Rçwssn ®ensuflL Delate al fomento j propagación I la Orden Tercera dt S. Francisco de Asís y demás oirás franciscanas. Año II Palma i.° de Junio de 1910 NÚm. 16 SE ÍUtíMCÁ CON CEÑStTftA ECLESIASTICA Sumario:—El Santo de Dios.— A Sant Antoni de Padua.—-La Romería á Mon* tesión.— Por el B. Ramón Lull.— ¡Oh! ¡las modas!—A 1’ Angel de la Guarda.— Correspondencia de los Estados-Unidos.—De Canarias.—El Espíritu de San Francisco.—Pan de San Antonio.—Crónica Franciscana.—Noticias y varie¬ dades.— Necrología. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN El Heraldo de Cristo, órgano de nuestras Hermandades en Mallorca, sale á principios de cada mes. El precio de la sus¬ cripción es de una peseta al año en toda España, y dos en el Extranjero. Grandes rebajas á los que toman paquetes.—Para in¬ cremento de la Tercera Orden y mayor bien de todos sus miem¡bros, suplicamos á nuestros lectores que trabajen en la medida de ¡sus fuerzas para aumentar el número de suscriptores. Redacción y Administración: Convento de S. Francisco. 3? A. HL IDA .A. IDE MALLORCA Vi o II Palma r° de Junio de 1910 Núm. i 6 —i *-•«- £1 garifo d<? ¡>¡05 Bien expresó el Papa León XIII el carácter de popularidad general que distingue en nuestros días la devoción al glo¬ rioso S. Antonio de Padua, cuan¬ do dijo del insig¬ ne Taumaturgo Franciscano que es el sanio Basta leer las revistas francisca¬ nas, y particularmente las antonianas, de las cuales alguna se publica en varias lenguas, y añadir lo que pornosotros mis¬ mos vemos á nuestro lado, pa¬ ra convencernos fácilmente de que S. Antonio es el santo gDe (odas parles; De iodo el mundo. Efectivamente, no solo en Por¬ tugal, que le vió nacer, y en Italia, ya que de todas partes se vuelven á él los ojos de los que gimen, y á todas partes llegan sus favo- que le vió morir y guarda sus pre¬ ciosas reliquias, y en Francia, testi¬ res y sus gracias. Y al mismo tiempo se deduce de esta lectura go de tantos mi¬ otra circunstan¬ lagros y de tantas cia de la devoción predicaciones, es conocido y hon¬ rado S. Antonio; áS. Antonio de Padua; y es que de tal manera se sino que en Es¬ acomoda al co¬ paña yen Bélgi¬ razón de todos, ca, y en Austria, y en las naciones San Antonio de Padua que la compren¬ den los niños de americanas, y en cualquier parte donde se halle un pue¬ blo católico, que sufre y espera, es invocado su nombre y es implorada su protección. pocos años, la sienten los jóvenes, la profesan los hombres de edad madura, y co¬ mo á una esperanza, se acogen á ella los encanecidos ancianos. 170 El Heraldo de Cristo Ahí tenemos pues al santo De todos los oficios, como lo indicaba ya Luisa Bouffier, De todas las edades. la promotora del Pan de S. Antonio, El niño, que lleva pendiente de su cuello la medalla del santo y la besa con devoción, sabe invocarle al referir lo que pasaba con la ima¬ gen del glorioso Taumaturgo que ella poseía y guardaba en su casa. «Los soldados y oficiales, dice, para pedirle el remedio de la enfer¬ «marineros y jefes, antes de cm- medad que le esclaviza, contra sus «prender un largo viaje, vienen á aficiones y tendencias infantiles; el «prometer á S. Antonio por lo me- joven le confía sus estudios, su tra¬ «nos cinco fracos de pan, si logran bajo, su porvenir; la joven su cora¬ «una feliz navegación. Una mujer zón y su pureza; el padre sus nego¬ «acude pidiendo la salud de su hijo cios; la madre sus cuitas; el anciano «ó el buen éxito de un examen; otra su vida y su muerte... 1 «familia interesa al Santo por la con- Y esta confianza no es prerroga¬ «versión de una persona querida, tiva especial de una clase instruida «que está para morir y se resiste á y privilegiada; noe S. Antonio es el i «recibir al sacerdote; una criada pi- santo «de colocación; una obrera trabajo; De todas las clases; de los pequeños y de los grandes; de los sabios y de los sencillos de corazón; de los pobres y de los acau¬ dalados. El indigente, á quien falta el pan de cada día, le invoca con fe, espe¬ rando de su mano el sustent® indis¬ «y todas esas súplicas van acompa«ñadas de promesas de pan para el «caso de que sean oídas; y que lo «son, lo demuestran sobradamente el «número de limosnas que se ofrecen «al Santo en acción de gracias; pues «en los primeros años, y e*n solo este «oratorio, alcanzaron las siguientes «cifras: en 1892: 5.743 francos, en pensable para la vida; el obrero le «1893: 38.481 francos; en 1894: ruega que conserve su salud y sus fuerzas, y le proporcione el trabajo preciso para sostener su familia; el comerciante le encomienda el buen «108.506 francos; y estas sumas, «empleadas luego en comprar pan, «vestidos, etc. van como benéfica «lluviaá socorrerlas necesidades de éxito de sus empresas y negocios equitativos; el labrador sus cosechas; el propietario sus haciendas; el sabio le pide que dirija su inteligencia en las investigaciones científicas; el ar¬ tista que inspire las creaciones de su genio... Esto mismo parece indicarnos que es S. Antonio el protector «los pobres.» Hasta aquí Luisa Bouffier. Lo que ella dice y los datos que cita mues¬ tran bien cuan vasta es la protección de S. Antonio, y á cuantos se ex¬ tienden sus celestiales favores: de modo que puede decirse que ha ve¬ nido á ser en nuestros tiempos el alivio El Heraldo de Cristo 171 De iodos los necesitados, socoriendo á cada uno de la manera más conforme á las circunstancias en que se halla, y á la cruz que le aflige. Tengamos ahora en cuenta que todos los bienes proceden de Dios, y Dios conoce mejor que nosotros mismos nuestras propias necesida¬ des, y oye nuestras oraciones antes de que alguno de los santos se las presente, y puede atenderlas sin in¬ tercesión alguna. De aquí resulta que si el Señor nos socorre por medio de los santos, y por ellos obra milagros en favor nuestro, es porque quiere que sean honrados sus siervosy que nosotros acudamos á ellos, que les invoque¬ mos, que les veneremos y que implo¬ remos su protección. Pues Dios co¬ noce bien nuestra condición misera¬ ble, y sabe que nada nos mueve tanto á honrar y venerar á los san¬ tos, como las gracias que por ellos podemos alcanzar y los favores que podemos conseguir. De donde se infiere claramente que si Dios ha querido en todo tiempo hacer de S. Antonio de Pa¬ dua el santo de ¿os milagros y el am¬ paro, consuelo y refugio De todos los afligidos, es porque también ha querido que en todo tiempo fuese honrado el glorioso hijo de S. Francisco, cuya vida no fué otra cosa que un acto constante de humildad, y un conti¬ nuo esfuerzo para promover la glo¬ ria divina. Y si ahora, en nuestros tiempos, vemos que continúa el Señor favo¬ reciéndonos por medio de S. Anto¬ nio de Padua, atendiendo por él á nuestras súplicas, bendiciéndonos y consolándonos, es porque quiere que también en nuestros tiempos sea especialmente venerado. De modo que San Antonio de Padua no es solamente, por parte de los hombres, el alivio de los que sufren y al amparo de los que gi¬ men; es también, por parte del cielo, el Santo De Dios; el santo á quien Dios quiere que se honre y venere en nuestro siglo; el medio de que Dios se sirve para en¬ jugar las lágrimas de los mortales, y alentar los pobres corazones que se rendirían ante las amarguras de la vida. S. Antonio es el santo de todo el mundo. S. Antonio es el santo de Dios. Correspondiendo á los designios de la Divina Providencia, amémos¬ le, honrémosle, y confiemos en su protección. Fr. P. J. C. •!'•!• ■» ♦ —♦— fl Sant Hníoni de Padua Seráfich Sant, adorat, netetjau mon cor format de terra vil; oíu la pobre escomesa vos qu’ en mitx de la grandesa sou tan humil. 172 El Heraldo de Cristo Pensant que som pols y cendra, ja en la vostra edat molt tendra dexaulomon, y ab etxemplar penitencia recullin vera ciencia qu’ a tots confon; Y quant vereu tan hermosos, els cinc màrtirs gloriosos del Orde amat; de donar per Deu la vida vos entra un desitx sens mida, de foc sagrat. Mes de Deu la Providencia conserva vostra existencia per nostra sort, y enviantvos malaltia vos treu de la moreria sens patir mort. ¡Oli gloriós Sant Antoni! de prodigis patrimoni, llum de virtut, que vestit de vell ropatje del Sol brillant sou imatge, font de salut, Doncs per combatrer T intriga del angel caigut, ens lliga Pía Unió; soStenguts ab vostre auxili cercam dins aquest Navili salvació. Per almoina fer als pobres abonen els richs les sobres y nex el Pa: el pa qu’ el cos alimenta, y 1’ esperit es sustenta del dols Maná. ¡Glorios Sant dels miracles! devant vostres tabernacles ajonallat, lo pecador vos implora el tenir una bon’ hora . al ser jutjat. B. Mulet, Terciari. romería á jMonïç^íòn De nostro ’n Pare les petges seguiu, anant els heretjes á predicar; la vostra paraula-encesa á la vida de puresa los fa tornar. Quant trepitjàveu la terra, dels inimichs sempre ’n guerra, a vos s’ uní el Nin que portau en brassos qu’ es símbol dels dolsos llassos d’ amor diví. Ara, visquent en la Gloria, despullat de tota escoria, gosau la Llum; y en vos, miracle seria, no ambarinos cada día voske parfum. El domingo 26 de Mayo se efectuó con el éxito más lisonjero. Tomaron par¬ te además de la Hermandad del Con¬ vento de Capuchinos y la de Porreras, nuestras Hermandades Terciarias de Pal¬ ma, Inca, Lluclnnayor, Artá, Campos, Felanitx y otras Congregaciones piado¬ sas de Consell, Costitx, Santa María y otros pueblos. En la vasta y magnífica iglesia parroquial de Forreras celebróse por nuestro amadísimo Prelado la Misa de Comunión general en que los rome¬ ros se alimentaron con el Pan de los An¬ geles. Llegados á la cumbre donde la Virgen tiene su trono y reunidos todos en el anchuroso claustro que sirve de atrio al Santuario celebróse solemne mi¬ sa cantada en que ofició el Pdo. P. Do¬ roteo de Barcelona, Capuchino, asistido de los Pdos. PP. Juan A. García y Fran¬ cisco Fornés de la O. T. R. Anunció la El Heraldo de Cristo i 73 divina palabra á la inmensa concurren¬ cia el Rdo. P. Bruno de Igualada, quien en elocuentes y calurosas frases ponderó la significación é importancia de aquel acto, exhortando á todos á no desmayar en la lucha contra los enemigos de la Iglesia. Por la tarde, después del canto del Trisagio, el Rdo. P. Francisco Fornós, con el calor y entusiasmo que le son pe¬ culiares, acrecentados aun por la impo¬ nente grandiosidad de la manifestación, señaló á todos los medios prácticos para que el espíritu cristiano y evangélico pe¬ netre en la familia y la sociedad, que es el fin principal á que está ordenada la Venerable Orden Tercera. A continuación dirigió su autorizada y persuasiva palabra á aquella escogida porción de su grey nuestro Rmo. Prela¬ do, el cual congratulándose de que se hubiesen juntado tantos fieles hijos su¬ yos en aquel Santuario por él restaurado durante los años de su ministerio parro¬ quial, dió oportunísimos consejos y re¬ glas de vida cristiana y terminó dando á todos su pastoral bendición. Concluido el acto los romeros llenos de satisfacción y alegría emprendieron la marcha de regreso. La Hermandad Terciaria de Porreras y todo el pueblo, desde su dignísimo Pᬠrroco D. Pablo Mir, hasta el más humil¬ de de sus cristianos feligreses, por el gusto y esplendor con que han adornado las calles de la población, por las aten¬ ciones y agasajos con que han tratado á sus huéspedes, y, en fin, por su generoso y magnífico comportamiento, han escrito una de las páginas más brillantes en los anales de su historia. La Junta Organizadora cuya alma ha .sido el Rdo. P. Fidel de S. Acisclo, Ca¬ puchino, merece plácemes por la acerta¬ da dirección y organización de la Rome¬ ría y por el feliz éxito alcanzado. Los varios miles de romeros que se han reu¬ nido en Montesión conservarán recuerdo ndeleble de esta manifestación católico- ranciscana. X. Por el B. Ramón Lull 123..°°Seacercalafiestade.nuestroglorioso beato é ilustre mártir. La Iglesia de Ma¬ llorca celebra su glorioso tránsito el tres de Julio. Los terciarios no deben olvidar que son sus hermanos de hábito y profe¬ sión y que tienen derecho á esperar de él grandes mercedes y favores, si le imi¬ tan en sus virtudes y le honran como cumple á un tan glorioso confesor y már¬ tir de nuestra fe. Se trata de satisfacer una deuda de honor y gratitud. Espera¬ mos, pues, que todas las Hermandades Terciarias de Mallorca, con motivo déla fiesta del Beato, le honrarán con alguna función ó acto de culto, por mas que sea modesto, como ya lo hicieron el año pa¬ sado no pocas Hermandades. Para que sirvan de norma reproduci¬ remos los «Medios prácticos de restaurar el cul¬ to del B. Ramón Lull. Lo menos que debe hacer cada una de las Hermandades Terciarias en obsequio del B. Ramón, es disponer que el día 3 de Julio en que se hace la fiesta de su glorioso tránsito, se celebre una misa rezada en la cual se distribuya la comunión á todos los asistentes que deseen recibirla. A esta misa sea invita¬ da toda la Hermandad y procuren asis¬ tir todos aquellos á quienes las ocupacio¬ nes se lo permitan. No hace caso que los asistentes sean pocos. Por su fervor y de¬ voción podrán valer más tal vez que si fueran muchos. Lo que en un principio es humilde y de poca resonancia, con frecuencia llega á tomar grandes propor¬ ciones. Donde haya costumbre de cele¬ brarse la fiesta del Beato, hagan lo posi¬ ble para asistir á ella los Terciarios y cooperen moral y materialmente para que se celebre con mayor lucimiento y esplendor. En la iglesia de San Francisco de Palma donde se veneran en suntuoso se¬ pulcro las sagradas reliquias del Beato, 174 El Heraldo de Crísto la fíesta irá precedida de un novenario que se liará á las 11 y cuarto durante una misa y á las 7 y media de la tarde. Esta novena se hará con la solemnidad posible y por la tarde el pueblo tomará parte en el canto. El día tres de Julio en la capilla del Beato habrá turno de misas desde las cinco y media hasta las doce, exceptuando el tiempo de la misa de co¬ munión general y misa mayor. A las 7 habrá misa de comunión general á la que deberán asistir todos los Terciarios y devotos del Beato que no tengan im¬ pedimento, lo mismo que á la misa ma¬ yor con sermón que tendrá lugar á la hora de costumbre. 4.° Se ruega encarecidamente á los Directores locales que den cuenta detalla¬ da de todos los actos que cada Herman¬ dad celebre en honor del Beato Ramón, para que dándoles publicidad en esta Revista, sirvan de estímulo á los demás. iOhl Lias modas! —Entiende de modas, Fr. Junípero? me preguntaba días atrás un amigo que me sorprendió con las cuartillas en blan¬ co y escrito ya el título que va al frente de estas líneas. —De modas precisamente, no; pero creo entender algo de delicadeza, pudor, recato, honestidad, vergüenza y como es patente que la moda nos resulta en muchas ocasiones contraria á esas virtu¬ des que son el mejor adorno de la mujer cristiana, parece muy en su punto que tratemos de la moda alguna vez, para instrucción de los lectores, y sobre todo de las lectoras de El Hbraldo de Cristo y para guía de las buenas terciarias. —Y ¿qué piensa V. de nuestras mo¬ das? —Pienso lo que pensaron aquellos obispos españoles, que el verano último, alarmados ante la desatentada moda de quedarse las señoras á medio vestir, y de presentarse en la calle, en el paseo en las visitas, y aun en el templo mis mo, con 1 vestidos que ni siquiera en el seno de la familia serían aceptables, por no llegar á cubrir la. desnudez de la que los llevaba, se creyeron en el caso de publicar en sus boletines oficiales, do¬ cumentos y avisos recomendando mo¬ destia v compostura á las mujeres cris¬ tianas; á fin de que no hicieran de su vestido un motivo de ruina propia y de perdición para los demás. —Hombre, no creía que la cosa fuera tan grave. —Oiga V. el parecer de un escritor acerca del mismo asunto. «No se trata ya de sombreros suntuo»sos con que las señoras españolas, si»guiendo modas extranjerizas, han sus¬ tituido la pudibunda y clásica mantilla, »ni de trajes ricos hechos con telas cos¬ tosas; sino que se trata de vestidos cuyo acorte delinea el cuerpo, y aun se acen¬ súan sus perfiles con postizos y armadu*ras, y cuyo tejido trasparente pone al »descubierto lo que no permite el recato: >al extremo de que aquellos vestidos de »las mujeres venecianas en la época de »los renacientes ítalos parecieran más »modestos que los que hoy día se usan. «Hace dos ó tres años que esta singu¬ lar moda suscitó la protesta de inglesas »y norteamericanas; y aquí en la Catótica España, se ha introducido, y, por »lo visto, generalizado sin protesta de uiadie. Parece increible!» —Si; pero hay que decirlo todo. Con¬ sidere que esta moda tiene su razón de ser; al fin la comodidad del calor defenderse —Y cuando las mujeres de nuestra sociedad vestían á lo cristiano; ¿no séría cálida la temperatura de nuestro clima? Yo creo bien que la dificultad de pa¬ sar el verano era poco más ó menos la misma, y sin embargo no les era preci¬ so faltar al recato para poder vivir; ni tenían necesidad de aceptar ese cuasi- El Heraldo de Cristo H5 desnudo, que tiene en muchos casos mayores inconvenientes que el desnudo mismo. — Y el que sea moda, es decir prácti¬ ca general y de muchos, no es en mane¬ ra alguna motivo de excusa: la falta de recato y de modestia, no será modestia, ni recato aunque sean muchos los que la cometan; el desnudo será siempre un desorden aunque todos lo admitan. —Se le conoce que es enemigo de la moda! —Yo no reprobaré jamás lo que sea razonable en este punto: no me parece haya de reprobarse la utilidad higiénica, ni aun, en absoluto, la elegancia del ves¬ tido; pero no es justo que ello haya de servir de pretexto para seguirla profani¬ dad de la moda, que es, según León XIII, uno de los principales incentivos del li¬ bertinaje. Xo faltan, por la gracia de Dios, se¬ ñoras que sostienen muy bien su rango y su puesto, y conservan sin decaimien¬ to su prestigio y autoridad, y viven sus¬ trayéndose a las influencias de esa mo¬ da destructora de fortunas y corruptora de corazones. — En lo de las fortunas si que tiene V. razón, Fr. Junípero. —Hay mucho que decir bajo todos aspectos; pero creo que por un procedi¬ miento sencillo se podría tener una re¬ forma de la moda en sentido cristiano. —Vamos á ver; ¿como arreglaría V. lo de la moda? —Se dividirían las señoras y señori¬ tas en dos grandes grupos; como si dijé¬ ramos derechas é izguierdas en la moda. Pertenecerían al primero las que tu¬ vieran recato y vergüenza, y además el valor preciso para hacer profesión de cristiana modestia. Pertenecerían al segundo grupo las que no reunieran aquellas condiciones; ó que teniéndolas las guardaran en se¬ creto sin atreverse á manifestarlas en público. •—Durilla me parece la división. —Algo tiene de eso; pero créame que en realidad no hay sino estas dos ten¬ dencias: la del pudor, y la del liberti¬ naje; y todo lo que en teoría son medias tintas, en la práctica se reduce fácilmen¬ te á uno de los dos extremos. —Tiene V. razón. —Del segundo grupo no hay que ha¬ blar. El primero tendría por lema: cuidado con la moda; y procuraría sustraerse á los caprichos de esa tirana adoptando las siguientes normas. Primera La moda que se presenta, ¿es hones¬ ta, es higiénica, es razonable en lo rela¬ tivo á los gastos? Pues conformes con ella; podemos aceptarla, y vestir según ella nosotras y nuestras hijas; podrá ser .considerada cómo un progreso real y verdadero. Segunda La moda que se presenta, ¿es inde¬ cente por razón del escote, del desnudo, del cuasi-desnudo, de la delincación del cuerpo, convirtiéndose así en instrumen¬ to de vanidad, en fuente de malos de¬ seos y en incentivo de lascivia? Pues ¡guerra á esa moda! no la admitamos! no pasemos por ella! Seamos cristianas! Tercera La moda ¿es anti-higiénica? ¿nos obli¬ ga á sacrificar nuestra salud, á deforma* nuestro cuerpo, á comprometer nuestra vida, á inutilizarnos para los oficios que nos toca desempeñar en la familia y en la sociedad? Pues ¡guerra, á esa modal rechacémosla! Seamos cristianas1 Seamos racionales! Cuarta La moda ¿es caprichosa, obligándonos 17Ó El Heraldo de Cristo á gastos completamente inútiles, y á de¬ sechar como anticuado lo que ayer era 321...aaalaúltimapalabra?¿Nosexigesacrificios pecuniarios superiores á lo que permi¬ ten nuestras rentas ó nuestras ganan¬ cias? Pues \\guerra á esa modal No sea¬ mos cohardesl No seamos esclavas de una corriente arruinadora! Seamos cristianasl Que le parece de mi proyecto? —Hombre! me parece queZa moral, la salud y el bolsillo saldrían con mucha ganancia. —Como bodigo tendrían además las siguientes reglas dadas por el Emo. Mónafeo La Valletta, Cardenal Vicario de Roma, en l.° de Julib de 1878, y que publican ahora algunos importantes pe¬ riódicos extranjeros, por lo mucho que han ganado en actualidad. «Que las señoras no se propon- «gan en su aderezo sino fines honestos y «legítimos, que puedan elevar la acción «no solamente á cosa permitida, sino «también merecedora de la vida eterna,: «37 jamás se propongan fines mundanos «y de vanidad, como sería el de atraer a las miradas de otros, humillar á las de- « más, superarlas, eclipsarlas. —Caramba! Vaya si conoce el paño el que ha dictado esas reglas! «Que en sus vestidos tengan cui- »dado extremo de la modestia y decen- »cia » —Como ahora, verdad? — «de la modestia y decencia, or¬ namento principal de la mujer católi¬ ca; y no se permitan jamás, por cuales¬ quiera motivos, sea el ejemplo de unas, ïla costumbre de las otras, ó la moda 7>universal, admitir en sus trajes la me¬ mor cosa que se oponga á estas virtu¬ des, acordándose siempre de que á »Dios, y no á los hombres lian de dar »cuenta de sus actos.» «Que guarden también sencillez, ¡»teniendo horror á los excesos del lujo; y »que se contenten vistiéndose de un modo »adecuado « la condición de vida en que »Dios las ha colocado, sin buscar pretex¬ 675...aaatitosparaabundarenpompasinútiles.» —Pues le aseguro á V. que apenas hay mujer que no gaste en vestidos y modas tres veces más de lo que puede, empeñada en colocarse en una categoría superior á la que le corresponde real¬ mente. , 4.a «Que cuando van ai templo, y »sobre todo cuando se acercan á la sa- »grada mesa, vistan sin afectación, sa«biendo que en la casa de Dios está pro»hibidatoda pompa mundana.» —Seguramente abundarían entonces en Italia las que van al templo para lu¬ cir sus trajes y para ver y ser vistas. — Como ahora en España y en Ma¬ llorca. «Que fijen cada año, sin traspa¬ ssaria jamás, la suma á que quieran ellas »limitarse para los gastos de vestido y »tocador, conforme á su condición y «medios pecuniarios.» — Así se evitarían escandalosas quie¬ bras. «Que no olviden jamás la obli»gación, que impone el Evangelio, rela»tiva á la limosna; y se esfuercen paca »tener este superfluo, que pertenece á los spobres, suprimiendo algun objeto de «lujo.» —Estaría mejor empleado en limos¬ nas que en bagatelas mucho de lo que se gasta para seguir la moda. «Que jamás contraigan deudas t'para vestirse, sino que hagan, y guar>iden con energía él firme propósito de pa¬ ngar puntualmente sus cuentas.» — ¡Santa palabra! Atiza! Pues no digo yo si convendría que guardaran esta regla tantas gentes que brillan como elegantes de la moda, y tienen los vesti¬ dos sin pagar; que quieren lucirse en todas partes, y cuentan con enormes atrasos en casa de sus modistas, como si estas pobres no tuvieran necesidad de comer, ni vestirse jamás. ¡Escándalo co¬ mo ese! Y le aseguro que donde menos se piensa El Heraldo de Cristo i 77 ¡Vaya! si parece que el que hizo estas reglas había husmeado en el bolsillo de media humanidad! 8.a «Que trabajen con todas sus fuer¬ zas, por dulces insinuaciones y por el buen ejemplo á fin de que se observen esas reglas.» Lo que sigue vale mucho y es el com¬ plemento. «Que todas las mujeres católicas se »acuerden de que no podrán vivir según »las máximas del Evangelio, ni confor»marse con las intenciones paternales »de León XIII, sin tomar por base el »cumplimiento asiduo de sus deberes re¬ ligiosos; y cada una en particular haga «uso de las siguientes prácticas cuotidia¬ nas: 1.a la santa misa; 2.a la meditación; «3.a el examen de conciencia; 4.a la'visi»ta al Santísimo Sacramento; 5.a el Ro»sario en familia; 6.a la lectura espiri«tual; 7.a la comunión. »Así fortificados por la omnipotente »gracia divina, obtenida por medio de la »oración, apliqúense cuidadosamente á »asegurar su salvación eterna y cooperar «á la de los demás; tomando por modelo >la mujer fuerte, descrita en los libros «santos, á fin de hacerse fuertes contra »los seductores atractivos del lujo, esta »gran plaga de la sociedad; fuertes contra Aa terrible tiranía del respeto humano». —Como si dijéramos de la moda. —Cabalmente. —Con lo último hay un bello compen¬ dio de vida cristiana. —Bello y practicable; pues se trata de cosas sencillas y fáciles. Y volviendo á lo de la moda; ¿cree us¬ ted, después de todo cuanto ha oído, que conviene decir algo sobre ella? —Es indispensable. —Y ¿qué diría V. á los lectores de El Heraldo de Cristo? —Lo que acaba de decirme á mí. Ahí lo tienen ustedes, señores míos; pero me asalta una duda: ¿Servirá de algo lo escrito? No lo sé; pero es cierto que leo en un libro estas palabras: «Las mujeres que «visten honestamente serán en el cielo «revestidas de gloria; las que escandali¬ cen con su traje, se verán en el infierno cubiertas de llamas; que aun en el in»fierno se ha de guardar modestia». ¡Dios mío! ¿Habrá en el mismo infier¬ no más compostura y recato del que guardan en la tierra ciertas mujeres que se llaman cristianas?... , Fr. Junípero. A L’ANGEL DE LA GUARDA Per cantar els veils assilats á la casa de Germanetes deis pobres. Trista es la vida, freda, com neu; al cel guiaunos Angel de Deu. A qui us invoca no falten may les vostres ales per abrigay. Daunos, bon Angel, ombra y repòs; qu' es la vellesa camp sensa flòs. L’amor s’ allunya, la vida es fon, res nos contenta, res d’aquest mon. Veym que ses ditxes son pols y fum, y el cor anyora del cel la llum. i78 El Heraldo de Cristo Trista es la vida, freda, com neu... Al cel portaunos Angel de Deu! María Antonia Salví, Terciaria. simples el día 8 de Diciembre de 1909, fiesta de la Inmaculada, y cursan ahora el primer año de Filosofía. Con un año apenas desdeque el P. Jeróni¬ mo y yo vinimos de Italia á América, pode¬ mos decir que hemos hecho milagros. Al principio no nos iba muy bien la cosa, por causa de no conocer la lengua inglesa; mas con todo, pusimos manos á la obra y he¬ de América mos trabajado con provecho, gracias á los sabios consejos de nuestro P. General, Johnstown, Pa, 10 de Mayo de 1910. Angelo de Mattia, y á la buena disposición Sr. Director de El Heraldo de Cristo. y poderoso auxilio de nuestros buenos Muy señor mío: Tengo el gusto de en¬ viar á V. algunas noticias que, por ser de nuestra Orden Tercera y por venir de le¬ jos, no dudo ha de apreciarlas. El día 3 de Mayo, fiesta de la Santa Cruz, en nuestro gran Colegio de Loreto (Pensylvania) tuvo lugar una hermosísima ceremonia al recibir el sagrado Orden del Subdiaconado, de manos del Rmo. señor Obispo de Altoona, dos clérigos de pro¬ fesión solemne, Fr. Angel Melanghlin y y Fr. Leopoldo Campian. Estos dos clérigos son los primeros miembros de nuestra Orden que reciben sagradas Ordenes aquí en los Estados- Unidos de América. Inmediatamente después de la ordena¬ ción fué administrado el Santo Crisma á un gran número de jovencitos estudiantes hermanos americanos. El día 2 de Agosto tendremos, Dios mediante, otra ordenación y uno de nues¬ tros hermanos será ordenado de sacerdo¬ te, dos lo serán de diácono y tal vez los ocho clérigos recibirán las órdenes me¬ nores. Aquí todo el mundo nos ama. Mientras que en Italia y en España el Socialismo intenta abatir la Religión, aquí, al contra¬ rio, nadie nos molesta en lo más mínimo. A más de los dos conventos dichos tene¬ mos dos parroquias y con esto muchísimo trabajo. Saludo á V. y á todos mis hermanos los terciarios españoles y créanme que les amo como verdadero hermano en San Francisco. P. Antonio Balestieei. del Colegio. Agradecemos á nuestro hermano el Re¬ Aquí en América puede decirse que verendo P. Antonio Balestieri, [nuestro nuestra Tercera Orden está todavía en la buen amigo que tuvimos ocasión de cono¬ infancia, pues cuenta apenas tres años de cer en Roma, las buenas noticias que se existencia. Tenemos dos conventos, uno ha dignado enviarnos y le suplicamos que Spalding y otro en Loreto. no se canse y nos dé de vez en cuando al¬ En Spalding tenemos también un gran guna nueva de aquellas apartadas regio¬ Colegio con más de 30 religiosos de los nes donde la obediencia le ha mandado. cuales 18 estudian para ser sacerdotes. Felicitamos con toda nuestra alma á los En Loreto hay 33 religiosos. Dos de los recien-ordenados y á todos nuestros bue¬ que había al establecerse la Tercera Or¬ nos hermanos de América. Les abraza¬ den R. en América, estudian para ser sa¬ mos con fraternal ternura y elevamos cerdotes; de los diez clérigos del primer nuestros votos al cielo para que bendiga noviciado, ocho pronunciaron les vet sus múltiples é ímprobos trabajos. El Heraldo de Cristo 179 ])ç Canaria^ Tan antiguos como fuertes son los lazos con que han vivido unidos, en fra¬ ternal consorcio, los isleños mallorqui¬ nes y los canarios isleños. Aun no cobi¬ jaba entre sus pliegues á los valientes guanches el estandarte de Castilla, ni tremolaba sobre los empinados riscos, peladas montañas y fecundos valles de las Hespérides el pendón ante el cual temblaron los mundos, ni las auras de estos mares le enviaban cariñosos besos, ni las cristalinas aguas de sus barran¬ cos jugueteaban en derredor suyo, cuan¬ do ya los emprendedores hijos de. Ma¬ llorca sin temor á las encrespadas olas ni á la bravura de los habitantes, en frᬠgiles esquifes, arribaron á estas orillas, y penetraron, impávidos, tierra adentro. La memoria de sus proezas perdura en los anales de las Afortunadas, y sus obras conservan, en no pocos sitios, el nombre patrio de aquellos, que las em¬ prendieron, continuaron y dieron cima. En las nebulosidades histórico-religiosas de Canarias, lo más claro que se ve, especialmente por lo que atañe á Gran Canaria, es la venida á ella de los fran¬ ciscanos, y su estancia con los mallor¬ quines. Acompañando á estos, hay noti¬ cias de dos, que el año 1291, desembar¬ caron en Gando, y de cinco más por los años de 1346. Unos y otros, frailes y mercaderes, sufrieron y disfrutaron, mu¬ rieron y revivieron; llevando á cabo, en algún modo, la penetración pacífica, que echó los cimientos de la conquista. Ter¬ minada esta, el espíritu de los religiosos y las iniciativas de los comerciantes, prendieron como en tierra propia, dan¬ do, desde entonces, opimos frutos para la tierra y el cielo. Por lo que toca á los hijos de San Francisco, su número aumentó prodi¬ giosamente; empero llegó para ellos el torbellino de 1835, que arrancó de raiz este frondoso árbol, desbaratando la pro¬ vincia canaria y los 22 conventos que la componían, con un personal numeroso y observante. Los gajos dispersos, fue imposible unirlos para restaurarla. La Providencia aguardó á que desaparecie¬ sen completamente, y con nuevos tallos comenzar la obra restauradora. Breve tiempo transcurrió desde que había fe¬ necido el último de los exclaustrados, y ya otros Menores nisaban las arenas ca¬ narias, tantas veces señaladas por la huella de sus mayores. Apenas ocuparon la casa provisional de Las Palmas, juz¬ garon conveniente remover frías ceni¬ zas; quizá alguna centellita se esconde¬ ría en ellas. Al emitir el pensamiento de fundar la Orden Tercera del Pobrecillo de Asís, descubren un volcán donde se dudaba hubiese rescoldo. Los fieles co¬ rrieron presurosos á inscribirse en la seráfica milicia, ciñendo la nudosa cuer¬ da y adornándose con su inmaculada librea. No fué impresión momentánea; dura el fervor primitivo después de cin¬ co años transcurridos. Hoy, por singular coincidencia, el mi¬ nistro que preside la congregación ter¬ ciaria de las Palmas, muy numerosa, es el señor beneficiado de la basílica cate¬ dral de Canarias, don Miguel Alós y Estelrich, mallorquín; tan querido y amado en esta ciudad, como respetado y venerado de la diócesis toda. La obra benjamin del Serafín llagado, despier¬ ta gran entusiasmo en todas las partes de este archipiélago á donde llega su noticia. Muchos terciarios aislados se enumeran en Gran Canaria; existen, for¬ mando congregación, en Teguise (Lan¬ zarote); la Antigua (Fuenteventura), con¬ servándose, de los antiguos francisca¬ nos, las congregaciones de Santa Cruz, capital de Tenerife, y la Laguna, que lo es del obispado. El hábito seráfico no ha paseado tadavía, en esta etapa, por las islas de Palma, Gomera y Hierro, vi¬ viendo, por tanto, amortiguados los re¬ cuerdos que en ellas dejaron los hijos del Patriarca seráfico. Fr. P. Pérez de San Román.—O. F. M. Las Palmas, Mayo, 1910, 180 El Heraldo de Cristo El Espíritu de 5. Francisco XI El pobrecillo rechazado.—Sueño mis¬ terioso.— Francisco ante el Papa y los Cardenales.—Parábola de la don¬ cella pobre.—Visión de Inocencio III y aprobación de la Regla. Prosigamos nuestra interrumpida relación, y veremos la brillantísima apología que hizo Francisco ante el Papa, de la seráfica pobreza, y los prodigios que obró el cielo en favor suyo. En Roma encontró Francisco al Obispo de Asís, su amigo y decidido protector, quien le procuró el favor y benevolencia de dos Cardenales muy influyentes en la Corte roma¬ na, Juan de San Paulo y Ugolino, sobrino del Papa, quien ocupó mas tarde la silla de San Pedro con el nombre de Gregorio IX. Según los cálculos humanos la aprobación de la Regla de los Menores era más que probable, segura; pero, dispo¬ niéndolo así Dios para mayor exal¬ tación del humilde Francisco, y para que la Regla fuese no sólo sencilla¬ mente aprobada, sino en cierto mo¬ do confirmada con los prodigios obrados por el cielo y con el asen¬ timiento unánime de los Cardenales, la impresión que hizo en el Papa la vista de aquel hombre tan pobre y tan sencillo, al parecer ignorante, fué sumamente desagradable, y sin quererle oir, le despidió de su pre¬ sencia. Ni es extraño que así suce¬ diera, porque por aquel mismo tiem¬ po tenían hondamente afligida á la Iglesia los excesos y doctrinas de los Valdenses, llamados también po¬ bres de Lyón, muy extendidos por el mediodía de Francia y por el norte de Italia. Con capa de pobre¬ za atacaban estos herejes á la Igle¬ sia católica, á quien llamaban la gran prostituta de Babilonia, y se vana¬ gloriaban de ser los únicos seguido¬ res perfectos del Evangelio. A la noche siguiente tuvo el Pa¬ pa un sueño misterioso. Vió nacer y crecer junto á sí una hermosa palmera que pronto alcanzó la-s proporciones de árbol corpulento, y entendió al mismo tiempo que este árbol era un emblema del po¬ bre á quien había bruscamente re¬ chazado. Al despertar mandó que buscasen al pobre de la víspera y que le condujesen á su presencia. Recibióle el Papa con mucho apa¬ rato rodeado de sus Cardenales y le hizo exponer en su presencia sus elevados intentos. A medida que hablaba Francisco descubría aquel Pontífice de ingenio perpicacísimo en aquel pobre un talento nada co¬ mún, una gran elevación de miras y una singular prudencia ocultas bajo el velo de la sencillez y humildad. Y ya se mostraba dispuesto á acce¬ der á la petición del Santo á quien admiraba, cuando varios Cardenales se opusieron á ella, alegando que la extremada pobreza que Francisco quería introducir en la Orden que pretendía fundar era una innovación en la Iglesia y una empresa superior El Heraldo de Cristo 181 á las fuerzas humanas, cuya obje¬ ción rebatió enérgicamente el Car¬ denal Juan de San Paulo con estas hermosas palabras: « Señores: si re¬ chazamos la petición de este pobre con el pretexto de que su Regla es nueva y que es imposible el obser¬ varla, atacamos al mismo Evangelio en el cual está fundada, sostenemos que la perfección Evangélica y el voto de practicarla son cosas irra¬ cionales é imposibles y blasfema¬ mos de Jesucristo, autor del Evan¬ gelio ». Confirmado el Papa en su pare¬ cer por tan discretas razones, y que¬ riendo conocer la voluntad de Dios en un negocio de tanta trascenden¬ cia, dijo á Francisco: «Ruega, hijo mío, á Jesucristo que nos ilumine en la determinación de este negocio». Obedeció el siervo de Dios con la sencillez de un niño, y al cabo de poco rato volvió y expuso ante aquella respetable asamblea la siguiente pa¬ rábola: «Vivía en el desierto una doncella hermosísima y muy pobre, de la. cual se enamoró un rey pode¬ roso y la tomó por esposa. Vivió con ella algún tiempo y tuvo de ella varios hijos, en quienes se refleja¬ ban las notables facciones del padre y la encantadora belleza de la ma¬ dre. Volvió el rey á su corte y la pobre del desierto educó á sus hijos con gran esmero, y un día les habló en estos términos: «Hijos míos, vos¬ otros sois hijos de un gran rey, id á su corte y él os recibirá con todas las atenciones debidas á vuestro ran¬ go». Fueron los jóvenes á la corte del rey, quien al verlos tan hermo¬ sos les preguntó: «¿De quién sois hijos?». Y ellos contestaron: «De la pobre mujer que vive en el desier¬ to». Al oir estas palabras el rey, enternecido abrazó y besó á sus hijos, y los regaló y admitió á su mesa.—Este rey, Santísimo Padre, es nuestro Señor Jesucristo, y la doncella amable y graciosa es la Pobreza que vivía en el mundo sola y despreciada como en un desierto. Con ella quiso estar unido desde su nacimiento, é hijos de este místico desposorio fueron los apóstoles, los anacoretas y los monjes, é hijos su¬ yos somos también yo y mis com¬ pañeros, confiando que Jesucris¬ to proveerá á nuestras necesidades, como proveyó á las de nuestros her¬ manos mayores. El mismo me ha prometido que así sucederá» . Comprendiendo el Papa que aquel hombre extraordinario era el mismo á quien había visto pocos días antes en sueños sostener con sus hombros la iglesia de San Juan de Letrán, próxima á derrumbarse, después de referir á los Cardenales la citada vi¬ sión, aprobó verbalmente la Regla de los Menores, recibió de Francis¬ co y de sus compañeros la profesión religiosa y dándoles la bendición apostólica los despedió afectuosa¬ mente. Fr. A. R. i82 El Heraldo de Cristo Pan de 5. Hntonio Cepillo de la iglesia de San Francisco en Palma Mes de Mayo Limosnas recogidas. . Por 629 kilos de pan . Repartido en metálico . 260’50 ptas 220’15 » 12’00 » Remanente.... 28’35 » •• •A>í-<^-··· Çròniea franciscana INTERIOR Inca.—En la Pomeria de Montesión de Porreras que tuvo lugar el 22 de Ma¬ yo, tomaron parte cuarenta y ocho pere¬ grinos de esta ciudad, de los cuales ha¬ bía cuarenta Terciarios. Todos regresa¬ ron altamente satisfechos de las funcio¬ nes que habían presenciado; no se cansan de alabar la buena organización de la Pomeria y los agasajos de que fueron objeto por parte del pueblo de Porreras, y guardan gratísimos recuerdos de cuan¬ to vieron y oyeron. Dios quiera que redunde todo á ma¬ yor gloria suya y esplendor de la Tercera Orden de N. P. S. Francisco. —El día 29 se celebró en la iglesia de San Francisco de esta ciudad la bendi¬ ción de una nueva campana destinada al servicio de la misma, y fundida por la casa Dencause de Barcelona. Verificó la ceremonia el M. I. Sr. Don Mateo Garau, Canónigo Penitenciario; y fueron padrinos. D. Vicente Enseñat y D.a Margarita Llinás, que junto con su familia ocuparon puestos de preferencia. Cantóse con ajuste el Te-Beum, more romano, y la Misa de Angelis, por una numerosa multitud de pueblo alternan¬ do con el coro. El M. I. Sr, D. Nadal Garau, Doctoral, ocupó la cátedra del Espíritu Santo, pro¬ nunciando un elocuente discurso alusivo á la función que se había celebrado, y tratando, en su última parte, del Santí¬ simo Sacramento, con ocasión de la fiesta del Corpus, que tenía lugar en la misma iglesia. La numerosísima concurrencia que llenaba por completo el templo, salió altamente satisfecha de los actos á que había asistido. Por la tarde se celebró con exposición del Santísimo el ejercicio del mes de Ma¬ yo, pronunciando una breve plática el Rdo. P. Cerdá, y terminándose con una procesión por el interior de la iglesia. Sea todo para mayor gloria de Dios. —Durante el mes han recibido el hᬠbito 18 hermanas y han sido admitidas á la profesión 28. María.—Día 24 de Abril se celebró solemne vestición y profesión de Tercia¬ rios. Recibieron el Santo hábito 2 hom¬ bres y 15 mujeres, y profesaron 60 hom¬ bres y 120 mujeres. EXTERIOR 5oIemne consagración de una iglesia de nuestra Orden en Nápoles Desde esta floreciente y populosa ciu¬ dad nos escriben dándonos cuenta de las solemnísimas funciones celebradas con motivo de la consagración de la iglesia de Santa Catalina suntuosamente restau¬ rada y reducida á nueva y bellísima for¬ ma por nuestros Hermanos allí residen¬ tes. La carta fechada en 27 de Abril de 1910 se expresa en los siguientes tér¬ minos : «Desde el 21 de Abril al 24, los Hijos de la T. O. R. de Nápoles hemos cele¬ brado una fiesta solemne y sumamente agradable; pues el insigne templo de San¬ ta Catalina que juntamente con el con¬ vento fué levantado en 1601 por los Padres de la misma Orden Tercera y enriquecido después con preciosos már¬ moles y numerosos sepulcros de nobles familias, (entre los cuales merece espe- El Heraldo de Cristo i*3 cial mención el de la Venerable Clotilde Reina de Saboya, cuyo confesor fue el Rmo. P. Mariano Postiglioni, M. Gene¬ ral de la O. T. R., hombre de gran san¬ tidad que fue enterrado en la misma iglesia,) ahora, gracias al celo y abnega¬ ción de nuestros Hermanos y principal¬ mente del P. Prior Luís Spitaleri y á la inagotable caridad de los fieles ha sido restaurado integramente y solemnemen¬ te consagrado al Dios Todopoderoso. Place unos seis años se empezaron las obras de restauración, que se han lleva¬ do á cabo á costa de innumerables sacri¬ ficios y grandes sumas de dinero; mas ahora con razón podemos alegrarnos de la obra felizmente terminada; puesto que el templo con su nueva y elegante forma ha adquirido una belleza extraordinaria que lo coloca entre los más insignes de la piadosa y hermosísima ciudad de Ná- poles. El Rmo. Obispo Monseñor Tomasuolo hizo la solemne consagración el 21 de Abril y á continuación se celebró un so¬ lemnísimo triduo en que predicó el ilus¬ tre orador sagrado P. Cirilo Catarino, y tomaron parte principalísima en las fun¬ ciones oficiando de pontifical el mencio¬ nado Monseñor Tomasnolo y Monseñor Spila. Así en el día de la consagración como en los siguientes todos los actos se han celebrado con augusta solemnidad y nu¬ meroso concurso de fieles, y el éxito no podía ser más lisonjero y feliz. El Rmo. P. General Angelo de Mat- tia, por hallarse indispuesto, no pudo con su presencia añadir nuevo lustre á la solemnidad y poner el colmo á nuestra alegría; pero oportunamente y del mejor modo que pudo nos expresó los genero¬ sos y paternales sentimientos de su gran corazón.» Nosotros, por nuestra parte, enviamos nuestra más calurosa y ferviente felici¬ tación á nuestros Hermanos de Nápoles y especialmente al Rdo. P. Prior Luís Spitaleri por la obra .colosal que con el favor de Dios han llevado á cabo, y les deseamos días prósperos para cantar las divinas alabanzas en el templo nueva¬ mente consagrado al Señor y trabajar en él con todas sus fuerzas por la santi¬ ficación de las almas. Un Franciscano amigo del pneblo En Parma es sumamente popular el P. Lino Maupas; es el amigo de ios me¬ nesterosos y preferentemente de los pre¬ sos, de los que es capellán. Los ricos y los poderosos le conocen también, por¬ que este intrépido mendigo no se desde¬ ña de pedirles limosna. Ultimamente fué á ver al Papa y á Giolitti, cuando éste era Presidente del Consejo de Ministros de Italia, y obtuvo de ellos todo lo que quiso. Los mismos socialistas son los primeros en rendir homenaje á su abne¬ gación tan absoluta y desinteresada. «He aquí un Franciscano de la antigua Regla», dice refiriéndose á él una revista americana. Aplicación del inuenío de un Capuchino Hace algunos años que un religioso capuchino, que fué después Obispo de Poutronroli, inventó un sistema que ha¬ cía imposible los choques de trenes. Di¬ cho invento fué muy alabado por los ingenieros de los ferrocarriles italianos y de otras naciones, y su autor obtuvo un premio en la exposición de Milán. El mencionado sistema acaba de ser apli¬ cado en las grandes líneas del Sud Paci¬ fic, en América. La instalación ha costa¬ do dos millones de dollars. Restitución Dice El Eco Franciscano: «Bajo secreto de confesión ha sido en¬ tregada por el Rdo. P. Delfín Fernán¬ dez, Religioso Franciscano de Santiago, al conocido propietario D. Ramón Dozapo, la importante cantidad de 6.000 pe¬ setas. Trasladamos esta noticia á los detrac¬ tores de la confesión sacramental.» 184 El Heraldo de Cristo Noticias ? variedades Nuevas indulgencias Su Santidad Pío X, por un decreto dado el 17 del pasado Febrero, se ha dignado conceder 300 días de indulgen¬ cia una vez al día y aplicables á las al¬ mas del Purgatorio, á todos los fieles que reciten una oración el Arcángel San Ra¬ fael por los emigrantes. Frutos de la moral laica Los periódicos dan cuenta de un es¬ candaloso desfalco de 36.000 duros co¬ metido en el Banco de Bilbao por un anticleral furibundo, afiliado á uno de los partidos más radicales y socio de una sociedad anárquica, que para deshonra del pueblo se fundó en Bilbao. En su pupitre se le hallaron, además de unas 4.000 pesetas, unos cuantos fo¬ letos radicalísimos y blasfemos. La caridad sin Dios Le Soleil du Midi denunció, ha poco, un nuevo escándalo ocurrido en el hos¬ pital laico de Marsella. Un enfermero abofeteó á un pobre enfermo, lanzándo¬ le fuera del lecho. Los que ocupaban las camas vecinas han denunciado el otropello á la autoridad. El agredido falleció. No hay que extrañarse: esos son los frutos del laicismo que con tanto empe¬ ño se nos quiere imponer en la enseñan¬ za, en la beneficencia y en todos los ór¬ denes de la vida, de donde los anticleri¬ cales quieren desterrar á Dios á todo trance. El martirio de un misionero Anuncia La Gazette de Liège que el Reverendo Padre Courardy, el apóstol de los leprosos chinos, ha contraído la terrible enfermedad. El heroico misionero belga, que des¬ pués de una laboriosa serie de conferen¬ cias por Europa y América, había regre¬ sado al hospital de sus queridos lepro¬ sos, con los fondos recaudados en la prolongada excursión construyó, en una isla distante 60 kilómetros de Cantón, una magnífica Leprosería, donde se albergan más de 500 víctimas de la incurable pla¬ ga, para quienes era el P. Courardy, pᬠrroco, médico, intendente y proveedor. ¿Hay algún anticlerical que así se sa¬ crifique? Con motivo del próximo Congreso Eucarístico en Montreal Al notificar Mons. Bruchesi al repre¬ sentante del Canadá en Londres que el próximo Congreso Eucarístico se cele¬ braría en Montreal, dicho funcionario, que es protestante, contestó remitiendo al Prelado un cheque de 25.000 francos como suscripción suya personal, y ofre¬ ciendo su magnífico hotel en aquella, su ciudad natal, para alojar á los Prelados que acudan al Congreso. Por otra parte, el candidato á la Pre¬ sidencia de la Alcaldía de la citada po¬ blación, que también es protestante, ha retirado su candidatura, manisfestando su opinión de que el Alcalde debería ser católico para hacer los honores al Legado del Papa y poder asistir á todas las ceremonias del Congreso. ¡Bien podrían muchos altos funciona¬ rios de países católicos imitar estos ejemplos de consideración y respeto á la Religión y á sus ministros! Necrología En Artá falleció el día 14 de Mayo el hermano terciario Antonio Mascaró Fe¬ rrer, y el 22 del mismo mes la novicia María Riera Torrents. Tip. Católica de S. Pizá.—Sto. Cristo, 2o.-Palma CULTOS EN NUESTRA ICLESIA DE S. FRANCISCO DE PALMA DURANTE EL MES DE JUNIO. Todos los días del mes de Junio se practicará el ejercicio dedicado al Sa¬ grado Corazón de Jesús con exposición de S. D. M., meditación y canto, durante la misa de las 5 y media. • Día 5, Domingo.—Empieza en este día la novena de S. Antonio de Padua que se hará por la mañana á las 7 y media durante una misa con meditación y canto; y por la noche con toda solemnidad después del rezo de la sagrada corona, con exposición de S. D. M. y sermón por el Rdo. Sr. D. Jaime Sastre, Vicario de Algaida y Terciario de S. Francisco. Día 12, Domingo. —A las 7 de la mañana, en la iglesia de la Hermandad, comunión general para los pobres socorridos con las limosnas del Pan de San Antonio; terminada ésta, repartición extraordinaria de bonos. Por la noche completas solemnes en preparación á la festividad de S. An¬ tonio y continuación de la novena. Día 13, Lunes. —Festividad de S. Antonio de Padua.—A las 7 y media misa de comunión general á la que deberán asistir ios asociados á la Pía-Unión* pudiendo ganar indulgencia plenaria. A las 10 Tercia á fabordón y Misa mayor cantada por el pueblo y la Schola Cantorum. Las partes variables se cantarán á canto polifónico. Sermón panégirico por el Rdo. Sp. D. Jaime Sastre. Por la noche, Trisagio cantado por el pueblo, conclusión de la novena con sermón, solemne procesión, Te-Deum y reserva. Día 24, Viernes.—En este día se dará principio á la novena del B. Ramón Lull. Se practicará todos los días con meditación y canto á las 11 y cuarto durante una misa, y al anochecer despues del rezo de la corona. Día 26, Cuarto domingo.—Fiesta dedicada al Sagrado Corazón. Por la ma¬ ñana á las 7 misa de comunión general para los terciarios y demás personas que durante este mes bajan asistido al ejércicio dedicado al Sagrado Cora zón. A las 10 y media Misa mayor cantada por el pueblo y la Schola Canto¬ rum. Sermón. Predicará el Rdo. Sr. D. Lorenzo Riber, Pbro. Por la tarde á las 7 y cuarto Reunión mensual para los terciarios con ex¬ posición y plática. Terminada ésta, se impondrán el} escapulario y cordón á los que previamente lo hayan solicitado. INDULGENCIAS CONCEDIDAS A LOS TERCIARIOS Con las condiciones ordinarias pueden ganar los Terciarios indulgencia plenaria los días siguientes de este mes: , Día 3.—El Sagrado Corazón de Jesús, Absolución general. El mismo día* Bto. Andrés de Híspelo, ind. píen.—Día 18, San Ahtonio de Padua.—19, Beata Miquelina de Pisauro.—20, Octava de San Antonio de Padua.—24, Natividad de San Juan Bautista.—29, Stos. Pedro y Pablo; el día de la Reunión mensual y otro cualquiera del mes, á su libre elección.