Revise (DÇDStWL Dedicada al tonto y propagación do la Orden Tercera de 8. Francisco de Asís y demás obras franciscanas. Año II Palma i.° de Septiembre de 1910 Núm. 19 SE PUBLICA CON CENSURA ECLESIASTICA Sumario:—El Centenario de Balmes Hijo de la Orden Tercera. — No es cuento. —A Jesús Crucificado.—Resolución.—No prevalecerán.—Pan de San Antonio. —Crónica Franciscana. Noticias y variedades.—Bibliografía.-r- Necrología. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN —* 'WW' El Heraldo de Cristo, órgano de nuestras Hermandades en Mallorca, sale á principios de cada mes. El precio de la sus¬ cripción es de una peseta al año en toda España, y dos en el Extranjero. Grandes rebajas á los que toman paquetes.—Para in¬ cremento de la Tercera Orden y mayor bien de todos sus miem¬ bros, suplicamos á nuestros lectores que trabajen en la medida de sus fuerzas para aumentar el número de suscriptores. Redacción y Administración: Convento de S. Francisco. FA.TuTV£jA. IDE MALLORCA neüisów ®en$tWL Oetoiia al íomento y propagación d§ ¡a Orden Tercera tie 3. Francisco de Asís y demás obras franciscanas, Año 11 Pahua i.° de Septiembre de 1910 Núm. 19 £i Centenario de palmei Hijo de la Orden tercera Revestida su alma de tan bellas dotes y excelentes cualidades no es raro que se sintiese atraído hacia la Orden Ter¬ cera de S. Francisco cuyo instituto abra¬ j Cuando en todo el inundo católico y zó y honró con sus virtudes. singularmente en España resuena un Toda su vida, breve pero fecundísima concierto general de voces que pregonan estuvo consagrada al servicio del Señor, las glorias y entonan las alabanzas de de su Iglesia y de la verdadera ciencia, este profundo filósofo é insigne apolo¬ y en medio de su labor incesante, como gista de la Iglesia Católica, la Orden dice nuestro insigne Cuadrado, muy co¬ Tercera de S. Francisco que le cuenta nocedor de su carácter y costumbres, como uno de sus hijos más ilustres no fué siempre «escrupuloso observador de puede permanecer muda é indiferente las más pequeñas obligaciones sacerdo¬ sino que debe tomar la parte que le co¬ tales y en el ascetismo adquiría el vigor- rresponde en el grandioso homenaje que de sus trabajos intelectuales.» va á tributarse al sabio y virtuoso defen¬ El, juntamente con Donoso Cortés, sor de la fé. Aparisi, Verdaguer y- Nocedal ha de¬ Porque fué un verdadero sabio, juntó mostrado que no se ha extinguido en la humildad con la ciencia, las altas es¬ España, durante el siglo XIN, la raza peculaciones con las prácticas de la más ilustre de hijos de S. Francisco que co¬ sincera piedad y cuando toda la Europa mo, Ramón Lull, el Dante, Cristobal admiraba las producciones de su talento, Colón y otros infinitos dieron en otros él sin engreírse con las alabanzas, con¬ servó siempre en su corazón una mo¬ destia y sencillez angelical. tiempos á la Orden Tercera la gloria y • honor de sus virtudes, de sus escritos y de sus hazañas. 218 El Heraldo de Cristo Por lo que hace á nuestro Palmes, la place en ofrecer á la vista del espectador gloria que ha alcanzado es sobre toda una construcción más ó menos bella, ponderación, Menendez Pelayo lo llama más ó menos sistemática, pero puramen. el primer español del siglo XIX y Su te subjetiva, fantástica, pendiente en el Santidad Pio X, en su reciente carta al aire, sin base solida en la realidad obje¬ Prelado de Vich, patria dichosa du un tiva. Balines posee en cambio, la origi¬ varón tan ilustre, dice en su elogio: nalidad propia de la ciencia, la origina¬ «Verdad es que durante la primera mi¬ lidad que la ilustra, desenvuelve y com¬ tad del siglo pasado no faltaron hombres pleta, la originalidad que derrama vivos que merecieron bien de la Iglesia y de fulgores sobre la verdad, que la defien¬ la sociedad civil por sus escritos; pero á de de los ataques de sus enemigos, que todos debe decirse que aventajo, sin du¬ conserva, afirma y aumenta el patrimo¬ da, el qué por singular gracia de Dios nio intelectual del género humano; por¬ parece haber nacido para ilustrar es¬ que en el terreno propiamente filosófico plendorosamente y defender con denue' en las ciencias metafísicas, no cabe más do los principios de la Sabiduría cristia¬ oiiginalidad que esta, sobre todo des¬ na en aquella perturbación de los áni¬ pués que la idea cristiana afirmó su ba¬ mos y de la cosa pública que siguió en se y coronó su cima. toda Europa á la horrenda convulsión Pero su obra principal, la de mayores de la Francia.» alientos y donde brillan con mayor es¬ Entre sus muchas obras que con jus¬ plendor sus extraordinarias dotes de in¬ ticia le han granjeado el título de Santo genio y talento es, sin disputa, Fl Pro¬ Padre de los tiempos modernos figuran testantismo comparado con el Catolicismo. en primer término El Protestantismo «Cuando recorre la mente aquellas pági- comparado con el Catolicismo, La Filoso¬ nás, dice un panegirista suyo, en las que fia Fundamental y Fl Criterio. De este con calor y entusiasmo sé pone de ma¬ último libro dice Menendez Pelayo, que nifiesto la obra civilizadora de la Iglesia, como el oro encierra en pequeño volu¬ que trabaja constantemente por la liber¬ men inestimable riqueza, no menos que tad, de la que la presentan sus adversa¬ una higiene del espíritu, amenizada con rios como enemiga, esforzándose por su¬ rasguños de caracteres, dignos á veces primir la esclavitut. por ennoblecer á la del lápiz de La Bruyere. Y un insigne mujer, por suavizar las costumbres, por Prelado de la Iglesia lo llama Codigo del mitigar los horrores de la guerra, ya que Pecto Juicio. no le ha sido dable extinguirla en abso- De Palmes como filósofo ha dicho el soluto, por regenerar en fin al individuo, sabio Cardenal Fr. Ceferino Gonzalez. á la familia y á la sociedad; cuando se «No es un filósofo original con la ori¬ lee todo esto, repito, el más indiferente ginalidad usada en nuestros días, con se entusiasma, el más incrédulo recono¬ esa originalidad que atenta únicamente ce lo exacto de los juicios, lo lógico de á inventar algún sistemahiuevo, prescin¬ las conclusiones, y todos á una tienen de de la verdad y realidad, y que dando que confesar de grado ó por fuerza la rienda suelta á la imaginación se com¬ I alta misión civilizadora que ha realizado El Heraldo de Cristo 219 la Iglesia durante diez y nueve siglos, misión que seguirá realizando mientras haya hombres en la superficie de la tie¬ rra.» Un pensador tan grande, un genio tan portentoso que juntó las preclaras dotes de su inteligencia con la virtud más acri¬ solada y la humildad más profunda, bien merecía el homenaje de la admira¬ ción y alabanza que el mundo católico se prepara á tributarle en Vich su ciu¬ dad natal. Allí va á reunirse, en ia primera quincena de este mes de Septiem¬ bre, el Congreso Internacional de Apolojética, donde se congregarán las lumbre¬ ras de la ciencia y las letras cristianas para leer luminosos estudios sobre Jas obras de Balines considerándole como apologista, como filósofo, como sociólo¬ go. como historiador, como poeta y bajo otros aspectos que reviste su gigantesca y colosal figura. Mientras van á ponerse de relieve sus altas dotes intelectuales, lo mismo que sus méritos y virtudes, séanos lícito, á fuer de hermanos suyos en N. P. S. Fran¬ cisco, rendirle desde estas páginas, el modesto tributo de nuestra admiración y alabanza. Fk. B. S. fio es euento las izquierdas en todas las eleccio¬ nes. —Es preciso que nos ayudes con tu voto. —Señor, hace diez años que em¬ pecé á votar por cuenta de Vds.; ya entonces me prometieron que mejo¬ raría la condición del trabajador, que tendríamos pan, que no paga¬ ríamos tributos, y sin embargo.... —Ahora vamos á dar el golpe decisivo: está á punto de triunfar la causa de ¿a libertad; todo está en que los anticlericales se afiancen en el poder; luego veréis lo que somos capaces de hacer en obsequio vues¬ tro. Vuestros votos importan; vues¬ tros votos, y ya vendrá todo lo de¬ más. ¡Basta de opresión! Basta de es¬ clavitud! Basta de injusticias socia¬ les! Juan no entendía bien aquel dis¬ curso incoherente y ni aquellas ex¬ clamaciones desentonadas; pero aun después de tantos desengaños creyó que los ofrecimientos eran sinceros y votó. Votó como el año anterior.... co¬ mo diez años atrás. Votaban sus compañeros de ofi¬ cio.... votaban sus camaradas de clup.... y Juan votó con ellos. ., vo¬ tó con el señor de la voz chillona, de las exclamaciones desentonadas. Por centésima vez vió Juan llegar á su pueblo y entrar en su casa aquel señor regordete, de voz chi¬ llona y mofletes pronunciados que era el propagandista obligado de El júbilo fué indescriptible. Los periódicos radicales anunciaron con letras gordas el triunfo de la impie¬ dad, del anticatolicismo, que por ex¬ traña ignorancia y por una amarga 220 El Heraldo de Cristo ronia se confunden actualmente en el triunfo del trabajo. Tantos diputados republicanos.... tantos socialistas.... tantos ácratas.... tantos liberales ... tantos demócra¬ tas.... El clericalismo vencido para siempre.... La libertad triunfante.... Juan pensó también que aquello era su triunfo, el triunfo de todos los pobres; y lo celebró en el clup con todos sus amigos. Diputados católicos? No sabría á punto fijo, si los había oido nom¬ brar; creía que sí; pero él ¿que sa¬ bía? Por otra parte nadie había cuida¬ do de enseñárselo. Lo que sabía era que habían triunfado los suyos; los de la iz¬ quierda, los del señor regordete; estos.... los amigos del pobre.... y se disponía á entrar en una época de felicidad. Pasaron los meses. En los campos agostados se se¬ caban las mieses, sin que el Gobier¬ no se preocupase de ver como po¬ dría regar los terrenos mejores; las plagas de langosta devastaban lo que la sequía dejaba en pié; los agricultores estaban tristes ante la perspectiva de su ruina. Los industriales luchaban cada día con mayores dificultades para salvar y colocar los productos de sus industrias; los jornales bajaban rápidamente; el trabajo disminuía; las fábricas se cerraban. Los comerciantes sacrificaban al fisco casi todo el producto de sus ganancias: las obras públicas esta¬ ban paralizadas; los pobres emigra¬ ban á millares para buscar lejos de su Patria un pan amasado con su¬ dores y lágrimas. — ¡Protegednos! gritó una multi¬ tud, acudiendo al Jefe del Gobier¬ no: ¡protegednos! Queremos comer! Dadnos trabajo y comerán nuestras esposas y nuestros hijos! Aquel señor no se había acorda¬ do de que había pobres en la na¬ ción. Para salir del paso les arrojó unas cuantas pesetas y les prometió: tomar disposiciones. Y vinieron las disposiciones. La más saliente de entre ellas fué una Real Orden por la cual se ponían á las asociaciones religiosas no se que obligaciones y se les exi¬ gían no se que documentos. Con esto ni los hambrientos tu¬ vieron pan, ni las industrias protec¬ ción, ni el comercio ventajas, ni los ricos tranquilidad; y al tiempo que unos cuantos batían palmas porque marchaban las cosas conforme al plan que les convenía, gemían sin alimento los necesitados, y sin am¬ paro los pueblos.... —-No estamos bien, clamaron las multitudes; queremos cosas de ma¬ yor provecho. —Ahi van, les replicó el Presi¬ dente, y les arrojó como pan ben¬ dito una nueva Real Orden. ¡Que sarcasmo! Autorizaba los signos exteriores de las religiones contrarias á la del Estado. El Heraldo de Cristo 221 —¿Como se come eso? gritaron los más hambrientos. —¿Que significa esto? los más cu¬ riosos. —¿Que tendremos con esto? los más formales. Al hacerse cargo de la realidad hubo un barullo colosal. Millares de millares protestaron; pero aplaudieron los interesados, y el Presidente no oyó aquellas for¬ midables protestas, y oyó aquellos mezquinos aplausos, y se esforzó en figurarse que aquellos aplausos expresaban los sentimientos genera¬ tes de la nación; y se dispuso á se¬ guir su camino, y dar otras y otras Reales Ordenes. vudos brazos, con sus deseos de trabajar, apenas podían vivir. Si fuera el solo.... pero su espo¬ sa.... sus hijos.... Recibióle María con dulce cariño y alargándole un documento le dijo: -—De la Administración han man¬ dado eso. Juan leyó: Por impuestos de consumos— Ter- cer trimestre.... Pesetas 4 personas. .... Por la matrícula de su oficio de carpintero Por la cédula personal de tal clase. (oo 20(00 2'50 Al entretanto por falta de opor¬ tuno remedio se agravaba la crisis agrícola, y la crisis industrial, y la crisis comercial.... las regiones mi¬ neras ardian en el fuego de las huelgas llenas de odios y desas¬ tres.... los hambrientos seguían sin pan que dar á sus hijos, y conti¬ nuaba desangrándose en no inte¬ rrumpidas emigraciones la madre Patria.... Aquella tarde Juan al retirarse del taller á su casa estaba desani¬ mado y entristecido. Las maderas subían por los obs¬ táculos con que tropezaba el co¬ mercio; los parroquianos faltaban, por la mala cosecha de los campos; 37 en aquel pueblo de seis mil almas, con su salud robusta, con sus ner¬ Total.—Pesetas . 3f5° que se servirá V. pagar en el tér- mino de.... No pudo seguir: el desengaño, la ira, el odio, el deseo de venganza se apoderaron de él á un tiempo. Que le exigieran tributos los otros gobernantes; los que él no votaba, los opresores, era una injusticia; pe¬ ro que se los exigieran ellos, los libertadores, los protectores del tra¬ bajo, era una traición, una verda¬ dera traición. —¡Injusticia! / Traición! gritaba Juan exasperado. Y como burlona pesadilla se ofre¬ cían á su imaginación dos sueltos leídos pocos días antes en los pe¬ riódicos. En tal universidad un catedrático que cobra 20.000 pesetas de sueldo tiene un solo discípulo, y otros no tienen absolutamente ninguno. 222 El Heraldo de Cristo Los diputados de la izquierda (¡sus diputados!) han votado un crédito de qoo.ooo pesetas para las fiestas del centerio de tal acontemiento... ¡Y el Presidente no se acordaba de ellos; y sus diputados también se olvidaban de ellos!... Salió á la calle para desahogarse y tropezó conmigo. Eramos vecinos y habíamos sido amigos; pero después la indiferen¬ cia por una parte, las malas lectu¬ ras por otra, y las propagandas á que estaba expuesto por otra, le ha¬ bían apartado un poco de mí; me saludaba, pero bajaba la cabeza y pasaba adelante. Aquel día empero estaba afligido y se me acercó; cuando un hombre está afligido, no teme tanto al hᬠbito de un fraile. Allá en plena calle me contó lo que pasaba. —Son traedores, Señor, son trai¬ dores! Pues si nos habían de aban¬ donar, ¿por qué nos prometían que nos ampararían? Si habían de abrumarnos con tri¬ butos, ¿á que asegurarnos antes que con su advenimiento mejoraría núes, tra situación? Si V. viera mi casa, padre; si V. contemplara las casas de tantos po¬ bres. —Bueno, le dije yo para tantear¬ le, ya supongo que les habrán ali¬ viado bastante las Reales Ordenes... del Sr.... —¿Reales Órdenes? ¿Que nos im¬ portan á nosotros? ¿Que falta nos hacen los signos ó como se llamen? Que más da que haya frailes ó no los haya? Los frailes; son miem¬ bros de la sociedad y de todos mo¬ dos tienen derecho á vivir y á comer por los caminos que más les plazca con tal que no perjudiquen á nadie. ¿Que más da que lleven hábito ó no le lleven? No, señor; ellos -no nos importan; ellos no nos perjudican; no gana¬ mos nada con las Reales Ordenes, Pan nos hace falta; trabajo; medios de vivir.... —Ca, no te quejes, que ya te- neis libertad. —Y ¿que nos aprovecha la liber¬ tad, si nos morimos de hambre? —Oye, Juan, le dije entonces un poco serio. Vosotros sois dignos de compa¬ sión porque sois desgraciados; pero no lo sois si se tiene en cuenta la manera como vosotros mismos huís de la Iglesia que fué vuestra pro¬ tectora y os lanzáis en brazos de aquellos hombres que siendo sus enemigos, son también vuestros ene¬ migos. —Ellos dicen que miran por nuestro bien. —Y al entretanto os extrangulan como pueden. — ¡Mirar por vuestro bien! Que han hecho ellos para bien de los po¬ bres? Yo veo los ancianos sin amparo, recogidos por la Iglesia y cuidados por monjas; veo los enfermos más repugnantes servidos por frailes; El Heraldo de Cristo 223 veos los niños sin familia educados • soluto, se acordaba más de favore¬ por la Iglesia; veo los escrofulosos, cer á los pobres, y visitarles en sus los dementes.... propias casas, que no se acuerdan Y — ¿para los sanos, para mí? —Para los que están en disposi¬ ción de trabajar y sostenerse veo las obras sociales católicas, donde esos demócratas de ahora, que solo acuden á ellos cuando los necesitan para subir. Y aquel pueblo de entonces, que con verdadero desinterés se sacrifi¬ no se llamaba pueblo soberano tenía can por vosotros hombres que no para su propio gobierno más venta¬ os necesitan para vivir, y ellos se jas que ahora; derechos y fueros aprestan á serviros. que los reyes mismos no se atrevían Veo las instituciones que recogen los niños pequeñitos para que las á traspasar. Y los españoles, como tu, no lle¬ madres puedan trabajar; veo los que los recogen mayorcitos para instruirles y educarles.... —De modo que V. cree, que la gaban á pagar una peseta anual de tributos. Y sin tener tanta libertad para lo malo la tenían mucho mayor para lo bueno. Iglesia sabe cuidar mejor de noso¬ tros, que los socialistas y los radi¬ cales.,.. Y además de todo esto tenían.... lo que no teneis vosotros: pan en —Así lo atestiguan los hechos j! casa y dinero en el bolsillo. que son más elocuentes que todos los discursos de todos los oradores Fr. Junípero. juntos. —Pero nos dicen que ellos traen ~-£=3 la libertad y el progreso. —Mira, Juan, no seas necio, me¬ jor dicho, no te dejes tratar como A JESÚS CRUCIFICADO necio. Cuando el rey Felipe II, tantas veces maldito por los anticatólicos, gobernaba la España, abundaban los frailes, se honraba al clero y se respetaba la religión más que en ninguna parte del mundo. Y nuestras industrias llenaban to Para ü son, Jesús, mi bien amado, Los tristes cantos tic mi pobre lira. Para li son, quo al verte en cruz clavado Dolor ¡ni enso lu pasión me inspira. ¡Te contemplo!... Tu boca ensangrentada, Tus ojos moribundos ¡Jesús mío! Tu cabeza de es ¡jiñas coronada Y, tus manos y pies de sangre un río! do el orbe, y nuestro comercio te¬ nía ocupados todos los puertos, y nuestros sabios y artistas eran la envidia de las nacio-nes. Lloro y beso tu cruz de amor vencida!! Amarte más y más tan sólo anhelo... Ya nada tomo perder salud y vida ; Si abrazada contigo subo al ciclo. Y aquel rey que se llamaba ab¬ Maucelina Mohagues, 224 El Heraldo de Crispo RESOLUCIÓN Margarita era una niña de unos do¬ ce años, inocente y pura corno un rayo del alba. Tuvo la inmensa felicidad de ser designada para hacer la primera co¬ munión. Se preparó con fervor edificante, y Dios le hizo comprender la malicia y fealdad del pecado mortal. Animada entonces tomó la firme resolución de morir antes que pecar. Desde luego la niña fué más reflexi¬ va y piadosa; sin dejar de ser alegre y comunicativa, se mostraba más su¬ misa, más obediente 5 más respetuo¬ sa con sus padres. A medida que aumentaba su edad, aumentaba su virtud y su delicadeza; un pensamiento la dominaba y seguía á todas partes: agradar á Dios; una idea le aterrorizaba: ofender al ceñor y perder la inocencia del alma. Entre las alegrías de su primera comunión Margarita se acercó á su madre y con extraño acento le dijo: «Yo he tomado una resolución, que si la cumplo, mellará feliz; he pedido á Dios una gracia que no dudo me ha de conceder; pero no me pregunte V. cual es, porque debo guardar acerca de esto inviolable secreto. No deje de rogar por mí al Señor, para que se digne oir mis oraciones.» —Con mucho gusto bijita mía, le dijo su buena mamá, sin tratar de descubrir el secreto de la niña. Y desde aquel día oró más por ella. Pasados cuatro meses, Margarita comenzó á sentirse mala. Su indispo¬ sición pareció ligera en un principio; pero poco á poco la debilidad crecía, y las fuerzas de la niña se amengua¬ ban, sin qne los médicos acertasen á comprender la causa del rnal, ni mu¬ cho menos á curarlo. A medida que la enfermedad se agravaba, era más intensa la alegría de Margarita. Todos comprendieron que iba á mo¬ rir; mas no se explicaban fácilmente la felicidad de que parecía disfrutar. Un momento en que quedaron solas la hija y la madre, besóla ésta en su frente, y acariciándola suavemente le dijo: —Recuerdas, Margarita, el encargo que me hiciste ha ya seis meses. —Sí, mamá; lo recuerdo perfecta¬ mente. — ¿No ha Pegado todavía el t empo de manifestarme cual era tu resolu¬ ción y tu propósito? —Sí, respondió la niña, con dulce sonrisa; tome V. mi cuaderno de pri¬ mera comunión, ábralo y encontrará indicada la gracia que con tantas ins¬ tancias he pedido á Dios. La madre toma ansiosa el librito con tanta diligencia guardado por su hija; busca inquieta el iugarque ésta e había indicado y lee estas palabras escritas el día en que habia hecho su primea comunión: «Diós mío, si vi»viendo más largo tiempo en la tierra, «hubiera de cometer un pecado mor¬ ado mortal, os pido la gracia de que »me saquéis antes de este mundo.» Una palidez de muerte se pintó en el rostro de la afligida madre; lágri mas de honda amargura mezclada con íntima satisfacción saltaron de sus ojos; y después de algunos momentos de silenciosa emoción pregunto á Mar¬ garita: —¿Quieres, pues, morir? —Sí, mamá, quiero morir antes que ofender á mi Dios; porque así el cielo será mío, y V. será la madre de un angel. La madre resignada ofreció á Dios el inmenso sacrificio que se le exigía. Pocos días después Margarita vola¬ ba al cielo, dejando como recuerdo á sus amantes padres los apuntes de su primera comunión. Cada vez que su mamá rogaba por El Heraldo de Cristo 22Ç ella creía verla rodeada de aureola!! ce'estial, que sonriente le decía: —Yo no pequé jamás mortalmente; ü ante la ley, del respeto á todas las opiniones, pretendiendo introducir sois la madre de un angel ocultamente y casi sin sentirlo, la doctrina católica, como si fuese una Dkiíora. mercancía averiada y de contra¬ bando. i No hay que ser exagerados, di¬ No prevaleeepán cen ellos, no hay que extremar las cosas, no hemos de hacernos repul¬ ni I sivos; por el contrario, hemos de No cabe dudar que la verdad ca¬ conquistar el aprecio y estima de nuestros adversarios con el trato tólica triunfará sobre el error liberal afable, con las formas de la más ex¬ y sobre todos los demás errores que ofuscan hoy las inteligencias y extravian las voluntades; pero no se quisita cortesía. (Como si los princi¬ pios católicos y la firmeza en soste¬ nerlos estuviesen reñidos con la de¬ crea que esa victoria se ha de al- i canzarsin lucha y lucha tenaz y por¬ bida atención y cortesía.) y usando de estas buenas formas, sin herir fiada. No faltan por desgracia quienes escudándose con la prudencia, pero inspirados en realidad por la musa del miedo y la cobardía, no quieren que los católicos luchemos frente á frente con nuescros enemigos. La lucha abierta trae necesariamente consigo incomodidades y disgustos. Para sostenerla hay que indisponer¬ se con los que figuran en medio del mundo, con los que ejercen los car¬ susceptibilidades, hemos de con¬ quistar poco á poco para la Iglesia el respeto y consideración que se merece. De esta manera, sin luchas ni combates, por los procedimientos de atracción, haciéndose simpáticos al enemigo, pretenden conducir al buen camino á los que desgraciada¬ mente se apartaron de él. Y al paso que tratan con tanta dulzura y prodi¬ gan los halagos á los enemigos de la verdad católica, no cesan de llamar gos públicos, con los que disponen de mayores recursos é influencias en medio de la sociedad. Y antes exagerados, perturbadores, locos, tercos, orgullosos y enemigos de la que indisponerse con los poderosos del siglo y renuciar á los gajes que j concordia, á los católicos que firmes y constantes en la integridad de la doctrina, rechazan las componendas proporciona su privanza, prefieren enfundar la bandera católica y guar¬ dar silencio sobre los errores que con los secuaces del error y no quieren transigir con ellos. están más en boga; y para sustentar ¿Cuales son las consecuencias de la causa de Dios y de la patria se esa táctica singular? Ciertamente que cobijan bajo el estandarte de la cul¬ no pueden ser más funestas y lamen¬ tura, de la libertad, de la igualdad ; tables. 2l6 El Heraldo de Cristo Por de pronto, la táctica de esos de consideraciones y honores, que macabeos incruentos, como los llama sus máximas son recomendadas, sino un insigne defensor de la buena como una teoria verdadera, al menos causa, siembran el desaliento en las como una necesidad ineludible, han filas católicas. Desde el momento en llegado muchos á creer que no debe qué se enfunda y esconde la bande¬ ser tan fiero el león como lo pintan, ra, cuando se nos dice que es impru¬ que se puede aceptar el liberalismo dente proclamar en alto los princi¬ político sin faltar al deber de bue¬ pios católicos, que novamos áningu¬ nos católicos, que es lícito y hasta na parte atacando las libertades de laudable militar en los partidos perdición, que pretendemos un impo¬ liberales, especialmente en los me¬ sible, y que jamás llegaremos á rea¬ nos avanzados, que este es el único lizar nuestro ideal que es el reinado medio de trabajar con eficacia con¬ social de Jesucristo: al oir semejante tra la revolución y por consiguiente lenguaje, ¿que valor y ardimiento en defensa de la misma causa cató, han de tener los soldados de la fe? lica cuyo triunfo anhelamos. ¿Que entusiasmo puede enardecer De esta manera han ido en au¬ sus pechos, cuando apenas saben á mento por muchos años las defec¬ quién han de atacar, ni que és lo ciones en el campo católico; y aún que han de defender? El valor, como de los qne han permanecido fieles á dice Pio X, no tiene razón de ser, si sus principios, buen número se han no se funda en ¿a firmeza de las con retirado de la lucha. Así el núcleo vicciones y estas tienen que flaquear de fuerzas católicas militantes, en por fuerza cuando se nos dice y repi¬ vez de aumentar, ha ido decrecien¬ te que los principios objeto de las do en muchas partes; y en cambio mismas no son aplicables á la vida nuestros enemigos van de triunfo real. en triunfo, refuerzan cada día sus De ahí viene el desaliento en las aguerridas huestes, redoblan cada filas del ejercito del bien; de ahí pro¬ día su saña y furor, y parece que ya ceden principalmente la división y j se están preparando para dar el úl¬ confusión; de ahí que muchos optan timo asalto. por el retraimiento y muchos más Estos han sido los funestos efec. por la deserción hacía las filas ene¬ tos de la política de transigencia y migas. conciliación con los errores dominan¬ Esta y no otra es la causa de que ! tes: el desaliento y merma de las fuer¬ tantos católicos hayan abandonado zas católicas y el robustecimiento de nuestro campo y hayan pasado con los partidos liberales llamados de or¬ armas y bagajes á las huestes del mal¬ den, que en nombre de una menti¬ dito liberalismo. A fuerza de ver que da y falsa libertad nos conducen á son muy contados los que levantan la revolución más impía y desenfre¬ la voz para condenarlo y reprobarlo, nada. que sus caudillos cosechan toda clase ¿Qué debemos hacer, pues, los El Heraldo de Crist 227 buenos católicos para defender nues¬ nunca con los errores liberales A tra fe, nuestra religión y nuestra estos siguen los catalanes que tan patria de tantos enemigos que las gallarda muestra acaban de dar de combaten? su denuedo y ardimiento en defen¬ Reconocer de una vez que, para sa de la Religión; y precisamente vencer á la revolución asi á la fiera Cataluña es, después de la Vasco¬ como á la mansa, no valen las tran¬ nia, donde mejor prospera y flore¬ sigencias ni los halagos, que es pre¬ ce la política antiliberal. ciso luchar con valor y esfuerzo, , Volvamos ahora la vista á las aceptando desde luego los sacrifi¬ provincias donde los católicos han cios, disgustos é incomodidades que ingresado en masa en los partidos llevan consigo las luchas, y que no liberales, siquiera sea en el conser¬ conduce á nada, sino á nuestra de¬ vador; donde la política católica rrota, el arriar la bandera de nues¬ apenas tiede defensores. ¡Que dife¬ tros sacrosantos principios, en torno rencia de protestas á protestas, de de la cual es preciso agruparnos to¬ entusiasmo á entusiasmo! ¡Cuan otro dos, para dar la batalla á la revolu- |i ha sido el efecto y la trascendencia ción y destruir su tiránico imperio. de unas y otras! Lo que hoy está pasando en Es¬ Cesen, pues, en su empeño los paña es una prueba la más elocuen¬ te de lo que afirmamos. El actual Gobierno nos amenaza con implan¬ que se atreven á aconsejarnos que para combatir á la revolución, apo¬ yemos al partido liberal menos tar la enseñanza laica en todas las avanzado. No es este el camino de escuelas públicas, con reducir el la victoria, sino el de la derrota. excesivo número de ordenes religio¬ Nada se puede esperar en favor de sas, como un primer paso para lle¬ la Iglesia de una agrupación que gar á su total supresión, con la rup¬ empieza por llevar escrito en su tura de relaciones con la Santa Se¬ bandera el lema de la vil neutrali¬ de, si esta no accede á los deseos dad entre la verdad y el error, en¬ del Gobierno, y con todos los ma¬ tre la Iglesia y la revolución; que les y trastornos que de ahí pueden promete solemnemente no suscitar seguirse. Contra esta campaña sec¬ taria del Gobierno protestan todos los buenos católicos; pero ¿cuales son las protestas más enérgicas y dificultades al Gobierno que pade¬ cemos en su campaña de persecu¬ ción religiosa; que asegura respetar é implantar las leyes jacobinas que eficaces, las que han logrado preo¬ encuentre aprobadas, cuando obten¬ cupar de veras al gabinete y han ga el poder. Se necesita estar cie¬ tenido resonancia en toda España y gos ó cerrar voluntariamente los fuera de ella? Las de los católicos ojos á la evidencia, para no ver vasconavarros que militan bajo la que esto no es oponerse á la revo¬ bandera de nuestras venerandas tra¬ lución, sino consolidarla y favore¬ diciones y no han querido transigir cerla con la mayor eficacia. 228 El Heraldo de Cristo Deslíndense, pues, los campos; hacia el Oriente las palomas y hacia el Occidente las arpías; es decir, los católicos de una parte, para sostener todas las verdades de la fe y todos los derechos de la Iglesia juntamen¬ te con las tradiciones patrias; y de otra, todos los liberales desde los más mansos é hipócritas, hasta los más radicales- é impíos. El día en que se haga este deslinde y cesen las confusiones y mezcolanzas, habrá sonado la hora de los triunfos de la Iglesias contra las fuerzas combina¬ das de todos sus enemigos. Fr. Pacífico. Pan de 5. Antonio Mes de Agosto Cepillo de la iglesia de San Francisco en Palma Limosnas recogidas. . 226’00 ptas. Por 564 kilos de pan. 197’50 » Repartido en metálico . 2P00 » Remanente. . . . 008’50 « —#—%£—-&r -tor Çròniea franciscana INTERIOR inca. — En obsequio al Beato Ramon Lull. — Los dias 1, 2 y 3 de Julio se celebró en el convento de S. Francis¬ co de esta ciudad un triduo en obse¬ quio al ilustre terciario mallorquio. Terminó el día 3 con una comunión general por la mañana j un ejercicio con plática por la tarde. Para hacer más popular la dev oción al Beato y para darlo á conocer se celebró por iniciativa del Discreto¬ rio de Tercera Orden una velada lite¬ raria musical. Tuvo lugar el día 17, en el local del «Círculo de Obreros Católicos» gene¬ rosamente cedido por su Junta Direc¬ tiva. El acto fué concurridísimo y el público ocupó por completo el vasto salón y las dos calles inmediatas. Pronunciaron discurso el Rdo. Pa¬ dre Fr. Pedro J. Cerdá, D. Bernardi¬ no Mulet y el Rdo. D. Jaime Sastre, Vicario de Algaida. El primero de¬ mostró que la fe y la religión no son impedimento para el cultivo de las ciencias, y se extendió en considera¬ ciones sobre el carácter de sauto y sabio del Bto. Ramón; el segundo tra¬ zó una breve biografía, é hizo un her¬ moso análisis de sus obras principal¬ mente de las ascéticas; el tercero, lo presentó como hombre de fe ardiente, y de celo por la religión, señalándolo como modelo para los católicos de hoy. Leyeron poesías- D. Andrés Caimari, D. José Aguiló, D. Bartolomé Cantallops, D. José Oliver y D. Mi¬ guel Durán. D. Mariano Aguiló lejó el escrito de Claravana: La fin del mundo. A la parte literaria correspondió la musical que no fue menos importante. Cantóse un Himno al Beato Ramón Lull, Himno obrero, Arre Moreu, Aubades, y se tocaron algunas pie¬ zas á cuatro manos; todo bajo la di¬ rección de los PP. García y Rubí fran¬ ciscanos, venidos para asistir al acto. No hemos de repetir aquí las ala¬ banzas que suelen prodigarse en rese¬ ñas de tales actos: el fin era hacer co¬ nocer y amar al Beato Ramón Lull y si esto se consigue será la major ala¬ banza que podrá tributarse á cuantos han tomado parte en la función. Las impresiones del público son por otra parte inmejorables y es deseo El Heraldo de Cristo 229 general que se repitan veladas seme¬ jantes. También las Hermanas Terciarias, que no podían asistir á la velada del día 17, porque se reservaba para hombres solos el local del Círculo Obrero, celebraron el día 10, una ve¬ lada en el espacioso salón que tienen destinado á clases las Hijas de la Mi¬ sericordia. Más de quinientas Herma¬ nas pudieron asistir al acto; en el cual tanto la parte literaria, como la musi¬ cal estuvo á cargo de las Terciarias mismas. La conocida poetisa D.a Mar¬ celina Moragues, concurrió con su presencia y cqii la declamación de varias poesías suyas á la mayor bri¬ llantez de la función. Al final el Sr. Párroco, al darles la enhorabuena por lo acertadas que ha bían estado en el desempeño de sus respectivos papeles, les dió oportu¬ nos consejos, que fueran unidos al recnerdo gratísimo de aquella vel da. Sea todo á mayor gloria de Dios. Otra Protesta A continuación insertamos la que ha formulado la Hermandad de Inca con la contestación que ha recibido del Cardenal Primado. Ecxno. Sr. Presidente del Consejo de Mi¬ nistros. En nombre y representación de seis¬ cientos treinta Terciarios de esta ciu¬ dad protestamos con toda nuestra alma contra la política de ese Gobier¬ no, y las recientes disposiciones, que siendo vejatorias para la Iglesia son contrarias á los sentimientos genera¬ les de la Nación y al espíritu de las leyes españolas. Inca (Baleares=Mallorca) 21 de Julio de 1910. Fr. Pedro J. Cerdá. Director.—Pe¬ dro de A. Mulet. Prio. Presidente.— Bartolomé Nicolau. Prio — Miguel Du- 1 rán, Librero—Pedro Batle, Prio.-Juan Estrany, escribiente.-Antonio Llinás, Herrero.—José Campins, Fotógrafo. —Miguel Seguí, Prio. Secretario.— Bartolomé Tortellà, Alfarrero Vice-Se- cretario. Emm. Sr. Cardenal Primado Toledo. Los seiscientos treinta miembros de nuestra Hermandad Franciscana pro¬ testan enérgicamente contra la po-íti¬ ca anticatólica del Gobierno Español; y se sienten orgullosos al reiterar ante V. E el Testimonio do su firma adhe¬ sión á la santa Iglesia Católica en los momentos en que se ve perseguida. Inca (Baleares=Mallorca) 21 de 1910. Siguen las firmas Sr. Dr. de ”E1 Siglo Futuro. Nuestra Tercera Orden Seglar pro¬ testa contra la política anticatódca del Gobierno Español, contra las disposi¬ ciones de él emanadas, atentarorias á los derechos de la Sania Iglesia, y contra la conducta de aquellos que habiéndose presentado años y años como amigos de la Religión Católica, contemporizan ahora con los enemi¬ gos de ella, y se muestran dispuestos á apoyarlos en su obra de persecución. Inca (Baleares=Mallorca 21 Julio de 1910. En nombre de los seiscientos treinta miembros de la Congregación. Siguen las firmas. EL ARZOBISPO DE TOLEDO Rvd. P. Fr. Pedro Cerdá Inca. Rvdo. Padre: Ya que ha tenido la bondad de comunicarme la adhesión de esa Hermandad Franciscana; su- 230 El Heraldo de Cristo plícole encarecidamente que con ole¬ tando el favor, se haga intérprete ante cuantos la componen, de mis sen¬ timientos de profunda gratitud. Su adhesión es buen testimonio de su pie¬ dad. Felicítelos por ello en mi nombre v no dude que le quedará agradecido su a'fmo. en Cristo y 6. S. f El Cardenal Arzobispo. 13 de Agosto de 1910 EXTERIOR Nuevo templo Con grandes fiestas han inaugurado los franciscanos de la provincia de An¬ dalucía la iglesia, recientemente cons¬ truida eu el populoso barrio del puer¬ to de la Luz, en las Palmas, isla de Gran Canaria. A las funciones inau gurales en que ofició de Pontifical el Prelado diocesano, y predicó el doctor Matamata, siguióse solemne triduo, en el que predicaron los padres Her¬ nández, superior de los franciscanos, Fuertes, superior de los misioneros del C. de M., y el Dr. Padrón de la Torre, canónigo. Es de esperar que pronto se establezca en el nuevo tem¬ plo la Orden Tercera de San Fran¬ cisco. Al padre por el liijo De una publicación tinerfefia: «Digno remate de esta apostólica jornada, fué el triduo en el Tablero, importante pago de la parroquia de la Concepción de la Laguna, en Te nerife, Canarias, de la que es dueño y señor el encanecido y ardoroso Teide. «Próxima á la ermita ha levantado la piedad una amplia casa escuela, donde un ser providencial, alma ab¬ negada, sin lucrarse, educa santa¬ mente á cuarenta niños en la mayor parte del dia y da clase á adultos en las primeras horas de la noche. Sen¬ tía aquel caserío una apremiante ne¬ cesidad de enseñanza. Esta obra emi¬ nentemente bienhechora la proteje San Antonio de Padua, cuya imagen de talla se venera en una hornacina del aula, y el Santo de los milagros ha obrado uno más al sostener tan modestísimo establecimiento. »El P. Pérez de S. Román, fran¬ ciscano, ha tenido tres días de la¬ bor incesante: sermones, catequesis, piadosos ejercicios, en hooor del íncli¬ to Paduano. »¡Quéacto tan conmovedor la Co¬ munión det Domingo en la que, trein¬ ta niños de ambos sexos, muchos de 14 y 15 años recibieron por vez pri¬ mera el Pan de los ángeles! ¡Qué tier¬ na aquella procesión en la que los alumnos de la escuela de S. Antonio marchaban cantando piadosas letri¬ llas.» Con suaves lazos ha traído S. Anto¬ nio á la protagonista de esta gran obra educadora al aprisco francisca¬ no. Ella y su compañera se han gua¬ recido en la Orden Tercera, vistiendo con sumo agrado la honrosa librea del Serafín de Asís. —♦—.p!. ■» t í—♦—HP-»- Noticias y variedades Las distracciones de Edison Edison es el hombre más distraído del mundo. El mismo confiesa que en día de su boda olvidó á su mujer en la estación. La infeliz recien casada, herida en su amor propio, fué abnegada, sin embar¬ go, y se lanzó en busca de su marido. Encontró á éste trabajando tranquila¬ mente en el laboratorio, sin acordarse de nada de cuanto había hecho aquel día. Recientemente el inventor célebre te¬ nía que asistir al banquete anual con El Heraldo de Cristo 231 que le obsequia la Sociedad que explota sus inventos. Su jefe de taller se lo dijo diez ó doce veces en el día. —No olvide usted que el banquete empieza á las cinco. Tiene usted que afeitarse y vestirse de negro. Yo vendré á buscarle á las cuatro y media. —Ya sé, ya sé,—decía Edison. Y, en efecto, cuando vino á buscarle en automóvil, hubo de explicarle nueva¬ mente de qué se trataba. Y se presentó en el banquete con la blusa que llevaba en el taller. Pero la última distracción es de la se¬ mana pasada. Salió á echar una carta al correo, y en vez de la carta, ^chó el es¬ tuche de los lentes. Volvió al taller, necesitó sacar los len¬ tes, y sacó la carta. Lección de economía Enteróse un rey de que un hombre del campo, ganando dos reales solamen¬ te, era el ser más feliz del mundo. Fué á sorprenderlo un día en su labor, y lo ha¬ lló contento. —Deseaba conocerte. —Pues aquí estoy, señor. —Dícenme que estás siempre alegre. —Y es verdad. —Y que sólo ganas dos reales. — También es verdad, señor. — ¿Y cuánta familia tienes? —Mi mujer, dos hijos, una hija, y mis ancianos padres. — ¿Y te alcanza el jornal? — Con él, tal como es, mantengo mis obligaciones, pago deudas atrasadas, pongo dinero á rédito, y aun tiro dinero por la ventana. —¿Estás en tu juicio? — ¡Vaya si lo estoy! — Mantengo, señor, mis obligaciones, porque vivimos con el jornal. Pago deu¬ das atrasadas, porque mantengo á mis padres. Pongo dinero á rédito, porque sostengo á mis hijos, que me sostendrán á mí cuando sea viejo. Y tiro dinero por la ventana, porque mantengo á una hija que el mejor día se casará, y... ¡si te he visto no me acuerdo! Asombrado el rey de la sutileza del canpesino, llevóle consigo, le pensionó y fué su continuo consejero. ¡Vaya si tiene moral el cuentecillo!... Los Explotadores del PueMo El jefe de los socialistas españoles, di¬ rector del semanario El Socialista, preconizador del atentado contra Maura y casero de El Escorial, D. Pablo Iglesias, ha marchado este verano al balneario de moda, al balneario más caro, al bal¬ neario de Mondariz. Si es por quebrantos de salud, si es por dolencias del estómago, celebrare¬ mos la mejoría, sintiendo que al porta¬ estandarte de las aspiraciones proletarias le haya aquejado una enfermedad que. por regla general, sólo padecen los ricos. ¡Ironías patológicas! D. Pablo Iglesias fué obrero, y aun¬ que no ha aumentado la cultura que co¬ mo tal tenía, dejó de ser obrero para ir aburguesándose, hasta que llegue á ser capitalista con automóvil como Lerroux y adinerado como Blasco Ibáñez, Bebel, Jaurés, Clemenceau, Viviani y otros re¬ generadores del pueblo de mayor ó me¬ nor personalidad. Es la historia de todos ellos, mucho radicalismo, mucha utopia mucha pro¬ mesa, mucho matonismo revolucionario, para una vez adquirida posición econó¬ mica retirarse á la Capua del disfrute pacífico de todo linaje de bienestar, co¬ mo Blasco Ibáñez que en carta reciente á Lerroux le ha dicho: «que ya no se ocupa de política ni le interesa gran co¬ sa.» ¿Para qué le sirve á estas fechas? 2í2 El Heraldo de Cristo Bibliografía Reglamento del Canto Sagrado de la Ar- chidiócesis de Sevilla. Forma un fascículo de 92 páginas en 4.° y es una muestra elocuentísima del celo del Prelado Hispalense y de la Co¬ misión Diocesana nombrada por él para la reforma de la Música Sagrada. Contiene tres partes, á saber: Preám¬ bulo, Reglamento y Notas Aclaratorias. En el Preámbulo se demuestra el ca¬ rácter obligatorio de los Decretos y Dis¬ posiciones que ha dictado la Santa Sede sobre materia tan importante en la sa¬ grada liturgia. El Reglamento es un veadadero y com¬ pleto Código de la Música Sagrada que contiene todas las disposiciones vigen¬ tes emanadas de la Santa Sede sobre el canto litúrgico reducidas á orden metó¬ dico. Abraza 62 artículos, distribuidos en XVI capítulos y un apéndice. En las Notan Aclaratorias se explica el sentido genuino de los artículos del Reglamento en aquellos puntos que pu¬ dieran dar lugar á dudas ó interpreta¬ ciones diferentes y se confirman las re¬ glas formuladas con los textos mismos copiados literalmente de los documentos pontificios. Esta parte es la más extensa y comprende 244 notas. En su conjunto es una obra que honra á la Archidiócesis de Sevilla y como su doctrina es general y aplicable en todas partes, no dudamos que será bien reci¬ bido este reglamento en las demás dió¬ cesis de España; en él cuantos se inte¬ resan de veras por la reforma del canto en la Iglesia hallarán reunidas y expues¬ tas de una manera clara, ordenada y ase¬ quible todas las prescripciones de la Sana Sede sobre la Música Sagrada. Necrología El día l.° de Agosto falleció en Manacor Sor Davina Rigo. y Cañellas-, religio¬ sa Terciaria de S. Francisco, á la edad de 21 años y 2 ds profesión religiosa. Era natural de Marratxí y hermana del Rdo. P. A.maldo Rigo, de la Orden Ter¬ cera Regular. Fué lo mismo en el seno de su familia que en la vida religiosa un verdadero modelo de virtudes cristianas. Damos á toda su familia el más sentido pésame y pedimos al Señor conceda á la finada el eterno descanso. — El 25 de Agosto, fiesta de S. Luís, Patrón de la Orden Tercera, falleció en Sansellas, su pueblo natál, el Terciario Sebastián Burgos Florit, á la edad de 27 años. Vivió más de un año como aspi¬ rante á religioso lego en nuestro conven¬ to de Lluchmayor, donde acometido por gravísima enfermedad durante ocho me¬ ses dió muestras de fervorosa piedad y grande resignación. Convaleciente de su dolencia fuese á respirar los aires de su pueblo, y cuando esperábamos verle pronto restablecido, un nuevo ataque en pocos días ha puesto fin á su existencia. Su ejemplar vida y cristiana muerte nos hacen confiar que hahrá conseguido la gloria eterna. Fué amortajado con el há bito de la Orden Tercera Regular y una gran concurrencia asistió á su entierro. Ruguemos por él. — Durante el pasado mes de Agosto han fallecido las siguientes hermanas pertenecientes á la Hermandad de San Francisco de Palma. Doña Carmen Ferrer Serra- » María Company. » Andrea Su reda Riera. A. E. R. I. P. * Tip. Católica de S. Pizá. —Sto. Cristo, 20.-Pai.ma, ir i va / . =Hf>A . 'i . v.:a ,.' -f; rríM-A^vv ':‘ ..“a :l vi ■ K , ;.A:-AAAA : -' - <~h A ■ i VApS-j aV ■ V....... ' V;--■ A :; .-:■ ,: , • - ,.J.. •-.'./-- ■ - .’■ A'A A - ..-Á1-. ■■ A \_N“ - •■-’■- —- ■ ' ??' . A\\ ' -' • "' . .. . ' . ' ' ■ ■-.-■ v- '. ' • . 1 -"A A '■ .... - ■ ~ ' ' 'V , ✓ ■ ■'-. ■'. ■'■ ' ■ -W A Ap.AAfyAAVA a VvAA ^,VÁÁaA a - SA;... > ■ .; - „**3 ' T" X . V A ' V\\ • ■ Va. ■ íhA vMvív / . ■ . '' v. ■ ' „■■ > ''i s ' / » v ;\\ \\ ,^7' ". v, - vry aAaí'aJaa- »•• ■ ' ;. : r ..■'■ .; ■, ■ ■- CULTOS EN NUESTRA IGLESIA DE S. FRANCISCO DE PALMA DURANTE EL MES DE SEPTIEMBRE. Día 14. —Empiezan en este día en la iglesia de la Hermandad Cuarenta- Horas dedicadas á las Llagas de N. P. S. Francisco, Por la tarde á las cinco y media exposición de su D. M. y actos de coro. A las siete y media rezo de la sagrada corona, ejercicio de la adoración de las Sagradas Llagas y reserva. Día 15.—Por la mañana á las siete exposición y adoraciones de Sor Rosa. Turno de misas hasta las diez y media. A las diez Tercia y Misa mayor can¬ tada. Por la tarde á las cinco y media actos de coro, á las siete y media rezo de la sagrada corona y primer sermón del triduo que predicará D. José Auba Pbro. Terciario de S. Francisco, adoración de las Llagas y reserva. Día 16.—Todo como el día anterior. Día 17.—Alas siete exposición y misa cantada. A las diez en la iglesia de S. Francisco Tercia y Misa mayor cantada; sermón panegórico por D. José Auba. Por la tarde á las cinco actos de coro, rezo de la corona, Trisagio can¬ tado, último sermón del triduo, ejercicio de la adoración de las L'agas, solem¬ ne procesión con el Santísimo por el claustro, Te-Deum, bendición y reserva. Dia 24.—Por la tarde después de rezada la corona se dará principio á la Novena dedicada á Ñtro. S. P. S. Francisco con meditación y canto; durante los días consecutivos se practicará también á las cinco y media y á las once y cuarto durante una misa. Día 25.—Por la mañana á las 7 misa de comunión general para ios Ter¬ ciarios. Por la tarde á las seis serán admitidos á la profesión los que hayan cumplido el año de noviciado y vestirán el hábito los que previamente lo ha¬ yan solicitado. A las siete tendrá lugar la reunión mensual con exposición del Santísimo y plática. INDULGENCIAS CONCEDIDAS A LOS TERCIARIOS Con las condiciones ordinarias pueden ganar los Terciarios indulgencia plenaria los días siguientes de este mes: Dia 8, Bta. Isabel. -4, Sta. Rosa de Viterbo.—8, Natividad de la Santísi¬ ma Virgen.—11, Bto. Bernardo de Offida. —17, La Impresión de las Sagradas Llagas de N. S. P. San Eran cisco; indulgencia plenaria y absolución general.— 18, S* 'osé de Cupertino. 24, S, Pacífico de San Severino.—27, S. Elzeario. — 29, S. Miguel Arcángel. El día de la Reunión mensual y otro cualquiera del mes, á su libre elección. El Sr. Director del Colegio Palmesano nuestro amigo D. Mateo Palmer Gelabert, Hermano Terciario, nos participa en atento Bx L. M. haber trasla¬ dado su domicilio particular y 61 de su Colegio desde ía plaza de la Cuartera nútn. 16 á la calle de Gater nútn. 6, ofr eciéndonos su nueva casa y los servici os de su profesión. A gradecemos mucno la amable atención de nuestro amigo y le deseamos éxito brillante en sus trabajos profesionales.