, y que por tanto. Dios la podrá admitir en su gloria aun¬ que no se hayan celebrado estas misas. Así como se peca con la sola voluntad, se puede merecer también por s^olos actos de voluntad.
Pregunta 92: Muy Rdo. Padre: Quisie¬
ran saber varias lectoras de «El Heraldo de
Cristos si las preguntas del Cuestionario son reales, es decir, si cualquier persona puede dirigir preguntas a \\ . R., o si hay que cum¬ plir alguna formalidad, como ser presentadas por el corresponsal de la revista o cosa sememejante. - R. G. Palma.
Respuesta: El Cuestionario Religioso es obra de caridad y no excluye a nadie. Sea quien fuere el que quisiera preguntar, hágalo confiadamente y sin ningún compromiso. Se
le contestará sobre la Revista, o en forma par¬
ticular, si lo prefiere. Pero debido al número de preguntas, no siempre se puede contestar
al momento.
Pregunta 93: P- Delgado: Muchos Tei’ciarios me piden en confesión la Absolución General propia de los afiliados a la Tercera Orden Secular, quienes pueden recibirla va¬ rios días cada mes. ¿Podría poner la fórmula abreviada en el «Heraldo» para facilidad mía V de mis compañeros de ministerio? Se lo agradecerá infinitamente su amigo y capellán
P. N. de Menorca.
Respuesta: Para la Absolución General de que me Úabla S. R, bastan estas precisas palabras: «Auctoritate a Summis Pontificibus

mihi concessa plenariam omnium pecatorum tuorum indulgentiam tibi impertior, lij nomi¬ ne Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amén».
Pregunta 94: Hay en nuestra parroquia varias asociaciones piadosas y una Hermandad
de Terciarios Seculares de S. Francisco. Sería
mi gusto dijera en que orden deben asistir a las procesiones, si ^es que haya alguna disposi¬ ción dada respecto de este asunto.— A. D.
Cindadela.
Respuesta: Ante todo be de decir a Vd. que, si es seglar, procure obedecer las órde¬ nes de su párroco o de quien tuide de la pro¬ cesión: (Chantas non quaerit quae sua sunt). Si, en cambio, es Vd. sacerdote, y le interesa saber el orden de precedencia entre las aso¬
ciaciones de fieles, consulte el canon 701 del
Código de Derecho Canónico, en donde se es¬ tablece el orden siguiente: 1.” Terceras Orde¬
nes; 2.“ Archicofradías; .3.” Cofradías: 4." Pías
Uniones primarias; 5.” Otras pias uniones; Notemos, empero, que la cofradía del Santísi¬ mo Sacramento, si en la procesión, fuese lle¬ vado el Santísimo, precede a las Archicofradías. Y además, no deje dé consultar el
Reglamento de la Adoración Nocturna, en donde se fija el puesto que en tales procesio¬ nes corresponde a los Adoradores.
Pregunta 95: Mi Rdo. Padre: Que. dice Vd. de eso. En el capítulo 16 del Evangelio según S. Mateo, Jesucristo constituye cabeza de la Iglesia a S. Pedro, diciéndole; «Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia», etc... Ahora bien en el
mismo capítulo, ^y precisamente cinco ver¬
sículos más abajo, Jesús dice a Pedro: «Quí¬ tateme de d.elante. Satanás, que me escanda¬ lizas». ¿No deberá interpretarse esc último como una condenación de lo primero? G- F
Manacor.
Respuesta: (De ningún modo. Cierta¬ mente hay diferencia entre esta reprensión y las alabanzas que tributó poco antes cuando le hizo cabeza y fundamento de la Iglesia. Pero es que Jesús ahora quería advertir a S. Pedro y corregirle para siempre para que
no se metiese a contradecirle, ni hacer obser¬
vaciones humanas y carnales, en una materia que precisamente era de las más esenciales en la misión y vida de Cristo y de toda su Iglesia. Para que no nos quepa la menor duda, fijar¬ nos en las palabras que 'Jesucristo resucitado dijo al mismo Apóstol: Simón, hijo de Juan... apacienta mis ovejas.
P. Delgado

NECROLOGIA

Campos del Puerto.-El 23 dei pasado Agosto falleció, a los 28 años de edad, la bondadosa joven Lucía Venv Mas. Fue mo¬ delo de jóvenes cristianas, captándose las simpatías de cuantos la trataban. Al acercarse el momento de su muerte pidió y recibió con gran fervor los Santos Sacramentos, pasando los últimos días preparándose para la eterni¬ dad y consolando a sus familiares.
Inca. —Día 17 del pasado Agosto falleció, confortado con los aUxilios espirituales, Don
Juan Beltrán Martorell, a la edad de 82 años.
Fue amante de San Francisco y suscriptor de
«El Heraldo de Cristo» desde su fundación.
Palma. —Confortada con los Santos Sa¬
cramentos,, durmióse, plácidamente, en el Señor, la Srita. Juana Ribas Canet, a la edad de 48 años. Mujer toda de Dios pasó su vida haciendo bien. Fue celosa y muy entusiasta presidenta de Coro de la Hermandad de Ter¬ ciarios establecida en la iglesia de San Fran¬ cisco, suscriptora de nuestra revista y aétualmente, desempeñaba el cargo de'^Presidenta del Centro de Acción Católica y de la Aso¬ ciación de Hijas de María, de la Parroquia del Sagiado Corazón de Jesús (Hostalets). Muy devota de la Eucaristía, comulgaba diariamente y sus ocios los pasaba ante el Sagrario o enseñando el Catecismo a los párvulos del Colegio de las Hijas de San Vi¬ cente de la mencionada parrçquia. Que el Señor la haya galardonado con su santa gloria.
Manacor.—Día 31 de Mayo falleció ha¬

biendo recibido los Sacramentos y confortado con la Bendición A¡)Ostólica J3. Martín Aleover Sureda, cuando contaba 80 años de edad-
Hombre a la antigua, cristiano a carta cabal distinguióse, como su difunto hermano el M. T. Sr. I). Antonio M.* AJeover, Canónigo de la S. J. Catedral, por su devoción a San Francisco y a la Tercera Orden y por su amor y entusiasmo por las costumbres patriarcales
antiguas usanzas de nuestra tierra.
. —Falleció, también, cu Manacor, día 23 de Julio, D. Juan Durán Ordinas, después
de recibir los Santos Sacramentos. Contaba
80 años de edad y distinguióse por su amor a San Francisco y por su fervor en asistir a
todos los actos de la Tercera Orden de la que
era celoso miembro. Nuestro pésame a su esposa D.* María Bosch Soler.
Monluiri.-Después de recibir los auxi¬ lios de nuestra sacrosanta religión acabó, sus
días el 29 de Mavo último, la terciaria y sus¬
criptora de nuestra revista D." Catalina Bauzá Miguel.
Descanse en paz.
Muro.— El día .9 del pasado Mayo durmió¬
se dulcemente en el Señor D.“ Francisca Cer-
dó Seguí. Fue siempre fervorosa Terciaria, suscriptora del «Heraldo de Cri-sto» y ejem¬ plar madre cristiana;' pertenecía a todas las asociaciones piadosas de .su pueblo. Murió á la edad de 85 años. Nuestro más sentido pé> same a sus hijos, y particularmente a su hija
D.* Josefa Sabater,

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