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Año XX

Palma de Mallorca, Diciembre de 1928

Núm. 235

EL HERALDO DE CRI5TO desea a iodos sus amablts suscripiores
y lectores la abundancia de aquella paz y júbilo celestial que anunciaron ios ángeles a los pastores de las cercanías de Belén

178

El Heraldo de Cristo

El Séptimo Centenario de la Canonización de San Francisco
1228-1928

No es de maravillar que por la Silla Apostólica se encareciese de una ma¬
nera tan efícaz ia devoción a/Poverello.
Así el Santo Fundador como la glo¬ riosa pléyade de hijos suyos han obte¬ nido las alabanzas y el favor de los
Pontífices en cambio de la obediencia y sumisión sincera, rendida, filia!, que
han prestado a la Santa Iglesia Ro¬
mana.
Ya Tomás de Celqno afirmaba en los comienzos de la Orden que a la inque¬
brantable adhesión de la familia de
Francisco de Asís a la Iglesia Romana, se debe la prerrogativa de especial amor y el cuidado paternal que ésta sin cesar le otorga.
Nada importa que ciertos historiado¬ res modernos— , mejor diríamos mo¬ dernistas—, se esfuercen en presentar
al Patriarca de Asís como un precur¬ sor de la reforma protestante.
<íLa Santa Sede, escribe Sabatier, de¬
bía encontrarse muy perpleja ante ese hombre extraño, cuya fe y humildad se imponían, al cual, empero, no se podía
inculcar la obediencia eclesiástica »
La mala fe de este autor es a todas
luces evidente.
Celano, contemporáneo de nuestro Santo afirma de él que veneraba a los sacerdotes y a todo el orden eclesiástico con un amor verdaderamente filial ^ (1).
Cuando Pedro Bernardón, que no compartía con su hijo el anhelo de abra¬ zar la perfección evangélica, le mani¬ fiesta su decidido propósito de llevarle ante el Consejo de Asís, Francisco ex¬ clama lleno de santa resolución: <¡-lré y veré al Señor Obispo, él es el Padre y
Director de las almas.-»
Mas tarde, apenas contempla reuni¬ dos en torno de sí a los primeros discí¬ pulos, se apresura, a fuer de prudente y celoso maestro de novicios, a inculcar¬ les el respeto y sumisión al Vicario de Cristo, hablándoles de este modo: «Fler-
manos míos, veo que el Señor en su mi¬ sericordia quiere propagar nuestra aso¬ ciación. Vayamos, pues, a nuestra Ma-
(1> C. 65, 10,

dre, la Santa Iglesia Romana, demos a
conocer al Soberano Pontífice ¡o que
Dios a tenido a bien comenzar poi no¬
sotros; y ajustaremos nuestra conducta a su beneplácito, consejos e instruc¬
ciones. »
No contento con esto, para más es¬ trechar los lazos que le unen a él y a su Orden con el Romano Pontífice, supli¬
ca a Inocencio 111, a quien promete de hinojos re verenda y obediencia perpe¬ tua, se sirva designarle al obispo de
Ostia como Cardenal Protector. Accede
benignamente el Papa a su petición y, en su Regla, el Santo Fundador ordena por obediencia, a los Ministros, que pi¬ dan al señor Papa uno de los Cardena¬ les de la Santa Romana Iglesia, el cual
sea gobernador, protector y corrector de esta Fraternidad, a fin de estar siem¬
pre sumisos y sujetos a los pies de esta Santa Iglesia Romana.
En la Regla primera, después de in¬
vocar el nombre de la Santísima Trini¬
dad, escribe: «Esta es la vida que Fray Francisco pidió le concediese y confir¬ marse el Señor Papa Inocencio Jll: el
cual (vivae vocis oráculo) la concedió y confirmó para sí y sus frailes, presen¬ tes y futuros. Fray Francisco y quien
fuese cabeza de esta Religión, promete obediencia y reverencia al Papa Inocen¬
cio y a sus sucesores.»
Ahondemos un poco en la psicología del Poverello y echaremos luego de ver tal fondo de sencillez, humildad y abne¬ gación propia, que por necesidad ten¬ drá que desvanecerse toda duda acerca de su obediencia y perfecta sumisión a la autoridad de la Iglesia.
La vanidad, la rebelión, el afán des¬
medido por los bienes efímeros de esta vida y la independencia y emancipación de las leyes y de toda obligación, son los frutos emponzoñados de la infecta
raiz de la soberbia.
Ahora bien: El autor de la Imitación
retrata muy al vivo a! Penitente de Asís, con una expresión sola: «Humilis Sanc¬
tus Franciscus. El humilde San Fran¬
cisco.»

El Heraldo de Cristo

179

Lleno de la ciencia de Dios e investi¬
do del espíritu de Nuestro Señor Jesu¬ cristo, reputábase a si propio como la más vil de las criaturas, como el más
abominable pecador.
Pocos documentos de su vida serán
más a propósito para inyectar un chorro de esplendente luz en la cuestión que
vamos tratando, que una cláusula del
célebre testamento del Santo: «Y si yo tuviese tanta sabiduría cuanta tuvo el
sapientísimo Salomón, y hallase ios sa¬ cerdotes pobrecillos de este mundo en las iglesias en que moran, no quiero predicar contra su voluntad. >
Es más: Hasta tal punto llegaba su docilidad a todos los que de alguna autoridad están in vestidos en la Iglesia, que solía repetir a ios predicadores de
su Orden: Somos enviados para ser
auxiliares del clero y ayudarle en su ministerio espiritual. »
Qué mucho que un varón tan extraor¬ dinario, que a su obediencia perfectísima Juntaba la práctica de todas las de¬ más virtudes evangélicas, y que, si bien formado con nuestro légamo, parecía tener alas de serafín con que remontaba el vuelo hacia las alturas y penetraba
en los misteriosos arcanos de la Divi¬
nidad; qué mucho que un prodigio tal de humildad, que a pesar de ser el crea¬ dor de un instituto religioso y haber
sido condecorado con las señales de la
Pasión y elevado por el amor a ia al¬ curnia de los espíritus bienaventurados, pide un religioso por guardián y se su¬ jeta a él como el último de los no vicios;
qué mucho, repetimos, que el esposo de la Pobreza y el suave cantor de sus ine¬ fables encantos, elPatriarca de una feliz
y numerosa falange de pobres volunta¬ rios, y e! restaurador de la Iglesia ame¬
nazada de inminente ruina, se concilla¬
se la benevolencia, o mejoi, la predi¬ lección de ios Pontífices, en tanto grado, que no se encuentra en ios anales del cristianismo santo alguno que haya ob¬ tenido las delicadas muestras de cariño,
los honores y preeminencias que por la Santa Sede fueron otorgados al Tauma¬ turgo de Asís?
Las turbulencias políticas por que atravesaba Italia, impidieron que pudie¬ ra Gregorio IX tomar parte en el solem¬ ne acto de trasladar las reliquias de San

Francisco desde la iglesia de San Jorge
a la suntuosa basílica construida para
sepulcro del siervo de Dios. El corazón del Pontífice, empero, voló a la ciudad de Asís, y queriendo demostrar con las obras cuanto amaba ai Poverello, envió
a tres Legados suyos que le representa¬ sen en aquella solemnidad, y enriqueció
la tumba del Siervo de Dios con mag¬ níficas ofrendas..
Hizo más: a ios regalos agregó una Letra dirigida a los Frailes Menores en la cual descubre de nuevo, el augusto anciano, ei afecto entrañable que le unía a su amigo y cuanto confiaba, para re¬ medio de los males que afligían su es¬ píritu, en la intercesión del Santo.
i-En medio de las tribulaciones que nos abruman, tenemos motivos de ale¬
grarnos y dar gracias a Dios, pensando en ¡a gloria otorgada al Bienaventurado Francisco, padre nuestro y vue stro, o tal vez más nuestro que vuestro.a
Nos sentimos cada vez más nima-
dos a publicar las alabanzas de este
gran Santo en la persuasión de que, así como nos profesó ternísimo afecto en el mundo, se dignará amarnos aún más ahora que se halla unido a Jesucristo, y continuamente rogará por nosotros.
Y espertamos también, que vosotros, por él engendrados para este Cristo Se¬ ñor y constituidos por él en herederos de las riquezas de su extrema pobreza, vosotros a quienes amamos entrañable¬ mente con vivo deseo de procurar el ma¬ yor bien de vuestra Orden, esperamos, digo, que tendréis a bien dirigir al cielo vuestras plegarias para obtenernos de Dios que las tribulaciones presentes re¬ dunden en provecho de nuestra salud.
Ante documentos pontificios como el que acabamos de transcribir, ¿quien no reconoce en Francisco de Asís ai hijo predilecto del Vicario de Jesucristo? Y
ante los inflamados melifluos acentos
del devotísimo y preclaro Gregorio IX, ¿habrá uno siquiera, entre los hijos del encarnado Serafín, que no sienta reavi¬
vársele la llama del amor hacia el por¬
tentoso y dulce Poverello?
Fray J. Rosselló, T. O. R.
Palma, 25 noviembre 1928.

180

El Heraldo de Cristo

A LA VIRGEN MARIA

Tu nombre es el más grato que guarda la memoria, tu imagen la más bella que encierra el corazón, tesoro de enseñanza tu peregrina historia, asombro de los cielos tu pura Concepción.
Los astros refulgentes coronan tu cabeza; los Ángeles, absortos, te alaban sin cesar, y Dios desde su trono, bendice tu pureza, y admira complacido tu gracia singular.
A Ti las flores bellas envían sus aromas
sus luces las estrellas, los bosques su rumor, los pájaros su canto, su arrullo las palomas, su fe los corazones, los Angeles su amor.
Radiante Sol de dichas, de amor y de esperanza. Tú ahuyentas de los males la triste lobreguez y en las tormentas eres aurora de bonanza, y en el desierto, oasis, que rompe su aridez.
y te formó tan bella la mente creadora
y quiso tantas gracias en tu alma atesorar, que tu eres de los hombres purísima Señora y reina de los cielos y estrella de la mar.
jamás el hombre olvida tu maternal cariño, desde la alegre cuna te llama en su niñez, te invoca luego siempre con el afán de un niño y al borde del sepulcro te invoca en la vejez.
Perdona que a ensalzarte mi torpe voz no acierte, y afírmame en la gracia que siempre te pedí: vivir para adorarte, amarte para verte, y ambicionar la muerte para volar a Tí.

El Heraldo de Cristo

181

DE

CARTA ENCICLICA
NUESTRO SANTISIMO PADRE
POR LA DIVINA PROVIDENCIA

PIO

PAPA XI

Acerca de la necesidad de fomentar los estudios orientales

(conclusión)
Glorioso impulso del actual Pontificado
Sin embargo, no era leve obstáculo para el desarrollo de esta providencial institución el hallarse situada, aunque cerca del Vaticano, pero demasiado le¬ jos de la parte más habitada de la ciudad. Esta fué la razón de que Nos, queriendo
realizar en los comienzos mismos de
Nuestro PontiScado lo que Benedicto XV había proyectado, ordenásemos que el
Instituto Oriental se trasladase al mismo
edificio del Instituto Bíblico, al cual tan¬
to se asemeja aquél por sus fines y por la calidad de sus estudios; pero de ma¬ nera que permaneciese separado y con propósito Nuestro de darle casa propia, apenas lo permitiesen las circunstancias.
Además, para que en adelante no lle¬ gase nunca a faltar un cuerpo de profe¬ sores aptos para la enseñanza de las ciencias orientales, y juzgando que esto se podría lograr más fácilmente si se confiaba tan importante empresa a una Orden religiosa, escribimos Nuestra carta (7) de 14 de septiembre de 1922 al Prepósito General de la Compañía de Jesús, ordenándole que por el amorque tiene y por la obediencia debida a la Santa Sede y al Vicario de Jesucristo, tomase sobre sí, a todo trance, toda la
administración del Instituto, si bien con
estas condiciones: que conservandoNos y Nuestros sucesores la dirección su¬ prema, tocase al Prepósito General de la Compañía de Jesús suministrarsujetos idóneos para los dificilísimos cargos de Prefecto y profesores; y que en todo tiempo por sí mismo o por medio del Prefecto, propusiese a la aprobación Nuestra y de Nuestros Sucesores las personas que designase para las diferen¬ tes cátedras del Instituto y, en fin, con¬ sultase cuantas providencias pareciesen provechosas a la conservación y al flo¬

recimiento cada vez mayor del mismo
Instituto.
Al cumplirse, pues, los seis años des¬ de el día en que no sin algo de divina inspiración. Nos plugo tomar estas re¬ soluciones, justo es demos a Dios en¬
trañables gracias por los felicísimos frutos que han coronado Nuestros es¬ fuerzos. Porque en efecto, aunque por la naturaleza misma del Instituto, el nú¬
mero de alumnos y de oyentes no es, ni será nunca, muy crecido, pero tampoco ha sido tan exiguo que nogozemos al ver unafalange tan vigorosa de hombres que va creciendo cada día más, los cuales,
no tardando, podrán salir del recinto de este gimnasio a campo abierto, provis¬ tos de tal tesoro de ciencia y de piedad que les permita esperar no pequeños
triunfos en bien de los Orientales.
Y aquí, después de elogiar vehemente a los Ordinarios, Obispos y Superiores de Ordenes religiosas que secundando de buen grado Nuestros deseos, desde
los más diversos países y naciones*
desde el Oriente y desde el Occidente,
ha enviado a Roma sus sacerdotes para
que se instruyesen en las cosas orienta¬ les; y después de exhortar a los Supe¬
riores de las demás Instituciones más di¬
fundidas por el mundo a que imitando tan hermoso ejemplo cuiden de enviar, para formarse en las aulas de este Nues¬ tro Instituto Oriental, a los alumnos que hallen más aptos y más aficionados a es¬ tos estudios, después de esto, dejadnos. Venerables Hermanos, que os traigamos
a la memoria el tema no hace mucho
tratado por Nos con mayor amplitud en
la Encíclica «Mortalium animos».
¿Quién puede ya ignorar cuán fre¬ cuentemente se habla y se discute acerca de la realización y fomento de una cierta
unión entre todos los cristianos, unión
totalmente opuesta al espíritu de Jesu¬ cristo, fundador de la Iglesia? ¿Quién

182

El Heraldo de Cristo

no tendrá ya noticia de las disputas que con frecuencia surgen en muchísimas partes, sobre todo de Europa y América, disputas de gravísima importancia, como que en ellas se traía de los pueblos orientales, así de los unidos con la Igle¬ sia Romana, como de los que todavía están separados de ella? Pues bien; aun¬ que los alumnos de nuestros Semina¬ rios, gracias a la instrucción que acerca
de los errores de los Herejes reciben
durante todo el curso de sus estudios,
instrucción muy digna, en verdad, de ser celebrada, saben descubrir y refutar fᬠcilmente las capciosas argumentaciones de dichos hereies, pero no están, a lo menos de ordinario, tan pertrechados de doctrina que puedan dar seguro pa¬ recer en cuestiones de cosas y costum¬ bres de los orientales, o de sus legíti¬ mos ritos, tan merecedores de conser¬
varse religiosamente dentro de la cató¬ lica unidad, temas todos estos de tan
gravísima trascendencia, que requieren especiales y muy cuidadosos estudios.
Por tanto, no debiéndose ;en manera
alguna descuidar nada que parezca fa¬ vorable para conseguir la ajustadísima unión de tan ilustre parte de la grey cristiana con la verdadera Iglesia de Jesucristo, o para fomentar una mayor caridad hacia aquellos que, aun con ri¬
tos diferentes, están intimamente unidos
por sus doctrinas y sentimientos con la Iglesia Romana y con el Vicario de Cristo, vehementemente os exhortamos
y conjuramos. Venerables Hermanos, a que cada uno de vosotros designe si¬ quiera a uno de vuestros sacerdotes, que bien versado en las cuestiones orientales, tenga suficiente preparación para instruir en ellas a los alumnos de
cada Seminario. Bien sabemos, cierta¬
mente, que la creación de una Facultad especial de Estudios Orientales, corres¬ ponde más bien a las Universidades Ca¬ tólicas; y de todo corazón Nos congra¬ tulamos de que este deber haya comen¬ zado a cumplirse con Nuestro propio consejo y apoyo, en París, Lovaina y Lille; como asimismo Nos complace el
que en otros varios centros de estudios teológicos se hayan fundado hace poco
cátedras de estas ciencias orientales,
aun a expensas del Estado, y con el consentimiento y exhortación de los

Obispos. Pero no será difícil hallar para cada Seminario de Teología algún pro¬ fesor que junto con las materias de his¬ toria, de liturgia o de derecho canónico, pueda explicar siquiera algunos de los
elementos de los estudios orientales. De
este modo, volviéndose la inteligencia y
el corazón de los alumnos hacia las tra¬
diciones y los ritos de Oriente, se segui¬ rá necesariamente un provecho no es¬ caso, no sólo para los Orientales, sino aun para los mismos alumnos, que ad¬ quirirán, como es natural, un conoci¬ miento más profundo de la Teología ca¬ tólica y de la disciplina latina, y además
se encenderán en más vivo amor hacia
la verdadera Esposa de Cristo, al admi¬ rar su maravillosa belleza, y su unidad
en la variedad misma de los ritos, res¬
plandeciendo con luz en cierto modo más fúlgida.
Al considerar, pues, todos estos bie¬ nes que granjeará la causa cristiana con la formación de los jóvenes, arriba des¬
crita, hemos juzgado deber Nuestro no reparar en fatigas con tal de dar al Insti¬ tuto Oriental, por Nos así confirmado, una vida no sólo segurísima, sino en cuanto sea posible, cada vez más flore¬ ciente en continuos progresos. Por lo cual, apenas pudimos asignaros a dicho Instituto casa propia junto al templo de Santa María la Mayor, en el Esquilino, y empleamos con preferencia en la compra y reforma del Convento de San Antonio un donativo que habíamos recibido de la generosidad de un munificante Prelado, pasado no ha mucho a mejor vida, y de un piadoso caballero de los Estados Unidos de Norteamérica, para los cuales donantes deseamos y pedimos la más colmada recompensa de los premios ce¬
lestiales.
Cooperación española.—Exhortación
Y no se debe pasar en silencio la ayu¬ da que de España hemos recibido para la construcción, en la nueva casa del
mismo Instituto, de una más amplia y más decorosa Biblioteca. Elogiado este ejemplar rasgo de liberalidad. Nos que por la práctica y la experiencia adquiri¬ das durante los muchos años que fuimos
Prefecto de las Bibliotecas Ambrosiana
y Vaticana, comprendemos bien cuánto importa proveer a esta nueva biblioteca

El Heraldo de Cristo

183

de aquellos medios donde como en ve¬ neros ocultos, y aun tal vez ignorados, pero riquísimos, puedan los Profesores y alumnos hallar fácilmente noticias y datos sobre el mundo oriental y difun¬ dirlos para pública utilidad. Nos deci¬ mos, sin desmayar por las dificultades, , que prevemos han de ser muchas y gra¬ ves, atenderemos con todas Nuestras
fuerzas a recoger cuanto se refiera a las regiones, costumbres, lenguas y ritos orientales, y agradeceremos entrañable¬ mente que cuantos sienten devoción ha¬ cia el Vicario de Cristo, Nos ayuden se¬ gún sus fuerzas, a realizar obra tan grande, con ofertas de dinero, de libros, códices, dibujos, pinturas, o cualesquie¬
ra oíros documentos o muestras del
Oriente cristiano.
De aquí se seguirá, como esperamos, que las naciones orientales, al ver, con sus propios ojos, tantos y tan espléndi¬ dos monumentos de la piedad, de la cien¬ cia y del arte de sus antepasados, cono¬ cerán, por lo mismo, cuánto honra la Iglesia Romana a la verdadera, legitima y perenne «ortodoxia», y con cuánto celo la conserva, defiende y propaga. Por todo lo cual, convencidos, según es de esperar, como por el más fuerte de los argumentos, sobre todo si al mutuo in¬
tercambio de estudios se añade el im¬
pulso de la caridad de Cristo, la mayor parte de Orientales, reflexionando sobre sus antiguas glorias y deponiendo todos sus prejuicios ¿no se habrán de apresu¬ rar por volver a aquella ansiadísima unidad, fundada en una profesión de fe,
no ya incompleta y mutilada, sino ínte¬ gra y sincera, tal como conviene a los
verdaderos adoradores de Jesucristo,
que han de estar unidos en una sola grey, y debajo de un solo Pastor?
Plan de estudios y trabajos del Instituto Oriental
Por tanto, mientras con deseos y ora¬
ciones pedimos a Dios que presto albo¬ ree día tan dichoso, útil será. Venera¬
bles Hermanos, indicar, aunque sea bre¬ vemente, el método que Nuestro Instituto
Oriental secundando Nuestros deseos,
aplica en la actualidad, a sus trabajos y enseñanzas, para conseguir un fin tan importante. Los estudios a que atienden diligentemente los Profesores son de dos géneros: uno, restringido, digámos¬

lo así, al ámbito de las aulas y paredes domésticas; otro, que sale a la luz con la publicación de documentos del Orien¬ te cristiano, jamás publicados hasta ahora, u olvidados por injuria de los
tiempos. Pues bien. Por lo que hace al primer
género o formación de jóvenes, además de la teología dogmática de los disiden¬ tes, de la explicación de los Santos Pa¬ dres orientales, y de cuanto abraza la
introducción científica a los estudios
orientales, o la historia, la liturgia, la arqueología y demás materias sagradas e idiomas propios de aquellas naciones, recordamos con gusto y preferentemente que por fin hemos podido añadir al estu¬
dio de las instituciones bizantinas el de
las islámicas, cosa tal vez jamás oída hasta nuestros tiempos en las Universi¬ dades romanas. En efecto; por singular beneficio de la divina Providencia, he¬
mos podido confiar esta cátedra útilísi¬ ma a un profesor, que siendo turco de origen, y habiéndose por divina inspira¬ ción convertido al cristianismo, y orde¬ nándose de sacerdote después de largos estudios. Nos pareció aptísimo para en¬ señar a cuantos hubiesen de ejercitar los
sagrados ministerios entre sus compa¬ triotas, el modo de tratar con buen éxito
la causa de Dios, uno e indivisible, y de la ley evangélica, así con los menos ins¬ truidos como con las personas más,
cultas.
No son de menor importancia para propagar el catolicismo y conseguir la legítima unidad entre los cristianos, las obras que se publican gracias al trabajo y estudio del Instituto Oriental. Así por ejemplo: los volúmenes liíulados«Orieníalia Christiana», dados a luz estos últi¬
mos años—los más por Profesores del Instituto mismo, y oíros trabajados gra¬ cias a los consejos del Instituto, por per¬ sonas estudiosas, muy versadas en co¬ sas orientales—ora exponen las condi¬ ciones antiguas o modernas de este o aquel pueblo, desconocidas casi siempre por los nuestros; ora con documentos hasta ahora inéditos, proyectan nueva luz sobre la historia religiosa del Orien¬ te o narran las relaciones de los monjes
orientales, y aun de los mismos Patriar¬ cas, con esta Sede Apostólica, y las providencias de los Pontífices Romanos

184

El Heraldo de CrisTó

para proteger los derechos y los bienes de aquéllos; ya confrontan y aquilatan
con la verdad católica las afirmaciones
teológicas de los disidentes acerca de la Iglesia y de los Sacramentos, o ya ilus¬ tran y comentan códices orientales. En fin, para no alargarnos más en la enu¬ meración, baste decir que no hay cosa enlazada con las doctrinas, la arqueolo¬ gía y demás ciencias sagradas, o relati¬ va de algún modo a la cultura orientalcomo, por ejemplo, los vestigios de la civilización griega conservados en la Italia meridional—, que a los autores de estas obras les parezca ajeno de sus diligentisimos estudios.
Firmísima esperanza
Siendo, pues, todo esto así, ¿quien habrá que al ver tanto peso y número deobras emprendidas especialmente en provecho de los Orientales, no sienta
crecer en su corazón la firmísima espe¬
ranza de que el benignísimo Redentor de los hombres. Cristo Jesús, apiadado de la triste suerte de tantos hombres, ex¬
traviados del recto camino ha tanto
tiempo, querrá al fin, secundando Nues¬
tros esfuerzos, traer de nuevo sus ove-
juelas al único redil y bajo el cayado de un solo Pastor? Y ello mayormente, ha¬ biéndose conservado religiosamente tan
grande parte de la divina Revelación en¬ tre dichos pueblos y floreciendo todovía
en ellos una sincera adoración de Nues¬
tro Señor Jesucristo, un singular amor y piedad hacia la purísima Madre de Dios, y hasta el uso de los Santos Sacramen¬ tos. Por eso, habiendo Dios, en su bon¬
dad, dispuesto servirse del ministerio de los hombres, y en especial de los sacer¬ dotes para completar la obra de la Re¬ dención, ¿qué resta ya. Venerables Her¬ manos, sino insistir en rogaros y alen¬ taros, con la mayor vehemencia que po¬ demos, a que unidos Nos, no sólo con¬ vengáis en ideas y sentimientos, sino además apliquéis también vuestros es¬ fuerzos y fatigas a conseguir que albo¬ ree más pronto el día, durante tantos si¬ glos anhelado, en el cual podamos cele¬ brar el regreso, no de unos pocos sola¬ mente, sino de la inmensa mayoría de Griegos, Eslavos, Rumanos y demás naciones orientales, a la prístina unión

con la Iglesia Romana? Al reflexionar sobre lo que Nos, con la ayuda de Dios, hemos emprendido e intentamos concluir para apresurar tan consolador suceso. Nos parece que podemos compararnos con aquel padre de familia al cual Jesu¬ cristo nos lo pinta rogando a los invita¬ dos a la cena «que viniesen, porque todo , estaba ya preparado.» (San Luc., XIV, 17.) Aplicando estas palabras a nuestro
caso, ardientemente os exhortamos a
todos en general, y a cada uno de voso¬ tros en particular, a que favoreciendo
con toda clase de auxilios los estudios
orientalistas, unáis vuestros esfuérzos
con los Nuestros para llevar a cabo em¬ presa tan grande. De esta manera apar¬ tados por fin todos los impedimentos que se oponen a la deseadísima unión, y amparándonos la Santísima e Inmacu¬ lada Virgen, Madre de Dios, y los San¬ tos Padres y Doctores del Oriente y Oc¬ cidente cristianos, podremos un día abrazar, en su regreso a la casa paterna, a los hermanos e hijos, separados ha tanto tiempo de nosotros, en adelante
unidos estrechísimamente todos por
aquella caridad que se funda, como en firmísimo cimiento, en la verdad y en la íntegra y total profesión de la ley cris¬
tiana.
A fin, pues, de que Nuestros intentos consigan felicísimo éxito, como augurio de los celestiales dones y en testimonio de Nuestra paternal benevolencia, a vo¬ sotros, Venerables Hermanos, y a los fieles confiados a vuestro celo, os con¬ cedemos muy afectuosamente la Apos¬
tólica Bendición.
Dado en San Pedro de Roma, el día 8
del mes de septiembre, fiesta de la Nati¬ vidad de Nuestra Señora, del año 1928,
séptimo de Nuestro Pontificado.
Pío Papa XI
(1) Denifle-Chatelein, Chartul. Univ. París. 1.11. n. 857
(2) Mansi, t. XXIV, col. 128.
(3) Opus maius, pars lerlia.
(4) Dcniflc-Chatclain, Charíul, Univ. París., t. II. nú¬
mero 695.
(5) Benedictus PP. XV. Motu proprio Orientis catho¬ lici, XV Octubris MCMXVil {Acta. Ap. Sedis, IX (1917), n. 11, pp. 531-533).
(6) Benedictus PP. XV. Licterae Apostolicae Quod A'obis, XXV Septembris MCMXX {Acta Ap. Sedis. XII (1920), n. 11, pp. 440-441).
(7) Decessor Noster {Acta Ap. Sedis, XIV, (1922), n. 15, pp. 545-346).

El Heraldo de Cpistó

m

L' amor va teñí un desvari
i el desvari del amor
posá a Deu dalt el Calvari i Deu mor pel pecador.

Mes 1’ amor té un nou desvarí i el desvari del amor
de la Verna feu Calvari,de Francesc nou Redemptor.

En la ierra a Deu fa guerra
el pecat arreu, arreu;
mes s’ uneixen cel i terra
quant s’ uneix Deu a la creu.

Per la serp enganyadora
els homes eren tacats.
1 la corda redemptora
de Francesc els ha salvats.

Creu qui s’alça triomfanta come signe de salut: Creu qui té la virtut santa d’aixecar 1’ home caiguí.
**

Àn aquest cordó s’aferra el pecador amb anhel i se ’n puia de la terra
de núu en núu fins al cel.

O dolça corda nuosa pura i blanca com la neu!
Sies 1’ anella amorosa
qui nos lligui al mateix Deu.

Fra Pau Tous i Coll, franciscà

Octubre de 1928

186

El Heraldo de Cristo

La Tercera Orde Secular Franciscana a Mallorca
(Continuació)

ViacrUCiS

Mes, ja no era tan sois en

públic nombre que creixia llavors la
Tercera Orde de Sant Francesc

de Palma. La pietat del nostres germans

majors tornava práctica. El seu fervor relF

5)P.giósanavaenaument. Essent Visitador d'aqueixa Germandat el Pare Pere d'Acosta (1), portugués, que desde
jovincell visqué a Mallorca, els terciaris amb les degudes decencies implantaren per dins
els carrers de Ciutat les estacions del Via-
crucis, i tots els anys per la Setmana Santa, formats en llargues fileres recorrien la Via>* sacra. An aquell acte, a fi de aficionar-hi la gent, li donaven tot l’explendor possible.
La Comunitat franciscana hi assistia peus
descalços (2), i els terciaris hi anaven ves¬ tits de penitencia portant insignies de mar¬ tiri de la Passió de Crist (3). A cada una de les Estacions hi feia breu i escaienta plática (4) un dels millors predicadors de l'Orde (5).
Sens dupte era solemne i ben interessant, puix veig en la Crónica del P. Antoni Oli¬ ver (6), que hi concorrien fins i tot el Capi¬
tol Catedral i els Jurats ademés d’una mul-
titut orba de públic.
Diu gI «Manual...» Perque us fesséu idea de com se realisava aquell
exercici sant i de algunes curiositats propies de r época, vos copiaré aixó que he trobat
en el Manual del Visitador de la 3d Orde
de St. Francesch^ (7): «Dimars Sant. — Dies antes del dimars
Sant anirà el P. Visitador a convidar los
Srs. qui han de fer el Bon Jesus, Bon Lladre i Mal lladre. Cirineo, Trompeta, Bandera,
Vexilles, Creu, Llanternes y Cordons, y vaje
ab cuydado en no dexar de convidar los
Senors qui lo acustumen fer, perque de esto fan sentiment y se agravian molt.—Prime¬ rament convidarà el Sr. Canonge Moragues

qui sol fer el Bon Jesus (8), y si este no pot

1) Vestí 1‘habit cl dia 21 gener de 1592. Morí dia 12 d'abril de 1655.
2) «...pedibus omnino nudis. .» pag. 47 de «Mo¬ numenta Seraptiica Provinciee Majoricarum Sti. Francisci,, 1510-1741 » P. Ant. Oliver.
Francesc Bordoy, Op. cit. pag. 161 v. 4) P. Ant. Oliver, Op et loc cit 5) P. Andreu Noguera, On. cit. pag. 75 6) «...quibus Canonicorum coetus Cathedralis, Pa¬ triae Patres ac totius poouli concursus adheret »
P. Ant. Oliver, Op. et. loc cit. 7) Manuscrit que començà l any 1757 ei P. Antoni
Noguera, Rector Jubilat. EI guardam en TArxiu de nos¬
tra T. O de Palma.
8) Desde 1‘any 1704 era sempre sacerdot el qui hi feia. Obela axó a aquesta rosolució que prengué el Dis¬ cretori e! dia 10 febrer de 1‘any susdit: «Que el P. Visi¬ tador coinani lo offici de jesús en la prosessó del via
crucis lo dimars sant a qui mes bé li aparexerà, sols sia sacerdot y professor deste 5.^ Orde y sagrat institut; perque axí convé al servici de Deu y dignidat de tan alt Ministeri; y que se pos recaudo al Sr. D. Beren-

asistir ya lo encomanarà, y sino veurà el P. Visitador algun Sr. Canonge de los qui
son Terciaris. Asistents del Bon Jesus que
son Bon lladre y Mal lladre, son: Dn. Sal¬ vador Sureda del Plà del Carme, y Dn. Sal¬ vador Oleza del carrer den Morey. El Cire-
neo es Dn. Juan Bordils a la Mudayna, y el
trompater Dn. Pedro Descallar Síndich, este lo acustuma encomenarlo a altre Cavaller,
y estos Senors de estos Misteris son fitxos y lo tenen com a herencia, y axí no es me¬ nester mes que anar a las suas cases y su¬ plicarlos la sua assistència per el dimars Sant.—Per aportar la Creu, se ha de convi¬ dar Dn. Pedro Berard Prevere; per les Vaxilles, Dn. Nicolau Brondo y Dn. Antoni Net qui está al carrer de les Carases. Per les llenternes Dn. Juan Sureda, Marqués de Vivot (este sol enviar son fill) y per esto se ha convidat este any, Dn. Pedro Veri del carrer de los Veríns, per la altre llanterna, y supós lo continuará, si continuar, en con¬ vidarlo. Per la Bandera qui va devant los Vestits de blau, se ha de convidar el Señor
Conde Togores de Ayamans, y per los Cor¬ dons el Sr. Dn. Juan Truyols del Mercat, y
el Sr. Conde Ferrer de St. Jordi de la Por¬
tella; y si acas algun de estos Señors no
pogués assistir, y no lo vulla encomenar, el P. Visitador cuydará de buscar algun Cava¬ ller el que ly aparexerá.»
«El Coadjutor del Sr. Ministre que es Don Fr. Nicolau Despuig, Bal-liu, acustumava anar a la processó en mitx del P. Visitador
y son compañero Sacerdot; pero desde que es Bal-liu ya no assisteix públicament, y este any lo ha encomenat al Sr. Marqués Dameto de Belpuig. Les 8 vares per encaminar la Processó, los Sacristans ya cuidan de encomenarles a dos Eglesiastichs, a dos Se¬ minaristes, si los hay, o altres Germans que aparagan bons per dirigir la Processó. Cui¬
dará també de fer buscar 4 Germans que
sian iguals per aportar el Tabernacle del Pa¬ re St. Francesch, y les 4 atxes qui lo acom¬ pañan, les solen aportar dos Señors Letrados, y dos Discrets, y estos se han de convidar cada qual de per sí, y assegurarse de la sua
assistència.»
«El dimars Sant se han de entregar 6 ciris
guer Homs del habit de Alcántara y nostre germá profés, de lo decretat, y que no es fet per mortiticar la sua devoció, sino per no haverlo de obligar a buscar susti:ud su-^licantli enseny la sua liberalidad en donar per amor de Deu a la V. 5.® Orde la túnica y demés alajas de que ha dé anar vestit el germá .Sacerdot qui repretentara dit bon jesús, que Deu nostre Senyor ley remu¬ nerará y la Santa Germandat ley estimará; y cuan no vulla, lo que no se creu, li suplican man avisar, paraque se don prouidencia...» Consta en la pag. 7 v. del «Manual» que copiam.

El Heraldo de Cristo

187

en el Sacristá per posar sobre lo Altar Ma¬ jor de la Església los mes grossos que haurá y han de cremar fins que estiga concluida tota la fundó; com també cuidará que el matí o el dia antes se posen sobre lo Altar les figures del St. Cristo, de Maria Santíssi¬ ma y St. Juan per la última Estació en que se descobrin; també ha de donar ciris per posar a los 4 fanals del Tabernacle del Pare St. Francesch y per les 2 llanternes que aporten devant los Señors Cavallers, que son unes llanternes de ferro. Cuidará també
que la Vicaria pos llums d'oli a les 2 Estacións últimas del Portal de la Placeta; y perque no haja falta donará en temps 4 ciris a la Vicaría y esta ya cuidará de bucar 4 canalobres de llautó per posar a dites Es¬
tacions.»
«Mes, el P. Visitador tindrá cuidado de
fer abaxar los 5 vestits o vestidures de blau
de los Cavallers qui acompañan al Bon Je¬ sus, cadena, cordas, dogals, etc. y 5 Rosa¬ ris de llàgrimes de viu; y el P. Vicari de casa cuida de fer abaxar 5 parells de espar¬
deñas tot esto a la Celda del P. Sacristá
ahont acustuman vestirse dits Señors.»
«Los Germans se han de ajuntar en la Es¬ cola o Oratori de la 3.** Orde, y el temps que tardarán en començar, podrá un deis Choristes llegir en la Vble. M.^ la Pasió; y al instant que el Predicador començarà el sermó en la Iglesia, el P. Visitador estant
en peus junt a lo Altar dirá: Sia para sempre alabat etc., y fará una plática exhortant a
los Germans a la meditació de les penes que
en la carrera de la Via Sacra patí Cristo Jesús, y a la compostura, devoció y modes¬ tia ab que deven anar; y la plática que sip breu, perque luego se ha de començar a encaminar la Processó per el claustro en esta forma:= Primer les Vaxilles, después

la Creu y les Llanternes, despues los Ger¬ mans seculars de dos en dos; despues la Bandera y los Vestits de blau, y los Germans Eclesiàstics se compondrán de dos en dos
entre los Vestits de blau. Mentres passen
los Vestits de blau, el P. Visitador estirá al
portal de la Escola de petits ab un de los Sacristans, y alli estirán previngvús tots los instruments de Martiris que han de aportar los blaus, y per orde se los entregará a cada parell los instruments, segons la llista que hay para esto (la que se trobará a lo ultim de este Ilibre), y al Ínterin que passarán, se los donará a cada un, una Corona de llà¬
grimes de viu, y per esto cuidará el P. Visi¬ tador temps antes de feme fer 50 o 60 y de estas sen donará també una a cada qual de los 4 Germans qui aporten el Tabernacle de N. P. S. Francesch. Mes previndrá també 4 Choristas para dir la lletania en la Processó, dos entre los Germans Seculars y dos entre
los Vestits de blau. Acabada la funció los
Sacristans de la 3.® Orde, que tingan cui¬ dado en aportar los sombreros a los Señors qui haurán assistit a la Processó, y pendre las aixas a los Discrets, y de tornar pujar
tota la cere a la Celda del P. Visitador.—
Ultimament se advertex al Vicari de la 3.®
Orde, que te obligació tots los Divendres de Mars de obrir las Capelletes de los Passos de la Vía Sacra qui están per los carrers per major devoció del poble, y de tornarles tencar a les nits, y aximatex el dia de la Inven-
venció de la Sta. Creu.»
En la part interior de la derrera fulla del forro del mateix Manual hi ha aquesta nota per el Dímais Sant: /¡-Se avisa al Governa¬ dor per 20 soldats...»
Fra M. Quetglas, T. O. R.
(Seguirá.)

Un atardecer
tormentoso.
(Coüier-París)

m

El Heraldo de Cristo

Secció Doctrinal

Qui es la Patrona deis Terciaris?
La Purissima Concepció de la Verge Maria, per expressa voluntat del Seràfic
Patriarca Sant Francesc i manament de
Ja Santa Església Católica, ès la Patro¬
na General de la Familia Franciscana, aixó ès, de tots els Fills de la 1.^, 2,® i 3.® Orde, i per tant d’ una manera gene¬
ral, es la principal Patrona dels Ter¬
ciaris.
Té la 3.^ Orde aitre Patrona parti¬
cular?
Si: té a Santa Isabel d’ Ungria, Peina filla del Rei Andreu 11, estel resplandent que aparegué en aqueix món a principis del sigle Xlll, l’any 1207.
Cuant manifestà tant d' resplandor?
En la seva infantesa, en 1’ estat de ma¬ trimoni, i en el temps que visqué viuda.
Com heu feu en f infantesa?
Despreciant els atractius que li presen¬
tava 1’admósfera mundana, en la seva
soberanía i opulencia; fent el sort a les alabanses de la seva bellesa i escepcionals qual'tats personals; i trepitjant l’or¬ gull i vanidat, brillà de tal manera la piedat, ignocencia i elevació d’ esperit a Deu, que era 1’ admiració de tots els cortesants del princep de Turingia, el seu futur Espós, aon vivia des de la tendra
edat de cuatre anys.
En f estat de matrimoni en qué ma¬ nifestà ei seu resplandor?
En 1’ humildat, despreniment i caridat, virtuts que’n la llibertat i ajuda que rebé del seu bon espós, pogué exercitar d’ una manera tan admirable, que donà sortida a la tendra compassió de son cor, socorreguenf, per si mateixa an els pobres, servint als malalts, ajudant an els necesitáis, meresquení que el Deu de les misericòrdies amb prodigis, manifes¬ tas lo molt agladables que li eren aque¬ lles obres, de despreniment i caridat, fe¬
tas amb tanta d’ humildat i amor.
Cuals foren els prodigis que descuhriren ei respiandó de ia caridat i des¬ preniment de Santa Isabel?
Àquets foren molts, entre ells; un, cuant aparagué, devant la súplica del

seu espós el ric manto, que sabia lo ha¬ via donat per llimosna. Un altre, la tras-
formació amb aloroses i hermoses ro¬
ses, del pa i comestibles que pels seus pobres duia dins la falda, sorprenguentlà el seu espós. El Ileprós que persona alguna s’ atrevia a curar, i Isabel el rentà, li aplicà bàlscm i coloca dins al llit del seu espós que avisat d’ aquest abús i atentat, se presenta, no trobant el pobre Ileprós, sino la figura de Cristo Crucificat,

Quina impressió produiren aquets prodigis ai espós de Santa Isabel?
El de fer ló un dels princeps, mes cris¬ tians, humil, caritatiu, bondadós, do-
nantli no sols els seus cortesants, si que
també tols els qui el coneexien el nom de Ludovico Pió, Lluis el piadós, i encendrer-lo en el desitj de prender part en la Creuda que el Papa publicà contra els infaels per la reconquista de Terra San¬ ta, morint antes d’ arribar al Llocs Sants
de Jerusalem.

EI resplendor que despedia Santa Isa¬ bel, s acabà en la mort del seu espós?

No: llevors se manifestà com esposa
de Cristo Jesús i filla predilecta de Sant

Francesc. Mort Lluis el Piadós, no sols

perdé 1’ espós, si que també va perde 1’
amistat del món, rebent d’ ell, a imitació

de Sant Francesc, desprecis, insults i

calumnies, àlegrant-se en la pobreça, i disfrutan! en la mortificació i penitencia,
arribant a ser la Terciaria filla estimada

del Seràfic Parc, que per manifcstar-li la satisfacció al veurer-la exemplar i model,

amb el cumpliment de la Regla de la 3.^

Orde, no tenguent altre cosa, li regala la

capa que usava, que encara que veya.
Santa Isabel 1’ aprecià como una prenda

d’inest mablc valor. Antes de morir, ten-

gué sa ditxa de sentir la dolça veu de Cristo Jesús, que li va dí: «Si vols esser meva, jo seré teu i jamai me separeré de

tu, i contant vinlicualre anys d edat, con¬ fortada. amb els Sacraments de 1’ Iglesia
i adornada en 1’ habit de la 3."^ Orde de

Sant Francesc, la nit del 19 de Novem¬

bre de 1231, entrega la seva ánima a

Deu, essent les derreres paraules que

pronuncià, «L’ Espós, vé a cercà 1’ es¬

posa.

Fra B. P., T. O. R.

El Heraldo de Cristo

189

La Basil,ca de 5an Francisco en físis
donde se venera el cuerpo de nuestro Beráfico Fundador

¿ Qué l’has vist an cl Rci ?

^ ' AMO de So>-'n Forcallat, amb el sen Gotxo i en Cantinela, s’ escoblejaven
j) sobre els preus que enguany se corrien
a ses fires, i sense que ells se 'n temessen entrà dins s’ establiment En Grogó, prengué cadira, s’acostà a sa rol-lada i saludà di-
guent:
—Bon vespre tots, recuatre miscles, qué
teniu fret?
—Que Deu el mos dó, contestà 1’ amo de
So-’n Forcallat, capso, quin terrolé; digués, quina l’has feta avui que no has comparegut
a s’ etxecaidada? capso, capso.
—Recuatre miscles, vos bo diré; m’han
convidat per anar a veure el Rei, i som prO" fitat sa piupurció.
—I que tan mateix 1’ has vist en el Rei? pre¬ guntà el Sen Gotxo, fonyada, perque ets ca¬ pés d’ esser com aquell, que va anar a Roma i no va veure el Pépa.
—Si 1’ he vist? recuatre miscles, i ben re-
debé, i llevó, ben redeprop, recuatie miscles,

casi tan prop com es laurell, que si m’aliare, en sa mé li arrip.
—Tu ets breveljedoret, diu l’amo, i no le
pensis donermos figues per llenternes, capso,
capso.
—Ah recuatie miscles!\\ que m' heu de dir? m>e he aficat fins dins la Seu i 1’ he vist, amb el Bisbe i aquells capellans que duien aquells
vestits vermells.
— Capso, d’aubarcoc, allò son els Canon¬ ges, que duen se cota vermeia.
—Recuatre miscles, que sé jo, si son ca¬ nonges; llevo he sortit amb tot s’ acompan¬ yament, cap a sa casa de la vila i jo m’he po¬ sat just devora un municipal, i llevó l'he tornat veure, cuant sa pasetjava dins s’airtomohil destapat, lecuatre miscles, si l’he vist? ara el vos pinteria.
—Capso, t’ ha agradat? ido res, ja esta fet, has estat ben aficadís, i t’ ha valgut.
—Si, ja teniu raó, punyalada, perque en sa gernació que ès segú que si ha aplegada, diu

190

El Heraldo de Cristo

en Cantinela, perillava no veurer-li sois s’es” quena; jo recort, que s' any que me vaitx ca¬ sar, amb na Bardisseta, vailx anar a ciutat
per veurer-lo, an el Rei, que va venir amb En Maura i vos aseg-ur, punyalada, me coslá fer molt de mnlevetx; cuant desembercá de sa
fragata Quiralda, demunt el molí, no hei porien aficar una punta de guia, tanta de jent mail punyalada, ja sé que és aixó.
—I jo, diu el Sen Gotxo, vailx anar a veure, so 'n pare d' aque'tRei d’ ara, que li deien Al^ fonso dotse i tot ciutat bullía de gent; fonya-^ da, basta dirvos que no se trobava eloca-ment, en sos dob-bés en sa ma, i jo valga del cotxer del senyor de So-'n Bigollassa, que me trobá un hostal, i me vaitx contenta jeure a sa paya; fonyada, encara teñe riaies, per¬ qué n’ bi havia un que duia una camisol-la peluda, també bagué de geure a sa paya, i el dematí, en vols de payús? com mes ne llevava mes ne sortía, ell renegava, era foresté, i deia: tanta paca i massa pagar diés rals', i noltros que no poriem i mos escletavem de riure, fonyada.
Asegut a un recé de s'establiment hi ha¬ via un veiet, el sen Gelat, que escoltava, i
aixicant-se va dir:
—Repu/Iaca, jo vailx veure sa padrina d' aquest Rei d’ ara, que li dein la Reina Isa¬ bel, quant vengué a Mallorca i tanta jentada acudí a veurer-la, que per tot ciutat no veien més que pajesos repullaca, i aixó que molts havien d’ anar-hí a peu, perque no hi havia Carril, ni camalions com ara, ni fins i tot a
moltes parts, no hi havia delifencis.
—Capso, ell en temps nostro encara en concedit que no hi havia mes carruatjes de pasatjés, que a ses viles principals, capso.
—Jo estava de missatge a So-’N Camelis, i me tocà acompanyar sa madona i ses fies a ca 's senyó a ciutat, vaitx arreglà el carro de parei, amb sa vánava blanca,ben estirada,per vela, un bon matalàs per seure, vaitx posar
ses güarnicions noves, i ses cabassades arnb viseres brodades amb plateions deurats d'dr; repullaca, varem estar cinc dies a ca es sen¬
yors.
—Recuatre miscles tambe la deguereu
veure bé.
—La vaitx veure, cuant va anar a sa casa
de ses Comedis, que ara li diven es treato,
que donaren una funció per obsequiar-la, re¬ pullaca, r estrenaven en aquell treato, que feia dos anys que s’havia pegat foc, i tanta

generació comparagué, que no hi varen quebre.
—Fonyada heu crec. —Qui companyava la Reina, era el Gene¬ ral Cotoner, i un vespre perque la Reina vés tot ciutat i tot lo que feien per Ella, es Gene¬ ral Cotoner se va vestir de pajés, amb calsons amples, així com anaven molts, i la Rei¬ na la vestiren de pajesa i com si fossen un
amo i sa madona, donaren volta a ciutat.
— Capso, jo havia sentit a dir an el m u padrí, cosa d’aixo.
—Pu/laca, ell no los varen coneixer, fins
que varen esser per la Rambla i va esser que un soldat dels majors, d’aquells que duien estrelles, va coneixer un coixo que anava de pas, que era el de sa Baronia de Banyabufar, se va fitxar amb aquell amo i aquella madona i va veura que era la Reina i el General Co¬ toner, corregué a donar avis an el corté, i ells se posen dins el cotxo i se retiraren, ah púllaca.
—Mentres tant, veren ses festes que li feien,
fonyada à\\\\x el sen Gotxo, heu feren be; la Reina que tenim, ara, cuant vengué, no pogué veure res, va esser tant a la tropellada, i en
mal temps.
—Capso, es que també, sols vengueren el Rei i la Reina de passada, verien de Roma de veure el Papa, capso, feren una demos¬ tració tan grossa de fé que per tot el món
se ’n parla.
—Pullaca, ja porem donar moltes gràcies a Deu que tenim uns bons Reis i per aixó,
per tot los fan festes. —A Mallorca, lo que ho desberatà va esser
el mal temps i venir just de passada, no es
que no hi hagués un gran muiment, sa gen¬ tada que hi havia comperagut a Palma, feia pó, diu mestre Gotxo; me contaren que una fonda estava plena de pajesos que s’ atapien, i senten que diu un jels Reis! els Reis! i en dos per tres, se fonda queda buida.
—Capso, quin perboc! tot-hom fugir, sense pegar, aixo que els ciutadans son tan vius.
Lectors i lectores d’ El Heraldo de Cristo
preniu llum. dels hermosos i brillans exem¬
ples de fé. que ja en la visita an el Papa, ja
en la Consagració d’Espanya an el Corde
Jesús, mos han drnats els nostres Catòlics
Monarques i en aquest derrer més, agrahiguem a Deu els beneficis que mos ha conce¬ dits durant 1’ any; és lo que vos recomana
Es Vey de So-N’ Alegre

El Heraldo de Cristo

191

Crónica Franciscana

Son Servera.—Con inusitado esplen¬ dor los terciarios de este pueblo cele¬
braron este año la fiesta en honor de
S. Francisco.
En preparación a la fiesta se celebró solemne triduo, y el día de la festivi¬
dad del Santo a las ocho horas de la
mañana tuvo lugar la misa de comunión durante la cual se cantaron escogidos motetes. En la Misa Mayor, los tercia¬ rios interpretaron la partitura en honor
de S. Francisco de Asís del Maestro
Ubeda. Cantó las glorias del Santo el
Rdo. Cura Párroco.
Por la noche se practicó ejercicio del Santo, sermón y solemne Te-Deum.
Para solemnizar esta fiesta se engala¬ nó e iluminó con mucho acierto y gusto el convento de Terciarias Franciscanas
y se dispararon infinidad de cohetes. Todo sea para mayor honra y gloria de
N. P. San Francisco.
Ses Salines.—En la nueva capilla de las religiosas Franciscanas celebróse el 4 de Octubre la fiesta de N. P. S. Fran¬
cisco.
Hubo misa de comunión en la que, acercáronse a recibir a jesús las niñas
del Colegio y otras personas. La capilla del Convento fué muy visitada.
El domingo dia 28 celebró su fiesta la Hermandad Terciaria cuyo director es el Rdo. D. Jorge Ferrando, Cura Párroco.
Comulgaron por la mañana los Ter¬ ciarios y hubo Misa Mayor en la que ofi¬ ció el Reverendo P. Fray Bartolomé
Oliver.
Dijo las glorias del Serafín de Asís el Rdo. P. Fray Rafael Ginard Amorós.
El canto de la misa fué dirigido por el Rdo. D. Rafael Garcías, Vicario.
Organizóse por la tarde devota proce¬ sión con la imagen del Seráfico Padre, que fué por cierto, muy concurrida.
Bendiga Dios a las piadosas perso¬ nas que contribuyeron con sus limosnas
al éxito de tan bella solemnidad.
La Porciúncula.—En el mes pasado, en nuestro Colegio de Ntra. Sra. de los Angeles emitieron los votos solemnes nuestros hermanos en Religión Fray Ra¬ fael Nadal,corista,que reside en el cole¬

gio de la Inmaculada en Roma, y Fray Jaime Sampol, del convento de Palma.
El Muy Rdo. P. Fr. Bartolomé Salvá Custodio Provincial, que recibió los vo¬ tos, les dirigió adecuada plática.
Dcyá. — Este pintoresco pueblecito quiere alistarse también en los ejércitos de P5Z y 5/e/7 capitaneados por el Pa¬
triarca de Umbría.
En la festividad de Todos los Santos
el Rdo. P. Rosselló, Franciscano, impu¬ so el hábito de la Tercera Orden a más
de cien personas.
El Rdo. D. Pedro Suasi, muy aprecia¬ do amigo nuestro y celoso Cura Párro¬ co, atento a la orientación del Sumo Pontífice, tiene el laudable proyecto de instalar en breve en su parroquia, canó¬ nicamente, la Tercera Orden del Pobre-
cilio de Asís.
Felicitamos efusivamente al bondado¬
so Sr. Suasi y a los noveles Terciarios, suplicando al Señor que sea pronto un
hecho la instalación de la Orden Tercera
en aquellos parajes, donde tan vivo se conserva el recuerdo de las penitencias y contemplación de nuestro ínclito Ra¬
món Lull.
Son Franccsch.—En este populoso
caserío, dia 7 del pasado Octubre, se celebró una muy solemne y concurrida fiesta dedicada a nuestro seráfico Padre
S. Francisco.
En la espaciosa capilla de las Religio¬ sas franciscanas, profusamente ilumina¬ da y con sumo gusto adornada, cantó
Misa Mavor el Rdo. P. Francisco Com¬
pany, T. O. R. y ensalzó las glorias del
Patriarca de Asis el Rdo. P. Rafael Gi¬
nard, Prior del Colegio de La Porciún¬ cula. El coro del mencionado Colegio interpretó alternando con el pueblo la misa de Angelis y varios escogidos mo¬
tetes.
Durante el Oficio numerosos terciarios
y devotos del santo se acercaron a reci¬
bir el Pan de los Angeles. Mil plácemes merecen las abnegadas
y celosas Religiosas Franciscanas que han organizado tan simpática fiesta y el religioso pueblo que ha dado tan brillan¬ te testimonio de amor y devoción al Se¬
rafín de Asís.

192

El Heraldo de Cristo

NECROLOGIA

Aria.—El dia 26 de agosto murió en la paz del Señor D.^ Margarita Sancho Blanes, a los
83 años de edaó.
Fué fervorosa terciaria y se distinguió siempre por su asistencia atodas las funcio¬ nes religiosas; Pertenecía, además, a la Ado¬ ración Nocturna y a la Congregación de Jo¬
sefinas.
De su piedad profundamente cristiana brota¬
ron obras de nii-
sericordia para los desconsola¬
dos, y socorría
con cuantiosa;
limosnas las ne
cesidades de lo;
indigentes. Fué madre ejemplar; madre qne quiso
con verdadero
amor a sus hijos a quienes d i ó
una educación
del todo cristiana.
Por esto el Señor premió sus merecimien¬ tos ya aquí en la tierra concediéndole larga vida, llena de paz, la cual no es fruto sino de aquellas obras que han de vivir eternamente.
Ante tan irreparable pérdida. El Hekaido DE Cristo no puede menos de dar su más sen¬ tido pésame a su afiigida familia y al propio tiempo ruega a todos sus suscriptores enco¬
mienden a Dios el alma de tan ferviente ter¬
ciaria.
Valldemosa.—Pasaron a mejor vida con¬ fortados con los Santos Sacramentos, las fer¬
vorosas terciarias, D.®Margariia Torres Pujol, el dia 7 de Octubre a los 64 años de edad, D.® Maria Vila Muntaner, el 14 a los 89 años,
D.® Catalina Rebasa Mas, el 23 a los 63 años,
y D." Paula Ferrá Darder, el 25 a-los 85 años.
Desde estas columnas enviamos el mas sen¬
tido pésame a las familias de las finadas y al mismo tiempo pedimos al Señor dé a sus almas el eterno galardón.
Conseil.—Dia 23 de Octubre después dé una enfermedad llena de ejemplos de virtud, y de una agonía de santa, entregó su espíritu al Creador Sor Albertina Fullana y Fullana a los 26 años de edad y a los 7 de religión.

Durante la enfermedad que la llevó al se¬ pulcro siempre se mostró afable con sus her¬ manas en religión que, en ella pudieron admi¬ rar un modelo de resignación y sufrimiento en las penalidades en que Dios dignóse visi¬
tarla.
Su vida corta en años pero rica en santas virtudes fué el espejo de su ejemplar muerte, pues así podemos llamarla por haber ella esperado con vivas ansias su hora y haberla en cierto modo previsto tal era su deseo de
unirse con su amado esposo.
Nuestro mas sentido pésame a las Religio¬ sas Terciarias de S. Agustín, principalmente a la comunidad de Consell que con tanto des¬ velo supo endulzar las penas de la finada, al par que elevamos nuestras súplicas al Señor para que la acoja benignamente.
—A los 27 días del transcurrido mes de Qctubre, después de recibir cristianamente los últimos sacramentos, durmióse en el óscu¬
lo del Señor D. Antonio Villalonga Ferrcr a la avanzada edad de 75 años.
Se distinguió el finado por su asidua asis¬ tencia a las funciones religiosas y por su inta¬ chable conducta en la educación de sus hijos, siendo modelo de padres y de espesos cris¬
tianos.
Su corazón leal y bondadoso le valió e^ aprecio del pueblo de Consell que quedó demostrado singularmente en la numerosa concurrencia que asistió al funeral y a la con¬
ducción del cadaver a su última morada.
El Heraldo de Cristo al mismo tiempo que
expresa su condolencia a toda su familia v en particular a su hijo el Rdo. D. Antonio, Vica¬ rio de Alaró, suplica una fervorosa oración a los lectores para el eterno descanso del alma
del difunto.
Alquería Blanca.—Dia 24 del pasado Oc¬ tubre entregó su alma a Dios la fervorosa ter¬
ciaria D.® Antonia Ballester, a los 82 años de
edad, después de haber recibido los Santos
Sacramentos.
Era muy amante de Jesús sacramentado y, aunque tuviese que sacrificarse mucho, co¬ mulgaba todos los días.
Reciban nuestro pésame su hija y nietos en particular las tres religiosas Franciscanas Sor Antonia del C. de Jesús, Sor Francisca de Santa Ana y Sor Sebastiana de Jesús.

iAT E NCIo N !
Obsequios nuestros propagandisías a
Deseando El Heraldo de Cristo dar una prueba, bien sea in¬ significante de la inmensa gratitud que siente hacia las numerosas personas que con celo digno de todo encomio procuran difundirlo y aumentar la suscripción, tiene verdadero placer en poner en su cono¬ cimiento los premios con que cuenta obsequiarlas en el presente año.
1.® Por cada nueva suscripción que nos remitan, recibirán nues¬
tros propagandistas tres números valederos para el sorteo de una preciosa imagen de Sta. Tcrcsita del Niño Jesús, que se verificará el 31 del próximo Enero.
2.® A todas las personas que envien a esta Administración diez
suscripciones nuevas, además de darles los números que les corres¬ pondan del expresado sorteo, les regalaremos con un ejemplar del libro Floreciilas de San Francisco ricamente encuadernado o
3.°bien con una Vida de San Francisco en el caso de que ellos
la prefieran.

y principal. Tengan por cierto todos los que favorecen en
una forma u otra nuestra humilde Revista que los dones de Dios y las bendiciones del Seráfico Patriarca descenderán copiosas sobre ellos

y sobre sus familias; pues el fomento de la Buena Prensa y la propa¬ gación de la Tercera Orden, fines que persigue El Heraldo de Cristo constituyen el más bello apostolado a que deben consagrarse los católicos en los actuales tiempos según han afirmado en repetidas
ocasiones los Pontífices.

Siendo así, amables y abnegados propagandistas de El Heraldo de Cristo ninguno de vosotros rehusará, a buen seguro, seguir tra¬

bajando en el hermoso apostolado de Paz y Bien, cuya bandera enarbola el Llagado Serafín de Asís, el cual devuelve centuplicado, a

semejanza del Maestro divino, cualquier sacrificio que se hace por su

amor.

Propagad, pues El Heraldo de Cristo y enviadnos, sin más

tardar, crecido número de suscripciones.

Dios os lo pagará.

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