ANO I.—NUM. 15
ANO I.—NUM. 15

17 OCTUBRE DI-

PERIODICO SEMANAL DE INTERESES MATERIALES

A LA PRENSA
El frondoso valle de Sóller y la her¬ mosa cuenca de Fornalutx, que eran ayer el encanto de los ojos, hoy ofrecen el as¬ pecto más lastimoso que imaginarse pueda.
El horroroso temporal de estos días ha destríiido campos y plantaciones, ca¬ minos y puentes, artefactos y edificios, dejando por doquiera huellas espantosas de desolación y de miseria.
Los daños causados son incalculables, pues tres días no han sido suficientes para que pudiésemos darnos exacta cuenta de
los desastres ocurridos.
Más de la mitad de los habitantes de
la Huerta han tenido que abandonar sus casas á través de mil peligros, y el Campo
del Mar ha sido arrasado enteramente
por las aguas. En zonas muy estensas ha quedado
destruida por completo la propiedad ru¬ ral. Son pocos los propietarios que no han sufrido perjuicios y más de cien fami¬ lias han quedado en la mayor miseria.
Aún escribimos bajo la profunda im¬ presión de los cuadros espantosos y de las escenas desgarradoras que, á cada paso, se han ofrecido á nuestra vista. Casas desplomándose con estruendo; lien¬ zos de pared, vigas, techumbres enteras, caballerías, naranjos y olivos, álamos enormes, todo arrastrado por torrentes formidables, cuyas aguas impetuosas, al arrollarlo y quebrantarlo todo, ensan¬
chaban cada vez más su cauce ó se
abrían nuevo paso por entre ricos huer¬ tos; y luego brechas enormes en cien vi¬ viendas, y puertas y muebles casi en el aire, y tejados convertidos en último re¬ fugio de seres humanos próximos á la muerte, y voces ahogadas por el terror, y brazos tendidos en actitud suplicante; y entré dos montes un inmenso naranjal convertido en lago, por cuya superficie únicamente asoman las copas de algún

árbol gigantesco y la ruinosa techumbre ele algún alto edificio; y en fin el agua azul del puerto desalojada por el agua roja de la tierra, y en el horizonte un mar de sangre, que sangre de estos infor¬ tunados campesinos es la sustancia terro¬ sa que lo tiñe.
Tanta miseria necesita un pronto ali¬ vio, y nadie puede implorarlo con tanta autoridad y eficacia como la prensa.
La prensa ha realizado, casi por sí sola, en bien de la humanidad, los progresos de que más puede vanagloriarse nuestro siglo: la extinción de los odios que divi¬ dían á las naciones y la creación de los lazos que unen á los pueblos de la tierra. A la prensa se debe principalmente el
desarrollo de los sentimientos de caridad
fraternal que nos lleva á socorrer los ma¬ les de nuestros semejantes.
A la prensa pedimos, pues, su valioso apoyo en la noble emprpsa de auxiliar á los inundados de esta comarca, y á su iniciativa dejamos los medios de conse¬
guirlo. Sóller y Fornalutx, que tantas veces
han tendido una bienhechora mano á las
víctimas de otras calamidades del conti¬
nente, uo serán desoídos la primera vez que imploran para ellas el socorro extra¬ ño, y si al fin no logran reparar sus pér¬ didas del todo, les cabrá el consuelo de
ver que hubo, lejos de aquí, quien se inte¬ resó por su miseria.
Mucho esperamos de la prensa, que hace verdaderos milagros cuando deja á un lado las diferencias de opinión, las asperezas de la polémica y los odios de partido, para aplicarse á hacer el bien y consagrar de un modo solemne la fra¬
ternidad de los hombres en los días de
desgracia; y mucho esperamos de la ca¬ ridad, porque léjos de ser patrimonio de determinados pueblos, es una virtud pro¬
fundamente humana.

Tristes recuerdos dejará en Sóller el
día 15 del corriente mes. La historia nos
habla de mangas, de vendábales, de ne¬ vadas y heladas, de aguaceros, de torreiitadas que destruyeron el arbolado y cau¬ saron desperfectos considerables en.cam¬ pos, paredes, puentes y caminos; pero ninguno de aquellos siniestros puede compararse en sus desastres, á la catás¬ trofe que tantas lágrimas ha hecho de¬ rramar, aunque felizmente ño tenemos desgracias personales que lamentar, (a)
El día 12 amaneció yá con un cariz imponente, nevando á intervalos y la temperatura bajó hasta los diez grados.
El 13 reinaron vientos bastante fuertes
y alguna lluvia.
El 14, á las cinco de la mañana, em¬
pezó á llover, aumentando la lluvia á medida que entraba el día, resonando con pavoroso estruendo el estallido de deslumbradoras chispas eléctricas, cosa á que estamos acostumbrados, aunque no eran'pocos los vecinos que ya sacaban agua de sus casas y tenían que acudir á las goteras que la lluvia por momentos más impetuosa, les causaba. La tempestad arre¬ ciaba más en la parte del mediodía que en la del norte. Dos nimbus imponentes ocu¬ paron de continuo, uno el Pan} mayor y el otro el Coll de Sóller, ramificándose y unién¬ dose en todo lá estensión de La Sara, sin que apénas pudiese conocerse que viento reinaba, tal era la calma del aire. A las cinco de la tarde el pluviómetro
marcaba una columna de 12 centímetros
y los torrentes corrían caudalosos é im¬ ponentes, sin que hubiesen salido do ma¬ dre, aunqne poco les faltaba para des¬
bordarse. La noche cerró Con visos de
cesar la lluvia; pero las personas esperimentadas no se acostaron tan tranquilas que no temieran uña desgracia: el torren-

SOLLER.

te La Regaña, imponente cascada forma¬ en una estensión de más de cuatro me¬

da en la vertiente de La Serna y punto tros, quedando sin afirmado la parte que

denominado S’ Arrom, ostentaba sus aguas éstas dejaron libre. Otro derrumbamiento

espumosas, precipitadas de inmensas al¬ hubo en las inmediaciones de Can Fie,

turas, signo de muy mal agüero, en casos cerca la fuente del Coll que impide el

semejantes. Entrada la noche la lluvia tránsito de carruages; y nos haríamos in¬

volvió á caer más récia y entonces ya no terminables si hubiésemos de referir los

fueron muchas las personas que durmie- ¡ daños que se han esperimentado en aque¬

sen tranquilas.

llos contornos.

El día 15, á las tres de la mañana, ya no era lluvia la que tenía aterrados á es¬ tos vecinos, era un verdadero diluvio:

Los desperfectos causados en las ribe¬ ras del torrente que empieza en la cum¬ bre del Teíx, hasta la fuente mayor ó de

parecía que se habían abierto las catara¬ tas del cielo. A las siete, hora en que nos fué posible examinar el pluviómetro, de cabida de 11 centímetros, éste hubo re¬ bozado una cantidad de líquido doble ó

S1 Olla, son grandes; aunque insignifican¬ tes respectivamente. Donde dieron prinpio los desastres fué al unirse á la impo¬ nente avenida de la fuente mayor. El puente colocado cerca de la casa del mo¬

triple, en nuestro concepto, á la que con¬ lino de Can Grech, para servicio de aque¬

tenía, pues á las ocho y media, hora en llos vecinos, cayó á la impetuosidad de la

que la tempestad había menguado mu¬ cho y en que volvimos á examinarlo, ha¬
bía subido 5 centímetros. A las doce cesó

primera avenida que, arrastrando algarro¬ bos y olivos, lo derribó como si hubiese sido un débil junco. El caudal inmenso de

completamente de llover.

agua y la incalculable íuerza de lieroción

desarrollada por ésta, empezaron por

socavar los cimientos de los altos y fuer¬

DESASTRES.

tes paredones que contenían los terrenos

de las huertas colindantes, y paredes y

tierras y árboles, eran arrastrados al mar

Aquí la pluma se nos cae de la mano como débiles pajas. En el trecho de un

y forzada por la necesidad, con pulso tembloroso forma letras simplemente,
porque, describir los desastres causados por las aguas desbordadas, es material¬ mente imposible.
Empezando en el Coll de Sóller, en el kilómetro 29 y punto denominado el Salt A es Cero, donde las aguas forman

kilómetro, ántes de llegar al puente de Can Fiol que une las dos partes en que se divide la población, y en la parte de la calle Nueva, no queda huerto alguno, por
haberse llevado los muros de sosten que
medían de diez á quince metros de alto. Es la única parte de la población que se halla en más peligro de ser arrastrada

una imponente cascada, á cuyo pié se les por las corrientes si se repetían fuertes

oponía como muro un fuerte murallón construido para sostener la carretera,
urgaron con tanta violencia qne se lleva¬

lluvias, cosa de temer, porque vamos á entrar en el invierno y los cimientos es¬ tán invadidos por el cauce, donde hay

ron nn largo tramo de esta, de ocho me¬ puntos, apesar de tener tanta profundi¬

tros de largo, para establecer su cauce en dad, en que éste se ha variado completa¬ él, á unos seis metros de profundidad. mente. Al Sr. Lanuza, secretario de este

Lo propio ha sucedido en el mismo ki¬ Ayuntamiento le ha arrebatado un trozo lómetro un poco más hácia Palma, des¬ de huerto de más de media hectárea de

truyendo la carretera en una estensión estensión, situándole el cauce al pié de

de más de doce metros con una profun¬ su casa.

didad de tres. El puente de Can Rullan

La Torrentera destinada á recibir las

ha quedado sin afirmado, descompuesto aguas de lluvia caidas en la cuenca de La

igualmente el cauce del antes pequeño Coma, y que desagua en línea tranversal

torrente que en aquel punto une sus al torrente mayor, frente del huerto del

aguas al Mayor; y del A en Valis, puente ya citado Sr. Lanuza, llevaba tal caudal

recientemente construido, ha arrancado de agua, que, llenando su ancho y pro¬

el muro de sostenimiento de la derecha. fundo cauce, rebozó dentro del Ametlerá

En el kilómetro 28 la impetuosidad causando desperfectos considerables y

de la corriente, derrumbó un muro late¬ llevándose parte de la calzada que une

ral del torrente, y llevóse los acopios de los dos prédios Can Siré. Este grandioso

piedra machacada preparada para la re¬ caudal de agua fuñido al que llevaba ya

composición del afirmado; y en el kiló¬ la fuente mayor, batía con espantosa vio¬

metro 27, en el punto denominado la lencia la casa de Can Mayol, propiedad

Volta llarga, desprendióse un enorme pe¬ del Sr. Pons y Grallarza, cuyos robustos

ñasco que causó desperfectos de consi¬ muros han resistido, apesar de haberse

deración, tales como el derrumbamiento llevado los paredones de defensa, y al

de la pared del bosque, del pretil y de llegar á S1 hort de Vm rebozó dentro la

un fuerte muro de la carretera en la propiedad de D. Antonio Planas, barrien¬

indicada vuelta y en la inmediata, que¬ do todo el huerto, para volver á caer

dándose por fin en la otra el peñasco en otra vez en su propio cauce, sin dejar

cuestión. En el mismo kilómetro llenóse rastro de la presa de las aguas de riego,

de piedras de todos tamaños la carretera situada algunos pasos más abajo. Deje¬

mos correr este inmenso caudal de agua
para examinar los desastres causados por otros torrentes cuyo contingente debía aumentar dicha corriente en los afluyen¬ tes de Can Juscp A es Molí, para llevar el espanto y la desolación en la huerta baja.
El torrente de La Ragana ha salido de madre en el olivar penominado Can Vives, y convirtiendo en cauce el camino que conduce á la Alquería del Compte, ha inun¬ dado la calle de Rullan, ha desembocado en la fuente de S' XJyet, rellenándola de piedras y arena, para vomitar después dichas aguas frente la casa Cas Rué, for¬ mando un imponente surtidor que des¬ pués de anegar la referida Alquería has¬ ta la Cruz, convertirla en torrente, llenar las casas de cascajo y dejar un profundo hoyo en el punto donde brotaba el im¬ provisado manantial, junto al molino se despeñaba en el torrente de Bini araix para aumentar sus ya crecidísimos cau¬
dales.
No ha sido este solo el punto por don¬ de se ha desbordado La Regaña, En Can Creveta, á consecuencia de haberse des¬ moronado una gruesa pared de Cas Pas¬ tor, obstruyéndole el paso, ha saltado en las propiedades vecinas, las ha destruido, causando incalculables desperfectos.á los
vecinos situados en la calle inmediata.
Allí invade las casas, sin respetar puer¬ tas ni tabiques y llevándose los muebles por la puerta principal, han tenido aque¬ llos habitantes que abandonar su mora¬
da auxiliándose mutuamente.
El torrente de Biniaraix que recoge
las aguas del Barranch donde nacen dos caudalosas fuentes, aumentado, en la Al¬
quería del Compte, con el contingente de La Ragana, no se ha quedado en zaga á sus dignos compañeros. Dejando aparte los arrastres que habrá causado en el Barranch, pues hasta aquí hemos prescin¬
dido de los males causados en los oliva**
res, convertidos muchos de ellos en tor¬ rentes, y, fijándonos en la casa de re¬ ciente construcción, situada en la pro¬
piedad de D. Antonio Cuart, la vemos aislada por la corriente, cuarteada y pró¬ xima á derrumbarse. Siguiendo su curso, el [torrente ha ensanchado el cauce, bar¬ riendo las propiedades colindantes, y, al
llegar á Cas Fiols, ha batido los muros de la carretera llevándosela consigo junta¬ mente con la casa, casi en su totalidad. En Can Parret ha desviado el cauce y ha destruido aquella propiedad, de la cual solo queda él recuerdo de lo que fue. Iguales desperfectos ha causado en el puente de la Cruz, derrumbándose ésta con la capilla que la albergaba, destro¬ zando el molino contiguo, con las ace¬ quias de riego allí establecidas, y. lleván¬
dose los bancales colindantes en una lar¬
ga estensión. El puente de Can Bala que¬ da destruido. Siguen los derrumbamien¬ tos de muros y alteraciones de curso hasta ei Camp A en Canals, en donde f

SOLLER.

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lia desviado completamente el cauce para
unirse en línea recta al torrente mayor y
destruir cuantas propiedades hallaba en
su devastadora marcha.
El torrente de Fornalutx presenta un
cuadro indescriptible. Las aguas, después
de abrir una considerable brecha al puen¬
te de Can Caxal, han destruido el muro de sosten de la carretera, dejando la vía interceptada hasta la casa Can Tescó que también ha peligrado. La casita llamada de Fornalutx ha desaparecido sin quedar ni siquiera rastro de sus cimientos, lle¬ vándose cuanto contenía, sin salvarse de ella más que las personas, milagrosa¬ mente, pues entre el desocupe y su der¬ rumbamiento, no mediaron más que po¬ cos segundos. El puente de Binibassí se halla como si estuviese construido al aire, por haberle arrancado sus dos bases y los cuatro muros de sosten, sin quedar, en toda la estensión del cauce, paredes ni huertos contiguos. El Pont n'ou, ó sea el que da paso al camino del Murtará, á las primeras avenidas, quedó obstruido por un álamo colosal, tumbado en sus inmediaciones, que con el auxilio de nu¬ merosos naranjos, limoneros y otros ár¬ boles arrastrados por la corriente, formó un impenetrable muro.
(Se continuará.)
HEROICIDADES.
Como todos los vecinos tenían que
acudir á los desperfectos de su propia habitación, eran las siete y media de la mañana y nadie había tomado acuerdo alguno sobre los peligros inminentes que
amenazaban á los infelices moradores de
la huerta baja. D. Andrés Pastor fué el primero que se presentó en la Casa Con¬ sistorial. Pocos instantes después acudie¬ ron los regidores D. Guillermo Rullan y B: Onofre Borrás, al propio tiempo que algunos vecinos de los terrenos inunda¬ dos llegaron en demanda de auxilio: los señores alcaldes primero y segundo, con su secretario, se hallaban en Palma por
asuntos del servicio.
Acto continuo se publicó un bando, suplicando la cooperación del vecindario paua socorrer alas personas destituidas de medios 'para abandonar sus casas in¬ vadidas por las devastadoras corrientes. Pocos fueron los que acudieron al llama¬ miento, pero bastantes para formar una
fuerza de treinta hombres entre ellos la
fuerza de guarnición, con el oficial sache y el municipal, que llevando al Sr. Pastor y á los mencionados concejales, al frente pertrechados con cuerdas y otros apare¬ jos, marcharon á prestar auxilio á los
necesitados.
No era suficiente el indicado personal

para atender á tanto servicio como se exigía, y en la Casa de la villa no que¬ daba más que D. Antonio Ramis, el direc¬ tor de este semanario D. Juan Marqués, y tres intrépidos marinos vestidos con sus impermeables, ardiendo en deseos
de marchar á socorrer víctimas, sin tener
quien les acompañase en tan árdua em¬
presa.
En este momento presentóse D. José Rullan Pbro., quien, después de haber cumplido los deberes de su ministerio sacerdotal, creyó de su deber ofrecerse al Ayuntrmiento para lo que pudiese ser¬ vir. Afligido al ver la casa desierta y al oir á uno de aquellos marinos que decía:
“dénme doscientos hombres que se nece¬
sitan y salvamos á todas las personas en peligro: aquí necesitamos fuerza, es pre¬ ciso ir al puerto, subir lanchas y formar balsasa. ¡Yana petición!—No es fácil el
hallarlos. Los comerciantes tienen sus
almacenes anegados. Los propietarios contemplan la destrucción de sus propie¬ dades, y 'por otra parte, ¿cómo abando¬ nar la casa el que lamentaba las pérdi¬ das de su despensa llena de agua llevando en suspensión todas las provisiones? ¿Có¬ mo había de pensar en sus vecinos el que ¿pedía socorro, pues, llenos los zaguanes, tenía que permanecer en las habitaciones altas? ¿Cómo dejar su casa el que, con gritos y suspiros desgarradores suplicaba que alguna mano benévola derribase las puertas principales para dar salida á la impetuosa cascada de dos hasta veinte regaderas de agua que le saltaba por la parte opuesta? ¿Cómo lanzarse á la calle en busca de trabajo el que habiendo he¬ cho desesperados esfuerzos para librar á
sus hijos, contemplaba aterrado, desde la ventana, el oleaje del inmenso occeano que desbordado batía las paredes de su huertecito, para tragarse la casa y la familia? Y sin embargó los pocos mirones que le rodeaban nada decían. El señor Rullan había visto, al momento de llegar, al sache que marchaba el ultimo de los primeros espedicionarios, cargado de cuerdas y sabía que no había medio de repetir el pregón; y por otra parte llovía ámales. Toma el tambor, dijo á Marqués, y marchemos á llamar al corazón de los vecinos. Las palabras del Sr. Rullan se reducían á decir: Hermanos; la candad nos
llama; los vecinos de la huerta están inunda¬
dos; reclaman vuestro auxilio para salvar su vida; los hombres que acudan á la Casa Con¬ sistorial á recibir órdenes y las muyeres que
les encomienden á Dios. A los veinte minu¬
tos y al terminar su vuelta por toda la población, la plaza hormigueaba de hom¬ bres de todos estados y edades que ofre¬ cían sus servicios ¡Qué atractivos tiene la
palabra caridad! No faltaba ningún con¬ cejal; los propietarios y capitalistas con el Sr. Comandante de Marina y los men¬ cionados marinos, discutían los medios de salvamento adecuados, y á la media hora pasaban ya carros cargados con ta¬

blones, cuerdas y otros aparejos en di¬ rección al lugar de la catástrofe.
Auxiliado el Sr. Pastor con tanta fuer¬
za, la dividió en tres brigadas, pasando, una por orden del Sr. Palou, al puerto para subir un bote y con él viniese la do¬ tación del escampavías, marinos y pesca¬ dores disponibles. Las restantes brigadas se dirigieron, una hasta Can Tamauy, al mando de D. G-uillenno Rullan, y la otra al mando del Sr. Pastor, acompañado de D. Bartolomé Canals, siguió la carretera
haciendo reconocimientos en todas las ca¬
sas para conocer las necesidades y salvan¬ do vidas, hasta encontrarse las tres brigaen la Mola, donde salvaron la última fami¬ lia que peligraba. Eran las doce y media
del día cuando tuvieron la satisfacción de
poder asegurar que nadie peligraba en su vida, siendo cincuenta y seis las personas, de todos sexos y edades que bendecían á aquella falange de valientes á quienes
debían su salvación.
(Se continuará.)
Tirada ya la cuarta página de nuestro periódico, hemos sabido positivamente que los fondos que se recauden como pro¬ ducto de suscrición, serán depositados res¬ pectivamente en las cajas de las sucursa¬ les en este pueblo, del Crédito Balear y del
Cambio Mallorquín.
Al anocher del día de la catástrofe, reunido el Ayuntamiento, bajo la presi¬ dencia del Sr. Alcalde, que en aquel mo¬
mento acababa de llegar de Palma, ha¬ biendo tenido que venir á pié desde Alfabia, se tomaron diferentes acuerdos, entre los cuales figura el de trasmitir el siguien¬ te parte al Sr. Cobernador civil de esta provincia:
Muy Ilustre Señor:
Las desgracias que acaba de esperimentar este pueblo son indescriptibles por ahora, por¬ que los desperfectos son inmensos é incalcula¬ bles en este momento. Durante veinte y cuatro horas lia caído sobre esta desgraciada pobla¬ ción, un aguacero como jamás se había visto ni hay memoria en la historia de haberlo visto se¬ mejante. Los tres cauces principales que asu¬ men toda el agua caída en su término y en el de Fornalutx, han aumentado de tal modo sus caudales que antes de llegar á la población ya se habían llevado las paredes que contenían los terrenos colindantes; al salir de esta y en el punto de su confluencia las aguas han inva¬
dido toda la huerta convirtiéndola en un solo
cauce. Campos convertidos en arenales, casas

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SÓLLER.

derribadas, árboles arrastrados, huertos cerca¬ nos inundados, forman el cuadro más desga¬ rrador; ganado de cerda, lanar y asnal es in¬ calculable el número que ha desaparecido. Des¬ gracias personales hasta ahora ninguna, efecto de los sobrehumanos esfuerzos que han hecho la guardia civil, la tropa de guarnición, la dota¬ ción de los escampavías y los vecinos del pueblo que han acudido al llamamiento de la autoridad bajo la dirección del director de Sanidad de este puerto D. Andrés Pastor y á las oscita¬ ciones de nuestro ilustrado compatriota D. José Rullan Pbro. Sesenta y dos personas se han librado de una muerte inminente, pues algunas de las casas que las albergaban han sido arras¬ tradas por la corriente pocos momentos des¬ pués de haber sido desocupadas. Solo queda
una casa situada en medio de uno de los dife¬
rentes cauces que se han abierto en la huerta, cuyos moradores se hallan sitiados por no te¬ ner valor para arriesgarse á salir de ella y es materialmente imposible prestarles más auxi¬ lios de los que se les están prestando; sin em¬ bargo esta Corporación no descansará hasta
ver si les salva.
La mayor parte de los puentes secundarios han sido arrastrados al mar y los principales se hallan en gran poligro á causa de haberse
rellenado el cauceen su embocadura. Los cami¬
nos y carreteras vecinales quedan intransita¬ bles; la general que nos une con Palma, en al¬ gunos puntos está ocupada por el torrente, de modo que los carruajes no pueden pasar.
Todas las autoridades se han excedido en el
cumplimiento de su deber. Las pérdidas son in¬ calculables y esta corporación agradecerla in¬ finito su visita ó la de un delegado de su con¬ fianza para que apreciase los males bajo de cuyo peso gime esta.población.
Lo que tengo el honor de comunicar á Y. S. esperando se dignará poner esta desgracia en conocimiento del G-obierno para que se digne aliviar á este vecindario con alguna cantidad de los fondos destinados á calamidades públi¬ cas, y al mismo tiempo autorizar una suscrición nacional.—Dios guarde á V. S. muchos
años.—Sóller 15 Octubre de 1885.—El Alcal¬
de, Damian Magraner.
En el momento de recibir el oficio con
que el .Ayuntamiento de Sóller puso en
conocimiento del Sr. -Gobernador de la
provincia D. Manuel Cos-Gayon la ca¬ tástrofe de que Sóller era víctima, púso¬ se nuestra primera autoridad civil de acuerdo con el Sr. Vice-presidente de la Comisión provincial Sr. Moragues, quie¬ nes, acompañados del’oficial primero se¬ ñor Gándara y del Sr. Rovira, pasaron inmediatamente á este pueblo, donde lle¬ garon á las cuatro y media de la tarde de ayer viérnes. Habían hecho á pié el camino desde Alfábia á Sóller, por no permitir otro medio de locomoción el mal estado del camino; y sin darse un punto de descanso, empezaron á recorrer la población y sus alrededores, á fin de darse cuenta por sus propios ojos, de los
desastres ocurridos. No se retiraron has¬

ta muy entrada la noche, y hoy al ama¬ ción. Los gemidos y lastimosos gritos de los que,

necer han vuelto á sus detalladas visitas, i rodeados por todas partes de agua, estaban aguar¬

tomando en consideración los siniestros dando un auxilio, llegaron á oidos del vecindario,

de que no habían podido darse cuenta ayer. Tanto el Sr. Gobernador como sus acompañantes, dando una prueba de su gran celo é infatigable actividad, no han

y se vieron asistidos y salvados por la caridad del mismo, que haciendo esfuerzos sobrehumanos, logro salvar las vidas de innumerables infelices por medio de lanchas, venciendo con heroismo gravísimas difi¬ cultades, y superando inminentes peligros.

vacilado en meterse en el agua hasta las

En vista de tan lamentable desgracia, y del peli¬

rodillas; y han podido convencerse, so¬ gro en que nos encontrábamos: á fin de implorar so¬

bre el terreno, de que era pálido cuanto bre nosotros la divina clemencia, reunido el clero y

en la comunicación del Municipio se ma¬ pueblo, ordené á las 8 y media de la mañana del 15

nifestaba, quedando asombrados de los un oficio de rogativa con exposición del Lignum

hechos heroicos realizados por los veci¬ nos de este pueblo y gratamente sorpren¬ didos de que, apesar de la inmensidad de los desastres, no hubiesen ocurrido des¬
gracias personales. Manifestó el Sr. Go¬ bernador los más vivos deseos de que las autoridades todas, y muy particularmen¬ te los ministros de Hacienda y de Fo¬

crucis, que fué precedido de las preces ordenadas por el ritual romano de esta diócesis, y seguido de otras oraciones que aconseja la Iglesia en semejan¬ tes casos; y á las cuatro de la tarde del mismo 15, ordené exponer de nuevo el Lignum crucis, con el
rezo del oficio divino.
Imposible es describir á V. E. lima, el estado de¬ plorable en que se encuentra este desgraciado pue¬
blo, con una calamidad que no recuerdan los anales

mento, presten á esta comarca tan terri¬ de su historia haber ésperimentado nunca: una ver¬

blemente castigada, todo el auxilio que en dadera inundación que le ha sumido en la mas es¬

estas críticas circunstancias ha menester; pantosa miseria.

y suplicó en conferencia privada al señor Dios guarde á V. E. lima, muchos años.—Sóller Director de Sanidad de este puerto, que 16 de octubre de 1885.—Jaime Sastre Pbro. Vicario.

como Conocedor de cuanto había ocurri¬
do, le mandara nota detallada de los ac¬ tos de desprendimiento y heroismo con

AI antedicho oficio y á otro del señor Ecónomo escrito á su llegada á esta, ha
contestado nuestro Excmo. é limo. Pre¬

que se habían señalado las personas que lado remitiendo la cantidad de doscientas

más habían contribuido, con riesgo de su cincuenta pesetas, para socorro délas fapropia existencia, á salvar vidas y ha¬ lias más atribuladas.

ciendas en peligro, y encargándole que,

ante todo, tomase las medidas sanitarias

é higiénicas que considerara convenien¬ tes, á fin de que el encharcamiento de aguas desaparezca cuanto ántes y no al¬
tere el estado satisfactorio de la salud

SUSCRICIÓN para socorrer á las familias pobres, víctimas
de la inundación de Sóller y Fornalutx.

pública. De la venida del Sr. Gobernador, del
presidente de la Comisión provincial y de las personas que les han acompañado, guardará Sóller un grato recuerdo, y creemos interpretar los sentimientos de esta población agradecida, al enviarles
desde nuestras columnas toda la expre¬
sión de su profundo agradecimiento.

Pesetas. Cts.

El Excmo. é limo. Sr. Obispo de
esta Diócesis. . . . » . . Sr. Director del Sóller . ... D. José Rullan Pbro . . D. Juan B. Enseñat . . ... D. Francisco Saltor . . ... D. Andrés Pastor . . . . . . D. Gerónimo Estades. . . . .

250 15 »
»
15 » 15 » 15 » 15 9

D. Amador Torrens . . . . .

15 »

El Sr. D. Jaime Sastre Pbro., y vicario encargado de la parroquia, por ausencia del Sr. Ecónomo, ha pasado el siguiente oficio al Excmo. é limo. Sr. Obispo de esta Diócesis, por el cual verán nuestros lectores los actos religiosos practicados por el clero en los momentos de mayor angustia. Dice así;
Exemo. é limo. Sr.
Como encargado de esta Parroquia por ausencia del Sr. Ecónomo, creo de mi deber comunicar á V. E. lima, la desgracia lamentable que pesa sobre este pueblo, con motivo de la tempestad horrorosa que sobre él se ha desencadenado. Las lluvias abun¬

D. Pedro J. Coll . . . ... D. Jaime Torrens . . . ...

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de los donantes.
Las cantidades recibidas serán depositadas
semanalmente en la sucursal del Cambio Ma¬
llorquín. Además de esta suscrición quedan abiertas
con igual objeto las siguientes: ’ Una en la Alcaldía de este pueblo, otra en la
casa Rectoría y otra en el Juzgado municipal.

dantísimas, acompañadas de fuertes tronadas denlos días 14 y 15 de los 'corrientes, han llenado de agua
los tres caudalosos torrentes principales, que todos han salido de sus cauces en muchos puntos, y des¬

graciando muchos terrenos se han llevado consigo al mar bancales, terreno, casas, muebles y escasos recursos de muchos habitantes de esta población; y, destruidas las vías públicas en muchas partes, nos han dejado incomunicados y en completa consterna¬

SÓLLER.-Imprenta de Juan Marqués,