EI Heraldo de Cristo EBTista íeilcaia al fomento y pronaiaclón ie la Oráen Tercera 3e S. Francisco Año V Palma i.° Abril 1913 Núm. 50 Precios de suscripción.—En España un año 1 Pta. En el extranjero 2 Ptas. ¡Redacción y Administración.—Gonveinto de San Francisco, Palma de Mallorca. SUMARIO: Nueva Peregrinación Franciscana.—¡¡El jubileo Constantinianoü — Documentos Espirituales.—¡Fuera Catecismo?—Notas Puertorriqueñas.—’Pan de S. Antonio.—Crónica Franciscana.—Noticias y variedades.—Necrología.— Bibliografía. BLAKQUEO DE TODAS GLASES Gran Cerería Cirios esteáricos primera clase á 2 Ptas. kilo ISecar del Real-PAL·lEA BR MABBOBCA Para encargos, pedidos y demás informes dirigirse á DON PABLO COMAS Y PAVERAS ' San Miguel núm. 26—PAIíMA ' SOlVC 1=1 El R. k: IJÍ3L BERNARDO AMER Confección de.sombreros de toda clase.—Suma elegancia y economía .sin igual.—Casa especial para sombre¬ ros de sacerdote. ■' — ' ' - SAWrTO I^OIMCIiVGrO 21.—OE^AIjMA.. N FERRETERÍA CASTELLET RANCH DE S‘OLI.—PALMA / DE — —— CAJAS PARA CAUDALES BA.SCXJX..A.S, i?,oisd:^isr.A.s, .s^ijuíA3srzA.s Y COCINAS ECONÓMICAS PARA COK Y LEÑA PUERTAS DE ACERO ONDULADAS Cultos en nuestra iglesia de San Francisco de Palma durante el mes de Abril. Ejercicio del Sagrado Corazón, I I II— II í Santísimo, a intención de una devota persona. practicará el primer domingo día 6\_ por la noche con meditación, canto y exposición del Cuarto Domingo, — mana a las siete y media misa, de comunión general para los Terciarios. Por la tarde tendrá lugar la reunión mensual. A las seis y media exposición de S. D. M., rezo del Santísimo rosario en sufragio de algunos hermanos difuntos y plática. ^ ^ Después de la reserva del Santísimo, se impondrá el escapulario y cordón a los que previamente lo hayan solicitado. • Indulgencian nlenarias ^ ^ condiciones ordinarias pueden ganar los Terciarios indulgencia plenaria los dias siguientes de este mes: Día 3, S. Benito de Palermo.— i3 El Patrocinio de S. José. — 20, B. Gil de Asís,— 24, S. Fidel de Sig- maringo. 28, El B. Luquesio, primer terciario. El día 16, aniversario de la profesión de N. P. S. Francisco, también se puede ganar indulgencia ple¬ naria renovando la profesión. EL SAGRADOICORAZÓN FABRICACION DE TEJIDOS SEDA Y OKIVAMESTOS PARA ÉL. CIJJLTO CATOL·ICO de ANTONIO PURSALS Calle de .Taime I, mim. 11 CASA FUNOADA en 1888 BARCELONA Taller de Bordados, Orfebrería religiosa. Pasamanería y Platería. Bordados en Blanco, seda y oro de todos estilos, a precios económicos. Imágenes de talla, cartón madera, semi-madera Capillas de la Sagrada Familia para la Visita Domiciliaria ' Albas y casullas, desde 20 pesetas. Capas por 50 pesetas. Dalmáticas, el juego, 70 pesetas Palios, por 90 pesetas. Umbrelas, 60 pesetas. Temos completos, 140 pesetas. Cálices, 30 pesetas. 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Es tan dulce el recuerdo de las cele¬ bradas en años anteriores y tan copioso el fruto que se recogió en ellas, que bro¬ ta espontáneamente en todos los corazo¬ nes el deseo de que se repitan, y de to¬ dos lados llegan a nosotros voces de aliento y estímulo para que no cejemos en el camino emprendido y congregue¬ mos nuevamente a los hijos del Seráfico Patriarco a los pies de la Virgen Santí¬ sima, dándoles así ocasión de manifestar ante el mundo su fe y su piedad. Respondiendo, pues, a vuestro anhelo de muchas maneras manifestado, os in¬ vitamos a tomar parte en la Romería a la Virgen de Bonany que se celebrará. Dios mediante, en el mes de Septiembre del presente año. En este año conmemora todo el orbe cristiano la paz de la Iglesia y el triunfo de la Cruz sobre el paganismo. Los hijos de S. Francisco no pueden permanecer indiferentes ante el movimiento general de todos los fieles. Tomando parte en el acto a que os invitamos demostrareis a la faz del mun¬ do que queréis asociaros a la universal manifestación, y prestar generosamente vuestro concurso para que la Cruz triun¬ fe de nuevo y reine otra vez la paz en la Iglesia. Otra razón nos mueve a dirigiros nuestro llamamiento. La Villa de Petra celebra este año el segundo centenario del gran aposto! de los indios Fr. Juní¬ pero Serra, hijo de la misma Villa y una de las más insignes glorias de toda nues¬ tra Islay déla Orden Franciscana. La religiosa Villa no se contenta con ofre¬ cerle elogios pasajeros y efímeros fes¬ tejos; quiere consagrarle un suntuoso monumento que sea testimonio de la veneración y amor de sus compatricios. Los terciarios como hijos de S. Francisco y como buenos mallorquines debemos tomar parte en esta conmemoración cen- 50 El Heraldo de Cristo Proyecto de monumento al Vble. P. Junipero Serra que ha de erigirse en Petra su pueblo natal, A su j auguración asistirá, Dios mediante, la Peregrinación Franciscana en el próximo Septiembre El Heraldo de Cristo 51 tenaria y ofrecer su óbolo para el monu¬ mento y su concurso personal a las so¬ lemnidades que se preparan. Para el acto proyectado contamos con la autorización de nuestro amadísimo Señor Obispo, de quien hemos oído vo¬ ces de aliento. El dignísimo Párroco de Petra y su virtuoso Clero, y aún la po¬ blación entera dispensarán cariñosa y fraternal acogida a todos los peregrinos. La Hermandad Terciaria de la Villa se honrará en recibir y tratar a los Tercia¬ rios de los demás pueblos como a verda deros hermanos. ¡A Petra, pues. Terciarios de Mallorca! ¡A postrarnos á los pies de la Virgen de Bonany que allí nos espera! ¡A conmemorar el triunfo de la Cruz y la paz constantiuiana! ¡A honrar la memoria del insigne mi¬ sionero de la California! ¡A dar testimonio de nuestra fe, de nuestro amor a la Virgen, de nuestro valor cristiano! lA demostrar que somos verdaderos hijos del gran Patriarca de Asís! El Discretorio de la Hermandad de San Francisco de Palma. —^^—n——— II—^——li— illn nueuo jubileol ¡iEl jubileo eonstantlnlano!! amantísimo, y, por qué no decir todo loque pensamos? ha llorado de ale¬ gría y de ternura. Es propio de los corazones magnánimos resistir valien¬ temente al dolor, y dejarse vencer de las dulces impresiones. El Papa se ha‘ sentido fuertemente movido a hacer una de la^ suyas, y sin que nadie lo esperase ha publicado un Jubileo uni¬ versal «La conmemoración de este fausto y grandioso suceso Nos mueve princi¬ palmente a abrir los tesoros de las ce¬ lestiales gracias, para que de esta so¬ lemnidad se saquen escogidos y abun¬ dantes frutos en el Señor». A estas horas el telégrafo ha comu¬ nicado a todas las partes del mundo la alegre noticia y el extracto de las letras apostólicas; y todos los católi¬ cos a una voz, oh Santísimo Padre, os aclaman y bendicen, y lloran de alegría a la vista de vuestro magnᬠnimo y tierno corazón, y mañana, festividad de S. José, el santo de vues¬ tro nombre, nuevamente y con ma¬ yor entusiasmo os bendecirán y acla¬ marán, y elevarán fervientes súplicas al Patrono universal de la Iglesia, para que proteja y defienda a Esta y a Vos, su cabeza visible. ¡Que el Se¬ ñor Os conserve, y Os vivifique, y Os haga feliz en la tierra, y no Os entre¬ gue en las manos de vuestres enemigos! * Este es el grito de entusiasmo que se escapaba ayer noche de ios labios de los suscriptores y lectores del Osservatore Pomano. El Papa ha visto que todos los pueblos católicos del orbe se aprestan con indecible alegria a con¬ memorar el XVI centenario del edic¬ to del Emperador Constantino por el cual concedió la paz a la Iglesia des¬ pués de tres siglos de persecución y de horrible matanza de los cristianos. El Papa se ha alegrado en extremo de este saludable movimiento, y se ha enternecido su corazón de- Padre «Por lo cual juzgamos muy conve¬ niente que en esta feliz ocasión en que se conmemora tan grandioso su¬ ceso, se dirijan repetidas preces á Dios, a la Virgen su Madre, y a todos los Santos, particularmente a los San¬ tos Apóstoles, para que todos los pueblos restableciendo el décoro y honor de la Iglesia, vuelvan al gremio de tan buená madre, rechazen con todas sus fuerzas los errores con que los enemigos de la fe, mal aconsejados, se esfuerzan enobscurecersu claridad, honren con sumo respeto al Romano 52 El Heraldo de Cristo Pontífice, y finalmente, pongan toda su confianza en la religión católica, como en el baluarte y defensa de todas las cosas». Huelga todo comentario a las pre¬ cedentes palabras. El Papa pide fer¬ vorosas oraciones por la exaltación de la fe, por la conversión de los he reges y cismáticos, por la perfecta obediencia de los católicos indiferen¬ tes engañados por los sofismas de las modernas heregías. Este es el medio más eficaz con que debemos contar los católicos para contrarestar los de¬ plorables estragos de las heregías y délas pasiones desordenadas. Y cuan¬ do nuestra oración sea oida y mueva el corazón de Dios, «entonces podre mos esperar que los hombres, fijando de nuevo sus ojos en la Cruz, con es¬ te estandarte de salud vencerán ente¬ ramente a los enemigos del nombre cristiano y las desenfrenadas pasiones del corazón». Oremos, pues, oh Ter¬ ciarios, permaneciendo siempre fieles a nuestras Reglas ya nuestras tradi¬ ciones. Oremos, porque el Papa lo juzga conveniente, y en las oraciones del pueblo cristiano tiene puesta la esperanza de la victoria de la Iglesia Católica. Oremos, sí, oremos con hu¬ mildad, con fervor, con constancia, con insistencia, porque la espada más formidable que nosotros podemos y debemos blandir contra nuestros ene¬ migos es la oración. «Mas para que estas oraciones hu mildes que se harán en todo el mundo con motivo de este solemne centena¬ rio vayan acompañadas de muy abun¬ dantes gracias espirituales para los fieles. Nos hemos determinado enri quecerlas con la Indulgencia Plenaria en forma de Jubileo, exortando con empeño a todos los hijos de la Iglesia que una sus súplicas y piadosa inter cesión a las Nuestras, y que se afanen por gozar cuanto les sea posible de esta gracia del Jubileo qne Nos les ofrecemos para provecho de sus al¬ mas y ventaja de la Religión». Que más puede decir y hacer el Augusto Prisionero del Vaticano? Qué sentimientos más nobles y bondado¬ sos, qué corazón más de padre puede demostrar nuestro Padre común? El ruega siempre por sus hijos y por sus enemigos. El alienta a los pusiláni¬ mes y les repite con los ojos puestos en la Cruz. «No temáis, no prevale¬ cerán contra nosotros». El adiestra a sus soldados y les entrega el arma que les reportará la victoria. El abre los tesoros de la Iglesia y ofrece a to¬ dos los que peleen por la causa de Dios una magnífica recompensa. Y cuando Dios movido a misericordia empiece a destruir a los enemigos de su pueblo el Papa, cual otro Moisés sobre el monte (i), tendrá sus manos elevadas al cielo, e invitará a sus hijos a que hagan lo mismo, y «las puertas, o potestades del infierno no prevale¬ cerán contra la Iglesia», y nuestra se¬ rá la victoria. Fr. A. R. Roma i8 de Marzo. -♦—i- -♦—!• i- I- i—I—♦- Documentos Espirituales III I. vida de piedad. 2 El árbol.—3 Los frutos. —4 Estado actual.—5 Personas piadosas. 6 Lo son pocas. i.° Si la virtud de la piedad cris¬ tiana, como queda ya dicho arriba, es un hábito, una costumbre, o un esta- (i) Peleando Josué contra los Amalecitas, Moisés subió a un monte y cuando elevaba las ma¬ nos al cielo, vencían los Israelitas, y cuando las bajaba vencían los Amalecitas, lo cual observado por Aarón y Hur, le sustentaban las manos en alto, y así estuvieron los tres orando hasta la puesta del sol. «Y ahuyentó Josué a Amalee y a su pueblo con la espada. Y dijo el Señor a Moisés: Escribe esto en tu libro para enseñanea de los venideros». Exodo, XVII, 10-13. 2.®ÉL Heraldo De Crispó 53 do nornal del alma devota, por nece¬ sidad .deberá hallarse éste, como los demás hábitos de su especie caracte¬ rizado en la sustancia, por esa asom - Señor Dios nuestro, le interrogan en todas las cosas y se adelantan cuanto pueden en el cumplimiento de su san¬ tísima voluntad. brosa prontitud y facilidad con que Entendida en este sentido, la todos ellos producen los actos, que le son propios. Mas [os actos correspon¬ dientes a la verdadera piedad cristia¬ na, son los que dimahaíi de las poten¬ cias, que comprendeq^^dilatan y en¬ cauzan: la actividad moral y religio¬ sa de lés individuos, y también de las sociedades. Una de estas admirables potencias es el entendimiento huma¬ no, cuando éste reconoce al Creador en cada una de las criaturas, que es¬ maltan el universo mundo. Otra es la voluntad del hombre, siempre que éste ama sinceramente a su Dios, en todas y sobre todas las cosas criadas. Sigue después esa noble libertad de espíritu, con que las personas devo¬ tas de buena índole, sirven al Señor y le consagran sus mejores facultades, así del cuerpo como del alma, sin mi-: ras interesadas de propia gloria. No se crea con esto, que tan bellísima vir¬ tud quede personificada por los actos, que acabo de especificar aquí, tómen¬ 3.®piedad cristiana es como un árbol frondoso plantado por Dios en medio del corazón, regado con el agua y la sangre que brotaron del costado de Cristo, cultivado por nuestra madre la santa Iglesia, abonado con la salu¬ dable eficacia de sus augustos sacra¬ mentos, constantemente protegido por los ángeles custodios, vigilado por los tres centinelas o potencias de nuestra alma y defendido en todo lugar y tiem¬ po hasta por los sentidos corporales; porque entonces lo tenemos todo pues¬ to al servicio de la gracia del Señor, y ella se torna a nosotros a toda hora enderezando, reglamentando y purifi¬ cando nuestras humanas intenciones. Así es como, con la piedad cristiana, todas las cosas del cielo y de la tierra cooperan al bien del alma justa. ^Có¬ mo está en nosotros de arraigado este árbol de la piedad?... ¡Dichosas mil ve¬ ces aquellas personas, que riegan dia¬ riamente su tronco, a semejanza del se éstos por separado o bien en su real profeta David, con lágrimas de conjunto; porque no es por los actos, una verdadera penitencia, a la vista que ella recibe ese hermoso carácter, de sus culpas y pecados! sino únicamente por el hábito o por Las acciones piadosas en que la cristiana costumbre de producirlos durante la vida nos ejercitamos, no son pronta y fácilmente, debido a la inun¬ más que los frutos de este árbol de la dación de gozo espiritual en que se piedad. Pero yo no busco ahora los aniegan las personas generosas cono¬ frutos, sino el árbol. Trato de averi¬ ciendo, amando y sirviendo de cora¬ guar el ser y estado de aquella virtud zón al Señor. De modo qu-* no con¬ interna, habitual y constante en las siste la piedad—diré con San Francis personas devotas, la cual, una vez ex¬ co de Sales —en guardar los manda¬ citada por las gracias sobrenaturales, mientos, sino en guardarlos con pron¬ comunica fuerza.s abundantes y des¬ titud y con gusto. Porque las almas pierta habilidades dormidas, con que piadosas no saben de pereza ni cono¬ las almas van obrando de una mane¬ cen el tedio cuando se trata de prestar ra grata para su divina Majestad. En¬ servicio o de hacer honras a su dulce tonces es cuando producen y sazonan Amado. En cada instante imitan la convenientemente aquellos frutos que diligencia de los buenos siervos y la el dueño del árbol desea encontrar en fidelidad de las mejores esclavas. Por cada uno de sus fieles servidores. No esto ponen de continuo sus ojos en el sólo los actos de esta virtud, sino tam- 54 El Heraldo de Cristo bién los de todas las virtudes en gene¬ ral, demuestra la experiencia que son cosa de.un momento y que luego pa¬ san. No podemos siquiera comparar los con las efímeras flores del campo, porque todavía es más larga la exis¬ tencia de ellas sobre los tallos que las sustentan. Así es que no duran más tiempo que el indispensable para que los dé a luz la potencia respectiva. Pa sado este tiempo ya nos dejan, para tal vez repetirse más tarde en seme¬ jantes ocasiones. Son como la fruta, que viene a sus tiempos y se renueva todos los años, debido a la virtud y eficacia del árbol que la produce. Ci¬ to, como ejemplar, laoraeión, la san¬ ta misa, la comunión y la limosna, con todas las demás acciones y omi¬ siones que forman la trama y urdim¬ bre de nuestra vida sobre la tierra. Más la piedad no es cosa momentánea ni producida a rnánera de la fruta, ella es el árbol. Por esto permanece siempre fija en las almas de virtud sólida. Unas veces está fresca y lozana como planta en primavera, y otras descarnada o casi seca como arbusto sin 'hojas. Conserva, sin embargo, aun en esos tiempos de sequedades, de tentaciones y de otras pruebas durísi¬ mas, toda su virtud y la sobrenatural eficacia con que obrará de nuevo tan pronto como la excite o reanime el soplo de Dios y su divino Espíritu, que con él se nos comunica y nos san- • tifica. 4.° Tan sólo cuando haya adquiri¬ do el hábito de resistir siempre a to¬ das las furias del infierno y a todas las seducciones del mundo, y a todas las acometidas de la carne, se podrá decir de esta hermosísima virtud que ha sentado muy bien sus reales en medio del corazón, y que ordena y manda en él con toda la autoridad de úna Señora a quien rinden homenaje Mas demás virtudes cristianas. Pero si observamos que se cirnbrea o que se mueve a todos los vientos, que cede por instantes a toda suerte de contra¬ dicciones, que crujen sus troncós y se desgajan sus ramas al ímpetu de un amor propio mal reprimido o de otra pasión aun no domada, habremos de confesar que este árbol no ha echado profundas raíces, sino que las tiene todas puestas en la superficie de las cosas y que de esto modo rio ofrece garantías de seguridad para el porve¬ nir. ¡Que pocas, Dios mío, son las al íDas en las cuales pueda obrar con holgura la gracia de vuestro divino Espíritu! 5.° Como condición indispensable para que resida en el alma la verda¬ dera piedad cristiana, se requiere es¬ tado de gracia habitual en el indivi¬ duo piadoso. Deaquí que no podamos llamar piadosas, sino a aquellas per¬ sonas que han contraído hábito o costumbre de vivir en gracia y amis¬ tad de Dios. Estas lo son, aun cuando de presente hubiesen cometido algún pecado mortal aislado, que no llegue" a constituir hábito. Pero nunca po¬ dremos dar este hermoso título a los que mantengan hábitos gravemente pecaminosas, por más que se ejerci¬ ten en actos aislados de la expresada virtud y recuperen de vez en cuando la gracia del Señor mediante la con¬ trición o la absolución sacramental de todas sus culpas. Y esto porque los tales actos, no siempre son lo bastan¬ temente poderosos para destruir los hábitos contrarios, que ya forman en la persona una segunda naturaleza. ' 6.° ^Quieren saber ahora mis ama¬ dos lectores, especialmente los Ter¬ ciarios franciscanos, hasta qué punto les conviene a cada uno de ellos, el dictado de personas piadosas en me dio de este mundo corrompido y co¬ rruptor? Lo conseguirán a maravilla con sólo aplicarse las consecuencias, que de lo ya dicho se desprenden. ,jGonocen los Hermanos Terceros, aman y abrazan la voluntad de Dios ence¬ rrada en los divinos mandamientos, El Heraldd de Cristo 55 en las leyes humanas del lugar en que viven, en los preceptos de la santa Iglesia, en la Regla de su seráfica Or den y en los respectivos deberes pro • fesionales? ¿Alcanza la influencia de sus buenos hábitos a todos los menes¬ teres de su vida privada y pública, de suerte que dejen bien grabado el sello de su piedad cristiana en todas las obras de sus manos y en todos los asuntos en que ellos intervienen? ^jEs por meros motivos sobrenaturales que cumplen con todo eslo inviolablemen¬ te? Diogenes, con su famosa linterna, no pudo hallar en pleno día, a uno que fuese hombre, en la plaza de Atenas repleta de gente. ¿Seré yo más afortunado que aquel célebre filósofo, ahora que en la plaza de este mundo', busco a una persona, qne sea sólida¬ mente piadosa?... Fr. Francisco Lliteras O. F. M. 56 El Heraldo de Cristo ¡Faepa Catecismo? A la hora en que escribimos estas líneas no esta emitido todavía el dictamen defi¬ nitivo del Consejo de Instrucción Pública, ni está publicado de consiguiente el decre¬ to que ha de fundarse en dicho dictamen. Todas las señas sin embargo son de que saldrá triunfante el criterio anticatólico, y que con el dinero de una nación oficial¬ mente católica, y con los tributos de los españoles católicos se pagarán maestros que no enseñarán el catecismo. Cierto que los izquierdistas se quejan de que el decreto no será tan radical como ellos quisieran; pero bien cuida el conde de Romanones de hacerles comprender que los radicalismos son contraproducen¬ tes: y que el respeto y consideración que parece guardar al catecismo no suprimién¬ dolo del todo, es el medio de hacer viable el proyecto, que de otro modo no podría sostenerse. h¡o es la supresión del catecismo, nos dicen, es la tolerancia lo que queremos. Ao es Justo violentar las conciencias de los no católicos, obligándoles a aprender el catecismo de una religión que no es la suya. ¡Donosas razones! A todos los niños de Mallorca, Catalu¬ ña, Valencia, y Vascongadas, se les obli¬ ga a aprender una lengua que no es la suya; y antes de estudiar la gramática de su lengua, y antes de escribir su lengua, aprenden otra lengua que no es la suya. ¿Sabéis por qué? Pues porque esta lengua es la lengua oficial del Estado y hay que saberla. Estamos conformes: pues por qué para la Religión oficial del Estado no han de valer los mismos argumentos? Es acaso de menos importancia la reli¬ gión que la lengua? ¿Merecen menos con¬ sideraciones los niños de las regiones es¬ pañolas que no hablan el castellano que la media docena de señores que tienen la pretensión de que no se enseñe la doctrina cristiana? Y si a los primeros se les obli¬ ga en nombre del Estado a aprender la lengua oficial, por qué a los segundos se les ha de hacer injuria obligándoles a aprender el catecismo de la religión ofi¬ cial? Tolerancia, tolerancia! Se toleran las escuelas laicas; se tole¬ ran las escuelas particulares sin catecis¬ mo; se toleran escuelas nacionales en que el catecismo, obligatorio según la ley, queda de hecho tan descuidado que los niños apenas tienen las nociones más sen¬ cillas; se tolera que en los institutos el es¬ tudio de la religión sea meramente volun¬ tario; se toleran y ¡esto si que es tolerar! profesores que enseñan en nombre de un Estado oficialmente católico y que abusan de hU cátedra para hacer befa del catoli¬ cismo y despreciar sus doctrinas y sus prácticas. Se quiere todavía mayor tolerancia? Es posible llegar más adelante en la prueba heróica a que se somete desde hace años la paciencia de los católicos? Y al entretanto... Mientras los ojos de los gobernantes españoles se vuelven solícitos a esos po¬ cos a quienes molesta, por lo visto, el que se enseñe en las escuelas primarias el catecismo, o por decirlo mejor, se tolere la enseñanza del catecismo, se apartan de las aspiraciones generales de España, y aun de las necesidades perentorias que la apremian. Un Gabinete que hace alarde de demó¬ crata, para dar gusto a unos cuantos ra¬ dicales pasa por encima de las reclama¬ ciones y protestas de la nación entera; legislando sin oportunidad en un asunto El Heraldo de Cristo 57 que bien podía dejarse como estaba; y legislando contra la opinión de todo el ^ueríorriqu^ña3 país. Y al tiempo que se mete en estas cues¬ tiones para tas cuates tiene muy dudosa competencia, deja totalmente descuidadas otras cosas que más directamente le in¬ cumben y que reclaman urgente remedio. Ahí está pidiendo auxilio la hacienda española en escandalosa bancarrota: ahí están inmensos terrenos sin culfivo, por falta de facilidades y de brazos, al paso que los braceros españoles huyen de nuestra patria en busca de trabajo; ahí nuestra agricultura destituida de protec¬ ción; ahí el problema obrero, con todas sus horrorosas consecuencias; ahí la emi¬ gración, llaga mortal de España^ por la cual arroja constantemente sus fuerzas y su sangre Ahí la pornografía corrompiendo nues¬ tras costumbres; y el antimilitarismo de¬ Cualquiera que estudie el hogar puer¬ torriqueño, no dejará de notar la existeucia de una lucha grande e inmensa pro¬ ducida por la oposición de dos razas incompatibles, de dos religiones distintas y de dos idiomas esencialmente con¬ trarios. Este movimiento que mantiene en hirviente oleage el sentir puertorriqueño * ha fomentado dos tendencias grandoig y potentes que luchan en las urnas, en'la prensa, en las cátedras en las opiniones; una que tiende a la americanización y la otra a la independencia. Junto con el ideal político lucha el religioso, los primeros abrazando la ban¬ dera de franjas y estrellas a cuya som¬ bra crece el protestantismo y los segun¬ dos enarbolando la cruz católica que heredaron de sus padres y que es el sostén de las costumbres latinas. moliendo solapadamente nuestro ejército; y el antipatriotismo enseñando á nuestros niños el desprecio de nuestra bandera... Y todos estos problemas, y todas estas palpitantes cuestiones^ no merecen atraer las atenciones de quien nos gobierna, y sobre nuestros tributos!.... Si cualquier día un hombre hambriento á causa del desquiciamiento económico de España, corrompido por las malas propa¬ gandas que se permiten y destituido de las enseñanzas del catecismo que podrían Unos, amparados más o menos direc¬ tamente. por las leyes del estado, los otros, solos y abandonados a la Provi¬ dencia divina que vela cuidadosamente por sus siervos en tiempos tan calami tosos y críticos como estamos atrave¬ sando. Y a pesar de la enorme presión que el gobierno norteamericano está ejerciendo sobre los sufridos isleños, estos han abierto la historia de sus antepasados, han querido recordar a los ilustres espa¬ ñoles que arribando a las doradas playas puertorriqueñas echaron los cimientos de su civilización y cultura. Y encontraron una fecha escrita con contenerle, trata ^de levantar su mano para repetir el crimen de un Pardiñas, o un Angiolillo, faltará ciertamente a la ley de Dios y a la enseñanza del catecismo pero no se apartará de las doctrinas que tolera el conde de Romanones; antes al contra¬ rio, no hará sino sacar las consecuencias lógicas da su tolerancia. Fr. Junípero letras de oro y que el año de 1913 sacu¬ diendo el polvo de los siglos pasados cuenta cuatrocientos desde la fundación déla primera diócesis del Nuevo Mundo y que particularmente es la de San Juan de Puerto Rico. Y para una conmemoración digna de tan singular fecha, ilustrísimas juntas fueron formadas para que dispusieran los medios de dar mayor realce y espíen- 58 ÉL Heraldo dE CRisto EU EL PASEO dor a dichas fiestas Monseñor William A. Jones, ■ nuestro obispo, influyó a fin de que el cardenal Farley de los Estados Unidos nos visitara con el arzobispo iBleuk de New-Orleans y el obispo Gum del Missisipí. También vino el arzobispo de Santia¬ go de Cuba Monseñor Barnada acompa¬ ñado del joven obispo Monseñor Ruíz de fia provincia Pinar del Río, de la majmr de las Antillas. Como primer número de las fiestas del IV centenario fue el celebrar una grandísima procesión que resultó muy superior a lo que se esperaba. Era tan inmensa la muchedumbre que invadía las calles de la populosa ciudad y tan profundo el silencio, que ofrecía uno de los hermosos momentos dignos de recordación eterna, aquel pueblo que ante la venerable figura cardenalicia sentíase subyugado por una de aquellas fuerzas misteriosas que asiste a los seres privilegiados, representantes de la divi¬ nidad. El entusiasmo veíase crecer por mo¬ mentos reflejándose la alegría que em¬ bargaba el corazón de los nobles puerto¬ rriqueños en aquellas simpáticas caras que unido al respeto sagrado ofrecían la más brillante estrella que adornará la aureola que del pueblo de Puerto Rico se llevarán en los pliegues de sus almas nuestros ilustres huéspedes. Terminóse la grandiosa manifestación con un solemne Tedeum cantado por los hijos de la montaña que en todos tiempos y lugares dejan la huella de su acendrado catolicismo. Los otros festejos del programa han resultado magníficos y de suma trascen¬ dencia, entre ellos merece citarse espe- cialmeitte la traslación de los restos del celebérrimo Ponce de León de su anti¬ guo sepulcro á un suntuosísimo monu¬ mento que se erigió a su honra en la misma catedral, fueron trasladados di¬ chos restos en hombros de los seriores José de Diego Speaker de la cámara le¬ gislativa, de Mr. Carral, secretario del gobierno y de Hernández Lopez, presi¬ dente de las fiestas del centenario y de El Heraldo dé Cristo 59 Alvarez Navas presidente del Casino Español. El último día tuvieron lugar solemnes oficios divinos, celebrando de pontifical el Eminentísimo Farley, estando el púl- pito sagrado a cargo del Ilustrísimo Barnada. ‘ ' Dios quiera que estas fiestas sirvan de fundamento para erigir una' sociedad puertorriqueña netamente católica que agrupándole en derredor de la cruz, la mayor, parle de losfisleños ''forme un partido compacto e impenetrable que resista el empuje del mal que cual ola avasalladora quiere derrocar todo loque lleve el signo de Cristo. No debemos terminar la presente eró nica.sin hacer especial mención de la importancia de los caballeros de Colón que recientemente se instituyeron en esta isla y en cuyas listas figuran los pri¬ meros hombres de Puerto Rico; igual¬ mente hay que agradecer el fervoroso y santo entusiasmo que aportaron los ter- , ciarlos franciscanos que dondequiera son la vanguardia de la religión. No desmayemos en el camino em¬ prendido y si por un momento reasumi¬ mos el orbe en nuestro interior fijémonos ep nuestros hermanos que con tanto orgullo conmemoran aquellas fechas que jamás se borrarán de la memoria del pueblo puertorriqueño. B. Riera G. P. Rico-Utuado-Marzo 1913. Pan de S. Hntonio Mes de Marzo Cepillo de la iglesia de S Francisco en Palma. Por 681 kilógramos de pan. . PiU 1200 libras de arroz . . Repartido en metálico. . . Total repartido , Limosnas recogidas. . . Déficit ....... 238’35 210’00 40’00 488’35 243’30 245’05 Crónica J^ranei^eana ZlísrTJBI?,IOR, Eí Pan de los pobres.—El primer do¬ mingo del pasado Marzo tuvo lugar la comunión general como conclusión de los ej rcicios espirituales que practica¬ ron !o? pobres socorridos con el pan de S. Antonio. Numerosa fué la concurren¬ cia que asistió a ella. Después de una breve plática que les dirigió el P. Supe¬ rior de San Francisco se acercaton a recibir a Jesús Sacramentado coft gran recogimiento. Terminada la comunión se les distribuyó pan y arroz en abun¬ dancia, repartiéndose 681 kilogramos de pan y 1200 fibras de arroz. Hicieron la repartición varias señoras de la junta bajo la pre'^idencia de doña Ana Sureda, durante la cual se reflejaba en el rostro de aquellos pobres agracia¬ dos la alegría interior y el agradecimien to que no podían menos de manifestar con expresiones llenas de cariño al reci¬ bir la limosna. Que S. Antonio bendiga a todos aque¬ llos que siguiendo el consejo del Evan¬ gelio depositan generosos la limosna en el cepillo del Santo, sin que sepa su mano izquierda lo que hace la derecha, socorriendo de este modo la necesidad de tantos indigentes. flríá.—Entre las funciones de Semana Santa que con la solemnidad acostum¬ brada se han celebrado en nuestra Igle¬ sia de S. Antonio de Padua, este año ha llamado póderosamente la atención el ejercicio de la Hora Santa que se prac¬ ticó el Jueves a las diez de la noche. A istió numerosa concurrencia. En los intermedios se cantaron hermosos mote¬ tes. unos por el coro y otros por un gru¬ po de cantoras, que, gracias al celo y a la maestría de sus directores, interpreta con insuperable ajuste y finura las más delicadas composiciones. Está compues¬ to de jóvenes, terciarias todas, y recien¬ temente se ha colocado bajo la protec- 6o El Heraldo de Cristo ción de nuestra Patrona Sta. Isabel de 'Hungría, y ha tomado el título de «Coro de Sta. Isabel. Al felicitarlas desde estas columnas no podemos menos de exhortarlas a se¬ guir cantando por la gloria de Dios, y a que procuren copiar en sí las virtudes y santos ejemplos de su celestial Protec tora. Inca —El día 19 de Marzo, festividad del Patriarca S José, celebró la Herman¬ dad inquense su comunión general que fué muy concurrida. Por la tarde, en la reunión mensual, recibieron el h bito de la Tercera Or¬ den 6 hombres y 22 mujeres. EXlTEÏlIOm Un lYIonumenlü á Federico Ozanam — Con motivo de celebrarse en el próximo año 1914 el centenario del nacimiento del ilustre terciario Federico Ozanam, profesor de la Universidad de París, sus admiradi res quieren levantarle un mo numento sobre la cripta déla iglesia del Carmelo. Federico Ozanam fué un incansable propagandista católico y el fundad r de la Sociedad de Conferencias de S. Vi¬ cente de Paul, tan conocida en todo el mundo. Velada liíerario-musical. - En honor del Venerable Doctor Juan Duns Esco to, en el Colegio franciscano de Harbon, se ha celebrado una velada literario musical. Se pronunciaron notables dis¬ cursos como «María ideal de las ciencias y de las artes» por el P. Juan Maestú, «La libertad por el P. Juan Martín Mar¬ tinez, > «Escoto y la evolución de los es¬ tudios ftsico-quíaiicos» por el P. Avelino Fernández y 1 del M. Rdo. P. Pro vincial Fray Miguel Barraincua. La Misión Francesa en el Japón.-El P. Wenceslao Kinold, de la provincia de Turirgia, ha celebrado H aniversario de la canonización de los mártires japone¬ ses, y dado una relación, del estado ac¬ tual de la misión japonesa. Los franciscanos fueron llamados al Japón en 1907 por el Obispo de Hako¬ date. Su centro está en Sapporo con cinco estaciones más, hospital pensiona¬ rio parà los estudiantes de las universi¬ dades. La diócesis cuenta 3000 católi¬ cos por una población de 9 millones de habitantes; en todo el imperio son 60 milpor 50 millones. Las dificultades con que lucha son inmensas. Les está prohibida la enseñan¬ za religiosa en las escuelas; dan con la adversión de los japoneses a todo lo ex¬ tranjero, los pocos misioneros, la pobre¬ za, y los prejuicios contra la religión que ocasionan los libros europeos, escritos todos con ideas racionalistas. ficción íranciscana. — En un trabajo publicado por el valiente periódico del Canadá D Action Sociale á propósito del «Catolicismo Social en Chile» atri¬ buyese riiuy justamente el desarrollo allí alcanzado por las mutualidades «ála an¬ tigua hermandad de la Tercera Orden.» Los Terceras Ordenes de Chile fueron en efecto, las que por medio de sus más valiosos hombres de acción prestaron a las mutualidades una organización ro¬ busta y las convirtieron en agrupación modelo de cristianos dispuestos a todo en beneficio de sus prójimos.» Con tal motivo recuerda a dicho pe¬ riódico la Revue du Tiers Ordre de Montreal, que cuando el gran sociólogo austriaco Carlos Luegcr se le pregunta¬ ba la rpzón de su celo emprendedor en orden alas obras sociales, respondía in¬ variablemente, «Es que yo soy Terciario; y mi regla me impone el deber de consagtarme á hacer el bien según la medi¬ da de mi influencia y de mis medios.» Así se portan los buenos Terciarios: viven, más que para sí, para Dios y sus próji nos. Roperillo V Hospicio de Cerciarios. En el Roperillo que sostienen las Ter¬ ciarias de Limages han trabajado, du El Héraldo de Cristo 6i rante el año anterior, 533 personas, merced a cuyos efuerzcs, no menos que a las limosnas de los bienhechores, han podido confeccionarse y repararse a beneficio de los pobres: 137 camisas, 14 trajes de póño, 8 pantalones, 81 sayas y enaguas, 66 corsés, 41 camisolas, 54 chalecos, 42 delantales, 28 vestidos, 32 pañuelos, 127 pares de medias, 33 ser¬ villetas, 13 manteles, 13 trajes de niño, 85 gorros y 63 pañuelos de bolsillo. He ahí unas Terciarias que saben de¬ mostrar prácticamente su amor a los pobres y necesitados. De igual modo el Hospicio de la Ter¬ cera Orden de Limoges, fundado en 1850 por el célebre Franciscano e. pañol padro Joaé Areso, restaurador de nuestra Orden en Francia, ha adquirido última¬ mente un incremento y actividad ex traordinarios. Heroísmo de un sacerdote terciario. — Con grandísimo placer trasladamos a nuestras columnas eote suelto que, fir¬ mado en Pontevedra el 6 de Febrero por D. Pedro Hollo, ha circulado por la prensa: «Para que los detractores habituales y sistemáticos del Clero—en el que se cuentan por millares los mártires, los sabios y los héroes—vean lo infundado y calumnioso de su campaña, conviene divulgar el hecho realizado el día 3 del corriente en una apartada aldea de Pon tevedra (Borela) por el humilde párroco de la misma, D. Elisardo Sayans Ocam pOj^que antes de tener á su cargo ejem¬ plar la cura de almas se ganó el sustento como obscuro jornalero. Enfermó una pobre muchacha de aquella feligresía, conocida por la Coitadiña, y fué preciso por dictamen facul tativo la transfusión de la sangre. Ningún vecino de la aldea se brindó a ello—¡¡ni aún el novio de la joven!!—y al saberlo el Sr. Sayans prestóse en el acto a dar su sangre a la enferma, reali¬ zándose así la operación, de la cual que¬ dó aquel muy debilitado. Además proh bió que se hablase de ello, pero creo que en estos tiempos de impiedad y persecución a la Iglesia no es lícito a los católicos ocultar estos he¬ chos». Un Fraile en el Eje'rciío. — Por la pren¬ sa Italiana ha circulado una hermosa anécdota, que con gusto publicamos. El 22 del pasado Agosto se echaron suertes en uno de los regimientos de los Alpes para la designación de soldados que habían de formár en el cuerpo de tropas expedicionarias de Libia, reca¬ yendo una de ellas en el sargento Luís Lana. Este, que era casado y con hijos, presa de la cólera, comenzó a vomitar todo un torrente de blasfemias. Enton¬ ces, otro sargento, Juan Marangoni, re¬ ligioso franciscano que se halla cum¬ pliendo el servicio militar, se acercó á él, ofreciéndole ocupar su puesto, y me¬ reciendo que agradecido su camarada le abrazase y le ofreciese la cantidad de cien liras. - No quiero cuartos, le replicó el frai¬ le soldado; pero te exijo en cambio una promesa solemne, un juramento. —Pide cuanto quieras: lo haré. — A cambio de ir por tí a la guerra, me has de hacer el juramento de que no volverás a blasfemar en toda tu vida. — [Lo juro contestó llorando el cama- rada. En enterándose el capitán, Alfredo Oliva, de este incidente, reunió sus tro¬ pas, les refirió el acto de abnegación del religioso que exponía la vida por evitar injurias a su Dios, y lamentó enérgica¬ mente que la blasfemia no se haya des¬ arraigado por completo en el ejéicito. Una estruendosa ovación de los solda¬ dos premió el rasgo heróico de Maran¬ goni que partió para la Libia, satisfecho y contento de la buena obra realizada. 02 El Heraldo de Cristo Noticias Ç Variedades 21.^Peregrinación mallorqnina aNuestra Señora de Lourdes. Se ha promovido una nueva peregri¬ nación aNtra. Sra. de Lourdes que goza de tantas simpatías entre los católicos mallorquines. Tiene por objeto conmemorar el ani versarlo de la última aparición a Bernar^ dita en la festividad de la Virgen del Carmen y satisfacer al mismo tiempo, el deseo que muchos devotos han manifes tado de volver allí para confiar á María los afectos de su corazón filial y sentir el influjo de su ternura, en la Gruta de los prodigios. La fecha de partida será el 13 del pró ximo Julio y la de regreso o llegada a Palma el 18. Los precios de viaje incluyendo todos los gastos son: clase, ! 88 pesetas, y 2.^" 147 idem. Para viaje solo: clase, 95 pesetas, 3.^ 45 ptas. Este proyecto ha sido aprobado y bendecido por el Rdnao. e limo, señor Obispo. Forman la junta organizadora el M. I. Sr. D. Martín Llobera, Canónigo, el Rvdo. P. Francisco Salvá C. O., don Guillermo Carbonell, Ingeniero y el re¬ verendo Sr. D. Antonio Sancho, Benefi ciado. Un misionero de cinco años Un sacerdote que había predicado hace poco una Misión en una iglesia de Buenos Aires, vió entrar temprano en el templo algunós días después a dos niños: el uno de cuatro a cinco años, y otro de diez. El pequeño conducía al mayor hacia el altar y una vez llegados cerca de él le enseñaba el Tabernáculo y le daba explicaciones, arrodillándose ambos después. Intrigando el sacerdote, se acercó á ellos y preguntó al pequeño: —íQué estabas diciendo a tu compa¬ ñero? —Es que yo he asistido a la Misión, y ej^ Padre nos ha dicho que todos po¬ demos ser misioneros, y como éste, aunque es mayor no sabe nada, ni si¬ quiera donde está Dios, por eso le he traído aquí, y le estaba explicando que Dios, por amor a nosotros, se había he¬ cho pequeñito y vivía en esta casita do¬ rada. ¡Qué rasgo tan sublime y tierno en su misma sencillez! ¡Republicanos amigos de los frailes! Los republicanos del Departamento de Frére (Francia) (¡son republicanos!) piden que vuelvan inmediatamente, por¬ que hacen mucha falta, los Cartujos que expulsó la República anticlerical; y no contentos con esto, ruegan que vayan de nuevo a sus Hospitales las benditas religiosas expulsadas ha siete años. ¿Quienes hablan? Vamos a ver. ¿Quiénes reprochan a la Religión de ser demasiado fastidiosa? - Los que no la practican. ¿Quiénes reprochan a la iglesia por exigir la fé para sus dogmas revelados? — Los que creen en las más groseras tonterías y en las más ridiculas supersti¬ ciones. ¿Quiénes reprochan a la Iglesia de rebajar al hombre?-^Los que tienen.por padre al mono, por maestro al ocaso, al placer por regla y a la nada por fin ¿Quiénes reprochan a la Iglesia de ser una religión amante del oro?—Los que la despojaren de sus bienes con el mayor de los cinismos. ¿Quiénes reprochan a la Iglesia de ser intalerante?— Los que no pertniten que nadie tenga opinión contraria a la suya. ¿Quiénes reprochan a la Iglesia de ser enemiga de las luces?—Los que a pesar de la libertad que proclaman, han cerra- El Heraldo de Cristo 63 do las escuelas católicas, y aprisionado a los religiosos y a los maestros cristia¬ nos. ¿Quiénes reprochan a la Iglesia de serla enemiga del pueblo?—Los que ignoran la historia y persiguen de muer¬ te las obras de caridad establecidas por la religión, como los hospitales, asilos de ancianos desamparados y casas de expósitos. ¿Quienes, por consiguiente, calumnian con más audacia a la Iglesia y combaten más despiadadamente sus dogmas?—Los que no saben una palabra de religión o a quienes molestan sus enseñanzas. Agradables visitas Han visitado nuestra Redacción las re vistas «El Ideal» y «La Familia.» La primera quincenal se publica en Guate¬ mala; y la segunda mensual en Barcelo¬ na. Ambas son muy recomendables por su variada, amena y moral lectura, im presas en muy buen papel, con variados y hermosos fotograbados. Gustosos es¬ tablecemos cambio La oración de Volney El escéptico escritor Volney se había embarcado en un buque: de repente levantóse una furiosa tempestad, Olvi dando entonces las funestas doctrinas que enseñaba, cogió los rosarios de una mujer que oraba a su lado, arrodillóse y oró con un fervor que admiró a todos. Pasado el peligro, un amigo suyo no pudo menos de manifestarle su sorpresa diciéndole: —¿Qué estaba usted diciendo ahora mismo? ¡Rezaba usted como una viejal —Amigo—contestó Volney, destru¬ yendo su sistema de ateísmo: —puede uno ser incrédulo y ateo en su gabinete; pero cuando uno se halla entre el true¬ no que ruge y el abismo de las aguas que brama bajo los pies,, es forzoso creer. El poder de la fe y de la caridad La prensa se ha ocupado reciente mente de la desaparición de algunas is¬ las.del Occéano Pacífico. El siguiente relato es del Re .’erendo P. Brincher, Redentorista, residente en Buga (Bolivia), «El 13 de Enero a lás diez de la ma¬ ñana, se sintió un violento temblor de tierra que duró de siete a quince minu¬ tos en diferentes puntos de la isla. A las once el nivel del mar se elevó a una al¬ tura hasta entonces desconocida en for¬ ma de montaña, que amenazaba invadir toda la isla. Este imponente espectáculo sembró el espanto entre los habitantes, que creyeron llegada la última hora. Hallándose en aquel momento en la playa el párroco de Tuinaco, a él acu¬ dieron pidiéndole su última bendición. Entonces el buen sacerdote tuvo una inspiración que puso en práctica sin de¬ mora. Se dirigió a la iglesia y colocando la Sagrada Hostia en la custodia, salió acompañado de todo el pueblo hacia la playa, dónde permaneció con el Santí¬ simo Sacramento ante las embravecidas olas, una de las cuales, de inmensas dimensiones, avanzaba en aquel momen¬ to, amenazadora, a pesar de lo cual el pastor la esperó pie firme, demostrando una invencible confianza y presentando siempre la Sagrada Hostia. «La ola rompiéndose en aquel instan¬ te, avanzó deshecha hasta cinco metros de distancia del ministro del Señor. Po¬ co a poco fué calmándose la tempestad ante Jesús Sacramentado, sucediendo a los ayes de terror los cánticos de acción de gracias; y mientras allí se desarrolla¬ ba aquella escena consoladora, la isla de Gorgona, próxima a Tuinaco, desapare¬ cía en el Oceano con todos sus habi tantes. 64 El Heraldo de Cristo Necrología. choso terciar.o a quien Dios ha librado de la corrupción de este siglo, para co¬ locarle en las mansiones celestialesi SiNEU.—El día 11 de Febrero falleció en esta villa el devoto terciario D. Ma riano Oliver Vallespir, lleno de años y de méritos. Su vida, ejemplarmente cristiana, su afabilidad y dulzura de carácter, y la virtud sencilla con que acompañaba to¬ das sus obras, le habían granjeado un respeto general en el pueblo y una viva estimación de parte de los que le trata¬ ban. Era presidente de la asociación del Apostolado de la Oración, y vocal del Discretorio de la Tercera Orden, y pue¬ de decirse que no existe aquí obra algu na católica que no pudiese contar con su cooperación y su apoyo. Al morir ha dejado a los católicos sineuenses, un recuerdo muy agradable, y un alto ejemplo que imitar. ¡Descanse en paz! —También han fallecido en Sineu, el 28 de Febrero, la Hermana D.^ Sebas¬ tiana Company Mayol; y el 7 de Marzo, Juana M.“ Vallespir Pons, ambas de edad muy avanzada, y después de mu¬ cho tiempo de pertenecer a la Tercera Orden.—Las recomendamos a las ora¬ ciones de todos. Inca. - El día 18 de Febrero fallecida la edad de 60 años la hermana D.® Fran cisca A. Ferrer Garí. —Y el día 2 de Marzo murió, con muerte ejemplar, el joven terciario don José González Mas, víctima de prolonga da dolencia. Se preparaba para la carrera militar y había ingresado en el Regimiento de Infantería de Inca, circunstancia por la cual tuvo que pasar los últimos días de su enfermedad en el hospital militar de Palma. Allí murió, edificando a todos, como había edificado en vida a cuantos le habían tratado* ¡Descanse en paz el di¬ Día 13 del próximo pasado Maizo aurió en la paz del Señor la hermana terciaria de la hermandad de Palma do¬ ña Catalina Marqués. También pasó a mejor vida D.* Bár¬ bara Barceló perteneciente a esta her¬ mandad, y tía de la fervorosa terciaria D.“ María Capó, Maestra de Llubí. A. K. R. I. P. A. Bibliografía Centenario de la Paz de Constantino. - La acreditada casa editorial de Gustavo Gili, de Barcelona, ha tenido la feliz idea de pwblicar con el título de «Constantino el Grande y la Iglesia Católica» un folleto de propaganda religiosa para repartir durante las fiestas del Centenario de la Paz de la Iglesia. En este opúsculo se pone de maftifiesto el pro¬ greso maravilloso de la fe Católica a despecho de todas las persecuciones de que era objeto nuestra sacrosanta Religión y se hacen resaltar las ventajas que el Estado y especialmente el pueblo han re¬ portado de ella, después que por decreto del cris¬ tiano Emperador obtuvo libertad y fué reconocida como institución de derecho público. Pondérase su labor civilizadora, primero entre los bárbaros que invadieron la Europa y más tarde en todas las regiones más apartadas del mundo adonde ha podido abrirse paso la doctrina del Santo Evangelio. Precio de un solo ejemplar. . . , ptas. » 100 ejemplares. . . . 23*00 » » 500 » ... iio’oo » » 1000 » ... 20o'co » Tip. Católica de S. 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