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AÑO XIX.-2.“ EPOCA.-NUM. 924 SABADO 17 DICIEMBRE DE 1904 * SEMANARIO INDEPENDIENTE PUNTOS DE SUSCRIPCIÓN: Sóller: Administración. Francia: J. Marqués Arbona,—Rué Montmartre, 26, París. América: Sres. Marqués, Delgado y C.a—Arecibo—(Puer¬ to-Rico). Fundador y Director-Propietario: D. JUAN MARQUÉS ARBONA. Redactor en Jefe: | D. DAMIAN MAYOL ALCOVER. REDACCION Y ADMINISTRACION: Calle de San Bartolomé, n.° 17 —* SÓLLER (Baleares) —«***§=- PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: jPAG0 España: 0’50 pesetas al mes.I Extranjero: 0’7ó francos id. id. adelantado. Número suelto G’10 pesetas.—Id. atrasado 0’20 pesetas La Redacción únicamente se hace solidaria de los escritos que se publiquen sin firma, seudónimo, inicial, ó signo determinado. De los que tal lleven, serán responsables sus autores. Sección Literaria EL TALENTO Aquella mañana, Esperanza, la ané¬ mica hija del ilustre político D. Sancho Troya, había hecho, en sus excursiones pictóricas é higiénicas por los paradíseos campos de Tomillera, un hermoso des¬ cubrimiento. No era una flor nueva, un pájaro desconocido, un lugar ignorado lo que constituía su hallazgo preciosí¬ simo. Y no porque tales sorpresas no menu¬ dearan allí; allí, donde en pleno invierno -liabía hojas en los árboles, capullos en las macetas, avecillas en los bosques, insectos en las matas, luz en el cielo y canto en la tierra. Pero, en fin, nada de esto era lo que había descubierto la in¬ teresante señorita. Había sencillamente encontrado á un pintor, á un pintor joven, guapo, ama¬ ble, tímido, genial...; pero quizás pobre. ;jSin quizás! Pobre era, en efecto, el hijo de la señá Teresa Valle, el simpático Angel Cielos, quien por su acendrado afecto filial había desertado de la Escue¬ la de Bellas Artes de Sevilla, donde co¬ menzara con brillo sus estudios, y ha¬ bíase consagrado al cuidado y socorro de la anciana Teresa. Esperanza, á la verdad se ocupó muy poco, durante la inesperada entrevista, en deletrear sobre la frente de Angel Chelos la corta ó larga fortuna que pose¬ yera. En los negros ojos del joven vió relampaguear la chispa del genio me¬ lancólico, sufrido, pletórico de poesía, radiante de ideales, prisionero de reali¬ dades tristísimas; y la buena señorita no quiso ver otra cosa. Su encuentro fué un idilio. A orillas del Guadalquivir, que exten¬ día al pié de la pintoresca aldea de To¬ millera su interminable y ancha alfom¬ bra de agua azulada, sentábase Angel Cielos sobre musgoso peñasco. Al frente recortábase el horizonte bajo una dentelladura de rosáceas montañas. A la de¬ recha los caseríos lejanos se agrupaban blancos y tranquilos en medio de verdes praderas como rebaños de corderos. A la izquierda, liácia abajo, siguiendo la co¬ rriente caudalosa, envolviéndola al fin en sus masas de follaje eutredorado, pe¬ lotones de arboledas diseminábanse aquí y allá, plantando en aquel vasto paisaje una nota de color fresca y sombría. La azulada sábana del río ondeaba en el centro de todo, se deslizaba centelleante y tersa á lo lejos, lamía con nevadas lenguas de espuma los bordes festonea¬ dos de mimbres, de juncos, de adelfas; y entre estos vástagos flexibles y olorosos, en lo más escondido, en la soledad más mágica, en el retiro más silencioso, An¬ gelito Cielos había elegido su estudio de pintor, su observatorio de artista, el templo de su inspiración, la cuna de sus obras. Con el lápiz, pues los colores, alimen¬ to del pincel, son tesoro vedado al artista pobre, con el lápiz trasladaba Angelillo á la hoja de su álbum el magnífico pai¬ saje que se desarrollaba enfrente. Había escasos titubeos en sus manos. Clavaba su mirada en un trozo de aque¬ lla riquísima naturaleza, y cuando vol¬ víala á posar sobre el papel, ya en la retina se traía una línea primorosa, un detalle encantador, algún rasgo vivo, palpitante, de la fisonomía del inspira¬ dor paraje. Es verdad que en la blanca lámina el carbón sólo trazaba negruras, pero en el alma del pintor era siempre de día. El dibujo, genialmente ejecutado podía pa¬ garse sin la irisada paleta del colorista. —¡Válgame Dios solía exclamar en sus adentros la señorita Esperanza, en sus exploraciones de un buen punto de vista. ¡Válgame Dios! ¡Qué difícil es to¬ par con un bonito paisaje! Transcurrido le, con efecto, las maña¬ nas enteras sin encontrar sitio á su gus¬ to donde entregarse á su labor pictórica. Nunca la Naturaleza la daba hecho el cuadro, que era sin duda lo que la simplecilla quería. El árbol que aquí sobra¬ ba, estaba alli de menos. Aquella casuca, embutida entre un bosque de eriza¬ das pitas, vislumbrada de lejos, parecía un juguete; contemplada de cerca, mos¬ traba los burujones de sus paredes y la suciedad de su interior. Esperanza se desesperanzaba, pues, de no hallar el justo medio en sus perspectivas. Las le¬ janías tenían para ella transparencias y vaguedades de cosas soñadas, imposibles de ser traducidas por su pincel. Los as¬ pectos inmediatos de la realidad ofre¬ cíanla deformidades que no cabían en su alma. Era una artista que sólo amaba lo bonito, y aun lo bonito fabricado por otras manos. Pero, sucedió que en tal mañana de¬ sembocó de pronto en el estudio, á cielo abierto, de Angelillo Cielos. —¡Qué lugar tan hermoso! exclamó sorprendida de la real belleza del sitio. ¡Sí, es magnífico esto! Y lié ahí que, en semejante paraíso, hallóse de manos á boca con un Adán, que tenía mucho de Adonis, y muchísi¬ mo de galán á propósito para marido. Apenas Esperanza, como clavada en el suelo, hizo movimiento que turbara el reposo callado de aquel paraje. Por la mente de Angelillo cruzó al mismo tiempo una idea, una sensación de que por allí cerca andaba una mari¬ posa'. Pero, no volvió siquiera el rostro, prosiguiendo con febril actividad el dies¬ tro manejo de su obediente lápiz. —¿Quién será este joven? balbució en¬ tre sí la hija de D. Sancho Goya. Pintól¬ es ¿qué duda cabe?... y guapo... y de talento... y muy simpático... Eso se co¬ noce con solo mirarle... ¡Qué ojos tan luminosos tiene! ¡despiden chispas!... Pues ¿y la nariz? Aguileña, y de corte muy fino... No le negrea demasiado la barba... debe ser muy joven... Y parece triste. Si, está muy pálido. ¿Qué penas tendrá?... ¡Oh! no sé por qué, pero me figuro que á mi lado se pondría conten¬ to... ¡El... pintor! ¡Yo... pintora!... Va¬ mos, que sí, haríamos una excelente pa- leja. Y también, sin conocerla causa, Es¬ peranza Goya, después de la alegría pri¬ mera de haber visto á Angelillo, experi¬ mentó inmensas ganas de llorar. Al cabo de largo rato de perplejidad y mutismo, cobró valor, adelantóse, y se colocó con resolución y franqueza al lado de Angel. Este cambió de postura, no sintiéndose solo. Miró y, viendo allí á aquella seño¬ rita, su turbación fué extrema. Album y lápiz cayéronsele de las manos. Levan¬ tóse, y con rápido ademán se descubrió la cabeza. Coronándola, apareció un gracioso revoltijo de negro y undoso pelo. Agachóse Esperanza, y sin decir pala¬ bra, recogió los trabajos pictóricos. De una ojeada escudriñó los tesoros que el álbum contenía. —¡Esto es magnífico! exclamó entu¬ siasmada. —Son apuntes, se atrevió á balbucir el insigne Angelillo. Entre tanto, la señorita sonreía de gozo y el artista temblaba de apoca¬ miento. —¿Es V. pintor? le preguntó Espe¬ ranza. —Pretendo serlo, repuso el otro sin falsa modestia. —Lo es V. ya, y de primer orden. —¡Señorita! —¿Qué pinta V.? — Ya lo ve: los árboles, las montañas, el agua, el cielo. —¡El cielo! ¡Qué cielos tan lindos tie¬ ne V. aquí dibujados! ¿Quiere usted,ha¬ cer mi retrato? —¡Oh! eso sería pintar otro cielo. Esperancita Goya, á quien, á pesar de su palidez crónica, durante la conversa¬ ción habiánsele de un ligero carmín te¬ ñido las mejillas, se puso como una amapola. Fué acordado entre los dos que el re¬ trato se haría'allí mismo, en aquel ver¬ jel, todas las mañanas. Vestiríase la señorita de pastora. Ancho sombrero de rubia palma, posado en su nuca, pon- dríale como un nimbo de oro. En los cabellos, peinados en trenzas, engarza¬ ría flores. Sería su falda ahuecada y cor¬ ta. Calzaría zapatitos, y por la pierna se entrecruzarían cintas multicolores. —En fin. una Galetea, concluyó An¬ gel, ya más decidor. —Eso es, una Galatea, asintió Espe¬ ranza, muy contenta de aquel lisonjero recuerdo novelesco. Al despedirse, se dieron la mano. Es¬ peranza le ofreció su caja de pintura pa¬ ra el retrato. —No lo tome á mal, le dijo. Acaso mis colores, traídos de París, sean más finos que los que V. use. Ignoraba que Angelillo no tenía nin¬ gunos. Y aquella mañana, Esperanza, la en¬ fermiza hija del ilustre político D. San¬ cho Goya, tornó á casa de D. Juan Fe, el notario del pueblo, en donde padre é hija se hospedaban, radiante de alegría, encantada de su encuentro con el pintor Angelillo. —Pero ¡hija, hija! ¿Qué traes hoy del campo? le hizo observar D. Sancho, no¬ tándola tan cambiada. La señorita contestó, riéndosele en las barbas y besándole en la frente. ¿Qué traía? Quizás la felicidad... Pero, esto era un secreto, el primero que reservaba pa¬ ra sí y que no contaba á su padre. Su padre había sido hasta entonces su mejor confidente. La muerte prematura de la madre de Esperanza había estre¬ chado, desde la niñez de esta, las distan¬ cias usuales entre padres é hijos. Don Sancho, por temperamento ó por virtud, había guardado fidelidad á la memoria de su esposa, y jamás pensó en nuevas nupcias. Cuando dejaba el escenario pú¬ blico y se recluía en su hogar, Esperan¬ za. aquella hija única, llenaba todo el vacío de su corazón no habiendo lugar en él para nadie más. Gustaba de las costumbres sencillas, honestas, patriar¬ cales. Hijo del trabajo, nacido en la po¬ breza, encumbrado por su solo talento, habíase sostenido en las cimas del mun¬ do sin descender á los abismos. Dos amores tenía: su ideal político y su hija adorada. La picara, á la verdad, se hacía querer de firme. Era discreta, y juiciosa, aman¬ te é ilustrada. Daba á los trapos y moños la parte que les correspondía como or¬ nato necesario de la naturaleza femeni¬ na. Pero cultivaba, en cambio, otros terrenos más fecundos: el arte bello y el cariño filial. Aquel solía producirla al¬ gunas jaquecas; este jamás le dió sino consuelos. Pues bien, para que los mimos pater¬ nales más aún se redoblaran, tenía una complexión endeble, era una cosita deli¬ cadísima, un cuerpo siempre enfermo, algo así corno una muñeca de porcelana. Y su padre, que «no quería quedarse viudo dos veces», tratábala como un ob¬ jeto quebradizo. Aquel invierno fué cru¬ dísimo en Madrid. Una toseci 1 la de mal agüero, que se le plantó en la garganta á la señorita, impulsó al padre á una mudanza de clima. —¿Para qué salir de España? le contes¬ tó por carta su amigo el notario de To¬ millera, á quien consultó. Aquí, en este pueblo, andan en Enero los muchachos descalzos por las calles. Aquí jamás se ha conocido un coustipado. —Pues ¡á Tomillera! á ese bendito país andaluz, al que no sin razón sue¬ len llamar la tierra de María Santí¬ sima. Y en efecto, en Tomillera, á pocos días de estar, había empezado Esperanza á saborear lo que era la salud. La mejoría iba, como por pasos contados, hasta el divino encuentro de la anémica con An- gelillo. Pero, desde este punto puede decirse que dió una trancada de cien leguas. Aquel día almorzó Esperanza atroz¬ mente. —¿Ve V., D. Sancho? decía durante el almuerzo el notario. No hay nada como estos aires, y estas aguas, y éstas ma¬ gras, para echar buena sangre. —Sí, sí; ya veo, replicaba el señor Go¬ ya, con gran gozo. Pero... Y se rascaba la barba en ademán pen¬ sativo. A otra mañana dió principio el retra¬ to, y á la otra se continuó, y á la otra, y otras muchas más, y nunca la obra pa¬ recía tener término. ¿Por qué esta labor tan lenta? ¿tan torpe era Angelillo? ¡Oh, no! Pero, es el caso que las sesiones de pintura se empleaban en cháchara dul¬ císima, y no en mover los pinceles. —Cuénteme V., cuénteme V., decía de continuo la señorita á su retratante. Y él, como un bobo, la refería su vida toda. Hilo á hilo, devanando fué el ovillo de sus pesares. El candor no puso en sus labios sello alguno de reserva. Y le rela¬ tó su infancia mísera, su orfandad tem¬ prana, su lucha continua por el pan cotidiano, sus noches de sueños de gloria, sus días de tenebreces, de desa¬ liento. No ocultó que había sufrido hambre; que sus carnes habían experi¬ mentado frío por los rasgones de su ropa harapienta; que las plantas de sus piés habían encallecido en sus zapatos de suelas agujereadas. ¡Pobre muchacho! Todos los rigores de la pobreza hubieron de clavar en él sus espinas. Yno era un cualquiera; era un chico listo, un joven maravilloso. Pero, nada, nada poseía; solo tenía talento. Estas confesiones eran hechas por Angttlillo entre sonrisas nubladas de lágri¬ mas. La señorita de Goya, mientras tanto, imaginábase á veces oir la historia de algún desgraciado, un cuento de fan¬ tasía que nada tenía que ver con el na¬ rrador. Mas. cuando al fin se dijo: «No es nada fingido lo que oigo. Es él, él mismo quien ha padecido tantas penitas...» no pudo menos de querer con toda el alma á aquel adorable pobrete. ¡Había encontrado su ideal! Sí. señor. Suelen las otras muchachas de su cla¬ se pirrarse por pollos que sólo brillan merced al-resplandor que da el oro. Es¬ peranza, no. Siempre había soñado con entregar su corazón y su fortuna á un joven pobre. Juntamente quería ser la esposa de un hombre amado y la pro¬ tectora de un genio obscurecido. Nada hay que cien años dure. El re¬ trato tuvo término. Esperanza aguarda¬ ba mostrárselo á su padre, haciendo de este modo la presentación del desconoci¬ do artista. ¿Qué mejor recomendación que aquella? —¡Muchacha! exclamó D. Sancho, viendo la obra de Angelillo. Este re¬ trato es admirable. ¿Quién lo ha pin¬ tado? —Un joven que vive casi en la mi¬ seria. —¡Es un talento! —Sí que lo es; y ese es su único pa¬ trimonio, el mejor sin duda. ¿Verdad? —Le pagaré bien su obra. —Y tan bien como se la pagarás. —¿Cuánto le damos? —¿Hablas de dinero? —Si se ofende, le haremos un regalo magnífico. —Me he adelantado á tí en la paga. —¿Qué le has dada? — ¡Mi mano! Don Sancho Goya creyó al pronto no haber oído bien á su hija. Pero, ésta, notando la extrañeza de su padre, repi¬ tió su frase: —Mi mano; esto es, que quiero ser su esposa. Ya no cupo duda á D. Sancho de la realidad de las palabras de su hija. —Pero ¿estás loca? —No, estoy en mi juicio. —¿Crees tú que las gentes se casan así, sin más ni más? —Pues yo me caso, papaíto. —No conozco á ese muchacho. —Yo le conozco, y es buenísimo, y muy desgraciado. —Pero, pobre. —Pero, con talento. —¡El talento! ¡el talento!... —¿Tenías tú otra cosa cuando te ca¬ saste con mi madre? Don Sancho no encontró respuesta. Era verdad, No otra cosa que su talento, poseía, y su talento le había granjeado una fortuna. Quedó largo rato sin ha¬ blar, suspensa la mente en reflexiones hondísimas. ¿Era posible que un hom¬ bre de inteligencia como él menospre¬ ciara ahora la inteligencia, ese diamante que brilla en la frente de seres superio¬ res? Bien es cierto que el amor grandí¬ simo á su hija, la preocupación de su porvenir, el cálculo ventajoso de un bie¬ nestar aún mejor para ella, fueron los móviles que momentáneamente le hi¬ cieron renegar del noble origen de don¬ de su prosperidad había surgido. Real¬ mente vió á su hija enamorada de veras de Angelillo Cielos, y no quiso contra¬ riarla. Aquel amor la había dado por lo menos la salud. La antes cadavérica chi¬ quilla, parecía ahora una rosa. —Sea, exclamó, con voz temblona y emocionada, el padre; hágase tu gusto hija mía. Y así fué. Y acaso por muy rara vez pudo contarse esta entre las ocasiones en que el talento ha podido alcanzar el valor de moneda corriente en este inte¬ resado mundo. ¡ 1 José de Siles. inrr ITl rrru— . ESCÚCHAME! Ex BL Í.LBUM DE MI &BBMAXA 8i ausente de tu lado cariñoso tal vez la suerte me llevara impía, como la parca, del hogar dichoso arrebata la calma y la alegría. Si tras vanas quimeras errabundo estuviera de tí lejos, bien lejos, y fiaras en las farsas de este mundo, recuerda, Carmelita, estos consejos: Nunca al amor tu bienestar confíes; si es muy dulce, no olvides que empalaga; si demasiado intenso, menos fíes, que como fuego que es, al fin se apaga. De la amistad y del cariño falsos, ponzoñas que se esparcen por la tierra, aparta precavida. Son cadalsos donde la incauta juventud se encierra. Amistad!... Es sarcasmo, ruin falsía, faro de luz insustancial é incierta; miel que envenena el alma; flor de un día si es estéril la planta que la ingerta. Cariño!... Es un vocablo que no existe si el menguado interés no lo sustenta; adulación no más. Mentira triste que en su disfraz risueño al orbe afrenta. Falsifica el amor nuevos requiebros, en tanto al mundo su progreso asombra. Mientras haya más luz en los cerebros hay también en el mundo mayor sombrai Tan solo vale el que al nacer hereda diamantes, oro, perlas y esmeraldas; son I03 hombres tan viles, que al que rueda sin fortuna, le vuelven las espaldas. El talento muy poco significa si de plata sus antros no lo alfombran; te nombran y te alaban si eres rica, si pobre ni te miran ni te nombran. Honor!... Virtud!.Diademas relucientes; nimbos de luz en la conciencia humana; antorchas que iluminan refulgentes el noble corazón, querida hermana. Destellos que perduran en la historia é irradian con su luz el bajo suelo; iris radiante de hermosura y gloria; lampo divino en el azul del cielo. La virtud y el honor!... Cuídalos bien cual prendas que se engarzan en el alma; son las hermosas del sagrado harén que traen la paz, animación y calma. T entre honor y virtud, el bien eterno, y del amor haciendo caso omiso, no te herirán los dardos de este infierno ni caerás en las farsas de improviso. M. MuSriz CintróN. La razón se compone de verdades que con¬ viene decir, y de verdades que conviene callar. El que no tiene opinión propia siempre con¬ tradice la de los demás. JB5 ■scáSí ■ ■ ■-»-» i •< SÓLLER JJLecturas para Teniendo en cuenta que la higiene mo¬ ¿Quién le ha de admitir semejantes tí¬ montañas, que hacen las delicias de los es rellotje de ‘n Figuera y allargava derna aconseja llevar el cuello lo más tulos para llevar adelanto su obra, si el turistas ingleses;» acursava s‘ hora tambe automaticament, ,1a mujer libre posible, las europea? no deben tra¬ interés de los elementos políticos, que tar de copiar este adorno, como-tampoco tiene enfrente, estriba en que esa obra, segons s< estació. Ja vaix di es perqué se ¿tocava y qui vulga mes noticias a his- -lo,s pesadísimos eoUares' de cóbre con,que no avance un solo paso, áMn depurerao Ferrocarril gigantesco ?tori de Sóller pot atiparse de costuras - Joyas y adornos de mujeres se engalanan las'negras'de-Guinea. -Las antiguargriegas usaban con; fre¬ cuencia una placardeplata ó de oro- que Loa adoraos de la cabeza han sido en se colocaban sobre el pecho, figurando todo tiempo una de las cosas que más generalmente una cabeza de «Gorgona sirva de sostén á semejante situación? ¿Cómo ha de contar con -apoyo alguno de la opinión pública, si,Jésta se siente siempre inclinada á creer que los gober¬ nantes ^no hacen milagros, porque la Trátase en estos momentos de la cons¬ trucción de una enorme vía férrea de una extensión colosal. Una poderosa Compañía alemana, que de coses rares per noltres y molt ínteres* sant pe *s nos tros pal és. Are puch ja acabá, diguentte: que te felicit per ses teves ideas de bona civili- han preocupado á la mujer, y aun redu¬ rodeada de serpientes, y en algunos'pai- ■ fuerza taumatúrgica empléatela en favo¬ desde hace tiempo viene trabajando, cou sació y noble fiesitx de que Ás nostro po¬ cidos á la mínima'expresión han forma-. sesdeL Norte estaba también muy en recerse á si propios ó á los amigos? ¿En ayuda de la diplomacia, eu la realiza¬ blé o ciutat nova, vaja en deVari t, donant "*do siempre parte muy principal de la boga un adorno parecido, como ^i fuera *"qué ocasión podrían hacer algo por el ción del proyecto mencionado, ha logra¬ per acabada y suficieutement discutida v indumentaria femenil. En el «'Oriente, un * broche de gran - 'tamaño. Algunas bien común,si tan buena-voluntad tu¬ do, abfin, rnteresar en el negocio á los sa questió de saludos, deixant a cada sobre todo, se encuentran todavía mu¬ veces otro ornamento de la- misma for¬ vieran cuando ni tiempo les dejan rpara "banquerosfie Francia, Bélgica, Inglate¬ cual amb llibertat de saluda en sa forma chos y muy curioso? ejemplos de esta or¬ namentación, que- á veces se extiende hasta la cara. Las argelinas, y especial- ma se colocaba en la espalda. ello? ¿Y de qué manera se preparan á ¿Hoy ya - nadie lleva brazaletes-en^la ejercer el'Poder losíqttenn la oposición parte superior dei brazo, pero si se-usan rao han hecho wás-qne estorbar toda fe- rra y Estados Unidos, y con ese concur¬ so fiará .principio á la obra muy en breve. que vulga. Ton cordial amich ' mente las ouled-nail deh Sahara argeli- las pulseras, y por cierto que-casi siem¬ eundaraccién fie éste? • La vía comenzará en Berlín y pasará Joseph Rullán Pvre. • ¿ no, entretejen«en sus cabellos cadenillas pre revelan en quien las lleva una* idea ':Ncrnos referimos á tales ó cuales par¬ por Constantinopla y Bagdad, cruzará « de oro que caen alrededor-de la cara, muy equivocada respecto' á« estos asun¬ tidos, ni'Ministerios. Llamamos la Aten¬ Ta'Persía'y el Afghanistan, tocando des¬ Sóller 12 Decembre de 1904. « acentuando su ovalado contorno con un tos. La mayor parte de las pulseras que ción del lector sobre un hecho, que es pués á laTndia inglesa y á una gran ^ efecto bellísimo.-En tos pueblos del Hi- se ven en lasu joyerías, son estrechas y constante en nuestra política y que in¬ parte del Sur de China, para irá termi¬ ^ malaya las mujeres se adornan con un cerquillo ó diadema, del «cual penden í .grandes colgantes sobre las orejas. rígidas, fie una sola* pieza, 'Cuando en estos adornos debe buscarse siempre la flexibilidad. El mérito pmreipal de los duce á la desesperanza. ¿Quién puede naren el puerto inglés de Hong Kong, gobernar aquí? j •ttrel Océano Pacífico. Prescindamos fie los gobernantes ac-f Crónica Local Las antiguas griegas, y también- las ornamentos femeninos griegos y orien¬ tuales. Ponga cada cual en lugar de és-‘ *Las fiestas celebradas en las ¿iglesias « , romanas, se ponían en torno de los ca- : bellos cintas de-vivos colores,-hilos• de ¿ perlas y diademas de oro, adoraos sencií líos, pero que más tardey bajo lainfluen- *■- cia oriental, se convirtieron en los corn- ^ plicadosy riquísimos ornamentos bizan- tales consiste- precisamente en > que pue¬ den doblarse'y adaptarse á todos los movimientos. Las pulseras etruscas. formádasfie varias piezas unidas por un hilo de raro, pueden tomarse «como ejemplo. tos losgue más le gusten; atribúyales los mejores propósitos; adórnelos con" las más relevantes cualidades. ¿Gober-* naráü? Pero ¿como? Si un Gobierno tiene cerrado el Par¬ lamento, como quiera qne nuestras le-f fGarte uberta fiePGorivenio, Alquería del Conde, Hos¬ pital, MM. Escolapias y Hermanas de la Caridad en obsequio de la Purísima Concepción de María, con motivo del quincuagésimo aniversario de la Defini- v tinos. Más ó menos adulterados, estos vEn'cuanto á los anillos y sortijas, co¬ syes vigentes son arcaicas, imposibles1 cinismos adornos son los que el gusto mo su verdadero objeto es disimular los para la vida moderna, no hará nada, ó A D. FranceSch CastañA <eión Dogmática de «este misterio, el do¬ mingo, lunes, martes, miércoles y jueves ^ modernista y algunas actrices- de nom - defectos de la mano haciendo resaltar lo hará arbitrariamente. Y, en tal caso, Mon estinrat amich: He lletgit a d’alt fie ha presente semana, respectivamente, Chre tienden hoy á resucitar. sus bellezas, no es necesario seguir nin¬ la prensa le acusará de ilegal y tiránieo, el Sóí/Ler, amb molt de gust y satisfac- %an sido espléndidas y acabadas. La . Lo mismo que las coronas regias, las diademas, ln.s -mitras de los soberanos ¿persas y la serpierteque adorna la fren*• te de las divinidades egipcias, los ador¬ mí, no* de la cabeza femenina debieron na¬ cer del deseo de dar mayor dignidad á -Ja frente, de indicar que en ella reside la gún modelo fijo. Conviene, si, tener presente que á los dedos largos y finos les sientan mejor sortijas anchas con piedras de bastante tamaño, mientras que en una mano de dedos cortos y gruesos las sortijas deben ser estrechas y con piedras pequeñas. En la India y y las reuniones y manifestaciones se sucederán para repetir tamaña acusa¬ ción, «y la atmósfera de violencia, que inevitablemente provoca la ilegalidad, envolverá por completo á una sociedad sobresaltada, y ese Gobierno no hará más «que recelarse y velar «para defender¬ ció, sa carta que mos eserius a jo y an concurrencia de fieles numerosa, pues el-senyó Torrens, encara que s’ assunto resultaron .pequeñas las iglesias para la me dona tota a mí, per essér el res- "contener á las muchas personas qne acu¬ ponsáble de ses óbservácions que meTas dieron. "Pronunciaron elocuentes pane¬ y que ’t agrayesch molfcisim. gíricos de la Inmaculada el Rvdo. Crira- Después de dirte: que’s teu escrit m’ ,párroco y los presbíteros señores D. José ¿ inteligencia y que ella es la parte más en algunos otros países del Oriente se se, impotente para el bien, si qrar acaso agradat per sa .propiedat de llenguatje, Marqués, D. Antonio Al cover, D. Anto¬ í- noble de la persona. Por otra parte, es llevan también anillos en los dedos de lo ha tomado como objeto de su labor. fluidés d’ estil, bou criteri en s’ esposició nio «Rullán y D. Miguel Roselló. Los vmuy probable que algunos de tales ador¬ los pies, pero es de-creer que esta moda, Si gobierna con las Cortes abiertas, d’ideas y agudesa entractá una materia templos vestían sus mayores -galas y es¬ ónos estuvieran destinados á hacer pare¬ no sólo no se generalizará en Europa, tampoco, á no ser un prodigio de fortu¬ de sí tan empalagosa, poría acabá la taban adornados con exquisito gusto. cer más alta la parte superior de la ca- ¿ beza. En cuanto-al aro ó diadema fron- fftal, empezó por ser una simple cinta para impedir que el pelo cayera sobre la cara, y luego se empleó para embellecer v la frente, con cuyo objeto se usa todavía * <en Egipto bajo la forma de cadenas de monedillas dispuestas en triángulo. Diademas de esta clase se emplearon ya en la antigüedad; del degenerado He- sino que ni aun llegará á implantarse siquiera. Ya que de sortijas se trata, puede recordarse, aunque sólo para cen¬ surarlo, el abuso que de ellas hacen al¬ gunas mujeres. Si esto puede dar idea de la riqueza de una persona, no habla muy en favor de su buen gusto, pues uada más vulgar que la exageración en los adornos y la ostentación de opulen¬ cia. La sencillez es compañera insepa¬ na y de voluntad, alcanzará nada. Sus proyectos quedarán obstruidos, sus bue¬ nos deseos, empantanados; una cuestión interior de la 'Cámara será un monte; una rencilla personal una cordillera; con la tendencia y la aptitud de la raza pa¬ ra derramar su espíritu en palabras y hacer de un átomo un mundo y de un mundo un átomo, y la inconsciencia con que cualquier representante del país present, donártelas més espresrves gracies, per sa teva atentió y respecta que me demostres; perque, a la fi resulta,'qué estaña%en acordes, en principis, encara que, an es pareixe de molts, no será akí. •Es ttn acsioma, que: no hi ha regla sens essecció y de d’ aixó no me ’n vaix ocupá cuant dissertava sobre saludos Meréceu alabanza los encargados de las mencionadas iglesias, por el celo des¬ plegado, y Tpcfr los sacrificios que han debido imponerse para que los actos religiosos que se han realizado revistieran todo el esplendor y grandeza posibles, «como igualmente la merece el pueblo por -haberlos honrado -con su asistencia. La Historia les consagrará una página liogábalo se sabe que completaba su rable de la cultura de espíritu. atraviesa sus pasiones, y hasta sus mi¬ perque, si hagues hagut de tractá d’ es- brillante y transmitirá á nuestros des¬ - atavío de mujer con un cerquillo de ¡piedras preciosas. Pero cuando este adorno hizo furor fué durante el Rena¬ cimiento, como lo demuestran muchas pinturas de la época, y sobre todo los t-retratos de dos bellezas famosas en la historia del arte: Beatriz de Este y la Be- » lie Ferronniére. Si esta moda volviera á adoptarse, de¬ bería tenerse muy en cuenta la configu¬ ración de la frente. Una frente huida ó Actualidades La pregunta de todo español Seguramente, en sus ratos de medita¬ ción tranquila, se habrá planteado el lector este problema: ¿Quién puede go¬ serias, en el camino por donde ha de pa¬ sar algo de beneficioso para el bien ge¬ neral, todo lo que se dirija hacia éste se verá fácilmente detenido y anulado. Sin el régimen, no se puede vivir la vida moderna; con ei régimen, tal como aquí se practica, no se puede gobernar. ¿Cómo no se cambian esas prácticas, puesto que en ello tienen todos el mayor interés, para poder realizar algo cuando sean Gobierno? ¡Es una mera cuestión cepcions, heuría resultat un sermó en lloch de carta. Tu has vengut a descan¬ sarme posant es mitx sa castió que que¬ da a en es peu, ses eseepcions que, al cap y a la fi, venen totes a confirmé s‘ acsac■titud de lo que tench dit. Es dos amichs qui han passat sa vet- lada plegats y 1‘ an adargada fins molt passat mitja nit, ferian una ridieules si al despedirse, se deyan boa dia, perque, cendientes lo que Sóller ha sabido hacer en ocasión tan solemne, como nos ha «contado á nosotros el entusiasmo de que estaban poseídos nuestros primogenito¬ res y el modo como supieron honrar á María al definirse dogma de fe el afio 1854 al misterio que nos ocupa. Una nota simpática y que es muy digna de notar. En todo el trayecto que recorrió la procesión, en cada uno de los demasiado bqja gana mucho con un aro bernar en España? de alcances, que, aparte el talento, que¬ per ells, no ba acabat encara sa nit, no días mencionados, para dirigirse á la ó ' un hilo de perlas, especialmente si - lleva en el centro un medallón ó algo por el estilo, y una fisonomía regular atiene en él mismo adorno un gracioso 'Complemento; pero con una frente muy -saliente.debe proscribirse en absoluto la •diadema, y en cambio recargar un poco •de adornos la parte posterior de la ca¬ Porque, innegablemente, la forma de gobierno de estos tiempos de intelectualismo es el régimen parlamentario, el cual abr® más válvulas de seguridad, que cualquiera otro, á las aspiraciones, á las pasiones, á los intereses de una sociedad en constante y peligrosa ebu¬ llición. da muy limitada cuando no se vive más que de lo presente! (De España) ¿Alianza anglo-española? ha comensat es dia y es consecuent que se digan: lona nit. Y es mateix reonament es aplicable a ‘n es dos qui se des pedeixan a dins es café, perque per ells tampoch ha terminat es raatí; pero tot aixó no desfá res des principis generáis que vaix posé, deduits de s‘ histori qui iglesia donde debía celebrarse el oficio divino, aparecieron las casas adornadas ostentando colgaduras de diferente color. Los pobres salieron también benefi¬ ciados, pues el Rdo. Cura-párroco les obsequió con dos comidas extraordina¬ rias: una el día de la Purísima y la otra beza, á fin de restablecer las propor¬ Suprimid ese régimen, y todo lo que De una carta que publica Las Noticias mos ensenya que ‘m de respecta ses eos- el día que se celebró la fiesta en el Hos¬ ciones. hoy se hace á la luz por el Poder y sus de Barcelona, remitida desde Londres, tnms de bona moral y educació. pital, regalándoles después una limosna <La verdadera diadema, dejando 'libre la frente, se empleó mucho en los pue¬ blos del Norte. Las antiguas escandina¬ vas llevaban un adorno de oro en forma de media luna, y en Francia, en tiempo «de los carlovingios, se usaba una especie de coronita con colgantes por los lados y por detrás. También pueden servir como ejemplos de adornos -que dejaban Ja frente libre, el retrato de mujer de Üotticelli, que se conserva en el Muse© de Berlín, y el de Santa Inés por Alonso ventajas, se efectuará en la sombra. La intriga, que, por la naturaleza de aquél, se fragua y se realiza en plenas Cortes y desde las columnas de los periódicos, se verificará entonces solapadamente en torno de quien disponga de una fuerza. Con ello se tendrá la desventaja de no estar enterado, ni apercibido para conju¬ gar los sucesos. Las combinaciones múl¬ tiples de conveniencias, de ambiciones, de propósitos, que un repórter saca á las miradasfiel público desde las columnas recortamos el siguiente párrafo: «Se dice que en el próximo verano el rey de España será uno de los huéspe¬ des reales de Inglaterra. Hay que desear que esta afirmación fuese exacta, por¬ que, una alianza con España sería muy popular en Inglaterra. Hubo un tiem¬ po en que los intereses de España y de Inglaterra retumbaron en el nuevo mundo, y cuando los intereses españoles fueron establecidos en Inglaterra por los casamientos entre las reales casas Crech que fins aquí queda demostrat qu‘ estam ben acordes, y com encara me sobra un poc de blanc, vaix a darte algunes noticies qu‘ ilustraran mes sa questio que mos ocupa. Si has viscut per ciutat, hauras notat que ningún trabayadó parla de vespres per torné a emprende ‘s trabay, y dependeix de qu‘ antigament en llochc de dir vespres a ‘n es tock de sa campana qui cridava es clero a vespves lili deyan de una peseta á cada uno. Las alumnas de las MM. Escolapias quisieron hacer una demostración de amor y devoción á la Virgen Pura, cele¬ brando eu su obsequio una tarde lite¬ raria. Reunidas en uno de los grandes salo¬ nes que posee aquel establecimiento do¬ cente, las autoridades y distinguidas personas, al efecto invitadas, se verificó ■Cano. En el tiempo á que pertenecen es¬ da una publicación y salen en el Parla¬ de España y de Inglaterra. En los mo¬ toch de pica-baraya o pica baraya simple- el miércoles la representación del drama tos cuadros la mujer se adornaba mucho mento con una pregunta habilidosa, y mentos actuales los intereses de estas ment: y era tambe una senya de que co- sacro Lourdes, que fué magistralmente la cabeza, pero sólo posterior y lateral¬ mente. De ordinario se ponía en torno de la cabellera recogida un hile de per¬ las ó una cinta de oro cargada de pie¬ dras preciosas, dando una ó varias vuel¬ tas, y entrando á veces á formar parte de los nudos ó de las trenzas, como se ve en muchos cuadros de Rembrandt. Rúbeos y el Tiziano. se contrastan y. á veces, se deshacen, se llevarán á efecto.-sin que la generalidad de la gente las conozca, á no ser por el resultado. La tendencia á la arbitrarie¬ dad, que hábitos seculares han dejado en el fondo del espíritu colectivo de la raza, no tendrá freno alguno al verse li¬ bre de lo único, que algo la contiene: el inevitable temor á la acusación y al es¬ grandes naciones no son antagónicos, y una alianza resultaría ventajosa para las dos. España no prodría ser nunca atacada por mar por ningún pais del mundo, si se añadiera á la escuadra es¬ pañola la flota inglesa. Inglaterra sería la más fuerte por haber añadido al número de sus aliadas otra potencia amiga. mensava ‘s trabay. En es espedients crimináis d‘ es sigles passats es molt frecuent trobá aquestas declaracions: Jo, a toch de pica baraya anava a tal casa. A toch de pica-baraya vaitx venra passá ‘n Peret o ‘n Juanet (Peret y Juanet en el dia). Me dirás: ¿Y dont diantres sa trague- ejecutado por señoritas que se educan bajo la dirección de las Hijas de San José de Calasanz, desempeñando á mara¬ villa el papel á cada una de ellas confia¬ do y escuchando en cada uno de los actos nutridos aplausos de la selecta concu¬ rrencia. Después del discurso final pronuncia¬ Un adorno de origen oriental, que se cándalo. Una alianza anglo-española haría que ren ñora tan extrany?—El te diré: do por María Mulet, tierna niña de once generalizó algo durante el Renacimiento El régimen actual se recomienda, los pueblos de España y de Inglaterra se A la Seu, qu‘ era sa Parroquia direc¬ años, se levantaron primero el señor alemán, son los grandes colgantes ba¬ jando por las sienes á los lados de la cara desde un cerco que rodea la cabeza. En las excavaciones de Troya, Rodas y Micena se han hallado ornamentos anᬠlogos. El adorno de la cabeza se completa con el del cuello, y eu este terreno uada tan caprichoso como los collares de las indias del Perú, los cuales, sujetos á pues, por los males que evita.; no por los bienes que prodme. Así es, que siempre vuelve á nuestra mente la eterna pre¬ gunta: ¿Quién puede aquí gobernar? Porque, un Gobierno, siquiera se halle animado de la mejor intención y pertre¬ chado de la mayor seriedad, y baya con¬ seguido—¡cosa rara!—que se le reconoz¬ can tales condiciones por gran parte del país, se encuentra casi imposibilitado de conocieran más y podría dar mayor impulso á la industria y al comercio en¬ tre ellos. A los ingleses que van al Continente les cansa pronto ei sentimiento anti-ingles que existe en Alemania, y podrían muy bien pasar sus vacaciones en Espa¬ ña. no solamente visitando los famosos campos de batalla, pero visitando tam¬ bién las hermosas ciudades del país, los tora de totes ses demes de Palma, hi havia una campana amb la cual se tocava a vespres y es poblé la batiá amb so nom de pica baraya^ perqu‘ es seu batay, cuant la tocaven ventant y feria ‘s bronso pareixía una llengo humana qui deya: pica-baraya pica baraya y es poblé la batiá amb so mateix nom qu‘ ella pro- nunciava. Alcalde y después el Rdo. Cura-párroco y haciéndose eco de los sentimientos de todos los reunidos, dieron las gracias y felicitaron á las MM. Escolapias, á las alumnas y á sus respectivas familias; congratulándose todos de haber asistido á una fiesta tan simpática y en extremo agradable. los cabellos encima de la nuca, vienen cumplir sus deseos, trabajar en su em¬ famosos tesoros del arte que España po- Es seny de ‘s Ladre o des 11 adre, com Mañana es el día señalado para la su¬ luego á caer por delante sobre el pecho. presa y practicar algo de provecho. * see y el espectáculo de sus grandiosas devíam asé, ‘1 tocava, automaticament, basta de contratación de las subsisten* SOLLER 3 das para los caballos del Municipio du¬ rante el ejercicio de 1905. E! acto se celebrará á las once, en la Casa Consistorial. Allí están expuestas las condiciones, siendo los precios míni¬ mos de los artículos los siguientes. Habas, 31‘50 ptas. quintal métrico Algarrobas, 11‘50 » » » Salvado, 20‘00 » » » Paja, 6‘75 » » » Con un lleno completo se representó el domingo último por la noche, en el teatro de la < Defensora Sollerense», el grandioso drama en cinco actos Los bi¬ lletes. La función dió comienzo á las ocho y media y todos los actores de la compañía Llinás-Palet interpretaron fielmente sus papeles, lo cual les valió repetidos aplau¬ sos de la numerosa concurrencia. Él lunes, á las nueve de la noche, emprendió viaje con rumbo á Barcelona y Cette el vapor de esta matricula Villa de Sóller, llevándose Variada carga y regular número de pasajeros. Durante la travesía tuvo que arrostrar -recio temporal, logrando fondear en el puerto de Barcelona á las once y media -del martes, ó sea después de más de ^catorce horas de navegación penosa, sin 'que ocurriera á bordo novedad alguna. Dicho buque se halla actualmente en -Cette, y se espera estará de regreso á nuestro puerto el próximo martes por la ^mañana. D. Antonio Juan Aleover y Castañer, 'en la mañana del,jueves de esta semana, "entregó su alma al Creador. Por la no<che el cadáver, acompañado de selecto séquito, fuó conducido á su última moTada y ayer en la Parroquial Iglesia se ‘celebraron solemnes funerales en sufra¬ gio del alma del finado. A üno y otro •acto asistió numeroso público, prueba ^evidente de las muchas simpatías que en •tos 86 años que estuvo en este mísero mundo, supo granjearse entre deudos y amigos. Estos, en más de una ocasión le elevaron hasta ocupar honrosos cargos públicos, como el de Juez municipal, Concejal del Ayuntamiento y Presiden¬ te de la Empresa de Diligencias, cargos que desempeñó siempre con el mayor •celo, lealtad y á gusto de todo el pueblo, cosa bastante rara en estos tiempos. Enviamos á sus desconsoladas hijas, hi¬ jos políticos D. Damián Orell y D. Pe¬ dro Mora, y demás familia, el testimonio 4e nuestro más profundo dolor. La Comisión Organizadora del pro¬ yecto del ferrocarril directo Palma Sóller ha terminado la Memoria que, desde ha¬ ce algunas semanas, venía estudiando con asiduidad. Esta aparecerá el lunes pró¬ ximo, en unión de la otra Memoria for¬ mada por el Sr. Ingeniero, la que abar¬ ca la parte técnica. Tanto la una como la otra, estamos seguros que no sólo agradarán al público en general, sino que su lectura y razonamiento satisfará hasta á los más intransigentes. La semana que está á punto de finir, más que una semana variada, ha sido una continuación de la anterior, con malos y pésimos dias en que, hasta en el de ayer, no se ha podido salir á la calle sin exponerse á quedar helado, ó á ser arrastrado por los aires, á causa del viento que ha reinado durante la Octava de la Purísima Concepción. Empezando por el lunes, no podemos precisar el poco ó mucho viento que reinaría en Palma y otras ciudades, pe¬ ro lo que es en este valle el duro viento S. O. que empezó á soplar desde la ma¬ ñana, continuó aumentando su furia por la tarde y noche siguiente; continuando con pequeñas variantes todo el martes y miércoles, hasta que por fin el jueves amainó el temporal que mucho nos te¬ memos haya causado desgracias en tierra y en el mar. Por esta causa, los árboles que en la actualidad están car¬ gados del oleaginoso fruto, los olivos, quedaron bastante mal parados, des¬ prendiéndose una gran parte de las aceitunas, todavía no maduras, por lo cual es más que probable sufran peque¬ ño detrimento en la producción de su aceite. De lluvias no hay que hablar por este año; esperemos al nuevo que tal vez resultará más propicio para la buena causa que con sobrada voluntad están persiguiendo nuestros agricultores. Hemos observado que durante esta semana obreros del Municipio se han de¬ dicado á retirar los escombros producto del derribo de una parte de las murallas, que desde hacía próximamente dos meses dificultaban el tránsito público por ocu¬ par gran parte de la calle del Príncipe. ¡Ta era hora! La empresa del teatro «Defensora SoMerense» ha dispuesto poner en escena, mañana domingo, el grandioso drama e n nueve actos titulado «La Torre de Nesle ó Margarita de Borgoña», en la que tan¬ to se distingue la Sra. Llobeta en el dificil papel de Reina Margarita. No habiendo sido posible quedar ter. minado el decorado de la obra «La Tos¬ ca» la empresa ha dispuesto aplazarla para otro domingo, participando al pú¬ blico que no se dará más que una re¬ presentación de cada obra. Como hasta últimos del mes de Marzo no podrá el Villa de Sóller hacer los viajes de la línea Sóller-Barcelona-Cette con arreglo ai itinerario, á causa de los temporales que en la temporada de in¬ vierno suelen reinar, observa la Direc¬ ción de la «Marítima Sollerense», por nuestro conducto, á los cargadores y demás personas á quienes pueda intere¬ sar conocer la noticia, que es coveniente se entiendan directamente con los con- signatarios de dicho buque para cuanto se relacione con los viajes del mismo. EN EL AYUNTAMIENTO Sesión del día 3 Diciembre de 1904 La presidió el Alcalde señor Joy y asistieron á ella, convocados por segun¬ da vez, los Concejales señores Mora, Deyá, Pizá, Castañer, Frontera, Joy, Casasnovas, Colom, Morell y Estades. Fué leída y aprobada el acta de la anterior sesión. Dióse cuenta de la distribución de fondos por capítulos para satisfacer las obligaciones del presente mes, siendo aprobada. Se dió cuenta de diferentes instancias solicitando autoiización para verificar obras particulares y se acordó pasaran á informe de la Comisión de Obras. Se acordó verificar varios pagos Dióse cuenta de dos comunicaciones, uua del Sr. Delegado de Hacienda de esta provincia y otra del Admor. de la Aduana de esta ciudad, trasladando am¬ bas autoridades la Real Orden por la cual S. M. el Rey (q. D. g.) accediendo á lo solicitado por este Ayuntamiento ha tenido á bien disponer: Que se habilite la Aduana de Sóller, conservando su ac¬ tual categoría, para el despacho en régi¬ men de importación, de abonos naturales y artificiales, maquinaria agrícola, fo¬ rrajes y salvados y ganados y que se desestime la instancia del Ayuntamiento en lo que se refiere á la importación de hilados de cáñamo y de lino, maquinaria industrial y cereales y sus harinas. Enterada la Corporación acordó cons¬ tara en acta la satisfacción con que ha visto la concesión de que se ha hecho mérito, y teniendo en cuenta el favorable concurso prestado por el Excmo. Sr. don Antonio Maura Presidente del Consejo de Ministros y el Doctor D. Manuel Gruasp para obtenerla, se acordó mani¬ festarles el profundo agradecimiento que les debe esta población, por su eficaz cooperación en conseguir una mejora de tan positivos beneficios para Sóller. Se dió cuenta de las reclamaciones producidas contra el anteproyecto, para construir un camino vecinal que partien¬ do de la carretera de Palma al puerto de Sóller, en el punto denominado Boca Botje, conduce al camino vecinal de las Argilas pasando por Can Tamañy, por Can Solé y por las canteras de cemento. Durante su exposición al público, se ha presentado una, suscrita por D. Francis¬ co Soler Enseñat solicitando la variación de dicho trazado. Enterada la Corpora¬ ción, acordó pasara á informe de la Co¬ misión de Obras. Con arreglo á lo prevenido en la ley municipal, se acordó verificar durante el presente mes, la rectificación anual del padrón de habitantes de este municipio. El Sr. Estades dió cuenta de que don Joaquín Aguiló, con la generosidad que le distingue y á que nos tiene acostum¬ brados había cedido gratis al Ayunta¬ miento la piedra que servía de columna para sostener los pórticos vulgarmente denominadoo de Cas Pollensí, para cons¬ truir una fuente en el puerto. La Corpo¬ ración enterada del acto filantrópico del Sr. Aguiló, que le honra en alto grado, acordó aceptar con gusto el ofrecimiento. Se trató extensamente de la realización del proyecto del ferrocarril Palma á Sóller, y el Sr. Morell, hizo constar en acta su extrañezá, de que tratándose de un proyecto, el de más trascendencia de más utilidad para Sóller, hubiera Conce¬ jales que ni una sola vez, durante el largo tiempo que hace está en estudio este proyecto, hubieran concurrido á las sesiones. No habiendo otros asuntos de que tra¬ tar se levantó la sesión. * ** Sesión del día 10 Diciembre de 1904. La presidió el Alcalde Sr. Joy, y asis. tieron á ella convocados por segunda vez, los Concejales señores Mora, Co¬ lom, y Estades. Fué leída y aprobada el acta de la sesión anterior. Se acordó verificar varios pagos. Se designó al Concejal D. Miguel Co¬ lom para formar, juntamente con el Sr. Al¬ calde, la mesa para presidir la subasta de las subsistencias de los caballos des¬ tinados al arrastre de los coches fúnebres y transporte de materiales á las obras públicas. No habiendo otros asuntos de que tra¬ tar se levantó la sesión. CULTOS SAGRADOS En la iglesia'parroquial.—Mañana do¬ mingo, día 18.—-A las nueve y media, se cantarán las horas menores y después tendrá lugar la publicación de la Bula de la Cruzada en la forma de costumbre, Acto seguido, se expondrá el Santísimo Sacramento, cantándose la Misa mayor con sermón que pronunciará el Rdo. don José Pastor, Vicario, y después se veri¬ ficará la procesión propia de la tercera dominica. Por la tarde, después de vís¬ peras y completas, habrá explicación del Catecismo. Lunes, día 19.—A las seis y media, durante la celebración de una misa, se practicará el ejercicio mensual en obse¬ quio de S. José. Sábado día 24.—A las cinco y media, expuesto el Santísimo, se cantará la ho¬ ra de Prima con el martirologio solem¬ ne á voces con acompañamiento de armonium. Acto seguido, pronunciará un discurso el joven seminarista don Miguel Alcover y Castañer, celebrándose á continuación la Misa matinal. Registro Ovil Nacimientos. Varones 2.—Hembras i.—Tota) 3 Matrimonios Dia 13.—Francisco Colom Oliver, sol¬ tero, con Catalina Ferrá Morey, soltera. Defunciones Dia 11.—Catalina Colom Miró, de 48 años, casada, Manzana 62. Dia 15.—Antonio Juan Alcover Cas- tañer, de 86 años, viudo, calle de la Luna. MOVIMIENTO DEL PUERTO Embarcaciones fondeadas Día 10.—De Cette y Barcelona vapor Vi¬ lla de Sóller, de 190 ton., cap. D. Picornell, con 18 mar. y efectos. Dia 10.—De Palma en 1 dia, laúd V. del Carmen, de 47 ton., pat. M. Socias, con 6 mar. y efectos. Dia 15.—De Barcelona en 1 dia, pailebo Providencia, de 64 ton., pat. A. Bernat, con 7 mar. y efectos. embarcaciones despachadas Día 12.— Para Barcelona, ^,por Villa de Sóller, de 190 ton., cap. D. Picornell, eon 15 mar. y efectos. MARÍTIMA SOLLERENSE Se avisa á los señores accionistas de «sta compañía que pueden pasar á reco¬ ger sus acciones en las oficinas de la misma, calle del Príncipe 24, todos los miércoles y jueves de diez á doce de la mañana. Sóller 10 Noviembre 1904.—El Na¬ viero Director, Lorenzo Roses. * ** Por el presente anuncio se pone en conocimiento de los cargadores del vapor «Villa de Sóller» que al verificar la en¬ trega de los bultos que envíen por con¬ ducto de dicho buque, deberán acompa¬ ñar nota comprensiva del número de bul¬ tos y marca de los mismos, al propio tiempo que indicar si los cnvíos’son para Barcelona ó Cette. Sóller 10 Noviembre 1904.—El Na¬ viero Director, Lorenzo Roses. Esta Sociedad acordó emprender la reforma del Reglamento general. Y con el fin de que dicha reforma resulte lo más concienzuda y acabada posible, so invita á todos los socios á que expongan, de palabra ó por escrito, aquellas ideas que crean convenientes á nuestra Socie¬ dad—Sóller 25 Noviembre de 1904.— Por la Comisión, Miguel Forteza Pomar. SUSCRIPCION con el fin de allegar recursos para las obras de reparación y ensanche de la iglesia parroquial. Pesetas Cts. Suma anterior. , 12.150‘0Q D. Bartolomé Canals y Ca¬ bo! . D. Jaime Borrás Colom. . D. Pedro Antonio Ripoll. . D, Juan Marqués Frontera. 100‘OQ 100‘00 250‘00 50‘0G (Continuará) Suma. 12.650‘OQ SUSCRIPCIÓN MENSUAL Pesetas Cts. Suma anterior. . D a Francisca Castañer Cas- tañer. . 37‘25 roo (Continuará) Suma. , 38‘25 DIETARIOS para 1905 Se venden en la tienda “La Sin¬ ceridad,, San Bartolomé, 17. (14) FOliMETrar LA SORTIJA —Que me da pena verte tan mal ves¬ tida—respondió el joven sin atreverse á reconvenirla. —Es lo mejor que tengo—dijo la jo¬ ven con un mal humor mezclado de despecho—pero si no te parece bien co¬ mo estoy me quedaré en casa. Fernando miró á su hermana con triste asombro y le pareció que tal vez su madrastra pudiera tener razón en quejarse de su genio. —Vamos, que ya se ha hecho dema¬ siado tarde—dijo con alguna dureza, y saliendo de la habitación se encaminó *á la escalera. Lucila sintió un fuerte dolor en el alma al oir el acento de su hermano; ¿era, pues, su estrella el que todos la tratasen con dureza? ¿Era su destino el no ser de nadie querida? Estas preguntas se hacía aquella cria¬ tura desdichada y extraviada por la des¬ gracia y por la impetuosidad de su ca¬ rácter, en tanto que andaba los pocos pasos que la separaban de casa de sus vecinas. Subieron la escalera y la misma cria¬ da les condujo hasta la sala, en la que, además de las señoras de la casa, había otras dos ó tres jovenes con sus madres. Aquellas trabajaban con Adela en tor¬ no de un gran velador; las madres ha¬ blaban sentadas en un sofá. Adela llevaba puesto un sencillo traje azul de cuadritos y un ramo de elio¿ropo entre sus hermosos cabellos cas¬ taños. Así estaba tan encantadora, que Luci¬ la la miró sorprendida y más avergon¬ zada que nunca de su desaseado atavío. —Por esta noche damos punto á la labor—dijo Adela á sus amigas—ya veis que esa pobre joven se fastidiaría sobre¬ manera si prosiguiéramos trabajando; voy á ver si logro divertirla, porque me parece que está muy triste. —¡Lo que está es rarísima!—dijo una jovencita muy elegante. —¡Qué vestido!—observó otra. —¡Qué prendido! —¡Qué guantes! —¡Qué peinado! Adela, condolida de las burlas de que era objeto aquella pobre joven, se apro¬ ximó á ella, mientras aun estaba al lado de su madre, y la dijo cariñosamente: —¿Quiere usted venir á ver mi cuarto, amiga mía? Lucila hizo un signo de asentimiento y sig’uió á la amable joven. Ésta la llevó á un gabinete que se ha¬ llaba al lado de la alcoba de su madre, y que estaba amueblado con la mayor sencillez. Una camita con colgaduras blancas, una mesa de tocador con colgadura blanca también y un espejo encima, un pequeño estante lleno de libros; un la¬ vabo y algunas sillas, componían todo su adorno. Sobre la mesa había dos jarrones lle¬ nos de ramitas de eliotropo cortadas de alguna maceta, á juzgar por lo pequeño de su tamaño. $ —¡Qué bien peinada está usted!—ex¬ clamó Lucila mirando la cabeza de Ade¬ la, que, siendo mucho menos hermosa que la suya, parecía mucho más encan¬ tadora. —¿Quiere usted que la arregle en un momento el cabello como está el mío?— preguntó Adela con sumo agrado. —Temo que usted se moleste...—res¬ pondió turbada Lucila. —Lejos de eso tendré en ello el más grande placer. Y diciendo estsa palabras Adela cu¬ brió su pecho y hombros con un blanco peinador, echó otro sobre la espalda de Lucila y desprendió sus hermosos ca¬ bellos. —¡Qué soberbia cabellera!—exclamó con un acento de cándida y sincera ad¬ miración.—¡Con este pelo püeden ha¬ cerse maravillas! —Si yo tuviera quien me lo arreglase quizá iría mejor peinada de lo que voy —dijo Lucila con tristeza. —Yo me arreglo sola—respondió Ade¬ la—y creo, amiga mía, que es lo más cómodo. ¿Por qué no prueba usted á peiuarse por sí misma? —Sola lo hago, pero ya ve usted qué mal. —Tenga usted un poquito de pacien¬ cia y cada día irá saliendo mejor. El peinado se acabó, y tomando Ade¬ la una rama de eliotropo la colocó entre las hermosas trenzas rubias de Lucila. —¿Le gustan á usted las flores?—pre¬ guntó ésta con indolencia. —Mucho—respondió Adela con entu¬ siasmo—y el eliotropo sobre todas; era la que más agradaba á mi buena y que¬ rida mamá. —¿Y qué, ya no le gusta? —No sé si la tendrá en el cielo, ami¬ ga mía. —¡Pues qué, su madre de usted...! —Ha muerto. —¿Pues y esa señora que está en la sala? —Es la segunda esposa de mi padre. —¿Y la llama usted mamá? —Sí, y la amo y la respeto tanto co¬ mo si lo fuera. —¿Y su papá de usted? —Murió también. Lucila quedó muda y absorta. ÜDa joven que amaba á su madrastra, que vivía con ella sólo por su gusto, y después de muerto su padre; esto era incomprensible para ella, que tanto de¬ testaba á Juanita. Sin embargo, se resolvió, parte por interés, parte por curiosidad, á investi¬ gar la verdad de aquella situación ex¬ traordinaria, y dijo á Adela: —¡Esa señora será muy buena para usted! —Sí que lo es—respondió Adela con el acento de una ternura profunda.—Es muy buena para mi hermano y para mí. —¿Y su hermano de usted la ama también? —Tanto ó más que yo. —¿Es posible? —¿Pues qué cosa hay más natural? Pero volvamos á la sala, mi querida,., ¿cómo se llama usted? SÓLLER TTT23 Sección de Anuncios VILLA DE SOLLER ISLEÑA MARITIMA Servicios esmerados y á buenos precios COMPASÍA «AMORPMA ie vapores MATEO COLOM CETTE Consignatario del vapor VAPORES Uimsai-Billfii-OatdiIi-Baliai-Iili&i-liilIe. I( “Tilla de Sóller,, DE TARJETASJSTALES 6—. S|¡¡J A Y VUELTA ENTRE Salidas de Sóller para Barcelona: los dias 10, 20 y último de cada mes Salidas de Barcelona para Oette: los dias 1, 11 y 21 de id. id. Salidas de Oette para Barcelona: los dias 5, 15 y 25 de id. id. Salidas de Barcelona para Sóller: los dias 6, 16 y 26 de id. id. CONSIGNATARIOS:—EN SÓLLER.—D. Guillermo Bernat, calle del Príncipe n.° 24.—EN BARCELONA. ^— D. J. Roura, Paseo de la Aduana, 25.—EN OETTE.—Colom fréres & J. Cantó, Quai Com- mandant Samary-5. NOTA.—Siempre que el día de salida de Sóller y Oette para Bar¬ celona coincida en sábado de día festivo, retrasará el vapor su salida 24 horas. —La salida de dicho buque del puerto de Barcelona para el de Sóller, será en todos los viajes á las ocho y media de la noche. ATESCIÓN AGRICDLTORESÜ Si queréis abonar vuestros campos, seguros de ob¬ tener resultados eficacísimos, emplead el “GUASO SAINT SOIIH” En la tienda de artículos de es¬ critorio "La Sinceridad,, S. Bar¬ tolomé 17, acaba de recibirse un variado surtido de tarjetas posta¬ les. Bonitas colecciones de Bellezas artísticas.—Fantasía. — Paisaj es. — Escenas campestres. — Escenas fa¬ miliares. 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