Afió XXV

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Año XXV

Palma de Mallorca, Mayo 1933

Núm. 285

MES DE MARIA

¡Ya vuelve otra ve^ el raes de Mayo!
El mes ideal, risueño y seductor..
Los campos están como mares de

Y las corrientes más cristalinas,
Y los prados más alegres, Y los vergeles más floridos,
Y las flores más olorosas,

verdor.
Los jardines son estuches colosales de perlas polícromas y perfuaiadas.
Los bosques vibran y cantan reple¬
tos de pintados pajarillos y rumorosos

Y latosa más galana,
Y el clavel más encendido.
Y el jazmín más oliente, Y la azucena más blanca, Y la palma más esbelta...

insectos
El atnbieme, saturado de aromas,
es suave y embriagador.
El cielo, el aire, la tierra y el mar modulan con gozo y alborozo una sin¬ fonía ingente y dulcísima de perfumes y armonías, de luz y color...
Por qué será así de bello y encan¬

Para hacer la corte a su Soberana, la N.tturalezi toda se muestra más bella, más pura, más diáfana y alegre.
Para r« crear a su Reina, el cielo, el
aire, tierra y el mar juntan a porfía
sus acordes de luz y armonía, de aro¬
mas y color. . ***

tador el mes de Mayo?
No lo sabéis?... Pues, porque es el preciado obsequio que todos los años hace el Autor de la Natureza a su Hija
predilecta.
Es el presente que Dios, Creador de todas las bellezas, ofrece a María San¬
tísima Reina de todas ellas. Por esto, en este mes, el cielo se
pone más terso y más azul,
Y el sol más refulgente,
Y el ambiente más perfumado y de¬
licioso,

¿Y en este concierto tan admirable y universal de la Naturaleza podría
faltar la nota más dulce y hermosa cual es la voz del hombre?
¿En este bello conjunto de home najes podría faltar el homenaje de las
almas, el amor de los corazones? Ah, no! También nosotros, y más
que todas las criaturas, nosotros los
mortales debemos honrar y alabar a
nuestra Madre que asimismo es nues¬
tra Reina y Soberana.

82

El Heraldo de Cristo

Venid y vamos todos—con flores a porfía—con flores a María 'que Madre
nuestra es
Ved ahí lo que nos dice la Iglesia
invitándonos a todos al coro de ala¬
banzas que alzan en los templos las
almas fieles
Vayamos, pues, al templo, todos los días del florido Mayo, y allí a las plantas de María gozémonos de su belleza, ensalcemos sus virtudes, ad¬ miremos sus glorias.
Vayamos templo de María > lle¬

némosle de flores, colmémosle de lu¬

ces, vistámosle de rosas.

Vayamos al templo y que nuestras
oraciones suban, como columnas de

incienso oloroso, hasta los pies de
Nuestra Madre.

Y Ella, que es tan buena, mirará

nuestros pensamientos y deseos, nues'

tras penas y alegrías, nuestros temo¬

res y esperanzas, nuestros bienes y

nuestros males, y... nos bendecirá.

Ella, que es'^tan santa, nos escu¬

chará y salvará.

Fr. Fernando

...es nuestra Reina y Soberana

El Heraldo de Cristo

83

£t II Ceatetiarlo óc ía “Smti ‘Promesa”

Eatre los insignes varones de la Compañía de Jesús que en el pri¬ mer tercio del siglo XVIII propagaron por España 11 devoción del sa¬ cratísimo Corazón de Cristo (Padres Calatayud, Loyola, Cardaveraz, Carbajosa, etc.), adquirió singular relieve el venerable hijo de Torrelobatón Padre Bernardo Francisco de Hoyos, nacido en 2I de Agosto de 1711 y muerto santamente en Valladolid el día 29 de Noviembre de I735 a los veinte y cuatro años de edad y once meses no cumplidos de sacer¬ docio. El P. Juan de Loyola, en la Vida que de él escribió y estuvo iné¬ dita hasta principios del presente siglo, y el P. José Eugenio de Uriarte, en sus Principios del reinado del Corazón de Jesús en España (Madrid, Araque, 188O) escriben con amplitud acerca de las sobresalientes virtu¬ des del joven religioso, de su ardiente amor a la Virgen Santísima, del particular empeño que puso en difundir el culto al Sagrado Corazón, de los regalos sobreabundantes recibidos del Cielo en su cortísima exis¬ tencia terrena y de las promesas que el propio divino Corazón le hizo sobre su imperio universal en las almas, la extensión e intensidad de., su culto y los bienes que de ello se derivarían a la sociedad cristiana; y llegados a la fecha de 14 de Mayo de 1733, fiesta de la Ascención del Señor, ambos autores reproducen (páginas 250 y 54 de sus respectivas obras) cierta visión del entonces novicio, que éste expresa con las siguientes palabras: “Después de comulgar, tuve la misma visión refe¬ rida del Corazón, aunque con la circunstancia de verle rodeado con la corona de espinas y una cruz en la extremidad de arriba... También vi la herida, por la cual parece se asomaban los espíritus más puros de
aquella sangre que redimió al mun ’o. Convidaba el divino amor Jesús a mi corazón se metiese en el suyo por aquella herida; que aquél sería mi palacio, mi castillo y muro en todo lance. Y, como el mío aceptase, le dijo el Señor: “¿No ves que está rodeado de e^pinas, y te punzarán?” que todo fué irritar más el amor, que, introduciéndose en lo íntimo, experimentó eran rosas las espinas. Reparé que, además de la herida grande, había otras tres menores en el Corazón de Jesús; y, preguntán¬ dome si sabía quién se las había hecho, me trajo a la memoria aquel favor con que nuestro amor le hirió con tres saetas. Recogida toda el
alma en este camarín celestial, decía: “E te será mi reposo para siem¬
pre: aquí habitaré donde he deseado y elegido”. (Ps. CXXXI, 14). Dió-
seme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este Co¬
razón para mí solo, sino para que por mí las gustasen otros. Pedí a to¬
da la Santísima Trinidad la consecución de nuestros deseos; y pidiendo

81

El Heraldo de Cristo

esta fiesta en especialidad para España, en que ni aún memoria hay de ella, me dijo Jesús: Reinaré en España y con más veneración que en otras
partes”.
El domingo 14 de Mayo próximo se cumplirán doscientos años de estas promesa y predicción referidas por el P. Hoyos, transmitidas de devoto en devoto a sus compañeros de Instituto, conservadas con celo en la indita Compañía y recordadas, desde el año pasado, por el Extélentísimo e limo, Sr. Arzobispo de Valladolid co no Ordinario del lugar en que se pronunciaron, para que sus diocesanos^ en primer término, y los católicos españoles después, se resuelvan a conmemorar dignamen¬ te el glorioso Centenario, sientan crecer más y más en su pecho la de¬ voción al Corazón del Hombre-Dios y en este Corazón, y por su bené¬ fico influjo, r^ne Jesucristo en las sociedades y de un modo peculiar en la nuestra, ahora tan trabajada por la tribulación, y, al parecer tan ale¬ jada de la meta codiciadísima.
t JOSÉ, Arzobispo-Obispo de Mallorca
De la circular de 8 de Abril de 1933.

Vecí amados diocesanos, la gloria de esta Iglesia, que cuenta ya diecinueve siglos de vida y a la que tenemos la dicha de perte¬ necer. £s la obra de Jesús; la adquirió con su sangre; «Se la hizo sin mancha ni arruga ni imperfección de cualquier otra clase».
Fijaos biem amados diocesanos, en lo que representa ese amor filial que la humanidad cristiana profesa a Jesucristo ¡Conque ar¬ dor se esfuerzan machos en hacerle nuevos hijos, siguiendo el ejemplo de San Pablo, cuando decía a los fieles de Gatada; <-fiiJitos míos, por quienes"sufro los dolores de un nuevo alumbramiento, hasta que se forme Cristo en vosotros!
Es que el mundo conoce la tremenda frase del Apóstol; «Si al¬ guien no ama a Nuestro Señor Jesucristo sea anatema, porque no hay salvación posible fuera de su amor, y nadie quiere excomul garse de esta familia dilatadisima de Jesús, fuera de la cual no se
vive la vida de Dios».
«Cuando yo fuere levantado sobre la tierra, decía Jesús poco antes de morir, todo lo atraeré a mí*; es decir, el mundo se levanta¬
rá conmigo', mi muerte será mi exaltación y la exaltación de todas, Iqs cosas de los hombres. —DoçXox Goma.

El Heraldo de Cristo

85

PAGINES ROMANES
£a Cúputa ó.c §ant ^erc
Ni aquell Hèrcul fill d'un déu la gran cúpula abraona. AJ cap del gegant Anteu 11 ve grossa tal corona!
I Kartista qui la feu fou només simple persona? Miquel Angel! al cap teu
sols cau bé aquesta corona...
No pensava en m'infentesa que tengués tanta grandesa
ni )a bolla i tot del món...
O senyor, quina grandària!
Baig la cúpula s'hi fon í és petita me pregària,
Fra Miquel Caldentey Vidal, T. O. R.
Roma, juliol dc 1930.

86

El Heraldo db Cristo

Cuentos y ‘Beròaòcs para Doncettas

IV

La preocupación de

Eiiialia

iOh qué medre más buena la madre de Matilde! ¡Ah, si fuesen como ella todas las madres españolas! En verdad que no tropezaríamos por esas calles y plazas con tantos figurines ambulantes, con tantos rostros pintados, con tantas frentes dc-piladas, con tantas cabecitas locas, con tantos volúmenes de carne impúdica sobre fe meninas almas muertas. Y lo peor es que esas jóvenes de hoy son las madres de mañana. ¡Ay, de tí, Patria mía, con la generación que
te viene encimó!
‘
Una madre sí con justicia quiere llamarse tal, es preciso que cumpla bien con su oficio De lo contri rio, no es madre; es una fiera que desgarra el alma
del fruto desús amores. Pero es imposible que una madre mere¿ca este dul¬ císimo y gloriosísimo nombre, si más que del cultivo de la salud y hermosura del cuerpo de sus hijos, no trata de desarrollar en ellos las® facultades intelec tuah s, morales y religiosas que distinguen al hombre de los demás seres; si a
esos pedazus de sus entrañas que só'o tres días escasos han de vivir en este obscuro valle de amargura, no cuida, esforzadamente, de elevarlos hasta los
resplandores de la vida eterna, enseñándoles que vienen de Dios que van a Dios, que impuesto llevan sobre sus hombros el >ugo de su ley santa, para que a todas horas vivan bajo su dependencia soberana, amándole bendicíéndole y sirviéndole por todos los medios que Dios ha puesto a su alcance.
¡Lástima grande que tengan eso tan olvidado la mayorí i de las que ama¬ mantan! Sí así no fuera, ya con su propia leche cuidaran de infiltrar en sus
pequeñuelos Id fortaleza espiritual que más tarde ha de faltarles para hacer generosos actos de obediencia, de sacrificio, de abnegación, de dominio propio, de constante aplicación a su deber, sea cual fuere-, de cuantos actos nos son
necesarios para triunfar en la ardua tarea de nuestra debida formación mo-
ral; para hacer de nosotros lo que Dios quiere que seamos; seres buenos y
útiles.
Eso realizó en Matilde, D.® Eulalia, su madre Con la leche de sus pechos infundió en su corazón la idea de Dios y cuando dicha idea había ya fuerte¬ mente arraigado en su alma tierna, sirvióse de ella para convertirla en regla y norma de todas las acciones de su hija; la cual así guiada, creciendo en edad ha venido creciendo también en gracia delante de Dios y de los hombres.
Mas, es tan santa y avisada D.^ Eulalia, que sírvele de preocupación lo que a otra más vana y menos precavida sería motivo de grande orgullo’y ale¬ gría. Cuenta, ahora, Matilde, diez y siete primaveras... Por sus ojos azules, cual por dos girones de cielo asómase su alma, viva y luciente como un rayo de sol... De disposición gallarda y esbelta sobresale entre todas sus compañe¬ ras cual fresco lirio entre espinas... Por doquiera que va se lleva tras sí las mi¬ radas; y cuantos la contemplan tratan de su grande hermosura y todos con-

Bl Heraldo di ^isto

¿7

cluyen por decir que jamás tal belleza habían visto. iQué de parabienes recibe

su madre, y qué de vivas y elogios, Matilde! Y eso es precisamente—aunque os maraville—la causa de la preocupa¬
ción de D.^ Eulalia... Y no sin razón; pues sabe muy bien que ella, allá en sus

años mozos, fué tal cual su hija es hoy; y recuerda perfectamente los muchos

peligros a que la expuso cierta vana complacencia en sus corporales dotes.

¡Ay, qué de envidias encendió! ¡Ay, qué de celos causó su belleza extraordi' naria! No había joven que la mirase que no le enviase el alma por los ojos...
Todo eso, y mayormente aquel gloriarse y gozarse vanamente en ello, preséntasele bien vivo a D,^ Eulalia ante el fiel retrato que de su antigua hermosiira ofrécele Matilde; y piensa y torna a pensar que, si sus padres no la hu¬ biesen criado con el recato y virtud que su fe de católicos pedía, y no hubiese

escarmentado, a tiempo, en el desastrado final de una compañera suya a quien la vanidad condujo a los más graves desórdenes, aquellas alabanzas y aquc líos suspiros de amor de que ella era objeto y en que tanto se recreaba, bien

podían—dada la femenina flaqueza—haber acabado por cegar su alma y dar
en tierra con toda su virtud

Es cierto que D.^ Eulalia reconoce que el alma de su hija, gracias a la so¬ lidísima educación que ha recibido, hállase mejor pertrechada y defendida

que, en aquel entonces, la suya; pero, por otra parte, ha observado que Matilde contempla su figura con una especie de fruición morosa, siempre que pasa por delante de un espejo o bordea la superficie de un estanque o fuente,

o roza algún escaparate o puerta vidriera; y llena de temor por el porvenir in¬ cierto de su hija, pregúntase a sí misma: ¿ Cosechará, acaso, las mismas flores

y espinas que yo, en mi juventud? ¿Correrá por la florida senda de la prima¬ vera de su vida los mismos peligros a que lanzóme mi mal reprimida va
nidad?...

Y ardiendo en ansias de evitarlo a todo trance, coge—cual movida por un

tesorte—un paquete que hace tiempo guardado tenía; encamínase al cuatto de Matilde con ánimo de sorprenderla delante del espejo; abre sigilosamente la

puerta y hállala, en efecto, delante del tocador toda bañada de la luz de los ra

yos del sol que en voluminoso haz penetran por una ventana que da al campo;

y acariciando su blonda cabellera, tiernamente le dice: ¡Hija de mi corazón!

Ese espejo te muestra fielmente lo que eres: tu gallardía, tu frescura y demás

cualidades físicas que en la dorada edad que empiezas, el Cielo te prodiga,

cual flor destinada a atraer sobre sí las miradas de todos para que todos en

viéndote se muevan a alabar y admirar la infinita belleza de nuestro Criador.

Pero aquí tienes otro espejo que te dice más aún: te dice lo que has de ser; - y abriendo con gran religiosidad el envoltorio que en sus manos traía sacó de él

una preciosísima imagen de María Inmaculada.—Matilde, pasados los prime

ros momentos de sorpresa, toma devotamente la veneranda estatua e impri¬ miendo en ella un beso dulcísimo, exclama: — Comprendo, madre mía, la lec¬

ción que me quréis dar; y os prometo que con la ayuda de Dios seré lo que me dice que sea, la más bella, la más pura, la más santa y excelsa de todas las

mujeres.

*

*

88

El Heraldo de Cristo

Allá, en la campiña, la primavera extiende ufana su rico manto de esmé raída... Saturadas de fragantes aromas soplan, suavemente,” las brisas .. Ríen las flores en sus capullos y candan, armónicamente las aves y las aguas... Y dentro del cuarto de Matilde, y a los pies de la Inmaculada, que las mira son¬ riente, madre e hija funden sus alma.s en cariñoso y es recho abrazo...
Alonso de la Espina

Ea. Sícrua óc Dios Sor Catalina 5Jlaura

Esta humilde religiosa de la orden de S. Agustín, perfumó con olores de sus virtudes el Convento de la Concepción de Palma de Mallorca. Es una flor cultivada en dicho Convento, donde entró como Religiosa de Obediencia, y
por sus relevantes virtudes y ejemplarísima vida fué aclamada por toda la co¬ munidad para que vistiese el hábito de las Religiosas de Coro, rehusándolo élla, porque no sabía leer; pero por inspiración de lo alto, le mandó la Rda. M. Priora que ocupase su puesto correspondiente en el Coro, y poniéndole el breviario en sus manos para que rezase, ocurrió que empezó a leer y rezar como si.lo hubiese practicado repetidas veces, no habiendo leído ni escrito nunca, porque no conocía las letras.
El Rdo. P. Vicente Menéndez, O. S. A., publicó su biografía. Expone el biógrafo con todo detalle, el espíritu y las virtudes de la Sierva cíe Dios, sobresaliendo entre estas la humildad, la obediencia, la penitencia, el don de oración, la caridad, la pureza y el amor a la Sgda. Eucaristía. Ex¬ pone también el sentimiento de devoción que se ha despertado en esta Ciudad por la protección singular que parece haber dispensado la Sierva de Dios en multitud de casos, asegurando muchos fieles haber conseguido alivio en sus dolencias, y algunos la salud completa por su intercesión; todo lo cual parece haber motivado ahora que se intente formalizar el proceso canónico diocesano para conseguir la Beatificación de esta mujer extraordinaria; y sabemos por noticias fidedignas que nuestro Rdmo. Prelado, ha nombrado ya el Tribunal correspondiente. Finalmente, examina el biógrafo, los escritos de la Religiosa, que, si tal vez los encuentra alguno faltos de inspiración literaria, no lo están de la di¬ vina,. pues nos demuestan, sobre iodo sus poesías, una unión con Dios extrordínaria, debiéndose admirar una vez más, que casi todas las religiosas agustinas ilustres por sus virtudes no lo son menos por sus aficiones literarias. Digna es por lo tanto esta Sierva de Dios, de que la amen y estudien los mallorquines y particularmente los palmesanos por ser Sor Catalina Maura de Sto. Tomá^ de Villanueva, netamente palmesana y de que acudan a Dios Nuestro Señor, para que conceda abundancia de gracias por intercesión de su Sierva, a fin de que tengamos pronto la inmensa satisfacción de verla ele¬
vada a los altares.
X

Bl Heraldo de Cri&to

a9

FIGURAS DE ACTUALIDAD

Morif^eñor Tomás Pío Bog-
glano recientemente creado cardenal por S. S. Pío Xl.

El Doctor Gomá
Nuevo Arzobispo de Toledo,

ÈL Heraldo de Cristo

tí tiucüú 5lrzo6ispo óc ‘Coíeóo

S. S. Pío XI se ha dignado promo¬
ver a la Sede Metropolitana de Toledo
al Obispo de Tarazona, Monseñor Oomá y Tomás.
4 i i)<
El Excelentísimo e Ilustrísimo señor Doctor Don Isidro Gomá, que cuenta sesenta y seis años, nació en la Riba
(Tarragona), el 17 de Agosto de 1867.
Cursó la carrera eclesiástica con la
nota constante de «Meritissimus» en
el Seminario de Tarragona y se or¬ denó de sacerdote el 8 de Junio de 1895. Fué coadjutor de la Parroquia del Carmen de la ciudad de Valls, y ecó¬ nomo en la de Montbrió del Campo.
E! ^.0 de Noviembre de 1897 fué nom¬
inado profesor del Seminario Ponti¬ ficio de Tarragona, y en 1899 se le nombró rector del Seminario, rigiéni.,. !o hasta 1908. Doctoróse en Sa¬ grada Teología en el Seminario de Valencia y en Derecho Canónico y Filosofía en el de Tarragona.
En los veinticinco años de profeso¬
rado en la Universidad Pontificia de
Tarragona enseñó Humanidades, Ciencias físicas y naturales, Elocuen¬ cia y Sagrada Escritura. En 1906 ob¬ tuvo, por oposición, un beneficio en
la; Catedral tarraconense, en 1907, también por oposición, ganó una Cauonjfa, y en 1922, por promoción, le fue . asignada la dignidad de Arce
díiano Éh:1913 fué nombrado Juez metropolitano y en 1918 Provisor dio¬
cesano, ca,rgos que desempeñó

hasta su preconización aí Episcopádo:
en 1927.
Había vevelado para tan justa de¬ signación, no ya sólo cultura, sirio uri fervoroso celo de apóstol y propagan¬
dista. No hubo durante su arcedia-
nato en Tarragona, acto religioso. Congreso o Asamblea católica que no honrara con su presencia, con su pa¬ labra, con su ciencia el dignísimo sa¬ cerdote catalán. Los Congresos Eucarísticos, Marianos o Catequísticos de España han consignado en su ma¬ yoría la intervención del doctor Gomá siempre excelsa y profunda.
Mas, una vez elevado a la silla epis¬
copal turiasense, se reveló como Pre¬ lado celoso y diligentísimo. Destacó entonces de modo singular cquella prudencia que acrisolaba su alma
dede los años mozos, aquellas virtu¬ des de humildad, modestia y laborio¬ sidad que le. granjearon en grado sumo la simpatía, la admiración y el cariño de sus diocesanos. Y he aquí
una nota característica del Prelado
de Tarazona, Por espacio de seis años su silla episcopal ha sido cáte¬ dra de doctrina. No se ha presentado en el mundo o en España conmemo¬ ración o solemnidad religiosa, rii pro¬ blema político o social relacionado con la moral y con el dogma, sobre el que no haya aleccionado sabiamente a sus fieles el sabio obispo, Imposible
es en estas líneas el relato o recuento
de sus múltiples Pastorales, verdade¬ ras monografías expositivas de la doc¬
trina eclesiástica.

Él HeKaldo dé Crisíò

91

PÁGINAS LULIANAS

£as o6ras completas originales Òe fRamòn Cull
“^fócenos franscpl6ír ese artículo que uíó Id luz en un Importante pcrld&lcó peninsular.
Canto sobre canto se va alzando el muro. Solemnes y espaciadas como corresponde a la magnitud de la empresa, cauta y ordenadamente como avanzaba el ejército de los Macabeos, van saliendo las obras originales de. Ramón Lull. Así como Orfeo destrozado por las Bacantes, sembró de miembros me¬ lodiosos las riberas del Hebro tracio; nuestro Ramón Lpll tenia sus obras ori¬ ginales esparcidas-«disjecti membra poetac»--por todas las grandes bibliotecas de Europa. Una «Vida» suya coetánea y anónima fué encontrada últimamente en el Museo Británico. La Biblioteca de Munich, la Ambrosiana de Milán, la de París y las más modestas y locales de Mallorca y Cataluña, conservaban avaramente los casi ignorados tesoros. Y muy recientemente, el sagaz y afortonado investigador lulista Ramón de Alós-Moner, dió en la Vaticana con muy felices hallazgos...
Antaño, quien quería leet a Ramón Lull, tenía ijue acudir a las pálidas y exángües traducciones latinas^ deslavazadas en libros taros y curiosos o al “norme y terrorífico aparato de la Edición Maguntina. La lengua muerta no devolua el frémito de la savia pugnaz ni el ímpetu de la generosa sangre, que se percibcj como el ictus de un pulsoj en la lengua original catalana que él
amasó con sus manos ardientes. Inició la tarea de dar las obras de Ramón
Lull en su catalán originario, don Jerónimo Rosselló, en 1859, con las «Obras rimadas». Mariano Aguiló la prosiguió en 1879, con la publicación del «Llibre del Orde de Cavalleria», al cual siguió «Félix de las Maravelles del Mon». En 1901 reemprendió la tarea ya sistematizada, don Jerónimo Rosselló, que sólo tuvo tiempo de dar tres volúmenes, porque la artritis puso cepos en sus pies y esposas en sus manos, hasta que la muerte piadosa le fué a librar de aquella cárcel y de aquellos hierros. Y con empuje nuevo, una Comisión Editora que se constituyó en Palma de Mallorca (entre cuyos miembros, casi sobreviviente único, figuraba el fervoroso lulista de siempre y animador del presente cente¬ nario luliano, excelentísimo señor don José Miralles, Arzobispo Obispo de Mallorca), atacó la gran empresa de subir hasta la cima los poderosos silla-' res. Desde el año 1906, en que se publicó el primer volumen que contiene: «Doctrina pueril; Llibre del Orde de <I!avalleria: Llibre de la Clerecía; Art. de Confessió», hasta el recién finido año d' 1932, en que salió la «Art Demostra¬ tiva», van publicados diez y seis lujosos volúmenes. Eleva actualmente en sus espaldas, tenaz y sólo, la labor tan honrosa como, onerosa el presbítero ma¬ llorquín don Salvador Galmés.
Empezaron, como es natural los editores lulíanos por las obras de lectura

92

El Heraldo de CaístO

rriás apetitosa. «Sus robles filosóficos están llenos de nidos—Je ruiseñor», dice de las obras de Ramón Lull, Ruben Darío. Las obras más vastas y frondosas y lás'más llenas de ruiseñores secretos y de fuentes amenas y ocultas, han apa¬ recido ya en la serie de los volúmenes publicados. Allí está en seis volúmenes la que el Obispo de Vich, doctor Torres y Bages calificó «de enorme enciclo¬ pedia ascética, es decir, el «Llibre de Contemplació en Deu», que tiene tantos capítulos como días tiene el año. Quienquiera que haya leído la obra grandiosa, es imposible que salga indiferente de la lectura- o llorará como aquel indigente iiarbonés que en una suprema crisis de enfermedad y de pobreza vendió, no Sin antes besarlo y bañarlo con lloro efusivo, un ejemplar a Jacques Lefévre d’Etapes (Jacobus Feber Stopulensis), que luego lo editó en París en 1505; o saldrá con el corazón más caldeado de aquella intimidad contemplativa o lo vituperará como herético. Obra es toda de luz y de esfuerzo, de humildad y de excelsitud, de ascenso y de descenso viviente escala de ángeles que bajan y suben como en aquel «sueño que visitó a Jacob, dormido con la cabeza sobre la piedra. Todo el color, todo el tropel y el tumulto del siglo Xill laten en el libro con poderosa fuerza y bajo el concepto admite ventajosa comparación con e! «Libro del Buen Amor», del Arcipreste de Hita y con el «Decaraerone», tde Bócaccio. «Comedia Humana», del siglo XIlI, podría llamársela, o «Danza», no dtí la muerte, sino de la vida agitada y búhente. «Exultavit ut gigas ad cu¬ rrendam viam». La comenzó el gran'contemplador, tan lleno de agua (son sus palabras), y al terminarla prorrumpió en el hacimiento de gracias más encencendido que brotar pueda de un pecho inflamado y de unos labios candentes.
También, entre las obras publicadas, está el libro Je «Blanquerna». En el vasto y enmarañado bosque de las producciones lulianas, esta obra es la en¬ cina central y colosal, inmensa de tronco y de ramas, pictórica de savia, vi¬ brante de aves canoras y de hoja tierna. En esta obra es que deliran de amor Jos místicos ruiseñores «Del Amigo y del Amado». «Admirable poesía, dice Menéndez y Pelayo, de la de este libríto en prosa, que junta, como en un haz de mirra, la pura esencia de Cuanto especularon sabios y poetas de la Edad Media sobre el amor divino y el amor humano; y realza y santifica hasta las reminiscencias provenzales de canciones de mayo y de alborada de verjeles, y de pájaros cantores, casando por extraña manera, a Giraldo de Borneil con Hugo de San Víctor». E injerido como un episodio en el gran libro de «Blan¬ querna», hay el «Libro de Ave María», en donde se leen loores tan sabrosos co¬
mo en los suavísimos himnos de Adam de San Víctor o en los sermones del
Abad de Claraval, San Bernardo, cuyos labios humedeció María con el jugo de su pecho virgíneo.
Y hay, asimismo, el «Llibre de Santa Maria», dulce y regalado libro sobre la miel y el panal. Contiene capítulos como el que rotula «De Alba», que son llenos de frescor y de rocío, e iluminados de rosada y tierna luz. En horas de agonía y de Getsemaní, cuando años más tarde Ramón Lull enfermó en la ciudad de Génova, y el tedio, el terrible tedio puso en los labios de Ramón gusto de ceniza y amargura de muerte, veníale un rayo de luz y una gota de consuelo «a causa de un libro que por amor de Nuestra Señora Santa María habí.! hecho en cuyo libro mucho la exaltaba y la loaba».

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Bl Heraldo de Cristo

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II ii..'— III.—

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93
III——^1—

Y tenemos atSn tres volúmenés del «Arbol de Ciencia», y él Voliimfeii dé los «Mil Piovel:bíos>í Y para los que gusten de excelsas arideces, çorho las grandes moutafias calvas y desnudas, donde gira el vértigo, hay el «LUbte dé Demostracions» y oliente aún a tinta fresca la «Art Demostrativa», Regles in-
troductories, Taula general...

Muerte gloriosa de S. Felipe INeri
l.a iglesia la celebra dia 26 de Mayo

94

ÉL HERALbò bB ^kUté

PAGINES humorístiques

Q-ul en te sa capa?

—Ave Mária í^uríssinia!
—jHolal Coiii estam, Madò Vista-
enría?
—I com estam? Axi, áxí...
O! que m’haguerá agradat que hagiiesseii venguda a Roma. Vene ca¬ rregat d’objectes..;, i ara que deim d’objecles, he duií un rosari i un parell de medalles per vos i una pi¬ lota de goma p’Ein Joan vostro. Ara
hcii veureu...
— No, 1). Quelj heu deixi fè... ara estam bons per rosaris i medalles i pilotes; bona pilota redóla per cauios-
trá..!
—Llavors vos he de contar lo que
ha passat davers Roma. Allò és la vida. Un día el Papa;..
- D. Quel, ara no estic per seiltir
històries... teñe altres coses que me
piquen. . Ai, bon Jesuset;.! —No ploren, no ploreUi¿. i qué hi
ha hagut res de non? -^Maldament no tos tant. Ai> lili
meiiet..!
idó han tancat el nieu lili a sa
[)resó.i. Ai, Déu meuet! —I quin temps fa? No ploteu! - Ja ia lenips; Enguany es Dijous
Jardé a vespre amb dos o tres dels
seus amics anaren a ca uns senyors a
robà... no heu diga a ningú, D. Que^ let, que serà una deshonra per sa nostra fatnília.
—Confiança! Ningú heu sabrà de
boca nieiià. No tingueu por. --^idò, varen anà a robà i a n’En
Pere li va tocà un rellolje d’ò i una ciiir|uaiiieua de pessetes... i llavò per(|i;è r.o el trobassin vengué a la vila

i no va tornà a Ciutat fins després
d’una setmana;
—í ell què no vos hàVia dit res? —Jo li diré, D. Quel, s’al-lot no in’havia dit res. Si jo lieu hagués sabut nob dexava parli.
—i com el varen trobar?
—Ah! ara ve lo bo. Idò se’n va
anà de la vila es dilluns después. Pren gué carril i va parti cap a Ciutat. I es mateix dia... no, es dia después, ja el varen agafà.
---Això son capbuitades de joves! Es que les han d’anar molt alerta, i els pares no les han de deixar de
vista, sinó llavofs...
—Es ver, pero i s^al-lot ja és de
bastant edat i mos ha de guanyar
qualque cosa sinó jo i son pare no hastam per diï tota sa familia...
-r-ConfonneSi però han de procurar que els joves treballin a prop dels pares i així no hi tant de perill.., I quin temps ha d’estar tancat?
—Onze mesos i una multa de cin¬
quanta pessetes..,, mos ha deixats..! idò venia per veure si Vostè que ha estat inelitar podria fè res a favo nos-
tro...
—Amb molt de gust m’interessaria
en salvar el vostro fill, Madò Vista-
curta, jo vos som franc, però resulta que no tenc gens d’influència.
—Es que sab quin cop que hem
rebut..!
—Res, això ho heu de pendre com una creu que Déu vos envia... o —qui sab—per ventura vos vol castigar a
voltros per...

El Heraldo de Cristo

95

—Qué? Voldrà di que noltros te¬ nim sa cupa?..
—Potser que sí que la tengueu per¬ qué s’al-lot encara toca estar a ca-
vostra.
—I ja ha entrat dins els setze anys! Les va fé per la Purissima... no!, per Santa Bàrbara; sempre confonc; és En Joàn que les fa per la Purissima... Per lo tant, a setze anys ja hi ha per sabre de quin punt se calça...
—A setze anys no és edat suficient per deixar als infants fer del seu ca-
pet...
—No? I com sostendríem ca-hostra?
Tres infants s’homo i jo que cada punt estic xareca...
—I què no van a escola els vostros
infants?
—Ara estam per escola!.. A sembrà amb son pare i a veure si cullen molt que l’any passat només varem tenir trenta cavaions de blat i, de faves,
poca cosa, poca cosa... —I a Doctrina hi deven anar al
menos els diumenges, eh? Otro que tal.., no estan per diictrinn
aquells angelons... Se figuri Vostè,
tota sa setmana fan feina com a bous,
i bona seria que después, el diumenge,
les enviasem a ductrina; han de repo¬
sà cualque micoia..! —Idò aixívabé.jl llavors trobau gros
que vos surtin uns caps esfloratsl.. Voltros, voltros sou qui en teniu sfi cupa... Ja vos diven Madò Vistacurta... què no veis que si hara no edu¬
can els vostros fills més tard seran
unes calaveres i no serviran més que
per estar a dins sa presó?.. Voltros sou qui’n teniu sa cupa...

-Jo no heu sé, perquè que no és primé es viure que s’anà a escola i a
sa ductrina?..
—Primer és el cel que la terra, pii
mer és l’enviar els vostros fills a s’es¬
cola i a sa doctrina que tot lo du-
més.
—Peró, onze mesos tancat a dins
sa presó, Jesús, dic jo, sab que són de llargs!...
—Consolau-vos i preniu-ho amb paciència!..
Sempre hem de tenir cualque cosa que vagi malament... Però, corn vos he advertit, sou voltros qui en teniu sa cupa... toca a n’els pares donar
bona educació an els seus fills.
—Bueno, perdoni que encara he d’anà a una altre casa... Que estigueu
bons...
—Lo mateix per voltros... — Tenga...
—Adiós...
Pares,! mares!... Què n’estau con¬ vençuts de què els qui tenen sa cupa
de sa dolentia dels fills són els seus
pares? Lo primer és lo primer... i lo pri¬
mer que deuen fer els pares és educar
cristianament els seus fills. Meditauho, lectors i lectores de s’Heraldo DE Cristo i feis-ho coneixer als vos¬ tres amics i amigues.
DON QUEL TORRP: Capità retirat

Peregrinos españoles a Roma.—
Día 6 de Abril el Soberano Ponlííi-
ee, rodeado de miembros de su Cor¬ le recibió en la Sala Consistorial a
un grupo de cien peregrinos madri¬ leños, presididos por el canónigo señor iVrribas. Después de haber
dado a besar su mano a los presen¬
tes, el Papa, desde su Trono, pro¬
nunció un breve discurso.
Recordó que ya había recibido pe¬ regrinaciones de Francia, Inglaterra y Checoeslovaquia, y que por esto no podía faltar la de los e.spañoles, para él tan queridos.
«Habéis llegado—dijo- al comien¬ zo del Año Santo, para ocupar el puesto de honor que le corresponde a mi querida España de siempre, pero de una manera especial en es¬ tos primeros días del santo jubileo extraordinario, que todos, desde aho¬ ra, llaman jubileo de la Redención del género humano, por cuanto con¬
memora los misterios sacrosantos de
la Redención misma.
Por haber sabido que el Pontífice ha abierto los tesoros espirituales con la apertura de la Puerta Santa, vosotros, hijos escogidos habéis acu¬ dido con profundo espíritu de ora¬ ción, penitencia e impetración para obtener de Dios la paz y concordia
en estos momentos, tan difíciles pa¬
ra todo el mundo pero especialmen¬ te para España. Después de haber
obtenido la bendición del Señor en
esta Roma, centro de la catolicidad,

marcharéis a Palestina, donde visi¬
taréis los lugares santificados por la presencia misma del Redentor, oran¬
do ante los santuarios donde se
celebraron también Años Santos, al
igual que el que ahora se celebra, y de donde irradió la luz, la santi¬ dad y la salvación, que llegó hasta Roma, y que de Roma se propagó
al mundo entero».
El Papa terminó su discurso con palabras paternales, deseando viva¬ mente que otras peregrinaciones tan numerosas lleguen de España den¬ tro del Año Santo. Después dió su bendición a los presentes.
La procesión de la Santa Cruz.—
Desde hace varios años, la Asocia¬
ción de la Cruz, presidida por el príncipe Colonna, Asistente al Solio Pontificio, organiza una procesión de penitencia en la tarde del Vier¬
nes Santo a la Basílica de la Santa
Cruz de Jerusalén.
Este año, con motivo del Año San¬
to, la procesión se celebró con ma¬ yor solemnidad, siendo trasladadas proce.sionalmente las reliquias de la Pasión desde la Basílica adyacente.
A la procesión asistió el Cardenal titular Fumassoni Biondi, quien, al
final, dió la bendición con la reli¬
quia de la Cruz, desde lo alto de
la escalinata de la Basílica. La ca¬
rrera de la procesión fué cubierta por las tropas.

El Heraldo de Cristo

97

Palma.—Conlgran^ solemnidad se
celebró, día 11 de Abril la función
de las Tres Horas. Los sermones es¬
tuvieron a cargo del Rdo. P. Fi. Ra¬ fael Nadal, T. O. R., Superior del
Santuario de Ntra. Sra. de Cura. Un
nutrido coro interpretó escogidos motetes de Victoria, P. Sureda (or¬ ganista que fué de S. Francisco) y otros compositores.
—Las funciones de Semana Sania
se vieron 111115^ concurridas, princi¬ palmente la Hora Santa que fué pre¬ dicada por el Rdo. P. Fr. Francisco Company, T. O. R., Superior del
convento de S. Francisco.
Lluchmayor.—Día 9 de Abril el
Rdo. P. Fr. Rafael Nadal, T. O. R.,
Superior del Santuario de Ntra. Se¬ ñora de Cura predicó los sermones de las Tres Horas. La Capilla del convento a la que se hablan unido importantes elementos de nuestro
Colegio Seráñco de la Porciúncula,
canto escogidos motetes apropiados
al acto.
—El mismo orador mencionado
predicó la Hora Santa, a la que asistió una gran multitud de fieles.
—Día 17 de Abril los jóvenes se¬ ráficos de esta ciudad representaron magistralmente el conocido drama en tres actos San Hermenegildo.

La Porciúncula. —’Las funciones,
de Semana Santa resultaron muy
lucidas. La Capilla Seráfico de! cole¬ gio nos deleitó con el canto de au¬ tores clásicos y modernos. Una de
las funciones más lucidas fué la
Hora Santa durante la cual predic('> el Rd. P. Fr. Juan Domenge, pro¬ fesor en dicho Colegio. Este año se inauguró un nuevo monumento.
Hostalets (Palma).—En la capilla de la Inmaculada de las religiosas,
franciscanas, enclavada en la parro¬
quia del Sagrado Corazón de Jesús, y que fué bendecida por nuestro» Arzobispo-Obispo en el pasado mes de Diciembre, del 24 de Marzo al 2 de Abril hubo solemne y concurri¬
dísima Misión que fué" predicada;
por nuestros PP. Francisco Com¬ pany (Superior de nuestro convento de Palma), Rafael Nadal (Superior
del Santuario de Ntra. Sra. de Cu¬
ra), y Bartolomé Alorda (Director de la Juventud Seráfica de Palma). Durante la sagrada Misión se cele¬ braron Comuniones generales para hombres y niños. Al final de la
misma fueron muchas las personas
que vistieron el escapulario y la
cuerda de la T, O. R. secular de
S. Francisco.

98

El Heraldo de Cristo

credit in

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AflL/á ,1' J

.«QRTUUS FUERIT.VIVETE

Lluchinayor.— Díá: ii del pasado
Marzo, falleció la fervorosa Terciaria
de 5. Francisco D.^ Juana María Barceló Vich, a los 88 años de edad. Falle¬
ció tan cristianamente como había vivi¬
do, después de recibidos los Santos Sa¬ cramentos y la .Bendición Apostólica. Durante su larga y penosa enfermedad dió ejemplo de altísima paciencia y re¬ signación y es de notar que .ya que no

CaimaJi,—Día 8 de Marzo falleció
en la paz del. Señor D.** Jerónima Cer-; dá, de 31 años de edad. Durante unos cinco años sufrió resignadamente una penosa enfermedad que, gracia a Dios, no le impedía dedicarse a su profesión de sastresa y asistir a misa, comulgando la mayor parte de los días Eatandc

podía asistir personalmente a la Santa Misa la oía espiritualmente todos los
días, recopiando en su mente con pro¬ funda devoción todos los pasajes de
tan excelso sacrificio. — Y mientras su¬
plicamos a nuestros lectores una ora¬ ción por el alma de la finada; enviamos nuestro más sentido pésame a sus hijos muy en particularmente al Rdo. Pa¬ dre Fr. Pablo Puigserver, T. O. R. Co¬
misario Provincial de nuestras Misio¬
nes en América.

enferma, era la enfermera de su madre
muy delicada de salud. Con su trabajo ayudó al sostenimiento de la familia hasta el último día en que pudo traba jar. Ha pasado a la otra vida dejando a sus padres y familia en el más triste desamparo. La lloran sus padres y -fa¬ milia por no tener el consuelo y sostén

El Heralpp pe Cristq

9

suyo, la lloran sus andigas recordando sus buenos ejemplos y los rezos diarios, en su taller, del Santo Rosario y de la Ccronita de Oro y muchísimas perso¬
nas encomiendan su alma a Dios en ora¬
ciones y sufragios públicos.—A. E. R.
1. P. A.
Campos del Puerto.—Día ii de
Febrero falleció la hermana Terciaria
D.® Francisca Ballester Oliver a la edad
de 75 años y 55 de profesión. Fué muy observante de la Regla de la Tercera
Orden de S. Francisco. Era devotísima
de la Eucaristía con la que se alimenta¬
ba todos los días.
Tuvo también particular devoción a la Virgen María de cuya Congregación
fué modelo de Presidentas, Estuvo
adornada de muchas virtudes pero la modestia y resignación eran las que
más sobresalían. Descanse en paz.
Manacor. — Día 1 3 de Enero entre¬ gó su alma a Dios D. Andrés Fullana Mas, a los 84 años de edad, después
de haber recibido los Santos Sacramen¬
tos y la Bendición Apostólica. Modelo de padres cristianos asistía
a todas las funciones de la iglesia sin descuidar las demás obligaciones de su
estado. Todos los días rezaba con gran devoción el saltirio.
Pedimos una oración a nuestros lec¬
tores por el que tanto rezó por sus hermanos en Jesucristo.—Reciban sus hijos, nuestro más sentido pésame, par¬
ticularmente su hermana Sor María Fe- .
licitas. Religiosa Franciscana.
Sineu.—"La Hermandad de Sineu pi¬ de a los lectores de «El Fleraldo de
Cristo» una fervorosa oración por el eterno descanso de la que fué su Se¬
cretaria desde su erección en esta pa¬
rroquia Diciembre de 1912), la edi¬ ficante y virtuosa Señorita Catalina Amengual y Martorell, (también Vicesecreiaria de la Congregación de Hijas de María y Conferencias de S, Vicen¬
te de Paúl), fallecida cristianamente y
confortada con los auxilios de la Reli •
gión día 9 de Marzo. A. E. R 1. P.

Alquería Blanca.—El 24 de Di¬ ciembre pasó a mejor vida, habiendo
recibido los Santos Sacramentos, la
terciaria D.“ Isabel Rotger y Roig. Ejemplar madre de familja, supo edu¬ car a sus hijos en las ctistianas costum¬
bres y santo temor de Dios. La calma y tranquilidad en qne vió acercarse la
muerte, nos permiten esperar que ha¬ bían sido ya recompensados sus méri¬ tos y buenas obras.—Acompañamos a sus hijos en el justo dolor que los em¬ barga por la pérdida de su querida ma¬ dre, y en especial a su hijo Bartolomé, sacristán de la Parroquia. — El divino
Salvador admita entre sus santos el al¬
ma de tan piadosa Terciaria. Santany.—Día 14 de Abril falle¬
ció la hermana terciaria D.® Florentina Gelabert. Contaba 68 años de edad.
Traidora enfermedad llevóla al sepul¬ cro. Era muy amante del Santísimo sa¬ cramento del altar y fiel cumplidora de sus obligaciones. Nos unimos al dolor
de su familia. Descanse en paz.
Muro.—Después de larga y penosa enfermedad falleció piadosamente en el Señor, día 16 de Marzo, la terciaria
D.® Catalina Palou Moceras, viuda de
D. J uan Carbonell. La finada, por la bondad de su carácter, simpatía y cari¬
tativos sentimientos, fué durante su vi¬
da muy apreciada por cuantos la trata¬ ron. Cómo buena madre supo educar cristianamente a sus hijos, guiándoles con sus saludables consejos por el ca¬ mino del cielo. Distinguióse siempre por sus convicciones religiosas siendo
asidua su asistencia a las funciones de
Ja iglesia. Su gran devoción a la Euca¬ ristía era tal, que no perdonaba fatiga

El Heraldo de Cristo

^100^ i

alguna para recibir diariameate el Pan de los ángeles y oir la Sta. Misa
Desde su juventud perteneció a !a y O. T. de S. Francisco cumplimiendo con iÇelo todas sys obligaciones. Reciba

su familia nuestra más sentida condo-*
lencia, en especial su hijo Juan Carbo¬ nell. muy amigo nuestro. Suplicamos a nuesfros lectores rueguen por el eterno
descanso del alma de la finada.

BIBLIOGRAFÍA

En defensa de El Santo Escapu¬ lario DEL Carmen por el R. P.
Martín de Jesús María, O. G. D.
En este folletín se pondera la im¬ portancia de llevar el santo escapu¬
lario del Carmen.
NOTA: El Jardín encantado (precio 4 ptas ) y Formación en

LA HUMILDAD y mediante ella en
las demás virtudes (precio ptas.) de que se hizo mención en el pa¬
sado número de nuestra revista, deben pedirse a: Eugenio Subira¬ na, S. A., «Editorial Pontificia».— Puertaferrisa, i4, entresm lo. —Bar¬
celona.

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el Palacio Pontificio y sus pro* pietarios nombrados:
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Sr Población^