El Heraldo de Cristo

Retista ieSicaia al fomento y projagaclóa íe la Orjen Tercera íes. Francisco

Año IV

Palma i.° Enero de 191?.

Núm. 35

SUMARIO: La choza de Belén y la Sagra¬ da Familia. —Greccio — El espíritu de S. Francisco. —A Santa Inés Virgen y
Mártir. —Juicio de los años. — Pande
San Antonio — Crónica Franciscana.—
Noticias v Variedades. - Bibliografía.—
Necrología.

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN | REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN

En España un aó/ En el Extranjero

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Convento de San Francisco Palma de Mallorca.

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Secar del Real —PALMA DE MALLORCA
Para ancargos, pedidos y demás informes dirigirse á —DON TOMÁS PONS—
Oficial de la Habilitación del Clero que tiene el depósito en la calle de ia Herrería,
número 9.—PALMA.

Cultos en nuestra iglesia de San Francisco de Palma durante el mes de Enero.

J^Qg Troce Martes dedicados a s. Antonio de Padua se predicarán todos los martes al ano-

,

.

checer, con exposición de S. D. M. y sermón por el Rdo. P. Gaspar

Morey, C. O.

Novena del B. Ramón Lull- .Empezará día 16 y se practicará durante la Misa de
.de las once y cuarto con meditación y canto.

Tiesta de la conversión del B. Ramón. \_Día 24, por la noche, se cantarán
-Completas solemnes. Día 25, á las diez y media, Misa mayor cantada con sermón panegírico del bamo.

Cuarto Domingo.
general.

.Día 28, á las siete y media de 1* mañana, M sa de Comunión general .para los Terciarios. Por la tarde, á las seis, tendrá lugar la reunión

Ejercicios espiritua les.

.Los practicarán los Hermanos de S. Francisco bajo la direc-
\_ción del Rdo. P. Francisco Fornés, T. O R.

Empezaran día 28 por la 'arde. A las seis rezo de la Corona, preces de la reunión mensual y plᬠtica preparatoria. Durante los días consecutivos á las cinco y media de la mañana Misa con explicación de sus ceremonias y á las seis plática. A las diez y media lectura espiritual, plática y Misa Por la tarde,

á las seie, orona, platica y sermón sobre las verdades eternas. Durante estas funciones el pueblo toma¬ rá parte en los cánticos propios de ejercicios.
be recomienda á los Hermanos y Hermanas de S. Francisco, como también á las demás personas

que quieran aprovecharse de esta gracia, la asisíencia á todos estos actos.

Indulg* encia'* nfenarias

C°n 'as concliciones ordinarias los Terciarios pueden ganar
indulgencia plenaria los días siguientes de este mes;

Dm 1, La Circuncisión del Señor.—O, La Epifanía. 14, Bto. Bernardo de Corleón. 14, El Santí¬

simo Nombre de Jesús. 16, Stos. Berardo y Compañero-, Protomártir s de la Orden Franciscana.

30, Sta. acinta de Mariscotis. — 31, Bta. Ludovica de Albertonis. El día de la reunión mensual y otro

cualquiera del mes, á su libre elección.

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I Heraldo de Cristo

Rerista dedicada al fomento y propagación de la Orto Tercera de S. Francisco

ASo IV

Palma i.° Enero de 191?.

Núm. 35

AI entrar en el cuarto año de nuestra publica=

ción cúmplenos dirigir á todos nuestros lectores y

abonados un cariñoso y fraternal saludo, dándoles

las más expresivas gracias por el apoyo que nos han

prestado y pidiendo al Señor les conceda un feliz

año nuevo y les coime de bendiciones espirituales y

temporales.

LA REDACCIÓN.

2

El Heraldo de Cristo

La choza de Belén
y
La Sagrada Familia
Pasan los siglos; el tiempo demo¬
ledor arruina los monumentos de la
grandeza humana, y borra el recuer¬ do de grandes hazañas y de-grandes héroes; pero el humilde establo don¬ de nació un día, hecho hombre, el Verbo de Dios, y moró la modesta fami¬
lia de la cual fué miembro, hablan
siempre á los pueblos el mismo lengua¬ je, y su recuerdo no pasa ni se desvane¬
ce en la memoria de las gentes.
El pesebre, las pajas, la cueva; un niño que tirita, unos: padres que no tienen para acomodarle otros recur¬ sos que los de su extrema pobreza, un sitio donde no hay otra compañía que la de unos pocos animales.....!
¿Así viene á la tierra el Rey del
cielo?
¡Sublime lección de humildad y po¬ breza puestas siempre ante el orgullo y la ambición de los hombres!
Las generaciones que pasan por so¬ bre la tierra volverán siempre llenas de estupefacción sus ojos á la humil¬ de choza; contemplarán á José, á Ma ría, al Niño y no acabarán de com¬
prender jamás la elevada doctrina en¬
señada desde tan humilde cátedra, ni
penetrarán el profundo misterio ocul¬
to en tan sencillas apariencias. Tampoco se cansarán de estudiar¬
los!
Cuando el Niño de Belén llegado á la edad perfecta predique á los pue¬ blos el reino de Diso, proclamará doc¬ trinas extrañas y desconocidas para las generaciones pretéritas:
«Bienaventurados los pobres. «Bienaventurados los que padecen. «Bienaventurados los que lloran....
«No andéis demasiado solícitos por
lo que habéis de comer ó vestir.....

Las multitudes oirán asombradas
aquellas predicaciones tan contrarias
á las tendencias del coiazón humano,
y á la corriente general de todas las épocas; pero no protestarán
El Cristo también ha nacida po¬ bre
El Mesías también ha padecido,
también ha llorado
Vagit infans inter arcta. Conditus praesepia.
Y estará en la concien ;ia de todos
que el Salvador no predica una doc¬ trina para practicar otra, sino que empezó por poner en práctica lo que había de enseñar después.
Cuando se conmuevan las nacio¬
nes agitadas por las luchas sociales, la razón y la fisolofia se sentirán impo¬ tentes para solucionar el conflicto; la violencia y la fuerza sólo serán capa¬ ces de agravarlo; sólo la Iglesia, en¬ cargada de continuar en el mundo la predicación del Evangelio, podrá de¬
cir á los ricos:
«Amad al pobre, porque el pobre
es vuestro hermano.
«Socorred al pobre, porque soco¬ rriendo al pobre, socorréis á Cristo.
«Venerad ál hijo del trabajo, por¬ que el Salvador también ha traba¬ jado.
«Respetad al pobre, porque en el pobre respetáis á vuestro Dios.»
Y los poderosos de la tierra habrán
de humillar su frente: se acordarán
de las palabras terminantes del Salva¬ dor, darán una mirada á la cueva de Belén y al taller de Nazaret, y se ren¬ dirán; mirarán al pobre como á su hermano menor, hijo de un mismo Padre y redimido con una misma
sangre.
A su vez la Iglesia podrá dirigirse al pobre para decirle:
«No te quejes de tu suerte, porque Cristo ha sido pobre.
«No maldigas tu situación, porque

El Heraldo de Cristo

3

por ella ha pasado Cristo, santificán¬
dola.
«No te desesperes en tu llanto, que también lloró el Hijo de Dios.
«Considérate amado del Altísimo
que te quiere como á hijo predilecto: y te llama bienaventurado.
«No envidies los bienes del rico; tam¬ bién es tu hermano. Considera qne si
ha sido más favorecido en los bienes te¬
rrenos, tu lo eres más en los celestia¬

te contra el rico, amenazando vengan¬ zas: el rico es su hermano mayor, ad¬
ministrador en este mundo de los bie¬
nes del Padre común que está en los
cielos.
Y mirando la choza de Belén, sa¬
brán amarse esos dos seres al parecer
irreconciliables; y acordándose de los
sufrimientos del divino Emanuel,
sentirán brotar sentimientos de gene¬
rosidad, respeto, caridad y paciencia

les: tu debes recibir de él los socorros
necesarios para la vida temporal, y él debe comprarte á tí una partecita de tu eterna gloria.»
Y el pobre mirará aí Niño de Belén, al joven obrero de Nazaret, á José, á María Santísima, y se sentirá consola¬ do y animado. Ya no tendrá’ derecho á quejarse. El Hijo de Dios también quiso ser pobre.
Ya no levantará Heno de ira su fren-.

en sus corazones, que tantas veces
han sido juguete de las más bajas pa¬
siones.

¿No es verdad que ahora, corno

siempre resulta provechoso, y aun es

en gran manera nesesario estudiar las

lecciones que se nos ensénah' desde la

choza de Belén con el ejemplo de Je¬

sús, María y José?

• ,

; Er, P, J: O.

4

El Heraldo de Cristo

Gpeeeio

Amemus Puerum de Bethleem, Estimém al Infantó de Bethlém.
(S. FRANCESCH.)

Ans de pujar lo mou Cruciferari de l’Alberna sagrat en lo Calvari,
vol passar per Bethlèm, y del poble de Greccio en lo pesebre, lo vespre de Nadal, sobre la gebre
vol veure el Ser Suprém.
Vehina del convent s’ obre una cova;
per son desitg magnífica la troba: demunt de fè y pallús,
sobre un remarge ixent de 1’ establia posa en mitg de Joseph y de María
l'imatge de Jesús.
Per escalfar a qui de fret hi plora,
de son brécol humil ferma a la vora
una mula y un bou; per adormirlo, si te son, ell canta, y a sa véu amorosa y ressonanta
lo brecolet se mou.

De davíques notes del psalteri omple 1 tuguri estret y 1’ hemisferi
lo tendre Serafí,
y, aydat per veus pregones y argentines, descapdella solemnes les matines
com un capdell d’ or fí.

Dels pobriçols d’ Assís a la canturía

barrejan ses cançons en la boscuria

:

pagesos y pastors,

y en 1’ ayre altra se n’ ou de més doleura:

Gloria al Senyor altíssim en 1’ altura,

en terra pau y amors.

D’ atxes y fochs la terra s' illumina, de tant en tant alguna llum divina
baxant del firmament; y lluna, estrellas, salamons y pires entrelligan sos rastres de guspires,
rius d’ or ab rius d’ argent.
Del Gall la missa pastoril comença; tenen per volta la del Cel immensa;
per temple, 1’ univers; per orga, 1’ alzinar y la roureda, que avuy ab l’home y los aucells hospeda
los angels a milers.
Obrint menys somnioses ses parpelles, en lo cel blau guaiten les estrelles
com ulls de serafins, y 1’ espargim de la suau rosada acusa alguna llàgrima plorada
cantant hymnes divins.
Què aguaytan en la terra, què hi oviran? A Aquell de qui al entorn los astres giren,
gran Astre de l'amor, de la falda santíssima esmunyirse, y de Francesch als braços adormirse,
breçat sobre son cor.
Se regala ab sos besos una estona, y, aprés, servintlí un pilastró de trona,
dejús d’ un pinatell, predica d’ aquell Déu qui a nostra escoria devalla avuy de la més alta gloria
per pujàrnoshi ab Ell.
Amèmlo— diu,—amèmlo nit y día, al Nadó celestial de 1’ establia;
amèmlo més y més, al amorós Anyell diví adorable lo nostre pit donèmli per estable,
lo nostre cor per breç.
J. Verdaguer, Terciari.

El Heraldo de Cristo

5

El espíritu de 5. Francisco
El amor á Jesús pobre... y tiritando de
frío en Belén. La cueva de Grecio.
Sermón notable. S. Francisco acari¬
ciando al Niño Jesús.
Ei entrañable amor que profesaba Francisco á la Pobreza procedía sin
duda del vivísimo deseo de imitar á
Jesucristo que siendo inmensamente rico se hizo pobre, para enriquecer¬ nos con su pobreza. No debe, por con¬ siguiente, buscarse la causa de tan apasionado amor en su temperamen¬ to erótico y sumamente sensible á to¬ do generoso impulso, porque el amor á un ser ideal de ningún modo habría
llenado el inmenso vacío de su cora¬
zón; ni. debe buscarse tampoco en su imaginación exaltada y ardiente que le hacía vestir con el hermoso ropaje de la poesía los sucesos y seres más
insignificantes y humildes, porque los inconvenientes y privaciones ane¬ jas á la extremada pobreza en que vi¬ vían él y los suyos pronto habrían
convertido en triste desencanto los
más dorados y dulces ensueños. Sólo el amor á Jesucristo pobre podía pres¬ tar alas á la imaginación y energías al corazón para descubrir los tesoros en¬ cerrados en la Pobreza, y para amar con delirio su peregrina hermosura.
No es de admirar, pues, que, al
acercarse la fiesta del Nacimiento del
Bey pobre, Francisco se sintiese tras-
formado é inundado de insólita ale¬
gría, ni que respondiese á sus frailes que le preguntaron si harían bien en
comer carne el día de Navidad: «Se¬
guramente que sí, y desaria que los príncipes y grandes señores echasen en tal día por las calles y campos car¬ ne y trigo para que hasta los anima¬ les y pájaros participasen de tan gran
fiesta.»
El año 1223, tres años antes de su muerte, quiso Francisco, movido sin

duda de divino impulso, celebrar la
fiesta del Nacimiento de Jesucristo
con nueva y extraordinaria solemni¬ dad. Determinó reproducir lo más
exactamente posible la cueva de Be lén con los sagrados personajes, y ob¬ tenida la venia del Sumo Pontífice, se trasladó á Grecio para ejecutar allí sus
piadosos planes. Hizo levantaren una
rústica cueva un sencillo altar y po¬
ner en el pesebre la imagen del Niño divino á quien calentaban, con su aliento un asno y un buey. Francisco iba y venía disponiéndolo todo á la medida de su devoción y fervoré in¬ vitando y animando á los sencillos al¬ deanos á que concurriesen á la gran solemnidad. Llegada la noche de la
vigilia de Navidad, á la hora conve¬ niente se dirigió Francisco seguido de sus religiosos y de numeroso gentío, todos con antorchas y teas encendidas, al lugar preparado para celebrar tan
extraña fiesta. Los más reacios y pru¬
dentes veían poco á poco disiparse sus dudas y temores y convertirse sus prevenciones en entusiasmo, fruto de la alegría y de la devoción de los con¬
currentes. Pero excedía inmensamente
á la devoción de éstos la de Francisco
que le hacía desbordarse en toda clase de piadosos afectos, y le constituía en el único objeto de la simpática curiosi¬
dad de los mismos. Francisco era el
centro de donde irradiaban subyugan¬
do á sus admiradores, las vivísimas
centellas del amor al Rey pobre; las
densas tinieblas de la noche huían
ante los numerosos y potentes focos
de luz, y los ecos dormidos de los va¬ lles repetían con voz potente al par que confusa los alegres y piadosos
cantares
A la vnedia noche se celebró con to¬
da solemnidad la santa Misa en Ja
que ofició S. Francisco, de diácono, y en el ofertorio de la misma predicó ele las grandezas y de las misericor¬ dias del Mesías, á quien llamaba dul¬
cemente el Niño de Belén. Más elo-

6

El Heraldo dé Cristo

cuentes que las palabras eran los abrasados suspiros, las dulces mira¬ das, la suave inflexión de la voz, y so bre todo la edificante figura de aquel hombre extenuado por las peniten¬ cias, y consumido por la llama voraz
del amor divino. Cuando salía de sus
labios el dulce nombre de Jesús, se al¬ teraba notablemente su voz, y hacía una larga pausa en la que el orador y el auditorio saboreaban delicias ine¬ fables. Juan de Yelita, hombre de cré¬ dito.. aseguró con juramento haber visto á S. Francisco acariciar y besar con gran efusión de su corazón al Ni¬ ño Jesús que le había aparecido, y dormidito descansaba en el pesebre.
Las pajas sobre las cuales posó sus tiernas plantas el Niño de Belén fue¬
ron causa de muchas curaciones mi
l.agrosas, y de que se perpetuase entre
los fieles la memoria de este suceso y la devoción á la santa Cueva de Be¬ lén.
Fr. A. R.
•·,-££í£5e···<r^‘·4ív>
A santo Inés Vip y Mártir
¡Inés bendita lirio del cielo, tierna paloma, angel de amor! Jamás impuro fango del suelo
manchó la gracia de tu candor.
Si la nobleza doró tu cuna
y sus placeres date á gozar, tu, niña heroica, como ninguna galas y honores supiste hollar.
'
¡Oh casta virgen, lindó capullo que avispa astuta jamás libó;'
fiel tortolilla de dulce arrullo
- que amor divino sólo gustó.
Hoy que vivimos en'confusiones del mundo que anda sin fé ni luz, prevaricados los corazonesdejan, no aman, ni Dios ni cruz.

Los que creemos te suplicamos que nos alcances de Dios perdón. Tiempos felices de tí esperamos, mira propicia nuestra Nación.

Inés bendita, lirio del cielo, blanca azucena del Redentor,
tiende tu vista sobre este suelo
se nuestro amparo angel de amor.

Marcelina Moragues.

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Juicio de... los Unos

El tío Lezna ha comprado una par¬ ticipación de dos pesetas en la lotería
nacional de 22 de Diciembre de 1911,
y un calendario nuevo para 1912, que le ha costado diez céntimos y contie¬ ne en 60 páginas el pasado, el presen¬ te y el futuro.
Es una preciosidad científica y lite¬
raria.
El remendón, (porque el tío Lezna es remendón), no tiene absoluta segu¬ ridad, como él dice, de que sean cier¬ tas todas las verdades de la religión y todas las cosas que predican los cu¬ ras; pero en cambio es hombre que
toma muy en serio y cree como ver¬ dades indubitables los horóscopos que lee en su calendario; los pronósticos sohre las influencias de los planetas y
de las lunaciones sobre el carácter y
condiciones de las personas; y los anuncios de las lluvias, calores, neva¬ das y vendábales que han de tener lu¬ gar desde 1 0 de Enero hasta 31 de Di¬
ciembre.
Aun suele quejarse de que es lásti¬ ma que -el calendario no traiga indica¬ dos los terremotos que ha de haber
durante el año!
Así son muchas personas del siglo
XX: no creen á la infinita sabiduría
de Dios, y creen á la infinita necedad
de los hombres.

El Heraldo de Cristo

7

Esel tercer domingo de Diciembre; el primero del año en que el tío Lezna no ha cogido la media mona ni la mo¬
na entera, y que se acuesta en sus ca
bales, sin haber reñido con su esposa ni escandalizado á sus hijos.
En cambio en su mollera confusa
por dos horas de lectura de su calen¬ dario, bullen ideas luminosísimas sobre los secretos del porvenir.
Y como consecuencia natural sobre¬
viene la pesadilla
Un señor alto, muy alto, y seco, muy seco, coge al tío Lezna por el pescuezo y le dice fríamente:
—Ven conmigo. Idea tuvo de protestar el interpela¬
do acordándose de ciertas teorías sobre
la libertad é independencia del hom¬ bre; pero no se atrevió, porque los hombres sin fe son generalmente cobardes ante el peligro; y por otra parte era imposible resistir á la fuer¬ za extraña que le arrastraba hacia el portal de su casa.
De paso recogió sin saber por qué los trastos de su oficio, y siguió an¬ dando; recorrieron una calle, otra, y después un camino desconoc'do por completo para el tío Lezna.
Los viajeros eran muchos y seguían
todos la misma dire ción: la veloci¬
dad vertiginosa, alarmante; muchos no paraban mientes, en ello.
Para preguntar algo que no le com¬ prometiera preguntó si tardarían mu cho en llegar ál término del viaje.
—Tu no. tardarás; en cuanto á
mi
. Y no dijo más el caballero; continuó
arrastrándole con fuerza suavemente
irresistible como empujaba á los de¬ más,: todos en la misma dirección,
siempre adelante. .
Hubo un momento de confusión.
Llegaron noticias del sorteo de la lo¬ tería, y- ei billete del tio Lezna resul taba favorecido con el primer premio.

Al saberlo arrojó sin detenerse las herramientas, del oficio; cobró des¬
pués el dinero que correspondía á su participación y siguió su camino car¬ gado con su relativa riqueza que, por un secreto misterio, era tan pesada co¬
mo las herramientas.
—No os parec.e que podré ser feliz? Ya tengo dinero; no me será preciso trabajar como antes/ podré gozar, como gozan los burgueses, de lo que solemos llamar.. .. el festín de la vida.
El caballero se sonrió: dióle una sa¬
cudida que conmovió todo su cuer¬
po, y trastornó sus articulaciones, ha¬ ciendo el viaje mucho más penoso, y
le dijo: — Vamos á llegar y tendremos que
despedirnos Al tío Lezna no le pesaba la despedi¬
da, despues de las últimas caricias, pe¬ ro sentía una viva inquietud por lo que vendría después, y hubiese pre¬ ferido no perder la compañía.
Ammóse á preguntar amistosa¬
mente:
—Y podremos saber con quien he¬ mos tenido el honor de hacer el viaje?
Hubo un momento de pausa.
—Hemos llegado; yo soy el Tiemp... El tío Lezna lanzó un grito, que no le permitió oir el final de la última palabra: á sus pies se abría un abismo
sin fondo: extend ó sus brazos al com¬
pañero para no caer en él; pero en va¬ no, el compañero había desaparecido y el tío Lezna con los ojos cerrados y el corazón oprimido se sintió caer pre¬ cipitadamente sin saber donde...
En el momento en que creía esta¬ llarse le recogieron unos brazos extra¬ ños: abrió sus ojos para mirar agrade¬ cido á la persona bienechora que le salvaba y... ¡horror! sobre su rostro
tropezó con un rostro descarnado que
le sonreía con horrible mirada
La muerte! clamó el tío Lezna.
— Si, la muerte: eres mío, me per¬ teneces, estás en mi dominio: pero mi oficio se cumple pronto. No tengo

8

El Heraldo de Cristo

otras atribuciones que presentarte al
tribunal de Dios.
;• Y esto diciendo le metió en una es¬
paciosa sala donde esperaban turno numerosas personas. En una habita¬ ción contigua estaba instalada la sala del tribunal, que funcionaba con ex¬
traordinaria actividad.
Tío Lezna ocupó el último puesto y esperó turno.
Al entretanto se fijó en ios detalles de aquel extraño lugar.
En las paredes estaban escritos los
diez mandamientos de la ley de
Dios y los siete pecados capitales. Los que habían de ser juzgados pe
netraban en la sala del tribunal por
una puerta angosta, y salían después del juicio por otra mas ancha situada en el estremo opuesto, junto á la cual estaban apostados un grupo de ánge¬ les y otro de demonios que se hacían respectivamente cargo de los predes¬ tinados ó de los réprobos, que acaba¬ ban de ser juzgados.
En el momento en que el tío Lezna se fijó en ellos salió del tribunal una
joven desesperada, con su vestido in¬
cendiado; uno de los diablos la cogió
por los cabellos y se la llevó arras¬
trando.
Era una elegante que fué condenada
p}r los pecados que había hecho co¬
meter á los demás.
Poco después salió un blasfemo: su lengua completamente negra, produ¬ cía un horroroso chirrido; por ella le cogieron los demonios con tenazas candentes: quiso exhalar una blasfe mía y no pudo, desapareciendo inme¬
diatamente hacia el abismo.
Tío Lezna se sintió desmayar; se acordó de sus blasfemias, de su len¬
guaje soer, y perdió todo el ánimo.
El tercero fué condenado á tal pena
que en cuanto salió del tribunal todo el pelotón de los demonios clavó en él sus tridentes sanguinarios; el público que esperaba lanzó un grito... Tío

Lezna completamente pálido no tuvo

fuerzas para ello.

Era un impúdico

El remendón

se acordó de ciertas debilidades

Repentinamente cambió la escena; los ángeles agitaron sus alas: destinada
para el cielo salía del divino juicio una pobre viejecita.
El tribunal seguía funcionando: y
el tío Lezna se olvidó de todo lo de¬

más, para atenderá la suerte délos que salían, á fin de deducir la que podía corresponderle.
Vió á un borracho condenado á be¬
ber por fuerza eternamente hieles y azufre; á un ladrón mordido por foraces serpientes; á un glotón desespera¬
do de hambre insaciable: á un mal

esposo...
Nuestro hombre iba repasando su vida y perdía toda esperanza.
Uno de los demonios se fijó en él.
— Ese hombre tiene miedo, dijo á
otro de los del grupo. — Es de los nuestros contestó el in¬

terpelado.
— ¡Ea! ya puedes venir sin pasar por el tribunal, repuso un tercero prepa¬
rando su herramienta.
—No jugaste nunca el pan de tus hijos?¿No le pega-te á tu mujer? ¿No te dominó alguna vez el aguardiente? ¿No tomaste lo del vecino? ¡Eh! y de las palabrillas? Y en teño de horripi¬ lante chunga le hacían todos pregun¬
tas sobre su vida.
En un momento sintió caer sobre
su alma las obras de toda su vida como
losa de plomo: vió agrandarse más y más los caracteres en que estaba es¬ crita la ley de Dios, y que con los actos de vsu vida se formaban unas
letras que moviéndose en continuas combinaciones componían los nom¬ bres de los pecados capitales que más
había cometido.

—Vamos, tio Lezna! le dijo una es¬ pecie de ugier; á V. le toca, y 'se en¬
contró frente á frente de Dios.
Abrió desmesuradamente los ojos,

El Heraldo de Cristo

9

vió la majestad divina, conoció d fu¬ ror de la ira de Dios, miró su propia miseria ; seco de espanto qui¬ so pedir misericordia, pero la lengua seca se le había pegado al paladar y abrumado por el testimonio de su con¬ ciencia, se reconoció pecador y creyó que el mismo infierno le era pequeño castigo.
Temblando de pavor esperaba la sentencia; y el juez
—Pero que haces hombre? gritó tía Co asa, la esposa del remendón, ¿que haces? despierta que no te encuentras
bien.
El tío Lezna despertó; un sudor frío corrió por su rostro pálido como la muerte; el corazón oprimido por el susto apenas funcionaba; sus miem¬ bros se agitaban por un concurso
temblor.
Fué preciso que pasase dos ó tres veces su mano por su frente para con¬ vencerse de que era él, el mismo, el
tio Lezna de todos los días.
—Que te ocurre? insistió tía Colasa. — Pues mujer, un sueño horroroso. Y le contó á su esposa el sueño que había tenido, omitiendo ciertos deta¬ lles que ustedes pueden suponer Al día siguiente se levantó muy de madrugada, y se acercó á un confe¬ sionario de la parroquia vecina. Padre, hace 30 años que no he con
fesado. ...
Al cabo de media hora larga se le¬ vantó llorando de alegría.
Era feliz: recordaba todo el sueño
y ya no temía: quería empezar el año
nuevo siendo un hombre nuevo.
Tío Lezna ya no se ha emborracha¬ do los últimos domingos: ni le pega a su mujer, ni blasfema, ni pierde el tiempo.
Trabaja de día, reza á la noche, y oye misa por la mañana.
Ha dejado á los amigos de bode¬

gón, y pasa al lado de su esposa y de sus hijos las horas que le deja libre el trabajo.
Escusado es decir que el alma está más limpia y la bolsa menos vacía.
¡Cosas del mundo! Las gentes di¬ cen que ha perdido la cabeza.
Que pensará de esto tía Colasa?
Fr. Junípero.
3—5—i—S3———S3—
Pan de 5. Antonio

Mes de Diciembre

Cepillo de la iglesia de S Francisco en Palma.
Limosnas recogidas. . . . 220T5 Por 518 kilógramos de pan. 18T35 Repartido en metálico. . . 30’00

Total repartido

214’35

Remanente. .

....

5’80

-W—¿tí-

ye.a-

y*..

'TV

'TV

/T\\

/TV

'TV

/TV

/TV

'T*

7TV

/r.

/V

/A 7TV

Çróniea j^ranei^eana

INTERIOR
Inca.—Durante el último mes han in¬
gresado en la Tercera Orden 10 hom¬ bres y 13 mujeres; y han hecho’su pro¬
fesión 36 Novicias.
Sea para gloria de Dios.
EXTERIOR
Revalidaciones.—El M. R. P. Procura¬
dor General de la Orden Seráfica, por medio del Ase-or del Santo Oficio, ha
obtenido de Su Santidad la revalidación de las erecciones del Vía-Cmcis hechas
en iglesias, capillas y oratorios públicos y privados ó en cualquier otro lugar sin los debidos requisitos canónicos. (27 de Julio de 1911.) Igual merced ha otorga¬ do lo S. Congregación de Religiosos, por lo que atañe á la admisión, probación p

io

Él Heraldo de Cristo

profesión en la Tercera Orden. (2 de Agosto, 1911.)
Nueuo Cardenal. Entre los Cardena¬
les recientemente creados por Pío X se cuenta Mgr. Diomedes Falconio hijo de
la Orden de S. Francisco. El nuevo Car¬
denal nació en Peeocostanzo (Aquila) el 20 de Septiembre de 1842, y tomó el hᬠbito Franciscano el 2 de Septiembre de
1860.
El 1865 fué destinado á los Estados
Unidos de Améiica, como Misionero, en donde permaneció hasta el año de 1871. De vuelta ya á su Provincia, le eligie¬ ron Provincial de ella y mi 1889 Procu¬
rador General de los Reformados hasta
que el 11 de Julio del mismo año fué promovido á la dignidad episcopal.
Fué el primer Delegado Apostólico del Canadá para cuyo Cargo fué nombra¬ do el 3 de Septiembre de 1899 y en 1902 fué nombrado Delegado Apostóli¬ co de los Estados Unidos, cargo que ocupaba al ser elevado á la púrpura car¬
denalicia.
En honor del primer Terciario.-En honor del Bto. Luquesio, primer Tercia¬ rio Franciscano, se ha inaugurado el 28 del último Abril, día de su fiesta, una nueva capilla en Poggibonzi, su patria. Bendijo la capilla Mgr. Maximiliano No¬ velli, con asistencia de gran número de Terciarios y de toda la población, la cual tiene al Bto. Luquesio por Patrono y celebra su día como fiesta de pre¬ cepto.
Un bello ejemplo.—La Congregación de Santiago (Chile) ha empezado la cons¬ trucción de edificios populares en terre¬
no cedido por un rico y piadoso señor de aquella ciudad. Habrá dos escuelas, una para niños y otra para niñas, una capilla, un taller y un centenar de casas cómodas é higiénicas. A la colocación de la primera piedra bendecida por el Arzo¬ bispo de Santiago, asistió un gran nú mero de sacerdotes Terciarios, de reí giosos Franciscanos y de Terciarios que

aplaudían la generosa iniciativa de aque¬ lla Congregación.
El célebre pianista Lisíz Terciario.— Dice el periódico Francisci GloecJclein. « Listz, el más grande pianista de todos los tiempos y uno de los más grandes ge¬ nios de la composición, la cabeza de la escuela neoromántica tedesca, el hombre alcualadmirabael mundo en tero,que fué miembro de sesenta y tres órdenes caba¬ llerescas, el amigo de Pío IX y de León XIII, Listz cuyo centenario se ha célebrado, era Terciario y discípulo entusias¬ ta de S.'Francisco. Después de una ju¬ ventud extraviada, después de hader
estado inscrito en la secta de los frac-
masones, tuvo el valor de romper to¬ dos estos lazos y de pedir á la Iglesia Ca¬ tólica la paz del alma. A la edad de 55
años fué recicido en la Orden Tercera.
Desde su conversión consagró todo su genio y su trabajo al servicio de la Igle¬ sia. Entre sus composiciones son céle¬ bres la Vida de Sta. Isabel, Iz Predica ción de S. Francisco alas aves, el Cán¬ tico del sol. A petición suya fué enterra¬
do con el hábito franciscano.»
La Tercera Orden entre la Juueníud Ca¬
tólica.^—En un retiro que tuvieron el pa¬
sado Junio en Saint Walfrois los miem¬
bros directores de la Juventud Católica
de Ardennes se han espontáneamente reunido y han decidido fundar la Or¬
den Tercera en la Asociación Católica
déla Juventud Francesa. Su idea es óp¬ tima y merecería ser llevada á la prácti¬ ca en todas partes para comunicar á los jóvenes aquel espíritu de piedad, de ac¬ tividad y de humildad que puede hacer¬ los verdaderamente útiles para la acción
católica.
Los Franciscanos y la guerra ítalo-
turca. - Según comunican de Roma á La Croix de París; el Ministro de la Guerra
de Italia ha nombrado á muchos Fran¬
ciscanos, en armonía con las indicacio¬
nes del Rmo. P. Ministro General de los
Menores, para acompañar como capella-

EL Heraldo de Cristo

ti

nes militares á las tropas destinadas á la guerra de Trípoli. La Cruz Roja ita¬ liana, con igual motivo, ha solicitado del Ministro General de los Capuchinos le

de la Venerable Orden Tercera, de sus
glorias é hijos ilustres, y de las gracias y privilegios con que está enriquecida. Un coro de Seminaristas, hábilmente di¬

indique varios de sus religiosos que se presten á secundar sus servicios. Por último, los PP. Camilos fueron encarga¬

rigido por el joven é inteligente Maes¬ tro de Capilla de la Catedral, D. León
Diaz Rubín, también entusiasta Tercia¬

dos del servicio de los enfermos y heri¬ rio, cantó brillantemente la Misa á dos

dos en dos navios-hospitales.

voces de C. J. de Benito.

«Cuando los expedicionarios de Trí¬

No se pudo hacer la novena, como se

poli salieron de Roma, agrega La Croix, deseaba vivamente, en días anteriores

pudo .verse entre ellos á muchos Fran¬ ciscanos y Capuchinos que partían os¬ tentando sobre su hábito el triple galón de plata, pues como encargados del ser¬ vicio religioso de las tropas, figuraban

á su fiesta, por estar los Seminaristas en
ejercicios espirituales, como tampoco te¬
ner la función solemne en su día pro¬
pio, por razón de las clases, que ya en¬
tonces habían comenzado».

en las mismas con la graduación de ofi¬
ciales».
Seminaristas festejando á 5. Francisco.
—De El Eco Franciscano:
»Por una carta que hemos recibido de Mondoñedo, nos enteramos con sa¬ tisfacción grandísima que el entusias¬ mo por la Tercera Orden hace real¬ mente prodigios en el Seminario mindonense, pues como tal conceptuamos
la fiesta allí últimamente celebrada en honor del Pobrecito de AsK Nos envían

¡Bien por los Seminaristas de Mondoñedo, que han escuchado la voz de León XIII, al decir: Estoy firmemente convencido que por la propaganda de la Orden Tercera y por la difusión del espí¬
ritu Franciscano salvaremos al mundo!
¿Encontrará terreno propicio en los cora¬
zones de otros Seminaristas la semilla
del buen ejemplo de los Seminaristas Terciarios de Moudoñedo? ¡Cuánto lo
deseamos!»

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la sucinta relación para que se publique en • El Eco Franciscano» y al mismo tiempo sirva de ejemplo á otros Seminarios, y se

Noticias y variedades

vea que aquí se quiere de corazón á San

Francisco y á su Orden Tercera. ¿Y po¬ drá haber mayor gusto para nosotros

Monumento á Bossuet

que hacemos eco de tan plausibles de¬

seos? Le aquí la relación:

El día 28 de Noviembre se inau-

«El viernes 6 de Octubre, dió princi¬ j guró el monumento á Bossuet, erigi-

pio en la Capilla de este Seminario un |i do en la Catedral de Meaux, á cuya ce¬
solemne Triduo á Nuestro Seráfico Pa remonia asistieron representantes del

dre, que en el centro del altar mayor, entre multitud de luces y flores y en ac¬ titud suplicante, parecía pedir al Cielo bendiciones para estos sus Terciarios.
Hoy, día 8, se celebró Misa solemne en
su honor, oficiando el muy digno señor
Vice Rector, y ocupó la sagrada Cᬠtedra el joven é ilustrado Profesor de Matemáticas, D. Enrique Lopez Galuá,
entusiasta Terciario, quien tejió el elogio

Episcopado, de la Academia France¬ sa y de varias Asociaciones Científicas y Literarias para tomar parte en aquel ho¬ menaje á la memoria del gran Prelado y orador católico, cuyo panegírico estu¬ vo á cargo de monseñor Touchet, Obis¬
po de Orleans. Mons. Marbeau, Obispo de Meaux, ha
pedido á Su Santidad que bendiga á los asistentes á aquel solemne acto religioso

12

El Heraldo de Cristo

y patriótico, que co'ncide con el dos
cientos treinta aniversario de la eleva-
vación de Bossuet á aquella Sede Epis copal.
El Padre Santo, al acceder gustoso á los deseos del Prelado de Meax, le mani¬ fiesta que se adhiere de corazón al ho¬
menaje que se rinde á la memoria de su sabio y elocuente antecesor en aquella Sede Episcopal.
La Prensa en Colonia
Colonia, ciudad de 200.000 habitan¬ tes, tiene cinco periódicos católicos que salen todos los días, de los que uno, la célebre Gaceta Popular (Vilkszitung) publica diariamente tres ediciones total¬ mente distintas unas dé otras y dirigi das todas á los mismos suscriptores.
Los cinco diarios tienen una tirada en
conjunto de cerca de cien mil ejem¬ plares.
En Alemania para conocer enseguida las convicciones religiosas de una fami¬ lia, basta ver los diarios que se leen en
la casa.
Para los católicos el dinero gastado en el diario que propaga y defiende los de¬ rechos de un pueblo cristiano, no es di¬ nero sacrificado sino gastado en su pro¬ pio provecho.
Justo escarmiento
Los tribunales de Soria han condena¬
do á Benito Artigas á siete años de des¬ tierro, 750 pesetas de multa y pago de costas por haber calumniado al Abad de la Colegiata en un periódico titulado La Verdad; y en Lérida á Ramón Sol¬ sona, por un delito semejante perpetra¬
do en el semanario clero tobo a iíitra,
á tres años y medio de destierro, 1,751 pesetas de multa y costas. En la mayor parte de estos casos, se trata de obreros á quienes engañan y utilizan como pan¬
tallas los verdaderos calumniadores, que
los abandonan á su desgracia. Reciente
mente acaba de suicidarse uno en Bar¬

celona que, condenado también por los tribunales de Lérida, se vió por comple¬ to abanó onado por los causantes de su de-gracia. ¡Así son los farsantes que esplotau al pobre pueblo!
fíl que no cree en Dios cree en el
diablo.
Un periódico francés «que todo lo dice», pero que ignora muchas cosas,
indica la conveniencia de recurrir á las
adivinadoras, echadoras de cartas, ma¬
gos, etc, para averiguar el paradero de la célebre Gioconda, robada del Museo
del Louvre.
Esta es una nueva prueba de la abe¬ rración de las gentes que, rechazando toda creencia religiosa, profesan una fe ciega en todos esos embaucadores de ambos sexos, que pretenden leer en el porvenir, y que son cada vez más nu¬ merosos en Francia, como lo demuestra el hidot Botin, de París, equivalente á nuestro Bailly—Bailliere, en el que se en¬ cuentran el nombre, profesión y señas, como residentes en aquella capital, de 34.607 videntes, adiviuos, quirománcieos, oculistas, gráfólogos, brujos, etc., de
ambos sexos.
Esto demuestra claramente que el que no cree en Dios, cree en el diablo.
Un caso frecuente
Mr. Paul Rillaud, farmacéutico y consejero municipal de Chef Boutonne
(Francia), y que durante su vida había hecho siempre alarde de ser librepensa¬ dor, al caer gravemente enfermo quiso reconciliarse, como lo hizo, con la Igle¬ sia Católica, muriendo cristianamente después de recibir los Santos Sacra¬
mentos.
Estas conversiones á la hora de la
muerte y el hecho contrario y sin pre¬ cedente de que ningún buen católico se haya declarado librepensador en esos supremos instantes, deberían hacer re¬ flexionar á los enemigos de la Religión, pues nadie está seguro de tener tiempo de convertirse en aquel apurado trance.

El Heraldo de Cristo

13

Lean los ilusos
En un año que lleva proclamada la República en Portugal han tenido las aduanas portuguesas la merma en sus ingresos de ¡tres millones, setecientas cincuenta y tres mil, quinientas veinti cinco pesetas! El ingreso por derechos de
consumos ha tenido también la diferen
cia de ¡dos millones, noventa y siete mil trecientas cuatro pesetas!
Pero en cambio la lista civil de la Re¬
pública se ha cuadruplicado y el pueblo paga á diez reales el litro de aceite.
Una confesión preciosa
Hipólito Taine, positivista, en su His¬ toria de la Commune, dice: «Todos los malvados y los foragidos, petroleros, los borrachos, los malos, toda la gente mere¬ cedora de presidio, son enemigos del sa¬ cerdote. El hecho es innegable. Por otra parte, la gente de bien, la gente honrada, las personas decentes, caritativas, esti¬ mables, delicadas, tienen todas sus sim¬ patías por el sacerdote y le profesan respeto.»
No nos dice nada nuevo. Pero, como habla de los suyos á quienes conocía per¬ fectamente, sus palabras tienen una au¬
toridad irresistible.
De todos modos, el mayor timhre de gloria del sacerdote católico es ser odia¬ do y perseguido de la gente merecedora de presidio. Todo esto ya lo sabíamos
de memoria. Pero no está mal que nos
lo diga un sastre tan conocedor del pa¬ ño como el positivista Taine.
La fuerza de la verdad
El Heraldo de Madrid, que no per¬ dona ocasión de desprestigiar y comba¬ tir á las Ordenes religiosas, manifiesta en un artículo que el servicio de la cár¬ cel de mujeres de Madrid ha cambiado totalmente desde que se encargaron de ellas Hijas de la caridad; que se nota
más limpieza, orden y esmero en todo;

que el régimen es más adecuado y con¬ veniente, y qne se han introducido im¬ portantes mejoras, aunque no tantas como desearían las Religiosas, por las
malas condiciones del local.
Tal es la verdad que á veces se impo¬ ne á sus mismos enemigos, y conste que el Heraldo de Madrid fué el primer jaleador de Electra y de la campaña con¬ tra las Ordenes religiosas.
Un mártir
Ha sido asesinado por los sicario de la república portuguesa un venerable sa¬ cerdote á quien exijieron brutalmente que blasfemase para librarse déla muer¬ te. Ni más ni menos que lo que hacían con los primeros cristianos los tiranos de
Roma.
No ha terminado aúu la raza de los
Nerones y Dioclecianos, pero por fortu¬ na perdura también la de los héroes del Cristianismo que no dudan en derramar la sangre por Cristo.
¡Dios quiera que esa sangre sea. fecun¬
da en nuevos héroes del Cristianismo
que bien se necesitan hoy!
Manera de empobrecerse
«Hay dos procedimientos segurísimos para empobrecerse, decía el Bto. Vianney, Cura de Ars: trabajar en días fes¬ tivos y robar los bienes ajenos. El dine¬ ro robado no hace fortuna y el día que se roba al Señor no trae ganancia.»
El diario francés Genie Civile publi¬ có la siguiente estadística de los desas¬
tres ferroviarios ocurridos en los dife¬
rentes días de la semana en 1902, y
téngase en cuenta que dicho periódico pasa por el mejor informado entre dós diarios industriales. En domingo, 308; en lunes, 84; en martes, 64; en miérco¬ les, 28; en jueves, 14; en viernes, 26; en
sábado, 6. De modo que en domingo ocurren
más desgracias que en todos los demás días reunidos. Trabajar en ias fiestas es hacerse desgraciado.

u

El Heraldo de Cristo

En honor de ini Prelado
En los Estados Unidos se han cele¬
brado con extraordinaria solemnidad las bodas de oro del venerable Cardenal
Gibbons. Pueblo y Gobierno con el Pre¬ sidente Taft delante y el mismo Roose velt en persona, prodigaron sus mues¬ tras de afecto y consideración en públi¬ cas y solemnísimas manifestaciones al egregio príncipe de la Iglesia. ¿Qué di¬ rán á esto los republicanos europeos que hacen de la república palabra sinó¬ nima de impiedad y de brutalidades.
Bibliografía
El Terciari Francescá beat ramón
llull Doctor Arcangelic y Martre de Crist. Sa Vida y la Historia Con¬ temporanea per Mossen foáti Avinyó,
Pbre. Ab censura eclesiástica.
Agradable sorpresa y satisfacción ín tima nos ha causado la aparición de esta importante obra. Cuantos hablamos la hermosa y expresiva lengua de Llull
sentíamos la falta de una Vida escrita
en la misma lengua que habló el beato, que diese á conocer á los mismos hijos de Mallorca y demás regiones hermanas, sus trabajos apostólicos, sus especula¬
ciones científicas, sus efusiones místicas,
y que trazase, en una palabra, con mano experta, la amable, atractiva y colosal figura de nuestro insigne doctor y már¬
tir de Jesucristo.
En 1700 se publicó una Vida del Bea¬ to en francés; recientemente se ha publi¬ cado otra en inglés, en los Estados-Uni¬ dos; mientras que en castellano, después de la Vida que escribió á fines del si¬ glo xviii el P. Pascual y que publicó en 1890 la Sociedad Arqueológica Luliana, no se ha publicado, que nosotros sepa¬ mos, más que algún breve resumen de
la misma Vida. Y menos es todavía lo
que tenemos escrito en lengua catalana. Desde la Vida que escribió en lengua catalana el Autor Coetáneo, oyéndola de labios del mismo Beato, hacia el año

1311, y que nunca se ha dado á la im prenta, para hallar otra, hay quedar un
salto hasta los actuales'tiempos en que
ha visto la luz en 1907 una oreve Vida
del Beato publicada por Mossen Antonio Blanch, Terciario; pero una vida com¬ pleta que nos dé á conocer las virtudes, talentosy carácter del Bto. Ramón Llull, no la poseíamos. Y este vacío.ha venido á llenar Mossen Avinyó con la obra que
nos ocupa.
Leyendo sus interesantes y sugestivas páginas podrán todos los devotos y ad¬ miradores del gran apóstol de la fe y
mártir de Cristo conocerlo á fondo en to¬
das sus fases y aspee os. Sus devaneos juveniles, su conversión, su austera pe¬ nitencia, sus místicás elevaciones, su constante anhelo del martirio, sus traba¬
jos por la conversión de los infieles, sus incesantes peregrinaciones, sus doctri¬ nas y lucubraciones científicas, sus pro¬ ducciones ascéticas, su devoción á la
Virgen Inmaculada, y su gloriosa muer¬ te en testimonio y defensa de la fe de Cristo, se hallan descritos con vividos colores, de suerte que la lectura siempre resulta amena é interesante, y deja pro¬ fundamente grabada en el alma con ca¬ racteres indelebles la colosal figura del
Beato Ramón Llull.
Recomendamos encarecidamente esta
obra á todos nuestros lectores, especial¬ mente á los terciarios que deben ser los primeros en conocer, amar y honrar al insigne hijo de la Orden Tercera.
Forma un tomo de 658 páginas en oc¬ tavo mayor, adornada con hermosa cu¬ bierta que lleva la imagen del Beato y con un precioso fotograbado-del mismo, y se vende, en las librerías católicas al precio de 5 pesetas.
Diálogos Catequísticos (Primera se¬
rie) ó Apología de la Religión adap¬ tada á todas las inteligencias por el presbítero D. Federico Santamaría Pe¬
ña de la Unión Apostólica.
Como nuestra Religión es combatida hasta *en las Escuelas donde, se educa ó

El Heraldo de Cristo

15

por mejor decir, debiera ser educada la niñez, y no es raro encontrar niños que,
formados en un ambiente hostil á la re¬
ligión, la aborrecen y aún la impugnan,
se ha hecho necesario no solo instruir
en las verdades religiosas á la tierna ju¬ ventud, sino armarla y pertecharla para la defensa de las mismas. A es'e objeto se enderezan los Diálogos Catequísticos del Sr. Peña, que en estilo ameno y lleno de viveza y col rido, pone al alcance de las tiernas inteligencias las enseñanzas de la fe y las previene contra las objecio¬
nes de los adversarios.
Hoy que están de moda los batallones infantiles, donde se enseñan á los niños los ejercicios militares, y se fomenta en ellos el amor á la patria y á la milicia, es también oportunísimo y hasta necesa¬
rio enseñar á los niños á defender su
religión y su fe por medio de ejercicios mentales en qne aprendan á manejar las armas de la palabra y el raciocinio. Muy aptos para ello juzgamos los Diálo¬ gos Catequísticos en que su celoso au¬ tor tan gallarda muestra nos da de su ciencia, de su piedad y de su amor á los pequeñuelos.
También los consideramos muy apro¬
pósito para formar algunos números muy interesantes en las tardes ó vela¬
das literarias de las escuelas católicas.
Forman un folleto de 100 páginas y se venden al precio de 50 céntimos en las librerías católicas y en casa del Au tor, Parroquia de las Peñuelas, Madrid,
Ramillete de Azucenas ó Las Vírgenes del Cristianismo por el Presbítero de la Unión Apostólica D. Federico
Santamaría Pt-ña, Doctor por la Uni¬ versidad Gregoriana de Roma.
Va dedicado este librito á las donce¬
llas cristianas y particularmente á las Hijas de María y contiene en un volu¬ men de 64 páginas las biografías de diez santas Vírgenes escogidas entre las más célebres qué venera la Iglesia en los al¬

tares. Nada más á propósito y eficaz pa¬ ra preservar á la juventud del sensualis¬ mo que se respira hoy en todas, partes, que presentarle los bellos y heroicos ejemplos de las Gloriosas Vírgenes que son ornamento de la Iglesia Católica, y enseñan prácticamente á nuestra co¬ rrompida sociedad cual es el valor de la pureza y á que precio hay que defen¬ derla y conservarla.
La obrita adornada de preciosas lámi¬ nas véndese á 25 céntimos el ejemplar. Cuantos la adquieran y lea hallarán en ella dulce solaz y provecho espiritual.
Hemos visto con gran complacencia
el último número de Ilustración del Cle¬
ro, interesante revista quincenal teóricopráctica de «ciencias eclesiásticas y sus auxiliares», que con tan reconocido celo y maestría dirigen los beneméritos hijos
del venerable Padre Claret.
Trae este número, además de un do¬ ble índice analítico y alfabético, de gran
importancia, otra especial Bendición Apostólica, entre las varias con que el Santo Padre se ha dignado favorecer esta me ri tí sima publicación y que dice
en su loor más de cuanto nosotros pu
diéramos ponderar. En la imposibilidad de dar.una sínte¬
sis de este número, verdaderamente «no¬
table» por diferentes conceptos, nos li¬ mitaremos á decir que el programa ge¬ neral de la revista, «variado, completo»
y «sumamente atractivo», abarca ade
más de los estudios fundamentales de la
«jurisprudencia canónica y civil,-del dogma y de la moral, de la liturgia, pas¬ toral y oratoria sagrada», los conoci¬ mientos auxiliares de «sociología, músi¬ ca, arqueología, bibliografía, revista de revistas y variedades.» .
Siguiendo plan tan ameno como prác¬ tico, ha publicado en solos cinco años 1.080 disposiciones recientes de la Santa Sede, 150 episcopales y 175 del poder civil, más de 1.272 respuestas á.consul¬ tas hechas por toda- clase de lectores,

ió

El Heraldo de Cristo

Prelados, canónigos, prebendados, pá | rrocos y seminaristas de España, Portu¬ gal y América sobre materia- morales, canónicas y litúrgicas; 311 estudios so ciológicos, 52 musicales, 30 arqueológi¬ cos y 10 históricos, con 268 artículos
extractados de otras revistas, 518 noti¬
cias bibliográficas ó de libros nuevos, y
un sinnúmero de sueltos útiles y amenos
para ilustración o defensa del Clero. Los señores eclesiásticos que lean es¬
tas líneas y no conozcan tan acreditada revista y útilísima publicación procuren dirigirse al administrador, que lo es tam¬ bién de El Iris de Paz ("Buen Suceso, 19, Madrid) Ilustración del Clero cuesta en España sólo 4 pesetas; yen combi¬
nación con el valiente semanario El Iris
de Paz, 8 pesetas.

Pide á los católicos un donativo que
sea como los Aguinaldos de la Buena Prensa, para recibir los cuales—dice nadie más indicado que los seminaristas de Ora et Labora, chicos de la casa y á la
vez chicos de la prensa.
El primer aguinaldo que ha recibido ha sido de 1.000 pesetas. Felicitamos á dicho Centro y le deseamos reúna las 5,000 que necesita para seguir traba¬ jando durante el año 1912 como lo vie¬
ne haciendo desde 1905.
N’croloqía
El 15 de Diciembre falleció en la ciu¬
dad de Inca la Terciaria Margarita Verd Pujades, á la edad de 20 años.
La recomendamos á las oraciones de

todos.

Hemos recibido el número 11 del año

actual de los Anales del Pilar, de Zara¬ goza, que trae texto interesante y ameno.
Entre otros originales, es digno de es pecial mención un primoroso trabajo li¬
terario titulado Museo de cursis artes de¬
bido al ilustre publicista aragonés don Mariano Baselga y Ramirez.
También merecen señalarse los artí
culos: La Virgen del Pilar de la Prensa, crónica del Culto á Ntra. Sra. del Pilar, peregrinación proyectada, favores alcan¬
zados, etc. Los Anales del Pilar anuncian la pu¬
blicación de un Almanaque para dentro de breves días, cuno librito de propa¬ ganda recomendada á los devotos de la excelsa Patrona de Aragón. Puede en¬ cargarse á D. José María Azara —Apar¬ tado 59 -Zaragoza.
Los diarios católicos han publicado una carta del Direct *r de Ora et Labora, órgano de la obra de propaganda de los seminaristas de Sevilla, en la que se po¬
ne de manifiesto la situación difícil por
que atraviesa dicha obra, por falta de re¬ cursos pecuniarios.

Sor M.a de los Angeles, religiosa Ter¬ ciaria Franciscana, eu el siglo Antonia Estarellas y Riera, natural de Galilea, falleció en Manacor, el 15 de Diciembre
de 1911 á la edad de 62 años: 42 de pro¬
fesión religiosa. A los 19 años de edad, vistió el santo
hábito en 8 de Septiembre de 1869: es¬ tudió el título elemental y superior, ga¬ nando por oposición la escuela pública
de Pina.
Fue nombrada maestra de novicias el
día 16 de Agosto de 1872, habiendo de¬ sempeñado dicho cargo por espacio de 27 años con admirable celo y esquisita prudencia.
Fué nombrada Madre Presidenta del Convento de Manacor el 5 de Enero de
1890: y Consultora de la Madre Supe riora general. El mismo año fué nom brada Presidenta general de las Hijas de María de Manacor. Dios haya acogido
su alma en su santo seno.
A. E. It. l. P.
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