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DE NUESTRO CORRESPONSAL DE ROMA
LA EMOCIONANTE PALABRA DEL PADRE SANTO A LOS
HIJOS PERSEGUIDOS DE ESPAÑA
Día 14 del próximo pasado septiembre, fiesta de ia Exaltación de la Santa Cruz, S. S. Pío XI recibió en especial audiencia a unos 500 prófugos españo¬ les, en su mayoría religiosos y religiosas de varias familias y sacerdotes secu¬ lares, y, ahora, huéspedes de Roma, hogar y sede de la cristiandad. Entre ellos se hollaban los Excmos. y Rvmos. Monseñores Guitart y Viladerbó, Obis¬ po de Urgel, Co-príncipe de Andorro; De los Santos Diez y Gomara, Obispo de Cartagena; Bilbao y Ugarrigo, Obispo de Tortoso; Perelló y Pou, Obispo Vich. Todos ellos fueron presentados a S. S. por el Emmo. y Rdmo. Cardenal Eugenio Pacelli, Secretario de Estado del Vaticano, con un cariñoso y conmo¬ vedor discurso, al que contestó Pío XI con la siguiente memorable e histórica ora¬ ción, copiada directamente de L'OSSERVATORE ROMANO de día 14-15 de sep¬ tiembre, que manos amigas hicieron llegor hasta nosotros, a troves de los aires.
Vuestra presencia, queridísimos hijos, prófugos de vuestra y Nuestra querida y tan atribulada España, despierta en Nuestro co¬
razón un tumulto de sentimientos tan contrastante y opuesto, que es
absolutamente imposible darles adecuada y simultánea expresión. Deberíamos a un mismo tiempo llorar por el íntimo y amarguísimo pesar que nos aflige, deberíamos regocijarnos por la suave e impe¬ tuosa alegría que Nos consuela y exalta.
Estáis oquí, queridísimos hijos, para decirnos la grande tribula¬ ción de la que venis; tribulación de la que lleváis las señales y hue¬ llas de la gran batalla de sufrimientos que habéis sostenido, hechos vosotros mismos espectáculo a Nuestros ojos Y a los del mundo entero; desposeídos y despojados de todo, cazados y buscados para daros la muerte en las ciudades y en los pueblos, en las habitaciones privadas y en las soledades de los montes, así como veía el Apóstol a los primeros mártires, admirándoles y gozándose de verles hasta lanzar al mun¬ do aquella intrépida y magnífica palabra que le proclama indigno de tenerles: quibus dignus non erat mundus. Venís a decirnos vuestro gozo por haber sido dignos, como los primeros Apóstoles, de sufrir pro nomine lesu-, vuestra felicidad, ya exaltada por el primer Papa, cubiertos de oprobios por el nombre de Jesús, y por ser cristianos; qué diría el mismo, qué pode¬ mos decir Nos en vuestra alabanza, venerables Obispos y Sacerdotes, perseguidos e in¬ juriados precisamente ut Ministri Christi et dispensatores mysteriorum Dei? Todo esto es un esplendor de virtudes cristianas y sacerdotales, de heroísmos y de
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El Heraldo de Cristo
martirios; verdaderos martirios en todo el sagrado y glorioso significado de la palabra,
hasta el sacrificio de las vidas más inocentes, de venerables ancianos, de juventudes pri-
maveriles, hasta la intrépida generosidad que pide un lugar en el carro, y cori. las vícti¬
mas que espera el verdugo.
En esta luz sobrenatural Nos os vemos y os decimos la sagrada y respectuosa admira¬
ción de todos aquellos que, aún no teniendo nuestra Fe, queridísimos hijos, en la qué es¬
tá la secreta divina virtud que desde hace veinte siglos enciende y alimenta aquella luz,
conservan sentimientos de dignidad humana y de grandeza. Admiración de todos, que¬
ridísimos hijos, pero particulamente Nuestra, de Nos que, por la gracia de la paternidad
universal del Padre supremo de todos participajda, podemos y debemos aplicarnos la her¬
mosa palabra divina:/ii'/zt/s
que abrazando con la mirada y
con el corazón a todos vosotros y a todos vuestros compañeros de tribulación y de mar¬
tirio, podemos y debemos deciros, como él Apóstol a vuestros primeros predecesores en
la gloria del martirio: g030 mío y corona mia\\ no solamente mía, sino también del mis¬
mo Dios, que, según la hermosa y gloriosa visión del gran profeta, con Su gracia ha he¬
cho de Su mano de cada uno de vosotros una corona de gloria y una diadema de reino:
et eris corona gloriae in manu Domini et diadema regni in manu Dei tui.
Qué magnífica reparación es esta que vosotros, queridísimos hijos, habéis ofrecido y
estáis ofreciendo todavía a la divina Majestad, en tantas partes y aún en la misma Espa¬
ña de tantos desconocida, negada, blasfemada, rechazada y ofendida de mil maneras ho¬
rrendas. Cuán oportuna, providencial y agradecida de Dios es vuestra reparación de fide¬
lidad, de honor y de gloria, en estos nuestros días a los que estaba reservado oir el ho¬
rrendo grito: sin Dios, contra Dios...
Pero todos estos esplendores y reflejos de heroísmo y de gloria, que vosotros, queri¬
dísimos hijos. Nos presentáis y recordáis, por fatal necesidad Nos hacen ver más clara¬
mente como en una grande apocalíptica visión, las devastaciones, los estragos, las profa¬
naciones, las ruinas de las que vosotros, queridísimos hijos, habéis sido testigos y víctimas.
Cuanto hay de más humanamente humano y de más divinamente divino,- personas
sagradas, cosas e instituciones sagradas,- tesoros inestimables e insustituible de fe y de
piedad cristiana al mismo tiempo que de civilización y de arte,- objetos preciosísimos, re¬
liquias santísimas; dignidad, santidad, actividad benéfica de vidas enteramente consa¬
gradas a la piedad a la ciencia y a la caridad; altísimos Gerarcas sagrados. Obispos --y sa¬
cerdotes. Vírgenes consagradas a Dios, seglares de toda clase y condición, venerables
ancianos, jóvenes en la flor de la vida, y el mismo sagrado y solemne silencio de los se¬
pulcros, todo ha sido asaltado, arruinado, destruido con los modos más villanos y bárba¬
ros, con el desenfreno más libertino, jamás visto, de fuerzas salvajes y crueles que pue¬
den creerse imposibles, no digamos a la dignidad humana, sino hasta a la misma natura¬
leza humana, aún la más miserable y la caída en lo más bajo.
Y sobre este tumulto y de este choque de desenfrenadas violencias, a través dé los
incendios y matanzas, una voz lleva al mundo una nueva verdaderamente horrenda- «los
hermanos han matado a los hermanos...» La-guerra civil, la guerra entre los hijos del mis¬
mo país, del mismo pueblo, de la misma madre patria. Dios mió! La guerra es siempre
-siempre aún en las hipótesis menos tristes-cosa tan tremenda e inhumana: el hombre que
busca al hombre para matarlo, para matar el mayor número posible, para dañar al mismo
-hombre y a sus cosas con los medios siempre más poderosos y mortíferos...qué decir cuan¬
do la guerra es entre hermanos? Bien se dijo que la sangre de un hombre solo derramada
por la mano de su hermano es demasiado para todos los siglos y para toda la tierra,- qué
podrá decirse de las matanzas entre hermanos que todavía continuamente se anuncian?
Y hay una fraternidad que es infinitamenre más sagrada y más preciosa que la fra¬ ternidad humana y de patria: es la que nos une en la hermandad de Cristo Redentor y
como hijos de la Iglesia Católica, que es el Cuerpo Místico del mismo Cristo, el tesoro
plenario de todos los beneficios de la Redencióri. Y precisamente esta sublime fraternidad,
- que os la que ha hecho a la España cristiana, es la que más ha Sufrido y' todávíá está su-
El Heraldo dEí Cristo
415 -
friendo en las presentes desdichas. Diríase que una preparación satánica ha vuelto a en- ■
cender, Y niás viva, en la vecina España, aquella llama de odio Y de más feroz persecu¬
ción abiertamente confesada como reservada a la Iglesia y a la Religión Católica, como
al único Y verdadero obstáculo a la irrupción de aquellas fuerzas que Ya han dado inues-
tra Y niedida de si en el conato de subversión de todos los órdenes, de la Rusia a la China,
del México a Sud-América,- pruebas y preparaciones, precedidas, acompañadas incesan¬
temente de una universal, constante, habilísima propaganda para la conquista del mundo
entero a aquellas absurdas Y desastrosas ideologías, que, después de haber seducido y
agitado las masas, terminan por armarlas y lanzarlas contra toda humana y divina institu¬
ción, lo que, por fatal necesidad, ño dejará de suceder, Y
peores condiciones y
propçrçiones, si por falsos cálculos e intereses, por ruinosas rivalidades, por egoista re¬
busca de ventajas particulares, todos aquellos que deben, no acuden a remedios, quizás
Ya demasiado tardíos. Partícipes de aquella uñiversal, divina paternidad, que abraza a
todas las almas, creadas por Dios, redimidas por la sangre de Dios y todas destinadas a
Dios, paternidad que tantos y tan sublimes vínculos y deberes añade a los de la solidari¬
dad humana, no podemos menos de manifestar una vez más en esta reunión, que vuestra
presencia, queridísimos hijos, hace tan solemne y conmovedora, por la sagrada sublimi¬
dad de vuestros sufrimientos, expresar, decimos. Nuestro paternal pesar, como en general
por tantos rnales y destrozos, así más particularmente por tantas matanzas entre hermanos,
por tantas ofensas a la dignidad y a la vida cristiana, por tanta ruina de la más sagrada y
preciosa herencia de un pueblo nobilísimo, que Nos es singularmente querido.
Más, los hechos, que vuestra presencia, queridísimos hijos, recuerda y atestigua, no
son solamente sucesión impresionante de destrucciones y ruinas,- son también una escuela
desde la que se proclaman gravísimas enseñanzas a Europa y al mundo entero. Al mundo
ahora todo azotado, enmarañado, trastornado por la propaganda subversiva, y particular¬
mente a Europa, Ya tan profundamente perturbada y ían fuertemente sacudida, los tristes
hechos de España dicen y predicen una vez más hasta qué extremos están amenazadas
las bases mismas de todo orden, de toda civilización y de toda cultura.
Es verdad que esta amenaza es más grave y se mantiene más viva y activa por la
más profunda ignorancia y desconocimiento de la verdad, por el verdadero y satánico
odio contra Dios y contra la humanidad por El mismo redimida, •en cuanto se refiere a la
■ Religión y a la Iglesia Católica. Esta es una cosa tantas veces admitida y como y® hemos
indicado, confesada, que es completamente supérfluo el insistir por Nuestra parte sobre la misma, tanto más dada la espantosa elocuencia de los hechos de España a este propó¬
sito.
Por el contrario no es supérfluo, más bien es oportuno y sobre todo necesario y para Nos obligado, el poner en guardia a todos contra la insidia con la cual los heraldos de las fuerzas subversivas buscan el modo de dar lugar a cualquier posibilidad de acerca¬ miento Y de colaboración de la parte católica, distinguiendo entre la ideologia y la prác¬ tica, entre las ideas y 1® acción, entre el orden económico y si orden moral: insidia su^ mámente peligrosa, buscada y destinada únicamente para engañar y desarmar a Europa Y al mundo, favoreciendo así los inmutados programas de odio, subversión y destrucción
que les amenaza. Es verdad qne con esta renovada revelación y cofesión de odio privilegiado contra
la Religión y la Iglesia Católica en los llorados hechos de España, se ofrece a Europa y al munda otra enseñanza, preciosa y sumamente saludable, para el que no quiera cerrar los ojos a la luz Y perderse. Por lo tanto es cierto Y claro hasta la evidencia, por confesión misma de estas fuerzas subversivas que. a todo y a todos amenazan, que el único y verdadero obstáculo a su obra es la doctrina cristiana, es la práctica coherente de la vida cris¬
tiana, como las enseña y manda la Religión y la Iglesia Católica. Sería como decir de una manera cierta y evidente que donde se combate a la Iglesia,
a la Religión Católica y a su acción benéfica, sobre el individuo, sobre la familia, sobre las masas, se combate juntamente con las fuerzas subversivas y pcr el mismo resultado
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El Heraldo de Cristo
fatal. Seria como decir que donde con procedimientos insidiosos o violentos, según los casos, con distinciones ficticias e insinceras entre religión católica y religión politica, se imterponen dificultades, obstáculos e impedimentos al desarrollo de la obra y de la in¬ fluencia de la Religión y de la Iglesia Católica según el mandado divino que la acompa¬ ña y autoriza, en la misma medida se facilita y se favorece la influencia y la obra deleté¬ rea de las fuerzas subversivas. No es la primera vez que Nos hacemos y recomendamos a todos los responsables, estas gravísimas consideraciones. En un momento tan importante de la història de Europa y del mundo, viendo Nos no lejano de tener que dar Nuestra cuenta suprema, hemos querido aprovechar vuestra presencia para renovarlas; ningún testimonio más autorizado que el vuestro, queridísimos hijos, de vosotros, que en vosotros mismos y en cuanto os es más querido, en vuestra patria habéis experimentado las des¬ gracias y los males que a todos amenazan.
Se ha dicho, en estos últimos tiempos, que la Religión y la Iglesia Católica se han de¬ mostrado incapaces e ineficaces contra aquellas desgracias y aquellos males, y se ha creído darnos una prueba con el ejemplo de España y no de ella sola.
Encaja plenamente a este propósito la observación de À. Manzoni: «para justificar a la Iglesia no es necesario nunca recurrir a ejemplos,- basta examinar sus máximas».
La observación es evidente además de sólida y profunda. Que se Nos dé en verdad, una sociedad en la que tengan sinceramente libre e incontrastada difusión las máximas que la Iglesia y la Religión Católica continuamente ense¬ ñan e intiman con vigor de leyes y de directivas esenciales como las quiere Dios y por el mismo Dios establecidas y controladas, para ser norma de la conducta y dignidad in¬ dividual, de la justicia privada y pública, social y profesional, de la santidad de la fami¬ lia, sobre el origen y sobre el ejercicio de la autoridad social y de toda superioridad, so¬ bre la frafernidad humana divinizada en Cristo y en Su Cuerpo místico de .la Iglesia, so¬ bre la dignidad del trabajo sublimado hasta el divino encargo de la expiación y de la redención en la esperanza de inefables y seguras recompensas, sobre los deberes de la mútua caridad, de la que es regla única, única norma el deber y el bien del prójimo sen¬ tidos y medidos por un amor que no puede tener límites, por que es semejante al amor al que Dios mismo tiene derecho,- dadnos una sociedad en la cual tengan completo e incon¬ trastado influjo y dominio estas máximas y todos aquellos otros principios teóricos y prácticos que con las mismas se entrelazan cómo sus presupuestos, sus legitimas deriva¬ ciones, y debidas aplicaciones y Nos preguntamos con qué cosa y cómo pueden la Igle¬ sia y la Religión Católica más y mejor contribuir al verdadero bienestar individual, do¬ méstico y social. Y más y mejor hacen aprestando y procurando a todas las buenas vo¬ luntades los medios para sacar de aquellas máximas y de aquellos principios todo el bien práctico del que contienen el secreto y la fuerza productiva, merced a la gracia divina, a la oración, a los sacramentos, a la vida cristiana, instrumentos y vehículos dé la misma gracia. Quedan las terribles posibilidades de la negligencia, de la inercia, de la resisten¬ cia, de la oposición que manan de la libertad humana,- y cuantas cosas tristes encuentran aquí su explicación lo mismo que su origen, no solo sin complicidad alguna de la Reli¬ gión y de la Iglesia Católica, sino más bien en completa e incesante contradicción y opo¬ sición a cuanto enseñan y procuran de toda manera que les es posible llevar a cabo, esto
es en vidas vividas cristianamente.
Pero hay también, y no podemos menos de indicarlas, otras explicaciones y orígenes de aquellas cosas que se quieren atribuir a la insuficiencia e ineficacia de la Religión Ca¬ tólica. Qué otra cosa puede hacer la Iglesia Católica si no deplorar, protestar, suplicar,
cuando y donde a cada paso que se dá se ve contrastada e impedida su influencia en la
familia, en la juventud, en el pueblo, es decir precisamente en los ambientes que más necesitan de su presencia y de su función de Madre y de Maestra?
Que otra cosa puede hacer la Iglesia Católica, cuando y donde la prensa católica des¬ tinada a la difusión, exposición y defensa de las máximas genuinamente cristianas que solo la Iglesia Católica posee y enseña, sola conservadora del genuino integral crístíanis-
El Heraldo de Cristo
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mo, se desearía quedara relegada al templo y al pulpito, cada vez más angustiada y rece¬ lada, mientras toda libertad, todo favor o al menos toda tolerancia está reservada a la
prensa que parece tener el mandato y propósito de confundir las ideas, falsear, y sofisti¬ car los hechos, derramando sospechas y descrédito contra la Iglesia, sus cosas y personas, sus máximas y sus instituciones, hasta predicar en su lugar cristianismos y religiones de
nuevo cuño? Y cuanto se impide y paraliza la influencia y ía obra benéfica de la Reli¬ gión y de la Iglesia Católica por tantos impedimentos que casi hacen imposible la prác¬
tica de la vida cristiana y el cumplimiento de los deberes que la Iglesia impone para ali¬ mento de la vida interior y espiritual, por esta diversión incesante y vertiginosa que en nuestros tiempos entretiene y trastorna a la juventud, y no a ella sola, en cosas exterio¬ res y materiales; y aún más y peor por esta general inaudación de una inmoralidad que cada vez más tiende a romper todo freno de las leyes, que parece ya haber apagado en tantas almas todo sentimiento de pureza y de dignidad, de conciencia y de responsabili¬ dad, por tan graves y continuos escándalos dados y sufridos. Miseros facit populos pe¬ ccatum; Y es ciertamente una muy grave y formidable responsabilidad la de aquellos que, por razón y según la medida de sus car-gos, especialmente si son públicos, no opon¬ gan todos los remedios y todas las defensas posibles a tan grandes males.
Sabemos que ciertamente también otros y muchos y graves impedimentos en los di¬ versos campos de la vida pública y privada, colectiva e individual, se oponen a la plena eficacia de la acción y de la influencia de la Religión y de la Iglesia Católica.
Queremos limitarnos a las observaciones ya hechas y no retardar más la Bendición paterna, apostólica que habéis venido a pedir al Padre común dé vuestras almas, al Vica¬ rio de Cristo, Bendición que vosotros, queridísimos hijos, tanto deseáis y también vuestro Padre desea otorgaros. Bendición que vosotros tan largamente mereceis. Y como vos¬ otros queréis, así también Nos queremos y hemos dispuesto que Nuestra voz que bendice se extienda y llegue a todos vuestros hermai;ios de sufrimiento y de destierro, que desea¬ rían estar con vosotros y no pueden. Sabemos cuán grande es su dispersión,- quizás ha entrado también esto en los planes de la divina Providencia parà más de un provechoso fin. Esta Providencia os ha querido en tantos lugares, para que en tantas y tan lejanas partes, con las señales de las cosas tristísimas que han afligido vuestra y Nuestra querida España y vosotros mismos, llevárais el testimonio personal y viviente de la heróica adhe¬ sión a la Fe de vuestros mayores, qué a centenares y millares (y vosotros sois del glorioso número) ha agregado confesores y mártires al ya tan glorioso martirologio de la Iglesia de España; heróica adhesión que (lo sabemos con indecible consolación) ha dado lugar a imponentes y piísimas reparaciones y a tan vasto y profundo despertar de piedad y de vida cristiana, especialmente en el buen pueblo español, que nos hace ver el anuncio y el principio de cosas mejores y de más serenos días para toda España.
A todo este bueno y fidelísimo pueblo, a toda esta querida y nobilísima España que ha sufrido tanto, se dirige y quiere llegar Nuestra Bendición, como vá e irá, hasta el com¬ pleto y seguro retorno de serena paz. Nuestra cuotidiana oración.
Sobre toda consideración política y mundana. Nuestra Bendición se dirije d^ una ma¬ nera especial a cuantos se han impuesto la difícil y peligrosa tarea de defender y restau¬ rar Ips derechos y el honor de Dios y de la Religión, que es como decir los derechos y la dignidad de las conciencias, la condición primera y la base segura de todo humano y ci¬ vil bienestar. Tarea, hemos dicho, difícil y peligrosa, también porque demasiado fácil¬ mente el empeño y la dificultad de la defensa la hacen excesiva y no plenamente justifi¬ cable, además de que no menos fácilmente intenciones no rectas e intereses egoístas o de partido se interponen para enturbiar y alterar toda la moralidad de la acción y todas las responsabilidades. Nuestro corazón paterno no puede olvidar, al contrario recuerda más que nunca en este momento y con los sentimientos del ,más sincero reconocimiento pa¬ terno, a todos aquellos que, con pureza de intención y con sinceros propósitos han trata¬ do de intervenir en nombre de la humanidad. Nuestro reconocimiento no ha disminuido,
apesar de saber la ineficacia de sus nobilísimos empeños.
418
El Heraldo de Cristo
Y los oíros? Qué decir de iodos aquellos otros que también son y permanecen siendo hijos Nuestros, no obstante que en las personas y en las cpsas que Nos son más queridas y más sagradas, con actos y métodos extremadamente odiosos y cruelmente persecuto¬ rios, y aún en Nuestra misma persona, cuanto la distancia lo consentía, con expresiones y actitudes sumamente ofensivas Nos han tratado, no como hijos a un Padre, sino como enemigos a un enemigo particularmente odiado? Tenemos, queridísimos hijos, divinos preceptos y divinos ejemplos que pueden parecer de demasiada difícil obediencia e imi¬ tación a la pobre y sola naturaleza humana y son por el contrario tan hermosos y atrayen¬ tes al alma cristiana-a vuestras almas, queridísimos hijos-con la gracia divina, que no hemos podido nunca, ni podemos dudar un instante acerca de aquello que Nos queda por hacer: amarles, amarles con un amor particular de compasión y de misericordia, amar¬ les y, no pudiendo hacer otra cpsa, orar por ellos,- orar para que vuelva a sus inteligen¬ cias la serena visión de la verdad y abran de nuevo sus corazones al deseo y fraterna vi¬ sión del verdadero bien común,- orar para que vuelvan al Padre que con grandes deseos les espera, y se hará una fiesta de grande alegría a su retorno,- orar para que estén con
Nos, cuando dentro de poco-tenemos plena confianza e^ Dios bendito de lo cual es au¬
gurio glorioso la presente festividad de la Exaltación de la Santa Cruz: per crucem ad \\luceni-e\\ arco iris de la paz brillará en el hermoso cielo de España, trayendo el alegre anuncio a todo vuestro grande y magnífico País,- de la paz, decimos, serena, següra, con¬ soladora de todos los dolores, reparadora de todos los daños, que satisfaga todas las justas y sabias aspiraciones compatibles con el bien común, anunciadora de un porvenir de tranquilidad en el órdeñ, de honor en la prosperidad. Y ahora: Benedicat vos Omnipotens Déus, Pater, et Filius et Spiritus Sanctus.
En las en extremo grado críticas circunstancias por qué pasa¬ mos los españoles, el corazón se siente aíraido, como por imán po» íeníísimo, hacia nuestra Madre y Abogada, en cuya protección des¬ cansa como en seguro refugio, y por cuya intercesión confía obte¬ ner el bien de la divina misericordia. En el próximo mes de Octubre,
pues, no dejemos, ¥.*11. y A.H., de practicar, con intenso recogimien¬
to de espíritu y cqn excelsa concentración de la mente, la cotidiana devoción del Rosario, tal como la propagó León XIII en diez monu¬ mentales Encíclicas y la recomendaron con insistencia sus tres inme¬ diatos Sucesores, y al terminar las cinco decenas de Avemarias y antes de repetir las conmovedoras salutaciones de la Letanía laure-
íana, siguiendo la costumbre mallorquina y aunando todas nuestras fuerzas espirituales, atrevámonos e captar los latidos del corazón de
María diciéndole rendidamente:
«Dios te salve, Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra,- Dios te salve. A Tí clamamos los desterrados hi¬
jos de Eva,- a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Abogada nuestra: vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fru¬ to bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima,- oh piadosa? oh dulce Virgen María!»
A que así os determinéis a hacerlo de todo corazón,- a que apro¬ vechéis el mes del Rosario para purificaros y santificaros más y más penetrando en el conocimiento de Dios Uno y Trino y de la. Santísi¬ ma Madre de Misericordia, es obligación de nuestro ministerio ex¬ hortaros con toda la eficacia en Nos posible, rogándoos que en la aplicación del fruto de vuestras plegarias y de las obras buenas que a ellas añadáis como reparador complemento, tengáis muy presente las necesidades de España y de Mallorca, el eterno descanso de Ips que dieron su vida como víctimas del odio a la Religión y a nuéstra Patria, y la vuelta al redil de tantos hermanos nuestros que se extra¬ viaron por sendas de perdición y por quienes, como por todos nos¬ otros, virtió su Sangre de infinito precio Nuestro Redentor adorable.
►{. JOSÉ, Arsobispo-Obispo de Mallorca.
El Heraldo de Cristo
419
Sor Eusebia Palomino
ALMAS VICTIMAS POR ESPAÑA
En el mes de Abril
del pasado año 1935 publicaba el gran pe¬ riódico católico Y ira-
dicionalisía de Madrid
«El Siglo Futuro» la siguiente curiosa nota biográfica enviada por su corresponsal de Sa¬ lamanca, en la que se
contiene una afirma¬
ción que podría ser muy bien una consola¬ dora profecía sobre el próximo Reinado social de Cristo Nuestro Señor en España. Lean nuestros lectores los párrafos que extractamos y rueguen encarecidamente al Sagrado Corazón para que se digne dar pronto cumplimiento al anhelo de la Santa monjita de Salamanca, por el cual quiso
dar su vida.
Sus primeros pasos en la vida
Nació en Cantalpino, pueblo de nuestra provincia de Salamanca, el 15 de septiem¬ bre de 1900, hija de padres humildes, muy piadosos, que la educaron en el santo te¬
mor de Dios.
De sus mismos padres recibió la educa¬
ción cristiana.
Los días más felices de su vida fueron los
de su primera Comunión. Entonces iué
cuando esta alma candorosa recibió el beso
más ardoroso de la gracia. De familia muy pobre, sus padres no podían vestirla con el
blanco vestido de las demás niñas del pue¬
blo; pero ella no sentía envidia ni deseos de tener otro semejante. Con un vestido arreglado por su misma madre y un pañue¬
lo de seda a la cabeza se acercó al alfar.
El alma víctima
El 5 de agosto de 1924 hizo la profesión religiosa de votos simples en el oratorio festivo de las Salesianas, y en la misma fecha del 1930, los votos perpetuos. De los años de su vida religiosa citemos al menos el testimonio de una sus superiores. Era una hermana de una actividad grandísima, sa¬ crificada hasta tenerla que contener. Su unión con Dios era grandísima, y extraor¬ dinarias las luces que Dios la comunicaba. Sus devociones predilectas y que propagó con todo ardor fueron el Rosario, las Llagas
Y la Esclavitud mariana. Una de sus últimas palabras fueron: «El
mundo se salvará con el Rosario de María, las Llagas y la Esclavituds.
En mayo de 1931, cuando la revolución española había ya cometido toda clase de atropellos con las cosas más santas, el 17,
cuando el cielo español estaba aún ensom¬
brecido con las nubes de humo de los tem¬
plos quemados. Sor Eusebia siente ansias de ser un alma víctima que aplaque la ira de Dios Y salve a su Patria. A los pies de Cristo atropellado y de María cien veces profanada, esta alma generosa se postra,
anegada ^ en lágrimas, para ofrecerles en
reparación de tantos pecados el sacrificio
de su vida...
Pero la muerte no venía; hacía novenas
Y más novenas a San José, a su padre Dom Bosco Y a las Santas Llagas. En los Ejerci¬ cios espirituales de 1932 «me vino la inspi¬
ración de hacer una novena a la Madre
Mazarello. Durante ella le pedía que se dignase concederme, por intercesión de Jesús y de mi Madre María, la gracia de que me aceptara como víctima por la sal¬ vación de España y para que el Reinado de Jesús y María se extendiera por el mun¬ do todo. Le pedía que me diera la enfer¬ medad que quisiera y por el tiempo que quisiera. Pero que todo fuera oculto..., que sufriera con mucha paciencia y alegría por las almas y mi patria hasta consumirme
como un trocito de cera en el altar de su
amor...»
Y Dios aceptó el sacrificio. Antes de salir de los Ejercicios sintió los síntomas de la
enfermedad mortal que, después de dos años de martirio, había de llevarla al sepul¬ cro como víctima propiciatoria y expiatoria de los pecados de España,- pero con el grandísimo consuelo no sólo de que su ex¬ piación era agradable, sino de que en el
año .96 de tal modo cambiarían las cosas^
que seria el año del Reinado social de Cristo en nuestra patria. (1)
El día 26, despidiéndose de todas sus her¬
manas durmióse en este dulcísimo éxtasis
de amor... Por muerta la daban, y al prepa¬ rarse para amortajarla sus ojos se abren con una dulzura angelical, y dice, sonriente: fYo era muy ambiciosa y a la fuerza quería* marcharme ya al cielo,- pero me ha dicho Nuestro Señor que aún falta algo que puri¬ ficar en las cinco partes del mundo y aun
me tengo que quedar aquí para sufrir otro poco de tiempo más.»
Dios la había dicho en otra ocasión que
había de permanecer hasta hacerse polvo por dentro, y así continuó viviendo, con una vida de martirio y de dolor, siendo la admiración de sus hermanas y la expecta¬ ción de un pueblo al que ella tenía ya per¬
fumado con el aroma de sus virtudes y que
la llamaba la monja santa. El día 10 de febrero, a los treinta y cuatro
años de edad, volaba su alma blanca a la
420
El Heraldo dE Cristo
eterna unión con el amado, después de ha¬ ber sido el alma víctima por los pecados
de su Patria..
Dos días estuvo el cadáver expuesto a la veneración del pueblo, que, todo, acudió a
ostrarse ante él y a solicitar sus gracias. 1 mismo Ayuntamiento asistió a sus fune¬ rales y una ingente muchedumbre acompa¬ ñó a su entierro. El «Boletin Parroquial» de
Valverde anunció la muerte de una Santita.
tía Unión», de Sevilla, decía dos días des¬
pués: «Su sepulcro será glorioso. La vícti¬ ma de amor reparador por España, allá en el cielo continuará su oración por la Patria. En tanto, aquí en la tierra, junto a su sepul- ^
ero, se desgrana con fervor el rosario de las santas Llagas y las hijas de Marí& Auxi¬ liadora y toda la congregación Salesiana, a
los pies de su Vigen, piden con fervor a Jesús que el sacrificio de su hermana sea el
advenimiento del reinado del Corazón de
Jesús en España, según El parece le llegó
a prometer.
¡Loado sea Dios, que al aceptar el sacri¬ ficio de esta alma víctima y predestiriada para tal, la hizo nacer en nuestro suelo de Salamanca para ser un reflejo del corazón
transverberado de Teresa de Jesús!
Ricardo M. Portilla
Salamanca, 11 - IV - 1935.
(1) La publicación de estas líneas no es asentimiento a la realidad del presagio. Mucho celebraríamos que fuera así. {N. de la R.)
Hisíórico Alcázar de Toledo donde se realizó la gloriosa epopeya de los invictos Cadetes que con sobrehumano
valor resistieron durante 70 días el cerco de las hordas
marxistas.
San Francisco de Asís, pregonero de paz
f Anunciad la paz, tenedla en la boca y en el corazón, y más en el corazón que en la boca».
Palabras del Santo.
422
Rl fíKTíAT.no PK Cristo
L'exaltació de l'humil Sant Francesc
Es ben plànyer qui no t'ha vista mai, Assís, bressol daurat i sepulcre gloriós del Pa¬
triarca d'Umbria!
Avui fa un any, a qui aquestes línies escriu, volgué donar-li l'amable^ Providència de
Déu-beneïda sia per a sempre-la feliç avinentesa de veure la llum d'Assís i besar aque¬ lla terra sagrada, precisament el jorn solemnial en que ret el món cristià tribut de glòria al gran imitador de Jesucrist i restaurador del seu esperit en mig dels pobles.
Me trobava l'any passat a Assís el dia quatre d'octubre. Es certament aqueixa santa ciutat, un dels més insignes monuments amb que compta la civilització cristiana. Es reliquiari d'inviolables tresors, urna de suavíssimes recordonçes. Tot parla al cor en aquell recés de pau, en aquella fortalesa dels mil escuts aon s'ar¬ men els forts per les heroiques lluites, en aquella ciutat amada que riu al cel amb la joia de la benedicció darrera que sobre ella deixava caure el Serafí, abans d'emprendre la vo¬
lada suprema.
Mes, on experimenta l'esperit una emoció que ja no deu sentir-se en gaire més llocs de la terra, és ran del vas de pedra, rústeg, modesííssim, que guarda el cos de l'ínclií
fundador.
Segles i segles romangué ignorat aquell depòsit venerable. Avui, la piadosa ramada dels fills enrevolta amb amor creixent aquella tomba prodigiosa, que com més temps va transcorrent és volguda arreu del món, i lluu a la faç de tots els pobles amb inconfonibles
claretats.
El sepulcre del Sant d'Assís, reclòs en una cripta de pedra viva i coronat per dues
gr'éaunsrebmausínlieqruàeslampaojbersetsuaosiels'hsuombrieliptaotsaddeelsseuunasiarvle'anlttrpar,eédsiluenctee.splèndit guardó amb que
Sant Francesc, com encertadament observa Ozanam, el temps que visqué en la terra, no tengué mai ni casa ni servitud, per aixó fou convenient, que després de mort, hom li bastis un magnífic estatge, semblant al palau que eH vegé en un dels sommis de la seva jovenesa, i que a son servei es posàs lo que pogués haver-hi de més excel·lent i noble entre els artistes cristians. La sola contemplació de les basíliques d'Assís ja us imposa i us admira, produint en vostre esperit una impressió de religiositat indescriptible.
Però el dia quatre d'octubre, aquell casal dels segles migevals es transfigura. La «Capella Papale» té lloc, no en la basílica superior, que és primorosa i esbelta, rerepresentant la vida benaurada del Pobret, sinó dins l'inferior, aclucada i obscura, en la qual està simbolitzada la vida pobre i de sofriment i martiris que va fer el Sant en aquest
món.
Una claror artificial discreta aclareix veritables preciositats arquitectòniques, allà als àbsis laterals, i revela insospitades perfeccións i belleses en les espaioses voltes baixes del cos principal, decorades pels Mestres de més relleu dins l'escola pictòrica italiana.
La ceremònia pontifical desplegava la seva magnificència, i del fons del Santuari ne brollava un cant robust i afinant, encisador, apoteòssic. Hom creu trobar-se en Paradís, sentint cantar els orfeóns angèlics. Prosternada, commoguda, la multitud dels feels es¬
colta i resa.
Puc ben assegurar que cap altra solemnitat de les que he vistes, ha fet vibrar tan in¬ tensament mon cor, com les que vaig tenir la sort de contemplar sobre el sepulcre de Sant Francesc. Quan vaig sortir a la llum del sol em semblà que les aus amigues del bon Pare li teixien un cant de dolçor, i que de les oliveres de pau que guarneixen els costers aon s'aixeca el seu temple colossal, ne muntava un hosanna festiu...
Oh ¡com l'he enyorada avui a aquella festa, devant la qual m'embedalda l'any passat, i que de cap manera sabria descriure!
Lo que em produïa més íntima complaença era veure tan bellament, tan plenament confirmada la sentència de Jesús:"Qui s'hmilía serà exaltat." Perqué s'abaixà fins al no res aquell pobret captaire, ara rep un homenatge magniííc de glòria, que es esplèndid i ensems auster, sense que en ell ni remotament s'hi transllueixi cap síntoma de profanitati homenatge que amara l'ànima de suavitat inefable i fa venir als ulls plor de tendressa.
Com sia que és Déu mateix qui vol honrar-lo, exaltem a l'humil Sant Francesc! Fessem, en la mesura de les nostres forces i segons les nostres possibilitats, que la seva vida sia de cada dia més coneguda, invocat el seu nom, reproduïts els seus exemples.
Si logressim que s'ensenyorís del cor dels homes l'esperit de Sant Francesc, la terra, tot i essent vall d'espines, es trasmudarla en cel, puis que, acompanyada del seu brillant seguici de virtuts, assentaria el seu regnat en mig dels pobles la germanor tan amada i practicada del Sant d'Assís, la caritat evangèlica.
Ciutat de Mallorca, diada de Sant Francesc de 1936.
Fro Gil del Roseret
Momentos en que los rojos verificaban el desembarco en nuestras costas de Levante.
Barcelona.-Huella sangrienta que dejó el enemigo devastador en la violación del Templo de Belén de aquella ciudad.
LACRIM/t RERUM
Pueblo mío predilecto: que entuerto te hice o en qué te con¬ tristé para que en tal guisa vengas a asestar tus tiros contra mí? Viña mía muy querida, camo te has trocado en acerbos
agrazones, en pesares y amararas para quién te plantó y ro¬
deó de un seto defensor contra los invasores rapaces! Here¬
dad mía preclara te regalé co4 fuente de aguas tersas y salu¬ bres y puse en tus manos un dbtro real, mientras tu ahora vie¬ nes a empapar mis sedientos labios con hieles y vinagre, y
me clavas en la sien una corona de crueles espinas!
Llanto y gemir oyóse por las calles, pues que los hombres apartándose de su Dios se descarriaron por senderos perversos. Conviértete pueblo escogido a tu Señor, y corre al amoroso
brazo de su Rey y Salvador!
Detalle funesto y doloroso de un grupo escultórico del citado
Monumento.
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Kl Heraldo de Cristo
Dios^ solo Dios.
Impresiones del frente de combate
El que es grande so¬ bre toda ponderación,
acaba de realizar en
nosotros, en nuestro
suelo bendito, mara¬ villas Y bondades sin
cuento.
£1 azote de una em¬
bravecida tempestad acaba de castigar las tierras paradisiacas de nuestra dorada Isla, la encantadora perla que aprisiona entre
sus rizadas escamas el Mare nostrum.
Arrimóse a nuestras centelleantes riberas
el invasor enemigo, queriendo trocar este edén místico de parlanchines pájaros, de brisas y aromas, en antro sombrío, do el siniestro enronquecer del cañón y el fragor
de la batalla truncaran en mal hora la dul¬
ce calma en que mecíanse nuestros espíri¬ tus. Pero Dios, tendió su diestra y en tocan¬ do al fiero enemigo-^wt tangit montes et fumigant-TpVisiéxorxse alocadas, sus cabez^%-Julgura coruscationem et dissipabis eos-derramó sus claridades y disipóse el adversario; lanzó los dardos de su justa ira
Y metió en derrota al invasor hostil. Dios, solo Dios nos ha devuelto la prísti¬
na felicidad y bienandanza en que sregalá-
base nuestra isla.-Hordas asiáíicáis con la
hoz Y el martillo destructores, venidas del brumoso septentrión, abordaron en nuestras azules costas, profanando este suelo santo. Una loca mescolanza de seres sin entrañas, de sádicos rojos atrevióse a mancillar este diminuto y sin par reino de la Madre del
divino Amor.
Entablóse la lucha. Nuestros valerosos
combatientes porfían en defender con más brio Y gloria el supremo ideal de su fé. El
ardor bélico de nuestros soldados es sin pa¬
rangón. El brazo de Dios les cobija. Pero, con pena y desazón, vemos como el enemi¬ go salvaje guerrea con ventaja sobre nos¬ otros, por deficiencia de justos medios en nuestras filas. Alguien vió a indómitos sol¬ dados de nuestro campo de operación, que mal pertrechos para rechazar el violento ata¬ que del enemigo del aire, en último recurso,
acurrucábanse cabe un tronco o un len¬
tisco o en mísera choza, mientras nubes de hierro candente arrojadas por piratas aéreos
venían a estrellarse sobre sus indefensas
cabezas; pero ahí estuvo la mano vigilante de Dios-custodiens párvulos Dominusamparando a sus fieles servidores, no con¬ sintiendo fuera rozado ninguno ni en pl pe¬ lo de su arapiento vestido.
Otras veces es el baluarte funesto que se
yergue en el mar, el galeote guerrero qu© ruge tenebroso con sus lóbregos cañones contra nuestros aguerridos soldaditos que defienden el terruño sagrado, sin medio de
contrarrestar la dura acción de la metralla
chispeante que grazna furiosa en torno
suyo ..
El humo, el fuego, el espantoso es[truendo
de los furiosos tiros escupidos, el recio destroncar y encuentro ho-
[rrendo, las varias voces, gritos y apellidos,
[(Ercilla)
nada arredra a nuestros ibravos luchadores
Y nada resta a su exaltado fervor, pues. Dios que de los suyos no se ol[vida
aunque a las veces su favor dilata [(id.)
corre en su ayuda y con su protector man¬ to les ahxige,-in umbra alarum tuarum.,, donec transeat iniquitas-xsaevCixes muere Y deja de aullar la tormenta...
Dios solo, y en todo momento, Dios.-Ora es en medio dei infernal traqueteo de la cruel ametralladora escupiendo plomo ar¬ diente, ora entre el ronco vociferar del ca¬ ñón vomitando incendios, ora en medio del
zumbido de flameantes bombas, siempre y
doquiera ciérnese el amparo del cielo el
amoroso mirar de un Dios desvelándose por
sus predilectos. Intrépido soldado que bregaste cual va¬
leroso David contra el monstruo del Goliat
asiático, que presenciaste el sanguinoso drama realizado en nuestro Levante! Apelo
a tu interior sentir. Quien sino la mano po¬
tente del veracísimo Dios puso en vergon¬
zosa huida al extraño enemigo, mesnada de
la Rusia descreyente que sus aíjyectas doc¬
trinas quisiera aunar con nuestra inmacula¬
da tradición en fatal contubernio? Y se opu¬
so a ello el Prepotente Ordenador del Uni¬ verso cuya palabra es voraz incendio y su
mirar antorcha en nuestros inciertos pasos.
¡Oh Mallorca, paraiso terrestre de noches serenas Cuajadas de pedrería en el azul in¬ finito de tu cielo; sublime visión de luz y
de paz; tiérra endiosada vestida de oro pᬠlido de aurora y de fuego de amapola, nido de amores, cuna de santos..!
A la inconmensurable piedad de Dios de¬ bes el no haber sido presa de vandálicas hordas de salvajes sin corazón, del torbelli¬
no rojo que tantgs multitudes ha arrollado su vertiginosa carrera hacia el caos...
Bendice, ¡oh mi tierra! al Señor. Ensalza y canta para siempre la gloria de su nombre.
A. M.
Artillero del frente de Son Servero.
Su limma, el ArzobispoObispo Dr. Miralles acom¬ pañado de las Autoridades militares momentos después
de la celebración de las
pompas fúnebres en la igle¬ sia parroquial de Manacor en sufragio de las víctimas de aquella abnegada ciudad
Solemne bendición del campo de Aviación de Son San Juan
verificada el 10 del pasado * Septiembre.
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424
Bl Heraldo dé Cristo
CIRCULARES
«5.'’ Las vacaciones escolares quedan prorrogadas hasta el l.° da
octubre, fecha en que se abrirá el curso, dando a este, acto la solem¬
23.°nidad que requieren las circunstancias actuales y teniendo en cuen¬
ta las siguientes indicaciones:
a) En el local previamente indicado por la Alcaldía, y de acuer¬ do con las autoridades civiles, mititares y eclesiásticas, se reunirán todos los niños y niñas con sus maestros, llevando las banderas na¬ cionales de sus respectivas escuelas que se pondrán en un lugar de honor, mientras se enarbola aquella donde se celebre el acto, can¬ tando los niños el himno: «Honor a tí, bandera de mi patrias.
En los salones de clase, y con la solemnidad y el cerémoniál que se requiere, se procederá a la colocación de las imágenes de Jesús Crucificado, en tan mala hora arrancadas por un sectarismo
que no dejaba se sembrara en el alma del niño la semilla de la fé,
de la esperanza y de la caridad cristianas.
c) Si se conservara la antigua bandera y el mismo Santo Cristo, que sean ellos los que vuelvan al lugar de que jamás debían haber sido quitados. En caso contrario, espero se abra una subscripción entre las familias de los niños para adquirirlos.
d) Una vez celebrado el acto de referencia, cada grupo de niños, con su respectivo Maestro, llevará a su escuela el Santo Cristo y la bandera bicolor, procediendo a su colocación.
e) De los actos que se celebren se levantará acta, que se archi¬ vará, remitiendo copia al Inspector de Primera Enseñanza.
Palma de Mallorca, a 1 de septiembre de 1936
El Gobernador Civil, Antonio Alvarez Ossorio
Sres. Maestros Nacionales de Baleares.
•
•
.
#
La celebración de la fiesta de reponer los Santos Cristos en • las
escuelas hará vibrar el corazón de los niños en un sentimiento de
religiosa unción. Los mayores que se habrán sumado a estos actos
se habrán conmovido hasta lo más íntimo de su ser viendo otra vez
aparecer, como la más grande de las promesas, la imagen de Cristo Redentor, puesta como una bendición perenne sobre sus hijos. Pero no basta, con ser mucho, esta vibración espiritual de un día. Hay que cultivar con sumo cuidado la semilla de la fé, de la esperanza y de la caridad cristianas, para que no solo sea el corazón, sino tam¬ bién la inteligencia, la que se entregue al amor de Dios.
Por esto, y de acuerdo con la orden del Gobierno de Burgos, ven¬
go a decretar:
l.° A partir del primer día de clase se celebrarán en las escuelas
los actos de devoción que se hacían antes de 1931.
La enseñanza de la Doctrina Cristiana y de la Historia Sagra¬
da formarán parte dçl programa escolar.
Para la formación religiosa de los niños no sea una cosa su-
f)aesreíiscciauel lsaesruensatabve lezcepoerl sdeemcraentao, dpeoqrueloloms esneoñso,repsaPraárreocxopsliciarár neal
Catecismo y el Evangelio de CristoNo se trata de que los niños reciten mecánicamente unas oracio¬
nes, sino que entiendan y sientan cada una de las palabras y que al pronunciarlas signifiquen para ellos lo que realmente significa la palabra oración; elevar el corazón a Dios y pedirle favores.
Palma de Mallorca, a 26 de septiembre de 1936.
El Gobernador Civil, José Rubí
Sres. Maestros Nacionales de Baleares.
El Heraldo de Cristo
427
¿EL COMUNISME?
-Sabeu que es¬ tirem de bé are,
Mesír^ Miquel,-toís serem iguals. Re¬
cavara! si tots ha-
guéssem de menjar
el pa, suaní com
jo! Sabeu que n'hi hauria que bada¬
rien sa boca an es
vení!
-Es ben segur,
l'amo'n Pere, que avui heu alçat es coizo!
-No, no; teñe el seny ben ciar. Visca el comunisme! Visca la igualtat! que si no és
així no estarem mai bé de tot.
-Però, sani homo, no veis que per anar
bó una nació és necessari que els homos
exercesquen diferents professions i fassin així un tot perfect?
-Què tanta distinció! Tots som iguals. No hi ha dret a que n'hihagui que visquen da¬ munt s'esquena nostra. Igualdai!
-Escoltan, l'amo'n Pere,- vós sou trenca¬
dor. Ja estaríem bons, idò, si tots els homos
haguessen d'agafar l'escodra i a treure mit¬ jans s'ha dit!
I a l'hora de dinar com vós arreglaríeu. Com que no hi hauria conradors no ten¬ drían ni pa, ni llegums, ni oli, ni sal, ni res.
Vós hauríeu de contentar amb una truita de
boleis, de tascons i mànecs de picaissó!
-Bé, però, hombre! no era això lo que volia dir. Heu venia a dir an es fi de què tothom fes feina com jo, de vuit a deu ho¬
res, i no hi hagués d'aquests mans fentes
que no fan res de tot lo dia i menjen «como el que más»! com diven els forasters.
-Deveu anar, idò, contra els frares, la
gent de carrera, la guàrdia civil, l'exèrcit...
-Eso es! Ara mos entenem,-contesta
l'amo'n Pere tot rument-.
-Escoltan. Vós enviau en Juan i en Jau¬
me vostro a s'escola. No voleu que siguin uns beneits. Voleu que sàpiguen llegir, es¬
criure i fer comptes.
-Sí, sí; es ver. -Si un dia en Juan vostro caigués a
Africa-com hei va caure en Toni nostro-i
els frares o els mestres no li haguessin en¬ senyat a lletgir i eseñure, com heü faríeu per enviar-li cartes, perque ell les enten¬
gués, i vos pogués contestar? Y encara, per lo que fa als frares, po¬
dríem treure raons de molt més pes.
Però, an a què vénen més filosofies? No deis, vós, que tots han d'esser iguals i ger¬
mans?
-Eso es! Igualdad! Fraternidad!
-Idò, què voleu més iguals i més ger¬
mans que es frares?
i
-Sí. Teniu raó-contesta l'amo'n Pere de
mala gana-Bé, idò; els frares i els mestres tenen dret a viure per ensenyar al jovent. Però, al manco, què hem de florir tantes guàrdies i tants de soldats que viven da¬ munt sa nostra esquena?
-Si, eh? Ell estaríem ja salvats així! Figurauvos que un dia se presentàs a son Morell vostro un d'aquests poca vergonyes-ja n'ha qualque un dins es nostro poble-i a davant vós, eh?, desfermàs es cavallet que teniu
davora el carro.-L'amooo!-li diríeu.-L'amo
m'has dit? s'hi aixancaria damunt, i de quàtres... Ja l'encalçaríeu amb un pa calent. Gom l'agafaríeu? Ell se'n aniria a s'altre cap de Mallorca i lo més que podríeu fer, és una altra vegada anar més viu. En camvi, haguent-hi guàrdies, anau a donar part i el sen demà o l'altre vos tornen lo que és vos¬ tro. Lo mateix podrem dir dels soldats per defensar a la pàtria. Què hei deis, l'amo'n
Pere?
-Sí, és ver. Però;.. -Supòs que no teniu res que dir en què els metges seguesquin exercint sa seva pro¬
fessió?
-Amb això, sí que estic ben conforme. -De manera, idò, que vós mateix trobau necessari que hei hagi frares^ guàrdies, soldats i metges... I vós sabeu més que jo que cap d'aquests fa feina de camp com vós. -I és clar,-respongué tot cremat l'amo'n
Pere-. Però... ,
-Què, però? Meam si acabam d'una ve¬ gada!
-Dic que si vengués el comunisme tots seríem iguals i l'estat...
-Vaja, homo, no sigueu així. Què no sa¬ beu lo que passa a Rússia en què hei ha el Comunisme? Ell sabeu que el vos pinten d'atractiu en aquests mitins vostros! Si vengués-Déu no heu permeti-ja veuríeu si en
Joanet vostro ballaria.
-Però si als fills no els mos tocaran,- feran la repartició de les terres i prou.
-I prou! Passaria lo mateix que ha passat
a Rússia. Els vostros fills seran de l'estat i
no vos obeiran ni vos estimaran. Què m'heu
sentit? I la manera com los tracten! En aque¬
lla nació, l'any 1932, 9.000 nins que fugiren de les escoles pels mals tracta¬
ments...
-Però, i això és ver?-digué l'amo'n Pere,-
tot estorat-. Es cruel de tot.
-I ademés tot lo que guanyaríeu treba¬ llant, vos pensau que seria vostro? Si te¬ níeu pa a bastement vos poríeu donar per
ben satisfet!
-Areveure, Mestre Miquel! Déu fassà que no venga a parar sa nostra nació en un
..estat tan llastimós.
, .
\_
i
—:^—
—
Lluïsset meu: l’humana intel.ligència
engendrà, antigament, coses molt grans,
quan els homes tenien més carència
de llibres
més eines en les
mans.
El Heraldo de Cristo
429
Crónica
Dejábamos nuestra
última Crónica rela¬
tando el asesinato vil
Y monstruoso del más ilustre de los españo¬ les, como ha dicho un elocuente escritor, el
Sr. Calvo Sotelo. Ya
ha llovido desde en¬
tonces.
Los días 17,18 Y 19 de Julio serán céle¬ bres en la historia por ser las fechas del co¬ mienzo del glorioso levantamiento nacio¬ nal pro salvación de España. Lo más impor¬ tante que haY que notar es la innegable in¬ tervención de la aYuda divina en esta em¬ presa, que, humanamente hablando, eia loca e imposible, pues los terribles tentácu¬ los de Moscou estaban extendidos por toda nuestra desgraciada España. Bajo la protec¬ ción del infame y antipatriótico gobierno izquierdista se había ido organizando ad¬
mirablemente el comunismo. No había al¬
dea en España por pequeña que fuese que no tuviese su comité rojo encargado de asesinar las personas honrradas cuyss co¬ sas estaban señaladas con anticipación. Te¬ nían preparado su golpe para el 31 de Julio.
Aunque al principio hubo algunas deser¬ ciones, sin embargo, yu a los primeros días, estaba de parte del movimiento nacional la mitad de España: gran parte de Andalucía, Galicia, León, Navarra, Castilla la vieja, Alava, Aragón, las Baleares menos Menor¬ ca, Y todo el Marruecos español, que ha proporcionado gran cantidad de excelen¬ tes e invictas tropas, que el Exmo. Sr. Ge¬ neral D. Francisco Franco, jefe supremo de este movimiento glorioso, iba trasportando para ir conquistando las provincias que quedaban bajo la tiranía comunista.
Desde entonces, nuestras tropas han ido de victoria en victoria, conquistando las provincias de Huelva, Badajoz, Cáceres, y parte de las de Málaga, Córdoba, Jaén, Gra¬ nada, Asturias, Toledo, Guspúzcoa, ViscaYa, Guadalajara, siendo en estos momentos los objetivos más próximos Bilbao y Madrid que se halla yu rodeado casi por completo a una distancia media de unos 35 kilómetros.
Las provincias que han quedado bajo el poder del comité rojo de Madrid han sido
general
teatro de la anarquía más soez y desenfre¬ nada; incendios y saqueos de conventos,
iglesias y casas particulares, matanzas de
sacerdotes, religiosos y religiosas, profana¬ ciones Y violaciones de lo más santo y sa¬ grado. Poblaciones hubo en que se hizo un
pregón mandando entregar todos los obje¬
tos religiosos particulares: cuadros, crucifi¬
jos, imágenes, medallas, rosarios, etc. bajo pena de fusilamiento, los cuales eran des¬ truidos Y quemados en público.
Desde los primeros días del movimiento, viene rigiendo los destinos de nuestra Pa¬ tria la Junta de defensa nacional, constitui¬ da en Burgos por prestigiosos jefes del Ejér¬ cito Y presidida por el General Cabanellas. El 29 de Septiembre la Junta de Defensa
nombró al ilustre General D. Francisco
Franco Bahamonde, Jefe del Estado Español,
haciéndose con toda solemnidad la trans¬
misión de poderes en la ciudad histórica
de Burgos.
Por lo que toca a nuestra querida Isla, po¬
co tenemos que decir que no sepa el lector. El 16 de agosto empezó una época de mar¬
tirio para nosotros, con un desembarco de
piratas Y salteadores catalanes en PortoCristo. Llegaron a dominar una extensión de 12 kms. de costa. Las poblaciones don¬
de entraron, Porto-Cristo, Cala Morlana y Son Carrió, después de su retirada presen¬ taban el aspecto más desolador,- fueron ob¬
jeto del sa'queo y robo más desenfrenado.
La iglesia parecía haber sufrido la invasión
de los bárbaros.
Palma y algunos pueblos de la isla fueron
Ya desde el principio objeto de reiterados
bombardeos, cuy© objeto no era otro que causar pánico en la población y hacer da¬
ño, Y^ 9^6 trataba de ciudades abiertas e indefensas. Ibíza, nuestra hermana, ha te¬
nido que sufrir un doloroso calvario. Los
expedicionarios catalanes cometieron allí toda clase de robos, saqueos, incencíos,
asesinatos, violaciones... Todos estos horro¬ res fueron presididos por la odiosa bande¬
ra catalana. Gracias a Dios en Ibíza la már¬
tir ondea Ya» otia vez, la gloriosa bandera
española. Menorca gime aún bajo el Yago
animoso de los bárbaros del siglo XX. Espe¬
ramos que pronto podremos libertarla de
su esclavitud.
FLORO.
428
El Heraldo de Cristo
PAGINA RECREATIVA
Cosas de Niños
El catecismo no La fiesta ha termi¬
abre las puertas del porvenir.
nado en la escuela;
repartidos los pre¬ mios, se aleja ra¬ diante, coronada de laureles, la ale¬ gre bandada de
niños.
La fiesta va a con¬
tinuar en casa! ¡Se pone tan pronto de
fiesta la casal ¡es
tan fácil la alegría
con niños felices!
Uno de ellos-cuen-
ta 10 años-tiene en
sus manos, y mues¬
tra ajtodatíla’familia reunida, su único pre¬ mio, «su hermoso premio de Catecismo».
¡Oh cuanto te quiero, hijo míol-exclama la vieja abuela, llorando a lágrima viva.
-Estoy muy contento-añade el padre-j ¡pero nada más que esto, «nada más que el premio de Catecismo!» ¿Y el premio de His¬ toria? ¿y el premio de Aritmética? Estos, hijo mío, me harían más dichoso y te serían más útiles, porque, al fin y al cabo, tu pre¬
mio de Catecismo no te servirá de gran co¬
sa en tus exámenes, «porque el Catecismo no abre ninguna de las puertas de lo por
venir».
Apagóse un momento la sonrisa en la bocu del niño; abrió sus grandes ojos, como si de lo alto le viniera una luz, y con acento de gravedad que dejó asombrado a tpdo el
mundo, dijo; -«Se engaña usted, papá; el premio de
Catecismo me abrirá las puertas del Cielo». Gracias, querido niño, por la lección que
das a tu padre y nos das a todos.
Llegará un día en que, por tu memoria,
por esa memoria en donde se amontonan
tantas y tantas cosas, pasará algo así como un soplo que dispersará todo el «saber
humano», como el soplo de la tempestad dispersa los montones de arena, y «sólo quedarán para responder al examen de
Dios las lecciones de Catecismo». -Mona. Silvain
Las manos de Dios
Frido era un niño
que parecía haber¬
se escapado de algún fresco de Melozzo de
Forli.
Bullicioso Y saltarín; se hacía querer de
todos, Y hubiera dado alegría a cualquiera
que le viese si no supiese que el pobrecito era huérfano de padre y madre.
Un día, por no sé qué circunstancias, se le presentaron al bondadoso Pío IX, el cual,
después de haberle preguntado una por¬ ción de cosas del catecismo y de sus diver¬
siones, de la escuela y de sus amigos, quiso favorecerle y darle una limosna.
En efecto, abrió una caja y le enseñólo
que había dentro. -¡Cuánto dinero!, .-dijo Frido; mirando al
dinero que llenaba la caja y al Papa, que le enseñaba la caja no sabía para qué.
Naturalmente, Frido no se atrevía a echar mano a la caja. ¡Pero qué ojillos echaba so¬ bre todo aquel pozo de monedas de oro y plata!... ¡con qué gusto hubiera tomado un puñado!... Un puñado de monedas de aque¬ llas le parecía a él que haría su felicidad de una semana. ¡Lo que compraría con ella...! ¡lo que correría!... ¡lo que vería!... ¡lo que chuparía!...
Después que estuvo mirando todo aque¬
llo, dirigiendo su vista unas veces a la ca¬ ja, y oD as al Papa, para saber lo que éste iba a hacer. Su Santidad, dirigiéndose a Frido, le dijo;
-Frido, hijo mío, ¿quieres algo de todo
esto?
Frido le miró con unos ojos redon¬ dos; Y con Ips labios redonditos también, como cuando silbamos para adentro, y no supo decir nada.
Entonces el Papa le añadió.-Mete tus manecitas y saca lo que quieras de una vez.
Frido se miró las manos, miró al Papa con sonrisa maliciosa, y ni dijo nada ni metió
las manos.
El Papa, creyendo que era reverencia y educación, le volvió a decir:-Mete, Frido, mete las manos, y saca lo que quieras; todo será para tí.
Pero Frido le respondió;-Papa, mejor es que metas tú las manos; yo tendré la caja.
Y le dijo el Papa:-Y ¿por qué quieres que yo meta las manos?... Mételas tú y saca.
Y le dijo Frido;-No; méjor es que metas tú las manos. Papa; porque tus manos son más grandes.
El Papa se echó a reir de la malicia pre¬ coz del muchacho, y sacó lo que pudo y se
lo dió.
Listo era Frido, y razón tenía. Vosotros también, cuando pidáis a Dios algunas gracias, podéis pedir las que que¬ ráis. Pero decirle, como Frido, que mejor será que él os dé las que os convienen, por¬ que son mayores y mejores las manos de Dios que las nuestras, y seguramente será mejor y más lo que él nos dé que lo que no¬
sotros tomemos.
Los g ® éneros
'tDosimgeé,nneirñoos,
¿cuáncono-
ces?-preguntan a Garlitos en el examen.
-Tres.
-¿Cuáles son?
-Masculino, femenino y neutro.
-Vamos; ponme un ejemplo... -Allá va: el pez, la pez y López...
El Hèràldo de Cristo
431
Necrología
Caimari.-Día 10 de Ju¬
lio, murió, víctima dé un accidente de albañileria, en el Gorch Blau, el her¬
mano Terciario D. Barto¬
lomé Cerdá Cñnovas, de 50 años de edad, uno de los más preferidos maes¬
tros de obras de este
pueblo. El finado pasó por este
valle de lágrimas con plena conciencia de sus deberes religiosos y sociales. Su muerte fue muy sentida y sus funerales muy concurridos.
Nuestro pésame a su desconsolada espo¬ sa, hijos y demás familia.
Campos.-Día 17 de Julio, entregó su alma al Señor D.® Juana Vidal y Fullana, Tercia¬ ria de S. Francisco, de 52 años de edad y 32 de profesión religiosa.
Era muy devota de N. P. S. Francisco y fiel observante de sus obligaciones de ma¬
dre de familia.
Acompañamos en su justo dolor a la fa¬
milia de la difunta.
Día 4 de Agosto falleció lá hermana Ter¬ ciaria D.® Francisca Garau Garcías, á la edad de 81 años y 45 de profesión religiosa. Desempeñó con gran fidelidad el cargo de
Presidenta de la V. Orden Tercera y era
muy amante del Divino Prisionero del Sa¬ grario Y de la asistencia a todas las funcio¬
nes religiosas, singularmente la santa misa que oia siempre que le era posible.
Nuestro pésame a su familia.
Manacor.-El 27 de Julio pasó a mejor vi¬ da, como tallo que se inclina por el peso
de su fruto, la Religiosa Franciscana Sor
M.® Margarita, a la edad de 69 años, habien¬ do recibido los santos Sacramentos y la Bendición Apostólica.
La finada entró en Religión muy jovencita, y, a los pocos meses, ya la dedicaron sus superioras a la enseñanza, en la que desplegó su celo con incansable constancia por espacio de 53 años. Fué entusiasta pro¬ pagandista de «El Heraldo de Cristo» y de la Tercera Orden en esta ciudad, hasta''el punto de que postrada ya en el lecho, aún despachaba los asuntos de los Terciarios como también de la asociación de Hijas de María, que también dirigió, como primera Presidenta Delegada de la Superiora por espacio de muchos años.
Era muy caritativa con los enfermos y muy celosa del honor de la Comunidad.
Su muerte fué tan plácida y tan dulce que, más bien, pareció que se dormía en brazos de su esposo Jesucristo.
Damos nuestro más sentido pósame a su familia, muy especialmente a Sor Francisca
de S. José, hermana de sangre y de religión de la difunta Sor M.® Margarita.
La Puebla.-Día 7 de Agosto durmióse plᬠcidamente en el Señor, después de larga y penosa enfermedad, sufrida con santa re¬ signación, D.® Margarita Comas Socías, suscriptora de nuestra revista, de 20 años de
edad. Pertenecía a las Madres Cristianas y
a otras osociaciones piadosas. •
Reciba su familia el testimonio de nues¬
tro pésame.
Capdellá.-Día 12 de Septiembre durmióse en santa paz confortada con los santos Sacramentos, Sor Catalina M.® Mora, Reli¬ giosa Franciscana, a la edad de 76 años y 55 de profesión religiosa.
Fué apóstol incansable de la enseñanza, enseñando a sus pequeñuelos, con la pala¬ bra Y el ejemplo, el amor a Jesús cruci¬
ficado.
Reciba la Comunidad de Religiosas Fran¬ ciscanas Y familia de la finada, nuestro sen¬ tido pésame.
Artá.- Día 31 de Agosto falleció la her¬
mana Terciaria de N. P. S. Francisco D.®
Catalina Pomar Vaquer, a la edad de 46
años.
Joven ejemplar y adornada de muy bue¬ nas cualidades se granjeó el aprecio de
cuantos le conocían. Nuestra condolencia a todos sus familiares.
Palma.- Luchando por la santa causa de la Religión y en defensa de la Patria, murió el 17 de Agosto en Porto-Cristo, el jóven Terciario Manuel Carlos Ferrer Sureda, a la
dead de 23 años.
Al expresar nuestra más sincera condo¬ lencia a su familia, no podemos menos de manifestar que nos consuela el pensamiento de que ha sido su muerte gloriosa, y so¬ bre todo, la creencia de que ha trocado la mísera vida temporal por la eternamente
dichosa.
¡Dios le haya acogido en el seno de su
misericordia!
Descansen en paz. Amen.
Nos hemos vistos obligados a
retirar algunas necrologías del
presente número por no dispp-
ner todavía de sus respectivos
grabados. Saldrán, Dios me¬
diante, en el próximo número.
N. de la R.
430
El Heraldo de Cristo
t
El Rdo. P. Fr. Lorenzo Salvá. T. O. R.
El día 2 del corrienle mes de aclubre, en nueslro histórico y venerado santua¬ rio de Cura entregó su espíritu al Señor, confortado con los Santos Sacramentos, nuestro hermano en religión Rdo. P. Lorenzo Salvá, natural de Lluchmayor, de 29 años de edad y 13 de profesión religiosa.
Una larga y-últimamente-muy dolorosa enfermedad le tuvo durante mu¬ chos áños.imposibilitado de trabajar. ¡Y quizás este sacrificio fué uno de los ma¬ yores que el paciente religioso hubo de ofrecer al Señor! Primero, tuvo que in¬ terrumpir sus estudios en Roma. Más tarde, una cruel y despiadada laringitis le, casi, impidió hablar con sus hermanos y, últimamente,-haciendo un sacrificio heroico-tuvo que dejar de las manos la Suma de Sío. Tomás y la Eneida de Virgilio cuyas bellezas sabia comunicar a sus alumnos. Gracias a Dios que pudo seguir celebrando la Santa Misa, aunque en voz muy apagada, y leer el Brevia¬ rio y la Sagrada Escritura.
Era amigo amantísimo y suavísimo de la Teología y de las Letras Latinas. Su tratado, favorito fue el de Gracia, que estudió profundamente, creyendo, en el entusiasmo del estudio, hallar una perfecta y evidente conciliación entre la gra¬ cia y el libre albedrío, según la teoria de Molina, de cuyo célebre e histórico libro sacó unos apuntes con el fin de exponer con claridad y precisión el dispu¬ tado sistema y darlo a conocer a sus discipulos de Teología. Con la muerte del P. Lorenzo Salvá pierde nuestra provincia un conocedor no común de la lengua de Virgilio. El mismo Cardenal Galli (e. p. d.), ex-Prefecto de los Breves ad Prin¬ cipes reconoció sus méritos y, en Asis, le honró con su bondadoso trato y bené¬ vola amistad. Pero, sobre todo, el P. Lorenzo fué un buen religioso, muy devoto de N. P. S. Fraucisco, de la Virgen de Cura y del Santísimo Sacramento.
En él se verificó aquello de que: la enfermedad no cambia al hombre, pe¬ ro muestra lo que es. En su última y larga dolencia nuestro amado religioso se manifestó lo que era: religioso sólidamente virtuoso, muerto al, mundo y a si mismo, ocupadó solamente en edificar a sus hermanos y en salvar su alma. Ha¬ blaba del cielo con una envidiable familiaridad y, al despedirse pocos días an¬ tes de algunos religiosos que habían subido a Cura para visitarle, les dijo que ansiaba ardientemente la muerte, y su única esperanza era el cielo.
iDescanse en paz! Y mientras suplicamos a nuestros lectores una oración en sufragio de su alma, enviamos a sus desconsolados padres, al Superior y Comu¬ nidad de Cura, el testimonio de nuestro más sentido pésame.
El P. Lorenzo Salvá vistió el santo hábito en nuestro convento de Artá el
año 1922. Al año siguiente emitió los votos simples en el mismo convento y los soleitines en 1928, en Roma. Recibió el Presbiterado en la ciudad de Ibiza, el día
28 de febrero de 1931.
■En 1928 obtuvo en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma el grado de Licenciado en Sagrada Teología.
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432
El Heraldo de Cristo
Bibliografía
LA BIBLIA PARA
LOS NIÑOS. Por el P.
César Gallina, M. S. C.
Troducción del italiano
por el Rdo. D. Cipriano Monserraí, Pbro., Doctor en Filosofía y en Sagra¬ da Teología. Antiguo
Testamento.- Un volu¬
men de 13>¿ X
cm., de VIII-336 págs.,
que contiene 44 ilustraciones de J. Schnorr
de Carolsfeld. En rústica, con bonita cubier¬
ta a cinco colores, Ptas. 4; encartonado,
con la misma cubierta, Ptas. 5. (Por correo,
certificado, PtaS. 0,35 más.) - Luis Gilí,
editor, Córcega, 415, Barcelona.
Hablar a los niñoa su propio lenguaje es
postulado Y norma elemental de la más
acreditada pedagogía. He aquí indicado el
mérito principal de este nuevo resumen de
Historia Sagrada que se publica con el títu¬
lo La Biblia para los niños, y que es de
tipo más extenso que los textos corrientes.
Hemos recibido la parte correspondiente al
Antiguo Testamento. En ella los principales
episodios de la historia de los Patriarcas an¬
teriores a Moisés Y las prósperas y adversas
vicisitudes del pueblo de Israel son narra¬
dos en un estilo sugestivo-sin mengua de
la escrupulosa fidelidad al Texto sagrado-,
a propósito para poner en juego las poten¬
cias del niño de suerte que queden graba¬
das en su inteligencia las altas verdades de
la Revelación y se eduque y corrobore su
voluntad a la luz de las doctrinas y ejem¬
plos que esmaltan la Historia sagrada. El
cuestionario con que se completa cada ca-
pítulo y los numerosos y artísticos grabados
que ilustran estas páginas, hacen de este li¬
bro un texto indicadisimo para la lectnra
escolar y para un estudio de la Biblia al
alcance de las tiernas inteligencias a quie¬
nes se destina. Tanto por los grabados como
por la bella cubierta en colores que enri¬
quecen la obra, es también un muy atracti¬
vo libro de premio o regalo.
"¡Sea la sagrada Biblia el alimento de las
nuevas generaciones y la antorcha que las
guíe por el mejor de los caminos!", exclama con ardor de apóstol el autor de esta obra, llamada a ocupar un puesto de honor entre
las similares.
Esperamos para pronto el Nuevo Testa¬ mento, felicitando al Dr. Montserrat y al editor Luis Gili por su acertada labor.
EL LIBRO DE LA FAMILIA CRIS¬
TIANA. Breve explanación popular del libro sagrado de Tobías (Tobit). Por el Dr. Andrés Herranz Arribas, Licenciado en Sa grada Escritura. Prólogo del Emmo. y Rdmo Sr. Dr. D. Isidro Gomá, Cardenal-Arzobispo
de Toledo.- Un volumen de 12>á x 19>^ cm., de 208 págs. En rústica, Ptas. 3,50; en tela, Ptas. 5,50. (Por correo, certificado, Ptas.
0,30 más.) Luis Gili, editor, Córcega. 415,
Barcelona.
¿No es verdad que nos quejamos a diario de la juventud, de los chicos de nuestra época? ¿Y no es más verdad que debiéra¬ mos quejarnos mejor de los pa4res de estos chicos y jóvenes? La juventud de hoy, se dice, no es como la de otros tiempos. Pero ¿es que los padres de hoy son como nues¬
tros abuelos? La familia está deshecha y amenaza el desmoronamiento de la socie¬
dad. Por esto es muy oportuno reflexionar y volver a los cauces antiguos. Muchos son los esfuerzos de las personas buenas, de los autores y editores que lanzan sin cesar sus publicaciones de orden pedagógico morali pero tiene que descollar entre todas por su naturaleza la publicación del presente libro, que en sus páginas, esmeradamente impre¬ sas y elegantemente presentadas, nos ofre¬ ce las subtanciosas enseñanzas que Dios mismo dejó consignadas en el Libro Sagra¬ do de Tobías, para adoctrinar con doctrina del cielo a los hombres, especialmente en el recinto familiar. Allí aprenderán los pa¬ dres y los hijos, los señores y servidores, los ricos y los pobres, los afortunados y des¬
afortunados.
Con afecto paternal el Emmo. Dr. Gomá se ha complacido en prologar la obra, cali¬ ficando el trabajo del Dr. Herranz de docto, práctico y oportuno. Elogio merecido, pues he sabido exponer breve y sencillamente la doctrina encerrada en los catorce capí¬ tulos del Libro Sagrado. Por su contenido y por su forma fácil de exposición se hace to¬ talmente irecomendable esta obrita, destina¬ da a todas las familias cristianas.
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