El silencio es un elemento tan complejo y diverso como habitual en la comunicación humana, por lo que debe ser atendido en la investigación pragmática. Para ello, ha de conocerse qué lo motiva y qué funciones cumple en la interacción conversacional. Un denominador común en los diversos usos socioculturales del silencio es su consideración como “algo que está ausente” pero que, asimismo, forma parte de nuestro entorno comunicativo más cercano (Saville-Troike 1985; Jaworski 1993; Poyatos 1994; Kurzon 1997; Cestero 1999; Escandell 2006; Ephatt 2008). Es por ello que no resulta extraño encontrar valoraciones del silencio en los usos más cotidianos de la lengua y, así, pueden deducirse también algunas de sus funciones comunicativas de los proverbios, dichos, refranes y frases hechas de las distintas comunidades de hablantes (Ramírez 1992; Mateu 2001). Para acometer el estudio del silencio en la conversación en español como categoría pragmática deben enfrentarse varios problemas: 1) la alta dispersión de funciones que presenta; 2) la complejidad para averiguar qué lo condiciona; 3) la dificultad de presentar una taxonomía con unas categorías básicas que no se solapen. Para este estudio, se ha partido de los resultados del análisis de un corpus de 15 horas de conversaciones espontáneas mantenidas entre 10 mujeres y hombres jóvenes universitarios españoles; se presenta una taxonomía de los 1825 silencios producidos por los informantes y se relacionan la variable género y la (des)cortesía con los diferentes silencios. De este modo, se ha constatado que la recurrencia al silencio es una estrategia interactiva básica que muestra diferencias funcionales entre hombres y mujeres y que puede presentar a su vez diferentes niveles de (des)cortesía o anticortesía

Silencio, Pragmática, Análisis de la Conversación, Género, (Des)cortesía, Anticortesía, Funciones, Taxonomía, Análisis cuantitativo, Análisis cualitativo, Conversación espontánea, Corpus