El Heraldo de Cristo 1917, n. 102
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Cultos en nuestra iglesia de San Francisco en Palma durante el mes de Octubre.

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^ media Misa de Comunión general para

— los Terciarios y devotos del Santo, con plática por el

Rdo. Dr. D. José Auba, Ecónomo de Sta. Eulalia. A las diez Tercia y Misa mayor con sermón por el

Rdo. P. Gaspar Morey, C. O. Se cantará la Misa J^om Bonitatis, alternando el pueblo con la Schola

Cantorum, y se terminará con la bendición Papal. Por la tarde a las seis rezo del Santísimo Rosario con

exposición de S. D. M., Trisagio cantado y acto continuo se hará el ejercicio del Tránsito de N. Santo

Padre con sermón que predicará el Rdo. P. Miguel Vidal, T. O. R.

Mes de Octubre.- .Durante este mes se rezará una parte de rosario a las cinco y media y a
- las once y cuarto durante una misa, y la tercera por la tarde a las seis
y media, exposición menor. Por la tarde se practicará también todos los días un ejercicio dedicado a
N. P. S. Francisco.

NOVetlíí de stlmus

hará rezada durante la misa de las seis,'empezando el día 23.

Cuarto

Domingo.-

.Día 28, a las ocho Comunión general para los Terciarios. Por la tarde a . las cinco se impondrá el hábito de la Orden Tercera a los postulantes.

A las seis y media rezo del rosario, y reunión mensual para los Terciarios con exposición y plática.

índut&^enciaS ^ níenarias

condiciones ordinarias los Terciarios pueden ganar
indulgencia plenaria los días siguientes de este mes:

Día 2, Los Santos Angeles Custodios. 4, Festividad de N. P. S. Francisco. - 6, Sta. Fr^ancisca de

las Cinco Llagas.—ii. Octava de N. P. S. Francisco.—12, S. Serafín de Montegranario.—13, Stos. Da¬

niel y compañeros mártires.—*9, S. Pedro de Alcántara.—23, S. Juan de Capistrano. —26, Bto. Buena¬

ventura de Potensa.—30, Bto. Angel de Acrio,—31, Bto. Tomás de Florencia.

Almacén de cafés, azúca¬

res, ^ cacaos,

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Redacción y Administración: Convento de San Francisco
Palma de Mallorca

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Año IX.

Octubre de 1917

Núm. 102

€=

S TT IVE

El Rey de la pobreza.—A nostro’n Pare Sant Francesc.—La gesta d’un cor.—La mentira.—La
emigración del sentido común.—Lo de sa guerra. —Sección catequística.—Pan de San Antonio.—

ft. Z o

=S)

Crónica Franciscana.—Noticias y Variedades.—Bi¬ bliografía.— Juventud Seráficu. — influencia de Cisneros en el Arte. - Vamos allá.—Impresión.
—-Cap el cel.

El rey de la pobreza

Así como cada uno de los hombres
tiene una pasión dominante que impulsa con fuerza especial los movimientos de su corazón, así también los santos tienen una virtud dominante y característica que sintetiza toda su vida y viene a ser el más preciado florón que avalora y embe¬
llece su inmarcesible diadema.
No cabe duda; en la brillante corona
que descansa sobre las sienes de nues¬ tro seráfico Padre se hallan engfastadas, a semejanza de valiosos diamantes y pie¬ dras preciosas, todas las virtudes: pero
ninguna resplandece con tan potentes
fulgores como aquella a la cual llamó su Dama y su Esposa, la santa Pobreza, y de la cual, según la enérgica frase de Bossuet, se monstró siempre «e/ amante más apasionado que quizá hay habido en la Iglesia».
Verdad es que en los antiguos tiem¬

pos Crates y otros filósofos abondonaron todas sus riquezas para verse libres de los cuidados e inquietudes que llevan
consigo, y poderse dedicar más libremen¬ te al estudio de la Filosofia; pero el mé¬
rito grande y la verdadera hermosura de la pobreza como virtud, fué ignorada de todos aquellos a quienes no iluminó la luz del Evangelio. Esta noble dama no tenía entre los paganos quien le sirviera y amara de corazón; antes al contrario procuraban en general huir de ella, la menospreciaban y llegaban al extremo de considerarla como una deshonra, co¬
mo una calamidad, como un castigo de
los dioses.
Pero al bajar Jesucristo del cielo a la tierra, a fuer de hábil mercader que sabe
apreciar en lo justo el valor de todas las cosas, acogió con singular afecto esta perla escondida: y enamorado de la po-

El Heraldo de CRiáíO

breza escogióla por esposa y compañera inseparable de su vida, y proclamó su
grandeza muriendo abrazado con ella
en la cruz
No puede negarse que el ejemplo de Jesús fué seguido por los apóstoles y muchísimos cristianos de los primitivos tiempos de la Iglesia. Pero una vez trans¬ curridos los primeros siglos de fervor, la pobreza se vió de nuevo abandonada hasta que Dios se dignó prepararle en N. P. S. Prancisco un segundo esposo, muy semejante al primero.
Desde el momento en que el Espíri¬ tu Santo, en éxtasis maravilloso, le dejó entrever la belleza y hermosura de la pobreza, amóla Francisco como el tesoro más precioso; y buscó la perfección y últimos grados de ella con el mismo afán que podrían emplear los hombres
en descubrir el más valioso tesoro.
No obstante, cuando Francisco empe¬ zó a hacer profesión pública de pobre¬ za fué aquel día en que Bernardón, su padre, enojado contra él por sus excesi¬ vas prodigalidades a favor de los pobres, le exigió ante el obispo Guido Secundi que renunciara en forma legal a la heren¬ cia que podía corresponderle. Francisco con suma alegría renuncia a todo, y en¬ tonces, despojado de los bienes de la tierra, se entrega por completo en manos de la Providencia, abraza con todo su afecto a la pobreza, doncella, según de¬ cía el mismo, tan bella, rica y noble co¬ mo no se ha conocido jamás, y se une a ella con sagrados e indisolubles vínculos haciéndola su compañera, su dama y su
reina.
Desde esfce día vivió como el mas hu¬
milde pordiosero. Vestido con pobre túnica que sujetaba al cuerpo con ruda cuerda, recorría las calles de Asís, su ciudad natal, implorando la caridad pú¬
blica. Sin duda fueron muchísimos los
denuestos e improperios que Francisco en un principio tuvo que sufrir, ya de
parte de los niños que atraídos por la
curiosidad iban siguiendo sus pasos, ya de parte de los jóvenes cuyas alegres

diversiones hasta entonces había dirigi¬

do, ya de parte de la familia que se con¬
sideraba deshonrada con tan extraña

conducta, ya finalmente de parte de su

mismo padre quien, con el propósito de

poner fin a lo que llamaba escándalo, le

encerró en un miserable escondrijo que

había bajo la escalera de su casa. Pero

Francisco con

el ánimo

el sereno y

co¬

razón tranquilo, respondía a los gritos

con el silencio, a las injurias con el

perdón y al odio con su caridad arden-

h'sima, considerándose feliz con poder

servir a su reina la santa pobreza aun¬

que el sacrificio fuera penoso.

Y con tal empeño cuidó S. Francisco

de inculcar en el ánimo de sus discípu¬

los este amor grande a la pobreza santa,

que no era capaz de aceptar casa, ni

vestido, ni comida en donde no res¬

plandeciera esta virtud. Con fervorosas

pláticas la elogiaba; con santo entusias¬ mo exhortaba a sus frailes a que la ama¬
sen y practicasen de modo que nadie les aventajase, a fin de reparar de este modo el olvido en que había estado desde que su esposo Jesucristo había
muerto en la cruz. Quería Francisco que
la pobreza fuese la señal, o divisa de
todos sus hijos, y por esto sobre este
firme fundamento edificó sus tres órde¬

nes, con la confianza de que tal base se¬
ría la roca inmoble contra la cual se

estrellarían las mas embravecidas olas

que el infierno todo pudiera levantar. Si queremos pues, fervorosos tercia¬
rios, ser reconocidos en el cielo y en la tierra por hijos del gran Patriarca de los pobres, amemos con ardor la pobreza santa y soportemos con alegría los sa¬ crificios que lleva consigo la práctica de
esta admirable virtud, la cual como dice
nuestro seráfico Padre, haciéndonos po-
br^ de las cosas temporales, nos enri¬ quece de virtudes y hace herederos y reyes del reino de los cielos.

Fr. Juan de Alvernia.

El Herai,do de Cristo

187

A Hostro’fl Pare Sont Francesc *
Feis florir, Seràfic Pare,
en virtuts el nostre cor;
Vos qui am Jesús reinau are aixugau dels ulls el plor.
Sou talment com auba clara
qui lluïu dins un cel d’or: vostre exemple viu encare i mai passa ni mai mor.
¡0 Francesc! qui les espines
us eren roses divines
i ei patir suau conhort...
Feis que la Creu beneïda ens sia goig en la vida, dolça esperança en la mort.
Fra. j. R., T. O. R.
* El notable compositor D. Antonio Vicens acaoa de poner en música la poesia que pu¬ blicamos en este lugar. La composición musi¬ cal del i>r. Vicens está muy bien inspirada y es de tan fácil interpretación como de género netamente religioso; formará parte del reper¬ torio de cánticos franciscanos de Mallorca, y la podrán cantar con buen resultado nues¬ tras Hermandades Terciarias. Mil plácemes
al autor.
eor
Heu vist com el sol, a poc a poc alçantse per 1‘Orient, esqueixa el gris man¬ tell qu’estenen les boirades del hivern per sobre de les serres y esfuma la ca¬
litja qu’inonda els valls y tota la planura?
L’heu vist que, al obrir els cortinatjes del firmament per dar els bons dies a Natura, irat arruixa cap a fondals incòg¬ nits les masses niguloses que ¡atrevides!
havien invadit la volta blava com un re¬
mal apocaliptic de monstres enfurits; y que després, am l’escalf de sos aurífics raigs, vivifica la terra, que li sonriu dol¬ çament y esclata en flors y cántics a la
vida?

L'heu vist?
Talment fou, doncs, Francesc.
Negrenques boires prenyades d’odis
endolaven el cel de la Cristiandat, gue¬ rres les mes cruels y rancúnies invetera-
des ensangrentaven y contristaven la te¬
rra tota.
L’esperit del Evangeli era oblidat; la caritat y la pobresa no’s conexien.
Demunt un pedestal, cual altre mito¬ lógica divinitat, per rebre les adora¬ cions d’una generació paganitsada, s’ha¬ via encastellat el rastrer egoisme, eix idol, que, am la seva cobdicia, metalisava els cors a ont tenia altar, y am les se¬ ves venjanses barbres y despietades de¬ solava la terra, l’amarava de sane y l’om¬ plia de ruines.
Tot corria a les hores amb espantosa
rapidesa de cap a sa propia destrucció.
Els fonaments de la societat s’ende¬
rrocaven perque hi mencava l’amor y no hi regnava la creu.
Els murs de la Basilica de Letrán ba¬
landrejaven, malmesos per eternes llui¬ tes; l’Esglesia y el seu Cap visible eren el blanc y centre de les mes grosseres calumnies; contra elis s’havien aglebats els sers mes vils y sectaris, qu’els atormentaven, menyspreuaven y combatien en la seva doctrina, en lo seu culte y en
la seva llibertat d’acció. El Catolicis¬
me era oprés y gemia y plorava... pe¬
ro, no, que les ílàguimes s’havien acaba¬ des ja en los seus uHs... e’·a el seu cor
que degotava sane....
El cel estava brüfol y amanassador... la tempestat s’apropava sorollosa y bra-
muiant...
Mes, veus aqui que de sobte apareix, allá en l’Orient d’Assis, l’humil Fran¬
cesc, sol esplendorós que, escampant per la terra els raigs de l’amor que nia en son cor, ha esvaides les negres om¬ bres qu’endolaven el firmament, ha arruxades de cap a l’abim les sirenes que
tants d’adoradors se havien conquestats
y espantantles ha tirades altre volta dins la llobreguesa de les seves grutes a les besties infernals que, aprofitantse de la

i88

El Heraldo de Cristo

foscor per ont caminava l’humanitat perduda, ii havien arrebatades tantes preses
y Ii anaven causant tantes víctimes. Neix aquell SOL y am la calentor de
les seves virtuts remou la terra entera y
la muda de centre y d’órbita, perque recorri nous camins, sostenguda y go¬ vernada per son alé seráfic, sense qu’ella s’haja cansada encar’ara de virar al seu entorn després de set centuries.
Vé Francesc en aquest mon y am la seva paraula ardenta y captivadora y am la força mágica del seu ecsemple logra camvíar la corrent dels temps. Amb el dolç encant y suavitat qu’espargía al en¬ torn seu se guanyava els cors dels ho¬ mos y els hi comunicava aquells senti¬ ments qu’inspira sempre la virtut, senti¬ ments nobles, d’amor de Deu, d’amor a lo celestial y despreniment de lo d’aquest
mon...
Cuant les ones del error y la corrup¬ ció tot ho cobrien y negaven: cuant ja
s’eren perdudes totes les esperançes de
poder tornar veuré restablerta la socie¬ tat, que lluitava en les convulsions d’una crudel agonia, llevores Deu, que no co¬ neix l’imposibilitat, troba en los tresors de sa saviesa recursos posats ai servei de son infinit amor per defensar l’independencia y la llibertat de la seva Es¬ glésia y salvar als homos en les hores
de suprem estertor.
Ves—diu a Francesc, qu’estava en al¬ ta contemplació dins la capella de Sant Damia, y cuant encara cercava somnis y
amors—ves y restaura la meva Església. Y Francesc, aquella ánima gegantina, no fa el sort a sa veu que li paria, ans bé, confortat am la paraula de Cristo al
ensemps que confiant am la tres-volta poderosa intercessió de la Reina dels
angels, de la que havia rebudes proves d’afecte mes que maternal, abandona sens dilació la solicitut y es llança en mitx dels pobles per tornarlós la salut perduda, per aixecarlos altre volta y
conduirlos ais cimals de la cristiana ci-
vilízació fentlos apartar de la corrupció que’ls degenerava.

Parla Francesc... y joh miracle! als ac¬ cents de sa veu encisadora y als sanglots de ses amargues llàgrimes, la terra se conmou, callen les passions, les mes negres yenjanses se disipen com a re¬ molins de fum que l’oretjol escampa y
esveeix, els inimics mes irreconciliables ofegant dins los seus cors llurs odis y rencors se donen la dolça braçada de germanor. Les costums corrompudes, a son influx se transforníen, la pobreça evangélica que, cual altre tortora solita¬ ria, llamenta am trists planys llur viudetat, torna ara a trobar aímants qui la se¬ gueixen, y el lliri inmercible de puresa, tan vilment rebregat, treu nova florida y esbadallant son calçer ompl l’ambent am l’olor suavíssim y ubriagador que arreu
exhala..:..
Y mentres els homos tornen a ager-
manarse, el cel s’uneix ab la terra ab dolç ccnnubi de pau, y els cors contrits
y perdonats s’unifiquen am Deu amb un
abrás d’amor inefable y sant....
Lleó d’Iràn.
—Jit--—
meotipa
De todos los pecados, que condena la iglesia, ninguno, tan inadvertido y tan repetido y admitido como la mentira.— La mentira llega a ser para muchos tan familiar que el evitarla les resulta impo¬ sible.—La mentira es el mas popular de los pecados y uno de los gérmenes mas funestos para la humanidad.—Suprimid la mentira y se acabarán las. calumnias, las estafas, las adulaciones, las injusti¬ cias, y por consiguente, los engaños, y sorpresas con su corte obligada de odios y venganzas, que a veces llegan a teñir con sangre el campo de sus operaciones.
La mentira es la falta de verdad en
todas sus manifestaciones; es la inten¬ ción de engañar a otro u oUos, comuni¬ cándoles un concepto falso de una cosa determinada; por lo mismo el pecado

El Heraldo de Cristo =5^
San Francisco de ^sis

190

El Heraldo de Cristo

de la mentira no siempre es producido por la lengua, que si así fuera ni seria
tan mala ni tan vil ni tendría para evo¬ lucionar tan vasto campo.
La mentira es de tal naturaleza, que invade traidoramente el campo de asu-
cenas y el bosque secular. Con ella tro¬ pieza el místico y el vicioso, el sabio y el ignorante; conviene perfectamente con el revuelto torbellino de las grandes capitales y con la paz y tranquilidad de las pequeñas aldeas; juega y travesea en fábricas, y escuelas. Hoteles, y teatros, fiestas y revoluciones y arrastrándose como la serpiente consigue introducirse
con atrevimiento diabólico en la misma
casa de Dios, donde la suprema verdad
tiene su trono.
La mentira es tanto más temible cuan¬
to más ignocentemente sabe caracteri¬ zarse, lo cual le es tanto más fácil cuan¬ to son inumerables los ropages y situacio¬ nes a que puede recurrir.
La mentira no necesita cómplices; la llevamos en nosotros mismos, en nuestra debilidad y en nuestro orgullo y de ella nos servimos, para ocultar nuestras mi¬ serias o para satisfacer huecas vanida¬ des, injustas aspiraciones reprobables.
La mentira es el pecado que revela la mayor cobardía y el más rastrero servi¬ lismo pues siempre labora traídoramente oculta y es complice obligada de todas
las malas acciones a las que se presta a
defender y desfigurar.
Se miente con una mirada, se míente
con una sonrisa, con un bostezo, con un
guiño, con un cambio de postura, se miente con el vestir, con el preguntar,
se miente doblando las rodillas con es¬
tudiada reverencia, estrechando efusiva¬
mente la mano del amigo, asistiendo a tal o cual reunión, espectáculo o fiesta
religiosa, y se miente por desgracia, al amparo de principios sanos y santos, con limosnas, consejos, cooperaciones o aplausos, puestos al servicio de fines diferentes o tal vez opuestos a la signi¬ ficación y natural interpretación de tales
actos.

La mentira fué inventada por Satanás para conseguir la ruina y destruir la fe¬ licidad del primer hombre y de la hu¬ manidad entera; y para asegurar el buen éxito de su invento diabólico, se sirvió de la serpiente que arrastrándose caute¬ losa a los piés de los reyes de la crea¬ ción pronunció la primera mentira que hizo estremecer el paraíso terrenal, tras¬
tornando con sus funestas consecuencias
la tierra el cielo y los abismos. Es por consiguiente la mentira fruto
primerizo de la semilla de soberbia, que consiguió germinar ante el mismo trono de la trinidad santisima y que mereció ser sepultado en las profundidades del
averno.
Por esto Luzbel sigue cultivando con la constancia que le sugiere el odio que profesa a los hombres, esta semilla fe¬ cundísima cuyos frutos insensiblemente envenenan las almas precipitando al abismo espantoso contingente de des¬ graciados y comunicando a la tierra que sostiene y nutre tales frutos, vahos de
infierno.
Guerra a la mentira, cuidado con la
mentira inocente. Si Dios es la verdad. La mentira
que es? Seguramente algo que no puede ir
unido al título de terciario.
B. Miralles, terciario.
Id entjjirdsióii del sentido eomiin
Y el ángel de la guerra, terrible y ex¬ terminador como ningún otro, se presen¬
tó ante el trono del Altísimo con las ma¬
nos ensangrentadas y la espada embota¬ da por la matanza y el estrago.....
—Señor ¿no basta todavía? Y volviendo a la tierra sus ojos le en¬ señó campos arrasados, ciudades des¬
truidas, países extensos regados con la
sangre de los soldados

ÉL MerALDO DE CRISfO

Í0Í

Le enseñó las víctimas inocentes que
sucumbían en la general catástrofe, las lineas de fuego con sus horrores, los cuerpos mutilados, la sangre humeante, los miembros separados del tronco y todavía palpitantes
Le mostró en las ciudades las lágri¬ mas de innumerables madres, el desam¬
paro y dolor de innumerables esposas,
la sensible orfandad de los niños
Le mostró los campos incultos por fal¬ ta de brazos que los hicieran producir; las fábricas apagadas y silenciosas; las estaciones de los trenes sin movimiento; los puertos de mar cerrados y sin trá¬
fico
Le leyó las listas espantosas de los muertos, de los inutilizados, de los desa¬
parecidos: el catálogo de las familias deshechas y la suma total de pérdidas
humanas
Y levantando de nuevo con temor y
humildad sus ojos a Dios, preguntó se¬ gunda vez:
—¿No basta todavía. Señor? —¡No basta!
—Permitidme una insistencia que se¬ ria temeraria si no fuese infinita vuestra
bondad...
Señor: los hombres tardarán siglos en reconstituir lo que se ha destruido; la población de la tierra habrá sufrido un retroceso; las naciones más poderosas del mundo quedan extenuadas y sin vi¬ gor, la lección ha sido espantosa y terri¬
ble
—¡No basta, angel mió, no basta! —Señor: atended al menos a las lágri¬
mas de tantos inocentes, a los méritos de tantas almas buenas, a las oraciones y
súplicas de los corazones piadosos Dios no podía resistir mas tiempo la
caritativa insistencia de su ángel, y para demostrarle que su justicia le obligaba a obrar con rigor a pesar de su inclinación a la misericordia le dijo:
—¡Mira lo que hacen los hombres!
Y el ángel miró la tierra. En las mismas naciones que se halla¬

ban destrozadas por la guerra muchos gobernantes seguían blasfemando del nombre de Dios y continuaban persi¬ guiendo a su iglesia y ultrajando a sus ministros: ciertas personas de autoridad sostenían escandalosas orgias y pisotea¬ ban los más elementales preceptos de la moral: algunos administradores de la cosa pública malversaban los fondos recogidos exprimiendo la sangre de los pueblos a fuerza de tributos y disputa¬ ban al soldado su alimento y su vida Varios políticos cubrían sus desaciertos con los cadáveres de los que caían heri¬ dos por la metralla, y consentían tamaño destrozo antes que declarar vencido su amor propio: algunos directores, por no confesar el fracaso de su dirección, tole¬ raban y exigían sacrificios cuya inutili¬
dad era manifíesta
Pero no eran solos los de arriba. Aba¬
jo seguía el desorden y la corrupción. Los espectáculos seguían siendo desmo¬ ralizadores, las publicaciones corrosivas, el lenguaje vil, las modas provocativas: y mientras millares y millares de hijos de la patria agonizaban lejos de sus fa¬ milias, en las ciudades las gentes hacían alarde de buen humor; y olvidadas del
luto inmenso que cubría las naciones, se divertían alegremente y no cuidaban de mejorar su vida, sus obras y sus costum¬ bres con una saludable penitencia
En la tierra todo seguía provocando la cólera divina y atrayendo las vengan¬
zas del cíelo.
El ángel apartó sus ojos horrorizado.
—Es preciso seguir, dijo el Señor, es preciso seguir, hasta que el hombre en¬ durecido modifique sus caminos de pe¬ cado y piense en apartarse de sus mal¬
dades.
Y el ángel de la guerra empuñando tristemente otra vez su espada, excla¬
maba:
—El animal cede al látigo y corrige los defectos que su amo castiga; el hom¬ bre del siglo XX aun en medio del cas¬ tigo sigue empedernido en el mal

í9¿

Èl Heraldo de Crispo

Y hubo de continuar cumpliendo la
terrible orden de Dios.
Fr. Junípero
üo de sa guerra

Una madona que té pretensions de noblesa antiga, s’exclamava plena d‘envejeta ¡lo que es jo no se que fan! noltros després de fer m i voltes mos quedam a net i net, i gracies a Deu, i aques¬
tes criatures que haurían de pensà ferm en demá gasten com si fossen milionà¬
ries!

Madó Juana María gemega molt, molt. 1 es ve que a la pobre no li falta motíu

per gemegá. Han pujat s’arròs, es fídèus,

es pà, s’oli, es llegums, es saim, sa carn,

es sabó, sa roba, es fíl, ses güies

Y

¿aont voleu que se giri una mare de fa¬
milia?

Per això quant s’homo li entrega do-

blers el diumenge ella s’enfada i el mal¬

tracta perque diu que no li basten per res
i entre s'homo i ella i ses atiotes i els

atlots mouen tal rebumbori, que tots els veinats se fan s'ilusió de que ses líneas de foc de sa guerra europea no deuen
estar molt enfora.

Pero llevors giram fuia i com si no fos res: no sap afluxarse de res nat del mon.
Com que els lectors del Heraldo son gent seria les diré en secret que madó Juana María es un poc llépola
Idò bé: no cregueu que maldement gemegui haja deixat un sol dia de pren¬ de sa llepolía i a pesà de tota sa gue¬ rra del mon te es morros tan prims com antes; i li agrada es vi bò, i es café fort i certes castes de licors, dels quals diu
que no pot privarsen, perque si se‘n
priva, no pot coure es menjà. I ¡ja hu crec! no te més remei la pobre!

Pero no‘s això tot.
L‘altre dia a un passeig cridaven s'aten¬ ció de tothom ses fies de madó Juana María. Unas telas fines, unes faldes cur¬
tes, unas sabates de lujo, unas joies de lo més costos. 1 tot'hom deia: ¡Mirau, parei¬ xia que no havien de porer menjar a n'es temps que mos trobam, i vet-les-taquí que fan avergonyí ses fies de la gent alta.

Pero no era tot sol aquell passeig ni eren totes soles ses fíes de mado Juana
Maria.
N‘hi ha molts de passeigs aont passan coses per 1‘estil, i moltes mares i fíes que fan lo mateix que mado Juana Ma¬ ría i ses seves, perque pareix que are s'es fet moda el gemegá molt i quexarmós de tot, í llavors seguí gastant i duguent rumbo com si no mos vengués a una pesseta ni a deu.
Perque això es com que voler dir a la gent: els temps ion dolents, tot ha pujat
i va a un ui; sa vida costa carissima,
molts s'aufiguen de tot; pero jo sur, i no m‘ espant per res, i an havé gastat
un duro se aont n'he de aná a cercar un
altra, i tots els que sien menester. I ja hu cree qu' això es donarse impor¬
tancia
Pero convé tenir en conta que'n allargarse més qu'es llensol
El dia 23 de Setembre va esser diu¬
menge.
Mado Juana María havía quedada to¬ ta sola a ca seva, perque te ella com ses
altres mares, sa malissima costum d‘en-
viá ses fíes a pasetjá totes soles, o amb
cualsevol.
Axuxí vaig comensar a sentir crits, renou i flestomíes, i un poc mes tart gis-
eos i gemecs
Era que la pobre tenía un atac de nirvis horrorós causat per un enfado dels
més granats......
¡Li havien dit en confiança que es botigué, es sabaté i sa cosidora, cansats d' anarli derrera de bades per veüre si cobrarían lo que li teníen adelantat, i acabada sa paciencia, s'havíon entesos

ÈL Heraldo de Cristo

i9á

per durla a n‘es jutjat l‘endemá dia 24, si a les deu del mati no s'era posada
cabal!
Eli prengué una rabiada faresta^ ma¬ lai cent pies els qui li demanaven lo just, i cridava en totes ses forses,—Pero ¡po¬ ques vergonyes! qui ha vist mai voler llevar se fama a una dona com jo.. !
I cuant els veinats hi foren i va eslà

segura de que cuàlcú li tendría compasió se posà a tenir s‘atac de nirvis, i aca¬ bà per quedarse acubada aposta dins ses mans dels que Phavían aguantada...
I axí es com fan miracles d‘abundan
cia certes persones d‘avui en dia.
Daniel.

-=3(g)c=--c3(§)e>--c3(íg)c>--a<§)c=--íi(g)c=—oigjo

3a^ï)c=- -=3(g)o-o(g)c:a-’e3(S)c»--c3<S)c=»—;a(g¡c»»

Sepulcro de S, Pedro Alcántara en su Cto. de Arenas de S. Pedro

194

ÉL ÍÍERALDO DÈ ^RláTÓ

^Sección catequística|l
(Advertencia a los Terciarios)
Muchas veces amados lectores, ha¬
bréis recorrido y examinado una por una las páginas de este modesto Heraldo DE Cristo, habréis leído sus artículos y noticias, y mediante su lectnra os habéis
enterado de todo el movimiento de la
Tercera Orden; pero esto aunque muy laudable, no basta para el buen Tercia¬ rio; porque el Terciario, sí ha de ser digno de su nombre, debe estudiar y
conocer las virtudes de Nuestro Seráfico
Padre, las disposiciones y preceptos de la Regla de la Tercera Orden, y aquel conjunto de enseñanzas, órdenes y doc¬ trinas de la Santa Iglesia, cuyo conoci¬ miento es propio de todo cristiano bien instruido en la profesión de tal.
A este fin estará dedicada exclusiva¬
mente esta Sección Catequística, que abrimos hoy en nuestro Heraldo. Aquí encontrarán los Terciarios un guia y un estímulo para el bien, porque en forma sencilla y con la brevedad posible se les presentarán y expondrán aquellos puntos de la Regla que sean dignos de especial mención, o tengan particular interés en nuestros tiempos: y se les llamará la atención sobre aquellas verdades y prác¬ ticas que mas especialmente merezcan
ser atendidas.
-l-l-

Así no podrá haber lugar a que se di¬ ga que los Terciarios lo sean solamente en el nombre, o en el hábito; pues si por la misericordia de Dios no pueden de¬
cirlo de muchos en la hora presente, me¬
nos podría decirse entonces cuando el espíritu, y la letra de la Regla, constan¬ temente sostenidos por esta breve ex¬
hortación mensual, estarán vivos en la
obra y actos de cada uno de los miem¬
bros de la Orden Tercera.
Que no haya pues, un sólo Terciario que deje de leer esta sección y fijarse en ella, pues nos cabe la seguridad que nunca la leerán sin sacar algún provecho
Más como ya tenemos bastante con este preámbulo, pondremos punto aquí hoy, para no faltar a la brevedad prome¬ tida, y remitimos a nuestros lectores a lo que publicaremos en el número pró¬
ximo.
Fray Simón.

—íOf— -I-I-

-I-I-

Pan de S. Hntonío

Mes de Agosto

Cepillo de la iglesia de S. Francisco en Palma,

Limosnas recogidas
Por 300 bonos de pan

158’lOptas
150’00 »

Repartido en metálico

50’00 »

Total repartido . .
Déficit

200’00 ptas
42’90 »

.¡.1.

■•¡..it.

-l·l-

CRONICA FRANCISCANA

HSrTEIRIOï?,
Inca.—Día 19 del pasado Septiembre
celebróse con suma solemnidad, en el
convento de Religiosas franciscanas de esta ciudad, la fiesta dedicada a su San¬ to fundador en el día de la impresión de sus sacratísimas llagas,
Por la noche del día 18, como prepa¬

ración para la fiesta del día siguiente, cantáronse solemnes completas. A la mañana siguiente a las siete hubo misa de Comunión general, que celebró el
M. litre, Sr. D. Mateo Garau, Peniten¬
ciario; la concurrencia fué extraordina¬
riamente numerosa."A las diez, antes
de la Misa mayor, se efectuó la bendi¬
ción de dos nuevos artísticos cuadros

ÉL Heraldo de Cristo

19^

que conapletan el adorno de la hermosa capilla, representando el uno a S. Juan de la Cruz y a Sta. Juliana de Falconeri el otro; fueron padrinos de dichos cua¬
dros, los nobles Sres. D. Antonio Riera,
D. Miguel Mir, D.® María Montaner y
D.** Francisca Enseñat haciendo la ben¬
dición el M. litre. Sr. D. Juan Quetglas, Canónigo. Una vez terminada la bendi¬ ción, empezóse el oficio solemne que celebró el Rdo. Sr. Ecónomo D. Miguel Llinás, asistido por los Rdos. Sres. don Simón Reus, Pbro. y Fr. Gabriel Tous T. R. de diácono y subdiácono respecti vámente, en el ofertorio cantó las glo¬
rias del Serafín de la Umbria el elocuen¬
tísimo orador sagrado M. litre. Sr. don Juan Quetglas, Canónigo.
Por la noche, a las 7, rebosaba ya de gente el reducido templo, que aparecía todo engalanado y profusamente ilumi¬ nado. Después del rezo dei santísimo rosario el Sr. Ecónomo, revestido de
capa pluvial, expuso S. D. M.; acto se¬ guido hízose el ejercicio de las cinco llagas de N. P. S. Francisco, durante el
cual un nutrido coro de cantoras, que
con religioso entusiasmo ameniza los actos del divino culto, interpretó con mucho ajuste varios motetes, acompa¬ ñado al armonium por el Rdo Sr. don Bernardo Salas, Pbro. organista de
nuestra Catedral Basílica. Terminado
dicho ejercicio, y después de hsber re¬ sonado una vez más por aquel bendito lugar los dulces y melodiosos acentos del himno regional «Oh Sant dolcissim»,
cantóse solemne Te Deum en acción de
gracias. Concluyó tan hermosa función con la bendición con el sagrado Copón.
Así terminó la fiesta que con mucho esplendor celebraron las celosas Her¬
manas Franciscanas, llevadas de su amor
al Serafín abrasado, y con motivo de la
bendición de los nuevos retablos, que
son otras dos joyas añadidas a las mu¬ chas que hermosean su preciosa capilla.
Bien por las religiosas Franciscanas de Inca que así saben festejar a su glorioso Padre. ¡Que las llamas de amor

divino que ardían en el pecho del Pobrecillo de.Asís, prendan aún más en sus corazones, y que desde el cielo las
colme de bendicionesl
flrtá.—El día 29 del pasado Agos¬ to, tuvo lugar en nuestro Convento de San Antonio de Padua la triple y
conmovedora ceremonia de la Proíesión
solemne de dos religiosos, la Profesión simple de seis novicios, y la imposi¬
ción del Hábito de nuestra Tercera Or¬
den Regular a dos jóvenes aspirantes a religiosos, hecha por nuestro muy Re¬ verendo P. Provincial, Fr. Bartolomé
Salvá.
El altar estaba profusamente ilumi¬ nado y adornado con exquisito gusto.
A las 8 empezó la Misa que celebró nuestro muy Rd. P. Provincial y duran¬
te la cual se cantaron con afinación y
ajuste escogidos motetes marianos y eu-
carísticos.
Después de haber sumido el sacerdo¬ te, se repartió el Pan de los fuertes qué
recibieron llenos de devoción los reli¬
giosos y jóvenes aspirantes.
Acabada la Misa, comenzó nuest*'0
Rd. P. Provincial una muy sentida plátitica en que explicó con claiidad y sen¬
cillez la esencia de los tres votos.
Terminada ésta, se procedió a las profesiones e imposición de hábito, todo lo cual se verificó según marca el situal de nuestra Tercera Orden, y terminó¬
se la función con un solemne Te Deum
en acción de gracias.
Al terminar nuestra humilde reseña,
nos complacemos en enviar desde estas columnas la mas cumplida enhorabuena a los nuevos profesos de votos solemnes Fr, Julián Niell y Fr. Sebastián Bennassar, a los de votos simples Fr. Miguel López, Fr. Rafael Ginart Bauza, Fr, Bar¬ tolomé Verger, Fr. Miguel Llompart, Fr. Cristóbal Esteva y Fr. Rafael Ginart Gayá, y a los nuevos novicios Fr. Jorge Torrens y Fr. Juan Estela.
Que Nuestro Señor Jesucristo y nues¬
tro P. S. Francisco, concedan a todos la
santa perseverancia.

Ig6

ÈL Meralüo De CRiàTò

EXTERIOR?,
Homenaje al Cardenal Cisneros
En Madrid se ha verificado con asis¬
tencia de las Autoridades y numeroso
público, el solemne acío de descubrir la lápida conmemorativa del cuarto cente¬
nario de la muerte del ilustre Cardenal
franciscano Fr. Giménez de Cisneros.
La lápida lleva la siguiente inscripción:
«1508.—Fundación de la Universidad de Henares. 1509.—Conquista de Orán. Calle del Cardenal Cisneros.—1517 —
1917.»
El Sr. Gobernador descubrió la lápida
a los acordes de la Marcha Real y en
medio de los frenéticos aplausos de los numerosos asistentes, rindiéndose justo homenaje a la memoria de esta excelsa figura española a quien tanto debe núes tra patria.
Testamento de un Terciario
Falleció cristianamente, como había
vivido, el duque de Norfolk^ jefe de los católicos ingleses y fervorosísimo Ter¬
ciario de San Francisco de Asís. Han abierto en Londres el testamento de
este célebre hombre, primer Par del Reino Unido y gran mariscal heredita¬ rio de la Corte de Inglaterra. Este gran hijo de la Iglesia ha dado un hermoso ejemplo de amor y desprendimiento ha¬
cia la misma a todos los católicos. Ved
los legados de su última voluntad:
. Al Obispo católico de Southwatk, pa¬ ra la conservación o perpetuidad de la Iglesia de San Felipe, lega 750.000 fran¬ cos (pesetas); a las Misiones católicas del condado de Sussex, 250.000 id.; al Obispo de Noíwiels, para terminar las obras de la Catedral, 750.000 id. y 350 mil id. para la adquisición de un terreno donde construir una Iglesia en Ashby de la Zouch, uno de los centros más impor¬ tantes de Inglaterra.
¡Qué bien ha sabido imitar este Ter¬ ciario el amor seráfico a la Iglesia prac¬ ticado por el Pobrecillo de Asís.

«Políglota complutense» de Cisneros
El día 19 del último Julio fué una fe¬
cha memorable en la historia literaria
de España, pues en él cumpliéronse cua¬ tro siglos desde que por obra del inmor¬
tal Cisneros terminóse en Alcalá de He¬
nares la impresión de la famosa obra
conocida en todo el orbe con el nombre
de Poliglota complutense, asombrosa ma¬ ravilla de las artes gráficas y de la cien¬ cia española, «monumento de eterna gloria para España», según dice Ménéndez y Pelayo, y «joya sin par de la im¬ prenta complutense,» como afirma el académico de la Historia D. Juan Cata¬
lina García.
Al considerar aquel insigne Prelado español y franciscano, en sus incesantes meditaciones sobre los Santos Evange¬ lios, el vuelo que iban tomando los ter¬ ciarios precursores de Lutero y las co¬ rrientes del libre exámen, que ya reina¬ ba en Europa^ comprendió luego cuanto importaba precaver el sentido de los libros sagrados contra la interpretación privada, y concibió el grandioso pro¬ yecto de publicar una edición esmeradí¬
sima de la Biblia en diversos idiomas.
Quinientos mil escudos de oro, dice Alvar Gómez, invirtió el Cardenal en la
edición de esta obra maravillosa, los cuales equivalen aproximadamente a 30
rail duros de nuestra moneda. Suma esta
a la sazón cuantiosísima.
En 1502 comenzaron los trabajos pre¬ paratorios que duraron diez años, y en otros cinco se verificó la impresión.
Es muy de h mentar que nada se haya proyectado en España para conmemorar esa fecha del 10 de Julio en que se ter¬ minó obra tan memorable, soberbio alar¬ de de genio, de sabiduría y de arte ge nuinamente españoles. ¡Tristes conse¬
cuencias del actual trastorno mundial!
La invención
del cuerpo de S. Francisco.
En Italia se ha constituido un Comité
que se propone organizar las fiestas del próximo Centenario de la invención del

El HEralLo dé CRiSto

197

i

Cuerpo del Seráfico Patriarca. Como se
trata de uc glorioso acontecimiento que afecta por igual a las tres familias de la Orden de S. Francisco, entrarán a for
mar parte de dicho Comité eminentes religiosos de las tres ramas de la Orden
Franciscana.
Después de haber permanecido ocul tas debajo del altar mayor de la basílica papal de Asís, por espacio de seis siglos, las venerandas reliquias de N S. P. San Francisco, por fin quiso la Providencia que tras larga i minuciosas pesquisas llevadas a cabo en secreto y con autori¬ dad expresa del Papa, se descubrierá el

cuerpo del San‘o el día 12 de Noviem¬
bre de i3i8.
El 12 de Noviembre del próximo año de 1918 cumple el primer centenario de tan feliz allazgo, y los hijos del Patriarca de Asís apréstanse a celebrar con so¬ lemnes fiestas el glorioso acontecimien¬ to centenario. Sabemos que un sabio religioso de los Menores Conventuales está preparando una hermosa obra que lleva entre manos algunos años hi, acer ca de las indagaciones que condujeron a la íeliz invención del cuerpo del biena
venturado confesor de Cristo S. Francis¬
co de Asís.

i§8

ÉL Heraldo dE Cristo

Notable estadística
Una reciente estadística nos da a co¬
nocer el aumento que han tenido los de¬ litos cometidos contra el orden público desde el comienzo del presente siglo
hasta el año 1912.
Según dicha estadística, en el año 1900, último del pasado siglo se incoa¬ ron 500 procesos por esta clase de de¬ litos, y en 1912 las causas que se for¬ maron a los perturbadores de la paz pública fueron 2.300.
No se conocen todavía los procesos
formados por los mismos delitos desde 1912 a la fecha, pero desde luego pue¬ de asegurarse que el aumento seguirá, tal vez en progresión por cociente, a juzgar por el aumento que en ese perio¬ do han tenido las malas lecturas, la por¬ nografía, los cines propagadores del cri¬ men truculento y las demás licencias de perdición que al amparo de una mal llamada libertad, vienen desde hace mucho tiempo socavando los cimientos del principio de autoridad.
Acaba de morir un santo
En la provincia seráfica de Ntra. Se¬ ñora de las Gracias, en el antiguo reino de Nápoles, acaba de morir el R. P. Fray Francisco Folgione, varón de eximia santidad. Desde que vistió el humilde y pobre sayal de S. Francisco, janás comió carne ni pescado: ayunaba todos los dias con (hierbas y legumbres; dor¬ mia muy pocas horas, y nunca en la
cama ni acostado en tierra, sino de ro¬ dillas delante del Santísimo Sacramento; se apoyaba sobre los piés arrodillados y así pasaba la noche en dulces colo¬
quios con Jesús; junto al Sagrario. La pobreza franciscana era su delicia.
El P. Francisco usaba el hábito mas re¬
remendado, y a imitación de Jesús, an¬ daba con los piés descalzos. No era de

los que se contentaban con la pobreza de afecto, como hoy se acostumbra, sino que experimentaba los efectos de ella
en la comida, en el vestido, en las me¬
dicinas y hasta en las limosnas y el uso
de todas las cosas.
Una vocación original
Hace pocos meses murió el litre. Ca¬ puchino y Arzobispo Monseñor Menini, Vicario Apostólico de Sofía y Filípopolis (Bulgaria).
«A los ventitres años—decía Monse¬
ñor Menini—era yo uno de los estu¬ diantes mas libres y disipados de la Fa¬
cultad de derecho en Viena. Un dia,
pasando por delante de la Iglesia de los Capuchinos, oí tocar a Misa, y me dije: Voy a entrar; hace mucho tiempo que no he oído Misa, y entré. La Misa se celebraba en una capilla lateral, donde se hallaba un magnífico cuadro de la Santísima Virgen.
Mientras duró la Misa, parecíame que la Santísima Virgen me miraba y que
me llamaba al mismo tiempo. Pero mi vida algo relajada me hizo olvidar tal inspiración.
Algunas semanas después, al regreso de un baile, cansado y sin desnudarme me recosté sobre un diván. De repente,
en el sueño oí claramente el llamamien¬
to divino. «Renuncia al mundo, que te lleva a la perdición.» Despierto, y como
fuera de mi fijáronse mis ojos en un Crucifijo que estaba colocado a los pies del diván y a quien yo jamás había diri¬ gido la mirada. Me arrojé a sus piés, y
en medio de la emoción exclamé: cDios
mió, si verdaderamente me queréis, re¬ cibidme, aquí estoy a vuestros pies.»
Tres meses después era capuchino. Mi padre, entonces director general de Co¬ rreos en Dalmacia, estuvo mucho tiem¬
po sin creer mi repentina vocación. «Tu has contraido alguna deuda—me

El Heraldo de Cristo

199

escribía—di la verdad, yo la pagaré y
verás como cesa tu necia historia. >
Cuando mi padre vió que yo persistía en mi vocación, me llamó a su lado. «Ven, me dijo^ quiero oir de tu boca tan extraña resolución.! A lo que yole contesté: cSi iré, padre mió, pero será
dentro de tres meses, vestido con el
hábito de capuchino.» Y así lo hice,
termina Monseñor Menini.
La oración en las trincheras
Un soldado de la Saboya francesa, protestante convertido al catolicismo, decia a sus compañeros: «La oración da valor en el combate, y resignación en la derrota. Yo, que he estado en el
lomo ardiente de Verdón durante dos
meses, no he sufrido, sin embargo la menor herida; pero eso lo atribuyo a la eficacia de la oración, que era mi ocu¬ pación predilecta en cuanto tenía unos
momentos libres. Puedo, además, asegu¬
raros que los soldados mas valerosos son, sin duda alguna, buenos cató¬ licos o convertidos ante el ejemplo de éstos, a quienes se unen en sus oracio¬
nes, sobre todo antes de empezar un
combate.»
Condecoraciones
Cien sacerdotes franceses, de los mo¬
vilizados con motivo de la guerra, han
sido condecorados con la cruz de la Le¬
gión de Honor, otros doscientos con la medalla militar, y más de cuatro mil han sido citados con elogio en la orden del día del Ejército. De este número de
beneméritos sacerdotes, muchos perte¬
necen a las Ordenes religiosas expulsa¬ das de Francia, y que así se vengan, devolviendo bien por mal, de las perse¬ cuciones de que les han hecho víctimas, gobiernos sectarios.
Pueden tomar nota de ello los seño¬
res anticlericales.
Un hermoso ejemplo de una niña de 12 años
Una niña, alsaciana y educada en un convento de religiosas, se fijó al pasar

por una librería con una postal poco de¬ cente, y entrando preguntó el precio para comprarla. El librero no pudo me¬ nos de extrañarse de que una niña de su edad quisiese comprar aquello, y le preguntó qué pensaba hacer con ella. Bien poca cosa, le replicó, depositando en el mostrador el precio pedido; y al
salir de la librería, con ademán de in¬
dignación, hizo trizas la postal, y arrojó los pedazos al arroyo, relatando des¬ pués el hecho a sus padres con la mayor naturalidad, y añadiendo: «De hoy en adelante, todo el dinero que economice, lo pienso emplear en comprar postales de esa clase para romperlas enseguida.»
¡Que hermoso ejemplo de celo pode¬
roso en una niña de doce añosl
Vocación sacerdotal ante la muerte
Hallándose dos soldados en un fuerte
avanzado, cayó un obús que los dejó mal heridos bajo los escombros. Uno de ellos que era sacerdote, al comprender que le quedaban pocos instantes de vida, di¬ jo a su compañero: «Si quieres confe¬ sarte, hazlo ensegu da, porque si no, me temo que no llegues a tiempo.» Asi lo hizo el soldado, y al terminar la confe ■ sión le dijo: «Cuando te halles en pre¬
sencia de Dios, dile que no se preocupe
por la falta que hacias aquí: pues yo te reemplazaré, haciéndome sacerdote.
¡40.000 soldados protestantes convertidos!
Bien dijo S. Agustín que Dios de los mismos males saca bienes. Un ejemplo
conmovedor de esta verdad nos ofrece
el Ejército ingles de operaciones en
Francia. En uno de los números del pe¬
riódico ingles The Universe leemos con emocionante sorpresa que en el frente inglés unos 40.000 soldados protestantes han vuelto al seno de la Iglesia Católica,
abandonando la secta protestante con todos sus errores. No.se sabe todavía si
este número de convertidos comprende la estadística de todo el año 1916 o un
solo hecho extraordinario aislado. La
manera con que viene redactada la noti.

200

El Heraldo de Cristo

cía ofrece probabilidades y visos de lo segundo. La noticia procede de fuente
protestante y por lo tanto hay que tener¬ la por menos sospechosa y ofrece garan¬ tías de imparcialidad.
No cabe duda que estas hermosas conversiones al Catolicismo débense en
gran parte al roce continuo de ios sol¬
dados protestantes con los católicos y a
la conducta heróica de éstos y principal¬ mente de los capellanes militares en los campos de batalla.
¡Cuánto debe alegrarse la Iglesia san¬
ta con la vuelta a su amoroso seno de
tantos hijosl

“Jií—^

-íK-'-íK-

Bibliografía

Novena al Santo Angel Custodio del reino de España, por el limo, y Rvdmo. señor Dr. D, Leopoldo Eijo y Garay, Obispo de Vitoria.

Esta excelente obrita posee gran riqueza teoló¬ gica, erudición escriturísiica, suma sencillez, fer¬ vorosa unción y belleza literaria. El sabio Prelado ha dado con esta producción una prueba elocuente de su gran piedad y profunda cultura.

Las críticas circunstancias por que atraviesa nuestra Patria hacen oportunísima esta Novena, por medio d^ la cual los buenos españoles pedirán al Altísimo la salvación de España.

Al precio de didos ai Rvdo.

dos
Sr.

reales pueden hacerse D. Luis Iñigo Ccalle de

los pe¬
Alcalá,

143, Madrid), fundador de la Archicofradía Nacio¬

nal del Santo Angel Custodio de España. A dicho

señor puede pedirse también al precio de 20 cén¬

timos la hermosísima estampa del Angel Custodio

del Reino, mandada dibujar por el gran siervo de

Dios, D. Manuel Domingo Sol.

Necesidad de fomentar las vocacio¬

nes eclesiásticas.
Rvmo. Sr. D. Antonio

Carta Pastoral del Alvaro Ballano,

limo, y segunda

edición publicada por la Junta del Fomento de

Vocaciones Eclesiásticas.

En esta notabilísima Pastoral se estudia con

gran acierto y sabiduría el gran problema de la

crisis de vocaciones, se señalan las causas de la

misma y se combatirla.

proponen

los

eficaces

remedios

para

Es de inmensa utilidad para la Iglesia conocer y difundir esta Pastoral.
Al precio de 10 céntimos puede pedirse al señor Director del Fomento de Vocaciones, calle de las Peñuelas, 20, Madrid.

Calaverin y el Curita. — Novela de ac¬
tualidad por el Dr. D. Federico Santamaría Peña. 1*25 ptas. en las Librerías y en casa del autor, Pe¬ ñuelas, 20, Madrid-
El argumento de esta novela es el contraste de una dama egoísta y vanidosa que no quiere prote¬ ger a un seminarista pobre y en cambio ayuda a un calaverin que se gradúa calaverón y quita la vi¬ da a su protectora, y el de otra dama modelo de señoras caritativas que protege a aquel seminarista qne llega a ser un apóstol y proporciona muchas satisfacciones a su insigne bienhechora.
En esta novela que puede leer con utilidad lo mismo el hombre de negocios que la doncella ino¬ cente se hermanan la belleza, la verdad, el amor a la virtud y una finalidad práctica muy útil para la Iglesia y la sociedad.
Colonias Veraniegas de Seminaris¬ tas, por el Reverendo Sr. Dr. D. Federico Santa¬
maría Peña, Director de la Obra. — Peñuelas, 20,
Madrid (10 céntimos ejemplar.)
El Sr. Santamaría añade la presente obrita al Kempis de las vocaciones, a Calaverin y el Curita (novela), y demás libritos de propaganda que ha .publicado acerca del Fomento de Vocaciones Ecle-
s ásticas.
En este interesante opúsculo ¡e demuestran las ventajas higiénica-', culturales y educativas que
t'ene esta admirable institución de las Colonias
Veraniegas para la prosperidad de los Seminarios y engrandecimiento del Clero. En él se estudian
también documentalmente la cuestión del internado
en el curso y en vacaciones, la vocación de los niños pobres, etc.
El día no lejano en que los católicos se penetren de la trascendental importancia de esta Asociación' pondrán a su d,isposición todas las cantidades ne¬ cesarias para la más perfecta formación del Clero con bien inmenso para la iglesia y la Patria.
I^etraites de Communion soiennelie.
- Chanoine J. Vaudon —i vol, in l2 Prix: 2 francs.—Libraire P. Téqui, 8.’, rué Bonapa.te, Pa-
ris-VI.
No siendo ya la primera comunión solemne, ge¬ neralmente hablando, una primera comunión, el modo de ser del retiro preparatorio debe ser algún tanto cambiado. Así se expresaba el Arzobispo de Tours en la carta que sirve de introducción al «Triduum Eucaristique» del Canónigo Vaudon. El ilustre Prelado añade, que es preciso hablar al co¬ razón de los niños, inspirándoles confianza y amor y felicita al autor de la presente obra por seguir esta norma para conducir a las almas al Sagrario y hacerlas vivir verdadera vida eucarística.
Creemos nosotros este libro acreedor a tales en¬
comios y por tanto gustosos lo recomendamos a nuestros lectores.
Tip. de S. Pizá - Jardín de la Reina, 19

Inflaeneia de Cisoepos en el Hpte

III
A la evolución realizada en Italia en
la forma artística, y a la revolución lle¬
vada a cabo en las otras naciones de
Europa,—cuyos resultados llevamos es¬ bozados simplemente,—no podía man tenerse indiferente nuestra tierra Hispa¬ na, entonces constituida en matrona egre-
gia de grandeza y poderío. Esquivar la clásica importación, o rehusar las co¬ rrientes de la nueva escuela, equivalía a ser hollados y vencidos sus futuros idea¬ les, puesto que singularizarse por capri¬ cho, era trabajar para caer en un fu¬ nesto desaliento. No quiere estodeci-, que fuera fácil la empresa de dominio, puesto que nuestro carácter de suyo apegado al tradicionalismo, no producía ninguna fuerza, ni alentaba energía al¬ guna, para que prosperara la corriente italiana. Así es que en forma muy lenta y por medio de conquista, había de ope¬
rarse el cambio de nuestro arte.
Tal transformación general, obedien¬
te a causas interesantísimas— que no
intentaré el reseñar, para ahorrar un es¬ pacio de que no dispongo—había de operarse precisamente en los albores del siglo XVI, periodo crítico en que, como es sabido, el Cardenal Cisneros mante¬ nía en alto su poder, y por ende son los años de su Regencia, los más adictos a confusión más general: el tiempo de la trancisión más absoluta, puesto que le-
vántanse numerosas construcciones, así
religiosas como civiles, en los estilos góticos por completo; de dafinida tran¬ cisión, y también con la tendencia bien

señalada del renacimiento. Estaba pues
en pleno vigor, la lucha entre lo viejo y lo nuevo: entre el espíritu del gótico, y
el humanismo del clásico.
Mas, así como en otras partes trope¬ zaba la nueva escuela, con la dominante
en cado estado, amoldándose en parte
a ella, más o menos, según las ideas y sentimientos de cada pueblo, también España al ver importar las normas italia¬ nas, toma el arte un rasgo original, da¬ dos los componentes que en el se encie¬ rran. Influye en ello el carácter del estilo morisco nacional, entonces dominante
en todo el Sur, arte labrado por multi¬ tud de alarifes mudejares. El ser a fines de! siglo XV, procedentes de Borgoña y Flandes, casi todos los maestros que
entonces labraban nuestras obras, y por
consiguiente importadores de un flore¬ cimiento gótico, ricamente ataviado, como nos lo dicen las obras de los Egas,
Gil de Silve, Güas y Simón de Colonia. Contribuye no poco a su prosperidad, el fomentarse a principios del siglo XVI, bajo el talento de los Arfes, la construc¬ ción de riquísima orfebrería, labrada con aquel oro virgen que habrían traído las
carabelas de Colón desde el Nuevo
Mundo, y ser las manos de los plateros las que sin darse cuenta, ingerían a los nuevos, la minuciosidad; la riqueza or¬
namental, débese todo a nuestra estruc¬
tura, y a las normas recien llegadas para imponer el nuevo estilo, y brota entre
nosotros uno nuevo y flamante, que no titubeamos en bautizarlo con el nombre
de plateresco. Tal vez es el más bello, y

202

Juventud Seráfica

el más interesante, que brotó de tierra
latina.
Despréndese pues de lo dicho, que
cuando Italia se hallaba en su clásico
apog^eo, mantenía España muy en alto, el estilo gótico, en su periodo llamado flamígero, y hallándose en forma tan arraigada, que son orgullo de nuestro suelo, las construcciones que brotaron en tal tiempo. Hasta fines del siglo XVI, no cesa de crearse la forma gótica.
Tal vez pretendíamos seguir audaces nuestra carrera, sin volvernos atrás si¬
quiera, para ver al Brunelleschi y cohor¬ te, y por esto quisimos continuar todas las obras empezadas en los moldes vie¬
jos, prescindiendo por completo de toda nueva orientación y tanto es así, que en el periodo de más vigor clásico, expre¬ samos nuestro sentir, haciendo brotar
para gloria de les siglos, una Cartuja, en contraposición a la de Pavía, que lleve el nombre de Mira-flores; una igle¬ sia franciscana allá en la Imperial Tole¬ do, que toda ornada de motes, escudos,
águilas y trofeos de heráldica, sea obra de esquisitez suma, apesar—y véase con ello la nobleza de nuestro rango—de no poder este templo complacer a una Reina tan magnánima como la católica, sino que al contemplarlo, aun le obliga
a exclamar: «Esta nonnada me avedes
fecho aquí?»
Llévanse también a cabo, las góticas catedrales de Segovia, Palència y Sala¬ manca, y la capilla del condestable en la de Burgos, y se da el caso extraño de que los mismos técnicos que construyen con estilo gótico, como los Egas y Güas, saben también dirigir templos clásicos. De ellos nace la rama plateresca-gótica, afiligranada.
Y mientras así se trabaja en la forma ogival, no descansan un momento los modernos informadores del arte clásico, fabricando la fachada del colegio de Santa Cruz de Valladolid, (1480) la del
Hospital del mismo nombre de Toledo,
(1480-1492) el palacio del Infantado de Guadalajara (1483,) etc., etc., sucedien¬

do a ellas otras muchas construcciones
tan interesantes y notables como la anó¬ nima Casa Consistorial de Sevilla (1527)
y el Palacio de Monterrey de Salaman¬ ca (1530.) Ya las del grupo italiano (Al¬
cazar de Toledo-Escorial, y Palacio de Carlos V. de Granada) son extemporᬠneas a nuestro tema, como también lo
son las catedrales de Granada, Jaén y
Málaga. Huelga el expresar que a la marcha
de la arquitectura, correspondió la es¬ cultura, reformada también por los ful¬
gores italianos. Egas y Alejandro dan la ruta en el principio del siglo XV, y for¬
man una escuela nacional, cuyo príncipe es Berruguete, Becerra, Vargas, Siloé, etc., y el famoso Gorment, y otros mu¬ chos son los maestros de la época.
En pintura no sucede igual, puesto que abarca su explendor y apogeo, los años últimos del siglo XVI y todo el XVII, cuando ya en todas partes se precipitaban en lamentable decadencia durante el gobierno del Cardenal, está nuestra pintura concretada al pincel ecléctico de los artistas, que preparaban el brillante triunfo español, solo igualado por la exuberancia y riqueza italiana.
No quiero comentar la transformación artística, para evitar juicios, sobre pri¬ vilegios espirituales de estilos, que to¬ dos quieren poseer. Andan los tiempos del respeto y del estudio concienzudo, de las obras pretéritas y triunfa de día en día el criterio—excelente para mí— de que todas las obras plásticas merecen ser estudiadas con el más jugoso dete¬
nimiento.
Después de lo expuesto, y ya ligera"
mente conocidas las corrientes artísticas
que reinaban en los tiempos de la Re¬ gencia del Gran Cardenal, cabe sólo el preguntar ¿cuanto hizo este príncipe de ía Iglesia, para fomento de tan bella
rama, y a cuanto hizo hincapié, para ayudar al resurgimiento del arte na¬
cional?
No cabe en este artículo la respuesta,
ello será objeto del siguiente.—J.

Juventud Seráfica

203

iVamos allá!
Fruto feliz de una inteligencia privile¬ giada, pudiera ser en estos momentos un trabajo literario que cantara una vez más la vida próspera y fecunda de la floreciente Juventud Seráfica; canto supremo de amor reverente para el As¬ tro que la ilumina y dirije; canto de ala¬ banza eterna a la tarea apostólica que se imponen sin tregua los que integran aquella agrupación. Yo quisiera juntar ahora todo el seráfico ardor que en el pecho franciscano incesante palpita, para dar efectividad al pensamiento mío, in¬ capaz por sí sólo dada mi inutilidad e incompetencia, de ofrecer a los lectores de El Heraldo de Cristo, la apología
digna de una entidad que cual la que
me ocupa está llamada a ser sin duda alguna la única en su género. Pero, ¡pobre de mí! ¡No puedo expresar con la pluma lo que siente el corazón! Suplid pues, lectores de la revista fran¬ ciscana, mi pequenez, con la sana in¬ tención que me anima, de que mis pala¬
bras manifiesten la verdad tal como se
esconde en lo íntimo de mi ser.
Me inspiró las palabras que encabe¬ zan el presente trabajo, una noticia agra¬ dable que me fué comunicada por el digno presidente Sr. Jiménez con la alegría propia de un padre gozoso al ver a sus hijos lindos y felices. Que me perdone la comparación mi querido amigo, pues en mi humilde saber y en¬
tender viene como anillo al dedo como
el sabe muy bien. Se decía no ha mucho tiempo, que
Lluchmayor iba muy pronto a contar
entre las instituciones franciscanas de
su seno, a otra no menos importante y no menos franciscana también. Se susu¬
rraba la probable implantación en el ca¬ tólico pueblo de una rama de la Juven¬
tud Seráfica constituida allí con vida
propia e independiente dado el entusias¬ mo que reina para su constitución defi¬
nitiva.

Se confirmaron más tarde los rumores
circulados en cuanto a los nobles propó¬ sitos de los jóvenes lluchmayorenses, y hoy, parece ser que ya se habla del día en que con lucida fiesta cívico-religiosa, se inaugure en Lluchmayor la ansiada Juventud.
Idea por demás feliz se verá a no du¬ darlo coronada por el éxito más lisonje¬ ro, pues siempre iniciativas de almas grandes, han encontrado en la opinión el acatamiento y aprobación propia de quien vé en tales iniciativas la grandeza augusta de un santo ideal y como tal acreedor a la más cumplida victoria.
¿Qué significa eslo sino el nacimiento de un retoño de la Juventud, fruto pal¬ pable de la semilla que un día sembró, y que germinada ya, florece con perfu¬ mes de gloria en el hermoso y fértil Lluchmayor? Que me conteste ingénuo, mi estimado presidente, y en la respues¬ ta que dé, hallará justificada la afirma¬ ción que más arriba he consignado refe¬ rente a la alegría propia de un padre amante de sus pequeñuelos
¡Vamos allá! exclamé al conocer el porqué de la alegría justa y muy justa dé mi buen amigo, quien con todos celebra con júbilo la feliz ocurrencia de un mon¬ tón de almas gemelas con el amor debi¬ do al Serafín de Asis, y ansia viva del desarrollo en Lluchmayor de las orien¬
taciones católicas franciscanas.
Esbozada sin remilgos la idea espues-
ta, sólo me resta saludar con efusión a nuestros queridos compañeros de Lluch¬ mayor que tanto trabajan para la propa¬ gación de la orden de S. Francisco, y recabar de ellos el apoyo imprescindible
para dar a aquella la perfección a que aspiramos todos.
Con inefable alegría, llegará el día en que la Juventud Franciscana de Lluch¬ mayor dará a su pueblo querido un aci¬ cate más al logro de sus ideales, reu¬ niendo por doquier el amor y caridad,
y fundidos en abrazo eterno los corazo¬
nes de todos, amanecerá el día más
grande para todos, de la formación de

204

Juventud ¡Seráfica

un nuevo ejército juvenil dispuesto a todo antes que abdicar el logro de sus fines y la de sus más nobles iniviati
vas.
Antonio Moragues Morell.
Palma, 20 Septiembre 1917.
^r\\
Impresión
Es de noche. Las campanas del Real
Convento de San Francisco dan al aire
su voz sonora, mientras que en la capilla, bella y sencilla, de la Hermandad los fíe¬ les entonan dulces salmodias a Jesús
Sacramentado.
El aroma da las flores del jardín se
une al del incienso y uno y otro van
adormeciendo mis sentidos, dejándome despierto el espíritu que se remonta con ellos por las regiones etéreas, donde
vivo unos momentos soñando bellos fan¬
tasmas, dulces quimeras

lan al soplo de la brisa parecen corazo¬ nes inflamados de amor que se ofrecen palpitando al Dios que acompañan.
Como obedeciendo a incógnita con¬ signa, lanzada al aire por la voz sonora
de la campana, los que yacen en las lo¬ sas frías que como retablos borrosos adornan las paredes del claustro, aban¬ donan sus lechos de piedra y reunién¬ dose bajo el firmamento organizan otra procesión en la admósfera alumbrada por las estrellas que por esto, esta noche
brillan en el cielo con más bellos y vi¬ vos resplandores.
Turilla Ven.
Palma, 19—9—17.
CAlï’ A-Xj OEJXj
CHOR I
—Veniu derrera m¡—par que mos diga
la veu del Sant d’Assís.
¡Oh veu del cell de Tánima ets amiga: qui t’escolta, veurá’l nou Paradís.

La magnanimidad Real, en tiempos lejanos, levantó un templo. Por los claus¬ tros del convento iban en procesión los
terciarios franciscanos. Las luces de las
velas que llevaban en las manos alarga¬
ban en la sombra las siluetas mudas de
los monjes, asemejándoles a espectros vivientes. Las espadas centelleantes de los caballeros se alargaban también en la sombra, como cerniéndose sobre las
cabezas de los que siglos después, tenían que convertir el claustro do paseaba el Señor en patio de un presidio donde
caminarían arrastrando las cadenas de
su cautiverio los infelices y desgraciados privados de libertad.
jPobre claustro de San Francisco! ¡Por cuantas vicisitudes has pasado!
Todo cambia. Pasaron aquellos tiem¬ pos de infausta memoria y otra vez los terciarios y los religiosos y los caballeros van recorriendo aquellos lugares profa¬ nados y las luces de las velas que osci¬

¡Oh Seráíic Francesc! cap Terciari
deixi tan bella sort
Per vesta, portarem VEscapolari, cenyits amb el cordó, fins a la mort.
VEUS
Seguint a nostron Pare, per vies sensa noses, cantem els Terciaris un himne sempre fresc: El de r>4mor, qu’espines ferà brostar en roses, com ho vegé, bolcant-se, un dia St. Francesc.
CHOR 11
Qui es que no te set en eixa vida i plora essedegat?
L’ aigüe del món, en copa d’ or servida, ja mai deixa lo cor assaciat.
, Oh Seràfic Francesc! quina font ratje r aigüe bona pel cor?...
Mirant tot-reverents la vostra Imatje, tanyida amb noble sang, diu qu’ es: L’ Amor.
F. P. Terciari.

Obras del P. Ambrosio de Valencina

La Vida Espiritual. Cartas a Teófila. — los destinos de España, e igualmente

8.® Edición. Un tomo de 457 págs. en¬ Util a los directores de almas que al his¬

cuadernado en tela, ptas. 2*50.

toriador y el erudito, Es una de las más

Obra indispensable a cuantos tratan lindas joyas de la mística española, que

de perfección, recomendada por todos debe leer toda alma deseosa de su per¬

los Prelados españoles e inmensamente fección.

difundida en toda España y América.

Las Siete Palabras.— Predicadas el

La Vida Religiosa. Cartas a Sor Mar¬
garita.—ó.^Edición. Un tomo de 440
páginas, encuadernado en tela, 2*50, Libro escrito por el P. Ambrosio pará los religiosos de uno y otro sexo, y que ha sido llamado el Kempis de las reli¬
giosas por los Prelados españoles.

Viernes Santo de 1907 ante S. M. el Rey en la Capilla Real de Palacio. 3.^ edición. Un tomo de 128 págs. encua¬ dernado i’5o. Son una de las galanas muestras, des¬
graciadamente pocas, de la elocuencia de su autor, gloria del pulpito sagrado.

Soliloguios.—Quin a edición ilustra¬
da. Un tomo de 345 págs. encuaderna¬ do en tela 2^50 ptas. Esta obra retrata al P. Valencina, cuyó
corazón seráfico derrama las efusiones
de su espíritu franciscano por sus cálidas páginas, que no pueden leerse sin emo ción, constituyendo un libro admirable, reputado como de los mejores de su
autor.
Flores del Claustro y Arrullos de Palo¬ ma.— 5.® edición ilustrada con ai fo¬ tograbados. Encuapernado en tela, 2

Poesías religiosas o flores de mi Ju¬ ventud.—4.“ edición corregida. En¬
cuadernado en tela i’5o. Las poesías religiosas resaltan por su delicadeza, sentimentalismo y piedad. Son un precioso regalo para premios.
Preparación para el Matrimonio.—2.»
edición. Un tomo de 316 págs. encua¬ dernado en tela 3 pesetas, en rústica 2. Ultima obra del P. Ambrosio, de éxito
sin igual. Deben leerla todos los jóvenesl para prepararse al gran sacramento deMatrimonio. De él han hecho grandísi,

pesetas.
Es un libro por el estilo del anterior con la sola diferencia de que en éste, los soliloquios están puestos en labios de de una religiosa, flor del claustro y palo¬ ma de la soledad. Es una joya en el con¬ cepto místico y ascético.
Lirios del Valle.—6.® edición ilustrada.
Un tomo de 270 págs. encuadernado
en tela, 2. ptas. Novelita de lectura tan interesante,
tan llena de piedad, poesía y sentimien¬ to, que difícilmente se suelta el libro de las manos empezándolo a leer.
61 Director Perfecto y el dirigido San¬
to.—Correspondencia epistolar entre el B. Diego J. de Cádiz y su Director el V. P. Francisco Javier González.
Tercera edición. Un tomo de 624 pá¬

mos elogios el Episcopado Español y toda la prensa católica en general. Es regalo indispensable a las prometidas.
Leyendas edificantes o Historietas piadosas.—5.®’ edición ilustrada. Un
tomo de 431 págs. encuadernado en tela 2 pesetas.
Hermosísima colección de lecturas re¬
creativas, de sana moral y grandísimo interés. Libro indispensable para pre¬
mios.
Muriilo y los Capuchinos.—Un tomito
de 132 págs. i’25 ptas. en tela.
Interesantísimo estudio histórico, re¬
pleto de datos desconocidos de las rela¬
ciones con los Capuchinos del gran pin¬
tor de la Inmaculada,
Mi viaje a Oceania.—4-^ edición corre¬

ginas encuadernado en tela. 3 ptas. Libro único en su género, verdadera
autobiografía del gran Apóstol del siglo XVIII que tan gran influencia ejerció en

gida. Un tomo en tela, i pesta.
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tres en ciencia y virtud, que han flore¬
cido en ella desde su fundación hasta el
presente—5 tomos, en rústica 4^50; y con lomera de piel 7 pesetas.
Vida dei P. Carabantes.—Un tomito
de 94 págs. o’50. La vida del P. Carabantes, que en bre¬ ve será beatificado constituye una de las másasombrosas que existeu y derpiertas
grandísimo interés.

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ratura preceptiva. Tercera edición. Un tomo encuadernado con preciosa plan
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