Revise ®ensuflL Dedicada a! fomento y propagación de ia Orden Tercera de 8. Francisco de Asís y demás obras franciscanas. Año II Palma i.° de Octubre de ■ 1910 Núm. 20 SE PUBLICA CON CENSURA ECLESIASTICA Sumario:—¡Acércanos á tí! -Sant Francesch d* Asís.-El gran chasco.—Impre¬ siones de las Llagas de San Francisco.—Pan de San Antonio.—Crónica Fran¬ ciscana. - Noticias y variedades—Bibliografía.—Necrología. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN •'VWV' El Heraldo de Cristo, órgano de nuestras Hermandades en Mallorca, sale á principios de cada mes. El precio de la sus¬ cripción es de una peseta al ano en toda España, y dos en el Extranjero. Grandes rebajas á los que toman paquetes.—Para in¬ cremento de la Tercera Orden y mayor bien de todos sus miem¬ bros, suplicamos á nuestros lectores que trabajen en la medida de sus fuerzas para aumentar el número de suscriptores. Redacción y Administración: Convento de S. Francisco. PALMA IDE MALLORCA i Reüi-s^ (Densufli Dedicada al fomento y propagación de !a Orden Tercera de §. Francisco de Asís y demás obras franciscanas. Palma i.° de Octubre de 1910 Nüm. 20 iñeéreanos á til todo contrastaba con la corriente gene7 ral de la edad en que viviste. Pero ¡cuanto contrasta también con la ¡Pon nuestro corazón cerca del tuyo, y comunícanos tu espíritu, tu fervor y tu santidad, oh Bienaventurado Padre de la nuestra! Mira como ambicionan los hombres el puesto honroso y el cargo elevado; co^ y encendido Serafín, glorioso S. Fran¬ mo se arrastran á veces para conseguir cisco! un nombre ó mu título que les propor¬ Porque en nuestro siglo hacen falta cione honores; como se pagan de un elo¬ las virtudes que te adornaron y que con gio que con frecuencia no es razonable tu admirable ejemplo enseñaste á los pue¬ ni sincero! blos de la edad media; porque importa Hay gentes que para brillar no vach que vea el mundo actos heroicos de hu¬ lan en comprometer su conciencia y mildad, de pobreza, de obediencia, de su alma; hay hombres1 que para subir y caridad, sobre todo de caridad, que con¬ medrar no reparan en apoyar los ideales trasten con el egoísmo reinante, y conten¬ políticos menos conformes con la reli¬ gan el espíritu de ambición, de codicia y i gión y fe católica, ó se afilian inconside¬ de revolución que ahoga miserablemen- j radamente á sectas tenebrosas, que á con¬ te á nuestras desgraciadas sociedades. dición de que sean sus esclavos, les pro¬ Cu humildad, meten y procuran ensalzarlos á presen¬ cia de las naciones! \\ el bajo concepto que tenías de ti mismo; el cuidado con que huías de las alaban- *( ¡Honor, honor! zas de los pueblos; la solicitud con que j claman tantos deseosos de subir, de bri¬ procurabas recoger injurias y desprecios, llar 234 El Heraldo de Cristo Mi holior! dicen muchos, respetad mi honor..... Y ¡que clase de honor, Dios mío! Honor fingido que les tributan por conveniencia los que en el fondo de su Corazón desearían verlos en la ignomi¬ nia; honor vano que, como en nada se funda, nada significa; honor efímero que una circunstancia cualquiera disipa y trueca en vilipendio Honor, que de vez en cuando se tribu¬ ta por puro convencionalismo, al mismo tiempo que está en la conciencia de to¬ dos que la persona á quien se tributa es¬ tá moralmente deshonrada, por haber hecliado á perder con su conducta su nombre y su honor. Ah! no tratemos de este honor. ... ¡Cuan pocos son los que buscan un honor fundado en la virtud y en los mé¬ ritos de su vida; un honor merecido por el bien hecho á los demás, y por la exce¬ lencia de sus propios actos, y por el sa¬ crificio de sí mismos Este sería el verdadero honor, estable y justificado; sin embargo los que suelen merecerlo no son generalmente los que andan á caza de alabanzas humanas, sino los que obran el bien sin preocupar¬ se de ellas, como lo hicieron los grandes hombres, como lo hicieron los santos, como lo hiciste tu Cuan provechoso pues ha de ser en¬ señar á muchos hombres, con el ejemplo de tu vida, que serían más felices si fue¬ ran menos ambiciosos; que serían más grandes si fueran más humildes; que no se envilecerían tanto, si supieran vivir sin hacerse esclavos dé los honores de esta vida. , Y no hay duda que sería kmbién de gran provecho ponerá los ojos del mundo Cu sin par pobreza de espíritu. Porque no son sólo honores lo que se busca, sino dinero y dinero: y la codi¬ cia deloro, el afán de ganancias y el de¬ seo de aumentar las riquezas son causa de divisiones y odios y luchas tremendas entre los habitantes de una misma na¬ ción y los moradores de un mismo pue¬ blo. No todos los ricos poseen las riquezas como si no las poseyesen, ni todos miran en el pobre á su hermano menor de quien deben cuidar, y á quien deben amar como hijo de su mismo Padre; ni tampoco todos los pobres saben ver en el rico al hermano mayor á quien deben respetar y al representante de la divina Providencia encargado de darles en for¬ ma de trabajo ó de limosna el pan de cada día. Mas tu que despreciaste las riquezas y te gloriaste en la pobreza, á la cual llamabas hella esposa', tu, que avergon¬ zado de encontrarte con otros cuya in¬ dumentaria fuese más pobre que la tu¬ ya, te apresurabas á cambiársela para que nadie te aventajase en «1 amor de esta virtud; tu, que te creías bastante rico y feliz con un pedazo de pan recogido de limosna y el agua de una fuente ; tu reprendes y condenas la codicia sin limi¬ tes de muchos hombres de hoy, y les enseñas prácticamente que 110 está la di¬ cha en la posesión de las riquezas ni en la abundancia del oro. Ni dejará de venir muy al caso el ejemplo de El Heraldo de Cristo 23Ç Cu obediencia, difundió por todas tus órdenes y quedó con la cual te rendías á cualquiera de tus hermanos, deseoso de tenerlos á todos sembrado en el corazón de tus hijos. Amaste á los religiosos, insensibles al remedio de sus necesidades, aliviándo¬ por superiores. Y viene al caso porque lleva nuestra época el sello de la rebelión; y por este los en sus tentaciones, consolándolos en sus penas, cempadeciéndolos en sus de¬ bilidades. motivo toda autoridad parece yugo in¬ Amaste á todos los hombres deseán¬ soportable, y toda ley tiranía insufri¬ doles el bienestar y la gracia de Dios. Tu ble; y cunde por doquiera el desprecio socorriste sus necesidades con los recur¬ del Pontífice, del Key, del señor, del maestro y del padre. Hasta tal punto llega la falsa idea de los derechos del hombre, que se le consi¬ dera desligado de todo deber, y el desa¬ cato es ' tenido por independencia, y el atrevimiento por valor, y la insubordina¬ ción por libertad, y la revolución por justicial En este completo trastorno de ideas, la obediencia heroica que practicaste y sos de tu pobreza; dejaste de comer para que comiera el pobre que te pedía limos¬ na; sentiste las penas del desgraciado co¬ mo si tu mismo las experimentaras. Amaste á los irracionales; á la abeja por laboriosa, á la oveja por mansa, á la paloma por sencilla, al ruiseñor porque con él cantaste á porfia las divinas ala¬ banzas; aun á un lobo porque fue dócil a tu mandato y fiel á su promesa. Amaste á las criaturas insensibles á enseñaste á tus hijos da á conocer cual es el camino que conviene seguir y orien¬ las que llamabas tus hermanas, porque como tu salieron de las manos de Dios; ta hacia el cumplimiento de aquellas pa¬ labras de la Escritura: obedeced á vues¬ i y en el cántico del sol las presentaste to¬ das á su Señor natural para que conti¬ tros Superiores aunque tengan defectos. go le alabaran, Y más que todo, y sobre todo, hace j ¡Cuanto supiste amar! falta Los hombres de hoy Cu caridad. Apenas 'sabemos amar. ¡Tu supiste amar! Amaste á Dios; y por el amor de Dios hiciste cuantos favores se te pidieron; el amor de Dios fue el afecto supremo de tu corazón; á Dios consagraste tu vi¬ da y tu alma; á Dios dirigías tu mirada tranquila, como el buen hijo levanta con¬ fiado sus ojos al padre cariñoso; Dios era tu hacienda, tu gloria, tu consuelo y todas tus cosas. Amaste á la Iglesia, cuyo respeto profundamente grabado en tu alma se ¡Cuantos corazones no saben alimen¬ tar otro amor que el de una convenien¬ cia material y baja! Cuantos hombres insensibles á la des¬ gracia del prójimo le ven llorar sin de¬ tenerse para enjugar sus lágrimas! Cuantas almas metalizadas, no sienten compasión ante el pobre que carece de lo indispensable! ¡Cuantos espíritus raquíticos retroce¬ den ante la idea de un sacrificio hecho á favor de sus hermanos! 236 El Heraldo de Cristo Y así nuestra sociedad, en la que va men- | guando el amor para ceder su puesto al ji egoísmo sin entrañas, deja de ser una ¡j reunión de hombres que se auxilian, se perfeccionan y progresan, para conver¬ tirse poco á poco en un conjunto de fie¬ ras entre las cuales la más fuerte vive y engorda con el destrozo de las demás que son sus víctimas ! ¿No es verdad que necesita el mundo muchos y grandes ejemplos de amor? ¡Ea pues, amantísimo Padre; haz que al menos en el corazón de tus amoro¬ sos hijos arda una caridad y amor se¬ mejantes á la caridad y amor de tu co¬ razón seráfico; haz que herederos de tus virtudes las enseñemos con nuestro ejemplo á la sociedad actual, para tras formarla, para bien suyo, como trasfor¬ maste tu la sociedad del siglo XIII. Fr. P. J. C. Per loco n’ es escarnit vestint ab tanta pobresa. ¿Loco? ¡si! d’ amor ferit per Y Infinita Bellesa. Predica la virtut santa ab coratje impetuós, y, 1’ ordre de Menors planta, gentil arbre esponerós. Rica llavor escampada per totes parts de la terra, que volen veure arrancada els impiis que Y hi fan guerra. ¡Oh gran Francesh! S’ hora sía de mostrar que nos ainau. Vostro poble en vos confía. Per ell a Jesús pregau! Guardau, guardau vostros fills dels errors del modernisme. Allunyaunos dels perills que nos empeny dins l’abisme! Marcelina Moragues. £ant granéese d’/yb Com’ un astre lluminós nasqué en la ciutat d’Umbría. Pié de force y poderos dins 1’ Italia resplandía. Ab coratje que Deu dona deixá el plaher y vanidat y la pobresa pregona, apóstol de 1’ humildat. En vers del cel bé camina dins el mon com pelegrí. Los misteris endavina d’ Aquell que per tots morí. Unit á son Redentor en la creu formen llassada y, traspassat de dolor, plora sa vida passada. El gpan ehaseo —Al fin acabo de ver claro quien es el verdadero amigo de los pobres. —Y eso? —Yo te diré: A cada momento oímos hombres que se las echan de amigos del pobre y de¬ fensores de sus intereses. El orador del mitin socialista es ami¬ go del pobre; el disertante del club re¬ publicano, amigo del pobre; el redactor del periódico radical, amigo del pobre; el político que solicita entre mil prome¬ sas el voto de las multitudes, amigo del pobre; y por añadidura lo son varios industriales, algunos viajantes de co- El Heraldo de Cristo 237 mercio, el tabernero de enfrente y el tendero de la esquina. Y yo me preguntaba: ¿cómo es posi¬ ble que teniendo el pueblo tantos ami¬ gos vaya de cada día de mal en peor? Y me propuse aclarar el misterio. En mis averiguaciones descubrí que el orador socialista había empezado su propaganda sin tener donde caerse muer¬ to, y había reunido en 15 años de sacri¬ ficios cien mil pesetas de capital; en el club republicano una docena de infeli¬ ces oyentes tenían que pagar sus buenas pesetas al disertante que en veinte mi¬ nutos de disparates les abría los ojos y... el bolsillo; el semanario radical era un puro negocio; el político era hombre de... palabras, como casi todos los políticos; y de los restantes, aquellos industriales que hablaban mal de la religión y de la aristocracia fingiéndose amigos del po¬ bre, lo hacían para que sus oficiales no se fijasen en que les explotaban misera¬ blemente; los viajantes tapaban con pro¬ testas de desprendimiento y altruismo sus hábiles estafas; el tabernero conse¬ guía con su charlatanería tener el esta¬ blecimiento lleno de concurrentes v que los trabajadores, sus protegidos, dejasen á cambio de buenas copas el precio del trabajo semanal; y el tendero por su par¬ te les favorecía notablemente, fiándoles. los comestibles y cobrándoles un modes¬ to interés del 60 por Q0. —¡Qué barbaridad! —Esto que manifestaba cual era en el fondo la causa del cariño que sienten por los pobres algunas personas, expli¬ caba perfectamente el porqué de ciertas propagandas descabelladas y absurdas, que sin estos motivos no tendrían expli¬ cación razonable, pues son completa- te fuera de razón. Y noté que este cariño y protección tan especial, que consiste en desollar al pro¬ tegido, era propio de gentes sin fe, y es¬ taba en razón directa de la impiedad de los que lo sentían. —También yo había notado eso, pero no había profundizado tanto en el asun¬ to, ni había dado con el móvil de tales protecciones: creía que se interesaban por nosotros, por los trabajadores, por¬ que querían nuestro bienestar y desea¬ ban librarnos de la explotación de los ricos y de los patronos, — Bueno; pues fíjate en adelante y verás como es la pura verdad cuanto te digo. Pero es el caso que yo quería darte á conocer á un hombre que ha sabido amar á los pobres desinteresadamente y que les ha mirado como verdaderos herma¬ nos. ¿Adivinarías quién es? —¡Lerroux! —¡Ca, hombre! Lerroux, el capitalista con automóvil, el fundador de una so¬ ciedad que prestará dinero al 1 1\\2 men¬ sual, es decir, al 18 °[0 anual; el que es iniciador de sociedades extranjeras que manejan millones, y que todo cuanto posee lo ha recogido redimiendo al pro¬ letario, no me parece á mí el verdadero amigo del pobre. —¿Pablo Iglesias? —Tampoco; ese era un obrero como cualquier otro; pero so pretexto de me¬ jorar el estado de la clase trabajadora, mejoró el suyo propio y ha llegado á ser el dueño de muchas habitaciones de El Escorial, y el acaudalado burgués que puede pasar el verano en los balnearios 2 ?8 El Heraldo de Cristo más costosos: sin embargo por modestia mo que entonces más que nunca le com¬ continúa cobrando, según dijo no ha padecía y le cuidaba. mucho tiempo, una cantidad semanal —Y le daba dinero? que pagan los obreros que él patrocina —Mientras lo tuvo, lo dió. Cuando ya y protege. no lo tuvo, les dió lo que podía darles; — Que él explota, diría V. mejor. pan y alimentos, y sobre todo pruebas —Lo mismo da; esas gentes no saben bas de afecto y muestras de tener vivos proteger al pobre de otra manera. deseos de darles más. —Con que no aciertas á adivinarlo? —No, pues Lerroux, ni Pablo Iglesias, no suelen dar cosa alguna. —No se; ¿Perezagua? —Que van á dar si ellos lo que desean —Por amor de Dios! Llámale Perez- es recibir: mientras los obreros pueden vino; porque á tal hombre lo que le in¬ servirles para algo, les halagan y procu¬ teresa es que beban mucho los obreros, ran contentarles con palabras y prome¬ para que se vacíen los toneles de su sas; mas en cuanto el obrero está apu¬ almacén y se llenen las arcas de su casa: rado y necesite que le socorran, entonces todo lo demás son cuentos. Bien se ha visto en la huelga de Bilbao lo que era no se acuerdan de haberle visto, y le abandonan por completo. capaz de hacer: enredar las cosas y echar á perder todas las composturas, quizás por aquello de que: á pueblo revuelto ga¬ nancia de taberneros. Siga V., .D. Luis, que me interesa este hombre. —Además de todo lo dicho, ha fun¬ —Pues entonces... dado una sociedad, en donde pueden —Yo te daré señas más detalladas. entrar ricos y pobres sin ninguna dife¬ rencia, ni preferencia. Una vez ingresa¬ dos son considerados iguales; y todos, Es un comerciante joven y bastante ricos y pobres, pueden ejercer cargos; y acomodado, que repartió entre los po¬ se da el caso de ser Presidente el pobre bres la mayor parte de sus ganancias, y aun á veces' entregó como limosna el precio de las mercancías mismas. No contento con esto, dejó sus vestidos hijo de un trabajador y tener á sus ór¬ denes algún ricacho, que le ebedece y se sujeta á sus órdenes; y no sólo lo hace sin dificultad, sino aun con gusto; tanto lujosos y quiso vestir como los pobres, i se quieren entrambos. y tratar con ellos; les entregó siempre cuanto tenía disponible, y en ocasiones, después de darles su misma comida, tra¬ tó de servírsela por sus propias manos. — ¡Qué magnífica obra! —Todavía hay más, Perico. No creas que en la sociedad el rico vista ò coma mejor que el pobre, sino —Ese es de otro género, D. Luis. todos igual; sentaditos en una misma —Vaya si lo es; y aun no te he dicho lo mejor; y es que ese profesaba tal ca¬ riño á cualquier pobre que no sólo no mesa y el uno al lado del otro. — Desde luego me apunto socio. Podías hacerlo tal vez; pero conviene le abandonaba cuando le veía sufrir, si¬ que sepas antes lo que hacen los socios, El Heraldo de Cristo 239 para que conozcas bien cuales son tus obligaciones. —Tiene V. razón. — Pues lo primero que deben hacer es perfeccionarse y progresar, y esta obli¬ gación la tienen siempre, porque ya ves que esto de perfeccionarse no tiene fin. Luego se instruyen detalladamente en sus correspondientes oficios: después pro¬ curan instruir a los no socios en las co¬ sas que más les interesa saber; también recogen los niños de los obreros para instruirlos y educarlos... sufriríamos lo que sufrimos. ¡Bravo por el fundador de esta sociedad! ¡Su nombre! Dígame su nombre que yo he de hacer que le conozcan todos los trabajadores, todos los pobres, para que se acojan á su obra. ¿Cómo se llama ese héroe? —¡San Francisco de Asís! — ¡ ¡ ¡ Un fraile ? ? ? —Un fraile. —¿Y la sociedad? —La Orden Franciscana. — En este caso le aseguro á V. que no hay obra mejor en la tierra. ¡Qué ex¬ — Eso es otra cosa. traño es que nadie nos la dé á conocer! —No, Perico, es la misma. Nosotros vamos donde nos llevan; pero, — Bueno; pero quería decir que si se vaya que el corazón se le ensancha á I trata de frailes... nosotros los trabajado- uno al ver que no todos los hombres son ¡; res... malos en el mundo. |l — Oh! con que lo que hecho por cual- — Como tu comprendes, el influjo de j quier otro sería una cosa buena, hecha esta sociedad es grandioso. Porque, aun¬ por los frailes ha de ser una cosa mala, que los socios no sean muchos, pues y sin ventajas; la obra que montada por tienen que reunir ciertas condiciones es¬ cualquier desconocido te parecía mag¬ peciales, pero su acción se deja sentir muchísimo sobre los que no son socios, si se aproximan á la sociedad. Y se deja sentir ya por la instrucción y educación de sus niños; ya por el buen ejemplo; ya por las muestras de amor y afecto que los socios tributan á todos los po¬ bres; ya por las limosnas con que los so¬ corren; ya por las obras sociales que es¬ tablecen; ya por los consejos que les dan; nífica, ha de parecerte despreciable por¬ que su autor, aunque sea un Santo, es un fraile; ¿no es verdad? ¿Es esto ser consecuentes, Perico? —Es que yo n.o pensaba que los frai¬ les hicieran tanto por los pobres: uno, oye tantas cosas... — Si, pero conviene saber distinguir,y aprender á pensar con vuestra cabeza y no con la cabeza de los interesados en ya por los consuelos que les prodigan; ya engañaros. Tu fíjate en S. Francisco de por los auxilios que les prestan en sus necesidades... Asís, y si recuerdas lo que tantas veces oíste contar al anciano exclaustrado que — Basta, D. Luis, basta. ¡Eso es amar te bautizó, verás que hizo puntualmente al pobre! ¡Eso es redimirte, levantarle! cuanto te he indicado; y si te fijas en la Le aseguro á Y. que si esa obra se ex¬ vida y obras de los Franciscanos encon¬ tendiera no veríamos lo que vemos, ni trarás exacto cuanto he dicho, por más 240 El Heraldo de Cristo que tantos á la ligera piensan ó digan lo Impresiones de las llagas contrario. de San Francisco . —Efectivamente; no tiene vuelta de hoja. —Luego es verdad que los Francisca¬ nos son pobres y amigos del pobre; y lo que decimos de ellos puede decirse en uno y otro sentido de todos los frailes en general: y cuando vosotros trabaja¬ dores, para dar gusto á los que os explo¬ tan y seducen habíais mal de los frailes, y los despreciáis, y los odiáis, no hacéis otra cosa que ir contra vosotros mismos; y es muy posible que no tardéis mucho en arrepeatiros. —No me había fijado; me llevé el gran chasco, D. Luis. —¿Si? Pues créeme, que se lo llevarán mayor muchos obreros que después de seguir años y años á los regeneradores del pueblo, se encontrarán con que estos, repleto ya su bolsillo, le apartarán de sí, con muecas dé desprecio, y ellos en su aflicción tendrán que ser amparados y consolados por el pobre fraile á quien tantas veces habrán despreciado y odia¬ do sin conocerle; y, no lo dudes esos tiempos han venido otras veces, y... vol¬ verán. Fr. Junípero. ROMANCE Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba. Los carismas interiores que el Señor le prodigara no pudiendo contenerse en el recinto del alma, salían como torrentes del fondo de su garganta convertidos en mil cánticos de su Dios en alabanza. Las ílorecillas del campo que la mano de Dios planta, le inducían á exclamar sin atreverse á tocarlas: «Ya sé lo que me decís, que ame á Dios,» y más le amaba con aquel amor tan puro en que el serafín se inflama. Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de AsL por el mundo caminaba, ocultando sus virtudes con una humildad sin tasa, que á los ojos de los hombres por loco á veces pasaba; mas Dio?, á quien le complacen los humildes y le agradan, queriéndole conceder de su amor pruebas palmarias, determinó que Francisco en el cuerpo le imitara como ya por las virtudes imitábale en el alma. Llamóle con suaves toq ues, inspiróle con su gracia, y acudió el nuevo Abraham á la voz que le llamaba del Tabor del monte Alberna en la cumbre solitaria. El Heraldo de Cristo 241 De rodillas sobre el suelo de las rocas elevadas cuyos enormes picachos á los cielos se levantan, postrado sobre las peñas que circuyen en sus plantas precipicios insondables y cavernas dilatadas, Francisco medita en Dios con ayunos y con lágrimas, éxtasi ado ante la vista del soberbio panorama, y en aquel nuevo Calvario que el Señor le revelara pídele tener con El más perfecta semejanza discurriendo con la mente sobre su pasión sagrada. De su corazón las fibras conmovidas por la gracia, pídele ser enclavado en la Cruz con cuerpo y alma, pídele que su cabeza crucen espinas amargas, pídele que su costado fuera abierto con la lanza, que sus manos y sus pies duros clavos traspasaran. Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba, y un día, día feliz, en su risueña mañana, cerca del día en qué celebra la Iglesia santa la Exaltación de la Cruz con pompas extraordinarias, mientras extático el Santo entre místicas plegarias en los divinos misterios fervoroso meditaba de hinojos en la vertiente de la altísima montaña, vé que un puro Serafín con sus purísimas alas desciende desde los cielos cruzando veloz las auras, y al llegar cerca de sí con las alas desplegadas, vé de un ser crucificado la figura veneranda, y.... poderosa corriente que del Serafín dimana es inducida á Francisco que se turba, se anonada y entendiendo la visión en amor de Dios se abrasa. Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba; y aunque su grande humildad tanto luchó en ocultarlas, en su costado derecho en sus pies y manos santas se veían los señales rubicundas de las llagas, que Dios queriéndole dar de su amor pruebas palmarias, quiso imprimir en su cuerpo para que en él le imitara como ya por las virtudes imitábale en el alma. Carlos Tenas Aznar Seminarista. Pan de 5. ñntonio Mes de Septiembre Cepillo de la iglesia de San Francisco en Taima Limosnas recogidas. . Por 564 kilos de pan. Repartido en metálico . 22270 ptas. 197’50 » 22‘00 » Remanente. . . . 003’20 » %■ 242 El Heraldo de Cristo Çrònlea franciscana INTERIOR Palma —Dia 25 de Septiembre fue¬ ron admitidos á la profesión 23 novi¬ cios y vistió el hábito un hombre. Inca. —En el oratorio de las Hijas de la Misericordia establecidas en es¬ ta ciudad se celebró el 17 de Septiem¬ bre una solemne fiesta en honor de las Llagas de N. P. S. Francisco. Por la noche del día 16 se cantaroo completas en preparación á la festi¬ vidad; en ellas tomó parte un nutrido coro de jóvenes alternando con los cantores. Por la mañana del día l7 hubo mi¬ sa de Comunión general para los de¬ votos de S. Francisco; misa solemne en cue se cantó la partitura del señor Torres, y sermón que predicó el reve¬ rendo P. Cerda, Franciscano. Por la noche terminó la fiesta con el canto de Laudes, y la adoración de las cinco llagas de S. Francisco. Asistió á todas las funciones una concurrencia numerosa, lo cual de¬ muestra la acendrada devoción que tienen al Serafín de Asís los cristia¬ nos moradores de Inca. Los actos celebrados han dejado grata impresión en cuantos han podi¬ do presenciarlos, tanto por la brillan¬ tez con que se han celebrado, como por el carácter de verdadera piedad y devoción que han revestido. Nuestra enhorabuena á los Reve¬ rendas Hijas de N. P. S. Francisco. Marratxí.—El día 28 de Julio pró¬ ximo pasado tuvo lugar en la capilla de las monjas de S. Marcial la bendi¬ ción del retablo y de dos figuras; una de la Inmaculada Concepción, y la otra de S. José. Fueron padrinos tres niños y tres niñas de las principales familias que residen en el pueblo. Se estrenó también un copón y un cáliz bonitos, varios ornamentos, uno casulla muy hermosa, un alba y otros, todo costeado por la ca¬ ridad de algunas personas. Celebró la misa mayor el digno Sr.Ecónomo don Andrés Pont; en ella cantaron las jó¬ venes y sus maestras con acompaña¬ miento de armonium. Dicho Sr. Ecó¬ nomo pronunció una fervorosa pláti¬ ca . La capilla estaba llena de gente A las siete y media de la tarde se hizo la hora santa con exposición menor. Sea todo á mayor gloria de Dios y provecho de las Hermanas. Campos.—El día 25 de Septiembre, precedida de solemnes completas y canto de los tradicionales gozos de N. P. S. Francisco, celebró la Her¬ mandad de Campos la fiesta del Pa¬ triarca de Asís. Esta resultó muy bri¬ llante. Numerosos Terciarios,recibie¬ ron en este día el Pan de los Angeles. En la misa mayor un nutrido grupo de Hermanos y Hermanas interpreió con acierto la misa De Angelis, alter¬ nando con el coro; y por la tarde ani¬ mosos y devotos cantaron por las ca¬ lles el himno del terciario mallorquín: «Oh Sant dolcíssim...» en la procesión que aquella antigua Hermandad vie¬ ne celebrando todos los años desde el de.1672. Acabada la función recibieron el santo Hábito y fueron admitidos á la Profesión los Hermanos que lo habían solicitado. Con la propagación de la Tercera Orden auguramos para Campos días de p.iz y felicidad cristianas. La Puebla.—Día 28 de Agosto en la parroquial iglesia ae La Puebla, después de los actos de coro de la tar¬ de y practicado el ejercicio mensual, previos los requisitos necesarios, pro¬ fesaron la Santa Regla de la V. Orden Tercera, 9 hombres y 33 mujeres á quienes afectuosamente felicitamos. Lluchmayor. —El día 11 de Sep¬ tiembre se renovaron los Discretorios El Heraldo de Cristo 2-3 de la Tercera Orden que quedaron constituidos en la siguiente forma: Discretorio de Jos Hermanos. Mit.°, D.Romua’do ClaverolSanuy. Vice-Ministro, D. Bartolomé Font Palou. / iscretos, D. Julián Mut Mas; Don Miguel Cafiellas Tomá-; D. Francisco Pomar Bonnín; D. Matías Catañy 'al vil; L). Miguel Puig Puigserver; 1'. Antonio Nogu ra Salvá. eeretario, D. Bartolomé Font y Font. Vi.ee-Seeretario, D. Miguel '' lar Mut. Tesorero, D. Francisco Romaguera Puigserver. Enfermeros, D. Sebastián Monserrat Amengual y D. Pedro Ai.t mió Car¬ bonell Amengua!. Maestro de Novicios, D. Gabriel Prohens Riera. 1 ice Maestro de Novicios, D. Benito Ciar Amengual. Colector, D. Juan Monserrat Mut. Discretorio de las Hermanas. 21..°°Noticias? uariedades Medio de precaverse de los rayos Un ingeniero suizo acaba de publicar una serie de interesantes observaciones sobre el rayo, cíe las que deduce medidas preventivas. die aquí sus tres principales consejos: Es prejuicio vulgar suponer que el rayo entra por la ventana. Todo lo contrario: por donde penetra es por el techo de la habitación, y, especialmente, por la chimenea. Así, pues, cuando oigáis el trueno cercano, colocaos en el centro del aposento y todo lo lejos de la chimenea que os sea posible. Si os sorprende la tempestad en el campo, no busquéis refugio en nin¬ gún abrigo, granja ó molino que tío ten¬ gan pararrayos, ó árbol. Poneos á dis- Ministra,D.a Juana Ana Roig Oliver. ! tancia de los postes del telégrafo, cerrad Vice Ministra, D.a Antonia Mulet el paraguas, y si los rayos se multipli¬ Roig. Discretas, D.a Margarita Font y Font; D.aFrancisca Oliver Company; ü.a Francisca Mojer Jaume; D.a Pu¬ rificación Bello Serrano; L).a Antonia can, no vaciléis en echaros al suelo. Es preferible coger un reuma ó un resfria, do, á ser cogido por el fluido eléctrico al verificarse una descarga. Ana Tomás Cardeli; t .a María Vidal Y 3.° Si os sorprende en un bosque, Fullana; D.a Catalina Monserrat Sas¬ tre; D.a Alaría Janer Juan; l).a Isabel Portell Salva; U.a Catalina Sastre Pons; D.a Catalina Ballester Cardeli; D.a - atalina Tomás Ripoll. no os refugiéis bajo un árbol aislado. Meteos en el lugar más frondoso y á dos metros de distancia, por lo menos, de tocio tronco de árbol, pues el rayo Secretaria, D.a Catalina Munar Puig sigue siempre la dirección [de éstos y Vice-^eeretario, D.a María Ferretjans Sastre. Tesorera, D.a Antonia Ana Ciar procurando que el más cercano no sea el más alto. Caldés. Enferme as, D.a Margarita Roma¬ Contra el Modernismo Literario guera Ciar; D.a Ana Salvá Contestí y D.a Ana María Salvá Noguora. Maestras de Novicias, D.a Francis¬ ca Cañellas Caldes y D.a Jerónitna Su Santidad Pio X ha dirigido una carta á un célebre y conocido escritor católico de Suiza, el cual le había dedi¬ Garau Mut. cado á su Santidad en época reciente 244 El Heraldo de Cristo una obra acBrca del mal eruis-.na litora¬ ¡ de los centenares de oradores que han rio. En la referida carta le advierte lo pe¬ j tomado parte en los 180 mitins. ligroso que ese modernismo es, y lo com¬ para en el peligro con el modernismo Frutos (le la Administración Liberal social, y por último, termina la carta ex¬ en España citando á todos los escritores católicos para que se abstengan del modernismo Las cifras, que no mienten, nos dicen en sus escritos. que sin haber aumentado su territorio Voz de lo alto España; al contrario, habiéndolo dismi¬ nuido, en solo sesenta y un año ha ele¬ Su Santidad Pío X se ha dirigido á todos los Obispos del orbe católico advir¬ tiéndoles la necesidad de que se opon¬ gan, con cuantos medios estén á su al¬ cance, para impedir el modo de vestir de las señoras, por considerarlo atentatorio á la honestidad de la mujer; pues, no só¬ lo se atavian de esta manera indecorosa para presentarse en público, sino que de ese mismo modo se visten para asistir al templo del Señor, sin considerar que es¬ tán en lugar sagrado y no en sitio profa¬ no de exhibición. vado sus contribuciones directas en más de un 500.por 100 y en más del 400 por 100 las indirectas. Naturalmente, todos los que han go¬ bernado la nación, han contribuido á la elevación del presupuesto y de los tribu¬ tos; mas los principales causantes de nuestras desdichas han sido los revo¬ lucionarios de 1854 y 1868, que todos subieron al poder por medio del delito de rebelión contra la autoridad constitui¬ da, porque los primeros han sido la causa principal de la actual migración, del aumento del proletariado y de la Album para Su Santidad mendicidad, al arrebatar los bienes de propios y comunes á los pueblos, á la La Junta organizadora de los Aplechs Beneficencia, Instrucción Publica, Clero* católicos celebrados en Cataluña, está etc., cuyos bienes puede decirse que dis' trabajando para ofrecer á Su Santidad frutaban los pobres en los pueblos y con¬ un magnífico Album dedicado á los 180 tenían la emigración y la mendicidad. Aplechs celebrados, para que resalten en Y á la par que dejaron sin pan á los él su grandiosidad é importancia. pobres y sin recursos á las corporaciones, Llevará fotografías de todos ellos, y doblaban el presupuesto de gastos y de¬ al pié de cada fotografía se expresará el rrochaban miles de millones de pesetas, número de católicos que ha asistido al producto de los bienes desamortizados, Aplech correspondiente. sin emplear un céntimo en extinguir la Se estamparán los sellos de los Ayun¬ deuda, Y si esto hicieron los revolucio¬ tamientos, parroquias, Asociaciones y narios de 1854, los de 1868 que eran de centros obreros que han asistido á los ia misma familia y subieron al poder Aplechs, agregándolos por comarcas. por el mismo medio de la rebelión y el Llevará también el Album los nom¬ delito, se hallaron con una deuda públi¬ bres de las personalidades adheridas y ca de 6.357 millones de pesetas y en El Heraldo de Cristo 245 seis años, hasta 1874, la elevaron hasta 12.226 millones, y como no pagaron los hitereses de la deuda á las clases pasivas, clero y á otros, cuando despues de la restauración se les liquidó, importó la deuda 15.723 millones de pesetas, origen déla quiebra en que perdieron los acree¬ dores el 55 por 100. Los Presupuestos del Estado Véase en el siguiente cuadro como han ido creciendo las contribuciones y la deuda pública en nuestra patria desde el año 50 del pasado siglo hasta los ac- ! tuales tiempos: —Pues ¡el diablo se ha muerto!—dijo el libre-pensador. —¿De veras?—exclame;» el cura sin descomponerse — ¡Cnanto siento que us¬ ted se quede huérfano! Y sacando cinco céntimos del bolsillo se los ofreció á su interlocutor, diciendo: permítame usted contribuir con algo pa¬ ra remediar las primeras necesidades de tamaña desgracia de familia. El burlón burlado se trasladó á otra parte, en medio de las destempladas ri¬ sas de los demás viajeros. Carta del Papa aun niño de siete años (Millones de Pesetas) Años Intereses Presupuesto Deuda Publica d# la Deuda 1,850 1,854 1,863 1,868 1,875 1,879 1,897 1,907 1,911 324 396 653 659 762 879 903 1,054 1,131 3.611 3,804 3,847 5,540 12,129 15,723 6,422 11,504 11.666 39 66 119 245 54 quiebr 285 362 411 408 Huérfano Un libre-pensador francés viajaba en ferrocarril en compañía de un joven cura de aldea muy despejado. El volteriano, queriendo divertirse á costa del abate, le preguntó en voz bastante alta para ser oído de todos los presentes: —¿Sabe usted la gran desgracia que acaba de suceder? —No —dijo el'sacerdote, - tenía tanta prisa de coger el tren, que no tuve tiemclo de mirar los periódicos. Entre las muchas felicitaciones recibi¬ das por Pío X por el reciente decreto acerca de la edad para hacer la primera Comunión, y compensando los farisáicos escándalos de los que censuran este sa¬ pientísimo decreto, el Papa ha recibido y contestado la tierna carta que inser¬ tamos: Desvres 26 de Agosto 1910, Santísimo Padre: Un niño de Francia se permite escri¬ biros para daros cuenta de su dicha al saber que Vos le permitís recibir á Jesús' Yo tendré siete años dentro de quince días y puedo por tanto, hacer mi prime¬ ra comunión. ¡Qué dicha! ¡Yo amo tanto al niño Jesús! Yo le pediré mucho por Vos, Santísi¬ mo Tadre, á fin de que El os conceda largos años de vida para salvar á mis hermanos y hermanas de Francia. Dignaos, Santísimo Padre, bendecir¬ me; bendecid también á mis padres y á 246 El Heraldo de Cristo mi hermanito .que este año ha hecho su primera Comunión. Vuestro hijo que quiere siempre ser cristiano, Gerardo Vandenbroucque (en casa de sus padres) Desvres (Pas de-Calais), Francia. RESPUESTA DEL PAPA Bibliografía Las relaciones entre la Iglesia y el Estado Instrucción Pastoral del Exeino. y Reve¬ rendísimo §r. Dr. O. Victoriano Cíuisasola y Mcnéndez, Arzobispo de Aralencia. Querido Gerardo: En las circunstancias presentes en Tu sentida carta me ha consolado verdaderamente, pues, si como dice el salmista, el Señor recibe la alabanza perfecta por la boca de los niños, siendo que tan osadamente son conculcados los derechos de la Iglesia en nombre de la supremacía del poder civil, difícilmente hubiera podido escoger el ilustrado Pre¬ lado valentino un asunto más oportuno El mismo el que da la palabra, es preci¬ samente El, quien quería el decreto re¬ lativo á la primera Comunión. Yo, pues, te doy las gracias por este consuelo y mucho más por las oraciones é interesante que el que trata magistral¬ mente en esta Pastoral. El docto Prelado con vigor de raciocinio y elocuente frase demuestra la soberanía é independencia de la Iglesia en el orden espiritual y cuanto ha hecho por conservarla en fa¬ que tu harás por mí al buen Jesús, cuan¬ vor de la verdadera libertad de los pue- do, pasados algunos días, hagas tu pri¬ mera Comunión. En prueba de recono¬ cimiento te envío para esta fiesta un pe¬ ! i blos. El Estado á su vez es soberano é independiente en lo temporal; pero no puede prescindir absolutamente de la Iglesia en la prosecución de su pro¬ queño recuerdo y rogaré por tí, á fin de pio fin. Debe existir acuerdo y armonía que te mautengas siempre justo, como entre los dos poderes y en caso de con¬ en este día, para consuelo también de toda tu familia. Y ahora, querido Gerardo, yo doy de todo corazón una especial bendición á tí, flicto ha de prevalecer el bien espiritual que es de orden superior. Manteniéndo¬ se el Estado y la Iglesia cada cual en su propia esfera y marchando de común acuerdo reinará en las naciones la ver¬ á tus queridos padres y á todos los niños ; dadera paz, fuente de bienestar y pro¬ de Francia para que ellos imiten tu vecho. ejemplo haciendo en buena hora su pri- j mera comunión y mostrando su amor á | Jesucristo. Vida de Sant Cayetano En el Vaticano á 2 de Septiembre 1910. Fuudador dels Clerics Regulars anoma- (Firmado), Pío Papa X. nats també Teatins, pel P. Rafel M.a Per¬ soné C. R. y traduhida á la nostra llen¬ gua pel P. Juan L·labrés, C. R. i Como se dice en el prólogo, esta Vida jj es pequeñita, pero está tan ceñida á su I objeto y dice tantas cosas que quien la El Heraldo de Cristo 24/ lea formara la idea cabal del gran Padre de la Povidencia. Para los Terciarios será sin duda un poderoso estímulo á tenerle devoción el considerar que fue miembro de la Orden Tercera y como tal devotísimo de N. P. S. Francisco. L’ Angel de Nazaret, per Juan Agui¬ ló, Pvre. Forman este valioso libro una colec¬ ción de piadosas consideraciones á ma¬ nera de salmos, alternando con sencillas Léase si no, lo que se dice en el capítu¬ lo III de esta preciosa Vida y que copia¬ mos aquí literalmente: «Era muy nota¬ ble la simpatía que esperimentaba hacia S. Francisco de Asís. Una devota perso¬ na vió en éxtasis á Jesucristo que apre¬ taba contra su pecho á S. Cayetano y á S. Francisco abrazados los dos y que tenían un solo corazón. Otra vez vió también á Jesucristo que volviéndose á los dos mismos Santos, dijo: Estos dos y delicadas poesías sobre el Niño Jesús y la Sagrada Familia de Nazaret. Va dirigido á las Hijas de María con la mi¬ ra de hacerles conocer, amar é imitar las virtudes del Niño Jesús y de sus santí¬ simos padres S. José y la Virgen María. Para dar alguna idea de estas bellas composiciones diremos de ellas con Don Miguel Costa que «son com un esplet de violetes humils, menudes, amagades dins el boscatje sagrat, peró qu escampen aquell me han servido con un mismo corazón. Todo esto lo depuso con juramento y se halla registrado en los procesos de Venecia y Vicenza. Fueron estos dos San¬ tos muy semejantes en los afectos y en los diferentes rasgos de su vida. Como el Salvador nacieron los dos en un esta- j aroma penetrant, el més propi de la ca¬ seta de Nazareth, dins els misteris de la vida oculta. El libro va escrito en la-hermosa len¬ gua que aprendimos de nuestros padres, y con tanto acierto que ha merecido del mismo Sr. Costa, autoridad indiscutible blo, uno y otro recibieron al Niño Jesús en la materia, ei siguiente laudable jui¬ en sus brazos la noche de Navidad, y ; cio: llespecte del llcnguatje no té por- sufrieron también los dolores cruelísi¬ gueres aquest llibre. Dins ell tot es net mos de la Pasión. El Papa Inocencio III vió á S. Francisco que sostenía sobre sus hombros la Basílica de Letrán, y S. Pe¬ dro de Alcántara, cuando murió S. Ca¬ yetano, exclamó: Ha caído una columna que sostenía Ja Iglesia amenazada por la Herejía. Fueron también muy semejan¬ tes estos dos siervos de Dios en la1 prác¬ tica de las más heroicas virtudes: en la y castiç, igualment allunyat del arcaisme y de la degeneració Es un llenguatje de cultura literaria ben nodrit de bona suba de la terra. Felicitamos al Autor y deseamos que su libro produzca copioso y saludable fruto. humildad, en el amor de Dios, en el des¬ precio del mundo, en la santa pobreza y Necrología en el deseo del martirio. Aquella tierna oración de S. Francisco que tanto admi¬ raba S. Cayetano fue la más poderosa causa del amor del Santo de Tiene al Santo de Asís.» Esta Vida de S. Cayetano va seguida Sor Roberta Mir y Puiggròs; religiosa Terciaria Franciscana, natural de Llose¬ ta, felleció en Son Servera el 22 de Sep¬ tiembre á la edad de 31 años y 12 de profesión religiosa, de una preciosa novena en honor del j Sor Juana Truyol y Janer, de la mis¬ Santo. Recomendamos á todos nuestros j ma Congregación, natural de Inca, falle¬ lectores su adquisición. ció en Porreras el 24 del mismo mes á los 30 años de edad y 10 de profesión religiosa. 2qS El Heraldo de Cristo Dios llama á la vida eterna las almas de los escogidos. ¡Feliz es quien merece, como Francisca Perelló, tal galardón! Que el Señor misericordioso consuele á la afligida familia, á quien de todo co¬ razón compadecemos. J. Vidal. A las cinco de la mañana del día veinticinco de Agosto en la casa-conven¬ to de las Plijas de la Misericordia es¬ tablecidas en La Puebla, después de larga y dolorosa enfermedad su¬ frida con resignación cristiana, falleció confortada con los Santos Sacramentos y demás auxilios espirituales Sor Luisa María Crespí Crespí, maestra con título elemental, natural de Santa Eugenia, á los 66 años de edad y 50 de Religión. Nació y íué bautizada á los 24 de Fe¬ brero de 1844; recibió el Santo Habito franciscano á los 10 de Mayo de 1860 y ¡ á los 29 de Junio de 1863 profesó en la ¡I mentada Congregación de Hijas de la •j* Francisca Perelló Misericordia. Fué una Religiosa muy virtuosa, humilde y modesta, habiendo Nos escriben de Llubí: desempeñado los cargos que le confió la obediencia con sumo celo y observan¬ Día l.° de Septiembre falleció en esta cia; en el Noviciado de Pina donde ejer¬ villa de Llubí, de cruel y breve enferme¬ ció el cargo de Maestra de Novicias fue dad, sufrida con singular resignación, y confortada con los Santos Sacramentos, la piadosísima é instruida joven de 20 una verdadera y cariñosa madre, docta consejera y espejo de toda virtud no só¬ lo para las Novicias que á su cuidado años, Francisca Perelló Oliver, hermana del Rdo. P, José Perelló de la Misión, y una de las más fervorosas y entusiastas tenía, sino también para las demás her¬ manas profesas; en Buñola tuvo los car¬ gos de Presidenta y Maestra y en Llose¬ terciarias, pues ocupaba el cargo de Se¬ ta y en esta villa donde ha fallecido el de cretaria, quien sintiendo verdadera é irresistible vocación religiosa, en breve había de ingresar novicia del Sagrado Corazón de Jesús. Con motivo de ser su muerte de en¬ fermedad infecciosa (tifoidea complica¬ da con meningitis) no nos ha sido per¬ Maestra, dando por todas partes pruebas de su gran prudencia y saber y captán¬ dose por su bondadoso y afable carácter las simpatías yá de sus hermanas reli¬ giosas y niñas de la escuela ya también de todas las personas que en vida la tra¬ taron. mitido tributar á la malograda amiga y compañera el homenaje cristiano que a n 1> T 1» 4 sus grandes virtudes merecían; pero en breve los terciarios é Hijas de María le harán celebrar una misa de comunión Tip.Católica de S. Pizá. -Sto. Cristo, 2q.-Palma con rosario. CULTOS EN NUESTRA IGLESIA DE S. FRANCISCO DE PALMA DURANTE EL MES DE OCTUBRE. Durante este mes se rezará una parte de rosario á las cinco y media, otra^á las once y cuarto durante una misa, y otra al ano¬ checer con exposición menor. Se practicará además el ejercicio del mes dedicado á S. Fraacisco por la mañana á las 6 durante una misa, y por la noche después del rezo del santísimo rosario. Día 24, Cuarto Domingo.—Por la mañana á las siete misa de comunión general para los Terciarios de S. Francisco. Por la tar¬ de á las seis y cuarto tendrá lugar la reunión mensual con exposi¬ ción de S. D. M. y plática. INDULGENCIAS CONCEDIDAS A LOS TERCIARIOS Con las condiciones ordinarias pueden ganar los Terciarios indulgencia plenaria los días siguientes de este mes: Día 2, Los Santos Angeles Custodios.—4, Festividad de Nues¬ tro Padre S. Francisco. ~6, Sta. María Francisca de las cinco Lla¬ gas.—11, Octava de Ntro. P. San Francisco. -12, S. Serafín de Montegranario.—13, Stos. Daniel y compañeros mártires.—19, San Pedro de Alcántara. —23, San Juan de Capistrano. — 26, Bea¬ to Buenaventura de Potenza.—30, Bto. Angel de Acrio. —31, Bea¬ to Tomás de Florencia; el día de la Reunión mensual y otro cual¬ quiera dél mes, á su libre elección.