El Heraldo de Cristo 1910, n. 20
Revise ®ensuflL
Dedicada a! fomento y propagación de ia Orden Tercera de 8. Francisco de Asís y demás obras franciscanas.

Año II

Palma i.° de Octubre de ■ 1910

Núm. 20

SE PUBLICA CON CENSURA ECLESIASTICA

Sumario:—¡Acércanos á tí! -Sant Francesch d* Asís.-El gran chasco.—Impre¬ siones de las Llagas de San Francisco.—Pan de San Antonio.—Crónica Fran¬ ciscana. - Noticias y variedades—Bibliografía.—Necrología.

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El Heraldo de Cristo, órgano de nuestras Hermandades en Mallorca, sale á principios de cada mes. El precio de la sus¬ cripción es de una peseta al ano en toda España, y dos en el Extranjero. Grandes rebajas á los que toman paquetes.—Para in¬ cremento de la Tercera Orden y mayor bien de todos sus miem¬ bros, suplicamos á nuestros lectores que trabajen en la medida de sus fuerzas para aumentar el número de suscriptores.

Redacción y Administración: Convento de S. Francisco.
PALMA IDE MALLORCA

i

Reüi-s^ (Densufli
Dedicada al fomento y propagación de !a Orden Tercera de §. Francisco de Asís y demás obras franciscanas.

Palma i.° de Octubre de 1910

Nüm. 20

iñeéreanos á til

todo contrastaba con la corriente gene7
ral de la edad en que viviste.

Pero ¡cuanto contrasta también con la

¡Pon nuestro corazón cerca del tuyo, y comunícanos tu espíritu, tu fervor y tu santidad, oh Bienaventurado Padre

de la nuestra! Mira como ambicionan los hombres
el puesto honroso y el cargo elevado; co^

y encendido Serafín, glorioso S. Fran¬ mo se arrastran á veces para conseguir

cisco!

un nombre ó mu título que les propor¬

Porque en nuestro siglo hacen falta cione honores; como se pagan de un elo¬

las virtudes que te adornaron y que con gio que con frecuencia no es razonable tu admirable ejemplo enseñaste á los pue¬ ni sincero!

blos de la edad media; porque importa

Hay gentes que para brillar no vach

que vea el mundo actos heroicos de hu¬ lan en comprometer su conciencia y

mildad, de pobreza, de obediencia, de su alma; hay hombres1 que para subir y

caridad, sobre todo de caridad, que con¬ medrar no reparan en apoyar los ideales

trasten con el egoísmo reinante, y conten¬ políticos menos conformes con la reli¬

gan el espíritu de ambición, de codicia y i gión y fe católica, ó se afilian inconside¬

de revolución que ahoga miserablemen- j radamente á sectas tenebrosas, que á con¬

te á nuestras desgraciadas sociedades.

dición de que sean sus esclavos, les pro¬

Cu humildad,

meten y procuran ensalzarlos á presen¬

cia de las naciones!

\\ el bajo concepto que tenías de ti mismo;

el cuidado con que huías de las alaban- *(

¡Honor, honor!

zas de los pueblos; la solicitud con que j claman tantos deseosos de subir, de bri¬

procurabas recoger injurias y desprecios, llar

234

El Heraldo de Cristo

Mi holior! dicen muchos, respetad mi
honor.....

Y ¡que clase de honor, Dios mío! Honor fingido que les tributan por conveniencia los que en el fondo de su Corazón desearían verlos en la ignomi¬

nia; honor vano que, como en nada se

funda, nada significa; honor efímero

que una circunstancia cualquiera disipa y trueca en vilipendio

Honor, que de vez en cuando se tribu¬

ta por puro convencionalismo, al mismo

tiempo que está en la conciencia de to¬ dos que la persona á quien se tributa es¬ tá moralmente deshonrada, por haber hecliado á perder con su conducta su nombre y su honor. Ah! no tratemos de
este honor. ...

¡Cuan pocos son los que buscan un honor fundado en la virtud y en los mé¬
ritos de su vida; un honor merecido por el bien hecho á los demás, y por la exce¬ lencia de sus propios actos, y por el sa¬
crificio de sí mismos

Este sería el verdadero honor, estable

y justificado; sin embargo los que suelen
merecerlo no son generalmente los que andan á caza de alabanzas humanas,

sino los que obran el bien sin preocupar¬ se de ellas, como lo hicieron los grandes

hombres, como lo hicieron los santos,

como lo hiciste tu

Cuan provechoso pues ha de ser en¬ señar á muchos hombres, con el ejemplo

de tu vida, que serían más felices si fue¬ ran menos ambiciosos; que serían más

grandes si fueran más humildes; que no se envilecerían tanto, si supieran vivir
sin hacerse esclavos dé los honores de

esta vida.

,

Y no hay duda que sería kmbién de

gran provecho ponerá los ojos del mundo
Cu sin par pobreza
de espíritu. Porque no son sólo honores lo que se
busca, sino dinero y dinero: y la codi¬ cia deloro, el afán de ganancias y el de¬ seo de aumentar las riquezas son causa de divisiones y odios y luchas tremendas
entre los habitantes de una misma na¬
ción y los moradores de un mismo pue¬
blo.
No todos los ricos poseen las riquezas como si no las poseyesen, ni todos miran en el pobre á su hermano menor de quien deben cuidar, y á quien deben amar como hijo de su mismo Padre; ni tampoco todos los pobres saben ver en el rico al hermano mayor á quien deben respetar y al representante de la divina Providencia encargado de darles en for¬ ma de trabajo ó de limosna el pan de
cada día.
Mas tu que despreciaste las riquezas y te gloriaste en la pobreza, á la cual
llamabas hella esposa', tu, que avergon¬
zado de encontrarte con otros cuya in¬ dumentaria fuese más pobre que la tu¬ ya, te apresurabas á cambiársela para que nadie te aventajase en «1 amor de esta virtud; tu, que te creías bastante rico y feliz con un pedazo de pan recogido de limosna y el agua de una fuente ; tu reprendes y condenas la codicia sin limi¬ tes de muchos hombres de hoy, y les enseñas prácticamente que 110 está la di¬ cha en la posesión de las riquezas ni en
la abundancia del oro.
Ni dejará de venir muy al caso el ejemplo de

El Heraldo de Cristo

23Ç

Cu obediencia,

difundió por todas tus órdenes y quedó

con la cual te rendías á cualquiera de tus hermanos, deseoso de tenerlos á todos

sembrado en el corazón de tus hijos. Amaste á los religiosos, insensibles al
remedio de sus necesidades, aliviándo¬

por superiores. Y viene al caso porque lleva nuestra
época el sello de la rebelión; y por este

los en sus tentaciones, consolándolos en sus penas, cempadeciéndolos en sus de¬
bilidades.

motivo toda autoridad parece yugo in¬

Amaste á todos los hombres deseán¬

soportable, y toda ley tiranía insufri¬ doles el bienestar y la gracia de Dios. Tu ble; y cunde por doquiera el desprecio socorriste sus necesidades con los recur¬

del Pontífice, del Key, del señor, del maestro y del padre.
Hasta tal punto llega la falsa idea de los derechos del hombre, que se le consi¬ dera desligado de todo deber, y el desa¬ cato es ' tenido por independencia, y el atrevimiento por valor, y la insubordina¬ ción por libertad, y la revolución por justicial
En este completo trastorno de ideas, la obediencia heroica que practicaste y

sos de tu pobreza; dejaste de comer para que comiera el pobre que te pedía limos¬ na; sentiste las penas del desgraciado co¬ mo si tu mismo las experimentaras.
Amaste á los irracionales; á la abeja
por laboriosa, á la oveja por mansa, á la paloma por sencilla, al ruiseñor porque con él cantaste á porfia las divinas ala¬ banzas; aun á un lobo porque fue dócil
a tu mandato y fiel á su promesa.
Amaste á las criaturas insensibles á

enseñaste á tus hijos da á conocer cual es el camino que conviene seguir y orien¬

las que llamabas tus hermanas, porque
como tu salieron de las manos de Dios;

ta hacia el cumplimiento de aquellas pa¬
labras de la Escritura: obedeced á vues¬

i

y en el cántico del sol las presentaste to¬ das á su Señor natural para que conti¬

tros Superiores aunque tengan defectos.

go le alabaran,

Y más que todo, y sobre todo, hace j ¡Cuanto supiste amar!

falta

Los hombres de hoy

Cu caridad.

Apenas 'sabemos amar.

¡Tu supiste amar! Amaste á Dios; y por el amor de Dios hiciste cuantos favores se te pidieron;
el amor de Dios fue el afecto supremo
de tu corazón; á Dios consagraste tu vi¬ da y tu alma; á Dios dirigías tu mirada tranquila, como el buen hijo levanta con¬ fiado sus ojos al padre cariñoso; Dios era tu hacienda, tu gloria, tu consuelo
y todas tus cosas. Amaste á la Iglesia, cuyo respeto
profundamente grabado en tu alma se

¡Cuantos corazones no saben alimen¬ tar otro amor que el de una convenien¬ cia material y baja!
Cuantos hombres insensibles á la des¬
gracia del prójimo le ven llorar sin de¬ tenerse para enjugar sus lágrimas!
Cuantas almas metalizadas, no sienten
compasión ante el pobre que carece de lo indispensable!
¡Cuantos espíritus raquíticos retroce¬
den ante la idea de un sacrificio hecho
á favor de sus hermanos!

236

El Heraldo de Cristo

Y así nuestra sociedad, en la que va men- |
guando el amor para ceder su puesto al ji egoísmo sin entrañas, deja de ser una ¡j
reunión de hombres que se auxilian, se perfeccionan y progresan, para conver¬ tirse poco á poco en un conjunto de fie¬
ras entre las cuales la más fuerte vive
y engorda con el destrozo de las demás que son sus víctimas !
¿No es verdad que necesita el mundo muchos y grandes ejemplos de amor?
¡Ea pues, amantísimo Padre; haz que
al menos en el corazón de tus amoro¬
sos hijos arda una caridad y amor se¬ mejantes á la caridad y amor de tu co¬ razón seráfico; haz que herederos de tus
virtudes las enseñemos con nuestro
ejemplo á la sociedad actual, para tras formarla, para bien suyo, como trasfor¬ maste tu la sociedad del siglo XIII.
Fr. P. J. C.

Per loco n’ es escarnit
vestint ab tanta pobresa. ¿Loco? ¡si! d’ amor ferit per Y Infinita Bellesa.
Predica la virtut santa
ab coratje impetuós, y, 1’ ordre de Menors planta, gentil arbre esponerós.
Rica llavor escampada per totes parts de la terra, que volen veure arrancada els impiis que Y hi fan guerra.
¡Oh gran Francesh! S’ hora sía
de mostrar que nos ainau.
Vostro poble en vos confía. Per ell a Jesús pregau!
Guardau, guardau vostros fills
dels errors del modernisme.
Allunyaunos dels perills que nos empeny dins l’abisme!
Marcelina Moragues.

£ant granéese d’/yb
Com’ un astre lluminós
nasqué en la ciutat d’Umbría. Pié de force y poderos dins 1’ Italia resplandía.
Ab coratje que Deu dona deixá el plaher y vanidat y la pobresa pregona, apóstol de 1’ humildat.
En vers del cel bé camina
dins el mon com pelegrí.
Los misteris endavina
d’ Aquell que per tots morí.
Unit á son Redentor en la creu formen llassada
y, traspassat de dolor, plora sa vida passada.

El gpan ehaseo
—Al fin acabo de ver claro quien es el verdadero amigo de los pobres.
—Y eso? —Yo te diré: A cada momento oímos hombres que
se las echan de amigos del pobre y de¬
fensores de sus intereses. El orador del mitin socialista es ami¬
go del pobre; el disertante del club re¬ publicano, amigo del pobre; el redactor del periódico radical, amigo del pobre; el político que solicita entre mil prome¬ sas el voto de las multitudes, amigo del pobre; y por añadidura lo son varios industriales, algunos viajantes de co-

El Heraldo de Cristo

237

mercio, el tabernero de enfrente y el tendero de la esquina.
Y yo me preguntaba: ¿cómo es posi¬ ble que teniendo el pueblo tantos ami¬ gos vaya de cada día de mal en peor?
Y me propuse aclarar el misterio. En mis averiguaciones descubrí que el orador socialista había empezado su propaganda sin tener donde caerse muer¬ to, y había reunido en 15 años de sacri¬ ficios cien mil pesetas de capital; en el club republicano una docena de infeli¬ ces oyentes tenían que pagar sus buenas pesetas al disertante que en veinte mi¬ nutos de disparates les abría los ojos y... el bolsillo; el semanario radical era un puro negocio; el político era hombre de... palabras, como casi todos los políticos; y de los restantes, aquellos industriales que hablaban mal de la religión y de la aristocracia fingiéndose amigos del po¬ bre, lo hacían para que sus oficiales no se fijasen en que les explotaban misera¬ blemente; los viajantes tapaban con pro¬ testas de desprendimiento y altruismo sus hábiles estafas; el tabernero conse¬ guía con su charlatanería tener el esta¬
blecimiento lleno de concurrentes v que
los trabajadores, sus protegidos, dejasen á cambio de buenas copas el precio del trabajo semanal; y el tendero por su par¬ te les favorecía notablemente, fiándoles. los comestibles y cobrándoles un modes¬ to interés del 60 por Q0.
—¡Qué barbaridad!
—Esto que manifestaba cual era en el fondo la causa del cariño que sienten por los pobres algunas personas, expli¬ caba perfectamente el porqué de ciertas propagandas descabelladas y absurdas, que sin estos motivos no tendrían expli¬

cación razonable, pues son completa-
te fuera de razón.
Y noté que este cariño y protección tan especial, que consiste en desollar al pro¬ tegido, era propio de gentes sin fe, y es¬ taba en razón directa de la impiedad de los que lo sentían.
—También yo había notado eso, pero no había profundizado tanto en el asun¬ to, ni había dado con el móvil de tales protecciones: creía que se interesaban por nosotros, por los trabajadores, por¬ que querían nuestro bienestar y desea¬ ban librarnos de la explotación de los ricos y de los patronos,
— Bueno; pues fíjate en adelante y verás como es la pura verdad cuanto te digo.
Pero es el caso que yo quería darte á conocer á un hombre que ha sabido amar á los pobres desinteresadamente y que
les ha mirado como verdaderos herma¬
nos. ¿Adivinarías quién es? —¡Lerroux! —¡Ca, hombre! Lerroux, el capitalista
con automóvil, el fundador de una so¬ ciedad que prestará dinero al 1 1\\2 men¬
sual, es decir, al 18 °[0 anual; el que es iniciador de sociedades extranjeras que manejan millones, y que todo cuanto posee lo ha recogido redimiendo al pro¬ letario, no me parece á mí el verdadero amigo del pobre.
—¿Pablo Iglesias? —Tampoco; ese era un obrero como cualquier otro; pero so pretexto de me¬ jorar el estado de la clase trabajadora, mejoró el suyo propio y ha llegado á ser
el dueño de muchas habitaciones de El
Escorial, y el acaudalado burgués que puede pasar el verano en los balnearios

2 ?8

El Heraldo de Cristo

más costosos: sin embargo por modestia mo que entonces más que nunca le com¬

continúa cobrando, según dijo no ha padecía y le cuidaba.

mucho tiempo, una cantidad semanal

—Y le daba dinero?

que pagan los obreros que él patrocina

—Mientras lo tuvo, lo dió. Cuando ya

y protege.

no lo tuvo, les dió lo que podía darles;

— Que él explota, diría V. mejor.

pan y alimentos, y sobre todo pruebas

—Lo mismo da; esas gentes no saben bas de afecto y muestras de tener vivos

proteger al pobre de otra manera.

deseos de darles más.

—Con que no aciertas á adivinarlo?

—No, pues Lerroux, ni Pablo Iglesias, no suelen dar cosa alguna.

—No se; ¿Perezagua?

—Que van á dar si ellos lo que desean

—Por amor de Dios! Llámale Perez- es recibir: mientras los obreros pueden

vino; porque á tal hombre lo que le in¬ servirles para algo, les halagan y procu¬

teresa es que beban mucho los obreros, ran contentarles con palabras y prome¬

para que se vacíen los toneles de su sas; mas en cuanto el obrero está apu¬ almacén y se llenen las arcas de su casa: rado y necesite que le socorran, entonces

todo lo demás son cuentos. Bien se ha
visto en la huelga de Bilbao lo que era

no se acuerdan de haberle visto, y le abandonan por completo.

capaz de hacer: enredar las cosas y echar á perder todas las composturas, quizás por aquello de que: á pueblo revuelto ga¬
nancia de taberneros.

Siga V., .D. Luis, que me interesa este
hombre.
—Además de todo lo dicho, ha fun¬

—Pues entonces...

dado una sociedad, en donde pueden

—Yo te daré señas más detalladas.

entrar ricos y pobres sin ninguna dife¬

rencia, ni preferencia. Una vez ingresa¬ dos son considerados iguales; y todos,

Es un comerciante joven y bastante ricos y pobres, pueden ejercer cargos; y acomodado, que repartió entre los po¬ se da el caso de ser Presidente el pobre

bres la mayor parte de sus ganancias, y aun á veces' entregó como limosna el precio de las mercancías mismas.
No contento con esto, dejó sus vestidos

hijo de un trabajador y tener á sus ór¬ denes algún ricacho, que le ebedece y se sujeta á sus órdenes; y no sólo lo hace sin dificultad, sino aun con gusto; tanto

lujosos y quiso vestir como los pobres, i se quieren entrambos.

y tratar con ellos; les entregó siempre cuanto tenía disponible, y en ocasiones, después de darles su misma comida, tra¬ tó de servírsela por sus propias manos.

— ¡Qué magnífica obra! —Todavía hay más, Perico. No creas que en la sociedad el rico vista ò coma mejor que el pobre, sino

—Ese es de otro género, D. Luis.

todos igual; sentaditos en una misma

—Vaya si lo es; y aun no te he dicho lo mejor; y es que ese profesaba tal ca¬
riño á cualquier pobre que no sólo no

mesa y el uno al lado del otro. — Desde luego me apunto socio. Podías hacerlo tal vez; pero conviene

le abandonaba cuando le veía sufrir, si¬ que sepas antes lo que hacen los socios,

El Heraldo de Cristo

239

para que conozcas bien cuales son tus
obligaciones.
—Tiene V. razón.
— Pues lo primero que deben hacer es perfeccionarse y progresar, y esta obli¬ gación la tienen siempre, porque ya ves que esto de perfeccionarse no tiene fin. Luego se instruyen detalladamente en sus correspondientes oficios: después pro¬
curan instruir a los no socios en las co¬
sas que más les interesa saber; también recogen los niños de los obreros para instruirlos y educarlos...

sufriríamos lo que sufrimos. ¡Bravo por
el fundador de esta sociedad!

¡Su nombre! Dígame su nombre que yo he de hacer que le conozcan todos los trabajadores, todos los pobres, para que se acojan á su obra.

¿Cómo se llama ese héroe?

—¡San Francisco de Asís!

—

¡ ¡ ¡ Un fraile ? ? ?

—Un fraile.

—¿Y la sociedad?
—La Orden Franciscana.

— En este caso le aseguro á V. que

no hay obra mejor en la tierra. ¡Qué ex¬

— Eso es otra cosa.

traño es que nadie nos la dé á conocer!

—No, Perico, es la misma.

Nosotros vamos donde nos llevan; pero,

— Bueno; pero quería decir que si se

vaya que el corazón se le ensancha á I trata de frailes... nosotros los trabajado-

uno al ver que no todos los hombres son ¡; res...

malos en el mundo.

|l
— Oh! con que lo que hecho por cual-

— Como tu comprendes, el influjo de j quier otro sería una cosa buena, hecha esta sociedad es grandioso. Porque, aun¬ por los frailes ha de ser una cosa mala,

que los socios no sean muchos, pues y sin ventajas; la obra que montada por tienen que reunir ciertas condiciones es¬ cualquier desconocido te parecía mag¬

peciales, pero su acción se deja sentir muchísimo sobre los que no son socios, si se aproximan á la sociedad. Y se deja sentir ya por la instrucción y educación de sus niños; ya por el buen ejemplo; ya por las muestras de amor y afecto que los socios tributan á todos los po¬ bres; ya por las limosnas con que los so¬ corren; ya por las obras sociales que es¬ tablecen; ya por los consejos que les dan;

nífica, ha de parecerte despreciable por¬ que su autor, aunque sea un Santo, es un fraile; ¿no es verdad?
¿Es esto ser consecuentes, Perico? —Es que yo n.o pensaba que los frai¬ les hicieran tanto por los pobres: uno, oye tantas cosas... — Si, pero conviene saber distinguir,y aprender á pensar con vuestra cabeza y no con la cabeza de los interesados en

ya por los consuelos que les prodigan; ya engañaros. Tu fíjate en S. Francisco de

por los auxilios que les prestan en sus
necesidades...

Asís, y si recuerdas lo que tantas veces
oíste contar al anciano exclaustrado que

— Basta, D. Luis, basta. ¡Eso es amar te bautizó, verás que hizo puntualmente

al pobre! ¡Eso es redimirte, levantarle! cuanto te he indicado; y si te fijas en la

Le aseguro á Y. que si esa obra se ex¬ vida y obras de los Franciscanos encon¬

tendiera no veríamos lo que vemos, ni trarás exacto cuanto he dicho, por más

240

El Heraldo de Cristo

que tantos á la ligera piensan ó digan lo Impresiones de las llagas
contrario. de San Francisco

. —Efectivamente; no tiene vuelta de hoja.
—Luego es verdad que los Francisca¬ nos son pobres y amigos del pobre; y lo que decimos de ellos puede decirse en uno y otro sentido de todos los frailes en general: y cuando vosotros trabaja¬ dores, para dar gusto á los que os explo¬ tan y seducen habíais mal de los frailes, y los despreciáis, y los odiáis, no hacéis otra cosa que ir contra vosotros mismos; y es muy posible que no tardéis mucho en arrepeatiros.
—No me había fijado; me llevé el gran chasco, D. Luis.
—¿Si? Pues créeme, que se lo llevarán mayor muchos obreros que después de seguir años y años á los regeneradores del pueblo, se encontrarán con que estos, repleto ya su bolsillo, le apartarán de sí, con muecas dé desprecio, y ellos en su aflicción tendrán que ser amparados y consolados por el pobre fraile á quien tantas veces habrán despreciado y odia¬ do sin conocerle; y, no lo dudes esos tiempos han venido otras veces, y... vol¬
verán.
Fr. Junípero.

ROMANCE
Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba.
Los carismas interiores
que el Señor le prodigara no pudiendo contenerse en el recinto del alma,
salían como torrentes
del fondo de su garganta
convertidos en mil cánticos
de su Dios en alabanza.
Las ílorecillas del campo
que la mano de Dios planta,
le inducían á exclamar
sin atreverse á tocarlas:
«Ya sé lo que me decís, que ame á Dios,» y más le amaba con aquel amor tan puro en que el serafín se inflama.
Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de AsL por el mundo caminaba,
ocultando sus virtudes
con una humildad sin tasa,
que á los ojos de los hombres por loco á veces pasaba; mas Dio?, á quien le complacen los humildes y le agradan, queriéndole conceder de su amor pruebas palmarias, determinó que Francisco en el cuerpo le imitara como ya por las virtudes
imitábale en el alma.
Llamóle con suaves toq ues, inspiróle con su gracia, y acudió el nuevo Abraham á la voz que le llamaba
del Tabor del monte Alberna en la cumbre solitaria.

El Heraldo de Cristo

241

De rodillas sobre el suelo
de las rocas elevadas
cuyos enormes picachos á los cielos se levantan, postrado sobre las peñas que circuyen en sus plantas precipicios insondables y cavernas dilatadas,
Francisco medita en Dios
con ayunos y con lágrimas,
éxtasi ado ante la vista
del soberbio panorama,
y en aquel nuevo Calvario que el Señor le revelara pídele tener con El más perfecta semejanza
discurriendo con la mente
sobre su pasión sagrada.
De su corazón las fibras
conmovidas por la gracia, pídele ser enclavado en la Cruz con cuerpo y alma, pídele que su cabeza crucen espinas amargas, pídele que su costado fuera abierto con la lanza, que sus manos y sus pies duros clavos traspasaran.
Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba, y un día, día feliz,
en su risueña mañana,
cerca del día en qué celebra la Iglesia santa
la Exaltación de la Cruz
con pompas extraordinarias,
mientras extático el Santo
entre místicas plegarias
en los divinos misterios
fervoroso meditaba
de hinojos en la vertiente
de la altísima montaña,
vé que un puro Serafín con sus purísimas alas
desciende desde los cielos
cruzando veloz las auras,
y al llegar cerca de sí

con las alas desplegadas,
vé de un ser crucificado
la figura veneranda, y.... poderosa corriente que del Serafín dimana
es inducida á Francisco
que se turba, se anonada y entendiendo la visión
en amor de Dios se abrasa.
Predicando con ejemplos y más bien que con palabras el pobrecito de Asís por el mundo caminaba; y aunque su grande humildad tanto luchó en ocultarlas,
en su costado derecho
en sus pies y manos santas
se veían los señales
rubicundas de las llagas, que Dios queriéndole dar de su amor pruebas palmarias, quiso imprimir en su cuerpo para que en él le imitara como ya por las virtudes
imitábale en el alma.
Carlos Tenas Aznar
Seminarista.

Pan de 5. ñntonio

Mes de Septiembre

Cepillo de la iglesia de San Francisco
en Taima

Limosnas recogidas. .
Por 564 kilos de pan.
Repartido en metálico .

22270 ptas. 197’50 »
22‘00 »

Remanente. . . . 003’20 »

%■

242

El Heraldo de Cristo

Çrònlea franciscana
INTERIOR
Palma —Dia 25 de Septiembre fue¬ ron admitidos á la profesión 23 novi¬ cios y vistió el hábito un hombre.
Inca. —En el oratorio de las Hijas
de la Misericordia establecidas en es¬
ta ciudad se celebró el 17 de Septiem¬
bre una solemne fiesta en honor de las
Llagas de N. P. S. Francisco.
Por la noche del día 16 se cantaroo
completas en preparación á la festi¬ vidad; en ellas tomó parte un nutrido coro de jóvenes alternando con los
cantores.
Por la mañana del día l7 hubo mi¬
sa de Comunión general para los de¬ votos de S. Francisco; misa solemne en cue se cantó la partitura del señor Torres, y sermón que predicó el reve¬ rendo P. Cerda, Franciscano.
Por la noche terminó la fiesta con
el canto de Laudes, y la adoración de las cinco llagas de S. Francisco.
Asistió á todas las funciones una
concurrencia numerosa, lo cual de¬ muestra la acendrada devoción que
tienen al Serafín de Asís los cristia¬
nos moradores de Inca.
Los actos celebrados han dejado grata impresión en cuantos han podi¬ do presenciarlos, tanto por la brillan¬ tez con que se han celebrado, como por el carácter de verdadera piedad y devoción que han revestido.
Nuestra enhorabuena á los Reve¬
rendas Hijas de N. P. S. Francisco.
Marratxí.—El día 28 de Julio pró¬ ximo pasado tuvo lugar en la capilla de las monjas de S. Marcial la bendi¬ ción del retablo y de dos figuras; una de la Inmaculada Concepción, y la otra de S. José. Fueron padrinos tres niños y tres niñas de las principales familias que residen en el pueblo. Se estrenó también un copón y un cáliz bonitos, varios ornamentos,

uno casulla muy hermosa, un alba y otros, todo costeado por la ca¬ ridad de algunas personas. Celebró la misa mayor el digno Sr.Ecónomo don Andrés Pont; en ella cantaron las jó¬ venes y sus maestras con acompaña¬
miento de armonium. Dicho Sr. Ecó¬
nomo pronunció una fervorosa pláti¬ ca . La capilla estaba llena de gente A las siete y media de la tarde se hizo la hora santa con exposición menor.
Sea todo á mayor gloria de Dios y provecho de las Hermanas.
Campos.—El día 25 de Septiembre, precedida de solemnes completas y canto de los tradicionales gozos de N. P. S. Francisco, celebró la Her¬ mandad de Campos la fiesta del Pa¬ triarca de Asís. Esta resultó muy bri¬ llante. Numerosos Terciarios,recibie¬ ron en este día el Pan de los Angeles. En la misa mayor un nutrido grupo de Hermanos y Hermanas interpreió con acierto la misa De Angelis, alter¬ nando con el coro; y por la tarde ani¬ mosos y devotos cantaron por las ca¬ lles el himno del terciario mallorquín: «Oh Sant dolcíssim...» en la procesión que aquella antigua Hermandad vie¬
ne celebrando todos los años desde el
de.1672.
Acabada la función recibieron el
santo Hábito y fueron admitidos á la
Profesión los Hermanos que lo habían
solicitado.
Con la propagación de la Tercera Orden auguramos para Campos días de p.iz y felicidad cristianas.
La Puebla.—Día 28 de Agosto en la parroquial iglesia ae La Puebla, después de los actos de coro de la tar¬ de y practicado el ejercicio mensual, previos los requisitos necesarios, pro¬ fesaron la Santa Regla de la V. Orden Tercera, 9 hombres y 33 mujeres á quienes afectuosamente felicitamos.
Lluchmayor. —El día 11 de Sep¬
tiembre se renovaron los Discretorios

El Heraldo de Cristo

2-3

de la Tercera Orden que quedaron constituidos en la siguiente forma:
Discretorio de Jos Hermanos.
Mit.°, D.Romua’do ClaverolSanuy. Vice-Ministro, D. Bartolomé Font
Palou.
/ iscretos, D. Julián Mut Mas; Don Miguel Cafiellas Tomá-; D. Francisco Pomar Bonnín; D. Matías Catañy 'al vil; L). Miguel Puig Puigserver; 1'. Antonio Nogu ra Salvá.
eeretario, D. Bartolomé Font y
Font.
Vi.ee-Seeretario, D. Miguel '' lar Mut. Tesorero, D. Francisco Romaguera
Puigserver.
Enfermeros, D. Sebastián Monserrat Amengual y D. Pedro Ai.t mió Car¬ bonell Amengua!.
Maestro de Novicios, D. Gabriel
Prohens Riera.
1 ice Maestro de Novicios, D. Benito Ciar Amengual.
Colector, D. Juan Monserrat Mut.
Discretorio de las Hermanas.

21..°°Noticias? uariedades
Medio de precaverse de los rayos
Un ingeniero suizo acaba de publicar
una serie de interesantes observaciones
sobre el rayo, cíe las que deduce medidas preventivas.
die aquí sus tres principales consejos: Es prejuicio vulgar suponer que
el rayo entra por la ventana. Todo lo contrario: por donde penetra es por el techo de la habitación, y, especialmente, por la chimenea. Así, pues, cuando oigáis el trueno cercano, colocaos en el centro del aposento y todo lo lejos de la chimenea que os sea posible.
Si os sorprende la tempestad en el campo, no busquéis refugio en nin¬ gún abrigo, granja ó molino que tío ten¬ gan pararrayos, ó árbol. Poneos á dis-

Ministra,D.a Juana Ana Roig Oliver. ! tancia de los postes del telégrafo, cerrad

Vice Ministra, D.a Antonia Mulet el paraguas, y si los rayos se multipli¬

Roig.
Discretas, D.a Margarita Font y
Font; D.aFrancisca Oliver Company; ü.a Francisca Mojer Jaume; D.a Pu¬ rificación Bello Serrano; L).a Antonia

can, no vaciléis en echaros al suelo. Es preferible coger un reuma ó un resfria, do, á ser cogido por el fluido eléctrico al verificarse una descarga.

Ana Tomás Cardeli; t .a María Vidal

Y 3.° Si os sorprende en un bosque,

Fullana; D.a Catalina Monserrat Sas¬ tre; D.a Alaría Janer Juan; l).a Isabel Portell Salva; U.a Catalina Sastre
Pons; D.a Catalina Ballester Cardeli; D.a - atalina Tomás Ripoll.

no os refugiéis bajo un árbol aislado. Meteos en el lugar más frondoso y á dos metros de distancia, por lo menos, de tocio tronco de árbol, pues el rayo

Secretaria, D.a Catalina Munar Puig sigue siempre la dirección [de éstos y

Vice-^eeretario, D.a María Ferretjans Sastre.
Tesorera, D.a Antonia Ana Ciar

procurando que el más cercano no sea
el más alto.

Caldés.
Enferme as, D.a Margarita Roma¬

Contra el Modernismo Literario

guera Ciar; D.a Ana Salvá Contestí
y D.a Ana María Salvá Noguora. Maestras de Novicias, D.a Francis¬
ca Cañellas Caldes y D.a Jerónitna

Su Santidad Pio X ha dirigido una carta á un célebre y conocido escritor católico de Suiza, el cual le había dedi¬

Garau Mut.

cado á su Santidad en época reciente

244

El Heraldo de Cristo

una obra acBrca del mal eruis-.na litora¬ ¡ de los centenares de oradores que han

rio. En la referida carta le advierte lo pe¬ j tomado parte en los 180 mitins.

ligroso que ese modernismo es, y lo com¬ para en el peligro con el modernismo Frutos (le la Administración Liberal

social, y por último, termina la carta ex¬

en España

citando á todos los escritores católicos

para que se abstengan del modernismo

Las cifras, que no mienten, nos dicen

en sus escritos.

que sin haber aumentado su territorio

Voz de lo alto

España; al contrario, habiéndolo dismi¬ nuido, en solo sesenta y un año ha ele¬

Su Santidad Pío X se ha dirigido á todos los Obispos del orbe católico advir¬
tiéndoles la necesidad de que se opon¬
gan, con cuantos medios estén á su al¬ cance, para impedir el modo de vestir de las señoras, por considerarlo atentatorio á la honestidad de la mujer; pues, no só¬
lo se atavian de esta manera indecorosa
para presentarse en público, sino que de ese mismo modo se visten para asistir al templo del Señor, sin considerar que es¬ tán en lugar sagrado y no en sitio profa¬
no de exhibición.

vado sus contribuciones directas en más
de un 500.por 100 y en más del 400 por
100 las indirectas.
Naturalmente, todos los que han go¬ bernado la nación, han contribuido á la elevación del presupuesto y de los tribu¬ tos; mas los principales causantes de
nuestras desdichas han sido los revo¬
lucionarios de 1854 y 1868, que todos subieron al poder por medio del delito
de rebelión contra la autoridad constitui¬
da, porque los primeros han sido la causa principal de la actual migración, del aumento del proletariado y de la

Album para Su Santidad

mendicidad, al arrebatar los bienes de propios y comunes á los pueblos, á la

La Junta organizadora de los Aplechs Beneficencia, Instrucción Publica, Clero*

católicos celebrados en Cataluña, está etc., cuyos bienes puede decirse que dis'

trabajando para ofrecer á Su Santidad frutaban los pobres en los pueblos y con¬

un magnífico Album dedicado á los 180 tenían la emigración y la mendicidad.

Aplechs celebrados, para que resalten en

Y á la par que dejaron sin pan á los

él su grandiosidad é importancia.

pobres y sin recursos á las corporaciones,

Llevará fotografías de todos ellos, y doblaban el presupuesto de gastos y de¬

al pié de cada fotografía se expresará el rrochaban miles de millones de pesetas,

número de católicos que ha asistido al producto de los bienes desamortizados,

Aplech correspondiente.

sin emplear un céntimo en extinguir la

Se estamparán los sellos de los Ayun¬ deuda, Y si esto hicieron los revolucio¬

tamientos, parroquias, Asociaciones y narios de 1854, los de 1868 que eran de

centros obreros que han asistido á los ia misma familia y subieron al poder

Aplechs, agregándolos por comarcas.

por el mismo medio de la rebelión y el

Llevará también el Album los nom¬ delito, se hallaron con una deuda públi¬

bres de las personalidades adheridas y ca de 6.357 millones de pesetas y en

El Heraldo de Cristo

245

seis años, hasta 1874, la elevaron hasta 12.226 millones, y como no pagaron los hitereses de la deuda á las clases pasivas, clero y á otros, cuando despues de la restauración se les liquidó, importó la deuda 15.723 millones de pesetas, origen déla quiebra en que perdieron los acree¬ dores el 55 por 100.
Los Presupuestos del Estado
Véase en el siguiente cuadro como
han ido creciendo las contribuciones y
la deuda pública en nuestra patria desde el año 50 del pasado siglo hasta los ac- ! tuales tiempos:

—Pues ¡el diablo se ha muerto!—dijo el libre-pensador.
—¿De veras?—exclame;» el cura sin descomponerse — ¡Cnanto siento que us¬ ted se quede huérfano!
Y sacando cinco céntimos del bolsillo
se los ofreció á su interlocutor, diciendo:
permítame usted contribuir con algo pa¬ ra remediar las primeras necesidades de tamaña desgracia de familia.
El burlón burlado se trasladó á otra
parte, en medio de las destempladas ri¬ sas de los demás viajeros.
Carta del Papa aun niño de siete años

(Millones de Pesetas)

Años

Intereses
Presupuesto Deuda Publica d# la Deuda

1,850 1,854 1,863 1,868 1,875 1,879 1,897 1,907 1,911

324 396 653 659 762 879 903
1,054 1,131

3.611
3,804 3,847 5,540 12,129 15,723 6,422 11,504
11.666

39 66 119 245
54 quiebr
285 362 411 408

Huérfano

Un libre-pensador francés viajaba en ferrocarril en compañía de un joven cura de aldea muy despejado. El volteriano, queriendo divertirse á costa del abate, le preguntó en voz bastante alta para ser oído de todos los presentes:
—¿Sabe usted la gran desgracia que
acaba de suceder?
—No —dijo el'sacerdote, - tenía tanta prisa de coger el tren, que no tuve tiemclo de mirar los periódicos.

Entre las muchas felicitaciones recibi¬
das por Pío X por el reciente decreto acerca de la edad para hacer la primera Comunión, y compensando los farisáicos
escándalos de los que censuran este sa¬
pientísimo decreto, el Papa ha recibido y contestado la tierna carta que inser¬
tamos:
Desvres 26 de Agosto 1910,
Santísimo Padre:
Un niño de Francia se permite escri¬
biros para daros cuenta de su dicha al
saber que Vos le permitís recibir á Jesús' Yo tendré siete años dentro de quince días y puedo por tanto, hacer mi prime¬
ra comunión.
¡Qué dicha! ¡Yo amo tanto al niño
Jesús!
Yo le pediré mucho por Vos, Santísi¬ mo Tadre, á fin de que El os conceda largos años de vida para salvar á mis hermanos y hermanas de Francia.
Dignaos, Santísimo Padre, bendecir¬ me; bendecid también á mis padres y á

246

El Heraldo de Cristo

mi hermanito .que este año ha hecho su primera Comunión.
Vuestro hijo que quiere siempre ser cristiano,
Gerardo Vandenbroucque (en casa de sus padres) Desvres (Pas de-Calais), Francia.
RESPUESTA DEL PAPA

Bibliografía
Las relaciones entre la Iglesia y el Estado
Instrucción Pastoral del Exeino. y Reve¬ rendísimo §r. Dr. O. Victoriano Cíuisasola y Mcnéndez, Arzobispo de Aralencia.

Querido Gerardo:

En las circunstancias presentes en

Tu sentida carta me ha consolado
verdaderamente, pues, si como dice el salmista, el Señor recibe la alabanza perfecta por la boca de los niños, siendo

que tan osadamente son conculcados los
derechos de la Iglesia en nombre de la supremacía del poder civil, difícilmente hubiera podido escoger el ilustrado Pre¬ lado valentino un asunto más oportuno

El mismo el que da la palabra, es preci¬ samente El, quien quería el decreto re¬ lativo á la primera Comunión.
Yo, pues, te doy las gracias por este consuelo y mucho más por las oraciones

é interesante que el que trata magistral¬
mente en esta Pastoral. El docto Prelado
con vigor de raciocinio y elocuente frase demuestra la soberanía é independencia de la Iglesia en el orden espiritual y cuanto ha hecho por conservarla en fa¬

que tu harás por mí al buen Jesús, cuan¬ vor de la verdadera libertad de los pue-

do, pasados algunos días, hagas tu pri¬ mera Comunión. En prueba de recono¬ cimiento te envío para esta fiesta un pe¬

! i

blos. El Estado á su vez es soberano é
independiente en lo temporal; pero no puede prescindir absolutamente de la Iglesia en la prosecución de su pro¬

queño recuerdo y rogaré por tí, á fin de pio fin. Debe existir acuerdo y armonía

que te mautengas siempre justo, como entre los dos poderes y en caso de con¬

en este día, para consuelo también de
toda tu familia.
Y ahora, querido Gerardo, yo doy de todo corazón una especial bendición á tí,

flicto ha de prevalecer el bien espiritual que es de orden superior. Manteniéndo¬ se el Estado y la Iglesia cada cual en su
propia esfera y marchando de común
acuerdo reinará en las naciones la ver¬

á tus queridos padres y á todos los niños ; dadera paz, fuente de bienestar y pro¬ de Francia para que ellos imiten tu vecho.

ejemplo haciendo en buena hora su pri- j
mera comunión y mostrando su amor á |
Jesucristo.

Vida de Sant Cayetano

En el Vaticano á 2 de Septiembre 1910. Fuudador dels Clerics Regulars anoma-

(Firmado), Pío Papa X.

nats també Teatins, pel P. Rafel M.a Per¬ soné C. R. y traduhida á la nostra llen¬

gua pel P. Juan L·labrés, C. R. i

Como se dice en el prólogo, esta Vida jj es pequeñita, pero está tan ceñida á su
I objeto y dice tantas cosas que quien la

El Heraldo de Cristo

24/

lea formara la idea cabal del gran Padre
de la Povidencia. Para los Terciarios
será sin duda un poderoso estímulo á tenerle devoción el considerar que fue
miembro de la Orden Tercera y como tal devotísimo de N. P. S. Francisco.

L’ Angel de Nazaret, per Juan Agui¬ ló, Pvre.
Forman este valioso libro una colec¬
ción de piadosas consideraciones á ma¬ nera de salmos, alternando con sencillas

Léase si no, lo que se dice en el capítu¬ lo III de esta preciosa Vida y que copia¬ mos aquí literalmente: «Era muy nota¬ ble la simpatía que esperimentaba hacia
S. Francisco de Asís. Una devota perso¬ na vió en éxtasis á Jesucristo que apre¬
taba contra su pecho á S. Cayetano y á
S. Francisco abrazados los dos y que tenían un solo corazón. Otra vez vió
también á Jesucristo que volviéndose á los dos mismos Santos, dijo: Estos dos

y delicadas poesías sobre el Niño Jesús y la Sagrada Familia de Nazaret. Va dirigido á las Hijas de María con la mi¬ ra de hacerles conocer, amar é imitar las
virtudes del Niño Jesús y de sus santí¬ simos padres S. José y la Virgen María.
Para dar alguna idea de estas bellas
composiciones diremos de ellas con Don Miguel Costa que «son com un esplet de violetes humils, menudes, amagades dins el boscatje sagrat, peró qu escampen aquell

me han servido con un mismo corazón.
Todo esto lo depuso con juramento y se halla registrado en los procesos de Venecia y Vicenza. Fueron estos dos San¬ tos muy semejantes en los afectos y en los diferentes rasgos de su vida. Como
el Salvador nacieron los dos en un esta- j

aroma penetrant, el més propi de la ca¬ seta de Nazareth, dins els misteris de la
vida oculta.
El libro va escrito en la-hermosa len¬
gua que aprendimos de nuestros padres, y con tanto acierto que ha merecido del mismo Sr. Costa, autoridad indiscutible

blo, uno y otro recibieron al Niño Jesús en la materia, ei siguiente laudable jui¬ en sus brazos la noche de Navidad, y ; cio: llespecte del llcnguatje no té por-
sufrieron también los dolores cruelísi¬ gueres aquest llibre. Dins ell tot es net

mos de la Pasión. El Papa Inocencio III vió á S. Francisco que sostenía sobre sus hombros la Basílica de Letrán, y S. Pe¬ dro de Alcántara, cuando murió S. Ca¬
yetano, exclamó: Ha caído una columna
que sostenía Ja Iglesia amenazada por la
Herejía. Fueron también muy semejan¬ tes estos dos siervos de Dios en la1 prác¬
tica de las más heroicas virtudes: en la

y castiç, igualment allunyat del arcaisme y de la degeneració Es un llenguatje de
cultura literaria ben nodrit de bona suba
de la terra.
Felicitamos al Autor y deseamos que su libro produzca copioso y saludable
fruto.

humildad, en el amor de Dios, en el des¬ precio del mundo, en la santa pobreza y

Necrología

en el deseo del martirio. Aquella tierna oración de S. Francisco que tanto admi¬ raba S. Cayetano fue la más poderosa
causa del amor del Santo de Tiene al
Santo de Asís.»
Esta Vida de S. Cayetano va seguida

Sor Roberta Mir y Puiggròs; religiosa Terciaria Franciscana, natural de Llose¬
ta, felleció en Son Servera el 22 de Sep¬ tiembre á la edad de 31 años y 12 de
profesión religiosa,

de una preciosa novena en honor del j Sor Juana Truyol y Janer, de la mis¬

Santo. Recomendamos á todos nuestros j ma Congregación, natural de Inca, falle¬

lectores su adquisición.

ció en Porreras el 24 del mismo mes á

los 30 años de edad y 10 de profesión

religiosa.

2qS

El Heraldo de Cristo

Dios llama á la vida eterna las almas
de los escogidos. ¡Feliz es quien merece, como Francisca Perelló, tal galardón!
Que el Señor misericordioso consuele á la afligida familia, á quien de todo co¬ razón compadecemos.
J. Vidal.

A las cinco de la mañana del día

veinticinco de Agosto en la casa-conven¬ to de las Plijas de la Misericordia es¬ tablecidas en La Puebla, después

de larga y dolorosa enfermedad su¬ frida con resignación cristiana, falleció
confortada con los Santos Sacramentos

y demás auxilios espirituales Sor Luisa María Crespí Crespí, maestra con título elemental, natural de Santa Eugenia, á los 66 años de edad y 50 de Religión. Nació y íué bautizada á los 24 de Fe¬ brero de 1844; recibió el Santo Habito

franciscano á los 10 de Mayo de 1860 y

¡ á los 29 de Junio de 1863 profesó en la

¡I mentada Congregación de Hijas de la

•j* Francisca Perelló

Misericordia. Fué una Religiosa muy virtuosa, humilde y modesta, habiendo

Nos escriben de Llubí:

desempeñado los cargos que le confió

la obediencia con sumo celo y observan¬

Día l.° de Septiembre falleció en esta cia; en el Noviciado de Pina donde ejer¬

villa de Llubí, de cruel y breve enferme¬ ció el cargo de Maestra de Novicias fue

dad, sufrida con singular resignación, y confortada con los Santos Sacramentos,
la piadosísima é instruida joven de 20

una verdadera y cariñosa madre, docta consejera y espejo de toda virtud no só¬ lo para las Novicias que á su cuidado

años, Francisca Perelló Oliver, hermana del Rdo. P, José Perelló de la Misión, y una de las más fervorosas y entusiastas

tenía, sino también para las demás her¬ manas profesas; en Buñola tuvo los car¬ gos de Presidenta y Maestra y en Llose¬

terciarias, pues ocupaba el cargo de Se¬ ta y en esta villa donde ha fallecido el de

cretaria, quien sintiendo verdadera é irresistible vocación religiosa, en breve había de ingresar novicia del Sagrado
Corazón de Jesús.
Con motivo de ser su muerte de en¬
fermedad infecciosa (tifoidea complica¬ da con meningitis) no nos ha sido per¬

Maestra, dando por todas partes pruebas de su gran prudencia y saber y captán¬ dose por su bondadoso y afable carácter las simpatías yá de sus hermanas reli¬ giosas y niñas de la escuela ya también de todas las personas que en vida la tra¬
taron.

mitido tributar á la malograda amiga y

compañera el homenaje cristiano que

a

n 1> T 1»

4

sus grandes virtudes merecían; pero en

breve los terciarios é Hijas de María le

harán celebrar una misa de comunión Tip.Católica de S. Pizá. -Sto. Cristo, 2q.-Palma

con rosario.

CULTOS EN NUESTRA IGLESIA DE S. FRANCISCO DE PALMA
DURANTE EL MES DE OCTUBRE.
Durante este mes se rezará una parte de rosario á las cinco y media, otra^á las once y cuarto durante una misa, y otra al ano¬ checer con exposición menor. Se practicará además el ejercicio del mes dedicado á S. Fraacisco por la mañana á las 6 durante una misa, y por la noche después del rezo del santísimo rosario.
Día 24, Cuarto Domingo.—Por la mañana á las siete misa de comunión general para los Terciarios de S. Francisco. Por la tar¬ de á las seis y cuarto tendrá lugar la reunión mensual con exposi¬ ción de S. D. M. y plática.
INDULGENCIAS CONCEDIDAS A LOS TERCIARIOS
Con las condiciones ordinarias pueden ganar los Terciarios
indulgencia plenaria los días siguientes de este mes: Día 2, Los Santos Angeles Custodios.—4, Festividad de Nues¬
tro Padre S. Francisco. ~6, Sta. María Francisca de las cinco Lla¬
gas.—11, Octava de Ntro. P. San Francisco. -12, S. Serafín de Montegranario.—13, Stos. Daniel y compañeros mártires.—19, San Pedro de Alcántara. —23, San Juan de Capistrano. — 26, Bea¬ to Buenaventura de Potenza.—30, Bto. Angel de Acrio. —31, Bea¬ to Tomás de Florencia; el día de la Reunión mensual y otro cual¬ quiera dél mes, á su libre elección.