El Heraldo de Cristo El histórico Castillo de Bellver, que con su nueva Y espléndida iluminación imprime una sonrisa de luz sobre las dormidas aguas de la bahía de Palma, en la alegría de las fiestas patrióticas. AÑO XXXI AG0ST01939 Núm. 359 LECHE CONDENSADA LA MAS PURA Y NUTRITIVA PALMA - MALLORCA Arturo Rizzi, 24. - Teléfono 2125 Antigua casa Falconer Sucesor S. MAS REUS Harinas—Arroces— Cereales Salvados—Legumbres Despacho: Arbóa, 1 AlmcoeneirHostales, 26 • 30 • 32 - 43 Teléfono 2123 • PALMA GUILLERMO SOLER Calle J aime II, 4 — Palma de Mallorca D R06UERIA JOSE VILA COLL Aparatos, Productos, matorlal fotográfico Drogas, coloras, pintu¬ ras, osnialtos, barnicos, brochas, pinedos, labonos, tolas, tobos y co¬ loras al éloo, aeuarolas y pastal. P. Sta. Eulalia, 2 Palma Panadería Confitería Pastelería Forn de Plassa ESPEEinilDAD EH EHSfllMflOAS Plaza Mayor, 39 y 40 con sucursal en la calle de San Miguel, 33 esquina Gater. COMER GALLETAS pero... 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Señora de Cura a la Catedral de Palma de Mallorca (Véase nuestro número de RANDA.) VISTA PANORAMICA DEL SANTUARIO ANTES DE LA RESTAURACION DOS ESTAMPAS DE CURA Bella fotografía que gentil¬ mente envió a «El Heraldo de Cristo» el angelical niño Gui¬ llermo Rosselló BordoYf que, el 9 del pasado Julio, recibió por primera vez el Pan de los An¬ geles en la devota iglesuca de Cura, de manos del Rdo. P. An¬ tonio Mójer, Superior del San¬ tuario. En ella aparecen el nue¬ vo comulgante y sus venturo¬ sos padres D. Francisco Rosse¬ lló Gil, Director de la Escuela Graduada de Levante, de Pal¬ ma, y Doña Margarita Bordoy Sansó, Maestra Nacional, suscriptores protectores de nues¬ tra revista. A ellos nuestra efu¬ siva felicitación. ENTRADA ACTUAL NUESTRAS MISIONES Con el eco de este ardiente suspiro de Cristo en el corazón: «Otras ovejas tengo que no son de este redil y es necesaario que las reúna, a fin de que se forme un solo rebaño bajo un solo pastor», y sintiendo aún en su pecho la dul¬ zura nostálgica del adiós de sus hermanos, nuestros misioneros, después de un viaje de casi tres semanas, se encuentran, por fin, en la diócesis de Patna (India), donde se extiende el nuevo campo de apostolado, al cual el Dueño de la Viña los ha llamado. Su penoso viaje ha tenido por corona la cariñosa y fraternal aco¬ gida que les han dispensado los misioneros de la compañía de Jesús, que, desde hace mucho tiempo, dedican sus cuidados a los infieles de esta vasta diócesis. Su nuevo campo de apostolado es tan inmenso que bien nos lleva a la men¬ te el lamento del divino Maestro: «La mies es mucha más los operarios son po¬ cos». Nadie puede tildarnos de exagerados al afirmar que la diócesis de Patna es la más grande del mundo, ya que cuenta unos 27 millones de habitantes que pueblan una superficie de tierra tan grande como once veces Mallorca. ¿De tan interminable multitud de almas, cuántas son las que han entrado, ya, en el rega¬ zo materno de la Iglesia? Apenas unos pocos millones. Los restantes viven aún en las densas tinieblas del paganismo. La Providencia ha confiado a nuestros misioneros la parte más primitiva de tan inmensa región, a saber, la de los Saníalos, primeros habitantes del país, los cuales hablan un lenguaje muy diverso del indio, y muy difícil de aprender por sus abreviaciones inperceptibles y por los sonidos casi inarticulados que lo ca¬ racterizan. Por tanto los misioneros que quieran trabajar con fruto, en medio de tales gentes, deben saber, además de la lengua inglesa que es la oficial, la india y la de los Santalos. Y nos es grato decir que nuestros misioneros se han entre¬ gado con tal ahinco al estudio de esta última, que han hecho en ella notables progresos, por manera que ya empiezan a dar la explicación del catecismo y hasta alguno de ellos logra escuchar también las confesiones de los fieles. De Santalos los hay en tres regiones diversas: a saber, en Patna, en Calcuta y en Ranchi. Al Norte de la diócesis de Patna sé halla enclavado el Estado autó¬ nomo de Nepal cuyas puertas no se abren para ningún blanco, razón por la que, en esta parte de la vasta diócesis, no se desenvuelve ninguna actividad misio¬ nal... Un poco más arriba, separando la india del Tibet, se extiende la cordillera del Himalaya, con la famosa montaña de Everest, la más alta del globo y corona¬ da de nieves perpetuas. Hacia el Sur, entre una vejetación exuberante, la dióce¬ sis se dilata unas cien millas, debajo del Ganges, el rio sagrado de los indios, siendo las tierras que baña este río las más fértiles y pobladas de India y que con gran verdad son llamadas Jardín de Himalaya. En el lejano sector de la diócesis de Patna, confiado a nuestros misioneros, *el estado de la religión es más bien primitivo. El pueblo duerme tranquilo en el fondo obscuro del animismo, en espera de una Fé que venga a redimirlo. El 100 El Heraldo de Cristo Nepal, llamado el «Reino prohibido» permanece rigurosameníe cerrado al foras¬ tero Y al misionero, y iodo esfuerzo realizado, hasta ahora, para romper sus ba¬ rreras, ha resultado vano. Ninguna posibilidad hay, pues, de que sus habitantes puedan elevar sus ojos a la verdadera luz, porque esto no les es de ningún mo¬ do permitido. Más los pocos que algún día tuvieron la fortuna de pasar los con¬ fines del reino y escuchar la voz del misionero conservan celosamente en su corazón, como un tesoro, la Fé recibida... Les misioneros aguardando tiempos más felices, por ahora deben contentarse con levantar escuelas y hospicios a lo largo de las fronteras del estado inviolable, con la esperanza de hacer penetrar en la mente y en el corazón de los pocos alumnos que frecuentan dichos lugares la verdad de la Fé, confiando, empero, que la semilla que echan con tantas an¬ gustias en el surco, venga, en días no lejanos, a producir frutos inesperados. ¿Serán por ventura, los misioneros de la Tercera Orden Regular de San Fran¬ cisco, los apóstoles afortunados que experimentarán, algún día, el gozo y el consuelo de derribar y sobrepasar los confines del reino de Nepal, en los cua¬ les está escrito: «Dios no pasará por aquí» {Hágalo el Señor! O N «El Heraldo de Cristo» felicita efusivamente a los noveles Ministros del Señor Fr. Jaime Sansó Aloy, Fr. Juan Ramón Cañellas y Fr. Bernardo Riutort Serra,. deseando que sus tareas en la viña del gran padre de familias sean floridas en bendiciones celestiales y maduros en frutos copios de apostolado. jAd multos annosi i Ittiíitníï (Leves comentarios histórico-crííicos, en ocasión de la triunfal y apoteòsica bajada de la venerable Efigie a la Santa Catedral Basílica de Mallorca) N la cima del mon¬ te de Randa, au¬ gusto Y adusto como un Alver- nia, cual blanca flor de alcaparra prendida en la hendidura de una peña, tiene su pobre y milde ermita una Virgen diminuta, que los antiguos llamaban Ntra. Sra. de Randa y que, desde principios del siglo XVI, es co¬ nocida bajo la consoladora advocación de Ntra. Sra. de Cura. Su semblante, amoroso Y piadoso, parece bañado por un rayo de luna; sus ojos brillan como dos luceros y miran como los de una madre cariñosa; y con su larga diestra de marfil, hecha como a torno, aprieta dulcemente contra su pe¬ cho al Divino Infante, más bello que un pimpollo de rosa besado por el aljófar, que no saben si llora riendo o si rie llorando. A los ojos de sus sencillos y devotos adoradores esa milagrosa y veneradísima Efigie aparece como la Virgenciía del Bea¬ to Ramón Lull, no de otra manera que si el marianísimo Penitente de Randa hubiera sido su primer paje o ermitaño, que le en¬ cendiera las primeras velas y le ofrendara las primeras flores. Hablando en sentido moral o místico, esa opinión vulgar no es un error del todo in¬ fundado sino, más bien, una verdad algún tanto exagerada, Ntra, Sra. de Cura, es sen¬ cillamente, una Virgen «luliana», porque el cariño tiernísimo y la devoción profun¬ dísima que siempre le han profesado los mallorquines, nunca se ha separado de un amor muy tierno y de una devoción muy profunda al Penitente contemplativo de Randa. Lo que vale tanto como decir que en Mallorca no hay, apenas, devotos o amantes de Ntra. Sra. de Cúra que, al par, no lo sean del Beato Ramón Lull, ni hallaréis devotos del Beato Ramón Lull que, al mis¬ mo tiempo, no lo sean de Ntra. Sra. de Cura. No es difícil, empero, alegar algunas ra¬ zones para probar, más positivamente, el «lulismo» de Ntra. Sra. de Cura, algunas de las cuales vamos a presentar a nuestros lec¬ tores: A) - EL ORIGEN DE LA PRIMITI¬ VA ERMITA DE RANDA ES COMPLETAMENTE LULIANO Según se narra en la «Vida Coetània» (1), en la cima del monte de Randa, en el mis¬ mo lugar en que, más tarde le aparecería el pastorcillo celestial que, postrado de hino¬ jos, besaría sus libros y bendeciría al Maes¬ tro con la señal de la cruz, a!-igual que si (1) f ...e en aquell loch hon ell rabe aquella gran illuslracio ell feu hediliicar hun armitoii en lo qual stech 22 RANDA fuera un gran profeta, Ramón Lull hizo edi¬ ficar una ermita en la cual moró por espa¬ cio de cuatro meses, suplicando, día y che, a Dios Nuestro Señor que el Arte que ordenara fuese para su honor y provecho de la santa fe católica, que a Él pluguiera hacer prosperar. Guando esta ermita fué consagrada al culto de la bendita Madre de Dios no es fᬠcil averiguarlo. Sin embargo, no faltan quienes se inclinan a creer que, ya en el mismo siglo XIV, debió el humilde ceno¬ bio convertirse en pequeña capilla dedica¬ da a Santa María, o bien, junto a la primi¬ tiva ermita se construiría y dedicaría a la Virgen un oratorio. (2) Según esta última opinión resultaría que, ya a la sombra de la primitiva ermita de la Virgen de Randa, hubieran levantado su celda y su cátedra lulistas tan eminentes como el Reverendo Pedro Juan Llobet, ca¬ talán, que era la maravilla de propios y ex¬ traños/ y en el interior de este primitivo oratorio mariano hubiera debido de cum¬ plirse aquello que la munífica y noble da¬ ma barcelonesa Beatriz de Pinós ordenaba en su primer testamento notarial, (Barcelo¬ na 1478) al hacer donación de todos sus bie¬ nes a la Universidad de Mallorca eñ favor de las escuelas principiadas por el Bien¬ aventurado Maestro en la Montaña de Ran¬ da (o las que se hicieren da sus bienes en Miramar), a saber: que un presbítero de buena fama y honesta conversación cantara con los escolares una misa diaria, en la Igle¬ sia del Colegio, por su alma y por la de los fieles difuntos, y que, juntamente con los escolares, rezara el oficio que compuso el referido Maestro Ramón Lull sobre los san¬ tos nombres de Dios y el otro oficio de la Sacrafisima siempre Virgen María, publicado también por el mismo Ramón Lull. (2) ¡Qué idea más fe¬ liz tuvo la magnánima señora barcelonesa! ¡Así, hablando en sentido místico, sí que hubiera sido el mismo Ramón Lull el pri¬ mer pajecillo de la primitiva Imagen de Ntra. Señora de Randa, y el primer ermita¬ ño que le cantara las divinas alabanzas! Muy pronto, empero, la hija de Beatriz de Pinós Juana Estefana de Castro, Vizcon¬ desa de la Isla y de Pinós, impugnaba la va¬ lidez de este testamento cuya eficacia el rey, tenía a bien dejar en suspenso en le¬ tras firmadas en Barcelona a 16 de Octubre de 1478. Día 11 de Noviembre de 1484 doña Beatriz de Pinós manifestaba su voluntad definitiva en su segundo testamento cuyo contenido ya no hace a nuestro propósito. B) - LA CORONA DE GLORIA DE LA VIRGEN DE CURA ES LU- LIANA POR DERIVACON. Siendo en un tiempo tan venerado de los mallorquines el Beato Ramón Lull y tenien¬ do la Virgen de Cura levantado su alcázar en la cima del monte de Randa, tan ungido de recuerdos lulianos, no es de admirar que, entre los fieles de Mallorca, se acrecentara muy sobre manera la devoción a Ntra. Se¬ ñora de Cura, que, por otra parte, dispen- (Dibujo de D. Francisco Rosselló.) ALBUM LULIANO N.° 8 per spay de quatra mesos die e nit suplicant a nostro senyor que aquella art que hauia ordenada fos a honor sua e a profit de la sancta fe catholica e que li plagues aquella prosperar.i <E de ffet stant lo dit Reurend mestra en aquesta forma e manera, esdeuench se que un jorn li venen hun pastor de ouelles joue...» (Vida Coetània del Reverend Mestro Ramon Lull, p.is.i» (2) «Et nihilominus volumus et ordinamus quod in prefatis scholis dicti Reverendi Magistri Lulii, semper existat unus presbiter, bone fame et conversationis ho¬ neste, qui teneatur cantare unaoum dictis scholaribus unam missam quotidianam in dicta schola pro animabus nostri fide liumque defunctorum, quique unacum dictis scholaribus teneatur facere in omnibus septem horis ca¬ nonicis cujuslibet diei illud officium per dictum MbgistrumReimundum editum et quot appellav t officium sanc¬ torum Dei nominum et etiam officium al. ud sacratissime semper Virginis Marie per jamdictum Magistrum Raimundum editum...» Cfr. Bolleli de la Societal Aiqneclògica Lul.liana, T. XXVI, 1935, p. 185-186. RANDA 23 saba a sus devotos gracias muy singulares Y favores muy señalados. Ricas alhajas adornaban su Imagen; preciosas lámparas de plata ardían ante su altar, Yi cada día, eran más numerosos los legados y funda¬ ciones que piadosas personas dejaban en la humilde ermita, en sufragio de sus almas. Ni era solamente en su iglesia de Randa que se celebraba la fiesta de Ntra. Señora de Cura. Ya en la primera mediedad del si¬ glo XVI, en la misma Catedral de Mallorca se fundaba una fiesta solemne dedicada a la Virgen de Cura, a celebrarse el domin¬ go siguiente a su fiesta o sea la cuarta do¬ minica después de Pascua. Y era el mismo limo. Cabildo Catedralicio que, en sesión de 11 de Abril de 1548, aceptaba aquella fiesta de la Virgen de Cura como doble mayor de Aloy, dándole la misma solemni¬ dad que se daba a la fiesta de la Visitación de la Madre de Dios. C) > DEVOCIONES GEMELAS. UN PASAJE DEL LIBRO DE LA SACRISTIA DE LA CATEDRAL Ya antiguamente, los fieles de Mallorca, en sus frecuentes romerías a la montaña de Randa, nunca separaban la veneración a la Virgen de Cura de la devoción al Beato Ramón Lull. Plácenos evocar, aquí, el re¬ cuerdo de una peregrinación palmesana a Cura, verificada en el año 1507, y que vie¬ ne a probar admirablemente nuestra tesis: «Como no lloviese, el Rdo. Moss. Gregorió Genovard, canónigo, con algunos devo¬ tos sacerdotes y hombres de honor partie¬ ron de acá (de Palma) el jueves, y el vier¬ nes 5 de Febrero, con un Crucifijo, cantando la letanía y otras devociones, fueron al mon¬ te de Randa, al lugar de las ermitas, y allá hubo procesión de Lluchmayor, de Algaida Y de Montuiri, e hizo el sermón dicho ca¬ nónigo,* Y hecho el sermón, se volvieron las procesiones, salvo que los de la ciudad comieron en dicho lugar, y antes que par¬ tiesen de allá, comenzó a llover, y de allí fueron a Algaida, y cayó una buena lluvia por la mayor parte de la Isla y llegaron bien mojados. En tan dovota rogativa llevaban escondida la mandíbula del Beato, milagrosa re¬ liquia que han venarado muchas generacio¬ nes agradecidas a gracias y favores que re¬ cibieron por intercesión del bienaventura¬ do asceta de Randa». (1) D) - LA VIRGEN DE CURA Y LA ANTIGUA ESCUELA DE GRA- MÁTICA DE RANDA. En la Escuela de Randa - dependiente del Rector y consiliarios de la Escuela Luliana (1) Libro de la Saoristia de la Catedral, íol. 475, Aroh. Cat. de la Ciudad - y bajo el manto piadoso de la Virgen de Cura, florecieron varones tan eminentes en ciencia y santidad como de¬ votísimos del Penitente de Randa. Solamen¬ E)-terecordaremos aquí el nombredel limo. Sr. D. Miguel Tomás Taixaquet, Obispo de Lérida y el de los religiosos Franciscanos, Fr. Julián Font y Roig y el P. Gabriel Miralies, ambos muertos en olor de santidad; P. Andrés Ballester, orador notable; y el M. Rdo. P. Julián Oliver, teólogo y Ministro Provincial en Mallorca. Ni hay que olvidar que era después del rezo cotidiano de la Salve a la Virgen, que los alumnos de Randa recitaban la antífona Y oración: «Raymundus pretiosae laudis abundus. Doctor profundus, regnat sine fine jucunduSj et collaudant multi sapientiam ejus. - Ora pro nobis B. Raymunde: ut digni efficiamur promissionibus Christi. - Oratio: Deus qui pro hujus mundi tenebris illus¬ trandis B. Raymundum Martyrem tuum doc¬ trina mirabili tuae Sapientae illustrasti, praesta Ecclesiae tuae, et ejus illustrata doc¬ trinis, propulsis erroribus et tenebris vitio¬ rum per viam virtutum incedat et ad te me¬ morandum, intelligendum, amandum et re¬ colendum convaiescat, et pro nobis sit intelligentiae atque eloquentiae perpetuus intercessor. Per Dominum...» ARGUMENTO DEL CORAZON De ningún modo puede negarse que en la mente y en el corazón de no pocos fer¬ vientes devotos del Beato, Ntra. Señora de Cura es como la divina Albacea del Doc¬ tor Iluminado y la omnipotente Celadora de los derechos inalienables del Bienaven¬ turado Maestro. ¿Qué más puede ansiar el celoso amante del Mártir de Bugia que su suprema glorificación en los altares? Ahora bien: son los mismos obispos coterráneos de Lull los que piden a Dios esta altísima gracia por mediación de la Virgen de Cura. En el «Libro de Ntra. Señora de Cura», ava¬ lorado con autógrafos de Obispos de las cuatro partes del mundo, del Generalísimo Franco y de otras ilustres personalidades, leemos la siguiente nota, escrita del puño y letra del celoso Obispo de Vich, limo, y Rdmo. P. Juan Perelló, SS. CC: «Pedimos a Dios Ntro. Señor, por intercesión de la Virgen de Cura, la canonización de su siervo el Bea¬ to Ramón Lull. - 2 de Agosto de 1934.» - El mismo anhelo había manifestado ya en el mismo libro el sabio lulista limo, y Rvmo. Sr. Dr. D. José Miralles y Sbert, ArzobispoObispo de Mallorca; «Con motivo de la Santa Pastoral Visita a Lluchmayor y Randa, Y deseando que los Terciarios Regulares Franciscanos puedan celebrar, aquí, el triun¬ fo litúrgico anhelado para el Doctor Arcangélico, Bto. Ramón Lull, - 13.9.1930». 24 RANDA CONCLUSION. «A MI OIDO DA¬ RÁS GOZO Y ALEGRÍA Y DARÁN BRINCOS DE CONTENTO MIS HUESOS ABATIDOS» (Sal. 50, 10). Acepte la celestial Señora y Reina del monte de Randa el humilde obsequio de es¬ te número de RANDA, para perpetua me¬ moria de su triunfal y apoteòsica bajada a la Catedral de Mallorca, y en hacimiento de gracias por haberse dignado, también, recibir el filial y devoto homenaje de los fieles en la iglesia de San Francisco, junto a las preciosas y venerables reliquias del paladín acérrimo de la Inmaculada Concep¬ ción y defensor incansable de la Mediación Universal, de María el Beato Ramón Lull, que inebriado de gozo y alegría, parecía clamar con todas las fuerzas de su alma, desde el fondo de su sepulcro glorioso; fAmable fill; saluda Nostra Dona qui es salut e benedicció nostra». Aquellas mismas palabras que Ramón es¬ cribió en su «Blanquerna» y que, años atrás, fueron sabiamente grabadas por nuestros religiosos en el severo frontispicio del San¬ tuario de Cura. FUENTES , iVida Coetània del Reverend Mestre Ramon Lulls según el manuscrito 16432 del British Museum por F. de B. Moll. Palma de Mallorca. 1933. - cHistoria del Santua¬ rio Y Colegio de Ntra. Señora de Curas por el M. litre. S. D. Mateo Rolgor y Capllonoh, Canónigo Archivero de la Santa Catedral Basílica de Mallorca. Lluchmayor. 1915. - «Bolletí de la Societal Arqueològica Lui.lianas, T. XXVI, 1935. Palma de Mallorca. Fr. Miguel Coldentey, T. O. R. La antigua ermita de Randa, según un grabado de una vieja edición del libro «Ars inventiva veritatiss del Bto. Ramón Lull, existente en la Biblioteca del Colegio de La Sapiencia de Palma de Mallorca. ALBUM LULIANO N.° 9 DE CURA A ALGAIDA 16 del pasado mes de Mayo, a me¬ dia tarde, cuando los entretejidos ra¬ yos de un sol de oro pálido revestían como de magna capa pluvial la desnuda monta¬ ña, la Virgencita de Cura dejaba su alcázar roqueño, montada en un vehículo y acom¬ pañada de la Reverenda Comunidad del Santuario. Al paso de la veneranda Efigie, los pajarillos, brincando de gozo en el es¬ caso follaje, deshojaban las flores de sus alegres trinos, no pareciendo sino que ha¬ bían adelantado la canción del Angelus en honor de aquella que pone miel en sus pi¬ cos y oro y plata en sus plumas. A la entrada de Randa aguardaban a la Virgen las Autoridades de Algaida con banda de música, el Rdo. Sr. Ecónomo y todos los vecinos de Randa, la villa de paz y de bien que, si en todas las estaciones del año es un delicioso vergel, aquel día, apa¬ recía tan profusamente adornada que era algo así como una glorieta celestial. Aquí la Virgen es colocada en su riquísimo ta¬ bernáculo abrillantado con flores de nieve por las manos delicadas de las Religiosas Franciscanas de Randa, tan lindo y sencillo que parece bordado con débiles cañas y que, al pasar por las calles y plazas de Pal¬ ma, suscitará la admiración de grandes y chicos. Ante la iglesia de Randa el canto devoto, vibrante y unánime de la Salve: «Salve oh Reina, Madre de Misericor¬ dia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra... Después la Virgen es levantada en su carroza triunfal con algunos religiosos de Cura y un coro de angelitos, tan vivos y graciosos que parecen ángeles de verdad. Algunos vecinos de Randa no quieren se¬ pararse de su Reina y Señora y la siguen a pié, rezando el Rosario. La entrada de la Virgen en Algaida íué triunfal y única en la Historia. A la cabeza de todo el pueblo estaban las dignísimas autoridades, que, a tal efecto, se habían adelantado a la carroza mariana. Estaba, también, presente el Clero Parro¬ quial, presidido por su Ecónomo. Tañían a gloria las campanas y sonaban acoides los instrumentos de una banda musical. Toda la villa estaba de fiesta. Aquí, palmas de victoria, entrelazadas con coronas glorio¬ sas de mirto. Allí, arcos triunfales, y, por todas partes, cantos y vítores a la Virgencita, que pasó haciendo bien, por entre las apiñaaas multitudes, hasta llegar a la Igle¬ sia Parroquial, en donde debía pernoctar. Pero no se quedó solita la Virgen, aquella noche. Después de solemne Hora Santa Mariana, que fué muy concurrida, turnos incesantes de fieles hicieron guardia de honor a Ntra. Señora,- junto a su altar se celebró, por la mañ^^na. Misa de Comunión, y, a sus pies, se acercaron muchísimos fie¬ les para recibir el Pan de los Angeles. Ni descansaron en paz los buenos algaidenses hasta después de haber acompañado a su ilustre Huésped de honor a la Estación del Ferrocarril, siendo los mismos concejales del Ayuntamiento y demás autoridades de la villa los que se disputaron el honor de llevar en andas, sobre sus hombros, el ta¬ bernáculo de la Virgen. Bien pronto silbó el tren especial que debía recojer a la veneranda efigie, el mis¬ mo tren que ya llevaba a Ntra. Señora de San Salvador de Felanitx, con su numerosa escolta de peregrinos. ¡Cómo celebraron aquellas multitudes de devotos el saludo de las dos Vírgenes, tan chiquititas, tan se¬ mejantes, que bien parecen, en verdad, her¬ manas! En el coche-salón, convertido en capilla, junto a la Virgen de San Salvador fué colocada la Virgen de Cura y junto a élla los buenos religiosos de su Santuario, que no la abandonaron ni un solo momento. Detrás de élla, en otros coches reservados expresamente para esto, fueron tomando asiento las Autoridades de Algaida y nume¬ rosos devotos de la Virgen. DE ALGAIDA A PALMA ^^ntre vítores y aplausos de las muche¬ dumbres, arrancó el tren. Breve parada en Santa María. Después del canto de la Salve las Autoridades su¬ ben al coche salón para ofrecer sendos ra¬ mos de flores a las Vírgenes, y, detrás de las Autoridades, suben todos los vecinos del pueblo para besar el pie a las sagradas Imágenes. Puede decirse que todo el pue¬ blo se ha volcado sobre los andenes de la Estación del Ferrocarril. Acaban de llegar, también, en tren especial las Efigies de la Virgen de San Salvador de Artá y de Bo¬ nany, con sus numerosas escoltas de pere¬ grinos, presididos por sus respectivas Au¬ toridades. De los dos covoyes se hace un solo convoy que parte entre cantos de jú¬ bilo y gritos de triunfo para no parar, va, hasta Palma, si bien, en los pueblos del trayecto, recibirán las cuatro Vírgenes escepcionales muestras de devoción. Palma entera, para no decir Mallorca 26 RANDA toda, hizo a las Vírgenes un magno y sin par recibimiento. A la cabeza de las apiña¬ das Y compactas muchedumbres se halla¬ ban las Autoridades de la Provincia que, más tarde, acudirían a recibir a las Vírge¬ nes de la Victoria y del Puig, de Santa Ma¬ ría la Mayor y de Lluch que debían entrar en la Capital por la carretera de Palma a Alcudia, en sendas artísticas carrozas. A SAN FRANCISCO P\\ara recibir a Ntra. Señora de Cura ha¬ bía llegado, no mucho antes, a los alre¬ dedores de la Estación de los Ferrocarriles la Reverenda Comunidad de PP. Francisca¬ nos de la Iglesia de San Francisco, presidi¬ da por el M. Rdo. P. Provincial, la Venera¬ ble Orden Tercera de Penitencia, la Juven¬ tud Seráfica, la Pía Unión Infantil de San Antonio de Padua, los alumnos de nuestro Colegio de La Porciúncula, una larga re¬ presentación de las Hijas de la Misericòr¬ dia, Terciarias Franciscar^as, y de las Her¬ manas de la Caridad, con blanquísimos coros de angelitos, portadores de ramos de flores, Y numerosos devotos de la Virgen. Con este nutrido y devoto acompañamiento, y lle¬ vada en andas por miembros de la Ju¬ ventud Seráfica, llegó a la Iglesia de San Francisco Ntra. Señora de Cura, recibiendo a su paso por las calles de Palma, el clamo roso Y filial homenaje de los ciudadados Una vez en San Francisco, fuá coloca da la milagrosa Imagen en el Altar Mayor exquisitamente adornado con velas y fio res. Después de una breve salutación a la Virgen, el M. Rdo. P. Provincial, celebró misa rezada, durante la cual los pequeños alumnos de La Porciúncula vertieron a los pies de la Virgen el suave perfume de sus -dulces voces en flor. Después el canto del Tedeum y, acto seguido, el besamanos, largo, devoto, con inurmullos de plegarias y lágrimas de emo¬ ciones... A LA CATEDRAL J. las cinco y media de la tarde, des¬ pués del ejercicio solemne del Mes de las Flores, con la misma pompa y solemni¬ dad con que había llegado a ella, es sacada de la Iglesia de San Francisco Ntra. Señora de Cura para reunirse con las otras siete Vírgenes en la Plaza de España, convertida en templo monumental, cuya bóveda es el cielo azul, cuyos pilares y capillas son los arcos de triunfo, y cuyas losas son el mirto Y las flores...A las seis queda organizada la procesión general que preside el Exmo. Y Rdmo. Sr. Arzobispo-Obispo de Mallorca, doctor D. José Miralles y Sbert, acompa¬ ñado del limo. Cabildo y seguido por todas las Autoridades Militares, Civiles y del Movimiento. Abren marcha la guardia mu¬ nicipal montada, con la banda de tambores del Ayuntamiento, y los lábaros de Falan¬ ge Española Tradicionalista y de las J. O. N. S. Luego desfilron, cada una con lucido acompañamiento, en el mismo orden con que las nombramos, las Vírgenes de Cura, Bonany, Artá, Alcudia, Pollensa, Inca, Fe¬ lanitx Y Lluch. Al pasar ante la parroquial iglesia de San Miguel, se agrega a la procesión la Virgen de la Salud. Las multitudes apiñadas en las calles Y plazas del trayecto-calle de San Miguel, Plaza del Marqués de Palmer, calle de Co¬ lón, Plaza de Cort, calle del General Co¬ ded—profusamente adornadas, tributan a las Vírgenes ovaciones interminables y lanzan, a su paso, canastos de flores. Al llegar la magna procesión a la Ca¬ tedral es la hora del Angelus. Un gentío inmenso llena, completamente, las anchu¬ rosas naves del primer templo de Ma¬ llorca, que a la riqueza de sus tapices y bro¬ cados une la magnificencia de su esplén¬ dida iluminación. Las nueve imágenes son colocadas a uno y otro lado del Altar Ma¬ yor, ocupando lugar preferente, el lado del Evangelio, la Virgen de la Salud y, al lado de la Epístola, la Virgen de Lluch, Patrona de Mallorca. Después el canto de la Salve, majestuoso e imponente, y por último la Bendición del Prelado en el nombre del Pa¬ dre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ALLI QUEDARON LAS NUEVE VIRGENES a Virgen de Cura, Dueña y Señora, ^ desde su trono de Randa, del llano Sur, Este de la Isla Mayor; la de Bonany, Seño¬ ra de Petra cuya maternal mirada fecunda, según tradición, las tierras que abarca su vista; la de la Victoria de Alcudia, testigo de luchas, espanto de invasores, protectora de la gente de mar; la de San Salvador de Artá besada por la dulce brisa de la costa levantina y aureolada de prodigios,- la del Puig de Pollensa, marinera, también, como la de Alcudia y faro, como ella, de los pes¬ cadores,- la de la egregia Inca, Santa María la Mayor, con privilegio pontificio, una de las primeras que quiso ser la dueña de los mallorquines; la de San Salvador de Fela¬ nitx, Virgen Coronada, que desde su atala¬ ya amedrentó y empavoreció a la horda; la Virgen de Lluch, la Reina de Mallorca, nuestra Morenefa, la de las leyendas queri¬ das, la morena del sol y de manos que ado¬ ran Y de labios que besan; y Ntra. Señora de la Salud, la Virgen histórica, venerada en la Iglesia de San Miguel de Palma, que aún lleva .en su hábito la sal y el nácar de la primera visita a nuestra Mallorca de Jai¬ me I. (Pregón de las Fiestas). Allí quedaron RANDA 27 las nueve Vírgenes custodiadas por mili¬ cianos de Falange con fusil y bayoneta ca¬ lada, para recibir el pleito y filial homena¬ je de todos los mallorquines, en continuo desfile de día y de noche... MISA DE PONTIFIGAI. ^1 día 18, festividad de la Ascención del Señor, con asistencia de todas las Auto¬ ridades y con un concurso casi nunca igua¬ lado de fieles, en la Iglesia Catedral y a la vera de las sacrosantas Imágenes se cele¬ bró Misa de Pontifical, siendo el celebran¬ te el Exmo. y Rvmo. Arzobispo-Obispo de Mallorca, que tenía de Presbítero A.sistente y de Diáconos de honor a los M. I. Sres. Deán, Arcediano y Chantre, y de Diácono de la Misa y de Subdiácono a los M I. Sres. D. Jaime Espasds y D. Juan Sirvent. El canto corrió a cargo de la «Schola Cantorum» del Seminario, reforzada con más de 60 cantores, y el sermón de acción de gracias fue predicado por el M. I. Sr. Ca¬ nónigo Magistral. Z.A VIRGEN DE OURA PARTE PARA LLUCHMA70R ^^^^ía 19, por la mañana, asistiendo las Autoridades, se organizó la procesión de despedida de las Imágenes, que presi¬ dió nuestro bondadoso Prelado. Desde la Plaza de Cort, colocadas las Vírgenes en amplio semicírculo frente a la tribuna de la Casa Consistorial, ocupada por nuestras primeras Autoridades, se cantó por miles de espectadores la Salve Regina. Y, des¬ pués, cada una de las Vírgenes con su lu¬ cido acompañamiento salió para su destino. Níra. Señora de Cura fué llevada a la Estación de los Ferrocarriles de Mallorca y fué colocada en el salón de primera clase, repleto de flores. Allí, todavía recibió el homenaje de numerosos palmesanos y los rezos de turnos de religiosos franciscanos que no la dejaron ni un solo momento has¬ ta su colocación, por la tarde, en el tren especial que debía transportarla a Lluchmayor. Esta Ciudad, tan devota de la Vir¬ gen de Cura, había reclamado, por medio de sus Autoridades religiosas y civiles, el paso de la Virgen de Cura por sus calles y plazas y era justo satisfacer tan nobles de¬ seos. Pero, antes, la Virgenciía, con su acompañamiento de religiosos y peregri¬ nos, se parará en el pueblecito hortelano de Sant Francesch (Aranjassa) y en la villa veraniega de El Arenal, porque sus veci¬ nos quieren venerar, a toda costa, a la Vir¬ gen de Randa. Al llegar a Lluchmayor una lluvia copiosa cae incesante del cielo. Los lluchmayorenses habían prepara¬ do una acogida triunfal y apoteòsica a la Virgen pero el agua desbarató sus planes. |Así lo quería la Virgencita de Cura que sabe enviar la lluvia cuando más bien de¬ be hacer a los trigales! En un coche ligero fué trasportada a la Iglesia Parroquial, en donde la aguarda¬ ban las falanges numerosas de sus devotos. Después, ejercicio solemne del Mes de María, besamanos y procesión solemnísima hasta la iglesia de San Buenaventura, en donde quedó depositada. Sermón del P. Cristóbal Esteva, T. O. R. y otra vez besa¬ manos... Al día siguiente, día 20, Rosario de la Aurora y, por la tarde. Mes de las Flores, sermón por el P. Antonio Pericas, T. O. R. y lucida y nutrida procesión hasta la salida de Lluchmayor. La Virgen iba, otra vez, en artística carroza, con su escolta de an¬ gelitos y de religiosos de Cura. Todo el trayecto que recorrió la vene¬ randa Imagen desde Lluchmayor a Randa estuvo matizado de idilios marianos. Aquí un labriego con su yunta de mulas, que inclinaba reverentemente la cabeza. Allá una viejecita, que invocaba, en voz alta, a la Virgen, llorando de emoción. Acullá un candoroso niño, que le ofrecía un ramo de flores. ¡Qué bella es nuestra fe! ¡Bienaven¬ turado el pueblo que cree! SU PASO POR RANDA SU I.LEGADA A CURA. '^^^^oda la villa de Randa aguardaba, des¬ de hacía largas horas, a su Reina y Se¬ ñora junto a la iglesia. ¡Gracias a Dios que al fin llegaba! Brincaban de gozo los chiquitillos. Daban gritos de júbilo los jóvenes. Lloraban de emoción los viejos. ¡Cómo la adoran los vecinos de Randa a su Patrona, Ntra. Señora de Cura! ¡Qué sencillo y, al par, qué sublime fué el piadoso ejercicio del Mes de las Flores, practicado junto a la Virgencita! ¡Qué acompañada quedóse aquella noche la sacrosanta Imagen en la Iglesia Parroquial de Randa! ¡Qué bella fué la fiesta que le dedicaron, al día si¬ guiente, las Hijas de María!. Misa de Co¬ munión general. Misa cantada con sermón de circunstancias y, por la tarde, la gran¬ diosa procesión, a la cual se sumó todo el pueblo, hasta la cruz de Randa, en donde tuvo lugar la despedida solemne de la Vir^ gen que, colocada en un auto adornado con primor, subió a su Alcazar, acompañada de la Reverenda Comunidad de Cura, que ya anhelaba el regreso de Aquella que es Vi¬ da, Dulzura y Esperanza de los que en ella fían, y, al paso de la Virgencita montañesa, cantaban dulcemente los pajarillos y daban tiernos balidos las ovejas... Al llegar Níra. Señora de Cura a las puertas de su vetusto Santuario la humilde campana de la ermita lanzaba al aire los dulces acentos del An¬ gelus, cantando: Ave María... Zagala divina,. ¡Ay que finos dardos divina y morena tus ojuelos duloes, rosa de corales adorado Infante, ) prendida en la peña. de lozanos bucles! Linda eremita cerrada entre riscos más gaya que perla entre oro y zafiros. ¿Qué te haces solita en ese altozano, oh Virgen la bella de los ojos garzos? Madre; bien quisiera serme el pajecito de ése que me dicen ser Dios parvulico. Zagala serrana, pura flor de nardo, ovejuela quiero ser de tu rebaño. Bésante los cielos ¡oh niña endiosada! y el sol mil cariños te brinda, y su gracia. Oh tú, que fiel hidalgo de esa mi Señora fuiste, ¡oh gran Raimundo! de mente ardorosa, Brazos de jazmines, ojos cual estrellas: dime por mi vida, di: ¿por qué vereda -I ¡oh ricos claveles, manos de mi Reina! llegarme he más presto al amor de Él y Éíla? Donosas caricias regálate el aura: báñante las flores de aromas en llamas. Tú sabes de amores ¡oh Amigo! y de zelos; dime, pues, la senda por dó llegar a Ellos. ¿Qué pimpollo es ése, ¡Oh juglar galante, loco enamorado retozón y ufano, de esa Reina Virgen asido a tu pecho con el Niño en brazos!. I que ríe, llorando? Súbeme a ese trono ¡Oh Niño hechicero de tersas mejillas, retoño florido de bondad y de gracia, que a sus reales plantas quiero exhalar mi alma. de esa Virgen Niña! Fr. A. Martorell, T. O. R. ENSALADA MALLORQUINA A MUNTANYA! I. Ah, sí! També m'agrada es correr per fer una mica d'esírai i al argar sa vis¬ ta. De íant en tant, és bona qualque soríideta i, llavors, també, un, així, pot bravetjar davant es qui bravetgen perque han vist un poc de món i han anat d'hostals i fondes. Els quals, si per ventura, no tenen cap, s'avanen, al manco, de que han tengudes cames i que les han tretes. I se'n aconhortenl Què no val porer dir: cJo també hi som estat... Heu conec. Per cert que...» i contar tot un rosari de soscaires? Perque, eixida, sense coses de través, no és bona per esser con¬ tada, ni casi interesa ningú i, amb molta dificultat, la vos perdonen. Com que la vos planyen...! -cJa heu crec, a peu! Idò, que't pensaves? Sabs que és de rost, allò! I sense camí ni carrera! No heí ha somera que hei pugi... I mos perderem, fiet, dins un espés de gatoves i argelagues, i en vols d'esqueixos, i ponyides, i escarrinxades. Ca! Però, això, encara, rai! Justament trobarem un banc de beies i varem pensar: «destaparem una caiera i men¬ jarem sobrasada amb mel». Un de sa colla deia que se'n entenia de caieres i de bresques... I què? Taia una bresca i ses beies heu prengueren tan malament que s'aborden a noltros i mos posaren una cara com unes xeremies inflades. Tantes fiblonades com Déu mai ha vist! I venga corregudes per dins aquell teixit de gatoves i qualcun qui resquillava i ja ei tenim assegut damunt s'arreveixinat de púes...l Emperò, es de sa bresca, fou tan el diantre que no l'amollà per meco. Mos arribam a aturar. -I sa senaieta? - demanam an es qui la duia. -Amb so fugir de ses beies, me deu haver caiguda... Estic desesperat de picades!... -Ja pots veure si la trobes! I que havia de trobar. Mare de Déu! Bono! No teniem res que menjar ni que beure, aperduats dins sa garriga i amb un sol que mos aixugava sa sang. Davant i darrera, mun¬ tanyes i muntanyes. Provam de xupar sa bresca. Es qui la duia no'n volia donar an es qui havia perduda sa senaieta. I casi se pegaren. Crits i renou. Pareixia que el cel davallava a trossos. -No haguessis tirada sa senaieta! -Tú tens sa culpa, perque has remogudes ses beies! -Que no! -Que sí! Emperò sa mel mos aumentava sa set i aviat ningú en volgué més. I tiràrem sa bresca.» Una escursió així, ja pot anar i ningú la vos plany. I si l'explicau a una rotlada, en¬ cara que no vos vulguen mal, tothom passarà gust de veure que passareu pena. Idò, jo, ara, vos n'he de contar una d'eixida, emperò tenc ànsia de que no vos agradi perque, tampoc, no va ésser de lo més desgraciada. Massa poc, per estar bé. Vaig anar en sa camiona fins a un poble de muntanya. (Allà, des camió, la gent en diu «sa camiona»). Aquesta camiona, a força d'anys, ha cobrada experiència i, ara, ja camina amb molt de seny i pausa. Es molt posada, ella. Ses costes, sí, ja les troba carregades. N'hi ha que se'n riuen, perque va poc a poc. Emperò, més prest o més tard, sempre arriba. Si, acàs, un frissa, hei ha un remei: anarse'n a peu. I no deu frissar ningú perque ningú pren aquest remei. Sa camiona val uis per mirar. Sa carroceria está tan dessustada com un cubell resse- 1Ó2 Él Heraldo de Cristo cal i amb sos cércols fluixos. Per poc menjat que estiga es camí, aquell embalum bota, i va i ve, com es batiport de Bunyola. Ses molles des sitiáis - amb uns coixins espellats i encerolats - de tan esbraonades, no vos poren servar i, sodroc que fa sa camiona, coixí que s'assola fins an es fort, amb ses naturals conseqüències. Ja heu crec si es passatgers arriben blans i amb ses anques ben batudes! Com a pops atupats. Ses portelles balderetjen,- es vidres no ajusten i, a cada passa, com qui s'hagen d'es- brellar. Sa coberta cruix de ses gerres de llet, d'uns carretells de vi de missa, de rests de corda que pareixen serps entorcillades, de covos de peix i de fruita, de»oba de soldat i, sobretot, des conductor - que és un homo de pa i tros i de carn ben piijada - que, en com¬ pondre ses coses an es terral de sa camiona, sembla que n'ha de fer un esboldreg i, de tots noltros, una coca. Es ferros, ses manetes de ses lancadures, ss volant, allò per frenar i canviar de marxa, es pujadors, sa llauna que tapa es motor... cada cosa gemega a sa se¬ va manera. Però, tanmateix, arribarem si Déu ho vol. Es conductor, per fantasia, de front i un poc regirat cap a ell, hei té un mirai ple de ronya i verrim i com a ratat de pigota. No hei ha res que dir: fa bona lliga amb tot s'adreç de sa camiona. An es vidre de davant, a man dreta, uns quants papers subjectes amb trinxes engo- mades. Algunes d'aquestes trinxes ja han amollat i es papers s'elcen i volaletjen igual d'aucells que no poren arrancar es vol perque están eixelats o formats d'una ala. Com que sa camiona redóla o, millor dit, s'arrossega amb tots es requisits i formali- dats degudes, du penjats, dalt es parabrisa, una taringa de cartells. Allà un «Se prohibe fumar» i tot lo que volgueu. Naturalment, aquesta prohibició no se deu referir an es fu¬ madors perque, dins sa camiona, cada nas d'homo es un fumeral. Per cert que pareixen molt bona gent i molt entesos en ses coses que no les atanyen. Mentres xuclen a sa pipa, es puro o es xigarro, van arreglant l'Espanya, parlen de posar traves curtes i de íaiar colls, si ses lleis no se compleixen. Hei ha un «Pasajeros», sense indicació des número que n'hi poren encistar, perque, això, dependeix de sa voluntat del amo i de lo que se puguen restenyer es passagers, a IF força de premudes. No vé a un. Es qui han de pujar, consenten, fàcilment, en anar estrets, ara es qui ja se són acoiíiodats a'dins sa camiona, són una mica més mals de ginyar. I hei ha morros, i ceies, i uiots per llarg. Sia com sia, allò se posa com una bota d'arengades, emperò, desseguida que mos po- sam en marxa, es viatge se sacsa tant i tant fort que, al punt, ja hei ha lloc per altres tants. Fora d'aquests dos cartells, hei ha un «Timbre concertado» i un «Lleno» trabucat, vull dir, amb ses lletres capgirades. Dirieu que aquest «Lleno» vessa, perque està damunt da¬ vall. Darrera es «Lleno», unes lletres que només mostren es caparrí i no sé que diuen. Mos enfilam cap a ses terres altes, i venga muntar ya! Ets ametlers duen una somada de metlles que els ejupeix. Emperò, ametller ajegui (de s'esplet) aixeca l'amo. Una guar¬ da d'auveies toses que pasturen, acalades. Un flotó de cabres que esbrosten tanyades tenres, se posen just, caic no caic, a sa vorera d'un marge i escapcen ets uis a una figuera. Amunt! El món s'eixampla i, de cada pic, hei ha més llum i com a més llibertat pes pensaments. No és estrany, perque, ets abres i tot, viuen, aquí, amb més llibertat. Es de ses planures estan afilerats, com un exèrcit de pau en desfilada perpètua. Es de muntanya, no. Cadascú tira pes seu compte. No és per ells això de créixer subjectats a tires. Brollen a dins cocons, as mig de roquissars, abocats sobre ets abismes i assalten sa muntanya, sense orde ni concert, lo mateix que una guarda de bestiar orat. Ja som an es final des trajecte. Ets passatgers arriben esmocats i capolats, però arri¬ ben vius. Ses feines són per sortir de sa camiona. Bé se'n hi val de paciència per triar i aclarir aquell embui i mescladissa de caps i espatlles, de cames i braços, de capells i paquets, i perque cada passatger quedi, precisament, amb lo seu...l En Tià de Sa Real. D.- ANA DE OLEZA Y DE ESPAÑA Día 6 del próximo pasado Junio la hermana muerte, con pie callado y ca¬ minar tranquilo, visitó en su lecho de dolor a la noble señora D.“ Ana de Ole- za Y de España, fervorosa terciaria y enamorada de S. Francisco, la cual pudo recibir tan temida visita confortada con los santos sacramentos y la Bendición Apostólica. Podemos asegurar, sin temor de faltar a la verdad, que la finada era una de aquellas auténticas damas españolas que, por su piedad sólida y bien depurada y por sus acrisoladas virtudes y vida ejem¬ plar, son el decoro de la Iglesia, el ho¬ nor de sus famililias y el consuelo de los pobres. La humildad y sencillez de S. Francis¬ co, que en su franciscana casa eran muy conocidas y bien practicadas por sus cristianísimos padres, le prendaron el alma en los albores de su juventud, y estas virtudes fueron, luego, el ideal de su larga vida,- noble ideal que supo lle¬ varlo a la práctica con tal perfección que, a semejanza de las humildes viole¬ tas que, ocultas y medrosas, exhalan de continuo y regalan generosamente su delicado aroma a cuantos pasan a su vera, ella, D.® Ana, sin darse de ello cuenta, iba perfumando el ambiente en que vivía con el regalado olor de las virtudes cristianas y de una vida fer¬ vorosa Y santa. El cumplimiento en extremo riguroso de sus obligaciones para con Dios y para con el prójimo y la conformidad con el divino beneplácito en las vicisitudes y trances apurados, que nunca faltan en este valle de lágrimas, fueron el caminito seguro que la llevaron a un alto gra¬ do de perfección. Su misa Y comunión y visita al Santí¬ simo eran diarias; practicaba sus rezos y devociones con la misma constancia y puntualidad con que lo hiciera si viviera en un convento de perfecta observancia regular; su nombre figuraba en la lista de numerosas asociaciones de piedad y de caridad, y de la cooperación entu¬ siasta Y decidida en las mismas hablan con harta elocuencia sus actividades en el seno de la Venerable Orden Tercera, establecida en nuestro convento de Pal¬ ma, de la cual fué diligente Tesorera por largo tiempo y con aplauso de todos. Hija de familia de noble abolengo y de costumbres cristianísimas, recibió la educación a la antigua usanza, y debido a ello supo evitar la ociosidad y frívolos pasatiempos mundanos, y en cambio amó tanto la laboriosidad que las mismas manos delicadas, que a la mañana ha¬ bían primorosamente bordado filigranas en oro y seda, por la tarde, de aquel mismo día, se ocupaban en los queha¬ ceres Y trabajos más humildes de la ca¬ sa, y en aquellos momentos la dulce son¬ risa que asomaba a sus labios patentiza¬ ba el gozo íntimo que en su corazón sen¬ tía al ocuparse en los mismos menesteres domésticos en que se ocupara la Virgen Madre en la casita de Nazaret. Solo Dios sabe y conoce las luchas que tuvo que sostener la extinta para domi¬ nar su carácter naturalmente duro, im¬ petuoso, vehemente, y, a fe mía, que pu¬ so tal freno a su genio que cuantos la trataban quedaban prendados de su afa¬ bilidad, dulzura y mansedumbre. La finada, a ejemplo de su seráfico Pa¬ dre, era muy amante de la pobreza y de los pobres, y las riquezas que Dios le concediera las empleaba secretamente Y sin vanas ostentaciones, en socorrer a los menesterosos, en embellecer la casa del Señor y en fomentar las vocaciones religiosas. Mucho tendrán que agrade¬ cer a su generosidad y laboriosidad nuestro real templo de S. Francisco de Palma que guarda, como oro en paño, obras de valor artístico debidas a su maestría y buen gusto, y nuestro seráfi¬ co Colegio de La Porciúncula que siem¬ pre la considerará como uno de sus más insignes protectores. Si es verdad que Jesús se complace en hacer participantes de los dolores de su cruz a las almas por Él más queridas, muy querida de Jesús debió de ser la fi¬ nada, pues, amén de las penas y tribula¬ ciones que esmaltaron el camino de su vida, la enfermedad que la llevó al se¬ pulcro fué larga y dolorosa, y ella supo soportarla por amor a su Jesús con ver¬ dadera resignación y espíritu de peni¬ tencia hasta el último momento de su vida. La conducción del cadáver a su últi¬ ma morada y el oficio funeral celebrado en S. Francisco fueron una prueba elo¬ cuente de las numerosas simpatías de que gozaba la finada y de su francisca¬ na humildad, pues estos servicios reli¬ giosos, por voluntad expresa de la di¬ funta, se hicieron conforme a la cate¬ goría que corresponde a la gente más pobre Y humilde de la sociedad. Descanse en paz la buena terciaria de S. Francisco, y sus hermanos y hermanas Y demás familia reciban la expresión de nuestro más sentido pésame. N ECRo Lo GIA Campos del Puerto. - Día 5 de Julio, durmióse plácidamente en el Señor, a la edad de 66 años, la distinguida Señora Doña Francisca Cerdá Más, Viuda de D, Cosme M.“ Oliver Lladó, habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica. Mujer ador¬ nada de privilegiadas dotes, todas las consagró al cuidado de su casa y al servicio de la Religión y de la Patria. Dignísima Vice-Ministra del Discre¬ torio de la V.O.T. distinguóse siempre por su vi¬ da de piedad, fiel observancia de la Regla Fran¬ ciscana y ferviente amor a la V.O.T. Todos los días asistía a la Santa Misa, recibía la Sagrada Comunión y rezaba el Santo Rosario. De espíritu eminentemente franciscano «amó el decoro de la Casa de Dios y el lugar donde habita su gloria», costeando espléndidamente la restauración de la Capilla de Ntra. Sra. del Rosario, el magnífico Sagrario de mármol y un riquísimo copón. «Abrió con largueza su mano al pobre, el cual nunca salió de su casa con las manos vacías,- vi¬ sitó frecuentemente las casas de los enfermos y menesterosos, consolándolos y aliviándolos en en sus aflicciones y necesidades». Presidenta de la Acción Católica, trabajó con celo de apóstol para llevar almas a Dios y acer¬ carlas a la Iglesia. No hubo Obra Benéfica o Re¬ ligiosa a la cual no prestase su valioso concurso; el Catecismo, las Obras misionales, la Buena Pren¬ sa, Vocaciones eclesiásticas fueron objeto predi¬ lecto de su actividad y protección. Nuestros Re¬ ligiosos Franciscanos que tuvieron ocasión de pasar por su casa guardan grato recuerdo de su caridad y generosidad para con ellos. Sufrió su larga enfermedad con serenidad y fortaleza, dulcemente resignada a la voluntad de Dios y teniendo continuamente en sus labios Y brotando de su corazón frecuentes jaculatorias y actos de amor a Dios. Su muerte fué la del justo, dulce y tranquila. «Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor.» Todo el pueblo exteriorizó su profundo sentimiento por tan irreparable pérdida, acompañándola a su última morada, llenando totalmente la Iglesia en los solemnes fu¬ nerales Y hasta derramando muchas lágrimas de amor y agradecimiento. Reciban su hijo D. Bartolomé Oliver Cerdá, su hija política D.“ Isabel Gomila Sala, su hermano D. Pablo, sus hermanas Rdas. Clarisas, Sor María de la Asunción y Sor Luisa, sobrinos y demás parientes la expresión de nuestra condolencia. Muro. - Día 24 de Septiembre del pasado año de 1938 dió su sangre genérosa para la regeneraciónde España en el frente de Cataluña, el bondadoso joven D. Lorenzo Clo- quell, a los 23 años de edad. Hasta su incorporación a fi¬ las militó en el Re- queté. Fué uno de los primeros en marchar a la pe¬ nínsula Y murió con gran entusias¬ mo por Dios Y por España. Reciba su familia el testimo¬ nio de nuestro pó¬ same. Porreras. - Día 3 del pasado Abril expiró en el ósculo del Señor, a los 40 años de edad, D. Juan Feliu Guasp, habien¬ do recibido los santos sacra¬ mentos. Hombre de arraigada pie¬ dad, fué, siem¬ pre, esposo Y padre ejemplar, ejerciendo con todos la caridad cristiana. A su distin¬ guida familia, antigua suscriptora de nuestra revista, nuestra más sentida condolencia. EL «CARRO TRIUNFAL» DE LÁ «BEATETA» ‘Con las alegrías de la paz, ha sido posible que volviera a recorrer las calles y plazas de nuestra ciudad, la tradicional cabalgata del «Cairo Triunfal». Todo Palma, grandes y chicos, se echó a la calle para presenciar la alegórica cabal¬ gata que habla a todos de una doncella mallorquina que supo hacer norma de su vida la virtud, se señaló como meta la santidad y mereció el honor de ser elevada a los altares por Su Santidad Pío XI, después de las irrefutables pruebas que exige la Iglesia Católica para declarar santas a las personas que en grado heroico han practicado las virtudes cris¬ tianas. Tarde del día 30 Mucho antes de las ocho, frente al patio de la Casa de Misericordia, donde se orga* nizaba la cabalgata, en las cercanías del Gobierno Civil, Vía Roma, Cuesta del Jardín Bo" tánico. Plaza de Sta. Magdalena, eran varios los miles de personas, hombres, mujeres y chicos, que se apretujaban en densas hileras para poder presenciar el paso del «Carro Triunfal». À la hora anunciada, a las ocho y media de la noche, salía la vistosa cabalgata a la calle, en medio de entusiastas aplausos de la multitud. Iban en primer término, en un cano de labor, adornado con palmas, los «xeremiers» tocando alegres tonadas típicas. Seguían luego tres caballeros, montando briosos caba¬ llos, vestidos con ricos trajes al estilo del siglo XVII y llevando hachones encendidos. Iba a continuación un pequeño carro «de parei» en el que iban dos muchachas ves¬ tidas al estilo mallorquín, siguiendo luego otros tres caballeros también ricamente ata¬ viados. Seguía luego un auténtico carro «de parei» del que tiraban dos mulas que estaba ocupado por un grupo de jóvenes de Validémose graciosamente ataviadas, que llevaban la antigua bandera de la Cofradía de Valldemosa, siguiéndolas otros tres jinetes, ricamen¬ te vestidos y llevando también hachones encendidos. Marchaban a continuación dos carros de labor adornados con plantas, llevando dos grupos de mozos vestidos con el típico traje de «misatges». Luego seguía, jinete en una muía y llevando la antigua bandera de la «Beata», de Palma, «son pare de Sor Thomaseta», personaje que estaba excelentemente representado por el «Sen Caló» de Valldemosa, Antonio Vila Mereant, a quien acompañaban otros dos vejetes montados en sendas mulas. Después, seguido a ambos lados por una docena de lacayos y criados vistiendo pre¬ ciosas y ricas libreas de antiguas casas señoriales mallorquines, marchaba el «Carro triunfal». Seis preciosos caballos de la Sección de Sementales de Baleares ricamente en¬ jaezados tiraban del «Carro triunfal». El cochero y postillones lucían también vistosísi¬ mos Y ricos trajes de época que daban gran efecto. Varios sirvientes llevaban bengalas de diversos colores, que hacían destacar todo el «Carro triunfal». En su trono de honor figuraba la «Beateta», que era representada por la bellísima niña Juana Gelabert Montérde, a quien acompañaban, vestidas de ángeles, Margarita Gelabert Moyá Y Catalina Gelabert Monterde. También iban en el carro vestidos de ángeles los niños Antonio Oliver, José Pérez, Luciano Espasas, Antonia Canals, Pedro Seguí, Jaime Socías, Juan Truyols, Antonio Coll, Jaime Soler, Francisca Socías, María Soler, Antonio Cañellas, Enrique Cañellas, Gabriel Parpal, Jaime Ballester, Antonia Llodrá, Juana Borrás y Antonio Martorell. Tras el «Carro triunfal» seguían tres payeses vestidos a la antigua usanza ginetes en sendas mulas, a quienes acompañaban sirvientes con «teas» encendidas, y finalmente ce¬ rraban el vistoso cortejo, tres caballeros ricamente vestidos al estilo.del siglo XVII lle¬ vando encendidos sendos hachones. El «Carro Triunfal» se dirigió seguidamente hacia el Gobierno Civil, desde cuyos balcones contemplaba el paso de la tradicional cabalgata el Gobernador, señor Vázquez Ramos, acompañado de sus familiares. El público estacionado en aquellas inmediaciones prorrumpió en grandes aplausos, que se iban reproduciendo en todas las calles de tránsito, muy especialmente en la anti¬ gua plaza del Mercado, hoy de Santa Catalina Thomás. El «Carro triunfal» después de recorrer todo el largo trayecto señalado en los pro¬ gramas, se retiraba a las once y media de la noche. Página OREMOS POR LAS MISIONES 27.CADEN• No ha mucho, amiguitos, el Sanio Padre confió a nues¬ tra Orden un nuevo campo de misiones. Se traía de la in¬ mensa diócesis de Patna de India que consta de unos 27 millones de habitantes, de los cuales solamente algunos miles son cristianos. ¡Cuántas cosas bonitas podrán contarnos los misio¬ neros! UNA CURIOSIDAD Para contar el indio comienza por extender la mano izquierda con los dedos separados. Después con el pulgar Y el índice de la derecha coge el dedo meñique de la iz¬ quierda Y dice; «ilee» y cogiendo luego uno por uno los dedos de la izquierda y diciendo; «divedi» (dos); «ditaro» (tres),- «diñe» (cuatro); «dilano» (cinco). Si tiene que continuar contando, cierra los dedos de la mano iz¬ quierda Y dice para empezar; «dia-selela», que significa «pasar a» y toca el dedo pulgar derecho que es el seis, el índice el siete. Y al fin extiende las dos manos hacia U. y dice; «lesome» (diez). Ocho se dice «dos dedos están to¬ davía cerrados» y nueve «un dedo está todavía cerrado». Cuando haY que explicar un número elevado la cosa se complica. Por ejemplo 9999 se dirá; «mil veces un dedo cerrado, cien veces un dedo cerrado, diez veces un dedo cerrado y todavía un dedo cerrado». ¿Te gusta? A ver si aprendes a contar como los indios. SOLUCIONES 17. MIRTO IREIS REUMA TIMAR OSARA 18. DEMETRIO 19. ACERO 20. ROSARIO Concurso de Acertijos de 1939 9 25. CUADRADO « « « « « « ♦ « « * « 4> « « ♦ * « ♦ ♦ * ♦ • « « Sustituir las estrellas por letras de modo que horizon¬ tal Y verlicalmente se lea; l.° ciudad antigua: 2.° árbol; 3.° para jugar: 4.° y 5.° tiem¬ po de verbo. 26. JEROGLIFICO • 4> * # « « * « 1» * « * DE LETRAS * « * « « * * 1» « ♦ * « * « 4« « * « « * « « * • Sustituir las estrellas por letras de modo que horizon¬ tal Y verticalmente se lea: l.° nombre de mujer: 2.® río: 3.® Y 4.°, nombres de varón: 5.° instrumento músico: 6.® moneda: 7.® personaje histó¬ rico: 8.® en Arabia: 9.® en la cabeza: 10 nombre de varón. 28. EBRO D . Brisa ¿Qué flor antepondremos para que nos de un nombre de mujer? Números obtenidos Pedro Fiol, 4 Bartolomé Barceló, 4 Flecha, 4 Anita Planells, 4 B. Barceló M., 3 Juan Nicolau, 3 Pedro Prohens, 3 Bartolomé Miralles, 3 Gerónimo Genovard, 3 Matías Juliá, 3 Cristóbal Mateu, 3 Marcos Sastre, 3 Juan Riutord, 3 Francisca Fuster, 3 Pedro González, 3 Baltasar Nicolau, 1 FABRICAS DE CDERMS, BLPIIRBIITRS Y LDHRS Catalá y Riutort S. L. OBRAS DE PALMITO Lonjeta, 14 • Teléfono 1761 Palma cle Mallorca ooooooooooooo HUHÍICEHES CO'H BOU TEjIDOS NOVEDA¬ DES PARA SEÑORA Lencería, Lanería, Pa¬ ñería y toda clase de géneros para caballero CASA DE CONFIANZA PRECIOS llfflITRDOS Siete Esquinas, 14 PALMA PASTAS PARA SOPA FáLriea Je CaJona Oro y Plata ROSARIOS Y COLLARES PLATA Y COLLARES ORO EN CADENA ALPACA Restauración de objetos religiosos. Especialidad de la Casa BARBADA LIMADA DE Antonio Valí» son de pura sémola FABRICA: J. A. 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