Año IV Palma i.° Febrero de 1912. Nüm. 36 SUMARIO: Asunto urgente.—Él Carnaval. — Demócrata ejemplar - Arte Seráfico.— Para los Terciarios. — Biblioteca-Circular. —¡No puede ser! —Pan de San Antonio. — Crónica Franciscana.— Noticias y Va¬ riedades. - Necrología. PRECIOS DE SUSCRIPCION sje En España un año . í 1 Pta. T En el Extranjero. 2 id. — REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN — Convento de San Francisco Palma de Mallorca. VJT-ÉvÁA.rN vyJDjI\\JdjIA±2A. cirios esteárica y bujías Secar «leí Real-PALIIA DE MA LLORCA Para aneargos, pedidos y demás informes dirigirse á — — DON TOMÁS PONS— Oficial de la Habilitación del Clero que tiene el depósito en-la calle de la Herrería, número 9. - PALMA. Orarii y Qiliterin - de — BARTOLOMÉ MIRALLES UNION, 37—PALMA Cera pura para el culto Cirios esteáricos X3SPE1L M a is Lechería In Pureza JAIME CERDÀ ROTGER Calle Stá. Clara esquina Pont y Vieh Interesante para los pe tíenenen en aprecio so sahtd S ESTERILIZADA especial para enfermos. 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Núm. 36 unió ur^çnïç Mil veces nos lo han dicho, y con insistentes recomendaciones nos lo han suplicado el Papa, los Obispos y los propagandistas católicos. ¡Apoyad la buena prensa! ¡Favoreced la buena prensa! ¡Reforzad y levantad la buena prensa! Al fin lo hemos entendido: y el con¬ vencimiento llevado al ánimo de mu¬ chos católicos ha hecho crecer la Sus¬ cripción Nacional, iniciada con el pro¬ pósito de constituir un capital cuyas rentas permitan poner la Prensa ca¬ tólica mucho más alta que toda la prensa no católica, sea del matiz que fuere. Esto ya es algo; pero no es todo lo qne se ha hecho. Al mismo tiempo que aumentaban los inscritos en la Suscripción Nacio¬ nal, hemos visto surgir de todas las provincias españolas millares de Le¬ gionarios de la Buena Prensa, forman¬ do un ejército verdaderamente nu¬ meroso y decidido, cuyo esfuerzo y empuje ha de ser de grandísima tras¬ cendencia para la causa de la Buena Prensa. ¿Podemos darnos por satisfechos? De ninguna manera. Lo que se ha conseguido es mucho, muchísimo. Ya se ve reanimada la prensa católica; ya su información es rápida y segure., ya tiene á su dispo¬ sición excelentes escritos que publi¬ car; ya va poniendo su servicio al nivel de los mejores; pero no basta. El mal era tan grande; eran tan desastrosos los efectos de la mala prensa, y tan monstruoso y absurdo nuestro descuido, que detenernos aho¬ ra y contentarnos con lo hecho, sería echarlo á perder todo é inutilizar los sacrificios que nos hemos impuesto; sería suspender el combate cuando estamos á punto de conseguir la victo¬ ria, y después que hemos dado prue¬ bas de valor heroico. ,No es posible detenernos; 18 El Heraldo de Cristo ES PRECISO PASAR ADELANTE principales necesidades de nuestros y proseguir; proseguir hasta que no quede un solo católico que no figure en las listas de la Suscripción Nacional ó en las listas de los Legionarios de la Buena Prensa, ó en unas y otras al mismo tiempo. Y porque después de todos los cáh culos del mundo, lo más fácil, es más fácil; y en nuestro caso lo más fácil es lo de los Legionarios; y porque eso de los Legionarios es cosa tan suma mente simpática por su espíritu y por su organización, sobre el a que¬ tiempos, y de consiguiente quedos católicos, que son generosos siempre ante las necesidades de la Iglesia y de la Sociedad, ante esta necesidad extraordinaria deben ser extraordi nanamente generosos Y los Terciarios, de quienes es pro¬ pio acudir siempre los primeros al llamamiento de los Jefes de la Iglesia, de ninguna manera deben quedar re¬ zagad' s y mostrarse perezosos en este puesto, sino llevar la delantera y ser el ejemplo de los demás. remos llamar hoy la atención de nues¬ ¿Dificultades? tros Terciarios y de todos los católi¬ cos que nos lean. Ya es cosa sabida que hay tres cla¬ ses de Legionarios: i.a Los Legionarios de fila que no tienen otras obligaciones que rezar su Avemaria diaria y pagar sus cinco cén¬ timos semanales. 2 a Los Legionarios laureados que tienen las mismas obligaciones que ios anteriores y además están al fren¬ te de los grupos de diez en que se distribuyen. 3.a Los Laureados de honor que ha¬ cen por sí solos tanto como un coro completo de los demás. Pues bien: entre los Legionarios deben ocupar indispensablemente un puesto, todos los católicos que esti¬ men en algo su fe y su religión, todos los que no quieran contribuir con su abandono y criminal negligencia á la completa ruina religiosa de nuestra patria. Ya las suponemos. Todos tienen sus gastos, las atenciones de lá fami¬ lia, las necesidades de la casa, las exi¬ gencias de la sociedad; todos tienen los gastos de sus Congregaciones, de sus Cofradías, de sus Hermandades, y son gastos de los que no se puede prescindir, porque esto afecta á la vi da de tantas obras que son el sostén de la piedad y del fervor en las res¬ pectivas localidades; tienen todos, ó muchos por lo menos, sus periódicos católicos, el diario, el semanario, la revista, y es preciso tenerlos porque por ahí se les proteje, y por otra parte de ellos nos viene la información y la formación: y después de todo esto ¿no estará demás lo de los Legionarios? No: porque los católicos, aun mu¬ chos de los que tienen tantas cosas á que atender, saben hallar recursos con que alimentar la vanidad, y di¬ nero con que satisfacer mil caprichos completamente inútiles, cuando no ¿QUÉ PUESTO DEBEMOS OCUPAR? perjudiciales: no venimos, pues, á pe¬ A Dios y á la buena voluntad de cada uno, consultadas sus ocupado nes y sus recursos, toca determinarlo. Pero está fuera de toda duda, des pués de las repetidas instancias del Sumo Pontífice y de los Prelados, y después de las duras lecciones de la dirles que dejen desatendidas todas aquellas ubligaciou.es; sino á rogarles que del presupuesto de sus gastos inú¬ tiles, para la vanidad, el capricho, el espectáculo, etc, etc., resten la can¬ tidad previa para figurar al menos como Legionarios de la Buena Prensa. experiencia, que la necesidad de aten¬ ¿Tendrán motivos para negarse? der á la Buena Prensa es una de las ! Fr. P. J, Cerda,, t. o, R. El Heraldo de Cristo 19 EL CARNAVAL Estamos ya en pleno carnaval. El mundo en esta época del año se agita como en ninguna otra, y se manifiesta tal cual es, en toda sn grotesca y repug¬ nante monstruosidad. Pasado este tiem¬ po tiene que guardar ciertas formas, debe acomodarse á las conveniencias so¬ ciales para cazar á muchos incautos que de otro modo no seguirían sus máximas, ni se entregarían á sus placeres; pero ahora prescinde de formas hipócritas y solapadas, y nos da á conocer su espíri¬ tu, sus tendencias, sus amargos frutos. Contempladle al mundo, enemigo de Cristo y de nuestra alma, en esos abiga rrados y ridículos disfraces, en esos es¬ tentóreos gritos, en esos licenciosos es¬ pectáculos, en esos impúdicos bailes, en el desenfreno de las lenguas, en los ex¬ cesos de la gula y del juego, en el liber¬ tinaje de las más bajas pasiones. Ahí se ve al descubierto lo que es el mundo, lo que promete y lo que da á sus seguido¬ res. Para conocer su malicia y falsedad basta la luz de la razón natural; el sim¬ ple buen sentido nos dice que sus goces y pompas vanas 'conducen á la degra¬ dación y envilecimiento de nuestra na¬ turaleza racional. Sin embargo los apetitos desordena dos, las indómitas pasiones ciegan mu¬ chas veces Ja razón y ahogan la voz de la conciencia, y el hombre arrastrado por sus concupiscencias, busca tan sólo aquello que anhelan y le piden. Por esto es que son muchos sus secuaces y adora¬ dores, muchos que profesan sus falsas máximas y se entregan á sus corrupto¬ ras diversiones. Y si esto es verdad en todos los tiem¬ pos y coyunturas, lo es muy especial¬ mente en la época del carnaval, en que el mundo aliado con el demonio y la carne pone en juego todas sus artes y apela á todos los recursos para arrebatar à Cristo el imperio de las almas. Y aun¬ que al fin Cristo ha de salir vencedor y ha de obtener el triunfo más completo con ira todos sus enemigos, no son pocas, sino muchísimas las almas que perecen en medio de la lucha, atraídas por el ce bo letal de las mundanas diversiones. ¿Cual es el deber de los cristianos, y en particular de los terciarios en este tiempo en que tantas ofensas se hacen á Dios nuestro Señor, en que tantas al¬ mas corren peligro de perderse, y se pier¬ den en realidad, en medio de esta gigan¬ tesca lucha? Todos los cristianos no sólo somos dis¬ cípulos de Cristo, sino soldados que mi¬ litamos bajo su bandera. Al ser ungidos con el crisma de la salud en el sacra¬ mento de la confirmación, fuimos arma¬ dos, por decirlo así, caballeros de Cristo Rey, y provistos de las armas y pertre¬ chos espirituales que se requieren para esta lucha. Como soldados de Cristo de¬ bemos seguirle á todas partes, hemos de imitar sus ejemplos, tenemos que defen¬ der su gloriosa bandera, sin abandonar jamás las filas de su valeroso ejército. Sería cobarde deserción, ó por mejor de¬ cir, traición vergonzosa, en este liempo en que es más encarnizada la batalla entre la hueste de Cristo y la del mun¬ do, ir á tomar parte en las diversiones mundanas, asistir á sus espectáculos, y solazarnos con sus licenciosas profani¬ dades. Cuando son tantos los que pere¬ cen en el fragor de la batalla, cuando es tan inminente el peligro para nosotros mismos, cuando son tantas y tan graves las ofensas que recibe Jesucristo; si le amamos de veras, si amamos nuestra propia alma y queremos salvarla, si ani¬ da en nuestro corazón un poco de cari¬ dad hacia nuestros hermanos, si tene¬ mos siquiera una pequeña chispa de espíritu cristiano, no es posible que hallemos contento y solaz en medio de los placeres que nos ofrece el mundo para atraernos á su partido. Por eso es que S. Pedro Crisólogo ya en su tiempo, después de reprender con toda severidad y rigor á los cristianos de entonces que 20 El Heraldo de Cristo se entregaban á las diversiones carnava¬ lescas, les intimó aquella célebre máxi¬ ma que deberían tener siempre en la memoria los cristianos de todas las eda¬ des: «el que quiera divertirse con el dia¬ blo, no podrá gozar con Cristo.» Pero, si todos, como cristianos, esta¬ mos obligados á huir de los espectáculos y diversiones del carnaval, de un modo muy especial lo están los terciarios. Para comprenderlo perfectamente bas¬ ta que nos fijemos en el fin y objeto principal por qué ha sido fundada la Orden Tercera. Este, según la mente del Santo Fundador y conforme á las decla¬ raciones de los Sumos Pontífices, no es otro que la restauración de las virtudes cristianas en la humana sociedad, á fin de que el espíritu de Cristo la penetre, la informe y la aliente en todos los actos y manifestaciones de su vida. El tercia¬ rio, pues, ante todo debe revestirse del espíritu de Cristo, conformar con El sus pensamientos y afectos, sentir y obrar con El, como lo hacía nuestro Seráfico Patriarca, y una vez penetrado de este espíritu, debe poner sumo empeño en comunicarlo á los demás, no viviendo sólo para sí, sino procurando el bien y provecho de sus semejantes. De suerte que todo buen terciario ha de ser após¬ tol de Cristo, propagador y defensor de su doctrina, imitádor de sus ejemplos y virtudes, debelador de sus enemigos, el mundo, el demonio y la carne, coopera¬ dor suyo en la santificación de las almas, y, por decirlo así, conductor de su espí¬ ritu á los demás miembros de la socie¬ dad cristiana. Por lo mismo, habiendo oposición completa y diametral entre él espíritu de Cristo y el espíritu mundano, el terciario debe hacer siempre guerra sin cuartel al mundo, y á todas sus obras y pompas vanas. Ahora bien, el carnaval es la manifes¬ tación más genuina y auténtica del es¬ píritu del mundo que, en oposición al es¬ píritu del Cristo, quiere resucitar en ple¬ no cristianismo las antiguás bacanales del paganismo corrompido y corruptor. El terciario, pues, no solo debe huir co¬ mo de la peste de los excesos y desór¬ denes del carnaval, sino que ha de impe¬ dir que tomen parte en ellos cuantos es¬ tén á él subordinados, y ha de trabajar en la medida de sus fuerzas para restar¬ les concurrentes y suprimirlos del todo, si en su mano estuviera. De mucho nos servirá para ello la consideración de aquellas célebres palabras con que nues¬ tro Seráfico Padre exhortaba á sus reli giosos á la práctica de la virtud: «Elpla¬ cer es breve y la pena perdurable. El do¬ pla¬ lor LIGERO Y LA GLORIA INFINITA.» El cel' mundano es momentaneo, y la pena que le está aparejada en la otra vida es eterna. Eljdolor de la mortificación es li¬ gero é insignificante, y la gloria que nos está prometida es inmensa y sin fin. Refexionen¡los terciarios sobre lasjpalabras ci¬ tadas y los pensamientos que surgirán en su inteligencia les servirán á mara¬ villa para retraer del bullicio mundanal á tantos ilusos como corren tras él, olvi¬ dados de los verdaderos intereses de su alma. Mas no se contenten con apartar del mal á los demás; procuren reducirlos á la práctica del bien. El espíritu evangé¬ lico debe sustituir al mundano, y¡las vir¬ tudes cristianas á las ¡costumbres paga-, ñas y mundanales. En vez de los espec¬ táculos escandalosos, debemos concurrir á los actos y funciones religiosas. A los innumerables pecados con que la Majes¬ tad de Dios es ofendida, hay que res¬ ponder con actos de reparación y desa¬ gravio. Nuestra firmeza en la fe y en la práctica de la virtud ha de servir de confusión á tantos cristianos cobardes que vuelven las espaldas'á Cristo para hacerse esclavos del mundo. Sólo así seremos dignos del nombre de cristianos y de la humilde pero tam¬ bién gloriosa librea de hijos de S. Fran¬ cisco. Fr. B, S. El Heraldo de Cristo ái ¡)çmòeraía çjçmplar i En una aldea pobre y casi ignorada del mundo, vivía en la primera mitad del pasado siglo, un modesto matri¬ monio con ocho hijos, dos varones y seis hembras. El padre, pobre empleado del Mu¬ nicipio, ganaba próximamente dos francos al día, subveniendo con este exiguo sueldo á todas las necesidades de su familia. La madre, costurera de oficio, ayu¬ daba al sostenimiento de la casa con su trabajo personal. Habitaban una casa reducidísima yjjvivían pobremente. De los dos hijos, José -era el más activo, ordenado y es¬ tudioso. En la escuela del lugar gana¬ ba siempre los primeros premios. Du¬ rante largas temporadas iba diaria¬ mente al campo con su cazuela de co¬ cido en una mano y los libros en la otra á cursar los rudimentos de las ciencias. Desde niño fué inclinado al Sacer¬ docio, revelándose en él una decidida vocación al estado eclesiástico. Aman¬ te de las ceremonias del culto divino, pasaba horas enteras en las iglesias gozándose en su contemplación. La pureza de vida fué en él tan extraor¬ dinaria, que desde luego se presentó á los ojos de todos como un candida¬ to al ministerio del altar. La aplica¬ ción al estudio de las ciencias y de las letras, corría parejas con su piedad y santas costumbres. En el Seminario completó sus estu¬ dios con la calificación de eminentísi¬ mo. Llego á ser un consumado,latinis¬ ta y no menos profundo helenista; la literatura clásica no tuvo para él se¬ cretos; escribía el Çdioma del Lacio con la propiedad y elegancia que el suyo propio. Recibió las sagradas ór¬ denes y poco después fué destinado á regir una feligresía, desde la que en¬ viaba socorros á su familia. Sencillo de corazón, honesto en su vida y en sus costumbres, humilde sin bajeza ni afectación, su nota carácterística era el amor á los pobres, la tendencia á rodearse de gentes lla¬ nas y sencillas, y la alegría y joviali¬ dad en todas las vicisitudes de la vida. Dos curatos de aldea desempeñó, realizando en ambos el ideal de la Iglesia de Cristo, al establecer institu¬ ción tan admirable. Todavía recuer¬ dan aquellos feligreses su espíritu, su corazón, su casa, su bolsillo; de los emolumentos parroquiales tomaba la parte necesaria é indispensable para alimentar á su madre y hermanas que vivían con él en la casa rectoral. (Su padre había muerto en 1842). El sobrante era para los pobres y me¬ nesterosos. Sin aspiraciones, con su desteñida sotana y su característica sonrisa en los labios, conversaba amigablemen¬ te con los campesinos; fundaba her¬ mandades en que la piedad y la cari¬ dad se compenetraban y apoyaban la una á la otra; pedía á los ricos para socorrer á los pobres; no había nece¬ sidad en su feligresía á que no acu¬ diera con su dinero, influencia, talen¬ to ó celo. Dirigía desde el presbiterio sencillí¬ simas pláticas á sus parroquianos. Comprendía el cultísimo latinista que sus feligreses no necesitaban elegan¬ tes oraciones ciceronianas, sino ense¬ ñanzas salidas directamente del cora¬ zón de su párroco y pastor, y que, co mo dardos, penetrasen en el corozón de los oyentes. No mandaba, dirigía; no juzgaba, amonestaba; no tenía secretos para nadie, ni en la feligresía los había pa¬ ra él. II Era el año 1875. La Providencia, en la persona de su Prelado, que vió á 23 El Heraldo de Cristo través del triple velo que ocultaba las cualidades positivas y brillantes que atesoraba el Hijo del modesto emplea¬ do, para utilizar sus talentos en servi¬ cio de la Iglesia y de la sociedad, le nombra Canónigo, Examinador Sino dal y Vicario General. Sin dejar de ser el varón sencillo de los Curatos rurales, demostró en mu¬ chas ocasiones ser también un pro¬ fundo teólogo y un ilustrado y ardien te defensor de la verdad y del bien. Nueve años que empleó en estos mi¬ nisterios, le hicieron acreedor á las miradas y atenciones del sucesor de San Pedro y á pesar de las varias ins¬ tancias que hizo para que se le dispen¬ sara de ocupar un puesto que creía su perior á sus fuerzas y á sus méritos, fué elevado á la dignidad Episcopal. En el Episcopado, vivía como pᬠrroco en su aldea; su palacio, despo blado de servidores, estaba abierto siempre á sus diocesanes. Desempe¬ ñaba por si el ministerio parroquial, confesando y dando la Comunión á los fieles. Los más refractarios á la Iglesia acudían á él pidiéndole soco¬ rros y solicitando su intervención en todos los negocios comunes de alguna importancia. El mismo supremo Jerarca de la Iglesia universal le consultaba sobre los más grandes negocios; y á tal con¬ cepto llegó en la mente del Papa, que le elevó á la dignidad de Príncipe de la Iglesia universal', nombrándole Car¬ denal y Patriarca. III Es el hijo esclarecida de los humil¬ des esposos de Riesa, Juan Bautista Sarto y Margarita Manzoni. Es el aventajado Seminarista de Pa dua. Es el humilde Párroco de Tómbolo y Saleano; el ilustrado Canónigo y Vi¬ cario General de Treviso; el celosísi¬ mo Obispo de Mantua; el Cardenal de San Bernardo de las Termas; el escla¬ recido Patriarca de Venecia; el suce¬ sor del inmortal León XIII; el Padre de los Príncipes y de los Reyes. Es el Rey de más de docientos cin¬ cuenta millones de vasallos, esparci¬ dos sobre la haz de la tierra y cuyos dominios alumbra constantemente el rey de los astros. Es el amorosísimo y sapientísimo Pontífice que dirige actualmente los destinos de la nave de San Pedro. Es Pío X. ¡Gloria á Pío X, que, como muchos de sus antecesores, no subió á la Cᬠtedra de Pedr® por los méritos de li¬ najuda prosapia, sino por los suyos propios. Su mejor título nobiliario, hélo aquí: «Fué pobrísimo: desimple soldado ascendió á generalísimo.» En nuestros tiempos' en que tan en boga está la democracia, tenemos en Pío X un demócrata ejemplar, como lo fueron en sus respectivos tiempos, Sixto IV, Adriano VI, Benedicto XII, Pío V, Nicolás V, Juan XII, Urbano IV, y otros. ¡Viva Pío X! ¡Gloria al Terciario de S. Francisco! Francisco Torrens, Pbro. Ante Seráfico (^CONTINUACIÓN) Memmi ó Martini (Simón) Pintor italiano y principal maestro de la escuela de Siena. Nació en esta misma ciudad hacia el año 1284, em¬ pezando sus trabajos artísticos bajo la dirección de Giotto, con el cual más tarde colaboró para dar fin á las céle¬ bres producciones de la Basílica de Asís. La composición más notable de este maestro no cabe duda que es la célebre «Maestá», obra del año 1315 y que representa á la Reina de cielos y tierra, con la misma grandeza que Él Heraldo de Cristo 23 supone el nombre popular con que el vulgo la significó (1). Otra de las composiciones notables y en que más desarrolló su ingenio, fué la pintura muial, que en forma de medio punto existe en la Capilla de los españoles de Santa María la Nueva deFlorenciatitulada «la Iglesia militante yla Iglesia triunfante»,obra esta «que por su nataraleza y concep¬ ción del asunto, revela semblanzas y relaciones entre la escuela Florentina yla de Siena» (2). Reilizó esta notable obra entre 1325 y 1360 y según varios autores, la ejecutó en colaboración con Andrés de Florencia. Es en conjunto el cuadro más completo de la influen¬ cia dominicana de aquel periodo. Co¬ locó Memmi entre numerosos nucleos de Santos de las órdenes Franciscana y Dominicana, la figura de nuestro Seráfico P. S. Francisco, que igual¬ mente que los demás, está represen¬ tado con la cabeza alta y los ojos fijos en el Cordero místico, que velado por los cuatro Evangelistas, ocupa el cen¬ tro superior de la composición. Guar¬ da las puertas de la celestial mansión el Apóstol S. Pedro mientras que en la parte inferior, el Papa, Jefe supremo de la Iglesia, sentado en silla adosada á un magestuoso templo, combate las heregías de aquel siglo, representadas por perros furiosos que ocupan la parte inferior de la composición. En 1338 fué llamado á Aviñón por el Papa Benedicto XIII, para ejecutar en su palacio la Historia de los Márti¬ res, y en dicha ciudad entabló amis¬ tad con el famoso poeta Petrarca. De¬ coró con su pincel los palacios deSie na, Florencia y Pisa, dejando en esta última ciudad, y principalmente en su famoso Campo-Santo la mejor prue¬ ba de su talento, pues llevan todas las obras que en él realizó «el sello de un poderoso genio, que señala la primera época notable del Arte» (1) y el mayor apogeo del predominio franciscano y dominicano, que desarrollado á la vez, elevóse al más alto grado entre los si¬ glos XIII á XVI. Mientras que unos autores opinan que fué Memmi el ver¬ dadero fundador de la escuela de Sie na, otros creen que «fué uno de tantos pintores de esta escuela, que sin llegar á la potencia de los Floren¬ tinos, mostraron tal vez más pasión, más poesía y más delicadeza que és¬ tos» (2). A más de sobresalir en el retrato, se distinguió notablemente en nume¬ rosos cuadros que hoy poseen los me¬ jores Museos de Europa, señalándo¬ se como principales: El Salvador dan¬ do la bendición, en el de Munich; y una Coronación de la Virgen en el Louvre de París. Gaddi(Tadeo) Pintor y Arquitecto italiano. Nació en Florencia en 1300. Hijo del pintor Gaddo Gaddi aprendió de su padre los primeros rudimientos de dibujo, pasando más tarde á ser diligente dis¬ cípulo de Giotto. Fué uno de los pri¬ meros pintores que intentaron dar á las fisonomías de los personajes, la expresión que convenía á su carácter, más con frecuencia cayó en muy de¬ plorable exageración. Aunque la mayor parte de sus obras han sido borradas por el tiempo, se conserva de su mano en la Basílica de Asís, un Crucifijo, con S. Francisco y sus primeros discípulos arrodillados á sus pies, á más de distintos frescos que representan pasajes de la vida del Redentor y de la Santísima Virgen. Pasó más tarde á decorar la Capilla de los Baroncelli de Santa Cruz de ()) Ocupa el grandioso espacio de la sala del Con¬ sejo del palacio público de So ria. (2; Historia de la Pintura y Escultura, por don Joaquín Fontanals del Castillo. Tomo 4.* (I) Les Arts du moyen age.—-Paul Lacroix. (2> Apolo.— Salomón Reinacli. 24 El Heraldo de Cristo Florencia con pasajes de la vida de la Virgen, poco después de haber ador¬ nado con sus frescos la bóveda de la Iglesia de los franciscanos de Pisa. «Sencillez, elegancia, naturalidad, simple y magistral plegado, gracia y buen gusto general son cualidades que distinguen á este autor» (i). Tiene co¬ mo obras importantes en los museos de Europa un tríptico en el de Berlín, y una Madonna en trono de ángeles en la galería de Siena. Orcagua (Andrés Cione) Poeta, escultor, arquitecto y pintor de la escuela Florentina. Nació en 1308. Fué hijo de Andres Cione, que en 1360 dirigió los trabajos del mosai¬ co de la fachada de la Catedral de Or- vieto. Estudió la escultura con An¬ drés Pisano, mas deseando un hori¬ zonte más vasto en donde poder de¬ sarrollar sus habilidades, se dedicó á la pintura, en la que tuvo por maestro á su hermano Bernardo, ejecutando juntos en el coro de Santa María la Nueva de Florencia varios pasajes del Nuevo Testamento, obra destruida por un accidente algunos años des¬ pués, y restaurada por Domingo Guirlandajó. Sorprendentes son por todos con¬ ceptos las pinturas del Juicio Final, Paraíso é Infierno de Santa María la Nueva (Florencia), y en la capilla de Strozzi fué ayudado por su hermano, (f en 1365). No hay duda que la mejor de las tres obras es sin vacilaciones el Paraíso. Es esta composición de forma rectangular en su base y termi¬ nada por arco de medio punto en la parte superior, orlando el conjunto artística cenefa. Ocupan el centro de la composición Cristo y María, sentados en lujosísima silla del mejor estilo de la época, en cuya parte superior em piezan á agruparse á derecha é iz¬ quierda ángeles y Santos de tal forma combinados, que no qeuda ninguno (i) Fontanals.—Obra citada. de éstos falto de la compañía de su angel tutelar. No se vé en él ninguna figura superpuesta, sino que todas vense claramente hasta la cintura, lle¬ vando cada uno la insignia que le hi¬ zo valer el sitio que tan dignamente ocupa. Vírgenes y Mártires, Profetas y Confesores, Angeles y Doctores fi¬ guran en esta composición, no faltan¬ do el inmortal Poeta Florentino que, en actitud suplicante, parece esperar del Sumo Juez la sentencia que él tan magistralmente describió en su in¬ mortal obra. En la quinta fila y 2.a del grupo central está Nuestro Seráfico Padre S. Francisco, el cual con un li¬ bro entre sus manos y los ojos fijos en Cristo, espera ocasión propicia, para pedirle protección á favor de los tercia rios que él tan oportunamente fundó. «Tiene esta composición mágica grandeza en todas sus partes, majes¬ tuosa solemnidad Cristo y la Virgen, y distinción las demás figuras» (1), Del Infierno se ha dicho que es grᬠfica ilustración del imaginado por el Dante. Otras composiciones del Juicio final y del Infierno, fantásticas, y tan originales como extrañas que se le atribuyen, existen en el Campo-Santo de Pisa; pero se duda de su autenti cidad, aunque existan probabilidades para juzgarlas como producto de su ingenio. Tiene cáracter completamente suyo el triunfo de la Muerte en el CampoSanto de Pisa, trabajo hecho en com¬ petencia con Pedro Lorenzetti y Ber¬ nardo Dardi. Terminada esta obra Or¬ cagua sólo se ocupó de grandes obras de Arquitectura y Escultura, especial¬ mente en la ciudad de Florencia. Puede considerársele como uno de los padres del Renacimiento italiano, siendo lo que principalmente nos lo demuestra como tal, un famoso ta¬ bernáculo, que en honor de la Virgen contruyó, con motivo de haber cesado (1) Fontanals. —Obra citada. El Heraldo de Cristo 25 la peste en la ciudad de Florencia en el año 1348. Obra notabilísima por todos conceptos; y construida á espensas de la Cofradía Orsammi- guel, sobre la cual omitimos el entrar en detalles por ser ajeno á nuestro propósito. Muy pocos cuadros se conservan de este maestro, pudiendo solo citarse una Anunciación y una Coronación de la Virgen, en la Academia de Be¬ llas Artes de Florencia. Pero fuera de estos casos, no hay ne¬ cesidad de otras bendiciones: basta que se lleve dignamente esta librea de la Or¬ den Tercera, y que tenga la materia, y forma y dimensiones prescritas por los Sumos Pontifices. Cual debo ser su materia y su forma y su - dimensi» nos?. Esto será asunto de otro día. X. Antonio Jiménez, Terciario. O*—*— •••?*-<•-- Biblioteea Circular Pecan les Terciarios que no llevan puesto el cordón y el escapulario? No pecan; pero quedan privados de todas las gracias y privilegios de la Ter¬ cera Orden: de consiguiente aunque ten¬ gan el nombre de Terciarios, en realidad se aprovechan poco de tan honroso tí tulo. Es preciso llevarlo siempre sin excepción alguna? justa Puede excusar una causa y ra¬ zonable; por ejemplo no será preciso llevarlo durante la nocne, ó al tiempo de alguna enfermedad, ó cuando lo aconse¬ jen circunstancias especiales que moti¬ ven justamente una dispensa por parte de los superiores de la Tercera Orden. Cuando no existan tales motivos para no llevarlos, debe el Terciario vestirlos siempre, considerando como un bochor¬ noso descuido el dejar de vestirlos. ¿Es necesario que hayan sido bendecidos el cordón y escapulario que llevan los Terciarios? Es indispensable, si se trata del cor¬ dón y escapulario que se imponen á los Hermanos en el acto de ingresar en la Orden, ó del primer escapulario y cor¬ dón, que los Terciador llevan inmedia¬ tamente despues de su ingreso. Mucho tiempo hacía que la Hermán-, dad de S. Francisco en Palma estaba sintiendo una necesidad que si no fué atendida con mayor presteza, ello fué debido, no á falta de buena voluntad en sus directores, sino sencillamente á la carencia de los medios adecuados para subvenirla. Se trata, como lo indica el título que encabeza estas palabras de una biblioteca circular que pueda pro¬ porcionar á todos los terciarios, así her¬ manos como hermanas, libros de sana y provechosa lectura con los cuales pue¬ dan formarse en el espíritu cris iano y seráfico, y hallar también en ellos ho¬ nesto esparcimiento y solaz. El Venerable Discretorio de las Her¬ manas es él que ha tomado á su cargo la realización de una obra tan laudable é importante y que desde el l.° del co¬ rriente mes ha empezado ya á funcio¬ nar. La Biblioteca se ha instalado en la Sala de Actos de la Hermandad y se di¬ vide en dos secciones: 1.a libros de pie¬ dad; 2.a libros de instrucción y recreo. Esta obra viene á llenar un vacío que se dejaba sentir mucho. Son en gran número los terciarios que no conocen los Santos y Santas de la Orden Seráfi¬ ca, ni han leído jamás la historia de su vida. Son muchos los que ignoran las glorias y hechos memorables con q ue brillan las tres Ordenes en el firmamen- 2Ó El Heraldo de CrisTü to de la Iglesia. Y sin conocer estas glo¬ rias y al mismo tiempo las virtudes y heroicos ejemplos de los santos francis¬ canos, ¿cómo informarse bien en el espí¬ ritu seráfico y reducirlo (á la práctica? Además, ya que la Regla prohibe las malas lecturas así de libros como de pe¬ riódicos, está muy puesto en razón que los Terciarios^tengan á mano libros para instruirse en la piedad y otros conoci mientos útiles para la vida, y también otros que les sirvan de honesto pasa¬ tiempo y recreo y los mantengan aleja¬ dos de tantas obras malsanas y pernicio¬ sas como hoy día circulan, Tal es Ja ne¬ cesidad que viene á satisfacer la obra fundada. Todos los libros pertenecientes á la Biblioteca estarán siempre á la disposi ción de los terciarios, quienes podrán lle¬ várselos á sus respectivas casas, para devolverlos después de leídos. Se admiten donativos para la Biblio¬ teca, así en libros como en metálico. Los donantes harán una obra muy meritoria que el Señor no dejará sin recompensa. ademanes constituyen un peligro grave y una ocasión próxima voluntaria de pecar contra la pureza, sus hijas yá no serán, en¬ tiéndalo bien, tan cristianas como las que más, sino tan cristianas como las que menos, y tal vez como las que nada. Hubo una breve pausa, durante la cual mi interlocutora trató de sofocar ciertos intentos de enfado que había allá dentro en el fondo de su corazón, y muy contra su voluntad se manifestaban en el exte¬ rior. - Veo, Padre, que está V. exagerado: sin duda no habrá visto de cerca tales di¬ versiones, y se la- habrán pintado mucho peores de lo que son en realidad. —No sé por qué los santos Padres al condeaar el baile habían de tener el me¬ nor interés en exagerar los peligros; y sin embargo lo que yo hago no es sino seguir sus doctrinas y emplear su len¬ guaje. —Efectivamente; pero no creo que las personas de mundo que han frecuentado el baile, y han podido ver la corrección con que se baila tengan tantas censuras iNo puede sent para una diversión tan inofensiva. —D.a Cándida, no sea V. tan cándida. Oiga V. un parrafito de un hombre que asistió muchas veces al baile inofensivo, — Pero, Padre: no sea V, riguroso. que se estila. —No, señora; riguroso no: pero hay “Me detengo para no manchar mi ima¬ que decir la verdad á todo trance; y la ginación con los recuerdos de lo que vi verdad es que la joven que asiste á bailes en otro tiempo en esos bailes... Una fa¬ de esta índole, y mucho más en tiempos milia emplea dieciséis ó diecisiete años en de carnaval, pierde el derecho de ser con¬ educar cristianamente á una joven. Y des¬ siderada como joven intachable, cuya de¬ pués... se la presenta al público á la iuz licadeza y honradez sean ejemplares; y del día... y para colmo de inconveniencia aun me atrevo á decir que se hace indigna y de demencia, á ella, que se avergonza¬ del nombre de cristiana. ría de la sola presencia de un joven , y á — Cómo es eso? Mis hijas son cristia¬ quien causaría turbación una sola palabra nas como las que más!... ligera, se la arroja durante una noche en —Si, señora, si; pero si V. les tolera los brazos del primer desconocido; ¿qué que asistan á bailes de máscaras, por más digo? en los brazos de unos cunntos hom¬ aristocráticos que sean; ó que sin másca¬ bres, y frecuentemente ¡qué hombres! Y ras bailen esos bailes en que la postura ^ estos hombres entre los que hay tantos El Heraldo de Cristo 27 libertinos, y de los que la mayor parte no buscan en el baile más que un placer sen¬ sual, la estrechan entre sus brazos y con¬ tra su pecho, van á arrastrarla en sus mo¬ vimientos desordenados... Al volver de los bailes públicos se completa el mal que había comenzado en ellos. El baile públi¬ co es la ruina de las costumbres del pue¬ blo „ — ¡Basta! No prosiga V., Padre; que si esto fuera verdad sería el baile antesala del infierno. —Así, ni más ni menos, lo ha llamado no se quién; pero tenga V. en cuenta que las palabras que acabo de leerle son de un hombre de mundo que ha frecuentado el baile. —Pero, vamos, uno —Oiga V. á otro. “Cuando estudiaba Derecho era invitado a las tertulias emi¬ nentemente cristianas, á casa de los dig¬ natarios de nuestras grandes ciudades, ca¬ ritativos, católicos fervientes, y buenos escritores. Pues bien; allí fue donde apren¬ dí el mal.,, —Aun en las casas de los buenos! —Lo cual demuestra que aun entre los buenos, el baile es malo. Ahí vá eí voto de un tercero. “¡Ay de mí! todo ío que he leído en los libros y oído en los sermones sobre el baile, no es más que una sombra de la verdad. He bailado durante muchos años; lo he visto todo; yo mismo lo he oído to¬ do; nadie desconfiaba de mí, era sabedor y testigo de todo.,, Vea V. lo que dice Selgas... —Por Dios no me maree, Padre, con tanta cita. Basta; no lea V. más! —Ni siquiera las impresiones que traía á sus hijas un padre que salía del baile? —Veamos. —“Queridas niñas, asistí á un baile en el que no tomó parte más que la buena y alta sociedad. Sin embargo os quebraría las piernas antes que permitiros nunca ir á un baile de estos.,, — Pero si yo acompaño á mis hijas; ¿qué peligro pueden tener al lado de su madre? — Pues sencillamente el peligro de pe¬ car con el pensamiento, con el deseo, con la mirada, con la imaginación: el peligro de causar en el joven con quien bailen, ó á cuya vista se presenten iguales pensa¬ mientos, ó miradas, ó deseos; el peligro de oir y decir alguna palabra que se esca¬ pará perfectamente á los cándidos oídos de su madre; el peligro de que el que bai¬ la con ellas se tome disimuladamente li¬ bertades que V. no querría tolerar. ¿No cree V. muy posible que sucedan todas estas cosas? ¿No tiene V. misma seguridad moral de que suceden con mu¬ chas otras jóvenes?Y quiere ser tan cruel con sus hijas, que no vacile en hacerlas responsables, si no de sus propios peca¬ dos, al menos de los pecados que los de¬ más cometan por su causa? ¡Qué rigurosa cuenta tendrán que dar áDios las madres que así comprometen el alma de sus hijas...! — Pero, ¿y los compromisos de socie¬ dad? Se resuelven con una negativa tan fina como V. quiera; pero negativa. Yo supongo que si hubiera en tales reu¬ niones un peligro.inminente de perder la salud corporal, ó de contraer una enfer¬ medad contagiosa y grave, sabría Yr. ha¬ llar recursos con que excusar la ausencia de sus hijas... — Pues no faltaba más, por la salud se pasa por todo. Luego si por la salud del cuerpo pue¬ de prescindirse de ciertos compromisos, dígame lo que deberá hacer una madre por la salud del alma de sus hijas... D.a Cándida se iba poniendo seria, y 28 El Heraldo de Cristo yo sin advertirlo daba á nuestra conver¬ sación el carácter de un sermón de Cua¬ resma: en vano intenté coger un tono más festivo y ligero: las ideas que se agolpapaban en mi mente eran demasiado gra¬ ves; y para cortar el apuro de ambos me levanté para retirarme. —¿Nada más me dice, Padre? pregun¬ tó la señora con visibles muestras de preocupación. —Una sola palabra: y es que si V. quie¬ re que un joven que valga algo pueda pensar en escoger por esposa á una de sus hijas, no permita que pierdan en el baile las noventa y nueve centésimas par¬ tes de su valor. — Quizás tenga V. razón. A propósito de esto he de confesarle con franqueza que Inés, la mayor, sostuvo algún tiempo relaciones con un joven de condiciones envidiables por todos conceptos; que ja¬ más quiso consentir en que ella asistiera á un solo baile. - Con lo cual demostró tener muchísi¬ mo juicio. —Y como en el pasado carnaval se em¬ peñara Inés en complacer á unas amigas que la invitaron, y no quisiera atenderle, se me presentó un día para decirme que declaraba rotas las relaciones con mi hija, porque... (da vergüenza decirlo, pero te¬ nía razón) la joya preciosa que debía ser¬ vir de principal ornamento á su casa no la quería... manoseada!!. —Créame V., señora: Frecuentar el baile que" hoy se estila y que no es más que una reproducción de los bailes gentílicos, no puede ser. Ir á tales bailes y no ofender á Dios por sí ó por oíros, no puede ser. Concurrir á ellos y conservar intacta la nitidez de la conciencia, no puede ser. Ténganlo entendido todas las madres y todas las jóvenes: No puede ser. Fr. Junípero. Pan dG 5. Antonio Mes de Enero Cepillo de la iglesia de S Francisco en Palma. Limosnas recogidas. . . . 300'50 Por 518 kilogramos de pan. 184’35 Repartido en metálico. . . 40’00 Total repartido 224’35 Remanente. . .... 76T5 Çroniea franciscana INTERIOR Capítulo General de las Hijas de la Misericordia. — El día 21 del pasado Enero se reunió en el Convento de Pal¬ ma el Capítulo General de las Hijas de la Misericordia, Terciarias Franciscanas. Asistieron 60 Hermanas capitulares. Celebró la Misa del Espíritu Santo el Visitador Rdo. D. Antonio Canals, y después de la Comunión, teniendo el celebrante á Jesús Sacramentado en sus manos, hicieron las Hermanas los votos perpetuos, siendo testigos en tan solem¬ ne acto el M. Rdo, P. Bartolomé Salvá, Ministro Provincial de los Terciarios Franciscanos, y D. Rafael Barrera. Después de la Misa, reunidas las Her¬ manas en la sala capitular bajo la pre¬ sidencia del limo, y Rmo. Sr. Obispo, se procedió á la votación de Superiora General de la Congregación, siendo ele¬ gida Sor Josefa de Jesús Rigo. Confir¬ mada la elección por el Sr. Obispo, las Hermanas prestaron obediencia á la nue¬ va Superiora. Seguidamente se eligieron las Herma¬ nas que han de formar el Consejo Ge¬ neral, siendo nombradas: Consiliaria 1.a, Sor Viridiana Rigo; 2.a, Sor Leona Adrov^r; 3.a, Sor María Rita Serra; 4.a, Sor Asunta Vich; Secre¬ taria, Sor Julia Coll, y Procuradora, Sor Pía Bujosa. Después de confirmadas estas eleecio El Heraldo de Cristo 29 nes, se retiró el limo. Sr. Obispo, con su Delegado. En distintas sesiones se trataron asun¬ tos de interés para el Instituto, durando el Capítulo dos días. ¡Quiera el Señor conceder á todas las elegidas las luces necesarias para el de¬ sempeño de sus respectivos cargos! Inca. En la tarde del día 7 de Enero tuvo lugar la reunión Anual de la Her mandad inquense. El Rdo. P. Director dió cuenta del aumento que ha tenido la Hermandad duiante el año 1911. El número de Hermanos en l.° de Enero de 1911 era de . . . . 104 El de Hermanas 614 En total. ...... .718 Han ingresado en el año 1911. Hermanos . 32 Hermanas. , 65 En suma 97 Han fallecido 2 Hermanos y 10 Her¬ manas. Restan pues en la actualidad 134 Her¬ manos y 669 Hermanas. Consta pues la Hermandad de 803 Terciarios. Leídas las anteriores cifras, el P. Cer- dá dirigió á la numerosa concurrencia una breve plática, é hizo oportunas ob¬ servaciones sobre la conducta que de¬ ben seguir los Hermanos para dar buen ejemplo y cumplir como buenos Tercia¬ rios. Inmediatamente se hizo la adoración del Niño Jesús, y se distribuyeron los Patronos para 19 ¡2; terminando con las preces por los difuntos de la Herman¬ dad. Dios bendiga á los celosos Discretorios que tanto trabajan para la difusión y prosperidad de la Tercera Orden en la cristiana ciudad de Inca. Pefra.—Día 6 del pasado Enero, el Rdo. P. Fr. Pablo Puigserver, superior de los franciscanos del Convento de Palma, instaló canónicamente, en la iglesia de S„ Bernardino deSenadel ex-con vento de franciscanos, la Tercera Orden de S. Francisco nombrando losDiscretorios por los que ha de gobernarse la nueva her¬ mandad, en la forma siguiente: Discretorio de Hermanos Visitador—Rdo. Sr. D. Bernardo Mora- gues, Pbro. Ministro—Rdo. Sr. D. Francisco To rrens, Pbro. Vice- Ministro - Rdo. Sr. D. Gabriel Font, Pbro. Secretario—D. Miguel Juan Fiol. Maestro de Novicios—D. Miguel Vadell. Tesorero—D. Juan Bonnín Enfermeros — D. Jorge Roca y D. Fran¬ cisco Gelabert. Discretos—D Carlos Horrach, D. Anto¬ nio Rosselló y Antonio Font. Diseretorio^de hermanas Ministra— D.a María Roca. Vice-Ministra—D.a Isabel Ribot. Secretaria—D.a Concepción Segura. Maestra de Novicias—D.a Antonia Ra¬ mis. Tesorera—D.a Margarita Mas Enfermeras D 3 Margarita Ribot y Do¬ ña Rafaela Horrach. Discretas-D.a Bárbara Nicolau, Doña Francisca Coll, D.a Catalina Aguiló, D.a Antonia Riutort y D.a María Bon¬ nín. Nos congratulamos en dar á todos los nombrados la más cumplida enhora¬ buena y hacemos votos al cielo oara que florezca esta nueva hermandad en las virtudes franciscanas. Bunolg. - El celoso y animado secreta¬ rio de la Hermandad de Buñola, dou Francisco Colom, nos escribe dándonos cuenta de los progresos que hace esta hermandad en la organización, siguien¬ do las instrucciones del P. Visitador en su visita canónica, y bajo los impulsos del ministro D. Guillermo Borrás. Se han hecho imprimir varios modelos de papeletas para avisar para las comunio¬ nes generales y ser admitidos á la pro¬ fesión, dando este procedimiento exce 30 El Heraldo de Cristo lentes resultados. En la última comunión que se hizo, que fué el domingo, 21 del mes anterior, fueron muchísimos los ter ciarios que asistieron; por la tarde del mismo día fueron admitidos á la profe¬ sión 20 hombres. Los hermanos están divididos en 12 coros de 11 cada uno, resultando un to¬ tal de 132 hombres. Están organizándose ahora también los coros de las hermanas. Que Dios bendiga y recompense los esfuerzos de este nuevo Discretorio, es¬ perando que al tener bien organizado el personal sabrá implantar en esta her mandad la benéfica sección de Socorros Mut'ios de la sociedad «Auxilio Mutuo Popular» exclusiva para terciarios, y que tan felices resultados está destinada ádar, enjugando las lágrimas de muchos po bres. Montuiri. — A1 resurgimiento fran ciscan o que en toda nuestra Isla se nota desde hace - algunos años, no podía per¬ manecer ajeno el cristiano pueblo de Montuiri, donde desde antiguo está pro fundamente arrelada la devoción á Nues¬ tro Santo Patriarca, y que contaba ya con numerosos Terciarios. Faltaba sólo ia instalación canónica de la Herman¬ dad, y á ella ha procedido el Reverendo Sr. Cura-Párroco D. Jaime Homar, pre¬ vias las debidas autorizaciones del Ilus- trísimo Prelado y de nuestro M. R. Pa¬ dre Ministro Provincial. Los Discretorios han quedado consti¬ tuidos en la siguiente forma: Discretorio de los Hermanos Comisario, Rdo. D. Jaime Homar, Pᬠrroco. Vice-Comisario, Rdo. D. Miguel Ri¬ bas, Vicario. Ministro, D. Antonio García y Cerdá. Maestro de Novicios, Don Baltasar Amengual. Vice-Maestro, D. Juan Castellà. Enfermeros, D. Mateo Cerdá y D An¬ tonio García, Discretos, D. Melchor Arbona, D. Ra¬ fael Miralles, D. Melchor García y Don Honorato Ribas. Secretario, D. Mateo Pocoví. Pbro. Discretorio de las Hermanas Ministra, D.a Francisca Verd. Vice-Ministra, D.a Francisca Homar. Maestra de Novicias, D.a María Palou. Vice-Maestra, D.a Margarita Cerdá. Enfermeras, D.a Magdalena Ribas y D.a Antonia Cerdá. Discretas, D.a María Rubí, D.a Jerónima Verd y D.d Margarita Veid. Secretaria, D.a Prudencia Sastre. Felicitamos fraternalmente á los nom¬ brados, y pedimos á Nuestro Seráfico Padre les conceda su bendición para que difundan por do quiera el espíritu franciscano. EXTERIOR Jubileo de los Franciscanos en Croacia. — En el prénsente año se cumple el sép¬ timo centenario de la ida a las tierras croatas de los discípulos, de S. Francis¬ co. Puede decirse que el pueblo croata es herencia del Santo Patriarca, porque su historia va estrechamente unida á la de la Orden Franciscana. Y S. Francis co envió algunos compañeros suyos, que para los croatas fueron sus padres y más cariñosos hermanos. Convertido algunas veces el Franciscano en valeroso soldá- do, combatió espada en mano á los muslismes, hasta arrojarlos del patrio suelo, como en 1698 lo hizo Fr. Lucas Ibrisimo vié, soldado y guardián del Convento de Pózega. Nada tiene, pues, de particu lar que en los actuales momentos haya en aquel bendito país gran entusiasmo para celebrar convenientemente tan fausto aniversario. &a Orden üercera entre los saluajes de Itambacurp (Brasil). — En esta florecien¬ te Misión instituida en 1873 la Orden Tercera ha hecho grandes conquistas con notables ventajas para aquella criscristiandad. Cuenta ya el respetable nú¬ mero de 992 terciarios, de los cuales 206 El Heraldo de Cristo 31 recibieron el hábito en la fiesta de San Francisco, y 270 fueron admitidos á la profesión. La función conmovió de tal suerte á aquel pueblo que otras 75 personas pi ¬ dieron el mismo día el hábito de peni¬ tencia. ¡Cuan cierto es que S. Francisco atrae á sí el corazón de los pueblos que le ad¬ miran y le siguen! En Holanda.--Los Padres Francisca¬ nos Holandeses han insituído una obra excelente de propaganda de la Orden Tercera: los folletos volantes. En el pasa¬ do Noviembre fueron distribuidos 31.000 ejemplares de estos folletos. Los asuntos que con preferencia tratan, son los si¬ guientes: La Tercera Orden en el mundo; la Tercera Orden y los obreros; la Tercera Orden y la vida cristiana; la Tercera Or¬ den y la Comunión frecuente, etc. Congregación de los 5íos. Cosme y Da' mián. Roma.—El domingo 7 de Enero’ por medio de la correspondiente circu lar, fue convocada la Congregación Ge’ neral para la elección de cargos de la Hermandad durante el trienio 1912— 13 14. Abierta la Congregación con el canto Veni Creator, el P. Director hizo á los asisten!es un cordial saludo, augurando á todos en nombre de Cristo y de San Francisco paz y bien, pax et bonum. Dió afectuosas gracias á los Oficiales salien¬ tes por su meritoria labor en beneficio de la Hermandad,y exhortó á todos á es¬ coger los nuevos Superiores entre aque lias personas más influyentes para el bien, porque de ellas depende sin duda el florecimiento de la Congregación. Recogiéronse después ordenadamente las cédulas y hecho el escrutinio, resul¬ taron elegidos los Hermanos: Augusto An. Biam-hi Cagliesi, Minis¬ tro. Jorge Prof Cav. Stara Tedde, Vice- Ministro. Y las Hermanas: Sra. María Carpi, Ministra. Sra. Magdalena Satta, Vice-Ministra. Confirmada y promulgada la elección, se cerró la Congregación con el canto del Te-Deum y la bendición eucarística. En otras dos congregaciones particu¬ lares el consejo saliente y los nuevos electos nombraron los demás oficiales en esta forma: Secretario, el Hermano D. Emilio Pin¬ cen ti. Consejeros: Hermano D. Antonio Cav. Carpi, D. Marco Gatti, D. Mariano Gras cheiti, D. Nazareno Dottarelli y D. José Minuti. Consejeras: Hermana D.a Margarita Castri, D.a Adela Bergarnini, D a Bea¬ triz Valenti, D.a Inés Bianchi Cagliesi y D.a María Moría. Maestro de Novicios: Hermano Rmo. D. Orestes Fraschetti y D. Ignacio Pe- razzi. Maestras de Novicias: Hermana Doña Magdalena Liberti y D.a Nazarena Cappugi. Enfermeros-. Hermano D. Pedro Api y D. Domingo Mascetti. Enfermeras: Hermana D.a Elena Rucci y D.a Inés Montaneri. Celadores: Hermano D. Umberto Pe- razzi, D. Augusto Gaudenzi, D. Innocencio Capocei, D José Contardi y D. Mar¬ co Cettneo-Longo. Celadoras: Hermana D.a' Ana Silvi, D.a Emilia Sbordoni, D.a Rosa Gallo, DA ida Capogross'i y D.a Francisca Ca¬ ten acci. Sacristán: Hermano D. Justo Buccia- relli. Enviamos cordial saludo y entusiasta felicitación á los recien-elegidos y hace¬ mos votos para que bajo su gobierno, la Venerable Hermandad de nuestra Casa Generalicia llegue á un alto grado de prosperidad y produzca copiosos y salu¬ dables frutos en bien de la Iglesia y de la sociedad. 32 El Heraldo de Cristo Noticias ? uariedades preso y sobre quien pesó largo tiempo tan terrible acusación; pero después Notables palabras del Almirante Cuuer- al prenderá dos sujetos de malos antece Dille. dentes, llamados Serous y Grillot, elpri A propósito de la reciente catástrofe del acorazado francés «Liberté», el Al¬ mirante Cuverville escribía hace poco lo siguiente: «Es preciso decir en alta voz lo que muchos piensan, sin decirlo: desde que se han suprimido las oraciones á bordo de nuestros buques de guerra; desde que se ha arrojado á las religiosas de los hospitales y suprimido los capellanes de la Armada, privando así á nuestros ma¬ rinos de todo auxilio espiritual, aun á la hora de la muerte, la marina ha sufrido sucesivas catástrofes, y ese es un hecho incontestable. mero declaró que su compañero era el asesino del suizo de la iglesia, cuyo cri¬ men presenció él mismo, y fué causado porque, al pretender Grillot enterrar al hijo recien nacido de una hermana suya al que había estrangulado para ocultar la deshonra de ella, el suizo, que pre¬ senció el hecho, le reprendió por el infa¬ me infanticidio y le amenazó con dela¬ tarle ante la autoridad; y con el objetó de deshacerse de aquel testigo y dela¬ tor, le asesinó. En vista de esta declaración, confir¬ mada por el propio asesino, fué inme¬ diatamente puesto en libertad el caluña «Así, á pesar de los esfuerzos dignos de elogio para el mejor aumento de nuestra Armada, éste no se conseguirá por completo hasta que se vuelva á in¬ culcar en el alma de los niños la creen¬ cia y el temor de Dio?, rindiendo a~í al Creador el culto que le es debido.» Hermosas frases de un marino cristia¬ niado sacerdote en medio de las entu¬ siastas aclamaciones de todo el pueblo. El epílogo y causa al mismo tiempo de estos hechas criminales es el siguiente: Hace dos años que, hallándose mori¬ bundo un conocido masón de la locali¬ dad, ante cuya próxima muerte se rego¬ deaban sus hernanos de mandil y escua¬ no y patriota, que deberían tener en dra, pensando en el entierro civil que se cuenta los sectarios descrisfianizadores le haría, con gran escándalo de aqu 1 de Francia. ;; pueblo católico en su inmensa mayoría, Nueuo obseruaíorio resultó que arrepintiéndose el enfermo, pidió los auxilios de la Religión, asistién¬ En la cúspide más alta de San Jeró¬ dole el abata Larcne, que le administró nimo, montaña muy elevada de Mont¬ los últimos Sacramentos. Esto exasperó serrat, tendrá lugar muy pronto la cons¬ grandemente á los masones que ya no trucción de un grandioso Observatorio podían hacer a¡ difunto un entierro ci¬ astronómico metereológico, cuya altísima vil como pensaban haberlo hecho, y cúpula se verá coronada por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, conforme . que profirieron contra el buen párro¬ co terribles amenazas. la promesa del mismoJesucristo: Yo Ahora la gente relaciona el escándalo reinaré en España con más veneración y la calumniosa acusación contra dicho que en otras partes. párroco á la venganza de los masones. Horrible calumnia por uenganza masónica Bajo el epígrafe llamativo de «Un cu¬ ra asesino» han publicado los periódicos sectarios el relato referente al hallazgo del cadáver del suizo ó pertiquero de la iglesia de Igoznay, diócesis de Autun, atribuyendo el asesinato al abate Lar¬ Necrología Día 21 del pasado Enero falleció Doña Antonia Figuerola Rama, pertenecióte á la Hermandad de Palma. A. K. R. I. P. ne, párroco de dicho pueblo, quien fué Tip. de S. Pízá —Jardín de la Reina, 19- Revista fellcaia al fomento y propagación éo la Orien Tercera Je S. Francisco Año IV Palma i.° Febrero de 1912 Núm. 36 SUMARIO: Asunto urgente.—El Carnaval. — Demócrata ejemplar - Arte Seráfico.— Para los Terciarios.—Biblioteca-Circular. -—¡No puede ser! — Pan de San Antonio. — Crónica Franciscana.— Noticias y Va¬ riedades. - Necrología. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN $ T En España un año . . . . 1 Pla. T En el PZxtranjero. . . 2 id. J} REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN Convent© de San Francisco Palma de Mallorca. Gran Cerería BLANQUEO DEI TQP A g ÇT. ABEIS CIR10 sTÍS TB A H1 C~OS~Y~B UJ í A 3 Secar del Steal—PALMA l>E MALLORCA Para an cargos, pedidos y demás informes dirigirse á —-—-—DON TOMÁS PONS- Oficial de la Habilitación del Clero que tiene el depósito en la calle de la Herrería, número 9. PALMA. Qreríii ¡ Qníileria - de — BARTOLOMÉ MIRALLES UNION, 37—PALMA Cera pura para el culto Cirios esteáricos ESPB L M JX. 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