Año X Junio 1918 Híñm. lio pHNHDeRIH SH]Nft:H eULHLlH x>s: Fabricación esmerada de galletas y bizcochos de todas clases. X:jSP3E:OX.^XjXX>^X3 JESN XSaXTStAIlMCAPAS Plaza de Juanot Colom.—Sucursal en la Plaza Santa Eulalia, 15.—Ser¬ vicio a Domicilio de todos sus productos. — Exacta puntualidad en los encargos Mercería “La Patria,, Bolsería, número 8 ESPEClÁLIDiD EN CAFES TOSTADOS DIARIAMENTE jf. José gestará Calle Cordelería, 68 PALMA-DE MALLORCA Instalaciones de Alumbrado ELÉCTRICO Timbres, Teléfonos y Pararrayos Braulio González ELECTRICISTA MOTORES, ARCOS Y DINAMOS Palacio,25-PALMA de MALLORCA Gran Cerería BLANQU-EQ DE TODAS CLASES Cirios esteáricos primera clase a 2 Ptas. kilo Secar del Real.-PALMA D£ MAXLiORCA Para encargos, pedidos y demás informes dirigirse a DON PABLO COMAS Y PAVERAS San Micnel n^m. 26.—PAL·lIA ^ I-]VE ^ c e: EC st HIJOS DE BARTOLOME GUMB Aü S. en C. 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Novena de S j\\ntOnÍO I ..I .1 Sy siete y media durante una Misa y por la noche con toda solemnidad. Se expondrá el Santísimo después del rezo de la corona que será a las ocho y seguirá la novena predicada por el Rdo. P. Fr. Eduardo Faus, O. F. M. de la Provincia de Valencia. Comunión para los p* obres de S. Antonio.^ el domingo día 9 a las siete en la iglesia de la Hermandad. Terminada esta se repartirá a los pobres pan y arroz. Festividad de S. Aatomo.‘~"‘r’^" "í”; 'í"* de Comunión general para los socios de la ria- Unión y devotos del Santo. A las diez, después de expuesta S. D. M., se cantará Tercia. Acto seguido bendición de los lirios de S. Antonio y Misa mayor, cantándose la Misa Pontificalis del maestro Perosi. Sermón por el Rdo. P. Eduardo Faus. Por la tarde, rezo de la sagrada Corona, Trisagio cantado por el pueblo, sermón por el mencionado orador, conclusión de la Novena, procesión con el Stmo., solemne Te~Deum y reserva. NOTA.—Las personas que deseen se aplique a su intención alguno de estos ejercicios, procuren dar aviso en la sacristía. mensual. [)()tnín^^O mañana a las ocho misa de comunión general para los Terciarios. Por la tarde a las ocho tendrá lugar la Reunión Novena del Bto. Ramón £o//.„Empe,arádía 24 .I«s ochode htard.co,. ' exposición del Santísimo y sermón por el Rdo. Sr. D. Nicolás Saggese, Pbro., Profesor del Seminario. ^ * condiciones ordinarias los Terciarios pueden ganar indulgencia plenaria los días siguientes de este mes: Día 3, El Bto. Andrés de Híspelo.—7, El Sgdo. Corazón.—9, San Pablo de la Cruz.—13, S. Anto¬ nio de Padua.—15, La Bta. Miquelina de Pisauro.—20, Octava de S. Antonio.—24, S. Juan Bantista.— 29, S. Pedro y S. Pablo, Apóstoles.’ Almacén de cafés, ^ azúca¬ res, cacaos, canelas, ^ harinas, salvados, arro¬ ces y legumbres. BARTOLOMÉ BOSCH PÉREZ'® Ventas al pormayor.—Herrería, 22 y al detall.—Fideos, 9 y 11. PE aiAIiEPBCA MERCERIA COLON DE — - Mercería, Paquetería, Novedades. Es la mejor surtida en artículos pa¬ ra señora y caballero.—Colón, 62. PALMA DE MALLORCA -¿ ¿— ¿¿i¿i¿i¿¿i i PTJTj"tru"UTj otrtru’Xjxr'UTj'Tj u ■ El ¿ j, ¿ A .A ¿ í ¿ í. í A h de Cristo —— Revista mensual ilustrada — ^ Dedicada al fomento y propagación de la Tercera O. de S. Francisco § Cj n-TuruTi jD-Ci xtjo n^xxx^ructjcuci 0^2) T" V ¥ V ^ '~T ~Y~~r n^n\_n.n-n. r5\_nn-n.n^rj-nr5\_n. o\_n 3 “Y"~f V ‘Y""?" V ¥ ' t Redacción y Administración: Convento de San Francisco Palma de Mallorca -iJk. Precios de suscripción: En España ... 2 ptas. al año. En el Extranjero . 3 » » Aflo X. Junio de 1918 Núm. lio S XT XkiC .A S. X o =ct) El nuevo Obispo preconizado de Tenerife. —¡Oración y limosnal.— Visió.—El mestre (poesía.)—De cómo se quebró una guitarra en la cabeza de Roque...—Pan de S. Antonio.— Es «soldat de Nápols».— La Peregrinación Franciscana de 1918.—Sección Doctrinal.— Noticias y Variedades.—Crónica Franciscana. — Necrología.— Juventud Seráfica.— Li¬ bertad.— Cómo las perlas.— La Mariposa.— Nuestros deberes. 61 nuevo Obispo preconizado de t^enerife N fecha reciente acaba de ser preconizado Obispo de la Dió¬ cesis de Tenerife, el hasta aho¬ ra Canónigo de la S. I. C. Basílica de Mallorca, M. I. Sr. D. Gabriel Llom- part. La elevación del Sr. Llompart a aquella silla episcopal, al par que vie¬ ne a constituir un digno coronamiento de las virtudes y relevantes dotes del meritísimo Canónigo mallorquín, honra singularmente a los hijos todos de nues¬ tra hermosa Isla, entre los cuales es ya considerable el número de los que han ceñido la simbólica mitra y empuñado el báculo pastoral; pero con toda espe¬ cialidad puede gloriarse de tal distin¬ ción la Orden Tercera de N. P. San Francisco, a la que cabe el honor de contar ya entre sus hijos ilustres al nue¬ vo Prelado nivariense. Alabamos al Señor que ha tenido a bien elegir a nuestro estimado hermano en S. Francisco para regir una porción de su Iglesia, y hacemos votos para que el Pontificado que dentro de poco va a empezar sea fecundo en obras de santi¬ dad y de cristiana perfección. Notas biográficas El M. I. Sr. Llompart nació en Inca, el 18 de Noviembre de 1862. Sintiéndose con vocación al estado eclesiástico, ingresó en el Seminario de la Diócesis en 1875, siendo ordenado de presbítero en 1866, por el Excelen- 102 ÉL Heraldo de Cristo e. limo. Y l^mo. Sr. D. Gabriel Llompart Obispo preconizado de Tenerife Hísimo Sr,. Cervera,-después de una ca- -rrera brillantísima.. . . Regentó después en el Seminario las cátedras de-Latín, Historia .Sagrada, Metafísica, Teología Dogmática y De¬ recho Canónico.' En 1888 obtuvo los grados de Licen¬ ciado y Doctor en Sagrada Teología en.el Seminario de Valencia y en 1896 obtuvo la Licenciatura y el Doctorado en Derecho Canónico, siempre con la nota de Nemine Discrepante. . El año 1886 tomó parte en unas opo¬ siciones a Rector en. esta Diócesis, re¬ sultando apj-pbados sus ejercicios, apro¬ bando después cinco oposiciones a Canongías en nuestra Santa Iglesia Cate¬ dral. En 1909, previas oposiciones, fué elegido Canónigo Penitenciario de la Catedral de Orihuela. Allí, en 1905, fué nombrado Juez delegado en el Pro¬ ceso sobre la santidad, virtudes y mila¬ gros en general de la Causa de Beati- El Heraldo de Cristo 103 ficación y Canonización de la V. Sor Canónigo de esta Santa Iglesia Cate¬ Juana Guillem. El 26 de Febrero de dral Basílica, pasando a ocupar, des¬ 1908 fué nombrado Censor y Vocal del pués de brillantes oposiciones,, la va¬ Consejo de Vigilancia de aquella Dió- • cante del M. I. Sr. don Mateo Rotger. cesis, el 13 de Marzo de 1911 vocal de Día 17 de Diciembre de 1917 fué la junta Diocesana de Orihuela para la propuesto por S. M. para la Sede de organización del XXII Congreso Euca- Sta. Cruz de Tenerife y el 24 de Ma¬ rístico Nacional. yo se recibió por telégrafo la noticia Día 9 de Agosto de 1916 fué elegido de su preconización. -t-¡ORACIÓN Y LIMOSNA! l^^ERMOSO día se avecina, ¡la Fiesta de la prensa católica! bello día IIa/Í celebrarán rogativas y colectas en favor de la buena prensa. ¡Prensa bendita! que propa¬ gando las enseñanzas de Jesucristo pu¬ rifica el ambiente corrompido por la prensa impía, continuadora del testa¬ mento de Judas. Contrarrestar, sofocar, aniquilar la mala prensa; favorecer, propagar y cul¬ tivar la buena, es el mejor servicio que se puede prestar al reinado de Jesu¬ cristo, es la mejor prueba de fidelidad y amora la Iglesia Católica. Los que sostienen y propagan la ma¬ la prensa, se unen al coro de los que vociferaban; «Tolle, tolle, crucifige eum»; los que la miran con indiferencia y no la combaten, oyen impávidos el infame pito y con su pasividad aumen¬ tan el grupo del pueblo bárbaro; los que la combaten, los que protegen la buena, enjugan y recogen los sudores de Jesús agonizando en la Cruz y hacen llegar a todas partes los amorosos sus¬ piros de suamantísimo Corazón. Alma amante de nuestro Redentor, sé expléndida en favorecer la buena prensa, siempre, pero de un modo es¬ pecial en el Día de su fiesta. Los hijos del odio gozarían en el fracaso; los hi¬ jos del Amor estamos obligados a tra¬ bajar para el mayor explendor de la victoria. Señora católica, hermana mía, rece¬ mos, pidamos a Dios dé a nuestra pa¬ tria escritores que con energía y valen¬ tía defiendan la verdad, proclamen muy alto la autoridad de la Iglesia Católica y la soberanía de Jesucristo. Recemos para que la prensa católica penetre en todos los hogares y sea la enseña del cristiano; pero a nuestra ora¬ ción juntamos la dádiva para su fomen¬ to y desarrollo. El dar vida y robustez a la buena, debilita y ataja la mala. Recemos, sí, pero con nuestras limos¬ nas sostengamos el arma del combate, la espada del bien contra el mal. Religiosas, señoras, obreras, niñas... todas, todas, prestad vuestro apoyo a la prensa católica; ella defiende los re¬ zos, los hospitales, asilos, colegios, conventos, el orden social, la patria, la Iglesia y a Dios. Los periódicos netamente católicos son emisarios celestiales, que nutren a nuestra alma de sana doctrina; los es¬ critores católicos amanuenses son de Jesucristo. Contribuir al sostenimiento de la bueña prensa es la caridad de las caridades. Por amor de Dios, hermana querida, oración y limosna para la prensa ca¬ tólica el bien y la patria te lo agra¬ decerán; Dios te bendecirá y recom¬ pensará largamente. Soledad T. F. 104 El Heraldo de Cristo parencia nitidissima d’una llàgrima, m’ha aparegut, com una visió clara i precisa, aque'l horietd'Artà, queam En el segón aniversari de | tant d afany cuidàreu, Jo‘¡ veia igual la mort del Rvt. P. Fra que en aquell temps que reialment el Antoni Ripoll. Sempre’m recordará... Mai heu obli¬ daré. Era ha-ny d'el Senyor 1916. La primavera moria lentament... teixint-li el sol amorosit una garlanda d‘or, brillant, esplendorosa, feta am los raigs gemats de sa llum viva... El mes de Maig, el qu’es mes rioler de l‘any, agonejava am do’orós defa¬ lliment... finia anémic el seu reinat d'amor... I llavors vaesser... A les derreres hores del 29 del sus dit mes prenguereu comiat de nosaltres, o Pare Anto¬ ni, per emigrar an el cel... Sí, molt bé ho recort. Com fruita ben madura i olorosa, qu’el mes suau oreig despenja de la branca, calguereu Vos del arbre de la vida sens el mes lleu dolor, volant lleuger a fruir les belleses d’aquella primavera dels jardins del Edén, que mai s'e.svauvaràn... recorria, en aquell temps inolvidable, cuant Vos viviau encara... jFelís moment! Semblava'm que del pit m’havien tret tot el pés del condol!.. Quina hora es estada aquella per mi mes do'ça... Allá dins jo us contemplava, al ar¬ dor d‘un sol d'estiu, ocupat am los quefers que tan vos delitaven... arrebassant am vostra mà arrugosa Thortiga que crexía confusa am l’hortolissa... tomant branquillons secs dels fruiters que vos mateix plantàreu... treguent de la cisterna Paigua pel regadiu... i mentres tant de vostre front veia brostar-hi perles que la suor formava i que després regali¬ mant pausadamenf caien d’en una en una, a barretjarse am Paigua, demunt la terra... ¡Oh quin encís tenia alió per mí!... La meva fantasia am quin pler hi vo¬ lava per sobre aquell hortet... Vos veia, ai hora baixa, recorre- Sembla‘m un somni encara... i de guent els caminals am vostre gaietet llavors en çà ja n’han passats dos anys... dos anys d’anyorament tortu¬ rador pels vostres fills... » * ** inseparable... i veia com els arbres vos aclamaven tremolant son fullat¬ ge... i am quin respecte les branques se vinclaven al vostre pás, per besarvos la testa honorable... Quin espectá- Avui, peró, no sé, no sé que m‘ha ele tan magnífic i consolador!... passat... Després, embadalit, vos hi mirava Avui que l’anyorança m’havia re- mentres passàveu la Corona assegudet venguda amb esclator intensa mes en él recó del hort, ran de la llimo¬ que mai, he sentit, no obstant, estre¬ nera... Quin cuadre aquell!... El sol mir de goig tots els meus membres... per veurervos par que no volgués apo- me sentia anegat en un pélec de ditxa nentar se... Phoratge frese de 1‘hora- gran..., dede icia inefable... pélec in* baixa venía a besar, tot amatent, la mens... sens fons ni voreres... vostra faç marcida... los aucellets Tot solet, en el reculliment de d‘aire lleuger i fí, volant de branca en m’humil cel·la, amb el cap tombat branca, acompanyaven el vostro res demunt les dues mans, anava desgra¬ am llurs arpegis... en breus moments nant vius records vostres... amb los aparegué gran munió d'estels que us ulls entelats i el cor estret d’augúnia... esguardaven, sense pipelletjar, desde De cop en-sec, per dins la trans¬ 1‘alt mirador del firmament... i, la El Heraldo de Cristo 105 Duna a poc a poc goitava, per derrera la cresta de les montanyes de Lle¬ vant, la seva cara plena, com si vol¬ gués contemplar am tot el seu esplen¬ dor aquell idiii bellíssim — Com los obría jo ais ulls devant tal espectac'e!... Oh, cóm gosava jo lla¬ vors!... quines emocions mes tendres que sentía... Mes, ai! noera mes qu'un somni... una pura visió vana i alada que des¬ prés de esvahida, m‘ha deixat altre volta* tot solet, en mitx del meu dolor en el reculliment de m'humil cel la. . La buidor que llavors he sentida me corgelava... la pena me punyía com una aritja... * Jo seguiré, o ínclit Pare Antoni, la ginya que dexáreu pel camí de la vida la ginya inesborrable de les vostres virtuts; jamái la dexaré tot desitjant contemplar-vos un día, am los ulls de la meva ánima, recorreguent, vol¬ tat de gloria, els caminals del Hortet del «Anyell.» Lleó d’Irán. 29 de Maig 1918. EL MESTRE El mestre dels poetes de parla mallorquina que demunt tots s‘aixeca com Pi de Formentor, que besa Testelida i amb mágica mirada dins 1‘infinit hi troba rimes de fé i amor. El mestre de modestia, de sentiments seráfics que el vol sublim traspassa del águila capdal i canta a tal altura mes fort que les ventades jAmunt ánima forta com Vau del temporal El mestre de doctrina que com un vell profeta rebvida i s‘alimenta de les amoí's del cel i les virtuts contempla i en cantarles s‘afanya i dolces les ofrena com esquisida mél, El mestre de armenia que de sa lira arranca vibracions de nostalgia del retut pelegri, de la vella que re.sa, de la jova que anyora, 'í del ninet que en la plalja le retxa tentadora que terra i mar separa de bades vol segni. El que amb lo dit senyala el viu penyal d‘on brolla le font de pures aigues de celestials remors... els àngels que s‘hi banyen., els lliri.« que bi blanquetjen i el sol que li regala un arc de mil colors, Aquest es el poeta de parla mallorquina que demunt tots s‘aixeca com Pi de Formextor • Aquest es el poeta de talla gegantina que sobre les miseries victoriós domina. Ministre del Senyor Bartomeu Miralles El Herai,do de Cristo EucaristíldInastieucó El Heraldo de Crïstò 107 De como se quebró uno guitarra en lo cabezo de Roque... La escena acaeció en el mes de Octu¬ bre, bajo las verdes ramas de un pino Santanero y cabe una fuente de aguas limpias y frescas. El protagonista es Pas¬ cual, un mozo en la flor de su edad, casi ciego y tocador de guitarra... Era como media tarde. Bajo del pino Santanero, bullían en animada gresca, una porción de mozos y mozas y la tia Nemesia que hacía de guardiana. Tira¬ dos por el suelo, había trozos de queso y salchichón, manzanas, pan, vino... y en derredor de tan sabrosos manjares, es¬ taban los mozos y las mozas sentados en tierra, comiendo y bebiendo y tirando por sus bocas alegres risotadas. Plegándose estaban los manteles cuan¬ do llegó al corro Pascual con su guitarra que a los divertidos comensales les vino como anillo al dedo. ¡Pascual, toca!... decían los mozos; ¡Pascual, canta!... re¬ plicaban las mozas... y Pas'ïual, con voz lánguida, pregonera de un fuerte desma¬ yo, les decía: —Señores míos: el quinqué para que arda necesita gas; la máquina para que ande pide carbón... denme, pues, sus mercedes que coma y beba y en se¬ guida me tendrán listo y en sazón para cantar y tocar lo que gusten.... Los relieves de la merienda, se los comió muy a gusto el casi ciego Pascual y después de embestirle cuatro veces a la redoma del vino, tosió, se limpió los labios con la manga derecha, púsose la guitarra sobre el pecho, hizo unos cuan¬ tos arpegios, la afínó y mientras vibra¬ ban en la agudo en la prima, en la que parecía un quejido de mujer, dijo: ¿Que desean ustedes que cante? —¡Una «jota»!—contestaron los mo¬ zos. —¡Una «granadina»!—vocearon las mozas. —Lo que tu quieras, Pascualico, re¬ puso la vieja Nemesia. —¡Vaya! Cantaré las dos cosas... —Pero antes, dijo un tal Ginés, toma otro trago, pero cuidadíto con marearse, Pascual. —Oye, Ginesico, exclamó el ciego, ¿Acaso me has tomado a mí por algún borracho? —¡Hombre! yo no sé... pero... me con¬ taron el otro día que... —¿Que te contaron, so alimaña? dijo el ciego medio enfadado. —Me contaron que ibas camino del puente viejo, siguiendo los pasos de tu burra y con la chaqueta al hombro. Sin duda te cansaste de llevarla y la pusiste sobre la burra, pero a los cinco minutos, se cayó la chaqueta y tu la recogiste y echástela sobre la pollina diciendo: ¡ridiez! ¡una chaqueta! A ios pocos pasos vuelve a caerse la chaqueta y tomándola otra' vez dijiste: ¡ridiez! ¡otra chaqueta! y así anduvisteis, ella cayéndose y tu echándola sobre la burra, hasta que te hartaste de recoger chaquetas y casi en¬ furruñado dijiste: ¡ridiez! para que quie¬ ro yo tanta prenda! y ¡zás! la capuzaste en el rio y te quedaste sin chaqueta. Es¬ to quiere decir que llevabas una mona de padre y señor mío... - Eres un embustero, Ginés, respon¬ dió el ciego, porque ni a mí me pasó eso ni yo tengo vista para ver las chaquetas, ni en mi casa hay burra alguna, como no sea la moza de mi madre, que ni aún vale como la mitad de media burra... —¡Ea! A cantar, y fuera de romances, dijeron mozos y mozas —Eso es, a cantar, dijo el ciego. Y como buen aragonés que soy, comenza¬ ré cantándole a mi hermosa Pilariea... Si otra vez güelvo a ser chico he de aprender a cantar, pa que íne hagan infantico de la Vír.gen del Pilar... —¡Olé tu mare!—gritaron los del co¬ rro haciendo palmas. —¡Ea! ¡Venga otra de ahí! dijeron las mozas. to8 ÈL Heraldo de CrisLo —¡Allá va!... Le digfo a la Pilanca Siempre que su imágen beso: Si no golviese mañana, puedes decir que estoy muerto. ¡Muy bien, y vivan los aragoneses! vocearon todos... —¡Venga otra, Pascualito! dijo la tía Nemesia, y Pascual siguió entonando copias muy sabrosas y cada vez que ter¬ minaba una de ellas, un ¡ole tu mare! coreado por todos los del corro, apaga¬ ba por unos instantes los alegres sones de la guitarra. --Añóralas «granadinas» dijo el ciego. Y comenzó a preludiarlas con mucho sentimiento. Mas, estando en esto, Ro¬ que, un mozo que estaba a la vera del cantor, vomitó una feísimá blasfemia. El ciego que tal oyó, paró en seco y dijo: —Señores míos: delante de un arago¬ nés no se blasfema de la Virgen. Al que ose hacerlo otra vez, le aplasto la cabe¬ za con la guitarra. — ¡Muy bien dicho! respondieron mo¬ zos y mozas. —No hagas caso, Pascualico, dijo la tía Nemesia, que este Roque es un ne¬ cio y no sabe lo que se dice. ¡Ea! canta las “granadinas,, y cuidado con que na¬ die hable lo que no debe. —Yo cantaré muy gustoso, pero mire lo que habla ese Roque, porque sino... ¡Vaya! ahí va la “granadina,, Murió mi madre no hay quien me quiera, el hombre que me amaba ya no me espera. Y yo solita me busco un querer muy grande, pero no encuentro ninguno grande como el de mi madre... —¡Olé! ¡Viva el cantador! gritaron de nuevo los def corro. Y otra vez, el necio de Roque, por sacar de tono al ciego, o porque le picó un mal bicho, soltó otra blasfemia ho¬ rrenda contra la Reina del cielo, y en el acto, se puso en pié Pascual, empuñó la Ijuitarra con brío y descargó tan terrible golpe en la cabeza del blasfemo, que el instrumento se hizo trizas y solo quedó el mango de reliquia... Roque quiso pe¬ garle al ciego, pero mozos y mozas se lo impidieron y hasta hubo uno que, ense¬ ñándole los puños a Roque, le habló así; ¡So indecente! ¡Mal hablado! Si tocas a Pascual, te los hundo en las costillas. El que pega a un ciego, es un cobar¬ de.. y el que blasfema como lu, merece que se le rompan cuarenta guitarras, y no una. Asi es que, conténtate con la suerte que te ha tocado, que el pobre ciego, ofendido en sus más caros senti¬ mientos de amor y veneración a su Vir¬ gen del Pilar, ha sabido vengar como debía, una injuria tan villana y grosera... Y, ahora, señores mozos y mozas: lo que importa es que echemos del corro al blasfemo, y, entre todos, le compre¬ mos a Pascual una guitarra, que, puesto que el pobre ciego, vive de ella y de sus cantares y se le ha roto entre noso¬ tros y en esta ocasión que nos estaba obsequiando tan a gusto, no está bien le dejemos desamparado. ¿Que os parece? —¡Si! ¡si! ¡muy bien! gritaron todos, menos uno, que avergonzado y con la cabeza abatida, se alejó del corro, mien¬ tras el pobre ciego, emocionado, les de¬ cía a mozos y a mozas: —Dios y la Virgen del Pilar, os pa¬ guen largamente esta buena obra... Por la copia. F. T. Pbro. T. Pan de S. Antonio Cepillo de la iglesia de S. Francisco en Palma Mes de Abril Limosnas recogidas . . 213’15pta8 Por 300 bonos de pan . . lóO’OO » Repartido en metálico. . 50’00 * Total repartido . . . 200’00 . Remanente.... . 1316 * ÉL Heraldo de Cristo 100 ADÓ Clara, ¿que hi ha salut? —Si, grades a Deu; salut i gana, i Deu les mos conservi, si convé. ¡cuidado! amb so menjá! —Perque? —Perque diuen que amb aqueixa ma¬ laltia que reina es precis está alerta a una partida de coses. —Com es are? —No convé menja ensiam, ni cireres, ni aubercocs, ni molta fruita de cap cas¬ ta, ni res crüu —Vols que te diga, que jo me'n ric un poc. —Ido no vos n’haveu de riurer; per¬ que els sabis han fets estudis d’axó, i diuen que totes aqueixes coses son peri¬ lloses i que's precís que ses cases i habitacions estiguen ben oratjades, i que s’han de fer sa boca neta amb aigo ca¬ lenta... —¡Re bota! Ido digués que no tendrem res pus que fer, mes que cuidar- raos de ses maníes. —No son maníes, dona; es que hi ha una epidemi grossa que se pren; i se fa necessari estar alerta; i posar es medis que sien utiis per defensarmos. —Are ho dius tot: es medis que sien utiis; i tu que saps quin son es medis utils? Perque jo estic conforme en que con¬ vé tenir ses habitacions oratjades: no’m venguen amb cuartos acubats que fan aló d’aire corromput i d’ou nial. Confor¬ me en que es precís qué’s sol mos toqui, perque aposta l’ha fet Deu Nostro Se¬ nyor perque fassa fruita sa terra i servesca per la nostra salut. Conforme en que es necessari estar alerta a fer excesos en so menja, i que segons de quines coses hi ha d’haver mes mirament. Tot aixó es ben ver; pero si tot aixó ho han descubert are es sabis, los me pots comenar molt; perque jo sense esser sabia estic cansada de sabrerho, i to¬ ta la vida ho he posat en pràctica. —¡... ..! Que voleu que vos diga! —Vol dir per guardarse de s’epidemi han de cercar aire pur; í han de estar alerta en so menjà! !Vaja un descubriment! I en no haverhi epidemi que ja porem passar sense alenar... o porem fer qualsevol desbarat? —No, dona; pero volen dir qu’are hem d’estar mes alerta. —Mira, alerta hi hem d’està sempre; perque es de beneits esperar posarse sa cervellera quant tenen es cap romput: pero els conseis del sabis, i sobre tot de certs sabis... t’assegur que les poren rompre sense pecat mortal. —Be! ja ho sabem: pero no negareu que es parer d’una persona qu’ha estodiat es molt mes d’escoltar que’s parer d’un qualsevol. —Si jo no dic lo contrari; pero me fas riaies tu, que com que en haver estu¬ diat ja tenguen cera del corpus', í jo les crec segons i com. —Que voleu dir vos, segons i com? —Segons i com, ¿que ho entens? Per¬ que bono, escoltem. Una malaltia que se presenta i ningú sap com; que primer mos diuen que ve de devall sa terra perque han remoguts es fonaments; i Ilevors mos diuen que no, que ve de s’aigo; després mos diuen que s’aigo no hi te res que veurer, que es cuestió de s’aire.... i que se jo. Una malaltia qui li fan exàmens i exଠmens i no n’arriben a treurer sentencia; ni saben qu’han de fer per curaria, ni quines medicines li han d’aplicar: ni quins remeis han de donar a nes malalts. I ventura que de tot d’una no se’n mo¬ rien; perque si no, cuant es remei seria arribat mes de mitx Madrit hauria estat a sa tomba. no El Heraldo de Cristo Una malaltia axí... trobes que m ha de fer creurer molt en ses coses des sabis. I que llevors se’n venguen a dírme: no poreu menjar ensiam, no poreu menja fruita, heu de prender aire frese Los m’escolt tant com si me diguessen que’s mal de caixal se cura amb pessigoies a sa font d’es peus, o que un uixol se cu¬ ra amb un caramull de pedres fet en mitx des carré. Primer han de sabrer que se pesquen eils, i llevors mos han de donar conseis a noltros. Mado Clara tenia rao! no's possible exigir a sa ciencia humana que ho sàpi¬ ga tot; i es precis regoneixer que a pe¬ sar de lo moltissim que sabem, mos que¬ da moltissim mes qu’aprender. La cien¬ cia humana queda humillada devant les incògnites que se 1¡ presenten a cada instant obligantia a confessar la seva curtesa e impotencia: els vertaders sabis no hi tenen cap inconvenient en dir que no saben pus: pero els presumits i orgu¬ llosos no hi volen consentir en declerar la seva ignorancia, i cerquen enginys per desfressarla. Mes en so pecat hi duen la penitencia, perque queden en ridicul devant el sentit comú i la recta raó, que junts amb la Fe mos diuen que solament Deu es infinitivament sabi. Daniel Pabellón de la Biblioteca y Sala Capitular DEL monasterio de GUADALUPE El Heraldo de Cristo III La Peregrinación Franciscana de 1918 JÍMumerosa y animada como siempre, ||7/ la peregrinación franciscana de 1918 ha sido una prueba más de la vitalidad de las hermandades mallorquí¬ nas, y una manifestación expresa del in¬ terés con que miran todos los actos y empresas franciscanas, y de la prontitud con que acuden al llamamiento de sus Directores. A continuación publicamos la reseña que hace de tan importante acto el dia¬ rio católico Correo de Mallorca, y así podrán nuestros lectores hacerse cargo de lo que fué la peregrinación y guar¬ dar de ella un interesante recuerdo h s- tórico. «Bien arraigada está ya la costumbre venturosamente establecida por las fer¬ vorosas Ordenes Terceras de Mallorca, de reunirse anualmente en alguno de los santuarios con que la piedad mallor¬ quina quiso honrar a la Virgen Santísi¬ ma en las cúspides de nue{ tras montañas. Tales romerías constituyen una nota reconfortante de sano esplritualismo que demuestran como no todo está podrido, apesar del ambiente materialista que nos envuelve. Espléndida manifestación de piedad, homenaje de amor a la Vir¬ gen Santísima, rogativa por los crueles males del mundo, santa expansión de la gran familia franciscana en la cual ocu¬ pan la misma grada el pobre y el rico, esas romerías merecen el aplauso de to¬ das las almas buenas que de veras se preocupan por la vida pública y social de nuestra Religión. El pueblo señalado para la de ayer fué Manacor, la ciudad agrícola; y el santua¬ rio, la humilde y recién restaurada ermi¬ ta del Rosario en la pintoresca colina de Santa Lucía. La gente que llegó a reunirse en Ma¬ nacor fué, numerosísima, y a fe, que Pal¬ ma aportó no pequeño contingente: 550 peregrinos. Acudieron también las Or¬ denes Terceras de Artá, María, Lluch- mayor. Inca, Villafranca, Montuiri, Al¬ gaida, Muro, Porreras, etc. Larguísimo convoy condujo a los de Palma, de donde salió a las cuatro de la madrugada. La máquina había sido obje¬ to de adorno con banderas y arrayanes y bella imagen del Seráfico Patriarca, San Francisco. A las siete y media entró el convoy en agujas, en la estación de Manacor, cuyas afueras estaban atestados, pues es¬ peraban a los palmesanos las otras her¬ mandades y el pueblo. Las bandas de música (la del Sr. Ros- selló y la de los Boy-scouts) rompieron en animada tocata mientras eran acogi¬ dos los peregrinos con vibrantes salvas de aplausos. El clero, que acudió con cruz alzada, el Ayuntamiento, los Padres Dominicos la comisión receptora, la au¬ toridad militar dieron la bienvenida a los romeros, los cuales, al poco, se juntaron con sus hermanos, emprendiendo todos el camino de la parroquia, llevando ca¬ da hermandad su respectivo estandarte, al frente. Dos compactas hileras de gen¬ te cedían el paso a la peregrinación. La ciudad de Manacor estaba engalanada luciendo la mayoría de casas grandes y vistosas banderas. Entre los adornos des¬ tacábanse Soberbios arcos de triunfo, dedicados al Prelado (que hace allí la Visita Pastoral) y a la Peregrinación. Las músicas daban al aire sus armo¬ niosas notas y las campanas de la Parro¬ quia y del convento saludaban con ale¬ gres repiquetees. Llegados a la igle^ia parroquial, cuya grandiosidad y esbeltez es incompara¬ ble, el Arcipreste Sr. D. Rafael I. Rubí, acogió a ios romeros con afectuosas fra¬ ses de simpatía. Luego el Sr. Obispo, asistido de los Rdos. Sres. Rosselló y Alemany, Bonet y Frau celebró la Santa Misa, en la cual repartió la Sagrada Co¬ munión a gran número de peregrinos. Muchos comulgaron ya en otros altares. 112 ÉL Heraldo de CRisto Celebrado el primer acto de la rome¬ ría, la gente invadió fondas y cafés, has¬ ta que las campanas convocaron nueva¬ mente a los peregrinos. Rehízose otra vez la comitiva y dirigióse ai Puig de Santa Llucía. Este se halla a unos pocos kilómetros, que fueron fácilmente reco¬ rridos, pues el tiempo era benigno. El panorama que desde la cumbre se divisa es espléndido, gozándose la vista en con¬ templarlo. El Prelado, que acababa de llegar, des¬ pués de breve descanso, se revistió con los ornamentos pontifícales, y ayudado del Arcipreste, Sr. Rubí, y de los Reve¬ rendos Sres. Rosselló y Alemany y Pa¬ dre Bruna, dominico, procedió a la ben¬ dición y colocación de la primera piedra del templo que se piensa edificar en honra de la Virgen del Rosario. Fueron padrinos los nobles señores doña Ana de Oleza y de España y don José Rosse¬ lló y Alemany. Como ya se había hecho tarde hubo que sustituir el anunciado oficio con mi¬ sa rezada que dijo el Rdo. P. Miguel Vi¬ dal, Superior del Convento de San Fran¬ cisco de Palma, pronunciando, durante la misma, un sermón el P. Federico de Berga, Visitador de la Orden Tercera capuchina en Cataluña y Baleares. Emprendióse luego el regreso a Ma¬ nacor, llevando empero la comitiva la devota imagen del Rosario que, recibida en la población con un repiqueteo fué depositada en el altar mayor del Con¬ vento de Padres Dominicos. Siguieron luego unas horas de descan¬ so, que fueron aprovechadas para la co¬ mida, y, a las cuatro y media, salió del convento la procesión con la Virgen del Rosario, en la cual figuraban las Her¬ mandades con sus estandartes, el clero Parroquial, los Padres Dominicos, la Junta del Rosario Perpetuo de Palma y las Juntas organizadoras. Actuaba de Preste el Arcipreste señor Rubí, acom¬ pañado de los Rdos. señores Parera y Durán. Presidía la comitiva el señor Obispo quien llevaba, a ambos lados, al Alcalde D. Francisco Gomilay al Primer Tenien¬ te, D. Rafael Fuster, yendo, a continua¬ ción, el Ayuntamiento y los Superiores de Padres Dominicos y Capuchinos. El gentío que presenció el paso de la comitiva era sencillamente enorme. Al llegar a la parroquia, el Superior de los Capuchinos pronunció un ser¬ món, rezándose luego cinco Padrenues¬ tros al devoto Santo Cristo que se ve¬ nera en aquel templo. El Sr. Obispo, como digno remate de las solemnes fiestas celebradas, dió su bendición al pueblo. * ** A las seis y media la estación del tren ofrecía un golpe de vista espléndido: todo Manacor se había reunido allí. Los peregrinos fueron despedidos afectuosamente, sonando, al arrancar el convoy, grandes aplausos, mientras que las bandas tocaban animado pasa-doble. El tren llegó a Palma a las diez, reu¬ niéndose los peregrinos en los Capuchi¬ nos, cantando una Salve a la Virgen San¬ tísima en acción de gracias por el éxito de la Peregrinación. Como siempre, la romería de ayer re¬ sultó solemne y espléndida. Pueden es¬ tar satisfechos los organizadores y por esto les damos nuestra enhorabuena. Que tales actos sirvan para fomentar en todos los terciarios el salvador espíritu franciscano.»' ÈL Heraldo de Cristo La Iglesia nuestra querida madre, manda que los sacerdotes recen todos los días el Santo Oficio, y esto sub gravi a fin de que en nombre de la misma pa¬ guen a Dios el tributo de adoración y de alabanza. Este mandato de rezar y adorar a Dios, es noble y grande, pues, justo es que todos los ministros del Señor aun¬ que Obispos, Cardenales y hasta el San¬ to Padre, pidan cotidianamente a aquel cuyo nombre es digno de loor y alaban¬ za, que se compadezca de la miseiia hu¬ mana ya que tantos son los hombres que continuamente en lugar de loarle le in¬ sultan y blasfeman, y en vez de muestras de amor le dan vituperios y desprecios. Pero, ¿acaso son los sacerdotes solos los que han de elevar sus voces al cielo? No tienen también los cristianos obliga¬ ción estricta de alabar a Dios y de ren¬ dirle todos los días el tributo debido por los favores y gracias qué continua¬ mente Ies otorga? Si; no cabe la menor duda, pues todos somos criados por aquel noble fin: amar a Dios en este mundo y después gozarle eternamente. Pareció tan digno a N. S. Padre ala¬ bar las obras y el nombre de Dios, que impuso a sus hijos todos, el rezo del Santo Oficio o en su defecto cincuenta Padrenuestros, distribuidos en forma de horas canónicas, si bien ahora esta pres¬ cripción ha sido modificada. La Regla novísima prescribe para los Terciarios seglares tres ofícios: l.° el Divino, 2.° el de N. Señora, 3.*^ el de doce Padrenuestros, Avemarias y Glo¬ rias. Todos estos tres oficios son canó¬ nicos y por tanto reconocidos por la Iglesia. De modo que rezando el Tercia¬ rio uno u otro de estos tres, cumple con el precepto de la Regla. Bueno sería que todos los Terciarios rezasen el Ofi¬ cio Divino o el de N. Señora, pero, exi¬ gir esto, sería un inconveniente, pues pára la generalidad es algo difícil; y por esto señala la Regla el de los doce Pa¬ drenuestros. La Iglesia misma atendien¬ do a la agitación y ocupaciones de la actual sociedad ha querido dar facilida¬ des a los Terciarios, y a este fin aprobó es^a reducción de su rezo a brevísimas oraciones. El modo y la disposiciones con que hemos de adorar a Dios por medio de esta santa oración vocal, Será objeto del número siguiente. Patrón del mes: San Antonio de Padua. Devoción especialísíma: El Sagrado Corazón de Jesús; desagraviémosle de las ofensas de los pecadores. Fr. Simón. 114 El heraldo de Cristo Palabras de un convertido Las ha escrito el célebre dramaturgo francés Henri Lavedan, arrepentido de sus pasadas impiedades: <lOh! Un pueblo de cadáveres cubre los campos... ¡Que tristeza ser ateo en presencia de este inmenso cementerio nacional! lYo no puedo serlo ya! Me en* gañé a mi mismo y os engañé a vosotros, los que leisteis mis libros, mis canciones: Francia, oh Francia, vuelve a la Fe; ale¬ jarse de Dios es marchar a la ruina. No sé si mañana viviré aun; pero debo de cirio a mis amigos: Lavedan no quiere morir ateo. Me oprimía hasta hace poco este pensamiento: vive un Dios y te en¬ cuentras muy lejos de El. Alégrate alma mía, pues ha llegado la hora en que pos¬ trado de rodillas puedo exclamar: ¡Creo en un Dios! Confesión Póstuma Desde un pueblo situado en la zona glacial del No: te de América mandaron llamar a un misionero católico, para que asistiese a los atacados de una mortífera epidemia, que desolaba el país. Por des¬ gracia, cuando el sacerdote llegó, tras un largo viaje, afrontando heroicamente una temperatura de 40 grados bajo ce¬ ro todos los habitantes habían sucumbí* do a causa del frío. Más al examinar los cadáveres notó el misionero que cada uno tenía en sus manos una hoja escrita, la cual resuhó ser la confesión, conñada al papel, por el respectivo difunto, antes de morir. Así quisieron testimoniar aque* líos buenos cristianos la contrición y los propósitos de confesarse que sentían en sus últimos momentos. La locomotora más grande del mundo Una Compañía de Ferrocarriles del Estado de Virginia (Estados Unidos) po¬ see la locomotora más grande del mun¬ do. Se emplea particularmente para el transporte de carbón, y no solo es la más grande en peso y volumen, sino también la que tiene más fuerza de trac¬ ción, pues puede arrastrar un tren de más de 300 vagones repletos de carga. A causa de su enorme peso, no pue¬ de circular en cualquier línea sino solo en las más resistentes. Esta locomotora efectúa el trabajo de varias del tipo ordinario, y su empleo resulta relativamente económico. Para la buena Prensa El Exemo. y Rdmo. Sr. Obispo de Jaén ha distribuido, conforme a las nor¬ mas generales de la Buena Prensa, la cantidad de 60.000 pesetas, valioso do¬ nativo que para la misma dejó en su tes¬ tamento, el caballero católico, D. Ramón Millán Bueno. ¡Ojalá cunda el buen ejemplo del señor Millán, entre los católicos, para proteger de un modo efiicaz, la Buena Prensa. El Heraldo de Cristo 115 Hríá.—Con mayor solemnidad que los años anteriores ha celebrado la Asocia¬ ción de Obreras de S. José la fiesta que todos los años dedica a su Patrono, el día 9 del próximo pasado Mayo. Por la mañana a las ocho hubo misa de comunión general para los socios y pobres socorridos. A las diez y media misa solemne en la que se cantó la misa Eucarística de Perosi. Ocupó la sagra¬ da cátedra el P. Juan Ginard, C. O., e hijo de este pueblo. Contribuyó a la so¬ lemnidad de la fiesta además de los adornos que con sencillez y sumo gusto habían sido dirigidos por varios miembros de la Junta la numerosísima concu¬ rrencia que asistió a dichos actos. Por la tarde a las cinco y media en el salón escuela de PP. Franciscanos hubo una tarde literario-musical organizada por las mismas socias. El salón estaba conipletamentc lleno. Se sentaron a la presidencia el P. Supe¬ rior del Convento con las autoridades civil y judicial y las señoras que compo¬ nen la Junta Directiva. Empezó el acto con el himno propio déla Asociación. Luego la Vice Secre¬ taria D.® Margarita Sureda, dió cuenta siguiente: Colectas ordinarias . . . Bandeja en dos actos literarios Beneficio de una rifa . . Donativo a beneficio de los pobres enfermos . . . 499‘24 231^69 191*59 27*00 Total ingresos. Ptas. Limosnas repartidas En metálico 29 prendas de vestir. . . 52 recetas para enfermos . Gastos de la rifa .... Para misas en sufragio de varias socias difuntas . En artículos varios . . . 949‘52 5i3'5o 120*25 48*0 j 27*25 8*00 25*00 Total gastos. Ptas. 742*05 Este abstracto de las cuentas de este año habla elocuentemente del estado se- pujante y floreciente en que se halla la Asociación. Recitaron poesías con mucha soltura y maestría las socias Señoritas D.® Ana María Amorós, D.^ Catalina Llabrés y D.® Margarita Sureda. Todas fueron muy aplaudidas. Un coro de cantoras recreó en extremo el auditorio con la interpre¬ tación delicada y afinadísima de varias Ï i6 El Heraldo de Cristo piezas musicales, entre ellas el coro a tres voces de Rossini «La Esperanza», fruto de la infatigable y verdadera maes¬ tra en este arte, D.® Remedios Baamon- de. Una salva de aplausos coronó el final de estas pieza?. Luego el P, Ginard C. O. dió una con ferencia sobre la cuestión social reba¬ tiendo con palabra fácil y sólidos argu¬ mentos las fal ?as teorías de los socialistas que pretenden solucionar esta cuestión prescindiendo de la religión. Fué con ra¬ zón muy aplaudido. Terminó el acto con las gracias que el P. Superior dió a todos los que con sus trabajos habían cooperado a tan so¬ lemne función. Desde estas columnas no podemos menos de tributar un aplauso a la Junta Directiva de esta Asociación que tanto hace en bien de los pobres. Que el Patriarca S. José les recompen¬ se su trabajo y desvelos. e32:teï?.io:r, Centenario de 5. Bernardino de Sena Del Piamonte, dicen, que en este año de iqi8 piensan celebrar allí piadosa¬ mente el V centenario de la estancia en esa región italiana de San Bernardino de Sena, franciscano insigne, que fué notable no sólo por sus esc·’itos misti cos, sino por su alma de apóstol del Santo Nombre de Jesús e impugnador de la blasfemia. El mejor obsequio que al Santo podría hacerse es tratar por todos los medios de desterrar vicio tan horrible que tanto ofende a Dios y re¬ baja al hombre. La Basilica de Santa Maria de los ángeles Con Motu propio del 21 de Noviembre de 1917 S. S. Benedicto XV declaraba inmediatamente sujeta a la S. Sede Apostólica la Basílica de Santa Maria de los Angeles cerca de Asís, en donde Nuestro Seráfico Padre Francisco impe¬ tró de Dios la Indulgencia del Perdón de Asís y en donde la Orden de Frailes Menores tiene su cuna. La jurisdición papal cerca de esta Basílica, (pues que desde el 11 de Abril de 190Ó había sido declarada por el Pa¬ pa Pío X Basílica Patriarcal y Capilla Pa pal,) el Sumo pontífice piensa y estable¬ ce que sea ejercida oor el Cardenal F. Giustini Protector de la Orden y por los Cardenales sucesores en el mismo protectorado ^ ^ ^ ^ -1--^ SanlQnÇÍ-—Día 7 de Mayo entregó su alma al Señor, a los 74 años de edad, habiendo recibido los Santos Sacramen¬ tos D.® Margarita Bonet Ramón. Era Terciaria fervorosa, y muy celosa y exacta en cumplimiento de las obliga¬ ciones que le imponía la Regla que ha¬ bía abrazado.. Madre ejemplarísima se esmeró en la cristiana educac ón de sus hijos y su más vivo anhelo era poder contemplar aunó de ellos recién ordenado subdiá cono ofreciendo sobre los altares el san¬ to sacrificio de la misa. Dios no obstan¬ te, en sus inescrutables juicios, no le concedió en este mundo tanta dicha, y ella acató resignada las disposiciones de la Providencia, como sufrió también re- signadísima las penosas molestias de su larga enfermedad. Dios la haya acogido en el seno de su misericordia y derrame el bálsamo del consuelo sobre su afligida familia. — '■ ■ ¡Como sentimos engrandecerse con intenso placer, toda nuestra organización al contemplar a esa reunión infinita de seres limitados que viven en el seno de Dios y bajo la mirada de Dios; al poner¬ nos en contacto con ese océano de mun¬ dos, cuyo término no adivina la fantasía ni la razón concibe! Perosi por todas partes las maravillas se sobrepujan unas a otras en armónica y bella realidad, acaso ningún objeto reúna en sí tanta belleza como el hombre mismo. En el hombre no hay acto, fenómeno, pormenor ni particularidad alguna que no merezca cuidadosa y esmeradisima atención. Entre esas particularidades está la ñbertad. Y aquí un pequeño paréntesis: Justifi¬ co el desarrollo del tema que me pro¬ pongo explanar, por contar yo como todo mortal con tan importante cualidad y por habérseme dicho que se me daba entera libertad de elección para un asun¬ to de artículo publicable en el Heraldo DE Cristo. Quisiera que mis palabras manifesta¬ sen en esta ocasión la verdad tan limpia y tan brillante como en mi mente se es¬ conde. La libertad humana cuando es verda¬ dera e inmaculada libertad, busca y escoje necesariamente el bien y el hom¬ bre que escoje el mal no lo escoge li¬ bremente. ¿Intentaré significar con tal afirmación que aquel que obra mal, de¬ jando de ser libre, no está sujeto a res¬ ponsabilidad alguna? No ciertamente. Dios, en el hecho de permitir al hombre que comprenda su destino y en el he¬ cho de darle la energía bastante para cumplirle, le ha creado libre, y le orde¬ na que sea libre; le ha creado capaz de determinarse ai cumplimiento de su des¬ tino, por un impulso propio y le ordena que así lo haga; le ordena que conserve y mantenga esa libertad hasta el punto de que obre siempre en armonía con las serenas indicaciones de su razón. El hombre que consiente que su voluntad se debilite y que obedezca al llamamien¬ to de una ruin pasión o de un parcial y miserable interés, abdica su alta digni¬ dad, se convierte en instrumenta de ese interés o de esa pasión cometiendo así la punible falta de despejarse de su li¬ bertad. El hombre sabe que Dios le ha dado un cuerpo que cuidar, una inteligencia que ejercitar, unos afectos que dirijir por buen camino y una voluntad que fortificar y sujetar ai mandamiento de la razón, y ese hombre que así conoce el objeto de su vida, por propia voluntad anhela llenarle y le llena en efecto, y este hombre en fin es libre, ejercita su liber¬ tad, pero la ejercita para el bien, para la verdadera libertad. La piedra y la planta que no conocen ii8 Juventud Seráfica el objeto de su existencia, y que no son capaces de determinarse a llenarlo, en virtud de su propio movimiento, jamás pueden pecar. El hombre puede pecar y peca porque conociendo su destino y teniendo medios para cumplirle de una manera expontanea, de una manera libre, desciende a veces de su alta jerarquía para seguir ciega y servilmente el im¬ pulso de los agentes que le solicitan. Y termino sentando en base sólida el concepto de la verdadera libertad que solo consiste en escojer el hombre, el medio conducente a la consecución del fin para que fué creado, pues de otra manera renegamos de la dignidad de seres libres, caemos en el crimen y en la servidumbre, y descendemos, pecando gravemente, a un nivel inferior al de los seres irracionales. A. Moragues. Como las perlas Las perlas, aun las más bellas y ricas, se han formado en toscas conchas y és¬ tas, a su vez, han tenido por lecho el fondo inmenso del mar, donde se han visto batidas furiosamente por las co¬ rrientes. Si con el vaivén de las olas, han quedado cautivas en grutas encantadas o encalladas entre algas y arenas han conservado en sus entrañas la lágrima nacarada que ha ido redondeándose creciendo y haciéndose más hermosa y más preciada. En el caudaloso mar de la vida hay perdidas infinidad de rústicas conchas que guardan, sin saberlo ellas mismas, una perla. Ni es preciso buscar ni fijarse mucho para encontrar a docenas, seres que en sus pechos toscos guardan un gran co¬ razón sin pulir, como una perla acabada de sacar del fondo del océano. Id a un teatro, a un cine, donde se re¬ presente una obra o un film que tenga entre sus protagonistas una víctima y un verdugo y vereis que aquellos semblan¬ tes populares, antes inexpresivos, se con¬ traen y a veces de sus labios brotan, co¬ mo del volcán las lavas, interjecciones valientes, llenas de indignación para con el malhechor, que demuestran claramen¬ te la antipatía natural, la adversión que les produce el vicio, el crimen En cambio si la víctima, el virtuoso, el dé¬ bil, el que se ha captado las simpatías desde el principio, es el vencedor; veis que sus pechos oprimidos durante la re¬ presentación se ensanchan gozosos y hasta hay quien pugna por esconder dos perlas que van rodando por sus mejillas y que brotaron del corazón. Hay buscadores de perlas, que a bus¬ carlas dedican sus energías todas y al hallarlas las pulen y embellecen para después engarzarlas en ricos collares. Hay muy pocos buscadores y pulido¬ res de estas perlas que tienen por con¬ cha un pecho y están perdidas en el mar inmenso y sin fondo de la vida. No todas las conchas del mar tienen perla pero todos los pechos tienen co¬ razón. Buscadlos, encontradlos, pulidlos y tened en cuenta que cuanto mas tiem¬ po hayan estado a merced de las olas del mundo, como las perlas, serán mas grandes y más ricos. Busquen perlas los terciarios, como supo buscarlas y encontrarlas el busca¬ dor de Asís, y al ya rico collar empeza¬ do en el siglo XII, podránse unir en el siglo XX ejemplares de no menos esti¬ mable valía que engarcen dignamente con los que desde aquellos remotos tiempos brillan con irradiaciones de cielo sin que el tiempo que todo lo des¬ truye haya conseguido disminuir la in¬ tensidad de su luz, la cuantía de su va¬ lor, la nitidez de su transparencia. Turilla Ven. Juventud Seráfica iig Lua mariposa Traducción del Francés. Era una vez una mariposa que revo¬ loteaba sóbrelas flores. Un muchacho la vió y la encontró tan hermosa que quiso cogerla y se puso a perseguirla. Pero, cada vez que el muchacho se acercaba hacia la mariposa, éita se ele¬ vaba en el aire y huía. ¡Oh! déjala, amado mío, led ijo su ma¬ dre; deja esa mariposa y conténtate con verla dichosa y libre; pues, si tu la toca¬ ras, ella perdería toda su hermosura y tus ojos perderían el placer de verla. El niño fué dócil; cesó de perseguir la bonita mariposa y la miraba posarse cerca de él sobre una rama florida. Era ésta una mariposa festoneada, afelpada, esmaltada de puntos rojos y negros que parecian perlas. Ella tenía cuatro alas y esas alas eran tan ligeras que el menor movimiento aun¬ que muy rápido no producía ruido al¬ guno. Durante su vuelo tenía sus patas dobladas a lo largo de su cuerpo, pero al posarse, las enseñaba y el muchacho pudo contar tres por cada lado. Después vió que la mariposa desple.gaba una trompetilla fina como una seda que tenía enrollada en la boca y la su¬ mergía delicadamente dentro el cáliz de las flores donde ella aspiraba su aliento sin destruir nada. Pero las mariposas no pueden estar largo tiempo en un mismo sitio. Después de algunnos instantes la mariposa ama¬ rilla huye de la rama florida y revoloteó acá y allá dibujando en el aire capricho¬ sos zig zags y pasando de una flor a otra con tanta ligereza que su peso no les daba la menor sacudida y les hacía ape¬ nas temblar. El niño no se cansaba de semejante espectáculo; no podía apartar de él sus ojos. Temió ver la mariposa volar y de¬ saparecer. El deseo de poseerla le hizo olvidar la buena recomendación de su amada madre; y en un momento en que la mariposa sin desconfianza bebía tran¬ quilamente en el cáliz de una rosa el ni¬ ño la cogió. Pero al abrir la mano... ¡Hay de mí! dijo el pobre niño ¿Que había sido del gracioso insecto? Un polvo suave y bri¬ llante cubría ios dedos del pequeño muchacho y la mariposa medio aplastada agitaba temblando sus pobres alas des¬ pedazadas. A esa vista el niño quedó consterna¬ do. Pronto gruesas lágrimas mojaron sus ojos. En fin, triste y desconsolado corrió a arrojarse en los brazos de su querida madre. Esta, viéndole tan afli¬ gido, tan pesaroso del mal que había hecho, hízole estas serios reflexiones. El hombre se fatiga frecuentemen¬ te en busca de la fortuna, honores, pla¬ cer, gloria. Lucha con constanciacontra los obstáculos que encuentra a cada pa¬ so. Y frecuentemente al tiempo en que le parece está a punto de alcanzar lo que con tanto ardor anhelaba, comprende la nada del objeto de sus deseos y sin placer ni encanto percibe lo que había sido objeto de sus más serias preocu¬ paciones. Por la traducción. Francisco Po.vs. iió Juventud Seráfica No0stt<os úzhzpzs Hoy la Europa está convertida en un verdadero mar alborotado y sufre un grave quebranto la justicia y el derecho por haber naufragado la caridad y el amor a impulsos del egoísmo de los fuer¬ tes. Nuestra querida España se ve empu¬ jada hacia el revuelto torbellino y a la inevitable confusión que invade todos los órdenes de la vida por causa de la gue¬ rra que a todos y a todo alcanza. Y a todo esto añadiremos el menos¬ precio que se tiene a la autoridad públi¬ ca, y que muchas veces por debilida¬ des y condescendencias de la misma va tomando fuerza y aliento. Es este un daño tan grande que mien¬ tras subsista en la sociedad todas las más absurdas sorpresas son posibles, y, en cambio, los esfuerzos más generosos y los sacrificios más heróicos para el progreso son estériles e infecundos. Porque es bien seguro que cuando una revolución quiere derribar una auto- dad socialmente constituida no va direc¬ tamente contra ella, sino que se dirige a sus súbditos atacando la obediencia que es la mayor garantía para la autoridad pública y ese incendio social, cuyas fu¬ nestas llamaradas ya han iluminado nues¬ tro suelo patrio va creciendo siempre y sus llamas destructoras amenazan acabar con la sociedad. Y para apagar ese incendio que nos va devorando ¿qué hacen los católicos españoles o al menos la mayor parte de ellos? Duermen y duermen un sueño que parece de muerte y dejan el paso libre al socialismo que destruirá la cómoda posición que algunos han elegido y se llevará hacia los sindicatos de resisten¬ cia, a los mismos obreros católicos, ne¬ gándoles que la autoridad social viene de Dios y de su autoridad suprema nace la virtud de obligar. Delante de este cuadro de dolor y de tristeza, ¿no os causa verdadera lástima contemplar a tantos miles de miles de católicos cruzados de brazos, creyendo haber cumplido ante Dios y ante su con¬ ciencia porque no violan ciertos debe¬ res individuales pero dejando en com¬ pleto abandono sus deberes sociales? Estos católicos que echan lelos de si toda preocupación serán las primeras víctimas de los días tristísimos que se avecinan, porque habiéndo podido evitar el mal a tiempo no lo han evitado, dan¬ do un extraño ejemplo de inconsciencia ante los furiosos golpes de la realidad; si¬ guiendo los millones de inocentes sacrifi¬ cados por la guerra social, el que lleva¬ rá consigo odio de clases, la destrucción, el saqueo y la ruina. Y nosotros debemos tener confianza en que Dios y los hombres de buena vo¬ luntad han de amparar nuestras justas as¬ piraciones. Obligación nuestra es procu¬ rarlo con todo esfuerzo, empezando por separarnos de estas sociedades que abiertamente niegan las verdades funda¬ mentales de la convivencia humana y proponen la destrucción de la sociedad y por consiguiente, moral y judicialmente son ilícitas. Deber nuestro es alistarnos en aquellas asociaciones que respetan el derecho aje¬ no, que ejecutan de buen grado y con el debido respetóla obra que justamente les mandan sus patronos, que aman la Reli¬ gión y de ella toman el consuelo más efi¬ caz en los trabajos y contradicciones de esta vida, y haciendo esto cooperan a la paz y prosperidad pública, a la concor¬ dia entre el capital y el trabajo.—F. Obras del P. Ambrosio de Valenciná La Vida Espiritual. Cartas a Teó/ila.— 8.* Edición. Un tomo de 457 págs. en¬ cuadernado en tela, ptas. 2*50. Obra indispensable a cuantos tratan de perfección, recomendada por todos los Prelados españoles e inmensamente difundida en toda España y América. La Vida Religiosa. Cartas a Sor Mar¬ garita.—ó.^Edición. Un tomo de 440 páginas, encuadernado en tela, 2*50. Libro escrito por el P. Ambrosio pará los religiosos de uno y otro sexo, y que ha sido llamado el Kempis de las reli¬ giosas por los Prelados españoles. Soliloquios.—Quinta edición ilustra¬ da. Un tomo de 345 págs. encuaderna¬ do en tela 2^50 ptas. Esta obra retrata al P. Valencina, cuyo corazón seráñco derrama las efusiones de su espíritu franciscano por sus cálidas páginas, que no pueden leerse sin emo¬ ción, constituyendo un libro admirable, reputado como de los mejores de su autor. Fiores del Claustro y Arrullos de Palo¬ ma.—'^,*' edición ilustrada con ^ti fo¬ tograbados. Encuapernado en tela, 2 pesetas. Es un libro por el estilo del anterior con la sola diferencia de que en éste, los soliloquios están puestos en labios de de una religiosa, flor del claustro y palo¬ ma de la soledad. Es una joya en el con¬ cepto místico y ascético. Lirios del Valle.—6.” edición ilustrada. Un tomo de 270 págs. encuadernado en tela, 2. ptas. Novelita de lectura tan interesante, tan llena de piedad, poesía y sentimien¬ to, que diñcilmente se suelta el libro de las manos empezándolo a leer. 61 Director Perfecto y el dirigido San¬ to.—Correspondencia epistolar entre el B. Diego J. de Cádiz y su Director el V. P. Francisco Javier González. Tercera edición. Un tomo de 624 pᬠginas encuadernado en tela, 3 ptas. Libro único en su género, verdadera autobiografía del gran Apóstol del siglo XVIII que tan gran influencia ejerció en ios destinos de España, e igualmente Util a los directores de almas que al his¬ toriador y el erudito, Es una de las más lindas joyas de la mística española, que debe leer toda alma deseosa de su per¬ fección. Las Siete Palabras.— Predicadas el Viernes Santo de 1907 ante SI M. el Rey en la Capilla Real de Palacio. 3.* edición. Un tomo de 128 págs. encua¬ dernado i’5o. Son una de las galanas muestras, des¬ graciadamente pocas, de la elocuencia de su autor, gloria del pulpito sagrado. Poesías religiosas o flores de mi Ju¬ ventud.—4.* edición corregida. En¬ cuadernado en tela 1*50. Las poesías religiosas resaltan por su delicadeza, sentimentalismo y piedad. Son un precioso regalo para premios. Preparación para el Matrimonio.—2.* edición. Un tomo de 316 págs. encua¬ dernado en tela 3 pesetas^ en rústica 2. Ultima obra del P. Ambrosio, de éxito sin igual. Deben leerla todos los jóvenes, para prepararse al gran sacramento del Matrimonio. De él han hecho grandísi¬ mos elogios el Episcopado Español y toda la prensa católica en general. Es regalo indispensable a las prometidas. Leyendas edificantes o Historietas piadosas.—S ®" edición ilustrada. Un tomo de 431 págs. encuadernado en tela 2 pesetas. Hermosísima colección de lecturas re¬ creativas, de sana moral y grandísimo interés. Libro indispensable para pre¬ mios. Murillo y los Capuchinos.—Un tomito de 132 págs. I’25 ptas. en tela. Interesantísimo estudio histórico, re¬ pleto de datos desconocidos de las rela¬ ciones con los Capuchinos del gran pin¬ tor de la Inmaculada, Mi viaje a Oceania.—4* edición corre¬ gida. Un tomo en tela» X peseta. Obrita interesadísima, preciosa mues¬ tra de estilo descriptivo y de ameno na¬ rrador de su autor. Obras del P. Ambrosio de Valencina Los Capuchinos en la guerra de ia in¬ dependencia. Como Murillo y los Capuchinos^ es un estudio histórico, perfectamente docu¬ mentado, del influjo de los Capuchinos en la épica lucha contra Napoleón. En tela, 1*50 y en rustica i peseta, f^eseña histórica de la Provincia Ca¬ puchina de óindaiucía, y varones iius tres en ciencia y virtud^ que han flore cido en ella desde su fundación hasta el presente—5 tomos, en rústica 4^50; y con lomera de piel 7 pesetas. Vida del P. Carabantes.—Un tomito de 94 págs 0*50. La vida del P. Carabante-s, que en bre¬ ve será beatificado constituye una de las másasombrosas que existen y derpiertan grandísimo interés. Retórica elemental o lecciones de lite¬ ratura preceptiva. Tercera edición. Ua tomo encuadernado con preciosa plan¬ cha, dos pesetas. CARTAS DE CONCIENCIA que ei Beato Diego J. de Cádiz, dirigió a su Director espiritual D. Juan José Alcober e Higueras, anotadas por el M. R. P. Die¬ go de Valencina con un prólogo censura del muy Ilustre Sr. Dr. D. Juan F. Muñoz Pabón. Esta obra interesante ha merecido los elogios más cumplidos del público y de la prensa, no siendo menores los de los críticos y renombrados escjitores de España. Consta dicha obra de 583 páginas, encuadernada en tela, 2 pesetas. Al hacer los pedidos al Administrador, mándese además del importe de los libros, para el gasto de franqueo y certificado. Los pedidos pueden hacerse a esta Administración o a la Administración de <Adalid Seráfico», Ronda de Capuchinos, Sevilla. 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