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SEMANARIO INDEPENDIENTE PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN: Sóller: Administración. Francia: J. Marqués Arbona.—Rué Montmartre, 26, París. América: Sres. Marqués, Delgado y C.a—Arecibo—(Puer¬ to-Rico). Fundador y «¡¡vector-Propietario: D. JUAN MARQUÉS ARBONA. Itcdactor en jefe: D. DAMIAN MAYOL ALCOVER. REDACCION Y ADMINISTRACION: Calle de San Bartolomé, n.° 17 —*3» SÓLLER ^BsIgsígs) —•4^5=- PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: España: 0’50 pesetas ál mes.),,, Extranjero: G’75 francos id. id. jPAG0 adelantado. Número suelto 010 pesetas.—Id. atrasado OYO pesetas La Redacción únicamente se hace solidaria de los escritos que Se publiquen sin firma, Seudónimo, inicial, ó signo determinado. Be los que tal lleven, seráD responsables sus autores. Sección Literaria Vivía muy lejos, en el camino de Ca- EL PUCHERO ROTO rabanchel, y dudó si llegar á la plaza Mayor para montar allí en el tranvía; I pero éste se retrasaba muchas veces, y Sobre la acera, en un charquito de caldo poco grasicnto, había esparcidos muchos garbanzos y patatas, un poco de tocino, dos tajadas de carne y un hueso, y entre todo esto, los pedazos de¬ siguales de un puchero roto, continente, antes de la catástrofe, de aquella comida de jornalero. Separábanse al pasar para no ensu¬ ciarse los transeúntes, sin parar mientes la rü ay oría de ellos en la desgracia que representaba aquel pucherillo deshecho en medio de la calle. Bien pronto dos perros olfatearon el inesperado festín y dieron cuenta de las esparcidas viandas, disputándose luego entre gruñidos el hueso que restaba, y que. como dé costumbre, fue botín del más fuerte. La acera quedó limpia. II creyó preferible ir, como simpre, an¬ dando. Por medio de la calle, para que no le estorbase la gente, iba casi corriendo, cuando al llegar á la plaza del Progreso vió sentada en medio del jardinillo á la muchacha. La vislumbró desde muy lejos y dudó. Al persuadirse de que era ella corrió en su busca. Con su bracito apoyado en el respaldo del banco rústico y el otro caldo á ló largo del cuerpo, cabizbaja, inmóvil, estaba la chatilla. Tenía junto á si lá cesta de la comida, y en ella fijos los ojos muy abiertos y encendidos por el llanto. —¡Rosa!—gritó Niceto. La chica al oir la voz de su padre, co¬ mo quien despierta de un letargo, le mi¬ ró espantada y sin moverse. —¿Qué es esto? ¿Qué haces aquí? ¿Qué No lejos de allí, junto á la valla de te ha pasao? ¿Por que no trie has llevao una casa en construcción, un albañil, la comida? Vamos, di, responde pronto. separado de sus compañeros que dor¬ mían la siesta tumbados en el suelo, paseaba impaciente sin separar la mira¬ da de la calle por donde esperaba ver llegar á su hija con la comida cotidiana. Pero transcurría el tiempo y se acer¬ caba ya la hora de reanudar ei trabajo, y la muchacha no parecía, y el pobre Niceto, un hombrón de treinta años, in¬ quietábase más y más con el estómago vacío y la cabeza llena de pensamientos intranquilizadores. ¿Qué le habría ocurrido á la chica? ¿Qué habría pasado en su casa? Aquello no había sucedido minea. Todos los días de trabajo, sin faltar uno. al sonar las doce en el próximo reloj de la Trinidad, bajaba el albañil del andamió y encon¬ traba á su liijita, la chatilla Rosa, que á los nueve años de edad, aún no cum¬ ¿Por qué has llorao? ¿Qué te han hecho? Todas estas progúntas salieron de su boca á borbotones y dichas con la voz trémula de la inquietud y del temor, en un tono que tanto tenía de reconvención como de cariño. —¡Ay, padre, padre!—exclamó por fin la muchacha rompiendo á 'llorar ruido¬ samente.—No me pegue usté. —¿Pues qué has hecho para que te pegue? ¿Cuándo te he pegao yo? Diló, bribón a. —Nunéá, nunca* pero hoy si ló me¬ rezco. —Habla pronto, si no quieres que te zurre de veras; y basta de llanto, y no llames la atención dé los que pasan. ¿Qué te ha sucedido? .Entonces la niña ló contó. Balbucieuté y entre sollozos que no podía contener, plidos, tenía el aire de una mujer formal, y que le aguardaba sentada en la acera, á la sombra en verano y al sol en invier¬ no. cón la blanca servilleta extendida á modo de mantel, y sobre ella, la libreta reciente, el hondo plato con el pan mi¬ gado para la sopa y el puchero con él cocido humilde, pero bien condimenta¬ do, de garbanzos tiernos y amarillas pa¬ tatas. Algo muy grave había sucedido* no cabía duda. Y en estas cavilaciones, imaginando desgracias posibles, el jornalero se sepa¬ ra de la obra para llegar á la esquina de la otra calle y ver de lejos si venía la muchacha; y fumaba un cigarrillo y otro para entretener el apetito, que ya iba pareciéndose al hambre. Por fin sonó labora del trabajo; los albañiles, desperezándose, abandonaron su lecho de piedras, subieron otra vez á los andamios y Niceto, después de vaci¬ lar un momento, unióse á ellos y subió también. Aquella mañana había tenido con el capataz Unas palabras sobre si esto ó si lo otro, cosas del oficio y de poca impor¬ tancia; pero podía suponer el hombre que si Niceto se retiraba antes que los demás lo hacía enojado por la disputa. dijo que al notar que dentro de la cesta iba poco seguro el puchero de la comida, quiso colocarlo mejor, y al sacarlo se le cayó al suelo y se hizo pedazos. —¡Acabáramos!—exclamó al oirlo Ni¬ ceto, respirando con libertad.—¿Y por qué demonios no fuiste á decírmelo? —Porque temí que usté me pegara ¡Como era una cosa tan gorda! —Vamos, vamos á casa, que tu madre estará con la misma inquietud que yo he tenido. —No. madre no me espera hasta el anochecer, porque me dijo que fuera á casa de la tía Isidra en cuanto comiéra¬ mos, y creerá que estoy allí. ¡En cuanto comiéramos! Esta frase hi¬ zo al padre caer en la cuenta de que también la muchacha había sido víctima de la rotura del puchero y que no habría comido tampoco. Levantó la tapa de la cesta que la niña llevaba colgada del brazo, y vió que la libreta estaba intacta. —Oye tú, chiquilla, ¿y por qué no te 1 has comido el pan? —¡Estaría bueno!—exclamó Rosa.— ¿Que había yo de hacer eso sabiendo que usté no había comido? Niceto se inclinó hacia la pequeña, y cogiendo entre las manos su cabeeita rubia, se la comió á besos, Resolvió, pues, no pedir permiso para IV marcharse, y continuar en el trabajo; pero en aquellas cuatro horas que pasa¬ Cuando ya tranquilos y alegres el pa¬ ron hasta las seis de la tarde, el pobre dre y la hija se encaminaban á casa, se albañil desde lo alto del andamio, expo¬ le ocurrió de pronto al albañil algo que niéndose muchas veces á caer porque la le hizo fruncir el entrecejo y detenerse. debilidad le producía vahídos, no cesó —¿Sabes lo que pienso. Rosita? d« mirar á la calle con la esperanza —¿Qué piensa usté, padre? siempre de que la niña aparecería por —Que en cuanto tu madre sepa lo que allí abajo. La muchacha no vino, y el te ha pasao, arma el gran zipizape y jornalero se aferró entonces á la idea de nos da la noche. Ya sabes lo que es, una que en su familia había ocurrido algo santa de Dios; pero con unos prontos, gravísimo. que sólo yo se los aguanto. Ni tú te li¬ Por eso, al terminar el trabajo, echán¬ bras de una azotina, ni yo de un disgus¬ dose al hombro la chaqueta, emprendió to, si procuro evitarla. con rapidez la marcha hacia su casa, Rosita contestó con una mirada elo¬ con tanto anhelo como temor de llegar cuentísima. Lo que su padre decía era á ella. indudable. —No hay más remedio—añadió el al¬ bañil—que ocultarla lo que ha pasao, para lo cual es precisó comprar otro pu¬ chero. —Eso es lo mejor, padre, eso es lo mejor—dijó la muchacha con la alegría de quien se ve libre de un gran peligro. Entraron en una cacharrería y por treinta céntimos, que Niceto guardaba para tabaco, compraron un puchero, el que hallaron más parecido al otro en forma, en color y en tamaño, Y cuando de nuevo emprendieron la caminata, pensaba el albañil para sus adentros: —Mi hijita, teniendo hambre, no ha comido porque yo no comía, lo cuál prueba que este oominó tiene un alma mu grande. Y la muchacha iba diciendo para sí: —Mi padre se ha quedao sin una pe¬ rra pa comprar este puchero y evitar asi un berrinche á mi madre y á mí uña cachetina, lo cual prueba que mi padre es un bendito-, Y así. orgullosos el uno del otro, co¬ gidos de la mano, marchaban con tal gozo en el pecho, que compensaba la angustia del estómago..... V La señá Pepa, la esposa de Niceto, gruñía por todo y á todas horas. Si no precisamente una santa, como su mari¬ do aseguraba, era buena, muy buena; pero con un genio de todos los diablós. Su hombre la temía más que á un pe¬ drisco, y cón éste tenía gran semejanza, porque sus iras pasaban prouto. Cuando vió llegar aquella noche jun¬ tos al padre y la hija, los recibió dicien¬ do á gritos: —¡Varaos, ahora me explicó la tardan¬ za! El papá y la niña se habrán entrete¬ nido. corno de costumbre, mirando los escaparates y diciendo aquello de: si yo fuese rico, te compraría esto y lo otro y lo de más allá. ¡Bobadas que entontecen á la chica! Más valiera que hubierais venido de prisa: á poco más se me pega la cena. Niceto y Rosa no se dieron por enten¬ didos. Poco era callar entonces, cuando para evitar un disgusto acababan de ha¬ cer mayores sacrificios. La señá Pepa, gruñendo todavía, fué á desocupar la cesta de la comida, y al encontrarse con la libreta entera rió pu¬ do menos de exclamar con sorpresa. —¿Qué es esto? ¿Habéis comido hoy sin pan? Niceto y la chatilla se quedaron ató¬ nitos; aquella imprevisión lo descubríatodo; pero, como inspirado súbitamente, contestó riendo el albañil: — ¡Quiá, mujer! Si es que traemos tan¬ ta gazuza que digo, dije: pues compro una libreta más. Y ahí la tienes pa zam¬ párnosla luego, La niña sonrió admirando el ingenio de so padre para tramar embustes; pero asustóse de nuevo al ver que su madre, sacando de la cesta el puchero y miran¬ do á su fondo, decía cotí acento irónico: —Si traéis tanta hambre no será por haber comido singana, porque el pu¬ chero está tan rebañao que parece nuevo. Se agravaba el conflicto, y compren¬ diéndolo Niceto, arrebató el cacharro á su mujer y dijo mirándolo: —-Sí que es verdad; está limpio como una patena; pero basta de conversación —añadió poniéndolo en el fregadero en¬ tre unas cazuelas—y á cenar, que es muy tarde. Como echándolo á brotna, cogió él mismo la gran fuente en que humeaba el guisado dispuesto para la cena y la puso sobre el mantel. Niceto y Rosa, con no disimulada vo¬ racidad. metieron á la vez la cuchara, sin esperar á que la madre se sentara á la mesa. —, Válga me Dios!—exclamó la señá Pepa al verlos;—cualquiera diría que teneis hambre atrasa. ¡Ni que no hubie¬ rais comido en tó ei día! —Ya te lo dije antes—contestó el al¬ bañil cón la boca llena;—por eso traje la libreta pa postre. Echáronse á reir los tres, cruzóse entre el padre y la hija una maliciosa mirada de inteligencia, y siguieron cenando con más deleite que nunca, no sólo porque era mayor el apetito de ambos, sino por¬ que el guisado aquella noche tenía para ellos una salsa muy sabrosa: la satisfac¬ ción qué nunca experimentan los malos y que es el premio más grande de los buenos. Miguel Ramos Carríón. escuchando á otro joven... su esposó; que le habla de amor! Solitaria colina á lo lejos se destaca en el límpido azul, y las nubes plomizas la visten, con fúnebre tul! Carlos M. de Egozcuf. «■mnaa'CT-rpMiwi Lecturas científicas La musicoterapia ¡HUÉRFANA! Me enviaron al bosque vecino para ver de calmar mis dolores, recogiendo las bayas silvestres, cortando las flores. Me enviaron al bosque vecino perfumado de tibios olores, y no hallé ni las bayas silvestres, ni frutas, ni flores. Solitaria colina me atrae; se destaca en el límpido azul, y las nubes plomizas la visten con fúnebre tul. Solitaria colina me atrae; que mi madre amorosa está allí, y á los pies de su tumba sagrada llorando caí. Una voz melancólica escucho... temblorosa también dice así: —¿Quién pasea en la triste colina? ¿quién llora por mí? —Soy yo, madre; tu Berta querida; no té enfades conmigo ¡yo soy! De tus besos dulcísimos huérfana, melancólica estoy. ¿Quién mis rubios cabellos ahora con el fino marfil peinará? ¿Quién palabras de amor, cuando llore, como tú me decías, dirá? Y la voz melancólica gime; temblorosa otra vez dice así: —Vuelve, vuélvete á casa, hija mía; no llores por mí. Hay allá quien tus rubios cabellos con el fino marfil peinará, y palabras de amor, cuando llores, como yo te decía, dirá. Allí un joven esposo te aguarda; él espera calmar tu dolor... vuelve, vuélvete á casa ¡oh, mi Berta! ¡te espera el amor! II Otra vez en bosque vecino, para ver de calmar mis dolores, ni recojo las bayas silvestres, ni frutas, ni flores. Solitaria colina me atrae.., mi gentil prometido está allí, y á los pies de su tumba querida, llorando caí. ¿Quién ahora sabrá consolarme, si mis labios no quieren rezar, y mis ojos están ya cansados de tanto llorar? Por mi padre llevé luto un año; por mi madre dos años lloré; por aquel que debió ser mi esposo mientras viva su luto pondré. Ahora cubre sus manos la arena,, y mis manos no puede apretar: ahora cubre la arena sus labios y no puede hablar. Ahora cubren las piedras su frente, sus costados, su cuerpo ¡ay de mí! y por eso su voz ya no escucho, ni saldrá más de aquí! Así gime llorando la huérfana... ¿quién ahora responde al clamor! ...De los mudos, severos sarcófagos, no sale un rumor! III Pero pasa el invierno: la umbría perfumada de tibios’ olores, ya rebosa de bayas silvestres, de frutas y flores. ¡Que dichosa la huérfana ahora4 en el bosque pasea el dolor,. La medicina pierde en concepto por el afán detallista de algunos que la culti¬ van. Lo que antes era una parte más 6 menos interesante de un sujeto, es aho¬ ra una idea nueva del sujeto mismo; el signo, el síntoma se transforma en en¬ fermedad; el coadyuvante, en especial tratamiento. Así ha surgido el de las enfermedades por la música, bautizado ya con el apelativo musicoterapia. Que la música ejerce un efecto mani¬ fiesto sobre la parte psíquica, no hay qué dudarlo; pero que este efecto llegue 4 tanto como supone la nueva escuela.terapéutica, es ya distinto; la música in¬ fluye sobre el ánimo de manera dife¬ rente; no podrá ser una medicación qué ofrezca igual resultado en idénticos ca¬ sos de enfermedad, como acaece con la quinina, la morfina, los bromuros y tantos otros medicamentos cuya acción es la misma para todos los individuos, porque son sus efectos fisiológicos idén¬ ticos. y así son también uniformes sus efectos medicinales. La música que en una persona origina gozo, aumenta la pena en otra; el airé militar que á tantos entusiasma, á otros enternece; el canto que á los unos ale¬ gra, hace en otros el efecto de causas que dañan; la musicoterapia será, pues; una terapéutica tan especial que para aplicarla ha de ser preciso un estudió minucioso de las condiciones particula¬ res inherentes á cada sujeto, y esta con¬ dición ha de convertirla en un procedi¬ miento harto dificultoso. Mas es lo cierto que, en el Estado dé Michigan, se está construyendo un hos¬ pital musicoterápico, siendo la población Kalamazoo asiento de institución tan extraordinaria. Cuenta ya con médicosentusiastas que han puesto todas sus; actividades ai servicio de la dicha idea; y cou capital bastante para desarrollarla espléndidamente. Especialmente el doc¬ tor Cutter hace activísima propaganda! científica, publicando curiosas observa¬ ciones que pueden leerse en varios tra¬ bajos suyos recientemente publicados; Entre otros hechos asegura que la músi¬ ca constituye un tónico cardiaco muy importante, y que es un excelente medio’ para corregir las más pertinaces dispep¬ sias. Al efecto, y entre casos clínicos algo curiosos, refiere la observación dé un enfermo que corregía las intermiten¬ cias de su pulso con sólo escuchar algún trozo de música. Puede decirse que la música es el pri¬ mer medicamento que impresiona al hombre así que nace: suspende el llanto, tal vez mitiga el dolor, encuentra el sue¬ ño, al canto de la mujer que le cría; será maravilloso goder continuar medicación tan sencilla cuando vayan sucediéndose' las edades, para morir el hombre, quizá, arrullado por una suave melodía qué recuerde aquella canción monótona y acompasada que cerraba también sus ojos en la primera edad. Esta terapéutica enlazará las ideas ma¬ teriales con las religiosas, dando al mé| dico especialista en el procedimiento la ípás grande exageración de su carácter ; sacerdotal; pero no'puede negarse que la nueva medicina se presta al comenta¬ rio bajo el punto de vista, poco caritati¬ vo, de la mofa y la ridiculez, I)r. Rak, SOLLER Actualidades , tes. La vida se desliza pequeña, intri¬ gante, menuda, entre una vista y una vistilla. entre una acusación fiscal y un Geografía explicada fiha el por informe del defensor. Lo supremo de la realidad es el Tribunal Supremo. Las Sultán miradas de estos hombres no se apacen¬ taron en el verdor de los prados, ni las Dicen que hace algún tiempo estuvo <en Fez un diplomático norteamericano y conferenció con el sultán Abd-el-Azis. €on el objeto de obtener concesiones co¬ merciales, le ponderó la,grandeza de los Estados Unidos, lo formidable de su es¬ cegó el polvo del camino, ni el humo de la fábrica, ni la bruma de los mares. Su horizonte fueron unas paredes blancas ó rojas de la Sala de Audiencia; su cie¬ lo, el techo de un repostero carmesí, ba¬ jo el cual cobijan su aburrimiento los cuadra, la opulencia de su producción y Jos poderosos medios de acción de que • disponía para proteger á los amigos y destruir á los adversarios, -El Sultán le escuchó muy atentamente, y después de - reflexionar un rato le condujo4 un sa¬ lón donde tiene grandes mapas geogrᬠficos y una= aniy*grande esfera terrestre. « Hallándose solos Ios-dos, mostróle-con señores magistrados.'Para ellos lo con¬ ten cioso-administratiro es algo real, tan real como los árboles y las piedras, co¬ mo las aves y los peces; para sus oídos el suave murmullo del viento en las frondas no suena tan grato como el de las hojas vueltas rápidamente por la ma¬ no del oficioso relator. De esta ficticia realidad papelera tienen, sin duda, re¬ un dedo el imperio chino y le dijo: «Es- pletos sus luminosos cerebros el señor tos tienen. 400 millones de hombres, Montero Ríos, el señor González de la muchas veces más.que los que vosotros teneis, y han sido vencidos por éstos (señalando al Japón), que son más chi« eos y- más pobres que vosotros.» Luego ' llevó su dedo sobre la India, y añadió: Peña... Por muy amplios y rebeldes que supongamos sus espíritus, la tiranía del oficio los ha deformado ya, seguramen¬ te, con las exigencias é imposiciones de la cotidiana labor. Ellos no tienen la «También-hay aquí bastantes más rnii llones de hombres que los,que teneis en > los Estados Unidos y cuentan con más 'dinero,, y.-ya ves, están mandados por ¿ los de esta isla chiquita, con da que na¬ culpa, claro está; pero al leer la lista del Ministerio el agricultor, el comerciante, el marino, el ingeniero, el hombre de las manos callosas y también el de las manos delicadas, preguntarán: «Y á mí die, puede (y mostró á Inglaterra). Por .¿quién me representa entre estos seño¬ lo tanto,-no me hables de que sois mu¬ res letrados? ¿Quién de ellos se condue¬ chos ni de que teneis -dinero. Además, le de mis angustias, quién escucha mis estáis muy lejos de nosotros. Ahora-— píos, quién habla mi lenguaje, quién •dijo por fin—se han entendido los cris¬ piensa como yo pienso, quién está ó ha tianos que están más cerca y dejan á • estado en contacto íntimo con mi vi¬ Francia hacer lo que-quiera.» da?». El diplomático yanqui dejó entonces Y los ocho ubogadosAendrán que ca¬ de abogar directamente por su país; y llar inclinando sobre la negra toga la considerando tal vez que la influencia •cabeza tocada con el negro birrete. española en Marruecos era menos temi¬ ble para los intereses que representaba •que la ingerencia ó protectorado de la fL'e A BC) Ene. República francesa, habló bien de Espa¬ ña é insinuó la idea de que una alianza •é compenetración de los dos pueblos que Carta de Maura separa el estrecho gaditano, sería mucho más práctica y favorable al imperio que cualquier otra intervención de un país muy poderoso.—«Alá sea loado—res¬ pondió el Sultán.—España es un pueblo moble y leal: aparte de la religión, los •españoles son como nosotros; tenemos la misma sangre y siempre proceden -como generosos y honrados, aunque de un tiempo á esta parte se ceba con ellos la desgracia; pero nada pueden hacer aquí, porque están siempre muy ocupa¬ dos con las reyertas de su casa. El Bey tiene allá muchos enemigos, y harto tie¬ ne que hacer con tratar de sujetar á los rebeldes.» La Epoca del martes publica una car¬ ta del señor Maura, dirigida á los seño¬ res condes de Bernabé, de Torreanaz, del Moral de Calatrava, de la Hortera y don Abilio Calderón, con el fin de proce¬ der á los trabajos electorales. La carta dice así: «Mis queridos amigos: Una sucesión implacable de adversidades nos arrebató la vida del. señor Silvela (Q. D. H.) que contaba con mi leal adhesión desde 1902, en que me incorporé al partido liberalconservador con el grupo q,ue me había encomendado otra desgracia. Contra todas las previsiones de mi de¬ El Sultán Abd-el-Azis podrá ser todo lo negro que se quiera; pero harto se de¬ ja ver que no tiene pelo de tonto. seo, el partido que el señor Silvela dejó constituido, me obliga, con abrumado¬ ras muestras de honrosa confianza, á emplear en su dirección todos los esfuer¬ zos de que sea capaz, siempre despro¬ Ocho ahogados porcionados con sus obligaciones. Por esto agradeceré á ustedes que Me aquí un grito de terror que el im¬ pasible cronista lanza al leer la forma¬ ción del ministerio. Salvo el general Weyler, los-demás ministros son aboga¬ dos. La toga-triunfa una vez más en la política. ¿Qué pensarán de ello el arado, la máquina, el buque, la pluma, todos órganos productores y fecundos'? ¿Cómo recibirán la entrada de estos ocho ju¬ risperitos en el Gobierno, los talleres y las fábricas, los puertos y los campos, caminos y las escuelas? Dignísimos le parecen al cronista es¬ tos ocho sujetos; pero no se le tachará de excesivamente suspicaz si le asalta el magín la siguiente pregunta; «La go¬ bernación del Estado ¿es un pleito ó es una causa criminal?» Porque este error inicial es la razón de todos nuestros ye¬ rros políticos y de todas nuestras des¬ gracias nacionales. Las escuelas doctri¬ narias y conservadoras han tonsid erado la función de gobernar como un proce¬ so en que el acusado era siempre el país y rara vez salía absuelto. Las escuelas liberales ó así llamadas (liberal de veras acepten juntos la secretaria del partido, para que distribuido nuestro trabajo sea menos difícil y se consiga que en las provincias hallen apoyo ñus,tros correli¬ gionarios y que crezcan de día en día y sea sólida la obra política del partido. La permanencia de la secretaria nos obliga á trabajar en la labor electoral. Juntos votamos el mensaje d.e 190:3. y ustedes han de hallar el pronto consejo y cooperación que podamos prestarles, de tal modo que la novedad sólo consis¬ te en la desapasionada previsión de un jefe natural. Resuelto á perseverar en la política misma, unidos con palabras y actos, no «habrá duda acerca de su unificación, ni ustedes han de menester quien les acre¬ dite para aplicar en cada caso su común criterio. Ello n.o significa que no este dispues¬ to á comunicar con ustedes y con quie¬ nes á ustedes mismos y á mí se dirijan. Ratifico mi gratitud y soy afectísimo amigo, q. b. s, m., Antonio Maura.» no le ha habido desde Mendizábnl á nuestros dias) han reputado que estar en el Poder no era más sino resolver los Carta de More! incidentes de un pleito, ya entre el país y sus gobernantes, ya entre las distin¬ tas fracciones que podían disputarse la posesión de las poltronas. Al final, el pais no resultaba sentenciado á muerte ni á presidio, como cuando mandaban los reaccionarios; pero le condenaban á pagar las costas del litigio, es decir, á morirse de hambre. ¿Qué resulta de aquí? El concepto que del Estado y de la nación tienen estos señores jurisconsultos suele ser un con¬ Otra nota saliente de la política es una carta dirigida por el señor Moret al se¬ ñor Aguilera, con motivo de los sucesos políticos que se avecinan, es decir, con motivo de los -trabajos electorales. La carta dice asi: «Mi querido amigo: I,a pregunta que hacen á usted algunos correligionarios de provincias, requiere una respuesta categórica. Desean saber mis amigos cuál es la conducta que ha do seguir el gobierno cepto de libro de texto. de papel sella¬ y es preciso que corresponda una since¬ do. do ley de Enjuiciamiento. La huma¬ ra manifestación. nidad se divide en procesados y litigan- í Ya no hay grupos ni fracciones. Formamos el gran partido liberal, te¬ niendo un gobierno que nos representa á todos de igual manera, y es preciso dicha cartera bajo el mando de Prim, realizando el arreglo del clero y su pre¬ supuesto, y estableciendo el matrimonio convencerse que esta unión tan anhela¬ ciivil, la casación para lo criminal y la da por los liberales no se conseguiría si reforma de. la ley hipotecaria, cada una de sus diversas fracciones no Hizo siempre la salvedad de que pro¬ nos hiciéramos bien cargo de la trans¬ cesaba con verdadero amor la doctrina formación',que se ha operado estos últi¬ mos días. Hoy el partido no tiene^voz ni repre¬ sentación propia por media de sus gru¬ católica. En 1871 fué elegido diputado por Ma¬ drid y por Lerín (Pontevedra) y, defendiándoun acta, decía que para comba¬ pos. La representación corresponde al go¬ bierno, cuyo jefe, con arreglo al conve¬ nio de 27 de octubre, mientras ejerza este cargo es eLjefe del partido. Consecuentes con esta transforma¬ ción. los diputados y senadores liberales deben dirigirse individual y colectiva¬ mente á los ministros, prestando su coo¬ peración y participando directamente en la acción del Estado. tirle los elementos ultramontanos habían colocado en un colegio, sobre dos gran¬ des ollas que servían de urnas electora¬ les, dos grandes letreros que decían: 'cíelo, infierno, haciendo creer á las gen¬ tes timoratas que las que no depositaran sus sufragios en la olla que tenía por rótulo cielo, atraerían sobre sus almas la condenación eterna. Antes de que las Cortes suspendieran sus sesiones en 1872. presentó á las mis¬ Si se presentan incompatibilidades entre amigos, si ocurriesen olvidos ó postergaciones que pudiesen convertir¬ se en materia de disensiones con los an¬ tiguos tnienbros del partido, precisa apelar al patriotismo y abnegación de todos para que vea el país que al for¬ mar un partido liberal sólo pensábamos en él, en sus intereses y en sus aspira¬ ciones, poniendo á un lado todo otro sentimiento personal que tantas veces ha rebajado y empequeñecido la vida pública. Si los grupos y jefaturas continuasen, convertirían al partido en una oligar¬ quía perturbadora y digna de las ma¬ yores censuras de que en más de una ocasión ha sido objeto.» Y añade luego; «Vivir de recelos y dejarse guiar por suspicacias, es cultivar la impotencia y preparar el fracaso. Nadie mejor que usted, cuya vida pú¬ blica es modelo de disciplina y abnega¬ ción. puede predicar esta doctrina entre nuestros amigos que han visto siempre en usted un ejemplo digno de aplauso. Hágalo así y sabe que puede contar con la seguridad del cariño invariable de su antiguo amigo. Segismundo Moret.» mas un proyecto de autorización para que el Gobierno plantease el Código pe¬ nal reformado, que era obra' de Monte¬ ro. así como la ley del Jurado. Contóse hasta la marcha de Don Ama¬ deo, como individuo del partido radical que dirigió Ruiz borrilla y era ministro cuando abdicó aquel monarca:. En aquellos tiempos fué dos veces pre¬ sidente del Congreso. Su influencia careció de importancia en el período republicano, y permaneció alejado de la política hasta algunos años después de la Restauración. Recordamos haberle visto en Madrid presidir los funerales de Don Amadeo, que mantuvo siempre con él asidua co¬ rrespondencia. En abril de 1880 firmó el manifiesto republicano que dió vida al partido democrático-progresista dirigido por Ruiz Zorrilla; pero al año siguiente, después de la formación del ministerio Sagasta (febrero de 1881) separóse con Martos de la mayoría de aquel partido é ingresó en el de la izquierda dinástica. Más tarde, cuando Sagasta se hallaba de nuevo en la oposición (1884) se afilió en el partido fusionista, y con Alonso Martínez redactó la llamada «ley de ga¬ rantías», que sirvió de programa á di¬ cho partido. «^«qawgy-j.»— Biografía Obtuvo la cartera de Fomento en el primer gabinete de la Regencia y acep¬ tó más tarde, aunque por breve tiempo, la presidencia del Tribunal Supremo. Luego, en 1892. desempeñó la cartera Don Eugenio Montero Ríos Actual Presidente del Consejo de Ministros Nació este hombre público en Santia¬ go, en noviembre de 1832. y estudió Fi¬ losofía en su ciudad natal, siguiendo luego la carrera de Derecho. En aquella Universidad ganó por oposición los pre¬ mios del Bachillerato y la Licenciatura. de Gracia y Justicia, dimitiendo por di¬ sidencia con Gamazo en algunos puntos del llamado presupuesto de la paz, Fué por esos años presidente de la So¬ ciedad Económica y de la Academia de Jurisprudencia y profesor de la institu¬ ción libre organizada por catedráticos expulsados de la Universidad central, en los primeros años del reinado de Don Alfonso XII. Cursó también cuatro años de Teología en el Seminario. En 1858 se trasladó á Madrid para es¬ tudiar el Doctorado, que ganó por opo¬ sición, así como, no mucho después, en lucha contra doce contrincantes, la cᬠtedra de Disciplina Eclesiástica de Ovie¬ do. que permutó por la de Santiago. Cuatro años después, el Consejo de Para su ingreso en la Academia de Ciencias Morales y Políticas, leyó un discurso sobre el crédito agrícola. Vivió algún tiempo algo apartado de la política activa, confiándosele en 1898 la misión importante y dolorosa de re¬ presentar á España para el tratado de paz con los Estados Unidos. La muerte de Gamazo aumentó su Instrucción pública le propuso, por una¬ nimidad de votos, para la cátedra de De¬ recho Canónico de la Universidad Cen¬ tral. Significóse como progresista, pero no firmó la célebre protesta del profesorado contra la adhesión á Isabel II que el go¬ bierno de González Brabo exigió pocos meses antes de la revolución de 1868. Habíase iniciado en política con la pu¬ blicación de un periódico que fundó en importada, quedándole como único émulo para la sucesión de Sagasta, Moret, y en puesto más inferior el mar¬ qués de la Vega de Armijo. Este, después de varios incidentes, se avino á reconocer su jefatura. Ultima¬ mente. aumentaron las aproximaciones con Moret. y están en buen camino de entenderse si quieren. Santiago y que se titulaba: La Opinión Pública, tendiendo á reorganizar las huestes progresistas, de cuyo comité fué nombrado presidente. En Madrid, desde las columnas de La Agricultura Iberia, sostuvo polémica con el arzobis¬ po de Santiago acerca de la base quinta de la Constitución, demostrando ser uno CIENTIFICAMENTE LLAMADO de los primeros canonistas y teólogos de CHRYSOMPHALUS DICTY0SPERMI Europa. También publicó muchos artículos ju¬ rídicos en periódicos profesionales y .el discurso sobre el «ultramontanismo» y el «cismontanismo», que había leído en Santiago. Igualmente llamaron la atención las lecciones qne empezó k publicar sobre Derecho canónico. y su PROPAGACIÓN EN EL MEDIODIA DE ROPA (Continuación.'I La facilidad con que el Crysomphalus. minor se adapta en la cuenca medite¬ rránea á plantas del todo diversas, favo¬ Elegido por Pontevedra, figuró en las Cortes de 1869, interviniendo muchas veces en la disensión del Código fun¬ damental frente á oradores ccmo Man- rece de un modo especial los progresos de la invasión que tenemos á la vista. Yo he podido darme cuenta de su pre¬ sencia sobre los siguientes vegetales, terola. Defendió la monarquía democrática y entró de subsecretario en Gracia y Jus¬ procedentes del litoral, y en particular de Cannes y de Hyéres: el naranjo, el limonero, el mandarino, l.a yedra, el ticia. siendo ministro Ruiz Zorrilla, que laurel, el box, el ligustro, el mirto co¬ hubo de vencer resistencias de los de¬ mún etc. M. Belle hace ascender todavía más consejeros. á mayor número el de las plantas ata¬ Al año siguiente obtuvo en propiedad cadas. Además del naranjo y del limonero cabe contar entre las plantas más infec¬ tadas por el 'Crgsomphalus el mirto, la yedra, la magnolia, las camelias los lau¬ reles y las palmeras. Los principales hechos que he podido comprobar en cnanto á la biología del Crgsomphalus minor son los siguientes: Esa cochinilla es ovípara, pero los hue¬ vos, al momento de ser puestos por la hembra, contienen ya las larvas entera¬ mente formadas; así es que «permiten 4 éstos el salir á luz muy poco tiempo des¬ pués del desove. La salida del huevo de tas larvas no se efectúa de una manera simultánea sino de una manea furfurácea. El insec¬ to continua ^poniendo huevos Jurante 534.aftunmesporlomenos,dandoasícada día origen á larvas que salen de debajo la concha materna á medida que salen del huevo y van á fijarse constantemenmente en los puntos cercanos. El tierno insecto se fija en muy poco tiempo; una hora apenas trascurridas después de la salida del huevo (la larva) se ha ya fija¬ do sobre las hojas, y unas dos horas des¬ pués empieza, bajo la forma de tenue redecilla blanca la secreción de la con¬ cha que constituirá un obstáculo casi insuperable á la penetración de la ma¬ yor parte de insecticidas. En París he hecho un criadero sobre el Evonymus japónica contaminando* el 15 de Junio, uno de estos arbustos con el C. minor que estaba pegado á ramos del naranjo procedentes de Hyé¬ res, y que se encontraba al final del pe¬ ríodo de emisión de las larvas. Por este medio he podido darme cuenta, al abri¬ go de toda causa de error resultante de la superposición posible de una generación á otra* de que bajo el clima de París se dan dos generaciones anuales. Las larvas que en Junio se habían fijado sobre el Evo¬ nymus japónica en agosto se habían con¬ vertido en insectos adultos y henchidos de huevos; y en los últimos díasdedicho mes daban origen á una nueva genera¬ ción de larvas que iba fijándose sobre las hojas. Actualmente dichas larvas se han trasformado en insectos provistos de conchas, sin que hayan alcanzado aun su tamaño definitivo y probable¬ mente sólo después del período de in¬ vierno llegarán al estado de adolescen¬ cia. Es probable que en el Mediodia el número de generaciones pasa de dos, Los datos biológicos que preceden ponen en evidencia la naturaleza de las dificul¬ tades que se han de encontrar en la lu¬ cha contra el C. minor. Estas dificultades estriban en las cir¬ co n stancias si gu i entes; 1.a La facilidad con que el insecto se ■adapta á diversos vegetales. 2> La existencia de varias (al menos dos) generaciones anuales. El no efectuarse de un modo si¬ multáneo la salida de las larvas engen¬ dradas por un mismo insecto, sino al contrario durante un largo período que se prolonga cosa de un mes. Lo desigual de la edad, á un mis^ mo tiempo den los individuos de una misma cría, hecho que resulta del pre¬ cedente y que viene á prolongar en gran escala el período de emisión de las lar¬ vas respecto de una misma generación, El muy escaso tiempo (apenas al¬ gunas horas) durante el cual las larvas no están protegidas por una concha (bouelier literalmente escudo) contra la acción de los remedios insecticidas. Dr. Paul Marcual (Se continuará). Crónica Local Ferrocarril Palma-Sóller La 25.a semana que comprende desde el día 18 al 24 del actual ambos inclu¬ sive, contiene los siguientes datos, que nos ha facilitado la Sub comisión inves¬ tigadora del ferrocarril Palma-Sóller: En mercancías la exportación es de 58 toneladas, 50G milésimas y la importa¬ ción 71 con 316; la importación por la vía marítima es de 30 toneladas. El pasaje está formado por entrados 302 y salidos 568, total 870 pasajeros. * ** En 1.a reunión celebrada el miércoles último por la Comisión organizadora del ferrocarril Palma Sóller dióse lectura á una carta recibida de México ocupándose en términos patrióticos de la pioyectada línea ferroviaria. Gustosos la transcribimos. Dice así: SOLLER 3 «San Juan Bautista 21 Mayo 1905 eriptor y amigo D. Pedro Castafier, en la Pernoctaron en ésta, y el lunes por la bió para dejar ultimadó el plano de la r á la festividad de la Preciosa Sangré Sres. Juan Pizá, José Ferrer Oiiver y José Forteza Pifia. persona de su hijo Pedro, víctima de horrible desgracia ocurrida en Burdeos (Francia) el 22 del próximo pasado mañana los egregios militares regresa¬ ron á Palma, agradablemente impresio¬ nados de su visita al valle de los naran¬ proyectada fachada de la iglesia parro¬ quial y señalados los trabajos prelimina¬ res. de Nuestro Señor Jesucristo. Alas diez, se cantará tercia y después la misa ma¬ yor con música y sermón, que pronun¬ Sóller. Junio. jos. Dentro breves dias se dará, pues, co¬ ciará el Rdo. Sr. Cura Arcipreste. Al Muy señores nuestros: Oportunamente fuimos favorecidos por $11 atenta de 27 Enero último, por la cual se sirven de¬ legar en nosotros el encargo de hacer la propaganda en ésta, en favor del pro¬ yectado ferrocarril Palma-Sóller, para cuya comisión fueron Vds. designados. Al agradecer como se merece esta honrosa delegación que con el mayor gusto aceptamos, protestamos tanto á Vds., como á la comisión organizadora trabajar con el mayor entusiasmo para ayudar en todo lo que de nosotros de¬ penda, al mejor logro de esta importan* te obra, sueño dorado de todo solle- rense. Por los extensos datos que encierra la Memoria que se han servido remitirnos, hemos tenido ocasión de comprobar, de •que, aparte de los sentimientos patrió¬ ticos que nos obligan á apoyar el pro¬ yecto, hay la circunstancia de que el interés que produzca el capital inverti¬ do es bastante halagüeño, y por otra En la mañana de dicho día había sali¬ do el 3 ó ven Pedro Coll montado en bici¬ cleta con el objeto de verificar una ex¬ cursión, pero le fué tan adversa la suerte que chocó en la vara de un Carro que iba en sentido opuesto, y á consecuencia del fuerte golpe que recibiera le sobrevino una hemorragia interna que le ocasionó la muerte. La fatal noticia produjo honda impre¬ sión entre los numerosos amigos de la familia Castañer, quienes se apresuraron á expresar ó los desconsolados padres la parte que tomaban en su dolor, tanto más grande cuando aún no se habían repuesto del que les causara l,a muerte de su idolatrada hija Antonia, acaecida en la misma ciudad de Burdeos el 27 de Enero de este mismo año. El joven Goll baja á la tumba, confor¬ tado con los santos sacramentos de la Iglesia, á la edad de 14 años, en la pri¬ mera de su vida y cuando el porvenir empezaba á sonreirle. Desde estas columnas enviamos á los El jueves por la tarde puso anclas en nuestro puerto, después de trece días de navegación, el vapor mercante inglés Bofhhiry con procedencia de Newcastle. Este buque ha sido portador de un cargamento de carbón mineral para la fábrica del gas de esta ciudad, Con el título de «La Protectora Espa¬ ñola» acaba de fundarse en Lyon (Fran¬ cia) una sociedad compuesta exclusiva¬ mente de españoles, en su mayoría so- llerenses. El objeto de la asociación es el socorro mutuo á los socios en caso de enferme¬ dad ó invalidez, habiendo quedado defi¬ nitivamente constituida, aprobados los Estatutos ó instalada en la rne des Ca- pueins 3, de dicha ciudad. Próximamente daremos cuenta de una circular enviada por «La Protectora Española» á sus compatriotas y de la forma en que ha quedado constituida la Junta Directiva de dicha sociedad. mienzo á las obras de la monumental fachada. Con motivo de ser el jueves último la festidad del Apóstol San Pedro-, pa¬ trón de los pescadores, en la importante barriada marítima se celebró lucida fies¬ ta. El miércoles fué ya paseado por las calles de la población un hermoso y cor¬ pulento buey, que luego de sacrificado se repartió entre los copartícipes. Por la noche hubo baile al estilo del pais y mú¬ sica. El jueves por la tarde sé .celebraron carreras de hombres, mujeres y niños y cucañas marítimas, amenizando estos divertimientos una banda de música. Luego hubo baile hasta las ocho, rea¬ nudándose poco después y durando has¬ ta hora avanzada de la noche. El gentío que acudió á la barriada del puerto durante la tarde del jueves fué inmenso, viéndose allí la flor y nata de la juventud sollerense. anochecer, se cantará la Corona en ob¬ sequio de la Divina Sangre. Itegistro O vil Nacimientos. Varones 2.—Hembras 1.—Total 3 Matrimonios Dia 27.—José Colom Alcover, solteró con Ana M.a Vicens Ferrer, soltera. Defunciones Día 24.—Bartolomé Bernat Albertí de 80 años, viudo, M.& 56. I)ia 25.—María Forteza Bisquérra, de 57 años, viuda, c. Isabel II n.0 71. Dia 27.—Vicente Arbona Sampol, dé 33 horas, c. San Pedro n.° 11. Dia 27.—Antonia Coll Moreil, de 44 años, casada, c. de las Almas. SUSCRIPCION con el fin de allegar recursos para las obras de reparación y ensanche de la iglesia parroquial. parte ayudará á ser factible de llevar á feliz término el proyecto citado, el egoís¬ mo de la comodidad personal que nos proporcionará á los que ambicionamos ir ú ese ameno valle en pos de salud y des¬ afligidos padres y demás familia la ex¬ presión de nuestro más sentido pésame, y pedimos al Cielo conceda al alma del finado el premio de los justos y á los que sobreviven el bálsamo de la resignación Nos alegramos de que nuestros paisa¬ nos hayan tenido la feliz iniciativa de fundar una tan beneficiosa y caritativa asociación y celebraremos que el éxito corone sus esfuerzos. Los limones embarcados en el último viaje del vapor «Villa de Sóller» se han cotizado al precio de 30 pesetas la car¬ ga, habiéndose confeccionado una buena partida de cajas de dicho frutó con des¬ Pesetas Ct8. Sumá anterior. . En obsequio de Sta. María la Mayor. . Por mano del Rector. . 18.3OPO0 fOÓ‘00 150‘00 canso. ¡cristiana. Esto, por lo que á nosotros toca; para tino al mercado francés. Durante la presente semana ha reina¬ D. Juan Ripoll. . 5O‘O0 los desconfiados les sirve de garantía los efectos de la sabia ley de ferrocarriles secundarios, decretada bajo el discreto gobierno que presidió un ilustre hijo de esa tierra, D. Antonio Maura, y al am¬ paro de la cual tomó calor la idea de que tratamos. Hemos repartido convenientemente, dos ejemplares del folleto, que con tal objeto nos remitieron por conducto de dos Sres. M. Ripoll y C.a Sucs. Para concluir, solo nos resta hacer Votos para que pronto la locomotora eon sus hálitos de vida, atraviese orgullosa ‘esos pintorescos campos, y felicitar á El martes por la mañana el vapor de esta matrícula «Villa de Sóller», dió fondo en nuestro puerto, de regreso de su viaje á Barcelona y Cette, habiendo sido portador de regular pasaje y carga varia. Para los mismos puntos emprendió viaje dicho buque al anochecer de ayer, llevándose variados efectos y algunos pa¬ sajeros, . El precio de los albaricoques ha ex¬ perimentado esta semana un pequeño aumento, pues se paga actualmente el sabroso fruto á razón de -12 reales el do en esta ciudad un calor sofocante, pediendo decirse que ya nos encontra¬ mos en plena canícula, pues el sol nos envía á grandes partidas tan ardorosos rayos que la tierra en ciertas horas del día se parece mucho á un horno de cocer pan. El termómetro marca hoy 30 grados á la sombra. Leemos en los periódicos de Palma que el Diputado á Cortes D. Alejandro Rosselió visitó al Ministro de la Gober¬ nación para tratar con él de algunas mejoras referentes á Mallorca. Acorda¬ Hoy y mañana se celebra en la igle¬ sia del Hospital la festividad dedicada á la Preciosa Sangre de N. S. Jesucris¬ to, conforme podrán ver nuestros lecto¬ res en la sección de cultos dél presente número. Los vecinos de la calle de la Luna pa¬ rece que quieren se celebre también po¬ pularmente dicha fiesta, como se acos¬ tumbra todos los años, y al efecto una banda de música ejecutará escogido pro¬ grama durante la velada dé dichos días en el catafalco que se ha montado frente á la calle del Hospicio. (Continuará) Sumá. 18.601‘00 Cátedra dé instrucción El lunes próximo abrirá esta sociedad las clases de enseñanza, diurnas y noc¬ turnas. Constarán de tres secciones: su¬ perior;, inferior y media. Comprenderá la sección inferior, prin¬ cipios de Lectura, Escritura y Religión y elementos de Aritmética hasta las cuá- todos los que contribuyen á convertir en 'realidad estas aspiraciones que germinan éü el corazón de todo sollerense. Con este motivo nos es grato suscri¬ birnos de nuevo sus afmos. altos. S. S.— Juan Ripoll.—Antonio Moreil.—Juan Vieens.—Juau Ferrer.» -quintal. El domingo por la noche úna banda de música tocó variadas piezas en la ca¬ rretera del puerto y sitio conocido por Pont d' en Barona, congregándose allí, con tal motivo, buen número de curiosos. ron, en primer término, aumentar el número de correos de que hoy disfruta esta isla con varios correos urgentes. Trataron fiel asuntó relativo á la defen¬ sa de Mallorca, conviniendo en que es necesario establecer aquellas defensas de que necesita imprescindiblemente esa Por no haberse reunido suficiente nú¬ mero de pasajeros dejó de efectuarse ei proyectado viaje de recreo á Barcelona del vapor «Villa de Sóller», anunciado para los días 28 y 29 de Junio último. tro operaciones fundamentales inclusive. Sección media: Gramática, Aritméti¬ ca, Religión y Moral é Historia Sagra¬ da. Sección Superior: Geometría, Agri¬ cultura, Historia de España y Tenedu¬ ría de libros. Él sábado y domingo último se celebró en Deyá la anunciada fiesta cívico-popu¬ lar en honor á su patrón S. Juan Bautista. En la iglesia de dicho pueblo hubo eficio solemne el día del Santo, ocupando el púlpito el Rdo. Rector de esta ciudad D. Sebastián Maimó, quien con gran elocuencia dijo hermoso sermón que fué escuchado cou religiosidad por numeroso auditorio. La parte popular de la fiesta resultó entretenida en ambos días y la gente de Sóller que se trasladó al vecino pueblo para presenciarla fué mucha. Por carta que tenemos á la vista, nos El Jefe del Estado Mayor 'Central don Camilo García Polavieja que, como saben nuestros lectores, ha venido á es¬ tas islas para estudiar las fortificaciones de Baleares, el domingo último estuvo en esta población. Iban con él los demás señores que componen la Comisión de defensas, el Capitán General señor Or¬ tega y ayudantes respectivos. Por la tarde del mismo día se trasla¬ daron al puerto, y visitaron además la iglesia parroquial y los puntos más pin¬ torescos de la ciudad. Los distinguidos visitantes se hospe¬ daron en la quinta que el señor Marqués ,de Zayas posee en la aldea de Biniaraix, donde fueron obsequiados eon una sere¬ isla. Y por último, se ocuparon del co¬ mercio balear, mostrándose ambos ani¬ mados de buenos propósitos para fomen¬ tarlo y protegerlo. El ministro de Instrucción públice ofreció también al señor Rosselió sub¬ vencionar las colonias escolares, por las que tanto ha trabaj ado el señor Rosselió para su planteamiento y desarrollo en beneficio de la instrucción pública de las islas. Esperamos ver cumplidas, para bien de Mallorca, las promesas de dichos per¬ sonajes, aunque no tenemos gran fé en ellas, porque las promesas arto es sabi¬ do que nunca faltan en los labios de los que gobiernan la nave del Estado. CULTOS SAGRADOS En ¡a iglesia parroquial.—Mañana do mingo, día 2.— A las nueve y media, se cantarán las horas menores y después la misa mayor. Por la tarde, después de vísperas y completas, habrá explica¬ ción del catecismo. En la iglesia de S. Francisco.—M á ñ ana domingo, dia 2.—Por la tarde, á las seis, se comenzará un piadoso Triduo con música, en honor del Doctor seráfico San Buenaventura, con exposición del Santísimo Sacramento. En el oratorio del Hospital.—Hoy, al anochecer, se cantarán solemnes com píelas en preparación á la fiesta del día Pagarán cada mes los alumnos de las secciones inferior y media dos pesetas, y los de la sección superior cinco pesetas, Los socios ó sus hijos solo pagarán lá mitad de la cuota prefijada. Las horas de clase serán: de 8 á Ü mañana, de 2 á 5 tarde y de 8 á 9 no¬ che. Sóller í.o Julio de Í905. El Presiden¬ te.—Antonio Enseñar. Máquina á vapor Desea venderse una máquina á vapor que reúne inmejorables con^ diciones. Informarán calle de la Victoria hemos enterado de la sensible pérdida nata por la «Banda Municipal» en la En la pasada semana estuvo en esta siguiente. ñ.° 685. que acaba de experimentar nuestro sus- misma noche del domingo. ciudad el Arquitecto catalán señor Ru- Mañana, domingo día 2.—Se celebra- (10) FOLLETÍN MARÍA TERESA grande que no sabe callar un momento. --Varaos, habla tú ahora. --Poco tengo que decir: nosotras nos esforzaremos en aprender todo lo que V. nos enseñe, para corresponder á sus desvelos y agradar á la abuelita. A. mi me gusta mucho la pintura, pero la música sobre todo... Mamá tocaba, y ella fué mi maestra... --¿Hace mucho que la perdieron? —Pocos meses. —Sólo hace cinco ó seis semanas que vivimos aquí, interrumpió Elena.; ¡y si viese V. qué tristes estamos! Nadie nos acompaña; la a buelita no nos quiere... —¡Elena! exclamó Adriana con aire de reproche; ¡eres terrible! —Digo la verdad, contestó la niña con aire sorprendido. Madamoiselle dice que será nuestra amiga; pues le debemos ha¬ blar con franqueza: vale más... — Es cierto, señorita, dijo María Tere¬ sa haciendo una seña casi imperceptible á lajovencita: yo quiero merecer la con- fianza de Elena, y así podré guiarla me¬ jor. Dice V. que la aboelita no la quiere; pues lograremos que la quiera; ya lo verá. Es muy posible que lo que V. tra¬ duce por desvío sólo sea falta de trato, .que engendra cariño: todos los días ire¬ mos á saludarla á la hora que ella de¬ signe. —No querrá; ¡si no la vemos más que cada ocho días! , —Ahora introduciremos costumbres nuevas. Guando venga á instalarme, ha¬ blaré con ella, y le pediré que nos seña¬ le hora para entrar todos los días á sa¬ ludarla; y poco á-poco iremos acortando las distancias: cualquiera sea la causa que motive ese alejamiento, conseguire¬ mos desterrarlo: ¡ya lo vereis! —¡Ojalá que así sea!' suspiró Adriana, —Scá, contestó María Teresa con pro¬ funda convicción. Buscaremos la cuerda sensible, y la haremos vibrar: me parece que la vi acariciar á Elena. —La quiere más que á mí. —¿Por qué? Tal vez está V. equivoca¬ da... serán prejuicios acaso. —Otro día hablaremos de eso. tnada.- moiselle, Jijo Adriana señalando á Elena como para indicar que no la quería en¬ terar de ciertos asuntos. —Perfectamente: quiero que citando estemos solas me llamen Vds. por mi nombre: María Teresa. —¡Oh qué bonito! exclamó Elena jun¬ tando lasma ni tas regó rd i tas. Tendremos cuidado de que se nos escape delante de gentes. ¡Ay qué gusto, tener una amiga con quien hablar! ¿Le gustan á V. las muñecas? —Niña, exclamó Adriana riendo, ¿pien¬ sas que viene para jugar contigo? —-No. viene para enseñarnos; pero mamá nos vestía las m.uüecas, y le gus¬ taban. aunque era una señora mayor. ¡Si supiese V. qué buena y hermosa era mamá! —No lo dudo, si se parecía á Vds.: yo también visto muñecas cuando es nece¬ sario... Me gustan, y ¿á quién no encan¬ tan esas lindas señoritas, esos rosados y monísimos bebés? Cuando no tengamos 4e estudiar, en los ratos de ocio y espar¬ cimiento, le ¡haremos trajecitos. y así rne parecerá que estoy con mi hermana. -¿La veremos á ella? — No lo sé: probablemente no: sería demasiada confianza, que desagradaría á la abuelita. Elena calló; parecía contrariada; por fin, tras brevísimos instantes de silencio, dijo: —¡Qué fácilmente sé temedla eso! —¿Cómo? Adriana con dulzura; ¿somos nosotras —Nos damos cita, cuando vayamos á las primeras niñas que educa V.? paseo. ¿No sale ella? —Sí. mi querida niña, contestó la jo¬ —Algunas veces sí. contestó María ven suspirando. No me eduqué para ins¬ Teresa sonriendo al ver la claridad de titutriz: mis padres me enseñaron cuanto inteligencia de s.-u futura educanda, y la sé por puro adorno: nuestra posición les prontitud con que resolvía las dificulta¬ hacía soñar con un porvenir brillante des. para nosotras; y nunca pudieron presu¬ —¿Le gusta á Y. la música? preguntó mir que los conocimientos que nos ha¬ Adriana. ¿Quiere V. tocar algo? Tenemos cían adquirir pudiesen un dia servirnos un hermoso piano en la sala de estudio. para atender á las necesidades de la Venga* está aquí al lado. vida... yo les bendigo cada día porqué Las niñas se cogieron del brazo de procuraron que nuestra educación iuesé María Teresa, y la condujeron hasta el sólida aún más que brillante. piano. Tocó una mazurka de Chopín, —¿Su hermana educará también? una barcarola, un trozo de Cavallería —No lo quisiera. Deseo para ella laá Rusticana. dulzuras tranquilas del hogar propio, 1:4 — ¡Olí. qué bien toca V.! ¡qué delicio¬ independencia y la paz. sos ratos vamos á pasar! A nosotras nos- —Nosotras la arriaremos mucho, dijo encanta la música, y desde que murió Adriana c0« cariño, como dando á en¬ mamá no hemos puesto las manos en el tender que había comprendido todo lo teclado. Cuando ella vivía tOcarnds mu¬ doloroso de sú situación, y lo duro qué cho á cuatro manos, y yo empezaba á es vivirep casa ajena, y prestar inapre¬ candar. ciables servicios, qué no sé agradecen —¡Estoy contentísima! exclamó Elena. porque se pagan. ¡Qué bueno es Dios, que nos ha dado —Muchas gracias, contestó la joven una amiga en vez de institutriz! porque conmovida: es V. Un ángel, hija mí ai es muy fastidioso tener que tratar con parece que hablo con mi hermana. respeto y sin confianza ninguna á una —¿Vendrá Y. pronto, eh? preguntó persona que vive á nuestro lado. Elena abrazándola con entusiasmo. Di- —Una pregunta, María Teresa, dijo cen que soy traviesa, pero es porqué SÓLLER de Anuncios yjm VILLA DE SOLLER ISLEÑA MARITIMA d© COMPIIÍÍA ÍLILLOH41IVA I VAPORES L. STEINER PARA DESTRUIR LAS RATAS V RATONES VAPORES Se vende á 30 Cts. en la Far¬ macia de J. Torrens.—SÓLLER. íl©mti§ Mlrt'Séllefs l&íetleia, Biili. y üemxfa DE TIMBRES ELÉCTRICOS OE LUJO Y ECONÓMICOS DE I.OA Y VUELTA ENTRE íft&lidas de Sóller para Barcelona:-'los días 10, 20 y último de cada mes •'^Salidas de Barcelona para Oette: los dias 1, 11 y 21 do id. id. •Salidas de Gette para Barcelona: ios días -§,"15 y 25 de id. id. Salidas de Barcelona para Sóller: los dias 6, 16 y 26 de id. id. CONSIGNATARIOS:—EN SÓLLER.—-D. Guillermo Bernat, calle del Príncipe n.° 24.—-EN BARCELONA.— D. J. Honra, Paseo de la Aduana, -2o.—-EN CETTE.—Mr. Matea Cok>m, Rué Lazare - Car- ¡not, 34. 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