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Año XXXI

Palma de Mallorca, Mayo 1939

Núm. 355

EL PAPA HABLO A ESPAÑA
''£1 pueblo español salió en defensa de la fe y de la civilización cristiana". "Dios le conducirá por el camino de su tradicional grandeza".
PÍO Xll pronunció su mensaje en lengua española
ON inmenso gozo me dirijo a vosotros, hijos queridos de la católica España, para expresaros nuestra paternal congratulación por la paz Y la victoria, con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cris¬ tiano de vuestra fe y de vuestra caridad, probada con tantos y vjtan generosos sufrimientos.
Alegre y confiado esperaba nuestro predecesor, de santa me¬ moria, esta paz providencial, fruto sin duda de aquellas fecundas beiidiciones que, en los albores de la contienda, enviaba a cuantos se habían propuesto la difícil y peligrosa tarea de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la Religión. Y nos, no dudamos, de que esta paz ha de ser la misma desde entonces augurada, anuncio de un porvenir de tranquilidad en el orden y de honor en la prosperidad.
Altos destinos de España
Los designios de la Providencia, amadísimos hijos, se han vuelfo a manifestar, una vez más, sobre la heroica España. La nación iluminada por Dios, como principal instruinento de evangelización del Nuevo Mundo, y como baluarte inexpugnable de la Fe ca¬ tólica, acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista de nuestro siglo, la prueba más excelsa de que, por encima de todo, están los valores eternos de la religión y del espíritu.
La propaganda tenaz y los esfuerzos constantes de los enemigos de Jesucristo, parece que han querido hacer en España un experimento supremo de las fuerzas disolventes, que tienen a su disposición repartidas por todo el mundo. Y aunque es verdad que el Omnipotente no ha permitido por ahora que lograran su intento, ha tolerado por lo me¬ nos algunos de sus terribles efectos, para que el mundo viera cómo las persecuciones religiosas, minando las bases de la misma, de la Justicia y de la Caridad, que son el amor de Dios, Y el respeto a su santa ley, pueden arrastrar a la sociedad moderna, por caminos no sospechados de inicua destrucción y apasionada discordia.
Persuadido de esta verdad, el sano pueblo español, con las dos notas características de su nobilísimo espíritu, que son la generosidad y la franqueza, salió de los ideales de la fe Y civilización cristiana, profundamente arraigados en el suelo fecundo de España, y ayudado por Dios, que no abandona a los que esperan en El, supo resistir el empuje de los engañados por los que les envenenaron, hablándoles de un ideal de exaltación de los

52

El Heraldo de Cristo

humildes, y

sólo iban en provecho del ateísmo. Este primordial significado de vues¬

tra victoria Nos hace concebir las más halagüeñas esperanzas, ya que Dios, en su miseri¬

cordia se dignará conducir a España por el seguro camino de vuestra tradicional y cató¬

lica grandeza, la cual ha de ser el norte que oriente a todos los españoles amantes de su

religión y de su Patria, en el esfuerzo de organizar la vida de la nación, en perfecta con¬

sonancia con la nobilísima historia de Fe, Caridad y Civilización católica.

Caridad para los engañados
Por esto exhortamos a los gobernantes y a los pastores de la católica España que ilu¬ minen las mentes de los engañados, mostrándoles con amor lo falaz del materialismo, de donde han procedido sus horrores y desdichas, y de donde podrían venir nuevamente. Propugnemos los principios de justicia individual y social, sin los cuales las naciones, por poderosas que sean, no pueden subsistir. Son los que se contienen en el Santo Evangelio y en la doctrina de Cristo.
No dudamos que así habrá de ser. La garantía de nuestra firme esperanza está en los nobilísimos y cristianos sentimientos de que han dado pruebas inequívocas el Jefe del Estado, y tantos caballeros, sus fieles colaboradores, con la natural protección que han dispensado a los supremos intereses religiosos y sociales, conforme a las enseñanzas de la Sede Apostólica. La misma esperanza se funda, además, en el celo abnegado de vuestros obispos y sacerdotes, acrisolados en el dolor, y también en la fe, que da el espíritu de sa¬ crificio, de que en horas terribles, han dado heroica prueba las clases todas de la socie¬ dad española.
Homenaje a los mártires y a los héroes
Y ahora, ante el recuerdo de las ruinas acumuladas en la guerra civil más sangrienta que recuerda la Historia de los tiempos modernos, Nos, con piadoso impulso, inclinamos ante todo nuestra frente a la santa memoria de los obispos y sacerdotes, religiosos de uno y otro sexo, y fieles de todas edades y condicione?, que, en tal elevado número, han se¬ llado con sangre su fe en Jesucrisio y su amor a la religión católica.
«Majorem dilectionem nemo habet». No hay mayor prueba de amor. Reconocemos también nuestro deber de gratitud hacia todos aquellos que han sabido sacrificarse hasta el heroísmo, en defensa de los derechos invulnerables de Dios y de la Religión, en los campos de batalla y a los también consagrados a los sublimes oficios dé caridad cristiana en cárceles y hospitales.

Los niños expatriados
Nos, no podemos ocultar la amarga pena que nos causa el recuerdo de tantos inocen¬ tes niños, que arrancados de sus hogares, han sido llevados a lejanas tierras, con peligro muchas veces de la perversión. Nada anhelamos más ardientemente, que verlos restitui¬ dos al seno de sus familias, donde volverán a encontrar ferviente y cristiano, el cariño
de los suyos.
Para aquellos otros que, como hijos pródigos, tratan de volver a la casa de los pa¬ dres, no dudamos, que serán acogidos con benevolencia y amor. A todos, generosos her¬ manos del episcopado, aconsejadles la paz,- que en su tarea de pacificación sigan los prin¬ cipios inculcados por la Iglesia, y proclamados con tanta nobleza por el Generalísimo, de justicia para los criminales y de benevolencia generosa para los equivocados.
Nuestra solicitud de padre, no puede olvidar a esos engañados, a quienes logró se¬ ducir, con halagos y promesas, una propaganda mentirosa y perversa. A ellos, particu¬ larmente, ha de encaminarse con paciencia y mansedumbre, nuesfra solicitud pastoral. Orad por ellos. Buscadles. Conducidles de nuevo al seno regenerador de la Iglesia y al tierno regazo de la Patria. Llevadles al Padre misericordioso que les espera con los bra¬
zos abiertos.
La bendición del Papa
Queridísimos hijos: Ya que el arco iris de la paz ha vuelto a resplandecer en el cielo de España, unámonos todos de corazón, en un himno ferviente de acción de gracias al Dios de la paz, y en una plegaria de perdón y misericordia para todos los que murieron, y a fin de que esta paz sea fecunda y duradera, con todo el fervor de nuestro corazón os exhortamos. En prenda de las copiosas gracias que os atienden de la Virgen Inmacula¬ da y del Apóstol Santiago, Patrón de España y de todos los grandes santos españoles, ha¬ cemos descender sobre vosotros, nuestros queridos hijos de la católica España, sobre el Jefe del Estado y su ilustre Gobierno, sobre el Episcopado y su abnegado Clero, sobre los heroicos combatientes, y sobre todos los fieles, nuestra bendición apostólica.

Dos estampas de la solemne bajada de la Virgen de Cura a Randa.
Nuestra Señora de Cura sale de su alcázar, ha¬
ciéndole escolla de honor numerosos fieles de
Randa, Lluchmayor y pueblos comarcanos,
La Virgencita milagrosa a la entrada del risue¬ ño pueblo de Randa, que luce sus mejores joyas para recibir dignamente a su Reina y Señora.
ÍA tal Señor tal honor!

Ntpa. Spa. de Cupa, baja al pueblo de Randa
aÍí pie de la augusta montaña de Randa, en donde tiene su alcázar la Reina del Cielo y recibió el Beato Ramón Lull ilus¬
tración divina, hay una villa risueña, gentil y apuesta, que lleva
el nombre del monte: Randa. ♦ Y los vecinos de esta villa aman entrañablemente a su celestial Patrona, la Virgen de Cura, co¬
mo un hijo cariñoso ama y adora a su bondadosísima madre. No guardan en sus corazones pena ni gozo que no revelen, ingenua¬ mente, a su Virgencita de Cura, y ella, honor de su pueblo, los escu¬ cha sonriente, clemente y piadosa. Y desde la cima del monte mariano, baja incesantemente sobre el risueño pueblecito un rocío celestial, el rocío de la Madre de Dios. ♦ Ninguna maravilla, pues, que el pueblecito de Randa, tan luliano, tan mariano, qui¬ siera celebrar las fiestas religiosas de la victoria junto a su Virgencita,- y, como sea que no todos sus enfermos, sus viejecitos, sus ni¬ ños, podían recorrer la senda tortuosa y subida que lleva al san¬ tuario de la Virgen de Cura, concertaron con la celestial Señora de sus montes que ella bajaría al valle, y, por espacio de tres días, fi¬ jaría su relumbrante tronr en el altar mayor de su misma parroquia de Randa, junto a su devoto y enamorado siervo, el Beato Ramón Lull, para despachar allí, las súplicas de sus fieles y recibir el pleito homenaje de todos. ♦ Día 30 de Abril - día en que desde el punto llamado Es Coco des Corp del monte de Randa dióse la tradi¬ cional bendición a los frutos del campo - Nuestra Señora de Cura bajó en andas a Randa, haciéndole escolta de honor las Reverendas Comunidades de Misioneros de los Sagrados Corazones de San Ho¬ norato y de Franciscanos de Cura, juntamente con nutridas falanges de vecinos de Randa, Lluchmayor y pueblos comarcanos, que no ce¬
saban de entonar, todos juntos, las piadosas invocaciones de la Le¬
tanía Lauretana:
¡Consoladora de los afligidos: Ora por nosofrosi ¡Auxilio de los cristianos: Ora por nosotros! ¡Reina de los Angeles: Ora por nosotros!
La llegada de la veneranda efigie al pueblo de Randa, después de los cinco kilómetros largos de recorrido, fué realmente apoteòsica. Todos los vecinos que no asistían a la procesión aguardaban, con lágrimas en sus ojos, a su celestial Patrona, tributándole cariñosísi¬ mo y triunfal recibimiento. ♦ Y, entre delirantes aclamaciones y fervorosas oraciones de todos, la Virgencita de Cura pasó, haciendo bien, por sus vistosas y muy adornadas calles, hasta llegar a la igle¬ sia parroquial, en donde empezó seguidamente un triduo de acción de gracias, con un sermón de circunstancias que dijo el M. Rdo. P, Pedro J. Cerdá, Ministro Provincial de los Franciscanos. ♦ Día 3 de Mayo, a la hora, llena de nostalgia, en que los pajaritos cantores despiden al sol que ha regocijado sus bosques y ^fecundado las mieses, los vecinos de Randa despidieron, cantando, a su Patrona, sol radiante de piedad, que había llevado la alegría y el pan de la victoria a sus hogares.

SUPLEMENTO ILUSTRADO DE ESTUDIOS LULIANOS DE “EL HERALDO DE CRISTO"

Año I

MAYO 1939

Núm. 3

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. José Miralles y Sbert, Arzobispo-Obispo de Mallorca, una de las primeras figuras del renacimiento luliano en Mallorca
(Fot. de “Randa”)
ALBUM LULIANO N.° 4 *

El 19 del pasado més de Abril, recibióse
en la dirección de «El HERALDO DE CRISTO»
una carta autógrafa del E-xcmo. y Rvdmo. Sr- Dr. Arzobispo-Obispo de Mallorca, jun¬ tamente con algunas cuartillas lulianas, es¬ critas del puño y letra de S, E. I. y que nos complacemos, sumamente,, en reproducir aquí, para exaltación de nuestro ínclito Bea¬ to y consuelo de sus numerosos admira¬ dores y devotos. A nuestro bondadosísimo Prelado no sabemos más que decitle: ¡Mu¬ chísimas gracias!
N. de la D.

O que acontece, en el orden material a la vista del Duomo

milanés experimentará, sin duda, en el orden humano,

quien, sin prevenciones ni apasionamientos, contemple

la excelsa figura de la mayor de las glorias mallorquinas

en el orden del apostolado intelectual y religioso. Del

mármol de la frágil naturaleza de los hijos de Adán, ta¬

llado en la cantera de increíble penitencia, el espíritu

de Dios formó y modeló a imagen de su Amor un templo

augusto en donde la sabiduría se lanza a desvanecedoras especulaciones, la

caridad se remonta a sublimes éxtasis y en ellos se explaya, confunde y derri¬

te, y la vida entera se ofrece en holocausto y se entrega en sacrificio para sa¬

tisfacer inextinguibles ansias y alcanzar perdurable e imperecedera existen¬

cia. Todo es allí imponente, y todo convida allí al pasmo y a la adoración; y,

sin embargo, nada allí abruma, aunque aturda, porque en su excelsitud se ve

siempre lo humano transformado por la gracia soberana y mostrando en su mis¬

ma sublimidad la armonía que reduce a unidad todas las partes de aquel pere¬

grino compuesto. Armonía con el carácter de su raza y con la edad caballeres¬

ca en que le tocó vivir,- armonía entre la contemplación, la vida activa y el

martirio,- armonía, la mayor que conocemos, entre padecer, especular y amar

hasta el extremo,- armonía gigantesca por su rapidez en unirse a Dios, el celo

por defender sus derechos y dilatar su adorable nombre, y el entusiasmo en

derramar por su fe la sangre generosa,- armonía entre Marta y Magdalena en

sus varios aspectos de asceta, misionero, sabio, controvertista y víctima,- he

aquí lo que se descubre en Ramón Lull, y lo que hace de él un ser a la vez

excepcional y perfectamente humano, un santo en quien la belleza y la bon¬

dad se conciertan y unimisman por admirable manera,- en una palabra, ese

luchador en quien se hermanan hermosura, honestidad y bien purísimo y que,

con expresión llena de misterioso sentido, ahora imposible de ser extrañado,

llama San Pablo un buen sofdado de Crhfo, o, como mejor precisa el original

griego, kaiós strafiofes Jesou Xrisfou". (II a Timoteo, II, 3)».

Así consideramos al Beato en 1901, al pronunciar el primero de los cinco

panegíricos que en la Iglesia de S. Francisco hubimos de dedicarle,- así en

1932, en la Carta Pastoral conmemorativa del séptimo centenario de su naci¬

miento,- así ahora, en que los Terciarios Regulares Franciscanos inician una

empresa de exhaltación que ha sido, desde largos años, uno de nuestros más

acariciados ensueños.

13.4.1939.

*f* JOSÉ, Arzobispo-Obispo de Mallorca.

íülista de nuestros días

Notas en forno a un discurso académico del P. Gemelli

II
El Bfo. Ramón Lull en el discurso
del Padre Gemelli.
HORA pasemos, ys/ a
la parte del discurso
académico del Padre
Gemelli, que hace a nuestro propósito, y que dividiremos en
dos puntos: uno que
podríamos llamar in¬ troducción Y el otro
narración.
A) Introducción: Domingo de Guzmán y
Francisco de Asís. Tomás
de Aquino y Ramón Lull.
cBaste pensar en la Edad Media, cuando la Iglesia tuvo un estremecimiento nuevo de vitalidad gallarda, y cuando, después
de haberse sucedido batallas contra la bar¬
barie y tentativas a través de los varios re¬
nacimientos - desde el renacimiento caro-
lingio al renacimiento del siglo XII - pudo cantar su nueva e inmortal primavera.s
tHubo entonces dos movimientos que
arraigaron y que constituyeron la grandeza de la época. El uno tuvo su fuente en un Santo español: Domingo de Guzmán,- el otro,
en un Santo Italiano: Francisco de Asís. No inútilmente nuestro Dante unió en el abrazo
de su divino poema a los dos apóstoles: el apóstol de la verdad y el apóstol del amor.
Domingo de Guzmán, descendiente en línea directa de aquella aristocracia heroica que había defendido a la España cristiana contra los moros y de la cual había queda¬ do como figura más célebre y legendaria el Cid Campeador, alza una antorcha: la an¬
torcha de la cultura. A ella había dedicado
los años más floridos de su juventud, en nombre de ella combatió la herejía, entor¬ no de ella, como una bandera, reunió los primeros núcleos de sus hijos, que envió a
las más ilustres Universidades para apren¬
der, primero,- para enseñar, después. Reco¬ rrió Europa en todas direcciones, ftiultiplicó sus discípulos y los diseminó, especial¬ mente, por las grandes centros donde la iglesia había erigido sus universidades. El espíritu informador de su Orden es la Veritas. El auténtico hijo de Santó Domingo es¬ tá consagrado a la idea misma de verdad, carácter primordial - como dijo uno de ellos de la vida divina y de la revelación cristiana, fuen¬ te de toda ley moral y de la santidad que reina

en la Iglesia, razón fundamental de su autoridad y de sus prerrogativas. Inspirarse, antes en las directrices de lo verdadero que en los atrac¬ tivos del bien,- usar la propia actividad en
las manifestaciones exteriores para propa¬
gar la luz: he aquí su programa.» iltalia recogía aquel llamamiento, y, a
la voz de Santo Domingo, que había de ter¬ minar en Bolonia y que en aquella ciudad nuestra había de reposar en el sueño de la muerte, respondía uno de nuestros pensa¬ dores más grandes: Santo Tomás de Aquino.»
«Si los límites de un discurso no lo im¬
pidieran, sería interesante describir dos cuadros. De una parte, España, donde la fi¬ losofía árabe y las traducciones de las obras de Aristóteles y de sus comentaristas ejer¬ cieron un notabilísimo influjo, incluso
cuando éste era débil o nulo en el resto de
Europa: Gundisalvo (Dominicus Gundissalinus) podría servir como representante del gru¬ po de los traductores españoles. De otra parte, mientras en la Universidad de París
estallaba el conflicto entre la filosofía ára¬
be y la teología cristiana, nuestro Santo To¬ más el cual utilizó la cultura que la España heterodoxa había contribuido a difundir, y, en nombre del programa dejado por el fun¬ dador de su Orden, la bautizaba creando la nueva síntesis del pensamiento cristiano. España e Italia se encontraron entonces uni¬
das en la realización de un solo ideal de
cultura católica.»
«Si Italia había recogido la invitación de Santo Domingo, España no dejó caer en tierra, ni siquiera por lo que respeta a la cultura, el llamamiento de Francisco de Asís. Para no hablar de otros basta aquí un
nombre: Raimundo Lulio.»
B) Narración: Ramón Lull poefa, inístico, filósofo, misionero, Após-
fol, mártir de Jesucristo y precursor de Colón en el descubrimiento de América
«Él, he escrito en otra parte, es poeta.
La gracia, que con la repetida visión del Crucificado, le hiere, a los treinta años, en¬ tre el fausto de la vida de Corte y, precisa¬ mente, mientras escribía un poema para conquistar a la dama ilícitamente deseada, no extingue su vena sino que la dirige ha¬ cia Dios; El Diálogo de Amor entre el Amigo y el Amado es un apasionado idilio en prosa
de los más bellos en literatura mística des¬
pués del Cantar de los Cantares". «Es filósofo. Sin llegar a la exageración
de Menéndez y Pelayo, que lo definió como un realista que ocupa el punto intermedio entre Platón y Hegel, puede decirse que su concepción apriorística de la realidad del

16

RANDA

ideal, su paralelismo entre las leyes del mundo objetivo y las del mundo sujetivo, su lógica real, lógica del ser contrapuesta a la lógica de Aristóteles, prenuncian algu¬ nas nuevas exigencias lógicas, sin el error idealista, tanto como la ciencia de Sacón
precede al método experimental moderno, sin el error positivista.»
<No es un constructor solitario. También
él, como Rogerio Sacón, busca la verdad únicamente para defender y difundir la Fe. Por eso, construye el mecanismo lógico ma¬ temático del Arte Magna con el que pretende
resolver mediante preguntas y respuestas
combinadas, todo problema científico, de
manera que se pudiese convencer a los des¬ creídos más acérrimos. Por esto, sabiendo
que a la divulgación de la verdad se llega antes con el arte que con la Filosofía, escri¬ be tres novelas en prosa; B.'anquerna, Félix y
el Libro de Orden de Cabaí/ería."
«Su idea dominante es la conversión de
los infieles, a la cual desea ver consagrado todo el saber, todo el querer, todas las fuer¬ zas de cada uno de los cristianos, porque todo cristiano, como miembro de Cristo,
debe continuar la obra redentora del Maes¬
tro. Por el apostolado deja la soledad de Randa, a donde se había retirado, después de la conversión, y, con el permiso del Papa y la protección del rey Jaime II, funda el Colegio de Miramar, en la isla de Mallorca,
para los Frailes Menores destinados al islam. Allí acudían, cada vez, trece de ellos, que
aprendían el árabe y un método racional para penetrar en la mentalidad de los pue¬ blos que habían de convertir. Así el fran¬ ciscano inglés recomendaba con todas sus fuerzas al Papa: preparación misionera, cul¬
tura misionera.»

(Pero Raimundo Lulío no era hombre que
se limitase a preparar las Misiones en un
colegio. Iba él de misión. Por ello dejaba la paz de Miramar, andaba por ciudades y castillos, discutía con los doctos, hablaba en la plaza con los mercaderes y con los mendigos, catequizaba a los hombres y mu¬
jeres de mala vida, en las tabernas y en los barrios pobres de la ciudad. Viajó por Euro¬ pa, por Africa, por Tierra Santa, enseñó en
Montpelier y en París, adaptando su inge¬ nio de filósofo y de poeta a todas las almas, sirviéndose de la sutileza dialéctica, de la riqueza imaginativa, del hechizo de los ver¬
sos, para su único ideal: la humanidad con¬
sagrada a Cristo. No quedó contento hasta
que no selló su fe con el martirio. Después de ochenta años de fatigas lo encontró al ser lapidado en Bugía, sobre la costa arge¬ lina. Dos mercaderes genoveses lo reco¬ gieron, moribundo, y trataron de transpor¬ tarlo a Génova, para enriquecer su patria con las reliquias del mártir, pero el viento empujó a la nave por la derrota de Mallor¬
ca y los ojos de Raimundo Lulio vieron al -alba •“ que para él había de ser el alba de la eternidad - cómo su isla emergía del mar.»
«Se dice que en la agonía repitió a los dos genoveses su idea fija: «Más allá del cerco marino que ciñe a Inglaterra, Francia y España, opuesto a este continente que
vemos y conocemos, existe otro continente
que no vemos ni conocemos... un mundo
que ignora a Jesucristo...» Uno de los dos mercaderes genoveses recogió aquellas pa¬ labras y las llevó al seno de su familia: se
llamaba Esteban Colón.»
«La figura del gran genovés que después había de descubrir América, surge en la mente y en el corazón...»

San Buenaventura y el Beato Ramón Lull: Dos grandes Maestros de la Teología mística.
ALBUM LÜLIANO N.“ 5 *

RAIMUNDO LULIO

S. TOMAS DE AQUINO
ALBUM LULIANO N.® 6

Dos grandes pedagogos del siglo Xlll
(De la «Historia de la Pedago¬ gía* publicada por F. T.D. Bar¬ celona).

18

= RANDA

in
IMilán! Evocación del lulisfa
mallorquín D. Mateo Obrador.
STA es la parte luliana - y no por cier¬ to insignificante -
del discurso acadé¬ mico del P. Gemelli. Quizás sea el mayor
elogio público que se haya tributado a nuestro polígrafo, en el paraninfo de una Universidad - reconocida por el esta¬ do - de la moderna Italia, tan pletórica de vida, y, por feliz capricho de la fortuna, dicho elogio fuó leído en la misma Capital de Lombardia, Milán, en cuya Biblioteca Ambrosiana se encierran tan preciosos te¬
soros lulianos.
¡Cómo se hubiera gozado de oirlo aquel pescador de perlas lulianas de la Ambro¬ siana, el mallorquín D. Mateo Obrador que, en una de sus cartas que ya tienen el color Y el olor de la miel, como los viejos perga-
mijios, con un candor y una emoción de
niño a quien la estrella milagrosa de los Magos ha deparado todo un tesoro de ju¬ guetes, cuenta, así, su importante hallazgo
de códices lulianos en la Ambrosiana*.
iDesembarc: Visió ràpida de Genova... A ses 2 hores, es tren qui m'en du, ja siula, ja passa túnels, cap a Milan. Ja hi som,* ja m'en vaig cap a la Biblioteca Ambrossiana, (travessant aquella grandiosa plaça del Duomo), que també estoja tresors lul-lians (el text de Contemplació més antic de tots),* el director bibliotecari, Monsignor Aquilles Ratti; me reb amablement; y ¡ala Mateuet, a furinyar s'ha dit, a cercar recons, a regirar plegamins i còdics! A's cap d'una estona, juna írobaya! Unes Hores de Nostra Dona, distintes de les rimades que ja sabíem! jOh, que m'hi vendran de bé per enredonir
el ^ volum del LI. de Sta. Marial - Escorcolla
més endins... y ¡ges! Uns Proverbis rimats, dels que ningú fins ara havia dada noticia! ¡Oh, que hi escauran, com l'anell al dit, en el tom dó d'Obres rimades que hem d'estampar l'any qui ve!» (1)
Pero lo que causó más impresión en el al¬ ma del explorador lulisla fuó la vista del Codex Princeps del Llibre de Contemplació, exís-
(1) Este sencillo y delicioso pasaje epistolar está to¬ mado de una certa — fechada en Munich, 9 Julio 1908
ue D. Mateo Obrador, íntimo amigo de la Casa Salvà e l'Állapassa, envió a D.“ Maria-Aníonia Salvà, la popular y religiosísima poetisa mallorc^uina. De otras cartas enviadas por el Sr. Obrador á le misma dama entresacamos las siguientes notas, que, aunque no ha¬ gan mucho a nuestro propósito, pudieran ser útiles, ál¬

tente en aquella Biblioteca. Aquel códice que acaba con estas piadosas palabras:
<Hic liber est scriptus: qui scripsit sit
benedictus.»
«AMEN»
«Ego Guillelmus pagesij presbiter diuina gratia auxiliante, hunc librum consolatio¬ nis (sic) in Ciuitate Maioricharum ab origi¬ nali traslatione penitus translatauj .viij.®
Idus Julii Anno domini .M.° CC.“ Lxxx.®»
cSig>hnum hoc feci.»
EI mismo Obrador refería a sus amigos que sintió tanta emoción, al tenerlo entre sus manos y volver los ojos por sus pági¬ nas que, devotamente, inclinó sobre el la cabeza, y lo besó, como si se tratara de una reliquia.
Esto sucedía en 1908. ¡Ay!, pero, que, muy pronto, la muerte despiadada truncaba en flor los ensueños lulianos de aquél varón insigne. £1 sabio archivero, el lulista emi¬ nente y el exquisito poeta lírico, bajaba al sepulcro en 17 de Mayo del siguiente año,
a los 56 años de edad.
gún día, para la historia del renacimiento luliano en Palma. Mil gracias a D.* María Antonia Salvà, hermana nuestra en N. P. S. Francisco y benemérita de nuestro convento de S. Buenaventura de Lluchmayor, por la ex¬ quisita amabilidad con que nos abrió el cofrecillo de nácar de su correspondencia epistolar literaria.-
Milan 3 Juliol (festa de Me. R. Lull.) Dos dies de gran trebay a l'Ambrossiana: dues trobayes importants... Anit parteshc cap a Munich, ahon
seré demà horabaixa...
Munich 20 Jul. (en bon dia de St. Jaume) 1908. ...malaveig a afanyar-me tant com puch, per avençar tasca. Espet enllestir-la per tot Agost. De retorn, m'hauré d'aturar uns ouants dies altra vegada a Milán# però coniiy de fer St. Mateu a Mallorca...
Munich 18 d'Agost 1908. ...duch avensada, casi llesta, sa tasca principal, (sa d'enguany, entenguem-mos), perque si havia de gavellar i safalcar tota sa que roman a fer, no'm bastarien, per molt que m'aíanyás, altres dos mesos, ni quatre. A i'hora d'ara, queda llesta sa copia sencera des Blanqueriia: oh quin Blanquerna més pur y castís y llecorósll s'en xuparan es dits, vostè y fots quants estimen y senten aquesta antiga llengo nostra): juntament amb sa d'altres vells textes (lulTians y no lu-lians) que no he pogut resistir a sa tentació d'afegir hi, ara que hi era... Lo que'm queda per espigolar y estudiar orech que ho tendré adesat y a bon punt, a la darreria de la setmana entrant, devés dia 30. Y llavors faré sa trosselleta, y partiré cap a Milan, ahont hauré de fer una aturada de bell nou, per acabar sa tasca que hi vaig deixar senyada...
Milan 15 Setbre. 1908.
Dimars 8 de matinada vaig deixar l'incomparable Mu¬ nich, y horabaixench artibava a'n aquesta altra bella y gran capital llombarda. He aprofitat enytosament aquests dies, a l'Ambrossiana, devorant y fotografiant preciosos manuscrits...
En estas carias se hallan también importantes noticias sobre el enorme trabajo que desplegó el lulista en la bella y grandiosa capital bávara, que, - visitando de paso Genova y Milán y Venecia - es según dice éllaltra terra santa d'art y de cultura.!
Sabido es que en 1908 el Instituto de Estudios Univer¬
sitarios Catalanes comisionó al Sr. Obrador para que
transcribiera el manuscrito de Blanquerna, existente en la Real de Munich. Obrador, tanto a la ida como a la vuelta, se detuvo en Milán, para sacar copias de varios manuscritos lulianos, principalmente del lamoso ejem¬ plar del Libre de Contemplació.

RANDA

19

LA CATEDRAL MILANESA

Paralelismo alegórico; El Duomo de Milán y el Beato Ramón Lull.
¡Amables coincidencias! En 1932, una sabia pluma mallorquina, que, en la mano que la maneja, alterna con un báculo arzo¬ bispal, ponderaba, mejor dicho, cantaba al
son del salterio - como bien dice en un
Prelado-, las singulares maravillas .del Duomo de Milán. (1) Y en 1938, la lengua de un sabio franciscano que empuña una maza rectoral, pregona en el mismo para¬
ninfo de la famosa Universidad Católica de
Milán las bellezas rarísimas de aquel que
es nuestro Duomo en el orden intelectual y moral: el Beato Ramón Lull.
Lo ha dicho el Arzobispo-Obispo de Mallorca, con tanto acierto como sublime audacia: «Lo que acontece en el orden ma¬ terial a la vista del Duomo, milanés, experi-
(1) Dr. José Miralles y Sberl, Arzobispo-Obispo de Mallorca. fCarta con motivo del séptimo centerjario del nacimiento del Beato Ramón Lull.» Boletín Oficial del Obispado de Mallorca, 30 de Junio do 1932, p. 293.
N, de la D.-Este articulo ya había entrado en caja, al
recibirse en nuestra redacción las cuartillas de nuestro
Arzobispo-Obispo, que abrillantan este número.

mentará, sin duda, en el orden humano, quien, sin prevenciones ni apasionamien¬ tos, contemple la excelsa figura de la ma¬ yor de las glorias mallorquínas en el orden del apostolado intelectual y religioso: El Beato Ramón Lull.» (2)
Un reputado arquitecto americano, que
había recorrido en devota romería los mo¬
numentos de arte, más famosos en todo el orbe, no dudó en afirmar que al Duomo de Milán, seguíale en belleza y majestad, la Catedral de Palma de Mallorca.
Si yo no temiera pasar por exagerado, me atrevería a decir que, después del Doc¬ tor de Hipona, - tan íntimamente enlazado a la Silla metropolitana de Milán, - no hay santo tan divinamente humano, ni tan hu¬ manamente divino, como el bienaventurado Ramón Lull, que es en el orden intelectual y humano lo que es nuestra augusta Cate¬ dral en el orden material y artístico!
Fr, Miguel Caldentey, T.O.R.
(2) Obra cit,, íbid.

EL Bio. RAMÓN<LULL|PREDICàNDO EN LA SORBONA
Detalle del grandioso retablo del Bto. Ramón ofrendado por la Vble. Tercera Orden Fran¬
ciscana de Mallorca a S. S. Fío XI.
(Pinx. P, Barceló. Museo Misional Lateranense).
ALBUM LULIANO N.° 7

NECROI-OGrA

Sor María-lgnocia de S. Francisco Oleza
Religiosa Franciscana
Día 17 de Febrero del corriente año, llena de días y de méritos, viviendo, como los patriarcas, cumplida en su 'persona la bendición del Salmista de contemplar los hijos de sus hijos hasta la tercera y cuarta generación, bajó al sepulcro la venerable Religiosa Terciaria Franciscana, Hija de la Misericordia, Sor María Ignacia de San Francisco Oleza.
Después de perfumar en el siglo con el aroma de sus ejemplos y virtudes la vida de familia, ocupando siempre alguno de los más elevados cargos, en el Directorio de la V. Hermandad de Terciarias de nuestro convento de Palma - que la cuenta, también, en¬ tre sus más destacados bienhechores,-ávida de más perfección, solicitó ser admitida en la
Congregación de Hermanas de la Misericordia, Terciarias de San Francisco, no habiéndo¬ le permitido sus directores emprender otro género de vida más abnegada, como era ser¬ vir a los leprosos de Fontiiles, también como Hermana Franciscana.
Allí, en el claustro, quiso vivir sola por Dios y para Dios, desasida de todo vínculo y afecto mundano, incluso del de los suyos-sus hijos-, gracia que pedía continuamente al Señor, y como, naturalmente, sentía en eso gran estorbo en su alma, se quejaba amorosa¬ mente a Jesús diciendo: ¿«Será, por ventura, que no soy sincera en hacer esta entrega y que lo diga más de boca que de corazón?» Su deseo de perfección era tan intenso que, muchas veces, la humilde religiosa se lamentaba diciendo: «que apesar de tantos años de buscarla, aún se hallaba en los comienzos.» Su obediencia era ciega y su pobreza absolu¬ ta. Su mortificación no tenía más límites que los que le imponían sus directores: frecuen¬ temente ayunaba, aprovechándose de la debilidad de su estómago para pasar un día y otro día, con solo agua esterilizada,- desde muchos años atrás no bebía en los viernes y, una vez en el claustro, jamás probó los dulces ni la fruta a no ser en cuanto la Superiora se lo indicaba. Su penitencia y mortificación fueron también admirables, pero entre to¬ das sus virtudes sobresalía su caridad para con Dios y para con el prójimo.
En el claustro quiso confundirse siempre con las monjas más humildes y no sólo no se aprovechó jamás de la alta posición social de sus hijos en beneficio propio, sino que, muchas veces, interpuso la autpridad de ciertas personas para evitar sus visitas o des¬
baratar sus planes, sobre todo en los días de penitencia o de retiro mensual. ¿Y qué diremos de la admirable resignación con que sufrió su última, larga y do¬
lorosi sima enfermedad? A no ser en los días de delirio, no se quejó ni una sola vez y, no obstante, yacía en un lecho de dolor. «No rehusó la cruz - decía a su confesor - pero no
puedo más.» En otra ocasión en que aparecieron nuevas molestias sobre su ya sufrido cuerpo, decía Sor María-Ignacia: «Si antes había en mi cuerpo alguna pequeña porción que no tuviera su dolor, ahora no la hay ¡Bendito sea Dios!» Y en otra: «Dios tarda en
llamarme a la gloria. Tengo prisa de ver su hermosa cara. No pretendo que me regale e^
cielo, no; quiero sufrir,- qaiero amar la cruz y pagar lo que debo,- pero, que vea yo su ros tro, aunque, luego, me meta años infinitos en el purgatorio». Si alguna vez mejoraba, en¬ tonces la humilde religiosa rompía a llorar diciendo: «¡Oh, cómo se alarga mi destierro! ¡Cuán pecadora debo de ser pues tanta necesidad tengo de ser purificada! ¡Cúmplase en mí la voluntad de Dios!» Finalmente Dios la llamó para Sí y su muerte, como la de* los justos, fué preciosa a los ojos del Señor.
Ante el ejemplo de Sor María-Ignacia de San Francisco, visto y vivido por todos los que hemos tenido la dicha de tratarla, apliquémonos aquella exortación del Papa San Gregorio, dirigida a los tibios y flacos de voluntad: «Si nos alegra el pensar la grandeza del premio, no nos haga desistir la dureza de la lucha.»
Enviamos nuestro más sentido pésame a la Rda. Comunidad de Religiosas Francisca¬ nas de Campos y a los hijos, nietos y demás familia de la benemérita religiosa, en tanto que suplicamos a nuestros lectores una oración por el eterno descanso de su alma.

Badalona.-Día 1 de Febrero del pasado año de 1938 falleció en esta ciudad, alejado de los suyos, el pío Terciario de N. P. S.
Francisco D. Bricio Briñón.
Nuestro pésame a su familia, residente en Palma, muy devota del Pobrecillo de Asís.
Algaida.-Día 9 del pasado febrero dur¬
mióse en el Señor en Barcelona D. Gabriel
Tomás Vich, médico, suscriptor de nuestra revista, querido y llorado de cuantqs le
trataron.
Reciba su afligida familia, residente en

Algaida, especialmente sus hermanas D.“ María y D.® Margarita, su hermano político y sus sobrinos nuestro sentido pésame.
Santanyí.-Día 1 del pasado enero entregó su alma al supremo Hacedor, víctima de traidora enfermedad, sufrida resignadamente, la terciaria de N. P. S. Francisco D.® Joa¬ quina Nicolau, devotísima del Sagrado Co¬ razón de Jesús y Presidenta de la Confe¬
deración de M. C. E.
Nuestro pésame a su atribulada familia.

56

El Heraldo de Cristo

S‘Horta.-Día 13
del pasado mar¬ zo, cerró piadosamentesusojos
a la luz de este mundo D. Fran¬
cisco Binimelis,
Terciario de N. P. S. Francisco, modelo de pa¬ dres de familia,
amigo de los pobres, y devo¬ tísimo ile las al¬ mas del Purga¬
torio.
Nuestro pésa¬
me a su familia.
Sont Jordi.-Día 5 del pasado febrero, dur¬ mióse en el Señor D. Antonio Vaquer Va¬ quer, de 77 años de edad, suscriptor de nuestra revista, celoso padre de familia y fiel cumplidor ante Dios y ante los hom¬ bres. Nuestro pésame a su familia.
Día 27 del pa¬ sado mes de marzo durmióse en el Señor la fervorosa Ter¬
ciaria, Madre Cristiana y viéja suscriptora
de nuestra re¬
vista, D.^ Mag¬
dalena Brunet
Oliver, muy amiga de Dios y de los pobres.
Nuestro pésa¬
me a su familia.
Muro.-Día 25
del pasado mes de febrero, en¬ tregó su alma a
Dios D. Jaime Salamanca Es-
telrich. Tercia¬
rio de N. P. S.
Francisco, a los
71 años de edad. De carácter bondadoso y
caritativo, puso
gran esmero en educar cristia¬
namente a sus
hijos, a quienes dió siempre ejemplos admirables de piedad.
Reciban su esposa e hijas nuestro más sentido pésame.
Alquería Blanca.-Día 25 del pasado mar¬ zo, cerró cristianamente sus ojos a la luz de

este mundo el buen Terciario de N. P. .S Francisco D. Antonio Vadell Bonet, de 80 años de edad. Modelo de padres de fami¬
lia, animaba con su ejemplo a sus hijos en el cumplimien¬
to de sus de¬
beres religiosos y sociales. ¡Con qué devoción
asistía diaria¬
mente al santo
sacrificio del al¬
tar! ¡Con qué
amor y ternura
rezaba, todos los días, a la In¬ maculada 1 a s
tres partes del
santo Rosario!
Descanse en
paz y reciban nuestro pésame su esposa e hijos, en especial Sor Antonia del Corazón de Jesús, Sor Francisca de San¬ ta Ana y Sor Sebastiana de Jesús, Religio¬
sas Franciscanas.
Porreras.-Día 30 del pasado marzo, bajó cristianamente al sepulcro D. Juan Gomáis Mora, T e r -
ciario de N.
P. San Fran¬
cisco, de 46 añosde edad
Cristiano
práctico, re-
c i b i ó con
gran devo¬
ción los san¬
tos sacra-
mentosy son de notar las
palabras que profirió e 1
día mismo
de su muerte, al acabar de
recibir la Sagrada Hostia: «Ahora, ya pue¬ do morirme en paz. ¡Oh, Señor, llámame a
Tí!»
Nuestro pésame a su esposa y demás fa¬
milia.
Lloseta.-Día 13 del pasado abril, pasó a mejor vida Sor Antonia de San Francisco Socías, Religiosa Franciscana, de 89 años de edad y 67 de vida religiosa. Dicha Her¬ mana, la más antigua, de la Congregación
había recibido el santo hábito de manos del
Rvdmo. Padre Fundador (q. e. p. d.) D. Ga-
briel-Mariano Ribas. El Señor se sirvió pro¬
barla con larga enfermedad que soportó con singular paciencia y resignación.
Descanse en paz y reciba la Rda. Comu¬
nidad de Franciscanas de Lloseta el testi¬
monio de nuestro pésame.

ENSALADA MALLORQUINA
CASAMENT PER INTERÉS
I
SA padrineta bé demostrava sebre'n la prima d'aquela vida de martiri, i, una cosa darrera s'altra, tot ya sortir. Com un qui estén bugada, anava penjant an es fil de sa seva contarella - un fil sense arestes ni berrugues - sa vida i miracles de N'Àurora i N'Àleix.
Quina memòria, aquella dona! De cada pas de sa passió i agonia de N'Aurora, en donava ses fites tan clares que pareixia que un heu veia. I quina parlaria més purificada! Allò, amb tota sa gràcia i llecor de la pagesia, era com una platada de mel i brossat. Aquells mots eren tan nostros que enllepolia s'escoltarla. Com que és tan viva de potències, i sempre ha viscut en aquest poble de muntanyai i feta vida de camp, cada paraula era com una flor de garriga o una fruita ben assaonada. Sentir-la a ella era com que sentir tota Mallorca. Volíros heu conegut qualque marger primores que apenes si empra es martell per cairetjar es pedreny. De bell ui, ja endevina sa pedra que millor s'assentarà a cada osca des marge i sa paret li puja aiapida, com si fos d'una sola peça. Així estava de ben teixi¬ da sa conversa de sa padrineta i, sense rugáis ni trevalades, llenegava natural com un ratjolinet d'aigua viva. I cada mot, d'exacte que era, venia tan ajustat a ses coses que deia com sa pell an es nas. Devora allò, ja és segur, es meu modo de contar-vos-ho no té espíeles ni sal. Com hei xalaven aquelles atlotes! I ella, ja ho crec, veient-ho, no hei va plànyer sa saliva per deixar-ho tot ben espinzellaí. Emperò jo hauré d'adreçar perque fris i només heu record damunt, damunt. N'Amador no se poria treure aquella rel tan fonda que s'amor primera havia deixada dins es seu cor, desde nin, casi. I no hei hagué més remei, Jesús Senyor! Si pareixen apos¬ ta per ell dues cançons de ses nostres! Vos ne recordau? «Per no viure en agonia, - vui oblidar-te i no puc,- - i és que dins sa sang te duc, - gentil flor de galania! Es teu record m'és un clau-que, com més va, més s'afica,- - si, així, s'amor crucifica - voler bé és vida
d'esclau!»
A sa darrera entrevista amb N'Aurora, apenes si parlà. De natural, ja no era gaire ra¬ llador, i, ara, figurau-vos quina conversera tendría en veure esboldregaí es castell de ses seves il·lusions! Voltros heu sabeu: ses penes, com més acorades, manco renoueres.
N'Amador casi no tenia gens d'escola: aquí caic, aquí m'aixec, confegia ses lletres, i prou. Mes, a pesar d'això, va sebre esser elegant fins i tot en es moments més cruels, quan és tan difícil conservar es bons modos. Li repugnaven ets espants, ses paraules gruixades, ses escenes fortes, s'haver de pregar i forçar. N'Amador la volia, sí, però si ella s'hi ave¬ nia de sa seva plana voluntat. Si no, no.
N'Aurora, amb ses galtes que li fumaven, de tan enceses, embarbollà qualque excu¬ sa. I, com més se volia excusar, pitjor: s'enfangava més. N'Amador no'n taià pus i se departà d'ella amb un «bona nit!» i un «Déu te dó tanta ventura com desig per mi mateix!». I sa veu li tremolava. Era de tan bon past, que aquella cançó; «voldria que el qui n'és causa - que vos l'intent heu mudat - estigués tants d'anys penjat - com a sa porta una baula», mai la s'hauria posada a sa boca, maldament l'hagués sabuda.
I voldrieu creure que, llavors, N'Aurora, quan el perdia, veient-la tan compost i tan dignament amable, en quedà més enamorada que mai? Emperò, sa sentència ja estava feta: ella havia d'esser una desgraciada tota sa vida.
Poc temps després, N'Amador se casà amb una altra... I, aquí, igual d'un que no pot aguantar més, es padrinet que escoltava su allà, va rom¬ pre; «i encara és s'hora que me n'he de penedir!» I sa padrina, amb fúria de per riure, pero satisfeta a més no porer: -Calla, tú, que encara no és hora! Ja vendrà, això! -Què, què? - saltaren aquelles atlotes -. Què és lo que vendrà, padrina? I vós, padrí, que deieu? Es dos veis se miraren. Ell feia sa llagrimeta i sa padrina que no li llevava sa vista de damunt, com si li demanàs: «heu puc explicar així com és, eh?» Tots es de sa lotlada vଠrem conèixer que allà hi havia cosa però, de moment, ningú pogué aclarir es misteri. I sa contarella fou refermada, com si res. N'Aurora tenia N'Amador ben sospesat i havia conegut prou i massa que valia a pes
d'or. I, per acabarh o de confitar, llavors, heu va veure més clar que mai. En es fondo, l'estimava com abans, però, en aquella hora darrera, no heu demostrà, avergonyida des seu propi comportament, per no allargar més sa processó i per fugir de compromissos
I una de ses coses que més la mortificaren, quan se departiren per a sempre, fou es
pensar que N'Amador se conformaria aviat d'haver-la perduda perque, de sa manera de procedir d'ella, fàcilment en treuria que era una atlota poc seny i, essent així, tammateix,
no li convenia. I amb això, si que ella no hi podia consentir! Passar par una capet i per

58

El Heraldo de Cristo

una interessada davant ÍJ'Àmador, era perdre'l de tot, perque era matar a dins ell, i fins
abaix, tota rel de simpada. I ella hauria volgut que, al manco, n'hi hagués quedada una mica per excusar-la i perdonar-la.
N'Amador, dins dos mesos, se casà amb aquella amiga de N'Aurora. I, com que tenia
qualque passada d'infant encaradís, se posà calent a que fos el mateix dia en que N'Au¬ rora i N'Aleix farien sa creu. No patia de gens banya i, no obstant, va pendre això tant a les dents que no hi hagué altre remei que consentir-hi, per més que ra novia xalucàs. I ja s'avé que xalucava! Sa impertinència de N'Amador no era, després de tot, més que interés per N'Aurora, - involuntari, si voleu - i encara que s'enamorada novella no heu veiés clar i net, heu endevinava, aiximateix. «Per bon nas i vista fina, una enamorada», deia sa padrineía. I afegia mig rient i amb sos uis cap an es padrinet: «com que N'Aurora li guanyava en garridesa, en enginy i bona ma, en sa conversa»...
-En sa conversa, no; - cridà es padrí, altra vegada -. En galania, no heu dic -. I se refà, de seguida: - en galania i en tot quant hi ha!...
I sa padrina: -Ets un gavaig foradat! Calla, que no t'hi demanen! Com poreu creure, amb aqueixes sortides des padrí, revenia més, de cada vegada, s'enderrer d'aquelles aílotes i ja muscleíjaven totes de mal apler. Jo pensava: «hei ha cosa davall es terròs. Veiam que serà!» Ja tenim encoblaís N'Aleix i N'Aurora. N'Aleix, segons sa padrina, era des caramull:
una cosa comuna, ordinària i baixa, com sa pols des camins. Un calavera, emperò sense sa brillantor de certs calaveres. I N'Aurora, que necessitava, per assaciar ets seus desitgs
d'amor, un homo de molt de preu i que fos una flor, s'aufegava devora ell. Tenia mal arrambatges, però, més que lleò, era un escorpí o una aranya. Més tost que ràbia, de tot d'una feia òi, emperò aviat aquest òi se convertia en avorriment.
Era ric, N'Aleix. Ric i, as mateix temps, tan miserable que, contínuament, anava en
poquedaís, i, N'Aurora, tanmateix, no en va tenir alegria d'aquesta ditxosa riquesa, causa
i motiu d'un matrimoni tan esguerrat.
El marit, en que's vuia fos, anava contra corrent. Sempre volia tenir raó, i això que,
en posar-s'hi, sostenia ses coses més fora de punt, sense doblegarse per res mai, com si
dugués un parpal dins l'ànima. I no per convicció, per caparrudesa. Era molt dificultós i
exposat combatre-hi, perque tenia barra per tot i a sa vergonya només la coneixia de nom. Un homo estufat, dolent i curt.
A N'Aurora, mai una explicació, ni una alegrançà; ni «me'n vaig» o «venc», en arri¬ bar o partir. I si ella feia una broma, ben alerta a seguir-la-hi! i, per no riure, enravenava tant sa cara de ferro que pareixia Barrabás al viu. Si, qualque pic, ella, per entrar en con¬ versa, li demanava de parer sobre lo que fos, no en treia massa més que un «arregla't. Ja te n'avendràs!» Com que ella no l'estimava ni mica, N'Aleix li tornava es canvi amb sa
mateixa moneda.
Si el renyava:
-Vas de nits, me deixes, beus i jugues - ell responia:
-Tothom heu fa!
-De manera que tú, no vols donar exemple, el vols seguir, només! - I ell encara se'n
reia.
Sa padrineta, un per un, va anar pintant es desenganys i sofriments de N'Aurora, sa calma de gel de N'Aleix, ses seves fisconades fibladores i silencis mal intencionats, sa soledat de la casa sense fiis; com N'Aurora, tota sola, sacrificada damunt s'altar des vadell d'or, ni casi s'enllestia, ni apenes si adesava la casa, perque ningú se sab moure de gust sinó ós per amor a un altre. - No mos bastam a nollros mateixos. Ses coses no són vertaderament apreciades fins que són compartides amb persones benvolgudes,-
-I com heu sabeu tan esmenuçat? - demanà Na Roseta a sa padrina. -Ah! com heu só! Perque hei era. No vos recorda que he dit an es principi, que N'Aurora heu contava a una amiga meva amb qui erem tot u? Era jo aquesta amiga... -«Ala!» «Ja deia jo!» «Cap com aquesta!» «As cap darrer!», anaven dient aquelles atlotes, alçurades i badant uns uis com a platets. -No; i encara no sabeu lo més gros! N'Amador, de qui hem parlat fins suara, heu sents, tú? - i sa padrina apuntava amb sa barra cap a sa neta -, Está aquí present: és es padrí Amador. Ja veus si pari amb experiència sobre es matrimonis per interés. Alerta, idò, tú, que si'í deixes encloure, llavors, es gemecs no hi valdran! Que heu has sentit? I sí que heu havia sentit! Però no li havia entrat gaire, si va a dir ver. Sa neta estava amb ses seves: el volia ric, amb amor o sense.
Sa experiència de sa padrina no li aprofitava, com no aprofita a casi ningú sa expe¬ riència dets altres. Es sa nostra sa que val, i encara! Però, quan un la té, per lo regular, ja no la necessita, i quan un la necessita, encara no la té. Aposta és que el món sempre va igual perque la gent no aprèn d'escalivar-se damunt s'esquena dets altres.
I, aquí, cadascú que s'afigurí es trui, es comentaris, ses preguntes, sa sorpresa que hei

p£1^1 El A
LA ESCALA

B8HH
DEL CIELO

Fiay León, uno de los predilectos hijos de nuestro Pa¬ dre San Francisco, tuvo una vez un sueño misterioso;
Un inmenso valle lleno de gente. Aquello parecía el juicio final. En el centro de aquel valle una escala roja llegaba hasta el cielo. Sus gradas muy altas, desiguales, resbaladizas, muy resbaladizas, sin una barandilla a que
agarrarse.
Y la gente trepaba por ella, pero al poco rato, resba¬ lando, caían todos al suelo.
Tristes y llorosos estaban todos, viendo que no podrían ir al cielo, pero de pronto apareció otra escala, una escala blanca, muy blanca, hermosa, llena de flores, y San Fran¬ cisco que decía: «Subid, hermanitos míos, por la escala blanca. Por ella llegaréis al cielo. En la cima de la escala estaba la Virgen María, sonriendo a los que subían, y en¬ viándoles sus ángeles, para ayudarles en la subida.
¿Quieres, tú, llegar al cielo? Sube por la escala blanca, amando mucho, mucho, mucho, a María.

Concurso de 1939

13

Cuadrado.

Colocar una letra en cada cua-
drito de manera que se lea horizon¬ tal y verticalmente en la l.“ línea: nombre de ave de corral, en la 2.*: planta leguminosa^ en la S.*: planta de adorno en los paseos; en la 4.“.una cosa que tienen las flores.

14 Fuga de consonantes.
(Rézala cada día delante de la Virgen).

.e..i.a .ea .u .u.e.a

. e.e..a.e..e .o .ea

.ue. .0.0 u. .io. s. .e..ea

e. .a.

..a.io.a .e..e.a

A .i .e.e..ia. ..i..e.a

.i..e. .a..a.a .a.ía

.e o..e..o .e..e e..e .ía

a..a .i.a . .o.a.ó.

•í.a.e .o. .o..a.ió.

.o .e .e.e. .a..e .ía

15

Problema.

El alcalde y su sobrino el módico y su mujer, compraron nueve naranjas y les tocaron a tres. Dime, tu, lector discreto de qué modo pudo ser.

Trompo numérico.

42

Nota musical

1 2 3 4 5 Pblo. de Mallorca

12 4 5 Fruía

1 5 4 Conjt.° numérico
3 2 Planta

1

Consonante

Soluciones
5. Sin - a - momo.

Es pa da
pa na ma
da ma so
7.
Entrevista. {Vis - i - ta)
Números obtenidos
Bartolomé Barceló, 3 Pedro Fiol, 3 Flecha, 3 Miguel Galmés, 3 B. Miralles, 3 B. Nicolau, 3 Jorge Aníonell, 3 Rafael Sastre, 2 Gerónimo Genovard, 2 Juan Munar, 2 B. Barceló Monserraí, 2 Jaime Verger, 1 Miguel Pascual, 3

hagué quan sa padrina acabà i s'aclarí es misteri de N'Amador. «Ah! Ve'í aquí parque era que es padrí havia parlat! Hei havia motiu, si li tocava de tan aprop. Ara, heu veig!»
Sa padrina, que ós com un llibre de cançons, va cloure així sa coníarella. «Qui se
casa per amor - no sabrà mai que es pobresa,- - perque s'amò és sa riquesa - que fa s'interés millor. - Era una atloía garrida - que's casà per interés, - i li anà tan al revés - que
va entrà a l'infern en vida.

Aquell cèrcol d'aílotes se va desfer i prengueren portal. I jo que m'alç de sa cadira,

i, de trot de trot, cap a cases a íaiar-m« berenar...

En Tià de Sa Real.

60

EL HERALDO DE CRISTO

AíoUcias Jet
Capílán RomLoD?

Instruyendo al laureado Pelotón para el desfile.

Pero, ¿no escucháis vosotros la
Radio Sevilla? Hubierais oído
los aplausos y ovaciones de que fué objeto con su glorioso y laureado Pelotón, durante el
desfile de la Victoria.
He ahí, amables niños, algunos detalles de la interesante pelí¬
cula filmada en dicho desfile.

'
El Capitán responde con una sonrisa a los que gritan:
«Viva el Capitán Bombón».

Desfilan marcialmente al
paso alegre de la paz.

Su mismo andar, su cabeza erguida, todo habla de glorio¬
sas hazañas.

m

Entre los atronadores aplausos se oyen los himnos patrióticos... «Volverán banderas...» jjVivall

Acabado el desfile gritan con toda la latitud y longitud de sus gargantas. ¡Viva Franco! ¡Viva España! ¡Viva Cristo Rey!

CoFPespondencía
e
Pedro Fiol, Inca. Muchas gracias de íu caríiía.
Me alegra mucho el saber que sigues siendo muy amigo del
Niño Jesús. Saluda a Guido y
a tus amiguiíos de Petra.
Torsicio.

Catalina Caidentey, Ariany. Contento, muy contento de
saber donde se encuentra tu hermanito Antonio. Las ensai¬
madas que va a comer el tío! Saludos a tus papás.
Torsicio.
Jorge Antonell Reig, Inca.
He recibido tu cartita con
los acertijos. Las soluciones hay que enviarlas dentro del

mes del número de la revista
para que lleguen a tiempo. Por esta vez, nada. Saluda a tus papás.
Torsicio.
Juan Bonafé, Biniamar. Espero que no será la última,
la poesía que nos enviaste para la página infantil.
Saludos a B. N.
Torsicio.

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