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La familia es don preclaro del cielo, es descanso, ayuda, esparcimiento, amor. El hogar es el santuario de nuestros más caros afectos, fuente de puras e inagotables delicias, relicario que guarda venerandos y tiernos recuerdos de nues¬ tra vida. ¿Qué pecho no experimenta un sobresalto de emoción, qué ojos no se llenan de lágrimas, al traspasar, después de más o menos prolongada ausencia, el umbral de la casa bendita donde se deslizaron los plácidos años de nuestra infan¬ cia, los bulliciosos de nuestra juventud, o donde moran nuestros padres, hermanos o allegados? ¿Qué corazón no es víctima del más amargo desconsuelo cuando se ve sucumbir al ñero golpe de la muerte lejos de los muros idolatrados del hogar, sin unos brazos queridos que le conforten, alienten y sostengan en aquellos mo¬ mentos de suprema angustia, de lucha tremenda con la Parca cVuel? En las horas de abatimiento y tristeza, cuando el dolor oprime nuestro espí¬ ritu y nos acibara el alma la pena, volvemos ansiosos la mirada hacia el rincón amado cuyo recuerdo permanece indeleble en nuestra mente y el hogar se convierte entonces en faro de esperanza que arroja un chorro de luz en las espesas tinieblas que doquiera nos envuelven. Nada tan bello y sugestivo como el hogar bendecido por Dios y en el cual se conserva, como fuego sagrado, el amor a las cristianas y venerandas tradicio¬ nes de nuestros mayores. Nada tan encantador como la familia que, conocedora de su origen divino, procura llegar al fin que se propuso Dios al crearla, y realizar en sí misma, el ideal sublime de perfección que el Salvador le trazara. Se complace mucho el Señor en el delicioso espectáculo que ofrece un hogar donde florecen las virtudes, una familia unida entre sí por la caridad, que es vínculo de perfección: «Ved, dice en los Sagrados Libros, cuán bueno y suave es que vivan unidos los hermanos.» Hoy, no obstante,—es fuerza confesarlo—la familia, base y fundamento de la sociedad, ha perdido para muchos sus atractivos y encantos. La ola de grosero materialismo que, cual devastador torrente, ha logrado pene trar en los pueblos civilizados, amenaza socavar totalmente los fundamentos de la santa institución de la cual depende el orden y buena marcha de la sociedad entera. A las prácticas de cristiana piedad, a la recta administración y prudente eco¬ nomía, han sustituido el desmedido afán de diversiones y placeres, el lujo inmode¬ rado y el despilfarro de los bienes y fortuna allegados a costa de imponderables sudores y fatigas. 34 El Heraldo de Cristo Privada la familia de las aguas salubérrimas de la gracia que manan de las fuentes del Salvador y se obtienen mediante la digna recepción de los Sacramen¬ tos, languidece y muere cual flor que por falta de riego se marchita, desvanecién¬ dose de día en día su embriagador perfume; y el hogar, perdido el calor vivificante de la caridad, se vuelve frío, y se convierte muy en breve en lugar repulsivo y odioso para los mismos que antes se sintieran atraídos a él con irresistible fuerza. Hay que trabajar con todo ahinco por la dignificación del hogar y de la familia. Para lograrla, nada mejor que parar mientes en las enseñanzas de la Sede Apostólica, verdadera cátedra de luz, de sabiduría, de verdad, que irradia purísi¬ mos destellos en todo el orbe, y da la segura norma que en cada una de las cues¬ tiones deben seguir cuantos se precien de católicos. Después de lamentar León XIII los males horribles por que pasa la sociedad doméstica en nuestros días, traza de mano maestro el acabado y perfecto ejemplar de la familia cristiana. «Los padres—dice—encontrarán en San josé preclarísima norma de vigilan¬ cia y providencia paternal; encontrarán las madres en la Santísima Madre de Dios un modelo insigne de las virtudes propias de las esposas, amor, sumisión, rubor y fidelidad perfecta; encontrarán los hijos en jesús un ejemplar de la divina obe¬ diencia que admiren, cultiven e imiten. Los nobles aprenderán de aquella familia de sangre real templanza en la fortuna y dignidad en las adversidades; aprenderán los ricos cómo deben pospo¬ nerse las riquezas a las virtudes, y los obreros y cuantos en nuestros tiempos tan acremente se quejan de su mala fortuna e ínfima condición, si se miran en los san¬ tísimos consortes de la familia de Nazaret, encontrarán motivos para consolarse, y aun gozarse en el hogar humilde que les ha correspondido. Harán los católicos una obra social singularmente meritoria, la que más precisa en las actuales circunstancias, si procuran reavivar en el seno de sus respectivas familias el ideal de piedad, de fervor religioso y honradez que tan a maravilla realizaron nuestros abuelos, y que se manifestaba en multitud de prácti¬ cas cristianas, el rezo de Rosario singularmente, aquel Rosario distintivo y corona de los hijos de María, que hacía de cada hogar un trasunto del paraíso, y otorgaba a las familias el oficio que ante el trono de la celestial Señora ejercen las legiones de los ángeles. Palma, febrero, 1930. Fray J. ROSSELLÓ, x. o. r. tL Heraldo de Cristo 35 Los desposorios de San José Más de cinco mil años venían transcurridos ya desde el día venturoso en que dió el Se» ñor a la humanidad agonizante la consola¬ dora promesa de enviarle a su Unigénito Hijo: acercábase a pasos de gigante aquel día tantas veces pronosticado por los Profe¬ tas; al fin atendía Dios las férvidas plegarias y, heridas sus entrañas paternales por la compasión, iba a enjugar el copioso raudal de lágrimas amargas, continuas, deprecati¬ vas, que con su flujo perenne fecundaron la tierra árida y seca. y de la honrada senectud de Joaquín y Ana germina la blanca azucena, cuya aromᬠtica fragancia cautivará el corazón de Dios, atrayendo la salud, la paz y la libertad a todas las naciones del orbe. Mas, aunque fuese beneplácito de Dios lle¬ var a término el grande e inefable misterio de la Encarnación por obra exclusiva del Es¬ píritu Santo, sin la cooperación de varón alguno, no obstante, no le pareció bien dejar el inestimable tesoro de su Divino Hijo bajo la sola protección de una joven doncella, siendo así que poníase a riesgo la honra y fama de la castísima María al propagarse la inesperada noticia de su preñez no estando ligada con el lazo del matrimonio santo. Por esto plugo al Señor escoger un varón que, desposándose con la joven y tierna doncella, fuese a la vez ayo y custodio del Divino In¬ fante. Mas, donde hallar un varón tan justo y tan virtuoso que armonice con la altísima santi¬ dad y virtudes eminentes que enaltecen a la virgen y siempre casta María? ¿Cuál será el mortal cuyas prendas le merezcan el honroso título de padre del futuro Mesías? Iluminado el sumo sacerdote por luz celes¬ tial, congrega en el recinto del templo a cuantos varones descendían de la estirpe real de David. Asaz conocida era la candidez, modestia y hermosura sin par de María para que, ena¬ morados todos de sus extraordinarias dotes de naturaleza y gracia, ardieran en ansias de procurarse tal fortuna. Palpitan todos los corazones con fuerza y rapidez: las mentes acarician la halagüeña idea de verse encumbrados a tan sublimado tálamo. La emoción y la incertidumbre inva¬ den toda aquella asamblea de jóvenes. Solamente uno permanece tranquilo: es el humilde José, quien, juzgándose indigno de tanta grandeza, no ambiciona tan feliz como codiciada surte. Llega la hora decisiva. Postránse todos ante el altar, juntamente con el santo sacer¬ dote, y sus labios murmuran una oración que sale de lo íntimo del corazón, recogida, fer¬ vorosa... Las miradas están fijas en la vara seca que cada uno ostenta en sus manos aguardando, hondamente emocionados, el brote prodigio¬ so, señal convenida para la elección del es¬ poso de María. Muy pronto desvanecióse la torturadora incertidumbre: el ramo del santo José había florecido. Apresúrase el sumo sacerdote a comunicar a María la nueva, y Esta, que tanto había repugnado y resistídose a contraer matrimo¬ nio, ahora, sabedora de quien es el escogido, en vez de turbarse sonríe con cariñosa ternu¬ ra. Es porque bien sabe que el puro y casto José, lejos de ser obstáculo o peligro para observar el voto de perpètua castidad que a Dios había hecho, sería más bien un padre solícito, un amigo íntimo, un confidente de su corazón, un protector decidido, un esposo virginal... En el primer instante que se ven aquellas dos cándidas palomas cara a cara, sienten sus corazones abrasados en amor puro, viví¬ simo, y se compenetran tan íntimamente que no parece sino ser uno sólo el que palpita, pues uno solo es el querer y no querer de ambos; estaban informados por el mismo es¬ píritu e idénticos sentimientos. Preséntense rebosantes de gozo ante el 36 El Heraldo de Cristo altar del Señor y allí reciben la bendición nupcial. Contaba María la tierna edad de 14 abriles; frisaba José, según la opinión más fidedigna, en los 33 años. Matrimonio singular! Admirable alianzal Un corazón purísimo se une a otro corazón inmaculado, el más santo de los hombres a la más santa de las mujeres! Felices desposorios! Astros refulgentes de candor e inocencia se comunican sus res¬ plandores: todo es tan puro, tan santo, tan sublime que extasiaría a los querubes mis¬ mos: forman los dos cónyuges una misma alma virginal en dos cuerpos. Dichosos es¬ posos, cuya unión es tan admirable y cuyo destino tan sublime! Fulgencio. Març,... marçot! {Dita popular.) Ja íreu brostades noves la garriga; I es posa el sementer vestit de festa; Devora la paret l’ovella sesta; I el sol mira la terra com a amiga. Encesa de verdor floreix Tespiga; Espunta cualque flor viva i xalesta; I el cel, com a dosser, estén sa vesta, I en mig de sa blavor par que somriga. Mes, ai! Sobtadament el vent s‘enfada, I guaita en el llebeix la nuvolada, I promte la tempesta es desfermada, I plou terriblement i siula el vent. Mes passen els niguls amb llur seguici. El sol s‘ho mira tot, plè de desfici. El març,... marçotí, ha fet el seu ofici. I tot tirantse al gorc plora el torrent. Fra Pau TOUS y COLL, t. o. r, ÉL Heraldo de Cnisto 37 LA (¿EN BROMA O DE VERAS?) CONSTITUCIÓ D‘UN AJUNTAMENT DRAMET DEL NATURAL, EN TRES ACTES ACTE PRIMER —\\a torn esscr Reígidor, Margalideía!... Ara mos han fornada dar la inves¬ tidura sagrada... —Això qué vol dir, espós meu; qué fe haurás de posar el frac de concejal altre vegada? —Damá mateix, fleta. Prepara’l-me. . —Lloat sía el Senyor! Oh, que’n frissavaí Era un pecat deixá podrir a dins la caixa una prenda que a mí me va costa tota una botonada... Si jo pogués, les hi faría pagar cars al Sr. Primo tots cuants n’ha fels arnar... Però, no’l mermolem; Deu l’haja perdonat. Jo no-mes vull pensar ara amb la nova que me has portada. Creu- me, esfic botxa; estic fora de mi; no sé qu’em passa... Així, Espòs meu, fú lluiràs, i el frac s oretjarà. acte secón —Fes via. Margalida. Ja son casi les dotze... —Cordet els guarda-pits. Estira un poc mes la medalla. Gire’t derrera que ja te has masfegada una aleta. Te está encara clavat. Negú diria que ja fassi sis anys!... Has de dur els guants posats. No te afiquis les mans dins les butxaques... Ni te posis tampoc amb una cama damunt l’altre, que rompràs el trenc dels cal¬ çons... Ves alerta, fill meu; tu ja sabs lo que’ns costa. Abans de seurerte, estire’t les aletes. Quant parlis, que faràs el discurs, no cridis tant com antes, \\ així no impor¬ tará que hajas de desferte el coll ni afluixar cl corbatí... Vés ara, mono meu. Jo, dins un rato, també hi vendré amb els dos majorcts. Vull veure lo que fas, i sentir lo que dius allá a la Sala... acte tercer EI saló de session está de gom en gom de gcnt de sane de peix i de pasta d’ensaimada. Ja han perorat casi tots el Retgidors, i no han retgirat negú... Ara sois falta parli s’home de na Margalidcta. S’axcca, a la fí; i el public, que havía escoltat amb resignació i paciencia tot quant havien volgut o pogut dir-li cis allrcs conccjals, romp ara amb un esclafit de visques i mansbclletes. Pel frac, pot ser, han regonegut al seu idol d’un altre temps, an aquell que en la «política vella» se havía guanyat el nom de gallet de la Sala perque, en raó o sense, sempre cridava mes fort que els altres. —«Senyors:—diu tot-d’una que pot el Retgidor novell—accept aquests aplaudiments vostres perque en conciencia crec que los m’he merescuts. Avui me sembla haver tornat neixer en cl mon... L’any 1923 s’espasa cruel d’un General atrevit mos tayá d’un cop els drets que mos havía otorgáis cl poble sobirà. Ara, però, miraculosament i quant menos mos ho pensàvem, nos han retornada aquesta sagrada investidura... Hi ha que perseguir al expoliador nostre... Hi ha que exigir responsabilitats començant no-mes desde l’any 23 fins ara,.. Avui, després d’un obligat mutisme de tants d’anys, prou hauria desitjat csplaiar-mc amb voltros; pero no vull ja cansarvos cl p.imcr día, i sols me limitaré a traçar el meu programa. Abans de tot us importa saber que jà no és com antes. Un temps tots els qui veniem aquí teniem un color polític determinat; ara, no. Avui els partits han perdut tot cl color i... l’olor, están desorientats, no s’hi entenen, no tenen quefes. D. Toni i tot, qui tants d’anys va ser cl meu, s’en anà a l’altre mon; i jo desde aquell día me he proposat </7o más servir a señores que en gusanos se convierten-». Per consi- guicnt. Señores, sabcu perqué he tornat venir aquí altrc vegada?... —(Una veu candorosa d infant.) Si, papaíto. La mamá fho ha dit: <Per Huir i oretjar el frac.» (Teló rápid) Gosti Net. El Heraldo De Cristo DE ARTA Bendición de unos cuadros de Santa Magdalena, Penitente y de San Andrés, Aposto!. Essaptaisrafacncoiósnoterol svemr cootim voo edne nuínetsimtraa iglesia de Arta se van renovando reta¬ blos, se construyen otros nuevos, se ad¬ quieren en serie ininterrumpida objetos valiosos para el esplendor del culto y, uno tras otro, se cuelgan cuadros para acrecentare! ornato de las ca¬ pillas y, al propio tiempo, la devo¬ ción de los fieles. Hoy dia en que, por una total des¬ viación del senti¬ do común, los pueblos no saben invertir sus cau¬ dales sino en comprar el placer bajo todas sus formas y en pro¬ curarse ventajas de orden mate¬ rial, es muy hala¬ güeño y consola¬ dor que aun que¬ den personas que se preocupen del adecentamiento y magnificencia de la casa de Dios que, por ser la de Dios* correspon¬ dería destacarse como la más rica, la más suntuosa y, que fuera aquella en donde el arte agotara su inspiración y derramara, a manos llenas, sus encantos, sus hechi¬ zos y sus primores. Pero, y nos rubori¬ zamos al confesarlo, muchas veces su¬ cede muy de otro modo: nuestras igle¬ sias son pobres, algunas hasta misera¬ bles y en peor estado que las cuadras de los grandes señores. Parece que, ahora, a nuestra vista, se reproduce en muchos pueblos lo sucedido en Belen en donde el Mesías no halló posadq y tuvo que refugiarse para nacer a una cueva, albergue de animales, quienes, menos duros y más compasivos que los hombres, le cedieron su lu¬ gar. Asi en las sociedades mo¬ dernas que con su orgullo van arrojando a Dios de su seno, el Buen jesús no halla otro refugio quenuestras igle- s i a s frecuente¬ mente desmante¬ ladas. Por esto decíamos que era muy confortador poder comprobar como en medio del general en- friamiento y apostasia aun hay fé en Israel, aun hay personas que se desviven y con una generosidad sin límites dan su dinero para que la casa de Dios man cristianos. no sea el oprobio de los que se lla¬ Todo este largo proemio nos ha pa¬ recido muy oportuno antes de comuni¬ car a nuestros lectores como el dia 19 del pasado enero, en nuestra iglesia del convento de Artá, fueron solemnemente bendecidos por el Muy Rdo. P. Miguel Vidal, Mtro. Pral., dos grandes y her- El Heraldo de Cristo 39 mosos cuadros: uno, de Santa Magda¬ lena Penitente y el otro, de San Andrés Aposto!. Después de la bendición y del canto del Te Deum hubo misa mayor que celebró el mismo Padre Provincial y en la que predicó el Rdo. P. Rafael Ginard Amorós, Prior de nuestro cole¬ gio de la Porciúncula. Estos cuadros están puestos en las paredes laterales de la capilla de San Buenaventura y han sido costeados, como también la renovación d e 1 retablo, por la munificencia d e Doña Magdalena Vives Font a quien tanta debe nuestra comuni¬ dad del convento de Arta. Vamos ahora a describir someramente los cuadros susodi¬ chos. Ambos son de las mismas di- mensiones: 2‘90 m. de alto 1 ‘90 m. de ancho. Santa Magdalena está orando pues¬ ta de hinojos so¬ bre un peñascal en el interior de una cueva. Su ac¬ titud es compun¬ gida; su faz bella con una belleza casta y espiritua¬ lizada. — No con aquella belleza seductora que en¬ loquecía a los hombres y los arrastraba hacia el abis¬ mo—se contrae de dolor y arrepenti¬ miento y parece que va recordando sus devaneos juveniles junto a la tosca cruz enhiesta en la quebradura de una roca. Su cabellera abundante y ondulante— cascada de oro que se desliza blanda¬ mente por sus espaldas, toalla amorosa con que enjugó los pies de Jesús empa¬ pados con la lluvia copiasa de su llanto inconsolable—sirve de marco al óvalo de su cara en donde, tal vez, jamás aso¬ mó la purpurea flor de una sonrisa des¬ de, que se convirtió de pecadora en pe¬ nitente, de tizón del infierno en angel del paraíso, de seguidora del vicio en discipula ardiente de jesús a quien amó con tal incendio de amor que difícilmen¬ te ha sido superado por otros santos. San Andrés el glorioso hermano de San Pedro está en pié, con un brazo en alto predicando y con el otro apoyado en la cruz de la que, al morir, hizo el más inflamado y fervoroso elogio. Su actitud es no¬ ble y atrayente, su cqra respira santidad y celo por la gloria de su maestro divi¬ no y si mucho nos place la pin¬ tura de Sta. Mag¬ dalena quizála de San Andrés la juzgamos mejor. Es un verdadero acierto: el Santo es dulce y ama¬ ble pero de con¬ tinente austero ; tiene su carne ex¬ primida y enjuta a causa de sus austeridades y trabajos apostó¬ licos, pero se adivina que sabe tratar con blan¬ dura e indulgen¬ cia a los pecado¬ res para que en¬ derecen sus pa¬ sos por el camino del bien; en una palabra, es un verdadero tipo de apos¬ to!. De esta manera, con la adición de es¬ tos dos grandes cuadros en su capilla de San Buenaventura. D.® Magdalena Vives Font ha completado su idea de te¬ ner juntos todos los santos que fueron patronos de los miembros más queridos de su familia y a quienes la muerte, con mano despiadada, arrebató a su cariño. Piadosa manera de honrar a los suyos que seguramente hará saltar de gozo en el otro mundo a su querida hermana. 40 El Heraldo de Cristo padres y sobrinos que le precedieron en su viaje a la eternidad. El marco de los cuadros es verdade¬ ramente regio y espléndido y en él se juntan por modo admirable la riqueza con el buen gusto. El Sr. Vadell, que tantas obras de reforma ha llevado a cabo en nuestra iglesia de Arta, ha eje¬ cutado una verdadera obra de arte que perpetuamente dará testimonio de la largueza, desprendimiento y amora los suyos y a las casas franciscanas de nuestra protectora Doña Magdalena Vi¬ ves Font. La cual puede tener esperan¬ zas muy fundadas de que la recibirán en el ciclo los Santos patronos de su fami¬ lia Santa Magdalena, San Andrés, San Lorenzo, Santa Catalina y Sania Mar¬ garita junto con San Buenaventura a quienes haciendo renovar el retablo y construir los cuadros tantísimo ha hon¬ rado en este mundo. Los santos que son agradecidos y nunca se dejan vencer en generosidad se lo recompensarán larga¬ mente, y así se lo pedimos, en este mundo y en el otro. Mumare!— diu, plena de satisfacció Na Margalideta, nina alegre i deixondida com ella tota sola, que no ha cumplits encara els catorze anys. Mumare! Just ara se ’n van ses ami¬ gues i m’ han dit que es Dijous lardé i es diumenge que vendrá devant hi ha ball de másqueres a ca s’ Espurtiné. jo no hi som estada mai. ¿Voldreu que hi vage? —Ah, fleta meua dolça, estimada! ¡Y cóm f has posat aixó a dins es cap? Que no sentires es predicador deis exercicis que vos deia que es ball es 5’ escola del dimoni? —Pero mumare, si jo no hi vaig per fer cap mal. Ses amigues m' han convi¬ dada, i allá on van clics... —Allá on van clics no hi anirás tu. ;No mos nc faltava altre! ¡Bon ball te¬ nim a dins aquesta casa! —Teré, que hi vage, — diu madó Francina, una veicta comportívola, cur¬ ta de gambals, que passa resant es cap¬ vespre,—i amb aixó fa molt bé,—pero que no vcu maganya en res d’ aquesta terra i crcu de bona fe que ses diver¬ sions an a que es jovent s’ entrega ara, son taiades amb so mateix patró des balls que feia en temps passat la gent pagesa, es dia de ses matances, per exemple, reunió de la parcntcl-la, de cuatre amics i coneguts, que començava passant cl Rosari, i acabava amb una graciosa dansa popular, d’aquelles que respiren honradésa, modestia i serietat. Veis qué diu madó Francinaina?— observà Na Margalideta. No importa—respón sa mare.— Si sabés Madó Francina lo que son es balls d’avui en dia, i ella fos ta mare, tampoc no f hi deixaria anar. No fosca!—diu madó Francina. — Si es cosa dolenta, ja es ben segur que no hi ha d’ anar s’ atlotella. ¡I tant que heu ès!—respón sa marc de Na Margalida.—¿I per qué? pregun¬ ta aquesta. Ave María Purissima, ¿Qui hi ha a la casa de Deu?—vaig dir jo entrant en aquell instant a dins aquella casa, on, després que m’ hagueren explicat lo que passava, vaig pendre la paraula, i, girant-mc a Na Margalideta ii vaig dir: Mira: no és gens estrany que tu, que no tens experiencia encara de la vida, de¬ manis a ta mare per anar an es ball. No ho fas per malicia, pero comences ja a teñir edat d’ estar previnguda cuantre certs perills, que, si no procures evitar. El Heraldo De Cristo 41 íal volta com voldríem salvar-te no hi seríem a temps. Que li explic, don Celestí, — diu sa mare. No ès qüestió ara de fer-vos un ser¬ mó llarg. Pero sí diré d’ es balls que, maldament parlant així, en general, no es puga afirmar que tots sien dolents, pero ès ben cert que avui apenes se’ n troben de bons. Sa manera de ballar d’ avui es perillosíssima, i amb prou feines s’ escusarán de pecat mortal, no ja es qui ballen, sino es qui miren ballar simplement. —Qué diu!—exclama aquí sa marc de Na Margalida—si molts ho sabien, no hi anirien a badocà. Ses persones que van an es ball, segucsc jo, moltes vegades son dolentes i no duen altre enrolla que salisfer es seus desitjós desordenáis. 1 es balls aon hj ha més ocasió de trcvalar son es de màsquera que se fan a dins cas- sinos, societats i teatres, i aon s’ hi arrepleguen tots es tudats, llibertins i poquesvergonyes d’ ací i des pobles des voltants. Es una deshonra, una ignominia pes pobles catòlics entregar-se an aquestes diversions més propies de selvatges que de gent civilisada, i que ningú fora el dimoni ha pogut introduí. Per això deia amb molta de reó es predicador dels exercicis que es ball ès s’escola del dimoni. No hi vages, Margalideta, no hi va¬ ges an es ball. No f hi arrambis devers ca s’ Espurtiné ni aonscvulla que ballin aquest Carnaval ni els altres. Tu vals massa per ésser tractada com una mer¬ cadería vil pels hornos sense con¬ ciencia. 1 no hi ha remei. Ses atiotes com tu, i ses mes grans, i ses dones fetes que van an es ball, vestides Deu sab còm, vestides,—ai! val més no pensar-hi— d’ una manera ben poc cristiana, es con¬ verteixen en instrument de perdició per ses ànimes i amb sa seva desinvoltura están dient a tot-hom: Vet me’t aquí! Aia, qui em compra? Me sembla que he dit prou. Heu sents, Margalideta, heu sents, que ’t servcsca per tota sa vida.—li diu sa marc. O qué parla de bé aquest senyor!— s’ exclama madò Francina. No, no hi aniré an es ball,—diu, compungida i casi amb llàgrimes an els ulls Na Margalideta. — Jo no sabia lo que era. Doncs, que ’t scrvesca sa llissó— responc jo, prenguent es bastó i es ca¬ pell i - sortint d’ aquella casa, satisfet d’ haver contribuit a sa cristiana ensen- yansa d’una mare de familia, i disposta donar compte an es lectors de El He¬ raldo DE Cristo de sa conversa tenguda, per sí hi ha entre ells qualque revetlera, i reveller i tot que s’ aparella per anar an es ball aquets darrers dies. Celestí. 42 El Heraldo de Cristo De todo un poco Un estómago de diamantes Un nuevo oficio empieza a delinear¬ se en la vida económica del Africa del Sud; la caza de diamantes a través del estómago de ciertos avestruces. Hay alli, en efecto, algunas de estas aves que se comen simplemente los diaman¬ tes así como las ocas y las gallinas tra¬ gan pequeñas guijas para digerir mejor. No son los avestruces del bosque ni los del prado, sino aquellos de la costa arenosa donde la marejada deja al des¬ cubierto los diamantes sobre la playa. Las aves, viendo las relucientes piedrecillas, se les acercan y las zampan. Fué cazado, poco ha, uno de estos avestru¬ ces solitarios y salvajes, en cuyo estó¬ mago se encontraron cincuentitrés diamantes que tienen un valor de más de dos millones de pesetas. La noticia, un tantico extraña, viene de América, como es natural. El decano de los diarios En cuestión de periodismo el prima¬ do pertenece indiscutiblemente a la China, ya que el primer periódico tuvo su origen en el dilatado Imperio Celes¬ te. La «Gaceta de Pekín», según autén¬ ticos documentos, se remonta al año 911 de la era cristiana. Empezó como periódico ocasional, pero en 1531 se publicaba con toda regularidad. Este diario, que todavía existe, viene publi¬ cado desde mucho tiempo en tres edi¬ ciones: una, en papel amarillo, está de¬ dicada a las publicaciones oficiales, la segunda, también amarilla, se ocupa del comercio y de las contribuciones, la tercera, destinada a las provincias, se imprime sobre papel rojo y contiene un resumen de las dos primeras. El reloj del general Marchaba, una vez, el general Mar¬ tínez Campos paseando distraído cuan¬ do dió un topetazo más que regular con un sujeto que venía en opuesta di¬ rección. Cambiadas breves palabras de dispensa, cada uno siguió su camino. Pero de pronto al general le asaltó una sospecha que se convirtió en triste certeza al poner mano en el bolsillo del chaleco y echar de menos un precioso reloj de oro con su correspondiente cadena. Con una indignación que no le cabía en el cuerpo, volvió sobre sus pasos, picó de talones y al poco tiempo alcanzó al despreocupado ladrón que seguía tan fresco caminando. —¡Alto ahí! — gritó, apretándole el pescuezo.—¡Ya me estás dando en se¬ guida el reloj de oro con su cadena! El otro, espantado como el solo, no se lo hizo decir dos veces; y tampoco el general se entretuvo en más ceremo¬ nias, sino que, una vez recuperadas sus alhajas, marchó a su casa satisfecho, rebosando coraje y gallardía. Pero allí le esperaba una sorpresa descomunal, pues sobre la mesa del escritorio encontró el reloj tal como lo había dejado al salir de casa, sin que le faltase la inseparable cadena... En honor de Martínez Campos de¬ bemos decir que la cosa se arregló pa¬ cíficamente en la Comisaría. Cosas de la electricidad En las casas particulares, en las ofi¬ cinas, tiendas, etc., las bombillas eléc¬ tricas no son sustituidas sino cuando, ya por el largo uso, ya por una impro¬ visa rotura del filamento interior, son completamente inservibles. Es una per¬ fecta equivocación. Una bombilla co¬ mún no puede dar con utilidad más que unas 500 a 600 horas de luz; más allá de este tiempo, la intensidad lumi¬ nosa disminuye progresivamente con perjuicio de la vista del que la usa y de la buena ejecución del trabajo. Ade¬ más se verifica un tan notable aumento en el consumo de la corriente, que en El Heraldo de Cristo 43 pocos meses viene compensado el pre¬ cio no de una sino de dos o tres lám¬ paras nuevas. Antihigiénico, antiprácti¬ co, antieconómico. Se dirá que en una casa no se puede determinar el núme¬ ro de horas en que las bombillas están encendidas; y estaríamos de acuerdo en ello si no fuera muy fácil al jefe de la casa determinar una media de 4 a 7 horas al día, por ejemplo, según la es¬ tación y fijar así para cada lámpara una duración de 5, 6, 7 meses o más. Pero... cualquiera se decide a arrojar una bombilla que todavía da luz! Cuestión de nombres Dicen los filósofos que ellos no ha¬ cen cuestión de nombres sino de cosas; y la razón es muy simple, pues, entre el nombre y la realidad no hay casi nunca la proporción que sería de de¬ sear. Así hay pueblos grandes que tie¬ nen un nombre muy chico y viceversa. Italia parece ser la nación donde más pueblos tienen el nombre breve: Re, en la provincia de Novara; Mu, en Bres¬ cia; Ne, en Génova; Vo, en Padova; Lu, en Alessandria. No le falta, sin embar¬ go, a esta nación alguna que otra pe¬ queña villa que ostenta con satisfacción un vistoso nombre, y va a la cabeza con sus 18 letras: Montevidoncombatte (Ascoli). Los nombres largos, en gene¬ ral compuestos, se encuentran en Ale¬ mania, Rusia, Checoslovaquia y Polo¬ nia; pero el más morrocotudo que encontrarse pueda es sin duda alguna el de una aldea en el País de Wales que para formarse un nombre tuvo que usar 38 letras! No les aconsejo a uste¬ des que lo lean, pero, a lo menos pa¬ sen sus ojos por esta belleza de pala¬ bra: Llanfairpwillgwyngyllerobindisyogogook. Cualquier cosa apostamos que para un español se trata del más insoluble puzsle el pronunciar este nombre. ¡Justicia al tiburón! Habiase hasta ahora creído que el tiburón era un animal absolutamente dañino, pero según se nos dice el ce¬ táceo es muy apreciable y útil bajo muchos conceptos. Su piel es superior a los demás cueros por su mucha re¬ sistencia a romperse y gastarse. Su carne sirve para la fabricación de ex¬ celentes conservas que encuentran ya mucha demanda en los mercados euro¬ peos. El aceite, que es abundante, era hasta hoy usado para fabricación de jabones, una vez despojado del poco agradable olor, pero ahora se emplea también como suplente del aceite de linaza, y se va difundiendo más y más su uso en preparados farmacéuticos. Eíi fin, la cabeza y las costillas se trans¬ forman en gelatina y los huesos, bien limpiados, sirven para varios usos in¬ dustriales. Queda pues demostrado que si bien el tiburón es indiscutiblemente nocivo mientras está vivito y coleando, resulta, una vez muerto, no sólo ino¬ fensivo sino utilizable; como la cabra de triarte. Distracciones de Newton Este sabio, cuya habitual distracción es sobradamente conocida, marchaba sobre la acera, pasito a paso, cuando se encontró con un hombre que por la misma acera venía y éste amoscado le estaba diciendo: — ¡Diga! Supongo que no va a creer¬ se V. que yo esté dispuesto a ceder el paso a un imbécil cualquiera!... — Pues yo—le contestó Newton la¬ deándose-no tengo inconveniente al¬ guno en hacerlo. 44 El Heraldo De Cristo O iK O 3sr X O ^ Juventud Seráfica,—De lucida bajo todos conceptos resultó la velada literario-musical que la floreciente juventud Seráfica establecida en el Convento de San Francisco y dirigida por el Reve¬ rendo Fr. Alorda, celebró el domingo dia 16, en el hermoso y amplio salón que posee dicha juventud. Desde mucho antes de comenzar la velada ya estaban ocupadas todas las localidades, presentando el salón buen golpe de vista. Empezóse el acto, después de tocada la Sinfonía, con el drama en uri acto y en verso titulado «¡Viva España!» en la que desempeñaron un importante papel y se destacaron por su acertada labor los señores Pedro Reynés y Andrés Valls, que al final de la obra merecieron cálidos aplausos. A continuación el Presidente de la juventud don Vicente Guasp, recitó admirablemente las poesías «Don Alva¬ ro o la fuerza del sino,» original del Duque de Rivas y «S’ Hortet,» cosechan¬ do al terminar cada una de ellas muchas ovaciones. Luego el Presidente de la Cátedra de Declamación de la citada juventud don jerónimo Massanet, recitó magistral- mente recibiendo al terminar entusiastas aplausos, las poesías «Una visita» y «Gloses de Sant Cristòfol» originales de nuestro poeta mallorquín don Bar¬ tolomé Ferrá, A continuación el joven seráfico se¬ ñor Forleza, cantó cual él sabe hacerlo «Mi vieja» del Maestro Guerrero, sien¬ do ovacionado al final con entusiasmo. Seguidamente el distinguido y joven violinista don Felipe Pons juanes, tocó admirablemente, conquistando la aten¬ ción del distinguido público, Menuet 11, de Paderewsky, Fantasía de «11 Trovatore,» de Verdi y una hermosa pieza, de la que él es autor titulada «Petite Valse en La», que al final le valió cáli¬ dos y entusiastas aplausos, destacán¬ dose el señor Pons juanes como con¬ sumado artista. Después, y como final de fiesta se puso en escena el juguete cómico en dos actos «El pavo robado» mereciendo, lo mismo que el primer dia de su es¬ treno muchísimos aplausos todos sus actores sobresaliendo, empero, por su magistral labor los señores Antonio Valls, Francisco Segura y jerónimo Massanet. Muy complacida salió la selecta con¬ currencia de la velada, recibiendo tanto el Padre Director, junta Directiva y jo¬ venes actores muchas felicitacjones. Terminada la función se sorteó entre los asistentes varios objetos de arte. Roma. Órdenes sagrados: — En la capilla del seminario de la basílica ca¬ beza y madre del Orbe, S. juan de Letrán, día 19 del pasado enero recibió el Ostiariado y Lectorado Fr Bartolomé Nicolau, alumno de nuestro Colegio de la Inmaculada Concepción. El 16 de Febrero fueron ordenados: Fr. Bartolomé Nicolau de Exorcista y Acólito y Fr. Pablo Tous de Ostiario y Lector. Profesión Solemne:—El domingo 26 enero Fr. Pablo Tous Coll, natural de Bunyola, emitió los Votos Solemnes en la Iglesia de nuestro Colegio, en manos del Rvdmo. P. Arnaldo Rigo Min; Gen. Capítulo General de Peligiosas Fran¬ ciscanas.—Hijas de la Misericordia, Terciarias Franciscanas, han celebrado durante el pasado febrero. Capítulo Ge¬ neral según prescriben las Constitu¬ ciones. El día 5 y en la sesión que presidió nuestro amado Provincial M. Reverendo P. Fray Miguel Vidal, tuvo lugar la elec¬ ción de Superiora General de la Con¬ gregación que recayó en Sor Fermina Ferragut, quien desempeñaba en la ac¬ tualidad el cargo de Superiora en el Convento de Campos. El Consejo quedó formado por las siguientes religiosas: Primera Consi¬ liaria, Sor María del Sagrario Suñer. Segunda, Sor Coleta Sastre. Tercera, Sor María de la Victoria Sala. Cuarta Consiliaria y Secretaria, Sor Catalina El Heraldo de Cristo 45 del Corazón de M.® Bauza. Procura¬ dora, Sor Julia Coll. El Heraldo de Cristo da el más sincero y entusiasta parabién a las nue¬ vas elegidas pidiendo para la nueva Rdma. Madre General y su Consejo las bendiciones de Níro. P. S. Francisco. Nuevas Superioras. — Ha sido nom¬ brada Superiora de la Casa Noviciado de las Terciarias Regulares en Pina, la Muy Rda. M. Sor Micaela Ripoll, que ha regido hasta ahora la Congregación en calidad de Superiora General. Sor M.® del Olvido, Secretaria del Instituto durante los dos pasados se¬ xenios, pasa a Capdepera con el cargo de Superiora. También ocupará igual cargo en Cam¬ pos, Sor Társila, Superiora que era de la Casa Noviciado de Pina. Bendiga Dios a esas beneméritas re¬ ligiosas en sus nuevos destinos. NECROLOGIA Biniamar.—Dia 21 de enero de 1930 la entusiasta suscriptora de El Heraldo de Cristo, Catalina Garcías y Palou, de la dis¬ tinguida familia de Son Odre de Biniamar, falle¬ ció en Inca des¬ pués de recibir los Santos Sa¬ cramentos, a la tierna edad de 13 años. Por su carácter bonda¬ doso y afable se ganó las simpa¬ tías de las otras niñas y de cuan¬ tos la trataban. A lo último de su vida, no sólo ella se mos¬ traba resignada y contenta de morir para ir al cielo, sino que exortaba a resignarse a to¬ dos los presentes de su familia, especialmen¬ te a sus padres que la idolatraban. Reciba, pues, toda su familia nuestro más sentido pésame, especialmente sus padres y que el Señor les dé la resignación y fortaleza necesarias para sobrellevar tan sensible pér¬ dida. Inca.—Nos remite un amigo nuestro, des¬ de Inca, la siguiente necrología del llorado sacerdote de aquella población Rdo. D. Ma¬ gín Marqués (q. s. g. h.) «El triste tañido de la campana parroquial anunció en la mañana del 11 de febrero al vecindario de Inca la muerte del benemérito y conocido sacerdote Rdo. D. Magín Mar¬ qués Ferrer acaecida la noche precedente. Profundo sentimiento causó en todos la pérdida del Rdo. señor Marqués; pues, dada la excelente robustez física de que gozaba el finado, a pesar de sus 75 años nunca se esperaba un tan rápido y fatal desenlace. Fué por muchos años Vicario de la iglesia parroquial, cargo que desempeñó con tanto acierto y del agrado de toda la ciudad, que aún después de 22 años cumplidos de su re¬ nuncia voluntaria de dicha prebenda (ocurría esto a los finales de septiembre de 1907), aun se le conocía aquí y por los pueblos co¬ marcanos al nuestro, por «Es Vicari Matgí». Posteriormente, el Rdo. Sr. Marqués pres¬ tó las funciones de su sagrado ministerio, en la iglesia de S. Francisco y sus buenas apti¬ tudes para el canto del oficio divino y sus entusiasmos cantantes puestos al servicio del culto de aquella iglesia franciscana, fue¬ ron un elemento de gran valía para los Reli¬ giosos Terciarios Regulares, que pierden con esta muerte, no sólo a un desinteresado coadjutor, sino más bien, a un verdadero hermano. Fresca está todavía en la memoria de todos los inquenses, la brillante fiesta re¬ ligiosa, que con motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales, quiso celebrar precisamente en la indicada iglesia de San Francisco, el 29 del mes de diciembre del finido año 1929. 46 El Heraldo de Cristo Las muchas y generales simpatías que go¬ zaba en vida el veterano sacerdote, quedaron de manifiesto en el acto de la conducción del cadáver al cementerio, la noche del martes y en las honras fúnebres celebradas con toda pompa el miércoles en la Parroquial Iglesia por la numerosa concurrencia que de todas las clases sociales que a los mismos asistió. Descanse en paz el difunto, y reciba su fa¬ milia nuestro pésame. Biníali.—El día 22 de enero de 1930, fa¬ lleció a la edad de T6 años la jovencita Ter¬ ciaria de N. P. S. Francisco Margarita Pastor y Amengual, víctima de fiebre tifoidea, que le duró más de dos meses. Con su carácter jovial, bondadoso y afable y su discreción nada común en las de su edad, se hizo amar de cuantos la trataron. Piadosa y celosa de la gloria de Dios, mostró serlo en los cargos de Ayndante de coro de Hijas de María y de celadora del Corazón de Jesús. Afirman sus padres, que jamás en toda su vida les dió el más leve disgusto. Reciban sus desconsolados padres y demás familia nuestro más sentido pésame, espe¬ cialmente su hermana religiosa Terciaria Franciscana Sor Jerónima de Gracia, y que el Señor les dé fortaleza y resignación para sobre llevar semejante pena. Carriíxo.—Día 9 de febrero pasó a mejor vida en este pueblo la hermana Terciaria D.® Margarita Bordoy, a la edad de 74 años, confortada con los Santos Sacramentos que recibió con muchísimo fervor, ella misma pidió el Sacramento de la Extrema Unción, después de haber comulgado. Fué fervorosa Terciaria y ejemplar de ma¬ dres cristianas y educó a sus hijos en el te¬ mor de Dios. Se distinguió por su devoción a la eucaris¬ tía no perdonando fatiga para oir la Santa Misa y unirse con Jesús Sacramentado. Reciban su esposo e hijos nuestro sentido pésame. Pina.—Sor Eugenia Roca, religiosa Fran¬ ciscana, expiró plácidamente en el Señor el día 5 de febrero del presente año 1930, a los 78 años de edad y 49 de profesión re¬ ligiosa. Fué siempre muy amante de la santa po¬ breza y celosísima de la observancia de las Reglas y Constituciones. Devota de meditar la pasión de Jesucristo, hacía diariamente el Vía Crucis y durante toda su vida dió ejem¬ plos de virtud a todas las religiosas que con ella vivieron. Es Llombarís.—Sor Pacífica Mercadal, re¬ ligiosa Franciscana, falleció en el convento de «Es Hombarts» el día T.° de febrero del presente año de 1930, a los 74 años de edad y 48 de profesión religiosa. Toda su vida se distinguió por la observancia de la santa Re¬ gla y dió siem¬ pre cabal ejem¬ plo de sumisión a las ordenacio¬ nes de los Su¬ periores. Llena de celo de la gloria de Dios trabajó para infiltrar en el corazón de todos el espí¬ ritu de sacrificio que la animaba. Sufrió con suma resignación su larga en¬ fermedad y expiró plácidamente en el Señor besando con emoción el Crucifijo. (R. 1. P. A.) Dios haya acogido en su seno a estas dos beneméritas religiosas que tan amantes fue¬ ron desudivino EsposoJesús. (A.T.R.I.P. A.) El Heraldo de Cristo 47 BIBLIOGRAFÍA Pensamientos del Conde Oxenstirn. Versión española de María Manresa Togores. Fela¬ nitx. 1928. Imp. Vda. e Hijas de B. Reus, Acaba de sorprendernos agradablemente la aparición de esta obrita original del céle¬ bre estadista y Canciller sueco Oxenstirn, y vertida del francés al habla de Castilla por la novel escriptora de Felanitx María Manresa Togores. Es el conde Oxenstirn pensador profundo que expone con admirable precisión y fuerza de lenguaje, las ideas que sin impetuosidades ni violencias, sino mansamente, a manera de tranquilo pero caudaloso manantial brotan de su cerebro. El fin que se propone en sus escritos es el bien de sus semejantes. Instruye y moraliza. Descubre nuevos y dilatados horizontes al pensamiento, y llena de sano optimismo el corazón. Ameniza con frecuencia sus escritos con breves y curiosas narraciones que hacen en gran manera sugestiva la lectura. Harto era de desear que se divulgasen en nuestra patria tales obras y a ello habrá de contribuir poderosamente la pulcra traduc¬ ción que de Pensamientos ofrece al público la señorita Manresa. En su carta a manera de prólogo nos des¬ cubre la joven traductora lo que pudiéramos llamar proceso íntimo de su obra. Aprendió la lengua francesa durante sus años de colegiala en Pont d’ Inca. Aficionóse a ella. Han llegado a serle familiares Mon¬ taigne, Bossuet, Francisco de Sales, Guido de Maupassant, Fenelón y otros buenos au¬ tores. La circunstancia de residir en el faro de Porto-Colom, al lado de sus señores pa¬ dres, y apartada, por ende, del tráfico y ruido de las ciudades y hasta de muchas relaciones inútiles de sociedad, ha favorecido sus ele¬ vadas aficiones. Conocedor de ellas, un respetable sacer¬ dote amigo de su familia, tiene para con ella la delicada atención de obsequiarla con dos volúmenes, parte de las obras del Conde Oxenstirn, que llevan por título «Pensamien¬ tos, máximas y reflexiones morales.» De la lectura atenta y reposada de tan ingenioso trabajo, surgió en su mente la idea de reco¬ ger en un tomo, traducidos al castellano, los fragmentos de más exquisito sabor moral y mayor utilidad práctica encierran para el espíritu. La noble tarea de la señorita Manresa To¬ gores ha sido coronada por el éxito. Su libro es un ramillete de fina cultura intelectual. La gracia y el ingenio que chispean los pensa¬ mientos del sabio consejero de reyes, no se desvanecen, antes resaltan y conservan su vigor al pasar a una lengua diferente de aque¬ lla en que el autor los expresara. El pequeño cuanto substancioso volumen está dedicado a nuestro amigo y suscriptor el Rdo. don Mateo Togores, Párroco de Esporlas, figura prestigiosa del clero mallorquín, No pertenece la traductora de «Pensamien¬ tos» a la falange, hoy por desgracia numero sísima, de las que malbaratan vida y talentos en devaneos y superfluidades. No divaga inútil «lluny de les sanes amistats que imposen noble fatiga.» Junto a la mar inspiradora de las grandes ideas y a al fulgor del faro luminoso, pasan ante sus ojos ávidos las páginas más lumi¬ nosas aún de autores selectos. Brindamos este bello ejemplo a la juventud de nuestra tierra y nos complacemos en au¬ gurar los más halagüeños éxitos a la señorita Manresa y Togores que comienza su carrera literaria regalándonos con tan preciosa mues¬ tra de su ingenio y actividad.—Fr. J. Rosselló. Las Fuentes históricas de la Reconquista de Mallorca por Antonio M.® Alcover. Madrid. Tipografía de Archivos Olózaga 1.-1930. A instancias de sus compañeros de la Junta del VII Centenario de la Reconquista de Mallorca acaba de publicar el culto Deán de nuestra S. 1. C. B. el folleto de 32 páginas cuyo título encabeza estas líneas. El fin primordial que, según manifiesta, se 48 El Heraldo de Cristo propone el autor, es mostrar a sus coterrᬠneos el camino para llegar al conocimiento exacto y sólido de aquel acontecimiento que inmortalizó al joven^ Rey Jaime I de Aragón) redimiendo nuestra Isla del yugo sarraceno y plantando de nuevo en la bella Mallorca el árbol sagrado del Gólgota. , Enumera las fuentes históricas siguientes: la Crónica de Jaime I, apellidada Libre deis Feyts esdevinguts en la vida del molt Alt senyor Rey En Jaume lo Conqtieridor; la Crónica de Bernardo Desclot; la de Ramón Muntaner; la del dominico fr. Pedro Marsili; el Llibre del Repartime7it, la Carta de Franqueza de i.° de marzo de 1230, y finalmente nuestros Archi¬ vos: Histórico, Capitular, Audiencia, Real Patrimonio y Protocolos, como también el de la Corona de Aragón, en Barcelona, famo¬ so entre todos los eruditos del mundo. Los datos que aporta en la reseña de cada una de las fuentes que le ocupan son abun¬ dantes, en extremo interesantes y fruto de pacientes investigaciones. Al felicitar al erudito autor, le agradecemos el ejemplar que nos ha remitido. —En Gabriel Perelló i Franch ens ha feta mercè, que agrahim, de un exemplar de la seva obra que ha editat a la Ciutat nosti aque se titula <i.Naixament de Jesús i Adorado deis Pastors i Reis a Betlhem.» Es un altre dramet deis que venen a omplir el buit que tots planyíem de representacions fetes amb delicadesa i gracia per la tempo¬ rada nadalenca. L’obra d’En Perelló i Franch va dividida en quatre actes i dos quadres. Está escrita en prosa i en vers i té de dalt a baix tot 1' es¬ caient familiar e íntim que exigeixen els temes. Recomenám el Ilibre ais Directors de Col¬ legis i de Associacions de tota mena, i les auguram ja desde ara, hores divertides i èxits complerts. Obra nueva — Dc la Eucaristía a la Trini¬ dad. Por el P. M. V. Bebnadot, O. P. Tra¬ ducción del francés por el P. Eduardo Agui¬ lar Donis, O. P.—Un volumen de 8 X 13 1/2 cm., de 156 páginas. En rústica, Ptas. i. (Por correo, certificado, Ptas. o‘20 más)—Luis Gili, editor, Córcega, 115, Barcelona, Apar¬ tado 415. El Sacramento del altar es el gran misterio de nuestra fe católica, que encierra maravillas sin fin que nunca agotará el entendimiento humano. Y es además el manjar de nuestras almas, que tienen que vivir la vida comunica¬ da por Cristo Jesús a todos los redimidos. Por ese sacramento vivimos los cristianos, y todo cuanto se ordene a descubrir sus maravillas, a enaltecer sus grandezas, a despertar su ve¬ neración en las almas que le reciben, es llevar a Cristo verdaderos adoradores en espíritu y en verdad. Son muchas las almas que diaria¬ mente comulgan, pero son pocas las que tie¬ nen de este sacramento el conocimiento que su grandeza requiere para ser recibido con fruto. A estas almas se ofrece el presente librito, que es todo doctrina eucarística inteligente y afectuosa, que ganará simpatías en cualquiera que le lea, y se hará su compañero insepara¬ ble, que preparará su alma y su corazón antes de acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, y le enseñará a dar rendidas gracias por favor tan admirable. Estamos seguros que ha de te¬ ner tantos propagandistas cuantas sean las personas que lo conozcan, y su difusión en España alcanzará el gran éxito que ha conse¬ guido en Francia, donde su autor goza de me¬ recido prestigio en cuestiones ascéticomísticas. No debe faltar en ninguna Comunidad re¬ ligiosa, y el mejor obsequio que puede hacer¬ se a una persona es ofrecerle este librito, que ha de constituir una" joya de literatura euca^ rística. LUISA RUIZ DE POVEDA PROFESORA DE PIANO Pedro Alcántara Peña, núm. 24 (ensanche) (esquina a Luis MartO ¿Quiere Vd. calzar cómodo y elegante? ¿por un precio módico dar una nota de distinción? 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