Revista mensual ilustrada Año X Octnbre 1918 Kúm., II4 pHjSHDeRlH SH]VrH eOLHUH X>DE! Fabricación esmerada de galletas y bizcochos de todas clases! :BjSPx:ox^XjiXX>^X3 xsint xsx^j'jS^xiviriaL·X^^is Plaza de Juanot Colom,—Sucursal en la Plaza Santa Eulalia, 15.—Ser¬ vicio a Domicilio de todos sus productos, —Exacta puntualidad en los encargos. Mercería “La Patria,, Bolsería} número 8 3Z>E3 3Vi;>VXuX\_.OFC.G^ ESPECIlLIDiD EN CAFÉS Instalaciones de Alumbrado TOSTADOS DIARIAMENTE —ELÉCTRICO Timbres, Teléfonos y Pararrayos J. 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Por la tarde se practicará también el ejercicio del mes dedicado a S. Fran¬ cisco, con meditación y canto. ^0 de almas Empezará el día 23, y se hará todos los días con meditación du- la misa de las cinco y media. ludulgencias plenarias. \_^Con las condiciones ordinarias los terciarios pueden —ganar indulgencia plenaria los días siguientes de es¬ te mes: Día 2, Los Santos Angeles Custodios.— 4, Festividad de N. P. S. Francisco.— 6, Santa Francisca de las cinco llagas. - ii. Octava de N. P. S. Francisco—12, S. Serafin.de Montegranario. — 13, Santos Da¬ niel y compañeros mártires.— igr, S. Pedro de Alcántara.—23, S. Juan de Capistrano. - 26, Beato Buena¬ ventura de Potensa—30, Bto. Angel de Acrio.—31, Bto. Tomás de Florencia. Almacén de cafés, azúca¬ res, ^ cacaos, canelas, harinas, salvados, arro¬ ces y legumbres. ^ BARTOLOMÉ B08CH PÉREZ ®= Ventas al pormayor.—Herrería, 22 y al detall.—Fideos, 9 y 11. PAIiMA DE MAL·IiOBCA MERCERIA COLON DE — - Mercería, Paquetería, Novedades. 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Sr. Dr. D. Gabriel Llom- 11 Juventud Seráfica..—De l’Art: Sant Franpart i Jaume,(poesía). - El limo, y Rdmo. Se- 11 cese.—Visitando’el Pilar.—Una buena ac.ión ñor Don Gabriel Llompart.—Consagració || recompensada.-¿Por qué arado? EMPUÑEMOS DE NUEVO Lfl ESPADA ffRiSTísiMA era la situación de la ^ esposa de Cristo durante el agi¬ tado y prevaricador siglo XIII. La nave de Pedro hasta tal pun¬ to füé combatida por las espumosas y embravecidas olas de la herejía e im¬ piedad que parecía inevitable el nau¬ fragio y segura la destrucción de la Iglesia. Para oponer un dique a la impetuosa corriente de la maldad triunfante envió Dios al mundo dos portentosos y ad¬ mirables personajes, Domingo de Guz¬ man y Francisco de Asís. Dotado el primero de preclaro entendimiento y de una arrebatadora elocuencia era el ele¬ gido para refutar los perniciosos erro¬ res y falsas doctrinas que los herejes propalaban por toda la Europa con ra¬ pidez siempre creciente; el otro, poseiendo encerrado en su pecho un vol¬ cán de amor, vino a la tierra para infla¬ mar los frios corazones y recordar a los hombres la obligación de amarse unos a otros como verdaderos hermanos^ puesto que constituyen todos una sola familia, cuya cabeza es el mismo Dios. Entre los medios que emplearon los siervos del Señor para llevar a cabo su misión restauradora sobresalen la Ve¬ nerable Orden Tercera establecida por el santo de Umbría, (de la cual nos ocuparemos en otro artículo) y la popu¬ lar devoción del Santo Rosario sobre cliyo tema vamos a emborronar algu¬ nas cuartillas. Corrían los primeros años del siglo XIII cuando un hijo legítimo de la hidal¬ ga y cristiana España inicia, lleno de entusiasmo, una fuerte campaña contra la terrible y funesta herejía de los al- 182 El ÍÍerai,do de Cristo bigenses que pretendía echar por tierra el edificio trece veces secular de la Igle¬ sia Católica. Recorre Domingo, Fran¬ cia e Italia, regiones en que principal¬ mente se había extendido la nueva per¬ judicial doctrina, y con su palabra de fuego y privilegiada inteligencia consi¬ gue que muchísimos se vean libres de aquella contagiosa enfermedad. Mas conociendo el Santo que las fuerzas humanas por si solas eran im¬ potentes para extirpar de raiz la herejía, vuelve los ojos al cielo y con vivas instancias pide a la Virgen que le ins¬ pire el medio adecuado y más fácil para terminar felizmente tamaña empresa. Accede la Madre de Dios a las reitera¬ das súplicas de su siervo y le promete la victoria mas completa con tal que, en las luchas contra sus enemigos, esgri¬ miera el arma poderosa del Santo Ro¬ sario. El infatigable Apóstol, abrigando en su corazón las más halagüeñas espe¬ ranzas, da principio sin pérdida de tiempo a las predicaciones a favor de la devoción salvadora, y fué tal la aco¬ gida que dispensaron los pueblos a sus enseñanzas que los hombres todos, abandonando las filas délos albigenses, corrían presurosos a alistarse en las Cofradías del Rosario. Los soberanos Pontífices ante la evi¬ dencia del bien inmenso que reportaba a la Iglesia esta simpática devoción mariana la bendijeron concediéndole un sin número de indulgencias, y en¬ cargaron a los obreros evangélicos que promovieran su difusión por todas par¬ tes a fin de purificar: la corrompida at¬ mósfera, saturada de errores y falsas doctrinas, que envolvía los pueblos de la Edad Media. España, que se precia de ser la hija predilecta de María, dió una pruebainequívoca del acendrado amor que profesaba a su Inmaculada Patrona re.cibiendo con indescriptible entusiasmo la devota práctica revelada al ínclito Patriarca que vió la primera luz en tie¬ rra española. En breve tiempo reyes y súbditos, sabios e ignorantes, pobres y ricos, jóvenes y ancianos desgranaban diariamente las cuentas del Rosario. ¡Oh, patria mía, cuan hermosa y grande te presentas a mis ojos en aque¬ llos inolvidables tiempos de fervor y piedad! Entonces fué cuando tus sobe¬ ranos, sentados en su gabinete, regían los destinos del antiguo y nuevo conti¬ nente. Entonces fué cuando en tu azu¬ lado firmamento aparecieron aquellas innumerables estrellas de primera mag¬ nitud que, con los potentes fulgores de sus heroicas virtudes, inmortales escri¬ tos e inspiridísimas concepciones, ilumi¬ naron no sólo la patria que Ies vió na¬ cer sinó el mundo entero. Entonces, finalmente, fué cuando tus aguerridos capitanes ,e invencibles soldados, em¬ puñando en una mano la espada y en la otra el Santo Rosario, llevaron a cabo las hazañas más brillantes que registra la hispana historia, -i^ ^ :í; Y concretando un poquito más nues¬ tras consideraciones; quien no recuer¬ da el amor grande que nuestros mayo¬ res profesaban a una devoción tan san¬ ta y saludable? ¡Qué espectáculo más conmovedor ofrecían diariamente las familias cristianas en aquellos felices tiempos! Entrada ya la noche y termi¬ nado el trabajo cotidiano el padre, la madre y los hijos reuníanse alrededor de una imagen de la Virgen, y, trocan¬ do el hogar doméstico en un pequeño santuario, rezaban juntos pausada y de¬ votamente el santo rosario. Con la in¬ fluencia de esta sublime oración los pueblos relajados convertíanse al Se¬ ñor, desaparecían los vicios, florecía la virtud, mejoraban las costumbres, au¬ mentaba la piedad entre los fieles y por fin todas las familias descansaban tran¬ quilamente bajo la sombra protectora de la Virgen. Harto conoce el enemigo de nuestras almas el sumo bien que nosotres, como nuestros mayores, podemos reportar El Heraldo de Cristo 183 rezando el rosario, y por esto se es¬ fuerza en apartarnos de él afirmando ser una devoción anticuada, imperti¬ nente, que no responde a las necesida¬ des de nuestros tiempos, que puede ser sustituida por otras modernistas devo¬ ciones etc. etc. Líbrenos el Señor de caer en la tentación. No olvidemos que el Rosario es para el pueblo cristiano la devoción más provechosa y perfecta. Ella pone ante nuestra consideración la misteriosa y ejemplar vida de Jesucristo y las virtu¬ des y prerrogativas de María: ella avi¬ va nuestra fe, inflama nuestro corazón, fortifica nuestra voluntad y sostiene nuestra esperanza: ella consuela al po¬ bre en sus necesidades, al trabajador en sus fatigas, al enfermo en sus pena¬ lidades: ella enseña a los esposos el amor que mutuamente deben profesar¬ se, y a los hijos el respeto y sumisión que deben a sus padres: ella, finalmen¬ te, es la mística escuela donde los hombres todos pueden aprender las más variadas y saludables lecciones. Por otra parte el Rosario está com¬ puesto de las oraciones vocales más excelentes que conocemos. En efecto, durante este hermoso ejercicio repeti¬ mos el Padre nuestro > cuyo autor es el mismo Salvador, Cristo jesús; el Ave María, oración predilecta de la Virgen, y el Gloria Patri, cántico bellísimo que sin cesar modulan los Serafines ante el trono de Dios. Ahora bien, siendo tales las excelencias del Rosario quien no lo amará? siendo tal su utilidad quien lo despreciará? siendo una devoción tan agradable a nuestra querida Madre quien no la querrá practicar diaria¬ mente? Empuñemos de nuevo la espada del Rosario y cantaremos victoria sobre nuestros enemigos: propaguemos el Rosario y serán remediados los males que aquejan a nuestra sociedad iguales a aquellos de que adolecía la Edad Media: rezemos el Rosario y las ben¬ diciones de la Virgen descenderán en abundancia sobre nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Fr. Juan de Alvernia. SAIST FRANCESC 0. 3 Per dins els camps asserenats i soleiosos de I’Umbría, cap a Ies viles i ciutats el bon Francesc dAssis fa via. Aurïolat amb la claror d’un Xerafi qui ve a la terra, inflama el mon en santa amor, i a los pecats declara guerra. De les delicies de la Creu liba fervent íamarga essència; va ressonant, plena, sa veu d’una esplendent clarividencia. Si es l’hàbit Vell i destenyit, si la sandàlia es pobra i freda, els papallons ja li han texit, volant en torn, mantell de seda. Si d un angèlic violi l’ha extassiat la melodia, ¡ també els aucells li fan senti sa refilada cantaría. I el germà llop de fines dents qui fá tremir les encontrades, com els anyells obedients seguint del Sant va les petjades. Li ofrenen, blaus, llur nectar fi els llirs de copes rïoleres, guaiten son pas, amb el cap cli, les flors qui broden les voreres. Perfum suau de santedat íambent embauma de ÏUmbria; devant l’excelsa Caridat de Sant Francesc, tot s’extassia, Joseph Tous i Maroto. 1^4 El Heraldo de Cristo A noticia cundió rápidamente y lle¬ gó a los últimos extremos de la isla.—¡Un nuevo prelado mallorquín! Y todos los nacidos en esta bendita tierra se alegraron como si el escogido del Señor fuera su hermano. Se alegró la ciudad que le vió nacer, sintiéndose orgullosa de poder conti¬ nuar con él la serie de sus hombres no¬ tables. Se alegró la capital, testigo de sus trabajos científicos y de sus obras de piedad, se alegraron sus numerosos discípulos, considerándose dichosos en haberle tenido por maestro; se alegra¬ ron tantos compañeros de ministerio, que tenían en él un modelo de sacerdo¬ tes y de amigos Las gentes sencillas vieron honrada su modesta clase en la persona de un prelado; los hombres de letras conside¬ raron justamente premiado el trabajo intelectual; los apóstoles de la viña del Señor juzgaron que la actividad y el celo del sacerdote habían sido corona¬ dos en la dignidad del Pontífice Grandísima honra la que dispensa la Iglesia a sus ministros cuando les eleva a una dignidad tan alta y tan sublime. Lentamente se siguieron los trámites del derecho, y los preparativos de la gran solemnidad, y luego vino el fausto día... Miles y miles de personas aguarda¬ ban en nuestra esbelta Catedral la prime¬ ra bendición del nuevo pontífice; la ce¬ remonia de la consagración se desarro¬ llaba majestuosa e imponente cual nin¬ guna otra de nuestro ritual; los obispos y el clero, el coro y el pueblo tenían un mismo pensamiento; y allí, ante el altar y ante el consagrante, sirviendo de tes¬ tigo Mallorca entera era ungido come príncipe de la iglesia y pastor de la grey de Jesucristo.... ¡Terrible dignidad! Este hombre habrá de sacrificar su familia y su patria; sus amigos, sus dis¬ cípulos; sus obras de celo,..,. Oprimido por el peso de su respon¬ sabilidad dará cabida en su corazón a las almas que Dios le ha confiado, las amará y se sacrificará por ellas: porque Dios le ha de pedir cuenta de ellas un día El sacerdote, el obrero, el comercian¬ te, el político, el agricultor, el industrial, el hombre de carrera, el capitalista y el pordiosero todos habrán de tener un sitio en el corazón de su obispo; y su obispo les mirará como a hijos, les ins¬ truirá como Maestro, les defenderá como Pastor, les regirá como Príncipe y Pa¬ dre Ellos tendrán parte en las oracio¬ nes, en las lágrimas, en las penitencias de su obispo. ¿Que digo? Serán ellos el principal objeto de todas ellas ¿No habéis visto morir jóvenes, muy jóvenes todavía, en la flor de su vida, en lo mejor de sus años, en lo más ar¬ duo de sus empresas a dos obispos ma¬ llo'quines? Pues la vida misma tiene el obispo puesta al servicio de su grey Por sus súbditos y por su iglesia la sacrificará generosamente, porque cruen¬ to o incruento el verdadero obispo es siempre un mártir. Oh! Señor! Vos que hicisteis tan alta la dignidad de vuestros Obispos y tan grande el corazón de nuestros pastores, ayudadles gara que sostengan con santa firmeza el peso que impusisteis sobre sus hombros, y haced fecundos los su¬ dores y trabajos que se imponen miran¬ do sólo a vuestra gloria y al bien de las almas Cristianos que os descubrís ante la majestad del Pontífice, acatad su autori¬ dad, seguid sus consejos, oid su voz: es el enviado de Jesucristo. Pero descubrios también ante la gran¬ deza de su sacrificio: es la víctima ofre¬ cida por su Diócesis y por su pueblo, es el Mártir de sus almas y de su iglesia Fr. P. J. C. i86 El Heraldo de Cristo A! Ilm. i Rdvm. Sr. Dr. D. Gabriel Llompart i Jaume Bisbe de Tenerife * . ffl ^ «fa A una época llunyana brollarà tota dolçura, parti a la terra africana, com a mel de romaní. que clivella el sol roent. — un apóstol; del martiri dins son cor duia el deliri. dins son cor de flama ardent. la doctrina que consola i els afligits agombola... Talment el róu matinal — Vos també, la mallorquina. serèu per vostre filiada... si la veis esgarriada terra, de la mar petxina. Vos l’apartareu del mal. per una altra illa, deixau. — que com Mallorca es bregada Com Ramón portau cenyida per les ones, i argentada amb l’escuma del mar blau. la suau y beneïda corda, de Francesc d Assis; — Sobre el front de la mar vasta el zel prou vos agermana... mes, la vesta franciscana. com una perla s’engasta... hom diu que del africà clou la germanó felis. — continent, amb ses germanes volguent esser cristianes. fa molt de temps s’apartà. Nou apóstol! gran, divina. es l’empresa i gegantina. feixuc el pes imposat! — La divina Providencia, donant-vos de fonda ciencia. i de virtut ric tresor. Que Deu el Vos alleugeri. i que ft^uiti i que prosperi. tan excels apostolat! — Vos tramet are a tais illes / vostra guarda estimada que si dEspanya son filles. mes ho son de vostre cor. per Vos en el bé anostrada en tot vos sia fael. L’esperit mateix que un día à i del temps passada l’ona sigui ella vostra corona a Ramón Lull empenyia circumfulgent en el cel. Vos mou a emprendre el cami... i de vostra boca, pura Blanqüerna, + . t\\ limo, y F^dmo. Sr- D- Gabriel Llompart ON motivo de su preconización nos ocupamos ya en estas pági¬ nas de las virtudes y relevantes dotes de este sabio mallorquín e ínclito terciario franciscano. Ahora vamos a reseñar sucintamente su solemne consagración, para que el re¬ cuerdo de ella perdure en la memoria de los que se precian de tener por her¬ mano en S. Francisco, al nuevo Prelado nivariense. La mañana del 15 del próximo pasa¬ do Septiembre, innumerable muchedum¬ bre de fieles llenaba casi por completo, íás espaciosas naves de nuestra magestuosa Catedral Basílica, que, adornada como en las mayores solemnidades, pre¬ sentaba en dicho día un efecto imponen¬ te y embelesador. À las nueve, habiendo precedido el rezo de Prima, el Excelentísimo Señor Nuncio, Obispo consagrante, entraba El Heraldo de Cristo 18/ por la puerta de los Santos Apóstoles, acompañado de los Asistentes Excmos. Sres. Obispos de Sión y de Mallorca. Después de orar breve rato ante la Ca¬ pilla de S. Pedro se dirigen los Prela¬ dos al Altar Mayor, sentándose junto al altar levantado al efecto el Obispo con¬ sagrando, con el Dr. Cardona a su dere¬ cha y el Dr. Domenech a su izquierda. El Sr. Nuncio toma asiento en la Cáte¬ dra del Coro. Al pie del presbiterio sentáronse los ilustres padrinos del con¬ sagrando, Excma. Sra. D.^ Bárbara Sureda y Fortuny, Marquesa de Vivot y Vizcondesa de Rocaberti y el llustrísimo Sr. D. Luis Zaforteza y Viilalonga, Mar¬ qués de Verger. Asistieron al acto ocu¬ pando sus puestos de costumbre el Ex¬ celentísimo Ayuntamiento, presidido por el Abalde accidental, D. Francisco Bar- celó, la Excma. Diputación Provincial, presidida por D. Luis Alemany, el Exce¬ lentísimo Sr. Capitán General, D. Diego Muñoz Cobo, eí limo. Dtor. Delegado de Hacienda, Sr. Galindo y el Fiscal de Su Magestad, D. Rafael Molina. El Al¬ calde de Palma ostentaba además la re¬ presentación de los Alcaldes de Teneri¬ fe y San Cristóbal de la Laguna. Ocu¬ paron puestos de preferencia la comi¬ sión del Excmo. Ayuntamiento de inca, en donde nació el Dr. Llompart, las re¬ presentaciones de la nobleza mallorqui¬ na y las comisiones de las entidades ofi¬ ciales de la capital. En la tribuna del lado del Evangelio tomaron asiento el Claustro de Profesores del Seminario y comisiones de las ordenes religiosas y en la del Evangelio el Rdo. Dr. D. Fran¬ cisco Esteve, en representación del Vi¬ cario Capitular de Tenerife, el Muy Ilus¬ tre Sr. D. Cayetano Puerto, Canónigo, en representación del Cabildo de Ori huela a que había pertenecido el llus¬ trísimo Sr. Llompart, y los párrocos de Palma y de los pueblos de la isla. Tam¬ bién estaban representadas en el acto varias entidades y asociaciones y la prensa de Tenerife. Los PP. Franciscanos de La Laguna telegrafiaron a nuestro M. R. P. Provin¬ cial se dignara representarlos en el au¬ gusto acto. Después de cantada Tercia, comienza la Misa Pontifical. Asisten al Excelentí¬ simo Sr. Nuncio, como presbítero asis¬ tente el M. I. Sr. D. Miguel Roca, Dean, y en calidad de Diáconos de honor los Muy Ilustres Sres. D. José M.* Vidal, Arcediano y D. Martín Llobera, Maes¬ trescuela. El Diácono de misa era el M. I. Sr. D. Mateo Garau, Penitenciario, y el Subdiácono. D. Juan Quetglas, Ca¬ nónigo. Comenzó la augusta ceremonia leyen¬ do el Notario Apostólico D. Salvador Galmés, el Mandato Apostólico. La Capilla de Santa Cecilia cantó la misa de Cayetano Fr. Froschini y desen¬ volvióse el acto litúrgico con toda la pompa y magnificencia del Ritual Ro¬ mano. Una vez terminada la consagración, durante el canto del Te-Deum, el nuevo Obispo acompañado de los Prelados asistentes recorre las naves del templo bendiciendo a la devota multitud; y por último desde el Presbiterio bendice otra vez solemnemente a todos los fieles. Terminada la función religiosa los Ex¬ celentísimos Sres. Nuncio y Obispos de Sión y de Mallorca se dirigen al Palacio Episcopal y el limo. Sr. D. Llompart, en compañía del Padrino do la ceremonia, al Palacio de la Exc.ma. Sra. Marquesa de Vivot, en donde tuvo lugar brillante recepción, a la cual acudieron innume¬ rables fieles a besar afectuosamente el anillo del nuevo Pastor. 4: * * Tampoco podemos pasar en silencio el lucidísimo acto literario-musical con que le obsequió la ciudad entera de In¬ ca, por la parte no poco importante y entusiasta que en ella tomaron miem¬ bros de la Orden Tercera allí estable¬ cida. TuVo lugar el 23 por la noche en el Salón-teatro del Colegio de los Herma¬ nos de la Doctrina Cristiana. El numero- i88 El Heraldo de Cristo so público que llenaba por completo aquel local exterioriza su satisfacción y regocijo al entrar en él el nuevo Prela¬ do, saludándole con fuertes y prolonga¬ dos aplausos. Una vez ocupada la presidencia por el limo. Sr. Llompart y sus acompañan¬ tes, el coro, integrado por elementos de la Congregación Mariana y la Schola del Convento de S. Francisco cantó el Sacerdos et Pontifex del Rdo. D. Ber¬ nardo Salas, que acompañado por él y dirigido por el P. Gabriel Tous resultó admirablemente ejecutado; nunca, en verdad, lo habíamos conocido tan nutri¬ do de voces, tan acorde y esmerado. Hace enseguida uso de la palabra el Rdo. D. José Aguiló quien ofreció a su lima, la expléndida fiesta con que le ob¬ sequiaba lá familia cristiana inquense haciendo resaltar el sentimiento patrióti¬ co que le animaba. Por la galanura de la frase y estilo castizo, fué merecidamente aplaudido. D. Jaime Estrany leyó unas muy bien escritas cuartillas sobre el Pontificado y las Congregaciones Marianas; cantóse inmediatamente después El mea Xabec; el Sr. D. Juan Pieras, dignísimo Presi¬ dente de la Sociedad de Obreros Cató¬ licos, pronunció un elocuente discurso de saludo y felicitación al ilustre Paisa¬ no; el Rdo. Sr. D. Andres Caimari dió lectura a una afiligranada poesía origi¬ nal; y el notable concertista inquense D. Antonio Torrandell puso el elou a la primera parte del programa ejecutando con pulcritud inimitable y peculiar va¬ rias piezas magistrales, por lo cual la se¬ lecta concurrencia, que le había escu¬ chado con extraordinaria atención, tri¬ butóle unánimes aplausos, con que había premiado también la labor de los seño¬ res antedichos. Empieza la segunda parte con la con¬ ferencia del Rdo. P. Fr. Pedro J. Cerdá. Este describió la físonomía moral de un Obispo hablando de su vocación y dig¬ nidad, conmoviendo al auditorio con la explicación de la tremenda responsabi¬ lidad que sobre él pesa y de los senti¬ mientos íntimos de su corazón. El P. Cerdá por su trabajo notable y por la vasta erudición con que supo evalorarlo, cosechó calurosos aplausos. A continuación el joven terciario Bar¬ tolomé Alorda dió lectura a la poesía original de «Blanquerna,» que publica¬ mos en otro lugar de este número; el aprovechado y estudioso joven Lorenzo Durán lee también una hermosa compo¬ sición en verso de D. Antonio García Rover, que también reproducimos. Am¬ bas poesías merecieron justos aplausos. Canta luego el coro con sumo ajuste el magistral himno de Completes El Sol ja es a la posta que acompañó al piano su autor D. Antonio Torrandell; fué co¬ ronado con verdaderas demostraciones de agrado por parte de la concurrencia. Habla por fín en nombre de la Terce¬ ra Orden, que tan dignamente preside, el médico D. Sebastián Amengual, sa¬ ludando al Dr. Llompart no sólo en nombre del patriotismo sino también por los lazos de hermandad con que está unido a la Orden Tercera de la cual es miembro esclarecido. El público acogió las últimas palabras del Sr. Amengual con una ovación. Desarrollado el programa, el feste¬ jado Dr. Llompart hace un bello re¬ sumen de la velada y agradece en el alma aquel acto a sus compatriotas y a cuántos en él habían tomado parte más activa. Al abandonar la sala el Sr. Obispo, resonó en ella una prolongada y vibran¬ te ovación. El día 26 celebró la misa el Sr. Llom¬ part en el Convento de Padres Francis¬ canos de aquella localidad. Ayudábanle en ella el Rdo. Sr. D. Migueí Vidal, su Secretario particular y el Rdo. Padre Fr. Pedro J. Cerdá, Prior de aquella re¬ sidencia. La Schola cantando durante toda la misa escogidos motetes, hizo las deli¬ cias de los numerosos terciarios que lie- ÉL Heraldo dé Crisïo 1^9 naban una buena parte de la iglesia, /ntra-missam repartió el Obispo la comu¬ nión a los frailes coristas y demás comu nidad, acercándose también a recibirla muchísimos de los concurrentes. Los terciarios guardarán de este acto grata memoria. En él leen una prueba del acendrado cariño que les profesa su ilustre hermano en San Francisco. *** La Redacción de El Heraldo db Cristo se complace en enviar al nuevo Prelado su más respetuosa y efusiva fe¬ licitación y al besarle reverente el pas¬ toral anillo ruega a Dios dilate largos años su vida para gloria y esplendor de la Iglesia. Bellísima escultura de Montañés. — Convento de Santa Clara, de Sevilla. I9’ó El Heraldo de CRisfó CONSAGRACIÓ Per recordança de la del Il·lustrissim Señor D. Gabriel Llompart, Bisbe de Tenerife. Levita escels, pie d’humanal doctrina qu'els mals afolla d'aqueix món injust, sabiesa y vida sempre heu fos ab gust per retre el món a qui I'Avern domina Baixà plahent la potestat divina que us fa un Apòstol de ïAmor del Just, pretor insigne del Misteri August que’h cor pressent y Vànima endevina. Oh, si! ab Fencens de la sagrada festa, vibrant, intens y noble s manifesta del poble feèl l’amor y agrahiment; y prega al Cel que vostra magna empresa sia un planter de pau y dolcesa pe’l cor de l’hom, qui's bat terriblement... A. García Rover i5 Septembre, igiB. AMOR, PATRIA Y FE fli V. P. Fr. 3unípero Serra Después años deque cucmiepnlteon terel i2n8tadeyl accutautarol, que falleció santamente en Monterrey (California), el memorable Franciscano, V. Junípero Serra, todavía su nombre es pronunciado con fruición por los cons¬ picuos amantes de la verdadera civiliza¬ ción y por los pueblos que guardan lá cuna y el sepulcro del ilustre religioso. Hace unas semanas que leimos en el periódico “A B C„ un interesante artí¬ culo, copiado de una revista de Los An¬ geles» (California) en el que se ponía de relieve las altas dotes de civismo y abnegación cristiana del Venerado Fun¬ dador Fr. Junípero, lanzando su nombre a los cuatro vientos y presentándolo co¬ mo el primer civilizador de las costas norteamericanas. Y es que tres, nada más que tres son los grandes motores de la humanidad sobre la tierra: el amor, la patria y la fe. He aquí el argumento de toda historia humana. Yo no puedo afirmar que la poesía es historia, pero nadie puede ne¬ gar que la historia es poesía. La historia es la epopeya del género humano sobre la tierra: el prólogo lo escribió con su El Heraldo de Cristo 191 pecado en el paraíso nuestro primer pa¬ dre; la narración venimos componiéndo¬ la nosotros desde que fuimos expulsa¬ dos del huerto de delicias; la trama es la variedad de hechos humanos; ío ma¬ ravilloso, Dios, que en su eterna y ado¬ rable providencia se ha dignado ser la razón, la filosofía de la historia. La Historia de la Humanidad cayén¬ dose y levantándose, la historia es un poema que se escribe en el tiempo para ser leido en la eternidad. ¿Porqué hoy la Literatura, la Retórica, la Música y la Poesía vienen a prestar todos sus encan* tos para que se diga todo lo que hay que decir, y en forma más galana acerca del mayor hombre que Petra ha jactado y California enaltecido? Porque Junípero Serra, este varón excelentísimo en la virtud, de valor jamás vencido, de pala¬ bra viva, que ni se acob:rda ante los grandes, ni se ensoberbece ante los pe¬ queños, tiene en sí bastante poesía para atraernos y subyugarnos, como el foco eléctrico tiene en sí bastante luz para atraer las mariposas Junípero Serra es un rosal cargado de bizarras flores y cuando creemos encon¬ trarlo sólo con hojas, se nos presenta cuajado de bellezas. Y es, que el humil¬ de Hijo del Seraíín de Asís llevaba en su corazón un sol, cuyos calores lo fe¬ cundizaban y se renovaba con eterna juventud: es que el amor, la patria y la fe eran la estrella que lo alumbraba y el norte hácia el cual se dirigía. No bus¬ quéis en el corazón de este hombre exclarecido amores humano?, esos amores que juntan dos almas baja la divina ben¬ dición para que vivan una iola vida dos corazones. Son amores bellos, amores Santos, pero son imperfectos. No los busquéis, digo, en el corazón de Junípe¬ ro, porque era sacerdote, y esos amores en el corazón del sacerdote son parási¬ tos que viven a expensas de la vida del espíritu. No los busquéis en el corazón de Junípero, porque son como la reu¬ nión de las luces estelares, que todas juntas no alumbran la noche. Junípero nació para juntarse con aquel amor, que basta sólo para iluminar el alma, como el sol la creación con célicos resplandores. Si el amor es la fueiza, el sentimien¬ to, la inclinación a darlo todo porque lo posea el amado, nadie repartió tan a manos llenas sus facultades como el Fundador de la California Septentrio¬ nal. No debo apurar las cifras porque no vengo a cansar mis pacientes lectores con un panegírico del abnegado Misio¬ ne o. El vestia el humilde sayal francis¬ cano, llevaba en sus pies las gloriosas Sandalias con que el Santo Pobrecito de Asís había pisoteado las riqueza.s, los honores y las dignidades. Plantó la Cruz bendita en medio del desierto Alaska; llamó a los suspicaces indios, y transfor¬ mando el nómada en ciudadano, con¬ sigue que el salvaje y bárbaro empiece a ser materia incoativa de elemental, pero de verdadera y real civilización. Su entendimiento se abre a la verdad del Evangelio, deja de consultar a! ídolo y' al agorero y se siente dueño de si mismo y conquistador de la legítima li¬ bertad. Si no hay poesía en esa obra realiza¬ da por Junípero Serra; si no es poético dar nuestra salud, nuestra vida y nues¬ tras facultades porque la humanidad sea cristiana y porque la patria viva rica, hon¬ rada y feliz, o yo no sé lo que es poesía, o me he olvidado de lo que es patria y heroismo. La fe, la religión. Dios: éste fué el tesoro y más fecundo manantial de su inspiración. En la vasta soledad de los desiertos californianos, veía a Dio.» mu¬ gir en la tempestad, retumbar en el trueno, alumbrar en el rayo, trinar en el ruiseñor, murmurar en el río, brillar en la gota de rodo, serpentear en el arroyo y extenderse inmenso sobre las aguas saladas del Pacífico. Veía en Dios la justicia indeficiente, la verdad infaÜole, el amor inmortal, la omnipotencia triun¬ fante, la caridad inagotable, la miseri¬ cordia inextinguible, la inteligencia su¬ ma, la palabra única, el tesoro inexhaus- 192 El Herallo de Cristo to. Y al calor de sus miradas de águila y de conquistador, puso aquellos pára¬ mos a la sombra del Evangelio, a fuerza de trabajos inauditos, los civilizó para su patria querida, y los selló sonriente con su muerte y su sepulcro. Poesia es la Historia y Amor, Patria y Fe son argumento indiscutible en la historia del gran Junípero. Y porque así lo establecemos y confesamos, nos enor¬ gullecemos de perpetuar su memoria en las columnas del Heraldo, eximia y genuina publicación Franciscana, dedi¬ cándole estas pobres líneas en el 134 aniversario de su preciosa muerte. Francisco Torrens, Pero. T. Inauguración del monumento a San Francisco en la Verna El Heraldo de Cristo 193 Nuevos Obispos Ha sido aceptada por la Santa Sede la propuesta hecha por el Soberano es¬ pañol, del muy ilustre D. Enrique Cía y Deniel, canónigo de Bircelona, y dej Rdo. P. Zacarías Martinez Nuñez, de la Orden de San Agustín, para ocupar las sillas vacantes en las diócesis de Avila y Huesca, respectivamense. Tanto el emi nente sociólogo Sr. Pía y Deniel como el sabio P. Zacarías han dado frecuentes y palmarias muestras de sus dotes de virtud, ciencia y discreción. El Episco pado español cuenta, pues, desde hoy con otros dos varones ilustres que acre¬ centarán sus glorias. Enviamos nuestra respetuosa felicita ción a los nuevos pastores y a los fieles diocesanos cuya guarda especial se les encomienda. Una «víctima» de ia guerra La colosal «Campana del Kaiser», cu¬ yo imponente sonido tantas veces se dejó oír dominando el rumor de la ciu¬ dad de Colonia, ha sido arrancada de una de las torres de su magnífica Cate¬ dral. Eli la última noche del pasado año los habitantes de Colonia escucharon conmovidos por vez postrera la voz de la «María Gloriosa»—así se llamaba la campana—que se despidió con un repi¬ que fúnebre... Después,aserrada en varios trozos, porque hubiera sido imposible bajarla entera sin causar daños al cam¬ panario fué trasladada a las fábricas de cañones.. No será la vez primera que aquel histórico bronce sea erap’eado en sembrar la muerte. La «María Glo¬ riosa» fué fundida con bronce de los cañones cogidos a los franceses en la guerra de 1.870. Se la estrenó en 21 de Marzo de 1.8^7, aniversario del natali¬ cio del Emperador Guil'ermo I, que la regaló a la Catedral. Pesaba só'ooo li¬ bras. Para voltearla en el día del estreno fueron necesarios 27 hombres. Ultima¬ mente se la movía por medio de un mo¬ tor eléctrico. Párroco celoso En la parroquia de Bemsanet, dióce¬ sis de Tortosa, han recibido las aguas bautismales de manos del vir uoso pᬠrroco D. Antonio Bonct, tre', hermanos protestan;es, llamados Daniel, Dolores y Julia Roca Puncho de 14, 12 y 6 años, respectivamente. Gracias a la apostólica labor del in- incansable Párroco de Bemsanet, de las muchas íamilias que hubo en dicha po¬ blación afiliadas a la secta protestante, sólo queda una, siendo éste el prove¬ choso fruto de tan evangelizadora pro¬ paganda. Si en la viña del Señor hubiese mu¬ chos trabajadores de estos arrestos, de¬ saparecería poco a poco la cizaña y mu¬ chos más volveríán al camino de la verdad. ' i94 El Heraldo de Crístü Noticias consoladoras Lo son, y de gran satisfación para todo buen cristiano las que se reciben, en estos días de luto universal, de Var¬ sòvia sobre la reorganización de la vida católica en el antiguo y cristianísimo reino de Polonia. El Episcopado polaco ha recaudado ya una suma cuantiosa, que pasa de 20 millones, destinada a la fundación de nua Universidad católica, del tipo de las que tanto renombre han dado a Lovaina, en Bélgica, y Lila y Lyón en Francia. El proyecto de esta Universidad ha sido trazado por el eminente Obispo de Wilna, monseñor Ropl, y será en breve sometido a la aprobación del Sumo Pontífice. Digno de aplauso Un cablegrama de América que re¬ producen los periódicos franceses da cuenta de que las autoridades federales de Wáshington han dictado un bando por el que se recomienda al vecindario capitalino que, en oyendo la primera campanada de las doce del día, suspen da por breves instantes sus ocupaciones y recite el Angelus con el mayor fervor, implorando de la Virgen poderosa, la Madre de Jesús, el beneficio de que se acabe pronto la gran lucha de los pue¬ blos con una paz justa y duradera. Terciario Académica Ha sido nombrado miembro de la Academia Francesa, para reemplazar al llorado conde de Mun, el Terciario franciscano Mr. Alfredo Baudrillart, Rector hasta ahora del Instituto Católi¬ co de París. Es Mr. Baudrillart, como el ilustre terciario conde de Mun, entutusiasta admirador y cordial devoto del Pobreciilo de Asís Francisco. Sus ex¬ traordinarias dotes de ciencia y virtud brillarán sin duda con nuevos fulgores en el honorífico puesto a donde sus méritos le han ensa'zado. Ei Apóstol de las tres Avemarias Ha fallecido el R. P. Juan Bautista, benemérito religioso déla O.Franciscana Propagar por el mundo entero la devo¬ ción de las Tres Ave Marías fué su pa¬ sión dominante; a ese noble fin consa¬ gró su vida entera hasta arruinar su salud, hasta morir en la demanda. Inspirándose en la revelación hecha por la Santísima Virgen a Santa Matil¬ de, emprendió la cruzada universal en favor-de la mencionada devoción, que consiste en rezar tres Aves Marias^ a la mañana y a la noche, con el doble fin de dar gracias a la Santísima Trinidad por los tres grandes privilegios de po¬ der, sabiduria y misericordia, que con¬ firió a la Santísima Virgen, y honrar a ésta por ese medio pidiéndole, según su promesa, la gracia de una buena muerte. A este fin fundó el «Propagateur des Trois A^e-Maria», escribió una multitud de libritos, folletos y hojas de propagan¬ da, grabó estampas, acuñó medallas y en la ciudad de Blois estableció un ver¬ dadero arsenal de toda clase de inge¬ nios de guerra para esta cruzada. Intervino en todos los Congresos marianos que se han celebrado en su tiem¬ po en Francia, Suiza, lialia, España y Alemania, y gracias a él, esa devoción se extendió por el mundo entero, y fué enriquecida con indulgencias por los soberanos Pontífices. ¡Descanse en paz el celosísimo apos¬ toli Ei capitán Eugenio Duthoit Se trata del doctor profesor de la Universidad de Lille, muy conocido en el extranjero por sus obras de economía política y social, promotor y orador asiduo de las Semanas Sociales. Movili - zado en 1914, ha ganado en el frente la Cruz de guerra y la de la Legión de Honor. Enviado en misión al Canadá y los Estados Unido?, acaba de dar en Roma una conferencia, muy aplaudida, sobre la guerra actual. Es terciario fran¬ ciscano. El Heraldo de Cristo 195 ZJSTTEIRIOR lYIsnOCOr.—Agradable y simpática ha resultado la fiesta que han dedicado las hermanas Terciarias de San Francisco de Asís, residentes en Manacor a su ex¬ celso Padre. La víspera, o sea día 3 de Octubre, tuvo lugar a las siete y media de la tar¬ de, la exposición del Santísimo Sacra¬ mento, y a continuación el Padre Lo¬ renzo Riera del Oratorio de San Felipe Neri, hizo el ejercicio de la Hora Santa, terminada la cual se dió la bendición con el Santísimo. Día 4 a las siete y media se celebró la misa de comunión, a la que asistieron las alumnas del colegio y muchas jóve¬ nes de la escuela dominical y otras per¬ sonas: mientras se repartía el Pan de los Angeles cantáronse varios motetes alu¬ sivos al reto. A las diez tuvo lugar la Misa Mayor, y se cantó con mucho ajuste la partitura Te-Deura Laudamus de Perosi. Ocupó la cátedra el ya mencionado Padre, el cual presentó a San Francisco como imagen perfecta de Jesucristo, en espe¬ cial por la pobreza, mediante la cual logró regenerar en parte la sociedad de la Edad Media, y no sólo en la E. M. sino que aún hoy día perdura su memo¬ ria e imitación, puesto que hay muchas almas que abandonados los goces del mundo se entregan al servicio de Dios observando las reglas de Francisco. Por la noche tuvo lugar el ejercicio de San Francisco, cantándose cinco pa dre-nuestros, en memoria de las c neo llagas que Dios se dignó imprimir en su siervo, cantáronse también varios mote¬ tes, entre éllos el Oh Sani Dolcissim y se coronó la función con el canto del Te- Deum, después del cual se dió la bendi¬ ción con el Santísimo Sacramento. Enhorabuena a las hermanas Francis¬ canas de Manacor y tómbién a la nume¬ rosa concurrencia que se dignó honrar a San Francisco asistiendo a los actos mencionados, y que el Buen Dios les colme de bendiciones espirituales y temporales. 196 El Heraldo de Cristo Campos.—Día 14 de Septiembre falle¬ ció Juan Pomar Aguiló a la edad de 78 años, después de recibidos los santos Sacramentos, y sufrido con resignación cristiana ocho años. Era muy fervoroso y muy exacto en el cumplimiento de las obligaciones de su estado, siendo modelo de terciarios hasta su muerte. —Día 3 de Octubre, vigilia del P. San Francisco, a las nueve de la noche pasó a mejor vida el alma de Micaela Más Vi cens a la edad de 84. años, habiendo re¬ cibido los santos Sacramentos y sufrido con gran resignación cristiana la penosa y larga enfermedad que durante sus úl¬ timos años minaba su existencia. Perte¬ neció a la Orden Tercera desde muy jo¬ ven y siempre fué modelo de fervorosas y fieles terciarias, dando ejemplo prin¬ cipalmente en el manejo de su familia y educación de sus hijos. Manacor.—E! 26 del próximo pasado falleció en el convento de religiosas Franciscanas de Manacor, la hermana Sor Angela María Riera, natural de San¬ tanyí. Contaba dicha hermana 84 años de edad y durante su vida religiosa, fué el ejemplo de las hermanas que con ella vivían, distinguiéndose por su amor al Santísimo Sacratiiento y la caridad con los prójimos. La obediencia, la colocó al cuidado de los parvulitos y supo desem¬ peñar tan bien este cargo que se captó las simpatías de estos angelitos y de cuantos la trataban: inculcaba en el co¬ razón de los pecjueñuelos el amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen y les encargaba que con frecuencia elevaran sus corazones al cielo pidiendo a Jesús que les bendijera y les hiciera buenos. Durante los últimos años. Dios la ha probado con una larga y penosa enfer¬ medad, la cual ha sufrido con resigna¬ ción verdaderamente ejemplar, dejando a todas las hermanas muy edificadas, pues siempre estaba contenta y rendida a la voluntad de Dio?, y considerándose indigna de los servicios que le pres¬ taban. El Señor que recompensa con mano liberal a los que le sirven, habrá conce¬ dido el premio mereciJo a tan buena religiosa. A. E. R I P. A. DE L’ART Sant Francesc 1,^ onuimenT ma*gne i edifici tot un¬ 'l 2*^ fama histórica, es l’Es- ; 9 giesia i el Reial Convent de Sant Francesch de nostra ciutat de Ma¬ llorca- En tan admirables construccions, si enclouen mèrits artistics i fets notabi- líssims que son mes que suficients per teixir la més interesant monografia, do¬ nant així lloc a ser un punt més estimat i venerat, no ja sols p els extrangers qui frecuentment lo visiten, sino també per tots als fills de la patria que indiferents casi tots desconeixen el valor d’un dels millos tresors qui guarda la nostra illa venturosa. No cap en un article fet depressa i limitat tan gloriosa explicació, ni es po¬ sible tampoc el resumir una materia tan extensa, ja que una simple selecció de mèrits i valors, donarían lloc a paríame en moltes d'ocasions. Bastará sols el fer avui i en forma sencillisíma, el merescut elogi artistic dels venerables murs de la gran Església i del bellissim claustre qui está arrambat a ella, com si fos la ñau humil qui surteix a un gran navili. Pocs son segurament als mallorquins, qui ja aproposit, ja casualment, no hagin topat cualque pic, en lo monumental temple de Sant Francesch- Ell, al voltant del carrer del mateix nom, ja apareix magestaticament, allá al fondo de la gran plaça que fou un dia lo Sant Ce¬ ment ri dels relligiosos franciscans. Cuant l’esperit entusiasta veu sorgir la fatxada tota vermellosa i com si estás torrada per los raigs del sol; cuant en lo cap alt se veu per un costat la taringa de confreforls, macisos, qui van donant la volta per l’absis ctrevida; cuant repasan! las severas líneas i l’estructura sencillísi na, ja se cercan una per una, las calades fi¬ nestres o ja als pinàcles fulletjats, !!?> vo¬ res brilla l’austeridad magna del corjant i sol se veuen arreplegades las formas escultòriques qui podrían estar espargí Jes per la pared inmensa, just en lo barroc portal qui fou esllevorat per l’escultor Herrera, en rara coincidencia. 1 si l’erudit pensará al punt d’acostarse a la portalada, en la mala interpretació i composició donada per la insigne ploma del presoner de Bellvé, en canvi l ull discret i animador de la belleza veurá entre columnes, cornisas i la conxa qui a tot ho ampara, a los Sants Fundadors de les dues Ordes més grans de l’Edat Mitja; veurà el Doctor Subtil, al Mártir de Bogia i entre garlandes, angels, escuts i enginyosos relleus, tot mostra magnífi¬ ca de l’importació italiana, a la figura de la Verge Inmaculada, duguent flotants los vestiments, i vagent-se alloura per tot la rica gracia de l’autor qui le creà. Adalt, i com si fos el coronament de l’obra, está el cavaller Sant Jordi ma¬ tant lo drac. Es el lloc qui li correspon 198 Juventud Seráfica ja que era patró de la Confraria qui cos¬ tea l’obra de la fachada nova la cual fou feta un tramo de capella més endins a la primera, qui estava cruixide per un llamp qui li pegà l’any 1480. Era el temps qui agonisava la forma ojival i se obrava a Mallorca l’evolució cap a la forma clási¬ ca, motiu aquest, que fa que sia un exem¬ plar de correcta barroquisme, l’expléndida portalada. Un ornamentat rosetó, s’obrí par de¬ munt d’ella, i a dalt, te per coronament la fachada , una serie de arquets endo¬ sos entre dues torretes qui tenen per re¬ mato a las imatjes de Sant Francesch i Sant Domingo. Es tot, un obra qui adoleix de la decadencia artística que impe¬ raba a mitjan segle passat. No es el co¬ ronament qúi correspon als baixos.. Entrem dins Tinrnensa nau del temple, i encare no haurem posat peu demunt lo vell trispol qui semble esser un drap cavalleresc tot ple de nafres rebudes en las batalles dels segles, cuant l’ànima del expectador s’enfila i fa pensar en l’austeridad i grandeza de l’Ordre fundada pel Sant d’Asis. No cerquem adornos ni relleus ni fruitx de magnifícancia, per¬ qué tot cuant será nota d explendidés, es degut a la mixtifícació obrada en el segle X’VllI per seguir les corrents artís¬ tiques del món. Trasladanmos al final del sigle XIIÍ, e imagina lector lo que seria la nau expléndida, proporcionada, atrevida, tenguent a cada part la llarga fila de cape¬ llas entre als contraforts, i estant cober¬ ta p’els arcs torals i units un en l’alrre, de través, per bigues de fusta totas pintadas amb adornos sencills, com en los enteixinats antics dels casals de Mallorca; com aixi s’usava en las construccións ar¬ tísticas catalanas; com aixi s’havia fet als dormitoris de Poblet i a la capella de Santa Agueda de Barcelona; com aixi encare avui se veu en l’esglesia de Santa Margalida de la Reconada; pero l’explendidez i l’amor serafic se juntaren en la persona del Bisbe franciscà D. Pere Cima, i s’obraren totas las voltas amb crucería fins a prendre el caracte que avui a pesar de totes las transformacions no s’ha pogut borra. Fruit es la concepció del temple de Sant Francesch, de l’arquitectura ojival imperant en los dominis dels Reis d’Àra- gó, escola de serena elegancia i que per cert presenta a mes de las características de cada pobla, una identificació comple¬ ta en l’ordre general de l’arquitectura franciscana, obrada per tot España molt poc después d’haverla traspassada de cap a cap el mateix Sant Fundador. Tots els monuments franciscans tant grans com petits tenen la mateixa austeridad, com fills d’una mateixa regla, i tots fo¬ ren cuant s’aixicaren, l’oposició als explendits i poderosos que havian deixat les Ordres monacals- Sols un, Sant Joan dels Reis de Tole¬ do, es l’escepció, p’el motiu de ser cos¬ tejat per la Reina Isabel la Católica. Aquest exemplar qui guarda la Ciutat Im¬ perial, sembla qu’es el relicari guarda¬ dor de tota l’ornamentació qui correspondrian tenir tots als damès temples seràfics. Es doncs, l’Esglesia de Sant Francesch de nostra. Ciutat una maravella de l’art ojival mallorqui. Fou aixicada baix l’explendorós reinat del fill del Conqueri¬ dor, lo Rei En Jaume II, lo cual tengué la dicha de veure a son primogènit qui cambiava la corona en lo cordó del Xe- rafi, baix les naus del mateix temple. Lo rei En Jaume, el fill frare menoret el, Bis¬ be Cima i seus dubte el mestre arquitec¬ te Jaume Fabré, qui obrave a las hores la Catedral, foren als pilars robuts qui sostengueran i apoyaren en el principi l’obra magna. Ella havia de ser inmortal. Baix las voltes d’aquest temple altissim, si deci¬ diren a lluitar Apostols de Cristo, si en¬ terraren las despulles de venerables antepassats cuberts de gloria, blasons, ar¬ mas i noblesa, i fins i tot perque no mancàs la nota trágica si veren brillar als acers de tots als magnats de la Ciutat, com si volguessin convertir en camp de Juventud Seráfica '799 torneig- el Hoc de la pau per excel’lencia, el punt del nivellaaient huma, el temple consagrat qui té per missió fer abrassar a totes las criaturas, i durles cap allá dalt. 6 Octubre de Í918, A. b V. VHitando el Pilar E regreso de un viaje a Madrid, pa¬ saron por Zaragoza Antonio y su padre. Que placer para ellos postrarse a los pies de la patrona de los arago¬ neses. Antonio joven de 18 años; su alma abierta durante mucho tiempo por las bellezas de un viaje de ensueño, ha re¬ cogido sus alas ante la Virgen, se ha su¬ mergido en el silencio místico de la Santa Capilla, ha sentido la caricia divi¬ na de la Pilarica. De las dos horas benditas que Anto¬ nio ha- pasado ante Ella, se lleva entre los pliegues de su espíritu, la dulce ima¬ gen, la paz de la Capilla, los fulgores del manto y la corona, las lucecilias siempre vigilantes de los cirios, luces claras, luces suaves, de estrellas prendi¬ das por manos piadosas entorno de la dulce Madre. —^¡Adios, Virgen del Pilar!—decia Antonio al partir de allí — ¡Dichosos esos ángeles de plata que os alumbran siempre! ¡Dichosos esos cirios que ar¬ den ante Vos! Haced que mi vida sea como esas luces, que arden de continuo para gloria vueitra... Al salir de la iglesia le preguntó su padre. —¡Te ha gustado! — Mucho, mucho, padre mío. Y sobre todo el ver como suben los niños a la Virgen y más aún ese entrar continuo de gentes que se llega a la verja para poner ante la Virgen velas encendidas. ¿Cuántas gracias imploradas o alcanza¬ das hallarán esos cirios? —¡Y tantos como hay siempre, según dicen, —añadió el padre!—Cada vez que he visto colocar uno, he rogado a la Virgen, que concediese lo que aquella luz, alumbrándola, le pedía. ¿Te has fi¬ jado, Antonio, en aquel pobre mucha¬ cho? — ¿Y aquella niña de primera Comu¬ nión? —¿Y aquellos obreros? - ¿Y todas aquellas mujeres? * ** Pasados diez años al volver Antonio a Zaragoza, por asuntos comerciales, no olvidó ir por segunda vez a postrarse a los pies de la Virgen del Pilar. ¿Cuántos recuerdos evocaron aquella segunda visita? Y volvió a contemplar por unos mo¬ mentos aquel continuo entrar de gente que lleva ofrendas a la Virgen. Y continuaba todavía, a lo largo de la verja de plata, macisa y ancha, la bri¬ llante teoría de luces encendidas por manos piadosas. Sus tranquilos fulgores mantienen vi¬ vo en la Santa Capilla un ambiente de fe, de consuelo y de esperanza Y desde esa verja—verdadero aliar de las ofren¬ das — se eleva contante, luminoso, a»'diente el himno de todo un pueblo a las misericordias de la Virgen del Pilar. Se despidió Antonio de la Pilarica, más su espíritu quedó alli. V. M. iiiiíi byeiifl (icüióii reeoiiipensiidii (De Lamennais) PUKnAiNñoTsE JuunliorigyuroRsoobeirritvoi,erniboa;udoasl molino llevando cada uno un peque¬ ño saco de trigo. Al pasar cerca de un. jardín Julio fué tan conmovido a !a vista de algu¬ nos pajaritos que morían <ie frío y de 200 Juventud Seráfica hambre que habrió su saco y tiró al¬ gunos puñados de trigo. Haces mal, le dijo su amigo Rober¬ to en ser tan sensible; tu tendrás cier¬ tamente menos harina y tus padres te castigarán. Yo se cierto que mis padres, res¬ pondió Julio, no tomarán de ningún modo a mal la bondad que mi cora¬ zón me ha inspirado. Ocho días después, los dos niños volvieron al molino para buscar la harina y encontraron que en el saco de Julio había dos veces más de hari¬ na que en el saco de Roberto. Y se marcharon los dos rruy admi¬ rados y no pudieron comprenderlo que había sucedido. Pero el molinero que había oido la conversación que los niños habían tenido ocho días an¬ tes pasando cerca de su jardín donde el trabajaba, dijo a Julio,. Tu piedad hac a los pajarillos me agradó tanto el otro día, que yo he doblado la cantidad de hariná. Considera ese favor como una re¬ compensa de la bondad de tu corazón y no olvides que una buena acción lleva siempre su recompensa. Por la traducción. F. P. ¿Por qué arado? L modo que se torna por un sende¬ ro predilecto que nos lleva a des¬ cubrir horizontes amados, vuelvo una vez más ante el público literario y cris¬ tiano. ...¡Debo confesarlo!... ¡Vuelvo más pronto de lo que me suponía! Al llegar a la noche de un libro, cuando corrijo las pruebas de las últi¬ mas páginas, me digo casi siempre: ¡Hasta sabe Dios cuándo!... Pero pocos días después siento una voz que grita en mí: ¡Anda!... ¡No has concluido aún tu siembra! Y como el labriego en el campo, res¬ pira cortos minutos sentado sobre su reja salpicada de tierra y torna luego bajo el cielo melancólico del otoño a abrir otros Surcos a través de chozas y hojas muertas, yo también emprendo una nueva labor en medio de los restos de una sociedad moribunda, sembran¬ do, a pesar del horizonte negro, para la primavera de’mañana. Esta esperanza tenaz de renovación que vive en mí es la causa de mis li¬ bros. Protesto con toda mi alma cuando se me cita como un dilettante que analiza a una nación concluida. Soy sacerdote, y porque lo soy siem¬ bro a todos los vientos... y siempre. . y por todas partes... lo mismo desde lo alto del púlpito que desde el rincón de un cuento triste o alegre... Él hará, quizá, como humilde historia, sonreir de compasión a los desdeñosos que no conocen el corazón de las muchedum¬ bres, pero en cambio me revelan desde los cuatro puntos cardinales, que se lee placenteramente por la noche ante la chimenea llameante en buen número de hogares de mi Francia. Puedas tú, pues, ¡oh Reja del ara¬ do! abrir la tierra de las almas y refle¬ jar todo su cielo sobre tu filo de acero; puedas tu añadir nuevos surcos en los ya hechos; puedas, sobre todo, ayudar a que reflorezca por encima de la em¬ briaguez de este siglo la perdurable flor déla verdad... Porque esa es la sola razón de existir de aquí abajo, y tú la¬ bras por el Eterno Sembrador. Pierre L’Ermite Obras del P. Ambropio de Valencina La Vida Espiritual. Cartas a Teófila.— 8,^ Edición. Un tomo de 457 págs. en¬ cuadernado en tela, ptas. 2’50. Obra indispensable a cuantos tratan de perfección, recomendada por todos lof Prelados españoles e inmensamente difurdida en toda España y América. La Vida Religiosa. Cartas a Sor Mar¬ garita.—6® Edición. Un tomo de 440 páginas, encuadernado en tela, 2*^0. Libro escrito por el P. Ambrosio p?ra los religiosos de uno y ctro sexo, y que ha sido llamado el Kempis de las reli* giosas por los Prelados españoles. Soliloquios.^—Quinta edición ilustra da. Un tomo de 345 págs. encuader¬ nado en tela 2*50 ptas Esta obra retrata al P. Valencina, cuyo corazón seráfico derrama las efusiones de su espíritu franciscano por sus cálidas páginas, que no pueden leerse sin emo¬ ción, constituyendo un libro admirable, reputado como de los mejores de su autor. Flores del Cjaustro y Arrullos de Palo¬ ma.—5.® edición ilustrada con 41 fo¬ tograbados. Encuadernado en tela, 2 pesetas. Es un libro por el estilo del anterior con la sola diferencia de que en éste, los soliloquios están puestos en labio.s de una religiosa, flor del claustro y palo¬ ma de la soledad. Es una joya en el con¬ cepto místico y ascético. Lirios del valle.—6.^ edición ilustrada. Un tomo de 270 págs. encuadernado en tela, 2 ptas. Novelita de lectura tan interesante, tan llena de piedad, poesía y sentimien to, que difícilmente se suelta el libro de las manos empezándolo a leer. 61 Director Perfecto y el dirigido San¬ to.—Correspj^ndencia epistolar entre el B. Diego J. de Cádiz y su Director el V. P. Francisco Javier González. Tercera edición. Un tomo de 624 pᬠginas encuadernado en tela, 3 ptas. Libro único en su género, verdadera autobiografía del gran Apóstol del siglo XVIII que tan gran influencia ejerció en los destinos de Españi, e igualmente útil a los directores de almas que al his¬ toriador y el erudito. Es una de las más lindas joyas de la mística espiñola, que debe leer toda alma deseosa de su per¬ fección. Las Siete Palabras.—Predicadas el Viernes Santo de 1907 ante S. M. el Rey en la Capilla Real de Palacio. 3.^ edición. Un tomo de 128 págí. encua¬ dernado i’^o. Son una de las galanas muestras, des¬ graciadamente pocas, de la elocuencia de 3u autor, gloria del púlpito sagrado. Poesías religiosas o fiores de mi Ju¬ ventud.—4.^, edición corregida. En¬ cuadernado en tela i’5o. Las poesías religiosás resaltan por su delicadeza, sentimentalismo y piedad. Son un precioso regalo para premios. Preparación para ei Matrimonio.— í ^ edición. Un tomo de 316 págs. encua¬ dernado ettela 3 pesetas, en rústica 2. Ultima obra del P, Ambrosio, de éxito sin igual. Deben leerla todos los jóvenes, para prepararse al gran sacramento del Matrimonio. £)e él han hecho grandísi¬ mos elogios al Episcopado Español y toda la prensa católica en general Es regalo indispensable a las prometidas. Leyendas edificantes o Historietas piadosas.—5.^ edición ilustrada. Un tomo de 431 págs. encuadernado en tela 2 pesetas. Hermosísima colección de lecturas re¬ creativas, de sana moral y grandísimo interés. Libro indispensable para pre¬ mios. Muriiio y ios Capuchinos.—Un ton ito de 132 págs. i‘2 5 ptas, en tela. Interesantísimo estudio histórico, re¬ pleto de datos desconocidos de las rela¬ ciones con los Capuchinos del gran pin¬ tor de la Inmaculada. Mi viaje a Oceania.—4.^ edición corre¬ gida Un tomo en tda, i peseta. Obrita interesadísima, preciosa mués tra de estilo descriptivo y de ameno na¬ rrador de su autor. Obras del P. Ambrosio de Valencina Los Capuchinos en la guerra de la In¬ dependencia. Como Murillo y los Capuchinos, es un estudio histórico, perfectamente docu¬ mentado, del influjo de los Capuchinos en la ép.ca lucha contrn Napoleón. En tela, i'soy en rústica i peseta. Reseña histórica de la Provincia Ca¬ puchina de Andalucía, varones ilus ires en ciencia y virtud, que han flore cido en ella desde su fundación hasta el presente — 5 tomos, en rústica 4’5o; y con lomera de piel 7 pesetas. Vida del P. Carabantes.—Un tomito de 94 págs o‘50. La vida del P. Carabantes, que en bre¬ ve será beatificado consiituye una de las más asombrosas que existen y despiertan grandísimo interés. f^etórica elemental o lecciones de lite ratura preceptiva. Tercera edición. Un tomo encuadernado con preciosa plan¬ cha^ dos pesetas. CARTAS DE CONCIENCIA que el -Beato Diego J. de Cádiz dirigió a su Director espiritual D. Juan José Alcover e Higuera?, anotadas por el M R. P. Die go de Valencia con un prólogo censura del muy Ilustre Sr. Dr. D. Juan F. Muñoz Pabón Esta obra interesante ha merecido los elogios más cumpl dos del público y de la prensa, no siendo menores los de los críticos y renombrados escritores de España. Consta dicha obra de 583 páginas, encuadernada en tela, 2 pesetas. Al hacer los pedidos al Administrador, mándese además del importe dé los libros, para el gasto de franqueo y certificado. Los pedidos pueden hacerse a esta Administración o a la Administración de «Adalid Seráfleo», Ronda de Capuchinos, Se\\il!a. 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